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REORGANIZACIÓN DE LA SUCURSAL
En resumen, son dos aspectos que pueden ser analizados en torno al artículo 395 de la LGS: (i)
La reorganización de sucursales, y (ii) La figura denominada por la Ley como transformación de
sucursales en sociedades domiciliadas en el país. En este último caso, esta disposición solo es
aplicable al caso de procesos de reorganización o transformación particular donde esté presente
una sucursal de sociedad extranjera.
El artículo 140° del Reglamento del Registro de Sociedades señala que, para efectos registrales,
la sucursal en el Perú de una sociedad constituida en el extranjero, a que se refiere el artículo
395° de la Ley, puede reorganizarse, por decisión de la sociedad matriz, mediante las siguientes
formas:
a) Transformación de la sucursal;
b) Reorganización simple;
c) Fusión de absorción en la cual la sucursal absorbe a una o más sociedades;
d) Escisión de patrimonio de la sucursal, ya sea mediante la transferencia de uno o más
bloques patrimoniales a una o más sociedades existentes, o que se constituyan para al
efecto o la transferencia de bloques patrimoniales a favor de otra sucursal;
e) Cualquier otra operación en que se combinen, transformaciones, fusiones o escisiones.
Sin embargo, no necesariamente sucede que la reorganización de una sucursal se origina como
efecto de la decisión de su principal, ya que también puede suceder que no sea tal el caso.
Así por ejemplo, cuando dos o más sociedades principales extranjeras, o cuando una sociedad
principal extranjera y una sociedad principal peruana acuerdan fusionarse, una escisión,
reorganización simple, múltiples o combinadas, y todas ellas cuentan con sucursales
establecidas en el país, pueden darse varios supuestos:
a. Que todas las sucursales involucradas se extingan, en cuyo caso no habrá ni cambio de
titularidad ni reorganización
b. Que en el proceso solo subsista una de las sucursales, en cuyo caso, de ser la principal
absorbida operará un cambio de titularidad bajo las reglas del artículo 406 de la Ley
General de Sociedades; o,
c. Que dos o más sucursales subsistan y por tanto unan sus patrimonios
administrativamente autónomos. Éste es un claro caso de reorganización de sucursales,
en el cual a falta de normas particulares, por analogía, deben aplicarse las reglas
procedimentales sobre cambio de titularidad contenidas en el artículo 406 de la Ley, así
como los principios y normas que informan a la fusión.
Los artículos 140 al 143 del Reglamento del Registro de Sociedades, exigen que este tipo de
transformación se tramite vía escritura pública. Así, el artículo 142 señala lo siguiente: “…se
requiere la presentación de la escritura pública de la constitución de la sociedad por la
transformación de la sucursal, otorgada ante notario o cónsul peruano…”.
Sin embargo, los doctores Maribel Castillo Wong y Alonso Morales Acosta1 señalan que: “…la
transformación prevista en el artículo 395 tiene características particulares que no permiten
asimilarla a ninguna de las otras modalidades de reorganización contempladas en la ley”.
Además, según lo señalado por Morales Acosta y Castillo Wong, la Ley General de Sociedades
permite que la transformación se dirija únicamente a la sucursal sin que sea necesaria la
transformación de la matriz o principal. Esta es una novedad introducida por la Ley, la cual
consiste en permitir que continúe la personalidad jurídica de la matriz, sin que se transforme
totalmente, sino solo una parte de ella, la cual continua en el resultado de la transformación,
solo que con la independencia de la matriz constituida en el exterior.
Esto es una ficción jurídica, puesto que la sucursal por sí misma no cuenta con personería
jurídica, con lo cual, en principio no podría ser materia de reorganización en los parámetros que
establece el artículo 333° de la Ley pues, la reorganización está prevista entre personas jurídicas
constituidas en el Perú. Esta ficción le permite a la sucursal adaptarse a cualquiera de las formas
societarias que prevé la Ley, adquiriendo recién en ese momento la personalidad jurídica
autónoma de su matriz.
