COLECCIÓN ‘MOVIEGUÍA’

DICCIONARIO DE
LA COMEDIA
 COLECCIÓN ‘MOVIEGUÍA’

DICCIONARIO DE
LA COMEDIA

Juan Tejero (Ed.)

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Barquillo 15A
28004 Madrid (España)
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DISEÑO DE LA PORTADA: Carlos Laguna

ILUSTRACIONES: Archivo T&B Editores

PRIMERA EDICIÓN: 2006

© 2006, Jordi Batlle Caminal, Lluís Bonet Mojica, Luis Miguel Carmona, Ángel Comas,
Javier Cortijo, José de Diego, Josep Escarré, Gerard Quinto, Manuel Quinto, Juan Tejero
© 2006, T&B Editores

Esta obra ha sido editada con ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y
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de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción
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ISBN: 84-96576-15-9
Depósito legal: M-16164-2006
Impresión: Eurocolor S.A.
Impreso en España - Printed in Spain
«Para hacer una comedia lo único que necesito
es un parque, un policía y una chica guapa.»
–Charlie Chaplin

«La única prueba segura para valorar un nuevo

gag era ensayarlo con Zeppo. Si a él le gustaba,
lo desechábamos.»
–Groucho Marx

«Una tragedia es que me corte un dedo. Que me

caiga por una alcantarilla abierta y me mate es
comedia.»
–Mel Brooks

«Una de las primeras cosas que descubrí es que

siempre que sonreía o permitía que el público
sospechara lo mucho que me estaba divirtiendo,
no se reían tanto como de costumbre.»
–Buster Keaton

«Cuando la gente me pregunta que de dónde

saco mis ideas, les digo: ‘De un señor de Swin-
don. Pero no sé de dónde las saca él’.»
–John Cleese

«Un ejecutivo de un estudio me dijo: «’Este guión

tendría que ser como un veinte por ciento más
gracioso’». Cuando alguien te dice algo así, te
dan ganas de matarle.«
–William Goldman

«Lo más divertido de las comedias es que uno

nunca sabe por qué se ríe la gente. Yo sé qué es
lo que les hace reír, pero intentar determinar el
porqué es como intentar atrapar una anguila en
una bañera llena de agua.»
–W.C. Fields

«Informa a un hombre de una alarma nuclear

en su despacho y tendrás un documental. Si la
noticia le llega en su cuarto de estar, es un
drama. Si le pilla en un urinario, el resultado es
una comedia.»
–Stanley Kubrick
 INTRODUCCIÓN

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ORÍGENES DE LA RISA EN EL CINE

Cuenta la leyenda que los inocentes parisinos que asistieron en 1895 a la proyección de la película de los
hermanos Lumière en la que un tren llegaba a la estación huyeron despavoridos pensando que la loco-
motora iba a saltar de la pantalla y les aplastaría.
Un año antes, Thomas Edison, que en 1891 patentó el kinetoscopio (una cabina diseñada para proyec-
tar una película para una sola persona cada vez), había “inventado” el primer gag de la historia del cine,
cuando filmó a uno de sus obreros, Fred Ott, estornudando. El público que vio la película se echó a reir.
Así nació la comedia cinematográfica.
El estornudo de Fred Ott hizo comprender rápidamente a los hermanos Lumière que la gente tenía
ganas de reirse, y una de sus primeras películas fue El regador regado (1895). El gag central –un hombre
pisa una manguera, bloqueando el paso del agua; otro la examina; entonces el primer hombre se mueve
y el agua sale a toda presión golpeando al segundo en la cara– ha sido un clásico de la comedia desde
entonces.
Las primeras comedias fueron realizadas por un puñado de pioneros que entendieron muy rápida-
mente el poder de la imagen y el impacto inherente a esta nueva forma de arte. En Francia, George Méliès
ya había empezado a experimentar con los aspectos técnicos del cine, culminando en su revolucionaria
Viaje a la Luna (1902), en la que nuestro sorprendido satélite recibe el impacto de un cohete espacial en
mitad de su expresivo rostro. En conjunto, sin embargo, las primeras dos décadas de la comedia cinema-
tográfica están definidas por las propias limitaciones del medio. La comedia muda dependía del aspecto
visual, basado en el slapstick y el humor físico, y en la interpretación sobre los trucos técnicos.

LOS PRIMEROS REYES DE LA COMEDIA

Junto con la noción del cine como entretenimiento global (después de todo, las películas podían enviar-
se a cualquier parte del mundo y, siendo mudas, el idioma no era un problema), nació una larga tradición
de cómicos cinematográficos. El éxito del actor francés André Deed y su personaje Cretinetti (conocido
en España como “Torribo”) dio paso a un período de prolífica producción de películas de un rollo en todo
el mundo, con estrellas como el galo Charles Prince (que hizo casi 600 films), el orondo americano John
Bunny, el italiano Ferdinand Guillaume y el inglés Fred Evans, más conocido como “Pimple”.
Este espíritu internacionalista de la comedia desapareció, sin embargo, con el estallido de la I Guerra
Mundial, cuando muchos actores europeos murieron en el frente. Posteriormente, la comedia de Holly-
wood pasaría a ocupar el primer plano, y así ha sido desde entonces.

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II| Introducción
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Puede decirse que el primer rey de la comedia fue el francés Max Linder (1883-1925). Linder comenzó
a trabajar en los escenarios de París usando su verdadero nombre, Gabriel-Maximilien Leuvielle. En 1905
entró en la compañía Pathé, para la que hizo más de 400 películas, la mayoría de ellas cortos.
Linder se creó el alter ego cinematográfico de un pulcro aspirante a caballero, impecablemente vesti-
do, amante de las mujeres y la buena vida, cuya superficial elegancia se veía frustrada por diversas des-
venturas. Su estilo fue una gran influencia para cómicos posteriores como Mack Sennett y Charles Cha-
plin (que se refería admirativamente a Linder como “el Profesor”).
Su trayectoria se vio interrumpida al resultar envenenado con gas en 1914 mientras combatía en la I
Guerra Mundial, un incidente que tendría permanentes implicaciones profesionales y personales para él.
Tras la contienda, se marchó a Hollywood, pero su carrera en América nunca llegó a despegar, aquejado
por numerosos problemas de salud consecuencia de su envenenamiento. Trágicamente, en 1925 puso fin
a su vida llevando a cabo un doble pacto de suicidio con su esposa.

LOS PRODUCTORES

A pesar de todas las nuevas estrellas en oferta, los auténticos motores en los primeros días de la come-
dia cinematográfica estaban detrás de las cámaras, y pocos fueron más influyentes que Mack Sennett
(1880-1960). Nacido en Canadá, a los diecisiete años cruzó la frontera y se fue a Nueva York con la inten-
ción de triunfar en Broadway. Pronto cambió de ambiciones y empezó a aparecer en películas para los
estudios Biograph y a dirigir sus propios cortos. En 1912 decidió independizarse y formó su propia com-
pañía, Keystone Pictures. Sennett construyó una compañía estable de estrellas cómicas, que incluía nom-
bres como Mabel Normand (que “robó” a la Biograph), Chester Conklin y Roscoe “Fatty” Arbuckle.
En 1914, un joven Charles Chaplin entró en el departamento de vestuario de los estudios de Sennett y
cogió un bastón, un sombrero hongo y un traje varias tallas más grande –que había pertenecido al obeso
Arbuckle– y le añadió un mostacho de pega. Había nacido el personaje del “Pequeño Vagabundo”. Cha-
plin pronto se convirtió en un icono y dejó atrás a Mack Sennett en busca de la autonomía total, escri-
biendo, produciendo y dirigiendo sus propios cortos, antes de pasarse a los largometrajes con El chico
(1921). El resto, como suele decirse, es historia. Sennett se mostró como un cineasta muy competente y
guió los primeros pasos en la comedia de Harry Langdon y Buster Keaton. Su éxito continuó durante los
años veinte, pero como le sucedió a tantos de sus contemporáneos, la llegada del sonido marcó el final
de la carrera de este gigante de la comedia.
Dando forma a las carreras de gigantes como Harold Lloyd, Laurel y Hardy o Frank Capra, Hal Roach
(1892-1992) fue una figura enormemente influyente en la comedia del siglo XX. Roach llegó a Hollywood
en 1912 y fue haciendo pequeños papeles en cortos cómicos como conoció a Harold Lloyd. Sospechan-
do que su talento estaba más detrás que delante de la cámara, formó su propia compañía de producción,
convirtiéndose en guionista/productor/director y lanzando a Lloyd al estrellato. Su combinación de tena-
cidad y buen gusto, y su buen ojo para descubrir nuevos valores, le ayudaron a construir su imperio, que
despegó a comienzos de los años veinte. La principal virtud de Roach era reconocer los talentos que le
rodeaban y ayudarles a desplegar todo su potencial. Fue él quien tuvo la idea de unir al antiguo actor de
vodevil Stan Laurel con el antiguo villano cinematográfico Oliver Hardy, creando el más famoso y queri-
do dúo cómico de la historia. Cuando los gustos del público se desplazaron de los cortos a los largome-
trajes, el instinto de Roach comenzó a fallarle y vio cómo algunas de sus mayores estrellas se iban a otros
estudios. Los intentos por diversificarse le llevaron a crear el serial infantil La pandilla, en el que Frank
Capra dio sus primeros pasos como director. Pero a finales de los añostreinta sus días de gloria habían
pasado. Posteriormente, siguió produciendo para la televisión hasta su muerte.

LOS AÑOS TREINTA: LLEGA EL SONIDO

La llegada del sonido en 1927 cambió el cine para siempre. En términos de comedia, esto significaba que
donde una vez había predominado lo visual, ahora lo verbal tenía al menos la misma importancia. Para
muchos cómicos, esto fue una bendición.

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 Introducción | III
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Cary Grant en una escena de La fiera de mi niña.

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Tomemos por ejemplo a los Hermanos Marx, que habían tenido un gran éxito sobre los escenarios con
espectáculos como “Los cuatro cocos”. Hasta este momento, el cine no tenía ningún sentido para ellos.
Sí, las pantomimas de Harpo hubiesen sido igualmente brillantes en las películas mudas, pero el ingenio
de Groucho hubiese quedado anulado sin sonido. Los Marx abrazaron inmediatamente el cine sonoro,
adaptando Los cuatro cocos a la gran pantalla en 1929.
Laurel y Hardy hicieron solventemente la transición al sonoro. Otras estrellas del cine mudo, como Bus-
ter Keaton y Harold Lloyd, no tuvieron tanta suerte. Sus evocadoras caras no parecían pertenecer al mun-
do de las palabras. Fueron rápidamente reemplazados por nuevas sensaciones, como las veloces parra-
fadas de Bob Hope, la cínica sabiduría del irascible W.C. Fields y las insinuaciones sexuales de la lasciva
Mae West.

Música, maestro
La llegada del sonido también trajo la posibilidad de arrancar las comedias musicales de los escenarios y
llevarlas a la gran pantalla. Al principio, el género tuvo muchas dificultades para trascender sus orígenes
teatrales –en la mayoría de las películas, la acción se detenía para dar paso a un número musical–, pero
con el tiempo un nuevo formato comenzó a emerger y a crear sus propias estrellas: Maurice Chevalier,
Bing Crosby, George Burns, Gracie Allen...
Los bailarines Fred Astaire y Ginger Rogers se convirtieron en estrellas mundiales gracias a una serie
de catorce películas en dieciséis años, incluyendo La alegre divorciada (1934) y En alas de la danza (1936),
que trajeron sofisticación al género. El exuberante dúo se convirtió en el antídoto perfecto contra los
rigores de la Depresión, pero no fueron los únicos. Las jóvenes estrellas Judy Garland y Mickey Rooney
disfrutaron de un inocente romance en películas como Los hijos de la farándula (1939), dirigida por el
coreógrafo Busby Berkeley, mientras Jeanette MacDonald y Nelson Eddy, “los novios cantores de Améri-
ca”, tuvieron varios éxitos durante los años treinta con ligeros romances musicales como Enamorados
(1938).

Diálogos a mil por hora

Quizás el legado más duradero de la comedia de los años treinta, la screwball era todo palabras y com-
plicaciones de todo tipo, particularmente románticas. En 1934, Sucedió una noche, de Frank Capra, se
llevó los cinco Oscar más importantes: Mejor Película, Director, Actor, Actriz y Guión, y se convirtió en el
pistoletazo de salida para la screwball, término tomado de la jerga del béisbol para definir un lanzamien-
to extraño en sentido inverso a una convencional bola curva.
Existen muchas hipótesis sobre el repentino nacimiento de las screwball comedies: que su surrealista
humor físico combinado con sofisticados diálogos de ametralladora supuso un puente entre las payasa-
das de las comedias mudas y el prolijo atractivo de las películas sonoras; que la fogosa guerra de sexos
era una respuesta a la estricta autocensura del nuevo Código de Producción; que el énfasis en las peque-
ñas desgracias de los ricos y elegantes ofrecía una evasión frente a la Depresión de un modo más realis-
ta y satírico que los musicales; o que, simplemente, había llegado el momento para las sofisticadas y cíni-
cas comedias románticas con veloces diálogos atropellados.
Capra no fue el único gran director en triunfar con las screwball: William Wyler (Una chica angelical,
1935), Gregory La Cava (Al servicio de las damas, 1936), Leo McCarey (La pícara puritana, 1937; Tú y yo,
1939) y, por encima de todos, Howard Hawks con La fiera de mi niña (1938) y Luna nueva (1940) obtu-
vieron éxitos de crítica y/o público dentro de este género. Y la nómina de intérpretes también era impre-
sionante: Cary Grant, Katharine Hepburn, Clark Gable, Claudette Colbert (el epítome de la heroína screw-
ball) y Carole Lombard demostraron su talento durante la era dorada del género, que se extendió desde
1934 a los primeros años cuarenta.
Los argumentos de las screwball comedies variaban desde la road movie de Sucedió una noche al tema
de Cenicienta de Al servicio de las damas o el mundo del periodismo en Luna nueva, pero en el centro de
todo estaba una ingeniosa y apasionada guerra de sexos. En los cuarenta, sin embargo, la atmósfera se
volvió más oscura y había una mayor inseguridad respecto al género, evidente en Los viajes de Sullivan
(1941), de Preston Sturges, la película que frecuentemente se cita como “el final” de la screwball.
En los años treinta, los géneros empezaban a cruzarse. Varios directores, por ejemplo, usaron la Depre-
sión como medio de ensalzar las virtudes patrióticas. Frank Capra lo hizo en Caballero sin espada (1939)

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 Introducción | V
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Los hermanos Marx en una escena de Una noche en la ópera.

y El secreto de vivir (1936); también tuvo tiempo para recordar al público el poder de la excentricidad, el
individualismo y la naturaleza efímera de la vida en Vive como quieras, la gran triunfadora de los Oscar
en 1938. Estas películas no carecían de humor, pero desarrollaban sus temas más allá del modelo de la
screwball. Por otra parte, el western se mezcló con la comedia en Arizona (1939); y ese mismo año, Greta
Garbo reía por primera vez en la comedia de Ernst Lubitsch Ninotchka.

LOS AÑOS CUARENTA: LA COMEDIA VA A LA GUERRA

Con el estallido de la II Guerra Mundial, el cine reflejó progresivamente los cambios que tenían lugar en
la política mundial. Inglaterra produjo varios dramas patrióticos, considerando la guerra algo demasiado
cercano como para reírse de ella. En América, mientras tanto, Chaplin parodiaba a Hitler en El gran dic-
tador (1940) y Lubitsch hacía la sublime Ser o no ser (1942), una farsa antinazi ambientada en Polonia
que fue un fracaso en su día, pero hoy está reconocida como un clásico.
El inicio de la nueva década también vio cómo la popularidad de Laurel y Hardy era suplantada por el
dúo cómico formado por Bud Abbott y Lou Costello. Historias de Philadelphia ganó el Oscar a la Mejor
Película en 1940. Y Preston Sturges nos recordó las responsabilidades inherentes a la comedia y su poten-
cial para llevar a cabo cambios sociales en Los viajes de Sullivan. A medida que la guerra se acercaba a
su fin, el cine recurrió a Noël Coward para que iluminase un poco el panorama, algo que consiguió David
Lean adaptando su farsa sobrenatural El espíritu burlón (1945).

Tras las huellas de Stan y Ollie

Dutrante la década de los cuarenta, los estudios siguieron buscando un equipo cómico que pudiese igua-
lar la popularidad de Laurel y Hardy. Los que estuvieron más cerca de conseguirlo fueron los antiguos
artistas de vodevil Bud Abbott y Lou Costello, que saltaron a la gran pantalla en 1941 con Reclutas. Su
éxito fue tan grande que, durante la siguiente década y media, facturaron dos películas por año (y, como

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VI| Introducción
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antes Laurel y Hardy, se convirtieron en protagonistas de una serie de animación en los años sesenta).
Aún más prolíficos fueron los Tres Stooges, cuya cambiante formación de trío hizo más de 200 cortos
entre 1934-58, aunque su directo estilo físico (adorado por los niños) no se trasladó bien a los largome-
trajes. También aspiraban a la corona de Laurel y Hardy dos consagrados veteranos, el verborreico cómi-
co Bob Hope y el relajado crooner Bing Crosby. Arrancando con Ruta de Singapur (1940), Bing y Bob
hicieron seis películas de Ruta de..., generalmente en compañía de la deliciosa Dorothy Lamour. Con sus
talentos combinados para la comedia y la canción, y jugando con sus bien establecidas imágenes cine-
matográficas, el dúo demostró ser en muchos aspectos el modelo para la pareja que dominaría la come-
dia en los años cincuenta: Dean Martin y Jerry Lewis.

Reconstruyendo la comedia
Tras la guerra, Bing Crosby triunfó en la taquilla americana gracias a una serie de comedias sentimenta-
les, interpretando frecuentemente a sacerdotes, como en Siguiendo mi camino (1944) y Las campanas de
Santa María (1945). Estas películas competían por la atención del público con la emergencia del film noir,
la importación de la escuela del neorrealismo italiano y un puñado de títulos que aportaron un elemento
de fantasía a su visión del hombre corriente (¡Qué bello es vivir!, de Capra, y A vida o muerte, de Powell
y Pressburger).
En la comedia musical, Gene Kelly se confirmó como el heredero de Fred Astaire, e incluso tuvo tiem-
po para bailar con el ratón Jerry en Levando anclas (1945). En Francia, Jacques Tati se revelaba como una
gran fuerza en la comedia con su Día de fiesta (1948).
Cary Grant despidió la década travistiéndose –un camino que seguirían muchos otros– en La novia era
él (1949). Pero mientras un conflicto terminaba, surgía la amenaza de otro, que tendría graves conse-
cuencias para la comedia. Habiéndose librado del nazismo, América se obsesionó con el “peligro” comu-
nista, especialmente a través del Comité de Actividades Antiamericanas, que llevó a la expulsión de la
industria de varios supuestos simpatizantes comunistas, y a que Chaplin abandonase el país en 1952.

Las comedias de la Ealing

Los estudios Ealing fueron fundados en 1931 por Basil Dean en el oeste de Londres, facturando popula-
res comedias musicales como Looking on the Bright Side (1932). El famoso productor Michael Balcon se
hizo con las riendas en 1938, y durante la II Guerra Mundial el estudio tomó un tono más realista, produ-
ciendo varias cintas de propaganda bélica como Went the Day Well? (1942) y Undercover (1943).
Tras la guerra, la compañía –en lo que resultaría ser su última bocanada de vida– adoptó su ahora
característico estilo realista y lo combinó con argumentos fantasiosos para crear una serie de películas
satíricas que llegaron a ser conocidas universalmente como “comedias Ealing”. Estos films quintaesen-
cialmente británicos estaban firmemente enraizados en el a veces bizarro mundo de la Inglaterra de pos-
guerra, tratando cuestiones como el racionamiento (Whisky a go-go, 1949) o los avances y recelos de los
grandes negocios y la tecnología (El hombre vestido de blanco, 1951). Las comedias de la Ealing tenían
frecuentemente un lado deliciosamente oscuro y subversivo, revelado particularmente en Ocho senten-
cias de muerte (1949) y El quinteto de la muerte (1955), ambas oscuras fantasías cómicas.
Las comedias de la Ealing estaban pobladas por un elenco de grandes actores británicos, como Alec
Guinness, Alastair Sim, Margaret Rutherford y Sidney James, y estaban tan definidas por sus directores
habituales (Alexander Mackendrick, Henry Cornelius, Charles Crichton) como por sus estrellas. El ciclo de
comedias de la Ealing terminó cuando los estudios fueron vendidos a la BBC en 1956.

LOS AÑOS CINCUENTA: LA NUEVA GENERACIÓN

A comienzos de la década de los cincuenta, mientras el tirón en taquilla de Abbott y Costello declinaba,
otro dúo cómico llegó para ocupar su lugar. El equipo radiofónico formado por el tontorrón Jerry Lewis
y el crooner Dean Martin saltó al estrellato en una serie de comedias alocadas y poco refinadas como
¡Vaya par de marinos! (1952) y ¡Qué par de golfantes! (1953). Hollywood también se miró el ombligo en
Cantando bajo la lluvia (1951), una irónica comedia musical sobre la llegada del sonido al cine. Tras haber
interpretado el papel sobre los escenarios, Judy Holliday creó en Nacida ayer (1950) el estereotipo de la

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rubia tonta que se repetiría una y otra vez en Hollywood a lo largo de la década. Sin embargo, fue Marilyn
Monroe quien personificaría la imagen de la rubia con poco seso, haciendo brillar su talento para la come-
dia en las clásicas Los caballeros las prefieren rubias (1953) y La tentación vive arriba (1955).
Los últimos años cuarenta y primeros cincuenta fueron una gran época para las comedias sobre tra-
vestismo. Arrancando en 1949 con La novia era él, donde Cary Grant sufría humillaciones sin fin vestido
de mujer, la década se cerró con una de las mejores películas sobre confusión de identidades de la his-
toria, Con faldas y a lo loco (1959), en la que Jack Lemmon y Tony Curtis se disfrazan para formar parte
de una banda femenina de jazz.

Europa se ríe
Inglaterra estaba ocupada convirtiendo en estrella a Dirk Bogarde en Un médico en la familia (1954), la
primera de una larga serie de comedias que después se convertirían en serie de televisión. Charlie Cha-
plin regresó a su país natal para hacer la fallida pero interesante Candilejas (1952), una oscura reflexión
sobre el envejecimiento donde compartía plano con un enfermo Buster Keaton. El quinteto de la muerte
también nos permitió descubrir a uno de los mejores cómicos británicos, Peter Sellers. Siendo ya una
estrella de la radio, Sellers se lanzó de cabeza al cine, y protagonizaría ¿Teléfono rojo? Volamos hacia
Moscú (1963) antes de unirse al director Blake Edwards para la franquicia de películas de La pantera rosa.
En la Europa continental, entretanto, Italia se partía de risa con el legendario cómico Toto, mientras
Federico Fellini anunciaba su prodigioso talento al mundo con la satírica El jeque blanco (1952). En Fran-
cia, Jacques Tati lograba un gran éxito internacional con su premiado clásico Las vacaciones de Monsieur
Hulot (1953). Y el sueco Ingmar Bergman también sellaba su reputación global con su primera película, la
deliciosa comedia de costumbres Sonrisas de una noche de verano (1955).

Mirando hacia los sesenta

Una característica fundamental de la segunda mitad de los años cincuenta fue el rápido cambio tecnoló-
gico, en particular el advenimiento de la televisión. Hollywood respondió de diversos modos a esta nueva
amenaza. Una solución fue aspirar al “arte mayor”, escogiendo cuidadosamente de entre un nuevo grupo
de actores formados en lo que se dio a conocer como el “Método”. Estrellas emergentes como Marlon
Brando, Montgomery Clift y, más tarde, James Dean aportaron una angustia existencial a su trabajo. Holly-
wood también intentó arrastrar al público con el cine épico, con filmes como La túnica sagrada (1953), la
primera filmada en CinemaScope (otra respuesta a la llegada de la TV), y Los diez mandamientos (1956).
Algunos directores, entretanto, estaban rompiendo con la tradición y forzando sus propios límites. Tras
haberse hecho un nombre con algunas de las mejores comedias de la Ealing, Alexander Mackendrick se
fue a América para rodar el cáustico drama Chantaje en Broadway (1957), una mordaz visión del trabajo
de los agentes de prensa. Mientras tanto, Billy Wilder se apartó de los dramas como El crepúsculo de los
dioses (1950) y dedicó su prodigioso talento a la comedia de forma más regular, creando joyas como Con
faldas y a lo loco y El apartamento (1960).
A finales de la década, Rock Hudson se había convertido en una gran estrella –el hecho de que fuese
uno de los homosexuales más notorios de Hollywood era un secreto celosamente guardado– y se unió a
Doris Day en una serie de espumosas comedias de alcoba que arrancaron con Confidencias a mediano-
che (1959). En ausencia de Lewis y Martin, que se habían separado agriamente en 1956, Rock y Doris se
convirtieron en el dúo cómico más popular de Hollywood.
Inglaterra carecía de un equipo cómico, pero pronto tendrían toda una caterva de actores regulares con
el lanzamiento de Carry On Sergeant (1958), inicio de la longeva saga de Carry On..., que convertiría en
estrellas a Sid James, Kenneth Williams y Barbara Windsor y muchos otros en el transcurso de los vein-
te años siguientes.

LOS AÑOS SESENTA: DE LOS BEATLES A EL GRADUADO

En los años sesenta, la comedia empezaba a anquilosarse. Había un nuevo nivel de cinismo en películas
como El apartamento y ¿Teléfono rojo?, pero había pocos cambios o desarrollo. Doris Day y Rock Hud-
son seguían reinando en la taquilla. Aundrey Hepburn deslumbró en Desayuno con diamantes (1961), pero

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VIII| Introducción
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Dustin Hoffman en El graduado.

la mordiente satírica de la novela de Truman Capote se había perdido en la transición a la pantalla. Un

subgénero particularmente característico de los sesenta fueron las muy californianas “películas de playa”,
optimistas y amables historias sobre surf y chicas en bikini, con títulos como Escándalo en la playa (1963)
y Beach Blanket Bingo (1965), y frecuentemente protagonizadas por el crooner Frankie Avalon y Annet-
te Funicello.
Fueron cuatro chicos de Liverpool los que realmente pusieron patas arriba la comedia en los sesenta.
La primera película de los Beatles, ¡Qué noche la de aquel día! (1964), no sólo capturó la locura que supo-
nía ser los cuatro rostros más famosos del mundo, sino que también tomó las lecciones aprendidas del
realismo cinematográfico y las aplicó a la comedia. Esta película ayudó a definir el cine juvenil, que domi-
naría el final de la década con El graduado (1967) e Easy Rider (1969). El director americano Richard Les-

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 Introducción | IX
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ter capturó perfectamente los últimos días de la Inglaterra de posguerra, filmando en un austero blanco
y negro un mundo que estaba a punto de estallar en mil colores.
Lester continuó mostrando su visión cómica de los Swinging Sixties en El Knack... y cómo conseguirlo
(1965) y su segunda película con los Beatles, la inferior ¡Socorro! (1965). Mientras tanto, Michael Caine se
convertía en una estrella mundial con la agridulce Alfie (1966).
En América, Norman Jewison usó la comedia en ¡Que vienen los rusos, que vienen los rusos! (1966) para
ofrecer una mordaz visión de la América pueblerina y para hacer un malicioso comentario sobre la Gue-
rra Fría. Ese mismo año, James Coburn se burló de su propia imagen y de las películas de James Bond
con la parodia Flint, agente secreto. Pero a pesar de estos momentos de brillantez, la sensación predo-
minante a mediados de los sesenta era de desorientación. Que una nueva dirección fuese encontrada por
un ex-cómico de club no fue un accidente.
Mike Nichols había hecho comedia de improvisación junto a su amiga Elaine May a finales de los cin-
cuenta antes de convertirse en director teatral. Su debut cinematográfico fue la tensa ¿Quién teme a Vir-
ginia Woolf? (1966), pero para su segundo filme escogió un libro de Charles Webb titulado “El gradua-
do”. La historia del alienado joven Benjamin Braddock redefinió Hollywood y descubrió un público que la
industria había perdido y/o ignorado durante la mayor parte de la década. Los jóvenes buscaban pelícu-
las que les hablasen directamente a ellos, y El graduado lo hacía. Se identificaba con un público desen-
cantado, les decía que su punto de vista era relevante y, en última instancia, les ayudaba a definirlo.

LOS AÑOS SETENTA: EL GRAN CAMBIO

El cine de los setenta estuvo definido por un grupo de directores que encontraron su camino luchando a
brazo partido con una sociedad que había perdido el rumbo. Una sensación de negatividad se filtró en la
comedia de esta década. El impacto y las implicaciones de la promiscuidad de los sesenta se dejaban
sentir en Conocimiento carnal (Mike Nichols, 1971), y Robert Altman mostró los verdaderos colores de la
guerra en la negrísima M.A.S.H. (1969).
En un registro más ligero, Peter Bogdanovich rindió homenaje a las screwball comedies de los años
treinta en ¿Qué me pasa, doctor? (1972). Hal Ashby hizo la magistral Harold y Maude (1971), la emotiva
historia de un adolescente que se enamora de una anciana de ochenta años. Y El golpe (1973) reunía a
Robert Redford y Paul Newman después del gran éxito de Dos hombres y un destino (1969), esta vez para
revivir las películas de timos. A medida que la década avanzaba, sin embargo, la comedia se volvió más
cínica. Dustin Hoffman llevó al comediante Lenny Bruce a las masas en Lenny (1974) –dándole una popu-
laridad que Bruce nunca alcanzó en vida–, mientras Roba sin mirar a quién (1977) seguía las desventuras
de dos aprendices de ladrones de bancos.
Los setenta también fueron una época de gran productividad para muchos directores. Mel Brooks
parodió el western en Sillas de montar calientes (1974) y los clásicos de terror de la Universal en El joven-
cito Frankenstein (1974), antes de intentar el más difícil todavía volviendo al cine mudo en La última locu-
ra (1976). Su vecino neoyorquino Woody Allen entró en los setenta con sus instintos cómicos en plena
forma: Toma el dinero y corre, Bananas, El dormilón, Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero
nunca se atrevió a preguntar, La última noche de Boris Grushenko, Annie Hall, Manhattan...
En Europa, los Monty Python dieron el salto a la gran pantalla con la surrealista Los caballeros de la
mesa cuadrada y sus locos seguidores (1974). Otros europeos se tomaban la comedia más en serio. Luis
Buñuel asestó dos certeras puñaladas a la clase media-alta en Tristana (1970) y El discreto encanto de la
burguesía (1972). El checo Milos Forman se marchó a América y satirizó su nuevo hogar adoptivo en su
primera película en inglés, Juventud sin esperanza (1971). En las Antípodas, entretanto, Peter Weir alerta-
ba al mundo sobre la existencia del cine australiano con su radical comedia The Cars that Ate Paris (1974).

Los chicos de la tele

El éxito de Tiburón (1975) y La guerra de las galaxias (1977) anunció la llegada de los blockbusters y cam-
bió para siempre el rostro del cine. En respuesta, la comedia miró hacia la televisión. El programa Satur-
day Night Live lanzó al estrellato a una nueva generación de humoristas que dominarían el género en las
siguientes décadas. Visto inicialmente como un espacio para el menospreciado espectador contracultu-

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X| Introducción
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ral, SNL se alió con la igualmente influyente revista de humor “National Lampoon”, que en 1978 estaba
lista para saltar al cine con Desmadre a la americana, la película que lanzó al estrellato al cómico del SNL
John Belushi. La comedia americana había encontrado una nueva dirección, cabalgando sobre un torren-
te de sexo, drogas y rock’n’roll en películas como Los incorregibles albóndigas (1979), El club de los cha-
lados, Granujas a todo ritmo (ambas de 1980) y su pariente canadiense, Porkys (1981).
A finales de los setenta, y fuera del mundo de la comedia derivada de la televisión, el panorama pare-
cía prometedor: Dudley Moore finalmente salió de la sombra de Peter Cook, reemplazándole por Bo
Derek en la comedia de Blake Edwards 10, la mujer perfecta (1979); Burt Reynolds dominó la taquilla ame-
ricana con un montón de películas sobre coches, arrancando con Los caraduras (1977); Hal Ashby, que
había empezado la década con Harold y Maude, la cerró con Peter Sellers en la conmovedora sátira pre-
sidencial Bienvenido, Mr. Chance (1979). Mientras, Europa era seducida por la gloria gay de La jaula de las
locas (1978), que después tuvo dos secuelas y fue americanizada en Una jaula de grillos (1996). Y los
Monty Python alcanzaron su cénit con su surrealista sátira religiosa La vida de Brian (1979).

LOS OCHENTA: LOS AÑOS DE LA SUPERFICIALIDAD

A comienzos de los ochenta, incluso Woody Allen se estaba poniendo serio, e inició la década viéndose
atacado por los alienígenas (una metáfora de los críticos) en Recuerdos (1980). Para ser justos con Allen,
cuanto más caía en la trampa de sus obsesiones no cómicas, más interesante se volvía como cineasta,
como demuestran La rosa púrpura de El Cairo (1985) y Delitos y faltas (1986). Martin Scorsese también
tomó un nuevo giro como director en los ochenta, produciendo un par de comedias terroríficas: El rey de
la comedia (1982), con una redefinitoria interpretación de Jerry Lewis, y la paranoica pesadilla yuppie Jo,
qué noche (1985).
En los ochenta, un pernicioso cinismo se adueñó del modo en que se producían las películas. Las
secuelas –generalmente un medio de garantizar ingresos para una serie de gags repetidos– se convirtie-
ron en la norma. Hubo puntos álgidos –John Hughes, por ejemplo, que emergió como el más brillante
guionista de comedias de su generación–, pero por cada triunfo de Hughes como 16 velas (1984) o Todo
en un día (1986), había un La venganza de Porky (1985) o un Los albóndigas III (1986).

Nuevas estrellas
Richard Pryor y Gene Wilder se unieron para hacer Locos de remate (1980), una comedia simplemente
correcta, pero que al menos nos dio un atisbo de un equipo cómico emergiendo por primera vez en años.
Lamentablemente, fue una promesa que nunca llegó a cumplirse totalmente, como fue el caso del dúo
Dan Aykroyd-John Belushi, dos ex-miembros del SNL que triunfaron en 1980 con Granujas a todo ritmo.
Pero su sociedad tuvo un trágico final cuando Belushi murió debido a una sobredosis en 1982.
Otra estrella surgida de la prodigiosa cantera del SNL fue Eddie Murphy, protagonista de varias pelí-
culas que demostraron ser extremadamente influyentes e hijas de su tiempo. La primera fue Límite: 48
horas (1982), que ayudó a definir la moderna “película de colegas”. Murphy también fue el abanderado
de otra nueva tendencia en la comedia: el elemento de acción. Superdetective en Hollywood (1984)
demostró que ahora era válido pasarse media película haciendo chistes y la última media hora pegando
tiros de un modo completamente no cómico. Este crossover iba a dominar el género durante al menos
otra década.
Tras la muerte de John Belushi, Aykroyd y otro ex-miembro del SNL, Bill Murray, rodaron Los cazafan-
tasmas (1984), demostrando que la comedia podía polinizarse con las grandes producciones repletas de
efectos especiales. El género de terror también se mezcló con el humor gracias a Joe Dante y sus Grem-
lims (1984), una película que destrozaba en mil pedazos la idílica América pueblerina de Frank Capra,
mientras que el antiguo animador de Disney Tim Burton llevó las risas al lado oscuro con la comedia
sobrenatural Bitelchús (1988).
El cine americano aún podía crear bellas películas artesanales basadas en guiones inteligentes e inge-
niosos. Y para demostrarlo surgió el director Barry Levinson, primero con la semiautobiográfica Diner
(1982), y después con Good Morning Vietnam y Dos estafadores y una mujer (1987). El co-protagonista
de ésta, Danny DeVito, no sólo se convirtió en un popular actor cómico sino también en uno de los direc-

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tores más oscuros de la comedia americana con las negrísimas Tira a mamá del tren (1987) y La guerra
de los Rose (1989).
En la escena independiente, el director Jim Jarmusch realizó tres de las comedias más mordaces que
nunca se han visto en una pantalla –Extraños en el paraíso (1984), Bajo el peso de la ley (1986) y Mystery
Train (1989)–, sentando las bases para el boom del cine indie que iba a caracterizar la década siguiente.

Parodia, que algo queda

La parodia jugó un papel integral en la comedia de los ochenta. Introducida por el trío Zucker-Abrahams-
Zucker con la demoledora Aterriza como puedas (1980), continuarían explotando el filón destrozando los
pilares de las películas sobre la II Guerra Mundial en Top Secret! (1984) y del cine policíaco en la saga Agá-
rralo como puedas (1988-94). Dándose cuenta de que el género estaba vivo y funcionando de nuevo, Mel
Brooks volvió al ruedo con La loca historia del mundo (1981) y La loca historia de las galaxias (1987).
A medida que los ochenta avanzaban, emergió una nueva especie de comedia dramática. Nadie la cul-
tivó con mayor aplomo que James L. Brooks con Al filo de la noticia (1987), una perspicaz mirada a los
medios de comunicación y una de las películas más proféticas de su tiempo. Mientras tanto, la comedia
romántica también recibió un gran impulso cuando el director Rob Reiner finalizó la década con el mejor
orgasmo fingido de la historia del cine, cortesía de Meg Ryan, en la emotiva Cuando Harry encontró a
Sally (1989).

La escena internacional
En los ochenta, el director finlandés Aki Kaurismäki puso a su país en el mapa en términos cinematográ-
ficos con una serie de comedias extravagantes como Ariel (1988) y Leningrad Cowboys Go America
(1989). Paul Hogan, una antigua estrella de la televisión australiana, hizo lo mismo por su país con su muy
exitosa Cocodrilo Dundee (1986).
Jackie Chan llevó el cine de acción de Hong Kong a las masas, rompiéndose todos los huesos del cuer-
po para diversión de su público, mientras el director sueco Lasse Hallstrom ofrecía un humor más ama-
ble con la agridulce y extraña Mi vida como un perro (1985).
¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) y La ley del deseo (1987) hicieron saber al mundo que la
subversiva presencia de Pedro Almodóvar estaba surgiendo en España, aunque no sería hasta Mujeres al
borde de un ataque de nervios (1988) cuando realmente se dio a conocer a nivel internacional.
Bill Forsyth también se presentó a sí mismo, y a la hasta entonces irrelevante industria cinematográfi-
ca escocesa, con la fantasía futbolística Gregory’s Girl (1980) y la fábula capriana Un tipo genial (1983),
antes de marcharse a América y perderse en la mediocridad. En Inglaterra, el ex-Monty Python John Cle-
ese trató de evocar el mejor espíritu de las comedias de la Ealing en Un pez llamado Wanda (1988), que
se convirtió en un gran éxito internacional.

LOS 90: DÍAS DE INDEPENDENCIA

El arranque de la década de los 90 fue un periodo confuso para Hollywood, con el público mirando más
hacia atrás que hacia adelante, y los cineastas reexaminando los grandes temas y nociones culturales. La
tragicomedia negra La hoguera de las vanidades (1990) retornaba a los despiadados ochenta, mientras
Ghost (1990) –un éxito inesperado– volvía al romance a la vieja usanza, al igual que el cuento de hadas y
prostitutas Pretty Woman (1990), que convirtió en estrella a Julia Roberts. Y Robert Altman regresó a su
mejor forma para vengarse de la industria en El juego de Hollywood (1992). Mientras tanto, la mayor estre-
lla infantil desde Shirley Temple emergió en la figura de Macaulay Culkin, cortesía de Solo en casa (1992),
creada por John Hughes (una señal definitiva de que su talento se había apagado).
A mediados de los 90 aparecieron los hermanos Farrelly, sobre quienes existen dos opiniones contra-
puestas: unos dicen que han llevado la comedia americana a unos niveles de calidad bajo mínimos, y
ponen como ejemplo Dos tontos muy tontos (1994); otros defienden que simplemente han devuelto al
género algo de incorrección política, y citan Algo pasa con Mary (1998). Se opine lo que se opine, lo cier-
to es que los Farrely han creado algunas de las más escandalosas comedias cinematográficas desde los
tiempos de los Hermanos Marx.

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Los noventa fueron buenos tiempos para las estrellas de la comedia. Bill Murray alcanzó un hito en su
carrera con Atrapado en el tiempo (1993), y Tom Hanks, con la ayuda del director Robert Zemeckis, con-
virtió lo que era ostensiblemente la historia de un idiota en una de las más satíricas miradas a América
desde ¿Teléfono rojo? con la multioscarizada Forrest Gump (1994).
Eddie Murphy abandonó la incorrección política y se pasó al cine familiar con los remakes de El profe-
sor chiflado (1996) y Doctor Dolittle (1998), siguiendo los pasos de su contemporáneo Steve Martin, que
había estado interpretando a cabezas de familia desde Dulce hogar... a veces (1989) y el remake de El
padre de la novia (1991).
El canadiense Jim Carrey rompió todas las reglas, no sólo interpretativas –hablando con el trasero en
Ace Ventura: detective de mascotas (1993)– sino también financieras, de Hollywood. Fue el primer actor
en cobrar 25 millones de dólares por una película –Un loco a domicilio (1996)–, inflando radicalmente el
presupuesto medio de cualquier película con estrellas. Después, Carrey ampliaría su registro en la bri-
llantemente satírica El Show de Truman (1998).
Otros nombres importantes en este período son dos ex-alumnos del SNL: Mike Myers, que triunfó pri-
mero con Wayne’s World (1992) y después con el ciclo de Austin Powers (1997-2002); y Adam Sandler,
cuya mezcla de humor adolescente y comportamiento perturbado se combinaron perfectamente en pelí-
culas como El chico ideal (1998) y Un papá genial (1999).

El tamaño no siempre importa

A medida que la década avanzaba, se produjo un cambio en el cine americano que, por extensión, ten-
dría un enorme impacto global. Más que en ningún otro momento en su historia, Hollywood empezó a
sentir el poder del cine independiente. Espoleada por el éxito en Cannes de sexo, mentiras y cintas de
vídeo (1989), de Steven Soderbergh, la industria pronto cayó bajo el influjo del indie, dando paso a una
nueva generación de cineastas.
En 1994, Kevin Smith hizo Clerks con un presupuesto minúsculo, pero su impacto fue enorme, ayudan-
do a identificar la película independiente americana como la forma de arte cinematográfico más impor-
tante de su día. Smith demostraría ser un director y guionista digno de mención, creando una obra en los
años posteriores que exploraba temas similares y utilizaba actores y personajes recurrentes en películas
como Persiguiendo a Amy (1996) y Dogma (1999).
Smith no era, ni mucho menos, el único cineasta que lideraba la carga de los independientes. Los her-
manos Coen (Joel dirigiendo, Ethan produciendo, los dos escribiendo los guiones) habían empezado a
hacerse su propio hueco en la década de los ochenta, financiando su primera película, Sangre fácil (1983),
con las tarjetas de crédito de familiares y amigos. Con el paso de los años revelaron un gran talento para
la comedia, con títulos como Arizona Baby (1987), la oscuramente absurda Barton Fink (1991) y El gran
Lebowski (1998), para acabar convirtiéndose en uno de los equipos artísticos más influyentes del Holly-
wood actual.
A mediados de los noventa, el movimiento independiente ya estaba siendo absorbido por los estudios,
que vieron que allí había dinero y quisieron llevarse una tajada. En 1993, la Disney se asoció con Miramax,
y las películas indies buscaban compañías como Fox Searchlight (filial de 20th Century Fox) para su
financiación. El indie fue otro movimiento que tuvo demasiado éxito para su propio bien.

El mundo es un gran chiste

Con la creciente importancia del cine independiente americano llegó la exigencia del público por una ma-
yor variedad de películas procedentes de todos los rincones del mundo. ¿Quién hubiese pensado unos
años antes que una de las comedias más deliciosas de la década vendría de Taiwan? Pero así fue, y El
banquete de bodas (1993) anunció la llegada del director Ang Lee, que pronto emprendería el camino a
Hollywood.
Las Antípodas volvieron a ser centro de atención gracias al éxito internacional de tres películas: Strictly
Ballroom (1992), que mostró el prodigioso talento de su director, Baz Luhrmann; la road movie sobre drag
queens Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994); y Babe, el cerdito valiente (1995), la dulce his-
toria de un puerco parlante dirigida nada menos que por el autor de Mad Max, George Miller.
En Francia, el director Jean-Pierre Jeunet mostró una fantasiosa visión de su París natal en Delicates-
sen (1990). Mientras, Patrice Leconte, que se había posicionado como un cineasta de talla mundial con

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las agridulces Monsieur Hire (1989) y El marido de la peluquera (1990), se pasaba ahora a la road movie
enloquecida con La maté porque era mía (1993).
Pero si en Europa surgió una gran estrella cómica durante los 90, ése fue indudablemente el italiano
Roberto Benigni, que se había hecho un nombre en su país con la parodia mafiosa Johnny Palillo (1991).
Después, Blake Edwards le escogió como sustituto de Peter Sellers para El hijo de la pantera rosa (1993),
una película que no hizo ningún bien a su carrera. El mayor éxito de Benigni hasta la fecha es la oscari-
zada La vida es bella (1997), llevando la comedia a los campos de concentración de la II Guerra Mundial.

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En 1994, el guionista británico Richard Curtis, amigo y colaborador de Rowan “Mr. Bean” Atkinson, se
pasó de la televisión al cine y nos regaló Cuatro bodas y un funeral, que se convirtió en la comedia bri-
tánica más taquillera de la historia y dio al mundo a Hugh Grant, el mejor actor de comedia que ha sali-
do de las islas desde su casi tocayo Cary. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que alguien aña-
diese un componente de realismo social a las risas. En 1997, el director Peter Cattaneo eclipsó a Cuatro
bodas... en la taquilla con la historia sobre strippers masculinos Full Monty.

LA COMEDIA EN EL NUEVO MILENIO

En términos de comedia, el nuevo milenio estuvo dominado por una película: El diario de Bridget Jones
(2001), basada en la novela de Helen Fielding y protagonizada por Renée Zellweger como la adorable
treintañera del título. Ese mismo año, Jean-Pierre Jeunet y Audrey Tautou dieron al mundo una más
excéntrica pero igualmente popular heroína cómica francesa en Amelie. La industria británica siguió
haciendo comedias románticas –Love Actually (2003)– pero también se aventuró en otras áreas, desde
los problemas de la comunidad asiático-británica (Oriente es Oriente, 2003), al fútbol femenino (Quiero
ser como Beckham, 2002) e incluso el terror (Zombies Party, 2004).
En América, los devastadores efectos del 11-S tuvieron un gran impacto sobre la comedia, como sobre
todo lo demás. Triunfó el documental, uniendo temas serios con un generoso puñado de ironía y sátira.
El principal representante de este género es, por supuesto, Michael Moore, que se convirtió en portavoz
de los liberales poniendo en solfa la obsesión de sus compatriotas por las armas en la oscarizada Bow-
ling for Columbine (2002), y toda la estructura de la política americana en Fahrenheit 9/11 (2004).
El actor/director Ben Stiller surgió como una importante fuerza cómica a finales de los noventa en pelí-
culas como Algo pasa con Mary (1998). En el nuevo siglo, solidificó su sociedad con Owen Wilson, con
quien ha co-protagonizado títulos como Los padres de ella (2000) y Zoolander (2004), formando lo más
parecido a un equipo cómico que el cine americano ha tenido en los últimos años. Wilson también suele
colaborar con Wes Anderson, probablemente el director americano de comedia más excitante desde
John Hughes. Academia Rushmore (1998) y Los Tenenbaums (2001) son dos joyas de la nueva comedia
yanqui.
Las películas extravagantes de aroma indie –cruce de cine comercial/arte y ensayo– han caracterizado
los primeros años del nuevo siglo, con resultados a veces sorprendentes. Adam Sandler forzó los límites
de la comedia en la agridulce Embriagado de amor (2002). Jim Carrey volvió a demostrar que puede ser
un actor de gran sutileza en la tragicómica Olvídate de mí (2004), escrita por Charlie Kaufman, que antes
nos había dado la surrealista Cómo ser John Malkovich (1999). Alexander Payne nos regaló un par de
maravillosas comedias sobre hombres en crisis: A propósito de Schmidt (2002), protagonizada por Jack
Nicholson, y el éxito-sorpresa Entre copas (2004), una bella “película de colegas” ambientada en los viñe-
dos de California.

LA COMEDIA INTERNACIONAL

Australia
Durante la mayor parte del siglo XX, no hubo mucho de lo que reírse en las Antípodas cuando se trata-
ba de competir con Hollywood. Esta situación comenzó a cambiar en los años setenta con el éxito de The
Adventures of Barry Mackenzie (1972), dirigida por Bruce Beresford, que años más tarde alcanzaría la glo-
ria con Paseando a Miss Daisy. Peter Weir también logró un éxito de culto con The Cars That Ate Paris
(1974), que usaba la Australia rural como marco para la unión de la comedia con otros géneros.
En los ochenta, el cómico de televisión Paul Hogan se convirtió en una estrella internacional con Coco-
drilo Dundee (1986), uno de los éxitos más inesperados de la década. Sus inevitables secuelas no funcio-
naron tan bien, y finalmente Hogan decidió retirarse a dormir en sus laureles.
En los 90 tuvimos Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994), una road movie cómica sobre
tres drag queens que escapan del gueto gay de Sydney, que fue aclamada por la crítica. Baz Luhrmann
comenzó a dar muestras de su talento para las coreografías delirantes con su éxito de 1992 Strictly Ball-

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room. Y P. J. Hogan volvió a poner de moda al grupo Abba en La boda de Muriel (1994) antes de emigrar
a Hollywood.

Escandinavia
La imagen que el resto del mundo tiene de los países escandinavos no incluye el humor como una de sus
características más importantes. Pero, en realidad, estos climas gélidos han producido su cuota de come-
dias, aunque sólo un puñado de ellas ha penetrado en los mercados internacionales.
Aparte de una breve “edad dorada” a comienzos del siglo XX, el cine danés no ha destacado dema-
siado en el panorama mundial hasta los últimos años. Sin embargo, ha originado una de las sagas cómi-
cas más longevas de las que se tiene constancia: The Olsen Gang (1968-81), que también fue adaptada
para una versión paralela en Noruega (1969-84). Se hicieron un total de trece entregas en ambos países,
usando diferentes repartos.
El Dogma 95, producto de las mentes de los cineastas daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg, fue
una nueva Biblia que intentó devolver el cine a sus raíces. Aunque las películas Dogma son generalmen-
te melodramáticas, podemos encontrar elementos humorísticos en títulos como Mifune (1999). La figura
más destacada surgida en los últimos años en el cine danés es la directora Lone Scherfig, autora de Ita-
liano para principiantes (2000) y la tragicomedia sobre suicidios Wilbur se quiere suicidar (2002).
La comedia finlandesa ha dado uno de los nombres más importantes en la escena independiente. El
prolífico Aki Kaurismäki, junto con su hermano Mika, ha sido responsable de las mejores producciones de
su país desde finales de los ochenta. Particularmente exitosas han sido Leningrad Cowboys Go America
(1989), una road movie musical que sigue a una banda de rock finlandesa de gira por América, y la más
oscura Contraté a un asesino a sueldo (1990), ambientada en Londres.
Suecia ha aparecido periódicamente en el radar de la comedia global. Sonrisas de una noche de vera-
no (1955) es quizas la mejor de las películas ligeras de Ingmar Bergman y hace mucho más clara su cone-
xión con Woody Allen. Años más tarde, Lasse Hallstrom obtuvo un gran éxito internacional con Mi vida
como un perro (1985) antes de emigrar a Hollywood. El director sueco más importante de la actualidad,
Lukas Moodyson, también mostró una ocasional aptitud cómica en su película Juntos (2000).

España
Cuando se habla de comedia en España, todos los caminos parecen llevar a Pedro Almodóvar. Anterior-
mente, destaca la figura del ecléctico Luis García Berlanga, que dirigió y co-escribió junto con Juan Anto-
nio Bardem Bienvenido Mr. Marshall (1952). De hecho, ambos cineastas gozarían de largas y exitosas
carreras en España, aunque ninguno de ellos pudo impactar significativamente en la escena internacio-
nal debido al represor clima franquista de la época. Ni siquiera las comedias “de destape” de finales de
los sesenta y comienzos de los setenta eran tan atrevidas como parecían. Mientras el resto de Europa se
volvía cada vez más permisiva –era la época del boom del porno soft–, no había muchas oportunidades
de que estas comedias de costumbres sorprendiesen al resto del mundo.
Desde el principio de su carrera, Almodóvar ha sido su propio productor y se ha ganado una crecien-
te base de seguidores, mientras en el proceso ha hecho grandes estrellas de actores habituales como Car-
men Maura, Victoria Abril y Antonio Banderas. Sus películas oscilan entre el melodrama y la comedia fre-
nética, a menudo a expensas de la sensibilidad del público más conservador. Los temas gays y los fuer-
tes personajes femeninos han sido una constante en su obra, aunque con el paso de los años sus exce-
sos emocionales y su extravagancia visual parecen haberse atemperado un poco. Almodóvar obtuvo un
gran éxito con Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988), aunque su consagración internacional le
llegó con los Oscar a la Mejor Película Extranjera de Todo sobre mi madre (1999) y al Mejor Guión para
Hable con ella (2002).
Almodóvar formó parte de la llamada Escuela de Madrid, que también incluye a directores como Fer-
nando Trueba, quien logró cierta fama internacional cuando ganó el Oscar a la Mejor Película Extranjera
por Belle Epoque (1992). Desde Barcelona, Bigas Luna causó revuelo con sus primeros trabajos, Jamón,
jamón (1992) y Huevos de oro (1993), criticados por su aparente exceso de testosterona, aunque el direc-
tor afirma que sus películas satirizan los modos del “macho hispánico” más que aplaudirlos.
En los últimos años, el rey de la comedia chusca en España es indudablemente Santiago Segura, con
sus películas sobre el impresentable policía Torrente. Segura también apareció en los primeros films del

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director vasco Álex de la Iglesia, que se ha construido una pequeña base de seguidores de culto y una
reputación para la sorpresa constante. Su cima probablemente sea la comedia terrorífica El día de la bes-
tia (1995), en la que un sacerdote, un fan del heavy metal y un falso parapsicólogo intentan impedir el
nacimiento del Anticristo en Madrid.
Podemos esperar que Almodóvar, De la Iglesia y sus colegas continúen forzando los límites de la come-
dia en los años venideros.

Francia
En los primeros días del cine, antes de la I Guerra Mundial y de la llegada del sonido, la superestrella Max
Linder dominó la comedia, no sólo en su país, sino en el extranjero. Con el advenimiento del sonoro, la
comedia francesa se volvió hacia la vanguardia, el music hall y el teatro en busca de inspiración, con los
directores René Clair y Sacha Guitry liderando el camino.
En los años treinta surgieron otras tradiciones. Las películas de Jean Renoir La gran ilusión (1937) y La
regla del juego (1937) tienen muchos momentos en los que drama y comedia se dan la mano. El pan y el
perdón (1938), de Marcel Pagnol, capturaba para la comedia el encanto de los paisajes de la Provenza y
el realismo habitual de su director.
En la posguerra, el director Jacques Tati entró en el panteón de los héroes de la comedia con un esti-
lo visual que se remontaba a Max Linder y la era muda. Tati alcanzó su cénit a comienzos de los cincuenta;
su principal rival en aquella época fue el prolífico Fernandel, que hizo más de cuarenta películas en los
años treinta antes de alcanzar su máxima popularidad con las cinco entregas del cura Don Camilo.
En los sesenta, el cine francés sufrió la sacudida de la Nouvelle Vague, un nuevo tipo de cine experi-
mental que satirizaba a la burguesía desde un punto de vista izquierdista. En medio de esta revolución,
la comedia tradicional seguía funcionando bien en taquilla. La gran juerga (1964), dirigida por Gérard
Oury y protagonizada por el cómico inglés Terry Thomas como un piloto de la RAF abatido en Francia,
se convirtió en una de las comedias galas más populares de la historia. Oury también dirigió El hombre
del Cadillac (1965), con el popular Louis de Funès, recordado por muchas películas, entre ellas Las locas
aventuras del rabí Jacob (1973).
No fue hasta que la Nouvelle Vague empezó a decaer que una nueva comedia francesa emergió, con
sus raíces firmemente plantadas en el teatro. Esta nueva comedia social naturalista, que ponía el énfasis
en la guerra de sexos, fue parcialmente anticipada por el éxito mundial de La jaula de las locas (1978),
basada en una obra de Francis Veber, que en los ochenta se pasó a la dirección.
La moderna comedia francesa es una verdadera industria, que se apoya en cuatro pilares: las iniciati-
vas del gobierno, un amplio público local, una gran nómina de directores (Bertrand Blier, Jean-Pierre Jeu-
net, Patrice Leconte, Francis Veber, Coline Serreau, Josiane Balasko, Jean-Marie Poiré) y un elenco de
actores de talento, como Daniel Auteuil, Michel Serrault y, por supuesto, Gèrard Depardieu.
Veber ha proporcionado a Hollywood abundante material para remakes (nada menos que ocho de sus
películas han sido ya hechas o compradas para su versión americana). Quizás la cumbre de sus obras
francesas sea La cena de los idiotas (1998), en la que demuestra su magistral dominio de la farsa.
Hollywood también tomó nota del éxito de Los visitantes (1993), de Jean-Marie Poiré. Aunque el resto
de sus películas no han alcanzado el mismo impacto, Le peé noel est une ordure (1982) tuvo un remake
americano, Un día de locos (1994), protagonizado por Steve Martin. Poiré continuó encadenando éxitos
en los 90, varios de ellos protagonizados por su actor fetiche, Jean Reno.
Jean-Pierre Jeunet es un brillante visionario que tuvo su primer éxito internacional en 1990 con la
inventiva Delicatessen. Desde entonces ha seguido haciendo películas impactantes como La ciudad de
los niños perdidos (1995) y Alien Resurrección (1997), esta última en Hollywood. Moviéndose entre el
drama y un juguetón sentido del humor, en 2001 volvió a triunfar a lo grande con Amélie, que presentó a
Audrey Tautou como una gran estrella.
Patrice Leconte comenzó a llamar la atención internacional con su soberbio thriller Monsieur Hire
(1989), antes de revelar su talento para la comedia del absurdo. El marido de la peluquera (1990) funcio-
nó bien internacionalmente, mientras La maté porque era mía (1998), una oscura road movie cómica, es
uno de sus mejores trabajos.
Josiane Balasko ha trabajado extensamente como actriz cómica y en los 90 dirigió dos comedias
sexuales: la lésbica Felpudo maldito (1995) y Ma vie en enfer (1991), protagonizada por Daniel Auteuil.

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Coline Serreau tuvo un gran éxito internacional con Tres solteros y un biberón (1985), que tuvo su co-
rrespondiente remake en Hollywood. Más recientemente ha dirigido Caos (2001), en la que un matrimo-
nio burgués intenta ayudar a una prostituta maltratada.

Italia
La tradición cómica cinematográfica italiana se remonta a la era muda con estrellas como el francés Cre-
tinetti. Un caso digno de mención es el del cómico napolitano Totó, no tanto un actor como una perso-
nalidad frenética que podía adaptarse a todo tipo de personajes. Muy prolífico (hizo 97 películas entre
1937-1967), su momento de gloria fue la época de posguerra, durante la cual protagonizó vehículos como
Totó busca piso (1949) o Totó Tarzán (1950).
Vittorio de Sica fue un actor y director de comedias románticas antes de convertirse en una leyenda
del cine con su famosa obra maestra del neorrealismo Ladrón de bicicletas (1948). Mezcló comedia y fan-
tasía en Milagro en Milán (1951), antes de regresar al romanticismo, especialmente con Ayer, hoy y maña-
na (1963), la primera unión en pantalla de Sofía Loren y Marcello Mastroianni, que repetirían en Matrimo-
nio a la italiana (1964). Mastroianni prolongó su vena humorística en títulos como Hoy, mañana, pasado
mañana (1965) y Tras la pista del Zorro (1966). También apareció en la oscura La gran comilona (1973), de
Marco Ferreri, en la que cuatro hombres disfrutan de un pantagruélico banquete con nihilista abandono.
Amarcord (1973), de Federico Fellini, mantuvo viva la llama de la fantasía con un imaginativo y nostál-
gico retrato de su Rimini natal en los años del fascismo. Confiadamente vulgar y uno de sus trabajos más
accesibles, Amarcord era una película demasiado individual como para inspirar una nueva tendencia en
el género de la comedia.
Con el boom de la televisión en los setenta, la venta de entradas de cine cayó en picado en Italia, y los
cineastas se vieron obligados a acudir a las cadenas televisivas en busca de financiación. En consecuen-
cia, emergió una estética visual de estilo reportaje, poniendo el énfasis en los diálogos y los primeros pla-
nos. Esto se ajustaba perfectamente a los talentos emergentes de directores de comedia como Roberto
Benigni (Soy el pequeño diablo, 1988), Maurizio Nichetti (Ladrones de anuncios, 1989) y Nanni moretti
(Querido diario, 1993), considerados parte de un grupo de “nuevos cómicos” que emergió a comienzos
de los ochenta.
De los tres, fue Benigni quien tuvo mayor impacto. Johnny Palillo (1991) rompió records de taquilla en
Italia, pero se hizo más conocido en el extranjero por sus colaboraciones con el director americano Jim
Jarmusch –Bajo el peso de la ley (1986) y Noche en la Tierra (1991)–, hasta que ganó el Oscar a la Mejor
Película Extranjera y al Mejor Actor por La vida es bella (1997), una tragicomedia sobre el Holocausto
escrita, dirigida y protagonizada por él. Después de aparecer en la superproducción francesa Asterix y
Obélix contra César (1999), el no siempre fiable Benigni se estrelló con su versión de Pinocho (2002).

El lejano Oriente
La comedia tiene una gran tradición en China, Hong Kong y Taiwan, impulsada no sólo por la extraordi-
naria exuberancia del cine popular de Hong Kong sino también por los elementos compartidos de una
herencia cultural común. Los grandes temas en todas estas industrias regionales incluyen la comida, la
familia, el kung fu y los desafíos de la vida urbana moderna.
El rey de la comedia en Hong Kong es Stephen Chow, prolífico actor especializado en parodias que en
los últimos tiempos se ha pasado a la dirección, logrando éxitos internacionales con Shaolin Soccer
(2001), mezcla de fútbol y kung fu, y Kung Fu sion (2004), que une artes marciales, cine de gangsters y
crítica social en una ecléctica combinación.
Fuera de Hong Kong, Jackie Chan es la estrella más famosa de las comedias de acción. En los setenta
parecía destinado a ser el sucesor del legendario Bruce Lee, pero desde entonces su carrera ha sido difí-
cil de encasillar. Algunos le ven más como heredero de Buster Keaton y Harold Lloyd por su especializa-
ción en la comedia física, en la que no tiene rival. Desde la década de los noventa, su carrera se ha movi-
do entre Hong Kong y Hollywood, logrando grandes éxitos en ambos lugares, como Hora punta y su se-
cuela.
La figura más importante surgida de Taiwan es el director Ang Lee, que logró un gran éxito interna-
cional con El banquete de bodas (1993), una comedia sobre parejas gays, y Comer, beber, amar (1994),
que trataba sobre malentendidos generacionales y sexuales, con la comida como fuente de conflicto.

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 AUTORES

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DIRECTOR DE LA OBRA
Juan Tejero (J.T.): Editor y escritor. Autor de los libros “Duke. La leyenda de un gigante”, la trilogía “¡Este rodaje es la
guerra!”, “Grace Kelly. Hielo al rojo vivo”, “James Bond. La obra definitiva del agente 007”, “Lawrence de Arabia” y –en
colaboración– “Casablanca” y “Audrey. Cara de ángel”. También ha coordinado la obra “Diccionario de películas del cine
norteamericano. Antología crítica”.

COLABORADORES
Jordi Batlle Caminal (J.B.C.): Crítico de cine y colaborador de “La Vanguardia”. Es autor, entre otros, de los libros “La
última cruzada de Spielberg”, Catastrorama” y “Brian de Palma. El deslumbrante manipulador”.
Lluís Bonet Mojica (LL.B.M.): Crítico de cine de “La Vanguardia” y escritor. Es autor, entre otros de los libros “Casa de
citas”, “Regreso a la casa de citas”, “Cary Grant. El capricho de las damas” y “El cine cómico mudo”.
Luis Miguel Carmona (L.M.C.): Crítico de cine y escritor. Es autor, entre otros, de los libros “Diccionario de composito-
res cinematográficos”, “¿Qué hace una estrella como yo en una película como ésta?”, “Enciclopedia de los Oscar. La his-
toria no oficial de los Premios de la Academia de Hollywood” y –en colaboración– “Guía del voyeur”.
Ángel Comas (A.C.): Crítico de cine y escritor. Es autor, entre otros, de los libros “Preston Sturges”, “El star system del
cine español de posguerra”, Anthony Man” y “De Hitchcock a Tarantino. Enciclopedia del neo noir norteamericano”.
Javier Cortijo (J.C.): Crítico de cine de “ABC”. Es autor, entre otros, de los libros “Bela Lugosi. Drácula vampirizado”,
“Boris Karloff. El aristócrata del terror” y “Paul Newman. La leyenda del indomable”. También ha escrito la novela “El
chef de Kubrick”.
José de Diego (J.D.D.): Crítico de cine y escritor. Es autor de los libros “Henry Fonda. El héroe infeliz”, “Otto Premin-
ger” y –en colaboración– “Casablanca”.
Josep Escarré (J.E.): Crítico de cine y colaborador de “La Vanguardia”. Es autor del libro “Hitchcock, un genio en tele-
visión”. También ha escrito varios cuentos y obras de teatro.
Gerard Quinto (G.Q.): Colaborador de “La Vanguardia”. Es autor –en colaboración– del libro “Reservoir Dogs/La ley del
silencio”.
Manuel Quinto (M.Q.): Crítico de cine, escritor, guionista y colaborador de “La Vanguardia”. Es autor –en colaboración–
del libro “Reservoir Dogs/La ley del silencio”, así como de quince novelas.

NOTA. Todas las películas han sido puntuadas de acuerdo al siguiente criterio:
***** Obra maestra ** Regular
**** Muy buena * Mala
*** Buena ● Horrorosa

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This page intentionally left blank
 A
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ABAJO EL AMOR
(Down with Love), 20th Century Fox, EE.UU., 2003, 101 minutos.
Director: Peyton Reed. Guión: Eve Ahlert y Dennis Drake. Fotografía: Jeff
Cronenweth. Música: Marc Shaiman. Intérpretes: Renée Zellweger,
Ewan McGregor, Sarah Paulson, David Hyde Pierce, Rachel Dratch, Jack
Plotnick, Tony Randall. **
Masoquista para unos, entrañable para otros, necesario
para casi nadie, el sarampión revival que azota a Holly-
wood (con metástasis europea, que todo lo malo se
pega) vivió otro episodio de tibia gloria con Abajo el
amor, homenaje del hogar común que se fabricaron en
pijama ajedrecístico y pantuflas con borlón rosa Doris
Day y Rock Hudson allá por los cincuenta y sesenta. El
afán fanático, fetichista y fashion victim de Peyton Reed
salpica hasta el nombre de la protagonista, Barbara
Novak, avispada mujer de su tiempo que alcanza popula-
ridad extrema con la redacción de un libro que, con el
● ●
●
eslogan de “Abajo el amor”, mueve a la tímida y timorata
revolución sexual feminista. El enredo se sirve cuando
Catcher Block, un reportero playboy, pretende desen-
mascarar a la Novak. Con un clima oxigenado y una velo-
cidad crucero confortable, la película es un caramelo de
fresa bien envuelto pero sin relleno de licor. Tampoco
hace la menor falta, ya que el propósito no es más que
distraer a una audiencia madura que, seguramente, sus-
pirará por lo blanco y sin malicia que era todo en aque-
llos años (y no en el siglo XXI, puro Sodoma y Gomorra).
Sorprende alguna salida de tono (la cámara partida que
simula algunas posturitas sexuales de la pareja) y que la
parte musical sólo llegue en los títulos de crédito. Ajusta-
dísimo dúo protagonista y secundarios de altura, como
David Hyde Pierce y un Tony Randall en plan «yo estuve
allí y he vuelto para contarlo». ■ J.C.
ABAJO EL PERISCOPIO
(Down Periscope), EE.UU., 1996, 92 min.
Productor: Robert Lawrence. Director: David S. Ward. Guión: Hugh Wil-
son, Andrew Kurtzman, Eliot Wald. Fotografía: Victor Hammer. Montaje:
William M. Anderson, Armen Minasian. Intérpretes: Kelsey Grammer,
Lauren Holly, Rob Schneider, Harry Dean Stanton, Bruce Dern, William
H. Macy, Ken Hudson Campbell, Toby Huss. **
Kesley Grammer fue uno de los protagonistas de la cono-
cida serie televisiva Cheers. En esta cinta encarna al capi-
tán de un submarino tripulado por personajes tipo Loca
academia de policía, aunque no tan desmadrados. Pero la
película de David S. Ward no logra definirse en ningún
momento, a pesar de contar con sólidos actores como,
por ejemplo, Bruce Dern, Harry Dean Stanton o Rob Sch-
neider. ■ G.Q.
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2| Abbott & Costello in Hollywood
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ABBOTT & COSTELLO IN HOLLYWOOD
EE.UU., 1945, 83 min.
Productor: Martin A. Gosch, S. Sylvan Simon. Director: S. Sylvan Simon.
Guión: Nat Perrin, Lou Breslow (basado en una historia de Nat Perrin y
Martin A. Gosch). Fotografía: Charles Edgar Schoenbaum. Montaje: Ben
Lewis. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Wade B. Rubottom. Intér-
pretes: Bud Abbott, Lou Costello, Frances Rafferty, Bob Stanton, Jean
Porter, Warner Anderson, Rags Ragland. **
Este típico vehículo de Abbott y Costello ofrece algunos
destellos interesantes de la maquinaria de MGM. También
incluye apariciones especiales de Lucille Ball, Jackie
“Butch” Jenkins y el director Robert Z. Leonard. Y poco
más. El argumento presenta a Bud y Lou como un barbe-
ro y un limpiabotas, respectivamente, intentando conver-
tirse en agentes de Hollywood, aunque esto es sólo una
excusa para desarrollar una serie de números cómicos. El
ritmo es rápido y el metraje es corto, pero si no le gusta
el dúo, eso no tiene mucha importancia. ■ J.D.D.
ABBOTT AND COSTELLO MEET
DR. JEKYLL AND MR. HYDE
Universal, EE.UU., 1953, 76 min.
Productor: Howard Christie. Director: Charles Lamont. Guión: Lee Loeb,
John Grant, Howard Dimsdale (basado en una historia de Sid Fields y
Grant Garett, y en la novela “Dr. Jekyll y Mr. Hyde”, de Robert Louis Ste-
venson). Fotografía: George Robinson. Montaje: Russell Schoengarth.
Música: Joseph Gershenson. Dirección Artística: Bernard Herzbrun, Eric
● ●
●
Orbom. Intérpretes: Bud Abbott, Lou Costello, Boris Karloff, Craig Ste-
vens, Helen Westcott, Reginald Denny, John Dierkes. ***
Suena como una doble cita del infierno, pero este título
corresponde a una de las películas más vivaces de Ab-
bott y Costello. En esta parodia sobre el clásico de terror
(a partir de historias de Sidney Fields y Grant Garrett), el
dúo cómico interpreta a un par de policías expulsados del
cuerpo que esperan impresionar a su jefe capturando al
monstruo que está aterrorizando Londres. Los escalofrí-
os y las risas se suceden a lo largo de toda la película,
destacando las escenas del museo de cera y de la perse-
cución en el tejado, aunque el romance entre Helen Wes-
cott y Craig Stevens ralentiza un poco las cosas. Boris
Karloff sobreactúa en los papeles del científico loco y su
alter ego, haciendo que Jekyll parezca igual de siniestro
que Hyde, mientras que Reginald Denny, el agobiado ins-
pector de Scotland Yard, y John Dierkes, el asistente del
doctor, ayudan a la diversión. En definitiva, una buena
oportunidad para que los fans de Bud y Lou pasen un
buen rato. ■ J.T.
ABBOTT AND COSTELLO MEET
THE INVISIBLE MAN
Universal, EE.UU., 1951, 82 min.
Productor: Howard Christie. Director: Charles Lamont. Guión: Robert
Lees, Frederic I. Rinaldo, John Grant (basado en una historia de Howard
Snyder y Hugh Wedlock Jr., y en la novela “El hombre invisible”, de H.G.
Wells). Fotografía: George Robinson. Montaje: Virgil Vogel. Música:
Joseph Gershenson. Dirección Artística: Bernard Herzbrun, Richard H.
Riedel. Intérpretes: Bud Abbott, Lou Costello, Nancy Guild, Arthur
Franz, Adele Jergens, Sheldon Leonard. **
Los torpes detectives privados Bud y Lou son contrata-
dos por el boxeador Arthur Franz para que le libren de
una acusación de asesinato en este aceptable pasatiem-
po del director habitual del dúo Charles Lamont. El reper-
torio de dobles sentidos y gags del dúo resulta exagera-
do, pero hay un mínimo de misterio entre las finas capas
de comedia, y las trilladas bromas adquieren un nuevo
lustre en esta película. El punto culminante es un comba-
te de boxeo en el que Bud cuenta con la ayuda de una
mano invisible para derrotar al campeón. Franz hace un
nítido trabajo como el boxeador “invisible”, mientras
Sheldon Leonard resulta efectivo como villano. Nancy
Guild interpreta a la chica de Franz con un tierno afecto
y, en contraste con su timidez, Adele Jergens inyecta
ordinariez a su personaje. ■ J.T.
ABBOTT Y COSTELLO CONTRA
LOS FANTASMAS
(Abbott and Costello Meet Frankenstein), Universal, EE.UU., 1948,
83 min.
Productor: Robert Arthur. Director: Charles Barton. Guión: Robert Lees,
Frederic I. Rinaldo, John Grant (basado en la novela “Frankenstein” de
Mary Shelley). Fotografía: Charles van Enger. Montaje: Frank Gross. Dise-
ño de producción: Hilyard Brown. Música: Frank Skinner. Intérpretess:
●

● ●
Bud Abbott, Lou Costello, Bela Lugosi, Lon Chaney Jr., Glenn Strange,
Lenore Aubert. ***
Abbott y Costello, a menudo, no eran lo bastante diverti-
dos por sí mismos. Así que la Universal preparó una serie
de confrontaciones con las películas de terror más exito-
sas del estudio en los años treinta. Contra los fantasmas
fue la primera de las parodias perpetradas por el dúo
● ●
Abuelo de la criatura, El | 3
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cómico. Bud y Lou trasladan una serie de cajones a un
museo de cera sin saber que contienen al Conde Drácula
y al monstruo de Frankenstein. Una vez despierto, Drácu-
la intenta reemplazar el catatónico cerebro del monstruo
por el del lerdo Costello, porque así sería más fácil con-
trolar a la bestia. Como cebo, el vampiro usa las artima-
ñas de Lenore Aubert para atraer al cómico a terreno pro-
picio. También aparece Lawrence Talbot como un perso-
naje positivo que trata de advertir a los héroes sobre el
complot, pero, desafortunadamente, se convierte en una
amenaza cada vez que hay luna y se transforma en el
Hombre-Lobo. Bela Lugosi y Lon Chaney Jr. actúan con la
suficiente seriedad para resultar naturalmente cómicos,
así que los verdaderos comediantes terminan como com-
parsas. No es que sea particularmente hilarante, sobre
todo las imitaciones de Laurel y Hardy (no revelando
nunca el profundo afecto que sentían el uno por el otro
más allá de sus discusiones, y que hacía tan entrañables
a Stan y Ollie) y de los Hermanos Marx (aunque sus ruti-
nas verbales nunca llegaron ni de lejos a las mismas cimas
de fantasía surrealista), pero muestra un sorprendente
respeto por la tradición del género de terror, y al menos
visualmente es bastante brillante. Después del considera-
ble éxito comercial de Contra los fantasmas, Abbot y
Costello hicieron siete películas más en las que se “encon-
traban” con monstruos de Hollywood, pero ninguna fue
tan vivaz y entretenida como ésta. ■ J.T.
ABRÁZAME Y SÁCIAME
(Straziamei, ma di baci saziami), Fida Cinemat., Italia, 1966, 105 min.
Productor: Edmondo Amati. Director: Dino Risi. Guión: Age, Scarpelli.
Fotografía: Sandro d´Eva. Montaje: Antonietta Zita, Anna Maria Roca.
Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Luigi Scaccianoce,
Dante Ferreti. Intérpretes: Nino Manfredi, Ugo Tognazzi, Pamela Tiffin,
Moira Orfei. ****
Comedia romántica que podríamos denominar “a la ita-
liana”, es decir repleta de elementos trasgresores y una
más que notable capacidad de los actores para convertir
la historia en un espectáculo poco convencional. Risi
mezcla promesas religiosas, milagros inconsecuentes y
excitación sexual, con un título tan divertido como el
resultado final del film. Y es que, entre la historia de amor
de Marino (Manfredi, más hiperactivo que nunca) y Mari-
sa (Pamela Tiffin), se interponen varias personas que hará
que los caminos de ambos se separen. Así que cuando
Marino vuelve a encontrar a su amada ya es demasiado
tarde puesto que ella está casada con el sordomudo
Umberto (Ugo Tognazzi). Pero el amor triunfará final-
mente cuando el marido sufre una milagrosa curación y
decide buscar una nueva vida vestido de fraile, en un más
que notable guiño homenaje a Buñuel. ■ L.M.C.
ABUELO DE LA CRIATURA, EL
(Pack Up Your Troubles), EE.UU., 1932, 68 min.
Productor: Hal Roach. Director: George Marshall, Ray McCarey, Harry
Black (sin acreditar), Lloyd French (sin acreditar). Guión: H.M. Walker,
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4| Academia Rushmore
● ● ●

Ray McCarey (sin acreditar). Fotografía: Art Lloyd. Montaje: Richard C.

Currier. Música: Felix Powell. Intérpretes: Stan Laurel, Oliver Hardy, Don
Dillaway, Jackie Lyn Dufton, Mary Carr, James Finlayson. ***

La segunda película de Laurel y Hardy, desigual pero

generalmente poco valorada, es una rara delicia pasada
por la máquina picadora de los cortes de los distribuido-
res. Quizá porque, después de la bulliciosa farsa militar
del principio, gira hacia una más reposada vena de come-
dia sentimental cuando los chicos cumplen la promesa de
dejar a la pequeña hija de un camarada muerto al cuida-
do de sus adinerados abuelos (la única pista es que el
apellido de la familia es Smith). La película pulsa con pre-
cisión las teclas de la comedia y el patetismo, con mo-
mentos tan divertidos como cuando Stan intenta contar-
le a la niña un cuento para que se vaya a la cama y es él
quien acaba quedándose dormido. Atención al cameo del
director George Marshall como un furibundo cocinero del
ejército sediento de venganza. ■ J.D.D.

ACADEMIA RUSHMORE
(Rushmore), Touchstone Pictures, EE.UU., 1998, 93 min.

Director: Wes Anderson. Guión: Wes Anderson y Owen Wilson. Foto-

grafía: Robert D. Yeoman. Música: Mark Mothersbaugh. Intérpretes:
Jason Schwartzman, Bill Murray, Olivia Williams, Seymour Cassel, Brian
Cox, Luke Wilson, Connie Nielsen, Andrew Wilson. ***

El penúltimo niño prodigio del cine independiente ameri-

cano es un tejano que entró en barrena en el complicado
subgénero de las comedias teen con high school de por
medio con esta su segunda película tras su arma de doble
filo Bottle Rocket. Con su compinche Owen Wilson como
coguionista, Anderson pasa a limpio los apuntes de la vi-
da de Max Fischer, quinceañero que saca pecho ante sus
propios y numerosos traumas apuntándose a todas las
actividades extraescolares que pilla y enamorándose de
la señorita Cross, una de sus profesoras más existencia-
listas. En un tono de gags de almanaque, costumbrismo
en tránsito y surrealismo con cara de pasmarote, el cine-
asta logra un producto extraño, fascinante e irremedia-
blemente cómico que, de paso, disecciona cual rana de
agua dulce el sistema educativo americano. Gran parte
del logro del filme estriba en su maravilloso terceto pro-
tagonista: un Jason Schwartzman inigualable como mar-
ciano pasmarote, una Olivia Williams con las ojeras más
sexys de la Historia de la Humanidad y un Bill Murray
como cariacontecido y patético gentleman con tomates
en los calcetines. Eso, y el destiladísimo rencor de alguien
que ha sufrido en sus carnes las mil agujas de la humilla-
ción adolescente. Como vergonzosa curiosidad, en Es-
paña no pisó una sala de cine, estrenándose directamen-
te en vídeo. ■ J.C.
ACE VENTURA, UN DETECTIVE
DIFERENTE
(Ace Ventura, Pet Detective), Morgan Creek, EE.UU., 1993, 86 min.
Productor: James G. Robinson. Director: Tom Shadyac. Guión: Jack B.
Bernstein, Tom Shadyac y Jim Carrey. Fotografía: Julio Macat. Montaje:
Don Zimmerman. Música: Ira Newborn. Dirección Artística: William
Elliott. Intérpretes: Jim Carrey, Sean Young, Courtney Cox, Tone Loc,
Dan Marino, Noble Willingham, Troy Evans. *
La historia de un inepto sabueso especializado en encon-
trar a las mascotas perdidas. Cuando el emblema de los
Miami Dolphins es robado en la víspera de la Superbowl,
nuestro hombre es convocado, se adelanta a la policía
local, recupera el delfín y descubre una malvada conspi-
ración financiera. El papel titular es para Jim Carrey,
conocido y amado en Estados Unidos por su humor ma-
níaco en el show In Living Color. Se supone que la fami-
liaridad con el personaje es la causa de que el público
americano encontrase divertida esta derivación de Agá-
rralo como puedas. Una película atroz. ■ J.D.D.
A CONTRATIEMPO
Ópera Films SA, España, 1982, 117 min.
Director: Óscar Ladoire. Guión: Óscar Ladoire, Fernando Trueba. Foto-
grafía: Ángel Luis Fernández. Música: Arie Dzierlatka. Intérpretes: Óscar
Ladoire, Mercedes Resino, Paco Lobo, Fernando de Bran, Juan Cueto,
Beatriz Elorrieta, Almudena Grandes, Gonzalo Suárez. ***
El actor de Ópera prima Óscar Ladoire se lanzó poco
después de interpretar aquella película a la realización de
su propia ópera prima, producida, y no es casualidad, por
el director de aquélla, Fernando Trueba. Y no es casuali-
dad porque ambos pertenecen a la misma generación, no
sólo tienen preocupaciones que –por lo visto en su cine–

● ● ●

● ●
son en cierto modo comunes, sino que, además, son ci-
néfilos hasta la médula, devoradores devotos de los gran-
des clásicos y entusiastas lectores del cine moderno, de
Wenders a Tanner. De estos dos últimos cineastas hay al-
go en A contratiempo. Sabor existencial, búsqueda de
sustancias que no son otra cosa que la propia identidad y
argumento estructurado en forma de road movie; una
road movie a la española, cosa poco habitual, con bas-
tante empuje. Se trata de un viaje iniciático al propio inte-
rior del protagonista, que interpreta Ladoire, con el con-
trapunto de una quinceañera (espléndidamente encarna-
da por Mercedes Resino) de aparente pureza existencial.
Con sus defectos narrativos veniales y con sus pequeños
reparos conceptuales, el filme es un agradable ejercicio
cinematográfico, serio dentro de su tono de comedia so-
cial, emocionado homenaje al cine de autor. ■ J.B.C.
ADAPTATION
EL LADRÓN DE ORQUÍDEAS
(Adaptation), Columbia, EE.UU., 2002, 114 min.
Productores: Edward Saxon, Vincent Landay, Jonathan Demme. Direc-
tor: Spike Jonze. Guión: Charlie Kaufman, Donald Kaufman. Fotografía:
Lance Acord. Montaje: Eric Zumbrunnen. Música: Carter Burwell. Intér-
pretes: Nicolas Cage, Meryl Streep, Chris Cooper, Maggie Gyllenhaal,
Tilda Swinton. ***
Curioso renovador del género “cine dentro del cine”,
Spike Jonze no se contentó con meternos con calzador
en la cabeza de un actor (Cómo ser John Malkovich), y en
su siguiente comedia, nos mete en el sistema nervioso no
de uno, sino de dos guionistas gemelos, más temibles
que los ginecólogos de Inseparables. Realidad, ficción y
falso documental se juntan, funden y a veces confunden
en esta película, que narra la crisis creativa de Charlie
Kaufman (Nicolas Cage) cuando, tras el éxito obtenido
por la escritura de Cómo ser John Malkovich –además, se
insertan secuencias del rodaje de la película, en una boni-
ta greca metacinéfila–, sufre el temible bloqueo de escri-
tor al encarar su siguiente trabajo: adaptar la novela “El
ladrón de orquídeas”. Charlie, tipo altamente inseguro de
sí mismo, en parte debido a su destartalado físico, se lo
toma demasiado a pecho, intentando escribir poco me-
nos que un tratado cosmo-antropológico en un proceso
que le llevará a conocer a la autora (Meryl Streep) y a su
estrafalaria “musa”, el mismísimo hurtador de la valiosa
flor (Chris Cooper). De propina, el gemelo de Charlie, Do-
nald, inicia una meteórica carrera como guionista garaba-
teando sandeces bendecidas por los magnates del cine
de acción. Asumidamente “perroverdista” y con inspira-
dos pasajes oníricos y maníaco-depresivos, el filme acier-
ta cuando se parece a Barton Fink y pincha cuando emula
a Sangre fácil, sobre todo en su pantanoso (literal y meta-
fóricamente) tramo final. Enorme el trabajo duplicado de
Cage (otro que, como Samuel L. Jackson, gana sin biso-
ñé), el justamente oscarizado Cooper (aunque le arreba-
tase la estatuilla al dios Newman por Camino a la perdi-
ción) y una Streep a la que las drogas le sientan tan bien
como la muerte. ■ J.C.
● ●
¡Adiós, tierra firme! | 5
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ADELANTE, MI AMOR
(Arise, My Love), EE.UU., 1940, 110 min.
Productor: Arthur Hornblow, Jr. Director: Mitchell Leisen. Guión: Billy
Wilder, Charles Brackett, Jacques Théry (basado en una historia de Ben-
jamin Glazer y Hans Székely). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Doane
Harrison. Música: Victor Young. Dirección Artística: Hans Dreier, Robert
Usher. Intérpretes: Claudette Colbert, Ray Milland, Dennis O’Keefe,
Walter Abel, Dick Purcell, George Zucco, Frank Puglia. ***
Mitchell Leisen, recordémoslo, fue un excelente artesano
que debutó allá en el cine mudo como director artístico,
asistente de dirección, figurinista y hasta decorador y, ya
como director en el cine sonoro, un hombre que despa-
chaba con aplomo y solvencia películas de encargo de la
Paramount. Pero en el terreno de la comedia fue algo más
que un hábil artesano: reivindicado hoy su genio por
doquier, filmes como Candidata a millonaria, Medianoche
o Una chica afortunada se nos aparecen como obras
maestras parangonables a los mejores clásicos de McCa-
rey, Capra, Sturges o Lubitsch. Adelante, mi amor es una
película de propaganda antinazi propia del tiempo aun-
que beneficiada del talento y la elegancia de Leisen y del
irónico, sutil guión de Billy Wilder y Charles Bracket. Su
acción arranca poco después de nuestra guerra civil, en
Burgos, donde un aviador yanqui es salvado del fusila-
miento por una periodista en busca del gran reportaje,
que se hace pasar por su esposa en lo que es el inicio de
una ingeniosa trama, propia de la comedia de situaciones.
Lo que sigue es una mezcla de comedia ligera, melodra-
ma y romance que no altera su conjunto, poniendo espe-
cial acento en un problema de conciencia que afectará a
nuestros dos protagonistas: ¿es lícito anteponer el amor
a los deberes de la patria o hay que sacrificar aquél en
provecho de éstos? La ecuación ética se saldará reco-
rriendo los senderos previsibles, pero por el camino
abundarán las escenas memorables, ya ocurran en una
bañera, en una romántica velada en el Maxim´s parisien-
se o en un bosque idílico en el que un desfile casi disne-
yano de animales anuncia el terror hitleriano. ■ J.B.C.
ADIÓS, CORDERA
España, 1969, 85 min.
Director: Pedro Mario Herrero. Guión: Pedro Mario Herrero (basado en
la historia de Leopoldo Alas “Clarín”). Fotografía: Cecilio Paniagua. Mon-
taje: Petra de Nieva. Diseño de producción: Antonio Cortés. Intérpretes:
Carlos Estrada, José María Prada, Emilio Gutiérrez Caba. **
Discreta adaptación del cuento homónimo de Leopoldo
Alas “Clarín” a cargo del escrito y guionista Pedro Mario
Herrero, cuya trama gira alrededor de un pobre diablo
que, por razones económicas, se ve obligado a vender a
su queridísima vaca, la Cordera titular. ■ J.B.C.
¡ADIÓS, TIERRA FIRME!
(Adieu, plancher des vaches!), Francia-Suiza-Italia, 1999, 118 min.
Productor: Martine Marignac. Director: Otar Iosseliani. Guión: Otar Ios-
seliani. Fotografía: William Lubtchansky. Montaje: Otar Iosseliani, Ewa
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6| Adivina quién
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Lenkiewicz. Música: Nicholas Zourabichvili. Intérpretes: Nico Tarielash-

vili, Lily Lavina, Philippe Bas, Stephanie Hainque, Mirabelle Kirkland,
Amiran Amiranashvili, Joachim Salinger, Otar Iosseliani. ***

Los deseos de autenticidad del dueño de una mansión en

las afueras de París, que se traslada cada día a la ciudad
para llevar vida propia, lejos de la madre ambiciosa y el
padre alcohólico. Ocasión para disfrutar del cine de este
director de origen georgiano con influencias de Jacques
Tati y lanouvelle vague,en cuanto a definición de perso-
najes pintorescos en busca de libertad. ■ M.Q.

ADIVINA QUIÉN
(Guess Who), EE.UU., 2005, 106 min.

Productor: Jason Goldberg, Erwin Stoff, Jenno Topping. Director: Kevin

Rodney Sullivan. Guión: David Ronn, Jay Scherick y Peter Tolan. Fo-
tografía: Karl Walter Lindenlaub. Montaje: Patrick Flannery, Paul Seydor.
Música: John Murphy. Arte: Gary Kosko. Intérpretes: Bernie Mac, Ashton
Kutcher, Zoe Saldana, Judith Scott, Hal Williams, Kellee Stewart. *

Entramos, con toda la puñetería, a ver Adivina quién equi-

pados con una lupa, unos prismáticos y un telescopio.
Misión: atisbar un gag visual. Fracaso total de la expedi-
ción. Nos ponemos, al propio tiempo, un audífono, para
aguzar el tímpano detectando diálogos ingeniosos. Nue-
vo fracaso. Entre tanta investigación científica, una cons-
tatación sobre esta versión con los colores invertidos de mundo para demostrar que la raza negra también tiene
Adivina quién viene a cenar esta noche: que los tics de la su corazoncito, viste camisa de cuello limpio y corbata
comedia televisiva (véanse las escenas de Mac en su des- bien anudada, y puede llegar a médico, abogado o ins-
pacho o las cenas en familia: pura sitcom) están acaban- pector de policía. ■ J.B.C.
do con la comedia cinematográfica. ■ J.B.C.

ADIVINA QUIÉN VIENE A CENAR
ESTA NOCHE
(Guess Who’s Coming to Dinner), Columbia, EE.UU., 1967, 108 min.
Productor: Stanley Kramer. Director: Stanley Kramer. Guión: William
Rose. Fotografía: Sam Leavitt. Montaje: Robert C. Jones. Música: Frank
De Vol. Vestuario: Jean Louis, Joe King. Intérpretes: Spencer Tracy,
Katharine Hepburn, Sidney Poitier, Katharine Houghton, Cecil Kellaway,
Roy E. Glenn, Sr., Beah Richards, Isabel Samford, Virginia Christine. **
Fue la última película del mítico tándem Spencer Tracy-
Katharine Hepburn, y la última de Tracy. La rodó ya enfer-
mo y conscientes todos de ello, como denotan las mira-
das que se cruzan las dos estrellas. Ambos están emi-
nentes y ambos fueron propuestos para el Oscar al mejor
actor, aunque sólo ella lo consiguió. Lo demás, la burda
historia de dos simpáticos vejetes confortablemente
situados en las dulces ventajas del sistema norteamerica-
no a quienes su hija descubre el verdadero color de la piel
de su novio: negro. Ahí empieza la comedia y ahí se detie-
ne también, porque Adivina quién viene a cenar esta
noche, aparte el recital interpretativo del dúo protagonis-
ta, se queda en una monserga beata sobre las cualidades
intachables del individuo honesto, aceptado, siempre y
cuando se sirvan a pie juntillas los códigos “blancos”, el
integracionismo. Y quién mejor que Sidney Poitier para
encarnar al blanco de piel negra, un actor que vino a este
ADORABLE SEDUCTOR
(A Chorus of Disapproval), South Gate, EE.UU., 1989, 100 min.
Productor: Michael Winner. Director: Michael Winner. Guión: Michael
Winner, Alan Ayckbourn (basado en la obra de Ayckbourn). Fotografía:
Alan Jones. Montaje: Chris Barnes. Música: John DuPrez. Dirección
Artística: Peter Young. Intérpretes: Jeremy Irons, Anthony Hopkins, Pru-
nella Scales, Jenny Seagrove, Sylvia Sims, Patsy Kensit. ***
El montaje de una ópera amateur a cargo de los habitan-
tes de una pequeña población y a cuyo casting se pre-
senta un recién llegado que intenta dejar atrás su viude-
dad es el pretexto argumental de esta desconocida pero
nada desdeñable comedia –con algunos apuntes dramá-
ticos y también musicales–, escrita por Alan Ayckbourn a
partir de su propia y exitosa obra teatral. El ensayo de la
función servirá de excusa para que los personajes entren
en contacto y se establezca una relación entre realidad y
ficción que asegura algunas buenas situaciones cómicas.
Por desgracia, Michael Winner, a pesar de poseer una
carrera con más de veinticinco largometrajes dirigidos
–entre ellos una penosa adaptación de “El sueño eterno”
titulada Detective privado–, sigue sin haber aprendido
cosas esenciales de su oficio, aunque con un guión y unos
actores como los que tuvo a su disposición, especial-
mente un soberbio Anthony Hopkins que ofrece un
auténtico recital como tiránico director de escena, era
difícil errar el tiro. ■ J.E.

● ● ●
 Agárralo como puedas | 7
● ● ●

A DÚO que hay ejemplos muy ilustres de este subgénero, lo lógi-

(Duets), Buena Vista, EE.UU., 2001, 112 min. co es que no todas las historias funcionen de la misma
Productor: Kevin Jones, Bruce Paltrow, John Byrum. Director: Bruce Pal- manera porque, además, se intenta compensar el todo
trow. Guión: John Byrum. Fotografía: Paul Sarossy. Montaje: Jerry Green- que es la película con géneros o actores de registros dife-
berg. Música: David Newman. Dirección artística: William Heslup. Ves- rentes. Este Aeropuerto español no tiene nada que ver
tuario: Marie Claire. Intérpretes: Gwyneth Paltrow, Maria Bello, Andre con el norteamericano. Es mucho más modesto. Hay mu-
Braugher, Paul Giamatti, Huey Lewis, Scott Speedman. *** chas historias que se entrecruzan y ello permite no sola-
mente ver a la flor y nata del cine español de los cincuen-
El ya fallecido Bruce Paltrow, padre de Gwyneth, es el ta, sino comprobar también que los tiempos han cambia-
autor de esta película en la que, a poco de comenzar, un do una barbaridad. ■ A.C.
personaje reconoce que el Karaoke es una forma de vida.
Sobre esa algo liliputiense filosofía se sustenta toda la
obra, una comedia sentimental con canciones protagoni-
zadas por una patulea de perdedores que en ese univer-
so de voces impostadas, soltándose el pelo y la garganta,
refortalecerán espíritus y estrecharán lazos. Más estimu-
lante en su primera parte que en el tramo final, que lan-
guidece y se convencionaliza. Lo mejor: el yuppy que se
desmadra, fenomenal composición de Giamatti. ■ J.B.C.

ADVENTURES OF BARRY
MCKENZIE, THE
Longford, Australia, 1972, 117 min.

Productor: Phillip Adams. Director: Bruce Beresford. Guión: Bruce

Beresford, Barry Humphries (basado en la tira cómica “The Wonderful
World of Barry McKenzie”, de Barry Humphries). Fotografía: Don McAl-
pine. Montaje: John Scott. Música: Peter Best. Dirección Artística: John
Stoddart. Intérpretes:: Barry Crocker, Barry Humphries, Paul Bertram,
Dennis Price, Avice Landon, Peter Cook. *

Deshilvanada pero a menudo hilarante versión cinemato-

gráfica de la tira cómica de “Private Eye”, escrita por el
humorista satírico Barry Humphries. Barry Crocker inter-
preta el papel titular del torpe e inocente Bazza, un joven
australiano que visita Inglaterra por primera vez. Su
forma de hablar es ingeniosa y original, pero los diverti-
dos incidentes se echan a perder en su mayoría por la
repetición y la vulgaridad buscada a cualquier coste. El
resultado es lo que uno podría esperar si los Hermanos
Marx hiciesen una película de Carry On en Australia. Y
pensar que Bruce Beresford acabaría haciendo Paseando
a Miss Daisy. ■ J.D.D.

AEROPUERTO
Producciones cinematográficas Ariel, España, 1953, 101 min.

Director: Luis Lucía. Guión: Luis Lucía, José Lius Colina. Fotografía:
Sebastián Perera. Música: Juan Quintero. Intérpretes: Fernando Fernán-
Gómez, Margarita Andrey, Fernando Rey, María Asquerino, Manolo
Morán, Julia Caba Alba, Juanita Reina, Fernando Sancho, José Isbert, Elvi- AGÁRRALO COMO PUEDAS
ra Quintillá, Antonio Riquelme, Antonio Ozores. ** (The Naked Gun: From the Files of Police Squad!), Paramount,
EE.UU., 1988, 85 min.

El cine coral, tan habitual en García Berlanga, ha tenido
una de sus más populares representaciones en las adap-
taciones de novelas como “Gran Hotel” y “Hotel Berlín”.
La fórmula es muy simple, pero muy eficaz y sirve para
reunir en una misma película a un gran número de estre-
llas. Cuanto más dinero, lógicamente, más estrellas. Aun-
Productor: Robert K. Weiss. Director: David Zucker. Guión: Jerry Zucker,
Jim Abrahams, David Zucker, Pat Proft (basado en la serie de televisión
Police Squad!, de Zucker-Abrahams-Zucker). Fotografía: Robert Ste-
vens. Montaje: Michael Jablow. Música: Ira Newborn. Diseño de produc-
ción: John J. Lloyd. Vestuario: Mary Vogt. Intérpretes: Leslie Nielsen,
George Kennedy, Priscilla Presley, Ricardo Montalban, O.J. Simpson,

● ● ●
8| Agárralo como puedas 2 1/2: el aroma del miedo
● ●
Nancy Marchand, John Houseman, Reggie Jackson, Jeanette Charles,
Curt Gowdy. ***
El equipo de directores/guionistas Zucker-Abrahams-Zu-
cker, que tuvo un gran éxito con Aterriza como puedas,
basó Agárralo como puedas en su hilarante pero efímero
show de televisión Police Squad! Leslie Nielsen repite su
rol como el inepto teniente de policía Frank Drebin, que
investiga el tiroteo de un policía durante una ridícula-
mente audaz redada antidroga, un caso que involucra al
elegante traficante de heroína Vincent Ludwig (Montal-
ban). Drebin se enamora de la ayudante de Ludwig, Jane
(Presley), tan lerda y corta de luces como él. Mientras
tanto, el jefe de Drebin (Kennedy) descubre que alguien
planea asesinar a la reina Isabel de Inglaterra durante su
visita a Los Angeles. Como siempre, la sofisticación brilla
por su ausencia, y uno duda incluso de la conveniencia de
intentar una sinopsis, consciente de que un resumen del
argumento de cualquier comedia de los ZAZ no puede
expresar la locura y, lo crean o no, encanto de la produc-
ción. Pero los fans del equipo de Aterriza como puedas
saben que los gags trillados, los viejos clichés y la tonte-
ría patente pueden, si se aplican con el espíritu adecua-
do, proporcionar mucha más diversión que el ingenio de
Woody Allen. Así, desde la inspirada secuencia de los tí-
tulos de crédito iniciales, en la que una cámara montada
tras la sirena de un coche de policía circula por las calles
de la ciudad, a la imagen del villano cayendo desde la
grada de un estadio y siendo aplastado por un autobús,
una apisonadora y una banda de música, Agárralo como
puedas es un continuo torrente de gags visuales y verba-
les que fluyen tan rápidos que no tienes tiempo para
darte cuenta de lo malos que son. Finalmente, sin em-
bargo, esta gloriosamente chabacana parodia de los thri-
llers policíacos es el show de Leslie Nielsen: con un ina-
gotable instinto para lo innecesariamente dramático, da
unidad a la absurda confusión al tratarlo todo como si
fuese cuestión de vida o muerte. Le secundan con acier-
to un atinadamente inexpresivo George Kennedy, una de-
lirante Priscilla Presley y un maravillosamente encorseta-
do Ricardo Montalban. ■ J.D.D.
AGÁRRALO COMO PUEDAS 2 1/2:
EL AROMA DEL MIEDO
(Naked Gun 2 1/2: the Smell of Fear), Paramount, USA, 1991, 85 min.
Productor: Robert K. Weiss. Director: David Zucker. Guión: David Zu-
cker, Pat Proft. Fotografía: Robert Stevens. Montaje: James Symons,
Chris Greenbury. Música: Ira Newborn. Dirección Artística: John J. Lloyd.
Intérpretes: Leslie Nielsen, Priscilla Presley, George Kennedy, O. J. Simp-
son, Robert Goulet, Richard Griffiths. ***
Primera secuela de uno de los títulos clave de la comedia
desmadrada americana de los últimos tiempos, un dispa-
rate autoconsciente y saludable, con gags cada quince
segundos (de todo calibre: regulares, potables, brillantes
y media docena de geniales) y el superpayaso Nielsen
encarnando con su proverbial talento paródico al calami-
toso teniente Frank Drebin. Hay en Leslie Nielsen (de Pla-
● ●
●
neta prohibido a Loca, pasando por Furia en el valle, Har-
low o La aventura del Poseidón) una larga carrera a la que
se puede calificar de más que estimable, pero ha sido
gracias al personaje del teniente Drebin (que tuvo su orí-
gen en televisión) y otras parodias de similar pelaje que
se ha ganado su popularidad, su respetable y perdurable
plaza en la historia del cine. ■ J.B.C.
AGÁRRAME ESE FANTASMA
(Hold That Ghost), EE.UU., 1941, 86 min.
Productor: Alex Gottlieb (sin acreditar). Director: Arthur Lubin. Guión:
Robert Lees, Frederic I. Rinaldo, John Grant. Fotografía: Elwood Bredell.
Montaje: Philip Cahn. Dirección Artística: Jack Otterson. Intérpretes:
Bud Abbott, Lou Costello, Richard Carlson, Joan Davis, Mischa Auer,
Evelyn Ankers, Marc Lawrence, Shemp Howard. ***
Bud Abbott y Lou Costello formaron una de las parejas
cómicas más populares del mundo del espectáculo. Su
fórmula humorística se basaba en el eterno contraste
entre el augusto y el payaso; en este caso, la seriead de
Abbott opuesta a la tontería de Costello. Agárrame ese
fantasma presenta al estrafalario dúo heredando una
mansión supuestamente encantada, gracias al testamen-
to de un gángster. Los héroes pretenden convertir el lu-
gar en un restaurante, pero una vez que han abierto el es-
tablecimiento se encuentran con toda clase de fenóme-
nos sobrenaturales. El alivio musical lo proporcionan las
Andrews Sisters, colaboradoras habituales de los chicos.
Con el paso de los años este tipo de comedia de terror
proporcionaría al dúo algunos de sus mejores momentos
en celuloide, a medida que se fueran encontrando con
toda la galería de monstruos de la Universal. ■ J.D.D.
AGENTE JUVENIL
(If Looks Could Kill), EE.UU., 1991, 88 min.
Productor: Neil Meron, Craig Zadan. Director: William Dear. Guión:
Darren Star (basado en una historia de Fred Dekker). Fotografía: Dou-
glas Milsome. Montaje: John F. Link. Dirección Artística: Réal Proulx.
Intérpretes: Richard Grieco, Linda Hunt, Roger Rees, Robin Bartlett,
Gabrielle Anwar, Geraldine James, Michael Siberry, Carole Davis, Frede-
rick Coffin, Tom Rack. **
●

● ●
Un planteamiento de médula hitchcockiana para la pa-
rroquia imberbe: un joven estudiante de vacaciones en
París es confundido con un agente secreto y se ve en-
vuelto en una trepidante peripecia. Muy discreta, aunque
efectiva y entretenida, comedia de enredos e intrigas. Se
basa en una historia de Fred Dekker, el autor de las ima-
ginativas El terror llama a su puerta y Una pandilla aluci-
nante. ■ J.B.C.
AGE OF CONSENT
Australia, 1969, 103 min.
Productor: James Mason, Michael Powell. Director: Michael Powell.
Guión: Peter Yeldham (basado en la novela de Norman Lindsay). Foto-
grafía: Hannes Staudinger. Montaje: Anthony Buckley. Música: Peter
Sculthorpe. Dirección Artística: Dennis Gentle. Intérpretes:: James
Mason, Helen Mirren, Jack MacGowran, Neva Carr-Glynn. ***
Comedia melodramáticamente afable y emotiva ambien-
tada en una idílica isla del Pacífico y centrada en las varia-
das relaciones que tendrá con sus habitantes un artista
recién llegado. Uno de los últimos trabajos del autor de
Las zapatillas rojas y El fotógrafo del pánico, inédito en
nuestras pantallas. ■ J.B.C.
AGÍTESE ANTES DE USAR
Izaro Films, España, 1983, 90 min.
Productor: Salvador Ginés. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Manuel Rojas. Montaje: Antonio Ramírez. Música:
Gregorio García Segura. Dirección Artística: Luis Vázquez. Intérpretes:
Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores, Arévalo. *
Canto del cisne del trío Mariano Ozores-Andrés Pajares-
Fernando Esteso, ya sin salida comercial alguna y cine-
matográficamente nulo. Esta pseudo crítica a la sanidad
española está repleta de un humor grueso y deslavazado
que recuerda a una de las más indignas comedias del cine
español, Y del seguro, líbranos señor!, de Antonio del Real
(1983). En esta nueva farsa, Pajares es un individuo que
busca cómo evadir doscientos millones de pesetas a
Suiza a través de una ruta por Melilla. Mientras encuentra
un barco en el que huir, se refugia en un hospital mala-
gueño que está a punto de quebrar, encontrando allí a
personajes pintorescos como un enfermero ladrón (Este-
so), un médico especialista en matar pacientes en sus
operaciones (Ozores) y un diputado al que retienen en el
centro (in)sanitario (Juanito Navarro). Ni agitada, ni para
usar, ni para ver, ni para nada. ■ L.M.C.
EL ALCALDE, EL GUARDIA
Y LA JIRAFITA
(Il vigile), Royal Film, Italia, 1960, 109 min.
Productor: Guido Giambartolemei. Director: Lugi Zampa. Guión: Rodol-
fo Sonego, Luigi Zampa, Ugo Guerra. Fotografía: Leonida Barboni. Mon-
taje: Otello Colangeli, Fernanda Materni. Música: Piero Umiliani. Direc-
ción Artística: Flavio Mogherini. Intérpretes: Alberto Sordi, Vittorio de
Sica, Mara Berni, Marisa Merlini. ****
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Alegre ma non troppo | 9
●
Uno de los argumentos más recurrentes de la comedia
europea era el de enfrentar a dos personajes contrapues-
tos y enfrascarlos en singulares aventuras, siendo el ejem-
plo más evidente el del cura Don Camilo y el alcalde Pep-
pone. Ahora, con uno de esos títulos largos que tanto les
gustaban a los distribuidores españoles, el duelo es entre
el guardia de tráfico Otello (ilustre Sordi, sobre todo en
sus enérgicos enfados) y el alcalde del lugar (De Sica). El
problema es que Otello es un fiel cumplidor de la ley, y
sanciona cualquier infracción sin importarle quien la co-
meta... aunque sea el mismísimo alcalde. Dentro de su to-
no de farsa y la exageración del personaje de Sordi (apli-
ca el reglamento hasta sus últimas consecuencias), se
encierra un aviso ante los peligros de saltarse el código
de circulación mucho más eficaz que cualquier campaña
de la Dirección General de Tráfico. ■ L.M.C.
ALEGRE MA NON TROPPO
España, 1994, 97 min.
Productor: Fernando Colomo. Director: Fernando Colomo. Guión: Fer-
nando Colomo, Joaquín Oristrell. Fotografía: Javier G. Salmones. Monta-
je: Miguel Ángel Santamaría. Vestuario: Vicente Ruiz. Intérpretes: Pené-
lope Cruz, Pere Ponce, Óscar Ladoire, Rosa María Sardá, Jordi Mollà, Na-
thalie Seseña, Edmon Colomer. **
Tan obeso como astuto, Hitchcock argumentaba que de
la vida de cualquier persona podía sacarse una buena
película, siempre que se eliminaran los momentos aburri-
dos. Las grandes comedias no suelen nutrirse de hechos
excepcionales, más bien de pequeños equívocos y sub-
virtiendo la cotidianidad. Menos gordo que Hitch pero
también astuto, Fernando Colomo ha montado el inge-
nioso, contundente armazón de Alegre ma non troppo
partiendo de una idea motriz mínima que sabe desarro-
llar con talento y pericia narrativa: la confusión sexual de
un joven que busca chico pero encuentra chica.
El itinerario de Pablo (Ponce) hacia el encuentro de su
identidad sexual estará rodeado de diversos avatares, el
mayor de ellos representado por su propia madre
(Sardá). Una divorciada metomentodo que prefiere la
homosexualidad de su hijo no por criterios de igualdad y
respeto, sino para evitar que pueda caer en manos de
otra mujer que sería su competidora. Ni el título del filme
●
10| Alfie
● ●
ni el protagonismo que en él tiene la Joven Orquesta
Nacional (Jonde) resultan circunstanciales. Responden al
tempo escogido por Colomo, quien 17 años atrás cambió
el panorama de la comedia española con Tigres de papel.
La música clásica mantiene el tono reposado de una co-
media basada más en la observación, el apunte caricatu-
resco y el guiño irónico –la madre, por ejemplo, le regala
a su hijo un albúm de Luis Cobos– que en la comicidad
desbordante de La vida alegre, otra de las incursiones del
cineasta en un género siempre difícil.
Colomo ha elegido un movimiento moderadamente
vivo como el alegro. Se ajusta a él y evita cualquier estri-
dencia, con esa habilidad que confiere la dedicación a un
género sólo gratificante si consigue su objetivo: divertir
sin engañar. El director elude con elegancia la mera astra-
canada, intenta profundizar en los personajes y cumple
otra regla de oro del género: una espléndida dirección de
actores. Pere Ponce, con su rostro aniñado y de aparente
ausencia, dota a su personaje de una gran credibilidad.
Como Penélope Cruz, sólo traicionada por pequeños tics.
Y cuando a Colomo parece acabársele la munición, aún le
queda una bala en la recámara: Rosa María Sardá. La
Sardá, claro, vuelve a hacer de Sardá, pero su vis cómica
levanta una función que hacia el final corría el peligro de
atascarse. ■ LL.B.M.
ALFIE
EE.UU., 1966, 114 min.
Productor: Lewis Gilbert. Director: F. Gary Gray. Guión: Bill Naughton
(basado en su propia obra y novela). Fotografía: Otto Heller. Montaje:
Thelma Connell. Música: Sonny Rollins. Dirección Artística: Peter
Mullins. Intérpretes: Michael Caine, Shelley Winters, Millicent Martin,
Julia Foster, Jane Asher, Shirley Anne Field, Vivien Merchant. ***
El propio autor Bill Naughton escribió el guión para llevar
a la pantalla la obra teatral que había triunfado en el West
End por su sátira inclemente de la sociedad británica, en
los tiempos de decadencia económica que dieron lugar a
las posiciones críticas de los “angry young men”. Alfie es
el nombre de un personaje cockney que ejerce de don-
juán para ir medrando y afirmándose socialmente, hasta
que las circunstancias le colocan al borde de la tragedia.
El filme obtuvo un inmenso éxito en taquilla, por su osa-
día en el tratamiento del tema, y catapultó al estrellato a
un joven londinense alto, rubio y corto de vista que se lla-
maba Maurice Joseph Nickelwhite. Su nombre artístico
era el de Michael Caine y había rodado Zulú, de Cy En-
field, e Ipcress, una réplica más realista a James Bond. A
su lado, una pléyade de actrices jóvenes como Jane
Asher, Shirley Anne Field y Eleanor Brown, junto al actor
Denholm Elliott. Tanto la película como Caine fueron no-
minados para el Oscar. ■ M.Q.
ALFIE
Reino Unido-EE.UU., 2004, 103 min.
Productor: Elaine Pope, Charles Shyer. Director: Charles Shyer. Guión:
Elaine Pope, Charles Shyer (basado en la obra de Bill Naughton y en su
● ●
●
guión de 1966). Fotografía: Ashley Rowe. Montaje: Padraic McKinley.
Música: Mick Jagger, John Powell, David A. Stewart. Intérpretes: Jude
Law, Renée Taylor, Jane Krakowski, Jeff Harding, Marisa Tomei. **
Alfred, Alfie para las amigas, mujeriego, chulo, dandi y
soltero sin asomo de compromiso, es un rematado idiota:
un rostro de ángel botticelliano ocultando un alma de
cateto ambulante (en un momento dado aprende la pala-
bra ostentoso y se llena de orgullo) con, encima, preten-
siones de filósofo de la vida; cada dos por tres se dirige
a la cámara para largar su credo edificante al espectador
(al masculino, por supuesto) sin tener en cuenta dos co-
sas: 1) que el noventa por ciento de los espectadores an-
da ya lo suficientemente formado en estas lides, y 2) que
el diez por ciento restante difícilmente ostentará (tam-
bién aprendimos la palabra) el cuerpo lozano del predi-
cador como para poder llevar a la práctica su catecismo
de mete y saca y adiós. Lo peor del caso es que el tonto-
lino de marras tiene remedio. De la misma manera que
pretendían hacernos creer que el impresentable de Jack
Nicholson en Mejor... imposible era redimible, aquí el
tocador de objetos curvilíneos también siente la llamada
de la moral, llora como un bebé por sus conductas y en
un abrir y cerrar de ojos repara en que tiene corazón y,
¡oh sorpresa!, que las mujeres también lo tienen. Se hace
difícil de tragar. Y dado que Alfie está permanentemente
en pantalla, que él y sólo él conduce la película, lo más
probable es que ésta nos resbale que es un contento.
Menos mal que Alfie es Jude Law, uno de esos actores
que nunca fallan, y que aquí logra hacer simpático un
personaje deplorable. Por lo demás, una estética dema-
siado fashion, de anuncio de perfume y, eso sí, excelentes
canciones de Mick Jagger y David A. Stewart. Algo es
algo. ■ J.B.C.
ALGO PARA RECORDAR
(Sleepless in Seattle), Big Onion Productions/Gary Foster Produc-
tions/TriStar, EE.UU., 1993, 100 min.
Productor: Gary Foster. Director: Nora Ephron. Guión: Nora Ephron,
David S. Ward, Jeffrey Arch (basado en su propia historia). Fotografía:
Sven Nykvist. Montaje: Robert Reitano. Música: Marc Shaiman. Diseño
de producción: Jeffrey Townsend. Dirección Arttística: Gershon Gins-
burg, Charley Beal. Vestuario: Judy Ruskin. Intérpretes: Tom Hanks, Meg
Ryan, Bill Pullman, Rosie O’Donnell, Rob Reiner, Rita Wilson, Gaby
Hoffman, Carey Lowell, Ross Malinger, Victor Garber. ****
Decidido retorno a las comedias románticas de la época
dorada de Hollywood. Una mujer que acaba de prome-
terse escucha por radio las confesiones de un viudo con
un hijo de ocho años. La chica rompe su compromiso y
decide encontrarle, convencida de que es el hombre de
su vida. La autora casi total de esta historia es nada
menos que Nora Ephron, ensayista, novelista, autora tea-
tral y guionista de filmes como Silkwood y Cuando Harry
encontró a Sally. Para componer esta película tan alejada
de su obra anterior, la directora-guionista se inspiró en Tú
y yo, aquellas dos versiones de una misma historia que
hicieron llorar a nuestros padres y abuelos, ayudando con
●
 Algo salvaje | 11
● ● ●

indudable talento a resucitar un tipo de cine que ha teni-
do después una prolífica descendencia y demostrando
que no hay nada que pase de moda, y que todo vuelve si
se presenta adecuadamente. Y la cinta no sólo está bien,
sino lujosamente presentada, y cuenta además con una
pareja protagonista con gancho, especialistas en tocar
eficazmente el corazón del respetable. El impecable
guión, la irresistible química entre Hanks/Ryan y una cáli-
o el casi legendario del tupé orgánico) son lo único (y ya
es poco y miserable) de esta estúpida función, tanto que
hasta dobló al castellano las canciones de Jonathan Rich-
man. Hay que ser idiota. ■ J.C.
ALGO SALVAJE
(Something Wild), Religioso Primitiva, EE.UU., 1986, 113 min.

da y emotiva puesta en escena de miss Ephron la convir-
tieron en uno de los grandes éxitos de 1993, demostran-
do que la gente aún cree en el amor a primera vista inclu-
so si se produce a través de las ondas radiofónicas. ■ A.C.
Productor: Jonathan Demme, Kenneth Utt. Director: Jonathan Demme.
Guión: E. Max Frye. Fotografía: Tak Fujimoto. Montaje: Craig McKay.
Música: John Cale, Laurie Anderson. Diseño de producción: Norma
Moriceau. Dirección Artíística: Stephen J. Lineweaver. Intérpretes: Jeff
Daniels, Melanie Griffith, Ray Liotta, Margaret Colin, Tracey Walter,
Dana Preu, Jack Gilpin, Su Tissue, Kristin Olsen, John Sayles. ***

Aunque con Melvin y Howard ya había llamado la aten-

ción de público y crítica, fue Algo salvaje el filme que con-
firmó definitivamente a Jonathan Demme como uno de
los cineastas más a tener en cuenta de las últimas horna-
das hollywoodienses. En esta cinta combina con inteli-
gencia, a partir del guión original de E. Max Fyre, la come-
dia, el melodrama y el thriller, en una fórmula que rehúye
voluntariamente la clasificación genérica, aunque a tenor
del desarrollo de la trama se apueste en parte, de forma
muy poco convencional, por la road movie. De todas for-
mas, el juego actoral, mayormente cómico, domina en un
filme en el que emergen tres excelentes interpretaciones,
entre ellas la de un debutante Ray Liotta con un persona-
je que ha marcado su futura trayectoria. ■ J.E.
ALGO PASA CON MARY
(There´s Something About Mary), 20th Century Fox, EE.UU., 1997,
119 min.

Directores: Bobby y Peter Farrelly. Guión: Bobby y Peter Farrelly, John J.

Strauss, Ed Decter. Fotografía: Mark Irwin. Música: Jonathan Richman.
Intérpretes: Cameron Diaz, Matt Dillon, Ben Stiller, Lee Evans, Chris
Elliott, Lin Shaye, Jeffrey Tambor, Markie Post. *

Para algunos, la cloaca considerada como una de las

bellas artes; para otros, el arte cómico tirado por el sumi-
dero. No hay término medio con los Farrelly, aunque últi-
mamente su legión de fans se vuelve tibia ante la “nor-
malización” de su estilo. De todas formas, y a pesar de la
nociva corriente de comedia escatológica inaugurada
aquí, Algo pasa con Mary es su película santo y seña.
Quizá el auge del affaire Lewinski tuvo algo que ver. O la
sobredosis de almíbar y comedietas románticas de fina-
les de los noventa. El caso es que esta astracanada, que
Mariano Ozores firmaría encantado, tuvo su pequeña
convulsión de fenómeno cultural, encumbrando a su pro-
tagonista absoluta, Cameron Díaz, como reina de lo gru-
moso y políticamente incorrecto. La historia, valga la
hipérbole, se centra en los trajines de un anormal acom-
plejado llamado Ted (Ben Stiller, otro marcado trágica-
mente por este papel, a pesar de los salvavidas que le
lanza Wes Anderson), enamorado desde chaval de Mary
(Cameron, claro), que llega a contratar a un detective
(Matt Dillon anticipándose al Clooney de los Coen) para
seguirle la pista en su nuevo hogar en Miami. Un par de
gags «tontos muy tontos» (el de la bragueta, el del perro

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12| Alice
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ALICE
Orion, EE.UU., 1990, 106 min.

Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody

Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Dirección
Artística: Santo Loquasto. Intérpretes: Mia Farrow, William Hurt, Joe
Mantegna, Alec Baldwin, Judy Davis, Blythe Danner, Bernardette Peters,
Cybill Shepherd, Patrick O´Neal. ***

Nadie como este judío de Brooklyn miope y bajito, llama-

do Allan Stewart Koningsberg, representa la concreción y
fabulación de las obsesiones del hombre medio culto
actual, más neoyorquino propiamente dicho que ameri-
cano. Por eso, sus películas –que nos llegan ordenada y
cumplidamente al ritmo de una por año– tienen más éxito
en Europa que en su país y, entre nosotros, cuentan con
un público adicto. Cuando Allen posee ya una nutrida fil-
mografía y ha superado sus primeras acumulaciones de
gags tipo Bananas o la dependencia de la parodia que,
dicho sea en honor de la verdad, dio frutos tan notables
como Toma el dinero y corre y La última noche de Boris
Grushenko, podemos distinguir entre sus películas aque-
llas en las que él mismo sale como actor y las que se limi-
ta a ejercer de realizador. Las primeras, claro está, siguen
haciendo hincapié en sus fantasmas personales y las
segundas adoptan una posición algo más distanciada, se
abren a lo coral e intensifican la visión a la vez crítica y
fascinada sobre los personajes femeninos. Alice viene
inmediatamente después de una película atípica, Delitos
y faltas, a mi entender una auténtica obra maestra de raíz
dostoiewskiana, y antes de marcar un cierto retorno a la
línea paródica con la expresionista Sombras y niebla. Se Brymer, Travis Banton. Inttérpretes: William Powell, Carole Lombard,
inscribe en la galería de mujeres en crisis, tras el parón Alice Brady, Eugene Pallette, Gail Patrick, Alan Mowbray, Jean Dixon,
que supone la irrupción de la madurez en sus vidas. Son Mischa Auer, Robert Light, Pat Flaherty. *****
la propia Mia Farrow de La rosa púrpura de El Cairo y
Hannah y sus hermanas y la Gena Rowlands de Otra Citada a menudo como la definitiva screwball comedy, y
mujer. Alice, casada desde hace 16 años, se encuentra la primera en ser bautizada de este modo por un crítico,
abandonada. Acude a la consulta de un misterioso doc- Al servicio de las damas es una película con conciencia
tor oriental, que le da una medicina que le faculta para social, aunque la sutileza del mensaje se oculta bajo tone-
penetrar en el mundo de lo irracional y poseer una visión ladas del humor más disparatado. Entre los créditos de
certera de lo que sucede a su alrededor. Enterada de la apertura y el final tradicional (el chico se lleva a la chica),
infidelidad de su marido, cede a los requerimentos de un esta brillante farsa nos ofrece una denuncia de la vida
músico divorciado. Película “de cámara”, Alice tiene el artificiosa y vacua que lleva la buena sociedad de la Quin-
problema de resultar redundante, una insistencia de algo ta Avenida. La encantadora Irene Bullock (Lombard) y su
que ya habíamos oído, repetido ahora sin demasiada con- calculadora hermana Cornelia (Patrick), miembros de una
vicción. Y encima parece que Allen no sepa cómo decidir acaudalada familia de Park Avenue llena de despilfarra-
el desenlace, que resulta forzado y poco ingenioso. Sin dores tarambanas, viven ignorantes de la realidad social
embargo, quedan los buenos momentos que siempre tie- de su país, sin darse cuenta de que el drama ajeno puede
nen los filmes inteligentes y el gran reparto con que Woo- ser suyo un día. Y eso, por supuesto, es lo que ocurre
dy se arropa: Blythe Danner, Bernardette Peters, Cybill aquí. Buscando una genuina víctima de la Depresión (“un
Shepherd, Patrick O´Neal e incluso una intervención de la hombre olvidado”) como objetivo de un estúpido juego
modelo Elle McPherson. ■ M.Q. de “caza en la basura”, Irene se lleva a casa a un aparen-
te “vagabundo” que ha encontrado en un basurero. Intri-
gada, le contrata para que sea el nuevo mayordomo de la
AL SERVICIO DE LAS DAMAS familia y pronto se enamora de él, sin saber que él mismo
(My Man Godfrey), Universal, EE.UU., 1936, 94 min. había pertenecido en el pasado a las clases altas. Quién
Productor: Gregory La Cava. Director: Gregory La Cava. Guión: Morrie es realmente y cómo se convierte en el representante de
Ryskind, Eric Hatch, Gregory La Cava (basado en la historia “1101 Park la cordura en una mansión que tiene mucho en común
Avenue” de Eric Hatch). Fotografía: Ted Tetzlaff. Montaje: Ted J. Kent. con una institución mental es el tema de esta maravillosa
Música: Charles Previn. Dirección Artística: Charles D. Hall. Vestuario: farsa, concebida con un brío y un ingenio sin igual.

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El ingenio se debe al buen hacer de los guionistas Mo-
rrie Ryskind, Eric Hatch y Gregory La Cava, y está claro
que el brío es mérito del poco valorado La Cava y sus
acertadas instrucciones. La Cava era un director de
comedia conocido por su afición a la improvisación. Y en
esta historia lo más divertido es la evolución de los per-
sonajes, porque cuando la suerte se pone en contra de
esa familia llena de chiflados tarambanas, los Bullock tie-
nen que aprender a ser un poco más humanos. Como
suele suceder con estas travesuras cinematográficas, Al
servicio de las damas se apoya en la competencia de sus
actores como intérpretes de comedia. William Powell y
Carole Lombard, casados en 1931 y divorciados en 1933,
aún eran lo bastante amigos como para formar un mara-
villoso equipo en la pantalla. En el papel titular, Powell
está en su elemento encarnando al personaje que da
nombre a la película (My Man Godfrey), un Godfrey Smith
que se caracteriza por su humor sardónico y la impertur-
babilidad con que reacciona ante el caos impredecible
que se desarrolla ante sus ojos. A la altura de tan refina-
do clochard se sitúa la inocentemente imperturbable
Lombard, cuyo personaje sentó nuevos standards de
comportamiento enloquecido. Pero sorprendentemente,
la actriz que encarna a su hermana, Gail Patrick, consigue
robarle el protagonismo en muchas de las escenas en que
comparten pantalla y, al final, es ella la que consigue
imponerse en la memoria del espectador. En el papel de
la madre de las chicas, Alice Brady interpreta una vez más
a una cabeza hueca atolondrada con voz de pito y diálo-
gos idiotas, mientras que Eugene Pallette, inimitable y
con el tono de voz por los suelos, hace lo propio con el
achacoso sustentador de la familia. Y por fin, no podemos
dejar de mencionar al inefable Mischa Auer, divertidísimo
en la piel del chiflado gigoló ruso aficionado a imitar
monos, y a la maravillosa Jean Dixon, que con su exquisi-
to ritmo cómico da vida a Molly, la doncella sensata, en
una intervención demasiado corta para lo que merece su
talento.
Dirigida con ojo clínico por Gregory La Cava, este hila-
rante puñetazo a las manías de los ricos ociosos obtuvo
un éxito apoteósico de público y crítica, así como seis
candidaturas a los Oscar, aunque la edición de 1936 no le
reservó ninguno. Pero la película sí que generó una mul-
titud de imitaciones de inferior calidad, incapaces de
recrear la química de este título señero de la screwball
comedy. ■ J.T.
AL SUR DE GRANADA
España, 2002, 111 min.
Productor: Beatriz de la Gándara, Fernando Bovaira, Fernando Colomo.
Director: Fernando Colomo. Guión: Fernando Colomo, Jonathan Ga-
thorne-Hardy. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Juan Bardem. Intér-
pretes: Matthew Goode, Verónica Sánchez, Guillermo Toledo, Consuelo
Trujillo, Ángela Molina, Antonio Resines. ***
En la línea de su previa y excelente Los años bárbaros,
Colomo ofrece un retrato de la España del pasado filtra-
do por otra mirada extranjera, en este caso la del notorio
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¡Alto!, o mi madre dispara | 13
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escritor británico Gerald Brenan cuando pisó por primera
vez las tierras de la Alpujarra, a principios de los años
veinte. Bella (magnífica fotografía de Alcaine), ingeniosa,
nostálgica, divertida y con un inconmensurable Guillermo
Toledo. ■ J.B.C.
ALTA FIDELIDAD
(High Fidelity), EE.UU.-Reino Unido, 2000, 114 min.
Productor: Tim Bevan y Rudd Simmons. Director: Stephen Frears.
Guión: D. V. De Vincentis, Steve Pink, John Cusack y Scott Rosenberg
(basado en la novela de Nick Hornby). Fotografía: Seamus McGarvey.
Montaje: Mick Audsley. Música: Howard Shore. Intérpretes: John
Cusack, Iben Hjejle, Todd Louiso, Jack Black, Lisa Bonet, Catherine Zeta-
Jones, Joan Cusack, Tim Robbins, Lili Taylor, Natasha Gregson Wagner,
Sara Gilbert. ***
La película basada en el libro de Nick Hornby traslada la
acción a Chicago, pero lo hace con más fidelidad de la
que podría esperarse. John Cusack, un irónico y creíble-
mente apático Rob, remueve las cenizas de sus pasadas
relaciones y examina una letárgica crisis de la edad adul-
ta. La idea del director Stephen Frears es que Rob se
salga de las escenas para recitar monólogos sobre el sexo
y los vinilos. Lo hace tan a menudo que uno se pregunta
por qué no escribe un libro y acaba de una vez. Entonces
recordamos que el libro ya está escrito; ésta es la pelícu-
la. Lili Taylor, Sara Gilbert y Natasha Gregson captan tan
perspicazmente el “buen rollo” de sus personajes que
hacen parecer demasiado fría a Catherine Zeta-Jones.
Jack Black es una dinamo, un toro en una tienda de dis-
cos. Dylan, The Beta Band, The Chemical Brothers... La
banda sonora es estupenda, pero uno desearía que le
dejasen escucharla más. ■ J.D.D.
¡ALTO!, O MI MADRE DISPARA
(Stop! Or My Mom Will Shoot), EE.UU., 1992, 87 min.
Productor: Michael C. Gross, Joe Medjuck, Ivan Reitman. Director:
Roger Spottiswoode. Guión: Blake Snyder, William Osborne, William
Davies. Fotografía: Frank Tidy. Montaje: Mark Conte, Lois Freeman-Fox.
Música: Alan Silvestri. Intérpretes: Sylvester Stallone, Estelle Getty,
JoBeth Williams, Roger Rees, Martin Ferrero, Gailard Sartain, John
Wesley. *
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14| Alucinantes aventuras de Bill y Ted, Las
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Los problemas de un sargento de policía comienzan de
verdad con la llegada de su madre, una mujer muy entro-
metida, que desea colaborar con él para resolver todos
los casos. Stallone intentó dar un giro a su carrera inter-
nándose en la comedia disparatada, con la ayuda de la
más veterana de Las chicas de oro, y Spottiswoode reali-
zó lo peor de su filmografía. ■ G.Q.
ALUCINANTES AVENTURAS
DE BILL Y TED, LAS
(Bill & Ted’s Excellent Adventure), Nelson, EE.UU., 1988, 89 min.
Productor: Scott Kroopf, Michael S. Murphey y Joel Soisson. Director:
Stephen Herek. Guión: Chris Matheson y Ed Solomon. Fotografía:
Timothy Suhrstedt. Montaje: Larry Bock y Patrick Rand. Diseño de pro-
ducción: Roy Forge Smith y Lynda Paradise. Música: David Newman.
Dirección Arrtística: Gordon White. Intérpretes: Keanu Reeves, Alex
Winter, George Carlin, Terry Camilleri, Bernie Casey, Dan Shor. **
Bill (Winter) y Ted (Reeves) son buenos chicos, pero para
su profesor son casos perdidos. Su fantasía es formar una
banda de rock llamada “Wyld Stallyns”; un día se decidi-
rán y aprenderán a tocar la guitarra. Pero a menos que lo-
gre lo aparentemente imposible y apruebe un examen de
historia, Ted será enviado a una escuela militar; el fin de
su amistad. En el último momento, George Carlin apare-
ce como un benefactor cósmico que les ofrece la oportu-
nidad de viajar hacia atrás en el tiempo y reunir los ora-
dores que necesitan para una presentación asombrosa. El
dúo salta por diferentes épocas, recogiendo figuras his-
tóricas (de Sócrates a Billy el Niño) y enfrentándolas con
la cultura de la Costa Oeste. Ésta es una película extrema-
damente tonta y superficial; todo depende de si uno es
capaz de meterse en la jerga única de Bill y Ted (llena de
expresiones surferas) y en su estúpido comportamiento.
Las escenas más divertidas son las que presentan a Na-
poleón (Camilleri) vagando por el sur de California: pom-
poso y hambriento de poder, devora el menú en una
heladería y acapara todas las atracciones en un parque
acuático. El atolondrado estilo del director Stephen He-
rek complementa perfectamente el embrollo cósmico, y
Keanu Reeves (en sus días pre-sex symbol) se enfrenta al
cómico Alex Winter en la competición por la corona de
“Cabeza hueca más atractivo”. Reeves, con su cara se-
ductoramente inexpresiva y despreocupado vocabulario
físico, recuerda a una marioneta sin hilos paseándose por
este viaje a los cortocircuitos de la historia. ■ J.D.D.
AMANECE QUE NO ES POCO
Globe Films, España, 1988, 103 min.
Director: José Luis Cuerda. Guión: José Luis Cuerda. Fotografía: Porfirio
Enríquez. Música: José Nieto. Intérpretes: Manuel Alexandre, Rafael
Alonso, Antonio Resines, Cassen, Aurora Bautista, Chus Lampreave,
Ovidi Montllor, Saza, Quique San Francisco. **
Curiosa muestra de comedia surrealista y marciana que
aprovecha algunos pases mágicos de El bosque animado
así como de cierto realismo fantástico rural, que haberlo
● ●
●
haylo. Cuerda, haciendo doblete también como guionis-
ta, elabora un cóctel achispado y a veces apelmazado
que arranca con el profesor Teodoro (Resines) y su padre
Jimmy (Ciges, que ni pintado) llegando en sidecar desde
la universidad de Ocklahoma a un pueblo regido por un
alcalde (Aloso) acosado por los vecinos (que recitan a
Faulkner de carrerilla) para que comparta a su mujer, ante
el mosqueo del cura (Cassen) y el cabo de la guardia civil
(Saza). Profesores cantores, paisanos creciendo en las
huertas cual lechugas o negros con alma blanca comple-
tan el panorama, obligatoriamente irregular pero a ratos
francamente curioso y divertido. Su éxito en taquilla pro-
pició una “más o menos secuela”: Así en el cielo como en
la tierra (1994), bastante más pesada. ■ J.C.
AMANTE BAJO LA CAMA, LA
(Corneti alla crema), National Cinematográfica – Nuova Dania, Italia,
1981, 109 min.
Productor: Eugenio Martino. Director: Sergio Martino. Guión: Romolo
Girolami, Franco Verucci, Sergio Martino. Fotografía: Giancarlo Ferran-
do. Montaje: Eugenio Alabiso. Música: Mariano Detto. Dirección Artísti-
ca: Adriana Bellone. Intérpretess: Lino Banfi, Edwige Fenech, Gianni Cavi-
na, Marisa Merlín. **
Una vez pasada la mejor época de la comedia italiana
durante los años 60 y 70, su reciclaje de estrellas para los
80 no resultó demasiado afortunado. Sin embargo, Lino
Banfi, con su aspecto de hombre corriente, gordo, calvo,
perdedor empedernido y diana de todas las tortas que se
rifan, fue uno de sus nombres más reconocidos, capaz de
levantar, incluso, argumentos intrascendentes como éste:
un sastre de trajes de cura, casado y con un hijo, logra
ligarse a la impresionante Edwige Fenech y, para evitar
líos familiares, se hace pasar por un amigo suyo, ligón y
soltero, que es su vecino. En los estertores de la comedia
erótica, he aquí un buen ejemplo de cómo fabricar la fór-
mula nada sencilla del entretenimiento. ■ L.M.C.
EL AMANTE DEL AMOR
(L’homme qui aimait les femmes), Carrosse/Artistes, Francia, 1977,
119 min.
Director: François Truffaut. Guión: François Truffaut, Michel Fermaud,
Suzanne Schiffman. Fotografía: Nestor Almendros. Montaje: Martine
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 American Graffiti | 15
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Barraque. Música: Maurice Jaubert. Intérpretes: Charles Denner, Brigitte
Fossey, Nelly Borgeaud, Leslie Caron, Genevieve Fontanel, Nathalie
Baye, Sabine Glaser, Valerie Bonnier, Martine Chassing. ****
Uno de los filmes peor conocidos entre nosotros de toda
la filmografía del realizador François Truffaut, estrenado
aquí con el pomposo título El amante del amor. Es un re-
trato de la otra cara de don Juan, no el seductor, sino el
seducido, el hombre fascinado por el secreto de la femi-
neidad. El casi siempre secundario Charles Denner logra
aquí una prodigiosa composición, hecha de contención y
sabiduría. Espléndida fotografía del barcelonés Néstor
Almendros. Blake Edwards hizo un remake de este filme
en 1983, titulándolo Mis problemas con las mujeres y con-
firmando el protagonismo a Burt Reynolds. ■ M.Q.
Música: Thomas Newman. Diseño de producción: Naomi Shohan.
Dirección Artíística: David S. Lazan. Vestuario: Julie Weiss. Intérpretes:
Kevin Spacey, Anette Bening, Thora Birch, Wes Bentley, Mena Suvary,
Peter Gallagher, Allison Janney, Chris Cooper. ****
Inclemente disección de la vida de la burguesía acomo-
dada de la sociedad norteamericana, a través de dos
familias que habitan en una zona residencial de una ciu-
dad de tipo medio. El excelente guión de Alan Ball se cen-
tra en la hipocresía esencial que preside las relaciones
familiares y el ambiente opresivo –por encima del bienes-
tar material– que representa el entorno. Una sociedad
que se basa en la creación de espejismos sustitutorios y
que somete a los personajes a crueles tensiones que tie-
nen que reprimir, a veces de forma violenta. Supuso el
estreno cinematográfico de Sam Mendes, un director tea-
tral de probada fama en los escenarios del West End y de
Broadway, que luego nos ha seguido maravillando con su
segundo largometraje Camino a la perdición, interpreta-
do por Tom Hanks. Su debut obtuvo cinco Oscar, entre
ellos el de Mejor Película, Director, Actor –Spacey– y
Guión. ■ M.Q.

AMELIE
(Le fabuleux destin d’Amélie Poulain), Francia-Alemania, 2001, 122’.

Productor: Jean-Marc Deschamps, Claudie Ossard. Director: Jean-Pierre

Jeunet. Guión: Guillaume Laurant, Jean-Pierre Jeunet. Fotografía: Bruno
Delbonnel. Montaje: Hervé Schneid. Música: Yann Tiersen. Dirección
Artística: Volker Schäfer. Intérpretes: Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz,
Rufus, Lorella Cravotta, Serge Merlin, Jamel Debbouze. ****

Después de dejar boquiabiertos a los franceses con los

cortos que realizó junto al dibujante y diseñador Marc Ca-
ro y a medio mundo con dos propuestas verdaderamen-
te originales como Delicatessen y La isla de los niños per-
didos, Jeunet decidió iniciar una carrera en solitario en
Hollywood y nada menos que con la cuarta entrega de
Alien. No cumplió, ni mucho menos, con las expectativas
que había generado y volvió a Francia, de donde resur-
gió, cuando ya empezábamos a olvidarnos de él, con
Amelie, uno de los títulos más exitosos del cine galo. Sus
claves serían lo universal de su historia, un cuento lleno
de sentimientos positivos con una hada buena perfecta-
mente integrada en la modernidad y que necesita tam-
bién ser feliz –encarnada por una insustituible y maravi-
llosa Audrey Tautou– y, sin duda alguna, su ingeniosa y
original puesta en escena, cargada de hallazgos a todos
los niveles y elaborada hasta el mínimo detalle. Imposible
no destacar la banda sonora del genial Tiersen. ■ G.Q.

AMERICAN BEAUTY
Jinks/Cohen Company, EE.UU., 1999, 118 min.
Productor: Bruce Cohen, Dan Jinks. Director: Sam Mendes. Guión: Allan
Ball. Fotografía: Conrad L. Hall. Montaje: Tariq Anwar, Chris Greenbury.
AMERICAN GRAFFITI
Universal, EE.UU., 1973, 110 min.
Productor: Francis Ford Coppola, Gary Kurtz. Director: George Lucas.
Guión: George Lucas, Gloria Katz, Willard Huyck. Fotografía: Ron Evers-
lage, Jan D’alquen. Montaje: Verna Fields, Marcia Lucas. Dirección Artís-

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16| American Pie
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tica: Dennis Clark. Vestuario: Aggie Guerard Rodgers. Intérpretes:
Richard Dreyfuss, Ron Howard, Paul LeMat, Charles Martin Smith,
Cindy Williams, Candy Clark, Mackenzie Philips, Wolfman Jack, Harrison
Ford, Bo Hopkins. ****
Primer gran éxito de taquilla de Lucas y la vigorosa entra-
da que le permitió rodar la primera parte de la mítica
saga del jedi. El filme nos sitúa a finales de los sesenta.
Los adolescentes se lanzan a la calle con sus coches cro-
mados, se persiguen, gastan bromas... Es un filme alegre,
pero lleno de nostalgia, y con el transfondo de que a sus
jóvenes protagonistas no tardarían en reclutarles para ir
a Vietnam y perder allí toda esa inconsciente ingenuidad.
Relata también el nacimiento de una cultura juvenil que
se aleja cada vez más de la adulta, con su modo de actuar
y su música, presente gracias a la voz radiofónica del
“Hombre Lobo”. Lucas domina la narración de un modo
excepcional, demostrando ya, en su segundo filme, lo que
en un futuro sería capaz de hacer. Intenten reconocer a
un joven Harrison Ford un tanto disfrazado. ■ M.Q.
AMERICAN PIE
Universal Pictures, EE.UU., 1999, 100 min.
Productor: Chris Weitz, Warren Zide, Craig Perry, Chris Moore. Director:
Paul Weitz. Guión: Adam Hertz. Fotografía: Richard Crudo. Montaje:
Priscilla Nedd-Friendly. Diseño de producción: Paul Peters. Música:
David Lawrence. Dirección Artísstica: Paul Peters. Vestuario: Leesa Evans.
Intérpretes: Jason Biggs, Mena Suvari, Shannon Elizabeth, Alyson Han-
nigan, Chris Klein, Tara Reid, Eugene Levy, Eddie Kaye Thomas, Natasha
Lyonne, Thomas Ian Nicholas. *
Famosa por la ridícula escena de masturbación que da
título a la película, esta comedia de sal gruesa al estilo de
los Farrelly comienza tal y como promete seguir, con Jim
(Biggs) descubierto por sus padres descodificando el
canal porno y llevando un calcetín en su “tercera pierna”.
Aunque Jim y sus colegas hacen un pacto para perder la
virginidad antes de la fiesta de graduación, las masturba-
ciones continúan sin pausa. El macho adolescente es una
cosa fea para contemplar, pero idónea para la humillación
cómica. La cinta de los hermanos Weitz es suficiente para
que a cualquiera se le quiten las ganas de tener hijos. Lo
más extraño es que, aunque está contada desde el punto
de vista de los chicos, el humor corre –casi enteramente–
a su costa, y es bastante sensible con las necesidades de
las mujeres. Es una película grosera, pobremente inter-
pretada y dirigida, aunque elevada por dos o tres escenas
estrambóticas. ■ J.D.D.
AMERICAN PIE 2
EE.UU., 2001, 108 min.
Productor: Chris Moore, Craig Perry, Warren Zide. Director: James B.
Rogers. Guión: Adam Herz (basado en una historia de David H. Stein-
berg y Adam Herz). Fotografía: Mark Irwin. Montaje: Larry Madaras,
Stuart H. Pappé. Dirección Artística: Kitty Doris-Bates. Intérpretes:
Jason Biggs, Shannon Elizabeth, Alyson Hannigan, Chris Klein, Thomas
Ian Nicholas, Natasha Lyonne, Tara Reid, Seann William Scott, Mena
Suvari, Eddie Kaye Thomas, Chris Owen, Eugene Levy. **
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Ver American pie 2 es volver a ver American pie. La fauna
a concurso (jóvenes cuyas neuronas se repartieron con
cicatería y todas averiadas) es la misma, sin variación. La
tramita es gemela: el empeño de todos los troncos por
tirarse a todas las titis. La escatología repite gag, sólo que
cambiando semen por lluvia dorada, ingerida ésta aquí
por la misma víctima que aquél allí. ¿Más parecidos? El
sufrido onanista Jason Biggs, protagonista en American
pie de la antológica escena del pastel de manzana sexual-
mente disponible, en esta ocasión se accidenta, dándole
a la manivela en otra secuencia demencial, con efectivo
pegamento instantáneo. Y en cuanto al recordado coito
frustrado retransmitido en directo por internet, su equi-
valente aquí sería una divertida viñeta con tres de nues-
tros protagonistas y dos supuestas lesbianas sembrando
ondas calenturientas por radio. ¿Hace falta añadir algo
más para que ustedes tengan una idea más o menos níti-
da de lo que transporta este producto? ■ J.B.C.
AMERICANIZATION OF EMILY, THE
Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1964, 115 min.
Productor: Martin Ransohoff. Director: Arthur Hiller. Guión: Paddy Cha-
yefsky (basado en la novela de William Bradford Huie). Fotografía: Philip
H. Lathrop. Montaje: Tom McAdoo. Música: Johnny Mandel. Dirección
Artística: George W. Davis, Hans Peters, Elliot Scott. Intérpretes: James
Garner, Julie Andrews, Melvyn Douglas, James Coburn, Joyce Grenfell,
Ed Binns. ***
Una comedia decididamente negra. Una viuda de guerra
inglesa se enamora de un cobarde marine, que está des-
tinado a ser el primer hombre en morir en el transcurso
del desembarco de Normandía. Rodada en blanco y ne-
gro en Inglaterra y escrita por el brillante Paddy Chayef-
sky sobre la novela de William Bradford Huie, la película
celebra el hedonismo americano (mientras la pacata An-
drews aprende a divertirse) y ataca la conciencia purita-
na que convierte la diversión en cinismo. Su arma secre-
ta es el reparto, simplemente maravilloso. Julie Andrews,
en el que posiblemente sea el mejor papel de su carrera,
es la viuda dada a consolar soldados, y James Garner el
yanqui al que Julie atiende, y el soberbio elenco de se-
cundarios incluye a un muy divertido James Coburn, el
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obsesivo almirante Melvyn Douglas y la venerable Joyce
Grenfell, perfecta como la madre de Andrews. Ingeniosa
a pesar de la dirección de Arthur Hiller. ■ J.D.D.
AMIGO DE MI AMIGA, EL
(L´ami de mon amie), Les Films du Losange, Francia, 1987, 102 min.
Productor: Margaret Menegoz. Director: Eric Rohmer. Guión: Eric Roh-
mer. Fotografía: Bernard Lutic. Montaje: María Luisa García. Música:
Jean-Louis Valero. Intérpretes: Emmanuelle Chaulet, Sophie Renoir,
Anne-Laure Meury, Eric Vieillard. ***
Nueva entrega de la serie “comedias y proverbios” que
Rohmer iniciase en 1981 con La mujer del aviador. Siempre
con el denominador común de la palabra como pilar fun-
damental de la acción, repleta de situaciones cercanas,
personajes auténticos, actores naturales, y con un ritmo
incansable de una película al año. Esta nueva revisión de
la sociedad de la época supone una crónica femenina
sobre chicas que se ven envueltas en problemas amoro-
sos y que han de participar en un vodevil del que saldrán
bien libradas. El caso es que la chica “A” se enamora del
chico “B”, cuya amiga “C” rompe con su novio “D”. Los
giros del destino harán que se sincronice el carácter de
“A” y “D” y, a su vez, el de “C” y “B”. Rodada en una de las
zonas más emblemáticas de la arquitectura parisina de
forma segura, elegante y distendida, es imposible que
esta película defraude a quien se acerque a ella porque
siempre tiene algo interesante que contar y, lo que es
más importante, su director sabe cómo hacerlo. ■ L.M.C.
AMIGOS DE PETER, LOS
(Peter’s Friends), BBC, Channel Four Films, Renaissance Films y
Samuel Goldwyn, Reino Unido, 1992, 101 min.
Director: Kenneth Branagh. Guión: Martin Bergmann y Rita Rudner.
Fotografía: Roger Lanser. Música: Canciones de Eric Clapton, John Dea-
con, Chrissie Hynde, Freddy Mercury y otros. Intérpretes: Hugh Laurie,
Kenneth Branagh, Stephen Fry, Alphonsia Emmanuel, Emma Thomp-
son, Phyllida Law. ***
Es curioso que la mayoría de las películas de género
“amigable” también lo suelen ser de “masculino” o “feme-
nino” (o “blanco” o “negro”). Raras veces se produce el
fenómeno de mestizaje, lo cual dice bastante de la men-
talidad social y humana de los cineastas y, sobre todo, el
público. Todas estas teorías seudosociológicas caen
como castillos de naipes ante excepciones a la regla tan
brillantes, emocionantes y redondas como Los amigos de
Peter, inevitablemente votada como una de las mejores
“comedias dramáticas” de los noventa y que atesora un
rarísimo germen de compadreo y complicidad con el
público ya desde su cantarín arranque que, a la salida del
cine, más de uno intentó versionar del modo más localis-
ta posible. Kenneth Branagh demostró que no sólo sabe
ponerse los leotardos shakesperianos sino extraer infu-
sión milagrosa poniendo a hervir los pequeños grandes
dramas cotidianos y los secretos y mentiras de un grupo
de amigos treintañeros y tan alegres como las comadres
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A mi madre le gustan las mujeres | 17
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de Windsor. Gran parte del prodigio de Los amigos de Pe-
ter radica en la puesta en escena (o escenas), difícilmen-
te fácil y calculadamente espontánea, que desgrana y en-
hebra las diferentes subtramas con pulso de entomólogo.
Pero el gran mérito del filme se lo llevan los actores, to-
dos sencillamente fantásticos, desde Emma Thompson al
nominal Stephen Fry, pasando por Phyllida Law, el propio
Brannagh o un Hugh Laurie tan sorprendente que no es
de extrañar que años después adopte como hijo a un
ratoncillo llamado Stuart Little. Si todo ello lo rebozamos
con algunas de las mejores partituras poperas (y no tan-
to) de todos los tiempos, ya tenemos explicación a tan
feliz resultado. Aunque lo que hace grande a Los amigos
de Peter es lo que precisamente no se puede explicar: ese
divino tesoro llamado amistad. ■ J.C.
A MÍ LAS MUJERES NI FU NI FA
España, 1971, 88 min.
Productor: José Antonio Cascales. Director: Mariano Ozores. Guión:
Mariano Ozores, hijo. Fotografía: Vicente Minaya. Montaje: Antonio
Ramírez de Loaysa. Música: Gregorio García Segura, Peret. Intérpretes:
Carla Araque, Conchita Bautista, María Fiorella, Nuria Gimeno, José Luis
López Vázquez, Ana María Morales, Gracita Morales, Antonio Ozores,
Antonio Ozores padre, Peret, Bárbara Rey, José Sazatornil. *
Vulgar, amén de obsoleta, farsa de enredos sentimenta-
les, cortada a la medida del rumbero Peret, en el papel de
un cantante que, para cortejar a la mujer de quien está
enamorado, comprometida con un psiquiatra, acudirá a
éste con la excusa de que las mujeres, como anuncia el
título, no le despiertan nada. La enfermera del consulto-
rio estará de su parte: le hace tilín su jefe. ■ J.B.C.
A MI MADRE LE GUSTAN LAS MUJERES
España, 2002, 96 min.
Productor: Fernando Colomo, Beatriz de la Gángara. Director: Daniela
Fejerman, Inés París. Guión: Daniela Fejerman, Inés París. Fotografía:
David Omedes. Música: Juan Bardem. Intérpretes: Leonor Watling, Rosa
María Sardá, María Pujalte, Silvia Abascal, Eliska Sirová. ***
En ningún género como en la comedia son tan funda-
mentales el guión y la dirección de actores. También la
capacidad del realizador para darle a cada secuencia el
tempo adecuado, porque el gag y la situación pueden
derrumbarse si el ritmo no está medido con la precisión
de un metrónomo. A mi madre le gustan las mujeres –títu-
lo diáfano pero que podía presagiar lo peor– tiene un
guión imaginativo, de giros casi siempre imprevisibles. Es
el mérito de dos guionistas solventes curtidas en cine y
televisión y que aquí también debutan en la dirección.
Salen airosas del desafío: la arquitectura visual de esta
comedia, dotada de ocasionales toques dramáticos, re-
sulta impecable. Tal vez no sea ajena a ello la consejería
ejercida por el cineasta Fernando Colomo, en funciones
de productor (atención a su habitual cameo).
El día de su cumpleaños, una madre (excelsa Rosa Ma-
ría Sardá), concertista de piano y separada de su marido
●
18| Amistades de mi mujer
● ●
escritor (Xabier Elorriaga), comunica a sus tres hijas que
se ha enamorado de nuevo. Pero... de una mujer (Eliska
Sirova) veinte años más joven, también pianista. Sus tres
hijas son tres mundos: una ama de casa (María Pujalte)
que detesta al marido, un pendón (Silvia Abascal) que
ejerce de cantante rockera y una afligida veinteañera víc-
tima de sus complejos. En este personaje, literalmente
bordado por Leonor Watling, recae el peso de una come-
dia que depara constantes sorpresas y culmina una haza-
ña inusual: divertir y emocionar. ■ LL.B.M.
AMISTADES DE MI MUJER
(Adulterio all´italiana), Fair Film, Italia, 1966, 98 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Pasquale Festa Campanile.
Guión: Pasquale Festa Campanile, Luigi Malerba, Ottavio Alessi. Foto-
grafía: Roberto Gerardi. Montaje: Ruggero Mastroianni, Marcello Olasio.
Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Pier Luigi Pizzi. Intér-
pretes:: Nino Manfredi, Catherine Spaak, Maria Grazia Buccella, Akim
Tamiroff. **
Los “cuernos” se convirtió en uno de los temas más recu-
rrentes del cine italiano, sobre todo en su faceta de
comedia. Aquí, siguiendo la estela “all´italiana” de matri-
monios y divorcios, le toca el turno al adulterio, en este
caso el que lleva a cabo el personaje de Nino Manfredi. Lo
peor vendrá cuando su mujer, Catherine Spaak (una ac-
triz estupenda, no tan valorada como otras estrellas de su
generación), se entera de las infidelidades de su esposo
y decide vengarse diciéndole que ella también se busca-
rá un amante. Es entonces cuando aparece el mejor Man-
fredi: histriónico, atribulado por la situación, hilarante en
su comportamiento y un torrente de obsesiones, que
cree ver a cualquier persona como posible amante de su
esposa. ■ L.M.C.
AMO DE LA CASA, EL
(Du skal ære din hustru), Dinamarca, 1925, 107 min.
Productor: Christopher Figg. Director: Carl Theodor Dreyer. Guión: Carl
Theodor Dreyer (basado en la obra “Tyrannens Fald” de Svend Rindom).
Fotografía: George Schnéevoigt. Montaje: Carl Theodor Dreyer. Direc-
ción Artística: Carl Theodor Dreyer. Intérpretes: Johannes Meyer, Astrid
Holm, Karin Nellemose, Mathilde Nielsen, Clara Schønfeld, Johannes
Nielsen. ****
● ●
●
El séptimo largometraje del maestro danés Carl Theodor
Dreyer es una adaptación de la pieza teatral de Svend
Rindom titulada “La caída del tirano”, un filme de cáma-
ra, que narra la situación en que se encuentra una pobre
ama de casa sometida a su marido y el modo como una
ingeniosa nodriza consigue rehabilitarla. Una mezcla de
comedia y drama costumbrista que resulta un efectivo
alegato en favor de la mujer y que hay que entender si-
tuado en su momento histórico, cuando las danesas ha-
cía años que ejercían su derecho al voto. Minuciosa pues-
ta en escena, confiando no sólo en el valor de la imagen,
sino en los textos de los intertítulos. Se nota claramente
la influencia de la corriente naturalista del teatro nórdico
de un Ibsen, un Björson o un Strindberg. En España tam-
bién se conoció con el título Honrarás a tu esposa. ■ M.Q.
AMO DE LA SELVA, EL
(Call Me Bwana), Eon, EE.UU., 1963, 93 min.
Productor: Albert L. Broccoli. Director: Gordon Douglas. Guión: Nate
Monaster, Johanna Harwood. Fotografía: Ted Moore. Montaje: Peter
Hunt. Música: Muir Mathieson, Monty Norman. Dirección Artística: Syd
Cain. Intérpretes: Bob Hope, Anita Ekberg, Edie Adams, Lionel Jeffries,
Arnold Palmer, Percy Herbert. ***
Bob Hope se ha creado una falsa reputación de intrépido
explorador de las junglas del África profunda, escribien-
do exitosos libros basados en viejos diarios secretos de
su tío. En realidad, lo más cerca que el tímido personaje
ha estado nunca del continente negro ha sido para visitar
a su tía en Cape Cod. El problema llega cuando la CIA le
encomienda una misión: debe ayudar a la agente de la
CIA Edie Adams a encontrar una cápsula espacial ameri-
cana perdida en lo más profundo de la jungla antes de
que los poderes extranjeros pongan sus manos sobre ella.
La escultural Anita Ekberg y Lionel Jeffries son los espías
enemigos que tratan de desbaratar la misión. En conjun-
to, hay bastante diversión para mantener este burbujeo
alegremente. Ahí está Hope pasando por pruebas de va-
lor para escapar de la tribu nativa, mezclándose con un
travieso elefante, un león en su bañera, Ekberg cosiéndo-
le los pantalones mientras los lleva puestos, y finalmente
despegando en la cápsula espacial. Aunque la mayor par-
te de la responsabilidad recae sobre Hope, Edie Adams
ofrece una agradablemente discreta interpretación, y Ek-
berg, aunque una improbable Mata Hari, es una decorati-
va compañera para el protagonista. Sólo los más quisqui-
llosos se quejarán de que a menudo la jungla apeste a los
estudios Pinewood. ■ J.T.
AMOR A LOS CUARENTA
(Something in Common), EE.UU., 1986, 102 min.
Productor: Glenn Jordan. Director: Glenn Jordan. Guión: Susan Rice.
Fotografía: Kees Van Oostrum. Montaje: Paul Rubell. Música: John Addi-
son. Intérpretes: Ellen Burstyn, Tuesday Weld, Patrick Cassidy, Don
Murray, Eli Wallach, Amanda Wyss. **
Atractivo reparto, con Ellen Burstyn (Oscar por Alicia ya
●
 Amor ciego | 19
● ● ●

no vive aquí), la ex ingenua Tuesday Weld y los veteranos ligón que se las da de campeón de esquí para deslumbrar
Don Murray y Eli Wallach, para un telefilme en torno a una a la segunda, farol que se habrá de tragar cuando ambos
viuda, madre de dos hijos, uno de los cuales, estudiante se planten en un concurso de esquí en La Molina, el privi-
de 22 años, le comunica su decisión de casarse con una legiado escenario de esta farsa por la que también pulu-
divorciada que le dobla la edad. Experto realizador tele- lan Manolo Morán, Manuel Alexandre y Matilde Muñoz
visivo que ha ganado tres premios Emy (recordemos los Sampedro. ■ J.B.C.
títulos Cosas de mujeres y Padre de familia), Glenn Jor-
dan suele firmar producciones que están muy por encima
de la mediocridad que parece imponer el medio. Su pre-
ocupación por abordar temas de fuerte contenido huma-
no se hizo extensible a la pantalla grande con Algo en que
creer, donde Jack Lemmon aparecía como sacerdote que
enfrentaba sus puntos de vista a los de un joven diácono.
Amantes de la comedia con moraleja y de los repartos
capaces de elevar el tono de cualquier función. ■ LL.B.M.

AMOR AL PRIMER MORDISCO

(Love at First Bite), American Internacional, EE.UU., 1979, 96 min.

Productor: Joel Freeman. Director: Stan Dragoti. Guión: Robert Kauf-

man. Fotografía: Edward Rosson. Montaje: Mort Fallick, Allan Jacobs.
Música: Charles Bernstein. Dirección Artística: Serge Krizman. Intérpre-
tes: George Hamilton, Susan Saint James, Richard Benjamin, Dick
Shawn, Arte Johnson, Sherman Hemsley. ***

¿Qué sucedería si Drácula fuese víctima de la vida en el

moderno Nueva York? Es una idea ingeniosa y George
Hamilton la hace funcionar. La historia es una parodia
camp de la leyenda del mítico vampiro: el conde Drácula
(Hamilton), desahuciado por el Comisario del Pueblo en
su Transilvania natal, se traslada a la Gran Manzana para
dar un bocado a una modelo (Saint James) de la que se
ha enamorado por una vieja foto. Al cuidado de su inep-
to sirviente, ligeramente sobreactuado por Arte Johnson,
el antiguo galán de la MGM se parodia a sí mismo deli-
ciosamente mientras corteja torpemente a Susan Saint
James para disgusto de su novio psiquiatra, Richard Ben-
jamin. Las inevitables secuencias del clásico “pez fuera
del agua” incluyen la interrupción de la comida de una
familia de Harlem, un atraco nocturno a un banco de san-
gre y un hipnótico baile de discoteca. Es una diversión
continua, pese a estar atrozmente dirigida y llena de chis-
tes aburridos, y esto es posible porque los actores se lo
pasan tan bien que resulta difícil no responder de un
modo similar. Véala cuando se sienta en su momento más
tonto. ■ J.T.
AMOR BAJO CERO
España, 1960, 83 min.
Productor: Enrique Fernández Sintes. Director: Ricardo Blasco. Guión:
Pedro Masó, Antonio Vich. Fotografía: Alejandro Ulloa. Montaje: Julio
Peña. Música: Augusto Algueró, hijo. Intérpretes: Tony Leblanc, Concha
Velasco, Georges Rigaud, Katia Loritz, Ángel Jordán, Marta Padován,
Jaime Avellán, Alberto Berco, Ángela Bravo, Manolo Morán, Manuel Ale-
xandre, Matilde Muñoz Sampedro. **
Una de las muchas comedias populares en que coinci-
dieron Leblanc y Velasco, el primero en el papel de un
AMOR CIEGO
(Shallow Hal), 20th Century Fox, EE.UU., 2001, 113 min.
Directores: Bobby y Peter Farrelly. Guión: Bobby y Peter Farrelly, Sean
Moynihan. Fotografía: Russell Carpenter. Música: Canciones de Ivy,
Sheryl Crow, Neil Young. Intérpretes: Gwyneth Paltrow, Jack Black, Jason
Alexander, Joe Viterelli, Rene Kirby, Bruce McGill, Zen Gesner. *
Después de, sin duda, su mejor película, Osmosis Jones,
los Farrelly se meten en vereda romántica con esta atípi-
ca (para ellos) película en la que los valores cardíacos se
imponen a los intestinales. La historia, en el fondo, es una
variante de “Cenicienta” y “El patito feo”, con retazos de
“El traje nuevo del emperador”: Hal Larson, un tipo ma-
chista y mostrenco, recibe un “hechizo” por parte de un
gurú televisivo que le hace ver únicamente la belleza inte-
rior de la gente. Así, se enamora perdidamente de Rose-
mary, un pedazo de pan aunque con severos problemas
de sobrepeso, pero que, a sus ojos, es una ninfa de cuer-
po perfecto (el de Gwyneth Paltrow, para más señas).
Con alguna salida de tono que evita caer en el modo sen-
siblero y los tullidos de costumbre en su cine (aquí, un
hombre con espina bífida, extrañamente parecido a Step-

● ● ●
20| Amor de hombre
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hen King que se ríe de sí mismo seguramente porque es
millonario), los Farrelly tampoco convencen en su
“nuevo” registro, aunque hay momentos levemente bri-
llantes y hasta emotivos, como la segunda visita de Hal,
ya sin “venda”, al hospital donde trabaja Rosemary. Aun-
que, eso sí, hay que alabar el trabajo de Jack Black, tal
vez el mejor actor de comedia sui generis de los últimos
años. A señalar la presencia, siempre agradecida, de Joe
Viterelli en uno de sus últimos trabajos (y en el que, in-
creíblemente, no hace de mafioso). ■ J.C.
AMOR DE HOMBRE
España, 1997.
Director: Yolanda García Serrano, Juan Luis Iborra. Guión: Yolanda Gar-
cía Serrano, Juan Luis Iborra. Fotografía: Paco Femenia. Montaje: José
Salcedo. Dirección Artística: Ana Alvargonzález. Intérpretes: Loles León,
Andrea Occhipinti, Pedro Mari Sánchez, Armando del Río, Roberto
Álvarez, Romà Sánchez, Jesús Cabrero, Sergio Otegui. ***
Debut en la dirección del dúo de guionistas habituales de
Manuel Gómez Pereira, responsables de los libretos de
Salsa rosa, ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir
sexo? y Todos los hombres sois iguales. Una comedia
amable, basada en la gracia de sus diálogos y el trabajo
de un conjunto de actores, entre los que sobresale Loles
León como protagonista. ■ G.Q.
AMOR EN CONSERVA
(Love Happy), EE.UU., 1949, 85 min.
Director: David Miller, Leo McCarey (sin acreditar). Guión: Mac Benoff,
Ben Hecht, Harpo Marx, Frank Tashlin. Montaje: Albrecht Joseph. Foto-
grafía: William C. Mellor. Intérpretes: Groucho Marx, Harpo Marx, Chico
Marx, Ilona Massey, Vera-Ellen, Marion Hutton. *
No cabe imaginar peor colofón para la extraordinaria
carrera cinematográfica de los hermanos Marx. Amor en
conserva es una comedia sin gracia, indigna de los cómi-
cos más geniales del cine sonoro, que parecen enfermos,
viejos y hastiados. Harpo, poco conocido por su uso de la
palabra, aportó el guión y se reservó los mejores pasajes
como el cléptómano miembro de un arruinado grupo de
actores. Raymond Burr es uno de los villanos de la histo-
● ●
●
ria y Vera-Ellen interpreta al interés amoroso de Harpo.
Pero el único interés de la cinta reside en esperar pacien-
temente la escena que Groucho –por primera vez con un
bigote auténtico– comparte con una debutante llamada
Marilyn Monroe. La Metro quería la rubia más sexy para
una breve aparición con “el más marxista de los herma-
nos Marx”. Marilyn demostró ser esa rubia despampanan-
te y se ganó al público en sólo treinta segundos de paso
fugaz. ■ J.T.
AMOR IDIOTA
España, 2004, 104 min.
Productor: Ventura Pons. Director: Ventura Pons. Guión: Lluís-Anton
Baulenas, Ventura Pons. Fotografía: Mario Montero. Montaje: Pere Aba-
dal. Música: Carles Cases. Intérpretes: Santi Millán, Cayetana Guillén
Cuervo, Mercè Pons, Marc Cartes. **
Hacia Ventura Pons sólo hay una forma de acercarse:
esbozando un retrato tan intermitente como el que él
mismo ensayó con el sin par Ocaña en su lejanísima
ópera prima. ¿En qué se parece la parda Rosita, please! a
la mimosa Caricias, o la intimista Actrices a la rumbera El
gran gato? Quizá tantos y casi siempre valiosos caminos
hayan desembocado en este Amor idiota, maletín costu-
rero que convierte su espontaneidad, libérrimo albedrío y
dogmatismo en escudo contra el que rebota cualquier
reproche. Porque aquí hay de todo, como en botica: his-
toria de un idiota contada por él mismo (como escribiera
Arzúa), crónica de una obsesión casi a la mexicana, radio-
grafía de la nihilista e hipercongestionada sociedad mo-
derna y, sobre todo, borbotones de un romance caníbal a
golpes y dentelladas, y a tontas y a locas. Y aquí llega el
segundo indulto de la tarde, parapetado en eso de que en
el amor y en la guerra urbana vale todo: nos creemos el
flirt fou entre Sandra y Pere-Lluc porque, en el fondo,
todos hemos imaginado locuras semejantes o peores, y
así olvidamos la escasa posibilidad y credibilidad de, por
ejemplo, ver a la mujer del jefe colgando banderolas en
plan obrerete blue collar (Cayetana, queremos un taco-
nazo de aguja tuyo), comprobar cómo el protagonista
(estupendo Santi Millán, que vuelve a demostrar el axio-
ma buen cómico, buen actor) viaja iniciáticamente a
Argentina como quien se da un voltio por las Ramblas, o
asistir a alguna clase de filosofía estoica bilingüe y sin
que se enrede la lengua o el coco a pesar del jardín de
marihuana que la rodea. Morir de amor debe ser vivir así.
Por cierto, ¿el literario y viejo zorro Pons abusaba tanto
de la voz en off o son impresiones nuestras? ■ J.C.
AMOR MÍO, AYÚDAME
(Amore mio aiutami), Documento Film, Italia, 1969, 124 min.
Productor: Gianni Hecht Lucari. Director: Alberto Sordi. Guión: Alberto
Sordi, Rodolfo Sonego, Tullio Pinelli. Fotografía: Carlo di Palma. Monta-
je: Franco Fraticelli, Cesarina Casini, Sergio Fraticelli. Música: Piero Pic-
cioni. Dirección Artística: Flavio Mogherini. Intérpretes:: Alberto Sordi,
Monica Vitti, Silvano Tranquilli, Laura Adani. **
●

● ●
Comedia romántica sustentada en la pareja Sordi–Vitti,
tan de moda en aquel tiempo. Mucho menos vistosa que
otras obras de su director, cuenta la historia del matrimo-
nio de Giovanni y Rafaela, que llevan años de feliz convi-
vencia hasta que ella confiesa a su esposo la atracción
que siente hacia un joven. Esto hace que Giovanni cambie
radicalmente de forma de pensar en cuanto a esa libertad
sexual que invadía el país a finales de los 60. Así, inven-
tará cualquier motivo para que Rafaela no se encuentre
con su joven amante, mostrándose excesivamente pose-
sivo y con unos celos como nunca había sentido. Contie-
ne momentos cercanos a la tragicomedia, así como un
excesivo metraje que lastra el desarrollo de la historia y
eclipsa algunos “gags” afortunados. ■ L.M.C.
AMOR PERJUDICA SERIAMENTE
LA SALUD, EL
Sogetel/Bocaboca/Le Studio Canal +/DMVB Films, España, 1996,
120 min.
Director: Manuel Gómez Pereira. Guión: Joaquín Oristrell, Yolanda Gar-
cía Serrano, Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira. Fotografía: Juan
Amorós. Música: Bernardo Bonezzi. Intérpretes: Ana Belén, Juanjo Puig-
corbé, Gabino Diego, Penélope Cruz, Luis Fernando Alves. ****
Después del acierto de Boca a boca, Gómez Pereira se
supera a sí mismo en esta comedia elegante, sofisticada
y distinguida cuyo empaque formal (la planificación, la
justeza del encuadre, el formato scope...) nos retrotrae a
esa manera sedosa y civilizada de hacer comedia que
tenían los Quine, Negulesco y Minnelli. Un ritmo exacto,
● ●
Amor y celos | 21
●
un guión ingenioso, una banda sonora con charme (y un
pelín herrmanniana, aunque no tanto como en la poste-
rior Entre las piernas) de Bernardo Bonezzi y un reparto
excelente (con los tandems Puigcorbé & Belén y Diego &
Cruz encarnando a los mismos personajes en edades
diferentes) son otros estimables tantos de una obra que
incluso se permite la presencia de un sosias del rey Juan
Carlos y unos “forrestgumpianos” efectos (la Cruz con los
Beatles) la mar de efectivos. ■ J.B.C.
AMOR PROPIO
España, 1994, 111 min.
Director: Mario Camus. Guión: Mario Camus, José Luis Cuerda. Fotogra-
fía: Jaime Peracaula. Montaje: José María Biurrun. Música: Sebastián
Mariné. Dirección Artística: Rafael Palmero. Intérpretes: Verónica For-
qué, Antonio Resines, Fernando Valverde, Anabel Alonso, Carlos Balles-
teros, Helio Pedregal, Ramón Langa, José Jordá. ***
Una comedia dramática interpretada por una Verónica
Forqué de registro completamente opuesto al que la
caracteriza, pues aquí da vida a la esposa de un banque-
ro de provincias inesperadamente convertida, por así
decirlo, en detective cuando –por amor propio, y de ahí el
título– decide investigar el paradero de su marido, desa-
parecido tras haber cometido una estafa y del que tam-
bién ha descubierto que llevaba una doble vida senti-
mental. Escrita por el propio Mario Camus en colabora-
ción con José Luis Cuerda, Amor propio es un filme de
argumento intrincado, narración limpia (desmayada en
algún momento) e irreprochable reparto. ■ J.B.C.
AMOR Y CELOS
(Amore e guai), Italia, 1958, 87 min.
Productor: Angelo Dorigo. Director: Angelo Dorigo. Guión: Lianella
Carell, Nino Lillo, Amedeo Marrosu, Roberto Natale, Giorgio Stegani,
Luciano Vincenzoni. Fotografía: Giuseppe Aquari, Mario Bernardo, Gior-
gio Merli. Montaje: Mario Arditi, Mario Sansoni. Música: Carlo Innocen-
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22| Amo tu cama rica
● ●
zi. Intérpretes: Marcello Mastroianni, Richard Basehart, Valentina Corte-
se, Maurizio Arena, Eloisa Cianni. *
Una comedia de episodios (tres) más bien triste, pobre-
mente escrita y dirigida sin ángel por el impersonal
Angelo Dorigo. Marcello Mastroianni, que aquí da vida a
un camarero con muchas dificultades para coincidir con
su novia, era ya un actor notorio (poco antes había roda-
do Noches blancas, de Visconti, y Rufufú, de Monicelli) y
no se entiende cómo aceptaba tantos papeles menores.
En Amor y celos, además, sufrió una afrenta poco menos
que humillante: su personaje fue doblado por Gualtiero
De Angelis, el actor que en Italia acostumbraba a poner
su voz a James Stewart). A su lado, Richard Basehart y
Valentine Cortese, a la sazón marido y mujer. ■ J.B.C.
AMO TU CAMA RICA
Fernando Trueba PC/Kaplan, España, 1991, 95 min.
Productor: Fernando Trueba. Director: Emilio Martínez-Lázaro. Guión:
Emilio Martínez-Lázaro, David Trueba, Martín Casariego. Fotografía:
José Luis López Linares. Música: Michel Camino. Intérpretes: Pere
Ponce, Ariadna Gil, Cassen, Lina Canalejas, Clara Sanchís, Ayanta Barilli,
Fernando Vivanco, Nancho Novo, Javier Bardem. ****
Fue una auténtica sorpresa que un hombre del currícu-
lum de Martínez Lázaro hiciese una de las comedias más
divertidas y más redondas del moderno cine español. El
director había empezado como sesudo crítico de cine en
revistas como “Griffith” y “Nuestro cine” y había dirigido
cintas como Las palabras de Max o Lulú de noche, en las
antípodas de esta lograda puesta al día de los postulados
de la otrora llamada “comedia madrileña”. Con un guión
casi perfecto, el filme juega con mucha habilidad con el
cine de personajes y la comedia de situaciones. Se le nota
al director y a sus guionistas (Casariego y Trueba) su for-
mación cinéfila clásica. No se fuerzan las situaciones y
éstas surgen espontánea y fluidamente de la problemáti-
ca personal del protagonista. ■ A.C.
ANATOMÍA DE UN HOSPITAL
(The Hospital), United Artists, EE.UU., 1971, 102 min.
Productor: Howard Gottfried. Director: Arthur Hiller. Guión: Paddy Cha-
yefsky. Fotografía: Victor J. Kemper. Montaje: Eric Albertson. Música:
Morris Surdin. Dirección Artística: Gene Rudolf. Vestuario: Frank
Thompson. In
ntérpretes: George C. Scott, Diana Rigg, Barnard Hughes,
Nancy Marchand, Stephen Elliott, Donald Harron, Roberts Blossom. **
Comedia negra escrita por Paddy Chayefsky sobre el
director de un hospital que se enfrenta a los desastres
que le rodean mientras lidia con una depresión personal.
Arranca con algunos momentos maravillosamente crue-
les, y la interpretación de George C. Scott reina sobre to-
das las situaciones. Pero la dirección de Arthur Hiller es
muy chapucera, mientras el guión acaba por perder su
rumbo y empieza a parecer cada vez más histérico, al
tiempo que trivializa lastimosamente la crisis de Scott (el
sexo cura todas las enfermedades). ■ J.D.D.
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AND BABY MAKES THREE
Columbia/Santana, EE.UU., 1949, 83 min.
Productor: Robert Lord. Director: Henry Levin. Guión: Lou Breslow,
Joseph Hoffman. Fotografía: Burnett Guffey. Montaje: Viola Lawrence.
Música: George Duning. Intérpretes: Robert Young, Barbara Hale,
Robert Hutton, Janis Carter, Billie Burke. ***
La diversión empieza confusamente, pero la atmósfera se
calienta a medida que el metraje avanza y la línea argu-
mental queda clara. Barbara Hale se ha divorciado de
Robert Young después de pescarle en un lugar compro-
metedor. Es un trámite rápido en Reno y Hale está lista
para volver a casarse cuando se desmaya camino del
altar. El diagnóstico es embarazo. Este imponderable
estropea sus planes de boda con Robert Hutton y las
complicaciones aumentan cuando su primer marido
anuncia que luchará por la custodia del niño. Young se
muestra tan seguro como de costumbre en su papel. Hale
está deliciosa como la futura madre. La dirección de
Henry Levin insufla movimiento al guión y los toques de
comedia están cuidadosamente concebidos. Atención al
increíble número de eufemismos utilizados para describir
el estado de la protagonista. ■ J.T.
ÁNGELES
(Angels in the Outfield), Walt Disney, EE.UU., 1995, 102 min.
Productor: Irby Smith, Joe Roth y Roger Birnbaum. Director: William
Dear. Guión: Holly Goldberg Sloan, Dorothy Kingsley y George Wells.
Fotografía: Matthew F. Leonetti. Montaje: Bruce Green. Música: Randy
Edelman. Intérpretes: Danny Glover, Brenda Fricker, Ben Johnson,
Joseph Gordon-Levitt, Christopher Lloyd, Tony Danza, Milton Davis. **
Amable remake de la fantasía del mismo título de MGM
de 1951, sobre una intervención divina que rescata a un
decadente equipo de béisbol. Mucha actividad deportiva,
mientras las esperanzas del joven Joseph Gordon-Levitt
terminan dependiendo de un improbable giro en la fortu-
na del equipo local California Angels. Pronto, los angeli-
cales ayudantes de Christopher Lloyd hacen mejorar las
cosas en el campo de juego, el mánager Danny Glover se
convence de que el chico es una especie de mascota, e
incluso el sufriente propietario Ben Johnson empieza a
creer que este año sus chicos van a triunfar. El escenario
está dispuesto para la manipulación digital de imágenes,
actitudes positivas y una línea narrativa completamente
previsible; decepcionante, teniendo en cuenta el buen
reparto, los grandes recursos de la producción y la bien
escenificada acción en el terreno de juego. Los fans la
disfrutarán; los padres no sufrirán demasiado. ■ J.D.D.
ÁNGELES GORDOS
Impala- Mambrú Movies, España-EE.UU., 1980, 90 min.
Productor: José Vicuña. Director: Manuel Summers. Guión: Chumy Chu-
mez, León Ichaso, Manuel Summers. Fotografía: Oliver Wood. Montaje:
Gloria Piñeyro. Música: Bob Dorough. Dirección Artística: Ramiro
Gómez. Intérpretes:January Stevnes, Farnham Scott, Jack Aaron, Amy
Steel. ***
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Curiosa odisea de Manuel Summers en Estados Unidos
donde, sorprendentemente, pareció haber aprendido a
dirigir una película, algo a lo que había sido reacio en su
anterior filmografía (que más vale no recordar para no
amargar demasiado al personal). Aquí, y tomando como
referencia el país que tiene más gordos por kilómetro
cuadrado (y no vale echarle toda la culpa a las hambur-
guesas), cuenta la historia de amor entre dos personas
que, conociéndose sólo por carta, sienten que el otro le
marginará debido a su exceso de peso. No es que el enre-
do sea una joya de la comedia, pero sí que muestra una
inédita sensibilidad en cuanto a la forma de ver a los gor-
dos se refiere. Después llegarían los hermanos Farrelly
con Amor ciego y cambiaría la cosa. ■ L.M.C.
ÁNGEL EXTERMINADOR, EL
Mexico, 1962, 95 min.
Productor: Gustavo Alatriste. Director: Luis Buñuel. Guión: Luis Alcori-
za, Luis Buñuel (basado en la obra “Los náufragos”, de José Bergamín).
Fotografía: Gabriel Figueroa. Montaje: Carlos Savage. Música: Raúl Lavis-
ta. Intérpretes: Silvia Pinal, Enrique Rambal, Claudio Brook, José Baviera,
Augusto Benedico, Antonio Bravo, Jacqueline Andere. ****
Viridiana y la inmediatamente posterior El ángel extermi-
nador suponen la consagración internacional de Luis Bu-
ñuel, no en vano la primera mereció la Palma de Oro del
Festival de Cannes y la segunda, el premio de la crítica en
el mismo certamen. Escrita en colaboración con Luis Al-
coriza, El ángel exterminador tiene por escenario una dis-
tinguida fiesta burguesa, en la que se congregan artistas,
intelectuales, militares y mujeres elegantonas. Lo insólito
del caso es que los invitados, una vez concluida, no pue-
den abandonar la mansión. No existe explicación racional:
simplemente no pueden cruzar el umbral y allí, náufragos
de salón, habrán de permanecer varios días, tiempo de
crispaciones y tensiones. Una película hecha en plena
libertad, que admite mil y una lecturas, y una agria, feroz,
radiografía de las convenciones sociales. Después de esta
película, Buñuel volvió al cine francés (allí había echado a
andar su carrera, en 1928, con Un perro andaluz) por la
puerta grande: Diaro de una camarera. ■ J.B.C.
ÁNGEL PASÓ POR BROOKLYN, UN
Chamartín/Falcó Film, España, 1957, 83 min.
Director: Ladislao Vajda. Guión: Istvan Bekeffy, Gianluigi Rondi, Ugo
Guerra, Ottavio Alessi, Giuseppe Santugini, Ladislao Vajda (basado en
un argumento de Istvan Bekeffy). Fotografía: Enrique Guerner. Música:
Bruno Canfora. Intérpretes: Peter Ustinov, Pablito Calvo, Silvia Marco,
Aroldo Tieri, Maurizio Arena, Franca Tamantini, Isabel de Pomés, José
Marco Davó, Carlos Casaravilla. ****
Uno de los indiscutidos clásicos del cineasta húngaro
afincado en España Ladislao Vajda. Realizada al año
siguiente de Mi tío Jacinto, otra de sus obras mayores y
uno de los más resplandecientes ejemplos de un cierto
tipo de neorrealismo a la española, la película, en un cir-
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Angels Over Broadway | 23
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cense más difícil todavía, aúna ese espíritu realista y cos-
tumbrista (tanto interiores como exteriores desfilan una
autenticidad infrecuente) con la fantasía más desbocada
(su trama, una fábula inspirada en un argumento de Ist-
van Bekefly, refiere la historia de un hombre despótico
convertido en perro y redimido por el niño con quien
traba amistad) y una ternura que jamás llega a ser empa-
lagosa. Desde su habitual columna en la madrileña “Hoja
del lunes” (esas columnas con que fomentaron la cinefilia
de Garci), el añorado Alfonso Sánchez escribía el 18 de
noviembre de 1957: «Ladislao Vajda demuestra el buen
empleo que un realizador con sabiduría y con seguridad
puede hacer de los medios técnicos que tiene el cine
español. Salvo algún breve plano general o alguna rápida
transparencia, todo ese Brooklyn está construido en estu-
dio. Y el escenario, la creación ambiental y el largo reper-
torio de emplazamientos y movimientos de cámara que
exhibe Vajda logran un asombroso efecto de realidad
escenográfica». ■ J.B.C.
ANGELS OVER BROADWAY
Columbia, EE.UU., 1940, 78 min.
Productor: Ben Hecht. Director: Ben Hecht, Lee Garmes. Guión: Ben
Hecht. Fotografía: Lee Garmes. Montaje: Gene Harlick. Música: George
Antheil. Dirección Artística: Lionel Banks. Vestuario: Ray Howell. In
ntér-
pretes: Douglas Fairbanks, Jr., Rita Hayworth, Thomas Mitchell, John
Qualen, George Watts, Ralph Theodore, Eddie Foster, Jack Roper, Cons-
tance Worth, Richard Bond. ****
Resulta curiosa esta película, de entrada, por venir firma-
da por uno de los más grandes guionistas (Hecht) y uno
de los operadores de mayor creatividad (Garmes) de la
historia del cine estadounidense. Ben Hecht, en efecto,
novelista y dramaturgo nacido en Nueva York en el seno
de una familia judía, descubrió el cine en Berlín –el cine
expresionista de 1918– para volver a Estados Unidos con-
taminado por el virus del celuloide. Ya al cine mudo dio el
texto de la primera obra maestra del cine de gangsters,
La ley del hampa –por el que ganó el Oscar en la primera
entrega de las célebres estatuillas–, y otro en los albores
del sonoro, Scarface; entre otros muchos, suyos son los
guiones de Una mujer para dos, Recuerda, Encadenados
y El beso de la muerte, además de ser el autor –con Char-
les McArthur– de la inmortal pieza “Primera Plana”, cua-
tro veces adaptada al cine. Por su parte, Marruecos, El
expreso de Shangai y la ya mencionada Scarface son
algunas de las películas en las que Lee Garmes demostró
su talento para la fotografía en blanco y negro. Juntos,
Hecht y Garmes, realizaron cuatro películas, entre ellas
esta elegante y poética Angels over Broadway –nunca
estrenada en nuestras pantallas grandes–, una mezcla de
melodrama moralizante y comedia negra, sardónica,
excelentemente dialogada –pues Hecht es el guionista,
lógicamente–, fotografiada –pues Garmes, lógicamente
también, es el director de fotografía– e interpretada. En
este apartado último descuellan actores de carácter
como el fordiano John Qualen, en la piel de un suicida
potencial, y Thomas Mitchell –actor también de la cancha
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24| Angel tuvo la culpa, Un
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de Ford– encarnando a un autor teatral muy dado a
empinar el codo; a su lado una vampiresa llamada Rita
Hayworth, que ya había despuntado el año anterior en
Sólo los ángeles tienen alas, y volvería a hacerlo el si-
guiente en La pelirroja y Sangre y arena, aunque todavía
tardaría algunos años en convertirse en una celebridad
por Gilda. ■ J.B.C.
ÁNGEL TUVO LA CULPA, UN
Floralva/Santos Alcocer, España, 1959, 96 min.
Director: Luis Lucía. Guión: Jaime García Herráinz (basado en la obra
“Milagro en la plaza del Progreso”, de Joaquín Calvo Sotelo). Fotografía:
Cecilio Paniagua. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Emma Pene-
lla, José Luis Ozores, Roberto Camardiel, Amparo Rivelles, Alfredo
Mayo, Gerard Tichy, María Fernanda Ladrón de Guevara. **
Ésta es una película del que fuera, con Luis de Orduña y
Rafael Gil, uno de los directores más representativos de
la Cifesa después de la Guerra Civil. Estamos ante una
historia ingenuista y con marcados tintes que nos remiten
a Frank Capra, aunque las diferencias en cuanto a senti-
do de la fábula y representatividad de los personajes
resultan muy marcadas. El punto de partida argumental
lo establece un pobre hombre que tiene que ingresar una
buena suma en un banco, lo encuentra cerrado, se toma
unas copas y empieza a repartirlo entre los humildes. El
guión de García Herráinz está basado en una popular
pieza teatral de Joaquín Calvo Sotelo. Uno de los papeles
que le iban como anillo al dedo al entrañable José Luis
Ozores, antes de caer definitivamente en las garras de su
hermano Mariano. ■ M.Q.
ANITA NO PIERDE EL TREN
(Anita no perd el tren), España, 2001, 89 min.
Productor: Ventura Pons. Director: Ventura Pons. Guión: Ventura Pons,
Lluís-Anton Baulenas (basado en la novela “Bones obres”, de Baulenas).
Fotografía: Mario Montero. Montaje: Pere Abadal. Música: Carles Cases.
Intérpretes: Rosa Maria Sardà, José Coronado, María Barranco, Jordi
Dauder, Roger Coma, Albert Forner. **
De la noche a la mañana, la antiheroína de Anita no pier-
de el tren se transforma en una derrotada, náufraga de la
vida y el cine. Del cine, porque el local donde trabaja co-
mo taquillera ya cincuentona va a ser demolido para eri-
gir un complejo de multisalas, donde su figura resultaría
obsoleta. Sus visitas al solar que fue cine le permitirán
conocer –y pronto intimar– con el conductor de una exca-
vadora, noble bruto al que José Coronado otorga gran
credibilidad. Este homenaje al séptimo arte, mediante la
utilización de un tono se diría que neorrealista y soñador,
nos habla asimismo de la segunda oportunidad, otro te-
ma recurrente en el universo del actor. Y con ventura fíl-
mica indudable, Pons lo rubrica con José Coronado ejer-
ciendo de John Gilbert y Sardá como la Garbo en La reina
Cristina de Suecia. Alegoría, en definitiva, del talento de
una actriz que reina en esta historia sobre cine y supervi-
vencia. ■ LL.B.M.
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ANNIE HALL
United Artists, EE.UU., 1977, 93 min.
Productor: Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen,
Marshall Brickman. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Ralph Rosen-
blum. Dirección Artística: Mel Bourne. Vestuario: Ralph Lauren, Ruth
Morley. Intérpretees: Woody Allen, Diane Keaton, Tony Roberts, Carol
Kane, Paul Simon, Shelley Duvall, Janet Margolin, Colleen Dewhurst,
Christopher Walken. *****
Annie Hall es la primera obra maestra en la carrera de
Woody Allen y el primer peldaño de un cierto desapaya-
samiento de su cine. Antes el efecto cómico, el gag visual,
el disparate (Bananas), prevalecían sobre la reflexión y la
credibilidad de los personajes, que perdían carne y hueso
para caer casi en el cartoon. También cinematográfica-
mente, películas tan divertidas como Toma el dinero y
corre o La última noche de Boris Grushenko carecían de
estilo. Annie Hall, pues, es el título fundacional del Allen
que conocemos, el cronista de una ciudad (Nueva York)
y sus gentes, el Allen que dará obras maestras como
Manhattan, Broadway Danny Rose, Días de radio, Hannah
y sus hermanas, Delitos y faltas o Maridos y mujeres.
Pero vayamos a Annie Hall, donde Woody Allen pre-
tende –y consigue– manifestarse sobre su persona, con-
fesarse: el protagonista, el cómico Alvy Singer, es el alter
ego de Allen, y ya en las primeras imágenes se dirige al
espectador –su psicólogo a este lado de la pantalla– para
contarnos –previo homenaje a Groucho– su vida, sus cui-
tas sentimentales –dos ex esposas, una chica (la del títu-
lo) que acaba de abandonarle–, sus éxitos y fracasos pro-
fesionales, su óptica sobre Estados Unidos, los nortea-
mericanos, Nueva York e incluso Hollywood, objeto de un
sangriento gag a costa de la basura y los telefilmes.
Annie Hall, en fin, es un catálogo de las obsesiones que
alimentan la imaginación del autor, una de las más férti-
les del cine actual. Una comedia brillantemente dialoga-
da y ordenada a través de un montaje dinámico, ácida y
tragicómica y tan real como la aparición de Marshall Mc-
Luhan en la memorable escena de la cola del cine (y el
propio cine es subtema de la película, con “Le chagrin et
la pitié” como emblema). También aparecen Paul Simon,
Shelley Duvall, Colleen Dewhurst, Christopher Walken,
Jeff Goldblum y, fugazmente, Sigourney Weaver. ■ J.B.C.
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ANSIA DE AMOR
(Unfinished Business), Universal, EE.UU., 1941, 94 min.
Productor: Gregory La Cava. Director: Gregory La Cava. Guión: Eugene
Thackery. Fotografía: Joseph Valentine. Dirección artística: Jack Otter-
son. Música: Franz Waxman. Intérpretes: Irene Dunne, Robert Montgo-
mery, Preston Foster, Eugene Pallette, Dick Foran, Esther Dale, Walter
Catlett. ***
Una aspirante a cantante se dirige en tren a Nueva York
para una audición en la ópera y durante el viaje tiene un
affair con un encantador productor. La prueba sale mal y
ella se conforma con el segundo plato en ambos frentes:
un trabajo cantando felicitaciones telefónicas y un repen-
tino matrimonio de consolación con el hermano menor
del productor. La comedia deja temporalmente paso al
drama cuando las lamentaciones de ella y el alcoholismo
de él les separan, pero se reúnen en la ópera, donde ella
se ha convertido en miembro del coro. Gregory La Cava
sabía que el melodrama no era su terreno, aunque lo
admirase, y utilizó la estructura de una película dramáti-
ca para volver a sumergirse en su género favorito: la
screwball comedy.
El resultado fue un traje a la medida de la calculada
excentricidad de Irene Dunne, un vehículo estelar diseña-
do para dar a la actriz el amplio lucimiento vocal al cual
ella y sus fans estaban acostumbrados. A su lado, el
perenne playboy de la pantalla Robert Montgomery resul-
tó más dipsómano de lo habitual, pero este detalle puede
interpretarse como un reflejo de la fijación del director
con los efectos alteradores que el alcohol tiene sobre la
personalidad. Aun cuando la reputación de esta película
se ha resentido con los años, tuvo el éxito suficiente para
generar una secuela directa, Lady in a Jam (1942), con el
mismo estudio, director, guionista y estrella. ■ J.T.
ANTES DEL AMANECER
(Before Sunrise), Castle Rock/Detour, EE.UU.-Austria-Suiza, 1995,
101 min.
Productor: Anne Walker. Director: Richard Linklater. Guión: Richard Lin-
klater y Kim Krizan. Fotografía: Lee Daniel. Montaje: Sandra Adair. Direc-
ción Artística: Florian Reichmann. Intérpretes: Ethan Hawke, Julie Delpy,
Andrea Eckert, Hanno Pöschl, Erni Mangold. ***
La parisina Céline (Delpy) vuelve de Budapest para estu-
diar en la Sorbona; Jesse (Hawke), un joven americano,
está al final de un viaje de Eurorail. Se conocen en un tren
al salir de Viena y cuando llegan a la estación, han con-
geniado tan bien que Jesse propone a Céline que pase las
siguientes catorce horas vagabundeando por la ciudad
con él, hasta que salga su vuelo a Estados Unidos. Intri-
gada, ella acepta. Así comienza una inspirada aventura
del corazón. Lo que resulta mágico en esta embelesado-
ra película de Richard Linklater es el modo en que sus
actores expresan las verdades emocionales que subyacen
en toda la conversación mientras los potenciales amantes
descubren las opiniones y compromisos del otro. Diverti-
da, emotiva y perceptiva, Antes del amanecer es una ver-
dadera joya. ■ J.D.D.
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Año de la garrapata, El | 25
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ANTONIA
Holanda-Bélgica-Reino Unido, 1995, 102 min.
Productor: Gerard Cornelisse, Hans De Weers, Hans de Wolf. Director:
Marleen Gorris. Guión: Marleen Gorris. Fotografía: Willy Stassen. Mon-
taje: Wim Louwrier, Michiel Reichwein. Música: Ilona Sekacz. Intérpre-
tes: Willeke van Ammelrooy, Els Dottermans, Dora van der Groen, Veer-
le van Overloop, Esther Vriesendorp, Carolien Spoor. ***
Una película con aires feministas, globalmente estimable
si no fuera por algunos errores, como la excesiva utiliza-
ción de la voz en off, que, sin embargo, no nos impiden
saborear pequeñas sorpresas como algunos inteligentes
recursos narrativos, los elementos fantásticos o el acerta-
do sentido del humor que preside esta historia sobre una
mujer que, viendo cercana la muerte, hace un recorrido
por su pasado. ■ G.Q.
ANTONIA AND JANE
Reino Unido, 1991, 71 min.
Productor: George Faber. Director: Beeban Kidron. Guión: Marcy Kahan.
Fotografía: Rex Maidment. Montaje: Kate Evans. Música: Rachel Port-
man. Diseño de producción: John Asbridge. Intérpretes: Imelda Staun-
ton, Saskia Reeves, Petricia Leventon, Alfred Hoffman, Maria Charles,
John Bennett, Richard Hope, Brenda Bruce. ***
Entre las películas de Woody Allen (sus protagonistas se
confiesan desde un diván, manifiestan inestabilidad sen-
timental, cambian de pareja frecuentemente, habitan un
mundo de fuerte tirón intelectual, visitan exposiciones,
hablan de libros y cine) y el clásico Old Acquaintance (las
relaciones de amor y odio entre dos amigas a través de
los años), Antonia y Jane conforma un núcleo humano y
retrata de fondo una época mediante escenas tan breves
como definitorias, trazos rápidos pero contundentes, y
gracias a una admirable capacidad para la síntesis. Una
estimulante comedia agridulce fenomenalmente servida
por Imelda Staunton y Saskia Reeves. ■ J.B.C.
AÑO DE LA GARRAPATA, EL
España, 2004, 87 min.
Productor: Antón Reixa, José de Cora. Director: Jorge Coira. Guión: Car-
los Portela. Fotografía: Chechu Graf. Montaje: Guillermo Represa. Direc-
ción Artística: Antonio Pereira. Intérpretes: Félix Gómez, Javier Veiga,
Verónica Sánchez, María Vázquez, Víctor Clavijo, Camila Bossa, Mela
Casal, Celso Parada, Josefina Gómez. *
Alrededor del parasitismo considerado como una de las
bellas artes gira hasta el mareo esta comedia, demasiado
mostrenca para dar el pego de sofisticada, y demasiado
cavernícola para caer del todo simpática. La historia se
centra hasta el rayado de disco en las andanzas picares-
cas de dos amigos, uno rico (Veiga) y vago hasta la mé-
dula, y otro estudiante perpetuo (Gómez) que duda si
meterse a opositor o a golfo como su colega. Vertebrada
alrededor de innumerables chistes –de hecho, a veces
parece que estamos ante un charlatán festival de «El club
de la comedia», modelo «iniciación chunga y complejo de
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26| Año de las luces, El
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Peter Pan embrutecido», con cruce de alusiones al Naran-
jito y Yoda y reflexiones de calimocho sobre la diferencia
trascendental de tomar Cola-cao o Nesquik–, la película
llega a agotar por la compadreo presuntamente cómpli-
ce, a pesar de que algunas ocurrencias tienen su gracia.
Al final se queda en un filme ideal para amenizar un con-
curso de villancicos a base de eructos y donde a lo más
«osado» que llega es a pinchar «Su canción», de Betty
Misiego, en los títulos de créditos finales. ■ J.C.
AÑO DE LAS LUCES, EL
Compañía Iberoamericana de TV, España, 1986, 98 min.
Director: Fernando Trueba. Guión: Fernando Trueba, Rafael Azcona.
Fotografía: Juan Amorós. Música: Francisco Guerrero. Intérpretes: Jorge
Sanz, Maribel Verdú, Manuel Alexandre, Rafaela Aparicio, Lucas Martín,
Verónica Forqué, Santiago Ramos, Chus Lampreave, José Sazatornil
“Saza”. ****
Cuando se estrenó El año de las luces todavía estaba de
moda en el cine español recuperar el pasado histórico del
país. Los directores de más prestigio intentaban dar su
personal visión crítica de la época franquista. Fernando
Trueba hizo lo mismo, dando un giro importante a una
carrera que venía marcada por la comedia desde que en
1980 debutó y creó escuela (la llamada de Yucatán, nom-
bre del bar en el que se reunía con sus amiguetes de pro-
yecto) con Ópera Prima. Trueba centró su historia a prin-
cipios de los años cuarenta en una parte de España en la
que existía un fanático fervor franquista y en la que se
reprimía cualquier postura o movimiento contrario. Con
una forma típica de comedia a la italiana ligó varias lec-
turas de la época de forma muy inteligente. Por una parte
había el despertar al sexo y a la vida del protagonista,
que no era otra que la concienciación del país a través de
la confrontación de la España oficial y la real. Por otra
había un desfile de personajes y situaciones, mejor sería
decir encuentros, con los que constituía un impresionan-
te y, para los jóvenes, quizá increíble fresco de aquella
época. Y además, utilizaba el título El año de las luces,
completamente irónico y cargado de sugerencias y múl-
tiples interpretaciones. No hay que olvidar que el guión
iba también firmado por Azcona, un hombre que con su
peculiar humor negro y su capacidad de síntesis visual
deja su huella en todos los filmes en que colabora.
Al parecer, Trueba partió de personajes y sucesos rea-
les para construir su historia. Todo se lo había contado un
amigo y lo reelaboró para ir contando “sin ira” y con un
distanciamiento casi siempre amable en la forma pero
crítico en el fondo, un panorama de la situación del país,
un microcosmos fácilmente reconocible. Sexo, religión y
política son los tres pilares sobre los que construyó la pe-
lícula que, dicho sea de paso, sentó muy mal a ciertos
sectores todavía presentes de la España de entonces. Es
cierto que se puede acusar a la cinta de cierto maniqueís-
mo, con una marcada tendencia a difererenciar a las dos
partes en demasiado buenos y demasiado malos y a no
ocultar su moraleja o mensaje final. Un gran reparto y
unos divertidos toques de comedia configuran este exce-
● ●
●
lente filme que muchos han considerado como un ante-
cedente temático y formal de Belle époque. ■ A.C.
AÑOS BÁRBAROS, LOS
Sogetel/Fernando Colomo PC, España, 1998, 120 min.
Productor: Beatriz de la Gándara. Director: Fernando Colomo. Guión:
Carlos López, José Ángel Esteban, Fernando Colomo, Nicolás Sánchez
Albornoz (basado en la novela “Otros hombres” de Manuel Lamana).
Fotografía: Néstor Calvo. Montaje: Miguel Ángel Santamaría. Música:
Juan Bardem. Vestuario: Vicente Ruiz. Intérpretes: Jordi Mollá, Ernesto
Alterio, Allison Smith, Hedy Burress, Juan Echanove, Samuel Le Biham,
José María Pou, Pepón Nieto. ****
Un episodio verídico de la posguerra española, en cuyo
guión colaboró uno de sus dos protagonistas, Nicolás
Sánchez Albornoz, basándose en la novela “Otros hom-
bres”, del otro protagonista, Manuel Lamana. Aunque los
hechos (la huida de dos estudiantes represaliados del
Valle de los Caídos en los días de su construcción) no fue-
ran precisamente como para partirse el pecho, Colomo
facturó una comedia alegre y desenfadada, vitalista y
luminosa, algo turística –como un viaje por los paradores
nacionales– y caricaturizó grotescamente las figuras del
falangista –un perfecto Echanove– y la pareja de tricor-
nios tostándose al sol de las carreteras, víctimas de un
gag genial a costa de la palabra passport. Pero bajo su
capa de divertimento, Los años bárbaros pinta con infali-
ble tacto una época y se rebela una obra de espíritu irre-
prochablemente cívico. ■ J.B.C.
APAGA... Y VÁMONOS
Arte 7- Micra Films, España, 1980, 92 min.
Productor: Avelino Hernández. Director: Antonio Hernández. Guión:
Antonio Hernández, Avelino Hernández. Fotografía: Teo Escamilla.
Montaje: José Salcedo. Música: Carlo Vizziello. Dirección Artística: Mari-
chu Rosado. Intérpretes: Antonio Hernández, Virginia Mataix, Mario
Pardo, Chema Muñoz. ****
F.E.N. (1979), de Antonio Hernández, era un drama sobre
antiguos alumnos que someten a unos sacerdotes al
mismo tratamiento que ellos les inflingieron de niños,
que, sin embargo, contenía una antológica secuencia hu-
morística. Este sentido del humor lo traslada Hernández
a la que sería su segunda obra, ya comedia pura y dura,
Apaga... y vámonos, que, con gran naturalidad, él mismo
escribe, interpreta y dirige. Su personaje, Gustavo, es un
inventor que pretende construir un cohete para ir al pla-
neta Vesta. En su camino encontrará a una chica que no
sabe que quiere ser cantante y un macarra que pretende
robar el banco de España. Todo ello siguiendo la línea
marcada por Woody Allen, con diálogos inteligentes y un
más que notable ritmo que en nada tiene que envidiar a
otros productos de la misma época dirigidos por Trueba
(Ópera prima) o Ladoire (A contratiempo). Lamentable-
mente, el film no supo ser entendido por el público y su
fracaso comercial llevó al ostracismo a su autor hasta que
reapareció en 1991 en Cómo levantar mil kilos. ■ L.M.C.
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 Apartamento para tres | 27
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una muy divertida comedieta de 1943, dirigida por Geor-

APARTAMENTO, EL
(The Apartment), United Artists, EE.UU., 1960, 125 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond. Fotografía: Joseph La Shelle. Montaje: Daniel Mandell. Música:
Adolph Deutsch. Dirección Artística: Alexander Trauner. Intérpretes:
Jack Lemmon, Shirley McLaine, Fred McMurray, Ray Walston, David
Lewis, Jack Kruschen, Joan Shawlee, Edie Adams, Hope Holiday. *****
ge Stevens e interpretada por Jean Arthur, Joel McCrea y
Charles Coburn, donde una mujer debía compartir un
apartamento en Washington, en los días de la II Guerra
Mundial, con dos hombres.
En Apartamento para tres, la acción se traslada a los
Juegos Olímpicos de Tokio, pero sigue estando el aparta-
mento por dividir entre una muchacha, un distinguido
industrial británico y un joven atleta participante en las
competiciones. Ni que decir tiene que un sinfín de enre-
dos sentimentales se irá generando sobre la marcha en
una ensalada monumental aliñada, encima, con unas
gotas de intriga de alto espionaje. Apartamento para tres
deviene así una comedia simpática, entretenida, pero sin
suplemento de genialidad. Es decir, se trata de una come-
dia que se ve con agrado para pasar pronto al olvido.
Claro está que la película posee un talento decisivo: Cary
Grant, un Cary Grant otoñal, elegantón, irónico y, como
siempre, magnífico. Ésta fue su última película, la despe-

Un Billy Wilder monumental. El causticismo llevado al

límite. El más perfecto retrato del ciudadano medio ame-
ricano, tocado y hundido, agazapado en el meollo de sus
miserias. Y el americano medio, ojo, es sólo un punto de
referencia para explorar al hombre medio contemporá-
neo, el hombre medio dispuesto a la conquista de la
empresa, a la de la secretaria o ascensorista y a las deli-
cias del adulterio, esquilmando toda falta, cóctel u oferta
de prosperidad laboral que se le ponga por delante. Y en
esa vorágine del capitalismo, el único sujeto que es un
dechado de virtudes, C. C. Baxter –un personaje a la me-
dida de Lemmon–, aparece como una criatura anacróni-
ca, un títere idiotizado al que hay que exterminar en
beneficio de la amoralidad reinante. Un personaje cuya
vida no podía husmear, ni de refilón, el happy end final, un
parche que la moral del momento impuso al guión super-
lativo de Wilder e I. A. L. Diamond para que el infierno de
Manhattan tuviera al menos un boquete por el que pene-
trar la redención y, con ella, la esperanza. Pero no nos lo
creemos. Fotografiada por Joseph La Shelle en tonos
fríos y realistas y potenciados por los espléndidos deco-
rados de Alexander Trauner. Magníficamente interpreta-
da, además de por Jack Lemmon, por Shirley MacLaine,
Fred McMurray y secundarios de peso. Y orquestada por dida de las pantallas de uno de sus reyes, un comediante
Wilder con el ritmo, la cadencia, los compases propios de sin igual. Su veteranía, su autoridad, su savoir faire inun-
las obras maestras. Lo es, y como pocas. ■ J.B.C. dan las imágenes de Apartamento para tres. Estando
todavía en activo por esas fechas como Howard Hawks,
Alfred Hitchcock o Leo McCarey –directores a cuyas ór-
APARTAMENTO PARA TRES denes trabajó en varias de sus mejores películas–, habría
(Walk, Don´t Run), Columbia/Granley, EE.UU., 1966, 114 min. sido deseable que Grant hubiera tenido un adiós del cine
Productor: Sol C. Siegel. Director: Charles Walters. Guión: Sol Saks. de mayor fuste. Pero la batuta corrió a cargo de un res-
Fotografía: Harry Stradling. Montaje: Walter Thompson, James Wells. petable artesano, Charles Walters, artífice de algunos
Música: Quincy Jones. Dirección Artística: Joe Wright. Intérpretes: Cary musicales sabrosos, como Alta sociedad o Lilí, pero cine-
Grant, Samantha Eggar, Jim Hutton, John Standing, Maiko Taka. *** asta sin rumbo propio específico. A título de curiosidad,
Apartamento para tres fue también la última obra de Wal-
Esta película es un remake de El amor llamó dos veces, ters. ■ J.B.C.

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28| ¡A por todas!
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¡A POR TODAS!
(Bring It On), EE.UU., 2000, 99 min.
Productor: Marc Abraham y Thomas A. Bliss. Director: Peyton Reed.
Guión: Jessica Bendinger. Fotografía: Shawn Maurer. Montaje: Larry
Bock. Diseño de producción: Sharon Lomofsky. Música: Christopher
Beck. Intérpretes:: Kirsten Dunst, Eliza Dushku, Jesse Bradford, Gabrielle
Union, Sherry Hursey, Holmes Osborne, Clare Kramer. **
Torrance (Dunst), capitana del equipo de animadoras
“Toro” en un instituto de San Diego, ansía llevar a su equi-
po a la victoria en el campeonato nacional por sexto año
consecutivo. Pero la presión crece cuando descubre que
su predecesora robó sus bien ensayados números a las
Clovers, un equipo sediento de venganza. Además, tiene
un novio que la engaña y unos sentimientos confusos ha-
cia Cliff, hermano de Missy (Dushku), la nueva pieza clave
de las Toros. El guión contiene pocas sorpresas, pero la
dinámica de la amistad femenina está bien retratada y es
la realidad (o surrealidad) del mundo de las animadoras.
Ligera, pero inesperadamente satisfactoria. ■ J.D.D.
APRENDIENDO A VIVIR
(I´ll Do Anything), Columbia/Gracie, EE.UU., 1994, 115 min.
Productor: James L. Brooks, Polly Platt. Director: James L. Brooks. Guión:
James L. Brooks. Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje: Richard Marks.
Música: Hans Zimmer. Dirección Artística: Stephen J. Lineweaver. Intér-
pretes: Nick Nolte, Whittni Wright, Albert Brooks, Julie Kavner, Joely
Richardson, Tracey Ullman. ***
En esta radiografía del estresante mundo del cine y la
televisión, Brooks mezcla hallazgos de dos éxitos suyos.
Como en La fuerza del cariño, los sentimientos tienen un
espacio privilegiado; no abundan tanto las lágrimas, pero
sí tienen importancia en una escena cumbre: tal que en
Bellísima, de Visconti, la niña protagonista tendrá que llo-
rar en una prueba, y lo hará, y cómo, demostrándose no
ya que el personaje es una gran actriz, sino que también
lo es quien lo encarna: la pequeña Whittni Wright. Y
como en Al filo de la noticia, Brooks cincela una sátira
muy en la onda de Paddy Chayefsky, una comedia que
caricaturiza a productores, actores y guionistas, asesores
de imagen y otras hierbas navegando en una histeria
colectiva entre castings, operaciones de “alto concepto”,
fracasos... No está nada mal. ■ J.B.C.
A PROPÓSITO DE SCHMIDT
(About Schmidt), TriPictures, EE.UU., 2002, 125 min.
Productor: Harry Gittes, Michael Besman. Director: Alexander Payne.
Guión: Alexander Payne, Jim Taylor. Fotografía: James Glennon. Montaje:
Kevin Tent. Música: Rolfe Kent. Intérpretes: Jack Nicholson, Kathy Bates,
Hope Davis, Dermot Mulroney, Howard Hesseman. ***
Un filme reservado a los incondicionales de Jack Nichol-
son –y, por ende, casi prohibido para los detractores del
actor–, que se debió oler el Oscar en cuanto le ofrecieron
el guión aunque sólo consiguió ser nominado, al igual que
Kathy Bates (como Actriz Secundaria). Nicholson cambia
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de registro y, a través de una muy convincente transfor-
mación física, brinda un excelente trabajo como jubilado
viudo. ■ J.E.
APUROS DE UN PEQUEÑO TREN, LOS
(The Titfield Thunderbolt), Ealing, Reino Unido, 1953, 84 min.
Productor: Michael Truman. Director: Charles Crichton. Guión: T.E.B.
Clarke. Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Seth Holt. Música:
Georges Auric. Dirección Artística: C.P. Norman. Intérpretes: Stanley
Holloway, George Relph, Naunton Wayne, John Gregson, Godfrey Tear-
le, Hugh Griffith. **
Aunque emite un brillo innegablemente cálido, este
himno nostálgico a las formas de vida sencillas muestra
que el expreso cómico de la Ealing estaba empezando a
quedarse sin vapor. Titfield es un pequeño pueblo inglés
cuya tranquilidad se ve alterada cuando el gobierno deci-
de cerrar la línea ferroviaria. El vicario y el terrateniente
son entusiastas del ferrocarril y la noticia les rompe el
corazón. Los que se alegran de la decisión son los socios
de una compañía de transporte que ven grandes benefi-
cios organizando un servicio de autobuses. Una vez que
la situación básica se acepta, toda la trama se concentra
en la lucha entre las facciones rivales, con la oposición no
deteniéndose ante nada en sus esfuerzos por bloquear el
servicio ferroviario. A pesar de un tono condescendiente
y del fracaso del guionista T.E.B. Clarke para desarrollar
todo el potencial de la sátira, Los apuros de un pequeño
tren se revela como una entretenida pieza, gracias al for-
midable talento del director Charles Crichton y a la bri-
llante interpretación de un experto reparto. ■ J.D.D.
AQUEL EXCITANTE CURSO
(Fast Times at Ridgemont High), Universal, EE.UU., 1982, 92 min.
Productor: Art Linson e Irving Azoff. Director: Amy Heckerling. Guión:
Cameron Crowe (basado en su libro). Fotografía: Matthew F. Leonetti.
Montaje: Eric Jenkins. Música: Joe Walsh. Dirección Artística: Dan Lomi-
no. Intérpretes: Sean Penn, Jennifer Jason Leigh, Judge Reinhold, Phoebe
Cates, Brian Backer, Ray Walston. ***
●

● ●
Aunque nominalmente basada en las investigaciones del
ex-periodista Cameron Crowe sobre los alumnos de los
institutos, Aquel excitante curso es esencialmente una
exploitation de sexo y diversión. Aquí aparece la usual
colección de estereotipos escolares (el salido, el surfero
colgado, el timador), una banda sonora de música rock,
una interminable atención a los rituales de las citas y el
apareamiento... Considerada a este nivel, es un relativa-
mente ingenioso ejemplo de su género, con una destaca-
ble interpretación de Sean Penn como el surfero empo-
rrado y algunos buenos diálogos. Pero carece de la fre-
nética energía que permitía a Porky’s derrotar a todos sus
competidores en este campo. ■ J.D.D.
¡AQUÍ ESTÁN LAS VICETIPLES!
España, 1961, 84 min.
Productor: M.E. Gamundi. Director: Ramón Fernández. Guión: Vicente
Escrivá. Fotografía: Godofredo Pacheco. Montaje: José Antonio Rojo.
Música: Federico Contreras. Intérpretes: Mercedes Alonso, Manolo
Gómez Bur, Pilar Cansino, Nuria Torray, Manuel Zarzo. ●
Primera película de Ramón Fernández, director de una de
las comedias más taquilleras del cine español, No desea-
rás al vecino del quinto. Tres coristas viven en la misma
pensión y sueñan con casarse con un hombre ideal. Fer-
nández todavía no hace gala de la habilidad narrativa que
algunos señalan en su obra posterior. Una cinta que no
pasa los límites mínimos de calidad exigibles. ■ G.Q.
¡AQUÍ HAY PETRÓLEO!
Asturias Films/Chamartín, España, 1955, 85 min.
Director: Rafael J. Salvia. Guión: Pedro Masó, Pedro Chamorro, Rafael J.
Salvia. Fotografía: Eloy Mella. Música: Salvador Ruiz de Luna. Intérpretes:
Manolo Morán, José Luis Ozores, Félix Fernández, Antonio Riquelme,
Mónica Pastrana, Rosita Palomar, María Rivas, Mariano Ozores. **
Rafael J. Salvia fue un prolífico guionista capaz de servir
los textos más diversos sin perder la compostura, de El
Judas de Iquino a Sor Citroën, pasando por Cuerda de
presos. Como director realizó también una obra ecléctica,
que pasa por el musical (uno de ellos emblemáticamente
titulado Festival de Benidorm), el filme biográfico (Isidro,
el labrador) o comedias populacheras como Las chicas
de la Cruz Roja o este ¡Aquí hay petróleo!, escrito en cola-
boración con Pedro Masó y Pedro Chamorro, una farsa
acerca de un grupo de norteamericanos que pretenden
explotar petrolíferamente un pueblo de la meseta y que
dilapida no pocos excelentes cómicos españoles (Manolo
Morán y José Luis Ozores en cabeza), dignos de mayores
empeños. ■ J.B.C.
AQUÍ HUELE A MUERTO...
(¡PUES YO NO HE SIDO!)
España, 1989, 88 min.
Productor: José María Calleja. Director: Álvaro Sáenz de Heredia. Guión:
Álvaro Sáenz de Heredia, Alejandro Pose (sin acreditar). Fotografía:
● ●
Aquí, un amigo | 29
●
Michel Malka. Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa. Música: José Tejera.
Intérpretes: Josema Yuste, Millán Salcedo, Ana Álvarez, Raúl Fraire, Pilar
Alcón, Paul Naschy, Raf Taylor, Raquel Rodrigo. **
El arruinado conde de Capra Negra y su criado viajan al
norte de Turquía para hacerse cargo de la herencia de un
misterioso barón. Parodia de las películas de vampiros,
con gags previsibles, y con un guión en manos de los
humoristas “Martes y 13”, que no aguantan su trasplante
al cine. ■ G.Q.
AQUÍ, UN AMIGO
(Buddy Buddy), EE.UU., 1981, 96 min.
Productor: Jay Weston. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I.A.L.
Diamond (basado en la obra de Francis Veber). Fotografía: Harry Strad-
ling Jr. Montaje: Art J. Nelson. Música: Lalo Schifrin. Intérpretes: Jack
Lemmon, Walter Matthau, Paula Prentiss, Klaus Kinski, Dana Elcar, Miles
Chapin. ***
El gran Billy Wilder cerró su filmografía con esta comedia
negra al servicio de dos de sus actores predilectos, Jack
Lemmon y Walter Matthau. «Trabajar con ellos dos –dijo
el cineasta vienés– es como ponerse un viejo par de pan-
tuflas. Con ellos es fácil, los conozco bien. Me vuelven
loco y siempre busco temas de películas en los que
pueda utilizarlos. Somos amigos y nos entendemos sin
tener que explicarnos.» En esta ocasión, Wilder trabajó
para su querida pareja de comediantes una idea argu-
mental extraída de la película El embrollón, dirigida en
1974 por Edouard Molinaro, y en la que Lino Ventura y el
malogrado cantante Jacques Brel encarnaban los perso-
najes aquí interpretados por Matthau y Lemmon, respec-
tivamente. Pero el astuto guionista y director no iba a
conformarse con realizar una simple versión del original
francés, sino que introdujo en la historia sus habituales
dosis de cinismo e ironía.
Matthau es un asesino profesional que una vez realiza-
do cada trabajo acude a un estanco y se fuma un puro. Su
nueva misión le lleva a una ciudad de provincias, prácti-
camente tomada por la policía, ya que en ella debe cele-
brarse un importante juicio. El asesino a sueldo ya ha
matado limpiamente a dos de los testigos y sólo queda
uno. Se instala en un hotel y prepara su instrumental para
eliminar desde la ventana al superviviente cuando se dis-
ponga a entrar en el edificio del tribunal. Pero en su cami-
no se cruza el inefable Jack Lemmon. Éste es un volunta-
rioso pero siempre fallido suicida, porque su mujer (la
encantadora bizca Paula Prentiss) le ha dejado para irse
con el fauto director (perversa composición de Klaus
Kinski) de una clínica sexológica.
Película menor dentro de la trayectoria de su autor,
Aquí, un amigo maneja situaciones un tanto tópicas y
tampoco se encuentra a la altura de anteriores reuniones
del tándem Lemmon-Matthau. Claro que no pretende ser
otra cosa que el regalo de Wilder a dos consumados
comediantes, cuyo juego interpretativo convierte la fun-
ción en una auténtica delicia. El cineasta prolonga el re-
parto de papeles efectuado en su anterior comedia, En
●
30| Ardid femenino
● ●
bandeja de plata. Lemmon es el hombrecillo de morali-
dad un tanto ambivalente y que termina por revelarse,
aunque ello no suponga ninguna heroicidad. Matthau, en
cambio, es el ave de rapiña, el oportunista y el embauca-
dor. ■ LL.B.M.
ARDID FEMENINO
(Vivacious Lady), RKO, EE.UU., 1938, 90 min.
Productor: George Stevens. Director: George Stevens. Guión: P. J. Wolf-
son, Ernest Pagano. Fotografía: Robert de Grasse. Montaje: Henry Ber-
man. Música: Roy Webb. Dirección Artística: Van Nest Polglase. Intér-
pretes:: Ginger Rogers, James Stewart, James Ellison, Beulah Bondi, Char-
les Coburn, Frances Mercer. ***
Un profesor universitario (Stewart) de un pequeño pue-
blo viaja a Nueva York con la misión de apartar a su alco-
holizado hermano de las atracciones del mundo de los
clubes nocturnos. En vez de eso, el inocente académico
se enamora de una adorable corista (Rogers) con la que
se casa impulsivamente. Tratar de ajustar a su nueva
esposa en la cerrada estructura de la sociedad del cam-
pus se convierte en una tarea formidable para el profesor,
y en su lugar es ella la que le libera a él de la sofocante
presión de la familia y la universidad. Es una idea diverti-
da, y realmente no te das cuenta de que es una película
de un solo chiste. Gran parte del humor se deriva de la
incapacidad de la pareja para consumar su boda debido
a las presiones familiares y sociales, pero también hay
trazas de una crítica a la propia institución del matrimo-
nio: siempre es la mujer quien tiene que adaptarse y
hacer sacrificios en nombre de la monogamia. La encan-
tadora Ginger Rogers es el eje de esta desenfadada fábu-
la, pero su fortuita intervención en la controlada existen-
cia de James Stewart es más burbujeante que estrafala-
ria, más bondadosa que anárquica, lo que hace de ella
una heroína de screwball más moderada de lo habitual,
aunque con agradecidos estallidos de su dura y astuta
personalidad. El soberbio elenco de actores secundarios
incluye a Beulah Bondi, Franklin Pangborn, Grady Sutton
y, al comienzo de sus carreras, al vivaz Jack Carson y a la
encantadora Hattie McDaniel. Pero todos saben que la
parte del león no les corresponde a ellos, sino al maravi-
llosamente irascible Charles Coburn, hasta el punto de
que sólo por él valdría la pena ver la película. ■ J.T.
LA ARDILLA ROJA
Sogetel/Sogepaq, España, 1992, 110 min.
Director: Julio Médem. Guión: Julio Médem. Fotografía: Gonzalo Fer-
nández Berridi. Música: Alberto Iglesias. Intérpretes: Emma Suarez,
Nancho Novo, María Barranco, Karra Elejalde, Carmelo Gómez, Cristina
Marcos, Mónica Molina, Ana Gracia. ****
Cuando se disponía a suicidarse, un joven socorre a una
chica a pocos metros del lugar, haciéndose luego pasar,
dado que la muchacha al parecer padece amnesia, por su
novio, farsa que prolongará los días siguientes inventán-
dose una vida en común (inventándoselo todo: el nombre
● ●
●
de ella, su pasado, etcétera) a la que ella se apunta gus-
tosa y que tendrá su desarrollo inmediato en las largas
escenas del camping en compañía de otros ociosos vera-
neantes (Elejalde y Barranco, excelentes). Una trama de
comedia sentimental que también se desliza, y del eclec-
ticismo nace su encanto, por los terrenos de la intriga
(¿quién es ella de veras? ¿perdió realmente la memoria?),
del melodrama romántico y, finalmente pero no en último
lugar, del cine fantástico: su tono, sus claves oníricas
(sueños, visiones, hipnosis), sus metáforas visuales (la ar-
dilla como leit motiv) y una persuasiva matriz metafísica
adherida en todas y cada una de sus imágenes. Fue el se-
gundo largometraje de Médem y confirmó lo que ya Va-
cas había dejado intuir: que es uno de los talentos mayo-
res de las últimas hornadas de cineastas españoles, cuyo
cine, a la vez inclasificable y fascinante, es un incesante
caudal de sugerencias visuales y conceptuales. ■ J.B.C.
ÁREA MALDITA
(Terror Tract), EE.UU., 2000, 96 min.
Productor: Gregg L. Daniel, Lance W. Dreesen. Director: Lance W. Dre-
esen, Clint Hutchison. Guión: Clint Hutchison. Fotografía: Ken Blakey.
Montaje: Scot Scalise. Música: Brian Tyler. Dirección Artística: Julieann
Getman. Intérpretes: John Ritter, David DeLuise, Allison Smith, Kim
Correll, Kelli Mix, Aaron J. Alberts, Virginia Darragh. **
Bob Carter es un agente inmobiliario que quiere vender
una casa a Allen y Mary Anne Doyle. Bob le cuenta a la
pareja terribles historias que, supuestamente, han pasado
en otras casas, para que se queden con la que él les ofre-
ce. Comedia tipo Creepshow, pues consta de varios epi-
sodios terroríficos de resultados desiguales. Fue una de
las últimas películas en que intervino el prematuramente
fallecido John Ritter. ■ G.Q.
ARIANE
Allied Artists Pictures, EE.UU., 1957, 130 min.
Productor y director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder e I. A. L. Diamond.
Fotografía: William Mellor. Montaje: Leonid Azar. Música: Franz Wax-
man. Dirección Artística: Alexandre Trauner. Intérpretes: Audrey Hep-
burn, Gary Cooper, Maurice Chevalier, John McGiver. ****
●

● ●
Ariane, que no contó en su momento con el apoyo del pú-
blico, es una divertida comedia, con sus gotas de humor,
con su ironía y su ternura, donde se alternan los momen-
tos de sentimentalismo romántico con los diálogos viva-
ces y la presencia de una actriz realmente cautivadora.
Basado en una popular novela rosa, llevada con anteriori-
dad al cine dos veces por alemanes e ingleses, el filme
puede parecer en su superficie una amable comedia
sobre la relación sentimental entre un play-boy (Cooper)
y una estudiante de Arte, pero este relato aparentemen-
te rosa le dio ocasión al siempre incisivo Billy Wilder de
realizar un continuo, sutil e intenso ejercicio de ironía.
El estudio de los personajes, realizado con absoluto
cinismo, es vitriólico. Nadie se salva. Billy no deja títere
con cabeza y consigue convertir una historia rosa en una
cruel y ácida disección de un sistema de vida (el de los
millonarios ociosos) que se cae por su propio peso cuan-
do se enfrenta a la rutina de los comunes ciudadanos.
Ariane tenía muchos elementos deliciosos a su favor,
pero, desgraciadamente, había un hecho innegable: pese
al uso de los filtros, Gary Cooper ofrecía durante casi to-
da la película un aspecto muy cansado. Ciertamente,
Coop poseía todas las cualidades que exigía el papel:
sofisticación, talento cómico y una cierta fama de rom-
pecorazones fuera de la pantalla. Pero a posteriori se
tiene la impresión de que el cáncer mortal que acabaría
con la vida del actor ya había grabado profundos surcos
● ●
Ariane | 31
●
en su rostro. Afortunadamente, su dominio de la técnica
y la pericia del director dieron como resultado una de sus
más divertidas composiciones. Y el público la aceptó has-
ta cierto punto, aunque más de un crítico apuntó que a
Hepburn le hubiera salido más a cuenta que Cooper inter-
cambiara su papel con el de Maurice Chevalier, que encar-
nó al padre de la chica haciendo gala de un estilo y una
vitalidad que no se correspondían con los sesenta y ocho
años que cargaba en sus espaldas. Luego está, claro, la
interpretación de una Audrey Hepburn a salvo de cual-
quier tentación de cinismo, encantadora como siempre,
mimada por su director y admirada por sus espectadores.
Si de cuando en cuando no se vieran películas como
Ariane, se acabaría teniendo una idea poco certera de lo
que es el cine de verdad. La fórmula de Billy Wilder es
sencilla, sólo se necesita tener talento, tener ideas, tener
actores y una visión del mundo tan cínica como sus pro-
pios personajes. El talento del director es inmenso; el de
sus actores también. Y lo cierto es que entre todos con-
virtieron la trivial historia de amor crepuscular entre un
otoñal y una jovencita inexperta en una romántica, di-
vertida y sofisticada comedia de enredo a lo Lubitsch, a
la que los años y las revisiones no han hecho más que
aumentar su valoración. Es, en definitiva, una pequeña
obra maestra, pese a que no figura en las antologías más
exigentes del cineasta vienés, y un auténtico clásico de la
comedia que honraría cualquier filmografía. ■ J.T.
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32| Arizona Baby
● ●
ARIZONA BABY
(Raising Arizona), 20th Century Fox, EE.UU., 1987, 94 min.
Director: Joel Coen. Guión: Joel y Ethan Coen. Fotografía: Barry Sonnen-
feld. Música: Carter Burwell. Intérpretes: Nicolas Cage, Holly Hunter,
Trey Wilson, John Goodman, William Forsythe, Frances McDormand,
Randall «Tex» Conn, T. J. Kuhn, Peter Benedek. ***
Después de dejarnos la nuez como una castaña helada
con su opera prima Sangre fácil (1984), los Coen demos-
traron que, en el fondo, lo que siempre han querido ser es
un cartoon de Tex Avery, como si el Coyote y el Correca-
minos fuesen hermanos siameses. Con continuos guiños
al slapstick locuelo y parpadeos al cine de Sam Raimi
(amigo y colaborador de Joel), Arizona Baby mete en
una batidora hiperacelerada algunos de los iconos de la
filosofía américo-profunda (porción Medio Oeste) que
tan afín resulta a la filmografía de los hermanos de Min-
neapolis. En particular, por supuesto, la idea de familia
fértil, patriarcal, constructivista y reinsertiva, entre otros
dones. Así, seguimos al entrañable matrimonio formado
por el ex convicto H. I. McDonnough (Nicolas Cage, aún
con afortunado tupé a lo Stan Laurel) y la policía que le
empapeló Edwina (Holly Hunter en un papel a la medida
escrito especialmente para ella) en sus vanos intentos
por tener descendencia. Tomándose la justicia demográ-
fica por su mando, secuestran a los quintillizos del mag-
nate local Nathan Arizona, y ya está montado el cisco.
Persecuciones tirolesas, ciclistas del apocalipsis (antece-
sores de los nihilistas de El gran Lebowski), apariciones
brutales (ese John Goodman), humor soterrado y despó-
tico dentro y fuera del rodaje (despidieron a uno de los
quince bebés del casting porque «aprendió a andar») y
un ritmo sin igual son los poderes de una de las mejores
comedias de los ochenta y, tal vez, la cumbre paródica de
los Coen. ■ J.C.
ARMADA BRANCALEONE, LA
(L´armata Brancaleone), Les Films Marceau/Fair Film, Italia- Fran-
cia, 1965, 120 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Mario Monicelli. Guión: Mario
Monicelli, Furio Scarpelli, Agenori Incrocci. Fotografía: Carlo di Palma.
Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Carlo Rustichelli. Dirección
Artística: Piero Gherardi. Intérpretes: Vittorio Gassman, Gian Maria
Volonté, Catherine Spark, Enrico Maria Salerno. ****
● ●
●
Desmitificación de las Cruzadas, que incluye todos los
componentes de este tipo de época, incluyendo san-
grientas batallas, cristianismo a ultranza, princesas, caba-
lleros, pesadas armaduras, castillos, honor, damas ultraja-
das, venganza... Sin duda los Monty Python copiaron bas-
tante de esta historia para Los caballeros de la mesa cua-
drada y sus locos seguidores (1974). A pesar de estar
concebida en tono de farsa, la producción de Cecchi Gori
resulta bastante competente tanto en los ambientes y
vestuario como en esa fotografía majestuosa de Carlo di
Palma retratando abiertos paisajes por los que caminan
los protagonistas. Por supuesto no sería lo mismo sin Vit-
torio Gassman, todo un prodigioso caballero Brancaleo-
ne, derrotado en combate, que se une a cuatro pillos para
dirigirse hacia un castillo en el que, según un antiguo per-
gamino, se convertirán en los amos del lugar. En su des-
venturado camino, y montado en un anárquico caballo
amarillo, la llamada Armada Brancaleone se unirá a un
locuaz sacerdote en busca de Tierra Santa y caerán pri-
sioneros de un rey algo extraño. Sus momentos senti-
mentales no le quitan ni un ápice de mala leche, acidez
verbal e incursiones sexuales. Su éxito dio lugar a una
secuela, ninguna de las dos estrenadas en su época en
España. ■ L.M.C.
ARMAS DE MUJER
(Working Girl), Fox, EE.UU., 1988, 113 min.
Productor: Douglas Wick. Director: Mike Nichols. Guión: Kevin Wade.
Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje: Sam O’Steen. Música: Carly
Simon. Diseño de producción: Patrizia von Brandenstein. Vestuario:
Ann Roth. In
ntérpretes: Harrison Ford, Melanie Griffith, Sigourney Wea-
ver, Alec Baldwin, Joan Cusack, Philip Bosco, Nora Dunn, Oliver Platt,
James Lally, Kevin Spacey. ****
Esta atractiva comedia ofrece una deslumbrante inter-
pretación de Melanie Griffith como Tess McGill, una dili-
gente secretaria de una firma de corredores de bolsa que
se muere por ascender a ejecutiva y abrirse camino en la
jungla de Wall Street, pero sus colegas masculinos la ig-
noran. Para colmo, su estirada jefa, Katharine Parker (una
elegante Sigourney Weaver) le roba su mejor idea. Cuan-
do la jefa se rompe la pierna esquiando, Tess se adueña
de su oficina y conoce al broker Jack Trainer (un comedi-
do Harrison Ford), con quien sube la escalera corporativa
hasta el éxito, enamorándose de él en el proceso. El guión
de Kevin Wade es afiladamente ingenioso, trufado de
situaciones malévolas, y la lucha de clases aflora a través
de un divertido juego donde los escrúpulos se cotizan a
la baja y el hombre aparece como neutral. Todas las muje-
res le roban sus escenas, incluyendo a la maravillosamen-
te divertida Joan Cusack como secretaria de peinado
estrafalario. Divertida, emocionante y tremendamente
inteligente, Armas de mujer muestra un toque, un ritmo y
una inventiva que ponen a la aclamada Hechizo de luna y
otros títulos exitos de la época en su sitio. El director Mike
Nichols demuestra de nuevo su seguro dominio del
medio cinematográfico, consiguiendo –al ritmo de una
excelente banda sonora de Carly Simon– destacadas
●

● ●
interpretaciones de los actores protagonistas y secunda-
rios, usando la cámara con brillante efecto y llenando la
historia de tensión, romance y humor. ■ J.T.
ARREGLO DE CUENTAS
EN SAN GENARO
(Operazione San Genaro), Ultra Film (Roma)/ Lyre Cinematográfica
(París), Roxy Film (Mónaco), Italia-Francia, 1966, 100 min.
Productor: Turi Vasile. Director: Dino Risi. Guión: Adriano Baracco,
Ennio de Concini, Nino Manfredi, Dino Riso. Fotografía: Aldo Tonti.
Montaje: Franco Franticelli. Música: Armando Trovajoli. Dirección Artís-
tica: Luigi Scaccianoce, Francesco Bronzi, Dante Ferretti. Vestuario:
Maurizio Chiari, Bruno Cesari. Intérpretes: Nino Manfredi, Senta Berger,
Mario Adorf, Harry Guardino, Pinuccio Ardia, Vittoria Crispo, Totó. ***
En 1966, Risi había realizado ya más de 25 películas, entre
ellas El estafador, La marcia su Roma, La escapada y
Monstruos de hoy, es decir, buena parte de sus títulos de
oro. Pero Risi ha sido siempre un cineasta prolífico, y sus
grandes películas han alternado con otras tantas de
menor peso, como Arreglo de cuentas en San Genaro,
una parodia del cine de gansters y los filmes de atracos
perfectos del tipo Rififi, donde unos americanos llegan a
Nápoles con intención de robar las joyas de San Genaro,
en la catedral de la ciudad. Escrita por Adriano Baracco,
el actor Nino Manfredi y Ennio de Concini a partir de un
argumento de Risi, la película funciona por su humor iró-
nico y su catálogo de tipos, entre los que cabe destacar
al gran Totó de su antepenúltima película. ■ J.B.C.
ARROGANTES Y EXQUISITOS
(Stiff Upper Lips), Reino Unido-India, 1998, 99 min.
Productor: Jeremy Bolt, Gary Sinyor. Director: Gary Sinyor. Guión: Step-
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Arsénico por compasión | 33
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hen Deitch, Paul Simpkin, Gary Sinyor, Richard Sparks. Fotografía:
Simon Archer. Montaje: Peter Hollywood. Música: David A. Hughes,
John Murphy. Dirección Artística: Moving Jim. Intérpretes: Peter Usti-
nov, Prunella Scales, Georgina Cates, Samuel West, Robert Portal, Sean
Pertwee, Frank Finlay, Brian Glover. ***
Simpática comedia de enredo, con un humor muy british,
que en algunos momentos podrá parecer una suerte de
parodia de alguno de los filmes de James Ivory (el apelli-
do, casualmente, de la familia protagonista). Excelente
reparto para una trama entretenida y que supuso una de
las últimas apariciones en la pantalla grande del gran Pe-
ter Ustinov. ■ J.E.
ARSÉNICO POR COMPASIÓN
(Arsenic and Old Lace), Warner Brothers, EE.UU., 1944, 118 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Julius J. Epstein,
Philip G. Epstein (basado en la obra de Joseph Kesselring). Fotografía: Sol
Polito. Montaje: Daniel Mandell. Música: Max Steiner. Dirección Artísti-
ca: Max Parker. Intérpretes:: Cary Grant, Raymond Massey, Priscilla Lane,
Josephine Hull, Jean Adair, Jack Carson, Edward Everett Horton, Peter
Lorre, James Gleason, John Alexandre. *****
A lo largo de dos décadas, Frank Capra se erigió en el
santo y seña de la cinematografía norteamericana gracias
a una serie de magistrales comedias sentimentales e inti-
mistas, tributarias en cierta medida de los postulados del
New Deal roosveltiano. El brillo de estos filmes oscureció
durante años la indiscutible calidad del título más atípico
de su filmografía, Arsénico por compasión, su película
más trepidante, original y divertida. En esa ocasión, y sin
que sirva de precedente, Capra había decidido prescindir
del “mensaje” para adentrarse con todas las consecuen-
cias en el terreno de la comedia en estado puro, frenéti-
ca, loca y de una imaginación insuperable, y el resultado
no pudo ser más gratificante: un inolvidable clásico del
humor negro que, tal vez, se adelantó a su tiempo. Sin
renegar de sus orígenes escénicos (no hay que olvidar
que la cinta está basada en la exitosa obra teatral de Jo-
seph Kesselring, adaptada por Julius y Philip G. Epstein),
el cineasta de origen italiano trenzó con maestría la des-
cabellada historia de dos entrañables viejecitas que invi-
tan a los ancianos desamparados y solitarios a tomar una
taza de té en el que convenientemente han disuelto unas
●
34| Arthur, el soltero de oro
● ●
dosis de arsénico para que obtengan la paz eterna. Un
sobrino escritor, su nueva esposa y otros parientes que se
diría sacados de El doctor Frankenstein, más un policía, el
director de un psiquiátrico y un taxista finalmente con-
vertido en cafetera, serán testigos del enredo.
El ritmo vertiginoso de la acción no decae un solo ins-
tante, las situaciones divertidas se suceden sin tregua en
un torbellino de inventiva y el embrollo se resuelve con
diáfana claridad, tras las dos horas en las que Capra ha
estado jugando con el espectador al gato y al ratón. Todo
ello servido por un plantel de actores realmente soberbio.
Lean esta lista de maestros: Cary Grant, excelente, como
siempre; Josephine Hull, adorable; Edward Everett Hor-
ton, irónico y sutil; Raymond Massey, deliciosamente si-
niestro en la piel de inconmovible y karloffiano Jonathan
Brewster; Peter Lorre, genial como un “Dr. Einstein” ate-
rrorizado por dos encantadoras ancianitas... Comedia lo-
ca, sentimental y negra al mismo tiempo, Arsénico por
compasión es una de las grandes comedias de Frank Ca-
pra y, por extensión, del cine norteamericano de los años
dorados del género. ■ J.T.
ARTHUR, EL SOLTERO DE ORO
(Arthur), Orion, EE,UU., 1981, 117 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Steve Gordon. Guión: Steve Gor-
don. Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Susan E. Morse. Música: Burt
Bacharat. Diseño de producción: Stephen Hendrickson. Vestuario: Jane
Greenwood. Intérpretes: Dudley Moore, Liza Minnelli, John Gielgud,
Geraldine Fitzgerald, Jill Eikenberry, Stephen Elliot, Ted Ross, Barney
Martin, Thomas Barbour. ***
Arthur Bach (Moore) es un disoluto playboy que prefiere
emborracharse a afrontar la realidad de su gran fortuna y
su compromiso con la bruja Susan Johnson (Jill Eiken-
berry). Arthur, que es vigilado por su comprensivo pero
desdeñoso mayordomo Hobson (Gielgud), se enamora
de la chica trabajadora Linda Marolla (Minnelli), a quien
prefiere frente a su prometida de la alta sociedad. Susan,
sin embargo, se niega a ser eclipsada, y el padre de Ar-
thur le amenaza con quitarle su herencia si continúa vien-
do a Linda. Mientras trata de cambiar su disipado estilo
de vida por amor a la chica de clase obrera, Dudley
Moore despliega el encanto que ayudó a convertir 10, la
● ●
●
mujer perfecta en un éxito, aunque su personaje tiene a
veces demasiados clichés. Liza Minnelli, en un papel más
pequeño y menos glamouroso de lo habitual, también
está fantástica, pero es el leal aunque sarcástico sirviente
Gielgud quien se lleva la película con una interpretación
que no tiene precio (recita sus frases con un aplomo tan
maravilloso que ganó un Oscar al Mejor Actor Secunda-
rio). El resultado es un chispeante entretenimiento que
intenta, con bastante éxito, resucitar las divertidamente
artificiales convenciones de las screwball comedies
románticas de los años treinta. ■ J.T.
ARTHUR 2, ON THE ROCKS
Warner, EE.UU., 1988, 113 min.
Productor: Robert Shapiro. Director: Bud Yorkin. Guión: Andy Breck-
man. Fotografía: Stephen H. Burum. Montaje: Michael Kahn. Música:
Burt Bacharat. Dirección Artística: Gene Callahan. Intérpretes: Dudley
Moore, Liza Minnelli, John Gielgud, Geraldine Fitzgerald, Stephen
Elliott, Paul Benedict. *
Siete años después de la encantadora Arthur, Dudley
Moore regresó desacertadamente al rol del millonario
borracho en esta desastrosa secuela, tan divertida como
una hemorragia cerebral. El multimillonario Arthur (Moo-
re) y la ex-dependienta Linda (Minnelli) llevan cinco años
felizmente casados. Él aún se pasea por la ciudad entre-
teniendo al populacho con un rancio repertorio de bro-
mas, bebiendo champán en el baño, riéndose de sus pro-
pios chistes. Pero Linda descubre que es incapaz de con-
cebir y se pone en marcha para adoptar un niño. Mien-
tras, el vengativo padre de su ex-novia (Elliot) urde una
triquiñuela legal para quitarle su fortuna, dejando a Art-
hur sin un céntimo. Lo peor de todo es que el vitriólico
mayordomo inglés Hobson (Gielgud) ha muerto y su sus-
tituto, Fairchild (Benedict), no tiene comparación posible.
Te das cuenta de que las cosas se están poniendo mal
cuando John Gielgud es resucitado, por medio de las alu-
cinaciones del protagonista, para lanzar homilías y devol-
ver a su “señor” al buen camino. Lo crean o no, todo
empeora aún más a medida que la película avanza hacia
su predecible final feliz. Están avisados. ■ J.T.
ARTISTS AND MODELS
EE.UU., 1955, 109 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: Frank Tashlin. Guión: Herbert Baker,
Hal Kanter, Don McGuire, Frank Tashlin (basado en la historia “Rock-A-
Bye Baby”, de Michael Davidson y Norman Lessine). Fotografía: Daniel L.
Fapp. Vestuario: Edith Head. Música: Harry Warren. Dirección Artística:
Tambi Larsen, Hal Pereira. Intérpretes: Dean Martin, Jerry Lewis, Shirley
MacLaine, Dorothy Malone, Eddie Mayehoff, Eva Gabor, Anita Ekberg,
George Winslow. ***
Un magnífico vehículo de Dean Martin y Jerry Lewis, glo-
riosamente fotografiado en el más brillante Technicolor
que se puede ver. Por supuesto, la apreciación depende
de lo que uno sienta por Martin y Lewis, aquí un dibujan-
te y un chiflado fantasioso, respectivamente. Jerry es un
●

● ●
aficionado a los comics que recibe extraña y secretísima
información por vía telepática en sus pesadillas, lo cual es
aprovechado por Dean en la confección de sus tiras
cómicas. El enredo desemboca en una ligera sátira sobre
el peligro de su violento contenido, además de un inge-
nioso argumento que envuelve secretos de estado. Inclu-
so se sugiere que el extravagante comportamiento de
Lewis es el resultado de una niñez leyendo comics. Lo
que da crédito a esta locura es que está dirigida por
Frank Tashlin –un antiguo artista de animación–, el hom-
bre con el que Lewis adquirió su verdadera personalidad,
se independizó de Martin y se encumbró como cómico.
Su mano maestra se nota por doquier, se nota su talento
para la construcción de gags (entre los más afortunados
destacaremos el del humo de la mujer fatal y la entrevis-
ta que le hacen a Jerry por la televisión, así como deter-
minados hallazgos dentro de las claves oníricas) y para el
comentario nada complaciente de una trastornada Amé-
rica, perdida por el consumismo y el deseo de triunfo. El
ostentoso empleo del color por parte de Tashlin y las
potentes contribuciones de las actrices (incluyendo a
Anita Ekberg en un cameo) ayudan a dar a la película su
tono alocado. ■ J.D.D.
ASESINATOS DE MAMÁ, LOS
(Serial Mom), Polar, EE.UU., 1994, 93 min.
Productor: John Fiedler, Mark Tarlov. Director: John Waters. Guión: John
Waters. Fotografía: Robert Stevens. Montaje: Janice Hampton, Erica
Huggings. Música: Basil Poledouris. Dirección Artística: Vincen Peranio.
Intérpretes: Kathleen Turner, Sam Waterson, Ricki Lake, Matthew
Lillard, Mary Jo Catlett, Justin Whalin. ****
Una parodia de las películas de serial killers a través del
anecdotario criminal de una dulcísima madre de familia
que liquida a buena parte del vecindario por las más ni-
● ●
Asombro de Brooklyn, El | 35
●
mias razones de urbanidad. Transitada por el humor ne-
gro más extremo, el gusto por lo chocante y la provoca-
ción –señas de identidad de su autor–, la obra cuenta con
escenas irresistibles: el asesinato a golpe de pata de cor-
dero (guiño a Hitchcock ya utilizado por Almodóvar,
nuestro Waters particular), el hilarante y disparatado jui-
cio a la protagonista o el concierto de heavy femenino
cuyo público llega al éxtasis ante la muerte de un joven
envuelto en llamas (augurio de Cecil B. Demente)... Me-
morable Turner, cuyo personaje, si desprendemos la capa
de farsa que lo cubre, es aterrador: es la imagen hiperbo-
lizada del ciudadano histérico de nuestros días. ■ J.B.C.
ASÍ EN EL CIELO COMO EN LA TIERRA
España, 1995, 95 min.
Productor: Juan Carlos Caro, Enrique Cerezo, Carlos Vasallo. Director:
José Luis Cuerda. Guión: José Luis Cuerda. Fotografía: Javier G. Salmones.
Montaje: María Elena Sáinz de Rozas. Música: Francisco Ibáñez Irribarría.
Intérpretes: Francisco Rabal, Fernando Fernán Gómez, Jesús Bonilla,
Luis Ciges, Agustín González, Gabino Diego, Chus Lampreave, Enrique
San Francisco, Mónica Molina. ***
El director de El bosque animado dirige esta comedia de
argumento absurdo, cuyo protagonista es Dios, dispues-
to a buscarle un hermano a Jesucristo. En algunos
momentos es un poco infantil, pero sus interpretaciones
son muy buenas, destacando a Luis Ciges. ■ G.Q.
ASÍ HABLA EL AMOR
(Minnie and Moskowitz), Universal, EE.UU., 1971, 114 min.
Productor: Al Ruban. Director: John Cassavetes. Guión: John Cassavetes.
Fotografía: Arthur J. Ornitz, Alric Edens, Michael D. Margulies. Montaje:
Robert Heffernan, Frederic Knudtson. Vestuario: Helen Colvig. Intérpre-
tes: Gena Rowlands, Seymour Cassel, Val Avery, Tom Carey, Katherine
Cassavetes, Elizabeth Deering, Elsie Ames, Lady Rowlands. ****
La historia de amor entre dos personajes marginales, soli-
tarios y tristones (ella trabaja en un museo y él es el vigi-
lante de un aparcamiento; se conocen accidentalmente e
inician una inusual relación) podría haber dado carnaza a
Cassavetes para otro de sus desesperantes y opresivos
retratos de la condición humana (como Husbands o Una
mujer bajo la influencia, respectivamente el filme prece-
dente y el posterior de su filmografía), pero esta vez
apostó por un acento más desenfadado y optimista y una
realización más suelta y elíptica. Bendecida, como de
costumbre, por interpretaciones prodigiosas, Así habla el
amor (Minnie and Moskowitz para los amigos) es un filme
ingenioso, penetrante y conmovedor. Como comedia ro-
mántica es ni más ni menos que la antítesis de los empa-
lagosos bomboncitos que hoy se llevan. ■ J.B.C.
ASOMBRO DE BROOKLYN, EL
(The Kid from Brooklyn), Goldwyn, EE.UU., 1946, 114 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Don
Hartman, Melville Shalvelson. Fotografía: Gregg Toland. Montaje: Daniel
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36| Asombroso mundo de Borjamari y Pocholo, El
● ●
Mandell. Dirección Artística: Perry Ferguson, Stewart Chaney, McClure
Capps. Intérpretes: Danny Kaye, Virginia Mayo, Vera-Ellen, Steve Coch-
ran, Eve Arden, Lionel Stander. ***
Basada en la comedia de Harold Lloyd The Milky Way
(1936), la película apunta directamente al músculo de la
risa y emerge como una lujosa mezcla de humor, música
y chicas, realzada por un bello Technicolor y ricos valores
de producción. La historia presenta a Danny Kaye como
un apocado lechero que accidentalmente noquea al cam-
peón de los pesos medios. Con la publicidad del púgil
hecha trizas, su mánager decide aprovechar la situación
convirtiendo al inesperado boxeador en un candidato al
título. Apoyado en un gran guión, el director Norman Z.
McLeod saca el máximo provecho de cada situación. Vir-
ginia Mayo, como el interés romántico, sirve como bello
contrapunto a las payasadas del protagonista y canta dos
baladas aceptablemente, mientras que el elenco de acto-
res secundarios realiza un trabajo uniformemente bueno,
manteniendo constantemente su vista fija en la comedia.
Si no es usted fan de Kaye, ésta puede ser la película
–junto con La vida secreta de Walter Mitty– que le haga
cambiar de opinión, ya que está relativamente libre del
sentimentalismo que echa a perder gran parte del traba-
jo posterior del versátil cómico. ■ J.T.
ASOMBROSO MUNDO DE BORJAMARI
Y POCHOLO, EL
Amiguetes Entertainment, España, 2004, 103 min.
Director: Enrique López Lavigne y Juan Cavestany. Guión: Enrique López
Lavigne y Juan Cavestany. Fotografía: Teo Delgado. Música: Miguel Malla.
Intérpretes: Santiago Segura, Javier Gutiérrez, Pilar Castro, Guillermo
Toledo, Carmen de la Maza, Coté Soler, Antonio de la Torre. *
Los debutantes López Lavigne y Cavestany pretenden
que nos unamos a su guateque por narices y por la vía de
la risa floja de los madrileños años ochenta pos-movida
(eclosión del movimiento pijo), la misma que practican
hasta la catarsis unos Santiago Segura y Javier Gutiérrez
en el cénit de su vis cómica y camaleónica, sin reparar en
que aquello tampoco fue tan juerga como parecía, sino
más bien un vulgar “cebollón” marquista y psicotrópico,
como así lo presentan. Asumido este problema de identi-
dad e identificación, lo que queda es una comedieta
sobre disfuncionales complejos de Peter Pan de y para
doceañeros (ahí va otra paradoja) en la que el presunto
● ●
●
viaje iniciático al centro de Mecano de dos cuarentones
hijos de papá encallados en aquellos años, acompañados
de otra amiga que tal baila, se queda en catálogo de bro-
mas privadas y gansadas de mayor o menor calado, des-
tacando las que recaen en la ajustadísima megapija inter-
pretada por Pilar Castro o en el personaje de Guillermo
Toledo, quien quizá por una extraña retroalimención de
su imagen pública real, acaba por hacer gracia. El resto,
como cantaba Pabellón Psiquiátrico en referencia a cier-
to grupo “icónico” de aquellos grimosos años, es puro «g
de gilipuertas». ■ J.C.
ASTÉRIX Y OBÉLIX CONTRA CÉSAR
(Astérix et Obélix contre César), Francia-Alemania-Italia, 1999, 106
min.
Director: Claude Zidi. Productor: Claude Berry. Guión: Claude Zidi,
Gérard Lauzier (basado en los comics de Albert Uderzo y René Gos-
cinny). Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Dirección Artística: Patrick Bor-
dier. Música: Jean-Jacques Goldman y Roland Romanelli. Efectos espe-
ciales: Pitof. Intérpretes: Gérard Depardieu, Christian Clavier, Roberto
Benigni, Laetitia Casta, Michel Galabru, Claude Piéplu, Gottfried John. ●
Megalómana superproducción a la francesa que dilapida
ocho mil millones de pesetas en efectos especiales al más
chapucero estilo Looney Tunes en medio de un guión que
es un mero popurrí de grandes éxitos del celebérrimo
cómic de Goscinny y Uderzo. Desde el mismísimo inicio,
con un patético Depardieu moviendo al ralentí sus chi-
chas de pavo, el olor a alcanfor se impone estrepitosa-
mente y el “efecto Picapiedra” (John Goodman también
era Pedro, pero...) no tarda en caer a plomo. Los sopapos
de Obélix tienen gracia, sí. Pero una vez. Benigni tiene
gracia. Pero diez minutos. La Casta está cañón (igual que
en Gitano, en fin). Gottfried John se parece bastante al
César, cierto. ¿Y...? Al lado de este despropósito, las hu-
mildes películas de dibujos animados dirigidas por sus
propios creadores a finales de los sesenta son casi obras
maestras. Realmente inquietantes los taquillazos galos de
los noventa. ■ J.C.
ASTÉRIX Y OBÉLIX: MISIÓN CLEOPATRA
(Astérix & Obélix: Mission Cléopâtre), Francia-Alemania, 2002, 107’.
Productor: Claude Berri. Director: Alain Chabat. Guión: Alain Chabat
(basado en el cómic “Astérix et Cléopatre”, de René Goscinny y Albert
●
 Aterriza como puedas | 37
● ● ●

Uderzo). Fotografía: Laurent Dailland. Montaje: Stéphane Pereira. Músi-
ca: Philippe Chany, Snoop Dogg. Dirección Artística: Laurent Ott. Intér-
pretes: Gérard Depardieu, Christian Clavier, Jamel Debbouze, Monica
Bellucci, Alain Chabat, Claude Rich, Gérard Darmon, Edouard Baer,
Dieudonné. ***
Una muy grata sorpresa: después de la calamitosa Astérix
y Obélix contra César, esta secuela resultó ser una come-
dia trepidante, con gags imaginativos, brillantes diálogos
(el doblaje quizá se meriende algunos afortunados jue-
gos de palabras), parodias a granel (Matrix, Titanic, El im-
perio contraataca...) y un hallazgo impagable, Jamel Deb-
bouze, que encarna al arquitecto Numerobis. ■ J.B.C.
vez con abundantes críticas a la política, la Mafia y al
clero. Y es que el político Puppis podría ser un gran pre-
sidente del país si no fuese por su inagotable adrenalina
sexual que le incita a atacar a las mujeres en cualquier
momento. Para curarle se le ingresa en un convento, con
tan mala fortuna que allí se enamora de una monja. Aun-
que Lucio Fulci enreda demasiado el asunto y no sabe
muy bien cómo salir indemne del mismo, destaca la par-
ticipación de chicas que hacían las delicias de miles de
pervertidos: Laura Antonelli, Agostina Belli, Eva Cze-
merys y Anita Strindberg. ■ L.M.C.

ASTRONAUTAS
España, 2003, 96 min.

Dirección: Santi Amodeo. Guión: Santi Amodeo. Fotografía: Alex Cata-

lán. Montaje: J. Manuel G. Moyano. Dirección Artística: Javier López.
Intérpretes: Nancho Novo, Teresa Hurtado de Ory, Juan Motilla, Alex
O’Dogherty, Jöns Pappila, Enrico Vecchi. **

Esta primera incursión en solitario del cineasta andaluz

Santi Amodeo, que había codirigido anteriormente El
factor Pilgrim con Alberto Rodríguez, crea expectativas
que no acaban de cristalizar en su relato de la reinserción
de un ex heroinómano (esforzada creación de Nancho
Novo). Se trata de un ermitaño de la modernidad, un
antiguo y afiebrado dibujante de comics, ahora converti-
do en un tipo hosco y receloso de todo, en cuyo camino
se cruza una adolescente (la debutante Teresa Hurtado
de Ory, un nombre que retener), hermana de un yonqui.
La historia de quien zozobró entre las drogas e intenta
rehabilitarse para acceder a un mundo también plagado
de mentiras fluctúa entre el humor y la vía onírica, la
ironía y la desesperación, en un filme irregular pero inte-
resante. ■ LL.B.M.

A SU EXCELENCIA LE GUSTAN ATERRIZA COMO PUEDAS

LAS MUJERES
(All´onorevole piacciono le donne), Fida Cinematográfica, Italia,
1971, 108 min.
Productor: Edmondo Amati. Director: Lucio Fulci. Guión: Lucio Fulci,
Alessandro Continenza, Ottavio Jemma. Fotografía: Sergio d´Offizi.
Montaje: Vincenzo Tomassi, Gianfranco Amicucci. Música: Fred Bongus-
to. Dirección artística: Nedo Azzini, Osvaldo Desideri. Intérpretes:
Lando Buzzanca, Laura Antonelli, Lionel Stander, Eva Czemerys. **
(Airplane!), Paramount, EE.UU., 1980, 88 min.
Productor: Jon Davison. Director: Jim Abrahams, David Zucker, Jerry
Zucker. Guión: Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker. Fotografía:
Joseph Biroc. Montaje: Patrick Kennedy. Música: Elmer Bernstein. Efec-
tos: Bruce Logan. Coreografía: Tom Mahoney. Vestuario: Rosanna Nor-
ton. Intérpretes: Robert Hays, Julie Hagerty, Kareem Abdul-Jabbar, Lloyd
Bridges, Peter Graves, Leslie Nielsen, Lorna Patterson, Robert Stack,
Stephen Stucker, Barbara Billingsley. ***

Comedia erótica que descubrió a otro de esos actores
claves de la comedia italiana, el histriónico Lando Buz-
zanca, evidentemente con muchos menos registros que
otros compañeros, pero que significaba un buen reclamo
para el nuevo filón erótico que se avecinaba. A pesar de
que algunas de estas fábulas sexuales se estrenaban en
España bastante cortadas (como luego hemos tenido
ocasión de comprobar) y otras ni siquiera pasaban el fil-
tro de la censura, lo que no perdían ni un ápice era de sus
extravagantes argumentos y divertidas situaciones, esta
La primera, y aún la mejor, de las maravillosas parodias de
Zucker-Abrahams-Zucker. Ted Striker (Robert Hayes), un
fracasado piloto de combate, es obligado a tomar los
controles de un avión comercial después de que el capi-
tán (Peter Graves) y el co-piloto (la leyenda del balon-
cesto Kareem Abdul-Jabbar) enfermen. Animado por su
novia azafata (Julie Hagerty) y el excéntrico Dr. Rumack
(Leslie Nielsen), y recibiendo instrucciones en tierra del
aún más excéntrico Kramer (Robert Stack), Striker pone
todo de su parte para seguir las incomprensibles instruc-

● ● ●
38| Aterriza como puedas 2: La secuela
● ●
ciones que le facilita el enloquecido controlador aéreo
(Lloyd Bridges). Los guionistas-directores no se dejan
ningún cliché en el tintero mientras devastan el ciclo de
desastres al estilo Aeropuerto, entre otras dianas. Desde
la inteligente imitación de Tiburón del principio a los irre-
verentes créditos finales, la risas son continuas. En reali-
dad, no pasa un segundo sin una parodia malvadamente
acertada, un sonrojante juego de palabras o un inspirado
gag visual, y los años no han disminuido su estúpido a-
tractivo. Robert Hays y Julie Hagerty son las estrellas no-
minales, pero la mayor diversión viene de parte del distin-
guido elenco secundario, toda una troupe de veteranos
actores de carácter que pasan un buen rato burlándose
de su imagen. Además, es la película que hizo una estre-
lla cómica de Leslie Nielsen. Y, lo mejor de todo, clavó un
enorme clavo en el ataúd de lo que se estaba convirtien-
do en una agotada institución de Hollywood, la saga de
Aeropuerto. Un aviso: la acometida de chistes y gags
visuales es tan incesante que incluso el espectador más
adusto cae finalmente conquistado –o agotado–. ■ J.T.
ATERRIZA COMO PUEDAS 2: LA SECUELA
(Airplane II: The Sequel), Paramount, EE.UU., 1982, 85 min.
Productor: Howard W. Koch. Director: Ken Finkleman. Guión: Ken Fin-
kleman. Fotografía: Joseph Biroc. Montaje: Tina Hirsch, Dennis Virkler.
Música: Elmer Bernstein, Richard Hazard. Vestuario: Rosanna Norton.
Intérpretes: Robert Hays, Julie Hagerty, Lloyd Bridges, Chad Everett,
Peter Graves, Chuck Connors, William Shatner, Raymond Burr, John Ver-
non, Stephen Stucker. **
El que tenía que ser un novedoso viaje hacia la luna se
convierte en un auténtico desastre cuando la nave, por
una avería, desvía su dirección hacia el sol. Secuela del
éxito de los hermanos Zucker y Jim Abrahams dirigida
por el tal Ken Finkleman en su misma línea. La película
cuenta con colaboraciones de actores como Raymond
Burr, William Shatner, Chuck Connors, Sonny Bono o Rip
Torn. ■ G.Q.
ATRACO A LAS TRES
Hesperia Films/Pedro Masó, España, 1963, 84 min.
Director: José María Forqué. Guión: Vicente Coello, Pedro Masó, Rafael
J. Salvia. Fotografía: Alejandro Ulloa. Música: Adolfo Waitzman. Intér-
● ●
●
pretes: José Luis López Vázquez, Casto Sendra “Cassen”, Gracita Mora-
les, Manuel Alexandre, Katia Loritz, Manuel Díaz González, José Orjas,
Agustín González, Alfredo Landa, Paula Martel, Rafaela Aparicio. ****
Una de las comedias más divertidas, bien escrita y mejor
ritmadas de los sesenta. Eran tiempos en que los grandes
títulos del género venían firmados por Ferreri, Berlanga o
Fernán Gómez. Aquí la autoría se la dividen la profesio-
nalidad de Forqué, el guión de Coello & Masó & Salvia y
un conjunto de excelentes comediantes, reflejando los
tics, las neuras y las frustraciones/represiones de aquella
España. ■ J.B.C.
ATRACO A LAS TRES... Y MEDIA
España, 2002, 96 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Raúl Marchand Sánchez. Guión: Pedro
Masó, Joaquín Andújar. Fotografía: Manuel Velasco. Música: Paco Orte-
ga. Intérpretes: Iñaki Miramón, Josema Yuste, Josep Julien, Cristina Solá,
Manuel Millán, Manolo Royo, Manuel Alexandre, Juan Fernández, Elsa
Pataky. *
Pedro Masó, productor y coguionista en 1963 de Atraco a
las tres, de José María Forqué, una de las más populares
comedias de la España franquista, decidió repetir la juga-
da casi cuarenta años más tarde, con resultados franca-
mente lamentables: una comedia débil, sin chispa, vulgar,
que no resiste la menor comparación con el original, del
que recupera al actor Manuel Alexandre. ■ J.B.C.
ATRAPADO EN EL TIEMPO
(Groundhog Day), Columbia Pictures, EE.UU., 1993, 101 min.
Director: Harold Ramis. Guión: Harold Ramis y Danny Rubin. Fotogra-
fía: John Bailey. Música: George Fenton. Intérpretes: Bill Murray, Andie
McDowell, Chris Elliott, Stephen Tobolowsky, Brian Doyle-Murray,
Marita Gegaghty, Angela Paton, Harold Ramis. ****
La película favorita de bastante más gente de la que
podríamos pensar tiene una premisa tan tonta como las
de muchas obras maestras (muchas, no “otras”, por si
acaso): un meteorólogo encadenado en un bucle tempo-
ral que le hace repetir su estancia en la fiesta del “día de
la marmota” de un pequeño pueblo estadounidense lla-
mado Punxsutawney. Este nudo, que podría haber dado
para alguna pesadilla borgiana, es la apoteosis de la
comedia por repetición, que no por desgaste. Algo que
Ramis volvería a rizar en su posterior Mis dobles, mi mujer
y yo. Un tour de force así sólo se sostiene con dos cimien-
tos: un guión absurdamente prodigioso, cargado de
situaciones, tropezones y despertares (a cargo del “I got
you babe” de Cher, auténtico toque de corneta para el
festival diario); y un actor como Bill Murray, que vivió un
momento de gloria absoluta en una fase de “transición”
(véase la tibia La chica del gánster, de ese mismo año) y
que demostró que la cara de jet lag le viene como anillo
al dedo. Una bella Andie McDowell y un ritmo tan endia-
blado como la “Rhapsody on a Theme by Paginini” de
Rachmaninoff redondean una gozosa comedia como
hubo pocas en los noventa. ■ J.C.
●
 Austin Powers: misterios agente internacional | 39
● ● ●

vericuetos familiares. Pero no en Atrápame si puedes, por

fortuna. Hijo de un padre acosado y empobrecido por
Hacienda, que siendo soldado en la II Guerra Mundial se
casó con una francesa (humeante performance de Na-
thalie Baye), la separación de sus progenitores le llevó a
la impostura. La figura del padre se encarna incluso en el
agente del FBI encargado de darle caza, un personaje
que confirma la condición camaleónica de Tom Hanks.
Película notable, con algunas secuencias extraordinarias,
Atrápame si puedes muestra a un Spielberg astuto y tam-
bién timador: vende como comedia el fin del sueño ame-
ricano. Cabe darle las gracias. ■ LL.B.M.

ATRÁPAME SI PUEDES
(Catch Me If You Can), EE.UU., 2002, 141 min.

Productor: Walter F. Parkes, Steven Spielberg Director: Steven Spielberg.

Guión: Jeff Nathanson (basado en el libro de Frank Abagnale Jr. y Stan
Redding). Fotografía: Janusz Kaminski. Montaje: Michael Kahn. Música:
John Williams. Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Tom Hanks, Christopher
Walken, Martin Sheen, Nathalie Baye, Amy Adams, James Brolin, Brian
Howe. ***

Si Minority Report, obra casi redonda, constituía una

inquietante reflexión sobre el futuro imperfecto, Atrápa-
me si puedes rememora un pasado carente del brochazo
nostálgico que lo idealiza. Dicen que se trata de una pelí-
cula de encargo, un divertimento abordado por Spielberg
a petición de Leonardo DiCaprio. Pero no. Hay diversos
elementos en Atrápame si puedes que la convierten en
una película muy de Spielberg. Para bien y para mal.
Basada en la historia real de un casi adolescente, Frank
W. Abagnale, que en los años 60 se convirtió en el prin-
cipal quebradero de cabeza para la unidad de delitos
financieros del FBI, con la confección artesanal de per-
fectos cheques falsos que le reportaron cuatro millones
de dólares, Atrápame si puedes parece lucir un gozoso
formato de comedia. De hecho, es una película que se
contempla casi siempre con la sonrisa en los labios. Pero
en ella subyace un tono marcadamente sombrío. Muestra
la falsedad del denominado sueño americano, que nor-
malmente sólo puede arañarse mediante la práctica del
fraude convertido en obra de arte. Así lo practicó Abag-
nale, quien hizo de la impostura un oficio desempeñado
con inusual brillantez y que le permitió viajar por todo el AUSTIN POWERS: MISTERIOSO
mundo como falso piloto de líneas aéreas. También tra- AGENTE INTERNACIONAL
bajar en calidad de médico al frente del servicio de (Austin Powers: International Man of Mystery), New Line, EE.UU.,
urgencias de un hospital, ejercer de falso letrado mientras 1997, 95 min.

el FBI le pisaba los talones o solicitar la mano de la hija
de un fiscal luterano (aviesa composición de Martin
Sheen). En realidad, Abagnale (al que DiCaprio aporta
una perfecta mezcla de insolencia y desamparo) era un
elemento subversivo al que había que erradicar o hacer
cambiar de bando, como así ocurriría.
Lo que siempre guió a tan peculiar y apasionante
embaucador fue la búsqueda de la figura paterna. Su
condición de hijo de divorciados, que nunca superó la
traumática experiencia, acostumbra a conducir a Spiel-
berg al dramón lacrimógeno cuando se adentra en tales
Productor: Suzanne Todd, Demi Moore, Jennifer Todd y Mike Myers.
Director: Jay Roach. Guión: Mike Myers. Fotografía: Peter Deming. Mon-
taje: Debra Neil-Fisher. Música: George S. Clinton. Dirección Artística:
Cynthia Charette. Intérpretes: Mike Myers, Elizabeth Hurley, Robert
Wagner, Michael York, Mimi Rogers, Seth Green, Burt Bacharach, Carrie
Fisher, Christian Slater, Rob Lowe. ***
El agente secreto más inepto de la era psicodélica es
resucitado en un mundo que ha avanzado tres décadas.
Myers (estrella y guionista) presta tanta atención a los
detalles que resulta fácil dar su ingenio por sentado.

● ● ●
40| Austin Powers: la espía que me achuchó
● ●
Todo, desde los abrigos de terciopelo de Austin y sus
camisas con chorreras hasta el casting (Elizabeth Hurley
como su maciza compañera Vanessa Kensington, Robert
Wagner como el manipulador esbirro y Michael York
como Johnny Mentero, el hombre del gobierno que expli-
ca la trama) y la banda sonora (Burt Bacharach aparece
en persona), demuestra cuánto disfrutó el creador de
Wayne’s World haciendo su trabajo. Alguien, sin embar-
go, debería haber eliminado las bromas machistas y di-
suadido a Myers de interpretar también al villano. Peque-
ños borrones que no estropean el resultado final. Hay que
tener muy poco sentido del humor para no troncharse de
risa con las dudosas muletillas y la irreprensible desespe-
ración sexual de Austin. ■ J.D.D.
AUSTIN POWERS:
LA ESPÍA QUE ME ACHUCHÓ
(Austin Powers: the Spy Who Shagged Me), EE.UU., 1999, 95 min.
Productor: John Lyons, Eric McLeod, Suzanne Todd, Jennifer Todd.
Director: Jay Roach. Guión: Michael McCullers. Fotografía: Ueli Steiger.
Montaje: John Poll. Música: George S. Clinton. Vestuario: Deena Appel.
Intérpretes: Mike Meyers, Heather Graham, Elizabeth Hurley, Rob Love,
Gia Carides, Robert Wagner, Seth Green, Michael York. ****
El espía ye-yé más sexy de la historia, Austin Powers, fue
presentado en sociedad en 1997 y no tardó en convertir-
se en un icono de la comedia contemporánea. Dos años
● ●
●
más tarde llegó esta segunda entrega, todavía más loca y
disparatada, donde el sensacional Meyers, además de
volver a sus dos antagónicos personajes (Powers y el
genio del mal Dr. Maligno, modelado sobre el antológico
Blofeld de Donald Pleasence en Sólo se vive dos veces),
se sacó de la manga un tercero, Gordo Cabrón en el
doblaje, una enormísima y repugnante criatura que sirve
en bandeja las escenas escatológicas más delirantes vis-
tas de un tiempo a esta parte (recordemos que, rizando
el rizo, Meyers todavía encarnó a un cuarto personaje,
Goldenmember, en la tercera y superior entrega de la
serie). Siendo parodias de Bond (juguetes pop sobrecar-
gados de ingenio bajo su aparente banalidad), hay que
decir en su honor que cualquier película de Powers con-
tiene más entretenimiento que los genuinos 007 de los
últimos lustros. ■ J.B.C.
AUSTIN POWERS
EN MIEMBRO DE ORO
(Austin Powers in Goldmember), EE.UU., 2002, 94 min.
Productor: Mike Myers, John Lyons. Director: Jay Roach. Guión: Mike
Myers, Michael McCullers. Fotografía: P. Deming. Música: George S.
Clinton. Dirección Artística: R. Smith. Intérpretes: Mike Meyers, Beyon-
cé Knowles, Michael York, Michael Caine. **
Insistencia en la parodia de los primeros filmes de James
Bond –en concreto, Goldfinger– y en la estética pop de
los sesenta. El cómico canadiense Mike Myers, además de
ser productor y coguionista, interpreta a cuatro persona-
jes, incluido el repelentísimo Gordo Cabrón. En interven-
ciones especiales podemos contemplar a Steven Spiel-
berg, Tom Cruise y Gwyneth Paltrow. ■ M.Q.
AUTOBÚS ATÓMICO, EL
(The Big Bus), EE.UU., 1976, 88 min.
Director: James Frawley. Guión: Lawrence J. Cohen, Fred Freeman. Foto-
grafía: Harry Stradling, Jr. Montaje: Edward Warschilka. Música: David
Shire. Intérpretes: Joseph Bologna, Stockard Channing, John Beck, René
Auberjois, Ned Beatty, José Ferrer, Ruth Gordon, Larry Hagman,
Richard Mulligan, Sally Kellerman, Lynn Redgrave. **
Una no muy distinguida pero a ratos divertida parodia del
cine catastrofista que tan de moda estuvo en los años
setenta. La reproducción de los esquemas del subgénero
nos sitúa en un autobús propulsado por energía atómica,
en el que viaja una variopinta representación turística.
Algunos gags afortunados, situaciones chuscas que lo
son menos y un lucido reparto en el que incluso figura
Larry (J.R.) Hagman. Gente menuda y adultos sesteantes
aficionados a la comedia disparatada. ■ LL.B.M.
AVARO, EL
(L´avare), Christian Fleschner, Francia, 1980, 120 min.
Productor: Gbernard Artigues. Director: Jean Girault. Guión: Louis de
Funes, Jean Girault (basado en la obra teatral “El avaro” de Molière).
Fotografía: Edmond Richard. Montaje: Michel Lewin. Música: Jean Bizet.
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Dirección Artística: Sydney Bettex. Intérpretes: Louis de Funes, Frank
David, Michel Galabru, Claire Dupray. *
Decepcionante versión del clásico de Molière, únicamen-
te realizada para mayor gloria de un Louis de Funes ya en
plena decadencia (si es que alguna vez fue realmente so-
portable). Con unas interminables parrafadas, un lastimo-
so ritmo y unos enfermizos “tics” cómicos de la estrella
francesa, sus dos horas de metraje acaban pareciendo
siete. La puesta al día del avaro que guarda el dinero en
el jardín y se finge pobre y humilde con sus hijos y cria-
dos no es sino un cúmulo de cansinas situaciones que,
curiosamente, encontrarían arreglo nueve años después
en una nueva versión cinematográfica titulada igualmen-
te El avaro, coproducción entre Francia, Italia y España,
dirigida por Tonino Cervi y con Alberto Sordi de prota-
gonista. ■ L.M.C.
AVENTURA PARA DOS
(Spanish Affair), EE.UU.-España, 1958, 93 min.
Productor: Bruce Odlum. Director: Luis Marquina, Don Siegel. Guión:
Richard Collins. Fotografía: Sam Leavitt. Montaje: Tom McAdoo. Música:
Daniele Amfitheatrof. Dirección Artística: Tambi Larsen, Hal Pereira.
Intérpretes: Carmen Sevilla, Richard Kiley, José Guardiola, Jesús Tordesi-
llas, José Marco Davó, José Manuel Martín, Francisco Bernal. **
Don Siegel, uno de los cineastas más importantes del
Hollywood del final de la época de los grandes estudios y
maestro reconocido de Clint Eastwood, viajó a España.
Aquí realizó esta muy discreta comedia con Carmen Sevi-
lla y José Guardiola que, sin embargo, no deja de ser una
curiosidad dentro de la filmografía del autor de la prime-
ra versión de La invasión de los ladrones de cuerpos y
Harry el sucio. ■ G.Q.
AVENTURAS DE FORD FAIRLANE, LAS
(The Adventures of Ford Fairlane), 20th Century-Fox, EE.UU., 1990,
104 min.
Productor: Joel Silver, Steve Perry. Director: Renny Harlin. Guión: Daniel
Waters, James Cappe, David Arnott. Fotografía: Oliver Wood. Montaje:
Michael Tronick. Música: Yello. Dirección Artística: John Vallone. Intér-
pretes:: Andrew Dice Clay, Wayne Newton, Priscilla Presley, Moris Day,
Lauren Holly, Robert Englund. *
Sorprendentemente aburrida y previsiblemente grosera,
el primer vehículo estelar del vilipendiado cómico An-
drew Dice Clay ofrece un humor tan decididamente poco
cultivado que se presenta como una especie de equiva-
lente moderno del de los Three Stooges. Clay interpreta
a Ford Fairlane, un detective privado especializado en ca-
sos que implican a artistas de rock (de ahí su apodo, “el
detective rockanrolero”). Poco después de que la supe-
restrella del heavy metal Bobby Black (Vince Neil) muera
electrocutado durante un concierto, Ford Fairlane es con-
tratado por la millonaria arpía Colleen (Presley) para que
encuentre a la groupie Zuzu Pétalos (Corman). Pero la
muerte del disc jockey Johnny Crunch (Gilbert Gottfried,
en un hilarante cameo) complica la investigación. Eso es
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Ayer, hoy y mañana | 41
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todo a nivel argumental, así que el resto se rellena con
Ford tocando rock’n’roll (penosamente) y diciendo obs-
cenidades a las mujeres mientras el director Renny Har-
lin (La jungla 2) destroza coches, vuela edificios y estro-
pea cada escena cómica. Peor aún es el cínico intento de
Dice por suavizar su imagen de chico malo; aún así queda
como un estúpido racista, homófobo, machista, que con-
funde el sentimentalismo con los verdaderos sentimien-
tos. El hallazgo más significativo de la película, induda-
blemente, es Lauren Holly, quien aporta un gran carisma
y brillo a un personaje difícil como la secretaria enamora-
da de Fairlane. Robert Englund (más conocido como
Freddy Krueger) interpreta a un sádico asesino, sin ma-
quillaje, mientras Priscilla Presley se parodia a sí misma
como de costumbre. Aparte de su atractivo para los
palurdos y los chicos de instituto impresionados por cier-
tos “tacos”, esta vacía comedia de acción es tan diverti-
da como un accidente de coche. ■ J.D.D.
¡AY, CARMELA!
España-Italia, 1990, 102 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Carlos Saura. Guión: Rafa-
el Azcona, Carlos Saura (basado en la obra de José Sanchís Sinisterra).
Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: Pablo González del Amo. Música:
Alejandro Massó. Dirección Artística: Rafael Palmero. Intérpretes: Car-
men Maura, Andrés Pajares, Gabino Diego, Maurizio de Razza, José San-
cho, Mario De Candia, Miguel Rellán. ****
Tragicomedia ambientada en plena Guerra Civil Española
que narra la supervivencia de una pareja de cómicos
(«Carmela y Paulino, variedades a lo fino») que, en com-
pañía de un joven sordomudo, deambula con su espectá-
culo haciendo reír al bando republicano. Al avanzar la
contienda, caen en poder de los nacionales y, para ellos,
deben modificar su repertorio humillando a la República.
A pesar de ser un producto de encargo, Saura dirigió una
de sus mejores películas en una época donde su cine no
pasaba por el mejor momento. Su extraordinario trío pro-
tagonista (Pajares, Maura y Diego) aporta a la historia el
toque preciso en cuanto a emotividad se refiere. Consi-
guió interesar a más de 900.000 espectadores, consi-
guiendo el récord de 13 premios Goya (Película, Director,
Actor, Actriz, Actor de Reparto, Guión Adaptado, Direc-
ción Artística, Dirección de Producción, Montaje, Vestua-
rio, Sonido, Maquillaje y Efectos Especiales). ■ L.M.C.
AYER, HOY Y MAÑANA
(Ieri, oggi, domani), Compañía Cinematográfica Champion/Les Films
Concordia, Italia- Francia, 1963, 119 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Vittorio de Sica. Guión: Cesare Zavatti-
ni, Alberto Moravia, Eduardo de Filippo. Fotografía: Giuseppe Rotunno.
Montaje: Adriana Novelli, Marisa Letti. Música: Armando Trovaioli.
Dirección Artística: Ezio Frigerio, Andrea Crisanti. Intérpretes: Sophia
Loren, Marcello Mastroianni. ****
Uno de los trabajos más conocidos de la pareja Loren &
Mastroianni, comedia clásica en su planteamiento y bri-
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42| Ayúdame a soñar
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llante en la resolución de sus tres episodios, todos ellos
referidos al personaje femenino e interpretados por la
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pareja, que ofrece un soberbio recital con sus humorísti-
cos cambios de registros. El primero de ellos, “Adelina”,
tiene lugar en Nápoles, donde Loren es una vendedora de
tabaco de contrabando que, para evitar la prisión, decide
acogerse a una ley que la deja en libertad si está emba-
razada, por lo que no hace más que tener hijos, llevando
a su esposo hasta una lógica crisis nerviosa. “Anna” hace
referencia a una millonaria bastante caprichosa que
busca el amante que más le interesa. Mientras, el tercero
y más brillante de todos ellos, “Mara”, contiene la clásica
imagen sexy de Sophia Loren al presentarla como una
romana, generosa en mostrar su cuerpo haciendo strip-
tease, aunque su espectáculo pueda incidir en la pérdida
de la fe de un joven seminarista que la observa desde su
ventana. ■ L.M.C.
AYÚDAME A SOÑAR
(Aiutami a sognare), Italia, 1981, 109 min.
Director: Pupi Avati. Guión: Pupi Avati. Fotografía: Franco Delli Colli.
Montaje: Amedeo Salfa. Música: Riz Ortolani. Intérpretes: Mariangela
Melato, Anthony Franciosa, Paola Pitágora, Jean-Pierre Léaud, Alexandra
Stewart. ***
Autor de más de una quincena de películas desde que en
1968 debutara en la dirección, Pupi Avati ha destacado
como un cineasta de irregular trayectoria pero no exento
de interés. Ayúdame a soñar transcurre en el verano de
1943, en la región de Emilia, junto a Bolonia, donde varias
familias se han refugiado en sus residencias de campo
para huir de la ocupación alemana. Una de las casas está
ocupada por una antigua estrella del teatro musical, que
se ve sorprendida por el aterrizaje forzoso de un avión
norteamericano cuyo piloto también ha estado relaciona-
do con el mundo de la música. A destacar un reparto qui-
zás no suntuoso, pero de evidente atractivo. Comedia
agridulce a la italiana. ■ LL.B.M.
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 B
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BABE, EL CERDITO VALIENTE
(Babe), Kennedy Miller/Universal, Australia-EE.UU., 1995, 94 min.
Productor: George Miller, Doug Mitchell, Bill Miller. Director: Chris Noo-
nan. Guión: George Miller, Chris Noonan (basado en el relato “El cerdo
ovejero” de Dick King-Smith). Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Mar-
cus D’Arcy, Jay Friedkin. Música: Nigel Westlake. Dirección Artística:
Roger Ford. Intérpretes:: James Cromwell, Magda Szubanski. Voces:
Christine Cavanaugh, Miriam Margolyes, Danny Mann, Hugo Weaving,
Miriam Flynn, Russi Taylor . ***
Merecido éxito de público para esta simpática coproduc-
ción –de George Miller, el autor de la serie Mad Max– entre
Australia y Estados Unidos, basada en el relato “El cerdo
ovejero”, original del escritor británico Dick King-Smith, y
que narra las vicisitudes de un cerdito que se niega a con-
vertirse en el plato principal de la cena de Navidad y de-
muestra a su dueño que él también puede hacer las fun-
ciones de perro pastor.
Los entrenadores de animales y los especialistas en
animación electrónica hicieron posible el milagro de que
convivieran en la pantalla, aparentemente sin problemas,
actores y animales, y que estos últimos pudieran hablar
entre sí como si nada. Un despliegue de efectos especia-
les que le valió el Oscar a una película con lejanos ecos de
la “Rebelión en la granja” orwelliana y que generó una
inevitable pero olvidable segunda parte, Babe, el cerdito
en la ciudad. ■ J.E.
BABY, TÚ VALES MUCHO
(Baby Boom), Meyers/Shyer, EE.UU., 1987, 110 min.
Productor: Bruce A. Block, Nancy Meyers. Director: Charles Shyer.
Guión: Nancy Meyers, Charles Shyer. Fotografía: William A. Fraker. Mon-
taje: Lynzee Klingman. Música: Bill Conti. Dirección Artística: Beala
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Neel. Intérpretes:: Diane Keaton, Sam Shepard, Harold Ramis, Kristina
Kennedy, Michelle Kennedy, Sam Wanamaker, James Spader, Pat Hingle,
Britt Leach. **
Diane Keaton es una alta ejecutiva neoyorquina que se
encuentra con la obligación de atender a un bebé here-
dado muy a su pesar. Los problemas que su nueva con-
dición de madre postiza le acarrean interfieren en su
profesión, hasta el punto de impulsarla a cambiar de
vida. Su novio la abandona y su jefe olvida sus promesas
de reconocimiento de su valía en la empresa para ele-
varla a la categoría de socio. La chica espabilada se reti-
rará a un pequeño pueblo y encontrará un nuevo amor y
la posibilidad de hacer fortuna vendiendo productos
naturales.
El guión del propio Shyer y su colaboradora Nancy Me-
yers está resuelto un poco al estilo de las comedias nor-
teamericanas de los 40, con cierto ingenio y forzando las
situaciones, aunque sin demasiado interés por la parte
satírica y con un evidente arreglo a gusto de todos en un
final con toques ecológicos y roussonianos. Pero la pelí-
cula es, ante todo, Diane Keaton, su travieso rostro ha-
ciendo mil mohínes ante las dificultades y su cuerpo esti-
lizado embutido en un atractivo vestuario muy a la moda.
Junto a ella, y además de los citados, dos veteranos siem-
pre efectivos como son Sam Wanamaker y Pat Mingle, y
el joven James Spader. Por su parte, Sam Sheppard apa-
rece en su consabido papel de amante tranquilo, seguro
y envolvente, contrapunto al nerviosismo y a la frenética
actividad del personaje de la Keaton. La fotografía es de
William A. Fraker y la música, de Bill Conti.
El éxito de esta propuesta motivó su recuperación co-
mo base de una serie televisiva, en la que Kate Jackson
asumió el papel de la protagonista. ■ M.Q.
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44| Bad Santa
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BAD SANTA
Dimension Films/Triptych Pictures, EE.UU., 2003, 91 min.
Director: Terry Zwigoff. Guión: Glenn Ficarra y John Recua. Fotografía:
Jamie Anderson. Música: David Kitay. Intérpretes: Billy Bob Thornton,
Tony Cox, Brett Kelly, Lauren Graham, John Ritter. *
Es posible que los hermanos Coen, productores de esta
película, pretendieran batir el récord olímpico de exa-
bruptos y barbarismos en un filme navideño, porque tal
es la casi única gracia de esta ametralladora “incorrectísi-
ma” en la que el “ente” Papá Noel es rebajado al nivel del
betún. El director Terry Zwigoff (Ghost World y la magní-
fica y rescatable Crumb) perpetra semejante tropelía
planteando una historia (o historieta, que aquí no es des-
pectivo) que haría las delicias de Álex de la Iglesia: un
facineroso borrachuzo y su diminuto compinche se dedi-
can a saquear los grandes almacenes en los que trabajan
dando vida a Papá Noel y su elfo, respectivamente.
Así, el plato fuerte y casi único del menú es ver a Billy
Bob Thornton con cara de triple ardor de estómago y pe-
taca de ginebra en mano, a pesar de que su sincero y tó-
xico esfuerzo no consiguen hacernos olvidar cómo hubie-
se sido su papel en manos imposibles (pongamos W. C.
Fields o el Walter Matthau de Los picarones, cuyo rema-
ke precisamente protagonizará Thornton) o posibles (Bill
Murray o Jack Nicholson, quienes colgaron el gorro de
Santa Claus propuesto por los Coen en el último momen-
to). Aunque la verdadera lástima es que, en el fondo,
tanta blasfemia y vomitona se convierte en la típica nati-
lla navideña dada la introducción del inevitable niño out-
sider al que nuestro héroe redime y escolta. ■ J.C.
BAILE DE LOS VAMPIROS, EL
(Dance of the Vampires/The Fearless Vampire Killers), Metro-
Goldwyn-Mayer/Cadre/Film Ways, Reino Unido, 1967, 107 min.
Productor: Gene Gutowski. Director: Roman Polanski. Guión: Gérard
Brach, Roman Polanski. Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Alas-
tair McIntyre. Música: Christopher Komeda. Dirección Artística: Wilfrid
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Shingleton. Intérpretes:: Roman Polanski, Jack MacGowran, Alfie Bass,
Jessie Robins, Sharon Tate, Ferdy Mayne. ****
En los años 60, Roman Polanski, uno de los cineastas más
innovadores de aquella década, demostró no sólo ser
capaz de revitalizar el cine de terror con una propuesta
tan arriesgada como Repulsión, sino también de someter
el género a su propia parodia. Polanski se burló de sus
códigos y de sus constantes sin caer en la chabacanería.
El humor de El baile de los vampiros remite directamen-
te a las claves del cine de terror, pero a la vez crea una
óptica nueva para la comedia. Además de construir –con
la colaboración de su habitual guionista Gérard Brach–
una trama ingeniosa trucada de muy hábiles y divertidos
gags, Polanski se nos muestra un virtuoso de la esceno-
grafía a través de unos decorados y una planificación que
son puro delirio ya desde sus primeras imágenes –tras los
espléndidos créditos y la climática música de Krystof
Komeda–, ese trineo corriendo por la nieve en una azula-
da noche, perseguido por lobos al son aterrador de unos
cascabeles. ■ J.B.C.
BAJARSE AL MORO
Ion Producciones/Lolafilms/TVE, España, 1988, 90 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: José Luis Alonso de Santos, Joaquín
Oristrell, Fernando Colomo (basado en la obra de José Luis Alonso de
Santos). Fotografía: Javier G. Salmones. Música: Pata Negra. Intérpretes:
Verónica Forqué, Antonio Banderas, Aitana Sánchez-Gijón, Juan Echa-
nove, Chus Lampreave, Miguel Rellán, Carmelo Gómez. ***
Por bajarse al moro debe entenderse cruzar el Estrecho,
por Algeciras, para hacerse con un poco de droga, luego
volver y venderla. A ese jorobado oficio –por lo de came-
llo– pertenece la protagonista de esta comedia sainetes-
ca y populachera, basada en una pieza de José Luis Alon-
so de Santos, por él mismo adaptada en colaboración
con Joaquín Oristrell y el propio Colomo. Ni que decir
tiene que en uno de esos viajes la muchacha tendrá pro-
blemas y dará pie a un enredo espectacular en el que ten-
drán participación los más pintorescos personajes, entre
ellos una jovencita –el descubrimiento de Aitana– cuya
virginidad pondrá serios obstáculos al contrabando. La
profesionalidad de Colomo consigue dar ritmo a las
situaciones, pero la baza fundamental es la categoría del
reparto, capitaneado por Forqué. ■ J.B.C.
BHAJI ON THE BEACH
Reino Unido, 1993, 101 min.
Productor: Nadine Marsh-Edwards. Director: Gurinder Chadha. Guión:
Meera Syal y Gurinder Chadha. Fotografía: John Kenway. Montaje: Oral
Ottle. Diseño de producción: Derek Brown. Música: John Altman. Intér-
pretes:: Kim Vithana, Jimmi Harkishin, Sarita Khajuria, Mo Sesay, Lalita
Ahmed, Zohra Segal, Peter Cellier. ***
Un grupo de “hermanas” asiáticas se embarca en un viaje
de mujeres a Blackpool, mientras son perseguidas por
sus hombres. El argumento y las motivaciones son artifi-
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ciales, pero una vez iniciada la historia, la debutante Gu-
rinder Chadha extrae la máxima diversión de sus forma-
les matronas y salvajes adolescentes en unas infernales
vacaciones de clase obrera. Zohra Segal está maravillosa-
mente terca como la cabecilla de las tías censoras, y Lali-
ta Ahmed deliciosa como la melancólica dependienta
Asha, que conoce a un viejo actor inglés (Cellier) y se su-
merge con él en sueños de Bollywood. Los hombres –los
villanos de la función– lo hacen lo mejor que pueden. ■
J.D.D.
BAJO EL PESO DE LA LEY
(Down by Law), Black Snake, EE.UU.-Alemania, 1986, 107 min.
Productor: Alan Kleinberg. Director: Jim Jarmusch. Guión: Jim Jarmusch.
Fotografía: Robby Müller. Música: John Lurie. Montaje: Melody London.
Intérpretes: Tom Waits, John Lurie, Roberto Benigni, Nicoletta Braschi,
Ellen Barkin, Billie Neal, Rockets Redglare. ***
Jack (Lurie) y Zack (Waits) son dos tipos sin esperanzas
encerrados en una cárcel de Nueva Orleans. A ellos se
une Roberto (Benigni), un hombrecillo parlanchín y eter-
namente optimista que cambiará sus vidas. El cuento de
hadas de Jarmusch es una amalgama de película de pri-
siones, film noir y comedia excéntrica, que guarda algu-
nos paralelismos con su anterior Strangers in Paradise: las
dos obras están divididas en tres partes; las dos tratan
sobre americanos hastiados que se transforman por el
contacto con un extranjero inocente; las dos están filma-
das en un deslumbrante blanco y negro. Y de nuevo la
música es un componente esencial de la poesía de Waits.
Pero lo que hace este filme más accesible (y quizás me-
nos ambicioso) es el énfasis en el humor; tras la presen-
tación de los personajes y la atmósfera, llegan rápida-
mente las risas, sobre todo gracias al maravilloso Benig-
ni, con su macarrónico inglés, recuerdos de viejas pelícu-
las y citas de Robert Frost en su italiano nativo. ■ J.D.D.
BAJO EN NICOTINA
España, 1984
Director: Raúl Artigot. Guión: Raúl Artigot, Raimundo García. Música:
Teddy Bautista. Intérpretes: Oscar Ladoire, Sílvia Munt, Antonio Resi-
nes, Assumpta Serna, Chus Lampreave. **
Sonoro desastre taquillero que era el tercer largometraje
dirigido por Raúl Artigot, excelente director de fotografía,
que aquí intentó combinar la denominada "comedia de la
movida madrileña" con el cine policíaco, todo ello a tra-
vés de un protagonista apodado "bajo en nicotina" por su
endeblez sexual e inspirándose en una novela de Pérez
Merinero. Para forofos de la comedia española. ■ LL.B.M.
BALAS SOBRE BROADWAY
(Bullets Over Broadway), Sweetheart Prod., EE.UU., 1994, 99 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen y Douglas McGrath. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E.
Morse. Diseño de producción: Santo Loquasto. Dirección Artística: Tom
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Bananas | 45
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Warren. Vestuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes: John Cusack, Jack War-
den, Chazz Palminteri, Tony Sirico, Joe Viterelli, Dianne Wiest, Jim Bro-
adbent, Jennifer Tilly, Mary-Louise Parker, Tracey Ullman, Rob Reiner,
Harvey Fierstein. ****
Ambientada en la Nueva York de la Era del Jazz, cuando
los artistas se juntaban con los gangsters en las tabernas
clandestinas, Balas sobre Broadway narra la historia del
joven e idealista David Shayne (Cusack), un dramaturgo
con afanes vanguardistas y sociales. Con el respaldo del
jefe mafioso Nick Valenti (Viterelli), Shayne puede estre-
nar su nueva obra en Broadway, e incluso atraer a estre-
llas de la magnitud de Helen Sinclair (Wiest) y Warner
Purcell (Broadbent). Sólo hay una condición: Valenti insis-
te en que su amante Olive (Tilly) interprete el papel pro-
tagonista. Ella no sólo es una actriz horrible, incapaz de
articular dos palabras seguidas con un mínimo de senti-
do, sino que aparece con el guardaespaldas de Nick, Che-
ech (Palminteri), que observa los ensayos con mal conte-
nida impaciencia, dispuesto a meterle una bala en la ca-
beza a quien ose dudar de su arte. Esta despiadada sáti-
ra de las pretensiones, hipocresías e indulgencia de las
gentes del teatro es la pieza más estimulante de Woody
Allen en muchos años. La más equilibrada, la más esme-
radamente dirigida, la que menos flecos argumentales
ofrece, la que no sacrifica una situación o un personaje a
un chiste brillante, la que tiene el guión más trabajado, es-
crito por el magistral dramaturgo Douglas MacGrath con
el asesoramiento del propio director. Mezcla Allen aquí
una historia de género negro con una comedia y ambas
están trazadas con tiralíneas. El resultado estalla de vida,
de tensión, de gracia, a través de unas peripecias des-
lumbrantes y un reparto homogéneo, perfecto, en el que
pueden destacarse tres rostros de alcurnia: el de Dianne
Wiest, que barre bajo su alfombra con una gracia arrolla-
dora; Jennifer Tilly, que encarna con convicción a la chil-
lona corista, y el incatalogable Chazz Palminteri, soberbio
en la piel de un personaje de gángster vagamente inspira-
do en él mismo y en su tumultuosa vida. Los tres eclipsan
completamente la composición que Cusack hace del
inexperto autor. Hay que decir que no estamos en un te-
rreno nuevo, y que la puesta en escena es a veces torpe,
pero sólo cuando nos preguntamos cuánta vida hay en
estos estereotipos. ■ J.D.D.
BANANAS
United Artists, EE.UU., 1971, 82 min.
Productor: Charles H. Joffe, Jack Grossberg. Director: Woody Allen.
Guión: Woody Allen, Mickey Rose. Fotografía: Andrew Costikyan. Mon-
taje: Ron Kalish. Música: Marvin Hamlisch. Diseño de producción: Ed
Wittstein. Vestuario: Gene Coffin. Intérpretes: Woody Allen, Louise Las-
ser, Carlos Montalban, Natividad Abascal, Jacobo Morales, Miguel Sua-
rez, David Ortiz. ***
Segunda de las películas dirigidas e interpretadas por
Woody Allen, Bananas es una vitriólica parodia de los
golpes de estado en las repúblicas caribeñas, con alego-
ría incluida de la revolución de los barbudos. Allen es Fiel-
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46| Banco en el parque, Un
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BANCO EN EL PARQUE, UN
España, 1999, 77 min.

Director: Agustí Vila. Guión: Agustí Vila. Fotografía: David Omedes.

Montaje: Miguel Ángel Santamaría. Música: Ian Briton. Dirección Artís-
tica: Sofía Pape. Intérpretes: Alex Brendemühl, Victoria Freire, Mónica
López, Paul Berrondo, Jordi Collet, Eva de Luis. ***

Un joven que acaba de ser abandonado por su novia va

cada tarde a un banco del parque a esperar que el azar le
traiga su nuevo amor. Ópera prima de su director, esta
apreciable pero irregular película tiene la mirada puesta
en el cine de la nouvelle vague, tanto por su presupuesto
como por sus planteamientos. ■ G.Q.

BANDIDO GENEROSO, EL
España, 1954, 80 min.

Director: José María Elorrieta. Guión: José Gallardo, Luis, Lucas Ojeda,
Pedro Sánchez-Molleda, Pedro Sánchez-Neira. Fotografía: Miguel Fer-
nández Mila. Montaje: Juan Pisón, Félix Suárez Inclán. Música: Miguel
García Morcillo. Intérpretes: Manolo Morán, Tomás Zori, Manuel Santos
López, Codeso, Carmen Macarena. *
ding Mellish, un neurótico neoyorquino enamorado de
una activista política, Nancy (Louise Lasser, esposa de Función al servicio de las dotes histriónicas del orondo
Woody en aquella época), que está totalmente inmersa Manolo Morán, un cómico que fue toda una institución en
en la revolución que tiene lugar en la república bananera las películas españolas de la época. Aquí es el sacristán
de San Marcos. Vistiendo ropa militar al estilo Castro y de un pueblo al que contratan para que se disfrace de
una barba falsa, Allen termina accidentalmente siendo el bandolero de Sierra Morena. El terceto Zori, Santos y Co-
presidente de San Marcos. Vuelve a los Estados Unidos, deso aporta también su comicidad. Incondicionales del
es desenmascarado como un fraude, juzgado por subver- cine español decididamente camp. ■ LL.B.M.
sión, y acaba casándose con Nancy.
La trama sirve antes que nada para encadenar una
serie de ingeniosos gags, preferentemente visuales, a BANK DICK, THE
través de los cuales el cineasta judío se burla cáustica- Universal, EE.UU., 1940, 69 min.
mente de todo cuanto le rodea, sin desaprovechar oca- Director: Eddie Cline. Guión: W.C. Fields. Fotografía: Milton Krasner.
sión de llevar cualquier situación hasta el puro disparate. Montaje: Arthur Hilton. Diseño de producción: Jack Otterson. Música:
Todo lo convierte en un torrente de hilaridad –atentados, Charles Previn. Intérpretes: W.C. Fields, Cora Whiterspoon, Una Merkel,
revoluciones, secuestros–, frases desechables e inciden- Evelyn Del Rio, Jessie Ralph, Grady Sutton, Franklin Pangborn, Bill Als-
tes surreales, deformando la realidad hasta llegar al ab- ton. *****
surdo más inverosímil. Pero entre tanta burla, aún le
queda tiempo de sacar su ‘lado serio’, para arremeter en El malhumorado, soez y magnífico W. C. Fields está con-
tono sarcástico contra la sociedad de su tiempo, y más siderado como uno de los cómicos más populares de to-
en concreto, contra algunos estamentos de la misma. dos los tiempos. Orondo y de poca estatura, su silueta
Una crítica, también es cierto, muy superficial. Bananas corpulenta y su abultada nariz, siempre roja como una
no posee una estructura compacta y el relato funciona
con altibajos, según la calidad de unos gags exprimidos
hasta la última de sus posibilidades humorísticas. Cuan-
do éstos son tan espléndidos como el de la revista “Or-
gasmo”, los de la adquisición de víveres para los guerri-
lleros o los de la noche de amor con Nancy, el largome-
traje resulta sumamente divertido, pero cuando no lo
son, adquiere un tono repetitivo bastante molesto.
Repleta de guiños a maestros como Eisenstein, Chaplin,
Buñuel y Bergman, es el trabajo de un cómico recreán-
dose en sus gags más que el de un director que contro-
la su material. Un título, en suma, ciertamente irregular,
donde cabe destacar el magnífico trabajo interpretativo
de Woody Allen, más próximo a Groucho Marx que a
Jerry Lewis. ■ J.T.

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amapola, es tan inconfundible como su voz nasal de
borracho inveterado y su personal filosofía, una decidida
antítesis de las actitudes morales dominantes. Eximio bu-
fón formado en el vodevil, como tantos otros, pero, al re-
vés de todos, original y único, su humor se basaba en su
propia visión pesimista y rastrera del mundo, nacida de
las penalidades de su primera infancia, y en base a él creó
un tipo cómico de desbordante imaginación, de impe-
cable sentido del ritmo. En sus películas soportó, con su
habitual expresión de resignación, que le agredieran, que
abusaran de él y que le despreciaran, pero también era
cobarde, mentía, engañaba y bebía. Terrible misógino,
fanfarrón y misántropo, Fields no era precisamente un
personaje adorable, pero el público masculino descubrió
que compartía sus inquietudes y quejas. Aunque hoy esté
injustamente olvidado, lo cierto es que este cómico sin
par protagonizó algunas de las mejores comedias de la
década de los treinta. Maravillas como It’s a Gift, The Man
on the Flying Trapeze, You Can’t Cheat an Honest Man,
Never Give a Sucker an Even Break y la que quizá es su
obra maestra, The Bank Dick, una sátira de las fantasías
del americano medio. Apoyado en un enloquecido guión
de su propia invención, Fields interpreta a un hombre
malhumorado, pícaro y ruin que va sembrando el fraude
y la confusión por donde pasa. Sus maravillosas aberra-
ciones narrativas pasan por desbaratar los planes de la-
drones de bancos, beber en el Black Pussy Café y casar a
su hija con el corto de entendederas Og Oggilby (Grady
Sutton en su mejor papel). Totalmente destartalada y
maravillosa. ■ J.T.
BANQUETE DE BODA, EL
(Xi Yan), CMPC, Taiwan, 1993, 107 min.
Productor: Ted Hope, James Schamus, Ang Lee. Director: Ang Lee.
Guión: Ang Lee, Neil Feng, James Schamus. Fotografía: Jong Lin. Monta-
je: Tim Squyres. Música: Mader. Dirección Artística: Steve Rosenzweig.
Intérpretes: Winston Chao, May Chin, Mitchell Lichtenstein, Sihung
Lung, Ah-leh Gua. ***
Fue precisamente esta película la que dio a conocer el
nombre de Ang Lee, luego revalidado con Comer, beber,
amar, Sentido y sensibilidad... Se trata de su segundo lar-
gometraje (el primero, Pushing Hands, es excelente), una
comedia de enredos: un joven homosexual taiwanés resi-
dente en Nueva York deberá montar un tinglado de mil
demonios para mantener las apariencias cuando sus
padres lleguen de Taiwán con motivo de su boda, en rea-
lidad una falsa boda de conveniencia. No es un material
muy original, pero con él edifica Lee una funcional come-
dia, simpática, bulliciosa y muy hábil en la captación de la
mezcolanza racial y la vida americana de los orientales
inmigrados. ■ J.B.C.
BAR COYOTE, EL
(Coyote Ugly), Buena Vista, EE.UU., 2000, 95 min.
Productor: Jerry Buckheimer, Chad Oman. Director: David McNally.
Guión: Gina Wendkos. Fotografía: Amir Mokri. Montaje: William Gol-
● ●
Barton Fink | 47
●
denberg. Música: Trevor Horn. Intérpretes: Piper Perabo, Adam García,
Maria Bello, Tyra Banks, Melanie Linskey, John Goodman, Izabella Miko,
Bridget Moynahan. **
Un elenco de hermosas chicas se dedica a alegrar la vista
de los clientes bailando en un bar neoyorquino. Cada una
de ellas tiene sus particulares ambiciones, que chocan
con la realidad de un mundo que sólo acepta la exhibi-
ción de su belleza. Lo malo del caso es que la película
incide en lo mismo que pretende criticar y se constituye
en un desfile de nuevas actrices y la monótona descrip-
ción de un ambiente. ■ M.Q.
BARRIOS ALTOS
Jet Films/Incine, España, 1987, 87 min.
Productor: Alfredo y Helena Matas. Director: José Luis García Berlanga.
Guión: Salvador Maldonado. Fotografía: José María Civit. Montaje: Luis
Manuel del Valle. Música: Bernardo Bonezzi. Dirección Artística: Gloria
Marti. Intérpretes: Victoria Abril, Lorenzo Santamaría, Carmen Elías,
Juanjo Puigcorbé. **
Acelerada comedia policiaca que, con un estilo cercano al
cómic, presenta a unos cuantos personajes en una Barce-
lona llena de vitalidad, con una trama principal que versa
sobre la investigación de la muerte de un masajista. El
hijo de Berlanga dirige una atropellada historia demos-
trando que el talento no es hereditario. Porque hay que
tener en cuenta que esta película no sería nada (ya es
más bien poco) sin su actriz principal, una Victoria Abril
en permanente estado de gracia, inspirada, con descono-
cida comicidad, natural, incitante, sugerente y que con-
vierte cualquier pequeño gesto en arte: le pide 500 pese-
tas a un pobre, habla con un “camello” sobre su mercan-
cía, es atada, golpeada, amordazada, casi ahogada... todo
ello inventando un espectáculo en sí misma de compleja
repetición en su carrera o en la de cualquier otra actriz.
Su interpretación es lo más cercano al arte, la película no.
■ L.M.C.
BARTON FINK
Circle Films/Barton Circle Productions, EE.UU., 1991, 116 min.
Productor: Ethan Coen. Director: Joel Coen. Guión: Joel Coen y Ethan
Coen. Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Roderick Jaynes. Diseño de
producción: Dennis Gassner. Música: Carter Burwell. Dirección Artíísti-
ca: Leslie McDonald, Bob Goldstein. Vestuario: Richard Hornung. Intér-
pretes: John Turturro, John Goodman, Judy Davis, Michael Lerner, John
Mahoney, Tony Shalhoub, Jon Polito. ****
En 1941, el bien intencionado y vagamente izquierdista
dramaturgo Barton Fink (Turturro) intenta acomodarse
en una mugrienta habitación de un hotel de Hollywood
para escribir su primer guión, un encargo del excéntrico
magnate Jack Lipnick (Lerner). El problema es que se
trata de una película de acción de Wallace Beery, y sufre
un grave caso de bloqueo creativo. Su única esperanza
pasa por conseguir inspiración de la “secretaria” de otro
escritor (Davis) y de su vecino (Goodman), un vendedor
●
48| Batalla de las colinas del whisky, La
● ●
de seguros al que Fink considera como un paradigma
viviente del “Hombre Corriente”. Los tortuosos giros
narrativos que siempre han marcado los trabajos de los
Coen inundan por completo la estructura de este filme.
Desde su bizarra mezcla de melancólico psicodrama y
sátira enloquecida, la película acelera hasta convertirse
en una fantasía gótica tan estrambótica como terrorífica.
De algún modo todo tiene coherencia, gracias al sober-
bio guión y a la firme dirección de los Coen, y a un con-
junto de maravillosas interpretaciones. El resultado fun-
ciona a diferentes niveles, estimulando la mente, los oídos
y los ojos, y poniendo los nervios de punta. ■ J.D.D.
BATALLA DE LAS COLINAS
DEL WHISKY, LA
(The Hallelujah Trail), Mirisch/Kappa, EE.UU., 1965, 152 min.
Productor: John Sturges. Director: John Sturges. Guión: John Gay. Foto-
grafía: Robert Surtees. Montaje: Ferris Webster. Música: Elmer Berns-
tein. Dirección Artística: Cary Odell. Intérpretes:: Burt Lancaster, Lee
Remick, Jim Hutton, Pamela Tiffin, Donald Pleasence, Brian Keith. ***
¿Cuándo empezó la agonía del western? A pesar de
periódicos renacimientos, este género cinematográfico
por excelencia y americano por antonomasia empezó un
visible declive en los años sesenta, confirmado en los
setenta. Con, claro está, sus correspondientes y admira-
bles excepciones: ahí están para demostrarlo los últimos
coletazos de los grandes (John Ford y El gran combate,
Raoul Walsh y Una trompeta lejana, Howard Hawks rema-
tando Río Bravo con El Dorado y Río Lobo...), excelentes
artesanos acabando sus filmografías con muy sólidos fil-
mes del Oeste (Michael Curtiz con Los comancheros y
● ●
●
Richard Thorpe con Duelo a muerte en Río Rojo) y nue-
vos inquilinos que alquilaban el más regio edificio del
séptimo arte para insuflarle vitaminas y redimensionarlo
(Sam Peckinpah o Monte Hellman).
En aquellos años apareció también en el western la
superproducción. La conquista del Oeste, la mencionada
El gran combate o La última aventura son ejemplos de
ese intento de levantar el coloso que duerme, inherente,
en ese género de los grandes espacios y la épica en su
estado puro. John Sturges se apuntó a esa modalidad, en
1965, con La batalla de las colinas del whisky. Lejos de la
mestría de Ford, Walsh, Mann o Delmer, hay que recordar
que Sturges era un buen realizador de westerns, con títu-
los tan notables como Los siete magníficos, Desafío en la
ciudad muerta o Duelo de titanes. Con La batalla de las
colinas del whisky, además de inclinarse hacia el super-
western, Sturges ofreció un tono paródico a todas luces
desproporcionado. La película, de dos horas y media de
duración, contó con un admirable acabado técnico (foto-
grafía de Robert Surtees, música de Elmer Bernstein,
etcétera) y unos intérpretes de altura, y lucía muy bien en
su estreno en las gigantescas dimensiones de la pantalla
de Cinerama –aunque no se rodó, como La conquista del
Oeste, en ese sistema–. Pero esta salvaje farsa de indios,
caballería, mujeres prohibicionistas y “agua loca” –como
llaman los primeros al líquido cuyo cargamento suscita la
batalla– tiene en su desmesura, en su elefantiasis, su prin-
cipal defecto. Es algo consustancial, de hecho, a la comu-
nión entre western y comedia, que raras veces ha dado
buenos resultados: El rey de los cowboys, de Buster Kea-
ton, sería la excepción que confirma la regla. Hay otras
desde luego, pero escasea en proporción a los muchos y
muy fallidos intentos que se han dado. ■ J.B.C.
●
 Bedazzled | 49
● ● ●

Be cool es una secuela autoparódica que, como Ocean´s

Twelve, parte del supuesto de que un puñado de actores
enrollados ya tiene de por sí valor artístico, tanto más si
en cada frase cuelan una referencia para connaisseurs,
pues se saben de memoria la discografía de Aerosmith,
las películas narradas por muertos o el momento exacto
en que entra “Knockin´on Heaven´s Door”, de Dylan, en
Pat Garrett and Billy the Kid: un filme que se acuerda de
Slim Pickens no puede ser del todo malo. Be cool es tonta
y amorfa, pero tiene sus momentos ingeniosos y unos
cuantos secundarios jugosos; el mejor, aunque no se lo
crean, el musculoso The Rock, que tiene fibra de come-
diante y hasta baila mejor que Travolta & Thurman, aquí
descafeinados. ■ J.B.C.

BEDAZZLED
20th Century Fox, EE.UU., 1967, 103 min.

Productor: Stanley Donen. Director: Stanley Donen. Guión: Peter Cook

BAZAR DE LAS SORPRESAS, EL (basado en una historia de Cook y Dudley Moore). Fotografía: Austin
(The Shop Around the Corner), M-G-M, EE.UU., 1940, 97 min. Dempster. Montaje: Richard Marden. Música: Dudley Moore. Intérpre-
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Samson Ra- tes: Peter Cook, Dudley Moore, Eleanor Bron, Michael Bates, Raquel
phaelson (basado en la obra “Parfumerie” de Nikolaus Laszlo). Fotogra- Welch, Barry Humphreys. **
fía: William Daniels. Montaje: Gene Ruggiero. Música: Werner Heymann.
Dirección Artística: Cedric Gibbons, Wade B. Rubottom. Intérpretes:: De los días en que Peter Cook y Dudley Moore eran un
James Stewart, Margaret Sullavan, Frank Morgan, Joseph Schildkraut, equipo hecho en el cielo de la comedia, esta actualiza-
Sara Haden, Felix Bressart, William Tracy, Inez Courtney, Charles Holton, ción del mito de Fausto presenta a Moore como un coci-
Charles Smith. ***** nero locamente enamorado de la camarera Eleanor Bron,
una camarera que exuda sexo por cada poro, y al que le
Esta película está basada en una pieza de Nikolás Laszlo,
muy inteligentemente adaptada por Samson Raphaelson.
Su escenario es una marroquinería en la Hungría de en-
treguerras. Y sus protagonistas, las humildes gentes que
por ahí se mueven: el dueño, los empleados, la mujer del
dueño, una dependienta nueva y el encargado, estos dos
últimos los personajes encarnados por Sullavan y Stewart
y portadores de una ingeniosa trama: ambos, mientras en
la cotidianeidad de la tienda prácticamente se odian, se
envían en el anonimato cartas de amor desconociendo
sus respectivas identidades. Con todas estas cartas en
juego, Lubitsch compuso una obra maestra tierna, senti-
mental, dulce, de sutil humor y, como siempre, pícara. No
tiene el aura mítica de Ninotchka o To Be or Not To Be, y
se la acusó de ser excesivamente “capriana” (la presencia
de Jimmy subraya esa sensación), como si, por otra parte,
Capra fuera un pelagatos. Pero está a la altura de sus
mejores títulos. Y las dotes del cineasta como maestro de
la observación y la conducta humana brotan por doquier.
■ J.B.C.

BE COOL
USA, 2005, 118 min.

Productor: Danny DeVito, David Nicksay, Michael Samberg. Director: F.

Gary Gray. Guión: Peter Steinfeld (basado en el libro de Elmore Leo-
nard). Fotografía: Jeffrey L. Kimball. Montaje: Sheldon Kahn. Música:
Dylan Berry, John Powell. Dirección Artística: Lauren E. Polizzi, Dan
Webster. Intérpretes: John Travolta, Uma Thurman, Vince Vaughn,
André Benjamin, Steven Tyler, Robert Pastorelli, Christina Milian. **

● ● ●
50| Bed Sitting Room, The
● ●
son concedidos siete deseos por un atractivo Diablo (Co-
ok) que desea su alma. Naturalmente, todos ellos salen
mal, y Dudley acaba con un hábito de monja de la Orden
de las Berelianas Saltarinas, hermanas que hacen su peni-
tencia en trampolines. Nada ni nadie está a salvo del mor-
daz guión de Cook y Moore. Lanzan sus dardos contra el
clero, las clases altas de Inglaterra, Lyndon Johnson, Julie
Andrews y, finalmente, Dios. Barry Humphries ofrece una
hilarante interpretación de la Envidia y la voluptuosa Ra-
quel Welch aparece más sexy que nunca en su cameo co-
mo uno de los siete pecados capitales (¿hace falta decir
cuál?), aunque la fémina más destacada sea la recalci-
trante Eleanor Bronen. Al hacer que Cook interpretase a
Satán como un bromista en vez de como la encarnación
del mal, el director Stanley Donen opta por la comedia es-
trafalaria en vez de por la sátira afilada, y su dirección de-
cididamente moderna significa que la película termina si-
endo tan desigual como el vestido de miss Welch. ■ J.D.D.
BED SITTING ROOM, THE
United Artists, Reino Unido, 1969, 80 min.
Productor: Richard Lester. Director: Richard Lester. Guión: John Antro-
bus, Charles Wood (basado en la obra de John Antrobus y Spike Milli-
gan). Fotografía: David Watkin. Montaje: John Victor Smith. Música: Ken
Horne. Intérpretes: Rita Tushingham, Ralph Richardson, Peter Cook,
Dudley Moore, Spike Milligan, Michael Hordern, Roy Kinnear, Richard
Warwick, Arthur Lowe, Mona Washbourne. **
Una obra teatral de Spike Milligan y John Antrobus sirve
como plataforma ideal para una surrealista comedia pos-
nuclea. La película, estructurada en varios sketches, reco-
ge imágenes y comentarios de los veinte supervivientes
de un Londres hecho trizas por una bomba atómica,
mientras salen de sus agujeros para enfrentarse a las rui-
nas de su gran ciudad. Pronto se fusionan en un mosaico
general de resignada aceptación de las nuevas condicio-
nes, algunas de ellas muy divertidas. Arthur Lowe se con-
vierte en un loro, Mona Washburne muta en una cómoda
y Rita Tushingham anuncia que está embarazada de die-
cisiete meses. Está protagonizada por Ralph Richardson,
al que se une un elenco de valiosos excéntricos británi-
cos, incluyendo a Harry Secombe, Peter Cook y Dudley
Moore. Milagrosamente, Lester consigue comunicar su
sombrío mensaje con humor, pero la historia se resiente
de una ejecución chapuzera. Sin embargo, si el tiempo tal
como lo conocemos va a cesar después de la bomba,
entonces la película ofrece una adecuada representación
de la dislocación temporal: su ausencia de guión provoca
que sus noventa minutos resulten interminables. ■ J.D.D.
BEDTIME STORY
Columbia, EE.UU., 1941, 83 min.
Productor: B.P. Schulberg. Director: Alexander Hall. Guión: Richard Flou-
rnoy (basado en una historia de Horace Jackson y Grant Garrett). Fo-
tografía: Joseph Walker. Montaje: Viola Lawrence. Música: Werner Hey-
mann. Dirección Artística: Lionel Banks, Cary Odell. Intérpretes:: Fredric
March, Loretta Young, Robert Benchley, Eve Arden, Helen Westley. ***
● ●
●
Esta screwball comedy es una combinación de guión
impecable, dirección a buen ritmo y excelentes interpre-
taciones. A pesar de la ligera y suave historia que se
cuenta, el máximo entretenimiento llega con la alegre ex-
posición de los problemas maritales del dramaturgo Fre-
dric March y su mujer, la actriz Loretta Young. Después de
siete años de matrimonio y lucha, la pareja logra un gran
éxito en sus respectivos campos, pero ella insiste en a-
bandonar los escenarios y retirarse a la granja de la pare-
ja en Connecticut. Tanto Young como el público se man-
tienen intrigados por las ingeniosas estratagemas urdidas
por el dramaturgo para atraer a su esposa a una nueva
obra. Richard Flournoy aporta un gran embellecimiento
humorístico a la historia original de Horace Jackson y
Grant Garrett; el director Alexander Hall mantiene el pie
sobre el acelerador desde el principio al final; y la encan-
tadora Loretta Young sostiene la película con la ayuda de
un excelente plantel de secundarios, destacando la subli-
me Eve Arden, que ayuda al antipático Fredric March en
una de sus estratagemas. ■ J.D.D.
BELLA CAMPESINA, LA
(La bella mugnaia), Italia, 1955, 95 min.
Director: Mario Camerini. Guión: Augusto Camerini, Mario Camerini,
Sandro Continenza, Ennio de Concini, Ivo Perilli. Fotografía: Enzo Sera-
fín. Gisa Radicchi Levi. Música: Angelo Fracesco Lavagnino. Intérpretes:
Vittorio De Sica, Sofía Loren, Marcello Mastroianni, Paolo Stoppa. **
Una adaptación libre de "El sombrero de tres picos", de
Pedro de Alarcón, que el propio Mario Camerini había lle-
vado al cine veinte años antes, en una versión más fiel
protagonizada por Leda Gloria, Eduardo y Pepino De Fi-
lippo. Arropada por el veterano De Sica y por el entonces
prometedor Mastroianni, La bella campesina –una mues-
tra del estilo de comedia sentimental al que derivó Ca-
merini, un director antes más ambicioso– sirvió para que
la entonces principiante Sofía Loren demostrara tener
unas ciertas dotes interpretativas ocultas tras su físico
exuberante. Para incondicionales de la Loren (muchos
años antes de que anunciara pastas en la pantallita) y de
la comedia italiana de antaño. ■ LL.B.M.
BELLA MAGGIE, LA
(The Maggie), Ealing, Reino Unido, 1954, 93 min.
Productor: Michael Truman. Director: Alexander Mackendrick. Guión:
William Rose. Fotografía: Gordon Dines. Montaje: Peter Tanner. Música:
John Addison. Dirección Artística: Jim Morahan. Intérpretes: Paul Dou-
glas, Alex Mackenzie, James Copeland, Abe Barker, Tommy Kearins,
Hubert Gregg. ***
La más subestimada de las comedias de la Ealing es un
cruce entre Whisky a go-gó y Los apuros de un pequeño
tren: una fantasiosa historia sobre una tripulación de
astutos marinos que se lo hacen pasar mal a un presun-
tuoso americano (Paul Douglas, excelente) tras ser asig-
nados para transportar su mercancía a bordo de su des-
vencijado buque de vapor. No se dejen engañar, sin
●
 Bello Antonio, El | 51
● ● ●

embargo, por el ritmo pausado, el humor amable y la

relativamente simpática conclusión de la historia. The
Maggie es una malvada sátira sobre el mutuo desprecio
que subyace en las relaciones entre el viejo y el nuevo
mundo, y pocos podrían haberla manejado con tan incisi-
va perspicacia como el escocés nacido en Boston Ale-
xander Mackendrick. La tradición y el continuismo se
convierten en valores cuestionables, las líneas de batalla
se difuminan en comparación con Whisky a go-gó, y, típi-
co en el director de la posterior Viento en las velas, el
joven timonel es el personaje más ambivalente. El que la
película pertenezca a la Ealing quita algo de punta al
aguijón, pero el tono es más cruel que pintoresco. ■ J.T.

BELLE ÉPOQUE
Fernando Trueba/Lolafilms/Animatógrafo/French Production,
España-Portugal-Francia, 1992, 108 min.

Director: Fernando Trueba. Guión: Rafael Azcona, José Luis García Sán-
chez, Fernando Trueba. Fotografía: José Luis Alcaine. Música: Antoine
Duhamel. Intérpretes: Penélope Cruz, Miriam Díaz-Aroca, Gabino
Diego, Fernando Fernán Gómez, Ariadna Gil, Agustín González, Chus
Lampreave, Jorge Sanz, Maribel Verdú, Jesús Bonilla. ****

La aclamada película por la que el autor de El sueño del

mono loco y Two Much ganó el Oscar a la Mejor Película
de Habla No Inglesa, Belle Époque, es una comedia ro-
mántica y agridulce ambientada en la primavera de 1931,
poco antes de la caída de la monarquía española, y pro-
tagonizada por un ex seminarista y desertor del ejército,
refugiado casualmente en la casa de un librepensador,
con cuyas cuatro atractivas hijas tendrá efervescentes re-
laciones sentimentales. Trueba, apoyado en un guión de
hierro de Rafael Azcona, supo construir una comedia evo-
cativa, tierna y aromática, levemente renoiriana, que con
mucho tacto capta –y transmite– el sabor y la moral de to-
da una época. El reparto está a la altura de las circunstan-
cias (sencillamente irreprochable), así como la fotografía
en cinemascope de José Luis Alcaine y la música de An-
toine Duhamel. Merece, en fin, su fama y su éxito. ■ J.B.C.
nada comparado a esta anárquica adaptación de los car-
toons de Ronald Searle, que cambió las ideas tradiciona-
les de la gentileza femenina. Predecible, quizás, pero es
difícil resistirse a las caracterizaciones de George Cole
como un intrigante estraperlista y de Alastair Sim (tra-
vestido) como la inepta directora. Ambos se convirtieron
en iconos de la comedia inglesa, pero la verdadera estre-
lla de la película es Joyce Grenfell, cuya interpretación de
una policía que se hace pasar por profesora de juegos
provoca multitud de risas. La película fue un éxito, gene-
rando secuelas menos logradas: Blue Murder at St. Tri-
nian’s, The Pure Hell of St. Trinian’s y The Great St. Tri-
nian’s Train Robbery. ■ J.D.D.

