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LA LIEBRE Y LA TORTUGA

Una vez, una liebre se burlaba de las patas tan cortas y de la lentitud al
caminar de una tortuga, sin embargo, esta no se quedó callada y se
defendió lanzando una risa y diciéndole a la liebre: – Puede que seas muy
veloz amiga liebre, pero, estoy más que segura de que podré ganarte una
carrera.

La liebre, sorprendida por lo que le dijo la tortuga, aceptó el reto sin


pensarlo dos veces, ya que ella estaba muy segura de que ganaría a la
tortuga a ojos cerrados. Entonces, ambos propusieron a la zorra, que
fuese ella quien señalase el camino y la meta.

Días después, llegó el esperado momento de la carrera, y al sonar la


cuenta de tres, se inició la carrera de estos dos contendientes. La tortuga
no dejaba de caminar y caminar, pero a su lento paso, avanzaba
tranquilamente hacia la meta.

En cambio la liebre, corrió tan rápido que dejó muy atrás a la tortuga. Al
darse la vuelta y ya no verla, la liebre vió seguro su éxito sobre la carrera
y deicidió echarse una siesta.

Poco después, la liebre despertó y vió si por atrás seguía sin llegar la
tortuga, pero al mirar hacia la meta, vió a la tortuga muy cerca de la final,
y en un intento desesperado por correr lo más veloz que pudo, la tortuga
llegó y ganó.

1
EL LEÓN Y EL RATÓN

Érase una vez un león que estaba descansando en la selva, después de


un día de caza. Era un día caluroso y solo le apetecía dormir.

Cuando se encontraba más cómodo, llegó un ratón haciendo mucho


ruido. El león era tan grande que ni si quiera se percató, pero el ratón
empezó a subir por su nariz.

El león se despertó con muy mal humor, empezó a gruñir, y agarró al


ratón, preparándose para comerlo.

“¡Perdóname!” suplicó el pobre ratón. “Por favor déjame ir y algún día


seguramente te lo pagaré”.

Al león le resultó divertido pensar que un ratón podría alguna vez


ayudarlo. Pero fue generoso y finalmente lo liberó.

Algunos días más tarde, mientras acechaba a una presa en el bosque, el


león quedó atrapado en la red de un cazador.

Era incapaz de liberarse y rugió fuerte para pedir ayuda. El ratón


reconoció la voz y acudió rápidamente para ayudarlo. Mordió una de las
cuerdas que ataban al león y este se liberó.

Entonces el ratón dijo:

“Incluso un ratón puede ayudar a un león”.

2
LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Una cigarra cantaba y disfrutaba durante el verano. Día tras día se despertaba tarde y sólo se
dedicaba a cantar, hasta que un día algo le llamó la atención.

Un grupo de hormigas pasaban por debajo de su rama cargando pesadas porciones de comida
sobre su espalda, entonces la cigarra bajó de su rama y le preguntó a una.

-Amiga hormiga ¿por qué trabajas tanto?-

-El invierno se acerca, debemos guardas provisiones para poder pasar la helada- respondió la
hormiga.

A lo que la cigarra luego dijo:

-¡Bah! Trabajar tanto es para bobos, haz como yo, canta y disfruta del verano.

La pequeña hormiga sin decir más nada siguió su camino. En los siguientes días, la cigarra seguía
cantando y muchas veces componía canciones que se burlaban de su amiguita la hormiga.

Pero un día, la cigarra despertó y ya no era verano, el invierno había llegado.

La helada era la peor de todas en muchos años, trató de abrigarse con hojas de su rama, pero no
pudo. Hambrienta buscó comida, pero no encontró nada.

Entonces recordó que su amiguita hormiga había estado guardando provisiones durante el verano
y se dirigió a su hormiguero, tocó la puerta y la hormiguita salió. Entonces dijo:

-¡Hormiga, ayúdame; tengo hambre y tengo frío, dame refugio y comida!

-¿Pero qué estuviste haciendo todo el verano cigarra?- preguntó la hormiga.

-Cantar y bailar- contestó la cigarra.

-¡Pues si eso hiciste en el verano, ahora baila en el invierno!- Dijo la hormiga y cerró la puerta.

Mientras, la cigarra arrepentida se alejaba reflexionando sobre la lección que había aprendido.

Moraleja: la vida consiste en trabajar y descansar. No puedes descansar demasiado porque más
tarde puedes encontrar consecuencias negativas.

3
EL CUERVO Y EL ZORRO

Había una vez un cuervo que descansaba en un árbol, tras haber logrado
robar un queso de la ventana de una casa.

Cerca caminaba un zorro que olió el fuerte aroma, vio al cuervo y le dijo:

-¡Hola! Qué buen día hace, además tu plumaje es muy bonito. Le queda
muy bien.

El cuervo se sintió muy bien con lo que le dijo el zorro. Le entraron ganas
de cantar para celebrarlo, abrió el pico, pero entonces dejó caer el queso.

El zorro, sonriendo, corrió hacia el queso y lo atrapó con la boca antes de


caer al suelo.

Moraleja: presta atención cuando alguien te dice cosas bonitas. Puede


que sea por interés.

4
EL NIÑO Y LOS DULCES

Era 21 de Septiembre y todos los niños contentos después de un largo


verano, regresaban a las escuelas. Al ser el primer día, la maestra llevó a
clase un bote lleno de chucherías para dar la bienvenida al nuevo curso
escolar. Uno de los alumnos salió el primero corriendo hacia los dulces.

Una vez que cogió todas las chuches que pudo,al intentar sacar la mano,
el cuello del recipiente no le permitió hacerlo. El niño lloraba y lloraba
amargamente, pero un amigo que estaba cerca le dijo: -Confórmate con
coger solo la mitad y así podrás sacar la mano con los dulces.

Moraleja: no seas egoísta, avaricioso y escoge solo aquello que


necesites. Como bien dice el dicho “quien mucho abarca, poco aprieta”.

Esta fábula enseña a los niños a no ser tan egoístas, una cualidad muy
importante a la hora desarrollar su personalidad. En un mundo en donde
la individualidad prevalece, es bueno desde pequeños que lo niños
aprendan a compartir y a ser generosos con sus iguales.

5
LA PULGA Y EL HOMBRE

Un hombre disfruta de un buen sueño cuando de repente comenzó a sentir


picazón por todo el cuerpo.

Molesto por la situación, buscó por toda su cama para ver qué era lo que
les estaba causando tanta molestia. Tras su búsqueda encontró a una
minúscula pulga y le dijo las siguientes palabras:

– ¿Quién te crees que eres insignificante bicho, para estar picándome por
todo mi cuerpo y no dejarme disfrutar de mi merecido descanso?

– Contestó la pulga: Discúlpeme señor, no fue mi intención molestarlo de


ninguna manera; le pido por favor que me deje seguir viviendo, ya que
por mi pequeño tamaño no creo que lo pueda molestar mucho. El hombre
riéndose de las ocurrencias de la pulga, le dijo:

– Lo siento pequeña pulga, pero no puedo hacer otra cosa que acabar con
tu vida para siempre, ya que no tengo ningún motivo para seguir
aguantando tus picaduras, no importa si es grande o pequeño que pueda
ser el prejuicio que me causes.

