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SVAMPA: La fragmentación de las clases medias.

En nuestro país las clases medias fueron consideradas un rasgo particular de la estructura social y un factor esencial en los sucesivos modelos de
integración social pero en la crisis de los 80 y el pasaje a un nuevo modelo de acumulación en los 90 termino con la teoría de la clase media fuerte,
homogénea, asociada al progreso y la movilidad social ascendente. Esta nueva situación de una doble lógica de polarización y fragmentación en el
interior de las clases medias visible en la “clase media típica” y en la brecha entre los ganadores y los perdedores del sistema.

Rasgos generales de las clases medias:

1. La clase media designa a un vasto conglomerado social, con fronteras difusas, es una categoría intermedia que apoya su debilidad en su
posición estructural, es un 3° actor sin peso propio situado entre 2 agentes sociales y políticos: la burguesía y la clase trabajadora. Desde el punto
de vista político su debilidad esta en desarrollar una conciencia de clase autónoma por lo tanto es su vocación histórica por las alianzas. Desde el
punto de vista culturalse ven ilustrados por el desarrollo de conductas imitativas de las clases superiores. Por esto facilita la instrumentación
política de la clase media por parte de la burguesía. En síntesis: la debilidad estructural es la base de las dificultades de la clase media, en la política
con una política conservadora y reaccionaria y en la cultura a través de una cultura mimética y consumos ostentosos como los de la clase alta.

2. Otro de los rasgos mayores de las clases medias ha sido la heterogeneidad social y ocupacional. EL criterio de diferenciación más clásico para
poder caracterizar a las clases medias ha hecho hincapié en el proceso como variable. También el tipo de capacidad y calificación que ofrece en el
mercado constituye un criterio de diferenciación determinante que problematiza. El crecimiento del sector profesional durante el siglo XX amplió
las reducidas dimensiones que la clase media poseía, esta característica contribuyo a abrir la brecha respecto a otros sectores sociales.

3. Una de las notas constitutivas de la identidad de la clase media ha sido la movilidad ascendente. Esto ayudo a aumentar la importancia de la
educación como canal privilegiado para el ascenso y la reproducción social, la confianza en la movilidad social ascendente ha sido acompañada de
una visión optimista del progreso social, que se refleja en la adopción de un modelo de familia donde sus miembros pueden tener movilidad social.

4. Las clases medias aparecen definidas por su capacidad de consumo y como consecuencia por el acceso a un determinado estilo de vida con una
aspiración residencial, posesión del automóvil y la posibilidad de esparcimiento.

En síntesis: la debilidad estructural estaría en una serie de características negativas como mentalidad política conservadora, mimetismo cultural,
creciente heterogeneidad social y ocupacional daría cuenta la imposibilidad de unificar sus intereses de clase y, al mismo tiempo a la orientación
del individualismo exacerbado, orientando a la maximización de los intereses particulares, todo ello explica la búsqueda de la movilidad
ascendente como rasgo constitutivo de las clases medias. La definición a través del consumo y de los estilos de vida desembocaría en la
formación de grupos de status.

Para algunos sectores de la sociología, las clases medias eran las clases de servicios. Las clases de servicios distinguen de la clase obrera por realizar
un trabajo no productivo, aunque la diferencia más básica es la calidad del empleo. Se trata de un trabajo donde se ejerce autoridad o bien se
controla información privilegiada. La entrada en una economía de servicios termino por confirmar la importancia de tal categorización, la nueva
estructura socio-ocupacional donde se hace visible la heterogeneidad en la fragmentación de las clases medias de servicios, mediante el
empobrecimiento de ciertos sectores y la emergencia de un proletariado de servicios ligado a tareas poco calificadas, “Servidores de la clase de
servicios en cuestión”
Las clases medias en Argentina:

A lo largo del siglo XX, las clases medias latinoamericanas se constituyeron en un agente central en el proceso de desarrollo. Esta centralidad se
debe: en 1er lugar: a la preocupación que las clases medias manifiestan por la educación. La educación se constituye en el instrumento por
excelencia de la movilidad social ascendente, así como en el criterio distintivo respecto de las otras clases sociales y en 2do lugar con que la
expansión de las clases medias urbanas está vinculada al desarrollo del estado. En América Latina, las clases medias se expandieron sobre todo en
países donde el Estado intervino activamente como productor de bienes y servicios en el régimen de industrialización sustitutiva. El Estado
Social contribuye así a la consolidación de vastas franjas de funcionarios y de profesionales ligados a la administración pública, así como a los
servicios de la educación y de la salud. Sin embargo, este fue precisamente el modelo que entro en crisis a partir de los 80 y particularmente,
durante los 90, con la aplicación de ajuste fiscal y de reducción del estado. Las clases medias Argentinas coinciden en afirmar su centralidad como
el rol integrador que desempeñaron en la sociedad. El “Modelo Argentino” parecía hacer referencia a 2 componentes mayores: 1° el progreso y la
movilidad social ascendente y 2° en una homogeneidad racial y cultural. Ambos encontraran su encarnación más acabada en las clases medias
urbanas, educadas, dinámicas y modernizadoras y en gran medida de origen inmigrante. La educación como canal privilegiado para la movilidad
social ascendente era un rasgo constitutivo de la identidad de las clases medias Desde el punto de vista cultural: estas parecían caracterizarse por
conductas que imitaban los patrones culturales propios de las clases superiores visibles en el consumo ostentoso; conductas concebidas como
estrategias de diferenciación respecto a las clases populares. Este proceso tiene su auge en 1945.Desde el punto de vista económico la acción del
gobierno del 1° peronismo beneficio a vastos sectores de la clase trabajadora, sino también a amplios sectores medios, mediante el impulso al
sector asalariado, dependientes del estado. A partir de 1960 los estratos medios se convertirían en los principales proveedores de una demanda de
puestos gerenciales, burocráticos y administrativos, promovidos por el modelo sustitutivo. Esto confirmaría la consolidación de una clase media de
servicios, ligada al estado (empleo público) y a los servicios sociales públicos y privados (educación, salud, etc.) El Peronismo lesiono a las clases
medias a través de sus pautas de comportamientos y sus modelos culturales. La oposición de las clases medias se vio acentuada por el carácter
autoritario que tomo el régimen peronista, respecto al mundo reconocido de la cultura; cometió “indiscutibles torpezas” con respecto a las clases
medias, afecto a sus pautas culturales y les negó una inclusión simbólica dentro de su discurso político. Un factor determinante de esta
polarización fue la aceleración lógica social igualitaria, producto de dichas políticas peronistas, que desembocaría en una reducción de las
distancias económicas entre las clases medias y las clases populares. El carácter plebeyo y la lógica igualitaria, género en las clases medias la
necesidad de producir y reforzar la distancia cultural y simbólica, por medio de nuevos mecanismo y estrategias de diferenciación social. Hacia los
60 el proceso de modernización cultural produjo cambios importantes desde nuevos hábitos de consumo orientado al sector juvenil hasta la
irrupción de las vanguardias y la experimentación artística. Se trataba de una “nueva clase media” cuyo ethos especifico aparecía intrínsecamente
asociados a nuevos valores, nuevasprácticas de consumo y estilo de vida. La década de los 60 fue la década de oro de las clases medias porque
afirmaban una cierta autonomía cultural respecto de las clases dominantes. Este clímax de época fue seguido de un gran declive, visible en la
tragedia política de los 70 y la fragmentación y empobrecimiento en los 80/90. El golpe de estado del 76 significo una puesta en acción a un nuevo
modelo que apuntaba a la represión de los sectores movilizados, como a un nuevo modelo de acumulación económica.

Hacia la Heterogeneidad y la polarización social.

El modelo de integración social existente en Argentina se asentó en la afirmación de etilos residenciales y espacio de socialización mixtos que
apuntaban a la mezcla entre distintos sectores sociales . Si la integración social e individual es un proceso que articula relaciones horizontales (en
el interior de un grupo), con lazos verticales (con otros grupos), mediante diferentes marcos de socialización es necesario reconocer que la ciudad
aportaba pocos de esos espacios públicos. Estos lugares públicos proveían al individuo de una orientación doble: hacia adentro y hacia afuera de
su grupo social y aprecian como contextos propicios para una socialización mixta y exitosa. Este modelo de la mixtura social continuo siendo
dominante hasta mediados de los 80. A partir de los 90 la entrada en una sociedad excluyente tiro por la borda esta representación integradora
de la sociedad argentina centrada en la primacía de lo público . La nueva dinámica excluyente puso al descubierto un notorio distanciamiento en
el interior mismo de las clases medias, producto de la transformación de las pautas de movilidad social ascendente y descendente. En plena
turbulencia de estos procesos y frente a la confirmación de un nuevo campo de fuerzas social, los sectores medios irían estrechándose, empujados
por una fuerte corriente de movilidad social descendente, en de medio de vulnerabilidad, otras franjas tratarían de mantener sus posiciones,
mientras que, un contingente menor, caracterizado por una mejor articulación con las nuevas estructuras del modelo, se vería beneficiado por el
ascenso social. Desde una perspectiva histórica, lo que primero impacta es la dimensión colectiva del proceso de movilidad social descendente,
que arrojo a los “perdedores” a vastos grupos sociales entre los cuales hay que incluir empleados y profesionales ligados al sector público,
cuentapropistas, pequeños comerciantes , otras franjas de las clases medias, como empleados y profesionales ligados a los servicios sociales y a los
nuevos servicios de consumo, gracias a su calificación tendieron a conservar sus posiciones. En el costado de los “ganadores” de las clases medias
se fueron situando diversos grupos sociales que englobaría tanto a los sectores medios consolidados como a los sectores en ascenso. La entrada en
una sociedad excluyente reformulo la dialéctica entre estructura y estrategias en el seno de las clases medias. Las clases medias empobrecidas
debieron desarrollar nuevas estrategias de sobrevivencia basadas en la utilización y potenciación de competencias culturales y sociales
preexistentes, para volver a vincularse con el mundo social. Para un sector de las clases medias consolidadas y en ascenso, las estrategias de
inclusión en el nuevo modelo apuntaron a una búsqueda de la distancia, de los sectores populares y de la propia clase media empobrecida
mediante en consumo suntuario y los nuevos estilos de vida basados en la seguridad privada. Las franjas medias de las clases medias habrían de
acentuar como estrategia la inclusión por medio de los consumos y la relación con la cultura

Empobrecimiento y multiplicación de estrategias de adaptación.