BELLES OF ST. TRINIAN’S, THE BELLO ANTONIO, EL

London Films, Reino Unido, 1954, 91 min.
Productor: Sidney Gilliat y Frank Launder. Director: Frank Launder.
Guión: Frank Launder, Sidney Gilliat y Val Valentine. Fotografía: Stan
Pavey. Montaje: Thelma Connell. Música: Malcolm Arnold. Intérpretes:
Alastair Sim, Joyce Grenfell, Hermione Baddeley, George Cole, Joan
Sims, Beryl Reid, Betty Ann Davies, Irene Handl. ***
Primera de la muy disfrutable aunque poco sofisticada
serie de comedias de Frank Launder y Sidney Gilliat sobre
las ingobernables alumnas y el incompetente personal de
un sórdido colegio femenino. El recuerdo que la mayoría
de la gente tiene de las películas de St. Trinian se remon-
ta a su propia juventud, cuando la maravillosa indisciplina
de las alborotadoras y la depravada indiferencia de los
profesores les hacía anhelar que sus propias escuelas
marchasen en una línea similar. En 1954 no se había visto
(Il bell’Antonio), Arco Film/Lyre Cinematográfica, Italia, 1959, 105
min.
Productor: Cino del Duca, Alfredo Bini. Director: Mauro Bolognini.
Guión: Pier Paolo Pasolini, Gino Visentini (basado en el relato de Vitalia-
no Brancati). Fotografía: Armando Nannuzzi. Montaje: Nino Baragli.
Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Carlo Egidi. Sonido: Franco
Groppioni. Intéérpretes: Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale, Pierre
Brasseur, Rina Morelli, Tomas Milian, Fulvia Mammi, Patrizia Bini. ****
El costumbrismo a la siciliana ha dado origen a sátiras
casi esperpénticas a cargo de Pietro Germi o Alberto Lat-
tuada. Tras encarnar el donjuanesco “paparazzo” de Via
Veneto en La dolce vita, Mastroianni se dio el gusto de
cambiar de registro y aceptar el papel de Antonio Mag-
nano, un hombre atractivo que ha estado viviendo en
Roma durante años y regresa a Catania para ser la admi-

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52| Bello, honesto, emigrado...
● ● ●

ración de todas las muchachas y terminar por casarse
con la hermosa hija del notario Pugliese. El problema resi-
de en que Antonio no puede hacer el amor con su mujer.
La forma como se resuelve el asunto denota un sentido
acomodaticio de la moral tradicional y la manera como
las apariencias cubren buena parte de la realidad, eso sin
hablar del machismo y del “miedo escénico” que puede
generar. Guión de Pasolini sobre una novela de Vitaliano
Brancati. ■ M.Q.
al país, y superada como tributo al Cuerpo Auxiliar de
Bomberos por Fires Were Started, de Humphrey Jen-
nings, coincidentemente estrenada el mismo mes, a The
Bells Go Down sólo la mantienen en pie las magníficas
interpretaciones de cuantos componen el reparto, con
mención especial para la chispeante actuación de Mervyn
Johns y la solidez de James Mason. ■ J.D.D.

BELLO, HONESTO, EMIGRADO

A AUSTRALIA QUIERE CASARSE
CON CHICA INTOCADA
(Bello, onesto, emigrato Australia sposerebbe compaesana illibata),
Documento Film, Italia, 1971, 115 min.

Productor: Gianni Hecht Lucari. Director: Luigi Zampa. Guión: Rodolfo

Sonego, Luigi Zampa. Fotografía: Aldo Tonti. Montaje: Mario Morra,
Adele Cruciani. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Flavio Mo-
gherini. Vestuario: Bruna Parmesan. Sonido: Massimo Loffredi, Robert
Peck. Intérpretes: Alberto Sordi, Claudia Cardinale, Corrado Olmi,
Angelo Infanti, Ricardo Garrone, Tano Cimarosa, Enzo La Torre. ****

Este título tan largo corresponde a una popular comedia

italiana de principios de los setenta protagonizada por
sus máximas estrellas y que apuraba al máximo los ele-
mentos de un tipo de cine que iría desapareciendo. Los
avatares políticos, la consolidación de su modelo econó-
mico, la plena integración a Europa y el boom de la tele-
visión, sobre todo la privada, harían inviable mostrar a
través de aquellas deliciosas comedias costumbristas la
actitud ante los nuevos tiempos de unos personajes com-
pletamente característicos. El filme es una divertida co-
media de enredos, repleta de mala uva, con un Sordi es-
pléndido que sigue haciendo honor a su galería de italia- BERLÍN OCCIDENTE
nos típicos, que no tópicos, y que, en manos de Zampa (A Foreign Affaire), Paramount, EE.UU., 1948, 113 min.
(un histórico que ya empezaba a ser venerable), macha- Productor: Charles Brackett. Director: Billy Wilder. Guión: Charles Bra-
ca con socarronería y sin complacencias el lado egoísta y ckett, Billy Wilder, Richard Breen, Robert Harari. Fotografía: Charles B.
ruín de ciertos italianos. ■ A.C. Lang, Jr. Montaje: Doane Harrison. Música: Frederick Hollander. Direc-
ción Artística: Hans Dreier, Walter Tyler. Intérpretes:: Jean Arthur, Marle-
ne Dietrich, John Lund, Millard Mitchell, Peter Von Zerneck, Stanley Pra-
BELLS GO DOWN, THE ger. ****
Ealing, Reino Unido, 1943, 86 min.

Productor: Michael Balcon. Director: Basil Dearden. Guión: Roger
McDougall. Fotografía: Ernest Palmer. Montaje: Sidney Cole, Mary Hab-
berfield. Música: Roy Douglas. Dirección Artística: Michael Relph. Intér-
pretes:: Tommy Trinder, James Mason, Mervyn Johns, Philippa Hiatt, Fin-
lay Currie, Beatrice Varley. **
En los días de la guerra, cuando los cineastas ingleses
pensaban que todo el mundo en las clases bajas hablaba
cockney y hacía té en tiempos de crisis, surgió esta cró-
nica sobre el trabajo de una unidad de bomberos de Lon-
dres, que aún fascina por su documentación social y su
conflicto de clases. Incómodo esfuerzo bélico de la
Ealing, de intención semi-documental pero empantanado
en estúpidos histrionismos y en un argumento embara-
zosamente artificial, horriblemente condescendiente en
su visión de los humildes aportando su granito de arena
Las ruinas de Berlín, acabada la Segunda Guerra Mundial,
propiciaron productos cinematográficos de muy diverso
signo. Rossellini, por ejemplo, se nutrió de ellas para su
desesperante y magistral Alemania año cero; Tourneur, en
cambio, prefirió un enredo de espías con discurso mora-
lista final y lo llamó Berlín Exprés. Pero como todo, por
muy trágico que sea, cabe en el tubo del humor, ahí está
Billy Wilder con una excelente comedia, cínica, vitriólica:
Berlín Occidente. Aunque vienés de origen, Wilder inicia
su recorrido profesional (en el periodismo, tan duramen-
te atacado por él en Primera plana) en Berlín, y a esa ciu-
dad vuelve con su cámara para no dejar títere con cabe-
za, ni del lado de los vencidos ni del de los vencedores.
Cáustica, mordaz, excelentemente dialogada e interpre-
tada (aunque John Lund ha sido siempre un galán pasto-
so, aquí se soporta bien), Berlín Occidente narra la histo-

● ● ●

● ●
ria de una congresista norteamericana de visita por Ale-
mania y enredada inevitablemente en un triángulo senti-
mental. Pertenece, aún siendo una comedia, a la etapa
más dramática de su filmografía: Perdición, Días sin hue-
lla o El crepúsculo de los dioses acompañan al filme por
esas fechas. Pocos años después, Wilder perdería toda
confianza (de haberla tenido alguna vez) en los asuntos
serios y su humor haría mella en el cine americano con
una furia que sólo los foráneos (Lubitsch, por ejemplo)
son capaces de imprimir. Berlín Occidente la tiene,
cubierta, eso sí, de romanticismo, de finura en las cancio-
nes, pero la tiene. Y tiene, al lado de Marlene, una antoló-
gica composición de la hoy muy olvidada pero inolvida-
ble Jean Arthur. Una pequeña obra maestra, que se dice.
■ J.B.C.
BÉSALAS POR MÍ
(Kiss Them for Me), 20th Century Fox, EE.UU., 1957, 105 min.
Productor: Jerry Wald. Director: Stanley Donen. Guión: Julius J. Epstein
(basado en la novela “Shore Leave”, de Frederic Wakeman, y en la obra
de Luther Davis). Fotografía: Milton R. Krasner. Montaje: Robert L. Simp-
son. Música: Lionel Newman. Dirección Artística: Maurice Ransford,
Lyle R. Wheeler. Intérpretes: Cary Grant, Jayne Mansfield, Leif Erickson,
Suzy Parker, Ray Walston, Larry Blyden. ***
El indiscutible y elegante rey de la comedia Archibald
Alexander Leach, conocido en el cine como Cary Grant,
inició aquí su colaboración con Donen, que siguió con
tres filmes más de la importancia de Indiscreta, Página en
blanco y Charada. Se trata del fin de semana de tres ofi-
ciales de la Marina y un piloto en San Francisco, adonde
llegan procedentes de la guerra del Pacífico. El tono de
comedia deriva hacia un alegato contra la forma en que
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Bésame y esfúmate | 53
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la gente se siente ajena al conflicto bélico y a los proble-
mas de quienes están inmersos en él, sin olvidar a los que
se benefician. Los escollos que debe salvar Donen tienen
que ver con el reparto femenino, puesto que la Mansfield
no es más que una caricatura de Marilyn y Suzy Parker no
tiene nada que ver con kay Kendall. El guión de J. Epstein
está basado en la novela “Shore Leave”, de Frederic
Wakeman, que sirvió como base para el musical Hit the
Deck, de Roy Rowland, una especie de respuesta califor-
niana a Un día en Nueva York. ■ M.Q.
BÉSAME, TONTO
(Kiss Me, Stupid), Phalanx/Mirisch, EE.UU., 1964, 126 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond (basado en la obra “L’ora della fantasia”, de Anna Bonacci).
Fotografía: Joseph La Shelle. Montaje: Daniel Mandell. Música: André
Previn. Dirección Artística: Alexander Trauner. Intérpretes: Dean Martin,
Kim Novak, Ray Walston, Felicia Farr, Cliff Osmond, Barbara Pepper, Skip
Ward. ****
Bésame, tonto es una adaptación de la obra teatral italia-
na “L’ora della fantasia”, de Anna Bonacci, de la que ya
hizo una versión Mario Camerini en 1952. Marilyn Monroe
y Peter Sellers debían figurar en su reparto, pero el falle-
cimiento de la actriz y más tarde problemas de salud del
actor obligaron a su sustitución (por Novak y Walston). El
filme, en su día un fracaso de taquilla, es a todas luces
estimulante: una comedia endiabladamente feroz donde
la proverbial causticidad wilderiana pasa revista a las
nociones de triunfo social y degeneración sentimental,
torpedeando desde su mismo epicentro al demonio de
los celos, la voracidad sexual, el cinismo humano, etcéte-
ra. Ejemplar trío protagonista –con Martin parodiándose a
sí mismo–, secundarios de oro, afilados diálogos y un
ritmo perfecto. Un Billy Wilder en toda regla. ■ J.B.C.
BÉSAME Y ESFÚMATE
(Kiss Me Goodbye), Boardwalk/Sugarman/Barish/20th Century-
Fox, EE.UU., 1982, 101 min.
Productor: Robert Mulligan. Director: Robert Mulligan. Guión: Charlie
Peters. Fotografía: Donald Peterman. Montaje: Sheldon Kahn. Música:
Ralph Burns. Dirección Artística: Philip M. Jefferies. Intérpretes: Sally
Field, James Caan, Jeff Bridges, Paul Dooley, Claire Trevor, Mildred Nat-
wick. ***
Robert Mulligan, director de Bésame y esfúmate, pertene-
ce a la llamada generación de la televisión, cineastas –co-
mo Sidney Lumet, John Frankenheimer o Arthur Penn–
cultivados en las series y los dramáticos de la pequeña
pantalla y debutantes en la grande a finales de los años
cincuenta, constituyéndose en las grandes esperanzas
del nuevo cine americano. Hoy, injustamente olvidado,
Robert Mulligan gozó sin embargo, en los años sesenta y
en los primeros setenta, de un amplio prestigio crítico y
varias de sus obras fueron muy populares. Ciertamente,
otorgó una nueva dimensión a géneros tradicionales dán-
doles un toque intelectual sin alterar las constantes (tipo-
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54| Besos robados
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lógicas, iconográficas) en que se forjaba: el melodrama
social (Matar un ruiseñor, La rebelde), el western (La
noche de los gigantes), el terror (El otro), el thriller (El
hombre clave) o la comedia nostálgica (Verano del 42)
pasaron por sus manos con tanta elegancia como espíri-
tu inquieto.
Bésame y esfúmate es uno de sus filmes más imperso-
nales y olvidables, pero tiene sus compensaciones. Su
trama arranca cuando un matrimonio que vive sus días en
un inequívoco ambiente de armonía y felicidad, sufre una
tragedia imprevista: el marido fallece. Tiempo después la
viuda está dispuesta a casarse nuevamente, pero el fan-
tasma del difunto entra en escena para liar el cotarro. Una
película, como se ve, con fantasma, una comedia con fan-
tasma, en la gloriosa tradición de El espíritu burlón, El
fantasma y la señora Muir, El cielo puede esperar o Ghost,
entre otras. La presente es, sin embargo, el remake de la
comedia brasileña de 1976 Doña Flor y sus dos maridos,
dirigida por Bruno Barreto a partir de un texto de Jorge
Amado. Robert Mulligan, que realizó esta película entre El
próximo año a la misma hora y la inédita Clara’s Heart, la
suaviza –no hay aquí la explosión de erotismo del filme
de Barreto– y en ningún momento evidencia el talento
otras veces certificado en su filmografía, pero el reparto
se luce a conciencia y nos regala una modesta diversión,
ya sean Caan (el reencarnado), Bridges (el alucinado pre-
tendiente), Field (la mujer sufrida como siempre) e ilus-
tres secundarias y consumadas robaescenas como Trevor
y Natwick. ■ J.B.C.
BESOS ROBADOS
(Baisers voles), Carrose/Artistes, Francia, 1968, 90 min.
Productor: Marcel Berbert. Director: Francois Truffaut. Guión: Francois
Truffaut, Bernard Revon, Claude de Givray. Fotografía: Denys Clerval.
Montaje: Agnes Guillemot. Música: Antoine Duhamel. Dirección Artís-
tica: Claude Pignot. Intérpretes: Jean-Pierre Leaud, Delphine Seyrig,
Michel Lonsdale, Claude Jade, Harry-Max, Daniel Ceccaldi, Claire Duha-
mel, Catherine Lutz, Andre Falcon, Paul Pavel. ****
El tercer capítulo sobre el personaje fetiche de François
Truffaut nos presenta a un Antoine Doinel salido de la
“mili” y perdido entre las incertidumbres de la vida, el tra-
bajo y el amor. Tras un breve paso por el oficio de vigi-
lante, Doinel entra a trabajar en una agencia de detecti-
ves, ocasión que el cineasta aprovecha para lanzarse a
una irónica interpretación del género, como quien acari-
cia a Buster Keaton-Sherlock Holmes, junior. Y la compa-
ración no es gratuita, puesto que Doinel, como Keaton, es
un ser frágil, necesitado de mucho cariño, insatisfecho y
poco cómodo –no: nada cómodo– para una sociedad rec-
tilínea que necesariamente ha de tomarlo por una criatu-
ra anómala; hasta nosotros, espectadores atrapados en
esa tela de araña de la sociedad, le tomamos por una
criatura anómala.
Truffaut, siempre un par de pasos por delante del per-
sonaje, marcándolo, deshojándolo como una margarita,
nos zambulle en una película limpia, cristalina, una pelí-
cula desgranada desde las íntimas sensaciones del autor,
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reflejado en ese doble espejo que es la pantalla. De
carácter autobiográfico –el carácter, atención, no la
temática–, Besos robados nos da el perfil de un ser
romántico y atormentado, inadaptable en un universo en
el que los valores han empezado a deteriorarse. Tras la
capa de ternura y el bello celofán de comedia sentimen-
tal, hay en Besos robados, y en el cine de Truffaut tout
court, la misma desesperada poesía de la soledad y la
deshumanización de un Antonioni; sólo que Jean-Pierre
Leaud es como un bufón de la corte y no emanan de él
las púas que perforan la existencia de una Mónica Vitti o
un Steve Cochran. ■ J.B.C.
BESTIA DEL REINO, LA
Jabberwocky, Umbrella/White, Reino Unido, 1977, 100 min.
Productor: Sandy Lieberson. Director: Terry Gilliam. Guión: Terry Gi-
lliam, Charles Alverson (basado en un poema de Lewis Carroll). Fotogra-
fía: Terry Bredford. Montaje: Michael Bradsell. Música: De Wolfe. Direc-
ción Artística: Roy Smith. Intérpretess: Michael Palin, Harry H. Corbett,
John Le Mesurier, Warren Mitchell, Max Wall, Deborah Fallender. **
Honestamente, ¡hay qué ver las cosas que es capaz de
hacer Terry Gilliam para hacernos reír en esta pythonesca
épica medieval! Contrata un reparto de notables británi-
cos, que va desde Max Wall a Christopher Logue. Busca
algunos de los más bellos monumentos antiguos de Gran
Bretaña. Crea un monstruo con rasgos lo bastante horri-
bles para llenar dos temporadas de Dr. Who. Llena la
atmósfera de nieblas, velas, multitudes, polvo y sangre.
Construye una complicada trama y después sólo te ofre-
ce atisbos de ella. Oh sí, también escribe gags: algunos
son buenos, otros son malos y otros son horribles. La
declamación de Max Wall realza casi todas sus frases, y
Michael Palin compone un agradable personaje. Él es el
campesino corto de entendederas que se abre camino
entre caballeros combatientes, monjas travestidas y
damiselas bellas y orondas para convertirse en el invo-
luntario héroe que mata al vil monstruo que amenaza el
reino de dibujos animados de Max Wall. El diseño de pro-
ducción es impresionante, y el aspecto del Jabberwock
está basado en las ilustraciones que Sir John Tenniel creó
para el libro original de Lewis Carroll, pero unos buenos
momentos aquí y allá no equivalen a una buena película.
Hay demasiadas cosas apelotonadas en esta irregular
mezcla de farsa medieval y el humor vulgar de los Monty
Python, que busca los gags en vez de la sátira sostenida,
incluyendo varias bromas de urinario típicamente ingle-
sas y también algunas repulsivamente sangrientas, para
que la sombría fantasía de Gilliam se eleve sobre el abu-
rrimiento. ■ J.T.
BETSY’S WEDDING
Silver Screen Partners IV/Touchstone, EE.UU., 1990, 97 min.
Productor: Martin Bregman, Louis A. Stroller. Director: Alan Alda.
Guión: Alan Alda. Fotografía: Kelvin Pike. Montaje: Michael Polakow.
Música: Bruce Broughton. Diseño de producción: John Jay Moore. Direc-
ción Artística: Andrew Moore. Vestuario: Mary Malin. Intérpretes: Alan
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Alda, Joey Bishop, Madeline Kahn, Anthony LaPaglia, Catherine O’Hara,
Joe Pesci, Molly Ringwald, Ally Sheedy, Burt Young, Julie Bovasso. ***
Una película dirigida por Alan Alda siempre significa un
toque de Woody Allen y otro de vodevil, y ése es el caso
en esta atractiva farsa matrimonial. Cuando la estudiante
de diseño Betsy (Ringwald) visita a sus padres en West
Hampton, anuncia que va a casarse con el WASP Jake, un
buen chico que no es judío, como su madre (una exce-
lente Madeline Kahn), ni hace que el desayuno parezca
una escena de “Tosca”, como hace su padre italiano (A-
lda). Pero es su última palabra sobre el tema. Mamá quie-
re una boda judía; el financieramente apurado papá se
ofrece a correr con los gastos. Se hacen planes para una
recepción faraónica y la lista de invitados alcanza las
dimensiones del listín telefónico. Betsy y Jake están ten-
tados de anularlo todo. La incursión de Alda en las pelí-
culas de bodas puede carecer de la mordacidad de Min-
nelli o la competencia de Altman, pero es cálida, prolija y
agradable para todos los públicos. El talento del cineasta
está en los discursos ingeniosos y en extraer buenas
interpretaciones de sus actores. ■ J.D.D.
BIENVENIDO A LA CASA
DE MUÑECAS
(Welcome to the Dollhouse), EE.UU., 1995, 88 min.
Productor: Todd Solondz. Director: Todd Solondz. Guión: Todd Solondz.
Fotografía: Randy Drummond. Montaje: Alan Oxman. Música: Deborah
Gibson, Jill Wisoff. Dirección Artística: Lori Solondz. Intérpretes: Hea-
ther Matarazzo, Victoria Davis, Christina Brucato, Christina Vidal, Siri
Howard, Telly Pontidis. ***
El cuento del patito feo contado por el cáustico autor de
la posterior Happiness: la historia de una niña de once
años (estupendísima Matarazzo) automarginada por su
carácter introvertido y su físico poco agraciado, objeto
de las burlas de sus allegados. Una comedia refina-
damente cruel, cuya ferocidad va por dentro, sin desma-
drarse en ningún tramo del recorrido. ■ J.B.C.
BIENVENIDO, MR. CHANCE
(Being There), EE.UU., 1979, 130 min.
Productor: Andrew Braunsberg. Director: Hal Ashby. Guión: Jerzy
Kosinski (basado en su propia novela). Fotografía: Caleb Deschanel.
Montaje: Don Zimmerman. Dirección Artística: James L. Schoppe.
Música: Johnny Mandel. Intérpretes: Peter Sellers, Shirley MacLaine,
Melvyn Douglas, Jack Warden, Richard A. Dysart, Richard Basehart,
Ruth Attaway. ***
El protagonista (excelente Sellers) de esta comedia es al-
go parecido a un Forrest Gump avant la lettre: un modes-
to jardinero, analfabeto y de corazón noble, que, pese a
ello, se convertirá en una figura popular. Es la adaptación
de una novela de Jerzy Kosinski, una corrosiva sátira de
la sociedad norteamericana, servida con elegancia por
Ashby y con notables secundarios, entre ellos el oscari-
zado veterano Melvyn Douglas. ■ J.B.C.
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Bienvenidos a Collinwood | 55
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BIENVENIDO MR. MARSHALL
Uninci, España, 1952, 80 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Juan Antonio Bardem, Luis García
Berlanga, Miguel Mihura. Fotografía: Manuel Berenguer. Música: Jesús
García Leoz. Intérpretes: José Isbert, Manolo Morán, Lolita Sevilla, Alber-
to Romea, Elvira Quintillá, Luis Pérez de León, Félix Fernández, Nicolás
Perchicot. ****
Es posible que no quede ya sobre esta geografía persona
alguna que no haya visto en su vida Bienvenido Mr. Mars-
hall. Hay en ella un retrato preciso de la miseria –más que
nada moral– en que vivíamos como quien dice hace cua-
tro días, un afilado bisturí que abre en canal una gente
imaginaria, un pueblo imaginario y un modus vivendi ima-
ginario para, sorprendentemente, dar fe, en la sátira, de
un país nada imaginario. La efectividad de la cirugía es
total. El paso fugaz de un vehículo negro como el cuervo
ante la increíble fanfarria de Villar del Río sigue siendo
una fuente de reflexión que nos propuso Berlanga quizá
con mayor alcance en el tiempo de lo pretendido. Cabe
destacar también ese inolvidable actor que es José
Isbert. ■ J.B.C.
BIENVENIDOS A COLLINWOOD
(Welcome to Collinwood), Section Eight, EE.UU., 2002, 85 min.
Productor: George Clooney, Steven Soderbergh. Director: Joe Russo,
Anthony Russo. Guión: Joe Russo, Anthoy Russo. Fotografía: L. Rinzler,
C. Minsky. Música: Mark Motherbaugh. Intérpretes: Luis Guzmán, Sam
Rockwell, Patricia Clarkson, George Clooney, Andrew Davoli, William H.
Macy. ***
El director Steven Soderbergh y George Clooney, que
coincidieron en Ocean´s Eleven y en su secuela, produje-
ron esta otra cinta sobre atracos presumiblemente per-
fectos, aunque con la diferencia de que en esta ocasión
los ladrones son unos perdedores. La cinta, sin ser origi-
nal, resulta bastante entretenida y se beneficia de un
suculento reparto con Clooney como secundario. ■ J.E.
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56| Big
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BIG
Fox, EE.UU., 1988, 104 min.
Productor: James L. Brooks, Robert Greenhut. Director: Penny Marshall.
Guión: Gary Ross, Anne Spielberg. Fotografía: Barry Sonnenfeld. Monta-
je: Barry Malkin. Música: Howard Shore. Diseño de producción: Santo
Loquasto. Vestuario: Judianna Makovsky. Intérpretes: Tom Hanks, Eliza-
beth Perkins, Robert Loggia, John Heard, Jared Rushton, David Moscow,
Jon Lovitz, Mercedes Ruehl, Josh Clark, Kimberlee M. Davis, Allan Was-
serman, Mark Ballou. ***
No es divertido ser un pre-adolescente, especialmente si
no eres muy alto. Eso piensa Josh Baskin, al que se le ha
negado la entrada en la montaña rusa de un parque de
atracciones. Pero tampoco lo es ser un niño en un cuer-
po de hombre, como Josh descubre cuando una máqui-
na de los deseos le concede el cambio de la noche a la
mañana. ¿Qué hacer cuando mamá no te reconoce y pie-
nsa que eres tu propio secuestrador? ¿Cómo conseguir
trabajo cuando no sabes conducir y no tienes número de
la seguridad social? Y cuando encuentras trabajo en una
compañía de juguetes, ¿cómo lidiar con las reuniones, las
rivalidades y las fiestas de empresa? La película de Mars-
hall puede ser un poco predecible, pero es verdadera-
mente divertida, gracias en parte a la atractiva torpeza
de Tom Hanks y a su desgarbada interpretación como el
crecido Josh, y en parte a un guión que se mantiene
admirablemente limpio de insinuaciones de mal gusto.
Big es una comedia encantadora, principalmente porque
la refinada dirección de Marshall combinada con el
encanto de Hanks la hace funcionar. El actor está extra-
ordinariamente convincente como un adolescente que
súbitamente se ve enfrentado a un nuevo cuerpo adulto,
responsabilidades y una relación romántica, mientras si-
multáneamente trata de sobrevivir a una feroz batalla
dentro de la compañía. De hecho, su papel como un tipo
simple pero sincero en un mundo cínico anticipa su inter-
pretación de Forrest Gump. Lástima de un final que
rebosa sentimentalismo azucarado, aunque hasta enton-
ces Marshall, Hanks y compañía apenas dan un paso en
falso. ■ J.T.
BIG FISH
Columbia Pictures Corporation/The Zanuck Company/Jinks-Cohen
Company, EE.UU., 2003, 125 min.
Director: Tim Burton. Guión: John august (basado en la novela homóni-
ma de Daniel Wallace). Fotografía: Philippe Rousselot. Música: Danny
Elfman. Intérpretes: Ewan McGregor, Albert Finney, Billy Crudup, Jessi-
ca Lange, Alison Lohman, Helena Bonham Carter, Robert Guillaume,
Marion Cotillard, Matthew McGrory. ***
El humor siempre ha sido uno de los espejos cóncavos
favoritos en el callejón del gato de Tim Burton. A veces
autoparódico, otras negro y casi siempre tierno, el autor
de Eduardo Manostijeras y Mars Attacks, que maldita la
gracia que nos hizo con El planeta de los simios, ensaya
la comedia fantástica con este título, que en un principio
iba a dirigir Spielberg con Jack Nicholson de protagonis-
ta. Y no hubiese sido mala elección pero, viendo los resul-
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tados del “Chico Ostra”, el listón lo hubiera tenido muy
alto el Rey Midas. El filme cuenta, con abundancia de
flashbacks, la vida de Ed Bloom, fabulador innato y hom-
bre de proporciones extraordinarias (así se subtitula pre-
cisamente la deliciosa novela adaptada) cuya enferme-
dad por hacer de su biografía una mitología llega a has-
tiar a su único hijo, que quiere conocer de una vez por
todas, y antes de quedarse huérfano, la verdad sobre su
padre. Con inconfundible estilo (visual y poético) burto-
niano y un guión adaptado portentoso (escandalosamen-
te ninguneado en los Oscar de turno, aunque la sombra
de El Retorno del Rey era titánica), la película atraviesa
lagos, afluentes y meandros que tocan la fibra de cual-
quier espectador medianamente sensible, logrando una
poderosa oda a los cuentos chinos y una inteligente refle-
xión sobre la amistad. A destacar la vis cómica de Ewan
McGregor y de personajes tan fantásticos como el doma-
dor-pingüino-licántropo Danny DeVito, el poeta-atraca-
dor Steve Buscemi, la bruja Bonham Carter o el gigantón
Matthew McGrory, el hombre con los pies más grandes
del planeta. Y no es bola. ■ J.C.
BIG STEAL, THE
Cascade, Australia, 1990, 100 min.
Productor: Nadia Tass, David Parker. Director: Nadia Tass. Guión: David
Parker. Fotografía: David Parker. Montaje: Peter Carrodus. Dirección
Artística: Paddy Reardon. Intérpretes: Ben Mendelsohn, Claudia Karvan,
Steve Bisley, Marshall Napier, Tim Robertson. ***
El adolescente australiano Danny (Mendelsohn) sólo an-
hela dos cosas en la vida: un Jaguar y a su compañera de
clase Joanna (Karvan). Él es de clase obrera, ella no, así
que Danny se convence de que la “chica de sus sueños”
sólo saldrá con él si posee el coche de sus sueños. Esta
premisa da pie a una vertiginosa pesadilla con el sombrío
vendedor de coches Gordon Farkas (Bisley), establecien-
do el escenario para una cita arruinada y una desespera-
da venganza. En esta comedia de ritmo desigual, el equi-
po de directores-guionistas formado por Nadia Tass y
David Parker ha retenido algo del absurdo de su anterior
Malcolm. El resultado es una película ligera pero encanta-
dora que se toma su tiempo para echarse a la carretera.
La combinación de vulnerabilidad y bravuconería de
Mendelsohn es una delicia. ■ J.D.D.
BILLY EL EMBUSTERO
(Billy Liar), Vic Films Ltd., Reino Unido, 1963, 98 min.
Productor: Joseph Janni. Director: John Schlesinger. Guión: Keith Water-
house, Willis Hall (basado en la obra de ambos). Fotografía: Denys Coop.
Montaje: Roger Cherrill. Música: Richard Rodney Bennett. Dirección
Artística: Ray Simon. Intérpretes: Tom Courtenay, Julie Christie, Wilfred
Pickles, Mona Washbourne, Ethel Griffies, Finlay Currie, Rodney Bewes,
Helen Fraser, George Innes, Leonard Rossiter. ****
Billy Fisher (Courtenay) es un joven soñador que lleva
una vida irresponsable como ayudante del enterrador en
un aburrido pueblo del norte. Sisa pequeñas cantidades,
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está en guerra con sus padres, tiene relaciones con dos
chicas que comparten un anillo de compromiso, y se refu-
gia en un mundo de fantasía donde él es el supremo dic-
tador. Pero, por encima de todo, es un mentiroso patoló-
gico que no miente para beneficiarse, sino por el puro
placer de mentir. John Schlesinger adaptó el éxito edito-
rial y teatral “Billy Liar”, de Keith Waterhouse y Willis Hall,
como un equivalente británico de la clásica historia de
James Thurber “La vida secreta de Walter Mitty”, aunque
con muchas más pretensiones y ambiciones de crítica
social: las casas adosadas están siendo derribadas para
dejar sitio a grandes bloques de pisos y supermercados,
el crudo realismo se transforma en extravagante fantasía,
y la feminidad está ahora representada por la chiflada
Christie. Tom Courtenay, que heredó el papel de Albert
Finney en la versión teatral, rara vez desaparece de la
pantalla, y logra que el espectador se enamore de su per-
sonaje. Otro de los grandes logros de la película es haber
descubierto el talento de Julie Christie, que brinda una
interpretación resplandeciente como la joven aventurera
que está dispuesta a pasar por alto todo lo que el encan-
tador Billy le eche. Las demás interpretaciones también
son de primer nivel, destacando Helen Fraser y Gwen-
dolyn Watts como dos de las tres mujeres en la vida del
protagonista, Wilfred Pickles y Mona Washbourne como
sus sufridos padres, y Leonard Rossiter como su arisco
jefe. Una comedia imaginativa, cálida, ingeniosa, sensible.
Pasara lo que pasase después, algo removió el cine britá-
nico en los años sesenta. Imprescindible. ■ J.T.
BILLY ELLIOT (QUIERO BAILAR)
(Billy Elliot), Universal, Reino Unido, 2000, 110 min.
Productor: Greg Brenman, Jon Finn. Director: Stephen Daldry. Guión:
Lee Hall. Fotografía: Brian Tufano. Montaje: John Wilson. Música: Ste-
phen Warbeck. Dirección Artística: Maria Diurkovic. Vestuario: Stewart
Meachem. In
ntérpretes: Jamie Bell, Julie Walters, Jean Heywood, Jamie
Draven, Gary Lewis, Stuart Wells, Mike Elliot, Janine Birkett, Billy Fane,
Julie Walters. ***
Películas como Fama o Flashdance han dado cuenta del
esfuerzo de gente joven empeñada en consumar su sue-
ño: triunfar en el mundo del baile. Es la misma premisa
que sostiene Billy Elliot, sólo que astutamente hibridada,
siguiendo la pauta de la multitaquillera Full Monty con el
melodrama social a lo Ken Loach: el niño protagonista
que aquí quiere llegar a ser bailarín forma parte de una
pequeña comunidad minera inglesa, un marco muy viril,
apegado al boxeo; de ahí la vergüenza que atenaza a su
padre. Como la película de Cattaneo, Billy Elliot extrae
amable comicidad del rudo ambiente de la clase obrera y
de las huelgas, e inunda con un encanto artificial tanto la
historia como los personajes. Bien confeccionada e
interpretada, a Billy Elliot se le notan demasiado las ga-
nas de gustar a una amplia gama de espectadores desde
sus primeras imágenes, y eso hace que todo discurra por
cauces predecibles hasta su bonito desenlace. Daldry dio
un paso de gigante en su siguiente película, Las horas. ■
J.B.C.
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Bitelchus | 57
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BINGUEROS, LOS
Ízaro Films, España, 1979, 88 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores. Fotografía: Hans Bur-
mann. Intérpretes: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores,
Norma Duval, Florinda Chico, África Pratt, Isabel Luque. *
Junto a Los energéticos, el flechazo de una de las parejas
más rentables del cine español, relación que se prolongó
durante cuatro años en los que llegaron a protagonizar
nueve filmes, aparte de los señalados: Yo hice a Roque III
(1980), Los chulos (1981), Los liantes (1981), Padre no hay
más que dos (1982), Todos al suelo (1982), La Lola nos
lleva al huerto (1983) y Agítese antes de usarla (1983).
Cada uno, o en su conjunto, con un nivel de profundidad
como para que un niño de teta hiciera pie. Quizá éste sea
el más salvable, por su casticismo a calzón pelado y su
desinhibición con más cara que espalda. El baile empieza
cuando dos muertos de hambre, uno chapuzas a domici-
lio y otro «trabajando en el paro», se encuentran en la
cola de un bingo, y deciden unir sus talentos para timar y
desplumar a todo quisqui. Chistes tabernarios, señoras
estupendas y fundas de oro dentales aseguradas. Sólo los
hermanos Calatrava llegaron a semejantes simas cómicas
en nuestro curioso país. ■ J.C.
BITELCHUS
(Beetlejuice), Geffen, EE.UU., 1988, 92 min.
Productor: Michael Bender, Larry Wilson, Richard Hashimoto. Director:
Tim Burton. Guión: Michael McDowell, Warren Skaaren (basado en una
historia de Michael McDowell y Larry Wilson). Fotografía: Thomas
Ackerman. Montaje: Jane Kurson. Música: Danny Elfman. Dirección
Artística: Bo Welch. Intérpretes: Alec Baldwin, Geena Davis, Michael
Keaton, Jeffrey Jones, Winona Ryder, Sylvia Sidney. ****
Las primeras imágenes nos muestran, en excelente ma-
queta, una prototípica localidad yanqui, parecida a las de
La gran aventura de Pee Wee o Eduardo Manostijeras. Esa
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58| Black Ghost
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América de pastel empalagoso en la que temes la ines-
perada aparición de Doris Day. Luego, una pareja de tor-
tolitos no menos típica. Pero al acto, esa pareja tiene un
accidente y ambos la palman. Lo que sigue, convertidos
ya en fantasmas, es su intento de impedir que a su casa
lleguen nuevos inquilinos y, para ello, novatos como son,
pedirán la ayuda al fantasma más experto, el locuelo
Bitelchus (un descacharrante Keaton), que pondrá patas
arriba la casa, a los nuevos habitantes y a los atraviesa-
paredes recientes. Burton conduce el relato con ritmo
indesmayable y un continuo recital de gags ingeniosos,
apoyado en una rica banda sonora de su habitual Danny
Elfman. ■ J.B.C.
BLACK GHOST
(Heart Condition), EE.UU., 1990, 100 min.
Productor: Steve Tisch. Director: James D. Parriott. Guión: James D.
Parriott. Fotografía: Arthur Albert. Montaje: David Finfer. Música: Patrick
Leonard. Intérpretes: Bob Hoskins, Denzel Washington, Chloe Webb,
Roger E. Mosley, Ja’net DuBois, Alan Rachins, Ray Baker, Jeffrey Meek,
Eva LaRue Callahan, Frank R. Roach. **
Esta película policiaca de colegas con un ingenioso ángu-
lo sobrenatural presenta a Hoskins como Moony, un poli-
cía antivicio de Los Ángeles aficionado a la comida-basu-
ra, la cerveza, el tabaco y a usar la palabra “negrata”
cuando se refiere a la gente de color. Así que cuando ve
que su antigua novia (Webb) es sacada de la escena de
un crimen por su nuevo amante, Stone, un elegante abo-
gado negro (Washington), saltan las chispas racistas.
Moony sufre un ataque al corazón la misma noche que
Stone muere en un accidente de coche. Gracias a un
transplante acaba siendo un “hermano de sangre” de su
enemigo. Para horror de Moony, el fantasma del sarcásti-
co abogado se apunta al viaje, quejándose de que fue
asesinado y presionando al policía para que mejore su
aspecto. Bob Hoskins está valiente y divertido, exhibien-
do su incomodidad con ojos desorbitados cuando es
afeitado y le hacen la manicura en una transformación al
estilo Stone; Denzel Washington, por su parte, marca el
ritmo de su papel con una seguridad que nunca decae,
componiendo un convincente Stone. Los problemas vie-
nen de la mano del director y guionista James D. Parriott,
que no aprovecha con éxito los gags que le ofrece la des-
cabellada premisa –un policía que recibe un transplante
de corazón acaba dependiendo del órgano de su peor
enemigo–, ni tampoco deja a sus estrellas suficiente es-
pacio para construir sus personajes. Pero, a pesar de sus
fallos, esta pasable comedia fantástica es un agradable
pasatiempo. ■ J.D.D.
BLANCO, ROJO Y...
(Bianco, rosso e...), Italia-España-Francia, 1972, 90 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Alberto Lattuada. Guión: Jaja Fiastri,
Tonino Guerra, Alberto Lattuada, Ruggero Maccari (basado en una his-
toria de Tonino Guerra y Ruggero Maccari). Fotografía: Alfio Contini.
Montaje: Sergio Montanari. Música: Fred Bongusto. Dirección Artística:
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Vincenzo Del Prato. Intérpretes: Sophia Loren, Adriano Calentano, Fer-
nando Rey, Juan Luis Galiardo, Luis Marín, Giuseppe Maffioli. ***
Realizada entre Venga a tomar el café con nosotras y ¡He
sido yo!, ésta es una película de tono menor en la filmo-
grafía del autor de Padre putativo. Partiendo de un argu-
mento de Tonino Guerra y Ruggero Maccari, desarrolla la
historia sentimental nada hemingwayana que protagoni-
zan una monja enfermera y un joven comunista. Algunos
diálogos sardónicos salvan el honor de esta función en
exceso monopolizada por el divismo de Sophia Loren y
Adriano Celentano. Fernando Rey, como médico cirujano,
se distingue como secundario de lujo en el mismo año en
que cosechó fama internacional por su participación en
French Connection. ■ J.B.C.
BLANDINGS YA TIENEN CASA, LOS
(Mr. Blandings Builds His Dream House), EE.UU., 1948, 94 min.
Productor: Melvin Frank, Norman Panama. Director: H. C. Potter. Guión:
Melvin Frank, Norman Panama (basado en la novela de Eric Hodgins).
Fotografía: James Wong Howe. Montaje: Harry Marker. Música: Leigh
Harline. Dirección Artística: Carroll Clark. Intérpretes: Cary Grant,
Myrna Loy, Melvyn Douglas, Reginald Denny, Sharyn Moffett, Connie
Marshall. ***
En su larga y estimulante carrera, Cary Grant no sólo se
rodeó de maestros que le propulsaron a la inmortalidad
(Hawks, Hitchcock, Cukor, Capra...), sino también de mu-
chos y muy sólidos artesanos que supieron extraer lo me-
jor del actor. A la diestra del todoterreno Potter (Loqui-
landia, Un destino de mujer, La historia de los Miniver...),
Grant ofreció una interpretación superlativa en esta bulli-
ciosa y sardónica comedia, algo así como un precedente
de Esta casa es una ruina, donde un urbanita decide aban-
donar la gran ciudad y, con su poco convencida mujer, ins-
talarse en una destartalada casa de campo que devendrá
una pesadilla. Además de estar bien construida y mejor
interpretada, Los Blandings ya tienen casa anticipó, medio
siglo atrás, muchos de los males que hoy padece el ciu-
dadano en su caótica y consumista sociedad. ■ J.B.C.
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BLUES BROTHERS 2000.
EL RITMO CONTINÚA
(Blues Brothers 2000), UIP, EE.UU., 1997, 123 min.
Productor: Dan Aykroyd, John Landis, Leslie Belzberg. Director: John
Landis. Guión: Dan Aykroyd, John Landis. Fotografía: David Herrington.
Montaje: Dale Beldin. Música: Paul Shaffer. Vestuario: Deborah Nadool-
man. Intérpretes: Dan Aykroyd, John Goodman, Joe Morton, J. Evan
Bonifant. **
Casi veinte años después de la supertaquillera Granujas a
todo ritmo, un Landis en penosa fase de decadencia deci-
dió reencontrar a los marchosos hombres de negro
(Aykroyd y Goodman como sustituto del fallecido John
Belushi) en esta comedia loca (cuyo cénit es una paroxís-
tica demolición de coches), un cóctel de slapstick y blues
válido por la música: B. B. King, James Brown, Clapton,
Lou Rawls… ■ J.B.C.
BOAT TRIP
EE.UU.-Alemania, 2002, 94 min.
Productor: Frank Hübner, Brad Krevoy, Gerhard Schmidt, Andrew
Sugerman. Director: Mort Nathan. Guión: Mort Nathan, William Bige-
low. Fotografía: Shawn Maurer. Montaje: John Axness. Música: Robert
Folk. Dirección Artística: Uli Hanisch. Intérpretes: Cuba Gooding Jr.,
Horatio Sanz, Roselyn Sanchez, Vivica A. Fox, Maurice Godin, Roger
Moore, Lin Shaye, Victoria Silvstedt. **
Ésta es una comedia romántica de equívocos cuyo esce-
nario es un lujoso crucero gay en el que se montan, por
una mala pasada de la agencia de viajes, un par de sali-
dos, creyendo en la abundancia de chicas disponibles a
bordo. Las peripecias que allí vivirán (antes, durante y
después de la llegada imprevista de una docena de ape-
titosas náufragas en biquini) son de todo punto previsi-
bles y obedecen a un humor zumbón de espantosa vul-
garidad, tan chocarrero en lo tocante a la homosexuali-
dad como No desearás al vecino del quinto, con la que
comparte moraleja: hazte pasar por mariquita y ligarás.
Lo más estrafalario es la presencia de Roger Moore en-
carnando a una vieja locaza, impagable preguntando:
«¿Te apetece comerte mi chistorra?», y confesando al
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Bocados de realidad | 59
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final que antes era agente secreto de recta conducta he-
terosexual. Y lo más calentorro, Roselyn Sánchez instru-
yendo a Cuba Gooding Jr., mediante banana, sobre cómo
hacer una felación, escena de alta temperatura que rema-
ta un gag guarrindongo digno de American pie. ■ J.B.C.
BOB Y CAROL, TED Y ALICE
(Bob & Carol & Ted & Alice), Columbia, EE.UU., 1969, 105 min.
Productor: Larry Tucker. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul Mazursky
y Larry Tucker. Fotografía: Charles E. Lang. Montaje: Stuart H. Pappé.
Música: Quincy Jones. Vestuario: Moss Mabry. Intérpretes: Natalie
Wood, Robert Culp, Elliott Gould, Dyan Cannon, Horst Ebersberg. ***
Afilada pero simpática sátira de Paul Mazursky sobre la
mentalidad de los grupos de encuentro y el amor libre
que inundaron ciertas áreas de la vida californiana (Holly-
wood incluido, por supuesto) a finales de los años sesen-
ta. El documentalista Bob (Culp) y su esposa Carol (Wo-
od), profundamente sinceros y liberados, y los relativa-
mente puritanos Ted (Gould) y Alice (Cannon) son gran-
des amigos. Bob y Carol visitan un instituto en el sur de
California y vuelven a casa parloteando incansablemente
todo tipo de dogmas sobre la “Generación del Amor”.
Ella tiene un romance con un profesor de tenis, y él, de
acuerdo con su nueva mentalidad, la felicita. Alice es la
más conservadora del grupo, pero cuando Ted admite
que tuvo una aventura, ella sugiere que los cuatro ce-
lebren una orgía durante su viaje a Las Vegas. Las dos pa-
rejas acaban juntas en la cama, pero ninguno de ellos
sabe por dónde empezar. Tan pasada de moda como los
pantalones de campana, Bob y Carol, Ted y Alice alarmó
a algunos en su día debido a las prometidas revelaciones,
pero decepcionó a otros porque el romance se cruzó en
el camino. El verdadero problema es que hay demasiadas
palabras y muy poca acción, aunque los diálogos son ma-
ravillosos y las interpretaciones soberbias. Dyan Cannon
se afirma como una comediante experta y prácticamente
se adueña de la película, lo que no impide que Elliott
Gould, Natalie Wood y Robert Culp se luzcan en sus res-
pectivos papeles. Los momentos finales son un poco ma-
nidos, pero hasta entonces la sutileza del guión y del re-
parto nos ha proporcionado un enorme placer. ■ J.D.D.
BOCADOS DE REALIDAD
(Reality Bites), Jersey, EE.UU., 1994, 98 min.
Productor: Danny DeVito, Michael Shamberg. Director: Ben Stiller.
Guión: Helen Childress. Fotografía: Emmanuel Lubezki. Montaje: Lisa
Churgin. Música: Karl Wallinger. Dirección Artística: Sharon Seymour.
Intérpretes: Winona Ryder, Ethan Hawke, Ben Stiller, Janeane Garofalo,
Steve Zahn, Swoosie Kurtz. ***
A mediados de los 90 se habló a diestro y siniestro de la
generación X, denominación que nadie acertó a definir
nunca de una forma diáfana y que se refería a la juventud
de esos años que intentaba eso tan difícil de “encontrarse
a sí misma” al tiempo que su lugar en una sociedad que
no les gusta demasiado. En cine, Bocados de realidad –o
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60| Bocaccio ´70
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Reality Bites, como uno guste– fue la película emblemáti-
ca de dicha generación, aunque en el fondo lo que pro-
pone es un recorrido que ya se ha hecho otras veces por
la vida de un grupo de jóvenes que intentan descubrir en
qué consiste eso de ser adulto. La película ofrece un esti-
mable retrato psicológico de los personajes y una magní-
fica interpretación de Winona Ryder, muy bien secunda-
da por los tres coprotagonistas, uno de ellos, Ben Stiller,
debutante tras la cámara con innegable acierto. ■ J.E.
BOCACCIO ´70
Concordia/Francinex/Gray Film, Italia- Francia, 1961, 225 min.
Productores (colectivo): Carlo Ponti, Tonino Cervi. EPISODIOS: “Renzo
e Luciana”: Director: Mario Monicelli. Guión: Giovanni Arpino, Italo Cal-
vino, Suso Cecchi D´Amico, Mario Monicelli. Intérpretes: Marisa Soli-
nas, Germano Gilioli. “Le tentazioni del dottor Antonio”: Director: Fede-
rico Fellini. Guión: Federico Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli. Intérpre-
tes: Peppino de Filippo, Anita Ekberg. “Il lavoro”: Director: Luchino Vis-
conti. Guión: Brunello Rondi, Goffredo Parise, Luchino Visconti. Intér-
pretes: Romy Schneider, Tomas Milian. “La riffa”: Director: Vittorio de
Sica. Guión: Cesare Zavattini. Intérpretes: Sophia Loren, Luigi Giuliani.
Fotografía (colectivo): Armando Nanuzzi, Otello Martelli, Giuseppe
Rotunno. Montaje (colectivo): Adriana Novelli, Leo Catozzo, Mario
Serandrei. Música (colectivo): Piero Umiliani, Nino Rota, Armando Tro-
vaioli. Dirección Artística (colectivo): Piero Gherardi, Piero Zuffi, Mario
Garbuglia, Elio Costanzi. ****
Como bien explica su título, se trata de diferentes mane-
ras de ver el amor trasladando el espíritu de Boccaccio a
nuestro tiempo. Dirigida por cuatro de los nombres más
ilustres del cine italiano, el film inició el boom de las pelí-
culas de episodios, principalmente eróticos, de los que
encontrarán una nutrida selección a lo largo de este libro.
En esta ocasión, más que capítulos cortos, cada uno de
ellos podría muy bien pasar por una película en sí misma,
no en vano la duración de todo el proyecto se acerca a las
cuatro horas en su versión original, aunque para su exhi-
bición en Estados Unidos se eliminó el dirigido por Mario
Monicelli, que cuenta cómo una pareja es incapaz de vivir
una vida en común porque sus respectivos trabajos les
impiden coincidir en casa. El de Fellini es un auto-home-
naje, puesto que presenta a un hombre que se vuelve lo-
co ante la valla publicitaria de Anita Ekberg (¡anunciando
leche!), la exuberante protagonista de su célebre La dolce
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vita. El tercero, sin duda el más atrevido, cuenta cómo un
hombre aficionado a las prostitutas ha de tratar a su
mujer como una de ellas para mantener relaciones sexua-
les. Por su parte, el dirigido por De Sica resulta ser el más
divertido de todos ellos al presentar a Sophia Loren como
primer premio del concurso de la rifa de la Romagna, aun-
que ella manipulará a su conveniencia el sorteo. Puro
deleite del mejor cine italiano que se recuerda. ■ L.M.C.
BODA DEL SEÑOR CURA
España, 1979, 102 min.
Productor: Juan Bautista Soler. Director: Rafael Gil. Guión: Rafael Gil,
Fernando Vizcaíno Casas (basado en la novela de Fernando Vizcaíno
Casas). Fotografía: José F. Aguayo. Montaje: José Luis Matesanz. Música:
Antón García Abril. Intérpretes: José Sancho, José Bódalo, Manuel Teja-
da, Blanca Estrada, Manolo Codeso. **
Una de las varias películas que Rafael Gil realizó al final de
su carrera tomando como base textos de Fernando Viz-
caino Casas. Su argumento mueve muchos personajes, y
su epicentro es un sacerdote jesuita que vive los nuevos
tiempos de la democracia incluso manteniendo relacio-
nes sexuales con alguna que otra jovencita. Por supuesto,
bajo su apariencia de comedieta desenfadada late un eco
nostálgico por los tiempos pasados. Por lo que respecta
a su tono, viéndola se diría que Gil juega en esta ocasión
a Ozores o, como decía el añorado José Luis Guarner, «Gil
reciclado en algo así como la versión azul/imperial de
Eloy de la Iglesia». ■ J.B.C.
BODA DE MI MEJOR AMIGO, LA
(My Best Friend’s Wedding), Predawn Productions/Zucker Brother
Productions/TriStar, EE.UU., 1997, 105 min.
Productor: Jerry Zucker, Ronald Bass. Director: P. J. Hogan. Guión:
Ronald Bass. Fotografía: Laszlo Kovacs. Montaje: Garth Craven, Lisa
Fruchtman. Música: James Newton Howard. Diseño de producción:
Richard Sylvert. Dirección Arttística: Karen Fletcher Trujillo. Vestuario:
Jeffrey Kurland. Intérpretes: Joan Blondell, Roland Young, Carole Landis,
Billie Burke, Dennis O’Keefe, Patsy Kelly. ***
Una de las comedias de mayor éxito de los noventa, basa-
da en un guión original de Ronald Bass que pone al día con
éxito el modelo de la clásica comedia romántica de Holly-
wood. El filme fue el primer trabajo en EE.UU. del realiza-
dor australiano P. J. Hogan, que sorprendió a propios y
extraños con esa estupenda y ácida comedia que fue La
boda de Muriel. Hogan se amoldó sin problemas a los
esquemas hollywoodienses, aunque sin renunciar a una
voz personal para narrar una historia de amor que renace
cuando el ex novio de la protagonista le anuncia a ésta que
va a casarse. El reparto brilla a gran altura, aunque quien
roba la función en cuanto aparece es Rupert Everett, que
inauguró con éste una ahora ya larga galería de persona-
jes gays que aparecen con normalidad en la trama de una
película. Díaz y Roberts sacan jugo a sus papeles y, para
los teleadictos, el filme ofrece la sorpresa de reencontrar-
se con la televisiva Susan Sullivan (Falcon Crest). ■ J.E.
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 Bombas para la paz | 61
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BOEING BOEING
Paramount, EE.UU., 1965, 102 min.

Productor: Hal B. Wallis. Director: John Rich. Guión: Edward Anhalt

(basado en la obra de Marc Camoletti). Fotografía: Lucien Ballard. Mon-
taje: Warren Low, Archie Marshek. Música: Neal Hefti. Dirección Artísti-
ca: Hal Pereira, Walter Tyler. Intérpretees: Tony Curtis, Jerry Lewis, Dany
Saval, Christiane Schmidtmer, Suzanna Leigh, Thelma Ritter. ****

La obra de Marc Camoletti se representó con éxito duran-

te mucho tiempo en teatros de todo el mundo, así que
una versión cinematográfica era inevitable. Con un argu-
mento verdaderamente divertido sobre un Casanova de
las líneas aéreas sesgado por la moderna tecnología, pre-
senta a dos grandes comediantes –el incorregiblemente
presuntuoso Tony Curtis y un disciplinado y contenido
Jerry Lewis– que trabajan juntos impecablemente. Thel-
ma Ritter es la explotada ama de llaves y el trío de bellas
azafatas está igualmente bien escogido. El director John
Rich hace un excelente trabajo al superar lo que es esen-
cialmente (excepto por unos cuantos exteriores de París)
una comedia de un solo chiste en un solo decorado. Cur-
tis está excelente como el dueño del harén cuya estrate-
gia amenaza con colapsarse cuando el avanzado avión
Boeing (de ahí el título) augura una desastrosa superpo-
sición en disponibilidad de mujeres. Rich también extrae
una nueva dimensión de Lewis, aquí excelente en un sóli- cos maestros de la puesta en escena. Howard Hawks
do rol cómico como el rival profesional de Curtis que tiene esta obra maestra y tiene otras: La fiera de mi niña,
amenaza con hacer explotar el plan, aunque la interpre- Luna Nueva, La novia era él... Perfecciones. No hay en
tación más destacada es la de miss Ritter, la agobiada Bola de fuego ni tiempos muertos ni momentos que se
ama de llaves del protagonista que hace los necesarios sustraigan al calificativo de geniales. La comedia es siem-
cambios domésticos en fotos, vestuario y menú para que pre suave y picante, todo a un tiempo. Indicada para
la próxima en llegar siga creyendo que ella es la única nuestro ocio y para nuestras necesidades culturales, que
dueña del piso. La elegante fotografía es del gran Lucien aunque a muchos se les escape, Bola de fuego es cultura
Ballard y el lujo de la Paramount ayuda. ■ J.T. en primera instancia. ■ J.B.C.

BOLA DE FUEGO BOMBAS PARA LA PAZ

(Ball of Fire), RKO/Samuel Goldwyn, EE.UU., 1941, 110 min. Hispamex Films, España, 1958, 80 min.

Productor: Samuel Goldwyn. Director: Howard Hawks. Guión: Charles
Brackett, Billy Wilder. Fotografía: Gregg Toland. Montaje: Daniel Man-
dell. Música: Alfred Newman. Dirección Artística: Perry Ferguson. Intér-
pretes:: Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Oscar Hamolka, Dana Andrews,
Dan Duryea, Henry Travers. *****
Antes de ser sumo sacerdote de la mejor comedia ameri-
cana, Billy Wilder fue guionista. Con la colaboración de
Charles Brackett, a él se deben piedras preciosas del
tamaño de La octava mujer de Barba Azul, Ninotchka
(ambas de Lubitsch) o Medianoche (de Mitchell Leisen),
y también del tamaño de Bola de fuego, genial comedia
dirigida por Howard Hawks en 1941, con Gary Cooper y
Barbara Stanwyck de protagonistas inmejorables.
Todas estas películas suponen la cúspide de un géne-
ro generoso: provoca risas, alegrías, vitalidad. Pocas
veces el cine ha hablado con tanta gracia. Casi nunca
hemos visto situaciones tan brillantes como en estas
obras y otras análogas. Y en rara ocasión la comedia ha
gozado de un ritmo (un tempo, en nuestra jerga) tan
dinámico, medido con cartabón imaginario por auténti-
Director: Antonio Román. Guión: José María Iglesias. Fotografía: Manuel
Merino. Música: Fernando García Morcillo. Intérpretes: Fernando Fer-
nán-Gómez, Julita Martínez, José Isbert, Susana Campos, Félix Fernán-
dez, Antonio Riquelme, José Ramón Giner, Josefina Serratosa. **
A los 37 años y 15 de profesión, Fernán-Gómez era ya
imprescindible para encarnar a determinados personajes
de comedia del cine español. Su peculiar físico y su per-
sonalísima voz le diferenciaban del galán al uso y sus
dotes interpretativas dotaban de humanidad y realismo a
sus personajes. Era fácil conseguir que el espectador
medio se identificase con el actor quien, además, en
aquella época ya empezaba a demostrar que podía ser
mucho más que una simple estrella del cine. Había debu-
tado como realizador y había despuntado en otros ofi-
cios como el de escribir o el teatral. Fernán-Gómez es el
alma de este bienintencionado pero arcaico filme con un
mensaje humanístico ya entonces desfasado y que tam-
poco es uno de los mejores trabajos de su director Anto-
nio Román, considerado uno de los mejores directores
franquistas de los cuarenta. ■ A.C.

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62| Boomerang: el príncipe de las mujeres
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BOOMERANG: EL PRÍNCIPE
DE LAS MUJERES
(Boomerang), EE.UU., 1992, 117 min.
Productor: Brian Grazer, Warrington Hudlin. Director: Reginald Hudlin.
Guión: Barry W. Blaustein, David Sheffield (basado en una historia de
Eddie Murphy). Fotografía: Woody Omens. Montaje: Earl Watson. Músi-
ca: Johnny Gill, Marcus Miller. Intérpretes: Eddie Murphy, Robin Givens,
Halle Berry, David Alan Grier, Martin Lawrence, Grace Jones, Geoffrey
Holder. *
Una de las comedias más aburridas de Eddie Murphy.
Representa a un creativo publicitario sumamente seduc-
tor que se enamorará de una mujer que no le hace dema-
siado caso. Aparición de Halle Berry (que intervino en
muchos bodrios antes del Oscar), Martin Lawrence (uno
de los pretendidos sucesores de Murphy) y Grace Jones.
■ G.Q.
BOSQUE ANIMADO, EL
Classic Films, España, 1987, 109 min.
Producción: Eduardo Ducay. Director: José Luis Cuerda. Guión: Rafael
Azcona (basado en la novela de Wenceslao Fernández Florez). Fotogra-
fía: Javier Aguirresarobe. Música: José Nieto. Intérpretes: Alfredo Landa,
Alejandra Grepi, Fernando Valverde, Fernando Rey, Laura Cisneros,
Encarna Paso, María Isbert, Miguel Rellán. ***
La genial novela de Wenceslao Fernández Flórez merecía
una adaptación cinematográfica tan brillante como ésta.
Gracias a un admirable guión de Rafael Azcona (junto
con el de Belle Epoque, el mejor de los últimos veinte
años del maestro de Logroño), José Luis Cuerda destila a
través de la gran pantalla todo el rocío mágico del bos-
que de Cecebre y de sus encantados habitantes. Empe-
● ●
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zando por Malvís (fantástico Landa), ganapán convertido
en entrañable bandido Fendetesta, y siguiendo por el po-
cero Geraldo (Tito Valverde), su enamorada platónica
Hermelinda (Alejandra Grepi), la meiga celestina (María
Isbert), el patriarca D’Abando (Fernando Rey), el zombi
errante (Miguel Rellán)... Un territorio hechizado y quei-
mado en el que da gusto perderse. ■ J.C.
BOTONES, EL
(The Bellboy), EE.UU., 1960, 72 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry Lewis. Foto-
grafía: Haskell B. Boggs. Montaje: Stanley E. Johnson. Música: Walter
Scharf, Jerry Lewis. Dirección Artística: Henry Burnstead, Hal Pereira.
Intérpretes: Jerry Lewis, Alex Gerry, Bob Clayton, Sonnie Sands, Eddie
Shaeffer, Herkie Styles. ****
Más allá de su curiosidad como debut en la dirección de
Jerry Lewis, El botones tiene hoy el valor añadido de su
condición de verdadera joya cinéfila. Sorprende la maes-
tría y la elegancia con que su autor ya utilizaba la cáma-
ra. Como también el carácter experimental de una pelí-
cula decididamente arriesgada, que por ello apuesta más
por el estilo que por la vocación comercial. Filmada en
blanco y negro, la cinta tuvo un humilde presupuesto de
900.000 dólares y, luego, recaudó en taquilla diez millo-
nes de dólares. Fue un negocio redondo, tanto para el
cineasta como para la Paramount, que nunca había visto
muy claro el deseo de su estrella de querer dirigirse a sí
mismo. A pesar de su aparente modestia, El botones se
revela hoy como el brillante resultado de la osadía de un
artista –entonces en la cúspide de su fama– que desafió
a un gran estudio, la Paramount, con una película total-
mente inusual. Porque Lewis quiso homenajear la gran
cuna del género, el glorioso cine cómico de la época mu-
da, cuando aquellos pioneros (de Keaton a Lloyd, pasan-
do naturalmente por Chaplin) pusieron las bases del len-
guaje fílmico a partir de la risa, del gag siempre irrespe-
tuoso. Así, Jerry apenas habla durante toda la película. Se
limita a silbar y sólo al final, cuando el director del hotel
le toma por un agitador sindical, pronuncia sus primeras
palabras en forma de moraleja: «Nunca puede saber uno
lo que piensa otra persona, si no se le pregunta». Así de
sencillo. Como aparentemente sencillo es este filme cuya
complejidad puede pasar inadvertida por la espontanei-
dad de gags y situaciones, en realidad producto de un
ritmo desarrollado con precisión matemática. ■ LL.B.M.
BOUDU SALVADO DE LAS AGUAS
(Boudu sauvé des eaux), Société Sirius, Francia, 1932, 88 min.
Productor: Jean Gehret, Marc Le Pelletier. Director: Jean Renoir. Guión:
Jean Renoir, Albert Valentin (basado en la obra de René Fauchois). Foto-
grafía: Jean-Paul Alphen. Montaje: Marguerite Renoir, Suzanne de Trove.
Música: Raphaël, Johann Strauss. Intérpretes: Michel Simon, Charles
Granval, Marcelle Hainia, Séverine Lerczynska, Jean Dasté. *****
Hay que dejarse llevar por el goce mayúsculo del cine de
Jean Renoir, padre y patrón del cine francés, precursor
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● ●
del neorrealismo y de la nouvelle vague y maestro del
cine tout court. En este realizador anida el espíritu de la
modernidad, algo ajeno a la fecha de producción de cual-
quiera de sus películas: la frescura formal de su obra, el
tono directo de su narración, desprovista siempre de
retórica, y el alcance humano –o humanista– de su conte-
nido están más allá de su tiempo y poseen una jovialidad
que sigue causando rubor entre los cineastas de nuestros
días. Buena prueba de ello es esta cáustica Boudu salva-
do de las aguas, adaptación de un bodevil de René Fau-
chois reajustado por Renoir hasta convertirlo en la pro-
clama anarquista más contundente de la historia del cine.
La trama arranca cuando un estirado, egoísta caballe-
ro burgués, encaprichado de su doncella, salva de pere-
cer ahogado a un vagabundo, el Bodou mencionado en el
título, lo lleva a su casa, le da cobijo, lo viste con sus ropas
y le da de comer. Pero Boudu se queda a vivir en su casa,
siembra su excentricidad por doquier, se hace el rey y
señor del hogar y seduce tanto a la esposa de su salva-
dor como a la doncella. La aparición de un billete de lote-
ría redoblará el eco de esta fábula sobre la libertad, la
riqueza y la pobreza, básicamente de espíritu.
La película Boudu salvado de las aguas desmonta
implacablemente los esquemas aparentemente sólidos
en que una clase social determinada ha construido su
vida y ni que decir tiene que apuesta por la libertad
representada por su personaje principal, excelentemente
encarnado por Michel Simon, actor entonces habitual de
Jean Renoir (Tiré au flanc, On purge bébe, La chienne),
que ya había encarnado a Boudu en los escenarios. Años
después, en su libro de memorias, Jean Renoir anunciaba
que Boudu anunciaba, con mucha antelación, el movi-
miento hippy.
Dos datos finales: la colaboración de Jacques Becker,
otro maestro del cine francés, haciendo sus pinitos como
ayudante de dirección (y dejándose ver en un breve
papel de poeta callejero), y recordar, si el argumento les
ha sonado, que posiblemente hayan visto su remake ame-
ricano, Un loco suelto en Hollywood, con Nick Nolte y
Richard Dreyfuss. ■ J.B.C.
BOWFINGER: EL PÍCARO
(Bowfinger), EE.UU., 1999, 97 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Frank Oz. Guión: Steve Martin. Foto-
grafía: Ueli Steiger. Montaje: Richard Pearson. Dirección Artística: Tom
Reta. Intérpretes: Steve Martin, Eddie Murphy, Heather Graham, Christi-
ne Baranski, Jamie Kennedy, Adam Alexi-Malle, Kohl Sudduth. ***
Después de In & Out, a Frank Oz no se le ocurrió mejor
idea que la de rodar una película de marcianos de serie Z
con, como protagonista, una megaestrella del momento
(Eddie Murphy) y con la particularidad de que ésta no
tiene el menor conocimiento de que la está rodando; una
película, en fin, que vendría a ser algo así como un sub-
producto de Lloyd Kaufman para la Troma interpretado
por Will Smith.
Es una premisa algo demencial pero ingeniosa, y Oz la
explota con el talento, inundando generosamente el rela-
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Breve escapada | 63
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to con chistes, referencias y alusiones mordaces al caóti-
co panorama de la Meca del cine. Su punto de apoyo
principal está en las caracterizaciones de Steve Martin y
Eddie Murphy (éste en un doble papel: encarna al susodi-
cho astro y a un chico multiuso), ambos en plena forma,
eléctricos, como hacía tiempo no les veíamos. ■ J.B.C.
BREAKING OUT: FUGA EN ESCENA
(Vägen Ut), Suecia, 1999, 103 min.
Dirección: Daniel Lind Lagerlöf. Producción: Sonet Film. Guión: Malin
Lind Lagerlöf. Fotografía: Jens Fischer. Dirección de producción: Maria
Strid. Música: Conny Malmqvist y Hans Åkerhjelm. Intérpretes: Björn
Kjellman, Viveka Seldahl, Peter Haber, Thomas Hanzon, Michael Nyqvist,
Shanti Roney, Lamine Dieng, Oliver Loftéen, Göran Ragnerstam, Li-Xin
Zhao. **
La opera prima de Daniel Lind Lagerlöf arrastra a priori el
alargado lastre de Full Monty (por cierto, ¿alguien ha con-
tado la cantidad de películas que se han arrimado a tal
sombra, bien vía promocional, bien vía argumental, en los
últimos años?). Sin embargo, y ése es su principal mérito,
ha sabido hacerse el sueco de tan odiosa comparación y
de otras (por ejemplo, cumbres del cine carcelario como
Cadena perpetua) y envasar al vacío un producto aseado,
al ralentí y con caligrafía calibrada para los momentos de
comedia, drama, tragedia, euforia, compadreo y amargu-
ra. La trama se centra en un pobre diablo (encarnado casi
mediterráneamente por Björn Kjellman) al que el INEM de
turno le manda como animador cultural a una cárcel
escandinava pero macarra. Allí, contra viento y marea,
logrará organizar una obra de teatro entre los reclusos,
elegidos muy calculadamente también (hay un negro, un
chino, un gay, un melifluo y un ex actor, entre otros).
Curiosa la presencia de Peter Haber, recién exportado de
la zona noble (Liv Ullmann & Bergman) para dar vida al
típico matón de trena. ■ J.C.
BREVE ESCAPADA
(Runaway Daughters), EE.UU., 1994, 83 min.
Productor: Lou Arkoff, David Giler, Debra Hill, Willie Kutner. Director:
Joe Dante. Guión: Charles S. Haas, Lou Rusoff. Fotografía: Richard
Bowen. Montaje: Mark Helfrich. Música: Hummie Mann. Dirección
Artística: Jeffrey Tex Schell. Intérpretes: Julie Bowen, Holly Fields, Jenny
Lewis, Paul Rudd, Chris Young, Dick Miller, Dee Wallace-Stone, Chris-
topher Stone. ***
De Hollywood Boulevard a Looney Tunes, la carrera de
Joe Dante, pase por las manos del rey del cine barato,
Roger Corman (Piraña), o por las del rey Midas de Holly-
wood, Steven Spielberg (Gremlins y secuela), es un
modelo de coherencia. Una obra personal y creativa for-
jada en materiales de derribo, en el homenaje o la paro-
dia del cine popular, los programas dobles y el cartoon.
Incluso en un modesto telefilme como Breve escapada,
que es el remake de una película del prolífico Edward L.
Cahn realizada en 1956, deja Dante su huella. Centrada en
las peripecias de tres chicas que van en coche en busca
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64| Bride Came C.O.D., The
● ●
del novio de una de ellas, que la ha dejado embarazada y
se ha alistado en el ejército, la película está ambientada
en 1957 y es algo así como un irónico American graffiti, un
chapuzón en la América que Dante conoció de niño: los
autocines con películas de hombres lobo, el Sputnik, las
canciones de Eddie Cochran... Con los cameos habituales:
Dick Miller, Robert Picardo, Roger Corman encendiendo
feliz una barbacoa, entre otros. ■ J.B.C.
BRIDE CAME C.O.D., THE
Warner, EE.UU., 1941, 94 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: William Keighley. Guión: Julius J. Eps-
tein, Philip G. Epstein. Fotografía: Ernest Haller. Montaje: Thomas
Richards. Música: Max Steiner. Dirección Artística: Ted Smith. Intérpre-
tes:: James Cagney, Bette Davis, Stuart Erwin, Jack Carson, Eugene Pallet-
te, George Tobias. ***
El improbable emparejamiento cómico de los grandes
James Cagney y Bette Davis puede parecer un tanto ma-
licioso, pero ambos parecen disfrutar de su mutua comp-
añía. La trama es una muy diluida comedia de enredos
sobre confusión de identidades y novias a la fuga: ella es
una heredera que pretende casarse con el afectado líder
de una banda de música a quien su padre desaprueba, él
es un aviador contratado por el anciano para secuestrar-
la. El antagonismo deja paso al amor, pero sólo después
de que la pareja supere varias indignidades cómicas
mientras están varados en un pueblo fantasma del desier-
to. Las comparaciones con Sucedió una noche eran ob-
vias e inevitables, a pesar de los siete años (y varias imita-
ciones) que habían transcurrido desde que apareció la
original. El rol de Eugene Pallette como el confuso padre
de la chica añadía una sensación de deja vu aún mayor a
la película, pero en cualquier caso fue un éxito de públi-
co, que estaba dispuesto a pasar por alto el humor fre-
cuentemente forzado y la inapropiada edad de los prota-
gonistas. Cagney está mejor en los momentos de farsa,
algo lógico si tenemos en cuenta que la mayoría de las
bromas implican que Davis pierda su dignidad. Aún así,
Bette era una consumada profesional, y se alza sobre
este sinsentido con estilo y elegancia. Pallette y Jack Car-
son también tienen sus momentos, pero aceptan con hu-
mildad su papel de secundarios de lujo. The Bride Came
C.O.D. es un vehículo para sus estrellas. Sin ellos, habría
sido olvidable, pero hay que reconocer que están real-
mente soberbios. ■ J.T.
BROADWAY DANNY ROSE
Orion, EE.UU., 1984, 86 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse. Música: Dick
Hyman. Dirección Artística: Mel Bourne. Intérpretes: Woody Allen, Mia
Farrow, Nick Apollo Forte, Milton Berle, Sandy Baron, Corbett Monica,
Jackie Gayle. ****
Después de hacer varios filmes más ambiciosos, Woody
Allen regresó a tierra firme con Broadway Danny Rose,
● ●
●
una encantadora comedia concebida como un sentido
homenaje a las humildes gentes de los night-clubs neo-
yorquinos, ahí donde él mismo, modestamente, empezó
su carrera. La película comienza con un grupo de perso-
najes de Broadway sentados en el Carnegie Delicatessen
recordando la carrera de Danny Rose (Allen), un agente
de poca monta al que todos sus clientes abandonan
cuando les llega su gran oportunidad. Su único cliente
regular es Lou Canova (Forte), un cantante que bebe
demasiado, pesa demasiado y utiliza a Rose como coar-
tada cuando está fuera engañando a su esposa con su
novia Tina (Farrow). Los chistes están firmemente clava-
dos en el argumento, y la película, fotografiada por Gor-
don Willis en austero blanco y negro, es visualmente
magnífica, pero lo que la hace funcionar tan bien es la
calidez nada sentimental que impregna cada fotograma.
Como actor, Woody Allen brilla con excentricidad, apor-
tando su propio toque ligero a cada línea de diálogo,
mientras la irreconocible Mia Farrow (aparece con senos
y traseros artificiales para dar la imagen de una rubia
ostentosa) resulta cómicamente franca como la chica de
un gángster. El hallazgo de un actor como Nick Apollo
Forte, con su canción “My Bambina”, es otro de los
muchos aciertos de esta apasionada declaración en favor
del showbusiness, cuya construcción resulta mucho más
elaborada de lo que su narración, directa y vigorosa,
pueda hacer pensar. ■ J.D.D.
BROMAS CON MI MUJER... NO
(Not with My Wife, You Don’t!), Warner, EE.UU., 1966, 118 min.
Productor: Norman Panama. Director: Norman Panama. Guión: Norman
Panama, Larry Gelbert, Peter Barnes. Fotografía: Charles Lang, Jr. Monta-
je: Aaron Stell. Música: John Williams. Dirección Artística: Edward
Carrere. Intérpretes: Tony Curtis, Virna Lisi, George C. Scott, Carroll
O’Connor, Richard Eastham, Eddie Ryder. ***
Bromas con mi mujer... no es una notable comedia romá-
ntica sobre un matrimonio de las Fuerzas Aéreas amena-
zado por los celos cuando un antiguo novio de la esposa
aparece de nuevo en escena. La historia presenta a Tony
Curtis y George C. Scott como viejos camaradas de la
guerra de Corea cuya rivalidad por Virna Lisi se renueva
●

● ●
cuando Scott descubre que Curtis se llevó a la chica con
subterfugios. La divertida premisa se mantiene por medio
de una interminable sucesión de situaciones cómicas,
incluyendo riñas domésticas, flashbacks y una magnífica
parodia de los filmes extranjeros. Scott, habitualmente
asociado con el drama de peso más que con el material
ligero, demuestra aquí su talento cómico, moviéndose
con los probados instintos de un consumado sátiro, y
Curtis no le anda a la zaga. Un entusiasta guión, notables
interpretaciones, una sólida dirección y buenos valores
de producción mantienen la hilaridad durante toda la
película. ■ J.D.D.
BRUJAS, LAS
(Le streghe), Dino de Laurentiis/Les Productions Artistes Associés,
Italia- Francia, 1966, 105 min.
Productor (colectivo): Dino de Laurentiis. EPISODIOS: “La strega bru-
ciata viva”: Director: Luchino Visconti. “Senso cívico”: Director: Mauro
Bolognini. “La terrra vista dalla luna”: Director: Pier Paolo Pasolini. “La
siciliana”: Director: Franco Rossi. “Una sera come le altre”: Director: Vit-
torio de Sica. Guiión (colectivo): Giuseppe Patroni Griffi, Age, Scarpelli,
Cesare Zavattini, Franco Rossi, Luigi Magni, Roberto Gianviti, Fabio
Carpi, Enzo Muzii. Fotografía (colectivo): Giuseppe Rotunno. Montaje
(colectivo): Mario Serandrei, Nino Baragli, Giorgio Serrallonga, Adriana
Novelli. Música (colectivo): Ennio Morricone, Piero Piccioni. Intérpretes
(colectivo): Silvana Mangano, Annie Girardot, Alberto Sordi, Totò. ***
Película de episodios, dirigidos por grandes maestros del
cine italiano como Visconti, Pasolini, De Sica, Bolognini y
Franco Rossi. Destaca sobremanera la participación de
Pasolini, inédito en esta clase de películas y que aquí
cuenta una curiosa historia de amor entre un viudo (Totò)
y una chica sordomuda (la tremenda Silvana Mangano).
En realidad, y siempre con un leit motiv al que asirse, en
esta ocasión se trata de que las mujeres tomen protago-
nismo –de ahí su título– aunque no siempre salgan bien
paradas. Precisamente será sobre la personalidad de
Mangano que girarán el resto de capítulos: encarnando a
una actriz que no puede escapar ni de su fama ni de una
vida personal que le pone en la tesitura de tener un hijo y
abandonar su carrera; a una dama de la alta sociedad que
recoge a un extraño autoestopista; a una mujer que, para
librarse de un novio pesado, no duda en utilizar las malas
artes de su familia; y a una casada algo aburrida que
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Brujas mágicas | 65
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piensa en lo diferente que eran las cosas con su marido
antes del matrimonio. Es en esta última historia donde
aparece Clint Eastwood, en una de sus escasas colabora-
ciones en el cine italiano, por aquel entonces recién lle-
gado al estrellato con los spaghetti-western de Sergio
Leone. ■ L.M.C.
BRUJAS DE EASTWICK, LAS
(The Witches of Eastwick), Warner Bros., EE.UU., 1987, 118 min.
Productor: Neil Canton, Peter Guber, Jon Peters. Director: George Miller.
Guión: Michael Cristofer (basado en la novela de John Updike). Fotogra-
fía: Vilmos Zsigmond. Montaje: Richard Francis-Bruce, Hubert C. de La
Bouillerie. Música: John Williams. Diseño de producción: Polly Platt.
Dirección Arrtística: Mark Mansbridge, Dave Howard Stein. Vestuario:
Aggie Guerard Rodgers. Intérpretes: Jack Nicholson, Cher, Susan Saran-
don, Michelle Pfeiffer, Veronica Cartwright, Richard Jenkins, Keith
Jochim, Carel Struycken, Helen Lloyd Breed, Caroline Struzik. **
El diablo aterriza en una pequeña localidad norteamerica-
na, en esta puesta al día, en versión demoniaca, de la co-
media sobre la guerra de sexos: él no es otro que Jack Ni-
cholson, y ellas nada menos que Cher, Sarandon y Pfeiffer,
por lo que el disfrute interpretativo –salvo detractores
declarados del cuarteto protagonista– está servido. ■ J.E.
BRUJAS MÁGICAS
España, 1981, 82 min.
Productor: José Frade. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozo-
res. Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Montaje: Antonio Ramírez. Música:
Gregorio García Segura. Dirección Artística: José Luis Galicia, Cruz
Baleztena. Intérpretes: Andrés Pajares, Antonio Ozores, Azucena Her-
nández, Adriana Ozores. **
Una especie de “parodia nacional”, que sigue la línea de
comedias disparatadas ambientadas en castillos encanta-
●
66| Brutos, sucios y malos
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dos que iniciase Polvos mágicos. En esta ocasión, Ozores
aprovecha la coyuntura del país para dar cabida a una
continua sucesión de chistes referidos a personajes de la
actualidad. Por eso, recomendamos que si algún espec-
tador tiene la ocurrencia de ver esta película, antes debe
ir a la hemeroteca y empollarse de los acontecimientos
sucedidos en España durante los años 1980 y 1981: el
inquisidor Justo Roquemada (“J.R.”) es José María García,
paladín de las causas perdidas y fustigador de directivos
de la Federación Española de Fútbol (véase Pablo, Pabli-
to, Pablete y similares); Andrés Pajares, que imita a Jesús
Hermida mientras hace de pregonero, es acusado de
brujo; María Casal y Adriana Ozores hacen la broma de
ser las presentadoras del programa de TVE Aplauso; hay
uno que se ríe porque dice que España va a ganar el Mun-
dial de fútbol (hace bien) y el Libro Gordo de Petete es el
de una bruja. O sea, cachondeo general en torno al país,
que buena falta le hacía. Adriana Ozores no podía supo-
ner que, haciendo tonterías de este estilo, veinte años
después acabaría convirtiéndose en la mejor actriz del
cine español. ■ L.M.C.
BRUTOS, SUCIOS Y MALOS
(Brutti, Sporchi e Cattivi), Italia, 1976, 115 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Ettore Scola. Guión: Ettore Scola y
Ruggero Maccari. Fotografía: Dario Di Palma. Montaje: Raimondo Cro-
ciani. Música: Armando Trovaioli. Intérpretes: Nino Manfredi, Francesco
Anniballi, Maria Bosco, Franco Merli, Ettore Garofolo, Alfredo D’Ippoli-
to. ***
Ettore Scola ganó el premio al Mejor Director en Cannes
por esta comedia negra sobre una amplia y degenerada
familia que vive en un poblado de chabolas a las afueras
de Roma. Nino Manfredi es el patético y monstruoso
patriarca tuerto Giacinto, consumido por el miedo de que
sus conspiradores familiares le roben el dinero de su
seguro (un millón de liras). Scola no da una visión en
absoluto romántica de los pobres (todo lo que les intere-
sa es beber, robar y copular), pero en este entorno es difí-
cil pensar que pudiese ser de otro modo. Deprimente y
divertida al mismo tiempo, como un cruce entre Ladrón
de bicicletas y Steptoe and Son. ■ J.D.D.
BUENAS NOCHES,
SEÑORAS Y SEÑORES
(Signore e signori, buonanotte), Cooperativa 15 Maggio, Italia, 1976,
118 min.
Productor: Franco Committeri. Director: Ettore Scola, Mario Monicelli,
Luigi Comencini, Luigi Magni. Guión: Age (Agenore Incrocci), Scarpelli,
Leo Benvenuti, Piero de Bernardi, Ruggero Maccari, Ugo Pirro. Fotogra-
fía: Claudio Ragona. Montaje: Amedeo Salfa, Luciana Scandroglio, Vin-
cenza Caruso. Música: Lucio Dalla, Antonello Yenditti, Giuseppe Maz-
zucca, Nicola Samale. Dirección Artística: Lucia Mirisola, Lorenzo Baral-
di, Luciano Spadoni, Roberta Tomassetti. Vestuariio: Lucia Mirisola,
Lorenzo Baraldi, Luciano Spadoni, Paola Comencini, Vittoria Guaita.
Intérpretes: Marcello Mastroianni, Monica Guerritore, Lucretia Love,
Vittorio Gassman, Eros Pagni, Camillo Milli, Carlo Croccolo, Angelo
● ●
●
Pellegrino, Gianfranco Barra, Franco Angrisano, Aldo Suligoj, Andrea
Bosic, Nino Manfredi. ***
Esta típica comedia italiana de sketches tiene la peculia-
ridad de estar dirigida por un montón de significativos
directores sin especificar qué parte del pastel le corres-
ponde a cada uno (tarea tantálica, pues, para el cinéfilo
erudito reconocer las huellas de un Comencini, un Magni,
o la de los guionistas Age y Scarpelli, que también roda-
ron material). Se trata de poner en la picota a la sociedad
italiana a través de una sátira salvaje sobre la televisión,
tomando como base la programación de una cadena
imaginaria. El conjunto es desigual, pero la presencia de
la flor y nata del star system italiano y la brillantez de
algunos sketches (genial uno escatológico protagoniza-
do por Tognazzi: un militar intenta recuperar una medalla
que se le ha caído en el retrete) auguran una película la
mar de divertida. ■ J.B.C.
BUENA VIDA, LA
Fernando Trueba PC/Kaplan/Olmo Films/L. Films/Academy Pictu-
res, España-Francia-Italia, 1996, 108 min.
Productor: Fernando Trueba. Director: David Trueba. Guión: David True-
ba. Fotografía: William Lubtchansky. Música: Antoine Duhamel. Intér-
pretes: Fernando Ramallo, Lucía Jiménez, Luis Cuenca, Isabel Otero, Joel
Joan, Vicky Peña, Jordi Bosch, Alma Rosa. ****
En esta su ópera prima, producida por su hermano Fer-
nando, el escritor y guionista David Trueba rindió home-
naje a Truffaut a través de una suerte de Los 400 golpes
castiza con música de Antoine Duhamel (Besos robados,
El pequeño salvaje...) y fotografía de William Lubtchansky
(La mujer de al lado), que bucea en las tribulaciones agri-
dulces de un niño en el momento crucial de su vida en
que deja de serlo. Pero no es La buena vida un filme mi-
mético ni la temible empanada mental del gracioso que
viene a darnos la lata contándonos sus cuitas púberes, si-
no una comedia sentimental evocativa estructurada con
ingenio, hábilmente dialogada, puesta en escena con pe-
ricia y muy, muy fresca. Estupendos hallazgos los de Ra-
mallo y Jiménez y memorable relanzamiento del vetera-
no Luis Cuenca. ■ J.B.C.
BÚFALOS DE DURHAM, LOS
(Bull Durham), Mount, EE.UU., 1988, 108 min.
Productor: Thom Mount y Mark Burg. Director: Ron Shelton. Guión:
Ron Shelton. Fotografía: Bobby Byrne. Montaje: Robert Leighton y
Adam Weiss. Diseño de producción: Armin Ganz. Música: Michael Con-
vertino. Vestuario: Louise Frogley. Intérpretes: Kevin Costner, Susan
Sarandon, Tim Robbins, Trey Wilson, Robert Wuhl, William O’Leary,
David Neydorf, Danny Gans, Tom Silardi, Max Patkin, Jenny Robertson,
Garlan Buntin. ****
No tanto una película de béisbol como una comedia ro-
mántica con este deporte como telón de fondo. Cada te-
mporada, Annie (Sarandon) –devota creyente en la Igle-
sia del Béisbol– elige a un miembro del equipo de los
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● ●
Durham Bulls para instruirle en las sutiles artes del depor-
te y el amor. En esta ocasión, el elegido es el joven Ebby
(Robbins), al que inicia en el secreto de “respirar a través
de los párpados”, le anima a llevar un suspensorio duran-
te los partidos y le ata a la cama para leerle extractos del
poema erótico de Whitman “I Sing the Body Electric”. El
veterano Crash (Costner), entretanto, cuida del chico
para lanzarle a las grandes ligas. Paradójicamente, el ínti-
mo conocimiento que el director Ron Shelton tiene del
béisbol le permite expresar el sentimiento del juego, su
esotérica mitología y extrañas supersticiones, sin perder
de vista el asunto principal: ¿cuándo acabarán juntándo-
se Annie y Crash? Derrochando carisma, Kevin Costner
confirma su status como el gran galán romántico de fina-
les de los años ochenta, y a su altura se sitúa la maravi-
llosa Susan Sarandon, cuya arrebatadora personalidad no
tiene parangón en el Hollywood de la época. Sólo ella
puede ser más sexy leyendo poemas de Emily Dickinson
completamente vestida de lo que la mayoría de actrices
resultarían retorciéndose desnudas en una cama. Estu-
penda película. ■ J.D.D.
BUFFET FROID
Francia, 1979, 89 min.
Productor: Alain Sarde. Director: Bertrand Blier. Guión: Bertrand Blier.
Fotografía: Jean Penzer. Montaje: Claudine Merlin. Música: Philippe
Sarde. Diseño de producción: Théobald Meurisse. Vestuario: Michèle
Cerf. Intérpretes: Gèrard Depardieu, Bernard Blier, Jean Carmet, Denise
Gence, Marco Perrin, Jean Benguigui, Carole Buquet. **
Comedia cargada de humor negro y mala uva, sobre las
andanzas urbanas de un comisario de policía (Bernard
Blier, padre del realizador), un joven casado que vaga por
la ciudad con una navaja (Depardieu) y otro solitario ase-
sino (Carmet). ■ J.B.C.
BUONA SERA, MRS. CAMPBELL
Italia, 1968, 108 min.
Productor: Melvin Frank. Director: Melvin Frank. Guión: Melvin Frank,
Denis Norden, Sheldon Keller. Fotografía: Gábor Pogány. Montaje: Bill
Butler. Música: Riz Ortolani. Dirección Artística: Arrigo Equini. Vestua-
rio: Morton Haack. Intérpretes: Gina Lollobrigida, Shelley Winters, Phil
Silvers, Peter Lawford, Telly Savalas, Lee Grant, Janet Margolin. ***
Entretenida comedia de enredos concebida como vehí-
culo de lucimiento para la entonces celebérrima Gina Lo-
llobrigida. La Lollo encarna aquí a una italiana tempera-
mental que en los días de la Segunda Guerra Mundial
tuvo relaciones con un teniente, un sargento y un cabo
norteamericanos y quedó embarazada de uno de ellos;
durante veinte años ha engañado a todos, haciendo creer
a cada uno ser el padre y cobrando así una triple pensión.
Pero ahora los tres regresarán a Europa para celebrar una
conmemoración y, claro está, los líos se pondrán en mar-
cha. Aunque la actriz domina la película en su condición
de primera estrella, hay que señalar que el resto del equi-
po actoral está a la altura de las circunstancias. ■ J.B.C.
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Buscando a Greta | 67
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BURLA DEL DIABLO, LA
(Beat the Devil), Romulus/Santana, EE.UU., 1953, 100 min.
Productor: Jack Clayton. Director: John Huston. Guión: Truman Capote
y John Huston (basado en la novela de James Helvick). Fotografía:
Oswald Morris. Montaje: Ralph Kemplen. Música: Franco Mannino.
Dirección Artística: Wilfred Shingleton. Intérpretes: Humphrey Bogart,
Jennifer Jones, Gina Lollobrigida, Robert Morley, Peter Lorre, Ivor Bar-
nard, Edward Underdown. **
En esta excéntrica parodia de los thrillers al estilo de El
halcón maltés, un heterogéneo grupo de viajeros se diri-
ge a la costa africana, donde cada uno de ellos planea
reclamar una parcela de tierra rica en uranio. El absurdo
guión de Truman Capote está plagado de bromas priva-
das y personajes bizarros, y la historia es embarullada a
más no poder (el humor de los diálogos y la impenetra-
ble falsedad de las apariencias acaban por enterrar la
anecdótica e irreproducible trama), pero poco importa
eso si se tiene en cuenta que el resultado es vibrante,
ingenioso y provoca una genuina satisfacción cinemato-
gráfica. El estridente reparto es otro de los atractivos de
la película, la más desconocida y atípica de John Huston,
que se rodeó para la ocasión de una serie de incondicio-
nales: Humphrey Bogart, Peter Lorre o Robert Morley,
junto a la chocante presencia de Gina Lollobrigida y Jen-
nifer Jones. Un título repudiado por muchos que, sin em-
bargo, ha logrado un merecido status de culto. ■ J.D.D.
BUSCANDO A GRETA
(Garbo Talks), United Artists, EE.UU., 1984, 103 min.
Productor: Burtt Harris, Elliott Kastner. Director: Sidney Lumet. Guión:
Larry Grusin. Fotografía: Andrzej Bartkowiak. Montaje: Andrew Mond-
shein. Música: Cy Coleman. Dirección Artística: Philip Rosenberg. Intér-
pretes: Anne Bancroft, Ron Silver, Carrie Fisher, Catherine Hicks, Steven
Hill, Hermione Gingold. ***
El cariño del director Sidney Lumet por los rebeldes
sociales se remonta a su primera película, Doce hombres
sin piedad, y la tendencia continúa en Buscando a Greta,
en la que Anne Bancroft interpreta a una afable pero de-
mente excéntrica. Estelle Rolfe (Bancroft) es una excén-
trica chiflada que ha adorado a Greta Garbo desde la
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68| Buscando a Susan desesperadamente
● ● ●

infancia, hasta que la estrella ha quedado entretejida en

la fábrica de su imaginación. Su identificación con la
‘Divina sueca’ se ha convertido para ella en un modo de
dar glamour a su vida cotidiana. Estelle no es un ama de
casa corriente. Divorciada de su esposo (Steven Hill), es
continuamente arrestada por defender cualquier causa y
luchar contra las indignidades diarias de la vida en Nueva
York. Ron Silver es su exasperado pero devoto hijo y Ban-
croft hace a su personaje totalmente creíble, impidiendo
que degenere en una caricatura. El resultado es una
encantadora aunque irregular película, repleta de bromas
privadas sobre Nueva York que no todo el mundo apre-
ciará. ■ J.D.D.

BUSCANDO A SUSAN
DESESPERADAMENTE
(Desperately Seeking Susan), EE.UU., 1985, 104 min.

Productor: Sarah Pillsbury, Midge Sanford. Director: Susan Seidelman.

Guión: Leora Barish, Floyd Byars (sin acreditar). Fotografía: Edward Lach-
man. Montaje: Andrew Mondshein. Música: Thomas Newman. Direc-
ción Artística: Speed Hopkins. Intérpretes:: Rosanna Arquette, Madon-
na, Aidan Quinn, Mark Blum, Laurie Metcalf, Robert Joy, Anna Levine,
Will Patton. **

Una comedia que fue un gran taquillazo en su momento,

pues fue la primera película en la que la cantante Madon-
na intervino como actriz. Cuenta la historia de una con-
formista ama de casa (Rosanna Arquette), cuya vida
cambia radicalmente al ponerse a buscar a la alocada
Susan, gracias a un anuncio en la prensa. El filme más
conocido de su directora, responsable de Fabricando al
hombre perfecto y Mi rebelde Cookie. ■ G.Q.
BUS STOP
20th Century Fox, EE.UU., 1956, 96 min.
Productor: Buddy Adler. Director: Joshua Logan. Guión: George Axelrod
(basado en la obra de William Inge). Fotografía: Milton Krasner. Monta-
je: William H. Reynolds. Música: Alfred Newman y Cyril J. Mockridge.
Intérpretes: Marilyn Monroe, Don Murray, Betty Field, Arthur O’Con-
nell, Eileen Heckart, Hope Lange, Hans Conried. ****
Si alguna vez se lo ha preguntado, Bus Stop es la pelícu-
la que demuestra todo lo que era Marilyn Monroe. Pocos
fans de la actriz pueden escuchar “That Old Black Magic”
sin recordar la conmovedora recreación que Marilyn –con
un vestido que deja poco a la imaginación– hizo de ese
clásico en el filme de Joshua Logan. Basada en la alboro-
tada obra de William Inge, adaptada por George Axelrod
con deliciosos resultados, Bus Stop parte de una premi-
sa: las mejores cosas en la vida son gratis, y si no tienes
un sueño, ¿cómo vas a hacerlo realidad? En el Blue Dra-
gon Cafe en Phoenix encontramos a Bo (Murray, impre-
sionante en su debut cinematográfico), un ingenuo cow-
boy que está en la ciudad para participar en un rodeo.
Intimida a los ruidosos clientes para que guarden un res-
petuoso silencio durante la canción de Cherie (Monroe) y
es recompensado con un inocente beso de agradeci-
miento. Desde ese momento, Bo está decidido a conver-
tirla en su esposa, a pesar de las protestas de ella y de la
consternación de su leal compañero Virgil (O’Connell).
Cherie coge un autobús para escapar de su enamorado,
pero Bo la sigue. El autobús queda atrapado en una tor-
menta de nieve y los pasajeros se ven obligados a pasar
la noche en una cafetería, donde una pelea entre el con-
ductor, protegiendo a su pasajera, y el vaquero, recla-
mando a su chica, deja a Bo vencido y humillado. Para
muchos espectadores, ésta fue la película que demostró
que Monroe era una notable actriz de cine, con mucho
más talento de lo que su imagen de objeto sexual indica-
ba. En su enérgica y cálida interpretación de Cherie, cuyo
sueño de Hollywood es interrumpido por la realidad de
una escala en Phoenix, Marilyn descubre su vulnerabili-
dad sin sacrificar nada de su brillo. Si su trabajo es resul-
tado de la paciencia del director Joshua Logan o de la
legendaria instrucción de Lee y Paula Strasberg, es irrele-
vante: está simplemente soberbia. ■ J.D.D.

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 C
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CABALLEROS DE LA MESA CUADRADA
Y SUS LOCOS SEGUIDORES, LOS
(Monty Python and the Holy Grail), Python, Reino Unido, 1975, 89
min.
Productor: Mark Forstater. Director: Terry Gilliam, Terry Jones. Guión:
Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones,
Michael Palin. Fotografía: Terry Bedford. Montaje: John Hackney. Música:
Neil Innes, De Wolfe. Diseño de producción: Roy Smith. Intérpretes:
Terry Jones, Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle,
Michael Palin, Carol Cleveland, Neil Innes, Connie Booth. ****
De 1969 a 1974, la cadena BBC Tv estuvo convulsionada
por los hilarantes programas de un equipo formado por
el americano Terry Gilliam y los británicos Terry Jones,
Graham Chapman, John Cleese, Eric Idle y Michael Palin.
Su sentido del humor iconoclasta y francamente destro-
yer no estaba exento de un agudo recurso a la sátira y,
sobre todo, daba muestras de una portentosa imagina-
ción en cuanto a planteamientos. Los Monty Python
accedieron al cine en 1971 con And Now for Something
Completely Different, una selección de sus mejores sket-
ches televisivos, dirigida por Ian McNaugthon. Pero su
triunfo definitivo en Europa y América llegó con su
segunda película, Los caballeros de la mesa cuadrada,
dirigida al alimón por Jones y Gilliam, sobre un guión de
todo el equipo. Esta película es una parodia de los filmes
de aventuras medievales: un desastrado rey Arturo y su
escudero Patsy recorren el país en busca de caballeros
que quieran unirse a su ideal de Camelot. Se encuentran
con los míticos Lancelot, Galahad y Robin convertidos en
jocosas caricaturas de héroes nada legendarios, y reciben
de boca de un Dios Padre de dibujos animados la misión
de encontrar el Santo Grial, como no podía ser menos. En
su camino, se enredan en las más pintorescas situaciones.
● ●
●
Toda una imaginería medieval desfila ante nosotros con
sus autos de fe, campesinos con conciencia de clase, tri-
géminos discutidores y guerreros que apabullan con una
sencilla palabra molesta. El filme es un encadenado de
escenas en las que el desparpajo humorístico campa sin
ningún respeto. La diversión está garantizada. ■ M.Q.
CABALLERO SIN ESPADA
(Mr. Smith Goes to Washington), Columbia, EE.UU., 1939, 129 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Sidney Buchman
(basado en una historia de Lewis R. Foster). Fotografía: Joseph Walker.
Montaje: Al Clark, Gene Havlick. Dirección Artística: Lionel Banks. Ves-
tuario: Robert Kalloch. Intérprettes: Jean Arthur, James Stewart, Claude
Rains, Edward Arnold, Guy Kibbee, Thomas Mitchell, Eugene Pallette,
Beulah Bondi. *****
Frank Capra miraba el mundo a través de unas gafas de
cristales rosa y creía, con razón, que miles de personas
querían verlo del mismo modo. También creía que la bon-
dad y la virtud, incluso en las personas más humildes,
podía triunfar al final sobre obstáculos insuperables, y sus
películas más famosas son celebraciones del hombre
común por excelencia, una figura idealizada pero enor-
memente agradable. Por supuesto, nunca fue verdad que
los malvados se arrepintiesen y confesasen sus pecados,
pero los clímax de sus mejores películas, por poco que
tengan que ver con la vida real, están construidos con
soberbia habilidad. Estamos hablando de títulos como El
secreto de vivir, Caballero sin espada y Juan Nadie, tres
variaciones del tema del bien que triunfa sobre el mal. En
ellas, el director de origen siciliano mezcla drama y come-
dia y héroes entrañables en su ingenuidad con villanos
corruptos y ansiosos de poder. Y de las tres, la mejor es
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70| Caballeros las prefieren rubias, Los
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CABALLEROS LAS PREFIEREN

RUBIAS, LOS
(Gentlemen Prefer Blondes), Fox, EE.UU., 1953, 91 min.

Productor: Sol C. Siegel. Director: Howard Hawks. Guión: Charles Lede-

rer (basado en la obra de Anita Loos y Joseph Fields). Fotografía: Harry
Wild. Montaje: Hugh S. Fowler. Dirección Artística: Lyle Wheeler, Joseph
C. Wright. Vestuario: Travilla. Intérprettes: Jane Russell, Marilyn Monroe,
Charles Coburn, Elliott Reid, Tommy Noonan, George “Foghorn” Wins-
low, Marcel Dalio, Taylor Holmes, Norma Varden, Howard Wendell.
****

La rubia Lorelei Lee y la morena Dorothy Shaw son dos

opulentas cantantes y bailarinas que buscan fortuna y
marido a bordo de un transatlántico rumbo a Francia.
Lorelei está loca por los diamantes, por lo que su objeti-
vo son los millonarios solteros y, a poder ser, ingenuos y
Caballero sin espada. La acción se desarrolla en la capital manejables. Dorothy, en cambio, ama a los tipos duros y
de Estados Unidos, claro. El protagonista de la historia es con buena musculatura.
Jefferson Smith (Stewart), un inocente campesino de Hay dos números musicales que definen estas diferen-
Wisconsin elegido por unos cínicos políticos para reem- tes actitudes: el famoso “Diamonds Are the Girl´s Best
plazar a un senador recientemente fallecido creyendo Friend” lo interpreta Marilyn acompañada de un coro de
que podrá ser manipulado con facilidad. Smith se pre- boys enfundados en elegantes esmóquines, rendidos a
senta en Washington lleno de ideales y ansioso por tra- sus pies y ofreciéndole toda clase de costosos regalos. En
bajar con su ídolo, el senador Joseph Paine (Rains), sin cambio, la Russell interpreta “Ain’t There Anyone Here for
darse cuenta de que está siendo utilizado en una trama Love?” en una piscina y en su gimnasio, rodeada de una
de corrupción que sólo beneficiará a Paine y a sus ami- serie de musculosos atletas olímpicos –por cierto, que
gos. La prensa le cataloga inmediatamente como un cré- este número fue cortado en su momento por la censura
dulo novato, pero su idealismo cautiva a Clarissa Saun- española–. El filme está basado en una novela de Anita
ders (Arthur), su cínica secretaria. Saunders se converti- Loos, una escritora muy ligada a Hollywood desde que
rá en un valioso apoyo cuando el inocente Smith comien-
ce a darse cuenta de que su altruista visión del mundo no
encaja necesariamente con la realidad, y se proponga
descubrir a aquellos que se burlan del país que él tanto
ama.
La trama es quintaesencialmente Capra, es decir, una
exaltación de los valores americanos presentada con un
garbo cómico tan vertiginoso que no tienes tiempo para
cuestionarte su sentimentalismo. Washington aborreció
Caballero sin espada, pero el público corrió en masa para
ver a James Stewart en el papel que le convirtió en estre-
lla. Para la historia ha quedado su memorable actuación
en el clímax de la cinta, la escena del discurso en el Sena-
do, en la que el héroe sin tacha extrae residuos de pure-
za de los escombros de una humanidad corrupta. De
todas maneras, en cuestión de interpretaciones, la pelí-
cula no es sólo de Jimmy Stewart. Claude Rains, en par-
ticular, hace una exhibición magistral en la figura del
corrupto con mala conciencia. Y Jean Arthur, con su
peculiar ronquera y sus gallos, está adorable con sus vai-
venes entre la muchacha compasiva y la arpía cínica. A su
altura tenemos a Edward Arnold, colosal como el villano
cortés, y a la veterana estrella del western Harry Carey,
majestuoso en la piel del vicepresidente, uno de los mejo-
res roles secundarios de la historia del cine, y por sí solo
una razón para ver el filme. Añadan a los nombres citados
los de secundarios tan familiares como Thomas Mitchell,
William Demarest, Eugene Pallette y Beulah Bondi, y lle-
garán a la conclusión de que pocas películas tienen un
reparto tan brillante. ■ J.T.

● ● ●

● ●
colaborara nada menos que con David W. Griffith en la
redacción de los intertítulos de Intolerancia. El libro lo
convirtió ella misma, con la ayuda de Joseph Fields, en
una pieza teatral para Broadway. En su pase a la pantalla,
las canciones fueron de Julie Styne, Leo Robin, Hoagy
Carmichael y Harold Adamson. Entre estos números
musicales, todos ellos cargados de desenfado, destacare-
mos asimismo “A Little Girl from Little Rock”, que ambas
actrices cantan enfundadas en atractivos vestidos rojos
con lentejuelas.
El hecho de que Hawks fuera uno de los más conspi-
cuos cultivadores de la comedia alocada –La fiera de mi
niña, Me siento rejuvenecer– e irónico observador de la
guerra de los sexos, siempre apostando por la iniciativa
femenina, le hizo particularmente apto para, con la ayuda
del guión de Charles Lederer, abordar con desparpajo e
inteligencia este entretenimiento en el que los diálogos
tienen auténtica gracia y los personajes, dibujados a
trazo grueso, son representativos de una manera muy
americana de considerar la lucha por el éxito. Marilyn
Monroe tiene en este largometraje se primer papel prota-
gonista en un musical. Luego seguiría en Luces de candi-
lejas, de Walter Lang, y en El multimillonario, de George
Cukor. Hawks, que no tuvo con ella las dificultades de
otros directores, la definía como «la chiquilla más asusta-
da del mundo». ■ M.Q.
CABEZOTA, EL
España-México, 1982, 94 min.
Productor: Gonzalo Elvira, Francisco Lara Polop. Director: Francisco Lara
Polop. Guión: Francisco Lara Polop, Enrique Llovet, Manuel Summers.
Fotografía: Tote Trenas. Musica: Antón García Abril. Intérpretes: Manuel
Alexandre, Jacqueline Andere, Álvaro de Luna, Antonio Gamero, Fran-
cisco Guijar, Jose Manuel Manrique. **
Coproducción hispano-mexicana del director valenciano
Francisco Lara Polop, usualmente dedicado a subproduc-
tos de corte erótico, que esta vez elevó de manera consi-
derable sus ambiciones. Ambientado en la España de
1897, cuando se promulga en España la Ley de Instruc-
ción Pública para la escolarización obligatoria de los
niños, el "cabezota" al que alude el título (remarcable
composición de Alvaro de Luna) se opondrá por todos
los medios a que su hijo vaya a la escuela. Aunque por
debajo de sus pretensiones, una película española que
merecía mayor atención de la que tuvo. ■ LL.B.M.
CACHITOS PICANTES
(Picking Up the Pieces), EE.UU., 1999, 91 min.
Productor: Paul L. Sandberg. Director: Alfonso Arau. Guión: Bill Wilson.
Fotografía: Vittorio Storaro. Montaje: Michael R. Miller. Música: Ruy Fol-
guera. Intérpretes: Woody Allen, Maria Gracia Cucinotta, Cheech Marin,
David Schwimmer, Kiefer Sutherland, Sharon Stone, Fran Drescher. **
Una decepcionante comedia de Alfonso Arau, autor de la
aplaudida Como agua para chocolate y de Un paseo por
las nubes. A pesar de contar con un reparto de relum-
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Cadillac de oro macizo, Un | 71
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brón, poco pueden hacer los actores por superar un
guión absurdo y poco divertido, es decir, lo peor que le
puede pasar a una comedia. Woody Allen aún debe estar
preguntándose por qué se metió en semejante berenje-
nal. ■ J.E.
CADÁVER A LOS POSTRES, UN
(Murder by Death), Rastar, EE.UU., 1976, 94 min.
Productor: Ray Stark. Director: Robert Moore. Guión: Neil Simon. Foto-
grafía: David M. Walsh. Montaje: Margaret Booth, John F. Burnett. Músi-
ca: Dave Grusin. Dirección Artística: Harry Kemm. Vestuario: Ann Roth.
Intérpretes: David Niven, Peter Sellers, Magie Smith, Alec Guinnes, Tru-
man Capote, Peter Falk, Eileen Brennan, James Coco, Elsa Lanchester,
Nancy Walker. ***
Ligera, simpática, moderadamente divertida comedia de
intriga, escrita por Neil Simon y presidida por un delicioso
reparto multiestelar, en torno a una patulea de detectives
convocados enigmáticamente en una suntuosa mansión
para resolver un crimen todavía no cometido. La gracia
está en los invitados, sosias todos ellos de sabuesos céle-
bres: un matrimonio a lo Nick y Nora Charles (Niven y
Maggie Smith), un cruce de Spade y Marlow (Peter Falk),
un émulo de Charlie Chan (Sellers), un clon de Hércules
Poirot (James Coco) y otro de miss Marple (Elsa Lan-
chester). También en la figura del anfitrión: nada menos
que Truman Capote. Y, en fin, en la pareja del mayordomo
ciego (Guinnes) y la criada sordomuda (Nancy Walker),
un claro precedente del tándem Richard Pryor & Gene
Wilder en No me chilles que no te veo. ■ J.B.C.
CADILLAC DE ORO MACIZO, UN
(The solid gold cadillac), RCA/Columbia, EE.UU., 1956, 95 min.
Dirección: Richard Quine. Guión: Abe Burrows (basado en la obra de
George S. Kaufman, Howard Teichmann). Fotografía: Charles Lang.
Música: Cyril J. Mockridge. Dirección Artística: Ross Bellah. Intérpretes:
Judy Holliday, Paul Douglas, John Williams, Hiram Sherman, Fred Clark,
John Williams, Hiram Sherman. **
Quine fue un excelente director de comedias (y de algún
melodrama de peso, como Un extraño en mi vida), que
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72| Caerse del guindo
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planeó por las décadas cincuenta-sesenta dejando una
imborrable huella en el aficionado con títulos como Me
enamoré de una bruja, La indómita y el millonario o La pí-
cara soltera, chispeantes, picantes y, por supuesto, nada
ingenuas. Y Judy Holliday, muerta prematuramente, fue
una pequeña reina de la comedia, memorablemente anal-
fabeta de Nacida ayer, inolvidable amante sufrida de La
costilla de Adán, por mencionar aquí solo dos de sus, por
otra parte escasas, creaciones. Pues bien, Quine y Holli-
day coincidieron en 1956 con Un cadillac de oro macizo,
modesta pero sumamente gratificante adaptación de una
obra teatral de George S. Kaufman y Howard Teichmann
sobre el mundo financiero de Wall Street. Comedia toca-
da de una mano ácida que a nada hace concesiones, tie-
ne la ventaja hoy cada vez más infrecuente de estar es-
pléndidamente dialogada. Y el diálogo para una comedia
no cómica (aparte, claro está, la buena dirección y la in-
terpretación, aquí absolutamente sólidas) es requisito in-
dispensable para su funcionalidad. ■ J.B.C.
CAERSE DEL GUINDO
(Out on a Limb), EE.UU., 1992, 105 min.
Productor: Michael Hertzberg. Director: Francis Veber. Guión: Daniel
Goldin, Joshua Goldin. Fotografía: Donald E. Thorin. Montaje: Barry
Dresner, Glenn Farr. Música: Van Dyke Parks. Intérpretes: Matthew Bro-
derick, Jeffrey Jones, Heidi Kling, John C. Reilly, Marian Mercer, Larry
Hankin, David Margulies, Courtney Peldon, Michael Monks. **
Veber, el autor de ¡Que te calles!, ha proporcionado a Holly-
wood los guiones de diversas comedias para su remake a-
mericano, pero también ha dirigido algunas películas en Es-
tados Unidos, como esta comedia escrita por Daniel y Jos-
hua Goldin (autores del guión de Darkman) que protagoni-
zaron los mismos intérpretes de Todo en un día. Lamen-
tablemente, el ingenio, aquí, brilla por su ausencia. ■ J.E.
CAFÉ IRLANDÉS
(The Snapper), BBC Films, Reino Unido, 1993, 94 min.
Productor: Lynda Myles. Director: Stephen Frears. Guión: Roddy Doyle
(basado en su novela). Fotografía: Oliver Stapleton. Montaje: Mick Auds-
ley. Diseño de producción: Mark Geraghty. Vestuario: Consolata Boyle.
Intérpretees: Tina Kellegher, Colm Meaney, Ruth McCabe, Colon O’Byr-
ne, Eanna Macliam, Ciara Duffy, Joanne Gerrard, Peter Rowen, Fionnula
Murphy, Pat Laffan. ****
Son dublineses, pero no exactamente los de James
Joyce, aunque algunos se les parezcan. Son gentes de allí
y de ahora. Gente de finales de los noventa. Hombres y
mujeres de familia de clase media-baja que viven sus
vidas y sus problemas al margen de la situación política y
del terrorismo de su país, aunque estos temas siempre
estén de fondo... La historia central conecta con la reali-
dad no sólo de Irlanda, sino de cualquier país occidental:
una chica de veinte años queda embarazada y no quiere
revelar el nombre del padre de su futuro hijo. Esta situa-
ción se convierte en el eje de otras historias menores que
se cruzan y entrecruzan, en forma de rápidas viñetas,
● ●
●
para componer globalmente un estimable fresco costum-
brista. Más que un Irish coffee, oportunista título castella-
no que se han sacado de la manga los distribuidores, el
filme podría ser considerado como una preciosa miniatu-
ra llena de gracia e ingenio que sin pasarse nunca de
rosca muestra con sencillez, claridad y talento las vidas
cotidianas de gentes normales y corrientes. Casi nada. Su
director está más cerca de la comedia que no de los dra-
mas realistas propios de Ken Loach. ■ A.C.
CAJA, LA
(A Caixa), Portugal-Francia, 1994, 93 min.
Productor: Paulo Branco. Director: Manoel de Oliveira. Guión: Manoel
de Oliveira (basado en la obra de Prista Monteiro). Fotografía: Mário
Barroso. Montaje: Valérie Loiseleux. Música: Isabel Ruth. Intérpretes:
Luís Miguel Cintra, Glicínia Quartin, Ruy de Carvalho, Beatriz Batarda,
Diogo Dória, Isabel Ruth, Filipe Cochofel, Sofia Alves. ***
Entre El valle Abraham y El convento, dos de sus pelícu-
las más aclamadas internacionalmente, el veteranísimo
director portugués Manoel de Oliveira dirigió esta adap-
tación de una obra teatral de Prista Montero, cuya trama
transcurre en el barrio lisboeta de Alfama. Seres muy de
carne y hueso protagonizan una historia que Oliveira
supo filmar con una brillante sencillez. ■ J.E.
CALENTITO, EL
España, 2005.
Productor: Tomás Cimadevilla. Director: Chus Gutiérrez. Guión: Chus
Gutiérrez, Juan Carlos Rubio. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Nacho
Ruiz Capillas. Música: Tao Gutiérrez. Intérpretes: Verónica Sánchez, Juan
Sanz, Macarena Gómez, Jordi Vilches, Nuria González, Lluvia Rojo, Nilo
Mur. **
Cineasta que casi deslumbró con su debut (Sublet, 1991)
y que sus siguientes filmes no han acabado de redonde-
ar aquel refrescante talento, Chus Gutiérrez (ex miembro
de Las Xoxonees, recordemos) se apunta al revival
ochentero con la crónica del fugaz grupo Las Siux, a
quien se les ocurre dar su concierto estrella en la noche
del 23-F en el antro El Calentito. Se nota y agradece que
la intención no fue un The wonders ni The commitments
a la cañí, sino desgranar un cuento de hadas donde la
princesa (en general) empieza a comprobar que los prín-
cipes suelen salir ranas. Sólo que, en vez de correr a llo-
rar a su cuarto, se desfoga con un sustituto también vir-
ginal en la bodega para luego subir al escenario y desga-
ñitarse con los despojos de una camiseta de Vulpess (que
igual ni habían nacido en aquella época). Y a las doce en
casa. En medio de una espontaneidad algo deshilachada
y gritona pero contagiosa, destaca alguna escena con ojo
de lince que demuestra que no todo el mundo «estaba a
su bola» ni por la labor de sentar a un «sex pistol» en su
mesa, o la peliaguda situación de la comunidad transe-
xual (ni «colectivo gay» eran) de la época, que nos pro-
porciona algunos de los mejores momentos del filme, con
Nuria González con cara de huella de carmín en pitillo de
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«Bisontes». Los otros quizá sean el reencuentro entre
Jordi Vilches y Macarena Gómez, la pareja marciana de
Platillos volantes. ■ J.C.
CALIFORNIA SPLIT
Columbia, EE.UU., 1974, 108 min.
Productor: Robert Altman, Joseph Walsh. Director: Robert Altman.
Guión: Joseph Walsh. Fotografía: Paul Lohmann Montaje: Lou Lombar-
do. Música: Phyllis Shotwell. Dirección Artística: Leon Ericksen. Intér-
pretes: George Segal, Elliot Gould, Ann Prentiss, Gwen Welles, Edward
Walsh, Joseph Walsh. **
Interpretada por George Segal y Elliott Gould, dos exce-
lentes actores, California Split la rodó Altman inmediata-
mente después de Thielves Like Us (un remake de They
Live By Night, de Ray, que no obtuvo muy buena acogi-
da) y antes de Nashville, que habría de ser, con M.A.S.H.,
uno de sus films más exitosos. California Split quiere ser
una visión realista del mundo del juego, a la vez que la
historia de amistad que, entre dados y naipes, viven nues-
tros dos protagonistas, de caracteres antitéticos, pero
con una pasión, o una locura, común. Tampoco respondió
muy bien California Split ante las taquillas, pero para el
conocedor de la obra ecléctica de Altman, descubrirla es
una obligación. ■ J.B.C.
CALIFORNIA SUITE
Columbia, EE.UU., 1978, 103 min.
Productor: Ray Stark. Director: Herbert Ross. Guión: Neil Simon (basa-
do en su obra). Fotografía: David M. Walsh. Montaje: Michael A. Steven-
son. Diseño de producción: Albert Brenner. Música: Claude Bolling. Ves-
tuario: Ann Roth, Patricia Norris. Intérpretes: Alan Alda, Michael Caine,
Bill Cosby, Jane Fonda, Walter Matthau, Elaine May, Richard Pryor, Mag-
gie Smith. ***
Una elegante confección de extravagantes viñetas sobre
los huéspedes de un hotel de Hollywood, perfecta para la
ametralladora de gags del dramaturgo Neil Simon, en su
cima de malignidad e ingenio. Alan Alda y Jane Fonda
interpretan a una pareja divorciada discutiendo por la
posesión de su hijo, mientras Michael Caine y Maggie
Smith son una pareja del mundo del espectáculo con
diversos gustos sexuales encerrados en el hotel antes de
la ceremonia de los Oscar. Walter Matthau tiene que
explicar su involuntaria infidelidad a su esposa Elaine May
en un tercer segmento, y Richard Pryor y Bill Cosby,
acompañados por sus esposas (Gloria Gifford y Sheila
Frazier), consiguen convertir unas vacaciones en una
serie de desastrosos contratiempos. Los cuatro sketches
varían desde el slapstick de la piel de plátano (Cosby y
Pryor) a la tragicomedia de alto nivel (Fonda). El reparto
es una deliciosa mezcla de insignes comediantes, y todos
dan lo mejor de sí mismos. Inevitablemente, Fonda es el
centro de la película, ofreciendo una interpretación de
desconcertante seguridad. En el apartado de méritos
también hay que reseñar una farsa de proporciones épi-
cas a cargo de Matthau y May, así como una maravillosa
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Camas calientes | 73
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actuación de Smith, cuyo papel le hizo ganar un mereci-
do Oscar. ■ J.D.D.
CALLEJÓN SIN SALIDA
(Cul de sac), Sigma, Reino Unido, 1966, 111 min.
Productor: Gene Gutowski. Director: Roman Polanski. Guión: Gerard
Brach, Roman Polanski. Fotografía: Gilbert Taylor. Montaje: Alastair
McIntyre. Música: Krzysztof Komeda. Intérpretes: Donald Pleasance,
Francoise Dorteac, Lionel Stander, Jack MacGrowran, Iain Quarrier,
Geoffrey Sumner, Renee Houston, William Franklyn, Trevor Delaney,
Marie Kean. ****
Callejón sin salida narra la historia de dos evadidos de la
justicia quienes, heridos, llegan a un viejo castillo, donde
perturbarán la paz de sus habitantes, aunque en realidad
ahí se subvertirán (como si de la caricatura de un filme de
Losey se tratara) las relaciones dominados-dominantes.
Polanski la rodó entre Repulsión y El baile de los vampi-
ros, otorgándole, tan amante él de los géneros y de su
pulverización, varias caras: la película es una comedia,
negrísima, incluso macabra, pero también un thriller y un
filme de suspense visualmente ajustado a los códigos del
género, de la misma manera que El baile de los vampiros
se ajustaba a los del terror, modalidad con la que co-
quetea Callejón sin salida, si bien desde una posición
surrealista por momentos. Alguien la comparó con “Espe-
rando a Godot”, de Beckett, y no andaba por mal camino.
■ J.B.C.
CAMARADA DON CAMILO, EL
(Il compagno Don Camillo), Francoriz Production/Omnia Films/ Riz-
zoli Film, Italia, 1965, 93 min.
Director: Luigi Comecini. Guión: Giovanni Guareschi, Leonardo Benve-
nuti, Piero De Bernardi y René Barjavel. Fotografía: Armando Nannuzzi.
Música: Alessandro Cicognini. Intérpretes: Fernandel, Gino Cervi, Gra-
ziella Granata, Gianni Garko, Marco Tulli, Silla Bettini, Aldo Vasco. ***
El curita rojo y su escudero puñetero continúan sus aven-
turas, esta vez con el piloto automático puesto gracias a
las innumerables secuelas de las que gozó el personaje
de Giovanni Guareschi que, como solía ser habitual, cola-
boró en el guión. En esta ocasión, Don Camilo viaja a
Rusia con Peppone para comprobar in situ cómo es vivir
en un “paraíso comunista”. Por supuesto, el garbeo les
deparará no pocos malentendidos y disgustos. Igual de
costumbrista y hasta entrañable y rematadamente ibéri-
ca (pedía a gritos una figuración con frase, al menos, de
Pepe Isbert), el divertimento se deja llevar igual que los
entregados espectadores, también españoles, ya que el
filme fue de los pocos de la saga estrenado por estos
lares. Dato significativo de su carácter light. ■ J.C.
CAMAS CALIENTES
(Letti selvaggi), Zodiac/Corona Film, Italia-España, 1978, 100 min.
Productor: Giorgio Salvioni. Director: Luigi Zampa. Guión: Tonino Gue-
rra, Giorgio Salvioni, Luis Castro. Fotografía: Giuseppe Ruzzolini,
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74| Cameraman, The
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Armando Nannuzzi. Montaje: Franco Fraticelli. Música: Riz Ortolani.
Dirección Artística: Elena Ricci Poccetto, Stefano Recagno. EPISODIOS:
“L´arabo”: Intérpretes: Sylvia Kristel, Orazio Orlando. “Un pomeriggio
noiosetto”: Intérp
pretes: Laura Antonelli, José Luis López Vázquez. “La
vedova”: Intérpretes: Ursula Andress, Michele Placido. “Una mamma”:
Intérpretes: Monica Vitti, Roberto Benigni. “La moglie giovane”: Intér-
pretes: Sylvia Kristel, Enrico Beruschi. “La donna d´affari”: Intérpretes:
Laura Antonelli, José Sacristán. “La passante”: Intérpretes: Ursula
Andress, José Luis López Vázquez. “Attenzione a quei due”: Intérpretes::
Monica Vitti, Michele Placido. **
Hay veces en que se nota la falsedad que rodea a un pro-
yecto cinematográfico, siendo éste uno de los casos más
evidentes. Ya con el asunto del cine de episodios total-
mente en decadencia, lo único que parece importarle a su
productor, Giorgio Salvioni, es rellenar un metraje donde
tenga cabida Sylvia Kristel, por aquel entonces un autén-
tico aluvión sexual “rompe taquillas” con las dos películas
sobre Emmanuelle. Ella, tan sosa y huesuda como de cos-
tumbre, aparece en dos gracietas harto discutibles: una
mujer que manipula como quiere a un ingenuo árabe ven-
dedor de alfombras, y la historia de una mujer que no
puede soportar los injustificados celos de su marido. El
resto queda al libre albedrío de sus guionistas –entre ellos
el maestro Tonino Guerra–, notándose no estar tan impro-
visados. Entre ellos destacan el protagonizado por la ico-
noclasta pareja Laura Antonelli y José Luis López Váz-
quez; y el más divertido de todos ellos, “Una mamma”;
donde Benigni tiene que vérselas con una dominadora
ramera encarnada con total complacencia por Monica
Vitti. ■ L.M.C.
CAMERAMAN, THE
EE.UU., 1928, 67 min.
Productor: Buster Keaton. Director: Edward Sedgwick, Buster Keaton
(sin acreditar). Guión: Clyde Bruckman, Lew Lipton, Joseph Farnham
(títulos). Fotografía: Reggie Lanning, Elgin Lessley. Montaje: Hugh
Wynn. Vestuario: David Cox. Intérpretes: Buster Keaton, Marceline Day,
Harold Goodwin, Sidney Bracey, Harry Gribbon. ****
Un soberbio ejemplo del genio cómico de Buster Keaton.
“Pamplinas” o “Cara de Palo”, tal como era conocido en
España, se convierte en operador de cámara de los noti-
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ciarios de MGM para conquistar a Marceline Day, que tra-
baja en las oficinas del estudio. La primera mitad de la
película es poco más que una sucesión de gags (una
cama que se hunde, la prueba de reflejos, los trajes de
baño confundidos) lo bastante manidos como para haber
salido de Nickelodeon. Pero las secuencias finales com-
pensan esta decepción: Keaton se ve mezclado en una
guerra con un mono triturador de órganos. Rueda un
material exclusivo, pero el mono le roba la película. Bus-
ter regresa con una cámara vacía y es despedido. Apesa-
dumbrado, se va a la playa. Su chica sufre un accidente
naútico. Abandonando su cámara, la rescata. El mono
mantiene la cámara rodando.Buster consigue a la chica y,
de vuelta a MGM, resulta ser el mejor metraje de noticias
que han visto nunca... rodado por un mono. Una delicio-
sa pieza de cine dentro del cine que supone una percep-
ción de la lógica interior de Keaton y también, desgracia-
damente, una especie de epitafio. ■ J.D.D.
CAMINO A BALI
(Road to Bali), EE.UU., 1952, 91 min.
Productor: Daniel Dare, Harry Tugend. Director: Hal Walker. Guión:
Frank Butler, Hal Kanter, William Morrow (basado en una historia de
Harry Tugend). Fotografía: George Barnes. Montaje: Archie Marshek.
Dirección Artística: J. McMillan Jhonson. Vestuario: Edith Head. Intér-
prettes: Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy Lamour, Murvyn Vye, Peter
Coe, Ralph Moody, Leon Askin. ****
Camino a Bali es la penúltima entrega de la serie y la única
en color. También es la más disparatada y surrealista.
Hope y Crosby encarnan a dos actores de vodevil que tie-
nen que poner tierra por medio entre ellos y los maridos
de las dos chicas objeto de sus atenciones. Embarcan con
rumbo a los Mares del Sur, y en una isla se topan con una
bella princesa nativa, a la que deben salvar de las garras
del malvado de turno, no sin antes enfrentarse a la fauna
del lugar. Aunque inferior a sus antecesoras, la película se
beneficia del poderoso reclamo de su pareja protagonis-
ta, así como del agradecido catálogo de efectos especia-
les, todos ellos realizados con una calidez que se echa de
menos en la magia digital de hoy. Cinco canciones refuer-
zan la historia, incluyendo la encantadora “Moonflowers”,
y una gran cantidad de cameos estelares (Humphrey Bo-
gart, Jane Russell, Dean Martin, Jerry Lewis...) aportan la
nota de glamour. Se aconseja no pestañear. ■ J.T.
CAMINO DE RÍO
(Road to Rio), Paramount, EE.UU., 1947, 100 min.
Productor: Daniel Dare. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Edmund
Beloin, Jack Rose. Fotografía: Ernest Laszlo. Montaje: Ellsworth Hoa-
gland. Dirección Artística: Hans Dreier, Earl Hedrick. Vestuario: Edith
Head. Intérpretees: Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy Lamour, Gale Son-
dergaard, Frank Faylen, Joseph Vitale, Frank Puglia, Nestor Paiva, Robert
Barrat, Jerry Colonna. ***
La quinta película de “Camino a” fue una de las mejores,
aunque la fórmula seguía siendo, en términos generales,
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 Campanas de Santa María, Las | 75
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la misma: Bing Crosby y Bob Hope, huyendo, se enamo- el director inglés ha practicado en Hollywood. El filme
ran de Dorothy Lamour, rivalizan por su amor y acaban describe las incidencias de dos amigos parados que se
metiéndose en problemas. Pero en esta ocasión han montan su chiringuito ambulante de hamburguesas y fish
desaparecido los animales parlantes y parte del humor and chips. Bajo su manto de ternura y condescendencia,
chiflado de las anteriores entregas. En su lugar hay una La camioneta contiene un nada complaciente comentario
historia más convencional, sin bromas privadas sobre sobre el estado de las cosas que rigen las vidas grises de
Hollywood. Hot Lips Barton (Hope) y Scat Sweeney esas almas primitivas y pedestres. En otras palabras, Fre-
(Crosby) son dos músicos que, accidentalmente, provo- ars sigue pegando los mismos palos que en Mi hermosa
can un incendio en un parque de atracciones. Para evitar lavandería o Ábrete de orejas, aunque eche menos vitrio-
ser arrestados, suben a bordo de un transatlántico que se lo a su crónica. ■ J.B.C.
dirige a Río. En el barco conocen a Lucia Maria De Andra-
de (Lamour), que tan pronto se muestra amigable como
fría, sonriente como malhumorada, así que los chicos no
pueden entenderla. Al investigar, descubren que ha sido
hipnotizada por la malvada Catherine Veil (la deliciosa
Gale Sondergaard) y que va a casarse con un hombre al
que no ama cuando lleguen a Río. Por supuesto, el dúo
decide que deben intervenir y evitar el matrimonio, lle-
gando a arruinar la fiesta de boda disfrazados de pirata
(Crosby) y bombón latinoamericano (Hope travestido)
para descubrir el engaño de la hipnotizadora. Atracciones
añadidas son las Andrew Sisters cantando “You Don’t
Have to Know the Language” con Bing, y los chiflados
Weire Brothers haciendo su famoso número del sombre-
ro. Camino de Río acabó convirtiéndose en la película
más taquillera de 1947. ■ J.D.D.

CAMINO RECTO
(Getting Straight), EE.UU., 1970, 124 min.

Productor: Richard Rush. Director: Richard Rush. Guión: Robert Kauf-

man (basado en la novela de ken Kolb). Fotografía: Lászlo Kovács. Mon-
taje: Maury Winetrobe. Música: Ronald Stein. Dirección Artística: Syd-
ney Z. Litwack. Intérpretes:: Elliott Gould, Candice Bergen, Robert F.
Lyons, Jeff Corey, Max Julien, Cecil Kellaway, Jon Lormer. **

Una comedia social tan bien intencionada como larga y

discursiva en torno al mundo de la pareja, los derechos
de la juventud estudiantil y la dureza de los medios poli-
ciales represivos en los campus universitarios estadouni-
denses. Seguía los pasos de El graduado, pero ni de lejos
obtuvo su éxito. Sólo el sensato trabajo de Elliot Gould y
Candice Bergen levantan de tanto en tanto la letárgica
función. ■ J.B.C.
CAMPANAS DE SANTA MARÍA, LAS
(The Bells of St. Mary´s), EE.UU., 1945, 126 min.
Productor: Leo McCarey. Director: Leo McCarey. Guión: Dudley Nichols
(basado en una historia de Leo McCarey). Fotografía: George Barnes.
Montaje: Harry Marker. Música: Robert Emmett Dolan. Dirección Artís-
tica: Albert S. D’Agostino, William Flannery. Intérpretes: Bing Crosby,
Ingrid Bergman, Henry Travers, William Gargan, Ruth Donnelly. ***

CAMIONETA, LA Exhumación televisiva de la secuela de Siguiendo mi

(The Van), Deadly/BBC, Reino Unido, 1996, 105 min.
Productor: Lynda Myles. Director: Stephen Frears. Guión: Roddy Doyle
(basado en su propia historia). Fotografía: Oliver Stapleton. Montaje:
Mick Audsley. Música: Eric Clapton. Dirección Artística: Mark Geraghty.
Intérpretes: Colm Meaney, Donal O’Kelly, Ger Ryan, Caroline Rothwell,
Neili Conroy, Ruaidhri Conroy. ***
Como en Café Irlandés, Frears toma un texto de Roddy
Doyle para otro de sus oxigenados regresos a la película
de pequeño formato, concepción naturalista y explora-
ción de un microcosmos que destila una fuerte didáctica
social, es decir, una empresa a las antípodas del cine que
camino (película que había facilitado a McCarey y Crosby
sendos Oscar), con un habilidoso guión de Dudley Ni-
chols y repetición de la pareja protagonista. Crosby es un
párroco cantarín que se las ingenia para conseguir que un
viejo y rico comerciante no cumpla su amenaza de derri-
bar el colegio que dirige una madre superiora sospecho-
samente parecida a la encantadora Ingrid Bergman. En
sus memorias la actriz explica cómo al final de Las cam-
panas de Santa María gastó una broma al equipo: tras
rodar la escena en que se despide del padre O'Malley,
pidió a McCarey poder repetirla, a pesar de que había
quedado impecable. Volvieron a filmarla y –cuenta en sus

● ● ●
76| Candidata a millonaria
● ●
memorias– «abracé a Bing y le besé en la boca. Crosby
casi perdió el equilibrio a causa del asombro. El estudio
entero se puso en pie. El sacerdote consultante llegó
corriendo a mi lado». Amantes de la comedia magnífica-
mente servida por sus intérpretes. ■ LL.B.M.
CANDIDATA A MILLONARIA
(Hands Across the Table), Paramount, EE.UU., 1935, 81 min.
Productor: E. Lloyd Sheldon. Director: Mitchell Leisen. Guión: Norman
Krasna, Vincent Lawrence, Herbert Fields (basado en la historia “Brace-
lets”, de Vina Delmar). Fotografía: Ted Tetzlaff. Montaje: William Shea.
Vestuario: Travis Banton. Intérpretes: Carole Lombard, Fred MacMurray,
Ralph Bellamy, Astrid Allwyn, Ruth Donnelly. ****
Carole Lombard es Regi Allen, una manicura a la que han
herido tantas veces en el amor que se ha vuelto cínica y
dura, afirmando que la seguridad financiera es ahora su
única preocupación en las perspectivas matrimoniales.
Conoce a Allen Macklyn (Ralph Bellamy), un joven acau-
dalado que está confinado a una silla de ruedas. Además
de ser rico, está locamente enamorado de ella y tiene
serias intenciones de matrimonio. Fred MacMurray es
Theodore Drew III, un playboy perteneciente a una fami-
lia prominente pero, inapropiadamente, pobre. Está a
punto de casarse con Vivian Snowden (Allwyn) por la
misma razón por la que Regi va a casarse con Allen. Un
día, la manicura y el playboy se conocen, se enamoran y
rompen sus compromisos. Este sencillo argumento está
al servicio de una soberbia comedia romántica, chispean-
te, ingeniosa y maravillosamente interpretada por Carole
Lombard y Fred MacMurray, cuyos progresos hacia la
cima del estrellato se vieron acelerados por el éxito
comercial de la película. Lombard, en el primer papel
diseñado a su medida, demostró ser un especimen único
en Hollywood: una gran belleza, una gran comediante y
una gran actriz. Y el sorprendente atractivo de MacMu-
rray hizo el resto. La mezcla resulta maravillosa para los
paladares con sentido del gusto. Ralph Bellamy y Astrid
Allwyn son los futuros consortes que acaban compuestos
y sin novia, y Mitchell Leisen dirige con el toque ligero
que cabría esperar de una producción de la Paramount
en la época. ■ J.T.
CANDILEJAS
(Limelight), Chaplin, EE.UU., 1952, 145 min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Karl Struss. Montaje: Joe Inge. Música: Charles Cha-
plin. Dirección Artística: Eugene Laurie. Coreografía: Charles Chaplin,
Andre Eglevsky, Melissa Hayden. Intérpretes: Charles Chaplin, Claire
Bloom, Sidney Chaplin, Andre Eglevsky, Melissa Hayden, Charles Cha-
plin, Jr., Wheeler Dryden, Nigel Bruce, Buster Keaton. ****
Chaplin, en Candilejas, barnizando su discurso con las
pinturas propias del folletín, nos habla del cómico en su
etapa de decadencia, del payaso que en sus días de glo-
ria desternillaba a carcajada limpia a grandes masas de
espectadores en teatruchos de aquí y de allí y que, ahora,
● ●
●
injustamente, es despreciado por el mismo público que
antes le encumbrara. El cómico, claro está, el cómico de
verdad, se rige por una escala de valores según la cual
oficio y vida son sinónimos; al desaparecer uno, la otra no
tiene sentido, aunque siempre surgirá un momento ines-
perado de dicha –y ese momento, en la película, está
compartido por otro gran actor de la risa, Buster Keaton,
en la única escena en que coincidieron, escena a todas
luces memorable–, una dicha que quiere Chaplin que sea
trágica. Una gran obra, en fin, y muy propensa a hume-
decer pañuelos. ■ J.B.C.
CANÍCULA
Morena Films, España, 2002, 113 min.
Productor: Juan Gordon. Director: Álvaro García-Capelo. Guión: David
Moscat. Fotografía: José del Río. Montaje: F. Franco. Música: Víctor
Reyes. Dirección Artística: M. Canales. Intérpretes: Nathalie Seseña,
Antón Reix, Farid Fatmi, Sergi Calleja, Elvira Mínguez. ***
No sólo es Canícula otra película contagiada por esa
plaga contemporánea de las comedias de vidas cruzadas,
sino que prácticamente cuenta lo mismo que ya explica-
ba el Km 0 de Juan Luis Iborra y Yolanda García Serrano:
un puñado de personajes en el tórrido y desocupado
Madrid de agosto, cruzándose y descruzándose en una
atropellada cadena de enredos. Un par de escollos que
vienen a lastrar, parcialmente, el interés de una obra no
desdeñable, pues posee un tono naturalista aceptable,
unas interpretaciones convincentes, un ritmo que no se
desboca, una factura muy profesional –pese a tratarse del
primer largometraje realizado por Álvaro García-Capelo–
y acaba componiendo una radiografía de la modernidad
superior a la que presentan muchos otros títulos conta-
minados por la misma enfermedad. De su amable rosario
de desdichas destaca especialmente la historia protago-
nizada por Antón Reixa, un guionista en dique seco que
se encierra en un hotel decadente en lo que podría verse
como una parodia cariñosa del Barton Fink de los her-
manos Cohen. ■ J.B.C.
●
 Capitán Newman | 77
● ● ●

CAN SHE BAKE A CHERRY PIE?

Jagfilm, EE.UU., 1983, 90 min.

Productor: M. H. Simonson. Director: Henry Jaglom. Guión: Henry

Jaglom. Fotografía: Bob Fiore. Música: Karen Black. Intérpretes: Karen
Black, Michael Emil, Michael Margotta, Frances Fisher, Martin Frydberg,
Frances Fisher. ***

Sin abandonar la senda marcada en Sitting Ducks (1981),

el director independiente Henry Jaglom fue un paso más
allá con esta cautivadora historia de opuestos que se
atraen. Arrancando desde la premisa básica de que los
seres humanos sufren por su incapacidad para comuni-
carse con sus semejantes, Jaglom construye un romance
entre una recién divorciada que aún no se ha librado
emocionalmente de su marido y un hombre que ha esta-
do viviendo por su cuenta durante varios años. Y lo hace
situando a sus personajes en una serie de situaciones de
sitcom, proporcionándoles las frases iniciales de sus
escenas y dejándoles que adornen el resto por su cuenta.
Improvisando en gran medida sus diálogos, los protago-
nistas están simplemente soberbios. Emil es la clase de
hombre calvo de mediana edad que se peina los pocos
cabellos que le quedan sobre su cráneo, lleva calcetines
con sandalias y pasa su tiempo declamando en la calle
interminables monólogos sobre su bamboleante vida
amorosa. Black, en la mejor interpretación de su carrera
(divertida, nerviosa, revelando profundos miedos y heri-
das apenas ocultas bajo la superficie), es una chiflada que
cuando no está cantando a pleno pulmón canciones de
blues se preocupa por su divorcio y la imposibilidad de
encontrar el amor por segunda vez. Can She Bake a
Cherry Pie? es un ensueño sin argumento de fantasía líri-
ca que debería venirse abajo a las primeras de cambio,
avergonzando a todos los implicados, pero está tan meti-
culosamente planificada que emerge como la película
más encantadora desde que Astaire dejó de bailar. ■ J.T.
CAPITÁN NEWMAN
(Captain Newman M. D.), Universal/Brentwood/Reynard, EE.UU.,
1963, 126 min.
Productor: Robert Arthur. Director: David Miller. Guión: Richard L.
Breen, Pheoibe Ephron, Henry Ephron. Fotografía: Russell Metty. Mon-
taje: Alma Macrorie. Música: Frank Skinner. Dirección Artística: Alexan-
der Golitzen, Alfred Sweeney. Intérpretess: Gregory Peck, Tony Curtis,
Angie Dickinson, Eddie Albert, Bobby Darin, Robert Duvall. ***
Inmediatamente después de haber ganado el Oscar por
Matar a un ruiseñor y de haber participado en La con-
quista del Oeste, Peck se había convertido a sus 47 años
en una de las grandes estrellas de un Hollywood que ya
estaba en franca descomposición. Capitán Newman es
una de sus películas menos conocidas en España y fue
promovida por el propio actor, quien se enamoró prácti-
camente del personaje protagonista, un psiquiatra de la
Marina de EE.UU., héroe de una novela escrita por Leo
Rosent que le recomendó un amigo, lector literario de
profesión. Fue tanto el entusiasmo de Peck por el libro
que convenció a la Universal para que le pagase un cuar-
to de millón de dólares al autor de la novela. Peck se
tomó su trabajo con su habitual seriedad profesional. Se
puso en contacto con varios psiquiatras de Beverly Hills
para dar a su personaje la mayor verosimilitud. Y hasta
visitó hospitales psiquiátricos reales, leyendo docenas de
artículos sobre enfermedades mentales.
El problema de la película fue que no encontró un tono
narrativo perfectamente definido. No podía ser dema-
siado dramático ni demasiado cómico, porque ambos
extremos hubiesen perjudicado la historia. Y se quedó en
un inocuo terreno neutral con el cual se contentó a muy
pocos. Sin embargo, el filme obtuvo un moderado éxito
de público y crítica. Construido principalmente sobre tres
historias de la novela, que transcurren durante la II Gue-
rra Mundial, resultó excesivamente largo y especialmente
muy irregular, aunque posee algunas escenas muy
divertidas.
Con su sobriedad habitual (que no resulta tan patente
escuchando su fabulosa voz en original), Peck no defrau-
dó a sus admiradores y compuso un capitán Newman lle-
no de humanidad, un psiquiatra que se desvivía por hacer
felices a sus pacientes, llegando así fácilmente al corazón
del público estadounidense. Supo llenar con su presencia
la pantalla y hacer olvidar los errores de estilo. Sin embar-
go, la estrella fue el cantante melódico Bobby Darin,
quien, apoyado fuertemente por la Universal, consiguió
ser nominado para el Oscar, aunque a la hora de la ver-
dad lo perdiera frente a Melvyn Douglas, mejor secunda-
rio por Hud. Entre los actores que arroparon a los prota-
gonistas no hay que perderse la presencia de Angie Dic-
kinson y de Robert Duvall. ■ A.C.

● ● ●
78| Capricho
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CAPRICHO
(Caprice), 20th. Century Fox, EE.UU., 1967, 97 min.
Productor: Aaron Rosenburg, Martin Melcher. Director: Frank Tashlin.
Guión: Jay Jayson, Frank Tashlin. Fotografía: Leon Shamroy. Montaje:
Robert Simpson. Música: Frank De Vol. Dirección Artística: Jack Martin
Smith, William Creber. Intérpretes: Doris Day, Richard Harris, Ray Wals-
ton, Jack Kruschen, Edward Mulhare, Michael J. Pollard. **
La segunda mitad de los 60 no fue buena para Frank Tash-
lin. Además de ser un excelente dibujante, Tashlin ha pasa-
do a la historia por dirigir varias de las obras maestras de
Jerry Lewis entre 1955 (Artistas y modelos, todavía con
Dean Martin) y 1964 (Caso clínico en la clínica). Su talento
también lució en otras comedias de mérito: El hijo del ros-
tro pálido, Una mujer de cuidado o Sólo contra el hampa.
Pero sus tres últimas películas, tras una farsa a costa de
Agatha Christie (Detective con rubia), dejaron mucho que
desear: dos vehículos para Doris Day (Una sirena sospe-
chosa y Capricho) y uno para Bob Hope (Cerveza para
todos). Capricho, un enredo de espías y cosmética, mere-
ce ser descubierta por el cinéfilo, por aquello de “quien tu-
vo retuvo”. O por el gran Ray Walston, una garantía. J.B.C.
CARA DE ACELGA
Jet Films/Incine/Lince Films, España, 1986, 106 min.
Director: José Sacristán. Guión: José Sacristán, Carlos Pérez Merinero.
Fotografía: Carlos Suárez. Música: Ricardo Miralles. Intérpretes: José
Sacristán, Fernando Fernán Gómez, Marisa Paredes, Amparo Soler Leal,
Raúl Sénder, Emilio Gutierrez Caba, Amparo Baró. **
Como otros tantos muchos actores, José Sacristán deci-
dió un buen día probar suerte en la dirección. Y dirigió la
irregular pero no desdeñable Soldados de plomo. Tres
años más tarde reincidió en la experiencia con esta curio-
sa mezcla de road movie a la española y comedia pica-
resca en torno a las aventuras por las carreteras y a tra-
vés de los pueblos de un personaje pintoresco, encarna-
do por el propio Sacristán. Irregular en su conjunto, Cara
de acelga cuenta con no pocos pasajes atractivos y
posee un cierto parecido (la presencia de Fernando Fer-
nán Gómez ayuda) con El viaje a ninguna parte. Mejores
resultados obtuvo la tercera película de José Sacristán
como director, Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?, sen-
tida adaptación de la obra teatral de Marsillach. ■ J.B.C.
CARADURAS, LOS
(Smokey and the Bandit), Rastar, EE.UU., 1977, 96 min.
Productor: Mort Engelberg. Director: Hal Needham. Guión: James Lee
Barrett, Charles Shyer, Alan Mandel (basado en una historia de Hal
Needham y Robert L. Levy). Fotografía: Bobby Byrne. Montaje: Walter
Hannemann, Angelo Ross. Música: Bill Justis, Jerry Reed. Dirección
Artística: Mark Mansbridge. Intérpretes: Burt Reynolds, Jackie Gleason,
Sally Field, Jerry Reed, Mike Henry, Paul Williams, Pat McCormick, Alfie
Wise, George Reynolds. **
Hal Needham, al parecer, fue un espléndido stuntman,
uno de esos especialistas en tirarse desde helicópteros
● ●
●
sobre charcos de poco líquido, destrozar coches median-
te el malabarismo, recibir un puñetazo furtivo o doblar al
guapo de la película. Uno de esos buenos actores sin
maquillaje posible. La suerte, o la astucia, o ambas cosas
a la vez, hicieron de él un realizador de cine si no memo-
rable sí taquillero y de lozana filmografía: Los caraduras,
Los locos del Cannonball, Hopper el increíble y la más
divertida, Cactus Jack, un western paródico.
A correr el camino se dedican los protagonistas de Los
caraduras, dos contrabandistas con camión que han de
ganar una apuesta de tiempo y mercancia. Una espontá-
nea con traje de novia y muy alocada se les unirá en la
aventura. Y un sheriff gordo y cascarrabias les pisará los
talones implacablemente.
Los caraduras pretende ser una comedia de acción
simpática y distraída, con personajes de un solo trazo y
siempre rauda sonrisa. Pretende también anular valores
sociales y morales, haciendo simpático al ladrón pero sin
sustraer al policía el corazón, sólo imprimiéndole un
pequeño barniz de la Keystone. Vamos, que todos son
más buenos que el pan. El resultado es técnicamente irre-
prochable, por algo Needham viene de donde viene y
hace un filme acrobático. Alguien lo encontrará irrelevan-
te y desvaído, al servicio de la naturaleza física de sus
actores: dinámico y astuto Burt Reynolds, jovial Sally
Field y muy comediante, muy caricato, Jackie Gleason. Es
el triunfo de la diversión fácil, arte hueco que en ningún
momento merece el desprecio. ■ J.B.C.
CARAVANA AL ESTE
(Wagons East), EE.UU., 1994, 107 min.
Productor: Gary M. Goodman, Robert F. Newmyer, Barry Rosen, Jeffrey
Silver. Director: Peter Markle. Guión: Matthew Carlson (basado en una
historia de Jerry Abrahamson). Fotografía: Frank Tidy. Montaje: Scott
Conrad. Música: Michael Small. Intérpretes: John Candy, Richard Lewis,
John C. McGinley, Ellen Greene, Robert Picardo, Ed Lauter, William San-
derson, Rodney A. Grant, Melinda Culea. **
En un momento de revival del western, a mediados de los
años noventa, cuando Clint Eastwood triunfó en los
Oscar con Sin perdón, el prematuramente desaparecido
John Candy protagonizó esta parodia del cine del Oeste.
Un grupo de pioneros, contraviniendo las normas más
elementales del género, quiere regresar a su lugar de ori-
gen por no adaptarse a su nuevo entorno. ■ J.E.
CAREER OPPORTUNITIES
Universal/Hughes, EE.UU., 1991, 85 min.
Productor: John Hughes. Director: Bryan Gordon. Guión: John Hughes.
Fotografía: Don McAlpine. Montaje: Glenn Farr, Peck Prior. Música: Tho-
mas Newman. Dirección Artística: Paul Sylbert. Intérpretes: Frank Wha-
ley, Jennifer Connelly, Dermot Mulroney, Kieran Mulroney, Barry Corbin,
John Candy. **
Escrita por John Hughes (La chica de rosa, El club de los
cinco), esta poco excitante historia presenta a Frank
Whaley como un joven e incompetente pazguato, amén
●

● ●
de mentiroso compulsivo, despedido de tantos trabajos
sin porvenir como su humilde pueblo natal de Munroe, Illi-
nois, tiene que ofrecer. Contratado como vigilante noc-
turno en unos grandes almacenes se enfrenta a un em-
pleo que odia, pero que no tiene más remedio que acep-
tar: su padre le ha dado la última oportunidad de triunfar,
o le echará de casa. En su primera noche de trabajo,
encuentra a la belleza local (Connelly) dormida en los
probadores y frustra los planes de unos ladrones. Podría
haber funcionado con un toque de fantasía, pero el sen-
cillo tratamiento significa que la sosa comedia de Bryan
Gordon nunca se eleva por encima de la rutina. ■ J.D.D.
CARIÑO, HE ENCOGIDO A LOS NIÑOS
(Honey, I Shrunk the Kids), Walt Disney Prod., EE.UU, 1989, 86 min.
Productor: Penney Finkelman Cox, Brian Yuzna, Jon Landau. Director:
Joe Johnston. Guión: Ed Naha, Tom Schulman (basado en una historia de
Stuart Gordon, Brian Yuzna y Ed Naha). Fotografía: Hiro Narita. Montaje:
Michael A. Stevenson. Música: James Horner. Diseño de producción:
Gregg Fonseca. Dirección Artíística: John Lacovelli, Dorree Cooper. Ves-
tuario: Carol Brolaski. Intérpretes: Rick Moranis, Matt Frewer, Marcia
Strassman, Kristine Sutherland, Thomas Brown, Jared Rushton. ***
Un sabio en las nubes se cruza con El increíble hombre
menguante en una alegre, inocua y emocionante aventu-
ra que conquistará a grandes y pequeños. Rick Moranis es
el inventor chiflado cuyo reductor molecular encoge a
sus dos hijos y a los del vecino al tamaño de un microbio.
Así comienza su peligrosa aventura desde el cubo de la
basura, donde el profesor les ha arrojado inadvertida-
mente, a través de su peligroso jardín, convertido en una
jungla que proporciona épicas emociones. Durante su
viaje de vuelta, los niños se enfrentarán a insectos gigan-
tes y aspersores de agua, y vivirán momentos maravillo-
sos como un vuelo sobre un abejorro y una caída en una
flor gigante. En este viaje de aprendizaje ecológico en la
mejor tradición de Disney hay –quizás inevitablemente–
inconsistencias en las escalas, aunque las caracterizacio-
nes son en general cálidas y creíbles. Excitante, inventiva
y divertida, la película es un destacado entretenimiento,
con bastantes efectos para mantener interesado al joven
más hiperactivo. ■ J.D.D.
CARIÑO MÍO
España-Alemania, 1961, 101 min.
Productor: Juan Jesús Buhigas. Director: Hans Grimm, Rafael Gil. Guión:
Antonio Abad Ojuel, Rafael Gil, Arturo Rígel, Manuel Tamayo. Fotogra-
fía: Cecilio Paniagua. Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa. Música: Gre-
gorio García Segura. Diseño de producción: Enrique Alarcón. Intérpre-
tees: Vicente Parra, Marianne Hold, Germaine Damar, Horst Frank, Ángel
Álvarez, Mayte Arroyo, Marisol Ayuso, Pilar Baiza. **
Ligera, indiferente comedia romántica en torno al idilio
entre una muchacha que viaja a Alemania y se hace pasar
por secretaria, y un apuesto galán que se hace pasar por
músico, cuando, en realidad, son una distinguida duque-
sa y el heredero de un trono. Una farsa de fingimiento con
● ●
Carrera del siglo, La | 79
●
ecos quizás coyunturales: la boda entre Fabiola de Mora
y Aragón y el rey Balduino I de Bélgica. ■ J.B.C.
CARO DIARIO
Sacher Film/La Sept/Studio Canal +, Italia-Francia, 1994, 100 min.
Productor: Nanni Moretti, Angelo Barbagallo y Nella Banfi. Director:
Nanni Moretti. Guión: Nanni Moretti. Fotografía: Giuseppe Lanci. Mon-
taje: Mirco Garrone. Diseño de producción: Marta Maffucci. Música:
Nicola Piovani. Vestuario: Maria Rita Barbera. Intérpretes: Nanni Moret-
ti, Renato Carpentieri, Antonio Neiwiller, Jennifer Beals, Alexandre
Rockwell, Carol Mazzacurati. ****
La película-ensayo de Nanni Moretti está estructurada
como una cariñosa, irónica y muy divertida odisea por los
suburbios de Roma y el sistema sanitario italiano. Relajada
y sin prisas, es una mezcla de documental y ficción, parte
road movie y parte sátira sociológica. Mientras Moretti
viaja por ahí, investigando y comentando, consigue provo-
car no sólo la risa, sino que nos fuerza a mirar y escuchar,
a captar la luz, el espacio, la forma, el movimiento y la mú-
sica; en otras palabras, a reconocer la esencia del cine des-
pojado de historia y de superfluos trucos estilísticos. Eso
no es un logro pequeño en estos días de avalancha tec-
nológica, aunque la película es demasiado modesta para
insistir incluso en su propia rareza, no hablemos ya de sus
más profundas preocupaciones subtextuales. ■ J.D.D.
CAROLINA
Bregman IAC Productions, EE.UU.-Alemania, 2003, 96 min.
Productor: Carol Baum, Martin Bregman, Kate Guinzburg, Lou Pitt.
Director: Marleen Gorris. Guión: Katherine Fugate. Fotografía: Lawrence
Karman, John Peters. Montaje: Alan Heim, Michiel Reichwein. Música:
Steve Bartek. Dirección Artística: Erin Cochran. Vestuario: Suzanne
McCabe, Cecil K. Merritt, Jr. In
ntérpretes: Julia Stiles, Shirley MacLine,
Alessandro Nivola, Randy Quaid, Edward Atterton, Azura Skye. ***
Las incidencias de una chica que busca a su hombre
ideal, sin darse cuenta de que desde hace tiempo lo ha
tenido a su lado, podría haber dado el engendro román-
tico habitual, pero esta película, desde el desmadre (la
familia de la protagonista es tan excéntrica como los
Tenenbaums), toca con cierta penetración temas como el
choque generacional, la educación o la persecución de
una identidad propia. ■ J.B.C.
CARRERA DEL SIGLO, LA
(The Great Race), Warner Bros., EE.UU., 1965, 157 min.
Productor: Martin Jurow. Director: Blake Edwards. Guión: Arthur Ross
(basado en una historia de Blake Edwards y Arthur Ross). Fotografía:
Russell Harlan. Montaje: Ralph E. Winters. Música: Henry Mancini.
Vestuario: Don Feld y Edith Head. Intérpretes: Jack Lemmon, Tony Cur-
tis, Natalie Wood, Peter Falk, Keenan Wynn, Vivian Vanee, Arthur
O’Connell. ***
En la primera mitad de la década de los sesenta, Blake
Edwards se encontraba en un momento eufórico. Había
●
80| Carrera del sol, La
● ●
realizado brillantes comedias sofisticadas, como Desayu-
no con diamantes –sobre la novela corta de Truman
Capote–, thrillers angustiosos, como Chantaje contra una
mujer, melodramas sobre alcohólicos, como Días de vino
y rosas, e incluso había fundado su propia productora
para, en asociación con la Mirisch, obtener un fabuloso
éxito popular con las dos primeras películas de la Pante-
ra Rosa y el despistado inspector Clouseau. Llegados a
este punto, se decidió a acometer la tarea de llevar a la
pantalla una apoteosis de los elementos y situaciones
que habían amueblado toda la historia de la comedia
americana. Es así que La carrera del siglo se revela como
una sucesión de gags de efecto seguro y una serie de
parodias y homenajes. El argumento: un gran periódico
tiene la idea de organizar, en 1908, una gran carrera de
automóviles entre las ciudades de Nueva York y París. Los
principales antagonistas son el Gran Leslie (Tony Curtis),
siempre vestido de blanco y paradigma del esforzado
aventurero sin tacha, y el malvado profesor Fate (Jack
Lemmon), vestido de negro e inventor de toda clase de
aparatos estrafalarios. Ambos van acompañados por sen-
dos ayudantes: Curtis tiene al misógino Keenan Wynn y
Lemmon sufre las réplicas de un estupendo Peter Falk. La
película tiene dos partes muy marcadas. La primera con-
siste en un montaje paralelo entre las arriesgadas haza-
ñas deportivas del Gran Leslie y los intentos de sabotaje
por parte de sus enemigos (hay inventos de Fate decidi-
damente cómicos, como es el caso de la bicicleta-globo
dirigible o el torpedo sonriente que busca su objetivo
siguiendo el ruido de los motores). La segunda parte es
el relato de la carrera en sí, a través de variadas localiza-
ciones geográficas. Sus escenas más efectivas son la pe-
lea del saloon de Boracho y la navegación en un bloque
de hielo en el Ártico. Además, Edwards y su co-guionista
Arthur Ross introducen también una larga parodia de El
prisionero de Zenda, cuando Lemmon se hace pasar por
el sosias del infeliz príncipe de un reino centroeuropeo de
opereta. La vivaz Natalie Wood compone el obligado
personaje femenino, en la piel de una atrevida periodista
partidaria activa de la liberación de la mujer. ■ M.Q.
● ●
●
CARRERA DEL SOL, LA
(Race the Sun), EE.UU., 1996, 82 min.
Productor: Richard Heus, Barry Morrow Director: Charles T. Kanganis.
Guión: Barry Morrow. Fotografía: David Burr. Montaje: Wendy Greene
Bricmont. Música: Graeme Revell. Intérpretes: Halle Berry, Casey
Affleck, Eliza Dushku, Kevin Tighe, Steve Zahn, James Belushi. **
Película de ambiente juvenil digamos que extremada-
mente optimista, con la escultural Halle Berry ejerciendo
de profesora de Ciencias de un instituto de Hawai, con un
grupo de alumnos en principio conflictivos que cambia-
rán ante la propuesta de construir un coche alimentado
con energía solar y participar en una competición de
velocidad. Agradecida la presencia de James Belushi
como secundario. ■ G.Q.
CARRETERAS SECUNDARIAS
España, 1997, 105 min.
Productor: Fernando Trueba. Director: Emilio Martínez Lázaro. Guión:
Ignacio Martínez de Pisón (basado en su novela). Fotografía: Javier G.
Salmones. Montaje: Iván Aledo. Música: Roque Baños. Dirección Artísti-
ca: Cristina Mampaso. Intérpretess: Antonio Resines, Fernando Ramallo,
Maribel Verdú, Miriam Díaz Aroca, Jesús Bonilla, Ramón Langa. ***
Adaptación de la novela de Martínez Pisón, efectuada por
el propio autor, servida desde el punto de vista de un
muchacho, que no llega a la altura del original aunque
resulta simpática. Se trata de una road-movie a la espa-
ñola, ambientada en el declinar del franquismo, en la que
un verborreico y liante viajante de comercio recorre las
carreteras del país en compañía de su hijo. ■ G.Q.
CARRETERA Y MANTA
Filmart, España, 1999, 90 min.
Dirección: Alfonso Arandía. Productor: Concha Díaz, Javier Castro.
Guión: Javier Echáriz. Fotografía: Kiko de la Rica. Dirección Artística:
Satur Idarreta. Música: Lucio Godoy. Intérpretes: Carmen Maura, Eduar-
do Noriega, Natalia Verbeke, Jordi Bosch, Ramón Barea, Mikel Erentxun,
Javier Merino, Aitor Mazo, Lourdes Bedia. *
Alfonso Arandia, realizador procedente de la televisión
local vasca, salta al largometraje con una película que pa-
só vista y no vista por las carteleras españolas, a pesar de
lo llamativo del reparto. Pero es que, con un argumento
bastante absurdo –una cocinera (Maura) huye con su
marido (Bosch), aprovechando un permiso carcelario de
éste, a Río de Janeiro para montar un restaurante (¿?), se-
cuestrando a otra pareja (Verbeke y Noriega) que pasa-
ba por ahí para que les ayude a cruzar la frontera con
Francia (¡¿?!)– desarrollado por un guión atropellado, so-
so y pedestre, esperar un taquillazo sería pedirle peras al
olmo. Ni el toque besuguil de Noriega y Verbeke (bas-
tante menos inquietantes que en Nadie conoce a nadie),
ni la campechana comicidad de Bosch, ni los cameos lo-
cales (Erentxun y cía.) ni, en fin, el oficio de Maura (le sen-
taba mejor el asfalto de Lisboa) salvan de la quema este
casi completo fiasco. ■ J.C.
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● ●
CARRY ON SERGEANT
Anglo Amalgamated, Reino Unido, 1958, 85 min.
Productor: Peter Rogers. Director: Gerald Thomas. Guión: Norman
Hudis, John Antrobus (basado en la historia “The Bull Boys”, de R.F. Del-
derfield). Fotografía: Peter Hennessy. Montaje: Peter Boita. Música:
Bruce Montgomery. Dirección Artística: Alex Vetchinsky. Intérpretes:
William Hartnell, Bob Monkhouse, Shirley Eaton, Eric Barker, Dora
Bryan, Kenneth Connor. ***
Aunque no estaba planeada como tal, esta farsa bélica se
convirtió en la primera entrega de la serie “Carry On...”
Construida alrededor de un equipo cómico habitual
(encabezado por Sid James, Kenneth Williams, Joan Sims
y Charles Hawtrey), con ocasionales invitados del calibre
de Frankie Howerd y Phil Silvers, la serie alcanzó los vein-
tiocho títulos desde Carry On Nurse (1959) hasta Carry On
Emmanuelle (1978), todos producidos por Peter Rogers y
dirigidos por Gerald Thomas, y la mayoría escritos por Tal-
bot Rothwell. Descuidadas en concepción y ejecución, las
películas satirizaban costumbres e instituciones británicas
u otros géneros cinematográficos, pero pronto quedaron
empantanadas en un continuo torrente de alusiones
sexuales, bromas cada vez más forzadas e insufribles jue-
gos de palabras. Basada en una obra de R. F. Delderfield,
“The Bull Boys”, Carry On Sergeant se centra en una insti-
tución muy venerada por los británicos, el ejército, y está,
por lo tanto, más cercana a la fantasía de la Ealing que a
la estridente diversión de los posteriores “Carry On...”
Ahora más famoso por ser el primer Dr. Who, William
Hartnell protagoniza el filme como un sargento instructor
decidido a convertir en soldados a su último grupo de
reclutas. Ahí están el abogado de barracón, el joven ena-
morado, el hipocondriaco, el hombre que siempre pierde
el paso... de hecho, la compañía habitual de novatos. Ken-
neth Connor se lleva la mayor parte de los honores como
un enclenque hipocondriaco perseguido por una enamo-
radiza camarera del ejército, interpretada por Dora Bryan.
Bob Monkhouse, llamado a filas el día de su boda, Shirley
Eaton como su frustrada esposa que se presenta en el
campamento, Eric Barker como un quisquilloso oficial,
Kenneth Williams como un zalamero sabelotodo, William
Hartnell como el sargento de voz grave y Bill Owen como
su leal cabo añaden su cuota de diversión. ■ J.D.D.
CARTA A TRES ESPOSAS
(A Letter to Three Wives), 20th Century-Fox, EE.UU., 1949, 103 min.
Productor: Sol C. Siegel. Director: Joseph L. Mankiewicz. Guión: Joseph
L. Mankiewicz, Very Caspary (basado en una novela de John Klempner).
Fotografía: Arthur Miller. Montaje: J. Watson Webb, Jr. Música: Alfred
Newman. Dirección Artística: Lyle Wheeler, J. Russell Spencer. Intérpre-
tess: Jeanne Crain, Linda Darnell, Ann Sothern, Kirk Douglas, Paul Dou-
glas, Barbara Lawrence, Jeffery Lynn, Thelma Ritter. ****
Siempre se ha afirmado que Joseph L. Mankiewicz es más
guionista que director, pero recuerden el maravilloso y
cinematográfico comienzo de Carta a tres esposas: pla-
nos de una próspera población y sus majestuosas aveni-
das llenas de casas de ricos, todos esperando apacible-
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Carta a tres esposas | 81
●
mente el comienzo de la temporada de los clubs de
campo, mientras una voz malévolamente melodiosa, la de
una narradora invisible llamada Addie Ross (buen trabajo
de Celeste Holm), comienza a tejer una red de especula-
ciones y suspicacias en torno a tres mujeres casadas, una
madeja que se cerrará en breve, cuando éstas reciban
tres venenosas cartas. Son todas de la narradora y todas
hablan de lo mismo... Esa noche, Addie se va a marchar
con el marido de una de ellas. No dice cuál. Atrapadas
durante todo el día en una excursión infantil por el río
Hudson, las tres mujeres se preguntan angustiadas quién
será la víctima. Las tres viven confortablemente, en teo-
ría felizmente casadas, pero las cartas les impulsan a re-
pasar sus años de matrimonio, buscando las razones que
podrían impulsar a sus maridos a abandonarlas. Deborah
Bishop (Crain) es demasiado posesiva con Brad (Lynn)
porque procede de un estrato social más bajo que él y
siempre se ha sentido un poco insegura. ¿Ha sido dema-
siado agobiante? Lora May Hollingsway (Darnell) estuvo
provocando a Porter (Douglas) hasta que consiguió que
se casara con ella y así atrapó un marido rico. ¿Se ha can-
sado de ella? Rita Philips (Sothern) tiene mucho éxito es-
cribiendo guiones para seriales radiofónicos, mientras
que su marido, el erudito George (Douglas), un severo
profesor de literatura, sólo quiere seguir cumpliendo con
un trabajo tan honrado como poco lucrativo. ¿Le produ-
cirá repulsión el oficio de su esposa?
Aunque la película es sobresaliente en todos los aspec-
tos, hay dos factores que favorecen especialmente el con-
junto. Uno es la originalísima historia, basada en una nove-
la de John Klempner, y convertida en un ingenioso guión
por Mankiewicz (merecedor de dos Oscar, uno por el pro-
pio Guión y otro por su hábil trabajo de Dirección). Otro
aspecto destacable es el reparto: Paul Douglas realiza un
estupendo debut cinematográfico, aportando agradables
matices a su interpretación, y el otro Douglas, Kirk,
demuestra su madera de estrella. En el apartado femeni-
no, Jeanne Crain, Linda Darnell y Ann Sothern están fan-
tásticas, además de guapísimas, en especial miss Darnell,
que brilla a sorprendente altura en el mejor episodio
(superfrase: cuando le dicen que debería vestirse mejor,
llevar abalorios, ella contesta: «¡Lo que yo tengo no nece-
●
82| Carta de amor
● ●
sita abalorios!»), pero la película pertenece a la astuta
Thelma Ritter. Irresistiblemente divertida en un extremo
de la escala (Douglas y Sothern), conmovedora en el otro
(Douglas y Darnell), Carta a tres esposas es una obra
absolutamente irresistible. Pocos directores han logrado
escribir diálogos tan vitriólicos e inteligentes. ■ J.T.
CARTA DE AMOR
(The Love Letter), UIP, EE.UU., 1999, 88 min.
Productor: Sarah Pillsbury, Midge Sanford, Kate Capshaw. Director:
Peter Ho-Sun Chan. Guión: Maria Maggenti. Fotografía: Tami Reiker.
Montaje: Jacqueline Cambas. Música: Luis Bacalov. Vestuario: Tracy
Tynan. Intérpretes: Kate Capshaw, Blythe Danner, Ellen DeGeneres,
Geraldine McEwan, Julianne Nicholson, Tom Everett Scott, Tom Selleck,
Gloria Stuart. **
La llegada de una apasionada carta de amor anónima
desactivará una caja de truenos sentimentales en un tran-
quilo rincón de Nueva Inglaterra. Producida por Dream
Works, Carta de amor es un filme femenino casi al ciento
por ciento: basada en una novela de Cathleen Schine,
tiene a Kate Capshaw, señora de Spielberg, como motor
central de la operación en tanto que coproductora y ac-
triz principal, a quien acompañan, entre otras, la siempre
estimulante Blythe Danner, Ellen DeGeneres (tal vez más
conocida por ser la ex de Anne Heche que por sus inter-
pretaciones) y Gloria Stuart (la abuela de Titanic). Tienen
una breve aparición Jessica Capshaw y Sasha Spielberg
(y no hace falta decir de quién son retoños). Tom Selleck
es el único actor conocido del elenco. ■ J.B.C.
CASADA CON TODOS
(Married to the Mob), Mysterious Arts, EE.UU., 1988, 103 min.
Productor: Kenneth Utt, Edward Saxon. Director: Jonathan Demme.
Guión: Barry Strugatz, Mark R. Burns. Fotografía: Tak Fujimoto. Montaje:
Craig McKay. Música: David Byrne. Diseño de producción: Kristi Zea.
Vestuario: Colleen Atwood. Inttérpretes: Michelle Pfeiffer, Matthew
Modine, Dean Stockwell, Mercedes Ruehl, Oliver Platt, Alec Baldwin,
Anthony J. Nici, Sister Carol East, Paul Lazar, Trey Wilson. ***
Además de ser una chica atractiva, Michelle Pfeiffer es
una excelente actriz. Y no solamente lo es ahora, después
de haber hecho películas como Por encima de todo o La
edad de la inocencia, sino que ya lo era cuando se lanzó
al vacío protagonizando a la temperamental protagonis-
ta de Casada con todos. El riesgo era grande para su ima-
gen de entonces: niña bonita, incluso de imagen etérea
(como en Lady Halcón). Pero Michelle supo sacar adelan-
te con éxito su difícil personaje: una mujer de baja extrac-
ción social capaz de encandilar a un mafioso de segunda
categoría, un capo del hampa y un policía del FBI. Y para
lograrlo tenía que poseer la suficiente ambigüedad y,
además, parecer italiana, ella que es más bien rubita de
ojos claros. Miss Pfeiffer está en el centro y es el pilar
básico de esta divertida sátira del mundo de los gangs-
ters, rama italiana, de Nueva York y Miami. A pesar de que
que el director Jonathan Demme está considerado como
● ●
●
un innovador formal (sobre todo gracias a filmes como
Algo salvaje o El silencio de los corderos), la película está
realizada siguiendo un estilo de comedia clásica, casi
como una actualización de las típicas screwballs de los
años treinta, en que una mujer lleva de cabeza a un vario-
pinto mundo regido por hombres, unos dentro y otros
fuera de la ley. Un crítico francés dijo que la historia es
algo así como “Cenicienta en el país de los gansgters”,
una protagonista de corazón puro en unos ambientes de
máxima corrupción y amoralidad. Otros aciertos impor-
tantes del filme radican en los retratos característicos de
los personajes, todos ellos magníficamente interpreta-
dos. Muchos de ellos escapan de una simple condición de
estereotipos gracias precisamente a la elección de los
actores, entre los que destacan Mercedes Ruehl (que
posteriormente ganó el Oscar como Actriz Secundaria
por El rey pescador) y la divertida Joan Cusack. Y no se
pierdan tampoco la amplia y espléndida banda sonora.
Hay música para todos los gustos. ■ A.C.
CASA DE LOCOS, UNA
(L’auberge espagnole), Mate Production/Castelao Productions, Fran-
cia-España, 2002, 124 min.
Productor: Bruno Lévy, Mate Cantero. Director: Cédric Kaplisch. Guión:
Cédric Kaplisch. Fotografía: Dominique Colin. Montaje: Francine Sand-
berg. Dirección Artística: François Emmanuelli, Rosa Ros. Intérpretes:
Romain Duris, Audrey Tatou, Cristina Brando, Cécile de France. ***
Parte bus turístico de dos pisos, parte bienhumorada
metáfora de la unidad europea del nuevo siglo, Una casa
de locos propone más o menos lo que proponía Gente
pez, sólo que en el corazón de Barcelona en vez del ma-
drileño Malasaña y multiplicando las nacionalidades de
quienes comparten piso: una jovial, espumosa torre de
Babel presta al copeo proverbial de la ciudad de los pro-
digios, al ligoteo y, en el otro platillo de la balanza, a una
progresiva pérdida de identidad, ese no sentirse ya de
ninguna parte. La ensalada que nos ha preparado el chef
Kaplisch es de diseño; no tiene un sabor específico ni su-
ficiente vitamina, pero refresca un rato. Debe consumirse
en condiciones, en V. O. S., pues aquí se habla francés, in-
glés, catalán y castellano. Abstenerse conciencias con-
vergentes: el grotesco speech de un profesor universita-
rio enviando a la porra (léase Madrid) a quien sugiere
recibir las clases en castellano antes que generar solida-
ridad puede herir sensibilidades. ■ J.B.C.
CASA DE MI VIDA, LA
(Life as a House), EE.UU., 2001, 125 min.
Productor: Rob Cowan, Irwin Winkler. Director: Irwin Winkler. Guión:
Mark Andrus. Fotografía: Vilmos Zsigmond. Montaje: Julie Monroe.
Música: Mark Isham. Dirección Artística: Thomas T. Taylor. Intérpretes:
Kevin Kline, Kristin Scott Thomas, Hayden Christensen, Jena Malone,
Mary Steenburgen, Mike Weinberg, Scotty Leavenworth. ***
Enérgico productor de títulos como Toro salvaje, Irwin
Winkler ha desarrollado también una esporádica pero
●

● ●
interesante carrera como realizador. Antes de rodar De-
Lovely, la biografía de Cole Porter protagonizada por
Kevin Kline, dirigió al actor en esta notable comedia dra-
mática en la que da vida a un arquitecto que padece una
enfermedad terminal y que decide rehacer su vida a
pesar del poco tiempo que le queda. ■ J.E.
CASA DE TÉ DE LA LUNA DE AGOSTO, LA
(The Tea House of the August Moon), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU.,
1956, 123 min.
Productor: Jack Cummings. Director: Daniel Mann. Guión: John Patrick
(basado en la novela de Vern J. Sneider y en la obra de John Patrick). Foto-
grafía: John Alton. Montaje: Harold F. Kress. Música: Saul Chaplin. Direc-
ción Artística: William A. Horning, Eddie Imazu. Maquillajee: William Tut-
tle. Intérpretes: Marlon Brando, Glenn Ford, Machiko Kyo, Eddie Albert,
Paul Ford, Jun Negami, Nijiko Kiyokawa, Mitsuko Sawamura, Harry Mor-
gan, Shichizo Takeda. ****
Dispuestos, al parecer, a perdonarse mutuamente cosas
como las de Pearl Harbor o Hiroshima, japoneses y esta-
dounidenses viven días de fiesta tras la guerra, con
buena comida y chicas guapas. Así nos pinta la situación
el largometraje La casa de té de la luna de agosto, título
casi mizoguchiano y comedia que, lejos de ocultar su ori-
gen teatral –un exitazo en Broadway–, se aprovecha de él
y explota sus enredos, su sentido epicúreo de la vida
–con prudencia, que Daniel Mann tampoco es Ernst
Lubitsch– y su burla ligera, respetuosa en el fondo, al uni-
verso castrense. Una comedia como ésta, irreprochable-
mente divertida y decididamente convencional, se que-
daría en nada si no tuviera unos intérpretes de talento.
Los tiene. Tiene a Glenn Ford y su siempre probada sol-
● ●
Casado y con dos suegras | 83
●
vencia (un gran comediante cuando se lo propone); a
Marlon Brando exhibiendo su vis cómica y sus grandes
dotes para la caracterización; a grandes actores secun-
darios, como Paul Ford y Eddie Albert, y a la bella Machi-
ko Kyo, inolvidable presencia del mejor cine japonés.
Ellos, por sí solos, convierten la película en un entreteni-
miento digno. ■ J.B.C.
CASADO EN APUROS, UN
(Up in Mabel’s Room), EE.UU., 1944, 76 min.
Productor: Edward Small. Director: Allan Dwan. Guión: Tom Reed, Isa-
bel Dawn (basado en la obra de Wilson Collison y Otto A. Harbach).
Fotografía: Charles Lawton, Jr. Montaje: Richard V. Heermance, Grant
Whytock. Dirección Artística: Joseph Sternad. Vestuario: Kay Nelson.
Intérpretess: Marjorie Reynolds, Dennis O’Keeffe, Gail Patrick, Mischa
Auer, Charlotte Greenwood. ***
Llegado al cine apenas un año después de que Griffith
hiciera su primera película, Allan Dwan (1885-1981) realizó
una activa carrera a lo largo de medio siglo, convirtién-
dose en el último pionero. Esta comedia relata las peripe-
cias de un ingenuo profesor (Dennis O’Keefe) al que
intenta seducir una provocativa mujer (Gail Patrick), y la
lógica reacción de su esposa (Marjorie Reynolds). Una
función divertida y agradable de contemplar. ■ LL.B.M.
CASADO Y CON DOS SUEGRAS
(The Mating Season), EE.UU., 1951, 101 min.
Productor: Charles Brackett. Director: Mitchell Leisen. Guión: Charles
Brackett, Richard L. Breen, Walter Reisch (basado en la obra “Maggie”,
de Caesar Dunn). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Frank Bracht. Músi-
ca: Joseph J. Lilley. Dirección Artística: Roland Anderson, Hal Pereira.
Intérpretes: Gene Tierney, John Lund, Miriam Hopkins, Thelma Ritter,
Jan Sterling, Larry Keating, James Lorimer. ***
Uno de los grandes secretos a voces del éxito de la come-
dia norteamericana fueron sus fabulosos actores secun-
darios. No es que el cine de Hollywood tuviese la exclusi-
va en esa rentable táctica de arropar a sus grandes estre-
llas con característicos menos populares –pero más efi-
caces–, porque es una práctica que han llevado a cabo
casi todas las cinematografías del mundo. Pero así como
en nuestra cinematografía los secundarios se lo tenían
que guisar todo ellos mismos con su personalidad, en Ho-
llywood los guionistas les cuidaban y les escribían pape-
les absolutamente a su medida.
En Casado y con dos suegras, Thelma Ritter es la se-
cundaria a tener en cuenta. Cuando ella aparece en pan-
talla se oscurecen todos los demás que actúan con ella,
aunque sean estrellas tan encopetadas como John Lund
o Gene Tierney. Thelma consiguió con su papel de madre
del protagonista, una mujer de clase baja que trabaja en
una hamburguesería, la segunda de las seis nominaciones
para el Oscar que tuvo durante su carrera. Ella es un per-
sonaje clave para una comedia aparentemente típica
pero que plantea un claro conflicto de diferencia, aunque
no de lucha, de clases sociales.
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84| Casa internacional
● ●
La historia es prometedora: un obrero de fábrica se
casa con la hija de un embajador. Su madre (Thelma Rit-
ter) va a su casa a trabajar como sirvienta y muy pronto
se les une la madre de ella. El conflicto está servido, y los
guionistas Charles Brackett y Walter Reisch sacan gran
partido de la confrontación entre dos mentalidades tan
antagónicas de entender la existencia.
Es una comedia de Leisen poco conocida y ansiosa de
ser revalorizada, que posee un impagable toque de cinis-
mo dentro de los cánones tradicionales del género. No se
trata evidentemente de una gran película, sino de una
muestra más que notable de un género que, entre otras
cosas, resultó fundamental para la exportación a todo el
mundo del american way of living.
Mitchell Leisen, como aplicado profesional que era, se
puso al servicio del guión, de las estrellas que le impuso
la Paramount y del estilo de las comedias de la produc-
tora, marcado todavía por la impronta del gran Lubitsch,
uno de los principales diseñadores del género. Y le salió
una película, sobre todo, muy entretenida. ■ A.C.
CASA INTERNACIONAL
(International House), Paramount, EE.UU., 1933, 70 min.
Director: A. Edward Sutherland. Guión: Francis Martin, Walter DeLeon
(basado en una historia de Lou Heifetz y Nel Brant). Fotografía: Ernest
Haller. Canciones: Ralph Rainger y Leo Robin. Vestuario: Travis Banton.
Intérpretes: W.C. Fields, George Burns, Gracie Allen, Peggy Hopkins
Joyce, Stuart Erwin, Franklin Pangborn, Bela Lugosi, Rudy Vallee, Ster-
ling Holloway, Cab Calloway y su banda. ****
Una bizarra y jugosa comedia en la que docenas de
excéntricos personajes son puestos en cuarentena en un
hotel de Shanghai. A través de las ondas de un “radios-
copio” (un aparato de televisión) inventado por un enlo-
quecido médico local nos llegan actuaciones de Rudy
Vallee, Baby Rose Marie y Cab Calloway cantando sobre
«ese divertido hombre de la marihuana». Mientras tanto,
George Burns y Gracie Allen interpretan su material, y el
incomparable W.C. Fields hace caso omiso de la Prohibi-
ción con su ostentoso trasiego de cerveza. ■ J.D.D.
CASA MÁS DIVERTIDA DE TEXAS, LA
(The Best Little Whorehouse in Texas), EE.UU., 1982, 114 min.
Productor: Robert L. Boyett, Colin Higgins, Edward Cl. Milkis. Director:
Colin Higgins. Guión: Colin Higgins (basado en el musical de Larry L.
King y Peter Masterson). Fotografía: William A. Fraker. Montaje: David
Bretherton, Nicholas Eliopoulos, Pembroke J. Herring. Intérpretes: Burt
Reynolds, Dolly Parton, Dom DeLuise, Charles Durning, Jim Nabors,
Robert Mandan. **
Revelado en Juego peligroso, una divertida imitación de
las películas de Hitchcock, Colin Higgins –que moriría víc-
tima del sida– pechó con el encargo de adaptar esta
comedia musical sobre las relaciones entre el sheriff local
y la dueña de un burdel. La exuberante Dolly Parton es lo
mejor de tan discreta función. Para aficionados a la
comedia, siempre que no sean muy exigentes. ■ LL.B.M.
● ●
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CASANOVA
(Infanzia, vocazione e prime esperienze di Giacomo Casanova, vene-
ziano), Mega Film/Panta Cinematografica, Italia, 1969, 123 min.
Director: Luigi Comecini. Guión: Suso Cecchi d´Amico y Luigi Comen-
cini. Fotografía: Aiace Parolin. Música: Fiorenzo Carpi. Intérpretes: Leo-
nor Whiting, Maria Grazia Buccella, Lionel Stander, Raoul Grassilli, Wil-
frid Brambell, Tina Aumont. ***
Antes del aluvión de saltos de cama cinéfilos de los que
gozó en los años setenta (muchos impulsados por la
manta zamorana de Fellini), Comencini se centró en la
cuna del gran seductor veneciano, cuando generalmente
estas figuras tienen mayor interés en su crepúsculo mor-
tuorio, en plan “Death of a Ladies’ Man”, que escribiera
Cohen, otro aprendiz de brujo. Con título maratoniano
muy de la época y ciertas reminiscencias freudianas, el
retrato amplía horizontes para mostrar las cloacas de la
sociedad de la época, regida por la superstición, el cuchi-
cheo y la hipocresía (y en esas seguimos). Así, la figura de
Casanova es más un pretexto o un fondo (o icono) de
pantalla que un eje central, lo cual denota más soterrada
amargura que desmitificación. A pesar de todo, y de unas
interpretaciones "cumplidoras", el mejor estilo del último
Comencini está presente. ■ J.C.
CASANOVA ´70
Champion/Les Films Concordia, Italia- Francia, 1964, 107 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Mario Monicelli. Guión: Age, Scarpelli,
Mario Monicelli, Suso Cecchi d´Amico. Fotografía: Aldo Tonti. Montaje:
Adriana Novelli. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Mario
Garbuglia. Intérpretes: Marcello Mastroianni, Virna Lisi, Marisa Mell,
Liana Orfei. ****
Comedia erótica en la que Mastroianni se siente a sus
anchas como comandante de la O.T.A.N. que sólo puede
alcanzar la excitación sexual si se encuentra en situación
de máximo riesgo. Siendo el actor lo mejor de la función,
hay que fijarse en algunos secundarios de indudable cala-
do cómico como Enrico María Salerno, Memmo Carote-
nuto e incluso el director de cine Marco Ferreri, así como
la participación de miembros del Circo Royal que con-
vierten el film en una representación de saltimbanquis
sexuales y absurdo freudiano de apabullante comicidad.
Además de hacer que el personaje se transforme en una
especie de cretino insaciable, no es desdeñable una críti-
ca a los militares y su afán por entrar en peligrosos com-
bates como si de un orgasmo se tratase. Contiene un luci-
do final, en el que Mastroianni, para hacer el amor con su
esposa, ha de sentir antes el riesgo escalando por las
paredes como si de King Kong se tratase. ■ L.M.C.
CÁSATE CON UNA SUECA Y VERÁS
(Il vichingo venuto dal sud), International Film Company, Italia,
1971, 106 min.
Productor: Anis Nohra. Director: Steno. Guión: Steno, Giulio Scarnicci,
Raimondo Vianello. Fotografía: Angelo Filippini. Montaje: Ruggero Mas-
troianni. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Pier Luigi Basi-
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 Casino Royale | 85
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le. Intérpretes: Lando Buzzanca, Pamela Tiffin, Gigi Ballista, Donatella

della Nora. ***

A pesar de su título español, la película tiene como refe-

rencia sexual Dinamarca, que es donde va a trabajar un
italiano de liberales modales en cuestión de sexo. Pero en
esta fría tierra, las mujeres son bastante calientes y el
hombre queda prendado de una rubia escandinava con la
que se casa. Lo peor vendrá cuando descubre que la pro-
fesión de su esposa es la de actriz porno, con lo que to-
dos sus predicamentos sobre libertad sexual comienzan a
modificarse. Es entonces cuando aparecen los “celos a la
italiana”, que obsesionan y martirizan al pobre hombre,
que no encuentra otra salida que participar él en la pelí-
cula. Además de una sorprendentemente descocada Pa-
mela Tiffin, la comedia alcanza sus mejores momentos
con los ataques de celos de Buzzanca. ■ L.M.C.

CASI FAMOSOS
(Almost Famous), EE.UU., 2000, 122 min.

Productor: Ian Bryce, Cameron Crowe. Director: Cameron Crowe.

Guión: Cameron Crowe. Fotografía: John Toll. Montaje: Joe Hutshing,
Saar Klein. Dirección Artística: Clay A. Griffith, Clayton Hartley, Virginia
L. Randolph. Intérpretes: Billy Crudup, Frances McDormand, Kate Hud-
son, Jason Lee, Patrick Fugit, Zooey Deschanel, Michael Angarano, Anna
Paquin, Fairuza Balk. **

El director y guionista Cameron Crowe aprovecha sus

propias experiencias personales como redactor de la
revista “Rolling Stone” en las giras de grupos musicales
de los 70 para una película ilustrativa al respecto, con una
rica banda sonora que reúne a astros del calibre de Rod
Stewart, Cat Stevens, Elton John y Simon & Garfunkel. Un
variopinto reparto que acoge también a las jóvenes Anna
Paquin y Fairuza Balk. ■ M.Q.
CASINO ROYALE
Famous Artists/Columbia, Reino Unido-EE.UU., 1967, 131 min.
Productor: Charles K. Feldman, Jerry Brester. Director: John Huston, Ken
Hughes, Val Guest, Robert Parrish, Joseph McGrath. Guión: Wolf Man-
kowitz, John Law, Michael Sayers. Fotografía: Jack Hidyard, John Wilcox,
Nicolas Roeg. Montaje: Bill Lenny. Música: Burt Bacharach. Dirección
Artística: Michael Stringer. Intérpretes: Peter Sellers, Ursula Andress,
David Niven, Orson Welles, Woody Allen, Joanna Pettet. **
Durante los psicodélicos años sesenta, la industria del
cine estaba bajo los efectos de la “Jamesbondmanía”. El
agente 007 era el héroe de acción favorito del hemisferio
occidental, y todo el mundo intentaba subirse al carro
para sacar tajada del fenómeno. El resultado fue una ava-
lancha de pobres imitaciones, pero no vamos a hablar
aquí de ellas. Estas líneas están reservadas para una
especial parodia de Bond. Una que el productor Charles
K. Feldman pensó que estaría muy por encima de todas
las demás, gastándose una pila de millones en demos-
trarlo. La película en cuestión se titulaba Casino Royale, y
se suponía que iba a ser la sátira sobre James Bond que
acabaría con las demás copias. Al menos, Feldman acer-
tó en eso... aunque no del modo en que él pretendía. Pre-
sumiblemente, el productor se dio cuenta de que el per-
sonaje creado por Ian Fleming ya había sido imitado
hasta la nausea. Así que decidió tirar por la borda todo
asomo de realismo y salirse de madre a lo grande. Eran
los Swingin’ Sixties. Se suponía que las películas no debí-
an tener sentido, sino ser un viaje ácido, un happening. El
resultado es una superproducción que juega a la desme-
sura en un delirio colectivo que mezcla el pop art, el
humor surrealista y el slapstick, al ritmo de la pegadiza
música compuesta por Burt Bacharach, un producto con
pretensiones de billantez, desenfado, sensualidad, humor
y lujo, que pierde su sentido, y buena parte de su gracia,
si se le separa de todas las modas estilístico-culturales de
los años sesenta. Nueve millones de dólares de presu-
puesto, cinco directores de muy diverso currículum, casi
una decena de guionistas y un reparto plagado de estre-
llas (por ahí asoman la cabeza David Niven, Peter Sellers,
Orson Welles, Deborah Kerr, Woody Allen, William Hol-
den... y la lista sigue y sigue) al borde del histrionismo no
resultaron suficientes para levantar este mastodonte
cinematográfico sin pies ni cabeza. ¿De qué iba todo? Ni
idea. Pero cualquiera que fuese la broma, los que la
sufrieron fueron los productores. Se gastaron una millo-
nada y tuvieron unas críticas infames. Las parodias de
James Bond estaban muertas para siempre, pero el pro-
pio Bond sobrevivió. Cuatro décadas más tarde, aún
sigue haciendo películas y salvando al mundo. ■ J.T.

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86| Caso clínico en la clínica
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CASO CLÍNICO EN LA CLÍNICA
(The Disorderly Orderly), Paramount, EE.UU., 1964, 89 min.
Productor: Paul Jones. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin.
Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Arthur P. Schmidt, John Wood-
cock. Música: Joseph J. Lilley. Dirección Artística: Hal Pereira, Tambi Lar-
sen. Intérpretes: Jerry Lewis, Glenda Farrell, Everett Sloane, Karen Shar-
pe, Kathleen Freeman, Susan Oliver. ***
El genio cómico de Jerry Lewis es, en gran medida, una
cuestión de gustos. En Francia le han canonizado; en el
resto del mundo, sin embargo, tiene admiradores y
detractores a partes iguales. Y Caso clínico en la clínica es
exactamente la clase de película que tiende a enfurecer a
ambas partes. Es muy, muy divertida, con una maravillo-
sa persecución climática y un momento particularmente
histérico donde el protagonista sufre por empatía los
dolores de la colérica Alice Pearce, además de un sober-
bio catálogo de gags en el mejor estilo cartoon de Tash-
lin. Pero el disfrute del filme probablemente dependa de
hasta dónde pueda el espectador soportar el sentimen-
talismo de Lewis, que aquí da rienda suelta a su lado más
melancólico y empalagoso. También hay infinidad de
oportunidades para las características muecas de Jerry
cada vez que su personaje, afectado de un grave caso de
aprensión, se encuentra con su némesis en la forma de
una paciente (la inimitable Pearce) con un inagotable
repertorio de espantosos síntomas. Por una vez, el direc-
tor Frank Tashlin parece incapaz de controlar a Jerry, lo
que no es necesariamente un defecto, como tampoco lo
es la presencia de las estimulantes Susan Oliver y Glenda
Farrell, la primera encarnando a una paciente que se
transforma hábilmente de suicida a sexy, y la segunda a
la directora del sanatorio, papel que le permite demostrar
el talento que una vez la convirtió en estrella. ■ J.T.
CASPER
EE.UU., 1995, 100 min.
Productor: Colin Wilson. Director: Brad Silberling. Guión: Sherri Stoner,
Deanna Oliver (basado en los personajes creados por Joseph Oriolo).
Fotografía: Dean Cundey. Montaje: Michael Kahn. Música: James Horner.
Dirección Artística: Daniel Maltese, Ed Verreaux. Intérpretes: Bill Pull-
man, Christina Ricci, Cathy Moriarty, Eric Idle, Ben Stein, Don Novello,
Fred Rogers, Terry Murphy. ***
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●
El fantasmita de las tiras cómicas de Joseph Oriolo en su
primera salida a la pantalla, junto a sus inseparables del
Ghostly Trio, envueltos todos en una exhibición de efec-
tos digitales de la Industrial Light and Magic. El tema de
la mansión encantada le viene a propósito para una serie
de lances llenos de humor, que Casper y los simpáticos
Látigo, Tufo y Gordi llevan a cabo para deleite de la niña
Kat. ■ M.Q.
CASTAÑAZO, EL
(Slap Shot), EE.UU., 1977, 123 min.
Productor: Stephen J. Friedman, Robert J. Wunsch. Director: George
Roy Hill. Guión: Nancy Dowd. Fotografía: Victor J. Kemper. Montaje:
Dede Allen. Música: Pierre Tubbs. Dirección Artística: Henry Burnstead.
Intérpretes: Paul Newman, Strother Martin, Michael Ontkean, Jennifer
Warren, Lindsay Crouse, Jerry Houser, Andrew Duncan, Jeff Carlson,
Steve Carlson. ****
El año en que Luke Skywalker cogió su fusil, Paul New-
man agarró un stick mucho menos sofisticado y lumino-
so pero, casi, casi, igual de mítico. Porque El castañazo,
canto del cisne (o de la grulla) del cine soez, testosteró-
nico, violento, grosero, noqueador, golpeador (¿habría
aceptado Redford echar a perder su peinado cremoso
ante tal jauría humana?) y poco recomendable para visio-
narlo en una reunión de damas del Ejército de Salvación
es, a su manera, una película de culto. Si alguien viaja a
Quebec, Canadá, y menciona al hermoso vencido Reggie
Dunlop, al macarra de terciopelo Ned Braden, al killer
Carlson, al peligroso Oggie Oglethorpe, a Hanrahan (el de
la mujer «furcia lesbiana») o, sobre todo, a esos clones de
Joel Coen que son los hermanos Hanson (aficionados al
scalextrick y a las fracturas múltiples), posiblemente le
paguen una barra libre de cerveza y le reciten párrafos
enteros de guión en quebequés original (porque, por
cierto, El castañazo es uno de los escasísimos films que
tienen el honor de haber sido doblados a este dialecto
enfrascado). Pero no sólo eso. Numerosos aficionados le
dedican regularmente páginas en Internet (el pasaporte a
la inmortalidad con más garantías hoy día), existen unos
cuantos equipos de hockey con el nombre de los Chief-
●

● ●
tains, no pocos piensan que ésta es la mejor película de
Hill (por encima de Dos hombres y un destino y El golpe),
y, además, las tácticas y estratagemas que utilizó la Uni-
versal para promocionar la cinta podrían figurar en el
decálogo del publicista implacable. Cierto que la película,
en sí, posee el coeficiente intelectual de un armadillo y
que Newman la rodó para «pagar facturas y no despedir
a ningún criado», pero, en horas bajas, puede llegar a ser
tan divertida e irresistible como un combate de lucha
libre en el barro o un festín familiar de comida fast food.
■ J.C.
CASTILLO MALDITO, EL
(The Ghost Breakers), EE.UU., 1940, 82 min.
Productor: Arthur Hornblow Jr. Director: George Marshall. Guión: Wal-
ter DeLeon (basado en la obra de Paul Dickey y Charles W. Goddard).
Fotografía: Charles Lang. Montaje: Ellsworth Hoagland. Música: Ernst
Toch, Victor Young (sin acreditar). Dirección Artística: Hans Dreier,
Robert Usher. Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Bob Hope, Paulette
Goddard, Richard Carlson, Paul Lukas, Willie Best, Pedro de Cordoba,
Virginia Brissac. ****
Rodada para aprovechar el éxito que Bob Hope obtuvo el
año anterior con El gato y el canario, esta secuela es
incluso mejor que su taquillera predecesora. Una vez más,
Hope y la preciosa Paulette Goddard se ven atrapados en
una casa supuestamente encantada (esta vez es una
mansión heredada por ella en una exótica localidad cuba-
na). La misma agradable receta de sustos, risas y roman-
ce mantiene la historia hirviendo a fuego lento, con el
bonus añadido de algunos momentos realmente espeluz-
nantes en medio de la diversión (hay encuentros con fan-
tasmas y zombies, y tienen lugar todo tipo de fenómenos
terroríficos, lo que concede a Hope amplio espacio para
exhibir su acostumbrada capacidad para la cobardía), la
hábil y delicada dirección de Marshall, la sombría foto-
grafía de Charles Lang y la gótica dirección artística de
Hans Dreier. El resultado es un placer para la vista. Tuvo
un remake en 1953, Scared Stiff, con Dean Martin y Jerry
Lewis. ■ J.T.
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Celebrity | 87
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CAZAFANTASMAS, LOS
(Ghostbusters), Columbia, EE.UU., 1984, 107 min.
Productor: Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión: Dan Aykroyd,
Harold Ramis. Fotografía: Laszlo Kovacs, Herb Wagreitch. Montaje: Shel-
don Kahn, David Blewitt. Música: Elmer Bernstein. Diseño de produc-
ción: John DeCuir. Dirección Artística: John DeCuir, Jr., John J. Moore.
Efectos especiales: Richard Edlund, John Bruno, Mark Vargo, Chuck Gas-
par. Vestuario: Theoni V. Aldredge. Intérpretes: Bill Murray, Dan Akroyd,
Sigourney Weaver, Harold Ramis, Rick Moranis, Annie Potts, William
Atherton, Ernie Hudson, David Margulies. **
Es tendencia habitual meter a la comedia americana de
los ochenta (por no hablar de la de los noventa) en una
especie de pocilga-purgatorio bajo siete llaves y arrojada
al fondo del océano con un yunque platero bien amarra-
do. Sin embargo, los primeros años de la década produ-
jeron un buen número de productos tirando a tontos que
trataban al público, si no con inteligencia, al menos con
respetuosa y cómplice simpatía. He aquí una prueba de
tal tendencia, que catapultó la carrera de su director
(también productor) y de sus intérpretes, que dan vida a
un trío de paracientíficos (o patacientíficos) de la Univer-
sidad de Columbia que deciden orientar sus talentos a la
caza y captura de entes misteriosas y espectrales, princi-
palmente el malvado dios Gozer. Dotada de un ritmo irre-
frenable, aunque sea a trompicones, una combinación de
diferentes pelajes cómicos explosivos y unos efectos
especiales de quimérica tienda de chucherías, todo ello
espoleado por la pegadiza banda sonora, la película con-
tiene algunas secuencias de vellos como escarpias, pun-
teadas casi siempre por el estoicismo socarrón de Bill
Murray o la cara de pasmo de Harold Ramis, anticipo
directo de John Turturro. También merece la pena com-
probar cómo se desenvuelve Sigourney Weaver entre
otros aliens casi tan peligrosos como los de Scott (inclu-
yendo los humanos). Propició una secuela con el discreto
encanto del chiste ya sabido. ■ J.C.
CELEBRITY
Sweetland/Miramax, EE.UU., 1998, 113 min.
Productor: Jean Doumanian. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Sven Nykvist. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de pro-
ducción: Santo Loquasto. Intérpretes: Hank Azaria, Kenneth Branagh,
Melanie Griffith, Judy Davis, Leonardo DiCaprio, Famke Janssen, Micha-
el Lerner, Joe Mantegna, Bebe Neuwirth, Winona Ryder, Charlize The-
ron, Greg Mottola. ***
Robin (Davis) y Lee (Branagh) acaban de divorciarse. No
es sorprendente, ya que él es un periodista malnacido que
para lograr fama, fortuna y sexo fácil es capaz de vender
su integridad y sus ambiciones. Robin tampoco está feliz
de que su matrimonio haya terminado: carente de auto-
estima, parece a punto de venirse abajo, al menos hasta
que conoce a un productor de televisión, Tony (Man-
tegna), un hombre demasiado bueno para ser verdad. Tra-
tando de iniciar una nueva vida cada uno por su lado, la
ex-pareja sigue cruzando sus caminos en la incesante rue-
da de recepciones, fiestas y preestrenos que comprende
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88| Celedonio y yo somos así
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la vida de Nueva York para quienes están atrapados en el
brillo de las luces de neón. Si Desmontando a Harry era
un amargo refrito de Fresas salvajes, la aún más resenti-
da Celebrity podría ser La Dolce Vita de Woody Allen.
Con la excepción de la neurótica Robin y algún otro, todo
el mundo en este filme se autoengaña en su disfrute o
búsqueda de la fama. Dicho esto, también es muy diver-
tida, ya que Allen lleva un fenómeno absurdo a límites
aún más absurdos. De acuerdo, Branagh es un problema
–imitando las inflexiones y gestos de Woody–: su Lee es
demasiado engreído y egocéntrico para despertar nues-
tro interés. Pero la mayoría de los actores que conforma
el inusualmente extenso reparto (Joe Mantegna, la auto-
paródica supermodelo de Charlize Theron, el cirujano
estético de Michael Lerner, la autoindulgente joven estre-
lla de cine de Leonardo DiCaprio) están escogidos con
mano experta y responden adecuadamente a lo que se
espera de ellos. No es en absoluto la mejor película de
Allen –el humor es demasiado grueso, algunas de las
situaciones demasiado implausibles– pero es consisten-
temente entretenida. ■ J.D.D.
CELEDONIO Y YO SOMOS ASÍ
Alborada, P.C., España, 1974, 99 min.
Dirección: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores Fotografía: José F.
Aguayo. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Alfredo Landa, Emma
Cohen, Josele Román, Antonio Ozores, Álvaro de Luna, Florinda Chico,
Emilio Laguna. *
Dirigida por Mariano Ozores, es la historia de un cateto
que llega a Madrid para sustituir en una boda al novio y
organizar con su pretendida ignorancia el desmadre.
Landa, Ozores, Cohen, Román y pandilla saben estar en
su vis cómica y eso se aplaude, pero la brocha gorda con
que se pintan situaciones y presumibles osadías eróticas
va más allá del bostezo por exasperación. ■ J.B.C.
CELINE Y JULIE VAN EN BARCO
(Celine et Julie vont en bateau), Losange, Francia, 1974, 192 min.
Productor: Barbet Schroeder. Director: Jacques Rivette. Guión: Juliet
Berto, Dominique Labourier, Bulle Ogier, Marie-France Pisier y Jacques
Rivette. Fotografía: Jacques Renard y Eduardo de Gregorio. Montaje: Nico-
le Lubtchansky. Música: Jean-Marie Sénia. Intérpretes: Juliet Berto, Domi-
nique Labourier, Bulle Ogier, Marie-France Pisier, Barbet Schroeder. ***
Las películas favoritas son las más difíciles de describir.
Aquí tenemos a dos parejas de actrices, Berto/Labourier
y Ogier/Pisier. Las primeras interpretan a una maga y una
librera que se conocen en Montmartre y acaban compar-
tiendo el mismo piso, cama, novio, ropa, identidad e ima-
ginación; las otras dos son las “Damas Fantasmas de
París”, a las cuales Celine y Julie inventan en una casa
encantada, junto con un hombre y un niño. También está
el amor por el cine de Rivette y la mirada infantil mientras
nos embarcamos en una aventura junto a Celine y Julie,
experimentando una forma colectiva de violación narrati-
va. Es atemorizante, evocadora y esencial. ■ J.D.D.
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CELOS A LA ITALIANA
(Il magnifico cornuto), Sancro/Les Films Copernic, Italia-Francia,
1964, 124 min.
Productor: Alfonso Sansone, Enrico Chroscicki. Director: Antonio Pie-
trangeli. Guión: Diego Fabbri, Ruggero Maccari, Ettore Scola, Stefano
Strucchi (basado en la comedia “Le cocu magnifique”, de Fernand
Crommelynck). Fotografía: Armando Nannuzzi. Montaje: Eraldo da
Roma. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Maurizio Chiari,
Giuseppe Ranieri. Intérpretess: Ugo Tognazzi, Claudia Cardinale, Salvo
Randone, Paul Guers. ***
Imbuidos por el éxito cosechado por las películas con la
palabra “italiana” en su título (véase Divorcio a la italiana
y Matrimonio a la italiana), los distribuidores españoles
decidieron rentabilizar el asunto y añadir los “celos a la
italiana”, libérrima traslación del original, “El magnífico
cornudo”. Lo malo es que, en lugar de Sophia Loren y
Mastroianni, la nueva pareja la forman Tognazzi y Cardi-
nale. Y, claro, no es lo mismo. Tampoco su director, Pie-
trangeli, tiene la misma facilidad para la comedia que
otros de sus contemporáneos, lo cual se nota en deter-
minadas escenas, torpemente alargadas a pesar de con-
tar con un guión más que notable escrito a cuatro manos
y que, además, proviene de una conocida obra teatral. La
historia de una mujer que, harta de los celos de su espo-
so, acaba por inventarse un amante para darle una lec-
ción. Entre su heterogéneo reparto encontramos a Gian
Maria Volonté, Bernard Blier, Lando Buzzanca y José Luis
de Villalonga. ■ L.M.C.
CELOS, AMOR Y MERCADO COMÚN
Arturo González, España, 1973, 108 min.
Director: Alfonso Paso. Guión: Alfonso Paso. Fotografía: Vicente Minaya.
Música: Antón García Abril. Intérpretes: Tony Leblanc, Casto Sendra
“Cassen”, Elisa Ramírez, Vicky Lussón, Juanito Navarro, Josele Román,
Perla Cristal, Fernando Esteso, Manuel Gil, José Sazatornil “Saza”. ●
Lejos quedaba la conquista del por entonces llamado
Mercado Común Europeo cuando el inefable Alfonso Pa-
so engendró esta celtibérica comedia erótica que se jac-
taba de las diferencias entre españoles y europeos en lo
que a materias amatorias se refiere, con lo cual la morale-
ja de la cinta quedaba clara: en el fondo, no era tan malo
no pertenecer a Europa. Bochornosa como pocas. ■ J.E.
CENA, LA
Filmtel, France 3 Cinéma, Les Films Alain Sarde, Massfilm y Medusa
Produzione, Italia/Francia, 1998, 108 min.
Director: Ettore Scola. Guión: Furio y Giacomo Scarpelli, Silvia Scola y
Ettore Scola. Fotografía: Franco Di Giacomo. Música: Armando Trovajo-
li. Intérpretes: Fanny Ardant, Antonio Catania, Riccardo Garrone, Gian-
carlo Gianini, Marie Gillain, Stefania Sandrelli, Eros Pagni. ****
Scola sigue el trazo tragicómico de ¿Qué hora es? o,
sobre todo, Historia de un pobre hombre con ese arque-
tipo de comedia coral que es la fábula poliédrica y gas-
tronómica con mesa y mantel de los más diversos hilos
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● ●
posibles. Unos entremeses sabiamente construidos que se
entrecruzan a modo de party line sin apenas sobrecarga en
la red. Así, el espectador puede picotear de mesa en mesa,
de comensal en comensal y de intrahistoria en intrahistoria
gozosamente y sin llenarse la panza. Aquí una madre de
vida alegre que ve cómo su hija se mete a novicia, allá un
tipo mínimo que contrata a un nigromante para que le haga
levitar, en el otro extremo una chica de “trotar disipado"
que convoca a sus amantes y queridos... Por supuesto,
aparte de una planificación y un guión envidiables, el solo-
millo de la función se lo lleva el nutritivo reparto, destacan-
do rostros habituales en el cine de Scola como Giancarlo
Giannini, novatas tan refrescantes como Marie Gillain, gran-
des damas como la anfitriona Fanny Ardant o, en fin, un
majestuoso Vittorio Gassman en uno de sus últimos pape-
les. Un festín tan excéptico como entrañable, tan lúcido co-
mo insobornable, tan "scoliano" como pantagruélico. ■ J.C.
CENA A LAS OCHO
(Dinner at Eight), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1933, 110 min.
Productor: David O. Selznick. Director: George Cukor. Guión: Frances
Marion, Herman J. Mankiewicz, Donald Ogden Stewart (basado en una
obra de George S. Kaufman y Edna Ferber). Fotografía: William H.
Daniels. Montaje: Ben Lewis. Música: William Axt. Dirección Artística:
Hobe Erwin, Fred Hope. Intérpretes: Marie Dressler, John Barrymore,
Wallace Beery, Jean Harlow, Lionel Barrymore, Lee Tracy. *****
Una de las grandes comedias americanas de los treinta,
Cena a las ocho es, como las obras maestras de La Cava,
una farsa feroz, vitriólica sobre millonarios venidos a
menos, magnates petulantes, esposas y/o amantes
emperifolladas, decrépitas damas de la escena y galanes
en perpetuo estado de embriaguez, una fauna que echa
de espaldas a la que pillamos durante los preparativos de
una cena de alto copete.
Se basa en una obra de George S. Kaufman y Edna
Ferber (adaptada por tres primeras espadas del guión:
Herman Mankiewicz, Frances Marion y Donald Ogden
Stewart) y reúne a la flor y nata de la MGM en un reparto
que encabeza la hoy muy olvidada Marie Dressler, enor-
mísima –en todos los sentidos– actriz con cara de pocos
amigos y flexible gestualidad, memorable compañera de
Chaplin en Las aventuras de Tillie, que ya sólo rodó un
filme después del de Cukor, y falleció en 1934. ■ J.B.C.
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Cena de los acusados, La | 89
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CENA DE LOS ACUSADOS, LA
(The Thin Man), MGM, EE.UU., 1934, 93 min.
Productor: Hunt Stromberg. Director: W.S. Van Dyke II. Guión: Albert
Hackett y Frances Goodrich (basado en la novela “The Thin Man”, de Da-
shiell Hammett). Fotografía: James Wong Howe. Montaje: Robert J. Kern.
Música: William Axt. Dirección Artística: Cedric Gibbons, David Town-
sen, Edwin B. Willis. Vestuario: Dolly Tree. In
ntérpretes: William Powell,
Myrna Loy, Maureen O’Sullivan, Nat Pendleton, Minna Gombell, Porter
Hall, Henry Wadsworth, William Henry, Harold Hubert, César Romero.
*****
1934 marcó la génesis de uno de los géneros híbridos
más peculiares pero duraderos de la historia del cine: la
intriga desmadrada, cuya máxima expresión fue La cena
de los acusados y que personificaron William Powell y
Myrna Loy. La exitosa novela de Dashiell Hammett iba de
asesinatos, como de asesinatos iban tantas novelas de
detectives, pero su protagonista era un detective casado
al que le caía bien su esposa, que la quería, que se pele-
aba con ella, que bromeaba con ella y que bebía (en exce-
so) con ella. Aun así, nadie pudo sospechar que la adap-
tación al cine, rodada en la Metro en dieciocho días y
estrenada sin ningún bombo especial, daría lugar a
secuelas, imitaciones directas y variaciones sobre temas
similares. Nick Charles (Powell) es un detective privado
alcohólico y juerguista que se ha casado con la adinerada
Nora (Loy) y ahora pretende dedicarse a cuidar del dine-
ro de ella. Viajan a Nueva York para las vacaciones, y allí
conocen a Dorothy (O’Sullivan), quien pide a Nick que la
ayude a encontrar a su padre (Ellis), un científico desa-
parecido hace meses. Nick, cuya reputación le precede,
no está ansioso por poner fin a su feliz retiro, pero Nora,
deseosa de emociones, le insiste para que acepte. Junto
con su terrier Asta, los recién casados resuelven el caso.
Más interesante que el proceso de la investigación, sin
embargo, es la relación romántica entre el pulcro sabue-
so y su devota esposa mientras viven una eterna hora del
cocktail, sufriendo resacas que sólo otra copa puede
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90| Cena de los idiotas, La
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curar, en una maravillosa mezcla de familiaridad marital y

cortejo constante, fantasía chiflada y entusiasmo infantil.
De ahí que los elogios debieran ir para los autores de los
deliciosos diálogos de la película y para el subestimado
W. S. Van Dyke, un director con oficio que sabía cómo
convertir un thriller (tal era el material de Hammett) en
una comedia sofisticada en la que nadie se tomaba muy
en serio el papel del tipo duro. El resultado es una piedra
angular de la screwball comedy, un filme abarrotado de
energía y de gracia, rodado con pulso y maestría, con un
ritmo, una alegría y una tensión que se contagian al
espectador, y, sobre todo, magistralmente interpretado.
Porque lo que realmente convierte La cena de los acusa-
dos en un clásico duradero es la interacción entre los
chisporroteantes Powell y Loy, una de las mejores parejas
de la historia del cine, epítome del estilo y la sofisticación
de los años treinta y precursores de Cary Grant y Katha-
rine Hepburn en La fiera de mi niña. El juego de réplicas
que se intercambian no tiene precio. Aunque La cena de
los acusados proveía un terreno fértil para que las semi-
llas de la screwball comedy echasen raíces y crecieran, las
cinco secuelas del filme siguieron un camino diferente, el
de las películas de detectives, y ninguna capturó la
misma atmósfera. Pero en su cima (las tres primeras
entregas), Nick y Nora no tuvieron rival. Su excesivo alco- CENICIENTO, EL
holismo y otros escandalosos hábitos (los personajes (Cinderfella) Paramount, EE.UU., 1960, 88 min.
están basados en Hammett y Lillian Hellman) entusias- Productor: Jerry Lewis. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin.
maron al público hace más de setenta años y aún lo Fotografía: Haskell Boggs. Montaje: Artie Schmidt. Música: Walter
hacen hoy. Por cierto, el “hombre delgado” que da nom- Scharf. Dirección Artística: Hal Pereira, Henry Bumstead. Intérpretes:
bre al título no es, como cree casi todo el mundo, el Jerry Lewis, Ed Wynn, Judith Anderson, Anna Marcia Alberghetti, Henry
detective Nick Charles, sino Clyde Wynant, el científico Silva, Robert Hutton. ****
que pone en marcha la trama al ser asesinado. ■ J.T.
Desde 1955 y durante un período de diez años, el direc-
tor Frank Tashlin y el actor Jerrry Lewis forman un tán-
CENA DE LOS IDIOTAS, LA dem que dinamiza la comedia a través de ocho películas
(Le dîner de cons), Gaumont/EFVE/TF1, Francia, 1998, 88 min. –las dos primeras todavía con Dean Martin como pareja
Productor: Alain Poiré. Director: Francis Veber. Guión: Francis Veber de Lewis– en las que brilla el humor absurdo y donde se
(basado en su obra teatral). Fotografía: Luciano Tovoli. Montaje: Georges satiriza la sociedad de consumo yanqui, todo ello envuel-
Klotz. Música: Vladimir Cosma. Dirección Artística: Hughes Tissandier. to en una estética próxima al cartoon –Tashlin fue dibu-
Intérpretes: Thierry Lhermitte, Jacques Villeret, Francis Huster, Catheri- jante de comics antes que cineasta– y muy pop en el
ne Frot. **** diseño y los colores, vivos y exaltados. En estas películas,
Lewis aparece como un personaje nacido en un siglo
La susodicha cena es llevada a cabo todos los miércoles erróneo y en un planeta equivocado, una suerte de mar-
por un grupo de guapos, ricos y listos, que invitan al idio- ciano generador de desastres. Tal vez la obra menor de
ta (+ feo + pobre) que puedan encontrar para burlarse de esa asociación sea Cinderfella, la quinta, pese a ello un fil-
él. En esta ocasión, Lhermitte cree haber encontrado al me imprescindible para los amantes del actor y los cata-
tonto ideal, un inspector de hacienda solitario, ingenuo y dores del buen cine cómico. Se trata de una versión en
algo gafe, a quien, por supuesto, invita a cenar. Sin masculino y paródica de “La cenicienta”, pasado por la
embargo, las cosas no salen como estaban previstas y trituradora del disloque y, también, de cierto meloso ter-
mientras el listo pierde a su mujer, su casa, sus cuadros y nurismo inherente a las películas del dúo –nada molesto
su dignidad, el idiota recupera la autoestima y controla la ni en las canciones más acarameladas–. Cuenta con una
situación. Lo mejor son las llamadas telefónicas del idio- buena docena de gags memorables y escenas inspiradas:
ta (superlativo Jacques Villeret) para intentar solucionar la preparación de unos huevos fritos y un zumo de naran-
los problemas de su amigo, los enredos entre los escasos ja por Lewis, Lewis sirviendo a su madastra y hermanas-
seis personajes de la acción y la exquisita música de Vla- tros, la cena en una mesa kilométrica, Lewis imitando con
dimir Cosma en las situaciones planteadas (en especial una mímica genial todos los instrumentos de una orques-
cuando aparece el terrible inspector de hacienda, amigo ta de Count Basie, Lewis encendiendo un cigarrillo a
del tonto, y comienzan a sonar unas notas musicales de Henry Silva –y observen los esfuerzos tantálicos de Silva
tensión). ■ L.M.C. por no reír–, Lewis, Lewis... siempre Lewis. ■ J.B.C.

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CHE FINE HA FATTO TOTÒ BABY?
Cineriz Film, Italia, 1964, 110 min.
Productor: Alberto Pugliese, Luciano Ercoli. Director: Ottavio Alessi.
Guión: Bruno Corbucci, Gianni Grimaldi, Ottavio Alessi. Fotografía: Ser-
gio D´Offizi. Montaje: Licia Quaglia. Música: Roman Vlad. Dirección
Artística: Nedo Azzini. Intérpretes: Totò, Pietro de Vico, Mischa Auer, Ivy
Holzer. ***
A pesar de ser un cómico que pone de los nervios, hay
que reconocer que, en esta ocasión, Totò se encuentra lo
suficientemente desmadrado como para resultar hasta
gracioso. Como su título original indica (no fue estrenada
en España), se trata de una parodia nada disimulada de
¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened To Baby
Jane?), obra maestra del terror dirigida por Robert Al-
drich en 1962 y con Joan Crawford y Bette Davis de so-
brecogedora pareja protagonista. Aquí, Totò y su herma-
no son dos ladrones que encuentran un cadáver en una
maleta, aunque no será tan sencillo. El caso es que, sin
mucho orden ni concierto (¿para qué?) van a parar a una
mansión donde el cómico consume diversas drogas que
le llevan a cometer crímenes sin parar, hasta que es atra-
pado y conducido a un hospital psiquiátrico. Lo mejor es
contemplar cómo Totò imita modos, maneras y forma de
hablar de Bette Davis cuando se convierte en un extrava-
gante psicópata. ■ L.M.C.
CHEQUE EN BLANCO
(Blank Check), EE.UU., 1994, 93 min.
Productor: Gary Adelson, Craig Baumgarten. Director: Rupert Wainw-
right. Guión: Blake Snyder, Colby Carr. Fotografía: Bill Pope. Montaje: Jill
Savitt, Hubert C. de la Bouillerie. Música: Nicholas Pike, Taylor Dayne.
Dirección Artística: Burton Rencher. Intérpretes: Brian Bonsall, Karen
Duffy, James Rebhorn, Jayne Atkinson, Michael Faustino, Chris Deme-
tral, Miguel Ferrer. **
Un niño (Brian Bonsall, el protagonista, con Patrick Sway-
ze, de El enemigo público número 1... mi padre) recibe un
cheque de un hombre que acaba de atropellarlo pero
que, con las prisas y los nervios, se olvida de poner una
cifra. El chaval, ni corto ni perezoso, la pone: un millón de
dólares. Ya está liado el enredo. Una inocua producción
Disney que pretendía darle sopas con honda a Solo en
casa. ■ J.B.C.
CHICA ANGELICAL, UNA
(The Good Fairy), EE.UU., 1935, 98 min.
Productor: Carl Laemmle Jr, William Wyler. Director: William Wyler.
Guión: Preston Sturges (basado en una obra de Ferenc Molnár). Foto-
grafía: Norbert Brodine. Montaje: Daniel Mandell. Música: David Klatz-
kin. Dirección Artística: Charles D. Hall. Vestuario: Vera West. Intérpre-
tes: Margaret Sullavan, Herbert Marshall, Frank Morgan, Reginald Owen,
Eric Blore. ***
Cinco años antes de su debut como director, el entonces
prestigioso guionista Preston Sturges adaptó una co-
media de Ferenc Molnár, objeto en 1947 de un remake,
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Chica de Jersey, Una | 91
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Seré tuya, que dirigió William A. Seiter para el lucimiento
de Diana Durbin. Aquí la función estaba al servicio de
Margaret Sullavan, que se había casado con Wyler tras
divorciarse de Henry Fonda. Su papel es el de una actriz
que debe decidirse entre tres pretendientes. Incondicio-
nales de la comedia romántica y de los repartos presti-
giosos. ■ LL.B.M.
CHICA CASI DECENTE, UNA
España, 1971, 96 min.
Productor: José Truchado. Director: Germán Lorente. Guión: Ángel G.
Gauna, Germán Lorente, Rafael J. Salvia. Fotografía: Vilmos Zsigmond.
Montaje: Olof Källström, Scott Mosier, Kevin Smith. Música: James L.
Venable. Dirección Artística: Elise G. Viola. Intérpretes: Rocío Jurado,
Adolfo Celi, Máximo Valverde, Mirta Miller, Manolo Gómez Bur, Luis
Sánchez Polack, José Luis Coll. *
Tras colaborar con Juan Bosch en películas tan emblemá-
ticas de los años sesenta como El último verano o Bahía
de Palma, Germán Lorente llevó a cabo productos empa-
rentados con aquel tipo de cine playero y bikinesco:
Donde tú estás, Playa de Formentor o Vivir al sol. Una
chica casi decente, una comedia sobre la obsesión de un
padre muy dado a los negocios sucios por mantener la
virginidad de su hija, es de lo peor de lo suyo, un filme
caduco a todos los efectos. ■ J.B.C.
CHICA DE AL LADO, LA
(Drive Me Crazy), Grand March Productions, EE.UU., 1999, 91 min.
Dirección: John Schultz. Productor: Amy Robinson. Guión: Rob Tho-
mas. Fotografía: Kees van Oostrum. Dirección Artística: Aaron Osborne.
Música: Greg Kendall. Intérpretes: Melissa Joan Hart, Adrian Grenier,
Stephen Collins, Susan May Pratt, Mark Webber, Mark Metcalf, Faye
Grant. *
Después de dirigir la prometedora Bandwagon, John
Schultz se desmarca del buen camino con esta insulsa
historieta adolescente que vuelve a tirar del hilo de Pig-
malión para contar por millonésima vez las cuitas de una
chica feucha y tontuela enamorada de un chico inalcan-
zable, en este caso su mejor amigo. La película alcanza
dimensiones tan somníferas que ni los fans catódicos de
Sabrina (serie en la que interviene Melissa Joan Hart, pro-
tagonista absoluta de la cinta), ni siquiera los de V (gra-
cioso encontrarse a Faye Grant, la rubia doctora Parrish,
ejerciendo aquí de lagartona) encontrarán demasiados
alicientes ni vibraciones en esta nulidad. ■ J.C.
CHICA DE JERSEY, UNA
(Jersey Girl), EE.UU., 2004, 102 min.
Productor: Scott Mosier. Director: Kevin Smith. Guión: Kevin Smith.
Fotografía: Vilmos Zsigmond. Montaje: Olof Källström, Scott Mosier,
Kevin Smith. Música: James L. Venable. Dirección Artística: Elise G.
Viola. Intérpretes: Betty Aberlin, Matt McFarland, Sarah Stafford, Paul
Litowsky, Christian Fan, Victor Chavez, William Mace, Raquel Castro,
Ben Affleck, Jennifer Lopez. **
●
92| Chica del adiós, La
● ●
Sexta incursión fílmica del hasta ahora temible enfant
terrible Kevin Smith, aquel joven cineasta y actor (siempre
en el personaje de “Bob, el silencioso”), que con apenas
24 años y sólo tres millones de pesetas (producto de la
venta de su preciada colección de comics, el cobro de un
seguro por los desperfectos sufridos por su coche en una
inundación y algún que otro sablazo) debutó en 1994 con
una modesta pero rompedora epopeya en blanco y negro,
titulada Clerks. El antaño cineasta rupturista se ha suavi-
zado en un Hollywood que engorda las cuentas corrientes
de los dóciles. Con Ben Affleck y Jennifer López, que ya
habían dejado de ser pareja cuando se estrenó el filme en
EE.UU., Smith hilvana una comedia, entre romántica y dra-
mática, bastante previsible e inocua. ■ J.B.C.
CHICA DEL ADIÓS, LA
(The Goodbye Girl), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1977, 110 min.
Productor: Ray Stark. Director: Herbert Ross. Guión: Neil Simon. Foto-
grafía: David M. Walsh. Montaje: Margaret Booth. Diseño de producción:
Albert Brenner. Música: David Grusin. Vestuario: Ann Roth. Intérpretes:
Richard Dreyfuss, Marsha Mason, Quinn Cummings, Paul Benedict, Bar-
bara Rhoades. ***
Con frecuencia ha sido Herbert Ross el ilustrador de las
obras teatrales del prolífico Neil Simon, un autor de enor-
me éxito en Broadway, de quien son poco menos que
incontables las adaptaciones cinematográficas. En este
caso nos encontramos ante un guión escrito directamen-
te para el cine, una bulliciosa sátira sobre el amor y la
soledad concebida a la mayor gloria de la esposa del dra-
maturgo, la actriz Marsha Mason: una treintañera divorci-
dada (Mason), con una hija adolescente y precoz (Cum-
mings), se ve obligada a compartir su pequeño aparta-
mento con un actor (Dreyfuss) de escasos recursos, sin
éxito, que va a debutar como protagonista en una singu-
lar versión del “Ricardo III” de Shakespeare en clave ho-
mosexual. Hábilmente dirigida por Ross, la película mez-
cla humor, sentimiento y romance a un nivel tan agrada-
ble que casi parece sospechoso, y aunque todo resulta
previsible, se ve con agrado gracias a un percutante diá-
logo, a una sabia construcción del guión y a un modélico
trabajo del dúo protagonista. Mason está maravillosa-
mente cálida y sensible en un rol precario, mientras Drey-
fuss, en una interpretación marca de la casa (premiada
con el Oscar), impone su fuerza y su ritmo exaltado, sal-
vando el filme de caer en el peligroso sentimentalismo.
Su Ricardo III gay es el punto culminante de una diverti-
da comedia romántica que apenas se detiene para coger
aliento. ■ J.D.D.
CHICA DEL CALENDARIO, LA
(Calendar Girl), Columbia/Parkway, EE.UU., 1993, 90 min.
Productor: Debbie Robins, Gary Marsh. Director: John Whitesell. Guión:
Paul W. Shapiro Fotografía: Tom Priestley. Montaje: Wendy Greene Bric-
mont. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística. Bill Groom. Intérpre-
tes: Jason Priestley, Gabriel Olds, Jerry O’Connell, Joe Pantoliano, Steve
Railsbeck, Kurt Fuller. ***
● ●
●
Uno de los protagonistas de la serie Sensación de vivir
encarna aquí a un joven que, en el verano de 1962, situa-
do entre el final del instituto y el inicio de sus clases en la
universidad, tiene que alistarse en el Ejército. Antes de
sumergirse en una vida de riesgos, parte hacia Hollywood
con dos amigos en busca de satisfacer uno de sus sue-
ños: ver a la mítica y neumática Marilyn Monroe. Como
suele suceder en las road movies, el itinerario se llenará
de aventuras, personajes más o menos pintorescos y, al
final, habrán cambiado sus ilusiones por dosis de frustra-
ción. El realizador John Whitesell ha desarrollado sus
actividades en televisión, en series tan populares como
Roseanne o El show de Bill Cosby. La visión del filme
puede resultar interesante para los admiradores de Pries-
tley y también simpática por sus sencillos presupuestos
de intenciones. ■ M.Q.
CHICA DEL GÁNGSTER, LA
(Mad Dog and Glory), Universal, EE.UU., 1993, 96 min.
Productor: Barbara De Fina, Martin Scorsese. Director: John McNaugh-
ton. Guión: Richard Price. Fotografía: Robby Muller. Montaje: Craig
McKay, Elena Maganini. Música: Elmer Bernstein. Dirección Artística:
David Chapman. Intérpretes: Robert De Niro, Uma Thurman, Bill Mu-
rray, David Caruso, Mike Starr, Kathy Baker, Tom Towles, Derek Annun-
ciation. ****
Aclamado por la crítica internacional gracias a su por-
tentosa Henry: retrato de un asesino, el director John
McNaughton atrajo la atención de Martin Scorsese, quien
no dudó en producirle esta película, escrita por Richard
Price, el guionista de El color del dinero. Se trata de una
comedia esquinada, un tanto ácida y bastante imperti-
nente acerca de un tipo gris que trabaja para la policía y
que un buen día salva la vida a un influyente gángster,
quien, como recompensa, le obsequia a su novia para que
pase con ella una semana. Pero, contra todo pronóstico,
Robert De Niro, epónimo gángster scorsesiano, interpre-
tó al don nadie, mientras que el cómico Murray dio vida
al mafioso (y, con Atrapado en el tiempo, rodada ese
mismo año, se reveló un actor de tomo y lomo). El caris-
ma de Uma Thurman pone la guinda a este reparto en
estado de gracia. ■ J.B.C.
CHICA DEL MOLINO ROJO, LA
José Frade, España, 1973, 91 min.
Director: Eugenio Martín. Guión: Santiago Moncada. Fotografía: Fernan-
do Arribas. Música: Gregorio García Segura. Intérpretes: Marisol,
Renaud Verley, Mel Ferrer, Manuel de Blas, Silvia Tortosa, Mirta Miller,
Bárbara Rey, Nené Morales, Norma Castel, Eduardo Calvo. **
Juan Antonio Bardem ya había presentado a una Marisol
de 24 años en una nueva faceta erótica en La corrupción
de Chris Miller. El productor José Frade la siguió aprove-
chando en un musical con sabor añejo, en el que un mag-
nate de los casinos utiliza a una cantante de club noctur-
no para intentar desplumar a un jugador de ventaja. El
guión es de Santiago Moncada. ■ M.Q.
●

● ●
CHICA DEL PUENTE, LA
(La fille sur le pont), Francia, 1999, 90 min.
Productor: Christian Fechner. Director: Patrice Leconte. Guión: Patrice
Leconte. Fotografía: Jean-Marie Dreujou. Montaje: Jöelle Hache. Intér-
pretes: Daniel Auteuil, Vanessa Paradis, Demetre Georgalas, Isabelle
Petit-Jacques, Catherine Lascault, Mireille Mosse. ****
Una de esas películas pequeñas que pasan desapercibi-
das por nuestras pantallas y que merecen mayor aten-
ción. Versa sobre la relación entre una suicida y un lanza-
dor de cuchillos, personajes que resultan significativos de
una marginalidad sentimental. Es destacable la interpre-
tación de Daniel Auteuil y que Leconte ha sido el autor de
la simenoniana Monsieur Hire y la celebrada El marido de
la peluquera. ■ G.Q.
CHICA DE MIS SUEÑOS, LA
(Just Looking), EE.UU., 1999, 97 min.
Productor: Jean Doumanian. Director: Jason Alexander. Guión: Marshall
Karp. Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Norman Hollyn. Dirección Artís-
tica: Mark Ricker. Intérpretes: Richard V. Licata, Marcell Rosenblatt, Ryan
Merriman, Patti LuPone, Deirdre O’Connell, Heather Hopwood. ***
Jason Alexander ha sufrido la llamada maldición de Sein-
field, que ha hecho que los que intervinieron en la serie
no hayan conseguido salir adelante con sus proyectos en
solitario. Pero él lo ha intentado, ya sea como actor en
películas como Amor ciego, de los Farrelly, o como direc-
tor con esta apreciable comedia ambientada en los años
cincuenta. ■ G.Q.
CHICAGO CAB
EE.UU., 1998, 96 min.
Productor: Suzanne De Walt, Paul Dillon. Director: Mary Cybulski, John
Tintori. Guión: Will Kern (basado en su obra “Hellcab”). Fotografía:
Hubert Taczanowski. Montaje: Mary Cybulski, John Tintori. Música: Page
Hamilton. Dirección Artística: David J. Chamerski. Intérpretes: Paul
Dillon, John Cusack, Tim Gamble, Julianne Moore, Olivia Trevino, Moira
Harris, Rana Khan, John C. Reilly. ***
Este filme independiente puede resultar un agradable
descubrimiento, sobre todo por algunas intervenciones
de actores famosos, como la de la siempre fascinante
Julianne Moore, John Cusack, John C. Reilly o Gillian
Anderson. Su trama gira en torno a la gente que sube a
un taxi durante una noche cualquiera en la ciudad de Chi-
cago. Es la primera película como directores de Cybulsky
y Tintori. ■ G.Q.
CHICAS DE LA TIERRA SON
FÁCILES, LAS
(Earth Girls Are Easy), Kestrel/Odyssey, Reino Unido-EE.UU., 1988,
100 min.
Productor: Tony Garnett. Director: Julien Temple. Guión: Julie Brown,
Charlie Coffey, Terrence E. McNally. Fotografía: Oliver Stapleton. Monta-
je: Richard Halsey. Música: Nile Rodgers. Dirección Artística: Dennis
● ●
Chicas del calendario, Las | 93
●
Gassner. Intérpretess: Geena Davis, Jeff Goldblum, Julie Brown, Jim
Carrey, Damon Wayans, Michael McKean. ***
Grosera, tonta, hortera: no es fácil describir las compleji-
dades de ser una chica del Valle, pero en esta surrealista
comedia musical todo vale para el director Julien Temple
y la co-guionista Julie Brown. La trama gira sobre un día
en las vidas de tres alienígenas salidos (el capitán, Gold-
blum, y dos tripulantes, Carrey y Wayans) que, tras ate-
rrizar en Los Ángeles, salen a explorar los lugares de
moda en compañía de una enamoradiza y sensual mani-
cura (Davis). Pero antes son presentados a la dueña de un
salón de belleza, Candy (Brown), una reina del baile a
quien le gusta la diversión y el buen sexo. Después de una
sesión completa de maquillaje y peluquería, las dos chi-
cas y sus “citas” alienígenas salen a pasar un fin de sema-
na en la vida nocturna de Los Ángeles, donde la fácil
adaptación de los visitantes a la cultura de la Costa Oeste
es concebida por el director y sus guionistas como una
afectuosa puya al estilo de vida de Hollywood. El argu-
mento no es gran cosa, ni se supone que deba serlo. Es
un entretenimiento deliberadamente vacuo, y cualquier
atisbo de sátira es neutralizado por el obvio afecto de la
cinta hacia sus protagonistas. Geena Davis y Julie Brown,
una cantante y comediante americana de culto cuyas
canciones inspiraron esta “Fiesta playera marciana”,
están magníficas en una entretenidísima película de palo-
mitas llena de malvados chistes breves y espumosa fan-
tasía. No hay ninguna tentativa de realidad en esta Perdi-
dos en el espacio con laca para el pelo, sólo despreocu-
pada ostentación, estridente glamour y canciones tipo
Grease en un entorno de basura contemporánea. ■ J.T.
CHICAS DEL CALENDARIO, LAS
(Calendar Girls) Touchstone Pictures, Reino Unido, 2003, 108 min.
Director: Nigel Cole. Guión: Tim Firth y Juliette Towhidi. Fotografía: Ash-
ley Rowe y Oliver Curtis. Música: Patrick Doyle. Intérpretes: Helen
Mirren, Julie Walters, John Alderton, Linda Bassett, Annette Crosbie,
Philip Glenister, Ciarán Hinds, Celia Imrie, Geraldine James, Penelope
Wilton, George Costigan, Graham Crowden. **
Vendida erróneamente como un Full Monty versión feme-
nina, la película de Nigel Cole (El jardín de la alegría) tiene
el aroma de las comedias de superación extremas y de
clase media, con la moraleja de “a mal tiempo, buena
cara” que tan pingües beneficios taquilleros siempre han
dado (de hecho, la película fue todo un éxito en Gran Bre-
taña, no tanto en nuestras fronteras). La historia le pone
una lámpara a una luminosa bombilla encendida basada
en hechos reales: la idea de un grupo de mujeres cin-
cuentonas para animar a su amiga, enviudada reciente-
mente: elaborar un calendario donde posen desnudas
(por supuesto, tapándose las zonas anatómicas clave) en
poses domésticas. Así recaudarán fondos para la lucha
contra la leucemia, enfermedad que le costó la vida al
marido de la dama. Quizá abusando del codazo cómplice
con el público y con una sutil alternancia de poderes có-
micos y dramáticos, Cole consigue una comedia de inte-
●
94| Chica sin barreras
● ●
rés humano enraizada en la tradición de cine social britá-
nico, con alguna escena memorable (la sesión de fotos),
pero que decae extrañamente cuando se saca de su hábi-
tat natural (igual que le pasaba a El jardín de la alegría):
en este caso, cuando las damas viajan a Estados Unidos.
Eso sí, el trabajo de las actrices sí sigue los cauces pre-
vistos: están todas fantásticas (y de buen ver... para su
edad, claro). ■ J.C.
CHICA SIN BARRERAS
(The Swinger), Paramount, EE.UU., 1966, 81 min.
Productor: George Sidney. Director: George Sidney. Guión: Lawrence
Roman. Fotografía: Joseph Biroc. Montaje: Frank Santillo. Música: Marty
Paich. Dirección Artística: Hal Pereira, Walter Tyler. Intérpretes: Ann-
Margret, Anthony Franciosa, Robert Coote, Yvonne Romain, Horace
McMahon, Barbara Nichols. ***
Lejos de la maestría de un Minnelli o de un Donen, Geor-
ge Sidney cuenta mucho en el cine musical americano,
pues un hombre que ostenta la paternidad, entre otras,
de películas como Escuela de sirenas, Levando anclas, La
reina del Oeste, la abracadabrante La amada de Júpiter y
Magnolia, además de la alada y de estirpe musical Los tres
mosqueteros, un hombre así merece mucho respeto, aun-
que su maestría, a diferencia de los antes mentados, sea
más propia de la del maestro pastelero: el musical ameri-
cano fue, al fin y al cabo, o bien un reducto incomparable
de poesía onírica o bien un monumental y deleitoso pas-
tel. Chica sin barreras es su penúltima película, donde vol-
vió a contar con Ann-Margret, la guinda más sexy de
aquella década para tartas de este calibre. Aunque Ann-
Margret baila sensualmente en el frontispicio del filme, y
en una escena danza haciendo de pincel y pintando con
su cuerpo una tela, esta tercera asociación entre el direc-
tor y la actriz no es propiamente un musical, sino una
comedia desenfrenada en la que una escritora sin éxito
inventará, para alcanzarlo, unas tramas sensacionalistas y
muy picantes haciéndolas pasar por verdad; más tarde
habrá de demostrar ante su posible editor esa verdad.
Esculpida sobre lo que podríamos llamar el peor gusto
pop de los sesenta, Chica sin barreras tiene, y de ahí el
contagioso entretenimiento que produce, un exquisito
sentido del ritmo narrativo y la síntesis, el antídoto ideal
contra el aburrimiento. El erotismo que maneja en su
argumento y el tono frivolón que se puede apreciar a lo
largo de toda la cinta hoy podrán parecer tan castos
como fray Escoba, pero en su día Madame Censura debió
de escandalizarse enormemente, pues fue prohibida en
nuestras pantallas y no se estrenó hasta trece años des-
pués, trece, dejando un regusto en los espectadores
–escasos: pasó sin pena ni gloria– de antigualla pasable-
mente obsoleta. ■ J.B.C.
CHICAS MALAS
(Mean Girls), EE.UU., 2004, 97 min.
Productor: Lorne Michaels. Director: Mark Waters. Guión: Tina Fey
(basado en el libro “Queen Bees and Wannabes”, de Rosalind Wiseman).
● ●
●
Fotografía: Daryn Okada. Montaje: Wendy Greene Bricmont. Música:
Rolfe Kent. Dirección Artística: Brandt Gordon. Intérpretes: Lindsay
Lohan, Rachel McAdams, Tina Fey, Tim Meadows, Amy Poehler, Ana
Gasteyer, Lacey Chabert, Amanda Seyfried, Lizzy Caplan. ***
Chicas malas podría ser la versión frívola de Thirteen, de
Catherine Hardwicke. Sin ínfulas de vanguardia, ampa-
rándose en el canon de la comedia de instituto tradicio-
nal, contempla con mordacidad la metamorfosis de una
adolescente modosita en arpía sin escrúpulos, siguiendo
el modelo de la más guay del aula, entre ligues, rivalida-
des, body building y algo de matemáticas. La emergente
Lindsay Lohan sigue los pasos de Alicia Silverstone y
Reese Whiterspoon y convence. Y el filme de Waters,
bajo su aparente banalidad, dice cuatro cosas bien dichas
sobre las nuevas generaciones, igual que Verano 70, de
Lazaga, dibujaba la España del tardofranquismo más cris-
talinamente que el Saura de turno. ■ J.B.C.
CHICA TERRIBLE, LA
(Das schreckliche Mädchen), Alemania, 1990, 94 min.
Productor: Helmut Rasp, Michael Senftleben. Director: Michael Verhoe-
ven. Guión: Michael Verhoeven. Fotografía: Axel de Roche. Montaje: Bar-
bara Hennings. Música: Lydie Auvray, Billy Gorlt, Mike Herting, Elmar
Schloter. Intérpretes: Lena Stolze, Hans-Reinhard Müller, Monika Baum-
gartner, Elisabeth Bertram, Michael Gahr, Robert Giggenbach, Fred Still-
krauth. ***
Bebe Michael Verhoeven de todas partes y nos ofrece
una peladilla nueva. Su discurso no aporta novedad, pero
lo ejecuta de manera renovada. Esa temática es la explo-
ración, desde el presente, de un pasado turbador, ese
pasado que es una de las más patéticas historias trágicas
de la humanidad aunque mantiene viva una llama de fas-
cinación; en cine, es materia inagotable de creatividad,
pensamiento, sea cual sea la óptica elegida, la de Hotel
Terminus, Le chagrin et la pitié, los fastos de Kramer
(Stanley), el sobrecogedor recitado de Resnais, la severi-
dad de Rosaif, la misma narrativa tradicional de Schatz-
berg... O la de La chica terrible, de veras especial. Conflu-
yen en ella los ropajes de comedia ligera, espontánea y
tirando a naturalista, algo nouvelle vague, con la dialécti-
ca brechtiana, el choque a lo Makavejev y cierta teatrali-
zación syberbergiana (esas transparencias de fondo, ilu-
minaciones irreales que rompen el trayecto). Y por enci-
ma de todo, el relato alado, grácil, fresco, ordenado
según va lanzando la protagonista (Lena Stolze: otro
hallazgo) su historia, entre la crónica periodística y la
evocación nostálgica. Todo ello hace de La chica terrible
un filme diferente, agradable, divertido, y justifica, sin
duda, el premio berlinés al Mejor Director. Otro Verhoe-
ven al que no perder de pista. ■ J.B.C.
CHICA Y UN SEÑOR, UNA
Impala Films/Pedro Masó, España, 1973, 98 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Masó. Guión: Pedro Masó,
Antonio Vich. Fotografía: Juan Mariné. Música: Augusto Algueró. Intér-
●

● ●
pretes: Ornella Muti, Sergio Fantoni, Eduardo Fajardo, Helga Liné, Emilio
Gutiérrez Caba, Pastor Serrador, Queta Claver, Luis Varela, Tony Landa.
**
Un año después de la película Experiencia prematrimo-
nial, uno de los grandes éxitos de la época, el realizador
Pedro Masó, artífice como productor de decenas de clá-
sicos de la comedia popular española (Las chicas de la
Cruz Roja, El día de los enamorados, La gran familia, La
ciudad no es para mí...), volvió a contar con la italiana
Ornella Muti, el bombón de temporada de las revistas del
corazón, y con su fiel coguionista Antonio Vich para otra
comedia romántica con alma de fotonovela y don de la
oportunidad. En esta ocasión se trataba de contar la love
story entre una guapa jovencita y un galán que le dobla-
ba la edad. El discurso moralista subyacente seguía sien-
do el mismo. Revisar hoy este caramelín obsoleto puede
ser útil, únicamente, para sociólogos, estudiosos de nues-
tro cine o nostálgicos irredentos. ■ J.B.C.
CHICO, EL
(The Kid), Chaplin/First National, EE.UU., 1921, 80min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin, Charles Riesner.
Guión: Charles Chaplin. Fotografía: Rollie Totheroh. Intérpretes: Charles
Chaplin, Jackie Coogan, Edna Purviance, Carl Miller, Tom Wilson, Chuck
Reisner. *****
Con El chico, su primer y magistral largo, Chaplin empie-
za a sacar, dolorosamente, las muelas a la sociedad –ha-
bía tanteado la crítica social despiadada en algunos cor-
tos, pero sólo eran eso, tanteos–, abriéndola en canal para
mostrar los hedores insufribles de sus tripas; para que su
cirugía tenga mayor eficacia sobre océanos de butacas
llenas, el cineasta envolvía sus crónicas de miseria con mil
picardías extraídas del folletín, sin olvidar nunca el estalli-
do de los gags, prudentemente intercalados con ejemplar
● ●
Chico de oro, El | 95
●
intermitencia. Así, en El chico, Chaplin nos pinta unos es-
tremecedores años de miseria y una gente pobre, él
mismo como máximo representante de la pobreza. Da
por ahí tumbos cómicos de primera magnitud, subrayán-
dolos con sentimentalismos supremos y un lirismo in-
comparable, para, de repente, introducir el drama, la tra-
gedia, el hijo que no es hijo pero como si lo fuera, arreba-
tado de sus brazos. Artes cómicas y artes lacrimógenas
compartiendo un filme todavía hoy moderno en su senci-
llez, en su economía de medios, en su autenticidad. A eso
se le llama obra maestra y no se discute. ■ J.B.C.
CHICO, EL
(Disney’s the Kid), Disney, EE.UU., 2000, 104 min.
Productor: Hunt Lowry, Christina Steinberg, Jon Turteltaub. Director:
Jon Turteltaub. Guión: Audrey Wells. Fotografía: Peter Menzies, Jr. Mon-
taje: Peter Honess, David Rennie. Música: Marc Shaiman. Intérpretes:
Bruce Willis, Spencer Breslin, Emily Mortimer, Lily Tomlin. **
Boba, estomagante comedieta sentimental de acento
fantástico. Bruce Willis es uno de esos ejecutivos que lo
tiene todo en la vida sin tener nada, o sólo vacío. Un buen
día recibe la visita de un niño que, en realidad, es él
mismo cuando era pequeño; viene para amonestarlo y
hacerle ver el camino que lleva a la felicidad y que ésta
consiste en las cosas más sencillas, en tener buen cora-
zón… ¡Uff! ■ J.B.C.
CHICO, CHICA, ¡BOOM!
IFISA, España, 1969, 95 min.
Director: Juan Bosch. Guión: Ignacio F. Iquino, Sonia Sand, Luis Lucas,
José Gallardo. Fotografía: Antonio López Ballesteros. Música: Enrique
Escobar. Intérpretes: Bruno Lomas, Claudia Gravy, Kiko (José Luis Car-
bonell), Gustavo Re, Trini Alonso, Conchita Goyanes, Luchy Soto, Sarah
Ross, Manuel Muñiz Pajarito, Luis del Pueblo. *
Casposa, imposible y, si se toma con sentido del humor,
hilarante comedia musical escrita y producida por Igna-
cio F. Iquino y dirigida por uno de sus habituales directo-
res a sueldo, Juan Bosch. El rockero Bruno Lomas enca-
bezó el reparto de un filme que intentaba rentabilizar de
forma rápida y poco costosa el fenómeno de éxitos musi-
cales como “La chica yeyé” y similares. En este caso, la
chica es Claudia Gravy. ■ J.E.
CHICO DE ORO, EL
(The Golden Child), Feldman/Murphy, EE.UU., 1986, 93 min.
Productor: Edward S. Feldman, Robert D. Wachs. Director: Michael Rit-
chie. Guión: Dennis Feldman. Fotografía: Donald E. Thorin. Montaje:
Richard A. Harris. Música: Michel Colombier. Dirección Artística: J.
Michael Riva. Intérpretes: Eddie Murphy, Charles Dance, Charlotte
Lewis, Victor Wong, J. L. Reate, Randall “Tex” Cobb. **
Ésta es una película confeccionada a la medida del actor-
estrella: sin él, los efectos especiales lucirían igual, la
trama –un cuento chino de mucho cuidado– seguiría el
●
96| Chico millonario, El
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mismo curso y el The end aparecería en el minuto exacto
en que aparece. Pero se habría perdido el show del actor-
estrella, el producto habría pinchado. Desde que Holly-
wood es Hollywood, cientos, miles de películas se han
edificado en función del star-system y a ellas nos acerca-
mos con la seguridad plena de que, aunque la comedia o
el melodrama de turno corra bajo mínimos, Katharine
Hepburn, Gary Cooper o Cary Grant nunca nos fallarán.
Aquí el actor-estrella es Eddie Murphy, un actor de raza
negra que, con pocos títulos, se ha ganado un respetable
podio en la industria hollywoodiense. Murphy nació en
1961 y, al parecer, a sus quince años ya demostraba unas
condiciones de comediante supremo actuando en salas
de fiesta y espectáculos teatrales. Pasó, como tantos
otros cómicos de la nueva hornaza, por el televisivo Sa-
turday Night Live, auténtica cantera de triunfadores. En
cine, de la mano de Walter Hill y haciendo exótica pareja
con Nick Nolte, saltó a la fama gracias a Límite: 48 horas.
Landis lo emparejó entonces con Dan Aykroyd en Entre
pillos anda el juego, una comedia sutil a la vieja usanza. Y
poco después Superdetective en Hollywood –de la que
rodaría secuelas– le convirtió en uno de los actores más
taquilleros del panorama cinematográfico internacional.
En la cresta de la fama rodó El chico de oro, intervi-
niendo esta vez económicamente en la producción. El
argumento, escrito por Dennis Feldman, es un tanto dis-
paratado. Resulta que en un templo tibetano se entroni-
za a uno de esos niños que nacen cada mil años, con
poderes sobrenaturales y la condición de Gran Lama.
Pero las fuerzas del mal hacen pronto su aparición en la
figura del villano Sardo, que secuestra al niño y lo lleva a
Los Ángeles. Para salvarlo de sus garras hará falta dar
con una daga mágica tibetana. Ahí entra en acción un
detective muy especial y empiezan las aventuras muy
especiales. Como se puede ver, El chico de oro contiene
cine fantástico –con gran despliegue de efectos especia-
les, cortesía de Industrial Light & Magic–, comedia, aven-
turas de índole “indianesca” y cierto trascendentalismo
espiritual de guardarropía. Una pócima con demasiados
ingredientes. Quedó un producto inconexo, a todas luces
irregular, pero con sus momentos entretenidos y un reci-
tal continuado de Murphy que habrá de satisfacer a sus
fans. ■ J.B.C.
CHICO MILLONARIO, EL
(Kid Millions), EE.UU., 1934, 90 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: Roy Del Ruth. Guión: Nunnally
Johnson, Nat Perrin, Arthur Sheekman. Fotografía: Ray June. Montaje:
Stuart Heisler. Vestuario: Omar Kiam. Dirección Artística: Richard Day.
Intérpretes:: Eddie Cantor, Ann Sothern, Ethel Merman, George Murphy,
Berton Churchill, Warren Hymer, Paul Harvey, Jesse Block. ***
Eddie Cantor es poco conocido entre el público moder-
no, pero en su día este comediante de ojos saltones, pe-
queña estatura y aspecto atildado fue una verdadera es-
trella del mundo del espectáculo. En este chiflado vehícu-
lo, el astuto productor Samuel Goldwyn no reparó en
gastos, incluyendo el color para una escena en una fábri-
● ●
●
ca de helados, más George Murphy y Ann Sothern can-
tando un pupurrí de Irving Berling. El elenco de secunda-
rios es asombroso: no se pierdan al gran equipo de baila-
rines de los Nicholas Brothers, o a una joven Ethel Mer-
man como la chica de un gángster. El argumento es para
coleccionistas de lo bizarro, con Eddie heredando una
fortuna en Egipto. ■ J.T.
CHICOS, LOS
España, 1959, 90 min.
Director: Marco Ferreri. Guión: Marco Ferreri, Leonardo Martín (basado
en una historia de Leonardo Martín). Fotografía: Francisco Sempere.
Montaje: José Antonio Rojo. Música: Miguel Asins Arbó. Intérpretes:
José Luis García, Joaquín Cascales Zarzo, Alberto Jiménez, José Sierra,
Mari Carmen Aymat, Ana María Vidal, Carmen Franco, Matilde Asencio,
Concha Gómez Conde. ***
Película dirigida por Ferreri que quiere ser un retrato de
la sociedad española del momento en forma de sátira
para sortear la censura. Se centra en cuatro jóvenes y no
tiene la causticidad de sus dos trabajos con Azcona (El
pisito y El cochecito), aquí sustituida por algún que otro
momento directamente melodramático. ■ G.Q.
CHOCOLAT
EE.UU., 2000, 122 min.
Productor: David Brown, Kit Golden, Leslie Holleran. Director: Lasse
Halström. Guión: Robert Nelson Jacobs. Fotografía: Roger Pratt. Monta-
je: Andrew Mondshein. Diseño de producción: David Gropman. Música:
Rachel Portman. Intérpretes:: Juliette Binoche, Judi Dench, Alfred Moli-
na, Lena Olin, Johnny Depp, Carrie-Ann Moss, Hugh O’Connor, John
Wood, Peter Stormare, Victoire Thivosol, Leslie Caron. ***
«Lo que la fábula ha inventado, a veces lo reproduce la
historia», escribió Victor Hugo. Chocolat es una metáfora
disfrazada de maliciosa y nada complaciente fábula.
hasta tiene algo de western: el forastero errante, aquí
forastera, que llega, en compañía de su hija (Thivisol), a
un remoto pueblo francés, anclado en la hipocresía y el
conservadurismo del pasado. Vianne ofrece los rasgos
serenos e inteligentes de Juliette Binoche. Ella es la
recién llegada, paradigma del cambio en un mundo
anquilosado y bajo los dictados de un aristócrata meapi-
las (Molina), abandonado por su esposa y que tiene a su
lado una tentación con las formas y el rostro de Carrie-
Anne Moss, una viuda reprimida y deprimida. En plena
Cuaresma, y su correspondiente abstinencia, la protago-
nista monta una pintoresca chocolatería. Traspasar el
umbral de esta tentación bañada en chocolate y en algu-
nos casos hasta gozosamente lúbrica, supone atisbar la
libertad. La llegada de unos gitanos errantes –a cuyo
frente se halla Johnny Depp, el menos convincente de la
función- acentuará los tiempos de cambio propiciados
por la pecadora artífice del chocolate como una de las
bellas artes. Incisiva fábula moral, Chocolat constituye un
hermoso elogio de la diferencia y la tolerancia. Pero este
cato contra una falsa tradición que enmascara intransi-
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gencias basadas en la ignorancia, el temor y la increduli-
dad, no sería la notable película que es de no contar con
unos intérpretes en estado de gracia. Desde Juliette Bi-
noche, Alfred Molina, Victoire Thivisol o Judi Dench hasta
Lena Olin –esposa de Hallström–, pasando por una feliz-
mente recuperada Leslie Caron. ■ L.B.M.
CHULO, EL
Suevia Films, España, 1973, 102 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Leonardo Martín, Andrés Dolera, Pedro
Lazaga, José María Palacio. Música: Antón García Abril. Intérpretes:
Javier Escrivá, Silvia Tortosa, Nadiuska, Queta Claver, Bárbara Rey, Elisa
Montes, Perla Cristal, Helga Liné, Tere del Río, Ignacio Cabal, Mónica
Randal. ●
Bodrio mayúsculo y disparatado en torno a un proxeneta
traumatizado desde su adolescencia en Toledo, donde
fue seducido por una farmacéutica. Merece atención
como ejemplar señero de nuestros primeros vientos
aperturistas y por su delirante acento psicoanalítico, que
funde Freud con Machín. ■ J.B.C.
CHULOS, LOS
Bermúdez de Castro, P.C., España, 1980, 87 min.
Productor: Ángel Huete. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Leopoldo Villaseñor. Montaje: Antonio Ramírez.
Música: Gregorio García Segura. Dirección Artística: Julio Esteban. Intér-
pretes: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Juanito Navarro, Jenny Llada. *
Cuarta intentona cómico-festiva del dúo Pajares/Esteso,
esta vez con un argumento mucho menos elaborado que
las anteriores (¿he dicho yo eso?, ¿es que las anteriores
tenían guiones de William Goldman?). Rodada de prisa y
corriendo, más que una película acaba siendo un batibu-
rrillo de chistes usados y chicas desnudas (y aún más
usadas), centrado en el enfrentamiento entre un ingenuo
cura de pueblo (Pajares, en uno de sus clásicos encorva-
mientos como moralista) y un proxeneta de ciudad (Este-
so como gordito feliz). Aunque parezca una tontería (que
de hecho lo es), la película pierde muchos enteros al pres-
cindir de Antonio Ozores y poner como cómico secunda-
rio al impresentable de Juanito Navarro. ■ L.M.C.
CIELO PUEDE ESPERAR, EL
(Heaven Can Wait), Paramount, EE.UU., 1978, 101 min.
Productor: Warren Beatty. Director: Warren Beatty, Buck Henry. Guión:
Warren Beatty, Elaine May (basado en la obra de Harry Segall). Fotogra-
fía: William A. Fraker. Montaje: Robert C. Jones, Don Zimmerman. Músi-
ca: Dave Grusin. Diseño de producción: Paul Sylbert. Dirección Artísti-
ca: Edwin O’Donovan. Vestuario: Theodora Van Runkle, Richard Bruno.
Intérpretes: Warren Beatty, Julie Christie, James Mason, Dyan Cannon,
Charles Grodin, Jack Warden, Buck Henry, Vincent Gardenia. ***
Versión libre y modernizada de El difunto protesta, aque-
lla deliciosa comedia fantástica protagonizada por
Robert Montgomery y Evelyn Keyes en 1941. El actor
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Cielos arriba | 97
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Warren Beatty la eligió para su debut como director y
supo hacer bien su trabajo, aunque fuese ayudado por
Buck Henry. Consiguió una deliciosa comedia romántica
que entre gag y gag provoca serias reflexiones sobre el
significado de la vida, la eternidad, el más allá y el desti-
no. ¿Qué puede ser de uno si hubiese tomado una deci-
sión en vez de otra? ¿O un camino en lugar de otro? ¿O
un cuerpo en vez de otro? Evidentemente, el filme no
alcanza las sutilezas de la primera versión. Los tiempos
han cambiado y Warren Beatty se adapta a ellos. Quizá
resulte irregular, quizá no todos los actores estén a la
altura que podría exigírseles, pero, en conjunto, resulta un
filme muy agradable. ■ A.C.
CIELOS ARRIBA
(Heavens Above!), British Lion, Reino Unido, 1963, 118 min.
Productor: John Boulting, Roy Boulting. Director: John Boulting. Guión:
Frank Harvey, John Boulting (basado en una idea de Malcolm Muggerid-
ge). Fotografía: Max Greene. Montaje: Teddy Farvas. Música: Richard
Rodney Bennett. Intérpretes: Peter Sellers, Bernard Miles, Eric Sykes,
Irene Handl, Miriam Karlin, Isabel Jeans, Roy Kinnear. *
Basada en una idea de Malcolm Muggeridge, esta come-
dia es sólo una entrada menor en los currículums de Peter
Sellers y los hermanos Boulting. La historia narra el nom-
bramiento, por un error clerical, del reverendo John Smal-
wood (Sellers) para la parroquia de Orbiston Parva, un
próspero vecindario gobernado por la familia Despard,
fabricantes de Tranquilax, el reconstituyente tres en uno
(sedante, estimulante, laxante). El reverendo es un tipo
tranquilo, llano, que cree en las Escrituras y vive para
ellas. Desde el momento en que da su primer sermón
todo se pone patas arriba. Escandaliza al distrito al con-
vertir a un basurero negro en su coadjutor y al acoger a
un puñado de gitanos desahuciados en la vicaría. Dentro
de este marco hay algunas bromas verbales y visuales
muy divertidas, pero la sátira a costa de la iglesia inglesa
es demasiado amable, la resolución está más allá de la es-
tratagema y los feligreses son toscos estereotipos. Sellers
brinda un astuto retrato de genuina simplicidad, dejando
el centro del escenario a Irene Handl y a la familia gitana
de Eric Sykes. Todos contribuyen eficazmente al loable
intento de salvar de la quema un guión que roza incómo-
damente la farsa y se permite una tendencia a las risitas
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98| Cielo se equivocó, El
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de patio de colegio que convierte Cielos arriba en un pa-
riente no demasiado lejano de la familia “Carry On”. ■ J.T.
CIELO SE EQUIVOCÓ, EL
(Chances Are), TriStar, EE.UU., 1989, 108 min.
Productor: Mike Lobell. Director: Emile Ardolino. Guión: Perry Howze,
Randy Howze. Fotografía: William A. Fraker. Montaje: Harry Keramidas.
Música: Maurice Jarre. Dirección Artística:: Dennis Washington. Intér-
pretes:: Cybill Shepherd, Robert Downey, jr., Ryan O’Neal, Mary Stuart
Masterson, Christopher McDonald, Josef Sommer. **
Una típica comedia celestial, en la estela de El difunto
protesta o, si prefieren, en la de El cielo puede esperar,
donde el joven marido de una chica embarazada sufre un
accidente, muere, llega al cielo y se le brinda la oportuni-
dad de reencarnarse en un bebé. Unos veinte años más
tarde reencontrará a su mujer, pero también a su desco-
nocida hija, una guapa jovencita. Chata, convencional,
pero amena. ■ J.B.C.
101 DÁLMATAS:
MÁS VIVOS QUE NUNCA
(101 Dalmatians), Great Oaks/Walt Disney, EE.UU., 1996, 103 min.
Productor: John Hughes, Ricardo Mestres. Director: Stephen Herek.
Guión: John Hughes. Fotografía: Adrian Biddle. Montaje: Trudy Ship.
Música: Michael Kamen. Dirección Artística: Assheton Gorton. Intér-
pretes: Glenn Close, Jeff Daniels, Joely Richardson, Joan Plowright, Hugh
Laurie, Mark Williams. ***
Uno de los grandes problemas de las versiones “en carne
y hueso” de filmes emblemáticos del cine de animación
es dar con un protagonista que haga honor al recuerdo
del personaje que le ha tocado en suerte. En el caso de
101 dálmatas, la elección no era fácil: Cruella De Vil sigue
siendo no ya una de las malas, sino una de las mejores
“villanas” de entre las perversas de la Disney. La decisión,
sin embargo, se reveló acertada: no sólo físicamente es el
personaje, sino que Close aporta a esa multimillonaria
psicópata, estrafalaria y demente toda la maldad que, en
su momento, pudo imprimir a dos personajes tan dañinos
como los de Atracción fatal o Las amistades peligrosas.
Por lo demás, la cinta no supera su referente animado,
pero merece verse por el trabajo de su protagonista y por
unos efectos especiales que sólo están al servicio de la
historia. ■ J.E.
127 MILLONES LIBRES
DE IMPUESTOS
Pedro Masó P.C./Aquarius Films, España, 1980, 110 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Masó. Guión: Pedro Masó, Rafa-
el Azcona. Fotografía: Alejandro Ulloa. Montaje: Alfonso Santacana.
Dirección Artística: Ramiro Gómez. Intérpretes: José Luis López Váz-
quez, Fernando Fernán Gómez, Agustín González, Amparo Baró. **
Comedia fácil, de las muchas que escribieron Masó y
Azcona por aquel tiempo, sostenida por un plantel de
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actores tan buenos como sobreactuados (López Váz-
quez, Agustín González, Amparo Soler Leal, María Luisa
Ponte, Amelia dela Torre, Amparo Baró...). Tomando co-
mo referencia el tema de los secuestros, lamentablemen-
te también de actualidad en la época, una familia al borde
de la ruina trama un plan para secuestrar a la abuela y
pedir un rescate de 127 millones, con el fin de no pagar
las deudas y quedarse después con el dinero. Aparte de
algunos golpes de guión realmente afortunados (la con-
versación entre el padre y su hijo, que se gasta todo en
putas), la comedia camina peligrosamente por la senda
de la indiferencia hasta llegar a su más que previsible
desenlace (sí, ése en que la vieja se queda con todo el
dinero engañando a sus miserables hijos). ■ L.M.C.
CIERTOS PEQUEÑÍSIMOS PECADOS
(Quelle strane occasioni), Rizzoli Film, Italia, 1976, 115 min.
Productor (colectivo): Fausto Saraceni. EPISODIOS: “Italian Superman”:
Director: Anónimo. Guión: Leo Benvenuti. Fotografía: Aldo Tonti. Monta-
je: Franco Fraticelli. Dirección Arttística: Fiorenzo Senese. Intérpretes:
Paolo Villaggio, Valeria Moriconi. “Il cavalluccio svedese”: Director: Luigi
Magni. Guión: Piero de Bernardi. Fotografía: Armando Nannuzzi. Direc-
ción Artísttica: Lucia Mirisola. Intérpretes: Nino Manfredi, Olga Karlatos.
“L´ascensore”: Director: Luigi Comencini. Guión: Rodolfo Sonego. Foto-
grafía: Claudio Ragona. Dirección Artística: Osvaldo Desideri. Intérprettes:
Alberto Sordi, Stefania Sandrelli. Música (colectivo): Piero Piccioni. ***
Nuevo film de episodios que tiene la curiosidad de que el
primero de ellos, “Italian Superman”, tuvo cierta polémi-
ca entre productor (Saraceni) y director (Nanni Loy),
hasta el punto de que este último eliminó su nombre de
los créditos apareciendo como “Anónimo” (algo similar a
lo que los americanos hacen con el pseudónimo de Alan
Smithee cuando se muestran en desacuerdo con su tra-
bajo). En realidad, y aunque parezca extraño, es la peri-
pecia más ocurrente de los tres, más que nada porque
Villaggio está muy divertido como italiano en Amsterdam
que, para sobrevivir, ha de participar en un espectáculo
pornográfico junto a su mujer. El resto de historias tam-
bién tiene el sexo como centro neurálgico de operacio-
nes, y aunque no son especialmente brillantes, al menos
resultan simpáticos y gratamente pícaros: Nino Manfredi
acostándose con la hija menor de un amigo, y descu-
briendo que su familia no es tal y como él pensaba; y
Alberto Sordi como un monseñor que, atrapado en un
ascensor con la estupenda Stefania Sandrelli, convence a
ésta para que se vaya quitando la ropa debido al calor
reinante. ■ L.M.C.
CINCO ALMOHADAS
PARA UNA NOCHE
España, 1974, 81 min.
Productor: Eduardo Manzanos Brochero. Director: Pedro Lazaga. Guión:
José Luis Navarro, Rafael Romero Marchent. Fotografía: Juan Gelpí.
Montaje: Antonio Gimeno. Música: Gregorio García Segura. Intérpretes:
Sara Montiel, Craig Hill, Manuel Zarzo, Rafael Arcos, Ricardo Merino,
Manuel Tejada. *
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La hija de una famosa cantante se va a casar, pero el dia-
rio que le dejó su madre le hace sospechar que su mari-
do puede ser su hermano, por lo que inicia una investiga-
ción. La última cinta en la que intervino Sara Montiel fue
esta comedia de escasos vuelos y con la poca gracia
característica de Lazaga. ■ G.Q.
CINCUENTA MILLONES
Y UNA MUJER
(Perfect Friday), Reino Unido, 1970, 94 min.
Productor: Stanley Baker, Jack Smith. Director: Peter Hall. Guión: Scott
Forbes, Anthony Greville-Bell. Fotografía: Alan Hume. Musica: John
Dankworth. Dirección Artística: Robert W. Laing. Vestuario: Kiki Byrne.
Montaje: Rex Pyke. Intérprettes: Ursula Andress, Stanley Baker, David
Warner, Patience Coller, T.P. McKenna, David Waller, Joan Benham,
Julian Orchard. **
Comedia policiaca que quiso resultar perversa y se que-
dó en divertimento al servicio de una Ursula Andress cier-
tamente esplendorosa. Ella es el cerebro del robo a un
banco que astutamente planea con la complicidad de su
marido y de su amante. Un guión tan astuto como la pro-
tagonista pero que no siempre encuentra una adecuada
plasmación visual. Excelente banda sonora del jazzista
Johnny Dankhworth. Para fans de Ursula Andress y afi-
cionados a la comedia criminal. ■ LL.B.M.
CINEMANÍA
(Movie Crazy), Paramount, EE.UU., 1932, 81 min.
Productor: Harold Lloyd. Director: Clyde Bruckman. Guión: Vincent
Lawrence (basado en una historia de Agnes Christine Johnston, John
Grey, Felix Adler). Fotografía: Walter Lundin. Montaje: Bernard W. Bur-
ton. Dirección Artística: William MacDonald, Harry Oliver. Intérpretes:
Harold Lloyd, Constance Cummings, Kenneth Thomson, Sidney Jarvis,
Eddie Fetherston, Robert McWade, Louise Closser Hale, Spencer Char-
ters, Harold Goodwin, Lucy Beaumont. ****
Decididamente, la mejor de las cintas habladas de este
cómico que, junto con Chaplin y Keaton, forma el trío de
ases del humor silente americano. El argumento de esta
Movie Crazy es el de un ingenuo pueblerino que, fascina-
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Circo, El | 99
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do por la vida que llevan las grandes estrellas, decide ir a
buscar fortuna a Hollywood, adonde a sido invitado a una
prueba por error. La acción contiene varios gags visuales
de gran eficacia, como el del abrigo de un mago que
Lloyd lleva a una fiesta y que produce inesperados efec-
tos hilarantes. Fiel a su personaje de “gafitas” de natural
espabilado, crea una comicidad que nunca se apoya en la
contemplación de la estupidez. Clyde Bruckman fue uno
de los directores que colaboraron también con Keaton
–codirigió la famosa El maquinista de la general–, W. C.
Fields y Laurel & Hardy. ■ M.Q.
CIRCO, EL
(The Circus), United Artists, EE.UU., 1928, 70min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Rollie Totheroh. Música: Charles Chaplin. Intérpre-
tes: Charles Chaplin, Allan García, Merna Kennedy, Harry Crocker, Stan-
ley Sanford, George Davis. ****
Charles Chaplin se cuestiona varias cosas sobre la vida en
El circo, una de sus películas más amargas y una de sus
más ignoradas obras maestras. Amarga lo es porque bajo
la lona el genial cineasta somete su circo a una metáfora
de la condición humana. Claro está que Chaplin utiliza
para tan desolador discurso su arma principal: el humor.
Y ahí la cosa no falla. Escenas memorables como la de
nuestro entrañable vagabundo burlando a sus persegui-
dores convirtiéndose en un muñeco mecánico, o la del
alambre con tres monos inoportunos subidos en su tron-
co, o detalles tan menudos como la sencilla aparición de
un gusano en una manzana, que Chaplin hace saber con
sólo mover un dedo –como lo leen–, hacen de El circo ese
momento feliz en que intenciones y resultados se con-
vierten en cine genuino, en cine cómico puro. Su desen-
lace, además, nos pone un nudo en la garganta. ■ J.B.C.
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100| Círculo de amigos
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CÍRCULO DE AMIGOS
(Circle of Friends), Price/Lantana, EE.UU., 1995, 96 min.
Productor: Arlene Sellers, Alex Winitsky, Frank Price. Director: Pat
O’Connor. Guión: Andrew Davis (basado en la novela de Maeve Binchy).
Fotografía: Ken MacMillan. Montaje: John Jympson. Música: Michael
Kamen. Dirección Artística: Jim Clay. Intérpretes: Chris O’Donnell, Min-
nie Driver, Geraldine O’Rawe, Saffron Burrows, Alan Cummings, Colin
Firth. ***
Una sensible, tierna y algo empalagosamente nostálgica
comedia romántica ambientada en el Dublín de los años
cincuenta y protagonizada por el líder de un equipo de
rugby universitario y, como ya el título vaticina, su círcu-
lo de amistades, básicamente femeninas (a destacar,
entre ellas, la bulliciosa, eléctrica composición de Minnie
Driver). Se basa en una novela de Maeve Binchy, adapta-
da por Andrew Davies. ■ J.B.C.
CITA A CIEGAS
(Blind Date), Tri-Star, EE.UU., 1987, 93 min.
Productor: Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión: Dale Launer.
Fotografía: Harry Stradling. Montaje: Robert Pergament. Música: Henry
Mancini. Dirección Artística: Rodger Maus. Intérpretes: Kim Basinger,
Bruce Willis, John Larroquette, William Daniels, Phil Hartman, Stepanie
Faracy. **
Sumida entre toneladas de fluido rosa, parecía que la ca-
rrera de Blake Edwards había finiquitado definitivamente
pero, a mediados de los ochenta, adquirió un espumillón
inesperado con esta screwball que, en la mejor tradición
del género, logra sacar chispas de su pareja protagonis-
ta. La historia se centra en el romance tuerto y a salto de
mata entre Walter, un adicto al trabajo, y Nadia, una
espectacular belleza del Este. Poniendo nuevamente de
manifiesto el talento cómico de Bruce Willis y el talento
alcohólico (en la ficción, claro) de Kim Basinger, Edwards
sabe conducir el tándem calle abajo, sin frenos ni ruede-
cillas adicionales. Esquirlas románticas, barullo bien or-
questado y secundarios inspirados como el celoso John
Larroquette hacen de esta película un canto del cisne
(algo cojo, no vamos a engañarnos) de un maestro de la
comedia. Anotar que, en un principio, Madonna y Sean
Penn iban a protagonizar el filme, quizá convirtiéndolo en
una secuela de la estupenda Buscando a Susan desespe-
radamente. Por suerte, la opción Willis se impuso entre
los productores, que no entre Edwards. ■ J.C.
CITIZEN’S BAND
(También como Handle with Care), Paramount, EE.UU., 1977, 98 min.
Productor: Paul Brickman. Director: Jonathan Demme. Guión: Paul
Brickman. Fotografía: Jordan Cronenweth. Montaje: John F. Link Jr. Dise-
ño de producción: Bill Malley. Música: Bill Conty. Vestuario: Jodie Lynn
Tillen. Intérpretes: Paul LeMat, Candy Clark, Ann Wedgeworth, Marcia
Rodd, Charles Napier, Roberts Blossom. ***
Como en Melvin y Howard, la genuina curiosidad de Jo-
nathan Demme por las excentricidades ocultas dentro de
● ●
●
las vidas americanas más aparentemente ordinarias ase-
gura una atractiva porción de graffiti cinematográfico. La
población del pequeño pueblo del guionista Paul Brick-
man incluye una prostituta motorizada, un camionero bí-
gamo cuyas dos esposas se conocen por accidente y, en
el centro de todo, el excelente Paul LeMat como un radio-
aficionado que lucha contra el mal uso de las ondas, y cu-
ya principal miseria es estar irremediablemente atado a
un padre casi ido que sólo vuelve a la vida ante su micró-
fono. La película utiliza la fiebre de los radioaficionados
como una metáfora de la falta de comunicación humana,
y avanza de un modo algo elíptico, pero la alternancia de
momentos de humor negro e incidentes tragicómicos, las
acertadas interpretaciones de Paul Le Mat (lo más pare-
cido que hay a un Jimmy Stewart moderno, aunque
nunca haya conseguido ese papel que le aupe a la cate-
goría de estrella) y Candy Clark, y una gran banda sono-
ra brindan un considerable encanto a este divertido y
picante American Graffiti en versión pueblerina. ■ J.D.D.
CIUDAD NO ES PARA MÍ, LA
España, 1966, 96 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Lazaga. Guión: Vicente Coello,
Pedro Masó (basado en la obra de Fernando Ángel Lozano). Fotografía:
Juan Mariné. Montaje: Alfonso Santacana. Música: Antón García Abril.
Vestuario: Matías Montero, Nanette. Intérpretes: Paco Martínez Soria,
Doris Coll, Cristina Galbó, Eduardo Fajardo, Rafael Alcántara. **
Las tribulaciones de un maño que llega a la gran capital
para vivir con su familia y es capaz de meter en cintura a
todo el mundo con su rústica moralidad. A partir de la
obra teatral homónima de Fernando Ángel Lozano, Pedro
Masó y Vicente Coello escribieron el guión de esta emble-
mática comedia de los sesenta, que debe gran parte de
su exitazo a la resultona composición de Paco Martínez
Soria, que ya no abandonaría ese personaje cargado de
supuestas razones y no menos supuesta sabiduría popu-
lar en el resto de su filmografía, que está repleta de far-
sas tan moralistas y cargantes como ésta. ■ J.B.C.
CLÁUSULA DE ESCAPE
(Dead Man on Campus), EE.UU., 1996, 107 min.
Productor: Gale Anne Hurd. Director: Alan Cohn. Guión: Michael Trae-
ger, Mike White (basado en una historia de Anthony Abrams y Adam
Larson Broder). Fotografía: John Thomas. Montaje: Debra Chiate. Músi-
ca: Matt Mahaffey, Mark Mothersbaugh. Dirección Artística: Gregory A.
Weimerskirch. Intérpretes:: Tom Everett Scott, Mark-Paul Gosselaar,
Poppy Montgomery, Lochlyn Munro, Randy Pearlstein, Corey Page, Aly-
son Hannigan, Shelley Malil. **
Comedia negra ambientada en el mundo universitario,
como Election, aunque sin su ingenio. Gira alrededor de
dos jóvenes estudiantes que, para poder pasar examen,
deciden recurrir a "la cláusula del hombre muerto", una
leyenda urbana que sostiene que cualquier alumno cuyo
compañero de habitación fallezca durante el curso será
aprobado automáticamente. ■ J.B.C.
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CLERKS
View Askew Productions, EE.UU., 1994, 90 min.
Productor: Kevin Smith y Scott Mosier. Director: Kevin Smith. Guión:
Kevin Smith. Fotografía: David Klein. Montaje: Scott Mosier y Kevin
Smith. Música: Scott Angley. Intérpretes: Brian O’Halloran, Jeff Ander-
son, Marilyn Ghigliotti, Lisa Spoonauer, Jason Mewes, Kevin Smith. ***
Rodada en una tienda de New Jersey por 27.000 dólares,
esta locuaz, escabrosa y muy divertida óperta prima es
una verdadera ganga. El dependiente Dante (O’Halloran)
y su colega Randall (Anderson), que atiende el videoclub
adyacente, emplean las pausas entre cliente y cliente –a
cada cual más extravagante– para discutir sus trayecto-
rias laborales, el final de El retorno del Jedi, los excesos
orales de la actual novia de Dante y la inminente boda de
su ex del instituto. Si lo que busca es una factura técnica
impecable, olvídese de esta película. Si lo suyo es el len-
guaje malsonante y las carcajadas a mandíbula batiente,
échele un vistazo. ■ J.D.D.
CLIENTE MUERTO NO PAGA
(Dead Men Don’t Wear Plaid), Universal, EE.UU., 1982, 88 min.
Productor: David V. Picker, William E. McEuen. Director: Carl Reiner.
Guión: Carl Reiner, George Gipe, Steve Martin. Fotografía: Michael
Chapman. Montaje: Bud Molin. Diseño de producción: John F. DeCuir.
Música: Miklós Rozsa. Diseño de prod
ducción: John De Cuir. Vestuario:
Edith Head. Intérpretes: Steve Martin, Rachel Ward, Carl Reiner, Reni
Santoni, George Gaynes. ***
Los éxitos de taquilla llegaron después, pero las primeras
colaboraciones de Steve Martin con el director y co-guio-
nista Carl Reiner aún están entre sus mejores trabajos.
Rigby Reardon (Martin) es la quintaesencia del detective
privado. Audaz, entrometido, discípulo por libre de Phillip
Marlowe, tiene un aspecto clásico y una impecable mane-
ra de vestir. La historia comienza cuando Reardon es con-
tratado por Juliet Forrest (Ward) para investigar la muer-
te de su padre, John Hay Forrest (Gaynes), un notable
científico, filántropo y fabricante de quesos. El entusiasta
pero torpe detective comienza su labor encontrando sos-
pechosos por docenas. Claro que su plan de trabajo está
basado en dos pedazos de papel que él llama “las listas
de Carlota”, y que dan lugar a toda clase de pistas, coin-
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Clockwise | 101
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cidencias, sustos y sorpresas. Esta trama proporciona la
más débil de las excusas para construir una hilarante pa-
rodia de los géneros noir y de detectives, mezclando ex-
pertamente material clásico de archivo con la acción. Así,
el protagonista persigue a los asesinos actuando frente a
viejos clips de películas de James Cagney, Alan Ladd,
Barbara Stanwyck, Humphrey Bogart, Charles Laughton,
Bette Davis, Burt Lancaster y Ava Gardner, entre otros.
Algunos de los chistes más inteligentes dependen del
conocimiento que el espectador tenga del cine de los
años cuarenta, pero hay suficiente slapstick para compla-
cer a todo el mundo. A ello contribuye el buen hacer de
Steve Martin, que acapara todas las frases buenas del
guión, lo que no es mala cosa porque él es lo mejor de
este divertido e inteligente ejercicio de montaje. ■ J.D.D.
CLOCKWISE
Moment, Reino Unido, 1986, 96 min.
Productor: Michael Codron. Director: Christopher Morahan. Guión:
Michael Frayn. Fotografía: John Coquillon. Montaje: Peter Boyle. Música:
George Fenton. Diseño de producción: Roger Murray-Leach. Dirección
Artísstica: Diana Charnley. Vestuario: Judy Moorcroft. Intérpretes: John
Cleese, Alison Steadman, Penelope Wilton, Stephen Moore, Joan Hick-
son, Sharon Maiden, Penny Leatherbarrow, Howard Lewis. **
John Cleese es el director de una escuela secundaria cu-
yo rasgo principal, la obsesión por la puntualidad, resulta
ser una estrategia para controlar el desorden natural de
su personalidad. La trama de la película se pone en mar-
cha cuando Stimpson (Cleese) pierde el tren para una
Conferencia de Directores en Norwich que ha sido invita-
do a presidir. Presa del pánico, se embarca en una inter-
minable pesadilla mientras lucha por completar su viaje
en compañía de una estudiante secuestrada (Maiden) y
su antigua novia (Winton). Clockwise sería un aburri-
miento si no fuese por la habilidad cómica de John Clee-
se, cuyas expresivas gesticulaciones otorgan consistencia
a ese hombre corriente que trata de controlar su mundo
mucho después de haber superado el límite. Quizás debi-
do al pasado de Cleese en la comedia televisiva, la pelí-
cula es menos una narración que una serie de viñetas,
más algo de embarazosa propaganda sobre la educación
pública y privada en la Gran Bretaña de Thatcher. ■ J.D.D.
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102| Club de la buena estrella, El
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CLUB DE LA BUENA ESTRELLA, EL
(The Joy Luck Club), Hollywood Pictures/Joy Luck Company/Ixtlan,
EE.UU., 1993, 135 min.
Productor: Wayne Wang, Amy Tan, Ronald Bass, Patrick Markey. Direc-
tor: Wayne Wang. Guión: Amy Tan, Ronald Bass (basado en el libro de
Amy Tan). Fotografía: Amir Mokri. Montaje: Maysie Hoy. Música: Rachel
Portman. Diseño de producción: Donald Graham Burt. Dirección Artís-
tica: Diana Kunce, Kwan Kit “Eddy” Kwok, Jian Jun Li. Vestuario: Lydia
Tanji, Shu Lan Ding. Intérpretes: Kieu Chinh, Tsai Chin, France Nuyen,
Lisa Lu, Ming-Na Wen, Tamlyn Tomita, Lauren Tom, Rosalind Chao,
Chao-Li Chi. ****
Ocho historias enlazadas que desgranan las dificultades
de supervivencia de cuatro mujeres en China y los pro-
blemas de adaptación de sus cuatro hijas en la ciudad de
San Francisco, según la exitosa novela de Amy Tan. La
diferencia entre unos tiempos y otros, la guerra y la emi-
gración, las costumbres rescatadas y las libres, trazan un
cuadro muy completo y sentido de las vicisitudes de un
pueblo vistas desde el lado femenino. Los diversos epi-
sodios van desde lo lírico hasta la más cruda realidad,
desde la comedia costumbrista a la leyenda familiar,
mediante una ajustada puesta en escena de Wang, un
chino de Hong Kong educado en América y que ha
demostrado una perfecta sincronía con el mundo popu-
lar americano dirigiendo los textos de Paul Auster en
Smoke. Producida por Oliver Stone. ■ M.Q.
CLUB DE LA RISA, EL
(Kiss My Act), EE.UU., 2001, 95 min.
Director: Duane Clark. Guión: Kevin Hench. Fotografía: Rodney Char-
ters. Montaje: Chuck McClelland. Música: David E. Russo. Dirección
Artística: Sean Breaugh. Intérpretes: Camryn Manheim, Scott Cohen,
Alexondra Lee, John Catucci, Christopher Shyer, Wayne Federman, Fred
Stoller, Phyllis Diller, Marlee Matlin, Emanuel Arruda, Dabney Coleman
Boyd Banks. ***
Comedia de enredo ambientada en el mundo de los
humoristas y con ecos de “Cyrano de Bergerac”, en la
que una atractiva actriz cómica seduce a un descubri-
dor de talentos. El problema es que todos sus chistes
son obra de una inteligente, divertida y obesa amiga.
■ G.Q.
CLUB DE LAS PRIMERAS
ESPOSAS, EL
(The First Wives Club), EE.UU., 1996, 103 min.
Productor: Scott Rudin. Director: Hugh Wilson. Guión: Robert Harling
(basado en la novela de Olivia Goldsmith). Fotografía: Robert Carmicha-
el. Montaje: John Bloom. Música: John Madara, Marc Shaiman. Dirección
Artística: Charley Beal. Intérpretes: Bette Midler, Goldie Hawn, Diane
Keaton, Maggie Smith, Dan Hedaya, Sarah Jessica Parker, Stockard
Channing. **
Hawn, Midler y Keaton sacan las uñas en esta comedia
histérica, chillona y bobalicona, en la que encarnan a tres
esposas que unen sus fuerzas para vengar a sus respec-
● ●
●
tivos y machistas maridos. Jugoso reparto femenino:
también salen Sarah Jessica Parker, Eileen Heckart, Mar-
cia Gay Harden, Elizabeth Berkley, Stockard Channing y
una no acreditada Heather Locklear. ■ J.B.C.
CLUB DE LOS CHALADOS, EL
(Caddyshack), Orion, EE.UU., 1980, 99 min.
Productor: Douglas Kenney. Director: Harold Ramis. Guión: Brian
Doyle-Murray, Harold Ramis, Douglas Kenney. Fotografía: Stevan Lar-
ner. Montaje: William Carruth. Música: Johnny Mandel. Diseño de pro-
ducción: Stan Jolly. Dirección Artística: George Szeptycki. Intérpretes:
Rodney Dangerfield, Ted Knight, Michael O’keefe, Bill Murray, Sarah
Holcomb, Scott Colomby, Cindy Morgan, Dan Resin, Henry Wilcoxon,
Albert Salmi. **
Si aún está usted en la edad en que decir guarradas y
hurgarse la nariz le parece divertido, entonces El club de
los chalados debería matarle de risa. Adornado con un
chillón atuendo y tirando su dinero, el nuevo rico Rodney
Dangerfield ofende a los estirados miembros del elegan-
te club de campo al que acaba de unirse. Chevy Chase es
un disoluto profesional del golf; Michael O’Keefe es un
caddie que trata de triunfar y conseguir una beca univer-
sitaria ganando un torneo; Ted Knight es un snob que
considera el club como su reino privado, y Bill Murray es
el mugriento encargado de mantenimiento que pasa la
mayor parte del tiempo ingeniando métodos para librar
al campo de una molesta ardilla. Enterrada a mucha pro-
fundidad por debajo de la creciente marea de aguas resi-
duales hay una historia bastante agradable sobre tratar
de llegar a la cima como caddie mientras se sigue siendo
humano; una trama que podría haber hecho por el golf lo
que El relevo hizo por el ciclismo. En vez de eso permite
a una nómina de grandes payasos televisivos hacer el bo-
bo a lo largo de una atroz cadena de escenas patéticas,
la menos vulgar de las cuales implica un excremento en
una piscina. ¿Es ir un poco lejos? Bueno, después alguien
se la come. Y después alguien se sienta sobre un montón
de vómito. Y después... sólo empeora. Aún así, las risas
son constantes. Incluso los absurdos estereotipos de la
película provocan carcajadas culpables. Especialmente
memorable es el momento en que Wilcoxon, interpretan-
do a un clérigo amante del golf, empieza a jugar una sen-
●

● ●
sacional partida en medio de una feroz tormenta. Hacien-
do cada hoyo en un golpe, riendo histéricamente, dando
gracias al Señor por la mejor partida de su vida, eleva su
palo hacia el cielo y es alcanzado por un rayo mientras
suena un crescendo de Los diez mandamientos (en la
cual Wilcoxon interpretaba a un general del faraón). El
club de los chalados impulsó la carrera del miembro de
Saturday Night Live Bill Murray y revivió la languidecien-
te fortuna del gloriosamente vulgar Rodney Dangerfield,
cuyas escenas iniciales son las más divertidas de la pelí-
cula. ■ J.T.
CLUB DE LOS CORAZONES ROTOS, EL
(The Broken Hearts Club: A Romantic Comedy), Banner Entertain-
ment/Meanwhile Films, EE.UU., 2000, 95 min.
Dirección: Greg Berlanti. Guión: Greg Berlanti. Fotografía: Paul Elliott.
Diseño de producción: Charles Daboub, Jr. Música: Christophe Beck.
Intérpretes: Timothy Olyphant, Zach Braff, Dean Cain, Andrew Keagan,
Nia Long, John Mahoney, Mary McCormack, Matt McGrath, Billy Porter.
**
Podría decirse que este filme, más conversacional que
emocional, cae en su propia trampa: el narcisismo. Tene-
mos un grupo de amigos más o menos estereotipados
según términos didácticos para la audiencia hetero como
“galletón” o “chico púrpura”, con alto poder adquisitivo y
de bastante buen ver que únicamente hablan, sufren y
padecen por el hecho de ser gay, sin importar demasiado
el hábitat laboral o “convencional” que les rodea. Si esto
lo trasladásemos al mundillo heterosexual, ¿qué tendría-
mos? Falcon Crest o similares culebrones con el plumón
caído. Hecha esta salvedad de fondo, lo que recubre esta
presunta comedia sobre la nada es una buena sarta de
situaciones a veces brillantes y autoparódicas, algunos
clichés machos como el béisbol teñidos de rosa (algo nos
olíamos), algún fantasma enterrado (¿el sida ya no preo-
cupa?), una sincera reflexión sobre la amistad y unos
intérpretes entregados, empezando por el veterano John
Mahoney. Y para valorar eso no hace falta comprobar el
DNI sexual. ¿O sí? ■ J.C.
COCA-COLA KID, THE
Smart Egg/Cinecom/Film Gallery, Australia, 1985, 98 min.
Productor: David Roe. Director: Dusan Makavejev. Guión: Frank Moor-
house (basado en las colecciones de historias cortas “The Americans,
Baby” y “The Electrical Experience”, de Moorhouse). Fotografía: Dean
Semler. Montaje: John Scott. Música: William Motzing. Diseño de pro-
ducción: Graham Walker. Vestuario: Terry Ryan. Intérpretes: Eric
Roberts, Greta Scacchi, Bill Kerr, Max Gillies, Kris McQuade, Chris Hay-
wood. **
El orgulloso guerrero sexual y anarquista liberador de la
libido Dusan Makavejev perdió el rumbo en The Coca-
Cola Kid. Un comisionado de la Coca-Cola llega a Austra-
lia con la intención de desbancar al rey local de las bebi-
das refrescantes. Por allí pululan una jovenzuela Greta
Scacchi, un camarero de hotel que piensa que el prota-
● ●
Cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, El | 103
●
gonista pertenece a la CIA y la fauna de Oz. Hay algunos
placeres incidentales (entre ellos los métodos de disua-
sión a punta de pistola del viejo empresario, un canguro
con el brazo en cabestrillo y Scacchi en su misión de
hacer que la población masculina del planeta entre en
combustión espontánea), pero la película se viene a bajo
por culpa de un argumento inexistente y un protagonista,
Eric Roberts (el chico de Coca-Cola), en camino de con-
vertirse en el peor actor del mundo. ■ J.D.D.
COCHECITO, EL
España, 1960, 85 min.
Productor: Pere Portabella. Director: Marco Ferreri. Guión: Rafael Azco-
na, Marco Ferreri (basado en la novela de Rafael Azcona). Fotografía:
Juan Julio Baena. Montaje: Pedro del Rey. Música: Miguel Asins Arbó.
Intérpretes: José Isbert, Pedro Porcel, José Luis López Vázquez, María
Luisa Ponte, Antonio Gavilán, Lepe, Chus Lampreave. ****
El milanés Marco Ferreri poseía una escasa experiencia
cinematográfica cuando llegó a España en 1958 como
representante de una empresa de productos ópticos. Tras
dos películas tan notables como El pisito y Los chicos, su
encuentro con el fecundo escritor riojano Rafael Azcona
posibilitó que realizara su mejor filme entre nosotros, El
cochecito, historia de un anciano que desea que la fami-
lia le compre un coche de inválido, no porque lo sea, sino
porque todos sus amigos lo necesitan y le dejan atrás en
sus correrías por calles y parques. Para conseguirlo, no
dudará en llegar a los extremos que le dicta el egoísmo
que ha ido desarrollando en su abandono. Una de las
mejores muestras del humor negro español, que entroni-
za a José Isbert como un actor que ha marcado profun-
da huella en nuestro cine. Su creación de Don Anselmo
junto con la de la berlanguiana El verdugo constituyen los
logros más evidentes de su larga carrera. El filme obtuvo
el premio Fipresci en el Festival de Venecia conjunta-
mente nada menos que con el Rocco y sus hermanos, de
Luchino Visconti. ■ M.Q.
COCINERO, EL LADRÓN, SU MUJER
Y SU AMANTE, EL
(The Cook, the Thief, His Wife & Her Lover), Allarts Cook/Films Inc.,
Reino Unido-Francia, 1989, 124 min.
Productor: Kess Kasander. Director: Peter Greenaway. Guión: Peter Gre-
enaway. Fotografía: Sacha Vierny. Montaje: John Wilson. Música: Michael
Nyman. Diseño de producción: Ben Van Os, Jan Roelfs. Vestuario: Jean-
Paul Gaultier. Intérpretes: Richard Bohringer, Michael Gambon, Helen
Mirren, Alan Howard, Tim Roth, Ciaran Hinds, Gary Olsen, Ewan Ste-
wart, Roger Ashton Griffiths, Ron Cook. ***
Tras haberse convertido en director de culto para una
gran minoría con su “cine aritmético”, en el que todo está
perfectamente calculado, y en uno de los máximos aspi-
rantes al título de creador de la “modernidad” aplicada al
cine, Greenaway (El contrato del dibujante, El vientre del
arquitecto) compuso su personal versión de La grand
bouffe, aquel filme con el que Ferreri destrozó la burgue-
●
104| Cocktail de celos
● ● ●

sía consumista en los 70. Greenaway hace lo mismo que

Ferreri, pero a través de un brillante ejercicio de estilo, en
el que su sarcasmo y su ironía se apoyan en unos brillan-
tísimos travellings laterales y en unos personajes-tipo que
le sirven para componer su reflexión anticonsumo. La
cinta es además una intrigante y cruel comedia negra de
corte policiaco, con un clímax sórdido y obsesivo. ■ A.C.

COCKTAIL DE CELOS
(Turnabout), Hal Roach/United Artists, EE.UU., 1940, 80 min.

Productor: Hal Roach. Director: Hal Roach. Guión: Mickell Novak, Berne
Giler, John McClain, Rian James (basado en la novela de Thorne Smith).
Fotografía: Norbert Brodine. Intérpretes: Adolphe Menjou, Carole Lan-
dis, John Hubbard, William Gargal, Verree Teasdale, Mary Astor, Donald
Meek, Joyce Compton, Franklin Pangborn. **

El productor Hal Roach –más conocido por su asociación

con Laurel y Hardy– dirigió pocas películas, y con ésta
podemos comprobar por qué. Una escultura india con
poderes mágicos, cansada de las interminables disputas
entre una pareja (Hubbard y Landis) sobre su contribu-
ción al matrimonio, les concede la asombrosa oportuni-
dad de habitar el cuerpo del otro durante un tiem-
po, experimentando cómo es la rutina diaria de la vida
desde la línea divisoria de los roles sexuales y sociales.
Así que mientras ella (Hubbard, doblado con la voz de
Landis y cayendo en manierismos insoportablemente es-
tereotipados) va a trabajar como ejecutiva publicitaria, él
(Landis, doblada con la voz de Hubbard y andando a zan-
cadas) trata de hacer las tareas de la casa. Monumenta-
les momentos de vergüenza y revelación personal se al-
ternan cuando el hombre y la mujer tratan de interpretar
convincentemente sus nuevos roles, y ambos quedan ali-
viados cuando su deseo de volver a la normalidad –pro-
piciado por el horrible descubrimiento de Hubbard de
que está embarazado– es concedido. El éxito de Roach
con Una pareja invisible y su secuela –La mujer fantasma–
le llevó a adaptar a la pantalla otra fantasía de Thorne
Smith, cuyos aspectos sexuales del cambio de géneros
mezclan la desaprobación de clase con el incómodo
reconocimiento de varios tabús sociales sobre la vesti-
menta, el porte físico e incluso el embarazo. Pero cual-
quier carga satírica que la idea pudiese haber tenido
queda anulada por la incompetencia de la dirección. Los
mejores momentos vienen de la mano de los actores
secundarios, especialmente Franklin Pangborn y Donald
Meek, arquetípicos personajes de Preston Sturges huér-
fanos aquí de sus magníficos diálogos. ■ J.T.
La primera, y la mejor, de las historias sobre la leyenda
viviente de los campos australianos, que puede luchar
contra cocodrilos con las manos desnudas y seducir a las
damas únicamente con su carisma. Paul Hogan lleva a su
personaje de macho a la gran ciudad, a la cual se adapta
a base de negarse a reconocer que todo es muy diferen-
te de lo que estaba acostumbrado en Walkabout Creek, y
el resultado es tan agradable como si se tratase de Tar-
zán enfrentándose a una jungla de hormigón. El lánguido
ritmo del director Peter Faiman, en su primera incursión
cinematográfica tras una impresionante carrera en la te-
levisión australiana, nos permite apreciar a este particular
Mago de Oz sobreviviendo a las puyas de los sofisticados
y siendo más listo que los villanos callejeros. El broncea-
do y enjuto Paul Hogan se siente cómodo interpretando
al lacónico, irreverente, amigable cazador de cocodrilos,
y hace buena pareja con Linda Kozlowski, que irradia to-
neladas de encanto, estilo y belleza. Una lástima que Ho-
gan no pudiese conservar el ímpetu para posteriores pelí-
culas, pero en ésta, al menos, creó un superhéroe total-
mente agradable. ■ J.T.
COCODRILO DUNDEE II
(Crocodile Dundee II), Rimfire/Paramount, EE.UU., 1988, 111 min.

COCODRILO DUNDEE
(Crocodile Dundee), Rimfire, Australia, 1986, 98 min.
Productor: John Cornell. Director: Peter Faiman. Guión: Paul Hogan, Ken
Shadie y John Cornell (basado en una historia de Paul Hogan). Fotogra-
fía: Russell Boyd. Montaje: David Stiven. Diseño de producción: Graham
Walker. Música: Peter Best. Intérpretess: Paul Hogan, Linda Kozlowski,
John Meillon, David Gulpilil, Ritchie Singer, Mark Blum, Michael Lom-
bard, Irving Metzman. ***
Productor: John Cornell, Jane Scott. Director: John Cornell. Guión: Paul
Hogan, Brett Hogan. Fotografía: Russell Boyd. Montaje: David Stiven.
Dirección Artística: Lawrence Eastwood. Música: Peter Best. Intérpretes:
Paul Hogan, Linda Kozlowski, Charles Dutton, Hechter Ubarry, John
Meillon, Juan Fernandez. **
Tras haber logrado el mayor éxito de taquilla de la histo-
ria de América para una película no realizada en Holly-
wood, Paul Hogan puede ser disculpado por repetir el rol

● ● ●

● ●
de Mick “Cocodrilo” Dundee. Menos excusable, sin em-
bargo, es el desacertado intento de mezclar la inspirada
comedia del original con la clase de aventura de rescate
que ya estaba pasada de moda en los muy lejanos días de
los seriales cinematográficos. Resultado: la secuela es
demasiado lenta para constituir una aventura y tiene muy
pocas risas para ser una comedia. Pero Hogan es tan
agradable como antes y hay momentos divertidos, prin-
cipalmente en su aproximación pueblerina a la vida urba-
na, así como en la actitud de los sofisticados aborígenes
hacia los urbanitas que han secuestrado a la novia perio-
dista de Mick, interpretada de nuevo por la esposa en la
vida real de la estrella australiana, Linda Kozlowski. Y es
que, en la liga de las sagas megaexitosas, el truco es man-
tener las partes que funcionaron bien. ■ J.D.D.
COCODRILO DUNDEE
EN LOS ANGELES
(Crocodile Dundee in Los Angeles), Sherlock, EE.UU./Australia,
2001, 95 min.
Productor: Lance Hool, Paul Hogan. Director: Simon Wincer. Guión:
Paul Hogan, Mattew Berry, Eric Abrams. Fotografía: David Burr. Montaje:
Terry Blithe. Dirección Artística: Leslie Binns. Música: Basil Poledouris.
Vestuario: Marion Boyce. Inttérpretes: Paul Hogan, Linda Kozlowski, Jere
Burns, Jonathan Banks, Alec Wilson, Gerry Skilton, Steve Rackman,
Serge Cockburn, Aida Turturro, Paul Rodriguez. **
Hogan y su rústico personaje vuelven a las andadas sin
que los trece años de ausencia hayan hecho mella en su
espíritu, en justa correspondencia con el espíritu de la
película, que transita el mismo humor (forjado en el con-
traste entre civilización y primitivismo) de las dos entre-
gas precedentes. Desparrama bromas amables sobre Ho-
llywood, sus playas, sus vigilantes y cuerpazos. ■ J.B.C.
CÓDIGO DE LOS INMORALES, EL
(Only When I Larf), Paramount, Reino Unido, 1968, 103 min.
Productor: Len Deighton, Brian Duffy. Director: Basil Dearden. Guión:
John Salmon, Patrick Tilley (basado en la novela de Len Deighton). Foto-
grafía: Anthony Richmond. Montaje: Fergus McDonell. Dirección Artís-
tica: John Blezard. Música: Ron Grainer. Intérpretes:: David Hemmings,
Richard Attenborough, Alexandra Stewart, Nicholas Pennell, Terence
Alexander, Melissa Stribling. ***
Una amable comedia, basada en una novela de Len Deig-
hton sobre tres timadores (Attenborough, Hemmings y
Stewart) que empiezan a conspirar los unos contra los
otros. La sucesión de estafas, disfraces y sorpresas es muy
entretenida, y la atmósfera está admirablemente es-
tablecida –al estilo de los Swinging Sixties–, con glamou-
rosas localizaciones en Londres, Nueva York y Beirut.
Richard Attenborough ofrece una de sus más desinhibidas
interpretaciones cómicas como un ex-brigada con cierta
afición al disfraz (magistral su maníacamente divertido
psiquiatra), David Hemmings resulta igualmente efectivo
como un descontento teniente y Alexandra Stewart, con
poco que hacer, consigue parecer eficiente y sexy. ■ J.D.D.
● ●
Colegial, El | 105
●
COFFEE AND CIGARRETTES
EE.UU.-Japón-Italia, 2003, 95 min.
Productor: Jason Kliot, Joana Vicente. Director: Jim Jarmusch. Guión: Jim
Jarmusch. Fotografía: Tom Dicillo, Frederick Elmes, Ellen Kuras, Robby
Müller. Montaje: Jim Jarmusch, Terry Katz, Melody London, Jay Rabino-
witz. Música: Richard Berry, Tom Waits. Dirección Artística: Laura Cha-
riton, Tom Jarmusch. Intérpretes:: Roberto Benigni, Steven Wright, Joie
Lee, Cinqué Lee, Steve Buscemi, Iggy Pop, Tom Waits, Joseph Rigano,
Vinny Vella, Vinny Vella, Jr., Renee French. ****
Once viñetas protagonizadas por un montón de artistas,
de la música y del cine, interpretándose a sí mismos y con
un denominador común: en cada una de ellas, dos o tres
actores pegan la hebra sentados en una mesa, fumando
y tomando té o café. Tres de esas viñetas eran ya cortos
de Jarmusch, rodados en 1986, 1989 y 1993. Lo demás es
nuevo y sigue siendo genuino material jarmuschiano:
criaturas marcianas, diálogos de besugo, flagrante inco-
municación, etc. Todos los sketches son deliciosos, pero
se llevan la palma los memorables cara a cara de Iggy
Pop & Tom Waits y Alfred Molina & Steve Coogan, rebo-
santes de ironía y fina autoparodia. Brillante ejercicio de
minimalismo y gran uso del blanco y negro en fotografía
y decorados. ■ J.B.C.
COLEGA, ¿DÓNDE ESTÁ MI COCHE?
(Dude, Where’s My Car?), EE.UU., 2000, 83 min.
Productor: Broderick Johnson, Andrew A. Kosove, Gil Netter, Wayne
Allan Rice. Director: Danny Leiner. Guión: Philip Stark. Fotografía:
Robert M. Stevens. Montaje: Kent Beyda, Kimberly Ray. Música: Damon
Albarn, David Kitay. Dirección Artística: Charles Butcher. Intérpretes:
Ashton Kutcher, Seann William Scott, Jennifer Garner, Marla Sokoloff,
Kristy Swanson, David Herman, Hal Sparks, Charlie O’Connell. *
La impresentable historia de dos descerebrados que no
recuerdan dónde dejaron el coche tras una juerga. Cuan-
do los recursos de esta línea argumental no dan para
más, se echa mano al típico mafioso interesado en recu-
perar una maleta con dinero. Otra de compinches jarane-
ros, rellena de chistes de sal gruesa y escaso ingenio,
como si fuera una glorificacion de Beavis & Butt Heat,
pero con novias en espera de regalo. ■ M.Q.
COLEGIAL, EL
(College), EE.UU., 1927, 66 min.
Productor: Joseph M. Schenck. Director: James W. Horne, Buster Keaton
(sin acreditar). Guión: Bryan Foy, Carl Harbaugh. Fotografía: Bert Haines,
Devereaux Jennings. Montaje: Sherman Kell. Intérpretes: Buster Keaton,
Anne Cornwall, Flora Bramley, Harold Goodwin, Snitz Edwards, Carl
Harbaugh, Sam Crawford, Florence Turner. ****
A mediados de los años veinte, tras un puñado de cortos
extraordinarios, la carrera de Buster Keaton inició su edad
de oro con una serie de largometrajes magistrales. Fue un
periodo breve, de menos de cinco años, pero… ¡qué
periodo!: Las tres edades, La ley de la hospitalidad, El mo-
derno Sherlock Holmes, El navegante, Siete ocasiones, El
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106| Colgadas
● ●
rey de los cowboys, El boxeador, El maquinista de la
General, El colegial, El héroe del río y El cameraman. El
colegial, película que podría verse como la respuesta de
Keaton a El estudiante novato de Harold Lloyd, narra las
peripecias de un universitario apocado que prefiere los
libros al deporte pero que demostrará aptitudes físicas
sorprendentes cuando tenga que salvar a la chica que
ama. Derrocha gags geniales en las secuencias acrobáti-
cas, que una vez más demuestran las excelentes dotes de
atleta del genial artista, aunque en esta ocasión se hizo
doblar por un campeón del salto de pértiga, Lee Barnes,
en la escena de la ventana. De visión obligada. ■ J.B.C.
COLGADAS
(Hanging Up), EE.UU.-Alemania, 2000, 94 min.
Productor: Nora Ephron, Laurence Mark. Director: Diane Keaton. Guión:
Delia Ephron, Nora Ephron (basado en el libro de Delia Ephron). Foto-
grafía: Howard Atherton. Montaje: Julie Monroe. Música: David Hirsch-
felder. Dirección Artística: Troy Sizemore. Intérpretes: Meg Ryan, Diane
Keaton, Lisa Kudrow, Walter Matthau, Adam Arkin, Shaun Duke, Ann
Bortolotti, Cloris Leachman. ***
La adicción al teléfono como sustitutivo de una relación
directa y plena late en el fondo de la historia de estas tres
hermanas nada chejovianas –una ama de casa, una edito-
ra y una actriz– que deben cuidar de su padre en un
geriátrico. El guión contiene algunas acertadas observa-
ciones costumbristas, un benéfico sentido del humor y el
recurso a un Walter Matthau de nuevo en su papel de
simpático cascarrabias. ■ M.Q.
COLGADO DE SARA
(Serving Sara), TriPictures, EE.UU., 2002, 102 min.
Productor: Dan Halsted. Director: Reginald Hudlin. Guión: Jay Scherik,
David Ronn. Fotografía: R. Brinkmann. Montaje: J. Miller. Música: Marcus
Miller. Dirección Artística: R. Smith. Vestuario: F. Jamison-Tanchuk.
ntérpretes: Matthew Perry, Elizabeth Hurley, Bruce Campbell. **
In
Como el resto de sus compañeros de reparto, Matthew
Perry ha intentado rentabilizar en la pantalla grande el
éxito de la serie Friends, aunque, salvo su aparición com-
partiendo vecindario con Bruce Willis en Falsas aparien-
cias, la suerte no le ha acompañado. Lo demuesta esta flo-
jita comedia en la que aparece junto a una Elizabeth Hur-
ley (Austin Powers) luciendo modelito tras modelito. ■ J.E.
COLGADO, PRINGADO Y SIN CARRERA
(Orange County), UIP, EE.UU., 2001, 88 min.
Productor: Scott Rudin, Van Toffler, David Gale, Scott Aversano. Direc-
tor: Jake Kasdan. Guión: Mike White. Fotografía: Greg Gardiner. Monta-
je: Tara Timptone. Música: Michael Andrews. Dirección Artística: Gary
Frutkoff. Intérpretess: Colin Hanks, Jack Black, Catherine O’Hara, Schuy-
ler Fisk. **
Segundo largometraje dirigido por el hijo de Lawrence
Kasdan, cuyo intérprete principal, más bien inverosímil
● ●
●
(cuesta de tragar su paso de adolescente surfero y des-
cerebrado a escritor superdotado), es el hijo de Tom
Hanks. La obra se deja ver por lo disparatado de sus peri-
pecias, por ciertos diálogos con chispa, por los cameos
de famosetes y por un alocado Jack Black en plan John
Belushi. ■ J.B.C.
COMEDIA DE LA VIDA, LA
(Twentieth Century), Columbia, EE.UU., 1934, 91 min.
Productor: Howard Hawks. Director: Howard Hawks. Guión: Ben Hecht
y Charles MacArthur (basado en la obra “Napoleon on Broadway”, de
Charles Bruce Milholland). Fotografía: Joseph August. Montaje: Gene
Havlick. Intérpretes: John Barrymore, Carole Lombard, Walter Connolly,
Roscoe Karns, Charles Levison, Etienne Girardot, Dale Fuller, Ralph For-
bes, Billie Seward, Clifford Thompson. ****
El mundo del teatro de Broadway proporciona el marco
de fondo para este título clave en el establecimiento del
estilo screwball, esas comedias vertiginosas, de diálogos
llenos de dobles sentidos y situaciones fuera de toda nor-
malidad, que marcan la cima del cine americano de los
años treinta. John Barrymore es un maníaco productor
teatral cuya supervivencia depende de convencer a su
antigua amante y excelsa actriz, Carole Lombard, para
que protagonice una obra suya. Durante tres años, Barry-
more ha sido el Svengali de Lombard, guiando su carre-
ra, controlando su comportamiento y dirigiendo sus
obras. Se pelean habitualmente, pero se reconcilian apa-
sionadamente. Y bajo su tutela, la antigua dependienta
pasa de ser una aficionada con talento a una artista de
éxito adorada por público y prensa. Pero la fortuna de
Barrymore se difumina cuando ella le abandona, hasta el
punto que sus acreedores le siguen los pasos en Chicago.
Para escapar, toma el tren “Twentieth Century”, acompa-
ñado por su mánager, Walter Connolly, y su agente de
prensa, Roscoe Karns, dirigiéndose a lo que esperan será
un nuevo éxito en Nueva York. Casualmente, Lombard y
su nuevo novio, el futbolista Ralph Forbes, también están
en el tren. Barrymore desprecia al atractivo Forbes y no
se molesta en esconder su desdén mientras se acerca a
Lombard (que se ha convertido en una recalcitrante
estrella de la pantalla), tratando de convencerla para que
vuelva a Broadway. Como en Sucedió una noche, el anta-
gonismo enmascara y a la vez alimenta el fuego de lo
innegable, la atracción mutua. Y la cómica locura de las
estratagemas del productor para recuperar a su estrella
prenden la chispa de un torrente de ingeniosas hostilida-
des, ácidos intercambios verbales, puertas que se abren
y se cierran, sartas de insultos y una alocada procesión de
excéntricos personajes secundarios. El magistral guión de
Ben Hecht y Charles MacArthur, dirigido a velocidad su-
persónica por Howard Hawks (gracias a él, la película no
sólo tiene lugar en un tren expreso, también se mueve
como uno), ofrece a las estrellas un amplio margen para
la caricatura más delirante. John Barrymore está maravi-
lloso imitando a camellos, pisando las frases de los otros
actores, salpicando sus diálogos con grandilocuentes
gestos y declamaciones, autoparodiándose –exactamen-
●

● ●
te lo que su personaje exige– y, en general, consiguiendo
que el resto del reparto parezcan sus siervos. Y la mercu-
rial belleza de Carole Lombard es un complemento per-
fecto. Lombard está magnífica, sin falsa sofisticación,
llena de refrescante ironía, sugiriendo astucia, sensuali-
dad o encanto sólo con una ligera expresión de los ojos,
con la forma de enarcar una ceja, con una mínima curva-
tura de la boca. En unos pocos años reclamaría el título
de reina definitiva del screwball, pero su indeleble identi-
ficación con el género había comenzado a bordo de este
tren con dirección a Chicago. ■ J.T.
COMEDIA DE LOS TERRORES, LA
(The Comedy of Terrors), AIP, EE.UU., 1963, 88 min.
Productor: James H. Nicholson, Samuel Z. Arkoff. Director: Jacques
Tourneur. Guión: Richard Matheson. Fotografía: Floyd Crosby. Montaje:
Anthony Carras. Música: Les Baxter. Dirección Artística: Daniel Haller.
Intérpretes: Vincent Price, Peter Lorre, Boris Karloff, Basil Rathbone, Joe
E. Brown, Joyce Jameson, Buddy Mason, Bervely Hills, Linda Rogers,
Luree Holmes. ****
De la misma productora (AIP), filmada en los mismos de-
corados y con el mismo Vincent Price de las antológicas
películas de Corman & Poe, ésta es una parodia divertidí-
sima, ingeniosa y un punto shakespeariana –ya desde su
propio título– del cine de terror clásico, escrita por el
señero Richard (“Soy leyenda”) Matheson, dirigida por un
maestro del género (autor de las insuperadas La mujer
pantera, Yo anduve con un zombie y La noche del demo-
nio) e interpretada por cuatro príncipes de la modalidad
(más una irresistible aparición de Joe E. Brown, que aquí
demuestra que su apodo “Bocazas” tenía todo el funda-
mento del mundo). La fotografía, de bellísimos colores, es
del gran veterano Floyd Crosby (el hombre que fotogra-
fió Tabú, de Murnau), en un impecable formato Panavi-
sion. ■ J.B.C.
COMEDIA SEXUAL DE UNA NOCHE
DE VERANO, LA
(A Midsummer Night’s Sex Comedy), Orion, EE.UU., 1982, 88 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse. Música: Felix
Mendelssohn. Diseño de producción: Mel Bourne. Dirección Arrtística:
Speed Hopkins. Vestuario: Santo Loquasto. Intérpretes: Woody Allen,
Mia Farrow, Jose Ferrer, Julie Hagerty, Tony Roberts, Mary Steenburgen,
Adam Redfield, Moishe Rosenfeld, Timothy Jenkins. **
Woody Allen es uno de los pocos cineastas que puede
presumir de haber proporcionado al público un humor
realmente inteligente. Pero todos cometemos errores, y
Allen nunca ha fracasado más obviamente que en La
comedia sexual de una noche de verano, una nimiedad
que debe mucho a Ingmar Bergman en estilo y a Groucho
Marx en contenido. Su vampirización de “Smiles of a
Summer Night” mantiene el escenario de época en una
casa de campo, pero reduce los personajes a seis.
Andrew (Allen), un corredor de bolsa, y su mujer, Adrian
● ●
Comer, beber, amar | 107
●
(Steenburgen), se reúnen con Leopold (Ferrer), un pre-
tencioso intelectual, y su promiscua prometida, Ariel
(Farrow), en una granja en el interior de Nueva York en el
cambio de siglo; la fiesta se completa con Maxwell (Ro-
berts), un médico mujeriego, y su último ligue, Dulcy (Ha-
gerty). Woody, por supuesto, interpreta al marido frustra-
do que trata de llevarse a la cama a su frígida esposa
(reorienta sus energías a inventar bicicletas voladoras,
lámparas astrales y cosas así), y se da a sí mismo casi
todas las frases divertidas, la mayoría centradas en satiri-
zar a los hombres y adorar el humor cambiante de las
mujeres. En definitiva, su mejor invención es su propia
imagen cinematográfica, aunque hay que reconocer que
el ambiente pastoral está bellamente fotografiado por
Gordon Willis, que proporciona a la película un marco
cálido, romántico y antiguo. Pero los chistes son flojos y
escasos para una película de Allen, y uno sospecha que
Bergman no estaría contento con el resultado. ■ J.T.
COMER, BEBER, AMAR
(Eat Drink Man Women), Central Motion Pictures Co./Good Machine
Inc., EE.UU.-Taiwan, 1994, 124 min.
Productor: Hsu Li-Kong. Director: Ang Lee. Guión: Hui-Ling Wang, Ang
Lee y James Schamus. Fotografía: Jong Lin. Montaje: Tim Squyres. Dise-
ño de producción: Fu-Hsiung. Música: Mader. Intérpretess: Sihung Lung,
Kuei-Me Tang, Yu-Wen Wang, Chien-Lien Wu, Winston Chao, Sylvia
Chang, Ah-Leh Gua. ***
Ang Lee plantea en El banquete de boda una película de
seres en busca de su identidad. Para el joven taiWai-Tung,
que ha prosperado gracias a su trabajo como agente
inmobiliario en Nueva York, la confrontación es por parti-
da doble. Ha asimilado las permisibles costumbres del
país y mantiene una relación estable con un amante nor-
teamericano, Simon (papel a cargo de Mitchell Lichtens-
tein). Desde Taiwan, su madre no cesa de inscribirle en
clubs matrimoniales. para detener la presión familiar, su
compañero Simon le propone la idea de que se case tem-
poralmente con una taiwanesa. La “afortunada” es una
●
108| Cómete una taza de té
● ●
emigrante ilegal que habita en uno de sus destartalados
apartamentos. Todo se complica cuando los padres del
novio viajan a Nueva York para asistir a la boda. El padre
es un venerable general retirado, muy aferrado a las tra-
diciones. Con este punto de partida, propenso a diluirse
en situaciones tontorronas y acomodaticias, Lee estruc-
tura –sin plomíferas tentaciones artísticas ni falsas solem-
nidades– una ágil comedia que hacia su final coquetea
con el melodrama, sin dejarse engullir por él. Con una
secuencia –la que da título al filme– donde la confusión
de identidades nacionales alcanza su punto culminante,
el cineasta aborda con elegancia narrativa el esquema
principal, añadiendo una serie de temas colaterales trata-
dos asímismo de manera ingeniosa. ■ L.B.M.
CÓMETE UNA TAZA DE TÉ
(Eat a Bowl of Tea), EE.UU., 1989, 102 min.
Productor: Tom Sternberg. Director: Wayne Wang. Guión: Judith Rascoe
(basado en la novela de Louise Chu). Fotografía: Amir M. Mokri. Monta-
je: Richard Candib. Música: Mark Adler. Dirección Artística: Timmy Yip.
Intérpretes: Cora Miao, Russell Wong, Victor Wong, Siu-Ming Lau, Eric
Tsang, Lee Sau Kee, Yuen Fat Fai, Hui Fun, Lan Law. ***
En el Chinatown neoyorquino de los años cuarenta, aca-
bada la guerra, un joven oriental lucha para sobrevivir y
mantener en equilibrio su matrimonio. Un tema serio tra-
tado en clave de humor, entre la comedia costumbrista y
la fábula estilo Capra. Afable, sencilla y sugestiva. ■ J.B.C.
COMFORT AND JOY
Kings Road, Reino Unido, 1984, 106 min.
Productor: Davina Belling, Clive Parsons. Director: Bill Forsyth. Guión:
Bill Forsyth. Fotografía: Chris Menges. Montaje: Michael Ellis. Diseño de
producción: Adrienne Atkinson. Música: Mark Knopfler. Dirección
Artísstica: Andy Harris. Vestuario: Mary-Jane Reyner, Lindy Hemming.
Intérpretes: Bill Patterson, Eleanor David, C.P. Grogan, Alex Norton,
Patrick Malahide, Rikki Fulton. ***
Cuando su novia le abandona, Alan ‘Dicky’ Bird (Pater-
son) aprieta los dientes y se vuelca en su trabajo como
DJ en una emisora de radio en Glasgow. Entonces,
mediante un improbable giro del destino, se encuentra
mediando en una guerra de helados entre Mr. McCool y
Mr. Bunny, ambos capos de la mafia escocesa. Pero mien-
tras Paterson recupera su autoestima gracias a la inyec-
ción de seriedad en su vida, la película se ve dañada por
la misma razón: Forsyth se asienta sólidamente en su
fuerte, la comedia, pero es demasiado amable para pen-
sar que los mafiosos sean otra cosa que chicos revolto-
sos. El resultado no va demasiado lejos en ninguna de las
dos direcciones. ■ J.D.D.
COMIDA RÁPIDA, MUJERES ACTIVAS
(Fast Food, Fast Women), EE.UU.-Italia-Francia, 2000, 98 min.
Productor: Hengameh Panahi, Avram Ludwig. Director: Amos Kollek.
Guión: Amos Kollek. Fotografía: Jean-Marc Fabre. Montaje: Sheri Bylan-
● ●
●
der. Música: David Carbonara. Dirección Artística: Stacey Tanner. Ves-
tuario: Pascal Gosset. Intérpretes: Anna Thomson, Jamie Harris, Louise
Lasser, Robert Modica, Lonette McKee, Victor Argo, Angelica Torn, Aus-
tin Pendleton, Valerie Geffner. ***
Novelista y cineasta estimable, Amos Kollek, cuyo proge-
nitor fue durante 28 años alcalde de Jerusalén, suele
desarrollar sus trabajos fílmicos en Nueva York. Allí
encontró a su actriz fetiche, Anna Thomson, de dilatada
carrera en papeles secundarios pero que reina con gran
talento en esta ácida, ingeniosa comedia sobre gente
solitaria de Nueva York en perpetua busca de amor. O tal
vez de simple compañía. Alguien que escuche o a quien
escuchar.
A partir de un inteligente y medido guión, Amos Kollek
filma los encuentros y desencuentros de estos seres a la
deriva. Desde la candorosa camarera (la mencionada
Anna Thomson) de una cafetería hasta un jubilado que
redescubre goces y sentimientos perdidos con una viuda
sexagenaria, pasando por una ingenua prostituta tarta-
muda y un joven escritor que lleva mal su divorcio. Se
percibe cierta influencia de Woody Allen en el tono de
este filme, bajo cuya envoltura de divertida comedia, sub-
yace una acerada ironía y reflexión sobre la guerra de los
sexos y la soledad urbana de personajes vulnerables.
Guiño también irónico en este sentido, el personaje de la
aludida viuda sexagenaria lo interpreta –y su trabajo re-
sulta notable– Louise Lasser: la segunda esposa de Woo-
dy Allen (estuvieron casados entre 1966 y 1969) y actriz
en sus primeras películas. ■ LL.B.M.
CÓMO CASARSE CON UN MILLONARIO
(How to Marrie a Millionaire), 20th Century-Fox, EE.UU., 1953, 95
min.
Productor: Nunnally Johnson. Director: Jean Negulesco. Guión: Nun-
nally Johnson (basado en las obras “The Greeks Had a Word for It”, de
Zoe Akins, y “Loco”, de Dale Eunson y Katherine Albert). Fotografía: Joe
MacDonald. Montaje: Louis Loeffler. Dirección Artística: Lyle R. Whee-
ler, Leland Fuller. Música: Cyril Mockridge. Intérpretes:: Betty Grable,
Marilyn Monroe, Lauren Bacall, David Wayne, Rory Calhoun, Cameron
Mitchell. ***
●
 Cómo eliminar a su jefe | 109
● ● ●

Un fabuloso reparto y una maliciosamente ingeniosa ree- COMO DIOS

laboración de esa historia muchas veces filmada en la (Bruce Almighty), EE.UU., 2003, 101 min.
20th Century Fox, la de las tres chicas en busca de mari- Productor: Michael Bostick, James D. Brubaker, Jim Carrey, Steve Koren,
dos ricos, limpia de polvo, adecentada y fotografiada en Mark O’Keefe, Tom Shadyac. Director: Tom Shadyac. Guión: Steve
el impresionante nuevo proceso de la Fox, el CinemaSco- Koren, Mark O’Keefe, Steve Oedekerk (basado en una historia de Steve
pe, el mejor para llenar el cuadro con gloriosas formas, y Koren, Mark O’Keefe). Fotografía: Dean Semler. Montaje: Scott Hill.
cuando estas formas pertenecen a la nueva reina del Música: John Debney. Dirección Artística: James Nedza. Intérpretes: Jim
estudio, Marilyn Monroe, a la reina saliente, Betty Grable, Carrey, Morgan Freeman, Jennifer Aniston, Philip Baker Hall, Catherine
y a la mujer de mundo, Lauren Bacall, ¿quién podría pedir Bell, Lisa Ann Walter. **
más? Bien, hay más. Cómo casarse con un millonario fue
la primera película rodada en el nuevo sistema (aunque Dios es negro y se parece a Morgan Freeman. Elegante,
fue la segunda en estrenarse), y está precedida por una paciente y educado, está harto de las quejas de un pre-
secuencia orquestal introductoria especialmente diseña- sentador de televisión, por lo que decide traspasarle sus
da para mostrar las maravillas del entonces novedoso tareas en la Tierra por unos días. Jim Carrey hace gala de
sonido estereofónico. El argumento presenta a tres chi- sus muecas, ahora superado por los acontecimientos. Si
cas poniendo en común sus recursos físicos y monetarios el punto de partida podía tener gracia en un Jardiel Pon-
para una caza del millonario, y a medida que el depreda- cela, en manos de estos guionistas se convierte en una
dor juego sexual evoluciona, las risas son constantes. Ca- dilapidación de potencial. ■ G.Q.
da una acaba con un hombre. Uno es David Wayne, un fu-
gitivo de los agentes del Fisco. Él se lleva a Marilyn. Otro
es Cameron Mitchell, un joven magnate que viste como un
pordiosero. Él acaba con Lauren. El tercero es Rory Cal-
houn, un pobre pero honesto guarda forestal que consi-
gue a Betty como compañera. Ninguno es lo que el trío de
féminas esperaba conseguir cuando empezó la caza. El
favor del público se lo lleva Monroe como la rubia con
astigmatismo que va por la vida tropezando con todo,
incluyendo a los hombres, porque piensa que las gafas le
quitan mérito. Ella es lo mejor de la película. Cautivadora
resulta Grable, una cariñosa rubia que saca provecho de
las situaciones hasta que los grandes espacios abiertos la
abruman, y Bacall, como el cerebro del trío, se desenvuel-
ve con soltura en la piel de la chica graciosa que renuncia
a los millones por amor y consigue ambas cosas. ■ J.T.

CÓMO CONQUISTAR HOLLYWOOD

(Get Shorty), Jersey/Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1995, 105 min.