Moraleja: nos enseña a que todo aquel que le hace daño a otra persona,
debe estar dispuesto a afrontar las consecuencias. Ya que cuando uno
molesta, agrede u ofende a otros compañeros, debe saber que sus actos
irán seguidos de unas consecuencias.

6
EL CONEJO Y EL CERDO

Había una vez en un colegio un conejo muy presumido que todos los días llevaba sus
zapatitos muy limpios, relucientes, brillantes.
En su misma clase también estaba el cerdito Peny, que tenía mucha envidia al conejo por
sus zapatos.
Pero el cerdito al vivir en una charca de barro sabía que nunca conseguiría tener unos
zapatos como los de su amigo conejo.
Todos los días limpiaba y limpiaba, pero nada seguían igual de sucios.
Un día jugando en el recreo tenía que hacer una carrera para ver quien era el más veloz. El
cerdito asustado, no sabía que hacer, ya que sus zapatillas no eran como las de su amigo.
El día de la carrera, el cerdito Peny no se lo pensó, y salió corriendo a la par que el conejo.
Mientras corría, solo pensaba en ser el ganador y no rendirse nunca, tal y como le decía su
madre.
Al llegar a la meta, todos se quedaron asombrados por la rapidez del cerdito Peny, no
entendían como podía haberle ganado al conejo y sus superzapatillas.

Moraleja: da igual el zapato que lleves, el esfuerzo por conseguir una meta que te
propongas no está en los zapatos sino en ti. Debes ser feliz con lo que tienes, sentirte a gusto
contigo mismo y confiar en ti.

7
FAMILIA DE HORMIGAS

Había una vez una familia de hormigas formada por la madre, el padre y su dos hijitas.

Pronto se acercaba el invierno, así que toda la familia salió en busca de comida ya que si no
morirían.

Paseando por el prado, se encontraron con otra hormiga, pero esta no era de su misma especie,
ya que era de color rojo y le faltaban dos patitas.

Angustiada, la hormiga roja les pidió ayuda para que la llevasen hasta su casa, ya que podría morir
enterrada por la nieve.

La madre hormiga rotundamente dijo que no, ya que no pertenecía a su especie y si se enteraba el
resto de hormigas negras podrían echarle del prado.

Así que la familia siguió su camino, pero una de las hijas no pudo aguantar y se dio la vuelta para
ayudar a la hormiga roja, aun sabiendo que podrían echarla del prado para siempre.

Una vez llegaron las dos a la casa de las hormigas rojas, estas sorprendidas por la solidaridad de la
hormiga negra, le regalaron toda la comida que tenían.

Gracias a esta recompensa, la familia de la hormiga negra pudo sobrevivir todo el invierno gracias
a la familia de hormigas rojas.

Moraleja: hay que ayudar a los demás cuando lo necesiten, ya que algún día también nosotros
podemos necesitar esa ayuda.

También nos enseña a que no hay que prejuzgar ni discriminar a otros por su raza o por su
condición fisica, algo muy importante en la vida, ya que tenemos que educar a nuestros hijos en la
tolerancia y el respeto a la diversidad.

8
EL PÁJARO RUISEÑOR

Era un pájaro ruiseñor muy alegre y divertido. Siempre andaba


cantando pero era muy muy despistado.

Una noche cenando con su madre, esta le dijo que no debía cantar
hasta mas tarde ya que los cazadores pasarían a esa hora y si estos
les oían podrían matarle.

A la mañana siguiente como todos los días, el pájaro comenzaba a


cantar para así atraer a sus presas. Olvidando lo que le dijo su madre, los cazadores le oyeron y se
pusieron a disparar.

Afortunadamente al pájaro le dio tiempo a esconderse, ya que oyó el canto de su madre avisando
de que estaban los cazadores en la zona

Moraleja: hay que estar muy atentos y escuchar a nuestros padres cuando nos hablen, ya que un
descuido nos puede salir caro.

EL ASTRÓNOMO

En un país muy lejano, donde la ciencia es


muy importante para sus habitantes,
había un anciano astrónomo al que le
gustaba realizar el mismo recorrido todas
las noches para observar las estrellas.

Un día, uno de sus viejos colegas le dijo que había aparecido un extraño astro
en el cielo, el anciano salió de la ciudad para poder verlo con sus propios
ojos. Tan emocionado estaba el astrónomo mirando al cielo, que no se dio
cuenta que a pocos pasos de él había un agujero. Cuando se cayó al agujero
comenzó a gritar pidiendo ayuda.

Cerca del agujero pasaba un hombre, el cual se acercó hasta el agujero para
ver lo que sucedía. Informado de lo que había ocurrido, le dijo al anciano:

-Te ayudaré a salir de ahí, pero ten mucho cuidado la próxima vez que salgas
por un lugar que desconoces, tienes que estar muy atento por donde caminas
ya que te puedes encontrar con cualquier cosa en el suelo.

9
EL CIERVO Y EL CERVATILLO

Esta fábula trata sobre dos ciervos, uno joven y otro más mayor.
Ambos querían quedarse a vivir en el monte ya que tenia alimentos para todo
el año, pero esto solo podía ser posible si ambos luchaban, ya que solo había
provisiones para uno.
El cervatillo joven tenía muy claro que ganaría, ya que era más veloz y mas
rápido que el ciervo anciano.
A la mañana siguiente cuando se encontraron para luchar, el ciervo anciano le
propuso que se marchara, ya que sabía perfectamente que el iba a ser el
ganador.
El cervatillo tozudo y enfadado se dispuso a luchar hasta que fue perdiendo
poco a poco sus cuernos.
Sorprendido de que el ciervo anciano le ganara, preguntó:
-¿Como lo has hecho?, no puede ser, si yo soy más. joven y más veloz que tú.
A lo que respondió el anciano:
-mira mis cuernos y tendrás la respuesta.
El cervatillo sorprendido se dió cuenta de que los cuernos estaban intactos,
eran mucho más fuertes y robustos que los suyos.

10
EL MONO Y EL DELFÍN

Había una vez un marinero que se comprometió a realizar un viaje muy largo.
Para hacer más entretenida la travesía, se llevó con él a un mono para
divertirse durante la larga travesía.

Cuando estaban cerca de la costa de Grecia, una muy ruidosa y violenta


tempestad se levantó e hizo naufragar a la débil nave. Su tripulación, el
marinero y su mono tuvieron que nadar para así poder salvar sus vidas.

Mientras tanto, el mono que luchaba contra las olas, fue visto por un delfín;
el cual creyendo que era un hombre, fue a salvarlo deslizándose debajo él y
transportándolo hacia la costa.

Cuando estaban llegando al puerto, el delfín le preguntó al mono:

– Mono ¿eres ateniense (nacido en Atenas)?, y él mono por darse de muy


presumido y mentiroso, le respondió:

– Sí, y tengo también parientes muy importantes viviendo allí –

El delfín le preguntó de nuevo si conocía el Pireo (el famoso puerto de


Atenas). El mono creyendo entonces que se trataba de un hombre, le
contestó que no solo lo conocía, sino que también era uno de sus mejores
amigos.