La segmentación social fue consolidando una fractura interclase que en necesario leer en 2 tiempos diferentes: a fines de los 80, el proceso de
empobrecimiento de ciertas franjas de las clases medias estuvo vinculado a la inflación y a la hiperinflación, al deterioro salarial y a la pérdida del
poder adquisitivo. Tanto la degradación de los servicios públicos como la privatización de los servicios básicos contribuyeron fuertemente al
empobrecimiento de los sectores medios, con precarización laboral y la inestabilidad. Esto transformaría las condiciones de vida, llamado
“diversidad de situaciones” en el interior mismo de las clases medias a partir del reconocimiento de “la heterogeneidad social de las pobrezas”. La
heterogeneidad fue acompañada por una fuerte polarización social. Las estadísticas muestran que los ingresos de todas las categorías
ocupacionales cayeron fuertemente. Dentro de cada categoría se incrementó la distancia entre los ingresos más elevados y los más cercanos al
piso. La “nueva pobreza” fue asomando como un universo heterogéneo, que reuniría a los “perdedores” de cada categoría profesional. La caída
social produjo también el ingreso de las mujeres al mundo público. La fractura interclase se hizo mayor a mediados de los 90 cuando el
empobrecimiento pasó a vincularse no solo a la pérdida del poder adquisitivo sino también al desempleo.Para diferentes sectores empobrecidos
la instalación de una zona de vulnerabilidad e inestabilidad termino por consumar una grieta, una distancia mayor, que es necesario comprender
en términos de reducción de oportunidades de vida. La fractura social provoco un debilitamiento, si no la ruptura, de los lazos culturales y sociales
existentes entre los diversos estratos de la antigua clase media. Sin pasar por alto el hecho de que existen franjas de los sectores medios que aun
en plena inestabilidad conservaron sus posiciones, la tendencia más general del periodo fue una fuerte polarización social. Esta nueva pobreza
conservaba una pobreza vergonzante definida como “pobreza doméstica” o “pobreza puertas adentro”. Esta nueva pobreza se caracterizaba por
ser más difusa y dispersa. El empobrecimiento también estuvo en el origen de una serie de expulsiones que condujeron a una relocalización
urbana, muchos barrios conocieron un fuerte deterioro. La nueva pobreza adoptaría nuevas dimensiones urbanas. El carácter “hibrido” de la
nueva pobreza, que daba cuenta de afinidades o semejanzas con los sectores medios consolidados en variables tales como el nivel educativo o la
composición familia, se revelaba cada vez más la proximidad de los “pobres estructurales” en términos de ingreso, características del empleo y
ausencia de cobertura social. Desde un punto de vista general las clases medias empobrecidas colocan a los sujetos en una situación de
“desnaturalización” con respecto a su posición. Esta experiencia de desnaturalización, esta trágica “des funcionalización” condujo a la necesidad de
redefinir la situación exterior, en condiciones de incertidumbre, lo cual tendría un impacto sobre las identidades sociales e individuales. El
empobrecimiento trajo aparejado importantes cambios en las prácticas y orientaciones de la acción, que deben ser interpretadas como formas de
adaptación frente al desajuste visible en el rol y la posición social anterior. Lo propio del periodo fue la multiplicación de estrategias individuales
mediante la utilización de recursos y competencias culturales y sociales preexistentes orientadas a obtener ventajas comparativas. La
multiplicación de las estrategias de adaptación tuvo consecuencias en diferentes niveles, hacia afuera, harían manifiesta la existencia de un
circuito cada vez más segmentado de servicios y frente a la reducción de las distancias sociales, las estrategias de adaptación servían también para
diferenciarse socialmente de los llamados “pobres estructurales”, menos provistos en términos de capital cultural y relaciones sociales. En este
nuevo escenario resultaba difícil separar lo que estas estrategias de adaptación contenían en términos de demandas de derechos individuales y
sociales, de aquello que aparecía ligado exclusivamente a un reclamo estatutario. En este primer periodo los sujetos realizaban un “proceso de
enmarcamiento” de la situación, que hacíahincapié en la responsabilidad individual. La “individualización” de la caída entraba en consonancia con
la euforia privatizadora. Los protagonistas de la caída interpretaban el proceso mucho menos en términos sistemáticos que en clave del fracaso
personal. Frente al empobrecimiento los individuos se vieron con la necesidad de redefinir los marcos sociales y culturales de su experiencia, esto
conduciría a la emergencia de un nuevo ethos que aparecería más marcado por la incertidumbre y una perspectivacortoplacista, que tendía a
obturar cualquier planificación del futuro. Los jóvenes y adultos sufrían “constante coacción de cambios” y estaban estreñidos a la búsqueda
permanente del intersticio en las instituciones.