Productor: Danny DeVito, Michael Shamberg, Stacey Sher. Director:

Barry Sonnenfeld. Guión: Scott Frank (basado en la novela de Elmore
Leonard). Fotografía: Don Peterman. Montaje: Jim Miller. Música: John
Lurie. Dirección Artística: Peter Larkin. Intérpretes: John Travolta, Gene
Hackman, Rene Russo, Danny DeVito, Dennis Farina, Delroy Lindo. ***

A Hollywood no le ha resultado siempre fácil cuestionar- CÓMO ELIMINAR A SU JEFE

se a sí mismo o reírse de sus miserias (que las tiene), aun-
que hay grandes títulos de ese género que se ha dado en
bautizar como del “cine dentro del cine”. Cómo conquis-
tar Hollywood es una buena muestra de que la autocríti-
ca puede ser muy beneficiosa y productiva. Basada en
una obra de Elmore Leonard (autor que mezcla hábil-
mente la serie negra con el humor, también negro, y una
de cuyas obras dio origen a Two Much, de Fernando True-
ba), la película supone una irónica mirada a los intestinos
de la meca del cine y la fábrica de sueños, casi tan vitrió-
lica como la que Robert Altman le echó desde El juego de
Hollywood. Con toques algo tarantinianos, Sonnenfield
(Hombres de negro) realizó su filme más ambicioso hasta
la fecha, con la complicidad de un gran reparto. ■ J.E.
(Nine to Five), IPC, EE.UU., 1980, 110 min.
Productor: Bruce Gilbert. Director: Colin Higgins. Guión: Colin Higgins,
Patricia Resnick (basado en una historia de Patricia Resnick). Fotografía:
Reynaldo Villalobos. Montaje: Pembroke J. Herring. Música: Charles Fox.
Diseño de producción: Dean Edward Mitzner. Dirección Artíística: Jack
G. Taylor, Jr. Efectos: Chuck Gaspar, Matt Sweeney. Vestuario: Ann Roth.
Intérpretes: Jane Fonda, Lily Tomlin, Dolly Parton, Dabney Coleman,
Sterling Hayden, Elizabeth Wilson, Henry Jones, Lawrence Pressman,
Marian Mercer, Ren Woods. ****
Deliciosa, divertida y corrosiva comedia sobre tres secre-
tarias que se alían para vengarse de los acosos de un jefe
sexista y despótico. Es evidentemente un filme con un
malévolo mensaje feminista y toques de comedia negra

● ● ●
110| Como en las mejores familias
● ●
que dibuja desdeñosamente a los hombres con trazos
negativos aunque, a decir verdad, no demasiado alejados
de la realidad. Puede decirse que los personajes y el
ambiente de trabajo son absolutamente creíbles. Las tres
protagonistas están geniales, componiendo cada una un
personaje diferente de secretaria que trabaja en una
empresa marcada por el poderío de los hombres, pero
también con unos personajes sólidamente trazados y con
una espléndida banda sonora en la que figura una can-
ción (cantada por Dolly Parton) que fue nominada al
Oscar y que cinco años después del estreno de la cinta
fue denunciada por plagio. ■ A.C.
COMO EN LAS MEJORES FAMILIAS
(Un air de famille), France 2 Cinéma, Francia, 1996, 110 min.
Director: Cédric Klapisch. Guión: Agnès Jaoui, Jean-Pierre Bacri y Cédric
Klapisch. Fotografía: Benoît Delhomme. Música: Philippe Eidel. Intérpre-
tes: Jean-Pierre Bacri, Jean-Pierre Darroussin, Catherine Maurier, Agnè
Jaoui, Claire Maurier, Alain Guillo, Cédric Klapisch. ***
El binomio Jaoui-Bacri demuestra su maestra pluma
cómico-dramática –que llegó a su culminación con la
excelente Como una imagen (2004)– con esta historia
coral y moral en la que la burguesía francesa demuestra
su discreto encanto y sus escandalosas miserias. El argu-
mento se centra en los trapos sucios y trapos rotos cru-
zados por una familia mientras celebran un cumpleaños
en un restaurante de propiedad de Henri (papel bordado
por el propio Bacri), uno de los hijos al que, además,
acaba de abandonar su mujer. La madre viuda, el hijo
mayor empresario (pletórico tras su aparición en un pro-
grama de televisión local), su quisquillosa mujer, la hija
solterona y el camarero Philippe (clave en el desenlace
del lance) completan el sexteto perfectamente ensam-
blado y afinado. Una lección de sutileza y agudeza con
salsa agridulce que se convirtió en una de las mejores
comedias europeas de los noventa. ■ J.C.
CÓMO GANÉ LA GUERRA
(How I Won the War), United Artists, Reino Unido, 1967, 110 min.
Productor: Richard Lester. Director: Richard Lester. Guión: Charles
Wood. Fotografía: David Watkin. Montaje: John Victor Smith. Música:
Ken Thorne. Dirección Artística: Philip Harrison, John Stoll. Vestuario:
Dinah Greet. Inttérpretes: Michael Crawford, John Lennon, Roy Kinnear,
Lee Montague, Jack MacGowran, Michael Hordern, Jack Hedley, Karl
Michael Vogler, Ronald Lacey, Robert Hardy, Sheila Hancock, Dandy
Nichols. ***
Anticuada, quizás, pero también llena de inventiva y con
una saludable mezcla de locura surrealista y punzante
sátira. Centrado en la fútil misión de un grupo de solda-
dos británicos en Egipto durante la II Guerra Mundial,
enviados tras las líneas enemigas para organizar un par-
tido de cricket con el que impresionar a un visitante VIP,
el guión de Charles Wood ataca tanto a los convenciona-
lismos de las películas bélicas como a la guerra en sí
misma, aunque sus principales pasajes no siempre estén
● ●
●
bien plasmados en imágenes por la estrafalaria dirección
de Richad Lester. Con todo, y gracias a la aportación de
un reparto bien sintonizado con el resuelto ambiente de
amargura de la trama, la película no carece de atractivo.
■ J.D.D.
CÓMO HACER EL AMOR
CON UN NEGRO SIN CANSARSE
(Comment faire l’amour avec un nègre sans se fatiguer), Canadá-
Francia, 1989, 100 min.
Productor: Ann Burke, Henry Lange. Director: Jacques W. Benoit. Guión:
Dany Laferrière, Richard Sadler (basado en la novela de Dany Laferrière).
Fotografía: John Berrie. Montaje: Dominique Roy. Música: Manu Diban-
go, Claude Dubois. Dirección Artística: Gaudeline Sauriol. Intérpretes:
Isaach De Bankolé, Roberta Weiss, Maka Kotto, Myriam Cyr, Jacques
Legras. ***
Un aspirante a novelista y un fanático del Corán compar-
ten apartamento. Mientras el primero intenta expulsar sus
fantasmas escribiendo una novela, el segundo gasta el
tiempo escuchando jazz, leyendo a Freud y pegando
cabezadas en el sofá. Un tercero en discordia les fre-
cuenta y entre todos hablan de sexo, de ligues, de negri-
tud, de la marginación en que los blancos tienen a los
negros, de la civilización judeo-cristiana... de todo y lo
humano, en fin. Cómo hacer el amor con un negro sin
cansarse se revela así como una película dialéctica, como
una versión en negro de los filmes de Rohmer. No tan
fresca ni espontánea como las del maestro francés, es,
con todo, una obra singular, imperfecta pero inteligente,
divertida. J.B.C.
CÓMO MATAR A LA PROPIA ESPOSA
(How to Murder Your Wife), United Artists, EE.UU., 1965, 118 min.
Productor: George Axelrod. Director: Richard Quine. Guión: George
Axelrod. Fotografía: Harry Stradling. Montaje: David Wages. Música:
Neal Hefti. Diseño de producción: Richard Sylbert. Vestuario: Moss
Mabry. Intérpretes: Jack Lemmon, Virna Lisi, Terry-Thomas, Eddie Maye-
hoff, Claire Trevor, Sidney Blackmer, Max Showalter, Jack Albertson,
Alan Hewitt, Mary Wickes. **
Esta boba comedia sexista está protagonizada por Jack
Lemmon como un dibujante de éxito que aborrece la idea
del matrimonio. Su tira sobre el agente secreto “Bash
Brannigan” le ha dado una fortuna y un estilo de vida que
es la envidia de cualquier soltero. Pero Bash se ha con-
vertido en una especie de alter ego, y Lemmon ha empe-
zado a representar aspectos de la personalidad de su
personaje de cómic. En la bien organizada vida de Lem-
mon, regida por los solícitos cuidados de su fiel mayor-
domo inglés, el impagable Terry-Thomas, entra la neumá-
tica rubia italiana Lisi, la mujer más sexy y sensual que
nunca haya salido de una tarta de fiesta de despedida de
soltero. De hecho, es entonces cuando Lemmon la ve y se
enamora de ella. Él está borracho, ella sale de la tarta, y
ambos se despiertan a la mañana siguiente en el mismo
lecho. Ella lleva un anillo de compromiso y él comprende
●

● ●
con horror que, en un arrebato erótico-etílico, se ha casa-
do con alguien a quien no conoce. La mujer es cariñosa
pero absorbente, y su presencia trastorna todos los
esquemas en la mansión del dibujante, hasta el punto de
domesticar a su personaje de ficción. Para aplacar a sus
fans, que quieren que Brannigan vuelva a la soltería, el
protagonista mata a la esposa de su héroe de cómic; pero
entonces Lisi desaparece y Lemmon es acusado de ase-
sinato. Las escenas del juicio por el asesinato de la espo-
sa resultan demoledoras en cuanto a desenmascarar el
sentimiento del varón medio ante el matriarcado ameri-
cano. A la juerga colaboran una dominante y resabiada
Claire Trevor y, sobre todo, un divertidísimo Eddie Mayen-
hoff en el papel del abogado del dibujante. Virna Lisi, en
su primera aparición en Hollywood, está bellísima, pero
es el genio cómico de Jack Lemmon quien evita el nau-
fragio de esta anticuada y políticamente incorrecta
comedia de Richard Quine. ■ J.D.D.
CÓMO PERDER LA CABEZA
(Head Over Heels), EE.UU., 2001, 86 min.
Productor: Robert Simonds. Director: Mark Waters. Guión: Ron Burch,
David Kidd, John J. Strauss, Ed Decter. Fotografía: Mark Plummer. Mon-
taje: Cara Silverman. Música: Randy Edelman, Steve Porcaro. Dirección
Artística: Byron King. Intérpretes: Monica Potter, Freddie Prinze Jr., Sha-
lom Harlow, Ivana Milicevic, Sarah O’Hare, Tomike Fraser, China Chow,
Jay Brazeau. *
Amanda, una restauradora de arte, comparte piso con
cuatro supermodelos y se enamora de su vecino de en fre-
nte, al que espía por la ventana. Tras la nada despreciable
The House of Yes, Mark S. Waters decepciona con esta
comedia que intenta seguir por la misma brecha que a-
quélla pero que está lastrada por un guión flojísimo. ■ G.Q.
COMO PERROS Y GATOS
(Cats & Dogs), EE.UU., 2001, 87 min.
Productor: Christopher DeFaria, Andrew Lazar, Craig Perry, Warren Zide.
Director: Lawrence Gutterman. Guión: John Requa, Glenn Ficarra. Fo-
tografía: Julio Macat. Montaje: Rick Finney, Michael A. Stevenson. Música:
John Debney, Louis Febre, Ira Hearshen, Noah Richoz. Dirección Artísti-
ca: Sandi Tanaka. Intérpretes: Jeff Goldblum, Elizabeth Perkins, Alexander
Pollock, Miriam Margolyes, Myron Natwick, Doris Chillcott. **
Mr. Tinkles, un gato persa, encabezará un masivo movi-
miento felino contra los perros, intentando impedir que
un científico desarrolle un suero contra la alergia perruna.
Una entretenida comedia para todos los públicos que uti-
liza las más modernas técnicas de animación. Jeff Gold-
blum consigue sorprendentes resultados en cuanto a la
actuación de los animales. ■ G.Q.
COMO PEZ EN EL AGUA
(Shooting Fish), Reino Unido, 1997, 109 min.
Productor: Richard Holmes. Director: Stefan Schwartz. Guión: Stefan
Schwartz, Richard Holmes. Fotografía: Henry Braham. Montaje: Alan
● ●
Cómo robar un millón y... | 111
●
Strachan. Música: Stanislas Syrewicz. Dirección Artística: Sue Ferguson.
Intérpretes: Dan Futterman, Stuart Townsend, Kate Beckinsale, Rowena
Cooper, Scott Charles. **
Algo así como una versión de Jules et Jim pasada por el
tamiz del humor británico con solera (un poco de la
Ealing, una pizca de las juguetonas farsas de Lester y
unos gramos de la locura un tanto grotesca de los Carry
on), este segundo largometraje de Schwartz relata las
correrías de dos jóvenes camanduleros (uno inglés, el
otro americano) espertos en timos y estafas, a quienes se
une una jovencita altruista convencida de que el dúo
dinámico de marras es una suerte de Robin Hoods que
roban a los ricos para beneficiar a los pobres. Las aven-
turas de estos pícaros simpáticos están contempladas
con tono jocoso y envueltas en una estética colorista y
pop, mirando al propio tiempo a los sesenta y a los
noventa, como una mixtura de Beatles y Oasis. El encan-
to natural de Futterman, Townsend y la asilvestrada Be-
ckinsale redondean la faena. J.B.C.
CÓMO ROBAR UN MILLÓN Y...
(How to Steal a Million), EE.UU., 1966, 123 min.
Productor: Fred Kohlmar. Director: William Wyler. Guión: Harry Kurnitz
(basado en la historia “Venus Rising”, de George Bradshaw). Fotografía:
Charles Lang. Montaje: Robert Swink. Música: John Williams. Diseño de
producción: Alexandre Trauner. Intérpretes: Audrey Hepburn, Peter
O’Toole, Eli Wallach, Hugh Griffith, Charles Boyer. **
En los años sesenta se puso de moda una mezcla entre la
comedia sofisticada ambientada en lugares lujosos de
ciudades turísticas de primer orden con intrigas policía-
cas, en las que el ingenio privaba por encima de la vio-
lencia y bañadas siempre en un suave humor distancia-
dor. Stanley Donen hizo su Charada y su Arabesco, Jules
Dassin su Topaki y Edwards se desequilibró hacia el vode-
vil en La pantera rosa. Todos ellos habían bebido de las
fuentes hitchcockianas de Con la muerte en los talones,
sin ninguna duda.
El ilustre veterano William Wyler se hallaba en un
momento muy especial de su carrera. Después del enor-
me éxito de sus colosal-westerns (La gran prueba y Hori-
zontes de grandeza) y del cénit de popularidad –y Oscar–
●
112| Cómo ser infeliz y disfrutarlo
● ●
alcanzado con Ben-Hur, Wyler contempló los cambios
que el cine iba a sufrir en la década siguiente sin angus-
tiarse demasiado por ello. Rodó una nueva versión de
Esos tres bajo el título de La calumnia, para poder hacer
más explícito su contenido homosexual, y luego nos sor-
prendió a todos con una película morbosa y claustrofóbi-
ca, muy diferente a todo cuanto había hecho hasta
entonces, El coleccionista, que sirvió, además, para des-
cubrir a Samantha Eggar y a Terence Stamp. Al año
siguiente, buscando una nueva vía en su filmografía, que
se había caracterizado más que nada por el elegante
melodrama, volvió sus ojos a su anterior Vacaciones en
Roma y a la actriz Audrey Hepburn, entonces ya una
estrella cuya presencia garantizaba el interés de los pro-
ductores por iniciar un filme. Y, con ella, se decidió por la
comedia de ladrones de guante blanco en el París del
Louvre, la plaza Vendôme, la rue Royale y los faubourgs
cercanos, sobre un argumento sacado de un relato de
George Bradshaw titulado “Venus Rising”.
La historia va de joven de buena familia y mejores
modistos –a la estilizada Hepburn la vestía nada menos
que Hubert de Givenchy– cuyo padre está obsesionado
por falsificar a los impresionistas franceses, aunque no
desdeña a Gauguin ni Van Gogh o una buena estatuilla de
Cellini. Ella quiere ayudarlo a regenerarse y lía en todo el
asunto a un detective privado que está colado por sus
huesos –y vale esta expresión en toda su realidad–. Pero
la buena actuación de Hugh Griffith y Charles Boyer y la
elegancia de la pareja protagonista no consiguen que la
comedia levante el vuelo. Le sobra corrección y le falta
chispa, y en su parte central tiene demasiadas bajadas de
ritmo como para parecerse a Un ladrón en la alcoba, de
Lubitsch, por ejemplo. ■ M.Q.
CÓMO SER INFELIZ Y DISFRUTARLO
España, 1994, 85 min.
Productor: Enrique Cerezo, Andrés Vicente Gómez, Carlos Vasallo.
Director: Enrique Urbizu. Guión: José Luis García Sánchez (basado en la
novela de Carmen Rico-Godoy). Fotografía: Ángel Luis Fernández. Mon-
taje: Pablo Blanco. Música: Bingen Mendizábal. Dirección Artística:
Miguel Chicharro. Intérpretes: Carmen Maura, Antonio Resines, Asun-
ción Balaguer, Pilar Bardem, Irene Bau, Francis Lorenzo, Ramon Madau-
la, Ferran Rañé. **
La primera novela de Carmen Rico-Godoy, “Cómo ser
mujer y no morir en el intento”, fue llevada a la pantalla con
cierta gracia por una Ana Belén como directora. En esta
segunda, Urbizu no se encuentra a gusto, a pesar de con-
tar con una pareja tan solvente como Maura y Resines. Una
visión superficial del feminismo, provocado por circuns-
tancias adversas y no como elección en libertad. ■ M.Q.
CÓMO SER JOHN MALKOVICH
(Being John Malkovich), Universal, EE.UU., 1999, 112 min.
Productor: Steve Golin, Vincent Landay. Director: Spike Jonze. Guión:
Charlie Kaufman. Fotografía: Lance Acord. Montaje: Eric Zumbrunnen.
Música: Carter Burwell. Vestuario: Casey Storm. Intérpretes: John
● ●
●
Cusack, Cameron Diaz, Ned Bellamy, Eric Weinstein, Madison Lane,
Octavia L. Spencer, Mary Kay Place, John Malkovich. ****
Curioso y valioso representante de la «comedia fantásti-
ca» (y, para más inri, basada y rebañada en hechos y per-
sonajes reales), la opera prima de Spike Jonze (cineasta
que, entre otros logros paralelos, atesora haber enamora-
do a Sofia Coppola y haber creado el fenómeno «Jac-
kass», paradigma del dirty-slapstick con sello MTV) fue
una de las sorpresas más agradables del año, aparte de
descubrir al mundo el talento de su guionista de cabece-
ra, Charlie Kaufman. La premisa, kafkiana y borgiana, nos
muestra a Graig Schwartz (John Cusack, tan espléndido
como siempre), un marionetista que, por arte de birlibir-
loque, descubre una puerta a una dimensión no tan des-
conocida: el cerebro de John Malkovich (quizá el sitio
menos demandado para pasar unas vacaciones, lo que le
da más valor al filme). Una excelente puesta en escena (la
habitación «y media» maravillaría a Lewis Carroll o Rod
Serling, entre otros), un ritmo que, aunque sufre caída de
tensión al cabo de una hora, resulta endiabladamente fas-
cinante y unos actores a la altura del asombro (la feísta
Cameron Díaz, la irresistible Catherine Keener y el auto-
paródico Malkovich, encantado de haberse conocido co-
mo personaje de ficción) hacen que salgamos con un
gran sabor de boca del cine. Y que hasta los mimos nos
caigan mejor. ■ J.C.
CÓMO TRIUNFAR EN WALL STREET
(The Associate), EE.UU., 1996, 114 min.
Productor: Frederic Golchan, Adam Leipzig, Patrick Markey. Director:
Donald Petrie. Guión: Nick Thiel (basado en el guión de Jean-Claude
Carrière y René Gainville L’Associé, basado en la novela “El socio”, de
Jenaro Prieto). Fotografía: Alex Nepomniaschy. Montaje: Bonnie Koehler.
Dirección Artística: Philip Messina. Intérpretes: Whoopi Goldberg,
Dianne Wiest, Eli Wallach, Timothy Daly, Bebe Neuwirth, Austin Pend-
leton, Lainie Kazan, George Martin. **
Una comedieta al servicio de Whoppi Goldberg, que da
vida a una próspera analista financiera cuya carrera se ve
amenazada hasta que ella le pone remedio: se inventa un
personaje masculino, se recoge la coleta y se mete en su
pellejo. Como Tootsie, pero invirtiendo el sexo, el éxito se
logra por el disfraz. Lástima que la chispa del filme de
Pollack aquí brille por su ausencia. ■ J.B.C.
●
 Complejos, Los | 113
● ● ●

una comprensión humana de la injusticia, a cargo del

veterano Ettore Scola, el director que ya había tocado el
tema en Una jornada particular. ■ M.Q.

COMPLEJOS, LOS
(I complessi), Documento/S.P.C.E., Italia-Francia, 1965, 100 min.

Productor (colectivo): Gianni Hecht. EPISODIOS: “Una giornata decisi-

COMPARSA, EL
(Spite Marriage), EE.UU., 1929, 80 min.
Productor: Buster Keaton. Director: Edward Sedgwick, Buster Keaton
(sin acreditar). Guión: Lew Lipton, Richard Schayer, Robert E. Hopkins
(títulos). Fotografía: Reggie Lanning. Montaje: Frank Sullivan. Vestuario:
David Cox. Intérpretes: Buster Keaton, Dorothy Sebastian, Edward Earle,
Leila Hyams, William Bechtel, John Byron. ***
La última película muda de Buster Keaton lleva su sello
clásico: un incompetente descubre una creciente sensa-
ción de confianza y de ingenio físico, vence a los villanos
y se lleva a la chica. El inexpresivo desconcierto de Kea-
ton nunca ha sido más apropiado, precipitándose por las
cada vez más chapuceras invenciones argumentales has-
ta culminar en su enfrentamiento con un contrabandista
de ron en su velero. Un terreno mucho más firme pisan las
escenas entre su soñador tintorero y Dorothy Sebastian,
la chica que le utiliza para volver con su irresponsable no-
vio. Parte de la trama se remonta a The Navigator, pero
tres secuencias (una obra arruinada por la torpeza de
Buster, el héroe llevando a la cama a una novia borracha,
y una extraordinaria pelea a bordo de un barco) la con-
vierten en una película de Primera División, coronando
una década de creatividad sin parangón que después se
vio sofocada por la inflexibilidad del estudio: la MGM aca-
bó erosionando lentamente la autonomía creativa de Bus-
ter Keaton y corrompiendo sus instintos cómicos. ■ J.T.
va”: Director: Dino Risi. Intérpretes: Nino Manfredi, Ilaria Occhini. “Il
complexo della schiavva nubiana”: Director: Franco Rossi. Intérpretes:
Ugo Tognazzi, Claudie Lange. “Guglielmo il dentone”: Director: Luigi
Filippo D´Amico. Intérpretes: Alberto Sordi, Gaia Germani. Guión
(colecttivo): Ruggero Maccari, Ettore Scola, Marcello Fondato, Piero de
Bernardi, Leo Benvenuti, Rodolfo Sonego, Alberto Sordi. Fotografía
(colectivo): Ennio Guarnieri, Mario Montuori. Montaje (colectivo):
Roberto Cinquini, Giorgio Serralonga. Música (colectivo): Armando
Trovaioli. Dirección Artística (co
olectivo): Giorgio Giovanmini, Luciano
Spadoni. ****
Es una lástima que, durante los últimos quince años, las
televisiones públicas o privadas españolas se hayan olvi-
dado completamente del cine italiano de los 60 y 70, sin
duda una de las etapas más gloriosas de toda la historia
del cine debido a sus comedias audaces, incisivas, hila-
rantes, sin complejos, entretenidas, originales, insolentes
y con una envidiable capacidad creativa. Pero así nos va.
Por eso mejor recordar lo que en su día se pudo contem-
plar en las pantallas españolas, como este divertimento
en base a tres episodios que, como su nombre reza, indi-
can otros tantos complejos del pueblo italiano: 1) la timi-
dez, representado por Manfredi como apocado emplea-

COMPETENCIA DESLEAL
(Concorrenza Sleale), Italia-Francia, 2001, 110 min.

Productor: Franco Committeri. Director: Ettore Scola. Guión: Furio Scar-

pelli, Ettore Scola, Silvia Scola, Giacomo Scarpelli. Fotografía: Franco Di
Giacomo. Montaje: Raimondo Crociani. Música: Armando Trovajoli.
Intérpretes: Diego Abatantuono, Sergio Castellitto, Walter Dragonetti,
Simone Ascani, Gérard Depardieu, Jean-Claude Brialy, Anita Zagaria,
Elio Germano. ***

Las consecuencias de la aplicación de las leyes racistas

en la Italia mussoliniana de 1938 vistas a través de dos
sastres, uno católico y el otro judío, cuyos negocios se
abren uno frente al otro en una calle del barrio romano de
Borgo Pío. Lección de costumbrismo que deriva hacia

● ● ●
114| Común sentido del pudor, El
● ●
do de banca que quiere impresionar a una compañera de
trabajo, sin conseguirlo; 2) la moralidad, en el cual Tog-
nazzi es un funcionario que, al descubrir que su esposa
había posado de joven para una revista erótica, buscará
todos los métodos para que este hecho no se conozca,
provocando exactamente el efecto contrario; y 3) la falta
de complejos, en este caso, una presentadora de televi-
sión (divertidísima Gaia Germani) que provoca un mal
efecto en la audiencia debido a su horrible dentadura. En
este último episodio aparecen, en breves papeles, el com-
positor Armando Travoioli y el director de cine Nanny
Loy. ■ L.M.C.
COMÚN SENTIDO DEL PUDOR, EL
(Il comune senso del pudore), Rizzoli Film, Italia, 1975, 123 min.
Productor: Fausto Saraceni. Director: Alberto Sordi. Guión: Alberto
Sordi, Rodolfo Sonego. Fotografía: Giuseppe Ruzzolini, Luigi Kuveiller.
Montaje: Tatiana Morigi Casini, Cesarina Casini. Música: Piero Piccioni.
Dirección Artística: Piero Poletto, Francesco Bronzi, Luciano Puccini.
Intérpretes: Alberto Sordi, Cochi Ponzoni, Claudia Cardinale, Florinda
Bolkan. ****
Uno de los grandes creadores del cine italiano, Alberto
Sordi, recoge aquí, en su condición de director, guionista
y actor, modos y costumbres sexuales del país, en una
vigorosa muestra de sentido del humor y reflexión social,
siendo un film encuadrado en la moda de los episodios
que tanto furor causaban en esa época. Entre los más
ingeniosos destaquemos los siguientes: el de un juez con-
servador que inicia una campaña para acabar con las
revistas eróticas, aunque cambia de opinión cuando su
esposa se vuelve adicta a ellas y comienza a resultar
sexualmente activa; el de un matrimonio que, al ir al cine,
se equivocan de sala y ven por primera vez una película
pornográfica; y el de una actriz famosa a la que intentan
convencer en mitad del rodaje de que debe protagonizar
una escena bastante subida de tono. ■ L.M.C.
COMUNIDAD, LA
Lolafilms, España, 2000, 90 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Álex de la Iglesia. Guión:
Jorge Guerricaechevarría, Álex de la Iglesia. Fotografía: Kiko de la Rica.
Montaje: Alejandro Lázaro. Música: Roque Baños. Vestuario: Paco Del-
gado. Intérpretes: Carmen Maura, Eduardo Anduña, María Asquerino,
Jesús Bonilla, Marta Fernández Muro, Paca Gabaldón, Ane Gabarain,
Sancho Gracia, Emilio Gutiérrez Caba. ****
Aparte de Robert Altman, las películas corales suelen
militar en el campo de la comedia y deberse a cinemato-
grafías como la española –Berlanga– o la italiana –Ettore
Scola–. De la tradición de la comedia costumbrista de hu-
mor negro se nutre esta quinta realización del bilbaíno
Alex de la Iglesia, con guión propio y de su habitual cola-
borador Jorge Guerricaechevarría, que nos narra la odi-
sea de una vendedora inmobiliaria acosada por los veci-
nos de una casa en la que se encuentra escondido un
tesoro de nada menos que de 300 millones de las anti-
● ●
●
guas pesetas. El desfile de tipos humanos, todos chapo-
teando entre lo mezquino y lo rapaz, no se limita a dar
rienda suelta a momentos de comicidad más o menos
grotesca, sino que se constituye en una acertada sátira
de los resortes elementales de la conducta humana, en
clave de un humor despiadado, aunque nunca gratuito.
Exhibición laureada de Carmen Maura y Emilio Gutiérrez
Caba. ■ M.Q.
CONDESA DE HONG KONG, LA
(A Countess from Hong Kong), Universal, Reino Unido, 1967, 120min.
Productor: Jerome Epstein. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Arthur Ibbetson. Montaje: Gordon Hales. Música:
Charles Chaplin. Dirección Artística: Bob Cartwright. Intérpretes: Mar-
lon Brando, Sophia Loren, Sidney Chaplin, Tippi Hedren, Patrick Cargill,
Michael Medwin, Charles Chaplin. ***
Cuando se estrenó La condesa de Hong Kong, la película
que Chaplin realizó en 1967 y que habría de ser la última
de su inigualable filmografía, la crítica la recibió con frial-
dad. Se acusó al artista de ofrecer “cine viejo”. Se entien-
de, o casi: por aquellas fechas requeríamos innovaciones y
Chaplin se descolgó de su retiro con una comedia ro-
mántica de corte clásico, sencilla, modesta, muy agrada-
ble. Hoy, en cambio, cuando el sustantivo “cine” y el califi-
cativo “viejo” se asocian damos brincos de alegría porque
sabemos apreciar en lo que vale esa sencillez, ese cla-
sicismo. ¡Cómo no iba a ser clásico Sir Charles Spencer
Chaplin! Y más teniendo en cuenta que el argumento de La
condesa de Hong Kong se le ocurrió en 1930, durante un
viaje asiático. Comedia de interiores, comedia sentimental
y muy bien dialogada –de Chaplin es el guión, como la
música y un pequeño papel de camarero, su despedida de
las pantallas–, La condesa de Hong Kong cuenta con dos
monstruos sagrados: Marlon Brando y Sophia Loren, que
están estupendos, pasablemente chaplinizados: en sus
gestos y maneras podemos ver –sobre todo en ciertas pa-
yasadas de la Loren– algo de Chaplin, un delirio de Char-
lot. Sin lugar a dudas, merece una atenta revisión. ■ J.B.C.
CON EL CULO AL AIRE
Globe Films/Asde Films, España, 1980, 94 min.
Director: Carles Mira. Guión: Carles Mira. Fotografía: Hans Burmann.
Música: Carlos Semante. Intérpretes: Ovidi Mantllor, Eva León, Maria
José Arenas, Juan Monleón, Juan Carlos Semante. ***
Distinguido fallero mayor del cine valenciano, Carles Mira
realizó en 1980 este deshilachado, feroz, esperpéntico y
lúdico mosaico de excentricidades que es Con el culo al
aire, que tiene la gran ventaja de no pretenderse arte,
aunque lo sea. La película es una locura a ratos felliniana
que ya tiene, para no provocar despistes, a un manicomio
en primera instancia. Un manicomio regentado por una
monja –o por una coronela, que nunca se sabe dónde
empieza la vocación y termina la graduación– que atien-
de al tan lorquiano “sor” de Angustias y donde va a parar
un joven pueblerino, testigo silencioso de un universo
●

● ●
regido por códigos estrictos y personajes históricos,
metáfora visual de sistemas políticos dictatoriales e insti-
tuciones represivas mil. Mira se monta con esta descala-
brante no-historia su verbena particular. En el fondo, una
muy sugestiva lección de historia de España después de
haber pasado por el túrmix onírico. ■ J.B.C.
CON FALDAS Y A LO LOCO
(Some Like It Hot), Ashton/Mirisch, EE.UU., 1959, 120 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond (basado en el guión de Robert Thoeren y M. Logan para la pelí-
cula Fanfares Of Love). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Arthur Sch-
midt. Música: Adolph Deutsch. Dirección Artística: Ted Haworth. Ves-
tuario: Orry-Kelly, Milt Rice. Intérpretes: Marilyn Monroe, Tony Curtis,
Jack Lemmon, George Raft, Pat O’Brien, Joe E. Brown, Nehemiah Per-
soff, Joan Shawlee, Billy Gray, George E. Stone. *****
Con faldas y a lo loco, poliédrica maravilla, puede con-
templarse –y gozarse al límite– desde cualquiera de sus
ángulos: como una parodia de las películas de gángsteres
de los años treinta; como una comedia policiaca de per-
secuciones y huidas; como una divertida fábula del amor
y sus caprichos; como otra fábula, ésta de todo punto
malintencionada, sobre el sexo y su peligrosa pérdida de
identidad al entablar contacto con el travestismo. Tan rico
catálogo de disfrutes se resume en una palabra: genial.
Una comedia como la copa de un pino. Monumento del
ingenio, el ritmo, la trasparencia expositiva y la consis-
tencia de unos intérpretes (Tony Curtis, Jack Lemmon y
Marilyn Monroe, en primer término; Joe E. Brown, George
Raft, Pat O’Brien, entre otros, en segundo) realmente so-
bervios. La batuta frenética de Billy Wilder –autor, con su
entonces ya inseparable I. A. L. Diamond, de un guión
modélico– impone la cadencia exacta al producto. Él,
parafraseando la antológica frase final de Brown, sí es
perfecto. ■ J.B.C.
● ●
Conflicto de los Marx, El | 115
●
CONFIDENCIAS A MEDIANOCHE
(Pillow Talk), Universal/Arwin, EE.UU., 1959, 105 min.
Productor: Ross Hunter, Martin Melcher. Director: Michael Gordon.
Guión: Stanley Shapiro, Maurice Richlin (basado en una historia de Rus-
sell Rouse y Clarence Greene). Fotografía: Arthur E. Arling. Montaje: Mil-
ton Carruth. Música: Frank DeVol. Dirección Artística: Alexander Golit-
zen, Richard Riedel. Vestuario: Bill Thomas, Jean Louis. Intérpretes:
Rock Hudson, Doris Day, Tony Randall, Thelma Ritter, Nick Adams, Julia
Meade, Allen Jenkins, Marcel Dalio, Lee Patrick, Mary McCarty. ***
Después de haber conseguido buena presencia en taqui-
lla con las cintas de aventuras más o menos exóticas,
algunos de los westerns de Manny Walsh y los suntuosos
melodramas de Sirk durante los 50, la Universal encontró
un buen filón para encauzar la década siguiente en un
tipo de comedia que contraponía a una Doris Day en plan
ejecutiva reprimidilla y enfurruñada y a un Rock Hudson
conquistador simpático y propicio a la rendición. La pri-
mera película de la serie fue esta Pillow Talk, en la que ella
es una avispada publicitaria y él un compositor de can-
ciones, obligados a compartir la misma línea telefónica.
Se trata de una nueva visión de la “guerra de los sexos”,
ahora con la mujer que tiene que pagar un cierto precio
sentimental por sus conquistas profesionales y un hom-
bre que suele defender su soltería como reducto de liber-
tad. Ambos acostumbran a permanecer bajo la mirada de
personajes secundarios apabullados o celestinescos. La
película definió la figura de una Doris Day a la que senta-
ban muy bien los mohínes de enfado. El guión de Shapi-
ro, Rouse, Greene y Michlin obtuvo el Oscar. ■ M.Q.
CONFLICTO DE LOS MARX, EL
(Animal Crackers), Paramount, EE.UU., 1930, 97 min.
Director: Victor Heerman. Guión: Morrie Ryskind (basado en la obra
musical de Morrie Ryskind y George S. Kaufman). Fotografía: George
Foley. Intérpretes: Groucho Marx, Harpo Marx, Chico Marx, Zeppo Marx,
Lilian Roth, Margaret Dumont, Louise Sorin, Hal Thompson, Margaret
Irving, Kathryn Reece. ****
Espoleada por la buena acogida de su primera película,
Los cuatro cocos, la Paramount decidió trasladar a la pan-
●
116| Congreso se divierte, El
● ●
talla “Animal Crackers”, uno de los grandes éxitos teatra-
les de los hermanos Marx. Excesivamente teatral, incluso
para los cánones de 1930, pero sin embargo enormemen-
te divertida, El conflicto de los Marx presenta a Mrs. Rit-
tenhouse (Dumont), una adinerada dama de Long Island,
que celebra una lujosa fiesta en su mansión, en la cual el
famoso explorador africano Capitán Spaulding (Groucho)
es el invitado de honor. Mrs. Whitehead, una rival social
de Mrs. Rittenhouse, decide sabotear la fiesta sustituyen-
do una copia de una famosa pintura que será descubier-
ta esa noche. Mientras tanto, la hija de Mrs. Rittenhouse,
Arabella (Roth) planea cambiar la pintura por una copia
hecha por su novio artista John (Thompson), para impre-
sionar al empresario artístico Roscoe W. Chandler (Sorin),
a quien los músicos Ravelli y el Profesor (Chico y Harpo)
reconocen como un antiguo vendedor de pescado llama-
do Abie. Algunos de sus momentos clásicos incluyen el
número “Hooray for Captain Spaulding”, presentando la
melodía que Groucho adoptaría después como tema cen-
tral de su éxito en radio y televisión “You Bet Your Life”;
la hilarante parodia de “Strange Interlude” de Eugene
O’Neill, con Spaulding vocalizando sus pensamientos in-
teriores en mitad de una escena; y la habitual cuota de
juegos de palabras. Victor Heerman, un director más que
discreto, se vio desbordado por la incontinencia verbal
de Groucho y en ningún momento pudo adaptar la obra
a las coordenadas cinematográficas. Aun así, el público
recibió con aplausos el refrescante humor de estos cómi-
cos de nuevo cuño. Retirada de la circulación entre 1958
y 1974 debido a una disputa por los derechos, El conflic-
to de los Marx también fue durante muchos años la pelí-
cula de los hermanos Marx más difícil de ver. Cuando se
reestrenó en los cines en 1974, nació toda una nueva
generación de fans de los geniales cómicos, y felizmente,
Groucho aún estaba vivo para disfrutar del triunfo. Hoy, el
mayor valor de esta enloquecida comedia reside en pre-
sentar todos los ingredientes del cine posterior de sus
protagonistas. Cierto que los requerimientos de las pri-
meras grabaciones de sonido provocan que la acción sea
algo estática, incluso que parezca torpemente rodada,
pero las payasadas son irresistibles y Margaret Dumont
es una víctima perfecta (¿realmente no sabía que la pelí-
cula era una comedia?). ■ J.T.
● ●
●
CONGRESO SE DIVIERTE, EL
(Der Kongreß amüsiert sich), Alemania-Austria-Francia, 1966, 96
min.
Productor: Georg M. Reuther, Aldo von Pinelli. Director: Géza von Rad-
ványi. Guión: Géza von Radványi, Aldo von Pinelli, Fred Denger (basado
en la historia de Hans Habe). Fotografía: Heinz Hölscher. Montaje: Karl
Fugunt. Música: Robert Stolz, Peter Thomas. Dirección Artística: Hertha
Hareiter, Otto Pischinger. Intérpretess: Lilli Palmer, Curd Jürgens, Paul
Meurisse, Walter Slezak, Hannes Messemer, Anita Höfer. ***
Remake en color de la célebre opereta musical protago-
nizada en 1931 por Willy Fritsch y Lilian Harvey, entonces
la pareja ideal del cine alemán. La trama argumental gira
alrededor del Congreso de Viena, en 1815, y la difusión del
filme sería prohibida años después por la censura hitle-
riana. El director de origen húngaro Géza von Radvanyi,
autor de la prestigiosa película En alguna parte de Euro-
pa (sobre las consecuencias de la guerra) y autor de fil-
mografía posterior un tanto irrelevante, realizó esta
nueva versión con la siempre agradable Lilli Palmer y el
imposible –como actor– Curd Jürgens. De uso reservado
para nostálgicos de la comedieta sentimental. ■ LL.B.M.
CON LOS OJOS DEL CORAZÓN
(Music from Another Room), Brad Krevoy & Steve Stabler Produc-
tions, EE.UU., 1998, 94 min.
Productor: Brad Krevoy, Steve Stabler, Bradley Thomas, John Bertolly.
Dirección: Charlie Peters. Guión: Charlie Peters. Fotografía: Richard
Crudo. Dirección Artística: Charles Breen. Música: Richard Gibbs. Intér-
pretes: Jude Law, Gretchen Mol, Jeniffer Tilly, Brenda Blethynm Martha
Plimpton, Jon Tenney, Jeremy Piven. **
Hay películas que parecen ceder el sitio a las ancianas en
el autobús y que tienen cara de algodón de azúcar servi-
do por Sandra Bullock con cofia almidonada. Por ejem-
plo, la que nos presenta el seminovato Charlie Peters
(guionista de Lío en Río) alrededor de los enamoramien-
tos irremediables de un buen mozo (Law) hacia otra no
menos buena chica (Gretchel Mol), básicamente porque,
de crío, “ayudó” a su madre (Brenda Blethyn) a traerla al
mundo. Sin ánimo de molestar (salvo por un par de ocu-
rrencias algo bruscas y chuscas), Peters enriela su come-
dia por las vías románticas acostumbradas, por lo que el
espectador, llevado en palmitas, sólo se anima con algu-
nas salidas de algunos componentes de la disfuncional
familia de la chica, fundamentalmente Jennifer Tilly o
Martha Plimpton. Eso, y con lo bien peinados y arregla-
dos que salen los tortolitos, por descontado. Algo es
algo. ■ J.C.
CONSEJO DE FAMILIA
(Conseil de famille), Francia, 1986, 117 min.
Productor: Michèle Ray Gavras. Director: Costa-Gavras. Guión: Costa-
Gavras (basado en la novela de Francis Ryck). Fotografía: Robert Alazra-
ki. Montaje: Marie-Sophie Dubus. Música: Georges Delerue. Intérpretes:
Johnny Hallyday, Fanny Ardant, Guy Marchand, Laurent Romor, Rémi
Martin, Juliette Rennes. ***
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 Copacabana | 117
● ● ●

Deseoso de salirse del clisé de director especializado en

cine político, Costa-Gavras produjo y dirigió este filme, Una comedia sardónica localizada en el profundo sur
hasta cierto punto insólito, que supone su incursión per- estadounidense, donde el suicidio de una anciana, que su
sonal hacia el territorio de la comedia. Con un reparto sobrina hará creer que es un asesinato, dispara un enredo
encabezado por Fanny Ardant y Johnny Hallyday, tan a varias bandas. Espléndido reparto, con secundarios tan
anticonvencional como la propia historia, ésta se ubica en impecables como Charles S. Dutton, Nead Beatty o, dan-
una muy particular familia de "honrados" ladrones, deci- do vida a la anciana, la venerable Patricia Neal, inolvida-
dida a integrarse en un ambiente de respetabilidad social. ble protagonista de El manantial. ■ J.B.C.
Son muy profesionales en su "trabajo" y forman una fami-
lia ciertamente especial. La madre es de procedencia
aristocrática, toca el violoncelo y se emborracha con licor
de fresas. El padre ha pasado cinco años en la cárcel por
robo y posee un innato talento para desvalijar cajas fuer-
tes. Tienen dos hijos tampoco nada normales y con ellos
vive una especie de tío o padrino. En opinión de Costa-
Gavras, «la familia de mi película no posee una moral,
posee una ética». Interesados en la comedia irónica de
remoto corte brechtiano, y seguidores de la filmografía
de Costa-Gavras. ■ LL.B.M.

CON SU MISMA ARMA

(Slightly Honorable), EE.UU., 1940, 85 min.

Productor: Tay Garnett. Director: Tay Garnett. Guión: Ken Englund, John
Hunter Lay, Robert Tallman (basado en la novela “Send Another Coffin”,
de F. G. Presnell). Fotografía: Merritt B. Gerstad. Montaje: Otho Lovering,
Dorothy Spencer. Música: Werner Janssen. Dirección Artística: Alexan-
der Golitzen. Intérpretes: Pat O’Brien, Edward Arnold, Broderick Craw-
ford, Ruth Terry, Alan Dinehart, Claire Dodd, Phyllis Brooks, Eve Arden,
Douglass Dumbrille, Bernard Nedell. ****

Tay Garnett ha pasado a la historia por ser el director de

El cartero siempre llama dos veces, versión Lana Turner &
John Garfield. Es una visión harto reduccionista de un
autor de verdadero talento, cuya filmografía tiene otras
películas notables, como Siempre Eva, Mares de China o
Con su misma arma, producida por el propio Garnett y
Walter Wanger (productor de currículo tan dispar como
fenomenal: La diligencia, La invasión de los ladrones de
cuerpos, Cleopatra…). Se trata de un híbrido de comedia
(con diálogos de veras mordaces) e intriga detectivesca
que mueve políticos corruptos, abogados, policías y jóve-
nes vampiresas, todos entrando y saliendo de escena
constantemente y disparando frases a mansalva, al ritmo
efervescente e indesfallecible de una comedia alocada.
Impecable reparto, con presencia secundaria de la siem-
pre formidable Eve Arden, actriz cómica de la estirpe de
Lucille Ball especializada en secretarias, camareras o cria-
das; aquí le tocó secretaria. ■ J.B.C.
COOKIE’S FORTUNE
EE.UU., 1999, 118 min.
Productor: Robert Altman, Ernst Etchie Stroh. Director: Robert Altman.
Guión: Anne Rapp. Fotografía: Toyomichi Kurita. Montaje: Abraham
Lim. Música: David A. Stewart. Dirección Artística: Richard L. Johnson.
Intérpretes: Glenn Close, Julianne Moore, Liv Tyler, Chris O’Donnell,
Charles S. Dutton, Patricia Neal, Ned Beatty, Courtney B. Vance, Donald
Moffat. ***
COPACABANA
EE.UU., 1947, 92 min.
Productor: Sam Coslow. Director: Alfred E. Green. Guión: Allen Boretz,
Howard Harris, Sydney Zelinka. Fotografía: Bert Glennon. Montaje: Phi-
lip Cahn. Vestuario: Barjansky. Intérpretes: Groucho Marx, Carmen
Miranda, Steve Cochran, Andy Russell, Gloria Jean, Abel Green. *
A priori, la reunión entre el gran Groucho Marx y la estre-
lla brasileña Carmen Miranda, famosa por los sombreros
que lucía llenos de frutas tropicales y por cantar cancio-
nes en portugués a una velocidad increíble, debía dar
mucho juego. Groucho haría el papel de su tramposo
agente, que contrataba dos veces a su cliente en el club
Copacabana, una vez como vivaz exótica, y la otra como
la misteriosa y velada mademoiselle Fifí. El director Alfred
E. Green hizo lo que pudo dadas las circunstacias, pero
Marx, aquí privado de sus hermanos y reducido a llevar
un mostacho auténtico, y Miranda, que tenía dificultades
para acomodar sus característicos tocados al patético
presupuesto de esta modesta película, demostraron que
habían dejado atrás sus mejores días. Como siempre, la
autopsia de Groucho fue la más certera: «Yo hacía de
segundo plátano en la cabeza de Carmen». A menos que
se sea un fan a muerte de las dos estrellas, su visionado
es una pérdida de tiempo. ■ J.T.

● ● ●
118| Corazones robados
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CORAZONES ROBADOS
(Two If by Sea), EE.UU., 1996, 96 min.
Productor: James G. Robinson. Director: Bill Bennett. Guión: Denis
Leary, Mike Armstrong (basado en una historia de Denis Leary, Mike
Armstrong y Ann Lembeck). Fotografía: Andrew Lesnie. Montaje: Bruce
Green. Dirección Artística: Mark Haack. Intérpretes: Denis Leary, Sandra
Bullock, Stephen Dillane, Yaphet Kotto, Mike Starr, Jonathan Tucker,
Wayne Robson. ***
Las peripecias de una pareja formada por un ladrón de
cuadros por encargo y su costilla (una estoica con el sue-
ño perenne de un futuro con casa, hijos, un oficio respe-
table y esas cosas) centran esta comedia sin pretensio-
nes. La torpeza física y verbal del protagonista (Leary,
también coautor del guión), con un pie en el inspector
Clouseau y otro en el tándem de Dos tontos muy tontos,
proporciona algunos gags agradables. Y se agradece la
presencia de un secundario como Yaphet Kotto, en el pa-
pel del agente del FBI asombrado ante la elementalidad
de las pistas que un grupo le sirve en bandeja. ■ J.B.C.
CORAZÓN LOCO
España, 1997, 116 min.
Productor: Antonio Cardenal. Director: Antonio del Real. Guión: Carlos
Asorey, Fernando León de Aranoa. Fotografía: Tote Trenas. Montaje:
Miguel Ángel Santamaría. Música: Pablo Miyar. Dirección Artística: Ion
Arretxe. Intérpretes: Juanjo Puigcorbé, Cristina Marcos, Joaquim de
Almeida, Beatriz Carvajal, Anabel Alonso, Miguel Rellán, Beatriz Rico,
Javier Cámara. **
Autor de comedias populares alentadas por una vitalidad
y un ingenio infrecuentes (la muy olvidada Buscando a
Perico), el realizador Antonio del Real propone en Cora-
zón loco un clásico enredo sentimental ambientado en
una agencia inmobiliaria donde dos típicos yuppies con
anhelos de subir de categoría (Puigcorbé y Marcos) se
harán pasar por novios bajo la presión de su jefe Almeida
(de quien ella es amante) para que la esposa de éste
(Carvajal) no sospeche; pero habrán de ir con cuidado, ya
que la novia auténtica de Puigcorbé (Alonso) también
corre por la función. ¿Hace falta añadir que todos ellos
emparejaditos (Puigcorbé & Marcos, Almeida & Carvajal y
Alonso con unos amigos) coincidirán en el mismo restau-
rante y a la misma hora, creando el consabido caos? Pues
así de tradicional es la criatura, básicamente sostenida
por el competente cuadro de comediantes, con el apaya-
sadísimo (y efectivo) Puigcorbé en cabeza. ■ J.B.C.
CORAZÓN VERDE
(A New Leaf), Paramount, EE.UU., 1971, 102 min.
Productor: Joe Manduke. Director: Elaine May. Guión: Elaine May. Foto-
grafía: Gayne Rescher. Montaje: Fredric Steinkamp, Donald Guidice.
Dirección Artística: Richard Fried. Intérpretes: Walter Matthau, Elaine
May, Jack Weston, George Rose, William Redfield, James Coco. ***
Una película divertida que podría haber sido aún más
divertida si alguien hubiese visto la versión original. Elai-
● ●
●
ne May, por triplicado como estrella, guionista y directo-
ra, intentó eliminar su nombre de la cinta porque, des-
pués de que el estudio la cortase, pensaba que no refle-
jaba su trabajo. El filme que May entregó duraba más de
tres horas, y dado que éste apenas sobrepasa los cien
minutos, sólo podemos imaginar lo que se eliminó. En
cualquier caso, y a pesar de su rencor, Corazón verde
recordaba a algunas de las screwball comedies de los
años treinta en su cinismo, sofisticación e ingenio, y fue
bien acogida por crítica y público. Henry Graham (Mat-
thau) es un pazguato que ha dilapidado todo el dinero
que heredó a la muerte de su padre. Comprensiblemente
preocupado, Graham decide aceptar la solución que le
propone su mayordomo (Rose): casarse con una mujer
rica para mantener su extravagante estilo de vida. El
maduro playboy fija su objetivo en la desgarbada y miope
Henrietta (May), una botánica heredera de una gran for-
tuna. Tras casarse con ella, Graham planea matarla cuan-
do hagan su viaje anual a las montañas, aunque antes
debe tratar con el abogado corrupto de Henrietta (Wes-
ton) y con su sirviente (Roberts). Un cuento de hadas en
Manhattan con un filo maravillosamente mordaz. ■ J.T.
CORINA, CORINA
(Corrina, Corrina), New Line, EE.UU., 1994, 114 min.
Productor: Paula Mazur, Steve Tisch, Jessie Nelson. Director: Jessie Nel-
son. Guión: Jessie Nelson. Fotografía: Bruce Surtees. Montaje: Lee Percy.
Música: Rick Cox. Dirección Artística: Jeannine Claudia Oppewall. Intér-
pretes: Whoopi Goldberg, Ray Liotta, Tina Majorino, Wendy Crewson,
Larry Miller, Erica Yohn. **
Whoopi Goldberg es la versión femenina y en negro de
Robin Williams o viceversa. Después de su iniciación
melodramática en El color púrpura de la mano de Spiel-
berg, sus personajes se han caracterizado por ser entra-
ñables y proclives al desmelenamiento cómico. En esta
primera realización de la directora Jessie Nelson, en un
guión propio que, al parecer, utiliza pasajes autobiográfi-
cos, la Goldberg ejerce de empleada para todo en la casa
de un compositor viudo, cuya hija permanece en absolu-
to mutismo desde la muerte de la madre. Ni que decir
tiene que la nueva mucama llevará la alegría al hogar,
conseguirá que la ñiña hable e incluso despertará nuevos
sentimientos en el corazón del dueño. El veterano Don
Ameche hace aquí su última y agradecida aparición en
pantalla. ■ M.Q.
CORTE DEL FARAÓN, LA
TVE/Lince Films, España, 1985, 96 min.
Productor: Luis Sanz. Director: José Luis García Sánchez. Guión: José
Luis García Sánchez, Rafael Azcona. Fotografía: José Luis Alcaine. Mon-
taje: Pablo García del Amo. Música: Vicente Lleo. Dirección Artística:
Andrea D´Odorico. Intérpretes: Ana Belén, Fernando Fernán Gómez,
Agustín González, Antonio Banderas. ****
La famosa zarzuela “La corte del faraón”, prohibida
durante la censura franquista (como casi todo), le sirve a
●

● ●
García Sánchez para un espectáculo que sigue la “línea
Berlanga” que ya había desarrollado con éxito en Las tru-
chas. Vuelve para ello a colaborar con Rafael Azcona,
quien consigue aunar, de forma coherente, tres historias
en una sola: la que tiene lugar durante los ensayos de la
citada obra musical, el espectáculo de zarzuela y el inte-
rrogatorio a que someten a toda la compañía en la comi-
saría. Todas ellas entrelazadas, y con un acertado ritmo
de montaje. Comedia que podría haber engordado la
saga de los Leguineche sin mucha dificultad, basa gran
parte de su atractivo en un antológico reparto: Fernán
Gómez, Juan Diego, Luis Ciges, Mari Carmen Ramírez,
Josema Yuste, Antonio Banderas, Ana Belén, Antonio
Gamero, José Luis López Vázquez, Quique Camoiras,
María Luisa Ponte y, sobre todo, Agustín González en su
salsa como cura censor. Además contiene uno de los
mejores chistes de todos los tiempos cuando aparece un
fichero de escritores rojos y Ernest Hemingway figura en
la letra “G”. ■ L.M.C.
CORTINA DE HUMO, LA
(Wag the Dog), Tribeca/Baltimore/Punch, EE.UU., 1997, 97 min.
Productor: Jane Rosenthal, Robert De Niro, Barry Levinson. Director:
Barry Levinson. Guión: Hilary Henkin, David Mamet (basado en la nove-
la “American Hero”, de Larry Reinhart). Fotografía: Robert Richardson.
Montaje: Stu Linder. Música: Mark Knopfler. Dirección artística: Wynn
Thomas. Vestuario: Rita Ryack. In
ntérpretes: Dustin Hoffman, Robert De
Niro, Anne Heche, Woody Harrelson, Denis Leary, Willie Nelson,
William H. Macy. ***
Capricornio Uno especulaba sobre la posibilidad de que
los viajes a la Luna yanquis no fueran reales, sino una pelí-
cula astutamente confeccionada que nos tragamos como
hazaña auténtica. La cortina de humo, adaptación de una
novela de Larry Reinhart con guión de David Mamet y
Hilary Henkin, nos propone una idea similar: que con la
intención de desviar la atención pública de un desliz (co-
sa de faldas) presidencial, los asesores de la Casa Blanca
contraten a un productor de Hollywood para que se
invente una guerra (Albania paga el pato) y la ponga en
imágenes.
La gran mentira política plasmada en una sátira feroz,
bien dialogada y mejor interpretada (De Niro y Hoffman,
inesperadamente contenidos). Bajo el disparate de la pre-
misa late una cierta inquietud, propia de los tiempos de
incertidumbre que corren: desde que descubrimos que la
imagen del cormorán era trucada, todo es susceptible de
sospecha. Aunque exenta de brillo creativo, La cortina de
humo pone el dedo en la llaga. ■ J.B.C.
COSA DE HEMBRAS
(Female Trouble), EE.UU., 1974, 89 min.
Productor: John Waters. Director: John Waters. Guión: John Waters.
Fotografía: John Waters. Montaje: John Waters, Charles Roggero. Músi-
ca: Bob Harvey. Diseño de producción: Vincent Peranio. Dirección Arttís-
tica: Vincent Peranio. Intérpretes: Divine, David Lochary, Mary Vivian
Pearce, Mink Stole, Edith Massey, Cookie Mueller, Susan Walsh. *
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Cosas cambian, Las | 119
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Un año después de haber revolucionado –a favor y en
contra– a los espectadores que tuvieron la suerte (o la
desgracia) de ver Pink Flamingos, el binomio formado
por el director John Waters y el travesti Divine siguió
provocando al personal con este filme inédito en España
cuyo coste de producción ascendió a 25.000 dólares. Fue
un presupuesto de lujo ya que doblaba la cifra invertida
en Pink Flamingos y los estándares de las películas mar-
ginales que se hacían, y todavía se hacen en Estados Uni-
dos, al margen del sistema de grandes marcas. A pesar
de la holgura (es un decir) del nuevo presupuesto, Waters
se planteó otra película que seguía la moda implantada
por él mismo del bad taste, el mal gusto o el cine basura,
como prefieran. El argumento no hay por donde cogerlo.
Es un desmadradísimo melodrama en el que se mezcla
todo de la manera más anárquica que uno pueda imagi-
nar. Una historia sacada de un folletín que culmina con
raptos, violaciones, bebés inoportunos, crímenes en fami-
lia e incluso una ejecución en la silla eléctrica.
Igual que ocurre con todas las películas Waters-Divine
no es, efectivamente, una película para todos los públi-
cos, ni mucho menos el familiar que se reúne en torno a
un televisor. Es un continuo culto al feísmo en un conti-
nuo afán de desmitificar las formas consolidadas del cine
comercial, y también ¿por qué no? de provocar. John
Waters y Divine eran unos maestros en este oficio de la
provocación, y en esta película, como en algunas otras, se
encuentran buenos momentos, buenas ideas y un corro-
sivo sentido del humor que no obstante quedan oscure-
cidos y minimizados por ese desmadre descontrolado al
que parecen obligados para romper moldes. Hay que
tener en cuenta que Divine siempre declaró que era la
persona más guarra del mundo y que encontró en Waters
el director ideal para que todos nos enterásemos. ■ A.C.
COSA MÁS DULCE, LA
(The Sweetest Thing), Columbia, EE.UU., 2002, 84 min.
Productor: C. Konrad, R. Strauss. Director: Roger Kumble. Guión: Nancy
M. Pimentel. Fotografía: A. B. Richmond. Música: Edward Sheamour.
Dirección Artística: J. G. Steele. Intérpretes: Cameron Diaz, Christina
Applegate, Thomas Jane, Selma Blair. ***
Cameron sigue con su inevitable belleza pero interpre-
tando sus papeles con un saludable sentido del humor,
incluso farsesco. El filme de Roger Kumble trata las rela-
ciones sentimentales en un tono aparentemente ligero y
desinhibido, pero que no deja de constituir una visión
bastante próxima a los parámetros modernos de lo que
son las relaciones amorosas basadas en una cierta liber-
tad. Atención a la banda sonora. ■ M.Q.
COSAS CAMBIAN, LAS
(Things Change), Filmhaus, EE.UU., 1988, 105 min.
Productor: Michael Hausman. Director: David Mamet. Guión: David
Mamet, Shel Silverstein. Fotografía: Juan Ruiz-Anchia. Montaje: Trudy
Ship. Música: Alaric Jans. Diseño de producción: Michael Merritt. Ves-
tuario: Nan Cibula. Intérpretes: Don Ameche, Joe Mantegna, Robert
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120| Cosas que dejé en La Habana
● ●
Prosky, J.J. Johnston, Ricky Jay, Mike Nussbaum, Jack Wallace, Dan Con-
way, Willo Hausman, Gail Silver. ***
La ópera prima de David Mamet, Casa de juegos, reveló
al hasta entonces prestigioso autor teatral y guionista de
títulos como El cartero siempre llama dos veces, Veredic-
to final y Los intocables de Elliot Ness, como uno de los
directores más estimulantes de la década de los ochenta.
Su segundo trabajo, Las cosas cambian, una ácida, diver-
tida y extremadamente inteligente comedia sobre un ino-
cente confundido con un Don de la Mafia, confirmó las
expectativas generadas por tan deslumbrante debut. La
película comienza en Chicago, cuando el anciano Gino
(Ameche), un insignificante limpiabotas, es “invitado” a
conocer a un jefe de la Mafia con el que guarda un cierto
parecido físico. El criminal ha matado a un hombre y hay
testigos. Quiere que Gino cargue con las culpas del ase-
sinato, y como recompensa podrá cumplir su viejo sueño
de poseer un barco de pesca. Un joven miembro del clan
mafioso, el fanfarrón Jerry (Mantegna), es asignado para
proteger al cabeza de turco hasta su confesión ante el
juez. Todo lo que tiene que hacer es aleccionarle en su
historia durante dos días, y después entregarlo a la ley. En
vez de eso, Jerry decide que el viejo eche una última cana
al aire, y le lleva a un local de apuestas del Lago Tahoe,
donde se celebra una convención de la Mafia. Los pro-
blemas empiezan cuando Gino es confundido con un
importante Don y, en consonancia a su status, recibe un
tratamiento regio: lujosa suite de hotel, chicas, limusina.
También es invitado a conocer al jefe de la Mafia local
(Prosky), con quien entabla una gran amistad, mientras
Jerry se mete en problemas más y más graves. La pues-
ta en escena de Mamet es tan impecable como implaca-
ble, en cierto modo glacial, y su dirección de actores,
magistral. El veteranísimo Don Ameche sorprende con
una estilizada interpretación, estudiadísima en su aparen-
te facilidad (él, que durante sus cincuenta años de carre-
ra casi nunca dejó de ser artificioso y amanerado). Y a su
altura se sitúa Joe Mantegna, divertido y conmovedor
como el bienintencionado guardaespaldas “condenado”
por sus superiores a vigilar al pobre pero extremadamen-
te honesto Gino. Juntos, resultan hipnotizadores. ■ J.D.D.
COSAS QUE DEJÉ EN LA HABANA
Tornasol/Sogetel, España, 1997, 90 min.
Director: Manuel Gutiérrez Aragón. Guión: Manuel Gutiérrez Aragón,
Senel Paz. Fotografía: Teo Escamilla. Música: José Marta Vittier. Intérpre-
tes: Jorge Perugorría, Isabel Santos, Broselianda Hernández, Daisy Gra-
nados, Violeta Rodríguez, Kiti Manver, Pepón Nieto, Charo Soriano.
***
Dice Manuel Gutiérrez Aragón que todo el mundo tiene
un pariente cubano, y su homenaje a esos ancestros cari-
beños es Cosas que dejé en La Habana, una historia sobre
cubanos en el exilio, pero no de los que se deciden a
remar hacia el norte, hacia las costas de Miami, sino de los
que, provisional o definitivamente, optan por la llamada
“madre patria” y recalan en Madrid, en la zona de la calle
● ●
●
Topete, una suerte de pequeña Habana madrileña. Con
guión de Senel Paz (Fresa y chocolate) y del propio
Gutiérrez Aragón, el filme recorre el periplo vital y emo-
cional de tres jóvenes cubanas que aterrizan en casa de
una tía que se ha abierto camino en la capital española.
Allí añorarán el malecón y la comida cubana, pero podrán
respirar y aspirar a algo llamado amor, aunque sea en bra-
zos de... un cubano. El filme es una crónica de una reali-
dad no precisamente amable, pero que el director trans-
forma en una comedia agridulce que le valió la Espiga de
Plata en el Festival de Cine de Valladolid. ■ J.E.
COSAS QUE HACEN QUE LA VIDA
VALGA LA PENA
España, 2004, 90 min.
Productor: César Benítez. Director: Manuel Gómez Pereira. Guión:
Yolanda García Serrano, Carlos Molinero, Joaquín Oristrell, Luis Pie-
drahita. Fotografía: Juan Amorós. Montaje: José Salcedo. Música: Bingen
Mendizábal. Intérpretes: Ana Belén, Eduard Fernández, María Pujalte,
José Sacristán, Rosario Pardo, Zoe Berriatúa. ***
En tiempos donde la comedia española (a la americana le
ocurre igual) se ha transformado en un indigesto desfile
de tipos presuntamente graciosos y situaciones choca-
rreras, un experto como Gómez Pereira rescata el tono de
una comedia, ingeniosa en situaciones y diálogos, donde
aflora el drama. Entre una divorciada (Ana Belén) y un
parado (nueva proeza de Eduard Fernández), surge la
posibilidad –remota: ambos arrastran traumas y proble-
mas disuasorios para entablar una nueva relación– de una
segunda oportunidad. Es el eterno dilema de la botella
medio llena o media vacía, que Gómez Pereira plasma
con talento, risas y emociones. ■ LL.B.M.
COSAS QUE OLVIDÉ RECORDAR
España, 1999, 96 min.
Productor: Jaime Oriol. Director: Enrique Oliver. Guión: Martha Fowlkes,
Enrique Oliver, Jaime Oriol. Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Montaje:
Ángel Hernández Zoido. Música: Richi Morris, Mario de Benito. Direc-
ción Artística: Flavia Galuppo. Intérpretess: Ana Torrent, Olga Merediz,
Larry Villanueva, Blythe Danner, Al Romero. **
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Retrato crítico de la vida yanqui y el consumismo a partir
de la cotidianeidad de una familia cubana que emigró a
Estados Unidos para descubrir que aquello no era preci-
samente el paraíso. El interés de la obra está en su médu-
la de fábula: el hijo que penetra literalmente en un televi-
sor, las apariciones de la Virgen del Exilio, siempre presta
a echar un cable... ■ J.B.C.
COSTILLA DE ADÁN, LA
(Adam’s Rib), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1949, 101 min.
Productor: Lawrence Weingarten. Director: George Cukor. Guión: Ruth
Gordon, Garson Kanin. Fotografía: George Folsey. Montaje: George
Boemler. Música: Miklos Rozsa. Dirección Artística: Cedric Gibbons,
William Ferrari. Vestuario: Walter Plunkett. Intérpretes: Spencer Tracy,
Katharine Hepburn, Judy Holliday, Tom Ewell, David Wayne, Jean Hagen,
Hope Emerson, Eve March, Clarence Kolb, Emerson Treacy. ****
En el viejo Hollywood –adjetivo ambiguo donde los haya
éste de “viejo”, porque igual vale para un Griffith de 1916
que para un Minnelli de 1963– era frecuente hallar pelícu-
las que aludían, sin siquiera mencionarlo, al sexo y sus
batallas eternas, y lo hacían, en su velado y tangencial
guiño, con un desgarro que difícilmente ha vuelto a supe-
rarse. Ahí está Lubitsch, maestro de maestros en las píca-
ras artes de lo caliente. Ahí está El hombre tranquilo, de
Ford, con ese plano final de Maureen O’Hara susurrando
a John Wayne al oído lo que le espera sólo cruzar el
umbral de la cabaña; una película que le da ciento y raya
a Nueve semanas y media en eso de la sumisión de un
sexo al otro. Y ahí está La costilla de Adán, formidable
comedia con Katharine Hepburn y Spencer Tracy encar-
nando a ese matrimonio unido hasta que la muerte les
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Court Jester, The | 121
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separe, aunque de momento les separen diferencias
insalvables, de esas que todo quisque con alianza entre
los dedos conoce y que le hacen a uno dormir más de una
noche en el sofá.
La credibilidad de Tracy y Hepburn como pareja es
indudable, y el guión –letras de oro de ese formidable
matrimonio, también ellos, que fueran Garson Kanin y la
actriz Ruth Gordon–, de una total sutileza, lía el ovillo de
manera que no sólo en los quehaceres domésticos y en la
concepción de la institución matrimonial sus personalida-
des van a chocar, sino que también se alzarán en pie de
guerra en el terreno profesional: ambos son abogados y
ambos habrán de participar en el mismo caso, el juicio
contra una mujer que ha intentado matar a su marido por
un par de cuernos bien puestos (ahí hay que señalar dos
excelentes actores: Tom Ewell como el marido agredido y,
sobre todo, la encantadora y trágicamente efímera Judy
Holliday, una robaescenas de cuidado, memorable en su
papel de agresora). Él, tomando las riendas del fiscal; ella,
salida ya a flote su veta feminista, defendiendo a la acu-
sada. Dirigió el filme con mano maestra George Cukor,
quedando como una de sus mejores películas y, sin duda,
como la mejor de la pareja Tracy-Hepburn. ■ J.B.C.
CÔTELETTES, LES
Francia, 2003, 86 min.
Productor: Luc Besson, René Cleitman. Director: Bertrand Blier. Guión:
Bertrand Blier (basado en su propia obra). Fotografía: François Catonné.
Montaje: Marion Monestier. Música: Hugues Le Bars. Intérpretes: Philip-
pe Noiret, Michel Bouquet, Farida Rahouadj, Catherine Hiegel, Ham-
mou Graïa, Axelle Abbadie. **
Novelista, dramaturgo, guionista y director de éxito me-
diante películas como Los rompepelotas o Demasiado
bella para ti, Bertrand Blier (hijo del avieso, inolvidable
actor del mismo nombre) ha filmado en Les côtelettes su
propia pieza teatral. Philippe Noiret y Michel Bouquet lle-
vaban 250 representaciones a cuestas cuando filmaron
en plató esta obra –ligera, moderadamente cáustica– so-
bre los encuentros y desencuentros de dos seres antitéti-
cos. Burgués refinado y defensor de su propio territorio,
Philippe Noiret ve cómo éste queda mermado cuando un
desconocido (el irascible Bouquet) irrumpe inesperada-
mente en su piso. Una función más bien discreta, pero
habitada por dos grandes comediantes. ■ LL.B.M.
COURT JESTER, THE
Paramount, EE.UU., 1956, 101 min.
Productor: Norman Panama y Melvin Frank. Director: Norman Panama y
Melvin Frank. Guión: Norman Panama y Melvin Frank. Fotografía: Ray
June. Montaje: Tom McAdoo. Canciones: Sylvia Fine, Sammy Cahn. Ves-
tuario: Edith Head, Yvonne Wood. Intérpretes: Danny Kaye, Glynis Johns,
Basil Rathbone, Angela Lansbury, Cecil Parker, Mildred Natwick, John
Carradine, Robert Middleton. ***
Espasmódicamente efectiva parodia de las aventuras al
estilo Robin Hood, con Kaye como el antiguo payaso de
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122| Cousin Cousine
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circo que se une a una banda de forajidos para destronar
a un tiránico rey usurpador. Su interés depende de lo que
el espectador sienta por el poco carismático Danny Kaye,
para quien esta película es un vehículo de principio a fin.
■ J.D.D.
COUSIN COUSINE
Pomereu/Gaumont, Francia, 1975, 95 min.
Productor: Bertrand Javal. Director: Jean-Charles Tacchella. Guión: Jean-
Charles Tacchella. Fotografía: Georges Lendi. Montaje: Agnes Guillemot.
Música: Gerard Anfosso. Vestuario: Jeannine Vergne. Intérpretes: Marie-
Christine Barrault, Victor Lanoux, Marie-France Pisier, Guy Marchand,
Ginette Garcin, Sybil Maas. ***
Dos familias se unen a causa de un matrimonio, y una
ligeramente aburrida esposa se enamora de uno de sus
nuevos parientes. Una sardónica mirada a la vida familiar
en Francia, con grandes interpretaciones, detalles perifé-
ricos y personajes bien manejados, todo tan sabroso e
insustancial como un merengue. ■ J.D.D.
COWBOYS DE CIUDAD
(City Slickers), Castle Rock/Nelson, EE.UU., 1991, 114 min.
Productor: Irby Smith. Director: Ron Underwood. Guión: Lowell Ganz,
Babaloo Mandel (basado en una historia de Billy Crystal). Fotografía:
Dean Semler. Montaje: O. Nicholas Brown. Diseño de producción: Law-
rence G. Paull. Música: Marc Shaiman, Hummie Mann. Dirección Arttís-
tica: Mark Mansbridge. Vestuario: Judy Ruskin. Intérpretes: Billy Crystal,
Daniel Stern, Bruno Kirby, Patricia Wettig, Helen Slater, Jack Palance,
Josh Mostel, David Paymer, Noble Willingham, Tracey Walter. ***
Todo esto ya lo hemos visto antes: un grupo de amigos
que se aproximan a la crisis de la edad adulta exploran la
Naturaleza, se replantean sus valores y al final del viaje
prometen no volver a quejarse nunca por tener que sacar
la basura. Mitch Robbins (Crystal), el hombre sin sonrisa,
está pasando por la crisis de la mediana edad, cuestio-
nándose su éxito y la felicidad de su familia. En una situa-
ción parecida se encuentran sus dos mejores amigos, Ed
Furillo (Kirby), un mujeriego bocazas inquieto por sentar
la cabeza y formar una familia, y Phil Berquist (Stern),
cuya vida se está viniendo abajo después de que su espo-
sa descubra que tuvo un lío con una chica de veinte años.
En la fiesta de cumpleaños de Mitch, sus amigos le dan su
regalo: unas vacaciones de dos semanas conduciendo
ganado por las praderas del Oeste. Al llegar al rancho,
dirigido por el irascible Curly (Palance), un viejo vaquero
tan duro que enciende cerillas en su cara, los tres amigos
demuestran su falta de talento como cowboys, pero gra-
dualmente aprender a cabalgar y echar el lazo mientras
hablan sobre sus esperanzas infantiles y decepciones a-
dultas. Así, Cowboys de ciudad esquiva con éxito la opor-
tunidad de una barata comedia de gags y se convierte en
una sincera celebración de la amistad y la comunidad,
asistida en gran medida por un divertido y conmovedor
guión de Lowell Ganz y Babaloo Mandell. La dirección de
Ron Underwood casi logra lo que ya parecía imposible,
● ●
●
hacer un western que no se pareciera a ningún otro, y
aunque evoca recuerdos de viejas películas y series del
Oeste (como Río Rojo y Bonanza), nunca eclipsa las inter-
pretaciones de un reparto uniformemente competente.
Billy Crystal evita el histrionismo que echaba a perder sus
anteriores trabajos cinematográficos, aunque la mejor
carta del reparto es el soberbio Jack Palance, cuya mag-
nífica caricatura –por supuesto, respetuosa– del cowboy
legendario le valió el Oscar al Mejor Actor Secundario.
Sus gruñidos y comportamiento quasidivino le hacen
parecer un autómata de Disney World. Pero dado que el
trabajo de Palance es llevar con él el peso de noventa
años de mítica del western, su caracterización está mag-
níficamente sintonizada, sin ningún atisbo de parodia que
pudiese desequilibrar la película. ■ J.D.D.
CRIATURAS FEROCES
(Fierce Creatures), Fish/Jersey, Reino Unido-EE.UU., 1997, 93 min.
Productor: Michael Shamberg, John Cleese. Director: Robert Young,
Fred Schepisi. Guión: John Cleese, Iain Johnstone. Fotografía: Adrian
Biddle, Ian Baker. Montaje: Robert Gibson. Música: Jerry Goldsmith.
Dirección Artística: Roger Murray-Leach. Intérpretes: John Cleese,
Jamie Lee Curtis, Kevin Kline, Michael Palin, Ronnie Corbett, Robert
Lindsay. **
John Cleese y Michael Palin, entrañables ex Monty Pyt-
hon, y Jamie Lee Curtis y Kevin Kline, el big team de Un
pez llamado Wanda, intentaron repetir el éxito de aquella
comedia mordaz y efervescente, tomando en esta oca-
sión un zoo en peligro de ser devorado y reciclado como
escenario del enredo. La cosa no funcionó bien y, tras las
primeras test-proyecciones, decidieron rodar material
nuevo, con un final diferente (de ahí los dos directores,
Schepisi como autor del “arreglo”, y los dos fotógrafos
que figuran en los créditos). Pese a los ajustes, Criaturas
feroces siguió siendo una comedia fallida, que no fluye
con la energía de Wanda ni sus mejores gags brillan a la
altura de los de aquélla. Con todo, el cuarteto vuelve a
demostrar su infalible química y el humor alocado e irre-
verente propio de Cleese (coguionista) asoma la nariz
con frecuencia. ■ J.B.C.
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CRIME DE MONSIEUR LANGE, LE
Oberon, Francia, 1935, 85 min.
Productor: André Halley des Fontaines. Director: Jean Renoir. Guión:
Jacques Prevert (basado en una historia de Jean Castanier y Jean Renoir).
Fotografía: Jean Bachelet. Montaje: Marguerite Renoir. Música: Jean Wie-
ner. Dirección Artística: Marcel Blondeau. Intérpretes: Rene Lefevre,
Jules Berry, Odette Florelle, Nadia Sibirskaia, Sylvia Bataille, Marcel
Levesque. ****
Una de las más deliciosas películas de Jean Renoir (escri-
ta por Jacques Prevert en los días de euforia del Frente
Popular), una comedia-thriller-romance sobre los emple-
ados de una firma editorial que se establecen como
colectivo tras la súbita desaparición de su lascivo y opre-
sivo jefe. El caos se desencadena cuando reaparece
reclamando el fruto de sus éxitos, construido sobre los
imaginativos esfuerzos de un escritor de westerns que
también encuentra la forma de solucionar el problema a
punta de pistola. Fantasía, política y gentil naturalismo se
combinan a la perfección, mientras las simpatías de
Renoir por sus revolucionarios domésticos son tan conta-
giosas que hacen que la cinta levante el ánimo. ■ J.D.D.
CRIMEN FERPECTO
España-Italia, 2004, 105 min.
Productor: Roberto Di Girolamo, Gustavo Ferrada, Álex de la Iglesia.
Director: Álex de la Iglesia. Guión: Jorge Guerricaechevarría, Álex de la
Iglesia. Fotografía: José L. Moreno. Montaje: Alejandro Lázaro. Música:
Roque Baños. Intérpretes: Guillermo Toledo, Mónica Cervera, Luis Vare-
la, Enrique Villén, Fernando Tejero, Javier Gutiérrez, Kira Miró. ***
El título, equívoco, ha provocado que comentaristas de
ímpetu juvenil o simplemente perezosos aludieran a Cri-
men perfecto (1954), la más teatral de las obras menores
de Hitchcock, donde sólo la secuencia del intento de ase-
sinato de su rubia protagonista merece figurar en la anto-
logía de magistrales monstruosidades ideadas por aquel
obeso obseso. Ni Guillermo Toledo (en el mejor trabajo
de su carrera) es Ray Milland, ni Mónica Cervera (gozoso
descubrimiento) es Grace Kelly, sino la presunta fea de un
cuento con moraleja que estalla entre carcajadas y deja
una huella ética.
Crimen ferpecto es un artefacto, muy cinéfilo y tam-
bién muy libre, ideado por Álex de la Iglesia y su coguio-
nista habitual, Jorge –tomen aire– Guerricaechevarría.
Narra la historia de un hombre nacido en unos grandes
almacenes y que, llegado a la presunta edad adulta, tra-
baja allí. Se nos muestra como un animal nacido para ven-
der. Seductor, elitista, ambicioso y sin escrúpulos, el pro-
tagonista tiene locas a las dependientas de la sección de
perfumería y ambiciona el puesto de jefe de planta, para
el que destaca el encargado (Varela) de la sección de
caballeros. El tercer personaje en lista es una dependien-
ta (Cervera), presuntamente fea, según los cánones de
belleza al uso, celosa y en celo por el joven vendedor. Ella
se convierte en el eje de esta enloquecida historia donde
la ambición de consumir se alía con el ansia de posesión,
llevada hasta sus últimas e imprevisibles consecuencias.
● ●
Crisis, La | 123
●
Más próxima a La comunidad o Muertos de risa que a
su película inmediatamente anterior, 800 balas, Crimen
ferpecto es un artilugio fílmico bien urdido. Pese a sus al-
tibajos narrativos, conserva, de principio a fin, una unidad
que se echaba en falta en anteriores películas de Álex de
la Iglesia. Diálogos como los del primer encuentro de Gui-
llermo Toledo y Mónica Cervera en la cafetería resultan
antológicos. También premonitorios de una comedia de-
cididamente feroz en su denuncia del cinismo imperante.
Cuando la risa estólida inunda la televisión y sumerge en
la ciénaga presuntas películas cómicas, Crimen ferpecto
se revela como un cáustico cuento moral que suscita
tanto la carcajada como la reflexión. ■ LL.B.M.
CRIMEN IMPERFECTO
España, 1970, 88 min.
Director: Fernando Fernán Gómez. Guión: Pedro Masó, Antonio Vich.
Fotografía: Juan Mariné. Montaje: Alfonso Santacana. Música: Antón
García Abril. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez, José Luis López Váz-
quez, Doris Coll, Álvaro de Luna, María Graciela, Jesús Guzmán, Valeria-
no Andrés. **
Después de haber dado al cine español algunas de las
mejores películas de los últimos años cincuenta y prime-
ros sesenta (La vida por delante, El mundo sigue o la mal-
ditísima El extraño viaje), Fernando Fernán Gómez reali-
zó algunas comedias menores (Los palomos, Ninette y un
señor de Murcia o Cómo casarse en siete días) provistas
de cierto ingenio pero muy por debajo de sus títulos de
gloria precedentes o de los posteriores Mambrú se fue a
la guerra y El viaje a ninguna parte. Crimen imperfecto
pertenece a esa etapa intermedia: es una comedia de
intriga pasablemente divertida, pasablemente tonta,
escrita por Pedro Masó y Antonio Vich y protagonizada
por dos detectives de tres al cuarto metidos en un enre-
do con fiambre interpuesto. Lo mejor de la función está
en las caricaturas que de esos personajes llevan a cabo el
propio Fernán Gómez y José Luis López Vázquez, una
suerte de Mortadelo y Filemón en carne y hueso. ■ J.B.C.
CRISIS, LA
(La crise), Les Films Alain Sarde, Francia- Italia, 1993, 92 min.
Productor: Claude Albouze. Director: Coline Serreau. Guión: Coline
Serreau. Fotografía: Robert Alazraki. Montaje: Catherine Renault. Músi-
ca: Sonia Wieder-Aherton. Dirección Artística: Guy-Claude François.
Intérpretes: Vincent Lindon, Patrick Timsit, Zabou Annik, Catherine
Wilkening. *
Esta película se convirtió, así a lo tonto, en la más taqui-
llera de la historia del cine en Francia, superando incluso
a grandes superproducciones norteamericanas. Algo
insólito si tenemos en cuenta que posee una trama más
bien endeble –dos hombres que contraponen sus desti-
nos en el peor momento de sus vidas– y que, además, se
cuenta con mucho desorden y que está rodada de forma
vulgar y zarrapastrosa como demuestran unos horribles
planos/contraplanos de los dos amigos hablando. Ade-
●
124| Cristobal Colón, de oficio... descubridor
● ●
más de diálogos pretenciosos y pedantes, en la mejor (o
peor) tradición del cine franchute, algunos aspectos de la
película pueden llegar a resultar indignantes: mientras
que se tilda a los españoles de incultos y derrochadores
en llamadas telefónicas, a los demás extranjeros se les
considera el cáncer del Estado francés, a los pobres de
insufribles idiotas y a los hombres de basura que sólo
buscan su propio beneficio. ■ L.M.C.
CRISTOBAL COLÓN, DE OFICIO...
DESCUBRIDOR
Constan Films, España, 1982, 83 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Juan José Alonso Millán. Fotografía:
Alejandro Ulloa. Música: Tedy Bautista y Pepe Robles. Intérpretes:
Andrés Pajares, Fiorella Faltoyano, Antonio Ozores, Juanito Navarro,
Manolo Gómez Bur, Antonio Garisa, Luis Varela, Rafaela Aparicio, Alfre-
do Mayo, Quique Camoiras. *
¿Qué cabe esperar de un película marcada por la sinies-
tra rúbrica del productor José Frade, el inefable oficio del
clan Ozores y la vis cómica resumida en el pareado en fal-
sete «los hermanos Pinzones eran unos marineros»? Pues
justamente eso: uno de los mayores éxitos comerciales
del cine español del momento, en un año además con-
vulso y extraño (alguno apuntó similitudes con el triunfo,
dos décadas más tarde, de El oro de Moscú, ópera prima
del gran secundario cómico Jesús Bonilla y que también
contaba con un reparto plagado de joven y vieja guardia
del oficio y rostros popularísimos entre el público). Una
escenografía de opereta, anacronismos a tutiplén y pre-
sencias en el reparto tan extrañas como Alfredo Mayo
completan la jugada redonda que, encima, tuvo segunda
parte con Juana la Loca... de vez en cuando (José Ramón
Larraz, 1983), otro penoso ejercicio de bufa histórica en el
que picó hasta el prestigioso y cuasi-intocable Fernán
Gómez. ■ J.C.
CRUELDAD INTOLERABLE
(Intolerable Cruelty), Universal Pictures, EE.UU., 2003, 100 min.
Director: Joel Coen. Guión: Robert Ramsey, Matthew Stone, Robert
Ramsey, Matthew Stone, Ethan Coen y Joel Coen (basado en una histo-
ria de John Romano). Fotografía: Roger Deakins. Música: Carter Burwell
(con canciones de Paul Simon y Peter Allen). Intérpretes: George Cloo-
ney, Ctherine Zeta-Jones, Geoffrey Rush, Cedric the Entertainment,
Edward Herrmann, Billy Bob Thornton, Julia Duffy. **
Esta pirueta cómica de los Coen vuelve a insistir en su
viejo nuevo tema de la venganza con faldas, que adquirió
su máximo esplendor en la tragicómica Fargo. Aquí, el
tono elegido es bien distinto, más astracanada a lo Gran
Lebowski, aunque el corte del vestuario fuera bien distin-
to (concretamente, el mejor posible, ya que Clooney
pidió al sastre los mismos patrones que Cary Grant en
Indiscreta). El argumento-cepo es una mezcla entre un
episodio de Tom y Jerry y La costilla de Adán bien chu-
rruscada: la relación peligrosa entre el abogado matrimo-
nialista Miles Massey y la come-hombres Marylin Rexroth,
● ●
●
con el macguffin del informe Massey de fondo, que sirve
para poner en tela de juicio algunos flecos de la hipocre-
sía humana bordados con tanto falso primor como los
títulos de crédito iniciales. Un diseño artístico impecable
(aunque a veces recuerda, quizá por traición subcons-
ciente, a Abajo el amor), alguna escena inspirada de tor-
peza criminal, las extravagancias marca de la casa (ese
fetichista ferroviario, ese cancionero de Simon & Garfun-
kel, ese viva Las Vegas y la Virgen) y la consagración de
George Clooney como actor cómico de primera salvan
los muebles de un intento de taquillazo que también en
eso se quedó en pólvora mojada. ■ J.C.
CRUZANDO LA CALLE
(Crossing Delancey), Warner Bros., EE.UU., 1988, 97 min.
Productor: Michael Nozik. Director: Joan Micklin Silver. Guión: Susan
Sandler (basado en su propia obra). Fotografía: Theo van de Sande. Mon-
taje: Rick Shaine. Diseño de producción: Dan Leigh. Música: Paul Chi-
chara. Vestuario: Rita Ryack. Intérpretes: Amy Irving, Peter Riegert,
Reizl Bozyk, Jeroen Krabbé, Sylvia Miles, George Martin, John Bedford
Lloyd. **
Ambientada parcialmente en el Lower East Side de Nue-
va York, esta amable comedia romántica es un cuento de
hadas habitado por gente real. Amy Irving es una atracti-
va, inteligente treintañera judía que trabaja en una ele-
gante librería en Midtown. Aunque vive en el Upper West
Side, frecuentemente camina hasta su viejo barrio al sur
de Delancey Street para visitar a su abuela, Bozyk. Horro-
rizada porque su apreciada nieta no haya encontrado
marido, Bozyk encarga al casamentero Miles que le bus-
que uno, y éste aparece con el fabricante de encurtidos
Peter Riegert, el más improbable de los héroes románti-
cos. Aunque Riegert demuestra ser un tipo de buen cora-
zón, Irving no es capaz de verse pasando su vida con un
hombre que vende encurtidos, y le rechaza. El resto de la
película narra los esfuerzos de Riegert por tratar de con-
vencer a la pretenciosa librera de que están hechos el uno
para el otro, a pesar del interés de ella en el novelista de
poca monta Jeroen Krabbé. Y ahí radica el dilema: ¿debe
optar por Riegert –aburrido y fiable– o por la seductora
sofisticación de Krabbé? Joan Micklin Silver captura mag-
níficamente la vida judía del Lower East Side y el conflic-
to entre tradición y cambio, impidiendo que la emoción
caiga en el sentimentalismo y demostrando que el amor
no sólo es ciego, sino que también tiene un pésimo sen-
tido del olfato. Así, algunos momentos conmovedores y
encantadores se entrecruzan con el aspecto étnico, pero
en conjunto la dirección de Silver nos ofrece un producto
vulgar cubierto por una ligera pátina de brillo. ■ J.T.
CUADRILLA DE LOS ONCE, LA
(Ocean’s Eleven), EE.UU., 1960, 127 min.
Productor: Lewis Milestone. Director: Lewis Milestone. Guión: Harry
Brown, Charles Lederer, Billy Wilder (sin acreditar) (basado en una his-
toria de George Clayton Johnson y Jack Golden Russell). Fotografía:
William H. Daniels. Montaje: Philip W. Anderson. Dirección Artística:
●

● ●
Nicolai Remisoff. Intérpretes: Frank Sinatra, Dean Martin, Sammy Davis
Jr., Peter Lawford, Angie Dickinson, Richard Conte, Cesar Romero, Patri-
ce Wymore, Joey Bishop, Akim Tamiroff, Henry Silva, Ilka Chase. ***
Un grupo de antiguos compañeros de armas lleva a cabo
un robo a cinco casinos de Las Vegas la noche de Fin de
Año. Sinatra reunió a sus colegas para una incursión en el
género de los golpes osados, con desfile de estrellas,
música y humor cínico. Sinatra y Dino cantan y Sammy
Davis tiene a su cargo un buen número de baile. ■ M.Q.
CUALQUIER MIÉRCOLES
(Any Wednesday), Warner, EE.UU., 1966, 109 min.
Productor: Julius J. Epstein. Director: Robert Ellis Miller. Guión: Julius J.
Epstein (basado en la obra de Muriel Resnik). Fotografía: Harold Lipstein.
Montaje: Stefan Arnsten. Música: George Duning. Dirección Artística:
Al Sweeney. Intérpretes: Jane Fonda, Jason Robards, Dean Jones, Rose-
mary Murphy, Ann Prentiss, Jack Fletcher. **
Floja adaptación de una popular farsa teatral de Muriel
Resnik protagonizada por Jason Robards, el donjuán una
vez a la semana; Jane Fonda, su cita de los miércoles
desde hace dos años; Dean Jones, el tipo honesto con
planes de matrimonio, cuya llegada hace naufragar el
sueño del acaudalado hombre de negocios; y Rosemary
Murphy, recreando su rol original en Broadway como la
esposa de Robards. Las complicaciones y malentendidos
se combinan hasta el punto del completo aburrimiento.
Sus cartas a favor son una sólida factura, intermitentes
escenas de buena comedia y un reparto efectivo. Fonda
resuelve muy bien el papel de la amante de pocas luces,
aunque acuse cierta tendencia a la sobreactuación, en lo
que podría denominarse un exagerado estilo a lo Doris
Day. Jones impresiona como un atractivo actor cómico
no exento de talento dramático, y Robards está sobresa-
liente como el adorable lascivo que acaba perdiendo a su
esposa y a su amante. ■ J.D.D.
CUANDO BRILLA UNA ESTRELLA
(A Diva’s Christmas Carol), EE.UU., 2000, 120 min.
Productor: Claudio Castravelli. Director: Richard Schenkman. Guión:
Richard Schenkman. Fotografía: Bruce Chun. Montaje: Neil Grieve.
● ●
Cuando Harry encontró a Sally | 125
●
Música: Christopher Lennertz. Intérpretes: Vanessa L. Williams, Rozon-
da “Chilli” Thomas, John Taylor, Brian McNamara, Kathy Griffin, Stepha-
nie Biddle, Richard Jutras, Linda Goodwin, Michelle Lipper. **
El famoso “Cuento de Navidad” de Charles Dickens es ya
un clásico popular en la cultura anglosajona. Como tal, ha
dado origen a variadas adaptaciones a la pantalla, la me-
jor de las cuales es Muchas gracias, Mr. Scrooge, de Ro-
nald Neame. Ahora se aprovecha la belleza y la excelente
voz de Vanessa Williams como egoísta e irascible cantan-
te que decide dar un concierto en Nochebuena. ■ M.Q.
CUANDO HARRY ENCONTRÓ A SALLY
(When Harry Met Sally...), Castle Rock, EE.UU., 1989, 96 min.
Productor: Rob Reiner, Andrew Scheinman, Jeffrey Stott, Steve Nicolai-
des. Director: Rob Reiner. Guión: Nora Ephron. Fotografía: Barry Son-
nenfeld. Montaje: Robert Leighton. Música: Marc Shaiman, Harry Con-
nick, Jr. Diseño de producción: Jane Musky. Vestuario: Gloria Gresham.
Intérpretes: Billy Crystal, Meg Ryan, Carrie Fisher, Bruno Kirby, Steven
Ford, Lisa Jane Persky, Michelle Nicastro, Gretchen Palmer, Robert Alan
Beuth, David Burdick. ***
¿Puede existir verdaderamente la amistad entre dos per-
sonas del sexo contrario? ¿O, por el contrario, las relacio-
nes entre personas de sexo diferente han de desembocar
indefectiblemente en el amor? ¿Puede perdurar una rela-
ción entre hombre y mujer sin que haya sexo o, de man-
tenerse, conduciría al fracaso? Estas preguntas y muchas
más se las ha hecho seguramente cualquier ser humano
en alguna etapa de su vida, especialmente en las de fie-
bre sentimental. Finalmente, cada uno piensa de acuerdo
con sus propias experiencias. La autora del guión del
filme, la escritora y ocasionalmente directora de cine
Nora Ephron, tiene también las suyas, no en balde fue
esposa de Carl Bernstein, uno de los dos periodistas del
Watergate, cuyo matrimonio terminó como el rosario de
la aurora tal como lo prueba su libro y la película Se
acabó el pastel, con Meryl Streep y Jack Nicholson, un
filme muy recomendable para ver cómo en un relato una
escritora dice blanco y en otro dice negro. El vil metal es
capaz de todo tipo de corrupciones. Cuando Harry en-
contró a Sally es una divertida película muy bien influen-
ciada por las comedietas sentimentales del cine nortea-
mericano independiente, de las que Woody Allen es el
rey y uno de sus principales artífices, un auténtico gurú
●
126| Cuando llega la noche
● ●
con discípulos generalmente bastante aplicados. Rob
Reiner lo es. Son películas realizadas con aparente (pero
en el fondo complicada) simplicidad sobre situaciones
identificables con cierta clase media urbana de país occi-
dental dentro de una sociedad de bienestar y apoyadas
con diálogos impactantes e ingeniosos que necesitan de
un gran trabajo de los actores. Éstos han de actuar de
forma tan natural, para provocar la identificación con el
espectador, que nunca se ha de apreciar que están inter-
pretando. Con todos estos ingredientes mezclados con
mucho ingenio, la cinta resulta decididamente simpática,
sobre todo por la química que surge entre la pareja pro-
tagonista, aunque muchos detractores de Billy Cristal
(que agobió al respetable con sus pesadas presentacio-
nes de algunos Oscar) dicen que está insoportable. Y
además tiene escenas antológicas. ■ A.C.
CUANDO LLEGA LA NOCHE
(Into the Night), Universal, EE.UU., 1985, 115 min.
Productor: George Folsey, Jr., Ron Koslow. Director: John Landis. Guión:
Ron Koslow. Fotografía: Robert Paynter. Montaje: Malcolm Cambell.
Música: Ira Newborn. Dirección Artística: John Lloyd. Intérpretes: Jeff
Goldblum, Michelle Pfeiffer, Richard Farnsworth, Irene Papas, Kathryn
Harrold, Paul Mazursky. ****
John Landis fue, a principios de los años ochenta, la gran
esperanza blanca de la comedia americana. Cuando llega
la noche, una comedia entre loca y contenida –aparente
paradoja– que anuncia un ciclo de farsas sobre machos
urbanitas atrapados, con nocturnidad y alevosía, por
féminas fatales (¡Jo, qué noche!, ¿Quién es esa chica?,
etcétera), es uno de sus trabajos más personales. El
atractivo reparto cuenta con un inesperado villano a
cargo de David Bowie y, gran especialidad del cineasta,
una imparable catarata de cameos: Roger Vadim, Jack
Arnold, Jonathan Demme, Paul Bartel, David Cronenberg,
Lawrence Kasdan, Dan Aykroyd, Paul Mazursky, Don Sie-
gel y muchos, muchos amiguetes más. ■ J.B.C.
● ●
●
CUANDO LLEGUE SEPTIEMBRE
(Come September), Universal, EE.UU., 1961, 112 min.
Productor: Robert Arthur. Director: Robert Mulligan. Guión: Stanley
Shapiro, Maurice Richlin. Fotografía: William Daniels. Montaje: Russell
F. Schoengarth. Música: Hans J. Salter. Dirección Artística: Henry Bums-
tead. Intérpretes: Rock Hudson, Gina Lollobrigida, Sandra Dee, Bobby
Darin, Walter Slezak, Brenda de Banzie. ***
¿Qué hacía una maggiorata italiana como Gina Lollobrigi-
da en una película como ésta? Esforzarse en conquistar
Hollywood. De hecho, fue su último intento y con 34 años
muy bien llevados tuvo que volverse a Europa para seguir
explotando su condición de sex symbol italiano. Como la
mayor parte de las estrellas latinas, Gina no pudo hacer
las Américas con éxito. La película puede calificarse
como una farsa erótica, en el bien entendido concepto
del erotismo light de la Universal, la cual trató de darle un
poco más, pero no demasiado, picante a una comedia
bastante bodevilesca en la línea de las que hacían Rock
Hudson y Doris Day. Gina era el picante porque, al pare-
cer, a los del Hollywood de entonces una chica latina piz-
pireta y con un buen escote ya era el no-va-más del sexo
explícito. A Hudson no le debió entusiasmar demasiado la
idea porque, como la mayoría de los agoreros vaticinaron
con sonrisa de complicidad, la química entre él y Gina no
funcionó demasiado. No obstante, la comedia resulta
agradable. ■ A.C.
CUANDO MENOS TE LO ESPERAS
(Something’s Gotta Give), EE.UU., 2003, 128 min.
Productor: Bruce A. Block, Nancy Meyers. Director: Nancy Meyers.
Guión: Nancy Meyers. Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje: Joe Hut-
shing. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística: John Warnke. Intér-
pretes:: Jack Nicholson, Diane Keaton, Keanu Reeves, Frances McDor-
mand, Amanda Peet, Jon Favreau, Paul Michael Glaser. ***
No es Nancy Myers una feminista especialmente audaz
(recordemos su filme ¿En qué piensan las mujeres?), pero
hay detalles, sutiles y sardónicos, demostrativos de que
Cuando menos te lo esperas es una película escrita y diri-
gida por una mujer.
Su estilo podría inscribirse en aquella legendaria
screwball comedy del viejo Hollywood, basada en la gue-
rra de los sexos. Nancy Myers realiza aquí la considerable
proeza –en Hollywood, las actrices con 40 años ya resul-
tan maduras y anacrónicas– de que la casi sexagenaria
Keaton se convierta en objeto del deseo de un Jack
Nicholson de 63 años (66 en la vida real), solterón con-
tumaz que, entre ingestión de viagra y algún amago de
infarto, sólo se pone entre sábanas con jovencitas. Así
que será pillado en calzoncillos –una secuencia hilarante,
habitada por dos comediantes en estado de gracia y
complicidad– por la madre de una de ellas. Se trata, por
supuesto, de Diane Keaton, en el papel de una autora tea-
tral divorciada y domadora de varones.
Hay personajes desaprovechados –el de la siempre
notable Frances McDormand, por ejemplo– y un toro
sobrero (Keanu Reeves) que podría ser devuelto al corral
●

● ●
sin que se resintiera la función. También chirría un happy
end decididamente reaccionario, pero el amigable duelo
entre Diane Keaton y Jack Nicholson deviene antológico.
Una recomendación: quédense en la butaca en los títulos
de crédito finales y podrán escuchar a Nicholson cantan-
do “C´est si bon”. ■ LL.B.M.
40 DÍAS Y 40 NOCHES
(40 Days and 40 Nights), Working Title, EE.UU., 2001, 93 min.
Productor: Tim Bevan, Eri Fellner, Michael London. Director: Michael
Lehmann. Guión: Rob Perez. Fotografía: Elliot Davis. Montaje: Nicholas
C. Smith. Música: Rolfe Kent. Dirección Artística: S. Seymour. Intérpre-
tes:: Josh Harnett, Shannyn Sossamon, Vinessa Shaw, Monet Mazur. **
Éste es el cuento de un jovencito que, por desengaño
amoroso, se autoimpone una cuarentena en materia de
sexo. Un punto de partida que promete exquisiteces
cómicas (las apuestas de los amigos, las tentaciones de
tías espectaculares, gags a costa del priapismo...) que se
desmigan a lo largo del recorrido con frecuencia mode-
rada. 40 días y 40 noches es una comedia pasablemente
divertida, pero demasiado mansa procediendo del anta-
ño francotirador Michael Lehmann. No hay en sus imáge-
nes nada que nos retrotraiga a la gamberra Escuela de
jóvenes asesinos o a la anfetamínica El gran halcón, y ni
un átomo de la lúcida exploración de las relaciones huma-
nas que encontrábamos en La verdad sobre perros y
gatos. ■ J.B.C.
CUARENTA GRADOS A LA SOMBRA
Pefesa/Néstor R. Gaffet-Cinehit, España-Argentina, 1967, 96 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores. Fotografía: Vicente
Minaya. Música: Guillermo Teruel. Intérpretes: José Luis López Vázquez,
Alfredo Landa, Gracita Morales, Antonio Ozores, Erika Wallner, Julieta
Serrano, Perla Cristal, Luis Rivera, Lali Soldevila. ●
Un genuino ejemplar de la más vulgar, zafia expresión de
la comedia popular española. Ambientada en plena caní-
cula, propone tres historias protagonizadas por tres pro-
totípicos machos ibéricos reprimidos, cuyos ojos salen de
sus cuencas con sólo oír la palabra sueca: uno se queda
de rodríguez en la ciudad, otro se va con su familia a la
playa, el tercero hace vacaciones de montaña. ■ J.B.C.
CUARTETO DE LA HABANA
España, 1999, 113 min.
Productor: Francisco Ramos. Director: Fernando Colomo. Guión: Fer-
nando Colomo, Julio Carrillo. Fotografía: Livio Delgado. Montaje: Miguel
Ángel Santamaría. Música: Mariano Marín. Dirección Artística: Derubín
Jácome. Intérpretes: Ernesto Alterio, Mirta Ibarra, Javier Cámara, Laura
Ramos, Daisy Granados, María Esteve, Mónica Cano. ***
Esta película destila el perfume de una comedia vacacio-
nal, como si Colomo, tras la estupenda Los años bárbaros,
se hubiera ido a tomar el sol y unos mojitos a Cuba, apro-
vechando el viaje para rodar un enredo ligero, divertido,
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Cuatro brujas, Las | 127
●
perfectamente orquestado, con media docena de perso-
najes atolondrados en busca de estabilidad y otros tantos
actores luciendo sus mejores aptitudes. ■ J.B.C.
CUATRO BODAS Y UN FUNERAL
(Four Weddings and a Funeral), Working Title/Channel Four, Reino
Unido, 1994, 116 min.
Productor: Duncan Kenworthy. Director: Mike Newell. Guión: Richard
Curtis. Fotografía: Michael Coulter. Montaje: Jon Gregory. Música:
Richard Rodney Bennett. Diseño de producción: Maggie Gray. Vestua-
rio: Lindy Hemming. Intérpretes: Hugh Grant, James Fleet, Simon
Callow, John Hannah, Kristin Scott-Thomas, David Bower, Charlotte
Coleman, Andie MacDowell, Timothy Walker, Sara Crowe. ****
Con un título como éste podría presumirse que esta
divertida comedia británica sería una película sobre la
institución del matrimonio con un leve contrapunto fúne-
bre. Y hasta cierto punto esta presunción es cierta, aun-
que, de hecho, las cuatro bodas (y también el funeral) sir-
ven funcionalmente como separadores de diversas situa-
ciones sobre las relaciones entre hombres y mujeres en la
actual clase alta británica. Igual que ocurre en la vida real,
las bodas y los funerales sirven como puntos de reen-
cuentro de los viejos amigos y olvidados parientes para
que en estas pocas horas juren y rejuren revivir viejas
amistades o añejos lazos familiares que luego se diluirán
como azucarillos.
Con estos cinco marcos ambientales, la película
estructura una típica comedia romántica, la de Hugh
Grant con Andie MacDowell. Él, soltero recalcitrante, típi-
camente inglés. Ella, independiente, como buena nortea-
mericana. Él, loco por alcanzarla. Ella, convertida en su
enigmático objeto de deseo y siempre varios pasos por
delante de él. Su historia de amor va progresando a tra-
vés de estas cuatro bodas y culmina con el funeral. Y en
cada uno de los eventos, una corrosiva y divertida crítica
de la sociedad británica con gags antológicos. Parece
que entre festejo y festejo la vida se hubiese detenido
para los dos protagonistas y que únicamente valiesen sus
nuevos encuentros.
El desarrollo de la película debe bastante más a la
comedia clásica norteamericana que a la inglesa. Parece
mentira la forma en la que Hollywood ha eliminado las
fronteras culturales y étnicas entre los distintos países. Y
no precisamente porque el protagonista Hugh se apellide
igual que Cary (Grant), sino por las situaciones que la his-
toria genera. Se trata, en definitiva, de una comedia con
bastante humor negro del cine británico de los años 50
suavizado por el tamiz de Hollywood. Su éxito fue tan
grande e inesperado que sorprendió a la misma empresa.
■ A.C.
CUATRO BRUJAS, LAS
(Le fate), Documento Film/Columbia, Italia-Francia, 1966, 111 min.
Productor (colectivo): Gianni Hecht Lucari. EPISODIOS: “Fata Sabina”:
Director: Luciano Salce. Guión: Ruggero Maccari. Fotografía: Carlo di
Palma. Montaje: Sergio Montanari. Dirección Artística: Luca Sabatelli.
●
128| Cuatro cocos, Los
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Intérpretes: Monica Vitti, Enrico Maria Salerno. “Fata Armenia”: Direc-
tor: Mario Monicelli. Guión: Luigi Magni. Fotografía: Dario di Palma.
Montaje: Ruggero Mastroianni. Dirección Artística: Piero Gherardi.
Intéérpretes: Claudia Cardinale, Gastone Moschin. “Fata Elena”: Director:
mauro Bolognini. Guión: Suso Cecchi d´Amico. Fotografía: Leonida Bar-
boni. Montaje: Nino Baragli. Dirección Artística: Pier Luigi Pizzi. Intér-
prettes: Rachel Welch, Jean Sorel. “Fate Marta”: Director: Antonio Pie-
trangeli. Guión: Rodolfo Sonego. Montaje: Franco Fraticelli. Dirección
Artística: Mario Chiari. Intérpretes: Capucine, Alberto Sordi. Música
(colectiivo): Armando Trovaioli. **
No confundir con otra película rodada este mismo año,
Las brujas (Le streghe), también largometraje de episo-
dios centrado en mujeres más o menos frívolas. En esta
ocasión, y tomando el nombre de sus protagonistas, se
nos propone el juego de descubrir cuál de las actrices
aquí representadas resulta más caliente y deseable: Moni-
ca Vitti como una autoestopista que sigue tentando a la
suerte a pesar de ser víctima de una violación; Claudia
● ●
●
Cardinale es una alegre niñera capaz de mentir para sedu-
cir a un médico; Rachel Welch parece una fiel esposa,
aunque después se revelará todo lo contrario; y Capucine
como una millonaria que, cuando está borracha, adquiere
una ninfomaniaca personalidad, en la mejor tradición del
personaje de borracho que ama a Charlot en Luces de la
ciudad. Mucho menos lúcida que otras películas de episo-
dios, sus fascinantes protagonistas hacen olvidar lo poco
inspirados que se mostraron sus guionistas. ■ L.M.C.
CUATRO COCOS, LOS
(The Cocoanuts), Paramount, EE.UU., 1929, 96 min.
Productor: Walter Wanger. Director: Joseph Santley, Robert Florey.
Guión: Morrie Ryskind (basado en la obra escrita por George S. Kauf-
man e Irving Berling). Fotografía: George Folsey. Montaje: Barney
Rogan. Canciones: Irving Berlin. Coreografía: Joseph Santley. Intérpre-
tes: Hermanos Marx, Kay Francis, Oscar Shaw, Mary Eaton, Margaret
Dumont. ***
Antes de convertirse en estrellas, los Hermanos Marx tra-
bajaron en una larga serie de revistas musicales; historias
sumamente breves, montadas con todo el lujo que per-
mitía un presupuesto escaso, ligadas entre sí por la músi-
ca y las canciones. En cada uno de esos espectáculos, los
cómicos iban enriqueciendo sus golpes de humor y des-
cubriendo trucos que habrían de servirles durante déca-
das. Su consagración llegó en 1925 con el estreno en Bro-
adway de “The Cocoanuts”, una comedia de George S.
Kaufman con música de Irvin Berlin. La obra se mantuvo
un año en cartel y dos de giras por el país. Su bautismo
cinematográfico tuvo lugar en los albores del cine mudo
con una película pagada de su propio bolsillo, Humor
Risk,cuyas dos bobinas (el dinero no daba para más) ter-
minaron perdiéndose.
En realidad, hasta la llegada del sonoro nadie en Holly-
wood se fijó en aquel grupo de locos, cada vez más redu-
cido según iban descartando hermanos. Su filmografía
arrancó con una mera repetición de su éxito teatral “The
Cocoanuts”, titulada entre nosotros Los cuatro cocos. Los
reyes del surrealismo protagonizan con vertiginosa velo-
cidad esta farsa ambientada en un hotel de Florida que
enloquece con ladrones de joyas, galanes románticos,
botones bailarines, diversa chusma (Harpo y Chico), un
intrigante gerente (Groucho) y una majestuosa matrona
(Dumont), un monumento que el más marxista de los
Marx siempre está tratando de escalar o de rebajar.
El caos desencadenado responde al más “puro” vehí-
culo de los Marx, donde la historia de amor es estricta-
mente incidental. Esta es una película cruda, técnicamen-
te poco sofisticada, a la que se le notan los años, con su
dirección artrítica, sonido poco definido, diálogos confu-
sos, coreografías pintorescas y con los comediantes
entrando a saltos en las escenas. Pero los chicos se mues-
tran aquí en toda su frenética gloria. Con una energía que
se desborda por encima de cualquier intento de sofisti-
cación, la locura de los Hermanos nunca se pone en duda:
cuando llegan las risas, son largas carcajadas. Considera-
da por Breton como una obra de arte de humor negro,
●

● ●
basta con recordar la escena final, en la que los bramidos
de un ternero sustituyen a la palabra humana, para cons-
tatar lo acertado de la definición. Anticuada, pero muy
divertida. ■ J.T.
CUATRO NOCHES DE BODA
Filmayer Producción, España, 1969, 87 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Alfonso Paso, Mariano Ozores. Foto-
grafía: Vicente Minaya. Música: José Torregrosa. Intérpretes: Conchita
Velasco, Alfredo Landa, Tomás Zori, Fernando Santos, Manuel Codeso,
Antonio Ozores, Luchy Soto, Eduardo Fajardo, Marisol Ayuso. *
Populachera comedia –y a veces sabe mal pronunciar esa
palabra tan noble, ese género tan genuino– en la que se
nos propone asistir a los problemas que surgen en varias
parejas –cuatro, concretamente, que se han casado el
mismo día y en la misma iglesia, a excepción de una–,
durante sus respectivas noches de boda. ■ J.B.C.
¡CUCARACHAS!
Cía. Catalana para las Relaciones con Europa, España, 1992, 105 min.
Director: Toni Mora. Guión: Toni Mora, Dolors Payàs. Fotografía: Josep
Gusí. Música: Enric Hernáenz. Intérpretes: José Coronado, Silvia Munt,
Julieta Serrano, Pepe Rubianes, Mercè Lleixa, Mercè Aranega. **
Un escritor que padece sus típicas crisis, profesional (el
folio en blanco) y sentimental (una ruptura), decide ale-
jarse a un apartamento en la playa para poder concen-
trarse en su próxima novela. Sin embargo y a pesar de
todo, allí se desencadenarán nuevos líos. El alto nivel del
reparto es el tanto más destacado de esta comedia cata-
lana a la que se agradecería algo más de nervio y unas
cuantas dosis de ritmo. ■ J.B.C.
CUENTO DE OTOÑO
(Conte d’automne), Francia, 1998, 112 min.
Productor: Françoise Etchegaray. Director: Eric Rohmer. Guión: Eric
Rohmer. Fotografía: Diane Baratier. Montaje: Mary Stephen. Música:
● ●
Cuento de primavera | 129
●
Claude Marti, Gérard Pansanel, Pierre Peyras, Antonello Salis. Intérpre-
tes: Marie Rivière, Béatrice Romand, Alain Libolt, Didier Sandre, Alexia
Portal. **
Desde que en el remoto 1959 debutara con Le signe du
lion, Rohmer, casi tan misterioso en su vida civil como
Robert Bresson, otro que tal, ha edificado una filmografía
de nítida y elocuente coherencia. Aparte de Mi noche con
Maud, La coleccionista o La rodilla de Clara, títulos que
incluso suenan a los no estrictamente cinéfilos, Rohmer ha
elegido como denominaciones de origen los enunciados
de Seis cuentos morales, Comedias y proverbios o Cuen-
tos de las cuatro estaciones, ingeniosas variaciones sobre
algo tan sencillo y a la vez tan complicado como es nues-
tra propia existencia. Luego de Primavera, Invierno y Vera-
no, este Cuento de otoño cierra con sabiduría esta serie. Y
lo hace con gente otoñal, él, erigido, por lo común, en cro-
nista de jóvenes que podrían ser sus nietos y a los que, en
cambio, entiende como nadie. Pero hay, en este nuevo
filme, un guiño a anteriores películas suyas (La rodilla de
Clara, El amor después del mediodía, La buena boda, El
rayo verde) en virtud de la presencia de dos actrices
admirables: Marie Riviére y Béatrice Romand. Una de ellas,
Isabelle (Riviére), está empeñada en buscarle un hombre
a su amiga Magali (Romand), todo lo contrario que en El
rayo verde. Ésta es una viuda cuya hija se ha emancipado,
mientras que el hijo vive un romance temporal con Rosine
(Portal), quien, por su parte, intenta que su ex amante, un
maduro profesor de filosofía (Sandé) que suele acostarse
con todas sus jóvenes alumnas, corteje asimismo a la
viuda solitaria, una viticultora cuya filosofía, más inteli-
gente, está formada por la tierra, los viñedos y el enveje-
cimiento del vino. El hombre con quien envejecer puede
esperar. Pero su temible amiga Isabelle, felizmente casada
y a punto de casar a su hija, publica un anuncio en el
periódico y se hace pasar por la amiga, corazón solitario.
Quien comparece es un divorciado de buen ver, Gérald
(Libolt). Con simplicidad que encubre un soberbio guión,
Rohmer viaja literalmente de un personaje a otro y los
relaciona en una comedia que no es de enredo, sino de
sentimientos que se narran mediante diálogos inteligentes
y una austera puesta en escena. Los encuentros y desen-
cuentros de esta amiga que no deja de coquetear con el
adulterio cuando se hace pasar por la viuda, y la propia
reacción de ésta al descubrir el pastel, sirven de armazón
a una película sin fisuras, inteligente, con personas de
carne y hueso y que apuesta por la vida. ■ LL.B.M.
CUENTO DE PRIMAVERA
(Conte de printemps), Francia, 1990, 112 min.
Productor: Margaret Ménégoz. Director: Eric Rohmer. Guión: Eric Roh-
mer. Fotografía: Luc Pagès. Montaje: María Luisa García. Música: Jean-
Louis Valéro. Sonido: Pascal Ribier. Intérpretes: Anne Teyssèdre, Hugues
Quester, Florence Darel, Eloïse Bennett, Sophie Robin, Marc Lelou,
François Lamore. *****
Maurice Schérer era un respetable profesor de literatura
cuando, en los primeros cincuenta, se fue a París, se puso
●
130| Cuentos de Canterbury, Los
● ●
a escribir de cine (fue cofundador de los míticos “Cahiers
du cinéma”) y a rodar películas con el seudónimo de Eric
Rohmer. Desde finales de esa década, Rohmer ha dado a
luz una de las obras más creativas del cine moderno,
compuesta de películas independientes o circunscritas
en ciclos: los cuentos morales, las comedias y proverbios
y los cuentos de las cuatro estaciones, el primero de los
cuales fue éste, el de primavera, un perfecto destilado de
su estilo (transparente y tan natural como sus criaturas,
generalmente jóvenes que charlan sin cesar, con una
admirable espontaneidad) a partir de la historia de una
chica, profesora de filosofía, que acepta pasar un fin de
semana en la casa de campo de una amiga. Rohmer la
hará bailar su característica danza de los sentimientos, las
fragilidades, las incertidumbres vitales. Una deliciosa
obra maestra. ■ J.B.C.
CUENTOS DE CANTERBURY, LOS
(I racconti di Canterbury), Italia-Francia, 1972, 108 min.
Productor: Alberto Grimaldi. Director: Pier Paolo Pasolini. Guión: Pier
Paolo Pasolini (basado en la novela de Geoffrey Chaucer). Fotografía:
Tonino Delli Colli. Montaje: Nino Baragli. Música: Ennio Morricone.
Diseño de producción: Dante Ferretti. Intérpretes: Hugh Griffith, Laura
Betti, Ninetto Davoli, Franco Citti, Josephine Chaplin, Alan Webb, Pier
Paolo Pasolini. ***
Geoffrey Chaucer llevó una agitada vida aventurera como
soldado al servicio de Eduardo III. Fue embajador, diplo-
mático y agente secreto en Francia e Italia. Al perder su
influencia en la corte por el eclipse momentáneo del par-
tido de Juan de Gante, se retiró a Kent y allí, en una
época de desgracias –murió su mujer y se tambaleó su
fortuna–, escribió “Los cuentos de Canterbury”, veintiún
narraciones cortas que un grupo de peregrinos va des-
granando en su camino desde Londres hasta la tumba de
Santo Tomás en Canterbury. Influenciado por Bocaccio y
por la “Confessio amantis” de John Gower, sus cuentos
pertenecen al fondo común de la sátira y la picaresca
medieval y trazan un abigarrado cuadro de costumbres
de la época. Pasolini eligió la obra de Chaucer como
segunda parte de la “Trilogía de la vida”, que había empe-
zado con el Decamerón y se cerraría con su miscelánea
de Las mil y una noches. En toda esta trilogía se advierte
la intención de reivindicar la alegría de vivir y el goce de
los cuerpos, en un sentimiento de inocencia primitiva que
valora lo intuitivo y popular frente a lo culto razonable. En
su exaltación del sexo como expresión de libertad, Paso-
lini no sólo arremete contra la conciencia de pecado pro-
pia de la moral judeocristiana, sino también contra el
puritanismo de índole marxista. La misma sociedad bur-
guesa que él fustigaba se apropió de su obra y la trans-
formó en objeto de culto al escándalo erótico, por lo que
Pasolini publicó el día 15 de junio de 1975, día de eleccio-
nes en Italia, una famosa “Abjuración”, en la que se mos-
traba dolido por la utilización que se hacía de sus pro-
puestas y, en cierto modo, preludiaba el desgarrado
desencanto final que significó Saló. Además de ver a
Josephine Chaplin –hija del genial Charlot y hermana de
● ●
●
Geraldine–, tenemos ocasión de admirar al propio Pasoli-
ni interpretando la figura del poeta Chaucer. ■ J.B.C.
CUENTOS DE VERANO
(Racconti d´estate), Máxima/Monteluce/Gallus, Italia-Francia,
1958, 90 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Gianni Franciolini. Guión:
Alberto Moravia, Alberto Sordi, René Barjavel, Rodolfo Sonego, Gianni
Franciolini, Edoardo Antón, Ennio Flajano, Sergio Amidei. Fotografía:
Enzo Serafín. Montaje: Adriana Novelli. Música: Piero Piccioni. Dirección
Artística: Girogio Giovannini. Intérpretes: Alberto Sordi, Marcello Mas-
troianni, Michéle Morgan, Sylvia Koscina. **
A medio camino entre el documento promocional turístico
y la narración convencional de crónica de costumbres, y
según un argumento original del novelista Alberto Mora-
via, este film fue el inicio de una serie de ingenuas come-
dias sobre lo bien que se lo puede pasar la gente cuando
está de vacaciones, idea tomada en consideración duran-
te la España de los 60 con abundantes trabajos de Pedro
Lazaga y compañía. Con excelentes actores y un nutrido
grupo de guionistas, uno para cada trama, se trata de mez-
clar diferentes personajes y situaciones en la localidad va-
cacional de Rapallo, habiendo lugar para el humor, el dra-
ma, el amor, la soledad y la pillería. Entre todos los episo-
dios mostrados destacan el de la actriz enamorada, la his-
toria de amor entre un policía que custodia a una ladrona,
un gigoló que intenta decidirse entre una madre o su hija,
y el encuentro tras muchos años de un empresario y una
cantante de ópera. Sin molestar más de lo necesario, tam-
poco es para dar saltos de alegría, e igual se puede decir
de otra película similar referida a otra estación, Vacance
d´invierno, de Camillo Mastrocinque (1959). ■ L.M.C.
CUERNOS DE MUJER
España, 1995, 108 min.
Productor: Enrique Cerezo, Andrés Vicente Gómez, Carlos Vasallo.
Director: Enrique Urbizu. Guión: Manuel Gutiérrez Aragón (basado en
la novela de Carmen Rico-Godoy). Fotografía: Juan Amorós. Montaje:
Pablo Blanco. Música: Bingen Mendizábal. Dirección Artística Miguel
Chicharro. Intérpretes: María Barranco, Ramon Madaula, Javier Blanco,
Marcelina Núñez, Pilar Bardem, Santiago Ramos. ***
María Barranco, desbordante de energía, interpreta a una
decoradora cuya rutinaria vida cambia el día en que des-
cubre que su marido la engaña y que tiene un imán para
los juegos del azar. Una comedia simpática, desenfadada,
un tanto ácida, escrita por el cineasta Manuel Gutiérrez
Aragón y la escritora Carmen Rico-Godoy, a quien Enri-
que Urbizu ya había adaptado en Cómo ser infeliz y dis-
frutarlo. ■ J.B.C.
CUIDADO CON CLEOPATRA
(Carry On Cleo), Anglo Amalgamated, Reino Unido, 1964, 92 min.
Productor: Peter Rogers. Director: Gerald Thomas. Guión: Talbot Roth-
well. Fotografía: Alan Hume. Montaje: Archie Ludski. Música: Eric
●

● ●
Rogers. Dirección Artística: Bert Davey. Intérpretes: Sidney James, Ken-
neth Williams, Kenneth Connor, Charles Hawtrey, Joan Sims. ***
Concebida como una parodia de la desastrosa Cleopatra,
esta comedia es una lección de historia antigua del equi-
po de “Carry On...” en la cúspide de sus poderes. Burlán-
dose despiadadamente de Elizabeth Taylor y compañía,
los cineastas se apoyan en los porrazos más que en el
estoque, así que no hay mucha acción para enganchar al
público. Los diálogos de Talbot Rothwell están desver-
gonzadamente trillados, aunque eso no importa mucho.
Pero están también plagados de pesados dobles senti-
dos, y los gags, tanto verbales como visuales, son inu-
sualmente repetitivos. Lo mejor es el reparto. Amanda
Barrie está exquisita en el papel titular, y Kenneth Connor
y Jim Dale se lucen como los bretones en la guardia
imperial. Kenneth Williams tiene unos buenos momentos
como César, aunque sobreactúa de forma irritante, y la
principal función de Charles Hawtrey es llevar el peso de
los discursos sexuales menos sutiles. Pero por encima de
todos ellos está Sid James como Marco Antonio. Senci-
llamente, genial. ■ J.D.D.
¿CULPABLE DE QUÉ?
Sphairos, España, 1993, 102 min.
Director: Albert Saguer. Guión: Albert Saguer. Fotografía: Joan Carles
Lausin. Música: Josep Maria Bardagí. Intérpretes: Michael Catlin, Carme
Conesa, Simón Andreu, Albert Vidal, Blanca Martínez, Craig Hill, Llo-
renç Santamaría, Al Victor. ***
Una comedia de intriga, suspense y confusiones, cuyo
atribulado y hitchcockiano protagonista estaría entre el
James Stewart de El hombre que sabía demasiado (tiene
una información sobre un acto conspiratorio) y el Cary
Grant de Con la muerte en los talones (es sospechoso de
un delito que no ha cometido). Las referencias cinéfilas
también incluyen las bolitas de Bogart en El motín del
Caine. ■ J.B.C.
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Curso en que amamos a Kim Novak, El | 131
●
CULPA FUE DE EVA, LA
(Totò, Eva e il pennello proibito), Jolly Films/Cormoran/Hisperia,
Italia-Francia-España, 1958, 90 min.
Director: Steno. Guión: Vittorio Metz, Roberto Gianviti. Fotografía: Alva-
ro Mancori. Montaje: Giuliana Attenni. Música: Gorni Kramer. Dirección
Artística: Piero Filippone. Intérpretes: Totò, Abbe Lane, Giacomo Furia,
José Guardiola. **
Bueno, más que de Eva, la culpa es de Totò, empeñado
una y otra vez en explotar al máximo su comicidad ges-
tual y sus modales de pobre hombre, esta vez como un
pintor que, ingenuamente, acaba convertido en un autén-
tico falsificador de cuadros originales y, por ello, no tiene
más remedio que entrar en prisión. Hay que recordar que
sólo ese año, el cómico italiano pasó a interpretar nada
menos que cinco películas (Totò a Parigi, Totò e Marcelli-
no, Totò nella luna y Totò Peppino e le fanatiche), con lo
cual su nivel de preparación de personajes no era el más
adecuado (¿para qué, si siempre hacía el mismo?). No se
sabe si porque esta vez participaba España en la produc-
ción, pero el film cuenta con uno de sus mejores momen-
tos cuando Totò quiere pintar a la Maja de Goya, pero lle-
vando puesta una camisa. Entre un reparto bien escogido
para no hacer sombra a la estrella, sobresale un jovencí-
simo Louis de Funés. ■ L.M.C.
CURA CASADO, EL
(Il prete sposato), Italia-Francia, 1971, 98 min.
Director: Marco Vicario. Guión: Marco Vicario. Fotografía: Alessandro
D’Eva. Montaje: Nino Baragli. Música: Armando Trovajoli. Intérpretes:
Rossana Podestà, Lando Buzzanca, Salvo Randone, Magali Noël, Luciano
Salce, Silvia Dionisio. **
Oportunista comedia sobre un párroco de pueblo (el có-
mico Lando Buzzanca) que es recompensado con el tras-
lado a Roma. Allí le toca en suerte una parroquia en la
que deberá aguantar toda clase de confesiones impúdi-
cas, especialmente de una prostituta que se confiesa
semanalmente y hace recuento de sus pecados carnales.
Dirigida rutinariamente por Mario Vicario, su esposa Ros-
sana Podestà (inolvidable Helena de Troya) alegra al
menos la vista. Absolutamente soslayable. ■ LL.B.M.
CURSO EN QUE AMAMOS
A KIM NOVAK, EL
Academy Pictures Inc., España, 1979, 85 min.
Director: Juan José Porto. Intérpretes: Miguel Ayones, Beatriz Elorrieta,
Miguel Arribas, Kitty Manver, Cecilia Roth, Antonio Gamero, Roxanne
Bach. **
Con un título como El curso en que amamos a Kim Novak,
el acento revisionista-nostálgico está garantizado: los
años escolares, los primeros guateques, la primera vez
que le metimos mano a la compañera de clase, etcétera.
La segunda mitad de los setenta era el tiempo de hacer
estas excursiones retrospectivas, la evocación de los años
vividos por determinadas generaciones en la desembo-
●
132| Cyrano de Bergerac
● ●
cadura del franquismo. A Porto, la especialidad le iba al
dedillo, pues suyas son también comedias sentimentales
con títulos tan explícitos como el que nos ocupa: Cróni-
cas del bromuro, El último guateque y El último guateque
2. Alguien dijo, y con razón, que estas películas tenían
«una categoría de añoranza tunera-twistera peligrosa-
mente conformista». Contémplese, pues, con una pru-
dente distancia. ■ J.B.C.
CYRANO DE BERGERAC
Francia, 1990, 137 min.
Productor: René Cleitman, Michel Seydoux. Director: Jean-Paul Rappene-
au. Guión: Jean-Claude Carrière, Jean-Paul Rappeneau (basado en la obra
de Edmond Rostand). Fotografía: Pierre Lhomme. Montaje: Noëlle Bois-
son. Música: Jean-Claude Petit. Diseño de producción: Ezio Frigerio. Ves-
tuario:: Franca Squarciapino. Intérpretes: Gérard Depardieu, Anne Bro-
chet, Vincent Perez, Jacques Weber, Roland Bertin. ****
Indiscutiblemente es la versión definitiva del cine sobre la
popular obra de Edmond Rostand. Y además es la más
fiel que podía hacerse. Su virtud es no haberse limitado a
trasladar el texto y las situaciones en imágenes más o
menos bellas como si fuesen una ilustración cinemato-
gráfica de lo visto en el teatro. Rappeneau partió de un
● ●
●
guión propio escrito en colaboración con Jean-Claude
Carriére, guionista habitual de Buñuel, para potenciar con
una bella pero funcional puesta en imágenes todo lo que
el cine puede aportar de inédito a la visión de un espec-
táculo teatral. Con un respeto increíble hacia el texto, la
cámara (inquieta e imaginativa) sabe estar precisamente
allí donde debe estar para hacer llegar hasta el especta-
dor sutilezas importantes para la comprensión de las
actitudes de los personajes. La cinta fue criticada en
Francia sobre todo por la elección de Depardieu, a quien
consideraron demasiado viejo para el personaje.
Lo cierto es que el actor número uno del cine francés
compone magníficamente su difícil papel, transmitiendo
todas las complejidades de su drama personal y ponien-
do una vez más sobre el tapete el conflicto entre el
aspecto físico y la inteligencia, entre la riqueza interior y
lo externo. Depardieu sabe matizar como pocos lo han
hecho las diferentes reacciones de su difícil personaje, un
hombre de gran talento e inteligencia que no puede vivir
la historia de amor de su vida por culpa de su aspecto
físico. Entre las versiones anteriores que se han hecho en
cine hay que destacar las dos protagonizadas por José
Ferrer, una dirigida por Michael Gordon en 1950 y otra
por Abel Gance en 1962, y una versión libre, Roxanne,
protagonizada por Steve Martin en 1987. ■ A.C.
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 D
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DAMA EN APUROS, UNA
(Lady in a Jam), Universal, EE.UU., 1942, 80 min.
Productor: Gregory La Cava. Director: Gregory La Cava. Guión: Eugene
Thackery, Frank Cockrell, Otho Lovering. Fotografía: Hal Mohr. Intérpre-
tes: Irene Dunne, Patric Knowles, Ralph Bellamy, Eugene Pallette,
Samuel S. Hinds, Queenie Vassar, Jane Garland, Edward McWade,
Robert Homans, Russell Hicks, Hardie Albright, , Isabel La Mal, Edward
Gargan. **
Irene Dunne es el personaje homónimo, una heredera
casquivana que pierde todo su dinero mientras da rienda
suelta a su obsesión por la numerología, y cuyos reveses
financieros sólo son aliviados por la inesperada herencia
de una mina abandonada en Arizona. Su viaje al Oeste se
ve complicado por la insistencia de su guardián legal en
que se someta a psicoterapia para curarla de su alocado
comportamiento. Su psiquiatra, Patric Knowles, descubre
entonces que el mejor remedio es el matrimonio –con él–.
Una floja comedia romántica que draga el fondo del barril
para obtener unas gotas de humor, y desperdicia el supe-
rior talento de su estrella y del director Gregory La Cava.
Las risas, las pocas que hay, hay que agradecérselas a
habituales de la screwball como Eugene Pallette y Ralph
Bellamy, pero el gag más memorable de la película llega
en la forma de un coro de indios americanos cantando a
caballo. ■ J.T.
DAMAS DEL TEATRO
(Stage Door), RKO, EE.UU., 1937, 83 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Gregory LaCava. Guión: Morrie
Ryskind, Anthony Veiller, Gregory La Cava (basado en la obra de Edna
Ferber y George S. Kaufman). Fotografía: Robert de Grasse. Montaje:
William Hamilton. Vestuario: Muriel King. Dirección Artística: Van Nest
● ●
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Polglase, Carroll Clark. Intérpretess: Katharine Hepburn, Ginger Rogers,
Adolphe Menjou, Gail Patrick, Constance Collier, Andrea Leeds, Samuel
S. Hinds, Lucille Ball, Pierre Watkin, Franklin Pangborn. ****
Titulada originalmente Stage Door, la mejor película de
La Cava, un hombre que hay que unir a Lubitsch, Leisen,
Stevens, McCarey, Cukor y Hawks para formar la sólida
primera línea de la comedia americana de los años 30. Sin
embargo, en esta ocasión la historia de estas aspirantes a
actrices viviendo en una pensión de la West 40th Street
es agridulce y contiene elementos dramáticos centrados
en el personaje de Andrea Leeds. Se basó en una pieza
teatral de Edna Ferber y George S. Kauffman guionizada
por Morris Ryskind y Anthony Veiler. El reparto es de
auténtico lujo, encabezado por una Katharine Hepburn en
su mejor momento y ya con un Oscar en su haber. Ginger
Rogers sólo efectúa una breve exhibición como bailarina.
Y en nómina tenemos a actrices entonces emergentes
como Lucille Ball y Ann Miller. ■ M.Q.
DANIEL EL TRAVIESO
(Dennis the Menace), EE.UU., 1993, 94 min.
Productor: John Hughes, Richard Vane. Director: Nick Castle. Guión:
John Hughes (basado en los personajes creados por Hank Ketcham).
Fotografía: Thomas E. Ackerman. Montaje: Alan Heim. Música: Jerry
Goldsmith. Dirección Artística: Michael Baugh, Steven Wolff. Intérpre-
tess: Walter Matthau, Mason Gamble, Joan Plowright, Christopher Lloyd,
Lea Thompson, Robert Stanton. ***
Una muy aceptable adaptación del clásico de la historia
de Hank Ketcham, escrita y producida por John Hughes
(sin duda con un ojo puesto en su superéxito Solo en
casa) y con el espíritu de los tradicionales cartoons de la
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134| Date Movie
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Warner inoculado en sus imágenes. Lo más memorable,
un Walter Matthau tan enorme y entonado como de cos-
tumbre, dando vida a Mr. Wilson, el sufrido vecino del
estrangulable mocoso protagonista. ■ J.B.C.
DATE MOVIE
EE.UU., 2006, 83 min.
Productor: Paul Schiff. Director: Aaron Seltzer. Guión: Jason Friedberg,
Aaron Seltzer. Fotografía: Shawn Maurer. Montaje: Paul Hirsch. Música:
David Kitay. Dirección Artística: Daniel A. Lomino. Intérpretes: Alyson
Hannigan, Adam Campbell, Jennifer Coolidge, Tony Cox, Fred Willard,
Eddie Griffin, Sophie Monk, Meera Simhan. *
A las Scary Movie y similares, uno siempre va con la
mosca tras la oreja. Sabes que habrá parodia de la grue-
sa y que, indiscutiblemente, te reirás. La incógnita está
siempre en cuántas carcajadas soltarás. En Date Movie,
perpetrada por los mismos guionistas de Scary Movie, te
tronchas menos de lo que desearías. Todo está pasado de
rosca en esta farsa a costa, principalmente, de las come-
dias románticas de éxito. Se diría que lo único que cuen-
ta es la satisfacción que puede obtener el espectador
cuando alcanza a reconocer a qué película hace referen-
cia tal o cual burrada. Claro está que, una vez aceptado el
juego propuesto, el propio exceso, escatológico para
variar en numerosos pasajes, te empuja a saludar con una
sonrisa algunos de los gags que propone esta película: el
de Michael Jackson (muy cruel), el de la alita de pollo
entre los dientes (Hitch), el de la mata de pelo en la boca
(Y entonces llegó ella) o la descacharrante burla de la
Barbra Streisand de Los padres de ella. ■ J.B.C.
DAVE, PRESIDENTE POR UN DÍA
(Dave), Shuler -Donner Productions/Ivan Reitman Productions,
EE.UU., 1993, 110 min.
Productor: Lauren Shuler Donner e Ivan Reitman. Director: Ivan Reit-
man. Guión: Gary Ross. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Sheldon
Kahn. Diseño de producción: Michael Riva. Música: James Newton
Howard. Dirección Artística: David Klassen. Vestuario: Richard Hor-
nung. Intérpretes: Kevin Kline, Sigourney Weaver, Frank Langella, Kevin
Dunn, Ben Kingsley, Charles Grodin, Ving Rhames, Faith Prince, Laura
Linney, Bonnie Hun, Parley Baer, Stefan Gierasch, Anna Deavere Smith,
Charles Hallahan, Tom Dugan. ***
Esta bondadosa película tiene al enormemente talentoso
–pero aún menospreciado– Kevin Kline en el doble papel
de Dave Kovic, amable, modesto, descoordinado pero
servicial Don Nadie, y Bill Mitchell, desagradable, cínico y
adúltero ocupante de la Casa Blanca. Kline está magnífi-
co como el hombre que ocupa el lugar del presidente
cuando éste sufre una apoplejía provocada por el sexo, y
el resto del reparto es de primer orden, con Sigourney
Weaver como la cada vez más perpleja consorte, y Ben
Kingsley como el idealista vicepresidente. Políticos como
Tip O’Neill aportan su nombre a la lista de cameos de
celebridades. Una comedia optimista en la tradición de
Frank Capra. ■ J.D.D.
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DAZED AND CONFUSED
Alphaville, EE.UU., 1993, 94 min.
Productor: Jim Jacks, Sean Daniel, Richard Linklater. Director: Richard
Linklater. Guión: Richard Linklater. Fotografía: Lee Daniel. Montaje: San-
dra Adair. Dirección Artística: Jenny C. Patrick. Intérpretes: Jason Lon-
don, Wiley Wiggins, Sasha Jenson, Rory Cochrane, Milla Jovovich, Maris-
sa Ribisi. ****
En la estela de Verano del 42 o American Graffiti, pero sin
cargar las tintas en la nostalgia, el filme evoca el último
día de curso (1976) de un instituto y la vorágine (fiestas,
porros, ligues...) que sigue a la salida de clase. Sus bazas
están en unos diálogos atinados, una pintura nada super-
ficial de sus jóvenes protagonistas y una mirada ecuáni-
me de sus vidas, ni ácida, ni enaltecedora, ni embellecida:
Linklater deja que hechos y personajes discurran tal cual
son, sin interponer filtro alguno. ■ J.B.C.
DE BOTE EN BOTE
(Pardon Us), EE.UU., 1931, 56 min.
Productor: Hal Roach. Director: James Parrott. Guión: H.M. Walker.
Fotografía: Jack Stevens. Montaje: Richard C. Currier. Intérpretes: Stan
Laurel, Oliver Hardy, June Marlowe, Wilfred Lucas, James Finlayson, Wal-
ter Long, Tiny Sandford. ***
Nadie discute hoy que Laurel y Hardy formaron la más
grande pareja cómica del cine. Fueron los primeros, más
no los únicos. A la sombra de su inmensa popularidad
nacieron en Hollywood multitud de imitadores, pero nin-
guno heredó el sentido transgresor de los cómicos origi-
nales, ni provocó tan furiosas carcajadas. Durante años, la
pareja desplegó su genio en decenas de cortos hasta
que, en 1931, rodó su primer largo (si exceptuamos Rogue
Song, en la que simplemente aparecían), De bote en bote,
una parodia de las películas de fugas carcelarias rodada
en los decorados de The Big House. Stan y Ollie son dos
involuntarios contrabandistas que acaban encarcelados
con dos de sus viejos fieles: el balbuceante James Finlay-
son y el duro Walter Long. Demasiado lenta e inconexa
para estar entre sus mejores trabajos, pero llena de deta-
lles a conservar como el diente de Laurel que provoca
pedorretas, y el maravilloso interludio musical cuando los
chicos, con las caras pintadas de negro, se esconden en
un poblado de chabolas de los cosechadores de algodón.
■ J.T.
DECAMERÓN, EL
(Il Decameron), Italia-Francia-Alemania, 1971, 112 min.
Productor: Alberto Grimaldi. Director: Pier Paolo Pasolini. Guión: Pier
Paolo Pasolini (basado en la novela “Decameron”, de Boccaccio). Foto-
grafía: Tonino Delli Colli. Montaje: Nino Baragli, Tatiana Casini Morigi.
Música: Ennio Morricone, Pier Paolo Pasolini. Dirección Artística: Dante
Ferretti. Intérpretess: Franco Citti, Ninetto Davoli, Jovan Jovanovic, Vin-
cenzo Amato, Angela Luce, Giuseppe Zigaina, Gabriella Frankel. ****
El Decamerón es el primer título de la “Trilogía de la vida”
(que completan Los cuentos de Canterbury y Las mil y
●
 Delicatessen | 135
● ● ●

una noches). Este filme toma algunos de los cuentos de
Boccaccio para ofrecer una alegre exaltación del sexo y la
libertad, ya sea en episodios en los que prevalece la
comedia (ahí está, por ejemplo, el de las monjas feliz-
mente enganchadas a los placeres carnales gracias a los
favores de un joven y atolondrado campesino), como en
otros estructurados sobre una base más patética (éste es
el caso de la joven que guarda en una maceta la cabeza
degollada de su amante). Las historias discurren en
Nápoles, en el siglo XIV.
Tanto El Decamerón como la trilogía entera, hecha
toda ella de una aparente simplicidad, generaron subpro-
ductos y el gran público desvirtuó su sentido. Pier Paolo
Pasolini repudió estos tres filmes y dio a luz su última
obra, un auténtico y genial vómito sobre el hombre: Saló.
■ J.B.C.
DELGADA LÍNEA ENTRE EL AMOR
Y EL ODIO, LA
(A Thin Line Between Love and Hate), USA, 1996, 108 min.
Productor: George Jackson, Doug McHenry. Director: Martin Lawrence.
Guión: Martin Lawrence, Bentley Kyle Evans, Kenny Buford, Kim Bass.
Fotografía: Francis Kenny. Montaje: John Carter. Música: R. Kelly, Roger
Troutman. Dirección Artística: David Lazan. Intérpretes: Martin Lawren-
ce, Lynn Whitfield, Regina King, Bobby Brown, Della Reese, Malinda
Williams. *
Martin Lawrence, actor de color especializado en come-
dia en la línea de Eddie Murphy al que pudimos ver en
Dos policías rebeldes, junto a Will Smith, dirige, protago-
niza, coescribe, produce e incluso se encarga de supervi-
sar la banda sonora de esta no del todo despreciable
parodia de Atracción fatal. ■ G.Q.

DE FOSA EN FOSA
(Odgrobadogroba), Croacia-Eslovenia, 2005, 103 min.

Productor: Janez Burger. Director: Jan Cvitkovic. Guión: Jan Cvitkovic.

Fotografía: Simon Tansek. Montaje: Milos Kalusek. Música: Aldo Ivanèiè.
Intérpretes: Gregor Bakovic, Drago Milinovic, Sonja Savic, Mojca Fatur,
Domen Remskar, Brane Gruber, Natasa Matjasec. ***

«Todo el mundo quiere ir al cielo, pero nadie quiere morir-

se antes», afirma el protagonista de este abigarrado, a
ratos excesivo retablo. Está habitado por cadáveres y por
un solterón contumaz (Gregor Bakovic) que se gana el
sueldo platicando (con cara de circunstancias y discursos
muy creativos) en los funerales de los difuntos de la
remota localidad de la Eslovenia rural donde vive en
compañía de su hermana, dos sobrinos, una joven sordo-
muda y un abuelo empecinado en suicidarse cada dos
por tres. Es el segundo largometraje dirigido por el cine-
asta esloveno Jan Cvitkovic, asimismo autor de un guión
que en algunos momentos cae víctima de sus propios
excesos. Tal vez hay demasiadas vueltas de tuerca, pero
Defosaenfosa aparece como un relato cáustico y surrea-
lista. ■ LL.B.M.

DE LADRÓN A POLICÍA
(Blue Streak), EE.UU.-Alemania, 1999, 93 min.

Productor: Toby Jaffe, Neal H. Moritz. Director: Les Mayfield. Guión:

Michael Berry, John Blumenthal, Stephen Carpenter. Fotografía: David
Eggby. Montaje: Michael Tronick. Música: Ed Shearmur. Dirección Artís-
tica: Philip Toolin. Intérpretes: Martin Lawrence, Luke Wilson, Peter Gre-
ene, Dave Chappelle, Nicole Ari Parker, Graham Beckel, Olek Krupa,
Saverio Guerra, Richard C. Sarafian, Tamala Jones, Julio Oscar Mechoso,
Steve Rankin, Carmen Argenziano, John Hawkes, William Forsythe,
Robert Miranda. *
Un ladrón es atrapado durante un atraco y guarda un
valioso diamante en un edificio en construcción. Cuando
sale de la cárcel descubre que el edificio en cuestión
ahora es una comisaría. Flojísima comedia de acción al
servicio de Martin Lawrence, cómico histriónico y sin
carisma. ■ G.Q.
DELICATESSEN
Constellation Production/Union Generale Cinematographique/Ha-
chette Premiere, Francia, 1991, 99 min.
Productor: Claude Ossard. Directores: Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro.
Guión: Jean-Pierre Jeunet, Marc Caro y Gilles Adrien. Fotografía: Darius
Khondji. Montaje: Hervé Schneid. Música: Carlos D’Alessio. Diseño de
producción: Jean-Philippe Carp. Vestuario: Valerie Pozzo DiBorgo. Intér-
pretes: Dominique Pinon, Marie-Laure Dougnac, Jean-Claude Dreyfus,
Karin Viard, Ticky Holgado, Anne-Marie Pisani, Howard Vernon. ****
El futuro próximo: tras aceptar un trabajo y una cama en
una andrajosa casa de huéspedes encima de una carnice-

● ● ●
136| Deliciosa Martha
● ●
ría, el ex-payaso Louison (Pinon) se enamora de la hija del
carnicero. Pero su padre, disgustado con el romance,
comercia con la carne humana: ¿será Louison su próxima
víctima, o vendrán a su rescate los Trogloditas, un grupo
underground de fanáticos vegetarianos? Los directores
Jeunet y Caro apilan una gran cantidad de deliciosos
detalles cómicos en esta película. Cada grotesco habitan-
te del bloque de viviendas tiene su propia pequeña his-
toria; visualmente, el film evoca a Gilliam, Lynch, los Coen
y Carné, pero las alusiones nunca entorpecen el humor
con tintes de pesadilla. Los decorados, efectos especia-
les, fotografía, ritmo e interpretaciones contribuyen a la
presuntuosa vivacidad de tira cómica, e incluso el roman-
ce de cuento de hadas evita el sentimentalismo. Más
inventiva a medida que progresa la historia, la divertida
película de debut de Jeunet y Caro entretiene desde su
siniestro comienzo hasta su frenético final. ■ J.D.D.
DELICIOSA MARTHA
(Bella Martha), Italia-Alemania-Austria-Suiza, 2001, 109 min.
Productor: Karl Baumgartner, Christoph Friedel. Director: Sandra Net-
telbeck. Guión: Sandra Nettelbeck. Fotografía: Michael Bertl. Montaje:
Mona Bräuer. Música: Keith Jarrett, Steve Reich. Intérpretes: Martina
Gedeck, Maxime Foerste, Sergio Castellitto, August Zirner, Sibylle
Canonica. ***
Recomendable comedia protagonizada por una exigente
chef de un restaurante de Hamburgo que sólo vive para
su trabajo. La llegada de su sobrina de ocho años, que ha
perdido a su madre, y de un cocinero italiano la harán
salir de su mundo al exterior. Un buen plato para cual-
quier paladar, sólo perjudicado por un final demasiado
azucarado. Imposible no destacar al simpatiquísimo Ser-
gio Castellitto. ■ G.Q.
DELIRIOS DE AMOR
Antonio González/Vigil P.C., España, 1986, 96 min.
Productor: Antonio González-Vigil. Director: Antonio González-Vigil,
Cristina Andreu, Luis Eduardo Aute, Félix Rotaeta. Guión: Antonio Gon-
zález-Vigil, Cristina Andreu, Luis Eduardo Aute, Félix Rotaeta. Fotogra-
fía: Magi Torruella, Federico Ribes, Guillermo Marín. Montaje: Roberto
Fandiño, Augusto Martínez Torres, José Salcedo. Música: Armando Lla-
mado, Ricardo Solfa. Dirección Artística: Gonzalo Polo. Intérpretees: Fer-
nando Fernán Gómez, Adolfo Marsillach, Amparo Muñoz, Antonio Ban-
deras. *
«Genial, genial, tengo una idea que revolucionará el modo
de entender el amor en la sociedad española», comentó
Aute al acabar antes de tiempo uno de sus recitales debi-
do a que todo el público asistente se quedó dormido. «Se
trata de una pareja que escucha los jadeos de sus veci-
nos, y luego hay un muerto y... en fin, todavía no está muy
definido.» Por otra parte, Félix Rotaeta estaba obsesio-
nado con los chaperos de A la caza (Cruising) y decidió
hacer un episodio sobre sexo homosexual, contratando
de inmediato a Banderas para la ocasión. Una tal Cristina
Andreu decidió participar con un sketch de nombre “Ja-
● ●
●
lea acta est”, con Fernán Gómez de visionario de mujeres.
Tres ideas delirantes que, unidas a la del productor Gon-
zález-Vigil, dieron origen a un largometraje completo.
Cuando TVE compró la idea (¿?) para una serie y el Minis-
terio de ¿Cultura? otorgó al espanto la calificación de Es-
pecial Calidad, Aute comentó: «¿qué os decía? Una idea
genial. Es que soy único». Afortunadamente. ■ L.M.C.
DELIRIOS DE UN MARIDO
(Sotto... Sotto...Strapazzato da), Intercapital, Italia, 1984, 104 min.
Productor: Mario y Vittorio Cecchi Gori. Director: Lina Wertmüller.
Guión: Enrico Oldoini, Lina Wertmüller. Fotografía: Dante Spinotti.
Montaje: Luigi Zita. Música: Paolo Conte. Dirección Artística: Enrico Job.
Intérpretes: Enrico Montesano, Verónica Lario, Luisa de Santis, Mario
Scarpeta. ●
Celebrada representante de odiosas tragicomedias
romántico-sociales durante los años 70, el cine de Lina
Wertmüller fue evolucionando a peor hasta llegar a su
cénit con Delirios de un marido. En su trama, Montesano,
actor cargante como pocos, es un celoso marido que
intenta descubrir quién es el amante de su esposa bus-
cando obsesivamente a cualquier sospechoso... sin sos-
pechar que la sorpresa final es que se trata de otra mujer
(¿sorpresa?). Repleta de secuencias largas, chapucera-
mente rodadas con tremebundos barridos de cámara y
socorridos primeros planos, en la historia confluyen plan-
teamientos tan obtusos como el del reconocimiento del
Partido Comunista como único símbolo de libertad
democrática, y algunos razonamientos nada sutiles sobre
el mundo del cine donde Bogart es marica y a Cary Grant
le convierten en mujer. Los nervios del espectador pue-
den terminar crispándose cuando la directora concibe las
charlas de sus protagonistas como si estuviésemos en un
planteamiento novedoso e inédito de la historia del cine,
haciéndonos creer que nadie se había atrevido a tanto, y
que la película es algo así como un estudio sociológico
acerca de la infidelidad conyugal. Y con estos aires de
grandeza no se puede ir por la vida. ■ L.M.C.
DELITOS Y FALTAS
(Crimes and Misdemeanors), Orion, EE.UU., 1989, 107 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Sven Nykvist. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de pro-
ducción: Santo Loquasto. Vestuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes: Woody
Allen, Mia Farrow, Caroline Aaron, Alan Alda, Claire Bloom, Joanna Gle-
ason, Anjelica Huston, Martin Landau, Jenny Nichols, Sam Waterston,
Jerry Orbach. *****
Como casi todas las películas de Woody Allen, Delitos y
faltas es una comedia con muchos personajes y una
nueva crónica de la fauna que habita Nueva York, sus his-
terias, frustraciones y fracasos personales y sentimenta-
les. Aún así, son dos los protagonistas principales, y
sobre ellos y sus historias individuales se cruzan y entre-
cruzan los restantes: un documentalista de tres al cuarto
(Allen) y un prestigioso oftalmólogo (Landau). El prime-
●

● ●
ro se entiende mal con su mujer (Farrow) y no soporta –y
se comprende– a su cuñado, un productor de televisión
imbécil de puro petulante (Alda). El segundo tiene una
amante temperamental (Huston), que le amenaza con
contárselo todo a su legítima (Bloom), motivo por el cual
el hombre, que no ha matado nunca a una mosca, recurre
a su hermano (Orbach), un tipo sinuoso relacionado con
la mafia, para que la liquide. Todos estos conflictos nos
los transmite Allen a través de una estructura férrea y a la
vez grácil, que empieza en un guión estraordinariamente
bien tramado y dialogado y tiene su exacta simetría en
una puesta en escena esencialista, sintética (una de las
virtudes de Allen en todas sus obras es su calculada dura-
ción, el despojamiento de toda floritura). Así las cosas, las
dos historias paralelas –la del documentalista y la del of-
talmólogo– cabalgan en perfecta armonía, sin que una
pise a la otra o revele mayor interés, hasta su confluencia
final en la admirable escena del encuentro Allen-Landau
en la fiesta. Delitos y faltas es una de las mejores come-
dias de Allen. Pero una comedia, al tanto, dramática, a-
marga, incisiva y pesimista, con ribetes de tragedia. Y, co-
mo siempre, con un reparto inmaculado. Todos brillan a la
misma altura, aunque convendría destacar a Martin Lan-
dau, quien, tras años de estupendo secundario (inolvida-
ble en Con la muerte en los talones) o astro televisivo
(Misión imposible), se reafirmó en Tucker, de Coppola, y
en este filme de Woody Allen. ■ J.B.C.
DEMASIADOS MARIDOS
(Too Many Husbands), Columbia, EE.UU., 1940, 80 min.
Productor: Wesley Ruggles. Director: Wesley Ruggles. Guión: Claude
Binyon (basado en una obra de Somerset Maugham). Fotografía: Joseph
Walker. Montaje: Otto Meyer, William Lyon. Música: Frederick Hollan-
der. Intérpretes: Jean Arthur, Fred MacMurray, Melvyn Douglas, Harry
Davenport, Dorothy Peterson, Edgar Buchanan. ***
La pícara puritana flirteó con el Código de Producción tan
hábilmente que sus lecciones (a la luz de su éxito de
taquilla) no fueron desaprovechadas por otros percepti-
vos guionistas y directores. Es el caso del equipo de vete-
ranos de la screwball Binyon-Ruggles, que regresó a terri-
torio prohibido (la frustración sexual dentro de los lazos
del matrimonio) con Demasiados maridos, una elaborada
comedia romántica, diseñada a medida para su trío este-
lar y dirigida con su habitual gusto para ese material por
Wesley Ruggles. Erróneamente dado por muerto en un
naufragio, Fred MacMurray vuelve a casa para descubrir
que su esposa (Jean Arthur) se ha vuelto a casar. Los ten-
tadores aspectos del guión, basado en una obra de
Somerset Maugham, se disuelven rápidamente en rivali-
dades infantiles, con los dos hombres discutiendo entre
ellos por el derecho a “su” mujer, quien fomenta y sabo-
rea sus atenciones, mientras las agujas del reloj caminan
hacia la medianoche en el hilarante rollo final. Revisada
como un musical, Three for the Show, con Betty Grable en
1955, la idea se utilizó también a la inversa –un marido,
dos esposas– en Mi mujer favorita (1940) y Apártate, cari-
ño (1963). ■ J.T.
● ●
Demonio de los celos, El | 137
●
DE MIEDO TAMBIÉN SE MUERE
(The End), United Artists, EE.UU., 1978, 100 min.
Productor: Lawrence Gordon. Director: Burt Reynolds. Guión: Jerry Bel-
son. Fotografía: Bobby Birne. Montaje: Donn Cambern. Música: Paul
Williams. Dirección Artística: Jan Scott. Intérpretes: Burt Reynolds,
Dom DeLuise, Sally Field, Strother Martin, David Steinberg, Joanne
Woodward. **
La segunda película de Burt Reynolds como director es
una ácida comedia negra escrita por Jerry Belson en
torno a un tipo a quien diagnostican una enfermedad ter-
minal e intenta suicidarse. El reparto, en el que figuran
amigos de Reynolds de la serie Los caraduras (Field y
DeLuise), cuenta también con Carl Reiner, Kristy McNi-
chols y los venerables veteranos Myrna Loy y Pat O'Brien.
■ J.B.C.
DEMOCRACIA CON LECHE
(Il... belpaese), Italian International Film, Italia, 1977, 109 min.
Productor: Fulvio Lucisano. Director: Luciano Salce. Guión: Castellano &
Pipolo, Luciano Salce, Paolo Villaggio. Fotografía: Ennio Guarnieri. Mon-
taje: Antonio Sicilano. Música: Gianni Boncompagni, Giorgio Farina,
Paolo Ormi. Dirección Artística: Ezio Altieri, Mauro Passi. Intérpretes::
Paolo Villaggio, Silvia Dionisio, Anna Mazzamauro, Pino Caruso. *
Con este título se estrenó en España, en pleno estallido
democrático del país. De cualquier forma, la comedia
tampoco hubiese sido mucho mejor con otro título, por-
que si la vaca es flaca no da leche por mucho que se la
ordeñe (vaya, ¡otra vez la leche!). En realidad se trata de
una tragicomedia sobre la penosa situación que estaba
viviendo la Italia de la época, rodeada de asesinatos ma-
fiosos, delincuencia callejera, corrupción política, degra-
dación de los valores sociales y religiosos, y con los terro-
ristas de las Brigadas Rojas provocando el pánico entre la
población. O sea, que quizá lo del título de la democracia
fuese escogido por algún recalcitrante franquista que
añoraba otros tiempos y que consideraba que todo lo
que reflejaba el film era lo que le esperaba al currito espa-
ñol. Villagio vuelve a representar al italiano medio que,
tras muchos años en el extranjero, vuelve a su país para
abrir un negocio... encontrándose con un panorama de-
solador que le lleva a la quiebra. ■ L.M.C.
DEMONIO DE LOS CELOS, EL
(Dramma della gelosia: tutti i particolari in cronaca), Dean/ Midega,
Italia, 1970, 105 min.
Director: Ettore Scola. Guión: Agenore Incrocci, Furio Scarpelli y Ettore
Scola. Fotografía: Carlo Di Palma. Música: Armando Trovajoli. Intérpre-
tes: Marcello Mastroianni, Monica Vitti, Giancarlo Giannini, Manuel
Zarzo, Marisa Merlini, Hércules Cortés, Juan Diego.
Pasablemente vodevilesca y politicona, esta simpática
bufonada a tres bandas es uno de los primeros éxitos de
su autor, que con los años demostró mayor dominio en
las distancias cortas y cercanas. El argumento gira en tor-
no a los devaneos cuasiotoñales de un cuarentón cons-
●
138| De pelo en pecho
● ● ●

tructor comunista (Mastroianni) con una veintañera lumi-
nosa (Vitti), y de los escozores y envidias que dicha rela-
ción provoca entre los camaradas de partido. La cosa da
otro giro cuando entra en escena un gallardo cocinero de
pizzería (Giannini). Fundamentada en el resultón nervio
cómico de sus dos intérpretes masculinos y en la belleza
flou y floral de la Vitti, el filme recuerda más que tenue-
mente al posterior Mario, María y Mario, aunque peca de
la incomodidad de las sátiras que se quedan a mitad de
camino, justo al fondo a la derecha de tierra de nadie (o
Bar nothing, como decía Rita). A destacar la presencia
muy apropiada, cada cual por sus propias razones, de
nuestros Manolo Zarzo (ese remedo de De Sica portátil y
chulapo) y Juan Diego. ■ J.C.
sueca playera; ahora, tres desenvueltas hermanas en
busca de ligue (y con el fantasma del marido fallecido de
una de ellas incordiando lo suyo, guiño a Dos en el cielo
o a Doña Flor y sus dos maridos, como gusten). Antes
Landa podía decir, rozando el límite de la permisividad,
«¡qué trasero!»; ahora nuestras chicas espetan sin mayo-
res problemas «mira qué pollón». Benidorm sigue siendo
el punto geográfico de los enredos. Juanjo Menéndez
continúa correteando por ahí de manera emblemática. Y
el apellido Ozores (muy bien Adriana, quizá la mejor de
las tres protagonistas) mantiene viva la llama. ■ J.B.C.

DE PELO EN PECHO
(Teen Wolf), Wolfkill/Atlantic, EE.UU., 1985, 91 min.

Productor: Mark Levinson, Scott Rosenfelt. Director: Rod Daniel. Guión:

Joseph Loeb III, Matthew Weisman. Fotografía: Tim Suhrstedt. Montaje:
Lois Freeman-Fox. Música: Miles Goodman. Dirección Artística: Rose-
mary Brandenberg. Intérpretes: Michael J. Fox, James Hampton, Scott
Paulin, Susan Ursitti, Jerry Levine, Jim Mackrell. *

Adolescentes de buen ver, una ferretería de un pequeño

pueblo, un oscuro secreto. Pero esto no es Terciopelo
azul. Ser miembro de un equipo de baloncesto perpetua-
mente derrotado no es todo con lo que Michael J. Fox
tiene que lidiar: víctima de una maldición familiar que se
manifiesta cuando hay luna llena, el joven descubre que
está sufriendo ciertos cambios biológicos. Le está salien-
do pelo en las palmas de las manos y sus dientes están
creciendo. Pero en vez de convertirse en un aterrador
hombre-lobo adolescente, Fox decide pasearse por la
escuela con todos sus atributos peludos, alcanzando el
éxito con las chicas y, lo más importante, ganando parti-
dos de baloncesto. Una historia bien intencionada pero
terriblemente floja, pues detrás del pelo facial sólo hay
una inocua y ligera comedia adolescente, otro ejemplo de
una idea decente produciendo los resultados menos ima-
ginativos posibles, aunque muestre la única secuencia DESAYUNO CON DIAMANTES
deportiva de un hombre-lobo de la historia del cine y al (Breakfast At Tiffany’s), Paramount, EE.UU., 1961, 115 min.
atractivo Fox haciendo lo que mejor sabe: convertir a un Productor: Martin Jurow, Richard Shepherd. Director: Blake Edwards.
perdedor en ganador. Jason Bateman heredó el papel en Guión: George Axelrod (basado en la novela de Truman Capote). Foto-
la innecesaria secuela De pelo en pecho 2. ■ J.T. grafía: Franz Planer. Montaje: Howard Smith. Música: Henry Mancini.
Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Audrey Hepburn, George Peppard,
Patricia Neal, Buddy Ebsen, Martin Balsam, Mickey Rooney. ****
¿DE QUÉ SE RÍEN LAS MUJERES?
Sogetel, Bocaboca Producciones, España, 1996, 90 min. Para los amantes del cine cuya médula se forjó en los
Director: Joaquín Oristrell. Guión: Joaquín Oristrell, Yolanda García años sesenta, una película como Desayuno con diaman-
Serrano, Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira. Fotografía: Fernando tes puede aparecer como la base de un sólido edificio
Arribas. Música: Joan Vives. Intérpretes: Verónica Forqué, Candela Peña, que genera emociones, sentimientos y, con el tiempo,
Adriana Ozores, Juanjo Menéndez, François Eric Gendron, Jordi Bosch, pensamientos. Un film capaz de levantar los mayores
Ángel de Andrés López, Jorge Sanz. ** entusiasmos en un público que aún no había descubierto
el sucedáneo de la televisión y, con ella, la mala cocina
El prestigioso guionista Oristrell debutó en la dirección cinematográfica; un vestigio del pasado. La estrella en
con esta farsa que guarda cierto parecido con las come- este caso es Audrey Hepburn y todo lo que ella conlleva:
dias landistas de la época, prudentemente puesta al día: apartamentos con gatos, amores equilibrados, sociedad
antes era un grupito de machos ibéricos a la caza de la en la que el dinero no lo es todo, pero es mucho y es el

● ● ●

● ●
símbolo. El símbolo de Tiffany’s como sueño imposible de
la felicidad en el lujo y el confort. La película Desayuno
con diamantes concluye en happy end, pero es, posible-
mente, una de las más amargas comedias de su época,
pues sus sueños, por otra parte, se desvanecen al entrar
en contacto con la luz del día. Y la película de Blake
Edwards es un filme muy iluminado. Y excelentemente
escrita por George Axelrod a partir del texto, sabroso
texto, del novelista Truman Capote. Sin olvidar el “Moon-
river” de Henry Mancini. ■ J.B.C.
DESCALZOS POR EL PARQUE
(Barefoot in the Park), Paramount, EE.UU., 1967, 104 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: Gene Saks. Guión: Neil Simon (basa-
do en su obra). Fotografía: Joseph La Shelle. Montaje: William Lyon.
Música: Neal Hefti. Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Robert Redford,
Jane Fonda, Charles Boyer, Mildred Natwick, Herb Edelman, James F.
Stone, Ted Hartley, Mabel Albertson, Fritz Feld. ***
Una deliciosa comedia, adaptada por Neil Simon sobre su
propio éxito teatral. Robert Redford y Jane Fonda son un
joven matrimonio que vive en un pequeño apartamento
sin calefacción en Greenwich Village. Ella piensa que el
lugar es encantador, pero él, tan conservador, lo odia.
Charles Boyer interpreta al excéntrico vecino del ático, un
impenitente mujeriego que debe atravesar el apartamen-
to de la pareja para llegar al suyo. Romántica empederni-
da, Fonda adora al viejo réprobo y le cita con su pesada
madre (Natwick). Se suceden los enredos cómicos y sen-
timentales, algunos de las cuales giran sobre la incapaci-
dad de Redford para dejarse llevar, pero, por supuesto, el
amor triunfa, y los recién casados encuentran un modo
de retozar que se corresponde con el título de la pelícu-
la. Redford está extraordinario, particularmente apto en
la comedia ligera, al igual que Mildred Natwick, su frívola
suegra. Reciente aún su triunfo con la obra en Broadway,
● ●
Deseo loco | 139
●
ambos actúan con la fluidez que da la familiaridad. Fonda
también muestra la apropiada ligereza, mientras que
Boyer se revela como la más genuina sorpresa del cas-
ting, todos ellos dirigidos con mano maestra por el debu-
tante Gene Saks. Un solo borrón enturbia el inmaculado
trabajo del director: una ligera caída de ritmo a unos
treinta minutos del final, cuando Redford y Fonda tienen
su riña nocturna. El resto es para quitarse el sombrero.
Enérgicos diálogos, buenas interpretaciones, risas en
abundancia. Lo dicho: una delicia. ■ J.T.
DESCONGÉLATE
España, 2003, 98 min.
Productor: Agustín Almodóvar, Jaume Roures. Director: Félix Sabroso,
Dunia Ayaso. Guión: Félix Sabroso, Dunia Ayaso. Fotografía: Kiko de la
Rica. Montaje: José Salcedo. Música: Mariano Marín. Dirección Artística:
Javier Fernández. Intérpretes: Pepón Nieto, Candela Peña, Loles León,
Rubén Ochandiano, Óscar Jaenada, José Ángel Ejido. ***
Tan desinflados con El grito en el cielo nos dejó el tándem
Sabroso & Ayaso hace unos años que muchos nos temía-
mos que corriesen la mala suerte de otros dúos desinfla-
dos, léase La Cuadrilla. Afortunadamente, su gurú Almo-
dóvar estaba al quite, dándoles una segunda oportunidad
aunque sea por la vía cangreja de volver a los casticismos
camp y macabretes de su filme revelación: Perdona boni-
ta... Meticulosos decoradores de interiores de sus histo-
rias, a Félix y Dunia aún les cuesta rajar el skay o buatiné
de su celuloide para encontrar, sin ir más lejos, la roña y
ascopena (Álex de la Iglesia dixit) que lo carcomen por
dentro, como a la raspa de jamón de ¿Qué he hecho yo...?.
Tal paso en falsete, a pesar de la agonía por el detalle, por
muy microscópico que sea, se nota en este Descongélate
que derrite parte de las infinitas posibilidades de tener un
muerto en la bañera, por muy exquisito que sea el cadá-
ver. Que los muertos sí se tocan, nene, que no diría el gran
Azcona. En vez de explotar los vericuetos negroides, nos
dan un garbeo por Lavapiés, que no es mal Bronx, y nos
descubren que Loles León sigue imitando a Loles León
como nadie. Por eliminación, lo mejor de la velada es ese
toque Jess Franco en El extraño viaje de Pepón y esa
mirada aleta de cuervo de Candela Peña. Eso, y la resu-
rrección de unos cineastas a los que les falta un pellizco
para dar el ¿gran? salto. O quizá sólo sea cosa de coger
un autobús al extrarradio o a provincias. ■ J.C.
DESEO LOCO
(La voglia mata), D.D.L./Lux Film/Umbria, Italia, 1961, 105 min.
Productor: Isidoro Broggi, Renato Libassi. Director: Luciano Salce.
Guión: Castellano & Pipolo, Luciano Salce (basado en la novela “Una
ragazza di nome Francesca”, de Enrico La Stella). Fotografía: Erico Menc-
zer. Montaje: Roberto Cinaquini, Gisa Radicchi Levi. Música: Ennio
Morricone. Dirección Artística: Nedo Azzini. Intérpretes: Ugo Tognazzi,
Catherine Spaak, Gianni garko, Franco Giacobini. ***
Pudiendo ser entendida como una simple historia de
juventud, encierra un melancólico mensaje sobre la dife-
●
140| Desmadre a la americana
● ●
rencia generacional y las ilusiones perdidas, al presentar
a Tognazzi como un cuarentón que se ve inmerso en un
ambiente que no le pertenece. Podríamos encuadrar el
film dentro del apartado de “comedia amarga”, que se
desarrolló con el estigma del neorrealismo como telón de
fondo, no pudiendo, en ocasiones, desprenderse de esa
melancolía de posguerra que ya parecía superada. Como
hemos dicho, Tognazzi encarna a un milanés de alto po-
der adquisitivo que, viajando para encontrarse con su hi-
jo, se topa con unos desenfadados muchachos que van a
pasar un día a la playa. Convencido de haber ligado con
Francesca (la bella Catherina Spaak), decide irse con
ellos e intentar compartir sus mismas convicciones mora-
les, hasta que se da cuenta de que en realidad lo único
que ha pretendido Francesca es burlarse de él. Fue una
de las primeras bandas sonoras en ser compuestas por
Ennio Morricone. ■ L.M.C.
DESMADRE A LA AMERICANA
(National Lampoon’s Animal House), Universal, EE.UU., 1978, 109
min.
Productor: Matty Simons, Ivan Reitman. Director: John Landis. Guión:
Harold Ramis, Douglas Kenney, Chris Miller. Fotografía: Charles Correll.
Montaje: George Folsey, Jr. Música: Elmer Bernstein. Dirección Artística:
John Lloyd. Vestuario: Deborah Nadoolman. Inttérpretes: John Belushi,
Tim Matheson, Peter Reigert, John Vernon, Tom Hulce, Cesare Danova,
Mary Louise Weller, Stephen Furst, James Daughton, Bruce McGill. ***
Barriles de cerveza atraviesan ventanas, el rock’n’roll
retumba, el caos manda en esta perspicaz burla a Ameri-
can Graffiti ambientada en un campus universitario en el
año 1962. Supuestamente basada en las auténticas expe-
riencias de los guionistas, Desmadre a la americana fue la
primera de las películas de universidades enloquecidas y
sigue siendo, en muchos aspectos, la mejor. No hay
mucho argumento del que hablar: Tom Hulce y Stephen
Furst intentan unirse a las fraternidades de su campus del
Faber College, pero son rechazados y acaban en Delta
House, una pocilga donde son recibidos por Tim Mathe-
son. El rector de la escuela, John Vernon, conspira para
● ●
●
expulsar a esta depravada hermandad del campus, y
razones no le faltan, pues sus alcoholizados miembros
tienen calificaciones desastrosas y rompen casi todos los
decretos de la escuela con sus estridentes “fiestas toga”,
en las que los juerguistas se envuelven en sábanas. Ver-
non recluta a James Daughton, el jefe de la conservado-
ra Omega House, para su plan, pero no ha tenido en
cuenta la tenacidad, ingenio e increíble mal gusto de sus
objetivos. Además de proporcionar al anárquico John
Belushi el mejor papel de su carrera, también ayudó a lan-
zar a una serie de jóvenes actores en alza (Bacon, Hulce,
Riegert), por no mencionar al director John Landis y al
co-guionista Harold Ramis. Grosera, de mal gusto, pero a
menudo hilarante, repleta de inteligentes gags visuales y
verbales, Desmadre a la americana cosechó un gran éxito
entre el público joven y trazó las líneas maestras de infi-
nitas comedietas estudiantiles, pueriles imitaciones de
preferencia nostálgicas y pasablemente desmadradas,
cuyos resultados están a años luz del original. ■ J.T.
DESMONTANDO A HARRY
(Deconstructing Harry), Sweetland Films/Doumanian/Fine Line,
EE.UU., 1997, 96 min.
Productor: Jean Doumanian. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de
producción: Santo Loquasto. Dirección Artística: Tom Warren. Vestua-
rio: Suzy Benzinger. Intérpretes: Woody Allen, Billy Crystal, Judy Davis,
Demi Moore, Elisabeth Shue, Robin Williams. ****
Jacques Derrida utiliza una técnica llamada desconstruc-
tivismo para analizar las obras literarias, consistente en
irlas fragmentando para considerarlas primero así y luego
enfocar el conjunto del texto. Esta técnica es la que ha
empleado Allen para darnos una visión del escritor Harry
Block, aunque lo que encontramos en él son las caracte-
rísticas de sus personajes: hipocondria, obsesión por el
sexo, distanciamiento respecto de la religión y un cierto
pesimismo político. Es así que interesan más las secuen-
cias que la historia, y los hallazgos de puesta en escena o
la brillantez del diálogo poseen entidad propia, sin estar
sujetos a una línea narrativa demasiado férrea. Ideas
ingeniosas son la presentación del actor desenfocado
interpretado por Robin Williams, la repetición de una
escena con saltos de plano y la presencia de una com-
placiente prostituta. ■ M.Q.
DESPERTANDO A NED
(Waking Ned Devine), Irlanda, 1998, 89 min.
Productor: Glynis Murray, Richard Holmes. Director: Kirk Jones. Guión:
Kirk Jones. Fotografía: Henry Graham. Montaje: Alan Stracham. Música:
Shaun Davey. Intérpretes: Ian Bannen, David Kelly, Fionnula Flanagan,
Susan Lynch, James Nesbitt, Brendan F. Dempsey. ****
De vez en cuando, alguna película inglesa (Un tipo genial,
El inglés que subió a una colina pero bajó una montaña...)
nos devuelve el espíritu del irónico costumbrismo de
aquellas maravillosas comedias producidas por la Ealing
●

● ●
y firmadas por Mackendrick, Cornelius o Crichton. Des-
pertando a Ned, farsa ambientada en un idílico puebleci-
to irlandés y centrada en los quebraderos de cabeza que
da un boleto de lotería premiado, es una de ellas. Dotada
de una figuración que ennoblece el término de comedia
coral –memorable anciano que encarna David Kelly, en el
registro de nuestros Luis Ciges o Luis Cuenca–, es un sa-
ludable divertimento levantado sobre los moldes de una
tradición tan efectiva, bien elaborada y gustosa como el
propio scotch que consumen sus protagonistas: un trago
de cine destilado con manos artesanales. ■ J.B.C.
DESPIDO IMPROCEDENTE
Bombyx Films, España, 1980, 78 min.
Productor: Manuel Castiñeiras. Director: Joaquín Romero Marchent.
Guión: Santiago Moncada. Fotografía: Raúl Pérez Cubero, Jorge Herrero.
Montaje: Alfonso Santacana. Música: C.A.M. España. Dirección Artísti-
ca: Antonio de Miguel. Intérpretes: Jesús Puente, Juanjo Menéndez,
Rosanna Yanni, José Ruiz Lifante. **
Primera incursión en el cine de la ¿pareja cómica? forma-
da por Jesús Puente y Juanjo Menéndez, por aquel tiem-
po incomprensiblemente popular. El guión de Moncada
intentaba tocar un montón de temas cotidianos donde,
con una aureola de comedia, entraba una crítica a la des-
naturalizada sociedad del momento (o algo similar). Ya su
inicio es bien significativo de por donde va a ir la cosa al
mostrar diversos planos de un Madrid repleto de conta-
minación, atracos callejeros y suciedad. Después, y tra-
tando de hacer algo serio y concienzudo (¿para qué?),
los protagonistas son dos abogados que se ven inmersos
en las relaciones entre patronos y obreros, a la vez que
vamos conociendo detalles de sus vidas respectivas
(como si nos interesasen): Menéndez se lía con una seño-
ra que hace footing, mientras Jesús Puente es un hombre
separado que acaba manteniendo un romance con una
¡vietnamita! A pesar de sus chistes fáciles, crítica exacer-
bada al naciente país democrático y destrucción del sis-
tema político existente, contiene una más que notable (y
larga) secuencia final donde los dos abogados tiran la
toga tras asistir al intento de suicido de un empresario.
Debería reconsiderarse (si no se reconsidera, tampoco
pasa nada, la verdad). ■ L.M.C.
DESPISTE MINISTERIAL
(Carlton-Browne of the F.O.), Boulting, Reino Unido, 1959, 87 min.
Productor: John Boulting. Director: Jeffrey Dell, Roy Boulting. Guión: Jef-
frey Dell, Roy Boulting. Fotografía: Max Greene. Montaje: Anthony Har-
vey. Música: John Addison. Dirección Artística: Albert Witherick. Intér-
pretes:: Terry-Thomas, Peter Sellers, Luciana Paluzzi, Thorley Walters, Ian
Bannen, Raymond Huntley. *
Esta farsa de los hermanos Boulting es un loco picoteo a
las indiscreciones de la diplomacia de Asuntos Exteriores.
Con un reparto de talento, encabezado por Terry Thomas
y Peter Sellers, pero decepcionantemente utilizado en un
bizarro guión sobre el peor diplomático del mundo envia-
● ●
Déspota, El | 141
●
do a una lejana colonia británica –Gaillardia– rica en yaci-
mientos de minerales, Despiste ministerial no pasa de ser
una mera sucesión de sketches escasamente relevantes.
El asunto sólo funciona en el apartado actoral, gracias a
las buenas interpretaciones de Raymond Huntley, más
guasón que nunca en su composición de un pomposo
ministro de Asuntos Exteriores, y de Ian Bannen, encan-
tador y divertido como el joven monarca repentinamente
elevado al trono. Sellers interpreta con entusiasmo al pri-
mer ministro gaillardiano, pero su marcada personalidad
provoca, en más ocasiones de las aconsejadas, la pérdida
de equilibrio de su personaje. ■ J.D.D.
DÉSPOTA, EL
(Hobson’s Choice), Reino Unido, 1954, 107 min.
Productor: David Lean. Director: David Lean. Guión: Wynyard Browne,
David Lean, Norman Spencer (basado en la obra de Harold Brighouse).
Fotografía: Jack Hildyard. Montaje: Peter Taylor. Música: Malcolm Arnold.
Intérpretes: Charles Laughton, John Mills, Brenda De Banzie, Daphne
Anderson, Prunella Scales, Richard Wattis. ****
Henry Hobson es un viudo con dos hijas, propietario de
una zapatería. Lleva los negocios del mismo modo que
trata a sus hijas: como un verdadero tirano. Otra de las
víctimas de su prepotencia es su aprendiz Will Mossop.
Harta ya de la vida que se ve obligada a llevar, Maggie
(Brenda de Banzie), la hija mayor, se casa con Will (un
jovencísimo John Mills) y juntos montan otro estableci-
miento de zapatos. Henry se siente abandonado y se refu-
gia en la bebida, mientras que hija y yerno van prospe-
rando, hasta el punto de que serán ellos los que salvarán
al viejo de la ruina y propiciarán un acercamiento final.
Alexander Korda tutelaba la carrera de Lean desde
que le proporcionó a Terrence Rattigan como guionista
para La barrera del sonido. En esta ocasión adquirió para
él los derechos de una obra teatral de Harold Brighouse
titulada “Hobson’s Choice”, una genuina muestra de cos-
tumbrismo al estilo que entonces se denominaba de Lan-
cashire. La pieza ya había sido llevada a la pantalla dos
veces antes, en 1920 y en 1931. Posteriormente al filme de
Lean, la televisión americana hizo un remake con Gilbert
Cates en 1983 pasando la acción a Nueva Orleans y cam-
biando la época desde 1890 a 1914.
Sin duda alguna, se trata de una obra de actores y de
captación de ambiente. El imponente Charles Laughton
●
142| Destinos cruzados
● ●
se avino al papel de Hobson, porque le permitía exhibir
toda su capacidad interpretativa, antes que se decidiera
él también a ejercer de realizador en su mágica e inolvi-
dable La noche del cazador. A partir de ese momento, la
carrera de este monstruo de la pantalla espació sus
actuaciones, aunque siguió confiándose a grandes direc-
tores como Wilder, Kubrick y Preminger. Nadie como
Laughton podía dar, a la vez, la sensación de tirano y de
hombre sobrepasado por los acontecimientos para deri-
var luego hacia la amargura y la comprensión, sin olvidar-
nos de sus escenas de ebriedad. La ambientación se ubi-
ca en una pequeña ciudad industrial inglesa, pero la com-
posición de sus encuadres tienen que ver no sólo con el
realismo descriptivo, sino también con la simbología que
se va desprendiendo de una historia que es “El rey Lear”
y tiene también atisbos de “Pigmalión”. Lean abandonó
con la siguiente Locuras de verano, hecha a mayor gloria
de Katharine Hepburn, sus filmes intimistas, y con El
puente sobre el río Kwai y Lawrence de Arabia se convir-
tió en el mejor director de colosales históricos. ■ LL.B.M.
DESTINOS CRUZADOS
(All the Rage), EE.UU., 1999, 99 min.
Productor: Peter Gilbert, Anne McCarthy, Ash R, Shah, James D. Stern,
Mary Vernieu. Director: James D. Stern. Guión: Keith Reddin. Fotografía:
Alex Nepomniaschy. Montaje: Tony Lombardo. Música: Mark Mothers-
baugh. Dirección Artística: Brian Daniel Livesay. Intérpretes: Joan Allen,
Jeff Daniels, Robert Forster, Andre Braugher, Bokeem Woodbine, Anna
Paquin, Wayne Morse, David Schwimmer, Giovanni Ribisi, Josh Brolin,
Gary Sinise. **
Una crítica, no tan feroz ni brillante como Bowling for
Columbine, de Michael Moore, a la obsesión de América
por las armas de fuego, estructurada como película de
vidas cruzadas, donde el destino cita a siete personas a
punta de revólver. En el atrayente reparto figuran Anna
Paquin, Bokeem Woodbine, Giovanni Ribisi, David
Schwimmer, Josh Brolin y Gary Sinise. ■ J.B.C.
DESVENTURAS DE UN RECLUTA
INOCENTE
(Biloxi Blues), Rastar, EE.UU., 1988, 107 min.
Productor: Ray Stark. Director: Mike Nichols. Guión: Neil Simon (basa-
do en su obra). Fotografía: Bill Butler. Montaje: Sam O’Steen. Música:
Georges Delerue. Diseño de producción: Paul Sylbert. Vestuario: Ann
Roth. Intérpretes: Matthew Broderick, Christopher Walken, Matt Mul-
hern, Corey Parker, Markus Flanagan, Casey Siemaszco, Michael Dolan,
Penelope Ann Miller, Park Overall, Alan Pottinger. **
La trilogía semiautobiográfica del dramaturgo Neil Simon
comenzó con Brighton Beach Memories (1986) y conclu-
yó con Broadway Bound (1991), pero esta segunda entre-
ga es la más entretenida de las tres. Matthew Broderick
interpreta al alter ego de Simon, el neoyorquino Eugene
Jerome, un aspirante a escritor que es llamado a filas en
los últimos meses de la guerra. Con diez semanas de ins-
trucción por delante, no es seguro que Eugene y sus
● ●
●
compañeros puedan ver la acción, pero eso no impide
que su entrenamiento básico sea un infierno aliviado sólo
por una excursión a la ciudad para divertirse y buscar chi-
cas. El campamento de Biloxi, Mississippi, es la mezcla
étnica habitual en un campamento de instrucción del
ejército, desde el intelectual judío (Parker) al matón corto
de entendederas (Mulhern), y los nuevos reclutas tienen
los habituales problemas hilarantes –marchas, flexiones,
comida, el burdel local–, pero principalmente tienen que
sufrir al psicótico sargento instructor Christopher Wal-
ken, cuyo sadismo siembra la disidencia entre sus tropas.
Por qué Walken lo encarna de un modo tan pusilánime
escapa a toda comprensión. Basta decir que va a contra-
pelo de un modo suicida. Broderick, sin embargo, está
perfecto durante toda la película, aportando atractivos
matices al rol que creó sobre el escenario, un personaje
encaramado en un punto entre la adolescencia y la
madurez. La cuota femenina la aporta Penelope Ann
Miller, adorable como la chica que inspira el amor a pri-
mera vista en Eugene durante un baile. Tan predecible
como Brighton Beach Memories, los recuerdos de Neil
Simon sobre la vida castrense funcionan mejor de lo que
el guión podría sugerir, gracias a la hábil dirección de Ni-
chols –que evita presentar las bromas en la fórmula de
sitcom típica del dramaturgo– y a la excelente interpreta-
ción de Broderick, pero incluso con estos talentos a
bordo, esta comedia en los barracones de la II Guerra
Mundial provoca sólo medias sonrisas en vez de las car-
cajadas que las obras de Simon suscitan frecuentemente
en el teatro. ■ J.D.D.
DE TAL ASTILLA, TAL PALO
(Like Father Like Son), EE.UU., 1987, 96 min.
Director: Rod Daniel. Guión: Steven Bloom, Lorne Cameron, David
Hoselton. Fotografía: James Crabe, Jack N. Green. Montaje: Lois Free-
man-Fox. Música: Miles Goodman, Shelly Manne. Intérpretes: Dudley
Moore, Kirk Cameron, Margaret Colin, Catherine Hicks, Patrick O’Neal,
Sean Astin, Camille Cooper. *
Comedia más bien tontorrona, sobre el intercambio de
personalidades entre un serio cirujano y su mujeriego
hijo, puesto al servicio de la siempre dudosa vis cómica
de Dudley Moore. Aficionados, poco exigentes, a la
comedia de tono desmadadrado. ■ LL.B.M.
DETECTIVE BARATO, UN
(The Cheap Detective), Columbia, EE.UU., 1978, 92 min.
Productor: Ray Stark. Director: Robert Moore. Guión: Neil Simon. Foto-
grafía: John A. Alonzo. Montaje: Sidney Levin, Michael A. Stevenson.
Música: Patrick Williams. Dirección Artística: Robert Luthardt. Intérpre-
tes:: Peter Falk, Ann-Margret, Eileen Brennan, Sid Caesar, Stockard Chan-
ning, James Coco. *
Un detective barato, que también podría haberse titulado
El hijo de Casablanca, es una parodia de los clásicos film
noir de Bogart escrita por Neil Simon, dirigida por Robert
Moore y con Peter Falk heredando la gabardina como
●

● ●
Lou Peckinpaugh. Como idea, pierde gas rápidamente y
uno se queda anotando las referencias a Casablanca
como si fuese la lista de la compra. Scatman Crothers es
Tinker, mientras Louise Fletcher y Fernando Lamas ocu-
pan los lugares de Ingrid Bergman y Paul Henreid. Tam-
bién está Ann-Margret como Mary Astor y John House-
man como el Sidney Greenstreet de El halcón maltés.
Diseñada como una continuación de la más exitosa Un
cadáver a los postres, Un detective barato es la habitual
colección de rápidos chistes breves puntuados por gran-
des montones de aburrido relleno. Los cinéfilos pueden
divertirse señalando las obvias referencias a las películas
de detectives privados de la Warner Bros. de los años
cuarenta. ■ J.D.D.
DETECTIVE Y LA DOCTORA, EL
(They Might Be Giants), Universal, EE.UU., 1971, 91 min.
Productor: John Foreman. Director: Anthony Harvey. Guión: James
Goldman. Fotografía: Victor J. Kemper. Montaje: Gerald Greenberg.
Música: John Barry. Dirección Artística: John Robert Lloyd. Intérpretes:
George C. Scott, Joanne Woodward, Jack Gilford, Lester Rawlins, Rue
McClanahan, Ron Weyand. **
El detective y la doctora arranca espléndida e hilarante-
mente, con George C. Scott en su mejor forma, imponen-
te como un antiguo jurista que se cree Sherlock Holmes,
adoptando el atuendo y saboreando los problemas del
detective. Las presiones de la vida moderna y la muerte
de su esposa le han convertido en un caso de estudio de
delirio paranoide. Su siniestro hermano le manda a una
psiquiatra, la Dra. Mildred Watson, cuyo análisis freudiano
del paciente se ve eclipsado por el análisis holmesiano
que él le hace a ella. Scott se niega a recuperarse; de
hecho, atrae a todo el mundo a su fantasía, reuniendo a
un puñado de inadaptados que acuden a un nevado Cen-
tral Park para el duelo final con el rey del crimen, Moriarty.
Y dado que la doctora está interpretada por Joan Wood-
ward, la historia también gana un extraño ángulo román-
tico. Escrita por James Goldman y dirigida por Anthony
Harvey, El detective y la doctora no es una película para
todos los públicos. Algunos pueden encontrarla boba y
sentimental, otros una cautivadora fantasía romántica, y
los más una rareza con cierta distinción. Entre los miem-
● ●
Detrás de la noticia | 143
●
bros del reparto había mucha excentricidad simpática,
útil para reforzar la vertiente del cuento de hadas, el viejo
cliché del loco de buen corazón que en realidad está más
cuerdo, y es mejor persona, que el hatajo de mezquinos
que intentan derrotarle. Y hay que reconocer que Scott y
Woodward batallan valientemente con el guión. Él lo
tiene más fácil en virtud de la auto-contención de su per-
sonaje. Pero ambos quedan finalmente enterrados bajo
una pila de cabos sueltos, aunque los cortes del estudio
ciertamente no mejoraron las cosas. ■ J.D.D.
DETENIDO EN ESPERA DE JUICIO
(Detenuto in attesa di giudizio), Doeumento, Italia, 1971, 102 min.
Productor: Gianni Heeht Lueari. Director: Nanni Loy. Guión: Sergio Ami-
dei, Emilio Sanna. Fotografía: Sergio d’Offizi. Montaje: Franco Fratieelli,
Pier Luigi Zita. Música: Carlo Rustichelli. Dirección de Arte: Gianni Poli-
dori. Intérpretes: Alberto Sordi, Elga Andersen, Lino Banfi, Antonio
Casagrande, Mario Pisu, Michele Gammino, Tano Cimarosa, Silvio Spac-
cesi, Nazzareno Natale, Nico Formicola. ****
¿Alguien se acuerda de Nanni Loy? Devorados en su
momento Comencini, Risi o Scola por el poderoso alcan-
ce artístico de los Fellini, Pasolini o Bertolucci, y hoy jus-
tamente situados en su podio correspondiente, ¡cómo
vamos a acordarnos de los Loy o los Magni cuando por
aquel entonces ni se sabía de su existencia, aun existien-
do, y con mucho coraje! Hormiguitas trabajadoras, fieles
a sí mismas y constantes, cuando el cine italiano se hacía
de denuncia y se empalagaba de tesis, son muchos quie-
nes nos han pintado un lienzo hinchado y chillón que es
capaz de abrir en canal las entretelas de un país teñido de
romanticismo y fontanas por fuera, de miserias y dolores
por dentro.
Ahí ha dado a menudo en la diana, y sin armar revue-
lo, el cine sardónico de Nanni Loy. Un buen ejemplo, de
los mejores, es Detenido en espera de juicio, comedia de
una mala uva genial sobre la odisea de un pobre ciuda-
dano italiano en Suecia que, al regresar a su país para dis-
frutar de unas cortas vacaciones, es detenido en la fron-
tera, acusado de quién sabe qué y llevado, como en el
juego de la oca, de cárcel a cárcel y tiro porque me toca.
¿Inverosímil? No, caricaturesco. Pero la exageración, la
caricatura, no es sino un mero subrayado de la verdad. La
película es un pozo sin fondo de verdades jurídicas, legis-
lativas, oficiales... Claro que no sería la película lo que es
sin Alberto Sordi, un actorazo comediante que nos invita
a la carcajada continua, y esa carcajada, cuando devuel-
ve los labios a su ordinaria posición, deja un gusto de
resina. Sordi es quizá el más trágico de los cómicos ita-
lianos, y en el filme de Loy está sencillamente eminente.
Una joya de película. ■ J.B.C.
DETRÁS DE LA NOTICIA
(The Paper), Imagine/Universal, EE.UU., 1994, 110 min.
Productor: Brian Grazer, Frederick Zollo. Director: Ron Howard. Guión:
David Koepp, Stephen Koepp. Fotografía: John Seale. Montaje: Daniel
Hanley, Michael Hill. Música: Randy Newman. Dirección Artística: Todd
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144| De tripas corazón
● ●
Hallowell. Intérpretes: Michael Keaton, Robert Duvall, Glenn Close,
Marisa Tomei, Randy Quaid Jason Robards, Jason Alexander, Spalding
Gray. ***
Aunque el Oscar al Mejor Director por la sobrevalorada
Una mente maravillosa le queda ancho, Howard es de
esos cineastas cuyas obras, bien amarradas a los códigos
del cine de género (Un, dos, tres... ¡splash!, Un horizonte
muy lejano, Rescate...), acostumbran a resultar entreteni-
das. Detrás de la noticia, crónica del ajetreo de una
redacción de diario en el transcurso de un día, lo es: si
bien en lo referente al cine de periodistas no le llega a la
suela de los zapatos a Luna nueva o Primera plana, el
filme está bien escrito (en el guión, un chico listo: David
Koepp), posee un ritmo trepidante, escenas insólitas
(Close y Keaton liados a puñetazos) e interpretaciones
sabrosas de los arriba citados y de Robert Duvall, Marisa
Tomei, Randy Quaid, Jason Alexander, Jason Robards y
Spalding Gray, lo que se dice un señor reparto. ■ J.B.C.
DE TRIPAS CORAZÓN
España, 1985.
Director: Julio Sánchez Valdés. Guión: Manolo Marinero, Julio Sánchez
Valdés, Fernando Trueba. Fotografía: Juan Amorós. Montaje: Miguel
Ángel Santamaría. Música: Joan Albert Amargós, Diego Cortés. Intér-
pretes: Patricia Adriani, Carmelo Alcántara, Juan Diego, José Luis Fer-
nández “Pirri”, Sancho Gracia, Javier Loyola. *
Para su debut en la dirección, Sánchez Valdés eligió una
historia de amistad y muerte basada en la peculiar per-
sonalidad de José Luis Fernández "Pirri" (muerto por
sobredosis en 1988), en el personaje de un joven delin-
cuente que establece una corriente de amistad con el
abogado (Juan Diego) que ha conseguido aligerar su
condena, estableciéndose después un triángulo con la
joven compañera (Patricia Adriani) del letrado. Oscilando
entre la comedia y el drama, el filme resulta creíble gra-
cias a las excelentes composiciones de los actores, que
viven sus personajes en el agobiante agosto madrileño.
Una película inevitablemente trágica por la presencia de
“El Pirri”. ■ LL.B.M.
DIABLO BAJO LA ALMOHADA, UN
Orfeo PC/GIA Produzione Film/Greenwich Film Production, España-
Italia-Francia, 1967, 105 min.
Director: José María Forqué. Guión: Jaime de Armiñán, José María For-
qué (basado en “El curioso impertinente” de Miguel de Cervantes).
Fotografía: Cecilio Paniagua. Música: Romano Rizzeti, Roberto Pregadio.
Intérpretes: Ingrid Thulin, Maurice Ronet, Gabriele Ferzetti, Amparo
Soler Leal, Alfredo Landa, Piero Lulli, Joaquín Roa. **
Un diablo bajo la almohada la dirigió José María Forqué
en 1967, el mismo año en que también dirigiera Un millón
en la basura y Las que tienen que servir. El filme en cues-
tión adapta “El curioso impertinente”, de Cervantes, texto
que ocupa los primeros capítulos del “Quijote”. Justo es
señalar que de ese cuento el cine español ya estuvo al
● ●
●
tanto en 1948 con una obra interpretada por Aurora Bau-
tista, titulada, para no provocar despistes, El curioso im-
pertinente, y que, años más tarde, también sería la espo-
leta que activaría La noche más hermosa, de Gutiérrez
Aragón.
La ingeniosa trama de la historia gira alrededor de un
defecto tan humano como es el de los celos. Los celos
son, en efecto, lo que está acabando con el aguante de
Anselmo, que un buen día, y haciendo caso omiso del psi-
quiatra que le aconsejara recapacitación y calma, le pro-
pone a un antiguo colega del cole que coquetee con su
mujer para comprobar su verdadera fidelidad. Lo que
sigue es fácilmente imaginable y se sujeta a las más tri-
lladas fórmulas del sainete. Forqué y su coguionista,
Jaime de Armiñán, aderezan el enredo con notas pican-
tes y mucha moraleja de fondo. ■ J.B.C.
DIABLO BURLADO, EL
(The Devil and Miss Jones), RKO, EE.UU., 1941, 92 min.
Productor: Frank Ross, Norman Krasna. Director: Sam Wood. Guión:
Norman Krasna. Fotografía: Harry Stradling. Montaje: Sherman Todd.
Música: Roy Webb. Diseño de producción: William Cameron Menzies.
Intérpretes: Jean Arthur, Robert Cummings, Charles Coburn, Edmund
Gwenn, Spring Byington. ***
El descaro de Jean Arthur puede iluminar cualquier co-
media, incluyendo ésta, que tiene un toque de Frank
Capra en su fingido cortejo de temáticas sociales. John P.
Merrick (Coburn), el hombre más rico del mundo, decide
infiltrarse en una de sus empresas, unos grandes almace-
nes, para dar con los cabecillas sindicales que le señalan
como responsable de las miserables condiciones labora-
les de sus empleados. Es sometido a muchas indignida-
des por la dirección, terminando en el departamento de
zapatos junto a Mary Jones (Arthur), una dependienta sin
pelos en la lengua, cuyo novio es el organizador del sin-
dicato (Cummings), origen de los principales quebrade-
ros de cabeza del propietario de los almacenes. Ella cree
que Merrick está en la miseria y se apiada de él, mostrán-
dole las complejidades del departamento. Asiste a las
reuniones del sindicato y cuidadosamente toma nota de
todo el mundo, pero a medida que los abusos de la direc-
ción se hacen más intolerables y que él se interesa por
Elizabeth Ellis (Byington), cambia de opinión, despidien-
do finalmente a la directiva y casándose con Ellis. A la
diversión contribuyen decisivamente el agradable guión
de Norman Krasna y el reparto de la película, en el que
Jean Arthur, tan profesional como de costumbre, riza el
rizo en su familiar caracterización de chica trabajadora
con corazón de oro. Y si ver actuar a Jean es siempre go-
zoso, seguir la figura oronda del genial secundario Char-
les Coburn en El diablo burlado es lo más parecido a un
privilegio. Edmund Gwenn y Spring Byington completan
un cuadrángulo que rompe en quinteto la desafortunada
presencia de Robert Cummings, cuya inexpresiva inter-
pretación cierra el círculo de esta transparente comedia
de aires caprianos. Tiene sus momentos, pero lo que esta
película realmente necesita para alcanzar la excelencia es
●

● ●
un director apropiado (a ser posible el propio Capra). En
vez de eso tiene al estólido Sam Wood. Una decepción. ■
J.T.
DIABLO DIJO NO, EL
(Heaven Can Wait), Fox, EE.UU., 1943, 112 min.
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Samson Ra-
phaelson (basado en la obra “Birthdays”, de Ladislaus Bus-Fekete). Foto-
grafía: Edward Cronjager. Montaje: Dorothy Spencer. Música: Alfred
Newman. Dirección Artística: James Basevi, Leland Fuller. Vestuario:
Rene Hubert. Intérpretes: Gene Tierney, Don Ameche, Charles Coburn,
Marjorie Main, Laird Cregar, Spring Byington, Allyn Joslyn, Eugene
Pallette, Signe Hasso, Louise Calhern. ****
El malicioso Ernst Lubitsch era un director alemán que
había empezado trabajando como actor cómico. En 1922
se afincó en Hollywood y se hizo famoso por el estilo des-
carado y picarón, nunca vulgar, que imprimía a sus come-
dias sexuales. En 1939 estrenó Ninotchka, un exitazo que
convirtió a Garbo en una actriz cómica muy apetecible, y
en Ser o no ser (1942) hizo una inteligente burla de la inva-
sión alemana de Polonia. Al año siguiente rodó El diablo
dijo no, una engañosa sátira disfrazada como una burbu-
ja. Basada en la obra húngara “Birthdays”, de Ladislaus
Bus-Fekete, con diálogos adicionales de Samson Raphael-
son, la historia se desarrolla principalmente en Kansas y
en Nueva York, a finales del siglo XIX, y cuenta la vida de
Henry Van Cleve (Ameche), un buen ciudadano de clase
media que, sin embargo, peca un poco de casanova. El fil-
me comienza con la llegada de Henry al infierno, donde
tiene audiencia con un Satán muy atento, fino y caballero-
so (Cregar). En un reino dominado por el lujo, Henry cuen-
ta la historia de su vida, creyendo que sus locuras de ju-
ventud con las señoras le abrirán las puertas de la conde-
nación eterna. Pero el Diablo, que es muy comprensivo, no
opina igual. Henry es mejor de lo que cree, y mientras rela-
ta su historia, emerge como un hombre amable y compa-
sivo. El diablo dijo no es una película encantadora, re-
bosante de ese toque de humanidad propio del director,
con un diseño de decorados realmente ejemplar y una
emotiva utilización de “La viuda alegre”. Gene Tierney
nunca ha estado más cautivadora –y eso es realmente de-
cir mucho– (de hecho, interpretó tan bien a la intachable
esposa que Otto Preminger decidió que sería la actriz per-
fecta para Laura), y Don Ameche no sólo está perfec-
tamente escogido, sino también brillantemente dirigido. El
bonus es la brillante fotografía en Technicolor de Edward
Cronjager, que saca un memorable provecho al mara-
villoso infierno creado por Basevi y Fuller. Lubitsch utilizó
el color por primera vez en este filme, y lo hizo con tanta
elegancia que D. W. Griffith quiso que todo el mundo
supiera que los resultados merecían su aprobación. ■ J.T.
DIABLO METIÓ LA MANO, EL
(Idle Hands), Columbia, EE.UU., 1999, 92 min.
Productor: Suzzanne Todd, Jennifer Todd. Director: Rodman Flender.
Guión: Terry Hughes, Ron Milbauer. Fotografía: Christopher Baffa. Mon-
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Día de fiesta | 145
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taje: Stephen E. Rivkin. Música: Graeme Revell. Intérpretes: Devon Sawa,
Seth Green, Elden Helson, Jessica Alba, Steve Van Wormer, Nicholas
Sadler. ***
El protagonista de esta cinta es un joven cuya mano
derecha (¿o era la izquierda?) no obedece a sus
deseos y, claro está, es susceptible de perpetrar los
desmanes más atroces. Un cruce entre comedia
teenager y epopeya de terror gore cuya puesta en
escena, eléctrica y juguetona, aderezada con gags
ingeniosos, recuerda al Sam Raimi enloquecido y
vitaminado de Evil Dead. ■ J.B.C.
DIABLO Y YO, EL
(Angel on My Shoulder), EE.UU., 1946, 100 min.
Productor: Charles R. Rogers. Director: Archie Mayo. Guión: Harry
Segall, Roland Kibbee. Fotografía: James Van Trees. Montaje: Asa Boyd
Clark. Música: Dimitri Tiomkin. Dirección Artística: Bernard Herzbrun.
Intérpretes: Paul Muni, Anne Baxter, Claude Rains, Onslow Stevens,
George Cleveland, Erskine Sanford, Marion Martin. ***
Un gángster pasado a peor vida es comisionado por el
mismísimo diablo para que salga del infierno y vuelva a la
Tierra, donde ocupará el cuerpo de un probo juez, impar-
tiendo todo lo contrario a justicia. Una divertida fantasía
–objeto en 1980 de un remake televisivo dirigido nada
menos que por el blacklisted John Berry, con Peter Straus
y Richard Kiley– realizada con habilidad por Archie Mayo
y mejor interpretada por Muni y Rains. Amantes de las
fábulas y de los repartos añejos. ■ LL.B.M.
DÍA DE FIESTA
(Jour de fête), Francia, 1949, 79 min.
Productor: Fred Orain, André Paulvé. Director: Jacques Tati. Guión: Jac-
ques Tati, Henri Marquet. Fotografía: Jacques Mercanton, Jacques Sauva-
geot. Montaje: Marcel Morreau. Música: Jean Yatove. Dirección Artística:
André Pierdel. Intérpretes: Jacques Tati, Guy Decomble, Paul Frankeur,
Santa Relli, Maine Vallée, Delcassan, Roger Rafal. *****
El primer largo de Tati propone una mirada cariñosa y
costumbrista a un prototípico pueblecito francés que se
dispone a celebrar su fiesta. Tati, que todavía no se ha
encarnado en Mr. Hulot, interpreta al cartero, un tipo pin-
toresco siempre montado en su bicicleta y con una fija-
ción excesiva en el revolucionario método de correos nor-
teamericano, que ha visto en un noticiario cinematográfi-
co. Observación rigurosa de la conducta humana, gran
sentido del gag y su construcción, del encuadre y de la
banda sonora (de gran riqueza: véase el partido que el
gran creador saca del sonido de una mosca en pleno
campo), constantes de su modélica obra futura, están ya
en todo su esplendor en esta comedia, cuyas imágenes
acreditan la figura de quien iba a ser el mejor creador de
cine cómico de la era sonora. Tati la rodó paralelamente
en color y blanco y negro, que es como, por razones téc-
nicas, acabó exhibiéndose. En 1995 se reconstruyó y se
estrenó en color. ■ J.B.C.
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146| Día en las carreras, Un
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DÍA EN LAS CARRERAS, UN
(A Day at the Races), MGM, EE.UU., 1937, 99 min.
Dirección: Sam Wood. Guión: Robert Pirosh, John Seaton, George
Oppenheimer Fotografía: Joseph Ruttemberg. Música: Bronislau Kaper,
Walter Jurmann, Gus Kahn. Dirección Artística: Cedric Gibbons. Intér-
pretes: Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Allan Jones, Maureen
O´Sullivan, Margaret Dumont, Sig Ruman, Leonard Ceeley, Douglas
Dumbrille. ****
Segunda película de los geniales hermanos Marx en su
etapa MGM, posiblemente menos delirante que la ante-
rior, desarrollada bajo los auspicios de la Paramount, pero
también más popular. Hugo Z. Hackenbush (Groucho) es
un veterinario que se hace cargo de un gran sanatorio a
petición de la hipocondriaca millonaria Mrs. Upjohn
(Dumont). El sanatorio es propiedad de Judy (O’Sulli-
van), que atraviesa por serias dificultades económicas.
Con la ayuda de Stuffy (Harpo), Tony (Chico) y un caba-
llo de carreras llamado “Hi-Hat”, la chica puede salvar el
hospital. Por supuesto, el argumento no es lo que impor-
ta aquí; lo que realmente cuenta es el constante flujo de
números cómicos interpretados por los hermanos Marx,
quienes se burlan de todo, desde la profesión médica a la
alta sociedad. Esforzándose por alcanzar las cimas de su
anterior trabajo, Una noche en la ópera, los comediantes
llevaron su número a la carretera y lo interpretaron ante
el público en vivo por todo el país. Pero la película se vio
● ●
●
lastrada por la decisión del estudio de sobrecargar el
caos con opulentos, aunque algo aburridos, números
musicales, pudiéndosele reprochar además las inconsis-
tentes interpretaciones secundarias, que debilitan de
modo similar gran parte de la energía de la acción, con
los sentimentaloides cortejos de Allan Jones y Maureen
O’Sullivan frustrando el destacado trabajo de la maravi-
llosa Margaret Dumont. Todo ello no impide que este
filme sea un memorable catálogo de la anarquía marxia-
na y la implacable lógica de su chifladura como bálsamo
vital, con escenas de antología (Harpo sustrayendo un
calcetín del bolsillo del pantalón de su propietario, Chico
timando a Groucho con sus libros para ganar apuestas en
las carreras, etcétera), el correspondiente slapstick estri-
dente (como la destrucción del piano de Chico por parte
de Harpo) y la comparecencia gloriosa del trío, con el
sketch del “helado de Tootsie Frootsie” destacando como
el mejor de los números de juegos de palabras de Chico
y Groucho. Por mucho que avance la psquiatría, Un día en
las carreras seguirá siendo por mucho tiempo una de las
mejores terapias contra la depresión. La receta es un deli-
cioso cóctel de entretenimiento, situaciones desternillan-
tes y asombrosos diálogos, todo ello aderezado con un
poco de cursilería... y, lamentablemente, unos aburridos
interludios musicales. Aún así, vale la pena verla por sus
buenos momentos; siempre puedes ir al frigorífico cuan-
do alguien empieza a cantar. ■ J.T.
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DIAMONDS
Filmax, EE.UU.-Alemania, 1999, 91 min.
Productor: Patricia Green. Director: John Asher. Guión: Allan Aaron
Katz. Fotografía: Paul Elliott. Montaje: C. Timothy O’Meara. Música: Joel
Goldsmith. Vestuario: Vicki Sanchez. Intérpretes: Kirk Douglas, Dan
Aykroyd, Corbin Allred, Jenny McCarthy, Lauren Bacall, Mariah O’Brien,
June Chadwick. ***
Esta película es una comedia en torno a los problemas
entre padres e hijos y una auténtica exhibición de la vitali-
dad del octogenario Kirk Douglas, un verdadero resisten-
te poco dispuesto a tirar la toalla por mucha apoplejía
que le reserve el destino. La película es sencilla y afable,
pero el actor la electrifica con su presencia. Y además es-
tá Bacall. ■ J.B.C.
DIARIO DE BRIDGET JONES, EL
(Bridget’s Jones Diary), Reino Unido-Francia, 2001, 100 min.
Productor: Tim Bevan, Eric Fellner, Jonathan Cavendish. Director: Sha-
ron Maguire. Guión: Helen Fielding, Andrew Davies, Richard Curtis
(basado en la novela de Fielding). Fotografía: Stuart Dryburgh. Montaje:
Martin Walsh. Música: Patrick Doyle. Dirección Artística: Gemma Jack-
son. Vestuario: Rachel Flemming. Intérpretes: Renée Zellweger, Hugh
Grant, Colin Firth, Jim Broadbent, Gemma Jones, Sally Phillips, Shirley
Henderson, James Callis. ***
Adaptación del homónimo bestseller de la británica
Helen Fielding, que firma también el guión junto a Ri-
chard Curtis y Andrew Davies, dos especialistas en el
género de la comedia romántica, que es lo que, en última
instancia, acaba siendo esta historia de una treintañera
que un buen día, harta de la vida que lleva y víctima de la
crisis de los treinta, decide empezar a escribir un diario
para ver si vertiendo en una página en blanco lo que ella
considera una existencia desastrosa es capaz de reorien-
tar su forma de vida. La película cuenta con buenos diá-
logos, algunos gags y situaciones inspiradas, pero sobre
todo con la presencia de su protagonista, Renée Zellwe-
ger, que más adelante demostraría tener un registro mu-
cho más amplio con trabajos como Chicago. El trabajo de
la actriz es, sin duda, la mejor baza del filme, y así lo
entendió Hollywood cuando decidió nominarla al Oscar
por su interpretación. El éxito conseguido propició el ro-
daje de una secuela, Bridget Jones: Sobreviviré, de menor
repercusión. ■ J.E.
DÍAS DE FORTUNA
(Steal Big, Steal Little), Chicago Pacific, EE.UU., 1995, 135 min.
Productor: Andrew Davis, Fred Caruso. Director: Andrew Davies. Guión:
Andrew Davies, Lee Blessing, Jeanne Blake, Terry Kahn. Fotografía: Frank
Tidy. Montaje: Don Brocha, Tina Hirsch. Música: William Olvis. Direc-
ción Artística: Michael Haller. Intérpretes: Andy García, Alan Arkin,
Raquel Ticotin, Joe Pantoliano, Ally Walker, David Ogden Stiers. ***
Casualidades de la vida, Andy García tenía que ser, en
principio, el protagonista de Two Much, la aventura ame-
ricana de Fernando Trueba. Finalmente fue nuestro Anto-
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Días de radio | 147
●
nio Banderas quien se hizo con el papel (y con los favo-
res de Melanie Griffith) de esos dos supuestos hermanos
gemelos de Miami. Pues bien: en Días de fortuna fue Gar-
cia quien se enfrentó al siempre estimulante reto de dar
vida a dos personalidades diametralmente opuestas en
una misma historia. De todas formas, en este filme los
gemelos no son producto de la imaginación, sino reales,
y, para variar, de carácter contrapuesto. Comedia, pues,
de enredo, con algún toque a lo Capra, dirigida con su
profesionalidad habitual por Andrew Davies, que pudo
cambiar de tercio tras conseguir un éxito supertaquillero
pero de una dignidad tan encomiable como el de El fugi-
tivo. ■ J.E.
DÍAS DE FÚTBOL
Buena Vista, España, 2003, 118 min.
Productor: Tomás Cimadevilla. Director: David Serrano. Guión: David
Serrano. Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Rori Sainz de Rozas. Músi-
ca: Miguel Malla. Dirección Artística: Beatriz San Juan. Intérpretes:
Alberto San Juan, Ernesto Alterio, Natalia Verbeke, Pere Ponce, Fernan-
do Tejero, Roberto Álamo. **
Con similar ansia que la presentación de alguna estrella
mediática, se esperaba esta opera prima de David Serra-
no, ascendido a la absoluta tras un breve pero fulgurante
paso por la sub-21 en calidad de guionista de la galáctica
El otro lado de la cama. Hambre de gol no le falta, ya que
opta por bailar con un defensa leñero: la comedia coral
(tratándose de un equipo, parecía inevitable), aunque la
sensación que se tiene con estos Días de fútbol (que po-
drían durar sólo los 90 minutitos reglamentarios), sobre-
saturados de calorrismo en chándal, camaraderías más co-
joneras y peterpanescas que hawksianas, ocurrencias con
acentazo y tufo a gambón a pie de barra de bar do-
minguero, y chascarrillos sin cuartel aunque algo cuartela-
rios, es la agridulce que dejan los dream teams que, de pu-
ro rácano y sobrado, ganan por la mínima y acaban pidi-
endo la hora. Esto es, chispazos de finos estilistas como
Ernesto Alterio, Pere Ponce, Secun de la Rosa, Fernando
Tejero (cuya entrada en el segundo tiempo es una bomba
de oxígeno) o Pilar Castro, y bobas marrullerías zancadi-
llables, como los personajes de Eva Santolaria o el estúpi-
do tic del estúpido noviete de la Verbeke o gags como el
francés en un italiano o el lechoncillo, de relleno y ozoria-
nos. Tampoco triangula con fluidez el que, en una comedia
finalmente romántica, la relación entre Alterio y Dueñas.
Eso sí, el buen ambiente en vestuarios se palpa y el agua
milagrosa taquillera funcionó en medio de una temporada
de cine nacional no de Champions precisamente. ■ J.C.
DÍAS DE RADIO
(Radio Days), Orion, EE.UU., 1987, 85 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Música: Dick
Hyman. Dirección Artística: Santo Loquasto. Intérpretes: Mia Farrow,
Seth Green, Julie Kavner, Josh Mostel, Michael Tucker, Dianne Wiest,
William Flanagan. ****
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148| Diavolo, Il
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Un brillante gag abre Días de radio: una casa vacía, oscu-
ra, es de noche; la luz de las linternas de un par de ladro-
nes registran inquietas los rincones; de repente, suena el
teléfono. Uno de ellos lo descuelga y se pone al aparato.
Sorpresa: ¡han sido elegidos para participar en un con-
curso radiofónico! Es una escena breve, pero con ejem-
plar economía pone de relieve la popularidad del medio
radiofónico y la ubicuidad de sus programas y concursos,
presentes en todas partes, aun en el momento menos
oportuno. Lo que sigue mantiene el papel protagonista
de la radio a través de una estructura complejísima aun-
que su autor, Allen, nos la sirve con la simplicidad y la ele-
gancia expositiva propia de los maestros. Sabida es la
admiración que Allen ha sentido siempre hacia el cine de
Fellini. Pues bien, Días de radio es a Amarcord lo que
Recuerdos era a Ocho y medio: la evocación de una infan-
cia vivida entre gentes humildes, nobles sentimientos y
cierto puritanismo, allá a principios de los cuarenta en un
Brooklyn excelentemente recreado por el escenógrafo
Santo Loquasto y por el fotógrafo Carlo Di Palma, que
ofrece una iluminación irreal, de melancólica ensoñación.
Allen es el narrador (vamos, eso era en la versión ori-
ginal) y lo que nos desgrana son tanto episodios inventa-
dos como otros extraídos de sus propias vivencias. No
hay en ellos un orden narrativo, pues el libre albedrío los
va deshojando de la margarita del recuerdo. Eso sí: la
radio está siempre presente, siempre encendida, con sus
estrellas, sus anuncios, sus seriales, sus emisiones históri-
cas –como la de “La guerra de los mundos” de Welles–.
La radio deviene un perfume que nos acompaña grata-
mente durante todo el recorrido alrededor de las cotidia-
nas anécdotas de una familia corriente y un pelín excén-
trica, un coro entrañable potenciado, como siempre en
Allen, por el muy educado elenco de actores (destaca la
aparición de Diane Keaton cantando en un club durante
la Nochevieja). El resultado es una película inteligente,
conmovedora y muy divertida. Y en cuanto al protago-
nismo de la radio en funciones de crónica sentimental y
testimonio de época, cabe pensar si Allen había visto
alguna vez Historias de la radio. De ser así, seguro que J.
L. Sáenz de Heredia habría dicho, como Clair de Chaplin,
«es todo un honor». ■ J.B.C.
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DIAVOLO, IL
Dino de Laurentiis, Italia, 1962, 105 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Gianluigi Polidoro. Guión:
Rodolfo Sonego. Fotografía: Aldo Tonti. Montaje: Tatiana Casini, Paola
Tassi. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Dario Cecchi. Intérpre-
tes: Alberto Sordi, Gunilla Elm Tornqvist, Anne Charlotte Sjoberg, Moni-
ca Wastensson. ***
Moralizante fábula que presenta a Sordi como el italiano
medio deseoso de descubrir la libertad sexual que pre-
gonan en Suecia y que, tras comprobar lo que se escon-
de tras el deseo, comprende que, como diría Dorothy: «se
está mejor en casa que en ningún sitio». A pesar de que
su tono divertido es el idóneo, se nota un cierto resque-
mor a proponer un cinismo similar al que ese mismo año
consiguió La escapada, de Dino Risi. La historia de Il dia-
volo nos presenta a Amedeo como un comerciante de
pieles italiano que aterriza en Suecia para sus negocios,
descubriendo allí el paraíso de las mujeres liberadas. Sin
embargo, la actitud dominante de éstas, así como un
exceso de frívola permisividad, le harán recapacitar y
descubrir que, en el fondo, no es más que un conserva-
dor que piensa que las mujeres deben ser, ante todo, fie-
les y algo sumisas. No se sabe si era por las tremendas
suecas que pululan por la pantalla (gran acierto del direc-
tor de casting, sin duda), pero este título no se estrenó en
España. ■ L.M.C.
10, LA MUJER PERFECTA
(10), Orion, EE.UU., 1979, 122 min.
Productor: Blake Edwards, Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión:
Blake Edwards. Fotografía: Frank Stanley. Montaje: Ralph E. Winters.
Música: Henry Mancini. Vestuario: Patricia Edwards. Intérpretes: Dudley
Moore, Julie Andrews, Bo Derek, Robert Webber, Dee Wallace Stone,
Sam Jones, Brian Dennehy, Max Showalter, Rad Daly, Nedra Volz. ***
A Blake Edwards se le ha escapado la mano, tan a menu-
do, por entre los botones de la gabardina del inspector
Clouseau, que normalmente solemos olvidarnos de su ta-
lento, de su portentosa psicología en aquel inmaculado
thriller que se llamó Chantaje contra una mujer, rodada en
1962, o de sus dotes para el melodrama etílico, bien ex-
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puestas en Días de vino y rosas, producida un año más
tarde. Las castañuelas sonoras de su comedia astracán a-
mortiguan el alcance de quien es maestro en el género y
sutil narrador de vicios y viciosos. De acuerdo: demasia-
das “panteras rosas”. Pero, de acuerdo también, pocos,
como él, se hacen continuadores, en el hoy casi inalcan-
zable podio del gag visual, de la buena tradición de la
pareja Stan Laurel y Oliver Hardy.
10, la mujer perfecta (como en 2001, su título necesita
una apostilla para que las administraciones no lo confun-
dan con el número de licencia) es una estupenda come-
dia que sabe moderar tanto al Edwards desmadrado de
las “panteras” como el atinado roedor de melodramas.
Medio mundo, prevenido por las publicidades de ese fe-
nómeno Bo Derek, denostó la película aduciendo que esa
tía no valía un pimiento, que era pura invención cosméti-
ca y sexo de plástico, sin caer en la cuenta de que, preci-
samente, ésa era la proposición primordial de la obra, el
contrastar una mujer de verdad, Julie Andrews, carne y
seso, con la fantasmagórica aparición de un cuerpo per-
fecto, un 10 sobresaliente, que se contorsiona al son del
“Bolero” de Ravel, sin saber siquiera de qué siglo es el
músico. Dudley Moore, aquí excelente, es el detonador de
la situación, un suficiente ciudadano norteamericano que
a sus cuarenta se cuestiona el matrimonio, la menopausia
anunciada y la felicidad de la pareja. Tema espinoso y,
claro está, serio y real, que Edwards se plantea a través
de una grata y muy entretenida comedia cortada por un
patrón nostálgico: personajes, generaciones, música (de
su constante y espléndido Mancini) y textura social bien
pueden compararse a los de los años sesenta. 10, la mujer
perfecta es una comedia sentimental que entronca con
Desayuno con diamantes y cierta estela cinematográfica
que halla su mejor receptor en el espectador emociona-
do siempre por los recuerdos de Audrey Hepburn, Geor-
ge Axelrod, Blake Edwards, Stanley Donen y pandilla. ■
J.B.C.
DIFUNTO PROTESTA, EL
(Here Comes Mr. Jordan), Columbia, EE.UU., 1941, 93 min.
Productor: Everett Riskin. Director: Alexander Hall. Guión: Sidney Buch-
man, Seton I. Miller (basado en la obra “Heaven Can Wait”, de Harry
Segall). Fotografía: Joseph Walker. Montaje: Viola Lawrence. Música: Fre-
derick Hollander. Dirección Artística: Lionel Banks. Vestuario: Edith
Head. Intérpretes: Robert Montgomery, Evelyn Keyes, Claude Rains,
Rita Johnson, Edward Everett Horton, James Gleason, John Emery,
Donald MacBride. ****
Llena de hilarantes giros argumentales y bendecida con
brillantes interpretaciones de un reparto estelar, El difun-
to protesta es una seductora e ingeniosa fantasía con un
inspirado toque de screwball. Joe Pendleton (Montgo-
mery), un prometedor boxeador, se estrella mientras
vuela con su avión, y su espíritu es arrancado por un
ansioso mensajero celestial (Horton) que le lleva al cielo
antes de la fecha prevista. Allí le informan que tenía que
haber vivido otros cincuenta años y que estaba destina-
do a ser campeón mundial de los pesos pesados. Es tarea
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Dinamita está servida, La | 149
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del superior del mensajero, Mr. Jordan (Rains), ayudar a
Joe a encontrar otro cuerpo (el suyo ha sido incinerado)
en el cual finalizar su vida. Primero le permite que habite
el cuerpo de un zalamero timador recientemente asesi-
nado, después el de un boxeador rival liquidado por un
grupo de gangsters. En el proceso, se enamora de la hija
de una de las víctimas del timador y se reúne con su anti-
guo mánager. El absurdo argumento está brillantemente
construido y encantadoramente interpretado, con un
excelente Robert Montgomery a la cabeza, maravillosa-
mente secundado por un trío de actores de carácter de
excepción: Claude Rains como Mr. Jordan, cómicamente
siniestro y atípico para esta clase de papel; James Glea-
son como el confuso y afligido mánager del púgil, tan
gruñón como adorable; y Edward Everett Horton como el
demasiado celoso mensajero celestial que comete el
error. Entre todos mantienen el fantástico conjunto con
los pies en el suelo. De gran éxito popular en su día, y
convertida en favorita perenne del público desde enton-
ces, El difunto protesta generó una floja secuela en 1947,
Down to Earth, y una más interesante revisión de la histo-
ria –con un trasfondo futbolístico– en 1978, El cielo puede
esperar. ■ J.T.
DIME QUE NO ES VERDAD
(Say It Isn’t So), EE.UU., 2001, 95 min.
Productor: Bobby Farrelly, Peter Farrelly, Bradley Thomas. Director:
James B. Rogers. Guión: Peter Gaulke, Gerry Swallow. Fotografía: Mark
Irwin. Montaje: Larry Madaras. Música: Mason Daring. Dirección Artísti-
ca: Andrew Deskin, Arlan Jay Vetter. Intérpretes: Chris Klein, Heather
Graham, Orlando Jones, Sally Field, Richard Jenkins, John Rothman, Jack
Plotnick, Eddie Cibrian, Mark Pellegrino, Brent Hinkley, Henry Cho,
Richard Riehle, Brent Briscoe, Ezra Buzzington, Julie White. *
Un trabajador de la perrera municipal se enamora de una
peluquera, pero los padres de ésta tienen otros planes
para ella. Una comedia producida por los directores de
Algo pasa con Mary y realizada por su ayudante de direc-
ción que, a pesar de algún que otro gag aislado, es de
muy baja calidad. ■ G.Q.
DINAMITA ESTÁ SERVIDA, LA
Ágata Films, España, 1968, 79 min.
Director: Fernando Merino. Guión: José Luis Dibildos, Noel Clarasó
(basado en un relato de Noel Clarasó). Fotografía: Manuel Rojas. Música:
Antón García Abril. Intérpretes: Tony Leblanc, Alfredo Landa, Laura
Valenzuela, Manolo Gómez Bur, María Silva, Rafael Alonso, Crisanto
Huerta, Francisco Piquer. **
Sobre un relato del humorista Noel Clarasó, guionizado
en colaboración con el productor José Luis Dibildos, la
típica comedieta más o menos desmadrada, que mezcla
reyezuelos moros con harén de revista, gangsters de
medio pelo y revolucionarios de saldo en un metraje
reducido. Leblanc y la Valenzuela demuestran una nada
despreciable presencia al frente del variado reparto de
habituales secundarios. ■ M.Q.
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150| Dinero caído del cielo
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DINERO CAÍDO DEL CIELO
(Pennies from Heaven), EE.UU., 1981, 108 min.
Productor: Nora Kaye, Herbert Ross. Director: Herbert Ross. Guión:
Dennis Potter. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Richard Marks. Músi-
ca: Ralph Burns, Marvin Hamlisch, Billy May. Dirección Artística: Bernie
Cutler, Fred Tuch. Intérpretes:: Steve Martin, Bernadette Peters, Chris-
topher Walken, Jessica Harper, Vernel Bagneris, John McMartin, John
Karlen, Jay Garner. ***
Antiguo bailarín y coreógrafo, en cuya irregular carrera
como director destaca Sueños de seductor (la comedia
que Woody Allen había escrito y estrenado en Broad-
way), Herbert Ross logró el absoluto respeto de la crítica
con Dinero caído del cielo, película maldita y hoy objeto
de culto, que seguramente inspiró al propio Allen su filme
La rosa púrpura de El Cairo, rodado cuatro años después.
Esta singular comedia musical, que oscila de lo cutre a los
oropeles de un género usualmente escapista, ofrece un
singular y sórdido retrato de la Norteamérica del Crack
económico. Pero al excelente resultado tampoco es ajeno
el brillante guión del escritor Dennis Potter, que adaptó
su propia serie televisiva producida en 1979 y protagoni-
zada por el entonces desconocido Bob Hoskins. Según
parece, fue Mora Kaye, esposa y colaboradora de Ross,
quien persuadió a su marido de que el material ofrecía
posibilidades para ponerle música y describir así con
mayor ironía la historia de un infortunado viajante (Steve
Martin) que en 1934, con el país agotado económicamen-
te, intenta vender sus partituras, soporta a una asexuada
esposa (Jessica Harper), se enamora de una maestra de
escuela (Bernadette Peters) y es acusado de un crimen
que nunca cometió. Imprescindible para amantes de las
películas de culto y de la comedia musical decididamen-
te insólita. ■ LL.B.M.
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DIOSES DEBEN DE ESTAR LOCOS, LOS
(The Gods Must Be Crazy), C.A.T. Film, Sudáfrica, 1980, 104 min.
Productor: Boet Troskie. Director: Jamie Uys. Guión: Jamie Uys. Monta-
je: Jamie Uys. Música: Johnny Boshoff. Intérpretes: Marius Weyers, San-
dra Prinsloo, Xao el bosquimano. **
Cuando creíamos que en África no se reían, resulta que
aparece Jamie Uys y sorprende a todos con Esa gente
tan divertida (Funny People, 1978), que inició la moda de
las bromas con cámara oculta convirtiéndose en un gran
éxito en todo el mundo. Su siguiente propuesta fue reali-
zar un film con argumento (o casi) en el mismo tono de
farsa. Surge así, Los dioses deben de estar locos, un dis-
late donde una tribu de bosquimanos encuentra en mitad
del desierto una botella de Coca Cola que ha sido arroja-
da desde una avioneta. Los problemas de ese desconoci-
do cristal hace que su jefe, el tal Xao de los créditos, deci-
da librarse de ella llevándola hasta el fin del mundo como
si del anillo de Frodo se tratase. Rodada en pleno Kala-
hari, con los mínimos exigibles para no ser despreciable,
mantiene un simpático tono sobre el contraste de civili-
zaciones, además de algunos hallazgos en su simple sen-
tido del humor como el personaje del médico que busca
cualquier artimaña para ligarse a la maestra del lugar. La
película tuvo tanta repercusión en su país que incluso fue
comprada por la 20th Century Fox para su distribución
internacional, y dio origen a una segunda parte. ■ L.M.C.
¡DIOS MÍO, CÓMO HE CAÍDO
TAN BAJO!
(Mio Dio, come sono caduta in basso!), Dean, Italia, 1974, 110 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Luigi Comencini.
Guión: Ivo Perilli, Luigi Comencini. Fotografía: Tonino Delli Colli. Mon-
taje: Nino Baragli. Música: Fiorenzio Carpi. Dirección Artística: Dante
Ferreti. Intérpretes:: Laura Antonelli, Alberto Lionello, Michele Placido,
Karin Schubert. **
Uno de los más célebres títulos de la comedia italiana de
los setenta, sin duda beneficiado en su fama por la esce-
na del striptease en el pajar a que se somete Laura Anto-
nelli durante un buen rato. Encuadrada en el erotismo
pícaro de principios de siglo, muy bien ambientada por el
maestro Dante Ferreti, su caótica narración le resta cre-
dibilidad a sus situaciones, dejando una negativa impre-
sión, como si hubiésemos asistido a una sucesión de peri-
pecias cómico-sexuales protagonizadas por una condesa
de hipócrita moral e insaciable furor uterino. La mujer
tiene mala suerte puesto que, la misma noche de bodas,
descubre que su marido es, en realidad, su hermano, por
lo que queda prohibido para ambos consumar el acto
sexual.
A medida que va avanzando en su metraje, la trama se
va complicando en romances varios (un francés, un chó-
fer, un poeta exiliado), hasta que llega un momento en
que pierde su agradable tono de comedia y queda encua-
drada en algo muy cercano al melodrama. Todo con un
apropiado ritmo de tango, al tiempo que Laura Antonelli
muestra generosamente sus apetitosas carnes. ■ L.M.C.
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DIPLOMA MUY CARO, UN
(Stealing Harvard), Columbia, EE.UU., 2002, 82 min.
Productor: Susan Cavan, Marty Ewing. Director: Bruce McCulloch.
Guión: Martin Hynes, Peter Tolan. Fotografía: Ueli Steiger. Música: Chris-
tophe Beck. Intérpretes: Tom Green, Jason Lee, Leslie Mann, Megan
Mullaly, Chris Penn, Seymour Cassel, Dennis Farina. ●
Freddy el colgao se vendió como la peor comedia produ-
cida por unos estudios de toda la historia del arte cine-
matográfico, y lo cierto es que con este reclamo mucha
gente fue a verla (algo preocupante). Su protagonista era
Tom Green, el mismo que ahora contraataca con esta
cinta de tal mediocridad que no llega ni al vergonzoso
estatus de la anterior película. ■ G.Q.
DI QUE SÍ
Columbia España/Zebra Prod., España, 2004, 104 min.
Director: Juan Calvo. Guión: Juan Calvo. Fotografía: Gonzalo Berridi.
Música: Federico Jusid. Intérpretes: Paz Vega, Santi Millán, Santiago
Segura, Pepe Viyuela, Constantino Romero, Chus Lampreave, Ornella
Muti. ●
Rancia y de colorcillo gamba (el proyecto es el primero
financiado por la filial española de Columbia Pictures)
comedia vodevilesca cuya flojera creativa y baja autoes-
tima alcanza niveles alarmantes. Por supuesto que a estas
alturas no esperamos que resuciten Hepburn y Tracy o
hasta Day y Hudson para poner otra pica en la guerra de
sexos, pero las tramas e intrigas en el plató o en el jacuz-
zi de Oropesa que plantea el filme son rasantes y hasta
subterráneas. Hasta el tema de la cita a ciegas como pre-
mio de una rifa televisiva y el santo varón reciclado por el
salero de una lozana hembra suenan a rancio, a pesar de
los intentos del esforzado Santi Millán y la dicharachera
Paz Vega (cuyo acentazo “andalusí” llega a su apoteosis
al pronunciar salerosamente “chuchi” ante una ración de
pescado crudo nipón), secundados por Pepe Viyuela y el
siempre entrañable Santiago Segura. Aunque la cosa
mejora en el tramo final estilo Cinema Paradise, la pelícu-
la no deja de ser un buñuelo de viento que, una vez más,
encabezó el ránking de las más taquilleras del reino el fin
de semana de su estreno. ■ J.C.
DISCRETA, LA
(La discrète), Francia, 1990, 94 min.
Productor: Alain Rocca. Director: Christian Vincent. Guión: Christian
Vincent, Jean-Pierre Ronssin. Fotografía: Romain Winding. Montaje:
François Ceppi. Música: Jay Gottlieb. Intérpretes: Fabrice Luchini, Judith
Henry, Maurice Garrel, Marie Bunel, François Toumarkine, Brice Beau-
gier, Yvette Petit, Nicole Félix. ****
Es innegable, como se ha dicho, y la presencia de Luchi-
ni sólo viene a corroborarlo, que existe en La discreta un
cuerpo rohmeriano. Como en una comedia o un prover-
bio, o un cuento moral si se quiere, se entra en el cine con
la pesadez con que la vida nos castiga y se sale de él, tras
la película, ligero, liviano. Las comedias de Rohmer y La
● ●
Dispara fuerte, más fuerte... no lo entiendo | 151
●
discreta son excelentes infusiones digestivas. Debemos
todavía ingerir muchas sopas para desvelar el misterio de
sus texturas y sus conceptos, el motivo por el que acaba-
mos sus representaciones como exorcizados, libres del
mal; en el calendario de la espiritualidad, veinte años más
jóvenes. ¿No han experimentado qué sabor tiene una cer-
veza, o un dry martini, por ejemplo, tras una película de
Rohmer, cómo su bruma lupular teje en nuestros sentidos
la figura de la perversidad perdida? Después de una misa
de Rohmer, hay que entrar razonablemente en una cocte-
lería. Tras la depuración, es deber empezar a pecar de
nuevo. Estamos hablando de don Eric con una insistencia
desmesurada. A La discreta le falta todavía un pellizco de
malicia y no poca maestría en el arte de enhebrar esce-
nas que luego desvelarán su transparencia inmaculada
para poder apelar a tan distinguido modelo. Pero el sen-
dero está bien trazado, perfectamente encarrilado. Los
personajes destilan esa mezcla de cinismo voluntario e
involuntaria inocencia que caracterizan la fauna del
maestro. El hallazgo, naturalmente, superada la verborrea
filosófica de guardarropía de Luchini, es Judith Henry,
rostro ingenuo, mirada de vidas difuminadas por un pasa-
do de muchas y muy intensas vivencias y, pese a ello,
mirada que clama ternura, un abrazo, sinceridad. Misma-
mente, la imagen exacta de la fragilidad, esa palabra hui-
diza desterrada hoy de casi todo celuloide. Por ello, y por
el aroma de Rohmer –hierbabuena–, esa cristalina exposi-
ción de los más delicados impulsos del corazón mediati-
zados por un breve mal paso del cerebro, brindo por La
discreta, una de esas agradables películas que, de vez en
cuando, todavía nos procuran enseñanzas. ■ J.B.C.
DISPARA FUERTE, MÁS FUERTE...
NO LO ENTIENDO
(Spara forte, più forte... non capisco), Master, Italia, 1966, 100 min.
Productor: Pietro Notarianmi. Director: Eduardo de Filippo. Guión: Suso
Cecchi d´Amico (basado en la novela “Le voci di dentro”, de Eduardo de
Filippo). Fotografía: Ajace Parolin. Montaje: Ruggero Mastroianni, Lea
Mazzocchi. Música: Nino Rota. Dirección Artística: Gianni Polidori,
Andrea Crisanti. Intérpretes:: Marcello Mastroianni, Rachel Welch,
Guido Alberti, Leopoldo Trieste. **
Parodia, más bien floja, del cine policiaco, donde Mas-
troianni está algo pasado de rosca no sólo en su maquilla-
je de barba y perilla sino también con algunos gestos y
actitudes que es para darle con una sartén en la cabeza.
Tampoco le ayuda su compañera Rachel Welch, de la que
se agradece se muestre en ropa interior pero que no tiene
nada que ofrecer en cuestión cómica. Además, hay un mo-
lesto personaje en forma de tío del protagonista, del que
se quieren sacar conclusiones anarquistas puesto que sólo
se comunica con el mundo a través del ruido que provo-
can sus petardos. El asunto es el de un pintor que está
convencido de que uno de sus vecinos ha sido asesinado,
por lo que empieza a investigar las vidas ajenas. En oca-
siones parece querer seguir la línea de la comedia policia-
ca de Stanley Donen Charada (Charade, 1963), pero está
tan alejada de ella como Cuenca de Melbourne. ■ L.M.C.
●
152| Distracción fatal
● ● ●

DISTRACCIÓN FATAL mas neorrealistas como El ferroviario y cintas policiacas

(Fatal Instinct), EE.UU., 1993, 92 min. como Un maldito embrollo. Por su parte, Mastroianni
Productor: Pierce Gardner, Katie Jacobs. Director: Carl Reiner. Guión: alcanzaba entonces la cumbre de su carrera con La dolce
David O’Malley. Fotografía: Gabriel Beristain. Montaje: Bud Molin, Ste- vita, de Fellini, y La noche, de Antonioni. ■ M.Q.
phen R. Myers. Música: Richard Gibbs. Dirección Artística: Daniel Mal-
tese. Intérpretes:: Armand Assante, Sherilyn Fenn, Kate Nelligan, Sean
Young, Christopher McDonald, James Remar, Tony Randall. *

La vulneración de los códigos de género siempre fue el

punto fuerte de Carl Reiner, hoy menos famoso que su
hijo, Rob Reiner. Distracción fatal llegó tres años después
de Hay un muerto en mi cama, y muestra claramente el
declive del talento cómico de su autor.
Porque el filme se pretende una parodia de películas
como Durmiendo con su enemigo, El cabo del miedo, Ins-
tinto básico y –por supuesto– Atracción fatal. Dado que
los cineastas siempre vuelven al lugar del crimen, Reiner
–como hizo en Cliente muerto no paga, donde aparecían
Barbara Stanwyck y Fred MacMurray– intenta apuntalar
el insostenible edificio argumental saqueando Perdición,
el portentoso film noir de Billy Wilder.
Película que busca la complicidad del espectador
mediante la acumulación de referencias y el saqueo de
ideas ajenas, también los intérpretes son objeto de inmi-
sericorde chanza a costa de sus anteriores papeles en el
cine: Armand Assante (Los reyes del mambo), Kate Nelli-
gan (El príncipe de las mareas) o Sean Young (No hay
salida, Bésame antes de morir), cuyo personaje responde
al improbable nombre de Lola Cain.
Hay algún gag afortunado, pero Distracción fatal se
revela como una extravagancia oportunista, reiterativa y
aburrida. Sólo destaca la elegancia del look visual logra-
do por Gabriel Beristain, que fue el director de fotografía
de Caravaggio, el filme dirigido por el malogrado Derek
Jarman. ■ LL.B.M.
DIVORCIO DE LA SEÑORITA X, EL
(The Divorce of Lady X), London Films, Reino Unido, 1938, 92 min.
DIVORCIO A LA ITALIANA Productor: Alexander Korda. Director: Tim Whelan. Guión: Ian Dalrym-
(Divorzio all’italiana), Vides Cinematográfica/Lux Film/Galatea, Ita- ple, Arthur Wimperis, Lajos Biró (basado en la obra “Counsel’s Opi-
lia, 1961, 120 min.
nion”, de Gilbert Wakefield). Fotografía: Harry Stradling. Montaje: L.J.W.
Productor: Franco Cristaldi. Director: Pietro Germi. Guión: Ennio de Stockviss, William Hornbeck. Música: Miklos Rozsa. Dirección Artística:
Concini, Alfredo Giannetti, Pietro Germi. Fotografía: Leonida Barboni, Lazare Meerson. Intérpretes: Merle Oberon, Laurence Olivier, Binnie
Carlo di Palma. Montaje: Roberto Cinquini, Mario Morra, Sergio Monta- Barnes, Ralph Richardson, Morton Selten, Gus McNaughton. ***
nari. Música: Carlo Rustichelli. Dirección Artística: Carlo Egidi. Vestua-
rio:: Dina di Bari. Intérpretes: Marcello Mastroianni, Daniela Rocca, Ste- El productor Alexander Korda utilizó un maravilloso Tech-
fania Sandrelli, Leopoldo Trieste, Odoardo Spadaro, Angela Cardile. nicolor de tres bandas para dar a esta intrascendente
**** comedia un lustre especial. La película, un remake de
Counsel’s Opinion (título de la obra homónima de Gilbert
Un aristócrata italiano se enamora de su hermosa y joven Wakefield), está protagonizada por su futura esposa
sobrina e idea una arriesgada estratagema para librarse Merle Oberon, en el papel de Leslie Steele, una chica con
traumáticamente de su fea y pacata mujer –dado que el ganas de juerga a quien una de esas nieblas que tanto
divorcio no es posible– utilizando a un antiguo novio de gustan a los americanos obliga a permanecer en un lujo-
ella para crear una situación comprometida. Una comedia so hotel de Londres. Un joven abogado (Laurence Oli-
llena de cinismo, humor cruel y sabia observación de los vier) se ve obligado a compartir su habitación (y su pija-
usos y costumbres de una sociedad fundada en el ma) con la atractiva joven, situación que le involucra en
machismo, en un añejo sentido del honor y en la hipocre- un enredo de identidades. Luego cree que la chica es la
sía como forma de relación. Germi, que colaboró en el esposa de un lord (Ralph Richardson), que en realidad
guión junto a Ennio de Concini y Alfredo Granetti –gana- está casado con Binnie Barnes, de la que quiere divor-
ron por ello un Oscar–, se había dado a conocer con dra- ciarse. La cosa es de lo más banal y tontorrona: al final, el

● ● ●

● ●
lord se reconcilia con su mujer y el abogado se empareja
con la chica de la que se ha enamorado: Leslie. El tecni-
color funciona, pero Oberon no: salta a la vista que la
comedia no era su fuerte. Y puesto que Olivier hace poco
más que mohines, los honores interpretativos se los lle-
van Richardson y Barnes. Muy excéntrica, pero bastante
divertida. ■ J.D.D.
DIVORCIO ES COSA DE TRES, EL
(Alfredo, Alfredo), Rizzoli/FrancoRiz, Italia-Francia, 1972, 110 min.
Productor: Gluglielmo Colonna. Director: Pietro Germi. Guión: Leo Ben-
venutti, Piero de Bernardi, Tullio Pinelli, Pietro Germi. Fotografía: Ajace
Parolin. Montaje: Sergio Montanari. Música: Carlo Rustichelli. Dirección
Artística: Carlo Egidi. Intérpretes: Dustin Hoffman, Stefania Sandrelli,
Carla Gravina, Saro Urzi. **
Última película completa de Pietro Germi (falleció duran-
te el rodaje de Habitación para cuatro, 1975), y una de sus
más desafortunadas alegorías sociales. La presencia de
Dustin Hoffman, claramente contratado por el boom de
El graduado (1967), parece bastante distante de lo que se
está relatando, siendo incapaz de transmitir las emocio-
nes y el punto de melancolía que necesitaba el persona-
je. Todo gira en torno a Alfredo, un tímido empleado de
banca que se casa con María Rosa, una celosa y posesiva
mujer italiana que le hace la vida imposible. Sin embargo,
Alfredo creerá encontrar la felicidad con la dulce Caroli-
ne, con quien promete no cometer el mismo error del
matrimonio. ■ L.M.C.
DIVORCIO QUE VIENE, EL
Pedro Masó P.C./Impala, España, 1980, 120 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Masó. Guión: Pedro Masó, Rafa-
el Azcona. Fotografía: Alejandro Ulloa. Montaje: Alfonso Santacana.
Música: Juan Carlos Calderón. Dirección Artística: Ramiro Gómez.
Intérpretes: José Sacristán, Mónica Randall, José Luis López Vázquez,
Amparo Soler Leal. *
En pleno debate sobre la hecatombe que se nos venía
encima con la posible aprobación de la ley del divorcio (la
Iglesia, siempre tan sutil, prometía desastres infernales
ante el asunto), el avispado Pedro Masó propuso la pri-
mera película sobre el tema, lo que le reportó buenos
resultados en taquilla. Sin embargo, y a pesar de la cola-
boración de Azcona en el guión, se nota que es un pro-
yecto con las prisas del momento, oportunista y absurdo
hasta caer en el ridículo. Dos amigos (Sacristán y López
Vázquez, en un retroceso a las comedias de los 60)
disuelven el negocio que llevan en conjunto al dejar uno
de ellos embarazada a la mujer del otro. Por supuesto, el
pretendido enredo cómico se termina a la media hora,
con lo cual después asistimos al vacío más cruel que
puede existir en una pantalla de cine: la apatía. Como
curiosidad mencionar que en una escena de El crack, el
estimable thriller de José Luis Garci, sus protagonistas
han sacado entradas en el cine Capitol de Madrid para ir
a ver El divorcio que viene. ■ L.M.C.
● ●
Doctor se casa, El | 153
●
DR. DOLITTLE 2
Davis Entertainment, EE.UU., 2001, 87 min.
Productor: John Davis. Director: Steve Carr. Guión: Larry Levin. Fotogra-
fía: Daryn Okada. Montaje: Craig P. Herring. Música: David Newman.
Dirección Artística: William Sandell. Vestuario: Ruth Carter. In
ntérpretes:
Eddie Murphy, Kristen Wilson, Jeffrey Jones, Kevin Pollak, Raven Symo-
né, Kyla Pratt, Lil Zane. *
Un espectador de seis años mínimamente formado
podría argumentar que Dr. Dolittle 2 le ha parecido una
comedia demasiado infantil. Háganse, pues, una idea de
los derroteros por los que cabalga esta secuela inofensi-
va del remake de El extravagante doctor Dolittle, película
de Richard Fleischer de 1967. El filme aboga por la ecolo-
gía, la unidad familiar y el buen entendimiento con los
animales. Y a Murphy se lo come, artísticamente hablan-
do, un oso parlanchín y simpático, auténtica estrella de
esta deficitaria función que uno recomendaría a los más
peques si no fuera porque, a veces, el concepto “cine
infantil” encierra una coartada: cine infantil también es El
chico (la de Chaplin, no fastidiemos), Mi tío, La fiera de mi
niña y El capitán Blood; cine infantil puede también serlo
Dersu Uzala, donde la ecología viene acompañada de un
discurso personal. Probablemente todas ellas contengan
mayores enseñanzas para el crío que la aparentemente
saludable comicidad de Dr. Dolittle 2. ■ J.B.C.
DOCTOR SE CASA, EL
(The Doctor Takes a Wife), Columbia, EE.UU., 1940, 83 min.
Productor: William Perlberg. Director: Alexander Hall. Guión: George
Seaton, Ken Englund (basado en una historia de Aleen Leslie). Fotogra-
fía: Sid Hickox. Intérpretes: Loretta Young, Ray Milland, Reginald Gardi-
ner, Gail Patrick, Edmund Gwenn, Frank Sully, George Metaxa, Gordon
Jones, Charles Halton. ***
Un profesor universitario de medicina es incorrectamen-
te asociado en la prensa a una joven autora feminista.
Pero la errónea publicidad referida a su “matrimonio” se
revela muy beneficiosa para ambos, disparando las ven-
tas del libro de ella y proporcionándole a él una impor-
tante promoción. Durante un tiempo fingen estar casados
por puro interés, pero un día se descubren discutiendo
por la clase de trivialidades que una pareja casada consi-
deraría genuinamente merecedoras de combate verbal.
En la tradición de la screwball, el antagonismo finalmen-
te deja caer su máscara y aparece el amor.
A estas alturas, Columbia ya se había convertido en la
más fiable proveedora del género, lanzando trabajos
menores como El doctor se casa con sólo un aparente
mínimo esfuerzo y dos estrellas prestadas, Ray Milland de
la Paramount y Loretta Young de la Fox, ésta realizando
su debut en la screwball después de una larga serie de
apariciones en suaves comedias románticas. La cínica
visión de la publicidad de los medios combinada con el
oportunista aprovechamiento que los protagonistas
hacen de su nueva fama nos devuelve superficialmente a
la maldad de La reina de Nueva York. Lo que se echa de
menos aquí es un director como William A. Wellman y
●
154| Doctor Terselli, médico de la clínica...
● ●
una protagonista como Carole Lombard, además de una
verdadera sensación de indignación cómica ante la false-
dad inherente a convertirse en una celebridad por obra y
gracia de los medios. ■ J.T.
DOCTOR TERSELLI, MÉDICO
DE LA CLÍNICA VILLA CELESTE,
AFILIADA A LA MUTUA ,EL
(Il prof. Dott. Guido Tersilli, primario della clinica Villa Celeste con-
venzionata con le mutue), San Marco Cine, Italia, 1969, 104 min.
Productor: Bino Cicogna. Director: Luciano Salce. Guión: Alberto Sordi,
Sergio Amidei. Fotografía: Sante Achilli. Montaje: Sergio Montanari,
Paola Carlotti. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Franco Botta-
ri. Intérpretes:: Alberto Sordi, Evelyn Stewart, Pupella Maggio, Claudio
Gora. ***
Secuela de El médico de la mutua, donde de nuevo Sordi
interpreta al doctor Tersilli, ser absolutamente desprecia-
ble y sin escrúpulos que, en esta ocasión, logra trepar
hasta una clínica de lujo, aunque sólo atiende a los
pacientes que le puedan pagar grandes sumas de dinero.
Mucho más disparatada que la primera entrega –y tam-
bién menos divertida porque ya conocemos las situacio-
nes de antemano–, en esta ocasión Luciano Salce entra
bisturí en mano dispuesto a cortar cualquier intento de
humanización sin anestesia ni nada. Que el comporta-
miento indigno del personaje de Sordi se refleje en
muchos galenos de la vida cotidiana es uno de los hallaz-
gos del film, que cuenta con un final mucho más cínico de
lo habitual, cuando el doctor Tersilli, a pesar de la mala
fama entre sus compañeros, vuelve a ganar más dinero
con una clínica de cirugía estética. ■ L.M.C.
DOCTOR T Y LAS MUJERES, EL
(Dr T and the Women), EE.UU.-Alemania, 2000, 122 min.
Productor: Robert Altman, James McLindon. Director: Robert Altman.
Guión: Anne Rapp. Fotografía: Jan Kiesser. Montaje: Geraldine Peroni.
Música: Lyle Lovett. Dirección Artística: John Bucklin. Intérpretes:
Richard Gere, Helen Hunt, Farrah Fawcett, Laura Dern, Shelley Long,
Tara Reid, Kate Hudson, Liv Tyler, Robert Hays, Matt Malloy, Janine Tur-
ner, Holly Pelham. ***
Richard Gere es el doctor Sullivan Travis, un ginecólogo
de Dallas alrededor del que se mueven su mujer, su aman-
te, su hija y sus clientes, en un desfile de tipos femeninos
definitorios. Una comedia no tan coral como El juego de
Hollywood o Vidas cruzadas y menos ingeniosa en su
propuesta, aunque pueda considerarse como un home-
naje irónico de Altman al metrosexual. ■ M.Q.
DOGMA
View Askew/STK, EE.UU., 1999, 130 min.
Director: Kevin Smith. Guión: Kevin Smith. Fotografía: Robert D. Yeo-
man. Música: Howard Shore y canción de Alanis Morisette. Intérpretes:
Ben Affleck, Matt Damon, Salma Hayek, Linda Fiorentino, Janeane Garo-
falo, Jason Lee, Chris Rock, Alan Rickman, Alanis Morisette. *
● ●
●
La caída en picado del cineasta de Nueva Jersey tocó
asfalto, o purgatorio, en esta “comedia divina” que re-
cuerda aquellas aparatosas superproducciones de los se-
senta con reparto plagado de estrellas más preocupadas
de su cheque que de su marca. En este caso, el dúo diná-
mico Affleck-Damon lleva el peso específico de la alambi-
cada historia, compuesta de ángeles caídos a redimir, de-
monios carnales y buñuelianos (bueno, más quisieran), un
profeta en el banquillo llamado Rufus y un Dios al que da
vida nada menos que la rockera neohippy Alanis Moriset-
te (papel que en un principio iba a recaer en Holly Hunter,
que lo rechazó, provocando la dies irae de Smith metien-
do una puya en el guión a propósito de El piano). Un par
de chistes medianamente irreverentes (el del ornitorrinco
del principio), el peinado de Alan Rickman y el striptease
de Salma Hayek es de lo poco memorable de un fiasco
completo que puso en cuarentena a su autor. ■ J.C.
DOLCE VITA, LA
Riama/Pathe/Gray, Italia-Francia, 1959, 180 min.
Productor: Giuseppe Amato, Angelo Rizzoli. Director: Federico Fellini.
Guión: Federico Fellini, Ennio Flaiano, Tullio Pinelli, Brunello Rondi
(basado en una historia de Fellini, Flaiano y Pinelli). Fotografía: Otello
Martelli. Montaje: Leo Catozzo. Música: Nino Rota. Dirección Artística:
Piero Gherardi. Vestuario: Piero Gherardi. In
ntérpretes: Marcello Mastro-
ianni, Anita Ekberg, Anouk Aimee, Yvonne Furneaux, Magali Noel, Alain
Cuny, Nadia Gray, Lex Barker, Annibale Ninchi, Walter Santesso. ****
Aunque Fellini había ganado ya dos Oscar a la Mejor Pelí-
cula Extranjera con La strada y Las noches de Cabiria, fue
con La dolce vita cuando alcanzó renombre internacional,
en parte por el escándalo que suscitó su temática, en
parte por momentos como el baño de la Ekberg en la
Fontana di Trevi. Crónica romana, introduce el paparazzo,
periodista sensacionalista encarnado con total identifica-
ción por un Mastroianni en la cumbre de sus recursos
expresivos y, a partir de aquí, identificado con una forma
de latin lover. El filme hilvana varias secuencias para con-
figurar un conjunto satírico, en el que la comprensión
sobrepasa la malicia, como es de ley en un creador huma-
nista. Escenas como el vuelo del Cristo, el suicidio de
Steiner en la EUR y la orgía final son piezas maestras.
Mención especial para la música de Nino Rota. ■ M.Q.
●

● ●
DOMADOR DE SIRENAS
(Mr. Peabody and the Mermaid), EE.UU., 1948, 89 min.
Productor: Nunnally Johnson. Director: Irving Pichel. Guión: Nunnally
Johnson (basado en la novela “Peabody’s Mermaid”, de Guy Jones y
Constance Jones). Fotografía: Russell Metty, David S. Horsley (bajo el
agua). Montaje: Marjorie Fowler. Música: Robert Emmett Dolan. Direc-
ción Artística: Bernard Herzbrun, Boris Leven. Intérprettes: William
Powell, Ann Blyth, Irene Hervey, Andrea King, Clinton Sundberg, James
Logan. ***
Antes de que Disney las impulsara en La sirenita, las nin-
fas marinas mitad mujer mitad pez han transitado inter-
mitentemente por las pantallas y no queda lejana la pre-
sencia turbadora de Daryl Hannah seduciendo al terrestre
Tom Hanks en Un, dos, tres... splash. Pero años antes, en
la década de los cuarenta, dos películas tuvieron a las
sirenas por protagonistas. En 1948, Ken Annakin realizó
Miranda, con Glynis Johns, donde un médico de vacacio-
nes pescaba una sirena y se la llevaba a Londres, hacién-
dola pasar por minusválida. Un año después, y con un
esquema argumental muy similar (un caballero de vaca-
ciones topa con una sirena y se enamora de ella), llegó El
domador de sirenas, una comedia tan sencilla como fran-
camente divertida, producida y escrita por Nunnally
Johnson, prestigioso guionista de, entre otras, Las uvas
de la ira y La mujer del cuadro. Aunque Ann Blyth luce
bien como sirena, la función la domina enteramente el
veterano, elegante e irónico William Powell. ■ J.B.C.
● ●
Don Camilo | 155
●
DOMICILIO CONYUGAL
(Domicilie conjugal), Carrose/Valoria, Francia-Italia, 1970, 95 min.
Productor: Francois Truffaut. Director: Francois Truffaut. Guión: Francois
Truffaut, Bernard Revon, Claude de Givray. Fotografía: Néstor Almen-
dros. Dirección Artística: Jean Mandaroux. Intérpretes: Jean-Pierre
Leaud, Claude Jade, Hiroko Berghaver, Barbara Loage, Daniel Ceccaldi,
Claire Duhamel, Pierre Fabre, Claude Vega, Billy Kearns, Daniel Boulan-
ger. **
En Domicilio conyugal, Truffaut, Jean-Pierre Leaud y An-
toine Doinel, que son el mismo espíritu, la misma perso-
na, han envejecido dos años con respecto a Besos roba-
dos, la tercera entrega de la serie. En este tiempo han
sucedido cosas tan bonitas para Truffaut como La sirena
del Misisipi y El pequeño salvaje. A primera vista no es
mucho tiempo dos años, pero a segunda sí: los suficien-
tes para que Doinel tenga algo bastante parecido a un
hogar, haya contraído matrimonio, haya dejado embara-
zada a su mujer, Christine, y, como si de un poseso se tra-
tara, se enamore enloquecidamente –no, si es que sigue
siendo un loco– de una japonesita, Kyoko. En otras pala-
bras, que Doinel todavía no está preparado para la vida
moderna. Ni es lo suficientemente rebelde ni está sufi-
cientemente integrado en el sistema, que es como por
aquellos años se decía. Doinel sigue en la cuerda floja de
la vida, repitiendo su nombre y su apellido hasta el infini-
to ante el espejo, un espejo que le devuelve una imagen
poco grata. Su existencia es un sinsentido que Truffaut
entona en voz baja, armoniosa y teñida de comedia
sentimental. Una película ligera, bella, serena, como
todas las de Truffaut, o casi todas. No es la última de Doi-
nel, pero como si lo fuera: L’amour en futte, que no lle-
garía a estrenarse en nuestras pantallas, más que una
evolución del personaje era ya algo así como un flash-
back sobre sí mismo, un recuento de insatisfacciones y
frustraciones. ■ J.B.C.
DON CAMILO
Rizzoli Film/Francinex, Francia-Italia, 1952, 100 min.
Productor: Giuseppe Amato. Director: Julien Duvivier. Guión: Julien
Duvivier, René Barjavel (basado en un relato de Giovanni Guareschi).
Fotografía: Nicholas Hayer. Montaje: María Rosada. Música: Alessandro
Cicognini. Dirección Artística: Virgilio Marchi. Intérpretes: Fernandel,
Gino Cervi, Vera Talchi, Franco Interlenghi. ***
Inicio de la saga del entrañable cura Don Camilo y su
enfrentamiento con el alcalde Peppone, que daría lugar a
un buen número de títulos e incluso a un execrable rema-
ke dirigido e interpretado por Terence Hill en 1984. Aun-
que todo gira en torno a la presumible capacidad cómica
de Fernandel, la historia tiene su parte de documento
social al proponer la convivencia pacífica de un pequeño
pueblo de la baja Padania, con un párroco enérgico y un
alcalde comunista. El juego de amor y odio entre ambos
ofrece buenos momentos cómicos, aunque hoy en día ya
algo rancios, conteniendo la inevitable moralina de que,
cuando el cura es enviado a otro lugar, el alcalde se en-
cuentra demasiado solo y echa de menos sus broncas
●
156| ¿Dónde está el frente?
● ●
diarias. Es una especie de retorno cómico a la guerra civil
que acababa de pasar el país, lo cual quiere decir mucho
a favor del cine italiano para no tomar sus problemas
demasiado en serio. ■ L.M.C.
¿DÓNDE ESTÁ EL FRENTE?
(Which Way to the Front?), EE.UU., 1970, 96 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Dee Caruso, Gerald
Gardner, Dick Miller. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Russel
Wiles. Música: Louis Y. Brown. Intérpretes: Jerry Lewis, Jan Murray, John
Wood, Steve Franken, Dack Rambo, Robert Middleton, Willie Davis,
Kaye Ballard. ***
Jerry Lewis, que era judío y que tuvo que hacer frente a
problemas raciales en su adolescencia, quiso homenajear
a Charles Chaplin y a El gran dictador en ¿Dónde está el
frente? Después de esta película, Lewis tardaría nueve
años en volver a ponerse detrás de una cámara hasta ¡Da-
le fuerte, Jerry! Se trata, por consiguiente, de la última
obra representativa de una muy fecunda etapa creativa
por parte de su autor e intérprete. Con ácido sentido del
humor, el cineasta no se limitó a rendirle homenaje a su
admirado Chaplin y a ridiculizar el nazismo, sino que fue
mucho más lejos al arremeter también contra algunos de
los valores sacralizados por los segmentos más inmovilis-
tas de la sociedad norteamericana: el sistema capitalista
más descarnado, el patrioterismo, el estamento militar...
● ●
●
Ciertos compatriotas suyos no se lo perdonaron, olvidan-
do que sólo el bufón puede mofarse del rey y mostrarle
su lado ridículo. ¿Es realmente tan cáustica esta película,
en apariencia una simple comedia de ritmo frenético y
enorme sentido del humor? Cabe responder afirmativa-
mente. Lewis se regodea en su personaje del multimillo-
nario Brandan Byers III, quien al ser el tercero de su gene-
ración ni siquiera ha amasado su enorme fortuna, sino
que, simplemente, la ha heredado. Este hombre de cuyas
decisiones dependen miles de empleos, la subida o el
desplome de los mercados financieros, es en realidad un
adolescente metido en el cuerpo de un adulto. Tiene un
secretario impecable e implacable de origen británico y
toda una cohorte de consejeros, pero de repente es
capaz de ponerse un chupete en los labios, como si fuera
un bebé. Además, el tedio le consume, así que pasa de
ser un millonario aburrido, dictador e insoportable, a con-
vertirse en un mariscal nazi. Suplantar al auténtico jerar-
ca alemán puede cambiar por completo el rumbo de la
Segunda Guerra Mundial, inclinando la balanza a favor de
los aliados. Naturalmente, Jerry lo conseguirá, no sin
antes habernos servido situaciones hilarantes y golpes de
irresistible jocosidad. ■ LL.B.M.
DONDE ESTÉ EL DINERO
(Where the Money Is), EE.UU., 2000, 89 min.
Productor: Chris Dorr, Ridley Scott, Charles Weinstock, Chris Zarpas.
Director: Marek Kanievska. Guión: E. Max Frye, Topper Lilien, Carroll
Cartwright. Fotografía: Thomas Burstyn. Montaje: Garth Craven, Samuel
Craven, Dan Lebental. Música: Mark Isham. Dirección Artística: Martin
Gendron. Intérpretes: Paul Newman, Linda Fiorentino, Dermot Mulro-
ney, Susan Barnes, Anne Pitoniak, Bruce MacVittie. **
Después de realizar dos filmes en los 80 como Otro país
y la fallida adaptación de “Menos que cero”, de Bret Eas-
ton Ellis, titulada Golpe al sueño americano, el británico
Marek Kanievska desapareció hasta su regreso con esta
película, una olvidable comedia de ladrones que no tiene
nada que ver con sus anteriores trabajos y en la que
contó con la veteranía de Newman y el tirón que enton-
ces tenía Linda Fiorentino. ■ G.Q.
DONOVAN QUICK
EE.UU., 1999, 104 min.
Productor: Sue Austen. Director: David Blair. Guión: Donna Frances-
child. Fotografía: Peter Sinclair. Montaje: Mark Day. Música: Anne Dud-
ley. Dirección Artística: Piero Jamieson. Intérpretes: Colin Firth, David
Brown, Ricky Callan, Paul Doonan, Katy Murphy. **
Lucy es una mujer que tiene que sobrellevar muchos pro-
blemas: su alcoholismo, un hermano discapacitado, un
hijo delincuente, una abuela enferma... Su calvario se
paliará cuando alquile una habitación a un sujeto recién
llegado, un tal Donovan Quick, a quien da vida Colin Firth,
el Mark Darcy de las dos entregas de las peripecias sen-
timentales de Bridget Jones. Una comedia dramática sin
especial sustancia. ■ J.B.C.
●

● ●
DON QUINTÍN, EL AMARGAO
Filmófono, España, 1935, 86 min.
Director: Luis Marquina, Luis Buñuel. Guión: Eduardo Ugarte, Luis
Buñuel (basado en la zarzuela “Don Quintín, el amargao”, de Carlos
Arniches, Antonio Estremera y Jacinto Guerrero). Fotografía: José María
Beltrán. Música: Jacinto Guerrero, Fernando Remacha. Intérpretes:
Alfonso Muñoz, Ana María Custodio, Luisita Esteso, Fernando Granada,
Luis de Heredia, Erna Rossi. ***
En 1925, Manuel Noriega ya había rodado una adaptación
muda de la obra homónima de Carlos Arniches y Antonio
Estremera. Pero la emprendida diez años después partía
de más ambiciosos presupuestos y hoy aparece como
una pieza de innegable interés en el marco de la historia
del cine español. Producida por Filmófono (es el primer
filme de esa empresa fundada por Ricardo María Urgoiti
y Luis Buñuel, quien realizará una nueva versión en Méxi-
co, en 1951), rodada en los legendarios estudios CEA, Don
Quintín, el amargao fue la primera película del catalán
Luis Marquina, hombre de cultura y autor de una obra
sumamente irregular y heterodoxa a menudo frecuenta-
da por el ingenio y cierto espíritu vanguardista, como
parcialmente acredita este título y explicitan otros tan
delirantes como El bailarín y el trabajador o Noche fan-
tástica. ■ J.B.C.
DORIS DAY EN EL OESTE
(Calamity Jane), EE.UU., 1953, 101 min.
Productor: William Jacobs. Director: David Butler. Guión: James O’Han-
lon. Fotografía: Wilfred M. Cline. Montaje: Irene Morra. Música: Sammy
Fain. Dirección Artística: John Beckman. Intérpretes: Doris Day, Howard
Keel, Allyn Ann McLerie, Philip Carey, Dick Wesson, Paul Harvey. *
Doris Day en el Oeste es un western en clave de musical
al servicio de la actriz norteamericana, aquí en el perso-
naje de pionera Oeste a la que acompaña otro mito del
Oeste, Wild Bill Hickcok. David Butler –que ya había diri-
gido a Doris Day en los musicales Tea for Two, Lullaby of
Broadway, Abril en París y Operación matrimonio– des-
● ●
Dormilón, El | 157
●
pachó con su habitual eficacia esta película que pasa por
ser una de las preferidas de la actriz norteamericana, lo
cual no es precisamente ninguna buena recomendación.
El tema “Secret Love”, interpretado por Doris Day e in-
cluido en la banda sonora del filme, obtuvo el Oscar a la
Mejor Canción. Abstención recomendable, salvo impro-
bables entusiastas de Doris Day. ■ LL.B.M.
DORMILÓN, EL
(Sleeper), Rolling-Joffe, EE.UU., 1973, 88 min.
Productor: Jack Grossberg. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen,
Marshall Brickman. Fotografía: David M. Walsh. Montaje: Ralph Rosen-
blum. Música: Woody Allen. Diseño de producción: Dale Hennesy.
Dirección Arttística: Dianne Wager. Efectos: A. D. Flowers, Jerry Endler.
Vestuario: Joel Schumacher. Intérpretes: Woody Allen, Diane Keaton,
John Beck, Marya Small, Bartlett Robinson, Mary Gregory, Chris Forbes,
Peter Hobbs, Spencer Milligan, Stanley Ralph Ross. ***
Cuarto largometraje escrito y dirigido por Allen. Al inge-
nioso director-actor le faltaban todavía dos años y otra
película más para darse cuenta de que podía ser bastante
más que un gracioso parodiador de géneros o persona-
jes. Afortunadamente para los cinéfilos, Annie Hall puso
las cosas en su sitio. El dormilón se inspira en la idea cen-
tral de una historia corta de H. G. Wells, “Cuando el dor-
milón despierte”, un argumento que ya había tentado an-
tes a la American International como proyecto para Vin-
●
158| Dos colgaos muy fumaos
● ● ●

cent Price. Lógicamente Allen la trató de una manera di-
ferente. La historia de un hombre que es hibernado des-
pués de una operación equivocada y despierta al cabo de
doscientos años en un mundo inesperado le dio ocasión
para lucir su inteligente sentido del humor con algún que
otro gag francamente divertido, sacando puntos a los
típicos anacronismos. No obstante, sus aciertos se limitan
a estas situaciones aisladas. Al filme le falta la cohesión
que más tarde encontró en sus futuras cintas. ■ A.C.
escena con notable oficio, Dos cuentos para dos presen-
ta la particularidad de ofrecer un comentario pasable-
mente ácido sobre los conflictos de clase, sobre los sue-
ños de gloria y fortuna (que acabarán materializándose)
del obrero corriente y moliente. Uno de los primeros
papeles destacados de Tony Leblanc. ■ J.B.C.

DOS COLGAOS MUY FUMAOS

(Harold & Kumar go to White Castle), Endgame Entertainment,
EE.UU., 2004, 88 min.

Director: Danny Leiner. Guión: Jon Huwitz, Hayden Schlossberg. Foto-

grafía: Christopher Ball, Bruce Douglas Johnson. Música: David Kitay.
Intérpretes: John Cho, Kal Penn, Malin Akerman, Neil Patrick Harris.
***

Danny Leiner, que seguramente nunca frecuentó el Caba-

ret Voltaire a pesar de sus maneras puramente dadaístas,
ya nos embarcó en un viaje al país de las lisérgico-mara-
villas en su insuperable marcianada Colega, ¿dónde está
mi coche? Ahora, el incorregible cineasta traza una línea
imaginaria y pringosa entre Olsen & Johnson y Farrelly &
Farrelly, pasando por Cheech & Chong y hasta Esteso &
Pajares, si nos apuran, con este zumbado viaje a través de
la noche de dos descacharrantes miembros de sendas
“minorías étnicas” (y sin duda neuronales) en busca de
una hamburguesería en el reino de Oz, prácticamente.
Por supuesto, muchas veces el estilo de Leiner cae en el
cepo del “caca-culo-pedo-pis”, aunque en otras la oda al
humor absurdo, descerebrado y “gonzo” es tan brutal
que hay que verlo para creerlo. Entre los highlights sin
desperdicio (o, mejor, con) destaquemos el purulento
encuentro con el granjero monstruoso (puro Gordon DOS EN LA CARRETERA
Lewis embalsamado con Tod Browning) o el cameo de (Two for the Road), 20th Century Fox, Reino Unido, 1967, 112 min.
Neil Patrick Harris, aquel médico precoz en un papelón Productor: Stanley Donen. Director: Stanley Donen. Guión: Frederic
poco hipocrático. En fin, una osadía que da carpetazo y Raphael. Fotografía: Cristopher Challis. Montaje: Richard Marden,
tententieso a la comedia teen y trash tan en boga en los Madeleine Gug. Música: Henry Mancini. Dirección Artística: Willy Holt.
noventa y que igual se convierte en un “pequeño clásico”, Intérpretes: Audrey Hepburn, Albert Finney, Eleanor Bron, William
como apuesta el “Washington Post” nada menos. ■ J.C. Daniels, Claude Dauphin, Georges Descrieres. *****

Stanley Donen, el magnífico autor de Un día en Nueva

DOS CUENTOS PARA DOS
España, 1947, 90 min.
Productor: Enrique Balader. Director: Luis Lucía. Guión: Luis Lucía,
Manuel López Marín (basado en la novela “El despertar de Cenicienta”,
de José Mallorquí). Fotografía: Emilio Foriscot. Montaje: José Antonio
Rojo. Música: José Ruiz de Azagra. Intérpretes: Tony Leblanc, Carlota
Bilbao, Manuel Alexandre, José Isbert, María Isbert, José Franco, Francis-
co Alarcón. ***
Adaptación –por el propio Luis Lucía– de la novela de
José Mallorquí Figuerola “El despertar de Cenicienta”,
una comedia de enredos en la que Carlota Bilbao encar-
na dos papeles, el de una manicura novia del protagonis-
ta y el de una modelo de peletería. Bien interpretada, dia-
logada y fotografiada (por Emilio Foriscot), puesta en
York, Cantando bajo la lluvia –estas dos codirigidas con
Gene Kelly–, Siete novias para siete hermanos e Indiscre-
ta, por poner sólo unos pocos títulos señeros, nos propu-
so en 1967, a partir de un excelente guión de Frederic
Raphael, y en clave de comedia sofisticada, un retrato
sobre el matrimonio –y, por extensión, sobre la pareja–, el
paso del tiempo, la erosión del amor y las ilusiones, etcé-
tera. Aunque barnizada con una capa de perfumada
melancolía (y regada con una banda sonora elegante y
extraordinaria de Henry Mancini), Dos en la carretera es,
en este sentido, una de las más cruentas reflexiones
sobre el inexorable proceso de descomposición de la
pareja. Albert Finney y Audrey Hepburn, ejemplares, die-
ron credibilidad, autenticidad y verdadero sabor a esta
road movie. ■ J.B.C.

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DOS ESPÍAS EN MI CAMA
(La totale), Films 70/MDG Productions, Francia, 1991, 102 min.
Productor: Pierre Guachet. Director: Claude Zidi. Guión: Simon Mickael,
Claude Zidi. Fotografía: Jean-Jacques Tarbes. Montaje: Nicole Saunier.
Música: Vladimir Cosma. Dirección Artística: Françoise Deleu. Intérpre-
tes:: Miou-Miou, Thierry Lhermitte, Eddy Mitchell, Michel Boujenah.
****
Hoy en día convertida en clásico, más que nada porque
después James Cameron realizaría un aparatoso remake
norteamericano con el título de Mentiras arriesgadas
(True Lies). Eso sí, los distribuidores españoles destroza-
ron por completo la carrera comercial del film francés por
varios motivos: primero por estrenarlo dos años después;
luego por colocarle este título que suena a insufrible
ladrillo pseudo-erótico ya pasado de moda; y en tercer
lugar por cambiar su cartel anunciador original con un
poster español donde aparece una chica medio desnuda
(ya quisiera Miou-Miou estar tan buena) en una cama de
la que surgen dos tipos disparando con abundante mate-
rial bélico, mientras que las banderas americanas y de la
URSS aparecen partidas por la mitad... ¡cuando la URSS
ya no existía! Una injusticia porque, como comedia, es
bastante divertida, y como película mucho mejor que la
americana. ■ L.M.C.
DOS ESTAFADORES Y UNA MUJER
(Tin Men), Touchstone, EE.UU., 1987, 112 min.
Productor: Mark Johnson. Director: Barry Levinson. Guión: Barry Levin-
son. Fotografía: Peter Sova. Montaje: Stu Linder. Música: David Steele,
Andy Cox. Diseño de producción: Peter Jamison. Vestuario: Gloria Gres-
ham. Intérpretes: Richard Dreyfuss, Danny De Vito, Barbara Hershey,
John Mahoney, Jackie Gayle, Stanley Brock, Seymour Cassel, Bruno
Kirby, J.T. Walsh, Richard Portnow. ****
Los pequeños proyectos personales del director Barry
Levinson (Rain Man) son los más divertidos. Éste, junto
con Diner, es uno de los mejores. Bill Babowsky (Drey-
fuss) y Ernest Tilley (DeVito) son dos vendedores de alu-
minio rivales que no hacen ascos a hacerse pasar por
fotógrafos de la revista “Life” para poner el pie en la
puerta y descargar sus mercancías ante el desprevenido
propietario de la casa. Entre ellos estalla una discusión
por el parachoques abollado de un Cadillac, y poco a
poco la disputa va en aumento, pasando de las represa-
lias golpe por golpe a la cruel seducción de la esposa de
Tilley (Hershey) por parte de Bill como venganza. Pero a
Bill le sale el tiro por la culata cuando se enamora, una
experiencia agotadora con la que no había contado en su
plan. La película no es redonda, hay baches, montículos
y pantanos en su camino. Pero es una buena comedia,
con valiosos toques cómicos, brillantes diálogos y mara-
villosas interpretaciones de Richard Dreyfuss y Danny
DeVito, hábilmente respaldados por Barbara Hershey,
John Mahoney, Bruno Kirby y J. T. Walsh. A pesar de las
risas, hay un trasfondo agridulce recorriendo toda la
cinta y el tono es de lamento más que de cálida nostal-
gia. ■ J.D.D.
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Dos mejor que uno | 159
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DOS FUGITIVOS
(Les fugitifs), DD Productions/Fideline/Elve, Francia, 1986, 89 min.
Productor: Jean-Claude Bourlat. Director: Francis Veber. Guión: Francis
Veber. Fotografía: Luciano Tovoli. Montaje: Marie-Josephe Yoyotte. Músi-
ca: Vladimir Cosma. Dirección Artística: Gerard Daoudal. Intérpretes:
Gérard Depardieu, Pierre Richard, Anais Bret, Jean Carmet. ****
Comedia sin rodeos, que no pierde el tiempo en innece-
sarios argumentos paralelos ni romances, llegando inclu-
so a concebir un arriesgado final donde los dos amigos
acaban consolidando su relación... ¡como pareja! (y no
sólo porque Richard vaya vestido de mujer). Práctica-
mente perfecta en la presentación de personajes y desa-
rrollo posterior, supone el punto más álgido del cine de su
autor, Francis Veber, especialista en historias de amistad
entre hombres, en la mejor tradición del último cine de
Billy Wilder, y que ya había probado a la pareja Depardieu
& Richard sin mucha fortuna en La cabra (1982) y Com-
padres (1983). Aquí cuenta la historia de un célebre
ladrón que acaba de salir de prisión (Depardieu) que es
tomado como rehén en el atraco a un banco realizado
por un torpe hombrecillo (Richard), que necesita el dine-
ro para mantener a su hija, una niña frágil, casi en minia-
tura y con un rostro angelical. Toda una lección de diálo-
gos ingeniosos, situaciones originales y personajes entre
el patetismo y la hilaridad, que pasa por ser un merecido
clásico del cine francés. Su mismo director realizó una
aceptable versión americana, Tres fugitivos (1989), prác-
ticamente calcada en todo excepto en su final. ■ L.M.C.
DOS FUSILEROS SIN BALA
(Bonnie Scotland), EE.UU., 1935, 80 min.
Productor: Hal Roach. Director: James W. Horne. Guión: Frank Butler,
Jefferson Moffitt. Fotografía: Art Lloyd, Walter Lundin (sin acreditar).
Montaje: Bert Jordan. Música: Marvin Hatley (sin acreditar), Leroy Shield
(sin acreditar). Intérpretes: Stan Laurel, Oliver Hardy, June Lang, William
Janney, Anne Grey, Vernon Steele, James Finlayson. ****
Un argumento demasiado enrevesado -y algunos núme-
ros cómicos de anteriores películas- no evitan que Dos
fusileros sin bala sea una de las más deliciosas comedias
de la “era dorada” de Laurel y Hardy. Esta parodia de Tres
lanceros bengalíes presenta al dúo viajando desde Amé-
rica a Escocia para reclamar una herencia, y después alis-
tándose (accidentalmente) en el Ejército Británico para
servir en la India. Hay algunos momentos memorables,
sobre todo cuando improvisan uno de sus pequeños bai-
les mientras –supuestamente– limpian la explanada para
el desfile, y tenemos el bonus añadido del bigotudo
James Finlayson, como un ruin sargento mayor, compen-
sando el lánguido interés amoroso interpretado por June
Lang. ■ J.T.
DOS MEJOR QUE UNO
TVE/Brezal P.C./Anem Films/Estela Films, España, 1984, 92 min.
Productor: Rafael Díaz Salgado. Director: Ángel Llorente. Guión: Ángel
Llorente, José Luis Olaizola (basada en la novela de éste último). Foto-
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160| Dos pájaros a tiro
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grafía: Ángel Luis Fernández. Montaje: José Luis Matesanz. Música:
Joseph Mas “Kitflus”. Dirección Artística: José Lago. Intérpretes: Anto-
nio Resines, José Sacristán, Carmen Elías, Rafael Alonso. ***
Rafael, un guardia de seguridad, decide plantar un huer-
to en ese lugar contando con la ayuda de un moro que no
entiende español, de un frutero, un mecánico y de una
portera. Para que su idea fructifique, deben robar el agua
de la entrada de los calefactores de un banco vecino. Un
planteamiento interesante que acaba convirtiéndose en
la historia de una amistad entre Rafael, reposado y culto,
y su amigo, un especialista en complicarse la vida y aca-
bar en la cárcel. La naturalidad de Resines y el carisma de
Sacristán hace que la película funcione admirablemente
en su tono de comedia, aunque queda algo inconexa
debido a sus numerosos flashback (donde conocemos el
pasado de los personajes) y en los liosos computadores
del banco. De cualquier forma, acaba resultando un her-
moso, y algo utópico, canto a la ayuda desinteresada, a la
vecindad perdida y a proteger la naturaleza en mitad de
la contaminación de la ciudad. Contiene una canción de
Joaquín Sabina. ■ L.M.C.
DOS PÁJAROS A TIRO
(Bird on a Wire), Badham-Cohen/Interscope, EE.UU., 1990, 110 min.
Productor: Rob Cohen. Director: John Badham. Guión: David Seltzer,
Louis Venosta, Eric Lerner. Fotografía: Robert Primes. Montaje: Frank
Morriss, Dallas Puett. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística: Philip
Harrison. Intérpretes: Mel Gibson, Goldie Hawn, David Carradine, Bill
Duke, Joan Severance, Stephen Tobolowsky. ***
Cuidado con las películas que presumen de una clasifica-
ción híbrida como comedia romántica de acción y acre-
ditan a tres guionistas (¿uno por género?). A este mode-
lo pertenece Dos pájaros a tiro, que –como la posterior
Colegas a la fuerza– es de lo más flojo de su director, aun-
que confirma su buen pulso para manejar materiales de
este tipo: John Badham es un cineasta que nunca aburre.
En este filme, en efecto, no da opción al bostezo: Mel Gib-
son interpreta a Rick, un ex-traficante de poca monta que
ha estado ocultándose durante quince años bajo un pro-
grama de protección de testigos del FBI. Testificó en un
caso de drogas y, desde entonces, cambia de identidad y
de trabajo igual que la gente cambia de calcetines. Pero
● ●
●
el hombre al que señaló acaba de salir de prisión. Rick
emprende la huida con una antigua novia de sus días de
hippy, Marianne (Hawn), una abogada que al embarcarse
en ese peligroso estilo de vida tiene la expresión perma-
nente de un niño en una montaña rusa. El argumento nos
ofrece una primera media hora cargadita de emociones:
conocemos a los malos (liderados por un taciturno Carra-
dine), vemos discutir a Rick y Marianne y experimenta-
mos el frenesí de un tiroteo y una persecución. A partir
de ahí, la película aprieta el acelerador y no lo suelta
hasta el final y su apoteosis en el zoo, ofreciéndonos más
de lo mismo con variaciones en el paisaje. Es un sinsenti-
do en su mayor parte, pero expertamente manejado por
Badham, y presume de la rara visión del macho Gibson
haciéndose pasar por un peluquero gay. Hawn es una ca-
paz, aunque a veces irritante, compañera, mientras David
Carradine, Bill Duke y Stephen Tobolowsky son un entre-
tenido trío de villanos. Tiene una gran banda sonora de
los años sesenta; el resto es una lástima. ■ J.D.D.
DOS PILLOS Y UNA HERENCIA
(The Fortune), Columbia, EE.UU., 1975, 88 min.
Productor: Mike Nichols, Don Devlin. Director: Mike Nichols. Guión:
Adrien Joyce. Fotografía: John A. Alonzo. Montaje: Stu Linder. Música:
David Shire. Diseño de producción: Richard Sylbert. Dirección Artísstica:
Stewart Campbell. Intérpretes: Warren Beatty, Jack Nicholson, Stockard
Channing, Florence Stanley, Richard B. Shull, Thomas Newman, John
Fiedler, Scatman Crothers, Dub Taylor, Ian Wolfe. **
Una excéntrica pero a menudo hilarante comedia sobre
un absurdo ménage-à-trois, los mecanismos del sexo en
los años veinte y la perplejidad de los hombres sobre las
cuestiones femeninas. Warren Beatty y Jack Nicholson
incorporan a Nicky y Oscar, dos incompetentes timado-
res que conspiran para despojar a la heredera Freddie
(Channing) de su fortuna. Los acontecimientos degene-
ran en una farsa mal calculada, poco más que una suce-
sión de forzadas viñetas, y subrayan la hábil superficiali-
dad de Mike Nichols. Otra cosa muy distinta es que, aun-
que la sensación de banalidad no es fácil ignorarla, el
despedazado guión de Adrien Joyce suene como si algu-
na vez hubiese sido excelente: una lástima que todo el
mundo lo trate tan displicentemente. Y posee, a falta de
otras virtudes, un notable capítulo interpretativo. La ma-
ravillosa Stockard Channing eclipsa fácilmente a Warren
Beatty y Jack Nicholson, que aún así tienen un par de
momentos delirantes. Llena de música de la época (los
arreglos jazzisticos de David Shire son una delicia), Dos
pillos y una herencia es fría de corazón, una diversión
agradablemente desagradable. ■ J.T.
DOS POLICÍAS REBELDES
(Bad Boys), EE.UU., 1995, 118 min.
Productor: Jerry Bruckheimer, Don Simpson. Director: Michael Bay.
Guión: Michael Barrie, Jim Mulholland, Doug Richardson (basado en
una historia de George Gallo). Fotografía: Howard Atherton. Montaje:
Christian Wagner. Dirección Artística: Peter Politanoff. Intérpretes: Mar-
●

● ●
tin Lawrence, Will Smith, Téa Leoni, Tchéky Karyo, Joe Pantoliano, The-
resa Randle, Marg Helgenberger, Nestor Serrano, Julio Oscar Mechoso.
**
Otra película de colegas, esta vez con dos policías de
raza negra, uno de ellos familiar y razonable y el otro
arriesgado y mujeriego, que protegen ambos a una
guapa testigo. Acción a todo trapo, salpicada de frases
pretendidamente ingeniosas, en la más servil sujección a
un subgénero de probada eficacia y a dos actores popu-
lares. Michael Bay ascendió a empeños más espectacula-
res con La roca y Armageddon. ■ M.Q.
DOS SABUESOS DESPISTADOS
(Dragnet), EE.UU., 1987, 106 min.
Productor: David Permut, Robert K. Weiss. Director: Tom Mankiewicz.
Guión: Dan Aykroyd, Alan Zweibel, Tom Mankiewicz (basado en la serie
de radio y televisión de Jack Webb). Fotografía: Matthew F. Leonetti.
Montaje: William D. Gordean, Richard Halsey. Música: Ira Newborn.
Dirección Artística: Frank Richwood. Intérpretes: Dan Aykroyd, Tom
Hanks, Christopher Plummer, Harry Morgan, Alexandra Paul, Jack O’Ha-
lloran, Elizabeth Ashley, Dabney Coleman. **
Dos policías investigan una serie de delitos como el robo
de animales en el zoo, el de coches de policía o el de una
partida de revistas pornográficas, reivindicadas por un
grupo criminal llamado P.A.G.A.N. Una discreta comedia
basada en una serie de televisión. Tom Mankiewicz fue el
guionista de algunas películas de James Bond y efectuó
aquí su más que olvidable debut como director. ■ G.Q.
DOS SEDUCTORES
(Bedtime Story), Universal, EE.UU., 1964, 99 min.
Productor: Stanley Shapiro. Director: Ralph Levy. Guión: Stanley Shapi-
ro, Paul Henning. Fotografía: Clifford Stine. Música: Hans J. Salter. Mon-
taje: Milton Garruth. Dirección Artística: Alexander Golitzen, Robert
Clatworthy. Intérpretes:: Marlon Brando, David Niven, Shirley Jones,
Dody Goodman, Aram Stephan, Marie Windsor. ***
Dos seductores es una entretenida comedia picaresca
ambientada en la Riviera y protagonizada por dos cara-
duras que invierten su tiempo en conquistar y desplumar
–en ese orden– a mujeres ricas. Una guapa rubia –de
hecho la ganadora de un concurso de jabones– será la
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Dos supersuperesbirros | 161
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presa que se disputarán encarnizadamente. Con un mate-
rial como éste y alguien como Lubitsch (o McCarey o...)
detrás de la cámara, se podría sacar mucho. Levy, por
desgracia, no le llega ni a la suela de los zapatos a sus
modelos. Pero la película pertenece por derecho propio a
Niven (impecable en su elegancia) y a Brando (muy
divertido cuando aparenta ser un inválido), dos actores
que saben sacarle todo el jugo a la función, como tam-
bién se lo sacarían Steve Martin y Michael Caine en su
remake de 1988, dirigido por Frank Oz. ■ J.B.C.
DOS SUPERPOLICÍAS
(Due superpiedi quasi piatti), Tritone Film, Italia, 1976, 92 min.
Director: Enzo Barboni. Guión: Enzo Barboni. Fotografía: Claudio Cirillo.
Montaje: Eugenio Alabiso. Música: Guido y Maurizio De Angelis. Direc-
ción Artística: Enzo Bugarelli. Intérpretes: Terence Hill, Bud Spencer,
Laura Gemser, Luciano Catenacci. **
Los buenos resultados en taquilla de sus anteriores
comedias hicieron que Hill y Spencer avanzasen en pre-
supuesto en esta nueva producción, ambientada en Flori-
da. Ellos son dos pillos que, por casualidad, acaban con-
virtiéndose en agentes de policía, teniendo que utilizar
sus técnicas callejeras para salvar las situaciones más
complicadas. Evidentemente, el filón se estaba agotando,
y ya se les notaba menos inspirados que antaño (si es que
alguna vez estuvieron inspirados, que esa es otra). La
película tendría una secuela bastante insulsa, Dos super-
policías en Miami (1985), de Sergio Corbucci, todo ello
dentro de un inusitado interés hispano por estrenar
comedias del dúo (juntos o por separado) con la palabra
“Super” en su título: El super poli, de Steno (1973), El
superpoderoso (1980), El supersheriff, de Michele Lupo
(1980), Dos supersuperesbirros (1983) y Dos super dos
(1984), de Enzo Barboni. ■ L.M.C.
DOS SUPERSUPERESBIRROS
(Nati con la camicia), Laguna Produzione, Italia, 1983, 100 min.
Productor: Josi Konski. Director: E. B. Clucher (Enzo Barboni). Guión:
Marco Tullio Barboni. Fotografía: Ben McDermott. Montaje: Eugene
Ballaby. Música: Franco Micalizzi. Dirección Artística: Klaus Kolb. Intér-
pretes: Terence Hill, Bud Spencer, Buffy Dee, Faith Minton. **
Una de las últimas reuniones de la pareja Hill & Spencer,
ya decididamente en sus horas más bajas, después que
ambos intentasen una fallida carrera por solitario: Spen-
cer en sus numerosas aventuras como el comisario Rizzo
(Pies grandes, Pegafuerte) y Terence Hill en comedias
rodadas en Estados Unidos como El heredero de un billón
de dólares y El superpoderoso. En esta ocasión, son dos
solitarios confundidos con agentes de la C.I.A., de ahí que
les ofrezcan una gran cantidad de dinero y les alojen en
un hotel de lujo. Hill sigue demostrando desvergüenza y
simpatía, mientras su compañero vuelve a sus modales
de bestia de mente algo obtusa, en lo que es una historia
simple con dos buenos gags (el del camarero ciego y el
de un servicio de caballeros que se mueve) y tres peleas
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162| Dos tontos muy tontos
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muy burras (con los chinos en la cocina del hotel, con los
gangsters en el zoo y con los malos de turno en el barco).
El título es un curioso trabalenguas, pero no llega al de
“Supercalifragilisticoespialidoso”. ■ L.M.C.
DOS TONTOS MUY TONTOS
(Dumb & Dumber), New Line Cinema, EE.UU., 1994, 101 min.
Director: Bobby y Peter Farrelly. Guión: Bobby y Peter Farrelly, Bennett
Yellin. Fotografía: Mark Irwin. Montaje: Christopher Greenbury. Música:
Todd Rundgren. Dirección Artística: Alan Jay Vetter. Intérpretes: Jim
Carrey, Jeff Daniels, Lauren Holly, Mike Starr, Charles Rocket, Karen
Duffy, Cam Neely, Harland Williams, Felton Perry, Rob Moran, Teri Garr,
Hank Brandt, Joe Baker, Zen Gessner, Lauren Kopp, Connie Sawyer, Fred
Stoller. *
Inapelable ópera prima de los Farrelly –genios para unos,
mastuerzos para otros, aunque en el término medio está
la virtud–, esta oda a la estupidez humana tiene tantas fir-
mas recogidas para su inclusión en el Libro Guinness de
las películas de culto que casi nos lleva a tomarla en serio.
Hasta que volvemos a padecer alguna de las muecas
encadenadas de Carrey en nuestras carnes y neuras y
volvemos a la realidad. Aunque, en el fondo, la historia de
Lloyd y Harry es tan absurda y casi dadaísta que hizo
diana como un ariete en la almibarada comedia estadou-
nidense de la época. Pero de ahí a rendirla tanta pleitesía
por mimetismo... Como siempre les ocurre a estos cine-
astas, el camino del exceso se empalaga cuando irrumpe
una muesca romántica, en este caso con el también
empalagoso personaje de Mary (no la de Algo pasa...,
más quisiera). Y como tampoco estamos ante una pieza
underground ni Jeff Daniels es Buster Keaton (en vez de
cara de palo, con cara de farola), el fenómeno adquiere
proporciones paranormales (o para-anormales). De todas
formas, algo tendrá viendo la soberana tontería de su
secuela Cuando Harry encontró a Lloyd o, incluso, su con-
tinuación espiritual Vaya par de idiotas, pese al estudio
sociológico del emocionante mundillo de los horteras de
bolera. ■ J.C.
DOS TONTOS MUY TONTOS.
CUANDO HARRY ENCONTRÓ A LLOYD
(Dumb & Dumber. When Harry Met Lloyd), EE.UU., 2003, 85 min.
Productor: Oren Koules. Director: Troy Miller. Guión: Tom Gammill, Max
Pross, Robert Brener, Will Gluck. Música: Eban Schletter. Intérpretes:
Eric Christian Olsen, Mimi Rogers, Derek Richardson, Eugene Levy, Luis
Guzmán, Cheri Oteri, Rachel Nichols, William Lee Scott, Holly Towne,
Vahe Manoukian. ●
Casi diez años después de Dos tontos muy tontos, pelí-
cula con la que se dieron a conocer los hermanos Farrelly
(Algo pasa con Mary), nos llega esta precuela con los per-
sonajes que habían sido encarnados por Jim Carrey y Jeff
Daniels en su juventud, bajo las facciones de dos intér-
pretes desconocidos que no consiguieron atraer a nadie
al cine. Y es de justicia, pues este verdadero bodrio no
merece la menor atención. ■ G.Q.
● ●
●
DOS VIDAS EN UN INSTANTE
(Sliding Doors), Mirage/Miramax/Paramount, Reino Unido-EE.UU.,
1998, 108 min.
Productor: Sidney Pollack, Philippon Braithwaite, William Horberg.
Director: Peter Howitt. Guión: Peter Howitt. Fotografía: Remi Adefara-
sin. Montaje: John Smith. Música: David Hirschfelder. Dirección Artísti-
ca: Maria Djurkovic. Intérpretes:: Gwyneth Paltrow, John Hannah, John
Lynch, Jeanne Tripplehorn, Zara Turner, Douglas McFerran. ***
En un registro similar al de La vida en un hilo, de Edgar
Neville, esta comedia romántica toma el azar como el ele-
mento ineludible que guía nuestras vidas: la ejecutiva
Gwyneth Paltrow es inesperadamente despedida del tra-
bajo y se dispone a regresar antes de tiempo a casa,
donde su novio está con otra en la cama. Un incidente en
la escalera del metro le hace perder el convoy y esperar
al siguiente; inmediatamente vemos la misma escena sin
el incidente: la Paltrow coge el primer metro. La película
sigue, en escenas paralelas, la suerte de una y otra Pal-
trow: la que llega a casa pillando in fraganti al novio y la
que llega cuando la amante ya se ha ido. La segunda
parte del film no está a la altura de esta brillante premisa,
pero se deja ver sin desánimo por la sobriedad de su fac-
tura y, sobre todo, por la intensísima composición de la
actriz. ■ J.B.C.
DOS VIEJOS GRUÑONES
(Grumpy Old Men), Warner/Lancaster Gate, EE.UU., 1993, 104 min.
Productor: John Davis, Richard C. Berman. Director: Donald Petrie.
Guión: Mark Steven Johnson. Fotografía: Johnny E. Jensen. Montaje: Bon-
nie Koehler. Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: David Chapman.
Intérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, Ann-Margret, Burguess
Meredith, Daryl Hannah, Kevin Pollak. ***
Tres películas bajo la férula de Billy Wilder (las portento-
sas En bandeja de plata y Primera plana y la deficitaria
pero no desdeñable Aquí un amigo) y una efectiva adap-
tación de la pieza de Neil Simon “La extraña pareja” con-
siguieron que la asociación entre Lemmon y Matthau
alcanzara grado mítico. Sus lazos habría que extenderlos
a Kotch, la única película dirigida por Lemmon y que valió
a Matthau, su protagonista principal, una merecida nomi-
nación al Oscar, y a JFK, caso abierto, el discutido filme
de Oliver Stone en el que ambos tuvieron papeles secun-
darios. Pero la magnífica química establecida entre estos
dos comediantes estaba llamada a volver comme il faut a
las pantallas, es decir, en una cinta para su exclusivo luci-
miento. Y he aquí que un Lemmon sexagenario y un Mat-
thau septuagenario volvieron a unir sus talentos en Dos
viejos gruñones, una película dirigida por Donald Petrie,
pero que igual hubiera podido dirigir Perico de los Palo-
tes sin variaciones sustanciales en los resultados. Porque
Dos viejos gruñones es, indiscutiblemente, una película
“de” Lemmon y Matthau. Su trama es tan débil como la
salud de un pingüino en las dunas saharianas: dos casca-
rrabias maduritos en pie de guerra desde hace 50 años
enfrentados ahora por el amor de una vecina. Pero la pelí-
cula se ennoblece y se eleva a los altares del puro entre-
●

● ●
tenimiento gracias a esos dos zorros de la interpretación,
esos dos brillantísimos comediantes, siempre eminentes
en sus actuaciones individuales aunque, formando pare-
ja, agraciados con un plus de carisma –por la disimilitud
física y de carácter– comparable al de los tandems for-
mados por Laurel y Hardy o Tracy y Hepburn. Cierto que
no hay en esta ocasión un texto de base tan audaz como
el servido por Simon, ni la mala uva genial y sardónica de
sus comparecencias con Wilder. Pero son ellos, están
ellos, sus muecas, tics, insultos y puñeterías mil –ahí gana
Matthau, cuyo rostro flexible y arrugadísimo es ya la cari-
catura de una caricatura– y con eso basta y sobra para
que la función alcance gran categoría. La apuesta, pues,
es Lemmon & Matthau, y Lemmon y Matthau nunca fallan.
Como regalos suplementarios, añadir la belleza de una
comunidad americana novadísima, su exótica pesca
sobre el hielo, la prestancia en que todavía se mueve el
cuerpo de Ann-Margret y la divertida silueta de viejo
verde del venerable octogenario Burguess Meredith
(memorable en las escenas poscréditos finales). La cosa
funcionó y al poco tiempo el mismo reparto (más Sofia
Loren) rodó su secuela, la no menos divertida Discordias
a la carta. ■ J.B.C.
DOUBLE WEDDING
(Bird on a Wire), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1937, 87 min.
Productor: Joseph L. Mankiewicz. Director: Richard Thorpe. Guión: Jo
Swerling (basado en la obra “Great Love”, de Ferenc Molnár). Fotografía:
William H. Daniels, Harold Rosson (sin acreditar). Montaje: Frank Sulli-
van. Música: Edward Ward. Dirección Artística: Cedric Gibbons. Intér-
pretes:: William Powell, Myrna Loy, Florence Rice, John Beal, Jessie Ralph,
Edgar Kennedy, Sidney Toler. ***
Esta chiflada farsa está protagonizada por William Po-
well como un excéntrico artista y Myrna Loy como una
mandona diseñadora, decidida a obligar a su hermana
(Florence Rice) a casarse con el conservador John Beal.
En su día, varios críticos pensaron que esta locura tenía
un tono demasiado europeo (lo que no resulta sorpren-
dente, pues está lejanamente basada en la obra de Fe-
renc Molnár “Great Love”). Un reparo estúpido en reali-
dad, porque el único propósito de estas comedias mara-
villosamente producidas por MGM era entretener, y ésta
lo consigue. ■ J.D.D.
● ●
Dudley de la montaña | 163
●
DROMEDARIO EN EL ARMARIO, UN
(C´est pas moi, c´est lui!), Fideline Prod., Francia, 1979, 95 min.
Productor: Georges Casati. Director: Pierre Richard. Guión: Pierre
Richard, Alain Godard. Fotografía: Claude Agostini. Montaje: Noelle
Boisson. Música: Vladimir Cosma. Intérpretes: Pierre Richard, Aldo Mac-
cione, Valerie Mairesse, Danielle Minazzolli. ●
Comedia que debería proyectarse en las escuelas de cine
con objeto de comprobar el nulo rigor cinematográfico al
que es capaz de llegar director alguno, en este caso el
presumible cómico Pierre Richard. Al contrario que en
sus más que aceptables incursiones en la dirección con
El distraído (1970) y Las desgracias de Alfredo (1972),
este asunto del dromedario es de un patetismo difícil de
olvidar.
La historia de un escritor en el desierto carece de cual-
quier sentido, siendo aderezado con algunos de los más
execrables gags que uno se pueda imaginar. Si con las
comedias se suele pasar un buen rato, con esta se sufre,
siendo muy complicado aguantarla completa. Además,
sorprende que esté tan mal hecha y que nadie le haya
avisado a su director de que lo mejor que podría haber
hecho es arrojarla a la basura. ■ L.M.C.
DUCHA, LA
(Shower), China, 1999, 92 min.
Productor: Peter Loehr. Director: Zhang Yang. Guión: Zhang Yang, Liu
Fendou, Huo Xin, Diao Yinan, Cai Shangiun. Fotografía: Zhan Jian. Mon-
taje: Yang Hongyu. Música: Ye Xiogang. Intérpretes: Zhu Xu, Pu Cunxin,
Jiang Wu. ****
Filme precedido por su éxito en varios festivales, que
trata de la tensión entre lo moderno y lo tradicional, a tra-
vés de un muy trabajado guión donde predominan claves
de un costumbrismo teñido de humor. Ello no mengua la
profundidad en la definición de unos personajes magnífi-
camente encarnados por los actores (destaca Jiang Wu
como el hijo retrasado), y se completa con una elogiable
ausencia de efectismos. ■ G.Q.
DUDLEY DE LA MONTAÑA
(Dudley Do Right), EE.UU., 1999, 83 min.
Dirección: Hugh Wilson. Productor: John Davis, Joseph Singer, J. Todd
Harris. Guión: Hugh Wilson. Fotografía: Donald E. Thorin. Dirección
Artística: Bob Ziembicki. Música: Steve Dorff. Intérpretes: Brendan Fra-
ser, Sarah Jessica Parker, Alfred Molina, Eric Idle, Robert Prosky, Alex
Rocko, Jack Kehler, Louis Mustillo, Don Yesso, Brant von Hoffman, Corey
Burton, Dyllan Christopher, Ashley Yarman, Jeremy Bergman, Brian
Arnold, Eddie Moore. **
Hugh Wilson, el mismísimo hacedor de la franquicia Loca
academia de policía, rinde su peculiar homenaje a Cana-
dá en un cartoon con narrador omnisciente poblado por
un policía montado coleccionista de cojines de fantasía
(en su salsa Fraser), una damisela cantarina y chihuahua
(Sarah Jessica Parker, a la que Tim Burton la ha dejado
así) y malos clónicos de Pierre Nodoyuna aunque sin
●
164| Dulce hogar... ¡a veces!
● ●
Patán (de traca Alfred Molina). Una suerte de Loquilandia
zipizapesca de naturaleza gomosa y gags visuales tan
chispeantes como una sobredosis de mirinda que, sor-
presa, cuenta con la producción de John Davis, un todo-
terreno hecho a todo (desde La tapadera a Waterworld).
Y, como propina, el legendario Eric Idle, directamente
sacado de una leonera del circo volante de los Python,
encarnando a un mendigo escudero que se siente el ser
más feliz del mundo porque ha conocido a Bettle Midler
en un talkshow. Un gozoso delirio, algo sobrecargado e
histriónico, pero delirio al fin y al cabo. ■ J.C.
DULCE HOGAR... ¡A VECES!
(Parenthood), Imagine, EE.UU., 1989, 124 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Ron Howard. Guión: Lowell Ganz,
Babaloo Mandel (basado en una historia de Lowell Ganz, Babaloo Man-
del y Ron Howard). Fotografía: Don McAlpine. Montaje: Michael Hill,
Daniel Hanley. Música: Randy Newman. Diseño de producción: Todd
Hallowell. Dirección Arrtística: Christopher Nowak. Vestuario: Ruth
Morley. Intérpretes: Steve Martin, Tom Hulce, Rick Moranis, Jason
Robards, Jr., Martha Plimpton, Mary Steenburgen, Dianne Wiest, Keanu
Reeves, Harley Kozak, Leaf Phoenix. ***
Ocasionalmente sensiblera, aunque enormemente entre-
tenida, Dulce hogar... ¡a veces! es una película hecha por,
para y sobre padres. El resultado es una afectuosa lec-
ción sobre las alegrías de criar a los hijos digna del Dr.
Spock. Jason Robards interpreta al arisco Frank, el
patriarca del clan Buckman. Gil (Martin), Helen (Wiest),
Susan (Kozak) y Larry (Hulce) son sus hijos; todos ellos
tienen sus propias familias. Gil, el primogénito, trata de
equilibrar su carrera con su deseo de ser el padre atento
que Frank nunca fue; la divorciada Helen ve como sus
hijos adolescentes (Plimpton y Phoenix) apenas se
comunican con ella, excepto para lanzar insultos sobre su
vibrador; Susan hace lo que puede por darle a su peque-
ño una infancia, mientras su esposo Nathan (Moranis)
tiene al precoz niño estudiando kárate y Kafka; y el hijo
pródigo, el irresponsable Larry, vuelve a casa con su hijo
ilegítimo bajo el brazo y endeudado hasta el cuello. Todas
estas situaciones empeoran antes de mejorar, pero al
final, la familia está más unida que nunca. Ron Howard
maneja hábilmente las diferentes historias y, aunque a
veces peca de sentimentaloide, consigue no naufragar en
el intento de mantener un mosaico tan grande en movi-
miento. Así, los primeros diez minutos de la película son
magníficos; el resto es una de cal y otra de arena, salpi-
cado con chistes muy divertidos. En el fondo, es la vieja
historia revestida de gags sabiondos, en gran medida la
fórmula de las sitcoms americanas. Pero en cualquier
caso hay mucho con que reírse, y los actores, al menos,
están magníficos. Steve Martin se lleva los honores cómi-
cos (soberbia su actuación en una fiesta infantil como un
poco convincente cowboy), aunque también hay grandes
interpretaciones de un reparto estelar que incluye a Dian-
ne Wiest, Rick Moranis, Mary Steenburgen, Martha Plimp-
ton y Tom Hulce. ■ J.T.
● ●
●
DULCE LIBERTAD
(Sweet Liberty), Universal, EE.UU., 1986, 107 min.
Productor: Martin Bregman. Director: Alan Alda. Guión: Alan Alda.
Fotografía: Frank Tidy. Montaje: Michael Economou. Música: Bruce
Broughton. Dirección Artística: Ben Edwards. Intérpretes: Alan Alda,
Michael Caine, Michelle Pffeifer, Bob Hoskins, Lillian Gish. ***
Michael Burgess es un tranquilo profesor de Literatura de
una pequeña ciudad americana, que ha escrito una novela
rigurosa y documentada sobre los días de la guerra de la
Independencia contra los ingleses. El libro se ha convertido
en un best seller y los productores de Hollywood han deci-
dido aprovecharlo para hacer una película. Para su rodaje
se traslada un equipo cinematográfico a la localidad en
cuestión, y así se transforma la vida apacible de sus habi-
tantes. El neoyorquino Alan Alda, con gran prestigio en el
teatro independiente y triunfador en la televisión con la
serie M.A.S.H., es el auténtico responsable de la película, ya
que firma el guión y la dirección y es, a la vez, el actor que
encarna a este profesor que ve con horror cómo su bien
trabajada novela se convierte en un argumento lleno de
sexo y violencia en las manos de un guionista desaprensi-
vo y acomodaticio –Bob Hoskins– y en las de un realizador
para el que el éxito de un filme se basa en «desafiar a la
autoridad, destruir la propiedad y desnudar a la gente»
–Saul Rubinek–. A su lado, un actor de excepción, Michael
Caine, caricaturiza a Elliot James, un ya maduro astro de la
pantalla enamoradizo y preocupado por mantener siempre
las apariencias. Se agradece la presencia de la frágil y bellí-
sima Michele Pffeifer, recién salida de Lady Halcón, y de la
veterana incombustible Lillian Gish, la heroína de los filmes
de Griffith, entonces en la flor de sus 80 abriles. Completan
el reparto Lois Chiles y Lise Hilbolt. Sweet Liberty no es
tanto una comedia acerca de la vanidad del mundo del
cine como de las consecuencias que despierta en las fan-
tasías de la gente que, en un momento determinado, parti-
cipa de él. Sátira suave y bien intencionada, no busca la risa
fácil, sino que pretende conseguir una reflexión sobre los
comportamientos humanos ante una situación que barre la
rutina cotidiana. La canción “Something Special” está inter-
pretada por Patti La Belle. ■ M.Q.
DUQUESA ROJA, LA
España, 1997, 84 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Francisco Betriú. Guión:
Santiago Escalante, Ramón Rivero. Fotografía: Fernando Arribas. Mon-
taje: Pablo González del Amo. Música: Manuel Malou. Dirección Artísti-
ca: Alfonso Barajas. Intérpretes:: Rosa María Sardá, Javier Gurruchaga,
Loles León, Rafael Álvarez “El Brujo”, Miguel Molina, Nathalie Seseña,
Agustín González, Manuel Alexandre, María Isbert, Ana Morán. **
Con esta comedia coral de espíritu berlanguiano, Betriú
regresó a los salutíferos esperpentos de sus inicios (Cora-
zón solitario, etcétera). Una estrafalaria fauna protagoni-
za el enredo, cuyo punto de partida es un referéndum lo-
cal. Deficitaria en ritmo, posee un florido reparto de co-
mediantes que afinan perfectamente sus notas. ■ J.B.C.
●
 E
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ED
EE.UU., 1996, 94 min.
Productor: Rosalie Swedlin. Director: Bill Couturié. Guión: David M.
Evans (basado en una historia de Ken Richards y Janus Cercone). Foto-
grafía: Alan Caso. Montaje: Robert K. Lambert, Todd E. Miller. Música:
Stephen Endelman. Dirección Artística: Michael L. Fox. Intérpretes:: Matt
LeBlanc, Gene Ross, Paul Hewitt, Sage Allen, Stan Ivar, Jim O’Heir, Rick
Johnson, Valente Rodriguez, Jack Warden, Bill Cobbs. *
Discreta comedia deportiva al servicio de uno de los pro-
tagonistas de la serie Friends y de un chimpancé que aca-
bará jugando como tercera base en el equipo donde el
primero hace de pícher, no sin problemas debidos a su
timidez. Decepcionante debut en la ficción del ganador
de un Oscar al Mejor Documental, Bill Couturié. ■ G.Q.
EDTV
EE.UU., 1999, 122 min.
Productor: Jeffrey T. Barabe, Brian Grazer, Ron Howard. Director: Ron
Howard. Guión: Lowell Ganz, Babaloo Mandel (basado en el guión de
Émile Gaudreault y Sylvie Bouchard para Louis 19, le roi des ondes).
Fotografía: John Schwartzman. Montaje: Daniel P. Hanley, Mike Hill.
Música: Randy Edelman. Dirección Artística: Dan Webster. Intérpretes:
Matthew McConaughey, Jenna Elfman, Woody Harrelson, Sally Kirkland,
Martin Landau, Ellen DeGeneres, Rob Reiner, Dennis Hopper, Elizabeth
Hurley, Adam Goldberg. ***
Ahora que buena parte de la programación televisiva se
nutre básicamente de programas basados en el voyeuris-
mo del espectador –con “Gran Hermano” como ejemplo
emblemático–, resulta de lo más oportuna la emisión de
esta película, cuya repercusión se vio eclipsada por la
más artificiosa El show de Truman, donde Jim Carrey
● ●
●
interpretaba a un personaje cuya vida era servida en
directo a millones de espectadores sin que él supiera que
estaba metido en un mundo de ficción. La propuesta de
Edtv es más creíble: su protagonista es el típico boy next
door que acepta que una cámara le siga durante las 24
horas del día, a cambio de un sustancioso contrato. Lógi-
camente, la cadena televisiva tratará de hacer lo imposi-
ble por aumentar los índices de audiencia. El ágil guión y
algunos personajes secundarios muy logrados contribu-
yen a la eficacia de una historia que reflexiona sobre un
fenómeno social de largo alcance. ■ J.E.
EDUCANDO A RITA
(Educating Rita), Acorn, Reino Unido, 1983, 110 min.
Productor: Lewis Gilbert. Director: Lewis Gilbert. Guión: Willy Russell
(basado en su obra). Fotografía: Frank Watts. Montaje: Garth Craven.
Música: David Hentschel. Dirección Artística: Maurice Fowler. Intérpre-
tes: Michael Caine, Julie Walters, Michael Williams, Maureen Lipman,
Jeananne Crowley, Malcolm Douglas, Godfrey Quigley, Dearbhla Molloy,
Pat Daly, Kim Fortune. ***
Un gusto desde el principio hasta el final, en gran parte
gracias a la notable adaptación de Willy Russell sobre su
exitosa obra teatral y a la divina adecuación de los prota-
gonistas a sus papeles. Julie Walters está enorme como
la descarada y despabilada heroína, ansiosa por tener una
educación superior pero lo bastante inteligente para divi-
sar las manías de Michael Caine a kilómetros, y éste tiene
uno de los mejores papeles de su carrera como el inteli-
gente, alcohólico y cínico profesor, que conoce los fun-
damentos de la literatura inglesa pero perdió hace mucho
tiempo la habilidad para disfrutar de la vida del modo
que su inculta pupila lo hace. Ingeniosa, sencilla, amable
●
166| Efecto mariposa, El
● ●
y llena de sentido común, Rita es la antítesis del estirado,
serio y estancado mundo académico en el que tanto
anhela infiltrarse. La dirección de Lewis Gilbert es prácti-
ca pero estólida: los fallos –y méritos– del filme son prin-
cipalmente los mismos de la obra, de manera que los flas-
hes de ingenio y perspicacia se esconden entre un labe-
rinto de prejuicios, clichés y evasión. Sólo el entusiasta
debut cinematográfico de Walters como el pájaro de
clase obrera que quiere «cantar una canción diferente»
(el papel que interpretó en los escenarios), maravillosa-
mente complementado por ese seguro de vida que es
Caine, logra infundir una contagiosa vida a la película. ■
J.D.D.
EFECTO MARIPOSA, EL
España-Francia-Reino Unido, 1995, 110 min.
Productor: Beatriz de la Gándara. Director: Fernando Colomo. Guión:
Fernando Colomo, Joaquín Oristrell, Anna Klamburg. Fotografía: Jean-
François Robin. Montaje: Miguel Ángel Santamaría. Música: Ketama.
Dirección Artística: Hauke Richter, John Roberts. Intérpretes: Coque
Malla, María Barranco, Rosa María Sardà, Peter Sullivan, James Fleet,
John Faal. ***
A partir de una liviana estructura argumental (un jovenci-
to madrileño viaja a Londres con su madre para cursar un
máster de Economía y se enamora de su tía, casada con
un actor autóctono que la engaña con su partenaire en un
horrible serial televisivo sobre la dickensiana “Historia de
dos ciudades”), Fernando Colomo aplica el “efecto mari-
posa” (un incidente, por mínimo que parezca, puede sub-
vertir hilarantemente la vida de los protagonistas) al
esquema de la comedia, prolongado con humor y opor-
tunos golpes de efecto, una situación explicitada desde el
primer momento. Pero aparte de su talento e ingenio pro-
verbiales, Colomo guardaba otro cartucho –fundamen-
tal– en la recámara: unos actores soberbiamente dirigidos
y capaces de cubrir las carencias de un guión acaso
demasiado lineal y previsible.
Coque Malla ocupa la plaza de Pere Ponce en Alegre
ma non troppo –la anterior y más ambiciosa película de
Colomo–, utilizando modélicamente su físico de barbi-
lampiño y novicio sexual al que su sensual tía (María
Barranco, que ejerce, como siempre, de María Barranco)
cambia la existencia. Y cuando la acción parece decaer, la
Sardá aporta el salvavidas histriónico idóneo como ma-
dre del neófito, casada con un corrupto («Yo creía que
toda España se estaba haciendo rica», proclama inge-
nuamente), y que hallará acomodo sentimental en un tre-
kkie británico cuyo apartamento es la mejor demostra-
ción práctica de la teoría del caos. ■ LL.B.M.
EJECUTIVO AGRESIVO
(Anger Management), Columbia, EE.UU., 2003, 91 min.
Productor: Jack Giarraputo, Barry Bernardi. Director: Peter Segal. Guión:
David Dorfman. Fotografía: Donald M. McAlpine. Montaje: Jeff Gourson.
Música: Teddy Castelluci. Intérpretes: Adam Sandler, Jack Nicholson,
Marisa Tomei, Woody Harrelson, John Turturro. **
● ●
●
Un prototípico hombre de negocios tiene un incidente en
un avión y es obligado a practicar terapia antiestrés.
Sandler es el yuppy y Nicholson, que nos obsequia con
una de sus más alucinantes sobreactuaciones, el psiquia-
tra, aunque parece más tarado que el paciente. Como se
puede deducir, se intenta aquí aplicar la fórmula de Una
terapia peligrosa, pero con resultados mucho menos esti-
mulantes. ■ J.B.C.
EJECUTIVO EJECUTOR
(A Shock to the System), Corsair, EE.UU., 1990, 87 min.
Productor: Patrick McCormick. Director: Jan Egleson. Guión: Andrew
Klavan. Fotografía: Paul Goldsmith. Montaje: Peter C. Frank, William A.
Anderson. Música: Gary Chang. Dirección Artística: Howard Cum-
mings. Intérpretes: Michael Cain, Elizabeth McGovern, Peter Riegert,
Swoosie Kurtz, Will Patton, John McMartin. ***
El británico Michael Caine, eminente tanto en cabeza de
repartos como en cometidos secundarios (donde ha
obtenido sus dos merecidos Oscar: por Hannah y sus her-
manas y Las normas de la casa de la Sidra), es el tipo de
actor que hace pensar que muchas películas no existirían
sin él. Como Ejecutivo ejecutor, un traje hecho a su medi-
da. En él da vida a un hombre casado, bien planchado,
ejecutivo del montón (y pelota, de los que se van a pasar
el weekend a la torre del jefe) desplazado por los nuevos
tiempos. La palabra ejecutor del título castellano es una
pista suficientemente explícita como para no darle más
vueltas. Presidida por el carisma del actor, aquí más
camandulero que nunca, la película de Egleson es una
comedia negra, artesanal y agradable, entre otras cosas
por su concisión y economía narrativa, su metraje huma-
no. Atractivo el resto del reparto: el siempre grato rostro
de luna llena de Elizabeth McGovern y prestaciones
secundarias de Peter Riegert, Will Patton y Swoosie
Kurtz. ■ J.B.C.
●

● ●
ELECTION
Universal, EE.UU., 1998, 103 min.
Productor: Albert Berger, Ron Yerxa, David Gale, Keith Samples. Direc-
tor: Alexander Payne. Guión: Alexander Payne, Jim Taylor. Montaje:
Kevin Tent. Música: Rolfe Kent. Vestuario: Wendy Chuck. Intérpretes:
Matthew Broderick, Reese Witherspoon, Chris Klein, Phil Reeves, Mark
Harelik, Delaney Driscoll. ***
Comedia de Alexander Payne, director y guionista de
Entre copas, ganadora del Oscar al Mejor Guión de 2004.
Se trata de una comedia estudiantil que rehúye la mayo-
ría de tópicos a que suelen recurrir los filmes de este
género, centrándose en lo que suponen para alumnos y
profesores las elecciones en un instituto. ■ J.E.
ELENA Y LOS HOMBRES
(Elliena et les hommes), Franco London Films/Les films Gibé/ Elec-
tra C. C., Francia-Italia, 1956, 96 min.
Productor: Jean Renoir. Director: Jean Renoir. Guión: Jean Renoir, Jean
Serge. Fotografía: Claude Renoir. Montaje: Boris Lewyn. Música: Joseph
Kosma. Vestuario: Rosine Delamare, Monique Plotin. Intérpretes: Ingrid
Bergman, Jean Marais, Mel Ferrer, Jean Richard, Magali Noël, Juliette
Gréco, Pierre Bertin. *****
Después de El río, Renoir rodó La carroza de oro, French
can-can y Elena y los hombres, que constituyen una suer-
te de trilogía en la que el autor explora, con aparente
desenfado y profunda finesse, las tenues barreras que
separan la vida y el arte, o la vida y el espectáculo: la
commedia dell’arte en el primer caso, la revista bohemia
en el segundo y, en Elena y los hombres, la opereta de sa-
lón, los caprichos del amor y el costumbrismo folklórico,
todo ello envuelto en una estética de raíz pictórica que
rinde homenaje a los maestros del impresionismo. Sin
miedo al decorado sobrecargado ni a los diálogos excesi-
vos y el tono vodevilesco, con lenguaje encantadoramen-
te suelto, Renoir ofrece un exaltado canto al ser humano
y al amor. Elena y los hombres estaría así en algún punto
entre el René Clair de Las maniobras del amor y los cuen-
tos morales de Eric Rohmer. Su espontaneidad y su esti-
lo directo prueban, en afirmación de Godard, que «Renoir
● ●
Elizabethtown | 167
●
es la corriente submarina que mueve las nuevas olas y
que en el plano de la sinceridad y de la audacia sigue
dejando atrás a todo el mundo». Unas palabras finales
para Ingrid Bergman, radiante y luminosa: después de su
etapa con Rossellini, la actriz ya sólo brilló con su máxi-
ma intensidad en Elena y los hombres y en Indiscreta, de
Donen. ■ J.B.C.
ELF
EE.UU., 2003, 95 min.
Productor: Jon Berg, Todd Komarnicki, Shauna Robertson. Director:
John Favreau. Guión: David Berenbaum. Fotografía: Greg Gardiner. Mon-
taje: Dan Lenbental. Música: John Debney. Dirección Artística: Rusty
Smith. Intérpretes: Will Ferrell, James Caan, Zooey Deschanel, Mary Ste-
enburgen, Edward Asner, Bob Newhart. *
Ésta es la comedia que hubiera protagonizado admirable-
mente Tom Hanks antes de convertirse en un actor serio.
El Tom Hanks de Big: las peripecias de un niño metido en
el cuerpo de un adulto. Aquí el protagonista no es exac-
tamente un niño, sino un humano que ha vivido toda su
vida, creyéndose un elfo, en el Polo Norte, con Papá Noel,
y ahora, consciente de su procedencia, viaja a Nueva York
para conocer a su padre. Su presencia en la ciudad de los
rascacielos cruzará Big con Cocodrilo Dundee. Su proge-
nitor es un ejecutivo adicto al trabajo y descreído, un Mr.
Scrooge a quien le espera una inesperada ducha de fe,
similar a la de Milagro en la ciudad y otras fabulitas. El
tono ramplón del mensaje, tan indigesto como un atracón
de polvorones, es lamentable. Pero Ferrell es un caballo
desbocado, que se monta él solito la película, obsequián-
donos una excentricidad eléctrica y contagiosa y una
docena de gags inspirados. Caan es otro regalo navideño:
¡con qué savoir faire despacha el veterano actor un papel
que le debía resbalar como piel de plátano! ■ J.B.C.
ELIZABETHTOWN
EE.UU., 2005, 123 min.
Productor: Cameron Crowe, Tom Cruise, Paula Wagner. Director: Came-
ron Crowe. Guión: Cameron Crowe. Fotografía: John Toll. Montaje: Mark
Livolsi, David Moritz. Música: Nancy Wilson. Dirección Artística: Beat
Frutiger. Intérpretes: Orlando Bloom, Kirsten Dunst, Susan Sarandon,
Alec Baldwin, Bruce McGill, Judy Greer, Jessica Biel, Paul Schneider. *
El filme comienza aleccionándonos sobre la diferencia
entre fracaso y fiasco. Nos la expone un yuppy que ha
tocado el cielo y está a punto de caer en el fango, una
suerte de Jerry Maguire que, en un periquete, se dará una
ducha de humildad y apreciará los sabores de la vida, el
amor y esas cosas. Estamos ante otro de esos repelentes
manuales de autoayuda editados en celuloide, protagoni-
zado por berzotas que espetan frases para la posteridad
(cuando la banda sonora, trufada de clásicos del rock, les
permite colarlas). El espíritu del sermón quiere ser capria-
no, pero Capra jamás se habría permitido una secuencia
tan requeteburra como la de la larga conversación ro-
mántica, vía móvil, entre los tortolitos. ■ J.B.C.
●
168| Ellas dan el golpe
● ●
ELLAS DAN EL GOLPE
(A League of Their Own), Parkway Productions/Columbia, EE.UU.,
1992, 128 min.
Productor: Elliot Abbott, Robert Greenhut. Director: Penny Marshall.
Guión: Lowell Ganz, Babaloo Mandel (basado en una historia de Kim
Wilson y Kelly Candaele). Fotografía: Miroslav Ondricek. Montaje: Geor-
ge Bowers. Música: Hans Zimmer. Diseño de producción: Bill Groom.
Dirección Arrtística: Tim Galvin. Vestuario: Cynthia Flynt. Intérpretes:
Tom Hanks, Geena Davis, Lori Petty, Madonna, Rosie O’Donnell, Megan
Cavanagh, David Strathairn, Garry Marshall, John Lovitz, Bill Pullman.
***
El tema es prometedor y, al parecer, está inspirado en
hechos reales: cuando la Liga Mundial de béisbol quedó
interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, a un millo-
nario norteamericano se le ocurrió la brillante idea de
sustituir por mujeres a los deportistas que combatían en
el campo de batalla. La película trata de la creación, fun-
cionamiento y disolución de un club de Chicago, los
Rockford Peaches, desde la búsqueda de las jugadoras
hasta su desaparición como entidad deportiva, cuando
los hombres están a punto de regresar de la guerra,
pasando por sus partidos. Se trata de un equipo imagi-
nario pero imaginado en el contexto real de la llamada
All-American Professional League. Está narrada con un
emotivo toque nostálgico que propicia las lagrimitas jus-
tas y medidas, sin apartarse de los trillados caminos de la
mayoría de las comedias costumbristas made in Hollywo-
od. Sus posibilidades nostálgico-feministas se esbozan,
pero no se exploran a fondo. Como acostumbra a ocurrir
en el cine americano, se prefiere potenciar la anécdota a
adentrarse en caminos más espinosos, difíciles y espe-
cialmente menos taquilleros.
Si Thelma y Louise fue un gran éxito y Madonna una
esplendorosa estrella multimedia, ¿por qué no reunirlas
en una película -no menos multimedia- sobre uno de los
tres deportes más populares de Estados Unidos? Y si se
entra en la operación nostalgia, todavía mucho mejor. En
algunos momentos del filme se atisban intentos de pole-
mizar en la disyuntiva de si las mujeres pueden o no pue-
den entrar en un deporte que parece destinado a los
hombres, pero no pasan de ser intentos. Lo realmente
destacable de la película es la gran interpretación de Tom
Hanks como entrenador desengañado y destruido del
equipo femenino. Hanks compone un personaje difícil y
sabe eludir constantemente los tópicos en que podía
haber caído. Hay que referirse obligatoriamente a la pre-
sencia de Madonna, la siempre polémica cantante, la cual,
a pesar de todo el lanzamiento a bombo y platillo que se
hizo en Estados Unidos, no deja de ser un personaje
secundario, aunque, eso sí, haciendo gala de un saludable
sentido del humor, dispuesta incluso a parodiarse. ■ A.C.
ELLA SIEMPRE DICE SÍ
(The Marrying Man), EE.UU., 1991, 115 min.
Productor: David Permut. Director: Jerry Rees. Guión: Neil Simon. Foto-
grafía: Donald E. Thorin. Montaje: Michael Jablow, Michael R. Miller,
Michael Tronick. Música: David Newman. Dirección Artística: Mark W.
● ●
●
Mansbridge. Intérpretess: Kim Basinger, Alec Baldwin, Robert Loggia, Eli-
sabeth Shue, Armand Assante, Paul Reiser, Fisher Stevens, Peter Dob-
son, Steve Hytner. **
A pesar de contar con un experto y veterano guionista,
autor de tantísimas comedias de tresillo que pasaron
desde los escenarios de Broadway a Hollywood, como
Descalzos por el parque, La extraña pareja o Plaza Suite,
es decir, a pesar de contar con Neil Simon en la parte lite-
raria, esta película no consigue acercarse a sus modelos
de la comedia loca y desenfadada de los cuarenta –léase
Hawks, Sturges o Cukor– y se queda en una buena pro-
puesta de principio malograda por una dirección poco
ágil y aún menos creativa, que nunca consigue sacar
nada útil de la pareja de actores, que la hicieron especial-
mente para lucirse y aprovechar la propaganda que su
noviazgo representaba en las revistas del corazón.
La historia empieza en el año 1947 y se desarrolla a tra-
vés de los encuentros, matrimonios, separaciones e
incompatibilidades que se van anudando y desanudando
entre un avispado millonario y la chica de un gángster
como Bugsy Siegel en Las Vegas. El resultado son cuatro
matrimonios, tres divorcios y una considerable dosis de
tedio. Y los motivos tienen que hallarse principalmente en
las discusiones entre la pareja Baldwin-Basinger en su
papel de estrellas por un lado, y el director Rees por el
otro, un novato procedente del campo de los dibujos ani-
mados, sin la inventiva de un Tim Burton, pongamos por
caso. Y también en el abandono del plató por parte de
Neil Simon, abrumado por la impotencia de arreglar
sobre la marcha el desaguisado.
Si una buena comedia se basa en los personajes y las
situaciones, aquí los personajes sólo están dibujados al
primer trazo y las situaciones resultan desaprovechadas.
¿Qué nos queda entonces? Contemplar la indudable
belleza de Kim Basinger y la curiosidad por oírle cantar
unas canciones y compararla con la Michelle Pfeiffer de
Los fabulosos Baker Boys. ■ M.Q.
ELLA Y SU SECRETARIO
(Take a Letter, Darling), Paramount, EE.UU., 1942, 93 min.
Productor: Fred Kohlmar. Director: Mitchell Leisen. Guión: Claude Bin-
yon (basado en una historia de George Beck). Fotografía: John Mescal.
Intérpretes: Rosalind Russell, Fred MacMurray, Macdonald Carey, Cons-
tance Moore, Robert Benchley, Charles Arnt, Cecil Kellaway, Kathleen
Howard. ***
Aunque el caudal de screwball comedies que precedieron
a este frenético filme probablemente redujo la excitación
que habría generado unos años antes, Ella y su secretario
puede ser ahora justamente apreciada como uno de los
más dignos ejemplos del género. El arranque de la histo-
ria es simple: una ejecutiva publicitaria de altos vuelos
(Russell) tiene la costumbre de contratar secretarios-
escoltas para alejar a los moscones y, de paso, aplacar las
sospechas de las esposas de aquellos clientes en los que
busca algo más que contratos. Pero lo que sigue no es
tan predecible como puede sonar. Cada secretario tiene
●

● ●
que ser despedido por tomarse demasiadas confianzas
con la jefa. Cuando su último empleado (MacMurray) no
repite el patrón, y en su lugar corteja a la hermana de un
cliente millonario, la confusa ejecutiva tiene que enfren-
tarse a sus propios celos, lo que conduce a un romance a
regañadientes con el “desagradecido” secretario. El cam-
bio de roles y los juegos infantiles entre los triunfadores
centran la acción y el humor de esta screwball concebida
por la Paramount como otro de los vehículos del guionis-
ta Claude Binyon para Claudette Colbert. Pero las cosas
no resultaron según lo previsto, y Claudette se fue a un
plató cercano en los estudios de la Paramount para tra-
bajar con Preston Sturges, siendo sustituida por Rosalind
Russell, cuyo impecable ritmo cómico, sin par en el mer-
cado, ya había quedado expuesto a la vista de un público
muy receptivo en Luna nueva. En esta ocasión, Rosalind
volvió a provocar carcajadas con su arquetípico persona-
je de la mujer de carrera aficionada a intercambiar sar-
casmos con su hombre, aunque en esta ocasión el méri-
to, si cabe, era mayor, dado que partía de un material oca-
sionalmente débil. Ciertamente, Ella y su secretario no
está en la misma liga que otras comedias del director Mit-
chell Leisen, pero es divertida, está bien interpretada, con
todos los adornos –bellos vestidos, lujosos decorados–
del escapismo de Hollywood. ■ J.T.
ELSA Y FRED
España-Argentina, 2005, 108 min.
Productor: José Antonio Félez. Director: Marcos Carnevale. Guión: Mar-
cos Carnevale, Marcela Guerty, Lily Ann Martin. Fotografía: Juan Carlos
Gómez. Montaje: Nacho Ruiz Capillas. Música: Lito Vitale. Dirección
Artística: Satur Idarreta. Intérpretes: Manuel Alexandre, China Zorrilla,
Carlos Álvarez-Novoa, Roberto Carnaghi, José Ángel Egido. ***
Un acerado sentido reivindicativo del amor otoñal y una
devoción hacia Fellini que pasa por la Fontana de Trevi y
el inolvidable baño de Anita Ekberg en La dolce vita le
sirven al joven cineasta argentino Marcos Carnevale para
salir airoso de un desafío singular. En tiempos donde
buena parte del cine es adolescente, y parece hecho por
directores adolescentes, Carnevale plantea una historia
de amor ubicada en la tercera edad. Servida por dos
intérpretes antológicos: el gran Manuel Alexandre como
viudo y la actriz uruguaya China Zorrilla, su vecina. Dos
ancianos reconvertidos en críos traviesos y políticamente
incorrectos que transitan (emocionando, entre carcajada
y carcajada) esta divertida, sardónica, a ratos dramática
comedia. ■ LL.B.M.
EMBRIAGADO DE AMOR
(Punch-Drunk Love), EE.UU., 2002, 95 min.
Productor: Paul Thomas Anderson, Daniel Lupi, Joanne Sellar. Director:
Paul Thomas Anderson. Guión: Paul Thomas Anderson. Fotografía:
Robert Elswit. Montaje: Leslie Jones. Música: Jon Brion. Dirección Artís-
tica: Sue Chan. Intérpretes: Adam Sandler, Emily Watson, Philip Sey-
mour Hoffman, Luis Guzmán, Jason Andrews, Don McManus, Jorge
Barahona. ****
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Empiecen la revolución sin mí | 169
●
Una comedia más bien extraterrestre del autor de Boogie
Nights y Magnolia, protagonizada por un tipo pintoresco
(perfecto Sandler), entre Keaton y Jerry Lewis, castrado
por sus cuatro hermanas, tímido pero con frecuentes ata-
ques de ira. Una comedia romántica a contracorriente,
saboteada por la extrañeza que destilan personajes,
decorados y colores. Una rareza francamente sugestiva.
■ J.B.C.
EMPEZAR DESDE TRES
(Ricomincio da tre), Factory Cinematográfica, Italia, 1981, 109 min.
Productor: Fulvio Lucisano, Mauro Berardi. Director: Massimo Troisi.
Guión: Anna Pavignano, Massimo Troisi. Fotografía: Sergio D´Offizi.
Montaje: Antonio Siciliano. Música: Pino Daniele. Dirección Artística:
María Grazia Pera. Intérpretes: Massimo Troisi, Flora Marchegiani, Lello
Arena, Lino Troisi. ****
La moribunda comedia italiana encontró uno de sus
reconstituyentes en Massimo Troisi, individuo desenvuel-
to y natural, físicamente muy similar al español Oscar
Ladoire e intelectualmente cercano a Woody Allen, que
logró un apabullante éxito de taquilla con esta película,
simple en apariencia y muy notable en su ritmo y sentido
del humor. Narra las desventuras de Gaetano, un tímido
muchacho napolitano que viaja hasta Florencia para asis-
tir al entierro de su tía. Una vez allí se enamora de una
enfermera, ayuda a un americano en su trabajo pastoral
de “ir vendiendo a Cristo” por las casas, y hace lo que
puede por soportar a un amigo algo pesado. Con un ex-
ceso gesticulante, diversión contagiosa y linealmente de-
sarrollada sobre afortunados gags dialécticos (el nombre
corto que deben tener los niños, lo plasta que era San
Francisco hablando de los pajarillos...), pareció el renaci-
miento de un nuevo estilo de concebir la comedia italia-
na que después se quedó en Roberto Benigni y Frances-
co Nuti como únicos estandartes destacables. ■ L.M.C.
EMPIECEN LA REVOLUCIÓN SIN MÍ
(Start the Revolution Without Me), EE.UU., 1970, 98 min.
Director: Bud Yorkin. Guión: Lawrence J. Cohen, Fred Freeman. Fotogra-
fía: Jean Tournier. Montaje: Ferris Webster. Música: John Addison. Direc-
ción Artística: François de Lamothe. Intérpretes: Gene Wilder, Donald
Sutherland, Hugh Griffith, Jack MacGowran, Billie Whitelaw, Victor Spi-
netti. **
Orson Welles nos comunica al principio que vamos a ver
una buena película. Pero ya sabemos todos, o debería-
mos saberlo, lo muy mentiroso que era el caballero.
Empiecen la revolución sin mí no es una buena película.
Tampoco es mala si la redimimos por el simple hecho de
tener un sólido esqueleto de comedia de confusiones y
un buen par de estrellas en su cabecera: Gene Wilder, la
mar de transitable en sus ya conocidas payasadas, y Do-
nald Sutherland, capaz de salir airoso de cualquier empe-
ño y uno de los mejores actores del cine contemporáneo.
Aquí estos actores están, además, por partida doble,
puesto que esta desgranada farsa de la Francia de 1789
●
170| Empleo, El
● ● ●

juega la baza de la duplicidad al contarnos la historia de

dos pares de gemelos –de extracción social opuesta–,
que, para rizar aún más el rizo, fueron cambiados –dos de
ellos– poco después de nacer. También la oposición de
caracteres y conductas es utilizada en la película en la
mejor tradición “gordo y flaco”. Pero Bud Yorkin es un
mal exprimidor. No supo sacar jugo a las prometedoras
posibilidades que ofrecía la idea y las múltiples situacio-
nes que había encerradas en ella. Lo hubiera hecho bien,
incluso muy bien, un Blake Edwards. Pero Yorkin no. Yor-
kin es un disciplinado amanuense de comedia fina a
quien se le cruzan los cables cuando el escenario requie-
re de un gran director de orquesta. ■ J.B.C.