El delfín indignado por tantas mentiras que el mono decía, dio media vuelta
y lo devolvió a alta mar.

11
EL ASNO, EL PERRO Y EL LOBO

Caminaban muy despacio y agotados por el sol un asno, con su carga de


pan, y su amo seguido por su perro. Es así que llegaron a una pradera verde
donde el amo cansado y agotado por la caminata realizada, echó a dormir
bajo la sombra de un árbol.

El asno se fue a comer algo de pasto que había en la pradera cuando de


pronto el perro, que también estaba muy cansado y hambriento, le dijo:

– Estimado asno, yo también tengo hambre, ¿Me darías un poco de pan que
hay en la cesta que llevas encima por favor?

A lo que el asno le respondió:

– Mejor ¿Por qué no esperas un rato más hasta que despierte el Amo y te dé
el mismo de comer?

El perro, al escuchar la respuesta del asno, se dirigió a otro lado de la


pradera. Es entonces que, mientras que el asno seguía comiendo su pasto,
apareció un hambriento lobo que se abalanzó de inmediato sobre el asno
para devorarlo. Sorprendido, gritó ayuda al perro:

– ¡Socorro! ¡Sálvame amigo perro!

El perro, respondió:

-Mejor, ¿Por qué no esperas un poco más hasta que despierte el amo y te
salve?

12
EL CUERVO Y LOS PÁJAROS

Un día el dios Júpiter citó a todos los pájaros a una reunión para elegir como
Rey al más hermoso de todos. Los pájaros, muy halagados ante esta gran
oportunidad, de inmediato fueron a las aguas del gran río para lavarse y
acicalarse para estar presentables.

El cuervo, dándose cuenta de su fealdad, se le ocurrió un plan que consistía


en recoger las plumas que los pájaros dejaban caer al acicalarse, para luego
pegarlas a su cuerpo. Es así que el cuervo pasó varias horas colocándose las
plumas para ser el más bello de los pájaros.

Entonces llegó el día esperado y todas las aves acudieron a la cita, entre ellos
el cuervo, que destacó al instante por sus plumas multicolor. Júpiter al verlo,
decidió coronar al cuervo por su gran belleza, pero los pájaros se sintieron
muy indignados por haber elegido al cuervo.

Sin embargo, el cuervo pronto perdió sus plumas, sintiendose avergonzado


ya que volvía a ser el mismo que era en realidad.

Moraleja: no tenemos que aparentar lo que no somos y no debemos por


que sentirnos inferiores por nuestro físico o aptitudes, ya que cada persona
es única y diferente, con sus virtudes y sus defectos.

Debemos querernos tal y como somos, ya que solo así nos querrán los
demás.

13
EL VIEJO PERRO CAZADOR

Hace muchos años, vivía un viejo perro de caza, cuya avanzada edad le había
hecho perder gran parte de las facultades, como ser más fuerte o veloz.

Un día, mientras se encontraba en una jornada de caza junto a su amo, se


topó con un hermoso jabalí, al que quiso atrapar para su dueño. Poniendo
en ello todo su empeño, consiguió morderle una oreja, pero como su boca
ya no era la de siempre, el animal consiguió escaparse.

Al escuchar el escándalo, su amo corrió hacia el lugar, encontrando


únicamente al viejo perro. Enfadado porque hubiera dejado escapar a la
pieza, comenzó a regañarle muy duramente.

El pobre perro, que no se merecía semejante regañina, le dijo:

-Querido amo mío, no creas que he dejado escapar a ese hermoso animal
por gusto. He intentado retenerlo, al igual que hacía cuando era joven, pero
por mucho que lo deseemos ambos, mis facultades no volverán a ser las
mismas. Así que, en lugar de enfadarte conmigo porque me he hecho viejo,
alégrate por todos esos años en los que te ayudaba sin descanso.

Moraleja: nos viene a decir que debemos ser respetuosos con nuestros
mayores, ya que hicieron lo posible porque nuestra familia tuviera una vida
feliz.

14
EL PERRO Y EL REFLEJO

Había una vez un perro, que estaba cruzando un lago. Al hacerlo,


llevaba una presa bastante grande en su boca. Mientras lo
cruzaba, se vio a si mismo en el reflejo del agua. Creyendo que
era otro perro y viendo el enorme trozo de carne que
llevaba, se lanzó a arrebatársela.

Decepcionado quedó cuando, por buscar quitarle la presa al reflejo, perdió


la que el ya tenía. Y peor aún, no pudo obtener la que deseaba.

Moraleja: no hay que envidiar a los demás y debemos ser felices con lo
que somos y con lo que tenemos, ya que como dice el dicho “la avaricia
rompe el saco”. Tenemos que conformarnos con lo que tenemos, y no
pedir o exigir más a nuestros padres, sino queremos que nos pase lo que
al perro.

LAS RANAS Y EL PANTANO SECO

Vivían dos ranas en un bello pantano, pero llegó el verano y se secó, por
tanto la abandonaron para buscar otro con agua. Hallaron en su camino
un profundo pozo repleto de agua, y al verlo, dijo una rana a la otra:

– Amiga, bajemos las dos a este pozo.

– Pero, y si también se secara el agua de este pozo, – repuso la


compañera -, ¿Cómo crees que subiremos entonces?

Moraleja: Antes de emprender cualquier acción, analiza primero las


consecuencias de ella. Ante un problema, debemos buscar otras
alternativas y reflexionar sobre cuál es la opción buena antes de tomar
una decisión de manera impulsiva que no sea la adecuada.

15
EL LABRADOR Y LA CULEBRA

Al lado del hogar de un modesto labrador, una culebra había decidido instalar su nido. Un
tarde, el pequeño hijo del labriego, pensando que era uno más de sus juguetes, agarró al
animal de tan mala manera, que este le mordió en defensa propia. Una mordedura de la
que no se pudo recuperar y que su padre quiso vengar cortándole la cola a la culebra.

Enterado de cómo habían sucedido los hechos, el labrador sintió tal culpa que fue en
busca de la culebra para pedirle perdón y ofrecerle miel, agua, harina y sal, como muestra
de su sincero arrepentimiento. A pesar de la nobleza de sus intenciones, la culebra no solo
no le perdonó, sino que además se permitió el lujo de decirle:

– Agradezco que quieras venir a intentar remediar el error que cometiste conmigo, pero
no hay ninguna posibilidad de que tú y yo podamos ser amigos. Mientras que a mí me
falte la cola que tú me quitaste y a ti el hijo que mi veneno te ha arrebatado, seremos
incapaces de estar en paz.

Moraleja: es imposible reconciliarse con algún amigo si uno de los dos no ha perdonado al
otro. Con esta fábula aprendemos a que hay que saber pedir perdón y perdonar cuando
tengamos algún debate o discusión con un compañero. De esta manera se resolverán
tranquilamente y pacíficamente cualquier problema.