Empobrecimiento y experiencia del trueque.

Recién hacia la 2da mitad de los 90 los sujetos sociales incorporarían plenamente un discurso que permitiría evacuar el estigma del fracaso
personal. En la medida en que los discursos de la caída comenzaron a enfatizar los aspectos más estructurales de la crisis, las estrategias de
sobrevivencia variaron. Se registra un cambio importante en el posicionamiento de la subjetividad: el sujeto autónomo de la racionalidad micro-
económica desaparece y en su lugar aparece la victima de la macro-economía. El proceso tuvo como corolario un nuevo enmarcamiento de la
situación que desembocaría en una experiencia pública que daría mucho más de que hablar: el trueque, que se convirtió rápidamente en una rede
extensa de intercambio de bienes, servicios y competencias muy heterogéneas, un mercado sui generis que comprendía desde el trabajo manual
hasta las nuevas industrias de la subjetividad. El trueque aparecía como un vínculo social de otro tipo basado en la confianza y la reciprocidad
como valores fundantes que tenían el poder de cambiar las relaciones sociales, es decir, barajar y dar de nuevo las reglas del juego social. La
expansión del trueque trajo varias consecuencias: en 1er lugar permitió una cierta reconstitución de las identidades individuales, en este mercado
todos tenemos capital, un capital que es el más importante el capital humano. Esta actividad permitida revalorizar capacidades negadas y
descartadas por el mercado formal, en 2do lugar la experiencia daba cuenta de la emergencia de un espacio de sociabilidad, donde confluían
sectores medios empobrecidos, sectores populares y vendedores ambulantes. Este espacio estuvo lejos de desembocar en una experiencia
unificadora, pero permitió experimentar una mayor libertad y reflexividad, sin necesidad de tener que seguir aparentando lo que ya no eran. El
trueque apareció primariamente como una actividad “refugio” mediante la cual se podía acceder a la satisfacción de las necesidades
máselementales y solo en un segundo nivel este ilustraba la forma de recrear los lazos sociales, una alternativa diferente y solidaria frente al
mercado capitalista excluyente. Lejos de ser la expresión de una adhesión masiva a una nueva economía alternativa, la explosión del trueque
estuvo directamente ligada a la crisis económica, que incito a los individuos a buscar en esta actividad un medio para afrontar la escasez de
moneda y el aumento de los precios en el mercado formal. Su éxito efímero contenía ya los gérmenes de su declive y descomposición, algo que
termino de concretarse con la paulatina normalización del mercado formal. Lejos de la experiencia colectiva y de la auto organización comunitario
de los nuevos movimientos sociales, el trueque fue un intento de las clases medias empobrecidas de recomponer la solidaridad aunque siempre en
el seno de una cultura individualista.

El ascenso y la búsqueda de distancia social.

Dos temas nos interesa abordar aquí con respecto a la asociación entre urbanizaciones privadas y clases medias ascendentes: la homogeneidad
social y los modelos de socialización resultante. En 1er lugar la seguridad privada impulsa el desarrollo de un estilo de vida, centrado en el contacto
con el verde, crecientemente estandarizado por la oferta inmobiliaria, que se caracteriza por la tendencia a la homogeneidad social y generacional,
a diferencia del anterior modelo mixto, este nuevo estilo de vida presenta rasgos comunes con el modelo más comentario y cerrado propio de las
clases altas ligado a la exclusividad de los pequeños circuitos sociales. En 2do lugar las urbanizaciones privadas han permitido la creación de
nuevos marcos de socialización que implican un escaso contacto con seres diferentes; algo que los mismos residentes denominan “el modelo
burbuja”. Esta sociabilidad desarrolla en un amplio espacio común que tiene como maco natural la red socio espacial en la cual se encuentran
barrios privados, countries y los diferentes servicios, y por sobre todo los colegios privados. En síntesis: el nuevo estilo de vida residencial tiende a
afirmar una inclusión hacia arriba, así por un lado los colegios privados y las universidades de elite facilitan la llave de una reproducción social
futura y por el otro, los espacios comunes de comunidad cercada contribuyen a “naturalizar” la distancia social. Si el distanciamiento respecto de
los sectores empobrecidos de las clases medias es notorio, no lo es menos la búsqueda de afinidades electivas con las clases altas. En este marco la
seguridad se convirtió en el bien más valorado para gran parte de la sociedad argentina, de cara a los barrios pobres donde residen los excluidos
del sistema, el acceso a la seguridad privada se convirtió en la marca por excelencia de una diferenciación social, un bien cuya sola posesión define
no solo por fronteras sino categorías de diferente ciudadanía. En el marco de la sociedad excluyente lo que comenzó siendo desde una mirada
crítica y posiciones normativas, hoy va cediendo rápidamente ante la naturalización de las desigualdades sociales.