EMPLEO, EL
(Il posto), The 24 Horses, Italia, 1961, 98 min.

Director: Ermanno Olmi. Guión: Ermanno Olmi. Fotografía: Lamberto

Caimi. Montaje: Carla Colombo. Música: Pier Emilio Bassi. Dirección de
Arte: Ettore Lombardi. Sonido: Giuseppe di Liberto. Intérpretes: Loreda-
na Detto, Sandro Panseri, Tullio Kezich, Mara Revel, Guido Chiti, Bice
Melegari, Corrado Aprile. ****

Una muestra de la persistencia de las raíces neorrealistas
en el cine italiano, no ya con una intención social a lo Vis-
conti, ni reducidas a la guerra y la posguerra como Ros-
sellini o desesperanzadas como el primer De Sica, sino
como simple relación de lo cotidiano, sin más énfasis que
el que quiera ponerles la mirada del espectador. La histo-
ria de una pareja de milaneses que encuentra trabajo en
una empresa parece sumida en la banalidad, pero se
erige en la crónica del devenir de una gente condenada a
luchar por un trabajo, como garantía de una precaria
seguridad económica, que lleva aparejada la sumisión a
una existencia sin más horizontes que la mesa de oficina.
Olmi representa un punto de vista cristiano, y su carrera
se ilumina con El árbol de los zuecos, galardonada en
Cannes, y La leyenda del santo bebedor, premiada en
Venecia. ■ M.Q.
diablo. Todo se orquesta en provecho del triunfo perso-
nal, con la consigna de pisar al prójimo, al precio que sea.
Así funciona, nos viene a decir Wilder, la sociedad norte-
americana. Matthau, un excelente secundario hasta en-
tonces, y aún entonces, ganó un Oscar al Mejor Actor de
Reparto y demostró ser uno de los más exquisitos cómi-
cos de aquella década. ■ J.B.C.
ENCHANTED
EE.UU., 1998, 96 min.
Productor: Joe D’Alessandro, Jolly Dale, John Ward. Director: John Ward.
Guión: John Ward. Fotografía: Joe D’Alessandro. Montaje: Forest Mare-
ady. Música: Chris Houston, Forest McReady. Dirección Artística: Melin-
da Kavenaugh. Intérpretes: John Ward, Sydney Penny, David Kaufman,
Jaid Barrymore, George Anthony Baker, Michael Beaumont. **

Un chico sueña con ser una rutilante estrella de Hollywo-

EN BANDEJA DE PLATA
(The Fortune Cookie), Mirisch, EE.UU., 1966, 125 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I.A.L.
Diamond. Fotografía: Joseph LaShalle. Montaje: Daniel Mandell. Música:
Andre Previn. Dirección Artística: Robert Luthardt. Vestuario: Charles
Arrico, Paula Giokaris. In
ntérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, Ron
Rich, Cliff Osmond, Judi West, Lurene Tuttle, Harry Holcombe, Les Tre-
mayne, Marge Redmond, Noam Pitlik. ***
La primera colaboración del tándem Jack Lemmon-Wal-
ter Matthau con el maestro Billy Wilder fue En bandeja de
plata, plata de buena ley, una comedia construida con
perfección ejemplar, de progresión, dramatización inter-
puesta y organización de potencial actoral verdadera-
mente admirables. Cruel, ácida, cáustica y cínica según
los modelos wilderianos más puros. Ni una de sus criatu-
ras –ni la que encarna Lemmon, en un principio, el que
aparenta un orden moral más alto– escapa del azote del
od, pero las cosas no van como él esperaba. Un día se le
presenta un curioso personaje que dice ser su ángel de la
guarda y le anima a que vaya a probar suerte a la Meca
del Cine. Comedia fantástica y discreta, escrita, dirigida y
protagonizada por John Ward, suponemos que con mu-
chas vivencias propias en el guión. ■ G.Q.
ENCUENTRO EN PARÍS
(Paris When It Sizzles), Paramount, EE.UU., 1964, 108 min.
Productor: Richard Quine, George Axelrod. Director: Richard Quine.
Guión: George Axelrod. Fotografía: Charles Lang Jr. Montaje: Archie
Marshek. Música: Nelson Riddle. Dirección Artística: Jean D’Eaubonne.
Vestuario: Givenchy. Inttérpretes: William Holden, Audrey Hepburn,
Gregoire Aslan, Raymond Bussieres, Christian Duvaleix. **
Encuentro en París es uno de los más sonados fracasos
en la carrera de Audrey Hepburn. No se entiende. Tiene a

● ● ●

● ●
su favor todo lo que por aquellas fechas era habitual en
su cine. Un aspecto elegante en sus formas, con colores
vivos, irreales y dulces. Un vestuario ad hoc, nuevamente
de Givenchy y nuevamente al servicio del encanto que
para el cine americano y para cualquier persona sensata
tiene París. Una historia sentimental, romántica con acen-
to humorístico y un leve tono musical, volátil. Y un guión
excelente, muy bien escrito por George Axelrod, el mismo
artífice de Desayuno con diamantes, un gran dialoguista,
sin duda. Y, pese a toda lógica, el filme no funcionó. Su ro-
daje fue todo un poema. William Holden, el partenaire de
Audrey, alegró la existencia de las revistas del corazón
con un brote de idilio real con la actriz. Holden tenía la
costumbre de llegar con retraso a los rodajes con unas
tremendas resacas, frutos naturales de las delicias noctur-
nas de la capital francesa. Aún así, su interpretación no lo
delata. Encuentro en París es una alegre y aterciopelada
comedia sentimental, más sentimental que cómica, casi
trágica, sobre los avatares de un guionista de cine ameri-
cano en París y su dulce secretaria. El cine visto desde
dentro como acto ilusorio de una realidad que para no-
sotros ya no es tal. La fascinación se incrementa con las
apariciones especiales de Tony Curtis, Mel Ferrer y Mar-
lene Dietrich, descendiendo ésta última de un suntuoso
Rolls Royce. Quine ofrece momentos de gran cine. Había
sido con Donen y Edwards uno de los “capitostes” de los
mejores hallazgos de aquella época. Un cine sentimental,
sofisticado, de líneas precisas y perfumado. ■ J.B.C.
ENERGÉTICOS, LOS
Bermúdez de Castro PC, España, 1979, 88 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores. Fotografía: Manuel
Merino. Música: Gregorio García Segura. Intérpretes: Andrés Pajares,
Fernando Esteso, Antonio Ozores, Sara Mora, Ricardo Merino, Florinda
Chico, Quique Camoiras. *
● ●
En este mundo traidor | 171
●
Una más de las astracanadas del trío calavera de la come-
dia rijosa nacional (Ozores, Esteso y Pajares) que combi-
na sin pudor ni vergüenza chascarrillos políticos coyuntu-
rales con destetes a lo Jaimito. En esta ocasión, el argu-
mento se centra en las disputas ancestrales entre los
Bellotos y los Mondongos por unas tierras allá por Roble-
dillo de la Sierra, Castilla la Vieja profundísima. La dispu-
ta se zanja con el matrimonio de Agapito (Pajares) con la
hermana de Floro (Esteso) para que todo quede atado y
bien atado, a pesar de que todo se embrolla aún más al
aparecer unos cuervos árabes y norteamericanos inten-
tando beneficiarse de la central nuclear que el gobierno
pretende construir justo ahí mismo. Tan sólo el gañán
arranque, con el dúo de marras bordando los papeles de
megapaletos que les dieron fama televisiva (recuérdese,
o mejor no, el hit "La Ramona", de Esteso, o el personaji-
llo de pregonero críptico de Pajares) y la a veces envidia-
ble desfachatez vital que supura este tipo de cine de pe-
zón bizco y axila selvática justifican su visionado, casi
antropológico. ■ J.C.
EN ESTADO CRÍTICO
(Critical Care), Sherlock Films, EE.UU., 1997, 103 min.
Productor: Steven S. Schwartz, Sidney Lumet. Director: Sidney Lumet.
Guión: Steven S. Schwartz. Fotografía: David Watkin. Montaje: Tom
Swartwout. Música: Michael Convertino. Vestuario: Dona Granata. Intér-
pretes: James Spader, Kyra Sedwick, Helen Mirren, Anne Bancroft,
Albert Brooks, Jeffrey Wright, Margo Martindale, Bruno Dessler. ***
Sidney Lumet es ya un veteranísimo realizador, surgido
de la “generación de la televisión” de finales de los 50. Su
obra abarca muchos géneros. En el policíaco y en el
drama criminal, cuenta con logros tan palpables como
Doce hombres sin piedad, La ofensa y Serpico. En la
denuncia en clave de sátira negra contra la medicina hos-
pitalaria americana, tiene momentos de acierto, junto a
otros de sal gruesa muy evidente. ■ M.Q.
EN ESTE MUNDO TRAIDOR
(It’s a Wonderful World), M-G-M, EE.UU., 1939, 84 min.
Productor: Frank Davies. Director: W.S. Van Dyke. Guión: Ben Hecht
(basado en una historia de Ben Hecht y Herman J. Mankiewicz). Foto-
grafía: Oliver T. Marsh. Montaje: Harold F. Kress. Música: Edward Ward.
Dirección Artística: Cedric Gibbons, Paul Groesse. Intérpretes: Claudet-
te Colbert, James Stewart, Guy Kibbee, Frances Drake. ***
En esta brillantemente divertida pero ignorada screwball
comedy, casi la última de su especie, James Stewart y
Claudette Colbert pasan su tiempo despreciándose el
uno al otro (hasta el último rollo), aunque la historia es
una leve base para proporcionar disparatadas situaciones
e hilarantes diálogos. Él es un novato detective privado a
la fuga, ella es una alocada poetisa y los dos están bus-
cando a un asesino, y... bueno, eso es suficiente screwball.
Está escrita por el gran Ben Hecht a partir de una histo-
ria suya y de Herman J. Mankiewicz, y dirigida con talen-
to y considerable ritmo por W. S. Van Dyke. ■ J.T.
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172| Enfermera, La
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ENFERMERA, LA
(L´infermiera), Champion, Italia, 1975, 105 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Nello Rossati. Guión: Nello Rossati,
Paolo Vidali, Roberto Gianviti. Fotografía: Ennio Guarnieri. Montaje: Al-
berto Gallitti. Música: Gianfranco Plenizio. Dirección Artística: Tony Ro-
ssati. Intérpretes:: Ursula Andress, Duilio del Prete, Luciana Paluzzi, Jack
Palance. **
El evidente morbo sexual de Ursula Andress es el principal
cebo para un cínico planteamiento en el que un grupo de
herederos, bastante avaros, buscan la muerte de un rico y
degenerado industrial. Para ello contratan el cuerpo de la
actriz como la susodicha enfermera para que, con sus
ademanes carnales, le provoque un infarto. Sin embargo,
las batas blancas y ligueros de la muchacha lo que hace es
servir de reconstituyente al moribundo, hasta el punto de
que se casa con ella. Aún sin ser exactamente una buena
comedia, sí que tiene gran importancia en la historia del
cine italiano de los 70 puesto que inició el aluvión de
obras eróticas donde aparecerían: colegialas –La colegia-
la (La licceciale), de Michele Massimo Tarantini (1976)–,
más enfermeras –Enfermera para todo (L´infermiera di
notte, 1978), de Mario Laurenti–, profesoras –La profesora
va al mar con toda la clase (L´insegnante al mare con tutta
la calse), de Michelle Massimo Tarantini (1980)– y doctoras
–La doctora seduce al coronel (La dottoresa ci sta col
colonnello, 1980), de Michelle Massimo Tarantini–. ■ L.M.C.
EN LA CIUDAD
España, 2003, 110 min.
Productor: Marta Esteban, Gerardo Herrero. Director: Cesc Gay. Guión:
Tomás Aragay, Cesc Gay. Fotografía: Andreu Rebés. Montaje: Frank Gu-
tiérrez. Música: Joan Díaz, Jordi Prats. Intérpretes: Mónica López, Eduard
Fernández, María Pujalte, Alex Brendemühl, Vicenta N’Dongo, Chisco
Amado, Miranda Makaroff, Leonor Watling, Áurea Márquez. ****
Después del éxito obtenido con Krámpack, Cesc Gay se
apuntó a la temible moda de las películas de vidas cruza-
das con esta obra fresca, bien ritmada, dialogada con
inteligencia y extraordinariamente interpretada. Una co-
media coral seria, que a través de desayunos y comidas,
bares y restaurantes, entradas y salidas de casa, encuen-
tros, citas, etcétera, retrata con convicción la vida urbana
de hoy mismo. ■ J.B.C.
EN LO MÁS CRUDO
DEL CRUDO INVIERNO
(In the Bleak Midwinter), Midwinter/Castle Rock, Reino Unido-
EE.UU., 1995, 98 min.
Productor: David Barron. Director: Kenneth Branagh. Guión: Kenneth
Branagh. Fotografía: Roger Lanser. Montaje: Neil Farrell. Música: Jimmy
Yuill. Dirección Artística: Tim Harvey. Intérpretes: Michael Maloney,
Richard Briers, Mark Hadfield, Nick Farrell, Gerard Horan, John Sessions,
Joan Collins. ****
Tras el desafío del Frankenstein apadrinado por Coppola,
Branagh volvió a pisar terreno firme combinando con as-
● ●
●
tucia el universo de Shakespeare que tanto late en su co-
razón con las coordenadas de uno de sus títulos más cé-
lebres, Los amigos de Peter: la concentración, en un espa-
cio reducido, de un grupo de personas durante unos días,
en este caso unos actores de poca monta que ensayan y
luego representan “Hamlet” en fechas navideñas. Filme
de pequeño formato y bajo presupuesto, rodado en blan-
co y negro y con actores poco conocidos (salvando a una
Collins en un papel gratamente efervescente). Aunque
pasa por ser una obra menor en su filmografía, es uno de
sus trabajos más sinceros y llenos de vida y pasión (ante
todo, claro está, por el teatro), orquestado con admirable
precisión y magníficamente dialogado. ■ J.B.C.
¿EN QUÉ PIENSAN LAS MUJERES?
(What Women Want), Warner, EE.UU., 2000, 126 min.
Productor: Bruce Davey, Matt Williams, Susan Cartsonis, Gina Mat-
thews. Director: Nancy Meyers. Guión: Josh Goldsmith, Cathy Yuspa. Fo-
tografía: Dean Cundey. Montaje: Stephen A. Rotter, Thomas J. Nordberg.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: John Hutman. Vestuario: Ellen
Mirojnick. Intérpretes: Mel Gibson, Helen Hunt, Marisa Tomei, Alan
Alda, Ashley Johnson, Mark Feuerstein, Lauren Holly, Delta Burke. **
El personaje de Mel Gibson en esta película, próximo al
Jack Nicholson de Mejor... imposible y al Tom Hanks de
Náufrago (los tres, casualmente, emparejados con Helen
Hunt), es un tipo tirando a detestable, un ladies man
pagado de sí mismo y yuppy de éxito. Como es de supo-
ner, algo (y apuesten a que ese algo es el amor) le redi-
mirá de su estupidez. Lo relativamente original de su
redención es el tupé fantástico de la historia: ¿qué pasaría
si este guapo y próspero ejecutivo tuviera el don, a raíz de
un fortuito accidente, de oír en voz alta el pensamiento de
las mujeres? Sobre esta premisa se estructura el enredo
sentimental, delgadito y previsible, pero Gibson, que aun-
que mucha gente lo dude es un buen actor, demuestra
tener madera de comediante y, entre Jim Carrey (cierto
apayasamiento), Cary Grant (cuando era certeramente
desvirilizado por Howard Hawks: aquí Gibson se maquilla,
se depila, se pone medias...) y Fred Astaire (lo imita con
soltura), se adueña de la comedia sin desmerecer. ■ J.B.C.
ENREDO PARA DOS, UN
(Hopscotch), Avco Embassy, EE.UU., 1980, 104 min.
Productor: Edie Landau, Ely Landau. Director: Ronald Neame. Guión:
Brian Garfield, Bryan Forbes (basado en la novela de Garfield). Fotogra-
fía: Arthur Ibbetson. Montaje: Carl Kress. Música: Ian Fraser. Diseño de
producción: William J. Creber. Intérpretes: Walter Matthau, Glenda Jack-
son, Sam Waterston, Ned Beatty, Herbert Lom, David Matthau, George
Baker, Ivor Roberts, Lucy Saroyan, Severn Darden. ***
A pesar de compartir acreditación estelar, Un enredo
para dos no es otra comedia a cuatro manos en la línea
de Alegrías de un viudo, donde se enfrentaban la misan-
trópica dejadez de Walter Matthau y la elegante malicia
de Glenda Jackson. En realidad es un vehículo en solita-
rio para Matthau como un agente de la CIA que, degra-
●

● ●
dado a hacer trabajos de despacho, decide tomarse cum-
plida venganza por medio de una elaborada broma: desa-
parece misteriosamente y empieza a enviar por correo
sus memorias, capítulo por capítulo (con la promesa de
próximas revelaciones), a otras agencias de inteligencia.
Por supuesto, tiene que ser detenido, pero no antes de
llevar a su ex-jefe Ned Beatty a una alegre persecución
alrededor del mundo. Con un guión y dirección menos
débiles, menos dependiente de las localizaciones alrede-
dor del mundo y de la tecnología, podría haber sido una
valiosa sucesora de La gran estafa. El resultado, sin
embargo, no va más allá del simple entretenimiento, con
el valioso añadido, eso sí, de un puñado de espléndidas
interpretaciones –Jackson, Lom, Waterston–, aunque es
Matthau quien lleva todo el peso con su mezcla única de
sereno cinismo. Si lo que está buscando es una vuelta a
las películas de espionaje de Hollywood de los cuarenta y
los cincuenta, Un enredo para dos lo es. ■ J.T.
ENRICO IV
Italia, 1984, 95 min.
Productor: Enzo Porcelli. Director: Marco Bellocchio. Guión: Marco
Bellocchio, Tonino Guerra (basado en la obra de Luigi Pirandello). Foto-
grafía: Giuseppe Lanci. Montaje: Mirco Garrone. Música: Astor Piazzolla.
Intérpretes: Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale, Leopoldo Trieste,
Paolo Bonacelli, Gianfelice Imparato, Claudio Spadaro. **
Una fiel adaptación de la obra escrita por Luigi Pirandello
en 1922, que el usualmente iconoclasta Bellochio rodó sin
estridencias. La farsa del loco que se cree rey y que al recu-
perar su presumible cordura decide seguir con la represen-
tación facilita un extraordinario trabajo de Mastroianni, se-
cundado por una madura Claudia Cardinale. Cinéfilos ani-
mosos y quienes deseen disfrutar de Mastroianni. ■ LL.B.M.
ENRÓLLATELA COMO PUEDAS
(Kimberly), Flins & Pinicules, EE.UU., 2001, 106 min.
Productor: Frederic Gotchan. Director: Frederic Gotchan. Guión: Frede-
ric Gotchan. Fotografía: Bernd Heinl. Montaje: Larry Bock. Música: Basil
Poledouris. Dirección Artística: Sherri Adler. Vestuario: Marie Amba.
In
ntérpretes: Gabrielle Anwar, Sean Austin, Jason Lewis, Robert Mailhou-
se, Chris Rydell, Molly Ringwald. ***
Los devaneos sentimentales de cuatro amigos aspirantes
a ser campeones de descenso fluvial en canoa con la
bella muchacha que les hace de entrenadora, a pesar de
que se han jurado seriedad unos a otros. Una comedieta
ligera, que el guión del propio Gotchan ha desarrollado
siguiendo las pautas generales de un cuento de Guy de
Maupassant. Presencia de Gabrielle Anwar, a la que re-
cordamos en Esencia de mujer. ■ M.Q.
ENSALADA DE GEMELAS
(Big Business), Touchstone, EE.UU., 1988, 97 min.
Productor: Steve Tisch, Michael Peyser. Director: Jim Abrahams. Guión:
Dori Pierson, Marc Rubel. Fotografía: Dean Cundey. Montaje: Harry
● ●
Entre copas | 173
●
Keramidas. Música: Lee Holdridge. Dirección Artística: William Sandell.
Intérpretes: Bette Midler, Lily Tomlin, Fred Ward, Edward Herrmann,
Michele Placido, Barry Primus. **
Dos parejas de gemelas idénticas, accidentalmente inter-
cambiadas al nacer por una enfermera corta de vista, se
reúnen años después en Nueva York. Ya se hacen una
idea de lo que viene a continuación: se registran en el
mismo hotel y se pasan toda la película corriendo de
habitación en habitación, siendo confundidas por un sur-
tido de botones, ejecutivos conspiradores e intrigantes
hombres de negocios italianos. Bette Midler aporta por
duplicado su habitual imagen vulgar y barata, mientras
Lily Tomlin introduce una pequeña variedad cómica
como la valiente trabajadora y la hermana sosa, y Jim
Abrahams dirige la mecánica trama con habilidad, si no
con estilo. La idea podría haber sido enormemente diver-
tida: un dúo de viejas profesionales de la comedia de esti-
los cómicos antagónicos, con la chillona presunción de
Midler (vestida de punta en blanco y con un decidido
modo de caminar, Bette escupe sus frases mordaces con
malévolo deleite, pisoteando a todo el mundo en su cami-
no) dominando generalmente al pícaro nerviosismo de
Tomlin. Pero el director echa por la borda toda apariencia
de coherencia narrativa en favor de dar a sus protagonis-
tas suficiente cuerda para colgarse a sí mismas entre el
irritante ruido de puertas cerrándose constantemente.
Ambas tensan su talento hasta el punto límite, junto con
el espectador, a quien se pide no tanto que suspenda su
credibilidad como que deje su cerebro sobre la mesa
durante su visionado. ■ J.T.
ENSAYO DE UN CRIMEN
Mexico, 1955, 89 min.
Productor: Alfonso Patiño Gómez. Director: Luis Buñuel. Guión: Luis
Buñuel, Eduardo Ugarte, Rodolfo Usigli. Fotografía: Agustín Jiménez.
Montaje: Jorge Bustos, Pablo Gómez. Música: Jorge Pérez. Intérpretes:
Miroslava Stern, Ernesto Alonso, Rita Macedo, Ariadna Welter, Eva
Calvo, Enrique Díaz “Indiano”, Carlos Riquelme, Chabela Durán, Carlos
Martínez Baena, Manuel Dondé, Armando Velasco. ****
Uno de los grandes títulos rodados por Luis Buñuel en
México. Con algunas similitudes con Él, otra de sus obras
mexicanas, el filme, conocido también como La vida cri-
minal de Archibaldo de la Cruz, demuestra que Buñuel
era capaz de llevar a su terreno casi cualquier historia. Así
fue con esta comedia negra protagonizada por un
hombre obsesionado con asesinar a las mujeres que
desea. ■ J.E.
ENTRE COPAS
(Sideways), Fox Searchlight Pictures, EE.UU., 2004, 120 min.
Director: Alexander Payne. Guión: Alexander Payne, Jim Taylor (basado
en la novela de Rex Pickett). Fotografía: Phedon Papamichael. Música:
Rolfe Kent. Intérpretes: Paul Giamatti, Thomas Haden Church, Virginia
Madsen, Sandra Oh, Marylouise Burke, Jessica Hecht, Missy Doty, Joe
Marinelli. ***
●
174| Entre pillos anda el juego
● ●
Tras la agridulce y conmovedora A propósito de Schmidt,
Alexander Payne insiste con los viajes iniciáticos a ningu-
na parte en esta inteligente fábula de dos amigos de uni-
versidad (uno escritor con un panorama editorial tan
negro como su divorcio; otro actor de tercera fila y en
capilla) que deciden emprender la “ruta de la uva” a lo
largo de un racimo de bodegas de California. Con ecos
“cassavetianos” y un sentido narrativo tan inspirado
como suave, plagado de elipsis y detalles estratégicos
(véase el significativo «ese número no, el último» de Miles
cuando pide la revista porno, o el «menos mal que haces
voces en off» dirigido a Jack que nos desvela su paupé-
rrima y seguramente siniestra carrera actoral), la historia
va adquiriendo cuerpo igual que un vino en barrica, ele-
vado a los cielos por las intervenciones femeninas del
reparto, sobre todo de una renacida Virginia Madsen. Por
supuesto, los toques cómicos están a la altura, tanto los
“externos” de Thomas Hayden como los “internos” de
Paul Giamatti; incluso el episodio más grotesco y “gratui-
to” del accidentado ligue con la oronda camarera se cul-
mina tronchantemente. Estupenda película, con un final
perfecto que demuestra que Payne también es un maes-
tro en el difícil arte de dar cerrojazo a una historia. ■ J.C.
ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO
(Trading Places), Paramount, EE.UU., 1983, 106 min.
Productor: Aaron Ruso. Director: John Landis. Guión: Timothy Harris,
Herschel Weingrod. Fotografía: Robert Paynter. Montaje: Malcolm
Campbell. Música: Elmer Bernstein. Vestuario: Deborah Nadoolman.
Intérpretes: Dan Aykroyd, Eddie Murphy, Ralph Bellamy, Don Ameche,
Denholm Elliott, Al Franken. ****
Una de las mejores –por no decir la mejor– y más incisi-
vas comedias del autor de Desmadre a la americana, algo
así como una fábula social en la tradición de las clásicas
de La Cava o Sturges, donde un mendigo (Murphy, en su
salsa) se reciclará en alto ejecutivo de una empresa gra-
cias a la apuesta (como se verá miserable) de dos viejos
multimillonarios (los venerables, y ya fallecidos, Ralph
Bellamy y Don Ameche). Tiene todo lo que tenían las
comedias locas, pero elegantísimas, de los años treinta y
cuarenta: efervescencia, ritmo, progresión, buenos come-
● ●
●
diantes y diálogos sabrosos e imaginativos. Dato para
curiosos: en la posterior comedia de Landis, la ya más
mediana El príncipe de Zamunda, de nuevo con el protei-
co Murphy de protagonista, Bellamy y Ameche tenían
una breve aparición... como mendigos. ■ J.B.C.
ERES MI HÉROE
Yedra, España, 2002, 103 min.
Productor: P. Ortega, A. J. Real, C. Díaz del Río. Director: Antonio Cua-
dri. Guión: Antonio Cuadri, Miguel Ángel Pérez, Carlos Asorey. Direc-
ción Artística: L. M. Carmona. Música: Carita Boronska. Intérpretes:
Manuel Lozano, Toni Cantó, Félix López, Antonio Dechent, Carmen
Navarro, Maru Valdivieso, Juan Fernández. **
Tópica excursión a los ritos de paso de la adolescencia
contemplados con los ojos y la voz en off machacona de
un niño que vive nuestra transición entre los primeros
escudriños al “Playboy”, la clase de FEN, la pandilla que
le zurra a la salida del cole, las ineludibles imágenes tele-
visivas (muerte de Franco, coronación del Rey), etcétera.
También sale un indio imaginario que rige sus conductas.
■ J.B.C.
ERIK EL VIKINGO
(Erik the Viking), Prominent, Reino Unido, 1989, 103 min.
Productor: John Goldstone. Director: Terry Jones. Guión: Terry Jones
(basado en los libros “Norse”). Fotografía: Ian Wilson. Montaje: George
Akers. Música: Neil Innes. Dirección Artística: John Beard. Intérpretes:
Tim Robbins, Gary Cady, Mickey Rooney, Eartha Kitt, Terry Jones, John
Cleese. **
Los Python por separado han creado algunos clásicos
con el paso de los años, pero por cada Un pez llamado
Wanda también hay un Yellowbeard o esta tristemente
deficiente parodia nórdica. Inspirado por su propia saga
de libros infantiles “Norse”, no es una película divertida, y
tampoco está bien dirigida ni resulta excitante. Tim Rob-
bins interpreta a una especie de “Nuevo Hombre” vikin-
go, un gigante amable y enamoradizo que, consternado
por el pesado trabajo diario de conquista, pillaje y viola-
ción, busca iluminación en una vidente (Kitt) para poner
fin a esas actividades tan tradicionales. Ella le dice que la
Edad Oscura de Ragnarok, donde los hombres luchan y
mueren, acabará en una orgía de batallas y destrucción.
Así, Erik parte en un barco lleno de guerreros para des-
pertar a los dioses con el Cuerno Resonante y que ellos
den paso a la nueva era de paz y luz. Robbins está muy
bien como el sensible Erik, y parece disfrutar especial-
mente en las escenas de batallas. El gran valor del jugue-
te pos-Python de Terry Jones, sin embargo, es la tribu de
vikingos, llena de maravillosos personajes, como el maní-
aco Sven el Desquiciado (McInnerny), el conspirador Loki
(Anthony Sher) y, el mejor de todos, el explotado misio-
nero Freddie Jones. Hay una cierta mentalidad de niño
precoz en la película: un indulgente regocijo en hacer que
las fantasías cobren vida. Su desarmante mezcla de rea-
lismo de sangre y mugre, investigación detallada, maravi-
●
 Esas locas del cine | 175
● ● ●

lla e irreverencia, produce algunos placeres incidentales.

Pero el espectador, a pesar de la presencia de John
Cleese y Terry Jones en un reparto británico de campani-
llas (que también incluye a Anthony Sher y John Gordon
Sinclair), no puede evitar la sensación de que Erik el vikin-
go fue mucho más divertida de hacer que de contemplar.
■ J.D.D.

ERÓTICO ENMASCARADO, EL
José Frade, P.C., España, 1980, 86 min.

Productor: José Frade. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozo-

res. Fotografía: Raúl Artigot. Montaje: Antonio Ramírez. Música: Grego-
rio García Segura. Dirección Artística: Gumersindo Andres. Intérpretes:
Fernando Esteso, Antonio Ozores, África Pratt, Juanito Navarro. *

La etapa del destape que se vivió en la Transición espa-

ñola es la base en que se fundamenta este nuevo trabajo
de Ozores, al presentar a Esteso como un actor de cine
porno llamado, precisamente, “El erótico enmascarado”.
Sin embargo, un “accidente laboral” le crea un trauma
tremendo que le deja impotente. Se pondrá en manos de
un disparatado psiquiatra (Antonio Ozores) que le some-
te a duros tratamientos de shock. Indescriptible una
sesión freudiana en la que tanto paciente como médico la
pasan en calzoncillos. Es una de las comedias de Ozores
donde más chicas desnudas aparecen (entre ellas África
Pratt, María Salerno y Azucena Hernández), y entre sus ESA RUBIA ES MÍA
personajes están un senador de la UCD, un notario sordo, (Polvere di stelle), Capitolina, Italia, 1973, 142 min.
una criada con un hacha, la amante del médico y... ¡hasta Productor: Edmondo Amati. Director: Alberto Sordi. Guión: Ruggero Ma-
el mismísimo Suárez! ■ L.M.C. ccari, Bernardino Zapponi, Alberto Sordi. Fotografía: Franco di Giacomo.
Montaje: Raimondo Crociani, Franco Malvestito. Música: Piero Piccioni.
Dirección Artística: Mario Garbuglia, Ferdinando Giovanoni. Intérpretes:
ERÓTIKA, EXÓTICA, PSICOPÁTICA Alberto Sordi, Monica Vitti, John Philip Law, Wanda Osiris. ***
(Noi donne siamo fatte cosi), Apollo Film, Italia, 1971, 112 min.

Productor: Edmondo Amati. Director: Dino Risi. Guión: Age, Scarpelli,
Dino Risi, Ettore Scola, Rodolfo Sonego, Luciano Vincenzoni, Giuseppe
Catalano. Fotografía: Carlo di Palma. Montaje: Alberto Galliti. Música:
Armando Trovaioli. Dirección Artística: Silvano Malta. Intérpretes:
Monica Vitti, Enrico Maria Salerno, Ettore Geri, Tom Felleghi, Giuliano
Persico. ****
Festival de Monica Vitti, imprescindible para sus numero-
sos seguidores, insoportable para sus no menos abun-
dantes detractores. La actriz despliega toda su comici-
dad, recital de gestos, poses, andares, sensualidad, exce-
sos dramáticos y ligereza para interpretar hasta doce
tipos de mujeres diferentes, en un elaborado film de epi-
sodios que contó nada menos que con siete estimables
guionistas.
Dichos episodios son: “Una giornata lavorativa”, “Ro-
mantica”, “Mamma”, “Schiava d´amore”, “Il mondo cam-
mina”, “Vietnam”, “Et dominus venit”, “La motocicletta”,
“Cuore di padrone”, “L´angelo dei cieli”, “L´allumeuse” y
Loable intento de mezclar musical americano con roman-
ticismo sentimental italiano, resultando satisfactorio en
ambos conceptos, más que nada por el notable esfuerzo
de su pareja protagonista, los clásicos Alberto Sordi y
Monica Vitti. Ellos son Mimmo y Dea, actores de una
mísera compañía de variedades. Desde 1943 participan
en un espectáculo musical por diferentes pueblos de la
comarca sin mucha fortuna, hasta que, al finalizar la gue-
rra, obtienen un gran éxito al representar su función para
las tropas norteamericanas. En realidad, lo que pretende
Sordi es mostrar el rostro más amargo de los cómicos
andantes, transmitir la poca clase de los americanos y
terminar con un mensaje bastante malicioso sobre el
cambiante gusto del público. Sordi y Vitti interpretan va-
rias canciones en el film. ■ L.M.C.
ESAS LOCAS DEL CINE
(Hollywood Boulevard), New World Pictures, EE.UU., 1976, 83 min.

“Chiamate Roma 21-21”. En ellos, Vitti aparece como una
peculiar solista que sólo ha de tocar tres notas con los
platillos durante toda la sinfonía, una enamorada que lle-
va su pasión hasta la muerte, una monja cantante, una
azafata algo déspota y una ciega. ■ L.M.C.
Productor: John Davison. Director: Joe Dante, Allan Arkush. Guión:
Patrick Hobby. Fotografía: Jamie Anderson. Montaje: Amy Jones, Allan
Arkush, Joe Dante. Música: Andrew Stein. Dirección Artística: Jack
DeWolfe. Intérpretes: Candice Rialson, Mary Woronov, Rita George, Jef-
frey Kramer, Dick Miller, Richard Doran. ***

● ● ●
176| Escala en Hawai
● ●
Éste es un divertido, despreocupado y emotivo homena-
je al cine de serie B perpetrado por el rey de la modali-
dad, Roger Corman, cuando comandaba la New World
Pictures, de donde surgieron películas como La carrera
de la muerte del año 2000, de Paul Bartel, que aquí tiene
un papel. El filme, rodado en diez días por 60.000 dóla-
res y con material de otros títulos de la factoría, refiere el
rodaje de uno de esos productos que se estrenan en pro-
grama triple y contiene detalles irónicos, como el bocadi-
llo cuyo ketchup sirve para maquillar a un herido. Un
divertimento entre amiguetes (Dante dirigiría luego Pira-
ña, Gremlins...; Arkush, con menos suerte, la secuela del
mencionado título de Bartel), con citas para el connais-
seur: la proyección de The Terror, del propio Corman, la
aparición del robot de Planeta prohibido... ■ J.B.C.
ESCALA EN HAWAII
(Mister Roberts), Orange, EE.UU., 1955, 123 min.
Productor: Leland Hayward. Director: John Ford, Mervyn LeRoy. Guión:
Joshua Logan, Frank S. Nugent (basado en la obra de Logan y Thomas
Heggen y en la novela de Heggen). Fotografía: Winton C. Hoch. Monta-
je: Jack Murray. Música: Franz Waxman. Dirección Artística: Art Loel.
Vestuario: Moss Mabry. Intérpretes: Henry Fonda, James Cagney, Jack
Lemmon, William Powell, Ward Bond, Betsy Palmer, Philip Carey, Nick
Adams, Harry Carey, Jr., Ken Curtis. ****
Mister Roberts, título original de Escala en Hawaii, es un
clásico de la comedia norteamericana en su variante de
adaptación de obra teatral. El argumento es sobrada-
mente conocido y podría resumirse como “la vida coti-
diana de un carguero norteamericano en la Segunda
Guerra Mundial”. Su atractivo principal se basa en la con-
frontación de las personalidades de los hombres que van
en el buque con la del peculiar Mr. Roberts, un oficial que
desea participar en la guerra. Anticipándose a los actua-
● ●
●
les syllums (comedias de situaciones) televisivos, se con-
virtió en un enorme éxito teatral que no tuvo más reme-
dio que ser llevado a la pantalla cinematográfica. Pero su
producción y rodaje tuvieron más historia que la propia
película. De entrada, el autor, Joshua Logan, se opuso con
todas sus fuerzas a que la rodara John Ford porque, una
vez vio el guión, se percató de que se habían añadido
escenas cómicas para él innecesarias que sólo servían
para hacer concesiones a la taquilla. Luego surgieron pro-
blemas con el protagonista, Henry Fonda. John Ford le
había elegido contra viento y marea y contra la opinión
de los productores, que querían para el papel a Marlon
Brando o William Holden. Henry Fonda se había autoexi-
liado de Hollywood y hacía tres años que trabajaba úni-
camente en Broadway. “Mr. Roberts” había sido precisa-
mente uno de sus grandes éxitos y, lógicamente, tenía
sus propias ideas respecto al personaje. Desde el princi-
pio del rodaje, Fonda y Ford se enfrentaron por sus pun-
tos de vista diferentes. Y llegó un momento en que, cuan-
do el director quiso disculparse con Fonda por su carác-
ter excesivamente impulsivo, le sobrevino un ataque y
tuvo que ser hospitalizado. Fue sustituido por Mervin
Leroy e incluso en su parte final, en su final cut, Joshua
Logan tuvo la oportunidad de darle algún toque perso-
nal. A pesar de todos estos contratiempos durante el
rodaje, la película es una divertida comedia (que falló
posteriormente en su intento de convertirse en una serie
de televisión de éxito) que muestra algunos aspectos
destacados de la idiosincrasia norteamericana. ■ A.C.
ESCÁNDALO EN EL PLATÓ
(Soapdish), Paramount, EE.UU., 1991, 95 min.
Productor: Aaron Spelling, Alan Greisman. Director: Michael Hoffman.
Guión: Robert Harling, Andrew Bergman. Fotografía: Ueli Steiger. Mon-
taje: Garth Craven. Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: Eugenio
Zanetti. Intérpretes: Sally Field, Kevin Kline, Robert Downey, Jr., Cathy
Moriarty, Whoopi Goldberg, Elizabeth Shue. ***
Ésta es una divertidísima y sangrante burla de los intermi-
nables culebrones norteamericanos del tipo Dinastía, los
entresijos de su confección, los líos entre sus intérpretes,
las neurosis que genera el dios Índice de Audiencia, etcé-
tera. Diálogos acerados, buen ritmo, actores terremoto y
brillantes créditos iniciales y finales. Del director de la
cinta Un día inolvidable. ■ J.B.C.
ESCAPADA, LA
(Il sorpasso), Fair Film/Incei/Sancro Film, Italia, 1962, 106 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Dino Risi. Guión: Dino Risi,
Ettore Scola, Ruggero Maccari. Fotografía: Alfio Contini. Montaje: Mau-
rizio Lucidi. Música: Riz Ortolani. Dirección de Arte: Ugo Pericoli. Ves-
tuario: Ugo Pericoli. So
onido: Aurelio Pennacchia. Intérpretes: Vittorio
Gassman, Jean Louis Trintignant, Catherine Spaak, Claudio Gora, Lucia-
na Angiolillo, Luigi Zerbinati, Linda Sini. ****
Una de las películas más populares del cine italiano de los
60 que batió records de público en su exhibición en los
●

● ●
cines españoles. El director Dino Risi la considera su
mejor película y la más personal de su carrera. Utilizando
los resortes de la comedia italiana tradicional, que en
aquella época causaba furor en todo el mundo, la pelícu-
la está construida sobre las personalidades de Vittorio
Gassman y Jean-Louis Trintignant, dos seres antagónicos.
Gassman es el listo de nacimiento, capaz de darse cuen-
ta con una sola mirada de todo lo que ocurre. Trintignant
es el hombre inteligente y reflexivo, incapaz de romper
las reglas sociales. Cada uno de ellos inicia al otro en
aspectos hasta entonces desconocidos de la vida y las
relaciones sociales. El filme tiene un fondo amargo, como
comedia italiana que se precie, pero posee una forma
externa tan extrovertida como el personaje de Gassman,
tal vez el mejor de su carrera. ■ A.C.
ESCENAS DE LA LUCHA DE SEXOS
EN BEVERLY HILLS
(Scenes From the Class Struggle in Beverly Hills), North Street,
EE.UU., 1989, 102 min.
Productor: J. C. Katz. Director: Paul Bartel. Guión: Bruce Wagner, Paul
Bartel. Fotografía: Steven Fierberg. Montaje: Alan Toomayan. Música:
Stanley Myers. Dirección Artística: Alex Tavoularis. Intérpretes: Jacqueli-
ne Bisset, Ray Sharkey, Robert Beltran, Mary Woronov, Ed Begley, Jr.,
Wallace Shawn. **
● ●
Escenas en una galería | 177
●
No sentó nada bien a la gente de Beverly Hills esta corro-
siva comedia satírica escrita y dirigida por Paul Bartel, un
cineasta todoterreno con bastante mala prensa en la
sociedad hollywoodiense gracias a experiencias como
ésta. En su corta carrera como director ya había rodado
películas con intenciones similares aunque por su apa-
riencia física (véale en la película interpretando a No van
de Kamp) pueda parecer inofensivo. En España consiguió
crearse una relativa popularidad gracias a la comedia
negra ¿Y si nos comemos a Raoul?
En lo personal, se trata de un cineasta que no quiere
ser arrollado por Hollywood y que, aunque se equivoque,
trata de mantener su independencia. Esto es lo que le
ocurre precisamente a esta cinta. El filme arremete a
fondo con una sociedad frívola y superficial que rinde
culto al hedonismo y se mueve principalmente por las
apariencias. Muestra la trastienda del éxito a través de
una galería de personajes que, al parecer y según Bartel,
pululan por aquel mundo. Muchos de ellos son perfecta-
mente reconocibles por quienes se mueven en aquellos
ambientes. Para el espectador español resultan demasia-
do lejanos. No obstante, y a pesar de sus aciertos parcia-
les (algún que otro personaje y alguna que otra situación)
la cinta se resiente de un excesivo desmadre. Le falta
mesura y ello provoca que la crítica se vaya diluyendo
poco a poco en aras de una provocación que llega a pare-
cer gratuita. ■ A.C.
ESCENAS DE UNA ORGÍA
EN FORMENTERA
Fair Play Produccions, España, 1995, 90 min.
Director: Francesc Bellmunt. Guión: Francesc Bellmunt. Fotografía: Joan
Mingell. Música: Jordi Nogueras. Intérpretes: Rosa María Sardá, Joaquín
Kremel, Paul Berrondo, Helena Pérez-Llorca, Mercè Lleixà, Jordi LP, Emi-
lio Gutiérrez Caba, Enric Pous. *
En 1977, el cineasta catalán Francesc Bellmunt consiguió
un gran éxito y un certero retrato generacional con La
orgía. Casi veinte años después y con un reparto que no
recupera ningún actor de ese filme, pareció querer renta-
bilizar el eco que tuvo esa emblemática película con
Escenas de una orgía en Formentera, objetivo que se
reveló tan innecesario como estéril. ■ J.E.
ESCENAS EN UNA GALERÍA
(Scenes From a Mall), Touchstone, EE.UU., 1991, 87 min.
Productor: Paul Mazursky. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul
Mazursky, Roger L. Simon. Fotografía: Fred Murphy. Montaje: Stuart
Pappe. Música: Marc Shaiman. Dirección Artística: Pato Guzmán. Intér-
pretes:: Bette Midler, Woody Allen, Bill Irwin, Daren Firestone, Rebecca
Nickels, Paul Mazursky. ****
Woody Allen no acostumbra a trabajar como actor bajo
las órdenes de otros directores. Ni tampoco suele acep-
tar guiones ajenos para sus películas. No sé qué argu-
mentos esgrimiría el otrora director independiente –libre
en ideas y en formas de entender el cine– Paul Mazursky
●
178| Escopeta nacional, La
● ●
para convencerse de que le iría como anillo al dedo el
protagonista de esta historia a dos, una irónica y corrosi-
va disección de cierta clase social estadounidense y con-
cretamente de la que pulula por el inestable panorama
californiano. Mazursky tuvo razón en su elección y tanto
Allen como Bette Midler forman la pareja perfecta de un
mundo desquiciado, materialista en el que se han trasto-
cado todos los valores tradicionales, unos valores mora-
les y éticos que no se sostienen y en el que la frivolidad y
la tontería han tomado carta de naturaleza convirtiéndo-
se en su norte y en motivo de admiración e imitación de
todo el mundo.
El filme se ha montado casi al ciento por ciento sobre
las espaldas de los dos actores y está configurado prác-
ticamente sobre dos grandes escenas: una en el aparta-
mento de la pareja y otra en un mall, estas agrupaciones
de tiendas inconfundiblemente norteamericanas muy
parecidas a Baricentros y similares, y en las que puede
encontrarse desde un alfiler hasta un elefante, y que per-
mite evidentemente convertir el acto de la compra en un
auténtico y espectacular happening. Mazursky, en vena
de aciertos, ha sabido construir con este ingenioso, diver-
tido y corrosivo mano a mano entre la pareja protagonis-
ta una singular e irónica comedia de costumbres. ■ A.C.
ESCOPETA NACIONAL, LA
Alfredo Matas/Greenwich, España-Francia, 1977, 96 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Rafael Azcona, Luis García Ber-
langa. Fotografía: Carlos Suárez. Intérpretes: José Sazatornil “Saza”,
Mónica Randall, Luis Escobar, José Luis López Vázquez, Agustín Gonzá-
lez, Amparo Soler Leal, Rafael Alonso, Antonio Ferrandis, Luis Ciges.
****
Un comerciante catalán llega con su secretaria (y aman-
te) a la lujosa finca de un marqués el día en que se va a
celebrar una partida de caza; su interés está en vender a
quien se ponga por delante –preferentemente ministros–
unos novísimos porteros automáticos. Pronto vemos que
ese personaje (magnífico “Saza”) es sólo uno más de los
muchos que allí se reúnen y que, como en casi todas sus
películas, Berlanga orquesta una comedia coral, esper-
péntica hasta la médula, que viene a ser la radiografía de
una época muy concreta.
Sin pretensiones históricas y con un sincero afán de
divertir, el cineasta presenta un cuadro reconocible y se
ríe de él sin compasión. Al feliz resultado ayuda, ¡y cómo!,
un elenco extraordinario, cuyo hallazgo mayor es Luis
Escobar dando vida a su antológico marqués de Legui-
neche. ■ J.B.C.
ESCUELA DE GENIOS
(Real Genius), Tri-Star, EE.UU., 1985, 104 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Martha Coolidge. Guión: Neal Israel,
Pat Proft, Peter Torokvei. Fotografía: Vilmos Zsigmond. Montaje: Richard
Chew. Música: Thomas Newman. Dirección Artística: Josan F. Russo.
Intérpretes: Val Kilmer, Gabe Jarret, Michelle Meyrink, William Ather-
ton, Jonathan Gries, Patti D’Arbanville. **
● ●
●
Agradable, aunque a veces ligeramente boba, comedia
moldeada por algunas de las mentes que llevaron Loca
academia de policía y Despedida de soltero a la pantalla.
Los cerebritos Val Kilmer y Gabe Jarret son reclutados
por el profesor Atherton para trabajar en un nuevo pro-
yecto de láser, pero los chicos se rebelan cuando descu-
bren las implicaciones militares encubiertas del artilugio.
Es un cambio ver a jóvenes que están más obsesionados
con la tecnología que con el sexo, e incluso te llegas a
preguntar si el objetivo final de la educación americana
es desarrollar mejores armas de destrucción masiva, aun-
que la película de Martha Coolidge es demasiado amable
para sacar provecho de los aspectos más duros del mate-
rial. Al final, las bromas con el helio, el gas congelado y
otros materiales de clase de ciencias ponen las cosas en
su sitio. Aquí no hay verdadero genio, sino una intermi-
tente diversión. Lo que eleva la producción de la medio-
cridad es la ágil dirección de Coolidge, que maneja con
firmeza el maníaco material, impidiendo que el tema de la
explotación de las jóvenes mentes se pierda en un mar de
gags visuales. El resultado: Escuela de genios es Loca
academia de policía con cerebro. ■ J.T.
ESCUELA DE JÓVENES ASESINOS
(Heathers), Cinemarque, EE.UU., 1989, 102 min.
Productor: Denise Di Novi. Director: Michael Lehmann. Guión: Daniel
Waters. Fotografía: Francis Kenny. Montaje: Norman Hollyn. Música:
David Newman. Diseño de producción: Jon Hutman. Dirección Artíísti-
ca: Kara Lindstrom. Vestuario: Rudy Dillon. Intérpretes: Winona Ryder,
Christian Slater, Shannen Doherty, Lisanne Falk, Kim Walker, Penelope
Milford, Glenn Shadix, Lance Fenton, Patrick Laborteaux, Jeremy Apple-
gate. ***
No deje que el hecho de que Michael Lehmann dirigiese
El gran halcón le prive de su sorprendente debut con esta
película sobre un grupo de chicas que aterrorizan a sus
compañeros de instituto. Las Heather (Shannen Doherty,
Lisanne Falk y Kim Walker), la camarilla más exclusiva en
Westerburg High, desprecian a los amigos que no son lo
bastante enrollados y humillan a la pobre Martha Dunns-
tock (Carrie Lynn). Veronica (Ryder), una reciente adqui-
sición de su grupo, demuestra su independencia hacién-
dose amiga de J.D. (Slater), un motero inadaptado. Vero-
nica ingenia un drástico plan para minar la tiranía de las
reinas adolescentes, pero subestima la crueldad del psi-
cótico J.D.: el tiro le sale peligrosamente por la culata.
Con escenas y diálogos que ofenderán a muchos, Escue-
la de jóvenes asesinos es, sin embargo, una cinta de lla-
mativa originalidad y energía. Podría haber sido una estú-
pida película adolescente de mal gusto, pero debajo de la
moderna superficie de esta devastadoramente ingeniosa
comedia negra se esconde una incisiva sátira sobre el
suicidio adolescente y la perniciosa presión de los grupos
paritarios. Oscura, cínica, pero deliciosamente divertida,
esta refrescante parodia de los filmes de instituto está
venenosamente escrita por Daniel Waters, mordazmente
dirigida por Michael Lehmann y extraordinariamente in-
terpretada por Winona Ryder y, en menor grado, Chris-
●

● ●
tian Slater (que ofrece una apropiadamente escalofriante
imitación de Jack Nicholson). Véala y nunca volverá a
beber agua mineral. ■ J.T.
ESCUELA DE ROCK
(School of rock), Paramount , EE.UU., 2003, 90 min.
Director: Richard Linklater. Guión: Mike White. Fotografía: Rogier Stof-
fiers. Música: Graig Wedren (con supervisión de Randall Poster). Intér-
pretes: Jack Black, Joan Cusack, Mike White, Sarah Silverman, Joey Gay-
dos Jr., Maryam Hassan, Kevin Clark. **
Pocas comedias infantiles consiguen hacer una muesca
en el encefalograma plano. Aunque casi ninguna cuenta
con la omnipresencia de un Jack Black cual miura meló-
mano y algo megalómano. Richard Linklater, culpable de
aquel solo interminable (ni los de Joe Satriani) de ladri-
llazos animados llamado Waking Life, cambia felizmente
de tercio con esta historia en la que un rockero fracasado
se “recicla” en profesor de primaria suplantando a su
compañero de piso, con el propósito de adiestrar a sus
relamidos alumnos para una “guerra de bandas”, con la
inyección económica que le supondría. Como si fuese una
canción de rock sinfónico perfectamente estructurada
(cañón de luz, prólogo piano, coros con mechero, cres-
cendo, apoteosis y hasta pirotecnia en los títulos de cré-
dito), la película puntea sin desafinar las peripecias de
este oso de peluche con corazón de metal que intenta
que sus mayormente repipis alumnos hagan macedonia
con la banana de Velvet Underground antes que con la
manzana de Newton. Con decidida simpatía por el débil
profe se contempla este sano conciertazo, en el que
retumban el desparpajo de la chiquillería en plan orfeón,
la total entrega de Black como fantástico hombre orques-
ta y, cómo no, la intervención de Joan Cusack en uno de
esos papelones suyos demoledores y sucintos, como una
ráfaga de Los Ramones. ■ J.C.
ESCUELA DE SEDUCCIÓN
España, 2004, 110 min.
Productor: Antonio Guillén Rey, Antonio Guillén, Isidro F. Requena.
Director: Javier Balaguer. Guión: Álvaro García Mohedano. Fotografía:
David Omedes. Montaje: Guillermo Represa. Intérpretes: Victoria Abril,
Javier Veiga, Gorka Aguinagalde, Neus Asensi, David Bagès, Pepe Viyue-
la, Pablo Martín, Petra Martínez, José Manuel Cervino. *
A la comedia española le cuesta desprenderse de la
caspa que en su día vertieron sobre ella Ozores y compa-
ñía. Escuela de seducción es un papel secante que absor-
be los líquidos más carpetovetónicos de la farsa celtíbe-
ra bajo el disfraz de la actualidad que imponen los came-
os de famosetes (numerosísimos: Schwartz, Izaguirre,
Gabilondo, Del Olmo…¡el colmo!). Fórmula de rebajas:
soltar un puñado de tontilocos al ruedo, atarlos a los eter-
nos tópicos de la batalla entre varones y hembras y que
larguen cuanta mayor burrada troglodita por minuto sea
posible. De la quema sólo se salvan la Abril (y porque se
lo toma a la brava: un soberbio recital de gritos, llorique-
● ●
Es más fácil para un camello... | 179
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os e histerismo) y Alejandro Sanz obsequiándonos dos
temas. ■ J.B.C.
ESE LOCO SENTIMIENTO
(That Old Feeling), EE.UU., 1997, 105 min.
Productor: Bonnie Bruckheimer, Leslie Dixon. Director: Carl Reiner.
Guión: Leslie Dixon. Fotografía: Steve Mason. Montaje: Richard Halsey.
Música: Patrick Williams. Dirección Artística: Alicia Keywan. Intérpretes:
Bette Midler, Dennis Farina, Paula Marshall, Gail O’Grady, David Rasche,
James Denton. *
Ese loco sentimiento es una comedia débil y átona, hasta
el punto que podría venir firmada por Jon Turtaltaub,
Howard Deutch o Donald Petrie sin que los resultados se
resintieran. Prototipo de la comedia romántica (otoñal en
este caso) que tanto se lleva, propone una tradicional
trama de remarriage, por supuesto a años luz de la ele-
gancia de Historias de Filadelfia: con motivo de la boda
de su hija, una ya madura estrella de cine (Midler, en algún
punto entre la Streisand y la Lloll Bertran) reencuentra a
su ex marido (un Farina extrañamente parecido a Mario
Adorí en un papel labrado sobre el molde de Steve Mar-
tin), y la llama del amor prende de nuevo entre ambos,
punto de partida de una retahíla de enredos que igual-
mente afectarán a sus respectivos cónyuges, a los recién
casados y a un paparazzi inoportuno. Predecible su desa-
rrollo, deficitaria en ritmo, irritantemente melosa (no falta
el indispensable pianista negro endulzando la noche a los
proyectos tortolitos) y desprovista de mordiente, Ese
loco sentimiento bien podría ser una de esas comedias
blandas que en los años sesenta interpretaban James
Garner o Jack Lemmon (no las de Wilder, claro): un traje-
cito tan bien planchado, tan mono, que da grima meter-
se en él. ■ J.B.C.
ES MÁS FÁCIL PARA UN CAMELLO...
(Il est plus facile pour un chameau...), Francia-Italia, 2003, 110 min.
Productor: Paulo Branco. Director: Valeria Bruni Tedeschi. Guión: Valeria
Bruni Tedeschi, Noémie Lvovsky, Agnès de Sacy. Fotografía: Jeanne
Lapoirie. Montaje: Anne Weil. Intérpretes: Valeria Bruni Tedeschi, Chia-
ra Mastroianni, Jean-Hugues Anglade, Denis Podalydès, Marysa Borini,
Roberto Herlitzka, Lambert Wilson, Pascal Bongard, Nicolas Briançon,
Yvan Attal, Emmanuelle Devos, Karine Silla. ****
La noción de que el dinero no hace la felicidad la lleva
hasta sus últimas consecuencias esta película, donde la
propia directora encarna a una mujer rica pero insatisfecha
que incluso confiesa a su sacerdote el sentimiento de
culpa que le acarrea su vida: incontables cifras en la cuen-
ta corriente y cero en plenitud. El filme toca temas graves
desde una óptica de humor y fantasía, a caballo entre
Álvaro Pombo y Fellini. Aunque es irregular y algo arrítmi-
ca (¿por qué tanta clase de danza?), Es más fácil para un
camello... acaba destilando frescura y buen rollo. Y todas
las composiciones son notables, del abanico de registros
de la pletórica Bruni Tedeschi al memorable pijo rico y
caprichoso que nos obsequia Lambert Wilson. ■ J.B.C.
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180| Eso
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ESO
España, 1997.
Productor: Fernando Colomo. Director: Fernando Colomo. Guión: Fer-
nando Colomo. Intérpretes: Daniel Guzmán, Diana Gálvez, Antonio
Molero, Javier Cámara, Saturnino García, Francisco Maestre, Blanca Por-
tillo, Francisco Vidal. **
Rodada por Colomo después de El efecto mariposa y
concebida originalmente como telecomedia, Eso tiene
por protagonistas a un par de jóvenes presuntamente
representativos de nuestros días (Daniel Guzmán y la
malograda Diana Gálvez), con un asunto privado (la
inconfesada virginidad del chico, que intentará remediar
a lo largo del metraje) y otros públicos (los concursos y
la telebasura nuestra de cada día) amenizando la función.
Una función que denota su adscripción a la pequeña pan-
talla, tiene menos empaque, menos espontaneidad y
menos pulcritud caligráfica que otros títulos colomianos
y acaba arrojando una simplicidad sólo amortiguada por
el trabajo de los actores, no ya la corrección de Guzmán
y Gálvez, sino también, muy especialmente, joyas secun-
darias de la envergadura de Saturnino García, Antonio
Molero o Javier Cámara. ■ J.B.C.
ESO DEL MATRIMONIO
(Plaza Suite), Paramount, EE.UU., 1971, 114 min.
Productor: Howard W. Koch. Director: Arthur Hiller. Guión: Neil Simon
(basado en su propia obra). Fotografía: Jack Marta. Montaje: Frank
Bracht. Música: Maurice Jarre. Dirección Artística: Arthur Lonergan.
Vestuario: Jack Bear. In
ntérpretes: Walter Matthau, Maureen Stapleton,
Jose Ocasio, Dan Ferrone, Louise Sorel, Barbara Harris, Lee Grant, Jenny
Sullivan, Tom Carey. **
Inofensiva pieza de peluche de Neil Simon, más allanada
aún por la aplastante dirección de Arthur Hiller: tres viñe-
tas ambientadas en la misma habitación de hotel, con el
truco de que los tres protagonistas masculinos están
interpretados por Walter Matthau. El primer sketch es el
mejor, con Matthau y Maureen Stapleton como una pare-
ja madura tratando de revivir su fallido matrimonio; ella
cada vez más nostálgica, él deseando irse con su amante.
El resto son simples jugueteos: un productor de Hollywo-
od tratando de seducir a una antigua novia (la deliciosa
Harris, absolutamente desaprovechada) con un intermi-
nable catálogo de anécdotas del cine; y un confuso padre
que se vuelve loco cuando su histérica hija se encierra en
el cuarto de baño y se niega a salir para su boda. Hiller
acababa de dirigir Love Story, y había algunas dudas so-
bre su adecuación al género de la comedia. A la vista de
los resultados, las dudas eran más que fundadas. ■ J.D.D.
ESPECULADOR, EL
(Il boom), Dino de Laurentiis, Italia, 1963, 93 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Vittorio de Sica. Guión: Cesare
Zavattini. Fotografía: Armando Nannuzzi. Montaje: Adriana Novelli,
Marisa Letti. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Ezio Frigerio.
Intérpretes: Alberto Sordi, Gianna Maria Canale, Ettore Geri. ****
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●
Uno de los más insolentes guiones de Zavattini –nombre
esencial tanto del neorrealismo como de la comedia ita-
liana–, en la que es una de las películas menos celebradas
de su director, Vittorio de Sica. Quizá debido a la mala
leche que predica desde su inicio, auspiciada por una
inteligente recreación de Alberto Sordi como el típico
individuo superado por los acontecimientos. Él es Gio-
vanni, que, al quedar en la ruina, acepta vender uno de
sus ojos a un millonario sin muchos escrúpulos y que
necesita un transplante. Su personaje provoca una nutri-
da amalgama de sentimientos contradictorios, desde la
irresponsabilidad hasta la simpatía, en una comedia ácida
a descubrir y reivindicar. ■ L.M.C.
ESPEJISMOS
(Show People), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1928, 63 min.
Director: King Vidor. Guión: Wanda Tuchock, Ralph Spence. Fotografía:
John Arnold. Montaje: Hugh Wynn. Dirección Artística: Cedric Gibbons.
Intérpretes: Marion Davies, William Haines, Dell Henderson, Paul Ralli,
Tenen Holtz, Harry Gribbon. *****
En 1928, King Vidor era un veterano de Hollywood, con
casi una treintena de largometrajes a sus espaldas. Ese
año realizaría su último filme mudo, Espejismos, una
comedia fina, sutil, socarrona que hoy puede aparecer a
nuestros ojos, al margen de como un modélico ejercicio
de narración sencilla y transparente, como un espejo
maravilloso a ese mismo Hollywood al que Vidor perte-
necía, como un documental de época. Vidor, en efecto,
nos relata –más bien nos muestra– ese universo único y
ya periclitado en el que el glamour, las grandes divas, las
luces, los platós, el espectáculo, se constituyen en una
auténtica filosofía de vida, ahí donde la profesión, los
profesionales y el trabajo generaban ensoñaciones. Ese
afán documentalista al servicio de una ficción concreta,
de una comedia dramática que toma como punto de
referencia a una actriz que de las bufas apariciones cómi-
cas pasará, como quien dice en un abrir y cerrar de ojos,
al estruendor del estrellato. Se comerá el mundo desde
su misma cúspide. Una actriz hoy muy desconocida, pero
entonces brillante, Marion Davis, da la medida perfecta
de ese calco de una humanidad que cegó miradas con su
hechizo e hizo palpitar corazones como jamás han vuelto
a registrar las pantallas. Un desfile generoso de grandes
nombres del séptimo arte –Charles Chaplin, Douglas Fair-
banks, Mae Murray, John Gilbert, Williams S. Hart, Raneé
Andoreé...– contribuye a dar autenticidad a esta hermosa
película, placer descomunal para una legión cada vez
menos numerosa de amantes del cine. ■ J.B.C.
ESPÉRAME EN EL CIELO
España, 1988, 100 min.
Productor: José María Calleja. Director: Antonio Mercero. Guión:
Román Gubern, Horacio Valcárcel (basado en una historia de Antonio
Mercero). Fotografía: Manuel Rojas. Montaje: Rosa G. Salgado. Direc-
ción Artística: Antonio Cortés. Intérpretes: José Soriano, José Sazatornil,
Chus Lampreave, Manolo Codeso, Amparo Valle. ***
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 Espías como nosotros| 181
● ● ●

Una divertida comedia a partir de la idea (muy bien urdi-

da en el guión de Mercero, Valcárcel y Gubern) de un
doble del general Franco que le servía al dictador para
poder asistir a dos actos desarrollados al mismo tiempo.
Naturalmente, la figura del doble funcionará perfecta-
mente para convertir esta película en una farsa de confu-
siones y situaciones disparatadas. En el/los papeles del
generalísimo, el actor argentino Pepe Soriano lleva a
cabo una estimulante composición. ■ J.B.C.

ESPÍA COMO PUEDAS

(Spy Hard), EE.UU., 1996, 81 min.

Productor: Doug Draizin, Rick Friedberg, Jeffrey Konvitz. Director: Rick

Friedberg. Guión: Rick Friedberg, Dick Chudnow, Jason Friedberg,
Aaron Seltzer. Fotografía: John R. Leonetti. Montaje: Eric A. Sears. Músi-
ca: Bill Conti. Dirección Artística: William J. Durrell, Jr. Intérpretes:: Les-
lie Nielsen, Nicollette Sheridan, Charles Durning, Marcia Gay Harden,
Barry Bostwick, John Ales, Andy Griffith, Elya Baskin, Mason Gamble.
***

Aunque aquí no se llama Frank Drebin, Leslie Nielsen

compone una caricatura clavada a las de la serie Agárra-
lo como puedas. Una farsa a costa de las películas de
espías, con un buen puñado de gags excelentes y nume-
rosas parodias de títulos célebres. Lo mejor y más surre-
al, Durning, el jefazo experto en camuflarse en su propio
despacho. ■ J.B.C. po que arremete, con humor y nada complaciente ironía,
contra el funcionamiento de una gran productora. Un
espía en Hollywood depara, en este sentido, un testimo-
ESPÍA EN HOLLYWOOD, UN nio importante, aunque sea por la vía del humor y la paro-
(The Errand Boy), EE.UU., 1961, 92 min. dia. ■ LL.B.M.
Productor: Ernest D Glucksman. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry
Lewis, Bill Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Stanley E.
Johnson. Dirección Artística: Arthur Lonergan, Hal Pereira. Intérpretes: ESPÍAS A LO LOCO
Jerry Lewis, Brian Donlevy, Howard McNear, Dick Wesson, Robert Ivers, (S*P*Y*S), EE.UU., 1974, 100 min.

Pat Dahl, Renée Taylor, Rita Hayes, Stanley Adams. ***
Jerry Lewis sabotea en Un espía en Hollywood la falsa ilu-
sión creada por el cine, para demostrarnos que nada de
lo que vemos en la pantalla es verdad, sino sólo una mera
simulación de la realidad. Tampoco su retrato de directi-
vos y patronos resulta benévolo. Más bien lo contrario: se
complace en hacer desfilar ante nuestros ojos a tiranue-
los, explotadores, bobos que cobran fortunas y gente
mediocre incapaz de ver dónde se encuentra el verdade-
ro talento. Así, de todos los personajes de la película, sólo
se salva la arrebatadora ingenuidad del protagonista, un
ser en perpetuo descubrimiento de un mundo irreal. Pero
también él será engullido por el sistema, y acabará con-
vertido en una gran estrella de Hollywood.
En Un espía en Hollywood, Lewis no se recata en bur-
larse despiadadamente de sus patronos, los jefazos de la
Productor: Robert Chartoff, Irwin Winkler. Director: Irvin Kershner.
Guión: Lawrence J. Cohen, Fred Freeman, Malcolm Marmorstein. Foto-
grafía: Gerry Fisher. Montaje: Robert Lawrence, Keith Palmer. Música:
Jerry Goldsmith (versión USA), John Scott (versión Europea). Intérpre-
tes: Elliott Gould, Donald Sutherland, Joss Ackland, Xavier Gélin, Vladek
Sheybal, Michael Petrovitch, Shane Rimmer. *
La pareja protagonista de M.A.S.H., de Altman, juntos otra
vez en esta flojísima parodia de los filmes de espías, en la
que son dos agentes secretos perseguidos por la CIA, la
KGB y un grupo anarquista. De lo peor que ha rodado el
impersonal Kershner, responsable de El Imperio contraa-
taca. ■ G.Q.
ESPÍAS COMO NOSOTROS
(Spies Like Us), EE.UU., 1985, 102 min.

Paramount (el gran jefe de la Paramutual es un estúpido
engreído que interpreta Brain Donlevy), del propio estu-
dio y –por consiguiente– de Hollywood en general. Cono-
cedor de las interioridades de los estudios, Lewis nos
obsequia con esta modélica y muy divertida muestra de
cine dentro del cine. O de risa dentro de la risa. Al tiem-
Productor: George Folsey Jr., Brian Grazer. Director: John Landis. Guión:
Dan Aykroyd, Lowell Ganz, Babaloo Mandel (basado en una historia de
Dan Aykroyd y Dave Thomas). Fotografía: Robert Paynter. Montaje: Mal-
colm Campbell. Música: Elmer Bernstein. Intérpretes: Chevy Chase, Dan
Aykroyd, Steve Forrest, Donna Dixon, Bruce Davison, Bernie Casey,
William Prince, Tom Hatten, Frank Oz. ***

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182| Espíritu burlón, El
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Parodia de los filmes jamesbondianos, donde Chase y
Aykroyd son dos pobres diablos que han sido reclutados
como señuelos para una operación de la CIA. Colaboran
una serie de directores amigos, como Costa-Gavras, Sam
Raimi, Joel Coen y Terry Gilliam, y el maestro de efectos
especiales Ray Harryhausen. Paul McCartney canta la
canción de los créditos. ■ M.Q.
ESPÍRITU BURLÓN, EL
(Blithe Spirit), Reino Unido, 1945, 96 min.
Productor: Noel Coward. Director: David Lean. Guión: Anthony Have-
lock-Allan, David Lean, Ronald Neame (basado en la obra de Noel
Coward). Fotografía: Ronald Neame. Montaje: Jack Harris. Música:
Richard Addinsell. Dirección Artística: C.P. Norman. Intérpretes: Rex
Harrison, Constance Cummings, Kay Hammond, Margaret Rutherford,
Hugh Wakefield, Joyce Carey, Jacqueline Clarke. ***
Una elegante adaptación de la exitosa obra teatral de
Noel Coward, estrenada en 1941, con el cínico novelista
Rex Harrison felizmente casado con Constance Cum-
mings y visitado por el travieso fantasma de su primera
esposa, Kay Hammond. La causante de este hecho es la
inolvidable Margaret Rutheford, la más inepta y adorable
medium de la historia. El futuro director Ronald Neame
colaboró en el guión y se responsabilizó de la fotografía
de esta mordaz, pero hilarante farsa, impecablemente di-
rigida por David Lean. Sensacionales efectos especiales
para la época (merecedores de un Oscar) y ajustadas
composiciones de un reparto muy capaz, encabezado por
Harrison, que mantiene brillantemente el tipo ante el re-
cital interpretativo de la excéntrica Miss Rutherford. ■ J.T.
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ESPOSA AMERICANA, UNA
(Una moglie americana), Sancro Film/Les Films Borderie, Italia-
Francia, 1964, 113 min.
Productor: Alfonso Sansone, Enrico Chroscicki. Director: Gianluigi Poli-
doro. Guión: Rafael Azcona, Gianluigi Polidoro, Ennio Flaiano. Fotogra-
fía: Benito Frattari, Marcello Gatti. Montaje: Eraldo da Roma, Marcella
Benvenuti, Marisa Mengoli. Música: Nino Oliviero. Dirección Artística:
Maurizio Chiari. Intérpretess: Ugo Tognazzi, Rhonda Fleming, Graziella
Granata, Juliet Prowse. **
Fallido intento de provocar la comicidad a través de las
diferencias culturales entre Italia y Estados Unidos. A pe-
sar de que en su guión participa Azcona, pocos rasgos de
su talento quedan marcados en una monótona historia
donde siempre se da vuelta al mismo tema y cuya con-
clusión es que las diferencias son abismales entre Europa
y América. No se explica muy bien por qué las partes
cómicas funcionan tan mal, y cómo Tognazzi parece con-
tagiado por el escaso interés mostrado en la trama por la
otrora estrella norteamericana Rhonda Fleming. El actor
italiano encarna al contable Vanzi, quien viaja a Estados
Unidos creyendo encontrar en este país un paraíso debi-
do a la enormidad de sus edificios. Sin embargo, a la hora
de encontrar a la esposa americana del título, todo serán
problemas. ■ L.M.C.
ESPOSA POR SORPRESA
(Housesitter), Universal/Imagine, EE.UU., 1992, 100 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Frank Oz. Guión: Mark Stein. Fotogra-
fía: John A. Alonzo. Montaje: John Jympson. Música: Miles Goodman.
Dirección Artística: Ida Random. Intérpretes: Steve Martin, Goldie
Hawn, Dana Delany, Julie Harris, Donald Moffat, Peter MacNicol. ****
Frank Oz tiene talento para la comedia de raíz clásica.
Esposa por sorpresa es una comedia de enredos un
punto alocada, de ritmo perfecto, situaciones jocosas y
comediantes en estado de gracia. Posee el espíritu endia-
blado de las grandes películas de Katharine Hepburn y
Spencer Tracy (o Cary Grant), y eso, por desgracia, no se
ve cada día. ■ J.B.C.
ESQUELETO DE LA SEÑORA
MORALES, EL
España, 1960, 92 min.
Director: Rogelio A. González. Guión: Luis Alcoriza (basado en una his-
toria de Arthur Machen). Fotografía: Víctor Herrera. Montaje: Jorge Bus-
tos. Música: Raúl Lavista. Dirección Artística: Ida Random. Intérpretes:
Arturo de Córdova, Amparo Rivelles, Elda Peralta, Guillermo Orea,
Rosenda Monteros, Luis Aragón, Mercedes Pascual, Antonio Bravo.
***
Rareza que tal vez convenga visionar por la presencia
como protagonista de Amparo Rivelles –secundada por
Arturo de Córdova, galán azteca que también desarrolló
una notable carrera en España– y la autoría del guión,
perteneciente a Luis Alcoriza, fiel colaborador de Buñuel
en su etapa mexicana y después director nada desde-
●

● ●
ñable. Alcoriza adaptó al contexto mejicano una novela de
terror, dotándola de un humor negro que coquetea casi
siempre con el esperpento. Un médico, taxidermista y em-
balsamador de gran reputación, tiene como esposa a una
mujer insoportable e hipocondríaca que, evidentemente,
no sabe con quien se la juega. Una función que, por ana-
crónica y esperpéntica, promete ser divertida. ■ LL.B.M.
ESTA ABUELA ES UN PELIGRO
(Big Momma’s House), Fox, EE.UU., 2000, 98 min.
Productor: David T. Friendly, Michael Green. Director: Raja Gosnell.
Guión: Darryl Quarles, Don Rhymer. Fotografía: Michael D. O’Shea.
Montaje: Kent Beyda, Bruce Green. Música: Richard Gibbs. Vestuario:
Francine Jamison-Tanchuck. Intérpretes: Martin Lawrence, Nia Long,
Paul Giamatti, Terrence Howard, Ella Mitchell, Jascha Washington, Ant-
hony Anderson. *
Por si no estaba claro que Martin Lawrence (Dos policías
rebeldes y Dos policías rebeldes 2) había tomado clases
nocturnas en la escuela de Eddie Murphy, aquí lo tenemos
en una comedia policiaca donde se disfraza de señora
paquidérmica en la tradición de los multipapeles del pro-
tagonista de El profesor chiflado. Más allá del brillante ma-
quillaje (Greg Cannon), una bobada insalvable. ■ J.B.C.
ESTA CASA ES UNA RUINA
(The Money Pit), Amblin, EE.UU., 1986, 91 min.
Productor: Frank Marshall, Kathleen Kennedy, Art Levinson. Director:
Richard Benjamin. Guión: David Giler. Fotografía: Gordon Willis. Monta-
je: Jacqueline Cambas. Música: Michel Colombier. Dirección Artística:
Patrizia Von Brandenstein. Intérpretes: Shelley Long, Tom Hanks, Ale-
xander Godunov, Maureen Stapleton, Joe Mantegna, Philip Bosco. ***
La demolición no deseada de una casa es una tragedia en
la vida real. Pero puede propiciar una fuente de carcaja-
das en una película de ficción. Ya en el cine mudo, Laurel
y Hardy redujeron a escombros el chalet de James Fin-
layson en La batalla del siglo. Entre el slapstick de aque-
lla obra maestra y la más sofisticada comedia Los Blan-
dings ya tienen casa, con Cary Grant, se sitúa esta pelícu-
la, en la que una pareja cree haber encontrado la casa de
sus sueños, que se revelará una pesadilla en cuanto inten-
ten poner el primer clavo. Tan simpático como irregular,
el filme nos remite a los años juveniles de Tom Hanks, un
gran comediante que bien pudiera haberse convertido en
un nuevo Grant de no haber encontrado un día su vena
trascendente. A Grant sólo le dieron un Oscar Honorífico;
Hanks ya lleva dos por desmarcarse del camino. Es un
buen actor, sí, pero echamos de menos aquel joven des-
preocupado de Un, dos, tres… ¡splash!, Big o Esta casa es
una ruina. ■ J.B.C.
ESTANQUERA DE VALLECAS, LA
TVE/EGA Medios Audiovisuales/CIA, España, 1986, 105 min.
Productor: Ángel Huete. Director: Eloy de la Iglesia. Guión: Eloy de la
Iglesia, Gonzalo Goicoechea (basado en una obra teatral de Alonso de
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¡Estoy en crisis! | 183
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Santos). Fotografía: Manuel Rojas. Montaje: Julio Peña. Música: Patxi
Andión. Dirección Artística: Julio Esteban. Intérpretes: Emma Penella,
José Luis Manzano, José Luis Gómez, Maribel Verdú. *
Defensor a ultranza de los marginados sociales, Eloy de la
Iglesia consigue su película más reputada... cuando en
realidad es igual de mala que todas las demás (Navajeros,
Colegas, El pico).. Para él, los delincuentes no son malos
chicos, sólo un poco descarriados, que llegan al atraco
por culpa de una sociedad que los margina, una madre
que se les muere, las malas compañías, una democracia
que no es lo suficientemente eficaz para darles un pues-
to de trabajo y un barrio abocado a extremismos de
izquierda o derechas. Los acontecimientos ocurren en un
estanco del barrio de Vallecas, donde dos delincuentes
de buenos sentimientos toman una serie de rehenes
mientras, fuera, la policía se droga y tararean pasodobles
ante la burla generalizada de los vecinos. Además, esta
bochornosa obra tiene un catastrófico doblaje, unos
actores histéricos y un vergonzoso final donde el secues-
trador se retuerce por el suelo. ■ L.M.C.
ESTIMADA FUNCIONARIA
(Government Girl), EE.UU., 1943, 94 min.
Productor: Dudley Nichols. Director: Dudley Nichols. Guión: Dudley
Nichols, Budd Schulberg (basado en una historia de Adela Rogers St.
Johns). Fotografía: Frank Redman. Montaje: Roland Gross. Música: Leigh
Harline. Dirección Artística: Albert S. D’Agostino. Intérpretes: Olivia de
Havilland, Sonny Tufts, Anne Shirley, Jess Barker, James Dunn, Paul Ste-
wart, Agnes Moorehead, Harry Davenport. ***
Estados Unidos ha entrado en guerra y la obsesión se
centra en poder producir armamento sin demasiados es-
crúpulos. Ed Browne, fabricante de coches, intenta apro-
vecharse de esta situación al máximo con la ayuda de una
funcionaria, que resulta tener muy buenos contactos polí-
ticos. Se trata de una agradable comedia con la presen-
cia de una formidable Olivia de Havilland. La película de
Nichols realiza una buenísima crítica a los funcionarios
del gobierno. ■ G.Q.
¡ESTOY EN CRISIS!
Ágata Films/La Salamandra P.C., España, 1982, 90 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: Andréu Martín, Fernando Colomo.
Fotografía: Ángel Luis Fernández. Montaje: Miguel Ángel Santamaría.
Música: José Nieto. Dirección Artística: María Victoria del Real. Intérpre-
tes: José Sacristán, Cristina Marsillach, Fernando Vivanco, Mercedes
Sampietro. ****
Cuarto largometraje de Fernando Colomo y máximo
exponente de su estilo natural, divertido y original, que
cerraba la llamada “comedia madrileña”, movimiento de
duración tan corta como intensa y que ofreció algunos
títulos más que estimables. Tomando como referencia un
personaje dramático que hubiese evolucionado de una
forma muy diferente en una película de Garci (pongo por
caso), Colomo le da la vuelta y lo transforma en un triste
●
184| Estrategia del caracol, La
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perdedor en plena crisis de los 40. Sacristán es un publi-
cista que abandona a su mujer por una joven hippie
(encantadora Cristina Marsillach, que nunca volvió a
repetir sonrisa como aquí), y que, con tal de conseguir
acostarse con ella, es capaz de comportarse como un
absoluto merluzo, llegando a vivir en una comuna. Cuan-
do intenta volver a casa, descubre que ahora es su espo-
sa quien le deja, yéndose además con su mejor amigo (un
memorable Fernando Vivanco). Los enredos bien resuel-
tos (en especial el de la furgoneta), unido a un tono cíni-
co y casi de cómic, le otorgan al film un valor muy por
encima de la media de la comedia española de la época.
A todo ello se une una estupenda canción escrita por
José Nieto e interpretada por Pulgarcito, que define al
personaje con letras como: «Todo se estropea, todo me
sale mal, dice mi psiquiatra que es un caso normal. Sín-
drome neurótico de inadaptación, es lo que provoca mi
frustración. Y todo este trauma, toda esta rabieta, es por
no haber sido un bebé probeta.... Estoy en crisis, estoy en
crisis, y no sé cómo parar... Estoy en crisis». ■ L.M.C.
ESTRATEGIA DEL CARACOL, LA
Colombia, 1993, 108 min.
Productor: Sergio Cabrera. Director: Sergio Cabrera. Guión: Sergio
Cabrera. Fotografía: Carlos Congote. Montaje: Manuel Navia y Nicholas
Wentworth. Música: Germán Arrieta. Dirección Artística: Enrique Line-
ro, Luis Alfonso Triana. Intérpretes: Frank Ramírez, Fausto Cabrera, Flo-
rina Lemaitre. **
Uno de los grandes éxitos del cine sudamericano en
nuestro país (estuvo casi un año en el cine Alphaville con
estupendo rendimiento en taquilla) en una época espe-
cialmente dorada para esta cinematografía, con otros
títulos que conectaron con el público y la crítica españo-
la: la argentina-uruguaya Un lugar en el mundo, de Adol-
fo Aristarain (1991), la mejicana Como agua para chocola-
te, de Alfonso Arau (1992), y la cubana Fresa y chocolate
(1993). En esta ocasión, Sergio Cabrera cuenta, con cier-
ta parsimonia, la leyenda de unos inquilinos de uno de los
barrios más pobres de Bogotá que, a punto de ser des-
ahuciados, establecieron la mencionada estrategia con-
sistente en sacar todos sus muebles a la calle, esconder-
los, simular una explosión y hacer creer al dueño que ha
volado el edificio. Sin esconder su condición de comedia
(con trazos que recuerdan a las de Berlanga, sobre todo
en las reuniones de vecinos o en la aparición de la ima-
gen de la virgen), parte de un hecho trágico como es la
muerte de un niño, y contiene elementos algo neorrealis-
tas como la brutal paliza al abogado por la policía, la mu-
jer sufridora pegando un tiro a su marido paralítico y la
vida triste del travesti. Hay que decir que, en ocasiones,
no se entiende nada de lo que hablan. ■ L.M.C.
ESTUDIANTES EN OXFORD
(A Chump at Oxford), Roach/United Artists, EE.UU., 1940, 63 min.
Productor: Hal Roach. Director: Alfred Goulding. Guión: Charles
Rogers, Felix Adler, Harry Langdon. Fotografía: Art Lloyd. Montaje: Bert
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●
Jordan. Música: Marvin Hatley. Dirección Artística: Charles D. Hall. Intér-
pretes:: Stan Laurel, Oliver Hardy, James Finlayson, Forrester Harvey,
Peter Cushing, Sam Lufkin. **
Esta farsa no es tanto una parodia de Un yanqui en Ox-
ford como un amable retazo de los habituales números
de Stan Laurel y Oliver Hardy. Aunque la película reúne al
dúo con el famoso productor Hal Roach, también les las-
tra con el director de tercera Alfred Goulding, que per-
mite que esta dispersa colección de gags pierda el hilo.
Los primeros episodios muestran a Laurel como una don-
cella y a Hardy como un caótico mayordomo. Parece co-
mo si se hubiesen añadido para rellenar metraje. Pero una
vez que los cómicos aterrizan en Inglaterra, las cosas fun-
cionan mejor. Además de situaciones tan rancias como
instalarse en las dependencias del decano, hay algunos
momentos brillantes, inclyendo el paseo por el “laberinto
embrujado”, la gloriosa transformación de Stan en el hé-
roe universitario Lord Paddington y la degradación de
Ollie al rol de mayordomo. Atención a Peter Cushing co-
mo uno de los estudiantes. ■ J.D.D.
ETERNAMENTE TUYA
(Eternally Yours), EE.UU., 1939, 95 min.
Productor: Tay Garnett. Director: Tay Garnett. Guión: C. Graham Baker,
Gene Towne. Fotografía: Merritt B. Gerstad. Montaje: Otho Lovering,
Dorothy Spencer. Música: Werner Janssen. Dirección Artística: Alexan-
der Golitzen. Intérpretes: Loretta Young, David Niven, Hugh Herbert,
Billie Burke, C. Aubrey Smith, Raymond Walburn, Zasu Pitts, Broderick
Crawford, Virginia Field. ****
Una comedia con clase, del muy reivindicable Garnett, el
director de Siempre Eva, Mares de China y El cartero
siempre llama dos veces, la versión interpretada por Lana
Turner. La trama gira en torno a un mago que prepara un
truco morrocotudo para recuperar a su mujer, que lo ha
abandonado. Perfecta química entre Young y Niven, gran
constelación de secundarios y excelsa finura en diálogos
y enredos. ■ J.B.C.
EVOLUTION
EE.UU., 2001, 101 min.
Productor: Daniel Goldberg, Joe Medjuck, Ivan Reitman. Director: Ivan
Reitman. Guión: David Diamond, David Weissman, Don Jakoby (basado
en una historia de Don Jakoby). Fotografía: Michael Chapman. Montaje:
Wendy Greene Bricmont, Sheldon Kahn. Música: Matt Mahaffey, John
Powell, Curt Sobel. Dirección Artística: David F. Klassen, Peter Konig,
Richard F. Mays. Intérpretes:: David Duchovny, Julianne Moore, Orlando
Jones, Seann William Scott, Ted Levine, Ethan Suplee. ●
La cosa va de un meteorito caído en pleno desierto de Ari-
zona y de unos bichitos en su interior que irán evolucionan-
do hasta convertirse, ¡toma ya!, en dinosaurios. Un insensa-
to cruce entre Expediente X (el mismísimo David Duchovny
en plan guasón) y Parque jurásico servido en clave de co-
media refrescante. El arranque es decente, pero en su con-
junto la obra es impresentable. Lástima de reparto. ■ J.B.C.
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EXCUSES!
(¡Excusas!), España, 2003, 84 min.
Productor: Eva Joan. Director: Joel Joan. Guión: Pep Anton Gómez, Joel
Joan, Jordi Sánchez (basado en la obra de Joel Joan y Jordi Sánchez).
Fotografía: Josep M. Civit. Música: Alfons Conde. Intérpretes: Joel Joan,
Àgata Roca, Jordi Sánchez, Brendan Price, Clara Segura, Josep Julien. **
La obra teatral “Excuses!” era una de las sátiras genera-
cionales más punzantes de las que se vieron sobre las
tablas catalanas durante varias temporadas. Detrás del
proyecto estaba la compañía Krampack, cuyos artífices
eran Joel Joan y Jordi Sánchez, conocidos por su bri-
llante serie para TV3 Plats bruts. Después de ver lo bien
que funcionaban sus propuestas, tanto en el teatro como
en la televisión, decidieron dar el salto al cine con una
adaptación de sus “Excuses!”, guionizada por ambos
junto a Pep Antón Gómez y realizada por el propio Joel
Joan. El resultado, y más si uno tuvo la oportunidad de
ver la obra, es tristemente decepcionante, pues se trata
de un filme demasiado teatral (desde su puesta en esce-
na hasta las histriónicas interpretaciones) en el que los
cambios que se han introducido para hacerlo más atrac-
tivo cinematográficamente tampoco funcionan nada
bien. Sólo hay que ver la recurrente secuencia final, la de
la persecución automovilística, para darse cuenta de
ello. ■ G.Q.
EXPRESO DE CHICAGO, EL
(Silver Streak), 20th Century Fox, EE.UU., 1976, 113 min.
Productor: Thomas L. Miller, Edward K. Milkis. Director: Arthur Hiller.
Guión: Colin Higgins. Fotografía: David M. Walsh. Montaje: David Bre-
therton. Música: Henry Mancini. Dirección Artística: Alfred Sweeney.
Intérpretes: Gene Wilder, Jill Clayburgh, Richard Pryor, Patrick McGoo-
han, Ned Beatty, Clifton James. ***
La anécdota es puramente hitchcockiana (no en vano el
guionista se llama Colin Higgins, quien, pasado más tarde
a director, realizaría Juego peligroso, una divertida paro-
dia de El hombre que sabía demasiado): un editor pasa-
blemente merluzo toma el tren hacia Chicago con la
intención de descansar entre vahos de literatura y sába-
nas limpias; no lo conseguirá, claro. Un historiador de
arte, cuyo cadáver recalcitrante se pasea por las ventani-
llas, su atractiva secretaria, cuatro o cinco especulaciones
sobre Rembrandt y el incordiante Richard Pryor serán
causas de la paz rota del protagonista.
El expreso de Chicago es una película de acción, que,
siguiendo el camino de Hitchcock, combina a partes igua-
les el suspense y el humor. De lo primero se encarga el ya
mencionado guión, imaginativamente estructurado (Alar-
ma en el expreso es su referente más directo); de lo
segundo, las despeinadas pantomimas de Gene Wilder.
Es una comedia ligera, capaz de ser engullida por el
espectador sin dificultad. El reparto ayuda: la desconcer-
tada Jill Clayburgh, los destellos en negro de Pryor y los
regios secundarios Patrick McGoohan y Ned Beatty. Diri-
ge la función Arthur Hiller: se nota que es él porque no se
nota la dirección. ■ J.B.C.
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Extraña pareja de polis, Una | 185
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EXTRA, EL
México, 1962, 110 min.
Productor: Jacques Gelman. Director: Miguel M. Delgado. Guión: Miguel
M. Delgado, José María Fernández Unsáin, Carlos León, Jaime Salvador,
Alfredo Varela. Fotografía: Rosalío Solano. Montaje: Jorge Bustos. Músi-
ca: Gustavo César Carrión. Intérpretes: Cantinflas, Alma Delia Fuentes,
Carmen Molina, Guillermina Téllez Girón, Magda Donato. ***
Cantinflas, una vez internacionalizado, decidió que Posa
Films le debía películas en color y con mayores medios y
pretensiones. El extra fue la primera, y en ella da vida a un
aficionado al cine que acepta cualquier papel en los roda-
jes, sobre todo en westerns. Algunos gags afortunados,
siempre en el sentido de la escasa adecuación del
personaje a su labor, suplida con dosis de inquebrantable
voluntad. ■ M.Q.
EXTRAÑA PAREJA, LA
(The Odd Couple), EE.UU., 1968, 105 min.
Productor: Howard W. Koch. Director: Gene Saks. Guión: Neil Simon
(basado en su propia obra). Fotografía: Robert B. Hauser. Montaje: Frank
Bracht. Música: Neal Hefti. Dirección Artística: Hal Pereira, Walter H.
Tyler. Intérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, John Fiedler, Herb
Edelman, David Sheiner, Larry Haines, Monica Evans. ****
La obra más conocida de Neil Simon, representada en
numerosas ocasiones en teatros de todo el mundo (en
España en dos ocasiones: una en los 80 con Pajares y Este-
so, y recientemente con Pedro Osinaga y Joaquín Kremel).
La película tuvo el aliciente de contar con dos cómicos
excepcionales como Jack Lemmon y Walter Matthau, que
ya habían mostrado su insuperable química en pantalla
con En bandeja de plata (1966), obra maestra del cinismo
dirigida por Billy Wilder. Con un guión perfecto en cuanto
a diálogos y situaciones, la historia plantea la difícil convi-
vencia de dos amigos (Félix y Óscar) completamente dife-
rentes. A pesar de que contiene momentos hilarantes, una
dirección algo plana evita mayor disfrute en cuanto al
resultado final. Obtuvo dos nominaciones al Oscar en los
apartados de Guión Adaptado y Montaje. ■ L.M.C.
EXTRAÑA PAREJA DE POLIS, UNA
(Freebie and the Bean), EE.UU., 1974, 113 min.
Productor: Richard Rush. Director: Richard Rush. Guión: Robert Kauf-
man (basado en una historia de Floyd Mutrux). Fotografía: László Kovács.
Montaje: Michael S. McLean, Fredric Steinkamp. Música: Dominic Fron-
tiere, Bobby Hart, Dan Janssen. Dirección Artística: Hilyard M. Brown.
Intérpretes: Alan Arkin, James Caan, Loretta Swit, Jack Kruschen, Mike
Kellin, Paul Koslo, Linda Marsch, John Garwood, Alex Rocco. *
Variante, en clave de comedia, de la misma historia de
siempre: dos policías enfrentados a diversos casos que se
resuelven destruyendo coches en alocadas persecucio-
nes y atizando palizas por doquier. Algunos buenos
"gags" alivian la violencia presente en la mayor parte del
filme. Incondicionales del cine policiaco servido como
comedia un tanto tontorrona. ■ LL.B.M.
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186| Extrañas coincidencias
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EXTRAÑAS COINCIDENCIAS
(I Heart Huckabees), EE.UU.-Alemania, 2004, 106 min.
Productor: Gregory Goodman, Scott Rudin, David O. Russell. Director:
David O. Russell. Guión: David O. Russell, Jeff Baena. Fotografía: Peter
Deming. Montaje: Robert K. Lambert. Música: Jon Brion. Dirección
Artística: Seth Reed. Intérpretes: Jason Schwartzman, Isabelle Huppert,
Dustin Hoffman, Lily Tomlin, Jude Law, Mark Wahlberg, Naomi Watts,
Angela Grillo, Ger Duany, Darlene Hunt, Kevin Dunn. *
Tirando del hilo de cobre de la comedia excéntrica, caria-
contecida, europeísta y hasta patafísica de novísimos co-
mo Gondry, Jonze, Anderson (Wes y Paul Thomas) o
Braff, David O. Russell lo tensa y riza hasta extraerle rami-
ficaciones insospechadas, desde Kafka a Jardiel Poncela,
pasando por Magritte o Ionesco. Todo cabe en la manta
zamorana de esta ingrávida historia, que se ¿centra? en
las investigaciones de dos «detectives existenciales» (in-
sólitos Hoffman y Tomlin) para «desfacer» las extrañas
coincidencias del título en castellano que sufre el cabeci-
lla de la Asociación Open Spaces (Schwartzman, que ha
salido de la Academia Rushmore para convertirse en el
tercer hermano Wilson) con un espigado joven negro que
se encuentra por doquier. Este auténtico mcguffin sirve
para desplegar el alucinante abanico de personajes que
pululan por la yerma meseta de Los Ángeles: un bombero
obsesionado por taponar tubos de escape (Wahlberg) y
que también es cliente de los sabuesos, su admirada escri-
tora abanderada de la entropía universal (Huppert), el eje-
cutivo de la expansiva y poco ecológica cadena de super-
mercados Huckabees (Law) o su novia e imagen de la
marca (Watts). Aleteando un interminable, y a veces algo
fatigoso, efecto mariposa, Russell reflexiona malabarística-
mente sobre la epidermis de un iceberg social con el cere-
bro de un cubito de hielo. Una música del azar servida con
serruchófono donde los gags a golpes, las caras aleladas y
esos insertos oníricos y «troceados» funcionan tanto o
más que las verborreas filosóficas. De todas formas, un
saludable chorro de aire fresco, aunque sea de helio, que
demuestra que algo se movía en las tripas y el cerebro de
la comedia medio indie yanqui de la época. ■ J.C.
EXTRAÑO CASO DE WILBY, EL
(The Shaggy Dog), Walt Disney, EE.UU., 1959, 104 min.
Director: Charles Barton. Guión: Lillie Hayward, Bill Walsh (basado en la
novela “The Hound of Florence”, de Felix Salten). Fotografía: Edward
Colman. Montaje: James Ballas. Música: Hazel George, Will Schaefer,
Paul J. Smith. Dirección Artística: Carroll Clark. Intérpretes: Fred Mac-
Murray, Jean Hagen, Tommy Kirk, Annette Funicello, Tim Considine,
Kevin Corcoran, Cecil Kellaway, Alexander Scourby. *
● ●
●
Un tontorrón enredo con niño convertido en perro cuyo
éxito generó un par de secuelas en los años sucesivos.
Posee media docena de gags aceptables en un conjunto
mucho menos aceptable. ■ J.B.C.
EXTRAÑO VIAJE, EL
Ízaro Films/Pro-Artis Ibérica, España, 1964, 98 min.
Director: Fernando Fernán-Gómez. Guión: Pedro Beltrán, Manuel Ruiz
Castillo (basado en una idea de Luis García Berlanga). Fotografía: José F.
Aguayo. Música: Cristóbal Halffter. Intérpretes: Carlos Larrañaga, Rafae-
la Aparicio, Tota Alba, Lina Canalejas, Jesús Franco, María Luisa Ponte,
Luis Marín, Sara Lezana, Joaquín Roa, Rafael Alcántara, Cayetano Torre-
grosa, José Villasante. *****
El extraño viaje se sitúa en el mismo nivel del díptico La
vida por delante y La vida alrededor y la estremecedora
El mundo sigue; es decir, en lo más alto de la obra de Fer-
nán-Gómez como director. Pero es su película maldita:
rodada a finales de 1963, tuvo una primera proyección en
Zaragoza, en 1966, y no se estrenó en Madrid hasta sep-
tiembre de 1969, con otro título impuesto por los pro-
ductores (El crimen de Mazarrón). El tiempo y la cinefilia,
sin embargo, la han reivindicado con pasión y hoy es obra
de culto de visión obligada. Rarísimo cóctel de filme de
intriga, comedia esperpéntica de humor negro, drama,
cine de terror y vodevil rural, El extraño viaje cuenta con
un espléndido guión, firmado por Pedro Beltrán y Manuel
Ruiz Castillo a partir de una idea de Berlanga, y con un
reparto inmejorable en el que brillan con luz propia,
dando vida a tres hermanos, Tota Alba, Rafaela Aparicio
y Jesús Franco. Memorable lo de la tinaja de vino. Una
perla. ■ J.B.C.
EXTREMEÑOS SE TOCAN, LOS
España, 1970, 103 min.
Director: Alfonso Paso. Guión: Alfonso Paso, Manuel Pilares (basado en
una historia de Pedro Muñoz Seca y Pedro Pérez Fernández). Fotografía:
Manuel Rojas. Música: Manuel Parada. Intérpretes: Rafaela Aparicio,
Fabián Conde, Miguel Del Castillo, Concha del Val, Don Jaime de Mora y
Aragón, Jesús Enguita. ●
Tercera película dirigida por Alfonso Paso (1926-1978), el
más prolífico comediógrafo del franquismo, Los extreme-
ños se tocan es un burdo sainete sobre la teoría del
doble, en la que cree el protagonista de la función, y que
dará pie a toda clase de dislates cuando un pícaro deci-
de aprovecharse de la credulidad de aquél. A rehuir por
todos los conceptos. ■ LL.B.M.
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 F
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FABRICANDO AL HOMBRE PERFECTO
(Making Mr. Right), Orion/Barry & Enright, EE.UU., 1987, 95 min.
Productor: Mike Wise, Joel Tuber. Director: Susan Seidelman. Guión:
Floyd Byars, Laurie Frank. Fotografía: Edward Lachman. Montaje:
Andrew Mondshein. Música: Chaz Jankel. Dirección Artística: Barbara
Ling. Intérpretes: John Malkovich, Ann Magnuson, Glenne Headly, Ben
Masters, Laurie Metcalf, Hart Bochner. ***
El título francés de esta tercera película de Susan Seidel-
man, la directora de Buscando a Susan desesperadamen-
te, define claramente quién fabrica a este hombre perfec-
to. Se titula, tomando prestado del filme de Roger Vadim,
...Y la mujer creó al hombre perfecto, con el cual ya se
coincide desde el comienzo con el protagonismo induda-
ble que tiene el concepto feminista en esta comedia. La
historia es prometedora: un científico, que podría ser una
variante moderna del doctor Frankenstein, fabrica una ré-
plica suya, pero una relaciones públicas muy eficaz se la
apropia y la integra en la sociedad consumista. Es una se-
cuencia que propicia escenas bastante divertidas a las
que la directora intenta dar un ritmo frenético (Seidelman
es una admiradora de Howard Hawks) y con las que se in-
tenta hacer una crítica social. Las intenciones sólo funcio-
nan a medias: le sobra maniqueísmo y le falta el toque
Hawks. ■ A.C.
FABULOSO BRIBÓN, UN
(The Flim-Flam Man), 20th Century-Fox, EE.UU., 1967, 104 min.
Productor: Lawrence Turman. Director: Irvin Kershner. Guión: William
Rose (basado en la novela “The Ballad of the Flim-Flam Man”, de Guy
Owen). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Robert Swink. Música: Jerry
Goldsmith. Dirección Artística: Jack Martin Smith. Intérpretes: George
C. Scott, Sue Lyon, Michael Sarrazin, Harry Morgan. ***
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Una de las escogidas comedias protagonizadas por
George C. Scott. Un veterano estafador (Scott, por su-
puesto) se dedica a instruir sardónicamente a un joven
desertor del ejército (Sarrazin) sobre el funcionamiento
del mundo, hasta que el joven se enamora y empieza a
reconsiderar el camino elegido. La dirección de Irvin
Kershner saca el máximo partido de un reparto muy com-
petente y un guión superior, obra de William Rose (Gene-
vieve, El quinteto de la muerte). Michael Sarrazin, como el
compañero de viaje de Scott, realiza un impresionante
trabajo. En el debe cabe apuntar mucha filosofía barata y
una larga y exageradamente destructiva persecución
automovilística. ■ J.T.
FABULOSO MUNDO DE ALEX, EL
(Alex in Wonderland), M-G-M, EE.UU., 1970, 110 min.
Productor: Larry Tucker. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul Mazursky,
Larry Tucker. Fotografía: Laszlo Kovacs. Montaje: Stuart Pappe. Música:
Tom O’Hargan. Intérpretes: Donald Sutherland, Ellen Burstyn, Meg
Mazursky, Glemna Sergent, Viola Spolin, Andre Phillipe, Michael Lerner,
Joan Delaney, Federico Fellini, Jeanne Moreau. ***
El fabuloso mundo de Alex es el segundo largometraje de
Paul Mazursky. Un año antes, el nombre de este cineasta
se había situado en un lugar privilegiado del mapa norte-
americano, pues su primera película, Bob, Carol, Ted y
Alice había cosechado un notable éxito. Así las cosas,
Mazursky andaba pensando en un nuevo tema para su
próxima película cuando se le ocurrió una brillante idea:
la historia de un realizador que, tras su primer gran triun-
fo, planifica un nuevo tema. Y todo ello convenientemen-
te sazonado con la crisis creativa del realizador, el peli-
groso monstruo de una industria que absorbe el talento
●
188| Fabulosos Baker Boys, Los
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propio en aras del beneficio comercial, etcétera. Y, por si
fuera poco, con un personaje real a guisa de fetiche o
símbolo, un tal Federico Fellini que con una tal Ocho y
medio ya recreara ese universo de crisis creativa. Fellini
aceptó la propuesta de Mazursky y apareció en un mo-
mento de El fabuloso mundo de Alex. Película, como se
deduce, muy de su tiempo, apasionada y sincera, tocada
de un soplo hippy al que Donald Sutherland da una defi-
nición exacta. Que El fabuloso mundo de Alex haya enve-
jecido es una demostración del destino que acompaña a
toda obra que refleje un grito agónico ante los demonios
de su época. ■ J.B.C.
FABULOSOS BAKER BOYS, LOS
(The Fabulous Baker Boys), Gladden/Mirage, EE.UU., 1989, 114 min.
Productor: Paula Weinstein, Mark Rosenberg, William Finnegan. Direc-
tor: Steve Kloves. Guión: Steve Kloves. Fotografía: Michael Ballhaus.
Montaje: William Steinkamp. Música: Dave Grusin. Diseño de produc-
ción: Jeffrey Townsend. Coreografía: Peggy Holmes. Vestuario: Lisa Jen-
sen. Intérpretes: Jeff Bridges, Beau Bridges, Michelle Pfeiffer, Ellie Raab,
Xander Berkeley, Dakin Matthews, Ken Lerner, Albert Hall. ****
La historia no es nueva. Pero aunque en el mundo real de
la música moderna hay más perdedores que ganadores,
en el mundo del cine se invierten las reglas porque es
más comercial hablar de quienes triunfan. Quizá sea úni-
camente el cine negro el que se ocupa de los que están
destinados a perder. El mérito del filme de Steve Kloves
(un director debutante, procedente del cine publicitario,
y cuya primera sorpresa es no haber hecho un videoclip
de un filme con canciones) es la falta casi absoluta de
concesiones a la galería, aunque las tentaciones no debe-
rían faltarle por la presencia de la estrella Michelle Pfeif-
fer, con consolidada imagen de sex-symbol, en la cabece-
ra del reparto.
La historia se construye sobre un clásico triángulo. Dos
hermanos unidísimos, que no pasan de ser un dúo de
músicos de poca monta, ven alteradas sus vidas por la
presencia de un tercero (en este caso una mujer) que
consigue llevarles hasta el mismo umbral del éxito. Pero,
como ocurre en estos casos, su irrupción consigue alterar
su statu quo. Ella es el desencadenante para que afloren
sus diferencias y cobre más importancia lo que les desu-
ne, pero también para que puedan renacer ilusiones
latentes escondidas. El filme se convierte así en una his-
toria psicológica de frustraciones, de esperanzas malo-
gradas por la obligada supervivencia en una sociedad
que no perdona a los mediocres o a los pusilánimes y les
confina en un gueto imposible de abandonar. Uno de los
grandes aciertos de la película es el personaje de Sussie,
bordado materialmente por Michelle Pfeiffer, quien por
fin se atrevió a decir adiós a su condición de sex-symbol
y se convirtió en actriz dramática, una decisión que ya se
había manifestado, aunque más tímidamente, en alguna
de sus anteriores películas. Michelle está seductora en los
números musicales (la mayoría interpretados por ella
misma, así como por los propios hermanos Bridges), pero
sabe componer un papel difícil en el que lo erótico es
● ●
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precisamente lo decadente, lo más irrelevante. Su perso-
naje de perdedora nata en un entorno competitivo es uno
de los alicientes de un filme que retrata con realismo la
cara sórdida de la música ligera. ■ A.C.
FACTOR PILGRIM, EL
Tesela PC, España, 2000, 87 min.
Dirección: Santi Amoedo y Alberto Rodríguez. Guión: Santi Amoedo y
Alberto Rodríguez. Fotografía: Alejandro Catalán. Montaje: J. Manuel G.
Moyano. Música: Lavadora. Intérpretes: Alex O’Dogherty, Enrico Vecchi,
Jons Pappila, Simon Edwards, Howard Nightingall, Paul Ratlee. **
Con un presupuesto mendicante y con más corazón que
oficio, Amoedo y Rodríguez se lanzaron al ruedo con esta
historia en dos tiempos: Primero, se nos cuentan las va-
gabundas andanzas de un grupo de variopintos residen-
tes en Londres (la Ciudad Pollo, para los amigos) que se
busca la vida de formas algo tontuelas (la palma se la
lleva el tipo a un color naranja pegado). Segundo, se
desentraña la verdadera madeja intrigante del filme: el
descubrimiento de que, en realidad, las canciones de los
Beatles las compuso un mendrugo escocés llamado Pil-
grim a finales de los cincuenta. Es una lástima que la abu-
rridilla primera parte dure setenta minutos y la promete-
dora segunda, apenas cuarto de hora. Y es que en cine, el
orden de los factores sí que altera el producto. ■ J.C.
FALDAS DE ACERO
(The Iron Petticoat), EE.UU., 1956, 87 min.
Productor: Betty E. Box, Harry Saltzman. Director: Ralph Thomas.
Guión: Ben Hecht (basado en una historia de Harry Saltzman). Fotogra-
fía: Ernest Steward. Montaje: Frederick Wilson. Música: Benjamin Fran-
kel. Dirección Artística: Carmen Dillon. Intérpretes: Bob Hope, Kathari-
ne Hepburn, Noelle Middleton, James Robertson Justice, Robert Help-
mann, David Kossoff, Alan Gifford. ***
Un avión no identificado realiza un aterrizaje forzoso en
la Alemania Occidental. Para sorpresa de todos, la piloto
resulta ser una mujer de las fuerzas aéreas soviéticas que
niega que se tratara de un vuelo oficial. Las autoridades
norteamericanas desconfían de esta versión y asignan a
un oficial para que la vigile. Una comedia que, a pesar de
que su guión resulta bastante pobre, se hace interesante
por el trabajo de su pareja protagonista. ■ G.Q.
FALDAS REVOLTOSAS
(Little Darlings), Paramount, EE.UU., 1980, 92 min.
Productor: Stephen J. Friedman. Director: Ronald F. Maxwell. Guión:
Kimi Peck, Dalene Young. Fotografía: Fred Batka. Montaje: Pembroke J.
Herring. Música: Charles Fox. Dirección Artística: William Hiney. Intér-
pretes: Tatum O’Neal, Kristy McNichol, Matt Dillon, Armand Assante,
Krista Errickson, Nicholas Coster. **
Ésta es una comedia de adolescentes, vulgar e intrascen-
dente, donde se nos relatan las aventurillas, peripecias,
bromas pesadas y ansia de sexo de un par de chicas
●

● ●
atractivas durante su campamento de verano. Destaque-
mos como lo más consistente las presencias de las dos
jóvenes protagonistas, la hoy desaparecida del mapa
Tatum O´Neal y, sobre todo, la igualmente ofuscada
Kristy McNichol, una adorable silueta que nunca llegó al
lugar que merecía. ■ J.B.C.
FAMILIA
Elías Querejeta PC, España-Francia-Portugal, 1996, 98 min.
Director: Fernando León de Aranoa. Guión: Fernando León de Aranoa.
Fotografía: Alfredo Mayo. Intérpretes: Juan Luis Galiardo, Amparo
Muñoz, Ágata Lys, Elena Anaya, Chete Lera, Juan Querol, Raquel Rodri-
go, André Falcón, Aníbal Carbonero. ***
Debut tras la cámara de Fernando León de Aranoa, un
joven cuya timidez le impide incluso ir a la peluquería.
Tímido pero también honesto y, lo que aún es más, poco
pretencioso, cosa que es muy de agradecer cuando
hablamos de óperas primas. El realizador aprovechó la
oportunidad que le dio Elías Querejeta y dirigió ésta su
primera película para demostrar y demostrarse que, antes
que nada, lo que importa en cine es saber contar una his-
toria. Y punto. Si, además, la historia es imaginativa,
entretenida y un punto mal intencionada, como ésta,
pues mejor que mejor. Aranoa consiguió un filme sencillo,
honrado, intencionadamente teatral, cuyo peso recae
fundamentalmente en los actores, todos excelentes
excepto Amparo Muñoz. Una reflexión sobre la familia
que, a pesar de su tono de comedia, deja un regusto
amargo en la boca. ■ J.E.
FAMILIA, LA
(La famiglia), Les Films Ariane/Massfilm, Italia, 1987, 127 min.
Director: Ettore Scola. Guión: Graziano Diana, Ruggero Maccari, Furio
Scarpelli y Ettore Scola. Fotografía: Ricardo Aronovich. Música: Arman-
do Trovajoli. Intérpretes: Emanuele Lamaro, Andrea Occhipinti, Vittorio
Gassman, Cecilia Dazzi, Stefania Sandrelli, Fanny Ardant. ***
Dentro de la afición del cine italiano por las películas-río
que destilan décadas de peripecias sociopolíticas trufa-
das por salsa boloñesa romántico-festiva (el díptico La
● ●
Familia Addams: la tradición continúa, La | 189
●
mejor juventud es el caso más destacado de los últimos
años), La familia puso una pica en el algo grogui panora-
ma transalpino de los ochenta. En esta ocasión, Scola
pretende condensar nada menos que ochenta años
(dede 1906 a 1986) de historia de su país catalizándolos
a través de la vida de Carlo (que significa "hombre libre",
según le contó su abuelo de zagal), personaje al que le
van poniendo cara y alma actores variopintos como Ema-
nuele Lamaro, Andrea Occhipinti y, al fin, el gran Gass-
man. Las turbulentas relaciones con su hermano menor
Guilio, con su esposa Beatrice y su hermana y amor pla-
tónico Adriana actúan como muro de sonido estilo Phil
Spector para contener la presunta "chicha" del filme: la
no menos azarosa vida del país. Cómo se presenta la
irrupción del fascismo da una buena idea de la pegada de
sparring de Scola ante determinados temas, extraño
retraimiento en un cineasta como él. Cierto que los frag-
mentos cómicos sirven para endulzar nostálgicamente tal
álbum familiar, algo acartonado y remilgado. ■ J.C.
FAMILIA ADDAMS, LA
(The Addams Family), Paramount, EE.UU., 1991, 99 min.
Productor: Scott Rudin. Director: Barry Sonnenfeld. Guión: Caroline
Thompson, Larry Wilson (basado en los personajes creados por Charles
Addams). Fotografía: Owen Roizman. Montaje: Dede Allen, Jim Miller.
Música: Marc Shaiman. Dirección Artística: Richard MacDonald. Intér-
pretes: Anjelica Huston, Raul Julia, Christopher Lloyd, Dan Hedaya, Eli-
zabeth Wilson, Christina Ricci. ***
Originalmente un cartoon de Charles Addams publicado
en las páginas del “New Yorker” en 1932, La familia Ad-
dams fue en los sesenta una popular serie televisiva que,
paralelamente a La familia Monster (bastante más light),
hermanó los elementos clásicos del cine de terror y el for-
mato de las tradicionales comedias. Tres décadas más
tarde, este entrañable hito de la pequeña pantalla dio el
salto a la grande bajo la dirección del hasta entonces di-
rector de fotografía (habitual de los Coen) Sonnenfeld,
manteniendo una fidelidad reverencial al original: una es-
tética tétrica, un desarrollo de las escenas de acción con
el espíritu del tebeo a cuestas (potenciado por lujosos
efectos especiales) y unos personajes caricaturescos ex-
celentemente compuestos por Huston (Morticia), Julia
(Gomez), Lloyd (tío Fester) y, entre otros, la pequeña
Ricci (Miércoles), sin olvidar la mano que corretea, que
corresponde a la del mago Christopher Hart. ■ J.B.C.
FAMILIA ADDAMS:
LA TRADICIÓN CONTINÚA, LA
(Addams Family Values), Paramount, EE.UU., 1993, 94 min.
Productor: Scott Rudin. Director: Barry Sonnenfeld. Guión: Paul Rud-
nick (basado en los personajes creados por Charles Addams). Fotografía:
Donald Peterman. Montaje: Arthur Schmidt, Jim Miller. Música: Marc
Shaiman. Diseño de producción: Ken Adam. Efectos espeeciales: Alan
Munro. Vestuario: Theoni V. Aldredge. Intérpretes: Anjelica Huston,
Raul Julia, Christopher Lloyd, Joan Cusack, Christina Ricci, Carol Kane,
Jimmy Workman, Kaitlyn Hooper, Kristin Hooper, Carel Struycken. ***
●
190| Familia de locos, Una
● ●
El realizador de Hombres de negro dirigió esta secuela de
las aventuras de los personajes creados por Charles
Addams, que ya saltaran al cine dos años antes con una
buena acogida de público y crítica. De nuevo, Sonnenfeld
saca todo el partido al famoso cómic y a un reparto inme-
jorable, al que en esta ocasión se unió Joan Cusack, una
actriz de una impresionante vis cómica. ■ J.E.
FAMILIA DE LOCOS, UNA
(Home Movies), EE.UU., 1979, 90 min.
Productor: Gilbert Adler, Brian De Palma, Jack Temchin. Director: Brian
De Palma. Guión: Kim Ambler, Dana Edelman, Robert Harders, Stephen
Le May, Charlie Loventhal, Gloria Norris (basado en una historia de Brian
De Palma). Fotografía: James L. Carter. Montaje: Corky O’Hara. Música:
Pino Donaggio. Arte: Tom Surgel. Intérpretes: Nancy Allen, Mary
Davenport, Kirk Douglas, Vincent Gardenia, Keith Gordon, Gerrit Gra-
ham, Loretta Tupper. **
Uno de los filmes más curiosos, aunque se trate de una
obra fallida, del autor de Carrie, Vestida para matar y Los
intocables de Elliot Ness. De Palma trabajó con un grupo
de alumnos de la escuela de cine Sarah Lawrence en esta
comedia de guión bastante imposible donde dirigió a un
grupo de actores que ya habían trabajado con él; a pesar
● ●
●
de la complicidad del reparto, los resultados resultan bas-
tante decepcionantes. ■ J.E.
FAMILIA STUPID, LA
(The Stupids), Reino Unido-EE.UU., 1996, 94 min.
Productor: Leslie Belzberg. Director: John Landis. Guión: Brent Forrester
(basado en los personajes creados por James Marshall y Harry Allard).
Fotografía: Manfred Guthe. Montaje: Dale Beldin. Música: Christopher L.
Stone. Dirección Artística: Rocco Matteo. Intérpretes: Tom Arnold, Jes-
sica Lundy, Bug Hall, Alex McKenna, Mark Metcalf, Matt Keeslar. ***
Partiendo de unos personajes creados por James Mar-
shall (papá, mamá, un hijito y una hijita) cuyo apellido ya
es una declaración de principios (y de mala uva), este
cuarteto tan desplazado del mundo y su lógica como los
Brady (y no menos hortera es su aspecto) protagoniza
las burradas más indescriptibles que imaginarse quepa.
Su premisa ya nos sitúa en la ecuanimidad de su idiosin-
crasia: papá se extraña porque cada noche deposita la
bolsa de la basura en un cubo de su jardín y a la mañana
siguiente ya no está, se la han robado; una noche descu-
bre que los ladrones viajan en camión (de basura, por
supuesto) y, decidido a darles su merecido, se mete y
mete a los suyos en un descomunal embrollo que tendrá
que ver con el tráfico de armas internacional.
Pero como sea que la estupidez nada tiene que ver
con la necedad, he aquí un chico listo, John Landis, que
sabe elevar a valor artístico una propuesta tan demencial.
Porque todo lo que nos es dado a contemplar pasa por el
disparate hiperdesarrollado, por la lógica interna (a ratos
muy carroliana) de la entrañable subnormalidad que
posee esta familia capaz de confundir un planetario con
un reino de los cielos y a un barrendero negro con Dios,
o creer que un ascensor es una máquina del tiempo. Lan-
dis no engaña a nadie: maestro del desmadre desde su
salutífera El monstruo de las bananas, aquí da rienda suel-
ta a su vena delirante, que pasa por la inclusión de un par
de viñetas con extraterrestres, la licencia de convertir al
perro y al gato de la familia en criaturas de animación,
una paródica exhibición del mito Cristopher Lee (además
de las habituales apariciones en sus filmes de otros direc-
tores: Robert Wise, Costa-Gavras, Mick Garris, David Cro-
nenberg...) y un sentido, proporcionado dentro de su des-
proporción, del gag y el efecto cómico. En fin, una estu-
pidez muy divertida, entre otras cosas gracias al talento
de Tom Arnold (que intencionadamente viste y actúa
como Bob Hope) y de la cursi y efervescente Jessica
Landy, dos excelentes cómicos. ■ J.B.C.
FAMILIA TRONADA, UNA
(Flodder), Holanda, 1986, 105 min.
Productor: Dick Mass. Director: Dick Mass. Guión: Dick Mass. Montaje:
Dick Mass. Música: Dick Mass. Intérpretes: Nelly Fridja, Huub Stapel,
Tatjana Simic, Herbert Flack. ●
Tomando como referencia el enorme taquillaje que pro-
vocaban en la época las groseras comedias de adoles-
●

● ●
centes americanos, a cualquier cineasta europeo con
unas cuantas luces (no muchas, la verdad) se le ocurriría
transportar la idea a su país. Esto es lo que hizo el holan-
dés Dick Mass, un maestro en el “todo por la pasta”, que
reunió en imágenes a una desagradable familia para
lograr la película más taquillera en la historia de su país.
La madre que fuma puros, la hija rubia que es un zorrón
y los dos hermanos macarras y chorizos, todos juntos ins-
talándose en un barrio residencial alejado de sus grose-
ros modales, provocaron una revolución en Holanda sin
que hasta el momento hayamos comprendido los moti-
vos de tal afrenta al buen gusto. Una indignante trama
argumental, unida a su evidente falta de ritmo, hizo que
la película funcionase de cara al espectador de tal forma
que provocó secuelas y una serie de televisión. A fin de
cuentas, con esta película el cine holandés de calidad es
otro mito que se fue definitivamente a la porra. ■ L.M.C.
FAMILY MAN
(The Family Man), EE.UU., 2000, 125 min.
Productor: Marc Abraham, Tony Ludwig, Alan Riche, Howard Rosen-
man. Director: Brett Ratner. Guión: David Diamond, David Weissman.
Fotografía: Dante Spinotti. Montaje: Mark Helfrich. Música: Danny Elf-
man. Director Artístico: Steve Saklad. Intérpretes: Nicolas Cage, Téa
Leoni, Don Cheadle, Jeremy Piven, Saul Rubinek, Josef Sommer. **
Blanda, amerengada fábula que propone una puesta al
día de la inmarchitable ¡Qué bello es vivir!, de Frank
Capra, para ilustrar la vieja noción de que el dinero no ha-
ce la felicidad y que es mejor un hogar, una esposa, unos
pañales y un curro modesto que ser un lince de Wall Stre-
et con una limusina como única compañía. Nicolas Cage
se mueve en ese papel como un zombie con cara de pa-
pamoscas. ■ J.B.C.
FANTASMA VA AL OESTE, EL
(The Ghost Goes West), London Films, Reino Unido, 1936, 85 min.
Productor: Alexander Korda. Director: René Clair. Guión: Robert E. Sher-
wood, René Clair, Geoffrey Kerr (basado en la historia “Sir Tristam Goes
West”, de Eric Keown). Fotografía: Harold Rosson. Montaje: Harold
Earle-Fishbacher, Henry Cornelius. Música: Mischa Spoliansky. Diseño
● ●
Fantasmas atacan al jefe, Los | 191
●
de producción: Vincent Korda. Vestuario: Rene Hubert, John Arms-
trong. Intérpretes: Robert Donat, Jean Parker, Eugene Pallette, Elsa Lan-
chester, Ralph Bunker, Patricia Hilliard, Everley Gregg, Morton Selten,
Dorothy “Chili” Bouchier, Mark Daly. ****
Nadie mejor que un francés para mediar en las diferencias
entre norteamericanos y británicos. René Clair, que se
había autoexiliado a Inglaterra, le puso charme, ingenio y
calor humano a lo que hubiese podido ser una simple crí-
tica idiosincrática. El punto de partida es realmente pro-
metedor: un norteamericano rico compra un castillo
escocés. Lo trasladan piedra por piedra y lo reconstruyen
en Florida. Pero nadie sabe que entre las piedras se
encuentra un atormentado fantasma. A pesar de que el
productor Alexander Korda intervino demasiado en el
rodaje, la película resulta tremendamente divertida y ade-
más fue un éxito. Es como una síntesis entre el inteligen-
te humor británico y el elegante toque de los vodeviles
franceses de altura. Clair estuvo a punto de quitar su
nombre de los títulos de crédito. ■ A.C.
FANTASMA Y LA SEÑORA MUIR, EL
(The Ghost and Mrs. Muir), EE.UU., 1947, 104 min.
Productor: Fred Kohlmar. Director: Joseph L. Mankiewicz. Guión: Philip
Dunne (basado en la novela de R. A. Dick). Fotografía: Charles Lang.
Montaje: Dorothy Spencer. Música: Bernard Herrmann. Dirección Artís-
tica: George W. Davis, Richard Day. Intérpretes: Gene Tierney, Rex Harri-
son, George Sanders, Edna Best, Vanessa Brown, Anna Lee, Robert
Coote, Natalie Wood, Isobel Elsom. ****
Lucy Muir es una joven viuda que, no deseando vivir con
la familia de su marido, se retira con su hija Anna a una
casa solitaria en la costa. Allí recibe la visita del fantasma
de su antiguo propietario, el capitán Gregg, que se sien-
te seducido por ella y le dicta un libro de memorias con
el que Lucy sale de apuros económicos. Cuando ella se
enamora de un donjuanesco escritor, el fantasma se reti-
ra de escena, pero se constituye en una presencia alenta-
dora cuando las cosas van mal, el tiempo pasa y la seño-
ra Muir se queda sola.
El fantasma y la señora Muir es la cuarta película de
Mankiewicz como director y una de las mejores, con
guión de Philip Dunne según la novela de R. A. Dick. His-
toria fantástica y romántica resuelta con verdadera inteli-
gencia a través de un adecuado tratamiento, primero
sosegado y con sentido del humor, luego suavemente
nostálgico y melodramático. Rex Harrison y la dulce Gene
Tierney están perfectos como pareja etérea. La pequeña
Anna está interpretada por Natalie Wood. ■ M.Q.
FANTASMAS ATACAN AL JEFE, LOS
(Scrooged), Paramount, EE.UU., 1988, 101 min.
Productor: Richard Donner. Director: Richard Donner. Guión: Mitch
Glazer, Michael O’Donoghue. Fotografía: Michael Chapman. Montaje:
Fredric Steinkamp, William Steinkamp. Música: Danny Elfman. Direc-
ción de arte: J. Michael Riva. Intérpretes: Bill Murray, Karen Allen, John
Forsythe, John Glover, Carol Kane, Robert Mitchum. **
●
192| Fantasmas de Roma
● ●
Adaptación modernizada del dickensiano “Cuento de
Navidad”, donde el avaro Scrooge –Cross para la oca-
sión– pasa a ser un endiosado directivo de una cadena de
TV. Donner imprime profesionalidad a la puesta en esce-
na y Murray hace lo posible para dar vigor a su persona-
je, aunque no hace olvidar al magnífico Scrooge encarna-
do por Albert Finney en un lejano y agradable musical
menor ni alcanza el talento de sus posteriores La chica
del gángster y Atrapado en el tiempo. Con Robert Mit-
chum, Carol Kane –muy divertida–, John Forsythe, Micha-
el J. Pollard, Alfred Woodard, John Houseman, Lee
Majors y Buddy Hackett encarnando a Scrogge en el pro-
grama que nuestro protagonista produce. ■ J.B.C.
FANTASMAS DE ROMA
(Fantasmi a Roma), Lux Film/Vides/Galatea, Italia, 1960, 100 min.
Productor: Franco Cristaldi. Director: Antonio Pietrangeli. Guión: Ennio
Flaiano, Ruggero Maccari, Antonio Pietrangeli, Ettore Scola. Fotografía:
Giuseppe Rotunno. Montaje: Eraldo da Roma. Música: Nino Rota. Direc-
ción Artística: Mario Chiari, Vincenzo del Prato. Intérpretes: Marcello
Mastroianni, Vittorio Gassman, Sandra Milo, Eduardo de Filippo. ****
Divertida fábula sobre unos fantasmas que unen sus fuer-
zas para impedir que los vivos destruyan su hogar, que
volvía a reunir a la pareja Mastroianni & Gassman tras el
éxito de Rufufú. A pesar de una aparente ingenuidad
argumental, se nota cierto cinismo en torno a algunas
cuestiones de la sociedad italiana de la época como la
especulación inmobiliaria o el problema de tener una
familia demasiado violenta... aunque estén muertos. Esto
es lo que le sucede al príncipe Roviano (Mastroianni), que
tiene que soportar en su palacio de Roma a una pandilla
de antepasados bastante pesados antes de hacer frente
a otro problema: la posible demolición de su hogar por
parte de las autoridades. Es entonces cuando el pintor
Caparra (Vittorio Gassman, en su salsa del dislate) echa-
rá una mano a los fantasmas con su “talento natural” pic-
tórico, si bien no todo sale como se había previsto. Come-
dia casi redonda, cuenta con una espléndida partitura de
Nino Rota, y hoy en día está cercana a convertirse en un
clásico del cine italiano. ■ L.M.C.
● ●
●
FASCISTA, DOÑA PURA Y EL FOLLÓN
DE LA ESCULTURA, EL
España, 1983.
Director: Joaquín Coll Espona. Guión: Joaquín Coll Espona, Gustavo Her-
nández. Fotografía: Juan Gelpí. Montaje: Emilio Ortiz. Música: José Solá.
Intérpretes: José Luis López Vázquez, José Sazatornil, Ovidi Montllor,
José María Angelat, Rafael Anglada. *
Comedia que quiso ser oportunista pero se quedó en
oportunista e híbrida, en torno a la transición democráti-
ca española. Una estatua del "Caudillo" se convierte en el
eje de la función. Para incondicionales de la comedia es-
pañola. ■ LL.B.M.
FAUSTINA
Chápalo Films, España, 1956, 102 min.
Director: José Luis Sáenz de Heredia. Guión: José Luis Sáenz de Heredia
(basado en su opereta “Si Fausto fuera Faustina”). Fotografía: Alfredo
Fraile. Música: Juan Quintero. Intérpretes: María Félix, Fernando Fernán
Gómez, Conrado San Martín, Fernando Rey, Elisa Montés, José Isbert,
Juan de Landa, Tony Leblanc, Tomás Blanco, Xan Das Bola. ***
Una pintoresca, divertida variación del mito fáustico, pre-
sidida por un impagable Fernán Gómez (muy ingeniosos
sus diálogos en la cueva) y una Félix que, aunque dobla-
da (salvo en las canciones), sigue irradiando su magnetis-
mo. La película se presentó en Cannes, con compañeras
tan distinguidas como Las noches de Cabiria, de Fellini, o
El séptimo sello, de Bergman. Todo un honor. ■ J.B.C.
FAVOR, EL
(A Very Special Favor), EE.UU., 1965, 105 min.
Productor: Stanley Shapiro. Director: Michael Gordon. Guión: Nate
Monaster, Stanley Shapiro. Fotografía: Leo Tover. Montaje: Russell F.
Schoengarth. Música: Vic Mizzy. Intérpretes: Charles Boyer, Frank De
Vol, Danica D’Hondt, George Furth, John Harding, Marcel Hillaire, Jay
Novello, Stafford Repp. ***
Comedia de enredos sentimentales levemente insidiosos
en su enunciado, pero a la postre blanda y bien plancha-
da. El capítulo interpretativo, eso sí, es suficientemente
estimable como para alegrar en la medida de lo posible
la velada. ■ J.B.C.
FAVOR, EL RELOJ Y EL GRAN
PESCADO, EL
(La montre, la croix & La maniére), Films Ariane/Fildebroc/Umbre-
lla Films, Francia-Reino Unido, 1991, 86 min.
Productor: Antoine de Clermont Tonnerre. Director: Ben Lewin. Guión:
Ben Lewin (basado en la novela “Rue Saint Sulpece”, de Marcel Aymé).
Fotografía: Bernard Zitzermann. Montaje: John Grover. Música: Vladimir
Cosma. Dirección Artística: Carlos Conti. Intérpretes: Jeff Goldblum,
Bob Hoskins, Natasha Richardson, Michel Blanc. **
En realidad podría haberse llamado también “El violinis-
ta, la monja sin paraguas y el chino en bicicleta”, porque
●

● ●
se trata de una comedia surrealista en la que ocurren un
montón de cosas pero, lamentablemente, la mayoría de
ellas se queda a medio camino entre la diversión y la tor-
peza. Película imposible, envuelta en título indescriptible,
de historia increíble y planteamiento inviable. Con una
gran afición por mostrar imágenes del río Sena, intenta
ser una comedia romántica entre una extravagante pare-
ja de dobladores de películas pornográficas (Richardson,
realmente guapa, y Hoskin, tremendamente feo), con la
aparición estelar de un nuevo Jesucristo (Goldblum,
pasadíiiiiisssiimooo) que pide aumento de sueldo por
hacer nuevos milagros. Pero hay más, por sus imágenes
pasa San Francisco de Asís violado por una cabra, una
chica que le pide a su abuelo que se muera como regalo
de cumpleaños, un violinista que excita con su aparato
(musical, claro), y hasta una “última cena” donde Cristo
lleva reloj. ■ L.M.C.
FEDERAL, EL
(Il federale), D.D.L., Italia, 1961, 100 min.
Productor: Isidoro Broggi, Renato Libassi. Director: Luciano Salce.
Guión: Franco Castellano, “Pipolo” Giuseppe Moccia, Luciano Salce.
Fotografía: Erico Menczer. Montaje: Roberto Cinquini. Música: Ennio
Morricone. Dirección Artística: Alberto Boccianti. Vestuario: Giuliano
Papi. In
ntérpretes: Ugo Tognazzi, Georges Wilson, Gianrico Tedeschi, Elsa
Vazzoler, Mireille Granelli, Stefania Sandrelli, Franco Giacobini, Renzo
Palmer. ***
En 1944, un militante de las Brigadas Negras va en busca
de un filósofo y humanista antifascista para llevarlo a una
Roma ya liberada, para así poder salvarse de las represa-
lias derivadas de la derrota a manos aliadas. La sátira
antifascista se cultivó en Italia desde que el neorrealismo
de posguerra dio paso al costumbrismo. El romano Salce
no es de los mejores cultivadores del género. Lo son, por
ejemplo, Monicelli y Risi. Pero Salce ha sabido sacar lo
mejor de un buen actor cómico como es Ugo Tognazzi y
se ha sabido apoyar en un guión efectivo de Franco Cas-
tellano y Giuseppe Moccia, dúo de escritores conocido
como Castellano e Pipolo. Una de las bazas del filme es
contraponer la versatilidad de Tognazzi con la actuación
más comedida de Georges Wilson, uno de los mejores
componentes entonces de la Comédie française. ■ M.Q.
FELPUDO MALDITO
(Gazon maudit), TF1 Films/Renn Prod., Francia, 1995, 100 min.
Productor: Claude Berri. Director: Josiane Balasko. Guión: Josiane Balas-
ko. Fotografía: Gerard de Battista. Montaje: Claudine Merlin. Música:
Manuel Malou. Dirección Artística: Carlos Conti. Intérpretes: Josiane
Balasko, Victoria Abril, Alian Chabat, Ticky Holgado. ****
Uno de los grandes éxitos del cine francés, en lo que es
una broma con mala leche, mucha originalidad, simpatía,
desinhibición, conejo al ajillo, una piaja de morbo y sale-
ro español para completar el cuadro. El reto era comple-
jo, conseguir que un escabroso argumento no cayese en
la retórica o en el exceso. Balasko crea un ambiente dis-
● ●
Fernando y Carolina | 193
●
tendido y jovial, equilibrando de forma magistral el enre-
do hasta hacerlo consecuente. Más allá de sus excelencias
cómicas, el film plantea el amor en su estado puro con un
triángulo amoroso entre una lesbiana con aspecto de car-
celera rumana (Balasko), una española con temperamen-
to (Victoria Abril, sencillamente perfecta) y un marido
infiel y cornudo (el también director Alain Chabat) que
odia esta situación pero que no tiene más remedio que
aceptarla. Además hay un par de guiños almodovarianos,
como ese final en el que aparece Miguel Bosé enamoran-
do al marido, y una expresión de Victoria en español:
«¿Qué he hecho yo para merecer esto?». ■ L.M.C.
FENÓMENO, EL
Gredos Films, España, 1956, 88 min.
Director: José María Elorrieta. Guión: José María Elorrieta, José Manuel
Iglesias, Manuel Sebares. Fotografía: Alfonso Nieva. Música: Manuel
Moreno Buendía. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez, María Piazzai,
Antonio Riquelme, Juan Calvo, Rafael Albaicín, Lina Canalejas, Raúl
Cancio, Rafael Luis Calvo, Matilde Muñoz Sampedro. **
El auténtico fenómeno de El fenómeno es Fernando Fer-
nán Gómez, rey absoluto de la función, una función tiran-
do a disparatada: nuestro héroe es un profesor de ética
alemán, de origen español y carácter bonachón, a quien
confunden, a su llegada al aeropuerto de Barajas, con un
célebre futbolista ruso. Ni que decir tiene que, por razo-
nes de guión (culpables: J. M. Iglesias, Manuel Sebares y
el propio Elorrieta), Fernán Gómez deberá asumir el
papel de futbolista. Pero éste en realidad no da pie con
bola y, mientras se enamora de una escritora especializa-
da en novela rosa, unos mafiosos de tres al cuarto inten-
tan acabar con él. Una comedia tan modesta como sim-
pática, propulsada por el huracán Fernán Gómez, ya por
entonces un veterano con trece años de experiencia ante
las cámaras. ■ J.B.C.
FERNANDO Y CAROLINA
(Ferdinando e Carolina), Italia-Francia, 1999, 105 min.
Productor: Edwige Fenech, Edwin Fenech. Director: Lina Wertmüller.
Guión: Raffaele La Capria, Lina Wertmüller. Fotografía: Blasco Giurato.
Montaje: Pierluigi Leonardi. Música: Italo Greco, Paolo Raffone, Marcello
Vitale. Dirección Artística: Tamara Marini, Saverio Sammali. Intérpretes:
Sergio Assisi, Gabriella Pession, Nicole Grimaudo, Adriano Pantaleo,
Lola Pagnani, Carlo Caprioli, Moira Grassi. *
La última vez que nos asaltó el nombre de Lina Wertmü-
ller fue a raíz de Barridos por la marea, el calamitoso
remake de una de sus películas, Una insólita aventura de
verano. Fernando y Carolina es una comedia de corte y
catre sobre las relaciones entre Fernando de Borbón y
Carolina, hija de la emperatriz de Austria, en un Nápoles
recreado con decoro. Si no supiéramos en qué siglo vivi-
mos, cabría la posibilidad de considerar este artefacto
anticuado y ridículo, pésimamente realizado y peor inter-
pretado, como concebido en los años setenta por alguien
que ha confundido a Luchino Visconti por Lando Buzzan-
●
194| Fieles sirvientes, Los
● ●
ca. Fíjense además en el nombre de una de las producto-
ras: Edwige Fenech. ¿La recuerdan? Glorioso viaje en el
túnel del tiempo. ■ J.B.C.
FIELES SIRVIENTES, LOS
Imago Internacional/Ogro Films/Cop-Nou, España, 1980, 102 min.
Director: Francesc Betriu. Guión: Francesc Betriu, Gustavo Hernández.
Fotografía: Raúl Artigot. Música: Albert Sardá. Intérpretes: Amparo
Soler Leal, Francisco Algora, María Isbert, José Vivó, Pilar Bayona, Paloma
Hurtado, Lázaro Escarceler, Antonio Arbós, Ana Salietti. ****
Pasemos hacia atrás las páginas del calendario. Antes de
verle como un hábil adaptador de grandes textos de la
literatura, comprobamos de Francesc Betriu algo que con
Vida privada, Réquiem por un campesino español o La
plaza del diamante ya podía intuirse, pero difícilmente
demostrarse: que Betriu es un cineasta crítico del com-
portamiento humano, de la sociedad que toca y que, ade-
más, está dotado de una gran capacidad para la comedia,
el esperpento, el humor negro. Aunque ese Betriu expri-
me su mejor jugo en películas como Corazón solitario y
Furia española, en Los fieles sirvientes ofreció también
una singular disección del ser humano a través de un
tema ya manoseado –Buñuel, Losey o Schmid ya nos
habían demostrado el potencial discursivo de los criados;
no digamos Renoir–, pero siempre grato y aquí suma-
mente divertido, amén de muy bien interpretado por un
magnífico plantel de actores españoles. La fábula de
estos criados, que, a la ocasión, se convierten en bestias
más crueles que sus propios amos, encierra una moraleja
en exceso obvia, pero Betriu la conduce con un pulso
narrativo idóneo y consigue algunos momentos de gran
comedia que ya forman parte de lo mejor del cine pos-
franquista. ■ J.B.C.
FIELMENTE TUYA
(Faithful), EE.UU., 1996, 91 min.
Productor: Robert De Niro, Jane Rosenthal. Director: Paul Mazursky.
Guión: Chazz Palminteri (basado en su propia obra). Fotografía: Fred
Murphy. Montaje: Nicholas C. Smith. Música: Phillip Johnston. Dirección
Artística: Caty Maxey. Intérpretes: Cher, Chazz Palminteri, Ryan O’Neal,
Paul Mazursky, Amber Smith, Elisa Leonetti. ***
Desde que en 1969 debutó con Bob y Carol, Ted y Alice,
un coyuntural canto a la liberación sexual, Paul Mazursky
ha hecho del mundo de la pareja en descomposición el
tema principal de sus películas más significativas, de
Blume enamorado y La mujer descasada a Enemigos, una
historia de amor, pasando por Escenas en una galería.
Ínfulas psicoanalíticas y unas gotas de sociología han
decorado, y a la larga han dañado en cierta medida, su
obra, pero un gran sentido de la comedia clásica le ha sal-
vado en no pocas ocasiones: ahí está la excelente Harry y
Tonto, un agridulce cuento sobre la soledad dotado de
una capacidad de observación casi lubitschiana en el
registro de los personajes y en la captación de la moral
de su momento.
● ●
●
Fielmente tuya es también una comedia sobre la de-
sintegración de la pareja: en el día que celebra su vigési-
mo aniversario de bodas, una mujer regresa a su lujosa
mansión, donde, antes que esperarla su marido (mujerie-
go y adúltero hasta la suela de los zapatos), le espera un
asesino a sueldo con la intención de matarla. Mientras
espera órdenes telefónicas para acometer su misión, el
verdugo inicia con su víctima una larga conversación que
irá adquiriendo un inesperado tono afectivo. Y la llegada
del marido exacerbará la situación, que adquirirá un aire
de vodevil triangular más o menos tópico.
Forzadamente teatral (no en vano se basa en una
pieza del propio actor Palminteri, escrita después de Una
historia del Bronx), flácida y desmayada visualmente,
Fielmente tuya es una comedia triste y desencantada
cuyo interés viene dado por algunas líneas de diálogo
francamente ingeniosas, así como por la constatación de
lo que los estragos de la edad y el arte de la cirugía pue-
den hacer en el cuerpo de dos actores. Cher, la chica lif-
ting por excelencia, luce sus cincuenta años espléndida-
mente (en la pantalla por lo menos; otra cosa sería tocar-
la, que a lo mejor se desmonta como un mecano), mien-
tras Ryan O´Neal semeja su propia figura de cera justo en
el momento en que empieza a arder el museo; libre, por
el momento y en lo tocante al físico, de ser considerado
un freak como sus compañeros de reparto, Palminteri
sigue demostrando que en esto de pintar matones sim-
páticos y campechanos no tiene rival. ■ J.B.C.
FIERA DE MI NIÑA, LA
(Bringing Up Baby), RKO, EE.UU., 1938, 102 min.
Productor: Howard Hawks. Director: Howard Hawks. Guión: Dudley
Nichols, Hagar Wilde (basado en una historia de Howard Hawks). Foto-
grafía: Russell Metty. Montaje: George Hively. Música: Roy Webb. Direc-
ción Artística: Van Nest Polglase, Perry Ferguson. Vestuario: Howard
Greer. Intérpretes: Katharine Hepburn, Cary Grant, Charlie Ruggles,
Mary Robson, Barry Fitzgerald, Walter Catlett, Fritz Feld, Leona Roberts,
George Irving, Virginia Walker. *****
A Howard Hawks se le considera con toda la razón del
mundo como uno de los “monstruos sagrados” del cine,
un genio sin igual que engrandeció cuantos géneros tocó.
En el western no desmereció de Ford, en el cine negro no
tuvo rival y en la comedia rayó a la altura de Lubitsch,
Sturges y Cukor, es decir, de los más grandes. Rodó
nueve comedias y casi todas merecen, como mínimo, el
calificativo de obra maestra. Son películas admirable-
mente escritas, interpretadas y dirigidas, historias aloca-
das e inverosímiles construidas sobre la base de un rigor
interno implacable. Dilucidar cuál es la mejor podría lle-
varnos horas y horas y ni aún así llegaríamos a ponernos
de acuerdo. Pero si queremos saber cuál es la más diver-
tida, la respuesta no ofrece lugar a dudas: estamos ha-
blando de La fiera de mi niña, el filme del que Harold
Lloyd llegó a decir que era la «comedia mejor construida
que había visto en su vida». Uno de esos títulos que por
muchas veces que se vean nunca serán demasiadas.
La cinta describe a veinticuatro imágenes por segun-
●

● ●
do la más despiadada sátira sobre la “guerra de sexos”
que cineasta alguno haya perpetrado jamás, sólo compa-
rable a la que una década más tarde volvió a narrar el
propio realizador en La novia era él. Hawks convirtió a
miss Hepburn en la típica heroína hawksiana, agresiva,
dominante e independiente, pero intensamente femeni-
na, y a Cary Grant en la indefensa víctima de sus conti-
nuas locuras. Ella está siempre dispuesta a dinamitar la
timidez patente o camuflada de su pareja y no se arredra
ante nada para conseguir sus propósitos. Una supremacía
del elemento femenino sobre el masculino hábilmente
subrayada por el completo rosario de humillaciones al
que es sometido el protagonista: el smoking roto, el som-
brero abollado, el salto de cama al salir de la ducha, el
cazamariposas en la cabeza... Pero en medio de toda esta
vorágine, también hay un hueco para una historia amoro-
sa. Entre humillación y humillación, Grant no pude evitar
sentir una atracción cada vez mayor por su bella perse-
guidora, la fuente de todos sus problemas, pero también
la llave de la única felicidad posible. Un sentimiento que
narrado con extraordinaria sutilidad -casi sin que nos
apercibamos- va creciendo poco a poco hasta hacerse
evidente en la última escena, cuando la joven pareja se
declara su amor momentos antes de que ella derrumbe el
brontosaurio, o lo que es lo mismo, el símbolo del orden
que había caracterizado hasta ese momento la existencia
del profesor.
Hawks mueve los mecanismos de la comedia con ab-
soluta precisión, sin alardes estilistas, logrando que los
● ●
Fiera de mi niña, La | 195
●
constantes despropósitos adquirieran la forma de un to-
do compacto en el que cada pieza encaja a la perfección.
En sus sabias mano, la sensatez deviene en la incon-
gruencia más increíble, cada plano supera en excentrici-
dad al anterior y la razón se pierde en una narración tan
desbocada y delirante como perfectamente construida.
Es tal la perfección con la que se van encadenando los
disparates que el espectador, embriagado por el dester-
nillante encantamiento de los acontecimientos, entra en
el juego del absurdo sin detenerse a pensar en lo impro-
bable de unas situaciones que desafían las leyes más ele-
mentales de la lógica. La película es un alarde casi insul-
tante de lucidez, ingenio y dominio del ritmo cinemato-
gráfico, un cóctel tan irresistiblemente divertido que cada
escena hace mejor la anterior y pide a gritos la siguiente.
Hawks volcó en La fiera de mi niña toda su vena humo-
rística y supo desplegar en el pequeño rectángulo de la
pantalla un amplio catálogo de los mejores gags del cine
norteamericano, suficientes como para amueblar cin-
cuenta comedias de las que se hacen hoy en día.
Y finalmente, ellos, Cary Grant y Katharine Hepburn, el
actor que “podría actuar con un huevo podrido en la cara
y seguiría pareciendo tan fascinante como siempre”, y “la
mirada de una boa en ayunas”. Sólo él podía sobrellevar
las humillaciones continuas del protagonista sin perder su
dignidad y resultar divertido sin ser ridículo, y sólo ella
podía ejercer la agresividad más increíble sin perder un
ápice de su belleza y elegancia. A su altura se sitúan to-
dos los secundarios, con especial mención para los vete-
●
196| Fierecilla domada, La
● ●
ranos May Robson y Charlie Ruggles, dos magníficos ac-
tores capaces de enfrentarse a sus jóvenes compañeros
de reparto sin pestañear siquiera. Con más de medio si-
glo a sus espaldas y sin que el tiempo no haya logrado
más que rejuvenecerla, esta bomba de relojería conserva
intactos sus valores cómicos, su agilidad y su frescura
expresiva. Una comedia eterna sin cuya influencia no
podría entenderse la evolución del género. ■ J.T.
FIERECILLA DOMADA, LA
PC Benito Perojo/Vascos Films, España-Francia, 1956, 97 min.
Director: Antonio Román. Guión: Manuel Villegas López, Jesús María de
Arozamena, Antonio Román (basado en la obra “La doma de la bravía”
de William Shakespeare). Fotografía: Antonio López Ballesteros. Música:
Augusto Algueró. Intérpretes: Carmen Sevilla, Alberto Closas, Claudine
Dupuis, Raymond Cordy, Jacques Dynam, Manolo Gómez Bur. ***
La comedia de Shakespeare “La doma de la bravía” ha
dado origen a varias adaptaciones cinematográficas,
empezando por la de Sam Taylor en 1929, con la pareja
deslumbrante entonces formada por Mary Pickford y
Douglas Fairbanks, y la de 1967 dirigida por el italiano
Franco Zefirelli, con Elizabeth Taylor y Richard Burton,
pasando por la curiosa adaptación musical de Kiss Me
Kate, que George Sidney trasladó desde Broadway a la
pantalla en 1953. El productor Benito Perojo se atrevió
con el proyecto en su versión española y le salió un filme
aceptable en buena parte gracias a la colaboración de
Manuel Villegas López en el guión y a la presencia de Car-
men Sevilla y Alberto Closas, realmente notables. Como
dato curioso, en el reparto figura la pareja cómica forma-
da por Luis Sánchez Polack y Joaquín Portillo, entonces
“Tip y Top”. ■ M.Q.
FIESTA, LA
España, 2001, 103 min.
Productor: Enrique Cantanabra. Director: Manuel Sanabria, Carlos Villa-
verde. Guión: Manuel Sanabria, Carlos Villaverde. Fotografía: Martín
Sapia. Montaje: Echedey Izquierdo. Intérpretes: Raúl Prieto, César Cami-
no, Juanjo Rodríguez, Norma Ruiz, Alexandra Jiménez, David García
Palencia. *
Esta comedia juvenil tipo Slam o Gente Pez se vendió
como la película más barata del cine español, lo más posi-
tivo de una cinta que no merece más inversión. Humor de
baja estofa inspirado en recientes éxitos norteamerica-
nos, algún que otro actor gracioso y dirección meramen-
te funcional. Fue rodada en MiniDV (cámaras como las
que se utilizan para grabar vídeos familiares) y pasada a
película de 35 mm. ■ G.Q.
FINAL MADE IN HOLLYWOOD, UN
(Hollywood Ending), EE.UU., 2002, 112 min.
Productor: Letty Aronson. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: Wedigo von Schultzendorff. Montaje: Alisa Lepselter. Direc-
ción Artística Tom Warren. Intérpretes: Woody Allen, Téa Leoni, Treat
● ●
●
Williams, George Hamilton, Debra Messing, Isaac Mizrahi, Marian Sel-
des, Tiffani Thiessen. ***
Diecisiete años –y bastantes películas– más tarde de La
rosa púrpura de El Cairo, Woody Allen volvió a practicar
el cine dentro del cine mediante un jocoso, inapelable
ajuste de cuentas con Hollywood. Un Hollywood fundado
por cretinos pero avispados centroeuropeos que supie-
ron rodearse de grandes artistas y profesionales, y hoy
transitado, simplemente, por redomados cretinos que
apenas dejan opción a la creatividad. El propio Allen
encarna al protagonista, director con sendos premios
Oscar pero desahuciado por la industria y que sobrevive
filmando spots publicitarios. Cierto día, su agente judío
(una cortesía del director Mark Rydell, aquí en funciones
de actor) le envía un guión que puede rehabilitarle profe-
sionalmente. Tan sensible y neurótico antihéroe no tarda
en descubrir que el encargo proviene de su ex esposa,
actualmente pareja de un magnate de la industria ágrafo
y hortera. Este ardid argumental, vitriólico y genial, acaso
se estire en demasía. Pero Un final made in Hollywood,
con obvias huellas autobiográficas, contiene otros gags
letales. Por ejemplo, que el cineasta ciego necesite de un
intérprete para hablar con el director de fotografía, que
es chino y no entiende inglés. No falta un malévolo chis-
te de cierre, donde el director se carcajea de la sesuda
crítica especializada. Un final made in Hollywood tal vez
no sea una obra redonda (le falta algún peinado en la sala
de montaje), pero, sin duda, es una de las películas más
divertidas y sarcásticas filmadas por Allen en los últimos
años. ■ LL.B.M.
FLAMINGO KID, THE
Mercury/ABC, EE.UU., 1984, 100 min.
Productor: Michael Phillips. Director: Garry Marshall. Guión: Garry
Marshall, Neal Marshall (basado en su historia). Fotografía: James A.
Contner. Montaje: Priscilla Nedd. Diseño de producción: Lawrence
Miller. Dirección Artística: Duke Durfee. Vestuario: Ellen Mirojnick.
Intérpretes: Matt Dillon, Hector Elizondo, Molly McCarthy, Martha Geh-
man, Richard Crenna, Jessica Walter, Carole Davis, Janet Jones, Brian
McNamara, Fisher Stevens. ***
Garry Marshall no se alejó demasiado de sus raíces en la
sitcom Happy Days con esta ligera pero conmovedora
●

● ●
comedia adolescente ambientada en 1963. Jeffrey Willis
(Dillon) es un chico de dieciocho años de Brooklyn que se
une a varios amigos en una excursión a “El Flamingo”, un
elegante club de playa para gente acaudalada situado en
Long Island. Allí observa a Phil Brody (Crenna), un rico
vendedor de coches y el campeón de “gin” del club. Jef-
frey es contratado por el club para el verano, y pronto
nace un romance entre él y la sobrina de Brody, Carla
(Jones). Brody también coge afecto al joven y le ayuda a
conseguir un ascenso. Después de una charla con su
nuevo mentor, Jeffrey decide convertirse en vendedor de
coches. Su padre (Elizondo), que sueña con que su hijo
vaya a la universidad, se opone a esta idea. Moralmente,
la película quiere jugar a dos bandas, celebrando la sim-
plicidad de la clase obrera mientras se recrea en los lujos
de la vida en los clubs de playa. Pero las interpretaciones
lo compensan todo, con Matt Dillon ofreciendo un sober-
bio retrato del adolescente de clase obrera tentado de
rechazar sus honorables ambiciones en favor de una vida
de lujos fáciles. Los adornos de la época están bellamen-
te recreados, al igual que los sonidos de los sesenta, y el
guión está por encima de la media. ■ J.D.D.
FLETCH, EL CAMALEÓN
(Fletch), Universal, EE.UU., 1984, 98 min.
Productor: Alan Greisman, Peter Douglas. Director: Michael Ritchie.
Guión: Andrew Bergman (basado en la novela de Gregory McDonald).
Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Richard A. Harris. Música: Harold Fal-
● ●
Fletch revive | 197
●
termeyer. Diseño de producción: Boris Leven. Dirección Artíística: Todd
Hallowell. Vestuario: Gloria Gresham, Francine Jamison, James W. Tyson.
Intérpretes: Chevy Chase, Joe Don Baker, Dana Wheeler-Nicholson,
Richard Libertini, Tim Matheson, M. Emmet Walsh, George Wendt, Ken-
neth Mars, Geena Davis, Bill Henderson. ***
Fletch es uno de esos personajes que puedes encontrar
irresistiblemente divertido, o simplemente la encarnación
en celuloide del pasajero de pesadilla que encuentras
sentado a tu lado en un avión. Chevy Chase, uno de los
miembros originales de Saturday Night Live y la encarna-
ción del despreocupado humor de Los Ángeles en los
ochenta, es el encargado de dar vida a este reportero de
investigación con afición por los disfraces y las réplicas
agudas. Siguiendo la pista de un malvado estafador (Ma-
theson), Fletch avanza a trompicones por un alambicado
argumento que encaja como un guante en su talento có-
mico. Dos rutinarias tramas (quién es el “Gran Hombre”
en la red de tráfico de drogas y el “Quiero que me asesi-
nes, por favor” de La dama de Shanghai) se entrelazan
cuidadosamente en una película que depende en gran
medida de cómo nos caiga Chase y su avalancha de gra-
cias. Lustroso, brillante y a menudo muy divertido, el in-
ventivo guión lleva la firma de Andrew Bergman, que co-
menzó su carrera como co-guionista de Sillas de montar
calientes. El filme está salpicado con algunos momentos
hilarantes, entre ellos Fletch como un involuntario ciruja-
no asistiendo a una autopsia practicada por un tronchan-
te patólogo. Pero lo que impulsa la historia es el obvio y
exitoso juego entre la pícara imagen del protagonista y
los satíricos escobazos del director Michael Ritchie. Su
trabajo conjunto convierte una trama anecdótica en un
dinámico juego y en un tour de force para Chase. ■ J.T.
FLETCH REVIVE
(Fletch Lives), Universal, EE.UU., 1989, 95 min.
Productor: Alan Greisman, Peter Douglas. Director: Michael Ritchie.
Guión: Leon Capetanos (basado en la novela de Gregory McDonald).
Fotografía: John McPherson. Montaje: Richard A. Harris. Música: Harold
Faltermeyer. Dirección Artística: Cameron Birnie, Jimmie Bly, W. Steven
Graham, Donald B. Woodruff. Intérpretes: Chevy Chase, Hal Holbrook,
Julianne Phillips, Cleavon Little, R. Lee Ermey, Richard Libertini. *
Chevy Chase repite su rol como el chiflado reportero de
investigación en esta comedia adulta, pero esta vez no
cuenta con un guión lo bastante afilado. En esta ocasión,
el ridículo y anecdótico argumento le conduce desde su
amada Los Ángeles a Louisiana para hacerse cargo de la
miserable plantación de su difunta tía. Fletch decide que-
darse el tiempo suficiente para ligar con una “encantado-
ra abogada local” (Kalember), que no tarda en morir. La
trama subsiguiente, por llamarla así, no merece ser des-
crita, ya que sólo sirve como un vehículo para que Chase
se ponga varios disfraces y largue sus “inimitables” dis-
cursitos cómicos. Basado en la popular novela de Grego-
ry McDonald, el guión pinta un retrato excesivo y lleno de
clichés del profundo Sur. El humor es alternativamente
sexista, racista y homófobo, y probablemente resultaría
●
198| Flor de cactus
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ofensivo si el espectador lograse aguantar despierto. Lo
mejor de la película son los mordaces sketches satíricos
del telepredicador ficticio Jimmy Lee Farnsworth. ■ J.T.
FLOR DE CACTUS
(Cactus Flower), Columbia, EE.UU., 1969, 103 min.
Productor: Mike Frankovich. Director: Gene Saks. Guión: I.A.L. Diamond
(basado en la obra de Pierre Barrillet y Jean-Pierre Grédy). Fotografía:
Charles E. Lang. Montaje: Maury Winetrobe. Música: Quincy Jones.
Dirección Artística Robert Clatworthy. Intérpretes: Walter Matthau,
Ingrid Bergman, Goldie Hawn, Jack Weston, Rick Lenz, Vito Scotti. ***
Una comedia simpática y sofisticada basada en una pieza
francesa, de Pierre Barrillet y Jean-Pierre Grédy, teatro
boulevardier, popular y resultón. El guionista es nada me-
nos que el habilidoso y wilderiano I.A.L. Diamond, lo que
quiere decir que hay un texto bien escrito. Y luego están
los actores: Matthau en los años en que había despegado
como primera figura de la comedia americana; la Berg-
man en la época de su madurez, dominando con sabidu-
ría su papel de señora elegante, y la joven y vivaracha
Hawn, por cuyo papel se hizo con el Oscar. ■ J.B.C.
FLUKE
EE.UU., 1995, 96 min.
Productor: Paul Maslansky, Lata Ryan. Director: Carlo Carlei. Guión:
Carlo Carlei, James Carrington (basado en la novela de James Herbert).
Fotografía: Raffaele Mertes. Montaje: Mark Conte. Música: Carlo Siliotto.
Dirección Artística: Richard Fojo. Intérpretes: Samuel L. Jackson, Mat-
thew Modine, Nancy Travis, Eric Stoltz, Max Pomeranc, Ron Perlman,
Jon Polito, Bill Cobbs. ***
La reencarnación de un ser humano en perro es la base
que sostiene esta comedia, de médula infantil y tono algo
sentimentaloide, pero dirección inesperadamente briosa
y audaz. Fluke no es únicamente una comedia divertida,
sino sumamente imaginativa y desconcertante, por cuan-
to siempre transita por zonas inesperadas y acaba lle-
gando a la meta menos prevista. Recomendable. ■ J.B.C.
FOLLÓN EN EL HOSPITAL
(Carry On Doctor), Rank, Reino Unido, 1968, 95 min.
Productor: Peter Rogers. Director: Gerald Thomas. Guión: Talbot Roth-
well. Fotografía: Alan Hume. Montaje: Alfred Roome. Música: Eric
Rogers. Dirección Artística: Cedric Dawe. Intérpretes: Frankie Howerd,
Sidney James, Kenneth Williams, Charles Hawtrey, Jim Dale, Barbara
Windsor. ***
Después de siete parodias consecutivas de otras pelícu-
las, el equipo de “Carry On...” regresó a la vida hospitala-
ria con su habitual y desvergonzada mezcla de dobles
sentidos, vulgaridad, chistes verdes y situaciones de
slapstick. La historia arranca, virtualmente, donde Carry
On Nurse lo dejó. Inevitablemente, algunos gags y situa-
ciones flaquean en impacto cómico, pero el efecto gene-
ral es positivo, pues gran parte de la diversión estriba en
● ●
●
anticipar las bromas verbales y físicas. Entre los grotes-
cos pacientes están Sidney James, muy divertido como
un alegre enfermo fingido; Charles Hawtrey, más conteni-
do de lo habitual; Bernard Bresslaw y Peter Butterworth.
El personal del hospital es igualmente enérgico y resuel-
to, con Kenneth Williams como un desdeñoso especialis-
ta, Jim Dale como el chapucero Dr. Kilmore y Frankie
Howerd (impresionante debut en la serie el suyo) como
un quisquilloso médico. ■ J.D.D.
FOREIGN BODY
Neame/Brewer, EE.UU.-Reino Unido, 1986, 108 min.
Productor: Colin M. Brewer. Director: Ronald Neame. Guión: Celine La
Freniere (basado en la novela de Roderick Mann). Fotografía: Ronnie
Taylor. Montaje: Andrew Nelson. Música: Ken Howard. Dirección Artís-
tica: Roy Stannard. Intérpretes:: Victor Banerjee, Warren Mitchell, Geral-
dine McEwan, Denis Quilley, Amanda Donohoe, Trevor Howard. *
Una comedia que logra al tiempo no ser divertida y resul-
tar ofensiva. Foreign Body se centra en el soñador Ram
Das (Banerjee), que llega a Londres en 1975 tras perder
su trabajo como portero nocturno en un burdel de Calcu-
ta. Acepta un empleo como conductor de autobús hasta
que su primo IQ (Mitchell) le convence para que se haga
pasar por un doctor privado de Harley Street. Das atien-
de a acaudaladas pacientes que necesitan atención más
que consejo médico, haciéndose un lugar en los corazo-
nes de la aristocracia inglesa. A pesar del maquillaje, Mit-
chell resulta encantador, basando su humor en el perso-
naje y no en los chistes. Es Banerjee, el tonto de los ojos
enormes, cuyas payasadas no sólo no hacen gracia sino
que provocan espanto, quien echa a perder la película. En
el desastre también colabora la guionista Celine La Fre-
niere, pero uno se pregunta por qué Ronald Neame (más
conocido por sus clásicos para los Estudios Ealing) acep-
tó dirigir esta torpe fábula picaresca. ■ J.T.
FORREST GUMP
Tisch Company, EE.UU., 1994, 142 min.
Productor: Wendy Finerman, Steve Tisch, Steve Starkey. Director:
Robert Zemeckis. Guión: Eric Roth (basado en una novela de Winston
Groom). Fotografía: Don Burguess. Montaje: Arthur Schmidt. Música:
Alan Silvestri. Dirección Artística: Leslie McDonald, Jim Teegarden.
Efectos: Ken Ralston, George Murphy, Stephen Rosenbaum, Allen Hall,
Industrial Light & Magic. Vesttuario: Joanna Johnston. Intérpretes: Tom
Hanks, Gary Sinise, Robin Wright, Sally Field, Mykelti Williamson,
Rebecca Williams, Michael Connor Humphreys. ***
Persuasiva adaptación de una novela de Winston Groom,
o la revisión de la historia de EE.UU. en los últimos dece-
nios (rociada con un baño de optimismo inequívocamen-
te capriano) a través de las andanzas de un tipo todo
corazón, ingenuidad e integridad, aunque con un cocien-
te de inteligencia por debajo de lo que se entiende por
normal, disfunción que no le impedirá codearse con Ken-
nedy, Johnson, Nixon o John Lennon (integrado el actor
que lo encarna, el oscarizado Hanks, en documentos his-
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● ●
tóricos gracias a unos magníficos efectos especiales) ni
ser recibido como un nuevo mesías por el pueblo llano.
Creer, una vez más, en Dios, la familia y la nación es la
consigna –natural, desprovista de ideología– de este pin-
toresco sujeto generador de la “forrestgumpmanía” en
Estados Unidos. ■ J.B.C.
FOUR’S A CROWD
Warner, EE.UU., 1938, 91 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: Michael Curtiz. Guión: Casey Robin-
son, Sid Herzig (basado en una historia de Wallace Sullivan). Fotografía:
Ernest Haller. Montaje: Clarence Kolster. Música: Heinz Roemheld, Ray
Heindorf. Dirección Artística: Max Parker. Intérpretes: Errol Flynn, Olivia
de Havilland, Rosalind Russell, Patric Knowles, Walter Connolly, Hugh
Herbert. **
Errol Flynn como un relaciones públicas, Rosalind Russell
como una reportera, Patric Knowles como un playboy
propietario de periódico y Olivia de Havilland como una
heredera. Mézclese y entréguese a Michael Curtiz para
que lo cocine cuidadosamente. Lamentablemente, el
resultado carece de la chispa prometida por el reparto y
el director, y el guión es meramente un refrito de otras
comedias superiores como Primera plana y Nothing
Sacred, de ahí que desprenda un cierto aire de hastío.
También fue un fracaso de taquilla, principalmente por-
que el público no aceptaba a Flynn más que en filmes de
aventuras o bélicos.
Four’s a Crowd se basa en una idea mil veces explora-
da en el género: un pulcro ejecutivo de relaciones públi-
cas es contratado por un odioso millonario en un deses-
perado intento de mejorar su imagen pública. Las com-
plicaciones románticas surgen cuando el ejecutivo se
enamora de la mimada pero atractiva hija del millonario.
La inclusión de varios rostros habituales del screwball
marcó claramente las intenciones del estudio, sobre todo
con la simpática interpretación de Walter Connally, abso-
lutamente genial como el millonario cuyo mayor placer
en la vida es jugar con una elaborada maqueta de trenes.
Sin embargo, Errol Flynn carece de la confianza de sus
roles de aventuras, y Olivia de Havilland se muestra
mucho más encantadora que chalada. En la cima del esti-
lo screwball, ningún gran estudio podía permitirse quedar
fuera de la aparente bonanza taquillera, tanto si el tem-
peramento y el talento de sus estrellas contratadas se
correspondían con un producto de esas características
como si no. Esta película fue una extraña incursión de la
Warner en la competición, y el objetivo de igualar la
hechura y la sensibilidad de éxitos previos distó mucho
de verse cumplido. Una lástima. ■ J.T.
FRANKIE Y JOHNNY
(Frankie and Johnny), Paramount, EE.UU., 1991, 118 min.
Productor: Garry Marshall. Director: Garry Marshall. Guión: Terrence
McNally (basado en su obra “Frankie and Johnny in the Clair de Lune”).
Fotografía: Dante Spinotti. Montaje: Battle Davis, Jacqueline Cambas.
Música: Marvin Hamlisch. Dirección Artística: Albert Brenner. Intérpre-
● ●
French Can Can | 199
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tes: Al Pacino, Michelle Pfeiffer, Hector Elizondo, Nathan Lane, Kate
Nelligan, Jane Morris. ***
Recital a cargo de su emblemática pareja protagonista,
tomando como excusa una comedia de Terrence McNally,
“Frankie and Johnny in the Clair de Lune”, que triunfó en
los escenarios del off Broadway, una cantera cada vez
más saqueada para que Hollywood siga fabricando sus
éxitos. Es un filme agradable, pero poco más, dirigido con
el edulcorado toque del realizador de la película Pretty
Woman. ■ J.E.
FRANKY BANDERAS
España, 2004, 92 min.
Productor: Enrique Cerezo. Director: José Luis García Sánchez. Guión:
Rafael Azcona. Fotografía: Fernando Arribas. Montaje: Xavier P. Philippe
Lafaille. Música: Miguel Ángel Collado. Intérpretes: Juan Luis Galiardo,
María Barranco, Chiquito de la Calzada, Valderrama, Raulito, Teté Del-
gado, Gloria Muñoz. **
Una parodia de algo que ya lleva implícita su propia paro-
dia: la telebasura nuestra de cada día y esos reality shows
en que se lanzan a la fama efímera a niños cantantes
repelentes, algo parecido a la puesta al día de Joselito. Se
trata de un esperpento irregular en su conjunto, pero que
llega a ser fresco y mordaz, con momentos francamente
divertidos y un reparto sabroso en sus acertados perfiles
caricaturescos. ■ J.B.C.
FRENCH CAN CAN
Franco-London/Jolly, Francia, 1955, 93 min.
Productor: Louis Wipf. Director: Jean Renoir. Guión: Jean Renoir (basa-
do en una idea de Andre-Paul Antoine). Fotografía: Michel Kelber. Mon-
taje: Borys Lewin. Música: Georges Van Parys. Dirección Artística: Max
Douy. Vestuario: Rosine Delamare. Intérpretes: Jean Gabin, Maria Felix,
Francoise Arnoul, Jean-Roger Caussimon, Gianni Esposito, Philippe
Clay, Michel Piccoli, Jean Paredes. ****
French can-can es una auténtica exhibición de puesta en
escena y de recreación de unos ambientes de una época
a caballo entre los dos siglos, cuando el dinero de las
colonias creaba fortunas que se dilapidaban con absolu-
to descaro en alegre vida nocturna. El empleo del color y
la composición de los planos constituyen un homenaje a
los pintores impresionistas, evidentemente a Auguste
Renoir –padre del director– así como a Degas y a Toulou-
se-Lautrec, cosa que habían hecho también casi paralela-
mente Minelli en el ballet final de Un americano en París y
Huston en su Moulin Rouge.
Danglard, personaje inspirado en varias de las anécdo-
tas atribuidas a Zidler, el verdadero fundador del “Moulin
Rouge” en la Butte, es una creación de Jean Gabin. El
gran actor parisino no había encontrado el papel a su
medida después de la guerra y fue en este filme y en Tou-
chez pas au grisbi, de Jacques Becker –inicio de su serie
de films noirs–, y con La Traversée de París, de Claude
Autant-Lara, cuando su carrera recobró nuevos bríos. Por
●
200| French Line, The
● ●
otra parte, la pizpireta Nini fue para Françoise Gautsch,
de apellido artístico Arnoul, el papel de su vida. Tenía
entonces 23 años y había nacido en Argelia de padre mili-
tar y madre actriz. Al finalizar la guerra, se instaló en
París, en donde acudió a cursos de arte dramático y
danza. Debutó en 1949 en una película de Willy Rozier
titulada L´epave, en la que mostraba generosamente sus
encantos. Como sucedería con la Signoret en Casque
d´or, con la Darrieux en Madame de..., su nombre irá indi-
solublemente ligado al de su personaje más completo y
famoso. A su lado, la mexicana María Félix andaba de
periplo europeo, aupada por los éxitos del “Indio” Fer-
nández en los festivales. ■ M.Q.
FRENCH LINE, THE
RKO, EE.UU., 1954, 102 min.
Productor: Edmund Grainger. Director: Lloyd Bacon. Guión: Mary Loos,
Richard Sale. Fotografía: Harry J. Wild. Montaje: Robert Ford. Música:
Constantin Bakaleinikoff. Intérpretes: Jane Russell, Gilbert Roland, Art-
hur Hunnicutt, Mary McCarty, Joyce MacKenzie, Paula Corday. **
Producida por Edmund Grainger (el productor, entre
otras, de las películas Arenas sangrientas, Infierno en las
nubes, Cimarrón y Con él llegó el escándalo), ésta es una
sencilla, simpática, inofensiva comedia musical en torno a
una texana millonaria (la robusta Jane Russell, de nuevo
a bordo de un crucero, como en la cinta Los caballeros las
prefieren rubias) dispuesta a conseguir, contra viento y
marea, un marido. Rodada en el sistema de tres dimen-
siones, fue la última película del veterano Lloyd Bacon
(debutó como actor en 1915, como director en 1923),
autor casi de un centenar de películas, entre ellas La calle
42. Ojo a la breve aparición, como modelo, de una joven-
cita Kim Novak. ■ J.B.C.
FRESA Y CHOCOLATE
Tabasco Films, España-Cuba-Mexico, 1993, 106 min.
Director: Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío. Guión: Sonel Paz,
Tomás Gutiérrez Alea. Fotografía: Mario García Joya. Música: José María
Vitier. Intérpretes: Jorge Perugorría, Vladimir Cruz, Mirta Ibarra, Francis-
co Gattorno, Joel Angelino, Marilyn Solaya. ****
Fresa y chocolate alcanzó un impresionante éxito inter-
nacional, como ninguna otra película cubana había con-
seguido antes, e incluso fue nominada al Oscar a la Mejor
Película de Habla No Inglesa (que le arrebató Quemado
por el sol, de Nikita Mijalkov). El espectador de a pie pudo
así tener conocimiento de uno de los nombres históricos
del cine cubano: Tomás Gutiérrez Alea, que falleció tras
rodar Guantanamera, de nuevo con Juan Carlos Tabío
como codirector (las dos películas las realizó el cineasta
ya enfermo). Con Fresa y chocolate, Gutierrez Alea se
atrevió a hablar de la tan perseguida homosexualidad. Su
protagonista principal es Diego, un homosexual culto,
sensible y sentimental que un buen día intenta ligar con
David, un joven estudiante fiel a la revolución cuyas rela-
ciones con Diego, al principio hostiles y con el tiempo
● ●
●
afectivas, le harán replantear muchas cosas sobre la si-
tuación de la sociedad cubana. Hay en la película un fuer-
te choque entre el encanto y el desencanto, entre la evo-
lución (siempre que se habla de ella se habla de la cam-
paña de alfabetización) y la involución («esos negros que
gritan en la calle», se oye decir en la cinta), y se apuesta
decididamente por el pensamiento despejado y las ideas
limpias del personaje de Diego, que no sólamente encien-
de cirios por Lozame Lima, sino que también lee a Oscar
Wilde, a John Donne y a Sarduy. Y se apuesta por el
whisky y el té a las cinco antes que por la caña de azúcar.
Pero la película también tiene sus concesiones: un encen-
dido canto de amor a La Habana y a la pureza de la isla
que equilibra la balanza y resta hierro a sus aristas más
punzantes. Más allá de aspectos ideológicos, Fresa y cho-
colate es una comedia costumbrista, agridulce y dialécti-
ca muy comunicativa, agradable y persuasiva. Y sober-
biamente interpretada por Perugorría (con tanta humani-
dad como pluma), Cruz e Ibarra, actriz cubana grande y
tierna y hoy viuda de Titón, apodo cariñoso de Tomás
Gutiérrez Alea. ■ J.B.C.
FUERA DE CONTROL
(Pushing Tin), EE.UU., 1999, 124 min.
Productor: Art Linson. Director: Mike Newell. Guión: Glen Charles, Les
Charles (basado en el artículo “Something’s Got To Give”, de Darcy
Frey). Fotografía: Gale Tattersall. Montaje: John Gregory. Música: Anne
Dudley, Chris Seefried. Dirección Artística: John Dondertman. Intérpre-
tes:: John Cusack, Billy Bob Thornton, Cate Blanchett, Angelina Jolie, Jake
Weber, Kurt Fuller, Vicki Lewis, Matt Ross. ***
Aunque desde Cuatro bodas y un funeral no ha disfruta-
do de otro éxito masivo, Mike Newell sigue siendo un
interesante cineasta, capaz de alumbrar algo más que
una feliz comedia romántica. En este filme abordó una
historia marcada por la profesión de sus protagonistas,
un grupo de controladores aéreos; su estresante trabajo
repercutirá tanto en su vida laboral como en sus relacio-
nes personales. ■ J.E.
FUERA DE JUEGO
Lotus Films, España, 1991, 90 min.
Director: Fernando Fernán Gómez. Guión: Fernando Fernán Gómez,
José Truchado. Fotografía: Juan Amorós. Montaje: Rosa Salgado. Música:
Mariano Díaz. Dirección Artística: Julio Esteban. Intérpretes: Fernando
Fernán Gómez, Manuel Alexander, José Luis López Vázquez. ●
Un desastre. Una vomitiva pachanga. Una de las peores
películas que se recuerdan. La historia de cinco viejecillos
que abandonan la residencia para atracar un banco y dar
el dinero a unos chavales huérfanos que juegan al fútbol
en un campo cercano es, sin más calificativos, una ver-
güenza. No sólo porque no tiene nada de gracia y es de
una pastosidad alarmante, sino porque sus escenarios
parecen de telecomedias, los diálogos son falsos y forza-
dos, el robo al banco convierte ¡Todos al suelo! en Tarde
de perros, y aparecen unos repelentes niños con nula
●
 Full Monty | 201
● ● ●

aportación al relato. Además, se ratifica la impresión que
siempre se había tenido: que Fernán Gómez es muy listo
y bla, bla, bla, pero en cuestiones técnicas es un chapu-
zas integral (la película carece de racord, ni se ha moles-
tado en dirigir a los actores y ni siquiera hay encuadres
dignos). Todos los protagonistas –los cuatro actores del
reparto, más Zori, Maruja Asquerino y Alfonso del Real
deben sumar más de 1000 años– provocan bochorno y
están, definitivamente, en fuera de juego. ■ L.M.C.
mismos calamitosos resultados. Fulanita y sus menganos
es una tonta farsa que se despliega en forma de episo-
dios a través de los recuerdos que asaltan a una chica de
vida fácil cuando asiste en París a un congreso europeo
de profesionales del ramo. Un largo catálogo de devane-
os amorosos en el que Vera luce las más variadas pelucas
y Lazaga se luce dándole no a la vida fácil, sino al chiste
fácil. ■ J.B.C.

FUERZA DEL AMOR, LA

(Where the Heart Is), EE.UU., 2000, 120 min.

Productor: Susan Cartsonis, David McFadzean, Patricia Whitcher, Matt

Williams. Director: Matt Williams. Guión: Lowell Ganz, Babaloo Mandel
(basado en la novela de Billie Letts). Fotografía: Richard Greatrex. Mon-
taje: Ian Crafford. Música: Mason Daring. Dirección Artística: John Frick.
Intérpretes:: Natalie Portman, Ashley Judd, Stockard Channing, Joan
Cusack, James Frain, Dylan Bruno. **

Un reparto de primer orden es el atractivo de esta come-

dia dramática protagonizada por una adolescente emba-
razada, abandonada por el novio, obligada a parir en la
soledad de un supermercado y acogida luego, con el
bebé, por una extravagante alcohólica. Un canto a los
anhelos de la gente corriente y sin estrella. Una obra
superficial y olvidable más allá de sus magníficas actrices.
■ J.B.C.

FUGA EN ESCENA
(Vägen ut), Suecia, 1999, 105 min.

Productor: Lars Bjälkeskog, Björn Carlström, Joakim Hansson. Director:

Daniel Lind Lagerlöf. Guión: Malin Lind Lagerlöf. Fotografía: Jens Fischer.
Montaje: Anders Nylander. Música: Conny Malmqvist, Hans Åkerhjelm.
Dirección Artística: Britta Rehn. Intérpretes: Björn Kjerllman, Viveka
Seldahl, Peter Haber, Thomas Hanzon, Michael Nyqvist. ***

Un actor en paro consigue un empleo en una prisión

donde un grupo de presos aceptará intervenir en un
espectáculo teatral pensando que es una buena ocasión
para planear una fuga. Sin otra pretensión que la de
entretener, se trata de una honesta producción sueca que
tiene muchos –y sospechosos– puntos de contacto con
Lucky Break, el filme que el británico Peter Cattaneo diri-
gió tras triunfar con Full Monty. ■ J.E.
FULL MONTY
(The Full Monty), Redwave/Fox, Reino Unido-EE.UU., 1997, 91 min.
Productor: Uberto Pasolini. Director: Peter Cattaneo. Guión: Simon
Beaufoy. Fotografía: John De Borman. Montaje: David Freeman, Nick
More. Música: Anne Dudley. Dirección Artística: Max Gottlieb. Intérpre-
tes:: Robert Carlyle, Tom Wilkinson, Mark Addy, Lesley Sharp, Emily
Woof, Steve Huison. ****

La larga lucha sindical contra el proceso de reconversión

FULANITA Y SUS MENGANOS
España, 1976, 91 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: José María Palacio (basado en la novela
de Álvaro de la Iglesia). Fotografía: Antonio L. Ballesteros. Montaje:
Antonio Ramírez de Loaysa. Música: Antón García Abril. Intérpretes:
Rafael Albaicín, Manuel Alexandre, Luis Barbero, Pilar Corrales, Alberto
de Mendoza, Alfonso Estela, María Gianni. *
Después del éxito de Yo soy fulana de tal, Lazaga insistió
en otra comedieta de similares postulados, cambiando a
Concha Velasco por Victoria Vera pero conservando los
propiciado por Margaret Tatcher ha dado algunas pelícu-
las de mérito dentro del realismo británico de los últimos
años, encabezado por Loach, Frears, etcétera. El debu-
tante Cattaneo nos cuenta la odisea de un grupo de ex
mineros de la zona de Sheffield a los que el paro lleva a
intentar organizar un grupo de striptease masculino. El
guión de Simon Beaufoy tiene el acierto de mostrar todo
el dramatismo de la situación y los diferentes estados de
los protagonistas sin abandonar nunca el tono de la
comedia, dejando que las implicaciones afloren en segun-
do término y que, no por ello, dejen de estar presentes

● ● ●
202| Función privada
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con toda fuerza cuando se manifiestan a los ojos del
espectador. Filme de gran éxito popular, ha tenido el
corolario de un musical en escena con libreto de Terence
McNally. ■ M.Q.
FUNCIÓN PRIVADA
(A Private Function), Hand Made, Reino Unido, 1985, 93 min.
Productor: Mark Shivas. Director: Malcolm Mowbray. Guión: Alan Ben-
nett (basado en una historia original de Alan Bennett y Malcolm Mow-
bray). Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Montaje: Barrie Vince. Música:
John Du Prez. Diseño de producción: Stuart Walker. Dirección Artíística:
Judith Lang, Michael Porter. Vestuario: Phyllis Dalton. Intérpretes:
Michael Palin, Maggie Smith, Denholm Elliott, Richard Griffiths, Tony
Haygarth, John Normington, Bill Paterson, Liz Smith, Alison Steadman,
Jim Carter. **
Para resumir esta comedia en dos palabras, uno tendría
que tirar una moneda para decidir si es “histéricamente
grosera” o “groseramente histérica”. Quizás sea ambas
cosas. Ambientada en un pequeño pueblo de Yorkshire
en 1947, Función privada es una película sobre los extre-
mos a que la gente llega para conseguir comida en la
Inglaterra de la austeridad, cuando realmente había un
comercio ilícito de animales. Gilbert (Palin) y Joyce Chil-
vers (Smith) son un matrimonio con poco en común. Él es
un tranquilo pedicuro, y ella es una mujer de clase baja
que quiere ascender en el escalafón social. Cuando Joyce
se entera de que algunos peces gordos del pueblo han
sobornado a un granjero local para que críe un cerdo sin
licencia destinado a la celebración del próximo matrimo-
nio de la Princesa Isabel, convence a Gilbert de que debe-
rían robar el animal. Una vez que tengan un suministro de
embutidos, serán bienvenidos en las casas más elegantes
del pueblo. Mientras, Wormold (Paterson), el inspector
local del Ministerio de Alimentación, vigila a todo el
mundo, asegurándose de que nadie esté cultivando
comida o criando ganado ilegalmente. Sobre esta frágil
premisa, Alan Bennett y Malcolm Mowbray añaden una
cruel sátira de las distinciones de clases mezclada con el
● ●
●
humor más grueso nunca visto en pantalla. Pero los bri-
tánicos aman su escatología y su sociología, así que
ambas parecen mezclarse. Demasiado pesimista para ser
una farsa, demasiado fantasiosa para ser una observación
efectiva de la realidad de la Inglaterra de las cartillas de
racionamiento, la película parece una chapuza, a pesar de
las buenas interpretaciones. Michael Palin realiza un gran
trabajo, pero es eclipsado por Maggie Smith, como su
manipuladora esposa, y Liz Smith, cuyas excéntricas
payasadas proporcionan algunos de los mejores momen-
tos del filme. ■ J.T.
FURIOSAMENTE ENAMORADO
(Innamorato pazzo), Intercapital, Italia, 1981, 101 min.
Productor: Mario y Vittorio Cecchi Gori. Director: Castellano & Pipolo.
Guión: Franco Castellano, Giusseppe Moccia. Fotografía: Danilo Deside-
ri. Montaje: Antonio Siciliano. Música: Bruno Zambrini. Dirección Artís-
tica: Bruno Amalfitano. Intérpretes: Adriano Celentano, Ornella Muti,
Adolfo Celi, Milla Sanoner. **
Versión moderna, y adaptada a Celentano, del clásico
dirigido por William Wyler Vacaciones en Roma. En esta
ocasión, Celentano es un conductor de autobús romano,
querido por todos sus vecinos, que se queda “furiosa-
mente enamorado” de una princesa, una excelsa Ornella
Muti a la que habría que elevar a la categoría de reina. La
broma consiste en cómo un humilde empleado del ayun-
tamiento podrá conseguir cincuenta mil millones de liras
(seguro que un puñado de euros) para entrar en el
ambiente social de la princesa y conquistarla. Como es
Celentano y estamos acostumbrados a sus proezas, a
nadie extraña que consiga ganar el concurso de saltos de
trampolín con una surrealista exhibición o que venza a
una especie de gigante forzudo en un combate. Es cierto
que la pareja Celentano–Muti, que tan buenos rendimien-
tos en taquilla había dado, se estaba agotando, pero tam-
bién es de agradecer que todavía pudiese ofrecer esce-
nas tan divertidas como la conversación telefónica entre
ambos. ■ L.M.C.
●
 G
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GAFE, EL
España, 1959, 85 min.

Director: Pedro Luis Ramírez. Guión: Vicente Escrivá. Fotografía: Federi-

co G. Larraya. Montaje: José Antonio Rojo. Música: Federico Contreras.
Intérpretes: José Luis Ozores, Teresa del Río, Antonio Garisa, Julia Caba
Alba, José Marco Davó, Nicolás D. Perchicot, Ramón Elías. **

Vetusta, algo rancia comedieta sobre el típico e inoportu-

no gafe, honrosamente salvada por unos cómicos de gran
categoría, con el espléndido y prematuramente fallecido
José Luis Ozores en cabeza. Escrita por Vicente Escrivá,
fue dirigida por Pedro L. Ramírez, el artesano que ya sir-
viera a Ozores otra de sus recordadas interpretaciones
(Recluta con niño o El tigre de Chamberí). ■ J.B.C.

GÁNGSTER PARA UN MILAGRO, UN
(Pocketful of Miracles), Franton, EE.UU., 1961, 136 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Hal Kanter, Harry
Tugend, Jimmy Cannon (basado en la historia “Madame La Gimp” de
Damon Runyon y en el guión “Lady for a Day” de Robert Riskin). Foto-
grafía: Robert Bronner. Montaje: Frank P. Keller. Música: Walter Scharf,
Peter Ilich Tchaikovsky. Dirección Artística: Hal Pereira, Roland Ander-
son. Vestuario: Edith Head, Walter Plunkett. Intérpretes: Glenn Ford,
Bette Davis, Hope Lange, Arthur O’Connell, Peter Falk, Thomas Mit-
chell, Edward Everett Horton, Mickey Shaughnessy, David Brian, Shel-
don Leonard. ****
Nueva versión que el propio Capra efectuó de su anterior
un noble español permite toda una serie de equívocos,
combina el humor con la ternura y presenta un desfile de
personajes secundarios tan acertados como Peter Falk. El
único problema del filme es que recuerda a su modelo,
pero, a pesar de ello y de que Capra lo rodó con agudos
dolores de cabeza y en continua pelea con Glenn Ford, el
resultado es una perfecta demostración de ritmo en la
comedia y fue la despedida del cine del gran director sici-
liano que puso “el nombre antes del título”. ■ M.Q.
GATITA Y EL BÚHO, LA
(The Owl and the Pussycat), Columbia, EE.UU., 1970, 98 min.

película Dama por un día, sobre la base de un modélico
guión que Robert Riskin había escrito a partir de una
pieza de Damon Runyon. La relación entre una vendedo-
ra de manzanas de Times Square con un atildado gángs-
ter para que la hija de la pobre mujer pueda casarse con
Productor: Ray Stark. Director: Herbert Ross. Guión: Buck Henry (basa-
do en la obra de Bill Manhoff). Fotografía: Harry Stradling. Montaje: Mar-
garet Booth. Música: Richard Halligan. Dirección Artística: Robert
Wightman. Intérpretes: Barbra Streisand, George Segal, Robert Klein,
Allen Garfield, Roz Kelly, Jacques Sandulescu. ***

● ● ●
204| Gato negro, gato blanco
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Hábil adaptación del éxito de Broadway de Bill Manhoff
sobre el brusco encuentro (mental y físico) entre una
excéntrica prostituta y un farsante intelectual. Barbra
Streisand rompe su imagen, además de permitir a su co-
protagonista George Segal meter baza, en esta hábil
incursión en el territorio de Neil Simon, a veces fatigosa-
mente trillado, aunque el director Herbert Ross y el guio-
nista Buck Henry dan al estridente original una capa extra
de calidez y mantienen a distancia cualquier tendencia al
sentimentalismo con la pirotecnia verbal. Brillantes inter-
pretaciones de Streisand y Segal, cada uno sincronizan-
do sus frases con una precisión digna de la gloriosa pare-
ja Tracy-Hepburn. ■ J.D.D.
GATO NEGRO, GATO BLANCO
(Chat noir, chat blac), Alemania-Francia-Yugoslavia, 1997, 120 min.
Productor: Karl Baumgartner, Maksa Catovic, Marina Girard. Director:
Emir Kusturika. Guión: Emir Kusturika, Gordan Mihic. Fotografía: Thierry
Arbogast. Montaje: Svetolik Mica Zajc. Música: Dr. Nelle Karajilic, Vojs-
lav Aralica, Dejan Sparavalo. Vestuario: Nebojsa Lipanovic. Intérpretes:
Bajram Sverdzan, Florijan Ajdini, Jasar Destani, Zabit Memedov. ****
Después de una guerra no tienen necesariamente que
comparecer neorrealismos ni retratos de una miseria
hiriente, sino que también hay espacio para la felicidad, el
optimismo y la música. A diferencia de Underground,
Gato negro, gato blanco no bucea en las sangrantes cica-
trices del conflicto de los Balcanes, sino que se constitu-
ye en un disparate carnavalesco; una endiablada y espí-
dica comedia con excéntricas bandas de gangsters gita-
nos en acción, un dinamismo incesante, colisiones cons-
tantes con el slapstick más genuino y un desmelenadísi-
mo clímax localizado en una boda de conveniencia hipe-
raccidentada. Dos horas de delirio barroco, ritmo frenéti-
co y desenfreno musical, con ecos de Fellini (el Fellini
más festivo y ferial) y Pasolini (las más feas risas en los
rostros más feos, como en El Decamerón). ■ J.B.C.
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GATO Y EL CANARIO, EL
(The Cat and the Canary), USA, 1939, 72 min.
Productor: Arthur Hornblow, Jr. Director: Elliott Nugent. Guión: Walter
DeLeon, Lynn Starling (basado en la obra de John Willard). Fotografía:
Charles Lang. Montaje: Archie Marshek. Música: Ernst Toch. Vestuario:
Edith Head. Dirección Artística: Hans Dreier, Robert Usher. In
ntérpretes:
Bob Hope, Paulette Goddard, John Beal, Douglass Montgomery, Gale
Sondergaard, Elizabeth Patterson. ****
Hoy injustamente menospreciada, El gato y el canario es
la película definitiva sobre casas encantadas, muchas
veces imitada, nunca mejorada, en la que Bob Hope
cimentó su imagen cinematográfica: al mismo tiempo co-
barde, lascivo, vulnerable y atractivo. La historia de un
grupo de personajes reunidos para la lectura de un testa-
mento, con sucesos paranormales a porrillo, ya había sido
objeto de una versión muda en 1927 y de una sonora de
1930 (The Cat Creeps). Ambas eran thrillers dramáticos.
Reciclar la historia en comedia y en vehículo para Hope
fue una gran idea, y en la adaptación de la obra de teatro
de John Willard, Walter De Leon y Lynn Starling se cuida-
ron de que el número de gags que escribían compensase
adecuadamente la carga terrorífica del filme. Pero aún
quedó mucho sitio para el suspense, el misterio y el caos.
En una siniestra casona familiar, rodeada de pantanos,
el asesino, con un disfraz muy ingenioso, va eliminando
metódicamente a todos aquéllos que se interponen entre
él y una jugosa herencia. Como la historia se basa en la
idea de que Paulette Goddard, la heredera, es la única
persona que conserva la cordura dentro de los muros de
esta siniestra morada, no es de extrañar que su vida
penda constantemente de un hilo: paredes deslizantes,
estanterías que salen disparadas, puertas correderas y
unas manos como garras que se abalanza sobre ella y el
torpón de Hope, que no tiene pinta de estar capacitado
para salvarla de un destino aciago... aunque esta última
impresión es tan engañosa como las muchas pistas falsas
que pueblan la cinta.
A Arthur Hornblow Jr. debemos la elegancia de la pro-
ducción, que incluye decorados llenos de ambiente, una
fotografía ominosa y un excelente reparto de secunda-
rios, en el que destaca la siniestra y espeluznante Gale
Sondergaard (su interpretación no tiene precio) en el
papel de la inevitable ama de llaves vestida de negro, con
gato a juego en esta ocasión. Y Elliott Nugent, que había
dirigido al protagonista masculino en Give Me a Sailor y
en Never Say Die, mezcla todos estos elementos con inte-
ligencia, consiguiendo arrancar del público tantos gritos
de risa como de miedo. Para Hope y Goddard, El gato y
el canario fue el precedente de su gran década en la Para-
mount, la de los cuarenta. Hay que reconocer que ambos
formaban una buena pareja cinematográfica. Hope está
muy divertido con esa mezcla de fanfarronería de cobar-
de gallina y audacia de sabelotodo (fachada que caía en
cuanto se presentaba la primera situación peligrosa, con
el consiguiente estallido de risas contagiosas en el patio
de butacas). Y para ser actor cómico, Bob tenía una pre-
sencia estupenda. Los espectadores se creían de verdad
que se iba a llevar a la chica al final de la película, aunque
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● ●
la chica fuera tan impresionante como Paulette, que con
su vivacidad y su glamour era el complemento perfecto
para Hope y sus incesantes gags. ■ J.T.
GEMELOS GOLPEAN DOS VECES, LOS
(Twins), Universal, EE.UU., 1988, 112 min.
Productor: Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión: William Davies,
William Osborne, Timothy Harris, Herschel Weingrod. Fotografía: Andr-
zej Bartkowiak. Montaje: Sheldon Kahn, Donn Cambern. Música: Geor-
ges Delarue, Randy Edelman. Dirección Artística: James D. Bissell. Intér-
pretess: Arnold Schwarzenegger, Danny DeVito, Kelly Preston, Chloe
Webb, Bonnie Bartlett, Trey Wilson. **
Muchas películas han tocado el tema de los hermanos
gemelos, su semejanza física y sus diferencias de carác-
ter, y han ofrecido en bandeja papeles bombón a actores
diversos, de Bette Davis a Victoria Abril, pasando, claro,
por Jeremy Irons. Los gemelos golpean dos veces, sin
embargo, opta por lo insólito: presentar a dos hermanos
gemelos diferentes ya físicamente: el gigantesco Schwar-
zenegger y el diminuto DeVito. Y a la vez invertir el orden
de las apariencias: Danny será el experimentado en la
vida y las mujeres, mientras Arnie no pasa de ser un
grandullón ingenuo que no ha roto un plato en su vida ni
ha hecho nunca el amor con una mujer. Juntos por pri-
mera vez desde que eran niños, sus aventuras tendrán el
eco mismo de Rain Man en tono bufo. Los dos actores de-
muestran que son verdaderamente grandes y saben cau-
tivarnos. Lástima que el guión no ofrezca mayor caldo y
que la realización práctica sea inexistente. ■ J.B.C.
GENARINO, HOMBRE OBJETO
FEMENINO
(Gegé Bellavita), Koral International, Italia, 1979, 100 min.
Director: Pasquale Festa Campanile. Guión: Ottavio Jemma. Fotografía:
Silvano Ippoliti. Montaje: Alberto Gallitti, Nadia Moscovini, Rosanna
Landi. Música: Riz Ortolani. Dirección Artística: Giantito Burchiellaro.
Intérpretes: Flavio Bucci, Lina Polito, Anna Ria de Simone, Maria Pia
Conte. *
Exultante exhibición de mal gusto y nulo sentido cómico,
centrado en las vicisitudes sexuales de Genarino, un por-
● ●
Genevieve | 205
●
tero de edificio (nada que ver con «un poquito de por
favor») con voraz apetito sexual que, a pesar de llevar
años casado y tener nada menos que nueve hijos, siem-
pre está buscando nuevas conquistas que echarse a la
entrepierna, sobre todo entre las vecinas de su bloque.
Ante esta situación, la mujer cree que también le ha lle-
gado a ella la hora de disfrutar del sexo con otros hom-
bres y, además, cobrar por ello. Broma erótica absoluta-
mente prescindible, que marca la línea entre el fin de la
comedia italiana clásica y el inicio de las burdas repre-
sentaciones marcadas por la grosería y la incapacidad
para mantener un argumento coherente, siquiera quince
minutos de metraje. Entre tanto gag desordenado hay
alguno salvable, pero en líneas generales resulta una ton-
tería supina. ■ L.M.C.
GENDARME DE SAINT-TROPEZ, EL
(Le gendarme de St. Tropez), Italia-Francia, 1964, 90 min.
Productor: Gérard Beytout, René Pignières. Director: Jean Girault.
Guión: Richard Balducci, Jean Girault, Jacques Vilfrid. Fotografía: Marc
Fossard. Montaje: Jean Feyte, Jean-Michel Gautier. Música: Raymond
Lefevre. Dirección Artística: Sydney Bettex. Intérpretes: Louis de Funès,
Geneviève Grad, Michel Galabru, Daniel Cauchy, Madeleine Delavaivre,
Maria Pacôme, Claude Piéplu. ***
Inicio de una fructífera saga comercial protagonizada por
el gendarme Ludovic Cruchot (De Funès), encargado de
poner orden en la localidad vacacional de Saint-Tropez.
Rodada en Cinemascope y con música de twist, la bisoña
simpatía de sus argumentos caló hondo entre el público
francés, hasta el punto de mantener la serie hasta 1982
(Le gendarme et les gendarmettes, de Jean Girault y Tony
Aboyantz). Por supuesto, louis de Funès chilla, gesticula,
se enfada y hace el ganso de manera indisciplinada, esta
vez con las playas nudistas de ingenuo telón de fondo.
Tanto en esta primera película como en el resto, la estre-
lla de la función acaba siendo el actor Michel Galabru
como jefe de los gendarmes. Seguramente, en la actuali-
dad, la película se haya quedado más vieja que el busto
de Nefertiti. ■ L.M.C.
GENEVIEVE
Sirius, Reino Unido, 1953, 86 min.
Productor: Henry Cornelius. Director: Henry Cornelius. Guión: William
Rose. Fotografía: Christopher Challis. Montaje: Clive Donner. Música:
Larry Adler. Intérpretes: John Gregson, Dinah Sheridan, Kenneth More,
Kay Kendall, Geoffrey Keen, Harold Siddons, Reginald Beckwith, Arthur
Wontner, Joyce Grenfell, Leslie Mitchell. ***
Todo el mundo parece recordar esta amable comedia con
gran afecto. El título hace referencia a un coche de 1904,
propiedad de Alan y Wendy McKim (Gregson y Sheri-
dan), dos entusiastas de los coches clásicos que partici-
pan en la carrera anual Londres-Brighton. En el viaje de
vuelta, desafían a sus amigos Ambrose (More) y Rosalind
(Kendall) a una carrera amistosa. Su alegría se vuelve ca-
da vez más intensa mientras aceleran hacia la línea de lle-
●
206| Gente con clase
● ●
gada en el puente de Westminster y, aunque cada desas-
tre es más predecible que el anterior, hay un interminable
placer en observar las reacciones de los infantiles, entu-
siastas y chauvinistas conductores y sus sufridoras pare-
jas. Los cuatro protagonistas están soberbios en los roles
que les lanzaron al estrellato. Desde el glorioso solo de
trompeta de la deliciosa Kay Kendall a la continua batalla
de Kenneth More con el perro de su novia, cada actor
tiene su cuota de lucimiento. A las excelencias del capítu-
lo interpretativo (en el que cabe incluir al veterano carac-
terístico Arthur Wontner) hay que añadir el inolvidable
score de armónica de Larry Adler, el maravilloso colorido
de las campiñas inglesas y la sabia dirección de Henry
Cornelius. ■ J.T.
GENTE CON CLASE
(Relative Values), Reino Unido, 2000, 87 min.
Productor: Christopher Milburn. Director: Eric Styles. Guión: Paul Ratti-
gan, Michael Walker (basado en la obra de Noel Coward). Fotografía:
Jimmy Dibling. Montaje: Caroline Limmer. Música: John Debney. Direc-
ción Artística: Humphrey Jaeger. Vestuario: Nic Ede. Intérpretes: Julie
Andrews, Edward Atterton, William Baldwin, Sophie Thompson, Jeanne
Tripplehorn, Colin Firth, Stephen Fry. ***
Un texto de Noel Coward que el británico Eric Styles sabe
trasladar al cine con el cinismo al que nos tiene acostum-
brados, ayudado por un conjunto de actores que se nota
que lo pasan bien, entre los que destaca una recuperada
Julie Andrews, recordada por los musicales Sonrisas y
lágrimas o Mary Poppins. El único problema que tiene
esta comedia, si es que esto supone un problema, es que
parece de otra época. ■ G.Q.
GENTE LOCA
(Crazy People), Paramount, EE.UU., 1990, 90 min.
Productor: Tom Barad. Director: Tony Bill. Guión: Mitch Markowitz.
Fotografía: Victor J. Kemper. Montaje: Mia Goldman. Música: Cliff Eidel-
man. Dirección Artística: John J. Lloyd. Intérpretes: Dudley Moore, Daryl
Hannah, Paul Reiser, Mercedes Ruehl, J.T. Walsh, David Paymer. **
Una chapucera comedia que vino al mundo con la mejor
de las intenciones (satirizar los excesos de la industria
publicitaria), pero que acabó resbalando ruidosamente
con su propia piel de plátano. Dudley Moore, actuando de
manera melodramática, es el locuaz publicista arrojado a
un manicomio de lujo después de lanzar una campaña de
anuncios carentes de exageraciones. Allí conoce, entre
otros, a la bella Daryl Hannah y su gran colección de raí-
dos jerseys. Gente loca combina una hilarante disección
de la publicidad con una cálida variación del viejo dicho
“encerramos a los cuerdos”, pero está tan ineptamente
manejada que roza lo ofensivo. La película tuvo una tur-
bulenta producción porque a las dos semanas de rodaje
el guionista Mitch Markowitz cedió su silla de director a
Tony Bill, y John Malkovich fue reemplazado por Dudley
Moore. Aquí hay un actor que sabe cuándo buscar la sali-
da. ■ J.D.D.
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●
GENTE PEZ
Morena Films, España, 2001, 92 min.
Productor: Juan Gordon, Álvaro Longoria. Director: Jorge Iglesias.
Guión: Mauro Entrialgo, Jorge Iglesias. Fotografía: Aitor Montxola. Mon-
taje: Fernando Pardo. Música: Ibon Errazkin. Dirección Artística: Federi-
co García-Cambero. Vestuario: Silvia García Vaquero. Intérpretes: Juan
Díaz, David Tenreiro, Diana Palazón, Iñaki Esnaola, Luke Donovan, Ión
Gabella, Manuel Manquiña, Gorka Aguinagalde, Jorge Bosch,. **
Definida con vehemencia por sus creadores (el director
Jorge Iglesias y su coguionista y celebrado historietista
Mauro Entrialgo) como «un cruce entre la comedia social
británica y el cine independiente americano más recien-
te, sin olvidar a los grandes maestros de la comedia cos-
tumbrista europea en general y española en particular»,
Gente pez es una farsa desenfadada, voluntariosa y algo
forzadamente fresca, desde luego mal peinada, que pre-
tende erigirse en un retrato al minuto de la juventud de
aquí y ahora a través de los enredos de una patulea de
“encantadores” merluzos encabezada por dos amigos del
alma (el listillo y el sufrido pusilánime) que okupan el piso
deshabitado de la tía del segundo y alquilan las habita-
ciones sobrantes a una niñata de buen palpar pirrada por
el arte escultórico, un introvertido cyberpunk y un desa-
liñado guiri adicto a la guitarra, a quienes se añadirá un
camorrista encefaloplánico y más bien psicópata. Que
esa juventud tenga por programa de vida ensuciar retre-
tes y convertir la cocina en un nido de cucarachas no deja
de ser coherente en una época de exaltación de la cultu-
ra basura, aunque en Gente Pez, comedia más bienhumo-
rada que vitriólica, la guarrería rampante no tiene el ca-
rácter agitador y terrorista de los insignes Mayall y Ed-
monson de Bottom. ■ J.B.C.
GEORGE DE LA JUNGLA
(George of the Jungle), EE.UU., 1997, 91 min.
Productor: David Hoberman, Jord An Kerner, Jon Avnet. Director: Sam
Weisman. Guión: Dana Olsen, Audrey Wells. Fotografía: Thomas Acker-
man. Montaje: Stuart Pappe, Roger Bondelli. Música: Marc Shaiman.
Efectos especiales: Jim Henson’ Creature Shop. Intérpretes: Brendan
Fraser, Leslie Mann, Thomas Haden Church, Richard Roundtree. **
Algo así como una parodia de Tarzán, basada en un car-
toon de Jay Ward y producida por la factoría Disney.
●

● ●
Como en Tarzán en Nueva York o Cocodrilo Dundee, el
contraste entre primitivismo y civilización pondrá unas
gotas de humor cuando nuestro protagonista, criado en
la selva entre gorilas, viaje a San Francisco. La vis cómica
y la energía de Fraser compensan con creces la vulgari-
dad del producto. ■ J.B.C.
GET TO KNOW YOUR RABBIT
(tcc Beeman, el magnífico), EE.UU., 1972, 91 min.
Productor: Steven Bernhardt, Paul Gaer. Director: Brian De Palma.
Guión: Jordan Crittenden. Fotografía: John A. Alonzo. Montaje: Peter
Colbert, Frank J. Urioste. Música: Jack Elliott, Allyn Ferguson. Dirección
Artística: Bill Malley. Intérpretes: Tom Smothers, John Astin, Katharine
Ross, Orson Welles, Susanne Zenor, Samantha Jones, Allen Garfield,
Hope Summers. **
El Brian de Palma inmediatamente anterior a Hermanas,
poseído aún de un virtuosismo experimental –entre el
underground americano y la “nueva ola” francesa–, en
una comedia inconexa pero con frecuencia inventiva,
sobre las peripecias de un ejecutivo deseoso de triunfar
como artista del espectáculo. Apariciones de Allen Gar-
field, Katharine Ross y Orson Welles. ■ J.B.C.
GHOST
Howard W. Koch, EE.UU., 1990, 128 min.
Productor: Lisa Weinstein. Director: Jerry Zucker. Guión: Bruce Joel
Rubin. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Walter Murch. Música:
Maurice Jarre. Diseño de producción: Jane Musky. Vestuario: Ruth Mor-
ley. Intérpretes: Patrick Swayze, Demi Moore, Whoopi Goldberg, Tony
Goldwyn, Rick Aviles, Gail Boggs, Armelia McQueen,. ***
Comedia romántica, melodrama lacrimógeno y epopeya
fantástica conforman los ingredientes de este cóctel tru-
culento pero extraordinariamente efectivo y de fructífera
vida en las taquillas. Dirigida por Jerry Zucker (Aterriza
como puedas) en su primera excursión fuera de la órbita
paródica, la película se beneficia de actores con mucho
carisma, entre ellos Whoopi Goldberg, Oscar a la Mejor
Actriz Secundaria. ■ J.B.C.
GIGOLÓ (D. BIGALOW)
(Deuce Bigalow: Male Gigolo), Buena Vista, EE.UU., 2000, 84 min.
Productor: Sid Ganis, Barry Bernardi, Adam Sandler. Director: Mike Mit-
chell. Guión: Harris Goldberg, Rob Schneider. Fotografía: Peter Lyons
Collister. Montaje: George Bowers, Lawrence Jordan. Música: Teddy Cas-
tellucci. Vestuario: Molly Maginnis. Intérpretes: Rob Schneider, William
Forsythe, Eddie Griffin, Arija Bareikis, Oded Fehr, Gail O’Grady. **
Forjado en el mítico Saturday Night Live, Rob Schneider
es un cómico inmensamente popular en Estados Unidos.
De su comicidad algo lunática da fe esta comedia por él
mismo escrita (y producida por su amigo Adam Sandler,
que tiene una breve aparición), donde interpreta a un
modesto limpiador de acuarios reciclado, por imperativos
del guión, en un gigoló de Malibú. El (antológico) catálo-
● ●
Go Fish | 207
●
go de clientas que le tocan en suerte es susceptible de
convertir La parada de los monstruos en un ensayo sobre
la normalidad física. Y las incidencias que con ellas vive
entran por derecho propio en la marcianada más dispa-
ratada. Gigoló, en fin, es una comedia políticamente inco-
rrecta, escatológica, pasada de vueltas soeces, en la línea
de las más altas cotas del mal gusto de los hermanos
Farrelly. Pero no le falta inventiva ni gags ingeniosos,
algunos con un toque de humor judío a lo Mel Brooks: los
desaguisados de la ciega recuerdan al cameo de Gene
Hackman en El jovencito Frankenstein. ■ J.B.C.
GIRL CAN’T HELP IT, THE
20th Century-Fox, EE.UU., 1956, 96 min.
Productor: Frank Tashlin. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin,
Herbert Baker. Fotografía: Leon Shamroy. Montaje: James B. Clark. Músi-
ca: Lionel Newman. Dirección Artística: Lyle R. Wheeler, Leland Fuller.
Intérpretes: Tom Ewell, Jayne Mansfield, Edmond O’Brien, Henry Jones,
John Emery, Juanita Moore. ****
Ingeniosa, inteligente y –para los parámetros de hoy–
extraordinariamente sexista, esta hilarante sátira sobre
las relaciones públicas en los mundos del rock y de la
publicidad es un título de culto de los años cincuenta.
Apoyada por más de una docena de grandes artistas
musicales, incluyendo a Little Richard, Fats Domino y The
Platters, la neumática Jayne Mansfield no decepciona
como el objeto sexual que sólo quiere ser una buena
esposa y madre, no una reina del glamour. Está física-
mente equipada para el papel de rubia tonta, y también
se muestra capacitada para prender la chispa de la diver-
sión. Tom Ewell se luce como el acabado agente de pren-
sa perseguido por la memoria de Julie London, otra chica
a la que lanzó a un efímero estrellato, y Edmond O’Brien,
tan poco proclive a la comedia, está realmente encanta-
dor como el histriónico ex-gángster que piensa que su
posición exige que su chica sea una estrella. En la super-
ficie, parece que el director Frank Tashlin se concentró en
crear diversión para los jóvenes, un objetivo que comple-
ta a la perfección. Sin embargo, su punto de vista es puro
ácido (Tashlin era capaz de un humor incluso más cruel,
como demostró la secuela Una mujer de cuidado), y se
sospecha que también se burló de la locura por el baile.
Hay tantos gags visuales y físicos, incluyendo a Mansfield
y un par de botellas de leche, que los varones de cual-
quier edad disfrutarán de lo lindo con esta mordaz histo-
ria. Una duda: ¿cómo “Mr. Hombre Corriente” Tom Ewell
pudo ser co-protagonista de bombas sexuales como
Marilyn Monroe, Sheree North y Jayne Mansfield? ■ J.T.
GO FISH
Can I Watch, EE.UU., 1994, 85 min.
Productor: Rose Troche, Guinevere Turner. Director: Rose Troche.
Guión: Guinevere Turner, Rose Troche. Fotografía: Ann T. Rossetti. Mon-
taje: Rose Troche. Música: Brendan Dolan, Jennifer Sharpe, Scott
Aldrich. Intérpretes: V. S. Brodie, Guinevere Turner, T. Wendy McMillan,
Migdalia Melendez, Anastasia Sharp. ***
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208| Golfos de broma
● ●
La directora Troche y la primera actriz Turner escribieron
al alimón el guión de esta historia de amores lésbicos
entre dos mujeres de características harto diferentes. El
esquema de conquista y asentamiento sentimental está
tratado con sencillez y eficacia, a través de unos diálogos
frescos, pero la puesta en escena de esta producción
independiente contiene efectismos gratuitos. ■ M.Q.
GOLFOS DE BROMA
(S.P.Q.R. 2000 e 1/2 anni fa), Luigi de Laurentiis/Aurelio de Laurent,
Italia, 1994, 100 min.
Productor: Luigi de Laurentiis. Director: Carlo Vanzina. Guión: Carlo y
Enrico Vanzina. Fotografía: Gianlorenzo Battaglia. Montaje: Sergio
Montanari. Música: Federico de Robertis. Intérpretes: Leslie Nielsen,
Christian de Sica, Massimo Boldi, Nadia Rinaldi. ●
Sátira sin la menor coherencia, no sólo fílmica sino ni
siquiera humana, que satiriza la sociedad italiana actual
tomando como referente la Roma Antigu. La conclusión
es que, aunque hayan pasado veinte siglos, todo sigue
igual. Todo comienza cuando un honesto juez del sur
llega a la capital romana para ejercer sus funciones, en-
contrando a todo tipo de personajes corruptos que harán
que el juez termine picando piedra. Lo mejor viene al fi-
nal, cuando aparece Espartaco, quien libera a todos los
esclavos... con tan mala fortuna que todos acaban hechos
prisioneros y crucificados a lo largo de la Vía Carpetana.
En un minuto han resumido las tres horas del film de Ku-
brick, lo que no está mal. Con nefastos gags visuales, diá-
logos repletos de exclamaciones sexuales y un Leslie
Nielsen desganado contratado como reclamo, la película
parte de una pobreza visual sin precedentes en la histo-
ria ya que, más allá de los péplum de cartón piedra, aquí
aparece el circo romano con gente... ¡pintada! ■ L.M.C.
GOLFUS DE ROMA
(A Funny Thing Happened on the Way to the Forum), Reino Unido-
EE.UU., 1966, 99 min.
Productor: Melvin Frank. Director: Richard Lester. Guión: Burt Shevelo-
ve, Larry Gelbart, Melvin Frank, Michael Pertwee. Fotografía: Nicolas
Roeg. Montaje: John Victor-Smith. Música: Stephen Sondheim. Diseño
● ●
●
de producción: Tony Walton. Vestuario: Tony Walton. Intérpretes: Zero
Mostel, Phil Silvers, Buster Keaton, Michael Crawford, Jack Gilford,
Annette Andre, Michael Hordern. ***
El típico cine hecho a la buena de Dios del incansable
Richard Lester, pero también tremendamente divertido.
Basado en el exitoso musical de Broadway, Golfus de
Roma mezcla una historia subida de tono al estilo del
satirista romano Plauto con el moderno humor de Nueva
York y la llamativa dirección de Lester, y ¿qué tenemos?
Una espasmódica comedia musical que avanza a ritmo
vertiginoso de modo que la mitad de los gags buenos no
tienen tiempo de asentarse, y la mitad de los malos afor-
tunadamente desaparecen en la confusión. Además, las
canciones son deliciosas, pero por algún motivo los
números no funcionan como deberían y acaban lastrando
la cinta. En conjunto, un trabajo irregular, algo destartala-
do, pero que retiene el brío y el humor de sus orígenes
teatrales. La farsa está protagonizada por Zero Mostel
como un esclavo romano que trata desesperadamente de
conseguir la libertad, y de Gilford como su involuntario
cómplice. Las complicaciones de la trama involucran a
Phil Silvers como el propietario de un burdel, a Jack Gil-
ford como Hysterium y al gran Buster Keaton como un
hombre que ha perdido a sus hijos. Sólo por sus interpre-
taciones (Gilford, en particular, es una joya) merece la pe-
na ver la película. ■ J.T.
GOLPE, EL
(The Sting), Richard D. Zanuck/David Brown, EE.UU., 1973, 129 min.
Productor: Tony Bill, Julia Philips, Michael Philips. Director: George Roy
Hill. Guión: David S. Ward. Fotografía: Robert Surtees. Montaje: William
Reynolds. Música: Scott Joplin, John Philip Sousa. Dirección artística:
Henry Bumstead. Vestuario: Edith Head. In
ntérpretes: Paul Newman,
Robert Redford, Robert Shaw, Charles Durning, Ray Walston, Eileen
Brennan, Harold Gould, Jhon Heffernan, Dana Elcar, Jack Kehoe. ****
El enorme éxito alcanzado por la pareja Newman/Red-
ford en Dos hombres y un destino, rodada en 1969, impul-
só a Roy Hill a repetir la experiencia con tan carismáticos
actores, pero los compromisos de ambos retrasaron el
acontecimiento hasta 1973, cuando tuvieron preparado
un ingenioso guión de David S. Ward, ambientado en el
Chicago de los años treinta. Cuenta la historia de Johnny
Hooker, un joven y astuto ratero que se gana la vida a ba-
●
 Graduado, El | 209
● ● ●

se de pequeños timos y que conoce a Henry Gondorff, personajes, divididos entre sirvientes y amos, pero que
otro truhán con más vuelo. Juntos planean el golpe de no son tan diferentes. ■ G.Q.
sus vidas y, de paso, vengan a uno de sus amigos. La
mayor parte del metraje se consume en la preparación y
desarrollo de la estafa, cuyo destinatario es nada menos GRACIAS POR LA PROPINA
que un poderoso gángster adicto a las apuestas. Una de Fair Play, España, 1996, 117 min.

las bazas del filme es el ragtime de Scott Joplin, orques- Director: Francesc Bellmunt. Guión: Ferran Torrent (basado en su propia
tado por Marvin Hamlisch, cuyos sones marcan las transi- novela). Fotografía: Javier Salmones. Música: Manuel Camp. Intérpretes:
ciones entre los capítulos del relato. ■ M.Q. Santiago Ramos, Juli Mira, Saturnino García, Jorge Esteban, Mercè
Lleixà, Montse Guallar. ***

GOOD BYE, LENIN! Gracias por la propina parte de la novela homónima con
Nirvana, Alemania, 2003, 121 min. la que Ferran Torrent se hizo, en 1994, con el más impor-
Productor: Stefan Arndt. Director: Wolfgang Becker. Guión: Bern Ligh- tante premio de la literatura catalana, el Sant Jordi. Si Un
tenberg. Fotografía: M. Kukula. Montaje: K. de Bock, A. Schreitmüll. negro con un saxo era un retrato de los bajos fondos de
Música: Yann Tiersen. Intérpretes: Daniel Brühl, Katrin Sass, Chulpan Valencia capital, Gracias por la propina propone un viaje
Khamatova, Maria Simon, Florian Lucas, Alexander Beyer, Burghart a un pueblo de la provincia en el que sus protagonistas,
Klaussner. **** dos hermanos solteros, en compañía del pater familias,
deben hacerse cargo de sus dos sobrinos huérfanos y
Comedia con piel de drama, la mejor película europea de crean una especie de isla de libertad que les permite vivir
2002 (según el Festival de Berlín y la Academia Europea), casi de espaldas a la represión del régimen franquista una
parte de una premisa que puede provocar más lágrimas vez cruzan el umbral de su casa. Bellmunt retrata la vida
que risas: la enfermedad de una mujer, que la mantiene cotidiana de esos años en tono de comedia costumbris-
en coma y en un hilo durante años. Pero Wolfgang Bec- ta, ayudado por una magnífica fotografía de Javier Sal-
ker tiene la habilidad y, a veces, la maestría, para cubrir mones y un reparto muy en la piel de sus respectivos per-
esta anécdota de hojaldre cómico, empezando por la cir- sonajes. ■ J.E.
cunstancia de que la dama en cuestión es una socialista
convencida y que en su letargo se produjo la caída del
Muro de Berlín. Esto obliga a su hijo a convertir su casa
en un pliegue temporal perpetuo de la antigua RDA, co-
mo si nada hubiese ocurrido, para evitar que su madre se
dé cuenta y suceda una desgracia. En cómo lo consigue
tiene Good Bye, Lenin! una de sus mejores bazas, con ar-
timañas ingeniosas y llenas de ternura, aunque a veces la
situación se vuelve límite, como en ese anuncio gigante
de Coca-cola que se planta en el edificio de enfrente (cu-
riosamente, el mismo utilizado por Billy Wilder en Uno,
dos, tres). Y gracias a ese clima nada paródico, irreal y lle-
no de buenas intenciones, no rechinan los pasajes román-
ticos y paternofiliales que podrían emborronar el tempus
cómico. ■ J.C.

GOSFORD PARK
Reino Unido-EE.UU.-Alemania-Italia, 2001, 137 min.

Productor: Robert Altman, Bob Balaban, David Levy. Director: Robert

Altman. Guión: Julian Fellowes (basado en una idea de Robert Altman y
Bob Balaban). Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Tim Squyres. Música:
Patrick Doyle. Dirección Artística: Sarah Hauldren. Intérpretes: Maggie
Smith, Michael Gambon, Kristin Scott Thomas, Camilla Rutherford,
Charles Dance, Geraldine Somerville, Tom Hollander, Natasha Wight-
man, Jeremy Northam, Bob Balaban. ****
GRADUADO, EL
Una muy buena muestra de la maestría narrativa de Ro- (The Graduate), M-G-M, EE.UU., 1967, 105 min.

bert Altman, que está en su salsa con esta película coral
cuyo guión, de Julian Fellowes, obtuvo un Oscar. La ac-
ción está ambientada en la Inglaterra de la década de los
treinta, en una lujosa mansión donde ocurre un crimen.
Este hecho no es tan importante como el retrato de unos
Productor: Lawrence Turman. Director: Mike Nichols. Guión: Calder
Willingham, Buck Henry (basado en la novela de Charles Webb). Foto-
grafía: Robert Surtees. Montaje: Sam O’Steen. Música: Paul Simon.
Intérpretes: Anne Bancroft, Dustin Hoffman, Katharine Ross, William
Daniels, Murray Hamilton, Elizabeth Wilson. ****

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210| Gran amante, El
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Nadie se esperaba, ni mucho menos sus productores, que

El graduado se convirtiera no sólo en una formidable
máquina de hacer dinero sino también en una de las cin-
tas más representativas de lo que todavía significa la
década de los sesenta para muchos de quienes la vivie-
ron. Un gran número de historiadores ven en ella una sín-
tesis de una época de rupturas, de despreciar el pasado
y también de la búsqueda de una libertad no supeditada
a las normas sociales imperantes. Todo ello a pesar de
que, viendo la película, no quepa ninguna duda de que
los jóvenes inconformistas serían engullidos posterior-
mente por el sistema. Pero en el momento de su estreno,
millones de jóvenes se indentificaron a conciencia con el
personaje de Dustin Hoffman, viendo en su personalidad
y en su forma de actuar lo que a ellos les hubiese gusta-
do ser o hacer y no se atrevían a poner en práctica. Lo
curioso es que Hoffman había cumplido ya los treinta
años, pero gracias a su aspecto juvenil pudo interpretar
un personaje mucho más joven que, por cierto, arrebató
a Robert Redford, a quien los productores consideraron
demasiado seguro de sí mismo. El graduado convirtió a
Dustin, entonces un perfecto desconocido, en una estre-
lla y demostró que no fue producto del azar que Mike
Nichols hubiese triunfado con ¿Quién teme a Virginia
Wolf? El director se las vio y se las deseó para conseguir
que funcionase la relación entre Hoffman y la madura
Anne Bancroft, en su papel de Mrs. Robinson, que tenía
muchas dificultades para actuar a gusto en las escenas
íntimas (Doris Day había rechazado el papel por cuestio-
nes éticas). Nichols lo resolvió rodándolas sin visitantes
en el plató y con el equipo técnico imprescindible. A
Hoffman, todavía muy inseguro como actor, le pidió que
se mostrase precisamente tan inseguro y vacilante como
era en realidad. Los esfuerzos del Nichols le valieron la
recompensa del Oscar al Mejor Director. Aunque la cinta
adoleciese ya en su momento de un cierto maniqueísmo,
que el paso del tiempo ha agudizado, todavía sorprende
por algunas de sus secuencias y su tono crítico general,
sin olvidar el atractivo de la pegadiza banda sonora inter-
pretada por Simon y Garfunkel, ésa sí representantiva
como pocas de la música de los años sesenta. ■ A.C.
las grandes polémicas en la sociedad italiana. A pesar de
su forma de pensar, su hipocresía le lleva a tener hasta
GRAN AMANTE, EL siete amantes, una para cada día de la semana. Compla-
(Scusi, lei é favorevole o contrario?), Fono, Italia, 1966, 100 min. ciente y sin muchas pretensiones, resulta una nueva con-
Productor: Giorgio Bianchi. Director: Alberto Sordi. Guión: Alberto Sor- solidación de Sordi como peculiar latin lover. ■ L.M.C.
di, Sergio Amidei. Fotografía: Benito Frattari. Montaje: Antonietta Zita.
Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Ezio Altieri. Intérpretes: Al-
berto Sordi, Bibi Andersson, Anita Ekberg, Tina Aumont Marquand. ** GRAN ATASCO, EL
(L’Ingorgo), Clesi/Greenwich/José Frade/Albatros, Italia-Francia-

Ligera comedia de enredos amorosos, mucho menos España-Alemania, 1978, 109 min.

interesante que otras historias similares de Sordi, pero
que, sin embargo, reúne a un buen número de protago-
nistas femeninas: las suecas Bibi Andersson y Anita
Ekberg, además de Giuletta Massina, Silvana Mangano,
Anna Mazzanti y una jovencísima Laura Antonelli. No en
vano la historia gira en torno al personaje de Sordi, un co-
mendador bastante conservador que se muestra furibun-
do contra la ley del divorcio, por aquel entonces una de
Productor: Silvio Clementelli, Anna Maria Clementelli. Director: Liuigi
Comencini. Guión: L. Comencini, Ruggero Maccari, Bernardino Zappo-
ni (basado en un argumento de Luigi Comencini). Fotografía: Ennio
Guarnieri, Angelo Filippini. Montaje: Nino Baragli, Vivi Tonini, Giuseppe
Varano, Alessandro Baragli. Música: Fiorenzo Carpi. Dirección de Arte:
Mario Chiari, Luciano Puccini. Vestuario: Paola Comencini, Wanda Pruni.
Intérpretes: Alberto Sordi, Annie Girardot, Fernando Rey, Marcello Mas-
troianni. ***

● ● ●

● ●
No fue Luigi Comencini, con El gran atasco, el primero en
darnos una visión dantesca de la sociedad contemporá-
nea a partir del hecho frecuente de un embotellamiento
en la autopista; antes que él Fellini hizo lo propio, aunque
bajo acentos oníricos, en Ocho y medio, y Luis Alcoriza
repartió leña en su salvaje sátira Mecánica nacional. Pero
no le vamos a reprochar a Comencini el haber llegado
tarde. Al contrario, le vamos a felicitar por haber llegado.
Porque El gran atasco es una delirante comedia dramáti-
ca que a partir de esa situación sabe sacar partido del
microcosmos ante el que nos hallamos, reproduciendo en
el interior de cada coche los vicios, los defectos, las his-
terias y las neuras de la civilización.
Puede decirse que aquí la sátira es fácil. También, que
el presupuesto invertido en esta cosmopolita coproduc-
ción es a todas luces desproporcionado. Y que el metra-
je resultante excede las previsiones de lo razonable. Pero
no es menos cierto que, si no todos, sí por lo menos gran
parte de los episodios o anécdotas reflejadas por Comen-
cini tienen un fuerte vigor costumbrista y una notable
capacidad para llevar a buen puerto el arte de la tragico-
media. Y, ante todo, que los personajes infinitos de esta
farsa crítica están interpretados por prácticamente la
plana mayor de actores del momento. ■ J.B.C.
GRAN AVENTURA DE MORTADELO
Y FILEMÓN, LA
España, 2003, 102 min.
Productor: Luis Manso. Director: Javier Fesser. Guión: Guillermo Fesser,
Javier Fesser (basado en los comics de Francisco Ibáñez). Fotografía: Xavi
Giménez. Montaje: Iván Aledo. Música: Rafael Arnau, Mario Gosálvez.
Dirección Artística: César Macarrón. Intérpretes: Benito Pocino, Pepe
Viyuela, Dominique Pinon, Paco Sagárzazu, Mariano Venancio, Janfri
Topera, Berta Ojea, María Isbert. **
Mastodóntico trasvase de las viñetas a la gran pantalla de
los populares héroes de andar por casa de Ibáñez. Fesser,
después de su excelente El milagro de P. Tinto, concibió
este tebeo como el más frenético de los cartoons, dando
tanto protagonismo a la caricatura desorbitada como a
los efectos digitales. Tiene momentos brillantísimos, pero
en su conjunto el plato agota. ■ J.B.C.
GRAN AVENTURA DE PEE-WEE, LA
(Pee-Wee’s Big Adventure), Aspen/Shapiro, EE.UU., 1985, 90 min.
Productor: Robert Shapiro, Richard Gilbert Abramson. Director: Tim
Burton. Guión: Phil Hartman, Paul Reubens, Michael Varhol. Fotografía:
Victor J. Kemper. Montaje: Billy Weber. Música: Danny Elfman. Diseño de
producción: David L. Snyder. Vestuario: Aggie Guerard Rodgers. An
nima-
ción: Rich Heinrichs. Intérpretes: Pee Wee Herman, Elizabeth Daily,
Mark Holton, Diane Salinger, Judd Omen, Irving Hellman, Monte Landis,
Damon Martin, David Glasser, Gregory Brown. ***
Una película construída en torno a un personaje televisi-
vo infantil de culto puede parecer un extraño lugar para
que Tim Burton inicie su carrera cinematográfica, pero, en
realidad, no hay un salto tan grande desde Pee-Wee Her-
● ●
Gran aventura de Silvia, La | 211
●
man a Eduardo Manostijeras, Batman o Ed Wood. Lo que
hace funcionar este personaje aparentemente imbécil es
el entorno de dibujos animados que habita. En estructu-
ra y contenido, La gran aventura de Pee-Wee recuerda a
menudo a un cartoon de la Warner. Como esos clásicos
de la animación, este filme se basa en caracterizaciones
fácilmente identificables, simples motivaciones argumen-
tales y un a menudo surrealista sentido de la lógica, todo
mezclado con talento e ingenuidad.
La historia arranca cuando el orgullo y alegría de la
vida de Pee-Wee, su bicicleta roja, es robada. La policía
no es una ayuda, así que Pee-Wee acude a una fraudu-
lenta echadora de cartas, que le dice que su bicicleta está
en los subterráneos de El Álamo, en Texas. Naturalmente,
Pee-Wee se echa a la carretera. Reminiscente en cierto
modo de la imagen de Jerry Lewis, Paul Reubens es el
centro de esta delirante comedia, aunque sus nerviosos
balbuceos puedan hacerse irritantes y algunos de sus
gags resulten poco divertidos, por no hablar de las situa-
ciones oníricas, que llegan al borde del malestar. Pero hay
que reconocer que esta inspirada locura es un arriesgado
intento por hacer algo deslumbrantemente original y
deliciosamente adictivo. Dos estrellas nacieron con el
estreno de esta película: una frente a la cámara y otra
detrás de ella. También podría hablarse de una tercera
estrella, el compositor Danny Elfman, autor de un manía-
co e ingenioso score. ■ J.D.D.
GRAN AVENTURA DE SILVIA, LA
(Sylvia Scarlett), RKO, EE.UU., 1936, 90 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: George Cukor. Guión: Gladys
Unger, John Collier, Mortimer Offner. Fotografía: Joseph August. Monta-
je: Jane Loring. Música: Roy Webb. Dirección Artística: Van Nest, Polgla-
se Sturges, Carne. Intérpretes: Katharine Hepburn, Cary Grant, Brian
Aherne, Edmund Gwenn, Natalie Paley, Dennie Moore. ***
Un gran clásico de la comedia americana –la mejor come-
dia americana, la de los años treinta– es La gran aventura
de Silvia, una sensacional muestra del talento de George
Cukor, de su elegancia, su extraordinario manejo de los
actores –nada menos que Cary Grant y Katharine Hep-
burn, la misma pareja de La fiera de mi niña, Vivir para
gozar o Historias de Filadelfia–, su sutileza en insinuacio-
●
212| Grandes ocasiones
● ●
nes, inversiones y alusiones. La eterna batalla de los sexos
no es servida aquí, precisamente, con la simulación de
sexo. Katharine Hepburn camufla el suyo, y con la suplan-
tación llega el enredo, los malentendidos y la gran come-
dia de situaciones y energía verbal, aunque también el
drama, pues La gran aventura de Silvia es una astuta con-
junción de diversos géneros. ■ J.B.C.
GRANDES OCASIONES
España, 1998.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Felipe Vega. Guión:
Manuel Hidalgo, Felipe Vega (basado en la obra de Bernard Slade). Foto-
grafía: Juan Amorós. Montaje: Pablo González del Amo. Música: Riz
Ortolani, Salvatore Adamo. Dirección Artística: Juan Botella. Intérpre-
tess: Andrés Pajares, Rosa María Sardà, Álex Angulo, David Zarzo, Leonor
Watling, Elena Anaya, Luis Cuenca, Asunción Sancho. **
Felipe Vega traslada la obra teatral homónima del norte-
americano Bernard Slade a la España del momento, con-
tando los sucesivos encuentros que durante cinco años
van teniendo, por diversos motivos, un hombre y una
mujer que han roto su matrimonio. La película de Felipe
Vega pasó totalmente desapercibida por el gran público,
quizá porque resulta muy difícil adaptar el texto a nues-
tra realidad, sin caer en los recursos facilones. ■ G.Q.
● ●
●
GRAN DESPILFARRO, EL
(Brewster’s Millions), Universal, EE.UU., 1985, 97 min.
Productor: Lawrence Gordon, Joel Silver. Director: Walter Hill. Guión:
Herschel Weingrod, Timothy Harris. Fotografía: Ric Waite. Montaje: Fre-
eman Davies, Michel Ripps. Música: Ry Cooder. Dirección Artística:
John Vallone. Intérpretes: Richard Pryor, John Candy, Lonette McKee,
Stephen Collins, Jerry Orbach, Pat Hingle. *
El director Walter Hill y la comedia son siempre una com-
binación incómoda, y esta trillada película lo demuestra.
Añádase al maníaco Richard Pryor y el resultado es una
gran decepción, o lo que es peor, una comedia sin gracia
alguna. El pitcher (Pryor) del equipo de béisbol de los
Hackensack Bulls recibe una herencia de trescientos mi-
llones de dólares. Pero primero tiene que gastar treinta
millones en un mes sin revelar el truco y terminar sin bie-
nes personales. Que la historia haya sido filmada siete
veces con anterioridad debería haber sido una señal de
aviso, pero no fue así. Como de costumbre, Pryor sobre-
actúa exageradamente. ■ J.D.D.
GRAN DICTADOR, EL
(The Great Dictator), United Artists, EE.UU., 1940, 127min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Rolland Totheroh, Karl Struss. Montaje: Willard
●

● ●
Nico. Música: Merdith Wilson. Dirección Artística: J. Russell Spencer.
Intérpretes: Charles Chaplin, Paulette Godard, Jack Oakie, Reginald Gar-
diner, Henry Daniell, Billy Gilbert, Maurice Moscovich, Emma Dunn,
Grace Hayle, Carter DeHaven. ****
El primer golpe de manivela de El gran dictador se pro-
dujo el 9 de septiembre de 1939, exactamente ocho días
después del ataque alemán a Polonia, primer golpe de
manivela también de algo más aterrador que el arte: la
guerra. La parodia de Chaplin, feroz, es, por tanto, una
parodia en presente. Nosotros, como se sabe, no pudi-
mos disfrutarla hasta 36 años después de su realización,
cuando esa parodia seguía en presente para nuestra rea-
lidad del momento. «¡Soldados, en nombre de la demo-
cracia, unámonos!», decía Chaplin en su célebre discursi-
to final, un discursito o un discursazo, que nos hacía
vibrar en el asiento más que el Sensurround ese.
¿Qué es hoy El gran dictador? En principio, sigue sien-
do, como seguirá siempre siendo, una buena película, no
el mejor largometraje de Chaplin, pero sí una buena pelí-
cula por lo que en ella hay de excelentes gags, como las
escenas bélicas del principio, el afeitado de la peluquería,
los líos que se arman en el barrio judío, o los momentos
en que Hitler y Mussolini se conocen. Lo del discursito
final, que hizo correr mucha tinta en los días de su estre-
no, en nuestros días seguirá pareciéndonos de una estre-
mecedora inocencia, o ingenuidad, demasiada verborrea
para un director que en sus dos películas anteriores,
Luces de la ciudad y Tiempos modernos, se había resisti-
do tenazmente a un cine sonoro y a los diálogos. Pero,
con todo, tiene su fuerza ese final, y para las grandes
masas de público a quien iba dirigido, y todavía va dirigi-
do, preserva su utilidad; al fin y al cabo nadie puede
reprocharle a Chaplin sus humanitarios objetivos ni el
haberlos llevado a término de la forma más llana. A quien
siga denostando a Chaplin por El gran dictador y por la
sencillez de su discurso –no ya el discurso final, sino todo
el discurso de la película– habría que preguntarle quién,
hoy en día, es capaz de hacer comedias tan bien engra-
sadas como las que hacía Chaplin. ■ J.B.C.
GRAN FAMILIA, LA
España, 1962, 104 min.
Director: Fernando Palacios, Rafael J. Salvia (sin acreditar). Guión: Pedro
Masó, Rafael J. Salvia, Antonio Vich. Fotografía: Víctor Benítez, Juan
Mariné. Montaje: Pedro del Rey. Música: Adolfo Waitzman. Intérpretes:
Alberto Closas, Amparo Soler Leal, José Isbert, José Luis López Vázquez,
María Jsé Alfonso, Carlos Piñar. ***
Título clásico en el cine español que sirvió al Régimen
Franquista para demostrar las bondades de procrear
españolitos sin cesar. La historia de una familia numerosa,
capaz de hacer frente a cuantos retos se les plantean,
cautivó al público hasta el punto de forzar su continua-
ción en La familia y uno más, de mismo equipo técnico y
artístico. Después vendrían La familia, bien, gracias (1979)
y La familia... 30 años después (1999), dirigidas por Pedro
Masó y ya sin ningún aliciente. A pesar de un plantea-
● ●
Gran guerra, La | 213
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miento rancio, ultracatólico y sensiblero, hay que recono-
cer que La gran familia sigue manteniendo hoy en día un
estimable tono de comedia social, y gracias al trío de
actores protagonistas (Alberto Closas como el padre,
Pepe Isbert como el abuelo y López Vázquez como el
tío), la película destaca por un ingenioso y fresco sentido
del humor, siendo todavía recordada por episodios como
cuando el hijo menor “Chencho” se pierde en Navidad. El
Sindicato Nacional del Espectáculo la premió por su
Guión Original. ■ L.M.C.
GRAN GUERRA, LA
(La grande guerra), Dino de Laurentiis (Roma)/Gray Films (París),
Italia-Francia, 1959, 129 min.
Director: Mario Monicelli. Guión: Age (Agenore Incrocci), Scarpelli,
Luciano Vicenzoni, M. Monicelli. Fotografía: Giuseppe Rotunno. Monta-
je: Adriana Novelli. Música: Nino Rota. Dirección Artística: Mario Gar-
buglia. Vestuario: Darío Donati. Intérpretess: Alberto Sordi, Vittorio
Gassman, Silvana Mangano, Folco Lulli, Bernard Blier. ****
La gran guerra es una de esas excelentes comedias italia-
nas que albergan en su seno la verdadera dimensión de la
tragedia. El nombre de Mario Monicelli firmando la pelí-
cula y escribiendo el guión, con Age, Scarpelli y Vicenzo-
ni, y los de Alberto Sordi, Vittorio Gassman y Folco Lulli
interpretando los principales papeles, ya prometen risas y
sonrisas al personal. Mucho más tratándose de algo así
como una farsa de la I Guerra Mundial, donde dos cara-
duras vestidos de soldados intentarán montarse su “rollo”
paralelamente a las explosiones de granadas. Pero el arte
de la picaresca, bien llevado y atento al matiz, encierra
conceptos morales. La gran guerra se revela, ante todo,
como un film antibelicista, pues hay en él mucho detalle
en la observación, y ese detalle no es otra cosa que repu-
dio de lo que muestra.
Los aspectos técnicos de esta coproducción franco-
italiana de 1959 se resuelven con brillantez. Excelente
fotografía en blanco y negro de Giuseppe Rotunno, gran
partitura del maestro Rota y una escenografía que esca-
pa del terreno de la comedia para acariciar el propio de
Kubrick y su Senderos de gloria. Y, como en aquélla, son
la humanidad entera y sus valores los que se ponen en
tela de juicio. Este tipo de cine ha sido brillantemente
practicado por una serie de directores italianos que con-
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214| Gran halcón El
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sideran que el gran discurso moraliza mucho menos que
una mirada irónica sobre un hecho al que se le pierde un
cierto respeto, sin que por ello se minimicen los aspectos
trágicos que conlleva. Es el permiso que tiene el buen
humor de reírse de lo más sagrado. El Festival de Vene-
cia parangonó La gran guerra a El general de la Rovere,
de Roberto Rosellini, a la hora de repartir el máximo
galardón del certamen, el León de Oro. ■ J.B.C.
GRAN HALCÓN, EL
(Hudson Hawk), EE.UU., 1991, 100 min.
Productor: Joel Silver. Director: Michael Lehmann. Guión: Steven E. de
Souza, Daniel Waters (basado en una historia de Bruce Willis y Robert
Kraft). Fotografía: Dante Spinotti. Montaje: Chris Lebenzon, Michael
Tronick. Música: Michael Kamen, Robert Kraft, Bruce Willis. Dirección
Artística: John R. Jensen. Intérpretes: Bruce Willis, Danny Aiello, Andie
McDowell, James Coburn, Richard E. Grant, Sandra Bernhard, Donald
Burton. ***
El público no agradeció que el equilibrio entre el humor y
la acción se decantara por el primero y desdeñó los
esfuerzos de Bruce Willis (también coguionista de la
cinta) para preparar un producto divertido y, a ratos,
hasta ingenioso, con homenajes a aquellas películas de
ladrones de guante blanco y de robos imposibles. ■ G.Q.
GRAN MOGOLLÓN, EL
Acción Films, España, 1982, 83 min.
Productor: Samuel Menkes. Director: Tito Fernández. Guión: José María
González Sinde. Fotografía: Alejandro Ulloa. Montaje: Pablo García del
Amo. Música: Honorio Herrero. Dirección Artística: Eduardo Torre de la
Fuente. Intérpretes: Pedro Ruiz, José Alonso, Rafaela Aparicio, Florinda
Chico, Antonio Gamero, Agustín González, Isabel Luque. ●
Nefasta vuelta de tuerca al tema de la democracia, elec-
ciones y esas cosas que saturaban en el cine español de
la época, esta vez con un fastidioso guión de González
Sinde que presenta una trama de futuro en la cual el pre-
sidente de la Nación es un tal Mariano (no, no es el que
todos piensan), representante del Partido Ecologista
Revolucionario. Aunque esta victoria se ha producido por
un error en la computadora, el país se revoluciona, la
gente saca el dinero de los bancos y no sale a la calle, la
bolsa cae en picado y todos los líderes políticos intentan
hacer la pelota al presidente. En su reparto se mezclan
secundarios de toda la vida (Isabel Luque, Luis Ciges,
Florinda Chico, Antonio Gamero, María Luisa Ponte, Rafa-
ela Aparicio, Agustín González...) con personajes públicos
(Joaquín Arozamena, José María García), aunque, en rea-
lidad, esta patochada vergonzosa viene marcada por la
presencia del cómico (perdón, cómico intelectual) Pedro
Ruiz, que se disfraza nada menos que de 20 personajes,
casi todos reales: Fraga, Suárez, el Papa Juan Pablo II,
Ronald Reagan, el Rey, Carrillo, Felipe González, Alfonso
Guerra, Landelino Lavilla, Jesús Hermida, Françóis Mite-
rrand, Margaret Tatcher, Julio Iglesias, Calvo Sotelo... En
fin, que en esta vida tiene que haber de todo. ■ L.M.C.
● ●
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GRAN PELEA, LA
(Any Wich Way You Can), EE.UU., 1980, 116 min.
Productor: Fritz Manes. Director: Buddy Van Horn. Guión: Stanford
Sherman (basado en los personajes creados por Jeremy Joe Kronsberg).
Fotografía: David Worth. Montaje: Ron Spang, Ferris Webster. Intérpre-
tes: Clint Eastwood, Sondra Locke, Geoffrey Lewis, William Smith, Harry
Guardino, Ruth Gordon, Michael Cavanaugh. **
Segunda y última ocasión en la que Eastwood encarnó al
rudo Philo Bedoe, que va por el mundo aceptando pele-
as con apuestas junto a su orangután Clyde, animal que
no ahorra mamporros. En esta ocasión se organizará un
combate para Philo contra un rival a su altura llamado
Wilson. Muy discreta, pero divertida para los niños. ■ G.Q.
GRAN REPORTAJE, UN
(The Front Page), EE.UU., 1931, 101 min.
Productor: Lewis Milestone. Director: Lewis Milestone. Guión: Bartlett
Cormack, Charles Lederer (basado en la obra “The Front Page”, de Ben
Hecht y Charles MacArthur). Fotografía: Glen MacWilliams. Montaje: W.
Duncan Mansfield. Intérpretes: Adolphe Menjou, Pat O’Brien, Mary
Brian, Edward Everett Horton, Walter Catlett, George E. Stone, Mae
Clarke. ****
La primera –y menos (injustamente) popular– versión
cinematográfica de “The Front Page”, una pieza teatral
de 1928, original de Ben Hecht y Charles MacArthur, cla-
moroso éxito en Broadway. Aunque tanto Hecht como
MacArthur eran también guionistas, la adaptación de su
obra teatral la firmaron Cormack y Lederer, en un exce-
lente tratamiento que potenciaba lo que de vertiginoso
tenían la acción y los diálogos.
Estrenada con el título de Un gran reportaje, el filme
de Lewis Milestone, que un año antes se había consagra-
do con la adaptación de la novela de Erich María Remar-
que “Sin novedad en el frente”, inauguró en cierta forma
la moda de los filmes periodísticos, un género que tuvo
gran predicamento en el Hollywood de los años 30 con
títulos como Sed de escándalo, La reina de Nueva York o
El secreto de vivir. A pesar de lo que pueda pensarse,
algunas de estas películas nacían de experiencias vividas
en la realidad. Sin ir más lejos, el personaje protagonista
de Un gran reportaje, Walter Burns (Adolphe Menjou),
está inspirado en un redactor jefe de un periódico de Chi-
cago para el que Hecht se había negado a trabajar. Tanto
él como MacArthur, ex periodistas, se aplicaron en esta
divertida pero a la vez despiadada, ácida y nada compla-
ciente disección del mundo de la prensa sensacionalista,
a través de la historia de un brillante periodista que se ve
obligado a postergar su boda –instigado por su despóti-
co jefe– porque profesión obliga.
Muy bien dirigida e interpretada –los dos excelentes
protagonistas están acompañados por un insuperable
elenco de secundarios, entre los que destaca Edward
Everett Horton–, Milestone demostró que se había adap-
tado sin traumas al cine sonoro –era ya su cuarta pelícu-
la hablada, muy hablada– y que era un director digno de
mejor suerte. Su posterior trayectoria no estuvo a la altu-
●

● ●
ra de sus inicios, aunque como penúltima obra nos deja-
ra esa otra maravillosa comedia que es La cuadrilla de los
once. ■ J.E.
GRAN SALTO, EL
(The Hudsucker Proxy), PolyGram/Silver Pictures/Warner Bros.,
EE.UU.-Reino Unido-Alemania, 1994, 111 min.
Director: Joel y Ethan Coen. Guión: Joel y Ethan Coen y Sam Raimi. Foto-
grafía: Roger Deakins. Música: Carter Burwell. Intérpretes: Tim Robbins,
Jennifer Jason Leigh, Paul Newman, Charles Durning, John Mahoney, Jim
True-Frost, Bruce Campbell, Harry Bugin, Bill Cobbs, Norville Barnes,
Robbins; Sidney J. Mussburger, Newman, Waring Hudsucker, Charles
Durning. ***
Había que ser un fiera honoris causa en malabarismo para
sorprender al personal, encima con las fauces afiladas,
después de dos obras tan maestras y tan distintas como
Muerte entre las flores y Barton Fink. Por eso, para algu-
nos, este Gran salto, más que sin red, conectaba directa-
mente con el foso de los leones. Pero para estos herma-
nos timberwolves no hay enemigo pequeño. Así que, apli-
cando art déco capraiano a sus adorados looney tunes,
Joel y Ethan, con la ayuda en la yugular de Sam Raimi, se
sacaron de la chistera esta extravagancia a la mayor glo-
ria del “icónico” Paul Newman y de un Tim Robbins ya
con planta de oso de peluche con elefantiasis. Y menuda
● ●
Granujas a todo ritmo | 215
●
historia: la de Norville Barnes (Robbins), paleto de India-
na y hombre de paja elegido por el magnate Sidney J.
Mussburger (Newman) para reventar la empresa Hudsu-
cker, ante el suicidio de su fundador, y hacerse con el con-
trol de los restos del naufragio. Pero a Norville se le ocu-
rre inventar el hulla-hop y los planes del tiburón se van a
pique. Una fantástica puesta en escena y unos golpes de
timón screwball hacen de la película un apabullante
paseo por el tiovivo del cine clásico-paródico que tuvo su
brote de gloria en algún lugar de los ochenta. Pero, a
pesar de sus hallazgos y de una fantástica Jennifer Jason
Leigh como la metomentoda periodista Amy Archer, a El
gran salto sólo se le ama o se le odia según el día y el
ángel o diablo que tengamos posados en el hombro,
como muy bien expresó el ventoso crítico Roger Ebert.
Esperemos que hoy toque lo primero. «You know, for the
kids» (léase los Coen, en el fondo). ■ J.C.
GRANUJAS A TODO RITMO
(The Blues Brothers), Universal, EE.UU., 1980, 133 min.
Productor: Robert K. Weiss. Director: John Landis. Guión: Dan Aykroyd,
John Landis. Fotografía: Stephen M. Katz. Montaje: George Folsey, Jr.
Música: Ira Newborn. Dirección Artística: John J. Lloyd. Intérpretes: John
Belushi, Dan Aykroyd, James Brown, Ray Charles, Carrie Fisher, Aretha
Franklin. **
Granujas a todo ritmo es un monumento al derroche, al
ruido y al descaro fuera de lugar, pero tiene sus momen-
tos encantadoramente chiflados. La premisa de este
enérgico tributo de los chicos blancos a la cultura de la
música negra es que los hermanos Jake y Elwood (Belu-
shi y Aykroyd) necesitan recaudar cinco mil dólares para
su viejo orfanato. Sin otra motivación, resucitan a su vieja
banda de rhythm & blues y destruyen sistemáticamente la
ciudad de Chicago y buena parte del Medio Oeste. El más
escaso de los argumentos proporciona la excusa para una
serie de vigorosos números musicales y cameos de artis-
tas legendarios. Cuando la música se acaba, el director
John Landis escenifica una ridículamente espectacular
persecución de coches que incluye a las fuerzas en masa
de la ley y el orden, a una furiosa banda de country &
western y a un grupo de neonazis. El reparto de secun-
darios incluye a Carrie Fisher, Twiggy y Steven Spielberg.
Los momentos destacados son pocos, pero eficaces, y
todos los actores negros clavan sus breves papeles. Desa-
fortunadamente, el legítimo soul de estos intérpretes
subraya el supuesto soul de los Blues Brothers. También
vale la pena señalar que esta autoindulgente comedia
tiene un solo ritmo –vertiginoso– y no permite al público
respirar, descansar o preocuparse por nada o por nadie.
Si la Universal hubiese rodado este delirante embrollo
treinta y cinco años antes, Granujas a todo ritmo se
hubiese titulado Abbott & Costello en la ciudad del soul.
El nivel de inspiración es similar, el humor igual de básico,
la diversión igual de breve. El mayor placer de la película
reside en ver a James Brown, Cab Calloway, Ray Charles
y, especialmente, Aretha Franklin interpretando sus
números musicales. ■ J.D.D.
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216| Granujas de medio pelo
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GRANUJAS DE MEDIO PELO
(Small Time Crooks), EE.UU., 2000, 94 min.
Productor: Jean Doumanian. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Fei Zhao. Montaje: Alisa Lepselter. Dirección Artística:
Tom Warren. Intérpretes: Woody Allen, Carolyn Saxon, Tracey Ullman,
Michael Rapaport, Tony Darrow, Sam Josepher, Jon Lovitz, Lawrence
Howard Levy, Diane Bradley. ****
Homenaje al Rufufú de Mario Monicelli, más logrado que
el Crackers de Louis Malle. Un grupo de ladronzuelos diri-
gidos por un ex convicto que se cree el rey de los cacos
se dispone a dar el gran golpe, abriendo un agujero en un
banco. No consiguen dinero, pero sí hacen un buen nego-
cio. El ingenio de Allen no defrauda. Espléndida Tracey
Ullman. ■ M.Q.
GREAT ST. TRINIAN’S TRAIN
ROBBERY, THE
British Lion, Reino Unido, 1966, 94 min.
Productor: Leslie Gilliat. Director: Frank Launder, Leslie Gilliat. Guión:
Frank Launder, Ivor Herbert. Fotografía: Kenneth Hodges. Montaje:
Geoffrey Foot. Música: Malcolm Arnold. Dirección Artística: Albert Wi-
therick. Intérpretes: Frankie Howerd, Reg Varney, Stratford Johns, Eric
Barker, Dora Bryan, George Cole. **
Aunque Frank Launder no podría resistir la tentación de
regresar a sus viejos terrenos en The Wildcats of St. Tri-
nian’s (1980), esta sosa mezcla de comedia vulgar y sáti-
ra de los swinging sixties debería haber sido la última en
la serie de películas basadas en las endemoniadas estu-
diantes del St. Trinian’s, pues era evidente que se habían
quedado sin gas. Tras robar siete millones de dólares de
un tren, una banda de ladrones esconde el botín en una
mansión abandonada en el campo. Pero cuando vuelven
para recogerlo descubren que la escuela St. Trinian’s se
ha apoderado del lugar, y son aplastados por los palos de
hockey y objetos contundentes empuñados por las
pequeñas monstruos. Cuando la banda hace un segundo
intento de recuperar el botín se meten en más problemas
y complicaciones, y finalmente se ven envueltos en una
gran persecución de trenes. A la limitada diversión del
filme contribuyen las interpretaciones de Raymond Hunt-
ley como un ministro que mira amorosamente a la direc-
tora del colegio, y Richard Wattis en uno de sus típicos
roles de agobiado servidor civil. Sin embargo, las limita-
ciones de Frankie Howerd como actor son demasiado
evidentes y, aunque lo intentan, Dora Bryan y Reg Varney
no resisten la comparación con los añorados Alastair Sim
y Joyce Grenfell. ■ J.D.D.
GREGORY’S GIRL
Lake, Reino Unido, 1981, 91 min.
Productor: Clive Parsons, Davina Belling. Director: Bill Forsyth. Guión:
Bill Forsyth. Fotografía: Michael Coulter. Montaje: John Gow. Música:
Colin Tully. Arte: Adrienne Atkinson. Intérpretes: Gordon John Sinclair,
Dee Hepburn, Jake D’Arcy, Clare Grogan, Robert Buchanan, Billy Green-
lees, Alan Love, Caroline Guthrie, Carol Macartney. ***
● ●
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Ligera pero muy entretenida comedia sobre una estu-
diante escocesa que se convierte en la figura del equipo
de fútbol, provocando el resentimiento masculino, na-
turalmente. Intachable trabajo de Bill Forsyth, que des-
pués no ha respondido a lo que prometía bajo los auspi-
cios de Hollywood. Como director, mira con ojo irónico al
triángulo formado por el guardameta escolar John Gor-
don Sinclair, la centrocampista Dee Hepburn y su amiga
Clare Grogan. Pero es como guionista cuando logra la
excelencia, capturando las ansiedades e inseguridades
del amor adolescente y el lenguaje del terreno de juego
con consumado talento. También crea un glorioso elenco
de personajes secundarios, incluyendo a Robert Bucha-
nan y William Greenlees como los enamoradizos compa-
ñeros de Sinclair, y a Chic Murray como el lacónico direc-
tor. ■ J.T.
GRINCH, EL
(How the Grinch Stole Christmas), EE.UU.-Alemania, 2000, 104 min.
Productor: Brian Grazer, Ron Howard. Director: Ron Howard. Guión: Jef-
frey Price, Peter S. Seaman (basado en el libro del Dr. Seuss). Fotografía:
Donald Peterman. Montaje: Daniel P. Hanley, Mike Hill. Dirección Artís-
tica: Lauren E. Polizzi, Dan Webster Intérpretes: Jim Carrey, Taylor Mom-
sen, Jeffrey Tambor, Christine Baranski, Bill Irwin, Molly Shannon, Clint
Howard. *
Desde Santa Claus, aquel bodrio protagonizado por Dud-
ley Moore, no había aterrizado en las pantallas cinemato-
gráficas un vehículo navideño tan calamitoso como éste,
aborrecible por tres razones: 1) el superávit de almíbar
con que se ha rociado este popular cuento del Dr. Seuss,
2) el feísimo diseño de producción, válido como tarjeta
de felicitación, pero no como película ni apelando al
gusto kitsch, y 3) un verdoso Jim Carrey que recupera sus
excesos histriónicos y que, por comparación, hace sospe-
char que Ace Ventura lo dirigió Bresson. ■ J.B.C.
GRITO EN EL CIELO, EL
España, 1998, 101 min.
Productor: César Benítez. Director: Dunia Ayaso, Félix Sabroso. Guión:
Dunia Ayaso, Félix Sabroso. Fotografía: Hans Burmann. Montaje: Miguel
Ángel Santamaría. Dirección Artística: Wolfgang Burmann. Intérpretes:
Maria Conchita Alonso, Loles León, María Pujalte, Daniel Guzmán,
Pepón Nieto, María Adanez, Carmen Balagué. *
El grito en el cielo, el segundo largometraje del tándem
Sabroso y Ayaso, es un juguete tan efímero como su
ópera prima, aunque puede ser altamente instructivo
para todo aquel –si aún queda alguien de esa especie–
que no haya pisado un plató televisivo, ya sea como
público –a despellejarse las palmas aplaudiendo burra-
das– o como concursante de programas atroces. Porque
El grito en el cielo centra todo su argumento en uno de
esos espacios televisivos de variedades, entrevistas y
concursos que hoy definen nuestras apetencias y nues-
tros gustos. Tenemos a una presentadora-estrella vetera-
na, a otra que pretende usurparle el puesto, a un director
●

● ●
de programa para quien no existe otra cosa en el mundo
que los índices de audiencia, a una actriz que ha de ser
entrevistada en directo tras el pertinente escándalo con-
cerniente a su vida privada y a no pocos aspirantes a los
cinco warholianos minutos de gloria, dispuestos a lo que
sea (imitar, en playback, a Camilo Sesto, por ejemplo) con
tal de triunfar.
Tenemos, pues, lo que tenemos a cada minuto en las
pequeñas pantallas, sólo que con el añadido de una cata-
rata de enredos en toda regla entre la extravagante fauna
que tan generosamente nos obsequia el telecutrerío
nuestro de cada día. En justa correspondencia, la estética
de El grito en el cielo es tan hortera como sus modelos
parodiados, sus chistes son de recluta en horas de canti-
na, su desarrollo es atropellado (una vez más se confun-
de el ritmo con la hiperacumulación de situaciones) y la
psicología de los personajes no anda más allá de la de
cualquier comedia ibérica de los sesenta: imagínense una
película sobre Eurovisión interpretada por Manolo Esco-
bar y dirigida por Sáenz de Heredia, pónganla ligeramen-
te al día y obtendrán la esencia de El grito en el cielo. Se
agradece, entre tanto concurso, el de un plantel de come-
diantes de envergadura, de la siempre entonada Loles
León a esa fiera llamada María Pujalte, tan arrolladora
aquí como en Insomnio. Pero también se echa de menos
el zapping. ■ J.B.C.
GUANTANAMERA
Tornasol Films/Alta Films, España-Cuba-Alemania, 1995, 101 min.
Director: Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío. Guión: Eliseo Alber-
to, Tomás Gutiérrez Alea, Juan Carlos Tabío. Fotografía: Hans Burmann.
Música: José Nieto. Intérpretes: Carlos Cruz, Mirtha Ibarra, Jorge Perru-
goría, Raúl Eguren, Pedro Fernández, Luis Alberto García, Conchita
Brando, Suset Pérez Malberti. ***
Guantanamera es, al igual que Fresa y chocolate (la ante-
rior película del malogrado Gutiérrez Alea, también codi-
rigida por Tabío), una comedia, aunque de diverso signo,
sintomáticamente explícito en la transformación del actor
Perugorría de “loca” intelectual a camionero hirsuto y
pertinaz mujeriego. Aquí los personajes ya no hablan de
John Donne ni le ponen un cirio a Lezama Lima, entre
otros motivos porque la mayoría de ellos tienen pinta de
desconocerlos. Por el contrario, su premisa tiene algo de
premisa a lo Azcona y Berlanga (cineasta, con Buñuel,
muy próximo a Gutiérrez Alea); un cortejo fúnebre ha de
recorrer varios kilómetros trasladando el féretro y a su
correspondiente fiambre en lo que será una road movie a
la cubana salpicada de incidencias, antiturística, con cua-
tro apuntes críticos y un tono de jovial alegría. ■ J.B.C.
GUAPA Y SU FANTASMA, LA
(Questi fantasmi), Champion/Concordia, Italia-Francia, 1967, 104
min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Renato Castellani. Guión: Adriano
Baracco, Renato Castellani, Piero de Bernardi, Leo Benvenuti (basado en
la comedia de Eduardo de Filippo). Fotografía: Tonino Delli Colli. Monta-
● ●
Guardia, el ladrón y la camarera, El | 217
●
je: Jolanda Benvenuti. Música: Luis Bacalov. Dirección Artística: Piero
Poletto. Intérpretess: Sophia Loren, Vittorio Gassman, Mario Adorf, Mar-
garet Lee. ***
Filmada para mayor gloria estética de una subyugante
Sophia Loren, la comedia acaba resultando demasiado
ligera en su planteamiento, sin la consabida dosis de crí-
tica social de otras obras de temática similar. Posee, eso
sí, un recorrido similar a uno de los mayores éxitos de la
estrella, Matrimonio a la italiana (1964), quizá porque
ambos films proceden de comedias teatrales de Eduardo
de Filippo. Ella es María, que, casada con Pasquale (Vitto-
rio Gassman), van a parar a un gran caserón donde se su-
pone que habitan ciertos fantasmas. En realidad, todo es
una treta de un jefe mafioso para estar cerca de María, a
la que agasaja con dinero que el pobre Pasquale piensa
es donado por los fantasmas. Historia de celos, cuernos,
sentimientos y final feliz, donde tiene un breve “cameo”
Marcello Mastroianni. ■ L.M.C.
GUAPO HEREDERO BUSCA ESPOSA
España, 1972, 98 min.
Director: Luis María Delgado. Guión: Juan José Alonso Millán (basado en
su propia historia). Fotografía: Hans Burman. Montaje: Antonio Ramírez
de Loaysa Música: Gregorio García Segura. Intérpretes: Alfredo Landa,
Rafaela Aparicio, Luis Barbero, José Bastida, Mercedes Borqué, Rafael de
la Rosa, Esperanza Roy. *
La siempre notable Esperanza Roy, en el papel de prosti-
tuta que cree encontrar en Alfredo Landa al paleto que la
redima de su triste condición. Comedia salvable por sus
intérpretes. . ■ LL.B.M.
GUARDIA, EL LADRÓN Y
LA CAMARERA, EL
(Guardia, ladro e cameriera), D.D.L., Italia, 1958, 86 min.
Productor: Isidoro Broggi, Ranato Libassi. Director: Steno. Guión: Steno,
Lucio Fulci, Alessandro Continenza. Fotografía: Riccardo Pallottini.
Montaje: Gisa Radicchi Levi. Música: Lelio Luttazzi. Dirección Artística:
Alberto Boccianti. Intérpretes: Gabriella Payota, Nino Manfredi, Fausto
Cigliano, Luciano Salce. **
Comedia social algo melosa, o sea todo lo contrario que
el cine que después haría uno de los guionistas del film,
Lucio Fulci (ya saben, sesos desparramados y zombis
comiéndose las tripas de personas). Hay que reconocer
que la época del año en que transcurre la acción –Navi-
dad– era muy proclive a que su trama se deslizase por los
buenos sentimientos y el moralizante final, como así
acaba sucediendo. En plena Nochevieja, un ladrón come-
te un robo que causa un considerable perjuicio a la cama-
rera y al guardia que aparecen en el título del film. Pero,
como si de un milagro de Santa Claus se tratase, el ladrón
se dará cuenta de su mala acción y hará como si el robo
nunca hubiese sido cometido, logrando que feliciten al
guardia y que la camarera se enamore de él. Moraleja: to-
da buena obra tiene su recompensa. ■ L.M.C.
●
218| Guardiamarinas, Los
● ●
GUARDIAMARINAS, LOS
Filmayer Producción/Pedro Masó, España, 1966, 97 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Vicente Coello, Pedro Masó, Rafael J. Sal-
via. Fotografía: Juan Mariné. Música: Antón García Abril. Intérpretes:
Alberto de Mendoza, Julia Gutiérrez Caba, José Luis López Vázquez, José
Rubio, PManuel Zarzo, Alfredo Landa, Emilio Gutiérrez Caba. **
De rivalidades, aventurillas y ligues en el seno de un
grupo de cadetes. Una comedia sentimental que puede
verse como un intento del productor Pedro Masó y el di-
rector Pedro Lagaza de entroncar con el éxito de Botón
de ancla. El escenario lo proporciona el “Juan Sebastián
Elcano”, con todo su romanticismo. Pero no nos engañe-
mos: aquí intentaban decir a la juventud del momento
que ir uniformados, limpitos y sacando pecho era mucho
más divertido y honorable que dejarse melenas. José Luis
López Vázquez completa este reparto lleno de buenos
actores de la cantera nacional. ■ J.B.C.
GUARDIAS DE ROMA
(Guardia, guardia scelta, brigadiere e maresciallo), Imperial Film/
ENIC, Italia, 1956, 96 min.
Productor: Luigi Rovere. Director: Mauro Bolognini. Guión: Ettore Scola,
Ruggero Maccari, Nicola Manzari. Fotografía: Aldo Giordani. Montaje:
Roberto Cinquini. Música: Carlo Rustichelli. Dirección Artística: Flavio
Mogherini. Intérpretes: Alberto Sordi, Peppino de Filippo, Aldo Fabrizzi,
Gino Cervi. **
Antes de llegar a esta comedia, los policías ya habían sido
objeto de numerosas burlas por parte del cine italiano,
● ●
●
como si el reírse del poder establecido fuese una libera-
ción de tantos años de opresión en la etapa de Mussolini.
Aquí se constituye una crónica de costumbres de cuatro
de estos defensores de la ley, cada uno de ellos con sus
manías y problemas, casi siempre tomando la cosa por el
lado grotesco. Sin ser exactamente un film de episodios
como los numerosos que se rodarían durante los 60 y 70,
sí que es un retrato bastante deslavazado de los cuatro
protagonistas, aunque integrado en una sola narración:
Alberto Sordi, ya a la cabeza de los grandes cómicos
europeos, es un rígido policía, de estricta moral; Gino
Cervi es un comandante que puede parecer algo adusto
aunque de buen corazón; de Filippo representa a la ley en
permanente vigilancia; y Aldo Fabrizzi encarna al
honesto padre de familia. ■ L.M.C.
GUATEQUE, EL
(The Party), United Artists, EE.UU., 1968, 99 min.
Director: Blake Edwards. Guión: Blake Edwards y Tom y Frank Waldman.
Fotografía: Lucien Ballard. Música: Henry Mancini. Intérpretes: Peter
Sellers, Claudine Longet, Natalia Borisova, Jean Carson, Marge Cham-
pion, Al Checco, Corinne Cole. ****
Peter Sellers era un actor al que había que contener, pero
Blake Edwards no era el hombre adecuado para seme-
jante misión, especialmente en esta película concebida
para que el cómico británico pudiese descansar del ins-
pector Clouseau. A partir de un guión de doce folios,
Edwards y Sellers concibieron una comedia prodigiosa,
enloquecida y original, una controlada apoteosis donde
●

● ●
el gag –en su estado puro– se convierte en el protagonis-
ta, en el verdadero motor narrativo de la acción. Desde la
escena inicial, una divertidísima parodia de Gunga Din,
hasta el clímax final, el espectador asiste al más delirante
catálogo de desastres que imaginarse pueda, provocados
por un atolondrado actor de origen bengalí que acaba de
ser despedido por sabotear sin querer la película que
estaba rodando, una bomba de relojería que por error
recibe una invitación para asistir a una fiesta en una lujo-
sa mansión de Hollywood. A partir de este momento, Ed-
wards saca su arsenal Jacques Tati, tejiendo una enreve-
sada guirnalda de gags en torno a una situación que qui-
zá (por poner un pero a la cinta) se alargue en exceso. Pa-
so a paso, el protagonista –secundado por un camarero
borracho y una cría de elefante– convierte la fiesta en un
apocalipsis (veanse los doce minutos que le lleva dejar
completamente inservible un cuarto de baño), hasta pri-
var a sus anfitriones de la facultad del habla.
El personaje creado por Sellers es la imagen de la ino-
cencia en medio de un mundo para él incomprensible,
poblado de gestos y costumbres que fatalmente ignora,
un inadaptado que parece llegado no ya de otro conti-
nente sino de otro planeta. Como todo clown que se pre-
cie, el actor británico es un payaso triste, un ser margina-
do en su lucha con los objetos, como Lewis y Tati, y un
eterno derrotado en la vida cotidiana, como Chaplin y
Keaton. A su alrededor, el director sitúa una fauna vario-
pinta y anónima, en la que sólo cobra vida propia el ca-
marero borracho, origen de algunos de los mejores “gol-
pes” del filme. Hay momentos muy divertidos, pero, más
que reír con la película, el espectador admira el talento de
sus creadores. Edwards atisbó por una vez en su carrera
la perfección, algo que muy pocos cineastas logran, y
Sellers alcanzó cotas con las que pocos intérpretes pue-
den soñar. Ni uno ni otro volvieron a estar mejor. ■ J.T.
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Guerra feliz, Una | 219
●
GUERRA DE LOS ROSE, LA
(The War of the Roses), Gracie, EE.UU., 1989, 116 min.
Productor: James L. Brooks, Arnon Milchan. Director: Danny DeVito.
Guión: Michael Leeson (basado en la novela de Warren Adler). Fotogra-
fía: Stephen H. Burum. Montaje: Lynzee Klingman, Nicholas C. Smith.
Música: David Newman. Diseño de producción: Ida Random. Dirección
Arttística: Mark Mansbridge. Vestuario: Gloria Gresham. Intérpretes:
Michael Douglas, Kathleen Turner, Danny DeVito, Marianne Sagebrecht,
Sean Astin, Heather Fairfield, G. D. Spradlin, Trenton Teigen. ****
Realizar una película sobre la relación hombre-mujer es
tarea harto difícil que casi siempre se convierte en ten-
denciosa y dogmática, según sea hombre o mujer quien
la realice. La objetividad en este terreno es casi una mi-
sión imposible. El diminuto actor Danny DeVito, cuyas
ambiciones como cineasta van en proporción inversa a su
tamaño físico, quiso lograr esta rarísima objetividad y no
le quedó más remedio que convertir las relaciones matri-
moniales entre una pareja de clase media-alta norteame-
ricana en un desmadrado enfrentamiento a muerte que
se acercaba más a la crónica de sucesos que a la come-
dia negra. Lo loable de DeVito es que adaptó la novela de
Warren Adler intentando meter dos puntos de vista
opuestos a su historia: el sexismo de Douglas contra el
feminismo burgués de Turner. Esta confrontación sola-
mente podía conducir al final explosivo de la cinta, discu-
tible y discutido, pero repleto de coherencia con las in-
tenciones del autor. ■ A.C.
GUERRA DE PAPÁ, LA
José Frade PC, España, 1977, 92 min.
Director: Antonio Mercero. Guión: Horacio Valcárcel, Antonio Mercero
(basado en la novela “El príncipe destronado”, de Miguel Delibes). Foto-
grafía: Manuel Rojas. Intérpretes: Lolo García, Teresa Gimpera, Héctor
Alterio, Rosario García Ortega, Verónica Forqué, Queta Claver. **
La guerra de papá, de 1977, es una comedia de acento
dramático que tiene a Lolo García como principal fuente
de atractivos. Dirigida con garra funcional por el más te-
levisivo que cinematográfico Antonio Mercero, la película
pretende ser un retrato al microscopio de la característi-
ca familia pequeño-burguesa española durante los años
posteriores a la muerte de Franco, todo a través de la
mirada entre ingenua y pícara de un niño. El padre, encar-
nado por los ojos llorosos de Héctor Alterio, pone la nota
ideológica en el asunto al vivir todavía anclado en los aro-
mas de la guerra. Es, por supuesto, el film, basado en la
novela de Delibes “El príncipe destronado”, de fácil com-
prensión, astutamente concebido para, entre la sonrisa y
la lágrima, sacar del espectador sentimientos ligeros,
esos que van directos de la pantalla al corazón sin paso
previo por la testa. Sin reflexión ni profundidad. ■ J.B.C.
GUERRA FELIZ, UNA
(A Merry War), Reino Unido, 1998, 100 min.
Productor: Peter Shaw. Director: Robert Bierman. Guión: Alan Plater
(basado en la novela “Keep the Aspidistra Flying”, de George Orwell).
●
220| Guía para el hombre casado
● ●
Montaje: Bill Wright. Vestuario: James Keast. Intérpretes: Richard E.
Grant, Helena Bonham Carter, Jim Carter, Harriet Waltery. ***
En un estilo cercano al de James Ivory, aunque en un tono
más festivo, Robert Bierman dirigió esta interesante
comedia costumbrista ambientada en el Londres de los
años treinta y basada en la novela “Keep the Aspidistra
Flying”, una de las novelas menos populares de George
Orwell, el autor de “1984” y “Rebelión en la granja”. Las
ansias de libertad de su protagonista son, obviamente,
expresión de las del propio novelista. ■ J.E.
GUÍA PARA EL HOMBRE CASADO
(A Guide for the Married Man), 20th Century-Fox, EE.UU., 1967, 89
min.
Productor: Frank McCarthy. Director: Gene Kelly. Guión: Frank Tarloff.
Fotografía: Joe MacDonald. Montaje: Dorothy Spencer. Música: John
Williams. Dirección Artística: Jack Martin Smith, William Glasgow.
Intérpretes: Walter Matthau, Robert Morse, Inger Stevens, Sue Ane
Langdon, Claire Kelly, Linda Harrison. **
Walter Matthau, que fue descartado para la versión cine-
matográfica de La tentación vive arriba después de inter-
pretarla en Broadway, sufre la tentación en esta confusa
sátira burguesa. Matthau es un inocente casado deseoso
de echar una cana al aire, concretamente con la mujer de
su vecino. Afortunadamente, su mejor amigo, Robert
Morse, es un consumado adúltero, y está más que dis-
puesto a instruirle en el arte de las aventuras extraconyu-
gales, con ejemplos repletos de estrellas como Lucille
Ball, Phil Silvers, Jayne Mansfield y Terry-Thomas. Estas
situaciones –ocasionalmente inventivas– funcionan inter-
mitentemente, pero el conjunto es poco atractivo. Inger
Stevens está bellísima como la esposa de Matthau, y tan
increíblemente perfecta que hace comprensibles las du-
das del aspirante a adúltero. Dirige Gene Kelly, pero no es
algo que se aprecie. Sí se aprecia, en cambio, la gloriosa
galería de apariciones especiales, aunque algunos de los
talentos invitados no tienen más de una frase (Jeffrey
Hunter, Sam Jaffe), otros tienen varias (Sid Caesar, Jack
Benny) y algunos ninguna (Wally Cox, Ben Blue). ■ J.T.
GURÚ, EL
(Holy Man), EE.UU., 1998, 114 min.
Productor: Roger Birnbaum, Stephen Herek. Director: Stephen Herek.
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●
Guión: Tom Schulman. Fotografía: Adrian Biddle. Montaje: Trudy Ship.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: James E. Tocci. Intérpretes:
Eddie Murphy, Jeff Goldblum, Kelly Preston, Robert Loggia, Jon Cryer,
Eric McCormack, Sam Kitchin, Robert Small. **
Un ejecutivo de televisión atropella a una especie de san-
tón al que convierte en una estrella del medio. Eddie
Murphy hace tiempo que ha perdido la gracia, pero sigue
intentando vender sus películas, aunque sea a costa de
perder un poco de protagonismo, rodeándose de buenos
secundarios y con una historia que, en principio, empieza
con un engañoso tono crítico hacia el mundo de la tele-
visión. ■ G.Q.
GURÚ DEL SEXO, EL
(The Guru), Reino Unido-Francia-EE.UU., 2002, 94 min.
Productor: Tim Bevan, Eric Fellner, Michael London. Director: Daisy von
Scherler Mayer. Guión: Tracey Jackson. Fotografía: John de Borman.
Montaje: Bruce Green, Cara Silverman. Música: David Carbonara. Direc-
ción Artística: Mario Ventenilla. Intérpretes: Jimi Mistry, Heather Gra-
ham, Marisa Tomei, Michael McKean, Dash Mihok, Emil Marwa, Christi-
ne Baranski, Ronald Guttman, Malachy McCourt. **
Las ingenuas ganas de triunfo en Broadway de un profe-
sor de baile hindú, convertido en atracción de damas solí-
citas. El choque entre civilizaciones en una comedia que
repasa una serie de ambientes, desde un restaurante tan-
doori hasta los entresijos de un rodaje porno. La referen-
cia a los musicales del llamado “Bollywood” resulta inevi-
table en las andanzas del poco más que simpático Ramu
Gupta. ■ M.Q.
GUSANOS NO LLEVAN BUFANDA, LOS
José Frade, España, 1992, 94 min.
Director: Javier Elorrieta. Guión: Santiago Moncada. Fotografía: Ángel
Luis Fernández. Música: Udi Harpaz. Intérpretes: Clayton Rohner, Cristi-
na Piaget, José Luis López Vázquez, Anthony Perkins, Luis Avalos, Bea-
triz Carvajal, Antonio Fuentes, Valentín Paredes, Roddy McDowall,
Rossy de Palma, Loles León, Quique Camoiras, Lilí Murati. **
Un híbrido muy irregular de comedia, intriga y aventuras
urbanas, cuyo protagonista anda esposado a una maleta
que todo quisque codicia. El reparto incluye las presen-
cias de los malogrados Roddy McDowall y Anthony Per-
kins. ■ J.B.C.
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 H
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HABITACIÓN PARA CUATRO
(Amici miei), Rizzoli Film, Italia, 1975, 109 min.
Productor: carlo Nebiolo. Director: Pietro Germi. Guión: Piero de Ber-
nardi, Leo Benvenuti, Tullio Pinelli, Pietro Germi. Fotografía: Luigi Kuvei-
ller. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Carlo Rustichelli. Dirección
Artística: Lorenzo Baraldi. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Gastone Moschin,
Philippe Noiret, Duilio del Pretre, Adolfo Celi. ****
Obra cumbre del cinismo y el humor negro, más allá de
las anteriores obras de temática social que su director ha-
bía llevado a cabo tan socarrona como brillantemente. En
esta ocasión se centra en cinco amigos que deciden com-
portarse lo peor posible y castigar a los que les rodean
mediante unas bromas, algunas ingenuas, otras crueles,
que les sirven de distracción y, al tiempo, liberación de su
soledad e incapacidad para ser felices. Perozzi, Melandri,
Mascetti, Necchi y Sassaroli no tienen ningún escrúpulo
en engañar a un jubilado fingiendo ser traficantes, en gol-
● ●
●
pear a los viandantes a través de las ventanillas de un tren
en marcha, o en destruir el patrimonio de la ciudad. Todo
si ello satisface su ego de diversión. Comedia anarquista
y despiadada, contiene brillantes alusiones sexuales y
lenguaje descarnado, además de una magistral repre-
sentación del individuo despreciable a cargo de Ugo Tog-
nazzi. Conocería dos secuelas más. ■ L.M.C.
HABITACIÓN PARA DOS
(Strange Bedfellows), EE.UU., 1965, 98 min.
Productor: Melvin Frank, Norman Panama. Director: Melvin Frank.
Guión: Melvin Frank, Michael Pertwee (basado en una historia de Melvin
Frank y Norman Panama). Fotografía: Leo Tover. Montaje: Gene Milford.
Música: Leigh Harline. Dirección Artística: Alexander Golitzen, Joseph
C. Wright. Intérpretes: Rock Hudson, Gina Lollobrigida, Gig Young,
Edward Judd, Howard St. John, Dave King, Peggy Rea. **
Una rudimentaria comedia sentimental, muy del gusto de
los sixties, sobre los enredos en la ciudad de Londres de
un ejecutivo norteamericano (Hudson) y su encantadora
y llamativa costilla italiana (Lollobrigida). ■ J.B.C.
HACKS
EE.UU., 1997, 93 min.
Productor: Jason Clark, Paige Simpson. Director: Gary Rosen. Guión:
Gary Rosen. Fotografía: Ralf D. Bode. Montaje: Mark Fitzgerald. Música:
Anthony Marinelli. Intérpretes: Stephen Rea, Illeana Douglas, John Rit-
ter, Dave Foley, Richard Kind, Dusty Kay, Tom Arnold, Robert Patrick. *
Sátira no particularmente venenosa sobre el show busi-
ness norteamericano, Hacks propone un enredo mayús-
culo a raíz de la crisis creativa de un productor y guionis-
●
222| Hairspray
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ta de televisión, a quien da vida el siempre espléndido
Rea. El reparto incluye a Tom Arnold y Robert Patrick y
cameos de rostros familiares: Ryan O´Neal, Jason Pries-
tley, Olivia D´Abo y Lisa Kudrow. ■ J.B.C.
HAIRSPRAY
New Line, EE.UU., 1988, 90 min.
Productor: Rachel Talalay, Stanley F. Buchthal, John Waters. Director:
John Waters. Guión: John Waters. Fotografía: David Insley. Montaje: Jani-
ce Hampton. Vestuario: Van Smith. Intérpretes: Sonny Bono, Ruth
Brown, Divine, Colleen Fitzpatrick, Michael St. Gerard, Deborah Harry,
Ricki Lake, Leslie Ann Powers, Clayton Prince, Jerry Stiller. ***
El controvertido John Waters saltó a la comercialidad con
este clásico kitsch, volcando su travieso sentido del
humor negro, su aguda observación social y su gran com-
pasión por los marginados de la sociedad en una coloris-
ta y atractiva comedia llena de música, baile y sincera
nostalgia. Ambientada en 1962, este cariñoso homenaje a
las películas adolescentes de serie Z detalla alegremente
los últimos días de la ingenuidad americana, mientras el
país pasa de la complacencia posbélica a la agitación
social masiva. El “Corny Collins Show” es un popular pro-
grama de baile de la televisión de Baltimore. La reina del
programa es la mimada y snob Colleen Fitzpatrick, cuyo
padre, el adinerado snob Sonny Bono, es propietario del
parque de atracciones “Tilted Acres”. La festiva Ricki
Lake, una obesa adolescente de clase obrera, hace una
audición para participar en el programa, en contra de los
deseos de su madre, Divine, y lo consigue gracias a su
sensacional baile. Pero la nueva reina adolescente no tar-
dará en ocasionar problemas cuando exige que el segre-
gacionista programa se abra para incluir a los adolescen-
tes negros de Baltimore. La banda sonora es una delicia
constante, al igual que el ecléctico reparto, que va desde
Deborah Harry hasta Pia Zadora. Desafortunadamente, lo
que debería haber sido una celebración se convirtió en
tristeza cuando el amigo y colaborador de Waters, Divi-
ne, que estaba listo para el estrellato, murió de un ataque
al corazón sólo dos semanas después del estreno de
Hairspray. ■ J.T.
HALF BAKED (MEDIO FLIPADO)
(Half Baked), UIP, EE.UU., 1998, 79 min.
Productor: Robert Simonds, Ira Shuman. Director: Tamra Davis. Guión:
Dave Chappelle, Neal Brennan. Fotografía: Steven Berstein. Montaje:
Don Zimmermann. Música: Alf Clausen. Intérpretes: Dave Chappelle,
Jim Breuer, Guillermo Diaz, Harland Williams, Rachel True. *
Una descabellada comedia al servicio del actor negro
Dave Chappelle, autor asimismo del guión. Las aventuras
y desventuras de un grupo de adictos a la marihuana, en
una propuesta bastante indigesta cuyo título ya indica
suficientemente por dónde van los tiros. Algunos amigos
y conocidos, como Stephen Baldwin, Willie Nelson y Ja-
neane Garofalo, se dieron una vuelta por el rodaje para
hacer sendos cameos. ■ J.E.
● ●
●
HANNAH Y SUS HERMANAS
(Hannah and Her Sisters), Orion, EE.UU., 1986, 106 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de
producción: Stuart Wurtzel. Vestuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes:
Woody Allen, Michael Caine, Mia Farrow, Carrie Fisher, Barbara Hershey,
Lloyd Nolan, Maureen O’Sullivan, Daniel Stern, Max von Sydow, Dianne
Wiest. ****
Filme coral que cruza a Bergman con Chejov envolvién-
dolos en la atmósfera de la burguesía artística e intelec-
tual de Manhattan. El título ofrece una inequívoca refe-
rencia a “Las tres hermanas” del dramaturgo ruso. Han-
nah, Holly y Lee son hijas de un matrimonio de viejos
actores de Broadway. Hannah (Mia Farrow) ha consegui-
do éxito en el teatro, pero cuando tuvo hijos dejó de lado
su carrera, aunque regresa con intermitencias y buenos
papeles (interpretando a Nora en “Casa de muñecas”, de
Ibsen). Holly (Dianne Wiest) está frustrada sentimental-
mente y se considera una actriz fracasada. Acude sin
cesar a castings sin resultado y, cuando conoce a un
atractivo arquitecto que la invita a la ópera, lo pierde en
beneficio de su mejor amiga. Lee (Barbara Hershey) vive
con un pintor mucho mayor que ella (Von Sydow) solita-
rio y amargado, en una relación de dependencia en la que
se intercambian papeles paternofiliales. Hannah intenta
ejercer una función benéfica y conciliadora respecto a los
problemas de la familia. Tiene paciencia con los desvarí-
os seniles de sus padres y ayuda económicamente a Holly
en sus proyectos laborales. Su esposo, el consejero de
inversiones Elliot (M. Caine), se enamora de Lee y ambos
viven un romance durante un año. Su primer marido, Mi-
ckey Sachs (Allen), es un hipocondríaco productor televi-
sivo con problemas existenciales. Al final, durante la cena
de Acción de Gracias, los conflictos se resuelven, incluso
hay un anuncio de una nueva e inesperada paternidad.
Como en todas las películas de Allen después de Annie
Hall, el trabajo con los actores es un prodigio de naturali-
dad. No en vano a Caine y a Wiest les concedieron sen-
dos Oscar a la Interpretación. El reparto se completa con
●

● ●
Lloyd Nolan, Maureen O´Sullivan –madre real de la
Farrow–, Carrie Fisher y una intervención de J. Turturro.
Las referencias cinéfilas, musicales y literarias no son gra-
tuitas. Forman parte del estilo de vida de las gentes retra-
tadas. La afirmación vitalista del personaje de Allen se
produce tras asistir a una película de los hermanos Marx,
se habla de la pintura de Caravaggio, se recita un poema
amoroso de Cummings y se escucha un adaggio de Bach,
junto a los clásicos de la música ligera norteamericana,
presididos por “Bewitched” de Rodgers and Hart. ■ M.Q.
HAPPIEST DAYS OF YOUR LIFE, THE
London, Reino Unido, 1950, 81 min.
Productor: Frank Launder, Sidney Gilliat. Director: Frank Launder.
Guión: Frank Launder, John Dighton (basado en la obra de John Digh-
ton). Fotografía: Stan Pavey. Montaje: Oswald Hafenrichter. Música: Mis-
cha Spoliansky. Dirección Artística: Josef Bato. Intérpretes: Alastair Sim,
Margaret Rutherford, Guy Middleton, Joyce Grenfell, Richard Wattis,
Edward Rigby, Muriel Aked. ***
Casi pueden olerse las cenas escolares en esta maravillo-
sa comedia, adaptada por John Dighton y Frank Launder
sobre la obra del primero y dirigida por el segundo, por
una vez sin su habitual compañero Sidney Gilliat. El esce-
nario de la historia es un instituto para chicos, en el cual,
como resultado de un error del Ministerio de Educación,
se instalan las integrantes de una academia para jóvenes
señoritas. El brillante guión y la dinámica dirección es-
conden el origen teatral; de hecho, el ritmo nunca decae
y los hilarantes incidentes se suceden sin tregua hasta
desembocar en el bullicioso clímax. La película es un
vehículo ideal para Alastair Sim como el agobiado direc-
tor, mientras Margaret Rutheford interpreta admirable-
mente a la apabullante directora y Joyce Grenfell no deja
de arrancar risas como la ansiosa profesora de deportes.
A las excelencias de este trío hay que sumar las notables
contribuciones de John Turnbull, Guy Middleton y Ed-
ward Rigby, así como un trivial toque de romance añadi-
do por John Bentley y Bernadette O’Farrell. Los mejores
momentos incluyen a la formidable Rutheford marchan-
do al frente de una columna de chicas y a la simpar Gren-
fell golpeando el gong de la escuela con el fervor de un
culturista haciendo una prueba para la Rank. ■ J.D.D.
HAPPY TOGETHER
(Cheun gwong tsa sit), Hong Kong, 1997, 96 min.
Productor: Ye-cheng Chan. Director: Kar Wai Wong. Guión: Kar Wai
Wong. Fotografía: Christopher Doyle. Montaje: William Chang, Ming
Lam Wong. Música: Danny Chung, Frank Zappa. Intérpretes: Leslie
Cheung, Tony Leung Chiu Wai, Chen Chang, Gregory Dayton, Shirley
Kwan. ****
Después de darse a conocer entre nosotros con Chunking
Express, Kar Wai Wong trasladó la acción de su siguiente
filme a Argentina, adonde van a parar dos homosexuales
chinos para ver las cataratas de Iguazú. A partir de su
obligada estancia en aquel país, se producen una serie de
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Harold y Maude | 223
●
alejamientos y acercamientos, que pondrán a prueba su
estabilidad sentimental frente a las dificultades de una
vida azarosa. ■ M.Q.
HARDBALL
(Hard Ball), EE.UU., 2001, 109 min.
Productor: Tina Nides, Brian Robbins, Michael Tollin. Director: Brian
Robbins. Guión: John Gatins (basado en el libro “Hardball: A Season in
the Projects”, de Daniel Coyle). Fotografía: Tom Richmond. Montaje:
Ned Bastille. Intérpretes: Keanu Reeves, Diane Lane, John Hawkes,
Bryan Hearne, Julian Griffith, Michael B. Jordan, A. Delon Ellis Jr., Kris-
topher Lofton, Michael Perkins. ***
Conor O´Neill se dedica a las apuestas y a la reventa de
entradas hasta que se mete en un buen lío, del que con-
seguirá salir entrenando a un equipo infantil de béisbol
de un barrio desfavorecido de Chicago. Salvando su recta
final, absolutamente acomodaticia y sensiblera, esta cinta
sorprenderá a más de uno por no ser tan facilona como
su argumento puede dar a entender y porque está muy
bien narrada. ■ G.Q.
HAROLD Y MAUDE
(Harold and Maude), Paramount, EE.UU., 1971, 90 min.
Productor: Charles B. Mulvehill, Colin Higgins. Director: Hal Ashby.
Guión: Colin Higgins. Fotografía: John A. Alonzo. Montaje: William A.
Sawyer, Edward Warschilka. Música: Cat Stevens. Diseño de producción:
Michael Haller. Dirección Artíística: Michael Haller. Vestuario: William
Ware Theiss. Intérpretes: Ruth Gordon, Bud Cort, Vivian Pickles, Cyril
Cusack, Charles Tyner, Ellen Geer, Eric Christmas, G. Wood, Judy Engles,
Shari Summers. ***
Harold y Maude pasó desapercibida cuando se estrenó a
finales de 1971, pero hay muchas cosas recomendables en
esta excéntrica comedia, empezando por las soberbias
interpretaciones de los tres protagonistas. Harold (Cort)
es el hijo de Mrs. Chasen (Pickles), una mujer rica que le
presta poca atención. Sus frecuentes depresiones y falta
de amigos le llevan a escenificar falsos suicidios, ninguno
de los cuales impresiona a su distraída madre. Fascinado
por la muerte y todo su boato, el morboso Harold tiene
un viejo coche fúnebre que lleva a los entierros en varios
cementerios de la ciudad. Allí conoce a la octogenaria
●
224| Harry y Tonto
● ●
Maude (Gordon), una superviviente de un campo de con-
centración que está tan entusiasmada con la vida como
él lo está con la muerte. Ella es un espíritu libre, el opues-
to al solemne Harold. Sin embargo, se hacen grandes
amigos, y Maud le inculca el deseo de vivir, de desplegar
sus alas y disfrutar de su breve estancia en la Tierra. Con
el paso del tiempo, comparten disparatadas aventuras y
su amistad se convierte en amor, para alarma de la madre
de Harold. En su origen, Harold y Maude era un guión de
veinte minutos escrito como tesis de graduación por el
estudiante de UCLA Colin Higgins, cuya casera –esposa
de un productor de cine– le ayudó a convencer a Hal Ash-
by para que la dirigiese. El resultado fue una de las gran-
des películas de culto en los campus universitarios en los
años setenta. Pocas historias han presentado una inter-
pretación tan original de la rebelión juvenil y una aproxi-
mación tan tierna al mundo de la ancianidad. ■ J.D.D.
HARRY Y TONTO
(Harry and Tonto), Fox, EE.UU., 1974, 115 min.
Productor: Paul Mazursky. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul
Mazursky, Josh Greenfeld. Fotografía: Michael Butler. Montaje: Richard
Halsey. Música: Bill Conti. Diseño de producción: Ted Haworth. Vestua-
rio: Albert Wolsky. Intérpretes: Art Carney, Ellen Burstyn, Chief Dan
George, Geraldine Fitzgerald, Larry Hagman, Arthur Hunnicutt, Philip
Bruns, Josh Mostel, Melanie Mayron, Dolly Jonah. ***
Art Carney se apuntó un tanto con la tercera edad –y
ganó un Oscar en el proceso– con esta historia de un
viudo septuagenario que, tras la demolición de su apar-
tamento en Nueva York, se embarca en una odisea a tra-
● ●
●
vés de América con su amado gato Tonto. Con la inten-
ción de visitar a sus hijos por el camino, acaba descar-
tando unos cuantos prejuicios. Paul Mazursky dirige con
ojo perspicaz para los personajes, incluyendo a Ellen
Burstyn como una hija que encuentra a Harry demasiado
encantador, y Larry Hagman como un hijo obligado a
afrontar su propio fracaso. El resultado es una dulce, sen-
timental road movie que cobra fuerza y relevancia gracias
a la emotiva y sutil interpretación de Carney. ■ J.D.D.
HARVARD, MOVIDA AMERICANA
(Soul Man), EE.UU., 1986, 104 min.
Productor: Steve Tisch. Director: Steve Miner. Guión: Carol Black. Foto-
grafía: Jeff Jur. Montaje: David Finfer. Música: Tom Scott. Dirección Artís-
tica: Don Diers, John Krenz Reinhardt Jr. Intérpretes:: C.Thomas Howell,
Rae Down Chong, Arye Gross, Melora Hardin, James Earl Jones, Linda
Hoy, Leslie Nielsen. **
Comedieta juvenil y universitaria con barniz de alegato
antirracista en la que un muchacho de clase alta, para
poder costearse el acceso a la universidad de Harvard
–pues sus padres se niegan a matricularle–, se “disfraza-
rá” de negro para concursar en una beca especial para
gente de color. ■ J.B.C.
HASTA QUE LA LEY NOS SEPARE
(Laws of Attraction), Irlanda-Reino Unido-Alemania, 2004, 90 min.
Productor: David Bergstein, Julie Durk, David T. Friendly, Beau St. Clair,
Marc Turtletaub. Director: Peter Howitt. Guión: Aline Brosh McKenna,
Robert Harling (basado en una historia de McKenna). Fotografía: Adrian
Biddle. Montaje: Tony Lawson. Música: Ed Shearmur. Dirección Artísti-
ca: Susie Cullen. Intérpretess: Pierce Brosnan, Julianne Moore, Michael
Sheen, Parker Posey, Frances Fisher, Nora Dunn. *
Del calco de un modelo de comedia romántica de baja
estofa (las farsas rosadas de Doris Day y Rock Hudson)
puede salir un producto resultón (Abajo el amor), igual
que de las insuperadas comedias de Katharine Hepburn y
Spencer Tracy, concretamente de La costilla de Adán,
puede pergeñarse una fotocopia tan desenfocada, sin
matices ni gracia, como Hasta que la ley nos separe, cate-
dralicio bodrio en el que naufraga hasta Julianne Moore;
en cuanto a Brosnan, mejor correr un tupido velo. Y una
constatación en torno a la guerra de los sexos: aunque
bobísimos los dos, aquí el macho se merienda a la hem-
bra. Cukor habrá pillado un mosqueo de ultratumba de
campeonato. ■ J.B.C.
¿HAS VISTO A MI CHICA?
(Has Anybody Seen My Gal?), Universal, EE.UU., 1952, 88 min.
Productor: Ted Richmond. Director: Douglas Sirk. Guión: Joseph Hoff-
man (basado en una historia de Eleanor H. Porter). Fotografía: Clifford
Stine. Montaje: Russell Schoengarth. Música: Joseph Gershenson.
Dirección Artística: Bernard Herzbrun, Hilyard Brown. Intérpretes: Piper
Laurie, Rock Hudson, Charles Coburn, Gigi Perreau, Lynn Bari, William
Reynolds. ***
●

● ●
Ésta es la primera película que Hudson interpretó a las
órdenes de Sirk, el inicio de una sólida colaboración que
arrojaría interesantes westerns y filmes de aventuras e
imperecederos melodramas como Obsesión o Escrito
sobre el viento. Se trata de una comedia tomada de un
argumento de Eleanor H. Porter cuyo protagonista es un
millonario que quiere dejar su herencia al hijo de la mujer
con la que muchos años atrás estuvo a punto de casarse:
para ello, se hace pasar por un pobre excéntrico y se ins-
tala en la casa del probable heredero y su familia, con la
intención de comprobar si son merecedores de tanta for-
tuna. Sin llegar a constituir las potentes radiografías de la
sociedad norteamericana que son sus títulos de gloria,
Sirk da a luz un cuadro costumbrista bien perfilado y sol-
vente. Ojo a la breve aparición de un todavía desconoci-
do James Dean. ■ J.B.C.
HAY UNA CHICA EN MI SOPA
(There’s a Girl in My Soup), Columbia, EE.UU., 1971, 94 min.
Productor: Mike Frankovich, John Boulting. Director: Roy Boulting.
Guión: Terence Frisby (basado en su obra). Fotografía: Harry Waxman.
Montaje: Martin Charles. Música: Mike D’Abo. Dirección Artística: John
Howell. Intérpretes: Peter Sellers, Goldie Hawn, Tony Britton, Nicky
Henson, John Comer, Diana Dors. **
En esta adaptación de la obra teatral de Terence Frisby
–una comedia romántica tradicional, a pesar de sus cíni-
cos adornos–, Peter Sellers encarna a una estrella de la
televisión y mujeriego profesional que encuentra la
horma de su zapato con una chica inocentemente depra-
vada (Hawn). Roy Boulting dirige sin mucho entusiasmo
la historia, y Sellers, satisfecho con circular plácidamente
con su escasa ración de chistes (actúa con una per-
manente sonrisa de satisfacción que evidentemente pre-
tende sugerir un irresistible encanto), recorre un largo
trecho hasta decidir, demasiado tarde, que el matrimonio
puede ser preferible a una vida de romances de una no-
che. Goldie Hawn está deliciosa como la chica encanta-
dora que, desconcertantemente, contradice sus técnicas
de seducción. Pero ni siquiera ella puede convertir este
pudding en un soufflé. ■ J.D.D.
HAY UN FANTASMA EN MI CAMA
(C´e´ un fantasma nel mio letto), Victory Film/Telecinema 80, Italia-
España, 1980, 94 min.
Director: Claudio de Molinis. Guión: Luis María Delgado, José Ramón
Folgar. Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Montaje: Giorgio Serralonga.
Música: Piero Umiliani. Dirección Artística: Gonzalo Flaño. Intérpretes:
Renzo Montagnani, Lili Carati, Vanessa Hidalgo, Vincenzo Crocciti. ●
Deficiente y descuidado intento de comedia, en torno a una
pareja de recién casados que viaja a Londres de luna de
miel, yendo a parar a un castillo en el cual un obsceno y
desagradable fantasma tiene como única pretensión acos-
tarse con la esposa. Humor grueso, recubierto de pésimo
gusto por los decorados y las pretendidas situaciones có-
micas, con una de las interpretaciones más repulsivas que
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Hechizo de luna | 225
●
se han visto nunca a cargo de Renzo Montagnani, sin duda
un tipo a despreciar en esta (y otras muchas) películas. Para
colmo de males, este típico e insustancial argumento tiene
una conclusión lamentable cuando se descubre que todo lo
sucedido era un sueño del marido al chocar el coche contra
un árbol. Ni siquiera los desnudos de Lili Carati, Vanessa
Hidalgo y Alejandra Grepi levantan el ánimo de este insulto
cinematográfico de destrucción masiva. ■ L.M.C.
HAY UN MUERTO EN MI CAMA
(Sibling Rivalry), EE.UU., 1990, 88 min.
Productor: Liz Glotzer, David V. Lester, Don Miller. Director: Carl Reiner.
Guión: Martha Goldhirsh. Fotografía: Reynaldo Villalobos. Montaje: Bud
Molin. Música: Jack Elliott. Diseño de producción: Jeannine Claudia
Oppewall. Intérpretes: Kirstie Alley, Scott Bakula, Jami Gertz, Ed O’Neill,
Bill Pullman, Sam Elliott, Frances Sternhagen. ***
Estadísticamente, es imposible que todas las comedias
norteamericanas de nuestros días sean malas, como
imposible es que todos los espectadores de un estadio
de fútbol tengan la dentadura en perfecto estado o que
todos los periquitos de una jaula, una vez adiestrados
convenientemente, acaben predispuestos a tirar gracio-
samente de un pequeño carrito. Y echando el ancla en la
película referida en la cabecera de estas líneas, hay que
convenir, agarrando el ejemplo de las líneas anteriores
por las plumas, que es un periquito que avanza el carrito
con cierto garbo, toma de algunos de sus ilustres abuelos
(aves prensoras de belleza descomunal y comedia bur-
bujeante, como ya indica uno de sus nombres: La Cava)
la deliciosa manera de andar, no a trompicones, sin veri-
cuetos falsos, en línea directa –aunque nos fascine a
veces el misterio de una curva precipitándose sobre el
vacío– y articula el berenjenal con los elementos clásicos
de siempre; a saber: actores con carisma de comediantes
(muy bien la Kirstie, que hasta ahora me parecía estoma-
gante), una trama de enredos resuelta por acumulación
de personajes, despropósitos y concentración final y
buen tino a la hora de enhebrar la clásica batalla de los
sexos, benigna y hasta compulsiva en el arte, a menudo
asombrosamente verosímil: ahí está la secuencia en que
la heroína quiere sexo y el marido sólo tiernos sueños; te
la crees, probablemente la has vivido antes. Es, claro, co-
media de efecto inmediato: cuando escribo este folio a-
penas la recuerdo; sé, eso sí, que me divirtió. ■ J.B.C.
HECHIZO DE LUNA
(Moonstruck), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1987, 102 min.
Productor: Patrick Palmer, Norman Jewison. Director: Norman Jewison.
Guión: John Patrick Shanley. Fotografía: David Watkin. Montaje: Lou
Lombardo. Música: Dick Hyman. Diseño de producción: Philip Rosen-
berg. Intérpretes: Cher, Nicolas Cage, Vincent Gardenia, Olympia Duka-
kis, Danny Aiello, Julie Bovasso, John Mahoney, Louis Guss, Feodor Cha-
liapin, Jr., Anita Gillette. ***
John Patrick Shanley ganó el Oscar por el guión de este
filme titulado originalmente Moonstruck, que supo com-
●
226| He matado a Einstein, señores
● ● ●

binar costumbrismo y dosis de locura, entre unos lances muestra de humor checoslovaco, manteniendo un tono
sentimentales ambientados entre los italianos de Bro- cómico absurdo, con momentos ciertamente delirantes
oklyn. Sin embargo, hay que advertir que al trabajo de como el doctor hablando con su padre-niño para que
Shanley, modelo de estructura y cualidades de observa- mate a Einstein, y una silla con un fuerte pegamento del
ción, se le añaden una porción de diálogos escritos por que resulta imposible librarse. La película sólo se estrenó
Julie Bovasso, la actriz que carga con el papel de la tía en España en el desaparecido Festival de Ciencia Ficción
Rita. Loretta Castorini es una viuda joven que comunica a de Madrid de 1984. ■ L.M.C.
su familia que va a casarse con Cosmo, un hombre madu-
ro y rico. Pero éste parte para Italia con el fin de asistir a
su madre declarada moribunda y le deja el encargo de
invitar a la boda a su futuro cuñado, un joven seductor
que trabaja en una panadería. La luna llena en el cielo
establece un influjo sobre todos los componentes de la
historia, y así, Loretta se enamora del cuñado, sorprende
en la ópera la infidelidad de su padre, y Rosa, la madre,
busca consuelo en la comprensiva conversación nocturna
de un profesor. Al final, la luna propicia que las relaciones
se anuden de modo conveniente, en una noche en la que
la magia sustituye a la lucidez.
Hechizo de luna es una comedia amable, en la que la
música adquiere gran importancia. Hay dos canciones,
una antigua de Dean Martin titulada “That´s Amore”, y
otra más actual de Vicki Carr titulada “It Must Be Him”.
Asimismo, la escena más lograda del filme tiene lugar
durante la interpretación del dúo “La Boheme”, de Pucci-
ni, con las voces de Renata Tebaldi y Carlo Borgonzi, que
ya es jugar con ventaja. Las actrices Cher y Olimpia Duka-
kis obtuvieron sendos Oscar por sus interpretaciones de
Loretta y Rosa, ambas perfectas en unos personajes bien
construidos y propicios al lucimiento. El único problema
del filme estriba en la falta de chispa de un director como
Norman Jewison, capaz de interesarse por todos los
géneros, mantener en ellos siempre un nivel aceptable,
pero sin conseguir potenciar la historia a través de una
puesta en escena creativa. Por su parte, John Patrick
Shanley se pasó a la dirección sin demasiada fortuna en
Joe contra el volcán. ■ M.Q. HERE COMES THE GIRLS
Paramount, EE.UU., 1953, 78 min.