16
EL LOBO Y EL PERRO DORMIDO

Disfrutaba un perro de un merecido descanso en la puerta de su casa, cuando de repente


un veloz lobo se lanzó sobre él con claras intenciones de devorarlo. Para intentar librarse
de tan negro destino, el perro le suplicó con todas sus fuerzas que lo escuchara, aunque
solo fuera una sola vez, antes de que el lobo cumpliera sus deseos.
Entiendo que desees saciar tu hambre –comenzó diciendo el perro- pero de un saco de
huesos como yo, tu estómago no tardará en volver a sentirse vacío; si en verdad deseas
darte un buen festín, espera a que mis dueños celebren sus bodas y seguro que me
encuentras mucho más apetecible.
Tan convincente era su argumento, que el lobo se marchó tan contento. Meses después,
estaba el perro asomado a una ventana de la casa de su dueño, cuando volvió el lobo para
reclamar lo que tanto tiempo había estado esperando. Molesto ante la insistencia, el
perro contestó:
– ¡Lobo tonto, la próxima vez que aparezcas y yo esté durmiendo en el portal de mi
dueño, no esperes a que se celebren las bodas de mis dueños!
Moraleja: viene a decirnos que si hemos sido capaces de salir airosos de algún tipo de
peligro y si recordamos como lo hicimos, podremos hacerlo en otras ocasiones.

17
EL ZORRO, EL OSO Y EL LEÓN
Habiendo encontrado un león y un oso a un cervatillo,
se retaron en combate a ver cual de los dos se
quedaba con la presa.

Un zorro que por allí pasaba, viéndolos extenuados


por la lucha y con el cervatillo en medio, se apoderó de
este y corrió pasando tranquilamente entre ellos.
Y tanto el oso como el león, agotados y sin fuerzas para levantarse, murmuraron:
-¡Desdichados nosotros! ¡tanto esfuerzo y tanta lucha hicimos para que todo quedara para
el zorro!
Moraleja: por ser egoístas y no querer compartir, podemos perderlo todo.

EL ACEITUNO Y LA HIGUERA

El aceituno ridiculizaba a la higuera


porque, mientras él era verde todo el
año, la higuera cambiaba sus hojas con
las estaciones.

Un día una nevada cayó sobre ellos, y,


estando el aceituno lleno de follaje, la nieve cayó sobre sus hojas y con su
peso se quebraron sus ramas, despojándolo inmediatamente de su belleza y
matando al árbol.

Pero al estar la higuera desnuda de hojas, la nieve cayó directamente a la


tierra, y no la perjudicó en absoluto.

Moraleja: No debemos burlarnos de las cualidades ajenas, pues las nuestras


pueden ser inferiores. Debemos ser respetuosos y tolerantes con el resto de
personas.

18
LAS DOS AMIGUITAS

Era una vez 2 avestruces amiguitas que se hicieron tan pero tan amiguitas que no podían
pasar un día sin la compañía de la otra, hasta que cierto día un pequeño desliz entre
ambas puso a prueba su hermosa amistad:

– Hoy jugaremos a lo que yo quiera – le dijo uno de ellas a la otra.

A lo que la otra contesto:


– Te equivocas eso lo decidiré solo yo.
Y así con tales posturas, ambas se empecinaron en sus caprichos por muchas horas y sin
llegar a un acuerdo. Luego de discutir por un largo rato, las dos avestruces amigas por fin
entraron en razón y una de ella dijo:

-Dejemos los juegos por hoy y encontremos otra manera de llegar a un acuerdo.

Y diciendo estas palabras ambas acordaron alternarse diariamente y que cada una
decidiese por un día entero que juegos jugar.

De esta manera no hubo más problemas y conflictos y conservaron una linda amistad
hasta la muerte.

19
EL ZORRO Y LA CABRA

Una vez un zorro estaba vagando por la oscuridad, cuando or desgracia cayó en un pozo. Intentó
salir pero no podía. No tenía otra alternativa que permanecer allí hasta la mañana siguiente. Al
día siguiente, una cabra llegó por allí, miró al pozo y vio al zorro. La cabra preguntó “¿qué
estás haciendo ahí, señor zorro?”

El astuto zorro respondió:

“Vine aquí para beber agua. Es la mejor que he probado en mi vida. Ven y pruebala por ti
misma. Sin pensar ni siquiera por un rato, la cabra saltó al pozo, apagó su sed y buscó una
forma de salir. Pero al igual que el zorro, también fue incapaz de salir.

Entonces el zorro dijo:

“Tengo una idea. Ponte de pie sobre tus patas traseras. Subiré sobre tu cabeza y saldré.
Entonces yo te ayudaré a salir también”.

La cabra era inocente e hizo lo que el zorro le dijo.

Mientras caminaba, el zorro dijo:

“Si hubieras sido lo suficientemente inteligente, nunca hubieras entrado sin ver cómo
salir”.

Moraleja: Mira ante de saltar. No hagas algo ciegamente sin pensarlo antes.

20
EL HUEVO DE ORO

Había una vez un rico comerciante de tela que vivía en un pueblo con su esposa y sus dos
hijos. Tenían una gallina hermosa que ponía un huevo todos los días. No era un huevo
normal, sino un huevo de oro. Sin embargo, el joven comerciante no estaba satisfecho con
lo que solía obtener todos los días.

Quería conseguir todos los huevos de oro de su gallina en muy poco tiempo. Por tanto, un
día pensó y al fin concluyó en un plan. Decidió matar a la gallina y juntar todos los huevos.

Al día siguiente, cuando la gallina puso un huevo de oro, el hombre lo cogió, tomó un
cuchillo afilado, cortó su cuello y cortó su cuerpo abierto. No había nada más que sangre
por todas partes y ningún rastro de ningún huevo en absoluto. Estaba muy triste porque
ahora no conseguiría ni siquiera un solo huevo.

Debido a su codicia, comenzó a ser más pobre y finalmente se convirtió en un mendigo.

Moraleja: Si deseas más, puedes perder todo. Es necesario estar satisfecho con lo que uno
tiene y actuar sin codicia.

21
EL COYOTE Y LAS UVAS

Una tarde muy soleada, un coyote iba caminando y el estómago le rugía de


hambre. De repente, nota en la cima de un árbol que hay un racimo de
hermosas uvas moradas e intentó alcanzarlas apoyándose en sus patas
traseras, pero no llegó.

Intentó alcanzarlas saltando, pero tampoco llegó; una y otra vez fallaba
hasta que sus patas ya no podían más y entonces cayó al suelo extenuado.

Estando tumbado en el suelo, se pudo dar cuenta que dos pajarillos la


estaban observando; levantándose, se sacudió el polvo y se marchó diciendo.

-Mejor paso de esas uvas, seguro están verdes-

Retomó así su camino, y en cuanto ya había ganado distancia, los pajarillos


picotearon las uvas y éstas cayeron al suelo, donde se dieron un banquete.

Mirando de lejos, el coyote pensó:

-Tal vez si hubiese pedido ayuda, estaríamos comiendo los tres-.