Lo que sucede en ese caso, es que, por decisión de la matriz, la sucursal obtendrá personería
jurídica bajo el marco de alguna de las modalidades societarias previstas en la Ley. En ese
sentido, con la transformación, no se produce transferencia alguna sobre los bienes de la
1
MORALES ACOSTA, Alonso y CASTILLO WONG, Maribel. “Implicancias Jurídicas de la
Tranformación de la Sucursal de una Sociedad Constituida en el Extranjero”. En: Revista Peruana
de Derecho de la Empresa. Temas societarios. N° 54, Año XVII. Lima-Perú, 2002. Pág. 35.
sucursal objeto de la transformación, manteniendo el mismo RUC, planilla de trabajadores, giro,
representante legal, etc.
Sobre el tema, el doctor Percy Castle Álvarez2 señala que nos encontramos ante la figura jurídica
de un acto de disolución sin liquidación y aporte para constituir una sociedad, tomando en
consideración de los artículos 142 y 143 del Reglamento así lo permiten. Una simple lectura de
los referidos artículos evidencia este hecho.
Según el artículo 142, debe elaborarse y presentarse una escritura de constitución social
otorgada con todas las formalidades propias del acto constitutivo en el cual participa un socio
extranjero. Por su parte, el artículo 143 exige que se abra una nueva partida registral como
cualquier otro supuesto de constitución.
Otro de los supuestos que prevé la Ley, es que la reorganización involucre parte o todo el
patrimonio del principal no asignado a la sucursal, en cuyo caso se aplican las disposiciones del
artículo 406 de la Ley que rigen la fusión y escisión de una sociedad extranjera con sucursal en
el Perú.
Los artículos 405 y 406 de la Ley General de Sociedades se ocupan de los efectos en las sucursales
derivados de la fusión o escisión de las sociedades según se trata de sucursales de sociedades
principales peruanas o extranjeras respectivamente. Así, cuando alguna sociedad participante
en una fusión o escisión tiene establecida una sucursal, se procederá de la siguiente manera:
2
CASTLE ALVAREZ MASA, Percy. “Las sucursales en la Ley General de Sociedades Peruana”. En:
Tratado de Derecho Mercantil. Tomo I: Derecho Societario, Ed. Gaceta Jurídica, 2004, p. 1271
domicilio de la sociedad beneficiaria del bloque patrimonial que incluye el patrimonio
de la sucursal y que ella puede tener sucursales en otro país.
En los supuestos de fusión, la sociedad extranjera que adquiere el bloque patrimonial, ya sea
por absorción o incorporación, asumirá las sucursales de las sociedades que se extinguen salvo
pacto en contrario. Para la inscripción del nuevo titular de la sucursal se requerirá acreditar la
entrada en vigencia de la fusión en el lugar de la sociedad principal; el nombre, el lugar de la
constitución y domicilio de la sociedad principal absorbente o incorporante y que ella pueda
tener sucursales en otro país.
Así, según la modalidad de fusión o escisión de la que se trate, el efecto será que la o las
sucursales de las sociedades principales comprometidas tendrán un nuevo titular, quien asumirá
el bloque patrimonial bajo gestión de la sucursal, salvo indicación en contrario según señala el
numeral 1 del artículo 405. Esto último significa que el acuerdo de reorganización puede
establecer otros efectos, como por ejemplo que se cancelen las sucursales las sociedades que
se extinguen en el caso de fusión; o de las sociedades a quienes pertenezca el bloque patrimonial
que se escinde de ser el caso.
En los casos de escisiones, a diferencia de una fusión, se debe identificar a qué bloque
patrimonial permanecerán la o las sucursales involucradas, más aún cuando ellas podrían incluso
pertenecer a todos los bloques patrimoniales involucrados. De esta manera, existen dos
opciones: señalar con precisión en los instrumentos en los que se acuerda la escisión a qué
bloque o bloques patrimoniales pertenecen o, de lo contrario, se cancelarían las sucursales.