Productor: Paul Jones. Director: Claude Binyon. Guión: Edmund L. Hart-

HE MATADO A EINSTEIN, SEÑORES
(Zabil jsem Einsteina, panove), Checoslovaquia, 1970, 90 min.
Director: Oldrich Lipsky. Guión: Milos Macourek, Josef Nesvadba,
Oldrich Lipsky. Intérpretes: Jiri Sovak, Jana Brejchova, Petr Cepek.
****
mann, Hal Kanter (basado en una historia de Edmund L. Hartmann).
Fotografía: Lionel Lindon. Montaje: Arthur P. Schmidt. Música: Ray
Evans, Jay Livingston. Dirección Artística: Roland Anderson, Hal Pereira.
Intérpretes: Bob Hope, Tony Martin, Arlene Dahl, Rosemary Clooney,
Millard Mitchell, William Demarest. **

En un tiempo futuro, las mujeres sufren una serie de
mutaciones radioactivas donde, además de tener barba,
son estériles. Ante esta grave situación, tres doctores son
enviados al pasado con la misión de matar al culpable de
la bomba atómica: el profesor Einstein («aunque ya pues-
tos, también podíamos matar a Hitler», comenta uno de
ellos). Todo parece preparado para que, cuando el cientí-
fico acuda a una recepción, una lámpara caiga sobre su
cabeza y le aplaste. Sin embargo, algo sale mal y resulta
muerto un niño, en realidad padre futuro de uno de los
participantes de la misión, por lo que éste se desvanece
como si no hubiese existido nunca. Finalmente, tras otras
Bob Hope, «el corista más viejo del negocio», se encuen-
tra ante su gran oportunidad al sustituir a la estrella Tony
Martin, a quien un tal “Jack el Acuchillador” amenaza con
matar. La premisa central no está totalmente desarrolla-
da por el director Claude Binyon, pero la ambientación
decimonónica es atractiva, el Technicolor resulta suculen-
to y hay una divertida interpretación del veterano Fred
Clark como un irascible empresario. ■ J.D.D.
HEREDERA DE SINGAPUR, LA
(Pretty Polly), Universal, Reino Unido, 1967, 102 min.

peripecias, será el amor lo que haga que Einstein cambie Productor: George W. George, Frank Granat. Director: Guy Green.
su teoría científica por el manejo del violín. Excelente Guión: Willis Hall, Keith Waterhouse (basado en una historia de Noel

● ● ●

● ●
Coward). Fotografía: Arthur Ibbetson. Montaje: Frank Clarke. Música:
Michel Legrand. Dirección Artística: Peter Mullins. Intérpretes: Hayley
Mills, Trevor Howard, Shashi Kapoor, Brenda de Banzie, Dick Patterson,
Kalen Lui. **
Ésta es la historia de una jovencita (Hayley Mills, la moco-
sa de Tú a Boston y yo a California) que viaja a Asia con
su tía (Brenda de Banzie, la protagonista de El déspota,
de Lean), se enamora del guía euroasiático del tour
(Shashi Kapoor, actor indú habitual en producciones
internacionales: Oriente y Occidente, Sammy y Rosie se lo
montan, etcétera) y se convierte en mujer. Comedia
romántica con un convencional baño de exotismo, inspi-
rada en un texto de Noel Coward, del cual destierra todo
su cinismo el director Guy Green en beneficio de un
vacuo sentimentalismo. ■ J.B.C.
HER HUSBAND’S AFFAIRS
Columbia, EE.UU., 1947, 84 min.
Director: S. Sylban Simon. Guión: Ben Hecht, Charles Lederer. Fotogra-
fía: Charles Lawton, Jr. Montaje: Al Clark. Música: George Dunning.
Dirección Artística: Stephen Goossen, Carl Anderson. Intérpretes: Luci-
lle Ball, Franchot Tone, Edward Everett Horton, Mikhail Rasummy, Gene
Lockhart, Jonathan Hale. ***
El ingenioso equipo de Ben Hecht y Charles Lederer creó
mejores y peores guiones que esta screwball comedy de
título equívoco. Los “asuntos” de los que se habla son en
realidad aventuras empresariales que implican al publici-
tario Franchot Tone, un genio de los eslóganes, aunque al
final es su amante esposa, Lucille Ball (en un anticipo de
su personaje de I Love Lucy), quien acaba llevándose to-
do el mérito. El ritmo del director S. Sylvan Simon es per-
fecto. Pero es Edward Everett Horton quien proporciona
la mayoría de la diversión en esta amable burla de las
agencias de publicidad y de las figuras públicas. ■ J.D.D.
HERMANITO, EL
(The Kid Brother), Lloyd/Paramount, EE.UU., 1927, 82 min.
Productor: Harold Lloyd. Director: Ted Wilde, J. A. Howe. Guión: John
Grey, Lex Neal, Howard Green. Fotografía: Walter Lundin. Montaje: Allen
McNeil. Intérpretes: Harold Lloyd, Jobyna Ralston, Walter James, Leo
Willis, Olin Francis, Frank Lanning. ****
Aunque sus respectivos tipos de humor pertenecen a
galaxias diferentes, hay algo que hermana a Harold Lloyd
y Buster Keaton: la extraordinaria capacidad de pintar
tipos tímidos, insignificantes y pusilánimes que se agi-
gantan ante la adversidad (generalmente una novia que
está a punto de caer en brazos enemigos) y el peligro.
Como Keaton en El héroe del río, Lloyd en El hermanito
demostrará que, cuando las cosas se ponen feas, él es el
más valiente entre mil. Lloyd es aquí el hijo menor y, apa-
rentemente, tonto del sheriff de un pequeño y rústico
pueblo de la América profunda. Un tradicional lío con los
villanos pondrá a prueba el temperamento del muchacho
mediante una sucesión de movidas escenas con un clí-
● ●
Hermanos Marx en el Oeste, Los | 227
●
max final al viejo estilo Griffith: la salvación en el último
minuto. Aunque pertenece a la etapa que muchos consi-
deran de decadencia del cómico, El hermanito compen-
dia lo mejor de la personalidad y talante lloydianos y es
pródiga en gags imaginativos. Fue la película de rodaje
más laborioso en la carrera del actor: nada menos que
ocho meses. Pese a no figurar en los créditos, Milestone,
autor de la histórica Sin novedad en el frente, dirigió algu-
nas escenas. ■ J.B.C.
HERMANO MÁS LISTO
DE SHERLOCK HOLMES, EL
(The Adventure of Sherlock Holmes’ Smarter Brother), EE.UU.-Reino
Unido, 1975, 91 min.
Productor: Richard A. Roth. Director: Gene Wilder. Guión: Gene Wilder.
Fotografía: Gerry Fisher. Montaje: Jim Clark. Música: John Morris. Direc-
ción Artística: Alan Tomkins. Intérpretess: Gene Wilder, Madeline Kahn,
Marty Feldman, Dom DeLuise, Leo McKern, Roy Kinnear. **
El debut en la dirección de Gene Wilder debe mucho a su
mentor Mel Brooks, que con El jovencito Frankenstein y
Sillas de montar calientes dio a las tradicionales parodias
un tratamiento mucho más desenfadado y atrevido. Fue
uno de los creadores de los llamados spoof, en los que no
dejó títere con cabeza a personajes muy populares. Pero
no sólo hizo ésto, sino que creó una cuadra de actores
que, delante y detrás de las cámaras, siguieron sus pasos.
Wilder, que ha sido uno de los alumnos más aplicados, se
lució parodiando en esta comedia los tópicos del famoso
personaje creado por Conan Doyle, inventándose y espe-
culando con un hermano “más listo”. La película tiene de
todo, hay bastante desmadre y posee gags muy diverti-
dos. Y además figuran como actores las mayor parte de
las estrellas de la “cuadra” de Mel Brooks. Pero, aparte de
eso, el capricho puede resultar aburrido. Es demasiado
elemental. ■ J.B.C.
HERMANOS MARX EN EL OESTE, LOS
(Go West), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1940, 79 min.
Productor: Jack Cummings. Director: Edward Buzzell. Guión: Irving Bre-
cher. Fotografía: Leonard Smith. Montaje: Blanche Sewell. Música: Geor-
ge Stoll. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Stan Rogers. Intérpretes:
Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, John Carroll, Diana Lewis, Wal-
ter Woolf King. ***
Notable película por el peso específico de la hermandad,
siempre genial, pero menos estimulante que sus prece-
dentes a pesar de ser uno de los títulos más célebres de
su filmografía. En 1940 los hermanos Marx evidenciaban
ya su descontento con la Metro-Goldwyn-Mayer, produc-
tora que sujetó a conciencia sus excentricidades, lastran-
do ideas, superrealismos y absurdos en aras al equilibrio
moral imperante. En realidad, si Los hermanos Marx en el
Oeste es tan célebre se debe al siempre funcional recur-
so de vestir de pistolero al más pintado, sea Groucho o
sea Pepe Isbert en su antológico sueño de Bienvenido Mr.
Marshall. Ese recurso se sigue manteniendo a través de
●
228| Héroe del río, El
● ●
generaciones. El resto decae algo, aunque, por supuesto,
tiene sus momentos, sus fases y sus delirios, y sigue sien-
do altamente frecuentable. En cualquier caso, al grito de
«¡más madera!» seguiremos acudiendo siempre. ■ J.B.C.
HÉROE DEL RÍO, EL
(Steamboat Bill, Jr.), United Artists, EE.UU., 1928, 65 min.
Productor: Joseph M. Schenck. Director: Charles Riesner. Guión: Carl
Harbaugh. Fotografía: Dev Jennings, Bert Haines. Intérpretes: Buster
Keaton, Ernest Torrance, Tom McGuire, Marion Byron, Tom Lewis.
*****
Después de El héroe del río, Buster Keaton rodó El came-
raman, llegó el cine sonoro y, con él, el punto final de la
edad de oro del cine cómico en general y la del actor en
particular, refractario a la palabra. Como Siete ocasiones
o El maquinista de la General, El héroe del río es una perla
preciosa de la comicidad keatoniana. El actor da vida a
un tipo enclenque y de aspecto afeminado, que llega al
Mississippi, donde su padre, un tipo grandullón, capitanea
una barcaza y no puede creer que esa criatura escuchi-
mizada lleve su misma sangre. Pero, como de costumbre,
Keaton demostrará que en ese cuerpecito hay un gigan-
te, ayudará a su padre en las faenas fluviales y, de paso,
conquistará a la chica, como un cruce entre Mark Twain y
el “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. El tramo
final de la película, una imborrable página de oro del
slapstick, tiene por protagonista a un huracán y contiene
una catarata de gags magistrales, que remata la memo-
rable aparición de un sacerdote. ■ J.B.C.
HÉROES POR CASUALIDAD
(Almost Heroes), EE.UU., 1998, 90 min.
Productor: Denise Di Novi. Director: Christopher Guest. Guión: Mark
Nutter, Tom Wolfe, Boyd Hale. Fotografía: Adam Kimmel, Kenneth Mac-
Millan. Montaje: Ronald Roose. Música: Jeffrey C. J. Vanston. Dirección
Artística: Pat Tagliaferro. Intérpretes: Chris Farley, Matthew Perry, Boke-
em Woodbine, Barry Del Sherman, Robert Tittor, Franklin Cover, David
Packer, Eugene Levy. *
Una comedia del autor de la magnífica Very important
perros, ambientada a principios del siglo XIX, que echa
● ●
●
un sulfúrico vistazo a la mitología de la colonización del
Oeste. Fue la última película del orondo Farley, otra de las
leyendas del televisivo Saturday Night Live, fallecido por
exceso de droga y alcohol en 1997 (el filme, aunque con
fecha de producción de 1998, se rodó a finales de 1996).
■ J.B.C.
HIJO DEL CURA, EL
Izaro Films, España, 1982, 87 min.
Productor: Salvador Ginés. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Alejandro Ulloa. Montaje: Antonio Ramírez. Música:
Gregorio García Segura. Dirección Artística: José Luis del Barco. Intér-
pretes: Fernando Esteso, Antonio Ozores, Juanito Navarro, Mari Carmen
Prendes. **
Uno de los mayores éxitos de la comedia española de ese
año, lo cual quiere decir mucho o poco (según se mire).
Desde luego es la película más célebre de Fernando Este-
so en solitario, hasta el punto de que llegó incluso a pro-
vocar una continuación. En realidad, Ozores transformó
su fórmula de chicas desnudas, palabrotas y situaciones
picantes para convertir su argumento en una comedia
más cercana a su cine de los años 60, con un humor blan-
co y destinada a todos los públicos. El director volvió a
acertar en su propuesta, lo que nos hace preguntarnos si
su nombre no se ha estado mancillando durante años por
una pretenciosa opinión crítica intelectual cuando, para
qué engañarnos, se trata de un creador más que estima-
ble, capaz de conectar con el público a pesar de su cam-
bio de escenario humorístico. Esteso aporta su rostro
cándido (muchos años después nos enteramos por pro-
gramas de cotilleo televisivo que, al parecer, no era tan
inocente como parecía, pero esa es otra historia...) encar-
nando a un cura de pueblo con algunos líos de faldas bas-
tante ingenuos, sobre todo cuando la hija de un comu-
nista ha tenido un niño con un militante de Alianza Popu-
lar y, para que no se entere su padre, culpa de ello al
susodicho sacerdote. También anda por allí Antonio Ozo-
res, con su gracia habitual, como un obispo que, en sus
años mozos, había sido novio de una monja que, para liar
más el asunto, es la actual tía de Esteso. Aunque parezca
increíble, el público asistente en la sala realizaba sonidos
de aprobación/admiración cuando, al final de la historia,
Andrés Pajares realiza un cameo. ■ L.M.C.
HIJO DE ROSTRO PÁLIDO, EL
(Son of Paleface), Paramount, EE.UU., 1952, 95 min.
Productor: Robert L. Welch. Director: Frank Tashlin. Guión: Joseph Qui-
llan, Frank Tashlin, Robert L. Welch. Fotografía: Harry J. Wild. Montaje:
Eda Warren. Música: Jack Brooks, Lyn Murray. Dirección Artística:
Roland Anderson, Hal Pereira. Intérpretes: Bob Hope, Jane Russell, Roy
Rogers, Trigger, Bill Williams, Lloyd Corrigan. ***
Una muy divertida secuela de Rostro pálido, incluso su-
perior al original, concebida como un vehículo a la medi-
da de las fanfarronadas de Bob Hope y la sensualidad de
Jane Russell. Esta vez, Hope interpreta a su propio hijo,
●

● ●
Peter 'Junior' Potter Jr., un graduado de Harvard que se
va al Oeste para reclamar la herencia paterna. Allí se ena-
mora de Mike (Russell), una bandida que canta en un
saloon conocido como “La Sucia Vergüenza”. Tan cobar-
de y fanfarrón como su padre, Hope se une al marshal fe-
deral Roy Barton (Rogers), que sigue los pasos de un la-
drón que ha robado varios cargamentos de oro. Mike se
siente atraída por Roy, pero él preferiría besar a su caba-
llo, así que Peter se lleva a la chica.
La película es una sátira de todos los clichés del wes-
tern, y Hope tiene la oportunidad de disparar frases inge-
niosas mientras la acción incluye revueltas de los indios,
pelotones de linchamiento, pueblos fantasmas, desiertos,
duelos, peleas en el saloon –en otras palabras, todo lo
que John Wayne hizo en serio. Los gags verbales están
muy bien complementados por el disparatado slapstick
visual de Frank Tashlin, un antiguo animador que coreo-
grafía muchas de las secuencias como si fuesen escenas
de un cartoon, para beneficio de la cinta. En el original,
Ray Evans y Jay Livingston escribieron la oscarizada can-
ción “Buttons and Bows” y ahora la recuperan con nuevas
letras, interpretadas por Hope, Rogers y Russell. ■ J.D.D.
HISTORIA DE LO NUESTRO
(The Story of Us), Warner, EE.UU., 1999, 98 min.
Productor: Rob Reiner, Jessie Nelson, Alan Zweibel. Director: Rob Rei-
ner. Guión: Alan Zweibel, Jessie Nelson. Fotografía: Michael Chapman.
Montaje: Alan Edward Bell. Música: Eric Clapton, Marc Shaiman. Vestua-
rio: Shay Cunliffe. Intérpretes: Michelle Pfeiffer, Bruce Willis, Rita Wil-
son, Julie Hagerty, Paul Reiser, Tim Matheson, Colleen Rennison. **
Algo así como una nueva y descafeinada versión de Dos
en la carretera con un matrimonio en crisis (interpretado
por Bruce Willis y Michelle Pfeiffer) haciendo balance de
las diversas fases de su relación. O Reiner intentando
reverdecer su filmografía con otro buceo en el complejo
mundo de la pareja, como en Cuando Harry encontró a
Sally. Willis y Pfeiffer, eso sí, derrochan carisma a tutiplén.
■ J.B.C.
HISTORIA DE UN POBRE HOMBRE
(Romanzo di un giovane povero), Italia-Francia, 1995, 120 min.
Productor: Franco Committeri. Director: Ettore Scola. Guión: Giacomo
Scarpelli, Ettore Scola, Silvia Scola. Fotografía: Franco Di Giacomo. Mon-
taje: Raimondo Crociani. Música: Armando Trovajoli. Vestuario: Enrico
Sabbatini. Intérpretes: Alberto Sordi, Rolando Ravello, André Dussollier,
Isabella Ferrari, Renato De Carmine. ***
El título de esta película resulta engañoso: sería más
exacto hablar de dos pobres hombres que de uno, pues
dos son los protagonistas, uno joven y el otro maduro, y
ninguno de los dos se caracteriza precisamente por la
riqueza, ni material ni espiritual.
El joven, pese a ser licenciado en letras, está en el paro
y vive con su madre, una pensionista de muy precarios
ingresos. En el inmueble vive el otro protagonista, un fun-
cionario jubilado (que podría ser su imagen contemplada
● ●
Historia diferente, Una | 229
●
en el espejo del futuro), tristón y ridículo, harto de su tirá-
nica mujer y enamorado, ni que decir tiene que ingenua-
mente, de una vecinita de buen ver. El caso es que el viejo
se sincerará un día con el joven y le ofrecerá una cantidad
de dinero si le ayuda a deshacerse de su esposa.
Poco después aparecerá el cadáver de la mujer, habrá
investigaciones, falsos culpables y acusaciones, pero en
nada de esto parece centrarse el interés de Scola, que va
por otros derroteros muy estrechamente ligados a la co-
media italiana tradicional. Apropiándonos de la publici-
dad jurásica, podríamos decir que algo ha sobrevivido, al-
go tan grande como los dinosaurios: esa comedia popu-
lar que hinca el diente en el miserable entorno de sus
personajes y de la que es precisamente Scola figura para-
digmática.
Un Scola pisando terrenos conocidos de humor agrio
y nihilista (el Scola de Brutos, sucios y malos) que, si-
guiendo su especialidad (Una jornada particular, La sala
de baile, La familia), sabe reflejar, a partir de minúsculas
historias individuales, la confusión y el caos de la socie-
dad italiana, la crisis de valores de toda una colectividad.
Y siguiendo esa estela de pureza en la comedia italia-
na clásica (comedia trágica y patética, de helar la sonrisa
y helarnos la sangre), Historia de un pobre hombre cuen-
ta con otra institución del género: un portentoso, emi-
nente Alberto Sordi (muy bien acompañado por el joven
Rolando Ravello), un Sordi nuevamente en la plenitud de
sus facultades, capaz con su sola mirada (y un ligero
movimiento de su fino bigote, que aquí le acerca física-
mente a otra leyenda eterna: el inconmensurable Totó) de
transmitir el vacío existencial de toda una vida, extrapo-
lable a todos los de su generación, a los que vivieron (sin
vivir) una posguerra cuya miseria, a tenor de lo que
vemos en la película, aún pervive. ■ J.B.C.
HISTORIA DIFERENTE, UNA
(A Life Less Ordinary), PolyGram, Reino Unido, 1997, 103 min.
Productor: Andrew McDonald. Director: Danny Boyle. Guión: John
Hodge. Fotografía: Brian Tufano. Montaje: Masahiro Hirakubo. Música:
David Arnold. Dirección Artística: Kave Quinn. Intérpretes: Ewan
McGregor, Cameron Diaz, Holly Hunter, Delroy Lindo, Ian Holm, Stan-
ley Tucci. ***
Después de haberse dado a conocer con la excelente
Tumba abierta y arrasar en todo el mundo con Trainspot-
ting, el trío formado por el director Danny Boyle, el pro-
ductor Andrew McDonald y el guionista John Hodge
empezó su aventura americana con esta comedia román-
tica con toques fantásticos que puede verse también
como un homenaje a aquella maravilla del cine fantástico
A vida o muerte, dirigida en 1946 por Michael Powell y
Emeric Pressburger, este último, precisamente, abuelo de
McDonald. A pesar de ello, los personajes que más inte-
resan en esta película no son los ángeles, sino Ewan
McGregor y Cameron Diaz, que desarrollan un enfrenta-
miento que les ha de llevar inevitablemente a la concor-
dia, al estilo de las screwball comedies de la época clási-
ca del cine de Hollywood. ■ M.Q.
●
230| Historia de Filadelfia
● ●
HISTORIAS DE FILADELFIA
(The Philadelphia Story), M-G-M, EE.UU., 1940, 112 min.
Productor: Joseph L. Mankiewicz. Director: George Cukor. Guión:
Donald Odgen Stewart, Waldo Salt (basado en la obra de Philip Barry).
Fotografía: Joseph Ruttenberg. Montaje: Frank Sullivan. Música: Franz
Waxman. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Wade B. Rubottom. Ves-
tuario: Adrian. Intérpretes: Cary Grant, Katharine Hepburn, James Ste-
wart, Ruth Hussey, John Howard, Roland Young, John Halliday, Mary
Nash, Virginia Weidler, Henry Daniell. ****
Historias de Filadelfia, para muchos, y no sin un sólido cri-
terio detrás, es una de las mejores comedias jamás reali-
zadas. Se la puede poner al lado de La fiera de mi niña,
Indiscreta o El apartamento, tres obras maestras no cogi-
das al azar. Historias de Filadelfia, aunque comedido,
tiene un punto de scewball comedy, un cierto desmelene
hawksiano, tiene la sofisticación y elegancia, la serena
suavidad del filme de Donen y, como el de Wilder, es una
incómoda crítica de la sociedad norteamericana. Y con-
cretamente de la alta sociedad, sus bodas, sus fiestas, sus
borracheras, sus abusos. Historias de Filadelfia parte de
una pieza de Philip Barry escrita para la pantalla por uno
de los guionistas más fértiles que ha dado el séptimo
arte, Donald Odgen Stewart, hombre de confianza de
Cukor, que le tuvo en varias de sus mejores obras.
La película, una mezcla de comedia sofisticada y
screwball comedy, enfrenta a Kate, que hace de millona-
ria caprichosa, con tres galanes: su ex marido, que vuelve
a codiciarla (Grant); el hombre con quien se ha de casar
de nuevo (John Howard) y el periodista enviado para
cubrir el evento (James Stewart, que se llevó un Oscar
● ●
●
por su papel). Hasta el final no sabremos con quién se
queda la joven malcriada. Muy bien escrita, pues, muy
bien dialogada y muy bien puesta en el espacio que ab-
sorbe los residuos de las revistas del corazón y los escu-
pe sin piedad sobre un entramado costumbrista elabora-
do a mano, artesanalmente, por el ojo perspicaz y algo
femenino de Cukor.
Cukor no tiene prisa. La película dura hora y tres cuar-
tos y el cineasta se recrea con calma proponiendo una
intensa mirada a los personajes –el trío formado por Hep-
burn, Stewart y Grant– con inolvidables escenas largas
como la de la borrachera nocturna o la consiguiente del
desayuno y la resaca. Salidas al jardín, baños en la pisci-
na y flirteos bajo la glorieta son momentos culminantes
de una comedia alta en todos los sentidos, extraordina-
riamente cosida y protagonizada por unos actores insu-
perables. El punto álgido de la comedia clásica america-
na. ■ J.B.C.
HISTORIAS DE LA PUTA MILI
Motion Pictures, España, 1993, 90 min.
Director: Manuel Esteban. Guión: Juan Potau, Manuel Esteban Marqui-
lles, Enrique Uviedo, El Gran Wyoming (José Miguel Monzón) (basado
en el cómic “Historias de la puta mili” de Ivá). Fotografía: José María
Civit. Música: José Mas “Kitflus”. Intérpretes: Juan Echanove, Agustín
González, Achero Mañas, Marc Martínez, David Gil, José María Cañete,
José Sazatornil “Saza”, Raquel Evans, Jordi Mollá, Carlos Romeu. **
Carlos Suárez había llevado a la pantalla con eficacia los
personajes de Ivà en Makinavaja, el último choriso y
Semos peligrosos, uséase Makinavaja 2. Aquí se intentó
repetir el éxito adaptando otra historieta del malogrado
dibujante, pero les salió un filme sin tripas, descafeinado,
visible solamente por la calidad de los comediantes con-
vocados. ■ J.B.C.
HISTORIAS DE LA RADIO
España, 1955, 95 min.
Director: José Luis Sáenz de Heredia. Guión: José Luis Sáenz de Heredia.
Fotografía: Joseph Ruttenberg. Montaje: Frank Sullivan. Música: Franz
Waxman. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Wade B. Rubottom. Ves-
tuario: Adrian. Intérpretes: Carlos Acevedo, Alicia Altabella, Margarita
Andrey, Rafael Bardem, Francisco Bernal, Xan das Bolas, Félix Briones,
Juan Calvo, Ángel de Andrés. ****
Comedia costumbrista basada en pequeñas historias que
tienen como nexo en común los micrófonos de Radio
Nacional de España. Dinámica, fresca, divertida, repleta
de situaciones surrealistas y con admirables diálogos, no
hay duda de que se trata de una obra personal de su afa-
mado autor (Sáenz de Heredia) financiada a través de su
propia compañía “Chapalo Films”. Cuenta con gloriosos
momentos como el de Pepe Isbert en busca de ganar
dinero para patentar un invento, y, a pesar de su tono
redentor, representa uno de los títulos claves de la come-
dia española. El Círculo de Escritores Cinematográficos
premió el Guión como el Mejor del Año. El gran éxito de
●

● ●
público hizo que el propio director lo intentase de nuevo
con Historias de la televisión (1965), aunque ya con un
tono más convencional. ■ L.M.C.
HISTORIAS DE LA TELEVISIÓN
Hesperia Films, España, 1964, 119 min.
Dirección: Jose Luis Sáenz de Heredia. Productor: Pedro Masó. Guión:
Jose Luis Sáenz de Heredia, Vicente Coello, Pedro Masó. Fotografía: Juan
Mariné. Música: Augusto Algueró. Intérpretes: Concha Velasco, Tony
Leblanc, Alfredo Landa, Jose Luis López Vázquez, Antonio Garisa, José
Calvo, Manuel Alexandre, Francisco Morán, Jose Luis Coll, Gracita Mora-
les, Antonio Ozores. *
Trivial comedia de Jose Luis Sáenz de Heredia, perpetra-
da en 1965 como consecuencia del éxito, años antes, de
la célebre y ya clásica Historias de la radio. Mucha dife-
rencia hay entre una y otra, y eso que el nutrido equipo
de actores que encabeza el producto es absolutamente
irreprochable. ■ J.B.C.
HITCH
Columbia Pictures/Overbrook Ent., EE.UU., 2004, 118 min.
Director: Andy Tennant. Guión: Kevin Bish. Fotografía: Andrew Dunn.
Música: George Fenton. Intérpretes: Will Smith, Eva Mendes, Kevin
James, Amber Valletta, Julie Ann Emery, Robinne Lee, Nathan Lee Gra-
ham, Adam Arkin, Michael Rapaport. *
Vehículo milimétricamente calculado para el lucimiento
cómico-fantarrón de Will Smith, que por algo también se
encarga de la producción. Así, el taquillero actor inter-
preta a un semi-invisible personaje, más mamporrero
(con perdón) que Cupido, que se dedica a “hacer que se
suelten” algunos pardillos urbanitas ante la chica de su
vida, o de su fin de semana. Por suerte, la labia y el morro
de Smith convierten tal personaje no en un temible sosias
del que interpretó en La leyenda de Bagger Vance, sino
en un buscavidas afromediterráneo estilo Celentano o
Tony Leblanc versión blaxploitation. Así, la película ad-
quiere un sano compadreo en su primer trecho, que nos
recuerda a filmes tan entrañables y gallardos como El
knack y cómo conseguirlo o Elígeme, mientras nos descu-
● ●
Hogar, dulce hogar | 231
●
bre el talento cómico bañado en gelatina de Kevin James,
ese John Candy levemente “woodyalleniano”. Lamenta-
blemente, la cosa recula en su segunda mitad, cuando el
cazador queda cazado gracias a una mordedora y embu-
chada Eva Mendes, bastante improbable heroína román-
tica. En fin, un filme-gominola ideal para que los yuppies
lo comenten mientras esperan turno en el carrito de hot
dogs y que, igual que el cine porno, no nos descubre
nada nuevo bajo el sol: labia y jeta para ligar, y timidez y
lírica para el altar. ■ J.C.
HOGAR, DULCE HOGAR
(Room for One More), Warner Brothers, EE.UU., 1952, 97 min.
Productor: Henry Blanke. Director: Norman Taurog. Guión: Jack Rose,
Melville Shavelson. Fotografía: Robert Burks. Montaje: Alan Crosland, Jr.
Música: Max Steiner. Dirección Artística: Douglas Bacon. Intérpretes:
Cary Grant, Betsy Drake, George Winslow, Iris Mann, Clifford Tatum, Jr.,
Lurene Tuttle. ***
Posiblemente, Alexander Archibald Leach, en arte Cary
Grant, nunca hubiera interpretado Hogar, dulce hogar,
una de sus comedias menos memorables, de no haber
contraído matrimonio, tres años antes de su rodaje, con
la coprotagonista del filme, Betsy Drake. Grant, en 1952,
año de producción de la película, era ya una estrella indis-
cutible que había dado al cine títulos tan memorables –y
citaremos, al azar, sólo unos pocos– como La fiera de mi
niña, Luna nueva, Historias de Filadelfia, Sospecha, Arsé-
nico por compasión o Encadenados. ¿Por qué, pues, su
necesidad de protagonizar una comedia basada en un
libro autobiográfico de Anna Perrott Rose, en el que la
autora narraba su experiencia como madre adoptiva de
niños con problemas de adaptación? Grant, que cinco
años atrás había interpretado junto a Betsy Drake la
comedia En busca de marido, pensó que Hogar, dulce
hogar, uno de los muchos guiones que leyó el matrimo-
nio tras firmar un contrato con la Warner para rodar su
●
232| Hoguera de las vanidades, La
● ●
segundo filme juntos, era el vehículo perfecto para que su
tercera esposa demostrara toda su capacidad de actriz y
se convirtiera en una estrella. Para eso escogieron esta
historia, adaptada por Jack Rose y Melville Shavelson
(realizador que dirigiría al actor en Cintia junto a Sofía
Loren, la actriz que provocó el divorcio Grant-Drake), en
la que el actor se reservó el papel de marido que es obje-
to de bromas de los retoños que adopta el matrimonio,
mientras que el peso del filme recaía realmente en Betsy
Drake.
Tras el discreto éxito, justo resultado de los pocos lo-
gros conseguidos por el filme, Grant remontó el vuelo
con una nueva colaboración con Hawks (Me siento re-
juvenecer), continuando una década de los 50 que le lle-
varía a trabajar de nuevo con Hitchcock (Atrapa a un
ladrón, Con la muerte en los talones) y a rodar uno de los
filmes más populares del último tramo de su trayectoria,
Tú y yo. En cuanto a Drake, su carrera como actriz no pro-
gresó en demasía y finalmente se separó del actor en
1962, aunque las desavenencias se habían iniciado cinco
años antes. ■ J.E.
HOGUERA DE LAS VANIDADES, LA
(The Bonfire of the Vanities), Warner, EE.UU., 1990, 125 min.
Productor: Brian De Palma. Director: Brian De Palma. Guión: Michael
Cristofer (basado en la novela de Tom Wolfe). Fotografía: Vilmos Zsig-
mond. Montaje: David Ray, Bill Pankow. Música: Dave Grusin. Dirección
Artística: Richard Sylbert. Intérpretes: Tom Hanks, Bruce Willis, Melanie
Griffith, Kim Cattrall, Morgan Freeman, F. Murray Abraham. **
La adaptación de Brian De Palma del mordaz ataque de
Tom Wolfe contra el estilo de vida de los ricos de Wall
Street y los famosos de Park Avenue es una sátira fallida
(el casting de Tom Hanks y Melanie Griffith no ayudó). Sin
embargo, tampoco es el horrible desastre que la mayoría
de críticas podrían hacer pensar. Y, en cualquier caso,
incluso una película menor de De Palma es mucho más
interesante que las buenas de muchos directores impor-
tantes. La hoguera de las vanidades fue un fracaso en
Estados Unidos y es fácil ver por qué. El libro de Wolfe
sobre los habitantes de la Gran Manzana tiene un alcance
dickensiano y una dinámica fáustica: «¿En qué se benefi-
cia un hombre, si lo gana todo pero pierde su alma?» Su
visión de una olla a presión étnica es irónica y cáustica,
pero imparcial. En la película, la simplificación y la reduc-
ción hacen perder el equilibrio. En una trama de dos
direcciones, vemos al dipsómano periodista Peter Fallow
(Willis) ascender, mientras el adúltero tiburón de Wall
Street Sherman McCoy (Hanks) cae. Fallow es informado
de una noticia: un pobre negro del Bronx es víctima de un
casi fatal atropello y fuga. El coche resulta ser el Merce-
des de McCoy y los chacales atacan. El resto de la histo-
ria tiene poco ritmo o fuerza, aunque desde un punto de
vista técnico es una maravilla –la inicial toma continua de
cuatro minutos, por ejemplo–, y ahora que el deslum-
brante foco de los medios se ha apagado, sus sutiles
valores de entretenimiento pueden brillar gloriosamente.
■ J.D.D.
● ●
●
¡HOLA PRIMO!
(Salut Cousin!), Iba/La Sept Cinéma/Artémis, Francia-Argelia-Bélgi-
ca, 1996, 103 min.
Productor: Jacques Bidou. Director: Merzak Allouache. Guión: Merzak
Allouache. Fotografía: Pierre Aïm. Montaje: Denise de Casabianca. Músi-
ca: Safy Boutella. Vestuario: Anne Schotte. Intérpretes: Gad Elmaleh,
Mess Hattou, Magaly Berdy, Ann Gisel Glass. ***
Ésta es la historia de un joven argelino que llega a París,
se aloja en la casa de su primo –que ya se siente francés
de pura cepa, en tanto que parisino de segunda genera-
ción– y deambula durante varios días por la capital fran-
cesa, descubriendo la marginación en que viven los emi-
grados y las dificultades para poder mantenerse en un
medio tan hostil. Merzak Allouache, argelino exiliado en
Francia desde hace más de diez años y ya con algunos
prestigiosos largometrajes –argelinos y franceses– a sus
espaldas, se acerca a tan áspera realidad mediante un
tono de comedia costumbrista y cotidiano (similar al de
Mehdi Charef en la notable El té del harén de Arquíme-
des), aunque bajo su manto de humor ligero late una pro-
funda, severa reflexión sobre el choque de culturas y el
problema de la integración en la sociedad contemporá-
nea. Una obra, pues, tan útil y necesaria como el Saïd de
Llorenç Soler, por poner un ejemplo local. ■ J.B.C.
HOLLYWOOD AL DESNUDO
(What Price Hollywood?), RKO, EE.UU., 1932, 87 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: George Cukor. Guión: Gene
Fowler, Rowland Brown, Jane Murfin, Ben Markson (basado en una his-
toria de Adela Rogers St. John). Fotografía: Charles Rosher. Montaje: Jack
Kitchen. Música: Max Steiner. Dirección Artística: Carroll Clark. Intér-
pretes:: Constance Bennett, Lowell Sherman, Neil Hamilton, Gregory
Ratoff, Brooks Benedict. ****
El primer gran éxito de George Cukor –esta película se
inspira en un argumento de Adela Rogers St. John–
describe el ascenso a estrella de cine de una humilde
camarera y retrata sin piedad, conjugando comedia sofis-
ticada con melodrama, el mundillo de la fábrica de sue-
ños. El productor David O. Selznick retomó el argumento
cinco años más tarde para alumbrar Ha nacido una estre-
lla, de William A. Wellman, de la que el propio Cukor rea-
lizaría un soberbio remake musical en 1954, con Judy
Garland en el papel de su vida. También en la línea de lo
memorable se mueven en Hollywood al desnudo la pro-
tagonista, Constance Bennett –hermana mayor de Joan
Bennett– y el hoy olvidado Lowell Sherman, actor de
Broadway lanzado a la pantalla por Griffith –y años más
tarde realizador–, que encarna a un director de cine alco-
hólico. ■ J.B.C.
HOMBRE CON DOS CEREBROS, EL
(The Man with Two Brains), Aspen, EE.UU., 1983, 93 min.
Productor: David V. Picker, William E. McEuen. Director: Carl Reiner.
Guión: Carl Reiner, Steve Martin, George Gipe. Fotografía: Michael
Chapman. Montaje: Bud Molin. Música: Joel Goldsmith. Diseño de pro-
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 Hombre mosca, El | 233
● ● ●

ducción: Polly Platt. Dirección Artística: Mark Mansbridge. Vestuario:

Kevin Brennan. Intérpretes: Steve Martin, Kathleen Turner, David War-
ner, Paul Benedict, Richard Brestoff, James Cromwell, George Furth,
Peter Hobbs, Earl Boen, Bernie Hern. ***

Ha habido películas más logradas de Steve Martin (Clien-

te muerto no paga, Roxanne), pero éste sigue siendo su
mejor momento: una inventiva comedia que contiene
más risas que su última media docena de filmes juntos.
Interpretado por Martin con la mezcla de cinismo y locu-
ra que le hace un cercano sucesor de Jerry Lewis, el bri-
llante neurocirujano Dr. Hfuhruhurr se enfrenta con una
malvada coleccionista de maridos (deliciosamente mal-
vada Kathleen Turner, que parodia la imagen de mujer
fatal que estableció en Fuego en el cuerpo), mientras
tiene un romance con el cerebro parlante de su esposa
muerta (con la voz de Sissy Spacek), convenientemente
conservado en una vasija de fluido púrpura. También apa-
recen el demente “Asesino del Ascensor”, que resulta ser
un famoso presentador de televisión, el aún más chalado
Dr. Necessiter (David Warner, implantando cerebros
humanos a gorilas) y un apartamento con un interior tan
grande como el castillo de Frankenstein. El hombre con
dos cerebros es una película irregular, a veces hilarante, a
veces floja, mejor cuanto más extravagante –como cuan-
do Hfuhruhurr y su amado cerebro se dan su primer beso,
o cuando Martin refleja los efectos de una prolongada
abstinencia sexual–, pero contiene un desconcertante
muestrario de ropa interior adornando a Kathleen Turner
que haría sudar a un muerto. ■ J.T. dred Davis, Bill Strother, Noah Young, Westcott B. Clarke, Mickey
Daniels. *****

HOMBRE FENÓMENO, UN Lloyd compuso un personaje ingenioso, listo y capaz de

(Wonder Man), EE.UU., 1945, 98 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: H. Bruce Humberstone. Guión:
Don Hartman, Melville Shavelson, Philip Rapp (basado en una historia
de Arthur Sheekman). Fotografía: Victor Milner, William E. Snyder. Mon-
taje: Daniel Mandell. Música: David Rose. Dirección Artística: Ernst
Fegté. Intérpretes:: Danny Kaye, Virginia Mayo, Vera-Ellen, Donald
Woods, S.Z. Sakall, Allen Jenkins, Edward Brophy. **
Entre la película de gangsters y el espectáculo musical,
un vehículo al servicio del cómico Danny Kaye, en el
personaje de un estudiante al que se le aparece el fan-
tasma de su hermano gemelo para pedirle que ocupe su
lugar como cantante en el club nocturno donde actuaba
y vengue su muerte. Un hombre fenómeno supuso el
debut cinematográfico de la bailarina Vera-Ellen, mien-
tras que la estrábica y explosiva Virginia Mayo se asegu-
raba el puesto de partenaire habitual de Kaye. Amantes
del cine cómico, aquí en clave musical y con toques de
thriller. ■ LL.B.M.
HOMBRE MOSCA, EL
(Safety Last), Roach, EE.UU., 1923, 77 min.
Director: Fred Newmeyer, Sam Taylor. Guión: Hal Roach, Sam Taylor,
Tim Whelan, H. M. Walker. Fotografía: Walter Lundin. Montaje: Thomas
J. Crizer. Dirección Artística: Fred Guiol. Intérpretes: Harold Lloyd, Mil-
salirse con lógica de las situaciones más apuradas, en las
antípodas de Chaplin y mucho más cercano a Keaton. Sus
gafas de concha, su rostro completamente afeitado (en
contraste con la mayoría de cómicos de los años 10,
época en que comenzó sus cortometrajes) le dieron una
personalidad completamente diferenciada. Su personaje
era un hombre normal y corriente, típicamente america-
no, de aspecto y acciones deportivos, sanote, atlético,
noble y sobre todo un experto en resolver de forma sim-
ple las situaciones más complicadas. Sus filmes eran gags
puros en el sentido tradicional del cine mudo, inespera-
dos y llenos de ingenio. Lloyd era un actor que basaba su
humor en los gestos, en su personalidad y en las situa-
ciones. Cuando vino el sonoro no supo asimilarlo (Keaton
también fue destruído y a Chaplin le costó lo suyo acep-
tarlo), y aunque realizó algunos intentos de regresar al
cine (el último fue de la mano de Sturges) se demostró
que su época ya había pasado.
El hombre mosca fue su cuarto largometraje, después
de una larga carrera iniciada en 1914, y contiene la famo-
sa ascensión a la fachada de un edificio, con Lloyd colga-
do de las agujas de un enorme reloj. Es tal vez una de sus
películas más famosas y una de las más fieles a la perso-
nalidad de Lloyd, un auténtico triunfador que consigue lo
más difícil todavía para ganar a su chica y triunfar en la
sociedad. El filme es una divertida parodia del mundo de

● ● ●
234| Hombre que susurraba a los caballos, El
● ●
la publicidad y de la sociedad del éxito de los años 20 y
Lloyd, entonces con 30 años, demostró estar en plena
forma. A excepción de un par de ocasiones, no permitió
que le doblaran en ninguna de las secuencias peligrosas
que, contrariamente a lo que se cree, no fueron rodadas
en sobreimpresión. Lo más meritorio de Lloyd es que,
como consecuencia de una explosión al manipular un
artefacto, acababa de perder dos dedos de la mano dere-
cha. Durante el resto de su vida tuvo que actuar con un
guante especial para ocultarlo. Pero no le importó. ■ A.C.
HOMBRE QUE SUSURRABA A LOS
CABALLOS, EL
(The Horse Whisperer), Touchstone Pictures, EE.UU., 1998, 164 min.
Productor: Robert Redford, Patrick Markey. Director: Robert Redford.
Guión: Eric Roth, Richard LaGravenese (basado en la novela de Richard
Evans). Fotografía: Robert Richardson. Montaje: Tom Rolf, Freeman
Davies, Jr., Hank Corwin. Música: Thomas Newman. Diseño de produc-
ción: Jon Hutman. Dirección Artística: W. Steven Graham. Vestuario:
Judy Ruskin. Intérpretes: Robert Redford, Kristina Scott Thomas, Sam
Neill, Dianne Wiest, Scarlett Johansson, Chris Cooper, Cherry Jones,
Catherine Bosworth, Don Edwards, Ty Hillman. ***
La novela de Nicholas Evans “The horse Whisperer”, un
éxito de ventas, contenía todos los elementos propios
para el lucimiento de Redford como atractivo actor
maduro y sólido director avalado por su Oscar por Gente
corriente y su nominación por Quiz Show. La adaptación
que han efectuado Eric Roth y Richard LaGravanese
–este último guionista de Los puentes de Madison– ha
seguido las pautas de Redford como productor, patentes
en el desarrollo de una historia romántica que contrapo-
ne a una neoyorquina abrumada y a un sanador de caba-
llos de Montana. El filme resulta voluntariamente esque-
mático, un tanto relamido, esteticista, y los tipos huma-
nos, positivos, en un ambiente idílico. Se nota que está
rodado para gustar. Pero ello no impide que valoremos el
carisma de sus protagonistas y la puesta en escena sabia
y efectiva. ■ M.Q.
HOMBRE QUE VENDIÓ SU ALMA, EL
(The Devil and Daniel Webster), EE.UU., 1941, 107 min.
Productor: William Dieterle. Director: William Dieterle. Guión: Stephen
Vincent Benet, Dan Totheroh (basado en una historia de Stephen Vin-
cent Benet). Fotografía: Joseph H. August. Montaje: Robert Wise. Músi-
ca: Bernard Herrmann. Dirección Artística: Van Nest Polglase. Vestuario:
Edward Stevenson. Intérpretes: Edward Arnold, Walter Huston, Jane
Darwell, Simone Simon, Gene Lockhart, John Qualen, H.B. Warner,
Frank Conlan. ***
Una buena ocasión para descubrir o revisar esta esplén-
dida comedia del alemán Dieterle, con Walter Huston
(candidato al Oscar) en el papel de diablo y Edward
Arnold –el obeso y avieso ricachón de las películas de
Capra– en el de víctima. La partitura de Bernard Herr-
mann obtuvo el Oscar. Para amantes de la comedia clási-
ca. ■ LL.B.M.
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HOMBRE QUE VIAJABA DESPACITO, EL
España, 1957, 85 min.
Director: Joaquín Luis Romero Marchent. Guión: Miguel Gila, Joaquín
Luis Romero Marchent (basado en una historia de Fernando Sánchez
Cobos). Fotografía: Godofredo Pacheco. Montaje: Bienvenida Sanz.
Música: Jesús Franco, Enrique Pinilla. Dirección Artística: Teddy Villalba.
Intérpretes: Miguel Gila, Licia Calderón, Julio Riscal, Roberto Camardiel,
Francisco Bernal, Josefina Serratosa. ***
Precursor del spaghetti-western con sus adaptaciones de
"El Coyote", Joaquín Romero Marchent dirigió en los ini-
cios de su carrera esta comedia de escasa difusión en su
momento y que ofrece cierta curiosidad. La historia des-
cribe los avatares de un soldado que ansía obtener un
permiso para poder trasladarse a su pueblo y conocer a
su hijo recién nacido. Reservada a fans de Miguel Gila e
interesados en la comedia española de la época autár-
quica. ■ LL.B.M.
HOMBRES, HOMBRES...
(Manner), Filmverlag Autoren/Olga Film, Alemania, 1986, 98 min.
Productor: Harald Kluger. Director: Doris Dörrie. Guión: Doris Dörrie.
Fotografía: Helge Weindler. Montaje: Raimund Barthelmes. Música:
Klaus Bantzer. Intérpretes: Heiner Lauterbach, Uwe Ochsenknecht, Ulri-
ke Kriener. **
La diferencia entre una comedia de un país del Este de
Europa y de cualquier otro sitio consiste en que, casi
siempre, las primeras no parecen comedias. Son diálogos
tan fríos como sus temperaturas, que se sustentan en
secuencias alargadas hasta la extenuación y donde los
personajes no pueden evitar contarnos una serie de pro-
blemas que, la verdad, no nos interesan en absoluto. Ante
esta realidad, incomprensiblemente, Doris Dörrie fue to-
mada como un extraño referente de salvadora de la hu-
manidad cinematográfica con esta farsa, que en Madrid
tuvo un éxito arrollador permaneciendo casi un año en el
cine Alphaville.
Todo ello para contar cómo un ejecutivo que descubre
que su mujer le es infiel se hace amigo del amante, cam-
biando sus roles respectivos. Pues bien, esta trama que,
enunciada, puede parecer divertida, sólo ofrece cancha
para unas cuantas escenas más o menos curiosas como
el test para ejecutivos (que no deben subirse a sillas ni
hacer gorros de papel) o los exagerados gestos del mari-
do cuando el amante le habla de las relaciones con su
esposa. Lo demás es sintomático del subgénero que,
podríamos denominar, “comedia sin gracia”. Doris Dörrie
haría cosas peores. ■ L.M.C.
HOMBRE TRANQUILO, EL
(The Quiet Man) Argosy Pictures-Republic, EE.UU., 1952, 129 min.
Productor: John Ford, Merian C. Cooper. Director: John Ford. Guión:
Frank S. Nugget. Fotografía: Winton C. Hoch. Montaje: Jack Murray.
Música: Victor Young. Dirección Artística: Frank Hotaling. Intérpretes:
John Wayne, Maureen O’Hara, Barry Fitzgerald, Victor McLaglen, Mil-
dred Natwick, Ward Bond. *****
●

● ●
La divina comedia del Hollywood clásico, que sostienen
ingenios universales como Ernst Lubitsch, Mitchel Leisen,
Billy Wilder y más cultivadores constantes, tuvo también
francotiradores ocasionales de lujo, como John Ford, que
adornó su colección de westerns, melodramas y películas
de aventuras con dos o tres buenas comedias, y una, El
hombre tranquilo, del ramillete de las geniales. Hoy
puede sorprender el dato, pero durante bastantes años
esta película fue considerada como una “obra menor” en
la grandiosa filmografía fordiana, y sólo cuando Pappy
dio por finalizado el último capítulo de su vida y su nom-
bre había pasado a convertirse en leyenda, las nuevas
generaciones descubrieron que bajo la aparente sencillez
de esta hermosa comedia se escondía una joya de incal-
culable valor. Una versión idealizada de una Irlanda deli-
ciosa observada desde el punto de vista de un america-
no. Con esa premisa como punto de partida, Ford abordó
El hombre tranquilo, su filme más biográfico y personal, y
a partir de una anécdota encantadora plasmó su forma
de entender la vida. El resultado: un canto a la relación
del hombre con la naturaleza, un lírico y nostálgico home-
naje a sus raíces, su “paraíso perdido”.
Inisfree es un lugar idílico forjado en los sueños de un
hombre que siempre se consideró irlandés, no en vano la
leyenda (y hay que creer siempre en la leyenda, como nos
enseñó el propio director) cuenta que Ford no nació en
Cape Elizabeth, Estado de Maine, sino en la costa irlande-
sa de Galway. Para él, ser irlandés no era una simple cues-
tión de pasaporte, era una forma de entender la vida, una
cultura en sí misma, y eso se nota en la cinta. Véase co-
mo, desde las primeras escenas, los verdes paisajes gaé-
licos se apoderan de la pantalla, y unos colores suaves,
más propios de un sueño, impregnan de un aura mágica
cada plano de la cinta. Toda la belleza visual de los pra-
dos, campiñas y corrientes de agua de los contornos de
Cong está ahí. En este clima sentimental y nostálgico,
donde poesía y humor se dan la mano de forma magis-
tral, Ford logró algunos de los momentos más anto-
lógicos de su obra. Cómo olvidar la inolvidable aparición
de Mary Kate ante los alucinados ojos de Sean, una de las
más líricas representaciones del “amor a primera vista”. O
la bellísima escena nocturna del cementerio, cargada de
un sano erotismo y remarcada por la embrujadora violen-
cia de los elementos (el viento y la lluvia dibujan un ma-
rco sensual y cautivador para el apasionado beso entre
los dos enamorados). Y tan afortunadas como las esce-
nas románticas son los numerosos y memorables gags
que inundan el filme: el caballo del borrachín Michaeleen,
que se detiene cada vez que pasa ante una taberna, el
viejo moribundo que salta de la cama para ver el espe-
rado combate final... En cada plano, en cada secuencia,
fluye la evidencia de que El hombre tranquilo es una en-
trañable comedia que refleja la nostalgia que el director
sentía por su tierra natal.
Ford llenó la película de personajes maravillosos, este-
reotipos irlandeses (incluyendo la inevitable legión de cu-
ras adorables) más artificiosos que reales. Pero es preci-
samente a través de estos personajes y situaciones tan
familiares como la cinta adquiere esa cualidad de cuento
● ●
Hombre vestido de blanco, El | 235
●
de hadas que la aparta completamente del mundo real.
En la Irlanda de Pappy no hay problemas sociales (aun-
que se hace una referencia pasajera al IRA). Las mujeres
son virginales y el matón del pueblo tiene en realidad un
gran corazón. Si el mundo no es así en la realidad, parece
estar diciéndonos Ford, al menos permitámonos el lujo
de fingir durante dos horas que sí lo es. Recordar que to-
das las interpretaciones son de primerísima categoría,
que la fotografía de Winton C. Hoch es asombrosa y que
la fastuosa banda sonora de Victor Young se nos queda
rondando en la cabeza mucho después del final de la pe-
lícula es sólo subrayar la alta calidad artística del produc-
to. En honor a la verdad hay que reconocer que el tipo
que se presentó a sí mismo en público con un seco y cla-
rificador «Me llamo John Ford y hago películas del Oes-
te» mentía ligeramente sobre sus señas de identidad. En
realidad se llamaba Sean Aloysius O'Feeney, y hacía algo
más que westerns, hacía las películas más emocionantes,
poéticas, vibrantes, divertidas, vitalistas y épicas de la
historia del cine. El hombre tranquilo es la prueba. ■ J.T.
HOMBRE VESTIDO DE BLANCO, EL
(The Man in the White Suit), Ealing, Reino Unido, 1951, 85 min.
Productor: Michael Balcon. Director: Alexander Mackendrick. Guión:
Roger MacDougall, John Dighton, Alexander Mackendrick (basado en la
obra de Roger MacDougall). Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje:
Bernard Gribble. Música: Benjamin Frankel. Dirección Artística: Jim
Morahan. Vestuario: Anthony Mendleson. In
ntérpretes: Alec Guinness,
Joan Greenwood, Cecil Parker, Michael Gough, Ernest Thesiger, Howard
Marion-Crawford, Duncan Lamont, Henry Mollison, Vida Hope, Patric
Doonan. ****
El hombre vestido de blanco, además de ofrecer un hu-
mor consistente y escenas a menudo hilarantes, es otro
tour de force interpretativo de Alec Guinness. En esta afi-
lada comedia satírica, el impresionante actor da vida a
Sidney Stratton, un excéntrico inventor al que todos to-
man por loco excepto Daphne Birnley (Greenwood), hija
●
236| Hombre vestido de blanco, El
● ●
de un magnate textil (Parker). Stratton se las ingenia
para tener acceso al laboratorio de Birnley, y allí fabrica
un material que nunca se desgasta y nunca se ensucia,
incurriendo de este modo en la ira de la dirección y del
sindicato, satíricamente retratados como uña y carne en
su conservadora dependencia de las prácticas restricti-
vas. La codicia capitalista, los celos profesionales, el es-
pectro del desempleo y el miedo al progreso son sólo al-
gunos de los provocadores temas explorados en esta a-
filada sátira que desdeña la acostumbrada fantasía de la
Ealing. Alec Guinness está maravillosamente ingenuo
como el cerebrito cuya tela indestructible une a la indus-
tria textil en su contra, mientras Joan Greenwood, con
sus llamativos ojos y su voz única, brilla en la piel de la
● ●
●
fogosa hija del empresario textil. También brindan un
gran apoyo el fiable Cecil Parker y, en el lado proletario,
la sólida Vida Hope y la adorable Edie Martin. Mención
especial merece Ernest Thesiger, genial como el viejo
buitre industrial que sentencia el destino de Sidney por
el bien del negocio.
Además de las risas, El hombre vestido de blanco tam-
bién lanza una acusación a los despiadados y manipula-
dores métodos de los hombres de negocios, y es una lás-
tima que Alexander Mackendrick no pudiera llevar los
aspectos más oscuros del tema (eminentemente presen-
tes en Thesiger) a su conclusión lógica. Pero hay sufi-
cientes ecos de Kafka en la película para elevarla por
encima de los rieles de las comedias del estudio. ■ J.D.D.
●

● ●
HOME MOVIES
SLC, EE.UU., 1979, 90 min.
Productor: Brian De Palma, Jack Temchin, Gil Adler. Director: Brian De
Palma. Guión: Robert Harders, Gloria Norris, Kim Ambler, Dana Edel-
man, Stephen Le May, Charles Loventhal. Fotografía: James L. Carter.
Montaje: Corky Ohara. Música: Pino Donaggio. Dirección Artística: Tom
Surgal. Intérpretes:: Kirk Douglas, Nancy Allen, Keith Gordon, Gerrit
Graham, Vincent Gardenia. **
Raro experimento del maestro De Palma entre La furia y
Vestida para matar con el protagonista de la primera
(Douglas) y actores de la segunda (Allen, Gordon) y que
vendría a ser algo así como una insensata mixtura de El
discreto encanto de la burguesía, Vive como quieras y
Loquilandia. Una autoconsciente chaladura. ■ J.B.C.
HOMO EROTICUS
(Homo eroticus), Jacques Roitfeld/Atlántica Cinematográfica, Italia-
Francia, 1971, 115 min.
Productor: Marco Vicario. Director: Marco Vicario. Guión: Mario Vicario,
Piero Chiara. Fotografía: Tonino Delli Colli. Montaje: Sergio Montanari.
Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Flavio Mogherini. Intér-
pretes:: Lando Buzzanca, Sylva Koscina, Rossana Podesta, Ira de Fursten-
berg. **
La simpática peripecia de un paleto con tremenda virili-
dad que causa furor entre un montón de señoras impo-
nentes es la simple premisa con la que fabricar una pelí-
cula algo convencional pero con enredos bastante diver-
tidos. Ciertamente, muchas de estas ideas, situaciones y
personajes fueron copiados por el cine español de la
época y reciclados convenientemente, lo que sucede es
que ni el estilo era el mismo ni, lo más importante, la cen-
sura española permitía que saliesen tantas chicas despe-
lotadas. Homo eroticus es una cínica muestra de contras-
te entre distintas clases sociales, donde el primitivo
Buzzanca se muestra imparable como máquina sexual.
Destaca sobremanera su irónica y pegadiza banda sono-
ra. ■ L.M.C.
HORACIO Y EL BAILÓN
DE DON FULGENCIO
(Qua la mano), Filmauro, Italia, 1979, 130 min.
Productor: Luigi y Aurelio De Laurentiis. Director: Pasquale Festa Cam-
panile. Guión: Ottavio Jemma, Enrico Oldoini. Fotografía: Giancarlo
Ferrando. Montaje: Alberto Galliti. Música: Mariano Detto. Dirección
Artística: Enrico Fiorentini, Enrico Tovaglieri. Intérpretes: Adriano
Celentano, Enrico Montesano, Lili Carati, Renzo Montagnani. **
Extraña película, dividida en dos historias, que, en reali-
dad, parece como si estuviese destinada a ser sólo una y,
después, por falta de metraje, hubiesen tenido que añadir
la segunda. Dos de los cómicos de moda en el país, Mon-
tesano y Celentano, son las máximas estrellas de la fun-
ción, ambos con la Iglesia como fondo ambiental de los
argumentos: en el primero, Horacio, un conductor de ca-
ballos en Roma, cuenta una rocambolesca historia que
● ●
Hotel de los fantasmas, El | 237
●
nadie cree consistente en que es amigo del Papa ya que,
cuando éste era cardenal, su madre se olvidó un pen-
diente en su carro; la segunda tiene como protagonista a
Celentano, un cura de pueblo que todos los sábados le
entra la fiebre “travoltana” y, de incógnito, se convierte en
un bailón de discoteca. Se ve sin mucha pasión, pero tam-
bién sin sentir desprecio de uno mismo después de
haberlo hecho, lo que, con tanto Alvaro Vitali suelto por
ahí, se acaba agradeciendo. ■ L.M.C.
HORROR STORY
España, 1972, 84 min.
Director: Manuel Esteba. Guión: Manuel Esteba, Armando Matías Guiu.
Fotografía: Antonio Millán. Montaje: Emilio Rodríguez. Música: Josep
María Bardagí. Intérpretes: Francisco Calatrava, Manuel Calatrava, Silvia
Solar, Miguel de la Riva, Marta Flores, Manuel Gas, Marta May. ●
Nunca un título ha definido mejor lo que puede esperar-
se de lo que hay detrás: un vehículo (sin gasolina y falto
de alguna rueda) al servicio del dúo cómico-canoro Her-
manos Calatrava, empeñados en parodiar el cine de
terror con una historia que incluso pretende ser de intri-
ga y espionaje. Obviable. ■ LL.B.M.
HOTEL DE LOS FANTASMAS, EL
(High Spirits), Vision/Palace, Reino Unido-EE.UU., 1988, 97 min.
Productor: Stephen Woolley, David Saunders. Director: Neil Jordan.
Guión: Neil Jordan. Fotografía: Alex Thomson. Montaje: Michael Brad-
sell. Música: George Fenton. Dirección Artística: Anton Furst. Intérpre-
tes: Daryl Hannah, Peter O’Toole, Steve Guttenberg, Beverly D’Angelo,
Liam Neeson, Ray McAnally, Jennifer Tilly, Peter Gallagher. ***
Neil Jordan busca la fantasía de la Ealing y la risa fácil e,
increíblemente, logra ambas cosas a pesar de un argu-
mento tan endeble. Peter O’Toole da la adecuada nota de
locura como el propietario de un decrépito castillo “en-
cantado”, que espera mantener alejado de las manos de
un rico promotor inmobiliario americano alquilándolo a
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238| Hotel de los líos, El
● ●
ricos cazadores de fantasmas americanos. Después, los
auténticos fantasmas aparecen, se cruzan las líneas del
tiempo, Daryl Hannah sacude sus huesos y Steve Gutten-
berg hace de Steve Guttenberg. El guión parece una co-
lección de cabos sueltos y reescrituras (la historia explota
al máximo el romance entre Irlanda y Hollywood, empe-
zando como un tributo al teatro de mala muerte de los
cincuenta, continuando como un banal anuncio de las de-
licias de la vida rural celta y finalizando como un cruce
entre Butelchús y El hombre tranquilo); la dirección ado-
lece profundamente de falta de inspiración; y con la ex-
cepción de O’Toole y un par de atractivas viñetas, la pe-
lícula es un completo fiasco. ■ J.D.D.
HOTEL DE LOS LÍOS, EL
(Room Service), RKO, EE.UU., 1938, 78 min.
Productor: George Abbott. Director: William A. Seiter. Guión: Morrie
Ryskind (basado en la obra “Room Service”, de Allen Boretz y John
Murray). Fotografía: J. Roy Hunt. Montaje: George Crone. Dirección
Artística: Van Nest Polglase. Intérpretes: Groucho Marx, Chico Marx,
Harpo Marx, Lucille Ball, Ann Miller, Frank Albertson, Cliff Dunstan,
Donald MacBride, Philip Loeb. **
Siguiendo algún triste capricho, los Hermanos Marx se
fueron a la RKO para aparecer en esta floja versión de una
popular comedia de Broadway. El guionista Morrie Rys-
kind hizo lo que pudo para adaptar la farsa al inimitable
estilo de los Marx, pero sus anárquicas personalidades
resultaron fatalmente debilitadas al verse encadenadas a
un argumento de comedia de situación. Lo específico de
su humor exigía menos rigor en las historias, que gene-
ralmente eran desaliñadas y llenas de lagunas, y más
libertad de actuación. Además, los Marx siempre interve-
nían, si no en su estructura, si en la elaboración de las es-
cenas fuertes, en los diálogos y el diseño de los gags. De
ahí que, aunque en sus guiones intervinieron muchos es-
pecialistas a lo largo de toda su carrera, parecieran siem-
pre escritos por las mismas personas. El guión de El hotel
de los líos, por el contrario, era impuesto. Al final, un pe-
queño desastre, pues la película es tal vez el mayor fra-
caso de la carrera del grupo. Groucho interpreta a un
arruinado empresario teatral que trata de montar una
● ●
●
obra socialmente concienciada sobre los mineros; Chico
es el director de la obra, y hace citas en latín, y Harpo tie-
ne grandes escenas persiguiendo a un pavo y comiendo
como un autómata. Hay algunos momentos inspirados
del trío, pero son demasiado escasos, y la principal de-
cepción que este filme produce se debe a que no recono-
cemos a los personajes de siempre, meticulosamente ela-
borados por ellos mismos a lo largo de décadas, sino a
otros distintos. Harpo no toca el arpa, Chico no toca el
piano y Groucho no tiene a Margaret Dumont para jugar
con ella. Los Marx, esta vez, aunque lo intenten, son sólo
pálidas sombras de sí mismos. Y el problema se agiganta
si tenemos en cuenta que El hotel de los líos también mi-
nimiza a las recién llegadas Lucille Ball y Ann Miller. El re-
sultado es una película insuficientemente absurda que
merece ser vista una vez, y después olvidada. ■ J.T.
HOTEL INTERNACIONAL
(The VIPs), Metro-Goldwyn-Mayer, Reino Unido, 1963, 119 min.
Productor: Anatole de Grunwald. Director: Anthony Asquith. Guión:
Terence Rattigan. Fotografía: Jack Hildyard. Montaje: Frank Clarke. Músi-
ca: Miklos Rozsa. Intérpretes: Elizabeth Taylor, Richard Burton, Louis
Jourdan, Margaret Rutherford, Maggie Smith, Rod Taylor. **
La típica película que basa todo su interés en la partici-
pación en el reparto de primeras figuras, todas en pape-
les inconsistentes que aceptaron por codearse y por
cuestiones económicas. Una de ellas fue Margaret Ruthe-
ford, que se llevó el gato al agua al ganar el Oscar a la
Mejor Actriz Secundaria. Escrita por Terence Rattigan, los
personajes reunidos exhiben sus problemas de gente fina
con escenas tan improbables como Burton firmando un
cheque para el negocio de Rod Taylor sólo a instancias de
su secretaria. ■ M.Q.
HOT SHOTS: LA MADRE DE TODOS
LOS DESMADRES
(Hot Shots!), Fox, EE.UU., 1991, 84 min.
Productor: Bill Badalato. Director: Jim Abrahams. Guión: Pat Proft, Jim
Abrahams. Fotografía: Bill Butler. Montaje: Jane Kurson, Eric Sears. Músi-
ca: Sylvester Levay. Diseño de producción: William A. Elliott. Dirección
Artística: Greg Papalia. Vestuario: Mary Malin. Intérpretes: Charlie
Sheen, Cary Elwes, Valeria Golino, Lloyd Bridges, Kevin Dunn, Jon Cryer,
William O’Learly, Kristy Swanson, Efrem Zimbalist, Jr., Bill Irwin. **
El denominado spoof se ha convertido poco a poco en un
subgénero con personalidad propia en el mundo de la
comedia paródica. Un spoof puede ser el tratamiento que
se le da a una o varias escenas de una película o a una
película entera. Se trata en definitiva de parodiarlas de
forma perfectamente reconocible, sobre todo para los
aficionados al cine que la hayan visto. Mel Brooks fue uno
de los pioneros de los modernos spoofs. Su alumno Gene
Wilder ha sido uno de sus más destacados seguidores.
Pero se necesitó la irrupción del equipo formado por los
hermanos Zucker y Jim Abrahams para que el spoof
alcanzase su total carta de naturaleza. Juntos o separa-
●

● ●
dos, los Zucker y Abrahams han venido realizando tres
series, tres marcas de fábrica o tres franquicias de spoofs,
como se quiera denominarlas: Aterriza como puedas, Top
Secret y Hot Shots. El tratamiento es siempre el mismo.
Pero en el caso de Hot Shots se ha tenido como base una
película de gran éxito, Top Gun, y se la ha parodiado a
fondo. La película de Tom Cruise se convierte en la espi-
na dorsal que conduce el argumento de Hot Shots. Char-
lie Sheen se transforma en su alter ego cómico ayudado
por la bella italiana Valeria Golino y, sobre todo, por el
veterano Lloyd Bridges. Los protagonistas tienen ocasión
de parodiar a personajes como Red Butler, Escarlata
O’Hara, Supermán, Lois Lane.
El fallo principal de este tipo de cintas, y Hot Shots no
es precisamente la excepción, es que no posee un guión
perfectamente estructurado, sino que tiene una simple
línea narrativa para ir incorporando secuencias aisladas
más o menos divertidas. Las parodias individuales o
sueltas tienen mucho más valor que el filme como tal.
Pero no hay que darle vueltas, la mayoría de los spoofs
son así. ■ A.C.
HOT SHOTS 2
(Hot Shots! Part Deux), 20th Century Fox, EE.UU., 1993, 89 min.
Productor: Bill Badalato. Director: Jim Abrahams. Guión: Jim Abrahams,
Pat Proft. Fotografía: John R. Leonetti. Montaje: Malcolm Campbell.
Dirección Artística: William A. Elliott. Música: Basil Poledouris. Intér-
pretes: Charlie Sheen, Lloyd Bridges, Valeria Golino, Richard Crenna,
Brenda Bakke, Miguel Ferrer. ***
Inevitable e igualmente divertida secuela, parodia de di-
versas películas, aunque el punto de partida sea Rambo,
aquí reencarnado en Charlie Sheen, y con la presencia de
Richard Crenna interpretando el mismo personaje que
asumió en la serie protagonizada por Sylvester Stallone.
Sin embargo, y como ocurría también en Aterriza como
puedas, hay referencias paródicas a otros títulos. ■ J.E.
HOW TO GET AHEAD IN ADVERTISING
HandMade, Reino Unido, 1989, 95 min.
Productor: David Wimbury, Ray Cooper. Director: Bruce Robinson.
Guión: Bruce Robinson. Fotografía: Peter Hannan. Montaje: Alan Stra-
chan. Música: David Dundas, Rick Wentworth. Diseño de producción:
Michael Pickwoad. Dirección Artíística: Henry Harris. Vestuario: Andrea
Galer. Intérpretes: Richard E. Grant, Rachel Ward, Richard Wilson, Jac-
queline Tong, John Shrapnel, Susan Wooldridge, Mick Ford, Jacqueline
Pearce, Roddy Maude-Roxby, Pauline Melville. **
El auténtico modelo de un hombre de éxito de los ochen-
ta, el publicitario Dennis Bagley (Grant), tiene un serio
problema: no puede crear un eslogan para la campaña de
una nueva crema antigranos. Las cosas llegan al límite
cuando sufre un bloqueo creativo, se da cuenta de que lo
que va mal en el mundo es por culpa de la publicidad y
procede a despojarse de todo lo que está contaminado
con el virus mortal de los promotores. Las pústulas están
olvidadas, hasta que al mirarse al espejo descubre un
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Huellas femeninas | 239
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furúnculo parlante en su cuello. A medida que crece el
disgusto de Bagley con su profesión, también lo hace el
furúnculo, un desdichado alter ego apoderándose de su
vida. Hay algunos toques surrealistas de Bruce Robinson,
otra maníaca interpretación de Richard E. Grant y un sóli-
do elenco secundario, que incluye a Rachel Ward, Richard
Wilson y Susan Woolridge. Sin embargo, el lado malvado
de la publicidad es una diana demasiado obvia para que
Robinson clave sus dientes en ella. Dicho esto, la comedia
negra rebosa de escenas inspiradas que sacan el pus de
esta poderosa industria. ■ J.D.D.
HUELLAS FEMENINAS
(The Feminine Touch), M-G-M, EE.UU., 1941, 96 min.
Productor: Joseph L. Mankiewicz. Director: W. S. Van Dyke. Guión: Geor-
ge Oppenheimer, Edmund L. Hatmann, Ogden Nash. Fotografía: Ray
June. Montaje: Albert Akst. Música: Franz Waxman. Intérpretes: Rosa-
lind Russell, Don Ameche, Kay Francis, Van Heflin, Robert Ryan. ****
En general, MGM no tuvo mucho éxito en el género de la
screwball. La excepción podría ser Huellas femeninas, un
delicioso vehículo cómico para Rosalind Russell que
parte de una perspicaz idea central: un estirado profesor
universitario (Ameche) escribe un libro sobre el fenóme-
no de los celos. Cuando una gran editorial decide dar al
libro un lanzamiento masivo, el autor y su esposa (Rus-
sell) son invitados a Manhattan para iniciar una campaña
nacional de promoción. La dama, que sospecha que su
marido tiene un escarceo sentimental en la gran ciudad,
es acosada por el lujurioso editor (Heflin), situación que
provoca una gran tensión en las teorías del escritor y en
su matrimonio. Su instintiva decisión de reaccionar como
un esposo normal, celoso, pone las cosas en su sitio. Figu-
ra arquetípica del estado emocional fosilizado, el profe-
sor universitario sale a la palestra para más burlas y
desentumecimiento en la persona del serio y sincero Don
Ameche, en préstamo de la Fox. Rosalind Russell, espe-
cializada en personajes fuertes pero susceptibles, como
su Hildy Johnson de Luna nueva, proporciona al rol de la
esposa la mezcla justa de orgullo y diversión para con-
vertirlo –con diferencia– en el personaje más interesante
de la película. La futura estrella Van Heflin completa el
triángulo como el editor que tiene el ojo puesto en Rus-
sell. Y un adorno no desdeñable de este notable elenco
es la encantadora Kay Francis.
Todo, absolutamente todo, es perfecto en esta encan-
tadora, estilizada y desenfadada comedia: la evolución
disparatada e impecablemente lógica de la trama, los diá-
logos –del equipo de guionistas encabezado por el
excéntrico Ogden Nash– y el maravilloso trabajo de un
reparto que, simplemente, no podría ser más glamouroso.
Hay muchos otros toques maestros en esta película,
engalanada por toneladas del brillo de la MGM y guiada
con pulso firme por el sólido artesano “Woody” Van
Dyke, a quien no le tiembla el pulso a la hora de pisar a
fondo el acelerador para alcanzar el nivel de los grandes
emblemas de la screwball, los Lubitsch, Sturges y com-
pañía. ■ J.T.
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240| Huída a medianoche
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HUIDA A MEDIANOCHE
(Midnight Run), City Lights, EE.UU., 1988, 122 min.
Productor: Martin Brest. Director: Martin Brest. Guión: George Gallo.
Fotografía: Donald Thorin. Montaje: Billy Weber, Chris Lebenzon,
Michael Tronick. Música: Danny Elfman. Diseño de producción: Angelo
Graham. Vestuario: Gloria Gresham. Intérpretes: Robert De Niro, Char-
les Grodin, Yaphet Kotto, John Ashton, Dennis Farina, Joe Pantoliano,
Richard Foronjy, Robert Miranda, Jack Kehoe, Wendy Phillips, Tom
McCleister, Danielle DuClos, Phillip Baker Hall, John Toles-Bey, Mary
Gillis. ***
Una película de acción con un giro: Robert De Niro la
interpretó con humor y el resultado fue su primer éxito en
años. La trama responde a la vieja fórmula del captor y el
cautivo esposados que se convierten en amigos por el
camino: el cazarrecompensas Jack Walsh (De Niro) huye
con un contable que ha desfalcado quince millones de
dólares a la Mafia. Walsh tiene que eludir al FBI, a la Mafia
y a un cazarrecompensas rival (Ashton), además de
soportar las preocupaciones de su cautivo sobre el taba-
co y la moralidad. El contable es Charles Grodin, cuya
contención es una absoluta delicia: parece un perrito que
ha perdido su cesta. De Niro y Grodin se complementan,
improvisando diálogos y encarnando a la usual “extraña
pareja” de un modo tan interesante que a veces la pelí-
cula alcanza gran profundidad.
Aquí y allá, el director Martin Brest sucumbe a las per-
secuciones (como en las buenas road movies –y ésta es
una de las mejores–, la cinta realmente se mueve, pues un
simple viaje en avión desde Nueva York a Los Ángeles se
convierte en una saga de trenes y automóviles, acciden-
tes de coche y refriegas con el FBI), pero en general
Huida a medianoche está muy por encima de la media del
género. ■ J.D.D.
● ●
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HUMAN NATURE
Francia-EE.UU., 2001, 96 min.
Productor: Anthony Bregman, Ted Hope, Spike Jonze, Charlie Kaufman.
Director: Michel Gondry. Guión: Charlie Kaufman. Fotografía: Tim Mau-
rice-Jones. Música: Graeme Revell. Intérpretes: Patricia Arquette, Rhys
Ifans, Tim Robbins, Ken Magee, Sy Richardson, David Warshofsky. ***
Ópera prima del cineasta francés (aunque afincado en
Hollywood) Michel Gondry, que llegó al cine tras triunfar
como realizador de videoclips. Original reflexión sobre la
condición humana realizada a partir del enfrentamiento
entre un hombre que vive en estado salvaje y un científi-
co. Gondry se basó en un guión de Charles Kaufman, con
quien escribiría el de su siguiente película, Olvídate de mí,
que les supondría un Oscar. ■ J.E.
HURLYBURLY
EE.UU., 1998, 122 min.
Productor: Anthony Drazan, Richard N. Gladstein, David Shamroy Ham-
burger. Director: Anthony Drazan. Guión: David Rabe (basado en su
propia obra). Fotografía: Changwei Gu. Montaje: Dylan Tichenor. Músi-
ca: Petra Haden, Steve Lindsey, David Baerwald. Dirección Artística:
Derek R. Hill. Intérpretes:: Sean Penn, Kevin Spacey, Robin Wright Penn,
Chazz Palminteri, Garry Shandling, Anna Paquin, Meg Ryan. ***
Sean Penn repite en el cine su actuación en la obra de
David Rabe con la que triunfó en los escenarios de Bro-
adway y en la que se entrecruzan historias de diversos
actores, con sus problemas personales y profesionales,
sin que se pueda evitar caer en los recursos fáciles. El re-
parto admite asimismo a una Meg Ryan en un papel desa-
costumbrado, a la ya crecida Anna Paquin y a un mefis-
tofélico Gary Shanding. ■ M.Q.
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 I
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ILUSIONES DE UN MENTIROSO
(Jakob the Liar), Columbia, EE.UU., 1998, 114 min.
Productor: Marsha Graces Williams, Steven Haft. Director: Peter Kasso-
vitz. Guión: Peter Kassovitz, Didier Decoin (basada en la novela de Jurek
Becker). Fotografía: Elemér Ragályi. Montaje: Claire Simpson. Música:
Edward Shearmur. Intérpretes: Robin Williams, Alan Arkin, Mathieu
Kassovitz, Armin Mueller-Stahl. **
La sombra de la película La vida es bella es alargada: en
un gueto judío ocupado por los nazis, un modesto ciuda-
dano se monta una ficción alentadora para sembrar en
los demás unas gotas de esperanza. Se basa en una nove-
la del autor Jurek Becker, escrita en el año 1969 y ya
adaptada en 1976 (una película alemana en la que tam-
bién comparecía Mueller Stahl), y no resiste la compara-
ción con el filme de Roberto Benigni. ■ J.B.C.
IMPETUOSA, LA
(Pat and Mike), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1952, 95 min.
Productor: Lawrence Weingarten. Director: George Cukor. Guión: Ruth
Gordon, Garson Kanin. Fotografía: William Daniels. Montaje: George
Boemler. Música: David Raksin. Dirección Artística: Cedric Gibbons,
Urie McCleary. Vestuario: Orry-Kelly. Intérpretes: Spencer Tracy, Katha-
rine Hepburn, Aldo Ray, William Ching, Sammy White, George Mat-
thews, Loring Smith, Phyllis Povah, Charles Bronson. ****
El mismo equipo de La costilla de Adán –el director Geor-
ge Cukor, los guionistas y matrimonio en la vida real Gar-
son Kenin y Ruth Gordon y, por supuesto, los actores
Spencer Tracy y Katharine Hepburn– volvió a reunirse un
par de años después de aquel hito, en 1952, para una
nueva comedia, La impetuosa –que no se llegó a estrenar
en España–, una comedia vivaz, alegre, fresca y deporti-
● ●
●
va, muy deportiva. No en vano Tracy es aquí un ya algo
maduro entrenador –de lo que le echen, de boxeo a golf–
y la Hepburn una nerviosa y excelente tenista, nadadora
y golfista.
La fórmula para la pareja sigue siendo la misma que
hemos visto en casos precedentes. Se explota, sobre
todo, el contraste de caracteres, esa diferencia que les
une y que no sólo en la pantalla emitió sus vibraciones. Es
una fórmula que dio excelentes resultados, aunque aquí
escribió tristemente su canto de cisne: dos películas más
rodarían todavía juntos, Su otra esposa y Adivina quién
viene a cenar esta noche, pero eran ya comedias de esca-
sa consistencia, que si se podían ver y disfrutar era úni-
camente por la presencia, el carisma, la química de los
actores. ■ J.B.C.
IMPORTANCIA DE LLAMARSE
ERNESTO, LA
(The Importance of Being Earnest), Two Cities/Javelin/Asquith,
Reino Unido, 1952, 95 min.
Productor: Teddy Baird. Director: Anthony Asquith. Guión: Anthony
Asquith (basado en la obra de Oscar Wilde). Fotografía: Desmond Di-
ckinson. Montaje: John D. Guthridge. Música: Benjamin Frankel. Direc-
ción Artística: Carmen Dillon. Vestuario: Beatrice Dawson. Intérpretes:
Michael Redgrave, Michael Denison, Edith Evans, Joan Greenwood,
Dorothy Tutin, Margaret Rutherford, Miles Malleson, Richard Wattis,
Aubrey Mather, Walter Hudd. ****
Tan vieja como el propio cine, “La importancia de llamar-
se Ernesto” tardó cincuenta y siete años en llegar a la
pantalla, pero la espera valió la pena. Este clásico de la
comedia habla de Jack y Algy, dos acomodados solteros
(Redgrave y Dennison) enamorados de dos mujeres (Gre-
●
242| Impossible Elephant, The
● ●
enwood y Tutin) con una especial querencia por los hom-
bres que responden al nombre de Ernesto. Añádanse la
bruja Lady Bracknell (Evans), una atolondrada tutora
(Rutherford) y un reverendo enamorado (Malleson) y la
búsqueda de identidad está en marcha. Es típico de An-
thony Asquith que no intente ninguna argucia cinemato-
gráfica para complementar el combate verbal de la obra
más ingeniosa de Oscar Wilde: su cámara hace poco más
que filmar reverentemente un gran evento teatral patrió-
tico. Pero los decorados son el epítome del lujo victoria-
no, el color es Technicolor en su máxima expresión y el
maravilloso reparto hace brillar cada perla de diálogo.
Michael Redgrave y Michael Denison están imposible-
mente zalameros como los caballeros ociosos, cuyos ino-
centes engaños ponen en peligro sus aspiraciones
románticas hacia las coquetas Joan Greenwood –que uti-
liza su inimitable voz y escueto estilo interpretativo con
un efecto encantador– y Dorothy Tutin. Pero les eclipsa a
todos Dame Edith Evans como Lady Bracknell. ■ J.D.D.
IMPOSSIBLE ELEPHANT, THE
Canadá, 2001, 95 min.
Productor: Leanne Arnott. Director: Martin Wood. Guión: Robert C.
Cooper. Fotografía: Michael Storey. Montaje: Brad Rines. Música: Micha-
el Richard Plowman. Intérpretes: Mia Sara, Nicholas Lea, Mark Rendall,
Alex Doduk, Jordy Becker, Sandy Wayne Robson, Mitchell Fehr, Emma
Davison-Roy. **
Las estrellas fugaces que recorren el cielo pueden conse-
guir que los deseos se hagan realidad. A un pobre huér-
fano de madre, que no tiene mascota para jugar, el cielo
le concede un cachorro de elefante cariñoso e inteligen-
te, para que pueda ser la envidia de sus compañeros de
clase que se mofaban de él. Simpática película de alcan-
ce infantil, con el elefante Lindy, muy gracioso, con la
ayuda de las técnicas digitales. ■ M.Q.
IMPROPER CHANNELS
Paragon, Canadá, 1981, 91 min.
Productor: Morrie Ruvinsky, Alfred Pariser. Director: Eric Till. Guión:
Morrie Ruvinsky, Ian Sutherland, Adam Arkin. Fotografía: Tony Rich-
mond. Música: Mickey Erbe, Maribeth Solomon. Dirección Artística:
Minkey Dalton, Charles Dunlop. Intérpretes: Alan Arkin, Mariette Har-
tley, Sarah Stevens, Monica Parker, Harry Ditson. **
¿Una comedia sobre abuso infantil? Tranquilos, esta
screwball canadiense no es tan siniestra como suena: las
heridas de la niña Sarah Stevens son simplemente el re-
sultado de un rasguño en la caravana de su padre (Arkin).
La oficiosa trabajadora social Monica Parker piensa de
otro modo, sin embargo, y el padre tiene que reunirse con
su ex-mujer (Hartley) para recuperar a la niña de la asis-
tencia social. El director Eric Till acentúa la ridiculez de la
situación. Desafortunadamente, los intentos del guión
por lanzar un mensaje no sólo parecen un sermón, sino
que también lastran la farsa. El caso es que Improper
Channels arranca lentamente, luego se pone a toda
● ●
●
máquina, decae un poco hacia la mitad y después cobra
un segundo impulso para un final vertiginoso. ■ J.D.D.
IN & OUT
Paramount, EE.UU., 1997, 90 min.
Productor: Scott Rudin. Director: Frank Oz. Guión: Paul Rudnick. Foto-
grafía: Rob Hahn. Montaje: Dan Hanley, John Jympson. Música: Marc
Shaiman. Dirección Artística: Ken Adam. Intérpretes: Kevin Kline, Joan
Cusack, Matt Dillon, Debbie Reynolds, Tom Selleck, Bob Newhart. ***
Desde La tienda de los horrores, Frank Oz ha demostra-
do con creces ser uno de los grandes orquestadores de
comedias americanas de espíritu clasico. In & Out, la peri-
pecia de un apacible profesor que es acusado pública-
mente de ser gay (nada menos que en la ceremonia de
los Oscar) está lejos de ser su mejor película, lastrada por
un cierto acento didáctico y un final abusivo que cruza
Espartaco con El club de los poetas muertos. Pero, al
margen de estos pequeños escollos, qué ritmazo ha sabi-
do imprimirle Oz a su obra, qué líneas de diálogo más
sabrosas, qué réplicas ha urdido el guionista Raul Rud-
nick y qué conjunto de actores más sobresalientes: impe-
cables Kline, la robaescenas Cusack y un insólito Tom
Selleck, prototipo de galán machote aquí dándole la vuel-
ta a su regia masculinidad. ■ J.B.C.
INCORREGIBLES ALBÓNDIGAS, LOS
(Meatballs), Paramount, Canadá, 1979, 92 min.
Productor: Dan Goldberg. Director: Ivan Reitman. Guión: Len Blum,
Dan Goldberg, Janis Allen, Harold Ramis. Fotografía: Don Wilder. Mon-
taje: Debra Karen. Música: Elmer Bernstein. Dirección Artística: David
Charles. Intérpretes:: Bill Murray, Harvey Atkin, Kate Lynch, Russ Ban-
ham, Kristine DeBell. **
Es difícil encontrar una situación más trillada para una
película veraniega que un campamento estival, donde
todos los personajes y giros del guión son fácilmente
imaginables. Eso hace mucho más notables los logros del
director Ivan Reitman. Filmada como un entretenimiento
ligero en los bosques de Canadá, Los incorregibles albón-
digas presenta un reparto en busca de diversión. Bill
Murray interpreta a un monitor jefe a cargo de un grupo
de inadaptados monitores en prácticas. Predominan los
tipos habituales: el idiota miope, el chico obeso que gana
el concurso de comida, el pico de oro y un grupo de chi-
cas. Murray es un clon de John Belushi, cuyo “carisma”
domina la chifladura de la película, pero también tiene un
lado sensible, que sale a la superficie cuando toma bajo
su protección a un joven solitario. Ni mejor ni peor que
docenas de otras comedias con similar argumento, aun-
que Reitman tiene el buen sentido de mantener a Murray
en pantalla el mayor tiempo posible. ■ J.T.
INDISCRETA
(Indiscreet), Grandon, Reino Unido, 1958, 100 min.
Productor: Stanley Donen. Director: Stanley Donen. Guión: Norman
Krasna (basado en su obra “Kind Sir”). Fotografía: Freddie Young. Mon-
●

● ●
taje: Jack Harris. Música: Richard Rodney Bennett, Ken Jones. Dirección
Artística: Don Ashton. Vestuario: Quintino. Intérpretes: Cary Grant,
Ingrid Bergman, Cecil Parker, Phyllis Calvert, David Kossoff, Megs Jen-
kins, Oliver Johnston, Michael Anthony, Middleton Woods, Frank Haw-
kins. ****
Stanley Donen, hitchcockiano de pro en películas como
Charada y Arabesco, reunió de nuevo a una de las pare-
jas más famosas del mago del suspense, Cary Grant e
Ingrid Bergman, protagonistas de Encadenados, en esta
elegante adaptación de “Kind Sir”, una exitosa obra de
teatro del guionista y realizador Norman Krasna. No esta-
mos, sin embargo, ante una cinta de suspense, sino ante
una sofisticada comedia romántica que revalida el estilo
personal que Donen había dado a sus grandes éxitos del
musical –Cantando bajo la lluvia, Un día en Nueva York–
cuando este género había iniciado su declive. Sin moles-
tarse en disimular –¿para qué, teniendo grandes actores
a su disposición?– el origen teatral de la historia, Donen
pone en escena esta historia de amor “prohibido” –Berg-
man se enamora de Grant, pero luego se entera de que
éste está casado– potenciando el trabajo de los actores y
amparándose en una química de la que la pareja prota-
gonista anda sobrada. ■ J.E.
INDOMABLE WILL HUNTING, EL
(Good Will Hunting), Miramax, EE.UU., 1997, 126 min.
Productor: Lawrence Bender. Director: Gus Van Sant. Guión: Ben
Affleck, Matt Damon. Fotografía: Jean-Yves Escoffier. Montaje: Pietro
Scalia. Música: Danny Elfman. Dirección Artística: Melissa Stewart.
Intérpretes: Matt Damon, Robin Williams, Ben Affleck, Minnie Driver,
Stellan Skarsgard, Casey Affleck. ****
● ●
In Good Company | 243
●
Un guión que firmaron al alimón Damon & Affleck en su
juventud universitaria, premiado con un Oscar y centrado
en la figura de un muchacho de inteligencia poco común,
tutelado por un profesor que pretende encauzarla. El
otrora independiente Gus Van Sant se muestra eficiente,
pero el desarrollo de la historia resulta covencional y
adaptada a las exigencias de la comercialidad. ■ M.Q.
INDÓMITA Y EL MILLONARIO, LA
(It Happened to Jane), Columbia, EE.UU., 1959, 97 min.
Productor: Richard Quine. Director: Richard Quine. Guión: Norman
Katkov (basado en una historia de Max Wilk y Norman Katkov). Fotogra-
fía: Charles Lawton, Jr. Montaje: Charles Nelson. Música: George Duning.
Dirección Artística: Cary Odell. Intérpretes: Doris Day, Jack Lemmon,
Ernie Kovacs, Steve Forrest, Teddy Rooney, Russ Brown. ***
Una mujer que comercia con langostas en una factoría
del estado de Maine tiene graves problemas para su
comercialización, debido a las presiones de un magnate.
Ella se apoya en su abogado y entre ambas partes se
establece una lucha sin cuartel, en la que todo vale con el
fin de alcanzar los objetivos. La llamada guerra de los
sexos, que con tanta fortuna explotaron Hawks y Cukor,
por ejemplo, se transforma aquí en la guerra de la lan-
gosta, por obra y bastante gracia de un guión de Norman
Karkov, que pone en evidencia las tensiones entre los
monopolios de distribución y las pequeñas empresas fa-
miliares, con un aire festivo, sin que por ello deje de aflo-
rar la sátira en determinadas ocasiones. Richard Quine ya
era un director sólido, que había demostrado su valía en
el campo policíaco con La calle 99, con su adorable Kim
Novak, en el musical con Mi hermana Helena y en la co-
media sofisticada con Me enamoré de una bruja. A pesar
de que no se halla entre sus mejores comedias, La indó-
mita y el millonario cuenta con un reparto atractivo, en el
que destaca como insidioso, aunque divertido villano, el
actor de carácter Ernie Kovacs, uno de los hombres que,
junto con Dean Martin, mejor saben sostener el vaso de
whisky en las películas. ■ M.Q.
IN GOOD COMPANY
EE.UU., 2004, 109 min.
Productor: Chris Weitz, Paul Weitz. Director: Paul Weitz. Guión: Paul
Weitz. Fotografía: Remi Adefarasin. Montaje: Myron I. Kerstein. Música:
David Byrne, Peter Gabriel. Dirección Artística: Sue Chan. Intérpretes:
Dennis Quaid, Topher Grace, Scarlett Johansson, Marg Helgenberger,
David Paymer, Clark Gregg. **
Tras American Pie y Un niño grande, Weitz sigue progre-
sando adecuadamente con esta fábula empresarial
donde el pezqueñín se quiere comer (a su pesar) al pez
gordo y viejo cuando, en realidad, de quien maneja la
caña en el acuario sólo se ve el sedal de colorines. Algo
sobreestimada por la crítica americana, la historia se cen-
tra en un veterano comercial de una revista deportiva
(siempre eficaz Dennis Quaid) que se ve desplazado por
●
244| Inolvidable Simon Birch, El
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un jovenzuelo con ínfulas (Topher Grace, todo un descu-
brimiento) que, encima, se liga a su bella hija (Scarlett
Johansson). Con una reflexión sobre la soledad del tibu-
rón que sólo tiene de amigo a su Porsche abollado y que
se acerca casi patéticamente a la familia «perfecta» de su
subordinado, el filme presenta un empaque clásico que
hace perdonar sus errores y la ciencia-ficción laboral que
endiña de moraleja. A destacar la potente intervención
de Malcolm McDowell hipnotizando a la audiencia casi
con el método Ludovico debajo de la manga y una banda
sonora con ingredientes pop de primera. ■ J.C.
INOLVIDABLE SIMON BIRCH, EL
(Simon Birch), EE.UU., 1998, 116 min.
Productor: Laurence Mark, Roger Bimbaum, John Baldecchi, Billy Hig-
gins. Director: Mark Steven Johnson. Guión: Mark Steven Johnson. Foto-
grafía: Aaron E. Schneider. Montaje: David Finfer. Música: Marc Shaiman.
Vestuario: Betsy Heimann. Intérpretes: Ian Michael Smith, Joseph Maz-
zello, Ashley Judd, Oliver Platt, David Strathaim, Dana Ivey. ***
Adaptación de la novela “Oración por Owen”, de John Ir-
ving. Aunque se alejó un poco de la obra y su autor, como
en otras adaptaciones cinematográficas, e Irving no quiso
saber nada de la versión, Mark Steven Johnson realizó
una ópera prima llena de interés, contando una historia
de adultos desde la mirada de un niño, que ofrece una
honda reflexión sobre las relaciones humanas. ■ J.E.
INSIGNIFICANCIA
(Insignificance), Reino Unido, 1985, 110 min.
Productor: Jeremy Thomas. Director: Nicolas Roeg. Guión: Therry John-
son. Fotografía: Peter Hannan. Montaje: Tony Lawson. Música: Stanley
Myers. Dirección Artística: Arthur Max Shafransky. Intérpretes: Michael
Emil, Theresa Russell, Tony Curtis, Gary Busey, Will Sampson, Patrick
Kilpatrick, Ian O’Connell, George Holmes. **
Una extravagante fantasía del notable director de foto-
grafía londinense Nicholas Roeg, con el tiempo codirec-
tor de Performance y realizador de Contratiempo. Adap-
tación de una pieza teatral de Terry Johnson, el filme de-
para la reunión de cuatro personajes sin nombre pero fá-
cilmente reconocibles: un Einstein (Michael Emil) a punto
de descubrir la teoría de la relatividad, Marilyn Monroe
(Theresa Russell, esposa de Roeg), el marido de la actriz
y famoso campeón de béisbol, Joe Di Maggio (Gary
Busey) y el senador McCarthy, cuyo nombre sirvió para
bautizar a la histérica caza de brujas desatada en Holly-
wood y que aquí aparece bajo los rasgos de un avejenta-
do Tony Curtis. Amantes de las piezas curiosas, aunque
prometan más de lo que en realidad ofrecen. ■ LL.B.M.
INSÓLITA AVENTURA DE VERANO
(Travolti da un insólito destino nell´ azzurro mare di agosto), Medusa
Distribuzione, Italia, 1974, 125 min.
Director: Lina Wertmüeller. Guión: Lina Wertmüeller. Fotografía: Ennio
Guarnieri. Montaje: Franco Fraticelli, Pier Luigi Leonardi, Luigi Zita,
● ●
●
Mario Girotti. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Enrico Job,
Mariangela Capuano. Intérpretes: Mariangela Melato, Giancarlo Gianni-
ni, Riccardo Salvino, Eros Pagni. *
Espantosa comedia romántica donde de nuevo su direc-
tora cree haber descubierto la pólvora cinematográfica.
Su inutilidad habitual en emplear los recursos técnicos
para narrar la historia le hace crear una película molesta,
cansina, extravagante y cuya pretendida originalidad se
acaba a los pocos minutos de metraje. Todo tiene lugar
cuando la insoportable millonaria Raffaella Pavoni queda
atrapada durante unos días en una isla desierta con Ge-
narino Carundrio, un marinero de modales adustos y pen-
samiento comunista. A pesar de su disparidad de carac-
teres, el amor acabará surgiendo entre ambos. Filmada
en espléndidos escenarios naturales y con una histórica
banda sonora de Piccioni, el exceso interpretativo de sus
dos protagonistas –Giannini y Melato– acaba por desqui-
ciar al espectador. Tuvo una nueva versión americana,
aunque parezca difícil mucho peor, y que fue un fracaso
brutal: Barridos por la marea, de Guy Ritchie, con Madon-
na y el hijo de Giannini, Adriano. ■ L.M.C.
INSPECTOR GADGET
EE.UU., 1999, 78 min.
Productor: Roger Birnbaum, Andy Heyward, Jordan Kerner. Director:
David Kellogg. Guión: Dana Olsen, Kerry Ehrin, Zak Penn (basado en los
personajes creados por Andy Heyward, Jean Chalopin, Bruno Bianchi).
Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Alan Cody, Thom Noble, Gerald
B. Greenberg. Música: John Debney, Ken Tamplin. Dirección Artística:
Geoff Hubbard, Lawrence A. Hubbs, Bruton Jones. Intérpretes:: Matthew
Broderick, Rupert Everett, Joely Fisher, Michelle Trachtenberg, Andy
Dick, Cheri Oteri. *
Adaptación cinematográfica de la famosa serie de dibu-
jos animados creada por Andy Heyward, Jean Chalopin y
Bruno Bianchi, protagonizada por un policía que tiene
todo tipo de artefactos o gadgets por su cuerpo que le
ayudan a triunfar en sus difíciles misiones. Es una cinta
sólo recomendable por sus efectos especiales y destina-
da al público infantil. ■ G.Q.
INSPECTOR GENERAL, THE
EE.UU., 1949, 102 min.
Productor: Jerry Wald. Director: Henry Koster. Guión: Harry Kurnitz, Phi-
lip Rapp, Ben Hecht (sin acreditar) (basado en la obra “Revizor”, de
Nikolai Gogol). Fotografía: Elwood Bredell. Montaje: Rudi Fehr. Direc-
ción Artística: Robert Haas. Música: Sylvia Fine, Johnny Green. Intérpre-
tes: Danny Kaye, Walter Slezak, Barbara Bates, Elsa Lanchester, Gene
Lockhart, Alan Hale. **
No era la primera vez que la obra teatral de Nikolai Gogol
se llevaba al cine. Existe el antecedente de una película
checa del año 1937, dirigida por Mac Fric. Pero cuando
Hollywood coge un tema, le da la vuelta como un calce-
tín y puede convertirlo en todo lo contrario de lo que era
originariamente. Ni que decir tiene que este The Inspec-
●

● ●
tor General tiene muy poco que ver con la película checa
y tampoco casi nada con la obra de Gogol, aunque en
esencia conserve su argumento. La Warner planteó la
película para el lucimiento máximo de Danny Kaye,
entonces un valor seguro de cara a la taquilla y que se
había acreditado como un irresistible y polifacético actor
capaz de hacer reír, de cantar, de bailar y sobre todo de
llevar a cabo divertidas imitaciones. Danny Kaye, una
popularísima estrella de los años 40 que terminó su vida
en misiones desinteresadas humanitarias para la Unesco,
era muy admirado por sus personajes en películas como
Un hombre fenómeno, La vida secreta de Walter Mitty y
El asombro de Brooklyn. Fue en su momento un auténti-
co torbellino.
En The Inspector General, la historia argumental se ba-
sa en la tradicional confusión de personalidades provoca-
da debido a un malentendido. Danny Kaye, un vendedor
de elixires, es confundido por unos pueblerinos por un
inspector real, y esta situación tópica le da ocasión para
que luzca sus grandes habilidades como actor, aunque en
esta ocasión mucho más contenidas que de costumbre.
El filme es un auténtico show Danny Kaye. Canta, baila y
sabe hacer reír como siempre. Uno de los números que ha
hecho pasar a la historia es “The Gipsy Drinking Song”, un
prodigio de sketch cómico, el cual viene completado por
otra media docena de canciones. No es, tal vez, una de las
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Interferencias | 245
●
mejores películas de Danny Kaye, pero él sigue siendo el
alma y el mejor atractivo de toda la función. ■ A.C.
INTERFERENCIAS
(Switching Channels), Tri-Star, EE.UU., 1988, 105 min.
Productor: Martin Ransohoff. Director: Ted Kotcheff. Guión: Jonathan
Reynolds (basado en la obra “The Front Page”, de Ben Hecht y Charles
MacArthur). Fotografía: François Protat. Montaje: Thom Noble. Música:
Michel Legrand. Dirección Artística: Anne Pritchard. Intérpretes: Kath-
leen Turner, Burt Reynolds, Christopher Reeve, Ned Beatty, Henry Gib-
son, Al Waxman. ***
La obra teatral “The Front Page”, de Ben Hecht y Charles
MacArthur, ha sido una de las más llevadas a la pantalla.
Primero lo fue en 1931 por Lewis Milestone con el título de
Un gran reportaje; luego llegó la espléndida versión de
Hawks Luna nueva, con Rosalind Russell y Cary Grant, de
1940, y, finalmente, en 1974 Billy Wilder retomó el tema
para gloria de la pareja Jack Lemmon/Walter Matthau y
se llamó Primera plana. Ted Kotcheff la traslada ahora al
mundo del periodismo televisivo, pero sus actores no
alcanzan el carisma de los anteriores, a pesar de los
esfuerzos de Kathleen Turner y de la autoparodia de
Christopher Reeve en un personaje que sufre de pánico a
las alturas, bien a diferencia de Superman. El material de
●
246| In the French Style
● ●
base es tan rico que la comedia sigue funcionando y sus
situaciones pueden sorprender al espectador con poco
conocimiento histórico. ■ M.Q.
IN THE FRENCH STYLE
Casanna/Orsay/Columbia, Francia-EE.UU., 1963, 104 min.
Productor: Irwin Shaw, Robert Parrish. Director: Robert Parrish. Guión:
Irwin Shaw (basado en sus dos relatos cortos). Fotografía: Michel Kelber.
Montaje: Renee Lichtig. Música: Joseph Kosma. Dirección Artística:
Rino Mondellini. Intérpretes: Jean Seberg, Stanley Baker, Addison
Powell, James Leo Herlihy, Philippe Forquet, Jack Hedley. ***
Basada en dos relatos cortos de Irvin Shaw, novelista
famoso por haber escrito “Hombre rico, hombre pobre”,
base para el popular serial de la televisión que lanzó
como actores a Nick Nolte y a Peter Strauss, y por un
best-seller tipo, “El baile de los malditos”, asistimos a las
experiencias sentimentales de una muchacha estadouni-
dense estudiante de pintura en París, primero con un
muchacho muy joven y luego con un corresponsal de
prensa dominado por el alcohol, para acabar regresando
a Chicago, en donde se casa con un médico. Una nueva
visión de la pretendida bohemia de los norteamericanos
en la Ciudad de la Luz a la busca de las huelgas de Scott
Fitzgerald y de Hemingway, en unos tiempos ya imposi-
bles. El guión lo escribió el propio Shaw y la partitura
tiene el atractivo de haber sido compuesta por el músico
francés de origen húngaro Joseph Kosma, el autor de las
inolvidables “Hojas muertas”, con letra del poeta Jzeques
Prévert.
Robert Parrish es un director poco recordado, pero
que vale la pena reivindicar. Debutante como actor a los
12 años en Luces de la ciudad, de Chaplin, fue luego mon-
● ●
●
tador y ayudante de varios filmes del maestro John Ford,
para quien efectuó asimismo el montaje de sus dos docu-
mentales de guerra La batalla del Midway y El 7 de
diciembre, por cuyo trabajo obtuvo sendos Oscar. Otro
galardón de la Academia lo recibió por Cuerpo y alma, de
Robert Rossen. Como director, su carrera está sujeta a
altibajos, pero cabe destacar un buen filme bélico como
Llanura roja y un espléndido western de aliento trágico
titulado Más allá de Río Grande. Por su parte, la actriz
Jean Seberg fue elegida por Otto Preminger entre más
de 3.000 candidatas para el papel de Juana de Arco,
cuando sólo tenía 18 años. Su inmediata intervención en
otra película de Preminger, Bonjour tristesse, basada en la
novela de Françoise Sagan, y su personaje de Patricia, la
vendedora del “New York Herald Tribune” en los Campos
Elíseos del filme Al final de la escapada, de Jean Luc
Godard, propiciaron su presencia en numerosas produc-
ciones francesas y estadounidenses no siempre de la cali-
dad que su encanto merecía. Recordaremos, sin embar-
go, su turbadora Lilith y el pintoreco musical de Joshua
Logan La leyenda de la Ciudad sin Nombre. ■ M.Q.
INVISIBLE HARVEY, EL
(Harvey), Universal, EE.UU., 1950, 104 min.
Productor: John Beck. Director: Henry Koster. Guión: Mary Chase, Oscar
Brodney (basado en la obra de Chase). Fotografía: William Daniels. Mon-
taje: Ralph Dawson. Música: Frank Skinner. Dirección Artística: Nathan
Juran, Bernard Herzbrun. Intérpretes:: James Stewart, Josephine Hull,
Peggy Dow, Charles Drake, Cecil Kellaway, Victoria Horne, Jesse White,
William Lynn, Wallace Ford, Nana Bryant. ****
El invisible Harvey, dirigida por el aplicado Henry koster
en 1950, es un filme antaño, una comedia de la vieja
escuela con grandes secundarios –Cecil Kellaway, Walla-
ce Ford y Charles Drake acompañan a Josephine Hull,
Oscar a la Mejor Actriz Secundaria, en este apartado– y
un inmejorable principal, James Stewart, aquí un diverti-
do y estrambótico personaje en diálogo continuo con un
enorme conejo que, claro está, sólo él ve, sólo con él se
comunica. Comedia, pues, de situaciones, ligera, falta de
pretensiones y refrescante. En su momento, constituyó
un pequeño éxito ya antes en los escenarios teatrales.
●

● ●
James Stewart había interpretado ya ahí su personaje, y
curiosamente, en los años setenta, seguía haciéndolo en
Broadway y Londres, mientras su inseparable compañero
Henry Fonda compartía las mismas calles recitando un
monólogo dramático: como en sus pensamientos ideoló-
gicos, eran las dos caras de una misma moneda, la mone-
da de las grandes estrellas de la actuación. ■ J.B.C.
IO SO CHE TU SAI CHE IO SO
Scena Film, Italia, 1982, 114 min.
Productor: Augusto Caminito. Director: Alberto Sordi. Guión: Rodolfo
Sonego, Alberto Sordi, Augusto Caminito. Fotografía: Sergio D´Offizi.
Montaje: Tatiana Casini. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística:
Lorenzo Baraldi. Intérpretes: Alberto Sordi, Monica Vitti, Isabella De
Bernardi, Silvana Monti. ***
Habituados a ver agradables comedias de Alberto Sordi
en nuestras pantallas, hubo un momento en que, siguien-
do la tradición de eliminar al cine italiano, este actor de-
sapareció de nuestras vidas. Así, desde 1980, sólo se
estrenaron tres películas de las dieciocho en que partici-
pó. Por supuesto, una de ellas no es esta comedia negra,
donde Sordi vuelve a representar a un pobre hombre que,
por una serie de equívocos, va a descubrir que su familia
no es tan perfecta como él pensaba. Recuperando el
ingenio mostrado por los grandes maestros de antaño en
la comedia italiana, Sordi y Vitti ofrecen una divertida sá-
tira costumbrista de hasta dónde pueden llegar los rumo-
res, de los peligros de las cintas de vídeos (y no digamos
● ●
Irma la dulce | 247
●
ya las mentiras y el sexo) y de las cosas que se pueden
encontrar rebuscando en las vidas privadas. La música de
Piccioni pone un contrapunto sentimental y algo amargo,
con un toque de salsa picante. ■ L.M.C.
IRMA LA DULCE
(Irma la douce), Mirisch/Phalanx/Alperson, EE.UU., 1963, 147 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond (basado en la obra de Alexandre Breffort). Fotografía: Joseph
La Shelle. Montaje: Daniel Mandell. Música: Andre Previn. Dirección
Artística: Alexander Trauner. Vestuario: Orry-Kelly. In
ntérpretes: Jack
Lemmon, Shirley McLaine, Lou Jacobi, Bruce Yarnell, Herschell Bernardi,
Hope Holiday, Joan Shawlee, Grace Lee Whitney, Tura Santana, Harriet-
te Young. ***
Probablemente, maestro él, hubiera dado en la diana,
pero, a tenor de sus frutos, está claro que la comedia
musical no era cosa del gran Billy Wilder. Así, de los esce-
narios a la pantalla se evaporaron las canciones de Irma
la dulce para ceñirse, con la complicidad de su colega I.
A. L. Diamond, a un discurso mordaz sobre la ética del
comportamiento, la honestidad y el bien y el mal. Su
breve resumen sería: si quieres redimir a una prostituta,
primero tienes que ser su chulo una buena temporada,
que es una manera de sentir en tus propias carnes el ofi-
cio. Malévolamente, Wilder y Diamond hacen que Jack
Lemmon se encuentre a gusto en su personaje y brinque
de alegría ante los deleites de la corrupción policial. Per-
fecta Shirley MacLaine en su papel de Irma, un excelente
trabajo que tiene la dosis justa de ternura. Comedia inte-
ligente, vivaz, con sello de clasicismo, que hoy ya no
apela, como en su día, a la palabra “menor”. Es un gran
Wilder, sin duda. ■ J.B.C.
●
248| Ironía del dinero, La
● ●
IRONÍA DEL DINERO, LA
Les Grands Films, España-Francia, 1954, 97 min.
Director: Edgar Neville, Guy Lefranc. Guión: Edgar Neville. Fotografía:
Ted Pahle, Maurice Barry. Música: José Muñoz Molleda. Montaje: Sara
Ontañón. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez, Cecile Aubry, Guiller-
mo Marín, Carmen de Lirio, Alfonso Godá, Antonio Vico, Antonio Casal,
Antonio Riquelme. ***
Antepenúltima película de Edgar Neville y una de las más
conflictivas por los constantes problemas del director
(también productor) con los productores franceses y con
la censura española. Después de bastantes peripecias, al
final la cinta se estrenó estructurada en cuatro episodios,
y ha quedado como una incursión de Neville en el cine de
sketches, entonces de mucho éxito en el cine italiano y
muy popular en el español. La cinta tiene como centro el
azar, una de las constantes del realizador, y puede clasifi-
carse de costumbrista, hecha con estilo de sainete tradi-
cional, en línea con la literatura y el teatro españoles de
principios de siglo. Es un filme de planteamiento coral,
con la presencia de innumerables y entrañables carac-
terísticos del cine español, en el que flota, como en el tí-
tulo, la fina ironía de su autor. Fue un inesperado fracaso
de taquilla. ■ A.C.
IRRESISTIBLE HENRY ORIENT, EL
(The World of Henry Orient), Pan Arts, EE.UU., 1964, 115 min.
Productor: Jerome Hellman. Director: George Roy Hill. Guión: Nora
Johnson, Nunnally Johnson. Fotografía: Boris Kaufman, Arthur J. Ornitz.
Montaje: Stuart Gilmore. Música: Elmer Bernstein. Dirección Artística:
James Sullivan. Intérpretes: Peter Sellers, Paula Prentiss, Angela Lans-
bury, Tippy Walker, Merrie Spaeth, Tom Bosley. ****
En esta efervescente comedia, un par de jovencitas ido-
latran a un pianista, a la postre víctima de las fantasías de
sus fans. Escrita con matizada ironía por Nora y Nunnally
Johnson, ofrece una visión fresca y alegre de la beatiful
people neoyorquina, complementaria a la de Desayuno
con diamantes. Pero su baza fundamental está en la eléc-
trica interpretación de sus actores, con un Sellers extra-
ordinario –recién importado del cine británico– en cabe-
za: su excéntrico personaje evidencia la gran clase de un
cómico versátil y recurrente, y ahí está la delirante esce-
na de su concierto para despejar toda posible duda. Pero
ojo también a la magnífica pareja que forman Tom Bosley
y Angela Lansbury, ésta en el papel de una madre feroz
de verdad memorable. ■ J.B.C.
ISHTAR
Delphi V/Columbia, EE.UU., 1987, 107 min.
Productor: Warren Beatty. Director: Elaine May. Guión: Elaine May. Foto-
grafía: Vittorio Storaro. Montaje: Stephen A. Rotter, William Reynolds,
Richard Cirincione. Música: Bahjawa. Diseño de producción: Paul Syl-
bert. Arte: Bill Groom, Vicki Paul, Peter Childs, Tony Reading. Vesttuario:
Anthony Powell. Intérpretes: Warren Beatty, Dustin Hoffman, Isabelle
Adjani, Charles Grodin, Jack Weston, Tess Harper, Carol Kane, Aharon
Ipale, Fijad Hageb, Davies Margulies. *
● ●
●
Concebida como un tributo a las películas de Camino a...
de Hope & Crosby, Ishtar ha pasado a la historia del cine
como uno de los mayores errores de cálculo de la era del
blockbuster. Los fallos son muchos, pero el estrambótico
casting de Dustin Hoffman y Warren Beatty como un dúo
de cabaret sin talento es fatal: una lógica perversa con-
vierte a Hoffman en el mujeriego con pico de oro y a
Beatty en el imbécil. La compleja trama les lleva a una
gira por la mítica república sahariana de Ishtar, donde son
atraídos para espiar a los bandos opuestos de una revo-
lución, mientras tratan de impresionar a una bella lucha-
dora por la libertad (Adjani). Por supuesto, el dúo espía
peor que canta, y pronto se encuentra caminando por el
desierto con sólo un camello ciego y francotiradores de
la CIA como compañía. La talentosa Isabella Adjani no
ayuda mucho, limitándose a flotar por ahí con ropas hol-
gadas; el guión de Elaine May no es divertido, y cualquier
parecido a una broma es pura coincidencia; pero si acep-
tas que estás viendo una de las peores películas que se
han hecho nunca, la encontrarás hilarante. ■ J.D.D.
ISI/DISI, AMOR A LO BESTIA
España, 2004, 95 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Chema de la Peña. Guión:
Joaquín Górriz, Miguel Ángel Hernández (basado en una idea de Andrés
Vicente Gómez). Fotografía: Unax Mendía. Música: Roque Baños, Joa-
quín Sabina. Dirección Artística: Antón Laguna. Intérpretes: Santiago
Segura, Florentino Fernández, Jaydy Michel, Ana Risueño, Miguel Ángel
Rodríguez “El Sevilla”, Ruth Zanon, José Luis Coll. **
Dos treintañeros de Leganés, locos porque lo están y por
el grupo heavy AC/DC, viven de la familia en medio de la
barahúnda del barrio. El novel De la Peña procede por a-
cumulación de referencias y materiales, con hallazgos có-
micos, chistes sobados, escatología barata, spots publi-
citarios y un desfile de amiguetes, como Miguel Ángel
Rodríguez “El Sevilla” (de Mojinos Escocíos), José Luis
Coll y Míriam Díaz Aroca. ■ M.Q.
IT’S A GIFT
Paramount, EE.UU., 1934, 73 min.
Productor: William LeBaron. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Jack
Cunningham (basado en una historia original de W.C. Fields y en la obra
●

● ●
“The Comic Supplement”, de J.P. McEvoy). Fotografía: Henry Sharp.
Música: Al Jolson, John Leipold (ambos sin acreditar). Dirección Artísti-
ca: Hans Dreier, John B. Goodman (ambos sin acreditar). Intérpretes:
W.C. Fields, Kathleen Howard, Jean Rouverol, Julian Madison, Tommy
Bupp, Baby LeRoy. *****
¡Sombras de Baco! El inimitable W. C. Fields en su obra
más redonda. Nunca una película tuvo un título más apro-
piado. Fields es Harold Bissonette, dueño de una tienda
en un pequeño pueblo, con una mujer inaguantable y
unos hijos egoístas. Cuando su familia no le hace la vida
imposible, lo hacen sus clientes y vecinos. Él sueña con la
buena vida y un naranjal que ha comprado en California
con una herencia, pero el mundo hostil ni siquiera le deja
dormir por las noches. Cuando el pobre Harold y su fami-
lia llegan a California, descubre que le han timado, aun-
que, finalmente, será él quien ría el último. Brillantemente
concebida (por el propio Fields, con el seudónimo Char-
les Bogle) y bellamente estructurada (por el director Nor-
man Z. McLeod), It’s a Gift es la comedia más devastado-
ra de los años treinta, y la parodia definitiva de Fields
sobre los horrores de la vida familiar en una pequeña ciu-
dad. Cada persona y cosa que le rodea provoca sublimes
muecas de irritación, desde un vendedor de seguros que
busca a un tal Karl LaFong a una chirriante hamaca, y su
maravilloso, caústico humor, se refleja en cada toma. Él es
la carta de triunfo de este filme, el responsable de que
sea una carcajada constante, un verdadero festín para los
amantes del género. En definitiva, un título de visión obli-
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Italiano en Londres, Un | 249
●
gatoria si nunca le ha interesado Fields o nunca ha visto
una de sus películas. La larga secuencia en el porche es
uno de los sketches más divertidos del cine sonoro, y la
secuencia de la tienda con Charles Sellon como el ciego
Mr. Muckle hay que verla para creerla. ■ J.T.
ITALIANO EN CHICAGO, UN
(Permete? Rocco Papaleo), Juppiter Generale/Francoriz/Dean Film,
Italia-Francia, 1971, 123 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Ettore Scola.
Guión: Ruggero Maccari, Ettore Scola. Fotografía: Claudio Cirillo. Mon-
taje: Ruggero Mastroianni. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artís-
tica: Luciano Ricceri. Intérpretess: Marcello Mastroianni, Lauren Hutton,
Tom Reed, Margot Novak. ****
Rocco Papaleo es un antiguo boxeador italiano que, por
razones de precariedad social en su país, ha tenido que
emigrar hasta la ciudad de Chicago para trabajar en la
construcción. Su carácter choca frontalmente con el de
los americanos, sobre todo porque se topa de bruces con
una sociedad cuyo único fin es el capitalismo. Así, el espí-
ritu bondadoso e ingenuo de Rocco va transformándose
cuando observa que los personajes que pasan por su vida
sólo buscan su propio beneficio: la joven Jenny, que sólo
busca reírse de él, un vagabundo, un homosexual, una
prostituta, un siciliano que ha hecho fortuna en América...
Ante esto, decide tomar una drástica decisión y emplear
la violencia como único método de solucionar las cosas.
Estupenda muestra del cine de Scola, donde de nuevo los
“perdedores” son los protagonistas de una historia donde
se fusiona melancolía y diversión, y en la que asistimos a
un completo muestrario de contraste de culturas y civili-
zaciones –Italia y Estados Unidos–, resultando un estudio
psicológico muy acertado de ambas. Su más que eviden-
te antiamericanismo la convierte en una película a tener
muy en cuenta en los tiempos que corren. Su banda so-
nora está compuesta por canciones con letras en inglés
que ilustran lo que sucede en sus imágenes. ■ L.M.C.
ITALIANO EN LONDRES, UN
(Fumo di Londra), Fono Roma, Italia, 1966, 122 min.
Productor: Giorgio Bianchi. Director: Alberto Sordi. Guión: Alberto
Sordi, Sergio Amidei. Fotografía: Benito Romano Frattari. Montaje:
Antonietta Zita. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Elio Costan-
zi. Intérpretes: Alberto Sordi, Fiona Lewis, Amy Dalby, Clara Bindi, Sara
Colmer, Amy Dalby, Romano Giomini. ****
El choque de culturas sirvió como referente a varias co-
medias italianas para situar a sus personajes en diferen-
tes países europeos como Suecia y Holanda, con los con-
siguientes equívocos y desiguales costumbres en uno u
otro lado. En esta ocasión, Sordi reinventa dichos enfren-
tamientos entre sociedades al plantear los problemas que
ha de solventar un anticuario italiano que viaja a la capi-
tal inglesa de vacaciones. Allí, sus modales de histrión la-
tino tropiezan de bruces con el estiramiento británico, sa-
liendo más o menos indemne de situaciones típicas del
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250| Italiano para principiantes
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país como la caza del zorro, el cambio de guardia, la co-

munidad hippie e incluso el consabido té de las cinco.
Contiene una célebre canción de Piccioni, arreglada por
Ennio Morricone e interpretada por Julie Rogers (“You
Never Told Me”). El éxito del film llevó a Sordi a dirigir, un
año después, una especie de continuación, Un italiano en
America, mucho menos divertida. Anteriormente, la exhi-
bición española colocó Un italiano en la Argentina (Il gau-
cho, 1964), de Dino Risi, y volvieron a aprovecharse del
tema con Un italiano en Chicago (1971). ■ L.M.C.

ITALIANO PARA PRINCIPIANTES

(Italiensk for begyndere), Dinamarca-Suecia, 2000, 112 min.

Productor: Ib Tardini. Director: Lone Scherfig. Guión: Lone Scherfig.

Fotografía: Jørgen Johansson. Montaje: Gerd Tjur. Intérpretes: Anders W.
Berthelsen, Anette Støvelbæk, Ann Eleonora Jørgensen, Peter Gantzler,
Lars Kaalund, Sara Indrio Jensen, Karen-Lise Mynster. ***

La primera realizadora en adscribirse al Dogma, escuela

cinematográfica auspiciada por el cineasta Lars Von Trier,
fue la danesa Lone Scherfig, conocida también en Espa-
ña por Wilbur se quiere suicidar. La directora se valió de
los diez dogmáticos mandamientos no tanto para abusar
de los movimientos de cámara o de historias complicadas
como para contar una sencilla historia coral. Merece la
pena. ■ J.E.

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 J
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JACK
EE.UU., 1996, 113 min.
Productor: Francis Ford Coppola, Fred Fuchs, Ricardo Mestres. Director:
Francis Ford Coppola. Guión: James DeMonaco, Gary Nadeau. Fotogra-
fía: John Toll. Montaje: Barry Malkin. Música: Michael Kamen. Dirección
Artística: Angelo P. Graham. Intérpretes: Robin Williams, Diane Lane,
Brian Kerwin, Jennifer Lopez, Bill Cosby, Fran Drescher. ***
Sentar a Robin Williams en un pupitre tamaño “señorita
Pepis” ya es, de por sí, un gag. Si se quedara en esa pre-
misa, no pasaría Jack de ser una farsa con payaso. Pero la
cosa va más allá de la comedia, pues las causas del creci-
miento prematuro del niño Williams limitan con la trage-
dia: su físico avanza cuatro veces más de lo normal. A los
20 años tendrá el cuerpo (y la erosión correspondiente)
de un hombre de 80; a los 30 (multipliquen: ¡120!) segu-
ro que no llegará. El film, pues, impecablemente dirigido
por Coppola, extiende un baño de amargura sobre sus
raíces de comedia, pisa el acelerador de lo trascendente,
esa reflexión sobre la fugacidad de la vida, la del peque-
ño gran Jack o la de la mariposa que él ve nacer y morir;
esa metáfora, no por elemental resulta menos efectiva en
una obra honesta y para todas las edades. ■ J.B.C.
JAGUAR, EL
(Le jaguar), Gaumont/EFVE/TF 1 Films, Francia, 1996, 97 min.
Productor: Alain Poiré. Director: Francis Veber. Guión: Francis Veber.
Fotografía: Luciano Tovoli. Montaje: Marie-Sophie Dubus. Música: Vladi-
mir Cosma. Dirección Artística: Hughes Tissandier. Intérpretes: Jean
Reno, Patrick Bruel, Harrison Lowe, Patricia Velásquez. ****
Siguiendo con su inconfundible estilo de comedias que
reúne a dos personajes –masculinos– de diferente físico y
● ●
●
mentalidad, la idea ahora es coger a uno de esos indios
amazónicos que siempre iba con el cantante Sting (este
indio no tiene un cenicero en la boca como el otro) y con-
vertirlo en el centro de atención de una fábula naturalista
sobre el alma perdida, la dignidad encontrada, la amistad
sincera y cómo encontrar el amor en el lugar más insos-
pechado. Todo comienza cuando el indio del Amazonas,
de gira por París para buscar fondos y detener la des-
trucción de la selva, encontrará al “elegido” para salvar a
su pueblo en la persona de un francés vividor y repleto de
deudas. Rodada espectacularmente en Brasil y con un
fondo musical solemne de Vladimir Cosma, Veber contro-
la la situación con gags magníficos, sobre todo en la pri-
mera mitad del film. ■ L.M.C.
JAIMITO CONTRA TODOS
(Pierino contro tutti), Dania Film/International, Italia, 1981, 92 min.
Productor: Cecilia Bigazzi. Director: Marino Girolami. Guión: Vincenzo
Mannino, Gianfranco Clerici, Marino Girolami. Fotografía: Federico
Zanni. Montaje: Alberto Moriani. Música: Berto Pisano. Dirección Artís-
tica: Vinzenzo Morozzi. Intérpretes:: Alvaro Vitali, Michela Miti, Michele
Gammino, Riccardo Billi. ●
Después de sus apariciones en el cine mudo, reaparece el
niño Jaimito, esta vez en forma de comedia italiana y con
el insufrible Alvaro Vitali de lamentable protagonista. El
niño desvergonzado no hace otra cosa que decir chistes
malos, intentar ligar con su profesora y gastar una serie
de bromas repulsivas. Sin ninguna estructura narrativa,
sólo a base de gags sueltos (a cada cual peor), van
pasando por sus imágenes una serie de personajes cer-
canos a la lobotomía, como el abuelo comilón, el profesor
de gimnasia y una maestra bastante ingenua. Siendo este
●
252| Jalea real
● ●
título uno de los máximos exponentes del “cine basura”
de los 80, habrá que preguntarse (sin respuesta) por qué
necesitaba la colaboración de tres guionistas para llevar-
se a cabo. Es muy difícil aguantar completa esta farsa,
aunque supongo que siempre habrá alguien que colec-
cione los DVDs de la saga Jaimito. Si es así, le acompa-
ñamos en el sentimiento. ■ L.M.C.
JALEA REAL
Lima Films/Nickel Odeon/Ascle P.C., España, 1981, 88 min.
Productor: José G. Jacoste. Director: Carles Mira. Guión: Carles Mira.
Fotografía: Fernando Arribas. Montaje: José Salcedo. Música: Fernando
Pérez Olea. Dirección Artística: Gerardo Vera. Intérpretes: Mario Pardo,
Berta Riaza, Luis Ciges, Mapi Sagaseta. **
Sátira sin piedad del rey Carlos II, quien no pudo tener
descendencia con María Luisa de Orleáns. Siguiendo los
caminos de humor zafio y de astracanada mediterránea
mostrado por el director valenciano en otro filme de este
mismo año (Con el culo al aire), en esta ocasión realiza
una divertida, e incluso en ocasiones ingeniosa, parodia
de la vida del rey, quien tuvo que ser ayudado en su vida
sexual por un braguero que le regaló un rey moro, a quie-
nes servían las cacerías en bandeja, y que incluso tuvo
que serle practicado un exorcismo por un cardenal italia-
no. Ahora mismo, y en pleno debate de si es razonable
mantener la monarquía, esta película habría escandaliza-
do más de la cuenta (¡lo que habría dicho “La Razón”!)
por adentrarse en pantanosos terrenos de la realeza, pero
en su momento pasó con más pena que gloria. ■ L.M.C.
JAMES TONT, OPERACIÓN U.N.O.
(James Tont operazione U.N.O.), Italia, 1965.
Productor: Luigi Carpentieri, Ermanno Donati. Director: Bruno Corbuc-
ci. Guión: Giovanni Grimaldi. Fotografía: Alessandro D’Eva, Raffaele
Masciocchi. Música: Marcello Giombini. Intérpretes: Lando Buzzanca,
Evi Marandi, Loris Gizzi, Gina Rovere, George Wang, Alighiero Nosche-
se, Evi Rigano. ●
Una zafia parodia de James Bond contra Goldfinger que,
contra todo pronóstico, tuvo incluso la secuela titulada
James Tont, operazione D.U.E. El usualmente insoporta-
ble Buzzanca compuso lamentablemente la figura de un
impresentable agente secreto enfrentado a un perverso
"Goldinger" (sic) que en lugar de utilizar el sofisticado
Aston Martin de Bond cuenta con un 600 de prestacio-
nes también singulares pero lógicamente inferiores. Todo
ello muy penoso. Abstención recomendada. ■ LL.B.M.
JARDÍN DE LA ALEGRÍA, EL
(Saving Grace), Reino Unido, 2000, 93 min.
Productor: Mark Crowdy. Director: Nigel Cole. Guión: Craig Ferguson,
Mark Crowdy (basado en una historia de Crowdy). Fotografía: John de
Borman. Montaje: Alan Strachan. Música: Mark Russell. Dirección Artís-
tica: Tom Read. Intérpretes:: Brenda Blethyn, Craig Ferguson, Martin Clu-
nes, Tchéky Karyo, Jamie Foreman, Bill Bailey, Valerie Edmond. ***
● ●
●
El trabajo de los actores, con la estupenda Brenda Ble-
thyn al frente (nominada dos veces al Oscar, por Secretos
y mentiras y por Little Voice), es lo mejor de esta come-
dia costumbrista británica cuya protagonista encontrará
en el dominio de la jardinería y el cultivo de una planta en
particular la solución a las deudas a que debe hacer fren-
te tras enviudar. El coprotagonista, Craig Ferguson, es
también su guionista. ■ J.E.
JAULA DE LAS LOCAS, LA
(La cage aux folles II), Les Productions Artistes Associes/DaMa,
Francia-Italia, 1980, 100 min.
Productor: Marcello Danon. Director: Edouard Molinaro. Guión: Francis
Veber, Jean Poiret. Fotografía: Armando Nanuzzi. Montaje: Robert Isnar-
don. Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Michel
Serrault, Mark Bodin, Michel Galabru. ***
Segunda parte de Vicios pequeños (1978), realizada por
el mismo equipo técnico y artístico y colocando esta vez
a los dos homosexuales protagonistas en un enredo de
espías y microfilms, siempre con el marco del cabaret gay
de Niza como fondo. A pesar de que ya había pasado la
sorpresa rompedora que supuso el primer film, en esta
ocasión se da una vuelta de tuerca y se la presenta como
esas comedias de agentes secretos que tan buen rédito
había dado al cine francés con Pierre Richard de prota-
gonista (recuérdese El gran rubio con un zapato negro y
similares). El tono de la broma, siempre alegre y distendi-
do, se ve ayudado por una pegadiza música de Morrico-
ne y una exagerada interpretación de Michel Serrault co-
mo “super loca”. Se convirtió en la película europea más
taquillera de la historia de los Estados Unidos. ■ L.M.C.
JENARO, EL DE LOS CATORCE
Estudios Roma/Filmayer Producciones, España, 1974, 81 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores y Vicente Coello.
Fotografía: Manuel Rojas. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Alfre-
do Landa, María Luisa San José, Mari Carmen Prendes, Josele Ramón,
Juanjo Menéndez, Florinda Chico, Lali Soldevilla. *
La cara B del Landa landista (rol de paleto asediado y
desubicado, con un hervor menos que el inmortalizado
por Paco Martínez Soria), en pleno apogeo. El incombus-
tible Ozores obtiene un millón de espectadores (de la
época) cebándose en las desventuras de un pobre pre-
gonero con olor a vaquería al que le toca una quiniela de
catorce. Su condición de nuevo rico cateto dará para múl-
tiples conspiraciones, peloteos, tentaciones femeninas y
envidias variadas aunque el hombre intenta conservar la
dignidad y los pantalones de pana. Genuino representan-
te de la comedia cavernaria y con boina a rosca. ■ J.C.
JEQUE BLANCO, EL
(Lo sceicco bianco), P.D.C., Italia, 1951, 85 min.
Productor: Luigi Rovere. Director: Federico Fellini. Guión: Federico Felli-
ni, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano (basado en un argumento de Michelange-
●

● ●
lo Antonioni, Federico Fellini y Tullio Pinelli). Fotografía: Arturo Gallea.
Montaje: Rolando Benedetti. Música: Nino Rota. Dirección Artística:
Raffaele Tolfo. Intérpretes: Alberto Sordi, Brunella Bovo, giuletta Masi-
na, Leopoldo Trieste. ****
Primera película firmada en solitario por Federico Fellini,
se trata de una crítica mordaz y sin mucho miramiento a
las estrellas de cine y a lo complejo que es hacer cumplir
los sueños y que el resultado sea el deseado, donde se
van perfilando algunos de los caracteres más reconoci-
bles del cine de su autor, sobre todo antes de volverse lo-
co con Ocho y medio. En tono de fábula, ambientada en
la Roma de pos-guerra, cuenta cómo una joven recién ca-
sada decide cambiar su visita al Papa por conocer en per-
sona a su gran ídolo de las fotonovelas, un actor conoci-
do por su personaje de “El jeque blanco”, un héroe ro-
mántico con un exótico toque de Rodolfo Valentino. Sin
embargo, y como dice el dicho, “ten cuidado con conse-
guir lo que deseas”, y es que el mencionado actor es un
tipo miserable, avaro y sin escrúpulos, que hace que
nuestra protagonista descubra un mundo oculto dentro
de la fantasía idílica de sus fotonovelas. Sordi está inmen-
so como poseedor de la ruindad humana. ■ L.M.C.
JERRY CALAMIDAD
(The Patsy), Paramount, EE.UU., 1964, 101 min.
Productor: Ernest D. Glucksman. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry
Lewis, Bill Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: John
Woodcock. Música: Jack Brooks, David Raksin. Dirección Artística: Cary
Odell, Hal Pereira. Intérpretes: Jerry Lewis, Ina Balin, Everett Sloane, Phil
Harris, Keenan Wynn, Peter Lorre, John Carradine, Hans Conried. ***
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Jerry Maguire | 253
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Durante su rodaje, en los dos primeros meses de 1964,
Jerry Calamidad llevaba, no por azar, el título provisional
de El hijo del botones. Era una clara alusión a El botones,
la película que en 1960 había supuesto el muy notable
debut de Jerry Lewis como director y guionista. Su pro-
tagonista se llamaba, precisamente Stanley, como el
botones de Jerry Calamidad. Sin embargo, esta nueva
película, la quinta en que asumía funciones de director, se
revela (a pesar de las constantes carcajadas que suscita)
como un filme tamizado por una cierta amargura y
desencanto, en el que Lewis –próximo ya el fin de su rela-
ción profesional con Paramount– reflexiona con cierto
escepticismo sobre el mundo del cine y los poderes fác-
ticos que le rodean y también sobre su propia condición
de gran estrella. Jerry Calamidad representa, todavía hoy,
un divertido y muy valioso documento sobre las interiori-
dades, no siempre honestas, del –sólo en apariencia– des-
lumbrante mundo del espectáculo. Hay grandes dosis de
crítica mordaz en este filme. Por ejemplo, las maniobras
de un curtido jefe de prensa (bajo los bigotes del esplén-
dido Keenan Wynn), buen conocedor de los trucos capa-
ces de atraer la curiosidad de los periodistas de espectá-
culos. Incluso de la mismísima columnista Hedda Hopper,
la reina de las cotillas de Hollywood, que aquí se ríe de sí
misma, en una delirante fiesta a la que acude con un
extravagante sombrero-sombrilla. Ofrece la película otras
brillantes secuencias, como la visita de un profesor de
canto alemán y coleccionista de valiosas antigüedades,
encarnado por Hans Conried, o las del actor negro Scat-
man Crothers, quien borda el papel de limpiabotas que
realiza su tarea a ritmo jazzístico y acaba embadurnando
de betún el pie desnudo de la futura estrella. Jerry Cala-
midad tiene, además, un reparto de ensueño, contando
con actores de la talla de Peter Lorre, John Carradine,
Everett Sloane o George Raft. ■ LL.B.M.
JERRY MAGUIRE
Gracie/TriStar, EE.UU., 1996, 138 min.
Productor: James L. Brooks, Laurence Mark, Richard Sakai, Cameron
Crowe. Director: Cameron Crowe. Guión: Cameron Crowe. Fotografía:
Janusz Kaminski. Montaje: Joe Hutshing. Música: Nancy Wilson. Direc-
ción Artística: Stephen Lineweaver. Intérpretes: Tom Cruise, Cuba Goo-
ding, Jr., Renee Zellweger, Kelly Preston, Jerry O’Connell, Jay Mohr. **
Jerry Maguire es una película astutamente concebida
(por el productor James L. Brooks, el autor de La fuerza
del cariño y Mejor... imposible) para agradar al gran públi-
co: una superestrella en lo alto del reparto y un tema de
los que huelen a manual de autoayuda. Su protagonista
es un yuppy en la cresta de la ola, un representante de
estrellas del deporte, guapo, rico y pagado de sí mismo.
Un día se da cuenta de que le falta algo: sentimientos,
corazón. Y rompe con el éxito social para hallar el perso-
nal: un solo cliente (Gooding Jr.) y, oh sorpresa, el amor
(Zellweger). Casi una fábula optimista de Frank Capra,
sólo que pasada por el túrmix de los peores tics del
momento, que afectan sobremanera a las actuaciones de
Cruise y Gooding Jr., que se pasan de rosca por mucho
●
254| Jerry y Tom
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que el segundo ganara el Oscar al Mejor Secundario; el
protagonista de Misión: Imposible, también nominado
(como la Película, el Montaje y Crowe por el Guión), vio
cómo el Geoffrey Rush de Shit se lo arrebataba. ■ J.B.C.
JERRY Y TOM
(Jerry and Tom), EE.UU., 1998, 106 min.
Productor: Vivienne Leebosh, Michael Paseornek, Elinor Reid, Saul Rubi-
nek. Director: Saul Rubinek. Guión: Rick Cleveland (basado en su propia
obra). Fotografía: Paul Sarossy. Montaje: Sloane Klevin. Música: David
Buchbinder. Dirección Artística: Tim Boyd. Intérpretes: Joe Mantegna,
Sam Rockwell, Maury Chaykin, Ted Danson, Charles Durning, William
H. Macy, Peter Riegert, Sarah Polley. ***
Estimable debut como director del actor Saul Rubineck,
que narra la historia de un joven asesino a sueldo y su
mentor. La excelente labor del reparto (con actores como
Charles Durning o Peter Riegert) ayuda a disimular algu-
nos defectos del guión. ■ G.Q.
JESSICA
United Artists, EE.UU.-Francia-Italia, 1962, 105 min.
Productor: Jean Negulesco. Director: Jean Negulesco. Guión: Edith Som-
mer. Fotografía: Pierro Portalupi. Música: Mario Nascimbene. Montaje:
Renzo Lucidi. Dirección Artística: Giulio Bengini. Intérpretes: Angie
Dickinson, Maurice Chevalier, Noel-Noel, Marcel Dalio, Gabriele Ferzet-
ti, Sylva Koscina, Agnes Moorehead. **
Una de las últimas películas del autor de La máscara de
Dimitros, Belinda y Cómo casarse con un millonario, entre
tantas otras. Es una comedia festiva, veraniega y liviana
ambientada en Sicilia y protagonizada por una guapa
norteamericana allí llegada. Se trata de una de esas lige-
ras películas yanquis que proponen una mirada románti-
ca, folklórica y arquetípica del Viejo Continente. Negules-
co era el director perfecto para la faena: ya había rodado
las rosáceas y turísticas Creemos en el amor y La sirena y
el delfín y aún rodaría En busca del amor, remake de Cre-
emos en el amor, que cambia Italia por España. Buen
reparto: Dickinson está estupenda. Chevalier derrocha
charme por sus cuatro costados y entre los secundarios
están Gabriele Ferzetti, Sylva Koscina, Marcel Dalio y la
gran Agnes Moorehead. ■ J.B.C.
JET LAG
(Décalage horaire), Francia, 2002, 91 min.
Productor: Alain Sarde. Director: Danièle Thomson. Guión: Christopher
y Danièle Thomson. Fotografía: Patrick Blossier. Montaje: Sylvie Landra.
Música: Eric Serra. Diseño de producción: Michèle Abbé. Vestuario: Eli-
sabeth Tavernier. Intérpretes: Juliette Binoche, Jean Reno, Sergi López,
Scali Delpeyrat, Karine Belly. **
Es sabido que la ley de la comedia acepta la ley del usar
y tirar y que está en su esencia generar filmes nulos y efí-
meros pero rentables. Jet Lag es uno de esos títulos. Es
una comedieta fabricada a la medida de sus protagonis-
● ●
●
tas, Juliette Binoche y Jean Reno, que se inyectan una
sobredosis de autoindulgencia y, de paso, aceptan hacer
suyo algo que no se ajusta a la medida de sus talentos,
que se cuentan entre los más solventes del cine francés.
El resultado es una agradable y vacía pequeñez que sólo
se sostiene por el choque sin chispa de estos dos extra-
ordinarios intérpretes, apoyados en un tercero de su talla,
Sergi López, un trío que malgasta su ingenio en hacernos
tragable y digerible un producto que ni ellos mismos tra-
gan y digieren. ■ J.D.D.
EL JINETE ELÉCTRICO
(The Electric Horseman), Columbia, EE.UU., 1979, 120 min.
Productor: Ray Stark. Director: Sydney Pollack. Guión: Robert Garland.
Fotografía: Owen Roizman. Montaje: Sheldon Kahn. Música: David Gru-
sin. Intérpretes: Robert Redford, Jane Fonda, Valerie Perrine, Willie Nel-
son, John Saxon, Nicolas Coster, Allan Arbus. ***
La coincidencia en este producto de Sydney Pollack, Ro-
bert Redford y Jane Fonda ni es casual ni ha de extrañar
a nadie. Jane y Robert ya habían formado pareja en Des-
calzos por el parque y coincidido en la formidable La jau-
ría humana, y ambos, por separado, han trabajado en más
filmes de Pollack, en especial Redford, su actor preferido.
Los tres, en fin, fueron el paradigma del nuevo Hollywood
de los sesenta: liberales, progresistas, un punto rebelde
(lo que no les impide recoger el Oscar cuando la suerte
les sopla de cara), activamente comprometidos... la ima-
gen misma del triunfo democrático.
El jinete eléctrico es una película en la que el trío de
marras se mueve como cachalote en el océano: un wes-
tern moderno bajo cuya apariencia de comedia románti-
ca y aventurera se esconde un alegato ecológico y una
crítica a la voracidad del capitalismo. Su protagonista
(Redford) es una decadente estrella del rodeo que se
gana los cereales haciendo publicidad a lomos de su
caballo, convenientemente decorado con lucecitas por
todo su cuerpo: el jinete más hortera desde la jubilación
de Roy Rogers. El caso es que a su caballo lo explotan, lo
dopan, en beneficio de la exitosa campaña publicitaria. Y
él, todo conciencia de sus deberes éticos, decide plantar
a la multinacional, huir a las montañas de Utah y luchar
por su causa como el último de los cowboys puros, más
o menos como el Kirk Douglas de Los valientes andan
●
 Jovencito Frankenstein, El | 255
● ● ●

solos. Sucede, sin embargo, que este acto de rebeldía ge-
nera a su vez un nuevo eco en los medios de comunica-
ción, que hacen de su protagonista un héroe nacional, y
una periodista (Fonda, quién si no) se lanza en su busca.
El jinete eléctrico podrá arremeter contra las multina-
cionales y sus fauces, pero no hay que olvidar que se tra-
ta de una inusual coproducción entre Columbia y Univer-
sal de pretensiones no precisamente altruistas. Como fá-
bula sobre la armonía entre hombre y naturaleza es más
bien elemental, aunque lícita. Como comedia sentimental,
un tanto facilona. Pero la realización, fotografía e inter-
pretaciones poseen un brillo innegable y se dejan degus-
tar sin mayores problemas. Además, nunca hay que des-
preciar una película con Velerie Perrine dentro. ■ J.B.C.
revelado frustradas, y sus resultados, a años luz de sus
memorables shows en la televisión. Algunas situaciones
aisladas del filme no salvan de la quema esta parodia de
las películas de James Bond. ■ J.E.
¡JO, QUÉ NOCHE!
(After Hours), EE.UU., 1985, 96 min.
Productor: Robert F. Colesberry, Griffin Dunne, Amy Robinson. Direc-
tor: Martin Scorsese. Guión: Joseph Minion. Fotografía: Michael Ball-
haus. Música: Howard Shore. Montaje: Thelma Schoonmaker. Dirección
Artística: Stephen J. Lineweaver. Intérpretes: Griffin Dunne, Rosanna
Arquette, Verna Bloom, Tommy Chong, Linda Fiorentino, Teri Garr.
****

Con su carrera en franco declive tras el fracaso comercial

JOE CONTRA EL VOLCÁN de El rey de la comedia (1982), Martin Scorsese recuperó
(Joe Versus the Volcano), Amblin/Warner, EE.UU., 1990, 102 min. la confianza de los productores gracias a esta comedia
Productor: Teri Schwartz. Director: John Patrick Shanley. Guión: John negra, de modesto presupuesto, que coprodujo su propio
Patrick Shanley. Fotografía: Stephen Goldblatt. Montaje: Richard Halsey. protagonista, Griffin Dunne. Infamemente rebautizada
Música: Georges Delerue. Dirección Artística: Bo Welch. Intérpretes: aquí como ¡Jo, qué noche!, After Hours, relata la insólita
Tom Hanks, Meg Ryan, Lloyd Bridges, Robert Stack, Dan Hedaya, Ossie noche de un experto en informática, a partir de la cita
Davies. ** que establece con una joven desconocida y que le lleva-
rá hasta el Soho de Manhattan. A partir del guión escrito
Para su debut en la dirección, el oscarizado guionista de por un estudiante del Instituto Cinematográfico Sundan-
Hechizo de luna John Patrick Shanley eligió una rareza: ce de Robert Redford, Scorsese puso toda su experiencia
una fallida aunque entretenida comedia de aventuras. al servicio de este alocado y en ocasiones inquietante iti-
Curiosamente, en una película tan dependiente del artifi- nerario nocturno. Indispensable para los amantes de la
cio narrativo y visual como ésta, es la multifacética inter- comedia negra. ■ LL.B.M.
pretación de Tom Hanks como un oprimido oficinista
convertido en aventurero la que une los elementos dispa-
res. Tras descubrir que tiene un “tumor cerebral” y sólo
seis meses de vida, Joe (Hanks) se da cuenta de que ha
estado demasiado asustado para vivir apropiadamente, y
acepta la proposición de Graynamore (Bridges), un som-
brío millonario: los habitantes de una isla polinesia nece-
sitan un héroe que salte a un volcán para apaciguar a sus
dioses; a cambio, Joe vivirá como un rey y morirá como
un hombre, mientras Graynamore consigue los derechos
de valiosos yacimientos de minerales. Meg Ryan aparece
por el camino interpretando a tres mujeres diferentes en
la vida de Hanks. Pasando del deprimente gris de la ofici-
na de Joe a los abstractos colores de las escenas poste-
riores, esta atractiva fábula crece desde una lenta burbu-
ja hasta una erupción de comedia, romance y sentimen-
talismo lacrimógeno. ■ J.D.D.

JOHNNY ENGLISH
Universal, Reino Unido, 2003, 90 min.

Productor: Tim Bevan, Eric Felliner, Mark Huffam. Director: Peter

Howitt. Guión: Neal Purvis, Robert Wade, William Davies. Música: Ed
Shearmur. Intérpretes: Rowan Atkinson, Natalie Imbruglia, Ben Miller,
John Malkovich, Douglas McFerran, Kevin McNally. **
JOVENCITO FRANKENSTEIN, EL
Una comedia de acción bastante absurda, al servicio de (Young Frankenstein), 20th Century Fox, EE.UU., 1974, 108 min.

su protagonista, Rowan Atkinson, alias Mr. Bean. Como ha Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks y Gene Wilder, basado en
ocurrido en otras ocasiones, las incursiones cinematográ- «Frankenstein», de Mary Shelley. Fotografía: Gerald Hirschfeld. Música:
ficas que ha efectuado el popular cómico británico se han John Morris. Intérpretes: Gene Wilder, Peter Boyle, Marty Feldman,

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256| Joyas de la familia, Las
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Madeline Kahn, Cloris Leachman, Teri Garr, Gene Hackman, Clement

von Franckenstein, Mel Brooks (voz). ****

El inesperado éxito de Sillas de montar calientes abrió a

Mel Brooks –entonces un semidesconocido cómico judío
de Nueva York– las puertas de un jugoso contrato de tres
películas con la 20th Century Fox. El jovencito Frankens-
tein fue la primera de ellas y el antiguo showman eligió
parodiar el viejo terror de la Universal con un guión que
había escrito el actor Gene Wilder cuando descansaba de
sus rodajes en un lugar apartado del mundanal ruido. El
choque de las dos personalidades se aprecia en el filme,
que aparece, con sus evidentes desmadres, mucho más
mesurado que el resto de las obras firmadas por Brooks,
prueba evidente de la influencia de Wilder.
La cinta parte de la historia de un hipotético descen-
diente del barón Frankenstein que, por desconocidos
impulsos atávicos, se siente obligado a emular las gestas
de su antepasado. Con este argumento de partida, Bro-
oks y Wilder consiguieron rendir un emotivo homenaje a
las míticas películas de terror de la Universal de los años
treinta, especialmente a La nova de Frankenstein y a La
sombra de Frankenstein, algunas de cuyas escenas están
parodiadas con mucha inteligencia. El director reconstru-
yó con singular maestría el estilo típico de aquellos fil-
mes, no sólo con el diseño de producción y la fotografía
en blanco y negro sino utilizando también el mismo labo-
ratorio original o el libro preferido del doctor, “How I Dit
It”. La película está repleta de homenajes cinéfilos (habi- La caracterización y/o el disfraz es una de las armas fun-
tuales en la obra de Brooks): la parodia de Kenneth Mars damentales con que lucha el cómico en toda su carrera.
de Lionel Atwill en La sombra de Frankenstein o el peina- Ni que decir tiene que Jerry Lewis es uno de los más emi-
do de Madeline Kahn que recuerda a Elsa Lanchester en nentes cómicos que el siglo XX dio, y que en el arte de
La nova de Frankenstein). disfrazarse ha alcanzado momentos de grandeza (aun en
Cinefilia aparte, la cinta es en conjunto una divertidísi- sus filmes menores, como El jinete loco). Las joyas de la
ma parodia que conectó fácilmente con el gusto del gran familia vendría a ser la cúspide de sus capacidades en la
público y que contiene escenas y personajes memora- especialidad. Es una historia sencilla de niña huérfana y
bles. Desde el nombre de “Frankenstoin”, la presencia del rica heredera en busca de un tutor en la figura de uno de
inolvidable Marty Feldman haciendo de Igor, el monstruo sus cinco tíos: un viejo y chocheante lobo de mar, un pa-
cantando y bailando y, sobre todo, la sorprendente se- yaso desencantado de los niños, un fotógrafo torpón, un
cuencia del ciego, interpretado magistralmente por Gene desastroso y anticuado aviador y un detective de tintes
Hackman, que se encuentra con la criatura cuando está holmesianos. Pues bien, todos esos personajes, así como
deseando tener compañía y cree que por fin sus plegarias el otro tío malvado y mafioso y el del servicial chófer de
han sido atendidas. Pese a la brevedad del papel, Hack- la pequeña, siete en total, los encarna Lewis en una varia-
man luchó tenazmente por conseguirlo e incluso se so- dísima gama de registros, ofreciendo un asombroso mul-
metió a una prueba. tirrecital sólo comparable al del insólito Alec Guiness de
A pesar de algún chiste barato, clara concesión a la Ocho sentencias de muerte.
taquilla, El jovencito Frankenstein representa una exce- Pero el interés de la cinta no acaba en la capacidad
lente parodia de uno de los más populares géneros cine- polimórfica del actor. Tiene la gloria, paralelamente, en el
matográficos, propósito en el que Brooks siguió reinci- sobresaliente trabajo del Lewis director, el Lewis creador
diendo en Máxima ansiedad y La última locura. ■ A.C. de un cine cómico personalísimo y comprometido con su
tiempo. Hay en la película sobradas muestras de su talen-
to, ya sea el recurso al más genuino slapstick –que en el
JOYAS DE LA FAMILIA, LAS cine sonoro nunca ha brillado tanto como de la mano de
(The Family Jewels), Paramount/Lewis, EE.UU., 1965, 98 min. Lewis– y a los gratos placeres de la destrucción –los li-
Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry Lewis, Bill bros de una estantería, un coche...–, ya sea bajo el signo
Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Música: Pete King. Montaje: del más estridente surrealismo: la película proyectada en
Arthur P. Schmidt, John Woodcock. Dirección Artística: Hal Pereira, Jack un avión que padece los mismos vaivenes del aparato, el
Poplin. Intérpretes: Jerry Lewis, Sebastian Cabot, Donna Butterworth, chófer cavando accidentalmente una fosa con su nervio-
Neil Hamilton, Jay Adler, Robert Strauss. **** sismo, etcétera. Gags de maestría incomparable, tan

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● ●
abundantes, bien modulados y expresados que convier-
ten a Las joyas de la familia en uno de los mejores títulos
del cineasta. ■ J.B.C.
JUANA LA LOCA... DE VEZ EN CUANDO
España, 1983, 87 min.
Productor: José Frade. Director: José Ramón Larraz. Guión: Juan José
Alonso Millán. Fotografía: Raúl Artigot. Montaje: Mercedes Alonso.
Música: Teddy Bautista. Intérpretes: Lola Flores, Beatriz Elorrieta, Jaime
Morey, Manolo Gómez Bur, Quique Camoiras, Juanito Navarro, Manolo
Codeso, Fernando Fernán Gómez, Paloma Hurtado, Adriana Vega. ●
Después de Cristóbal Colón, de oficio descubridor, Jesús
Frade reincidió lastimosamente produciendo este insen-
sato engendro, con el pretexto de desmitificar personajes
históricos a base de anacronismos y referencias políticas
actuales. La dirección fue encomendada en esta ocasión
al barcelonés José Ramón Larraz, excelente dibujante
formado en su largo exilio británico, fotógrafo de modas,
realizador de "Lo que el viento se llevó" en fotonovela,
hombre culto y realizador de algunas interesantes pelícu-
las de terror en Inglaterra y un título en España tan inte-
resante como El mirón. A evitar, salvo insomnes contu-
maces. ■ LL.B.M.
JUAN NADIE
(Meet John Doe), Warner Bros., EE.UU., 1941, 135 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Robert Riskin
(basado en la historia “The Life and Death of John Doe” de Robert Pres-
nell y Richard Connell). Fotografía: George Barnes. Montaje: Daniel
Mandell. Música: Dimitri Tiomkin. Dirección Artística: Stephen Goos-
son. Vestuario: Natalie Visart. Intérpretes: Gary Cooper, Barbara
● ●
Juego de Hollywood, El | 257
●
Stanwyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason, Spring
Byington, Gene Lockhart, Rod La Rocque, Irving Bacon. ****
Juan Nadie es una de esas comedias que, como El secre-
to de vivir o Vive como quieras (títulos elocuentes de por
sí), realizara Frank Capra en una vena optimista, de enor-
me popularidad, que conectaba a la perfección con el
espíritu del new deal rooseveltiano. Es la historia de un
norteamericano corriente y moliente, sin sustancia apa-
rente, a quien se empuja a subir a la cumbre, encarnar la
honestidad y acabar con la corrupción política y econó-
mica. El ideal del ser puro como conductor del destino y
la esperanza de todo un pueblo. Un sabor a cuento de
hadas demagógico impregna toda la película, pero Capra
y su fiel guionista Robert Riskin, así como unos actores
seguros, potentes (nadie como Gary Cooper para dar esa
imagen de integridad), hacen de ella el paradigma de la
comedia clásica impecablemente escrita, construida e
interpretada. ■ J.B.C.
JUDGE PRIEST
Fox, EE.UU., 1934, 80 min.
Productor: Sol M. Wurtzel. Director: John Ford. Guión: Dudley Nichols,
Lamar Trotti. Fotografía: George Schneiderman. Música: Cyril J. Mock-
ridge. Vestuario: Royer. Intérpretes: Will Rogers, Henry B. Walthall, Tom
Brown, Anita Louise, Rochelle Hudson, Berton Churchill, Brenda Fowler,
Francis Ford, Hattie McDaniel. ***
Los relatos de Irvin S. Cobb presentaban el personaje de
William Priest, un juez cachazudo, humanista y profundo
conocedor de las debilidades humanas, que imparte jus-
ticia en un pueblo de Kentucky a finales del siglo XIX. El
juez Priest pertenece a la trilogía de películas que Ford
rodó con Will Rogers, un popular actor de teatro y mono-
loguista en el medio radiofónico, que representaba al ciu-
dadano americano medio en su filosofía de lo cotidiano.
En esta trilogía Will Rogers fue también un médico rural
en el filme Doctor Bull y un curandero que navegaba en
un barco del Mississippi en Steamboat 'Round the Bend.
Aquí en el territorio regido por Priest asistimos al desfile
de una serie de tipos característicos, provistos de un sen-
tido del humor sureño, nada espacial, hasta el punto de
que el magistrado tiene que vérselas con el odio que des-
pierta un inconveniente social y convertirlo en admiración
al desvelar su admirable pasado como héroe en la Guerra
Civil. ■ M.Q.
JUEGO DE HOLLYWOOD, EL
(The Player), Spelling Entertainment, EE.UU., 1992, 123 min.
Productor: David Brown, Michael Tolkin, Nick Wechsler. Director:
Robert Altman. Guión: Michael Tolkin (basado en su novela). Fotografía:
Jean Lepine. Montaje: Geraldine Peroni, Maysie Hoy. Música: Thomas
Newman. Diseño de producción: Stephen Altman. Dirección Artíística:
Jerry Fleming. Vestuario: Alexander Julian. Intérpretes: Tim Robbins,
Greta Scacchi, Fred Ward, Whoopi Goldberg, Peter Gallagher, Brion
James, Cynthia Stevenson, Vincent D’Onofrio, Dean Stockwell, Richard
E. Grant. ****
●
258| Juego de la venganza, El
● ●
Altman había estado en situación de “maldito” tras el
hundimiento de su productora Lion´s Gate y se había cir-
cunscrito a rodar adaptaciones de piezas teatrales, hasta
que cayó en sus manos el guión de Michael Tolkin sobre
su propia novela “The player” y lo convirtió en una visión
ácida, dura y llena de humor irreverente sobre las nuevas
estructuras de producción de Hollywood, algo así como
Minnelli había hecho con las viejas en Cautivos del mal. El
acoso que un guionista rechazado hace a un productor
pone al descubierto las relaciones de poder, las servi-
dumbres y el frío materialismo del mundo del cine. El tra-
velling con que se abre el filme bate el récord de duración
del de Welles en Sed de mal, pero es descriptivo y no na-
rrativo. Presencia de numerosos amigos de Altman, como
Cher, Julia Roberts, Jack Lemmon, Bruce Willis... ■ M.Q.
JUEGO DE LA VENGANZA, EL
(The Revenger’s Comedies), Reino Unido-Francia, 1998, 86 min.
Productor: Simon Bosanquet. Director: Malcolm Mowbray. Guión: Mal-
colm Mowbray (basado en la obra de Alan Ayckbourn). Fotografía:
Romain Winding. Montaje: Barrie Vince. Dirección Artística: Charmian
Adams, Diane Dancklefsen. Intérpretes: Sam Neill, Helena Bonham Car-
ter, Kristin Scott Thomas, Rupert Graves, Martin Clunes, Steve Coogan,
John Wood, Liz Smith. ***
Una ingeniosa comedia de enredo donde un par de suici-
das frustrados se intercambian la realización de sus pla-
nes de venganza contra quienes los han defraudado. Una
historia a lo Patricia Highsmith tratada en clave desenfa-
dada, con toques de humor negro. Helena Bonham-Car-
ter se permite el lujo de aparecer desaliñada cuando se
disfraza de secretaria, dejándole el encanto para la estili-
zada Scott-Thomas. ■ M.Q.
JUEGO DE LA VERDAD, EL
España, 2004, 95 min.
Productor: Pau Calpe, Juan Gordon. Director: Álvaro Fernández Armero.
Guión: Álvaro Fernández Armero, Roberto Santiago. Fotografía: Aitor
Mantxola. Montaje: David Pinillos. Intérpretes: Tristán Ulloa, Natalia Ver-
beke, María Esteve, Óscar Jaenada, Sonia Castelo, Fernando Cayo, Ága-
tha Fresco. ***
Con El juego de la verdad, el director Álvaro Fernández
Armero vuelve a la comedia tras haber jugado con el
terror juvenil en El arte de morir. A la comedia que tan
bien le salía en Todo es mentira o Nada en la nevera. Aquí
demuestra madurez al abordar una anécdota mínima,
que parecía no poder dar más de sí a partir de su plante-
amiento (en la escena de la hoguera), pero a la que expri-
me hasta llegar a la hora y media de rigor sin desfalleci-
miento ni apenas baches, con ritmo, actuaciones satis-
factorias y situaciones bien desarrolladas: baste citar la
hilarante secuencia del encuentro fortuito de todos los
personajes con el jefe de dos de ellos, con el equívoco de
la sordomuda como aderezo, para constatar que Fernán-
dez Armero domina con clase la comedia de enredos tra-
dicional. ■ J.B.C.
● ●
●
JUEGO MÁS DIVERTIDO, EL
España, 1988, 88 min.
Productor: Fernando Trueba. Director: Emilio Martínez Lázaro. Guión:
Luis Ariño, Emilio Martínez Lázaro. Música: Ángel Muñoz Alonso. Intér-
pretes: Victoria Abril, Antonio Valero, Antonio Resines, Maribel Verdú,
Santiago Ramos, Ricard Borrás, Manuel de Blas, Ariadna Gil, Nancho
Novo, Miguel Rellán. **
Una comedia tan simple como entretenida y bien inter-
pretada sobre los enredos sentimentales de una pareja
de actores, enfrentados tanto en el lecho como ante las
cámaras. ■ J.B.C.
JUEVES, MILAGRO, LOS
España-Italia, 1957, 84 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Luis García Berlanga, José Luis
Colina. Fotografía: Francisco Sempere. Montaje: Pepita Orduña. Música:
Franco Ferrara. Diseño de producción: Bernardo Ballester. Decorados
Enrique Alarcón. Intérpretes: Richard Basehart, José Isbert, Paolo Stop-
pa, Juan Calvo, Alberto Romea, Félix Fernández, Guadalupe Muñoz
Sampedro, Manuel Alexandre, José Luis López Vázquez. **
Una película que, por desgracia, ha pasado a la historia
como una de las más increíbles y nefastas actuaciones de
nuestra censura religiosa, hasta el punto que cabe consi-
derarla por lo que es y por lo que demuestra que podía
haber sido. Los componentes de las fuerzas vivas de un
pueblo, cuya única riqueza la llevaban los visitantes de un
balneario, idean un sistema para que la gente acuda en
gran número de nuevo al lugar y así revitalizar su maltre-
cha economía. Fingen unas milagrosas apariciones del
santo patrón del pueblo que tienen lugar los jueves sin
falta, y así logran embaucar a los fieles crédulos y se
aprovechan de su necesidad de consuelo y de su sed de
prodigios.
Al Opus Dei, que dominaba entonces los estamentos
censorios, le pareció bien en principio el argumento, con-
siderándolo como una afirmación de la ortodoxia frente a
los abusos milagrosos. Pero una vez la película fue termi-
nada, se obligó a Luis García Berlanga a hacer tantos
retoques en los diálogos y a rodar de nuevo partes tan
importantes que el director le ofreció al padre Grau, un
sacerdote encargado de velar por la moral en el cine
mediante el uso y abuso de las tijeras, que su nombre
apareciera también en los créditos como coautor del
guión y así participara también en los beneficios de
explotación del filme. El padre Grau se negó, demostran-
do que obraba sin afán de lucro, por pura malicia.
Las intervenciones de tantos elementos extraños hicie-
ron que Los jueves, milagro sea una película descompen-
sada, mucho más suelta en la primera parte que en la
segunda, que es donde hubo mayores presiones para
acomodar las conclusiones a la fe y moral imperantes. El
filme fue un fracaso comercial y Berlanga tardó cuatro
años en volver a ponerse detrás de una cámara. Cuando
lo hizo, inició su fecunda etapa de colaboración con el
guionista Rafael Azcona, y el resultado fueron dos obras
maestras, Plácido y El verdugo. ■ M.Q.
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JUGANDO A LA MISMA CARTA
(Personal Property), EE.UU., 1937, 84 min.
Productor: John W. Considine Jr. Director: W.S. Van Dyke. Guión: Hugh
Mills, Ernest Vajda (basado en la obra “The Man In Possession”, de H.M.
Harwood). Fotografía: William H. Daniels. Montaje: Ben Lewis. Música:
Franz Waxman. Dirección Artística: Cedric Gibbons. Intérpretes: Jean
Harlow, Robert Taylor, Reginald Owen, Una O’Connor, Henrietta Cros-
man, E.E. Clive. ***
Jugando a la misma carta es una comedia sustentada en
el equívoco, cuyos protagonistas quieren "cazarse"
mutuamente y acabar en la vicaría, al pensar cada uno de
ellos que el otro es millonario, aceptando después la rea-
lidad con notable sentido deportivo. La principal baza del
filme consistía en reunir al galán del momento, Robert
Taylor, con Jean Harlow, auténtico sex-symbol, que reali-
zó aquí su penúltima aparición ante las cámaras, ya que
fallecería apenas unos meses después, cuando sólo con-
taba 26 años de edad. La función fue dirigida con su
característica elegancia por W.S. Van Dyke II, a la sazón
uno de los directores más prestigiosos de la MGM y res-
ponsable de los mejores títulos de la serie El hombre del-
gado. Para nostálgicos del star system, de la comedia
americana tradicional. ■ LL.B.M.
JUICIO UNIVERSAL
(Il giudizio universale), Dino de Laurentiis/Standar Film, Italia-
Francia, 1961, 95 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Vittorio de Sica. Guión: Cesare
Zavattini. Fotografía: Gabor Pogany. Montaje: Adriana Novelli, Marisa
Letti. Música: Alessandro Cicognini. Dirección Artística: Pasquale
Romano, Pietro Bologna. Intérpretes:: Nicola Rossi Lemeni, Elli Davis,
Georges Riviere, Paolo Stoppa. ****
Parodia absolutamente descabellada de la norteamerica-
na La hora final (On the Beach, 1959), de Stanley Kramer,
en la que un grupo de personas pasaba sus últimos días
ante la inminente llegada del fin del mundo. Esta misma
circunstancia es la que parece va a suceder en Nápoles
por culpa de unos alarmantes síntomas en el cambio cli-
mático. La acción, que transcurre en un solo día, sirve a
director y guionista (míticos nombres del neorrealismo)
para profundizar en las miserias y grandezas del ser hu-
● ●
Junior | 259
●
mano, sobresaliendo su espíritu de comedia, lo que se
agradece bastante. Además de presentar a personajes
muy interesantes y diálogos espléndidos, sirve para jugar
durante todo su metraje a reconocer rostros como los de
Fernandel, Anouk Aimée, Jaime de Mora y Aragón, Meli-
na Mercuri, Nino Manfredi, Vittorio Gassman, Vittorio de
Sica, Silvana Mangano, Jack Palance, Ernest Borgnine,
Lino Ventura, Alberto Sordi, Akim Tamiroff, Jimmy Duran-
te y el cantante Domenico Modugno. ■ L.M.C.
JULIA TIENE DOS AMANTES
(Julia Has Two Lovers), Oneira, EE.UU, 1990, 85 min.
Productor: Bashar Shbib. Director: Bashar Shbib. Guión: Daphna Kast-
ner, Bashar Shbib. Fotografía: Stephen Reizes. Montaje: Dan Foegelle,
Bashar Shbib. Música: Emilio Kauderer. Intérpretes: Daphna Kastner, Da-
vid Duchovny, David Charles, Tim Ray, Clare Bancroft, Martin Donovan,
Anita Olanick. ***
Realizada con un presupuesto tercermundista, a pesar de
ser un filme norteamericano, por un realizador de origen
iraní y un grupo de actores amiguetes, Julia tiene dos
amantes es una muestra más, igual que podría serlo tam-
bién Pulp Fiction, de lo que puede hacer el cine indepen-
diente sin las trabas que, normalmente, imponen las gran-
des compañías: películas más o menos buenas que abor-
dan temas de la sociedad actual con puntos de vista nue-
vos. La historia es la típica de una relación sentimental a
tres bandas, aunque posee la novedad de que está
ambientada en el entorno playero californiano de Venice,
colorista, exótico y con una fauna humana impresionante
desde nuestra perspectiva. La originalidad radica en que
uno de los implicados clave de la historia lo es únicamen-
te a través del hilo telefónico y éste se convierte en un
elemento primordial de la vida de los protagonistas, lo
que quizá constituya una metáfora de la comunicación
moderna.
La protagonista, una escritora de libros juveniles, vive
con un hombre y recibe cierto día una misteriosa llamada
telefónica que la fascina. Aunque el realizador se centra
más en la parte vodevilesca de la situación que en las
posibilidades psicológicas, la cinta se convierte así en un
divertimento muy fresco, muy espontáneo y bastante
auténtico. En el fondo, el ambiente y algunas de las gen-
tes de Venice, presentes sólo con fines utilitarios, le dan
al filme una visión bastante novedosa. Son otros modos
de vida y de entender la existencia muy diferentes a los
nuestros. Respecto a la forma, la cinta posee claras in-
fluencias de Eric Rohmer. Los personajes se pasan la pelí-
cula hablando aunque, a diferencia de los de Rohmer, es-
tén separados por el hilo telefónico. No se pierda la pre-
sencia de David Duchovny –famoso gracias a la serie Ex-
pediente X– en un papel completamente diferente. ■ A.C.
JUNIOR
Northern Lights/Universal, EE.UU., 1994, 109 min.
Productor: Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión: Kevin Wade,
Chris Conrad. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Sheldon Kahn,
●
260| Junior
● ●
Wendy Greene Bricmont. Música: James Newton Howard. Dirección
Artística: Stephen Lineweaver. Intérpretes: Arnold Schwarzenegger,
Danny DeVito, Emma Thompson, Frank Langella, Pamela Reed. *
En cierto momento de su enormísima popularidad, Ar-
nold Schwarzenegger decidió, como también hiciera su
eterno rival Stallone, probar fortuna en la comedia. Ivan
Reitman, el director de Los cazafantasmas, le sirvió en
bandeja tres vehículos, todos forjados en el big concept,
ese argumento de impacto que se cuenta en una sola
frase y que tanto gusta en los despachos de Hollywood:
● ●
●
el grandullón Arnie es el hermano gemelo de Danny De-
Vito (Los gemelos golpean dos veces), ¿qué ocurriría si
mezcláramos al musculoso actor con un grupo de moco-
sos (Poli de guardería) y qué ocurriría si el supermacho
de las action movies quedara embarazado? La respuesta
a esta última pregunta es Junior, en la que Schwarzeneg-
ger es un científico que prueba la nueva fórmula de un
fertilizante que le deja, como a Mastroianni en No te pue-
des fiar ni de la cigüeña, “encinto”. Una premisa singular
a la que ni los guionistas ni Reitman logran sacarle jugo.
Una parida. ■ J.B.C.
●
 K
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KARNABAL
Aura Films/Fígaro Films/Imatco, España, 1985, 82 min.
Director: Carles Mira. Guión: Carles Mira (basado en un argumento de
Els Comediants). Fotografía: Tomás Pladevall. Música: Els Comediants.
Intérpretes: Els Comediants. ***
Un hombre que se desplaza en coche es obligado a subir
en un globo y llevado a un extraño lugar donde es pro-
clamado rey de un carnaval. Más que una película del
malogrado autor de Con el culo al aire y Que nos quiten
lo bailao, un auténtico carrusel Comediants, una insólita
fantasía en torno al nacimiento, desarrollo y muerte del
ser humano. Una experiencia filosófica rica en sugestio-
nes visuales. ■ J.B.C.
KERMESSE HEROICA, LA
(La kermesse heroïque), Tobis, Francia, 1935, 95 min.
Director: Jacques Feyder. Guión: Bernard Zimmer. Fotografía: Harry
Stradling. Música: Louis Beydts. Dirección Artística: Lazare Meerson.
Intérpretes: Françoise Rosay, Jean Murat, André Alerme, Louis Jouvret,
Lynne Clevers, Micheline Cheirel. *****
Un clásico no ya sólo del cine galo, sino del cine en ma-
yúsculas, que el belga –aunque finalmente nacionalizado
francés– Jacques Feyder filmó después de haber pasado
fugazmente por Hollywood. Tomando como punto de
partida una novela de Charles Spaak, Feyder construyó
una demoledora sátira histórica a costa de la presencia
de los españoles en Flandes, que el director aprovechó
para realizar un homenaje a los grandes nombres de la
pintura holandesa y belga, por los que sentía una gran
admiración. La película no es, sin embargo, un mero ju-
guete estético en el que se pueden reconocer cuadros de
● ●
●
Rembrandt o Vermeer, sino una ácida reflexión que mu-
chos leyeron como una referencia histórica más reciente:
la invasión alemana de Bélgica durante la Primera Guerra
Mundial y la colaboración que sus habitantes prestaron al
enemigo. ■ J.E.
KIKA
España, 1993, 114 min.
Productor: Pedro Almodóvar. Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro
Almodóvar. Fotografía: Alfredo F. Mayo. Montaje: José Salcedo. Vestua-
rio:José María de Cossío, Jean-Paul Gaultier, Gianni Versace. Diseño de
producción: Alain Bainée. Intérprettes: Verónica Forqué, Peter Coyote,
Victoria Abril, Àlex Casanovas, Rossy de Palma, Santiago Lajusticia, Ana-
bel Alonso. *
Kika fue una decepción anunciada por Tacones Lejanos y
confirmada por La flor de mi secreto. Igual que ocurre
con la mayoría de películas del realizador manchego, Kika
es difícil de clasificar en un género concreto. Hay muchas
notas melodramáticas, hay suspense, hay humor, hay
homenajes cinéfilos y está la inevitable presencia de los
artistas invitados, los amiguetes y las amiguetas de
Almodóvar. Y no hay, como sería deseable, la presencia
en los títulos de crédito de un guionista que ponga orden
a todas las diversas, y muchas veces incoherentes, ideas
que el realizador acostumbra poner en sus películas, la
mayoría de las veces con calzador. A falta de un guionis-
ta, Almodóvar sigue siendo la estrella de todos sus filmes.
En Kika hay un muchacho obsesionado con la muerte
de su padre. Vive con su padrastro y liga con una maqui-
lladora. Hay también una especial presentadora de televi-
sión, muy posmoderna ella, que ha elevado la crónica de
sucesos a cotas de ciencia ficción. Es Victoria Abril que
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262| KM. 0
● ● ●

hace de Andrea Caracortada y que va equipada con un
traje y unos artilugios más propios de los tebeos de
“Flash Gordon” o de un barroco posmodernista muy bien
diseñado pero mal entendido. Pero Victoria no es la pro-
tagonista. Ésta debería ser Verónica Forqué que, aunque
parezca mentira, sigue siendo la de siempre a pesar de
que todos dicen que Almodóvar siempre moldea a su
manera a sus chicas. Pero Verónica no deja de ser un per-
sonaje más y no el eje sobre el que debería girar toda la
trama. Puede decirse que la mayoría de los personajes de
la cinta funcionan por sí solos sin apenas conexión con
los demás. Es como si se hubiesen creado unos tipos
autistas que tienen muy poco que ver con el contexto
general de lo que ha de ser una historia con una progre-
sión dramática y con unas intenciones. En este sentido, el
de los personajes, hay que destacar, igual que se pone de
manifiesto en La flor de mi secreto, los números particu-
lares de algunos de ellos y, especialmente, el de la propia
madre del director, que consigue una escena antológica
haciendo de presentadora de televisión. Sería injusto ne-
gar que Kika posee los toques aislados de ingenio de Al-
modóvar y la originalidad de ciertas escenas. Pero son
hechos aislados que pocas veces están al servicio de la
cinta. ■ A.C.
dia del cine negro con pedigrí, el de Raymond Chandler,
invocado aquí incluso con una referencia a “La dama del
lago”. Ya un prólogo sarcástico y unos títulos de crédito
sofisticados, elegantísimos (dignos de un Edwards o un
Donen de los sesenta), nos avisan de que ésta va a ser
una fiesta agradable. Y con una fiesta en unos jardines de
Hollywood empieza la función, donde nuestro atolondra-
do héroe (¡qué gran actor es Robert Downey Jr.!), un
ladrón de pacotilla que se hace pasar por actor e inme-
diatamente por detective, se meterá en una intriga crimi-
nal tan intrincada como la de “El sueño eterno”. El estilo
es obviamente posmoderno, metalingüístico: la voz en off
del protagonista puntúa el recorrido, alude al espectador,
detiene la propia película cuando le conviene. El humor
es ácido, un tanto marciano, muy negro casi siempre, y
los diálogos, brillantes. Aunque su exceso causa fatiga en
el tramo final, la película es descarada, desenfadada, di-
vertida, deportiva, en la línea del John Lafia de The Blue
Iguana o la de los Coen de El gran Lebowski. ■ J.B.C.

KM. 0
Warner Sogefilms, España, 1999, 105 min.

Productor: Rafael Alvero, Stefan Nicoll, Marc Cases, Pastora Delgado.

Director: Juan Luis Iborra, Yolanda García Serrano. Guión: Juan Luis Ibo-
rra, Yolanda García Serrano. Fotografía: Ángel Luis Fernández. Montaje:
José Salcedo. Música: Joan Bibiloni. Vestuario: Josune Lasa. Intérpretes:
Concha Velasco, Georges Corraface, Silke, Carlos Fuentes, Mercè Pons,
Alberto San Juan, Elisa Mantilla, Amando del Río, Miquel García, Jesús
Cabrero, Víctor Ullate Jr., Roberto Álamo, Tristán Ulloa. ***

Segunda película rodada al alimón por Iborra y García Se-

rrano, tras haberse iniciado con Amor de hombre y haber
sido guionistas para Joaquín Oristrell y Manuel Gómez
Pereira. Aquí seguimos las vicisitudes de siete parejas de
diversa edad y condición que se dan cita en la madrileña
Puerta del Sol una calurosa tarde de agosto. ■ M.Q.

KISS KISS BANG BANG

EE.UU., 2005, 103 min.

Productor: Joel Silver. Director: Shane Black. Guión: Shane Black (basa-
do en parte en la novela “Bodies Are Where You Find Them”, de Brett KNACK... Y CÓMO CONSEGUIRLO, EL
Halliday. Fotografía: Michael Barrett. Montaje: Jim Page. Música: John (The Knack... and How to Get It), Woodfall, Reino Unido, 1965, 84 min.

Ottman, Lior Rosner. Dirección Artística: Aileen Febles. Intérpretes:
Robert Downey, Jr., Val Kilmer, Michelle Monaghan, Corbin Bernsen,
Dash Mihok, Larry Miller, Rockmond Dunbar. *
El guionista Shane Black y el productor Joel Silver se
hicieron famosos –y triplicaron los metros cuadrados de
sus piscinas– en películas estruendosas como Arma letal
o El último boy scout. Ahora reinciden, debutando el pri-
mero en la dirección, con un artefacto de muy distinto
signo, Kiss Kiss Bang Bang, a un tiempo homenaje y paro-
Productor: Oscar Lewenstein. Director: Richard Lester. Guión: Charles
Wood (basado en la obra de Ann Jellicoe). Fotografía: David Watkin.
Montaje: Anthony Gibbs. Música: John Barry. Dirección Artística: Ass-
heton Gorton. Vestuario: Jocelyn Rickards. In
ntérpretes: Rita Tushing-
ham, Ray Brooks, Michael Crawford, Donal Donnelly, William Dexter,
Charles Dyer, Margot Thomas, John Bluthal, Wensley Pithey, Helen
Lennox. ***
Este filme se ha convertido con el paso del tiempo en un
auténtico documento sociológico, una de las películas

● ● ●

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representativas de los felices sesenta, al menos desde su
perspectiva londinense. Richard Lester, en un momento
dulce de su carrera, puso en imágenes con suma fidelidad
y mucha creatividad una obra teatral de Ann Jellicoe
construida en torno a las preocupaciones de un mucha-
cho por conseguir el “knack”, que puede traducirse como
“gancho” respecto a las chicas. Lester dio a la obra tea-
tral un ritmo endiablado (muy parecido al de Help o Qué
noche la de aquel día) y logró efectos de gran comicidad,
aunque es muy posible que ahora puedan parecernos
desfasados. ■ A.C.
KOLYA
Portobello, Reino Unido-Checoslovaquia-Francia, 1996, 105 min.
Productor: Eric Abraham, Jan Sverak. Director: Jan Sverak. Guión: Zde-
nek Sverak. Fotografía: Vladimir Smutny. Montaje: Alois Fisarek. Música:
Ondrej Soukup. Dirección Artística: Milos Kohout. Intérpretes: Zdenek
Sverak, Andrej Chalimon, Libuse Safrankova, Ondrez Vetchy, Stella Zaz-
vorkova, Ladislav Smoljak. ***
Este film se llevó en 1997 el Oscar a la Mejor Película de
Habla No Inglesa. Se trata de una comedia modesta, afa-
ble y tristona, cuya acción acaece en Praga poco antes de
la elección de Havel, unos días en que todavía se perciben
los efluvios de la aciaga primavera de 1968. Su protago-
nista es un hombre maduro, soltero, solitario, mujeriego y
violoncelista, antaño miembro de la filarmónica y hoy
–tras purgar convenientemente unas palabras impruden-
tes– condenado a labrarse su escaso sueldo tocando en
funerales. La sustanciosa oferta económica de un falso
matrimonio de conveniencia con una muchacha rusa
desencadenará la peripecia: desaparecida la chica a
punto de casarse, el pobre diablo se verá obligado a ha-
cerse cargo del hijo de su fugaz costilla, el pequeño Ko-
lya. La película adquiere entonces algo de El chico, de
Charles Chaplin, esa sabia mezcla de sonrisas y llantos
contenidos bien servidos por los competentes Chalimon,
en el papel de Kolya, y Zdenek Sverak, padre del director,
cuyas barbas canas y atractivo otoñal componen una
suerte de Sean Connery que surgió del frío sin duda nada
desdeñable. ■ J.B.C.
KOPS
Suecia-Dinamarca, 2003, 90 min.
Productor: Anna Anthony. Director: Josef Fares. Guión: Josef Fares,
Mikael Håfström, Vasa. Fotografía: Aril Wretblad. Montaje: Andreas
Jonsson, Michal Leszczylowski. Música: Daniel Lemma, Bengt Nilsson.
Dirección Artística: Josefin Åsbarg. Intérpretes: Fares Fares, Torkel
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Kung Fu Sion | 263
●
Petersson, Göran Ragnerstam, Sissela Kyle, Eva Röse, Christian Fiedler,
Erik Ahrnbom. ***
La maquinaria hollywoodiense ha adquirido los derechos
de esta sencilla pero regocijante comedia que se halla en
las antípodas de las aparatosas locas academias de poli-
cías y otros especímenes. Su autor, Josef Fares, es un
libanés afincado en Suecia y de prolífica familia. Su her-
mano, Fares Fares, encabeza el reparto, y otros pares de
Fares desempeñan diversos cometidos en esta historia
sobre la comisaría de una pequeña localidad donde no se
produce ningún delito desde hace años. Hasta ahí llega,
para cerrarla, una deslumbrante inspectora jefe. Para no
quedarse en paro, cuatro de los policías (antológico
muestrario de tipos grotescos e inolvidables) se pasan
–muy profesionalmente, eso sí– al otro lado de la ley,
incrementando una estadística de delitos que estaba casi
en blanco. ■ LL.B.M.
KUNG FU SION
(Kung Fu), China-Hong Kong, 2004, 99 min.
Productor: Stephen Chow, Po Chu Chui, Jeffrey Lau. Director: Stephen
Chow. Guión: Stephen Chow, Tsang Kan Cheong, Xin Huo, Chan Man
Keung. Fotografía: Hang-Sang Poon. Montaje: Angie Lam. Música: Ste-
phen Chow, Raymond Wong, Hang Yi, Xian Luo Zong. Dirección Artísti-
ca: Second Chan. Intérpretess: Stephen Chow, Xiaogang Feng, Wah Yuen,
Zhi Hua Dong, Qiu Yuen. *
Kung fu sion es una descocadísima, demencial parodia
del cine de artes marciales y las películas de gángsters,
sometida en nuestras salas a un doblaje delirante, donde
los chinos protagonistas hablan arbitrariamente con
acento cheli, andaluz, catalán o gallego, una invitación a
ir a ver la película provistos de bocadillo de chorizo con
gaseosa. Su humor oscila entre lo vulgar (en la onda de
Terence Hill & Bud Spencer o los olvidados Les Charlots)
y la farsa modelo ZAZ, como un Agárralo como puedas a
costa de Matrix o Gangs of New York. Su ritmo y algunos
de sus gags más bestias vendrían a ser el equivalente a
un cartoon de Correcaminos. Lo mejor son sus frenéticas,
digitalizadas escenas de acción, como la dilatada pelea
final o la escena nocturna de los dos músicos, que ateso-
ran un endiablado sentido del espectáculo, quizás más
circense que cinematográfico, aunque poco importa para
el caso. En definitiva, un curioso y explosivo divertimen-
to. Y si algún día pillan en DVD Shaolin Soccer, una come-
dia precedente de Stephen Chow aquí inédita, no se la
pierdan: es todavía mejor y con el fútbol en vez del kung
fu. ■ J.B.C.
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 L
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LABERINTO DE PASIONES
Alphaville, España, 1982, 100 min.
Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Música: Bernardo
Bonezzi. Intérpretes: Cecilia Roth, Imanol Arias, Helga Liné, Marta Fer-
nández Muro, Fernando Vivanco, Ofelia Angélica, Ángel Alcázar, Anto-
nio Banderas, Luis Ciges, Concha Grégori. ***
Laberinto de pasiones es la segunda película de Almodó-
var y la primera planteada dentro de unas estructuras
industriales al uso, puesto que la primera, Pepi, Luci, Bom
y otras chicas del montón, fue rodada inicialmente en 16
mm en intervalos durante año y medio. El argumento es
de veras delirante, con las desenfrenadas aventuras de
una ninfómana llamada Sexilia, hija de un bioginecólogo
que fabrica niñas probeta, de un príncipe iraní, llamado
Reza Niro, que deambula por el rastro madrileño en busca
de chicos atractivos y de la ex emperatriz Toraya, que se
halla en cura de fertilidad. Esos tres personajes bullen al
lado de chaperos, terroristas islámicos e hijas sometidas a
incesto paterno, hasta un final en el que todos, a su mane-
ra, se liberan de traumas y prejuicios. La película consti-
tuye un homenaje a la vez que puede contemplarse como
una amalgama de los motivos, la estética cutre y el gozo
por la depredación nocturna propios de la llamada “mo-
vida” madrileña de los 80, desde Tierno Galván a Ba-
rranco. El espíritu de Patty Diphusa –alter ego de Almo-
dóvar en la revista iconoclasta “La Luna”– está presente,
especialmente en la escena de la fotonovela y en las can-
ciones que el propio Pedro canta acompañado por Fanny
McNamara. Colaboran en el evento músicos como Los
Pegamoides y Santiago Auserón, de Radio Futura, al lado
de artistas plásticos como Ouka Lele y Carlos Berlanga.
Un filme al que no puede negarse ingenio, irreverencia y
saludable ejercicio de humor. ■ M.Q.
● ●
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LADRONA POR AMOR
(Gambit), Universal, EE.UU., 1966, 107 min.
Productor: Leo L. Fuchs. Director: Ronald Neame. Guión: Jack Davies,
Alvin Sargent. Fotografía: Clifford Stine. Montaje: Alma Macrorie. Músi-
ca: Maurice Jarre. Dirección Artística: Alexander Golitzen, George C.
Webb. Intérpretes:: Shirley MacLaine, Michael Caine, Herbert Lom,
Roger C. Carmel, Arnold Moss, John Abbott, John Abbott, Richard
Angarola, Tom Andre, Jan Arvan. **
Cayendo en la trampa de anunciar cada sorpresa por an-
ticipado con carteles de neón, el director Ronald Neame
hace que lo inesperado rápidamente se convierta en es-
perado y de este modo contribuye a la vacuidad de la
trama. Sin embargo, las agradables interpretaciones de
Michael Caine y Shirley MacLaine ayudan a mantener el
interés. Ambos aportan su natural frivolidad y diestro rit-
mo cómico a los roles de un timador cockney y la show-
girl euroasiática que se convierte en su cómplice. Herbert
Lom también está divertido como el desventurado obje-
tivo de sus tretas. Pero todo es muy leve, y la película
divaga erráticamente de la comedia al thriller y después
vuelve al romance. ■ J.D.D.
LADRONA, SU PADRE
Y EL TAXISTA, LA
(Peccato che sia una canaglia), Documento, Italia, 1954, 100 min.
Productor: Giani Hecht Lucari. Director: Alessandro Blasseti. Guión:
Suso Cecchi d’Amico, Alessandro Continenza, Ennio Flaiano. Fotografía:
Aldo Giordani. Montaje: Mario Serandrei. Dirección Artística: Mario
Chiari. Vestuario: Maria de Matteis. Sonido: Ennio Sensi, Mario Amari.
In
ntérpretes: Marcello Mastroianni, Vittorio de Sica, Sophia Loren,
Umberto Melnati, Margherita Bagni, Michael Simone, Giorgio Sanna,
Mario Scaccia. ***
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266| Ladrón él, ladrón ella
● ●
Podría haber sido Alessandro Blasseti uno de los aban-
derados del neorrealismo italiano, ya que realizó el grue-
so de su obra en los mejores años del movimiento cine-
matográfico italiano, pero su trayectoria fluctuó siempre
entre la comedia costumbrista, como La ladrona, su
padre y el taxista, y superproducciones como La corona
de hierro (1941) o Fabiola (1948). Director y autor, junto a
Cesare Zavattini, de Cuatro pasos por las nubes, que
Alfonso Arau volvió a dirigir con el título de Un paseo por
las nubes con Keanu Reeves y Aitana Sánchez-Gijón,
Blasseti muestra sus condiciones como hábil realizador
de comedias costumbristas con esta agradable muestra
del género que contribuyó a lanzar a la pareja Loren-Mas-
troianni, actuando bajo la atenta mirada de quien en el
futuro iba a ser uno de sus directores fundamentales, De
Sicca. ■ J.E.
LADRÓN ÉL, LADRONA ELLA
(Ladro lui, ladra lei), Máxima Film/Montflour, Italia, 1957, 100 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Luigi Zampa. Guión: Pasquale
Festa Campanile, Massimo Franciosa, Alberto Sordi, Luigi Zampa. Foto-
grafía: Leonida Barboni. Montaje: Eraldo da Roma. Música: Angelo Fran-
cesco Lavagnino. Dirección Artística: Mario Santovetti. Intérpretes::
Alberto Sordi, Sylvia Koscina, Nando Bruno, Mario Carotenuto. ***
Intrascendente crónica social sobre una pareja de ladro-
nes que han cultivado el oficio a través de varias genera-
ciones y que, a pesar de sus entradas en prisión, parecen
incapaces de dejarlo. Rodada en escenarios naturales, no
es que resulte especialmente brillante en su apartado
humorístico, aunque sí que resulta muy significativo con
respecto al momento en que fue rodada, ya que, ese
mismo año, encontramos a sus mismos creadores en
otras muchas historias similares, iniciándose así el staja-
novista ritmo de la comedia italiana, que llegaría a alcan-
zar cotas exageradas durante determinadas etapas de los
60 y 70. Por ejemplo, en 1957, el nombre de Campanille
aparece, además, en Belle ma povere y Sabella, ambas de
Dino Risi, y en Maridos jóvenes, de Mauro Bolognini;
mientras que Sordi seguía su imparable ritmo de seis pelí-
culas al año. ■ L.M.C.
LADRÓN EN LA ALCOBA, UN
(Trouble In Paradise), Paramount, EE.UU., 1932, 83 min.
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Grover Jones,
Samson Raphaelson (basada en la obra “The Honest Finder”, de Laszlo
Aladar). Fotografía: Victor Milner. Música: W. Franke Harling. Dirección
Artística: Hans Dreier. Vestuario: Travis Banton. Intérpretess: Miriam
Hopkins, Kay Francis, Herbert Marshall, Charlie Ruggles, Edward Everett
Horton, C. Aubrey Smith, Robert Greig, George Humbert. *****
Si Ernst Lubitsch debe pechar con el sambenito del touch
y el calificativo “cineasta de las puertas”, indiscutible-
mente ha de ser por algo. Un ladrón en la alcoba (Trouble
in Paradise), la película que realizara en 1932 entre Una
hora contigo y su episodio Si yo tuviera un millón, es para
muchos entusiastas del autor la mejor de sus obras y con-
● ●
●
firma de modo rotundo tales calificaciones. Desprovista
de la aureola mítica de To Be or Not to Be o Ninotchka y
de sus ecos populares, Un ladrón en la alcoba es, sin
embargo, paradigma de un estilo único de comedias.
Comedias, claro está, perdidas en algún lugar del bosque
del tiempo. Un ladrón en la alcoba es, además, una de
esas películas a las que nada sobra y nada falta, situadas
en la cúspide. Más aún, Un ladrón en la alcoba nace del
vientre de la modestia. No tiene, o no parece tener, pre-
tensiones. No posee ánimos de constituirse, pese a que
se constituya, en la perfección del género, en la exactitud
del tempo, esa cadencia necesaria en toda comedia que
se precie y que controla los hilos del diálogo –extraordi-
narios diálogos– y de la duración de las escenas.
Volviendo al principio del touch y las puertas, brillan
como nunca en esta película en la historia de dos ladro-
nes de guante blanco –Herbert Marshall y la egregia Mi-
riam Hopkins, excelentes– a quienes el destino une profe-
sional y sentimentalmente. El touch se manifiesta con
toda su fuerza a través del credo personal lubitschiano, la
sutileza y elegancia al abordar un gag, como ese cenice-
ro en forma de góndola que remite a un atolondrado
Edward Everett Horton a esa Venecia en la que él sigue
buscando un rostro. Es un ejemplo como hay docenas en
el filme que demuestra el estado de gracia de la comedia
y su sarcástico discurso sobre las relaciones humanas y
sus fuentes de placer. Un ladrón en la alcoba es, pues, una
cima de Lubitsch. ■ J.B.C.
LADRONES DE ANUNCIOS
(Ladri di saponette), Bambu Cinema/Reteitalia, Italia, 1988, 93 min.
Productor: Ernesto di Sarro. Director: Maurizio Nichetti. Guión: Mauri-
zio Nichetti. Fotografía: Mario Battistoni. Montaje: Rita Olivati. Música:
Manuel De Sica. Dirección Artística: Ada Legori. Intérpretes: Maurizio
Nichetti, Caterina Sylos Labini, Federico Izzo, Renato Scarpa. *
●

● ●
Una patada en los morros a la molesta publicidad en las
películas emitidas en televisión, en una época en que el
asunto llegó incluso a ser tratado en el Parlamento Ita-
liano. Con la excusa de una película neorrealista que va a
ser ofrecida por una cadena, su egocéntrico director,
Maurizio Nichetti, aprovecha para convertirse en quien
siempre ha deseado: Vittorio de Sica. Por eso la película
en blanco y negro que se pone por la tele, Ladrones de
Japonettas, es un homenaje al maestro, desde los traba-
jadores en bicicleta hasta el robo que comete uno de
ellos. Mientras se proyecta esta película, los participan-
tes en los anuncios van introduciéndose en la película, e
incluso el propio autor ha de entrar en su película para
arreglar el desastre. Todo ello, que es una idea muy inte-
resante, está rodado con una alarmante falta de ritmo y
con gags tan elaborados que acaban por no tener gra-
cia. En realidad, viendo Ladrones de anuncios estás
deseando que alguna pausa publicitaria interrumpa la
proyección. ■ L.M.C.
LADYKILLERS, THE
Touchstone Pictures/Jacobson Company, EE.UU., 2004, 104 min.
Director: Joel y Ethan Coen. Guión: Joel y Ethan Coen y William Rose.
Fotografía: Roger Deakins. Música: Carter Burwell. Intérpretes: Tom
Hanks, Irma P. Hall, Marlon Wayans, J. K. Simmons, Tzi Ma, Ryan Hurst,
Diane Delano, George Wallace. ***
Muchos se llevaron las manos a la cabeza al saber que los
Coen se proponían rodar un remake de la santísima El
quinteto de la muerte, de Alexander Mackendrick, situa-
ción agravada por el reciente fracaso de Crueldad intole-
rable y la presencia de una estrella "doble A" como Tom
Hanks en el reparto. Pero como no hay que vender la piel
del oso (o del timberwolve) antes de cazarlo, la verdad es
que estos nuevos Ladykillers están pero que muy bien.
Sobre todo, por el acierto de situar la acción en ese pro-
fundo sur mecido en una hamaca que se quita con abani-
co de mimbre las moscardas del hippity-hop de marras.
Así, encontramos al farsante presentado como Goldth-
wait Higginson Dorr, Ph.D., virtuoso de variadas y pere-
grinas artes, que camela a una anciana (no tanto como en
la versión clásica) viuda para que le alquile una habita-
ción y así practicar con unos amiguetes música renacen-
tista en el sótano. En realidad, todo es una excusa para
excavar un túnel hacia un casino-flotante y hacerse con el
botín acorazado.
Dotada del excelente ritmo habitual en la casa (esta
vez, nada frenético), que hasta respeta la aceleración final
del filme original, los Coen (esta vez, firmantes conjunta-
mente) trazan un entretenimiento macabro y poeiano de
primera. Aunque, desde luego, la principal baza es un
Tom Hanks que regresa al género por la puerta grande,
sin importarle las comparaciones con Alec Guinness, y
metiéndose en el gabán y la dentadura del protagonista
prodigiosamente (véase cómo pronuncia ensamble).
Tampoco le van a la zaga la veterana Irma P. Hall, el “spi-
dermaniano” J. K. Simmons y hasta el afropayaso Marlon
Wayans. ■ J.C.
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Lady L | 267
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LADY L
Reino Unido-Francia-Italia, 1965, 117 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Peter Ustinov. Guión: Peter Ustinov
(basado en la novela de Romain Gary). Fotografía: Henri Alekan. Monta-
je: Roger Dwyre. Música: Jean Françaix. Vestuario: Marcel Escoffier, Jac-
queline Guyot. Intérpretes: Sophia Loren, Paul Newman, David Niven,
Marcel Dalio, Cecil Parker, Philippe Noiret, Jacques Dufilho, Eugene Dec-
kers. *
Muchas veces, en el cine, cualquier tiempo pasado en un
pestañeo puede ser demasiado tarde. Newman tuvo esa
incómoda sensación por primera vez (excluyendo la
novatada de El cáliz de plata) rodando Lady L, otro de
sus ímprobos trajines para hacerse un hueco en el géne-
ro cómico. Para empezar, ni siquiera tenía que estar en
ese rodaje, ya que la primera opción para interpretar al
pícaro Armand de la novela de Romain Gary era el temi-
ble burlón Tony Curtis. Y Lady L, además, iba a tener las
curvas algo más aristocráticas de otra maggiorata de
postín: Claudia Cardinalle. Sin embargo, el proyecto pasó
a luz ámbar durante unos años y, cuando el padrino Carlo
Ponti lo retomó a finales de 1964, la fisonomía de la pelí-
cula se quedó con las caras de Newman y Sophia Loren,
a la sazón esposa de Ponti. Peter Ustinov, recién oscari-
zado por Topkapi, se encargaría de la dirección, del guión
y de darle lustre y cretona a unos cimientos de opereta.
Cuando Newman le echó un vistazo al libreto, al pelucón
blanco estilo gato de angora y a las barbas postizas que
debía gastar al principio de la película, supo que nunca
debía de haberse metido en este lío. Pero ya era tarde.
Demasiado tarde. La Metro confió tan poco en su distri-
bución en Estados Unidos que, aunque en abril de 1965
ya estaba lista para servir, esperaron hasta mayo del 66
para estrenarla en tierras americanas (aprovechando el
tirón de Harper), a pesar de que en Gran Bretaña ya la
habían visto (no muy masivamente, eso sí) desde diciem-
●
268| La encontré en París
● ●
bre de 1965. Y es que, salvo algún fogonazo de química
entre la Loren y Newman y de los decorados pantagrué-
licos fruto de Maurice Barnathan, Newman tenía razón al
calificar Lady L de «película ni fu ni fa» y de simular un
bostezo guasón las pocas veces que le han preguntado
sobre ella. ■ J.C.
LA ENCONTRÉ EN PARÍS
(I Met Him in Paris), Paramount, EE.UU., 1937, 85 min.
Productor: Wesley Ruggles. Director: Wesley Ruggles. Guión: Claude
Binyon (basado en una historia de Helen Meinardi). Fotografía: Leo
Tover. Montaje: Otho Lovering. Dirección Artística: Hans Dreier, Ernst
Feyte. Intérpretes: Claudette Colbert, Melvyn Douglas, Robert Young,
Mona Barrie, George Davis, Lee Bowman. ****
Una chica americana, aburrida de su prudente y soso
novio, se va sola de vacaciones a Europa, esperando
encontrar emociones y un nuevo romance. En París pron-
to se convierte en objetivo de la persecución amorosa de
dos competitivos y, desafortunadamente, imperfectos
caballeros. Sus infantiles rivalidades por la atención y el
afecto de la dama se convierten en un concurso de inge-
nuidad y ego. Halagada y divertida, ella continúa el juego,
tratando de decidirse entre el pretendiente casado, que
le asegura que su esposa se hará a un lado, y su inflado
rival, cuya opinión de sí mismo es enorme. Después de
varias rondas de hombría, el segundo pretendiente se
retracta de sus aspiraciones de perfección y hace más
fácil la elección de la chica.
La diversión de ver a los financieramente acomodados
haciendo cabriolas como fanfarrones adolescentes, ade-
rezada con grandes dosis de inteligentes diálogos, surtió
de nuevo su magia con el público de la era de la Depre-
sión, en tándem con los aspectos de “Cenicienta” de la
figura central. Claudette Colbert interpretó una vez más a
una joven que aspira con éxito a un romance de gran
clase. Mientras Robert Young hacía su debut en la screw-
ball como el rival casado, Melvyn Douglas aprovechaba
otra oportunidad para desplegar su característica urbani-
dad. El equipo director/guionista de Ruggle y Binyon
repitió de este modo el éxito que habían tenido con Col-
bert en Lirio dorado. ■ J.T.
LA MATÉ PORQUE ERA MÍA
(Tango), TF 1 Films, Francia, 1953, 86 min.
Productor: Henri Brichetti. Director: Patrice Leconte. Guión: Patrick
DeWolf, Patrice Leconte. Fotografía: Eduardo Serra. Montaje: Genevieve
Winding. Música: Angelique Nahon, Jean-Claude Nachon. Dirección
Artística: Ivan Maussion. Intérpretes: Philippe Noiret, Richard Bohringer,
Thierry Lhermitte, Miou-Miou. ****
Una pequeña joya vivida a ritmo de tango. Una historia de
hombres a quienes las mujeres han marcado para siem-
pre. Una road movie surrealista y desenfadada, con abun-
dante humor negro, de tres individuos en busca de come-
ter un crimen. La cámara siempre inquieta de Leconte
comienza su historia con el travelling de los pies de unos
● ●
●
niños que juegan en el campo y que se tapan los oídos
porque a su lado pasa un coche a todo volumen. Desde
ese modélico arranque hasta el final con los esposos
reencontrados (Miou-Miou y Lhermitte), nada parece
tener lógica en la propuesta de Leconte y, sin embargo,
estamos ante la más extraordinaria disección que se ha
hecho nunca sobre lo que significan las mujeres para los
hombres. Inesperada, pasional, violenta y elegante. Como
un tango. ■ L.M.C.
LAS QUE TIENEN QUE SERVIR
España, 1967, 83 min.
Productor: José Luis Dibildos. Director: José María Forqué. Guión: José
María Forqué (basado en la obra de Alfonso Paso). Fotografía: Cecilio
Paniagua. Música: Antón García Abril. Montaje: Petra de Nieva. Vestua-
rio: Humberto Cornejo. Intérpretes: Concha Velasco, Amparo Soler Leal,
Laura Valenzuela, Manolo Gómez Bur, Alfredo Landa, José Sazatornil,
Lina Morgan, Florinda Chico. **
Los lances varios, y por supuesto sentimentales, de unas
chicas que sirven en el chalet de un matrimonio nortea-
mericano. El prototipo de comedia de “tercera vía”
impuesto por Dibildos –aquí productor y guionista–, ésa
que pretendía dar a la comercialidad un toque de calidad.
Sigue prevaleciendo el primer aspecto sobre el segundo.
■ J.B.C.
THE LATE GEORGE APLEY
Fox, EE.UU., 1947, 93 min.
Productor: Fred Kohlmar. Director: Joseph L. Mankiewicz. Guión: Philip
Dunne (basado en la novela de John Marquand y en la obra de John P.
Marquand y George S. Kaufman). Fotografía: Joseph La Shelle. Montaje:
James B. Clark. Música: Cyril J. Mockridge. Dirección Artística: James
Basevi, J. Russell Spencer. Vestuario: Rene Hubert. In
ntérpretes: Ronald
Colman, Peggy Cummings, Vanessa Brown, Richard Haydn, Charles
Russell, Richard Ney, Percy Waram, Mildred Natwick, Edna Best, Nydia
Westman. ***
En el Boston de principios de siglo, el aristocrático Geor-
ge Apley se siente contrariado por las libertades senti-
mentales de sus dos hijos. Eleanor sale con un estudian-
te neoyorquino y John rechaza a su prima Agnes, con la
que debe casarse por imperativos de clase, prefiriendo a
una muchacha de los arrabales industriales de la ciudad.
Todas las maquinaciones de George se vuelven en su
contra. The Late George Apley resulta una sátira benevo-
lente contra la rigidez de las normas de conducta de una
clase preeminente, que aún toma sus modelos de la
inglesa, con el agravante de que intenta imponerse en
una sociedad más abierta, centrada en las posibilidades
de ascensión por el esfuerzo personal. En su definición y
comprensión de las razones de estos conservadores nos-
tálgicos se empareja con Cenizas de amor, de King Vidor,
y, en cierta forma, con El cuarto mandamiento, de Orson
Welles.
The Late George Apley no es un guión escrito por Man-
kiewicz, sino el primero de la serie de tres guiones de Phi-
●

● ●
lip Dunne que rodó consecutivamente, los otros dos fue-
ron El fantasma y la señora Muir y Escape. Está basado
en una obra teatral de John P. Marquand y George F.
Kaufman, sacada a su vez de una novela del primero de
ellos. A pesar de estar rodada con una elegancia ade-
cuada al ambiente que retrata y una evidente identifica-
ción con el material narrativo, parece que Joseph L. Man-
kiewicz ha optado por una historia poco complicada para
así concentrarse en la puesta en escena. El personaje
principal corre a cargo del inglés Ronald Colman, uno de
los actores más carismáticos de los años treinta y cua-
renta. Su distinción natural le hace perfecto para el papel.
A su lado, la galesa Deggy Cummins, con la que Mankie-
wicz volvería a trabajar al año siguiente en Escape. Su
curiosa filmografía abarca clásicos de la serie B como El
demonio de las armas, de Joseph H. Lewis, y del género
fantástico como Nigth of the Demon, de Jacques Tour-
neur. ■ M.Q.
LAUREL & HARDY EN EL OESTE
(Way Out West), Paramount, EE.UU., 1937, 65 min.
Productor: Stan Laurel, Hal Roach. Director: James W. Horne. Guión:
Charley Rogers, Felix Adler, James Parrott (basado en una historia de
Jack Jevne y Charley Rogers). Fotografía: Art Lloyd, Walter Lundin. Mon-
taje: Bert Jordan. Dirección Artística: Arthur I. Royce. Intérpretes: Stan
Laurel, Oliver Hardy, Sharon Lynn, James Finlayson, Rosina Lawrence,
Stanley Fields, Vivien Oakland. ****
Posiblemente la mejor película de Laurel y Hardy. El dúo
canta su éxito “Trail of the Lonesome Pine” mientras viaja
al Oeste para entregar una herencia a la hija de un bus-
cador de oro (Lawrence). Sin embargo, son abordados
por el corrupto dueño de un saloon (Finlayson) y su chica
(Lynne). Esta inspirada parodia del western de serie B
tiene más carcajadas apelotonadas en sus escasos sesen-
ta y cinco minutos de las que se pueden encontrar en una
docena de comedias modernas, además de contener
algunos momentos clásicos, como el dueto vocal de Stan
y Ollie “The Blue Ridge Mountains of Virginia” en el bar.
Es de esas comedias que pueden verse una y otra vez sin
cansarse. ■ J.T.
● ●
León | 269
●
LAZO SAGRADO, EL
(Made for Each Other), United Artists, EE.UU., 1939, 90 min.
Productor: David O. Selznick. Director: John Cromwell. Guión: Jo Swer-
ling. Fotografía: Leon Shamroy. Montaje: Hal C. Kern, James E. Newcom.
Música: Lou Forbes. Dirección Artística: William Cameron Menzies.
Intérpretes: Carole Lombard, James Stewart, Charles Coburn, Lucile
Watson, Eddie Quillan. ****
Titulada originalmente Made for Each Other, nos halla-
mos ante un filme que empieza como una comedia ro-
mántica, se vuelve costumbrista, admite las tensiones
matrimoniales por elemento interpuesto y acaba en
melodrama con un desenlace en el que el suspense es un
elemento primordial. Tal diversidad de elementos están
integrados en el guión de Jo Swerling de manera que la
historia se desarrolla como la vida misma, con sus mo-
mentos contrapuestos, y, así, constituye una sensible de-
fensa del matrimonio y de la fuerza de los esposos para
llevar adelante su existencia en común. El clímax final con
el avión volando a Nueva York une el interés de la aven-
tura con la emoción de llegar a tiempo para salvar una vi-
da. Carole Lombard demuestra ser una buena actriz dra-
mática y el joven Stewart está perfecto en su papel de
abogado. ■ M.Q.
LEO EL ÚLTIMO
(Leo the Last), United Artists, Reino Unido, 1970, 103 min.
Productor: Robert Chartoff, Irwin Winkler. Director: John Boorman.
Guión: William Stair, John Boorman. Fotografía: Peter Suschitzky. Mon-
taje: Tom Priestley. Música: Fred Myrow. Dirección Artística: Tony
Wollard. Intérpretes: Marcello Mastroianni, Billie Whitelaw, Calvin Lock-
hart, Glenna Forster-Jones, Vladek Sheybal, Gwen Ffrangcon-Davies.
***
Mastroianni se traslada a Inglaterra y se luce como un
aristócrata europeo más bien pintoresco, que vive en una
vieja mansión de un barrio popular londinense en amiga-
ble y despreocupado contacto con la realidad social que
le rodea. Una farsa con abundantes toques surrealistas,
escrita por el propio director con la colaboración de Wi-
lliam Stair, cuyo alcance queda paliado por la presumible
lectura simbólica de actitudes y personajes que la hacen
poco comprensible y un tanto pretenciosa, aunque algu-
nas escenas posean indudable brillantez formal. Boorman
se había dado a conocer con A quemarropa, un clásico
del cine negro. Veinte años más tarde, retomaría algunas
de las ideas de este Leo para su película Donde está el
corazón. ■ M.Q.
LEÓN
(Leon the Pig Farmer), Reino Unido, 1993, 104 min.
Productor: Vadim Jean, Gary Sinyor. Director: Vadim Jean, Gary Sinyor.
Guión: Michael Normand, Gary Sinyor. Fotografía: Gordon Hickie. Mon-
taje: Ewa J. Lind. Música: David A. Hughes, John Murphy. Intérpretes:
Mark Frankel, Janet Suzman, Brian Glover, Connie Booth, David de Key-
ser, Maryam d’Abo, Gina Bellman, Vincent Riotta, Jean Anderson, Neil
Mullarkey. ***
●
270| Ley de la hospitalidad, La
● ●
León es un agente inmobiliario judío que vive en Londres.
Un día descubre que es producto de una inseminación
artificial y que su padre biológico se dedica a criar cerdos
en Yorkshire. Comedia satírica cargada de inteligente iro-
nía británica, cosa que a veces se le vuelve un poco en
contra. Destacables interpretaciones de un reparto for-
mado, en su mayor parte, por desconocidos. ■ G.Q.
LEY DE LA HOSPITALIDAD, LA
(Our Hospitality), EE.UU., 1923, 65 min.
Productor: Joseph M. Schenck. Director: John G. Blystone, Buster Kea-
ton. Guión: Jean C. Havez, Joseph A. Mitchell (basado en una historia de
Clyde Bruckman). Fotografía: Gordon Jennings, Elgin Lessley. Música:
Carl Davis (compuesta en 1984). Dirección Artística: Fred Gabourie.
Intérpretes: Joe Roberts, Ralph Bushman, Craig Ward, Monte Collins,
Joe Keaton. *****
La principal razón por la que Buster Keaton es más diver-
tido e infinitamente más “moderno” que Charles Chaplin
es porque sus películas están escritas, dirigidas y rodadas
como películas, nunca como excusas para la comedia y/o
el patetismo. La ley de la hospitalidad fue su segundo
filme y su primera obra maestra, una historia sobre el ino-
cente heredero de una vieja disputa entre familias sure-
ñas. William (Keaton) es el último de los McKay, que vuel-
ve a Rockville para heredar la propiedad de su padre y
ajustar cuentas con los vengativos Canfield, de cuya hija
(Talmadge) se ha enamorado. Los trenes tan queridos
por Buster proporcionan una hilarante catarata de gags
recurrentes, y las escenas de acción –a cada cual más
impresionante– se suceden. La ambientación de época
(1831, los primeros días del ferrocarril) es perfecta, y todo
el humor deriva directamente de la narración y los perso-
najes. El climático rescate de su amada en una catarata es
uno de los gags más arriesgadamente acrobáticos (y más
celebrados) de Keaton. ■ J.D.D.
LEY DEL DESEO, LA
El Deseo/Lauren Films, España, 1987, 104 min.
Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: Ángel
Luis Fernández. Montaje: Jose Salcedo. Música: Igor Stravinsky, Dmitri
Shostakovich. Vestuario: José María de Cossio. Intérpretes: Eusebio Pon-
cela, Carmen Maura, Antonio Banderas, Miguel Molina, Manuela Velas-
co, Bibi Andersen, Fernando Guillén, Nacho Martínez, Helga Line.
****
Almodóvar tuvo que esperar seis años y seis películas
para hacer, por fin, la obra considerada como la más
autobiográfica de su carrera, aunque el realizador lo des-
mintió tibiamente en más de una ocasión. La crudeza de
su tema y la absoluta libertad expresiva con que trataba
la homosexualidad confinó a la película a las salas de cir-
cuitos especializados de las grandes capitales del mundo,
aunque círculos minoritarios de Nueva York y Los Ánge-
les ya habían descubierto (después de ¿Qué he hecho yo
para merecer esto? y Matador) que Almodóvar no tenía
nada que ver con el cine en uso y mucho menos con el
● ●
●
cine español. La ley del deseo lo confirmó. Su implicación
en la película debió de ser tan grande (en principio pare-
cía llamarse Todos los hermanos son homosexuales) que
parte de su título dio nombre a su actual productora,
Deseo S.A., creada precisamente a partir de este filme. La
ley del deseo quizá sea la película más escandalosa de la
carrera de Almodóvar por la franqueza con que aborda el
tema de la homosexualidad. Pero se trata también de la
más controlada, la que tiene menos excesos, la más
sobria y tal vez la más sincera hasta aquel momento. Es
un filme mucho menos abstracto que todos los suyos
anteriores, una película mucho más física, más auténtica,
más real... a pesar de que no pueda conectar con la onda
de muchos espectadores.
Con su inventiva y originalidad de siempre, Almodóvar
le dio la vuelta a una convencional historia de amor (invir-
tiendo el sexo de los protagonistas), tratando el tema de
la homosexualidad bajo la forma de un triángulo tradicio-
nal, y la aderezó con su habitual ingenio para la descrip-
ción de tipos y la creación de situaciones aparentemente
insólitas pero fácilmente creíbles. El argumento se las
trae: es la historia de dos hermanos; ella mantenía rela-
ciones sexuales con su propio padre; él está enamorado
de otro chico; ella hace veinte años que cambió de sexo;
él ha conocido a un hombre posesivo y contradictorio.
Todo este entrecruce de personajes y pasiones conduce
trágicamente hasta el asesinato. Historia, personajes y
ambientes totalmente almodovarianos con un personaje
que es todo un hallazgo, el transexual interpretado estu-
pendamente por Carmen Maura (que entonces vivía
todavía su personal idilio con el realizador) y que le sirve
al autor como valioso centro neurálgico para ir elaboran-
do su personal discurso. ■ A.C.
LIANTES, LOS
Izaro Films, España, 1981, 90 min.
Productor: José María Reyzabal, Jr. Director: Mariano Ozores. Guión:
Mariano Ozores. Fotografía: Leopoldo Villaseñor. Montaje: Antonio
Ramírez. Música: Gregorio García Segura. Dirección Artística: Luis Váz-
quez. Intérpretes: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores,
Adriana Vega. *
Quinta unión de Pajares y Esteso, ya una fórmula que
comenzaba a sufrir graves síntomas de anquilosamiento
tanto creativa como taquilleramente. Además, sin saber
muy bien por qué, los dos cómicos están como desvaídos
en esta historia de tramposos, muy en la línea del cine de
timos italiano de los sesenta (e incluso tomando como
referencia la estupenda obra que Pedro Lazaga dirigió en
1959, Los tramposos). Su planteamiento es el de tres
estafadores de playa (Pajares, Esteso y Antonio Ozores)
que emplean mil y un trucos para ganar dinero: sacan
fotos a hombres casados con chicas estupendas para
luego chantajearles; venden casetes estropeados; “inven-
tan” singulares anti robos; y quieren sacarle el dinero a un
supersticioso y ludópata millonario. Eso sí, quizá porque
se desarrolla en verano, Adriana Vega está especialmen-
te desvestida. ■ L.M.C.
●

● ●
LÍBRANOS DE EVA
(Deliver Us from Eva), EE.UU., 2003, 105 min.
Productor: Len Amato, Paddy Cullen. Director: Gary Hardwick. Guión:
James Iver Mattson, B. E. Brauner, Gary Hardwick. Fotografía: Alexander
Gruszynski. Montaje: Earl Watson. Dirección Artística: William Hiney.
Intérpretes: LL Cool J, Grabielle Union, Duane Martin, Essence Atkins,
Robinne Lee, Meagan Good, Mel Jackson, Dartanyan Edmonds. **
Eva siempre ha estado cuidando de sus tres hermanas,
desde que son huérfanas. A pesar de que el tiempo pasa
y las tres chicas se han casado, la presencia de Eva con-
tinúa a su alrededor y llega a hacerse agobiante. El pro-
blema se resolvería si Eva tuviera una vida sentimental
propia. Comedia afroamericana, en la que se nota la
voluntad de asimilación de formas de relación y de vida
propias del género tradicional. ■ M.Q.
LIFE AQUATIC
(The Life Aquatic with Steve Zissou), Touchstone Pictures, EE.UU.,
2004, 115 min.
Director: Wes Anderson. Guión: Wes Anderson y Noah Baumbach.
Fotografía: Robert D. Yeoman. Música: Mark Mothersbaugh y Sigur Rós.
Dirección Artística: Stefano Maria Ortolani, Marco Trentini, Eugenio
Ulissi. Intérpretes: Bill Murray, Owen Wilson, Anjelica Huston, Cate
Blanchett, Jeff Goldblum, Peter Stormare, Willem Dafoe, Michael Gam-
bon, Seu Jorge. ***
Como a estas alturas de la película Wes Anderson ya tie-
ne un férreo “universo narrativo y estilístico propio”, deci-
dió meterlo en remojo a ver si encogía. Nada más lejos
porque su siguiente filme tras Los Tenenbaums sigue rein-
cidiendo en la idea de familia disfuncionalmente ex-
travagante merced a esta crónica centrada en el oceanó-
grafo y documentalista Steve Zissou y su tripulación a lo-
mos del Belafonte (guiño al Calypso de Cousteau, a quien
se le dedica un sarcástico agradecimiento en los fantásti-
cos y andarines títulos de crédito finales, también home-
naje a los de The Adventures of Buckaroo Banzai Across
the 8th Dimension, filme protagonizado por Jeff Gold-
blum, aquí horteramente inspirado).
La misión central de perseguir al “tiburón jaguar” que
despedazó a la mano derecha del capitán, Esteban (Sey-
mour Cassel), se jalona de episodios tales como la apari-
ción del “hijo secreto” de Zissou (Owen Wilson), de una
periodista embarazadísima (Cate Blanchett) y hasta de
un abordaje de piratas filipinos. Protagonizada absoluta-
mente por un “tatiniano” Bill Murray en un papel a su
medida, la película es un impagable catálogo del minima-
lista y sofisticado estilo de Anderson, capaz de irritar o
encantar a partes iguales. Eso sí, objetivamente es indu-
dable su riqueza a la hora de encuadrar (algunos planos
parecen portadas de discos de folk-rock de los sesenta),
su obsesión por el matiz y su gusto exquisito por los
interludios musicales, aquí interpretados prodigiosamen-
te por Seu Jorge sobre canciones de David Bowie –por-
tentoso el travelling de Murray mientras suena el “Life on
Mars” original–. Y es que a este Wes le sienta fenomenal
la bossa existencial. ■ J.C.
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Línea del cielo, La | 271
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LÍMITE: 48 HORAS
(48 Hours), Paramount, EE.UU., 1982, 97 min.
Productor: Lawrence Gordon y Joel Silver. Director: Walter Hill. Guión:
Roger Spottiswoode, Walter Hill, Larry Gross y Steve E. DeSouza. Foto-
grafía: Ric Waite. Montaje: Freeman Davies, Mark Warner, Billy Weber.
Música: James Horner. Dirección Artística: John Vallone. Intérpretes:
Nick Nolte, Eddie Murphy, Annette O’Toole, Frank McRae, James
Remar, David Patrick Kelly. ***
Habiéndose construido una notable reputación por mirar
al género de acción desde un ángulo diferente, Walter Hill
finalmente crea un thriller simple, rápido y eficiente. Des-
pués de que un delincuente se le escape, el policía Nick
Nolte saca de la cárcel a un ex-miembro de su banda
(Eddie Murphy) para que le ayude, y tiene sólo 48 horas
para atrapar a su presa y solucionar el caso. El chulesco
Murphy es el contrapunto perfecto para el hosco y vio-
lento Nolte. Juntos se enfrentan a quienes se parecen
sospechosamente a los supervivientes de las bandas
callejeras de Los amos de la noche, mientras afortunada-
mente esquivan la mayoría de las trampas de las “pelícu-
las de colegas”. Por primera vez, Hill se concede a sí mis-
mo tiempo suficiente para introducir una gran cantidad
de rápidos diálogos y bastante espacio para rendir home-
naje a fuentes como Sam Peckinpah y Don Siegel. Ocupa
un honorable lugar en la lista de thrillers ubicados en San
Francisco, desde Bullit hasta Harry el Sucio. ■ J.D.D.
LÍNEA DEL CIELO, LA
La Salamandra, PC, España, 1983, 87 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: Fernando Colomo. Fotografía:
Ángel Luis Fernández. Música: Manzanita. Intérpretes: Antonio Resines,
Beatriz Pérez-Porro, Jaime Nos, Roy Hoffman, Irene Stillman, With Still-
man, Patricia Cisarano, Chitina Marin Buck, Peter Halley, Patricia Nos,
Erik Weinman, Javier Martín Domínguez, Tommy Hollis, Alexandra Nos,
Caroline Stewart. ***
Parece ser que la idea de La línea del cielo nace de un
viaje a Nueva York que había realizado su propio autor,
Fernando Colomo. Y a la ciudad de los rascacielos se
trasladó con todo su equipo y un guión que viene a ser
poco más o menos otro viaje. El viaje sentimental de
alguien –no es otro que Fernando Colomo– que conoce
esa ciudad y adora a su protagonista principal, que, aun-
que sea de una ingenuidad que nada tiene que ver con la
del cineasta y por más que le arrastren a Nueva York unos
intereses profesionales que tampoco fueron nunca los de
Colomo, puede considerarse emotivamente como su
alter ego.
La línea del cielo, con todo y aunque está rodada ínte-
gramente en la gran ciudad norteamericana, no posee ni
una pizca de énfasis visual, a pesar de que lo fotografia-
do por Ángel Luis Fernández, que en nada se parece a la
típica estampa turística, sea especialmente bello. Es una
fotografía con poesía fría y desasosegadora, muy ade-
cuada para esta crónica en primera persona de un desen-
gaño. En efecto, de la crónica de un desengaño se trata
La línea del cielo, puesto que los sueños de conquista del
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272| Línea no regular
● ● ●

protagonista se pulverizarán con sólo pisar América. te, el guión no es precisamente lo mejor de la cinta, que
Sobreviene el desengaño, primero por problemas idio- podría haberle sacado más punta al pretexto argumental;
máticos (señalemos que en la clase de inglés y a propó- la mejor baza del filme, es, sin duda alguna, su reparto,
sito de la palabra “perfecto” se produce un soberbio encabezado por la excelente Margaret Lockwood (prota-
gag), después en el terreno profesional, donde piensa gonista de Alarma en el expreso, de Hitchcock) y un
nuestro pequeño héroe abrirse camino, y finalmente por Orson Welles en un papel muy a su medida. ■ J.E.
los lazos afectivos con quienes le rodean.
El gran acierto de Colomo es haber dado un tono de
comedia ligero, nada estridente y muy medido, en clave
costumbrista y con unos actores de gran capacidad
espontánea, a comenzar por el protagonista, Antonio
Resines, Gustavo en la película, exacta silueta para el ciu-
dadanito europeo devorado por sus propios sueños, en el
papel del fotógrafo español que busca el triunfo en aque-
lla inmensa ciudad. ■ J.B.C.

LÍNEA NO REGULAR
(Ko to tamo peva), Yugoslavia, 1980, 86 min.

Productor: Milan Zmukic. Director: Slobodan Sijan. Guión: Dusan Kova-

cevic. Fotografía: Bozidar “Bota” Nikolic. Montaje: Ljiljana-Lana Vuko-
bratovic. Música: Vojislav Kostic. Intérpretes: Pavle Vujisic, Dragan Niko-
lic, Danilo “Bata” Stojkovic, Aleksandar Bercek, Neda Arnenic. *

En abril de 1941, cuando Yugoslavia es invadida por las

tropas nazis, un viejo autobús se dirige a Belgrado trans-
portando a un variopinto grupo de pasajeros. El acci-
dentado viaje y el microcosmos de una población al
borde del desastre propiciado por la guerra le permitie-
ron a Slobodan Sijan una lúcida e irónica crítica sobre los
males de toda sociedad burocratizada en exceso. La
ambientación de la historia en 1941 fue la excusa que faci-
litó al cineasta poder sortear a la censura y analizar, en
realidad, la Yugoslavia que estrenaba la década de los
ochenta. Una farsa costumbrista y política de notable
interés. ■ LL.B.M.
LÍO EN EL VALLE
(Trouble in the Glen), Reino Unido, 1953, 91 min.
Productor: Herbert Wilcox. Director: Herbert Wilcox. Guión: Frank S.
Nugent (basado en una historia de Maurice Walsh). Fotografía: Mutz
Greenbaum. Montaje: Reginald Beck. Música: Victor Young. Dirección
Artística: William C. Andrews. Intérpretes: Margaret Lockwood, Orson
Welles, Forrest Tucker, Victor McLaglen, John McCallum, Eddie Byrne,
Archie Duncan. ***
El nombre del guionista Frank S. Nugent está indisocia-
blemente ligado a la carrera de John Ford, para quien
escribió títulos tan memorables como Fort Apache, La
legión invencible, Centauros del desierto, La taberna del
irlandés o El hombre tranquilo; justamente el coguionista
de esta última película, Maurice Walsh, se unió a Nugent
para escribir Lío en el valle, una ligera pero simpática
comedia de costumbres, ambientada en Escocia, que en
algún momento, aunque sólo lejanamente, puede recor-
dar a las comedias del director de La diligencia (a ello
puede contribuir, también, la presencia de Victor McLa-
glen, uno de los actores favoritos de Ford). Curiosamen-
LÍO EN LOS GRANDES ALMACENES
(Who’s Minding the Store?), EE.UU., 1963, 90 min.
Productor: Paul Jones. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin,
Harry Tugend (basado en una historia de Harry Tugend). Fotografía: W.
Wallace Kelley. Montaje: John Woodcock. Música: Joseph J. Lilley. Intér-
pretes: Jerry Lewis, Jill St. John, Ray Walston, John McGiver, Agnes Moo-
rehead, Francesca Bellini, Peggy Mondo, Nancy Kulp. ***
Jerry lewis ya llevaba cuatro películas ejerciendo las fun-
ciones de director cuando, en 1963, volvió a ponerse a las
órdenes de Frank Tashlin, un inteligente y con el tiempo
revalorizado cineasta, admirado por realizadores como
Jean-Luc Godard y cuya influencia había resultado deci-
siva para que Lewis decidiera pasarse al otro lado de la
cámara. Con guión del propio Tashlin, siempre intencio-
nado caricaturista de sus compatriotas, Lío en los gran-
des almacenes permitía al director situar la acción (y
menuda acción: en muchas secuencias el desenfreno
cómico es avasallador) en un moderno templo del con-
sumo: un gran centro comercial, lugar de peregrinaje y
devoción de compradores compulsivos, clientas irasci-
bles, tipos fatuos y niños impertinentes. Y también, natu-
ralmente, un lugar ideal para los insaciables afanes des-

● ● ●
 Lío padre, Un | 273
● ● ●

tructores del “inocente” y siempre imprevisible Jerry.

Poque es Jerry, lógicamente, quien sembrará el caos más
absoluto en estos grandes almacenes. Allí no sólo existe
una gran conspiración contra él (le han contratado para
que fracase y quede en ridículo ante su prometida), sino
que hasta los objetos cobran vida propia y parecen tam-
bién ir en su contra. Esta teoría de la subversión de los
objetos siempre apasionó a Tashlin, constituyendo uno de
los ejes fundamentales de sus comedias. En este sentido,
Lío en los grandes almacenes ofrece un sensacional
repertorio de gags: vestido de safari, Lewis dispara un
enorme rifle de caza, y la fuerza de retroceso le lanza
hacia atrás, cayendo sentado en una lancha sobre la que
efectúa el resto del recorrido; la monstruosa aspiradora
que empieza a engullirlo todo, incluyendo pelucas y
joyas, hasta que, finalmente, Jerry pincha la bolsa y se
produce una auténtica explosión de objetos incontrola-
dos... Pero no sería Lío en los grandes almacenes la des-
ternillante película que es, si no fuera por la presencia de
dos notables actores secundarios que arropan en todo
momento a Lewis: Agnes Moorehead, actriz muy versátil
y de enorme talento, capaz de hacer creíbles todo tipo de
personajes, y Ray Walston, un consumado comediante,
estrella televisiva y figura de Broadway. ■ LL.B.M.

LÍO EN RÍO
(Blame It on Rio), 20th Century Fox, EE.UU., 1984, 110 min.
Productor: Stanley Donen. Director: Stanley Donen. Guión: Charlie
Peters, Larry Gelbart (basado en la película Un moment d’égarement, de
Claude Berri). Fotografía: Reynaldo Villalobos. Montaje: George Hively,
Richard Marden. Música: Ken Wannberg, Oscar Castro Neves. Dirección
Artística: Marcos Flaksman. Intérpretes: Michael Caine, Joseph Bologna,
Valerie Harper, Michelle Johnson, Jose Lewgoy, Demi Moore. ***
Con la defunción del musical clásico, al que proporcionó
obras señeras como Un día en Nueva York, Cantando bajo
la lluvia, Siete novias para siete hermanos y Siempre hace
buen tiempo, Donen se pasó a la comedia brillante y a las
ingeniosas variaciones sobre temas hitchcockianos, antes
de analizar con amarga lucidez el mundo de la pareja, en
Dos en la carretera. A partir de 1966, la carrera de Donen
sufre un bajón paralelo al de Minnelli y Quine, sus otros
compañeros de generación y de géneros. No tiene suer-
te con musicales como El pequeño príncipe, cosecha
sonoros fracasos con cintas de alegres aventuras como
Los aventureros de Lucky Lady, entona un doble canto
nostálgico con Movie, Movie y se encuentra realmente
desfasado con la ciencia ficción de Saturno 3. Pero en
1984, a sus 60 años cumplidos, tiene la oportunidad de
efectuar la adaptación americana de una película france-
sa de Claude Berri titulada Un moment d’égarement, no
estrenada en España. El argumento trata de un hombre
de negocios que se toma unas vacaciones en Río de
Janeiro en compañía de su mejor amigo y las hijas ado-
lescentes de ambos. En el curso del viaje, nuestro hombre
se verá seducido sin remedio por el desparpajo y los ape-
titosos encantos de la hija de su colega. La llegada de su
esposa abocará en un final agridulce, perfectamente lógi-
co. Que Caine es un gran actor lo sabíamos hace tiempo,
pero parece que se siente a gusto igual en las películas de
espías como en la comedia, en donde puede pasear su
aire de despistado y vulnerable corto de vista. Aquí sus
“apartes” a la cámara son de verdad jocosos y represen-
tativos de las vacilaciones del macho adulto situado en la
sociedad del bienestar y del tabú. Su personaje contra-
pone la permisividad sexual a lo que sería una nueva
libertad moral, con el resultado de constatar que, por
mucho que hayan cambiado las formas, los personajes
siguen optando por la seguridad, y la juventud es la edad
más propicia para los espejismos. La cinta incluye un
agradecido homenaje a Volando a Río de Janeiro, que
Donen llegó a ver de niño más de 25 veces y cuyas imá-
genes le impulsaron a ser cineasta. ■ M.Q.
LÍO PADRE, UN
(Father’s Day), Silver/Warner, EE.UU., 1997, 98 min.
Productor: Joel Silver, Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión:
Lowell Ganz, Babaloo Mandel (basado en la película de Francis Veber Los
compadres). Fotografía: Stephen H. Burum. Montaje: Sheldon Kahn,
Wendy Greene Bricmont. Música: James Newton Howard. Dirección
Artística: Thomas Sanders. Intérpretes: Robin Williams, Billy Crystal,
Julia Louis-Dreyfus, Nastassja Kinski, Charlie Hofheimer, Bruce Green-
wood. ****
Es curioso que una película protagonizada por dos astros
como Williams y Crystal, dirigidos además por un cineas-
ta de probada solvencia comercial (Los cazafantasmas y
secuela, Los gemelos golpean dos veces, Junior, Siete
días, siete noches, etcétera), pinchara en taquilla, por lo

● ● ●
274| Lirio dorado
● ●
menos en nuestro país, en cuyas salas duró menos que un
caramelo en la puerta de un colegio. Aunque las payasa-
das del tándem protagonista harán las delicias de sus
fans, no es precisamente Un lío padre una obra memora-
ble, ni mucho menos original: se trata del remake (uno
más) de una comedia francesa de Francis Veber, Los
compadres, rodada en 1983 e interpretada por Pierre
Richard y Gérard Depardieu. Bastante próxima también
en su argumento a Uno de dos (con Delon & Belmondo),
presenta a dos individuos que habrán de buscar al fuga-
do hijo de una ex amante común, que es también hijo de
uno o del otro, aunque ninguno de los dos sabe quién es
realmente el padre. Un Mel Gibson con tendencia abusiba
al piercing tiene una aparición especial. ■ J.B.C.
LIRIO DORADO
(The Gilded Lily), Paramount, EE.UU., 1935, 85 min.
Productor: Albert Lewis. Director: Wesley Ruggles. Guión: Claude Bin-
yon, Melville Baker, Jack Kirkland (basado en una historia de Melville
Baker y Jack Kirkland). Fotografía: Victor Milner. Montaje: Otho Lovering.
Intérpretes: Claudette Colbert, Fred MacMurray, Ray Milland, C. Aubrey
Smith, Luis Alberni, Edward Craven, Donald Meek, Charles Irwin, Ferdi-
nand Munier, Grace Bradley. ****
Esta espumosa comedia de la Paramount se subió al carro
del fenomenal éxito de la Columbia con Sucedió una
noche de la mano del equipo formado por el director
Wesley Ruggles y el guionista Claude Binyon –ahora con
la complicidad de Melville Baker y Jack Kirkland–. La ju-
gada, al servicio de una empresa de mucho menor em-
peño, no pudo salir mejor. Lirio dorado es una comedia ar-
quetípica, un modelo. Claudette Colbert es Marilyn David,
o sea la mujer, una modesta mecanógrafa de Nueva York
hambrienta de amor. Fred MacMurray es Peter Dawes, o
sea el reportero que convierte a la mecanógrafa en una
figura pública tras una serie de artículos que revelan su
recién terminado romance con un encantador pero cana-
lla aristócrata inglés (Milland). El periodista la “vende” a la
muchedumbre de curiosos como una especie de atracti-
va rareza por rechazar –supuestamente– la proposición
matrimonial del duque, bautizándola como la chica “No”.
Aunque la campaña publicitaria es en realidad un truco
para reavivar el interés del noble –ya que fue él quien
rechazó a la joven–, Peter pierde el control de la situación.
La chica es explotada por los promotores, codiciada una
vez más por el duque errante, y, como su predecesora en
el filme de Capra, acaba rechazando el mundo de los pri-
vilegiados en favor del reportero que ha hecho de su
nombre un lugar común. Lirio dorado no se cuenta entre
las obras maestras de la screwball, pero ofrece un ritmo
tan trepidante, una conjunción tan brillante de rigor con
ingenio, un sentido del disparate tan firme, que propor-
ciona mayor diversión que media docena de comedietas
actuales juntas. Hábilmente dirigida por Ruggles, la pelí-
cula lanzó a MacMurray al estrellato, mientras elevaba el
perfil del británico Milland en Hollywood. Claro que
ambos contaban con el inestimable apoyo de Colbert, una
comediante de categoría suprema. ■ J.T.
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LISÍSTRATA
Lauren Films, España, 2002, 89 min.
Productor: Francesc Bellmunt, Laurence Olivé. Director: Francesc Bell-
munt. Guión: Francesc Bellmunt (basado en el cómic de Ralf König).
Fotografía: Julián Elizalde. Montaje: Jaume Martí. Música: An der Beat.
Dirección Artística: Josep Rosell. Vestuario: Antonio Belart. Inttérpretes:
Maribel Verdú, Juan Luis Galiardo, Javier Gurruchaga, Cristina Sola. *
Después de Gracias por la propina, posiblemente la mejor
película de toda su carrera, el cineasta catalán Francesc
Bellmunt llevó al cine esta adaptación de un popular
cómic del alemán Ralf König –el autor de “El hombre
deseado”, también llevada al cine–, inspirado a su vez en
el clásico de Aristófanes. La huelga sexual de las mujeres
de Atenas y Esparta da lugar a una comedia vulgar y, lo
que es peor, sin gracia. ■ J.E.
LITTLE NICKY
EE.UU., 2000, 90 min.
Productor: Jack Giarraputo, Robert Simonds. Director: Steven Brill.
Guión: Tim Herlihy, Adam Sandler, Steven Brill. Fotografía: Theo van de
Sande. Montaje: Jeff Gourson. Intérpretes: Adam Sandler, Patricia
Arquette, Harvey Keitel, Rhys Ifans, Rodney Dangerfield, Peter Dante. *
Nicky es hijo de Satanás, pero su padre no le tiene mucha
estima, pues cree que le faltan muchas agallas. Cuando el
rey de los infiernos quiere jubilarse, no confía en ninguno
de sus hijos para que sea el heredero. Aunque contiene
algún que otro gag gracioso, en conjunto se trata de una
comedia bastante floja al servicio de la comicidad del
actor Adam Sandler. Destaca, además, la presencia de
Harvey Keitel y Patricia Arquette. ■ G.Q.
LITTLE SHOP OF HORRORS, THE
Filmgroup, EE.UU., 1961, 70 min.
Productor: Roger Corman. Director: Roger Corman. Guión: Charles B.
Griffith. Fotografía: Arch R. Dalzell. Montaje: Marshall Neilan, Jr. Música:
Fred Katz. Dirección Artística: Daniel Haller. Intérpretes: Jonathan Haze,
Jackie Joseph, Mel Welles, Jack Nicholson, Dick Miller, Myrtle Vail, Laiola
Wendorf. ****
Realizada por Roger Corman en tres días con un presu-
puesto inexistente en un polvoriento rincón de un estu-
dio, adornado con decorados de cartón de segunda
mano, The Little Shop of Horrors es una de las produc-
ciones más admiradas de este director de culto. La pelí-
cula es una gran broma enfermiza, una historia adecua-
damente freudiana que te mantiene sonriendo y ocasio-
nalmente partiéndote de risa hasta la última y absurda
toma. Jonathan Haze es el tímido aprendiz de floristería
que cultiva una planta carnívora que empieza a diezmar
al vecindario. Al principio la alimenta con varios vaga-
bundos, pero termina sacrificándose él mismo a los dio-
ses de la horticultura. Por la pantalla desfilan diversos
charlatanes, alcohólicos, sádicos e incluso un par de inep-
tos detectives privados. Las interpretaciones son agrada-
blemente ridículas. Mel Welles, como el propietario, y
●

● ●
Jonathan Haze, como Luther Burbank, resultan particu-
larmente eficaces, y Jackie Joseph está decorativa como
la chica del protagonista. Atención a Jack Nicholson, hila-
rante como Wilbur Force, el masoquista paciente dental
que lee la revista “Dolor” en la sala de espera. ■ J.D.D.
LLAMADA A ESCENA
(Curtain Call), EE.UU., 1999.
Productor: Andrew S. Karsch. Director: Peter Yates. Guión: Todd Alcott
(basado en una historia de Andrew S. Karsch). Fotografía: Sven Nykvist.
Montaje: Hughes Winborne. Música: Richard Hartley. Dirección Artísti-
ca: Rick Butler. Intérpretes: James Spader, Polly Walker, Michael Caine,
Maggie Smith, Buck Henry, Sam Shepard, Frank Whaley, Marcia Gay
Harden. **
La forzada y a ratos jocosa convivencia entre seres vivos
y fantasmas en una mansión proviene ya de la imagina-
ción de Oscar Wilde. En este filme, los espectros son dos
antiguos comediantes, completamente locos por el tea-
tro e interpretados por una desaprovechada pareja for-
mada por Caine y Maggie Smith. Yates nunca ha recobra-
do el buen pulso que demostró en el cine negro. ■ M.Q.
LLÁMAME MR. CHARLY
(Carbon Copy), EE.UU., 1981, 92 min.
Productor: Carter DeHaven, Stanley Shapiro. Director: Michael Schultz.
Guión: Stanley Shapiro. Fotografía: Fred J. Koenekamp. Montaje: Marion
Segal. Música: Bill Conti. Diseño de producción: Ted Haworth. Intérpre-
tes: George Segal, Susan Saint James, Jack Warden, Dick Martin, Denzel
Washington, Paul Winfield, Macon McCalman. *
Escrita y coproducida por Stanley Shapiro, guionista de
algunas comedias señeras de los años cincuenta y sesen-
ta (Confidencias de medianoche, Suave como visón), Llá-
mame Mr. Charlie documenta la historia de veras atípica
de un importante ejecutivo blanco, casado con una mujer
blanca, que un buen día recibe la visita de un joven negro
que dice ser su hijo, y probablemente lo sea, fruto de
algún amor juvenil. No lo suficientemente ácida, deficita-
ria en ritmo y progresión (arranca muy bien y va perdien-
do gas a medida que avanza), la película cuenta, eso sí,
con un reparto más que notable. ■ J.B.C.
LLUVIA EN LOS ZAPATOS
Esicma/Mandarín, España-Francia, 1997, 100 min.
Director: María Ripoll. Guión: Fafael Russo. Fotografía: Javier Salmones.
Intérpretes: Douglas Henshall, Penélope Cruz, Lena Heady, Neil Stucke,
Elizabeth McGovern, Eusebio Lázaro, Gustavo Salmerón. ***
En el cine español de los últimos años, hay algunas pelí-
culas que han sido rodadas en el extranjero con notable
éxito crítico, como en el caso de Cosas que nunca te dije,
de Isabel Coixet, o El último viaje de Robert Rylands, de
Gracia Querejeta. La productora Esicma, creada por el
padre de esta última para distribuir películas españolas
internacionalmente, decidió apoyar a María Ripoll, una
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Loca academia de policía | 275
●
realizadora catalana formada en Estados Unidos, en el que
significó su debut profesional en el largometraje, al igual
que en el caso del guionista, el también debutante Rafa
Russo, que proponen una acertada variante a lo fantástico
de la clásica comedia romántica. Ripoll combina perfecta-
mente los momentos oníricos con los realistas, concedien-
do credibilidad a ambos a través de una cuidada puesta
en escena, que sólo tiene algunos baches de ritmo y la
elección de algún personaje demasiado alegórico. ■ M.Q.
LOCA ACADEMIA DE CONDUCTORES
(Moving Violations), EE.UU., 1985, 90 min.
Productor: Joe Roth, Harry J. Ufland. Director: Neal Israel. Guión: Neal
Israel, Pat Proft (basado en una historia de Paul y Sharon Boorstin). Foto-
grafía: Robert Elswit. Montaje: Tom Walls. Música: Ralph Burns. Diseño
de producción: Virginia Field. Intérpretes:: John Murray, Jennifer Tilly,
James Keach, Brian Backer, Ned Eisenberg, Clara Peller. *
Este título castellano para Moving Violations pretende invo-
car la serie nefanda de las “Locas academias de policía” y
camelar así al personal. Lo cierto es que se mueven en la
misma dirección: chistes fáciles y gags tontos en torno a un
curso de reciclaje para conductores que han cometido
infracciones. Si el protagonista, John Murray, les recuerda a
Bill Murray, no es casualidad: son hermanos. ■ J.B.C.
LOCA ACADEMIA DE POLICÍA
(Police Academy), Warner/Ladd, EE.UU., 1984, 95 min.
Productor: Paul Moslansky. Director: Hugh Wilson. Guión: Neal Israel,
Pat Proft, Hugh Wilson. Fotografía: Michael D. Margulies. Montaje:
Robert Brown, Zach Staenberg. Música: Robert Folk. Dirección Artísti-
ca: Trevor Williams. Intérpretes: Steve Gutenberg, G. W. Bailey, George
Gaynes. **
La comedia cómica ha contado con abundantes creado-
res de talento. Uno de los primeros fue Mack Sennett,
maestro de la persecución, los golpes, la demolición y el
ritmo dinámico en kilómetros de cine silente y creador de
los Keystone Cops en una serie de cortos que bien hubie-
ran podido titularse Loca comisaría de policía. Toda la
mejor tradición del cine cómico nace con Sennett, inclu-
so Chaplin, a quien lanzó en numerosos cortos en 1914.
Loca academia de policía sigue los pasos de ese tan
glorioso pasado, pero en ningún momento parece arri-
marse a las fuentes de sabiduría que han ennoblecido el
cine cómico. Ni siquiera posee el subversivo sentido del
absurdo, algo sin sentido, que ha dado el atractivo de
otras series modernas como Aterriza como puedas o
Agárralo como puedas –incluso teniendo en el guión a
Pat Proft, adláter de la troupe Abrahams–. En Loca aca-
demia de policía, el humor es vulgar, tosco, basto, exento
de sutilezas. Pide una risa primaria, la que se genera al oír
a uno de sus personajes hacer ruidos diversos con la boca
o al ver al jefazo obsequiado mientras realiza un discurso
con una felación. Pero Loca academia de policía constitu-
yó un sonado éxito en los 80, y ha propiciado numerosí-
simas secuelas a cual peor. ■ J.B.C.
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276| Loca de Chaillot, La
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LOCA DE CHAILLOT, LA
(The Madwoman of Chaillot), EE.UU., 1969, 132 min.
Productor: Ely A. Landau. Director: Bryan Forbes. Guión: Edward Anhalt,
Maurice Valency (basado en la obra de Jean Giraudoux). Fotografía: Bur-
nett Guffey, Claude Renoir. Montaje: Roger Dwyre. Música: Michael J.
Lewis. Intérpretes: Katharine Hepburn, Paul Henreid, Oskar Homolka,
Yul Brynner, Richard Chamberlain, Edith Evans, Donald Pleasence. ***
Adaptación de la famosa pieza teatral de Jean Giraudoux
acerca de una mujer decididamente pintoresca y los per-
sonajes que la rodean en un mundo que ella forja a la
medida de sus ilusiones. Ilustración lujosa de un texto que
no debería salir de escena, pero que conserva su ingenio.
El reparto, variadísimo, acoge también a Giulietta Masina
y Richard Chamberlain. ■ M.Q.
LOCA HISTORIA DEL MUNDO, LA
(History of the World: Part I), Brooksfilms, EE.UU., 1981, 92 min.
Productor: Mel Brooks. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks. Foto-
grafía: Woody Omens, Paul Wilson. Montaje: John Howard. Música: John
Morris. Dirección Artística: Harold Michelson, Stuart Craig. Intérpretes:
Mel Brooks, Dom DeLuise, Madeline Kahn, Cloris Leachman, Gregory
Hines, Sid Caesar. **
El asalto frontal de Mel Brooks a “cómo llegamos adonde
estamos hoy” tiene algo para ofender a todo el mundo:
Moisés deja caer cinco de los originales quince manda-
mientos y Brooks, como camarero en la Última Cena, pre-
gunta: «¿Están todos juntos o son cuentas separadas?»
Desde el ácido comentario de Brooks sobre el rol del crí-
tico de arte en “La Edad de Piedra” al hilarante número
musical intergaláctico “Judíos en el espacio”, La loca his-
toria del mundo es una parodia sobre la épica histórica,
tan pasada de moda como anárquica: una serie de viñe-
tas cómicas que caricaturizan escenas de 2001, Los diez
mandamientos, las épicas romanas y la corte de Luis XIV.
Brooks apretuja el humor escatológico, incluyendo mu-
chas de las peores bromas del mundo, y como de cos-
tumbre hay un gran número de errores por cada gag que
da en la diana. La pieza central es un lujoso número musi-
cal al estilo Busby Berkeley, “La Inquisición”, una tentativa
de mal gusto por recapturar la gloria kitsch de “Primave-
ra para Hitler” (en Los productores). Y aunque La vida de
Brian fue mucho más allá que Brooks en cuestión de blas-
femia, algunos de los mejores chistes de la película se
burlan de las creencias religiosas. Como reza el dicho,
aquí hay algo para ofender a todo el mundo, particular-
mente a los devotos de cualquier credo y a los homose-
xuales. El resultado es un bullicioso vodevil en su formato
más vulgar con un humor más grueso que el de los Monty
Python pero sin su suficiencia. ¿Qué ocurrió con La loca
historia del mundo: Parte II? Mejor no preguntar. ■ J.T.
LOCA JUERGA TROPICAL
(Water), Reino Unido, 1985, 115 min.
Productor: George Harrison, Ian La Frenais. Director: Dick Clement.
Guión: Dick Clement, Ian La Frenais, Bill Persky. Fotografía: Douglas Slo-
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combe. Montaje: John Victor-Smith. Música: Mike Moran. Intérpretes:
Michael Caine, Valerie Perrine, Brenda Vaccaro, Leonard Rossiter, Billy
Connolly, Dennis Dugan, Fulton Mackay. **
En una pequeña isla caribeña dependiente de Gran Bre-
taña, económicamente pobre y estratégicamente catas-
trófica, se descubre una fuente de agua en un pozo de
petróleo abandonado y varios países empiezan a luchar
por su control. Irregular comedia con Michael Caine y Va-
lerie Perrine, todo un ejemplo de buena actriz desapro-
vechada. ■ G.Q.
LOCA POR EL CIRCO
Filmayer Producción/Star Film, España, 1982, 89 min.
Director: Luis María Delgado. Guión: Vicente Coello. Fotografía: Raúl
Pérez Cubero. Música: Eduardo Rodrigo. Intérpretes: Teresa Rabal, Rafa-
el Alonso, Miguel Ayones, Valeriano Andrés, Luis Lorenzo, Rafael Her-
nández, Paco Camoiras, Lola Lemos. **
A falta de Pili y Mili, que ya no estaban para estos trotes,
aquí se desdobló a Teresita Rabal para el típico enredo de
las gemelas. Una comedia infantil y artesanal, «un filme
sencillo, pero no idiota», al decir del crítico César Santos
Fontenla. ■ J.B.C.
LOCAS AVENTURAS DE RABBI
JACOB, LAS
(Les aventures de Rabbi Jacob), Films Pomereu/Horse Film, Italia-
Francia, 1973, 95 min.
Productor: Bertrand Javal. Director: Gérard Oury. Guión: Daniel Thomp-
son, Roberto de Leonardis, Gérard Oury. Fotografía: Henri Decae. Mon-
taje: Albert Jurgenson. Música: Vladimir Cosma. Dirección Artística:
Theo Meurisse. Intérpretes:: Louis de Funes, Renzo Montagnani, Suzy
Delair, Marcel Dalio. ****
La película más hilarante (y soportable) de ese cómico
excesivo que es Louis de Funès, que hacía mucha gracia
de pequeño pero que, cuando se le vuelve a ver con más
edad, pone un poco de los nervios. Sin embargo, los enre-
dos de este judío saleroso y tarambana consiguen elevar
su cine muchos enteros por encima de otras tonterías
similares (y las tiene a mansalva). Como es habitual, la
trama se alimenta única y exclusivamente de su presen-
cia, para lo bueno (muecas) y lo malo (más muecas). Inol-
vidable –y pegajosa– resulta la secuencia en la fábrica de
chicle, sin duda uno de los momentos claves de la histo-
ria de la comedia. Ayuda, y mucho, la partitura musical de
Vladimir Cosma, con modernos ritmos hebreos. ■ L.M.C.
LOCO A DOMICILIO, UN
(The Cable Guy), EE.UU., 1996, 96 min.
Productor: Judd Apatow, Andrew Licht, Jeffrey A. Mueller. Director: Ben
Stiller. Guión: Lou Holtz Jr. Fotografía: Robert Brinkmann. Montaje: Ste-
ven Weisberg. Dirección Artística: Jeff Knipp. Intérpretes: Jim Carrey,
Matthew Broderick, Leslie Mann, Jack Black, George Segal, Diane Baker,
Ben Stiller. **
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● ●
Un hombre, al cambiar de piso, desea que le efectúen la
instalación de la televisión por cable y cae en las manos
de un entrometido operario que le hace la vida imposible
y le dificulta sus relaciones sentimentales. Jim Carrey re-
gresa a su imitación de Jerry Lewis y se hace pesado para
el espectador y para su compañero de reparto. La bús-
queda desesperada de contacto humano podría haber
dado más de sí. ■ M.Q.
LOCO ANDA SUELTO, UN
(The Jerk), Universal/Aspen, EE.UU., 1979, 104 min.
Productor: David V. Picker, William E. McEuen. Director: Carl Reiner.
Guión: Steve Martin, Carl Gottlieb, Michael Elias. Fotografía: Victor J.
Kemper. Montaje: Bud Molin. Música: Jack Elliott. Dirección Artística:
Jack Collis. Intérpretes: Steve Martin, Bernadette Peters, Catlin Adams,
Mabel King, Richard Ward. **
¿Ha hecho Steve Martin una película más divertida? Los
fans de Un loco anda suelto insisten en que no. La cinta
es una avalancha continua de situaciones disparatadas,
bromas –divertidas o no– de todo tipo, gags visuales ge-
neralmente efectivos y a veces hilarantes. Martin asume el
papel del simplón e ingenuo Navin Johnson, quien des-
cubre súbitamente que sus padres negros no son los bio-
lógicos. Coge a su perro y abandona la plantación para
abrirse camino en un mundo que está tan chiflado como
él. El problema con las comedias “para débiles mentales”
● ●
Loco de verano, Un | 277
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es que degeneran rápidamente en bromas sobre pieles
de plátano, pero Un loco anda suelto logra llevar a su per-
sonaje central de lo meramente imbécil a lo verdadera-
mente histérico, como cuando queda extasiado al ver su
nombre en la guía telefónica, o salta de alegría al ver su
nueva casa (un retrete de caballeros). El problema es que
la locura nunca va demasiado lejos, y la hilaridad mengua
durante su declive y caída. No obstante, hay algunos chis-
tes memorables (especialmente aquel en que hace una
fortuna inventando un absurdo soporte nasal para gafas),
y Martin está en su mejor forma “maníaca”. ■ J.D.D.
LOCO DE AMOR
(Lovesick), EE.UU., 1983, 95 min.
Productor: Charles Okun. Director: Marshall Brickman. Guión: Marshall
Brickman. Fotografía: Gerry Fisher. Montaje: Nina Feinberg. Música: Phi-
lippe Sarde. Intérpretes: Dudley Moore, Eizabeth McGovern, Alec Guin-
ness, Christine Baranski, Gene Saks, Renée Taylor. **
Coguionista de Woody Allen en El dormilón, Annie Hall y
Manhattan, Marshall Brickman escribió y dirigió su segun-
da película (la primera, Simon, jamás se estrenó aquí)
jugando en el terreno que le era familiar: la comedia de
toque intelectual. Lovesick es la historia de un atribulado
psicoanalista judío (Dudley Moore), que tiene por ángel
guardián al mismísimo Freud (una cortesía de Alec Guin-
ness) y se enamora de una atractiva paciente (Elizabeth
McGovern), que ya había causado la muerte por infarto
de su anterior analista. Asistido por el fantasma de Freud
y por su antiguo maestro (socarrona composición de
John Huston), el protagonista no consigue resistir la ten-
tación de acabar en el lecho de su provocadora paciente.
Marshall Brickman supo moderar la tendencia al histrio-
nismo de Dudley Moore y satirizó con ingenio a psicoa-
nalistas y gentes del mundillo teatral neoyorquino, pero
sin conseguir evitar que la función –tras un prometedor
comienzo y no menos esperanzador desarrollo– termine
por resultar excesivamente forzada y sentimentaloide.
Amantes de la comedia y de las sátiras sobre psicoana-
listas. ■ LL.B.M.
LOCO DE VERANO, UN
(Palmy Days), EE.UU., 1931, 77 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: A. Edward Sutherland. Guión:
Eddie Cantor, David Freedman, Morrie Ryskind, Keene Thompson. Foto-
grafía: Gregg Toland. Montaje: Sherman Todd. Música: Harry Akst, Con
Conrad. Dirección Artística: Richard Day, Willy Pogany. Intérpretes:
Eddie Cantor, Charlotte Greenwood, Barbara Weeks, Spencer Charters,
Paul Page, Charles Middleton, George Raft. **
Este vehículo de Eddie Cantor se abre con una surrealis-
ta secuencia que presenta una pastelería atendida ínte-
gramente por Chicas Goldwyn escasamente vestidas.
Acto seguido, un joven pide una tarta de chocolate, y las
chicas regresan –llevando aún menos ropa– para inter-
pretar un número de Berkeley titulado “Bend Down, Sis-
ter”. Después, las cosas se vuelven menos libidinosas
●
278| Loco maravilloso, Un
● ●
cuando el estrafalario hombre de goma Eddie Cantor se
adueña de la película (el comediante se ve envuelto en
una banda de delincuentes que se hacen pasar por adivi-
nos). A pesar del mecánico trabajo del director A.
Edward Sutherland, Cantor resulta genuinamente diverti-
do, soltando frases ingeniosas, a veces subidas de tono,
mientras –sello de la casa– hace girar las pupilas. Charles
Middleton es un villano de pantomima, pero el frío Geor-
ge Raft –como su lugarteniente– resulta mucho más
auténtico. Las contribuciones de Berkeley son inconfun-
dibles, con su cámara devorando los rostros de las coris-
tas casi tan intensamante como lo hace con sus cuerpos,
aunque aún estaba muy lejos de encontrar el estilo único
que le convertiría en un fijo en Warner Brothers. ■ J.T.
LOCO MARAVILLOSO, UN
(A Fine Madness), EE.UU., 1966, 104 min.
Productor: Jerome Hellman. Director: Irvin Kershner. Guión: Elliott
Baker (basado en su novela). Fotografía: Ted D. McCord. Montaje:
William H. Ziegler. Música: John Addison. Dirección Artística: Jack
Poplin. Intérpretes: Sean Connery, Joanne Woodward, Jean Seberg,
Patrick O’Neal, Colleen Dewhurst, Clive Revill, Werner Peters. **
Adaptación de una novela de Elliott Baker protagonizada
por un poeta mujeriego que se encuentra en crisis y al
borde de la locura (Connery, tomándose unas vacaciones
de Bond entre Operación Trueno y Sólo se vive dos
veces), abordada por Kershner con un toque de nouvelle
vague: la presencia de Jean (Al final de la escapada)
Seberg no es casual. ■ J.B.C.
LOCOS DE ABRIL
(The April Fools), EE.UU., 1969, 95 min.
Productor: Gordon Carroll. Director: Stuart Rosenberg. Guión: Hal
Dresner. Fotografía: Michel Hugo. Montaje: Bob Wyman. Música: Burt
Bacharach, Marvin Hamlisch. Diseño de producción: Richard Sylbert.
Intérpretes: Jack Lemmon, Catherine Deneuve, Peter Lawford, Jack Wes-
ton, Myrna Loy, Charles Boyer, Kenneth Mars, Melinda Dillon. **
Los actores más representativos del star system a la fran-
cesa no tuvieron demasiada suerte en su paso por Holly-
wood. La nouvelle vague despertó un gran interés en los
circuitos de arte y ensayo neoyorquinos y fue signo de
cultura cinematográfica entre los intelectuales america-
nos de mediados de los 60. Por otra parte, no hay que
olvidar que fueron justamente los críticos franceses de
“Cahiers” los que pusieron en evidencia mediante su polí-
tica de autores y su defensa de la puesta en escena el
valor de hombres como Hitchcock, Hawks o Walsh. Esta
relación entre uno y otro lado del Atlántico propició que
figuras como Alain Delon o Yves Montand intervinieran
en el cine americano. El primero rodó un flojo western y
un aceptable film policíaco. En cuanto al segundo, su
romance con Marilyn Monroe fue consecuencia de copro-
tagonizar con ella El multimillonario, de George Cukor.
Catherine Deneuve no tuvo demasiada fortuna en su
empeño. En 1969 era ya una actriz conocida internacio-
● ●
●
nalmente, no sólo por los personalísimos musicales de
Jacques Démy, sino por su papel en inglés para Polanski
en Repulsión. Esta Locos de abril fue su primera película
americana. Luego su breve carrera allí sufrió intermiten-
cias: en 1976 hizo de prostituta de lujo en una cinta de
aventuras policíacas con Burt Reynolds –Destino fatal– y
luego en 1983 fue una bella y señorial vampira junto a
David Bowie en El ansia, de Tony Scott.
Los “locos de abril” son en el costumbrismo popular
americano como los inocentes aquí en nuestro país, per-
sonas a las que se le gastan bromas en determinados días
del año. La película de Rosenberg es una comedia román-
tica en la que un ejecutivo financiero de Wall Street, una
vez promocionado a un puesto de mayor categoría, se
cuestiona su matrimonio y su forma de vivir y se enamo-
ra rendidamente de la mujer de su jefe. El filme funciona
en lo que respecta a la química desarrollada por su pare-
ja protagonista. La oposición entre el carácter extroverti-
do de Lemmon y la fría belleza de Deneuve confieren un
cierto interés a las escenas de su deambular por interio-
res de lujo y exteriores de la siempre fotogénica New
York. La historia de estos amores no trasciende más allá
de sus límites y el guión se esfuerza sólo en hacer que
ambos actores tengan sus momentos estelares. Una plé-
yade de buenos secundarios les rodea. A Myrna Loy y
Charles Boyer se les une el elegante Peter Lawford en el
papel de jefe de empresa, Jack Weston como el abogado
de Lemmon y Harvey Korman como el bebedor que la
pareja se encuentra en el bar del tren. ■ M.Q.
LOCOS DEL AIRE
(The Flying Deuces), RKO, EE.UU., 1939, 67 min.
Productor: Boris Morros. Director: A. Edward Sutherland. Guión: Ralph
Spence, Alfred Schiller, Charles Rogers, Harry Langdon. Fotografía: Art
Lloyd. Montaje: Jack Dennis. Música: Leo Shuken, John Leipold. Direc-
ción Artística: Boris Leven. Intérpretes: Stan Laurel, Oliver Hardy, Jean
Parker, Reginald Gardiner. ****
A consecuencia de un fracaso sentimental, el orondo
Hardy se alista con su fiel amigo Laurel en la Legión
Extranjera francesa. Allí ambos dan prueba de su escasa
capacidad militar en una serie de escenas jocosas. Los
momentos de la huida a bordo de un avión son los más
desternillantes en una de las mejores cintas del Gordo y
el Flaco en su época de gloria. En el cómico guión cola-
boró Harry Langdon. ■ M.Q.
LOCOS DEL BISTURÍ, LOS
(Young Doctors in Love), EE.UU., 1982, 96 min.
Productor: Jerry Bruckheimer. Director: Garry Marshall. Guión: Michael
Elias, Rich Eustis. Fotografía: Donald Peterman. Montaje: Dov Hoenig.
Música: Maurice Jarre. Diseño de producción: Polly Platt. Intérpretes:
Sean Young, Michael McKean, Gary Friedkin, Kyle T. Heffner, Rick Over-
ton, Crystal Bernard, Ted McGinley. **
A imagen y semejanza de otras películas estilo Loca aca-
demia de policía, Loca academia de conductores o los
●

● ●
desmadres firmados por los hermanos Zucker y su socio
Jim Abrahams, que han ido proliferando en las pantallas,
Los locos del bisturí es una serie de gags hilvanados alre-
dedor de una localización básica y con unos personajes
caricaturescos. No se trata de desarrollar ningún argu-
mento, sino de establecer las coordenadas para una suce-
sión de lances cómicos, algunos más afortunados que
otros, siempre dentro del humor de trazo grueso, en el
que la parodia se impone al ingenio. En este caso se trata
de las peripecias de un grupo de estudiantes de Medici-
na en prácticas en un hospital. La sátira parte de pelícu-
las como Hospital o series televisivas afines. Debut de
Garry Marshall, antiguo productor, guionista y creador de
efectos cómicos para televisión, que tuvo la fortuna de
dirigir a Richard Gere y Julia Roberts en la moderna ver-
sión de la Cenicienta, Pretty Woman. ■ M.Q.
LOCOS DE REMATE
(Stir Crazy), Columbia, EE.UU., 1980, 111 min.
Productor: Hannah Weinstein. Director: Sidney Poitier. Guión: Bruce Jay
Friedman. Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Harry Keller. Música: Tom
Scott. Vestuario: Patricia Edwards. Intérpretes: Gene Wilder, Richard
Pryor, Georg Stanford Brown, JoBeth Williams, Miguel Suarez, Craig T.
Nelson, Barry Corbin. **
Gene Wilder y Richard Pryor formaron pareja cómica en
varias películas, exhibiendo una química tan marciana co-
mo efectiva. A partir de un guión de Bruce Jay Friedman,
aquí encarnan a dos perdedores que, buscando fortuna,
darán con sus huesos en la cárcel por una confusión. Diá-
logos con ingenio, pero realización sin gas. ■ J.B.C.
LOCOS POR EL MAMBO
(Mad About Mambo), Irlanda-Reino Unido, 2000, 92 min.
Productor: David Kelly. Director: John Forte. Guión: John Forte. Fotogra-
fía: Ashley Rowe. Montaje: David Martin. Música: Richard Hartley. Direc-
ción Artística: Colman Corish, Susie Cullen. Intérpretes: William Ash,
Maclean Stewart, Tim Loane, Russell Smith, Joe Rea, Brendan Morrissey,
Inge Dorman, Julian Littman, Daniel Caltagirone, Gabriel Byrne. **
Loco por el fútbol, un joven que está deseando jugar en
el equipo de Belfast decide aprender a bailar la samba,
pues idolatra a un jugador brasileño. En las clases cono-
cerá a una chica de clase alta de la que se enamorará per-
didamente. Una tontorrona comedieta en la onda de Dirty
Dancing, aunque con sabor a cerveza negra. El actor
Gabriel Byrne, que tiene un breve papel, es uno de los
productores. ■ J.B.C.
LOCO SUELTO EN HOLLYWOOD, UN
(Down and Out in Beverly Hills), Touchstone, EE.UU., 1986, 103 min.
Productor: Paul Mazursky. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul
Mazursky, Leon Capetanos (basado en la obra “Boudu salvado de las
aguas” de René Fauchois). Fotografía: Don McAlpine. Montaje: Richard
Halsey. Música: Andy Summers. Diseño de producción: Pato Guzmán.
Dirección Artística: Todd Hallowell. Vestuario: Albert Wolsky. Intérpre-
● ●
Lola nos lleva al huerto, La | 279
●
tes: Nick Nolte, Richard Dreyfuss, Bette Midler, Little Richard, Tracy Nel-
son, Elizabeth Pena, Evan Richards, Mike tha Dog, Donald Muhich, Paul
Mazursky. ***
La obra teatral de René Fauchois “Boudu salvado de las
aguas” ya había servido a Jean Renoir para hacer en 1932
una polémica sátira de las costumbres burguesas de su
país. En esta versión norteamericana, Paul Mazursky, un
enamorado del cine francés, actualiza la historia y la tras-
lada a Beverly Hills. Y, curiosamente, se mantiene incluso
más fiel que Renoir en la configuración de los personajes.
Utiliza al excelente Nick Nolte como el vagabundo que
despierta la conciencia de los habitantes de la casa que
le han salvado de las aguas; en realidad le han salvado de
las aguas de su piscina, máximo exponente del status de
una familia de aquel país. Este clochard made in Hollywo-
od pasa a ser un personaje muy parecido al del Teorema
de Pasolini, un provocador que obliga a una revisión de la
sociedad de las apariencias. La película es ambiciosa,
correcta y los actores están francamente bien, pero le
falta el toque y el ritmo de las grandes comedias. ■ A.C.
LOCURA DEL REY JORGE, LA
(The Madness of King George), Samuel Goldwyn Company, Reino
Unido-EE.UU., 1994, 107 min.
Productor: Stephen Evans, David Parfitt. Director: Nicholas Hytner.
Guión: Alan Bennett (basado en su obra “The Madness of George III”).
Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Tariq Anwar. Música: George Fen-
ton. Diseño de producción: Ken Adam. Dirección Arttística: Martin
Childs. Vestuario: Mark Thompson. Intérpretes: Nigel Hawthorne, Helen
Mirren, Amanda Donohue, Rupert Everett, Rupert Graves, Ian Holmes,
Julian Wadham, Anthony Calf, John Wood, Jim Carter. ***
Jorge III de Inglaterra reinó durante 60 años (desde 1760
a 1820), en una larga época que se caracterizó por un
alud de acontecimientos. Su salud nerviosa sufrió graves
quebrantos, y en 1788 padeció una enajenación mental
que desató intrigas a su alrededor. El autor dramático
Alan Bennett escribió una obra sobre ese momento
histórico y la representó con gran éxito en el West End
londinense. Él mismo se guardó del guión para llevarla a
la pantalla, con el propio protagonista, Nigel Hawthorne,
que la había hecho en el teatro.
El resultado es un filme sólido, magníficamente am-
bientado y que sabe mantener un sabio balance entre la
angustiosa peripecia personal y el transfondo político.
Helen Mirren ganó el premio como Mejor Actriz en Can-
nes por el papel de la reina Carlota, y Ken Adam el Oscar
por su Dirección Artística. ■ M.Q.
LOLA NOS LLEVA AL HUERTO, LA
Izaro Films, España, 1983, 90 min.
Productor: Salvador Ginés. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Domingo Solano. Montaje: Antonio Ramírez. Músi-
ca: Gregorio García Segura. Dirección Artística: Luis Vázquez. Intérpre-
tess: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores, Antonio Gamero,
Susanna Bequer. *
●
280| Lo mejor de cada casa
● ●
El declive de Ozores en todo su esplendor, demostración
palpable de que los gustos de los españoles estaban
modificándose de cara a taquilla, buscando un cine de
más calidad. Lamentablemente, y como todos los ciclos
tienden a repetirse, a finales de los 90 volverían a llevar-
se las comedias zafias, taquilleras y vergonzosamente
rodadas, en una espiral de inutilidades que comenzaron
por Torrente (1997) y todavía dura. Aún manteniendo las
constantes de chistes políticos, chicas generosamente
desnudas (a destacar la secuencia de la secta) y chistes
gastados, en La Lola nos lleva al huerto hay que destacar
una propensión hacia ciertos toques graciosos a base de
un negro, lo que no nos hace demasiada gracia. Su
trama, manida y resuelta a base de gags sueltos sin la
menor coherencia, se centra en cómo Pajares (que es un
antiguo que tiene una tienda de Santos) y Esteso (un
moderno que vende vídeos) creen ser el padre de una
muchacha llamada Lola que, como reza su título, se los
lleva al huerto en un doble sentido: sexual y laboral, ya
que les hace ir a una secta donde han de cavar para
plantar hortalizas. Todo muy ocurrente, como se puede
apreciar. ■ L.M.C.
LO MEJOR DE CADA CASA
España, 2000, 117 min.
Director: Toni Abad. Guión: Toni Abad. Fotografía: Gaizka Bourgeaud.
Montaje: Fidel Collados. Música: Juan Carlos Pérez. Dirección Artística:
Mariana Mara. Intérpretes: Azucena De La Fuente, Juan Querol, Aitor
Merino, Maitane Sebastian, Teresa Calo, Emma Aguirre, Manu Gómez-
Álvarez, Alberto Quintana, Patxi Ugalde. **
Primera película de Toni Abad, que pasó desapercibida
por nuestros cines por la modestia del proyecto. La ac-
ción transcurre en un parque de Bilbao, donde se desa-
rrollan historias protagonizadas por personajes que van
desde la vigilante del parque hasta un trilero con proble-
mas de personalidad, pasando por un jubilado o dos
miembros de una secta enamorados de una adolescente.
■ G.Q.
LO MEJOR QUE LE PUEDE PASAR
A UN CRUASÁN
España, 2003, 103 min.
Productor: Quique Camín. Director: Paco Mir. Guión: Paco Mir (basado
en el libro de Pablo Tusset). Fotografía: Kiko de la Rica. Montaje: Frank
Gutiérrez. Música: Andy Chango. Intérpretes: Pablo Carbonell, Pep
Ferrer, Nathalie Seseña, José Coronado, Marta Belaustegui, Amparo
Valle, Ana María Barbany, Arsenio Corsellas, André Oumansky, José
María Gimeno. ***
Paco Mir, uno de los tres componentes del grupo teatral
silente Tricicle, dirige esta adaptación de la novela de Pa-
blo Tusset a mayor honra de un desmelenado Pablo Car-
bonell, surgido de la música pop y del programa satírico
televisivo Caiga quien caiga. Su papel es el de un treinta-
ñero noctívago que busca a su hermano perdido en los
recovecos de una secta orgiástico-dantesca. ■ M.Q.
● ●
●
LOOSE CONNECTIONS
Umbrella/Greenpoint, Reino Unido, 1983, 99 min.
Productor: Simon Perry. Director: Richard Eyre. Guión: Maggie Brooks
(basado en su propia novela). Fotografía: Clive Tickner. Montaje: David
Martin. Música: Dominic Muldowney, Andy Roberts. Intérpretes: Ste-
phen Rea, Lindsay Duncan, Jan Niklas, Carole Harrison, Gary Olsen,
Frances Low. ***
Este intento del director teatral Richard Eyre por resuci-
tar las screwball comedies de los años treinta tiene al
improbable dúo Lindsay Duncan-Stephen Rea como pro-
tagonistas. Sally (Duncan), junto con dos amigas, tiene
previsto viajar en un jeep desde Londres a una conferen-
cia feminista en Munich, pero en el último momento sus
amigas la dejan tirada. Pone un anuncio en el periódico
pidiendo un conductor que pertenezca al sexo femenino
y sea vegetariana, no fumadora y germanoparlante. El
único que se presenta es Harry (Rea), que afirma cumplir
todos las requisitos excepto el sexo, aunque dice ser gay.
No hace falta decir que Harry es un mentiroso. Mientras
su odisea se convierte en una serie de desastres, sus dife-
rencias (en clase, educación y actitud ante el sexo) se
desvanecen bajo la benevolente influencia del whisky. Al
final, la extraña pareja se siente inevitablemente atraída,
y sucede lo inevitable. Las apariciones de Robbie Coltra-
ne y Gary Olsen se suman a la diversión y los dos prota-
gonistas llevan la película con estilo. Lo mejor de todo, sin
embargo, es el retrato de los ingleses en el extranjero:
borrachos de Bedford en fiestas de la cerveza, chalados
de Liverpool celebrando una victoria en fútbol y la fugaz
amabilidad entre extraños en tierras extrañas están inge-
niosa y sutilmente observadas. ■ J.D.D.
LO QUE PIENSAN LAS MUJERES
(That Uncertain Feeling), United Artists, EE.UU., 1941, 89 min.
Productor: Sol Lesser, Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión:
Walter Reisch. Fotografía: George Barnes. Montaje: William Shen. Músi-
ca: Werner Heymann. Intérpretes: Merle Oberon, Melvyn Douglas, Bur-
guess Meredith, Alan Mowbray, Olive Blakeney, Harry Davenport. ***
Lo que piensan las mujeres, película dirigida por Ernst
Lubitsch e interpretada por Merle Oberon, Melvyn Dou-
glas y Burgess Meredith, está basada en una comedia de
●

● ●
Victorien Sardou y Emile de Najac ya llevada anterior-
mente, en 1925, a la pantalla por el propio cineasta: Kiss
Me Again fue su título original, aunque aquí se conoció
por Divorciémonos, que era el mismo de la obra. Lo que
piensan las mujeres contiene todas sus obsesiones, todo
su universo particular: crisis de la pareja, adulterio, espíri-
tu centroeuropeo y una particular anarquía, aspectos es-
tos dos últimos concentrados en el personaje de Sebas-
tien, excéntrico pianista caído en un núcleo conyugal
para pulverizarlo. La endiablada perspicacia de Lubitsch
arranca ya en la primeras imágenes, cuando sobre una de
sus sempiternas puertas aparece el rótulo “WC ladies”,
metáfora salvaje de una femineidad a la que no tiene
acceso el hombre. Y continúa durante toda la película en
docenas de guiños que, sin palabras a veces, dicen más
que una enciclopedia en fascículos sobre sexología: ahí
está esa quieta noche en la que el protagonista aporrea
su piano, ella le escucha, se va, él la sigue, el plano queda
vacío durante unos segundos, él vuelve y sigue con su
música. No podría haber maestro más sutil en el arte de
los sobreentendidos. ■ J.B.C.
LOQUILANDIA
(Hellzapoppin), Universal Pictures, EE.UU., 1941, 84 min.
Director: H. C. Potter. Guión: Warren Wilson y Nat Perrin, basado en su
obra de teatro. Fotografía: Elwood Bredell. Música: Sammy Fain, Don
Raye, Frank Skinner, Gene de Paul. Intérpretes: Ole Olsen, Chic Johnson,
Robert Paige, Jane Frazee, Lewis Howard, Martha Raye. ****
Aunque sus nombres apenas digan nada a los jóvenes
cinéfilos, Ole Jolsen y Chic Johnson formaron una curio-
sa pareja cómica en los escenarios y en el cine. Su apa-
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Loquilandia | 281
●
riencia física no tenía nada de particular, pero su desme-
surado sentido del humor más absurdo, tanto visual
como verbal, les hizo muy populares entre los años trein-
ta y cuarenta. Su mayor momento de gloria les llegó en
1938, cuando su disparatada revista “Hellzapoppin” se
convirtió en uno de los mayores éxitos de Broadway:
1.404 representaciones. Sin argumento propiamente
dicho, distinta cada noche a tenor de la improvisación de
los protagonistas, deslumbraba noche tras noche a una
audiencia entregada con un torrente de gags y situacio-
nes disparatadas. Hollywood no podía ser ajeno al éxito
del espectáculo y, en 1941, la Universal contrató a la pare-
ja para realizar la adaptación cinematográfica. El arran-
que de la película, con la llegada de los dos cómicos al
infierno, saltando dentro y fuera de una historia que ape-
nas existe, es una deslumbrante sucesión de gags dignos
de los mismísimos hermanos Marx, e incluso superiores
en términos de velocidad, imaginación y pura locura.
Olsen y Johnson discuten constantemente con el director
de la película ante la cámara sobre las restricciones que
se les imponen mientras el caos se desencadena a su
alrededor. En un momento, un director de cine (Lane)
explica a la alocada pareja: «Esto es Hollywood; aquí lo
cambiamos todo. Tenemos que hacerlo». El hecho de que
las estrellas prescindan de un argumento, creando en su
lugar una serie de viñetas lunáticamente entrelazadas
(muchas de ellas parodias de los clichés de Hollywood),
les permite ignorar el realismo y jugar con el propio
medio: en un punto la pareja tiene problemas con el des-
cuidado proyeccionista que muestra la película al revés,
etcétera. Pero la fascinación de esta rareza genuinamen-
te bizarra no proviene exclusivamente de sus momentos
divertidos, que son muchos, sino también del modo en
●
282| Lord Love a Duck
● ●
que Olsen y Johnson incluyen, entre el material tomado
directamente del show teatral original, varios gags pura-
mente cinematográficos. Algunos de estos gags funcio-
nan en televisión, pero otros se desinflan como un bizco-
cho quemado, y el lugar para gozar de este precedente
de los Monty Python es realmente el cine, donde se acer-
ca a la categoría de obra maestra de la comedia. ■ J.D.D.
LORD LOVE A DUCK
Charleston, EE.UU., 1966, 105 min.
Productor: George Axelrod. Director: George Axelrod. Guión: George
Axelrod, Larry H. Johnson (basado en la novela de Al Hine). Fotografía:
Daniel Fapp. Montaje: William Lyon. Música: Neal Hefti. Dirección Artís-
tica: Malcolm Brown. Vestuario: Paula Giokaris. Intérpretes: Roddy
McDowall, Tuesday Weld, Lola Albright, Martin West, Ruth Gordon,
Harvey Korman, Sarah Marshall, Lynn Carey, Max Showalter, Donald
Murphy. ***
Desigual pero a menudo brillante debut en la dirección
de George Axelrod: una fantasía disparatada, malvada-
mente divertida en su sátira de las costumbres de los
adolescentes en la California de los sesenta. Roddy
McDowall interpreta a un estudiante de enorme coefi-
ciente intelectual y fabulosos poderes, que utiliza para
mover los hilos del destino de Tuesday Weld, un ingenuo
bombón cuya filosofía está contenida en las palabras
«Todo el mundo tiene que amarme», y de la vampiresa
adolescente Barbara Ann. Axelrod demuestra un gran
talento para los gags visuales al estilo cartoon, y sonsaca
una caracterización cálida y atractiva de la rubia Weld.
Casi igual de espectacular resulta Lola Albright como su
madre, una “conejita” en un bar de cócteles que se suici-
da cuando cree que ha arruinado las oportunidades de
matrimonio de su hija. El interesante elenco de secunda-
rios incluye a la excéntrica Ruth Gordon. La sorprenden-
te fotografía monocromática de Daniel Fapp también es
un valor añadido. ■ J.D.D.
LOST IN AMERICA
Geffen, EE.UU., 1985, 91 min.
Productor: Marty Katz. Director: Albert Brooks. Guión: Albert Brooks,
Monica Johnson. Fotografía: Eric Saarinen. Montaje: David Finfer. Músi-
ca: Arthur B. Rubinstein. Diseño de producción: Richard Sawyer. Ves-
tuario:: Cynthia Bales. Intérpretes: Albert Brooks, Julie Hagerty, Tom Tar-
pey, Gary K. Marshall, Maggie Roswell, Ernie Brown, Art Frankel, Joey
Coleman, Donald Gibb, Sylvia Farrel. ***
Albert Brooks y Julie Hagerty son una pareja de profe-
sionales bien situados con buenos recuerdos de Easy Ri-
der y unos “ahorros” que han guardado por si alguna vez
deciden cambiar su confortable vida por la libertad de las
carreteras abiertas. Pero el día llega antes de lo pensado.
Brooks se queda sin trabajo y convence a Hagerty para
que abandone el suyo, lo vendan todo y compren una
autocaravana para perderse en América y pasárselo bien.
Los ahorros les evitarán apuros, hasta que deciden decir
adiós a todo lo que aborrecen con una última visita a Las
● ●
●
Vegas, y se encuentran sin un centavo en Nevada. La his-
toria toma tantos caminos secundarios como autopistas
y siempre es impredecible y atractiva, con extravagantes
personajes observando a través de la torcida lente del
director. Una hábil sátira sobre el autoengaño, la compla-
cencia y los ideales comprometidos, interpretada a la
perfección por los dos protagonistas, y es bueno ver a
Brooks dándole a alguien algunos momentos en pantalla.
En algún lugar, bajo toda la indulgencia, late el corazón
de un cineasta. ■ J.D.D.
LOST IN TRASLATION
EE.UU.-Japón, 2003, 102 min.
Productor: Sofia Coppola, Ross Katz. Director: Sofia Coppola. Guión:
Sofia Coppola. Fotografía: Lance Acord. Montaje: Sarah Flack. Dirección
Artística: Mayumi Tomita. Intérpretes: Scarlett Johansson, Bill Murray,
Akiko Takeshita, Kazuyoshi Minamimagoe, Kazuko Shibata, Take, Ryui-
chiro Baba. ****
Una comedia triste en torno al encuentro, en un hotel de
Tokio, de dos almas en pena norteamericanas (Murray y
Johansson, estupendos) y sus vagabundeos nocturnos
por la ciudad. Como una versión de Breve encuentro en
manos de Yasujiro Ozu (o de Michelangelo Antonioni:
aquí los tiempos muertos se erigen en protagonistas).
Oscar a Sofia (Las vírgenes suicidas) Coppola por el
Mejor Guión. ■ J.B.C.
LOTERÍA DEL AMOR, LA
(The Love Lottery), Ealing, Reino Unido, 1954, 89 min.
Productor: Monja Danischewsky. Director: Charles Crichton. Guión:
Harry Kurnitz (basado en una historia de Zelma Bramley Moore y Char-
les Neilson-Terry). Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Seth Holt.
Música: Benjamin Frankel. Dirección Artística: Thomas N. Morahan.
Intérpretes: David Niven, Peggy Cummins, Anne Vernon, Herbert Lom,
Charles Victor, Gordon Jackson. **
Divertida, aparentemente amable pero en el fondo una
feroz sátira contra la industria del cine de Hollywood de
los años cincuenta, La lotería del amor fue realizada por
los británicos con su habitual sentido del humor, provo-
cando como siempre más sonrisas que carcajadas. La his-
toria argumental gira en torno a una popular estrella cine-
matográfica –excelentemente interpretada por David
Niven, que volvió así al país de sus orígenes– que se con-
vierte en el insólito premio de una lotería promocional, y
esconde una corrosiva visión de un mundo hecho de na-
derías y vaciedades, al parecer indispensable para encan-
dilar a los espectadores y conseguir su pase por taquilla,
que en realidad es el objetivo de cualquier estudio ame-
ricano que se precie. La cinta fue la última que dirigió en
la productora Ealing el director Charles Crichton, autor
de pequeñas obras maestras como Oro en barras o Los a-
puros de un pequeño tren. Crichton se apartó en este
filme del estilo habitual de la casa, casi siempre dedicado
a hacer amables críticas sociales de las gentes o las insti-
tuciones de su propio país. Hollywood era un objetivo
●

● ●
insólito en la productora, y, de haber tenido éxito, le
hubiera abierto nuevos caminos. La película, en la que se
ofrecía además un punto de vista femenino de la historia,
fue muy criticada en su momento, quizá porque se apar-
taba de lo que se esperaba de la Ealing y de su realizador
y porque éste introdujo en la trama unas secuencias oní-
ricas que muchos consideraron inadecuadas y fuera de
lugar. ■ A.C.
LOVE ACTUALLY
Universal Pictures, EE.UU., 2003, 135 min.
Director: Richard Curtis. Guión: Richard Curtis. Fotografía: Michael
Coulter. Música: Graig Armstrong. Intérpretes: Bill Nighy, Gregor Fisher,
Rory MacGregor, Colin Firth, Jamie Bennett, Liam Neeson, Emma
Thompson, Martin Freeman, Joanna Page, Keira Knightley, Hugh Grant,
Frank Moorey, Jill Freud, Martine McCutcheon, Tim Hatwell, Laura Lin-
ney, Rowan Atkinson, Lucia Moniz, Shannon Elizabeth, Denise Richards,
Billy Bob Thompson. **
En una época donde no se llevan los filmes por episodios,
Curtis nos habla de amor en porciones, como los quesi-
tos. Dos cosas molestan en esta operación cine-comercial
que anticipa los grumos navideños igual que el pistoleta-
zo de unos grandes almacenes: su tono global y “definiti-
vo” (no pequemos de odiosos recordando glorias cinéfi-
las ad hoc) y su “efecto muérdago”, como si quisiera que,
sólo por verla, todos caigamos en una conga cósmica de
besos y achuchones. Sin embargo, Love actually contagia
alegría y buenos fundamentos y, entre su docena de his-
torias (curiosa y significativamente, ninguna homose-
xual), hay algunas agradablemente incorrectas (la del
viejo rockero o la de la pareja especialista de escenas
"comprometidas"), otras que darían para un largo –aun-
que luego pensásemos que quedarían mejor en corto–,
un «elenco protagónico» de lujo (escalofriantes Emma
Thompson y Laura Linney) y alguna pincelada-cameo
memorable: Claudia Schiffer a 200.000 dólares el minu-
to, Billy Bob Thornton como palurdo presidente USA –por
cierto, entre esto y el episodio del inglesito emigrante,
que parece un anuncio garrafonero del "efecto Axe",
cómo queda el imperio de verbenero–, esa "gran cuñada
luso-griega" o ese Rowan Atkinson por fin calladito. En
fin, una ensalada de dos días donde, si no nos gusta algu-
na pieza, la retiramos y a seguir picando. Es lo bueno en
estos casos. ■ J.C.
LOVE FEROZ, EL
X Films/Eco Films/Procinor, España, 1973, 87 min.
Director: José Luis García Sánchez. Guión: José Luis García Sánchez, Juan
Miguel Lamet. Fotografía: Fernando Arribas. Intérpretes: José Sazatornil
“Saza”, Mary Carrillo, Americo Coimbra, Lina Canalejas, Antonio Game-
ro, Tina Sainz, Mario Pardo, Alicia Sánchez, Ángela Sinde, Concha Velas-
co, Carmen Maura, Damián Velasco, Abel Vitón. ****
Aquella generación dejó definitivamente de colgar un
crucifijo sobre la cabecera de la cama para sustituirlos
por posters de Che Guevara o Bob Dylan. La cama, ya
● ●
Love Me Tender | 283
●
puestos, empezó a ser usada sin complejos ni alquileres
para fines gustosamente antisacramentales. Los padres
seguían, con creces, haciendo cruces. Al centinela le que-
daba sólo un par de suspiros. Esa España en riguroso pre-
sente fue objeto de varios disparos certeros que el arte
cinematográfico perpetró consiguiendo luz verde de
Censura, que ya era difícil. En clave críptica, como todo el
cine de Saura de aquel momento, o en otras claves. La
esperpéntica, por ejemplo, de José Luis García Sánchez,
El love feroz y su casi secuela Colorín Colorado serían,
son, en este sentido, ejemplos notables de un cine testi-
monial realizado en serio aunque su membrana sea de
descacharrante comicidad. De hecho, gran parte del cine
de García Sánchez son crónicas de la historia de España,
fascículos coleccionables que, ríendose de ella, trazan
una línea veraz de la sociedad de la transición.
La actualidad que marcó El love feroz, al tocarnos en-
tonces tan de lleno en nuestras penas diarias, aparece
hoy pasablemente envejecida y ni lo que se nos cuenta
tendrá valor informativo ni su posible sustrato evocativo
generará nostalgias por un pasado que no fue precisa-
mente el deseado. Pero la solidez del producto, sus valo-
res cinematográficos más que los sociológicos, son inta-
chables. El love feroz es una comedia ácida, excelente-
mente construida y meticulosamente sintética: con hora
y veinte minutos, García Sánchez pinta una época a la
perfección y establece un discurso lúcido y crítico. Todo
ello admirablemente apoyado por un equipo de actores
de primera fila, los mismos que durante tanto tiempo hi-
cieran la comedia, por así decirlo, oficial, donde queda-
ban casi siempre reducidos por la poca capacidad del
realizador de turno. Aquí, gracias a la buena labor de
García Sánchez, destacan todos como comediantes
natos. Los más relevantes, José Sazatornil “Saza” y Mari
Carrillo como los padres ancien régime y Concha Velas-
co en un papel menor pero suculento. Quien más quien
menos tiene en esta película en quien reconocerse. Y
una respuesta sobre si cualquier tiempo pasado fue
mejor. ■ J.B.C.
LOVE ME TENDER
(Elvis Has Left the Building), EE.UU., 2004, 90 min.
Productor: Sharon Harel, Tova Laiter. Director: Joel Zwick. Guión: Mit-
chell Ganem, Adam-Michael Garber. Fotografía: Paul Elliott. Montaje:
Heather Persons. Música: David Kitay. Dirección Artística: Jim Oberlan-
der. Intérpretes: Kim Basinger, John Corbett, Annie Potts, Sean Astin,
Denise Richards, Mike Starr, Phil Lewis. *
Tres tipos de comedia intentan convivir sin éxito en esta
bochornosa película: la romántica (muy rosa: la marca de
cosméticos y la indumentaria de sus vendedoras; el cadi-
llac, como aquel de Clint Eastwood), la negra (varios imi-
tadores de Elvis Presley van estirando la pata, de las
maneras más inverosímiles, por el mal fario de la prota-
gonista) y el slapstick. Joel Zwick naufraga estrepitosa-
mente en los tres. Ni el talento de Kim Basinger logra
poner un poco de sal a esta bobada tan sosa como el
galancete John Corbett. La cosa incluso puede ser perju-
●
284| Lucky Jim
● ●
dicial para la integridad física del espectador: de tanto
pellizcarse para creer lo que se está viendo, uno acaba
con los brazos hechos puré. ■ J.B.C.
LUCKY JIM
Charter/British Lion, Reino Unido, 1957, 95 min.
Productor: Roy Boulting. Director: John Boulting. Guión: Patrick Camp-
bell, Jeffrey Dell (basado en la novela de Kingsley Amis). Fotografía: Max
Greene. Montaje: Max Benedict. Música: John Addison. Dirección Artís-
tica: Elliott Scott. Intérpretes:: Ian Carmichael, Terry-Thomas, Hugh Grif-
fith, Sharon Acker, Clive Morton, Kenneth Griffith. **
La magistral farsa cómica de Kingsley Amis sobre la vida
universitaria fue una de las novelas británicas más influ-
yentes de los cincuenta. La adaptación cinematográfica
de los hermanos Boulting carece de los sutiles matices, la
sátira mordaz y las deliciosamente pícaras caracteriza-
ciones del libro, pero es un –sorprendentemente– agra-
dable entretenimiento. Ian Carmichael es Jim Dixon, el
conferenciante proclive al desastre cuya carrera en los
pasillos de la universidad empieza del peor modo posible,
mientras los maestros del humor Hugh Griffith y Terry-
Thomas están en plena forma. Acogedora, poco exigente
y olvidable. ■ J.D.D.
LUGAR LLAMADO MILAGRO, UN
(The Milagro Beanfield War), Universal, EE.UU., 1988, 117 min.
Productor: Robert Redford, Moctesuma Esparza. Director: Robert Red-
ford. Guión: David Ward, John Nichols (basado en la novela de John
Nichols). Fotografía: Robbie Greenberg. Montaje: Dede Allen, Jim Miller.
Música: Dave Grusin. Dirección Artística: Joe Aubel. Intérpretes: Ruben
Blades, Richard Bradford, Sonia Braga, Julie Carmon, John Heard, Mela-
nie Griffith. ***
Redford había conseguido el Oscar por Gente corriente,
su primera película como director, y se hallaba en un
momento de cierto cansancio en su labor de actor. Para
seguir tras la cámara eligió adaptar una novela de John
Nichols influenciada por el realismo mágico, que narraba
la historia de una comunidad campesina de chicanos que
luchan por preservar sus tierras de las ansias depredado-
ras de los especuladores. La propuesta está de acuerdo
con las ideas liberales de Redford y sigue la tradición de
las fábulas morales de Capra puestas al día en un intento
de mayor comprensión de los grupos marginados. El
resultado peca de blando y se queda a medio camino en
cuanto a la denuncia de los mecanismos económicos,
pero no se le puede negar una simpática visión de los
personajes y una adecuada pintura del ambiente un tanto
idealizado. ■ M.Q.
LUNA DEL DESIERTO, LA
(Mojave Moon), EE.UU., 1996, 95 min.
Productor: Matt Salinger. Director: Kevin Dowling. Guión: Leonard Glas-
ser. Fotografía: James Glennon. Montaje: Susan R. Crutcher. Música:
Johnny Caruso, Denys Gawronski. Intérpretes: Danny Aiello, Anne
● ●
●
Archer, Michael Biehn, Angelina Jolie, Alfred Molina, Jack Noseworthy,
Zack Norman, Peter MacNicol. ***
Simpática mezcla de comedia negra y romántica, donde
Danny Aiello se verá mezclado en un verdadero embrollo
cuando, tras conocer a Angelina Jolie, ésta le convence
para que la acompañe a visitar a su madre en el desierto.
Uno de los pocos trabajos para el cine de su director, que
saca un gran partido al elenco de actores. ■ J.E.
LUNA DE MIEL EN FAMILIA
(The Family Way), British Lion, Reino Unido, 1966, 114 min.
Productor: John Boulting. Director: Roy Boulting. Guión: Bill Naughton
(basado en su obra “All in Good Time”). Fotografía: Harry Waxman.
Montaje: Ernest Hosler. Música: Paul McCartney. Dirección Artística:
Alan Withy. Intérpretes: Hayley Mills, Avril Angers, John Comer, Hywell
Bennett, John Mills, Wilfred Pickles. **
Considerada algo subida de tono en su día, esta amable
comedia puede ser vista hoy como un cariñoso retrato de
una época en que el sexo aún era tabú. Adornada por la
banda sonora de Paul McCartney, describe la experiencia
de muchos recién casados de los sesenta que tenían que
compartir una casa con sus suegros durante la primera
parte de su vida matrimonial. Hywel Bennett está en
plena forma como el marido tan herido por la cohabita-
ción que es incapaz de consumar su matrimonio con la
igualmente impresionante Hayley Mills, que se aleja así de
su imagen en Disney, incluso ensayando una escena de
desnudo. Pero es su padre en la vida real, John Mills,
quien se lleva la película con un espléndido estudio sobre
los cascarrabias de clase obrera. ■ J.D.D.
LUNA DE PAPEL
(Paper Moon), Saticoy, EE.UU., 1973, 102 min.
Productor: Peter Bogdanovich. Director: Peter Bogdanovich. Guión:
Alvin Sargent (basado en la novela “Addie Pray”, de Joe David Brown).
Fotografía: Laszlo Kovacs. Montaje: Verna Fields. Vestuario: Pat Kelly,
Sandra Stewart. Intérpretes: Ryan O’Neal, Tatum O´Neal, Madeline
Kahn, John Hillerman, P. J. Johnson, Jessie Lee Fulton, James N. Harrell,
Lila Water, Noble Willingham. ****
Luna de papel es el cuarto largometraje de Peter Bogda-
novich, el único crítico de cine americano con una carre-
ra respetable como director de cine. Su pasión por el cine
se tradujo en películas de esqueleto clásico y gran amor
por los géneros tradicionales: Targets, su ópera prima, era
una reflexión –desde dentro, con Boris Karloff de prota-
gonista– sobre el cine de terror; luego vinieron La última
película, un canto de amor al mismo tiempo al séptimo
arte y a cierta autenticidad de vida en el Oeste america-
no contemporáneo, y ¿Qué me pasa, doctor?, comedia en
la más pura tradición hawksiana de La fiera de mi niña.
En cuanto a Luna de papel, su médula sería la de las
comedias de Shirley Temple, si bien pasadas por el tamiz
de la tristeza de los años de la Depresión. Echando la
vista más atrás todavía, Luna de papel entroncaría tam-
●

● ●
bién con la comedia sentimental chapliniana como una
suerte de nueva versión de El chico. A esa sensación últi-
ma remite precisamente el hecho de que Bogdanovich la
rodara en blanco y negro –que si hoy es una temeridad,
en 1973 lo era mucho más–, una excelente fotografía de
Laszlo Kovacs, que conecta, incluso aromáticamente con
la textura de la época reflejada.
Su trama, escrita por Alvin Sargent, y estructura en
forma de road movie picaresca tiene por protagonistas a
un simpático, apuesto timador (vende Biblias a viudas
recientes, haciéndoles tragar que fue el último deseo del
difunto marido) y a la mocosa y no menos simpática niña
que inesperadamente se le pega a los talones, un par de
personajes exquisitamente interpretados por Ryan
O`Neal y su hija en la vida real Tatum O`Neal (quien ganó
el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria, siendo en realidad
la actriz principal: la Academia no siempre es justa, pero
siempre es ciega como la justicia). Sus relaciones harán
girar la noria emotiva de la película, una película bien
dosificada, inteligentemente dialogada, perspicaz e inte-
ligente. Digamos, a título de curiosidad, que Luna de
papel era un proyecto previsto para John Huston, cuyo
tándem había de estar formado por Paul Newman y su
hija Melissa. ■ J.B.C.
LUNA EN DIRECTO, LA
(The Dish), Australia, 2000, 101 min.
Productor: Santo Cilauro, Tom Gleisner, Michael Hirsh, Jane Kennedy,
Rob Sitch. Director: Rob Sitch. Guión: Santo Cilauro, Tom Gleisner, Jane
Kennedy, Rob Sitch. Fotografía: Graeme Wood. Montaje: Jill Bilcock.
Música: Edmund Choi, Peter Sullivan. Dirección Artística: Ben Morieson.
Vestuario: Kitty Stuckey. In
ntérpretes: Sam Neill, Kevin Harrington, Tom
Long, Patrick Warburton, Genevieve Mooy, Tayler Kane, Bille Brown, Roy
Billing. ***
Segundo largometraje de Rob Sitch, inédito en nuestro
país aunque un gran éxito en el de origen de su artífice,
Australia. Sitch propone una comedia costumbrista en
una localidad rural cuya vida cotidiana se verá sacudida
por un hecho histórico: la llegada del hombre a la Luna.
La trama permite una certera y divertida reflexión sobre
el impacto social de los avances tecnológicos. ■ J.E.
LUNA NUEVA
(His Girl Friday), Columbia, EE.UU., 1940, 92 min.
Productor: Howard Hawks. Director: Howard Hawks. Guión: Charles
Lederer, Ben Hecht (basado en la obra “The Front Page”, de Ben Hecht y
Charles MacArthur). Fotografía: Joseph Walker. Montaje: Gene Havlick.
Música: M. W. Stoloff. Dirección Artística: Lionel Banks. Vestuario:
Robert Kalloch. Inttérpretes: Cary Grant, Rosalind Russell, Ralph
Bellamy, Gene Lockhart, Helen Mack, Porter Hall, Ernest Truex, Cliff
Edwards, Clarence Kolb, Roscoe Karns. *****
La obra de teatro de Ben Hecht y Charles MacArthur “The
Front Page” es una de las piezas mejor escritas y más
endiabladamente ingeniosas en la historia de la comedia
dialogada. No es de extrañar que el cine la haya devora-
● ●
Lupa, La | 285
●
do en cuatro ocasiones, dos de ellas en estado de gracia:
en 1940, de la mano de Howard Hawks, y en 1974, dirigi-
da por Billy Wilder, con Jack Lemmon y Walter Matthau.
En esta comedia genial, la política, el periodismo sensa-
cionalista y la batalla de los sexos son los blancos propi-
cios con que se disparan unos dardos mordaces que no
dejan títere con cabeza. Hawks lo hace desde la mayor
simplicidad expositiva, narrando con un ritmo de energía
sin freno, lanzando frases como ráfagas de metralleta,
réplicas antológicas y situaciones hilarantes en extremo.
Perfectos secundarios –esos tipos, esas siluetas que han
hecho la gloria del cine americano–, un Cary Grant como
nunca y una Rosalind Russell en el cénit de su talento
redoblan la perfección. Con todos los respetos hacia la
estupenda versión de Wilder, la de Hawks es la más bri-
llante que concebirse pueda. ■ J.B.C.
LUNES POR LA MAÑANA
(Lundi matin), Francia-Italia, 2002, 120 min.
Productor: Roberto Cicutto, Martine Marignac, Luigi Musini, Maurice
Tinchant. Director: Otar Iosseliani. Guión: Otar Iosseliani. Fotografía:
William Lubtchansky. Montaje: Otar Iosseliani. Música: Nicholas Zoura-
bichvili. Intérpretes: Jacques Bidou, Anne Kravz-Tarnavsky, Narda Blan-
chet, Radslav Kinski, Dato Tarielachvili, Adrien Pachod, Pascal Chanal,
Myriam Laidouni-Denis. ****
A pesar de su presencia y éxitos continuados en certá-
menes de cine internacionales, la filmografía de Otar Ios-
seliani es poco conocida en nuestro país. Este filme, que
le valió a Iosseliani el premio al Mejor Director en Berlín,
narra una historia sencilla: la de un hombre que decide
romper con todo y viajar a Venecia para conocerse mejor
a sí mismo. ■ J.E.
LUPA, LA
Miguel Herrero, España, 1955, 85 min.
Director: Luis Lucía. Guión: Luis Lucía, José Luis Colina, Vicente Llosa.
Fotografía: Manuel Berenguer. Música: Juan Quintero. Intérpretes: Vale-
riano León, Antonio Riquelme, Rafael Durán, Maruchi Fresno, Julia Caba
Alba, Manuel Luna, Jesús Tordesillas, Antoñita Moreno. **
Cineasta apto para todo, buen artesano, capaz de ejecu-
tar los proyectos que caían en sus manos con rapidez y
profesionalidad impecables, Luis Lucía escribió (en cola-
boración con José Luis Colina y Vicente Llosa) y realizó
–el mismo año de la célebre Esta voz es una mina– esta
comedia, burla amable del cine policiaco en la que dos
sujetos (León y Riquelme) deciden montar una agencia
de detectives. Sus casos (una vez la empresa arranque
mediante ayudita divina) conforman la cinta: la desapari-
ción de un Niño Jesús, las extrañas visitas de un hombre
al Escorial, etcétera. Excesivamente rociada de moralina,
La lupa se sostiene gracias al nutrido reparto, que inclu-
ye, entre otros, a Julia e Irene Caba Alba, Jesús Tordesi-
llas, Antonio Ozores, Luis Sánchez Polack (Tip), López
Vázquez (un cura, su especialidad por entonces) y Vale-
riano Andrés. ■ J.B.C.
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 M
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MACARRONI
(Macarroni), Filmauro/Mass Film, Italia, 1984, 107 min.
Productor: Luigi y Aurelio De Laurentiis y Franco Committeri. Director:
Ettore Scola. Guión: Furio Scarpeli, Ettore Scola, Ruggero Maccari. Foto-
grafía: Claudio Ragona. Montaje: Giancarlo Simoncelli. Música: Arman-
do Trovaioli. Dirección Artística: Luciano Ricceri. Intérpretes:: Marcello
Mastroianni, Jack Lemmon, Daria Nicolodi, Isa Danieli. ***
Historia de amistad centrada en sus dos estrellas, Mas-
troianni y Jack Lemmon, a los que Scola trata con el sufi-
ciente cariño como para que la historia, a pesar de un
cierto desorden narrativo, transcurra por tiernos momen-
tos repletos de melancolía, diversión y buenos sentimien-
tos. Robert (Lemmon) y Antonio (Marcello) comenzaron
su amistad en Nápoles durante la guerra. Ahora, 40 años
después, volverán a encontrarse, con el consiguiente
enfrentamiento de verdades y mentiras que durante este
● ●
●
tiempo han vivido. Sobre todo en Robert, que se ha
hecho pasar por un heroico corresponsal de guerra ante
su amigo, cuando en realidad es un simple revisor de
libros. Gran comedia de engaños, leyendas, compañeris-
mo, descubrimiento de la personalidad y ganas de vivir,
centrada en dos actores cuya única presencia ya rentabi-
liza la película. Contiene dos de los mejores y más pega-
dizos temas musicales nunca escritos por Trovaioli, dedi-
cados a los personajes de sus protagonistas. ■ L.M.C.
MAD WEDNESDAY
Ver El pecado de Harold.
MADE IN ITALY
(Made in Italy), Documento/Orsay, Italia-Francia, 1965, 132 min.
Productor (colectivo): Gianni Hecht Lucari. Director (colectivo): Nanni
Loy. Guión (colectivo): Ruggero Maccari, Ettore Scola, Nanni Loy. Foto-
grafía (colectivo): Ennio Guarnieri. Montaje (colectivo): Ruggero Mas-
troianni. Música (colectivo): Carlo Rustichelli. Dirección Artística (co-
lectivo): Luciano Spadoni. CAPÍTULOS: “Usi e costumi”: Intérpretees:
Renzo Marignano, Claudio Gora, Lando Buzzanca, Marina Berti. “Il lavo-
ro”: Intérpretes: Gino Mucci, Milena Vukotick Aldo Fabrizi, Nino Calstel-
nuovo. “La donna”: Intérpretes: Virna Lisi, Catherine Spaak, Sylva Kosci-
na, Jean Sorel. “Cittadini, stato e chiesa”: Intérpretes: Nino Manfredi,
Carlo Pisaeane, Gigi Reder, Carlo Taranto. “La famiglia”: Intérpretes:
Alberto Sordi, Peppino d´Filippo, Anna Magnani, Teela Searano. ****
Incisiva muestra de las costumbres y problemas de la Ita-
lia de 1965, con la particularidad de que, en lugar de divi-
dirse en diferentes episodios como numerosas películas
de la época, en realidad su argumento está referido a
cinco capítulos (costumbres, trabajo, mujeres, estado,
●
288| Made in USA
● ●
familia) y cada uno de ellos contiene diversos sketches y
episodios representativos. O sea, que así, a bote pronto,
podemos encontrar unas 32 ideas diferentes durante su
metraje, algo parecido a un programa cómico televisivo.
Contiene un prólogo explicativo de lo que va a acontecer,
en el cual unos italianos que se dirigen en avión a Suecia
comienzan a contarse algunas de sus vivencias. Entre
este torrente de situaciones destaca la de un loco por el
cine que prefiere una película a una cita amorosa (uhmm,
esto me suena); la familia que no puede cruzar la calle
debido a la conducción de los romanos; el comporta-
miento amoral de un cardenal... Hay un sketch muy diver-
tido sobre una mujer que sorprende a su esposo en la
cama con su amante, y éste, tranquilamente, actúa como
si nada, que serviría también como uno de los gags más
divertidos de la comedia Guía para el hombre casado (A
Guide for the Married Man, 1967), de Gene Kelly, lo que
nos hace preguntarnos... ¿cuántas ideas habrá capturado
el cine americano de la comedia italiana sin que nos haya-
mos dado cuenta? ■ L.M.C.
MADE IN USA
(The Kentucky Fried Movie), Kentucky Fried Theatre, EE.UU., 1977,
90 min.
Productor: Robert K. Weiss. Director: John Landis. Guión: David Zucker,
Jerry Zucker, Jim Abrahams. Fotografía: Stephen Katz. Montaje: George
Folsey, Jr. Dirección Artística: Rich Harvel. Vestuario: Deborah Nadool-
man, Joyce Unruh. Intérprettes: Marilyn Joi, Saul Kahan, Marcy Goldman,
Joe Medalis, Barry Dennen, Rich Gates, Tara Strohmeier, Neil Thomp-
son, George Lazenby, Henry Gibson. ***
El director John Landis y los guionistas Jerry Zucker,
David Zucker y Jim Abrahams proporcionan una chalada
colección de parodias de anuncios de televisión, películas
de serie B, aventuras de kung-fu y porno. Los gags son
lanzados de un modo rápido y furioso; si no te gusta uno
otro llegará al momento. Los segmentos memorables
incluyen “Chicas de instituto católico en problemas”,
“Cleopatra Schwartz” y “¡Es el Armageddon!”, pero el epi-
sodio más destacado es “Un puñado de yens”, una larga
parodia del kung-fu protagonizada por dos auténticos
expertos en artes marciales en un entorno sorprendente-
mente lujoso. Mucho más vulgar que sus posteriores pelí-
culas, incluídas Aterriza como puedas y Agárralo como
puedas, este modesto filme es una brillante y alegre anto-
logía de sketches que gustará más o menos dependiendo
del humor del espectador, o de su nivel de sobriedad. Un
pasatiempo barato, que incluye la calidad estelar de Do-
nald Sutherland y George Lazenby. ■ J.D.D.
MAESTROS
Diorama, España, 1999, 100 min.
Director: Óscar del Caz. Guión: José Manuel Martín, Óscar del Caz.
Fotografía: Ángel Iguácel. Montaje: Mariano Tourné. Música: Jaime Orte-
ga, Juan José Solana. Vestuario: Helena Muñoz. Intérpretes: Manuel Ale-
xandre, Tomás Zori, Jesús Guzmán, Conrado San Martín, Álvaro de Luna,
Paloma Cela, Concha Leza. **
● ●
●
Esta película pasó por las carteleras sin pena ni gloria. Se
trata de una comedia vagamente melancólica y crepus-
cular en torno a cinco entrañables ancianos, delincuentes
de tres al cuarto en los años sesenta, a quienes, tras pasar
varios lustros en prisión, donde se sentían como en casa,
les llega la libertad. En las calles del siglo XXI se sentirán
como extraterrestres. Sólo un aliciente: perpetrar un atra-
co a la plaza de toros de Las Ventas. El filme sigue la este-
la de Justino, un asesino de la tercera edad, aunque sin el
ingenio desplegado por “La Cuadrilla” en aquel memora-
ble esperpento. Sin embargo, Maestros se goza por el
talento de cinco veteranos actores de muy diversa escue-
la, entregadísimos en sus respectivas faenas. ■ J.B.C.
MAFIA: ¡ESTAFA COMO PUEDAS!
(Jane Austen’s Mafia!), Buena Vista, EE.UU., 1998, 84 min.
Productor: Bill Badalato. Director: Jim Abrahams. Guión: Jim Abrahams,
Greg Norberg, Michael McManus. Fotografía: Pierre Letarte. Montaje:
Terry Stokes. Música: Gianni Frizzelli. Vestuario: Mary Malin. Intérpretes:
Jay Mohr, Billy Burke, Christina Applegate, Pamela Gidley, Olympia
Dukakis, Lloyd Bridges, Jason Fuchs, Joe Viterelli, Tony Lo Bianco, Blake
Hammond. **
Uno de los creadores del humor desmelenado de las pelí-
culas de Aterriza como puedas y Hot Shots en una paro-
dia de El Padrino, con el veterano Lloyd Bridges –el padre
de Beau y Jeff– imitando a Marlon Brando en la que sería
su última actuación ante la cámara, pues murió después
del rodaje y a él le va dedicada la película. Algún gag
afortunado y poco más. ■ M.Q.
MAGNIFICENT DOPE, THE
20th Century Fox, EE.UU., 1942, 84 min.
Productor: William Perlberg. Director: Walter Lang. Guión: George Sea-
ton. Fotografía: Peverell Marley. Montaje: Barbara McLean. Música: Emil
Newman. Intérpretes: Henry Fonda, Lynn Bari, Don Ameche, Edward
Everett Horton, Frank Orth. **
Henry Fonda es un holgazán pueblerino que llega a
Nueva York y enseña a todo el mundo a relajarse y a
●

● ●
tomarse las cosas con calma. Esta actitud asombra al
urbanita Don Ameche y seduce a la secretaria Lynn Bari,
una starlet a quien la Fox promocionó como «la chica con
la figura del millón de dólares». Dirigida por Walter Lang
y escrita por el futuro director George Seaton, la historia
peca de tópica y sensiblera, pero es muy entretenida. Con
su parodia de la escuela de filosofía norteamericana del
éxito a cualquier precio y el divertido número de un pue-
blerino que deja en evidencia a la gente de la gran ciu-
dad, The Magnificent Dope agradó al público de 1942.
Pero no agradó a Fonda tener que estar en ella. ■ J.D.D.
MAJESTIC, THE
Warner, EE.UU., 2001, 153 min.
Productor: Frank Darabont. Director: Frank Darabont. Guión: Michael
Sloane. Fotografía: David Tattersall. Montaje: J. Page. Música: Mark
Isham. Dirección Artística: G. Melton. Vestuario: K. Wagner. In
ntérpretes:
Jim Carrey, Martin Landau, Amanda Detmer, Bob Balaban, Brent Bris-
coe, Jeffrey Demunn. ***
Frank Darabont, un apreciable guionista y realizador de
una notable pieza carcelaria titulada Cadena perpetua,
quiso aquí acercarse a una temática propia de la época y
las pretensiones optimizadoras de Frank Capra. El tiem-
po no ha pasado en vano, y el resultado es un ejercicio de
nostalgia, con referencias a la época de la “caza de bru-
jas” de McCarthy, que Carrey consigue sacar adelante sin
sus habituales visajes, más en la línea de El show de Tru-
man. ■ M.Q.
MALAS COSTUMBRES
(Nasty Habits), Bowden, Reino Unido, 1976, 98 min.
Productor: Robert Enders. Director: Michael Lindsay-Hogg. Guión:
Robert Enders (basado en la novela “The Abbess of Crewe”, de Muriel
Sparks). Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Peter Tanner. Música:
John Cameron. Dirección Artística: Robert Jones. Intérpretes: Glenda
Jackson, Melina Mercouri, Geraldine Page, Sandy Dennis, Anne Jackson,
Anne Meara. **
Un título apropiado para una comedia tímidamente sacrí-
lega, basada en la novela de Muriel Sparks “The Abbess
of Crewe”. El atractivo de esta adaptación descansa pre-
cariamente sobre una débil premisa: reubicar el Waterga-
te en un convento. Una vez que la idea inicial ha sido
planteada –Glenda Jackson quiere ser elegida abadesa a
cualquier precio–, el público tiene que trabajar duro para
encontrar las risas. Además, hoy poca gente apreciará los
gags “políticos”, como el de la errante monja interpreta-
da por Melina Mercouri. En definitiva, y para desespera-
ción del sufrido espectador, el humor depende del monó-
tono despliegue de comportamientos corruptos por par-
te de las monjas (fumar, blasfemar, beber, incluso practi-
car sexo con los jesuítas del final de la calle). Todo es
terriblemente predecible. Glenda Jackson parece tener
poco interés en los acontecimientos, pero Sandy Dennis
está muy divertida como la chillona Hermana Winifred.
Sólo ella merece escapar a las críticas. ■ J.D.D.
● ●
Maldición del escorpión de jade, La | 289
●
MALDICIÓN DE LA PANTERA
ROSA, LA
(Curse of the Pink Panther), Titan/Edwards/United Artists, Reino
Unido, 1983, 109 min.
Productor: Blake Edwards, Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión:
Blake Edwards, Geoffrey Edwards. Fotografía: Dick Bush. Montaje: Ralph
E. Winters, Bob Hathaway, Alan Jones. Música: Henry Mancini. Dirección
Artística: Peter Mullins. Intérpretes: Ted Wass, David Niven, Robert
Wagner, Herbert Lom, Capucine, Roger Moore. *
Sin Peter Sellers, esta octava entrega de la serie cómica
proporciona un humor insignificante. La búsqueda del
inspector Clouseau peligra cuando el vengativo jefe del
inspector (Lom) programa la computadora para que
seleccione al peor policía del mundo para el trabajo. El
elegido es el inepto Ted Wass, que hace la transición de
la televisiva Enredo a un papel sin carisma como el inep-
to policía de Nueva York Clifton Sleigh. La intriga conti-
núa sin ritmo, con tediosas complicaciones y una nómina
de las antiguas estrellas de la serie haciendo desganados
cameos, entre ellas Capucine, David Niven y Robert Wag-
ner. Ésta fue la última película de Niven, para más des-
gracia. ■ J.T.
MALDICIÓN DEL ESCORPIÓN
DE JADE, LA
(The Curse of the Jade Scorpion), EE.UU.-Alemania, 2001, 103 min.
Productor: Letty Aronson. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: Fei Zhao. Montaje: Alisa Lepselter. Dirección Artística: Tom
Warren. Diseño de producción: Santo Locuasto. Intérpretes: John Tor-
mey, John Schuck, Woody Allen, Elizabeth Berkley, Kaili Vernoff, Brian
Markinson, Maurice Sonnenberg, John Doumanian, Helen Hunt, Peter
Gerety, Dan Aykroyd. ****
Jubilado reluctante, Woody Allen celebró los 65 años
–que para muchos es la edad del retiro– filmando este
divertido, delicioso y elegante juguete que fluctúa con
habilidad entre el film noir americano de los años 40 y la
desmadrada screwball comedy. Se diría que en La maldi-
ción del escorpión de Jade el Allen actor es una síntesis
●
290| Male Animal, The
● ●
intelectual de Humphrey Bogart enclenque y Cary Grant
miope, mientras que la siempre notable y aquí espléndi-
da Helen Hunt aparece como una réplica de aquella Ka-
tharine Hepburn abanderada de las mujeres deslengua-
das que, por supuesto, jamás se dejarán domar por nin-
gún varón. Pero resulta evidente que el cineasta quiere
rendir homenaje al glorioso cine negro americano. Hay
referencias inequívocas a la literatura de Dashiell Ham-
mett, James M. Cain o Raymond Chandler, engendrado-
ras de obras maestras fílmicas como Perdición o El halcón
maltés. Como ocurría en tan ilustres predecesoras, tam-
bién en La maldición del escorpión de Jade la frontera
entre el bien y el mal aparece muy difusa. Como él mismo
afirma en uno de los diálogos, Allen es aquí un «sospe-
choso muy prometedor».
Eficiente investigador en una compañía de seguros,
nuestro neurótico favorito y su antagonista femenina
caerán bajo el poder hipnótico de un mago que maneja
como nadie el llamado “Escorpión de Jade”. Entre el sue-
ño y la realidad, nuestro antihéroe se encontrará frente a
situaciones límite, que incluyen la seducción y menospre-
cio por parte de su compañera de hipnosis y de oficina
(Hunt) y el encuentro con una inequívoca y seductora
heredera que aparece bajo los felinos rasgos de Charlize
Theron. Puede que la sucinta anécdota argumental del
filme aparezca algo estirada en ocasiones, pero Allen, con
mano maestra, sabe perfilar extraordinarios personajes
secundarios (caso del interpretado por Aykroyd). Y apor-
ta la agudeza de unos diálogos sutiles pero desternillan-
tes que elevan la función, convirtiéndola en un sarcástico
ejercicio de buen cine e inteligencia. ■ LL.B.M.
MALE ANIMAL, THE
Warner Brothers, EE.UU., 1942, 101 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: Elliott Nugent. Guión: Julius J. Epstein,
Philip G. Epstein y Stephen Morehouse Avery (basado en la obra de
Elliott Nugent y James Thurber). Fotografía: Arthur Edeson. Montaje:
Thomas Richards. Música: Heinz Roemheld. Intérpretes: Henry Fonda,
Olivia de Havilland, Joan Leslie, Jack Carson, Eugene Pallette, Hattie
McDaniel. ***
Esta película combina las dos grandes imágenes de
Henry Fonda en la época: el personaje patéticamente
cómico y el hombre obligado por las circunstancias a
convertirse en un campeón de los derechos humanos.
The Male Animal es una comedia con un distintivo toque
humanista, que satiriza la siempre presente crisis en la
vida académica americana –el cisma entre el elemento
intelectual y el esfuerzo atlético–. Henry es un apocado
profesor universitario que se enfrenta a dos crisis: su
esposa (De Havilland) se muestra demasiado atenta con
un visitante, un antiguo héroe del football (Carson), y el
campus está escandalizado por su intención de leer en
clase una carta del anarquista Vanzetti. Al final demos-
trará que un profesor de inglés puede ser un auténtico
héroe, cuando desafía a los reaccionarios y lee la contro-
vertida carta. El filme hace unas cuantas bromas con las
guerras hombre-mujer, pero va más allá de mofarse de
● ●
●
los atletas universitarios y lanza algunas pullas al carácter
ultraconservador de los college. Aquí, la universidad defi-
nitivamente se inclina hacia la derecha, especialmente el
regente, interpretado por el rotundo Eugene Pallette.
Jack Carson está soberbio como Ferguson, una fatua
celebridad del football cuya mente y cuerpo están a
punto de convertirse en grasa. Olivia de Havilland es la
clase de esposa comprensiva que todo profesor decente
merece tener, especialmente si es un poco quijotesco.
Los tres están espléndidos, dotando de luces y sombras
a sus personajes y atrayéndonos inmediatamente a la
compleja trama. Pero The Male Animal pertenece a Fon-
da. Su Tommy es el verdadero hombre íntegro, en parte
genial y en parte tenaz. El rol podría haber parecido un
poco tonto en manos de otro. Gracias a él, como Nugent
fue el primero en señalar, la película mejoró a la obra tea-
tral. De hecho, si esta encantadora comedia –considerada
como altamente sofisticada en su día– aún resiste el paso
del tiempo es por contener una de las más memorables
interpretaciones cómicas de Fonda. ■ J.D.D.
MALLRATS
Alphaville/Universal, EE.UU., 1995, 94 min.
Director: Kevin Smith. Guión: Kevin Smith. Fotografía: David Klein.
Música: Ira Newborn, Rivers Coumo, Ben Gillies, Matthew Hart. Intér-
pretes: Shannen Doherty, Jeremy London, Jason Lee, Claire Forlani, Ben
Affleck, Josey Lauren Adams. **
La segunda película de Kevin Smith tuvo la disminuida
gracia de los chistes contados por segunda vez y, ade-
más, explicados. Con una evidente mejora presupuestaria
y con caprichos fanáticos como la inclusión de su idola-
trado Stan Lee (mister Marvel) interpretándose a sí
mismo, Mallrats mantiene parte de la frescura de Clerks y
un guión más elaborado, pero el pinchazo global es evi-
dente. La historia se centra en dos amigos obsesionados
con el cómic: Brodie (Jason Lee, gran descubrimiento) y
TS (Jeremy London), que enjuagan sus lágrimas por el
plantón de sus novias dándose una vuelta por un centro
comercial estilo parque de atracciones de Coney Island
patrocinado por McDonalds. Blanco perfecto para despa-
rramar algunos iconos culturales de su generación (desde
Batman a Star Wars), la película invita más al compadreo
pequeñoburgués que al gamberrismo ácrata, como si los
●

● ●
“pelaos” de Clerks hubiesen prosperado extrañamente y
no tuvieran obstáculos para soltar la pasta que fuera para
comprarse ese ejemplar de “Los cuatro fantásticos” de
coleccionista. A pesar de eso, algunos freaks entrañables
como el tipo de los cuadritos Magic Eye o la pitonisa de
los tres pitones, situaciones descacharrantes como el
concurso y hallazgos refrescantes como Joey Lauren o
Jay & Silent Bob (desde los anaqueles de Clerks) siguen
promoviendo la simpática simpatía por el débil típica de
Smith. ■ J.C.
MAMÁ A LA FUERZA
(Bachelor Mother), RKO, EE.UU., 1939, 80 min.
Productor: B. G. DeSylva, Pandro S. Berman. Director: Garson Kanin.
Guión: Norman Krasna (basado en una historia de Felix Jackson). Foto-
grafía: Robert de Grasse. Montaje: Henry Berman, Robert Wise. Música:
Roy Webb. Dirección Artística: Van Nest Polglase, Carroll Clark. Vestua-
rio: Irene. Intérpretes: Ginger Rogers, David Niven, Charles Coburn,
Frank Albertson, E. E. Clive, Elbert Coplen, Jr., Ferike Boros, Ernest Truex,
Leonard Penn, Paul Stanton. ****
Poco dirá al no aficionado el nombre de Garson Kanin.
No está revestido del aura mítica de Capra, Cukor, Min-
nelli o Hawks, por hablar sólo de quienes han practicado
la comedia clásica americana, género al que pertenece
rotundamente Garson Kanin básicamente, puesto que él,
con su mujer, la actriz Ruth Gordon, escribieron varias de
las más célebres cintas de la especialidad de los años
treinta y cuarenta, siendo todavía hoy una de sus pelícu-
las, La costilla de Adán, por poner sólo un ejemplo,
modelo único de comedia, de construcción y sabiduría.
También le dio a Kanin la vena de dirigir, y he aquí que
en 1939 realizó la divertida película Mamá a la fuerza. De
una anécdota trivial, como en la grandes piezas del
género, Garson Kanin consigue sacar un enredo venial: la
aparición de un niño de pocos meses abandonado. Los
personajes girarán en torno a esta anécdota, variarán sus
vidas y hasta sus caracteres, y nosotros saborearemos lo
que no es otra cosa que una comedia sin mala intención,
magníficamente cosida y con una maquinaria perfecta.
Hay que comenzar por su propio arranque: esa llegada a
la oficina, esa quisquillosa manía por la puntualidad y
esa flema casi británica de los protagonistas de esta
divertida historia. Los primeros papeles de la comedia
están encarnados por excelentes comediantes como
David Niven, el genial secundario Charles Coburn y una
insospechada Gingers Rogers, en el que quizá no sería
excesivo decir que fue el mejor papel de su carrera cine-
matográfica. ■ J.B.C.
MAMÁ, HAY UN HOMBRE BLANCO
EN TU CAMA
(Romuald et Juliette), Cinéa/Cofimage, Francia, 1989, 108 min.
Directora: Coline Serreau. Guión: Coline Serreau. Fotografía: Jean-Noel
Ferragut. Música: Jerome Reese. Intérpretes: Daniel Auteil, Firmine
Richard, Pierre Vernier, Maxime Leroux, Gilles Privat, Catherine Salviar,
Muriel Combeau, Alexandre Basse. **
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Mamá nos complica la vida | 291
●
Tras el enorme éxito de Tres solteros y un biberón, la cine-
asta francesa desistió de la fórmula ñoña y facilona (aun-
que la distribuyó en Estados Unidos la poderosa Miramax)
y, sin caer demasiado en un continuismo disneyano, inten-
tó “arriesgar” con un romance interracial e intersocial,
teclas también aporreadas por el estupendo título en es-
pañol, nada que ver con el facilón original. Como se pue-
de extraer de ambos, la película cuenta la extraña y “ne-
gativa” (él es delgado y blanco y ella, negra y gorda) re-
lación entre Romuald, presidente de una importante em-
presa de nutrición, y Juliette, mujer de la limpieza a la que
se agarra cual clavo ardiendo cuando se destapa un es-
cándalo de alimentos en mal estado. Especialmente ins-
pirada cuando entra en escena el caótico entorno familiar
de Juliette (memorable Firmine Richard) y sus cinco hijos
de otros tantos maridos, el filme se deja ver placentera-
mente aunque con un pinzamiento de agridulce crítica a
lo “políticamente correcto” en una época donde aún no
estaba de moda el término. Lástima que la porción de ine-
vitable enamoramiento interracial estuviera algo cogida
con alfileres. También admirable Autiel, cuyo talento cómi-
co explotaría en la divertida Salir del armario (2001). ■ J.C.
MAMÁ NOS COMPLICA LA VIDA
(The Reluctant Debutante), M-G-M, EE.UU., 1958, 94 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Vincente Minnelli. Guión:
William Douglas-Home, Julius J. Epstein (basado en la obra de Douglas-
Home). Fotografía: Joseph Ruttenberg. Montaje: Adrienne Fazan. Músi-
ca: Eddie Warner. Dirección Artística: Jean d’Eaubonne. Intérpretes: Rex
Harrison, Kay Kendall, John Saxon, Sandra Dee, Angela Lansbury, Peter
Meyers, Diane Clare. ***
La Metro Goldwyn Mayer había venido persiguiendo in-
fructuosamente a Minnelli para que hiciese las más inima-
ginables secuelas de El padre de la novia. El obediente
director se había negado sistemáticamente, pero no pu-
do resistirse ante los atractivos de “The Reluctant Debu-
tante”, esta sofisticada comedia escrita por William Dou-
glas-Home que había encantado a los ojeadores de la
productora mucho antes de que se estrenase en los esce-
narios de Londres. La Metro se adelantó a la Paramount y
se quedó los derechos por 150.000 dólares, aunque por
esas cosas del cine tardó más de tres años en convertirla
en película. La obra teatral fue definida por sus directivos
como «excelente material para una comedia con clase».
En términos de Hollywood esto significaba que la pelí-
cula tendría un estilo más británico que norteamericano.
Minnelli aceptó encantado dirigirla, quizá porque estaba
entonces trabajando en Gigi y se había enamorado perdi-
damente de Europa. Es curioso que por una vez el título
español de la película haga justicia a su contenido. La
madre, Kay Kendall, es el auténtico centro del film. Su
energía, su encanto, su irresistible y elegante comicidad
la convirtieron en la protagonista ideal. Ella roba todas las
escenas en que aparece y consigue magnetizar al espec-
tador más reciente. Minnelli la aprovechó para potenciar
con su personaje una sutil crítica de las diferencias idio-
sincráticas entre la gente acomodada de Gran Bretaña y
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292| Mamarrachos, Los
● ●
Estados Unidos, una confrontación que siempre interesa
a los británicos y preocupa a los estadounidenses. Y supo
sacar también un gran partido de Rex Harrison, esposo
de Kendall en la vida real y uno de los más sofisticados y
elegantes actores del teatro y del cine británico. Sólo hay
que recordarlo en su extraordinario papel de profesor
Higgins de My Fair Lady.
La película se estrenó en el Radio City Music Hall de
Nueva York, después de que Broadway hubiese ofrecido
su versión teatral, y aunque los críticos la elogiaron uná-
nimemente, el público norteamericano no respondió
como se esperaba. Fue un fracaso en taquilla. En Europa
las cosas fueron mejor, aunque tampoco fue precisamen-
te un éxito. Unos meses después del estreno de la pelícu-
la, Kay Kendall murió de cáncer a los 33 años de edad,
perdiéndose no sólo una mujer bellísima, sino también
una de las más grandes actrices de comedia del cine y
teatro británicos de posguerra. ■ A.C.
MAMARRACHOS, LOS
(The Jerky Boys), EE.UU., 1995, 82 min.
Productor: Roger Birnbaum, Joe Roth. Director: James Melkonian.
Guión: James Melkonian, Rich Wilkes, John G. Brennan, Kamal Ahmed.
Fotografía: Ueli Steiger. Montaje: Dennis M. Hill. Música: Ira Newborn.
Intérpretes: John G. Brennan, Kamal Ahmed, Alan Arkin, William Hic-
key, Alan North, Brad Sullivan, James Lorinz, Suzanne Shepherd, Vincent
Pastore. **
Las consecuencias de una broma telefónica gastada por
dos hombres que se dedican a esta diversión infantil les
lleva a mezclarse en los asuntos de la mafia. Situaciones
previsibles a partir de la idea inicial, con A. Arkin en el
papel de jefe de un gang neoyorquino como elemento
destacable. ■ G.Q.
MANGANTES, LOS
(Gli imbroglioni), Dario Sabatello/Tecisa, Italia-España, 1963, 98 min.
Productor (colectivo): Dario Sabatello. Director (colectivo): Lucio Fulci.
Guión (colectivo): Mario Guerra, Castellano & Pipolo, Vittorio Vighi,
Lucio Fulci. Fotografía (colectivo): Alfio Contini, Tino Santoni. Montaje
(colectivo): Gisa Radicchi Levi, Marina Sacco. Música (colectivo): Carlo
Rustichelli. Dirección de arte (colectivo): Sergio Canevari, Francisco
Canet. EPISODIOS: “La pretura”: Intérpretes: José Luis López Vázquez,
Pietro de Vico. “Laa societa calcistica”: Intérpretes: Raimondo Vianello,
Aroldo Tieri. “Siciliani”: Intérpretes: Franco Franchi, Ciccio Ingrassia.
“Suore”: Intérpretes: Antonella Lualdi, Pepe Calvo. “Medico e fin
ndanza-
ta”: Intérpretes: Walter Chiari, Luciana Gilli. *
Nunca se ha explicado con claridad si la multitud de pelí-
culas de episodios que se rodaron en Italia durante dos
décadas se debía a la ingente cantidad de ideas de sus
muchos y buenos creadores, o, contrariamente, que no
había suficiente imaginación para rellenar 90 minutos de
un metraje convencional. Sea como fuese, lo cierto es que
estas comedias tenían la irregularidad de las mismas
como su nota más predominante. Esto se intensifica en
esta sucesión de tramas que suceden en la sala de un tri-
● ●
●
bunal, donde se presenta a una serie de personajes con
algunos casos pendientes con la justicia: el presidente de
un club de fútbol, dos monjas, un empresario... Entre sus
actores, reseñemos a los impresentables cómicos Franco
& Ciccio, y la participación de actores españoles (López
Vázquez, Rosita Palomar), debido a que rodó en régimen
de coproducción. ■ L.M.C.
MANHATTAN
United Artists, EE.UU., 1979, 96 min.
Productor: Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen,
Marshall Brickman. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse.
Música: George Gershwin. Diseño de producción: Mel Bourne. Vestua-
rio: Albert Wolsky, Ralph Laurent. Intérpretes: Woody Allen, Diane Kea-
ton, Michael Murphy, Mariel Hemingway, Meryl Streep, Anne Byrne,
Karen Ludwig, Michael O’Donoghue, Victor Truro, Tisa Farrow. *****
La filmografía de Allen contiene piezas antológicas, como
la oscarizada Annie Hall, la coral Hannah y sus hermanas
y la sorprendente Zelig, por no alargarnos más. Pero qui-
zá su obra cumbre y la que mejor sintetiza su visión ro-
mántica, discursiva y amarga de las relaciones humanas,
la que mejor retrata Nueva York y la que más sabiamente
integra el comentario musical –en este caso la maravillo-
sa partitura de la “Rapsody in Blue” de Gershwin– sea es-
te Manhattan, fotografiado en panavisión por la espléndi-
da cámara de Gordon Willis, que contiene uno de los pla-
nos –el de Keaton y Allen sentados en un banco al otro
lado del puente de Brooklyn– que ya es iconografía de la
historia del cine. El periplo sentimental de un escritor de
guiones para la televisión, con dos divorcios a cuestas,
basculando entre una verborreica intelectual y una joven-
cita, es un auténtico psicoanálisis personal. ■ M.Q.
MANOLO, GUARDIA URBANO
Ariel/CB Films, España, 1956, 96 min.
Director: Rafael J. Salvia. Guión: Pedro Masó, Rafael J. Salvia. Fotografía:
Ted Pahle. Música: Federico Contreras. Intérpretes: Manolo Morán, Tony
Leblanc, Luz Márquez, José Isbert, Ángel de Andrés, Julia Caba Alba,
Nicolás D. Perchicot, Mariano Ozores. ***
Que el cine español ha estado y está lleno de grandes
actores secundarios no es ningún secreto. Algunos, como
●

● ●
José Isbert, que también interviene en Manolo, guardia
urbano, tuvieron la suerte de que alguien como Berlanga
se cruzara en su camino y le ofreciera, con El verdugo, el
papel de su vida. En el caso de Manolo Morán, por des-
gracia, no apareció ningún Berlanga, pero sí se le ofreció
la oportunidad de ser protagonista de esta película tan
simpática como inocua. Su trabajo eleva el nivel general
de esta comedia costumbrista donde interpreta a un
guardia urbano todo corazón, rodeado de un impresio-
nante plantel de secundarios: además de los citados
están, entre otros, Julia Caba Alba y Rafael Bardem. Su
director, Rafael J. Salvia, lo fue también de otro popular
título de la época: Las chicas de la Cruz Roja. ■ J.E.
MANO NEGRA, LA
La Salamandra/Ogro Films/Incine, España, 1980, 90 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: Fernando Trueba, Fernando Colo-
mo. Fotografía: Ángel Luis Fernández. Intérpretes: Íñigo Gurrea, Joaquín
Hinojosa, Virginia Mataix, Carmen Maura, Antonio Resines, Fernando
Vivanco, Emilio Urdiales, Manolo Huete, Mary Carrillo, Manuel Alexan-
dre. ***
Tras aportar nuevas fórmulas a la comedia española con
las ya clásicas Tigres de papel y ¿Qué hace una chica
como tú en un sitio como éste?, Fernando Colomo echó
la vista a la literatura de serie negra y, en un momento en
que el revival Bogart gozaba de su máximo esplendor,
realizó, en 1980, La mano negra, título quizá no tan signi-
ficativo como los dos mencionados. Pero, con todo, una
película enormemente estimulante, muy personal y, gus-
ten más o menos, portadora de esos emblemáticos tics
que cineastas de la generación de Colomo o Trueba des-
granan continuamente en sus obras. Es decir, el desen-
canto generacional, el guiño cinéfilo, el imborrable pasa-
do franquista que poco a poco ha ido erosionando nues-
tras vidas y una fauna humana susceptible de provocar
múltiples identificaciones. Comedia, thriller y homenaje a
Hitchcock, como muy bien reconoció su autor, estamos
ante una de aquellas películas que siempre calificamos de
refrescantes, que no pretenden ir más allá de sus posibi-
lidades y cuyos diálogos –incluidos los de un contestador
telefónico– están escritos con brillantez por el mero he-
cho de estar articulados con las mismas palabras de cual-
quier hijo de vecino. De Madrid, principalmente, pero bas-
tante extensibles a cualquier otro punto cardinal.
El cine de Colomo es, siempre, el cine de un amante de
este medio, pero incluso sus ejercicios más miméticos no
pretenden ser un mero ejercicio de caligrafía, de copia de
los patrones del género surgidos en Estados Unidos, sino
que los adapta –y no solamente con el cambio de apelli-
dos de los personajes– al panorama español. ■ J.B.C.
MANSIÓN ENCANTADA, LA
(The Haunted Mansion), Walt Disney Pictures/Gunn Films/Doom
Buggy Productions, EE.UU., 2003, 99 min.
Director: Rob Minkoff. Guión: David Berenbaum. Fotografía: Remi Ade-
farasin. Música: Mark Mancina. Intérpretes: Eddie Murphy, Terence
● ●
Man Who Came to Dinner, The| 293
●
Stamp, Nathaniel Parker, Marsha Thomason, Jennifer Tilly, Wallace
Shawn, Dina Spybey. *
Tras su relanzamiento a mediados de los noventa con los
remakes (y las secuelas) de El profesor chiflado y Dr.
Dolittle, Eddie Murphy centra su encorsetado talento
cómico en esta película de terror infantil dirigida por el
responsable de las dos entregas de Stuart Little. Mezcla
entre los respingos de Scooby-Doo y las patochadas de
Abbott y Costello, La mansión encantada es un diverti-
mento ingenuo y medianamente simpático centrado en
los sustos de un matrimonio de agentes inmobiliarios
que, junto a sus hijos pequeños, se interesan por un viejo
caserón a precio de ganga. Sin embargo, su siniestro
dueño, obnubilado por el parecido de la mujer con una
antigua amante, les hará pasarlas canutas. Algunos flecos
graciosos, como la pitonisa-bola de cristal o los bustos
parlantes y cantantes, la presencia lúgubre y enharinada
de Terence Stamp y una iconografía paródica y en oca-
siones algo gore para los más pequeños de la casa hacen
de este vehículo para el lucimiento de su protagonista
(muy rentable, pues se convirtió en su filme más taquille-
ro en España) un algodón de azúcar made in Disney para
mordisquear en una tarde de compromiso familiar e
infantil ineludible. ■ J.C.
MAN WHO CAME TO DINNER, THE
Warner Bros., EE.UU., 1942, 112 min.
Productor: Jack Saper, Jerry Wald. Director: William Keighley. Guión:
Julius J. Epstein, Philip G. Epstein (basado en la obra de George S. Kauf-
man y Mosa Hart). Fotografía: Tony Gaudin. Montaje: Jack Killifer. Músi-
ca: Frederick Hollander. Intérpretes: Bette Davis, Ann Sheridan, Monty
Woolley, Jimmy Durante, Richard Travis. ****
Excelente y cáustica comedia escrita por Julius J. Eps-
tein y Philip G. Epstein (guionista de Casablanca) a par-
tir de una obra de los insignes George S. Kaufman y
Mosa Hart de gran éxito en Broadway. Su protagonista
es un astro de la radio, mordaz y temible, quien durante
una gira en la que imparte conferencias se rompe la
cadera y se ve obligado a permanecer en un pequeño
pueblo durante unas semanas, haciendo la vida imposi-
ble a los habitantes de la casa que le acogen. Este per-
sonaje endiablado y de lengua feroz y verbo fulgurante
fue creado por Kaufman y Hart tomando como modelo
una figura real, Alexander Woollcott, fallecido un par de
años después del rodaje. Woollcott fue un columnista y
crítico de gran prestigio y uno de los más conspicuos
miembros del “círculo vicioso” del Hotel Algonquin (ya
saben, Dorothy Parker y compañía), también frecuenta-
do por Hart y Kaufman. John Barrymore era el actor pre-
visto para encarnar este señero personaje, pero los
estragos del alcohol le impidieron memorizar sus diálo-
gos y la Warner decidió sustituirlo por Monty Woolley, un
comediante de carácter y temperamento bullicioso que
ya había interpretado ese papel en los escenarios. A su
lado, Bette Davis encarnó (por descontado magnífica) a
su paciente secretaria, uno de los papeles más singula-
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294| Maquinista de La General, El
● ●
res de su carrera. El resto del elenco lo forman caracte-
rísticos secundarios que igualmente toman sus composi-
ciones de personajes reales: Jimmy Durante es una suer-
te de Harpo Marx, Reginald Gardiner parodia a Noël
Coward, Ann Sheridan es la contrafigura de Gertrude
Lawrence...
La dirección recayó en William Keighley, un valor segu-
ro de la Warner, un eficaz realizador muchas veces más
allá de lo meramente artesanal: codirector de Robin de
los bosques, filmes como The Green Pastures o La calle
sin nombre así lo certifican. A The Man Who Came to Din-
ner le otorgó un ritmo nervioso, febril, en perfecta con-
sonancia con las ráfagas demoledoras que desde sus
cuerdas vocales dispara el protagonista.
Nunca estrenada en nuestras pantallas, The Man
Who Came to Dinner es imprescindible para los aman-
tes de la buena comedia e incondicionales de miss
Davis. ■ J.B.C.
MAQUINISTA DE LA GENERAL, EL
(The General), Keaton/United Artists, EE.UU., 1927, 77 min.
Productor: Joseph M. Shenek. Director: Buster Keaton, Clyde Bruckman.
Guión: Buster Keaton, Clyde Bruckman, Al Boasberg, Charles Smith.
Fotografía: J. Devereux Jennings, Bert Haines. Montaje: Sherman Kell.
Dirección Artística: Fred Gabourie. Intérpretes: Buster Keaton, Marien
Mack, Glen Cavender, Jim Farley, Frederick Vroom, Charles Smith.
*****
Comedia inspirada en un hecho histórico sudista acaeci-
do en la guerra de Secesión, El maquinista de La General
la filmó Keaton en el momento más dulce de su carrera,
disponiendo de mayor presupuesto que nunca, mayor
número de semanas de rodaje, abundantísima figuración
y cientos de kilómetros de vía férrea en Oregón, además
de auténticas locomotoras alimentadas con carbón y leña
y no automatizadas. Todo ello comporta un realismo ex-
traordinario, tal vez la película sobre la guerra civil norte-
americana por excelencia. Y una imperecedera joya del
cine cómico mudo, con una catarata de gags de primer
orden, una dirección precisa y un despliegue de genuina
poesía en la doble historia de amor de nuestro pequeño
héroe, enamorado de su novia Annabelle y de su loco-
motora “The General”. Imprescindible para los amantes
del cine. ■ J.B.C.
● ●
●
MARBELLA, UN GOLPE DE CINCO
ESTRELLAS
José Frade/Calepas Internacional, España, 1985, 104 min.
Director: Miguel Hermoso. Guión: Mario Camus. Fotografía: Fernando
Arribas. Música: Paul Chiten. Intérpretes: Rod Taylor, Britt Ekland, Fer-
nando Fernán Gómez, Francisco Rabal, Óscar Ladoire, Emma Suárez,
Sancho Gracia, José Guardiola. ***
Después de Truhanes, una comedia astuta y fresca, Her-
moso se sacó de la manga esta cinta ambientada en Mar-
bella, donde un variopinto grupo de canallas poco dados
a seguir el camino de la ley preparan un asuntillo. Una
comedia de aventuras y atracos a lo Isasmendi, para
entendernos, con un par de estrellas del ruedo interna-
cional en franco declive. ■ J.B.C.
MARCHA HACIA ROMA, LA
(La marcia su Roma), Fair Film/Orsay, Francia-Italia, 1962, 94 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Dino Risi. Guión: Age (Agenore
Incrocci), Scarpelli, Ruggero Maccari, Ettore Scola, Sandro Continenza,
Ghigo de Chiara. Fotografía: Alfio Contini. Montaje: Alberto Gallitti.
Música: Marcello Giombini. Dirección Artística: Ugo Pericoli. Vestuario:
Ugo Pericoli. Inttérpretes: Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Roger Hanin,
Angela Luce, Gérard Landry, Mario Brega, Giampiero Albertini, Antonio
Cannas, Nino di Napoli, Alberto Vecchietti, Claudio Peroni, Howard
Rubiens, Nando Angelini. ***
La marcha hacia Roma es una película, inédita en nues-
tras pantallas, del prolífico Dino Risi. Pero no un Risi cual-
quiera, ojo, sino un Risi de la mejor cosecha, un Risi de
1962, recién franqueada esa obra maestra que fue Una
vida difícil y a un paso de la grandiosa La escapada, de El
éxito y de Monstruos de hoy, es decir, los mejores mo-
mentos en la filmografía algo zigzagueante pero siempre
meritoria de Risi.
La Marcha hacia Roma propone una humorística lectu-
ra de la Italia fascistoide y en vías de convertirse, políti-
camente, en una olla de grillos. Al igual que en La
escapada, dos personajes –Vittorio Gassman, como en
áquella, y Ugo Tognazzi, un dúo formidable– de extrac-
ción social opuesta y caracteres antagónicos se constitu-
yen en espejo de la sociedad, estigmas de la historia del
pueblo italiano, y a pesar del continuo florecer de la
mejor comedia, el residuo que deja Risi en el espectador
es totalmente amargo, gusto al que no son ajenos los
conspicuos Maccari, Scarpelli y Scola, colegas de Risi en
el guión. ■ J.B.C.
MARGARITA SE LLAMA MI AMOR
Aspa Films, España, 1961, 91 min.
Director: Ramón Fernández. Guión: Vicente Escrivá. Fotografía: José F.
Aguayo. Música: Antonio Ramírez Ángel, José Pagán. Intérpretes: Mer-
cedes Alonso, Antonio Cifariello, José Luis Ozores, Manuel Zarzo, Gisia
Paradís, María Silva, José Isbert, Isana Medel. **
Comedia universitaria española, rancia y carca, protago-
nizada por una estudiante jamona (Mercedes Alonso, una
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● ●
promesa no cumplida) que trae de cabeza a todos sus
compañeros, si bien la chica clava sus ojos en un apuesto
y tímido profesor. Idónea para refregarla en las narices a
todos aquellos que sostengan que cualquier juventud
pasada fue mejor. ■ J.B.C.
MARIDO, EL
(Il marito), Italia-España, 1958, 82 min.
Productor: Felice Zappulla. Director: Nanni Loy, Fernando Palacios,
Gianni Puccini. Guión: Nanni Loy, Ruggero Maccari, Gianni Puccini,
Ettore Scola, Rodolfo Sonego, Alberto Sordi (basado en una historia de
Rodolfo Sonego y Alberto Sordi). Fotografía: Roberto Gerardi. Montaje:
Gabriele Varriale. Música: Carlo Innocenzi. Dirección Artística: Flavio
Mogherini. Intérpretes: Alberto Sordi, Ciccio Barbi, Aurora Bautista, Laly
Blanch, Julia Caba Alba, Javier Dasti, José Marco Davó, Mario Passante,
Pion Patti, Carlo Ninchi, Celia Muñoz. **
La torturada vida de un marido prototípico (hombre de
negocios, adicto al fútbol) cuya esposa es un manojo de
celos, en una muy característica comedia a la italiana, de
ésas que, nunca sabremos bien por qué, venían firmadas
por tropecientos guionistas, aquí concretamente seis.
Alberto Sordi, por supuesto, arrasador. ■ J.B.C.
MARIDO EN APUROS, UN
(Rally ‘Round the Flag, Boys!), EE.UU., 1958, 106 min.
Productor: Leo McCarey. Director: Leo McCarey. Guión: Claude Binyon,
Leo McCarey, George Axelrod (sin acreditar) (basado en el libro de Max
Shulman). Fotografía: Leon Shamroy. Montaje: Louis R. Loeffler. Música:
Cyril J. Mockridge. Dirección Artística: Leland Fuller, Lyle R. Wheeler.
Vestuario: Charles Le Maire. Intérpretes: Paul Newman, Joanne Wood-
ward, Joan Collins, Jack Carson, Dwayne Hickman, Tuesday Weld, Gale
Gordon. ***
El título original es Rally ‘Round the Flag, Boys!, algo así
como “¡A reunirse bajo la bandera, muchachos!”, en refe-
rencia a una orden de reagrupamiento propia de la ins-
trucción en los cuarteles. Un tranquilo pueblecito del con-
dado de Fairfield, en Connecticut, queda convulsionado
ante la noticia de que el ejército va a instalar una base
aeroespacial en sus proximidades. El acontecimiento
influye en la existencia del feliz matrimonio formado por
Newman y la Woodward, en el sentido de que él resulta
elegido para actuar de relaciones públicas con los milita-
res para tratar de suavizar las tensiones creadas, mientras
que ella, una mujer dotada de fuerte sentido comunitario,
es la cabeza visible de la oposición popular al proyecto.
Para que no se pierdan las posibilidades vodevilescas, el
tercer ángulo de la figura es una vecina apetecible, inter-
pretada por una Joan Collins en su mejor momento físico,
cuyos poderes de seducción se refuerzan con la ayuda
complementaria del perfume francés y el baile del cha-
cha-chá.
Los mejores momentos de la película son precisamen-
te los derivados de los equívocos que surgen en el matri-
monio con respecto a la Collins, de cuya influencia se
toma cumplida venganza la Woodward en la hilarante
● ●
Marido para mi mujer, Un | 295
●
secuencia de la escenificación de la llegada de los pere-
grinos a las costas americanas y su recibimiento por
parte de los indios. Por lo demás el esquema que hace
funcionar la comedia es el mismo que tan buenos frutos
dio en el género durante los treinta y los cuarenta, es
decir, colocar a una pareja que se entiende bien uno a
cada lado de un conflicto de intereses y mezclar sus sen-
timientos y la afirmación de sus personalidades con la
evolución del problema general. Este esquema funcionó
con Cukor y con LaCava, y McCarey lo trasladó a finales
de los cincuenta, aunque sin hacer demasiado hincapié
en los componentes feministas, cosa que no iba con su
manera de pensar.
Leo McCarey es indudablemente uno de los reyes de
la comedia en su época de oro. Iniciado en el cine en la
factoría de Hal Roach, suyo es el mérito de haber reuni-
do a la pareja cómica formada por Stan Laurel y Oliver
Hardy. Trabajó como gagman, argumentista y director
para cómicos ilustres como Los Hermanos Marx –para
quienes dirigió su obra maestra Sopa de ganso–, Harold
Lloyd, W.C. Fields y Eddie Cantor. Entre sus largometra-
jes más importantes hay que destacar Nobleza obliga,
La pícara puritana y las dos versiones del filme Tú y yo.
■ M.Q.
MARIDO ES MÍO Y LO MATO CUANDO
ME PARECE, EL
(Il marito é mio e l´ammazzo quando mi pare), Clesi Cinematográfica,
Italia, 1967, 97 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Pasquale Festa Campanile.
Guión: Luigi Magni, Stefano Strucchi, Jaja Fiastri. Fotografía: Roberto
Gerardi. Montaje: Ruggero Mastroianni, Marcello Olasio. Música:
Armando Trovaioli. Dirección Artística: Flavio Mogherini. Intérpretes:
Catherine Spaak, Hyvell Bennett, Hugh Griffith, Romolo Valli. ****
Uno de esos títulos por los que, sin duda, merece la pena
ir a ver la película, resultando una comedia muy entrete-
nida, dirigida con entusiasmo por el más que estimable
Campanile –nombre injustamente relegado a un segundo
plano, debido más que nada a la ingente cantidad de
colegas que pululaban en mejores proyectos en esa
época–, con un guión perfectamente estructurado y con
actores de extravagante capacidad para divertir. Y eso
que, en realidad, el planteamiento no es muy original,
puesto que es una especie de parodia del mito del cine
negro en el que una mujer encuentra a un amante tan
joven como ella para que asesine a su anciano marido. Lo
que ocurre es que, siguiendo el tono de comedia italiana,
el esposo logrará salir indemne de todos los atentados
que se cometen contra su vida. ■ L.M.C.
MARIDO PARA MI MUJER, UN
(Mr. Wonderful), Goldwyn, EE.UU., 1993, 98 min.
Productor: Marianne Moloney. Director: Anthony Minghella. Guión:
Amy Schor, Vicki Polon. Fotografía: Geoffrey Simpson. Montaje: John
Tintori. Música: Michael Gore. Intérpretes: Matt Dillon, Annabella Scio-
rra, Mary-Louise Parker, William Hurt, Vincent D’Onofrio. ***
●
296| Marido rico, Un
● ●
Del director Anthony Minghella casi nadie sabía nada
antes de que El paciente inglés se convirtiera en la gran
triunfadora de la edición de los Oscar de 1997. Acaparó
un total de nueve estatuillas, incluida una al Mejor Direc-
tor para este cineasta británico que de la noche a la
mañana pasó de ser casi un desconocido a ocupar las pri-
meras páginas de todos los periódicos. Justo antes del
filme protagonizado por Ralph Fiennes y Juliette Binoche
dirigió esta simpática, nada pretenciosa y sobre todo
agradable comedia romántica, rodada con un presupues-
to muy ajustado y un atractivo reparto. El peso no recae
tanto en una gran historia sino en los personajes que
transitan por ella, básicamente el triángulo que forman el
protagonista, su novia y una ex esposa demasiado encan-
tadora. El filme es un brillante estudio de personajes diri-
gido con tacto –y más sentido del ritmo que El paciente
inglés– por el cineasta Minghella. ■ J.E.
MARIDO RICO, UN
(The Palm Beach Story), Paramount, EE.UU., 1942, 90 min.
Productor: Paul Jones. Director: Preston Sturges. Guión: Preston Stur-
ges. Fotografía: Victor Milner. Montaje: Stuart Gilmore. Música: Victor
Young. Dirección Artística: Hans Dreier, Ernst Fegte. Vestuario: Irene.
In
ntérpretes: Claudette Colbert, Joel McCrea, Mary Astor, Rudy Vallee,
Sig Arno, Robert Warwick, Arthur Stuart Hull. ****
Preston Sturges, cineasta hoy olvidado por la mayoría y
recordado casi exclusivamente en cenáculos de cinéfilos,
fue en su mejor época –entre 1940 y 1945– un director y
escritor de comedias con gran éxito de público y crítica.
A Sturges se le consideró heredero de Ernst Lubitsch, y
aunque ambos tenían estilos cercanos, sus concepciones
de la vida y sus ideas acerca de la gente eran bastante
dispares. Además, Lubitsch no era guionista de sus fil-
mes; Sturges, en cambio, fue siempre, y por encima de
todo, un guionista de genio. De su dominio de la escritu-
ra cinematográfica saltó Preston a la casi entera autoría
de sus obras en 1940. En cinco años dirigió ocho come-
dias de tal densidad e ingenio que un momento de dis-
tracción podía hacer que el público se perdiera seis gran-
● ●
●
des frases, cinco asombrosas secuencias y tres escenas
de masas. Y pocas de sus películas estaban tan elegante-
mente logradas como Un marido rico, una inteligente
sátira sobre las fuerzas conductoras del sexo y el dinero.
Joel McCrea es un fracasado arquitecto que sueña con
construir un gran aeropuerto. Claudette Colbert es su
amante esposa, tan amante que decide que su arruinado
marido estaría mejor sin ella. Así que se marcha a Florida
para conseguir el divorcio y un hombre rico que le ayude
a financiar los sueños de su amado. Cómo llega allí, las
consecuencias de caer en los ridículos brazos de un
millonario soltero (Vallee) y la respuesta de McCrea a la
situación aportan la acción de este histéricamente diver-
tido cuento de hadas. Colbert nunca estuvo más encan-
tadora ni enérgica que aquí. Observando sus gestos y
escuchando sus frases ingeniosas frente a los crecientes
absurdos de esta película, es fácil ver por qué ostentaba
el título de reina de la comedia romántica en Hollywood.
Claudette es la encargada de poner en marcha la historia
mientras los hombres pasivos bailan al son que ella toca
y pierden todos los combates verbales. Vallee está deli-
cioso como el ingenuo y excéntrico millonario, registran-
do cuidadosamente cada céntimo que gasta. Y Astor
resulta malvadamente cáustica como su hermana, espe-
cialmente cuando trata con su incomprensible amante,
Arno. Todos los demás papeles están cuidadosamente
escogidos y todos los que se asoman a la pantalla tienen
un diálogo memorable.
Programada para entrar en producción un mes antes
de Pearl Harbor, Un marido rico ayudó a bajar el telón del
ciclo screwball. Hoy, todo este complicadísimo jugueteo,
atestado de instantes de alta precisión, se revela como
una de las comedias más originales y divertidas de Stur-
ges, casi a la altura de sus obras maestras Los viajes de
Sullivan y Las tres noches de Eva. Hilarante, irresistible,
impecablemente interpretada. ■ J.T.
MARIDOS Y MUJERES
(Husbands and Wives), TriStar Pictures, EE.UU., 1992, 107 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de
producción: Santo Loquasto. Dirección Artística: Speed Hopkins. Ves-
tuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes: Woody Allen, Mia Farrow, Judy Davis,
Juliette Lewis, Liam Neeson, Sydney Pollack, Lysette Anthony, Nick
Metropolis, Cristi Conaway, Timothy Jerome. *****
La película Maridos y mujeres (una obra maestra que en
la constelación alleniana brilla con el mismo fulgor que
Manhattan, Hannah y sus hermanas y Delitos y faltas) es
un filme crucial en la carrera de su autor, entre otras co-
sas por uno de esos caprichos del destino que a veces
hermanan la realidad con la ficción, pues es la última pelí-
cula de la larga y fructífera colaboración entre Woody
Allen y Mia Farrow, rodada cuando su crisis matrimonial,
desavenencias y batallas tutelares eran un polvorín. Ese
trago amargo de la realidad se trasladó a la pantalla en
esta historia que arranca cuando dos matrimonios ami-
gos (Pollack y Davis, Allen y Farrow) se reúnen para
●
 Marqués del grillo, El | 297
● ● ●

cenar y el primero de ellos anuncia al segundo que se van cía oceánica. No nos extraña que el primer premio que
a separar. La película sigue los avatares de esos cuatro recibió este pedazo de carne de videoclub fuera un pez,
personajes durante los próximos meses, para constatar encima, de chocolate. ■ J.C.
que ni la pareja en vías de disolución lo tiene tan claro, ni
la aparentemente estable resulta en definitiva tan sólida;
todas vivirán relaciones extramatrimoniales, como siem-
pre un poco al tuntún (Allen, abundando en su corres-
pondencia con la vida real, con una alumna treinta años
menor que él, una exquisita composición de Juliette Le-
wis) y el desenlace será cualquier cosa menos lo que en
un principio era previsible. La película de Allen, pues, es
otra impecable disección del matrimonio hecha con co-
nocimiento y rigor extremo, una comedia con fondo a-
margo de quitar el hipo y congelar la sangre. Su exposi-
ción cuenta con dos estrategias propias de un creador de
genio que, película tras película, experimenta los recursos
formales y estéticos del cine. Una es las intermitentes
confesiones que, en forma de entrevista, todas las perso-
nas exponen a la cámara, autoanálisis sumamente útiles
para acabar de perfilar sus caracteres y su psicología. La
otra es el uso ininterrumpido de la cámara en mano, ex-
traordinariamente efectivo para transmitir el mareo y el
desequilibrio del matrimonio y que nos acerca a un cine-
ma verité neoyorquino que, de haberlo filmado Jim Mc-
Bride en los años sesenta, podría llevar por título Allen
Koningsber´s Diary. Admirablemente interpretada (Woo-
dy Allen sería capaz de hacerle ganar un Oscar a Steven
Seagal), profunda, lúcida y directa, Maridos y mujeres es
una luminosa joya sobre la dificultad humana de enten-
derse y las facilidades de desentenderse. ■ J.B.C.