Moraleja: A veces nuestro orgullo puede más que nuestro juicio, hasta el
punto en que somos capaces de despreciar las cosas, sólo porque parecen
inalcanzables

22
LA HORMIGA Y LA MARIPOSA

Una hormiga trabajadora se encontraba reuniendo provisiones bajo el fuerte sol de


verano a orillas del río. De pronto, el suelo bajo ella cedió, y la hormiga cayó al agua donde
estaba siendo violentamente arrastrada.

Desesperada, la hormiga gritaba

-¡Ayuda, socorro, auxilio, me ahogo!-

En eso, una mariposa se da cuenta de la situación de la hormiga y rápidamente buscó una


ramita, la agarró con sus patitas y se lanzó hacia donde estaba la hormiga; tendiéndole la
rama y salvándola.

La hormiga muy feliz le dio las gracias y ambas siguieron su camino.

Al poco tiempo, un cazador furtivo se acerca por detrás de la mariposa con una red; en
silencio se disponía a capturarla, pero justo cuando ya tenía la red sobre la cabeza de la
mariposa ¡sintió un piquete muy doloroso en su pierna! Gritando soltó la red y la mariposa
al darse cuenta, salió volando.

Mientras volaba, la mariposa desconcertada giró su cabeza para ver qué había herido al
cazador, y se dio cuenta que era la hormiga a la que ese mismo día había salvado.

23
EL VIENTO Y EL SOL

Una vez, el viento y el sol tuvieron una discusión

-Yo soy el más fuerte, cuando yo paso, los árboles se mueven; hasta puedo derribarlos si
quiero- dijo el viento.

-El más fuerte aquí soy yo, yo no derribo árboles, pero puedo hacerlos crecer- Le
respondió el sol.

-Voy a demostrarte que soy el más fuerte ¿ves a ese hombre con chaqueta? Se la voy a
quitar con mi soplido- dijo el viento.

Así, el viento sopló con todas sus fuerzas, pero mientras más fuerte soplaba, más fuerte el
hombre se aferraba a su chaqueta, y el viento se cansó de soplar.

Entonces fue el turno del sol, y este, lanzando todos sus rayos hacia el hombre, hizo que
se quitara la chaqueta de tanto calor.

-Bien, tú ganas, pero debes admitir que yo hice mucho más ruido- dijo el viento al final.

Moraleja: cada persona tiene sus propias capacidades y a menudo vale más la maña que la
feurza.

24
EL HALCÓN, EL CUERVO Y EL PASTOR

Lanzándose desde los cielos, un halcón cazó un corderito. Un cuervo la observó y tratando
de imitarlo, se lanzó sobre un carnero.
Sin embargo, no pasó lo mismo que antes, y al desconocer las artes, el cuervo se enredó
en la lana, donde sin importar que tan fuerte batía sus alas, no logró escapar.

Viendo el pastor lo que sucedía, tomó al cuervo entre sus manos, con su machete cortó
sus alas, y a su casa lo llevó.

Fascinados sus hijos lo vieron, y curiosos del asunto a su padre preguntaron:

-¿Papá, qué ave es esta?

-Para mí es sólo un cuervo, pero él se cree halcón.

Moraleja: Es bueno y necesario aprender a conocer nuestros propios límites, incluso para
superarlos; el primer paso es conocerlos.

25
EL HIJO Y EL PADRE

Un día, un joven iba por la calle de noche después de salir de su trabajo; apurado recorría
los rincones solitarios de la ciudad pues esa noche su madre le había dicho que lo
esperaba en casa con una deliciosa cena.
Faltando sólo unas cuadras para llegar, el joven ve a lo lejos la figura desgastada por la
edad de alguien que aguardaba en la esquina de una acera para cruzar la calle mientras un
semáforo estaba en verde.
–Tonto viejo, ¿por qué no cruzas si no vienen carros? ¡Yo sí cruzaré, tengo un compromiso
importante!- pensó el joven acelerando el paso.
Pero al llegar a la esquina de aquella acera se dio cuenta ¡ese hombre era su padre!
-¿papá?-
-hola hijo-
¿Qué hace acá?-
-Voy para la casa, vamos tarde, tu mamá seguro se molesta-
-Papá, no vienen carros-
-sí ya veo-
-Papá aquí no hay policías-
-Pero es un barrio seguro, no hacen falta ni a estas horas de la noche-
-Papá no hay cámaras-
-No me había fijado, ¿eso es bueno o malo?-
-¡Papá nadie nos está viendo! ¡Vamos a cruzar que vamos tarde!-
-¡¿QUÉ?! ¡YO ME ESTOY VIENDO!-
Moraleja: Siempre podremos engañar a los demás, pero nunca podremos engañarnos a
nosotros mismos. Una conciencia tranquila es la clave para vivir en paz con uno mismo.

26
EL ZORRO Y LOS GALLOS

Dos gallos luchaban para tomar el control del gallinero.

Después de una intensa pelea, uno de ellos salió derrotado, y no le quedó otra alternativa
más que esconderse entre los matorrales.

El vencedor exhibiéndose orgulloso, se montó sobre uno de los postes de la cerca y


comenzó a cantar a los cuatro vientos su victoria.

Fue entonces, cuando a su espalda, un zorro que esperaba paciente dio un salto hacia la
verja y de un mordisco feroz cazó al gallo ganador.

Desde entonces, el otro gallo es el único macho en el gallinero.

Moraleja: La humildad es una virtud que muy pocos practican, pero que todos deberían
dominar. A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle alguien que se
los quita.

27
EL AMO DEL CISNE

Algunas personas cuentan que los cisnes son hermosas aves capaces de entonar bellas y
armónicas canciones justo antes de su muerte.

Sin saber esto, un día un hombre se hizo a un hermoso cisne. Éste no era sólo el más bello,
sino el mejor cantante de todos. Por esta razón, el hombre pensó que el cisne podría
deleitar a quienes visitaran su hogar con sus maravillosos cantos. De esta manera, el
hombre buscaba generar envidia y admiración en sus allegados.

Una noche, el amo organizó una fiesta, sacando a al cisne para exhibirlo, como si se tratase
de un valioso tesoro. El amo solicitó al cisne que entonara una bella canción para entretener
al público. Ante esto, el cisne permaneció impávido, generando molestia e ira en el amo.

Los años pasaron y el amo siempre pensó que había malgastado su dinero en la bella ave.
No obstante, una vez el cisne se sintió viejo y cansado, entonó una maravillosa melodía.

Al escuchar el canto de la melodía, el amo comprendió que el cisne estaba a punto de morir.
Reflexionando sobre su comportamiento, el amo entendió su error al intentar apurar al
animal a cantar cuando éste era joven.

Moraleja: nada en la vida debe ser apurado. Todas las cosas llegan en el momento más
oportuno.