Entre el consumo y el vínculo privilegiado con la cultura.

Entre las clases medias empobrecidas y los sectores exitosos se encuentran las franjas medias de las clases medias, dichos sectores, disminuidos en
términos cuantitativos y siempre amenazados por la inestabilidad económico-social, buscaron reafirmar una identidad en crisis, básicamente
mediante una lógica de acción individualista-estratégica, que apunto a una integración por medio del consumo. Esta posibilidad aparecía
potenciada por la centralidad del modelo del “consumidor puro” cuya aceptación iba más allá de cualquier división ideológica. Parte de la crítica
deslizada contra aquellos que optaron por la vida en las nuevas urbanizaciones privadas, se debía a que su sola existencia venía a refrendar el final
ineludible de las clases medias definidas por su vínculo con lo público y por su vocación integradora. El régimen neoliberal confirmaba la
centralidad del ciudadano-consumido en deterioro de la figura del productor. El devenir del ciudadano consumidor estuvo acompañado por la
introducción de nuevas tecnologías de la comunicación y la información, hábitos y practicas atravesados por “el discurso único” del neoliberalismo.
La multiplicación de estrategias de inclusión por medio del consumo coincidió con una fuerte desafección en relación con la vida pública, que
fomentaba una visión despolitizada de la sociedad pese a la polarización creciente. Los procesos de globalización y las nuevas tecnologías de la
información multiplicaron las facetas y las estrategias del devenir consumidor del ciudadano. La vida urbana de las clases medias en los 90 estuvo
marcada por los nuevos consumos culturales, de usos del tiempo, “el vínculo de las clases medias con la cultura adquiere nuevas significaciones”
Desde los orígenes las clases medias latinoamericanas se caracterizaron por su relación privilegiada con la educación como canal de movilidad
social y por desarrollar un vínculo privilegiado con la cultura, desde la perspectiva de distintas franjas de la clase media la cultura tendió a
convertirse en la clave de bóveda, la pieza fundamental de una estructura identitaria trastocada, tanto individual como colectivamente. El
creciente termino de dualizacion y polarización social y la entrada en un ciclo de fuertes movilizaciones sociales, revelaría hasta qué punto las
clases medias presentan una “textura cultural”. La cultura puede ser concebida como una variable o recurso, en términos de capital cultural. Esto
sucede con las clases medias empobrecidas donde la cultura es concebida como capital incorporado o como competencia del sujeto. Las intestas
movilizaciones, los nuevos perdedores que dejo el modelo de convertibilidad, estos sucesos potenciaron la expresión de importantes fuerzas
culturales, cuyos protagonistas centrales fueron diferentes sectores de las clases medias, el marco propio para los cruces sociales y las
intervenciones de estos grupos fueron las asambleas barriales.

EN SINTESIS: las nuevas estrategias de adaptación de las clases medias empobrecidas dieron cuenta de la centralidad que adquiría el capital y las
competencias culturales, los que no tardarían en ser concebidos como atributos identitarios de un estrato social hibrido, ubicado en los intersticios
entre una clase media exigua y unos sectores populares pauperizados. La demanda de autorregulación de las franjas “ganadoras” de las clases
medias termino por cristalizar en nuevas formas de sociabilidad, asentadas en la valorización de la performance individual y en la asunción de
nuevos estilos de vida, fuertemente contrastantes con los modelos anteriores. Los sucesos del 2001 volvieron a situar en el centro de la
preocupación el rol articulador de las clases medias, ese conjunto de manifestaciones múltiples pusieron en evidencia la importancia de la textura
cultural en el proceso de redefinición de las clases medias movilizadas. Es importante subrayar el rol de la cultura en la constitución de las clases
sociales, sobre todo en el pasaje a la acción colectiva. Lo cual nos hace pensar a la cultura como último bastión de una identidad perdida, se
resinifica como eje de reconstrucción de la subjetividad y a la vez como expresión de la resistencia colectiva. Por ultimo por ahí las clases medias
nunca hayan sido un actor único, pues carecen de unidad en términos estructurales, casi todos acordaban en reconocer la existencia de ciertos
lazos culturales y políticos que hacían de ellas un agente significativo de la vida social. Los diferentes cambios que sufrieron las últimas décadas
pusieron de manifiesto la disolución de esos lazos, lo que sumado a la creciente diferenciación socio-económica torna más difícil pensarlas como
un actor con capacidad de desempeñar un rol articulador en la sociedad.