MARIHUANA, EL SÓTANO MALDITO

(Scarfies), Nightmare Productions, Nueva Zelanda, 1999, 95 min. MARQUÉS DEL GRILLO, EL
Dirección: Robert Sarkies. Guión: Duncan Sarkies y Robert Sarkies. (Il Marchese del Grillo), Italia-Francia, 1981, 115 min.

Fotografía: Stephen Downes. Dirección Artística: Ken Turner. Intérpre-
tes: Willa O'Neill, Neill Rea, Ashleigh Seagar, Taika Cohen, Charlie Blea-
kley, Jon Brazier, Mark Neilson, Mark Dudfield, Pat Soper, Dave Dudfield,
Andrew Munro. ●
Hace más de treinta años, cierto crítico se despachó en
cuatro plumazos ante una película llamada La Marina
contra el monstruo de la noche: «1) Miren el título. 2) Exa-
minen el reparto. 3) La historia trata de unos árboles
omnívoros. 4) No digan que no se les ha avisado». Obre-
mos en consecuencia con esta saltarina comedia teen
neozelandesa y obtendremos algo como: 1) Miren el títu-
lo elegido por el distribuidor español (muy acertadamen-
te, porque el original, Scarfies, amenazaba con poner sus
sucios dedos onomatopéyicos sobre Scarface). 2) No se
molesten en examinar el reparto. 3) La historia trata sobre
unos universitarios rijosos que descubren toneladas de
marihuana en el sótano, el camello les pilla y ellos le
secuestran. 4) Allá ustedes. ¿Algo más que añadir? Algún
chispazo como el “Mesías” que suena mientras los mozos
se extasían ante su hallazgo, una casa que parece el
motel de Norman Bates achatado por los polos y recicla-
do en bungalow, ecos de El coleccionista o Suicide Kings
y bastante poca fe en el coeficiente intelectual de la poli-
Productor: Renzo Rossellini. Director: Mario Monicelli. Guión: Leonardo
Benvenuti, Piero De Bernardi, Mario Monicelli, Tullio Pinelli, Alberto
Sordi, Bernardino Zapponi. Fotografía: Sergio D’Offizi. Montaje: Rugge-
ro Mastroianni. Música: Nicola Piovani. Vestuario: Gianna Gissi. Intérpre-
tes: Alberto Sordi, Caroline Berg, Andrea Bevilacqua, Tommaso Bianco,
Riccardo Billi, Flavio Bucci, Angela Campanella. **
En la Roma de principios del XIX, un noble de la corte va-
ticana ejerce de pícaro y trapacero. En un encuentro con
las tropas napoleónicas, deserta y pasa a vivir en París de
una hermosa amante. Una serie de conflictos, a la caída
del emperador, provocan que un sosias del marqués, un
pobre carbonero que se presta a suplantarle en algunas
ocasiones, sea condenado a muerte por traición. Una de
las películas de Monicelli que nunca ha sido exhibida
comercialmente en España, constituye un cruce entre
novela picaresca, libertina y parodia stendhaliana. Alber-
to Sordi hace un doble papel –Onofrio y Gasparino, el
carbonero– con la vivacidad que caracteriza al gran có-
mico romano. El guión es, en parte, también suyo, ayuda-
do por las colaboraciones del propio Monicelli y de Ben-
venuti, De Bernardi y Pinelli, sobre una historia escrita ini-
cialmente por Bernardino Zapponi. El personaje del mar-
qués del Grillo parece ser que existió en realidad. ■ M.Q.

● ● ●
298| Marrana, La
● ●
MARRANA, LA
España, 1992, 100 min.
Director: José Luis Cuerda. Guión: José Luis Cuerda. Fotografía: Hans
Burman. Música: Javier Arias, David Del Puerto, Jesus Rueda. Intérpre-
tes: Alfredo Landa, Antonio Resines, Manuel Alexandre, Fernando Rey,
Cayetana Guillén Cuervo, Agustín González, El Gran Wyoming,. **
En el estío de 1492, un pícaro y un desertor se encuentran
en el camino. ¿Qué camino? El mismo que marque la
marrana, una marrana que el primero desea para comer y
el segundo como salvoconducto para acceder a un tra-
bajo en Portugal. Dicha chicha les servirá también para
poder emprender un viaje en barco, por el océano, con el
descubridor, o futuro descubridor, Colón. Total, una locu-
ra. Una locura que le vino al pelo al V Centenario aunque
aquí no hay grandilocuencia ni superespectáculo ni
mucho menos panegírico, sino todo lo contrario: mesura
y modestia expositiva, personajes sin ninguna significa-
ción histórica –aunque ellos son, como siempre se dice,
los que escriben la historia– y, hasta cierto punto, desmi-
tificación. Héroes que lo son dando palos de ciego por la
vida y manteniendo la sana tradición de la picaresca, no
muy boyante en nuestros días. Luego está, claro, el mamí-
fero de cuatro patas. Todo un símbolo sobre el que –nos
viene a decir la película– gira la vida, todas las vidas y
todas las esperanzas. Muerto o vivo, el cerdo es el men-
saje. Por lo que respecta a José Luis Cuerda, hay que
señalar que en él, además de un director con recursos y
buen gusto, hay un notable escritor. Porque La marrana,
a mi juicio, y desgraciadamente, un punto por debajo de
sus dos títulos precedentes, tiene su mayor virtud en los
diálogos y frases ingeniosas que la cruzan de cabo a rabo
y en el talento de los actores –Landa y Resines, sin duda,
pero también ese pelotón de secundarios magníficos que
desde siempre ennoblece el cine español– que lo recitan,
muy graciosa, muy quijotescamente. ■ J.B.C.
MARTA CONOCE A FRANK, DANIEL
Y LAURENCE
(Martha Meet Frank, Daniel and Laurence), Nirvana, EE.UU., 1998,
88 min.
Productor: Grainne Marmion. Director: Nick Hamm. Guión: Peter Mor-
gan. Fotografía: Peter Johnson. Montaje: Michael Bradsell. Intérpretes:
Monica Potter, Joseph Fiennes, Rufus Sewell, Tom Hollander. **
Simpática aunque inofensiva comedia romántica prota-
gonizada por una joven americana que se traslada a Lon-
dres, donde vivirá una simultánea historia de amor con
tres amigos sin que éstos sepan que están saliendo con
la misma mujer. Sin duda, Joseph Fiennes merecía mejor
suerte ante las cámaras después de protagonizar Shakes-
peare in Love. ■ J.E.
MÁS FALSAS APARIENCIAS
(The Whole Ten Yards), EE.UU., 2004, 98 min.
Productor: Arnold Rifkin, Elie Samaha, David Willis. Director: Howard
Deutch. Guión: George Gallo (basado en una historia de Mitchell Kapner
● ●
●
y en sus personajes). Fotografía: Neil Roach, Dennis Weaver. Montaje:
Seth Flaum. Música: John Debney. Dirección Artística: Sally Thornton.
Intérpretes: Bruce Willis, Matthew Perry, Amanda Peet, Kevin Pollak,
Natasha Henstridge, Frank Collison, Johnny Messner, Silas Weir Mit-
chell, Tasha Smith, Elisa Gallay. *
En las primeras escenas de esta película vemos a Bruce
Willis ataviado con delantal, pasando la aspiradora, pre-
parando un asado, calzando unas zapatillas de conejito,
llorando por una gallina muerta... Se supone que ver al
duro de las junglas de cristal ejerciendo de maruja nos ha
de hacer reír. Conocida es la tendencia de Bruce Willis a
la autoparodia, pero jamás le habíamos visto en el radio
de acción de Los Morancos. Que cuide su carrera, porque
un trabajo de esta baja estofa no merece figurar en ella.
El humor de la agitada acción, por lo demás, es atrope-
llado, chungo, grotesco, a un paso de las peores come-
dias de Louis de Funès. Ni por la vía del absurdo esta pre-
cipitada secuela de brochazo y caricatura gruesa logra
levantar el vuelo. ■ J.B.C.
MÁSCARA, LA
(The Mask), New Line, EE.UU., 1994, 101 min.
Productor: Bob Engelman. Director: Charles Russell. Guión: Mike Werb.
Fotografía: John Leonetti. Montaje: Arthur Coburn. Música: Randy Edel-
man. Dirección Artística: Craig Stearns. Intérpretes: Jim Carrey, Came-
ron Diaz, Peter Riegert, Peter Greene, Amy Yasbeck, Richard Jeni. ***
Un tebeo superacelerado y delirante, confeccionado a
base de unos efectos especiales por ordenador deslum-
brantes, un diseño de producción festivo y de exaltados
colores (entre El mago de Oz y el Dick Tracy de Warren
Beatty) y la explotación hasta el límite del catálogo de
muecas, tics y acrobacias gestuales de un aquí idóneo,
perfecto Jim Carrey, que con la ayuda de las técnicas
infográficas y el espíritu de Tex Avery a cuestas (un Avery
explícitamente homenajeado) consigue momentos me-
morables en su exhibición de ojos salidos de cuenca, len-
guas kilométricas, hiperdesarrollados latidos de corazón,
objetos portátiles, etcétera. La máscara tuvo también el
detalle de poner en circulación a una rubita muy mona,
Cameron Diaz, que no tardaría en demostrar grandes
dotes de actriz sin necesidad de abandonar la comedia
chiflada. ■ J.B.C.
¡MÁS FUERTE, MUCHACHOS!
(Piu’ forti ragazzi!), Delta FilmKunts/Tiger Cinematografica, Italia-
Alemania 1972, 122 min.
Productor: Italo Zingarelli. Director: Giuseppe Colizzi. Guión: Barbara
Alberti, Amadeo Pagani, Giuseppe Colizzi. Fotografía: Marcello Mas-
ciocchi. Montaje: Antonio Siciliano. Música: Guido y Maurizio De Ange-
lis. Dirección Artística: Piero Poletto. Intérpretes:: Terence Hill, Bud
Spencer, Alexander Alleson, Ferdinando Murolo. ***
Primera comedia pura y dura del dúo Hill & Spencer des-
pués de sus exitosas apariciones en las dos parodias del
spaghetti western sobre Trinidad. Ya desde entonces se
●

● ●
van institucionalizando las personalidades de ambos: Hill
un pillo de ojos azules, ágil, simpático y embaucador;
Spencer un barbudo adusto, molesto, forzudo, paciente y
terrible cuando está enfadado. Por supuesto, las situacio-
nes en que se ven envueltos sería lo de menos, sólo una
mera excusa para poner a prueba sus numerosas peleas.
Como datos interesantes destacan un Spencer mucho
más delgado de lo habitual, la aparición en su reparto de
Cyril Cusak, y la pegadiza canción “Flying Through the
Air” interpretada por Oliver Onions. ■ L.M.C.
M*A*S*H
Aspen, EE.UU., 1970, 116 min.
Productor: Ingo Preminger. Director: Robert Altman. Guión: Ring Lard-
ner, Jr. (basado en la novela de Richard Hooker). Fotografía: Harold Stine.
Montaje: Danford B. Greene. Música: Johnny Mandel. Dirección Artísti-
ca: Jack Martin Smith, Arthur Lonergan. Intérpretes:: Donald Sutherland,
Elliott Gould, Tom Skerritt, Sally Kellerman, Robert Duvall, Jo Ann Pflug,
Rene Auberjonois, Roger Bowen, Gary Burghoff, David Arkin. ***
Los casi siete años transcurridos entre su fecha de pro-
ducción y su estreno en España fueron creando una este-
la que idealizaba la obra más allá de sus valores reales,
como tantas veces ocurre cuando algo o alguien se idea-
liza. Varios motivos había para tenerle mucho respeto a
M*A*S*H. Por ejemplo, su autor, Robert Altman, uno de
esos cineastas incómodos (como Cassavetes, grande
entre los grandes) que de tanto en tanto le sale al cine
yanqui y le causa urticaria; el mismo de El volar es para
los pájaros, Los vividores y El largo adiós, filmes posterio-
res pero aquí vistos antes. Cuando por fin pudimos dar
cuenta de M*A*S*H, comprobamos que no era tan fiero el
león como lo pintaban, quizás, entre otras razones, por
ser una película excesivamente fechada: los años de “haz
el amor y no la guerra”.
En efecto, Altman se sacó de la manga un alegato anti-
militar y antibelicista confeccionado con la más poderosa
de las armas: la sátira. En M*A*S*H, el ejército, y concreta-
mente unos alocados oficiales médicos destacados en un
hospital de Corea (Corea como alusión directa a Vietnam,
en aquellos momentos un hervidero de sangre y de cada
vez más encendidas polémicas), el ejército, decimos, es
una pura farsa generadora de impensables situaciones
cómicas. Altman lo ridiculiza y ridiculiza el aparato jerár-
● ●
Más que amor, frenesí | 299
●
quico y burocrático sobre los que se sustenta; es la suya
una burla corrosiva, implacable, que carga también sobre
el tema sexo: ahí es nada la oficial Labios Ardientes, que
sustituye a la teniente bombón y cuyos jadeos amorosos,
en secuencia muy recordada, se oyen por los altavoces
del campamento. Pero, como decía un crítico en su
momento, por muy recomendable que sea, tampoco
M*A*S*H es King and Country. Es astuta, mordaz y con-
testona, pero no pone a fondo el dedo en la llaga. Es, eso
sí, una comedia francamente divertida, más que la serie
televisiva que su éxito generó, y gran parte de su diver-
sión nos viene dada por dos excelentes comediantes,
Donald Sutherland y Elliott Gould, a quienes unos años
más tarde se uniría de nuevo en Dos espías a lo loco,
intentando –sin conseguirlo– repetir la jugada. ■ J.B.C.
MÁS QUE AMIGOS
(Keeping the Faith), EE.UU., 2000, 128 min.
Productor: Stuart Blumberg, Hawk Koch, Edward Norton. Director:
Edward Norton. Guión: Stuart Blumberg. Fotografía: Anastas N. Michos.
Montaje: Malcolm Campbell. Música: Elmer Bernstein. Intérpretes: Ben
Stiller, Edward Norton, Jenna Elfman, Anne Bancroft, Eli Wallach, Ron
Rifkin, Milos Forman, Holland Taylor, Lisa Edelstein, Rena Sofer, Ken
Leung. ***
El debut en el cine de Edward Norton no pudo ser más
prometedor: con su primer trabajo, Las dos caras de la
verdad, ya fue nominado al Oscar al Mejor Actor de
Reparto antes de cumplir 30 años. Desde entonces, su
carrera no ha hecho más que subir enteros con títulos
como El club de la lucha y American History X. Más que
amigos marca un punto de inflexión en el actor, ya que
supuso su primera incursión tras la cámara. El actor no
quiso hacer malabarismo alguno y se limitó a contar con
corrección una historia que le propuso (y escribió) su
amigo Stuart Blumberg: un peculiar triángulo amoroso
formado por un rabino, un sacerdote católico y la mejor
amiga de ambos. El actor y director no desaprovechó la
oportunidad de, además de dirigir, interpretar el papel
del sacerdote, regalándose así un personaje en una
comedia, un género más bien esquivo en su trabajo
como actor. ■ J.E.
MÁS QUE AMOR, FRENESÍ
TVE/Canal +/Fernando Colomo, P.C., España, 1996, 101 min.
Productor: Fernando Colomo. Director: Alfonso Albacete, Miguel Bar-
dem, David Menkes. Guión: Alfonso Albacete, Miguel Bardem, David
Menkes. Fotografía: Nestor Calvo. Montaje: Miguel Ángel Santamaría.
Música: Juan Bardem. Dirección Artística: Alain Bainee. Intérpretes:
Cayetana Guillén Cuervo, Nancho Novo, Ingrid Rubio, Liberto Rabal,
Juan Diego Botto. **
Inauguración de un nuevo subgénero dentro de la come-
dia española que podríamos denominar “tecno sex”, con
una técnica narrativa basada en el montaje alucinógeno,
planos sacados de contexto, imágenes desordenadas,
turbadoras, indecisas y perfectamente coordinadas para
●
300| Mátame mucho
● ●
provocar, sorprender y delirar lo máximo posible. Con la
excusa de tres chicas liberadas que buscan compañero
de piso, se apelotonan unas historias paralelas donde en-
tran en liza un aparente psicópata, un policía loco, una
puta que se acuesta con niñas, una ninfómana, una roja
sin suerte en el amor, un homosexual teñido de rubio, una
ingenua estudiante de arte y un inválido que escribe no-
tas de amor en la prensa. Una serie de casualidades hará
que todos ellos se amen, odien, encuentren, desencuen-
tren y terminen asesinando.
Hay sexo homosexual en la ducha, una mujer madura
que se suicida pegándose un tiro en su entrepierna, el
policía partiéndose la cabeza en un urinario, Bibi Ander-
sen mostrando un desnudo integral y un apocalíptico
plano final con la boca de Cayetana repleta de semen y
su rostro salpicado de sangre del tipo al que acaba de
disparar. Un estilo libre, vivo, muy con los tiempos que
corren, el cine que nos merecemos. ■ L.M.C.
MÁTAME MUCHO
Benjamín Prod., España, 1997, 96 min.
Productor: Gabriel Villanueva, José Ángel Bohollo. Director: José Ángel
Bohollo. Guión: Gabriel Villanueva, José Ángel Bohollo. Fotografía: Juan
Carlos Gómez. Montaje: Pablo del Amo. Música: Leo Brower. Vestuario:
Montserrat Moreno. Intérpretes: Santiago Ramos, Nancho Novo, Rosa
María Sardá, Ana Álvarez, José Sazatornil “Saza”, Chus Lampreave, Nat-
halie Seseña, Pablo Carbonell, Jesús Bonilla, Luis Cuenca, Javivi, Juan y
Medio, Álvaro Bermúdez de Castro. ***
Una comedia de humor negro a la española, que utiliza el
mito de Frankenstein, los ladrones de cuerpos, la amne-
sia y la catalepsia para montar un embolado a base de
acumulación de ideas prestadas para irles dando la vuel-
ta en sentido paródico. Una verdadera lástima ver desa-
provechada a Ana Álvarez. Presencia de los característi-
cos José Sazatornil y Luis Cuenca. ■ M.Q.
MATILDA
EE.UU., 1996, 103 min.
Productor: Danny DeVito, Michael Samberg, Stacey Sher, Liccy Dahl.
Director: Danny DeVito. Guión: Nicholas Kazan, Robin Swicord (basado
en el cuento de Roald Dahl). Fotografía: Stefan Czapsky. Montaje: Lyn-
zee Klingman, Brent White. Música: David Newman. Intérpretes: Mara
Wilson, Danny DeVito, Rhea Perlman, Embeth Davidtz, Pam Ferris,
Brian Levinson. ****
Salvo Hoffa, que era un biopic correcto pero sin aditivos,
todas las películas dirigidas por Danny DeVito son come-
dias feroces, empapadas de veneno y poseídas por el
alma del cartoon más arrollador, de Tira a mamá del tren
a Dúplex, pasando por Smoochy, una joya que se estrenó
casi de incógnito y pasó desapercibida. Matilda se inspi-
ra en un relato de Roald Dahl y viene a ser un cuento de
hadas rociado con vitriolo. Su protagonista es una niña
–estupenda Mara Wilson– que aprovechará sus faculta-
des telequinésicas para reivindicar la magia y la fantasía
como antídotos infantiles contra la estupidez de los adul-
● ●
●
tos. Posee el dinamismo de los dibujos de la Warner, los
colores chillones y el espíritu crítico con el consumismo
de las comedias de Frank Tashlin y Jerry Lewis y, en lo
tocante a las escenas de colegio, ecos de Charles Di-
ckens. En un papel secundario, los mitómanos más sub-
versivos sabrán reconocer a Paul Reubens, el inolvidable
Pee Wee Herman. ■ J.B.C.
MATRIMONIO A LA ITALIANA
(Matrimonio all’italiana), Italia-Francia, 1964, 102 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Vittorio De Sica. Guión: Renato Caste-
llani, Tonino Guerra, Leonardo Benvenuti, Piero De Bernardi (basado en
la obra “Filumena Marturano”, de Eduardo De Filippo). Fotografía:
Roberto Gerardi. Música: Armando Trovajoli. Intérpretes: Sophia Loren,
Marcello Mastroianni, Aldo Puglisi, Tecla Scarano, Marilú Tolo. ****
Una tragicomedia italiana en toda regla, con su pintores-
quismo napolitano y su exaltado dramatismo. Se basa en
la célebre comedia “Filumena Marturano”, de Eduardo De
Filippo, y describe la inusual relación, a través de veinte
años, de una prostituta temperamental y todo corazón y
un donjuán engominado y más bien canalla, dos siluetas
en las que Sophia Loren y Marcello Mastroianni encajan
como guantes. ■ J.B.C.
MATRIMONIO DE CONVENIENCIA
(Green Card), Touchstone, Australia-Francia, 1990, 108 min.
Productor: Peter Weir, Duncan Henderson, Jean Gontier. Director: Peter
Weir. Guión: Peter Weir. Fotografía: Geoffrey Simpson. Montaje: William
Anderson. Música: Hans Zimmer. Diseño de producción: Wendy Stites.
Dirección Arttística: Christopher Nowak. Vestuario: Marilyn Matthews.
Intérpretes: Gerard Depardieu, Andie McDowell, Gregg Edelman, Bebe
Neuwirth, Robert Prosky, Jessie Keosian, Ethan Philips, Mary Louise Wil-
son, Lois Smith, Conrad McLaren. ***
El director de Único testigo le sirvió en bandeja a Depar-
dieu un papel concebido para él: el de un músico francés
en Nueva York que, para acceder al permiso de residen-
cia, se casa con una chica a la que, en un principio, detes-
ta. Es una comedia romántica seria, rigurosa, sólidamen-
te construida y espléndidamente interpretada; casi un
ovni en un contexto presidido por la cursilería. ■ J.B.C.
MATRIMONIO DE UN JOVEN
CORREDOR DE BOLSA, EL
(The Marriage of a Young Stockbroker), EE.UU., 1971, 95 min.
Productor: Lawrence Turman. Director: Lawrence Turman. Guión:
Lorenzo Semple, Jr. (basado en la novela de Charles Webb). Fotografía:
László Kovács. Montaje: Fredric Steinkamp. Música: Fred Karlin. Diseño
de producción: Pato Guzman. Intérpretes: Richard Benjamin, Joanna
Shimkus, Elizabeth Ashley, Adam West, Patricia Barry, Tiffany Bolling,
Ed Prentiss. **
El hoy director Richard Benjamin protagonizó esta irónica
y a ratos escabrosa comedia en torno a la guerra de los
sexos, donde un ambicioso corredor de bolsa verá desmo-
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● ●
ronarse su matrimonio y su prometedora carrera profesio-
nal. "Voyeurismo" y otras desviaciones sexuales para un
filme hasta cierto punto insólito en su momento, que pro-
dujo y dirigió Lawrence Turman, productor de El graduado.
El reparto incluye la aparición de Adam West, ex Batman
televisivo. Para seguidores de rarezas fílmicas. ■ LL.B.M.
MATRIMONIO ORIGINAL
(Mr. and Mrs. Smith), RKO, EE.UU., 1941, 90 min.
Productor: Harry E. Edington. Director: Alfred Hitchcock. Guión: Nor-
man Krasna. Fotografía: Harry Stradling. Montaje: William Hamilton.
Música: Edward Ward. Dirección Artística: Van Nest Polglase, L. P.
Williams. Intérpretes: Carole Lombard, Robert Montgomery, Gene Ray-
mond, Jack Carson, Philip Merivale, Lucile Watson. ****
Escrita por el prestigioso Norman Krasna, Matrimonio ori-
ginal es la única comedia de Hitchcock en su sentido más
diáfano, si bien tiene otras más oblicuas (Pero, ¿quién
mató a Harry?) y el humor es una constante que recorre
de punta a punta la prácticamente entera filmografía del
maestro. Una comedia matrimonial más o menos clásica,
con pareja en crisis y tercero en discordia. Al decir de
Donald Spoto, su reconocido biógrafo, a Hitch le atrajo la
idea de trabajar con Carole Lombard, entonces la reina de
la comedia, fallecida poco después, en 1942, en acciden-
te de avión. Al parecer, el rodaje fue una fiesta donde las
gamberradas de la popular actriz a Hitchcock o al galán
Montgomery fueron constantes. El resultado es una
comedia singular sobre la erosión del amor, noción meta-
forizada, por ejemplo, en la espléndida escena en que los
protagonistas acuden a cenar a su restaurante favorito,
que ya no es el que era, del mismo modo que ellos ya no
son como eran. ■ J.B.C.
MAXIE
Orion/Aurora, EE.UU., 1985, 90 min.
Productor: Carter De Haven. Director: Paul Aaron. Guión: Patricia Res-
nick (basado en la novela de Jack Finney). Fotografía: Fred Schuler. Mon-
taje: Lynzee Klingman. Música: Georges Delerue. Dirección Artística:
John Lloyd. Intérpretes: Glenn Close, Mandy Patinkin, Ruth Gordon, Bar-
nard Hughes, Valerie Curtin, Googy Gress. ***
Antes de alcanzar una enorme popularidad gracias a Las
amistades peligrosas y Atracción fatal, entre otras, Glenn
Close dio muestras de su talento interpretativo encarnan-
do en Maxie a una fantasma. Inspirada en una novela
–muy cinéfila– de Jack Finney, describe los enredos que
provoca el fallecimiento de una aspirante a actriz cuyo
espíritu penetra en el cuerpo de otra chica, de vida me-
nos alocada. El filme de Aaron pretende entroncar, y a ra-
tos lo consigue, con las clásicas screwball comedies de la
era dorada de Hollywood. Contiene diálogos ingeniosos y
un eficiente elenco, que incluye a la gran guionista (con
su marido Garson Kanin) y actriz Ruth Gordon, fallecida
poco después del rodaje. Dato curioso: en el fragmento
auténtico de cine mudo donde aparece la protagonista
Maxie, ésta no es otra que Carole Lombard. ■ J.B.C.
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Máxima ansiedad | 301
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MÁXIMA ANSIEDAD
(High Anxiety), Fox, EE.UU., 1977, 94 min.
Productor: Mel Brooks. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks, Ron
Clark, Rudy DeLuca, Barry Levinson. Fotografía: Paul Lohmann. Monta-
je: John C. Howard. Música: John Morris. Diseño de producción: Peter
Wooley. Vestuario: Patricia Morris. Intérpretes: Mel Brooks, Madeline
Kahn, Cloris Leachman, Harvey Korman, Ron Carey, Howard Morris,
Dick Van Patten, Jack Riley, Charlie Callas, Ron Clark. **
Infantil y grosera parodia de los thrillers de Alfred Hitch-
cock, robando escenas y temas de sus películas para
amueblar una historia sobre un psicólogo que va a traba-
jar a un muy extraño y siniestro Instituto para los Muy
Muy Nerviosos. El asistente Harvey Korman y la enferme-
ra Cloris Leachman han estado urdiendo un plan para
mantener cautivos a los pacientes mientras les desplu-
man de su dinero, y temen que el recién llegado (un hom-
bre que tiene tanto miedo de las alturas que ni siquiera
lleva zapatos de tacón) les estropee la jugada. La parodia
es un asunto delicado, pero Brooks a veces tiene éxito
rindiendo homenaje a Vértigo, Los pájaros, Recuerda y
Psicosis con todas las fórmulas habituales de Hitchcock:
el hombre inocente acusado de algo que no ha hecho, la
heroína reticente que le ayuda (Kahn), etcétera. El pro-
blema es que la mayoría de los gags son increíblemente
obvios o deprimentemente escatológicos, o ambas cosas.
Cabe destacar, eso sí, un par de buenos momentos: uno
satirizando el empleo de scores orquestales del maestro,
y el otro su implacable cámara voyeurística. Brooks pro-
tagoniza, produce, dirige, co-escribe y canta el tema cen-
tral (y tiene mucha mejor voz de lo que podríamos ima-
ginar), y algunas interesantes decisiones de casting inclu-
yen a los famosos actores de spots publicitarios Bob Rid-
gely y Jack Riley, y el co-guionista Barry Levinson como
botones. El público llenó las salas y convirtió la película
en un éxito. ■ J.D.D.
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302| Mayor y la menor, El
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MAYOR Y LA MENOR, EL
(The Major and the Minor), EE.UU., 1942, 100 min.
Productor: Arthur Hornblow Jr. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wil-
der, Charles Brackett (basado en la obra “Connie Goes Home”, de
Edward Childs Carpenter, y en la historia “Sunny Goes Home”, de Fanny
Kilbourne). Fotografía: Leo Tover. Montaje: Doane Harrison. Música:
Robert Emmett Dolan. Dirección Artística: Roland Anderson, Hans
Dreier. Intérpretes: Ginger Rogers, Ray Milland, Rita Johnson, Robert
Benchley, Diana Lynn, Edward Fielding, Frankie Thomas. ***
Una chica de doce años (Rogers) despierta en un viaje en
tren la preocupación de un apuesto oficial del ejército
(Milland). También despierta su interés sexual y el de los
chicos en la academia militar en la que está destinado.
No, no es un provocador drama de Tennessee Williams,
sino una chispeante farsa, escrita por el ilustre equipo
Charles Brackett-Billy Wilder, que marcó el debut direc-
torial de Wilder en Hollywood. La chica, por supuesto, no
es menor en absoluto, sino Ginger Rogers disfrazada para
evitar pagar un billete de adulto. Y el punto de partida no
puede ser más divertido. Todo el genio de la comedia
está allí, embutido en varias escenas de sonrisa sin respi-
ro. Luego, El mayor y la menor navega alegremente hasta
su romántica conclusión. Secuencias como la perspectiva
de los cadetes volviéndose para contemplar la entrada de
Ginger en el comedor, o la famosa escena de la “línea
Maginot”, en realidad un retorcido juego de otro lujurio-
so cadete para abrazar y besar a la joven, no hacen sino
reforzar el considerable impacto cómico que la presencia
de una chica provoca entre los adolescentes. Milland está
excelente en una exitosa invasión del territorio de Cary
Grant. La película, sin embargo, pertenece a Rogers, que
ofrece un bello trabajo de provocación sexual y recatada
inocencia. Parecía haber heredado el talento de Mary
Pickford para interpretar a niñas sin resultar demasiado
ridícula o coqueta, y es difícil imaginar a otra actriz en el
papel. Es la “Lolita” de los años cuarenta, e igual de sexy.
El actor de carácter Robert Benchley ofrece su respaldo,
y la madre en la vida real de Rogers, Lela, interpreta a su
progenitora en la ficción. A la vista de los resultados, no
es descabellado afirmar que Wilder fue un gran, grandísi-
mo director desde el principio, y que Ginger tendría su
lugar en el panteón aunque nunca hubiese oído hablar de
Fred Astaire. ■ J.T.
ME CASÉ CON UNA BRUJA
(I Married a Witch), Paramount, EE.UU., 1942, 82 min.
Productor: Preston Sturges. Director: Rene Claire. Guión: Robert Pirosh,
Marc Connelly, Dalton Trumbo (basado en la novela “The Passionate
Witch” de Thorne Smith y Norman Matson). Fotografía: Ted Tetzlaff.
Montaje: Eda Warren. Música: Roy Webb. Dirección Artística: Hans
Dreier, Ernst Fegte. Efectos: Gordon Jennings. Vesttuario: Edith Head.
Intérpretes: Frederic March, Veronica Lake, Robert Benchley, Susan
Hayward, Cecil Kellaway, Elizabeth Patterson, Robert Warwick, Eily Mal-
yon, Nora Cecil, Emory Parnell. ****
El director francés René Clair había iniciado, como otros
colegas suyos –Renoir, Duvivier–, su obligado periplo por
● ●
●
el cine americano debido a la invasión nazi de su país. Su
segunda película en Hollywood fue esta comedia de ama-
bles brujerías, basada en un relato de Thorne Smith y
Norman Matson, en la que la maldición de una hechicera
en el Salem de finales del siglo XVII desarrolla su diverti-
da influencia sobre el candidato a gobernador del estado
en pleno siglo XX. Los sentimientos amorosos se impo-
nen a la diferencia y el filme resulta una ingeniosa apues-
ta contra la intransigencia, una fábula llena de toques de
humor sutil aunque efectivo. A la creación de una atmós-
fera fantástica colabora la fotografía de Ted Tetzlaff. Fue
la definitiva emergencia de Veronica Lake, la imagen pre-
ferida de los soldados americanos en la Segunda Guerra
Mundial. ■ M.Q.
ME DEBES UN MUERTO
España, 1971, 100 min.
Productor: Arturo González. Director: José Luis Sáenz de Heredia.
Guión: José Luis Sáenz de Heredia. Fotografía: Emilio Foriscot. Montaje:
José Antonio Rojo. Diseño de producción: Antonio Belizón. Intérpretes:
Licia Calderón, Roberto Camardiel, Fabián Conde, Beni Deus, Manolo
Escobar, Concha Velasco. *
Una de las últimas películas del director José Luis Sáenz
de Heredia, en la que ya nada queda del excelente oficio
que antaño había puesto en su cine. Aquí se limita a con-
feccionar un juguete cómico musical al servicio de dos
estrellas de entonces tan populares como Manolo Esco-
bar y Concha Velasco, añadiendo unas gotas de intriga a
la trama que a más de uno le recordará a la de Extraños
en un tren, de Alfred Hitchcock. ■ J.B.C.
MEDIANOCHE
(Midnight), Paramount, EE.UU., 1939, 94 min.
Productor: Arthur Hornblow, Jr. Director: Mitchell Leisen. Guión: Char-
les Brackett, Billy Wilder (basado en una historia de Edwin Justus Mayer
y Franz Shulz). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Doane Harrison. Músi-
ca: Frederick Hollander. Dirección Artística: Hans Dreier, Robert Usher.
Vestuario: Irene. Intérpretes: Claudette Colbert, Don Ameche, John
Barrymore, Francis Lederer, Mary Astor, Elaine Barrie, Hedda Hopper,
Rex O’Malley, Monty Woolley, Armand Kaliz. *****
Escrita por el incomparable equipo de Charles Brackett y
Billy Wilder, protagonizada por Claudette Colbert, Don
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● ●
Ameche y John Barrymore (en uno de sus mejores últi-
mos papeles), esta encantadora comedia está en la cima
del género con Ninotchka, otro clásico del mágico dúo de
guionistas. Añádase a Mary Astor y Francis Lederer, Hed-
da Hopper en una aparición especial y la experta direc-
ción de Mitchell Leisen, y el resultado es una de las más
estilizadas y perdurables comedias románticas de la épo-
ca. Medianoche gira en torno a una cazafortunas ameri-
cana (Colbert) que llega sin un centavo a París a media-
noche, eso sí, embutida en un vestido de noche de lamé
dorado. Después de llamar la atención de un apasionado
taxista húngaro (Ameche) –cuya consciencia de la lucha
de clases parece tanto más meritoria por cuanto se trata
de un verdadero aristócrata ruso–, la cenicienta de la his-
toria se hace pasar por una acaudalada baronesa, contra-
tada por un millonario (Barrymore) para que seduzca al
amante (Lederer) de su errante esposa (Astor). Este re-
greso al “París de la Paramount”, tan visitado por las co-
medias costumbristas de comienzos del cine sonoro, con-
vierte la capital francesa en terreno abonado para la
screwball, pues la clase acomodada juguetea en frivolida-
des y flirteos, mientras los intrusos tratan de ocupar el
lugar central en una glamurosa fiesta. Colbert nunca es-
tuvo mejor; lo mismo que el resto del reparto. La nota
nostálgica la pone Barrymore. Todo, absolutamente todo,
es perfecto en esta película deliciosa: el malicioso guión
de Brackett y Wilder, la dirección de Leisen, los lujosos
decorados y el magistral trabajo de los actores, con un
Barrymore absolutamente genial en su última contribu-
ción al ciclo que él ayudó a iniciar, improvisando y/o
robando escenas como el taimado caballero que organi-
za la excursión de la chica a la crema de la sociedad con-
tinental, y después saborea los deliciosamente anárqui-
cos resultados. Sofisticada, hilarante y extremadamente
ingeniosa, Medianoche merece sin reservas el calificativo
de sublime. ■ J.T.
MÉDICO DE LA MUTUA, EL
(Il medico della mutua), Euro International Film, Italia, 1968, 98 min.
Productor: Bruno Turchetto. Director: Luigi Zampa. Guión: Sergio Ami-
dei, Alberto Sordi, Luigi Zampa (basado en el relato de mismo título de
Giuseppe d’ Agata). Fotografía: Ennio Guarnieri. Montaje: Eraldo da
Roma, Marcella Benvenuti. Música: Piero Piccioni. Dirección Artística:
Franco Velchi. Intérpretes: Alberto Sordi, Bice Valori, Sara Franchetti,
Nanda Primavera. ****
Uno de los mayores éxitos de Alberto Sordi, que incluso
daría origen a una segunda parte. Él es el doctor Guido
Tersilli, quien, deseoso de ganar dinero y de trepar hasta
los primeros puestos de la pirámide del hospital, no duda
en seducir a la viuda de un antiguo colega con el único
objeto de ocupar su plaza y coger a sus más de 2.000
pacientes. Sin embargo, una vez logrado su propósito, se
casa con una joven millonaria, por lo que su capital
aumenta considerablemente. A la vez, su nueva vida le
agobia y no tiene tiempo para atender a todos los enfer-
mos, lo que le provoca un colapso que está a punto de
llevarle al otro barrio. Se da cuenta, entonces, que, al
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Médico y el curandero, El | 303
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igual que hizo él, hay muchos de sus compañeros que
esperan que fallezca para heredar sus pacientes. Así, el
doctor Tersilli verá la vida desde otro prisma y atenderá
consultas sólo por teléfono. Una exacerbada crítica, no
sólo al colapsado sistema sanitario italiano, sino a los
médicos, más hipócritas que hipocráticos. ■ L.M.C.
MÉDICO EN LA FAMILIA, UN
(Doctor in the House), General F./Rank, Reino Unido, 1954, 92 min.
Productor: Betty E. Box. Director: Ralph Thomas. Guión: Richard Gor-
don, Ronald Wilkinson, Nicholas Phipps (basado en la novela de Richard
Gordon). Fotografía: Ernest Steward. Montaje: Gerald Thomas. Música:
Bruce Montgomery. Dirección Artística: Carmen Dillon. Vestuario:
Yvonne Caffin. Inttérpretes: Dirk Bogarde, Muriel Pavlow, Kenneth More,
Donald Sinden, Kay Kendall, James Robertson Justice, Donald Houston,
Suzanne Cloutier, Geoffrey Keen, George Coulouris, Jean Taylor Smith,
Nicholas Phipps. ***
Producida por Betty Box, dirigida por Ralph Thomas y
adaptada por Ronald Wilkins, Nicholas Phipps y Richard
Gordon sobre el best seller de este último, Un médico en
la familia lanzó la popular serie de St. Swithin y convirtió
en ídolo juvenil a Dirk Bogarde. Siguiendo a una clase de
estudiantes durante su adiestramiento, la película se
recrea en el lado oscuro del humor de hospital, de mane-
ra que las desventuras médicas proporcionan mucho más
entretenimiento que los interludios románticos. Kenneth
More, Donald Sinden y Donald Houston están en plena
forma como los inútiles que repiten curso, mientras Bo-
garde derrocha carisma y relajado encanto cómico. Pero
quien roba la función es James Robertson Justice como
el dictatorial Sir Lancelot Spratt. La saga produjo cinco
películas más hasta 1970 (Un médico fenómeno, Doctor in
Love, Los problemas del doctor, Doctor in Clover, Doctor
in Trouble) y una sitcom televisiva, pero Un médico en la
familia es ciertamente la mejor del conjunto. ■ J.D.D.
MÉDICO Y EL CURANDERO, EL
(Il medico e lo stregone), Royal Film/Francinex, Italia-Francia, 1957,
98 min.
Productor: Guido Giambartolomei. Director: Mario Monicelli. Guión:
Agerone Incrocci, Furio Scarpelli. Fotografía: Luciano Trasatti. Montaje:
Otelo Colangeli. Música: Nino Rota. Dirección Artística: Piero Gherardi.
Intérpretes: Marcello Mastroianni, Vittorio de Sica, Marisa Merlín, Lore-
lla de Luca. ***
Sátira sobre las costumbres sociales de un pequeño pue-
blo, impregnadas del mejor humor cínico de dos de los
grandes guionistas del cine italiano, una especie de tras-
lación de lo que en España sería Rafael Azcona: los fir-
mantes como Age y Scarpelli. En esta ocasión se trata del
desigual duelo entre un médico rural que acaba de ate-
rrizar en un atrasado pueblo de la montaña italiana (Mas-
troianni, realmente brillante) y un curandero que lleva
años imponiendo sus sabios mejunjes a la población (un
no menos inspirado Vittorio de Sica). Todas las bromas
vendrán cuando chocan ambos modos de entender la
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304| Mediterráneo
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medicina –podíamos llamarlo ortodoxo y heterodoxo–,

aunque, como solía suceder con la comedia italiana en
esa época, al final el argumento adquiere un tono más
bien melodramático cuando la hija del curandero enfer-
ma y éste no encuentra otro remedio que acudir a la
medicina convencional, aún en contra de sus principios.
En un breve papel aparece Alberto Sordi. ■ L.M.C.

MEDITERRÁNEO
(Mediterraneo), Italia, 1991, 90 min.

Productor: Silvio Berlusconi, Mario Cecchi Gori, Vittorio Cecchi Gori,

Gianni Minervini. Director: Gabriele Salvatores. Guión: Enzo Monteleo-
ne. Fotografía: Italo Petriccione. Montaje: Nino Baragli. Intérpretes:
Diego Abatantuono, Claudio Bigagli, Giuseppe Cederna, Claudio Bisio,
Gigio Alberti, Ugo Conti, Memo Dini, Antonio Catania, Irene Grazioli,
Vanna Barba, Luigi Montini. ****

Muchas de las ganadoras del Oscar a la Mejor Película de

Habla No Inglesa (El asalto o El festín de Babette) coinci-
den en no ser las más brillantes de su cosecha, pero sí en
tener una brizna de sensibilidad, una honda preocupa-
ción por los personajes de carne verosímil y hueso coti-
diano. Películas exentas de héroes y de épica, como
Mediterráneo, Oscar de 1991, una comedia sencilla cuyo
tono apagado (el tono, ojo, no las imágenes, de una lumi-
nosidad destelleante) es a la postre el más adecuado
para dar cuenta de las andanzas de unos italianos en una
isla griega en tiempos de guerra, pero sin guerra. Su
rasgo más atrayente es el aromático: Salvatores transmi-
te con convicción el perfume lugareño, de modo que a
uno no le molestaría perderse entre el rebaño de esa
bella pastorcita dejada al destino de las rocas por algún
padre patrón griego. ■ J.B.C.
ME ENAMORÉ DE UNA BRUJA
(Bell, Book And Candle), Phoenix/Columbia, EE.UU., 1958, 106 min.
Productor: Julian Blaustein. Director: Richard Quine. Guión: Daniel
Taradash (basado en la obra de John van Truten). Fotografía: James Wong
Howe. Montaje: Charles Nelson. Música: George Duning. Dirección
Artística: Cary Odell. Intérpretes: James Stewart, Kim Novak, Jack Lem-
mon, Ernie Kovacs, Hermione Gingold, Elsa Lanchester. ****
Una hermosa bruja, con la complicidad de su hermano y
su tía, urde un plan para atraer a un tipo que estaba a
punto de contraer matrimonio. La verdad es que a esa
mujer, para conquistar corazones, no le hace falta magia
potagia alguna: ella es Kim Novak, ni más ni menos, en el
cénit de su belleza. Pero el guión así lo requiere. Un guión
espléndido de Daniel Taradash basado en la obra de John
van Truten (con un antecedente notable en el cine, Me
casé con una bruja, de René Clair, interpretado por Fre-
dric March y Veronica Lake, e inspirador de la memorable
serie televisiva Embrujada) que hoy es modelo perfecto
de escritura cinematográfica. Miel sobre hojuelas la pues-
ta en escena es de Richard Quine, un maestro de la come-
dia de la quinta de Blake Edwards pero sin su suerte
comercial y con un trágico final: el suicidio. Magnífica e
intencionada fotografía de James Wong Howe. Y reparto
superior: James Stewart, Jack Lemmon, Ernie Kovacs,
Elsa Lanchester... pero, ante todo y ante todos, Kim: «Su
aparición es siempre contraria a toda impavidez», en
palabras de Cabrera Infante. ■ J.B.C.
ME GUSTAN LOS LÍOS
(I Love Trouble), EE.UU., 1994, 123 min.
Productor: Nancy Meyers. Director: Charles Shyer. Guión: Nancy
Meyers, Charles Shyer. Fotografía: John Lindley. Montaje: Adam Bernar-
di, Paul Hirsch, Walter Murch. Música: David Newman. Diseño de pro-
ducción: Dean Tavoularis. Intérpretess: Nick Nolte, Julia Roberts, Saul
Rubinek, James Rebhorn, Robert Loggia, Kelly Rutherford, Olympia
Dukakis. **
Escrita por el matrimonio Charles Shyer-Nancy Meyers
(recordemos su chispeante comedia, subnormalmente
titulada entre nosotros Baby, tú vales mucho, con Diane
Keaton), Me gustan los líos pretende nada menos que
convertir a Nick Nolte y a Julia Roberts en una versión
actualizada de Spencer Tracy y Katharine Hepburn.
En La mujer del año, Hepburn era una columnista ads-
crita a la sección de Internacional, y Spencer Tracy, cro-
nista deportivo en el mismo diario. Ambos mantenían un
duro enfrentamiento, pero pasaban por la vicaría. Des-
pués, ninguno quería renunciar a su carrera periodística y
el varón abandonaba el hogar conyugal para entregarse
a la bebida.
Sin embargo, los también cónyuges Charles Shyer y
Nancy Meyers pretenden ir más lejos que aquella memo-
rable comedia de George Stevens. No se limitan a ilustrar

● ● ●

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una película basada en el esquema de la lucha de sexos:
quieren derivar la acción hacia un cine de suspense, cla-
ramente inspirado en Hitchcock. De este modo, si el
McGuffin hitchcockiano de Encadenados era el uranio, en
Me gustan los líos se trata de una hormona destinada a
revolucionar la producción láctea y cuya posesión va
dejando tras de sí una estela de cadáveres.
La temeridad de ampararse en la sombra de Hitchcock
y no quedar sepultado en el más absoluto ridículo sólo
estuvo al alcance de un director tan inteligente como
Stanley Donen. El calígrafo Charles Shyer se limita a una
dirección funcional, donde los clichés sobre el periodismo
y algunas situaciones moderadamente divertidas, pero ya
muy vistas, alargan en exceso una película sustentada en
el juego interpretativo del siempre resultón Nick Nolte y
de una Julia Roberts simpática y de labios cada vez más
rellenos de silicona. ■ LL.B.M.
ME HACE FALTA UN BIGOTE
M-2 Films/Bermúdez de Castro PC, España, 1986, 90 min.
Director: Manuel Summers. Guión: Manuel Summers. Fotografía: Tote
Trenas. Música: Carlos Vizzielo, David Summers. Intérpretes: Jacobo
Echeverría, Paloma San Millán, Gregorio García Morcillo, Manuel Sum-
mers, Pedro Livera, Beatriz Martínez. ***
La película más interesante de la etapa final de Summers
(compuesta de parodias gordas, como La Biblia en pasta,
La Biblia en verso o la televisiva Cine por un tubo, y de
vehículos al servicio de los Hombres G: Sufre mamón y
Suéltate el pelo) echa el lazo a uno de los dos episodios
de su ópera prima, Del rosa al amarillo, y nos cuenta otra
candorosa historia de amor infantil entre una niña de doce
años (que se pirra por Jorge Negrete) y uno de diez (que
se pinta un bigote para parecer más sietemachos). Lo sin-
gular del caso es que ese niño es nada menos que la con-
trafigura del propio Summers, quien desde el presente
evoca ese embellecido pretérito de imágenes en blanco y
negro y tono documental. Se le podrá reprochar un abul-
tado ego al autor, pero nadie podrá negarle la sensibilidad
y el pudor que impregnan esta crónica nostálgica. ■ J.B.C.
MEJOR DEFENSA, EL ATAQUE, LA
(Best Defense), EE.UU., 1984, 94 min.
Director: Willard Huyck. Guión: Gloria Katz, Willard Huyck (basado en la
novela “Easy and Hard Ways Out”, de Robert Grossbach). Fotografía:
Donald Peterman. Música: Patrick Williams. Dirección Artística: Bo
Welch. Intérpretes: Dudley Moore, Eddie Murphy, Kate Capshaw, Geor-
ge Dzundza, Helen Shaver, Mark Arnott. *
Planteado como una reunión humorística en la cumbre,
ya que conseguía juntar a dos cómicos de moda, Dudley
Moore y Eddie Murphy, un filme que fracasó sonoramen-
te, al menos en Europa. Moore es un ingeniero electróni-
co que presuntamente inventa un nuevo tipo de arma
estratégica, y Murphy el encargado de efectuar los pri-
meros ensayos, con resultados previsiblemente destruc-
tores. A evitar. ■ LL.B.M.
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Melinda y Melinda | 305
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MEJOR DÍA DE MI VIDA, EL
(Le plus beau jour de ma vie), Francia, 2004, 104 min.
Productor: Manuel Munz. Director: Julie Lipinski. Guión: Julie Lipinski,
Laurent Tirard. Fotografía: Christophe Paturange. Montaje: Valérie
Deseine. Música: Thibault Chenaille, Antoine Vidal. Intérpretes: Hélène
de Fougerolles, Jonathan Zaccaï, François Berléand, Marisa Berenson,
Michel Duchaussoy, Eva Darlan, Alexandre Brasseur. *
Llevan años viviendo juntos. Hasta que ella dice basta:
quiere casarse. Él dice que ni hablar del peluquín. Luego
cede, porque la ama. Empiezan los preparativos de la
boda, que quiere ser diferente y celebrarse en una playa
paradisiaca (en esto estamos cuando salen, no pregunten
por qué, unos dibujitos animados que parecen anunciar
una agencia de viajes). Y ahí es cuando entran los padres.
Los de él, belgas y muy ricos. Los de ella, divorciados. Y
los amigos y amigas de la pareja. Y el traje de novia. Y una
accidentada despedida de soltero. Y... ¿Y dónde está San-
dra Bullock? Pues disfrazada de Hélène de Fougerolles,
de la misma manera que Jonathan Zaccaï se disfraza de
Hugh Grant. Ver El mejor día de mi vida y de inmediato
recordar El padre de la novia, de Vincente Minnelli, es una
contundente invitación a abandonar para siempre la gran
pantalla y refugiarse en la pequeña, como un búnker, con
nuestros clásicos a mano. ■ J.B.C.
MEJOR... IMPOSIBLE
(As Good as It Gets), Gracie/TriStar, EE.UU., 1997, 138 min.
Productor: James L. Brooks, Bridget Johnson, Kristi Zea. Director: James
L. Brooks. Guión: Mark Andrus, James L. Brooks. Fotografía: John Bailey.
Montaje: Richard Marks. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística: Bill
Brzeski. Intérpretes: Jack Nicholson, Helen Hunt, Greg Kinnear, Cuba
Gooding, Jr., Skeet Ulrich, Shirley Knight. **
En los Oscar, Titanic arrasó con once estatuillas el año en
que esta película se lucía en la interpretación: Nicholson
se llevó su tercer Oscar por su sobreactuada composición
de ogro reciclado en buen samaritano, y Hunt otro por su
apreciable papel de camarera, pero al secundario Kinne-
ar, el impecable vecino gay, se lo robó Robin Williams por
El indomable Will Hunting. ■ J.B.C.
MELINDA Y MELINDA
(Melinda and Melinda), EE.UU., 2004, 100 min.
Productor: Letty Aronson. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: Vilmos Zsigmond. Montaje: Alisa Lepselter. Dirección Artís-
tica: Tom Warren. Diseño de producción: Santo Loquasto. Intérpretes:
Wallace Shawn, Neil Pepe, Stephanie Roth Haberle, Larry Pine, Radha
Mitchell, Michael J. Farina, Johnny Lee Miller, Chloë Sevigny. ****
Melinda y Melinda arranca como muchas de las películas
de Woody Allen. Una reunión de amigos artistas en cual-
quier pub neoyorquino. Dos de ellos son dramaturgos,
abismalmente separados en lo creativo: uno ve la vida en
clave de comedia; el otro, en clave trágica.
El cineasta se camufla bajo el físico excéntrico de
Wallace Shawn, su actor fetiche, que encarna al escritor
●
306| Melvin and Howard
● ●
de comedias: «Dejadme contar una historia y me diréis si
es material para una comedia o un drama». Por eso, en la
nueva película de Allen hay dos Melindas –aunque una
sola actriz: la espléndida Radha Mitchell– y dos historias
con las que el cineasta ofrece una tesis que –viendo sus
películas– ya sabíamos: la comedia perfila mejor el drama
de la vida.
Inminente septuagenario, Allen se expresa a través de
diálogos como éste: «La vida es duradera... si tus espe-
ranzas son modestas». La primera Melinda («No es un
guiño shakesperiano, era un nombre fácil de teclear y yo
siempre utilizo nombres cortos y fáciles de teclear»,
manifestó Allen en una concurridísima rueda de prensa,
donde se le recibió y despidió, en San Sebastián, con
entusiastas aplausos) desembarca en el apartamento
neoyorquino de una antigua amiga de la escuela cuyo
marido, un joven actor, aguarda el papel que le encumbre
en Broadway.
La segunda Melinda aterriza en el hogar de otra amiga,
casada con otro actor (Will Ferrell, aquí álter ego de
Woody, demasiado mayor para interpretar personalmen-
te el personaje). Ella trabaja como ayudante de dirección
y quiere engatusar a un millonario para que le financie su
película titulada... Sonata de la castración.
Película aparentemente menor (Allen parece estar
contando lo mismo de siempre, pero lo cuenta con mano
maestra), en Melinda y Melinda hay cambios de pareja,
seres vulnerables, egos inabarcables y personajes insegu-
ros, algunos gags desternillantes y una doble mención a
Barcelona, ciudad a la que una de las dos Melindas y un
compositor afroamericano quieren irse a vivir.
Sencillamente magistral en la aparente sencillez de
una puesta en escena más compleja de lo que parece,
Melinda y Melinda se revela poco a poco como una obra
mayor en la filmografía del autor neoyorquino. Por su
talento y porque los momentos de humor –he aquí otro
precioso diálogo– existen en... un entorno general trági-
co. Es la película de un maestro. ■ LL.B.M.
MELVIN AND HOWARD
Universal, EE.UU., 1980, 93 min.
Productor: Art Linson, Don Phillips. Director: Jonathan Demme. Guión:
Bo Goldman. Fotografía: Tak Fujimoto. Montaje: Craig McKay. Música:
Bruce Langhorne. Dirección Artística: Richard Sawyer. Intérpretes:
Jason Robards, Jr., Paul LeMat, Elizabeth Cheshire, Mary Steenburgen,
Chip Taylor, Melvin E. Dummar, Michael J. Pollard, Denise Galik, Gloria
Grahame, Pamela Redd. ***
Jonathan Demme, nacido del patriarcado milagroso de
Roger Corman y fiel exponente del cine de serie B de ca-
lidad, consiguió enorme reputación con Melvin and Ho-
ward, cinta que alcanzó en su momento (1981) dos Oscar,
uno al Mejor Guión, de Bo Goldman, otro para su Actriz
Secundaria, Mary Steenburgen, excelente actriz que tra-
bajó después con Forman y Allen.
Melvin and Howard es una comedia social que postula
la posibilidad de un Howard Hughes agradecido, en tér-
minos de herencia, con un joven que años atrás le ayuda-
● ●
●
ra en la carretera en un momento grave. Los buenos acto-
res Jason Robards, Paul LeMat, Dabney Coleman, Pame-
la Reed y Michael J. Pollard, junto a alguna otra gloria del
cine, como Gloria Grahame, constituyen atractivos in-
cuestionables de esta prometedora película. ■ J.B.C.
MEMORIA DE LOS PECES, LA
(Golsfish Memory), Irlanda, 2003, 85 min.
Productor: Breda Walsh. Director: Elizabeth Gill. Guión: Elizabeth Gill.
Fotografía: Ken Byrne. Montaje: Dermot Diskin. Música: Richie Buckley.
Intérpretes: Sean Campion, Flora Montgomery, Tony Brown, Jean Butler,
Peter Gaynor, Fiona Glascott, Stuart Graham, Demien McAdam. **
El título de la película es una metáfora: viene a decirnos
que todos los peces, y no sólo la delirante Dory de Bus-
cando a Nemo, tienen una memoria limitada a tres segun-
dos, y establece un vínculo con su fauna protagonista,
que tropieza una y otra vez en los mismos errores en el
departamento del amor. El problema es que el especta-
dor, escamado sin tener escamas, tiene memoria de ele-
fante y recuerda haber visto mil veces la comedia coral
de Elizabeth Gill: una miscelánea sentimental saturada de
clichés. En fin, otra de encuentros y desencuentros y con-
fusión amorosa. De ser lenguados, no se descarta que
pasáramos un buen rato. ■ J.B.C.
MEMORIAS DE UN HOMBRE
INVISIBLE
(Memoirs of an Invisible Man), EE.UU., 1992, 99 min.
Productor: Bruce Bodner, Dan Kolsrud. Director: John Carpenter. Guión:
Robert Collector, Dana Olsen, William Goldman. Fotografía: William A.
Fraker. Montaje: Marion Rothman. Música: Shirley Walker. Dirección
Artística: Bruce Crone. Intérpretes: Chevy Chase, Daryl Hannah, Sam
Neill, Michael McKean, Stephen Tobolowsky, Jim Norton, Pat Skipper,
Paul Perry, Richard Epcar, Steven Barr, Gregory Paul Martin, Patricia Hea-
ton, Barry Kivel, Donald Li, Rosalind Chao. ***
Un analista financiero sufre un accidente en un laborato-
rio que le convierte en invisible. Desde ese momento será
perseguido por la CIA, que quiere convertirlo en uno de
sus espías. Esta película es una mezcla de comedia fan-
tástica y thriller que puede disfrutarse, a pesar de no des-
tacar demasiado. ■ G.Q.
MÉNAGE ALL´ ITALIANA
Dino de Laurentiis, Italia, 1965, 95 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Franco Indovina. Guión: Rodol-
fo Sonego, Franco Indovina. Fotografía: Otello Martelli. Montaje: Alber-
to Galliti. Música: Ennio Morricone. Dirección Artística: Pasquale Roma-
no. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Anna Moffo, Monica Silwes, Dalida.
****
La ingente cantidad de material femenino de primer or-
den que aparece en sus imágenes fue una de las razones
por las cuales el film no se estrenó en España. Y es que,
entre sugerentes chicas vestidas y desvestidas, podemos
●

● ●
encontrar a Anna Moffo, Dalila, Romina Power, Monica Sil-
wes, Tatiana Pavolova y Maria Gracia Bucella. Todas ellas
al servicio de Ugo Tognazzi, irrefrenable conquistador
que, decidido a enamorarse de todas las mujeres que en-
cuentra a su paso, también tiene la ocurrencia de ir ca-
sándose con todas ellas. Así hasta llegar a una situación
límite donde, para librarse de todas ellas, decide que lo
mejor es desaparecer fingiendo su muerte. A pesar de re-
sultar mucho más ligera en planteamiento que otras co-
medias de la época, destaca su buen ritmo narrativo, los
ocurrentes enredos en que se ve envuelto Tognazzi para
seguir su denodado afán por el matrimonio y, principal-
mente, una obra maestra musical de Morricone con algu-
nos temas inolvidables. ■ L.M.C.
MENDIGO ORIGINAL
(Merrily We Live), Favorite/M-G-M, EE.UU., 1938, 90 min.
Productor: Milton H. Bren. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Eddie
Moran, Jack Jevne. Fotografía: Norbert Brodine. Montaje: William Terhu-
ne. Música: Marvin Hatley. Dirección Artística: Charles D. Hall. Intérpre-
tes:: Constance Bennett, Brian Aherne, Billie Burke, Alan Mowbray, Patsy
Kelly, Ann Dvorak. ***
Esta deliciosa screwball comedy sería más conocida si su
argumento no fuese tan similar al de Al servicio de las
damas, rodada sólo dos años antes. En aquella película
vemos cómo una adinerada familia rica contrata como
mayordomo a un culto mendigo que doma a la hija mima-
da, mientras en ésta la familia rica (encabezada por Billie
Burke) emplea como chófer a un educado mendigo (Ahe-
rne) que amansa a la hija mimada (Bennett). Concebida
como un vehículo a medida para los nuevos y refinados
talentos cómicos de Constance Bennett, cuya carrera a
comienzos de los años treinta –preferentemente en melo-
dramas de la RKO– la había convertido en la actriz mejor
pagada de Hollywood, Mendigo original invita de nuevo al
público al espectáculo de los ricos cediendo a sus capri-
chos más infantiles y desafiando las convenciones sociales
con regocijo. El sirviente de incógnito que endereza las
cosas y se lleva a la hija mimada puede ser un chófer en vez
de un mayordomo y un escritor en vez de un especulador
financiero, pero la influencia de Al servicio de las damas es
evidente y obviamente intencionada. El ritmo es un poco
lento, pero el trabajo de los actores es intachable. ■ J.T.
MEN IN BLACK:
HOMBRES DE NEGRO
(Men in Black), EE.UU., 1997, 98 min.
Productor: Laurie MacDonald, Walter F. Parkes. Director: Barry Sonnen-
feld. Guión: Ed Solomon (basado en el cómic de Lowell Cunningham).
Fotografía: Donald Peterman. Montaje: Jim Miller. Música: Danny Elf-
man. Dirección Artística: Tom Duffield. Intérpretes: Tommy Lee Jones,
Will Smith, Linda Fiorentino, Vincent D’Onofrio, Rip Torn, Tony Shal-
houb, Siobhan Fallon, Mike Nussbaum, Jon Gries. ***
Variante en clave de ciencia ficción de las llamadas buddy
movies, con algunos momentos muy divertidos y unos
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Mentirosa, La | 307
●
impresionantes efectos especiales. Steven Spielberg
–citado en la película como uno de los alienígenas ocul-
tos– participó como productor ejecutivo. Sonnenfeld,
encargado también de la secuela, empezó su carrera
como director de fotografía en los primeros filmes de los
hermanos Coen. ■ G.Q.
MEN IN BLACK II:
HOMBRES DE NEGRO II
(Men in Black II), EE.UU., 2002, 88 min.
Productor: Laurie MacDonald, Walter F. Parkes. Director: Barry Sonnen-
feld. Guión: Robert Gordon, Barry Fanaro (basado en el cómic de Lowell
Cunningham). Fotografía: Greg Gardiner. Montaje: Richard Pearson, Ste-
ven Weisberg. Música: Danny Elfman. Dirección Artística: Alec Ham-
mond, Sean Haworth, Thomas P. Wilkins. Intérpretess: Tommy Lee Jones,
Will Smith, Rip Torn, Lara Flynn Boyle, Johnny Knoxville, Rosario Daw-
son, Tony Shalhoub, Patrick Warburton, Jack Kehler. **
Secuela del exitazo precedente, realizada con práctica-
mente el mismo equipo técnico y artístico. Así pues, vol-
vemos a tener a Will Smith y a Tommy Lee Jones a la caza
de extraterrestres invasores (cada cual más pintoresco),
pero con la diferencia de que el segundo se pasa buena
parte de la peli con cara de pasmado. Los efectos espe-
ciales siguen resultando impresionantes, pero el factor
sorpresa ha sido ya eliminado. ■ G.Q.
MENTIROSA, LA
(La bugiarda), Ultra Film/Consortium Pathé/Tecisa Film, Italia-
Francia-España, 1964, 104 min.
Director: Luigi Comencini. Guión: Marcello Fondato (basado en la obra
teatral de Diego Fabbri). Fotografía: Armando Nannuzzi. Montaje: Nino
Baragli, Alfonso Santacaña. Música: Benedetto Ghiglia. Dirección Artís-
tica: Luigi Scaccianoce, Francesco Bronzi. Intérpretes: Catherine Spaak,
Enrico Maria Salerno, Marc Michel, Manuel Miranda, Riccardo Cucciolla,
José Calvo, Nando Angelini, Mara Fernández, Janine Reynaud, Daina
Saronni, Grazia Martini, Giuseppe Ranieri. **
Comedia ligera en la que María (una deslumbrante Cathe-
rine Spaak) es una mentirosa patológica, acostumbrada a
tal condición, que hace creer a tres hombres (un conde,
un dentista y un estudiante) que es una azafata y que por
eso no puede quedar con ellos todo el tiempo que ellos
desean. Sin embargo, se produce un accidente aéreo en
el que no hay supervivientes y donde se supone que iba
ella, por lo que su coartada queda destruida ante los tres
hombres. Sin embargo, acostumbrada a las mentiras, no
le costará demasiado inventarse otras nuevas. Concebida
con el tono amable habitual de su director, parece en
ocasiones lastrada por su antecedente teatral, resultando
un buen aunque olvidable divertimento. En su reparto
encontramos nombres españoles como María Fernanda
Ladrón de Guevara y Guadalupe Muñoz Sampedro. Años
después, esto de las mentiras y los accidentes de avión
sirvió para que Sidney Pollack dirigiese el tremebundo
rollo sentimental Caprichos del destino (Ramdon Hearts,
1999). ■ L.M.C.
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308| Me perteneces
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ME PERTENECES
(You Belong to Me), Columbia, EE.UU., 1941, 93 min.
Productor: Wesley Ruggles. Director: Wesley Ruggles. Guión: Claude
Binyon. Fotografía: Joseph Walker. Montaje: Viola Lawrence. Música: Fre-
derick Hollander. Intérpretes: Barbara Stanwyck, Henry Fonda, Edgar
Buchanan, Roger Clark, Ruth Donnelly, Melville Cooper. **
La forma más sencilla de imitar un éxito es reunir a sus
estrellas, así que Henry Fonda volvió a ser emparejado
con Barbara Stanwyck en un inteligente movimiento
comercial de la Columbia para recuperar la magia de Las
tres noches de Eva, pero tristemente no fue Preston Stur-
ges quien les unió esta vez. En su lugar fue Wesley Rug-
gles quien dirigió la divertida –aunque no muy brillante–
Me perteneces, una farsa sobre un playboy millonario que
se casa con una doctora de éxito. Las llamadas telefóni-
cas interrumpen su vida doméstica y Henry sufre unos
celos irracionales de los pacientes masculinos de su
esposa, lo cual genera tanto las situaciones humorísticas
como los momentos más sobrios. El auténtico mal está
en ser rico y ocioso (un tema heredado de las comedias
de los treinta), y sólo cuando encuentra un modo de gas-
tar su fortuna se resuelven sus problemas. Como siempre,
Stanwyck y Fonda no defraudaron. El material con que
tuvieron que trabajar no era el más adecuado, pero ellos
lo mejoraron considerablemente. Aun así, el éxito no se
repitió. Me perteneces tiene sus momentos cómicos, pero
en manos de actores menos capaces que Fonda y Stan-
wyck probablemente no hubiese funcionado. ■ J.D.D.
ME SIENTO REJUVENECER
(Monkey Business), EE.UU., 1952, 97 min.
Productor: Sol C. Siegel. Director: Howard Hawks. Guión: Ben Hecht,
Charles Lederer, I.A.L. Diamond (basado en una historia de Harry
Segall). Fotografía: Milton R. Krasner. Montaje: William B. Murphy. Músi-
ca: Leigh Harline. Dirección Artística: George Patrick, Lyle R. Wheeler.
Intérpretes: Cary Grant, Ginger Rogers, Charles Coburn, Marilyn Mon-
roe, Hugh Marlowe, Henri Letondal, Robert Cornthwaite, Larry Keating,
Douglas Spencer. *****
Me siento rejuvenecer es otra de las grandes comedias de
Howard Hawks, el autor de piezas clave del género como
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●
La fiera de mi niña, Luna nueva, Bola de fuego... Contó,
como siempre, con un terceto de guionistas de excep-
ción: Ben Hecht (autor de la obra teatral que había dado
lugar a Luna nueva), Charles Lederer (guionista de la
anterior, pero también de Los caballeros las prefieren
rubias) e I.A.L. Diamond, la media naranja (ante la máqui-
na de escribir) durante tantos años y películas de otro
maestro del género, Billy Wilder. Cary Grant dio una vez
más su gran talla de galán cómico en esta nueva obra
maestra sobre la guerra de sexos, Ginger Rogers dejó de
bailar y no le fue a la zaga y Marilyn Monroe, espléndida
como siempre, demostró, aunque los críticos de su época
nunca llegaron a entenderla, que, además de sex symbol,
era también enorme actriz. ■ J.B.C.
MEXICAN, THE
Dreamworks, EE.UU., 2000, 123 min.
Productor: Lawrence Bender, John Baldecchi. Director: Gore Verbinski.
Guión: J. H. Wyman. Fotografía: Dariusz Wolski. Montaje: Craig Wood.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: Cecilia Montiel. Vestuario:
Colleen Atwood. Intéérpretes: Brad Pitt, Julia Roberts, James Gandolfini,
Bob Balaban, J. K. Simmons. ***
Un personaje de la magnífica El juego de Hollywood, de
Altman, intenta vender por teléfono la idea para una pelí-
cula con unas breves frases definitorias. The Mexican
podría resumirse como «Brad y Julia viajando por México
en busca de una valiosa pistola». La pareja protagonista
es el máximo aliciente, pero el filme se ve con buenos
ojos por su sentido del humor, las localizaciones pinto-
rescas en tabernuchos, carreteras aisladas, poblachos y
fiestas populares, aunque Brad y Julia aparezcan muy po-
co juntos en el mismo plano –¿se llevaron bien?– y el per-
sonaje de mayor interés sea el del asesino a sueldo
(James Gandolfini), que hace gala de buena dosis de
razón y resulta proclive a los sentimientos. Entre el filme
de carretera, el western y el thriller, la narración transcu-
rre en dos segmentos paralelos, con el añadido de flash-
backs en sepia sobre la leyenda de la mítica arma objeto
de codicia. El guión de J. H. Wyman iba para cine inde-
pendiente y se topó con la producción de Dreamworks
de Spielberg. ■ M.Q.
MI ADÚLTERO ESPOSO (‘IN SITU’)
España, 1979, 92 min.
Director: Joaquín Coll Espona. Guión: Joaquín Coll Espona. Fotografía:
Jorge Herrero. Montaje: Teresa Alcocer. Música: José Solá. Intérpretes:
Cassen, Esperanza Roy, Bárbara Rey, Jesús Puente, Francisco Algora,
Mabel Escaño, José Franco. *
Vehículo de segunda mano al servicio de la comicidad
de Casto Sendra Barrufet, alias Cassen, aquí en funcio-
nes de detective tontorrón. Una mujer casada le encarga
que consiga pruebas de la infidelidad de su marido.
Estrenada con varios años de retraso, comedieta que
pasó totalmente desapercibida, como sin duda merecía.
■ LL.B.M.
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MIA SIGNORA, LA
(La mia signora), Dino de Laurentiis, Italia, 1964, 98 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Tinto Brass, Luigi Comencini,
Mauro Bolognini. Guión: Rodolfo Sonego, Alberto Bevilacqua, Goffredo
Parise, Marcello Fondato. Fotografía: Otello Martelli, Bruno Barcarol.
Montaje: Nino Baragli, Sergio Montanari. Música: Armando Trovaioli.
Dirección Artística: Mario Garbuglia. Intérpretes: Silvana Mangano,
Alberto Sordi. ***
Película compuesta por diferentes episodios, siempre con
la pareja Sordi & Mangano de protagonistas, representan-
do diferentes caracteres de las relaciones de pareja. “L´u-
ccellino” nos presenta a un pájaro que, con sus cánticos,
provocará el distanciamiento de un matrimonio; “Eritrea”
consiste en el típico enredo en el que un hombre de
negocios sin muchos escrúpulos decide agasajar a un
político haciéndole creer que ha seducido a su esposa,
cuando en realidad ha contratado a una prostituta para
representar ese rol; “I miei cari” es la historia de un hom-
bre enfermo que no tiene muchos amigos en los que apo-
yarse; “Luciana” nos cuenta el fugaz encuentro de dos
personas en un aeropuerto, y la historia de amor que sur-
ge entre ellos (argumento muy recurrido en la historia del
cine, uno de cuyos últimos ejemplos lo tenemos en la es-
pléndida película francesa Jet Lag [Decalage horaire,
2002], de Danièle Thompson); y, por último, “L´automo-
bile” es la historia de amor entre un hombre y su coche,
aún por encima de su esposa. Sorprende la inclusión de
Tinto Brass en la dirección de los episodios, más que na-
da porque su cine siempre estuvo en otra órbita diferen-
te a la de la comedia italiana clásica. ■ L.M.C.
MI CALLE
Carabela Films, España, 1960, 91 min.
Director: Edgar Neville. Guión: Edgar Neville. Fotografía: José F. Aguayo.
Música: Manuel Parada. Intérpretes: Roberto Camardiel, Pedro Porcel,
Jorge Rigaud, Rafael Alonso, Conchita Montes, Susana Campos, Ana
María Custodio, Antonio Casal, Adolfo Marsillach, Katia Loritz, Lina
Canalejas, María del Puy, Julia Delgado Caro, Agustín González. ***
En 1931, King Vidor adaptó en Street Scene una pieza tea-
tral de Elmer Rice íntegramente desarrollada en las ace-
ras de una calle neoyorquina. Algo similar hizo Edgar
Neville en su obra Mi calle, la crónica de una calle madri-
leña y sus gentes, sus cuitas cotidianas, los viejos pala-
cios, las charcuterías, el costumbrismo madrileño... Sólo
que Neville no se conformó con un breve espacio de
tiempo, sino que contó la historia de su calle a través de
treinta años de su existencia. Coral y deleitosamente pin-
toresca, entre la comedia impresionista y el folletín algo
desmesurado. Mi calle fue el último filme del cineasta,
fallecido siete años más tarde. ■ J.B.C.
MICHAEL
(Michael), EE.UU., 1996, 105 min.
Productor: Sean Daniel, Nora Ephron, James Jacks. Director: Nora Eph-
ron. Guión: Nora Ephron, Delia Ephron, Peter Dexter, Jim Quinlan (basa-
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Mi desconfiada esposa | 309
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do en una historia de Peter Dexter y Jim Quinlan). Fotografía: John Lind-
ley. Montaje: Geraldine Peroni. Dirección Artística: James E. Tocci. Intér-
pretes: John Travolta, Andie MacDowell, William Hurt, Bob Hoskins,
Robert Pastorelli, Jean Stapleton, Teri Garr, Wallace Langham. *
Otra de esas habituales comedias con un ángel que ate-
rriza para arreglar los asuntos del corazón de un grupo de
infelices humanos, un ahuyentable disparate sólo de reci-
bo si le das la vuelta a sus intenciones y te la tomas como
una animalada frecuentada por el delirio involuntario, a lo
que ayuda sobremanera la elección de Travolta para el
papel principal: gracias a una calculada mezcla de ordi-
nariez (su ángel devora con manifiesta vulgaridad cerea-
les con sobredosis de azúcar, fuma con modales de
camionero grasiento, etcétera), irresistible candor (sus
retinas de cielito lindo están muy bien aprovechadas y
encandilan a las chicas terrícolas que es un primor) y
estética kitsch (unas enormes alas pegadas a su espalda
que van perdiendo plumas conforme su misión en la Tie-
rra va consumándose), la composición del hoy famoso
actor sobrepasa los estrechos márgenes de este apólogo
moral sobre la integridad y el amor y consigue elevar el
producto a terrenos colindantes con la simpatía. ■ J.B.C.
MI DESCONFIADA ESPOSA
(Designing Woman), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1957, 117 min.
Productor: Dore Schary. Director: Vincente Minnelli. Guión: George
Wells. Fotografía: John Alton. Montaje: Adrienne Fazan. Música: Andre
Previn. Dirección Artística: Cedric Gibbons. Intérpretes: Gregory Peck,
Lauren Bacall, Dolores Gray, Sam Levene, Mickey Shaughnessy. ****
Minnelli reinó entre los años cincuenta y sesenta, tanto en
el musical como en el melodrama y la comedia, gracias a
suntuosas películas en color realizadas en cinemascope,
un sistema que él –como sucedió con Preminger, Ray o
Fleischer– utilizó con maestría. Una de esas joyas es Mi
desconfiada esposa, una inconfesa versión de La mujer
del año, película de 1942 dirigida por George Stevens e
interpretada por Spencer Tracy y Catharine Hepburn. Allí
asistíamos al enfrentamiento entre dos periodistas: él de
prensa deportiva y ella cronista social. En esta ocasión,
Peck sigue siendo reportero de deportes, pero Bacall en-
carna a una figurinista de modas. En ambos casos, no
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310| Miedo a salir de noche
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obstante, se trata de reflejar la batalla de los sexos. Min-
nelli era un elegantón: Mi desconfiada esposa rezuma so-
fisticación, delicadez y caballerosidad, sin que ello impi-
da poner en la picota hábitos yanquis y costumbres con-
yugales con incisiva fuerza. Memorables composiciones
de Peck –delicioso en la escena en que mariposea bur-
lándose del afeminado coreógrafo–, Bacall y secundarios
que valen su precio en oro, como el descacharrante boxe-
ador sonado que encarna Mickey Shaughnessy. ■ J.B.C.
La historia de tres mujeres, en plena crisis de los cuaren-
ta, que comparten las penas y alegrías de una vida senti-
mental más bien árida, regándolas con abundante alcohol
y poniéndose ciegas de chocolate. La cosa cambia cuan-
do una de ellas se enamora. La película no acaba de fun-
cionar, a pesar del notable esfuerzo de su trío de actrices,
sin duda lo mejor de la función. ■ J.E.

MIEDO A SALIR DE NOCHE

Blau Films/Alfaro Films, España, 1979, 89 min.

Productor: Antonio Martín. Director: Eloy de la Iglesia. Guión: Roberto

Bodegas, José María Palacios, Eloy de la Iglesia. Fotografía: José García
Galisteo. Montaje: Julio Peña. Música: Carmelo Bernaola. Dirección
Artística: Adolfo Cofiño. Intérpretes: José Sacristán, Antonio Ferrandis,
Claudia Gravi, Tina Sáinz. **

Comedia amarga, con muy mala idea sobre los nuevos

tiempos de la democracia, donde se proponía una espe-
cie de estudio sociológico sobre el cambio de costum-
bres de los españoles: de estar contentos y felices pasán-
dolo en grande hasta altas horas de la madrugada, a
tener el miedo a salir de noche al que hace referencia el
título debido a los altos índices de delincuencia que se
estaban produciendo. Rodado con la torpeza habitual de
su director, aunque con un guión repleto de ideas intere-
santes, dividía su acción entre un hombre atemorizado
ante las noticias que lee diariamente en la prensa y que
decide que lo mejor es quedarse encerrado en casa
(Sacristán) y otro amigo que piensa que la vida hay que
disfrutarla plenamente (Ferrandis, en una modélica inter-
pretación). Al final se verá que ni el hogar es tan seguro
ni la calle una jungla. ■ L.M.C.

MI ENEMIGO Y YO MIENTRAS HAY GUERRA

España, 1944, 99 min. HAY ESPERANZA
Director: Ramón Quadreny. Guión: Aureliano Campa, Ramón Qua- (Finche c´é guerra c´é speranza), Rizzoli Film, Italia, 1974, 118 min.

dreny (basado en una historia de Luisa María de Linares). Fotografía:
Emilio Foriscot. Música: José Ruiz de Azagra. Intérpretes: Leonor Fábre-
gras, Fernando Fernán Gómez, Raimunda Gaspar, Jorge Greiner, Josita
Hernán, Luis Prendes. **
La plácida vida de dos hermanas, que viven en un pueblo
de provincias con su tía, se verá alterada con la llegada de
un elegante escritor, del que ambas se enamoran. Una
comedia sencilla, sin otra pretensión que la de divertir,
inspirada en un texto de Luis María Linares y que se deja
hincar el diente por la categoría del reparto. ■ J.B.C.
MIENTRAS HAYA HOMBRES
(Crush), Reino Unido, 2001, 112 min.
Productor: Lee Thomas. Director: John McKay. Guión: John McKay.
Fotografía: Henry Braham. Montaje: Anne Sopel. Música: Kevin Sargent.
Dirección Artística: Amanda MacArthur. Intérpretes: Andie MacDowell,
Imelda Staunton, Anna Chancellor, Kenny Doughty. **
Productor: Carlo Bartolini, Carlo Macchi, Nino Milano. Director: Alberto
Sordi. Guión: Leo Benvenuti, Piero de Bernardi, Alberto Sordi. Fotogra-
fía: Sergio d´Offizzi. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Piero Pic-
cioni. Dirección Artística: Bruna Parmesan. Intérpretess: Alberto Sordi,
Silvia Monti, Alessandro Cutolo, Edy Fajeta. ****
Comedia de concienciación social, aunque envuelta en un
halo de soterrado humor negro muy al gusto de su direc-
tor, un Alberto Sordi que controla con solvencia una na-
rración que, a poco que se apure mucho, puede írsele fá-
cilmente de las manos. Él es un simple representante de
bombas hidráulicas que, vista la posibilidad de ganar más
dinero, decide cambiar su oficio por el de representante
en la venta de armas a países del Tercer Mundo, en este
caso Angola. Poco a poco va haciendo negocios más
prósperos, aun a costa de la vida de miles de personas. Su
resultado final es tan ácido como reflexivo, con momentos
muy contundentes en cuanto a la falta de escrúpulos e
indignidad a la que puede llegar un individuo. ■ L.M.C.

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MI EX-MUJER Y YO
(The Ex-Mrs. Bradford), RKO, EE.UU., 1936, 80 min.
Director: Stephen Roberts. Guión: Anthony Veiller. Fotografía: J. Roy
Hunt. Montaje: Arthur Roberts. Música: Roy Webb. Intérpretes: William
Powell, Jean Arthur, James Gleason, Eric Blore, Robert Armstrong. ***
William Powell no tenía nada del actor guapo al uso en
Hollywood, pero a lo largo de los años treinta se convir-
tió en una de las estrellas masculinas con más atractivo
romántico y también en una de las mejor pagadas. Powell
impuso su famosa expresión de cinismo aristocrático in-
cluso a sus primeros villanos. Este rasgo distintivo, suge-
rido con el gesto más nimio, iba a sobrevivir a todas las
fases de su carrera, pero fue en la época de Nick Charles,
el más apático y mundano de los detectives, cuando le
encontró mayor utilidad. Por entonces sólo se quitaba la
piel de Charles para ponerse la de un alma gemela, a ve-
ces incluso la de otro detective. Es el caso de Mi ex-mujer
y yo. El sofisticado actor encarna aquí a un cirujano invo-
lucrado por su ex-mujer –una exitosa escritora de miste-
rio con una estrafalaria obsesión por resolver crímenes
reales– en la investigación de un asesinato. Las emocio-
nes del caso (una araña viuda negra es el arma homicida)
combinadas con las cada vez más amistosas bromas de
la pareja convierten esta vertiginosa farsa en una eviden-
te imitación de La cena de los acusados, pero con un dis-
tintivo toque screwball, el de la mujer enérgica que frus-
tra y fascina a su más circunspecto interés romántico. El
doctor y su ex, como Nick y Nora en la serie de MGM, per-
siguen a un asesino por deporte, por diversión, pero ella
es obviamente la agresora y él el reticente seguidor, sin-
gularidad que aparta a Mi ex-mujer y yo de las otras co-
medias de misterio de la época. La encantadora Jean Ar-
thur echa chispas en su papel de escritora con ínfulas de-
tectivescas, y William Powell le da la réplica con maestría.
Muchos de sus contemporáneos basaban su interpreta-
ción en los tics y la personalidad que los espectadores
habían aprendido a esperar de ellos. Él, nunca jamás: su
trabajo era siempre tan impecable como sus atuendos. A
la diversión contribuye un espléndido reparto de secun-
darios habituales de la RKO, especialmente el policía Ja-
mes Gleason y el maravilloso Eric Blore, encasillado como
mayordomo. La película no está muy bien dirigida, pero
siempre es un placer observar a estas encantadoras
estrellas. ■ J.T.
MI GENERAL
Figaro Films, España, 1987, 106 min.
Productor: Antonio María Baquer. Director: Jaime de Armiñán. Guión:
Jaime de Armiñán, Fernando Fernán Gómez, Manuel Pilares. Fotografía:
Teo Escamilla. Montaje: José Luis Matesanz. Música: Vainica Doble.
Dirección Artística: Félix Murcia. Intérpretes: Héctor Alterio, Fernando
Fernán Gómez, Fernando Rey, Mónica Randall. ***
Para adecuar a los generales españoles a las nuevas téc-
nicas de armamento militar, el Ministerio de Defensa
organiza unos cursillos preparatorios. En éstos, los gene-
rales acabarán comportándose como adolescentes tra-
● ●
Mi hermano del alma | 311
●
viesos, indisciplinados y caprichosos: escuchan a hurtadi-
llas programas de sexo, acusan al profesor que les tiene
manía y sufren reprimendas por hablar en clase. Comedia
en decadencia de Armiñán, posiblemente el mejor dialo-
guista de la historia del cine español, que mezcla momen-
tos de buen cine de un tono general reiterativo, con alar-
mantes bajadas de ritmo durante su más que excesivo
metraje. Eso sí, aprovecha al máximo su estupendo repar-
to donde, sorprendentemente y sin venir mucho a cuen-
to, el secundario Rafael Alonso (que interpreta a un chi-
vato) acaba tomando el protagonismo absoluto de la
película en su último tramo. ■ L.M.C.
MI GRAN BODA GRIEGA
(My Big Fat Greek Wedding), EE.UU.-Canadá, 2002, 95 min.
Productor: Gary Goetzman, Tom Hanks, Rita Wilson. Director: Joel
Zwick. Guión: Nia Vardalos. Fotografía: Jeff Jur. Montaje: Mia Goldman.
Música: Alexander Janko, Chris Wilson. Arte: Kei Ng. Intérpretes: Nia
Vardalos, Michael Constantine, John Corbett, Christina Eleusiniotis, Kay-
lee Vieira, John Kalangis, Lainie Kazan, Marita Zouravlioff, Sarah Osman.
***
Apabullante éxito de taquilla (su recaudación sólo en
Estados Unidos multiplicó por cuarenta sus diez millones
de dólares de presupuesto) y fenómeno sociológico que
dio un nuevo auge –logro no necesariamente loable– al
subgénero de comedia nupcial, Mi gran boda griega se
beneficia de las tablas, nunca mejor dicho, proporciona-
das por su periblo teatral (de hecho, la teleserie conse-
cuente fue un fracaso). La historia se centra en la ceni-
cienta vida de Toula Portokalos, patito feo donde los haya
que, rondando la treintena, se va resignando a quedarse
para vestir santos, a pesar de que su casi pesadillesca
familia se empeña en que se case, con un griego, por
supuesto. Todo cambia cuando conoce a Ian, un atractivo
norteamericano con el que empieza un noviazgo que
deberá pasar por el calvario de la aprobación familiar (los
padres de él son meros comparsas) y la descacharrante
preparación del enlace.
Con gags perfectamente calibrados, abundancia de
carcajadas y fino sarcasmo a la hora de retratar los cho-
ques culturales Oriente-Occidente, la película se encara-
mó rápidamente en el podio del género esa temporada.
Memorables algunas situaciones y personajes, como el
padre de la novia y su limpiacristales milagroso o las clue-
cas tías de Toula. Un espectáculo francamente recomen-
dable. ■ J.C.
MI HERMANO DEL ALMA
Sogetel SA/Fernando Colomo PC, España, 1993, 93 min.
Director: Mariano Barroso. Guión: Mariano Barroso, Joaquín Oristrell.
Fotografía: Flavio Martínez Labiano. Música: Bingen Mendizábal. Intér-
pretes: Juanjo Puigcorbé, Carlos Hipólito, Lydia Bosch, Juan Echanove,
José María Muñoz, Ana Goya, Walter Vidarte. ****
En la plácida vida de la pareja formada por Carlos (Hipó-
lito) y Julia (Bosch) irrumpe bruscamente Toni (Puigcor-
●
312| Mi hombre es un salvaje
● ●
bé), hermano del primero y ex novio de la segunda, un
tipo francamente pintoresco, embaucador, alocado y un
punto entrañable. Los dos hermanos emprenderán una
tempestuosa aventura en forma de road movie y cada
uno de ellos descubrirá no pocas cosas del otro. Con este
material, concebido conjuntamente por Mariano Barroso
y Joaquín Oristrell, Mi hermano del alma representó una
de las óperas primas más informales y estimulantes del
cine español reciente. Cartas a su favor fueron una factu-
ra sólida, nada amateur (la fotografía de Flavio Martínez
Labiano es excelente), unos diálogos tan ágiles como
penetrantes y las interpretaciones en estado de gracia de
un Puigcorbé conmovedor y un Hipólito la mar de sobrio.
■ J.B.C.
MI HOMBRE ES UN SALVAJE
(Le sauvege), Francia-Italia, 1975, 103 min.
Productor: Raymond Danon, Jean-Luc Ormières. Director: Jean-Paul
Rappeneau. Guión: Jean-Loup Dabadie, Élisabeth Rappeneau, Jean-Paul
Rappeneau. Fotografía: Pierre Lhomme, Antoine Roch. Montaje: Marie-
Josèphe Yoyotte. Música: Michel Legrand. Diseño de producción: Max
Douy. Vestuario: Catherine Leterrier. Intérpretes: Yves Montand, Cathe-
rine Deneuve, Luigi Vannucchi, Tony Roberts, Bobo Lewis, Dana Wynter.
***
El cine francés de los setenta poseía un puñado de nom-
bres –Delon, Belmondo, Ventura, Gabin– lo suficiente-
mente atractivos y populares como para optar por el star
system. Deneuve y Montand eran quizás los más adecua-
dos para emprender una comedia disparatada y amable-
mente crítica con las relaciones humanas civilizadas, al
estilo de las americanas de Sturges o Hawks. Rappeneau
ya había contado con la rubia Deneuve en su primera
película como director, La esposa ingenua (La vie en châ-
teau), que en 1965 le valió el premio Louis Delluc. En Mi
hombre es un salvaje apostó fuerte por el atractivo de su
pareja protagonista y son ellos los que, con sus graciosos
enfrentamientos verbales debidos a la pluma de Jean
Loup Dabadie, su trepidante ir y venir por Caracas y sus
dificultades de vida en común en la isla, llenan todo el
metraje, hasta el punto de que, cuando el centro de inte-
rés se diversifica con otros personajes –el novio celoso, el
dueño del club que desea recuperar su Toulouse-Lautrec
o la gélida esposa de Montand–, el filme desciende en
picado y pierde buena parte del atractivo que supone ver
a la Deneuve no menguar su elegancia correteando entre
los cocoteros y a Montand luciendo una hirsuta barba y
enamorándose de ella sin remedio. O sea, el misántropo
y la enredadora en plan de robinsones.
A pesar del éxito obtenido, Rappeneau –antiguo
guionista para Zazie dans le métro y Vida privada, am-
bas de Louis Malle– no volvió a rodar de nuevo hasta
1981, año en el que dio a conocer su Tout feu, tout flam-
me, esta vez con la belleza morena de Isabelle Adjani
dando réplica a Montand. Y tardó ocho años más en lo-
grar su verdadera consagración en todo el mundo gra-
cias a Cyrano de Bergerac, que incluso fue nominada
para el Oscar. ■ M.Q.
● ●
●
MILAGRO, EL
(Le miracule), Initial Groupel/Koala Film, Francia, 1986, 90 min.
Productor: Jean Cazes, Denis Freid. Director: Jean-Pierre Mocky.
Guión: Jean-Claude Romer, Patrick Granier, Jean-Pierre Mocky. Foto-
grafía: Marcel Combes. Montaje: Benedicte Teiger. Música: Jorge Arrai-
gada. Dirección Artística: Patrice Renault, Jean-Claude Sevenet, Etien-
ne Mery. Intérpretes: Michel Serrault, Jean Poiret, Jeanne Moreau, Syl-
vie Joli. **
Con un punto de referencia sospechosamente basado en
los desmanes falleros de Berlanga, el director francés
Jean Pierre Mocky plantea una situación de engaños ya
explotada por En bandeja de plata, de Billy Wilder. El
milagro –no recomendable para católicos recalcitrantes–
versa sobre la picaresca montada en torno a la figura de
la Virgen de Lourdes y toda la parafernalia que se ha
montado en la cueva de dicho lugar. Por allí pululan una
serie de extravagantes personajes, como un inspector de
seguros mudo (magnífico Jean Poiret) y un marrullero
falsamente lisiado. Aunque haga falta un mayor tono de
farsa, los gags no estén lo suficientemente elaborados y
los diálogos tengan la manía de resultar innecesariamen-
te trascendentes, hay que reconocerle a la película un
final estupendo en el cual el que podía andar queda con
las piernas congeladas de frío al entrar en el agua, mien-
tras que el mudo que no buscaba ningún tipo de milagro
consigue pronunciar una palabra... ¡en inglés! ■ L.M.C.
MILLONARIO DE ILUSIONES
(A Hole in the Head), EE.UU., 1959, 120 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Arnold Schulman
(basado en su propia obra). Fotografía: William H. Daniels. Montaje:
William Hornbeck. Música: Nelson Riddle. Intérpretes: Frank Sinatra,
Edward G. Robinson, Eleanor Parker, Carolyn Jones, Thelma Ritter, Kee-
nan Wynn. **
Millonario de ilusiones marca un espectacular e imprevis-
to giro en la carrera del realizador italo-estadounidense
Frank Capra. De entrada empezó a rodar la película des-
pués de un paréntesis temporal de ocho años sin poner-
se detrás de una cámara. Lo hizo filmando por primera
vez en colores y en cinemascope. Y, rasgo definitivo de
singularidad, dio a luz una película de poso inusualmente
amargo, desasosegador; él, que había sido, en días difíci-
les, adalid de la comedia optimista y del rooseveltiano
espíritu del new deal.
La película nos narra más bien patéticas aventuras de
un hotelero en bancarrota y sus relaciones con su herma-
no mayor, un ricachón a quien pide ayuda pese a que no
han mantenido precisamente lazos fraternales marcados
por la pureza. Varios enredos sentimentales salpimentan
esta historia, que es, sí, una comedia, pero con frecuentes
estallidos del más puro melodrama y, como decíamos, un
fondo amargo, corrosivo, pues sus personajes –especial-
mente el principal, un excelente Frank Sinatra– viven en
un universo de sueños rotos, en un american way of life
hecho añicos. Lo que en ningún momento falta en Millo-
nario de ilusiones es la construcción, el “tempo”, la viva-
●
 1941 | 313
● ● ●

cidad de un equipo de actores fenomenal, el clasicismo,
en suma. La canción “High Hopes” –letra de Sammy Cahn,
música de Jimmy Van Heusen– se llevó un Oscar. ■ J.B.C.
MILLÓN DE DÓLARES, EL
(La congiuntura), Fair Film/Les Films Concordia, Italia-Francia,
1964, 110 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Ettore Scola. Guión: Ruggero
Maccari, Ettore Scola. Fotografía: Sandro D´Eva. Montaje: Marcello y
Franco Malvestito. Música: Luis Bacalov. Intérpretes: Vittorio Gassman,
Joan Collins, Jacques Bergerac, Hilda Barry. **
A la medida de Vittorio Gassman parece escrito el perso-
naje del príncipe Giuliano Niccolini-Borgia, descendiente
de los célebres mecenas romanos que se ve envuelto en
una trama de tráfico de divisas en la mejor tradición del
vodevil, en lo que constituyó el debut en la dirección del
por entonces cotizado guionista Ettore Scola. Se nota por
ello un hilo narrativo poco elaborado, además de algunas
lagunas en el desarrollo de la historia, y un Gassman algo
más descontrolado de lo habitual. Tampoco las situacio-
nes son las más divertidas para una trama de estas carac-
terísticas, y no ayuda en absoluto la insípida presencia de
Joan Collins como una inglesa liante de la que Gassman
se enamora. Como curiosidad citemos que, al ser su pri-
mera película, Scola no contó con Armando Trovaioli en
el apartado musical, algo que sí haría a partir de su
siguiente film en una brillante colaboración que todavía
continúa. ■ L.M.C.
Lewis Owen McGibbon, James Nesbitt, Daisy Donovan, Christopher Ful-
ford, Pearce Quigley. ***
Aficionados a los triples saltos con red menguante (y eso
que aún le dura el tirabuzón con torniquete de Trainspot-
ting), Danny Boyle puso los pies en el suelo con Millones
para, curiosamente, volar más alto que nunca. Casi todo
es delicioso en esta fábula sobre santidad y buenos
samaritanos en la que dos niños reciben, como caído del
cielo, un tesoro tasado en libras esterlinas en víspera de
la entrada en vigor del euro. Algunas de las reacciones y
soluciones de los chavales para invertir el dineral sí que
valen su peso en oro, logrando trasmitir algo tan raro
como es las inocentes chiribitas en las mejillas de un crío
más listo que el hambre. Con un look tan espectacular
como siempre –ojo a la planificación de algunas escenas,
casi de cuento de duendes, o de la “aparición” de casi
todo el santoral–, Millones encierra más de un mensaje
sobre pequeños grandes héroes, así como una buena
ración de humor lácteo y alguna lágrima al final. Que lo
cortés no quita lo valiente. ■ J.C.

MILLÓN EN LA BASURA, UN
España, 1967, 90 min.

Director: José María Forqué. Guión: Vicente Coello, Pedro Masó, Anto-
nio Vich. Fotografía: Juan Mariné. Montaje: Pedro del Rey. Música: Antón
García Abril. Intérpretes: Rafaela Aparicio, Lina Canalejas, Julia Gutiérrez
Caba, Emilio Laguna, Rafael López, José Luis López Vázquez. **

A través de un planteamiento híbrido –de otra parte muy

característico en su cine– entre comedia y crónica de tin-
te neorrealista, Forqué muestra en esta película las peri-
pecias que pueden acaecerle a un probo barrendero que
cierto día encuentra en un cubo de la basura una cartera
conteniendo un millón de pesetas. Su esposa le conven-
cerá de que su deber es el de buscar al dueño de la car-
tera y devolverle el dinero. La habilidad narrativa de For-
qué encuentra aquí unos excelentes aliados en los acto- 1941
res, especialmente en lo que concierne a la pareja prota- Universal/Columbia/A-Team, EE.UU., 1979, 118 min.
gonista, Julia Gutiérrez Caba y José Luis López Vázquez. Productor: Buzz Feitshans. Director: Steven Spielberg. Guión: Robert
Superada en sus intenciones por el tiempo transcurrido Zemeckis, Bob Gale. Fotografía: William A. Fraker. Montaje: Michael
desde su realización, una comedia de trasfondo social Kahn. Música: John Williams. Dirección Artística: Dean Edward Mitzner.
cuya visión justifican sus intérpretes. ■ LL.B.M. Intérpretes: Dan Aykroyd, Ned Beatty, John Belushi, Toshiro Mifune,
Nancy Allen, Robert Stack. ***

MILLONES Después de Encuentros en la tercera fase, Steven Spiel-

(Millions), Mission Pictures, EE.UU., 2004, 110 min. berg recala en un argumento de Robert Zemeckis, Bob
Director: Danny Boyle. Guión: Frank Cottrell Boyce. Fotografía: Anthony Cale y John Milius, cuyo esqueleto sostienen unos sólidos
Dod Mantle. Música: John Murphy. Intérpretes: Alexander Nathan Etel, cimientos: los de la comedia del desmadre. Un concentra-

● ● ●
314| Mi marciano favorito
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do de locuras, un desenfrenado despropósito, 1941 narra

una hipotética invasión, poco tiempo después de los he-
chos de Pearl Harbour, del Éjército nipón en la costa oes-
te de Estados Unidos, exactamente al filo mismo que sus-
tenta todas sus mitologías: Hollywood.
El filme se abre con un divertido homenaje –autoho-
menaje– a Tiburón. Y entre otras cosas veremos a conti-
nuación soldados bailando al son de Glenn Miller y pele-
ando a los acordes del Victor Young de El hombre tran-
quilo, meticulosos destrozos de casas junto al mar –en la
mejor tradición Laurel y Hardy de La batalla del siglo–,
generales llorando a moco batiente y sonriendo a mandí-
bula dentrífica ante Dumbo, pilotos sobrevolando histéri-
camente las avenidas de la gran ciudad, norias que se
salen de su eje para rodar plácidamente por el parque de
atracciones hasta pegarse una saludable zambullida en el
Pacífico, etcétera. Un pastiche colosal que no cuajó en
taquilla ni fue bien recibido por el respetable. La mano de
Spielberg se nota por doquier, su maestría, pero por éstas
que es una de sus películas más desiguales y excedidas.
■ J.B.C.

MI MARCIANO FAVORITO
(My Favorite Martian), EE.UU., 1999, 93 min.

Productor: Jerry Leider, Robert Shapiro, Marc Toberoff. Director: Donald

Petrie. Guión: Sherri Stoner, Deanna Oliver (basado en la serie de televi-
sión de John L. Greene). Fotografía: Thomas E. Ackerman. Montaje: Mal-
colm Campbell. Música: John Debney, Danny Elfman. Dirección Artísti-
ca: Christopher Burian-Mohr. Intérpretess: Christopher Lloyd, Jeff
Daniels, Elizabeth Hurley, Daryl Hannah, Wallace Shawn, Christine Eber-
sole, Michael Lerner, Ray Walston. *
Adaptación de la factoría Disney de una de las series de
televisión más populares de los años sesenta en los Esta-
dos Unidos, creada por John L. Green –el mismo de
Embrujada– y protagonizada por Ray Waltson. El argu-
mento gira en torno a la relación entre un productor tele-
visivo en crisis y un marciano, que se oculta en su casa
tras un aterrizaje forzoso. Lo único que se salva del filme
son los efectos especiales. ■ G.Q.
MI MARIDO SE DIVIERTE
(The Tunnel of Love), M-G-M, EE.UU., 1958, 98 min.
misma regularidad de las estaciones, Widmark y Day
están planeando adoptar un niño.
Ésta fue la primera vez que Gene Kelly operó entera-
mente detrás de la cámara, y aunque realizó un eficiente
trabajo al transcribir la comedia de Broadway de Joseph
Fields, Peter DeVries y Jerome Chodorov, Mi marido se
divierte emerge como una de esas obras que hace partir-
se de risa al público teatral de Nueva York y Londres pero
sólo parece medianamente divertida en la pantalla. Al
menos, Richard Widmark (en un raro rol cómico) y Doris
Day forman un buen equipo, actuando tan relajadamente
como si hubiesen estado intercambiando gags durante
años. Son hábilmente respaldados por Gig Young, uno de
los mejores robaescenas del negocio, y Gia Scala, que
muestra un magnífico e inesperado talento para la come-
dia. ■ J.D.D.

Productor: Joseph Fields, Martin Melcher. Director: Gene Kelly. Guión:

Joseph Fields (basado en la obra de Joseph Fields, Peter DeVries y Jero- MI MARIDO Y SUS COMPLEJOS
me Chodorov, basada en la novela de DeVries). Fotografía: Robert Bron- España, 1969, 92 min.

ner. Montaje: John McSweeney, Jr. Dirección Artística: William A. Hor-
ning, Randall Duell. Intérpretes: Doris Day, Richard Widmark, Gig
Young, Gia Scala, Elisabeth Fraser, Elizabeth Wilson. **
Richard Widmark es un dibujante cuyos gags son buenos
pero los dibujos no. Él y su esposa (Day) quieren tener un
niño pero no lo consiguen. Viven en un granero remode-
lado adyacente a la casa de sus amigos (Young y Fraser),
a quienes envidian en muchos aspectos. Young es editor
de la revista en la que Widmark aspira a entrar, y es
padre. Mientras Young y Fraser amplían su familia con la
Productor: Rafael Mateo Tarí. Director: Luis María Delgado. Guión: Juan
José Alonso Millán. Fotografía: Vicente Minaya. Montaje: Antonio Ramí-
rez de Loaysa. Música: Adolfo Waitzman. Intérpretes: Gracita Morales,
José Luis López Vázquez, Ingrid Garbo, Pastor Serrador, Mari Carmen
Prendes, Marisol Ayuso. *
De indudable interés histórico (o sociológico o museísti-
co), esta bochornosa comedia ye-yé (con sueca apetito-
sa, faltaría más) reunía por enésima vez a la pareja his-
pánica por excelencia de los sesenta: Vázquez & Morales.
■ J.B.C.

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MI MUJER ES MUY DECENTE,
DENTRO DE LO QUE CABE
Ágata Films, España, 1974, 87 min.
Director: Antonio Drove. Guión: José Luis Dibildos, Manuel Summers,
Chumy Chúmez, José Luis Garci. Fotografía: Manuel Rojas. Música: Car-
melo Bernaola. Intérpretes: Concha Velasco, José Sacristán, María Luisa
San José, Antonio Ferrandis, Mirta Miller, Laly Soldevila, Guadalupe
Muñoz San Pedro, Julián Navarro. ***
En 1974, cinco años después de realizar un notable me-
diometraje, ¿Qué se puede hacer con una chica?, Antonio
Drove se estrenó en el campo del largometraje bajo la tu-
tela de José Luis Dibildos: Tocata y fuga de Lolita fue uno
de los grandes éxitos de la comedia española circunscri-
ta a la llamada “tercera vía”. Inmediatamente le siguió
otra comedia, Mi mujer es muy decente, dentro de lo que
cabe, escrita por Dibildos en colaboración con Manuel
Summers, Chumy Chúmez y José Luis Garci, más disper-
sa y con menos mordiente que su precedente aunque
estimable por su premisa (donde el sexo y la ornitología
se funden con gracia) y por la soltura con que actúan sus
protagonistas. Dos años más tarde, Drove volvería a dar
muestra de su talento en la superior Nosotros que fuimos
tan felices, agria mixtura de comedia y drama. ■ J.B.C.
MI MUJER ES UNA ACTRIZ
(Ma femme est une actrice), Francia, 2001, 95 min.
Productor: Claude Berri. Director: Yvan Attal. Guión: Yvan Attal. Foto-
grafía: Rémy Chevrin. Montaje: Jennifer Augé. Música: Brad Mehldau.
Intérpretes: Charlotte Gainsbourg, Yvan Attal, Terence Stamp, Noémie
Lvovsky, Laurent Bateau, Ludivine Sagnier, Lionel Abelanski, Keith Allen.
**
Comedia ligera sobre la crisis de una pareja, insuficiente
y redundante pese a su sugestiva premisa: un hombre,
corroído por los celos, no soporta la fama de su esposa,
una actriz célebre, y todavía menos que se vaya a Ingla-
terra a rodar una película junto a un galán otoñal con
sobrada fama de mujeriego. El magnetismo de la hija de
Jane Birkin y Serge Gainsbourg resulta lo mejor de la fun-
ción. ■ J.B.C.
MI MUJER FAVORITA
(My Favorite Wife), RKO, EE.UU., 1940, 88 min.
Productor: Leo McCarey. Director: Garson Kanin. Guión: Sam Spewack,
Bella Spewack (basado en una historia de Leo McCarey, Sam Spewack,
Bella Spewack). Fotografía: Rudolph Mate. Montaje: Robert Wise. Músi-
ca: Roy Webb. Dirección Artística: Van Nest Polglase, Mark-Lee Kirk.
Vestuario: Howard Greer. Intérpretes: Irene Dunne, Cary Grant, Ran-
dolph Scott, Gail Patrick, Ann Shoemaker, Scotty Beckett, Mary Lou
Harrington, Donald McBride, Hugh O’Connell. ****
Mi mujer favorita es un pequeño clásico del cine, de 1940
(en cuyo guión colaboró Leo McCarey, uno de los gran-
des del género, a quien habría que reivindicar con pan-
cartas y, a poder ser, reposiciones) en el que, tras varios
años de viudedad, un hombre contrae nuevas nupcias
● ●
Mio figlio Nerone | 315
●
justo días antes de que su anterior mujer, desaparecida
en un naufragio, reaparezca. Esquema, como se ve, pro-
pio para los mejores enredos, Mi mujer favorita se benefi-
cia primero de la brillante puesta en escena de Garson
Kanin, un hombre que, con su mujer la actriz Ruth Gor-
don, había escrito los mejores guiones para Cukor y, para-
lelamente, también del trío protagonista, Irene Dunne,
Cary Grant y Randolph Scott. Para morbosos, ahí queda
imaginar qué harían durante los descansos Cary y Ran-
dolph de ser ciertos los chismorreos “babilónicos” que
corren por la literatura hollywoodiense. ■ J.B.C.
MINAS DEL REY SALMONETE, LAS
(Africa Screams), EE.UU., 1949, 79 min.
Productor: Huntington Hartford, Edward Nassour. Director: Charles Bar-
ton. Guión: Earl Baldwin, Martin Ragaway, Leonard Stern. Fotografía:
Charles Van Enger. Montaje: Frank Gross. Música: Walter Schumann.
Dirección Artística: Lewis H. Creber. Intérpretes: Bud Abbott, Lou Cos-
tello, Clyde Beatty, Frank Buck, Max Baer, Buddy Baer, Hillary Brooke,
Shemp Howard. **
Una no demasiado memorable parodia de las películas de
aventuras africanas, segunda de las ocho que protagoni-
zó la popular pareja de actores Abbot & Costello, que
antes de triunfar en el cine lo hizo en la radio y el teatro.
En España, increíble pero cierto, se estrenó con el impo-
sible título de Las minas del rey Salmonete. En esta oca-
sión, la imposible pareja va en busca de un tesoro. ■ J.E.
MI NOVIA ES UNA EXTRATERRESTRE
(My Stepmother Is an Alien), EE.UU., 1988, 105 min.
Productor: Franklin R. Levy, Ronald Parker. Director: Richard Benjamin.
Guión: Jerico, Herschel Weingrod, Timothy Harris, Jonathan Reynolds.
Fotografía: Richard H. Kline. Montaje: Jacqueline Cambas. Música: Alan
Silvestri. Intérpretes: Dan Aykroyd, Kim Basinger, Jon Lovitz, Alyson
Hannigan, Joseph Maher, Seth Green, Ann Prentiss, Wesley Mann. ***
El típico sabio distraído dirige un rayo cósmico que pro-
voca la llegada a nuestro planeta de una atractiva aliení-
gena, con la que mantendrá un pintoresco idilio obstacu-
lizado por su propio hijo adolescente. Comedia al servicio
de la Basinger haciendo de inocente en las lides del amor
y complicando la vida a un pobre viudo rendido a sus
encantos. Breve papel para Juliette Lewis. ■ G.Q.
MIO FIGLIO NERONE
Italia-Francia, 1956, 88 min.
Productor: Franco Cristaldi. Director: Steno. Guión: Sandro Continenza,
Diego Fabbri, Ugo Guerra, Rodolfo Sonego, Steno. Fotografía: Mario
Bava. Montaje: Giuliana Attenni, Mario Serandrei. Música: Angelo Fran-
cesco Lavagnino. Intérpretes: Alberto Sordi, Vittorio De Sica, Gloria
Swanson, Brigitte Bardot, Ciccio Barbi, Mario Carotenuto. *
Inédita en España, esta astracanada orquestada por Ste-
fano Vanzina, en arte Steno, resultaría más bien improce-
dente si no fuera por el increíble reparto del film, donde
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316| Mi padre, ¡qué ligue!
● ● ●

Alberto Sordi y Vittorio de Sica se vieron acompañados

nada menos que por Brigitte Bardot y Gloria Swanson.
Que ésta aceptara regresar a la pantalla, sin haber actua-
do en ningún film desde que seis años antes realizara su
memorable creación en El crepúsculo de los dioses (no
volvería a hacerlo hasta 1975, cuando se despidió del cine
interpretándose a sí misma en una secuela más bien
penosa de la serie Aeropuerto) continúa siendo hoy un
auténtico misterio. Aconsejada por su mentor y entonces
marido Roger Vadim (que poco después la convertiría en
un mito gracias a la película Y Dios... creó la mujer), Bri-
gitte Bardot, que en Mio figlio Nerone interpretaba a
Popea, orquestó un escándalo publicitario al exigir bañar-
se al menos en leche de vaca durante la famosa escena
del baño, abandonando el rodaje cuando los sufridos pro-
ductores intentaron que aceptara el sucedáneo de agua
convenientemente blanqueada. Cosas veredes... Absten-
ción recomendable, salvo para curiosos impertinentes y
deseosos de contemplar el imposible mano a mano entre
Brigitte Bardot y la excelsa Gloria Swanson. ■ LL.B.M.

MIRA QUIÉN HABLA

MI PADRE, ¡QUÉ LIGUE!
(My Father the Hero), Francia-EE.UU., 1994, 90 min.
Productor: Jacques Bar, Jean-Louis Livi. Director: Steve Miner. Guión:
Francis Veber, Charlie Peters (basado en la obra “Mon père, ce héros”, de
Gérard Lauzier). Fotografía: Daryn Okada. Montaje: Marshall Harvey.
Música: Michael Muhlfriedel, David Newman. Intérpretes: Gérard
Depardieu, Katherine Heigl, Dalton James, Lauren Hutton, Faith Prince,
Stephen Tobolowsky, Ann Hearn, Robyn Peterson. *
Cuentan que antes de hacerse pasar por Cristóbal Colón
en 1492: la conquista del paraíso, Gérard Depardieu quiso
tomarse unas vacaciones pagadas en la isla Mauricio. Allí
rodó, a las órdenes Gérard Lauzier, una comedia senti-
mental titulada Mi padre, mi héroe, que es casi cine de
arte y ensayo si la comparamos con el pavoroso remake
norteamericano que el propio Depardieu interpretó bajo
la hipotética dirección de Steve Miner, el realizador de
Eternamente joven.
Más voluminoso que nunca –estas vacaciones en las
Bahamas también debieron de ser gastronómicas–,
Depardieu repite su papel del padre divorciado –aquí de
una norteamericana, para justificar la versión original en
inglés– que marcha de viaje con su hija de 14 años, a la
que no veía desde hace tiempo. El resto es absolutamen-
te previsible. Al padre lo toman por un sátiro y la hija
–más que fantasiosa, una Lolita decididamente menteca-
ta– fomenta el malentendido para atraer la atención de
un muchacho, inventando de paso una disparatada per-
sonalidad –entre espía y mercenario– para su maduro
amante.
No hay ningún asomo de profundizar las relaciones
padre-hija, limitándose la función a ser una tarjeta postal
con mucha melaza en la banda sonora y cuatro gags dis-
persos propiciados por el histrionismo de Depardieu, que
hasta caricaturiza su Cyrano. Como sorpresa final, los pla-
nos de una actriz sospechosamente parecida a... Emma
Thompson. ¿Será un cameo? ■ LL.B.M.
(Look Who’s Talking), Tri-Star, EE.UU., 1989, 93 min.
Productor: Jonathan D. Krane. Director: Amy Heckerling. Guión: Amy
Heckerling. Fotografía: Thomas Del Ruth. Montaje: Debra Chiate. Músi-
ca: David Kitay. Dirección Artística: Reuben Freed. Vestuario: Molly
Maginnis. Intérpretes: John Travolta, Kristie Alley, Olympia Dukakis,
George Seagal, Abe Vigoda, Bruce Willis (Voz), Twink Caplan, Jason
Schaller, Jaryd Waterhouse, Jacob Haines. ***
Mira quién habla es la taquillera comedia que recuperó a
John Travolta de la oscuridad para ponerle de nuevo ante
los ojos del público y generó dos secuelas progresiva-
mente tontas. Kirstie Alley es la madre soltera en busca
del marido perfecto, aunque nosotros sabemos que el
humilde taxista Travolta es la apuesta segura desde el
principio. Amy Heckerling dirige esta deliciosa película
con un toque estrafalario, ligero, con un razonablemente
bajo nivel de sensiblería. Los mejores diálogos los tiene la
irónica voz del bebé Mikey, aunque Travolta (soberbio el
modo en que se burla de su rol más famoso en un núme-
ro paródico de baile de discoteca) y Alley forman una
atractiva pareja y están bien respaldados por los admira-
bles Olympia Dukakis y George Segal. ■ J.D.D.
MIRACLE OF MORGAN’S CREEK, THE
Paramount, EE.UU., 1944, 99 min.
Productor: Preston Sturges. Director: Preston Sturges. Guión: Preston
Sturges. Fotografía: John Seitz. Montaje: Stuart Gilmore. Música: Leo
Shuken, Charles Bradshaw. Dirección Artística: Hans Dreier, Ernst Fegte.
Vestuario: Edith Head. In
ntérpretes: Eddie Bracken, Betty Hutton, Diana
Lynn, William Demarest, Brian Donlevy, Akim Tamiroff, Porter Hall,
Emory Parnell, Alan Bridge, Julius Tannen. ****
Lo más maravilloso de The Miracle of Morgan’s Creek es
que, con su controvertido (para la época) tema central,
llegara a hacerse. Este ataque contra la moral en los pe-
queños pueblos de América, contra los romances de los

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soldados en tiempo de guerra, contra todo lo que el país
consideraba sagrado durante la Segunda Guerra Mundial
es despiadado, exagerado y muy divertido. Betty Hutton
es Trudy Kockenlocker, una rubia loca por los hombres
que vive con su maliciosa hermana Emmy (Lynn) y con su
padre policía (Demarest). Se emborracha durante una
salvaje fiesta militar, vive una apasionada noche con un
soldado, con el que piensa que puede haberse casado, y
se queda embarazada. El soldado desaparece, y como
quedarse embarazada en un pueblo sin estar casada es lo
peor que puede ocurrirle a una chica, su antiguo novio
Norval (Bracken) es señalado como el padre del niño. En
una confusión tras otra, el tartamudo zoquete Norval
acaba siendo perseguido por las autoridades por hacerse
pasar por un soldado, corromper la moral de una menor,
secuestro y robo. Las cosas están feas para la joven pare-
ja, y sólo un milagro puede salvarles. La idea de hacer que
la inmaculada Hutton interprete a una chica de cascos
ligeros fue una sensación que esquivó de algún modo las
tijeras de los censores. Algunos dicen que el guión logró
escapar a la censura porque la cinta era tan divertida que
nadie podía tomársela en serio, pero la verdad es que
esta frenética amalgama de sátira y slapstick está fuerte-
mente enraizada en la realidad y eso es lo que la hace tan
hilarante. Betty Hutton nunca ha estado mejor, y lo
mismo puede decirse del nervioso Bracken, el cascarra-
bias William Demarest y la chistosa Diana Lynn. Grandes
gags verbales e incongruencias, acción vertiginosa y una
total irreverencia hacia todos los temas aparentemente
respetables –políticos, policías y magistrados incluidos–
convierten The Miracle of Morgan’s Creek en una durade-
ra delicia. ■ J.T.
MIRLO MACHO, EL
(Il merlo maschio), Clesi Cinematográfica, Italia, 1971, 113 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Pasquale Festa Campanile.
Guión: Pasquale Festa Campanile (basado en la novela “Il complesso di
Loth”, de Luciano Bianciardi). Fotografía: Silvano Ippoliti. Montaje: Ser-
gio Montanari, Mario Morra, Vanda Olasio. Música: Riz Ortolani. Direc-
ción Artística: Ezio Altieri, Ezio di Monte. Intérpretes:: Lando Buzzanca,
Laura Antonelli, Lino Toffolo, Elsa Vazzoler. ****
Una de las mejores muestras de desparrame del cómico
Lando Buzzanca, que vivió el año 71 como el de su con-
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Mis maridos y yo | 317
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sagración con varias comedias de alto contenido sexual,
más que nada por el recital de chicas desnudas que iban
apareciendo durante el metraje. Aquí, enfrascado en sus
aspavientos de rigor, Buzzanca es un violonchelista que,
orgulloso de haberse casado con Laura Antonelli (es para
estarlo), decide presumir ante sus compañeros mostrán-
doles fotos de ella desnuda. Es por ello que comienza a
ser bastante popular, algo que enerva su ego y le hace
proponer a su mujer nuevas fotos para seguir exhibién-
dola. Cada vez busca público más numeroso que pueda
ver el cuerpo escultural de su esposa, lo que le causará
una crisis mental. Una excelente muestra de cómo renta-
bilizar la comedia erótica, no confundirla con comedia
grosera. ■ L.M.C.
MIS DOBLES, MI MUJER Y YO
(Multiplicity), EE.UU., 1996, 110 min.
Productor: Trevor Albert. Director: Harold Ramis. Guión: Chris Miller,
Mary Hale, Lowell Ganz, Babaloo Mandel. Fotografía: Laszlo Kovacs.
Montaje: Penn Herring, Craig Herring. Música: George Fenton. Intérpre-
tes: Michael Keaton, Andie McDowell, Zack Duhame, Katie Schlossberg,
Harris Yulin, Richard Masur. ****
En la brillante Atrapado en el tiempo, Harold Ramis dio
muestras de un talento real para la comedia clásica, vir-
tud que se manifestó de nuevo en Mis dobles, mi mujer y
yo, otra comedia de acento fantástico que toma una pre-
misa prometedora, la de la clonación humana, y le saca
punta sin desfallecimiento, siempre hacia delante, sor-
prendiendo escena tras escena. Dos son los puntos de
apoyo de Ramis: 1) Michael Keaton, que da lo mejor de sí
mismo en una trama que sobrepasa al personaje por su
naturaleza insólita (nunca ha estado tan eminente el có-
mico como aquí, perfilando con agudeza cada uno de sus
cuatro idénticos por fuera y disímiles por dentro, todo un
desafío para alguien que, por supuesto, no tenía en el pla-
tó a sus otros yos), y 2) los efectos especiales, excelentes
(dos, tres, cuatro Keaton compartiendo plano, tan natu-
ralmente) y, a diferencia de tantas otras ocasiones, al ser-
vicio de la película y no la película a su servicio. ■ J.B.C.
MIS MARIDOS Y YO
(Amori miei), Vides Cinematográfica, Italia, 1978, 100 min.
Productor: Franco Cristaldi, Nicola Carraro. Director: Steno. Guión: Jaja
Fiastri (basado en su propia obra de teatro). Fotografía: Franco di Giaco-
mo. Montaje: Raimondo Crociani. Música: Armando Trovaioli. Dirección
Artística: Giantino Burchiellaro. Intérpretes: Monica Vitti, Edwige
Fenech, Johnny Dorelli, Enrico María Salerno. **
Sátira de costumbres e infidelidades varias, donde Moni-
ca Vitti toma el protagonismo de la situación como alo-
cada esposa que, ante el mal funcionamiento de su matri-
monio, decide seguir los consejos de un sabio profesor:
casarse con él y, así, tener una vida mucho más movida
como bígama. Los problemas vienen cuando ella queda
embarazada sin saber quién es el padre, y en el momen-
to en que entra en juego la amante de rigor (la explosiva
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318| Miss Cuplé
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Edwige Fenech), a la que ambos maridos comparten.
Aún deudora de su proveniencia teatral, tiene el ritmo
habitual de comedia otorgado por los años de experien-
cia de su director, lo que la convierte en un pasatiempo
nada desdeñable. Lo único que desentonan son las can-
ciones modernas de Trovaioli, influenciado en exceso por
la música disco que asolaba los oídos de la época (espe-
cialmente horrible resulta “School Boy Cruz”, cantada por
I Crossbow). ■ L.M.C.
MISS CUPLÉ
Pefsa Films, España, 1959, 86 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Pedro Lazaga. Fotografía: Federico G.
Larraya. Música: Augusto Algueró, Jr. Intérpretes: Mary Santpere, Rober-
to Rey, María Fernanda Ladrón de Guevara, María Mahor, Carlos Miguel
Solá, Josefina Tapia, Marta Flores, Santiago Ontañón. *
Escrito por el propio Lazaga, un engendro de tomo y
lomo redimido por la autoridad con que la Santpere se
hace suya la película con sólo levantar una pestaña: inclu-
so es capaz de poner una sincera nota de nostalgia por
las viejas cupletistas en un conjunto no precisamente
dominado por la sutileza. ■ J.B.C.
MISTERIO DE LAS DOCE SILLAS, EL
(The Twelve Chairs), Grossbow/UMC, EE.UU., 1970, 94 min.
Productor: Michael Hertzberg. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks
(basado en una novela de Ilya Arnoldovich Ilf y Yevgeniy Petrov). Foto-
grafía: Djordje Nikolic. Montaje: Alan Heim. Música: John Morris. Direc-
ción Artística: Mile Nokolic. Vestuario: Ruth Myers. Intérpretes: Ron
Moody, Frank Langella, Dom DeLuise, Mel Brooks, Bridget Brice, Robert
Bernal, David Lander, Andreas Voutsinas, Vlada Petric, Diana Coupland.
***
Brincar por los Balcanes es el tema de la segunda pelícu-
la de Mel Brooks, con el cómico Ron Moody y el bien pa-
recido Frank Langella persiguiendo una silla –de un juego
de doce– que contiene un tesoro de la Rusia pre-revolu-
cionaria. Tropiezan con Dom DeLuise y con el propio Bro-
oks como un lunático lacayo. Basada en una novela rusa
de los años veinte y rodada en localizaciones en la anti-
gua Yugoslavia, esta pieza de época es un continuo festi-
val de risas con algunos momentos de discutible gusto,
que no la hacen apropiada para los niños, y un argumen-
to mucho más disciplinado que los posteriores trabajos
de Brooks. Una historia vieja, quizás, y primitiva en par-
tes, pero aún así hay mucho que disfrutar aquí. ■ J.D.D.
MISTERIOSO ASESINATO
EN MANHATTAN
(Manhattan Murder Mystery), Manhattan Productions, EE.UU.,
1993, 108 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen, Marshall Brickman. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E.
Morse. Diseño de producción: Santo Loquasto. Dirección Artística:
Speed Hopkins. Vestuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes: Woody Allen,
● ●
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Diane Keaton, Alan Alda, Anjelica Huston, Jerry Adler, Lynn Cohen, Ron
Rifkin, Joy Behar, William Addy, John Doumanian. ****
Un Woody Allen en plena forma, mucho menos pesimis-
ta que en su anterior Maridos y mujeres y con ganas de
divertir con inteligencia al personal, se reencontró con su
ex musa Diane Keaton en esta deliciosa comedia de mis-
terio en la que siguió siendo fiel a sí mismo, a sus obse-
siones y delirios. De hecho, la pareja protagonista bien
podría ser, ¿por qué no?, la de Annie Hall casi veinte años
después. Imaginativo como de costumbre, Allen brinda a
Keaton –¿qué habría hecho Farrow, en principio la actriz
prevista, con ese papel bombón?– uno de sus mejores
personajes, sin renunciar a una dirección trepidante, llena
de hallazgos e incluso de respetuosos homenajes, entre
ellos a La dama de Shanghai, de Orson Welles. Un filme
que demuestra que la inteligencia y la diversión no son
necesariamente incompatibles. ■ J.E.
MR. JEALOUSY
EE.UU., 1997, 103 min.
Productor: Joel Castleberg, Eric Stoltz. Director: Noah Baumbach.
Guión: Noah Baumbach. Fotografía: Steven Bernstein. Montaje: J. Kath-
leen Gibson. Música: Robert Een, Luna. Dirección Artística: Roswell
Hamrick. Intérpretes: Eric Stoltz, Annabella Sciorra, Chris Eigeman, Car-
los Jacott, Marianne Jean-Baptiste, Brian Kerwin, John Lehr. ***
La primera experiencia amorosa puede marcar durante
mucho tiempo, y ésto es lo que le sucede a un muchacho
un tanto pardillo. Sus relaciones con las chicas se con-
vierten en conflictivas y, cuando encuentra a la de sus
sueños, unos celos incontrolables le dominan. El propio
Stoltz es el productor de esta comedia de ambiente neo-
yorquino y estilo a lo Woody Allen. Divertida la secuencia
de la terapia de grupo. ■ M.Q.
MISTER LUCKY
(Mr. Lucky), RKO, EE.UU., 1943, 94 min.
Productor: David Hempstead. Director: H. C. Potter. Guión: Milton Hol-
mes, Adrian Scott (basado en el relato “Bindles for Freedom”, de Hol-
mes). Fotografía: George Barnes. Montaje: Theron Warth. Música: Roy
Webb. Dirección Artística: William Cameron Menzies. Intérpretes: Cary
Grant, Laraine Day, Charles Bickford, Gladys Cooper, Alan Carney,
Henry Stephenson. ***
Las trapacerías de un desertor amo de un barco casino
para emboscarse en Sudamérica y evitar el servicio mili-
tar ceden al contacto con una hermosa mujer dedicada a
organizar fiestas benéficas. Si en un principio su idea es
aprovecharse de ella para desviar en su provecho el dine-
ro de los bonos y ayudas para los afectados en la Segun-
da Guerra Mundial, luego los sentimientos amorosos se
muestran capaces de sensibilizarlo. Grant convenció a la
RKO de que llevara a la pantalla un relato de Milton Hol-
mes titulado “Bindles for Freedom”. Holmes era un tenis-
ta profesional que trabajaba en un club como profesor y
tuvo que ser ayudado por Adrian Scott para la redacción
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 Mi tío | 319
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del guión. Extrañamente, el filme sufrió las iras de la Bacall, Harry Dean Stanton, Anjelica Huston, Mary Stuart Masterson,
comisión McCarthy y fue defendido por Lela Rogers, Virginia Madsen. ***
madre de Ginger, ardiente anticomunista de las filas de la
RKO. ■ M.Q. Aunque su testamento cinematográfico fue Dublineses,
antes de su muerte John Huston dejó un guión escrito
que incluso llegó a producir y que reunía a sus hijos
MR. MAGOO Danny (director) y Anjelica (protagonista) bajo el mismo
EE.UU., 1997, 87 min. techo cinematográfico. El resultado fue una película que
Productor: Ben Myron. Director: Stanley Tong. Guión: Pat Proft, Tom tiene mucho del autor de El halcón maltés y que su hijo
Sherohman. Fotografía: Jingle Ma. Montaje: Michael R. Miller, Stuart H. dirigió con respeto, aunque sin intentar emular a su
Pappé, David Rawlins. Música: Michael Tavera. Dirección Artística: Doug padre. El filme, que pasó injustamente inadvertido, es un
Byggdin. Intérpretes: Leslie Nielsen, Kelly Lynch, Matt Keeslar, Nick retrato entre irónico y nostálgico de una cierta alta socie-
Chinlund, Stephen Tobolowsky, Ernie Hudson, Jennifer Garner, Malcolm dad estadounidense pre crack del 29 que se rinde a los
McDowell, Miguel Ferrer. * encantos de ese Mr. North que nos introduce en el inte-
rior de ese microcosmos en el que viejas estrellas (Bacall
Una pregunta lanzada al vuelo de la justicia poética: ¿por y Mitchum) ejercen sin problemas de secundarios y en el
qué no se limitaron a inundarnos de gozo con una selec- que emergen futuros rostros populares como los de Vir-
ción/reposición de los clásicos cartoons de la UPA prota- ginia Madsen o Mary Stuart Masterson. ■ J.E.
gonizados por el insigne cegato? Un lamento: ¡Ay, qué
placer si el Blake Edwards de sus días más musculosos
hubiera metido la pezuña en el proyecto! Un chiste fácil
aunque inevitable: tan incompetente y torpe es la cosa
que se diría dirigida por el mismísimo Mr. Magoo en carne
y tuétano.
No estaba, con todo, tan cantado el fiasco. De un lado
teníamos, junto al recién llegado Sherohman, a Pat Proft,
guionista curtido en las parodias y el desmadre, no ya en
la infausta saga de las locas academias, sino en las mucho
más inventivas de Hot Shots! y Agárralo como puedas,
toda una escuela en el arte del gag surreal, la burla des-
piadada y el metalenguaje. Del otro, al rey por antono-
masia de la especialidad, el gran veterano Leslie Nielsen,
de unos lustros a esta parte el incontestable number one
de los payasos de la comedia cómica. Ni que decir tiene
que, criando malvas desde hace décadas W. C. Fields,
Nielsen era la opción más válida para corporeizar al céle-
bre dibu. Y huelga decir que, con su habitual aplomo y sin
exageraciones histriónicas, el actor sale con buen pie de
la faena.
Lo único, claro. Pues lo demás es una simplísima
comedia de batacazos y caídas, persecuciones y gags
visuales a lo bruto, sin pulir (piensen en lo peor de Louis
de Funés y acertarán), sin conciencia alguna de la lógica
interna del slapstick. El trompazo por el trompazo, mal
asunto. Bien es cierto que la estilización a ultranza del
cartoon no admite fácilmente su traslación al personaje
real (y ahí están Los Picapiedra a título de ejemplo). Pero
no hay obstáculo que unos gramos de imaginación o MI TÍO
ingenio no puedan superar, imaginación e ingenio que, a (Mon oncle), Specta/Gray/Alter/Cady, Francia, 1958, 110 min.
tenor de lo visto y sufrido en Mr. Magoo, tomaron vaca- Productor: Jacques Tati. Director: Jacques Tati. Guión: Jacques Tati, Jac-
ciones antes del rodaje. ■ J.B.C. ques Lagrange, Jean L’Hote. Fotografía: Jean Bourgoin. Montaje: Suzan-
ne Baron. Música: Franck Barcellini, Alain Romans. Dirección Artística:
Henri Schmitt, Pierre Etaix. Intérpretes: Jacques Tati, Jean-Pierre Zola,
MR. NORTH Adrienne Servantie, Alain Becourt, Lucien Fregis, Betty Schneider, Yvon-
Heritage/Goldwyn, EE.UU., 1988, 92 min.
ne Arnaud, Dominique Marie, J. F. Martial, Andre Dino. *****
Productor: Steven Haft, Skip Steloff, Tom Shaw. Director: Danny Huston.
Guión: Janet Roach, John Huston, James Costigan. Fotografía: Robin Vid- Una vez dueño absoluto de sus recursos originales, Jac-
geon. Montaje: Roberto Silvi. Música: David McHugh. Dirección Artísti- ques Tatischeff retomó el personaje de Las vacaciones de
ca: Eugene Lee. Intérpretes: Anthony Edwards, Robert Mitchum, Lauren Monsieur Hulot para su tercer largometraje, una sátira del

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320| Moderno Sherlock Holmes, El
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sistema de vida estandarizado y exhibicionista que impo-
nía la burguesía industrial. Al contraponer el barrio popu-
lar a las viviendas sofisticadas de nuevo cuño, Tati no
reniega de lo moderno, sino de lo superfluo; no es un nos-
tálgico, sino un crítico. El tío Hulot es para el niño Gerard
mucho más divertido que su padre, porque es su compa-
ñero, se acerca realmente a él, comparte su mundo y no
lo mantiene como a un lujo del hogar. Significativamente,
Hulot no acaba por sustituir a la figura paterna, mejor
ayuda a redefinirla lejos de todo artificio. Hay escenas
antológicas dentro del cine cómico, como es la de la
rebelión de los electrodomésticos de la cocina, la coreo-
grafía de los trayectos por el jardín y el desastre de la
fábrica Plastac. El filme obtuvo el Oscar de Hollywood y
el premio del Jurado en Cannes. ■ M.Q.
MODERNO SHERLOCK HOLMES, EL
(Sherlock Jr.), EE.UU., 1924, 44 min.
Productor: Joseph M. Schenck, Buster Keaton (sin acreditar). Director:
Buster Keaton, Roscoe “Fatty” Arbuckle (sin acreditar). Guión: Clyde
Bruckman, Jean C. Havez, Joseph A. Mitchell. Fotografía: Byron Houck,
Elgin Lessley. Montaje: Buster Keaton (sin acreditar). Música: Club Foot
Orchestra. Dirección Artística: Fred Gabourie. Vestuario: Clare West
(sin acreditar). Intérpretes: Buster Keaton, Kathryn McGuire, Joe Keaton,
Erwin Connelly, Ward Crane. *****
La tercera película independiente de Buster Keaton es un
increíble logro técnico, pero también una exploración
casi pirandelliana de la naturaleza de la realidad cinema-
tográfica. Buster interpreta a un proyeccionista de cine,
acusado de robo por un rival celoso que quiere quitarle a
su chica, y que sueña despierto con una vida como arro-
jado detective. En una inolvidable secuencia, Keaton (que
en realidad se ha quedado dormido al lado del proyector)
se introduce en la película que está proyectando, y se ve
acosado por el peligro mientras la acción a su alrededor
cambia en un rápido montaje. La secuencia no es sólo un
gag, sino una aguda percepción del papel escapista del
cine en la sociedad, y sobre este tema está construida
● ●
●
toda la cinta. El resultado es ricamente romántico y extra-
ñamente educativo: se mostraron al público todos los tru-
cos del negocio, sobre todo el montaje, las proyecciones
traseras y otros efectos especiales. Pero sobre todo fun-
ciona como una brillante comedia, llena de los ingeniosos
números y ambiciosas escenas de acción, entre las que
cabe destacar la memorable secuencia de la persecución,
una verdadera cascada de gags increíblemente comple-
jos (como el momento en el que Buster, al manillar de una
moto sin conductor que atraviesa unas obras en la carre-
tera, recibe en la cara una paletada de tierra de cada
peón). Deja a Chaplin muerto de envidia. ■ J.T.
MOMIA NACIONAL, LA
José Frade, P.C., España, 1981, 80 min.
Productor: José Frade. Director: José Ramón Larraz. Guión: Juan José
Alonso Millán. Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Montaje: José Luis Mate-
sanz. Música: Gregorio García Segura. Intérpretes: Paco Algora, Azuce-
na Hernández, Quique Camoiras, Lili Murati. ●
Todos los participantes en este enorme engendro (se me
caerían las pupilas de su sitio si la califico como película)
tienen el privilegio de haber participado, con toda proba-
bilidad, en la más lamentable obra cinematográfica jamás
rodada. Lo cual, si se mira con perspectiva histórica, es
todo un mérito. Baste decir que la momia es Tejero (pero
no el editor, sino el otro). Como suena, la momia se con-
vierte en un guardia civil que dice aquello tan recurrente
de «Todos al suelo» (¡genial, genial!). Todo ello dentro de
un contexto contemporáneo (¡y cómo, teniendo en cuen-
ta que el fallido Golpe de Estado fue el 21 de febrero de
1981 y esta cosa se estrenó el 30 de octubre!) donde tam-
bién encontramos al doctor Alfonso Cabeza como un
vampiro director de un manicomio; al presidente del go-
bierno Leopoldo Calvo Sotelo conduciendo un carro de
difuntos; y a José María García, Suárez, al diputado Saga-
seta, el aceite de colza... O sea, como un telediario pero a
lo bestia. Caduca e indigna en su planteamiento y aluci-
nógena en su realización, cuenta, además, con un repar-
to integrado por lo peorcito que uno se puede echar a la
cara, y con una desconcertante canción que incluso hoy
en día, 24 años después, se recuerda como parte funda-
mental de las continuas pesadillas que La momia nacional
es capaz de producir. Hay que verla para creerla. ■ L.M.C.
MONSIEUR VERDOUX
Chaplin, EE.UU., 1947, 102min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin (basado en una idea de Orson Welles). Fotografía: Rolland To-
theroh, Court Courant, Wallace Chewing. Montaje: Willard Nico. Músi-
ca: Charles Chaplin. Dirección Artística: John Beckman. Intérpretes::
Charles Chaplin, Mady Correll, Allison Roddan, Robert Lewis, Audrey
Betz, Martha Raye, Ada May, Isobel Elsom, Marjorie Bennett. ****
Es ésta una obra capital del arte moderno, a la que no se
le ha hecho justicia, que nació adelantada a su época y
sigue adelantada. Chaplin, el Chaplin de Monsieur Ver-
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doux, como un Copérnico del siglo XX, aporta conoci-
mientos a la humanidad sobre sí misma que ésta, enclaus-
trada en sus bajezas, en sus hipocresías, no quiere, o no
puede todavía, recibir. Que se escriba algo así, como se
ha escrito a veces a propósito de Monsieur Verdoux, no
quiere decir que se ostente un púlpito preferente ni que
uno esté iluminado por visiones sobrehumanas o intelec-
tualismos de privilegio; al contrario, la obra de Chaplin
está tocada de una transparencia directa, llana, simple
–no simplista, ojo–. Hace falta, sencillamente, escuchar el
lamento de Chaplin, que es el lamento de un hombre que
aborrece su género –su género humano, no su género
cinematográfico, que aquí es, como siempre, el de la
comedia, sólo que planteado a través de una glacial lámi-
na de desesperanza–. Un hombre, Chaplin, que entierra
su personaje de Charlot –ya enterrado, en realidad, en El
gran dictador–, se engomina el bigote y recrea vida y
muertes de Landrú para criticar una sociedad que es una
suciedad borracha de cinismo. ■ J.B.C.
MONSTRUO, EL
(Il Mostro), Italia-Francia, 1994, 112 min.
Productor: Yves Attal, Roberto Benigni. Director: Roberto Benigni.
Guión: Roberto Benigni, Michel Blanc, Vincenzo Cerami. Fotografía:
Carlo Di Palma. Montaje: Nino Baragli, Franco Fraticelli. Música: Evan
Lurie. Intérpretes: Roberto Benigni, Michel Blanc, Nicoletta Braschi,
Dominique Lavanant, Jean-Claude Brialy, Laurent Spielvogel, Ivano
Marescotti, Franco Mescolini. ***
Antes de la oscarizada La vida es bella, Roberto Benigni
era un actor cómico con ramalazos que iban desde Cha-
plin hasta Peter Sellers, pasando por Alberto Sordi y Totó,
al que algunos conocían por las cult movies del gran Jim
Jarmusch Down by Law y Night on Earth, o por ser el oca-
sional sustituto de Sellers en la fallida El hijo de la Pantera
Rosa. Lo cierto es que Benigni llevaba tiempo dirigiendo
comedias que no vieron la luz en nuestro país. El monstruo
es una de ellas, rodada inmediatamente antes de La vida
es bella. Aquí aparece como el sospechoso de una serie de
crímenes sexuales, vigilado de cerca por una mujer policía
–encarnada por su musa y esposa, Nicoletta Braschi–, que
se instala en su casa con el objetivo de provocarle y así
desenmascararle. La comicidad del filme se basa, princi-
palmente, en los equívocos sexuales entre la pareja prota-
gonista, pero lo hace con cierta clase y sin llegar nunca a
resultar ofensivo ni demasiado simplón. ■ G.Q.
MONSTRUOS DE HOY
(I mostri), Fair Film/Incei Film/Montflour Film/Dicifrance, Italia-
Francia, 1963, 118 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Dino Risi. Guión: Age, Scarpelli,
Elio Petri, Ettore Scola, Ruggero Maccari, Dino Risi. Fotografía: Alfio
Contini. Montaje: Maurizio Lucidi. Música: Armando Trovaioli. Intérpre-
tes: Ugo Tognazzi, Vittorio Gassman. ****
El cénit del cine de episodios y una de las más duras, ho-
nestas, cínicas, socarronas, críticas, exageradas y diverti-
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Montenegro (Cerdos o perlas) | 321
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das muestras de la sociedad transalpina del momento.
Dirigida con un inusitado vigor y endiablado ritmo por
Dino Risi, contiene un gran número de capítulos, aunque
algunos se quedan en simples sketchs y otros no llegan al
medio minuto de duración, siempre interpretados por los
inevitables e imprescindibles Tognazzi y Gassman, que
exorcizan toda clase de demonios y consiguen un admi-
rable cuadro de extravagantes personajes. Así, enuncia-
dos a lo bestia, los capítulos son: “L´educazione senti-
mentale”, “La raccomandazione”, “Il mostro”, “Come un
padre”, “Presa dalla vita”, “Il povero soldato”, “Che vitac-
cia!”, “La giornata dell´onorevole”, “Latin Lovers”, “Testi-
mone volontario”, “I due orfanelli”, “L´agguato”, “Il sacri-
ficato”, “Vernissage”, “La musa”, “Scenda l´oblio”, “La
strada è di tutti”, “L´oppio dei popoli”, “Il testamento di
Francesco” y “La nobile arte”. ■ L.M.C.
MONTENEGRO (CERDOS O PERLAS)
(Montenegro), Viking/Smart, Suecia-Reino Unido, 1981, 97 min.
Director: Dusan Makavejec. Guión: Dusan Makavejec. Fotografía: Tomis-
lav Pinter. Música: Kornell Kovach. Intérpretes: Susan Anspach, Erland
Josephson, Per Oscarsson. ●
Histérica revisión de la comedia a cargo del yugoslavo
Dusan Makavejec, un provocador nato en materia sexual
como ya demostró en la no menos horripilante Los mis-
terios del organismo (1971). Ahora, con producción sueca
y tomando como punto de partida el nulo sentido del
humor de éstos, pretende conseguir una sátira repleta de
humor e ironía donde sólo hay tedio y desesperación. Su
irrelevante argumento quiere jugar con la filosofía del
ama de casa desquiciada, señora que ha de soportar a un
abuelo que se cree Búfalo Bill, al marido que celebra fies-
tas navideñas con un psiquiatra y a los hijos que se divier-
ten buscando una mujer para su abuelo paralítico. Ante
esta situación, la mujer toma el camino de la tremenda,
envenena la leche del perro, quema las sábanas, se lleva
de viaje unas tijeras de podar el césped y se pasa tres
días sirviendo como camarera en un extravagante bar.
Hay que tener muchas agallas (o cara dura) para escribir
y dirigir una cosa de estas características. Por supuesto,
también hay que poseer un gran espíritu de sacrificio
para presenciarla. Más cerdos que perlas. ■ L.M.C.
●
322| Morena y peligrosa
● ●
MORENA Y PELIGROSA
(My Favourite Brunette), Paramount, EE.UU., 1947, 87 min.
Productor: Daniel Dare. Director: Elliott Nugent. Guión: Edmund Beloin,
Jack Rose. Fotografía: Lionel Lindon. Montaje: Ellsworth Hoagland. Músi-
ca: Robert Emmett Dolan. Dirección Artística: Hans Dreier, Earl
Hedrick. Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Bob Hope, Dorothy
Lamour, Peter Lorre, Lon Chaney, Jr., Charles Dingle, Reginald Denny,
Frank Puglia, Ann Doran. ****
El actor Bob Hope estaba explotando su éxito en la serie
de películas Camino a..., junto a Bing Crosby y la exótica
Dorothy Lamour, cuando decidió aprovechar a la actriz
para un complemento de la anterior Mi rubia favorita, en
una parodia de los filmes del género negro, flash-back
general incluido. Lorre y Chaney son dos gangsters impa-
gables. Atención a los cameos de Bing Crosby y Alan
Ladd. ■ M.Q.
MOROS Y CRISTIANOS
Estela Films/Anola Films/Anem Films, España, 1987, 110 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Rafael Azcona, Luis García Ber-
langa. Fotografía: Domingo Solano. Música: Francisco Esteve. Intérpre-
tes: Fernando Fernán-Gómez, Andrés Pajares, Rosa María Sardá, Agustín
González, José Luis López Vázquez, Agustín González, Pedro Ruiz,
Maria Luisa Ponte, Verónica Forqué, Antonio Resines, Chus Lampreave,
Luis Escobar, Luis Ciges, Juan Tamariz. ***
Después de una película de tan laboriosa gestación –lle-
vaba décadas en su mente pero la censura le había impe-
dido su consumación– como La vaquilla, Berlanga perpe-
tró Moros y cristianos, una comedia muy de su estilo
pero, a decir de los expertos, excesivamente fácil y poco
arriesgada. El reproche generaría aquí una larga disquisi-
ción, pues entra en el terreno de la reflexión sobre la per-
sonalidad de todo autor y su derecho a mantenerse fiel a
ella, al mismo estilo y a los mismos conceptos artísticos.
Moros y cristianos, en efecto, es un Berlanga que no ofre-
ce otra cosa que una comedia inequívocamente berlan-
guiana: guión suyo en colaboración con Rafael Azcona,
reparto multiestelar, multitud de personajes pintorescos,
enredos corales –esos planos secuencia que concentran
varias acciones paralelas, varios personajes hablando a la
vez, pasándose las palabras endiabladamente– y sátira
gruesa sobre la España del momento. Es cierto que todo
esto Berlanga ya lo había llevado a buen puerto en ante-
riores ocasiones, pero hay que constatar dos incuestio-
nables evidencias: que dominar las situaciones cómicas
plurales y controlar el entresijo de los hilos de tantas ma-
rionetas no es cosa fácil y nadie lo hace como él, y que,
aun reiterándose en las fórmulas y subrayando su estilo,
las películas de Luis García Berlanga ofrecen una panorá-
mica de la historia de España reciente como ninguna otra
figura del cine español lo ha conseguido jamás, aunque
sea bajo las fórmulas del retablo esperpéntico.
Así las cosas, Moros y cristianos, con ser una obra me-
nor dentro de un todo, es un jalón sin el cual no podría
existir ese todo. Su tema, muy consustancial a su cine: los
mil y un problemas que surgen cuando una familia de
● ●
●
turroneros de Jijona llega a Madrid para promocionar sus
productos, impulsados por la idea de que la Feria Alimen-
taria a la que se presentan estará presidida por las infan-
tas, aldabonazo seguro para su industria. Berlanga man-
tiene en pie la farsa con encomiable desenvoltura, pro-
porcionando un entretenimiento, aunque en parte dejà
vu, francamente recomendable. Como es habitual, el re-
parto contribuye decisivamente a ello. Todos mantienen
un nivel de gran altura, pero puestos a destacar, señala-
remos el buen hacer y la excelente vis cómica de Andrés
Pajares, quien en papeles como éste o el de Ay Carmela
consigue demostrar sus magníficas dotes de actor y des-
marcarse de la rémora ozoriana que durante tantos años
arrastró. ■ J.B.C.
MORTADELA, LA
(La mortadella), Champion, Italia, 1971, 109 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Mario Monicelli. Guión: Suso Cecchi
d´Amico, Mario Monicelli, Ring Lardner, Jr. Fotografía: Alfio Contini.
Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Lucio Dalla, Rosalino Cellamare.
Dirección Artística: Mario Garbuglia. Intérpretes: Sophia Loren, William
Devane, Luigi Proietti, Maria Luisa Sala. ***
Exitosa comedia de aeropuertos, donde la italiana Mad-
dalena (Sophia Loren) queda atrapada en el de Nueva
York al no poder pasar por la aduana una mortadela que
trae para su novio. Aunque en principio pudiese parecer
que esta simple anécdota no da para casi dos horas de
metraje, lo que hace Monicelli es convertir este hecho en
un ingenioso estudio social sobre la sociedad americana
y sus rígidas normas (¡pues anda que si ahora se hace
una nueva versión acaban mandando a Sophia Loren a
Guantánamo!). Mientras Maddalena espera en el aero-
puerto a que se solucione su problema, van pasando por
allí toda clase de personajes y situaciones, algunos tier-
nos, otros melancólicos, la mayoría divertidos, recono-
ciendo ahora rostros como los de Susan Sarandon,
Edward Herrmann y Danny De Vito. Para ser redonda, la
película tendría que haber terminado con la resolución
del problema de la mortadela (se la comen entre todos),
pero tiene un epílogo algo forzado que acaba por estro-
pearla bastante. ■ L.M.C.
MUCHACHA DE LA QUINTA
AVENIDA, LA
(Fifth Avenue Girl), RKO, EE.UU., 1939, 82 min.
Productor: Gregory La Cava. Director: Gregory La Cava. Guión: Allan
Scott. Fotografía: Robert de Grasse. Montaje: William Hamilton, Robert
Wise. Música: Robert Russell Bennett. Dirección Artística: Van Nest Pol-
glase, Perry Ferguson. Intérpretes:: Ginger Rogers, Walter Connolly,
Verree Teasdale, James Ellison, Tim Holt, Kathryn Adams. ***
Una derivación ingeniosa del conocido cuento de “La
Cenicienta”, con el príncipe convertido en un viejo millo-
nario que se siente abandonado por su familia y acosado
por los problemas empresariales en el día de su cumple-
años, y se encuentra con una chica hambrienta y sin tra-
●

● ●
bajo en el Central Park. Una de las muestras de la come-
dia hollywoodiense de los años treinta, que La Cava diri-
gió en sus mejores momentos, tras las películas Al servi-
cio de las damas y la magnífica Damas de teatro. La Cava
fue un consumado director de actrices, parangonable en-
tonces a Cukor y a Leisen, no en balde había trabajado
con Mary Astor, Irenne Dunne, Claudette Colbert y Katha-
rine Hepburn. En esta ocasión, aprovecha el innegable
encanto de una Ginger Rogers, que deseaba ya emanci-
parse de los musicales junto a Fred Astaire y a quien
volvería a dirigir inmediatamente en el filme Primrose
Path. Cabe destacar los brillantes diálogos de Alan Scott.
■ M.Q.
MUCHACHAS DE AZUL, LAS
España, 1957, 90 min.
Productor: José Luis Dibildos. Director: Pedro Lazaga. Guión: Noé Clara-
só, José Luis Dibildos. Fotografía: Manuel Merino. Montaje: Alfonso San-
tacana. Música: Antón García Abril. Dirección Artística: Jesús Mateos.
Intérpretes: Analía Gadé, Fernando Fernán Gómez, Tony Leblanc, Licia
Calderón, Antonio Ozores, Vicky Lagos, Lucía Prado, Ena Sedeño, José
Luis López Vázquez. ***
Un título muy popular en su época, Las muchachas de
azul no es una obra maestra pero da fe de la profesiona-
lidad de Pedro Lazaga en sus comienzos, cuando intentó
seguir de cerca los planteamientos del cine americano en
la comedia. Lo intentó con este filme y trató de repetirlo
con dos otras notables películas rodadas posteriormente:
Luna de verano y Ana dice sí. Esta última y la que nos
ocupa tienen en común a uno de sus guionistas, el escri-
tor Noel Clarasó, cuya contribución redundó en una con-
sistencia de personajes y situaciones de la que carecían
otras películas similares. Tras el proyecto, también como
guionista, se encontraba José Luis Dibildos, que en el
futuro contribuiría a abrir la tercera vía del cine español,
con filmes que apostaban por la comercialidad sin renun-
ciar a la calidad. La fórmula de Las muchachas de azul
(varias historias entrelazadas) cuajaría definitivamente el
año siguiente con la popularísima Las chicas de la Cruz
Roja. ■ J.E.
MUCHAS CUERDAS PARA UN VIOLÍN
(L´immorale), R.P.A. Delphos/Les Productions Artistes Associés, Ita-
lia-Francia, 1966, 100 min.
Productor: Robert Haggiag. Director: Pietro Germi. Guión: Pietro Germi,
Alfredo Gianetti, Tullio Pinelli, Carlo Bernari. Fotografía: Ajace Parolin.
Montaje: Sergio Montanari, Nadia Bonifazi. Música: Carlo Rustichelli.
Dirección Artística: Carlo Egidi. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Stefania San-
drelli, Gigi Ballista, Maria Grazia Gamassi. ****
Comedia negra, muy en la línea de su director, donde se
presenta a un personaje tan inmoral como indica su títu-
lo original. Un violinista (Ugo Tognazzi, irrefrenable en su
esquema de pobre hombre atrapado por las mujeres) ha
de satisfacer sexual y financieramente tanto a su esposa
como a sus dos amantes. Con la última de ellas acaba de
● ●
Muérdeme abajo, Drácula | 323
●
tener su sexto hijo, por lo que el hombre lleva una vida
demasiado ajetreada para, además, cumplir con la sufi-
ciente energía en su trabajo. En realidad, Germi nos lo
presenta, más que como un latin lover satisfecho de sus
conquistas amorosas, como un trabajador del sexo inca-
paz de resistirse a los encantos femeninos y sin mucha
capacidad para ser realmente feliz. Da tanta envidia co-
mo pena, en lo que es una comedia de brillantes diálogos.
■ L.M.C.
MUCHO MÁS QUE AMIGOS
(The Object of My Affection), EE.UU., 1998, 111 min.
Productor: Laurence Mark. Director: Nicholas Hytner. Guión: Wendy
Wasserstein (basado en la novela de Stephen McCauley). Fotografía: Oli-
ver Stapleton. Montaje: Tariq Anwar. Música: George Fenton. Dirección
Artística: Patricia Woodbridge. Intérpretes: Paul Rudd, Kali Rocha, Jen-
nifer Aniston, Lena Cardwell, Natalie B. Kikkenborg, Laurent Pratt, Hay-
den Panettiere, Lauren Chen, Nigel Hawthorne, Alan Alda. ***
La relación entre una chica embarazada sin pareja y un
joven homosexual al que acaba de abandonar su novio
centran la acción de esta simpática comedia que supone
uno de los mejores trabajos de Jennifer Aniston –ex seño-
ra de Brad Pitt y estrella de la TV gracias a la serie
Friends– en el cine. La presencia de secundarios de ver-
dadero lujo, como Nigel Hawthorne y Alan Alda, contri-
buye a la solidez del filme. ■ J.E.
MUCHO MÁS QUE AMIGOS
(Radio Inside), TriPictures, EE.UU., 1994, 87 min.
Productor: John Fiedler, Joe Caracciolo, Jr., Mark Tarlov. Director: Jeffrey
Bell. Guión: Jeffrey Bell. Fotografía: Brian Capener. Montaje: Jim Clark.
Música: Gil Goldstein. Intérpretes: William McNamara, Elizabeth Shue,
Dylan Walsh. **
Las complicaciones sentimentales derivadas del amor
que siente un joven por la novia de su hermano, cuando
se ha trasladado a vivir con ellos tras la muerte de su
padre. Un guión poco airoso del propio Jeffrey Bell, que
en su plasmación en imágenes cuenta con el valor que le
proporciona la presencia de Elizabeth Shue, nunca tan
dramática como en Leaving Las Vegas, ni tan entrañable
como en Desmontando a Harry. ■ M.Q.
MUÉRDEME ABAJO, DRÁCULA
(Graf Dracula in Oberhayern), Lisa Film/Residenz Film, Alemania,
1979, 88 min.
Director: Carlo Ombra. Guión: Grunbach, Rosenthal. Fotografía: Heinz
Holscher. Música: Gerhard Heinz. Intérpretes: Gianni Garko, Bethy Ver-
ges, Bea Fiedler, Ralf Wolter. ●
Con decir que es una comedia alemana que imita a las
italianas ya podría estar todo dicho, puesto que lo peor
que puede existir es querer aparentar algo que no se es.
Y los alemanes no son italianos, en fin, un lío. Esta burles-
ca aproximación al vampiro se fundamenta en lujuriosas
●
324| Mujer de cuidado, Una
● ●
chicas desnudas y en un nulo sentido del humor que con-
siste en una sucesión de caídas de burdos personajes con
toda clase de taras. Nuestro chupóptero amigo se levan-
ta de la tumba en compañía de su mujer molestados por
el ruido de una discoteca amoral que los dueños del cas-
tillo han colocado en sus instalaciones. Tras chupar toda
la sangre potable que pueden, finalmente hasta cobrarán
por sus servicios. Si este engendro no acaba con el mito
de Drácula, ya nada lo hará. ■ L.M.C.
MUJER DE CUIDADO, UNA
(Will Success Spoil Rock Hunter?), Fox, EE.UU., 1957, 94 min.
Productor: Frank Tashlin. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin
(basdo en la obra de George Axelrod). Fotografía: Joseph MacDonald.
Montaje: Hugh S. Fowler. Música: Cyril J. Mockridge. Dirección Artística:
Lyle Wheeler, Leland Fuller. Intérpretes: Jayne Mansfield, Tony Randall,
Betsy Drake, Joan Blondell, John Williams, Henry Jones, Lili Gentle, Mic-
key Hargitay, Georgia Carr, Groucho Marx. ****
Dibujante de comics y posteriormente de filmes de ani-
mación, y más adelante argumentista y coguionista de
numerosos títulos, la carrera de Frank Tashlin (1913-1972)
ha quedado a menudo eclipsada por sus numerosas y
celebradas colaboraciones con Jerry Lewis, quien, hones-
to, ha manifestado que había aprendido el oficio de cine-
asta gracias a sus películas bajo las órdenes de este rea-
lizador. Sin embargo, en la trayectoria de Tashlin existe
también un antes y un después de su fructífera asocia-
● ●
●
ción con Jerry Lewis, con títulos que igualan e incluso
superan sus trabajos con el genial cómico norteamerica-
no. Uno de ellos es, sin duda, Una mujer de cuidado.
Fue éste el décimo largometraje y la segunda colabo-
ración de Tashlin con Jayne Mansfield, a quien un año
antes había dirigido, junto a Tom Ewell, en The Girl Can´t
Help It. Tashlin tomó como punto de partida una obra
teatral de George Axelrod, el autor de “The Seven Year
Itch”, que daría lugar a esa obra maestra de Billy Wilder
que es La tentación vive arriba. El texto de Axelrod fue,
sin embargo, sólo un pretexto para que Tashlin edificara
una demoledora sátira de la sociedad norteamericana de
la época, que no deja demasiados títeres con cabeza: la
moral, el mundo de la televisión, la represión sexual, la
jungla de los negocios, todo pasa ante la cámara y el
ácido enfoque crítico del director.
La Fox, productora de la película, no tuvo dudas ante
quién debía ser su protagonista femenina: Jayne Mans-
field había interpretado la comedia de Axelrod, con éxito,
en Broadway, y tras ciertos tiras y aflojas sobre los dere-
chos, el estudio se hizo con la obra teatral. Haciendo gala
de su astucia, Tashlin cumplió los deseos de la Fox al con-
vertir el filme en un vehículo de lanzamiento de su nueva
estrella, aunque llevándolo hasta tal extremo que lo que
puede verse no es sino una caricatura de lo que el ameri-
cano de a pie de finales de los cincuenta tenía como
oscuro objeto de deseo. Randall, eminente cómico quizá
no suficientemente reconocido, da una perfecta réplica a
la actriz en su papel de agente publicitario capaz de todo
con tal de aumentar el nivel de consumo y no perder su
empleo. En el filme aparece también el forzudo Mickey
Hargitay, que el año siguiente se casaría con la Mansfield,
y, en una breve intervención, el gran Groucho Marx. ■ J.E.
MUJER DEL AÑO, LA
(Woman of the Year), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1942, 112 min.
Productor: Joseph L. Mankiewicz. Director: George Stevens. Guión: Ring
Lardner, Jr., Michael Kanin. Fotografía: Joseph Ruttenberg. Montaje:
Frank Sullivan. Música: Franz Waxman. Dirección Artística: Cedric Gib-
bons, Randall Duell. Vestuario: Adrian. In
ntérpretes: Spencer Tracy, Kat-
harine Hepburn, Fay Bainter, Reginald Owen, Minor Watson, William
Bendix, Gladys Blake, Dan Tobin, Roscoe Karns, William Tannen. ****
La mujer del año es la primera película en que coincidie-
ron Spencer Tracy y Katharine Hepburn y la que marca la
pauta de lo que será un perfecto entendimiento artístico
y sentimental. Ocho películas más les deparará el destino,
en un recorrido de 25 años, en los que veríamos enveje-
cer paulatinamente a los actores –principalmente, Tracy,
que, a diferencia de los grandes actores de la Meca,
empezó a peinar canas muy pronto– y adquirir una fami-
liaridad con el público incomparable. No todas ellas serí-
an buenas, desde luego, y algunas, como Su otra esposa
o Adivina quien viene a cenar esta noche, incluso acredi-
tan una mediocridad notable, pero siempre estaba en
ellas la función asegurada, gracias al magnetismo que de
la pareja emana, gracias a la poderosa personalidad de
los actores y su conjunción perfecta.
●

● ●
La mujer del año no está dirigida por George Cukor,
sino por un diestro profesional carente de mundo propio,
pero soldado a la perfección a los presupuestos de la
obra, George Stevens; sin embargo, es un magnífico pre-
cedente de La costilla de Adán, que ésa sí era de Cukor, y
la más luminosa perla de la pareja. Tracy y Hepburn son
también en La mujer del año un matrimonio de la misma
profesión –periodismo–, aunque de objetivos divergen-
tes. Lo profesional y lo íntimo entran así en conflicto. La
eterna batalla de los sexos, plasmada magistralmente
mediante un guión ágil, irónico, inevitablemente teatral,
dado su origen –la obra de Broadway la había interpreta-
do previamente la Hepburn, y años más tarde, en su ver-
sión musical, la protagonizarían Lauren Bacall, casual-
mente la actriz de Mi desconfiada esposa, y Raquel
Welch–, y rico en diálogos. Por supuesto, que por muy
bueno que sea el texto nada sería lo mismo sin la inigua-
lable composición de Hepburn y Tracy, todo un prodigio.
■ J.B.C.
MUJER DE LAS DOS CARAS, LA
(Two-Faced Woman), M-G-M, EE.UU., 1941, 94 min.
Productor: Gottfried Reinhardt. Director: George Cukor. Guión: S. N.
Behrman, Salka Viertel, George Oppenheimer. Fotografía: Joseph Rut-
tenberg. Montaje: George Boemler. Música: Bronislau Kaper. Dirección
Artística: Cedric Gibbons, Daniel B. Cathcart. Intérpretes: Greta Garbo,
Melvyn Douglas, Constance Bennett, Ruth Gordon, Roland Young,
Frances Carson. ***
Tras una carrera dominada por papeles que incluían casi
siempre un componente de tragedia y misterio, Greta
Garbo pudo por fin reírse a carcajadas en la pantalla. El
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Mujer del aviador, La | 325
●
milagro lo obró Ninotchka, título cumbre de la screwball
comedy. Como se esperaba, la vena cómica de la “Divina”
no sólo resultó aceptable, sino que entusiasmó a las ma-
sas. El espectacular éxito de taquilla de la cinta, el prime-
ro de la diva en los últimos años, animó a la Metro a in-
cluirla en el reparto de una segunda comedia: La mujer de
las dos caras. La película presenta a Greta ejerciendo de
vampiresa en una historia de excentricidad fingida e iden-
tidades falsas: una mujer trama un plan para recuperar la
atención de su marido (Douglas) haciéndose pasar por su
imaginaria hermana gemela, recurriendo a una escondida
reserva de encanto y vivacidad. La imagen de Garbo, en
un papel más adecuado para el talento de Irene Dunne, es
demasiado ensoñadora para esta clase de frivolidad, y
aunque parodia amablemente su propia imagen, tiende a
ser eclipsada por Constance Bennett como la otra mujer.
El guión, en cualquier caso, es una especie de zona catas-
trófica, en parte porque la cinta fue denunciada por la
Legión de la Decencia, retirada apresuradamente y par-
cialmente doblada de nuevo con una sosería que a veces
se hace incomprensible (la trama fue equipada con una
escena añadida que mostraba al marido descubriendo el
ardid de su esposa desde el principio, aunque las escenas
subsiguientes parecían contradecir esta información).
Tras el fracaso comercial del filme, MGM no hizo más
screwball comedies, y Garbo se retiró del cine para pre-
servar así la imagen que la hizo célebre. Cierto, el intento
de americanizar la imagen de la “Divina” (los embargos
de la guerra le habían privado de su leal público europeo)
no funcionó, pero hay mucho que disfrutar en esta entre-
tenida comedia romántica, realzada por el lustre de la
Metro, sólidos personajes secundarios y la cuidadosa
dirección de George Cukor. Hoy podemos apreciarla por
lo que es: una bien interpretada pieza de espuma. Aten-
ción a Greta bailando el “Chica-Chocka”. ■ J.T.
MUJER DEL AVIADOR, LA
(La femme de l’aviateur), Francia, 1981, 108 min.
Productor: Margaret Ménégoz. Director: Eric Rohmer. Guión: Eric Roh-
mer. Fotografía: Bernard Lutic. Montaje: Cécile Decugis. Intérpretes: Phi-
lippe Marlaud, Marie Rivière, Ann-Laure Meury, Mathieu Carrière, Phi-
lippe Caroit, Coralie Clément. ***
Después de su serie de seis “Cuentos morales”, caracteri-
zados por las dos opciones que se le ofrecen al protago-
nista y de entre las cuales tiene que elegir una que repre-
sentaría un giro radical a su modo de vivir, Rohmer abrió
un paréntesis en su carrera, dedicado a la recreación de
clásicos como Von Kleist y su La marquise d´O y Chrétien
de Troyes con Perceval le Gallois y su iniciación en el
mundo teatral. La vuelta a su concepción de las historias
integradas en bloques la hizo en 1980, con una serie titu-
lada “Comedias y proverbios”, en la que, según sus pro-
pias palabras aparecidas en el periódico “Le Monde”: «...el
proverbio es sólo un pretexto. Existe un proverbio apa-
rente y el proverbio oculto, y aunque yo lo tome en serio,
el verdadero proverbio no es el que se dice al principio».
A lo que nosotros añadiríamos: «...sino el que podría des-
●
326| Mujer del obispo, La
● ●
prenderse del final, según el leal saber del espectador».
El que leemos al iniciarse La mujer del aviador es el de
«on ne saurait pensere a rién», o sea, «no es posible no
pensar en nada». Y el que podría desprenderse al final
sería algo así como «no hay que creer en las apariencias,
a menos que uno quiera hacerlo». François está enamo-
rado de Anne y siente celos de un antiguo amante, cuan-
do lo ve por la calle con una rubia, su curiosidad le hace
seguirles. Nada será como aparenta.
Película lúcida y lúdica, la define Enriqueta Alberich, La
mujer del aviador contiene diálogos divertidísimos a tra-
vés de los que se desgrana una historia en el fondo tris-
te, de soledad, egoísmo e incomprensión en las relacio-
nes humanas, tratada a nivel de ingeniosa comedia, en el
estilo Marivaux, tan caro al autor y de tan fuerte tradición
francesa. Fue rodada en 16 milímetros y luego ampliada a
35 para su exhibición, con el fin de dotarla de una mayor
frescura y autenticidad. La canción “París m´a seduit”, to-
do un resumen final, está cantada por Arielle Dombasle,
actriz que participará en otros filmes rohmerianos. ■ M.Q.
MUJER DEL OBISPO, LA
(The Bishop’s Wife), RKO, EE.UU., 1947, 105 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: Henry Koster. Guión: Robert E.
Sherwood, Leonardo Bercovici (basado en la novela de Robert Nathan).
Fotografía: Gregg Toland. Montaje: Monica Collingwood. Música: Hugo
Friedhofer. Dirección Artística: Charles Henderson. Vestuario: Irene
Sharaff. In
ntérpretes: Cary Grant, David Niven, Loretta Young, Monty
Woolley, James Gleason, Gladys Cooper, Elsa Lanchester, Sara Haden.
***
Quizá el ángel más popular en el cine clásico sea Claren-
ce en busca de sus alas en ¡Qué bello es vivir! Pero el
Dudley de Cary Grant en La mujer del obispo no es un
● ●
●
secundario, sino todo un ángel protagonista, cuya natu-
raleza consiste en ser amable, elegante y encantador. En
principio el papel estaba destinado a David Niven, pero el
productor Samuel Goldwyn le adjudicó el de obispo epis-
copaliano preocupado por los problemas económicos y
descuidado con su esposa.
Para el personaje femenino, primero se barajaron a las
actrices Teresa Wright y Jean Arthur, pero ambas estaban
embarazadas, por lo que la elección fue a parar a Loretta
Young. También el director Irvin Reis reclutado al princi-
pio –acababa de dirigir a Grant en el largometraje El sol-
terón y la menor– acabó por ser reemplazado por Henry
Koster, realizador prolífico, que luego fue el artífice de
otra gran comedia fantástica, El invisible Harvey con
James Stewart. ■ M.Q.
MUJER DEL PREDICADOR, LA
(The Preacher’s Wife), EE.UU., 1996, 124 min.
Productor: Samuel Goldwyn Jr. Director: Penny Marshall. Guión: Nat
Mauldin, Allan Scott (basado en la novela “The Bishop’s Wife”, de
Robert Nathan, y en el guión de Robert E. Sherwood y Leonardo Berco-
vici). Fotografía: Miroslav Ondrícek. Montaje: George Bowers, Stephen
A. Rotter. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística: Dennis Bradford.
Intérpretes: Denzel Washington, Whitney Houston, Courtney B. Vance,
Gregory Hines, Jenifer Lewis, Loretta Devine. **
Los créditos de esta película dejan bien claro que su
trama está basada en un guión de Robert E. Sherwood y
Leonard Bercovici, pues se trata, en efecto, de la nueva
versión de una comedia americana de 1947, La mujer del
obispo, producida por Samuel Goldwyn e interpretada
por Cary Grant, Loretta Young y David Niven.
La mujer del predicador tiene por protagonista a un
reverendo bonachón (Courtney B. Vance: David Niven en
el título precedente) con muchos problemas con su mujer
(Whitney Houston como relevo de Loretta Young) y con
su iglesia, codiciada por un millonario que quiere levantar
ahí un complejo comercial. Menos mal que sus súplicas al
Señor serán atendidas y del cielo bajará un ángel (Denzel
Washington en el papel de Cary Grant) para arreglarle las
cosas a nuestro infeliz héroe en las fechas mismas (no
podían ser otras: ésta es una fabulita de bondad y cora-
zones puros) de la Navidad; ángel tan apuesto, ya lo
habrán deducido, acarreará no obstante un pequeño pro-
blema: le hará tilín a la esposa del reverendo.
La acción, como se ve, se ha trasladado a la comuni-
dad negra, lo que proporciona a la película algunas enér-
gicas escenas de canciones y aleluyas en la iglesia, sin
duda las más atractivas de sus (abusivas) dos horas y
pico de duración.
Porque La mujer del predicador es una más de esas
obras de Penny Marshall con tanto oficio como asepsia,
es una comedia ligera, light, baja en calorías y de princi-
pio a fin predecible, con no pocos apeaderos para la edi-
ficación moral (como la metáfora baloncestista con que
nuestro reverendo levanta el ánimo de un jovencito con
problemas). El que tenga claro lo que ha de hacer, lo que
es, una comedia bostezará de lo lindo ante este desinfec-
●

● ●
tado juguete celestial, susceptible de agradar al público
exento de exigencias, ese que se fascina igual con la Naci-
da ayer de Luis Mandoki que con la de George Cukor. ■
J.B.C.
MUJER DE ROJO, LA
(The Woman in Red), EE.UU., 1984, 87 min.
Productor: Victor Drai. Director: Gene Wilder. Guión: Gene Wilder, Jean-
Loup Dabadie, Yves Robert. Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Christop-
her Greenbury. Música: John Morris, Stevie Wonder. Intérpretes: Gene
Wilder, Charles Grodin, Joseph Bologna, Judith Ivey, Michael Huddles-
ton, Kelly LeBrock, Gilda Radner. **
La pegadiza canción de Stevie Wonder “I Just Called to
Say I Love You”, que se llevó un Oscar, y la imagen de
LeBrock vestida de rojo con las faldas levantadas, a lo
Marilyn, dieron fama y dinero a esta comedia discreta,
versión americana de la francesa Un elefante se equivoca
enormemente, dirigida en 1976 por Yves Robert. ■ J.B.C.
MUJER DIFAMADA, UNA
(Libeled Lady), M-G-M, EE.UU., 1936, 98 min.
Productor: Lawrence Weingarten. Director: Jack Conway. Guión: Mauri-
ne Watkins, Howard Emmett Rogers, George Oppenheimer (basado en
una historia de Wallace Sullivan). Fotografía: Norbert Brodine. Montaje:
Frederick Y. Smith. Música: William Axt. Dirección Artística: Cedric Gib-
bons, William A. Horning. Vestuario: Dolly Tree. In
ntérpretes: William
Powell, Myrna Loy, Jean Harlow, Spencer Tracy, Walter Connolly, Charley
Grapewin, Cora Witherspoon, E. E. Clive. ****
Un diamante de los tiempos en que sabían cómo hacer
screwball comedy. Spencer Tracy interpreta a Warren
Haggerty, el burlón editor de un periódico que publica
por error el supuesto romance de la heredera Connie
Allensbury (Loy) con el marido de otra mujer, un lord in-
glés. La millonaria demanda al periódico por cinco millo-
nes de dólares. Warren, que está a punto de casarse con
Gladys Benton (Harlow), a la que ha plantado en el altar
varias veces, debe llegar hasta el fondo de la historia y
anular la demanda que podría costarle su empleo. Con-
trata a Bill Chandler (Powell) para que se case con Gladys
(sólo nominalmente), y después seduzca a Connie. Si esto
funciona, Gladys podrá demandar a la heredera y des-
pués acordar retirar su demanda si Connie retira la suya.
En vez de eso, la pareja se enamora de verdad, para
divertida consternación del periodista, cuya propia boda
fue aplazada cuando comenzó el plan.
Una mujer difamada combina los talentos de cuatro
actores de primer nivel con un guión chispeante y una
atmósfera soberbia, mientras el director Jack Conway
mantiene un ritmo vertiginoso y el brillo de MGM añade
un acabado de calidad. No traten de buscar ningún sen-
tido a la trama, simplemente relájese y disfruten las ale-
gres digresiones de un reparto que parecía estar pasán-
doselo en grande haciendo esta película, y cuya actua-
ción conjunta es un placer para la vista. El tema de la
plaga que los periodistas suponen para los ricos sirve
● ●
Mujeres | 327
●
para hacer girar las ruedas de la trama, pero esta vez es
el engaño sexual en vez del antagonismo sexual lo que se
convierte en amor, capitalizando el exitoso empareja-
miento de Powell con Loy. El slapstick iba a jugar un gran
papel en definir el mundo de la screwball, y la escena de
la “lección de pesca” de esta farsa maravillosamente arti-
ficial se cuenta entre el mejor humor físico de la década.
La grosera agresividad de Harlow como la demasiadas
veces abandonada novia de Tracy contrasta efectivamen-
te con la atractiva reserva de la heredera Loy, al igual que
lo hace el fingido refinamiento elitista de Powell con el
ímpetu de clase obrera de Tracy.
Jack Conway no es Leo McCarey o Howard Hawks, y
esta película no iguala a La pícara puritana o La fiera de
mi niña. Aún así, Una mujer difamada es una de las mejo-
res screwball comedies de los años treinta. ■ J.T.
MUJERES
(The Women), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1939, 132 min.
Productor: Hunt Stromberg. Director: George Cukor. Guión: Anita Loos,
Jane Murfin (basado en la obra de Clare Boothe Luce). Fotografía: Oliver
T. Marsh, Joseph Ruttenberg. Montaje: Robert J. Kern. Música: Edward
Ward, David Snell. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Wade B. Rubot-
tom. Vestuario: Adrian. Intérpretes: Norma Shearer, Joan Crawford,
Rosalind Russell, Mary Boland, Paulette Goddard, Joan Fontaine, Lucile
Watson, Phyllis Povah, Florence Nash, Virginia Weidler. ****
En 1936 la escritora Clare Boothe llevó a los escenarios de
Broadway una ácida comedia, “The Women”, cuyo repar-
to era exclusivamente femenino. El argumento gira alre-
dedor de los chismorreos, las traiciones y rivalidades
entre un grupo de mujeres, centrado en el divorcio solici-
tado por el marido de una de ellas y su romance con una
ambiciosa dependienta de perfumería. La codicia, el
poder social y la conquista de la estabilidad sentimental
son los temas de una obra de una causticidad subterrá-
nea, a pesar del aparente conformismo final, con la vuel-
ta al redil matrimonial, que no es más que la demostra-
ción de la fuerza de las convenciones de una sociedad
estratificada. Los diálogos son un prodigio de observa-
ción y malignidad, al estilo Wilde.
La película tenía que ser dirigida en un principio por
Gregory La Cava e interpretada por Claudette Colbert,
pero cuando el proyecto fue asumido por la MGM el
reparto se convirtió en un desfile de estrellas, lideradas
por Norma Shearer, la preferida de la casa, reciente viuda
del poderoso productor Irving Thalberg. La realización
fue encomendada a Cukor, cuya maestría en el género de
la alta comedia y su perfecta habilidad para lidiar con fa-
mosas actrices le convertía en el hombre adecuado. El
guión lo escribieron al alimón Anita Loos –la de Los caba-
lleros las prefieren rubias– y Jane Murfin, aunque en su
redacción intervinieron también, sin acreditarse, Scott
Fitzgerald, Sidney Franklin y Donald Odgen Stewart. En-
tre todos supieron conservar y transmitir en imágenes,
sin desvirtuarla, esta crónica de la alta burguesía ameri-
cana, desde el punto de vista de una particular “libera-
ción” femenina. El rodaje fue todo menos una balsa de
●
328| Mujeres al borde de un ataque de nervios
● ●
aceite, a causa de la rivalidad entre Norma Shearer y Joan
Crawford por cuestiones de preeminencia personal, a lo
que se unió Paulette Goddard, entonces esposa de Char-
les Chaplin y reciente el éxito de ambos en El gran dicta-
dor. La cinta no obtuvo ningún Oscar, porque aquel fue el
año de Lo que el viento se llevó, Adiós Mr. Chips y La dili-
gencia. En 1956, la misma Metro quizó hacer un remake
del filme, cambiando los diálogos e introduciendo acto-
res masculinos en el reparto. Se tituló El sexo opuesto, las
mujeres fueron June Allyson, Joan Collins y Dolores Gray
y la dirigió David Miller con más pena que gloria. ■ M.Q.
MUJERES AL BORDE DE UN ATAQUE
DE NERVIOS
El Deseo, España, 1988, 98 min.
Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: José
Luis Alcaine. Montaje: Jose Salcedo. Música: Bernardo Bonezzi. Vestua-
rio: José María de Cossio. Intérpretes: Carmen Maura, Antonio Banderas,
Fernando Guillén, Julieta Serrano, María Barranco, Rossy de Palma, Kiti
Manver, Chus Lampreave, Loles León. ****
Esta película fue el reconocimiento internacional de Pe-
dro Almodóvar: gran éxito allende nuestras fronteras y
nominación al Oscar a la Mejor Película de Habla No
Inglesa (que se llevó Pelle el conquistador). El reconoci-
miento de Almodóvar dentro de nuestro ámbito fue ante-
rior, pero no mucho. Pepi, Luci, Bom y otras chicas del
montón, su tronado debut en las pantallas, y Laberinto de
pasiones, otro juguete “pasota”, fueron saludados sólo
como espejos nada sutiles que reflejaban lo que se dió en
llamar la “movida madrileña”. Pero ya Entre tinieblas fue
un toque de atención entre los descreídos, pues ahí se
vislumbraba a un director con clase, y qué decir de ¿Qué
he hecho yo para merecer esto?, Matador o La ley del
deseo, que lo confirmaban con toda duda despejada. Así
llega Almodóvar a su mejor comedia, merecedora de su
triunfal carrera. Porque, para empezar, Mujeres al borde
de un ataque de nervios tiene como principal atributo un
guión de hierro, soldado a la perfección, como pocos,
muy pocos, desgraciadamente, se dan en el cine español;
un guión, encima, que ningún miedo le tiene al disparate.
Así como La fiera de mi ñiña mezclaba huesos de dino-
saurio y perros, cazadores africanos, psiquiatras desqui-
● ●
●
ciados, millonarios excéntricos y un par de panteras, Al-
modóvar aquí mezcla, entre otras cosas, una actriz de
doblaje en crisis sentimental, su amante que la abandona
por otra, fragmentos de Johnny Guitar, una virgen desflo-
rada por húmedo sueño, un anuncio del detergente “Ecce
Omo” que limpia las manchas de sangre que deja un psi-
cópata, una chica obsesionada por la persecución de
unos terroristas chiitas, una esposa vengadora tomada en
planificación hitchcockiana, un bolero de “La Lupe”, un
taxista surreal, unas simpáticas telefonistas y muchos
teléfonos, amén de un gazpacho peculiar. El cóctel lo vi-
sualiza Almodóvar con ese toque posmoderno que le ca-
racteriza, pero con mucha elegancia y manteniendo el
“tempo” propio de las mejores comedias, de manera que
el enredo se consume de un solo y plácido trago. Y, tam-
bién, como en las mejores comedias, un extraordinario
plantel de actores principales y secundarios conquista
una respetable parcela de nuestra felicidad. Sin lugar a
dudas, una muy distinguida comedia. ■ J.B.C.
MUJERES BAJO LA LUNA
(Moonlight and Valentino), EE.UU., 1995, 105 min.
Productor: Tim Bevan, Eric Fellner, Alison Owen. Director: David Ans-
paugh. Guión: Ellen Simon (basado en su propia obra). Fotografía: Julio
Macat. Montaje: David Rosenbloom. Música: Howard Shore. Dirección
Artística: David B. Ferguson. Intérpretes: Elizabeth Perkins, Whoopi
Goldberg, Shadia Simmons, Erica Luttrell, Matthew Koller, Gwyneth Pal-
trow, Kathleen Turner, Scott Wickware. ***
El marido de Rebeca muere una mañana atropellado por
un coche, hecho que la sumirá en una depresión de la que
tres de sus amigas intentarán sacarla. El guión de esta
película está basado en una obra teatral autobiográfica
de la hija del célebre dramaturgo Neil Simon y, aunque
precisamente se resiente de este origen, es una produc-
ción más que aceptable. El cantante Jon Bon Jovi realiza
una fugaz aparición en esta cinta repleta de caras cono-
cidas. ■ G.Q.
MUJERES DE VERDAD TIENEN
CURVAS, LAS
(Real Women Have Curves), EE.UU., 2002, 90 min.
Productor: Effie Brown, George LaVoo. Director: Patricia Cardoso.
Guión: George LaVoo, Josefina Lopez (basado en la obra de Josefina
Lopez). Fotografía: Jim Denault. Montaje: Sloane Klevin. Música: Heitor
Pereira. Dirección Artística: Deborah Riley, Amy R. Strong. Intérpretes:
America Ferrera, Lupe Ontiveros, Ingrid Oliu, George Lopez, Brian Sites,
Soledad St. Hilaire, Lourdes Perez, Jorge Cervera Jr., Felipe de Alba, José
Gerardo Zamora Jr. ***
El choque entre las diferentes concepciones de la vida de
una madre tradicional y una hija con pretensiones univer-
sitarias en una familia de emigrantes mexicanos. La
colombiana Patricia Cardoso lleva a la pantalla la pieza
teatral de Josefina López, que nos habla no tanto de las
dificultades de integración de los chicanos como de la
liberación de sus propios esquemas mentales. ■ M.Q.
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● ●
MUJERES EN VENECIA
(The Honey Pot), United Artists, Reino Unido, 1967, 150 min.
Productor: Joseph L. Mankiewicz, Charles K. Feldman. Director: Joseph
L. Mankiewicz. Guión: Joseph L. Mankiewicz (basado en la obra “Mr. Fox
of Venice”, de Frederick Knott, y en la obra “Volpone”, de Ben Jonson).
Fotografía: Gianni Di Venanzo. Montaje: David Bretherton. Música: John
Addison. Dirección Artística: John F. DeCuir. Intérpretes:: Rex Harrison,
Susan Hayward, Cliff Robertson, Capucine, Edie Adams, Maggie Smith.
*****
He aquí una obra para cinéfilos de fino paladar: una co-
media elegante, incisiva, inteligente y divertidísima. Pelí-
cula de un maestro del cine llamado Joseph L. Mankie-
wicz. Por entonces Mankiewicz atravesaba una mala épo-
ca. El tantálico rodaje de Cleopatra le había marcado; de
hecho, ya sólo realizaría tres filmes desde entonces: el
que nos ocupa, El día de los tramposos y La huella. Muje-
res en Venecia es una fábula descreída sobre el amor, el
dinero y el tiempo, en la que un millonario excéntrico cita
a sus tres antiguas amantes en su mansión, finge su
muerte y observa sus reacciones. Mankiewicz se basó en
una obra que a su vez se inspiraba en el “Volpone” de Ben
Jonson, pero la hizo suya mediante unos diálogos que
funcionan con la perfección de un mecanismo de reloje-
ría. El tanto definitivo es un reparto insuperable. ■ J.B.C.
MUJER FANTASMA, LA
(Topper Returns), Roach/United Artists, EE.UU., 1941, 95 min.
Productor: Hal Roach. Director: Roy Del Ruth. Guión: Jonathan Latimer,
Gordon Douglas, Paul Gerard Smith. Fotografía: Norbert Brodine. Mon-
taje: James Newcom. Música: Werner R. Heymann. Dirección Artística:
Nicolai Remisoff. Intérpretes: Joan Blondell, Roland Young, Carole Lan-
dis, Billie Burke, Dennis O’Keefe, Patsy Kelly. ****
En 1937, la Metro Goldwyn Mayer consiguió uno de los
éxitos más sorprendentes del año con una película cen-
trada en Cosmo Topper, héroe de las novelas de Thorne
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Mujer para dos | 329
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Smith, un tímido e insignificante banquero cuya vida se
ve alterada por las interferencias de un par de simpáticos
pero entrometidos fantasmas. En España la película se
tituló Una pareja invisible, y los protagonistas eran Cons-
tance Bennett y Cary Grant. La idea se inspiraba lógica-
mente en “El hombre invisible”, de H. G. Wells, pero tra-
tando la invisibilidad en plan de comedia norteamericana
tradicional, muy cercana a las screwballs, entonces en su
apogeo. Después de aquella primera cinta (que tiene el
dudoso honor de ser uno de los dos o tres primeros fil-
mes coloreados por Ted Turner cuando se quedó la fil-
moteca de la Metro) vino La pareja invisible se divierte, en
la que Cary Grant se había descolgado del reparto. Y des-
pués se estrenó La mujer fantasma, considerado por
muchos críticos como el mejor título de la serie, aunque
en este punto pueden surgir discrepancias.
La estrella absoluta de la serie es el gran actor carac-
terístico Roland Culver. Le cambian todos los fantasmas
que pululan a su alrededor pero él siempre les eclipsa. Él
es Cosmo Topper, un personaje inolvidable por su huma-
nidad y por las divertidas cosas que le ocurren. En La
mujer fantasma, sus problemas se complican porque él y
sus amigos de la otra dimensión se ven envueltos en un
complicado caso de asesinato. Los géneros cinematográ-
ficos se tocan y se entrecruzan para buscar un espectá-
culo más atractivo. Durante más de una década los per-
sonajes quedaron en estado de hibernación, pero duran-
te la temporada 1953/54 inspiraron una serie para TV y en
1979 se hizo un irrelevante remake para el cine con Kate
Jackson de protagonista. ■ A.C.
MUJERIEGO, EL
España, 1963, 105 min.
Director: Francisco Pérez-Dolz. Guión: J.L. Carrillo, Cassen, Manuel Mar-
tín, Francisco Pérez-Dolz, José María Ricarte. Fotografía: Salvador Torres
Garriga. Música: José Solá. Intérpretes: Cassen, Carmen de Lirio, Alicia
Márquez, Gloria Osuna, Milo Quesada, Margaret Rose, Paloma Valdés. *
El mismo año de su estupenda A tiro limpio (un muy rei-
vindicable clásico del cine policiaco barcelonés), Pérez-
Dolz realizó esta modesta comedia protagonizada por un
sujeto fácilmente enamoradizo. Los brillantes recursos
cómicos de Cassen constituyen lo más destacable de la
función. ■ J.B.C.
MUJER PARA DOS, UNA
(Design for Living), Paramount, EE.UU., 1933, 90 min.
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Ben Hecht
(basado en la obra “Design for Living”, de Noel Coward). Fotografía: Vic-
tor Milner. Montaje: Francis Marsh. Intérpretes: Fredrick March, Gary
Cooper, Edward Everett Horton, Miriam Hopkins, Franklin Pangborn,
Isabel Jewell. ***
Esta es, sucinta, la peripecia: una mujer, Gilda Farrell, y
dos hombres, Tom Chambers y George Curtis, dramatur-
go el primero y pintor de fina brocha el segundo, coinci-
den en un viaje en tren. Ellos se enamoran súbitamente
●
330| Multimillonario, El
● ● ●

de la muchacha y casi les cuesta la amistad, pero ella,

sutil e inteligente –y, en el fondo, enamorada también de
los dos–, empieza a tramar dispositivos varios para la
concordia triangular, hasta el punto de que la arcangélica
presencia en sus vidas marcará el triunfo artístico de los
dos polluelos.
Esta comedia, Una mujer para dos, realizada por Ernst
Lubitsch en 1933 entre su episodio de Si yo tuviera un
millón y La viuda alegre, parte de una fuente textual afín
al realizador –por sus bodevilescas formas– pero, esta
vez, no de extracción centroeuropea, sino procedente de
una pieza de Noel Coward –”Design For Living”, título de
la obra y del filme– magníficamente estructurada en su
guión por Ben Hecht, uno de los grandes del Holywood
dorado. La película tuvo que sortear las espinas morales
impuestas por el código Hays, tanto más por tratarse de
algo así como un elogio de los placeres del ménage à
trois, y tuvo que aligerar la malicia picante del original.
Con todo, Hecht –que rehizo casi completamente el diá-
logo de Coward– y Lubitsch dieron a luz una brillante y
majestuosa comedia sobre el amor, la amistad y los sen-
timientos, a cuyo resultado global contribuyeron decisi-
vamente los tres actores principales: Gary Cooper y Fre-
dric March, todo y no ser sus personalidades lo sofistica-
das que la obra requería, llevaron a cabo un estimable
trabajo, gracias, sobre todo, a la simpatía que la pareja
irradiaba; por lo que hace a Miriam Hopkins no dejó aso-
mos de duda: ella es una de las grandes comediantas del
cine americano de los años treinta, a la altura misma de decide convertirse en gran estrella del musical y, como le
Claudette Colbert, Carole Lombard o Katharine Hepburn. sobra el dinero, contrata nada menos que a Gene Kelly,
Ellos –más, nuevamente, la indispensable contribución de Bing Crosby, Milton Berle y Fred Astaire, in person, para
Edward Everett Horton– dan a la película su verdadera que le enseñen sus secretos. Es un argumento muy pro-
dimensión humorística. Es una excelente comedia, aun- pio de un vodevil romántico que es cierto que no posee
que en la filmografía de Lubitsch acaso no sea uno de sus el ingenio habitual ni de sus guionistas ni de su director,
mejores títulos. ■ J.B.C. y así lo criticaron los comentadores de películas de los
años 60. Pero en algunos momentos surge la magia y se
olvidan todos los fallos. Es cuando aparece Marilyn. Y
MULTIMILLONARIO, EL sobre todo cuando resucita y convierte en memorables
(Let’s Make Love), 20th Century-Fox, EE.UU., 1960, 118 min. con su sola presencia, y sin ninguna puesta en imágenes
Productor: Jerry Wald. Director: George Cukor. Guión: Norman Krasna, ni coreografía específica, algunos números musicales que
Hal Kanter. Fotografía: Daniel L. Fapp. Montaje: David Bretherton. Músi- ya se habían visto antes en el cine. Cuando Yves Montand
ca: Lionel Newman. Dirección Artística: Lyle R. Wheeler, Gene Allen. se enamora de ella en “Mi corazón pertenece a papá”
Intérpretes: Marilyn Monroe, Yves Montand, Tony Randall, Frankie Vaug- (una situación que se repitió en la vida real y que puso en
han, Wilfrid Hyde White. *** peligro el matrimonio del actor con Simone Signoret) al
espectador le sucede lo mismo. Y aumenta su pasión a
Cuentan los cronistas de la época que la Fox quería hacer través de “Let’s Make Love”, “Specialization”, “Incurably
una película que satirizase la figura de Howard Hughes Romantic”, “Sing Me a Song that Sells”, “You With the
pero, al parecer, sus abogados decidieron finalmente que Crazy Eyes” y “Give Me the Simple Life”. Poco más de un
no valía la pena meterse en camisas de once varas sobre año más tarde, y después de haber protagonizado Vidas
todo porque Marilyn tenía demasiados problemas perso- rebeldes, Marilyn entraría en la leyenda con su inespera-
nales y cualquier pleito, por pequeño que fuese, todavía da y misteriosa muerte. ■ A.C.
empeoraría más sus relaciones profesionales con el estu-
dio. Finalmente, se decidió hacer un remake de un viejo
filme de la productora. MUNDO APARTE, UN
El multimillonario es la historia del montaje de un (Car Wash), Universal, EE.UU., 1976, 97 min.

espectáculo musical en Broadway y es también la histo-
ria de un hombre a quien le sobran los millones y está dis-
puesto a cualquier cosa por conquistar el amor de una
mujer que le ha deslumbrado. Su amor es tan grande que
Productor: Art Linson, Gary Stromberg. Director: Michael Schultz.
Guión: Joel Schumacher. Fotografía: Frank Stanley. Montaje: Christopher
Holmes. Música: Norman Whitfield. Dirección Artística: Robert Clat-
worthy. Vestuario: Daniel Paredes. In
ntérpretes: Franklyn Ajaye, Sully

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Boyar, Richard Brestoff, George Carlin, Irwin Corey, Ivan Dixon, Bill
Duke, Antonio Fargas, Michael Fennell, Arthur French. ***
Una tosca e hilarante comedia, hecha por poco dinero y
todos los bocadillos de bacon que el equipo pudiese
comer, que merecidamente se convirtió en un gran éxito.
La premisa es simple, pero rebosante de energía y diver-
sión de alto octanaje. Un grupo de trabajadores de un
lavado de coches en Los Ángeles bromean y charlan
durante veinticuatro horas en la precaria vida de su esta-
blecimiento. Un reparto coral de magníficos actores, un
director apenas conocido, una ruinosa localización y un
gran score musical de Norman Whitfield se suman a un
clásico menor. Atención al cameo de Richard Pryor como
un chic predicador que llega en su llamativo coche acom-
pañado por las Pointer Sisters. ■ J.D.D.
MUNDO ESTÁ LOCO, LOCO, LOCO, EL
(It’s a Mad, Mad, Mad, Mad World), Casey, EE.UU., 1963, 192 min.
Productor: Stanley Kramer. Director: Stanley Kramer. Guión: William
Rose, Tania Rose. Fotografía: Ernest Laszlo. Montaje: Frederic Knudtson,
Robert C. Jones, Gene Fowler, Jr. Música: Ernest Gold. Diseño de pro-
ducción: Rudolph Sternad. Dirección Artística: Gordon Gurnell. Vestua-
rio: Bill Thomas. Intérpretes: Spencer Tracy, Milton Berle, Sid Caesar,
Buddy Hackett, Ethel Merman, Mickey Rooney, Dick Shawn, Phil Silvers,
Terry-Thomas, Jonathan Winters. ****
Un hombre perseguido por la policía sufre un accidente
de tráfico y, antes de morir, declara a quienes le auxilian
que ha escondido un botín en dinero robado bajo una
gran “W” en el parque californiano de Santa Rosita. Inme-
diatamente se inicia una feroz competición entre los que
han escuchado la noticia, sus parientes y todos aquellos
que van surgiendo en el camino, hasta culminar en un
apoteósico final que rinde tributo inequívoco al cine
mudo. El original duraba 185 minutos y fue estrenado en
todo el mundo en pantalla de Cinerama. La acumulación
de gags, el ritmo trepidante de las persecuciones y los
cruces entre los personajes crean un esplendoroso caos,
contrapunteado por la cachaza del viejo policía frustrado
que vive Tracy. El reparto incluye a Jerry Lewis, Terry Tho-
● ●
Muslo o pechuga | 331
●
mas, Dorothy Provine, Jim Backus, Peter Falk, Buster Kea-
ton, Jack Benny e incluso la actriz del cine mudo Zasu
Pitts. ■ M.Q.
MUÑECAS, LAS
(Le bambole), Documento/Orsay Film, Italia-Francia, 1964, 110 min.
Productor (colectivo): Gianni Hecht Lucari. EPISODIOS: “La telefonata”:
Director: Dino Risi. Fotografía: Ennio Guarnieri. Intérpretes: Virna Lisi,
Nino Manfredi. “Il trattato di eugen
netica”: Director: Luigi Comencini.
Fotografía: Mario Montuori. Intérpretes: Elke Sommer, Piero Focaccia.
“La minestra”: Director: Franco Rossi. Fotografía: Roberto Gerardi. Intér-
pretes: Monica Vitti, Orazio Orlando. “Monsignor Cupido”: Director:
Mauro Bolognini. Fotografía: Leonida Barboni. Intérpretes: Gina Lollo-
brigida, Jean Sorel. Montaje (colectivo): Roberto Cinquini, Giuliana Bet-
toja, Giorgio Serralonga. Música (colectivo)): Armando Trovaioli. Direc-
ción Artística (colectivo): Gianni Polidori, Giorgio Serralonga. ***
Cuatro atrayentes actrices (Virna Lisi, Elke Sommer, Moni-
ca Vitti y Gina Lollobrigida) representan a diferentes
tipos de mujer, en otro talentoso experimento de cine de
episodios, en el que el director Dino Risi fue uno de sus
máximos especialistas. El ambiente erótico que rodea las
historias es notable, lo que nos hace pensar que sufriría
algún que otro “corte” en su estreno en España, también
con el título de Las cuatro muñecas. Entre éstas se en-
cuentra una sueca que viaja a Italia para que un latin lover
le haga un hijo; la mujer que se pasa el día llamando por
teléfono, sin atender sexualmente a su esposo; la que
quiere quedarse embarazada a toda costa, teniendo in-
cluso que contratar a un hombre para ello; y la propieta-
ria de un hotel de Roma que se encapricha del joven
sobrino de un cardenal. ■ L.M.C.
MUSLO O PECHUGA
(L’ aile ou la cuisse), Francia, 1976, 104 min.
Productor: Christian Fechner. Director: Claude Zidi. Guión: Claude Zidi,
Michel Fabre. Fotografía: Wladimir Ivanov, Claude Renoir. Montaje:
Monique Isnardon, Robert Isnardon. Música: Vladimir Cosma. Intérpre-
tes: Louise de Funès, Coluche, Ann Zacharias, Julien Guiomar, Claude
Gensac, Georges Chamarat, Jean Martin, Fernand Guiot. *
Temática gastronómica, que incluye la receta de cómo se
cocina una serpiente, por ejemplo, para esta locuela co-
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332| My Favorite Spy
● ●
media al servicio de uno de los cómicos más populares
de Francia, que en una ocasión fue incluso candidato a la
Presidencia de la República de Francia, y de Louis de
Funès, muy popular en España. ■ J.B.C.
MY FAVORITE SPY
Paramount, EE.UU., 1951, 93 min.
Productor: Paul Jones. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Edmund L.
Hartmann, Jack Sher, Hal Kanter (basado en una historia de Edmund
Beloin y Lou Breslow). Fotografía: Victor Milner. Montaje: Frank Bracht.
Música: Victor Young. Dirección Artística: Roland Anderson, Hal Perei-
ra. Vestuario: Edith Head. In
ntérpretes: Bob Hope, Hedy Lamarr, Francis L.
Sullivan, Arnold Moss, John Archer, Luis Van Rooten, Alden “Stephen”
Chase, Morris Ankrum. ***
Tercera entrega de la serie My Favorite... para Bob Hope,
dirigida esta vez por Norman Z. McLeod, y con la impre-
sionantemente bella Hedy Lamarr siguiendo los pasos de
Madeleine Carroll y Dorothy Lamour como partenaire del
cómico. El absurdo argumento presenta a Hope como un
artista de vodevil de segunda fila al que convencen para
ocupar el lugar de un agente en Tánger y frustrar una
conspiración. Menos divertida que sus predecesoras,
pero ofrece pinceladas de hábil slapstick. ■ J.D.D.
MY LITTLE CHICKADEE
Universal, EE.UU., 1940, 83 min.
Productor: Lester Cowan, Jack J. Gross (sin acreditar). Director: Edward
F. Cline. Guión: Mae West, W.C. Fields. Fotografía: Joseph A. Valentine.
Montaje: Edward Curtiss. Música: Ben Oakland, Frank Skinner. Direc-
ción Artística: Martin Obzina, Jack Otterson. Intérpretes: Mae West,
W.C. Fields, Joseph Calleia, Dick Foran, Ruth Donnelly, Margaret Hamil-
ton, Donald Meek. **
Unir a Mae West y W. C. Fields en una película era proba-
blemente una de esas ideas que parecían buenas en su
día. Pero el refinamiento de ella y las improvisaciones etí-
licas de él no forman una buena combinación. Flower
● ●
●
Belle (West) es una mujer cuyos corsés son más firmes
que su moral, y sus estrictos vecinos acaban expulsándo-
la del pueblo tras su romance con un bandido enmasca-
rado. A bordo del tren, es cortejada por el vendedor de
aceite de serpiente Cuthbert J. Twillie (Fields) y se casa
con él para conseguir respetabilidad mientras continúa
indagando la identidad de su amante. West esquiva con
facilidad al dueño del saloon Jeff Badger (Calleia) y al
reportero Wayne Carter (Foran), y tiene un momento
realmente cómico cuando se hace cargo de una clase
sustituyendo a una maestra indispuesta, pero Fields sale
mucho mejor parado (la calidad de su trabajo rara vez se
veía afectada por la calidad de la película en su conjun-
to). Sus intentos de meterse en la cama de Flower Belle
son hilarantes, y la escena de la partida de póker en el bar
es un clásico. Lo cierto es que el cómico está en su ele-
mento largando a toda velocidad lunáticas historias y
aforismos en el bar de Greasewood City, un paródico
pueblo del Oeste, pero el tiempo se detiene en sus diálo-
gos con la pechugona Mae. Y se hace aún más largo
cuando ella está sola. No tenemos aquí a Abbott y Cos-
tello o a Laurel y Hardy, sino a dos cómicos acostumbra-
dos a ser cabezas de cartel en solitario. El resultado son
dos mediocres vehículos estelares incómodamente uni-
dos en uno. ■ J.D.D.
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 N
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NACE UNA CANCIÓN

(A Song Is Born), RKO/Samuel Goldwyn, EE.UU., 1948, 112 min.

Productor: Samuel Goldwyn. Director: Howard Hawks. Guión: Harry

Tugent. Fotografía: Gregg Toland. Montaje: Daniel Mandell. Música: Emil
Newman, Hugo Friedhofer. Dirección Artística: George Jenkins, Perry
Ferguson. Intérpretes:: Danny Kaye, Virginia Mayo, Benny Goodman,
Hugh Herbert, Steve Cochran, Louis Amstrong. ***

En 1942 realizaba Howard Hawks para Samuel Goldwyn

una memorable comedia, Bola de fuego; era, como todas
las grandes comedias de Hawks, una fábula alegre sobre
los placeres de la vida: un grupo de filólogos vive ence-
rrado en una mansión preparando la que ha de ser la me-
jor enciclopedia del mundo hasta que un día, un azar, lle-
ga al refugio una pérfida fugitiva, Barbara Stanwyck, que
habrá de enseñar al profesor más apuesto, que no más
opuesto, otros usos de la lengua. Seis años después, en
1948, a Goldwyn se le ocurrió perpetrar un remake, por
así decirlo “sonoro”, de Bola de fuego: cambiar la gramá-
tica por la nota musical y convertir a los académicos en
compositores de jazz, empleando para ello verdaderos
artistas del ramo, Benny Goodman en cabeza. Propuso al
propio Hawks para llevar la batuta y éste, que acababa de
realizar la inmensa Río Rojo y tenía entre manos La novia
era él, aceptó el encargo sin demasiado entusiasmo y
salió de él con una obra limpia, tersa y agradable, que
seguía fielmente el guión anterior sin otro cambio que el
referido a la nota. La película, de menos atractivo que
Bola de fuego, es, no obstante, grata y cabe verla como
un vehículo de lucimiento para su protagonista, Danny
Kaye, sus muecas, gestos y trabalenguas. Ahí dependerá
de la recepción que el actor, a menudo estomagante, pro-
voque en el espectador para que Nace una canción, que
así se llama el filme, cunda más o menos. ■ J.B.C.
NACIDA AYER
(Born Yesterday), Columbia, EE.UU., 1951, 103 min.
Productor: S. Sylvan Simon. Director: George Cukor. Guión: Albert
Mannheimer (basado en la obra de Garson Kanin). Fotografía: Joseph
Walker. Montaje: Charles Nelson. Música: Frederick Hollander. Vestua-
rio: Jean Louis. Intérpretes: Judy Holliday, Broderick Crawford, William
Holden, Howard St. John, Frank Otto, Larry Oliver, Barbara Brown, Gran-
don Rhodes, Claire Carleton, Smoki Whitfield. ****
Una deliciosa revisitación del miti de “Pigmalion”, basada
en una obra teatral de Garson Kanin. El filme supuso la
consagración de su protagonista femenina, Judy Holliday,
que la estrenó en Broadway. La actriz ganó el Oscar de
ese año –desbancando, entre otras, a Bette Davis por Eva
al desnudo– encarnando a la típica “chica del gángster”
que su protector, tras instalarse en Washington, pone en
manos de un escritor para que pula sus maneras. Si se ob-

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334| Nacida ayer
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via el “mensaje” del filme –la cultura es capaz de redimir
la influencia de las malas compañías–, Nacida ayer es una
nueva muestra del talento de Kanin como autor de arte-
factos cómicos y de Cukor como director de actores y,
especialmente, de actrices. Un clásico, pues, de la come-
dia americana, que fue objeto de un innecesario remake
en 1993, protagonizado por Melanie Griffith. ■ J.E.
NADA QUE PERDER
(Nothing to Lose), Buena Vista, EE.UU., 1997, 92 min.
Productor: Martin Bregman, Michael Bregman, Dan Jinks. Director:
Steve Oedekerk. Guión: Steve Oedekerk. Fotografía: Donald E. Thorin.
Montaje: Malcolm Campbell. Música: Robert Folk. Vestuario: Elsa Zam-
parelli. Intérpretes: Martin Lawrence, Tim Robbins, John C. McGinley,
Giancarlo Esposito. ***

Una comedia de acción y colegas a la fuerza en la que

NACIDA AYER
(Born Yesterday), Hollywood Pictures, EE.UU., 1993, 101 min.
Productor: D. Constantine Conte. Director: Luis Mandoki. Guión: Dou-
glas McGrath (basado en la obra de Garson Kanin). Fotografía: Lajos Kol-
tai. Montaje: Lesley Walker. Música: George Fenton. Dirección Artística:
Lawrence G. Paull. Intérpretes: Melanie Griffith, John Goodman, Don
Johnson, Edward Herrmann, Max Perlich, Fred Dalton Thompson. **
Robbins da vida a un tipo a quien, tras descubrir que su
mujer le pone los cuernos, ya nada le importa en esta
vida, ni siquiera la muerte. En un acto de desesperación,
toma el volante del coche y se lanza a conducir sin desti-
no ni hora de llegada. El azar le hará coincidir con un
delincuente (Lawrence), con quien vivirá una aventura
desenfrenada. ■ J.B.C.

Esta versión de la comedia teatral del prolífico Garson

Kanin, que llegó en Broadway a 1.642 representaciones,
ejemplariza de forma casi perfecta las diferencias que
existen entre el Hollywood actual y el de su época dora-
da. De la obra de Kanin, Cukor hizo en 1951 una ingeniosa
y divertidísima comedia, que respetaba la esencia y los
diálogos de la obra original y que le dio el Oscar a su pro-
tagonista, Judy Holliday. La adaptación del argentino
Mandoki no le llega a la suela del zapato a la de Cukor. Y
no porque esté mal realizada, que no lo está, sino porque
no respeta las sutilezas ni el ingenio de la obra de Kanin.
Prefiere que el espectador no piense demasiado y se lo
da todo masticado. Y así, incluso, queda excesivamente
fuera de tono la que hubiese podido ser excelente inter-
pretación de Melanie Griffith. ■ A.C.

NACIDO GAFE
(Il secondo tragico Fantozzi), Rizzoli Film, Italia, 1975, 110 min.

Productor: Giovanni Bertolucci. Director: Luciano Salce. Guión: Paolo

Villaggio, Leo Benvenuti, Piero de Bernardi, Luciano Salce (basado en las
novelas escritas por Paolo Villaggio). Fotografía: Erico Menczer. Monta-
je: Antonio Siciliano, Angela Bordi. Música: Frizzi-Bixio-Tempera. Direc-
ción Artística: Carlo Tommassi, Nello Girogetti. Intérpretess: Paolo
Villaggio, Anna Mazzamauro, Gigi Reder, Ulo Bologna. ****

El contable Ugo Fantozzi parte de un personaje cómico

creado por el actor Paolo Villaggio a través de diversos
relatos, y que él mismo dio vida en el cine con excelentes
resultados en taquilla. Tras el primer delirio, Desventuras
de un funcionario (Fantozzi, 1974), mismo director y equi-
po técnico volvieron a la carga con una segunda entrega,
igual de dadaísta en su planteamiento y grotescamente
genial en su desarrollo. La idea era presentar a Fantozzi
como el prototipo de individuo corriente pasto de todo
tipo de negativas vicisitudes. Con un trepidante ritmo de
gags, este hombrecillo será golpeado por una botella en
la botadura de un barco, utilizado como hombre bala en
un circo, sufrirá la aparición del mismísimo arcángel San
Gabriel, se meterá en un club porno, se enamorará sin
muchas posibilidades de éxito y acabará empleado como
pararrayos por su despótico jefe. ■ L.M.C.
NADINE
EE.UU., 1987, 78 min.
Productor: Arlene Donovan. Director: Robert Benton. Guión: Robert
Benton. Fotografía: Néstor Almendros. Montaje: Sam O’Steen. Música:
Howard Shore. Dirección Artística: Peter Landsdown Smith, Cary
White. Intérpretes: Jeff Bridges, Kim Basinger, Rip Torn, Gwen Verdon,
Glenne Headly, Jerry Stiller, Jay Patterson. ***
Kim Basinger, que un año antes había lucido sus encantos
en Nueve semanas y media, constituía la gran atracción
de esta combinación de película negra y comedia román-
tica que, sin embargo, naufragó en taquilla. Aquí aparece
como una manicura más bien modosita, que presencia un
asesinato y se alía con el marido (Jeff Bridges) del que
está a punto de divorciarse, para echar por tierra los si-

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niestros planes de un cacique local. Amantes del cine ha-
bitado por perdedores y, por supuesto, incondicionales
de la Basinger. ■ LL.B.M.
NAVEGANTE, EL
(The Navigator), Metro-Goldwyn, EE.UU., 1924, 60 min.
Director: Donald Crisp, Buster Keaton. Guión: Jean Havez, Clyde Bruck-
man, Joe Mitchell. Fotografía: Elgin Lessley, Byron Houck. Dirección
Artística: Fred Gabourie. Intérpretes: Buster Keaton, Kathryn McGuire,
Frederick Vroom. ****
Una fantástica comedia de Buster Keaton ambientada a
bordo de un auténtico transatlántico –el “S.S. Buford”–,
cuyo destino era el chatarrero antes de que el cineasta lo
convirtiese en una maravillosa pieza de atrezzo. La histo-
ria tiene poco peso. Presenta a Buster como Rollo Tread-
way, heredero de la fortuna familiar, que se queda a la
deriva en el barco con su novia. Enfrentado a las dificul-
tades que implica gobernar en solitario un transatlántico
abandonado, debe aceptar con filosofía el hecho de que
la maquinaria tiene una malévola voluntad propia. Hay
encuentros con caníbales, un improvisado duelo entre
peces espada y una extraordinaria secuencia submarina
con el protagonista vestido de hombre-rana, filmada en el
Lago Tahoe, Nevada. Gag por gag, es una de las películas
más divertidas de Keaton. ■ J.D.D.
NAVIDAD DE LOCOS, UNA
(Christmas with the Kranks), Revolution, EE.UU., 2004, 90 min.
Director: Joe Roth. Guión: Chris Columbus. Fotografía: Don Burgess.
Música: John Debney. Intérpretes: Tim Allen, Jamie Lee Curtis, Dan
Aykroyd, M. Emmet Walsh, Cheech Marin, Austin Pendleton. **
Basada en el bestseller de John Grisham “Una Navidad
diferente”, he aquí una película navideña no tan insopor-
table como la media (sobre todo, las de Tim Allen hacien-
do de Papá Noel), quizá por su premisa: no importa si
eres rojo, sodomita o votas al candidato independiente;
en Estados Unidos, el peor pecado y estigma social es
negarse a celebrar “en familia y vecindario” los fastos
● ●
Never Give a Sucker an Even Break | 335
●
navideños. Eso les ocurre al matrimonio Kranks que, a pe-
sar del pressing de su pijotero barrio, decide largarse de
crucero para hacerle la tangente a la Navidad, pero todo
cambia cuando su hija vuelve a casa por ídem. Con mo-
mentos de humor físico efectivos y un reparto secunda-
rio atinado (sobre todo, ese Dan Aykroyd “homersimpso-
niano” y ese Cheech Marin como poli aeroportuario que
recibe con una sonrisa de oreja a oreja al novio sudame-
ricano de la hija), la película se aguanta sin excesivos pro-
blemas, aunque al momento se derrite cual muñeco de
nieve en el Gobi. Pero de eso se trataba, ¿no? ■ J.C.
NELLY Y EL SEÑOR ARNAUD
(Nelly et monsieur Arnaud), Sarde/TF1/Cecchi Gori/Prokino, Fran-
cia-Italia-Alemania, 1995, 105 min.
Productor: Alain Sarde. Director: Claude Sautet. Guión: Claude Sautet,
Yves Ulmann. Fotografía: Jean-Francois Robin. Montaje: Jacqueline Thie-
dot. Música: Philippe Sarde. Dirección Artística: Carlos Conti. Intérpre-
tess: Emmanuelle Beart, Michel Serrault, Jean-Hugues Anglade, Charles
Berling, Daniele Lebrun, Michael Lonsdale. ****
La última obra del francés Claude Sautet, que falleció
cinco años después de su rodaje, fue esta espléndida
comedia dramática donde abundaba en su tema preferi-
do: las relaciones de pareja, como ya había demostrado
en algunas de sus mejores películas. La relación entre un
ex magistrado jubilado y una atractiva joven les valieron
a su director y a su protagonista masculino (Serrault)
sendos premios César. ■ J.E.
NENAS DEL MINI-MINI, LAS
Pedro Masó/CB Films Producción, España, 1969, 89 min.
Director: Germán Lorente. Guión: Pedro Masó, Rafael J. Salvia. Fotogra-
fía: Raúl Artigot. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Sonia Bruno,
Juan Luis Galiardo, Pilar Velázquez, José Sacristán, Dany Ros, Manuel
Otero, Mabel Karr, Eduardo Fajardo, Luisa Sala, Alberto Bourbón, Luis
Dávila. **
Demencial retrato, entre la comedia y el melodrama, de
nuestra juventud de los felices años sesenta, con superá-
vit de moralina y discursito edificante. Algo así como la
demonización de la minifalda, que no puede traer nada
bueno a quien la lleva ni a quienes la rodean. Coescrito
(con Rafael J. Salvia) y producido por Pedro Masó y su-
mamente representativo del cine popular del tardofran-
quismo. ■ J.B.C.
NEVER GIVE A SUCKER AN EVEN
BREAK
Universal, EE.UU.-Francia, 1941, 71 min.
Director: Edward F. Cline. Guión: John T. Neville, Prescott Chaplin (basa-
do en una historia de W.C. Fields). Fotografía: Charles Van Enger. Monta-
je: Arthur Hilton. Música: Frank Skinner. Dirección Artística: Jack Otter-
son, Richard H. Riedel. Vestuario: Vera West. Intérpretess: W.C. Fields,
Gloria Jean, Leon Errol, Billy Lenhart, Kenneth Brown, Anne Nagel, Fran-
klin Pangborn, Mona Barrie, Margaret Dumont, Susan Miller. ****
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336| Nickelodeon, así empezó Hollywood
● ●
El gran W.C. Fields burlándose de Hollywood, o al menos
de la locura de producir películas tal como él lo percibía.
El cómico escribió el guión en cuatro meses y recibió una
furibunda respuesta de la Oficina Breen, que lo calificó de
«vulgar e insinuante». Las tijeras salieron a relucir, pero
Fields se vengó. En una secuencia del filme, mira directa-
mente a la cámara y dice: «Esta escena debía tener lugar
en un saloon, pero los censores la cortaron». De la “lim-
pia” definitiva se encargó un grupo de escritorcillos asig-
nados por la Universal.
Fields fue acusado después de morder la mano que le
alimentaba, pero él disparó a todo lo que se movía, pro-
vocando una risa tras otra. Muchas de sus comedias mez-
clan sentimentalismo, sátira y surrealismo, y ésta no es
una excepción: simplemente va más lejos en todas las
direcciones posibles. Además de ser un dardo dirigido al
vacío corazón de Hollywood, Never Give a Sucker an Even
Break es también un anárquico asalto a la clase de narra-
ción cinematográfica que la industria tanto estimaba. La
historia está construida como uno de sus cuentos chinos,
uniendo una serie de bizarros incidentes sin relación y
difuminando la línea entre realidad y fantasía, saltando
etílicamente de inverosimilitud en inverosimilitud mien-
tras un esperanzado guionista (Fields) trata de vender
una historia al sufriente Franklin Pangborn. El itinerario
incluye los Esoteric Studios, una colonia rusa en México y
una montaña de las proximidades habitada por la devo-
rahombres Mrs. Hemogloben, interpretada por una muy
chillona Margaret Dumont. Pero la verdadera co-protago-
nista de Fields es la horrenda cantante Gloria Jean, y a
pesar de todo el sinsentido visual y verbal, el resultado
final es más perverso que divertido. Aunque no es su me-
jor película, es puro Fields. Un feroz gesto de despedida
a una industria que no supo apreciar su genio. ■ J.T.
NICKELODEON, ASÍ EMPEZÓ
HOLLYWOOD
(Nickelodeon), Columbia, EE.UU., 1976, 121 min.
Productor: Irwin Winkler, Robert Chartoff. Director: Peter Bogdanovich.
Guión: Peter Bogdanovich, W. D. Richter. Fotografía: Laszlo Kovacs.
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Montaje: William Carruth. Música: Richard Hazard. Dirección Artística:
Richard Berger. Vestuario: Theadora Van Runkle. Inttérpretes: Ryan
O’Neal, Burt Reynolds, Tatum O’Neal, Brian Keith, Stella Stevens, John
Ritter, Jane Hitchcock, Harry Carey, Jr., James Best. ***
Una crónica nostálgica sobre los albores de la industria
del cine en Estados Unidos. Aunque las había, Peter Bog-
danovich y su coguionista W. D. Richter no supieron jugar
acertadamente con las ideas necesarias para que el filme
fuera la gran obra sobre los pioneros que habría podido
ser. A pesar de todo, resulta simpática. Y el reparto con-
tribuye decisivamente a que así sea. ■ J.E.
NINETTE
España, 2005, 122 min.
Director: José Luis Garci. Guión: José Luis Garci y Horacio Valcárcel
(basado en la obra de Miguel Mihura). Fotografía: Raúl Pérez Cubero.
Montaje: Miguel González Sinde. Música: Pablo Cervantes. Intérpretes:
Carlos Hipólito, Elsa Pataky, Enrique Villén, Beatriz Carvajal, Fernando
Delgado, Mar Regueras. ***
Ninette es, en primera instancia, un homenaje de José
Luis Garci a Miguel Mihura en el año de su centenario. Un
homenaje respetuoso y apasionado que funde en una
sola obra “Ninette y un señor de Murcia” y “Ninette, mo-
das de París”, sin renunciar a sus orígenes, al contrario,
reforzando su sabor añejo con una puesta en escena a lo
“Estudio 1”, sin salir en ningún momento al exterior. Car-
pintería teatral de la mejor ley, incluso en su ritmo pausa-
do, sin prisas. ¿Teatro filmado? Si así lo quieren, adelante.
Pero, ojo: ¡qué gran teatro y qué bien filmado! Y, sobre
todo, ¡qué bien interpretado! Porque Ninette también es,
en segunda instancia, un homenaje de Garci a los actores
de toda la vida, a los cómicos. Sin mácula los principales
(Hipólito es la perfecta encarnación del españolito medio
de los cincuenta y sesenta, y Pataky está luminosa, tierna
y carnal, como diosa de la seducción), la parte del león se
la llevan monstruos como Fernando Delgado, Miguel Re-
llán (¡qué soberbia escena la que comparten, trajinando
anís, estos dos, respectivamente un republicano y un cura
franquista!), la arrolladora Beatriz Carvajal, una incon-
mensurable Mar Regueras, Javivi (su intervención final,
jocosa, pues las previas eran sólo un mal remedo de gag
a lo Blake Edwards) y, primus inter pares, Enrique Villén,
el robaescenas de la función, el que se hace suya la pelí-
cula incluso sin necesidad de abrir la boca; un gigante
comiéndose a otros gigantes en el elenco más sabroso de
la comedia española reciente. Tres hurras por todos ellos.
Y por Garci, que les ha inoculado el veneno del teatro y
del cine. ■ J.B.C.
NINOTCHKA
Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1939, 110 min.
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Charles Brac-
kett, Billy Wilder, Walter Reisch (basado en una historia de Melchior
Lengyel). Fotografía: William Daniels. Montaje: Gene Ruggiero. Música:
Werner Heymann. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Randall Duell.
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Vestuario: Adrian. Intérpretes: Greta Garbo, Melvyn Douglas, Ina Claire,
Sig Rumann, Felix Bressart, Alexander Granach, Bela Lugosi, Gregory
Gaye, Richard Carle, Edwin Maxwell. *****
Los mismos guionistas de La octava mujer de barba azul
(1938), Charles Brackett y Billy Wilder, ahora acompaña-
dos de Walter Reisch, volvieron a servirle en bandeja a
Lubitsch, un año después de aquella comedia protagoni-
zada por Gary Cooper y Claudette Colbert, un texto de
hierro, una endiablada sátira sobre el comunismo y el ca-
pitalismo, con clara victoria final de éste sobre aquél. Si
hasta hace unos años nos reíamos de un Alfredo Landa
que va a ligar extranjeras a la costa, por qué no vamos a
hacerlo de estos tres agentes soviéticos que llegan a Pa-
rís y degustan a conciencia el espumoso y las camareras,
y de su comisaria rígida, patriótica y práctica, que llega a
poner orden y que, precisamente por esto, por práctica,
acaba convertida en un ser fácilmente seducible ante los
encantos de un sombrero, un galán y unas noches calien-
tes. Pero la verdad es que esta película fue duramente
ignorada durante años combativos por la burla a esos
señores de cejas anchas y sus sistemas de vida y domici-
lio compartido.
Atentos a su sentido, Lubitsch, como siempre, sólo
proclama la joie de vivre, y lo hace con el gran arte de su
cine, el mejor aprovechamiento del mito de Garbo –sólo
bajo la férula de Mamoulian en La reina Cristina de Suecia
ha estado Greta comparable a Ninotchka–, y su risa
–«¡Garbo ríe!» fue la proclama comercial, que se ha hecho
legendaria– y el atinado servicio de Sig Ruman, Félix Bre-
ssart y Alexander Granach como los tres alegres comisa-
rios. Junto a Garbo, también el acompañamiento actoral
de Melvyn Douglas y Bela Lugosi. Ni que decir tiene que
Ninotchka ofrece una catarata ininterrumpida de diálogos
brillantísimos bajo la que se esconde una despiadada crí-
tica al género humano. Lubitsch, además de un cómico
puro y de elegancia única, era también filósofo. ■ J.B.C.
NIÑO RICO
(Richie Rich), EE.UU., 1994, 95 min.
Productor: John Davis, Joel Silver. Director: Donald Petrie. Guión: Tom S.
Parker, Jim Jennewein (basado en una historia de Neil Tolkin). Fotografía:
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Ni se lo llevó el viento... | 337
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Don Burguess, Bill Sheehy (sin acreditar). Montaje: Malcolm Campbell.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: William F. Matthews. Intér-
pretes: Macaulay Culkin, Jonathan Hyde, Edward Herrmann, Christine
Ebersole, John Larroquette, Michael McShane, Chelcie Ross. **
Nadie como Macaulay Culkin para interpretar en esta
película al niño más rico del mundo, un chaval que lo
tiene todo, desde su propia hamburguesería en casa has-
ta a la mismísima Claudia Schiffer como profesora de
gimnasia (porque Arnold no pudo venir, dice la modelo, y
ya suponemos a qué Arnold se refiere). Claro está que
ese niño atiborrado de petrodólares, lujos y caprichos
pronto echará de menos algo en su vida: amigos, esos
muchachos que juegan al béisbol en la calle, más bien
harapientos. Ése será uno de los senderos que recorrerá,
fabulita merengue, Niño rico: la integración de la riqueza
material y la riqueza espiritual. El otro sendero, y el que
proporciona un cierto vigor a este cuento, es hitchcoc-
kiano. La aparición de un villano con la intención de liqui-
dar a nuestro pequeño héroe y a sus progenitores y
hacerse con la fortuna familiar se hacía inevitable. Y aquí
está John Larroquette (en una composición a lo Walter
Matthau) para dinamizar la película en un crescendo de
energía cuyo clímax final homenajea al célebre de Con la
muerte en los talones en el monte Rushmore, sólo que
aquí se llama monte Richmore y no tiene rostros presi-
denciales esculpidos sino los de la multinacional familia,
ahí es nada. Como filme infantil de acción, Niño rico es un
producto dignamente construido, incluso con algunas
ideas imprevistas de dirección, como una pelea en unos
lavabos vista desde un espejo en plano único. Como pelí-
cula de Culkin, probablemente contentará a sus seguido-
res, aunque su carisma ya tendía en aquellas fechas a
empalidecer. Como fábula edificante sobre la riqueza
como valor primordial en la vida, en fin, la cosa ya sería
mucho más discutible. ■ J.B.C.
NI SE LO LLEVÓ EL VIENTO,
NI PUÑETERA FALTA QUE HACÍA
Cege Film, España, 1981, 86 min.
Director: Luis Cortés. Guión: Luis Cortés, Pedro Hernández Barbarin.
Fotografía: Eduardo Olano. Música: Harmony. Intérpretes: Víctor Negro,
Joaquín Roa, Sagri Azpilicueta, Don Goyo. ●
Nunca imaginó Selznick lo que una comedia española
podría hacer con su famoso título, ni tampoco especta-
dor alguno pensó nunca en contemplar una película de
estas características. Se trata, sin ninguna duda, de uno
de los largometrajes más chapuceros que uno recuerda,
tan disparatado como su título indica y, aunque parezca
increíble, con destellos de humor muy superiores a pelí-
culas con más renombre y presupuesto. Con la excusa de
fabricar una historia de amor en la cual un fotógrafo se
enamora de una chica de familia conservadora, asistimos
a una sucesión de diálogos bastante malos que, integra-
dos en el contexto oportuno, hasta provocan cierta sim-
patía. Más allá del movimiento dadaísta, habría que volver
a revisarla para comprobar si algunos de sus mejores mo-
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338| Ni un pelo de tonto
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mentos siguen manteniendo ese tono iconoclasta de l
época: el fotógrafo retratando a las monjas; escogiendo
productos del supermercado; intentando vender el piso a
un cliente; el final, con el fotógrafo metido a cura leyen-
do un tebeo... ■ L.M.C.
NI UN PELO DE TONTO
(Nobody’s Fool), EE.UU., 1994, 110 min.
Productor: Arlene Donovan, Scott Rudin. Director: Robert Benton.
Guión: Robert Benton (basado en la novela de Richard Russo). Fotogra-
fía: John Bailey. Montaje: John Bloom. Diseño de producción: David
Gropman. Dirección Artística: Dan Davis. Intérpretes: Paul Newman,
Jessica Tandy, Bruce Willis, Melanie Griffith, Dylan Walsh, Pruitt Taylor
Vince, Gene Saks. ***
Crónica agridulce de la vida mustia, monótona, de un
prototípico pueblo americano y de uno de sus habitantes,
un viejo perdedor en busca de un asidero que le otorgue
dignidad y le redima, al final del trayecto, de todos los
pecados cometidos durante el camino, papel que New-
man resuelve con la autoridad y serenidad propias de un
veterano de su talla (aunque el más joven Tom Hanks, por
Forrest Gump, fue quien ganó el Oscar al que también
aspiraba Newman). Es un filme sosegado, que discurre
con la placidez de un riachuelo y en el que casi no pasa
nada en casi dos horas de metraje. Pero está lleno de vida
y de personajes creíbles, mérito atribuible a la sensibili-
dad de Benton, un cineasta poco común cuyo buen en-
tendimiento con Newman propiciaría la posterior Al caer
el sol, un admirable film noir crepuscular. ■ M.Q.
NOBLEZA OBLIGA
(Ruggles of Red Gap), Paramount, EE.UU., 1935, 76 min.
Productor: Arthur Hornblow, Jr. Director: Leo McCarey. Guión: Walter
DeLeon, Harlan Thompson, Humphrey Pearson (basado en la obra y la
novela de Harry Leon Wilson). Fotografía: Alfred Gilks. Montaje: Edward
Dmytryck. Música: Ralph Rainger, Sam Coslow. Dirección Artística:
Hans Dreier, Robert Odell. Vestuario: Travis Banton. In
ntérpretes: Charles
Laughton, Mary Boland, Charlie Ruggles, ZaSu Pitts, Roland Young, Leila
Hyams, Maude Eburne, Lucien Littlefield, Leota Lorraine. *****
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Nobleza obliga es una de las grandes comedias de todos
los tiempos, una maravillosa fuente de placer. Charles
Laughton es Marmaduke Ruggles, un mayordomo inglés
de impecables credenciales y flemática rectitud, el ayuda
de cámara definitivo. Su aristocrático y empobrecido
amo inglés (Young) lo pierde en una partida de póker en
París ante un tosco ranchero americano, Egbert Floud
(Ruggles). Ambos pasan una noche histéricamente diver-
tida en la ciudad antes de que Ruggles recoja sus cosas y
se vaya a Red Gap, un conflictivo pueblucho fronterizo en
el Oeste. Una vez allí, los acontecimientos toman un giro
sorprendente. Los vecinos del lugar le toman por un aris-
tócrata inglés, y él decide que, puesto que está en la tie-
rra de la libertad, ya no tiene que ser un sirviente. Se ena-
mora y se casa con Prunella Judson (Pitts) y abandona a
Floud y a su pretenciosa mujer (Boland) para abrir un res-
taurante. Suena horrible, pero no lo es.
Estamos ante una obra, bajo su aparente sencillez, de
grandes vuelos, una brillante, hilarante y satírica mirada a
las relaciones anglo-americanas y a los abismos cultura-
les, inmaculadamente dirigida por el versátil Leo McCarey
con Laughton en plan magistral, divertido y emotivo,
sufriendo estoicamente las vulgaridades que ofenden su
dignidad mientras aprende a beneficiarse de otro modo
de vida. El orondo actor ya había demostrado ser un
soberbio actor dramático en Rebelión a bordo y La vida
privada de Enrique VIII, pero pocos sabían que podía ser
tan cómico y pomposo. La película termina con una ines-
perada escena donde Marmaduke recita el “Discurso de
Gettysburg” de Lincoln. Su magistral lectura y su palpa-
ble sinceridad imponiéndose a la incongruencia de la se-
cuencia son el broche de oro a setenta y seis vertiginosos
minutos dirigidos con un ojo puesto en las carcajadas.
Laughton, como siempre, disfruta enormemente. Noso-
tros sólo podemos seguirle. ■ J.T.
NOCHE DE LOS MARIDOS, LA
(The Bachelor Party), EE.UU., 1957, 92 min.
Productor: Harold Hecht. Director: Delbert Mann. Guión: Paddy Cha-
yefsky. Fotografía: Joseph LaShelle. Montaje: William B. Murphy. Música:
Paul Mertz. Dirección Artística: Ted Haworth. Intérpretes: Don Murray,
E.G. Marshall, Jack Warden, Philip Abbott, Larry Blyden, Patricia Smith,
Carolyn Jones, Nancy Marchand. ***
Alentado por el éxito de Marty, el escritor Paddy Cha-
yefsky, uno de los guionistas más reputados del Hollywo-
od de los años cincuenta y sesenta, le brindó al mismo
director Delbert Mann la posibilidad de hacer una nueva
película con él. Su estilo era inconfundible. Tenía una rara
habilidad de convertir en interesantes a personajes o
hechos cotidianos e incluso triviales. Marty ya había
demostrado que su nombre era una garantía de éxito.
Fue por ello que los productores apostaron por el mismo
equipo, aunque lógicamente variasen los actores. A tra-
vés de una reunión de maridos –el título original es, no
obstante, La fiesta de los solteros– se analizan diferentes
tipos humanos del Nueva York de los años cincuenta.
Ahora se ha convertido en un valuoso documento socio-
●

● ●
lógico y es uno de los claros antecedentes de películas
como Reencuentro y Los amigos de Peter. Aunque mu-
chos de los actores no sean precisamente unos conoci-
dos del gran público fuera de EE.UU., ellos son los que
soportan todo el peso de la historia –una fiesta de libre-
ros que desemboca en un happening impensable–, ya
que la dirección de Mann resulta excesivamente estática
y escasamente imaginativa. A pesar de sus aciertos, el
filme no repitió el gran éxito de Marty. ■ A.C.
NOCHE DE REYES
Sogepaq, España, 2001, 99 min.
Productor: Gustavo Ferrada. Director: Miguel Bardem. Guión: Tomás
Cimadevilla, Jaime Marques, Andrés Koppel. Fotografía: Javier Salmones.
Montaje: Iván Aledo. Música: Juan Bardem. Dirección Artística: Enrique
Meliá. Vestuario: Tatiana Hernández. In
ntérpretes: Joaquín Climent, Kity
Manver, Elsa Pataki, Luna McGill, Melani Olivares, Fele Martínez. **
Una farsa navideña esperpéntica, atropellada, alborotada
y moderadamente divertida, cuyo espíritu corre a caballo
entre una historieta propia de la familia Ulises del TBO y
el ¡Jo, qué noche! de Scorsese. Fele Martínez y Héctor Al-
terio también figuran en el pesebre. ■ J.B.C.
NOCHE EN CASABLANCA, UNA
(A Night in Casablanca), Loma Vista Prod., EE.UU., 1946, 85 min.
Productor: David L. Loew. Director: Archie Mayo. Guión: Joseph Fields,
Roland Kibbee, Frank Tashlin (sin acreditar). Fotografía: James Van
Trees. Montaje: Gregg C. Tallas. Música: Werner Janssen, Ted Snyder.
Diseño de producción: Duncan Cramer. Intérpretes: Groucho Marx,
Harpo Marx, Chico Marx, Charles Drake, Lois Collier, Sig Ruman. ****
Aunque no tiene nada del genio sostenido de sus ante-
riores trabajos, la penúltima comedia de los Hermanos
Marx ofrece suficientes momentos de inspirada locura
para merecer un lugar en la lista de “películas obligadas”
de todos los espectadores. Aunque liberados de las res-
tricciones a que les había sometido la Metror, el trío (fina-
lizando un exilio cinematográfico de cinco años) se ve
obligado a actuar como comparsas en una enrevesada
trama sobre espías y un tesoro escondido, que supuesta-
● ●
Noche en la ópera, Una | 339
●
mente invitaba a las comparaciones con el clásico de Bo-
gart y Bergman. Groucho se lanza a una sobredosis de
frases ingeniosas para compensar la ausencia de Marga-
ret Dumont, pero Harpo tiene el mejor gag (el edificio
que se hunde cuando deja de apoyarse en él) en los mi-
nutos iniciales. Frank Tashlin contribuyó con algunas de
las mejores ideas. Aun tratándose de una obra de deca-
dencia, Una noche en Casablanca resulta divertida y no
carece de interés. Un grato peso ligero. ■ J.T.
NOCHE EN LA ÓPERA, UNA
(A Night at the Opera), M-G-M, EE.UU., 1935, 90 min.
Productor: Irving Thalberg. Director: Sam Wood. Guión: George S. Kauf-
man, Morrie Ryskind, Al Boasberg, Bert Kalmar, Harry Ruby (basado en
una historia de James Kevin McGuinness). Fotografía: Merritt Gerstad.
Montaje: William LeVanway. Música: Herbert Stothart. Dirección Artís-
tica: Cedric Gibbons, Ben Carre. Vestuario: Dolly Tree. Intérpretes:
Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Kitty Carlisle, Allan Jones, Wal-
ter Woolf King, Sig Rumann, Margaret Dumont, Edward Keane. *****
La película más popular de los Hermanos Marx y la favo-
rita de Groucho, antes de que MGM arruinase su jubilosa
anarquía. El trío une sus fuerzas para trastocar el encor-
setado mundo de la ópera desencadenando el caos entre
la música, el escenario y el público. Otis B. Driftwood
(Groucho) trata de engatusar a la rica Mrs. Claypool (Mar-
garet Dumont) para que invierta su dinero en una com-
pañía de ópera, mientras Tomasso (Harpo) y Fiorello
(Chico) se unen a la acción para ayudar a impulsar las ca-
rreras de dos jóvenes cantantes, Allan Jones y Kitty Car-
lisle, ambos suplicando porque alguien les arroje sendas
bolsas de arena en la cabeza y acabe con el sufrimiento a
que someten al público.
Con Una noche en la ópera ocurre que uno no sabe por
dónde empezar, a pesar de tener la película uno de los
comienzos más brillantes de la historia del cine. Desde su
arranque, que prende destructivo y estalla disparatado, a
su desarrollo entre enloquecido y transgresor, o su de-
senlace trepidante, Sam Wood construye la historia sobre
el pedestal majestuoso del espíritu burlón de los herma-
nos Marx, unos cómicos que se resisten a toda clasifica-
ción, porque su inspiración nace, precisamente, de una
inimitable y corrosiva forma de entender la interpreta-
●
340| Noche perfecta, Una
● ● ●

ción. No es por azar que el éxito del filme coincida con la

reunión de los míticos humoristas con un productor y un
director dignos de su talento. Cierto es que con ello per-
dieron parte de su inconformismo y de su gran poder de-
vastador, pero fue en favor de un guión más sólido, unos
números musicales excelentes y unos personajes secun-
darios mucho más cuidados que los de la etapa Para-
mount. En esta ocasión, la acostumbrada destrucción sis-
temática de las convenciones alcanzó un alto grado de
precisión, gracias a unos diálogos imprevisibles y a un
ritmo desenfrenado, tan sólo interrumpido por los espan-
tosos interludios sentimentales. Es un trabajo lujoso, opu-
lento y meticuloso, con su cuota justa de vicios: ésta es la
primera película de los Marx donde realmente te dan
ganas de estrangular a los protagonistas románticos.
Pero tiene muchas más virtudes: no está Zeppo, la oron-
da y estupenda Margaret Dumont borda su papel, y los
hermanos interpretan algunos de sus números más irre-
sistibles: la hilarante escena del camarote, o la no menos
famosa del contrato entre Groucho y Chico («la parte
contratante de la primera parte...»), donde las cláusulas
ofensivas se suprimen por el simple procedimiento de
rasgar el papel, figuran en todas las antologías del cine.
Los Marx escalaron en su primer filme para la Metro las
más altas cimas de su talento, aquellas a las que sólo pu-
dieron encaramarse en Sopa de Ganso. El popular trío si-
guió haciendo películas, pero ya no recuperaría esa vita-
lidad sin límites, esa chispa incandescente que alumbra la co Fellini). Fotografía: Aldo Tonti. Montaje: Leo Cattozzo. Música: Nino
eterna juventud de esta joya de la comedia. Una noche en Rota, Bonagura. Vestuario: Piero Gherardi. Intérpretes: Giulietta Masina,
la ópera queda, pues, como una experiencia feliz y carac- François Périer, Amedeo Nazzari, Aldo Silvani, Franca Marzi, Dorian
terística del mejor momento de unos artistas irrepetibles, Gray, Mario Passante. ***
como una maravillosa muestra del humor agresivo, irre-
verente y demoledor de los cómicos más geniales de la Fellini ha explicado que, en cierta ocasión, Ana Magnani
historia del cine. ■ J.T. le dijo: «¿Por qué no me escribes una historia bonita para
que la dirija el loco de tu amigo Roberto?» El loco Rober-
to era, naturalmente, Rossellini. Fellini y su colaborador,
NOCHE PERFECTA, UNA Tulio Pinelli, bosquejaron entonces la historia de una puti-
(The Third Wheel), EE.UU., 2002, 88 min. lla que, paseando una noche por Via Veneto, es requeri-
Productor: Ben Affleck, Matt Damon, Stavros Merjos, Chris Moore, da por un caballero deseoso de provocar celos a su
Adam Rosenfelt, Chad Snopek. Director: Jordan Brady. Guión: Jay Laco- amante, con la que acaba de pelearse. A la gran Magnani
po. Fotografía: Jonathan Brown. Montaje: Sam Citron, Paul Seydor. Músi- no le gustó esa historia, que a partir de aquel momento
ca: Lisa Coleman, Wendy Melvoin. Dirección Artística: Gregory Branson. se convirtió en una especie de obsesión para Fellini,
Intérpretees: Luke Wilson, Denise Richards, Jay Lacopo, Ben Affleck, Phill quien introdujo el personaje en El jeque blanco, para
Lewis, Deborah Theaker, Melissa McCarthy, Matt Damon. *** luego rescatarlo, perfilar el guión con Brunello Rondi y
Ennio Flaiano, y darle el personaje a su mujer, Giulietta
Ben Affleck y Matt Damon, que también aparecen en dos Masina, que lograría una de sus más espléndidas creacio-
pequeños papeles, son los productores de esta simpática nes. La película obtuvo el Oscar a la Mejor Película Ex-
comedia que supuso el primer trabajo como guionista del tranjera y se convertiría en uno de los títulos más admira-
actor Jay Lacopo. La primera cita del protagonista con la bles y emblemáticos del cineasta italiano. Una cumbre fe-
chica de sus sueños se convertirá en una demostración lliniana, a revisar siempre. ■ LL.B.M.
de la ley de Murphy, en la que cualquier cosa que pueda
salir mal, saldrá, efectivamente, mal. Sin pretensiones pe-
ro divertida. ■ J.E. NOCHES DE CLEOPATRA, LAS
(Due notti con Cleopatra), Italia, 1953, 78 min.

Productor: Giuseppe Colizzi. Director: Mario Mattoli. Guión: Ruggero

NOCHES DE CABIRIA, LAS Maccari, Ettore Scola. Fotografía: Riccardo Pallottini, Karl Struss. Monta-
(Le Notti di Cabiria), Italia-Francia, 1957, 110 min. je: Renato Cinquini. Música: Armando Trovajoli. Intérpretes: Sophia
Productor: Dino De Laurentiis. Director: Federico Fellini. Guión: Ennio Loren, Alberto Sordi, Paul Muller, Nando Bruno, Alberto Talegalli, Gian-
Flaiano, Tullio Pinelli, Pier Paolo Pasolini (basado en una idea de Federi- ni Cavalieri, Ugo D’Alessio, Rolf Tasna. ***

● ● ●

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Intrascendente pero curiosa comedia histórica, que pre-
senta a una joven y bellísima Sophia Loren en el papel de
la célebre reina egipcia y en el de una esclava, duplicidad
que dará pie a divertidas situaciones y enredos. A su lado,
uno de los grandes cómicos del cine italiano, Alberto Sor-
di. ■ J.E.
NO DESEARÁS AL VECINO
DEL QUINTO
Atlántida Films/Fida cinematográfica, España-Italia, 1970, 85 min.
Director: Ramón Fernández. Productor: José Frade. Guión: Juan José
Alonso Millán. Fotografía: Hans Burmann. Música: Pietro Umiliani. Intér-
pretes: Alfredo Landa, Jean Sorel, Ira de Füstemberg, Isabel Garcés, Gua-
dalupe Muñoz Sampedro, Margo Cottens. *
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No gracias, el café me pone nervioso | 341
●
De estruendoso éxito en su día (sus cuatro millones cua-
trocientos mil espectadores la hacen ocupar el cuarto
lugar de las películas más taquilleras de la historia del
cine español, sólo superada por Los otros, La muerte te-
nía un precio y Torrente 2, según datos ministeriales) y
catapulta absoluta para las comedias landistas de “cal-
zoncillo y sueca” (como el propio actor definió), No dese-
arás al vecino del quinto se ha instalado en el pedestal de
fenómenos sociológicos y algo paranormales de nuestra
“industria”. Y eso que el argumento no puede ser más
tonto: un modisto llamado Antón (Landa) se hace pasar
por gay para “ponerse las botas” en su vida civil. Su veci-
no del quinto, el apuesto ginecólogo Pedro Andreu (So-
rel), se aplica el cuento para conseguir más clientela,
aunque, al enterarse en su pueblo, es tachado de gay al
instante, subiendo su caché profesional como la espuma.
Tal pedestre reflexión homo-laboral es sepultada por un
catálogo de chistes pardos y cabareteros, aunque el pelu-
cón de Landa a veces se mueve con gracejo. Además,
provocó no pocos imitadores nada encubiertos. ¿Pueden
cinco millones de personas estar equivocadas? ■ J.C.
NO ES PECADO
(Belle of the Nineties), Paramount, EE.UU., 1934, 75 min.
Productor: William LeBaron. Director: Leo McCarey. Guión: Mae West.
Fotografía: Karl Struss. Montaje: LeRoy Stone. Dirección Artística: Hans
Dreier, Bernard Herzbrun. Intérpretes: Mae West, Roger Pryor, John
Mack Brown, Katherine DeMille, John Miljan. ****
Un año después de dirigir a los hermanos Marx en la
magistral Sopa de ganso, Leo McCarey, uno de los gran-
des de la comedia americana de todos los tiempos, se las
tuvo que ver con otra criatura indomable e irreverente: la
volcánica, irrepetible Mae West, a la sazón autora del
guión, un guión que sufrió varios cortes de censura (la
Oficina Hays había descorchado su cruzada), empezando
ya por su título, It Ain’t No Sin (aunque en España sí se
estrenó como No es pecado), que cambió por el de Belle
of the Nineties. Melodrama, comedia y cine musical se
dan la mano en esta cinta dotada de un especial feeling,
elegantemente dirigida y especialmente memorable por
los cuatro números de Duke Ellington y su orquesta
acompañando a esa oxigenada diosa del sexo, uno de
ellos el célebre “My Old Flame”, tema de Arthur Johnson
y Sam Coslow. ■ J.B.C.
NO GRACIAS, EL CAFÉ ME PONE
NERVIOSO
(No grazie, il café mi rende nervoso), Yarno, Italia, 1982, 109 min.
Productor: Mauro Berardi. Director: Ludovico Gasparini. Guión: Lello
Arena, Michel Pergolani, Stefano Vespignani. Fotografía: Pasquale Rachi-
ni. Montaje: Antonio Siciliano. Música: James Senese. Dirección Artísti-
ca: Andrea Crisanti. Intérpretess: Massimo Troisi, Lello Arena, Carlo
Monni, James Senese. ***
Quizá la última gran comedia del cine italiano, deudora
de muchas de las grandes obras de su época dorada
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342| No hagan olas
● ●
(1950-1975), y que cuenta en sus filas con alguna que otra
secuencia memorable, como aquella en que un asustado
Massimo Troisi conversa con un psicópata escondido tras
una cortina. Tomando como referencia lo que ocurre en
una pequeña localidad donde se está celebrando un fes-
tival del mundo del espectáculo, en realidad se basa en
situaciones aisladas, algo desordenadas entre sí, que van
revelando el espléndido potencial cómico de Troisi, de
quien aquí en España no tuvimos muchas referencias
hasta que estaba a punto de morir, con El cartero (y Pa-
blo Neruda). ■ L.M.C.
NO HAGAN OLAS
(Don´t Make Waves), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1967, 100 min.
Productor: John Calley, Martin Ransohoff. Director: Alexander Macken-
drick. Guión: Ira Wallach, George Kirgo (basado en la novela “Muscle
Beach” de Ira Wallach). Fotografía: Philip H. Lathrop. Montaje: Rita
Roland, Thomas Stanford. Música: Vic Mizzy. Dirección Artística: Geor-
ge W. Davis, Edward Carfagno. Intérpretes:: Tony Curtis, Claudia Cardi-
nale, Robert Webber, Joanna Barnes, Sharon Tate. ****
No hagan olas es la última película de Alexander Macken-
drick, uno de los maestros de la comedia británica (Whis-
ky a Gogo, La bella Maggie, El quinteto de la muerte...)
aquí dedicando sus esfuerzos a radiografiar satíricamen-
te a la sociedad norteamericana. Pues, a partir de los en-
redos que propicia un vendedor de piscinas (Curtis, es-
pléndido), Mackendrick orquesta una farsa corrosiva,
mordaz, del mundo californiano y las criaturas que habi-
tan sus playas, ávidas de riqueza, de poder y de cuerpos
bien moldeados (ellas) y músculos bien untados (ellos):
sí, como Los vigilantes de la playa, pero con algo más de
talento. Su clímax lo centra una casa balanceándose al
borde de un acantilado como en La quimera del oro. Se
basa en una novela de Ira Wallach apropiadamente titu-
lada “Muscle Beach”. ■ J.B.C.
NO HAGAS PLANES CON MARGA
España, 1988, 91 min.
Productor: Jaime Fernández-Cid. Director: Rafael Alcázar. Guión: Rafael
Alcázar. Fotografía: Tote Trenas. Montaje: Miguel González Sinde. Músi-
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●
ca: Bernardo Bonezzi. Diseño de producción: Víctor Alarcón. Intérpre-
tes: Miguel Molina, Nina Ferrer, Ángel de Andrés López, Juan Echanove,
Antonio Dechent, Laura Cepeda. ***
Primera película de Rafael Alcázar, que muestra ciertas
inquietudes que sólo sirvieron para hacerla más maldita.
Se trata de un filme irregular, pero que desprende un
curioso romanticismo, y que juega con la realidad y la
fantasía en una arriesgada estructura narrativa. ■ G.Q.
NO HAY TIEMPO PARA AMAR
(No Time for Love), EE.UU., 1943, 83 min.
Productor: Mitchell Leisen. Director: Mitchell Leisen. Guión: Claude Bin-
yon, Warren Duff (basado en una historia de Robert Lees y Frederic I.
Rinaldo). Fotografía: Charles Lang. Montaje: Alma Macrorie. Música: Vic-
tor Young. Dirección Artística: Hans Dreier, Robert Usher. Intérpretes:
Claudette Colbert, Fred MacMurray, Ilka Chase, Richard Haydn, Paul
McGrath, June Havoc, Marjorie Gateson. ****
Situada en la época en que, presuntamente, declinaba su
talento, la película de Mitchell Leisen No hay tiempo para
amar emerge hoy como una brillante comedia, que con-
trapone –mediante elegante causticidad– dos mundos
divergentes. La protagonista (Claudette Colbert) es una
refinada fotógrafa neoyorquina, siempre rodeada de una
corte de ociosos con pretensiones intelectuales. Un buen
día, la heroína de esta fábula moral disfrazada de come-
dia un tanto cínica quiere dejar la fotografía artística y
mostrar la realidad. Su objetivo son las brigadas de esfor-
zados obreros que trabajan en el subsuelo de Nueva York.
Entabla relación con uno de ellos, presunto iletrado pero
ingeniero autodidacta, al que convierte en su ayudante.
La relación entre el proletario y la señorita bien va a resul-
tar imposible, pero ya se sabe que el amor es ciego. No
hay tiempo para amar es una pequeña joya reveladora del
talento de Leisen, antiguo diseñador de vestuario y deco-
rador, en especial al servicio de De Mille. Autor de títulos
hoy tan revalorizados como Medianoche o La muerte en
vacaciones, con el tiempo Leisen iba a verse confinado al
medio televisivo, donde dirigió, por ejemplo, episodios de
La dimensión desconocida. Para entonces, el cineasta
–cuya homosexualidad, según parece, no fue ajena a su
postergación por parte de los grandes estudios– ya prac-
ticaba una muy remunerada profesión: decorar las casas
de las grandes estrellas de Hollywood. ■ LL.B.M.
NO MATARÁS... AL VECINO
(The ‘Burbs), Imagine/Universal, EE.UU., 1989, 103 min.
Productor: Larry Brezner, Michael Finnell. Director: Joe Dante. Guión:
Dana Olsen. Fotografía: Roberts Stevens. Montaje: Marshall Harvey.
Música: Jerry Goldsmith. Arte: James Spencer. Intérpretes: Tom Hanks,
Bruce Dern, Carrie Fisher, Rick Ducommun, Corey Feldman, Henry Gib-
son, Brother Theodore. ***
Cuando los Klopek se mudan a una ruinosa casa en una
impecable zona residencial, Ray Peterson (Hanks) empie-
za a preocuparse y fruncir el ceño. ¿Qué están haciendo
●

● ●
sus chiflados vecinos? De acuerdo, son feos, tienen un
perro llamado “Landrú”, excavan el jardín por la noche y
tienen un sótano ruidoso; pero, ¿son realmente “vecinos
del infierno”? Después de todo, los amigos de Ray son
muy extraños: el rabioso Mark Rumsfield (Dern) es un ex-
marine tarado; el corpulento Art (Ducommun) está obse-
sionado con los asesinatos macabros, y Ricky (Feldman)
es un freak del heavy metal. La acción pronto degenera
en una maníaca sátira negra sobre las investigaciones de
este cuarteto de eternos adolescentes al inusual estilo de
vida de los Klopek, recreándose en el comportamiento
excesivo y los diálogos absurdos, y lanzando al aire paro-
dias cinematográficas (de Alfred Hitchcock y Sergio Leo-
ne a Michael Winner y Tobe Hooper) con temerario aban-
dono. La despreocupada actitud de Joe Dante hacia la
estructura argumental produce un ritmo errático (la últi-
ma media hora flaquea), aunque ahí radica parte de su
encanto: su estilo acelerado y anárquico. Es muy tonta,
por supuesto, pero también es desenfadada y muy diver-
tida, además de una retorcida parábola sobre la América
profunda. Bruce Dern y Carrie Fisher ofrecen un gran res-
paldo al afable Tom Hanks, magnífico en el papel de tipo
corriente al borde del ataque de nervios. ■ J.T.
NO ME CHILLES QUE NO TE VEO
(See No Evil, Hear No Evil), Tri-Star, EE.UU., 1989, 103 min.
Productor: Marvin Worth. Director: Arthur Hiller. Guión: Earl Barret,
Arne Sultan, Eliot Wald, Andrew Kurtzman, Gene Wilder. Fotografía:
Victor J. Kemper. Montaje: Robert C. Jones. Música: Stewart Copeland.
Dirección Artística: Robert Gundlach. Intérpretes: Richard Pryor, Gene
Wilder, Joan Severance, Kevin Spacey, Kirsten Childs, Anthony Zerbe. *
Además de ser un original talento cómico, Richard Pryor
ha tenido la dudosa distinción de aparecer en una multi-
tud de películas verdaderamente execrables. El hombre
tenía un instinto innato para elegir guiones horribles, y
éste es uno de ellos. Pryor es ciego, Wilder es sordo. Jun-
tos presencian un asesinato, se convierten en los princi-
pales sospechosos y son amenazados por los auténticos
asesinos: probablemente pueda imaginar el resto usted
mismo. Dado que es una comedia, podría imaginar una
escena en la que el ciego conduce un coche, y acertaría.
Podría imaginar una pelea en la que el ciego da los gol-
pes, siguiendo las instrucciones de su colega; acierta otra
vez. La comedia a cuatro manos consigue desperdiciar la
habilidad de los dos cómicos y ser simultáneamente abu-
rrida y profundamente ofensiva. Todo un logro. ■ J.D.D.
NO ME MANDES FLORES
(Send Me No Flowers), Universal, EE.UU., 1964, 100 min.
Productor: Harry Keller. Director: Norman Jewison. Guión: Julius Eps-
tein. Fotografía: Daniel L. Fapp. Montaje: J. Terry Williams. Música: Frank
De Vol. Intérpretes: Rock Hudson, Doris Day, Tony Randall, Paul Lynde,
Hal March, Edward Andrews. ***
En los años sesenta, la Universal encontró un nuevo filón
de éxitos populares en la comedia romántica, rodadas en
● ●
No respires... el amor está en el aire | 343
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ambientes de cierto lujo y amablemente satíricas en rela-
ción al sistema de la competencia económica y las rela-
ciones sentimentales. La pareja emblemática fue la for-
mada por Rock Hudson y Doris Day, a partir de Confiden-
cias a medianoche y Pijama para dos. De todos modos,
Rock y Doris sólo rodaron juntos tres filmes, los dos men-
cionados y esta No me mandes flores, una divertida his-
toria de hipocondríaco que busca pareja para su esposa
para cuando él falte. Los diálogos resultan chispeantes en
muchos momentos y las situaciones poseen el tratamien-
to adecuado, aun dentro de la superficialidad de la trama.
El canadiense Norman Jewinson ya había dirigido una
muestra del género el año anterior con Su pequeña aven-
tura, en la que James Garner daba la réplica a Doris Day.
Tony Randall demuestra su valía como excelente secun-
dario. ■ M.Q.
NO RESPIRES... EL AMOR ESTÁ
EN EL AIRE
Astrolabio Producciones, España, 1999, 90 min.
Dirección: Joan Potau. Producción: Alejandro Bellada, Julio Fernández y
José María Calleja. Guión: Joan Potau. Fotografía: José Luis López Linares.
Dirección Artística: Lu Mascaró. Música: Paco Musulen. Intérpretes:
Óscar Ladoire, Ana Risueño, Leonor Watling, Carlos Fuentes, Ángel
Alcázar, Carmen Elías, José Luis López Vázquez. *
Una frase pronunciada cascadamente por Javier Krahe
(«la vida es una novela de amor barata») parece la única
vía por la que circula la ópera prima del guionista Joan
Potau. Siguiendo estrictamente tales coordenadas, Potau
urde una historia mareada y cambalachera centrada en
dos suicidas arrepentidos (Fuentes y Ladoire), uno de los
cuales (Ladoire) encontrará a la princesa de sus sueños,
amén de otras hadas y hados del montón (entre otros, los
cuñados, suegros y vecinos de la chica, aparte de tres
señores con vocación de coro griego que pasaban por
ahí). Todo con mucho jolgorio bobo, mucho collague dia-
léctico y secuencial, mucha pompa de jabón. Curiosa la
interpretación de un Ladoire que parece recién sacado de
su túnel del tiempo y muy oxigenante la presencia de una
Leonor Watling bastante encantada. ■ J.C.
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344| No se puede tener todo
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NO SE PUEDE TENER TODO funciona y tira de la película con endiablada fuerza, ya

España, 1997.
Productor: Julio Fernández, Ricard Figueras. Director: Jesús Garay.
Guión: Ricard Figueras, Jesús Garay, Pau Garsaball, Dolores Payás. Foto-
grafía: Federico Ribes. Montaje: Margarita Bernet. Música: Carles Cases.
Dirección Artística: Llorenç Miquel. Intérpretes: Juanjo Puigcorbé, Rosa-
na Pastor, Lluís Marco, Giannina Facio, Kiti Manver, Veronica Roman,
Joan Crosas, Emilio Gutiérrez Caba, Jordi Dauder, Romá Sánchez. ***
Jordi tiene una novia posesiva y ansias de libertad para
jugar al póquer con los amigos. La novia lo abandona y
es la ocasión para conocer a otra mujer de poderoso
atractivo. Por motivos estrictamente profesionales, Garay
tiene que introducirse en el campo de la comedia. Le sal-
van su buen hacer y la presencia de Puigcorbé. ■ M.Q.
sea compartiendo pantalla o en plan one man show, co-
mo en la descacharrante escena de sus repetidas llama-
das por teléfono al mismo contestador. Cuando, hacia el
final de la función, se serena y se pone más tragicómico,
No sos vos, soy yo adopta los peores tics ternuristas de
El hijo de la novia y otros sobrevalorados éxitos del cine
argentino. Pero, hasta entonces, la película de Taratuto
tiene chispa y salero y esa frescura que hace el encanto
de las comedias sin excesivas pretensiones. ■ J.B.C.

NO SOS VOS, SOY YO

Argentina-España, 2004, 105 min.

Director: Juan Taratuto. Guión: Cecilia Dopazo, Juan Taratuto. Fotogra-

fía: Marcelo Iaccarino. Montaje: César Custodio. Música: Diego Grim-
blat, Andrés Calamaro, Jorge Drexler. Dirección Artística: Daniel Gimel-
berg. Intérpretes: Diego Peretti, Soledad Villamil, Cecilia Dopazo, Her-
nán Jiménez, Marcos Mundstock, Luis Brandoni. ***

A No sos vos, soy yo nos la vendieron como el dernier cri

del cine argentino, otorgando a esta cinematografía una
denominación de origen o sello de calidad en realidad
tan inexistente como en cualquier otra, pues no son esca-
sos los tostones que nos larga de tanto en tanto. No es el
caso, felizmente, de este largometraje del debutante
Juan Taratuto, una comedia sencilla pero divertida, ligera
pero penetrante. Su escenario es la Argentina de hoy
mismo, la de la crisis, de la que quiere huir el protagonis-
ta, un cirujano, que tras vivir dos años con su novia, deci-
de casarse, enviar a su mujer a Miami, tramitar una green
card y largarse a la tierra de promisión. Lo que sucede, es
que ya sin casa ni trabajo, justo en el momento de coger
el avión que le llevará a Miami con su esposa, recibe una
llamada de móvil de ésta en la que le comunica que se ha
enamorado de otro hombre y que ya no hace falta que
vaya. Lo que sigue es la agitada, desnortada, atribulada
existencia de este hombre enamoradísimo, que intenta
recuperar a su querida esposa y, cuando ya empieza a
desistir de su obsesión, entre sesión y sesión de diván
(ojo a la graciosa composición del psicoanalista, Marcos
Mundstock, uno de los miembros de Les Luthiers), inten-
ta seducir a otras chicas, con éxitos variables. Como se
puede deducir de estas líneas, estamos ante una película
de Woody Allen en toda regla, un parentesco que toda-
vía subrayan algunos breves gags visuales (propios del
Allen de la primera época, más propenso al slapstick:
véase la escena de nuestro infeliz héroe derribando la
estantería de una librería) y la actuación del actor prota-
gonista, Diego Peretti, que comparte con el genio de
Manhattan una de esas narices que a los caricaturistas les
ponen fácil la jornada.
Peretti está constantemente en pantalla, es un histrión,
un payaso proclive al exceso (al gestual, al verbal), pero
NO SOY NINGÚN ÁNGEL
(I’m No Angel), Paramount, EE.UU., 1933, 87 min.
Productor: William LeBaron. Director: Wesley Ruggles. Guión: Mae
West, Harlan Thompson (basado en el guión no producido “The Lady
and the Lions”, de Lowell Brentano). Fotografía: Leo Tover. Montaje:
Otho Lovering. Música: Harvey Brooks. Dirección Artística: Hans Dreier,
Bernard Herzbrun. Intérpretes: Mae West, Cary Grant, Gregory Ratoff,
Edward Arnold, Ralf Harolde, Kent Taylor, Gertrude Michael, Russell
Hopten, Dorothy Peterson, William B. Davidson. ***
Ella sola, Mae West, salvó a la Paramount de la bancarro-
ta y provocó el nacimiento de la Liga de la Decencia. No
soy ningún ángel llegó después de que los esteticistas
hubiesen perfeccionado la imagen estelar de West y
antes de que los censores moralistas se dedicasen a blan-
quear su trabajo; es la cumbre de su estrellato. La ordina-
ria rubia interpreta a Tira, una artista de feria decidida a
ascender la escalera social. En el curso de la acción, Mae
es absuelta de asesinato, canta varias canciones, hace un
número de doma de leones y demanda a Cary Grant, el
objeto de sus afectos, por romper una promesa. Wesley

● ● ●

● ●
Ruggles dirige los animados acontecimientos, generosa-
mente cargados de los dobles sentidos de la estrella. En
realidad, No soy ningún ángel es un monumento al ego de
su estrella femenina; nunca el narcisismo femenino había
sido explorado de un modo tan inconsciente. Está rodea-
da por un impecable elenco secundario, y todos trabajan
a un ritmo febril, pero Mae nunca suda, sorprendida por
su propio brillo, emocionada con su propio reflejo en los
ojos de cada co-protagonista. Es insuperable. Grant, el
protegido de West, dijo una vez: «Lo aprendí todo de ella.
Bueno, casi todo». Las películas son horribles, pero nadie
se da cuenta. ■ J.D.D.
NO TE PUEDES FIAR NI DE LA CIGÜEÑA
(L’ événement le plus important depuis que l’homme a marché sur la
lune), Francia-Italia, 1973, 90 min.
Director: Jacques Demy. Guión: Jacques Demy. Fotografía: Andréas Win-
ding. Montaje: Anne-Marie Cotret. Música: Michel Legrand. Intérpretes:
Catherine Deneuve, Marcello Mastroianni, Micheline Presle, Marisa
Pavan, Claude Melki. **
Un año después de que Marcello Mastroianni y Catherine
Deneuve fueran padres de una hija, sin que él disolviera
su matrimonio, la pareja reincidió como tándem artístico
en esta disparatada fábula dirigida por Jacques Demy,
antiguo adalid de la nouvelle vague. El filme narra la his-
toria de un matrimonio que espera un hijo, pero con la
salvedad –ciertamente notoria– de que es el marido, es
decir, Mastroianni, quien está embarazado. Ciertos apun-
tes corrosivos sobre los medios de comunicación y el
mundillo publicitario, que intentan comercializar el asom-
broso caso, no impidieron que la cinta naufragara, artísti-
ca y económicamente. Obviable, salvo perezosos sin otra
cosa que hacer. ■ LL.B.M.
NO TOCAR A LA MUJER BLANCA
(Touche pas a la femme blanche), Pea Produzione/Mara Films/Laser,
Francia-Italia, 1974, 95 min.
Director: Marco Ferreri. Guión: Rafael Azcona, Marco Ferreri. Fotografía:
Etienne Becker. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Philippe Sarde.
Intérpretes: Marcello Mastroianni, Catherine Deneuve, Ugo Tognazzi,
Philippe Noiret. ***
De entrada, el planteamiento de Ferreri & Azcona sirve
estupendamente para una anécdota que podría dar lugar
a un cortometraje. Nunca para una película de 95 minu-
tos. Y es que, poco queda una vez pasada la primera
impresión de comprobar cómo Custer regresa a una
afrancesada América para exterminar de una vez por
todas a su gran enemigo, Toro Sentado, que ha abando-
nado la reserva y se ha instalado en un edificio en cons-
trucción. Bajo el mandato del presidente Nixon, el gene-
ral Custer (un pasadísimo Mastroianni) ahorca indios,
siente un profundo odio por Búfalo Bill, enamora a una
enfermera ninfómana y cae abatido por el disparo de un
francotirador que es el padre de Toro Sentado. Un dispa-
rate que sirve para criticar a la racista sociedad america-
● ●
Novia a la fuga | 345
●
na y sus valores tradicionales, con algunos detalles dig-
nos de mención: un taxidermista que rellena el interior de
los indios muertos con papeles de periódico y que, al per-
der sus tripas, intenta hacer lo mismo con su persona; un
antropólogo con camiseta de la CIA y que tiene entre sus
planes más próximos derrocar al gobierno chileno; y unas
conversaciones románticas (con el gag de una orquesta
country detrás) sobre lo bello que resulta asesinar pieles
rojas. Catherine Deneuve está, como siempre, arrebata-
doramente bella. ■ L.M.C.
NO VA MÁS
(Rien ne va plus), Wanda Films, Francia, 1997, 115 min.
Productor: Marin Karmitz. Director: Claude Chabrol. Guión: Claude Cha-
brol. Fotografía: Eduardo Serra. Montaje: Monique Fardoulis. Música:
Matthieu Chabrol. Intérpretes: Isabelle Huppert, Michel Serrault,
François Cluzet, Jean François Balmer, Jackie Berroyer. ****
Claude Chabrol, uno de los clásicos de la nouvelle vague
francesa, lleva ya casi medio siglo rodando películas, ha
sobrepasado la cincuentena de títulos y en su filmografía
se codean obras discretas y obras mayores, de la catego-
ría de Landrú, Accidente sin huella o El carnicero. Sin em-
bargo, en los últimos años está claro que atraviesa un
momento de plenitud creativa, de absoluta madurez,
pues encadena maravilla tras maravilla: La ceremonia, No
va más, En el corazón de la mentira, Gracias por el
chocolate, La flor del mal... No va más es una comedia
ligera de admirable y serenísima confección en torno a las
relaciones entre un ladrón y su hija, dos sobresalientes
encarnaciones de Serrault y Huppert, de química perfec-
ta. Hitchcockiano hasta la médula, no sería de extrañar
que Chabrol hubiera querido homenajear en esta pelícu-
la la sedosidad de Atrapa a un ladrón. Con justicia, No va
más ganó en el festival de San Sebastián la Concha de
Oro a la Mejor Película y la Concha de Plata al Mejor
Director. ■ J.B.C.
NOVATO, EL
(The Freshman), Lobell-Bergman, EE.UU., 1990, 102 min.
Productor: Mike Lobell. Director: Andrew Bergman. Guión: Andrew
Bergman. Fotografía: William A. Fraker. Montaje: Barry Malkin. Música:
David Newman. Dirección Artística: Alicia Keywan. Vestuario: Julie
Weiss. In
ntérpretes: Marlon Brando, Matthew Broderick, Bruno Kirby,
Penelope Ann Miller, Frank Whaley, Jon Polito, Paul Benedict. ***
Se trata de una intrascendente pero harto simpática co-
media, en cuyo haber cabe anotar la parodia que el desa-
parecido Marlon Brando hace del personaje que inmorta-
lizó en El padrino; perdido en Nueva York, el pardillo Bro-
derick será acogido bajo sus protectoras alas. ■ J.E.
NOVIA A LA FUGA
(Runaway Bride), EE.UU., 1999, 116 min.
Productor: Robert W. Cort, Ted Field, Scott Kroopf, Tom Rosenberg.
Director: Garry Marshall. Guión: Josann McGibbon, Sara Parriott. Foto-
●
346| Novia era él, La
● ●
grafía: Stuart Dryburgh. Montaje: Bruce Green. Música: James Newton
Howard. Dirección Artística: W. Steven Graham. Intérpretes: Julia
Roberts, Richard Gere, Joan Cusack, Hector Elizondo, Rita Wilson, Paul
Dooley, Christopher Meloni, Donal Logue, Reg Rogers. **
Roberts es una chica con pánico al altar. Y Gere, un perio-
dista con alma de príncipe azul que, obviamente, logrará
reconducir la fobia de la chica. Obviamente también,
Marshall intentó repetir el taquillazo de Pretty Woman
convocando a los mismos actores protagonistas (y a su
siempre fiel Hector Elizondo). El resultado fue un bom-
boncito para amantes de las comedias románticas azuca-
radas. ■ J.B.C.
NOVIA ERA ÉL, LA
(I Was a Male War Bride), 20th Century-Fox, EE.UU., 1949, 105 min.
Productor: Sol C. Siegel. Director: Howard Hawks. Guión: Charles Lede-
rer, Leonard Spigelgass, Hagar Wilde. Fotografía: Norbert Brodine,
Osmond Borrodaile. Montaje: James B. Clark. Música: Cyril J. Mockridge.
Intérpretes: Cary Grant, Ann Sheridan, Marion Marshall, Randy Stuart,
William Neff, Ken Tobey. ****
Invirtiendo claramente el habitual modelo cómico, donde
el matrimonio sólo señala el “The End”, La novia era él es
una clásica demostración del optimismo antisentimental
● ●
●
de Howard Hawks, y una comedia romántica, subversiva
y extremadamente divertida, todo al mismo tiempo.
Henri Rochard (Grant), un mojigato capitán del ejército
francés, se enamora de una inteligente teniente america-
na al terminar la Segunda Guerra Mundial. Se casan, pero
cuando deciden trasladarse a Estados Unidos, descubren
que la férrea burocracia del ejército norteamericano sólo
permite la entrada de Henri como “cónyuge de personal
militar”, es decir, como “esposa de guerra masculina”. El
atribulado “recién casado” debe rellenar un millón de for-
mularios, vagar desconsoladamente de barracón en ba-
rracón buscando una cama donde consumar su interrum-
pida noche de bodas y, como humillación final, vestirse
de mujer para burlar a los burócratas. La historia se divi-
de en dos partes, claramente separadas por la ceremonia
del casamiento. Hawks extrae cada onza de humor de es-
ta bizarra situación, haciendo un uso espléndido de las
localizaciones europeas (con interiores filmados en los
estudios Shepperton), y apoyándose en un reparto difí-
cilmente mejorable. El director concedió a Cary Grant
plena libertad para improvisar y éste se empeñó en rodar
personalmente, sin necesidad de utilizar un doble, las es-
cenas más comprometidas del filme. Nunca se prestó
Grant a un juego tan arriesgado, pero salió victorioso,
gracias a una de sus más hábiles y sutiles interpretacio-
nes. Sólo él podía sobrellevar las humillaciones continuas
●

● ●
del protagonista y ser divertido sin resultar ridículo. Y
sólo la alegre Ann Sheridan podía convertirse en la horma
de su zapato: véase la secuencia de “insomnio en la casa
de invitados” y el creciente sentimiento de frustración
cuando Lionel Murton le dice a Grant una y otra vez: «no
puede dormir aquí» (el título del estreno británico de la
película). El resultado es la más hilarante, la más feroz, la
más despiadada sátira sobre la batalla de los sexos que
misógino alguno haya jamás perpetrado. ■ J.D.D.
NOVIAZGO DEL PADRE DE EDDIE, EL
(The Courtship of Eddie’s Father), EE.UU., 1963, 118 min.
Productor: Joe Pasternak. Director: Vincente Minnelli. Guión: John Gay
(basado en la novela de Mark Toby). Fotografía: Milton R. Krasner. Mon-
taje: Adrienne Fazan. Música: George E. Stoll. Dirección Artística: Geor-
ge W. Davis, Urie McCleary. Decorados: Keogh Gleason, Henry Grace.
Intérpretes: Glenn Ford, Shirley Jones, Stella Stevens, Dina Merrill,
Roberta Sherwood, Ron Howard, Jerry Van Dyke. ***
Basada en una novela de Mark Toby adaptada por John
Gray, El noviazgo del padre de Eddie es una admirable
comedia sofisticada en torno a un padre viudo cuyo hijo
intenta desesperadamente buscarle una novia. Las argu-
cias que se monta el pequeño para acercar chicas her-
mosas a su progenitor constituyen uno de los principales
atractivos de esta película, puesta en escena con una ele-
gancia ejemplar, un sentido del ritmo preciso, una modé-
lica planificación y una pluscuamperfecta capacidad para
la observación de los detalles aparentemente más insig-
nificantes. Una de las comedias más hermosas de Minne-
lli, en fin, bajo cuya faz de enredo sentimental sonriente
se puede leer una crítica tirando a mordaz de la burgue-
sía americana. Glenn Ford atravesaba el mejor momento
de su carrera (Cowboy, Cimarrón, Un gángster para un
milagro, Los cuatro jinetes del Apocalipsis, etcétera) y su
composición aquí roza la maestría. A su lado, el niño
Ronny (o Ron) Howard, más tarde actor juvenil en, entre
otras, American graffiti y hoy director de filmes de éxito
(Cocoon, Un horizonte muy lejano, Apolo XIII, El Código
DaVinci...). La película propició una serie televisiva inter-
pretada por Bill Bixby entre 1969 y 1971. ■ J.B.C.
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Nuestros adorables niños | 347
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NOVIO DE MI MUJER, EL
(Divorce American Style), Columbia, EE.UU., 1967, 109 min.
Productor: Norman Lear. Director: Bud Yorkin. Guión: Norman Lear.
Fotografía: Conrad Hall. Montaje: Ferris Webster. Música: Dave Grusin.
Dirección Artística: Edward Stephenson. Intérpretes: Dick van Dyke,
Debbie Reynolds, Jason Robards, Jean Simmons, Van Johnson, Joe Flynn,
Lee Grant, Shelley Berman. ***
Comedia y sátira, no el febril melodrama, son las mejores
armas con que arponear las costumbres sociales. Un
sobresaliente ejemplo de estas armas en acción es El
novio de mi mujer, que se burla incisiva, a veces escalo-
friantemente, de los problemas del matrimonio en Améri-
ca. «¿Cuándo fue la última vez que tuvo relaciones, Mr.
Harmon?» Con esta pregunta, planteada por un conseje-
ro matrimonial a Dick Van Dyke –quien por supuesto es
excusado de responder–, el guión de Norman Lear juega
inquietamente con las realidades de la vida marital, pero
preserva cuidadosamente las convenciones. A pesar de
los adornos de dura sátira –una pareja separándose en un
arrebato de furia, niños enfrentándose a hogares rotos,
otros separados rondando con la esperanza de echar el
lazo a otro matrimonio que les libre de la pensión ali-
menticia–, El novio de mi mujer es una historia de divor-
cio al estilo Hollywood. El amor acaba triunfando, con
Dick y Debbie uniéndose de nuevo como las bellas per-
sonas que son. Dos o tres escenas muy divertidas, en
cualquier caso, y una aseada dirección de Bud Yorkin
ayudan a mantener el interés por esta sofisticada come-
dia brillantemente interpretada. Y ahí es donde radica el
éxito del filme: Jason Robards se luce en la piel de un
hombre tan agobiado por el pago de pensiones alimenti-
cias que está desesperado por buscar pareja a su ex-
esposa Jean Simmons, mientras Van Johnson hace que
incluso un vendedor de coches usados parezca juvenil-
mente seductor; y Dick Van Dyke y Debbie Reynolds
muestran talla de grandes comediantes. ■ J.T.
NOVIOS 68
España, 1967, 98 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Lazaga. Guión: Pedro Masó,
Rafael J. Salvia. Fotografía: Juan Mariné. Montaje: Alfonso Santacana.
Intérpretes: Arturo Fernández, Sonia Bruno, José Luis López Vázquez,
Teresa Gimpera, Alfredo Landa, Irán Eory, Juan Luis Galiardo. *
Una de las cinco películas que el prolífico Pedro Lazaga
dirigió en 1967 y que pretendía ofrecer un retrato de la
pareja española, a través de cinco muestras no tomadas
precisamente al azar y, en definitiva, escasamente repre-
sentativas de la realidad sociológica que se pretendía
retratar. Incondicionales de la comedia española y soció-
logos animosos. ■ LL.B.M.
NUESTROS ADORABLES NIÑOS
(Nos enfants chéris), Francia, 2003, 86 min.
Productor: Frédéric Bal, Benoît Cohen, Véronique Rofé. Director: Benoît
Cohen. Guión: Benoît Cohen, Eleonore Pourriat. Fotografía: Bertrand
●
348| Nuevo caso del inspector Clouseau, El
● ●
Mouly. Montaje: Marine Deleu. Música: Jean-Philippe Goude. Intérpre-
tes: Mathieu Demy, Laurence Côte, Romane Bohringer, Mathias Mlekuz,
Fabio Zenoni. ****
El cine francés es capaz de lo mejor y lo peor cuando
aborda el siempre problemático mundo de la pareja.
Benoît Cohen consigue casi lo mejor en esta ácida come-
dia, de título tan engañoso como aparentemente homo-
logable a cualquier nadería infantil surgida de Hollywood.
Pero no. El encuentro casual entre una antigua pareja,
que en el pasado se disolvió un tanto traumáticamente,
reúne durante las vacaciones a estos antiguos amantes,
ahora con hijos y nuevos consortes. Lo que podía ser una
simple comedia de enredo deviene relato agridulce, re-
pleto de situaciones imprevisibles, cáusticos diálogos y
actores en estado de gracia, con la siempre espléndida
Romane Bohringer. ■ LL.B.M.
NUEVO CASO DEL INSPECTOR
CLOUSEAU, EL
(A Shot in the Dark), Mirisch, EE.UU.-Reino Unido, 1964, 102 min.
Productor: Blake Edwards. Director: Blake Edwards. Guión: Blake
Edwards, William Peter Blatty (basado en la obra de Marcel Achard y
Harry Kurnitz). Fotografía: Christopher Challis. Montaje: Bert Bates,
Ralph E. Winters. Música: Henry Mancini. Diseño de producción: Micha-
el Stringer. Intérpretess: Peter Sellers, Elke Sommer, George Sanders,
Herbert Lom, Tracy Reed, Graham Stark, Moira Redmond. ***
● ●
●
Con su bigote, la gabardina, el sombrero de fieltro y la
torpeza elevada a su máxima expresión, el extravagante
y despistado inspector Clouseau ha llenado algunas de
las páginas más felices de la historia del cine. Su primera
incursión cinematográfica se produjo en una auténtica
joya de la comedia, La pantera rosa, un inteligente y
exquisito vodevil protagonizado por Claudia Cardinale,
Capucine, Peter Sellers y David Niven como “El Fantas-
ma”, el ladrón de guante blanco que intenta apoderarse,
con espíritu deportivo, eso sí, del fabuloso diamante “La
Pantera Rosa”. Desde los primeros compases musicales,
desde que en la pantalla asoman unos espléndidos títu-
los de crédito, se sabe que no estamos asistiendo a una
película corriente. Nos encontramos ante una deliciosa
comedia, elegante y sofisticada, una cinta que apura to-
das las posiblidades humorísticas de un guión casi per-
fecto. Pero el mayor acierto del filme, lo que atrajo prin-
cipalmente al público, fue el desastroso inspector Clou-
seau, un estólido e imperturbable inepto capaz de sem-
brar el caos allá donde va, a pesar de lo cual está con-
vencido de ser el mejor detective del mundo. Antes de
que se estrenara la película, Blake Edwards recibió a últi-
ma hora, y cuando el guión ya estaba escrito, la propues-
ta de dirigir un filme del mismo estilo protagonizado por
Walter Matthau y Sophia Loren. El cineasta norteameri-
cano aceptó la oferta, pero impuso dos condiciones:
cambiar a los actores principales y centrar toda la acción
en el personaje de Clouseau.
La película se tituló El nuevo caso del inspector Clou-
seau y, de esta manera, el torpe y alocado policía adqui-
rió todo el protagonismo de la serie, mientras sus acom-
pañantes en la primera aventura desaparecían para dar
entrada a dos personajes que contribuyeran a reforzar el
carácter cómico de la cinta: Cato (Kwouk), el criado
oriental del inspector –una nada disimulada parodia del
legendario Bruce Lee–, siempre al acecho para atacarle y
practicar el karate en el momento más inoportuno, y el
inspector-jefe Dreyfus (Lom), un individuo aún más cala-
mitoso y dado a los accidentes que su subordinado. Ba-
sándose en una obra del francés Marcel Achard, Edwards
y Harry Kurnitz concibieron una intriga vodevilesca al ser-
vicio de Clouseau, una historia que en tono de farsa juga-
ba con la comedia de situaciones y el erotismo de Elke
Sommer. Aunque menos brillante que su precedente, la
nueva entrega de la saga demostró que –en contra del
tópico– segundas partes sí podían ser buenas. Las dos
películas se estrenaron en 1964, con sólo dos meses de
diferencia, y ambas se convirtieron en grandes éxitos de
taquilla, elevando a la categoría de estrellas internaciona-
les tanto a Peter Sellers como al rosado felino de los di-
bujos animados. ■ J.T.
NUNCA ME HAN BESADO
(Never Been Kissed), 20th Century Fox, EE.UU., 1999, 107 min.
Productor: Sandy Isaac, Nancy Juvonen. Director: Raja Gosnell. Guión:
Abby Khon, Marc Silverstein. Fotografía: Alex Nepomniaschy. Montaje:
Debra Chiate. Música: David Newman. Vestuario: Mona May. Intérpre-
●

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tes: Drew Barrymore, David Arquette, Molly Shannon, John C. Reilly,
Garry Marshall, Michael Vartan, Leelee Sobieski, Jessica Alba. **
Tomando el canon de la muy abundante comedia ameri-
cana de high schools, el filme de Gosnell, tal como hacía
la estimable Romy y Michelle, pretende subvertir su espí-
ritu ya desde su planteamiento de “vuelta atrás”: sin ne-
cesidad de máquina del tiempo, el personaje de Drew Ba-
rrymore retorna a su adolescencia para saldar una vieja
deuda moral, aniquilar su pasado de patito feo e integrar-
se en esa vulgarizada sociedad que antaño la rechazó.
Que valga o no la pena integrarse en ella es harina de
otro costal y una de las reflexiones que la obra propone
con ponderado rigor, si bien su formulación visual, prácti-
camente inexistente, le resta enteros al conjunto. ■ J.B.C.
NUNCA OCURRE LO QUE UNO ESPERA
(Det blir aldrig som man tänkt sig), S/S Fladen, Suecia, 1999, 114’.
Productor: P. Rybon. Director: Mans Herngren, Hannes Holm. Guión:
Mans Herngren, Hannes Holm. Fotografía: M. Olofson. Montaje: S. Lind-
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Nunca ocurre lo que uno espera | 349
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gren. Música: Magnus Frykberg, Pal Svenre. Intérpretes: Josefin Nilsson,
Marie Richardson, Cecilia Frode, Bibi Andersson, Peter Dalle. **
Sólo comenzar la película, la protagonista, embarazada,
discute con su compañero sobre la necesidad de tener o
no el hijo y le sorprende comunicándole que él no es el
padre. tras decidir, ella sola, tener la criatura, una vez na-
cida intenta devolverla en adopción porque, aspirante
perpetua a actriz, le ha salido un papel importante. Ya
vemos a esas alturas primerizas que éste es un filme so-
bre personajes descentrados. Y caemos en la cuenta de
que también el cine sueco anda hoy día algo descentra-
do. En los años silentes constituyó un fructífero vivero de
melodramas intimistas de alta temperatura (Sjöström,
Stiller...); en el sonoro reinó un maestro aún en activo: Ing-
mar Bergman. Hoy, cineastas como Herngren y Holm son
el paradigma de la comedia sueca con la alleniana Eva y
Adán o esta igualmente tónica, vagamente simpática,
bien interpretada pero decididamente discreta excursión
a varias bandas por el universo de la maternidad en el
caos contemporáneo. ■ J.B.C.
●
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 O
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OBJETIVO MORTAL
(Wrong Is Right), Columbia, EE.UU., 1982, 117 min.
Productor: Richard Brooks. Director: Richard Brooks. Guión: Richard
Brooks. Fotografía: Fred J. Koenekamp. Montaje: George Grenville. Músi-
ca: Artie Kane. Dirección Artística: Edward Carfagno. Intérpretes:: Sean
Connery, George Grizzard, Robert Conrad, Katharine Ross, G. D. Sprad-
lin, John Saxon. **
La penúltima película del autor de Semilla de maldad es
una desmedida sátira social que convoca a reporteros de
televisión, políticos, líderes árabes, agentes secretos, te-
rroristas y armas nucleares apuntando, cómo no, a Nueva
York. Lo mejor, el lustroso reparto, con un impresionante
surtido de actores secundarios. ■ J.B.C.
OBJETO DE SEDUCCIÓN
(The Object of Beauty), Avenue, EE.UU.-Reino Unido, 1991, 101 min.
Productor: Jon S. Denny. Director: Michael Lindsay-Hogg. Guión: Micha-
el Lindsay-Hogg. Fotografía: David Watkin. Montaje: Ruth Foster. Músi-
ca: Tom Bahler. Dirección Artística: Derek Dodd. Intérpretes: John Mal-
kovich, Andie McDowell, Lolita Davidovich, Rudi Davies, Joss Ackland,
Bill Paterson. ***
Los problemas de una pareja de vividores por seguir
manteniendo su tren de vida aún a costa de desprender-
se de una valiosa escultura de Henry Moore incluyen
situaciones de picaresca y vodevil. Más allá de todo esto,
hay que decir que Objeto de seducción también vino
planteada como una película para el lucimiento de su
pareja protagonista. Malkovich, que encarna con elegan-
cia de Armani y naturalidad propia a su personaje, ya
había interpretado a Valmont en la adaptación de Las
amistades peligrosas. Por su parte, Andie McDowell aca-
● ●
●
baba de demostrar que era bastante más que un rostro
para anuncios de productos de belleza con sus interpre-
taciones en Sexo, mentiras y cintas de vídeo, de Soder-
bergh, y Matrimonio de conveniencia. Una muestra de alta
comedia llevada con buen pulso, que no es poco ni dema-
siado. ■ M.Q.
OBRA MAESTRA
España, 2000, 115 min.
Productor: Cristina Huete. Director: David Trueba. Guión: David Trueba.
Fotografía: Javier Aguirresarobe. Montaje: Pablo García del Amo. Música:
Roque Baños. Vestuario: Lala Huete. Intérpretes: Ariadna Gil, Santiago
Segura, Pablo Carbonell, Luis Cuenca, Loles León, Jesús Bonilla. ****
Están claras las pautas que, aquí y ahora, marcan el
humor del nuevo milenio: Wyoming, Buenafuente, Carbo-
nell, Paco, Tonino, el Sebas... El milagro está en que estos
genios de la comicidad por un tubo catódico pueden dar
el salto a la pantalla grande sin que su brillantez se resien-
ta un ápice. Más todavía: tomar el cine mismo como obje-
to referencial con sobresaliente autoridad en la materia.
Segura, Carbonell y Trueba ya coincidieron en el tele-
visivo El peor programa de la semana, quizá el mejor pro-
grama de humor de la década, dilapidado por nuestros
centinelas de la moral. En Obra maestra, los talentos en
constante ebullición del trío (y una Gil impecable) laten
en cada poro de la imagen. Saben de qué hablan (la locu-
ra de hacer cine), saben cómo decirlo (adoptando no una
estética trash para una historia gamberra, sino una escri-
tura limpia, sin renglones torcidos) y saben dialogar y lan-
zar réplicas que tumban de espaldas. Más difícil todavía,
saben poner a su bien planchado traje una polilla que
todo lo corroe: hay en el filme una mala uva digna de las
●
352| O Brother!
● ● ●

más ácidas comedias de Fernán Gómez o Ferreri. Quizás,

lástima, no saben acabar: la media hora final pierde fue-
lle, se desvanece en un mar de insulsez que da al traste
con la chispeante consistencia que la precede. No impor-
ta: ver a Segura demostrar lo dura que tiene la mollera
atizándose en ella con una figura de piedra vale por todo
lo estrenado este año. ■ J.B.C.

O BROTHER!
(O Brother, Where Art Thou?), Buena Vista/Touchstone/Universal,
EE.UU.-Reino Unido-Francia, 2000, 106 min.

Director: Joel Coen. Guión: Joel y Ethan Coen, basado libremente en “La
Odisea”, de Homero. Fotografía: Roger Lanser. Música: T-Bone Burnett,
Carter Burwell y Chris Thomas King (canciones). Intérpretes: George
Clooney, John Turturro, Tim Blake Nelson, John Goodman, Holly Hunter,
Chris Thomas King, Charles Durning, Del Pentecost, Michael Badalucco. tean otros moscardones no menos memorables en sus
** precisas caracterizaciones: el ahorcado, el arrastrao, el
enterrador, el gaditano que se cree vasco... Una fauna al
Después de ser los cronistas oficiales de la palurda y margen, habitantes de un universo paralelo al que el cine-
escarchada América del Medio Oeste, los Coen orienta- asta se acerca con cariño pero sin ahorrar munición
ron sus dardos bengalíes al delta del Mississippi, fase a la ácida: 800 balas es una comedia con trasfondo negro,
que pertenece este O Brother! y su posterior The Ladyki- porque sus héroes, como los de Perdita Durango, La
llers. Curiosamente, ambas comparten una naturaleza comunidad o Muertos de risa, son una vez más perdedo-
común: adaptar y "reubicar" piezas tan imposibles como res natos. Una película hecha con el corazón, arriesgada
“La Odisea” y El quinteto de la muerte, respectivamente. y personalísima, acaso demasiado atropellada en su
Así, la epopeya y fuga de tres convictos de tebeo en ple- tramo final, pero ejecutada con mano maestra y muy
nos años veinte se convierte en cualquier otra cosa que emotiva para todos quienes se nutrieron con programas
no sea road movie al uso: una cartilla de paternidad res- dobles en cines de barrio. ■ J.B.C.
ponsable, una endecha picaresca y lazarilla o una novela
de caballerías y cantares de ciego, ya que el componen-
te musical está tan imbrincado a su esqueleto como el
bigote a lo Clark Gable al personaje que interpreta admi-
rablemente George Clooney. Aunque tampoco hay que
olvidar a sus dos compañeros de correrías: Tim Blake Nel-
son y John Turturro, cuyo marciano rictus en el cartel ori-
ginal del filme debería ser estudiado por la NASA. Por
supuesto, episodios como los cantos de sirena, el infierno
KKK, flashes como los tarros de fijador flotando en la
inundación y personajes como el de John Goodman pue-
den fascinar o sobrecargar al más pintado. Pero así son
estos timberwolves cineastas. Además, ¿no son zurdos
los osos polares? ■ J.C.

800 BALAS
Pánico Films/Sogepaq, España, 2002, 124 min.

Productor: Álex de la Iglesia. Director: Álex de la Iglesia. Guión: Álex de OCHO MUJERES Y UN CRIMEN
la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría. Fotografía: Flavio Labiano. Música: (The Mad Miss Manton), RKO, EE.UU., 1938, 80 min.