28
EL ENFERMO Y EL DOCTOR

En un hospital se encontraba internado un enfermo cuya salud decaía con el pasar de los
días. Éste no veía mejoras en su estado.
Un día, el Doctor que le revisaba se encontraba dando sus habituales rondas. Al entrar en
la habitación del paciente le preguntó a éste qué le aquejaba.
El enfermo sin dudarlo respondió que estaba sudando más de lo normal. Ante esto el Doctor
dijo:
– Todo parece normal. Estás bien.
Al día siguiente, el Doctor volvió a visitar al paciente. Éste indicó que se encontraba más
enfermo que el día anterior, y que tenía mucho frío. Ante esto el Doctor respondió:
– No pierdas la paciencia, todo está bien.
Pasaron algunos días y el Doctor volvió a visitar al enfermo. Éste, visiblemente desmejorado,
volvió a indicar que se encontraba más enfermo y no conseguía conciliar el sueño. El Doctor
respondió nuevamente:
– Estás bien.
Al retirarse el Doctor de la habitación, escuchó al enfermo decir a sus familiares:
– Creo que me voy a morir de estar bien, pero cada día estoy peor.
Ante esto, el Doctor sintió vergüenza y entendió que debía prestar más atención a las
necesidades de sus pacientes.
Moraleja: hay profesiones que requieren de constancia y disciplina. Es importante
preocuparse por otros y escuchar sus necesidades, para evitar jugar con sus vidas y
bienestar.

29
EL GATO Y EL CASCABEL

En una casa de una gran urbe vivía un gato grande y consentido por sus dueños. Dicho
gato tomaba toda la leche que gustaba, y sus amos le consentían y cuidaban,
esforzándose por darle todo lo que quisiera.
El gato tenía una confortable cama para él solo, y pasaba sus días persiguiendo a un grupo
de ratones que también vivían en la casa. Cada vez que uno de estos ratones se asomaba
para tomar algo de alimento, el gato aparecía y ferozmente le cazaba.
Los ratones eran atosigados por el gato de tal manera que ya no podían salir de su
ratonera para conseguir alimento.
Un día, los ratones se reunieron para buscar una solución a sus problemas. Tanto los niños
como los jóvenes y los viejos deliberaron infructuosamente en busca de soluciones.
Hasta que un joven ratón propuso una alternativa que a todos gustó: ponerle un cascabel
al gato para así saber cuándo merodeaba fuera de la ratonera.
Todos los ratones vitorearon y acordaron que ésta era la mejor alternativa. Hasta que uno
de los ratones más viejos preguntó:
¿Quién se encargará de poner el cascabel en el gato?
Inmediatamente todos los ratones se desanimaron, puesto que no apareció ningún
voluntario.
Se dice que hasta el día de hoy los ratones pasan las tardes deliberando quién se
encargará de la temeraria labor, mientras que la comida continúa escaseando.
Moraleja: a veces las mejores soluciones vienen acompañadas de grandes sacrificios.

30
EL ADIVINO

En la plaza pública de un pueblo, un adivino se encargaba de leer la fortuna de quienes le


pagaban por ello. De un momento a otro, uno de sus vecinos se acercó para contarle que
la puerta de su casa había sido rota y que sus pertenencias habían sido robadas.

El adivino se paró de un brinco y corrió hacia su casa para ver qué había sucedido.
Sorprendido al entrar en su morada vio que ésta se hallaba vacía.

Uno de los testigos del evento entonces preguntó:

– Tú, que siempre estás por ahí hablando del futuro de los otros, ¿por qué no predijiste el
tuyo?

Ante esto, el adivino se quedó mudo.

Moraleja: el futuro no puede ser previsto. No hay que confiar en aquellos que dicen que
pueden predecir lo que va a pasar con nuestras vidas.

31
LA MULA VANIDOSA

Había dos mulas de carga que trabajaban para diferentes amos. La primera mula trabajaba
para un campesino y se encargaba de llevar pesadas cargas de avena. La segunda mula
trabajaba para el rey y su labor consistía en llevar cuantiosas sumas de monedas de oro.

La segunda mula era sumamente vanidosa y orgullosa de su carga. Por esta razón,
caminaban altanera y haciendo ruido con las monedas que llevaba. Tanto ruido hizo un
día que, unos ladrones se percataron de su presencia y le atacaron para robar su carga.

La mula se defendió con fuerza, hasta perder su carga y terminar gravemente herida. Al
caer sobre el suelo adolorida y triste, preguntó a la primera mula:

– ¿Por qué me pasó esto? ¿por qué esos ladrones robaron mi carga?

Ante este cuestionamiento la otra mula respondió:

– A veces lo que parece un gran trabajo no lo es. Es mejor pasar desapercibido para no
despertar la envidia de otros.

Moraleja: es mejor ser discreto que vanidoso cuando se tiene algo de gran valor. Muchas
personas pueden sentirse envidiosas cuando se habla mucho de lo que se tiene.

32
LOS PERROS Y LA LLUVIA

Había una vez una casa grande en la que vivían varios perros: Negrita, Blani, Estrellita y
Radio. Vivían felices corriendo por los patios, jugando y haciendo travesuras, pero casi a
ninguno lo dejaban entrar a las casas.

Solo Estrellita tenía permiso de hacerlo, por ser la más pequeña y consentida.

Al llegar el invierno, todos buscaban refugio porque el frío les helaba todo el cuerpo.
Estrellita se burlaba de ellos desde la comodidad de su camita dentro de la casa.

El invierno pasó y el sol radiante iluminaba todo. Los días eran perfectos para jugar al aire
libre.

Los perros salieron contentos a correr y Estrellita también quiso acompañarlos pero ellos
le dijeron:

– No queremos jugar contigo Estrellita. Sabemos que no es tu culpa que te permitieran


entrar a ti sola a la casa durante las lluvias, pero no tenías derecho a burlarte de nosotros
que nos moríamos de frío.

Y Estrellita, se entristeció y se acurrucó en su cómoda camita. Sola.

Moraleja: Los buenos amigos no se burlan de las dificultades de los demás. Intentan
ayudarlos.

33
LA ABEJA Y EL FUEGO

Había una vez una abejita que siempre visitaba un jardín lleno de girasoles. La abejita se
pasaba las tardes conversando con los girasoles más pequeños.

En su casa, le decían que el jardín era para polinizar, no para conversar. Pero ella sabía
que podía hacer ambas cosas. Y le encantaba.

Sus amigos girasoles eran divertidos y siempre hablaban de cuánto admiraban el sol. Un
día, quiso darle una sorpresa a los girasoles y se fue a buscar un cerillo encendido.

Con gran esfuerzo encontró uno en un basurero y se las ingenió para encenderlo en la
estufa de una casa en la que siempre olvidaban cerrar las ventanas.

Con todas sus fuerzas llegó al jardín y cuando estaba cerca de sus amigos, se le cayó el
cerillo. Afortunadamente, se encendió el riego automático porque era justo la hora de
regar el jardín.

La abejita casi se desmaya del susto y sus amigas también.

Moraleja: por muy buenas que sean tus intenciones, siempre debes calcular los riesgos de
tus acciones.

34
TILÍN EL DESOBEDIENTE

Había una vez un caballito de mar llamado Tilín, que tenía un amigo cangrejo llamado
Tomás. Les encantaba pasar las tardes jugando juntos y visitando arrecifes.