Así, el numeral 2) del artículo 405 indica que para la inscripción en el Registro del cambio de
sociedad titular solo se requiere presentar la certificación expedida por el Registro de que la
fusión o escisión quedó inscrita en las partidas de “todas” las sociedades principales
involucradas.
Debe notarse que los artículos comentados solo se refieren al caso de fusiones o escisiones y no
así a las demás formas de reorganización contempladas por ley. Esto es entendible en el caso de
la transformación, pues en ella no existe el efecto traslaticio de ningún bloque patrimonial, pero
no así en las reorganizaciones simples y en las múltiples, o en el caso particular de la
reorganización de sociedades constituidas en el extranjero a que se refiere el artículo 394, donde
si bien tampoco hay un efecto traslaticio de bloque patrimonial, la o las sucursales involucradas
pasarán a ser sucursales de sociedades principales extranjeras a sucursales de sociedades
principales peruanas, con las diferencias anotadas en este trabajo, hecho que debe ser anotado
tanto en la partida registral de la sociedad reorganizada como en la de la sucursal.
14. LA CANCELACIÓN Y LA DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LAS SUCURSALES
Por lo que a su extinción se refiere, las sucursales de sociedades peruanas se cancelan, pues
siendo éstas producto de una inscripción registral, el acto por el cual la sociedad decide la
extinción de la sucursal implica la cancelación de la partida y asiento registral donde se inscribió.
Además, encontrándose la principal en el país, no se requiere realizar el trámite de liquidación.
Por el contrario, las sucursales de sociedades extranjeras se disuelven, liquidan y extinguen a la
par que las sociedades.
En ese sentido, la cancelación a la que se refieren los artículos 401 y 402 de la Ley General de
Sociedades es aplicable a las sucursales de sociedades peruanas, mientras que el artículo 404 de
la misma ley es la norma aplicable para la extinción de las sucursales de sociedades extranjeras.
En cuanto a las últimas, la ley contempla otra forma de extinción de las sucursales en el caso de
que las principales sean objeto de un proceso de reorganización, como es el caso de las fusiones
y escisiones de las sociedades principales; y en el caso de reorganización y transformación de
sucursales en otras sociedades.
En este caso, todos los aspectos jurídicos que comprenden las inversiones internacionales se
ven involucrados, tales como la ley aplicable, conflictos normativos, legislación tributaria
nacional e internacional, impedimentos o limitaciones a la actuación de los extranjeros, normas
sobre vinculación económica, grupos de interés y sociedades imbricadas, así como asuntos más
específicos relacionados con la aplicación de normas contables y cumplimiento de tratados
internacionales, entre otros.
La disolución es el acto o circunstancia establecida por la ley o el estatuto a mérito del cual una
entidad legal deja de actuar como empresa en marcha para iniciar el proceso necesario que la
llevará a su extinción. Por tanto, la ocurrencia de tal circunstancia determina el inicio del proceso
de liquidación, es decir, el conjunto de actos llevados a cabo por un administrador
especialmente designado (liquidador), para realizar los activos y pagar los pasivos y de haber un
remanente, entregarlo al titular o socio del patrimonio resultante de la entidad. Concluido dicho
proceso, la entidad se extinguirá previa inscripción en el Registro pertinente.
Las sucursales de sociedades extranjeras extinguidas no dejan un responsable en el país, por lo
que su proceso de extinción debe ser igual al de cualquier sociedad, pues, si bien la sociedad
principal responderá frente a los acreedores insatisfechos en el proceso de liquidación, el costo
e inseguridad que puede significarles el tener que trasladarse a otra jurisdicción para exigir su
derecho involucra no solo un tema de costos de transacción sino, además, la aplicación de otra
legislación.