Roque Baños. Dirección Artística: Arri, Biafra. Intérpretes: Sancho Gra-
cia, Ángel de Andrés López, Carmen Maura, Eusebio Poncela, Terele
Pávez. ****
De la Iglesia rinde homenaje en 800 balas a las películas
del Oeste que antaño se rodaban en Almería. Lo hace a
través de los dobles o extras de aquellas películas que
hoy se ganan el gazpacho actuando en sus viejos deco-
rados ante turistas. Sus protagonistas (De Andrés y un
pletórico Gracia) son dos parias a cuyo alrededor revolo-
Productor: Pandro S. Barman. Director: Leigh Jason. Guión: Philip G.
Epstein, Hal Yates. Fotografía: Nicholas Musuraca. Montaje: George
Hively. Música: Roy Webb. Intérpretes: Barbara Stanwyck, Henry Fonda,
Sam Levene, Frances Mercer, Stanley Ridges. **
Henry Fonda siempre dijo que su actriz favorita era Bar-
bara Stanwyck y que era un placer trabajar con ella. Ese
sentimiento era compartido por casi todas las estrellas de
Hollywood. En una industria que no destaca por las opi-
niones amables, Stanwyck parece haber sido la compa-

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 Octava mujer de Barba Azul, La | 353
● ● ●

ñera favorita de todo el mundo. Ella y Fonda rodaron tres

películas juntos y la lástima es que no hiciesen más. Sin
embargo, la primera que hicieron, Ocho mujeres y un cri-
men, no agradó en absoluto a Fonda. Naturalmente, esto
no impidió a un profesional como él hacer su habitual
buen trabajo. Cualesquiera que fuesen sus reservas sobre
el guión, no se aprecian en su interpretación. El bueno de
Henry interpreta a un reportero que ridiculiza a un grupo
de mujeres que afirman haber descubierto un cadáver.
Las damas, lideradas por la alocada Stanwyck, se propo-
nen resolver el misterio. Por el camino encuentran más
cadáveres, y naturalmente hay un romance entre la pare-
ja protagonista. En las screwball comedies, gran parte de
la efectividad está en manos del director. Leigh Jason es
el hombre que marca el ritmo de este alocado embrollo,
pero Ocho mujeres y un crimen es, esencialmente, la pelí-
cula de Stanwyck, y su interpretación de la vivaz Melsa,
tan descarada como brillante, ayudó a convertirla en una
estrella popular. La cinta también debe mucho al tene-
broso trabajo de Nicholas Musuraca, un director de foto-
grafía de talento, cuyas sobrecogedoras sombras crean
una atmósfera apropiada. El score de Roy Webb y el dise-
ño de producción de Van Nest Polglase son deliciosos, y
los diálogos de Philip Epstein proporcionan una ingenio-
sa resaca de diversión centrada en la lucha de clases. El Price, con las correspondientes exhibiciones de virtuosis-
final incluso supone una subversión de las actitudes mo. Más tarde habló del filme despectivamente –sólo era
“correctas”, cuando Fonda sugiere una prolongada luna «cartón piedra bonito»–, pero esta película de asesinatos
de miel, ya que Stanwyck puede permitírselo. «Yo quería resuelta con gracia y estilo cimentó su reputación de
vivir de tus ingresos», dice ella. «Eso es una tontería», cómico dotado de una sutileza extraordinaria. La cinta se
replica él. «¿Quién va a vivir de los tuyos?» ■ J.D.D. beneficia de un guión deliciosamente ingenioso, lejana-
mente basado en la novela de Roy Horniman “Israel
Rank”, y cuyo tema central es el gentil arte inglés del ase-
OCHO SENTENCIAS DE MUERTE sinato, con Dennis Price como el innoble Louis acabando
(Kind Hearts and Coronets), Ealing, Reino Unido, 1949, 105 min. con un árbol genealógico completo para heredar el título
Productor: Michael Balcon. Director: Robert Hamer. Guión: Robert familiar. Desarmantemente cruel en su sofisticación litera-
Hamer, John Dighton (basado en la novela de Roy Horniman “Israel ria, admirablemente discreta en sus caricaturas de la alta
Rank”). Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Peter Tanner. Música: burguesía, impecable en sus detalles de la época Eduar-
Wolfgang Amadeus Mozart. Dirección Artística: William Kellner. Intér- diana, Ocho sentencias de muerte es la comedia más
pretes: Dennis Price, Valerie Hobson, Joan Greenwood, Alec Guinness, negra de la Ealing, una película brillantemente cínica sin
Audrey Fildes, Miles Malleson, Clive Morton, John Penrose, Cecil Rama- atisbo de culpa o amargura de clase media. Aunque Den-
ge, Hugh Griffith. **** nis Price tiene el papel más largo en la película (y lo inter-
preta brillantemente), Guinness se lleva la parte del león
Aparte de Laurence Olivier, ningún otro miembro de la del mérito por su tour de force, una interpretación de
realeza actoral británica ha tenido tanto éxito en el cine asombrosa versatilidad merecedora de cualquier elogio
como Alec Guinness. Formado en las mejores tradiciones superlativo. La hazaña que supuso encarnar a ocho
del teatro clásico, Sir Alec ya se había consagrado como miembros de una misma familia, entre ellos una mujer, le
uno de los más destacados intérpretes de la escena cuan- hizo popularísimo en todos los rincones del país. No olvi-
do, después de la guerra, se hizo inmensamente popular demos tampoco a Joan Greenwood y Valerie Hobson,
con su intervención en una serie de filmes pertenecientes ambas singularmente brillantes. ■ J.T.
al breve renacimiento de la industria inglesa. Protagonista
de algunas de las más memorables comedias de la época,
su nombre va unido al brillante período de los legenda- OCTAVA MUJER DE BARBA AZUL, LA
rios estudios Ealing, a través de una extensa galería de (Bluebeard’s Eight Wife), Paramount, EE.UU., 1938, 83 min.

personajes de amplio registro temático, particularmente
satíricos.
Ocho sentencias de muerte fue el título emblemático
que demostró la multiplicidad de su talento. A sugerencia
propia, interpretó a los ocho miembros, masculinos y
femeninos, de la familia D’Ascoyne asesinados por Dennis
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Charles Bra-
ckett, Billy Wilder (basado en una obra de Alfred Savoir). Fotografía: Leo
Tover. Montaje: William Shea. Música: Frederick Hollander, Werner Hey-
mann. Dirección Artística: Hans Dreier, Robert Usher. Intérpretes: Clau-
dette Colbert, Gary Cooper, Edward Everett Horton, David Niven, Eliza-
beth Patterson, Herman Blingo. ***

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354| ¡Oh, qué guerra tan bonita!
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Nueva bufonada, antológica como todas las demás, de
nuestro bienamado Lubitsch: La octava mujer de Barba
Azul, realizada en 1938 amparándose en una comedia de
Alfred Savoir –de savoir faire, naturalmente– y escrita
para la pantalla por Charles Brackett y Billy Wilder, que es
tanto como decir que deberíamos cuadrarnos. Tal vez
para hacer juego con las invisibles barbas de su protago-
nista, la película sitúa su actuación en la Costa Azul,
donde un elemento insignificante –un pijama– desenca-
denará relaciones y amores entre millonarios puntillosos
y aristócratas venidos a menos –por ahí revolotea nueva-
mente Edward Everett Horton–. ¿Hemos dicho un pija-
ma? Vamos a ver: los guionistas y el autor parten del
supuesto de que puede darse el caso de que una perso-
na acuda a unos almacenes a comprar el pantalón, y sólo
el pantalón de un pijama, porque no usa chaqueta, y que
otra, que no usa la parte de abajo, llega a los mismos
almacenes y en el mismo momento a comprar su porción,
creando la correspondiente estupefacción entre los
empleados. Eso es lo que le pasa a Gary Cooper y Clau-
dette Colbert, y eso es, obviamente, el ingenioso inicio de
una endiablada comedia de exquisitos diálogos y fluir tan
plácido como una partida de criquet. ■ J.B.C.
¡OH, QUÉ GUERRA TAN BONITA!
(Oh! What a Lovely War), Reino Unido, 1969, 144 min.
Productor: Richard Attenborough. Director: Richard Attenborough.
Guión: Len Deighton, Joan Littlewood (basado en la obra de Charles
Chilton). Fotografía: Gerry Turpin. Música: Alfred Ralston. Montaje:
Kevin Connor. Intérpretes: Wendy Alnutt, Colin Farrell, Malcolm McFee,
John Rae, Corin Redgrave, Kim Smith. **
La película es la primera que realizó el actor Richard
Attenborough (él y Trevor Howard deben ser los únicos
que faltan en el reparto), aclamado director hoy de pelí-
culas como Gandhi o Chorus Line. Como sabrá el aficio-
nado, el cine de Attenborough está falto de sutilezas y
tiende, más que al academicismo, que también, a la gran-
dilocuencia. Y es esa grandilocuencia lo que presumible-
mente nos va a deparar este fasto satírico (basado en una
comedia musical de éxito en los escenarios) que tiene a
la Primera Guerra Mundial como blanco de sus cachon-
● ●
●
deos. Debe verse como curiosidad y, sobre todo, oírse a
conciencia. ■ J.B.C.
OJOS NEGROS
(Oci Ciornie), Italia, 1987, 118 min.
Productor: Carlo Cucchi, Silvia D’Amico Bendico. Director: Nikita Mi-
jalkov. Guión: Alexander Adabachian, Nikita Mijalkov, Suso Cecchi d’A-
mico (inspirado en Anton Chejov). Fotografía: Franco Di Giacomo. Músi-
ca: Francis Lai. Montaje: Enzo Meniconi. Intérpretes: Marcello Mas-
troianni, Marthe Keller, Yelena Safonova, Pina Cei, Vsevolod Larionov,
Paolo Baroni. ***
Después de la estupenda Sin testigos, Nikita Mijalkov
acepta una propuesta de la televisión italiana RAI para
realizar Ojos negros, una obra de encargo que el autor
convertirá en una de las más hermosas películas de su
carrera. Con la ayuda de su compañero de fatigas Ale-
xander Adabachian –guionista y escenógrafo– y de la in-
combustible Suso Cecchi d’Amico, reescribe a Chejov
(“La dama del perrito” y otras historias) y da a luz una
comedia irónica, melancólica, vital y un tanto viscontiana
en su factura. Admirable es la recreación visual y moral
de la nobleza italiana del siglo XIX en esas escenas
ambientadas en la solemnidad kitsch del balneario, pero
admirables son también las escenas que tienen lugar en
el barco y, al mismo tiempo, en esa Rusia a la que nues-
tro protagonista –un magistral Marcello Mastroianni–
acude en la desesperada búsqueda de su amor. ■ J.B.C.
OLVIDA LOS TAMBORES
Coral PC, España, 1975, 105 min.
Director: Rafael Gil. Guión: Ana Diosdado (basado en su obra teatral).
Fotografía: José F. Aguayo. Música: Gregorio García Segura. Intérpretes:
Julián Mateos, Maribel Martín, Tony Isbert, Cristina Galbó, Jaime Blanch,
Carlos Ballesteros, Verónica Llimerá, José María Guillén. **
Una muchacha de provincias llega a Madrid para perma-
necer unos días con su hermana y replantearse su matri-
monio. Casada con un brillante ejecutivo, lleva una vida
convencional. En Madrid entra en contacto con diversos
personajes, y deberá elegir entre un tipo de vida acomo-
daticio, más acorde con su formación, o dejar que sus
ansias de libertad se muestren en contacto con una
nueva realidad. Un producto típico de la época, nada
menos que de 1975, que adapta una obra teatral de Ana
Diosdado, con pretensiones de análisis de crisis psicoló-
gicas en un esfuerzo por superar con estrechos condicio-
namientos del teatro madrileño. La dependencia de una
estructura claramente teatral y la poca consistencia de
algún personaje lastran la propuesta. El reparto acoge
asimismo a Jaime Blanch y Carlos Ballesteros. ■ M.Q.
ONCE UPON A HONEYMOON
RKO, EE.UU., 1942, 116 min.
Productor: Leo McCarey. Director: Leo McCarey. Guión: Sheridan Gib-
ney. Fotografía: George Barnes. Montaje: Tharon Warth. Música: Robert
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Emmett Dolan. Intérpretes: Ginger Rogers, Cary Grant, Walter Slezak,
Albert Dekkler, Albert Basserman. **
El escenario de esta excéntrica tragicomedia es una ase-
diada Europa (corre el año 1938), y sus protagonistas son
Cary Grant, en la piel de un reportero radiofónico, y Gin-
ger Rogers, como una cazafortunas del Bronx (con el
barón vienés Walter Slezak por marido). Una trama sin
sentido y una bizarra banda sonora (continuos valses) no
pueden disimular el hecho de que se trata, en realidad, de
tres películas en una (historia de amor, drama de espías,
polémica anti-nazi), pero el conjunto se salva por su irre-
verencia, mezclando el romance –e imágenes de noticia-
rios– con momentos de escandalosa falta de gusto: el
marido nazi de Rogers cortando una tarta con la forma
de Checoslovaquia, relojes con manecillas de esvástica...
La alteración de los cánones (una pomposa luna de miel
VIP) brinda suficientes oportunidades para jaranas a
bordo en ambientes de primera clase, pero los discursos
propagandísticos y una narración llena de digresiones
terminan por diluir el impacto de la comedia. Y la resaca
erótica de la pareja Grant-Rogers es simplemente increí-
ble. En años posteriores, el director Leo McCarey renegó
de la película. ■ J.D.D.
ON CONNAÎT LA CHANSON
Francia, 1997, 120 min.
Productor: M. Seydoux, R. Waldburger. Director: Alain Resnais. Guión:
Agnès Jaoui, Jean-Pierre Bacri. Fotografía: Renato Berta. Montaje: Hervé
de Luze. Vestuario: Anne Dunsford. Intérpretes: Pierre Arditi, Sabine
Azéma, Jean-Pierre Bacri, Adré Dussolier, Agnès Jaoui, Lambert Wilson,
Jane Birkin, Jean-Paul Roussillon, Götz Burger, Nelly Borgeaud. ****
Una encantadora comedia sentimental diseñada y ejecu-
tada, en colaboración con el matrimonio de guionistas y
actores Jean-Pierre Bacri-Agnès Jaoui, por un Alain Res-
nais de 75 años tan jovial de espíritu, tan osado en su pro-
puesta formal y tan creativo como en sus ya lejanísimos
días de El año pasado en Marienbad. Porque este sensi-
ble, a la par que descreído, carrusel de romances cruza-
dos y caprichosos juegos del azar es nada menos que un
musical sui géneris: un desfile de grandes temas de la
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Operación Pacífico | 355
●
canción popular francesa (Chevalier, Piaf, Gainsbourg y
un largo etcétera) insertados, con las voces originales, en
los labios de los personajes de una manera arbitraria y
tan libre como la inclusión de unas medusas surreales en
medio del enredo. No la tomen por vanguardista intraga-
ble: es tan deliciosa como una limonada casera. ■ J.B.C.
OPERACIÓN: CHULETA DE TERNERA
(L´operation corned-beef), Alter Films/Les Films Gaumont/Alpilles
Productions, Francia, 1990, 105 min.
Productor: Alain Tercian. Director: Jean-Marie Poiré. Guión: Jean-Marie
Poiré. Fotografía: Jean-Yves Lemener. Montaje: Catherine Cléber. Música:
Eric Levi. Dirección Artística: Hugues Tissandier. Intérpretes: Christian
Clavier, Jean Reno, Valerie Lemercier, Isabelle Renaud. **
Comedia de espías que intentaba relanzar un género muy
rentable en el cine galo, primero con Louis de Funès
(Fantomas) y después con Pierre Richard (El gran rubio
con un zapato negro). Ahora se intentaba relanzar la
pareja cómica Reno & Clavier, el primero como un tarugo
de adustos modales y el segundo como el ingenuo hom-
bre corriente atropellado por la vida. En realidad, esta
película nunca hubiese llegado a nosotros (se estrenó en
cine en 1994) si no llega a ser porque idéntico equipo téc-
nico y artístico había dado el “pelotazo” con el inespera-
do éxito de Los visitantes (Les visiteurs, 1993). Con un
sentido del humor más bien chapucero y proclive a la sal
gorda, Reno es un espía apodado “El tiburón” que envía
a su novia para que seduzca a un pobre idiota (Clavier,
haciendo lo que mejor sabe), marido de la secretaria de
un diplomático extranjero en tratos nada claros con el
narcotráfico colombiano. Hay dos momentos antológicos
que valen por todo el film: cuando Reno, celoso, destroza
el coche de un desorientado Clavier y cuando le amena-
za en los lavabos del aeropuerto. Destaca la presencia de
Valerie Lemercier, una gran actriz francesa, en el papel de
secretaria. ■ L.M.C.
OPERACIÓN PACÍFICO
(Operation Petticoat), EE.UU., 1959, 124 min.
Productor: Robert Arthur. Director: Blake Edwards. Guión: Stanley Sha-
piro, Maurice Richlin (basado en una historia de Paul King y Joseph
Stone). Fotografía: Russell Harlan. Montaje: Frank Gross, Ted J. Kent.
Música: David Rose, Henry Mancini (sin acreditar). Dirección Artística:
Alexander Golitzen, Robert Emmet Smith. Intérpretes: Cary Grant, Tony
Curtis, Joan O’Brien, Dina Merrill, Gene Evans, Dick Sargent, Virginia
Gregg, Robert F. Simon. ****
Basada en un guión de Stanley Shapiro, esta simpática
comedia deja traslucir en varios gags visuales soberbios
y unos diálogos cuidadísimos algunas de las cualidades
que harían famoso a Blake Edwards en la década de los
sesenta. Operación Pacífico es, sin ser una obra perfecta,
una película sumamente divertida cuya acción transcurre
a bordo de un vetusto submarino rosa, verdadero prota-
gonista de la trama y origen de un sinfín de situaciones
cómicas. Quizás el filme hubiese ganado con un montaje
●
356| Ópera prima
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más ajustado, con una duración menor. Pero, en cualquier
caso, sus dos horas no llegan nunca a hacerse largas.
Además, cuenta en su reparto con dos magníficos acto-
res de comedia, el impagable Cary Grant, del que sólo
cabe decir que está, como siempre, perfecto, y Tony Cur-
tis, capaz de darle la réplica sin pestañear. ■ J.T.
ÓPERA PRIMA
La Salamandra/Les Films Moliére, España-Francia, 1980, 96 min.
Director: Fernando Trueba. Guión: Fernando Trueba, Óscar Ladoire.
Fotografía: Ángel Luis Fernández. Música: Fernando Ember. Intérpretes:
Óscar Ladoire, Paula Molina, Antonio Resines, Marisa Paredes, Kiti Man-
ver, Luis González Regueral, David Thompson. ***
Las aguamarinas de la “comedia de Argüelles”, bien puli-
das, brillantes. Todos sus trazos verdes, resplandecientes,
con el rasgo sociológico, o la cicatriz, ferozmente marca-
do en sus puntas. Un trofeo de joyería. Así es Ópera
prima, la película que hizo de 1980 el año de las luces de
Fernando Trueba, lince antes de la crítica de cine capaz
de verter su deglutido celuloide, de Lubitsch a Tanner, en
una pantalla fresca y comunicativa, como una página de
contactos del diario o un teléfono de la esperanza.
Ópera prima es un diálogo de tú a tú con la gente de
esa generación, la de Trueba y su protagonista y co-
guionista Óscar Ladoire. Sentimental, pero no sentimen-
taloide, Trueba pulsa la tecla nostálgica de unos persona-
jes que si no son losers, en el sentido hustoniano, tampo-
co tienen la fiebre espiritual de Capra. Sencillamente,
seres vivos navegando sin rumbo fijo por el lago del Reti-
ro. Con la ilusión literaria de Ladoire o la musical de su
prima, Paula Molina, mediatizando lo que sin duda es una
canción triste no en Hill Street, sino en la Castellana. Di-
● ●
●
gamos que los actores, de los mencionados Ladoire y
Molina a los más secundarios Kitty Manver o Marisa Pare-
des, pasando por ese grato descubrimiento de Antonio
Resines, después algo amortiguada su estrella por el uso
y abuso de los mismos caracteres, realizan brillantes cre-
aciones en su espontaneidad, de identificación fácil y
nunca forzada. Y que Trueba, como demostraría más tar-
de en sus siguientes películas, tiene maña narrativa, utili-
za el scope con sabiduría y saca a flote su buque mese-
tario con dignidad poco frecuente. ■ J.B.C.
ORIENTE ES ORIENTE
(East Is East), Reino Unido, 1999, 96 min.
Productor: Leslee Udwin. Director: Damien O’Donnell. Guión: Ayub
Khan-Din (basado en su propia obra). Fotografía: Brian Tufano. Montaje:
Michael Parker. Dirección Artística: Henry Harris. Música: Deborah
Mollison. Intérpretes:: Om Puri, Linda Bassett, Jordan Routledge, Archie
Panjabi, Emil Marwa, Chris Bisson, Jimi Mistry, Raji James. ***
Inspirada en una obra de teatro de Ayub Khan-Din –por
él mismo adaptada a la pantalla–, Oriente es Oriente es
un fresco social focalizado en una familia anglopaquista-
ní instalada en el norte de Inglaterra en los años setenta.
El padre es un sujeto inflexible, orgulloso de sus raíces y
su cultura, aunque se gane el sueldo con un negocio de...
sí, fish and chips (señas de identidad también suyas, aun-
que le pese). Pero sus hijos son y se sienten británicos al
cien por cien, han adoptado las costumbres occidentales
y no pueden asumir, por ejemplo, que el matrimonio deba
pactarse por conveniencia. Este abismo generacional es
el que da sustancia a la película de O´Donnell, que se ha
querido comparar, dado ese tono humorístico, costum-
brista y afable con que se contempla un conflicto social,
con la supertaquillera The Full Monty.
En realidad, las películas más emparentables con
Oriente es Oriente son dos pequeños clásicos de la etapa
antithatcheriana de Frears, Mi hermosa lavandería y
Sammy y Rosie se lo montan (donde, por cierto, tenía
Khan-Din un destacado papel), ambos escritos por Hanif
Kureishi y centrados en los mismos problemas de mesti-
zaje y choque de culturas.
Si bien la estructura dramática no alcanza la solidez de
esos títulos, la pintura de los personajes y el sentido de la
observación resultan notables, así como las interpreta-
ciones de todos los actores, comenzando por Om Puri, el
padre, de cuya calidad ya nos dio noticias la excelente
Brothers in Trouble. ■ J.B.C.
ORO DE MOSCÚ, EL
Columbia, España, 2003, 108 min.
Director: Jesús Bonilla. Guión: Jesús Bonilla, J. Andújar. Música: Roque
Baños. Intérpretes: Jesús Bonilla, Santiago Segura, Afredo Landa, Anto-
nio Resines, Concha Velasco, Gabino Diego, Juan Luis Galiardo, Alexis
Valdés, Neus Asensi, María Barranco, Chiquito de la Calzada. **
Comedia elefantiásica y de brocha gorda con una trama
parecida a la de El mundo está loco, loco, loco, que con-
●

● ●
voca a no menos de cuarenta cómicos populares de to-
das las generaciones y escuelas, con Bonilla y Segura en
cabeza dando vida a dos zoquetes que, veinte años atrás,
hubieran interpretado, tal cual, Andrés Pajares (también
en la fiesta) y Fernando Esteso. Carpetovetónica de pura
cepa. ■ J.B.C.
ORO EN BARRAS
(The Lavender Hill Mob), Ealing, Reino Unido, 1951, 82 min.
Productor: Michael Balcon. Director: Charles Crichton. Guión: T.E.B.
Clarke. Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: Seth Holt. Música:
Georges Auric. Dirección Artística: William Kellner. Intérpretes: Alec
Guinness, Stanley Holloway, Sidney James, Alfie Bass, Marjorie Fielding,
John Gregson, Edie Martin, Clive Morton, Ronald Adam, Sydney Tafler.
****
Probablemente no sea la mejor comedia de la Ealing
(carece del sesgo satírico de El hombre vestido de blan-
co y del humor negro de El quinteto de la muerte), pero
aún así es una de las pocas películas verdaderamente
hilarantes del cine inglés. Un aparentemente tímido caje-
ro de banco (Guinness) se une a un sórdido empresario
(Holloway) y a dos estraperlistas (Bass y James) para
robar lingotes de oro y convertirlos en estatuillas. El
golpe se salda con éxito y los ladrones funden su botín,
lo moldean en pequeñas torres Eiffel de souvenir y las
envían a París. Guinness y Holloway siguen el oro, para
descubrir que seis de las torres han sido compradas por
un grupo de estudiantes inglesas... Lo que viene a conti-
nuación son toneladas de diversión, incluyendo una
superlativa escena de persecución en la que los protago-
nistas, conduciendo un coche de policía robado, despis-
tan a sus perseguidores enviando mensajes contradicto-
rios por la radio de la policía.
El oscarizado guión de T.E.B. Clarke divide sus burlas
satíricas entre la policía, la prensa y la ciudad. Alec Guin-
ness está fantástico como el cajero miope, balbuceante y
tímido que, contra todo pronóstico, consigue planear y
ejecutar un atraco al banco de Inglaterra (fue nominado
● ●
Otra cara del gángster, La | 357
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al Oscar pero perdió ante Gary Cooper por Solo ante el
peligro). El reparto también da en el clavo con los acto-
res secundarios, con Alfie Bass y Sid James particu-
larmente impresionantes. Atención a un par de breves
apariciones de James Fox y a un atisbo de una joven
Audrey Hepburn. En la escena inicial en Río, Guinness le
da dinero a una bella joven y le dice que se compre un
regalo. Si aguza la vista podrá reconocer a Audrey como
la chica. ■ J.T.
ORQUESTA CLUB VIRGINIA
El Catalejo PC/Antea Films/Anoia Films, España, 1992, 85 min.
Director: Manuel Iborra. Guión: Manuel Iborra, Joaquín Oristrell. Foto-
grafía: Javier García Salmones. Música: Santi Arisa. Intérpretes: Jorge
Sanz, Antonio Resines, Juan Echanove, Santiago Ramos, Enrique San
Francisco, Pau Riba, Emma Suárez, Natasha Owen, Torrebruno, Sara
Ashton, María Lamor, Mercedes Resino, Silke, Vicente Haro, Verónica
Forqué. ***
Un momento de la vida del músico manresano Santi
Arisa, cuando en 1967 formaba parte de una formación
orquestal que se encontraba de gira por Oriente Medio
durante la guerra de los Seis Días. Orquesta Club Virginia
relata las vivencias de los diferentes miembros de este
grupo en una situación totalmente atípica, pero siempre
abordándolo todo con sentido del humor. A pesar de su
innegable capacidad descriptiva, el guión escrito por el
propio director junto a Joaquín Oristrell se resiente de la
linealidad de algunos personajes demasiado instalados
en su esbozo inicial, lo cual hace que la narración progre-
se a veces sólo en el aspecto externo. Magnífico elenco
de actores protagonistas. Completando el reparto tene-
mos a Emma Suárez, Pau Riba, Verónica Forqué, Silke y el
mismísimo Torrebruno. La banda sonora la firma el propio
Santi Arisa. ■ M.Q.
OSCURA SEDUCCIÓN
(Birthday Girl), Lauren, Reino Unido-EE.UU., 2001, 93 min.
Productor: Steve Butterworth, Diana Phillips. Director: Jez Butterworth.
Guión: Jez Butterworth, Tom Butterworth. Fotografía: O. Stapleton.
Música: Stephen Warbeck. Intérpretes: Nicole Kidman, Ben Chaplin,
Matthieu Kassovitz, Vincent Cassel. ***
La presencia de Nicole Kidman, teñida de moreno para la
ocasión, es lo mas estimulante de esta comedia con
toques de humor negro y de thriller. La protagonista de
Los otros y Moulin Rouge encarna en ella a una mujer rusa
que se convertirá en novia, vía internet, de un joven bri-
tánico a quien se le complicará mucho la vida después de
que irrumpa en su vida. Aunque sin pretensiones, resulta
entretenida. ■ J.E.
OTRA CARA DEL GÁNGSTER, LA
(The Big Mouth), Columbia, EE.UU., 1967, 107 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry Lewis, Bill
Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Russel Wiles. Música:
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358| Otra terapia peligrosa
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Harry Betts. Vestuario: Moss Mabry. Intérpretes: Jerry Lewis, Harold J.
Stone, Susan Bay, Buddy Lester, Del Moore, Paul Lambert. ***
Segunda película que filmaba como director Jerry Lewis
para la Columbia, La otra cara del gángster muestra la
depuración del estilo visual del actor-director y las cons-
tantes que se dan cita en su universo cómico. Cómico, es
cierto, pero en absoluto distanciado de la realidad, por
cuanto la película depara jocosas críticas contra la socie-
dad americana y el llamado mundo civilizado en general.
En su objetivo, Lewis utiliza de nuevo un doble persona-
je: él mismo reúne ambas caras de la moneda. En esta
película, Jerry se desdobla en un muerto y en un vivo al
que todos quieren ver... muerto. El equívoco reside en
que el protagonista tiene el mismo rostro que un peligro-
so gángster al que persiguen, cada uno por su lado, dos
bandas a quienes sustrajo unos valiosos diamantes. Un
inofensivo empleado de banca, Gerald Clamson, ignoran-
te de que su cara es igual a la del temido mafioso Sid
Valentine, se verá envuelto en una increíble aventura, eri-
zada de peligros y situaciones absurdas. Perseguido por
unos y otros, Gerald tiene que recurrir a todo tipo de dis-
fraces, incluido uno que inevitablemente recuerda al pro-
fesor Julius F. Kelp de El profesor chiflado.
La otra cara del gángster no muestra sólo a un Lewis
que domina de manera portentosa los secretos de la
narración cinematográfica y sabe administrar gags de
irreprochable ritmo, sino que el cineasta se permite jugar
con el absurdo, destruyendo la lógica y las convenciones
narrativas. Cabría decir que un filme como éste resume
● ●
●
admirablemente el cine practicado por el cineasta hasta
entonces y evidencia su absoluto dominio de la escritura
visual, sin arredrarle ningún desafío a la hora de afrontar
un evidente riesgo creativo. ■ LL.B.M.
OTRA TERAPIA PELIGROSA
(Analyze That), Warner, EE.UU., 2002, 96 min.
Productor: Paula Weinstein, Jane Rosenthal. Director: Harold Ramis.
Guión: Peter Tolan, Harold Ramis, Peter Steinfeld. Fotografía: Ellen
Kuras. Montaje: Andrew Mondshein. Música: David Holmes. Intérpretes:
Robert De Niro, Billy Crystal, Lisa Kudrow, Joe Viterelli, Cathy Moriarty,
Joey Diaz, Jerome LePage. *
El dicho de que segundas partes nunca fueron buenas
queda ilustrado con esta cinta. La primera era un oasis en
medio del género de la comedia comercial hollywoodien-
se actual (como otras de Ramis: Atrapado en el tiempo y
Mis dobles, mi mujer y yo), pero esta segunda parte sólo
es una repetición mal hecha, algo que De Niro acentúa
todavía más con su nada cómico histrionismo. ■ G.Q.
OTRO LADO DE LA CAMA, EL
España, 2002, 114 min.
Productor: Tomás Cimadevilla, Mohamed Khashoggi, José Antonio
Sáinz de Vicuña. Director: Emilio Martínez-Lázaro. Guión: David Serra-
no. Fotografía: Juan Molina. Montaje: Ángel Hernández Zoido. Música:
Roque Baños. Dirección Artística: Julio Torrecilla. Intérpretes: Ernesto
Alterio, Paz Vega, Guillermo Toledo, Natalia Verbeke, Alberto San Juan,
María Esteve, Ramón Barea, Nathalie Poza, Secun de la Rosa, Carol Sal-
vador. ***
Martínez-Lázaro asumió el reto de someter un enredo
amoroso tradicional (dos parejas de enamorados y su
danza cruzada de escarceos románticos) a las claves del
cine musical, utilizando canciones populares cantadas
por actores no especializados en el género. El resultado,
un gran éxito de taquilla (que originó una secuela), es una
comedia de irresistible encanto. ■ J.B.C.
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 P
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PADRE DE LA NOVIA, EL
(Father of the Bride), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1950, 92 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Vincente Minnelli. Guión: Fran-
ces Goodrich, Albert Hackett (basado en la novela de Edward Streeter).
Fotografía: John Alton. Montaje: Ferris Webster. Música: Adolph
Deutsch. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Leonid Vasian. Vestuario:
Helen Rose, Walter Plunkett. Intérpretes: Spencer Tracy, Joan Bennett,
Elizabeth Taylor, Don Taylor, Billie Burke, Leo G. Carroll, Moroni Olsen,
Melville Cooper, Taylor Holmes, Paul Harvey. ****
La película se inicia con un Spencer Tracy derrotado, ago-
tado, cansado... Mira a su alrededor y puede verse la resa-
ca de la fiesta de matrimonio de su hija. Todo está revuel-
● ●
●
to. Tracy se vuelve hacia la cámara y cuenta su dramática
historia: de cómo su hija adorada, a quien todavía veía
como una niñita, se casó con un desconocido y se la arre-
bataron. Y todavía peor, las vicisitudes que esta boda le
acarreó a él, ¿a su mujer? (en este punto no está tan
seguro de que ella pensase como él), a su tranquilidad y
a sus ahorros.
La virtud de Tracy y de la película de Minnelli es que
convirtió en una divertida comedia una situación que
muchos de quienes la han pasado no consideran de
forma unánime que sea precisamente ni tan divertida ni
tan alegre ni tan feliz. Los guionistas contratados por la
Metro (basándose en una novela de Edward Streeter)
pusieron a disposición de Minnelli una historia absoluta-
mente creíble. Una boda puede ser una fiesta, pero no
para todos. Un padre puede sentirse alegre o triste de
que su hija se case y le abandone. Pero la sociedad en la
que vive (y mucho más si pertenece a una clase media en
la que las apariencias y las obligaciones no escritas pesan
lo suyo) le descubre de forma sorprendente que un casa-
miento es bastante más que un simple amor entre dos
personas.
Detrás de toda la divertidísima trama de la película –en
la que el padre se convierte en el cabeza de turco sobre
quien van a parar todos los palos–, hay una evidente crí-
tica social sobre la sociedad de las apariencias y del des-
pilfarro que, a juzgar por lo que nos rodea, no solamente
existe sino que se ha corregido y aumentado. Pero hay
que reconocer que una chica tan requeteguapa como Liz
Taylor (con sus 18 años) se merece que sufra todo el
mundo por ella, incluso su padre. Este padre de la novia
es mucho más sutil, más sugerente, menos desmadrado
que el de Steve Martin. Estas dos versiones marcan la
evolución que en esos cuarenta años sufrió el cine. ■ A.C.
●
360| Padre de la novia, El
● ●
PADRE DE LA NOVIA, EL
(Father of the Bride), EE.UU., 1991, 105 min.
Productor: Carol Baum, Nancy Meyers, Howard Rosenman. Director:
Charles Shyer. Guión: Frances Goodrich, Albert Hackett, Nancy Meyers,
Charles Shyer. Fotografía: John Lindley. Montaje: Richard Marks. Música:
Alan Silvestri. Dirección Artística: Erin M. Cummins. Intérpretes: Steve
Martin, Diane Keaton, Kimberly Williams, Kieran Culkin, George New-
bern, Martin Short. ***
El padre de la novia, versión Minnelli, era una extraordi-
naria comedia –muy triste bajo su aspecto alegre– sobre
los preparativos y consumación de la boda de una chica
de extracción burguesa vistos desde el punto de vista de
su padre (papel que encarnaba Spencer Tracy), de todo
punto caótica, casi trágica. Realizada cuarenta años más
tarde, El padre de la novia de Charles Shyer es, desde su
punto de partida hasta su punto de llegada, un calco des-
carado del original, si bien desprovisto de la perspicacia,
la finura y la maliciosa mirada del clásico minnelliano.
La ciencia del remake a veces puede ser estimulante:
reescribir, remodelar, readaptar unas imágenes del pasa-
do es un reto para valientes, y ahí está, para demostrarlo,
el atractivo Sin aliento, de McBride, ingeniosa reelabora-
ció de un eterno clásico de la modernidad, Al final de la
escapada, de Godard. Sin embargo, otras, la mayoría por
desgracia, se limitan a fotocopiar mecánicamente un
material preexistente, cuya obvia finalidad será captar
públicos vírgenes para quienes el cine anterior a películas
tipo Indiana Jones no existe.
Y es ahí donde hay que concentrar nuestros esfuerzos
orientadores: haciendo abstracción de su precedente. El
padre de la novia es una comedia pasablemente diverti-
da, con algunos gags que funcionan (la consuetudinaria
caída a la piscina, el cachondeo en torno al esmoquin azul
o negro...) y, por el lado negativo, con un exceso de sen-
timentalismo (los nostálgicos partidos de baloncesto en
el patio trasero) y un Martin Short amanerado hasta lo
indecible.
Concluyamos recordando que, como era de prever, el
mismo equipo de este filme perpetró cuatro años des-
pués, en 1995, Vuelve el padre de la novia, que era a la
vez, qué barbaridad, remake de una secuela y secuela de
un remake, todo ello, por supuesto, no tan convincente
como con Vincente. ■ J.B.C.
PADRE NO HAY MÁS QUE DOS
Izaro Films, España, 1982, 90 min.
Productor: Salvador Ginés. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Leopoldo Villaseñor. Montaje: Antonio Ramírez.
Música: Gregorio García Segura. Dirección de arte: Luis Vázquez. Intér-
pretes: Andrés Pajares, Fernando Esteso, Miguel Ángel Valero, Tito Fer-
nández. *
Fallido intento por parte de Mariano Ozores de ganarse al
público infantil. Visto en su momento, la apuesta no era
del todo descabellada: aprovechar el tirón humorístico de
la pareja Pajares & Esteso, conseguir el interés de los
niños con dos de los infantes protagonistas de la conoci-
● ●
●
da serie televisiva “Verano azul” (Valero y Fernández) y
estrenar la película durante la época de Navidad de 1982.
Sin embargo, todo estaba concebido con la premura
habitual de su autor, notándose en exceso que aquello
era un cajón de sastre donde entraba el argumento de
“La extraña pareja” (Pajares ordenado y anticuado, Este-
so sucio y liberal) convertida en comedia musical. Es en
este último aspecto donde hay que tirar directamente a
la basura Padre no hay más que dos, puesto que los acto-
res berrean más que cantan, la coreografía es como si
fuese improvisada (aunque no muy lejos del ridículo más
absoluto que representa la aclamada El otro lado de la
cama) y las canciones compuestas por García Segura dan
un inmenso dolor de cabeza. Hay ciertos toques de de-
nuncia sobre la desintegración de la familia, puesto que
Pajares (con dos niños) y Esteso (con tres) han de com-
partir casa al separarse de sus respectivas parejas, pero
lo cierto es que da exactamente igual. ■ L.M.C.
PADRE ES ABUELO, EL
(Father’s Little Dividend), M-G-M, EE.UU., 1951, 82 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Vincente Minnelli. Guión: Fran-
ces Goodrich, Albert Hackett (basado en los personajes de Edward Stre-
eter). Fotografía: John Alton. Montaje: Ferris Webster. Música: Albert
Sendrey. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Leonid Vasian. Vestuario:
Helen Rose. In
ntérpretes: Spencer Tracy, Joan Bennett, Elizabeth Taylor,
Don Taylor, Billie Burke, Moroni Olsen, Richard Rober, Marietta Canty,
Paul Harvey. ***
El director Vincente Minnelli se reunió con Spencer Tracy,
Joan Bennett y Elizabeth Taylor para esta secuela –en
una época en que eso todavía no era una plaga– de su
gran éxito de 1950 El padre de la novia. Ahora Tracy tiene
un nieto, lo que da pie a diálogos del tipo «cuchi, cuchi,
cuchi». Minnelli rodó la película en apenas veinte días
mientras se construían los decorados para el número final
de ballet de Un americano en París, limitándose, simple y
llanamente –lo que no es poco, tratándose de un maestro
de su talla–, a ilustrar su trama según su recetario. Y en
ese recetario está contenida, en generosa abundancia, la
diversión. Así, El padre es abuelo transcurre sin desfalle-
●

● ●
cimiento por ese terreno y de cuando en cuando se apo-
dera de nuestra mirada la magia de Vincente en estado
de gracia. ■ J.T.
PADRES DE ÉL, LOS
(Meet the Fockers), EE.UU., 2004, 115 min.
Productor: Robert De Niro, Jay Roach, Jane Rosenthal. Director: Jay
Roach. Guión: Jim Herzfeld, John Hamburg, Marc Hyman (basado en los
personajes creados por Greg Glienna y Mary Ruth Clarke). Fotografía:
John Schwartzman. Montaje: Alan Baumgarten, Lee Haxall, Jon Poll.
Música: Randy Newman. Dirección Artística: Andrew Neskoromny.
Intérpretes: Robert De Niro, Ben Stiller, Dustin Hoffman, Barbra Strei-
sand, Blythe Danner, Teri Polo, Owen Wilson, Spencer Pickren. *
Los padres de él es el insultantemente ligero rédito de
una comedia que por lo menos tenía una docena de gags
inteligentes y un cierto sentido del slapstick. Aquí hay un
excelente gag al principio (el ladrillazo al autocar) que
suponemos, ingenuos, será el primero de una catarata
imparable. Pero no. Y la primera cena de todos los prota-
gonistas tiene relativa gracia, augura otros encuentros
hilarantes. Pero no. Todo funciona con el piloto automáti-
co, con el exceso de confianza que supone tener una pre-
misa de probada eficacia y un atractivo elenco, cuando
en realidad esos figurones, de De Niro a Hoffman, de Sti-
ller a una Streisand que parece estar todavía en ¿Qué me
pasa, doctor?, se limitan a autocaricaturizarse. Y si en el
Roach del título precedente y de los Austin Powers habí-
amos visto a un realizador con maña para la comedia
cómica, a ratos en el hemisferio de Tashlin & Lewis, aquí
esa intuición se esfuma como las cifras de una cuenta
corriente a fin de mes. ■ J.B.C.
PADRES DE ELLA, LOS
(Meet the Parents), EE.UU., 2000, 108 min.
Productor: Nancy Tenenbaum, Jay Roach, Jane Rosenthal, Robert De
Niro. Director: Jay Roach. Guión: Jim Herzfeld, John Hamburg. Fotogra-
fía: Peter James. Montaje: Jon Poll. Música: Randy Newman. Vestuario:
Daniel Orlandi. Intérpretes: Robert De Niro, Ben Stiller, Teri Polo, Blythe
Danner, Nicole DeHuff, Jon Abrahams. ****
Quizás fuera la galopante crisis de la comedia americana
lo que hizo que esta muestra del género se convirtiera en
gran éxito cuando se estrenó. De todas formas, tampoco
hay que quitarle méritos al filme, que funciona muy bien
porque sabe sacarle toda la punta a los gags que ofrece
el punto de partida –el primer encuentro de un joven con
los padres de su novia– y logra aprovechar en todo su
potencial los talentos de De Niro –asimismo productor de
la cinta– y Ben Stiller, un comicazo de altura que realizó
aquí uno de sus mejores trabajos. A caballo entre la
comedia de situación y el slapstick, Jay Roach (Austin Po-
wers) sabe hasta dónde puede desarrollar los gags sin
que lleguen a perder nunca su eficacia, lo cual lleva a
felices situaciones como las de la cena, el partido de
waterpolo o la discusión en el aeropuerto. De forma simi-
lar al desamparado Norman Bates de Psicosis, el perso-
● ●
Página en blanco | 361
●
naje de Stiller logra que el espectador se identifique con
él y viva con angustia su interminable cúmulo de calami-
dades. ■ J.E.
PADRES E HIJOS
(Padri e figli), Italia-Francia, 1957, 92 min.
Productor: Guido Giambartolomei. Director: Mario Monicelli. Guión:
Leonardo Benvenuti, Luigi Emmanuele, Agenore Incrocci, Mario Moni-
celli, Furio Scarpelli (basado en una historia de Agenore, Monicelli y
Scarpelli). Fotografía: Leonida Barboni. Montaje: Otello Colangeli, Mario
Serandrei. Música: Alessandro Cicognini, Carlo Rustichelli. Intérpretes:
Vittorio De Sica, Lorella De Luca, Riccardo Garrone, Marcello Mas-
troianni, Fiorella Mari, Franco Interlenghi. **
Una de las primeras colaboraciones –y uno de los prime-
ros éxitos– del trío de guionistas Age & Scarpelli & Moni-
celli, una típica comedia italiana de episodios que disec-
ciona y caricaturiza con serena causticidad la sacrosanta
institución familiar. ■ J.B.C.
PADRINOS DEL NOVIO, LOS
(Best Men), EE.UU., 1997, 89 min.
Productor: Brad Krevoy, Steve Stabler. Director: Tamra Davis. Guión:
Tracy Fraim, Art E. Brown. Fotografía: Jim Glennon. Montaje: Paul Trejo.
Música: Mark Mothersbaugh. Vestuario: Arianne Phillips. Intérpretes:
Drew Barrymore, Sean Patrick Flanery, Dean Cain, Luke Wilson. **
Después de la modesta pero simpática Guncrazy, inspira-
da en el clásico de la serie B El demonio de las armas, de
Joseph H. Lewis, Tamra Davis dirigió esta a veces ridícula
cinta de inspiración tarantiniana con más bien escaso
intererés. Supuso la despedida cinematográfica del gran
actor británico Roddy McDowall, tantas veces secundario
en cintas de todo género, encarnando al jefe de los fede-
rales. ■ G.Q.
PÁGINA EN BLANCO
(The Grass Is Greener), Grandon, Reino Unido, 1960, 104 min.
Productor: Stanley Donen. Director: Stanley Donen. Guión: Hugh
Williams, Margaret Vyner (basado en la obra de ambos). Fotografía:
Christopher Challis. Montaje: Jim Clark. Música: Noel Coward. Dirección
Artística: Paul Sheriff. Vestuario: Hardy Amies, Christian Dior. Inttérpre-
tes: Cary Grant, Deborah Kerr, Robert Mitchum, Jean Simmons, Moray
Watson. *
Demasiados diálogos, muy poca acción y un perdido
Robert Mitchum contribuyen a esta decepcionante ver-
sión cinematográfica del éxito teatral de Hugh Williams y
Margaret Vyner. El argumento narra las complicaciones
románticas que surgen cuando un multimillonario ameri-
cano (Mitchum) visita la casa de un conde inglés (Grant)
y se enamora de su esposa (Kerr). Siguen algunas indis-
creciones en Londres y un duelo con el aristócrata enga-
ñado. Mientras tanto, Jean Simmons trata de conquistar a
Grant. El director Stanley Donen, usualmente brillante en
el terreno de la comedia romántica ligera, no logra resca-
●
362| País del agua, El
● ●
tar Página en blanco de sus demasiado evidentes oríge-
nes teatrales, un guión plomizo y unos intérpretes que se
mueven como si fuesen maniquíes de las tiendas de Bond
Street. ■ J.T.
PAÍS DEL AGUA, EL
(Waterland), Palace/Fine Line, Reino Unido-EE.UU., 1992, 95 min.
Productor: Katy McGuinness, Patrick Cassavetti. Director: Stephen
Gyllenhaal. Guión: Peter Prince. Fotografía: Robert Elswit. Montaje: Les-
ley Walker. Música: Carter Burwell. Dirección Artística: Hugo Luczyc-
Wyhowski. Intérpretes: Jeremy Irons, Ethan Hawke, Sinead Cusack, John
Heard, Cara Buono, Grant Warnock. ****
El escritor londinense Graham Swift publicó en 1983 su
novela autobiográfica “El país del agua” (“Waterland”) y
en seguida consiguió el difícil fervor popular, ganando
incluso prestigiosos premios literarios, como el del
“Guardian” o el de la Royal Society of Literature. Los crí-
ticos la eligieron como una de las novelas más represen-
tativas de la literatura británica de la década y muchos la
situaron a la altura de “El hotel New Hampshire” de John
Irving, en su condición de magistral retrato de la condi-
ción humana. Su personaje central, el profesor de Histo-
ria Tom Crick, se convirtió en entrañable. Es un enseñan-
te muy especial que utiliza las clases para contar su pro-
pia vida en lugar de ceñirse a los apartados de su mate-
ria didáctica. En la realidad, resultaría una forma muy
discutible de impartir una asignatura y sería seguramen-
te rechazada por los padres de los alumnos. En la ficción
se convierte en un original punto de partida para sacar a
relucir las contradiciones de las ideas inmutables en el
ser humano de la sociedad actual. Se reflexiona sobre el
poder de los recuerdos, la influencia de la nostalgia o la
esclavitud y deformación de la memoria. Se cuestiona el
valor de la propia historia. Se investigan las quimeras de
juventud, el amor, la amistad y la construcción de la pro-
pia existencia.
La película sigue fielmente la esencia de la novela,
ambientándola en un instituto de Pittsburg, Pennsylva-
nia, en 1974. Y lógicamente está construida sobre la per-
sonalidad de Jeremy Irons, uno de los actores más dúc-
tiles del cine actual, capaz de componer unos inquietan-
● ●
●
tes hermanos gemelos en Inseparables o un patriarca
latino en La casa de los espíritus. Jeremy Irons es el per-
fecto profesor Crick. Humano, comprensivo y tratando
de ayudar a sus alumnos para que busquen su propia
identidad a través de las experiencias y los recuerdos
que les va contando.
El director Steven Gyllenhaal (que había dirigido un
estimable thriller, Paris Trout) utiliza la voz en off para ir
encadenando los relatos que explica el profesor y sabe
potenciar el ambiente casi surrealista de los paisajes pan-
tanosos de los Fens ingleses (que justifican el título de la
novela y la película) convirtiéndolos así en el motivo
implícito y verdadero del comportamiento que muestran
sus personajes. ■ A.C.
PAJAMA PARTY
EE.UU., 1964, 82 min.
Productor: Samuel Z. Arkoff, James H. Nicholson. Director: Don Weis.
Guión: Louis M. Heyward. Fotografía: Floyd Crosby. Montaje: Fred R.
Feitshans Jr., Eve Newman. Música: Les Baxter. Dirección Artística:
Daniel Haller. Intérpretes: Tommy Kirk, Anette Funicello, Elsa Lanches-
ter, Harvey Lembeck, Jesse White, Jody McCrea. ●
Nuevo engendro playero de la serie Beach Party. Tommy
Kirk reemplaza a Frankie Avalon y encarna al teenager de
turno, en un producto que al menos ofreció oportunida-
des laborales a Dorothy Lamour, Elsa Lanchester y el gran
Keaton. A evitar. ■ LL.B.M.
PAJARICO
España, 1997, 100 min.
Productor: Javier Castro, Concha Díaz. Director: Carlos Saura. Guión:
Carlos Saura. Fotografía: José Luis López-Linares. Montaje: Julia Juaniz.
Música: Alejandro Massó. Intérpretes: Francisco Rabal, Alejandro Martí-
nez, Dafne Fernández, Eusebio Lázaro, Manuel Bandera, Juan Luis Galiar-
do, Eulalia Ramón, María Luisa San José, Violeta Cela, Paulina Gálvez,
Rafael Álvarez “El Brujo”. ***
Antes que Almodóvar y Amenábar (pero después de
Buñuel), el director español más conocido internacional-
mente era Carlos Saura, con una filmografía jalonada de
merecidos premios por títulos como La caza, Deprisa,
deprisa, La prima Angélica, Cría cuervos o Mamá cumple
cien años. Estas tres últimas películas son miradas desde
la infancia al mundo adulto, aunque con ópticas diferen-
tes. Con Pajarico reincide en esta temática, retratando a
los miembros de la familia de un chico de diez años que
se va a vivir con sus tíos, pero Saura lo hace sustituyendo
el tono crítico de La prima Angélica o Mamá cumple... por
una mirada poética, casi contemplativa, hacia sus perso-
najes, tratados con evidente cariño, como el abuelo
genialmente incorporado por el llorado Paco Rabal.
Quede claro que las únicas personas razonables del rela-
to son el chico protagonista y su prima, con la que vive
su primera historia de amor. El reparto se completa con
Juan Luis Galiardo, María Luisa San José y Rafael Álvarez
“El Brujo”, entre otros. ■ G.Q.
●
 Pan, amor y celos | 363
● ● ●

mo» y propició dos secuelas italianas, la segunda de las

cuales la dirigió Dino Risi y la protagonizaba Sofía Loren.
Hubo también una tercera secuela en coproducción con
España, en la que el mareschiallo Carotenuto iba a Sevilla
con la banda de música de Sorrento y cortejaba a un piz-
pireta Carmen Sevilla. La gracia de la propuesta ya se ha
ido evaporando y la poca pericia de Setó con un reparto
predominantemente italiano reduce los atractivos sólo a
la ciudad de la Giralda y al buen hacer de De Sica y Pep-
pino di Filippo. ■ M.Q.

PAJARITOS Y PAJARRACOS
(Uccellacci e uccellini), Italia, 1966, 101 min.

Productor: Alfredo Bini. Director: Pier Paolo Pasolini. Guión: Pier Paolo
Pasolini. Fotografía: Mario Bernardo, Tonino Delli Colli. Montaje: Nino
Baragli. Música: Ennio Morricone. Vestuario: Danilo Donati. Intérpretes:
Totò, Ninetto Davoli, Femi Benussi, Rossana Di Rocco, Renato Capogna,
Pietro Davoli, Rosina Moroni. ****

Deslumbrante y multitentacular road movie social, este

filme (o filmes, ya que contiene dentro un sketch diverti-
dísimo, una fábula franciscana sobre el lenguaje de los
pájaros, que puede verse como un homenaje al Frances-
co, giullare di Dio de Rossellini y donde destaca la mími-
ca prodigiosa de Totó) se brinda como un cuento conta-
do y cantado ya desde los créditos. Y, como todo cuento,
admite todos los senderos imaginables: del entierro, in
situ, de Palmiro Togliatti a una suerte de deformación de
los personajes, según la cual Totó y Davoli emulan la
prosa itinerante de Chaplin y Paulette Goddard; del cuer-
vo u oráculo ideológico a su virtual (y gastronómica)
desaparición; de la autopista como símbolo de una socie-
dad que no conduce a ninguna parte al coito fugaz entre
matorrales y bajo un cielo surcado por veloces reacto-
res... ■ J.B.C. PAN, AMOR Y CELOS
(Pane, amore e gelosía), Titanus, Italia, 1954, 91 min.

Productor: Marcello Girosi. Director: Luigi Comencini. Guión: Ettore

PAN, AMOR Y... ANDALUCÍA
Prod. Benito Perojo/Vittorio de Sica, España-Italia, 1958, 93 min.
Director: Xavier Setó, Vittorio de Sica (supervisión). Guión: Ettore María
Margadonna, Antonio Quintero, Jesús María de Arozamena, Sandro
Continenza, Luciana Corda. Fotografía: Antonio L. Ballesteros. Música:
Alessandro Cicognini. Intérpretes: Carmen Sevilla, Vittorio de Sica, Lea
Padovani, Peppino de Filippo, Columba Domínguez, Mario Carotenuto,
Vicente Parra, Dolores Palumbo, José Nieto. **
En 1953, Comencini obtuvo uno de los éxitos más taqui-
lleros en el cine italiano con un guión de Ettore Marga-
donna, en el que un donjuanesco jefe de carabineros
napolitano destinado a un pueblo de los Abruzzos se
debate entre el deseo de una hermosa y deslenguada
campesina y la mayor conveniencia de la comadrona
local. Pan, amor y fantasía cimentó la fama de la Lollobri-
gida como mito erótico, popularizó a un De Sica que
colaboraba «en dar una puñalada trapera al neorrealis-
María Margadonna, Luigi Comencini, Eduardo de Filippo, Titiana de
Filippo, Vincenzo Talarico. Fotografía: Carlo Montuori. Montaje: Mario
Serandrei. Música: Alessandro Cicognini. Dirección Artística: Gastone
Medin. Sonido: kurt Doubrawsky. Intéérpretes: Vittorio de Sica, Gina
Lollobrigida, Roberto Risso, Tina Pica, Marisa Merlini, Virgilio Riento,
Maria Pia Casilio. ***
Pan, amor y fantasía popularizó a una serie de personajes
típicamente italianos: el conquistador “maresciallo” Caro-
tenutto; Annarella, la sabrosa comadrona; la entrañable
abuela Caramella, y, naturalmente, la despampanante Piz-
zicarella la Bersagliera. Vittorio de Sica, Marisa Merlini,
Tina Pica y Gina Lollobrigida, respectivamente, se gana-
ron los corazones de los espectadores divirtiéndoles con
una comedia costumbrista que destilaba ganas de vivir.
No hacía aún una década del final de la Guerra Mundial y
el neorrealismo ya había pasado a mejor vida. Para esta
lógica continuación, Comencini (y su equipo de guionis-

● ● ●
364| Pan, amor y fantasía
● ●
tas) ya no contaban con el factor sorpresa, pero jugaron
hábilmente con la complicidad de un público que ya
conocía a los personajes. En algunos aspectos, resulta
más divertida por su planteamiento más claro de come-
dia de situación. ■ A.C.
PAN, AMOR Y FANTASÍA
(Pane, amore e fantasía), Titanus, Italia, 1953, 86 min.
Productor: Marcello Girosi. Director: Luigi Comencini. Guión: Ettore
María Margadonna, Luigi Comencini (basado en un argumento de Etto-
re Maria Margadonna). Fotografía: Arturo Gallea. Montaje: Mario Seran-
drei. Música: Alessandro Cicognini. Dirección Artística: Gastone Medin.
Intérpretes: Vittorio de Sica, Gina Lollobrigida, Marisa Merlini, Roberto
Risso. ***
Pan, amor y fantasía es la primera en la frente de una
serie de panes y amores que allá por los años cincuenta
cosechó un enorme éxito en vastas extensiones de públi-
cos sedientos de cine popular (serie que llegaría hasta un
insólito Pan, amor y Andalucía: esto de titular filmes siem-
pre ha sido un arte, y entre nosotros la obra maestra se la
lleva una película de Abbott y Costello llamada Las minas
del rey Salmonete).
La película, que dirigió un Luigi Comencini ya por
aquellos días muy atento a sacar del aparentemente tri-
vial dato costumbrista lecciones de sociología y humani-
dad –por muy exagerado que parezca–, tiene a su favor
dos triunfos: el por entonces nuevo rostro –bien: nuevo
cuerpo– de Gina Lollobrigida, despampanante, de hechi-
zo inmediato, y la galanura otoñal de Vitorio de Sica en
● ●
●
su entrañable personaje de carabinero Carotenuto, rom-
pecorazones irreductible. Ellos se llevan el gato al agua
en un recital grandilocuente de gestos, muecas, contor-
siones eróticas y otros tics propios de la Italia rural, bien
desarrollada en senos, culturalmente subdesarrollada.
Aunque ya se sabe que los pueblos, sus tierras y sus raí-
ces, por muy subdesarrollados que estén, acaban for-
mando su propia cultura, y el celuloide de Comencini, De
Sica y Lollobrigida ya pertenece a esas raíces. Es cultura,
historia del cine e historia en general. Y aún provoca hoy
una grata contemplación. ■ J.B.C.
PAN, AMOR Y...
(Pane, amore e...), Titanus/Société Générale de Cinématographie, Ita-
lia-Francia, 1955, 100 min.
Productor: Marcello Girosi. Director: Dino Risi. Guión: Marcello Girosi,
Ettore María Margadonna, Vincenzo Talarico, Dino Risi. Fotografía: Giu-
seppe Rotunno. Montaje: Mario Serandrei. Música: Alessandro Cicogni-
ni. Dirección Artística: Gastone Medin. Vestuario: Fabrizio Carafa. Soni-
do: kurt Doubrawsky. Intérpretes: Vittorio de Sica, Sophia Loren, Lea
Padovani, Antonio Cifariello, Mario Carotenuto, Tina Pica, Virgilio Rien-
to, Joka Berretty. ***
Lanzada publicitariamente en España como “Pan, amor...
y Sophia Loren” es la tercera de una serie de tremendo
éxito que comenzó con Pan, amor y fantasía y siguió con
Pan, amor y celos. Risi todavía no era un director cotiza-
do y no le hizo ascos a esta continuación, máxime si
podía potenciarla con la impactante presencia de Loren
(con 21 años), a punto de convertirse en la maggiorata
más internacional del cine italiano. Risi no se arriesgó con
inventos innecesarios. Siguió sacando partido al coman-
dante Carotenuto, con un De Sica exultante y arrollador,
aunque también excesivamente caricaturesco, y a los
demás personajes de la serie. Ambientó el filme en
sorrento y dejó que Sophia luciera sus encantos. La cuar-
ta y última cinta, Pan, amor y Andalucía, se rodó en Espa-
ña, y Carmen Sevilla tomó el relevo. ■ A.C.
PAN DE ÁNGEL
(Pà d’ángel), España, 1984, 98 min.
Productor: José Antonio Pérez Giner. Director: Francesc Bellmunt.
Guión: Jordi Ballo, Francesc Bellmunt, Quim Monzó, Juanjo Puigcorbé.
Fotografía: Hans Burman. Montaje: Teresa Alcocer. Música: Carles San-
tos. Intérpretes: Lorenzo Santamaría, Eva Cobo, Pierre Oudrey, Patricia
Soley, Francesc Albiol, Pere Ponce, Joan Borrás. ***
Acusado de descuidar la forma y de paso tener un gran
éxito de público, Bellmunt dio con Pan de ángel un giro a
su carrera. Su pretensión de hacer un filme bien hecho
formalmente, sin por ello claudicar de su apego al géne-
ro de la comedia, ofreció el resultado de una irónica y en
ocasiones dramática farsa que ponía sobre el tapete el
asunto religioso. Quienes esperaban el escándalo o la
befa se dieron cuenta en seguida de que se habían equi-
vocado de película. A partir de la peripecia de un aboga-
do, ateo e izquierdoso, que descubre con pavor que su
●

● ●
hija de 15 años se ha enamorado del cura que la convier-
te y que desea tomar los hábitos, Bellmunt estructuró un
filme ciertamente insólito y que nadie esperaba de él en
aquellos momentos. Interesados en la comedia genera-
cional de implicaciones religiosas y contenido irónica-
mente serio. ■ LL.B.M.
PANTERA ROSA, LA
(The Pink Panther), Mirisch/G&E, EE.UU., 1964, 113 min.
Productor: Martin Jurow. Director: Blake Edwards. Guión: Blake
Edwards, Maurice Richlin. Fotografía: Philip Lathrop. Montaje: Ralph E.
Winters, Marshall M. Borden, David Zinnemann. Música: Henry Manci-
ni. Dirección Artística: Fernando Carrere. Vestuario: Yves Saint-Laurent.
Intérpretes: David Niven, Peter Sellers, Robert Wagner, Capucine, Clau-
dia Cardinale, Brenda de Banzie, Fran Jeffries, Colin Gordon, John Le
Mesurier, James Lanphier. ****
La comedia más recordada y celebrada del tándem Ed-
wards/Sellers (aunque no la mejor, privilegio que perte-
nece a El guateque) fue la primera que introdujo un esti-
lo hoy imitado y estirajado hasta la extenuación: el cine
como cartoon. No es casualidad que lo que más se re-
cuerde de ella sea esa maravillosa introducción con músi-
ca de Henry Mancini que dio lugar a una carismática serie
de dibujos animados. Pero también La pantera rosa es un
glamuroso soplo al engrudo cómico de la época, así
como a la intriga detectivesca y champanera de la recién
inaugurada serie Bond. Su argumento no deja lugar a
dudas: la Princesa Dala ha heredado el diamante más
valioso del mundo, «La Pantera Rosa» (¿guiño a El halcón
maltés, la madre de todo el cine negro?), que será sus-
traido por «The Panthom», ladrón de guante blanco que
resulta ser un playboy británico. Por suerte, el inspector
Clouseau acude al rescate. Con mucho amor, enredo y
lujo de por medio, así como look divino y hasta escenas
de acción karateka –las memorables que protagoniza el
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Panteras se comen a los ricos, Las | 365
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inspector con su criado oriental Cato (Kwouk)–, la pelícu-
la es tan deliciosa como la Cardinale vestida por Yves
Saint Laurent, inaugurando un subgénero que se mantu-
vo a la altura de las circunstancias (exceptuando la últi-
ma), incluso mejorando el antecedente. Mención aparte,
naturalmente, merece el colosal Sellers, tan ensimismado
en su papel que resulta imposible pensar en otro actor
como Closeau, incluso el propuesto Peter Ustinov. Y
quien no haya imitado trompeteramente el jingle de Man-
cini, que levante el dedo. ■ J.C.
PANTERA ROSA ATACA DE NUEVO, LA
(The Pink Panther Strikes Again), United Artists, Reino Unido, 1976,
103 min.
Productor: Blake Edwards. Director: Blake Edwards. Guión: Blake
Edwards, Frank Waldman. Fotografía: Harry Waxman. Montaje: Alan
Jones. Música: Henry Mancini. Dirección Artística: Peter Mullins. Intér-
pretess: Peter Sellers, Herbert Lom, Colin Blakely, Leonard Rossiter, Les-
ley-Anne Down, Burt Kwouk. **
La cuarta vuelta de tuerca al tornillo de Clouseau dividió
a la crítica de la época. Algunos pensaron que los cada
vez más desesperados intentos de Dreyfus por liquidar al
incompetente inspector de la Segurité francesa eran la
monda de humor subido de tono e inspirado slapstick,
mientras otros consideraban que la película era un repe-
titivo refrito aliñado con gags basados en las payasadas
de un argumento progresivamente implausible. La taqui-
lla pareció sugerir que el público se alineaba con los que
estaban a favor, pero la impresión que tenemos hoy es
que los golpes de humor están trabajados hasta la náu-
sea sin ser realmente divertidos. El antiguo Inspector Jefe
Dreyfus (Lom), que se ha vuelto loco por la ineptitud de
Clouseau y ahora es una mente criminal que planea una
maníaca venganza, lleva la serie a los reinos de la fanta-
sía de científicos locos, explotando un final en un castillo
bávaro. Añadido a un score de referencias cinematográfi-
cas, es suficiente para mantener anestesiadas las faculta-
des críticas del espectador. Pero la película se excede a
veces en su farsa absurda, destruyendo gran parte de la
credibilidad chapliniana que Sellers había creado previa-
mente, y puede llegar a resultar decepcionante incluso
para los fans más entregados del personaje. Lo mejor:
Herbert Lom, que brinda su mejor interpretación en la
serie, y algunos maravillosos gags visuales. ■ J.T.
PANTERAS SE COMEN
A LOS RICOS, LAS
Atlántida Films, España, 1969, 83 min.
Director: Ramón Fernández. Guión: Ramón Fernández (basado en la
obra “Las entretenidas”, de Miguel Mihura). Fotografía: José F. Aguayo.
Música: Alfonso Santisteban. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez,
Patty Shepard, Manolo Gómez Bur, Gracita Morales, Ingrid Garbo, Fiore-
lla Fatoyano, Fernando de Casa. **
Adaptación por el propio Ramón Fernández de la come-
dia “Las entretenidas”, de Miguel Mihura, en torno a un
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366| Paraíso bajo las estrellas, Un
● ●
individuo que intenta desembarazarse de su amante, por
razones sociales y profesionales, mediante el práctico sis-
tema de pasársela a un amigo. Los actores funcionan sin
tacha, andan sobrados de tablas, pero la dirección de
Fernández es tan inocua como siempre. ■ J.B.C.
PARAÍSO BAJO LAS ESTRELLAS, UN
España-Cuba, 2000, 90 min.
Productor: José María Morales, Camilo Vives. Director: Gerardo Chijona.
Guión: Lüis Aguero, Gerardo Chijona, Senel Paz. Fotografía: Adriano
Moreno, Raúl Pérez Ureta, Rafael de la Uz. Montaje: Rosario Sáinz de
Rozas. Música: Carlos Faruelo, Carlos Fernández, José María Vitier.
Dirección Artística: Erick Grass. Intérpretes:: Thais Valdés, Vladimir
Cruz, Amparo Muñoz, Enrique Molina, Daisy Granados, Santiago Alfon-
so, Jacqueline Arenal, Litico Rodriguez. **
Un culebrón tremendo tratado en clave de desenfadado
vodevil. El Tropicana es el epicentro de sus conflictos: una
chica que quiere triunfar en el célebre cabaret, un padre
camionero que canta de incógnito boleros, etcétera. Por
desgracia, la fiesta es cualquier cosa menos contagiosa:
le faltan nervio y ritmo a su puesta en escena y a algunos
chistes o gags les sobra vulgaridad. Una lástima. ■ J.B.C.
PAR DE GITANOS, UN
(The Bohemian Girl), Roach, EE.UU., 1936, 71 min.
Productor: Hal Roach. Director: James W. Horne, Charley Rogers, Hal
Roach (sin acreditar). Guión: Frank Butler, Alfred Bunn (sin acreditar)
(basado en la ópera de Michael William Balfe y en la novela “La Gitani-
lla”, de Miguel de Cervantes). Fotografía: Francis Corby, Art Lloyd. Mon-
taje: Bert Jordan, Louis McManus. Música: Michael William Balfe. Direc-
ción Artística: Arthur I. Royce. Intérpretes: Stan Laurel, Oliver Hardy,
Thelma Todd, Antonio Moreno, Darla Hood, Julie Bishop. *
Ni siquiera los grandes Laurel y Hardy pueden elevar los
ánimos de esta decepcionante adaptación de la opereta
de Michael Balfe. Estamos en el siglo XVIII. En venganza
por el azotamiento de un miembro de una banda de gita-
nos, atrapado con las manos en la masa en un intento de
allanamiento de morada, los gitanos roban a la hija de un
noble y la crían como uno de los suyos. Al final, el acos-
● ●
●
tumbrado medallón de los cuentos la devuelve a su pa-
dre. Stan y Ollie son dos carteristas, aunque no es que im-
porte mucho. Sus gags desaparecen en la banal y confu-
sa trama y ellos parecen tan avergonzados como debió
sentirse el público. Además del guión, la película tiene el
problema adicional de una dirección inepta. Thelma Todd,
que sigue la formalidad de cantar con la pista de voz mal
sincronizada con sus labios, también parece incómoda
con su papel (una buena parte de su metraje, afortunada-
mente para ella, fue eliminado antes del estreno). En defi-
nitiva, una comedia con poca o ninguna gracia. ■ J.D.D.
PAR DE SEDUCTORES, UN
(Dirty Rotten Scoundrels), Orion, EE.UU., 1988, 110 min.
Productor: Bernard Williams. Director: Frank Oz. Guión: Dale Launer,
Stanley Shapiro, Paul Henning. Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje:
Stephen A. Rotter, William Scharf. Música: Miles Goodman. Dirección
Artística: Roy Walker. Intérpretes: Steve Martin, Michael Caine, Glenne
Headly, Anton Rogers, Barbara Harris, Ian McDiarmid. ***
Como se sabe, antes de recobrar su aura mítica y conver-
tirse en un inmortal monstruo sagrado del cine gracias a
El padrino y El último tango en París, Marlon Brando atra-
vesó un periodo de decadencia en los años sesenta, don-
de interpretó insustanciales películas, a veces redimidas
por su presencia. Una de ellas fue Dos seductores, dirigi-
da en 1964 por Ralph Levy. En ella Brando formaba tán-
dem con David Niven y ambos encarnaban a dos astutos
embaucadores, dos pícaros de diversa catadura que se-
ducen en la Riviera a señoras millonarias. Brando y –sobre
todo– Niven brillaban a gran altura en sus composiciones.
Dos seductores era una comedia olvidable pero no
olvidada, pues en 1988 el productor Bernard Williams se
acordó de ella y perpetró un remake, poniendo a Steve
Martin donde antes estaba Marlon Brando y a Michael
Caine como relevo de David Niven. Un par de seductores
–título castellano para Dirty Rotten Scoundrels– resultó
una comedia bastante similar al original en su trama. La
pareja formada por Martin y Caine estuvo no ya a la altu-
ra de sus previas encarnaduras, sino que las superó en
gracia y picardía, y la dirección y textura visual se bene-
ficiaron de una enorme mejoría. No en vano, la función
tuvo un director, Frank Oz, ya experimentado en nuevas
versiones y cineasta hábil para dar con las claves de la
comedia en su estado de pureza: ritmo constante, pues-
ta en escena dinámica, efectivo montaje –saber cortar a
tiempo antes de gastar la frase o el gag– y una pátina de
estilo visual old style, aspecto éste estupendamente
resuelto por una fotografía pertinentemente camp de
Michael Ballhaus. En suma, unos gramos de diversión la
mar de lícitos y dignos y una aceptable estructura de
comedia clásica. ■ J.B.C.
PAR E IMPAR
(Pari e dispari), Derby Cinematografica, Italia, 1978, 114 min.
Productor: Vittorio Galiano. Director: Sergio Corbucci. Guión: Mario
Amendola, Sergio Corbucci, Sabatino Ciuffini. Fotografía: Luigi Kuveiller.
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● ●
Montaje: Eugenio Alabiso, Amedeo Salfa. Música: Guido y Maurizio De
Angelis. Dirección Artística: Marco Dentici. Intérpretes: Terence Hill,
Bud Spencer, Luciano Catenacci, Sal Borghese. **
El último gran éxito de Hill & Spencer, esta vez retoman-
do el argumento (¿?) de sus farsas de Trinidad: dos her-
manastros que vuelven a verse años después. De carac-
teres bastante diferentes, ambos actores mantienen las
constantes de sus personajes (caradura Hill, ingenuo
Spencer), esta vez centrado en el mundo del juego. Tiene
buenos momentos, como todas las secuencias en el bar-
co, y peleas igualmente vistosas, aunque se muestra muy
proclive al “todo vale”, algo que me pone especialmente
nervioso cuando se hace para rellenar metraje (y aquí hay
unos excesivos 114 minutos). Al igual que casi todos sus
largometrajes, contiene un animoso score de Guido y
Maurizio de Angelis, incluyendo la canción “Brotherly
Love”, que acabó siendo una especie de “himno oficial”
de Hill & Spencer. Hay que reconocerles su capacidad
para no resultar ni cargantes ni presuntuosos. ■ L.M.C.
PAREJA DE TRES
In-Vitro Films, España, 1995, 92 min.
Director: Antoni Verdaguer. Guión: Pau Garsaball. Fotografía: Tomás Pla-
devall. Música: Carles Cases. Intérpretes: Rosa María Sardà, Carmen
Maura, Joaquín Kremel, Emilio Gutiérrez Caba, Abel Folk, Jordi Dauder,
Mercè Mariner, Miguel Agell. ***
Una divertida comedia de enredos en torno a una mujer
casada y otra soltera que comparten, conscientes de ello,
el mismo marido/amante, éste de todo punto ignorante
del percal. Dirigida sin estridencias, tiene su virtud princi-
pal en el reparto, sobre todo en las dos protagonistas, la
Sardà y la Maura (o la Maura y la Sardà, que tanto monta
monta tanto), de veras arrolladoras. ■ J.B.C.
PAREJA INVISIBLE, UNA
(Topper), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1937, 98 min.
Productor: Hal Roach. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Jack Jevne,
Eric Hatch, Eddie Moran (basado en la novela “The Jovial Ghosts”, de
Thorne Smith). Fotografía: Norbert Brodine. Montaje: William Terhune.
Música: Edward B. Powell, Hugo Friedhofer. Dirección Artística: Arthur
Rouce. Vestuario: Samuel Lange, Irene, Howard Schraps. In
ntérpretes:
Constance Bennett, Cary Grant, Roland Young, Billie Burke, Alan Mow-
bray, Eugene Pallette, Arthur Lake, Hedda Hopper, Virginia Sale. ***
Una sofisticada pero previsible comedia, dirigida artesa-
nalmente y que, contra todo pronóstico, se convirtió en el
primer gran triunfo personal de Cary Grant. Inspirándose
en un relato de Thorne Smith titulado “Los fantasmas
joviales”, el productor de bajo presupuesto Hal Roach
–que se había hecho rico con sus cortos de Laurel &
Hardy– decidió arriesgarse con un largometraje cómico
de gran presupuesto y el resultado fue un éxito que gene-
ró dos secuelas, una serie de televisión y un remake en
forma de telefilme. La historia está protagonizada por
una feliz pareja de ricos excéntricos (Grant y Bennett)
● ●
París, siempre París | 367
●
cuyo principal propósito en la vida es pasar un buen rato.
Aunque son los principales accionistas de un banco, sus
mentes están en cualquier cosa menos en los negocios.
Una noche, mientras conducen imprudentemente su
enorme coche, se estrellan contra un árbol y mueren. No
pueden acceder al cielo y vuelven a la tierra, en calidad
de fantasmas, para conseguir emancipar al banquero
Cosmo Topper (Young), que vive totalmente dominado
por su esposa (Burke). Una pareja invisible fue tan popu-
lar que generó dos secuelas –La pareja invisible se divier-
te y Topper Returns–, con Roland Young repitiendo en
ambas su papel como Topper. ■ LL.B.M.
PAREJA INVISIBLE SE DIVIERTE, LA
(Topper Takes a Trip), Roach/United Artists, EE.UU., 1938, 80 min.
Productor: Hal Roach. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Jack Jevne,
Corey Ford, Eddie Moran. Fotografía: Norbert Brodine. Montaje: William
Terhune. Música: Edward B. Powell, Hugo Friedhofer. Dirección Artísti-
ca: Charles D. Hall. Intérpretes:: Constance Bennett, Roland Young, Billie
Burke, Alan Mowbray, Veree Teasdale, Franklin Pangborn. **
Secuela de la original Una pareja invisible, con Roland
Young interpretando nuevamente al banquero calzona-
zos Cosmo Topper, ahora a punto de divorciarse de Billie
Burke. Por ninguna razón en especial, la acción se trasla-
da a Europa, donde la espectral Constance Bennett –la
razón para la demanda de divorcio– trabaja para salvar el
matrimonio cuando Burke se encapricha de un gigoló en
la Riviera. Cary Grant aparece sólo en un flashback de la
primera película, pero su rol como compañero constante
de Constance es ocupado por un perro. Es muy tonta,
pero también extrañamente sofisticada. ■ J.D.D.
PARÍS, SIEMPRE PARÍS
(Parigi è sempre Parigi), Fortezza Film/Omnium International du
Film, Italia-Francia, 1951, 98 min.
Director: Luciano Emmer. Guión: Sergio Amidei, Luciano Emmer, Ennio
Flaiano, Giulio Macchi, Francesco Rosi, Jacques Remy, Jean Ferry (basa-
do en un argumento de Sergio Amidei y Giulio Macchi). Fotografía:
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368| Partido, El
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Henri Alekan. Montaje: Gabriele Varriale, Jacques Poitrenaud. Música:
Roman Vlad. Dirección Artística: Hugues Laurent. Vestuario: Hughes
Laurent. Intérpretes: Aldo Fabrizi, Lucia Bosé, Ave Ninchi, Jeannette Ba-
tti, Janine Marsay, Galeazzo Benti, Henri Genes, Franco Interlenghi, Ro-
land Lesaffre, Marcello Mastroianni, Paolo Panelli, Giuseppe Porelli. **
Comedia ligera en la que Mastroianni tiene un pequeño
papel, dirigida por Luciano Emmer, el hombre que le des-
cubrió para el género en la película Domingo de agosto y
luego le dirigió tres veces más, incluida la popular Las
muchachas de la Plaza de España. El filme es un diverti-
mento en el que se combina el costumbrismo con las
correrías turísticas de un grupo de aficionados que viaja
a París para poder asistir a un partido de fútbol. Se impo-
ne la presencia de Aldo Fabrizzi, inolvidable como el don
Pietro de Roma, ciudad abierta, y de la bellísima Lucía
Bosé, recién salida de la Cronaca d’un amore, de Anto-
nioni. ■ M.Q.
PARTIDO, EL
(The Match), Reino Unido, 1999, 95 min.
Productor: Guymon Casady, Allan Scott. Director: Mick Davis. Guión:
Mick Davis. Fotografía: Witold Stok. Montaje: Kate Williams. Música:
Harry Gregson-Williams. Dirección Artística: Lucinda Thomson. Intér-
pretes: Max Beesley, Isla Blair, James Cosmo, Laura Fraser, Samantha Fox,
Richard E. Grant, David Hayman. ***
Primer largometraje del realizador y guionista británico
Mick Davis, autor de una interesante biografía de Modi-
gliani protagonizada por Andy García. Para su ópera
prima, Davis escribió una comedia costumbrista ambien-
tada en el entorno rural de Escocia. El protagonista, un
repartidor de leche viudo, intenta conquistar el corazón
de su amada y los lugareños acortan distancias jugando
al fútbol. ■ J.E.
PASAPORTE A LA FAMA
(The Whole Town´s Talking), Columbia, EE.UU., 1935, 95 min.
Productor: Lester Cowan. Director: John Ford. Guión: Jo Swerling,
Robert Riskin (basado en la novela de W.R. Burnett). Fotografía: Joseph
August. Montaje: Viola Lawrence. Intérpretes: Edward G. Robinson, Jean
Arthur, Arthur Hohl, Wallace Ford, A.S. Byron, Donald Meek, Paul Har-
vey. ****
Una vigorosa comedia con doble ración de Edwarg G.
Robinson: como el sumiso y apocado oficinista Jones, y
como el famoso gángster Killer Mannion. Son dos caras
de la misma moneda. Jones tiene un inmaculado expe-
diente laboral y ha llegado a su hora cada mañana duran-
te ocho años. Sueña con exóticos lugares y está enamo-
rado de una de sus colegas (Arthur) desde hace mucho,
pero no puede reunir el valor para decirle lo que siente
por ella. Un día, mientras están comiendo juntos, la poli-
cía le arresta, pues le ha confundido con el enemigo
público número uno, Killer Mannion, recientemente fuga-
do de prisión y el doble exacto del oficinista. Tras muchas
confusiones sobre su identidad, el fiscal del distrito con-
● ●
●
cluye que Jones no es el gángster que están buscando y
le entrega una tarjeta de identidad que puede mostrar a
la policía para evitar errores similares en el futuro. Desa-
fortunadamente, las noticias sobre las desventuras de
Jones aparecen en todos los periódicos y el verdadero
Mannion lee la historia. Cuando el gángster aparece en
casa del oficinista y le exige la tarjeta de identificación,
empieza la diversión.
Adaptada de una historia de W. R. Burnett (autor de la
novela “Little Caesar”) por los guionistas habituales de
Frank Capra, Robert Riskin y Jo Swerling, esta comedia
de bajo presupuesto es una de las obras menos valoradas
de John Ford. Una injusticia. Porque Pasaporte a la fama
es un magistral equilibrio de comedia y drama, aunque
los resultados son lo bastante caóticos e irreverentes
para entrar en el territorio de la screwball. Pieza esencial
del éxito de la película es la soberbia interpretación de
Edward G. Robinson. El actor, paradigma de la figura del
gángster en blanco y negro que iba a hacer la gloria de la
década de los treinta, maneja espléndidamente su rol,
aportando ricos matices y sutilezas a un doble papel que
podría haber caído fácilmente en el tópico. En el reparto,
espléndido, también brilla con luz propia Jean arthur,
cuya carrera dio un giro definitivo con esta cinta, en la
que exhibió por primera vez su olfato para la comedia
ligera y su atractiva personalidad de chica corriente.
Nadie como Ford ha sido capaz de convertir un produc-
to cosido con los mimbres más convencionales en una
evocadora obra de arte. Y es que tras la aparente ligere-
za de Pasaporte a la fama se esconde un subtexto muy
oscuro, un filme tan subversivo como Little Caesar. ■ J.T.
PASAPORTE A PIMLICO
(Passport to Pimlico), Ealing/Eagle-Lion, Reino Unido, 1949, 84 min.
Productor: Michael Balcon. Director: Henry Cornelius. Guión: T.E.B.
Clarke. Fotografía: Lionel Barnes, Cecil Cooney. Montaje: Michael Tru-
man. Música: Georges Auric. Dirección Artística: Roy Oxley. Vestuario:
Anthony Mendleson. In
ntérpretes: Stanley Holloway, Hermione Badde-
ley, Margaret Rutherford, Paul Dupuis, Basil Radford, Naunton Wayne,
Jane Hylton, Raymond Huntley, Betty Warren, Barbara Murray. ***
Quizás la comedia más típicamente Ealing. Pasaporte a
Pimlico describe lo que sucede cuando una bomba sin
detonar de los tiempos de la guerra explota en una calle
de Londres y deja al descubierto antiguos documentos y
tesoros que convierten el territorio de Pimlico en parte
del ducado de Burgundy. Al descubrir su independencia,
sus habitantes rompen alegremente las cartillas de racio-
namiento y establecen un estado libre de restricciones.
Esta brillante idea es alargada con magistral habilidad
por el más dotado narrador de chistes largos del cine bri-
tánico, T.E.B. Clarke, que recibió una nominación al Oscar
por su guión. Así, la película avanza sobre una ola de alo-
cada inventiva (castigados por las sanciones, los “bur-
gundianos” responden haciendo que los oficiales de
aduanas patruyen los vagones del metro que pasan por
su territorio), mientras un amable reparto provoca una
continua sucesión de risas. Los personajes principales
●

● ●
están en manos de intérpretes experimentados, con Mar-
garet Rutherford como la historiadora local que descubre
el pastel, Stanley Holloway liderando el nuevo gobierno,
Raymond Huntley como el director de banco convertido
en Canciller de Economía, Hermione Baddeley como la
tendera y Sidney Tafler como el corredor de apuestas
local. De la dirección se encarga Henry Cornelius, a quien
cabe achacar que no se exploren a fondo todas las posi-
bilidades de la historia (la decisión de hacer sólo burlas
amables sobre pesadillas como el racionamiento y la rup-
tura de la camaradería en tiempos de guerra es ligera-
mente decepcionante), aunque la mayoría de las situa-
ciones están tratadas con un genuino sentido de la sátira
y un humor honesto. ■ J.D.D.
PATATA CALIENTE, LA
(La patata bollente), Irrigazione Cinem., Italia, 1979, 100 min.
Productor: Achille Mazzotti. Director: Steno. Guión: Giorgio Alorio,
Steno y Enrico Vanzina. Fotografía: Emilio Loffredo. Montaje: Raimondo
Crociani. Música: Toto Savio. Dirección Artística: Mauro Passi. Intérpre-
tes:: Renato Pozzeto, Massimo Ranieri, Edwige Fenech, Clara Colosimo.
**
Fábula sindical y sexual a partes iguales, en la mejor tra-
dición de diversión en el cine de su autor, aunque, lamen-
tablemente, prisionero de los nuevos tiempos de comedia
italiana, condicionada por su no muy afortunada selec-
ción de actores y la repetición de fórmulas de enredos ya
gastados durante tantos y tan buenos productos anterio-
res. A pesar de todo, destaca el planteamiento de la his-
toria, donde un obrero radical marxista salva de una agre-
sión fascista a un ingenuo homosexual, al que acoge en
su casa. Ante el temor de que su novia y compañeros de
la fábrica descubran a su nuevo amigo gay, decide escon-
derle. Aunque parezca increíble, Edwige Fenech no se
desnuda durante el metraje. ■ L.M.C.
PATRIMONIO NACIONAL
In-Cine/Jet Films SA, España, 1980, 112 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Luis García Berlanga, Rafael
Azcona. Fotografía: Carlos Suárez. Intérpretes: Luis Ciges, Luis Escobar,
Agustín González, José Luis López Vázquez, Alfredo Mayo, José Ruiz
Lifante, Mary Santpere, Amparo Soler Leal. ***
Desde sus principios en estupendas sátiras como Bienve-
nido Mr. Marshall y Plácido, ha quedado bien claro que
Berlanga se encuentra muy cómodo en las farsas que
atienden a las idas y venidas de muchos personajes en
una situación propicia al desbordamiento cómico. En
1977, con el establecimiento de la democracia y tras
haber tenido que rodar en Francia Tamaño natural, pudo
volver a estos planteamientos y dotarlos de un poder crí-
tico más evidente con La escopeta nacional, inicio de las
trapacerías del marqués de Leguineche y su cohorte de
personajes. El éxito de esta película le permitió insistir en
la figura de esta familia de chapuceros y aprovechados,
haciéndoles regresar a su palacete de Madrid, en la con-
● ●
Patrullero 777, El | 369
●
fianza de que la recién restaurada monarquía les permiti-
ría medrar como en los mejores tiempos. Pero la idea ha
perdido buena parte de su ingenio y frescura, y las esce-
nas graciosas se encadenan con otras más que previsi-
bles. El ejemplo más claro reside en el personaje de
López Vázquez, cuyas obsesiones eróticas son una cons-
tante reiteración. Por otra parte, existe una evidente
ambigüedad en cuanto a la mirada con la que se con-
templa a estos restos de una clase social en decadencia,
presentados, a fin de cuentas, más como a unos niños tra-
viesos que como a depredadores de rancio historial. Ber-
langa usa y abusa de su emblemático plano-secuencia,
con lo que se potencia el diálogo y el movimiento, en
detrimento de la imagen en sí misma, sin que se le pueda
negar, no obstante, un buen aprovechamiento de sus
posibilidades expresivas cuando es menester.
Un conjunto de conocidos actores colabora en el jol-
gorio: Luis Ciges, Agustín Gonzaléz, Alfredo Mayo y J. L.
de Villalonga. Al año siguiente repitió con Nacional III, e
incluso tenía preparada una Nacional IV, que la muerte de
Luis Escobar y la falta de subvenciones le impidió realizar.
■ M.Q.
PATRÓN Y EL OBRERO, EL
(Il padrone e l´operaio), Champion, Italia, 1975, 105 min.
Productor: Carlo Ponti. Director: Steno. Guión: Luciano Vincenzoni, Ser-
gio Donati. Fotografía: Luigi Kuveiller. Montaje: Raimondo Crociani,
Franco Malvestito, Stefano Testa. Música: Gianni Ferrio. Dirección Artís-
tica: Gianni Poledori. Intérpretes:: Renato Pozzetto, Teo Teocoli, Frances-
ca Romana Coluzzi, Loris Zanchi. ***
«A la cama iba el patrón creyendo ser el primero, pero
siempre se encontraba en su colchón al obrero» y «No
hay jornada laboral si no hay jornada sexual». Éstas eran
las dos frases promocionales de la película, con lo que se
puede uno suponer el tono general con que transcurrían
sus imágenes. En su trama, el patrón Gianluca Tosi tiene
serios problemas para mantener relaciones sexuales
debido a los agobios que le provoca la fábrica. Todo lo
contrario que uno de sus empleados, Luigi, que no hace
más que ligar con chicas de muy buen ver, entre ellas la
propia esposa de Gianluca. Ante este hecho, el patrón
decide intercambiar los términos y convertirse en obrero.
Dentro de un tono desenfadado, aunque con acertadas
críticas a la situación sindical del país, mantiene durante
todo el sainete un elevado tono de humor ingeniosamen-
te grosero, resuelto con la brillantez habitual de Pozzetto
como el desagradable millonario protagonista. La diverti-
da música de Gianni Ferrio (atención especial a la can-
ción “La ventosa”) contribuye a que se disfrute plena-
mente –y sin muchas pretensiones intelectuales, claro– de
la historia. ■ L.M.C.
PATRULLERO 777, EL
México, 1978, 120 min.
Productor: Jacques Gelman. Director: Miguel M. Delgado. Fotografía:
Rosalío Solano. Montaje: Gloria Schoemann. Música: Gustavo César
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370| Pecado de Cluny Brown, El
● ●
Carrión. Intérpretes: Cantinflas, Ana Bertha Lepe, Valeria Pani, Wolf
Ruvinskis, Julio Alejandro Lobato, Amparo Arozamena, Alejandro
Ciangherotti, Laura Zapata, Ofelia Guilmáin, Fernando Luján, Pompín
Iglesias. ***
La carrera de Cantinflas adquirió auge a partir del tre-
mendo éxito de El padrecito. Su entrañable peladito
mexicano se transformó en un personaje que se consti-
tuía en el portavoz de mensajes humanistas. Aquí lo
vemos como policía del Distrito Federal, cargado de
paciencia y buenas intenciones ante una realidad edulco-
rada. ■ M.Q.
PECADO DE CLUNY BROWN, EL
(Cluny Brown), Fox, EE.UU., 1946, 100 min.
Productor: Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch. Guión: Samuel Hof-
fenstein, Elizabeth Reinhardt (basado en la novela de Margery Sharp).
Fotografía: Joseph La Shelle. Montaje: Dorothy Spencer. Música: Cyril J.
Mockridge. Dirección Artística: Lyle Wheeler, J. Russell Spencer. Intér-
pretes:: Charles Boyer, Jennifer Jones, Peter Lawford, Helen Walker, Regi-
nald Gardiner, Reginald Owen, C Aubrey Smith, Richard Haydn, Marga-
ret Bannerman, Sara Allgood. ****
Un sexto y definitivo ataque cardíaco, el 30 de noviem-
bre de 1947, dejaría al mundo sin Ernst Lubitsch o, como
diría Billy Wider en el día de su entierro: «Lo que toda-
vía es peor, sin sus películas». «En estos últimos años»,
diría el maestro poco antes de fallecer, «hemos descui-
dado mucho a la cámara, no hemos logrado narrar una
historia en términos visuales; la palabra hablada es,
obviamente, una gran adquisición que lleva consigo una
fuerza considerable, pero el diálogo ha sembrado tal
embeleso que hemos acabado por dar la espalda a las
grandes posibilidades expresivas del cine mudo.» No
habría debido hablar en primera persona del plural: él
jamás dio la espalda al aspecto visual de sus comedias.
Su última película, El pecado de Cluny Brown, es una
fiesta para los ojos tanto como un festín para los senti-
dos: una nueva obra maestra. Como Renoir en La regla
del juego, con socarronería del viejo zorro que se sabe
todas las artimañas del homo sapiens, Lubitsch se ríe de
una sociedad estirada, en este caso la británica, en una
crónica de costumbres que dinamita las clases sociales,
sus vicios y sus poses, partiendo de un acontecimiento
de la vida cotidiana simple como una cañería atascada:
la fontanería se constituirá en este filme en su socarro-
na filosofía.
Con un equipo de actores diestro (Charles Boyer y
Jennifer Jones están francamente bien, pero algunos
secundarios, como Richard Haydn y Una O´Connor, con
sus irreproducibles sonidos guturales, se los merienda en
un periquete), Lubitsch trenza con maestría su postrera
sátira. Maestría, quiere decir, claro está, touch, su incon-
fundible sello. Y su filmografía se cierra antológicamente
con la última escena de esta comedia, con su prodigioso
touch, con unas imágenes sin diálogo alguno, elipsis y
una aguda ironía a costa de la literatura y un embarazo.
No pudo haber final mejor. ■ J.B.C.
● ●
●
PECADO DE HAROLD, EL
(The Sin of Harold Diddlebock), EE.UU., 1947, 89 min.
Productor: Howard Hughes (sin acreditar), Preston Sturges (sin acredi-
tar). Director: Preston Sturges. Guión: Preston Sturges. Fotografía:
Robert Pittack. Montaje: Thomas Neff. Música: Werner R. Heymann,
Harry Rosenthal (sin acreditar). Dirección Artística: Robert Usher. Intér-
prettes: Harold Lloyd, Jimmy Conlin, Raymond Walburn, Rudy Vallee,
Edgar Kennedy, Arline Judge, Franklin Pangborn, Lionel Stander. ****
Aunque la trayectoria como director de Preston Sturges
se hubiera detenido en 1944, habrían bastado tres de las
obras maestras que realizó hasta esa fecha –Navidades en
julio (1940), Las tres noches de Eva y Los viajes de Sulli-
van, ambas de 1941– para situarle en la órbita de los mejo-
res directores de comedia de toda la historia del cine,
junto a los –por citar sólo algunos– Lubitsch, Capra, Wil-
der o Hawks. Sturges dirigió pocas películas si compara-
mos su febril actividad como autor de argumentos o guio-
nista, pero la razón de ser poco prolífico estriba en que era
incapaz de ponerse tras una cámara sin tener la garantía
de hacerlo con total independencia, algo que en el Holly-
wood de los años 40 y 50 no era precisamente fácil. Co-
mo una búsqueda de esa independencia hay que interpre-
tar, pues, el hecho de que Sturges se uniera a un amigo, el
magnate Howard Hughes, para fundar su propia produc-
tora, California Pictures. El primer filme de la compañía
fue, sin embargo, Vendetta, un vehículo de lucimiento
para la entonces protegida de Hughes, Faith Domergue,
que no llegó a las salas hasta 1950, firmada por Mel Ferrer
y tras participar también Max Ophüls, Sturges y el propio
Hughes en su dirección. Harto de estos manejos, Sturges
echó mano de su contrato, que estipulaba la realización
de dos títulos como productor-guionista-director, y puso
en marcha la idea de reactivar la carrera artística de
Harold Lloyd con El pecado de Harold. Una idea, sobre el
papel, inmejorable: el filme se abría con una secuencia de
El estudiante novato (1925), uno de los trabajos más
emblemáticos del cómico, y a partir de ahí proponía las
andanzas, actualizadas, de ese sufrido contable, en el paro
tras veintidós años trabajando en la misma empresa.
En la película, todo hay que decirlo, Sturges no alcan-
za el genio de sus mejores momentos, pero hay que ad-
vertir que, asqueado de las intromisiones de Hughes, que
a pesar de su fortuna no estaba dispuesto a perder ni un
dólar, decidió acabarla, remontarla –reduciendo su me-
traje a 75 minutos– y estrenarla con el título de Mad Wed-
nesday. Fue un fracaso que casi acabó con la carrera de
Sturges –después sólo rodó tres filmes, el último de ellos
Los carnets del mayor Thompson, en Francia–, pero que
queda como testimonio de un hombre de cine que que-
ría –y lo consiguió casi siempre– trabajar con total liber-
tad y de quien William Wyler afirmó: «Era un verdadero
autor, el creador total de sus propias películas». ■ J.E.
PECADOR IMPECABLE, EL
Amparo Suárez Barcena, P.C., España, 1987, 90 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Augusto Martínez Torres.
Guión: Rafael Azcona, Augusto Martínez Torres (basada en la novela de
●

● ●
Manuel Hidalgo). Fotografía: Juan Amorós. Montaje: Pablo García del
Amo. Música: Alejandro Masso. Dirección Artística: Gerardo Vera. Intér-
pretes: Alfredo Landa, Queta Claver, Rafaela Aparicio, Chus Lampreave. *
Regreso inesperado a la peor época de las comedias del
subdesarrollo, también llamadas “españoladas”, sólo que
con un pretendido toque intelectual que acaba por resul-
tar de lo más molesto y hasta ridículo. El asunto va de un
cincuentón llamado Honorio Sigüenza que, a la muerte
de su madre, decide que ha llegado la hora de atender
sexualmente a las mujeres que se lo soliciten. El persona-
je central está encarnado por Alfredo Landa, tan profe-
sional como siempre pero cuya presencia puede hacer
pensar que se trata de una de las típicas patochadas del
“landismo”, aunque reciclada a tiempos modernos. Roda-
da simple y algo torpemente, deja para el arrastre algu-
nas bromas interesantes del guión de Azcona y las pres-
tigiosas firmas técnicas de Gerardo Vera y Juan Amorós.
Igual que uno de los personajes de la película busca su
juventud perdida en patines, la película parece pertene-
cer a una época también pasada que, desde luego, nunca
fue mejor. ■ L.M.C.
PECADOS DE LA SEÑORA
BLOSSOM, LOS
(The Bliss of Mrs. Blossom), Paramount, Reino Unido, 1968, 93 min.
Productor: Josef Shaftel. Director: Joseph MacGrath. Guión: Alec Cop-
pel, Denis Norden. Fotografía: Geoffrey Unsworth. Montaje: Ralph Shel-
don. Música: Riz Ortolani. Dirección Artística: Assheton Gorton. Intér-
pretess: Shirley MacLaine, Richard Attenborough, James Booth, Freddie
Jones, William Rushton, Bob Monkhouse. **
Shirley MacLaine protagoniza esta tosca comedia británi-
ca escrita por Alec Coppel y Denis Norden y dirigida por
Joseph McGrath. Interpreta a la esposa de un fabricante
de sostenes (Attenborough) que consigue esconder a su
amante (Booth) en el ático durante tres años antes de
que su esposo caiga en la cuenta de la situación. Al trío
se añade un detective afeminado que merodea en la
investigación de un crimen. Una especie de farsa screw-
ball, interpretada con evidente entusiasmo por MacLaine
y un reparto que incluye a Freddie Jones, Patricia Rout-
ledge, Bob Monkhouse y William Rushton, quienes, desa-
fiando al total absurdo de la situación, consiguen arran-
car algunas risas. ■ J.D.D.
PECADOS DE TEODORA, LOS
(Theodora Goes Wild), Columbia, EE.UU., 1936, 94 min.
Productor: Everett Riskin. Director: Richard Boleslawski. Guión: Sidney
Buchman (basado en una historia de Mary E. McCarthy). Fotografía:
Joseph Walker. Montaje: Otto Meyer. Música: M.W. Stoloff. Dirección
Artística: Stephen Goosson. Vestuario: Bernard Newman. Inttérpretes:
Irene Dunne, Melvyn Douglas, Thomas Mitchell, Thurston Hall, Rosa-
lind Keith, Spring Byington, Elisabeth Risdon. ***
El primer papel protagonista cómico de Irene Dunne des-
pués de varios melodramas fue lo bastante bueno para
● ●
Peggy Sue se casó | 371
●
proporcionarle una nominación al Oscar, la segunda des-
pués de Cimarron, y el ingreso en el panteón de la screw-
ball. Dunne interpreta el papel titular, una joven criada
por dos tías solteras en un ultraconservador pueblo de
Nueva Inglaterra que escribe un tórrido best seller sobre
la moralidad de un pequeño pueblo al norte de Nueva
York. El libro despega y ella decide ver personalmente la
gran ciudad. En Nueva York se enamora del ilustrador del
libro, el cortés y sofisticado Melvyn Douglas. Lamenta-
blemente, la película cae en picado en la segunda mitad,
cuando la atención pasa de los intentos del ilustrador por
persuadir a la escritora para que se presente en público a
los esfuerzos de ésta por hacer que aquel se enfrente a su
padre, un político corrupto.
Estamos ante una deliciosa, alocada comedia de la era
dorada del género, con una Irene Dunne totalmente en-
cantadora como la autora del “Peyton Place” de la época,
y un Melvyn Douglas tan elegante, mesurado y encanta-
dor como de costrumbre. Ambos disfrutan del excelente
apoyo de un fabuloso elenco de actores de carácter de la
Columbia, sobre todo las desaprobadoras tías Elisabeth
Risdon y Margaret McWade. Y el veterano director
Richard Boleslawski tiene el buen juicio de echarse a un
lado y dejar que los actores hagan su trabajo. ■ J.T.
PEGGY SUE SE CASÓ
(Peggy Sue Got Married), Rastar, EE.UU., 1986, 104 min.
Productor: Paul R. Gurian. Director: Francis Ford Coppola. Guión: Jerry
Leichtling, Arlene Sarner. Fotografía: Jordan Cronenweth. Montaje:
Barry Malkin. Música: John Barry. Diseño de producción: Dean Tavoula-
ris. Dirección Arttística: Alex Tavoularis. Vestuario: Theadora Van Runkle.
Intérpretes: Kathleen Turner, Nicolas Cage, Barry Miller, Catherine
Hicks, Joan Allen, Kevin J. O’Connor, Barbara Harris, Don Murray, Mau-
reen O’Sullivan, Leon Ames. ****
Coppola es un autor de cine sorprendente, estéticamen-
te inclasificable. Es capaz de hacer un Drácula barroco
pero también de realizar películas sin ningún tipo de piro-
tecnia formal como La ley de la calle o esta inesperada
Peggy Sue, una reflexión sobre la nostalgia, sobre el
pasado y sobre aquella frase hecha, tan consolidada de
«cómo me gustaría ser joven otra vez pero con la espe-
riencia de ahora», es decir, sobre la posibilidad de cam-
●
372| Peligrosamente juntos
● ●
biar el curso del destino o de la historia. Peggy Sue no es
otra cosa que un retorno al pasado de la protagonista
para, con una nueva oportunidad y perspectivas más
amplias de reflexión, intentar construir su futuro. Coppo-
la lo ha hecho sin falsos romanticismos y con absoluto
rigor y lógica, sin las concesiones que parecerían inevita-
bles en otro realizador. Después de algunos éxitos y fra-
casos más o menos costosos, Coppola pareció volver a
sus orígenes con esta comedia nostálgica que insiste en
la inconsciencia de ciertas tomas de decisión del ser
humano y en la relatividad de la existencia. Es una pelí-
cula aparentemente ligera que encierra, no obstante,
toda una filosofía individualista de la vida y un cariño por
los tiempos pasados y los seres queridos desaparecidos
cuyo valor adquiere mayor importancia cuando han que-
dado atrás o ya no están con nosotros. Coppola lo expo-
ne con cierto distanciamiento, dulcificado por un sano
sentido del humor y apoyado en una impecable interpre-
tación de Kathleen Turner y de Nicholas Cage. ■ A.C.
PELIGROSAMENTE JUNTOS
(Legal Eagles), Northern Lights, EE.UU., 1986, 114 min.
Productor: Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión: Jim Cash, Jack
Epps, Jr. Fotografía: Laszlo Kovacs. Montaje: Sheldon Kahn, Pem Herring,
William Gordean. Música: Elmer Bernstein. Dirección Artística: John
DeCuir. Intérpretes: Robert Redford, Debra Winger, Daryl Hannah,
Brian Dennehy, Terence Stamp, Steven Hill. ***
Ésta es una comedia sentimental sobre juicios e incen-
dios que en la era dorada de Hollywood hubieran podido
interpretar Spencer Tracy, Katharine Hepburn y Judy
Holliday. Mantiene la convocatoria de las estrellas y Red-
ford, Winger y Hannah no desaprovechan la ocasión.
Ligera y entretenida, aunque sin ese punto de cocción
perfecto que al guiso le habría dado un Cukor. ■ J.B.C.
PELOTÓN CHIFLADO, EL
(Stripes), Columbia, EE.UU., 1981, 106 min.
Productor: Ivan Reitman, Dan Goldberg. Director: Ivan Reitman. Guión:
Len Blum, Dan Goldberg, Harold Ramis. Fotografía: Bill Butler. Montaje:
Eva Ruggiero, Michael Luciano, Harry Keller. Música: Elmer Bernstein.
Diseño de producción: James H. Spencer. Vestuario: Richard Bruno.
Inttérpretes: Bill Murray, Harold Ramis, Warren Oates, P.J. Soles, Sean
Young, John Candy, John Larroquette, Judge Reinhold, John Voldstad,
John Diehl. **
El holgazán Bill Murray pierde su coche, su apartamento
y su chica el mismo día, y decide alistarse junto a su cole-
ga Harold Ramis (también co-guionista) en el ejército;
una decisión que se pasa la mayor parte de la película
lamentando. En el campamento de entrenamiento se une
a un delirante grupo de inadaptados: el obeso Ox
(Candy), el temperamental “Tocao” (Dunn), el atontado
Cruiser (Dielh) y el drogadicto Elmo (Reinhold). Al
mando de esta colección de inútiles está el duro sargen-
to instructor Hulka (Oates), que no tarda en mostrar su
lado malo. Aunque el tono general cuestiona tan poco las
● ●
●
virtudes de la vida militar –disciplina, deber, honor, etcé-
tera– como La recluta Benjamín, al menos tiene a Murray,
cuyo desaliñado carisma ayuda a disfrazar la típica trama
“ahora estás en el ejército”. El resto del reparto también
está a gran nivel, especialmente Warren Oates (en uno de
sus últimos papeles), que imbuye a su veterano sargento
de un inesperado ingenio, aunque también cabe destacar
a los recién llegados Judge Reinhold, John Candy y Sean
Young. Pero lo que realmente hace funcionar la película
es el acierto de Ivan Reitman al espaciar los numerosos
gags verbales y visuales que salpican el guión. ■ J.D.D.
PENALTI MÁS LARGO DEL MUNDO, EL
España, 2005, 100 min.
Productor: Mariela Besuievski, Gerardo Herrero, Teddy Villalba. Direc-
tor: Roberto Santiago. Guión: Roberto Santiago (basado en una historia
corta de Osvaldo Soriano). Fotografía: Juan Antonio Castaño. Montaje:
Fernando Pardo. Intérpretes: Fernando Tejero, María Botto, Marta Larral-
de, Carlos Caniowski, Javier Gutiérrez, Enrique Villén, Fernando Cayo,
Héctor Colomé, Luis Callejo. ***
Los prejuicios, malos consejeros, nos habían puesto la
mosca tras la oreja: balompié + fenómeno Tejero = Días
de fútbol. Pues no: El penalti más largo del mundo, de
entrada, es mucho más modesta que aquel popular
taquillazo; si pretende ser la gran comedia española del
año, no se le nota, y eso es de agradecer. Tampoco tiene
mucha chicha argumental para desarrollar, pero suple esa
carencia convocando a una fauna afable y próxima, que
entra con la facilidad (y el sabor) de una tapa de olivas y
otra de berberechos tomadas en esos mismos bares de la
película, que huelen a verdad. Y contiene escenas muy
divertidas, como las cenas frustradas entre el protagonis-
ta y la chica de sus sueños. Claro está que el filme no
sería lo mismo sin esa fuerza de la naturaleza que tira de
la locomotora, Fernando Tejero, cuyo carisma es la suma
de un físico de quinqui de barrio, un deje en el habla de
aplastante espontaneidad y una gestualidad marciana.
Un monstruo de las dimensiones del Segura. Memorable
tejerazo éste. ■ J.B.C.
PEORES AÑOS DE NUESTRA VIDA, LOS
Cristina Huete, España, 1994, 104 min.
Director: Emilio Martínez-Lázaro. Guión: David Trueba. Fotografía: José
Luis López Linares. Música: Michel Camino. Intérpretes: Gabino Diego,
Ariadna Gil, Jorge Sanz, Agustín González, Maite Blasco, Carmen Elías,
Jorge de Juan, Ayanta Barilli, María Adánez, Mónica López, Vanessa Saiz,
Ana Álvarez. ***
Después de los satisfactorios resultados de Amo tu cama
rica, Martínez Lázaro no desaprovechó la ocasión de ofre-
cer otra comedia de enredos sentimentales de parecida
fórmula, contando de nuevo con David Trueba como
guionista y con Ariadna Gil de protagonista principal.
Aunque el efecto fue menor, Los peores años de nuestra
vida es un plausible divertimento que reformula la come-
dia triangular tradicional a través de las peripecias de dos
●

● ●
hermanos (uno tímido y acomplejado por su aspecto físi-
co; el otro, apuesto y ligón) enamorados de una misma
muchacha, una atractiva pintora. Gracias al trío de acto-
res protagonistas y a ese fino oído para el diálogo colo-
quial que caracteriza a Trueba (cuyo hermano Fernando
intervino en la producción), la película posee una frescu-
ra que la hace verosímil, e incluso sirve fehacientemente
como radiografía de la juventud de los noventa. ■ J.B.C.
PEPI, LUCI, BOM Y OTRAS CHICAS
DEL MONTÓN
España, 1980, 82 min.
Productor: Pepón Coromina, Pastora Delgado, Ester Rambal. Director:
Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: Paco Femenia.
Montaje: José Salcedo. Música: Monna Bell, Maleni Castro. Vestuario:
Manuela Camacho. Intérpretes: Carmen Maura, Félix Rotaeta, Olvido
Gara (Alaska), Eva Siva, Concha Grégori, Kiti Manver, Cecilia Roth, Julie-
ta Serrano. ***
Título de culto donde los haya, plato indispensable de
concurridas sesiones golfas, el debut cinematográfico de
Pedro Almodóvar en el momento de máximo apogeo de
la movida madrileña, de la que se convirtió en algo así co-
mo en su manifiesto ético y estético, fue este filme cutre,
técnicamente tosco, pero también declaración de inten-
ciones de lo que iba a ser la obra posterior del cineasta
manchego. La película, cuyo primer título fue Erecciones
generales, se realizó entre amigos, en plan cooperativa, y
su rodaje se alargó un año, por lo que el raccord entre
planos se convierte en un más difícil todavía escasamen-
te superado en la historia del cine. Algunas de las chicas
Almodóvar hicieron aquí su primera aparición, quedando
ligadas por mucho tiempo al realizador. ■ J.B.C.
PERDONA BONITA, PERO LUCAS
ME QUERÍA A MÍ
España, 1997.
Director: Dunia Ayaso, Félix Sabroso. Guión: Dunia Ayaso, Félix Sabroso.
Fotografía: Arnaldo Catinari. Música: Manuel Villalta. Intérpretes: Jordi
Mollá, Pepón Nieto, Roberto Correcher, Alonso Caparrós, Carmen Bala-
gué, Concha Cortés, Esperanza Roy. **
Ante un título tan pasado de rosca como Perdona bonita,
pero Lucas me quería a mí, el olfato adiestrado ya puede
detectar, con estrecho margen para el error, sus fuentes
nutricias: por su audaz desmesura longitudinal y su expli-
citud genérica (una película con ese título no puede ser
otra que una comedia, una farsa), aquí pisamos terreno
almodovariano y, por extensión, no pocas hectáreas de la
parcela de Manuel Gómez Pereira, es decir, comedia fres-
ca, posmoderna, muy dialogada y con los temas de amor
y sexo calentando motores. La primera parte de esta alo-
cada ópera prima de los canarios Sabroso y Ayaso es, en
efecto, una suerte de Gómez Pereira que bien hubiera
podido titularse Todos los sarasas sois iguales: tres jóve-
nes amigos con ostentosa pluma comparten felizmente
piso y, por razones económicas, se ven obligados a alqui-
● ●
Perfume de mujer | 373
●
lar una habitación, cuyo inquilino será, cómo no, un tío
macizote, escultural, carne de calendario de “Woman”,
una belleza de la que súbitamente se enamorarán los tres,
poniendo en peligro su amistad y creando un clima de
celos, envidias y traiciones que desembocará en asesina-
to y que, con la entrada de nuevos personajes (dos muje-
res policías, una criada), propiciará una segunda parte
cuyo título apropiado, como apuntó Guillermo Cabrera
Infante, sería Maricas al borde de un ataque de nervios.
Con breves salidas al exterior, la película transcurre en su
mayor parte en el apartamento de los protagonistas, en
tiempo presente o en saltos al pasado a través de flash-
backs subjetivos y contradictorios. Es, sí, una película muy
teatral y vodevilesca, supeditada a la línea del diálogo, a
los chistes verbales y al talento de los comediantes, apar-
tado en el que se lucen tanto los actores principales
(Mollá, Nieto y Correcher, tres gays de distinto carácter en
tres eficacísimas composiciones) como un equipo de se-
cundarios sin mácula donde destaca la veterana Esperan-
za Roy, muy divertida en su papel de asistenta. Ellos re-
galan al filme sus momentos más chispeantes, fortalecen
las algo endebles paredes de su argumento y consiguen
que el espectador satisfaga aceptablemente su deseo pri-
mordial: divertirse durante una hora y media. ■ J.B.C.
PERFECTO AMOR EQUIVOCADO
Cuba-España, 2004, 94 min.
Productor: Evelio Delgado. Director: Gerardo Chijona. Guión: Gerardo
Chijona, Eduardo del Llano. Fotografía: Raúl Pérez Ureta. Montaje: Rosa-
rio Sáinz de Rozas. Intérpretes: Luis Alberto García, Sancho Gracia,
Susana Pérez, Mónica Alfonso Solares, Yotuel Romero, Beatriz Valdés.
***
Si Un paraíso bajo las estrellas, que Chijona filmó en 1999,
se mostraba como un desmesurado culebrón en clave de
vodevil, Perfecto amor equivocado supone otra vuelta de
tuerca. Combina la mirada tópica con que vemos a los
cubanos y como éstos, al menos los de la clase media
venida a menos y adscrita al mundo cultural, abordan
tiempos de carestía y pérdida de valores. Ello a partir de
las peripecias extraconyugales de un escritor, antiguo
premio Casa de América, ahora en crisis y cuyos origina-
les ya no interesan fuera de la isla. Habitado por buenos
comediantes, el filme tiene altibajos y su desmelene llega
al cine dentro del cine, cuando al protagonista le pregun-
tan: «¿Hay alguna mujer en esta película con la que no te
hayas acostado?» ■ LL.B.M.
PERFUME DE MUJER
(Profumo di donna), Dean Film, Italia, 1974, 103 min.
Director: Dino Risi. Guión: Giovanni Arpino, Ruggero Maccari y Dino
Risi. Fotografía: Claudio Cirillo. Música: Armando Trovajoli. Intérpretes:
Vittorio Gassman, Agostina Belli, Alessandro Momo, Moira Orfei, Fran-
co Ricci, Elena Veronese, Lorenzo Piani, Alvaro Vitali. ***
Aunque en su versión yanqui (rebautizada como Esencia
de mujer) la carga dramática arreaba más bastonazos
●
374| Perils of Pauline, The
● ●
debido en buena medida al carácter de su protagonista
(Al Pacino), la versión original es pura delicia de la tardo-
comedia italiana, directamente entroncada con la pica-
resca española por razones obvias. Risi obtuvo, posible-
mente, el gran éxito de su larga carrera con este relato
del turbulento trayecto entre Turín y Nápoles de Fausto,
un irascible capitán ciego, y un cadete al que humilla
entrañablemente. Dotada de un humor cascarrabias,
enquistado y misógino pero irresistible, Risi destila y des-
carga todo su oficio en la figura de Vittorio Gassman, que
dota a su personaje de un carácter latino capaz de besar-
le el anillo a un cura romano o traer por la calle de la
amargura a su enamorada Sara. A todas luces más inspi-
rada que el pseudo remake arriba citado dirigido por
Martin Brest, a pesar del memorable tango de Pacino con
Gabrielle Anwar. ■ J.C.
PERILS OF PAULINE, THE
Paramount, EE.UU., 1947, 93 min.
Productor: Sol C. Siegel. Director: George Marshall. Guión: P. J. Wolfson,
Frank Buttler. Fotografía: Ray Rennahan. Montaje: Arthur Schmidt.
Música: Robert Emmett Dolan. Dirección Artística: Hans Dreier, Roland
Anderson. Intérpretes: Betty Hutton, John Lund, Constance Collier,
William Dumarest, Billy De Wolfe, Frank Faylen. ***
Antes del desembarco de Lara Croft o Aki Ross, mucho
antes incluso que la teniente Ripley, el cine ya tenía bra-
vas heroínas. En la etapa muda brilló Pearl White, prota-
gonista de numerosos seriales de aventuras que cautiva-
ron a nuestros abuelos o bisabuelos. Esta dinámica
comedia musical evoca a esa reina del celuloide, que
● ●
●
ahora toma los rasgos de la actriz y cantante Betty Hut-
ton. Juego para cinéfilos, el filme incluye las presencias
de veteranos astros del cine silente, como Paul Panzer
(“co-star” de la mismísima Pearl White), James Finlayson
(el irascible bigotudo de las películas de Laurel y Hardy),
Chester Conklin (protagonista de cortos cómicos con
Mack Swain, el gordo de las películas de Charlot), Snub
Pollard (otro inolvidable cómico de poblado bigote) o
Hank Mann (el brutote que boxeaba con Chaplin en Luces
de la ciudad). ■ J.B.C.
PERRO DEL HORTELANO, EL
España-Portugal, 1996, 119 min.
Productor: Enrique Cerezo. Director: Pilar Miró. Guión: Pilar Miró, Rafa-
el Pérez Sierra (basado en la obra de Lope de Vega). Fotografía: Javier
Aguirresarobe. Montaje: Pablo González del Amo. Música: José Nieto.
Diseño de producción: Félix Murcia. Intérpretes:: Emma Suárez, Carme-
lo Gómez, Fernando Conde, Ana Duato, Miguel Rellán, Juan Gea, Maite
Blasco, Rafael Alonso. ****
Si El perro del hortelano, como se sabe, no come ni deja
comer, viendo esta película se percibe claramente que
Pilar Miró disfrutó haciéndola y deja disfrutar al especta-
dor, que presencia, gozoso, una confluencia de talentos.
El de la directora y adaptadora, el de un soberbio direc-
tor de fotografía como es Javier Aguirresarobe, el de
unos actores notables: desde los protagonistas (Emma
Suárez y Carmelo Gómez, superando sus actuaciones en
Tu nombre envenena mis sueños), hasta secundarios
como Fernando Conde, sencillamente magistral como
Tristán.
De las tres –infructuosas– películas sobre obras de
Lope realizadas antes por Antonio Román (Fuenteoveju-
na, 1945), Florián Rey (La moza del cántaro, 1953) y Rafa-
el Gil (El mejor alcalde, el rey, 1973), la de Pilar Miró emer-
ge como la más cinematográfica, siendo, como es, muy
fiel al original. La historia de Diana, condesa de Belflor,
enamorada de su secretario, Teodoro, que ama a Marce-
la, doncella de aquélla, y que se ve a veces incitado y
otras desdeñado por su ama, está recreada por Pilar Miró
con elegancia y talento visual.
Acaso porque ha visto algo que otros no vieron: las
posibilidades fílmicas del teatro de Lope, aquel enamora-
dizo –fue desterrado de la corte por escribir libelos con-
tra una de sus amantes, juzgado por amancebamiento,
tomó órdenes menores y su carne siguió siendo débil–,
genio exuberante, del que este filme nos devuelve todo el
esplendor de privilegiadas palabras envueltas en esplén-
didas imágenes. ■ LL.B.M.
PERSECUCIÓN MUY, MUY CALIENTE
(Hot Pursuit), EE.UU., 1987, 93 min.
Productor: Pierre David, Theodore R. Parvin. Director: Steven Lisberger.
Guión: Steven Lisberger, Steven W. Carabatsos. Fotografía: Frank Tidy.
Montaje: Mitchell Sinoway. Música: Joseph Conlan. Dirección Artística:
Chris Dorrington, Fernando Ramírez. Intérpretes: John Cusack, Robert
Loggia, Jerry Stiller, Wendy Gazelle, Monte Markham. **
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● ●
Una comedia que Steven Lisberger escribió y dirigió tras
una película que tuvo mucha más repercusión, Tron. Su
casi único interés reside en ver a John Cusack (y a un
secundario Ben Stiller) en los inicios de su carrera, mar-
cada por comedias intrascendentes parecidas a ésta: en
la misma época protagonizó también, entre otros títulos,
Juegos de amor en la universidad y Un verano loco. ■ J.E.
PERSIGUIENDO A AMY
(Chasing Amy), View Askew Production, EE.UU., 1997, 111 min.
Director: Kevin Smith. Guión: Kevin Smith. Fotografía: David Klein.
Música: David Pirner y canciones de Vinnie Dombroski, Joey Lauren
Adams... Intérpretes: Ben Affleck, Joey Lauren Adams, Jason Lee, Dwight
Ewell, Ethan Suplee, Casey Affleck, Matt Damon, Kevin Smith, Jason
Mewes. **
Para su tercera película, el bueno de Kevin Smith se pone
romántico aunque, por supuesto, a su manera, con “chica
de los sueños” lesbiana y pareja de amigos con los mis-
mos nombres que dos personajes de “El guardián entre el
centeno”, de Salinger. Así, seguimos las andanzas de Hol-
den (Ben Affleck) y Banky (Jason Lee), amiguetes crea-
dores del exitoso cómic «Bluntman y Chronic» (sosias de
Jay y Silent Bob, para que todo quede en casa, una de las
sensaciones familiares más celebradas de los fans de
Smith). Holden se enamora de la guapa Alyssa (Joey Lau-
ren Adams), cuyas apetencias sexuales no parecen en
sintonía con las suyas. Es un guión más maduro que en
sus dos anteriores películas y tiene una frescura y desin-
hibición sentimental valiosa dentro del mentecato pano-
rama de la comedia romántica americana de la época, a
pesar de que más de uno no comparta las tesis senti-
mentales expuestas por el autor. Aunque eso también le
pasó a El otro lado de la cama, y lo cortés no quitaba lo
valiente. Eso sí, Joey Lauren Adams, todo un descubri-
miento. ■ J.C.
PERSIGUIENDO A BETTY
(Nurse Betty), EE.UU.-Alemania, 2000, 110 min.
Productor: Steve Golin, Gail Mutrux. Director: Neil LaBute. Guión: John
C. Richards, James Flamberg (basado en una historia de John C.
Richards). Fotografía: Jean-Yves Escoffier. Montaje: Joel Plotch, Monika
Mikkelsen. Música: Rolfe Kent. Diseño de producción: Charles Breen.
Dirección Artística: Gary Diamond. Intérpretes: Morgan Freeman,
Renée Zellweger, Chris Rock, Greg Kinnear, Aaron Eckhart, Tia Texada,
Crispin Glover. ***
Cineasta independiente de feroz causticidad, como evi-
denció en sus dos películas anteriores, En compañía de
hombres (dos ejecutivos apuestan que enamorarán a una
pobre chica sorda, para luego dejarla tirada) y Amigos y
vecinos (desolador retrato de parejas incomunicadas,
verbal y sexualmente), Neil LaBute (Detroit, 1963) ha dis-
puesto de un presupuesto más holgado para filmar Persi-
guiendo a Betty. Un avieso cruce de géneros, de la come-
dia gamberra al thriller, pasando por la road movie y la
parodia de los culebrones televisivos, que en el festival de
● ●
Petulia | 375
●
Cannes obtuvo el premio al Mejor Guión. Betty (Renée
Zellweger) es una camarera de Kansas que se evade de
su entorno mediocre deglutiendo una serie sobre médi-
cos y enfermeras cuyo protagonista es un doctor cretino
(Greg Kinnear). En su camino se cruzan dos asesinos a
sueldo (Morgan Freeman y Chris Rock) mientras ella viaja
hasta Los Ángeles para conocer al actor, que resulta ser
casi tan cretino como el facultativo que interpreta.
A LaBute no se le va la función de las manos en ningún
momento, aunque bordee la comicidad más desenfrena-
da, mientras procede a la demolición de géneros fílmicos
y mitos de la cultura popular americana. ■ LL.B.M.
PESCADOR PESCADO
(Hook, Line & Sinker), EE.UU., 1969, 91 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: George Marshall. Guión: Rodney Ama-
teau (basado en una historia de Rodney Amateau y David Davis). Foto-
grafía: W. Wallace Kelley. Montaje: Russel Wiles. Música: Dick Stabile.
Dirección Artística: John Beckman. Intérpretes: Jerry Lewis, Peter Law-
ford, Anne Francis, Pedro Gonzalez Gonzalez, Jimmy Miller, Jennifer
Edwards. **
Caer vestido en una piscina o recibir un baño de agua en
la cocina no es nada comparado con lo que le espera a
Peter Ingersoll, el personaje que interpreta Jerry Lewis en
la cinta que cerró la vasta filmografía del director George
Marshall: a este hombre que posee una familia en apa-
riencia perfecta, que trabaja en una empresa de seguros
y cuyo principal pasatiempo es ir de pesca, se le diag-
nostica una enfermedad incurable, que pondrá fin a su
vida en unos pocos meses. Afortunadamente, sin embar-
go, en esta disparatada película nada es lo que parece. El
pescador pescado es una curiosa comedia que posee dos
partes claramente diferenciadas, y ambas responden a la
lógica de un filme que, mediada la acción, tiene un giro
totalmente imprevisto. Porque se trata de una historia
repleta de sorpresas –que no conviene revelar al lector–,
no en vano el infortunado protagonista se ve manipulado
y engañado hasta por sus seres más queridos. ■ LL.B.M.
PETULIA
Reino Unido, 1968, 105 min.
Productor: Raymond Wagner. Director: Richard Lester. Guión: Lawrence
B. Marcus, Barbara Turner (basado en una novela de John Haase). Foto-
grafía: Nicolas Roeg. Montaje: Antony Gibbs. Música: John Barry. Diseño
de producción: Tony Walton. Intérpretess: Julie Christie, George C. Scott,
Richard Chamberlain, Arthur Hill, Shirley Knight, Pippa Scott, Kathleen
Widdoes. ***
Tras lanzar cinematográficamente a los Beatles en ¡Qué
noche la de aquel día! y ¡Help! y realizar dos comedias de
la envergadura de Golfus de Roma y Cómo gané la gue-
rra, Lester adaptó una novela de John Haase –con guión
de Lawrence B. Marcus–, dando a luz otra de sus mejores
películas, aunque puede tener un exceso empalagoso de
ese pop tan sesenta y tan de su momento. Aunque si los
Beatles han vuelto siempre, una película como Petulia no
●
376| Pez gordo, El
● ●
sería de extrañar que hoy hallara un público renovado. Lo
que no falla ni envejece es su extraordinario elenco de
actores. ■ J.B.C.
PEZ GORDO, EL
(The Big Kahuna), Sherlock Media, EE.UU., 1999, 90 min.
Productor: Gerard Guez, Joanne Horowitz, Kevin Spacey, Bernie Morris.
Director: John Swanbeck. Guión: Roger Rueff (basado en su obra “Hos-
pitality Suite”). Fotografía: Anastas N. Michos. Montaje: Peggy Davis.
Música: Christopher Young. Vestuario: Katerine Jane Bryant. Intérpretes:
Kevin Spacey, Danny DeVito, Peter Facinelli. ***
Adaptación que el propio Roger Rueff efectúa de su obra
teatral “Hospitality Suite”, una pieza que sigue las huellas
de la famosa Glengarry Glen Ross, de David Mamet, en el
sentido de presentar a un grupo de ejecutivos de ventas
de una empresa intentando conseguir a un importante
cliente en un hotel de Wichita. Buena interpretación de
Kevin Spacey como bebedor y mujeriego. ■ M.Q.
PEZ LLAMADO WANDA, UN
(A Fish Called Wanda), M-G-M, EE.UU., 1988, 108 min.
Productor: Michael Shamberg. Director: Charles Crichton. Guión: John
Cleese (basado en una historia de Cleese y Charles Crichton). Foto: Alan
Hume. Montaje: John Jympson. Música: John Du Prez. Diseño de pro-
ducción: Roger Murray-Leach. Vestuario: Hazel Pethig. Intérrpretes: John
Cleese, Jamie Lee Curtis, Kevin Kline, Michael Palin, Maria Aitken, Tom
Georgeson, Patricia Hayes, Geoffrey Palmer, Cynthia Cayler, Mark Elwes.
****
Una aleación bastante efectiva entre el sentido del humor
destructivo propio de los Monty Python ingleses, grupo
al que pertenecieron Cleese y Palin, y la screwball
comedy americana clásica, basada en humor algo surre-
alista y continuo rosario de equívocos. El guión es el del
propio Cleese junto al veterano de los tiempos de la
Ealing Charles Crichton (78 años), autor de filmes cos-
tumbristas como Oro en barras, que asume la dirección
como un homenaje. Los actores constituyen la base fuer-
te del filme, sobre todo Kevin Kline, que obtuvo un Oscar
por su papel de Otto, el digamos asesino implacable, al
lado de la deliciosa Jamie Lee Curtis, espléndidamente
● ●
●
dotada incluso para la comedia. El filme tuvo un gran
éxito de público en todas partes e inspiró Criaturas fero-
ces, mucho menos lograda. ■ M.Q.
PICAPIEDRA, LOS
(The Flintstones), Amblin, EE.UU., 1994, 92 min.
Productor: Bruce Cohen. Director: Brian Levant. Guión: Tom S. Parker,
Jim Jennewein, Steven E. de Souza (basado en los dibujos animados de
Hanna-Barbera Productions). Fotografía: Dean Cundey. Montaje: Kent
Beyda, David Tanaka. Música: David Newman. Diseño de producción:
William Sandell. Dirección Arttística: Jim Teegarden, Nancy Patton,
Christopher Burian-Mohr. Efectos especiales: Industrial Light & Magic,
Mark Dippe, Michael Lantieri. Vestuario: Rosanna Norton, Monique
Brown. Intérpretes: John Goodman, Elizabeth Perkins, Rick Moranis,
Rosie O’Donnell, Kyle MacLachlan, Halle Berry, Elizabeth Taylor, Dann
Florek, Richard Moll, Irwin Keyes. **
Siguiendo la rentable tradición de adaptar a la pantalla
grande los clásicos de la pequeña (Los intocables, La
familia Adams, El fugitivo...), Spielberg y Hanna-Barbera
recalaron en estos inolvidables dibujos animados y levan-
taron una superproducción de exquisito look: Rocadura,
la bolera, el autocine, el brontogrúa, el avión pterodáctil,
el pájaro dictapluma o la dinomascota familiar son
pequeños prodigios de fabricación. Lástima que: 1) se
olvidaran de ponerle algo parecido a un guión, y 2) por
muy bien hallado que esté Goodman para encarnar el
personaje principal, el alma de Los Picapiedra pertenece
y pertenecerá al campo de la animación. ■ J.B.C.
PÍCARA MOLINERA, LA
España, 1955, 80 min.
Productor: Manuel Castedo, Miguel Tudela. Director: León Klimovsky.
Guión: Jesús María de Arozamena, José Luis Colina. Fotografía: Antonio
L. Ballesteros. Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa. Música: Cristóbal
Halffter. Diseño de producción: Enrique Alarcón. Intérpretes:: Carmen
Sevilla, Francisco Rabal, Mischa Auer, Madeleine LeBeau, José Isbert,
Antonio Riquelme. ●
Carmen Sevilla interpreta aquí a la doncella que, según el
antiguo romance, es una bella y pícara molinera de la cual
se enamora locamente el corregidor de Arcos de la Fron-
tera. Dirigió la función el argentino León Klimovsky, den-
tista reciclado en cineasta de probada capacidad artesa-
nal para tirar adelante cualquier encargo. Incondicionales
nostálgicos de Carmen Sevilla y masoquistas con sentido
del dolor. ■ LL.B.M.
PÍCARA PURITANA, LA
(The Awful Truth), Columbia, EE.UU., 1937, 90 min.
Productor: Leo McCarey. Director: Leo McCarey. Guión: Vina Delmar
(basado en la obra de Arthur Richman). Fotografía: Joseph Walker. Mon-
taje: Al Clark. Dirección Artística Stephen Goosson, Lionel Banks. Ves-
tuario: Robert Kalloch. Intérprettes: Irene Dunne, Cary Grant, Ralph
Bellamy, Alex D’Arcy, Cecil Cunningham, Molly Lamont, Esther Dale,
Joyce Compton, Robert Allen, Robert Warwick. *****
●

● ●
El epítome de las screwball comedies de los años treinta.
Cary Grant e Irene Dunne son Jerry y Lucy Warriner, una
joven pareja de la alta sociedad neoyorquina. Jerry le dice
a Lucy que se va a pasar unas cortas vacaciones a Flori-
da, pero en realidad pasa el tiempo jugando al póker con
sus amigos. Cuando vuelve a casa su mujer está ausente;
después aparece con Armand Duvalle (D’Arcy), un apues-
to profesor de canto. Tanto Jerry como Lucy asumen que
el otro ha sido infiel y, después de un intercambio de acu-
saciones, deciden aceptar un divorcio de noventa días. Su
principal batalla en el juzgado se centra en su perro, Mr.
Smith. Mientras las disputas legales están en su apogeo,
Lucy no sólo continúa viendo a Duvalle, sino que inicia un
flirteo con el magnate del petróleo Daniel Leeson (Bel-
lamy). Jerry le devuelve la pelota visitando a una antigua
novia, Dixie Belle Lee (Compton), una atractiva artista de
cabaret. Jerry y Lucy siguen caminos separados, pero
aún se sienten mutuamente atraídos; eso no impide que
intercambien insultos y traten de frustrar los planes futu-
ros del otro, por supuesto.
Una historia rutinaria quizás, pero el director Leo
McCarey la transforma, mediante su acostumbrado afec-
to por sus personajes y su ritmo firme, en un entreteni-
miento deliciosamente efectivo. El eróticamente burlón
final, con un gato negro obstruyendo obstinadamente la
puerta que comunica los dormitorios, que la pareja está
rezando para que se abra, tiene una delicadeza que
Lubitsch raramente consiguió. Este clásico de la comedia
inició su vida como un éxito teatral en 1922 y, posteriore-
mente, conoció dos adaptaciones cinematográficas: en
1925 con Agnes Ayres y Warner Baxter, y en 1929 con
Henry Daniell e Ina Claire. McCarey mantuvo la premisa
básica de la obra, pero la mejoró añadiendo sofisticados
diálogos y animando a sus actores para que improvisaran
en torno a cualquier cosa que encontrasen divertida.
La película se rodó en seis semanas, y fue un éxito tan
grande que sus protagonistas volvieron a unirse en otra
espléndida comedia, Mi mujer favorita, y en un emotivo
melodrama, Serenata nostálgica. La pareja funciona de
manera antológica, está perfecta en sus diálogos, en sus
movimientos, todo dentro de una elegante y difícil senci-
llez que no deja resquicio para adivinar siquiera el artifi-
cio. En La pícara puritana, Irene Dunne es la soberbia
● ●
Pico de las viudas, El | 377
●
oponente para los juegos malabares de Cary Grant, y am-
bos están bien asistidos por un gran reparto de actores
secundarios, que incluye a Ralph Bellamy y Molly Lamont.
La segura y fluida dirección de McCarey fue justamente
recompensada con un Oscar. Muchas estrellas, incluyen-
do a Tom Hanks y Hugh Grant, han reclamado el cetro de
Grant, pero esta película clásica ilustra una vez más que
están a años luz de él. ■ J.T.
PÍCARA SOLTERA, LA
(Sex and the Single Girl), Warner Brothers, EE.UU., 1964, 114 min.
Productor: William T. Orr. Director: Richard Quine. Guión: Joseph Heller
y David R. Schwartz (basado en la novela de Helen Gurley Brown). Foto-
grafía: Charles Lang Jr. Montaje: David Wages. Música: Neal Hefti. Intér-
pretes: Tony Curtis, Natalie Wood, Henry Fonda, Lauren Bacall, Mel Fe-
rrer, Fran Jeffries, Leslie Parrish, Edward Everett Horton, Otto Kruger. **
Basada en el bestseller de Helen Gurley Brown, la legen-
daria editora de “Cosmopolitan”, La pícara soltera, a
pesar de su confusa y excéntrica historia, era una hilaran-
te farsa de identidades equivocadas y escenas de perse-
cución que seguía la tradición del slapstick. Natalie Wood
es Miss Brown, una virginal sexóloga, y Tony Curtisel pe-
riodista que la entrevista, haciéndose pasar por un hom-
bre con graves problemas sexuales. Pertenece a una
revista obscena que quiere demostrar la falta de expe-
riencias personales de la doctora en asuntos sexuales.
Pero... ¿adivinan? Sí, se enamoran. Un material sin gracia,
que desperdicia criminalmente a Lauren Bacall y Henry
Fonda como una pareja con problemas maritales (se
quieren, pero discuten constantemente). Ni siquiera el
moderado instinto de Richard Quine para la comedia se
aprecia por ningún lado. ■ J.D.D.
PICO DE LAS VIUDAS, EL
(Widow’s Peak), Rank, Reino Unido-EE.UU., 1994, 102 min.
Productor: Jo Manuel. Director: John Irvin. Guión: Hugh Leonard. Foto-
grafía: Ashley Rowe. Montaje: Peter Tanner. Música: Carl Davis. Direc-
ción Artística: Leo Austin. Intérpretes:: Mia Farrow, Joan Plowright,
Natasha Richardson, Adrian Dunbar, Jim Broadbent, Anne Kent. ***
La idea de la película nació a raíz de una conversación
entre su guionista, Hugh Leonard, y la actriz Maureen
O´Sullivan, la Jane de Tarzán-Weissmuller y madre de
Mia Farrow. Se trataba de reunir a madre e hija en esta
historia ambientada en un pequeño pueblo irlandés a
principios de los años 20. Aparcado el proyecto, cuando
se retomó diez años después, la Farrow asumió el papel
pensado para su madre, mientras que Natasha Richard-
son se hizo cargo del de la hija. Filme de visión agrada-
ble, funciona más como retrato de unos personajes que
conviven en un universo pequeño que como comedia de
misterio, que era lo que Leonard pretendía. Destaca tam-
bién por el cambio de registro que supuso en su director,
más acostumbrado a rodar cintas de acción como Los
perros de la guerra, Robin Hood o La colina de la ham-
burguesa. ■ J.E.
●
378| Pídele cuentas al Rey
● ●
PÍDELE CUENTAS AL REY
Alta Films, España, 1999, 100 min.
Director: José Antonio Quirós. Guión: José Antonio Quirós. Fotografía:
Julio Madurga. Montaje: Fernando Pardo. Música: Juan Carlos Cuello.
Vestuario: Mar Bardavío. Intérpretes: Antonio Resines, Adriana Ozores,
Nicolás Fernández Luna, Emma Penella, Jesús Bonilla, Manuel Alexan-
dre, Manuel Manquiña. ***
El título va en serio: un minero que se queda en el paro
decide ir caminando a Madrid, en compañía de su mujer
y su familia, para pedirle explicaciones al monarca esgri-
miendo el artículo de la Constitución que habla del dere-
cho al trabajo. Una comedia social, de denuncia, y una
road movie trufada de humor suave, de anécdotas pe-
queñas y verdades grandes. Una película sobre la digni-
dad. ■ J.B.C.
PIJAMA PARA DOS
(Lover Come Back), Universal, EE.UU., 1961, 107 min.
Productor: Stanley Shapiro, Martin Melcher. Director: Delbert Mann.
Guión: Stanley Shapiro, Paul Henning. Fotografía: Arthur E. Arling. Mon-
taje: Marjorie Fowler. Música: Frank DeVol. Dirección Artística: Alexan-
der Golitzen, Robert Clatworthy. Intérpretes: Rock Hudson, Doris Day,
Tony Randall, Edie Adams, Jack Oakie, Jack Kruschen. ****
Segundo emparejamiento de Hudson & Day, después del
éxito de la Universal con Confidencias a medianoche, en
una comedia dinámica repleta de buenas ideas, tanto de
puesta en escena como del guión que firmaron Stanley
Saphiro y Paul Henning. Se trata de una sátira contra el
mundo de las agencias de publicidad de la neoyorquina
Madison Avenue, que culmina con la puesta en marcha de
una campaña para un producto inexistente. El acoso sen-
timental de Hudson a Day se basa en el típico equívoco
de personalidad, que aquí funciona bien porque se une a
otras líneas argumentales, como la de los manejos publi-
citarios y la definición de un personaje secundario tan
conseguido como el del empresario representado por
Tony Randall, adicto al psicoanálisis por su complejo de
inferioridad. Mann, perteneciente a la “generación de la
televisión” y Oscar por Marty, demuestra aquí sus buenas
maneras en el mantenimiento del ritmo, como luego haría
Tashlin en los epígonos de la serie. ■ M.Q.
PÍLDORAS DE HÉRCULES, LAS
(Le pillole di Ercole), Dino de Laurentiis/Máxima Film, Italia, 1960,
85 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Luciano Salce. Guión: Ettore,
Scola, Ruggero Maccari, Vittorio Vighi, Bruno Baratti, Luciano Salce.
Fotografía: Erico Menczer. Montaje: Roberto Cinquini, Sergio Montana-
ri. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Gianni Polidori. Intér-
pretess: Nino Manfredi, Sylva Koscina, Jeanne Valerie, Vittorio de Sica.
****
Antecedente de lo que, al terminar la censura, explotaría
como “comedia erótica italiana”. La película, muy bien
resuelta por Salce, director más que estimable y que pasó
● ●
●
injustamente desapercibido, cuenta con un cínico guión
(escrito a cinco manos) donde se observa el cuidado que
el cine de humor italiano otorgó siempre a este apartado
cinematográfico como la base primordial de sus talento-
sas obras. En su pícaro argumento, Manfredi vuelve a
interpretar al italiano medio –algo superado por los acon-
tecimientos– que, en esta ocasión, no tiene más remedio
que seducir a cuantas esposas se pongan en su camino
puesto que ha ingerido las píldoras del título, que le po-
nen como una moto. Cuando un cornudo marido busca
venganza queriendo ligarse a la esposa de Manfredi, éste
busca una profesional para hacerla pasar por su mujer. Un
caudal de situaciones divertidas e ingeniosas, donde
Manfredi y De Sica están en su salsa entre tanto frenesí
sexual. ■ L.M.C.
PINK FLAMINGOS
EE.UU., 1972, 93 min.
Productor: John Waters. Director: John Waters. Guión: John Waters.
Fotografía: John Waters. Montaje: John Waters. Dirección Artística: Vin-
cent Peranio. Intérpretes: Divine, David Lochary, Mary Vivian Pearce,
Mink Stole, Danny Mills, Edith Massey, Channing Wilroy. ***
Pink Flamingos, película razonablemente considerada
como la más guarra de la historia. Se trata de un artefac-
to underground que a su vez se cachondea de la cultura
underground, o de la contracultura, desarrollada casi sin
argumento y resuelta a través de viñetas de toda índole
satírica y que pasan por la castración, la zoofilia, el inces-
to, la deglución sistemática de huevos y cuyo remate final
es la escena más asquerosa que concebirse pueda: Divi-
ne comiéndose, sin trampa ni cartón, en directo, recién
salidito del culo, un excremento de perro. ■ J.B.C.
PISITO, EL
España, 1959, 87 min.
Director: Marco Ferreri, Isidoro M. Ferry. Guión: Rafael Azcona, Marco
Ferreri (basado en la novela de Rafael Azcona). Fotografía: Francisco
Sempere. Montaje: José Antonio Rojo. Música: Federico Contreras.
Dirección Artística: Antonio Cortés. Intérpretes: Mary Carrillo, José Luis
López Vázquez, Concha López Silva, Ángel Álvarez, María Luisa Ponte,
Andrea Moro. ****
El riojano Rafael Azcona es una de las personalidades
más importantes de la historia del cine español, pues ha
firmado los guiones de Plácido y El verdugo, para Berlan-
ga; Peppermint frappé y La prima Angélica, para Saura, y
El cochecito para el italiano Ferreri, entre otros. Algunos
son indiscutibles clásicos de nuestro cine, rebosantes de
su ácido e iconoclasta sentido del humor, que siempre
tiende a la sátira (e incluso al esperpento) para mostrar la
realidad de la época, como sucede con El pisito. Se trata
del primer largo de Ferreri (en solitario, a pesar de que
viene también firmado por Isidoro M. Ferry por motivos
sindicales), quien después de desarrollar diversos oficios
en Italia recaló en España, parece que como represen-
tante de una fábrica de productos ópticos, que abando-
●

● ●
nó al conocer a Azcona, después de que una de sus nove-
las llamara su atención. Su retrato satírico de nuestra
sociedad siguió con dos títulos más, Los chicos, donde no
colaboró Azcona, y El cochecito, una de sus obras maes-
tras. ■ G.Q.
PISTOLEROS DE AGUA DULCE
(Monkey Business), Paramount, EE.UU., 1931, 77 min.
Productor: Herman J. Mankiewicz (sin acreditar). Director: Norman Z.
McLeod. Guión: S.J. Perelman, Will B. Johnstone, Arthur Sheekman
(basado en una historia de Ben Hecht y Roland Pertwee, ambos sin acre-
ditar). Fotografía: Arthur L. Todd. Intérpretes: Groucho Marx, Harpo
Marx, Chico Marx, Zeppo Marx, Rockliffe Fellowes, Harry Woods, Thel-
ma Todd, Ruth Hall, Tom Kennedy. ****
Pistoleros de agua dulce es la primera película de los Her-
manos Marx escrita directamente para la pantalla. La diri-
gió un amanuense de los estudios Paramount llamado
Norman Z. Leonard, siendo el productor ejecutivo y orga-
nizador del tinglado Herman Mankiewicz, un periodista
arrepentido, buen escritor de comedias y posterior autor
del guión de Ciudadano Kane, que abrió para él solito una
página imborrable de la historia del cine. Los chicos via-
jan como polizones en un transatlántico y van de cama-
rote en camarote para evitar ser detenidos. Harpo parti-
cipa en un show de Punch and Judy y cautiva a todos los
niños del barco (y a todos los adultos del público), mien-
tras Groucho lanza sus mordaces diálogos. Ruth Hall, la
hija de un gángster, es secuestrada y acaba en un grane-
ro después de asistir a un baile de máscaras. Al final,
Zeppo, el hermano “serio”, va tras el matón, mientras
Groucho salta de una bala de heno a otra, ofreciendo fra-
ses ingeniosas como contrapunto a los puñetazos. Las
cosas se tranquilizan un poco cuando Chico toca el piano
y Harpo el arpa. Como en todas las obras de esta arrolla-
dora familia judía, en Pistoleros de agua dulce hay, junto
a escenas absolutamente memorables (de entre todas
destaca aquella en la que, para desembarcar, y dada su
calidad de pasajeros clandestinos, cada uno de los prota-
gonistas intenta convencer a los aduaneros de que es
Maurice Chevalier, llevando a cabo una desopilante imita-
ción del legendario chansonnier francés, canotier y acen-
● ●
Placer indescriptible, Un | 379
●
to incluidos), tiempos muertos, sosos e insignificantes,
que hay que perdonar por su condición de deudas a una
actualidad ya devorada por el paso del tiempo. Con esta
divertidísima película, los geniales cómicos arrojan cual-
quier precaución por la borda, ayudados por un vivaz
guión y algunos lunáticos gags visuales. Thelma Todd es
la más deliciosa e inteligente comparsa de Groucho, y el
resto del reparto es tan efectivo como puede serlo en
mitad del ciclón cómico. ■ J.D.D.
PLACER DE VIVIR, EL
(Joy of Living), RKO, EE.UU., 1938, 90 min.
Productor: Felix Young. Director: Tay Garnett. Guión: Gene Towne, Gra-
ham Baker, Allan Scott (basado en la historia de Dorothy Fields y Her-
bert Fields). Fotografía: Joseph Walker. Intérpretes: Irene Dunne, Dou-
glas Fairbanks, Jr, Alice Brady, Guy Kibbee, Jean Dixon, Eric Blore. ***
Cantante de talento (Showboat) y soberbia comediante
(La pícara puritana), Irene Dunne era una de las grandes
estrellas del Hollywood de los años treinta. Aquí combina
sus talentos en una screwball comedy con canciones,
agradable pero sin sentido. La actriz da vida a una famo-
sa estrella de Broadway tan dedicada a su profesión
como su repelente familia lo está a su continua aporta-
ción financiera; Douglas Fairbanks es el despreocupado
héroe que la ayuda a salir de la ratonera enseñándole los
placeres de la vida. El gusto de la screwball por desafiar
las convenciones y obligaciones centra la acción de este
romance, aunque el mensaje característico de la época
juega a dos bandas constantemente: Fairbanks está en
contra del sucio dinero, pero con una isla paradisiaca y un
pequeño negocio propio se siente bien. Por otro lado, la
familia de la chica, aunque tan peculiar y mimada como
la de Al servicio de las damas, genera menos risas al exhi-
bir su catálogo de mezquindades. En cualquier caso,
Irene Dunne se basta y se sobra para elevar el tono de la
película, superando la limitaciones de un papel absoluta-
mente convencional y desvelando un fino sentido del
humor mientras cede a las atenciones de Douglas Fair-
banks. También interpreta varios números musicales de
Jerome Kern –que incluyen “You Couldn’t Be Cuter”–,
todos escenificados muy fríamente. El gozoso reparto
secundario incluye a Alice Brady, Lucille Ball y Eric Blore.
■ J.T.
PLACER INDESCRIPTIBLE, UN
España, 1992.
Productor: Jordi Parcerisa. Director: Ignasi P. Ferré. Guión: Lluís Arcara-
zo, Ignasi P. Ferré, Joan Marimón. Intérpretes: Ferran Rañé, Àngels Gon-
yalons, Mathieu Carrière, Pep Ferrer, Laura Mañá. *
Un hombre que se gana la vida confeccionando proble-
mas de ajedrez tiene uno personal muy complicado de
resolver: es cleptómano. Una comedia “a la catalana”
realmente floja, con la presencia de Àngels Gonyalons, la
reina del musical en Cataluña, y la futura directora Laura
Mañá. ■ G.Q.
●
380| Plácido
● ●
PLÁCIDO
Jet Films, España, 1961, 125 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Luis García Berlanga, Rafael
Azcona. Fotografía: Francisco Sempere. Música: Miguel Asins Arbó.
Intérpretes: Cassen (Casto Sendra), José Luis López Vázquez, Elvira
Quintillá, Manuel Alexandre, Mari Carmen Yepes, Amelia de la Torre,
José María Caffarel. *****
El pobre propietario de un motocarro para repartos con-
tratado para una cabalgata navideña de caridad de una
pequeña ciudad provinciana se encuentra en apuros para
evitar la protesta de una letra de su vehículo. Intenta
detener el procedimiento notarial, a la vez que cumple
como puede con sus obligaciones para con los organiza-
dores de la campaña.
Junto con El verdugo, rodada dos años después, las
obras maestras de Berlanga y dos piezas claves en la his-
toria del cine español. Fue su primera colaboración con
Rafael Azcona en las tareas de guión, con el que forma-
ría luego un equipo indestructible para el resto de su fil-
mografía. El humor esperpéntico del escritor riojano y el
sentido de la comedia coral del cineasta valenciano han
dado frutos en Patrimonio Nacional y La vaquilla, mien-
tras su visión amarga de las relaciones de pareja ha cris-
talizado en Tamaño natural. Berlanga comenta que las
líneas argumentales las suele trazar él y Azcona estructu-
ra el relato y lo ordena.
El origen de Plácido se halla en una campaña de Navi-
dad que Berlanga vio en Valencia bajo el lema “Siente un
pobre a su mesa”, título que tenía que llevar la película,
pero no pudo ostentar por alambicadas razones de cen-
sura. A esta idea se fueron añadiendo otras como la de la
participación de artistas en una subasta –el viejo casca-
rrabias y la parodia de Joselito son dos hallazgos–, el
casamiento in articulo mortis –en recuerdo de lo que
sucedió con el tío del propio Berlanga– y definiendo per-
sonajes como el del infeliz Quintanilla –«el hijo de las
serranías»–, la encopetada señora Galán, el marrullero
comerciante de las ollas Cocinex o el cuñado cojo. Fiel a
su estilo, Berlanga organiza el filme como una gran farsa
coral alrededor del eje representado por Plácido y su
motocarro. Los planos secuencia son de gran maestría y
● ●
●
crean la atmósfera de ceremonia de la confusión. Por otra
parte, la sátira berlanguiana, con ser inclemente, no pro-
cede nunca de un sentimiento de rabia personal, sino que
es una visión lúcida de las cosas, animada por una pro-
funda ternura hacia el ser humano en sus aspectos más
ridículos o en sus actitudes más mezquinas. ■ M.Q.
PLANES DE BODA
(The Wedding Planner), Filmax, EE.UU., 2001, 102 min.
Productor: Gigi Pritzker, Deborah del Prete, Peter Abrams, Robert L.
Levy, Jennifer Gigbot. Director: Adam Shankman. Guión: Pamela Falk.
Fotografía: Julio Macat. Montaje: Lisa Zeno Churgin. Música: Mervyn
Warren. Dirección Artística: Bob Ziembicki. Vestuario: Pamela Withers.
In
ntérpretes: Jennifer Lopez, Matthew McConaughey, Bridgette Wilson-
Sampras, Justin Chambers, Judy Greer, Alex Rocco, Joanna Gleason,
Charles Kimbrough. **
Lopez se adentra en los territorios de la comedia román-
tica y adopta la figura de una italiana organizadora de
ceremonias de boda en San Francisco, que se enamora
precisamente del novio de su clienta. Un papel al estilo de
los que interpretaría Julia Roberts o Sandra Bullock, pero
con el problema de que todo resulta demasiado previsi-
ble, a partir de una idea inicial que podría haber obteni-
do más frutos. ■ M.Q.
PLANTA 4ª
España, 2003, 100 min.
Productor: Cesar Benitez. Director: Antonio Mercero. Guión: Albert
Espinosa, Antonio Mercero, Ignacio del Moral (basado en la obra “Los
pelones”, de Albert Espinosa). Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Montaje:
José María Biurrun. Música: David Muñoz, José Muñoz, Manuel Villalta.
Dirección Artística: Carlos Dorremochea. Intérpretes: Juan José Ballesta,
Luis Ángel Priego, Gorka Moreno, Alejandro Zafra, Marco Martinez,
Mikel Albisu, José Ramón Argoitia, Luis Barbería, Monti Castiñeiras.
***
El dramaturgo Albert Espinosa plasmó en su obra “Los
pelones” sus experiencias en un hospital para niños con
cáncer. A pesar de lo triste de la situación, Mercero –uno
de los pocos directores que sabe trabajar con actores
infantiles– tiene el acierto de no cargar las tintas y dotar
al filme de un tono esperanzado, con dosis de buen
humor. Juan José Ballesta sigue reforzando las expecta-
tivas que ofreció en El Bola. ■ M.Q.
PLATILLOS VOLANTES
España, 2003, 99 min.
Productor: Pedro Costa. Director: Óscar Aibar. Guión: Óscar Aibar,
Jorge Guerricaechevarría. Fotografía: Mario Montero. Música: Javier
Navarrete. Intérpretes: Jordi Vilches, Ángel de Andrés López, Macarena
Gómez, José Luis Adserías, Leo Bassi, Enrique Villén, Pere Ponce. ***
El 20 de junio de 1972, en Terrassa, junto a las vías del
tren, fueron hallados los cuerpos decapitados de dos
obreros textiles, acompañados de una nota que decía:
●
 Plumas de caballo | 381
● ● ●

«Los extraterrestres nos llaman. Pertenecemos al infini-

to». Al parecer, habían emprendido un largo viaje a Júpi-
ter. La ufología vivía aquellos años un momento de
esplendor. Aquellos dos sujetos creían a pies juntillas en
los platillos volantes y la comunicación interplanetaria.
Óscar Aibar, director de la ambiciosa pero fallida Atolla-
dero, y su coguionista Jorge Guerricaechevarría (compin-
che de Álex de la Iglesia) decidieron llevar este suceso a
la gran pantalla. El resultado, Platillos volantes, es una
comedia modesta pero contada con convicción: la pasión
que el tema despierta en sus autores se palpa en las imá-
genes. Pese a su limitación de medios (los mismos
coches en escenarios diferentes, por ejemplo), la recrea-
ción de la época (Terrassa, 1971-72) es notable. Y el tra-
bajo de los protagonistas –De Andrés López y Vilches–,
excelente. ■ J.B.C.

PLAY TIME
Specta, Francia, 1967, 145 min.

Productor: Rene Silvera. Director: Jacques Tati. Guión: Jacques Tati, Jac-
ques Lagrange. Fotografía: Jean Badal, Andreas Winding. Montaje:
Gerard Pollicand. Música: Francis Lemarque. Dirección Artística: Eugene
Roman. Intérpretes: Jacques Tati, Barbara Dennek, Georges Montant,
John Abbey, Reinhardt Kolldehoff, Yves Barsacq. *****

Tercera comparecencia –en su día presentada en cinera-

ma– del inolvidable Monsieur Hulot, el personaje creado
por el actor y director Tati y que sintetiza los rasgos esen-
ciales del francés corriente, moliente y afable. Play Time
es su obra magna, pues en ella se invirtió mucho dinero y
se construyeron costosos decorados que reproducen los
más característicos signos de la civilización moderna de
una gran ciudad, hiperautomatizada, supertecnificada.
Colores agresivos, puntual y minimalista crónica de una
comunidad atropellada en su estupidez y planos genera-
les casi únicos que, como lienzos de Brueghel, prestan
atención al más mínimo detalle, fundamentan esta obra
de una comicidad sutil por la que desfilan los más brillan-
tes gags, propios de un cineasta de genio y un atento
observador de la vida cotidiana.
PLUMAS DE CABALLO
(Horse Feathers), Paramount, EE.UU., 1932, 70 min.
Productor: B.P. Schulberg. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Bert
Kalmar, Harry Ruby, S.J. Perelman. Fotografía: Ray June. Intérpretes:
Groucho Marx, Harpo Marx, Chico Marx, Zeppo Marx, Thelma Todd,
David Landau, Florine McKinney, Jim Pierce, Nat Pendleton, Reginald
Barlow. ****
El título significa bobada o tontería, un epíteto apropiado
para la penúltima película de los hermanos Marx en la
Paramount. Con un equipo formado por el productor B. P.
Schulberg, el director Norman McLeod y los mismos
guionistas de su anterior filme (Monkey Business), Grou-
cho, Chico, Harpo y, esta vez, Zeppo lanzan la cordura por
la borda con una enloquecidamente desorganizada paro-
dia de la vida académica. La acción se desarrolla en el
campus del Huxley College, una universidad donde nin-
gún estudiante aparenta tener menos de treinta y cinco
años, y cuyos principales temas en el plan de estudios
parecen ser el rugby, el sexo, los horrendos juegos de
palabras y la restauración de viejos números de vodevil
(la conferencia de biología). Quincy Adams Wagstaff
(Groucho) es nombrado director, y a partir de ahí se pue-
den imaginar –o mejor dicho, no se pueden imaginar– el
maravilloso caos de retruécanos, slapstick y malentendi-
dos que despliega este festival de risas a ritmo de vérti-
go. Siguiendo el consejo de su hijo (Zeppo), Wagstaff
intenta reclutar a un par de jugadores profesionales que
enderezen el rumbo del equipo de rugby –que no ha
ganado un partido desde su fundación en 1888–, pero una
confusión en una taberna clandestina le lleva a confundir
a un cazador de perros (Harpo) y a un contrabandista de
hielo (Chico) con los jugadores. Mientras tanto, la viuda
Connie Bailey (Todd), que está compinchada con sus
archirrivales del Darwin College, trata de sonsacar las
“señales” del equipo a Wagstaff. El momento culminante
de la película llega con el partido Huxley-Darwin, en el
cual Harpo, Chico y Groucho contribuyen a una surrealis-
ta victoria obtenida gracias al uso de pieles de plátano,
una goma elástica, un carro y un exceso de balones.
Atención a la deliciosa y poco apreciada Thelma Todd, un
bombón de la escuela de Lombard, y una maravillosa
oponente para Groucho. Destructiva, enloquecida y dis-
paratada, Plumas de caballo no es una obra maestra, pero
es igualmente divina. ■ J.T.

● ● ●
382| Pluto Nash
● ●
PLUTO NASH
(The Adventures of Pluto Nash), EE.UU., 2002, 95 min.
Productor: Martin Bregman, Michael Scott Bregman, Louis A. Stroller.
Director: Ron Underwood. Guión: Neil Cuthbert. Fotografía: Oliver
Wood. Montaje: Alan Heim. Diseño de producción: Bill Brzeski. Música:
John Powell. Intérpretess: Eddie Murphy, Randy Quaid, Rosario Dawson,
Joe Pantoliano, Jay Mohr, Luis Guzmán, James Rebhom, Peter Boyle, Burt
Young. *
Rarito que es el cine, ese reptil perforado, en memorable
definición de Jardiel Poncela: a veces es capaz de conse-
guir que un plato con ingredientes de primera sea nulo de
sabor. Pluto Nash da fe de el aserto. La película de Ron
Underwood, un compuesto de thriller de acción, comedia
y epopeya de ciencia-ficción, tiene un look y una foto-
grafía espléndidos, un diseño de producción –para una
Luna del futuro, colonizada, multicolor y festiva– digno
de Blade Runner y Desafío total, algunas imágenes de un
virtuosismo deslumbrante, y no se puede decir que esté
mal rodada. Y tiene un reparto, presidido por un nueva-
mente espídico Eddie Murphy (¿uno?: pasen y vean, y re-
cuerden que le gusta tanto multiplicarse como a Richard
Lester los percebes), de campanillas: Rosario Dawson,
Randy Quaid, Joe Pantoliano, Jay Mohr, James Rebhorn,
Luis Guzmán, Peter Boyle, Burt Young, Ileana Douglas,
Pam Grier, John Cleese, Alec Baldwin... Sin embargo, todo
gira alrededor de una trama tan liliputiense, por no decir
inexistente, que uno acaba aburriéndose de lo lindo ante
tanto talento desperdiciado y saliendo del cine gritando,
con muchas exclamaciones, su título sin la ele. De la
quema apenas se salvan un par de gags y el pintoresco
robot que interpreta Randy Quaid, el hermano listo de
Dennis, un tipo fenomenal que merecería mejores pape-
les y que aquí logra, algo es algo, que nuestros párpados
no claudiquen. ■ J.B.C.
POBRE TENORIO
(Parlor, Bedroom and Bath), M-G-M, EE.UU., 1931, 73 min.
Productor: Buster Keaton. Director: Edward Sedgwick. Guión: Richard
Schayer, Robert E. Hopkins (basado en la obra de C.W. Bell y Mark
Swan). Fotografía: Leonard Smith. Montaje: William LeVanway. Direc-
ción Artística: Cedric Gibbons. Intérpretes: Buster Keaton, Charlotte
Greenwood, Reginald Denny, Cliff Edwards, Dorothy Christy, Joan
Peers, Sally Eilers. **
● ●
●
Sofocado por el sistema de estudios e incómodo con el
sonido, la etapa de Buster Keaton en MGM fue una de las
menos felices y menos inspiradas de su carrera. Conven-
cido de que el slapstick no sólo estaba muerto sino que
era indigno de una gran estrella, el productor Irving G.
Thalberg le cargó aquí con una farsa de Broadway de
1917, lenta y pesadamente realizada al modo de “obra tea-
tral fotografiada”. Buster interpreta a un pegacarteles
corto de luces que es convencido para hacerse pasar por
un misterioso conquistador. Irremediablemente torpe con
las chicas, es enviado a una experimentada tutora (Gre-
enwood), pero una confusión le lleva a quedar encerrado
con la joven esposa (Peers) de un hombre violentamente
celoso. Se reunió un elenco secundario de campanillas y
Keaton tuvo cierto grado de libertad creativa, pero la
farsa no era su fuerte y la tensión se nota. Empantanado
con una trama y unos diálogos sin ingenio que le impiden
desarrollar un solo gag, Buster simplemente se deja lle-
var. ■ J.D.D.
POBRE Y MILLONARIO
(Poveri milionari), Titanus, Italia, 1958, 95 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Dino Risi. Guión: Pasquale Festa
Campanile, Massimo Franciosa, Dino Risi. Fotografía: Tono Delli Colli.
Montaje: Mario Serandrei. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artísti-
ca: Piero Filippone. Intérpretes:: Maurizio Arena, Renato Salvatori, Lore-
lla de Luca, Alessandra Panaro. **
Inocuo divertimento de confusiones y arreglos, algo ale-
jada de las comedias de la época, quizá tullida por un
reparto no muy dado al elogio, a pesar de contar con tres
guionistas en el desarrollo de su historia. Con un tono
algo moralizante acerca de la unidad familiar, el enredo se
produce cuando Salvatore (Renato Salvatori), feliz con su
nueva esposa, sufre un golpe en la cabeza que le hace
perder la memoria y vivir una nueva vida en la que se
enamora de otra chica y hace una gran fortuna dirigien-
do una revista. Pero esta vida de millonario no durará
mucho tiempo, el justo en que recupera la memoria y
vuelve a su vida anterior. Lo mejor es la animosa banda
sonora de Armando Trovaioli, el compositor más longevo
que se recuerda, ya que a sus 87 años continúa en la
música de cine, donde comenzó nada menos que en 1951.
■ L.M.C.
PODEROSA AFRODITA
(Mighty Afrodite), EE.UU., 1995, 95 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Diseño de
producción: Santo Loquasto. Música: Dick Hyman (sin acreditar). Direc-
ción Artística: Tom Warren. Intérpretes: Woody Allen, F. Murray Abra-
ham, Helena Bonham Carter, Donald Symington, Claire Bloom, Olympia
Dukakis, Michael Rapaport, Mira Sorvino. ***
Con un punto de partida argumental concreto (el prota-
gonista –el propio Allen– quiere conocer a la madre del
hijo que ha adoptado) y un insólito coro griego como iró-
●

● ●
nico contrapunto, el autor de Annie Hall edifica otra de
sus comedias poliédricas y asombrosamente ligeras y
aéreas pese a transitar muchos temas (el amor y la fideli-
dad, el azar y el destino, etcétera). Quizás menos redon-
da que los títulos que la preceden (Maridos y mujeres,
Misterioso asesinato en Manhattan y Balas sobre Broad-
way) y que los que la suceden (Todos dicen I love you y
Desmontando a Harry), no deja de ser una comedia per-
suasiva en todos sus apartados, ejecutada con mano
maestra. Sorvino, por su soberbio papel de prostituta,
ganó el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria. ■ J.B.C.
PODEROSO INFLUJO DE LA LUNA, EL
Manuel F. Manchón P.C., España, 1980, 104 min.
Productor: Manuel F. Manchón. Director: Antonio del Real. Guión: Fer-
mín Cabal, Antonio del Real. Fotografía: Hans Burmann. Montaje: Gloria
Carrión, Guillermo Maldonado. Música: Stelvio Cipriani. Dirección
Artística: Wolfgang Burmann. Intérpretes: Alfredo, Landa, Adolfo Marsi-
llach, Agustín González, Antonio Gamero. *
Debut en la dirección de Antonio del Real, y también la
primera vez que Cristina Marsillach aparecía en una pan-
talla. La carrera de ambos ha ido destinada al desastre
creativo, aunque el director ha obtenido algunos éxitos
de taquilla con películas infames destinadas al público
adolescente (Los hombres siempre mienten, Cha-Cha).
Su primera película es una clara demostración de cómo
machacar un planteamiento interesante, cómo destrozar
un buen reparto (incluyendo los hermanos Emilio e Irene
Gutiérrez Caba, Virginia Mataix, Concha Cuetos...), y
echar por tierra un competente equipo técnico entre los
que habría que destacar unos excelentes decorados del
vecindario y una acertada partitura musical de Stelvio Ci-
priani. Rodada en forma de comedia coral, su ritmo es
mortalmente premioso, sus enredos nunca acaban de
cuajar y tiene ese molesto tono de “comedia de situación
televisiva” que hoy en día seguro tendría el favor del
público. En la casa protagonista, Adolfo Marsillach se
vuelve hombre lobo psiquiatra, Alfredo Landa es el pro-
pietario de un bar que al ir a arreglar la antena incita a
pensar que va a suicidarse, y a Emilio Gutiérrez Caba le
engaña su novia con su mejor amigo. No provoca ningún
influjo. ■ L.M.C.
POLI CON SUERTE
(Pure Luck), EE.UU., 1991, 96 min.
Productor: Sean Daniel, Lance Hool. Director: Nadia Tass. Guión: Hers-
chel Weingrod, Timothy Harris (basado en el film La Chevre, de Francis
Veber). Fotografía: David Parker. Montaje: Billy Weber. Música: Danny
Elfman, Jonathan Sheffer. Intérpretes: Martin Short, Danny Glover, Shei-
la Kelley, Sam Wanamaker, Scott Wilson, Harry Shearer, Jorge Russek,
Rodrigo Puebla, John H. Brennan. **
Una insistencia en el tema de las parejas de colegas al
servicio de la ley y el orden, formada de nuevo por negro
y blanco, el primero de ellos (Glover) con la experiencia
adquirida en las dos primeras Arma letal. El tono de co-
● ●
Polvo eres... | 383
●
media viene dado por la idea de poner en escena a un
policía realmente gafe para encargarse de la búsqueda
de la hija de un millonario, una chica que también sufre
los embates de la mala fortuna. ■ M.Q.
POLI DE GUARDERÍA
(Kindergarten Cop), EE.UU., 1990, 111 min.
Productor: Brian Grazer, Ivan Reitman. Director: Ivan Reitman. Guión:
Murray Salem, Herschel Weingrod, Timothy Harris (basado en una his-
toria de Murray Salem). Fotografía: Michael Chapman. Montaje: Wendy
Greene Bricmont. Diseño de producción: Bruno Rubeo. Música: Randy
Edelman. Dirección Artística: Richard F. Mays. Intérpretes: Arnold Sch-
warzenegger, Penelope Ann Miller, Pamela Reed, Linda Hunt, Richard
Tyson, Carroll Baker, Cathy Moriarty, Joseph Cousins. **
En memorables comedias de Howard Hawks como La
fiera de mi niña, La novia era él, Me siento rejuvenecer o
Su juego favorito, se jugaba sistemáticamente con la idea
de ridiculizar al varón, desvirilizarlo frente al contunden-
te carácter de la hembra. Si rastreáramos la historia de la
comedia hallaríamos como fuentes recurrentes de humor
miles de casos en que el macho queda retratado en su
hombría, cuando no directamente en su sexualidad.
Lógicamente, cuanto más hombrón sea el protagonis-
ta, cuanto más famoso sea el actor que lo encarna, mayor
habrá de ser, sobre el papel al menos, el alcance de la
comicidad al cuestionar sus atributos. Arnold Schwarze-
negger, qué duda cabe, es el actor con más cuerpo de la
viña hollywoodiense. Y es, si no un gran actor, sí un actor
con grandes dotes para la ironía o autoironía, hábil mar-
cando la distancia entre él y el personaje, astuto guiñan-
do el ojo a su cómplice primordial: el espectador.
En Poli de guardería es un policía convenientemente
duro e invencible, un primo hermano de Harry Callahan a
quien vemos actuar con toda su fiereza al principio de la
película. Pero por exigencias del guión tendrá que hacer-
se pasar por maestro en una guardería. Y, decididamente,
con esos enemigos mocosos más pequeños aún que
DeVito, nuestro helénico superhombre no podrá. Ni que
decir tiene que la película de Reitman explota hasta casi
la extenuación esta relación contranatura entre Arnie y la
incontrolable fauna del zoo infantil. Hay algunas escenas
graciosas de puro disparatadas, un par de gags ingenio-
sos y poca cosa más. Lo que sí hay, en franca contradic-
ción con el chupete, es mucha violencia, propia de otros
productos adultos del actor, quien con su presencia y su
sorna salva por los pelos la función. En cualquier caso, el
filme fue un éxito estruendoso y una vez más la confir-
mación que las machines más ruidosas del cine america-
no están en pañales. ■ J.B.C.
POLVO ERES...
España, 1974, 96 min.
Director: Vicente Escrivá. Guión: Vicente Escrivá, Antonio Fos, Manuel
Summers. Fotografía: Raúl Pérez Cubero. Música: Antón García Abril.
Intérpretes: Isabel Garcés, Nene Morales, Guadalupe Muñoz-Sampedro,
Nadiuska. ●
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384| Polvos mágicos
● ●
Impresentable producto coyuntural fabricado por el astu-
to Vicente Escrivá, quien una vez curado de sus arrebatos
nacional-religiosos (fue el guionista de La mies es mucha,
Balarrasa y un largo etcétera) y de sus devaneos –ya co-
mo director– con el cine de qualité (Dulcinea), se dispuso
a sacar tajada de la ola de erotismo que empezó a inva-
dirnos hacia la mitad de los años setenta. Historia de un
traumatizado e inexperto joven al que sus tías quieren
convertir en seminarista, pero que en realidad bebe los
vientos por una monumental mujer apodada “La Nodo”
(por aquello de que está al alcance de todos los españo-
les), Polvo eres... sucedía a títulos como Lo verde empieza
en los Pirineos y Aunque la hormona se vista de seda en
la filomografía del avispado Escrivá, que volvía a utilizar
como actor a su colega Summers. Absténgase. ■ LL.B.M.
POLVOS MÁGICOS
José Frade P.C./New Movie Production, España-Italia, 1979, 90 min.
Productor: José Frade. Director: José Ramón Larraz. Guión: Mauro Orec-
chia, José Ramón Larraz. Fotografía: Gabor Pogany. Montaje: José Luis
Matesanz. Música: Stelvio Cipriani. Dirección de arte: Antonio de
Miguel, Carla Cocca. Intérpretes: Alfredo Landa, Carmen Villani, Elisa
Montes, Carmen de Lirio. *
Sí, de acuerdo, es una mala película, cercana a la infamia
si se quiere... ¡pero qué escenas de sexo tiene! Sorpren-
dentemente, y sin venir mucho a cuento, la torpe historia
de dos amigos que llegan a una mansión donde todos sus
habitantes son brujos va tomando un cariz erótico, raya-
no en la calificación “S”, y asistimos a estupendas esce-
nas de lesbianismo (la dueña de la casa con el ama de lla-
ves) y otros nobles artes por el estilo, sin que Alfredo
Landa tenga muy claro qué demonios hace por allí. Inde-
fendible, con trillados y oportunistas chistes políticos y
absolutamente falta de cualquier tipo de rigor fílmico, la
película inició un nuevo subgénero que podríamos deno-
minar “astracanada erótica-política-de miedo”, y cuyos
mayores exponentes serían El liguero mágico (1980) y
Brujas mágicas (1981), ambas dirigidas por Mariano Ozo-
res con Andrés Pajares de protagonista, y La momia
nacional (1980), del propio Larraz. ■ L.M.C.
POLYESTER
New Line, EE.UU., 1982, 114 min.
Productor: John Waters. Director: John Waters. Guión: John Waters.
Fotografía: David Insley. Montaje: Charles Roggero. Música: Chris Stein.
Dirección Artística: Vincent Peranio. Intérpretes: Divine, Tab Hunter,
Edith Massey, Mary Carlington, David Samson, Stiv Bators. ***
El binomio John Waters-Divine sigue “deleitando” a su
público incondicional con una película bastante menos
desmadrada que muchas de sus obras más denostadas,
pero que herirá a buen seguro la sensibilidad de un gran
número de personas. Hecha esta advertencia tan necesa-
ria como imprescindible, hay que decir que la historia del
filme incide en esta crítica constante a las costumbres de
la clase media estadounidense que está presente en casi
● ●
●
toda la obra de Waters. Para hacerla más demoledora, el
realizador utiliza su galería acostumbrada de personajes,
en este caso una protagonista abandonada por su mari-
do, su madre y sus degenerados hijos, capaces de cual-
quier cosa; un exhibidor cinematográfico especializado
en filmes pornográficos que, de paso, tiene un asuntillo
con su secretaria; un camionero (Tab Hunter) que se ena-
mora perdidamente de la vilipendiada protagonista...
Con todo este material, Waters hace una película que
conserva su sello personal. Saca a la superficie la parte
grotesca de los personajes y de las situaciones en que les
mete; mezcla lo sucio con lo brillante y si uno es capaz de
pasar de todas las inmundicias que el director les va colo-
cando en el camino hasta puede saborear algunos diver-
tidos momentos de su feroz sátira.
Para su exhibición en los cines, la película se lanzó en
el sistema denominado “Odoroma”. Se entregaba a los
espectadores un cartoncillo y, cuando en la pantalla apa-
recía un determinado número se frotaba una determina-
da parte del cartoncillo. Olores de todas clases se exten-
dían por toda la sala. Desde los de una rosa hasta los que
cualquiera puede imaginarse conociendo la personalidad
de Waters-Divine. ■ A.C.
PON UN HOMBRE EN TU VIDA
Aurum Producciones/Cristal/Desafío Prod., España, 1996, 87 min.
Director: Eva Lesmes. Guión: Eva Lesmes, Joaquín Oristrell. Fotografía:
Juan Amorós. Música: Manuel Villalta. Intérpretes: Cristina Marcos, Toni
Cantó, Pere Ponce, Anabel Alonso, Javier Cámara, Mercedes Resino,
Liberto Rabal, Pilar Velázquez, Beatriz Santiago, Raúl Sender. ***
Ésta es una comedia fantástica a lo Dos veces yo o Una
rubia muy dudosa: un entrenador de fútbol y una cantan-
te coinciden en el mismo hotel, tienen un accidente y
mueren. O no: por una de esas licencias que a la vida nun-
ca le están permitidas, pero que a los guionistas se les pa-
ga, nuestros protagonistas resucitan, si bien con un pe-
queño desajuste: él pasa a ocupar el cuerpo de ella, y ella
el de él. Aunque es una ópera prima, Pon un hombre en
tu vida no lo parece: el trabajo de Lesmes es de una efica-
cia en cuanto a puesta en escena y ritmo verdaderamen-
te profesional. Una película elegante y fresca por la que
se mueven como peces en el agua Cantó (magnífico en
su papel), Marcos (en un registro de comedianta de ley),
Ponce (demostrando su dominio de la interpretación) y
Alonso (una abracadabrante brujota visionaria). ■ J.B.C.
POPEYE
EE.UU., 1980, 114 min.
Productor: Robert Evans. Director: Robert Altman. Guión: Jules Feiffer
(basado en el cómic “Popeye el Marino”, de E. C. Segar). Fotografía: Giu-
seppe Rotunno. Montaje: John W. Holmes, David A. Simmons. Música:
Harry Nilsson. Intérpretes: Robin Williams, Shelley Duvall, Ray Walston,
Paul Dooley, Paul L. Smith, Richard Libertini. **
La transformación del famoso marinero en un personaje
de carne y hueso para el cine fue uno de los batacazos
●

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comerciales más sonados de la época. Altman entraba
con él en una de sus épocas más confusas, de la que no
saldría hasta El juego de Hollywood y, aunque contó con
un buen equipo (el director de fotografía fue el gran Giu-
seppe Rotunno), no pudo hacer nada contra el soso
guión de Jules Feiffer. ■ G.Q.
POR FAVOR, MATEN A MI MUJER
(Ruthless People), Touchstone, EE.UU., 1986, 93 min.
Productor: Michael Peyser. Director: Jim Abrahams, David Zucker, Jerry
Zucker. Guión: Dale Launer. Fotografía: Jan DeBont. Montaje: Arthur
Schmidt. Música: Michel Colombier. Dirección Artística: Donald Woo-
druff. Intérpretes: Danny DeVito, Bette Midler, Judge Reinhold, Helen
Slater, Anita Morris, Bill Pullman. ****
Una de las más divertidas comedias del temible triunvira-
to conocido por las siglas ZAZ (Zucker & Abrahams &
Zucker), creadores de la saga Aterriza como puedas y
desmadres similares. Menos dados aquí al gag absurdo y
más atentos al humor negro, a la mala uva y al apunte
sombrío (en un registro similar al de algunas películas di-
rigidas por Danny DeVito), nos proponen una farsa grue-
sa en la que un millonario que quiere deshacerse de su
mujer ve cómo a su vez la secuestra una pareja inepta
que no acaba de entender su negativa a pagar el rescate.
Dotada de un guión ingenioso, de los que avanzan sin de-
tenerse y sorprenden a cada cinco minutos, y de un ritmo
en la dirección no menos imparable, Por favor, maten a mi
mujer derrocha brillantes gags con generosa frecuencia y
se nos ofrece como un saludable divertimento cargado
de veneno. ■ J.B.C.
PORKY’S
Simon/Astral Bellevue Pathe, Canadá, 1981, 94 min.
Productor: Don Carmody, Bob Clark. Director: Bob Clark. Guión: Bob
Clark. Fotografía: Reginald H. Morris. Montaje: Stan Cole. Música: Carl
Zittrer, Paul Zaza. Dirección Artística: Reuben Freed. Intérpretes: Dan
Monahan, Mark Herrier, Wyatt Knight, Kim Cattrall, Alex Karras, Susan
Clark. **
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Porqué de las cosas, El | 385
●
El director Bob Clark lleva la fórmula de American Graffi-
ti a un instituto de Florida en los años cincuenta para
montar una desbocada farsa alimentada por las urgen-
cias de la frustración sexual adolescente. El título hace
referencia al burdel local, regentado por un paleto nada
amable. Tras ser vergonzosamente rechazados en su pri-
mera visita, los chicos regresan para provocar el caos en
el local, demostrando de una vez por todas que la violen-
cia se desencadena cuando el deseo sexual es reprimido.
En sentido literal, cada escena y diálogo constituye una
nueva definición de lascivia. El humor de vestuario alcan-
za nuevas alturas (o profundidades, según se mire), y el
guión suena como si el autor hubiese llevado un diario de
chistes obscenos desde el instituto y los hubiese reunido
todos aquí para la posteridad. Hay algunos guiños a
temas serios como el antisemitismo, pero la trama básica
se adhiere a una mezcla sin costuras de vulgares gags
sexuales y espectacular slapstick, y Clark se complace en
emplear un tono de masoquista agonía mientras sus chi-
cos cachondos son ridiculizados, explotados y en general
humillados por los adultos que les rodean. La película, sin
embargo, no puede ser acusada de carecer de una fuer-
za motora: simplemente, todos estos jóvenes de Florida
tienen un picor en la entrepierna y la mayor parte de su
tiempo está dedicada a perseguir chicas. En definitiva, o
uno se rinde totalmente al pasmoso amateurismo de la
cinta –en cuyo caso puede ser disfrutada sin sentimiento
de culpa– o se sentirá repelido desde la primera escena.
El reparto es mayoritariamente olvidable, y sólo Kim Cat-
trall logró hacerse una carrera en Hollywood. El éxito en
taquilla convirtió a Porky’s en el Desmadre a la america-
na de los ochenta. ■ J.T.
PORQUÉ DE LAS COSAS, EL
(El perquè de tot plegat), España, 1995, 92 min.
Director: Ventura Pons. Guión: Ventura Pons (basado en el libro de
Quim Monzó). Fotografía: Carles Gusi. Montaje: Pere Abadal. Música:
Carles Cases. Dirección Artística: Rosa Ros. Intérpretes: Lluís Homar,
Pepa López, Àlex Casanovas, Mercè Arànega, Paca Aranega, Joan Mel-
chor, Mercè Pons, Pere Ponce. ***
Ventura Pons hizo suya la colección de quince cuentos
cortos publicada por Quim Monzó sobre la incomunica-
ción humana (especialmente entre hombres y mujeres)
en una sociedad que, paradójicamente, ha erigido en au-
téntico culto a la comunicación y en la que los dos sexos
están aprendiendo a convivir casi en igualdad de condi-
ciones. En los momentos de la humanidad en que hom-
bres y mujeres pueden llegar a todas las partes del pla-
neta es cuando, según Monzó-Pons, están peor interco-
municados, cuando más encerrados están en sí mismos.
La película se estructura en torno a las quince narra-
ciones monotemáticas que plantean todo tipo de situa-
ciones: amor, pasión, sinceridad, confianza, honestidad,
sumisión, celos, dudas... El director catalán Ventura Pons
ha tenido el acierto de dar a cada historia un tratamiento
estético completamente diferenciado. Y es lógico porque
se alterna géneros diferentes: comedia, drama, melodra-
●
386| Por qué las mujeres siempre quieren más
● ●
ma o un simple apunte. El filme podría calificarse hasta
como una especie de lección práctica de quince diferen-
tes maneras de narrar historias en el cine.
Y, además, tiene el aliciente de que participan casi
todos los buenos actores del cine y teatro catalán del
momento. Podría ser también en este sentido una esplén-
dida tarjeta de visita de los actores de nuestro país.
Con estas virtudes, El porqué de las cosas se ha con-
vertido en la película catalana más taquillera de los últi-
mos tiempos y hasta hizo posible el milagro de exhibirse
en los cines de Madrid en versión original catalana con
subtítulos, amén de obtener premio en diversos festivales
internacionales. ■ A.C.
POR QUÉ LAS MUJERES SIEMPRE
QUIEREN MÁS
(Tout pour plaire), Francia-Bélgica, 2005, 105 min.
Productor: Yann Gilbert. Director: Cécile Telerman. Guión: Jérôme Sou-
beyrand, Cécile Telerman. Fotografía: Matthieu Poirot-Delpech. Monta-
je: Marie Castro-Vasquez. Música: Adrien Blaise. Diseño de producción:
André Fonsny. Intérpretees: Mathilde Seigner, Anne Parillaud, Judith
Godrèche, Mathias Mlekuz, Thierry Neuvic, Pascal Elbé. **
Con una uña en Sexo en Nueva York y un tacón en Muje-
res desesperadas –a la debutante directora le gustaría
parecerse a Jaoui & Bacri pero los Reyes Magos no vie-
nen todos los días–, he aquí otra crónica costumbrista
sobre un grupo de treintañeras que, ante la incapacidad
de tapar las grietas de su vida, se reúnen en terapias de
cafetería lanzando conclusiones de carpeta adolescente
como «Del hombre se aprovecha todo, como del cerdo»
o «El hombre es como las ostras: duro por fuera, blando
por dentro y sin perla». Telerman pretende quitar hierro
al menosprecio de ciertas mujeres hacia sí mismas con
una ágil comedia de guión espadachín apoyado en un
trío de actrices bien conectadas y una piara de tipejos
igual de disfuncionales pero más culpables, aunque sin
remordimientos. Moraleja: ellas también se deprimen
mientras las patas de gallo se les trasladan a la comisura
del labio superior de tanto palique farfullero. La psicolo-
gía femenina, esa entelequia. ■ J.C.
¿POR QUÉ LO LLAMAN AMOR
CUANDO QUIEREN DECIR SEXO?
Nebli/Cristal, España, 1993, 103 min.
Director: Manuel Gómez Pereira. Guión: Joaquín Oristrell, Yolanda Gar-
cía Serrano, Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira. Fotografía: Hans
Burmann. Intérpretes: Verónica Forqué, Jorge Sanz, Rosa María Sardá,
Fernando Guillén, Alejandra Grepi, Fernando Valverde. ***
Como la anterior Salsa Rosa y la posterior Todos los
hombres sois iguales, esta película certificó que Manuel
Gómez Pereira había hallado un hueco en el panorama
del cine español: el de las comedias ligeras y populares
pero no tontas, acaso algo desinfectadas aunque con su
necesario punto de mordacidad. Comedias cuya virtud
primordial es la de nunca aburrir. Así es ¿Por qué lo lla-
● ●
●
man amor cuando quieren decir sexo?, que toma como
núcleo los shows pornográficos en directo para levantar
a su alrededor una feliz comedieta de enredos en la que
abundan las escenas hilarantes y donde se lucen tanto los
actores principales, Forqué (extraordinaria) y Sanz, como
Guillén y Sardá en la gloriosa tradición de los secundarios
americanos: los cuatro juntos, en la escena de la transmi-
sión televisiva, protagonizan el momento más jocoso de
la película, resuelto con la dinámica peripecia de Blake
Edwards. ■ J.B.C.
¿POR QUÉ PECAMOS A LOS 40?
Pedro Masó/CB Films, España, 1970, 107 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Antonio Vich. Fotografía: Juan Mariné.
Música: Antón García Abril. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez, José
Luis López Vázquez, Juanjo Menéndez, Esperanza Roy, Rosanna Yanni,
Elsa Baeza, Mabel Karr, Perla Cristal, María Luisa Ponte, José Sacristán,
Luis Sánchez Pollack “Tip”, Jesús Puente, Manolo Gómez Bur, José Luis
Coll. **
Prototipo de la comedia ibérica del tiempo, machista
hasta decir basta. Propone la necesidad del varón hispa-
no común y corriente, casado y con descendencia, de
ponerle los cuernos a su esposa cuando llega a los cua-
renta. Lazaga perpetró el guiso el mismo año de, entre
otras, Verano 70, cocinado con los mismos ingredientes.
Un conjunto de excelentes comediantes salva el honor de
la farsa. ■ J.B.C.
¿POR QUÉ TE ENGAÑA TU MARIDO?
España, 1969, 93 min.
Director: Manuel Summers. Guión: Francisco Summers, Manuel Sum-
mers (basado en la novela de Wenceslao Fernández Flórez). Fotografía:
Juan Gelpí. Montaje: Mercedes Alonso. Música: Alfonso G. Santisteban.
Intérpretes: Manuel Ayuso, José Luis Coll, Manuel de Agustina, Manuel
de Blas, Juan Elices, Ingrid Garbo, Pilar Gómez Ferrer. **
Una obra de Wenceslao Fernández Flórez, divertida e in-
geniosa, sobre las tentaciones de un hombre a punto de
casarse. Lamentablemente, un Summers en horas bajas y
con tendencia a la chabacanería y a la peor comedia
populista no supo sacarle el jugo –ni el juego– necesario.
■ J.B.C.
●

● ●
PORRETAS, LOS
España, 1996, 88 min.
Productor: Sylvie Porchez, Manuel Salvador. Director: Carlos Suárez.
Guión: Carlos Suárez (basado en un serial radiofónico). Fotografía: Fran-
cesc Brualla. Montaje: Guillermo S. Maldonado. Música: Emilio Alquézar.
Intérpretes: Alfredo Landa, Miriam Díaz Aroca, Antonio Fuentes,
Manuel Alexandre, Emilio Alquézar, Valeriano Andrés, Simón Andreu,
Lucas Martín. *
Segismundo Porretas, con sus setenta y muchos años a
cuestas, se instala en el piso de su hijo y su nuera, que
pasan por malos momentos económicos e intentan,
infructuosamente, que el abuelo ponga algo de su pen-
sión para los gastos de la casa. Comedia muy floja, basa-
da en un famoso serial radiofónico. ■ G.Q.
PORTERO, EL
México, 1950.
Director: Miguel M. Delgado. Guión: Carlos León, Jaime Salvador. Foto-
grafía: Raúl Martínez Solares. Montaje: Jorge Bustos. Música: Gonzalo
Curiel. Intérpretes: Cantinflas, Silvia Pinal, Carlos Martínez Baena, Óscar
Pulido, Josefina del Mar, Fernando Casanova. **
El portero de un popular inmueble, un hombre siempre
dispuesto a ayudar a quien sea, está enamorado de María
Rosa, una joven inválida que consigue que sea operada y
recupere la movilidad, pero no que se enamore de él. Se
trata de una comedia protagonizada por el conocido
mexicano Cantinflas, con ligeros apuntes dramáticos y la
actriz Silvia Pinal, la Viridiana de Buñuel. ■ G.Q.
PORTERO, EL
Lolafilms, España, 2000, 100 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Gonzalo Suárez. Guión:
Manuel Hidalgo, Gonzalo Suárez (basado en un cuento de Manuel Hidal-
go). Fotografía: Carlos Suárez. Montaje: Juan Carlos Arroyo. Música: Car-
les Cases. Vestuario: Lola Huete. Intérpretes: Carmelo Gómez, Maribel
Verdú, Roberto Álvarez, Eduard Fernández, Elvira Mínguez, Abel Vitón,
Andoni Gracia. ****
Un cuento de fútbol (escrito por Manuel Hidalgo, a su vez
coguionista), ambientado en un rincón de la costa astu-
riana en los días más duros del franquismo, convertido
por los Suárez (Gonzalo y Carlos, autor de la espléndida
fotografía) en una fiesta similar a la guerra civil de La
vaquilla.
El cineasta confesó haber querido hacer un western
con forastero, chicas enamoradizas, sheriff con tricornio,
bandoleros pululando por los montes (rostros hirsutos
de ecos peckinpahnianos y música inequivocamente
morriconeana), cantina y duelo final a golpe de esférico.
Un western con aromas de sidra, sí, pero también, sor-
presa, una comedia Ealing con todo su pintoresquismo,
su fina ironía, sus afables personajes (arrolladores Álva-
rez, el cura, y Elvira Mínguez, la fogosa mujer del sar-
gento) y su obstinación inquebrantable. Muy divertida.
■ J.B.C.
● ●
Poveri, ma belli | 387
●
POR UN VIAJE A PARÍS
(Good Girls Go to Paris), Columbia, EE.UU., 1939, 75 min.
Productor: William Perlberg. Director: Alexander Hall. Guión: Gladys
Lehman, Ken Englund (basado en la historia de Leonore Coffee y Joyce
Cowan). Fotografía: Henry Freulich. Intérpretes: Carole Lombard, Fred
MacMurray, John Barrymore, Una Merkel, Porter Hall, Edgar Kennedy,
Lynne Overman. ***
La camarera del restaurante de una universidad, buscan-
do una vida mejor, fija su vista en un profesor británico
que da clases en el campus. Los planes de la camarera
acaban llevándola a la alta sociedad de Manhattan antes
de conseguir a su hombre. Alexander Hall, que pronto se
convertiría en el director de comedias más importante de
la Columbia tras la marcha de Frank Capra, fue el encar-
gado de guiar esta variación sobre la premisa del cruce
de clases. Melvyn Douglas, ya todo un veterano del ciclo,
ofreció otra divertida interpretación como el académico,
y Joan Blondell, después de sus comedias de chicas tra-
bajadoras en la Warner, realizó su debut en la screwball
como la camarera con aspiraciones. Manteniendo los
standards instaurados en el estudio por Capra, Hall logró
que los actores disparasen los diálogos de Gladys Leh-
man y Ken Englund a toda velocidad, y Columbia consi-
guió otro éxito en el género al cual contribuyó con más
títulos que ningún otro estudio. ■ J.T.
POSTALES DESDE EL FILO
(Postcards from the Edge), Columbia, EE.UU., 1990, 101 min.
Productor: Mike Nichols, John Calley. Director: Mike Nichols. Guión:
Carrie Fisher (basado en su novela). Fotografía: Michael Ballhaus. Mon-
taje: Sam O’Steen. Música: Carly Simon. Dirección Artística: Kandy
Stern. Vestuario: Ann Roth. Intérpretes: Meryl Streep, Shirley MacLaine,
Dennis Quaid, Gene Hackman, Richard Dreyfuss, Rob Reiner, Mary
Wickes, Anette Bening. ***
Carrie Fisher, la princesa Leia de La guerra de las galaxias,
adapta aquí su propia novela, de tintes autobiográficos:
las relaciones de una actriz que ha pasado un infierno de
alcohol y pastillas, con su madre, una veterana estrella del
musical (MacLaine, obvia contrafigura de Debbie Rey-
nolds). El gran reparto merece nuestra entrega. ■ J.B.C.
POVERI, MA BELLI
Titanus, Italia, 1956, 102 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Dino Risi. Guión: Dino Risi, Pas-
quale Festa Campanile, Massimo Franciosa. Fotografía: Tonino delli
Colli. Música: Piero Morgan (Piero Piccioni), Giorgio Fabor. Montaje:
Mario Serandrei. Dirección Artística: Piero Filippone. Vestuario: Beni
Montresor. Intérpretes: Marisa Allasio, Maurizio Arena, Renato Salvato-
ri, Memmo Carotenuto, Alessandra Panaro, Lina Ferri. ***
Rodada por Dino Risi al año siguiente de Pan, amor y..., y
escrita en colaboración con Pasquale Festa Campanile y
Massimo Franciosa, la película narra las peripecias de dos
jóvenes romanos sin oficio ni beneficio, Romolo (Arena) y
Salvatore (Salvatori), ambos intentando seducir a la bella
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388| Prácticamente magia
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ragazza de turno (Allasio), peripecias contempladas por
Risi en tono ligero, costumbrista. Poveri, ma belli es el
prototipo de cine popular, o populista, italiano, que sin
apenas pretensiones consigue retratar un entorno social
auténtico y testimoniar una realidad. Las aventuras del
trío protagonista tuvieron una continuación al año
siguiente en Belle, ma povere, dirigida de nuevo por Risi
con el mismo reparto. ■ J.B.C.
PRÁCTICAMENTE MAGIA
(Practical Magic), EE.UU., 1998, 103 min.
Productor: Denise Di Novi. Director: Griffin Dunne. Guión: Robin Swi-
cord, Akiva Goldsman, Adam Brooks (basado en la novela de Alice Hoff-
man). Fotografía: Andrew Dunn. Montaje: Elizabeth Kling. Música: Alan
Silvestri. Intérpretes: Sandra Bullock, Nicole Kidman, Stockard Chan-
ning, Dianne Wiest, Goran Visnjic, Aidan Quinn. **
Dos huérfanas han sido criadas por sus tías entre hechi-
zos y brujería. Una maldición familiar hace que los hom-
bres que se enamoran de ellas mueran prematuramente.
El actor Griffin Dunne nos presenta su segundo largome-
traje, después de Adictos al amor. ■ G.Q.
PREMIO, EL
(The Prize), EE.UU., 1963, 129 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Mark Robson. Guión: Ernest
Lehman (basado en la novela de Irving Wallace). Fotografía: William H.
Daniels. Montaje: Adrienne Fazan. Música: Jerry Goldsmith. Dirección
Artística: George W. Davis, Urie McCleary. Intérpretes:: Paul Newman,
Elke Sommer, Edward G. Robinson, Diane Baker, Micheline Presle,
Gérard Oury, Sergio Fantoni, Kevin McCarthy. ***
«¿Newman Premio Nobel? Si ni siquiera es capaz de
ganar un Oscar...». Comentarios envenenados como éste
corrían como culebrillas en Hollywood nada más conocer
la noticia de que “el más salvaje entre mil” iba a reencar-
narse nada menos que en un escritor treintañero galar-
● ●
●
donado con tal insuperable laurel. Las risas jocosas reso-
naron por todos los mentideros de la región, máxime
cuando la inmediatamente anterior experiencia de New-
man delante de las cámaras (Samantha) tampoco había
despertado muchos entusiasmos. Lo cierto es que New-
man aún tenía una china en el zapato: la comedia. Por
eso, recurrió a una historia en la que el divertimento estu-
viese escoltado con acolchadas dosis de melodrama,
thriller de espionaje (muy en boga por aquellos años en
los que la crisis de los misiles aún bufaba), y, por supues-
to, un buen chorreón de romance poliédrico. Mézclense
todos los ingredientes y el resultado que más se aproxi-
maba a la premisa requerida era “El premio”, novela de
tapa dura pero encuadernación justita escrita como man-
dan los cánones del best seller por Irving Wallace. El
resultado no pretende ser más que un entretenimiento
sin gola, ideal para pasar la sobremesa del sábado caren-
te de sobresaltos. «Lo suficiente para mantener al públi-
co interesado y divertido a base de payasadas y episo-
dios insustanciales», como escribió “Variety” sin marear
más perdices ni chamuscarse las cejas. Tenemos a New-
man autoparodiándose, luciendo palmito musculado para
sus fans, y, según las crónicas, disfrutando como un
enano degustando las delicatessen suecas entre toma y
toma junto a Kevin McCarthy; tenemos un buen puñado
de bellezas de la región para alegrarnos la vista (aunque
la pop Elke Sommer sea teutona, la gélida Diane Baker
del mismo Hollywood, y la elegante Micheline Presle pari-
sina hasta la médula); tenemos al gran Edward G. Robin-
son haciendo de E.G.R. al cuadrado; y, sobre todo, tene-
mos dos horas y cuarto que pasan como una burbujean-
te partida de pinball. ■ J.C.
PRESIDENTE Y MISS WADE, EL
(The American President), Wildwood/Castle Rock/Universal,
EE.UU., 1995, 113 min.
Productor: Rob Reiner. Director: Rob Reiner. Guión: Aaron Sorkin. Foto-
grafía: John Seale. Montaje: Robert Leighton. Música: Marc Shaiman.
Dirección Artística: Lilly Kilvert. Intérpretes: Michael Douglas, Annette
Bening, Martin Sheen, Michael J. Fox, David Paymer, Richard Dreyfuss.
***
Dos modas (la comedia romántica y el filme con presi-
dente estadounidense) se dan la mano en esta película,
poco menos que un cuento de hadas (una Cenicienta
enamoradiza halla su príncipe azul en el inquilino de la
Casa Blanca) con una pizca de fábula sobre la honestidad
a la manera de Capra; además de unas citas a Vive como
quieras y Caballero sin espada, la cinta, curiosamente,
tiene por ayudante de dirección a Frank Capra III, que ya
desempeñó la misma tarea en Su distinguida señoría.
Como todo cuento, rompe cualquier asomo de verosimi-
litud en beneficio de un entretenimiento ligero. Sus car-
tas a favor son una muy sólida factura, intermitentes
escenas de buena comedia y una estupenda, flexible,
Annette Bening, que tiene madera de comedianta, como
acredita su expresiva reacción al recibir como regalo un
jamón de Virginia. ■ J.B.C.
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 Pretty Woman | 389
● ● ●

PRÉSTAME TU MARIDO
(Good Neighbor Sam), EE.UU., 1964, 130 min.
Productor: David Swift. Director: David Swift. Guión: James Fritzell, Eve-
rett Greenbaum, David Swift (basado en la novela de Jack Finney). Foto-
grafía: Burnett Guffey. Montaje: Charles Nelson. Música: Frank De Vol.
Diseño de producción: Dale Hennesy. Intérpretess: Jack Lemmon, Romy
Schneider, Dorothy Provine, Mike Connors, Edward Andrews, Louis Nye,
Robert Q. Lewis. **
Largo aunque entretenido vodevil donde el casado Lem-
mon se hará pasar por el marido de su vecina (Schneider)
para que ésta pueda heredar quince millones de dólares,
pues debe estar casada según una cláusula. Se basa en
una novela de Jack Finney, adaptada por James Fritzell,
Everett Greenbaun y el propio director. ■ J.B.C.
Salta a la vista que, por muy heterodoxo que sea su
carácter, la ropa que pretende vestir Altman en esta pelí-
cula le viene ancha. Pero, ¿qué director daría la talla para
Prêt-Á-Porter? Al fin y al cabo, a quien estudia insectos
no hay que pedirle responsabilidad sobre la conducta de
sus bichos. Y la fauna aquí puesta en la picota es como
es: hueca, epidérmica y pasajera. Altman únicamente se
ha limitado a mostrarla y, en la medida de lo posible, a
desmitificarla. ■ J.B.C.

PRÊT-Á-PORTER
Miramax, EE.UU., 1994, 132 min.

Productor: Robert Altman. Director: Robert Altman. Guión: Robert Alt-

man, Barbara Shulgasser. Fotografía: Pierre Mignot, Jean Lepine. Monta-
je: Geraldine Peroni. Música: Michel Legrand. Dirección Artística: Ste-
phen Altman. Intérpretes:: Sophia Loren, Marcelo Mastroianni, Julia
Roberts, Kim Basinger, Stephen Rea. ***

Varios son los motivos que hacían intuir que Prêt-Á-Por-

ter sería una película difícil de digerir, esto es: que sería
vilipendiada, tildada de obra menor o juguete frívolo de
un cineasta mayor. Por un lado estaba el elevadísimo
techo en que había situado su obra Altman: tras pasar
varios años purgando (en telefilmes de todo pelaje, en
producciones de bajo presupuesto, en el exilio europeo)
sus osadías juveniles (ser el realizador más mordaz de
Hollywood después de Billy Wilder y, encima, desde una
posición independiente), Altman, frisando ya los setenta,
se ganó nuevamente el favor del público y el aplauso
poco menos que unánime de la crítica con dos impeca-
bles, modélicas sátiras de la sociedad estadounidense,
una ambientada en el seno de la propia fábrica de sueños
(El juego de Hollywood); la otra, una adaptación de rela-
tos de Raymond Carver (Short Cuts) particularmente PRETTY WOMAN
demoledora. Silver Screen Partners/Touchstone, EE.UU., 1990, 119 min.
Pero es que, además, Prêt-Á-Porter abordaba, vinien- Productor: Arnon Milchan, Steven Reuther. Director: Garry Marshall.
do de un director tan severo, tan comprometido como Guión: J. F. Lawton. Fotografía: Charles Minsky. Montaje: Priscilla Nedd.
Altman, un tema ligero: el mundo de la moda. Conscien- Música: James Newton Howard. Diseño de producción: Albert Brenner.
te de ello, el autor de Nashville afirmó que sólo había pre- Dirección Artísstica: David M. Haber. Vestuario: Marilyn Vance-Straker.
tendido hacer una «comedia ligera, un divertimento». Intérpretes: Richard Gere, Julia Roberts, Ralph Bellamy, Jason Alexan-
Experto en retratar microcosmos y observarlos con el der, Laura San Giacomo, Alex Hyde-White, Amy Yasbeck, Elinor
rigor de un entomólogo, Altman se aproxima a los fastos Donahue, Hector Elizondo, Judith Baldwin. **
de los desfiles parisienses con un argumento delgado
como el papel de fumar, mucho interés documental y, El dinero quizás no haga la felicidad, como quiere el tópi-
siguiendo su especialidad, un amplio coro de estrellas: co, pero acompañado del amor se le aproxima bastante.
Basinger (una reportera de televisión), Grant (diseñador Ésa es la moto que nos vende esta película de tanto éxito
puntero), Robbins (periodista), Roberts (una periodista en las taquillas, una comedia romántica teñida de cuento
novata), Mastroianni y Loren (rememorando antiguos de hadas. Gere encarna al dinero: un tiburón de las finan-
esplendores) y Aimée (una diseñadora venida a menos) zas rico y guapo que necesita compañía femenina para
destacan en un reparto que también incluye, entre otros, sus grandes ocasiones sociales. Como está más solo que
a Stephen Rea, Danny Aiello, Teri Garr, Lauren Bacall, la una, contrata a una prostituta, la Roberts, que encarna
Rupert Everett y Rossy de Palma, entre otros. al amor: ambos sentirán el flechazo y, pese al abismo de

● ● ●
390| Primary Colors
● ●
rango social que les separa, le harán caso. Cenicienta
caerá rendida ante su príncipe azul y viceversa. Es obvio
que la trama es bastante penosa, aunque está astuta-
mente lanzada con dos anzuelos eficaces: Gere, con el
porte idóneo para estos menesteres, y sobre todo Ro-
berts, que aquí se reveló como una estrella que imanta e
incluso logró una candidatura al Oscar. Su sonrisa franca
y su comportamiento en cierta cena de lujo proporcionan
las escenas más frescas de este sobrevalorado artefacto.
■ J.B.C.
PRIMARY COLORS
Universal, EE.UU., 1998, 135 min.
Productor: Mike Nichols. Director: Mike Nichols. Guión: Elaine May
(basado en la novela “Primary Colors: A Novel of Politics”, de Joe Klein).
Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje: Arthur Schmidt. Música: Ry Coo-
der. Diseño de producción: Bo Welch. Dirección Arttística: Tom Duffield.
Vestuario: Ann Roth. Intérpretes: John Travolta, Emma Thompson, Billy
Bob Thornton, Adrian Lester, Khaty Bates, Maura Tierney, Larry Hag-
man, Paul Guilfoyle, Caroline Aaron, Rebecca Walker. ***
Escrita por Elaine May, colega teatral de Mike Nichols y
también realizadora (Corazón verde, la fracasada Ishtar,
etcétera), a partir de una novela de Joe Klein, Primary Co-
lors es una burla descastada de la fauna que corretea por
los despachos y pasillos de la Casa Blanca, sus entresijos,
maquinaciones y deslices falderos. El veterano Nichols
nos la sirve con la misma eficacia y seguridad profesional
de Armas de mujer, y un brillante coro de actores da el do
de pecho con absoluta convicción, de un John Travolta
perfecto en su clintoniana performance a la breve pre-
sencia de una Kathy Bates tan notable como de costum-
bre. Le falta a la película un punto de malicia y, como cine
de candidaturas e interioridades políticas, no tiene, por
supuesto, el calado dramático y humano de El último
hurra. Pero establece una panorámica lo suficientemente
jugosa del gigantesco show yanqui, la hipócrita realidad
de las verbenas de barras y estrellas y de unos sujetos
que parece mentira que puedan ser votados. ■ J.B.C.
PRIMERA PLANA
(The Front Page), Universal, EE.UU., 1974, 105 min.
Productor: Paul Monash. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I.A.L.
Diamond (basado en la obra de teatro “The Front Page”, de Ben Hecht y
Charles MacArthur). Fotografía: Jordan S. Cronenweth. Montaje: Ralph
E. Winters. Música: Billy May. Dirección Artística: Henry Bumstead.
Intérpretes: Jack Lemmon, Walter Matthau, Carol Burnett, Susan Saran-
don, Vincent Gardenia, David Wayne. ****
Primera plana es la tercera de las adaptaciones que en
cine se han dado de la siempre actual pieza teatral escri-
ta en 1928 por Ben Hecht y Charles MacArthur. La incom-
bustible maestría de “The Front Page” (un texto de hie-
rro, una trama que dispara nitroglicerina a varias bandas,
unos diálogos feroces, centelleantes) es susceptible de
convertir en grata la más elemental y mediocre de sus
versiones, que a no dudarlo es la cuarta, Interferencias,
● ●
●
dirigida en 1988 por Ted Koteheff, con Kathleen Turner,
Burt Reynolds y Christopher Reeve.
Se trata de una cáustica, despiadada farsa sobre el
periodismo y su voracidad que enfrenta a dos encalleci-
dos periodistas –amigos sólo hasta los límites de la deon-
tología–, ambientada en el Chicago de los años veinte, en
época de elecciones y en las horas previas a la ejecución
de un supuesto anarquista. Localizada casi íntegramente
en la sala de prensa desde la que los diversos diarios han
de cubrir el acontecimiento penal, la obra satiriza sin pie-
dad no sólo el llamado cuarto poder, sino a su vez las
malas artes de la política, la corrupción de las fuerzas vi-
vas y, en general, todo el sistema del American way of life.
Su primera adaptación la consumó Lewis Milestone en
1931 (Un gran reportaje): es un filme poco conocido, pero
casi una obra maestra, condición que ostenta sobrada-
mente la segunda, Luna nueva, dirigida en 1940 por
Howard Hawks y que contaba con la variante (luego reto-
mada en Interferencias) de convertir a uno de los dos
periodistas protagonistas en mujer y ex consorte de su
colega.
La versión de Wilder, guionizada por el director y su
habitual I. A. L. Diamond, parece un trabajo fácil para los
genios que crearan prodigios como El apartamento,
Bésame tonto o En bandeja de plata. Pero hay que reco-
nocer que en manos de Wilder el texto toma mayor
carácter vitriólico que nunca, se revela el más poderoso
azote proferido al mundo de la prensa (como no sea el
dado por el propio zorro en El gran carnaval) y enloque-
ce de puro endiablamiento verbal: cada frase, réplica y
contrarréplica expuestas en milésimas de segundo. Chis-
peante, mordaz y divertidísima, y otra muestra de la
superlativa efectividad de Lemmon y Matthau como
pareja. ■ J.B.C.
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● ●
PRIMER GRAN ASALTO AL TREN, EL
(The First Great Train Robbery), United Artists/De Laurentiis, Reino
Unido, 1979, 110 min.
Productor: John Foreman. Director: Michael Crichton. Guión: Michael
Crichton. Fotografía: Geoffrey Unsworth. Montaje: David Bretherton.
Música: Jerry Goldsmith. Dirección Artística: Maurice Carter. Intérpre-
tes:: Sean Connery, Donald Sutherland, Lesley-Anne Down, Wayne
Sleep, Michael Elphick, Alan Webb. ***
El ahora multimillonario novelista Michael Crichton, autor,
entre otros best-sellers, de “Parque Jurásico”, ha desarro-
llado una interesante pero intermitente carrera como
cineasta, que se inició en 1973 con la muy estimable
Almas de metal, en la que adaptó su propia novela. En El
primer gran asalto al tren llevó al cine otra obra suya, un
divertimento construido alrededor del recurrente tema
del atraco perfecto. Su interés y peculiaridad estriba en
que transcurre en la Inglaterra de finales del XIX, por lo
que, además de una intriga, el filme deviene también,
voluntariamente, un ácido y crítico retrato de la sociedad
británica de la época. La cinta, muy entretenida, se bene-
ficia de un atractivo reparto y de la fotografía de Geoffrey
Unsworth (2001. Una odisea del espacio) en su último tra-
bajo, cuyo talento brilla a gran altura. ■ J.E.
PRIMEROS AMIGOS, LOS
(Wide Awake), Lauren Films, EE.UU., 1997, 88 min.
Productor: Cary Woods, Cathy Conrad. Director: M. Night Shyamalan.
Guión: M. Night Shyamalan. Fotografía: Adam Holender. Montaje:
Andrew Mondshein. Música: Edmund Choi. Vestuario: Bridget Kelly.
Intérpretes: Denis Leary, Dana Delany, Robert Loggia, Joseph Cross,
Timothy Reifsnyder, Rosie O’Donnell. ***
Antes de hacerse un nombre en el cine fantástico con la
portentosa El sexto sentido, el guionista y director Shya-
malan realizó un par de películas. Ésta es la segunda, la
crónica de la vida de un niño de diez años a lo largo de
su curso escolar en Filadelfia. Shyamalan demostró habi-
lidad sorteando los escollos azucarados y clavando una
mirada serena a personajes y hechos. ■ J.B.C.
PRINCESA POR SORPRESA
(The Princess Diaries), EE.UU., 2001, 115 min.
Productor: Debra Martin Chase, Whitney Houston, Mario Iscovich.
Director: Garry Marshall. Guión: Gina Wendkos (basado en la novela de
Meg Cabot). Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Montaje: Bruce Green.
Intérpretes: Julie Andrews, Anne Hathaway, Hector Elizondo, Heather
Matarazzo, Mandy Moore, Caroline Goodall. **
Amerengada, indigesta comedieta con alma de cuento
de hadas, donde una modosita muchacha de San Fran-
cisco descubre que es heredera del trono de un país eu-
ropeo. Allí deberá empezar a educarse monárquicamen-
te. Que la reina, su abuela, sea la mismísima Mary Poppins
no deja de tener su gracia. Garry (Pretty Woman) Mars-
hall nos ofreció después una no reclamada Princesa por
sorpresa 2. ■ J.B.C.
● ●
Príncipe de Zamunda, El | 391
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PRINCESA Y EL PIRATA, LA
(The Princess and the Pirate), EE.UU., 1944, 94 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: David Butler. Guión: Allen
Boretz, Everett Freeman, Don Hartman, Curtis Kenyon, Melville Shavel-
son (basado en una historia de Sy Bartlett). Fotografía: Victor Milner,
William E. Snyder. Montaje: Daniel Mandell. Música: David Rose. Direc-
ción Artística: Ernst Fegté. Intérpretes:: Bob Hope, Virginia Mayo, Walter
Brennan, Walter Slezak, Victor McLaglen, Marc Lawrence, Hugo Haas,
Maude Eburne, Adia Kuznetzoff, Brandon Hurst. ***
Una comedia al servicio de su protagonista masculino,
que se cuenta entre sus títulos más populares. Previsible
pero simpática parodia de las películas de piratas, donde
Hope, que interpreta a un actor, deberá asumir la identi-
dad del jefe de una banda para salvar a la heroína de
turno, encarnada por Virginia Mayo. Excelente plantel de
secundarios. Fue nominada a dos Oscar. ■ J.E.
PRÍNCIPE DE CENTRAL PARK
(Prince of Central Park), EE.UU., 2000, 109 min.
Productor: Julius R. Nasso, Steven Seagal. Director: John Leekley. Guión:
John Leekley (basado en la novela de Evan Rhodes). Fotografía: Jonathan
Herron. Montaje: Philip Steinman. Música: Theodore Shapiro. Dirección
Artística: Betsy McDonald. Intérpretes: Kathleen Turner, Danny Aiello,
Harvey Keitel, Cathy Moriarty, Frank Nasso, Lauren Vélez, Jerry Orbach,
Mtume Gant, Carmen Moreno. **
El guión de esta poco conocida película está basado en
una novela cargada de moralina de Evan Rhodes, que ya
fue adaptada en 1977 en forma de telefilme por Harvey
Hart, con resultados más estimables. Está protagonizada
por un chaval que, harto de su madrastra, decide buscar
a su madre verdadera y, con esta intención, acampa en
Central Park, donde conocerá a los más variopintos per-
sonajes. Allí aprenderá la lección de que siempre hay
quien está peor que él. Lo más destacable del filme sería
el trabajo de los actores, no sólo de Kathleen Turner, Aie-
llo, Keitel o la recuperada para la ocasión Cathy Moriarty
(Toro salvaje), sino también del niño protagonista, Fran-
kie Nasso, y la niña Carmen Moreno. Lo peor, la desange-
lada dirección de John Leekley, principalmente conocido
como guionista televisivo (se ocupó de algunos libretos
de la serie Corrupción en Miami), que efectuó aquí su
olvidado debut como director de cine, contando con la
complicidad del ya citado buen grupo de intérpretes y
poco más. ■ G.Q.
PRÍNCIPE DE ZAMUNDA, EL
(Coming to América), Paramount, EE.UU., 1988, 116 min.
Productor: George Folsey, Jr., Robert D. Wachs. Director: John Landis.
Guión: David Sheffield, Barry Blaustein (basado en una historia de Eddie
Murphy). Fotografía: Woody Omens. Montaje: Malcolm Campbell,
George Folsey, Jr. Música: Nile Rodgers. Diseño de producción: Richard
MacDonald. Vestuario: Deborah Nadoolman. Intérpretes: Eddie
Murphy, Arsenio Hall, John Amos, James Earl Jones, Shari Headley,
Madge Sinclair, Eriq LaSalle, Allison Dean, Paul Bates, Louie Anderson,
Don Ameche, Ralph Bellamy. ***
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392| Príncipe y la corista, El
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Comedia dinámica y divertida, pero con un guión poco
trabajado. Entre sus curiosidades, la breve aparición de
los veteranos Don Ameche y Ralph Bellamy interpretan-
do los mismos personajes, ahora en estado de ruina eco-
nómica, de Entre pillos anda el juego, la anterior película
de Landis y Murphy, y el capricho de hacer aparecer a
éste en otros papeles, irreconocible gracias al excelente
maquillaje de Rick Baker. ■ J.B.C.
PRÍNCIPE Y LA CORISTA, EL
(The Prince and the Showgirl), Marilyn Monroe/LOP, Reino Unido,
1957, 117 min.
Productor: Laurence Olivier. Director: Laurence Olivier. Guión: Terence
Rattigan (basado en la obra “The Sleeping Prince”, de Rattigan). Foto-
grafía: Jack Cardiff. Montaje: Jack Harris. Música: Richard Addinsell.
Coreografía: William Chappell. Vestuario: Beatrice Dawson. Intérpretes:
Marilyn Monroe, Laurence Olivier, Sybil Thorndike, Richard Wattis,
Jeremy Spenser, Esmond Knight, Paul Hardwick, Rosamund Greenwo-
od, Aubrey Dexter, Maxine Audley. ****
Una coproducción entre las compañías de Olivier y
Marilyn, rodada en Inglaterra, basándose en la pieza tea-
tral “El príncipe durmiente”, de Terence Rattigan, autor
así mismo del guión. El tema del regente del país imagi-
nario de Carpatia, invitado en el Londres de 1911 a la boda
del rey Jorge V y al que le preparan una cena íntima con
una curvilínea corista americana, se apoya de forma casi
exclusiva en la pareja protagonista. En el teatro, Olivier la
había formado con su esposa Vivien Leigh, y en el cine se
avino a compartir cartel con Marilyn, pero nunca la consi-
deró a su altura y, además, sus relaciones durante el roda-
je se vieron obstaculizadas por la intervención de Paula
Strasberg como profesora de interpretación de la actriz.
A pesar de ello y de la primera crisis matrimonial con Ar-
thur Miller, la Monroe está deliciosa en el papel de la inge-
nua/pícara Elsie Marina y mantiene buena química con
Olivier, de tal manera que los diálogos tienen gracia y las
situaciones funcionan. ■ M.Q.
● ●
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PRISIONERO DE LA SEGUNDA
AVENIDA, EL
(The Prisoner of the Second Avenue), Warner Brothers, EE.UU., 1975,
98 min.
Productor: Melvin Frank. Director: Melvin Frank. Guión: Neil Simon
(basado en su propia obra). Fotografía: Philip Lathrop. Montaje: Bob
Wyman. Música: Marvin Hamlisch. Dirección Artística: Preston Ames.
Vestuario: Joel Schumacher. Intérpretes: Jack Lemmon, Anne Bancroft,
Gene Saks, Elizabeth Wilson, Florence Stanley, Maxine Stuart, Ed Peck,
Gene Blakely, Ivor Francis, Stack Pierce. **
Como la inmensa mayoría de los guiones firmados por
Neil Simon, éste también procede de una obra teatral del
mismo autor. Fue representada en Broadway por Peter
Falk y Lee Grant y no fue precisamente el gran éxito que
acostumbran a ser las obras de Simon. Los entendidos la
consideran una obra menor que, además, tenía dema-
siados puntos de contacto con la titulada “The Out of
Towners” del propio Simon, la cual, de alguna manera,
también se parecía muchísimo a El apartamento, del
maestro Billy Wilder. La historia rezuma melancolía por
los cuatro costados, es una comedia con muchas dosis de
tristeza. Su tema es el de la sociedad del éxito y lo que
puede ocurrirle a un brillante y bien pagado ejecutivo
cuando, sin causa lógica, es puesto de patitas en la calle.
Lemmon es el protagonista perfecto con un personaje
que, como ha demostrado en diversas ocasiones, se
ajusta perfectamente a sus posibilidades. Él consigue
remontar los baches de un filme cuyo principal inconve-
niente es su exagerado parecido a otras historias dema-
siado similares. ■ A.C.
PROBLEMAS EXTRACONYUGALES
(Le dolci signore), Documento Film, Italia, 1967, 116 min.
Productor: Gianni Hecht Lucari. Director: Luigi Zampa. Guión: Ruggero
Maccari, Ettore Scola, Stefano Strucchi. Fotografía: Ennio Guarnieri.
Montaje: Nino Baragli, Giampiero Giunti. Música: Armando Trovaioli.
Dirección Artística: Maurizio Chiari. Intérpretes: Ursula Andress, Virna
Lisi, Claudine Auger, Marisa Mell. ***
Un antecedente de la excelente serie norteamericana
Sexo en Nueva York (Sex and the City, 1967), en la que
cuatro amigas se reúnen para contar sus aventuras eróti-
cas. En esta ocasión, las amigas también hablan de sexo,
aunque en un tono más púdico, comportándose cada una
de ellas de forma muy diferente según la situación pre-
sentada. Sin ser exactamente un film dividido en episo-
dios, sí que tiene ese tono en cuanto las historias no aca-
ban de resultar del todo hilvanadas dentro del largome-
traje. Eso sí, las cuatro actrices protagonistas son muy
apetecibles: Ursula Andress sueña que un individuo con
bigote la persigue para violarla, cosa que no parece le
desagrade demasiado; Claudine Auger también sufre
acoso, pero en este caso en la vida real y por parte de un
empleado de su esposo; Virna Lisi sufre un chantaje de
un profesor que la vio en actitudes escabrosas; y Marisa
Mell se convierte, tontamente, en una provocativa bailari-
na de strip tease. ■ L.M.C.
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 Profesor chiflado, El | 393
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PROFESOR A MI MEDIDA
(So Fine), Warner Bros., EE.UU., 1981, 91 min.

Productor: Michael Lobell. Director: Andrew Bergman. Guión: Andrew

Bergman. Fotografía: James A. Contner. Montaje: Alan Heim. Música:
Ennio Morricone. Dirección Artística: Paul Eads. Vestuario: Rose Trimar-
co, Bill Christians. In
ntérpretes: Ryan O’Neal, Jack Warden, Mariangela
Melato, Richard Kiel, Fred Gwynne, Mike Kellin, David Rounds, Joel
Stedman, Angela Pietro Pinto, Michael Lombard. ***

Armado con un apellido que más de uno tildaría de abu-

sivo, Andrew Bergman, doctorado en Historia por la Uni-
versidad de Wisconsin, empezó su carrera con buen pie,
ya como autor de estimables novelas de misterio, ya co-
mo guionista al servicio de Mel Brooks (Sillas de montar
calientes) o de Arthur Hiller (Los suegros). Profesor a mi
medida, por él mismo escrita, es su primera película co-
mo director, una divertida, algo hawksiana y un punto
desmadrada comedia en torno a un profesor de universi-
dad neoyorkina metido en asuntos de alta costura para
salvar el negocio de su padre. El novato y Luna de miel
para tres fueron otros títulos que evidenciaron el talento
de Bergman para el género, pero tanto Te puede pasar a
tí como la calamitosa Striptease (sí, sí, la de la Demi) pu-
sieron en cuarentena nuestras esperanzas en él. ■ J.B.C.

PRODUCTORES, LOS
(The Producers), EE.UU., 1968, 88 min.

Productor: Sidney Glazier. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks.

Fotografía: Joseph F. Coffey. Montaje: Ralph Rosenblum. Música: John
Morris. Intérpretes: Zero Mostel, Gene Wilder, Kenneth Mars, Estelle
Winwood, Renée Taylor, Christopher Hewett. ***

La primera, y todavía la mejor, película de Mel Brooks, una

hilarante parodia del teatro de Broadway que se ha gana-
do un merecido estatus de película de culto. Zero Mostel
es el sudoroso y arruinado empresario de Broadway que
se asocia con el sumiso contable Gene Wilder en una
trama para desplumar a los inversores teatrales con la
peor obra de todos los tiempos: un biopic musical de
Adolf Hitler, escrita por un nazi fanático que vive en
Nueva York. El empresario consigue el respaldo de todas
las solteronas de la ciudad, recogiendo cientos de miles
de dólares para financiar su funesta obra. El desastre llega PROFESOR CHIFLADO, EL
cuando, después de hacer todo lo posible para convertir (The Nutty Professor), Paramount/Lewis, EE.UU., 1963, 107 min.
el musical en un fiasco de un mal gusto insoportable, se Productor: Ernest D. Glucksman. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry
convierte en un enorme éxito. Mostel y Wilder sobreactú- Lewis, Bill Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Música: Walter
an escandalosamente, pero hay que reconocer que están Scharf. Montaje: John Woodcock. Dirección Artística: Hal Pereira, Wal-
espléndidos, al igual que Dick Shawn como la estrella ter Tyler. Intérpretes: Jerry Lewis, Stella Stevens, Del Moore, Kathleen
hippy que protagoniza su producción, y, aunque los gags Freeman, Howard Morris. ****
fluyen libremente durante todo el metraje, son los inena-
rrables números de “Primavera para Hitler” –en la mejor Cuatro años después de El testamento del doctor Corde-
tradición del chabacano burlesque americano– los que lier, la muy libre –y fiel en espíritu– ilustración de El extra-
justifican el lugar privilegiado que ocupa Los productores ño caso del doctor Jekyll realizada por Renoir, y tres des-
en la historia del cine. ■ J.T. pués de Las dos caras del doctor Jekyll, de Fisher, Lewis

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394| Profeta, El
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tomó nuevamente la inmortal novela de Stevenson para
ofrecernos esta personalísima y subversiva comedia,
cuyo protagonista es un profesor y científico de aspecto
tirando a monstruoso que deviene un ídolo de la canción
al ingerir una pócima. Rica en sugerencias, muy creativa
visualmente y sencillamente extraordinaria en la cons-
trucción de gags, que revelan a Lewis como el más ima-
ginativo creador de cine cómico más allá –esto es, más
acá– de los clásicos del silente. ■ J.B.C.
PROFETA, EL
(Il profeta), Fair Film, Italia, 1967, 93 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Dino Risi. Guión: Ettore Scola,
Ruggero Maccari. Fotografía: Alessandro D´Eva. Montaje: Marcello Mal-
vestito, Lidia Pascolini. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística:
Piero Poletto. Intérpretes: Vittorio Gassman, Ann Margret, Oreste Lio-
nello, Liana Orfei. ****
Rodada con el disparatado espíritu hippie dominante en
la época, y cuyos ejemplos más notables son las gambe-
rradas británicas de Richard Lester sobre los Beatles, se
trata de una cruel sátira a la simplicidad de las religiones,
a la sencilla manipulación de las masas y a lo fútil que
resulta la popularidad. Un Gassman inspirado, y en pose-
sión de su habitual desfase cómico, representa a Pietro
Breccia, un italiano reprimido y atribulado por la socie-
dad de consumo que, en un gesto rompedor, decide
abandonar la ciudad y retirarse a un escondido refugio en
las montañas para reflexionar. Sin embargo, comienza a
atribuírsele fama de profeta, hasta el punto de que los
medios de comunicación le convierten en un fenómeno
cuya popularidad va creciendo inesperadamente. Origi-
nal, divertida y con un cierto mensaje que no conviene
perder de vista, contiene una partitura magistral de Tro-
vaioli y una puesta en escena muy efervescente a cargo
de Dino Risi. Es posible que, con el paso del tiempo, la
propuesta ponga de los nervios a más de uno. ■ L.M.C.
PROMÉTELE CUALQUIER COSA
(Promise Her Anything), Seven Arts/Stark, EE.UU.-Reino Unido,
1966, 96 min.
Productor: Stanley Rubin. Director: Arthur Hiller. Guión: William Peter
Blatty (basado en una historia de Arne Sultan y Marvin Worth). Fotogra-
fía: Douglas Slocombe. Montaje: John Shirley. Música: Lyn Murray.
Dirección Artística: Wilfrid Shingleton. Intérpretes: Warren Beatty, Les-
lie Caron, Bob Cummings, Hermione Gingold, Lionel Stander, Keenan
Wynn, Asa Maynor, Michael Bradley, Donald Sutherland. *
No fueron los años sesenta, por mucho que en ellos rei-
naran películas excelentes por su sofisticación como las
de Donen o Edwards, y por mucho que también reinara
Jerry Lewis, años espléndidos para la comedia america-
na, sobre todo si la comparamos con los años de gloria
vividos en décadas precedentes.
Habría que invocar a sociólogos diversos, y tampoco
hay para tanto, para poder comprender por qué mientras
la sociedad se endurecía y el rock aumentaba el volumen,
● ●
●
la comedia americana se acaramelaba y perdía virulencia.
Y un buen ejemplo de cómo andaban los dulces por el
género es Prométele cualquier cosa, de Arthur Hiller, de
bonito terciopelo y espumoso francés y con una historie-
ta de viudita a la caza de otro papá para su retoño (plan-
teamiento inverso a El noviazgo del padre de Eddie, de
Minnelli, esa sí, buena). Aunque los actores funcionen, las
buenas comedias deben tener arquitectura y lo que en la
jerga se llama tempo. Hiller navega por un mar de diálo-
gos sin punch, mide mal las escenas, planifica sin rumbo
y acaba por donde no debe acabar nunca una comedia:
por aburrir. ■ J.B.C.
PRÓXIMO AÑO, A LA MISMA HORA, EL
(Same Time, Next Year), Universal, EE.UU., 1978, 119 min.
Productor: Walter Mirisch, Morton Gottlieb. Director: Robert Mulligan.
Guión: Bernard Slade (basado en su propia obra). Fotografía: Robert Sur-
tees. Montaje: Sheldon Kahn. Música: Marvin Hamlisch. Dirección Artís-
tica: Henry Bumstead. Intérpretes: Ellen Burstyn, Alan Alda, Ivan Bonar.
****
El próximo año, a la misma hora se basa en una pieza tea-
tral de Bernard Slade, por él mismo adaptada a la panta-
lla, y nos relata la historia sentimental de una pareja muy
curiosa (aplíquese el adjetivo tanto a la pareja como a su
historia, que es una histeria de amor). En efecto, Doris,
ama de casa sin rasgos aparentes de anticonvencionali-
dad, y George, un contable de rasgos similares, ambos
“felizmente” casados, se encuentran casualmente un día.
Ese día nace súbito una chispa que ha de desaparecer
inevitablemente al acto, aunque ellos establecen un
pacto mutuo: como dice el título, el próximo año, a la
misma hora (y en el mismo sitio, habría que añadir para
sufrimiento de neones) volverán a encontrarse. Y así, de
1951 a 1977 asistiremos a todos sus encuentros anuales,
descubriremos sus cambios físicos y hasta psicológicos y
sabremos, en fin, de sus penas de 364 días resumidas y
visibles en veinticuatro horas. Si Brigadoon sale a la luz
un día de cada siglo pero cuenta en su favor con la inmor-
talidad, el amor de Doris y George, trágicamente mortal,
aparece sólo una vez al año. Muy prudentemente, se
silencia en la obra la naturaleza real de sus vidas para
subrayar a cara descubierta el sueño del verdadero amor,
un soplo raudo condenado a desmoronarse al amanecer
siguiente.
Muy bien ha cuidado Robert Mulligan, un realizador
nunca alabado en su justa medida, de no desvirtuar el
texto que cosechara en Broadway un éxito de campani-
llas. Sabroso diálogo que sin desentonar pasa del acento
humorístico al dramático, notas sociales que de fondo
hacen un repaso de medio siglo de historia americana y,
dato fundamental, un par de espléndidos actores, Ellen
Burstyn y Alan Alda, que dan el tipo de ciudadanos
corrientes, muy creíbles. Entre la sonrisa y el llanto, y sin
estridencias en ninguno de los dos lados, El próximo año,
a la misma hora se ve gratamente, divierte y provoca sen-
saciones reconocibles por cuanto, hábilmente, toca el
corazón del espectador. ■ J.B.C.
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P’TANG YANG KIPPERBANG
Reino Unido, 1984, 85 min.
Productor: Chris Griffin. Director: Michael Apted. Guión: Jack Rosenthal.
Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Montaje: John Shirley. Música: David
Earl. Intérpretes: John Albasiny, Abigail Cruttenden, Maurice Dee, Alison
Steadman, Mark Brailsford, Christopher Karallis, Robert Urquhart. ***
Jack Rosenthal, guionista de Yentl, el primer filme dirigi-
do por Barbra Streisand, escribió con mucho sentido y
sensibilidad esta historia sobre amores adolescentes. Su
protagonista es Alan Duc Kworth, un muchacho obsesio-
nado con una compañera de clase que, como suele ocu-
rrir, ni siquiera sabe que existe. El versátil Michael Apted
dirigió con tacto una historia no sensiblera. ■ J.E.
PUEDE SER DIVERTIDO
España, 1995, 92 min.
Productor: Alfredo Matas, Helena Matas. Director: Azucena Rodríguez.
Guión: Marga Mareo, Lola Salvador. Fotografía: Javier G. Salmones. Mon-
taje: Antonio Pérez Reina. Música: Bernardo Fúster, Luis Mendo. Vestua-
rio: Eva Arretxe. Intérpretes: Ana Torrent, Mercè Pons, Toni Cantó, Laura
Bayonas, Jorge de Juan, Ramón Langa, Amparo Soler Leal. ****
Las protagonistas de esta tradicional comedia de enre-
dos sentimentales son dos jóvenes madres divorciadas
(una con sobrada experiencia, la otra reciente) que un
buen día se conocen a causa de unas pedradas cruzadas
de sus respectivos hijos, entablan una relación amistosa
que crece día a día, se divierten juntas tomando copas
nocturnas y acaban ligándose al mismo guaperas, ena-
morándose de él y tirándose los trastos a la cabeza hasta
llegar a la reconciliación final, entre una ida y venida ince-
sante de situaciones emocionales, familiares, profesiona-
les y domésticas. Éste es un esquema muy clásico de
comedia triangular, que quedaría en la más pura simplici-
dad de no ser por tres factores que le dan cierto relieve.
Uno, ya se ha apuntado, el buen oficio puesto por la rea-
lizadora, que se traduce en una puesta en escena dinámi-
ca, briosa, sin tiempos muertos. Otro, el diálogo, un diá-
logo despierto, ágil, imaginativo y nada artificial. El terce-
ro, y en puridad el mejor acierto de Puede ser divertido,
es el reparto, muy bien elegido (en función del físico,
claro está, en el caso de Toni Cantó, que tiene presencia
y, como dijo de él Vicente Molina Foix, staying power) y
del que hay que destacar, imperativamente, a las dos
actrices principales, Ana Torrent y Mercè Pons, o Mercè
Pons y Ana Torrent, en dos composiciones eléctricas, vi-
vaces y comunicativas, capaces de ofrecer, a través de su
rica gama de matices y sus gestos cotidianos, la radiogra-
fía de la ajetreada mujer urbana de los noventa. ■ J.B.C.
PUNCH-DRUNK LOVE
EMBRIAGADO DE AMOR
(Punch-Drunk Love), Columbia Pictures, EE.UU., 2002, 95 min.
Director: Paul Thomas Anderson. Guión: Paul Thomas Anderson. Foto-
grafía: Robert Elswit. Música: Jon Brion. Intérpretes: Adam Sandler,
Emily Watson, Philip Seymour Hoffman, Luis Guzmán,Rico Bueno. **
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Puta misèria | 395
●
Vivimos en un mundo extraño. Muy extraño. Llueven sa-
pos del cielo, suceden estúpidas catástrofes cotidianas,
tiran en marcha pianolas como si fuesen cadáveres ma-
fiosos. Paul Thomas Anderson observa, analiza y, por pri-
mera vez, expurga. Perteneciente con derecho propio al
clan de los cineastas americanos con un pie y medio en
Europa, el autor de Magnolia urde un circense más difícil
todavía partiendo de un hecho real (para la realidad para-
lela del News of the World, claro): un tipo coleccionó
cientos de natillas para acumular kilómetros de vuelo en
avión que regalaban en las tapas. Aquí, Adam Sandler
juega a ser Jack Lemmon vestido de traje azul pitufo, ro-
deado de hermanas y con tic que esconde nitroglicerina,
y Emily Watson, su Shirley MacLaine disfuncional. Luego,
Kafka toca un poco el serruchófono, Luis Guzmán aporta
el toque exótico latino y a Philip Seymour Hoffman se le
hincha la vena alarmantemente encarnando a un colcho-
nero (nada que ver con el Atlético) de Utah. Con estruc-
tura de piccicato crescendo (virtuosista la escena de un
renovadísimo Sandler en plena crisis subrayada por una
banda sonora en un hilo), Anderson demuestra su curio-
so sentido de la coralidad y las coreografías cómicas invi-
sibles. Irregular como pocas, no nos extraña su fracaso
taquillero y su premio en Cannes al Mejor Director. Por
suerte, siempre nos quedará el amor. O Hawai, aunque
sea en charter. ■ J.C.
PUTA MISÈRIA!
España, 1989.
Director: Ventura Pons. Guión: Ventura Pons (basado en la novela de
Rafael Arnal y Trinitat Latorre). Fotografía: Macari Golferichs. Montaje:
Amat Carreras. Música: Xavier Capellas. Dirección Artística: José María
Espada. Intérpretes: Amparo Moreno, Ángel Burgos, Paco Morell, Anto-
nio Ferrandis, Joan Monleón. **
Una novela de Rafael Arnal y Trinitat Latorre le sirvió de
base al director catalán Ventura Pons para dar un vuelco
de ciento ochenta grados a su carrera. Pons la abordó,
según sus palabras, como una acción de supervivencia y
se dio cuenta de que había encontrado un tono temático
y narrativo que conectaba fácilmente con el gran público,
algo insólito en el cine español y más aún en el cine cata-
lán. Puta misèria! es una película sobre el lumpen urbano,
un ambiente y unos personajes rarísimas veces presentes
en películas españolas, quizá porque los productores no
los consideran comerciales. El argumento del filme se
centra en dos amigos sin trabajo que, junto con una ca-
mella, deciden secuestrar al más rico del pueblo como
única solución para poder salir de su espantosa miseria.
Según el propio Ventura Pons, su intención al adaptar la
película fue «conseguir que, mediante esta poderosa ar-
ma de todos los tiempos que se llama humor, el especta-
dor se quede clavado en la butaca hora y media, se en-
ganche con la historia que se le cuenta y que, una vez dis-
frutado el caramelo que como director le ofrezco, com-
pruebe que sus sabores son varios, a veces dulces, a
veces agrios, como también lo es la vida de todo quis-
que». Chaplin tenía las mismas intenciones. Para conse-
●
396| Pygmalion
● ●
guir este interés del espectador, Ventura Pons no reparó
en concesiones. En su película hay un reparto excelente y
Pons le saca todo el jugo; incluso con sobreactuaciones
–también hay que decirlo– complacen enormemente al
público. Lo que pudo haber sido un sórdido retrato de un
submundo que nos rodea y que la mayoría de ciudadanos
ignora o prefiere ignorar se convirtió en una comedia
divertida. Lo cómico se impuso a lo trágico. Lo patético
de la situación de partida, y de las que surgen después,
resulta más risible que dramático. Pero la fórmula funcio-
nó en taquilla. Trabajando hábilmente las intervenciones
de los actores, la película se convirtió en un gran éxito de
público, y lo que es mejor, abrió de alguna manera el
camino para obtener una mayor eficacia de la fórmula en
Què t’hi jugues, Mari Pili?, que se aplicó al vodevil en
lugar de a la tragicomedia. ■ A.C.
PYGMALION
Metro-Goldwyn-Mayer, Reino Unido, 1938, 96 min.
Productor: Gabriel Pascal. Director: Anthony Asquith, Leslie Howard.
Guión: George Bernard Shaw, W. P. Lipscomb, Cecil Lewis, Ian Dalrym-
● ●
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ple, Anthony Asquith (basado en la obra de George Bernard Shaw).
Fotografía: Harry Stradling. Montaje: David Lean. Música: Arthur
Honegger. Dirección Artística: Laurence Irving. Vestuario: Prof. Czettell,
Worth, Schiaparelli. Intérpretes: Leslie Howard, Wendy Hiller, Wilfrid
Lawson, Marie Lohr, Scott Sunderland, Jean Cadell, David Tree, Everley
Gregg, Leueen MacGrath, Esme Percy. ****
La leyenda de la mitología griega nos habla del escultor
Pigmalión, que logró que la diosa Afrodita hiciera reali-
dad sus sueños, convirtiendo una de sus estatuas preferi-
das en una hermosa mujer real. El irlandés George Ber-
nard Shaw aprovechó el mito para una ingeniosa obra
teatral, en la que el profesor de fonética Henry Higgins
apostaba con un amigo a que era capaz de transformar a
una vendedora cockney del Covent Garden en una dama
aristocrática, sólo con enseñarle a hablar correctamente.
Ni que decir tiene que también Higgins acaba por ena-
morarse de su obra y sacrifica por ella su añeja soltería.
El actor inglés Leslie Howard colaboró con Asquith en lle-
var a la pantalla la pieza de Shaw, antes de alcanzar per-
sonalmente el estrellato con el papel de Ashley Wilkes en
Lo que el viento se llevó. El filme obtuvo un Oscar al
Mejor Guión. ■ M.Q.
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 Q
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¡QUÉ ASCO DE VIDA!
(Life Stinks), Brooksfilms, EE.UU., 1991, 95 min.
Productor: Mel Brooks. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks, Rudy
De Luca, Steve Haberman. Fotografía: Steven Poster. Montaje: David
Rawlins, Anthony Redman, Michael Mulconery. Música: John Morris.
Dirección Artística: Peter Larkin. Intérpretes: Mel Brooks, Lesley Ann
Warren, Jeffrey Tambor, Stuart Pankin, Howard Morris, Rudy De Luca,
Sammy Shore. **
El título lo dice todo: la película apesta, ya que Mel Bro-
oks trata de ser Charlie Chaplin y fracasa miserablemen-
te en el empeño. El cineasta, tras años en barbecho pro-
duciendo subproductos de slapstick, retorna aquí a la fór-
mula de “el mensaje está en la locura” que una vez le hizo
grande. La cinta tiene un buen arranque con el despiada-
do multimillonario Goddard Bolt (Brooks) informando a
su círculo de lacayos sobre sus planes para construir una
colosal urbanización futurista en el peor barrio de chabo-
las de Los Ángeles. Pero no se le ocurre otra cosa que
apostar con su rival Vance Crasswell (Tambor) a que
puede resistir un mes viviendo como un sin techo y la his-
toria se viene abajo mientras Brooks balbucea pidiendo
nuestra compasión como un explotado hombre corriente.
Bolt, rebautizado Pepto por un vecino local, intenta varias
tácticas de supervivencia, como bailar a cambio de limos-
nas. Después de que le roben los zapatos, encuentra a
Lesley Ann Warren, una gesticulante indigente que odia a
los hombres y que lentamente admite que Pepto es la
única persona a la que puede soportar. Llegados a este
punto, el director saca las inevitables conclusiones con
resultados previsiblemente tibios: Bolt encuentra la amis-
tad y el amor verdadero en medio de la miseria, y final-
mente da la vuelta a la tortilla con los codiciosos promo-
tores inmobiliarios. Las escenas del hospital tienen el sufi-
● ●
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ciente humor de mal gusto para recordarnos al Brooks
ingenioso, y miss Warren está conmovedora en su papel
de vagabunda. Aún así, la película demuestra que hace
falta genio para hacer comedia sobre indigentes, y Cha-
plin no estaba disponible. ■ J.D.D.
¡QUÉ BELLO ES VIVIR!
(It’s a Wonderful Life), Liberty Films, EE.UU., 1946, 118 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Frances Goo-
drich, Albert Hackett, Frank Capra, Jo Swerling, Michael Wilson (sin
acreditar) (basado en la historia “The Greatest Gift”, de Philip Van Doren
Stern). Fotografía: Joseph F. Biroc, Joseph Walker, Victor Milner (sin acre-
ditar). Montaje: William Hornbeck. Vestuario: Edward Stevenson. Intér-
pretes: James Stewart, Donna Reed, Lionel Barrymore, Thomas Mitchell,
Henry Travers, Beulah Bondi. *****
Hubo un tiempo en el que los que más saben de esto no
consideraban un maestro a Frank Capra, sino más bien un
hábil director de la mejor época de Hollywood. Llegó el
día, no obstante, en el que se reconoció lo evidente y
quedó admitida, probablemente ya para siempre, la
genialidad de un cineasta cuyas películas no tienen edad
ni fecha de caducidad. Son comedias sentimentales, con
sus gotas de humor, su ternura y su crítica social, entre las
que se ha establecido una dura pugna para decidir cuál
de ellas es la mejor y a cuya cabeza continúa, desde hace
años, ¡Qué bello es vivir!, uno de esos filmes que están
más allá del bien y del mal.
Cineasta genial donde los haya, Capra dirigió con su
habitual brillantez, originalidad y, sobre todo, optimismo,
una historia que, según sus propias palabras, «decía a
aquellos que habían perdido las ganas de vivir, a aquellos
que habían perdido coraje e ilusión, al mendigo, a la pros-
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398| ¡Qué día tengo!
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tituta y a los que estaban detrás de los barrotes de la cár-
cel, que ningún ser humano es un fracasado». Comicidad
y sentimentalismo se mezclan en esta cinta a través de
intrincadas interrelaciones, de tal manera que no se sabe
dónde acaba una y comienza la otra, como si ambas fue-
ran las dos caras de una misma moneda. Así, los perso-
najes se mantienen intactos, en la cuerda floja, entre el
ternurismo y el esperpento, entre el melodrama y el
cuento de hadas. No era fácil hacer creíble en la pantalla
lo que acaso no lo era sobre el papel, pero el maestro
llegó aún más lejos, consiguió arrancarle los secretos a un
trozo de celuloide, logró que sugiriera lo que no se podía
decir con palabras.
Llegado el momento de hablar del reparto, es hora de
preguntarse si es suerte o genio que en todos los filmes
del cineasta norteamericano los actores se comporten
como si fueran unos virtuosos del arte de la interpre-
tación. Decir que James Stewart está maravilloso no es
decir nada nuevo. En sus manos descansa todo el peso
de la película y él responde con un trabajo que es, senci-
llamente, perfecto. Decir que Donna Reed está como
nunca, o mejor que nunca, ya es otra cosa. La actriz con-
quistó en esta película su merecido derecho a la gloria,
demostrando que aunque su filmografía no atesoraba
tanta grandeza como la de su compañero, ella era, si se
encontraba con el director adecuado, una intérprete
extraordinaria. Su talento nunca brilló a mayor altura. Por
algo sería. En cuanto al resto del elenco interpretativo,
bastaría con citar sus nombres para demostrar que nos
encontramos ante lo mejor de lo mejor. ¿Acaso alguien
recuerda una mala interpretación de ese prodigioso actor
de carácter llamado Lionel Barrymore?, a quien ni siquie-
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ra la parálisis podía impedir que siguiera impartiendo una
nueva lección en cada actuación. O ¿alguien duda que
Thomas Mitchell era uno de los mejores secundarios de
todos los tiempos? Y así podríamos seguir con el entra-
ñable Henry Travers, la pizpireta Gloria Grahame, el siem-
pre seguro Ward Bond...
Cuesta creer que esta maravilla no fuera un éxito de
taquilla en la época de su estreno. Pero así fue, aunque el
paso del tiempo ha ido incrementando su prestigio hasta
convertirla en un verdadero clásico, en una obra de culto
que las televisiones de todo el mundo programan sin ce-
sar en el período navideño, especialmente en los Estados
Unidos, donde ya es tan popular como el mismísimo San-
ta Claus. ¡Qué bello es vivir! es una maravilla de conjuga-
ción de rigor con ingenio, del dibujo de tiralíneas con el
brochazo de la ocurrencia.
Todo, absolutamente todo, es perfecto en esta pelícu-
la deliciosa: la evolución disparatada e impecablemente
lógica de la trama, los diálogos, el maravilloso trabajo de
los actores con un Stewart absolutamente genial, crédito
no menos indiscutible del director. Y es que, en definitiva,
todos los adjetivos son pocos para definir las bondades
de esta joya del séptimo arte. No es una película más, ni
una película única, es una cita ritual para todos aquellos
que piensan que a pesar de las guerras, las crisis y las
desgracias... ¡Qué bello es vivir! ■ J.T.
¡QUÉ DÍA TENGO!
(Don’t Raise the Bridge, Lower the River), Columbia, EE.UU., 1967,
99 min.
Productor: Walter Shenson. Director: Jerry Paris. Guión: Max Wilk (basa-
do en su novela). Fotografía: Otto Heller. Montaje: Bill Lenny. Música:
David Whitaker. Dirección Artística: John Howell. Vestuario: Maxine
Leighton. Intérpretes: Jerry Lewis, Terry-Thomas, Jacqueline Pearce, Ber-
nard Cribbins, Patricia Routledge, Nicholas Parsons. **
En ¡Qué día tengo!, el personaje interpretado por Jerry
Lewis, George Lester, es un hombre de negocios que
trata de recuperar a su esposa, Pamela, que se halla en
trámites de divorcio y que es objeto de los halagos de un
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nuevo y egoísta cortejador. Gracias a este torvo persona-
je, la película se transforma en una parodia del cine de
agentes secretos, variante espionaje industrial. La historia
parte de un guión en el que no intervino Jerry, siendo Max
Wilk, escritor humorístico inglés, quien se encargó de
adaptar su propia novela. Este hecho, junto con el origen
británico de los actores secundarios (destaca la presen-
cia de Terry-Thomas, toda una institución en su país y
reputado robaescenas), da un toque decididamente bri-
tish a la cinta. Aunque estuviera producida por su propia
compañía, ¡Qué día tengo! es una verdadera rareza en la
carrera de Lewis, por cuanto el actor parece limitarse a
desarrollar en ella sus dotes de comediante. Sin embargo,
resulta evidente que Jerry traslada la película a su terre-
no, contagiándola de su irresistible sentido del absurdo. ■
LL.B.M.
¿QUÉ HACEMOS CON LA ABUELA?
(Tatie Danielle), FR3/Selema Smepa, Francia, 1990, 110 min.
Productor: Charles Gassot. Director: Etienne Chatillez. Guión: Florence
Quentin, Etienne Chatillez. Fotografía: Philippe Welt. Montaje: Catheri-
ne Renault. Música: Gabriel Yared. Dirección Artística: Geoffroy Lemke.
Intérpretes: Tsilla Chelton, Catherine Jacob, Eric Prat. ***
Film perverso, terrible y malintencionado que en España
adquirió un inapropiado título de comedia infantil, y
seguro que algún niño que fue a verla al cine esperaba
comerse un pastelillo y se tuvo que tragar un trozo de
mármol. En realidad no es una abuela, sino una molesta
tía que va a vivir a París con unos parientes bastante
extraños, como un niño mariposón que aprende ballet y
“estudia” a oscuras con su amiguito, y su hermana fea y
despechada a quien su novio deja embarazada. La vieja
protagonista es sumamente desagradable (moja las
sábanas con agua, aparentando que se ha orinado, para
que se las tengan que cambiar todos los días) y encon-
trará a la horma de su zapato cuando la familia se va de
vacaciones a Grecia y ella se queda al cuidado de una
criada liberal y tan mala persona como ella. Sin embargo,
ambas se harán amigas y darán un final amable a la his-
toria. Rodada algo premiosamente, contiene detalles dig-
nos de mención, además de una crítica al cuidado de
nuestros ancianos. ■ L.M.C.
¿QUÉ HACEMOS CON LOS HIJOS?
España, 1967, 95 min.
Productor: Pedro Masó. Director: Pedro Lazaga. Guión: Vicente Coello,
Pedro Masó (basado en la obra de Carlos Llopis). Fotografía: Juan Mari-
né. Montaje: Alfonso Santacana. Música: Antón García Abril. Intérpre-
tes: Paco Martínez Soria, Luis Barbero, Manolo Gómez Bur, Sancho Gra-
cia, Emilio Gutiérrez Caba. *
El archiconocido cuento moral con Paco Martínez Soria y
sus problemas con los hijos. Al final, faltaría más, vencerá
la razón, la razón según la cual los retoños nunca se ente-
ran de lo que vale un peine ni de que la lógica cazurra es
el mejor elixir de la vida. ■ J.B.C.
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¿Qué le ocurrió a...? | 399
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¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TU
EN UN SITIO COMO ÉSTE?
España, 1978, 85 min.
Productor: Fernando Colomo. Director: Fernando Colomo. Guión: Fer-
nando Colomo. Música: Luis de Pablo, Burning. Intérpretes: Carmen
Maura, Félix Rotaeta, Héctor Alterio, José Lage, Pedro Beltrán, Antoni
Canal. **
Un tono de comedia desenfadado, brillantes diálogos,
una clara preocupación por temas del momento y una
Carmen Maura en su salsa son las claves del éxito de este
segundo largometraje de Fernando Colomo, pese a todo
de menor fuste que el primero, Tigres de papel. ■ J.B.C.
¿QUÉ HORA ES?
(Che ora è?), Gaumont International/Tiger Cinematografica, Italia-
Francia, 1989, 95 min.
Director: Ettore Scola. Guión: Beatrice Ravaglioli, Silvia Scola y Ettore
Scola. Fotografía: Luciano Tovoli. Música: Armando Trovajoli. Intérpre-
tes: Marcello Mastroianni, Massimo Troisi, Anne Parillaud, Renato
Moretti, Lou Castel. ****
Tras la oceánica y algo empachante La familia, Ettore
Scola se tomó unas sales de frutas cinéfilas con la asumi-
da y orgullosamente nostálgica Splendor (1988) y con
esta pieza de orfebrería paternofilial que también se
engrandece y echa a volar gracias al inconmensurable
trabajo de su dúo protagonista: Massimo Troisi y Marcello
Mastroianni. El breve reencuentro entre un padre y un hijo
separados durante cierto tiempo rebosa química, compli-
cidad, simpatía y espontaneidad (a veces recuerda Antes
del amanecer, incluso por su arrebato europeista) tales
que no podemos evitar pensar: ¿realmente Massimo es
hijo secreto de Marcello? Imposible, igualmente, no sen-
tirse identificado en algún momento, en algún gesto,
reproche o necesidad de abrazo. Una pequeña joya de
esas que fusionan comedia y drama sin necesidad de
recurrir a artificios y corte y confección estilo Melinda y
Melinda, por ejemplo. ■ J.C.
¿QUÉ LE OCURRIÓ A...?
(Whatever Happened to Harold Smith?), October Films, Reino Unido-
EE.UU., 1999, 95 min.
Productor: David Brown, Ruth Jackson. Director: Peter Hewitt. Guión:
Ben Steiner. Fotografía: David Tattersall. Montaje: Martin Walsh. Música:
Harry Gregson-Williams. Dirección Artística: David Warren. Vestuario:
Marie France. Inttérpretes: Tom Courtenay, Michael Legge, Laura Fraser,
Stephen Fry, Charlotte Roberts, Amanda Root, Lulu, David Thewlis,
Charlie Hunnam. ***
Aun con sus no pocos defectos, esta desconocida come-
dia británica es recomendable, sobre todo para los que
buscan las propuestas menos habituales. Buena prueba
de ello es su argumento: en los años setenta, Harold Smi-
th se pasa el día viendo la tele y fumando en pipa, mien-
tras su mujer sólo piensa en acostarse con hombres más
jóvenes y su hijo sufre la fiebre del sábado noche. Pero su
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400| ¿Qué más puede pasar?
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rutina cambia totalmente cuando descubre que tiene
poderes telekinésicos, igual que Uri Geller (que efectúa
un cameo), y se hace muy famoso. Tiene también impor-
tancia la relación que se establece entre el hijo, integrado
en el movimiento disco, y una chica punk que trabaja con
él, enfrentando a ambas (contra) culturas. El veterano
actor británico Tom Courtenay lleva muchas veces el
peso de la película a sus espaldas, sin desmerecer el tra-
bajo del joven Michael Legge y las intervenciones de los
más conocidos Stephen Fry, cuando da lecciones de
sexología, y David Thewlis, quien se dio a conocer con
Naked, de Mike Leigh. ■ G.Q.
¿QUÉ MÁS PUEDE PASAR?
(What´s the Worst That Could Happen?), 20th Century Fox, EE.UU.,
2001, 97 min.
Productor: Ashok Amritraj, Wendy Dytman, David Hoberman, Lawren-
ce Truman. Director: Sam Weisman. Guión: Matthew Chapman. Foto-
grafía: Anastas N. Michos. Montaje: John Axelrad, Garth Craven, Nick
Moore. Música: Tyler Bates. Dirección Artística: Howard Cummings.
Vestuario: Jeffrey Kurland. Intérpretes: Kevin Spacey, Danny DeVito,
Peter Facinelli. ***
El neoyorquino Donald E. Westlake es un especialista en
novela negra, autor de las series sobre el policía Mitch
Tobin, el pistolero Parker –el protagonista de A quema-
rropa, de Boorman– y del ladrón Dortmunder. En el
mismo tono de comedia ingeniosa de este último está
inspirada esta película, con un Martin Lawrence imitando
a Eddie Murphy, dirigida por el artífice de George de la
jungla. ■ M.Q.
¿QUÉ ME IMPORTA EL DINERO?
(It’s Only Money), Paramount, EE.UU., 1962, 83 min.
Productor: Paul Jones. Director: Frank Tashlin. Guión: John Fenton
Murray. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Arthur P. Schmidt. Músi-
ca: Walter Scharf. Dirección Artística: Tambi Larsen, Hal Pereira. Intér-
pretes: Jerry Lewis, Joan O’Brien, Zachary Scott, Jack Weston, Jesse
White, Mae Questel. ***
Aunque engañosamente, ¿Qué me importa el dinero?
comienza como un típico filme policíaco perteneciente a
la gloriosa serie B del cine americano. La atmósfera, el
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acompañamiento musical, la brumosa tonalidad fotográ-
fica en blanco y negro y la inquietante aparición de un
tipo con cara de malas pulgas, que finalmente se dispone
a encender un puro delante de una tienda, hacen presa-
giar lo peor. Lo “peor” es una explosión, naturalmente
provocada por Jerry Lewis –aquí en el papel de Lester,
propietario de un humilde taller de reparaciones de tele-
visores–. Le apasiona la electrónica, pero todavía más la
posibilidad de convertirse en un detective privado. Así
podrá vivir apasionantes aventuras y disfrutar de chicas
sexys, como su cliente, Pete Flint, un detective a la anti-
gua usanza, cuyos archivadores no están repletos de
expedientes sino de... botellas de whisky vacías. Cándido,
buena persona y huérfano, Lester ignora que es el here-
dero de una gran fortuna. Con este argumento, Jerry
Lewis y el director Frank Tashlin crearon una de sus mejo-
res comedias, una película repleta de momentos afortu-
nados y donde el absurdo cómico alcanza momentos
extraordinarios. ■ LL.B.M.
¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?
(What´s Up, Doc?), Saticoy/Warner, EE.UU., 1972, 94 min.
Productor: Peter Bogdanovich. Director: Peter Bogdanovich. Guión:
Buck Henry, David Newman, Robert Benton. Fotografía: Laszlo Kovacs.
Montaje: Verna Fields. Música: Artie Botler. Intérpretes: Barbra Strei-
sand, Ryan O´Neal, Kenneth Mars, Austin Pendleton, Sorrell Booke, Ste-
fan Gierasch, Mabel Albertson, Michael Murphy, Madeline Kahn, John
Hillerman, Randy Quaid. ***
Algo así como un remake inconfeso de La fiera de mi niña
(de Hawks, cineasta ya homenajeado por Bogdanovich
en The Last Picture Show, que contenía escenas de Río
Rojo), con una similar línea argumental de comedia loca
un punto (o dos) misógina, un O´Neal obstinado en dar
con la vía cómica de Grant y una efervescente Streisand
emulando a la gran Hepburn, aunque a unos cuantos
años luz de su talla. Demasiado elefantíasica para com-
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pararse con su modelo, ofrece, sin embargo, buenos
momentos de comedia: la típica confusión a raíz de unas
maletas casualmente idénticas en su forma y color, per-
secuciones frenéticas a bordo de un carrito de helados, la
escena cumbre con todos los personajes del enredo
declarando ante un juez al borde de la taquicardia, etcé-
tera. No otra cosa, en fin, que un genuino divertimento,
uno de los grandes éxitos taquilleros del autor de Saint
Jack. ■ J.B.C.
¿QUÉ OCURRIÓ ENTRE MI PADRE
Y TU MADRE?
(Avanti!), EE.UU., 1972, 144 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond. Fotografía: Luigi Kuveiller. Montaje: Ralph E. Winters. Música:
Carlo Rustichelli. Intérpretes: Jack Lemmon, Juliet Mills, Clive Revill,
Edward Andrews, Gianfranco Barra, Franco Angrisano, Gisel. ****
En Avanti! (siempre su título original, por favor), Wilder
caricaturiza al propio tiempo al americano medio y al ita-
liano corriente y moliente. Su historia despega cuando un
prototípico ejecutivo yanqui viaja a la italiana isla de
Ischia para formalizar el traslado del cuerpo de su padre,
fallecido en accidente automovilístico. Allí se encuentra
con una chica algo alocada cuya madre ha corrido la
misma mala suerte; es más, iban juntos en el coche; es
más... En fin, no sería prudente seguir desgranando los
frutos argumentales de esta deliciosa comedia románti-
ca, en realidad una tragedia tamizada de sonrisa y melan-
colía, la tragedia de un amor que sacrifica la felicidad, la
auténtica felicidad, a un único y corto período de mani-
festación anual, que prefiere vivir en la mentira del en-
cuentro furtivo antes que en su verdad natural.
Como quien no quiere la cosa, Wilder y su guionista,
I.A.L. Diamond nos instruyen, además, sobre cómo un
americano inequívocamente conservador y de derechas
se convierte en un rejuvenecido liberal con nuevas e iné-
ditas válvulas de oxígeno. Comedia memorable en todos
sus apartados, con prodigiosas interpretaciones de un
inmenso y adecuadamente histriónico Jack Lemmon y
una adorable y rolliza Juliet Mills, amén de unos cuantos
secundarios de oro puro. ■ J.B.C.
¡QUÉ PAR DE GOLFANTES!
(The Caddy), Paramount, EE.UU., 1953, 95 min.
Productor: Paul Jones. Director: Norman Taurog. Guión: Edmund L.
Hartmann, Danny Arnold, Ken Englund (basado en una historia de
Danny Arnold). Fotografía: Daniel L. Fapp. Montaje: Warren Low. Músi-
ca: Joseph J. Lilley. Dirección Artística: Franz Bachelin, Hal Pereira. Intér-
pretess: Jerry Lewis, Dean Martin, Donna Reed, Barbara Bates, Joseph
Calleia, Fred Clark. ***
Como es sabido, en el cine –desde Stan Laurel y Oliver
Hardy hasta Bing Crosby y Bob Hope, pasando por los
inefables Abbott y Costello– las parejas cómicas siempre
surgieron del contraste a veces físico y otras moral. Tam-
bién Dean Martin (que hipotéticamente era el serio del
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Queremos un hijo tuyo | 401
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dúo) y Jerry Lewis (presuntamente el que siempre metía
la pata y hacía gamberradas) basaron su éxito en el con-
traste moral. Jerry era el payaso, ingenuo y bienintencio-
nado, que siempre procuraba ayudar a su amigo, claro
que a veces para meterle en situaciones todavía peores.
Por su parte, Dean era el guaperas y un incorregible
mujeriego, dotado como cantante de una voz privilegia-
da y que en todo momento se aprovechaba de la asom-
brosa credulidad y buenos sentimientos de su amigo, al
que en cierto modo explotaba y hasta humillaba en algu-
nas ocasiones.
En ¡Qué par de golfantes!, Lewis se convierte en una
especie de “tutor” deportivo de Martin, aceptando resig-
nadamente el papel de comparsa: los éxitos que él pre-
para le sirven a su compañero para triunfar. Jerry le ense-
ña a jugar al golf, es su solícito entrenador y, en el campo
de juego, ejerce las funciones de caddy, el chico que lleva
los palos. La película está estructurada casi en su totali-
dad como un largo flashback. A partir del artículo bio-
gráfico que desea escribir una periodista, el espectador
va descubriendo los respectivos pasados de los protago-
nistas, y cómo sus vidas se cruzaron hasta desembocar
en su actual condición de famosa pareja artística adora-
da por el público. En este sentido, el filme juega de mane-
ra casi constante con el mito de la pareja Martin-Lewis.
Los dos actores permanecieron juntos diez años, siendo
¡Qué par de golfantes! el título que representó el despe-
gue cinematográfico del binomio, ya que el enorme éxito
de taquilla obtenido por esta película –cuyo presupuesto
era relativamente modesto y se filmó en blanco y negro–
convenció a los directivos de la Paramount de que tenían
en sus manos una auténtica mina de oro. ■ LL.B.M.
QUEREMOS UN HIJO TUYO
España, 1981.
Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano Ozores. Fotografía: Leopoldo
Villaseñor. Montaje: Antonio Ramírez de Loaysa. Música: Alfonso Agu-
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402| Querido dirario
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llo. Dirección Artística: Julio Esteban. Intérpretes: Fernando Esteso, Sil-
via Aguilar, Florinda Chico, Ricardo Merino, Rafael Hernández, Loli
Tovar. *
Aquí tenemos a un hombre ya madurito e incapaz de
tener un hijo con su mujer que buscará al joven y ade-
cuado semental para que le ayude en su tarea de tener
descendencia. Ni que decir tiene que se trata de otra vul-
gar y chabacana muestra del cine populista, elemental,
de Mariano Ozores en su etapa más prolífica. ■ J.B.C.
QUERIDO DIARIO
(Caro diario), Banfilm/Sept Cinéma, Italia-Francia, 1994, 100 min.
Director: Nanni Moretti. Guión: Nanni Moretti. Fotografía: Giuseppe
Lanci. Música: Nicola Piovani. Intérpretes: Nanni Moretti, Giovanna Boz-
zolo, Sebastiano Nardone, Antonio Petrocelli, Giulio Base, Italo Spinelli,
Jennifer Beals, Alexander Rockwell. ***
Aunque descollara con La misa ha terminado allá por el
86, Nanni Moretti ya había dado sobradas muestras de su
rehogado y desahogado sentido de la vida con Ecce
Bombo (1977) y Bianca (1984). Sin embargo, Querido dia-
rio supuso su consagración y su popularización definitiva,
aparte de depararle la Palma al Mejor Director en Cannes.
Película falsamente episódica, como mandan los cánones
transalpinos, no cae en el ombliguismo tan propio de su
autor, sino que es una lúcida, tierna y hasta cachonda
reflexión sobre el estado de las cosas en la península itá-
lica, sobre todo en ese memorable primer tramo a lomos
de una vespa cotilla e inquisidora, que visita con deses-
peranzador jolgorio los barrios más tristes esta noche. El
segundo episodio sigue por parecida línea, aunque con-
tenga fantásticos y desinhibidos referentes culturales,
desde Stromboli a los culebrones. El tercero, más pesado
y contagioso, narra las desventuras dermatológicas de
Moretti. Gozosamente irregular, contiene momentos inol-
vidables, como ese zigzag motero con los acordes del
Jarrett y Cohen de fondo, ese arranque espontáneo del
autor cantando “Visa para un sueño” en una verbena de
barrio o esa líricamente pedestre escena del cineasta
dando patadas a un balón en un estadio vacío, una de las
más conmovedoras e inesperadas representaciones de la
libertad absoluta que ha dado el cine en los últimos años.
Y no me pregunten por qué. Perdería la gracia. ■ J.C.
¡QUÉ RUINA DE FUNCIÓN!
(Noises Off), Touchstone/Amblin, EE.UU., 1992, 104 min.
Productor: Frank Marshall. Director: Peter Bogdanovich. Guión: Marty
Kaplan (basado en la obra de Michael Frayn). Fotografía: Tim Suhrstedt.
Montaje: Lisa Day. Música: Phil Marshall. Dirección Artística: Norman
Newberry. Intérpretes: Carol Burnett, Michael Caine, Denholm Elliott,
Julie Hagerty, Marilu Henner, Christopher Reeve. *****
Heredero espiritual de la comedia clásica americana,
Bogdanovich echó mano del “Noises Off” de Michael
Frayn y lo convirtió en una modélica adaptación cinema-
tográfica, filmada con la elegancia de un Cukor, ritmada
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al compás frenético del Hawks de Luna Nueva y dotada
del ingenio visual de un Lubitsch, cuyo proverbial abrir y
cerrar de puertas se repite aquí hasta el infinito (con una
lógica aplastante y con tanto fundamento como los gui-
sos de Arguiñano). Probablemente sea ésta (en dura
competencia con el Misterioso asesinato en Manhattan de
Allen) la comedia cómica de raíz clásica más endiablada-
mente perfecta de los últimos lustros. Incomprensible-
mente inédita en nuestras pantallas grandes pese a la
calidad del reparto y al mayúsculo entretenimiento que
proporciona. ■ J.B.C.
¿QUÉ SE ESTÁ COCIENDO?
(What’s cooking?), Because Entertainment/Flashpoint, EE.UU.-
Reino Unido, 2000, 109 min.
Directora: Gurinder Chadha. Guión: Paul Mayeda Berges y Gurinder
Chadha. Fotografía: Janice Hampton. Música: Graig Pruess. Intérpretes:
Joan Chen, Julianna Margulies, Mercedes Ruehl, Kyra Sedwick, Alfre
Woodard, Mury Chaykin, Estelle Harris. **
Antes de que se diera a conocer estruendosamente con
Quiero ser como Beckham, Chadha ya había dado mues-
tras de su fino toque de balón con esta drama-comedia
coral basada en dos pilares casi infalibles: el choque cul-
tural y la buena mesa. El argumento, pues, se centra en
cuatro familias variopintas, aunque unidas por un “hecho
diferencial” común, que celebran mal que bien el Día de
Acción de Gracias en un barrio de clase media (si es que
existe alguno) de Los Ángeles. El buen hervor mantenido
por la cineasta indo-inglesa evita que la película se parez-
ca a uno de esos chistes de «va un inglés, un español y un
francés» (en este caso sería «van unos afroamericanos,
unos chinos, unos judíos...»), aunque la película funciona
más en su vena dramática, incluso por la vía lesbo-senti-
mental, que en la cómica. A pesar de todo, la atmósfera
de concordia y buenas maneras a la mesa que reina hace
asomar la sonrisa en términos generales. ■ J.C.
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¡QUÉ SUERTE SER PROFE!
(Le plus beau métier du monde), Francia, 1996, 105 min.
Productor: Jean-Louis Livi. Director: Gérard Lauzier. Guión: Gérard Lau-
zier. Fotografía: Jean-Yves Le Mener. Montaje: Georges Klotz. Música:
Vladimir Cosma. Intérpretes: Gérard Depardieu, Michèle Laroque,
Souad Amidou, Ticky Holgado, Guy Marchand, Philippe Khorsand. **
Una intrascendente aunque simpática comedia en la que
Gérard Depardieu asume el papel de un profesor que se
verá obligado a cambiar la paz del campo por la jungla
urbana al tener que enfrentarse a un grupo de conflicti-
vos alumnos de un instituto de París. ■ J.E.
¿QUÉ TAL, PUSSYCAT?
(What´s New, Pussycat?), Famous Artists/Famartists, EE.UU.-
Francia, 1965, 108 min.
Productor: Charles K. Feldman. Director: Clive Donner. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Jean Badal. Montaje: Fergus McDonell. Música: Burt
Bacharach. Dirección Artística: Jacques Saulnier. Vestuario: Gladys de
Segonzac, Mia Fonssagrives, Vicky Tiel. Intérpretes: Peter Sellers, Peter
O’Toole, Romy Schneider, Capucine, Paula Prentiss, Woody Allen, Ursu-
la Andress, Eddra Gale, Katrin Schaake, Richard Burton. **
En su época, se pensaba que los títulos de crédito de
Richard Williams eran mejores que la película que pre-
sentaban. Con el paso del tiempo, está claro que aunque
Woody Allen, que escribió el guión e interpretó al amigo
del héroe, la veía como una sátira de los mujeriegos –el
personaje de O’Toole está basado en Warren Beatty–,
Clive Donner la veía como una historia moralizante en
forma de farsa. Los resultados de la mezcla son entrete-
nidos, incluso hilarantes cuando da en la diana, pero falli-
dos en su conjunto. Peter O’Toole es el promiscuo héroe
que no teme a nada en el mundo excepto al matrimonio,
con Romy Schneider, Ursula Andress, Paula Prentiss y
Capucine como algunas de sus mujeres, y Peter Sellers
como el psicoanalista decididamente camp al que acude
en busca de ayuda. ¿Qué tal, Pussycat? es una comedia
deudora de su tiempo, a la que hay que agradecer que
capture la época visual y sonoramente, aunque muchos
de sus gags parezcan anticuados cuarenta años después.
Los decorados y el vestuario son soberbios, al igual que
las escenas en el “Crazy Horse” y la música de Burt
Bacharach, cuyo tema principal tuvo mucho que ver con
el éxito del filme. ■ J.T.
¡QUE TE CALLES!
(Tais-Toi!), Francia, 2003, 85 min.
Productor: Saïd Ben Saïd. Director: Francis Veber. Guión: Francis Veber
(basado en una idea de Serge Frydman). Fotografía: Luciano Tovoli. Mon-
taje: Georges Klotz. Música: Marco Prince. Intérpretes: Gérard Depar-
dieu, Jean Reno, Richard Berry, André Dussollier, Jean-Pierre Malo, Jean-
Michel Noirey, Laurent Gamelon, Aurélien Recoing. *
¡Qué gran actor es Jean Reno! ¡Y qué diferencia con Los
Morancos! En una escena, su personaje, que se supone
duro y lacónico, ha de aguantar serio e imperturbable las
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¡Que vienen los rusos, que vienen los rusos! | 403
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payasadas del lelo Depardieu, que se pone a imitar los
variados registros del relincho de un caballo. Y lo aguan-
ta sin asomo de choteo. Habría llegado a la final de No te
rías que es peor. Lo peor de ¡Que te calles! es que no te
ríes. O te ríes de la burrada o del requetepasadísimo
Depardieu, pues el nivel de comedia no va más allá de
intentar hacer reír (Los Morancos otra vez) viendo a los
dos astros del cine francés disfrazados de mariquitas hor-
teras. La fórmula de Francis Veber sigue donde siempre:
La cabra, El jaguar, La cena de los idiotas… Siempre un
listo, un tonto y un fregado, aquí contra la mafia. ■ J.B.C.
¡QUE VIENEN LOS RUSOS,
QUE VIENEN LOS RUSOS!
(The Russians Are Coming! The Russians Are Coming!), Mirisch/Uni-
ted Artists, EE.UU., 1966, 124 min.
Productor: Norman Jewison. Director: Norman Jewison. Guión: William
Rose (basado en la novela “The Off-Islanders”, de Nathaniel Benchley).
Fotografía: Joseph Biroc. Montaje: Hal Ashby, J. Terry Williams. Música:
Johnny Mandel. Dirección Artística: Robert F. Boyle. Intérpretes: Carl
Reiner, Eva Marie Saint, Alan Arkin, Brian Keith, Jonathan Winters, The-
odore Bikel. ****
La comedia de Norman Jewison –nominada al Oscar a la
Mejor Película– parece ahora más divertida que nunca, y
sobrevive, junto con ¿Teléfono rojo?, volamos hacia
Moscú, como un artefacto clave de la era de la Guerra
Fría. La historia es simple: el ruso Alan Arkin embarranca
su submarino en costas americanas, va a tierra para bus-
car ayuda y el pánico se desencadena en la mítica isla de
Massachusetts. Las locas payasadas que siguen giran en
torno al sheriff Brian Keith, el único residente que logra
mantener la calma excepto cuando discute con el agita-
dor Paul Ford, el autonombrado jefe de defensa civil que
se arma para repeler la “invasión” con una espada y una
gorra de la Legión Americana.
La novela de Nathaniel Benchley “The Off-Islanders”
tomaba su título de la jerga de Nueva Inglaterra para los
residentes veraniegos, representados aquí por Carl Rei-
ner, su esposa Eva Marie Saint y sus hijos, Sheldon
Golomb y Cindy Putnam. ¡Que vienen los rusos, que vie-
nen los rusos! guarda muchas similitudes con otro guión
de William Rose, El mundo está loco, loco, loco, aunque
con bombas nucleares en vez de un botín robado. La pelí-
●
404| ¡Qué viva Italia!
● ●
cula es un poco larga y adolece de algunas dosis de
pegajosa moralina, pero esos son defectos menores en
comparación con el nivel general de inventiva cómica,
realmente excepcional. ■ J.T.
¡QUÉ VIVA ITALIA!
(I nuovi mostri), Dean Film, Italia, 1977, 115 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Ettore Scola,
Mario Monicelli, Dino Risi. Guión: Age, Scarpelli, Bernardino Zapponi,
Ruggero Maccari. Fotografía: Tono Delli Colli. Montaje: Alberto Gallitti,
Lidia Pascolini. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Luciano
Ricceri, Osvaldo Nesideri. Intérpretes:: Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi,
Alberto Sordi, Ornella Muti. ****
Continuación tardía de Monstruos de hoy (1963), un tre-
mebundo film de episodios que constituye uno de los
mejores recuerdos de la comedia italiana. Ahora, los tres
nombres claves del género, Risi/Monicelli/Scola, son
quienes dirigen un buen número de sketchs, unos mejo-
res que otros, que vuelven a ofrecer una dicotomía per-
fecta de la época, y que van del cinismo a la melancolía,
pasando por la estupidez, la hipocresía y la locura, todo
ello con un reparto lleno de actores con personalidad.
Pasional, sensitiva y diferente, los nombres de sus 14 ca-
pítulos son: “L´uccellino della valle Padana”, “Con i saluti
degli amici”, Tantum Ergo”, “Autostop”, “Il sospetto”,
“First Aid. Pronto Soccorso”, “Mammina e mammone”,
“Cittadino esemplare”, “Pornodiva”, “Sequestro di perso-
na cara”, “Come una regina”, “Hostaria!”, “Senza parole” y
“L´elogio fúnebre”. Y entre sus argumentos destaquemos
el de los avariciosos padres que aceptan que su hija entre
en el mundo del porno; el del cura revolucionario, prota-
gonizado por Vittorio Gassman; el empresario (Tognazzi)
que no tiene ningún escrúpulo en explotar a su propia
esposa; Alberto Sordi como un hombre que recoge a un
accidentado y no encuentra ningún centro sanitario que
le acoja; la azafata (Ornella Muti) que provoca un acto
terrorista sin proponérselo; y un indeseable que posee
una gran fortuna pero que no muestra ningún remordi-
miento al tener a su madre en un asilo. ■ L.M.C.
QUICK CHANGE
Warner/Devoted, EE.UU., 1990, 88 min.
Productor: Robert Greenhut, Bill Murray. Director: Howard Franklin, Bill
Murray. Guión: Howard Franklin (basado en la novela de Jay Cronley).
Fotografía: Michael Chapman. Montaje: Alan Heim. Música: Randy Edel-
man, Howard Shore. Dirección Artística: David Gropman. Intérpretes:
Bill Murray, Geena Davis, Randy Quaid, Jason Robards, Bob Elliott, Phi-
lip Bosco. ***
Bill Murray escogió un proyecto a pequeña escala para su
debut tras la cámara, y el resultado fue una original,
extravagante y melancólica comedia. Murray también es
el protagonista, interpretando a un improbable ladrón
que lleva a cabo el atraco perfecto a un banco disfrazado
de payaso, pero que se desespera tratando de salir de la
ciudad con sus compinches Geena Davis y Randy Quaid.
● ●
●
Los tres protagonistas están estupendos y tienen un gran
apoyo en Jason Robards como el curtido y chiflado poli-
cía que les persigue. No es que vaya a hacer arder el
mundo, pero vale la pena verla. El entretenimiento está
garantizado. ■ J.D.D.
QUIEN CONQUISTA ES LA MUJER
(Woman Chases Man), Goldwyn, EE.UU., 1937, 71 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: John G. Blystone. Guión: Joseph
Anthony, Manuel Seff, David Hertz. Fotografía: Gregg Toland. Montaje:
Daniel Mandell. Música: Alfred Newman. Intérpretes: Miriam Hopkins,
Joel McCrea, Charles Winninger, Erik Rhodes, Ella Logan, Broderick
Crawford. ***
Una screwball comedy típica de su género e interpretada
con inefable talento por el chispeante trío de Miriam Hop-
kins, Charles Winninger y Joel McCrea. Lamentablemen-
te lastrada por un guión que se queda sin ideas en el pri-
mer tercio de su –afortunadamente– corto metraje, los
enloquecidos acontecimientos de la película dejan a sus
protagonistas literalmente colgados sobre un árbol (es
probable que alguno de los muchos guionistas sin acre-
ditar les dejara allí mientras buscaba un final aceptable
para la historia). Si el título no da mucha idea de la trama
es porque no hay mucho argumento del que hablar en
este fallido intento de Goldwyn por subirse al carro de la
screwball, pero aún así sigue siendo una hora y pico muy
agradable. ■ J.D.D.
¿QUIÉN ENGAÑÓ A ROGER RABBIT?
(Who Framed Roger Rabbit?), Touchstone/Amblin, EE.UU., 1988,
103 min.
Productor: Robert Watts, Frank Marshall. Director: Robert Zemeckis.
Guión: Jeffrey Price, Peter Seaman (basado en el libro “Who Censored
Roger Rabbit?” de Gary K. Wolf). Fotografía: Dean Cundey. Montaje:
Arthur Silvestri. Efectos: Peter Biggs, Brian Morrison, Roger Nichols,
David Watkins, Brian Lince, Tony Dunsterville, Brian Warner. Coreogra-
fía: Quinny Sacks, David Toguri. Vestuario: Joanna Johnston. Animacción:
Richard Williams. Intérpretes: Bob Hoskins, Christopher Lloyd, Joanna
Cassidy, Stubby Kaye, Alan Tilvern, Richard Le Parmentier, Joel Silver,
Paul Springer, Richard Ridings, Edwin Craig. ****
La fórmula no es nueva: mezclar personajes de carne y
hueso con dibujos animados. El cine americano lo había
hecho en muchas ocasiones. La novedad es que los dibu-
jos animados –los toons– se convierten aquí, junto al per-
sonaje de detective que interpreta Bo Hoskins, en los
protagonistas de la historia. Él es un conejo, Roger, y ella
es Jessica, una mujer soñada, una sex-symbol de papel,
que sólo podía surgir de la imaginación de unos dibujan-
tes. La historia está ambientada en el Hollywood de 1944
y parodia a centenares de historias de cine negro: un
detective privado es contratado para resolver un asesina-
to. Los resultados son francamente explosivos. Se derro-
cha humor e imaginación y se llega a un punto en el que
no se diferencia a los humanos de los dibujos. Es un gran
espectáculo, coproducido por Spielberg y Walt Disney,
●

● ●
con efectos especiales sorprendentes, que ganó un Oscar
por las excelencias de su parte técnica. ■ A.C.
¿QUIÉN SE ACUESTA CON MI MUJER?
(Cattivi pensieri), Fida/New Film Production, Italia, 1976, 100 min.
Productor: Edmondo y Maurizio Amati. Director: Ugo Tognazzi. Guión:
Ugo Tognazzi, Antonio Leonviola. Fotografía: Alfio Contini. Montaje:
Nino Baragli, Gino Bartolini, Bruna Battelli. Música: Armando Trovaioli.
Dirección Artística: Giovanni Natalucci. Intérpretes: Ugo Tognazzi,
Edwige Fenech, Orazio Orlando, Massimo Serato. *
Tognazzi pertenece, junto con Alberto Sordi, Nino Man-
fredi, Vittorio Gassman y Mastroianni, a la gran estirpe de
actores que elevaron la comedia italiana a la categoría de
arte durante los 60 y 70. Lamentablemente, su paso a la
dirección no fue excesivamente afortunado, demostrando
una alarmante falta de ritmo en sus acontecimientos y un
acelerado condicionante en el erotismo empleado. Ade-
más, el personaje que interpreta está excesivamente des-
controlado y nunca acaba de ser creíble, ni siquiera diver-
tido. Tognazzi es el abogado Marani, quien se muestra
algo trastornado al creer que su mujer le engaña. Todos
estos celos le llevarán a encerrar en su casa a uno de los
presuntos amantes, y a vigilar a su esposa empleando
cualquier método. Decepcionante y algo embarullada. ■
L.M.C.
QUIÉREME SI TE ATREVES
(Jeux d’enfants), Francia-Bélgica, 2003, 90 min.
Productor: Christophe Rossignon. Director: Yann Samuell. Guión: Jacky
Cukier, Yann Samuell. Fotografía: Antoine Roch. Montaje: Andrea Sed-
lácková. Música: Philippe Rombi. Intérpretes: Guillaume Canet, Marion
Cotillard, Thibault Verhaeghe, Joséphine Lebas-Joly, Emmanuelle Grön-
vold, Gérard Watkins, Gilles Lellouche. **
A los surrealistas les gustaba mucho Sueño de amor eter-
no, el hermoso título castellano de Peter Ibbetson, de
Henry Hathaway, cumbre del amour fou en el séptimo ar-
te. Quiéreme si te atreves es otro extravagante cuento de
amor que reta al tiempo, a las convenciones y aun a la
muerte. Es también una fábula sobre el choque entre la
infancia y la madurez, sobre la imposibilidad de seguir
jugando perpetuamente. Lo malo es que, estéticamente,
Yann Samuell ha querido hacer otra Amélie. Esa estética
a Jeunet le salía con la facilidad con que respira; a Sa-
muell en cambio se le nota forzada, impostada. ■ J.B.C.
QUIMERA DEL ORO, LA
(The Gold Rush), Chaplin, EE.UU., 1925, 120 min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Rollie Totheroh. Dirección Artística: Charles D. Hall.
Intérpretes: Charles Chaplin, Mack Swain, Tom Murray, Georgia Hale.
*****
A diferencia de Tiempos modernos o El gran dictador,
Chaplin no quería demostrar nada, no quería enviar un
● ●
Quinteto a lo loco, Un | 405
●
mensaje, con La quimera del oro. Intentó únicamente
hacer una película de puro entretenimiento, repleta de
gags divertidos y aderezada con sus emotivos toques
humanos. Y, sin embargo, ha sido considerada durante
muchas décadas por el prestigioso jurado de críticos de
todo el mundo, promocionado por la revista británica
“Sight and Sound”, como la segunda mejor película de
todas las épocas detrás de El acorazado Potemkin. Dis-
cutir ahora si es mejor o peor que aquellas o que Luces
de la ciudad, o que Monsieur Verdoux, o que... es rizar
excesivamente el rizo. Todas pueden ser obras maestras
desde perspectivas diferentes. Lo curioso es que Chaplin
apenas la mencione en sus controvertidas memorias
como si fuese la cosa más natural del mundo hacer una
película como ésta, aunque en algunas declaraciones la
señalaba como su película preferida. Sin embargo, ha
hecho correr ríos de tinta impulsados por los más sesu-
dos estudiosos de su obra, desde los puntos de vista más
opuestos. Los directores soviéticos Eisenstein y Kosintsev
compararon a su personaje con Don Quijote y, aunque le
reconocieron a Chaplin un talento fuera de serie, estable-
cieron sobre su figura una curiosa “teoría del azar” y cali-
ficaron su obra de burguesa. El francés Jean Mitry consi-
dera que La quimera del oro «es menos la tragedia de un
hombre que la de la desesperación y la inanidad de los
esfuerzos humanos que son engullidos por una sociedad
absurda». George Sadoul la calificó como «comedia
cómica dramática». Sería interminable recoger las reac-
ciones de todo tipo que provocó y sigue provocando La
quimera del oro, aunque hay que reconocer que todas
ellas coinciden en que se trata de la película más com-
pleta y homogénea de Charles Chaplin.
A nivel del gran público, han quedado en la memoria
gags inolvidables, como el de las alucinaciones del ham-
briento Jim McKay, que toma a Charlot por un pollo y le
persigue con intenciones homicidas. O el del propio Cha-
plin saboreando con deleite los cordones de sus botas. O
la del deslizamiento de la cabaña, la lucha en el saloon, la
presencia del oso, el baile... El filme costó casi un millón
de dólares, una auténtica barbaridad para la época, pero
fue uno de los más grandes éxitos de taquilla de enton-
ces. El paso del tiempo no ha empañado lo más mínimo
su humor fresco, original, innovador y siempre con tras-
fondo humano. ■ A.C.
QUINTETO A LO LOCO, UN
(Amici miei, atto II), Filmauro, Italia, 1982, 129 min.
Productor: Luigi y Aurelio de Laurentiis. Director: Mario Monicelli.
Guión: Leo Benvenuti, Piero de Bernardo, Mario Monicelli. Fotografía:
Sergio D´Offizi. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Carlo Rustiche-
lli. Dirección Artística: Lorenzo Baraldi. Intérpretes: Ugo Tognazzi, Phi-
lippe Noiret, Adolfo Celi, Renzo Montagnani. ***
Superviviente de la época dorada de la comedia italiana,
Monicelli regresa a los personajes cínicos y amorales con
los que trató en 1974 con Habitación para cuatro. Ahora,
y de nuevo con un horrible título español, retoma a estos
individuos, que asisten al entierro de uno de ellos... sien-
●
406| Quinteto de la muerte, El
● ●
do en el mismo funeral cuando comienzan su recital de
bromas sin piedad. En realidad, y al igual que cuatro tipos
se reunían para matarse comiendo en La gran comilona,
estos amigos deciden que hay que pasar la vida del mejor
modo posible realizando todo tipo de gamberradas, aun-
que sean sádicas y malévolas. Su resultado no es una
película en el sentido narrativo del término, sino que más
bien se trata de agrupar diversos sketches con el nexo en
común de los cuatro actores protagonistas. Hay mucha
mala idea en sus diálogos, una despiadada crítica a la reli-
gión con un “Cristo” nada moderado, mucho humor
negro y un final cruel donde uno de los camaradas sufre
una parálisis cerebral. ■ L.M.C.
QUINTETO DE LA MUERTE, EL
(The Ladykillers), Ealing, Reino Unido, 1955, 97 min.
Productor: Michael Balcon (sin acreditar). Director: Alexander Macken-
drick. Guión: William Rose (basado en su propia historia). Fotografía:
Otto Heller. Montaje: Jack Harris. Música: Tristam Cary. Dirección Artís-
tica: Jim Morahan. Intérpretes: Alec Guinness, Cecil Parker, Herbert
Lom, Peter Sellers, Danny Green, Jack Warner, Katie Johnson, Philip
Stainton, Frankie Howerd. *****
Entre finales de los años cuarenta y mediados de los cin-
cuenta, los estudios Ealing revolucionaron el campo de la
comedia con un ramillete de películas que hoy forman
parte de la edad de oro del cine británico. De todos los
cineastas surgidos bajo el amparo de sir Michael Balcon,
el más destacado y original fue el prematuramente reti-
rado Alexander Mackendrick, un director inclasificable al
que le bastó una exigua filmografía (nueve títulos en die-
ciocho años de actividad) para situar su nombre entre los
grandes maestros del séptimo arte. La suya fue una breve
carrera presidida por la independencia, una fuerte carga
crítica y un humor fino y sutil. Impartió su magisterio en
cuantos géneros tocó, pero fue en el terreno de la come-
dia donde este escocés de genio rayó a mayor altura,
especialmente con El quinteto de la muerte, una obra
maestra que entusiasmó a sucesivas generaciones de
espectadores. De ahí que se haya convertido después de
● ●
●
cinco décadas en un auténtico clásico, bordado con tal
finura y gracia por Alec Guinness, Katie Johnson y unos
secundarios de primera, que difícilmente el espectador
puede olvidar que alguna vez la vio.
La historia de esta deliciosa comedia negra es de
sobra conocida. Una dama octogenaria, la señora Wilber-
force (Johnson), alquila una habitación a un tal profesor
Marcus (Guinness), un hombre de aspecto siniestro pero
de refinados modales. El inquilino es visitado diariamen-
te por cuatro individuos muy extraños. Pretextan haber
formado un quinteto de cuerda, cuando en realidad son
una banda de ladrones que durante los fingidos ensayos
preparan un atraco. Con esta premisa argumental, Ma-
ckendrick alumbró una muestra de la mejor y más ácida
comedia británica, una obra que despide aromas de buen
cine por todos sus poros, de cine inteligente, refinado y
tremendamente original. Desde sus primeros fotogramas,
la cinta discurre entre la comedia y la farsa, entre escenas
decididamente jocosas y escenas realmente crueles, jalo-
nadas por una traca de pequeñas sorpresas en crescen-
do, que envuelven al espectador en un torrente de des-
parpajo y de inventiva. Todo ello es posible porque el
guión de William Rose es soberbio, porque el acertado
empleo del color permite crear la atmósfera más adecua-
da en cada momento, y porque todos los actores com-
ponen una galería de personajes inolvidables. El impaga-
ble Alec Guinnes está más allá del bien y del mal. No en
vano, su capacidad para transformarse físicamente y su
versatilidad para pasar con éxito de un género a otro le
convirtieron durante muchos años en el indiscutible rey
de la comedia inglesa. En esta ocasión, se lució a sus
anchas encarnando a un tétrico atracador, un personaje
desgreñado, de faz lívida y ojos inyectados en sangre,
parapetado en una kilométrica bufanda. Los demás com-
ponentes de la banda, todos magistrales, son el imposi-
ble aristócrata Cecil Parker, el malísimo y disparatado
Herbert Lom, Danny Green, el bruto con un corazón de
oro, y, curiosamente, el actor que estaba llamado a con-
vertirse en el heredero de Guinnes, el inmenso Peter
Sellers. Pero por encima de todos destaca la inefable
señora Wilberforce, una explosiva combinación de inge-
nuidad y despiste capaz de acabar con la paciencia del
más pintado. Hay que ver a Katie Johnson lanzar miradas
frontales, provocar enredos o pegar con un paraguas a un
frutero enloquecido para confiar en la magia de la inter-
pretación.
Comedia hilarante, mordaz y negra al mismo tiempo, El
quinteto de la muerte es un torbellino de inventiva que
define a la perfección la singularidad de sus intérpretes.
No da tregua al público y, sin embargo, el enredo está de-
sarrollado con un ritmo en el que la velocidad de los diá-
logos y el enrevesamiento de los equívocos parecen tren-
zados con hilos invisibles, sin que se produzca ningún chi-
rrido o malsonancia en su acoplamiento recíproco. Ma-
estros como Mackendrick se divertían y nos divertían ju-
gando al juego del gato y el ratón con el espectador. Eso
es en esencia esta película: un juego, una inagotable di-
versión, aunque aderezado, eso sí, con unas gotas de un
humor delicado, elegante y muy negro, negrísimo. ■ J.T.
●
 R
● ●
RABBIT TEST
EE.UU., 1978, 84 min.
Productor: Edgar Rosenberg. Director: Joan Rivers. Guión: Jay Redack,
Joan Rivers. Fotografía: Lucien Ballard. Montaje: Stanford C. Allen. Músi-
ca: Pete Carpenter, Mike Post. Dirección Artística: Robert Kinoshita.
Intérpretes:: Billy Crystal, Alex Rocco, George Gobel, Doris Roberts,
Margaret Adachi, Adam Anderson, John Andersonjo, Edward Ansara.
**
La primera película dirigida por la actriz Joan Rivers fue
esta comedia basada en un guión original propio, que
escribió en colaboración con el productor Jay Redack. La
idea del primer hombre embarazado de la historia podría
haber dado algo más de sí de haber caído en otras
manos. ■ J.E.
RAFI, UN REY DE PESO
(King Ralph), Universal/Mirage/Jbro, EE.UU., 1991, 97 min.
Productor: Jack Brodsky. Director: David S. Ward. Guión: David S. Ward.
Fotografía: Kenneth MacMillan. Montaje: John Jympson. Música: James
Newton Howard. Dirección Artística: Simon Holland. Intérpretes: John
Goodman, Peter O’Toole, John Hurt, Camille Coduri, Richard Griffiths,
Leslie Phillips. **
Ni siquiera el relajado encanto de John Goodman puede
salvar esta descabellada comedia de intrigas palaciegas.
Cuando toda la familia real británica muere en un bizarro
accidente, el improbable sucesor resulta ser un grosero
artista de Las Vegas (Goodman) –el producto de los
escarceos de un príncipe y la abuela paterna del ameri-
cano–, quien procede a abrirse camino entre los asuntos
de estado con la ayuda de su consejero Willingham
(O’Toole) y el burócrata Phipps (Griffiths). Empieza así la
● ●
●
clásica historia de “pez fuera del agua”, con el reticente
monarca enfrentado a los horrores de la etiqueta y del
entorno. Mientras tanto, el intrigante Lord Graves (Hurt,
maravillosamente histriónico) planea la caída en desgra-
cia del rey para que su propia familia pueda reclamar el
trono, y antes de que pase mucho tiempo el Palacio de
Buckingham se parece a un parque de atracciones. Este
pobre híbrido de guía de viajes e intento de sátira intro-
duce al desprevenido americano en la cocina inglesa, el
cricket y los periódicos, y cualquier noción de irreveren-
cia es echada a perder por un homenaje final a la monar-
quía. Ni siquiera el talento del reparto da de sí todo lo que
debiera, aunque Goodman y Hurt parecen estar pasán-
doselo en grande, y O’Toole está impecable como el
secretario privado del rey. ■ J.D.D.
RATAS A LA CARRERA
(Rate Race), Sherlock, EE.UU., 2001, 112 min.
Productor: Jerry Zucker, Janet Zucker, Sean Daniel. Director: Jerry Zuc-
ker. Guión: Andy Breckman. Fotografía: Thomas Ackerman. Montaje:
Tom Lewis. Música: John Powell. Dirección Artística: Gary Frutkoff. Ves-
tuario: Ellen Mirojnick. Intérpretes: Whoopi Goldberg, Rowan Atkinson,
John Cleese, Cuba Gooding, Jr., Kathy Bates, Jon Lovitz, Kathy Najimy,
Seth Green. **
Jerry Zucker se desentiende de su hermano David y de
Jim Abrahams, con los que creó el humor desopilante de
las farsas Agárralo como puedas y se lanza en solitario a
una imitación de El mundo está loco, loco, loco..., aquel
homenaje de Stanley Kramer a los cómicos mudos, en
una carrera de locos para encontrar una maleta con dos
millones en Silver City. Cada actor cómico hace su núme-
ro y el que mejor se luce es Rowan Atkinson. ■ M.Q.
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408| Ratataplan
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RATATAPLAN
(Ratataplan), Vides Cinematográfica, Italia, 1979, 95 min.
Productor: Franco Cristaldi y Nicola Carraro. Director: Maurizio Nichet-
ti. Guión: Maurizio Nichetti. Fotografía: Mario Battistoni Montaje: Gian-
carlo Rossi. Música: Detto Mariano. Dirección Artística: María Pia Ange-
lini. Intérpretes:: Maurizio Nichetti, Angela Finocchiaro, Edy Angelillo,
Lidia Biondi. **
Debut del cómico italiano Maurizio Nichetti, un tipo con
bigote y cara de lerdo que cayó muy simpático en su país
a base de experimentar con el cine mudo, siguiendo los
esquemas del maestro Jacques Tati. Para su primera pelí-
cula, Nichetti tira la casa por la ventana y no sólo la escri-
be sino que también la dirige e interpreta. El resultado es
una sucesión de inconexos gags en los que este indivi-
duo, un camarero sin suerte, descubre un agua milagrosa,
después inicia una especie de gira por diversos pueblos y
finalmente construye un robot a su imagen y semejanza
(¿?). Parece ser que, al terminar de exhibirse la película,
en el Festival de Venecia se contabilizaron quince minu-
tos de aplausos. En febrero de 1980, en Madrid, no se
escuchó ninguno. ■ L.M.C.
RATEROS, LOS
(The Reivers), EE.UU., 1969, 107 min.
Productor: Irving Ravetch. Director: Mark Rydell. Guión: Harriet Frank,
Jr., Irving Ravetch (basado en la novela de William Faulkner). Fotografía:
Richard Moore. Montaje: Thomas Stanford. Música: John Williams. Dise-
ño de producción: Charles Bailey, Joel Schiller. Intérpretess: Steve
McQueen, Sharon Farrell, Ruth White, Michael Constantine, Clifton
James, Juano Hernandez, Lonny Chapman, Will Geer. **
Después de haber triunfado en Bullit y con una carrera de
grandes éxitos, Steve McQueen trató de buscar el reco-
nocimiento. Nada mejor que una adaptación al cine de la
● ●
●
última novela de Faulkner (que le había valido un premio
Pulitzer póstumo) para demostrar a sus fans que, además
de superestrella, también podía ser un buen actor. La
cinta narra el periplo de un muchacho de once años y un
hombre de vuelta de todo en el Missouri de principios de
siglo, una especie de road movie con la que se evocaba
nostálgicamente una época ya perdida. El resultado final
tiene sólo aciertos parciales y los esfuerzos de McQueen
resultaron infructuosos. La comedia no era precisamente
lo suyo, y sigue figurando en la historia del cine como un
duro, héroe o antihéroe. ■ A.C.
RATONCITO DURO DE ROER, UN
(Mousehunt), EE.UU., 1997, 98 min.
Productor: Bruce Cohen, Tony Ludwig, Alan Riche. Director: Gore Ver-
binski. Guión: Adam Rifkin. Fotografía: Phedon Papamichael. Montaje:
Craig Wood. Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: James Nedza.
Vestuario: Jill M. Ohanneson. Inttérpretes: Nathan Lane, Lee Evans, Vicki
Lewis, Maury Chaykin, Eric Christmas, Michael Jeter,. ***
Una efervescente, brillante comedia para toda la familia,
entre el más puro cartoon (algunas imágenes están pose-
ídas por el alma de Tom y Jerry), la comedia de demoli-
ción de Laurel y Hardy (el soberbio Nathan Lane recrea la
gestualidad del entrañable Oliver, incluso en su juego ma-
nual con la corbata) y las fantasías sustentadas en el con-
traste de tamaño, modelo El increíble hombre menguan-
te (o Los Borrowers, otro excelente cuento contemporá-
neo). Centrada en la batalla campal que sostienen dos
hermanos calamitosos contra el ratoncito que habita la
mansión que han heredado, supera en ingenio y trepida-
ción a Esta casa es una ruina y Los cazafantasmas (come-
dia que recuerda la impagable comparecencia de Chris-
topher Walken como experto fumigador) y se revela un
entretenimiento inteligente, tónico e irresistible. ■ J.B.C.
RATÓN EN LA LUNA, UN
(The Mouse on the Moon), Reino Unido, 1963, 82 min.
Productor: Walter Shenson. Director: Richard Lester. Guión: Michael
Pertwee (basado en la novela de Leonard Wibberley). Fotografía: Wilkie
Cooper. Montaje: Bill Lenny. Música: Ron Grainer. Diseño de produc-
ción: John Howell. Intérpretees: Margaret Rutherford, Ron Moody, Ber-
nard Cribbins, David Kossoff, Terry-Thomas, June Ritchie, John Le Mesu-
rier, John Philips, Eric Barker, Roddy McMillan. ***
Afirman en el mundo del cine que cuando se trata de
hacer una secuela o un remake, el primer nombre que les
viene a la boca es el de Richard Lester. Este anglo-norte-
americano, nacido en 1932, siempre con un personalísimo
sentido del humor, tiene, además, el don de que sus
secuelas, “precuelas” o nuevas versiones sean totalmente
diferentes a los originales. Lo cual no quiere decir que
sean mejores o peores. Su primera secuela fue Un ratón
en la luna, producida cuatro años después de Un golpe de
gracia, que había sido uno de los grandes éxitos del cine
británico de 1959, una divertidísima comedia dirigida por
el norteamericano Jack Arnold. El éxito fue tan grande
●

● ●
que lógicamente se pensó en una continuación. A Lester,
que solamente tenía la experiencia de un largometraje, le
vino de perilla dirigir aquella secuela. Sacó punta a situa-
ciones satíricas que no se habían explotado a fondo en el
filme anterior, llevando algunas de ellas hasta extremos
delirantes. Y dejó que la gran Margaret Rutherford com-
pusiese un personaje de gran duquesa, que levantó
ampollas en unos momentos en que la monarquía britá-
nica no frecuentaba la prensa del corazón. El filme es in-
ferior a su antecesor quizá porque el humor de Lester es
mucho más suave y menos crítico, pero se acerca muchí-
simo a aquel tipo de humor británico que se hizo famoso
en aquella época y que tuvo su continuación en series te-
levisivas de grato recuerdo. ■ A.C.
RECLUTA, EL
(The Sad Sack), Paramount, EE.UU., 1957, 98 min.
Productor: Hal B. Wallis. Director: George Marshall. Guión: Edmund
Beloin, Nate Monaster (basado en el cómic de George Baker). Fotogra-
fía: Loyal Griggs. Montaje: Archie Marshek. Música: Burt Bacharach, Wal-
ter Scharf. Dirección Artística: John B. Goodman, Hal Pereira. Intérpre-
tes: Jerry Lewis, David Wayne, Phyllis Kirk, Peter Lorre, Joe Mantell. **
En su segunda película sin Dean Martin, tanto el produc-
tor Hal B. Wallis –descubridor de la pareja– como la Para-
mount se curaron en salud, buscándole a Jerry Lewis el
aparente refuerzo de un cómic de enorme éxito en Esta-
dos Unidos, “The Sad Sack”. Su héroe, mejor antihéroe,
era un soldado pelmazo y capaz de provocar los más tre-
mendos destrozos, siempre amodorrado y fuera de la
realidad. Tal estrategia, sin embargo, no dejaba de ser un
arma de doble filo: ¿aceptarían los lectores de aquellas
famosas historietas que el singular personaje tuviera los
rasgos, decididamente excéntricos, del “payaso” Lewis,
capaz de ponerlo todo patas arriba, incluido el ejército?
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Recluta Benjamin, La | 409
●
La respuesta del público no dejó lugar a dudas: el éxito
fue fulminante.
Ofrece la cinta dos partes muy diferenciadas. En la pri-
mera contemplamos lo que podría llamarse el retrato
robot del recluta Meredith T. Bixby, al que Jerry otorga
una total credibilidad –y con risas por supuesto garanti-
zadas– en su condición de beatífico pero temible perso-
naje, siempre más peligroso cuanto más servicial quiere
ser con los demás. Elegido como evidente caso clínico
por una eminente psicóloga (encarnada por la bella Phy-
llis Kirk) que luce galones de mayor y quiere solucionar
los problemas de adaptabilidad al servicio militar por
parte de tipos problemáticos, Meredith se mostrará como
un problema irresoluble. La segunda parte del filme des-
cribe las aventuras del protagonista cuando se presenta
voluntario para una misión en África. Esta misión, desti-
nada a evitar las sustracciones de material militar por
parte de agentes sin escrúpulos que venden las armas ro-
badas a caudillos árabes, convierte El recluta en una pa-
rodia de las numerosas películas de aventuras que tuvie-
ron a la Legión Extranjera como potagonista. ■ LL.B.M.
RECLUTA BENJAMIN, LA
(Private Benjamin), Warner Bros., EE.UU., 1980, 109 min.
Productor: Nancy Meyers, Charles Shyer, Harvey Miller. Director:
Howard Zieff. Guión: Nancy Meyers, Charles Shyer, Harvey Miller. Foto-
grafía: David M. Walsh. Montaje: Sheldon Kahn. Música: Bill Conti. Dise-
ño de producción: Robert Boyle. Dirección Artística: Jeff Howard. Ves-
tuario: Betsy Cox. Intérpretes: Goldie Hawn, Eileen Brennan, Armand
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410| Reclutas
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Assante, Robert Webber, Sam Wanamaker, Barbara Barrie, Mary Kay
Place, Harry Dean Stanton, Albert Brooks, Alan Oppenheimer. **
Otro deprimente ejemplo de película basada en gags de
sitcom, cuya historia gira exclusivamente sobre una idea
que alguien no debería haber tenido nunca: Goldie Hawn
se une al ejército. Es una idea de un solo chiste, pero
Hawn saca el máximo provecho a su papel de mocosa
mimada que se vuelve buena, y sus reacciones a los rigu-
rosos ejercicios de entrenamiento, su relación con sus
superiores y un desafortunado romance con el físico fran-
cés Armand Assante mientras está de servicio en Europa
inspiran un torrente de risas. Ojalá el director Howard
Zieff hubiese permitido que alguien más le echara un vis-
tazo al guión para ofrecer algo más que chistes sobre
uñas rotas, y de paso evitar que los miembros del repar-
to secundario sólo sean meros satélites en torno a un res-
plandeciente sol. Aun así, Robbert Webber, como el
comandante de la unidad, y Mary Kay Place, como la
compañera de Judy, ofrecen un buen apoyo. ■ J.D.D.
RECLUTAS
(Buck Privates), Universal, EE.UU., 1941, 82 min.
Productor: Alex Gottlieb. Director: Arthur Lubin. Guión: Arthur T. Hor-
man, John Grant. Fotografía: Milton Krasner. Montaje: Philip Kahn. Músi-
ca: Charles Previn. Intérpretes: Lee Bowman, Alan Curtis, Bud Abbott,
Lou Costello, Jane Frazee. ***
Una década después de unir fuerzas como un improvisa-
do número de vodevil, Abbott y Costello saltaron al es-
trellato con este hilarante mejunje. Es difícil ver por qué la
película recaudó diez millones de dólares en la taquilla
americana –una suma fenomenal para la época–, aunque
es bastante divertida. En esta ocasión, Bud y Lou son re-
clutados por accidente y asignados a un campamento.
Allí se ven obligados a arbitrar en un menage à trois mili-
tar entre el chico rico (Bowman), la anfitriona del campa-
mento (Frazee) y el antiguo chófer (Curtis). Dirigida a un
ritmo vertiginoso, la historia arranca varias risas, pero los
puntos culminantes son las canciones de las Andrews Sis-
ters, incluyendo la nominada al Oscar “Boogie Woogie
Bugle Boy from Company B”. ■ J.T.
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RECUERDOS
(Stardust Memories), United Artists, EE.UU., 1980, 90 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse. Dirección
Artística: Michael Molly. Intérpretes: Woody Allen, Charlotte Rampling,
Jessica Harper, Marie-Christine Barrault, Tony Roberts, Daniel Stern,
Amy Wright, Helen Hanft. ****
Recuerdos, la segunda película en blanco y negro de
Woody Allen, es uno de sus trabajos más insólitos, extra-
ños incluso. Por un lado, cabe verla como una obra cru-
cial, decisiva y de transición, pues divide su etapa con
Diane Keaton (Manhattan es su filme inmediatamente
anterior) de la que acto seguido iba a iniciar con Mia Fa-
rrow (La comedia sexual de una noche de verano fue el
inmediatamente posterior). Pero es al propio tiempo algo
así como un filme paréntesis a través del cual (y a través,
principalmente, del protagonista de la función y evidente
álter ego de Allen) el cineasta reflexiona sobre su propia
obra y sobre su personalidad frente al espectador, que
busca en él sólo al cómico, a la máscara, al payaso que le
hace reír, y no la profunda e inagotable caverna humana
que contiene. De hecho, Woody Allen hacía tiempo que
había empezado una labor de “despayasamiento”, adqui-
riendo un compromiso de cómico serio y reflexivo, o lo
que va de Bananas o El dormilón, puros disparates con
profusión de slapstick, a Annie Hall, comedia cruzada por
una corriente subterránea de desencanto y acidez.
En Recuerdos ejecuta Allen un diálogo abierto consigo
mismo y con nosotros, sus asiduos e incondicionales se-
guidores. Un puzzle, un colage o rompecabezas sin es-
tricta progresión dramática, hermosamente confecciona-
do con explícitas referencias a sus maestros Ingmar Berg-
man (con ecos u homenajes a La vergüenza y, sobre todo,
a Persona) y Federico Fellini (es ya un lugar común decir
que aquí estamos ante el 8 y medio particular del artista
neoyorquino) y un carrusel de imágenes que pasa nece-
sariamente por su relación con las mujeres, en esta oca-
sión un trío de féminas fastuoso: una violinista (la dulce
Jessica Harper, la de El fantasma del paraíso), una madre
francesa (la confortable Marie Christine Barrault) y una
magnética neurótica (la felina Charlotte Rampling). Y que
pasa, a su vez, por momentos felices más allá de la reali-
dad: ahí son nada las inenarrables tertulias que mantiene
●

● ●
el protagonista con unos extraterrestres. Por cierto: fíjen-
se en una preciosa rubia que cautiva desde la ventanilla
de un tren a Woody Allen: es ni más ni menos que Sharon
Stone en su primera aparición cinematográfica. ■ J.B.C.
REGALO PARA PAPÁ, UN
(Milk Money), EE.UU., 1994, 110 min.
Productor: Kathleen Kennedy, Frank Marshall. Director: Richard Benja-
min. Guión: John Mattson. Fotografía: David Watkin. Montaje: Jacqueli-
ne Cambas. Música: Michael Convertino. Diseño de producción: Paul
Sylbert. Vestuario: Theoni V. Aldredge. Intérpretes: Melanie Griffith, Ed
Harris, Michael Patrick Carter, Malcolm McDowell, Anne Heche. ***
En 1963, Vincente Minnelli dio a luz una de sus comedias
más brillantes, El noviazgo del padre de Eddie, donde el
niño Ron Howard se las ingeniaba para buscarle una
nueva costilla a su viudo padre Glenn Ford. Aunque Algo
para recordar homenajeaba explícitamente a Tú y yo, la
obra maestra de Leo McCarey, su esqueleto argumental
se vertebraba según la misma base del filme minnelliano.
Y como dicen que no hay dos sin tres ni demasiadas
ideas originales en el Hollywood actual, aquí está Un
regalo para papá, que es otra vuelta de tuerca sobre el
mismo tema, con un fleco robado a Pretty Woman, en
tanto que historia de prostituta redimida por el amor.
Porque, efectivamente, al oficio más viejo del mundo
se dedica la muchacha en quien el chaval protagonista
pone los ojos como candidata a futura mamá. Pero no
hay que alarmarse ni rasgarse las vestiduras, porque,
aunque puta minifaldera y escotadísima, y aunque meti-
da en un sucio asunto gangsteril, nuestra heroína tiene un
corazón de oro, adora a Grace Kelly y sueña con la lle-
gada del príncipe azul que la aparte del mal vivir. No ha-
ce falta decir que al final todos serán felices y comerán
hamburguesas.
Nada nuevo bajo el sol: Un regalo para papá es una
comedia previsible y común, un cuento de hadas –Ceni-
cienta a tanto la hora– mantequilloso, facilón y tan imper-
sonal como la dirección de Richard Benjamin, estimable
actor veintitantos años atrás, prometedor cineasta en sus
inicios (Mi año favorito, Adiós a la inocencia) y hoy ado-
cenado servidor de comedias huecas, exentas de toda
inspiración.
Si algo hay frecuentable en esta fabulita es la presen-
cia, siempre grata, de Melanie Griffith. Aunque no sea
éste un producto que la merezca –ni nosotros, ciudada-
nos civilizados, nos la merecemos ahí–, hay que recono-
cer que Melanie, tan lejos ya de aquella memorable joven-
cita descarriada de La noche se mueve, es ya una gran
dama de la pantalla. ■ J.B.C.
REGLA DEL JUEGO, LA
(La regle du jeu), N.E.F., Francia, 1939, 110 min.
Director: Jean Renoir. Guión: Jean Renoir (en colaboración con Carl
Koch, Camille Francois y el reparto). Fotografía: Jean Bachelet. Montaje:
Marguerite Renoir. Música: Camille Saint-Saens, Salabert, E. Rose, Vin-
cent Scotto, Camille Francois. Vestuario: Chanel. Intérpretes: Marcel
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Regodeo, El | 411
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Dalio, Nora Gregor, Roland Toutain, Jean Renoir, Mila Parely, Paulette
Dubost, Gaston Modot, Julien Carette, Odette Talazac. *****
Un filme maldito, incomprendido, y también perseguido
durante años que, incluso después de su reestreno en
1968, seguía pasando totalmente inadvertido y que gra-
cias a la reivindicación posterior de un grupo de historia-
dores del cine adquirió el prestigio que merecía. La pelí-
cula se abre con una cita de un fragmento del acto IV, es-
cena X, de “Las bodas de Fígaro”, la cual justifica las in-
tenciones de Renoir, que declaró que había intentado ha-
cer «una fantasía dramática siguiendo el estilo de Beau-
marchais para componer una descripción exacta de los
burgueses de nuestra época en las vísperas de la guerra».
Y se cierra con la bajada tradicional de un telón de teatro.
En apariencia se trata de un vodevil ligero y sutil. Pero
poco a poco se va convirtiendo en un demoledor y cruel
juego profético del gato y el ratón entre personajes reco-
nocibles de la época, pero que, a través del cual y según
Truffaut, «ninguna persona de entonces quiso reconocer-
se». La película, que cerró una etapa personal y profesio-
nal en la vida de Renoir, resume de forma magistral y a
través de las formas clásicas y populares herederas del
teatro todas las constantes de Renoir desperdigadas o
esbozadas en películas anteriores. «Ya que todos los
hombres mienten, incluidos los políticos –declaró Re-
noir–, ¿por qué no han de mentir casi todos los persona-
jes del filme?» Renoir utilizó precisamente la sutil ambi-
güedad en que se mueven sus criaturas de ficción para
poner en la película sus combativos conceptos filosóficos
y éticos sobre la sociedad en que vivía. Por mil y una cir-
cunstancias no pudo seguir siendo fiel a sí mismo en sus
posteriores películas, y ésta puede considerarse como un
legado de su etapa más militante. Durante muchos años
fue La gran ilusión la película más reverenciada de Renoir,
pero gracias a los esfuerzos de Truffaut y el historiador y
teórico André Bazin finalmente La regla del juego fue
considerada como la segunda mejor película de la histo-
ria del cine en la clasificación de 1972 de la revista del Bri-
tish Films Institute “Sight and Sound”. ■ A.C.
REGODEO, EL
(Basta che non si sappia in giro!), Medusa, Italia, 1976, 100 min.
Productor (colectivo): Renato Jaboni. EPISODIOS: “Machina d´amore”:
Director: Nanni Loy. Guión: Age & Scarpelli. Fotografía: Luigi Kuveiller.
Dirección Artística: Luciano Spadoni. Intérpretes: Monica Vitti, Johnny
Dorelli. “Il superiore”: Director: Lugi Magni. Guión: Luigi Magni. Foto-
grafía: Claudio Ragona. Dirección Artística: Lucia Mirisola. Intérpretes:
Nino Manfredi, Lino Banfi. “L´equivoco”: Director: Luigi Comencini.
Guión: Castellano & Pipolo. Fotografía: Giuseppe Ruzzolini. Dirección
Artística: Luciano Spadoni. Intérpretes: Nino Manfredi, Monica Vitti.
Montaje (colectivo): Franco Fraticelli, Gasperina Marani, Ruggero Mas-
troianni, Ernesto Triunveri, Nino Baragli, Gino Bartolini. Música (colecti-
vo): Armando Trovaioli. **
Tres episodios basados en el sexo, donde destaca la
buena química que se establece entre Manfredi y Monica
Vitti en el último de ellos, cuando una vendedora de
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412| Regreso de la pantera rosa, El
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libros es confundida con una prostituta y, poco a poco, va
cediendo a los deseos de su cliente. Los otros dos no lle-
gan a la altura de este capítulo, aunque mantienen un
agradable acento perverso. En el primero, de nuevo Moni-
ca Vitti es una secretaria que se introduce como el per-
sonaje erótico de un guionista, mostrándose bastante
atrevida para la ocasión; mientras el segundo, distancián-
dose algo del tono cómico habitual, cuenta el secuestro
de una chica a la que se pretende hacer partícipe de
prácticas sexuales nada convencionales. ■ L.M.C.
REGRESO DE LA PANTERA ROSA, EL
(The Return of the Pink Panther), Reino Unido, 1975, 113 min.
Productor: Blake Edwards. Director: Blake Edwards. Guión: Frank Wald-
man, Blake Edwards. Fotografía: Geoffrey Unsworth. Montaje: Tom
Priestley. Música: Henry Mancini. Intérpretes: Peter Sellers, Christopher
Plummer, Catherine Schell, Herbert Lom, Peter Arne, Peter Jeffrey, Gré-
goire Aslan, David Lodge, Graham Stark. *****
Tercera entrega de la saga del inspector Closeau. Como
se sabe, la popular serie proseguiría con otros títulos,
incluso después de la muerte en 1980 de Peter Sellers,
seguramente porque Blake Edwards se autonombró alba-
cea testamentario de Closeau, sabedor de que podía re-
currir al personaje –sin importarle reciclar secuencias in-
terpretadas por Sellers y que en su día habían sido dese-
chadas– para resarcirse del tropiezo en taquilla de otras
producciones suyas. En esta ocasión, el diamante “la pan-
tera rosa" es robado del museo donde se expone y las
autoridades internacionales deciden que el único capaz
de recuperarlo es el inspector Closeau, actualmente un
● ●
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simple guardia, al que se rehabilita para encargarle la mi-
sión. Una retahíla de gags desiguales al servicio de Peter
Sellers, en una serie que ya empezaba a flojear. ■ LL.B.M.
REINA ANÓNIMA, LA
Lola Films/Rocabruno, España, 1992, 90 min.
Director: Gonzalo Suárez. Guión: Gonzalo Suárez. Fotografía: Carlos
Suárez. Música: Mario de Benito. Intérpretes: Carmen Maura, Marisa
Paredes, Juanjo Puigcorbé, Jesús Bonilla, Cristina Marcos, Pepa López,
Kiti Manver, Gabriel Garbisu, El Gran Wyoming. **
Después de dos filmes de época como Remando al vien-
to y Don Juan de los infiernos, donde los exteriores y el
paisaje adquirían un importante papel, Suárez realizó La
reina anónima, una película circunscrita a un decorado
único, el apartamento de la protagonista, una ama de
casa que vive una serie de singulares experiencias, fruto
sin duda de sus fantasías: su casa se ve invadida por una
tropa de personajes extravagantes. Todos ellos propician
situaciones absurdas y diálogos marcianos, consiguen
crear un mundo paralelo sin reglas ni orden social. Un
extraño experimento de comedia onírica, fallida pero
estimulante por navegar a contracorriente. ■ J.B.C.
REINA DE NUEVA YORK, LA
(Nothing Sacred), Selznick, EE.UU., 1937, 75 min.
Productor: David O. Selznick. Director: William A. Wellman. Guión: Ben
Hecht, Ring Lardner, Jr., Budd Schulberg (basado en la historia “Letter to
the Editor”, de James H. Street). Fotografía: W. Howard Greene. Monta-
je: Hal C. Kern, James E. Newcom. Música: Oscar Levant. Dirección Artís-
tica: Lyle Wheeler. Vestuario: Travis Banton, Walter Plunkett. Intérpretes:
Carole Lombart, Fredric March, Charles Winninger, Walter Connolly, Sig
Rumann, Frank Fay, Maxie Rosenbloom, Margaret Hamilton. ****
Muy bien escrita por Ben Hecht, quien afirmó que el
guión «se hizo en dos semanas y hubo que escribir la his-
toria en trenes entre Nueva York y Los Ángeles», a partir
de un original de James H. Street. La reina de Nueva York
es una comedia de ribetes satíricos en la que una al prin-
cipio temible y más tarde falsa enfermedad incurable
convierte a una chica de provincias en una heroína nacio-
nal. Nueva York y sus habitantes, los medios de comuni-
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cación, la explotación del individuo y la falsedad están
contemplados bajo una implacable virulencia por Well-
man, cineasta mucho más corrosivo de lo que se piensa,
como dejó claro en comedias y melodramas sociales.
Producida por Selznick y rodada en un lujoso e incipien-
te color, la película cuenta con un exquisito equipo de
secundarios, la gloria del cine americano clásico. En 1954,
Dean Martin y Jerry Lewis interpretaron el remake Vivien-
do su vida. ■ J.B.C.
REINAS
España, 2005, 107 min.
Productor: José Luis Escolar. Director: Manuel Gómez Pereira. Guión:
Yolanda García Serrano, Manuel Gómez Pereira, Joaquín Oristrell. Foto-
grafía: Juan Amorós. Montaje: José Salcedo. Música: Bingen Mendizábal.
Intérpretes: Veronica Forqué, Carmen Maura, Marisa Paredes, Mercedes
Sampietro, Betiana Blum, Gustavo Salmerón, Unax Ugalde, Hugo Silva,
Daniel Hendler, Paco León, Raúl Jiménez. ***
En otras manos que no fueran las de Gómez Pereira y su
equipo médico-guionístico habitual (Oristrell, García Se-
rrano), abordar en clave de comedia el tema del matri-
monio gay en España habría derivado hacia una indiges-
ta combinación de chistes relamidos y abyecto tomate
televisivo. Reinas se erige en una comedia de impecable
look. A un guión sin fisuras notables, pese al constante
cruce de personajes y situaciones, se unen las actuacio-
nes de unos comediantes en estado de gracia. Primero,
las madres de los gays que van a casarse: Verónica For-
qué, Carmen Maura, una autoparódica Marisa Paredes
(que parece Gloria Swanson, no salida de la película de
Billy Wilder, sino de las de Almodóvar, a quien cita en un
diálogo), Mercedes Sampietro y la argentina Betiana
Blum. Sin olvidar a un padre viudo y jardinero (magnífico
Lluís Homar). ■ LL.B.M.
EL RELEVO
(Breaking Away), Fox, EE.UU., 1979, 100 min.
Productor: Peter Yates. Director: Peter Yates. Guión: Steve Tesich. Foto-
grafía: Matthew F. Leonetti. Montaje: Cynthia Scheider. Música: Patrick
Williams. Vestuario: Betsy Cox. Intérpretes: Dennis Christopher, Dennis
Quaid, Daniel Stern, Jackie Earle Haley, Barbara Barrie, Paul Dooley,
Robyn Douglass, Hart Bochner, Amy Wright, Peter Maloney. ***
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Retrato de mujer con hombre al fondo | 413
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Una deliciosa sorpresa. El conflicto de clases y el chauvi-
nismo de los pueblos pequeños son los temas de la inge-
niosa película juvenil de Peter Yates, interesante tanto por
su retrato de la América obrera como por su impredeci-
ble argumento. El héroe, Dave (Christopher), y sus ami-
gos tratan de ganar la carrera ciclista anual “Little Indy”
en su pueblo natal (Bloomington, Indiana), como un
gesto de desafío a los privilegiados chicos de la universi-
dad. La película utiliza la carrera para revelar las tensio-
nes sexuales, de clase y económicas dentro de una comu-
nidad americana.
El oscarizado guión de Steve Tesich denota irónico in-
genio y gran sensibilidad, y las interpretaciones son ma-
ravillosas, especialmente la de Dennis Christopher, que da
vida a un personaje tan enamorado del equipo ciclista ita-
liano que habla con acento italiano, canta arias de Verdi y
rebautiza a su gato “Fellini”. Con un coste de apenas dos
millones y medio de dólares, El relevo se convirtió en un
gran éxito de taquilla, iniciando el tropel de películas ini-
ciáticas juveniles de los ochenta. ■ J.D.D.
REMOLQUE LARGUÍSIMO, UN
(The Long, Long Trailer), EE.UU., 1954, 103 min.
Productor: Pandro S. Berman. Director: Vincente Minnelli. Guión: Albert
Hackett, Frances Goodrich (basado en la novela de Clinton Twiss). Foto-
grafía: Robert Surtees. Montaje: Ferris Webster. Música: Xavier Cugat,
Foster Curbelo, Adolph Deutsch, Albert Stillman. Dirección Artística:
Edward C. Carfagno, Cedric Gibbons. Intérpretes:: Lucille Ball, Desi
Arnaz, Marjorie Main, Keenan Wynn, Gladys Hurlbut. ***
Después de unas mediocres carreras cinematográficas,
Lucille Ball y Desi Arnaz alcanzaron el estrellato con el
show de televisión I Love Lucy, muy popular en su
momento y que tuvo una duración excepcional. Con el
respaldo de este triunfo, ambos regresaron a MGM para
protagonizar Un remolque larguísimo, una comedia epi-
sódica que, básicamente, preserva sus imagenes televisi-
vas de esposa alocada y marido sufridor. Interpretando a
unos recién casados, Lucille convence a Desi para invertir
en una autocaravana y utilizarla para su viaje de novios,
origen de un sinfín de desastres. La película se basa más
en el slapstick que en las sutilezas de la interpretación,
pero el director Vincente Minnelli saca el máximo partido
al endeble material. ■ J.D.D.
RETRATO DE MUJER CON HOMBRE
AL FONDO
España, 1997, 96 min.
Productor: Juan Pulgar. Director: Manane Rodríguez. Guión: Xavier Ber-
múdez, Antonio Larreta, Manane Rodríguez. Fotografía: Juan Carlos
Gómez. Montaje: Martin Eller. Música: Jorge Drexler. Diseño de produc-
ción: Gabriel Carrascal. Vestuario:: Eva Arretxe. Intérpretes: Paulina Gál-
vez, Bruno Squarcia, Myriam Mézières, Pedro Miguel Martínez, Ginés
García Millán, Margarita Musto. *
En su primer largometraje, la uruguaya Manane Rodrí-
guez pretende cincelar la figura de la mujer independien-
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414| Rey de los cowboys, El
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te de nuestros días, escindida entre la libertad (y el éxito
profesional) y su angustia frente a la soledad. Apoyada
en una convincente composición de Paulina Gálvez dan-
do vida a una abogada treintañera temerosa del amor,
Rodríguez elabora un relato ligero, directo, en el que la
comedia costumbrista y el melodrama existencial co-
lisionan con frecuencia. ■ J.B.C.
REY DE LOS COWBOYS, EL
(Go West), EE.UU., 1925, 65 min.
Productor: Buster Keaton, Joseph M. Schenck. Director: Buster Keaton.
Guión: Lex Neal, Raymond Cannon (basado en una historia de Buster
Keaton). Fotografía: Bert Haines, Elgin Lessley. Música: Konrad Elfers,
Rafal Rozmus (nueva música de 2004). Dirección Artística: Fred
Gabourie. Intérpretes: Buster Keaton, Howard Truesdale, Kathleen
Myers, Ray Thompson, Brown Eyes. ***
Todos los grandes comediantes han seguido esta direc-
ción tarde o temprano, y puede que Buster Keaton fuese
excepcional, pero no era una excepción. El rey de los
cowboys es el título de su inevitable concesión al senti-
mentalismo chapliniano: su personaje se llama Friendless
(“Sin amigos”) y su compañera de reparto es una vaca ta-
citurna. Algunos maravillosos toques marcan el progreso
del romance de Buster con la vaca mientras él se sienta
pacientemente esperando que el animal se ordeñe a sí
mismo después de poner un cubo en la posición adecua-
da, le ata cuernos en la cabeza para que pueda defen-
derse de la manada,y –al darse cuenta de que su cariño
es recíproco– ensaya una cautelosa palmada mientras se
quita el sombrero educadamente. El animado clímax pre-
senta a Keaton vestido con un traje rojo de Mefistófeles,
● ●
●
y con policías dementes agarrados a su cola, tratando de
detener una estampida de ganado que siembra el caos
en el pueblo. No es una de sus obras maestras, pero resul-
ta igualmente encantadora. ■ J.D.D.
REY DEL PELIGRO, EL
(Inspector Clouseau), Mirisch, Reino Unido, 1968, 96 min.
Productor: Lewis J. Rachmil. Director: Bud Yorkin. Guión: Tom Wald-
man, Frank Waldman (basado en el personaje creado por Blake Edwards
y Maurice Richlin). Fotografía: Arthur Ibbetson. Montaje: John Victor
Smith. Música: Ken Thorne. Diseño de producción: Michael Stringer.
Dirección Artística: Norman Dorme. Vestuario: Ivy Baker, Dinah Greet.
Intérpretes: Alan Arkin, Delia Boccardo, Frank Finlay, Patrick Cargill,
Beryl Reid, Barry Foster, Clive Francis, John Bindon, Michael Ripper,
Tutte Lemkow. **
El inepto policía francés –inmortalizado por Peter Sellers,
pero aquí sólo imitado por Alan Arkin– es requerido en
Londres para ayudar a Scotland Yard a resolver el robo
simultáneo –con los procedimientos del Gran Asalto al
Tren– de una docena de bancos suizos, por parte de una
banda cuyos miembros llevan máscaras modeladas a
imagen de Clouseau. Buena dirección, mejores interpre-
taciones y una notable ambientación sacan el máximo
provecho del material. Pero ahí, en el material, es donde
radica el problema. Todo es profundamente artificial, y de
no ser por el excelente trabajo de Arkin y Yorkin, empe-
ñados en añadir constantes dosis de adrenalina a la tra-
ma, El rey del peligro carecería del ímpetu suficiente pa-
ra mantener el interés del espectador. ■ J.D.D.
REY DE POGGIOREALE, EL
(Il Re di Poggioreale), Italia, 1961, 90 min.
Productor: Duilio Coletti, Dino De Laurentiis. Director: Dulio Coletti.
Guión: Duilio Coletti (basado en una historia de Fante, Mangioni y Vit-
toriano Petrilli). Fotografía: Leonida Barboni. Música: Carlo Savina. Intér-
pretes: Ernest Borgnine, Max Cartier, Ermelinda De Felice, Cristina Gaio-
ni, Mariangela Giordano, Aldo Giuffrè. *
Aunque en 1955 había obtenido el Oscar al Mejor Actor
por su excelente composición en Marty, uno de los máxi-
mos exponentes de la adaptación del neorrealismo italia-
no por parte del cine norteamericano, Ernest Borgnine
seguía condicionado por su físico y no acababa de en-
contrar papeles adecuados, así que decidió emigrar tem-
poralmente a la tierra de sus padres. Su primera interpre-
tación tuvo lugar en El rey de Poggioreale, coproducción
italo-francesa que narraba la historia de un generoso
truhán de Nápoles que roba a las tropas norteamericanas
para repartir sus ganancias entre los más necesitados. Lo
que debía ser un vehículo para las condiciones histrióni-
cas de Borgnine se redujo a una comedia melodramática
dirigida por Duilio Coletti, quien por lo visto debía saber
inglés y era considerado un especialista en dirigir actores
extranjeros, porque el año anterior había dirigido a Char-
les Laughton y Van Hefflin en la coproducción Bajo diez
banderas. Perfectamente obviable. ■ LL.B.M.
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 Rings on Her Fingers | 415
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REY EN NUEVA YORK, UN Vicaut. Fotografía: Thierry Arbogast. Montaje: Joelle Hache. Música:
(A King In New York), Archway, Reino Unido, 1957, 105 min. Antoine Duhamel. Dirección Artística: Ivan Maussion. Intérpretes: Char-
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles les Berling, Jean Rochefort, Fanny Ardant, Judith Godreche, Bernard
Chaplin. Fotografía: Georges Perinal. Montaje: Spencer Reeves. Música: Giraudeau, Bernard Dheran. ***
Charles Chaplin. Dirección Artística: Allan Harris. Intérpretes: Charles
Chaplin, Dawn Addams, OliverJohnston, Maxine Audley, Harry Green, De Cyrano de Bergerac a La inglesa y el duque, pasando
Michael Chaplin. *** por La reina Margot, Beaumarchais, el insolente o Marqui-
se, el apego del cine francés por el espectáculo de época
Un rey en Nueva York, realizada en 1957, diez años antes es notable. Ridicule tiene por escenario el Versalles de
de La condesa de Hong Kong, pasa por ser un filme Luis XVI. Su trama, con un pie en Choderlos de Laclos,
menor en la filmografía de Chaplin, y de hecho lo es, pero documenta las intrigas de la corte entre una ociosa no-
téngase en cuenta que un filme menor suyo siempre da bleza que mata sus horas de aburrimiento (24 cada día)
ciento y raya a centenares de comedias mayores o pre- en pintorescos juegos de ingenio verbal: rimas, invectivas
tendidamente mayores. Además, Un rey en Nueva York y frases irónicas desfilan por los salones con la contun-
–hay que tener en cuenta el detalle, sobre todo si consi- dencia de duelos a espada, con sus reglas (no reírse de
deramos la meticulosidad del cineasta en sus obras– la una ocurrencia propia, nada de retruécanos...) y con una
realizó Chaplin deprisa y con carácter de urgencia, sal- penalización capital: el ridículo. Una comedia de (raras)
dando una cuenta pendiente con EE.UU., país del que es- costumbres persuasiva, ligera pero mordaz, se diría que
taba exiliado desde 1952, acusado por la caza de brujas. dialogada por un discípulo de Sacha Ghitry y, claro está,
La obra, pues, es una comedia crítica y despiadada muy bien vestida, ambientada y fotografiada. ■ J.B.C.
donde el humor de Chaplin adquiere honestamente la voz
de una acusación. La acusación de una intolerancia des-
proporcionada. «Yo era hostil a la Comisión de Activida-
des Antiamericanas, un título bastante clásico como para
permitir ahogar la voz de todo ciudadano americano cu-
ya opinión no fuese la de la mayoría», escribió el artista
en su autobiografía. Esa ira impregna toda la cinta, que
por una vez desciende su habitual sentimentalismo a gra-
do casi cero, aunque mantiene escenas hilarantes de pri-
mera magnitud, como esos momentos en que el protago-
nista –la última interpretación principal del genial actor–,
tras la cirugía estética, no puede reír y ha de aguantar
con mil muecas contenidas un espectáculo cómico: su
arte, eso está claro, seguía estando en la cúspide. ■ J.B.C.