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Las clases medias cuentan con características muy distintivas, una de ellas es que no poseen una inclinación política propia porque siempre
intentan imitar a las clases altas y diferenciarse de las clases populares, otra es que conforman un grupo muy heterogéneo en lo ocupacional como
en lo social por lo que tienen una gran debilidad estructural ya que no es posible una unificación entre sus miembros , también son vistos como el
centro del desarrollo ya que intentan obtener una movilidad social ascendente mediante su gran interés en la educación y la cultura.Esta clase se
vio lesionada por las políticas sociales peronistas ya que acortaba las distancias de esta con la clase popular y era algo que realmente no les
agradaba. Durante esta época existían lugares públicos de reunión mixta de clases en los que interactuaban todas las clases, pero en los ’70 estos
espacios desaparecieron ya que no estaba permitido reunirse. Luego en los ’90 la clase media sufrió un quebrantamiento debido al
empobrecimiento de una gran parte de esta clase dado por la privatización de empresas, muchos de estos quedaron sin empleo y nacieron los
nuevos pobres que en cuestión de salarios se acercaban cada vez más a los pobres estructurales, pero que utilizaron con estrategia de adaptación
su capital social y cultural que los diferenciaba de los más pobres, las clases medias consolidadas empezaron a intentar alejarse cada vez mas de las
otras clases y se pone como un nuevo estilo de vida la seguridad privada, con ella nacen los barrios privados, colegios y universidades privadas y
como espacio de sociabilización el shopping. Como estrategia de supervivencia nace el trueque que era una red de intercambio de bienes y
servicios realmente muy heterogénea y que intentaba reemplazar o complementar al mercado tan excluyente de la época, en el trueque todos
tenían un capital.

Lvovich: Colgados de la soga

Las clases medias siempre presentaron para las ciencias sociales una especie de dificultad en el momento de su definición, se trata en efecto de
estratos de limites singularmente imprecisos, cuyos contornos se presentan de manera difusa, cuya amplitud en ocasiones pareciera permitir que
se ubique en ellos a todos los sectores no se inscriben en categorías sociales definidas con mayor claridad por su ubicación estructural. “Ser de
clase media” remite en su óptica a una época para ellos pretérita, una suerte de edad de oro en la que el bienestar material estaba asegurado, la
dignidad personal se mantenía intacta y el futuro se percibía con cierta tranquilidad. A lo largo de varias décadas, en el imaginario de muchos
argentinos la pertenencia a la clase media simbolizaba la posibilidad de ascenso social, la garantía de que el trabajo y su compensación mantenían
un vínculo indudable, la certeza de ser poseedores de una serie de derechos, la convicción de que la posesión de atributos educativos, culturales o
del orden de los méritos individuales los distinguía con nitidez tanto de las clases dominantes como de los situados en los escalones inferiores de la
estructura social. El texto da 4 ejemplos ese cambio de clase media a clase media empobrecida: Beto, que hoy es trabajador precario, se
desempeñó hasta hace unos años como personal jerárquico de YPF, que fue obligado a tomar el retiro voluntario, se quedó sin obra social, sin
jubilación, dependiendo únicamente del sueldo de Marcela su esposa que era empleada publica (docente). Beto intento poner un almacén en
devoto que fallo y luego un laboratorio con un amigo de control de calidad y también fallo “Subsistir, Nada más….”. Estela, que fue esposa de un
trabajador calificado, en la actualidad subsiste con el exiguo salario que recibe como empleada no docente de la UBA, algunos hechos que los
marcaron, se separa de su marido, trabajo como administrativa de relojes de competencia, luego trabajo en una fotocopiadora, fallece su marido y
pierde la $ que le daba por sus 2 hijas, termino trabajando en el departamento de alumnos en la UBA, busco varias veces un segundo empleo y
nunca lo consiguió “No tengo un peso, no me queda una moneda”. Armando, que llego a ser copropietario de un importante bazar mayorista,
sobrevive en la actualidad con una magra jubilación junto a María, su esposa, también había trabajado con PAMI y tenía muchos gastos y poco con
que subsistir, empezó con un tallercito de tallado y luego termino con el bazar, María su esposa a que él le pagaba los aportes, nunca había
trabajado por decisión de Armando para dedicarse a la casa, luego de la crisis del bazar Armando no le pudo seguir pagando los aportes a María,
por lo tanto subsistían con 1 sola jubilación “Que nos queda a nosotros, que éramos un porotito?. Octavio, que fue durante muchos años
empleado de la Caja Nacional de Ahorro y Seguro, es actualmente desocupado. Él había dejado voluntariamente la caja de ahorros porque esta
había sido comprada por Banco Hipotecario y el clima hostil con que trataban a los de “la caja” le trajo problemas de salud por eso renuncio. Su
padre trabajo en un laboratorio, luego en un quiosco y como personal de seguridad y en ambos le fue mal. Octavio trabajo luego en una empresa
de radio llamadas como operador y luego se quedó sin trabajo, pasa que con su edad ya era viejo para el trabajo y le costaba conseguir uno “… A
los treinta y ocho ya sos viejo para el trabajo”.