Los padres de Tilín le habían dicho siempre que tenía permiso para jugar con su amigo
cangrejo, siempre que no saliera a la superficie.

Un día, le ganó la curiosidad y le pidió a Tomás que lo llevara a la orilla. Este se negó a
llevarlo pero Tilín insistió.

El cangrejo accedió pero con la condición de que solo fueran hasta una roca por un
momento y regresaran enseguida.

Así lo hicieron, pero cuando subieron a la roca, no se dieron cuenta que una lancha de
pescadores venía del otro lado y cuando los vieron lanzaron su red.

Tilín sintió que algo le tiró muy fuerte hacia abajo y se desmayó. Cuando despertó, estaba
en su cama con sus padres. Al ver que despertaba Tilín, ellos suspiraron de alivio.

Lo siento mamá y papá. Solo quería ver la superficie una vez. Sentir el aire de allá arriba.
¿Qué pasó con Tomás? -dijo Tilín.

Lo siento Tilín. Él no pudo escapar- respondió su mamá con la cara triste.

Moraleja: es mejor obedecer a los padres porque tienen más experiencia y conocimientos.

35
EL CABALLO PRESUMIDO

Un día llegó un campesino a la tienda del pueblo en busca de un animal de carga que lo
ayudara a transportar las herramientas para el campo.
Habiendo visto a todos los animales que el tendero le ofrecía, el campesino procedió a
cerrar el trato en el interior de la oficina de la tienda.
En el establo, los animales quedaron ansiosos esperando enterarse por cuál de ellos se
había decidido el campesino.
Un caballo joven les decía a todos:
“Listo yo ya me voy, el campesino me elegirá, soy el más joven, bello y fuerte aquí así que
mi precio él pagará”.
Un caballo viejo que allí se encontraba le dice al joven:
“Cálmate chico que con ser tan presumido, no ganarás nada. Al cabo de unos minutos,
entraron el campesino y el vendedor. Llevaban dos cuerdas en mano y enlazaron a dos
borriquitos.
El caballo relinchando fuerte decía:
“¿Qué pasó aquí? Pensé que a mi era al que elegirían”.
Los caballos más viejos, al joven con risas le decían:
“Mira chico, al campesino solo le importaban animales para el trabajo no un animal bello y
joven”.
Moraleja: Ser presumido solo puede hacerte quedar mal.

36
EL LORO Y EL PERRO

Había una vez un loro y un perro que se cuidaban entre si.


El loro daba compañía al perro y al hablar mucho le entretenía. Por su parte, el perro
protegía al loro de otros perros que se lo querían comer.
Sin embargo, el loro a veces hablaba demasiado, y seguía haciéndolo aunque el perro le
pedía que se callase para dejarlo dormir.
Un día el loro estuvo hablando desde la mañana hasta la noche, incluso cantó varias
canciones mientras el perro intentaba dormir. Al final el perro dejó de intentar dormir y se
quedó despierto sin poder hacer nada.
A la mañana siguiente el loro se despertó, empezó a hablar, pero se dió cuenta que el
perro ya no estaba para escucharle. Se había ido, seguramente porque así le dejaría
descansar. Prefería estar solo que mal acompañado.
Moraleja: No hay que molestar a nuestros amigos. Intenta tratarlos bien para que quieran
estar a tu lado.

CONGRESO DE RATONES
Había una vez una familia de ratones que vivía
en la despensa de una casa. Eran felices, pero
vivían con el temor de ser atacados por un gato
enorme, así que nunca se atrevieron a salir
porque no importaba si era de día o de noche
que el terrible enemigo siempre los observaba.
Un día decidieron poner fin al problema, por lo que se reunieron a petición de la cabeza
del ratón, que era el mayor de ellos. La cabeza del ratón le dijo a la gente presente: – Os
envié a todos juntos para encontrar una solución. ¡No podemos vivir así! – Estoy
preguntando arriba”, dijo un ratón muy cuidadoso. – Atamos un sonajero al gato para
saber siempre dónde está.
Una propuesta tan interesante fue aceptada por todos los roedores con aplausos y alegría.
Con la campana, se salvarían, porque su sonido advertiría de la llegada del enemigo a
tiempo para estar a salvo. – Silencio”, gritó la cabeza del ratón, y luego dijo: “Hay una
pregunta importante: ¿Quién de nosotros pondrá la campana en el gato? Cuando lo
oyeron, los ratones de repente empujaron, porque no podían responder a esa pregunta. Y
corrieron a sus cuevas, hambrientos y tristes.
Moraleja: Es más fácil tener ideas que ponerlas en práctica.

37
PEDRO Y EL LOBO

Había una vez un niño llamado Pedro que era pastor y caminaba todo el día con sus
ovejas.
Un día estaba tan aburrido que empezó a preguntarse cómo divertirse. Entonces se le
ocurrió una broma, diciendo que había un lobo cerca. Él dijo:
¡Viene el lobo, viene el lobo!fabula pedro y el lobo
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Los aldeanos llegaron rápidamente con palos para asustar al lobo, pero cuando llegaron al
árbol donde Pedro estaba sentado, lo encontraron riéndose a carcajadas. Peter dijo:
Ha ha ha ha ha ha ha!
Los vecinos volvieron a casa pensando que era una broma y que no pasaba nada.
Otro día, una vez más Pedro se aburrió y volvió con el mismo chiste:
¡Viene el lobo, viene el lobo!
Los vecinos vinieron rápidamente otra vez, con sus palos y listos para enfrentar al lobo.
Pero encontraron a Pedro riendo de nuevo, riendo y diciendo:
Qué incredulidad tiene la gente que tiene!
Esta vez los vecinos pensaron que la broma no era tan divertida y volvieron a casa
gruñones.
Otro día, Pedro caminó con sus ovejas cuando oyó un ruido en los arbustos. No
importaba, pero pronto un lobo salió y comenzó a perseguir a sus ovejas. Pedro comenzó
a pedir ayuda:
¡Viene el lobo, viene el lobo!
Los vecinos escucharon pero no prestaron atención, porque pensaron que era otra broma
de Pedro.
El lobo logró atrapar algunas de sus ovejas y se las llevó a comer con su rebaño.
Moraleja: No mientas, porque es posible que otros no te crean cuando dices la verdad.

38
RANAS PIDIENDO UN REY

Cansados de su desorden y anarquía, las ranas enviaron una delegación a Zeus para enviar
un rey.
Zeus, a petición suya, envió un grueso tronco a su estanque. Las ranas, asustadas por el
sonido de la caída del tronco, se escondieron donde mejor podían esconderse.
Finalmente, como el bosque ya no estaba en movimiento, salieron a la luz y, dada la calma
que reinaba, comenzaron a sentir tal desprecio por el nuevo rey que saltaron sobre él y se
sentaron sobre él, burlándose de él constantemente.
Y así, humillados por el hecho de que tenían un simple bosque como monarca, volvieron a
Zeus, pidiéndole que cambiara al rey, porque estaba demasiado tranquilo.
Zeus, indignado, les envió una serpiente de agua activa que, una por una, los capturó y
devoró a todos sin piedad.
Moral: Cuando se trata de elegir líderes, es mejor elegir uno que sea simple y honesto
que uno que sea muy emprendedor pero malo o corrupto.