Estas trayectorias se pueden describí como el tránsito de una zona de integración social a una de vulnerabilidad, situación caracterizada por la
precariedad con relación al trabajo y la fragilidad de los soportes relacionales. Tal proceso es característico de nuestros días, cuando el aumento de
la vulnerabilidad amplia los riesgos de ruptura, que conducen a situaciones de exclusión social. La exclusión social como resultado de un proceso y
no como un estado social dado. A diferencia de los generalmente denominados “pobres estructurales”, un grupo socialmente homogéneo,
caracterizado por la falta de satisfacción de sus necesidades básicas y concentrado geográficamente en el cordón de barrios periféricos y villas
miserias que rodea las ciudades, “los nuevos pobres”, tienen sus necesidades básicas satisfechas aunque el deterioro de sus ingresos ha tornado a
estos insuficientes para solventar una canasta básica de bienes y servicios. Se trata de una pobreza dispersa, de “puertas adentros”, dado que pese
al cambio de su situación continúan en general viviendo en los mismos barrios en los que habitaban con anterioridad. Conforman un grupo
heterogéneo, pues su situación depende de una multiplicidad de factores. Su capital social los diferencia: los pobres estructurales cuentan
frecuentemente con una red de amigos o familiares que permanecen en la clase media, capaces de ayudarlos a conseguir trabajo, bienes o
servicios, mientras la red social de los nuevos pobres en general comparte su situación de carencia. El origen social, el nivel de instrucción, los
diversos roles laborales que han desempeñado, la experiencias de participación política o sindical, forjan formas inconscientes de percibir el
mundo y representarse la propia ubicación en él, lo que origina disposiciones a la acción, la reflexión, la demanda, que varían según las distintas
clases sociales, a lo que se denomina “capital cultural”. Las causas del descenso social de los nuevos pobres pueden ser muchas (Perdida total del
empleo, la viudez, la separación, la jubilación, etc.) La retirada del Estado de distintas áreas y el deterioro de la calidad de la educación y salud
pública han contribuido sin duda a la erosión de su nivel de vida.

A lo largo de buena parte del siglo XX, la Argentina presentó una sociedad con alto grado de integración, en cuyo seno la movilidad social
ascendente fue una posibilidad abierta para amplios contingentes. Este largo proceso de crisis, ajuste y reestructuración que la Argentina ha
sufrido a lo largo de las ultimas 2 décadas modifico sustancialmente las características sociales del país. Iniciada bajo la dictadura militar, y
continuada desde 1983, la dinámica de la concentración económica y la distribución regresiva del ingreso ha transformado decisivamente a esta
sociedad. Las consecuencias de este proceso afectaron tanto a los trabajadores asalariados como a los cuentapropistas. Como consecuencia de
este deterioro generalizado, los nuevos pobres que eran prácticamente inexistentes en 1974 pasaron a ser muchísimos.

Resumen | Sociedad y Estado (Cátedra: Buchbinder - 2018) | CBC | UBA

Ezequiel adamovsky "historia de las clases populares en la Argentina desde 1880 hasta 2003
Democracia de la derrota.
1983--> elecciones limpias--> derrota--> peronismo, gana Alfonsín candidato de la UCR. Herminio iglesias peronista conocido por su violenta
prepotencia. En el acto de cierre de campaña tuvo la mala idea de prender fuego un ataúd como los colores de la UCR. La u.c.r. triunfo con el voto
de los sectores medios y altos pero también las clases bajas
En el gobierno de alfonsín la economía las políticas más ortodoxas y el Pro empresariales produjo niveles de hiperinflación y el rápido
empobrecimiento de la mayoría de la población su política era restaurar una vida cívica robusta condenar el genocidio militar su gestión fue un
fracaso la nueva legitimidad de democracia con el triunfo de la clase media suponían se volvían un país normal Regido por la moderación la
racionalidad, la paz social y el respeto a las instituciones el debilitamiento de la identidad trabajadora y el orgullo plebeyo sin duda señalaba que el
protagonismo central de las clases populares en la política Argentina estaba llegando a su fin.
El triunfo del neoliberalismo
Los procesos de reestructuración de la economía y la sociedad que esperaban los sectores exportadores y los financistas alfonsín Tuvo una gran
pérdida de autoridad desde mediados de su mandato el sindicalismo conservar el poder en huelga general es el estado conservaba la capacidad de
regulación de diversos aspectos del funcionamiento del mercado y controlaba áreas de la economía que podían convertirse en rentables negocios
para los privados la estrategia de las clases dominantes fue doble en 1989 el candidato del PJ Carlos menen programa peronista prometí aumentos
salariales y fomento la industria las grandes empresas experimentaron una nueva manera de condicionar las decisiones políticas el método fue la
doctrina del shock consistía en aprovechar una situación caótica que sumerge a una población en el medio y el desconcierto se ocupó de asociarse
con los intereses de los bancos y las grandes empresas nacionales y extranjeras una economía mínima.
Se eliminaron en tiempo récord la mayoría de las protecciones a la industria nacional y se privatizaron Prácticamente la totalidad de las empresas
que quedaban en manos del estados los financistas e inversores se beneficiaron de derechos y garantías para desarrollar actividades a su antojo
sin controles y restricciones la competencia de los productos importados se profundizó el proceso de dé desindustrialización que había comenzado
en el proceso comenzó la desocupación pobres y jóvenes Quienes no habían terminado el secundario tuvo éxito en detener la inflación y en volver
a poner en marcha el crecimiento de la economía el control de la inflación habilitó el regreso de las compras en cuotas que generaron consumismo
entrada de capitales por la privatizaciones y por la refinanciaciones constantes de la deuda externa que concedió el Fmi consiguieron su reelección
en 1995
1009 91 nuevas leyes sobre Derechos laborales la necesidad de flexibilizar el empleo dio lugar a nuevas modalidades de contratación como la
subcontratación la tercerización del empleo autónomo de los trabajos temporarios la jornada laboral aumento sin aumento de remuneración y se
aplicaron esquemas de francos rotativos y en horas variables las políticas neoliberales acentuaron también las asimetrias regionales y
profundizaron la tendencia a la reprima risa ion de la economía. Hugo grande olas de saqueos comerciales en la época de alfonsín y el obligado a
abandonar el poder antes de su fin del mandato entregar la presidencia a su sucesor menem en 1009 95 fue reelección de menem mayor índice de
desempleo la pobreza y la indigencia aumento es el enorme crecimiento de la desigualdad a medida de que fue creciendo la desigualdad y la
riqueza se fue concentrando cada vez más en el puñado de los más ricos feminización de la pobreza las mujeres de la clase populares y de los
sectores medios empobrecidos debieron salir masivamente al mercado de trabajo para apuntalar la economía familiar el desempleo golpeó más a
los varones y además el diferencial de salario por la misma actividad siguió siendo muy marcado 1999 precidencia radical Fernando de la rúa.
Los cambios en el papel del estado y la ciudadanía
El neoliberalismo proyecto de reformulació se proponía intensificar la penetración del capitalismo en la vida social
Siglo 19 el estor gentino se había propuesto como misión integral a las clases populares a la vida nacional asegurar el orden para promover la
igualdad la educación la ciudadanía política en 1912 las políticas de bienestar y del gasto social mejoramiento de las condiciones socioeconómicas
todos los ciudadanos tenían los mismos derechos y que se caracterizaba por una cierta homogeneidad social el estado ocupado un lugar central
como garante de la cohesión de la nación de la protección de los derechos y de la expansión del bienestar las políticas neoliberales cambiaron el
papel del Estado cada individuo debía proveerse el acceso al bienestar por sus propios medios todo lo público debía reducirse la política social se
fue redefiniendo como una cuestión de gestión de las necesidades de diversos segmentos de la población y a través de subsidios puntuales o
entrega de alimentos otro una ayuda puntual para que los mantuviera encapsulados y bajo control las ong y las iglesias fueron utilizadas como o
canal para la asignación de distribución de la asistencia los militares sociales y las organizaciones de base también fueron tentadas para
desempeñar la misma función la militancia social se fue volviendo cada vez más la gestión de las necesidades puntuales del barrio mediante el
acceso a la ayuda Estatal la contracara de este proceso fue el clientelismo intercambio de favores personales por apoyo electoral la privatización
de parte del Estado en los años del neoliberalismo se manifestó de varias maneras por ejemplo la policía realizaba actividades de
autofinanciamiento
Exclusión social y una vida "descolectivizada"
La vida social sufrió un notorio proceso de disco descolectivizacion a medida que todas las instancias de socialización disponibles para las personas
se iban debilitando o desaparecían la villa de emergencia la policía provecho la vulnerabilidad de los habitantes para reclutar mano de obra el
sentimiento de inseguridad se apoderó de la sociedad Argentina la categoría de debate público los índices de mortalidad y de enfermedades
crecieron especialmente por la contaminación y por la existencia de desagües a cielo abierto.
Transformaciones del peronismo
El proceso de desindustrialización en curso significaba que el peso demográfico y político la clase Obrera había disminuido 1983 se dedicaron a
organizar el aparato partidario reglas de funcionamiento formales por ejemplo las elecciones internas para la selección de candidatos 1991
duhalde electo gobernador desarrollo innovador programa asistencialista mujeres voluntarias que vivían en barrios carenciados hicieron llevar
cotidianamente leche huevos y otros artículos de primera necesidad consiguió el control absoluto del peronismo bonaerense y se convirtió en uno
de los hombres más poderosos del justicialismo a nivel nacional el justicialismo sus dirigentes apoyaban políticas neoliberales y a la hora de Buscar
votos lo hacían principalmente a través del clientelismo en cambio el peronismo apoyaba a la figura activa el trabajador y su centro de lucha fue
contra la oligarquía por la defensa de los derechos y la dignidad de los de abajo el pobre no puede valerse por sí mismo y merece por ello la
protección del Estado figura maternal de Vita el mejor peronismo ya no era el mas luchador ni el mas insumiso como en tiempos de la resis tencia
sino simplemente el que más da la contraparte que brindaban apoyarlos en las elecciones concurrir un acto aparecía no como un pago sino como
la lógica gratitud que deseaban manifestarles voluntariamente el clientelismo es un tipo de relación que refuerza las jerarquías de poder existentes
son redes clientelares la manipulación política y de enriquecimiento personal.

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