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Había una vez un hombre que poseía una gallina mágica, que le daba todos los
días un huevo de oro. Al principio estaba muy contento, pero pronto empezó a
impacientarse: deseaba más y más huevos de oro. A tanto llego su codicia que
decidió matar a la gallina, pensando que en su interior estaban todos los huevos
de oro. Por desgracia, nunca los encontró, y se quedó sin su gallina de los huevos
de oro.

Moraleja: No dejes que te venza la codicia y sé paciente.

39
LA TORTUGA Y EL ÁGUILA

Había una vez una tortuga muy inconforme con la vida que le había tocado, y que en
consecuencia no hacía otra cosa que lamentarse.
Estaba realmente harta de andar lentamente por todo el mundo, con su caparazón a
cuesta.
Su más profundo deseo era poder volar a gran velocidad y disfrutar de la tierra desde las
alturas, tal y como hacían otras criaturas.
Un día un águila la sobrevoló a muy baja altura y sin pensárselo dos veces la tortuga le
pidió que la elevara por los aires y la enseñase a volar.
Extrañada el águila accedió al pedido de lo que le pareció una extraña tortuga y la atrapó
con sus poderosas garras, para elevarla a la altura de las nubes.
La tortuga estaba maravillada con aquello. Era como si estuviese volando por sí misma y
pensó que debía estar maravillando y siendo la envidia del resto de los animales
terrestres, que siempre la miraban con cierta compasión por la lentitud de sus
desplazamientos.
-Si pudiera hacerlo por mí misma –pensó. –Águila, vi cómo vuelas, ahora déjame hacerlo
por mí misma –le pidió al ave.
Más extrañada que al inicio el águila le explicó que una tortuga no estaba hecha para
volar. No obstante, tanta fue la insistencia de la tortuga, que el águila decidió soltarla, solo
para ver cómo el animal terrestre caía a gran velocidad y se hacía trizas contra una roca.
Mientras descendía, la tortuga había comprendido su error, pero ya era tarde. Desear y
atreverse a hacer algo que estaba más allá de sus capacidades le había costado la vida,
una vida que vista desde esa perspectiva ya no le parecía tan mala.
Ese mismo razonamiento fue hecho por el águila, que contrario a la tortuga se sentía muy
satisfecha y conforme con lo que la naturaleza le había dado.

40
EL TORO Y LAS CABRAS

Había una vez un toro y tres cabras que, como se criaron juntos desde pequeños en una
verde pradera, eran muy amigos y se pasaban el día jugando.
La escena de verlos jugando era habitual en la pradera pero para un perro vagabundo que
a diario los observaba desde lejos no dejaba de resultar un tanto extraña. Su experiencia
de vida le impedía entender cómo aquellos animales podían llevarse tan bien entre sí.
Un día el perro no pudo aguantar más su curiosidad y fue adonde el toro y le preguntó:
-Compañero, ¿cómo es que tú, un toro tan fuerte, pasas tus días jugando con tres
insignificantes cabras? ¿Acaso no ves que puedes ser la comidilla del resto de los
animales? Pensarán que eres un toro débil y por eso es que te juntas con animales
indefensos.
Las palabras del perro pusieron a pensar al toro, que no quería ser el hazmerreír del resto
de los animales ni le hacía gracia la idea de que subestimaran su fuerza y valor.
En resumen, por el que dirán fue apartándose cada vez más de sus amigas cabras, al
punto de que llegó un día en el que no las vio más.
Pasó el tiempo así y el toro se fue sintiendo cada vez más solo. Extrañaba a sus amigas
cabras, que eran como su única familia, y los juegos que a diario hacían juntos.
Ese estado emocional lo hizo reflexionar y comprendió su error. Nunca uno se puede dejar
llevar por lo que digan los demás y debe hacer lo que le nazca y le dicten su conciencia y
corazón. De no ser así, podemos perder lo que más apreciamos o deseamos en la vida.
Afortunadamente, para el toro no fue muy tarde y recuperó la amistad de sus hermanas
cabras, con las que fue muy feliz para siempre, jugando cada día.

41
EL BOBO Y LA GRULLA

Mientras un lobo se comía un hueso, se le atragantó en la garganta, y empezó a correr por


todas partes en busca de ayuda.
En su camino se encontró a una grulla y le pidió que le salvara de aquella situación y que
le pagaría por ello.
La grulla aceptó, introdujo su cabeza en la boca del lobo y sacó el hueso atravesado de la
garganta
. Entonces, le pidió su compensación al lobo, a lo que este le respondió
: – “Oye amiga, ¿no crees que es suficiente paga el haber sacado tu cabeza sana y salva de
mi boca?
Moraleja: Nunca hagas favores a malvados, traficantes o corruptos, pues mucha paga
tendrías si te dejan sano y salvo.

EL CABALLO VIEJO

Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó
para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino.
El caballo no hacía otra cosa desde la mañana hasta la noche que girar y girar alrededor de
aquella rueda, lo cual no solo le cansaba mucho sino que lo ponía muy triste.
Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de
juventud, en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los
otros caballos que eran más viejos y lentos que él.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas a dicho
molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso:
“Después de las grandiosas vueltas que di en las carreras durante mi juventud, mira las
vueltas que tengo que dar ahora.
Este es un justo castigo por burlarme de aquellos a los que veía más débiles e inferiores”.
Moraleja: Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder.

42
LAS MULAS Y LOS LADRONES

Dos mulas bien cargadas con paquetes andaban con dificultad por el camino.
Una cargaba sacos con dinero y la otra llevaba granos. La mula que llevaba el dinero
andaba con la cabeza erguida, como si supiera del valor de su carga, y movía de arriba
abajo las campanas sonoras sujetadas a su cuello.
Mientras tanto, su compañera seguía con el paso tranquilo y silencioso. De repente unos
ladrones se precipitaron sobre ellas desde sus escondrijos, y en la riña con sus dueños, la
mula que llevaba el dinero fue herida con una espada, y avariciosamente tomaron el
dinero sin hacer caso del grano.
La mula que había sido robada y herida se lamentó sus desgracias. La otra contestó: –
“Estoy en efecto muy contenta de que fui despreciada, pues no he perdido nada y
tampoco me hicieron daño”.
Moraleja: La ostentación bulliciosa de la riqueza solo trae desventuras.

EL LOBO ORGULLOSO Y EL LEÓN

Vagaba cierto día un lobo por lugares solitarios a la hora en que el sol se ponía en el
horizonte, y, viendo su sombra bellamente alargada, exclamó
: – “¿Cómo me va a asustar el león con semejante talla que tengo?
¡Con treinta metros de largo, bien fácil me será convertirme en rey de los animales!
Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo.
Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo:
– “La presunción es causa de mi desgracia”.
Moraleja: Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues
fácilmente te engañarás.

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