REY PASMADO, EL
Arion Prod./Interfilmes, España-Francia-Portugal, 1991, 110 min.

Director: Imanol Uribe. Guión: Juan Potau, Gonzalo Torrente Ballester .

Música: José Nieto. Intérpretes: María Barranco, Joaquim de Almeida,
Laura del Sol, Gabino Diego, Juan Diego, Fernando Fernán-Gómez, Ale-
jandra Grepi, Eusebio Poncela, Javier Gurruchaga. ***

Basándose en la novela de Torrente Ballester “Crónica del

rey pasmado”, el filme de Uribe reconstruye la España de
Felipe IV y, a partir de una anécdota (el Rey quiere ver
desnuda a la Reina, una joven francesa con la que se ha
casado por política), despliega una jocosa farsa con in-
quisidores, frailes, validos, prostitutas y condes. Un nutri-
do reparto da vida a los personajes, destacando por sus
rasgos asombrosamente velazqueños Gabino Diego en el
papel principal, excelente. Una comedia sencilla y feliz sin
otra pretensión, bien cumplida, que la de divertir. ■ J.B.C.
RINGS ON HER FINGERS
20th Century Fox, EE.UU., 1942, 85 min.
Productor: Milton Sperling. Director: Rouben Mamoulian. Guión: Ken
Englund. Fotografía: George Barnes. Montaje: Barbara McLean. Música:
Cyril J. Mockridge. Intérpretes: Henry Fonda, Gene Tierney, Laird Cregar,
John Shepperd, Spring Byington. **

El éxito crítico y popular de Las tres noches de Eva hizo

RIDICULE mella en Darryl F. Zanuck. Celoso de la suerte de Henry
Epithete/Cinea/France3, Francia, 1996, 102 min. Fonda con Preston Sturges, el magnate de la Fox llamó a
Productor: Gilles Legrand, Frederic Brillion, Philippe Carcassonne. sus guionistas y les dijo: «Escribidme una película del tipo
Director: Patrice Leconte. Guión: Remi Waterhouse, Michel Fessler, Eric Las tres noches de Eva». Lo hicieron, y la llamaron Rings

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416| Risky Business
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on Her Fingers. Ahora sólo necesitaban un director con
las suficientes tablas para llevar a buen puerto el proyec-
to. El elegido fue Rouben Mamoulian, presumiblemente
porque no tenía nada mejor a mano. El cineasta no esta-
ba muy contento, pero su disgusto no podía compararse
al de Henry. Ambos sabían que merecían algo mejor pero,
como grandes profesionales que eran, sacaron el mayor
partido posible al material que tenían entre manos. Fon-
da tiene varias escenas divertidas que atestiguan su dies-
tro ritmo cómico, así como su dominio de los resortes del
género. Su personaje fue utilizado de nuevo como desen-
cadenante para el engaño de una mujer astuta, sólo que
esta vez Gene Tierney es la atractiva desplumadora que
se enamora del desconcertado “primo”. Pero ella no es
Stanwyck, y el director tampoco es competencia para el
gran Sturges. Hay una lamentable frialdad en la relación
de los protagonistas, aunque Laird Cregar y Spring
Byington resultan muy disfrutables como los socios tima-
dores de Gene. Rings on Her Fingers es agradable, genui-
namente divertida, pasablemente entretenida. La pelícu-
la funcionó tan bien como la Fox esperaba en la taquilla
y los críticos elogiaron el trabajo de Fonda. Pero en años
posteriores él se refería a la cinta como «parte de la basu-
ra que hice para Zanuck». ■ J.D.D.
RISKY BUSINESS
Geffen, EE.UU., 1983, 98 min.
Productor: Jon Avnet, Steve Tisch. Director: Paul Brickman. Guión: Paul
Brickman. Fotografía: Reynaldo Villalobos. Montaje: Richard Chew.
Música: Tangerine Dream. Diseño de producción: William J. Cassidy.
Vestuario: Robert de Mora. Intérpretes: Tom Cruise, Rebecca De Mor-
nay, Joe Pantoliano, Richard Masur, Bronson Pinchot, Curtis Armstrong,
Nicholas Pryor, Janet Carroll, Shera Danese, Raphael Sbarge. ***
Una de las películas que cimentaron la fama del entonces
jovencísimo Tom Cruise, un adolescente con ganas de
marcha que aprovecha la ausencia de sus padres para
montar, en su lujosa casa, un fiestorro con una prostituta.
Sólo que la noche será mucho más accidentada de lo que
era de esperar. Comedia de desmadre juvenil con un
toque de adulta ironía, crédito del guionista y director
Paul Brickman. ■ J.B.C.
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●
ROAD TO UTOPIA
Paramount, EE.UU., 1945, 90 min.
Productor: Paul Jones. Director: Hal Walker. Guión: Norman Panama,
Melvin Frank. Fotografía: Lionel Lindon. Montaje: Stuart Gilmore. Músi-
ca: Leigh Harline. Dirección Artística: Hans Dreier, Roland Anderson.
Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy
Lamour, Hillary Brooke, Douglas Dumbrille, Jack LaRue, Robert Barrat,
Nestor Paiva, Robert Benchley, Will Wright. ***
En esta entrega de la muy querida serie Road to, Chester
Hooton (Hope) y Sal Van Hoyden (Lamour) recuerdan
cómo se hicieron ricos. Consiguieron el control de una
mina de oro en Klondike, pero perdieron a su mejor
amigo, Duke Johnson (Crosby), en el proceso. Narrada
como un largo flashback, la película se remonta a los vie-
jos tiempos, cuando Chester y Duke no eran más que una
fracasada pareja de artistas de vodevil. Obligados a huir
de San Francisco, embarcan en un buque hacia el norte y
roban la escritura de una mina de oro en Alaska a un par
de asesinos. Convertidos en ladrones y csiderando este
robo y el hecho de que están huyendo de la policía, fin-
gen ser los tipos duros a los que acaban de estafar. Pero,
manteniendo la tradición, el dúo se mete en graves pro-
blemas y compite por los afectos de Sal antes de que
aparezcan los créditos finales. Abundantes –y excelen-
tes– gags visuales puntúan la acción, los animales hablan,
y los temperamentos complementarios de Hope y Crosby
están aprovechados al máximo. Con el añadido de la obli-
gatoria riña por Dorothy Lamour y los chistes privados, a
la postre una de las señas de identidad de la serie, el
tiempo simplemente vuela. Ya no se hacen películas co-
mo ésta. ■ J.T.
ROAD TO ZANZIBAR
Paramount, EE.UU., 1941, 92 min.
Productor: Paul Jones. Director: Victor Schertzinger. Guión: Frank
Butler, Don Hartman (basado en la historia “Find Colonel Fawcett”, de
Don Hartman y Sy Bartlett). Fotografía: Ted Tetzlaff. Montaje: Alma
Macrorie. Música: Victor Young. Dirección Artística: Hans Dreier,
Robert Usher. Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Bing Crosby, Bob
Hope, Dorothy Lamour, Una Merkel, Eric Blore, Iris Adrian, Lionel
Royce, Buck Woods, Leigh Whipper, Ernest Whitman. ***
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Las películas de Tarzán llevaban años circulando por las
pantallas cuando Road to Zanzibar, la segunda entrega
de la serie Road to, aprovechó la oportunidad para satiri-
zar todas las historias selváticas rodadas hasta entonces.
El guión es divertido, aunque gran parte del humor surgió
de las improvisaciones en el set. Los timadores Fearless
Frazier (Hope) y Chuck Reardon (Crosby) deben huir de
la ciudad para evitar las represalias del gángster a quien
acaban de vender una falsa mina de diamantes, Mons Le-
bec (Royce), un criminal al que no le gusta ser engañado.
En vez de enfrentarse a Lebec, Chuck y Frazier se van a
Zanzibar, donde conocen a un par de artistas de Bro-
oklyn, Donna Latour (Lamour) y Julia Quimby (Merkel),
que están en África para encontrar al hermano de Donna.
En el subsiguiente viaje por la jungla, los chicos descu-
bren que Donna, en realidad, a quien está buscando es a
un millonario británico con el que ella espera casarse. A
partir de ese momento, las cosas no hacen más que em-
peorar, pero es lo esperado. Hoy en día, Road to Zanzibar
puede parecer algo anticuada, incluso pasada de moda,
sobre todo en comparación con las tres maravillosas
entregas que le siguieron (Marruecos, Utopía y Río), pero
aún así tiene a Bob Hope, Bing Crosby y Dorothy Lamour,
un buen repertorio de gags y algunas canciones pegadi-
zas, así que se las arregla de sobra. ■ J.T.
ROBO MÁS GRANDE JAMÁS CONTADO, EL
España, 2002, 105 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Daniel Monzón. Guión:
Daniel Monzón, Jorge Guerricaechevarría. Fotografía: Carles Gusi. Mon-
taje: Iván Aledo. Música: Roque Baños. Dirección Artística: Antón Lagu-
na. Vestuario: Eva Arretxe. Intérpretes: Antonio Resines, Neus Asensi,
Manuel Manquiña, Javier Aller, Jaime Barnatán, Rosario Pardo, Sancho
Gracia, Enrique Villén. ***
Daniel Monzón, que en su primer largometraje, El corazón
del guerrero, homenajeó al cine de espadas y brujería sin
prescindir del sabor local de cocido madrileño, se apuntó
en el segundo a esa espumosa ola retrospectiva. Los pro-
tagonistas de El robo más grande jamás contado podrían
ser la versión siglo XXI de los berlanguianos timadores de
Se vende un tranvía o de quienes, en otro estimable For-
qué, Casi un caballero, querían chorizar un Greco. Aquí es
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Romance otoñal | 417
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un Picasso, nada menos que el Gernika, el objeto que un
quinteto de carcamales pretende robar. Como sea que
algo ha de cambiar para que todo siga igual, ahora la
vieja artesanía (el mondo y lirondo timo de la estampita)
deja paso a un golpe hi-tech, digno del Tom Cruise de Mi-
sión imposible. Y como el producto es caro y ha de notar-
se, el desenlace en el aeropuerto es tan espectacular co-
mo una Jungla de cristal.Es obvio que antes, en el men-
cionado corto de Berlanga sin ir más lejos, había un trans-
gresor espíritu de anarquía para combatir la grisura de
aquellas calendas. Hoy, un producto como éste no apela
a otra cosa que al buen rollo y el entretenimiento. Pero
con gran capacidad de seducción: Monzón demuestra de
nuevo tener madera para contar historias, con ritmo y
vibración; su obra supura diversión por sus cuatro costa-
dos y los actores responden con afiladas caricaturas. En
fin, una de atracos perfectos como manda la tradición,
chispeante y bulliciosa. ■ J.B.C.
ROMANCE EN NUEVA YORK
(Un divan à New York), Bélgica-Francia-Alemania, 1996, 106 min.
Productor: Régine Konckier, Jean-Luc Ormières. Director: Chantal Aker-
man. Guión: Chantal Akerman, Jean-Louis Benoît. Fotografía: Dietrich
Lohmann. Montaje: Claire Atherton. Música: Sonia Wieder-Atherton.
Intérpretes: Juliette Binoche, William Hurt, Paul Guilfoyle, Stephanie
Buttle, Richard Jenkins. **
El cine de Akerman, poco conocido salvo por el filmote-
quero contumaz, es desnudo y directo, a veces difícil de
digerir. Excelente retratista del universo femenino, su esti-
lo es una suerte de cinéma vérité sin artificios. Sin embar-
go, Romance en Nueva York poco tiene que ver con ello.
Al parecer, la cineasta quiso hacer una comedia románti-
ca ligera, a la americana, con rostros populares y el único
fin de divertir. Su trama tenía posibilidades: un enredo
propiciado por el fingimiento y la psiquiatría, como en
Beyond Therapy, de Altman. Pero la película falla estrepi-
tosamente a causa de su (ausencia de) ritmo. Esa lentitud
que en Les rendez-vous d’Anna tenía pleno sentido aquí
ejerce de talón de Aquiles. En su crítica, Fernando Mén-
dez Leite atinaba: «Es como si La pantera rosa se hubie-
ra rodado con los criterios de El eclipse». ■ J.B.C.
ROMANCE OTOÑAL
(Used People), Largo/20th Century-Fox, EE.UU., 1992, 115 min.
Productor: Peggy Rajski. Director: Beeban Kidron. Guión: Todd Graff.
Fotografía: David Watkin. Montaje: John Tintori. Música: Rachel Port-
man. Dirección Artística: Stuart Wurtzel. Intérpretes: Shirley MacLaine,
Kathy Bates Jessica Tandy, Marcello Mastroiani, Marcia Gay Harden, Syl-
via Sidney. ***
El cine se ocupa más bien poco de la llamada tercera
edad, y mucho menos para contarnos historias de amor.
Romance otoñal aborda dicho tema desde la perspectiva
de la comedia romántica. Por una vez, Mastroianni dijo
que sí a una producción norteamericana –siempre se ha-
bía negado a trabajar en Hollywood–, que le emparejó
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418| Rosa púrpura de El Cairo, La
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con MacLaine, que da vida a una viuda judía a quien el
personaje interpretado por el actor italiano ha amado en
secreto durante más de veinte años. Ambos intérpretes,
que fueron nominados a los Globos de Oro, sostienen el
peso de una comedia gracias a una química que logra
sortear incluso las situaciones menos afortunadas del
guión. ■ J.E.
ROSA PÚRPURA DE EL CAIRO, LA
(The Purple Rose of Cairo), Jack Rollins/Charles H. Joffe, EE.UU.,
1985, 84 min.
Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody
Allen. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse. Música: Dick
Hyman. Dirección Artística: Edward Pisoni. Vestuario: Jeffrey Kurland.
Intérpretes: Mia Farrow, Jeff Daniels, Danny Aiello, Diane West, Van
Johnson, Zoe Caldwell, John Wood, Milo O’Shea, Deborah Rush, Irving
Metzman. *****
En los años de la Depresión, una mujer malcasada, mal-
tratada y desgraciada (Farrow) vivirá momentos de feli-
cidad con el héroe de una película de aventuras (Daniels),
que inesperadamente sale de la pantalla, y con el actor
que lo interpreta (Daniels otra vez), llamado por los pro-
ductores y el exhibidor para que intente convencerle de
regresar a su vida en blanco y negro. Parece un dispara-
te de argumento, pero es un prodigio de inventiva aun
tomando en préstamo ideas de Keaton (El moderno
Sherlock Holmes) y de Fellini (El jeque blanco). Es una de
las mejores reflexiones nunca vistas sobre el encuentro
entre la ficción y la realidad, es un emocionantísimo
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●
homenaje al séptimo arte y su poder taumatúrgico (inol-
vidable el rostro final de Farrow) y es una obra maestra,
concisa y divertida, hecha desde la atalaya de la inteli-
gencia. ■ J.B.C.
ROSA ROSAE
Fernando Colomo PC/Sogepaqg/Antena 3 TV, España, 1993, 95 min.
Productor: Fernando Colomo. Director: Fernando Colomo. Guión: Fer-
nando Colomo. Fotografía: Javier G. Salmones. Música: Mariano Díaz.
Intérpretes: María Barranco, Ana Belén, Christopher de Oni, Rosa
Novell, Juanjo Puigcorvé, Ana María Ventura, María Luisa Ponte, Cristina
Calzón. ***
Después de muchos años de separación se encuentran
casualmente dos amigas de la infancia. Este hecho trivial
presente en la vida de la mayoría de los seres humanos
sirve de punto de partida para una película que invita a
reflexionar sobre el destino, la casualidad, los encuentros
y los desencuentros y la importancia de las decisiones
personales en la búsqueda de la felicidad, pero también
pone de manifiesto la imposibilidad de ser totalmente
dueños de nuestros actos y consecuentemente de nues-
tros destinos. Fernando Colomo ha hecho una comedia
ácida pero también divertida. Y lógicamente, por el tema,
en algunos momentos nostálgica. Los diálogos son, en
ocasiones, muy ingeniosos y el tratamiento de los tipos
secundarios es otro de sus aciertos. El filme está cons-
truido sobre la personalidad de dos estrellas femeninas
del cine español muy discutidas. Son dos actrices con
muchos fans, pero también con muchos detractores so-
bre todo porque acostumbran a repetirse en la mayoría
de las numerosas películas que protagonizan, hagan el
papel que hagan. Ana Belén es una escritora en crisis que,
después del éxito de su primera novela, no consiguió ins-
piración para la segunda. María Barranco es una funcio-
naria de Correos. Ellas, sin embargo, son las que sostie-
nen el peso de la película y saben dar en cada momento
lo que se espera de sus personajes. Son además las dos
caras de una misma moneda, los dos extremos de con-
ceptos de vida latentes quizá en cada ser humano. ■ A.C.
ROSAS ROJAS
(Imagine Me & You), EE.UU.-Reino Unido-Alemania, 2005, 94 min.
Productor: Sophie Balhetchet, Andro Steinborn, Barnaby Thompson.
Director: Ol Parker. Guión: Ol Parker. Fotografía: Ben Davis. Montaje:
Alex Mackie. Música: Alex Heffes. Dirección Artística: Richard Field.
Intérpretes: Piper Perabo, Lena Headey, Matthew Goode, Celia Imrie,
Anthony Head, Darren Boyd, Sue Johnston. **
Comedia romántica muy británica (el síndrome Hugh
Grant), de factura elegante (el síndrome Mike Newell),
que comienza con una boda (el síndrome Tres idems y un
funeral), en torno a la profunda confusión de la novia
cuando se descubre enamorada de otra chica, la encar-
gada de decorar con flores la ceremonia. Perabo y Hea-
dey componen unos personajes más consistentes de lo
habitual en el género. Y algunos diálogos tienen gracia,
●

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como la confesión del padre de la novia: «Llevo treinta
años casado; si la hubiera matado entonces, ya habría
salido de la cárcel y sería libre». Pero, en conjunto y pese
a su vindicación del amor homosexual, predomina un aire
convencional. ■ J.B.C.
ROSITA, PLEASE!
España, 1993, 91 min.
Productor: Ventura Pons. Director: Ventura Pons. Guión: Joan Barbero.
Fotografía: José García Galisteo. Montaje: Jordi Puig. Música: Carles
Cases. Dirección Artística: Rosa Ros. Intérpretes: Amparo Moreno,
Mercè Arànega, Ángel Burgos, Konstantin Hadjipanzov, Joel Joan. **
La complicidad entre Ventura Pons y esa gorda de todos
los diablos llamada Amparo Moreno, capaz de adueñarse
de cualquier papel con pasmosa facilidad –los buenos
actores nunca transmiten sensación de dificultad en sus
interpretaciones–, alcanzó su cénit en Rosita, please!
Director y actriz comparten su complicidad con el
espectador desde el mismo arranque de la película, una
filmación de Tristán e Isolda –el filtro mágico se convier-
te en pretexto de la función o, si se quiere, en McGuffin
hitchcockiano– cuya seriedad se hace añicos rápidamen-
te. A partir de ahí, Rosita, please! acumula situaciones,
cambia de escenarios vertiginosamente y desemboca en
un final, también enloquecido, donde todo encaja.
No parte Ventura Pons de materiales demasiado origi-
nales, pero la historia de esta diva operística que aspira a
ser la protagonista femenina de “Romeo y Julieta” man-
tiene el ritmo adecuado y disimula las trampas de situa-
ciones ya harto vistas o sencillamente facilonas. Y si Billy
Wilder hablaba de la precisión que la geografía debe
tener en una comedia, nuestro cineasta ha trasladado la
geografía física de su película hasta Bulgaria. Lograr que
una comedia catalana resulte creíble en escenarios tan
distantes como Sofía o Plovdiv demuestra la habilidad del
director (Ventura) y la astucia –presupuestaria– del pro-
ductor (Pons).
Y si el impresionante monasterio de Rita acoge varias
escenas de una comedia tan ortodoxa como ésta, cabe
recordar que otra de las leyes del género reside en una
buena dirección de actores. A Ventura Pons siempre le ha
funcionado el riesgo de mezclar actores veteranos con
principiantes, sin que el conjunto denote estridencias.
Pero en Rosita, please! el mayor peso de la película recae
lógicamente en Amparo Moreno, recitadora impenitente
de frases cinéfilas robadas sin ningún pudor a Mae West
o a Scarlett O´Hara. Que Mercè Aránega, actuando como
una Shirley MacLaine doméstica, no resulte anulada, sino
todo lo contrario, evidencia sus notabilísimas condiciones
de comediante. ■ LL.B.M.
ROSTRO PÁLIDO
(The Paleface), Paramount, EE.UU., 1948, 91 min.
Productor: Robert L. Welch. Director: Norman Z. McLeod. Guión:
Edmund Hartmann, Frank Tashlin, Jack Rose. Fotografía: Ray Rennahan.
Montaje: Ellsworth Hoagland. Música: Victor Young. Dirección Artística:
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Roxanne | 419
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Hans Dreier, Earl Hedrick. Intérpretes: Bob Hope, Jane Russell, Robert
Armstrong, Iris Adrian, Robert Watson. ***
Rostro pálido es una inteligente parodia del Oeste, narra-
da con considerable humor y brillantes gags. Bob Hope,
quizás en su mejor papel, es Painless Potter, un dentista
charlatán que viaja por el viejo Oeste y se mete en graves
problemas cuando conoce a la pistolera Calamity Jane
(Russell), una chica dura del Oeste cuyo trabajo como
agente del gobierno causa problemas a Potter, pero
cuyas armas le salvan del peligro y le dan su reputación
de héroe. Los gags se centran como siempre en las falsas
bravatas de Hope, que proporciona una animada mezcla
de chistes y slapstick. Pero Bob no es todo lo que la pelí-
cula tiene que vender. Está Jane Russell. Y no exagera-
mos si afirmamos que rara vez se encontró Hope con una
compañera más sensible que la seductora, sardónica y
engañosa Russell. El guión, escrito a seis manos, entre
ellas las de Frank Tashlin, y la oscarizada canción de Jay
Livingston y Ray Evans “Buttons and Bows” –que Painless
Potter interpreta como un lastimero canto de amor a
Calamity Jane– contribuyen a la diversión. ■ J.D.D.
ROSY, EL HURACÁN
(Rosy la bourrasque), Pea Produzione/Artemis Films/Les Artistes
Associes, Italia-Francia-Alemania, 1979, 118 min.
Productor: Alberto Grimaldi. Director: Mario Monicelli. Guión: Furio
Scarpelli, Mario Monicelli, Agenore Incrocci. Fotografía: Tonino Delli
Colli. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Gianfranco Plenizio.
Dirección Artística: Lorenzo Baraldi. Intérpretes: Gérard Depardieu,
Faith Minton, Roland Bock, Charles Bollet. ***
Rocambolesca historia de amor entre dos marginados
que encuentran lo que siempre han estado buscando: el
uno al otro. Depardieu es un boxeador fracasado por cul-
pa de una mano destrozada cuando realizaba una exhibi-
ción de destrozar puertas con sus nudillos, cuya vida cae
en picado hasta que conoce a Rosy, que se dedica a la
lucha libre y cuya vida es igualmente solitaria debido a la
dificultad de encontrar al hombre indicado. Cuando el
boxeador decide volver al ring para impresionar a Rosy, la
realidad se impone y recibe una brutal paliza. Es enton-
ces cuando ella se da cuenta de que está enamorada de
él y parte en su busca. Un año después, el reencuentro
entre ambos llevará la comedia al final feliz deseado. A
pesar de que puede parecer algo convencional teniendo
en cuenta la impresionante trayectoria del director, con-
tiene momentos melancólicos muy destacables. ■ L.M.C.
ROXANNE
Columbia, EE.UU., 1987, 107 min.
Productor: Michael Rachmil, Daniel Melnick. Director: Fred Schepisi.
Guión: Steve Martin (basado en la obra “Cyrano de Bergerac”, de
Edmond Rostand). Fotografía: Ian Baker. Montaje: John Scott. Música:
Bruce Smeaton. Diseño de producción: Jackson De Govia. Dirección
Artíística: David Fischer. Vestuario: Richard Bruno, Tish Monaghan.
Intérpretes: Steve Martin, Daryl Hannah, Rick Rossovich, Shelley Duvall,
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420| Rubia entre dos mundos, Una
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John Kapelos, Fred Willard, Max Alexander, Michael J. Pollard, Shandra
Beri, Brian George. ***
En su desaforada búsqueda de temas para interesar a un
público cada vez más numeroso y aprovechando la falta
de perspectiva y de conocimiento del americano medio,
sólo interesado en su propia cultura, las productoras de
Hollywood se lanzan sobre el cine francés para volver a
rodar alguna de sus películas, inspirarse en los guiones de
otras o, sencillamente, importar a alguna de sus estrellas.
Éste es el caso de comedias de Yves Robert, Coline Se-
rreau, de Jean Charles Tacchella o de Luc Besson y la
incorporación de Barbet Schroeder o del actor Gérard
Depardieu. Esta vez al cómico Steve Martin se le ocurrió
escribir una especie de puesta al día del “Cyrano de Ber-
gerac” de Rostand, y convertirlo en un bombero enamo-
rado de una rubia zanquilarga como la Hannah pero, claro
está, abrumado por el peso de su nariz y por la compe-
tencia de un inocente y bello galán, todo esto ubicado en
uno de estos pueblos americanos idílicos abiertos a la
naturaleza y habitados por gente cordial. En este caso,
Martin se mantiene en los límites de la corrección, e inclu-
so da muestras de una cierta gracia en la creación de
nuevas situaciones –como, por ejemplo, el duelo en el
bar–, pero el peso del original gravita demasiado sobre
cualquier imitación y más si tenemos en cuenta que el
“Cyrano” no es ninguna comedia, sino un drama puro.
Reducirlo a amable pieza de ingenio no deja de ser una
opción facilona para quedarse en los aspectos más
superficiales de un personaje clásico, que no sólo derro-
chaba divertidas pullas, sino que con ellas trataba de
esconder su inseguridad y acababa derrotado por la
mediocridad a la que tanto había combatido. El australia-
no Fred Schepisi rodó su primera película en Hollywood
en 1983, un curioso western con Willie Nelson titulado
Barbarosa. Luego se convirtió en uno de los directores
preferidos de Meryl Streep, después de dirigirla en Plenty.
Schepisi tiene fama de desaprovechar buenos materiales
en una puesta en escena desvaída. Evidentemente lo hizo
en su adaptación a la pantalla de la novela de John Le
Carré “La casa Rusia”, a pesar de contar con Sean Con-
nery y Michele Pfeiffer en el reparto. ■ M.Q.
RUBIA ENTRE DOS MUNDOS, UNA
(Cool World), Paramount, EE.UU., 1992, 102 min.
Productor: Frank Mancuso, Jr. Director: Ralph Bakshi. Guión: Michael
Grais, Mark Victor. Fotografía: John A. Alonzo. Montaje: Steve Mirkovich,
Annamaria Szanto. Música: Mark Isham. Dirección Artística: Michael
Corenblith. Intérpretes: Kim Basinger, Gabriel Byrne, Brad Pitt, Michele
Abrams, Deirdre O’Connell, Carrie Hamilton. ***
Ya desde 1971, con la producción Disney La bruja novata,
de Robert Stevenson, pudimos ver a dibujos animados y
personajes reales convivir en la pantalla. Después, en
1988, vino la famosa ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, y,
cuatro años más tarde, este Cool World obra de Ralph
Bakshi, el responsable de Fritz, el gato caliente, la primera
película de animación calificada X, y de la primera versión
● ●
●
de El señor de los anillos, hecha con una técnica que tam-
bién mezclaba dibujos animados con imágenes reales.
El independiente Bakshi contó con un buen presu-
puesto y una distribución normal, no como en muchos de
sus anteriores filmes, pero no consiguió el favor del públi-
co a pesar de los muchos reclamos que incluía, entre ellos
el protagonismo de una Kim Basinger a la que podemos
ver tanto real como en forma de un atractivo dibujo ani-
mado. La historia gira en torno a un dibujante al que se le
revelan sus creaciones. Su desarrollo a veces no resulta
muy convincente, pero la película se soporta perfecta-
mente. ■ G.Q.
RUBIA FENÓMENO, UNA
(It Should Happen to You), Columbia, EE.UU., 1954, 86 min.
Productor: Fred Kohlmar. Director: George Cukor. Guión: Garson Kanin.
Fotografía: Charles Lang. Montaje: Charles Nelson. Música: Frederick
Hollander. Dirección Artística: John Meehan. Vestuario: Jean Louis.
Inttérpretes: Judy Holliday, Jack Lemmon, Peter Lawford, Michael O’Shea,
Connie Gilchrist, Vaughn Taylor, Heywood Hale Broun, Rex Evans, Art
Gilmore, Whit Bissell. ****
Dos inimitables personalidades y talentos, Judy Holliday
y Jack Lemmon, se funden con resultados inmejorables
en esta original y satírica comedia romántica, intachable-
mente dirigida por George Cukor. Holliday es la chica de
pueblo Gladys Glover que llega a la Gran Manzana.
Desesperada por ser “alguien”, alquila una prominente
cartelera en Manhattan en la que hace inscribir su nom-
bre. De repente, todo Nueva York se está preguntando
quién es y por qué ha hecho esto, entre ellos Evan Adams
III (Lawford), un ejecutivo de una gran compañía jabone-
ra que codicia el destacado espacio publicitario de
Gladys. El éxito del filme debe mucho al talento de Kanin
para el apunte costumbrista y a la interpretación de Holli-
day en su clásico rol de “rubia tonta”, soberbiamente
complementada por Lemmon en su debut cinematográ-
fico. A Una rubia fenómeno le falta poco para ser una
obra maestra. ¿Quizás un poco de mordiente en la sátira
de la televisión y de su entusiasta promoción de celebri-
dades inanes? ■ J.D.D.
RUBIA MUY DUDOSA, UNA
(Switch), EE.UU., 1991, 103 min.
Productor: Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión: Blake Edwards.
Fotografía: Dick Bush. Montaje: Robert Pergament. Música: Don Grady,
Henry Mancini. Dirección Artística: Sandy Getzler. Intérpretes: Ellen
Barkin, Jimmy Smits, JoBeth Williams, Lorraine Bracco, Tony Roberts,
Perry King, Bruce Payne. ***
En el ya lejano 1964, Vincente Minnelli dirigió Adiós, Char-
lie, una mordaz comedia en la que un gángster donjua-
nesco moría tiroteado por un marido celoso y volvía a
este mundo reencarnado en una rubia de armas tomar.
Blake Edwards, veterano artífice de memorables come-
dias, se apropia de tal premisa argumental para escribir y
dirigir Una rubia muy dudosa. El donjuán protagonista
●

● ●
será asesinado por tres de sus mutuamente engañadas
amantes y en su tránsito hacia el cielo o el infierno, que
nunca se sabe, recala finalmente en el purgatorio. En
justo castigo, se le obliga a redimirse volviendo a la tierra
bajo la explosiva envoltura de una rubia muy parecida a
Ellen Barkin, de encantos nada dudosos sino evidentes,
que sufrirá en carne propia –nunca mejor dicho– los exce-
sos de donjuanes de pacotilla. Ya un tanto alejado de sus
mejores tiempos, Blake Edwards no se muestra especial-
mente inspirado en esta comedia destinada a halagar a
las feministas, pero su puesta en escena y la inequívoca
elegancia de su escritura visual emerge en una función
que a menudo consigue provocar la risa del espectador.
Lo que no es poco. ■ LL.B.M.
RUBIA MUY LEGAL, UNA
(Legally Blonde), 20th Century Fox, EE.UU., 2001, 96 min.
Productor: Marc Platt. Director: Robert Luketic. Guión: Karen McCullah
Lutz, Kristen Smith, Amanda Brown. Fotografía: Anthony B. Richmond.
Montaje: Anita Brandt-Burgoyne, Garth Craven. Música: Rolfe Kent.
Dirección Artística: Melissa Stewart. Vestuario: Sophie de Rakoff Carbo-
nell. In
ntérpretes: Luke Wilson, Selma Blair, Matthew Davis, Victor Gar-
ber, Jennifer Coolidge. **
Esta película quiere demostrar que dentro de la cabecita
loca de una prototípica rubia de instituto puede haber un
cerebro en funcionamiento. La guapa estudiará Derecho
en Harvard y dará sopas con honda a los más prestigio-
sos abogados. Un exitazo que generó secuela, pretende
otorgar a la comedia universitaria un toque de crítica aci-
dez, como Election o Fuera de onda, pero se queda a
medio gas. ■ J.B.C.
RUBIA MUY LEGAL 2, UNA
(Legally Blonde 2: Red, White & Blonde), 20th Century Fox, EE.UU.,
2003, 95 min.
Productor: David Nicksay, Marc E. Platt. Director: Charles Herman-
Wurmfeld. Guión: Kate Kondell (basado en una historia de Eve Ahlert,
Dennis Drake y Kate Kondell, y en los personajes de Amanda Brown).
Fotografía: Elliot Davis. Montaje: Ricky Andres, Peter Teschner. Música:
Rolfe Kent, Diane Warren. Dirección Artística: Mark Worthington. Intér-
pretess: Reese Witherspoon, Sally Field, Regina King, Jennifer Coolidge,
Bruce McGill, Dana Ivey. **
Secuela de uno de los grandes éxitos de la actriz Reese
Witherspoon. Sus dotes de buena comediante, aquí casi
ocultas bajo un desfile de modelitos de revista de modas,
lucen de nuevo aunque al servicio de una nadería menos
bulliciosa que el filme precedente: la defensa de los dere-
chos de los animales, amenazados por las fauces de una
poderosa multinacional. ■ J.B.C.
RUFUFÚ
(I soliti ignoti), Cinecittà/Lux Film, Italia, 1958, 111 min.
Director: Mario Monicelli. Guión: Suso Cecchi, Agenore Incrocci, Mario
Monicelli y Furio Scarpelli. Fotografía: Gianni Di Venanzo. Música: Piero
● ●
Rufufú da el golpe | 421
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Umiliani. Intérpretes: Vittorio Gassman, Renato Salvatori, Memmo
Carotenuto, Marcello Mastroianni, Rosanna Rory, Claudia Cardinale,
Elena Fabrizi, Totó. ***
Una de las primeras pifias de los distribuidores españoles,
que hicieron pasar esta película como una secuela-imita-
ción de la muy distinta Rififi, de Dassin, cuando se trata
de un salpicón disparatado que se beneficia del absoluto
estado de gracia de su cuarteto protagonista, así como
de la pericia del cineasta romano, esta vez en solitario. El
argumento gira en torno a las disfuncionales peripecias
de una banda formada por gente tan poco recomendable
como un boxeador algo sonado (Gassman), un fotógrafo
en paro (Mastroianni) o un ex disc jockey con el disco ra-
yado. Aparte de reinventarse el subgénero (El quinteto
de la muerte destilaba más licor macabro y sin tantas
burbujas "achispadas" como aquí), el filme propició
numerosas secuelas y fotocopias que, por supuesto, sólo
sirvieron para revalorizar aún más el hechizo de la origi-
nal, empezando por la continuación “oficial”: Rufufú da el
golpe (Nanni Loy, 1959), con Gassman, Cardinales y Nino
Manfredi. ■ J.C.
RUFUFÚ DA EL GOLPE
(Audace colpo dei soliti ignoti), Vides Cinematográfica, Italia, 1959,
105 min.
Productor: Franco Cristaldi. Director: Nanni Loy. Guión: Age, Scarpelli,
Nanni Loy. Fotografía: Roberto Gerardi. Montaje: Mario Serandrei. Músi-
ca: Piero Umiliani. Dirección Artística: Cario Egidi. Intérpretes: Vittorio
Gassman, Renato Salvaroti, Claudia Cardinale, Vicky Ludovisi. ***
Rápida secuela de la exitosa Rufufú, que después cono-
cería varias e irrelevantes copias. En esta ocasión, y ya sin
Mastroianni en el reparto, la banda de inútiles ladrones se
traslada hasta Milán para participar en otro “golpe maes-
tro”: atracar el furgón blindado que lleva todas las liras
recaudadas por las quinielas. El principal ingrediente de
otro ingenioso guión de Age & Scarpelli consiste en colo-
car a los ladrones en las situaciones más inverosímiles, de
donde sorprendentemente logran salir indemnes, bien
por fortuna o porque, en el fondo, son muy simpáticos de
cara al espectador. Como era de prever, y tras conseguir
hacerse con la maleta repleta de dinero, pierden el botín
●
422| Rumores que matan
● ● ●

de la forma más ingenua. Sin llegar a la altura del original,

mantiene un tono cómico muy elevado, además de con-
tar con una Claudia Cardinale que corta la respiración. Ni-
no Manfredi aparece brevemente en el film. ■ L.M.C.

RUMORES QUE MATAN

(Gossip), Warner, EE.UU., 2000, 91 min.

Productor: Jeffrey Silver, Bobby Newmyer. Director: Davis Guggenheim.

Guión: Gregory Poirier, Theresa Rebeck. Fotografía: Andrezej Bartko-
wiak. Montaje: Jay Cassidy. Música: Graeme Revell. Intérpretes: James
Marsden, Lena Headey, Norman Reedus, Kate Hudson, Eric Bogosian,
Edward James Olmos, Joshua Jackson. ***

Como Crueles intenciones, esta película sabotea, con

unas gotas de veneno, los postulados de color rosa de la
comedia adolescente prototípica. El tema que la sostiene
es el chisme, esa difusa frontera que separa la noticia
falsa de la real y que hoy inunda las páginas de la prensa
del corazón. Un juego de engaños donde el espectador
es el primer engañado, pues en este encadenado de sor-
presas debe rebobinar, al final de la película, todo cuanto
ha visto y cuestionarse algunas cosas. Vamos, que Gug-
genheim y sus guionistas no juegan del todo limpio, pero
nos hacen tragar la píldora con interés, sin rechistar, pre-
sos constantemente de su lúcida audacia. ■ J.B.C.
RUSO EN NUEVA YORK, UN
(Moscow on the Hudson), EE.UU., 1984, 115 min.
Productor: Paul Mazursky. Director: Paul Mazursky. Guión: Paul
Mazursky, Leon Capetanos. Fotografía: Donald McAlpine. Montaje:
Richard Halsey. Música: David McHugh. Dirección Artística: Michael
Molly. Intérpretes: Robin Williams, Maria Conchita Alonso, Cleavant
Derricks, Alejandro Rey. **
La carrera de Paul Mazursky, el más europeo de los direc-
tores americanos, ha ido transitando caminos cada vez
más comerciales. Un ruso en Nueva York, en torno al sa-
xofonista de un circo ruso que durante una gira por Esta-
dos Unidos deserta y pide asilo político para quedarse en
Nueva York, quería ser una mordaz comedia que contras-
tara los modelos de vida soviético y norteamericano. Pe-
ro Mazursky no consigue mantener el ritmo de una sátira
que junto a excelentes gags (la visita del fugado a unos
grandes almacenes que son como el templo del consu-
mismo occidental) recurre a tópicos insalvables. A desta-
car el arduo trabajo vocal desarrollado por el protagonis-
ta, Robin Williams. Degustadores de comedia americana
con un imposible toque progresista. ■ LL.B.M.
RUTA DE MARRUECOS
(Road to Morocco), Paramount, EE.UU., 1942, 83 min.
Productor: Paul Jones. Director: David Butler. Guión: Frank Butler, Don
Hartman. Fotografía: William Mellor. Montaje: Irene Morra. Dirección
Artística: Hans Dreier, Robert Usher. Vestuario: Edith Head. Intérpretes::
Bing Crosby, Bob Hope, Dorothy Lamour, Anthony Quinn, Dona Drake,
Mikhail Rasumny, Vladimir Skoloff, George Givot, Leon Belasco. ****
Si Road to Zanzibar superó en todo a Ruta de Singapur,
la siguiente, Ruta de Marruecos, acabó convirtiéndose en
la entrega más divertida de la chiflada saga Road to.
Ahora tocaba parodiar “Las Mil y Una Noches”, así que las
intrincadas peripecias de la pareja protagonista se trasla-
dan a un exótico ambiente árabe poblado de sublimes
decorados de Hans Dreier y deslumbrantes vestidos dise-
ñados por Edith Head. Jeff Peters (Crosby) y Turkey
Jackson (Hope) son los únicos supervivientes de un nau-
fragio en el Mediterráneo. Llegan a una playa, montan en
un camello y se dirigen a Marruecos. Allí, hambrientos y
sin blanca, bromean mientras compiten, como siempre,
por la mano de una hermosa dama, la Princesa Shalmar
(Lamour).
El peculiar humor de Hope, basado en gran medida en
un repertorio de gestos a los que incorporaba una serie
de gags coronados por unos diálogos rayanos en lo
absurdo, alcanzó su punto álgido en esta película. Su per-
sonaje, ese fanfarrón cobarde, asexual, caprichoso y trai-
cionero, que ante el peligro no sabe más que hacer bro-
mas nerviosas y que está dispuesto a cualquier cosa por
salvar el pellejo, se complementa a la perfección con la
agradable imagen de Crosby, y sus despreocupadas in-
terpretaciones convierten Ruta de Marruecos en una deli-
ciosa fusión de gags, canciones, emociones y calculados
absurdos. Hay mucho para disfrutar aquí: Dorothy La-
mour y “Moonlight Becomes You”; Anthony Quinn como
un villano árabe; la deliciosa Dona Drake como una escla-
va y, especialmente, los camellos parlantes. Todo ello
aderezado con un surrealista repertorio de chistes priva-
dos (genial el lamento de Hope por el Oscar que podría
haber ganado). Qué buen sabor de boca te deja esta en-
loquecida, amena y admirable comedia. ■ J.T.

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● ●
RUTA DE SINGAPUR
(Road to Singapore), Paramount, EE.UU., 1940, 84 min.
Productor: Harlan Thompson. Director: Victor Schertzinger. Guión:
Frank Butler, Don Hartman. Fotografía: William C. Mellor. Montaje: Paul
Weatherwax. Música: Victor Young. Dirección Artística: Hans Dreier,
Robert Odell. Intérpretes: Bing Crosby, Dorothy Lamour, Bob Hope,
Charles Coburn, Judith Barrett, Anthony Quinn. ***
Bob Hope, uno de los grandes fetiches del folklore ame-
ricano, alcanzó la fama en el mundo del cine a través de
su asociación con el actor y cantante Bing Crosby y con
una actriz de exótica belleza llamada Dorothy Lamour,
más conocida como “la chica del sarong”. El encanto y las
habilidades musicales de Crosby, la vis cómica de Hope y
el proverbial encanto de Lamour se complementaron a la
perfección en una serie inmensamente popular de pelícu-
las, las tituladas Road to... La Paramount les hizo inter-
pretar primero Ruta de Singapur, originalmente concebi-
da como un vehículo para la “chica del sarong”, y el trío
convirtió un filme modesto en un gran éxito de taquilla.
Eso impulsó al estudio a rodar secuela tras secuela, hasta
un total de siete entregas, completando la serie más loca,
● ●
Ruta de Singapur | 423
●
más divertida y más taquillera de toda la década. En to-
das ellas, los escenarios pintorescos y los números musi-
cales servían para ambientar las andanzas de un par de
risueños y despreocupados pillastres (Bing y Bob corte-
jan a Lamour, o al dinero, o a ambos) envueltos en estra-
falarias aventuras, de las que se libran a fuerza de ingenio
y gracejo. Crosby hacía de “Augusto” y Hope era el clown,
cuyas vertiginosas parrafadas eran una destilación más
digestiva de la verborrea grouchesca, mientras que los
números sexys corrían a cargo de Lamour.
En Ruta de Singapur, Bing Crosby es el aventurero hijo
de un magnate naviero, que se niega a sentarse tras un
escritorio. Abandona a su padre y a una prometida de la
alta sociedad para embarcarse hacia los mares del Sur
con su amigo marinero, Bob Hope. Dorothy Lamour se va
a vivir con ellos, y a partir de ahí hay una feliz mezcla de
los dos intentando ligar con la bella nativa, mientras
luchan por conseguir el dinero necesario para vivir cómo-
damente en la isla. Crosby finalmente se lleva a la chica,
pero no antes de que el trío se vea inmerso en una serie
de chifladas aventuras. No es la mejor de la serie, pero fue
la primera. ■ J.T.
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SÁBADO, DOMINGO Y VIERNES
(Sabato, domenica e venerdi), Dania Film/Medusa Distribuzione, Ita-
lia-España, 1976, 118 min.
Productor (colectivo): Luciano Martino. EPISODIOS: “Venerdi”: Direc-
tor: Castellano & Pipolo. Intérpretes: Adriano Celentano, Lova Moor.
“Sabato”: Director: Sergio Martino. Intérpretes: Lino Banfi, Edwige Fe-
nech. “D
Domenica”: Director: Pasquale Festa Campanile. Intérpretes: Mi-
chele Plácido, Barbara Bouchet. Guión (colectivo): Castellano & Pipolo.
Fotografía (colectivo): Alejandro Ulloa, Giancarlo Ferrando. Montaje
(colectivo)): Eugenio Alabiso, Mario Siciliano, Giancarlo Morelli, Maria
Teresa Alessandroni. Música (colectivo): Detto Mariano. Dirección Ar-
tística (colectivo): Bartolomeo Scavia, Luis Arguello, Natalia Verdelli. **
Siguiendo la estela marcada por la película de episodios
Ayer, hoy y mañana, de Vittorio de Sica (1962), ahora se
concreta más el asunto en un fin de semana, Sábado,
domingo y viernes. En el “sábado”, Celentano es un céle-
bre empresario de musicales que se enfrenta a unos
gangsters para proteger a una chica; en “domingo” un
pobre hombre no puede dormir por culpa de una vecina
ruidosa (estupenda física y químicamente Bárbara Bou-
chet) con la que terminará “casado”; y en un “viernes”
cualquiera, Edwige Fenech es una ingeniero japonesa
que acaba enamorándose de un humilde trabajador ita-
liano. Por si no fuese suficiente, en 1990 volvería a rodar-
se otra película con la que aprender días de la semana,
Sábado, domingo y lunes, de Lina Wertmüller. ■ L.M.C.
SABELA
(La nonna Sabella), Titanus, Italia, 1957, 95 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Dino Risi. Guión: Pasquale Festa
Campanile, Massimo Franciosa, Ettore Giannini, Dino Risi (basado en un
relato homónimo de Pasquale Festa Campanile). Fotografia: Tonino delli
● ●
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Colli. Música: Michele Cozzoli. Dirección Artística: Piero Filippone.
Intérpretes: Peppino de Filippo, Sylvia Koscina, Tina Pica, Renato Salva-
tori, Paolo Stoppa, Dolores Palumbo, Rosella Como, Renato Rascel,
Fausto Guerzoni, Gorella Gori, Gina Mascetti, Eduardo Guerrera. ***
Al joven Rafael le llega la noticia de la inminente muerte,
por enfermedad, de su abuela, la nonna Sabela. Al llegar
al pueblo, sin embargo, descubre el perfecto estado de
salud de la vieja y las intenciones de ésta para casarle. És-
ta es la premisa argumental que sostiene a una comedia
de buena ley, una comedia sobre la que la memoria no
puede dar fehacientes actas, ni su inclusión en las pági-
nas de la historia del cine arroja mayores datos. Una de
esas minúsculas piezas que hay que ir descubriendo so-
bre la marcha de sus imágenes, pero que, a priori, gozan
de toda la credibilidad del mundo. Veamos. Su director,
Dino Risi, tiene algunas reconocidas joyas en su historial,
como La Escapada, Monstruos de hoy o Perfume de mu-
jer, a las que dan compañía ignotas comedias, perdidas
en el tiempo -como Sabela, claro-, suceptibles de aumen-
tar nuestra admiración hacia sus películas pintorescas,
satíricas, extremadamente humanas en el fondo, las que
han dado a la comedia italiana su magnificencia.
Pero Sabela es también una comedia de actriz. Tina
Pica, una de esas secundarias –o, como aquí, principales–
que son la gloria del género y otorgan sabiduría popular,
y picardía, a su contexto humano, como entre nosotros
Rafaela Aparicio o Florinda Chico. ■ J.B.C.
SABOR LATINO
México-Cuba-España, 1996, 95 min.
Director: Pedro Carvajal. Guión: Pedro Carvajal, Manuel Egea, Pablo Oli-
vares, Francisco Prada. Fotografía: Raúl Rodríguez. Montaje: Osvaldo
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426| Sabrina
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Donatién. Música: Beatriz Corona, Kiki Corona. Dirección Artística:
Erick Grass. Intérpretes: Adrian Alvarez, Manolin Alvarez, Ricardo Be-
rea, Txema Blasco, Nemesio Eribe Bosoko, Conchita Brando, Rubén Bre-
ñas, Kendra Casals. ***
Un capitán del ejército español, que se encuentra en un
país centroamericano en una misión de paz, se enamora
locamente de una atractiva guerrillera. El principal pro-
blema de esta película, obra de Pedro Carvajal, es que
quiere decir demasiadas cosas y no acaba de encontrar
su tono, pero no por ello merecía el gran fracaso comer-
cial del que fue objeto. ■ G.Q.
SABRINA
Paramount Pictures, EE.UU., 1954, 113 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Samuel A. Taylor,
Ernest Lehman y Billy Wilder. Fotografia: Charles Lang. Música: Frederick
Hollander, Irving Cohn, Richard Rodgers, Frank Silver, Louigouy. Direc-
ción Artística: Hal Pereira, Walter H. Tyler. Intérpretes: Audrey Hepburn,
William Holden, Humphrey Bogart, John Williams, Walter Hampden,
Martha Hyer, Joan Vohs, Marcel Dalio, Nella Walker. ***
La Paramount creó Sabrina para aprovechar el encanto y
la dulce personalidad de Audrey Hepburn que, un año
antes, había cautivado a los espectadores de todo el
mundo con su polémica comedia palaciega Vacaciones
en Roma. Para seguir con fidelidad las pautas de su ima-
gen ya consolidada se la convirtió en la aparentemente
no menos dulce protagonista de una especie de cuento
de hadas moderno (¿”La cenicienta”?), basado en una
obra teatral de Samuel Taylor, “Sabrina Fair”, que había
triunfado en Broadway. Pero cuando una historia cae en
manos de Billy Wilder se ha de diferenciar siempre lo que
parece verse en la pantalla de la carga de profundidad
crítica que le coloca el director. Sabrina puede parecer
● ●
●
“La cenicienta”, pero detrás del rostro dulce de Hepburn
y de las idílicas relaciones sociales a diferentes niveles de
la historia hay una visión humana y social no precisamen-
te tan feliz. Este relato aparentemente rosa, que parece
destinado a las lectoras de prensa del corazón, le dio oca-
sión al siempre incisivo Billy Wilder de realizar otra de sus
demoledoras comedias. La historia de la pizpireta hija de
un chófer de casa rica, que pasa de ser la novia del play-
boy de la casa a enamorarse finalmente del maduro y
sesudo hermano mayor, rezuma la habitual mala uva de
Wilder para con las criaturas humanas de sus películas,
aparte naturalmente de que, como también es habitual
en las comedias de Wilder, la cinta resulta muy divertida.
El estudio de los personajes, realizado con absoluto cinis-
mo por Wilder, es vitriólico. Nadie se salva. Wilder no deja
títere con cabeza y consigue convertir una historia rosa
en una comedia con una explosiva carga de profundidad,
que estalla cuando el espectador no advertido menos se
lo espera. Ni que decir tiene que los actores están sober-
bios y que Audrey Hepburn, encantadora como siempre,
posee mayores y más variados matices que en sus cintas
habituales. ■ J.B.C.
SAILOR-MADE MAN, A
Hal Roach Studios, EE.UU., 1921, 46 min.
Productor: Hal Roach (sin acreditar), Jeffrey Vance (para vídeo). Direc-
tor: Fred C. Newmeyer. Guión: Jean C. Havez, Hal Roach, Sam Tylor, H.M.
Walker (títulos). Fotografía: Walter Lundin. Montaje: Thomas J. Crizer.
Música: Robert Israel (para vídeo). Intérpretes: Harold Lloyd, Mildred
Davis, Noah Young, Dick Sutherland. ***
Otra película en la que Harold Lloyd interpreta su perso-
naje habitual del debilucho con gafas que se redime con
una inesperada demostración de agallas y valor. Aquí es
un playboy millonario al que el padre de la chica que ama
(Davis) le dice que se busque un trabajo, así que se une a
la Marina. Inicialmente el enemigo de su duro compañero
de tripulación (Young), pronto se hacen amigos del alma
y se unen para salvar a Davis de las lascivas intenciones
de un maharajá. Un divertido chapuzón en una piscina y
una proposición de matrimonio vía semáforo contribuyen
a esta muy disfrutable aventura de Lloyd. ■ J.D.D.
SAL GORDA
Ópera Films/TVE, España, 1984, 94 min.
Director: Fernando Trueba. Guión: Fernando Trueba. Fotografía: Ángel
Luis Fernández. Música: Nacho Cano, Juan Pagán, Giuseppe Verdi, Tino
Casal. Intérpretes: Óscar Ladoire, Silvia Munt, Francisco Rabal, Antonio
Resines, Yelena Samarina, Luis Ciges, Santiago Álvarez, Amparo More-
no, Eva Lyberten, Whit Stillman, Narciso Ibáñez Menta, Carmen Maura,
Manuel Huete. ***
Después de conseguir un sonado –y muy justo– éxito con
Ópera prima, uno de los títulos que revitalizaron la come-
dia española al empezar la década de los ochenta, Fer-
nando Trueba rodó una película a todas luces a contra-
corriente, Mientras el cuerpo aguante, un personalísimo
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● ●
retrato del no menos personalísimo cantautor Chicho
Sánchez Ferlosio. El desafío se saldó con un aplauso crí-
tico y escasa repercusión popular. Por entonces Trueba
tenía ya la idea de adaptar “Le rêve du singe fou”, es
decir, “El sueño del mono loco”, la novela de Christopher
Frank. Era un desafío demasiado elevado para un director
joven encumbrado por una única película. Muy juiciosa-
mente, Trueba decidió pisar terreno firme: otra comedie-
ta con Ladoire –también coguionista– y con Resines; otra
comedia de corte clásico.
Su título, Sal gorda. Y su protagonista principal, Nata-
lio Petrof, hijo de un combatiente de la División Azul y de
una pianista rusa de quien le viene la vocación musical,
pues Natalio es un compositor célebre aunque última-
mente, debido a malestares sentimentales –su chica se ha
largado con otro– no da pie con bola. Ahora debe en-
tregar, en un plazo límite, una nueva composición. Su
amigo Chuck Camacho le echa una mano, lo que será el
inicio de un cúmulo de enredos. El resultado fue una
comedia a la vez simpática y discreta, por debajo de lo
que en Trueba es habitual, pero los actores (con deliran-
tes secundarios como Amparo Moreno o Luis Ciges)
mantuvieron sobradamente en pie la función. A partir de
Sal gorda, Trueba inició una línea ascendente (Sé infiel y
no mires con quien, El año de las luces) que le llevaría a la
consumación de El sueño del mono loco y al Oscar de
Belle époque. ■ J.B.C.
SALSA ROSA
Audiovisuales Nebli/Cristal PC/Idea/, España, 1991, 85 min.
Director: Manuel Gómez Pereira. Guión: Joaquín Oristrell, Yolanda Gar-
cía Serrano, Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira. Fotografía: Fernan-
do Arribas. Música: El Combo Belga. Intérpretes: Verónica Forqué, Mari-
bel Verdú, Juanjo Puigcorbé, José Coronado, Julieta Serrano, Fernando
Colomo, Carmen Balagué, Carlos Hipólito, Felipe Jiménez. ***
Una clásica, eficaz y divertida comedia de enredos senti-
mentales servida por un conjunto de actores ajustados a
los moldes que les han hecho célebres. Su trama tiene
por protagonistas a dos mujeres que se conocen acci-
dentalmente, se cuentan sus vidas y acaban por llevar a
cabo una apuesta insólita: a ver quién es la primera en
conquistar al marido de la otra. Competentemente
escrita por Joaquín Oristrell, Yolanda García Serrano,
Juan Luis Iborra y Manuel Gómez Pereira, supuso el debut
en el campo del largometraje de este último, que ya
apuntó sus aptitudes para la comedia, luego confirmadas
en ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?,
Todos los hombres sois iguales, Boca a boca y El amor
perjudica seriamente la salud, a las que siguió una apues-
ta, saldada en positivo, por el thriller pasional: Entre las
piernas. ■ J.B.C.
SALTO MORTAL
España, 1961, 94 min.
Productor: José Antonio Pérez Giner. Director: Mariano Ozores. Guión:
Mariano Ozores, Alfonso Paso. Fotografía: Manuel Merino. Montaje:
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Santitos | 427
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Pedro del Rey. Música: Augusto Algueró hijo, José Torregrosa. Intérpre-
tes: José Luis Ozores, Antonio Ozores, Diana Lorys, Goyo Lebrero, Lola
Gaos, Belinda Corel. ***
A partes iguales comedia (con algún que otro eco chapli-
niano) y melodrama abusivamente sentimentaloide (los
personajes ostentan corazones tamaño sandía), una cró-
nica de la dura vida de los artistas de circo ambulantes,
escrita por Alfonso Paso y el propio realizador. Los her-
manos Ozores (José Luis era un actor de raza, Antonio un
excelente cómico luego dilapidado en múltiples farsas
chabacanas) salvan en gran medida el honor. ■ J.B.C.
SAMANTHA
(A New Kind of Love), EE.UU., 1963, 110 min.
Productor: Melville Shavelson. Director: Melville Shavelson. Guión: Mel-
ville Shavelson. Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Humphrey Dixon.
Música: Ed Shearmur. Dirección Artística: Tony Halton. Intérpretes: Paul
Newman, Joanne Woodward, Thelma Ritter, Eva Gabor, George Tobias,
Marvin Kaplan, Robert Clary, Jan Moriarty. *
Una sucesión de trivialidades, comerciales juegos sexua-
les juveniles y estudiantiles trucos de cámara que se
prolongan durante dos horas interminables. Newman y
Woodward, que normalmente son dos actores notables,
tienen derecho a echar una cana al aire. Pero no son Doris
Day y Rock Hudson. Y deberían aspirar a serlo. (¿De ver-
dad?). Así las cosas, Samantha sólo sirve para dos cosas:
ver la planta de Newman como ciclista (aunque la verdad
es que en Dos hombres y un destino pedaleaba con mu-
cho más garbo) y constatar que, si por películas en co-
mún se tratara, en aquella época Joanne Woodward casi
debería haber presentado demanda de divorcio... ■ J.C.
SANTITOS
México/Francia/España/Canadá/EE.UU., 1997, 105 min.
Dirección: Alejandro Springall. Guión: María Amparo Escandón. Foto-
grafía: Xavier Pérez Grobet. Diseño de producción: Eugenio Caballero y
Salvador Parra. Efectos especiales: Álex Vázquez. Intérpretes: Dolores
Heredia, Fernando Torres Lapham, Juan Duarte, Ana Bertha Espín,
Demián Dichir, Roberto Cobo, Josefina Echánove, Paco Morayta. **
El cine mexicano chingón, chillón, fetichista, enmascara-
do, fronterizo y pardo siempre tendrá hueco en nuestros
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428| School for Scoundrels...
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corazones. ¿Como Santitos? Sí, pero con matices. Tene-

mos un luchador bruto y romanticote, cantinas pendejas
con damas que fuman con boquilla de cuello de cisne,
chulos rechulos con cinturón de vinilo, viejas glorias
(Roberto Cobo, en aparición epatante) y, sobre todo, tiras
de fluorescente celuloide “a colores”. Pero todo este revi-
val, al fondo, haciendo coros. Porque lo que plantea San-
titos es un guacamole mix, una puesta de largo del géne-
ro (o del batiburrillo de géneros) para que la sociedad
USA de Sundance y cía. lo consuma con servilleta e hilo
dental. La propia historia central (la madre coraje que in-
tenta recuperar a su hija adolescente recorriendo todos
los locales basura de la frontera), con reminiscencias a
Lewis Carroll o hasta a “Caperucita roja” con colmillos en-
chilados; los goterones de realismo mágico (el santo que
se aparece en el horno); las briznas asfálticas de Barry Gi-
fford (quizá sugeridas por John Sayles, padrísimo del
filme)... todo está barruntado desde los orígenes y re-
ciclado con sentimiento, pirotecnia y, en fin, mercadotec-
nia. Tampoco es puritita dinamita esta ópera prima de Se acabó la gasolina es una vieja y jocosa comedia que
Springall (visto en Hombres armados), no más, pero Do- nos devuelve al cineasta de origen húngaro Charles Vidor
lores Heredia le da bastante pinche onda. ■ J.C. y al inconmensurable Charles Laughton, aquí en el papel
de jefe de un clan familiar que va a parar a una isla de los
mares del Sur. Comedia menor pero agradable, de interés
SCHOOL FOR SCOUNDRELS, para los admiradores de Laughton y sus números inter-
OR HOW TO WIN WITHOUT ACTUALLY pretativos. ■ LL.B.M.
CHEATING
Guardsman, Reino Unido, 1960, 94 min.

Productor: Hal E. Chester. Director: Robert Hamer. Guión: Patricia Mo- SE BUSCAN FULMONTIS
yes, Hal E. Chester (basado en los libros de Stephen Potter). Fotografía: Se Buscan Fulmontis PC/Álamo, España, 1999, 88 min.

Erwin Hillier. Montaje: Richard Best. Música: John Addison. Dirección
Artística: Terence Verity. Intérpretes: Ian Carmichael, Terry-Thomas,
Alastair Sim, Janette Scott, Dennis Price, Peter Jones. **
La última película de Robert Hamer antes de ahogarse en
el alcohol trata, irónicamente, sobre las estrategias para
alcanzar el éxito. Basada en los populares libros de auto-
ayuda de Stephen Potter, la cinta sigue las desventuras
de un imbécil de clase alta (Carmichael) mientras lucha
por la supremacía con los camareros, las mujeres y Terry-
Thomas. La primera mitad, en particular una secuencia
donde los vendedores de coches usados Dudley y Duns-
tan Dorchester (Price y Jones) perpetran un timo magis-
tral, tiene sus momentos de humor cruel, pero cuando
Carmichael renace como un triunfador, las cosas se vuel-
ven tediosamente bobas. Afortunadamente, School for
Scoundrels presenta un magnífico plantel de actores có-
micos que interpretan toda la historia con gesto serio, co-
sechando risa tras risa. Y de todos ellos, las simpatías se
decantan inevitablemente por Terry-Thomas. Es la estre-
lla de la función. ■ J.D.D.
SE ACABÓ LA GASOLINA
(The Turtles of Tahití), EE.UU., 1942, 90 min.
Productor: Martín Sacristán, José Antonio Romero. Director: Alex Calvo
Sotelo. Guión: Antonio Orejudo. Fotografía: Juan Carlos Gómez. Monta-
je: José Salcedo. Música: Los Enemigos. Intérpretes: Antonio Molero,
Guillermo Toledo, Ernesto Arango, Sonia Jávaga. ***
Uno de los ejemplos más evidentes de que lo que el cine
español necesita para salir adelante son buenas ideas. Ni
grandes presupuestos (Andrés Vicente Gómez), ni direc-
tores que reciclan ideas (Amenábar), ni reconocimientos
internacionales a Almodóvar, ni bodrios taquilleros de
Santiago Segura. Cómo sería de arriesgada la financia-
ción de esta humilde película que hasta se tuvo que fun-
dar una productora para su uso exclusivo (“Se Buscan
Fulmontis, P.C.”). Pero en esta falta de pretensiones radi-
ca su mérito fundamental, al contar con nervio, diversión,
buenos actores (en especial Sonia Jávaga) y capacidad
de síntesis, la historia de cuatro parias sociales que bus-
can salir del paro abriendo un negocio de gigolós. Es
cierto que sus buenas ideas van decayendo hasta unas
forzadas confesiones a través de la radio, pero acaba
constituyendo una radiografía muy acertada de lo que
está sucediendo con buena parte de la sociedad españo-
la. ■ L.M.C.

Productor: Sol Lesser. Director: Charles Vidor. Guión: Robert Carson, SECRETARIAS, LAS
James Norman Hal, James Hilton, Lewis Meltzer, Charles Nordhoff. Pedro Masó/CB Films, España, 1969, 85 min.

Música: Roy Webb. Fotografía: Nicolas Musuraca. Intérpretes: Charles Director: Pedro Lazaga. Guión: Pedro Masó, Rafael J. Salvia. Fotografía:
Laughton, Jon Hall, Peggy Drake, Florence Bates. *** Juan Mariné. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Sonia Bruno, Tere-

● ● ●

● ●
sa Gimpera, La Polaca, Juanjo Menéndez, Mary Francis (Paca Gabaldón),
Mary Carrillo, María Luisa Ponte, José Sazatornil “Saza”. **
Las secretarias es una más que flojita comedia de Pedro
Lazaga sobre las aventuras sentimentales de un grupo de
secretarias y su buen hacer en el trabajo. Como era
costumbre en tantos filmes parecidos de la época, inter-
vinieron muchos intérpretes con talento, que fue dilapi-
dado en un empeño de usar y tirar. Destaca el ramillete
de secretarias: Sonia Bruno, Teresa Gimpera, La Polaca y
una Francisca Gabaldón que se hacía llamar Mary Francis.
■ M.Q.
SECRETO DE MI ÉXITO, EL
(The Secret of My Success), Rastar, EE.UU., 1987, 110 min.
Productor: Herbert Ross. Director: Herbert Ross. Guión: Jim Cash, Jack
Epps, A.J. Carothers. Fotografía: Carlo Di Palma. Montaje: Paul Hirsch.
Música: David Foster. Dirección Artística: Edward Pisoni, Peter Larkin.
Intérpretes: Michael J. Fox, Helen Slater, Richard Jordan, Margaret Whit-
ton, John Pankow, Christopher Murney. **
En El secreto de mi éxito, la película definitiva sobre la
realización de los sueños de un yuppie, Michael J. Fox
interpreta a un chico de la sala de correo de una empre-
sa que, simplemente leyendo la correspondencia que
pasa por sus manos, ingenia un brillante plan para racio-
nalizar la corporación multinacional de su tío rico. En su
ascensión por la escalera del éxito, Fox llama la atención
de la atractiva ejecutiva Helen Slater, pero también sufre
los indeseados avances amorosos de la esposa de su jefe
–cuyo marido tiene a su vez un romance clandestino con
Slater–. Pero cuando la acción pasa de la sala de juntas al
dormitorio, la película degenera en una farsa de alcoba
con un toque plomizo, y las puñaladas por la espalda
quedan archivadas hasta el último rollo, cuando todo el
asunto se resuelve con un movimiento de la varita mági-
ca de la malvada esposa. En otras palabras, el mismo
cuento de hadas de siempre. Fox, a pesar de su encanto
inherente, carece de una genuina personalidad y no es ni
un paleto de pueblo ni un lince de la ciudad. Le falta mor-
diente, pimienta, chispa. Toda la que le sobra a Margaret
Whitton, la intrigante mujer del jefe, que le roba la pelí-
cula y convierte esta básica comedia en algo digno de
ver. ■ J.D.D.
SECRETO DE TOMY, EL
España-Francia, 1963, 88 min.
Director: Antonio del Amo. Guión: Víctor Ruiz Iriarte (basado en la no-
vela de José Mallorquí). Fotografía: José F. Aguayo. Música: Manuel Para-
da. Intérpretes: Fabienne Dali, Fernando Casanova, Milagros Leal, Car-
men Bernardos, Conchita Goyanes, Marie France. **
Un muchacho de 16 años tiene que buscar nueva mujer
para su padre viudo, a la vez que responder a los reque-
rimientos sentimentales de una compañera de clase. A
todo ello se le unen sus ansias por recuperar a un caballo
de carreras de una lesión y convertirlo en ganador. ■ G.Q.
● ●
Secretos de familia | 429
●
SECRETO DE VIVIR, EL
(Mr. Deeds Goes to Town), Columbia, EE.UU., 1936, 115 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Robert Riskin.
Fotografía: Joseph Walker. Montaje: Gene Havlick. Música: Howard Jack-
son. Dirección Artística: Stephen Goosson. Intérpretes: Gary Cooper,
Jean Arthur, George Bancroft, Lionel Stander, Douglass Dumbrille, Ray-
mond Walburn. *****
Ésta es otra de esas fábulas de Capra cuya lectura hoy
puede parecer un estofado de demagogias, pero que en
su tiempo revitalizó no sólo la moral de América, sino
también –y eso permanece– la comedia cinematográfica.
El secreto de vivir nos presenta a un típico norteamerica-
no medio –y quién mejor que Gary Cooper para darle
vida– que, habiendo heredado una enorme fortuna, la
empleará para hacer el bien a sus conciudadanos, sufrirá
un proceso legal por tan insólita generosidad y acabará
pronunciando un discurso humanitario que, como el Cha-
plin de El gran dictador, es página imborrable del sépti-
mo arte. Se le reprochará quizá al filme exceso de sacari-
na; pero guión, dirección, interpretaciones y sentido del
ritmo son, sin duda, modélicos, pertenecen a la mejor
comedia. ■ J.B.C.
SECRETOS DE FAMILIA
(Keeping Mum), Reino Unido, 2005, 103 min.
Productor: Julia Palau, Matthew Payne. Director: Niall Johnson. Guión:
Niall Johnson, Richard Russo. Fotografía: Gavin Finney. Montaje: Jona-
than Sales, Robin Sales. Música: Dickon Hinchliffe. Dirección Artística:
Simon Lamont. Intérpretes: Rowan Atkinson, Kristin Scott Thomas, Ma-
ggie Smith, Patrick Swayze, Emilia Fox, Liz Smith, Tamsin Egerton, James
Booth, Toby Parkes, Jack Ryan. **
Mary Poppins ha crecido y ahora es una de las dulces
ancianitas de Arsénico por compasión, abducida por el
●
430| Seductor, El
● ●
espíritu de la factoría Ealing, la benemérita fábrica de hu-
mor inglés. Ella es la incombustible, extraordinaria Mag-
gie Smith, llegada como ama de llaves a un pueblecito
pintoresco para arreglar los problemillas cotidianos de su
nueva familia. Humor negro y pinceladas costumbristas
en un conjunto cuyo interés sube y baja como la espuma:
hay buenos momentos (el descubrimiento de lo que ocul-
ta el baúl por madre e hija) y composiciones jugosas
(Smith al margen, Scott Thomas es siempre un regalo),
pero al filme le falta gas y la carga subversiva que en
otros tiempos le hubiera inyectado Mackendrick. ■ J.B.C.
SEDUCTOR, EL
España, 1995, 88 min.
Productor: Antonio Guillén Rey, Emilio A. Pina. Director: José Luis Gar-
cía Sánchez. Guión: Rafael Azcona (basado en una historia de Rafael
Azcona y Pedro Masó). Fotografía: Fernando Arribas. Montaje: Pablo
González del Amo. Dirección Artística: Miguel López Pelegrín. Intérpre-
tes: María Barranco, Antonio Hortelano, Santiago Ramos, Kiti Manver,
Enrique San Francisco. *
Una comedia apagada, desfallecida y deficitaria en
ritmo, con una trama mínima: un quinceañero pretende
conquistar a su vecina treintañera. Guión de un Rafael
Azcona en sus horas bajas e interpretaciones sosas (el
reparto no inyecta alegría alguna en el espectador, ni si-
quiera la Barranco, efervescente siempre, y aquí casi au-
sente). ■ J.B.C.
SEDUCTORAS, LAS
(Heartbreakers), EE.UU., 2001, 123 min.
Productor: John Davis, Irving Ong. Director: David Mirkin. Guión:
Robert Dunn, Paul Guay, Stephen Mazur. Fotografía: Dean Semler. Mon-
taje: William Steinkamp. Dirección Artística: John Warnke. Intérpretes:
Sigourney Weaver, Jennifer Love Hewitt, Ray Liotta, Jason Lee, Anne
Bancroft, Jeffrey Jones, Gene Hackman, Nora Dunn. ***
La historia de dos mujeres, madre e hija, que se dedican
a desplumar a hombres incautos utilizando sus encantos.
Comedia norteamericana por encima de la media, ya que
sus personajes están bien interpretados y tanto el guión
como la dirección tienen garra. ■ G.Q.
SEGURIDAD NACIONAL
(National Security), Columbia, EE.UU., 2002, 96 min.
Productor: Bobby Newmyer, Jeff Silver, Michael Green. Director: Dennis
Dugan. Guión: Jay Scherick, David Ronn. Fotografía: Oliver Wood. Mon-
taje: Debra Neil-Fisher. Música: Randy Edelman. Intérpretes: Martin
Lawrence, Steve Zahn, Colm Feore, Bill Duke, Eric Roberts. **
Las películas de colegas y las comedias de acción se dan
un buen apretón de manos en esta farsa al servicio del
humor zumbón y “eddiemurphiesco” de Martin Lawrence,
aquí acompañado de un Steve Zahn al que se olvidaron
de echar sal. ¿La cosa? Un cadete expulsado de la aca-
demia de policía y un policía expulsado del cuerpo, que
● ●
●
se llevan a matar, coinciden como seguratas de una em-
presa y se meten en un lío. ■ J.B.C.
SÉ INFIEL Y NO MIRES CON QUIÉN
Cía. Iberoamericana de TV, España, 1985, 91 min.
Director: Fernando Trueba. Productor: Andrés Vicente Gómez. Guión:
Fernando Trueba. Fotografía: Juan Amorós. Música: Miguel Ángel
Muñoz. Intérpretes: Antonio Resines, Ana Belén, Carmen Maura, San-
tiago Ramos, Verónica Forqué, Guillermo Montesinos, Bibi Andersen,
Chus Lampreave. ***
Hilando mucho más fino que su anterior Sal gorda, True-
ba da un pequeño clinic de fundamentos vodevilescos
adaptando el muy british libreto “More over Mrs. Mark-
ham”, de Ray Cooney y John Chapman. Con gotas esper-
pénticas y picarescas, el argumento, con innumerables
meandros y chapoteos erótico-festivos (memorable el
tour por el burdel sadomaso), se centra en los enredos de
un par de editores en crisis que, el día del fichaje por su
editorial de libros infantiles de una autora de éxito, deci-
den prestarse e intercambiarse mutuamente sus “picade-
ros” para sus respectivas amiguitas. Primera colaboración
del autor con el productor Andrés Vicente Gómez, fue
uno de los éxitos taquilleros de la década, recaudando
unos 350 millones de pesetas (de la época). ■ J.C.
SEIS DESTINOS
(Tales of Manhattan), 20th Century Fox, EE.UU., 1942, 118 min.
Productores: Boris Morros y Sam Spiegel. Director: Julien Duvivier.
Guión: Ben Hecht, Ferenc Molnar, Donald Ogden Stewart, Samuel Hof-
fenstein, Alan Campbell, Ladislas Fodor, Laszlo Vadnai, Laslo Gorog,
Lamar Trotti, Henry Blankford. Fotografía: Joseph Walker. Montaje:
Robert Bischoff. Música: Sol Kaplin. Intérpretes: Charles Boyer, Rita Hay-
worth, Thomas Mitchell, Ginger Rogers, Henry Fonda, Cesar Romero,
Charles Laughton, Elsa Lancheste, Edward G. Robinson, George San-
ders, Paul Robeson. **
Cada cierto tiempo en la Era Dorada de Hollywood, los
estudios reunían a toda su nómina de estrellas para apa-
recer en ambiciosas películas compuestas por una colec-
ción de historias o secuencias. Estos filmes episódicos no
funcionaban mejor en taquilla que aquellas de estructura
convencional, pero tienen cierto interés para los historia-
dores cinematográficos debido a los talentos participan-
tes. Seis destinos es uno de esos títulos. El título original
es realmente un extraño juego de palabras: los “cuentos”
hablan realmente de un elegante frac, y esta encantado-
ra comedia plagada de estrellas es una colección de
aventuras sobre los diversos propietarios de la prenda.
Muy de su tiempo y menos seductora hoy, Seis desti-
nos se ve con agrado. Bajo la notable dirección de Julien
Duvivier (que dirigió un filme similar, Un Carnet du Bal),
los episodios fluyen con suavidad. Sin embargo, ha sido
criticada por su presentación simplista de los negros en
la historia protagonizada por el gran Paul Robeson, quien
censuró la cinta posteriormente. También es una desgra-
cia que la que podría haber sido la mejor secuencia, pro-
●

● ●
tagonizada por W.C. Fields, no pasara el corte final. Como
la mayoría de películas de su especie, las partes de Seis
destinos no forman un conjunto realmente satisfactorio.
El episodio en que aparece Henry Fonda –el segundo–
pareció agradar a los críticos más que los otros, especial-
mente sus escenas junto a Ginger Rogers. La de ella era
la figura segura de sí misma, la de él es la del tímido, ella
es la dama que cambia de intenciones románticas y él el
tipo que se lleva el premio. Edward G. Robinson tiene un
espléndido momento, al igual que Charles Laughton en el
Carnegie Hall, y Rita Hayworth está simplemente deslum-
brante en la primera historia. ■ J.D.D.
SEMBRANDO ILUSIONES
(Lo scopone scientifico), Italia, 1972, 116 min.
Productor: Dino De Laurentiis. Director: Luigi Comencini. Guión:
Rodolfo Sonego. Fotografía: Giuseppe Ruzzolini. Montaje: Nino Baragli.
Música: Piero Piccioni. Intérpretes: Alberto Sordi, Silvana Mangano,
Joseph Cotten, Bette Davis, Emilio Cappuccio. ****
Una fábula en clave de comedia, magníficamente desa-
rrollada por Luigi Comencini, en torno a una caprichosa
multimillonaria (Bette Davis), siempre acompañada de su
secretario-mayordomo-amante (Joseph Cotten) y que es
una jugadora empedernida de cartas. En sus vacaciones
anuales en el palacio de su propiedad, la "caritativa"
dama brinda a los desheredados la posibilidad de pres-
tarles un millón de liras para que lo jueguen contra su
enorme fortuna. Un matrimonio (Silvana Mangano y
Alberto Sordi) sumido en la pobreza y con cuatro hijos
acepta las reglas del juego. Comedia sumamente ácida y
con un excepcional cuarteto interpretativo. ■ LL.B.M.
SEMEN. UNA HISTORIA DE AMOR
BocaBoca Producciones, España, 2005, 90 min.
Director: Inés París y Daniela Fejerman. Guión: Inés París y Daniela Fejer-
man. Fotografía: Néstor Calvo. Música: Christopher Slaski. Intérpretes:
Héctor Alterio, Ernesto Alterio, Leticia Dolera, María Pujalte, María
Isbert, Malena Alterio. **
Esperada reválida cómica de las artífices de la agradable A
mi madre le gustan las mujeres. Aunque el tono desinhibi-
do se mantiene, la historia no acaba de enganchar ni
encandilar, quizá por su poco original desarrollo, incluyen-
do el trasunto de las gemelas, o la excesiva caricaturización
del personaje de Ernesto Alterio, a veces una mera mario-
neta deshilachada de cine mudo. La historia, que recuerda
en algo a Apasionados, se centra en el engaño de Serafín,
joven soñador que trabaja en una clínica especializada en
inseminaciones artificiales a la que acude Ariadna (Leticia
Dolera), que sin saberlo quedará embarazada de aquel por
culpa de que hizo añicos el tubito científicamente destina-
do a su útero. En tono de enredo ma non troppo, ágil guión
y estupenda revelación de Leticia Dolera (Imagining
Argentina), lo más interesante del filme es ver juntos a los
Alterio, sobre todo ese inmenso Héctor náufrago en su
edredón como un moderno Onetti. ■ J.C.
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Sentido de la vida, El | 431
●
SENATOR WAS INDISCREET, THE
Universal, EE.UU., 1947, 86 min.
Productor: Nunnally Johnson. Director: George S. Kaufman. Guión:
Charles McArthur (basado en una historia de Edwin Lanham). Fotogra-
fía: William Mellor. Montaje: Sherman A. Rose. Música: Daniele Amfi-
theatrof. Dirección Artística: Bernard Herzbrun, Boris Leven. Intérpre-
tess: William Powell, Ella Raines, Arleen Whelan, Charles D. Brown, Peter
Lind Hayes, Myrna Loy. ****
Esta ingeniosa farsa política, brillantemente capitaneada
por William Powell en el papel de un senador que se pre-
senta como candidato a la presidencia, es el único filme
que dirigió George S. Kaufman, célebre comediógrafo y
guionista: El conflicto de los Marx, Cena a las ocho, Da-
mas del teatro o Vive como quieras son algunas de sus
obras llevadas a la pantalla. Se basa en una historia de
Edwin Lanham, adaptada por otro titán del guión: Char-
les (Primera plana, Gunga Din...) McArthur. Dato curioso,
la actriz Myrna Loy, pareja de Powell en inolvidables co-
medias sofisticadas (la serie protagonizada por el matri-
monio de detectives Nick y Nora Charles, según Dashiell
Hammett), tiene un breve y no acreditado papel... al dar
vida nada menos que a la madre de Powell, broma más
bien maliciosa. ■ J.B.C.
SENTIDO DE LA VIDA, EL
(Monty Python’s the Meaning of Life), Celandine/Python, Reino
Unido, 1983, 107 min.
Productor: John Goldstone. Director: Terry Jones. Guión: Graham Chap-
man, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones, Michael Palin.
Fotografía: Peter Hannan. Montaje: Julian Doyle. Música: Eric Idle, John
Du Prez. Dirección Artística: Richard Dawking. Vestuario: James Ache-
son. Intérpretes: Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle,
Terry Jones, Michael Palin, Carol Cleveland, Judy Loe, Simon Jones,
Andrew MacLachlan. ****
Naturalmente, el propósito de la obra es el de contarnos
realmente el sentido de la vida, pero entendido a la
manera de sus artífices, que es la del libre albedrío como
signo característico. Articulada según el noble arte del
absurdo y la muy respetable intención de la provocación,
El sentido de la vida es una gozada monumental, una de-
●
432| Señor Ibrahim y las flores del Corán, El
● ●
moledora farsa sobre el ser humano edificada sin ortodo-
xia narrativa alguna, simplemente acumulando episodios
desmadradísimos, entre los que cabe destacar un memo-
rable inicio que parodia los filmes de piratas sazonándo-
los con el mundo de las altas finanzas, un antológico ca-
pítulo dickensiano a costa de los espermas y los preser-
vativos, una muy oxfordiana clase de sexo, un increíble
banquete-vómito capaz de producir más asco en su des-
mesura que cualquier filme de vísceras al uso, o, ya pues-
tos en lo de las vísceras, la material donación de unos
hígados humanos, extraídos en vivo. Impagable. ■ J.B.C.
SEÑOR IBRAHIM Y LAS FLORES
DEL CORÁN, EL
(Monsieur Ibrahim et les fleurs du Coran), Francia, 2003, 95 min.
Productor: Laurent Pétin, Michèle Pétin. Director: François Dupeyron.
Guión: François Dupeyron, Eric-Emmanuel Schmitt (basado en la nove-
la de Eric-Emmanuel Schmitt). Fotografía: Rémy Chevrin. Montaje:
Dominique Faysse. Intérpretes: Omar Sharif, Pierre Boulanger, Gilbert
Melki, Isabelle Renauld, Lola Naymark, Anne Suarez, Mata Gabin. ***
La relación de tipo paternofilial entre un adolescente
judío que vive solo en un suburbio parisino y el tendero
árabe de su calle. Situada en unos momentos mucho
menos crispados que los que se viven en la actualidad y
en un París que se ha caracterizado por su tolerancia, la
historia de Momo e Ibrahim es un indisimulado canto a la
comprensión interracial y, a la vez, un filme de aprendiza-
je en el que no falta ni el viaje hacia los orígenes, en este
caso al interior de Turquía. La película de Dupeyron está
cargada de buenas intenciones y se contempla con inne-
gable simpatía, pero resulta algo ingenua, aunque se fun-
damente en la necesidad de autoafirmación del mucha-
cho y en la religión sufí del árabe. Las escenas de Momo
con las simpáticas prostitutas de la Rue Bleue recurren al
tópico y el desenlace inesperado busca la siempre agra-
decida emotividad. Merecidos elogios para el veterano
actor egipcio Omar Sharif, que obtuvo el premio en Vene-
cia y el César. ■ M.Q.
SER O NO SER
(To Be or Not To Be), United Artists, EE.UU., 1942, 99 min.
Productor: Vincent Korda, Ernst Lubitsch. Director: Ernst Lubitsch.
Guión: Ernst Lubitsch (basado en una historia de Ernst Lubitsch y Mel-
chior Lengyel). Fotografía: Rudolph Mate. Montaje: Dorothy Spencer.
Música: Miklos Rozsa. Efectos: Lawrence Butler. Vestuario: Irene. Intér-
pretes: Carole Lombard, Jack Benny, Robert Stack, Felix Bressart, Lionel
Atwill, Stanley Ridges, Sig Rumann, Tom Dugan, Charles Holton, Peter
Caldwell. *****
Con El gran dictador de Chaplin, ésta es la sátira más
corrosiva y demoledora que jamás haya hecho el cine
sobre Hitler y el nazismo. Lubitsch alcanzó la perfección
absoluta con esta maravillosa comedia en la que hizo una
vez más gala de su increíble talento (que le hizo merece-
dor del llamado “toque Lubitsch”) para mostrar situacio-
nes conflictivas y críticas con una elegancia inimitable y
● ●
●
un sentido del humor inteligente, fino, mesurado, siempre
al servicio de los personajes y de las intenciones de la his-
toria, nunca gratuito ni complaciente. Ser o no ser es una
comedia de situaciones (tiene escenas memorables que
han pasado a la historia del cine) puesta al servicio de
unos actores que nunca habían estado tan bien como de
la mano de Lubitsch. Hace surgir la sonrisa en los labios,
emociona, provoca la indignación y el regocijo ante la
caricatura de los nazis, y culmina en espontáneas carca-
jadas. Ni que decir tiene que estuvo prohibidísima en Es-
paña. La crítica a través del humor es especialmente san-
grienta. ■ A.C.
SERVICIOS MUY PERSONALES
(Personal Services), British Screen, Reino Unido, 1987, 105 min.
Productor: Tim Bevan. Director: Terry Jones. Guión: David Leland. Foto-
grafía: Roger Deakins. Montaje: George Akers. Música: John Du Prez.
Dirección Artística: Hugo Luczyc Wyhowski. Intérpretes: Julie Walters,
Alec McCowen, Shirley Stelfox, Danny Schiller, Tim Woodward, Peter
Cellier. **
Para ser una película centrada en el sexo, Servicios muy
personales es marcadamente antierótica. La camarera
Christine Painter (Walters) subarrienda sórdidas habita-
ciones a prostitutas locales, por cuyo estilo de vida se
siente a la vez horrorizada y fascinada. Inevitablemente,
una cosa lleva a la otra, y muy pronto Christine se en-
cuentra alimentando las inocuas fantasías de maduros
clientes de clase media. El desmentido inicial, aseguran-
do que la cinta no trata de recrear la extraña carrera de la
madame Cynthia Payne, sino que sólo está inspirada en
ella, es sólo un síntoma de su timidez general. Porque lo
que empieza como un astuto examen de la inmersión de
una mujer en una vida secreta y prohibida pronto dege-
nera en el cliché (lo que ella quiere realmente es un hom-
bre de verdad) y en la embarazosa postura de “todos los
hombres son unos pervertidos”. Julie Walters es una
buena elección para el papel protagonista, y está bien
apoyada por Alec McCowen (excelente como un antiguo
piloto que se enorgullece de un récord de 207 misiones
sobre territorio enemigo en la II Guerra Mundial vestido
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● ●
con sujetador y pantys) y Shirley Stelfox, pero en su ale-
gre enfoque, casi de postal, la película pierde mordacidad
y nervio, y se revela (en el más triste sentido de la pala-
bra) muy, muy inglesa. ■ J.D.D.
SE VENDE UNA NOVIA
(Bride for Sale), Crest, EE.UU., 1949, 87 min.
Productor: Jack H. Skirball. Director: William D. Russell. Guión: Bruce
Manning, Islin Auster (basado en una historia de Joseph Fields). Fotogra-
fía: Joseph Valentine. Montaje: William Knudtson. Dirección Artística:
Albert S. D’Agostino, Carroll Clark. Intérpretes: Claudette Colbert,
Robert Young, George Brent, Max Baer, Gus Schilling, Charles Arnt,
Mary Bear, Ann Tyrrell, Paul Maxey, Burk Symon. ***
Aunque su carrera se extendería otras dos décadas, Se
vende una novia fue la última comedia que hizo la chis-
peante Claudette Colbert. Es material ligero, visible por
sus atractivas estrellas. Presidiendo el slapstick está miss
Colbert como una experta en impuestos de una compa-
ñía de contabilidad dirigida por el sólido George Brent.
Ella pretende encontrar al marido perfecto, con unos
recursos adecuados, y Brent quiere mantenerla en el tra-
bajo, así que solicita la ayuda del jovial Robert Young
para que se haga pasar por un buen partido y corteje a la
dama. Sobre esta base, el director William D. Russell hace
avanzar la trama y a los intérpretes por una amplia senda
de payasadas. ■ J.D.D.
SEXOADICTOS, LOS
(A Dirty Shame), EE.UU., 2004, 89 min.
Productor: Ted Hope, Christine Vachon. Director: John Waters. Guión:
John Waters. Fotografía: Steve Gainer. Montaje: Jeffrey Wolf. Música:
George S. Clinton. Dirección Artística: Halina Gebarowicz. Intérpretes:
Tracey Ullman, Johnny Knoxville, Selma Blair, Chris Isaak, Suzanne She-
pherd, Mink Stole. **
¿De qué va la cosa? Pues algo así como una versión pro-
caz de La invasión de los ladrones de cuerpos, cuyas víc-
timas, habitantes de un barrio de la perpetua Baltimore
watersiana, son abducidas por unos seres de apetito se-
xual voraz y devienen criaturas de apetito carnal desen-
frenado.
Está claro que es una sátira contra el puritanismo, con-
tra las sectas religiosas, contra el sistema represor, etcé-
tera. Por su exceso, algunos momentos acaban invitando
a la risa: ahí está la escena en que Tracey Ullman, presa de
furor uterino, baila en el gimnasio de un geriátrico a la vez
que se introduce una botella de agua mineral por donde
ustedes ya se imaginan, ante el rostro de estupefacción
de los ancianos. Esa escena sirve para medir la película
entera, pues todos sus momentos cómicos poseen la
misma sutileza. El delirio orgiástico es constante, pero no
hay un guión que merezca tal nombre, ni imaginación en
los gags y su construcción. Y cuando un mojón de David
Hasselhoff, en un fugaz cameo, protagoniza un gag
demencial, uno se acuerda de la caca de Divine y consta-
ta que, con los años, el gamberrismo de Waters está
● ●
Sex o no sex | 433
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superado ya en cualquier entrega de American Pie. Si en
tanto que sátira feroz sobre Hollywood y sus mecanismos
de producción de películas el terrorismo de Waters fun-
cionaba todavía a cien en la precedente Cecil B. Demen-
te, en Los sexoadictos todo aparece estéril, como la ino-
fensiva bomba fétida lanzada por el niño malo de la clase.
■ J.B.C.
SEXO LOCO
(Sessomatto), Dean Film Cinetirrenia, Italia, 1973, 90 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Dino Risi. Guión:
Ruggero Maccari. Fotografía: Alfio Contini. Montaje: Alberto Galliti,
Lidia Pascolini. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística: Lorenzo
Baraldi. Intérpretes: Laura Antonelli, Giancarlo Giannini, Alberto Lione-
llo, Paola Borboni. ***
Laura Antonelli y Giancarlo Giannini son las estrellas de
diversos episodios que conforman diferentes actitudes
sexuales. Antonelli consigue que los espectadores aca-
ben como una moto después de ver generosamente sus
encantos, y entre las fantasías sensuales que nos hace
vivir están: “Signora sono le otto”, donde una rica señora
sólo se despierta si el mayordomo le hace el amor; “Due
cuori e una barraca”, donde se analiza la pobreza extre-
ma de una pareja que, a pesar de todo, no para de tener
hijos; “Non e mai troppo tardi”, o cómo un abogado sólo
logra ponerse a tono con las señoras mayores; “Viaggio di
nozze”, en el que un vendedor solamente encuentra la
excitación si practica sexo en su mugrienta furgoneta;
“Torna piccina mia”, en el que una prostituta es contrata-
da por un hombre para que se disfrace de su difunta
esposa; “Lavoratore italiano all´estereo”, donde un emi-
grante italiano se topa con una monja que hace strip
tease; “La vendetta”, o cómo el cuerpo de una mujer pue-
de ser un arma mortal; “un amore difficile”, esta vez sin
Antonelli, y con Giannini enamorado de un travesti; y
“L´ospite”, donde un matrimonio encuentra el morbo de
hacer el amor delante de un invitado a cenar. Atención
especial a la obra maestra musical de Armando Trovaioli,
con susurros de risas eróticas acompañando la melodía.
■ L.M.C.
SEX O NO SEX
Alexandra Films/CB Films, España, 1974, 98 min.
Director: Julio Diamante. Guión: Julio Diamante. Fotografía: Antonio
López Ballesteros. Música: Carmelo Bernaola. Intérpretes: Carmen Sevi-
lla, José Sacristán, Antonio Ferrandis, Jaime de Mora y Aragón, José Vivó,
Ágata Lys, Lola Gaos, Pedro Mounier. **
Dirigida por el autor de Los que no fuimos a la guerra
(cuando estalló la paz), Tiempo de amor y El arte de vivir,
Sex o no sex es una farsa supuestamente crítica sobre el
sexo y todas las películas tibiamente aperturistas del
momento, pero desgraciadamente acaba adoptando los
tics que pretende poner en la picota y convirtiéndose en
un ejemplar más de la modalidad, con la presencia de la
epónima Ágata Lys incluida. ■ J.B.C.
●
434| Sexo y balas
● ●
SEXO Y BALAS
(The Cure for Boredom/Sex & Bullets), EE.UU., 2000, 87 min.
Productor: Michael S. Murphey, Ruben Preuss, Miguel Tejada-Flores.
Director: Ruben Preuss. Guión: James Harris. Fotografía: Zoran
Hochstätter. Montaje: David Kern. Música: Gigi Meroni. Dirección Artís-
tica: Mickey Breitenstein. Intérpretees: Sunda Croonquist, Brad Grun-
berg, Judd Nelson, Seymour Cassel, Joe Viterelli. **
Una mezcla mal agitada entre el cine de Tarantino y la
típica comedia juvenil americana podría ser la definición
de esta cinta independiente protagonizada por dos estu-
diantes y dos camareras cuyas aburridas vidas se trans-
forman al conocer a una banda de gangsters, muy preo-
cupados en vengar la muerte del hijo del jefe. ■ G.Q.
SEXUALIDAD VIRTUAL
(Virtual Sexuality), Noel Gay Motion Pict. Co., EE.UU., 1999, 89 min.
Director: Nick Hurran. Productor: Christopher Figgs. Guión: Nick Fisher.
Fotografía: Brian Tufano. Dirección Artística: Henry Stemberg. Música:
Rupert Gregson-Williams. Intérpretes: Laura Fraser, Marcelle Duprey,
Rupert Penry-Jones, Luke de Lacey, Natasha Bell, Laura Aikman. * pados en el drama de sus propias políticas sexuales. La
Enésima comedieta adolescente del año, subgénero que,
con la insistencia de una plaga egipcia, nunca ha faltado
en la cartelera patria de los últimos lustros. Ésta, con alma
inglesa y capital e influencias yanquis (véase La mujer ex-
plosiva o Fabricando al hombre perfecto), explota el filón
de la chicuela medio guapa y medio estúpida metida en
líos de lo más tontos. En este caso, los originados cuan-
do se convierte, por culpa de un cortocircuito en una má-
quina de cambio de look, en su chico ideal. Nick Hurran,
solvente profesional que había dirigido recientemente La
noche de las chicas, ni siquiera le añade picante al sosísi-
mo guiso, mostrándose recatado intelectual y hasta
físicamente (con esa casta cruz roja tapando las imáge-
nes “comprometidas”), cosa que al potencial público de
la cinta, se supone, cabreará un rato. ■ J.C.
SHAMPOO
Columbia, EE.UU., 1975, 109 min.
Productor: Warren Beatty. Director: Hal Ashby. Guión: Robert Towne,
Warren Beatty. Fotografía: Laszlo Kovacs. Montaje: Robert C. Jones.
Música: Paul Simon. Diseño de producción: Richard Sylbert. Dirección
Artíística: Stewart Campbell. Vestuario: Anthea Sylbert. Intérpretes:
Warren Beatty, Julie Christie, Goldie Hawn, Lee Grant, Jack Warden,
Tony Bill, Carrie Fisher, Jay Robinson, George Furth, Ann Weldon. ***
Este éxito-escándalo recaudó más de sesenta millones de
dólares en su día. Aunque es deliciosamente amoral, el
productor, co-guionista y estrella Warren Beatty nunca
llega a hilar todos sus temas juntos. Sin embargo, hay
momentos notables, como la clásica aparición de Julie
Christie en una memorable cena. Mucha gente cree que
el modelo para el peluquero de Beatty era Jon Peters,
pero en realidad fue Jay Sebring, asesinado en la masa-
cre de Sharon Tate. La acción está ambientada el 4 de
noviembre de 1968, el día en que Richard Nixon se con-
● ●
●
virtió en presidente. El empleo de las retransmisiones
televisivas durante la noche electoral es efectivo. La his-
toria es inestable: con la elección de Nixon, los vibrantes
sesenta quedan definitivamente atrás, pero los privilegia-
dos invitados a la fiesta no son conscientes de ello, atra-
popular canción de los Beach Boys “Wouldn’t It Be Nice”
suena en los créditos finales, un golpe final de humor
negro para la película. Es la sátira de un sátiro. ■ J.D.D.
SHOW DE TRUMAN (UNA VIDA
EN DIRECTO), EL
(The Truman Show), EE.UU., 1998, 103 min.
Productor: Edward S. Feldman, Andrew Niccol, Scott Rudin, Adam Sch-
roeder. Director: Peter Weir. Guión: Andrew Niccol. Fotografía: Peter
Biziou. Montaje: William M. Anderson, Lee Smith. Dirección Artística:
Richard L. Johnson. Intérpretes: Jim Carrey, Laura Linney, Noah Emme-
rich, Natascha McElhone, Holland Taylor, Brian Delate. ****
Dios está en todas partes y sus ojos son cámaras de tele-
visión. Es un Dios imperfecto, cruel a la vez que paterna-
lista, vive en el cielo, hace salir el sol cada día y una orden
suya basta para que se desate una tempestad. Lo ve y
controla todo. Es un Dios de carne y hueso, que respon-
de al nombre de Christof (¿una ironía?). Ed Harris, que
sustituyó al inicialmente previsto Dennis Hopper –una
suerte: Harris inquieta; Hopper suele desmelenarse–,
aporta su rostro terroríficamente hierático a este malévo-
lo personaje, un productor que lleva 30 años colándose,
las 24 horas del día, en los televisores de medio mundo.
Porque “El show de Truman” es un programa ininterrum-
pido que muestra la intimidad del protagonista, Truman
Burbank (Carrey), un hijo no deseado cuyo nacimiento ya
pudo verse a través de la televisión y que ahora es –él lo
ignora– la estrella más deseada del planeta. En su caso,
los cinco minutos de celebridad que Andy Warhol vatici-
nó para cualquier mortal se han transformado en tres
décadas. Y no lleva visos de detenerse, pues la audiencia
va subiendo. Director siempre interesante y aquí magis-
tral, Peter Weir tiene el talento de no decantarse por nin-
gún género establecido a la hora de filmar esta pesadilla
que hubiera podido lucir un envase de comedia descere-
●

● ●
brada, ser un thriller inquietante o una apología moral en
exceso discursiva. Weir se sirve de todos los códigos de
género para helarnos la sonrisa, sorprendernos con algún
que otro giro inesperado e inquietarnos con la historia,
perversa y sombría, de un hombre cuya vida se ha veni-
do desarrollando, sin él saberlo, en un gigantesco plató
que alberga una falsa ciudad transitada por figurantes y
donde los intérpretes que encarnan a la mujer, la madre o
al mejor amigo de Truman siempre quieren más papel.
Weir consigue casi una obra maestra aliándose con un
actor que sobre el papel parecía temible, Jim Carrey, aquí
sencillamente soberbio. Este pobre imbécil, progresiva-
mente cuerdo, que asistía embelesado a puestas de sol o
tormentas diseñadas con efectos especiales, permite a
quien hasta entonces era un pésimo imitador de Jerry
Lewis una actuación conmovedora. ■ LL.B.M.
SHOWMAN DE LOS SÁBADOS, EL
(Mr. Saturday Night), EE.UU., 1992, 119 min.
Productor: Billy Crystal. Director: Billy Crystal. Guión: Billy Crystal,
Lowell Ganz, Babaloo Mandel. Fotografía: Donald Peterman. Montaje:
Kent Beyda. Música: Marc Shaiman. Dirección Artística: Carol Winstead
Wood. Intérpretes: Billy Crystal, David Paymer, Julie Warner, Helen
Hunt, Mary Mara, Jerry Orbach, Ron Silver, Sage Allen. ***
La trayectoria de un monologuista desde su juventud
hasta su madurez, recordada desde la vejez, sirve de base
a Billy Crystal para su estimable debut como director. En
esta película ofrece la que es, seguramente, su mejor in-
terpretación, sólo superada en el filme por el impresio-
nante papel de David Paymer, que encarna brillantemen-
te al sufrido hermano del protagonista. ■ G.Q.
SIETE VECES MUJER
(Sette volte donna), Embassy Pictures/20th Century Fox/Les Films
Cormoran, Italia-EE.UU.-Francia, 1967, 100 min.
Productor: Arthur Cohn. Director: Vittorio de Sica. Guión: Cesare Zavat-
tini. Fotografía: Christian Matras. Montaje: Teddy Darvas, Victoria Spiri
Mercanton. Música: Riz Ortolani. Dirección Artística: Bernard Evein.
Intérpretes: Shirley MacLaine, Anita Ekberg, Elsa Martinelli, Catherine
Samie, Michael Caine. **
Curiosa coproducción entre Italia y Estados Unidos, don-
de el protagonismo absoluto se lo lleva Shirley MacLaine,
que se transforma en los siete tipos de mujer enunciados
en el título, pertenecientes a otros tantos episodios que
acaban conformando el largometraje. Hay que recordar
que, por aquel entonces, el cine americano estaba en
franca decadencia y que sus actores veían Europa –y
sobre todo Italia, con su inacabable selección de excelen-
tes títulos, indiscutibles talentos y reinventados géneros
como el giallo, el spaghetti y la comedia– como una tabla
de salvación a sus carreras. En “Cortejo fúnebre” es una
viuda que, en el funeral de su esposo, ya está pensando
en otro marido; en “Amateur Night” vuelve a uno de sus
papeles más recurrentes: el de prostituta de buen cora-
zón; en “Due contro uno” es cortejada por el científico
● ●
Signos del zodiaco, Los | 435
●
Vittorio Gassman; “La super Simone” la presenta como
una chiflada que hará cualquier cosa por volver a enamo-
rar a su esposo (el apático Lex Barker); “I suicidi” parodia
a unos peculiares “Romeo y Julieta”, sin ninguna ganas
de morir; “Una sera all´opera” muestra los problemas de
una mujer al escoger su vestido para la ópera; y “Neve” es
la clásica historia de infidelidades, esta vez por culpa de
un marido celoso, que no tiene otra ocurrencia que en-
cargar a un atractivo detective que vigile a su esposa.
Este último cuenta con un reparto de lo más internacio-
nal ya que, además de la americana MacLaine, coinciden
con ella la sueca Anita Ekberg, el inglés Michael Caine y
el francés Philippe Noiret. A pesar del guión de Zavattini,
de la dirección de un Vittorio de Sica en horas bajas, de
un notable score de Ortolani, de un gasto más que consi-
derable en la producción y del esfuerzo de MacLaine (a
veces algo “ausente”), la película en su conjunto no acaba
de arrancar. ■ L.M.C.
SI FULANO FUESE MENGANO
PICASA/Cesáreo González, España, 1971, 88 min.
Director: Mariano Ozores. Guión: Antonio Ozores, Mariano Ozores.
Fotografía: Vicente Minaya. Música: Peret, Juan Pardo, Alfonso Santiste-
ban. Intérpretes: Peret, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores, Mari-
sa Medina, Florinda Chico, José Rubio, Gracita Morales, José Sazatornil
“Saza”, Helga Liné, José Sacristán. **
Un Ozores cosecha del 71, basado en un guión del direc-
tor y de su hermano Antonio, que también aparece como
actor. Menos vulgar de lo que es habitual en este prolífi-
co realizador, la película es un vehículo de lucimiento al
servicio de Peret. Impagable presencia de Helga Liné y
Marisa Medina y de secundarios como Gracita Morales,
José Sacristán y José Sazatornil. ■ J.E.
SIGNOS DEL ZODIACO, LOS
(Di che segno sei?), Vides Cinemat./Primes, Italia, 1975, 130 min.
Productor (colectivo): Franco Cristaldi. Director (colectivo): Sergio Cor-
bucci. Guión (colectivo): Sabatino Ciuffini, Sergio Corbucci, Rodolfo
Sonego, Castellano & Pipolo, Bruno Corbucci, Massimo Franciosa,
Alberto Sordi. Fotografía (colectivo): Claudio Cirillo. Montajee (colecti-
vo): Eugenio Alabiso. Música (colectivo): Lelio Luttazzi. Dirección de
arte (colectivo): Guiantito Burchiellaro. EPISODIOS: “Acqua”: Intérpre-
tes: Paolo Villaggio, Giuliana Calandra. “Ariaa”: Intérpretes: Adriano
Celentano, Mariangela Melato. “Terra”: Intérpretes: Renato Pozzetto,
Giovanna Ralli. “Fuoco”: Intérpretes: Alberto Sordi, Lucia Alberti. ***
Nueva disección de la sociedad italiana sobre el esquema
de los episodios, utilizando ahora como excusa los cuatro
grupos de los signos del zodiaco. El primero presenta a
un piloto que, por culpa de un error médico, cree que va
a convertirse próximamente en una mujer, lo que llevará
a adoptar situaciones algo insólitas. En el segundo, un
individuo participa tan contento en un concurso de baile,
a pesar de que ha estado a punto de asesinar a su espo-
sa. El siguiente trata de cómo un simple obrero gana por
la mano al señorito cuando se acuesta con su mujer. El
●
436| Sillas de montar calientes
● ●
último resulta el más divertido y original, al retratar a un
guardaespaldas algo pesado que pone de los nervios a su
protegido, hasta el punto de que su jefe se siente real-
mente feliz cuando es secuestrado. Predomina el compo-
nente sexual, y contiene chistes demasiado gastados jun-
to a situaciones cómicas realmente afortunadas. ■ L.M.C.
SILLAS DE MONTAR CALIENTES
(Blazing Saddles), Warner Bros., EE.UU., 1974, 93 min.
Productor: Michael Hertzberg. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks,
Norman Steinberg, Andrew Bergman, Richard Pryor, Alan Uger (basado
en una historia de Andrew Bergman). Fotografía: Joseph Biroc. Montaje:
John C. Howard, Danford B. Greene. Música: John Morris. Diseño de pro-
ducción: Peter Wooley. Vestuario: Nino Novarese. Intérpretes: Cleavon
Little, Gene Wilder, Slim Pickens, David Huddleston, Liam Dunn, Alex
Karras, John Hillerman, George Furth, Mel Brooks, Harvey Korman. ***
A grandes rasgos hay cuatro clases de humor cinemato-
gráfico: el que se nutre de ingeniosos gags visuales
potenciados por un actor cómico genial –Keaton, Tati–, el
que se basa en la verborrea y en trucos de guión –Bob
Hope–, el que se apoya en la gesticulación –Lewis, Kaye,
Carrey– y el que recurre a la parodia de otros géneros.
Evidentemente, el humor desarrollado por el judío neo-
yorquino Mel Brooks pertenece a este último segmento,
tal como ha venido demostrando a lo largo de su carrera
con puntuales sátiras más o menos afortunadas de Fran-
kenstein, las películas silentes, Hitchcock, los filmes bíbli-
cos, la ciencia ficción, Robin Hood y Drácula. En Sillas de
montar calientes, segundo de sus trabajos como director,
● ●
●
tras la nada desdeñable Los productores, el género paro-
diado es el western, siguiendo la tradición de Rostro páli-
do y similares. En un pequeño pueblo del Oeste, en el que
casi todos se llaman Johnson, un juez y un político sin es-
crúpulos adquieren tierras a bajo precio para revenderlas
al ferrocarril. Un sheriff negro, su ayudante alcohólico
–sombrerazo al Río bravo de Hawks– y un pistolero re-
convertido lo van a impedir, sin que falten ni la chica del
saloon (Bernardette Peters) ni el predicador de turno
(Liam Dunn). El propio Mel Brooks se reserva dos pape-
les: el de político llamado nada menos que Lepétomane y
el de un pintoresco jefe indio. El humor grueso, aunque
no desprovisto de gracia efectiva, acumula todos los tó-
picos posibles para darles la vuelta en un verdadero to-
rrente de situaciones grotescas. Hay momentos muy lo-
grados, como el travelling que recorre el paisaje para ir a
dar con una orquesta en medio del desierto –guiño a
Ford y justificación de la música ambiental– y el número
a lo Marlene de Lili von Shtupp. Es una lástima que en
castellano se perdieran los continuos juegos de palabras.
Count Basie aparece en su propio papel. ■ M.Q.
SIMPÁTICO Y CARADURA
(Joyeuses paques), Cerito Films/Sara Films, Francia, 1984, 100 min.
Productor: Alain Sarde, Alain Belmondo. Director: Georges Lautner.
Guión: Jean Poiret. Fotografía: Edmond Sechan. Montaje: Michelle
David. Música: Philippe Sarde. Dirección Artística: Dominique Andre.
Intérpretes: Jean Paul Belmondo, Sophie Marceau, Marie Laforet, Michel
Beaune. **
Comedia de enredos a la mayor gloria de un Belmondo
en plan estrella total, capaz incluso de poner la película a
su servicio como se observa en demasiados momentos
de la misma. Film que supone un punto de inflexión en su
carrera, puesto que, debido a que la edad no perdona, a
partir de aquí dejó de hacer el mono trepando por los
edificios. Ya se lo tomó con más calma, aunque continuó
haciendo películas igual de intrascendentes que antes. En
compensación a su baja forma física, interpreta a un ma-
duro galán que, en ausencia de su mujer, se lleva a casa a
una jovencita muy apetecible. Ante la inesperada llegada
de su esposa, no se le ocurre otra idea que hacer pasar a
su amante por una hija secreta. Se puede uno imaginar
los enredos que, a partir de aquí, se suceden, dentro de
un argumento donde cabe una ligera crítica al comunis-
mo, algunas leves insinuaciones incestuosas y, eso sí, una
impagable sucesión de chicas preciosas desfilando por la
pantalla, encabezadas por Sophie Marceau. ■ L.M.C.
SIN AMOR
(Without Love), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1945, 111 min.
Productor: Lawrence A. Weingarten. Director: Harold S. Bucquet.
Guión: Donald Odgen Stewart (basado en una obra de Philip Barry).
Fotografía: Karl Freund. Montaje: Frank Sullivan. Música: Bronislau
Kaper. Dirección Artística: Cedric Gibbons, Harry McAfee. Intérpretes:
Spencer Tracy, Katharine Hepburn, Keenan Wynn, Gloria Grahame,
Patricia Morrison, Lucille Ball. ***
●

● ●
Tras el escaso rendimiento comercial de La llama sagrada
y fresco todavía el grato recuerdo de La mujer del año, los
productores de la Metro volvieron a la fórmula de la
comedia para Katharine Hepburn y Spencer Tracy, al con-
traste de sus personalidades, recalando en una pieza tea-
tral de Philip Barry que narraba la historia de un científi-
co que en días de guerra y en Washington conoce a una
viuda, con la que se casa por una necesidad práctica y
con la que, hasta el final de la película, se llevará muy mal,
dando honor al título: “Sin amor”. Philip Barry era el
mismo de Historias de Filadelfia, pero esta obra estaba
exenta de la sutileza de aquélla y sí algo cargada de un
sentimiento patriotero poco frecuentable. Por otra parte,
nadie había aquí como Cukor dirigiendo la función, ni
siquiera como George Stevens, sino el muy anónimo
Harold S. Bucquet, que ya había trabajado con la Hep-
burn sustituyendo a Jack Conway en Estirpe de dragón, y
que fallecería poco tiempo después sin dejar excesivos
recuerdos en las páginas del cine. Sin amor, por tanto,
necesariamente ha de ser una película de actores: muy
bien, como siempre, el tándem protagonista, pero aten-
ción a dos mayúsculos comediantes que aquí están
soberbios, Lucille Ball y Keenan Wynn, que en las escenas
que aparecen arrasan. ■ J.B.C.
SIN BALAS Y DISPARANDO
(Otley), Columbia, Reino Unido, 1969, 90 min.
Productor: Bruce Cohn Curtis. Director: Dick Clement. Guión: Ian La
Frenais. Fotografía: Austin Dempster. Montaje: Richard Best. Música:
Stanley Myers. Dirección Artística: Carmen Dillon. Intérpretes: Tom
Courtenay, Romy Schneider, Alan Badel, Leonard Rossiter. **
Incluso cuando se estrenó en 1968, esta parodia de espías
ambientada en Londres parecía terriblemente pasada de
moda. De hecho, sin el genio cómico de los guionistas
Dick Clement e Ian La Frenais hubiese sido un desastre.
Olvídense del laberíntico argumento que pronto se hace
imposible de seguir y concéntrense en su lugar en la deli-
ciosa interpretación de Tom Courtenay como el desven-
turado Gerald Otley, un inocente (aunque no demasiado
honesto) holgazán de Portobello Road atrapado por Ro-
my Schneider en un lío de asesinato, caos y espionaje. El
argumento nunca se detiene en su búsqueda de nuevos
métodos de avergonzar a Otley: en una escena, por ejem-
plo, busca refugio entre la multitud, para descubrir que es
el único blanco en una manifestación de negros. Pero en
su intento de evitar el exceso de heroísmo y las trampas
de la parodia, la película carece de un punto de vista y no
logra centrar la atención del espectador en ningún per-
sonaje en particular. Menos mal que en ayuda de Courte-
nay aparecen los maravillosos secundarios Alan Badel,
Leonard Rossiter, Freddie Jones y James Bolam. ■ J.D.D.
SI NO TE CASAS, ME MATO
(If Lucy Fell), EE.UU., 1996, 92 min.
Productor: Bradley Jenkel, Brad Krevoy, Steven Stabler. Director: Eric
Schaeffer. Guión: Eric Schaeffer (basado en una historia de Eric Schaeffer
● ●
Sin vergüenza | 437
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y Tony Spiridakis). Fotografía: Ron Fortunato. Montaje: Susan Graef.
Música: Amanda Kravat, Charlton Pettus. Dirección Artística: David
Doernberg. Intérpretes: Sarah Jessica Parker, Eric Schaeffer, Ben Stiller,
Elle Macpherson, James Rebhorn, Robert John Burke. **
Una de las películas como director del polifacético Eric
Schaeffer, protagonizada por un chico y una chica que
deciden que si al cumplir los treinta no han encontrado
pareja, se arrojarán desde el puente de Brooklyn. El desa-
rrollo de la trama es fácil de adivinar y éste puede que sea
uno de los mayores defectos de una, a pesar de todo,
perfectamente soportable comedia romántica. ■ G.Q.
SIN VERGÜENZA
España, 2001, 116 min.
Productor: Eduardo Campoy, Gerardo Herrero. Director: Joaquín Oris-
trell. Guión: Dominic Harari, Joaquín Oristrell, Teresa Pelegri, Cristina
Rota. Fotografía: Jaume Peracaula. Música: José Carlos Gómez, Dani
Martín. Montaje: Miguel Angel Santamaría. Intérpretes: Verónica For-
qué, Daniel Giménez Cacho, Candela Peña, Carmen Balagué, Elvira
Lindo, Jorge Sanz, Rosa Maria Sardà, Dani Martín, Marta Etura. ***
Hitchcock afirmaba que los actores debían ser tratados
como ganado; Marlon Brando, tal vez aludiendo a sí
mismo, manifestó en cierta ocasión que actor es uno que
si no estás hablando de él no está escuchando. En Sin
vergüenza, una comedia irónica, amarga, divertida y final-
mente catártica, Joaquín Oristrell viene a decirnos que
los actores son esas criaturas neuróticas que representan
–en el escenario, ante la cámara y hasta en la vida real–
nuestras propias neurosis. Debemos agradecérselo.
El (digamos que) rosebud de esta notable película es
el guión autobiográfico escrito por un director (Giménez
Cacho), famoso y no menos neurótico, en el que reme-
mora un antiguo episodio amoroso, en apariencia cance-
lado por el tiempo. El guión caerá en manos de una anti-
gua actriz (Forqué), ahora al frente de una escuela de
actores, y pasará de mano en mano.
La captura del papel protagonista se convierte en
objetivo codiciado por parte de profesionales en perpe-
tua frustración, incluyendo a la mujer (Peña) del director,
actriz de teleseries a la que éste ningunea, o de una diva
(Sardá), cuya grandeza también se ha visto reducida a la
pequeña pantalla. Al propio tiempo, los alumnos de esa
escuela dramática en la que Jorge Sanz no ejerce de pro-
fesor de vocalización, sino de expresión corporal, atisba-
rán una posibilidad de saltar a la profesión cuando el
director de marras acude a unas audiciones.
Repleta de malévolos guiños irónicos sobre la gente del
mundillo, Sin vergüenza constituye una inteligente y deli-
ciosa farsa sobre el mundo de los actores. Pero también
posee la estructura de una historia de amor aplazada, que
reaparece con inusitada fuerza entre representaciones de
Shakespeare o Moliére para indicarnos que la línea fron-
teriza entre realidad y representación resulta siempre
muy difusa.
Oristrell, que no se deja arrastrar por la trascendencia
mal entendida, incluso recurre a la pantalla fragmentada
●
438| Sister Act: una monja de cuidado
● ●
para complementar el dinamismo de una comedia cuyo
ritmo casi nunca decae, de una deliciosa aunque ácida
comedia de la vida, donde –justicia poética– sobresale el
talento de eminentes actores veteranos y también el de
algunos debutantes –sin vergüenza– que no se dejan
robar ni un solo plano. ■ LL.B.M.
SISTER ACT: UNA MONJA
DE CUIDADO
(Sister Act), EE.UU., 1992, 100 min.
Productor: Teri Schwartz. Director: Emile Ardolino. Guión: Joseph Ho-
ward. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Colleen Halsey, Richard
Halsey. Música: Marc Shaiman. Dirección Artística: Eve Cauley. Intérpre-
tees: Whoopi Goldberg, Maggie Smith, Kathy Najimy, Wendy Makkena,
Mary Wickes, Harvey Keitel, Bill Nunn, Robert Miranda. *
Una cantante de Las Vegas, amante de un mafioso, es
testigo de cómo éste asesina a uno de sus secuaces, por
lo que se asusta, huye y se acoge a la protección de la
policía. La esconden en un convento en crisis de feligre-
sía y, gracias a su desbordante vitalidad y a sus dotes
para la música, logra conquistar el corazón de todos. Éste
es un cine casi de “estampilla”, pero en yanqui y con
Whoopi Goldberg, que se encuentra a sus anchas. Sor-
prende ver a Maggie Smith y a Harvey Keitel en un bodrio
como éste. ■ G.Q.
SI YO TUVIERA UN MILLÓN
(If I Had a Million), EE.UU., 1932, 88 min.
Productor: Louis D. Lighton. Director: James Cruze, H. Bruce Humbers-
tone, Ernst Lubitsch, Norman Z. McLeod, Stephen Roberts, William A.
Seiter, Norman Taurog, Lothar Mendes. Guión: Robert Sparks, Grover
Jones, William Slavens McNutt, Lawton Mackall, Joseph L. Mankiewicz,
Oliver H.P. Garrett, Harvey Gates, Claude Binyon, Malcolm Stuart Boy-
lan, Whitney Bolton. Fotografía: Harry Fischbeck, Charles Edgar, Gilbert
Warrenton, Alvin Wyckoff. Música: Sam Theard. Intérpretes: Gary Coo-
per, Charles Laughton, George Raft, Jack Oakie, Richard Bennett, Char-
les Ruggles, Alison Skipworth, W. C. Fields, Mary Boland, Roscoe Karns,
May Robson. ***
Película de episodios, sobre las consecuencias que la for-
tuna inesperada puede tener en la gente, en el que des-
taca el escrito y dirigido por Ernst Lubitsch. El genial ci-
● ●
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neasta no sólo realizó el más corto de los siete episodios,
sino también el más ocurrente, con Charles Laughton en
el papel de un probo oficinista que al saberse millonario
acude al despacho de su jefe y le saca la lengua. Un gag
que la censura británica de la época no admitió, por lo
que Lubitsch debió rodar otro menos "fuerte" para la ver-
sión estrenada en Inglaterra. Nostálgicos de la comedia
tradicional y cinéfilos conscientes de que un breve
Lubitsch bien vale por toda una película. ■ LL.B.M.
SKI PARTY
EE.UU., 1965, 90 min.
Productor: Gene Corman. Director: Alan Rafkin. Guión: Robert Kauf-
man. Fotografía: Arthur E. Arling. Montaje: Morton Tubor. Dirección
Artística: Howard Campbell. Intérpretes: Frankie Avalon, Dwayne Hick-
man, Deborah Walley, Yvonne Craig, Robert Q. Lewis, Bobbi Shaw. ●
Rescate televisivo, totalmente innecesario, de una tonto-
rrona comedia playera protagonizada por Frankie Avalon,
ex niño prodigio (tocaba la trompeta en orquestas a los
nueve años) y después cantante juvenil de notable éxito,
al que Grease rescató en 1978 del olvido. Absolutamente
prescindible: consulte cartelera. ■ LL.B.M.
SLAM
España, 2002, 95 min.
Productor: Pedro Oriol. Director: Miguel Martí. Guión: Juan Carlos
Rubio. Montaje: David Pinillos. Música: Víctor Reyes. Dirección Artísti-
ca: Juan Pedro Gaspar. Intérpretes: Iván Hermes, Tomás Fonzi, Andreu
Castro, Juan Acosta, Estíbaliz Gabilondo, Fede Celada, Luke Donovan. *
Uno se considera joven y no puede dejar de sentirse un
poco ofendido al ver el bajo nivel de las comedias para
este público, donde nuestra inteligencia no difiere mucho
de la de un chimpancé entrenado. El caso es que cintas
como American pie o Colega, ¿dónde está mi coche? fun-
cionan en taquilla y es normal que el espabilado de
Miguel Martí haya querido hacer una versión española de
este tipo de comedias. ■ G.Q.
SMOKING ROOM
España, 2002, 88 min.
Productor: Quique Camín. Director: Roger Gual, Julio D. Wallovits.
Guión: Roger Gual, Julio D. Wallovits. Fotografía: Cobi Migliora. Monta-
je: David Gallart. Música: Joan Manuel Serrat. Intérpretes: Eduard Fer-
nández, Juan Diego, Chete Lera, Antonio Dechent, Francesc Garrido,
Vicky Peña, Ulises Dumont, Manuel Morón, Francesc Orella. ****
El problema de la creación de un espacio para fumadores
en las dependencias de una empresa es el motivo inicial
para que el catalán Gual y el argentino Wallovits, proce-
dentes del campo de la publicidad, tracen un cuadro de
las relaciones personales y laborales a través de unos diá-
logos perfectamente cincelados. Humor inteligente y
agudeza de observación en una propuesta insólita en
nuestro cine. ■ M.Q.
●

● ●
SMOOCHY
(Death to Smoochy), EE.UU.-Reino Unido-Alemania, 2002, 109 min.
Productor: Andrew Lazar, Peter Macgregor-Scott. Director: Danny
DeVito. Guión: Adam Resnick. Fotografía: Anastas N. Michos. Montaje:
Jon Poll. Música: David Newman. Dirección Artística: Tamara Deverell.
Intérpretes: Robin Williams, Edward Norton, Catherine Keener, Danny
DeVito, Jon Stewart, Pam Ferris, Danny Woodburn. ***
Irregular pero apreciable sátira –en la línea de algunos de
los anteriores trabajos de DeVito como La guerra de los
Rose o Tira a mamá del tren– que pasó absolutamente
desapercibida por nuestros cines. Robin Williams, en uno
de esos personajes oscuros que en ocasiones encarna, es
un ex presentador de un programa infantil que focaliza su
odio hacia su sustituto, interpretado por el siempre efec-
tivo Edward Norton. ■ G.Q.
SOBREVIVIRÉ
España, 1999, 102 min.
Director: Alfonso Albacete, David Menkes. Guión: Alfonso Albacete,
Lucía Etxebarría, David Menkes. Música: Paco Ortega. Dirección Artísti-
ca: Rubén Rivas. Intérpretes: Emma Suárez, Juan Diego Botto, Mirta Iba-
rra, Rosana Pastor, Manuel Manquiña, Alex Brendemühl, Javier Martín,
Alberto San Juan. ***
Tras debutar con Más que amor, frenesí, Albacete y Men-
kes prosiguieron juntos su carrera tras la cámara con Ató-
mica y luego rodaron Sobreviviré, una apreciable come-
dia dramática en cuyo guión colaboraron con la novelista
Lucía Etxebarría. Emma Suárez resulta muy convincente
en el papel de una mujer que, a pesar de atravesar un mal
momento, saca fuerzas de flaqueza para seguir adelante.
■ J.E.
SOCIOS Y SABUESOS
(Turner & Hooch), EE.UU., 1989, 97 min.
Productor: Raymond Wagner. Director: Roger Spottiswoode. Guión:
Dennis Shryack, Michael Blodgett, Daniel Petrie Jr., Jim Cash, Jack Epps
Jr. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Mark Conte, Garth Craven,
Lois Freeman-Fox, Ken Morrisey, Paul Seydor. Música: Charles Gross.
Arte: Sig Tingloff. Intérpretes: Tom Hanks, Mare Winningham, Craig T.
Nelson, Reginald VelJohnson, Scott Paulin, J. C. Quinn, John McIntire,
Clyde Kusatsu. ***
Antes de oler la dulce fragancia dorada del Oscar y
sucumbir a ella, convirtiéndose en un actor serio, Tom
Hanks era un comediante excelente y sin prejuicios, capaz
de hacerse suyas películas modestas como Un, dos, tres…
¡splash!, Big, Esta casa es una ruina o Socios y sabuesos,
en la que encarna a un policía a quien el destino le envía
como compañero no previsto ni deseado a… un perrazo
tan simpático como baboso. Una buddy movie, pues, con
la pareja más disímil que concebirse pueda. La trama,
pese a venir firmada por cinco guionistas, cinco, no es
nada del otro jueves. Pero la dirección dinámica y el mon-
taje (cinco son también los montadores, el antiguo oficio
de Spottiswoode, el autor de las espléndidas El tren del
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Solo en casa | 439
●
terror y Bajo el fuego) y la energía, jovialidad y amplitud
de registros de Hanks (un momento de oro: sus comen-
tarios al chucho dentro del coche, cuando éste no deja de
babear) hacen de Socios y sabuesos una de esas come-
dias que se ven con mucho gusto. ■ J.B.C.
SOLO ANTE EL STREAKING
España, 1975, 90 min.
Productor: Eduardo Manzanos Brochero. Director: José Luis Sáenz de
Heredia. Guión: José Luis Sáenz de Heredia, José Luis Navarro. Fotogra-
fía: Manuel Rojas. Montaje: Antonio Gimeno. Música: Juan Bracons,
Manuel Cubedo. Intérpretes: Alfredo Landa, Lina Canalejas, Almudena
Cotos, Tomás Blanco, Roberto Camardiel, José María Escuer, Ricardo
Merino. ***
José Luis Sáenz de Heredia debutó en 1934 con una pelí-
cula llamada Patricio miró a una estrella, una comedia in-
geniosísima, delirante y pasablemente surreal que él mis-
mo había escrito. Tomó luego el relevo de Nemesio So-
brevila en la dirección de La hija de Juan Simón, película
impulsada por Buñuel, pero tras la Guerra Civil se convir-
tió, a partir de Raza, en el cineasta oficial del franquismo.
Discurso ideológico al margen, muchas de sus películas
de aquellos años de posguerra hay que aplaudirlas por su
excelsa profesionalidad e irreprochable acabado. Hasta
que llegaron los sesenta y Sáenz de Heredia se apuntó a
la comedia populachera y chabacana: Pero... ¡en qué país
vivimos!, Se armó el belén, Don Erre que Erre o Me debes
un muerto son algunos de estos lamentables títulos con
que acaba su filmografía. El último de ellos es precisa-
mente Sólo ante el Streaking, una vulgarísima farsa a
costa de esa veloz tendencia nudista que proliferaba por
esas fechas: Landa encarna aquí al profesor Perales en
liza con sus alumnos cuando, al tiempo que queda fina-
lista para un premio sobre moralidad, una muchacha de
su clase aparece desnuda en público. ■ J.B.C.
SOLO EN CASA
(Home Alone), Hughes, EE.UU., 1990, 98 min.
Productor: John Hughes. Director: Chris Columbus. Guión: John Hu-
ghes. Fotografía: Julio Macat. Montaje: Raja Gosnell. Música: John
Williams. Diseño de producción: John Muto. Dirección Arttística: Dan
Webster. Vestuario: Jay Hurley. Intérpretes: Macaulay Culkin, Joe Pesci,
Daniel Stern, John Heard, Roberts Blossom, Catherine O’Hara, Angela
Goethals, Devin Rattray, Gerry Bamman, Hillary Wolf. **
Una modesta comedia navideña que se convirtió en una
de las películas más taquilleras de todos los tiempos. El
guionista/productor John Hughes y el director Chris
Columbus sintonizaron con dos elementos clave: la fanta-
sía de E.T., con sus niños triunfando sobre la adversidad
adulta, y la perenne persecución de los dibujos animados
de Tom y Jerry. Destinado a pasar las Navidades en París
con sus padres y diversos parientes, el joven Kevin (Cul-
kin) se siente ignorado por su odiosa familia y tiene una
rabieta en la víspera del viaje. Castigado en su habitación
por su madre (O’Hara), Kevin desea que todo el mundo
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440| Solo en casa 2: perdido en Nueva York
● ●
desaparezca. A la mañana siguiente, despierta y se en-
cuentra “solo en la casa”. El chico realmente cree que su
sueño se ha cumplido, así que se atiborra de comida-ba-
sura y televisión hasta que aparecen la soledad y el mie-
do. Pero la novedad empieza a agotarse cuando un par de
ineptos ladrones (Stern y Pesci, excelentes) intentan en-
trar en la casa. Sorprendentemente violenta al estilo de
los dibujos animados, Solo en casa peca de sentimentalis-
mo (bastante azucarado, por cierto) en la primera parte y
de sadismo en la segunda (un primer plano del pie des-
nudo de Stern clavándose lentamente un clavo de seis
pulgadas es la imagen más espantosa de la cinta), ambas
aderezadas con notables dosis de humor grueso. Lo único
realmente agradable en esta película es Macaulay Culkin,
entonces con diez años y ya en su quinto filme. Es un
actor infantil infrecuentemente natural, pero ni siquiera él
puede sobrevivir siempre a los trillados gags. ■ J.D.D.
SOLO EN CASA 2: PERDIDO
EN NUEVA YORK
(Home Alone 2: Lost in New York), 20th Century Fox, EE.UU., 1992,
120 min.
Productor: John Hughes. Director: Chris Columbus. Guión: John Hu-
ghes. Fotografía: Julio Macat. Montaje: Raja Gosnell. Música: John
Williams. Dirección Artística: Sandy Veneziano. Intérpretes: Macaulay
Culkin, Joe Pesci, Daniel Stern, Catherine O’Hara, Tim Curry. **
El supertaquillazo de Solo en casa propició de inmediato
esta primera secuela, de nuevo pergeñada por el avispa-
do John Hughes (guionista y productor) repitiendo fór-
mula: otra incidencia hace que el mocoso Culkin se quede
solo, aunque esta vez no en casa, sino en Nueva York,
donde dará su merecido (con especial hincapié en el
sadismo) a los mismos ladrones del título precedente.
Previsible. ■ J.B.C.
SÓLO LOS TONTOS SE ENAMORAN
(Fools Rush In), EE.UU., 1997, 109 min.
Productor: Doug Draizin. Director: Andy Tennant. Guión: Katherine
Reback (basado en una historia de Joan Taylor y Katherine Reback).
Fotografía: Robbie Greenberg. Montaje: Roger Bondelli. Música: Alan
Silvestri. Dirección Artística: David Crank. Intérpretes: Matthew Perry,
Salma Hayek, Jon Tenney, Carlos Gómez, Tomas Milian. **
Perry, ejecutivo agresivo neoyorkino, y Hayek, aspirante a
fotógrafa de origen mexicano y, claro está, sangre calien-
te, tienen una aventura fugaz. Meses después se reen-
cuentran, ella embarazada de él. Y deciden casarse. Pero
surjen los problemas: el choque de culturas y esas cosas.
Comedia romántica tontorrona y pasteurizada, salvada,
por los pelos, por las composiciones de la pareja. ■ J.B.C.
SOLOS CON NUESTRO TÍO
(Uncle Buck), Universal, EE.UU., 1989, 100 min.
Productor: John Hughes, Tom Jacobson. Director: John Hughes. Guión:
John Hughes. Fotografía: Ralf D. Bode. Montaje: Lou Lombardo, Tony
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●
Lombardo, Peck Prior. Música: Ira Newborn. Diseño de producción: John
W. Corso. Vestuario: Marilyn Vance. Intérpretes: John Candy, Jean Kelly,
Gaby Hoffman, Macaulay Culkin, Amy Madigan, Elaine Bromka, Garrett
M. Brown, Laurie Metcalf, Jay Underwood, Brian Tarantina. **
Tia Russell (Kelly) es un especimen poco amable, no hace
falta más que ver su cara fija en una mueca de odio ado-
lescente a los padres, generado por la poca atención de
mamá. Cuando la abuela sufre un ataque al corazón, papá
y mamá corren a su lado, dejando a los chicos al cuidado
de la oveja negra de la familia, el tío Buck (Candy), un
inepto e irredimible holgazán. Mientras los hermanos
pequeños (Culkin y Hoffman) se encariñan con el adora-
ble recién llegado, Buck y Tia inician una guerra de des-
gaste (él espanta a los pretendientes de su sobrina, ella
obstaculiza la relación de su tío con Amy Madigan). Está
claro desde el principio que cuando los padres vuelvan
todos se habrán reconciliado; lo que no está claro es por
qué esta formuláica película no logra conectar, propor-
cionando sólo interludios de satisfactoria comicidad de
John Candy entre las digresiones del guión. Las escenas
llegan sin avisar y se van sin haber concluido. Candy logra
arrancar risas simplemente interpretándose a sí mismo,
pero la cinta es una carga demasiado pesada incluso para
alguien con su imponente presencia. ■ J.D.D.
SÓLO TÚ
(Only You), Tri-Star/Yorktown, EE.UU. 1994, 108 min.
Productor: Norman Jewison, Cary Woods, Robert N. Fried. Director:
Norman Jewison. Guión: Diane Drake. Fotografía: Sven Nykvist. Monta-
je: Stephen Rivkin. Música: Rachel Portman. Dirección Artística: Luciana
Arrighi. Intérpretes:: Marisa Tomei, Robert Downey Jr., Bonnie Hunt, Joa-
quim de Almeida, Fisher Stevens, Billy Zane. ****
Sólo tú es una comedia romántica agradablemente dul-
zona y mágica cual cuento de hadas, que entronca con
esas películas americanas viejas, tiernas y encantadoras
que viajaban a Europa para reblandecer nuestros corazo-
nes, esas comedias irreales, nostálgicas, fundamentadas
en el sentimentalismo y el tópico turístico, como Vacacio-
nes en Roma, Creemos en el amor o Avanti! (aunque ésta
contenía, de propina, la característica mala uva wilderia-
na). Al igual que ellas, Sólo tú está ambientada en Italia,
una Italia amorosamente fotografiada por el gran Sven
Nykvist. Marisa Tomey y Robert Downey Jr. están a la al-
tura de las circunstancias, el portugués Joaquim de Al-
meida pone la nota exótica y el veterano Jewison, cineas-
ta habitualmente impersonal, lleva a cabo aquí tal vez el
trabajo más elegante e inspirado de su carrera. ■ J.B.C.
SOLTERA RETOZONA, LA
(Georgy Girl), Everglades, Reino Unido, 1966, 100 min.
Productor: Otto Plaschkes, Robert A. Goldston. Director: Silvio Narizza-
no. Guión: Margaret Forster, Peter Nichols (basado en la novela de Fors-
ter). Fotografía: Ken Higgins. Montaje: John Bloom. Música: Alexander
Faris. Dirección Artística: Tony Woollard. Vestuario: Mary Quant. Intér-
pretes: James Mason, Alan Bates, Lynn Redgrave, Charlotte Rampling,
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● ●
Bill Owen, Clare Kelly, Rachel Kempson, Denise Coffey, Dorothy Alison,
Peggy Thorpe-Bates. ***
Aunque suave según los cánones modernos, esta sincera
comedia de costumbres sexuales en el Swinging London
fue considerada atrevida en su día. Lynn Redgrave es una
desaliñada a quien su maduro, casado pero apasionado
jefe (Mason) ofrece una forma de escapar a su soledad.
Inevitablemente pasada de moda, aunque divertida y a
veces sorprendentemente cruda, La soltera retozona se
salva de ser una simple novedad por las interpretaciones
de Redgrave, que saltó al estrellato con este papel, y con
razón, y Mason, maravilloso como el hombre maduro,
agobiado por una quejica mujer enferma. Atención al
excelente cameo de Charlotte Rampling como la malva-
da compañera de piso de la protagonista. ■ J.D.D.
SOLTERO, EL
(The Bachelor), EE.UU., 1999, 101 min.
Productor: Jeffrey T. Barabe, Bing Howenstein, Lloyd Segan. Director:
Gary Sinyor. Guión: Jean C. Havez, Clyde Bruckman, Joseph A. Mitchell
(basado en el guión de 1925 “Seven Chances”, de Roi Cooper Megrue).
Fotografía: Simon Archer. Montaje: Robert M. Reitano. Música: David A.
Hughes, John Murphy. Dirección Artística: Randy Moore. Intérpretes:
Chris O’Donnell, Renée Zellweger, Artie Lange, Edward Asner, Hal Hol-
brook, James Cromwell, Marley Shelton, Peter Ustinov. **
Una versión de la maravillosa Seven Chances (1925), de
Buster Keaton, desarrollada de la manera más burda para
el lucimiento de Chris O’Donnell, que está muy lejos de
tener gancho, por lo que se recurren a pequeñas inter-
venciones de famosos como Brooke Shields o la cantan-
te Mariah Carey. ■ G.Q.
SOLTERÓN DOMADO, EL
(Il bisbetico domato), Capital Films, Italia, 1980, 102 min.
Productor: Mario e Vittorio Cecchi Gori. Director: Castellano & Pipolo.
Guión: Franco Castellano, Giuseppe Moccia. Fotografía: Alfio Contini.
Montaje: Antonio Siciliano. Música: Mariano Detto. Dirección Artística:
Bruno Amalfitano. Intérpretes: Adriano Celentano, Ornella Muti, Edith
Peters, Nicola del Buono. *
Versión “a la italiana” del clásico de Shakespeare “La fie-
recilla domada”, cambiando esta vez los papeles y siendo
el personaje masculino el domado por el femenino. A
mayor gloria de la pareja Celentano & Muti, él representa
a Elías, un soltero avaro y pueblerino, que recibe la visita
de una chica de ciudad que se enamora de él y está dis-
puesta a cambiar su carácter. La comedieta es torpe, sin
más recurso narrativo que el devenir del metraje hasta su
final. Incluye escenas sueltas pretendidamente divertidas,
como la de un partido de baloncesto que de 86-0 pasa a
86-87 por el buen hacer del solterón o aquella en que
Celentano se pone a pisar uvas más rápido que una
máquina. E igualmente, sus diálogos muestran un absolu-
to desprecio por la más mínima coherencia al incluir chis-
tes del estilo: «Deme dos terrones impares» o «No sé
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Sombras y niebla | 441
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cuántos años tiene... pero le echaba menos». Sólo para
incondicionales de Ornella, que está tremenda. ■ L.M.C.
SOLTERÓN Y LA MENOR, EL
(The Bachelor and the Bobby-soxer), RKO, EE.UU., 1947, 95 min.
Productor: Dore Schary. Director: Irving Reis. Guión: Sidney Sheldon.
Fotografía: Robert de Grasse, Nicholas Musuraca. Montaje: Frederick
Knudtson. Música: Leigh Harline. Dirección Artística: Albert S. D’Agos-
tino, Carroll Clark. Vestuario: Edward Stevenson. Intérpretes: Cary
Grant, Myrna Loy, Shirley Temple, Rudy Vallee, Ray Collins, Harry
Davenport, Johnny Sands, Don Beddoe, Lillian Randolph, Veda Ann
Borg, Dan Tobin. ***
Sidney Sheldon ganó un Oscar por el guión de esta pelí-
cula, de ingeniosa premisa: la juez Myrna Loy conoce al
apuesto Cary Grant, de quien poco después se enamora
la adolescente hermana de Loy (Shirley Temple, empala-
gosa niña prodigio diez años antes, ya más crecidita); pa-
ra desenamorarla, la juez obliga a Grant a cortejarla, lo
que empuja al actor a una de sus especialidades, que es
también uno de los atractivos de la obra: rejuvenecerse
como un colegial, apayasarse sin perder su elegante fair
play. El tema podría haber proporcionado más mala uva
en manos de un Lubitsch o un Wilder, en las de Reis im-
pera la moderación, aunque la fibra de El solterón y la
menor es la de ese clasicismo bien entendido que pro-
porciona una deleitable velada a los amantes de la
comedia sentimental con un toque (grantiano) de chifla-
dura. ■ J.B.C.
SOMBRAS Y NIEBLA
(Shadows and Fog), Orion, EE.UU., 1992, 86 min.
Productor: Jack Rollins, Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión:
Woody Allen (basado en su propia historia “La muerte”). Fotografía:
Carlo Di Palma. Montaje: Susan E. Morse. Dirección Artística: Santo
Loquasto. Intérpretes: Woody Allen, Mia Farrow, John Malkovich,
Madonna, Donald Pleasence, Jodie Foster, Kathy Bates. ****
Conocida es la pasión de Allen por Bergman (a quien ho-
menajeó por primera vez en Interiores) y Fellini (en quien
se inspiró para sus Recuerdos). Con Sombras y niebla, el
homenaje se centró en el cine expresionista alemán, cuyo
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442| Somewhere in the City
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triángulo perfecto integrarían Pabst, Murnau y Lang. Qui-
zá sea este último el referente más obvio, y los ecos que
más se oigan sean los de M, más unos pocos de Kafka.
Allen, sin embargo, continúa interpretando al mismo per-
sonaje; lo único que cambia es el escenario: las calles de
Manhattan se convierten aquí en las callejuelas de una
nunca identificada ciudad europea. Hay, sin embargo, dis-
gresiones en el discurso habitual de Allen, como esa in-
cursión en el mundo del circo o el burdel en el que po-
demos encontrar a unas meretrices muy parecidas a Jo-
die Foster y Kathy Bates. El origen del filme se encuentra
en una pieza breve de Allen, “La muerte”. ■ J.E.
SOMEWHERE IN THE CITY
EE.UU., 1998, 94 min.
Productor: Ramin Niami, Karen Robson. Director: Ramin Niami. Guión:
Patrick Dillon, Ramin Niami. Fotografía: Igor Sunara. Montaje: Elizabeth
Gazzara, Ramin Niari. Música: John Cale. Intérpretes: Sandra Bernhard,
Ornella Muti, Robert John Burke, Peter Stormare, Ling Bai, Paul Anthony
Stewart, Bulle Ogier, Linda Dano, Bill Sage. **
Debut tras la cámara del realizador de origen iraní Ramin
Niami. El cineasta, coautor también de la historia original
y el guión de la cinta, propone, en forma de producción
independiente (a pesar de la presencia de algún nombre
importante en el reparto, como la italiana Ornella Muti),
un filme coral con una serie de variopintos personajes
que comparten vivienda en el mismo edificio de Nueva
York. ■ J.E.
SONRISAS DE UNA NOCHE
DE VERANO
(Sommarnattens leende), Suecia, 1955, 108 min.
Productor: Allan Ekelund. Director: Ingmar Bergman. Guión: Ingmar
Bergman. Fotografía: Gunnar Fischer. Montaje: Oscar Rosander. Música:
Erik Nordgren. Intérpretes: Ulla Jacobsson, Eva Dahlbeck, Harriet
Andersson, Margit Carlqvist, Gunnar Björnstrand, Jarl Kulle, Birgitta Bal-
berg,, Gull Natorp. ****
Bergman ha pasado siempre por ser un director de dra-
mas humanos con connotaciones religiosas. Pero no
podemos olvidar que su formación teatral le puso en con-
tacto con Strindberg, Chejov y los autores franceses.
Bergman es un gran autor de comedias cinematográficas,
empezando por Una lección de amor y siguiendo con
Esas mujeres. La mejor es Sonrisas de una noche de vera-
no, porque nos presenta un cuadro muy vivo de las con-
tradicciones entre deseo y represión, juventud y razón, en
un cruce de destinos sentimentales la noche en que el
abogado Egerman, su joven esposa y el hijo de un ante-
rior matrimonio –estudiante de Teología– van a la resi-
dencia de Desirée Arnfeldt, una veterana y aún bella
actriz que ha sido la amante de Egerman. Cruce de sen-
timientos, como en una comedia de Marivaux, y magistral
comprensión del universo femenino sólido frente a las
vacilaciones y las dudas del masculino, en un canto al
amor frente al paso del tiempo. ■ M.Q.
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SOPA DE GANSO
(Duck Soup), Paramount, EE.UU., 1933, 70 min.
Productor: Herman Mankiewicz. Director: Leo McCarey. Guión: Bert
Kalmar, Harry Ruby Arthur Seekman, Nat Perrin. Fotografía: Henry
Sharp. Montaje: LeRoy Stone. Dirección Artística: Hans Dreier, Wiard
Ihnem. Intérpretes: Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Zeppo
Marx, Raquel Torres, Louis Calhern, Margaret Dumont, Verna Hillie,
Leonid Kinskey, Edmund Breese. *****
No respetaban nada. Ni la lógica, ni los convencionalis-
mos, ni siquiera el código de censura. Utilizaban el humor
para transgredir todas las normas sociales habidas y por
haber, mantenían los diálogos más disparatados y solta-
ban las frases más irreverentes. Con ellos aprendimos que
dos más dos no siempre son cuatro, y es que si se lo pro-
ponían, hasta las matemáticas dejaban de ser una ciencia
exacta. Reconocidos como los más corrosivos y geniales
humoristas de la historia del cine sonoro, reinaron duran-
te una década en las pantallas de todo el mundo. Prime-
ro fueron cinco, después cuatro y finalmente tres. Eran
hermanos y respondían a los nombres de Julius, Adolph,
Leonard, Herbert y Milton. Pero todo el mundo les cono-
ce por Groucho, Harpo, Chico, Zeppo y Gummo. O, sim-
plemente, por los hermanos Marx. Estos irrepetibles hu-
moristas rodaron entre 1929 y 1946 trece películas que
están entre las más famosas y vistas del séptimo arte, y
de todas ellas, la mejor es Sopa de ganso. La historia, si
puede llamarse así, presenta a Mrs. Teasdale (Dumont),
una viuda millonaria que donará veinte millones de dóla-
res al mísero ducado de Freedonia si aceptan convertir a
Rufus T. Firefly (Groucho) en su dictador. Firefly corteja a
Mrs. Teasdale y pasa su tiempo libre insultando a Trenti-
no (Calhern), el embajador de la vecina Sylvania. Trentino
contrata a la sensual Vera Marcal (Raquel Torres) para
que seduzca a Firefly de modo que él pueda acercarse a
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Mrs. Teasdale, casarse con ella y hacerse con el control de
Freedonia. Como ayuda en su estratagema, Trentino con-
trata a Chicolini (Chico), un vendedor de cacahuetes, y a
su amigo Pinky (Harpo) como espías. Finalmente, estalla
la guerra porque alguien llama al Presidente Groucho
advenedizo (de todos modos, ha pagado por anticipado
un mes de alquiler del campo de batalla) y, después de
muchas maníacas traiciones y cambios de bando, Free-
donia emerge victoriosa.
Los hermanos Marx alcanzaron cimas de anárquica bri-
llantez en esta magistral comedia, que explotó sobre el
público cuatro años después de su primitivo debut en Los
cuatro cocos. La película alberga algunos de los momen-
tos más rabiosamente divertidos del género, como la
magistral escena del espejo, mil veces imitada y nunca
superada, o la de la batalla final, en la que cada bala de
cañón que pasa provoca un cambio de vestuario y, a ve-
ces, de época. Sin olvidar los innumerables gags “marca
de la casa”, como aquel en el que Groucho manda ame-
trallar sus propias tropas y, cuando un oficial le indica el
error cometido, le pone un fajo de billetes en la mano
mientras le susurra al oído: «Que esto quede entre noso-
tros». Incluso los habitualmente insufribles numeritos mu-
sicales resultan excelentes. De Groucho, Harpo y Chico no
parece necesario hacer, a estas alturas, elogio alguno.
Están, como siempre, inconmensurables. El anticarismáti-
co Zeppo, sin embargo, demuestra que lo suyo no es el
cine. Y conviene destacar el excelente trabajo de la ma-
jestuosa matriarca Margaret Dumont, habitual blanco de
los ataques de Groucho, que en este filme encuentra su
mejor oportunidad de lucimiento.
Veloz, irreverente, casi anárquica en su estilo, Sopa de
ganso es una obra maestra construida con una pasta muy
especial: nunca envejece. Podemos encontrar comedias
tan buenas como ésta, pero no mejores. ■ J.T.
SO THIS IS NEW YORK
EE.UU., 1948, 79 min.
Productor: Stanley Kramer. Director: Richard Fleischer. Guión: Herbert
Baker, Carl Foreman (basado en la novela “ The Big Town”, de Ring Lard-
ner). Fotografía: John L. Russell. Montaje: Walter Thompson. Música:
Dimitri Tiomkin. Dirección Artística: Frank Paul Sylos. Intérpretes:
Henry Morgan, Rudy Vallee, Bill Goodwin, Hugh Herbert. **
Una modesta y simpática comedia, breve y bastante deu-
dora –en tono, ritmo y fotografía– del cine cómico silen-
te. Producida por Stanley Kramer e inspirada en una
novela de Ring Lardner, relata las aventuras, allá por 1919,
de la humilde familia de un vendedor de puros cuando, a
causa de una herencia, se desplaza a Nueva York. Era la
cuarta película de Richard Fleischer, perteneciente a su
etapa más desconocida entre nosotros. ■ J.B.C.
SOY EL PEQUEÑO DIABLO
(Il piccolo diavolo), Italia, 1988, 98 min.
Productor: Mauro Berardi. Director: Roberto Benigni. Guión: Rberto
Benigni, Vincenzo Cerami (basado en una historia de Giuseppe Berto-
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¿Soy o no soy? | 443
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lucci y Vincenzo Cerami). Fotografía: Robby Müller. Montaje: Nino Bara-
gli. Música: Evan Lurie. Intérpretes: Walter Matthau, Roberto Benigni,
Paolo Baroni, Nicoletta Braschi, Franco Fabrizi. ***
La popularidad de Roberto Benigni en España antes de
hacer La vida es bella no era tan notoria como la que
ostentaba en Italia, pero aún así el aficionado había teni-
do la suerte de descubrirlo en sus colaboraciones con Jim
Jarmusch que le valieron un prestigio internacional.
Cómico toscano cuarentón, Benigni es un pequeño pro-
digio de la naturaleza capaz de restituir el molde de los
mejores caricatos italianos, a empezar por Totó y, como
quien no quiere la cosa, hacer un repaso en profundidad
del carácter, tics, manías, obsesiones y miserias del uomo
qualunque del país de la bota. Al igual que todos los
grandes cómicos italianos, también Benigni decidió pa-
sarse a la dirección. Tras un par de trabajos en colabora-
ción (con Giuseppe Bertolucci, con Massimo Troisi), de-
butó en solitario en 1985 con Tuttobenigni. Y en 1988 rea-
lizó Soy el pequeño diablo. Éste es un filme irregular en
su conjunto, pero altamente inspirado en su concepción
general. Su punto de partida es una parodia de las pelí-
culas de exorcismos y exorcistas: un cura exorcista norte-
americano llegará a Italia para tratar a una peluquera
poseída. El excelente Walter Matthau es el exorcista y
Benigni, claro está, el diablillo. Su emparejamiento hace el
atractivo de la obra, que entronca con los pequeños clási-
cos de la comedia popular italiana, cargando contra el in-
dividuo de nuestros días, el sexo y la religión. Como deci-
mos, imperfecta, pero Soy el pequeño diablo no deja de
ser una grata diversión. ■ J.B.C.
SOY ESPÍA
(I Spy), EE.UU., 2002, 97 min.
Productor: Mario Kassar, Betty Thomas, Jenno Topping, Andrew G.
Vajna. Director: Betty Thomas. Guión: Marianne Wibberley, Cormac
Wibberley, Jay Scherick, David Ronn (basado en los personajes creados
por Morton S. Fine, David Friedkin). Fotografía: Oliver Wood. Montaje:
Matt Friedman. Música: Richard Gibbs, Xzibit. Dirección Artística: Doug
Byggdin, Bo Johnson, Csaba Stork. Intérpretees: Eddie Murphy, Owen
Wilson, Famke Janssen, Malcolm McDowell, Gary Cole, Phill Lewis, Viv
Leacock. *
Sí señores, Eddie Murphy sigue protagonizando come-
dias para no caer en el olvido de los espectadores, y
parece que por eso precisamente le va a ocurrir todo lo
contrario, pues la gente se va cansando de él. Le acom-
paña Owen Wilson, una especie de Dennis Hopper a lo
cómico visto junto a Ben Stiller en Zoolander y Starsky y
Hutch y en las películas de Wes Anderson Los Tennen-
baums y Life Acuatic. ■ G.Q.
¿SOY O NO SOY?
(To Be or Not to Be), Brooksfilms, EE.UU., 1983, 108 min.
Productor: Mel Brooks. Director: Alan Johnson. Guión: Thomas Meehan,
Ronny Graham (basado en la película To Be or Not to Be, escrita por
Ernst Lubitsch y Melchior Lengyel). Fotografía: Gerald Hirschfeld. Mon-
●
444| Soy una cámara
● ●
taje: Alan Balsam. Música: John Morris. Diseño de producción: Terence
Marsh. Dirección Artística: J. Dennis Washington. Vestuario: Albert
Wolsky. Intérpretes: Mel Brooks, Anne Bancroft, Tim Matheson, Charles
Durning, Jose Ferrer, Christopher Lloyd, James Haake, Scamp, George
Gaynes, George Wyner. **
La carrera cinematográfica de Melvin Kaminsky, caricato
neoyorquino de origen judío, que empezó escribiendo
guiones y gags para televisión –como Woody Allen, pero
aquí se acaban las semejenzas– y que trabaja con el seu-
dónimo de Mel Brooks, se ha basado casi siempre en la
parodia de los diversos géneros. Sillas de montar calien-
tes incidía sobre el western; El jovencito Frankenstein,
sobre el cine de terror y, en concreto, sobre las películas
de James Whale; La última locura era un homenaje en
trazo grueso al cine silente, Máxima ansiedad parodiaba
varios filmes de Alfred Hitchcock; La loca historia del
mundo recurría a las producciones bíblicas y redoblaba
en el éxito del grupo inglés Monthy Phyton con La vida de
Brian; La loca historia de las galaxias se refería de modo
harto chapucero a la saga espacial de George Lucas y,
finalmente, ¡Que asco de vida! era un especial de Los via-
jes de Sullivan. De todo ello, sólo salvamos El jovencito
Frankenstein, algunas de las actuaciones de los invitados
especiales en La última locura, gente de tanto fuste como
James Caan, Burt Reynolds o Paul Newman, y el número
musical de la Inquisición –también con regusto a Monthy
Phyton– en La loca historia del mundo. El resto de desli-
za hacia la absoluta mediocridad, cuando no está plaga-
do de chistes de revista antañona.
La parodia es muy difícil, porque requiere un conoci-
miento profundo del material que se satiriza y un ingenio
que permita no apoyarse únicamente en el recurso de dar
la vuelta a las situaciones. Pero la verdad es que también
se trata de un género muy propicio para abordar, dado
que los modelos están ahí y el guionista trabaja sobre un
esquema preestablecido, con la única obligación de sa-
carles el lado humorístico a cualquier precio. Brooks se
ha limitado a rodar los primeros gags que se le han ocu-
rrido sobre el tema y aprovecharse de la buena disposi-
ción del público para la risa. Lo malo es que en un deter-
minado momento se atrevió con Ser o no ser, una de las
obras cumbres del maestro Ernest Lubitsch y aquí el pati-
nazo era de prever. Usa la misma historia y como si estu-
viera en un burlesque subraya cada escena con los ele-
mentos grotescos que tiene a mano y hace que los acto-
res gesticulen y hagan más muecas en una comicidad
nada sutil. A pesar de la copia servil, el ingenio y el touch
se han evaporado. Brooks se escuda bajo su compadre
Alan Johnson y no firma un filme que es suyo de cabo a
rabo. ■ M.Q.
SOY UNA CÁMARA
(I Am a Camera), Romulus/Remus, Reino Unido, 1955, 98 min.
Productor: Jack Clayton. Director: Henry Cornelius. Guión: John Collier
(basado en la obra de John Van Druten, extraída de “Berlin Stories”, de
Christopher Isherwood). Fotografía: Guy Green. Montaje: Clive Donner.
Música: Malcolm Arnold. Dirección Artística: William Kellner. Intérpre-
● ●
●
tes: Julie Harris, Laurence Harvey, Shelley Winters, Ron Randell, Lea
Seidl, Anton Driffring, Ina De La Haye, Jean Gargoet. ***
Ésta es la historia de amor entre una alegre artista de
variedades inglesa, Sally Bowles, y el novelista, también
británico, Christopher Isherwood, allá en el Berlín de 1931.
No se rasquen más la cocorota, que están en lo cierto: se
trata, efectivamente, de la misma historia de Cabaret, el
célebre musical de Bob Fosse. Y es que ambas se basan
en la comedia teatral de John Van Druten, a su vez inspi-
rada en textos autobiográficos del propio Isherwood.
Esta versión, que acusa en exceso su origen escénico,
tiene como principales virtudes la espléndida interpreta-
ción de Julie Harris, tan deslumbrante como la de Liza
Minnelli tres lustros más tarde, y el fino sentido para la
comedia de Henry Cornelius, autor de dos memorables
piezas del humor inglés como Pasaporte para Pimlico y
Genevieve. ■ J.B.C.
SPANGLISH
EE.UU., 2004, 131 min.
Productor: Julie Ansell, James L. Brooks, Richard Sakai. Director: James
L. Brooks. Guión: James L. Brooks. Fotografía: John Seale. Montaje:
Richard Marks, Tia Nolan. Música: Hans Zimmer. Dirección Artística:
Tom Reta. Intérpretes: Adam Sandler, Téa Leoni, Paz Vega, Cloris Leach-
man, Shelbie Bruce, Sarah Steele, Ian Hyland, Victoria Luna, Cecilia Suá-
rez, Ricardo Molina. **
Fiel a su estilo cómico-dramático siempre con el moqueo
lacrimal a punto de nieve, James L. Brooks pone su pica
en el conocido «encontronazo cultural» en esta película,
que supuso el estreno bastante lucido de Paz Vega en
Hollywood. Además, como protagonista y leiv motiv de la
historia, centrada en la peripecia de una mejicana aban-
donada por su marido que, junto a su joven hija, emigran
a Los Ángeles para servir como ama de llaves de la fami-
lia Clasky, extraño núcleo formado por el recién nombra-
do mejor chef de los Estados Unidos (Sandler imitando a
Carrey cuando imita a Lemmon) y su hiperestresada e
●

● ●
inaguantable esposa (Leoni pidiendo a gritos un buen co-
cido montañés), sin olvidar a la abuela alcohólica (estu-
penda Leachman) y sus dos traumatizados retoños. Do-
tada intermitentemente de un ingenioso y «profiláctico»
guión (el mestizaje es «para los pobres») y con un buen
ritmo marca de la casa, la película pone en tela de juicio
algunos vicios y manías de la medio-alta burguesía yan-
qui, aunque sin pasarse de listos. Buen trabajo de Vega,
que adaptó perfectamente su habitual acento andaluz
por el «cuate» de su personaje. ■ J.C.
SPLENDOR
(Splendor), Gaumont/Cecchi Gori, Italia-Francia, 1988, 110 min.
Productor: Mario e Vittorio Cecchi Gori. Director: Ettore Scola. Guión:
Ettore Scola. Fotografía: Luciano Tovoli. Montaje: Francesco Malvestito.
Música: Armando Trovaoili. Dirección Artística: Luciano Ricceri. Intér-
pretes: Marcello Mastroianni, Massimo Troisi, Marina Vlady, Paolo Pane-
lli, Ilaria Liotta. ****
Nueva aproximación a la nostalgia a través del mundo del
cine, de forma parecida a la de Tornatore en su celebrada
Cinema Paradiso. De ahí que la película de Scola, filmada
el mismo año, pasase bastante más desapercibida. Me-
lancólico retrato de un mundo que se desintegró, repleto
de cines de barrios, programas dobles e ilusión por con-
templar en una pantalla los sueños inalcanzables que ha-
cían olvidar las pesadillas diarias. El cine “Splendor”, pro-
tagonista del film, es un palacio con goteras, ratas y
expropiado por el ayuntamiento, que resiste el paso del
tiempo al igual que su propietario, un insuperable Mas-
troianni que recuerda que cualquier tiempo pasado fue
mejor. Atención especial a numerosos homenajes cinéfi-
los, a los diálogos de Días sin huella recitados por Massi-
mo Troisi, y de cómo éste explica a un niño lo que le suce-
de a Kirk Douglas en El gran carnaval. Un festival de sen-
timientos. ■ L.M.C.
SPORTMAN DE OCASIÓN, UN
(Tramp, Tramp, Tramp), EE.UU., 1926, 62 min.
Productor: Harry Langdon. Director: Harry Edwards. Guión: Frank
Capra, Hal Conklin, Gerald C. Duffy, J. Frank Holliday, Arthur Ripley,
Murray Roth, Tim Whelan (todos sin acreditar). Fotografía: Elgin Lessley,
George Spear (ambos sin acreditar). Intérpretes: Harry Langdon, Joan
Crawford, Edwards Davis, Tom Murray, Alec B. Francis. ****
La primera incursión de Harry Langdon en el largometra-
je tiene ecos de Harold Lloyd (cuando nuestro héroe está
colgando peligrosamente del borde de un precipicio), y
concluye con un feroz tifón reminiscente de los desastres
naturales de Buster Keaton. Pero el grueso de los gags
sólo le pertenecen a él (observen cómo lanza rocas a un
ciclón para convencerle de que se marche). Langdon se
inscribe en una carrera a través del continente para pro-
mocionar la industria local del calzado; Joan Crawford
–entonces una joven starlet de veintidós años– es la chica
a la que sólo podrá abrazar si gana la carrera. Después de
muchas extrañas circunvoluciones, lo consigue. ■ J.T.
● ●
Strike | 445
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STATE AND MAIN
El Dorado Pictures, EE.UU.-Francia, 2000. 105 min.
Director: David Mamet. Guión: David Mamet. Fotografía: Oliver Staple-
ton. Música: Theodore Shapiro. Intérpretes: William H. Macy, Philip Sey-
mour Hoffman, Alec Baldwin, Sarah Jessica Parker, Mike Higgins, Micha-
el Bradshaw, Morris Lamore, Allen Soule, Rebecca Pidgeon, Julia Stiles,
Jack Wallace, Charles Durning, Tony Mamet, Michael James O´Boyle,
Charlotte Potok. ***
El gran Mamet despliega todo su talento irónico y “cojo-
nero” en una comedia coral impregnada del maravilloso
“caos controlado” de Robert Altman. Presentando a su
gremio (bueno, uno de ellos) como si fuera el circo que
ha llegado a la ciudad, el filme narra las múltiples pisadas
paquidérmicas del equipo de The Old Mill, producción
hollywoodiense que llega a una pequeña población de
Vermont para continuar el rodaje. Mamet no sólo pone
patas arriba la apacible vida de los parroquianos, sino
que da la vuelta al calcetín de un buen puñado de con-
venciones sociales, políticas, morales y, por supuesto, ci-
nematográficas. Un guión simplemente perfecto (aunque
eso se le suponía como el valor a los soldados), un equi-
librio modélico entre personajes y situaciones y un repar-
to fantástico (no merece la pena destacar a alguno, aun-
que el letrado y atormentado Philip Seymour Hoffman y
la joven Julia Stiles se llevan la palma) hacen de ésta una
velada deliciosa. Y, por supuesto, con un broche de oro
marca de la casa, que da la última colleja al marketing
imperante en el mundo del cine. ■ J.C.
STAY HUNGRY
Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1976, 102 min.
Productor: Bob Rafelson, Harold Schneider. Director: Bob Rafelson.
Guión: Charles Gaines, Bob Rafelson (basado en la novela de Charles
Gaines). Fotografía: Victor J. Kemper. Montaje: John F. Link. Música:
Byron Berline, Bruce Langhorne. Diseño de producción: Toby Carr
Rafelson. Intérpretess: Jeff Bridges, Sally Field, Arnold Schwarzenegger,
R.G. Armstrong, Robert Englund, Helena Kallianiotes. **
Bob Rafelson inició su carrera a finales de los sesenta con
un ingenioso filme sobre el mundo del rock, Head, que
tenía el atrevimiento de mezclar a los Monkees (ya saben,
los Beatles yanquis) con Victor Mature. Luego, películas
como The King of Marvin Gardens y Mi vida es mi vida
(ambas con Jack Nicholson) harían de él una emblemáti-
ca figura del cine independiente americano, y algo queda
igualmente reflejado en esta farsa excéntrica inspirada en
una novela de Charles Gaines, centrada en la locura del
body-building y que mezcla con soltura y a partes igua-
les comedia y drama. ■ J.B.C.
STRIKE
(Alley Cats Strike), EE.UU., 2000, 103 min.
Productor: Christopher Morgan. Director: Rod Daniel. Guión: Gregory
K. Pincus. Fotografía: Peter Benison. Montaje: Robert Souders. Intérpre-
tes: Kyle Schmid, Robert Richard, Kaley Cuoco, Joey Wilcots, Mimi Paley,
Matt McCoy, Hardee T. Lineham. **
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446| Sucedió en Manhattan
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Una pandilla de adolescentes tienen como afición jugar a
bolos. Por ello deciden crear un campeonato y competir
con otros equipos. Una comedia deportiva destinada al
público infantil y, como mucho, juvenil, que no contiene
demasiados alicientes como para que un adulto pueda
disfrutar con ella. ■ G.Q.
Gable se quitaba la camisa en una escena y no llevaba
nada debajo, lo que, según la leyenda, hizo descender
espectacularmente la venta de camisetas en Estados Uni-
dos. ■ J.B.C.

SUCEDIÓ EN MANHATTAN
(Maid in Manhattan), EE.UU., 2002, 100 min.

Productor: Elaine Goldsmith-Thomas, Paul Schiff, Deborah Schindler.

Director: Wayne Wang. Guión: Kevin Wade (basado en una historia de
John Hughes). Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Montaje: Craig McKay.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: Patricia Woodbridge. Intér-
pretess: Jennifer Lopez, Ralph Fiennes, Natasha Richardson, Stanley
Tucci, Tyler Posey, Frances Conroy, Chris Eigeman, Amy Sedaris. *

Wayne Wang, cuyo nombre de pila es un homenaje de su

muy cinéfilo padre al protagonista de La diligencia, es de
origen hongkonguense, estudió en Estados Unidos y a
finales de los ochenta le saludamos con alegría a raíz de
Slam Dance, un thriller posmoderno que anunciaba a un
cineasta de talento que alcanzó su cúspide en el magní-
fico díptico paulausteriano Smoke y Blue in the face. Sus
últimas películas, sin embargo, desde A cualquier otro
lugar hasta Las últimas vacaciones, resultaron ser de una
mediocridad anestesiante. Y alcanzan otra cúspide, ésta
de orden inverso, en Sucedió en Manhattan, una acara-
melada comedia de tipo romántico en torno al idilio entre
un político millonario que es un dechado de honestidad
(o la caricatura del Gary Cooper de las fábulas de Capra)
y una modesta mamá soltera del Bronx que trabaja como
asistenta en un hotel de lujo. Como manual de autoayuda
(vean, si tienen fibra sadomasoquista, el papel que en el
héroe norteamericano ejerce un simple sujetapapeles) es
de una estupidez que está rayana en el insulto. ■ J.B.C. SUCEDIÓ UNA VEZ
(She Married Her Boss), Columbia, EE.UU., 1935, 90 min.

Productor: Everett Riskin. Director: Gregory La Cava. Guión: Sidney

SUCEDIÓ UNA NOCHE
(It Happened One Night), Columbia, EE.UU., 1934, 105 min.
Productor: Harry Cohn. Director: Frank Capra. Guión: Robert Riskin
(basado en la historia “Night Bus” de Samuel Hopkins Adams). Fotogra-
fía: Joseph Walker. Montaje: Gene Havlick. Dirección Artística: Stephen
Goosson. Vestuario: Robert Kalloch. Intérpretes: Claudette Colbert,
Clark Gable, Roscoe Karns, Henry Wadsworth, Claire McDowell, Walter
Connolly, Alan Hale, Arthur Hoyt. *****
Galardonada con el Oscar al Mejor Guión, la Mejor Direc-
ción, la Mejor Película y los Mejores Actores Principales
(Gable y Colbert, extraordinarios), Sucedió una noche
narra la historia de un encuentro fortuito y los enredos
que el hecho desencadena, con secuencias tan memora-
bles como la célebre del autostop o la de la casta manta
que separa las camas del presunto matrimonio, manta
juguetona que caerá al fin, al son de las trompetas, como
las murallas de Jericó. Gran comedia de la Depresión,
emblemática fábula optimista de Capra a la que el paso
del tiempo no ha causado un solo rasguño: permanece
eternamente joven. En lo anecdótico cabe recordar que
Buchman (basado en la historia de Thyra Samter Winslow). Fotografía:
Leon Shamroy. Intérpretes: Claudette Colbert, Melvyn Douglas, Micha-
el Bartlett, Raymond Walburn, Jean Dixon, Katherine Alexander, Edith
Fellows. ***
Otro paso en el camino para establecer a Claudette Col-
bert como una gran figura en el naciente ciclo de la scre-
wball comedy. La película presenta a Colbert bajo la dies-
tra dirección de Gregory La Cava, en su primera –y es-
pléndida– contribución al género, con otro futuro incon-
dicional del mundo de la screwball, Melvyn Douglas, ensa-
yando con aplomo el rol del ejecutivo serio que florece
bajo la guía de la “mujer adecuada”. El guión del archiso-
fisticado Sidney Buchman equilibra inteligentemente un
par de débiles líneas argumentales: la de Douglas y su re-
lación con Colbert; y el tema recurrente del comporta-
miento hacia Colbert de la horrible hijastra de Douglas. Su-
cedió una vez es genuinamente divertida, aunque pierde
parte de su fuerza cómica hacia el final. El tanto definitivo
es un reparto insuperable, con mención especial para Ray-
mond Walburn, genial en la piel del mayordomo. ■ J.D.D.

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SU COARTADA
(Her Alibi), Warner, EE.UU., 1989, 94 min.
Productor: Keith Barish. Director: Bruce Beresford. Guión: Charlie
Peters. Fotografía: Freddie Francis. Montaje: Anne Goursaud. Dirección
Artística: Henry Bumstead. Música: Georges Delerue. Intérpretes: Tom
Selleck, Paulina Porizkova, William Daniels, James Farentino, Hurd Hat-
field, Patrick Wayne. ***
Simpática pero algo flojita comedia de suspense, en la
que, una vez más, Selleck muestra su normalmente no
reconocida versatilidad, aquí en un papel en el que, de
alguna manera, autoparodia el de su arquetipo de macho
irreductible que moldeó en la serie Magnum. Beresford
despachó el guión con profesionalidad pero sin mucho
interés. Destacan Freddie Francis (fotografía) y Georges
Delerue (banda sonora). ■ J.E.
SUEÑO DE ARIZONA, EL
(Arizona Dream), Constellation, Francia, 1992, 142 min.
Productor: Claudie Ossard. Director: Emir Kusturica. Guión: David
Atkins, Emir Kusturica. Fotografía: Vilko Filac. Montaje: Andrija Zafrano-
vic. Música: Goran Bregovic. Dirección Artística: Miljen Kljakovic. Intér-
pretess: Johnny Depp, Jerry Lewis, Faye Dunaway, Lili Taylor, Vincent
Gallo, Paulina Porizkova. ***
El viaje del autor de Papá está en viaje de negocios al país
del tío Sam se tradujo en una obra tan extraña como su
reparto: una comedia poética y surrealista, de espíritu
más europeo que americano, capaz de hermanar ranche-
ras con música zíngara o a Johnny Depp y el veterano
Jerry Lewis vestidos de esquimales. ■ J.B.C.
SUEÑOS DE SEDUCTOR
(Play It Again, Sam), Apjac/Rollins-Joffe, EE.UU., 1972, 85 min.
Productor: Arthur P. Jacobs. Director: Herbert Ross. Guión: Woody
Allen (basado en su obra). Fotografía: Owen Roizman. Montaje: Marion
Rothman. Música: Billy Goldenberg, Max Steiner. Diseño de producción:
Ed Wittstein. Vestuario: Anna Hill Johnstone. Intérpretes: Woody Allen,
Diane Keaton, Tony Roberts, Jerry Lacy, Susan Anspach, Jennifer Salt, Joy
Bang, Viva, Mari Fletcher, Diana Davila. ****
Adaptada por Woody Allen sobre su propia obra teatral
de 1969, Sueños de seductor es una de las pocas ocasio-
nes en que el cineasta norteamericano no se ha dirigido
a sí mismo. Esa tarea recayó en Herbert Ross, un artesa-
no sin un estilo propio reconocible, que adopta un enfo-
que demasiado cauto en la historia de la vacilante rela-
ción del cinéfilo Allen con Diane Keaton, la esposa de su
mejor amigo Tony Roberts. Pero el calibre de la interpre-
tación y la seguridad del guión es tal que resulta casi
imposible resistirse a las peripecias del protagonista, un
hombrecillo torpe y soñador, eterno fracasado que idea-
liza el valor de Humphrey Bogart para abandonar a Ingrid
Bergman en Casablanca. El público conectó inmediata-
mente con el personaje y la película se convirtió en una
obra de culto para los cinéfilos, elevando a Woody a la
categoría de estrella.
● ●
Sugarbaby | 447
●
El neurótico Allan Felix (Allen) está empeñado en mo-
delar su personalidad inspirándose en Bogart, aunque no
tenga nada que ver con la imagen de tipo duro del actor.
Cuando su esposa le abandona, Allan recibe la visita de
Bogart (Lacy), vestido con su habitual gabardina y fuman-
do un cigarrillo. Para animarle, sus amigos Linda (Keaton)
y Dick (Roberts) tratan de emparejarle con otra mujer. Sus
intromisiones y los intentos de Allan por emular a su héroe
le llevan a muchos fracasos y a un éxito no deseado en el
juego del amor, pero al menos nuestro héroe interpreta
una escena de Casablanca al final. Lo que Ross aporta a la
obra de Allen es un sentido del control y del drama opues-
to a las viñetas de slapstick de Toma el dinero y corre y
Bananas. Aún así, Sueños de un seductor es un filme neta-
mente woodyalleniano y uno de sus trabajos más sobre-
salientes, aplaudido incluso por quienes detestan su cine.
Porque aunque no todo el mundo puede identificarse con
las idiosincrasias intelectuales de Nueva York de Annie
Hall, sí pueden hacerlo a nivel emocional con un hombre
corriente que idolatra a una estrella de cine.
Para los cinéfilos, Woody incluye innumerables refe-
rencias cinematográficas, posters de películas y, por
supuesto, clips y música de Casablanca (el compositor
Billy Goldenberg toma prestados los temas de Max Stei-
ner). Los más políticamente correctos pueden sentirse un
poco ofendidos de cuando en cuando, pero los chistes
están entre los mejores de Allen y las alusiones a Bogart
son impagables. También merece especial mención la im-
pecable interpretación de Jerry Lacy, que le hace pensar
a uno que Woody Allen consiguió de algún modo al au-
téntico Humphrey para esta película. ■ J.T.
SUGARBABY
(Zuckerbaby), RDA, 1985, 86 min.
Productor: Eleonore Adlon. Director: Percy Adlon. Guión: Percy Adlon.
Fotografía: Johanna Heer. Montaje: Jean-Claude Piroué. Música: Dreieier.
Dirección Artística: Matthias Heller. Intérpretes: Marianne Sägebrecht,
Eisi Gulp, Toni Berger, Manuela Denz, Will Spindler. ***
¿Se ha enamorado usted de Marianne Sägebrecht? ¿Que
no sabe quién es? Sí, hombre, haga memoria: se trata de
la rolliza protagonista de Bagdad Café, esa gorda de
todos los diablos, capaz de enternecer y acaso seducir a
cualquier mortal con sentimientos mínimamente homolo-
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448| Su juego favorito
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gables. Especie de variante posmoderna de las grandes
comedias de Frank Capra, que le hacían a uno salir del
cine con el corazón henchido de gozo y el convencimien-
to –tal vez erróneo pero capaz de abrirnos las puertas del
Cielo– de que el prójimo no sólo no es malo sino que hay
que amarlo, Bagdad Café ha convertido en estrella a esta
oronda actriz alemana que en Sugarbaby –película tam-
bién escrita y diriga por Percy Adlon– está empleada en
una funeraria y siente un amor obsesivo por un conduc-
tor del Metro. Bagdad Café y Miss Sägebrecht son sufi-
cientes razones de peso para ver este filme. ■ LL.B.M.
SU JUEGO FAVORITO
(Man’s Favorite Sport?), Universal, EE.UU., 1964, 120 min.
Productor: Howard Hawks. Director: Howard Hawks. Guión: John Fen-
ton Murray, Steve McNeil (basado en la historia “The Girl Who Almost
Got Away” de Pat Frank). Fotografía: Russell Harlan. Montaje: Stuart Gil-
more. Música: Henry Mancini. Dirección Artística: Alexander Golitzen,
Tambi Larsen. Vestuario:: Edith Head. Intérpretes: Rock Hudson, Paula
Prentiss, Maria Perschy, Charlene Holt, John McGiver, Roscoe Karns,
Forrest Lewis, Regis Toomey, Norman Alden, Don Allen. ****
Hecha a sus sesenta y siete años, ésta es la última come-
dia de Howard Hawks (quien todavía realizaría la película
Peligro, línea 7000 y los westerns El Dorado y Río Lobo)
y se revela tan enérgica, vitalista y gozosamente juvenil
como La fiera de mi niña o La novia era él, con las que
comparte su característica misoginia y ese humor que
pasa por la desvirilización del macho, aquí un Hudson
–más Cary Grant que nunca– fingiéndose campeón de
pesca sin tener ni siquiera idea de poner un anzuelo. La
pesca deviene –y también unos oníricos choques de tre-
nes– metáfora de la batalla de los sexos a la que una vez
más juega el socarrón cineasta: de pescar es de lo que
aquí se trata, sean truchas o salmones, chicos o chicas. En
este filme de Hawks destaca el brillo y el talento de una
actriz radiante, Paula Prentiss, y la elegancia e ironía del
gran secundario que fuera John McGiver. ■ J.B.C.
SU PEQUEÑA AVENTURA
(The Thrill of It All), Universal, EE.UU., 1963, 108 min.
Productor: Ross Hunter, Martin Melcher. Director: Norman Jewison.
Guión: Carl Reiner (basado en una historia de Larry Gelbart y Carl Rei-
ner). Fotografía: Russell Metty. Montaje: Milton Carruth. Música: Frank
De Vol. Dirección Artística: Robert F. Boyle, Alexander Golitzen. Intér-
prettes: Doris Day, James Garner, Arlene Francis, Edward Andrews, Regi-
nald Owen, Zasu Pitts, Elliott Reid. ****
Espumosa comedia romántica con James Garner reem-
plazando a Rock Hudson como compañero de Doris Day.
El inteligente guión de Carl Reiner, basado en una histo-
ria escrita en colaboración con Larry Gelbart, está salpi-
cado de dardos a varias instituciones de la vida america-
na. Entre los objetivos de esta sutil pero contundente
mirada satírica están el mundo de la publicidad en televi-
sión, el problema de la servidumbre y cuestiones tan
específicas como las puntas afiladas en la parte trasera
● ●
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del Cadillac moderno, y el maitre que tiene mesa inme-
diatamente sólo para las celebridades. Pero estas pepitas
de sustancia satírica son principalmente bonus. Al final es
en el diseño e ingeniería de gags visuales acumulados
donde Su pequeña aventura se revela excelente. Day es
una relimpia ama de casa contratada para aparecer en
anuncios de jabón en polvo, para disgusto de su esposo
ginecólogo (Garner), cuya tranquilidad doméstica se ve
resquebrajada por la súbita transición de su esposa de
ama de casa a estrella televisiva. Hay mucho humor en la
película, escenas memorables, como la del sufrido mari-
do empotrando el coche de la familia en una piscina que
no estaba allí por la mañana, y buenas interpretaciones.
Así, Doris Day y James Garner desprenden toda la quími-
ca que sus personajes precisan, Arlene Francis y Edward
Andrews son todo energía como la pareja de mediana
edad a punto de estrenar paternidad y ZaSu Pitts hace lo
que puede con un ridículo papel de inquieta doncella.
Hoy, Su pequeña aventura puede parecer un poco anti-
cuada, pero en los años sesenta esta irreverente comedia
fue considerada un material de alto voltaje. ■ J.B.C.
SÚPER, EL
(The Super), EE.UU.-Japón, 1991, 84 min.
Productor: Charles Gordon. Director: Rod Daniel. Guión: Sam Simon.
Fotografía: Bruce Surtees. Montaje: Jack Hofstra. Música: Kenny Blank,
Miles Goodman. Dirección Artística: Jeremy Conway. Intérpretes: Joe
Pesci, Vincent Gardenia, Madolyn Smith Osborne, Rubén Blades. *
El Oscar, justo y merecido, a Joe Pesci por su papel
secundario en Uno de los nuestros hizo subir su cotiza-
ción, y de característico robaescenas pasó a encabezar
un producto como éste, donde su energía y expresionis-
mo campan a sus anchas y devienen lo único interesante,
lo único que mantiene en pie al espectador, enfrentado a
la enésima puesta al día del “Cuento de Navidad” dicken-
siano. En honor a la verdad, cabe reconocer que Vincent
Gardenia, otro excelentísimo secundario, proporciona
también a la fábula algunos de sus escasos momentos
afortunados. ■ J.B.C.
SUPERDETECTIVE EN HOLLYWOOD
(Beverly Hills Cop), EE.UU., 1984, 105 min.
Productor: Jerry Bruckheimer, Don Simpson. Director: Martin Brest.
Guión: Danilo Bach, Daniel Petrie, Jr. Fotografía: Bruce Surtees. Montaje:
Arthur Coburn, Billy Weber. Música: Harold Faltermeyer. Dirección
Artística: James J. Murakami. Intérpretes: Eddie Murphy, Judge Reinhold,
John Ashton, Lisa Eilbacher, Ronny Cox, Steven Berkoff, James Russo,
Jonathan Banks. **
Presentación en sociedad de Axel Foley, un detective de
Detroit zumbón, eléctrico, simpático, que aquí viajará a
Los Ángeles para investigar la muerte de un amigo y pon-
drá patas arriba el confort de los ricachones de Beverly
Hills. Un papel hecho a la medida del cómico Eddie
Murphy, que le valió un espectacular éxito de taquilla y al
que volvió en dos secuelas, en 1987 y 1994. ■ J.B.C.
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SUPERPODEROSO, EL
(Supernooper), Trans Cinema Inc., Italia, 1980, 104 min.
Productor: Vittorio Galiano. Director: Sergio Corbucci. Guión: Sabatino
Ciuffini, Sergio Corbucci. Fotografía: Silvano Ippoliti. Montaje: Eugenio
Alabiso. Música: La Bionda. Dirección Artística: Marco Dentici. Intérpre-
tess: Terence Hill, Ernest Borgnine, Joanne Dru, Marc Lawrence. **
Intento (vano) de relanzar a Terence Hill en solitario des-
pués de sus numerosas comedias de aventuras junto al
orondo Bud Spencer. Se trata de aparentar que una cutre
producción italiana es, en realidad, una gran cinta de
acción norteamericana. Para dar el pego, el equipo se
traslada a Estados Unidos y, además, se busca una estre-
lla totalmente acabada que haga de secundario (en este
caso Ernest Borgnine). Además, y aprovechando el subi-
dón de Superman (1978), se convierte a Hill en un policía
con superpoderes que sólo tiene un punto débil: el color
rojo. Con canciones disco de La Bionda, tiene su mejor
escena en ese disparatado final donde el policía escapa
de la silla eléctrica mascando chicle (¡como suena!). Todo
el asunto acaba resultando simpático y, en algunos mo-
mentos, entretenido, pero si se piensa mucho en ello da
la sensación de que se ha perdido el tiempo. ■ L.M.C.
SUS PRIMEROS PANTALONES
(Long Pants), EE.UU., 1927, 60 min.
Productor: Harry Langdon. Director: Frank Capra. Guión: Robert Eddy,
Tay Garnett (basado en una historia de Arthur Ripley). Fotografía: Glenn
Kershner, Elgin Lessley. Montaje: Harry Langdon (sin acreditar). Intér-
pretes: Harry Langdon, Gladys Brockwell, Alan Roscoe, Priscilla Bonner,
Alma Bennett, Betty Francisco. ****
Esta bizarra comedia negra es la última de las tres pelí-
culas mudas que despliegan todo el genio del lampiño
Harry Langdon, después de Un sportman de ocasión y
The Strong Man. Aquí interpreta al chico que acaba de
ponerse sus primeros pantalones largos y sueña con ser
un gran amante. Los atractivos de su amor de toda la vida
(Bonner) palidecen en comparación con la excitante
vampiresa de la gran ciudad (Bennett), y nuestro héroe
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Sweet Home Alabama | 449
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decide tomar medidas drásticas. La efectividad de Lang-
don deriva de la astuta dirección de Frank Capra. Pero el
éxito se le subió a la cabeza y, en la decisión más nefasta
de su carrera, decidió que podía prescindir de Capra y
triunfar sin su ayuda. Los resultados fueron catastróficos.
■ J.T.
SVITATI
EE.UU., 1999, 85 min.
Productor: Ezio Greggio, Whitney R. Hunter. Director: Ezio Greggio.
Guión: Rudy De Luca, Steve Haberman. Fotografía: Luca Robecchi. Mon-
taje: Gib Jaffe. Música: Silvio Amato, Umberto Smaila. Intérpretes: Ezio
Greggio, Mel Brooks, Julie Condra, Gianfranco Barra, Randi Ingerman,
John Karlsen. **
Película dirigida por el actor italiano Ezio Greggio (famo-
so en su país, aunque aquí desconocido), de quien en Es-
paña se ha estrenado El silencio de los borregos, una paro-
dia más bien imposible y no precisamente memorable de
El silencio de los corderos. Amigo de Mel Brooks, Greggio
convenció al actor y director norteamericano para pro-
tagonizar esta flojita comedia de tintes paródicos. ■ J.E.
SWEET HOME ALABAMA
Buena Vista, EE.UU., 2002, 108 min.
Productor: Neal H. Moritz, Stokely Chaffin. Director: Andy Tennant.
Guión: Douglas J. Eboch, C. Jay Cox. Fotografía: Andrew Dunn. Montaje:
Troy Takaki, Tracey Kadmore-Smith. Música: George Fenton. Intérpre-
tes: Reese Witherspoon, Josh Lucas, Patrick Dempsey, Candice Bergen,
Fred Ward. ***
Andy Tennant, a quien debemos una deliciosa revisita-
ción del cuento de “La cenicienta” en Por siempre jamás,
insistió en la comedia romántica con este guión original
(es un decir) de C. Jay Cox, que posteriormente debutó
como director en Latter Days. El regreso al hogar de la
protagonista, una exitosa diseñadora, desencadena tópi-
cas sonrisas y lágrimas en una previsible comedia dramá-
tica. ■ J.E.
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 T
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TABERNA DEL IRLANDÉS, LA
(Donovan´s Reef), Paramount/Ford, EE.UU., 1963, 104 min.
Productor: John Ford. Director: John Ford. Guión: Frank Nugent, James
Edward Grant. Fotografía: William H. Clothier. Montaje: Otho Lovering.
Música: Cyril Mockridge. Dirección Artística: Hal Pereira, Eddie Imazu.
Intérpretes: John Wayne, Lee Marvin, Jack Warden, Elizabeth Allen,
Cesar Romero, Dorothy Lamour. *****
Tras rodar su magistral episodio de La conquista del
Oeste, John Ford se largó de vacaciones a unas paradi-
siacas islas polinesias, con un buen guión bajo el brazo y
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●
un par de gigantes de la pantalla (Wayne y Marvin), y rea-
lizó La taberna del irlandés, una cinta gratamente estival
y alegre, por la que fluye un constante espíritu de vida,
una vitalidad contagiosa y el modélico savoir faire de ese
viejo tuerto de 68 años con ciento y pico de obras a sus
espaldas y toda la sabiduría cinematográfica del mundo.
Un exótico divertimento con las características humora-
das de Ford y la tradicional reivindicación del trago de
whisky y el bravo puñetazo (Wayne y Marvin se enzarzan
en peleas dignas de El hombre tranquilo) como signos de
camaradería y buenos sentimientos, es decir, como una
forma de entender la vida en toda su intensidad. ■ J.B.C.
TACONES LEJANOS
España, 1991, 112 min.
Director: Pedro Almodóvar. Guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: Alfre-
do F. Mayo. Montaje: José Salcedo. Dirección Artística: Carlos García
Cambero. Intérpretes: Victoria Abril, Marisa Paredes, Miguel Bosé, Anna
Lizaran, Mayrata O’Wisiedo. **
Comedia y melodrama se dan cita en este bolero cine-
matográfico de idiosincrasia inequívocamente almodova-
riana, con no pocos momentos para el recuerdo: la esce-
na de amor entre el travestido juez Bosé y Abril, la con-
fesión de ésta ante las cámaras de televisión o su recon-
ciliación con su madre Paredes. Tanto Miguel Bosé como
Victoria Abril y Marisa Paredes están excelentes. ■ J.B.C.
TAMBIÉN LOS ÁNGELES COMEN JUDÍAS
(Anche gli angeli Mangiano fagioli), Tritone Film Industria/Mundial
Films/Fox Europa, Italia-España-Francia, 1972, 128 min.
Productor: Tomasso Sagone. Director: Enzo Barboni. Guión: Enzo Bar-
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452| Tao of Steve, The
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boni, Marie Claire, Tulio De Micheli. Fotografía: Francisco Marín. Monta-
je: Eugenio Alabiso. Música: Guido y Maurizio De Angelis. Dirección
Artística: Juan Alberto Soler. Intérpretes: Giulianno Gemma, Bud Spen-
cer, Robert Middleton, Bill Vanders. ****
Uno de los mejores espectáculos de los que podríamos
denominar “comedias de puñetazos”, en los que Terence
Hill y Bud Spencer se convirtieron en los auténticos
maestros de este peculiar subgénero. Ahora el compañe-
ro de Spencer es Giulianno Gemma, que actúa como
“clon” de Hill, imitando sus gestos, andares y movimien-
tos. Parodia de las películas de gangsters, los dos prota-
gonistas pertenecen a una organización mafiosa que les
encarga unas misiones para las que no están nada capa-
citados: extorsionar a los tenderos de la zona (aunque
ambos son tan buenas personas que acaban dándoles
dinero) y eliminar a sus enemigos (aunque tienen suerte
y la gente se muere tontamente). Tiene peleas estilosas
como la de los globos, secundarios muy graciosos (el
“Risitas”, y ese peleón que acaba siendo objeto de los
golpes más salvajes de Spencer), una ambientación bas-
tante cuidada y una pegadiza canción de Guido y Mauri-
zio (“Angels & Beans”). Ni siquiera su larga duración (128
minutos) le resta un ápice de diversión al asunto. ■ L.M.C.
TAO OF STEVE, THE
EE.UU., 2000, 87 min.
Productor: Anthony Bregman. Director: Jenniphr Goodman. Guión:
Duncan North, Greer Goodman, Jenniphr Goodman. Fotografía: Teodo-
ro Maniaci. Montaje: Sarah Gartner. Música: Joe Delia, Eytan Mirsky.
Dirección Artística: Mark Alan Duran. Intérpretes: Donal Logue, Greer
Goodman, James “Kimo” Wills, Ayelet Kaznelson, David Aaron Baker,
Nina Jaroslaw, John Hines. ***
Primera película como guionista y directora de Jenniphr
Goodman, que rodó, con vocación de cineasta indepen-
diente, esta comedia romántica que, pese a una propues-
ta argumental algo tópica (los ligues de un treintañero
que, a pesar de tener unos kilos de más, triunfa mucho
con las mujeres), se benefecia de unas excelentes inter-
pretaciones. ■ J.E.
TAPAS
Tusitala/Castelao, España, 2005, 100 min.
Director: José Corbacho y Juan Cruz. Guión: José Corbacho y Juan Cruz.
Fotografía: Guillermo Granillo. Música: Pablo Sala. Intérpretes: Ángel de
Andrés, María Galiana, Elvira Mínguez, Rubén Ochandiano, Darío Paso,
Alberto Jo Lee, Rosario Pardo. ***
Una de las sorpresas más agradables del año para el cine
español fue esta bien macerada ópera prima, más sor-
prendente aún considerando el background bufonesco
de uno de sus directores, José Corbacho. Sin embargo, el
tono se acerca mucho más a Solas que a una de Ozores
(algo que queda claro desde su primera escena, con la
formidable Elvira Mínguez) con estas cinco historias ati-
nadamente entrelazadas y abrazadas. Así, conocemos a
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●
dos ancianos aún con fondo de brillo en los ojos, a una
tendera de mediana edad que se desahoga con un joven-
cito mientras espera a su amor internauta o al encargado
de un bar que contrata a un oriental como cocinero man-
teniéndolo en secreto para que nadie se entere de que le
ha dejado su mujer. Una ración de, más que tapas, tapa-
deras, bien salteadas en las que se respira fritanga de
barrio (aunque salga Ferrán Adrià como cameo) y auten-
ticidad agridulce, tierna y amarga. Como la vida misma,
en fin. Y perdón por el tópico en una película (gran triun-
fadora en el Festival de Málaga, por cierto) que, definiti-
vamente, no lo es. ■ J.C.
TARDE EN EL CIRCO, UNA
(At the circus), EE.UU., 1939, 87 min.
Productor: Mervyn Le Roy. Dirección: Edward Buzzell. Guión: Irving Bre-
cher. Música: Franz Waxman. Fotografía: Leonard Smith. Intérpretes:
Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Kenny Baker, Eve Arden, Mar-
garet Dumot, Florence Rice, Nat Pendleton Duración: 83 minutos. ***
Dirigida por Edward Buzzell en 1939 y perteneciente a la
etapa de la Metro, esta película tiene momentos franca-
mente inolvidables, como el diálogo, en los primeros me-
tros de la película, entre Groucho y Chico para poder
acceder al vagón de tren. Como las siempre desternillan-
tes verborreas de Groucho frente a los buenos modales
de la alta sociedad que encarna Margaret Dumont. O co-
mo el mismo Groucho-bala de cañón. Hay, pues, como
siempre en los Marx, disparate de buena ley y entreteni-
miento seguro. ■ J.B.C.
TE AMARÉ HASTA QUE TE MATE
(I Love You to Death), Chestnut Hill, EE.UU., 1990, 96 min.
Productor: Jeffrey Lurie, Ron Moler, Patrick Wells. Director: Lawrence
Kasdan. Guión: John Kostmayer. Fotografía: Owen Roisman. Montaje:
Anne V. Coates. Música: James Horner. Dirección Artística: Lilly Kilvert.
Intérpretes: Kevin Kline, Tracey Ullman, Joan Plowright, River Phoenix,
William Hurt, Keanu Reeves. ***
Una comedia bastante negra y excéntrica, desproporcio-
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nada, pero divertida. Tiene como tema los mil y un enre-
dos que se desencadenan a partir del momento en que
una mujer engañada decide acabar con el marido. En
cuanto al reparto, de rechupete: también salen Keanu
Reeves, Joan Plowright,Miriam Margolyes y Heather Gra-
ham, entre otros. ■ J.B.C.
¿TELÉFONO ROJO?, VOLAMOS
HACIA MOSCÚ
(Dr. Strangelove: or How I Learned to Stop Worrying and Love the
Bomb), Columbia, Reino Unido, 1963, 102 min.
Productor: Stanley Kubrick. Director: Stanley Kubrick. Guión: Stanley
Kubrick, Terry Southern, Peter George (basado en la novela “Red Alert”
de Peter George). Fotografía: Gilbert Taylor. Montaje: Anthony Harvey.
Música: Laurie Johnson. Dirección Artística: Peter Murton. Efectos:
Wally Veevers. Vestuario: Bridget Sellers. Intérpretes: Peter Sellers,
George C. Scott, Sterling Hayden, Keenan Wynn, Slim Pickens, Peter
Bull, Tracy Reed, James Earl Jones, Jack Creley, Frank Berry. *****
Antes de brindarnos la fundamental 2001: una odisea del
espacio, Stanley Kubrick alumbró la mejor de cuantas sá-
tiras puedan concebirse sobre la guerra fría y la bomba
atómica en esta magistral cinta de política-ficción, estre-
nada en España como ¿Teléfono rojo? Volamos hacia
Moscú. Inspirada en una novela de Peter George, Kubrick
pretendía hacer una obra dramática hasta que cayó en la
cuenta que su mejor arma sería el humor, la parodia. La
participación en el guión del escritor satírico Terry Sout-
hern –el autor de “Candy”– es, en este sentido, significa-
tiva. El disparate de la trama, sin embargo, halla un in-
quietante contrapunto en el tratamiento altamente realis-
ta de la imagen, potenciado por los decorados extraordi-
narios de Ken Adam y la fotografía, muy nueva ola, de Gil-
bert Taylor. Memorable Sellers interpretando a tres perso-
najes. ■ J.B.C.
TELEÑECOS EN EL ESPACIO, LOS
(Muppets from Space), Jim Henson Pictures, EE.UU., 1999, 82 min.
Dirección: Tim Hill. Producción: Brian Henson. Guión: Jerry Juhl, Joseph
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Tenemos 18 años | 453
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Mazzarino, Ken Kaufman. Fotografía: Alan Caso. Dirección Artística:
Stephen Mars. Música: Jamshied Sharifi. Intérpretes: Gonzo, Gustavo,
Peggy, Andie MacDowell, Ray Liotta, Hulk Hogan, Josh Charles. **
Considerando que Barrio Sésamo es la mejor institución
libre de enseñanza infantil y juvenil de la segunda mitad
del siglo XX (junto a Bart Simpson, por supuesto) y que
los teleñecos, sus profetas más aventajados, alcanzaron y
aún alcanzan su mayor grado de perfección en la panta-
lla pequeña y que sus aventuras en cine no rayan a tanto
nivel, esta cinta contiene detalles y pellizcos simplemen-
te brillantes. Sobre todo, los primeros compases: el
arranque, con Murray Abraham como Noé rechazando al
pobre Gonzo del arca pero dándole un paraguas de con-
suelo, y la continuación, con esa maravillosa escena de la
casa de los teleñecos, por primera vez abierta en canal.
¿El resto? Una hora de pura simpatía por la felpa y la
marioneta (aunque sea a control remoto), cameos de lujo
(Andie MacDowell y Peggy tirándose del moño y el
morro) y, fundamentalmente, un digno recordatorio para
los más pequeños de que ésos y no otros fueron los héro-
es de sus hermanos mayores. Por cierto, ¿para cuándo
una peli con Statler y Waldorf, los cascarrabias vejetes del
palco, de estrellas absolutas? ■ J.C.
TEMPORADA ALTA
(High Season), Reino Unido, 1987, 90 min.
Productor: Clare Downs. Director: Clare Peploe. Guión: Clare Peploe,
Mark Peploe. Fotografía: Chris Menges. Montaje: Gabriella Cristiani.
Música: Jason Osborn. Dirección Artística: Caroline Hanania, Petros
Kapouralis. Intérpretes: Jacqueline Bisset, James Fox, Irene Papas, Sebas-
tian Shaw, Kenneth Branagh, Lesley Manville, Robert Stephens. **
Katherine es una fotógrafa que vive con su hija en la isla
de Rodas. Un joven decide potenciar el turismo de la isla
encargando la escultura del Turista Desconocido a un
escultor que resultará ser el ex marido de Katherine. Pri-
mer filme como directora de Clare Peploe, cineasta no
demasiado brillante ligada sentimentalmente a Bertoluc-
ci, que ofrece una sátira sobre el turismo irregular y faci-
lona, pero ayudada por el reparto. ■ G.Q.
TENEMOS 18 AÑOS
España, 1959, 78 min.
Productor: Luis García Berlanga. Director: Jesús Franco. Guión: Jesús
Franco, Antonio Ozores. Fotografía: Eloy Mella. Montaje: Juan Pisón.
Música: Jesús Franco. Intérpretes: Isana Medel, Terele Pávez, Antonio
Ozores, Luis Peña, Mercedes Alonso, Rafael Bardem. *
Las andanzas de dos jóvenes universitarias ansiosas de
vivir y conocer al príncipe azul de sus sueños. Fue la pri-
mera película de uno de los más prolíficos realizadores
del cine español, con el tiempo especializado en cine fan-
tástico. Decididamente desmadrada, puede provocar en
el espectador sonrojo por vergüenza ajena, ira o diversión
delirante, según el carácter –y el sentido del humor– de
cada quisque. ■ J.B.C.
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454| Tenenbaums: una familia de genios, Los
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TENENBAUMS: UNA FAMILIA
DE GENIOS, LOS
(The Royal Tenenbaums), American Empirical, EE.UU., 2001, 108 min.
Productor: Wes Anderson, B. Mendel, S. Rudin. Director: Wes Ander-
son. Guión: Wes Anderson, Owen Wilson. Música: Mark Mothersbaugh.
Intérpretes: Gene Hackman, Anjelica Huston, Ben Stiller, Gwyneth Pal-
trow, Luke Wilson, Owen Wilson, Bill Murray. ***
En los años cincuenta, Vincente Minnelli, el Minnelli de El
padre de la novia, habría hecho una obra maestra con el
excelente material que Wes Anderson y el actor Owen
Wilson, ambos guionistas, se traen entre manos en esta
comedia avinagrada, feroz por dentro y sofisticada por
fuera, que echa un vistazo a la institución familiar esta-
dounidense con un certero ojo clínico. Algo así como una
versión de Una familia tronada, la excéntrica comedia del
holandés Dick Maas, pasada por el filtro irónico del John
Irving de El hotel New Hampshire, el filme merece de
veras la visita por muchos motivos, pero tal vez el de más
peso sea, capitaneando un elenco tan extenso como vita-
mínico, un gigantesco, pluscuamperfecto, Gene Hack-
man. Él es el Royal Tenenbaum que espolea a lo largo de
toda la función el enredo, un tipo canalla, vanidoso y
engreído a quien el actor aporta, con su amplia gama de
registros, toneladas de melancolía.
Vitriólica disección de una familia disfuncional a cargo
del autor de las no menos disolventes Ladrón que roba a
ladrón y Academia Rushmore. Diálogos imaginativos, una
trama que avanza a la velocidad del rayo (vean la intro-
ducción con detenimiento, que es fácil perderse), mala
uva en la radiografía social y reparto (que incluye a Bill
Murray y Danny Glover) en estado de gracia. ■ J.B.C.
TENTACIONES DE BENEDETTO, LAS
(Per grazia ricevuta), Rizzoli Film, Italia, 1970, 122 min.
Director: Nino Manfredi. Guión: Leo Benvenuti, Piero de Bernardi, Nino
Manfredi. Fotografía: Armando Nannuzzi. Montaje: Alberto Gallitti,
Adriana Olasio, Enzo Meniconi. Música: Guido de Angelis, Maurizio de
Angelis. Dirección Artística: Danilo Donati. Vestuario: Danilo Donati.
Intérpretes: Nino Manfredi, Lionel Stander, Delia Boccardo, Paola Bor-
boni, Mario Scaccica, Fausto Tozzi, Mariangela Melato, Tano Cimarosa,
Gastone Pescucci, Veronique Vendell, Alfredo Vianchini, Paolo Armeni,
Enrico Concutelli. ***
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Tras varios años de éxito como actor cómico del cine ita-
liano –y español: recordemos que él fue el protagonista,
con José Isbert, de El verdugo, de Berlanga–, Nino Man-
fredi decidió pasarse a la dirección en 1971, llevando a la
pantalla un argumento suyo en cuyo guión colaboran
además Leo Benvenuti y Piero de Bernardi. Su título fue
Las tentaciones de Benedetto y alcanzó un gran éxito.
Por supuesto, Nino Manfredi se reservó el papel principal
y a él, como protagonista, se debe una gran parte del
triunfo. Benedetto es, de alguna manera, el retrato robot
del italiano medio, cargado de preocupaciones por el
debate que en su mente se establece entre el deseo y los
imperativos que marca su educación católica, por los tor-
mentos que produce el pecado y el gustillo que encuen-
tra cayendo en él. Las tentaciones de Benedetto está
narrada mediante un ágil montaje que repasa los momen-
tos más característicos de su protagonista. En todos ellos
descansa la ironía, la mala uva, la crítica feroz al sistema
de vida típico de los italianos prototípicos. Así, Manfredi
puede codearse sin rubor con los nombres de Monicelli,
Risi o Magni como ópticos fabricantes de comedias satíri-
cas y mordaces. ■ J.B.C.
TENTACIÓN VIVE ARRIBA, LA
(The Seven Year Itch), Fox, EE.UU., 1955, 105 min.
Productor: Charles K. Feldman, Billy Wilder. Director: Billy Wilder.
Guión: Billy Wilder, George Axelrod (basado en la obra de Axelrod).
Fotografía: Milton Krasner. Montaje: Hugh S. Fowler. Música: Alfred
Newman. Dirección Artística: Lyle Wheeler, George W. Davies. Vestua-
rio: Travilla, Charles LeMaire. Intérpretes: Marilyn Monroe, Tom Ewell,
Evelyn Keyes, Sonny Tufts, Robert Strauss, Oscar Homolka, Marguerite
Chapman, Victor Moore, Roxanne, Donald MacBride. *****
Antes de servirse de Jack Lemmon como prototipo del
americano medio –cargado de frustraciones y una galo-
pante represión sexual– en una serie de comedias brillan-
tes y saludablemente malintencionadas, Billy Wilder tuvo,
aunque solamente en una ocasión, a Tom Ewell encar-
nando magistralmente ese espectro. Ewell fue un gran
cómico, si bien su estrella brilló menos que la de Lemmon
u otros comediantes famosos. Aunque hizo bastantes
películas, básicamente le recordamos por La costilla de
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Adán (el marido agredido por Judy Holliday) y por La
tentación vive arriba, una arrolladora, incisiva, agresiva
comedia (a pesar de tener una espada de Damocles coar-
tando su expresión: el todavía vigente código Hays, tan
escrupuloso en materia de sexo) que Billy Wilder rodó
después de Sabrina y antes de su más bien discreto acer-
camiento a la figura de Lindbergh, El héroe solitario.
Partiendo de una obra de George Axelrod, adaptada
por el propio autor en estrecha colaboración con Wilder,
La tentación vive arriba es una malévola fábula social
sobre el macho moderno, ese ser común (estupendísimo,
insistimos, Ewell) ahogado en su propia insignificancia y
en la frustración de su estado civil (el cosquilleo, la come-
zón al séptimo año de matrimonio, como explicita el títu-
lo original: The Seven Year Itch), a quien pillamos en una
situación límite, la de un caluroso verano neoyorquino,
doblemente “caliente” por su condición de “Rodríguez” y
el descubrimiento de una encantadora, irresistible y soli-
taria vecinita rubia. Aquí entra en juego el otro elemento
que ha hecho de esta película un título mítico donde los
haya: Marilyn Monroe, emblema erótico por antonomasia
de aquella década y más allá de aquella década.
La presencia de la rubia activará la imaginación de
nuestro anónimo héroe y generará las consabidas situa-
ciones hilarantes. La tentación vive arriba está llena de
ellas, ya las protagonice una botella de leche, un dedo
gordo del pie atascado en el grifo de la bañera (con el co-
rrespondiente fontanero desatascador) o las rejillas de
ventilación del metro, cuyo aire levanta las faldas (bajo
las cuales, según la leyenda, no había prenda alguna) de
la actriz, una imagen que es ya un icono de la cultura po-
pular de este siglo.
La tentación vive arriba fue la segunda comedia ame-
ricana más taquillera de los cincuenta y hoy es un incues-
tionable clásico del género, cuya visión sigue y seguirá
proporcionando renovados placeres. ■ J.B.C.
TE PUEDE PASAR A TI
(It Could Happen to You), Tri-Star, EE.UU., 1994, 101 min.
Productor: Mike Lobell. Director: Andrew Bergman. Guión: Jane Ander-
son. Fotografía: Caleb Deschanel. Montaje: Barry Malkin. Música: Carter
Burwell. Dirección Artística: Bill Groom. Intérpretes: Nicholas Cage,
Bridget Fonda, Rosie Perez, Wendell Pierce, Isaac Hayes, Seymour
Cassel. ***
En estos tiempos de renovación más o menos afortunada
de viejos temas y tendencias, nos hallamos aquí ante una
revisitación de las fábulas optimistas de Capra o de las
estructuras argumentales de Sturges. Lo que sucede es
que ya no es la época del New Deal, y lo que se aprove-
cha es sólo la envoltura externa fuera de contexto. La his-
toria de un honrado policía que, por azares del destino,
comparte con una camarera un billete de lotería premia-
do tiene a su favor su aire amable y su ágil construcción,
pero en su contra, la falta de auténtica representatividad
de los hechos, se dice que basados en la realidad. Con
todo, el buen hacer del trío protagonista, en especial de
una Rosie Pérez que le da la vuelta a sus papeles habi-
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Terraza, La | 455
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tuales, lleva hacia adelante una realización de Andrew
Bergman poco ambiciosa, aunque bien medida en sus
pretensiones. ■ M.Q.
TERAPIA PELIGROSA, UNA
(Analyze This), Warner, EE.UU., 1999, 113 min.
Productor: Paula Weinstein, Jane Rosenthal. Director: Harold Ramis.
Guión: Peter Tolan, Harold Ramis, Kenneth Lonergan. Fotografía: Stuart
Dryburgh. Montaje: Christopher Tellefsen. Música: Howard Shore. Intér-
pretes: Robert De Niro, Billy Crystal, Lisa Kudrow, Chazz Palminteri,
Kresimir Novakovic, Bart Tangredi, Michael Straka. ****
Últimamente los gángsters andan de los nervios que es
un contento. No sólo Soprano, sino también el Robert de
Niro de esta brillante comedia, un mafioso que padece
ataques de ansiedad, aunque debe guardar las aparien-
cias, no sea que lo tomen por un débil. El caso es que en
su destino se cruzará un psiquiatra con quien finalmente
accederá a tumbarse en el diván. De Niro saca punta iró-
nica a su arquetipo scorsesiano. Y Billy Crystal, en su vena
más inspirada, compone admirablemente a un loquero
tan necesitado de terapia como su pintoresca clientela.
Después de las excelentes Atrapado en el tiempo y Mis
dobles, mi mujer y yo, Harold Ramis vuelve a demostrar
que domina los resortes de la comedia clásica: un par de
contrastados personajes muy bien dibujados, unos diálo-
gos inteligentes y con chispa y un acertado ritmo narra-
tivo, sin baches ni tiempos muertos. Tuvo una secuela,
Otra terapia peligrosa, simpática pero bastante por deba-
jo del original en imaginación y frescura. ■ J.B.C.
TERRAZA, LA
(La terrazza), Dean Films/Les Films Marceau, Italia-Francia, 1980,
158 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Ettore Scola.
Guión: “Age” Agenore Incrocci, “Furio” Scarpelli, Ettore Scola. Fotogra-
fía: Pasqualino de Santis. Montaje: Raimondo Corciani. Música: Arman-
do Trovajoli. Dirección Artística: Luciano Ricceri. Intérpretes: Ugo Tog-
nazzi, Vittorio Gassman, Marcello Mastroianni, Jena Louis Trintignant,
Stefania Sandrelli, Carla Gravina, Serge Reffiani, Milena Vukotic. *
Seguramente, esta película les pilló en un mal día a todos
sus participantes, comenzando por Scola, siguiendo por
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456| Terror de las chicas, El
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dos de los mejores guionistas de la historia del cine
(Scarpelli e Incrocci) y terminando por un notable grupo
de actores. Sin embargo, sus dos horas largas (extra lar-
gas) se hacen insoportables al contar cuatro historias
penosamente desarrolladas a través de un nefasto mon-
taje que las enlaza de forma desmañada en el marco de
una austera terraza de verano. El retrato social que pro-
pone su director acaba por exasperar cuando, precisa-
mente, Scola es un especialista en construir sólidos y efi-
caces personajes y situaciones en su filmografía. La false-
dad de concepto, resolución e incluso en su título, nos
presenta a los cuatro protagonistas antes citados: Trintig-
nant como un guionista falto de inspiración, que arroja
una tarta a un crítico, insulta y ama a sus amigos, hace
dibujos de Marx y acaba con un dedo destrozado al intro-
ducirlo en un sacapuntas automático; Tognazzi como un
productor «capaz de estar bien alimentado hasta en un
campo de concentración», que se siente solo y cansado,
y cuya mujer le hace invertir dinero en una película inte-
lectualmente provocativa; Mastroianni es un periodista al
que acaban de echar de su trabajo, obsesionado por la
edad no tiene otra opción que besar los labios de su
mujer a través de la pantalla del televisor; y Gassman, un
comunista al que no le gusta su vida y que se ha enamo-
rado colegialmente de una mujer casada. Como único
dato curioso resaltemos que la cámara se desdobla en
varias ocasiones, para mostrar la misma situación a través
de diferentes puntos de vista cinematográficos, recurso
válido aunque con escaso éxito final. ■ L.M.C.
TERROR DE LAS CHICAS, EL
(The Ladie´s Man), Paramount, EE.UU., 1961, 106 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Jerry Lewis, Bill
Richmond. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Stanley Johnson.
Música: Walter Scharf. Dirección Artística: Hal Pereira, Ross Bellah.
Intérpretes: Jerry Lewis, Helen Traubel, Kathleen Freeman, Hope Holi-
day, Lynn Ross, Gretchen Houser. ****
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●
El terror de las chicas es el segundo largometraje dirigido
por Lewis y uno de sus títulos más geniales. Del primero,
El botones, retoma para su personaje más o menos el
mismo oficio, sólo que en esta ocasión practicado en una
residencia de señoritas (un brillante diseño de produc-
ción, algo así como una gigantesca casa de muñecas).
Jerry, recién abandonado por su novia, va en esta pelícu-
la de misógino. Dotada de una gama de colores exalta-
dos, chillones, despide una catarata de gags sobresalien-
tes de acento surrealista (la colección de mariposas que
cobra vida, la litera que se hunde, la patrona que abre una
puerta acorazada con la mayor naturalidad...), y acredita
a su creador como uno de los talentos mayores de la co-
media moderna. Cabe destacar las colaboraciones de
George Raft y Buddy Lester, y la de Harry James y su or-
questa. ■ J.B.C.
TERRORÍFICA LUNA DE MIEL
(Haunted Honeymoon), Orion, EE.UU., 1986, 82 min.
Productor: Susan Ruskin. Director: Gene Wilder. Guión: Gene Wilder,
Terence Marsch. Fotografía: Fred Schuler. Montaje: Christopher Green-
bury. Música: John Morris. Dirección Artística: Terence Marsch. Intér-
pretess: Gene Wilder, Gilda Radner, Dom DeLuise, Jonathan Pryce, Paul
L. Smith, Peter Vaughan. **
Gene Wilder forjó su popularidad gracias a su participa-
ción en varias películas de Mel Brooks, como El jovencito
Frankenstein, de la que también fue coguionista. En 1975
debutó como director con El hermano más listo de Sher-
lock Holmes, un título que debe mucho a Brooks, al igual
que esta discreta parodia de las películas sobre casas
encantadas. ■ J.E.
TETA Y LA LUNA, LA
Cartel/Hugo Films/Lola Films/Sogepag, España, 1994, 90 min.
Director: Bigas Luna. Guión: Cuca Canals, Bigas Luna. Fotografía: José
Luis Alcaine. Montaje: Carmen Frías. Música: Nicola Piovani. Intérpretes:
Biel Durán, Mathilda May, Gérard Darmon, Miguel Poveda, Abel Folk,
Laura Maña. ***
Última entrega de la trilogía que Bigas Luna dedicó a lo
hispánico, empezada con el condumio de Jamón, jamón
y continuada con la especulación arribista de Huevos de
oro. En esta ocasión, la historia viene ubicada en Catalu-
ña, con referencias a sus costumbres tradicionales y a
personajes emblemáticos, pero, en realidad, estamos an-
te una fábula sobre la mujer como madre nutricia, ilusión
adolescente y ausencia en la madurez, a través de tres
protagonistas: un niño con fijación pectoral, un mucha-
cho que canta coplas flamencas y un marido que trabaja
como pedomán en un espectáculo. No hay que buscar
psicología en la película, sino simbolismo en el que el
autor da rienda suelta a su particular manera de ver el ci-
ne, como un Marco Ferreri más vitalista y menos desen-
cantado. En el guión de la película colabora la habitual
Cuca Canals y la música viene de la mano del italiano Ni-
cola Piovani. ■ M.Q.
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THURSDAY’S GAME
EE.UU., 1974, 100 min.
Productor: James L. Brooks. Director: Robert Moore. Guión: James L.
Brooks. Fotografía: Joseph F. Biroc. Montaje: Diane Adler, Fredric Stein-
kamp. Música: Billy Goldenberg. Dirección Artística: Trevor Williams.
Intérpretes: Gene Wilder, Bob Newhart, Ellen Burstyn, Cloris Leachman,
Martha Scott, Nancy Walker. ***
Las andanzas de dos amigos desengañados de sus res-
pectivos matrimonios y sus correrías cada jueves por la
noche son la espoleta que activa esta comedia de blanda
dirección, pero inteligentemente escrita por James L.
Brooks. ■ J.B.C.
TÍA DE CARLOS, LA
(Charley’s Aunt), Fox, EE.UU., 1941, 80 min.
Productor: William Perlberg. Director: Archie Mayo. Guión: George Sea-
ton (basado en la obra de Brandon Thomas). Fotografía: Peverell Marley.
Montaje: Robert Bischoff. Música: Alfred Newman. Dirección Artística:
Nathan Juran, Richard Day. Vestuario: Travis Banton. Inttérpretes: Jack
Benny, Kay Francis, James Ellison, Anne Baxter, Edmund Gwenn, Regi-
nald Owen, Laird Cregar, Arleen Whelan, Richard Haydn, Ernest Cos-
sart. ***
Como las cataratas del Niágara, La tía de Carlos resiste la
prueba del tiempo. La memorable creación de Brandon
Thomas es inmortalizada aquí por el gran Jack Benny,
quien siempre parece extrañamente cómodo travestido.
Cierto, es un poco viejo para encarnar a un estudiante de
Oxford, pero actúa con tanto entusiasmo, retozando ale-
gre y alocadamente por el camino, que no desaprovecha
la menor oportunidad para hacer reír. La película sigue
fielmente la farsa teatral, recreando el ambiente de
Oxford en 1890. El eterno estudiante Benny es forzado a
hacerse pasar por la tía rica de Charley, recién llegada de
Brasil para ejercer de carabina mientras Charley (Haydn)
y Jack (Ellison) llevan a sus novias a comer y a proponer-
les matrimonio. Bajo la experta dirección de Archie Mayo,
la historia se desarrolla sin altibajos, a un ritmo frenético,
con excelentes resultados. Muchas situaciones están pen-
sadas para provocar la diversión por partida doble: pri-
mero, la sonrisa, cuando el público es advertido con ante-
lación de lo que va a suceder; luego, la carcajada, cuando
ocurre realmente. Sólo la hábil coordinación de director y
comediante puede lograr ese resultado, y el equipo
Benny-Mayo funciona en perfecta sincronización. El fabu-
loso elenco de actores secundarios, encabezado por la
elegante Kay Francis y una jovencísima y encantadora
Anne Baxter, aporta el toque de gracia a esta notable
comedia. ■ J.D.D.
TÍA DE CARLOS EN MINI-FALDA, LA
España, 1966, 94 min.
Director: Augusto Fenollar, Ignacio F. Iquino. Guión: Ignacio F. Iquino
(basado en la obra “Charley’s Aunt”, de Brandon Thomas). Fotografía:
Aurelio G. Larraya. Montaje: Luis Puigvert. Música: Enrique Escobar.
Intérpretes: Cassen, Antonio Mayans, Maite Brik, Monika Kolpek. ***
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Tiempos modernos | 457
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Adaptación de la clásica pieza vodevilesca de Dionisio
Ramos, no tan impresentable como la posterior interpre-
tada por Paco Martínez Soria aunque tampoco muy supe-
rior, y con un humor tan sutil como una cachiporra. Entre
los secundarios, dos sabios linces del teatro y la comedia
hispánica, que algo es algo: los entrañables Gustavo Re y
Alady. ■ J.B.C.
TIEMPOS DE AZÚCAR
España, 2001, 105 min.
Director: Juan Luis Iborra. Guión: Juan Luis Iborra, Susana Prieto. Foto-
grafía: Porfirio Enríquez. Montaje: José Salcedo Música: Luis Ivars. Ves-
tuario: María José Iglesias. Intérpretes: María Adánez, Carlos Fuentes,
Charo López, Verónica Forqué, Roberto Álvarez, Núria Prims. ***
Una historia de amor y no poco sacrificio entre un paste-
lero más bien cándido y una chica alegre, contemplada a
través de los años. El pastel contagia a la propia película,
que es una comedia sentimental dulzona y multicolor, a
sólo un paso de los musicales de Jacques Demy. Primer
largometraje en solitario del codirector, con Yolanda Gar-
cía Serrano, de Amor de hombre y Kilómetro 0. ■ J.B.C.
TIEMPOS MODERNOS
(Modern Times), Chaplin, EE.UU., 1936, 85 min.
Productor: Charles Chaplin. Director: Charles Chaplin. Guión: Charles
Chaplin. Fotografía: Rolland Totheroh, Ira Morgan. Música: Charles Cha-
plin. Dirección Artística: Charles D. Hall, J. Russell Spencer. Intérpretes:
Charles Chaplin, Paulette Godard, Henry Bergman, Tiny Sandford, Ches-
ter Conklin, Hank Mann, Louis Natheaux, Stanley Blystone, Allan García.
*****
Si la aparición, en 1931, de una película como Luces de la
ciudad, muda en un país de parlanchines recientes, era un
reto de altura, qué decir de Tiempos modernos, que es de
1936, y si técnicamente no es muda, sí lo es en su cons-
trucción. Porque Charles Chaplin –como hiciera en su
filme anterior en la escena del hipo y el silbato– utiliza el
sonido y las voces para parodiarlos. Chaplin parodia al
todopoderoso jefe de la empresa –un big brother digno
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458| Tienda de locos
● ●
de George Orwell: ¿se inspiraría el escritor británico en
Tiempos modernos al crear “1984”?– y se parodia él mis-
mo cantando en escena memorable una tonadilla “non-
sense”, que no dice nada y mezcla idiomas. Pero la pelí-
cula es silente en su concepción y hasta utiliza rótulos pa-
ra el diálogo.
Tal vez se adelantó a su tiempo, porque esta sátira
despiadada de un mundo automatizado –que tiene un
precedente claro en A nous la liberté, de René Clair, e
influencias decisivas como el Mi tío de Jacques Tati– ha
mantenido toda su vigencia. Todavía más: esos “tiempos
modernos” del título son precisamente los de hoy y aun
los de mañana, sin duda. Y como el tema, su resolución
artística: no ha habido comedia posterior –comedia cómi-
ca por lo menos– que no haya sentido un cierto rubor an-
te Tiempos modernos, tal es su alto grado de perfección,
incuestionable ante secuencias tan inolvidables y “tota-
les” como la prueba de la máquina de alimentar obreros,
la sesión nocturna de patinaje en unos grandes almace-
nes, el chapuzón de Chaplin al despertar en su cabaña o
ese momento genial –que le costaría a Chaplin no pocas
acusaciones de comunista y, a la larga, su exilio de Esta-
dos Unidos– en que nuestro desdichado héroe es confun-
dido, bandera roja en mano, por un líder revolucionario.
Añadamos que Tiempos modernos es el canto del
cisne de Charlot como personaje, ya que uno de sus pro-
tagonistas de su siguiente obra, El gran dictador, el de
judío, aunque se le parezca mucho, ya no es él. No hay, no
puede haber, canto del cisne más memorable. ■ J.B.C.
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TIENDA DE LOCOS
(The Big Store), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1941, 79 min.
Productor: Louis K. Sidney. Director: Charles Riesner. Guión: Sid Kuller,
Hal Fimberg, Ray Golden (basado en una historia de Nat Perrin). Foto-
grafía: Charles Lawton. Música: George Stoll. Intérpretes: Groucho Marx,
Chico Marx, Harpo Marx, Tony Martin, Virginia Grey, Margaret Dumont,
William Tannen. ****
Tienda de locos es la película terminal de la etapa de los
hermanos Marx en la Metro-Goldwyn-Mayer. Durante su
trabajo en la Metro, domeñados en parte por los férreos
controles impuestos a los sistemas de rodaje y produc-
ción por Irving Thalberg, los hermanos Marx lograron
algunas de sus películas más eficaces, redondas y, en
todo caso, sus mayores éxitos de taquilla. Tienda de locos
es un filme musical hecho a conciencia, con buen presu-
puesto y de acuerdo con las brillantes fórmulas de la casa
en este gran género del cine de Hollywood en la edad
dorada. La película cuenta con estupendas coreografías y
se pueden observar en ella reminiscencias del estilo de
las películas musicales de Busby Berkeley. No está en
esta ocasión tan inspirado el gran trío Marxiano como de
costumbre, pero en tres o cuatro momentos de la pelícu-
la los hermanos Marx demuestran que todavía seguían
siendo por aquellas fechas quienes fueron. Y como telón
de fondo de la historieta de Tienda de locos no está mal
el recurso big store, espacio ejemplar para la comedia de
siempre, desde el Chaplin de Tiempos modernos al Jerry
Lewis de Lío en los grandes almacenes. ■ J.B.C.
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TIGRES DE PAPEL
La salamandra PC, España, 1977, 93 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: Fernando Colomo. Fotografía: Ángel
Luis Fernández. Música: Albinoni. Intérpretes: Carmen Maura, Miguel
Arribas, Joaquín Espinosa, Pedro Díez del Corral, Concha Gregori, Emma
Cohen, Félix Rotaeta, Juan Lombardero. ****
Unos años antes de que irrumpieran en nuestras pantallas
Trueba y Almodóvar irrumpió Colomo con Tigres de pa-
pel. Cada uno en su estilo, los tres vinieron a vitalizar el
cine español. Cineastas de la democracia (nunca han te-
nido que utilizar el lenguaje críptico, como Saura, ni la iro-
nía esquinada de un Berlanga), retrataron con nitidez su
generación y la sociedad que les ha tocado vivir. Con un
ojo clavado en el cine europeo (Rohmer, Tanner), Colomo
elaboró en Tigres de papel una radiografía del progre
prototípico del momento, el treintañero de izquierdas, fu-
mador de porros y bravo guerrero de una cruzada con la
que pretende cambiar el mundo. Bajo el barniz de la co-
media de costumbres tradicional, con un tono aparente-
mente despreocupado, Colomo cosechó un estimable
éxito de crítica y público e hizo de Maura una estrella. ■
J.B.C.
TINTERO, EL
(The Inkwell), EE.UU., 1994, 110 min.
Productor: Irving Azoff, Guy Riedel. Director: Matty Rich. Guión: Trey
Ellis, Paris Qualles. Fotografía: John L. Demps Jr. Montaje: Quinnie Mar-
tin Jr. Música: Terence Blanchard. Dirección Artística: Daniel Talpers.
Intérpretes: Larenz Tate, Joe Morton, Suzzanne Douglass, Glynn Tur-
man, Vanessa Bell Calloway, A. J. Johnson, Morris Chestnut. **
La historia de un adolescente concentrado en sí mismo y
cuyo único “amigo” es un muñeco con el que mantiene
largas conversaciones. Buenas intenciones y un desarro-
llo argumental más que previsible para una cinta que se
parece demasiado a otras en torno al mismo tema del
tránsito de la fantasía a la realidad. ■ G.Q.
TINTÍN DE MI CORAZÓN
(Peg O’ My Heart), Metro, EE.UU., 1923, 106 min.
Director: King Vidor. Guión: Mary O’Hara, George Barnes (basado en la
obra de J. Hartley Mauners). Fotografía: George Barnes. Intérpretes: Lau-
rette Taylor, Mahlon Hamilton, Russell Simpson, Ethel Grey Terry, Nigel
Barrie, Lionel Belmore. ***
Originalmente titulada Peg´o My Heart y desafortunada-
mente rebautizada entre nosotros con un nombre de
resonancias tebeísticas, Tintín de mi corazón es una his-
toria de amor que rompe barreras entre una joven huér-
fana irlandesa y el hijo de la familia de nobles ingleses
que la acogen. El productor Louis B. Mayer le ofreció al
realizador King Vidor la oportunidad de seguir con su
carrera, tras el cierre de los estudios de Vidor Village en
Santa Mónica, con la adaptación de una obra teatral de
gran éxito en Broadway, escrita por J. Hartley Mauners.
La actriz elegida fue la misma que la había llevado a las
● ●
Tipo de altura, Un | 459
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tablas, pero el problema residía en que Laurette Taylor
tenía entonces treinta y ocho años y se veía obligada a
representar a una bulliciosa casi adolescente. Mary
O´Hara y George Barnes escribieron un guión que inten-
taba paliar los excesos teatrales del original y confiaron
en la sencilla gracia de las situaciones. En el año 1933, el
director Robert Z. Leonard rodó una versión sonora de la
película que resultó mucho menos afortunada, en tiem-
pos en que la ingenuidad de la propuesta ya no cubría las
expectativas del público. Su estrella fue Marion Davies, la
protegida del magnate de la prensa William Randolph
Hearst. ■ M.Q.
TÍO LLAMADO PESTE, UN
(The Pest), Columbia, EE.UU., 1997, 82 min.
Productor: Sid Sheinberg, Bill Sheinberg, Jon Sheinberg. Director: Paul
Miller. Guión: David Bar Katz. Fotografía: Roy H. Waganer. Montaje: Riss
Albert, David Rawlins. Música: Kevin Kiner. Vestuario: Tom Mackinley.
Intérpretes: John Leguizamo, Jeffrey Jones, Edoardo Ballerini, Freddy
Rodriguez, Tammy Townsend. ***
El malvado Zaroff es una obra maestra que dirigieron en
1932 Irving Pichel y Ernst B. Schoedsack, este último uno
de los padres del mítico King Kong. La idea de ese clási-
co, una cacería humana, retomada por John Woo en
Blanco humano, es también el punto de partida de este
filme basado en una historia (¿original?) de su protago-
nista, Leguizamo, que para salvar una deuda acepta
hacer de presa. ■ J.E.
TIPO DE ALTURA, UN
(The Tall Guy), LWT/A Working Title, Reino Unido, 1989, 92 min.
Productor: Tim Bevan. Director: Mel Smith. Guión: Richard Curtis. Foto-
grafía: Adrian Biddle. Montaje: Dan Rae. Música: Peter Brewis. Diseño de
producción: Grant Hicks. Vestuario: Denise Simmons. Intérpretes: Jeff
Goldblum, Emma Thompson, Rowan Atkinson, Geraldine James, Emil
Wolk, Kim Thompson, Harold Innocent, Anna Massey, Joanna Kanska,
Peter Kelly. ***
Ahora que está considerada como una de las actrices
más importantes de Hollywood, es improbable que vol-
vamos a ver a Emma Thompson en un papel semejante al
de Un tipo de altura. Así que disfrute al máximo esta jo-
vial comedia romántica dirigida por Mel Smith y escrita
(antes de Cuatro bodas y un funeral) por Richard Curtis,
particularmente la brillante escena de amor con el largui-
rucho Jeff Goldblum.
Dexter (Goldblum) es un actor desafortunado en el
amor, la vida y el trabajo, donde actúa como comparsa
del egocéntrico cómico Ron Anderson (Atkinson). Ena-
morado de la enfermera Kate Lemon (Thompson), se
somete a un tratamiento de inyecciones, aparentemente
para curar su alergia. Los encuentros con la aguja dan
como resultado un desenfrenado romance con Kate, pero
también le traen el despido por no presentarse a un show.
Dexter se ve abocado entonces a una serie de fallidas
audiciones antes de conseguir el papel titular en el musi-
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460| Tipo genial, Un
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cal de El hombre elefante y ajustar las cuentas a Ron. Las
frescas interpretaciones se suman a la chispa del guión.
Goldblum brinda una interpretación estelar como el
inepto actor americano cuya carrera y tribulaciones
románticas se transforman súbitamente en triunfos, y
Thompson está espléndida, además de muy atractiva,
como el objeto de sus deseos. Los dos forman una buena
pareja durante toda la película, con la inexpresividad de
ella y las neurosis de él perfectamente compenetradas.
Les secundan Rowan Atkinson, que se lo pasa bomba
encarnando a la más vanidosa y mezquina de las estre-
llas, y Hugh Thomas, que consigue algunas risas en su
breve aparición como médico de hospital. Hay que seña-
lar que la historia pierde un poco de gas hacia el final,
pero Un tipo de altura es una amable, aunque muy inge-
nua, diversión. ■ J.D.D.
TIPO GENIAL, UN
(Local Hero), Enigma/Goldcrest, Reino Unido, 1983, 111 min.
Productor: David Puttnam. Director: Bill Forsyth. Guión: Bill Forsyth.
Fotografía: Chris Menges. Montaje: Michael Bradsell. Música: Mark
Knopfler. Dirección Artística: Richard James, Adrienne Atkinson, Frank
Walsh, Ian Watson. Intérpretes: Burt Lancaster, Peter Riegert, Fulton
Mackay, Denis Lawson, Norman Chancer, Peter Capaldi. ***
Una muy recomendable comedia –con sus apuntes dra-
máticos– que no tuvo excesiva difusión en su momento.
El tema del filme es el choque de mentalidades que se
produce en una localidad escocesa cuando aparece un
personaje con la intención de adquirir el pueblo para ins-
talar en él una refinería. Además de por la presencia de
Burt Lancaster, la cinta destaca por la banda sonora de
Mark Knopfler. ■ J.E.
TIRA A MAMÁ DEL TREN
(Throw Momma From the Train), Orion, EE.UU., 1987, 88 min.
Productor: Larry Brezner. Director: Danny DeVito. Guión: Stu Silver.
Fotografía: Barry Sonnenfeld. Montaje: Michael Jablow. Música: David
Newman. Dirección Artística: Ida Random. Intérpretes: Danny DeVito,
Billy Crystal, Anne Ramsey, Kim Greist, Kate Mulgrew, Annie Ross. ***
Como el lector ya debe saber, hay en el pequeño actor
Danny DeVito no sólo un comediante nato, de energía
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●
casi comparable a la de James Cagney, no únicamente un
avispado productor (intervino nada menos que en Pulp
Fiction), sino también un director personal, muy creativo.
Tira a mamá del tren es una comedia negra y mordaz que
viene a ser una irónica paráfrasis del hitchcockiano Extra-
ños en un tren (ya saben, el intercambio de asesinatos
–pactado sólo por una de las partes– para que no exista
aparente móvil). De estilo grandilocuente, un punto
expresionista, el filme cuenta con un astuto guión (de Stu
Silver) y buenas interpretaciones, en especial de Anne
Ramsey (la madre, un auténtico ogro), fallecida poco
después. ■ J.B.C.
TIRO POR LA CULATA, UN
(Loose Cannons), Tri-Star, EE.UU., 1990, 93 min.
Productor: Aaron Spelling, Alan Greisman. Director: Bob Clark. Guión:
Richard Christian Matheson, Richard Matheson, Bob Clark. Fotografía:
Reginald H. Morris. Montaje: Stan Cole. Música: Paul Zaza. Dirección
Artística: Harry Pottle. Intérpretes: Gene Hackman, Dan Aykroyd, Dom
DeLuise, Ronny Cox, Nancy Travis, Paul Koslo. ***
Típica buddy movie acerca de las aventuras y desventu-
ras de un policía veterano (Hackman, que salva limpia-
mente la película) y su nuevo compañero, salido del
manicomio (Aykroyd, rayando en el puro dibujo anima-
do). Curioso: uno de los guionistas es Richard (El increí-
ble hombre menguante) Matheson. ■ J.B.C.
TOCANDO FONDO
España, 1993, 88 min.
Director: José Luis Cuerda. Guión: José Luis Cuerda (basado en su propia
historia). Fotografía: Hans Burman. Montaje: María Elena Sáinz de Rozas.
Música: Javier Arias, Cesar Camarero, David del Puerto, Jesus Rueda.
Dirección Artística: Wolfgang Burmann. Intérpretes: Antonio Resines,
Jorge Sanz, Icíar Bollaín, Manuel Alexandre, Fiorella Faltoyano, Sancho
Gracia, Cristina Collado, Marta Dualde. ***
Resines y Sanz están estupendos como pillos urbanos, el
segundo más astuto que el primero, su mentor, por
mucho que acabe de llegar a Madrid procedente de pro-
vincias. El director de El bosque animado y Amanece que
no es poco demuestra una vez más su buen pulso para la
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comedia, aquí de raíz picaresca y acento más bien cínico.
El resto del reparto no desmerece ni un ápice. ■ J.B.C.
TODO EN UN DÍA
(Ferris Bueller’s Day Off), Paramount, EE.UU., 1986, 103 min.
Productor: John Hughes, Tom Jacobson. Director: John Hughes. Guión:
John Hughes. Fotografía: Tak Fujimoto. Montaje: Paul Hirsch. Música: Ira
Newborn, Arthur Baker, John Robie. Diseño de producción: John W.
Corso. Vestuario: Marilyn Vance. Intérpretes: Matthew Broderick, Alan
Ruck, Mia Sara, Jeffrey Jones, Jennifer Grey, Cindy Pickett, Lyman Ward,
Edie McClurg, Charlie Sheen, Ben Stein. **
Ferris (Broderick) es un mocoso arrogante que consigue
todo lo que quiere, tima a cualquiera que se interponga
en su camino y recibe una palmadita en la espalda por
hacerlo. Venerado por los estudiantes, azote de profeso-
res, decide hacer novillos y se lleva a su mejor amigo
(Ruck) y a su novia (Sara) a pasar el día en Chicago; el
nervioso decano (Jones) está decidido a atraparle con las
manos en la masa. Es una historia simple, pero sigue sien-
do la más redonda de las comedias juveniles de John
Hughes, aunque ligeramente estropeada por su molesta
tendencia al sentimentalismo. Las interpretaciones son el
mejor aval de la película, empezando por Matthew Bro-
derick, todo simpatía, y Alan Ruck, excelente como su
melancólico amigo, y terminando por Jeffrey Jones, que
casi se lleva la película mientras sufre las humillaciones
que después se destinarían a los ladrones de Solo en
casa. Atención a las breves apariciones de Jennifer Grey
y Charlie Sheen. Ferris es un tipo divertido, a veces
encantador. Qué pena que nadie le retuerza el cuello al
pequeño bastardo. ■ J.D.D.
TODO LO DEMÁS
(Anything Else), EE.UU.-Francia-Holanda-R.U., 2003, 108 min.
Productor: Letty Aronson. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Alisa Lepselter. Dirección Artística:
Tom Warren. Diseño de producción: Santo Locuasto. In
ntérpretes: Jason
Biggs, Christina Ricci, Woody Allen, Stockard Channing, Danny DeVito,
KaDee Strickland, Jimmy Fallon, Fisher Stevens, Anthony Arkin. ****
En Todo lo demás, Woody Allen divide su neurótica y
poderosa imagen en sendos personajes: el mentor y el
pupilo. El maestro quiere moldear al alumno (Biggs,
estrella emergente gracias a la saga de American Pie y
aquí notable comediante) a su imagen y semejanza. Su
personaje nos retrotrae al perturbado/perturbable ser
encarnado por Allen a lo largo de su dilatada filmografía.
Aquí muy joven, muy atormentado y genio precoz. Se
gana la vida como Woody de joven, escribiendo sketches
y monólogos para humoristas que actúan con nocturni-
dad y alevosía. Es el único cliente de un agente (prodi-
gioso Danny DeVito), sobre quien se sustenta una anto-
lógica secuencia. La vida de pareja de este novicio es un
desastre. Su novia (Ricci) se acuesta con otros y acaba
por traerse a casa a su peligrosa madre (suntuosa perfor-
mance de Channing), hippy irredenta. El mentor de tan
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Todo lo que siempre quiso saber... | 461
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frágil personaje es un profesor y guionista que le trans-
mite sus miedos e inseguridades, acentuados tras el 11-S.
Le recomienda tener un rifle siempre a mano y piensa que
ambos deben irse a Los Ángeles y hacer pasta en Holly-
wood. Es un ser asustado, cínico y que parece estar de
vuelta de todo. Es Woody Allen, quien vuelve a denunciar
que el suyo se mantiene como el cine de un maestro. Cine
inteligente que destaca poderosamente entre “todo lo
demás”. ■ LL.B.M.
TODO LO QUE QUIERO
(Try Seventeen), EE.UU., 2002, 96 min.
Productor: Mike Elliott, Randall Emmett, George Furla, Michele Weisler,
Holly Wiersma. Director: Jeffrey Porter. Guión: Charles Kephart. Foto-
grafía: Blake T. Evans. Montaje: David M. Richardson. Música: Andrew
Gross. Dirección Artística: Geoff Wallace. Intérpretes:: Elijah Wood,
Franka Potente, Mandy Moore, Chris Martin, Deborah Harry, Elizabeth
Perkins, Aaron Pearl, Andrew Jackson. **
Después de lidiar con un personaje como el de Frodo en
El Señor de los Anillos, Elijah Wood participó en esta con-
vencional, intrascendente comedia romántica, donde
encarna a un muchacho más bien inadaptado en cuya
vida se cruzan dos chicas, interpretadas por Franka
Potente, la heroína de El caso Bourne, y Mandy Moore,
vista en Un paseo para recordar. ■ J.B.C.
TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER
SOBRE EL SEXO Y NUNCA SE ATREVIÓ
A PREGUNTAR
(Everything You Always Wanted to Know About Sex [But Were Afraid
to Ask]), United Artists, EE.UU., 1972, 87 min.
Productor: Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: David M. Walsh. Montaje: James T. Heckart, Eric Albertson.
Música: Mundell Lowe. Dirección Artística: Dale Hennesy. Intérpretes:
Woody Allen, John Carradine, Anthony Quayle, Tony Randall, Burt Rey-
nolds, Gene Wilder. ***
Woody Allen se inspiró en el libro divulgativo escrito por
el doctor David Reuben para rodar estos siete episodios
acerca de diversas y pintorescas particularidades de la
conducta sexual humana. Los siete episodios son:
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462| Todo menos la chica
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1- “¿Son eficaces los afrodisíacos?” Una bufonada
medieval en la que un pobre cómico de palacio está ena-
morado de la reina, le da un bebedizo, pero no cuenta
con que ella lleva puesto un cinturón de castidad.
2- “¿Qué es la sodomía?” Un psiquiatra se enamora
locamente de una oveja que le ha sido dejada en obser-
vación por un pastor también enfermo de pasión por ella.
Interpretación de Gene Wilder.
3- “¿Por qué algunas mujeres no pueden conseguir el
orgasmo?” Gina (Louise Lasser, esposa de Allen enton-
ces) no puede excitarse de verdad si no es en lugares
públicos y con peligro de escándalo.
4- “¿Son homosexuales los travestis?” La manía de
Sam (espléndido Lou Jacobi) por probarse ropa y vestir-
se de mujer provoca un lío de proporciones inesperadas.
5- “¿Qué es una perversión sexual?” Parodia de los
espacios de concursos televisivos. En este caso los parti-
cipantes tienen que explicar ante la cámara sus vicios
eróticos favoritos.
6- “¿Las experiencias sobre el sexo dan resultados
satisfactorios?” Un joven biólogo va con una periodista a
casa de un científico (John Carradine) cuyos experimen-
tos resultan impresionantes. Se produce un accidente y
los visitantes son perseguidos por un enorme seno de
mujer escapado de todo control, en una escena surrealis-
ta de las mejores conseguidas de la película.
7- “¿Qué ocurre durante la eyaculación?” Sin duda éste
es el más ingenioso de los episodios. Todo el proceso de
la seducción, el coito y el orgasmo vistos desde el interior
del cuerpo humano, con el estómago recibiendo los ali-
mentos, el cerebro transmitiendo las órdenes y los intré-
pidos espermatozoides lanzándose a la aventura fecun-
dadora. Allen se reservó para sí el papel de espermato-
zoide inhábil. Tony Randall y Burt Reynolds colaboran
también en sendos papeles de agentes nerviosos.
En principio, el guión incluía un octavo episodio titula-
do “¿Cómo se reconoce a un homosexual?”, con Allen y
Louise Lasser en plan de pareja de arañas en danza nup-
cial. A falta de poder verlo en imágenes, el aficionado
devoto de Woody y su obra puede satisfacer su curiosi-
dad leyéndolo en el libro que sobre el cineasta de Bro-
oklyn escribió Gilles Cébe (Ediciones Júcar, 1986). ■ M.Q.
TODO MENOS LA CHICA
El Paso Films, España, 2001, 102 min.
Productor: José Ripoll. Director: Jesús Delgado. Guión: Jesús Delgado.
Fotografía: Teo Delgado. Montaje: Miguel Ángel Santamaría. Música:
Juan Bardem. Intérpretes: Liberto Rabal, Álex Angulo, María Adánez,
Fernando Guillén Cuervo. *
Un joven se pelea con su novia. Acto seguido acepta apa-
lear, acompañado de un matón a sueldo que no te crees
ni pasado de cubatas (demasiado cara de bueno, Angu-
lo), al camello del barrio, que también anda en conflictos
con su novia. Estos y otros personajes (unos pseudoskins,
unos inmigrantes, el equipo de una televisión zarrapas-
trosa, una Seseña que no pinta nada, un Barea que pinta
poco) protagonizan un enredo descomunal a lo largo de
● ●
●
una noche eterna de idas y venidas y accidentes, casi tan
eterna como la propia película, que tiene una sólida fac-
tura aunque al servicio de una trama ridícula, un tono chi-
llón, unos diálogos que invitan a taparse los oídos (y la
cara, por si alguien nos reconoce), unas situaciones que
harían sonrojar a Bud Spencer y Terence Hill, un ritmo con
menos fuerza que la pata de un grillo y, por supuesto, las
peores interpretaciones de todos y cada uno de los con-
vocados, que también harían bien en ocultarse de la luz
del sol una temporadita. En resumen, una nadería que
pone en cuarentena cualquier euforia sobre la salud del
cine español. ■ J.B.C.
TODO POR CULPA DEL PARAÍSO
(Tutta colpa del Paradiso), Silver Film/Unión, Italia, 1985, 107 min.
Productor: Gianfranco Piccioli. Director: Francesco Nuti. Guión: Vincen-
zo Cerami, Giovanni Veronesi, Francisco Nuti. Fotografía: Giuseppe Ruz-
zolini. Montaje: Sergio Montanari. Música: Giovanni Nuti. Dirección
Artística: Francesco Frigeri. Intérpretes: Francesco Nuti, Ornella Muti,
Roberto Alpi, Marco Vivio. ***
Narcisista y petulante hasta la médula, hay que recono-
cerle a Francesco Nuti una peculiar simpatía que ya
demostró en otras comedias como Casablanca, Casa-
blanca y Stregati, en esta última también formando pare-
ja con la bella de ojos verdes Ornella Muti. Y es que la
pareja Nuti-Muti funciona admirablemente: él como
inconformista vagabundo, solitario agradable que acaba
de salir de la cárcel por un atraco a mano armada y regre-
sa a su hogar para buscar a su hijo; ella como madre
adoptiva del niño, con una extraña familia que busca
machos cabríos albinos (¿?). Consecuente con su narra-
ción deslavazada, sonrisa melancólica y diálogos repletos
de naturalidad, la fórmula Nuti tuvo su (breve) época de
esplendor durante los 80. Hoy en día, ni se le busca ni se
le encuentra. ■ L.M.C.
TODO POR UN SUEÑO
(To Die For), Rank/Columbia, EE.UU., 1995, 103 min.
Productor: Laura Ziskin. Director: Gus Van Sant. Guión: Buck Henry
(basado en el libro de Joyce Maynard). Fotografía: Eric Alan Edwards.
Montaje: Curtiss Clayton. Música: Danny Elfman. Dirección Artística:
Missy Stewart. Intérpretes: Nicole Kidman, Matt Dillon, Joaquin Phoe-
nix, Casey Affleck, Illeana Douglas, Alison Folland. ****
Gus Van Sant contó de nuevo con Matt Dillon, el prota-
gonista de la película que le dio a conocer, Drugstore
Cowboy, en esta adaptación, firmada por el guionista,
actor y realizador Buck Henry, del libro homónimo de
Joyce Maynard, una historia que reflexiona sobre el éxito
y, en última instancia, sobre la consecución del tan recu-
rrente sueño americano. Sin embargo, la película no per-
tenece tanto a Dillon como a Nicole Kidman, que demos-
tró con su trabajo que no era sólo una cara bonita sino
una actriz de múltiples recursos, capaz de hacer verosímil
el personaje de esta mujer que no se resigna a ser la
esposa del futuro dueño de un restaurante y pretende
●

● ●
convertirse en una famosa presentadora de televisión;
para lograrlo, no se detendrá ante nada. La actriz fue pre-
miada con un merecido Globo de Oro por su trabajo y el
filme supuso uno de los primeros trabajos importantes
para Joaquin Phoenix. ■ J.E.
TODOS A CASA
(Tutti a casa), Italia-Francia, 1960, 109 min.
Productor: Dino de Laurentiis. Director: Luigi Comencini. Guión: Age,
Scarpelli, Luigi Comencini y Marcello Fondato. Fotografía: Carlo Carlini.
Montaje: Giovanni Baragli. Música: Angelo Francesco Lavagnino. Ves-
tuario: Ugo Pericoli. Intérpretes: Alberto Sordi, Eduardo de Filippo,
Serge Regiani, Martin Balsam, Alex Nicol, Carla Gravina. ***
Esta película es una de las pequeñas, o no tan pequeñas,
joyas de la llamada “comedia italiana”, una variante apa-
rentemente ligera del cine neorrealista que en su apogeo,
a caballo entre los años cincuenta y sesenta, alcanzó un
éxito mundial, pero que fue entonces considerada como
un simple género comercial, y sus películas eran olvida-
das casi al mismo ritmo que consumidas. Los años sesen-
ta mostraron la superficialidad de este olvido, y la resu-
rrección se produjo gota a gota, película a película. Hoy
nadie pone en tela de juicio que en la “comedia italiana”
hay también obras extraordinarias, que esconden detrás
de su ligereza alardes de maestría y de fertilidad inventi-
va. En Todos a casa, su director, Luigi Comencini, cuenta
con desarmante dominio de un amplio y variado abanico
de registros, que abarca desde el patetismo a la más pura
comicidad, un acontecimiento histórico de gran comple-
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Todos al suelo | 463
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jidad: la autodisolución, casi la desbandada, que se pro-
dujo en el ejército fascista italiano en plena guerra mun-
dial como consecuencia de la caída de Benito Mussolini.
Este desastre, que podría haber servido de base para una
enrevesada epopeya, es convertido por Comencini y sus
guionistas en un trepidante batiburrillo de situaciones in-
distintamente cómicas y dramáticas, dominadas por una
divertidísima aplicación al drama de las leyes de la pica-
resca. Y de esta manera, asuntos muy serios penetran en
la retina del espectador bajo el saludable disfraz de la
risa. Luego, una vez vista la película, uno se asombra de
la sagacidad de los guionistas, el director y los intérpre-
tes, en especial la de Alberto Sordi, sobre el que se ver-
tebra toda la historia. Este actor, un genial comediante
capaz de hacer pasar como algo natural todas las exage-
raciones imaginables, actúa en Todos a casa con un deli-
cado dominio del exceso, y su habitual sobreactuación
encaja, como si se tratara de una pieza de relojería, en la
mesura del relato. ■ J.D.D.
TODOS A LA CÁRCEL
Antea Films, España, 1993, 100 minutos.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Jorge y Luis García Berlanga. Foto-
grafía: Alfredo Mayo. Música: Luis Mendo y Bernardo Fuster. Intérpretes:
Saza, José Sacristán, Marta Fernández Muro, Juan Luis Galiardo, Agustín
González, Chus Lampreave, Manuel Alexandre. **
Típica, aunque no tópica, comedia de agitación coral cu-
ya patente pertenece casi en exclusiva a Luis García Ber-
langa. Nacida tras un difícil parto (con el aborto de Na-
cional IV incluido), y con la colaboración de su hijo Jorge
en el guión, el argumento se vertebra alrededor del Día
Internacional del Preso de Conciencia de la cárcel modelo
de Valencia. Una auténtica fideuá en la que se cuecen
cerca de una centena de personajes, destacando el em-
presario Artemio bermejo (Saza) intentando rastrear los
ochenta millones que le birló el gobierno, el banquero Ce-
sar (Galiardo), que pretende liberar a Tornicelli (Torrebru-
no), tipo oscuro relacionado con Banca Vaticana... Y todo,
con la sombra franquista demasiado presente. A pesar de
la cantidad de ingredientes no siempre bien “casados”, el
guiso se consume de buen gusto, muchas veces por la
profesionalidad del reparto, queroseno de primera para
que cualquier motor carbure solito. ■ J.C.
TODOS AL SUELO
Bermúdez de Castro, P.C. España, 1982, 88 min.
Productor: Ángel Huete. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Raúl Artigot. Montaje: Antonio Ramírez. Música:
Gregorio García Segura. Dirección Artística: Julio Esteban. Intérpretes:
Andrés Pajares, Fernando Esteso, Antonio Ozores, Juanito Navarro. **
Siempre atento a los últimos acontecimientos del país,
Ozores le toma el pulso ahora a un hecho acaecido el 21
de febrero de 1982, cuando un grupo de delincuentes
tomó varios rehenes en el Banco Central de Barcelona.
Ironizando sobre el asunto, vuelve a su cine social de
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464| Todos besaron a la novia
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chascarrillos al envolver a una pandilla de perdedores en
un atraco al Banco Mistral, en la mejor tradición de clási-
cos como Rufufú y Atraco a las tres, aún salvando todas
las distancias que se quieran (que son muchas, natural-
mente). Antonio Ozores es un tuerto con un taller mecá-
nico; Juanito Navarro un jubilado que no tiene más reme-
dio que llevarse a su nieto al atraco; Pajares un desem-
pleado que ha de cargar con su novia embarazada; y Es-
teso el cerebro del plan, un cajero que tiene como aman-
te a la mujer de Pajares. Lo malo es que, cuando todo el
atraco parece perfecto, se equivocan de día y hora. En
esta ocasión, sus excesos melodramáticos y algo rancios
se notan en exceso cuando aparece el personaje de un
antiguo médico abortista (Del Real), que logra la reden-
ción de su pasado al traer al mundo a un niño. Eso sí, su
final, con los negados atracadores pensando en robar el
estadio Santiago Bernabéu, es antológico. ■ L.M.C.
TODOS BESARON A LA NOVIA
(They All Kissed the Bride), Columbia, EE.UU., 1942, 84 min.
Productor: Edward Kaufman. Director: Alexander Hall. Guión: P. J. Wolf-
son. Fotografía: Joseph Walker. Montaje: Viola Lawrence. Música: Werner
Heymann. Intérpretes: Joan Crawford, Melvyn Douglas, Roland Young,
Billie Burke, Helen Parrish, Allen Jenkins. ****
Nadie podía imaginarse que Joan Crawford estaría es-
pléndida como protagonista de una película pensada ini-
cialmente para Carole Lombard. No era precisamente un
papel para una mujer que se había acreditado más por
sus grandes dramas que por sus comedias. Pero la trági-
ca muerte de Lombard, en un accidente aéreo, obligó a la
Columbia a cambiar rápidamente de planes y Crawford
aceptó el reto. Encarnando a una mujer de negocios ab-
sorbida totalmente por su trabajo (el filme transcurre a
principios de los años treinta) se convierte en el centro
de una divertida e ingeniosa comedia romántica, narrada
a ritmo acelerado que, además de demostrar que las
mujeres podían ser iguales o mejores que los hombres,
trata de convencerlas de que en la vida hay lugar y tiem-
po para todo, trabajo y amor incluidos. ■ A.C.
TODOS LA QUERÍAN... MUERTA
(Drowning Mona), EE.UU., 2000, 95 min.
Productor: Al Corley, Eugene Musso, Bart Rosenblatt. Director: Nick
Gomez. Guión: Peter Steinfeld. Fotografía: Bruce Douglas Johnson.
Montaje: Richard Pearson. Música: Tree Adams, Michael Tavera. Intér-
pretes: Danny DeVito, Bette Midler, Neve Campbell, Jamie Lee Curtis,
Casey Affleck, William Fichtner, Marcus Thomas. **
Danny DeVito encarna al sheriff de un pequeño pueblo
que investiga la muerte, por accidente de coche, de una
mujer, probablemente un asesinato, y descubre que son
legión quienes querían verla muerta. Una comedia negra
y desmadrada, con tantos gags salvajes como dispersión
general y carencia de ritmo. Gomez es un cineasta inde-
pendiente de cierto relieve por Laws of Gravity o New
Jersey Drive. ■ J.B.C.
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TODOS LOS HOMBRES SOIS IGUALES
Audiovisuales Nebli/Cristal PC, España, 1994, 100 min.
Director: Manuel Gómez Pereira. Guión: Joaquín Oristrell, Yolanda Gar-
cía Serrano, Juan Luis Iborra, Manuel Gómez Pereira. Fotografía: Juan
Amorós. Música: Bernardo Bonezzi. Intérpretes: Imanol Arias, Antonio
Resines, Juanjo Puigcorbé, Cristina Marcos, María Barranco, Pastora
Vega, Kiti Manver, Ana Gracia. ***
Una farsa a costa del machismo cortada sobre patrones
clásicos, un poco a la manera del Boeing-Boeing prota-
gonizado por Tony Curtis y Jerry Lewis. El guión (Oris-
trell, Yolanda García Serrano, Juan Luis Iborra y el propio
Gómez Pereira) contiene ideas y diálogos con chispa, y el
reparto, en el que una vez más se luce Puigcorbé como
gran comediante, está en su salsa. ■ J.B.C.
TO ER MUNDO E GÜENO
Paraguas Films/Kalender Films/Lima Film, España, 1982, 85 min.
Director: Manuel Summers. Guión: Guillermo Summers, Manuel Sum-
mers. Fotografía: Antonio Cuevas. Música: Carlo Vizzielo. Intérpretes:
Manuel Summers, Dum Dum Pacheco, José Luis Velasco. ***
Aún sin inventar nada nuevo, y tomando como referencia
las bromas de cámara oculta que se realizaban en diver-
sas televisiones mundiales, Summers sí tuvo la habilidad
de trasladar el asunto a España en un género que no se
había prodigado entre nosotros: la comedia documental.
El asunto consistía en inventar una serie de situaciones
absurdas en plena calle para comprobar las reacciones
de los viandantes, y, ciertamente, el público respondió no
sólo a las pruebas sino a la taquilla, manteniendo el film
durante muchos meses en el cine Rialto de Madrid. A
pesar de su escaso valor cinematográfico, hay que admi-
tir que la película resulta muy divertida, repleta de ritmo
y valor social, sobre todo en lo que a algunas historias se
refiere: dos curas pegándose de tortas; un individuo que
camina sospechosamente cerca de la gente; dos futbolis-
tas “marcando” a un peatón; una arriesgada y estrambó-
tica operación de la Marina española, con el propio Sum-
mers de capitán; inyecciones a las que han de someter a
los que pasen por determinada calle; encontrarse un león
en unos lavabos; un ciego algo pesado empeñado en cru-
zar la calle una y otra vez; demenciales controles de alco-
holemia por parte de la policía municipal; un boxeador
sonado buscando rival... Quizá ahora esté completamen-
te desfasada, pero en su época fue todo un aconteci-
miento, llegando a formar parte de una trilogía. ■ L.M.C.
TOMA EL DINERO Y CORRE
(Take the Money and Run), Heywood/Hillary/Palomar, EE.UU.,
1969, 85 min.
Productor: Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen,
Mickey Rose. Fotografía: Lester Shorr, Fouad Said. Montaje: Ralph
Rosenblum, James T. Heckert, Ron Kalish, Paul Jordan. Música: Marvin
Hamlisch. Dirección Artística: Fred Harpman. Intérpretes: Woody Allen,
Janet Margolin, Marcel Hillaire, Jacquelyn Hyde, Lonny Chapman, Jan
Merlin, James Anderson, Howard Storm, Mark Gordon. ***
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Toma el dinero y corre es la primera película como direc-
tor de Woody Allen, hasta entonces únicamente un coti-
zado guionista de gags. El estilo del filme fue lo que más
tarde se calificó como de spoof, es decir, una parodia de
géneros, una especialidad en la que son auténticos maes-
tros Mel Brooks, Jim Abrahams, Jerry Zucker y, en otro
sentido, los Monty Python. Se trata de tomar lo más co-
nocido y destacado y destrozarlo a base de un humor
normalmente muy desmadrado. Allen de dedicó con saña
a caricaturizar a fondo el cine de gangsters de la Warner
de los años 30, con resultados demoledores, pasándolo
por el tamiz de su humor judío entonces todavía inédito
para el gran público. La estructura del filme es muy pare-
cida a los de William Reighley, Michael Curtiz o Raoul
Walsh. La voz en off va narrando en serio las vicisitudes
del protagonista, como si intentase darle un aire de
auténtico documental, contrastando con las hilarantes
imágenes que muestran todo lo contrario de lo que dicen
las palabras. Ésta es la gran diferencia.
No contento con parodiar aquellos filmes de gangsters
o carcelarios míticos como Soy un fugtivo o Silla eléctri-
ca para ocho hombres, Allen se atreve incluso a sacarle
punta y ridiculizar una escena de Un hombre y una mujer,
de Claude Lelouch, convirtiendo en carcajadas sus acara-
meladas imágenes. Toda la película es una sucesión de
gags, de escenas divertidas y de parodias. Hay que estar
con ojo avizor, sobre todo los cinéfilos, para descubrir
cada una de las cintas parodiadas. Pero si no se consigue,
no importa. La película por sí sola es suficientemente
divertida para saborearla con deleite y reírse a concien-
cia. Aquel fue el comienzo, la demostración del talento de
un hombre que, después de un breve paréntesis de bús-
queda de un estilo propio, se ha convertido en una de las
leyendas del cine moderno actual. ■ A.C.
TOMATES VERDES FRITOS
(Fried Green Tomatoes), Communications, EE.UU., 1991, 130 min.
Productor: Jon Avnet, Jordan Kerner. Director: Jon Avnet. Guión: Fannie
Flagg, Carol Sobieski (basado en la novela “Fried Green Tomatoes at the
Whistle Stop Cafe”, de Flagg). Fotografía: Geoffrey Simpson. Montaje:
Debra Neil. Música: Thomas Newman. Diseño de producción: Barbara
Ling. Dirección Arttística: Larry Fulton. Vestuario: Elizabeth McBride.
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Tootsie | 465
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Intérpretes: Kathy Bates, Jessica Tandy, Mary Stuart Masterson, Mary
Louise Parker, Nick Searcy, Cicely Tyson, Chris O’Donnell, Stan Shaw,
Gailard Sartain, Tim Scott. ***
Un éxito en taquilla, Tomates verdes fritos es a la vez
comedia (costumbrista, sentimental) y melodrama (ter-
nurista, nostálgico, evocativo) y ambos géneros están
abordados con sensibilidad por Avnet, aunque lejos de la
creatividad visual. Con todo, la obra gana por sus perso-
najes, magníficamente servidos por un plantel de actrices
de generaciones diversas, todas excelentes. ■ J.B.C.
TOM, DICK AND HARRY
RKO, EE.UU., 1941, 85 min.
Productor: Robert Sisk. Director: Garson Kanin. Guión: Paul Jarrico.
Fotografía: Merritt Gerstad. Montaje: John Sturges. Música: Roy Webb.
Intérpretes: Ginger Rogers, George Murphy, Alan Marshal, Burguess
Meredith, Phil Silvers, Jane Seymour. ****
El excelente guionista Garson Kanin ejerce de director en
esta efervescente, brillante comedia escrita por Paul Ja-
rrico (un guión espléndido nominado al Oscar), donde
Rogers se debate sentimentalmente entre tres preten-
dientes. Mitchell Leisen realizó en 1957 un estimable re-
make musical, con Jane Powell de protagonista. ■ J.B.C.
TOO TIRED TO DIE
EE.UU., 1998, 97 min.
Productor: Donna L. Bascom, Victor Hwang, Connie Kaiserman. Direc-
tor: Wonsuk Chin. Guión: Wonsuk Chin. Fotografía: Jim Denault. Monta-
je: Merril Stern. Música: Mader. Intérpretes: Takeshi Kaneshiro, Mira Sor-
vino, Jeffrey Wright, Michael Imperioli, Geno Lechner. **
A Kenji, un joven japonés que vive y trabaja en Nueva
York, se le aparece la Muerte para anunciarle que sólo le
quedan doce horas de vida. El nipón decide aprovechar
el tiempo en un encuentro sexual con una chica a la que
acaba de conocer. Mira Sorvino se encarga de dos pape-
les, el de Jean, objeto del deseo del pobre Kenji, y el de
la Parca. ■ M.Q.
TOOTSIE
Columbia, EE.UU., 1982, 116 min.
Productor: Sidney Pollack, Dick Richards. Director: Sidney Pollack.
Guión: Larry Gelbart, Elaine May (sin acreditar), Murray Schisgal (basa-
do en una historia de Don McGuire y Larry Gelbart). Fotografía: Owen
Roizman. Montaje: Fredric Steinkamp, William Steinkamp. Música: Dave
Grusin. Diseño de producción: Peter Larkin. Vestuario: Ruth Morley.
Intérpretes: Dustin Hoffman, Jessica Lange, Teri Garr, Dabney Coleman,
Charles Durning, Bill Murray, Sidney Pollack, George Gaynes, Geena
Davis, Doris Belack. ****
Divertida comedia sobre un actor que, por necesidad,
interpreta un papel femenino en un culebrón televisivo, y
se da cuenta de que se siente más libremente en su papel
de mujer, dentro y fuera de la pequeña pantalla, que obli-
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466| Top of the Food Chain
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gado a comportarse de una manera determinada por su
condición de hombre. Es indudable que la vida ofrece
perspectivas si pudiera cambiarse de sexo. Para que esta
situación, que tiene ilustres antecedentes en el cine, fuese
creíble para el espectador, Hoffman tuvo que soportar
durísimas sesiones de maquillaje, que le provocaron ero-
siones en la piel, y metamorfosearse hasta extremos in-
creíbles. Pero su doble personaje ha pasado a la historia.
En su papel de Tootsie, el exigente Hoffman sabe mante-
ner el punto de ambigüedad justo para que la historia, na-
rrada en clave de comedia con pequeños toques dramá-
ticos y críticos, navegue felizmente hasta su desenlace.
La película tiene además otras lecturas adicionales a la
simple historia. El filme expone, desde el prisma del
humor, el mundo de la televisión norteamericana y des-
vela muy concretamente el porqué y el cómo se hacen las
series televisivas. Se muestra el poder casi soberano de
los índices de audiencia para modificar sobre la marcha
cualquier historia y no se tiene ningún reparo en hacer
una dura crítica sobre la ausencia de arte y el predominio
materialista de la televisión comercial. Tootsie es un filme
muy elocuente que puede abrir los ojos a quienes siguen
por televisión los populares culebrones. No se pierdan la
aparición de una debutante Geena Davis. ■ A.C.
TOP OF THE FOOD CHAIN
Canadá, 1999, 99 min.
Productor: Suzanne L. Berger, Jana Edelbaum. Director: John Paizs.
Guión: Phil Bedard, Larry Lalonde. Fotografía: Bill Wong. Montaje: Bert
Kish. Música: David Krystal. Dirección Artística: Mark Kowalsky. Intér-
pretes: Robert Bockstael, Lorry Ayers, Ron Gabriel, Bernard, Behrens,
James Allodi, Peter Donaldson, Fiona Loewi, Campbell Scott. ***
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Campbell Scott encarna a un científico que investiga los
extraños sucesos acaecidos en un pueblo de Canadá,
donde un meteorito ha averiado la televisión local y los
habitantes manifiestan comportamientos anómalos. Un
homenaje a La invasión de los ladrones de cuerpos y
otros clásicos de la fructífera ciencia ficción de los años
cincuenta, tratada en clave de parodia no lo suficiente-
mente lograda. ■ J.B.C.
TOP SECRET
(Top secret!), Paramount Pictures, EE.UU., 1984, 86 min.
Director: Jim Abrahams, David Zucker y Jerry Zucker. Guión: Jim Abra-
hams, David Zucker, Jerry Zucker y Martyn Burke. Fotografía: Christop-
her Challis. Música: Maurice Jarre. Intérpretes: Val Kilmer, Lucy Gutte-
ridge, Jeremy Kemp, Warren Clarke, Omar Sharif, Peter Cusing. **
Con el “efecto aeropuerto” aún coleando y de qué mane-
ra, la factoría Abrahams-Zucker se embarcó en su nueva
gansada (o gang-sada, y perdón por el chiste malo, aun-
que en un diccionario de comedias los árboles no dejan
ver la fruta podrida) con idénticos mimbres gamberros,
aunque con un argumento, digamos, más elaborado o
revolucionado. Así, tenemos a Nick Rivers, ídolo rockero
a la antigua usanza, enmarañado en una intriga de espio-
naje en Alemania Oriental, donde no faltan sus dosis gue-
rrilleras y románticas, al enamorarse de una heroína de la
resistencia francesa. La fórmula mágica, aún fresca, fun-
ciona con fluidez en medio del continuo trasiego de si-
tuaciones, localizaciones y personajes pintorescos (ojo a
la guerrilla bananera y su ritual de presentación). A des-
tacar la otoñal intervención de Peter Cushing, en el cele-
brado e imitado chiste de la lupa, así como el acertado
protagonismo de un bisoño Val Kilmer en una época don-
de su “botaratez” parecía sólo estudiada. Un simpática
sinfonía de estupideces también levantada a los altares
de cult movie por algunos sectores, faltaría más. ■ J.C.
TOQUE DE DISTINCIÓN, UN
(A Touch of Class), Brut, Reino Unido, 1973, 105 min.
Productor: Melvin Frank, Joseph E. Levine. Director: Melvin Frank.
Guión: Melvin Frank, Jack Rose. Fotografía: Austin Dempster. Montaje:
Bill Butler. Música: John Cameron. Diseño de producción: Terrence
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Marsh. Dirección Artística: Alan Tomkins. Vestuario: Ruth Myers. Intér-
pretes: George Segal, Glenda Jackson, Paul Sorvino, Hildegard Neil, Cec
Linder, K. Callan, Mary Barclay, Michael Elwyn, Nadim Sawalha. ****
Joseph E. Levine (El graduado, El león en invierno, Cono-
cimiento carnal) apostó a caballo ganador cuando deci-
dió producir esta divertida comedia romántica. George
Segal es un ejecutivo de seguros americano que vive en
Londres con su esposa (Neil) y sus hijos. Un día conoce a
Glenda Jackson, una diseñadora divorciada con dos hijos.
Segal sugiere una cita en España y queda sorprendido
cuando ella acepta. Poniendo excusas a su esposa, Segal
lleva a Jackson a Málaga para disfrutar de un discreto
escarceo sexual. Pero un amigo de Segal (Sorvino) va en
el mismo avión. Las complicaciones cómicas y el roman-
ce se suceden.
Afilada en los bordes pero suave en el centro, Un toque
de distinción tiene un comienzo magistral, con la morda-
cidad británica de Jackson haciendo añicos las fantasías
del semental de clase media (Segal), cuya estima se
hunde dolorosamente cuando intenta una serie de avan-
ces románticos. Luego, ella degenera en devota amante,
y la película coquetea peligrosamente con la rutina. Afor-
tunadamente, Melvin Frank afila las aristas del guión para
asegurarse de que el sentimentalismo no endulce dema-
siado el romance, y logra mantener el humor irónico de la
pieza a base de afilados diálogos, alejando cualquier ten-
tación sensiblera. El agobiado Segal está encantador,
pero todo el mundo sabe que podía hacer comedia. La
gran sorpresa fue el impecable ritmo cómico de Jackson
(premiado con un Oscar), que algunos compararon al de
Katharine Hepburn. Una delicia. ■ J.T.
TORRE DE LOS SIETE JOROBADOS, LA
España, 1944, 85 min.
Productor: Luis Judez, Germán López Prieto. Director: Edgar Neville.
Guión: Edgar Neville, José Santugini (basado en la novela de Emilio
Carrere). Fotografía: Henri Berreyre, Andrés Pérez Cubero. Montaje:
Sara Ontañón. Música: José Ruiz de Azagra. Intérpretes: Antonio Casal,
Isabel de Pomés, Guillermo Marín, Félix de Pomés, Julia Lajos, Julia
Pachelo, Manolita Morán, Antonio Riquelme, José Franco. ***
El hecho de su incuestionable adscripción al régimen
franquista quizás haya causado el olvido durante los años
de cultura izquierdista de la obra polifacética de Neville,
este madrileño de sangre inglesa, conde de Berlanga del
Duero, licenciado en Filosofía y Derecho, diplomático,
bon vivant y autor de novelas, piezas teatrales –incluso
llegó a escribir un largo sketch para Chelito–, libros de
poemas y ensayos. Sus inicios en el cine tuvieron lugar en
Hollywood, donde había ido a parar como cónsul español
en Los Ángeles. Allí conoció a Charles Chaplin, Mary Pick-
ford, Stan Laurel, Oliver Hardy y Douglas Fairbanks, entre
otros. Escribió las adaptaciones al castellano de las pelí-
culas norteamericanas de la MGM de la época. De vuelta
a España participó en las tertulias de Gómez de la Serna
y del Café Pombo, y sus primeras películas fueron adap-
taciones de Fernández Flores y de Arniches. El éxito le
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Torrente 2: misión en Marbella | 467
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llegó con La vida en un hilo y con El baile, ambas sobre o-
bras teatrales suyas, también muy populares en la escena.
Cultivó diversos géneros, pero en el que siempre destacó
fue en el de la comedia en sus dos variantes: la alta come-
dia y el sainete costumbrista. Sin embargo, entre su pro-
ducción cabe señalar un par de incursiones dentro del
género negro: El crimen de la calle Bordadores y, en cier-
ta manera, Domingo de Carnaval. Y aún más extraordina-
ria, esta muestra de cine fantástico: La torre de los siete
jorobados parte de una novela del madrileño Emilio Ca-
rrera, un escritor muy interesado en las leyendas y cróni-
cas de hechos misteriosos acaecidos en la capital desde
finales del siglo XIX. El guión lo configuraron el propio
Neville y José Santugini –un autor también especializado
en el género policíaco–, y cuenta la historia de un joven
arruinado que decide jugar a la ruleta en un casino y allí
recibe una extraña proposición por parte de un individuo
tuerto de apariencia siniestra, con el que penetra en un
mundo subterráneo lleno de sorpresas. El universo litera-
rio de los folletines de Sue y Féval viene tratado cinema-
tográficamente con un estilo tamizado propio del expre-
sionismo alemán, en concreto el de Fritz Lang en su Doc-
tor Mabuse. Vista en el tiempo, la película constituye uno
de los primeros acercamientos del cine español al géne-
ro fantástico-terrorífico, y como pequeña joya inclasifica-
ble debe ser contemplada. ■ M.Q.
TORRENTE, EL BRAZO TONTO
DE LA LEY
LolaFilms, España, 1997.
Productor: Andrés Vicente Gómez. Director: Santiago Segura. Guión:
Santiago Segura. Fotografía: Carles Gusi. Dirección Artística: Arrizabala-
ga y Biafra. Vestuario: Lola Huete. Intérpretes: Santiago Segura, Javier
Cámara, Neus Asensi, Chus Lampreave, Tony Leblanc, Manuel Manqui-
ña, Espartaco Santoni. ****
Santiago Segura consiguió, ya con sus cortos, apariciones
televisivas e interpretaciones cinematográficas (con El
día de la bestia sobre todo, que le supuso el Goya al Mejor
Actor Revelación) poner en marcha un fenómeno que
Torrente confirmó y que, hasta que llegaron Los otros, fue
la película más taquillera del cine español. Este madrileño
conectó con el público convirtiendo en cine aquello que
en los últimos años se ha adjetivado como “casposo”, y lo
hizo mediante un policía reaccionario, machista y desce-
rebrado que burla y vomita sobre el espectador lo peor
de cada casa, haciendo de lo políticamente incorrecto
una marca de fábrica. ■ J.E.
TORRENTE 2: MISIÓN EN MARBELLA
LolaFilms, España, 2001, 95 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez, Juan Dakas. Director: Santiago Segu-
ra. Guión: Santiago Segura. Fotografía: Guillermo Memo Granillo. Mon-
taje: Fidel Collados. Música: Roque Baños. Dirección Artística: Arrizaba-
laga y Biafra. Intérpretes:: Santiago Segura, Gabino Diego, Eloi Yebra, Jua-
nito Navarro, José Luis Moreno, Inés Sastre, Arturo Valls, José Luis López
Vázquez. ***
●
468| Torrente 3: el protector
● ●
En Torrente, el brazo tonto de la ley, Segura creó un per-
sonaje que era todo un hallazgo: un zarrapastroso policía
con aromas de carajillo y un pasado carpetovetónico ad-
herido a sus huesos. En esta desmedida secuela lo pro-
pulsó a la parodia bondiana, con José Luis Moreno como
genio del mal y emblema de una caspa ibérica, el arte ba-
sura, que el director recicla en comedia brillante. ■ J.B.C.
TORRENTE 3: EL PROTECTOR
LolaFilms, España, 2005, 91 min.
Productor: María Luisa Gutiérrez, Santiago Segura. Director: Santiago
Segura. Guión: Santiago Segura. Fotografía: Unax Mendía. Intérpretes:
Santiago Segura, Yvonne Sciò, Javier Gutiérrez, José Mota, Carlos Latre,
Tony Leblanc, Fabio Testi, Enrique Villén, Luis Roderas. ***
Tras visionar la tercera entrega del cada vez más atorran-
te Torrente, uno se pregunta si Santiago Segura no ha
querido mostrar previamente su película a esos seres de-
testables empeñados en contar películas, los críticos, y a
los periodistas, no –como él aduce– para evitar que pira-
teen su película (lo cual es insultante) o para que no le
revienten el final y los diversos cameos (lo cual es subsa-
nable: sigan leyendo), sino porque temía una cierta rechi-
fla ante el producto resultante. Es decir, que le convenía
aplazar cualquier opinión para disfrutar de una primera
semana comercialmente gloriosa. Si es así, a Segura, un
tipo inteligente, le falta seguridad en sí mismo, porque
habría triunfado igual.
Si Torrente 2: misión en Marbella hacía añorar aquel
soplo de aire fresco que en 1998 supuso la irrupción de
Torrente, el brazo tonto de la ley, esta tercera entrega se
revela como un desvergonzado todo por la pasta. La que
puede dar en taquilla. Cortés y autoparódico, el cineasta
ya nos advierte de que se trata de una película mal diri-
gida y peor escrita por Santiago Segura. Es el cierre de
unos espléndidos títulos de crédito, inspirados de nuevo
en aquellos, antológicos, que Maurice Binder diseñó para
la serie Bond. Segura es, en parte, injusto consigo mismo.
Porque Torrente 3 está dirigida con soltura, lo que tam-
poco es fácil en el cine de acción, aunque sea en clave de
humor. Lo que falla es el guión. Un guión más propio de
una telemovie pasada de rosca que de un largometraje se
supone que meditado. Los fans se reirán (hoy la risa es
televisiva y facilona), pero Segura desaprovecha una
situación inicial que podía dar más de sí: Torrente es apa-
rentemente recuperado para custodiar a una eurodiputa-
da italiana ecologista, objetivo de una multinacional lide-
rada por un avieso ejecutivo (Fabio Testi).
Los gags son más verbales que visuales. Luego está el
constante desfile de cameos: Fofito, Fernando Torres, Oli-
ver Stone... Algunos tienen gracia: los jugadores Iker Casi-
llas, Iván Helguera y Guti en un... puticlub. O la premoni-
toria pesadilla de Torrente hablando ¡en catalán! y con un
armario repleto de camisetas del Barça. Otra baza es el
doble papel de Toni Leblanc, fijo en la saga. Pero perso-
najes como el de la yonqui (cuyo padre, otro cameo, es
Carlos Pumares) revelan cierta falta de ética. Por caspo-
so y facha que sea Torrente. ■ LL.B.M.
● ●
●
TOTÓ BUSCA PISO
(Totò cerca casa), ATA y Forum Film, Italia, 1949, 75 min.
Directores: Mario Monicelli y Steno. Guión: Sandro Continenza, Ageno-
re Incrocci, Marcello Marchesi, Vittorio Metz, Mario Monicelli, M. Mos-
cariello, Steno y Furio Scarpelli. Fotografía: Giuseppe Caracciolo. Música:
Amedeo Escobar y Carlo Rustichelli. Intérpretes: Totó, Alda Mangini, Lia
Molfesi, Mario Gattari, Aroldo Tieri, Folco Lulli, Enzo Biliotti. ***
Como recién salido de una chamarilería usurera milanesa,
Totó es uno de esos actores big-bang completamente ini-
mitables y con denominación de origen. No es de extra-
ñar que brillase brutalmente en comedias tan dispares
como Pajaritos y pajarracos y Rufufú, o que disfrutase de
una saga completa para él solita (casi, como James
Bond), donde caben delirios como Totó all'inferno –don-
de es capaz de hacer arder de celos al mismísimo Belce-
bú por culpa de su éxito seductor con... Cleopatra–, cóc-
teles monstruosos como Totó y Pablito (Calvo, claro) o
una de las pioneras: Totó busca piso. Aquí interpreta a un
cabeza de familia obligado a desalojar la escuela donde
han vivido en los últimos años y trasladarse a Roma, don-
de tendrán que encontrar apartamento con más pena
que gloria. La serie de peripecias que les espera es de
campeonato cenizo, destacando un empleo fantasmal
como vigilante de un cementerio o un intento de "oku-
par" nada menos que el Coliseo. Francamente graciosa
por la vía de simpatía por el débil, contiene lo mejor de la
esencia de Monicelli, aún seminovato y con el "lastre" de
su socio Stefano Vanzina (Steno) en la codirección. ■ J.C.
TOYS: FABRICANDO ILUSIONES
(Toys), EE.UU., 1992, 118 min.
Productor: Mark Johnson, Barry Levinson. Director: Barry Levinson.
Guión: Valerie Curtin, Barry Levinson. Fotografía: Adam Greenberg.
Montaje: Stu Linder. Dirección Artística: Edward Richardson. Intérpre-
tes: Robin Williams, Michael Gambon, Joan Cusack, Robin Wright Penn,
LL Cool J, Donald O’Connor. *
Una fábrica de juguetes y muñecos es el escenario de
esta bobísima fábula sobre los peligros de la guerra y la
armonía de la paz, cuyo delirante, indescriptible diseño
de producción puede provocar irritación, o según la pre-
disposición del espectador, causar los mismos efectos
que un ácido. ■ J.B.C.
TRABAJO BASURA
(Office Space), 20 Century Fox, EE.UU., 1998, 89 min.
Productor: Michael Rotenberg, Daniel Rappaport. Director: Mike Judge.
Guión: Mike Judge. Fotografía: Tim Shurstedt. Montaje: David Rennie.
Música: John Frizzell. Intérpretes: Ron Livingston, Jennifer Aniston, Ste-
phen Root, Gary Cole, David Herman, Ajay Naidu, Richard Riehle. ***
Después de haberles sacado a pasear por todo el estado
en Beavis and Butthead Do America, Mike Judge, el crea-
dor de esos dos antológicos descerebrados del reino de
la animación, se estrenó en el largometraje de imagen
real con este filme, en realidad la adaptación de sus pri-
●

● ●
meros cartoons, interpretados por Milton, un retrasado
mental que aquí tiene un rol secundario, a la postre fun-
damental. Las neuronas de sus protagonistas, salvo las
del susodicho Milton, tienen algo más de vida que las de
la célebre pareja de heavys vegetativos, pero el mundo en
que viven, trabajan y se desarrollan (el mundo de Bill Ga-
tes) convida, ciertamente, a enclaustrarse en casa y a no
salir ni siquiera a por cerveza. Farsa sobre el caótico mun-
do laboral de nuestros días, Trabajo basura es una come-
dia con sentido de la proporción, del ritmo y del diálogo
y, sobre todo, con una mala uva monumental. ■ J.B.C.
TRABAJO CLANDESTINO
(Moonlighting), Miracle, Reino Unido, 1982, 97 min.
Productor: Mark Shivas, Jerzy Skolimowski. Director: Jerzy Skolimowski.
Guión: Jerzy Skolimowski, Boleslaw Sulik, Barry Vince, Danuta Witold
Stok. Fotografía: Tony Pierce-Roberts. Montaje: Barry Vince. Música:
Stanley Myers, Hans Zimmer. Diseño de producción: Tony Woollard.
Vestuario: Jane Robison. In
ntérpretes: Jeremy Irons, Eugene Lipinski, Jiri
Stanislav, Eugeniusz Hackiewicz, Dorothy Zienciowska, Edward Arthur,
Denis Holmes, Renu Setna, David Calder, Judy Gridley. ****
El alzamiento militar polaco de 1981 visto con amargura
desde el exilio del director Skolimowsky, antiguo colabo-
rador de Wadja y una de las personalidades más fasci-
nantes del cine de aquel país. La película narra la historia
de tres obreros polacos que han sido contratados clan-
destinamente para hacer unos trabajos en la lujosa resi-
dencia londinense de un compatriota. A pesar de ser una
película británica, en su versión original solamente Jere-
my Irons habla inglés, los demás protagonistas se expre-
san en su lengua natal. Es más auténtico y funcional con
miras a los propósitos del director. El filme fue rodado
con extrema urgencia, como consecuencia de la necesi-
dad política de mostrar de una manera rapidísima el por-
qué y el cómo se había producido el putsch militar y des-
cribir sus sangrientas represiones. La película se concibió
en los descansos de un partido de tenis. Se escribió en 11
días y se rodó a lo largo de tres semanas. Pero no se hizo
dramatizando o politizando los hechos sino que se optó
por una deliberada distanciación, utilizando voluntaria-
mente el tono de una comedia, que hubiese podido ser
de estilo británico, a no ser porque tenía resonancias
demasiado trágicas en su trasfondo.
Trabajo clandestino es una película de múltiples lectu-
ras pero, sobre todo, un filme cargado de simbolismos,
casi siempre muy presentes en la obra de cineastas repri-
midos por una censura rígida. Es aparentemente sobrio,
pero sus sugerencias son notorias sobre la manipulación,
los límites y abusos del poder... No solamente se limita a
narrar las reacciones ante el trágico hecho sino que tam-
bién profundiza en la parte humana de los protagonistas
y en el contexto de los exiliados. Al principio, parece una
comedia pero poco a poco se va desvelando su vocación
de tragedia. Se trata de una cinta izquierdista hecha sin
demagogia, con talento y utilizando la creatividad... Jerzy
Skolinowsky ha sido el autor de películas como Le depart,
Deep-end o El buque faro. ■ A.C.
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Traje de etiqueta | 469
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TRABAJOS DE AMOR PERDIDOS
(Love’s Labour’s Lost), Filmax, EE.UU., 2000, 93 min.
Productor: David Barron, Kenneth Branagh. Director: Kenneth Branagh.
Guión: Kenneth Branagh (basado en la obra de William Shakespeare).
Fotografía: Alex Thompson. Montaje: Neil Farrell, Dan Farrell. Música:
Patrick Doyle. Intérpretes: Kenneth Branagh, Richard Briers, Richard
Clifford, Carmen Ejogo, Daniel Hill, Nathan Lane, Adrian Lester. ***
Ésta es la más transgresora de todas las adaptaciones de
Shakespeare que ha hecho Kenneth Branagh, y acaso la
menos fiel al autor, algo que los shakespearianos recalci-
trantes le criticaron. Branagh potencia la teatralidad de
esta comedia romántica y le da un toque de modernidad
con la inclusión de populares temas musicales. ■ J.E.
TRABAJO SUCIO
(Dirty Work), Metro Goldwyn Mayer, EE.UU., 1998, 80 min.
Productor: Robert Simonds, Richard Stenta, Martin Walters. Director:
Bob Saget. Guión: Frank Sebastiano, Norm Macdonald, Fred Wolf. Foto-
grafía: Arthur Albert. Montaje: George Folsey, Jr. Música: Richard Gibbs.
Dirección Artística: Gordon Lebredt. Vestuario: Beth Pasternak. In
ntér-
pretes: Norm Macdonald, Jack Warden, Artie Lange, Traylor Howard,
Don Rickles, Christopher McDonald, Chevy Chase, Bradley Reid. ***
Poco conocido por estos pagos, Norm MacDonald es uno
de los muchos cómicos surgidos del televisivo Saturday
Night Live, muy popular en la temporada 1993-94. Su
salto a la pantalla grande no fue especialmente memora-
ble. En esta comedia supuestamente transgresora inter-
vienen como secundarios o en cameos otros astros del
humor, como Chevy Chase, Adam Sandler, John Good-
man o el malogrado Chris Farley. ■ J.B.C.
TRAJE, EL
Alta Classics, España, 2002, 102 min.
Productor: Daniel Goldstein. Director: Alberto Rodríguez. Guión: Alber-
to Rodríguez, Santiago Amedeo. Fotografía: Álex Catalán. Montaje: José
Manuel G. Moyano. Música: Lavadora. Dirección Artística: Satur Idarre-
ta. Vestuario: Fernando García. Intérpretes: Eugenio Jimmy Roca,
Manuel Morón, Vanesa Cabeza. ***
El Nueve reinas de Bielinski y la tradición picaresca espa-
ñola son los referentes inmediatos de esta comedia cos-
tumbrista, que gira sobre el eje de un traje elegante obte-
nido por un inmigrante de color que trabaja en un apar-
camiento sevillano. Primera realización en solitario de Al-
berto Rodríguez, tras haber colaborado con Santiago
Amedeo –aquí su coguionista– en El factor Pilgrim. ■ M.Q.
TRAJE DE ETIQUETA
(Tenue de soiree), DD Productions/Hachette Premiere, Francia, 1986,
84 min.
Productor: Rene Cleitman. Director: Bertrand Blier. Guión: Bertrand
Blier. Fotografía: Jean Penzer. Montaje: Claudine Merlin. Música: Serge
Gainsbourg. Dirección Artística: Theo Meurisse. Intérpretes: Gérard
Depardieu, Michel Blanc, Miou Miou, Bruno Cremer. **
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470| Tras la pista de la pantera rosa
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Su inicio es ejemplar: Depardieu es un rudo ex presidiario
que, de repente, se enamora locamente de un individuo
feo, bajito, calvo y con bigote. Este tipo, que está discu-
tiendo con su mujer en plena calle, ve cómo Depardieu se
acerca y abofetea a su esposa para que se calle. A partir
de esos momentos, este peculiar trío se dedicará a asal-
tar casas de millonarios con la surrealista particularidad
de que cuando les sorprenden en mitad de la faena, pro-
ponen a los dueños o bien una orgía o bien los servicios
sexuales de la chica (una excitante Miou Miou). Una situa-
ción planteada que es, sin duda, deudora del mayor éxito
de Bertrand Blier, Los rompepelotas, también con Depar-
dieu y Miou Miou en su reparto. Lo malo es que ahora,
trece años después, Blier no sabe qué hacer con sus per-
sonajes durante el resto del metraje, y los demás aconte-
cimientos se van sucediendo con narración deshilvanada
y sin la más mínima coherencia argumental. Tiene, eso sí,
un final nada moralizante, con el trío ejerciendo la prosti-
tución por las calles de París. Ver a Depardieu travestido,
así como una estupenda banda sonora de Gainsbourg, le
dan cierto toque de clásico a este largometraje. ■ L.M.C.
TRAS LA PISTA DE LA PANTERA ROSA
(Trail of the Pink Panther), Titan, Reino Unido, 1983, 97 min.
Productor: Blake Edwards, Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión:
Frank Waldman, Tom Waldman, Blake Edwards, Geoffrey Edwards. Foto-
grafía: Dick Bush. Montaje: Alan Jones. Música: Henry Mancini. Direc-
ción Artística: Peter Mullins. Intérpretes:: Peter Sellers, David Niven, Her-
bert Lom, Capucine, Richard Mulligan, Joanna Lumley. *
La presencia de Blake Edwards y de la mayor parte del
equipo original de La pantera rosa no debería hacerle
pensar que esta película es una aventura completamente
nueva. Al contrario, este pretendido tributo al genio de
Peter Sellers es una tosca compilación de tomas descar-
tadas y escenas repetidas enlazadas con una anoréxica
línea argumental. La estructura de la historia es extraña,
por decirlo suavemente. El fabuloso diamante “Pantera
Rosa” desaparece una vez más de su vulnerable lugar de
descanso en un museo árabe, lo que suscita el inmediato
interés del desventuradamente efectivo inspector Clou-
seau. Tras su desaparición, la reportera de la televisión
francesa Joanna Lumley se dispone a entrevistar a mu-
chos de los conocidos del inspector en anteriores pelícu-
las, incluyendo a David Niven, Capucine, Burt Kwouk, Gra-
ham Stark y Andre Maranne, además de su padre, Richard
Mulligan, y un jefe de la Mafia, Robert Loggia. Zurcida dos
años después de la muerte de Sellers, esta incoherente
pieza de incestuoso maquillaje del mito pierde cualquier
simpatía a lo largo de su penoso metraje. Un bochornoso
espectáculo. ■ J.T.
TRAS LA PISTA DEL ZORRO
(Caccia alla volpe), Montoro Cinematográfica/Nancy Enterprises,
Italia-Reino Unido, 1966, 100 min.
Productor: John Bryan. Director: Vittorio de Sica. Guión: Neil Simon,
Cesare Zavattini. Fotografía: Leonida Barboni. Montaje: Adriana Novelli.
● ●
●
Música: Piero Piccioni. Dirección Artística: Mario Garbuglia. Intérpretes:
Peter Sellers, Victor Mature, Britt Ekland, Akim Tamiroff. *
Incompetente comedia del dúo Zavattini-De Sica, que
tantos momentos de gloria había dado al cine italiano.
Esta vez, partiendo de una obra teatral de Neil Simon,
buscaron la sátira del mundo del cine a través del perso-
naje de Aldo-El zorro, un delincuente vividor que haría
cualquier cosa por conseguir que su hermana se convier-
ta en una estrella. No sólo su argumento y sus chistes son
de una absoluta torpeza, sino que los actores parecen
estar desubicados y sin creerse lo que están haciendo
(sobre todo un lamentable Peter Sellers), y la dirección
de Vittorio De Sica está en la peor tradición de las “Carry
On” inglesas. Debido a lo mal que había quedado todo, se
decidió echarle la culpa al músico (a alguien había que
dar de palos), Piero Piccioni, y para su exhibición fuera de
Italia se cambió la banda sonora por otra más comercial
de Burt Bacharach. A pesar de todo, la película siguió
siendo un desastre (¡ni con Mozart tenía arreglo!). Aten-
ción especial a Victor Mature, que parece va a morirse de
un momento a otro. ■ L.M.C.
TRENES RIGUROSAMENTE VIGILADOS
(Ostre sledované vlaky) Checoslovaquia, 1966, 106 min.
Director: Jirí Menzel. Guión: Bohumil Hrabal, Jirí Menzel. Música: Jirí
Sust. Dirección Artística: Oldrich Bosák. Vestuario: Olga Dimitrovová.
Montaje: Jirina Lukesová. Intérpretes: Václav Neckár, Josef Somr, Vlasti-
mil Brodsky´, Vladimír Valenta, Alois Vachek, Ferdinand Kruta, Jitka
Bendová, Jitka Zelenohorská, Nada Urbánková. ***
El éxito internacional obtenido por el cine checoslovaco
inmediatamente anterior a la invasión de las tropas sovié-
ticas le debió mucho a este filme, primer largometraje
dirigido por Menzel y que además obtuvo el Oscar a la
Mejor Película Extranjera. Planteado en clave de comedia
sarcástica e incluso erótica, al estilo que entonces practi-
caba Milos Forman, el filme incluye referencias políticas
en su descripción de la pérdida de la inocencia por parte
●

● ●
de un joven inadaptado. Cinéfilos de toda la vida y de la
nueva hornada. ■ LL.B.M.
TRES COLORES: BLANCO
(Trois coleurs: blanc), MK2/Cab/Tor, Francia-Suiza-Polonia, 1994,
89 min.
Productor: Marin Karmitz. Director: Krzysztof Kieslowski. Guión:
Krzysztof Piesiewicz, Krzysztof Kieslowski. Fotografía: Edward Klosinski.
Montaje: Urszula Lesiak. Música: Zbigniew Preisner. Dirección Artística:
Halina Dobrowolska, Claude Lenoir. Intérpretes: Zbigniew Zamachows-
ki, Julie Delpy, Janusz Gajos, Jerzy Stuhr, Florence Pernel, Juliette Bino-
che. ****
El éxito de la “trilogía de los colores” de Kieslowski supe-
ró las opiniones más optimistas. La doble vida de Veróni-
ca había dado aviso de un cineasta de público minorita-
rio susceptible de dejar de serlo. Pero que no se lleve a
engaños quien no conozca el cine de Kieslowski: sus pelí-
culas no están cortadas por patrones corrientes ni se pa-
recen a las realizadas por ningún otro cineasta. Fue la su-
ya una de las voces más personales e intensas del cine re-
ciente. Blanco, el segmento central de la trilogía, es una
comedia sardónica y entristecida que da cuenta de la
odisea de un polaco tirando a calamitoso (una paloma
bombardea sobre su traje nada más empezar la película,
alarmante señal de su mala fortuna). No pueden pasarle
mayores desgracias en el primer tramo del recorrido: en
París pierde a su mujer ante el juez (por matrimonio no
consumado), su cuenta corriente, su trabajo como pelu-
quero y su pasaporte, viéndose de golpe y porrazo
tocando música en los pasillos del metro con, como ins-
trumentos improvisados, un peine y un pañuelo. Una me-
lodía atraerá la atención de un transeúnte, polaco como
él, quien le ofrecerá la oportunidad de regresar a Polonia
a cambio de un trabajo sucio.
Más austera que Azul y Rojo, menos efectista y llama-
tiva (en justa correspondencia con su color), Blanco está
más cerca, por su humor gélido y su sustrato moral (o
espiritual: Kieslowski era un agnóstico en un mundo de
fuerte tirón religioso), de su célebre Decálogo. Su estilo
es solemne y relajado. Y su tono, potenciado por la exce-
lente música de su cómplice Zbigniew Preisner, insinuan-
temente romántico, no en vano Blanco es una historia de
amor, rara y marciana pero historia de amor al fin y al
cabo. ■ J.B.C.
TRES EDADES
(The Three Ages), Schenck/Metro, EE.UU., 1923, 67 min.
Productor: Joseph M. Shenck. Director: Buster Keaton, Edward Cline.
Guión: Jean Havez, Joseph A. Mitchell, Clyde Bruckman. Fotografía: Wi-
lliam McGann, Elgin Lessley. Dirección artística: Fred Gabowie. Intérpre-
tes: Buster Keaton, Margaret Leahy, Wallace Beery, Lillian Lawrence, Joe
Roberts, Horace “Cupid” Morgan, Oliver Hardy. *****
El primer largometraje de Buster Keaton es algo así como
la unión de tres cortometrajes ambientados –y narrados
de forma alternativa– en la Prehistoria, el Imperio Roma-
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Tres en un diván | 471
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no y la Era Contemporánea. En cada uno de ellos, siste-
máticamente, un hombrecillo (Keaton) se enfrentará a un
ogro (Beery) para conseguir a la chica (Leahy). Es, claro
está, una celebración del triunfo del amor a través de los
siglos. Y es también, más claro aún, una parodia u home-
naje a la mastodóntica Intolerancia de Griffith. El genio
keatoniano, que en los años siguientes –hasta el adveni-
miento del sonoro– brillará en una serie de insuperadas
obras maestras, se despliega en un torrente de gags in-
geniosos (desde su primera aparición a lomos de un di-
nosaurio), anacronismos recurrentes (el reloj de pulsera...
¡de sol!) y un irónico comentario sobre los usos sociales.
■ J.B.C.
TRES EN RAYA
España, 1979, 91 min.
Director: Francisco Roma. Productor: William Jacobs. Guión: Francisco
Roma. Fotografía: Miguel Fernández Mila. Música: Pedro Luis Domingo.
Montaje: José Luis Peláez. Intérpretes: Héctor Alterio, Miguel Arribas,
Carmen Belloch, Juan Cazalilla, Gemma Cuervo, Isa Escartín, J. Antonio
Ferrer, Antonio Gamero, Francisco Guijar, Manuel Guitián, Irene Gutié-
rrez Caba, Carmen Martínez Sierra, Iñaki Miramón, Pep Munné, Antonio
Orengo, Mayrata O'Wisiedo. **
Una comedia presuntamente renovadora en torno a dos
chicos y una chica que viven juntos y están unidos por el
problema del desempleo. Ópera prima irregular, con más
buenas intenciones que resultados, que intenta presentar
unos cuestionables prototipos de la juventud actual y
recurre a multitud de homenajes y citas cinéfilas. Son los
intérpretes, en última instancia, quienes salvan la defi-
ciente función. Interesados en el cine juvenil en clave de
comedia. ■ LL.B.M.
TRES EN UN DIVÁN
(Beyond Therapy), EE.UU., 1987, 93 min.
Director: Robert Altman. Guión: Christopher Durang, Robert Altman
(basado en la obra de Christopher Durang). Fotografía: Pierre Mignot.
Diseño de producción: Stephen Altman. Música: Gabriel Yared. Vestua-
rio: John Hay. Intérpretes: Julie Hagerty, Jeff Goldblum, Glenda Jackson,
Tom Conti, Christopher Guest, Geneviève Page, Cris Campion, Sandrine
Dumas, Bertrand Bonvoisin, Nicole Evans. ***
Insólita comedia firmada por un Robert Altman en decli-
ve –antes de su resurgimiento en los noventa–, pero ca-
paz aún de proporcionar estimulantes sorpresas, en torno
a las neurosis presentes en las relaciones sexuales duran-
te los años ochenta. Psiquiatras que parecen más locos
que sus pacientes y seres que en realidad buscan deses-
peradamente el amor conforman esta farsa –de inequívo-
co origen teatral– más seria de lo que en principio puede
parecer. Estimulante reparto encabezado por Julie Ha-
gerty y un sensacional Jeff Goldblum, en el papel de un
personaje bisexual cuyo encuentro con la protagonista
desencadena toda una sucesión de cómicas situaciones.
Excelente comedia realizada por uno de los más inde-
pendientes cineastas norteamericanos. ■ LL.B.M.
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472| Tres en un sofá
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TRES EN UN SOFÁ TRES FUGITIVOS

(Three on a Couch), Columbia, EE.UU., 1966, 109 min. (Three Fugitives), Touchstone Pictures, EE.UU., 1989, 96 min.

Productor: Jerry Lewis. Director: Jerry Lewis. Guión: Bob Ross, Samuel
A. Taylor. Fotografía: W. Wallace Kelley. Montaje: Russel Wiles. Diseño
de producción: Howard Bristol. Música: Louis Y. Brown. Vestuario: Moss
Mabry. Intérpretes: James Best, Janet Leigh, Jerry Lewis, Leslie Parrish,
Mary Ann Mobley, Gila Golan, Kathleen Freeman, Buddy Lester, Renzo
Cesana. ***
Productor: Lauren Shuler Donner. Director: Francis Veber. Guión: Fran-
cis Veber. Fotografía: Haskell Wexler. Montaje: Bruce Green. Música:
David McHugh. Dirección Artística: Margie Stone McShirley. Intérpre-
tes: Nick Nolte, Martin Short, Sarah Rowland Doroff, James Earl Jones,
Alan Ruck, Kenneth McMillan, David Arnott, Bruce McGill, Lee Garling-
ton, Sy Richardson. **

Tres en un sofá no sólo es la primera película que Jerry Remake de Dos fugitivos, una película de acción interpre-
Lewis rueda fuera de la Paramount, compañía con la que tada por Gérard Depardieu y Pierre Richard, con la parti-
había realizado toda su producción como director, sino cularidad de que ha sido dirigida por el propio autor del
que señala un evidente cambio de registro. Jerry se ha original francés, Francis Veber. La nueva versión, muy
hecho mayor y ya no es aquí el niño metido en un cuer- parecida a la anterior, es divertida en su arranque y vuel-
po de adulto, el payaso que realiza toda clase de torpe- ve a serlo en su tramo final, aunque hay un cierto bache
zas y acciones ridículas con tal de provocar nuestra diver- –falta de ritmo, abuso de ternurismo– entre uno y otro
sión. El personaje de Lewis difiere del cómico habitual: es que no lo salvan ni las enérgicas interpretaciones de Nick
un pintor que ha obtenido su primer éxito artístico y a Nolte y Martin Short. ■ J.B.C.
quien parece esperarle un prometedor futuro profesional,
y también personal, al lado de la doctora con la que pien-
sa casarse. Pero Jerry, al fin y al cabo payaso sin remedio,
recurrirá al disfraz y a la adopción de otras personalida-
des para dar rienda suelta al iconoclasta que siempre
anida en su interior.
Que Tres en un sofá difiere de los anteriores filmes de
Lewis como director queda patente en la extraordinaria
parte final: una desmadrada fiesta sorpresa en el consul-
torio, para homenajear a los novios que van a partir en
barco hacia Francia. Estas escenas –amuebladas por
decenas de figurantes– no son sólo un prodigio de plani-
ficación, habilidad en el movimiento de la cámara y
subrayado eficaz de gags ingeniosos y matemáticamen-
te distribuidos, sino que revelan el talento del director,
que se anticipó en dos años al aclamado Blake Edwards
de El guateque. ■ LL.B.M.

TRES FORMAS DE AMAR

(Threesome), Motion Picture Corp. of America, EE.UU., 1994, 93 min.

Productor: Brad Krevoy, Steve Stabler. Director: Andrew Fleming. Guión:

Andrew Fleming. Fotografía: Alexander Gruszynski. Montaje: William C.
Caruth. Música: Thomas Newman. Dirección Artística: Ivo Cristante.
Intérpretes: Lara Flynn Boyle, Stephen Baldwin, Josh Charles, Alexis Ar-
quette, Martha Gehman, Mark Arnold. Buena.

Muchas son las comedias cuyo punto de partida es una

situación equívoca, y Tres formas de amar no constituye
una excepción. En efecto: a causa de un error, una joven
se ve obligada a compartir la habitación de una residen-
cia de estudiantes con dos chicos. Como mandan los cá-
nones, ambos se disputarán a la chica, aunque las cosas
se complicarán porque uno de ellos no tiene del todo cla-
ra su orientación sexual. La película es una agradable co-
media romántica, dirigida por el realizador de Jóvenes y
brujas, que aborda el sempiterno tema del triángulo sen-
timental de forma desinhibida y sin pretensiones. El re-
parto hace el resto: tres jóvenes actores con gancho, en-
tre los que destaca especialmente la presencia de Lara
Flynn Boyle. ■ J.E.
TRES HEREDERAS
(For Love or Money), Universal, EE.UU., 1963, 108 min.
Productor: Robert Arthur. Director: Michael Gordon. Guión: Larry Mar-
kes, Michael Morris. Fotografía: Clifford Stine. Montaje: Alma Macrorie.
Música: Frank DeVol. Dirección Artística: Alexander Golitzen, Malcolm
Brown. Intérpretes: Kirk Douglas, Mitzi Gaynor, Gig Young, Thelma Rit-
ter, Julie Newmar, Leslie Parrish. **
Una comedia de situaciones y enredos sentimentales del
director de Cyrano de Bergerac y Confidencias a media-
noche. Su peripecia la propicia una millonaria pintoresca

● ● ●

● ●
cuando encarga a un abogado vitalista y playboy que
encuentre tres pretendientes a sus tres hijas en edad de
merecer. El reparto salva el honor de la función. ■ J.B.C.
TRES HOMBRES Y UNA PEQUEÑA DAMA
(Three Men and a Little Lady), Touchstone/Interscope, EE.UU.,
1990, 100 min.
Productor: Ted Field, Robert W. Cort. Director: Emile Ardolino. Guión:
Charlie Peters. Fotografía: Adam Greenberg. Montaje: Michael A. Ste-
venson. Música: James Newton Howard. Dirección Artística: Stuart
Wurtzel. Intérpretes: Tom Selleck, Steve Guttenberg, Ted Danson,
Nancy Travis, Robin Weisman, Christopher Cazenove. **
Secuela de la versión norteamericana (Tres hombres y un
bebé) de un gran éxito del cine francés dirigido por Coli-
ne Serrau (Tres solteros y un biberón). Emile Ardolino –el
director de Dirty Dancing y Sister Act– sustituyó a Leo-
nard Nimoy para narrar de forma impersonal la peripecia
de tres solteros vocacionales que deciden hacerse cargo
de un bebé, aquí una niña ya algo crecidita. ■ J.E.
TRES HOMBRES Y UN BEBÉ
(Three Men and a Baby), Touchstone/Jean Francois/Interscope,
EE.UU., 1987, 99 min.
Productor: Ted Field, Robert W. Cort, Edward Teets. Director: Leonard
Nimoy. Guión: James Orr, Jim Cruickshank (basado en la película france-
sa Tres solteros y un biberón, de Coline Serreau). Fotografía: Adam Gre-
enberg. Montaje: Michael A. Stevenson. Música: Marvin Hamlisch. Dise-
ño de producción: Peter Larkin. Dirección Artística: Dan Yarhi. Vestua-
rio: Larry Wells. Intérrpretes: Tom Selleck, Steve Guttenberg, Ted Dan-
son, Nancy Travis, Margaret Colin, Lisa Blair, Michelle Blair, Celeste
Holm, Philip Bosco. ***
El título lo dice todo: los solteros Tom Selleck, Ted Dan-
son y Steve Guttenberg, tres solteros juerguistas que
comparten un lujoso apartamento en Manhattan, se ven
obligados a cuidar de un bebé que inesperadamente apa-
rece en su puerta, y no pasa mucho tiempo antes de que
se vean metidos entre biberones, pañales y momentos
empalagosos. El trío protagonista parece adecuadamen-
te agobiado mientras se adapta a las tareas de dar de
comer y soportar los llantos nocturnos, y el director Leo-
nard Nimoy (el mismísimo Mr. Spock) mantiene la come-
dia y el entretenimiento a buen ritmo.
Incansable en su persecución de lo “bonito”, esta
comedia (un remake de la película francesa Tres solteros
y un biberón) fue un gran éxito de taquilla. Los protago-
nistas se desenvuelven bastante bien: Guttenberg actúa
en el registro histérico, Selleck hace gala de su don para
la comedia ligera y Danson pasa de sibarita egoísta a pa-
dre preocupado, o algo así. Desvergonzadamente senti-
mental. ■ J.D.D.
TRES MUJERES PARA UN CARADURA
(L. A. Story), Carolco/Indie Prod Company, EE.UU., 1991, 95 min.
Productor: Daniel Melnick, Michael Rachmil. Director: Mick Jackson.
● ●
Tres noches de amor | 473
●
Guión: Steve Martin (basado en su propia historia). Fotografía: Andrew
Dunn. Montaje: Richard A. Harris. Música: Peter Melnick. Diseño de pro-
ducción: Lawerence Miller. Dirección Arrtística: Charles Breen. Vestua-
rio: Rudy Dillon. Intérpretes: Steve Martin, Victoria Tennant, Richard E.
Grant, Marilu Henner, Sarah Jessica Parker, Susan Forristal, Kevin Pollak,
Sam McMurray, Patrick Stewart, Andrew Amador. ***
Al principio puede producirse un rechazo ante un título
como éste y la presencia de Steve Martin, un comediante
no apto para todos los estómagos cinéfilos, especialmen-
te por sus habituales excesos histriónicos. Pero el título
original, Historia de Los Ángeles, ya da pistas de que este
filme va por distintos derroteros y que no es otra de las
tan populares como nefastas comedias desmadradas.
Martin está más contenido que de costumbre, algo que
quizá pueda atribuirse, más que al director, Mick Jackson,
a su pareja de reparto, la británica Victoria Tennant (fa-
mosa por sus series televisivas) y que en aquellos tiem-
pos era su mujer. Lo cierto es que la cinta resulta una
amena y original comedia romántica sobre un hombre del
tiempo de una emisora de televisión de Los Ángeles que
vive una crisis en forma de tres historias de amor simul-
táneas. ■ A.C.
TRES NOCHES DE AMOR
(Tre notti d´amore), Jolly Film/Les Films Cormoran, Italia-Francia,
1964, 110 min.
Productor (colectivo): Silvio Clementelli. EPISODIOS: “Fatebenefrate-
lli”: Director: Luigi Comencini. Guión: Marcello Fondato. Fotografía:
Mario Montuori. Montaje: Roberto Cinquini. Música: Carlo Rustichelli.
Inttérpretes: Catherine Spaak, John Philip Law. “La vedova”: Director:
Renato Castellani. Guión: Castellano & Pipolo, Renato Castellani. Foto-
grafía: Mario Montuori. Montaje: Jolanda Benvenuti. Música: Giovanni
Fusco. Intérpretes: Catherine Spaak, Renato Salvatori. “La mogllie bam-
bina”: Director: Franco Rossi. Guión: Massimo Franciosa, Luigi Magni.
Fotografía: Roberto Gerardi. Montaje: Giorgio Serralonga. Música: Piero
Piccioni. Intérpretes: Catherine Spaak, Enrico Maria Salerno. Dirección
Artísticaa (colectivo): Piero Gherardi, Ezio Frigerio. ***
Otra comedia de episodios, esta vez intentando cuadrar
diferentes tipos de posicionamientos románticos, sin olvi-
dar afilar el estilete para pinchar a ciertos estamentos sa-
cralizados en Italia, como la Iglesia o la Mafia, siempre con
el protagonismo de Catherine Spaak como hilo conduc-
tor de los mismos. En el primero, bastante anticlerical pa-
ra pasar el filtro de la censura española, ella es una mu-
chacha que, años después, vuelve a encontrarse con un
joven sacerdote de quien se había enamorado durante su
estancia en un hospital. En el siguiente, es una francesa
que queda viuda de un jefe de la Mafia siciliana, teniendo
que permanecer fiel a su memoria desde entonces por-
que todos sus nuevos novios son asesinados. Mientras
que en el último, bastante amoral, por cierto, se cuenta el
triángulo amoroso que se establece entre un joven matri-
monio y la amiga de la mujer, propuesta por ella para
seducir a su marido.
Tres noches de amor contiene uno de los temas musica-
les más pegadizos del cine italiano, el “Nella piazza” de
●
474| Tres noches de Eva, Las
● ●
Giovanni Fusco, perteneciente al episodio que abre el
filme. ■ L.M.C.
TRES NOCHES DE EVA, LAS
(The Lady Eve), Paramount, EE.UU., 1941, 97 min.
Productor: Paul Jones. Director: Preston Sturges. Guión: Preston Sturges
(basado en la historia “The Faithful Heart” de Monckton Hoffe). Foto-
grafía: Victor Milner. Montaje: Stuart Gilmore. Dirección Artística: Hans
Dreier, Ernst Fegte. Vestuario: Edith Head. Intérpretes: Barbara Stan-
wyck, Henry Fonda, Charles Coburn, Eugene Pallette, William Dema-
rest, Eric Blore, Melville Cooper, Martha O’Driscoll. *****
Según pasa el tiempo, cada vez es más cierto que el bri-
llante, excéntrico Preston Sturges es irreemplazable.
Reconocido como el satírico más destacado de su tiem-
po, su ingenio y garra mordaz se cebaron en blancos
como los políticos corrompidos, la publicidad, los ritos
norteamericanos sobre la fertilidad y la veneración por el
héroe y la madre. El cineasta sugería una y otra vez que
el más tonto de los tontos puede llegar a la cima con un
poco de suerte. Lo que le distinguía de sus contemporá-
neos es la rabiosa corrosividad de sus comedias.
● ●
●
En 1940, Preston rodó dos películas de pequeño pre-
supuesto: The Great McGinty, una sátira política, y Navi-
dades en julio, una parodia del mundo de la publicidad.
Fueron dos pequeñas joyas, y los beneficios que dieron le
pusieron en bandeja un presupuesto holgado y un repar-
to estelar para su tercer proyecto, Las tres noches de Eva,
una irreverente comedia sexual, salpicada por el slapstick
(el protagonista apenas puede moverse sin provocar el
desastre), donde las risas proceden principalmente de
sus inteligentes e inspirados diálogos cómicos. Estamos
ante una batalla de sexos en la que la mujer sale clara-
mente vencedora, demostrando que Eva y la serpiente
aún llevan la delantera al pobre Adán. Charles Pike
(Fonda), experto en serpientes y heredero de una acau-
dalada familia de fabricantes de cerveza, es un joven bas-
tante aburrido, sin doblez, receloso cuando tiene una
chica delante porque cree que las mujeres sólo van a por
su dinero. Durante un viaje de regreso a Estados Unidos
en un transatlántico de lujo, una chica se fija en él. Es
Jean (Stanwyck), que viaja en el barco con su padre
(Coburn). La trama no sólo es divertida, sino también sor-
prendentemente conmovedora, dada la tierna calidez
romántica de las primeras escenas en el barco, en las cua-
les, con la armadura de Jean lentamente derretida por la
vulnerabilidad de Charles, la pareja se enamora irrevoca-
blemente.
Chispeante combinación de romance y screwball
comedy, construida en torno al amor, Las tres caras de
Eva es también una película cuyo guión es un modelo de
humor y elegancia. Como modélicas son la dirección de
Sturges y el reparto, desde las estrellas a los actores de
carácter. Stanwyck, en particular, es una comediante na-
ta. Está deliciosa como una mujer que lo sabe todo –as-
tuta, seductora, sexy y con una mente como una compu-
tadora–. Frente a ella, un hombre como Charles tiene tan-
tas oportunidades como un paraguas bajo las cataratas
del Niágara. No podemos imaginar a ninguna comedian-
te –ni siquiera Colbert o Russell– actuando como ella lo
hace. De Fonda se sabía su aprecio por la comedia, pero
fue Sturges quien desentrañó la auténtica habilidad del
actor en esta difícil área de la interpretación. Este rol en
particular exigía una cantidad considerable de comedia
física, que Henry dominó mientras mantenía una estoica
compostura, tanta que el crítico Andrew Sarris dijo de él
●

● ●
que era el cómico inexpresivo más divertido desde Bus-
ter Keaton. Como sátira de la relación hombre-mujer, con
su derroche de humor visual y verbal, su agilísimo ritmo
y esos personajes tan estrafalarios pero tan creíbles, Las
tres noches de Eva podría ser lo mejor que hemos visto
nunca en la gran pantalla. ■ J.D.D.
TRES PAREJAS
(Le coppie), Documento Film, Italia, 1970, 111 min.
Productor (colectivo): Gianni Hecht Lucari. EPISODIOS: “Il frigorifero”:
Director: Mario Monicelli. Fotografía: Carlo di Palma. Montaje: Ruggero
Mastroianni. Música: Enzo Janacci. Intérpretes: Monica Vitti, Enzo Janac-
ci. “La camera”: Director: Alberto Sordi. Fotografía: Sante Achilli. Mon-
taje: Franco Fraticelli. Música: Piero Piccioni. Intérpretes: Rossana di
Lorenzo, Alberto Sordi. “Il leone”: Director: Vittorio de Sica. Fotog
grafía:
Ennio Guarnieri. Montaje: Adriana Novelli. Música: Manuel de Sica.
Intérpretes: Monica Vitti, Alberto Sordi. Dirección Artística (colectivo):
Giulio Coltellaci, Flavio Mogherini. **
Tres historias correspondientes a otras tantas parejas,
cada una de ellas con problemas cotidianos y un humor
sencillo y, esta vez, no muy afortunados en sus resolucio-
nes finales. No se sabe si porque sus tres directores te-
nían un mal día o estaban saturados, pero sus trabajos no
están a la altura de otras películas de episodios similares.
La primera trama tiene lugar en Turín, donde una pareja
de clase baja compra un frigorífico a plazos con mucho
esfuerzo, teniendo un gran problema cuando no puede
pagar la última letra. En la segunda, Sordi es confundido
con otro individuo de mayor poder adquisitivo; mientras
que la última de ellas se fortalece con la unión de Sordi &
Monica Vitti como un matrimonio que tiene tiempo para
decirse cosas a la cara cuando un león escapado de un
circo les impide salir a la calle. ■ L.M.C.
TRES SOLTEROS Y UN BIBERÓN
(Trois hommes et un couffin), Soprofilm, Francia, 1985, 100 min.
Productor: Jean-Francois Lepetit. Director: Coline Serreau. Guión: Coli-
ne Serreau. Fotografía: Jean-Yves Escoffier. Montaje: Catherine Renault.
Música: Franz Schubert. Dirección Artística: Ivan Maussion. Intérpretes:
Roland Girand, Michel Boujenah, Andre Dussollier, Philippine Leroy
Beaulieu, Dominique Lavanant, Marthe Villalonga, Annick Alane, Josine
Comellas. ***
● ●
Trouble in Store | 475
●
Tres solteros y un biberón fue una de las comedias de
mayor éxito del cine de los años ochenta: comedia fran-
cesa que tendría ipso facto un remake de los norteameri-
canos –igualmente exitoso y dirigido por Mr. Spok, que
tiene tan fino el olfato como el oído–, que tal vez no so-
portaron que alguien se apropiara de su exclusiva en el
género. El triunfo de Tres solteros y un biberón y su vir-
tualmente idéntico refrito se entienden. Ya en el filo del
siglo veinte el público se rió a través de Lumieré de un re-
gador que se regaba a sí mismo. Desde aquel momento
no ha parado el hombre de reírse de cualquier anomalía
que le tenga a él mismo de protagonista, principalmente
de la desvirilización del macho, capítulo éste en el que
reinará sobre cualquier otro Cary Grant. La desvirilización
de los protagonistas de Tres solteros y un biberón –cuyo
antecedente más afortunado es Mr. Belvedere– pasa por
asumir los deberes socialmente atribuidos a la mujer: lim-
piar caca, dar el biberón, acostar a un bebé. Un guión, to-
do hay que decirlo, que crea un bloque central de exce-
lentes gags, pero rápidamente se reitera y quema los car-
tuchos sin recambio posible. Lo que no se discute es la
calidad de los protagonistas, excelentemente dotados
para la comedia cómica. ■ J.B.C.
TRIBU EN LA CANCHA, UNA
(The Air Up There), EE.UU., 1994, 107 min.
Productor: Robert W. Cort, Ted Field, Rosalie Swedlin. Director: Paul
Michael Glaser. Guión: Max Apple. Fotografía: Dick Pope. Montaje: Tom
McMurtry, Michael E. Polakow. Música: David Newman. Dirección Artís-
tica: Alicia Keywan. Intérpretes:: Kevin Bacon, Charles Gitonga Maina,
Yolanda Vazquez, Winston Ntshona, Mabutho “Kid” Sithole, Sean
McCann, Dennis Patrick, Ilo Mutombo. **
Jimmy Dolan es el segundo entrenador del equipo de ba-
loncesto de una universidad norteamericana cuyo sueño
es crear un dream team con los jugadores más destaca-
dos de otros centros. Como esto resultaría muy caro y el
mercado está acotado, decide ir a África a buscar nuevos
talentos. Comedia deportiva con pocas aspiraciones, re-
suelta por el típico partido a cara o cruz. ■ G.Q.
TROUBLE IN STORE
Two Cities, Reino Unido, 1953, 85 min.
Productor: Maurice Cowan. Director: John Paddy Carstairs. Guión: John
Paddy Carstairs, Maurice Cowan, Ted Willis. Fotografía: Ernest Steward.
Montaje: Peter Seabourne, Geoffrey Foot. Música: Mischa Spoliansky.
Dirección Artística: Alex Vetchinsky, John Gow. Intérpretes: Norman
Wisdom, Margaret Rutherford, Moira Lister, Derek Bond, Lana Morris,
Jerry Desmonde. ***
Esta pieza británica de slapstick marcó el debut cinema-
tográfico de Norman Wisdom y, según algunos, todo fue
cuesta abajo a partir de aquí. Su imagen –tímido irreme-
diablemente descoordinado, inevitablemente incompren-
dido y proclive a los accidentes– no sólo trascendía el
contexto de una película determinada sino que habitual-
mente también terminaba demoliéndola, como Trouble in
●
476| Trozo de paraíso, Un
● ●
Store, donde sus ambiciones de escaparatista provocan
el caos en unos grandes almacenes dirigidos por el eter-
no secuaz Jerry Desmonde y plagados de ladrones de la
especie de Margaret Rutherford. Wisdom hace el payaso
todo el tiempo, pero aún así consigue sacar tiempo para
atrapar a unos gángsters y encontrar el amor con Lana
Morris. ■ J.D.D.
TROZO DE PARAÍSO, UN
(A Piece of Eden), EE.UU., 2000, 106 min.
Productor: John D. Hancock. Director: John D. Hancock. Guión: Dorothy
Tristan. Fotografía: Misha Suslov. Montaje: Christopher S. Baird, Michael
Benson, Dennis M. O’Connor. Música: Angelo Badalamenti. Dirección
Artística: Wendy Jo Martin. Intérpretes: Marc Grapey, Rebecca Harrell,
Tyne Daly, Frederic Forrest, Andreas Katsulas, Robert Breuler, Tristan
Rogers, Irma St. Paule. **
Un ejecutivo neoyorquino se ve obligado, ante un acci-
dente del patriarca de la familia, a trasladarse a Indiana
para hacerse cargo de la explotación de la granja. Su
manera de entender los negocios choca con las tradicio-
nes de los campesinos, con lo que asistimos a la típica
confrontación entre eficacia y vida sosegada. Ración de
costumbrismo, rivalidades entre hermanos y una perfec-
ta captación del paisaje. ■ M.Q.
TRUCHAS, LAS
Arándano S.A., España, 1978, 115 min.
Productor: Luis Megino. Director: José Luis García Sánchez. Guión: José
Luis García Sánchez, Manuel Gutiérrez Aragón. Fotografía: Magi Torrue-
lla. Montaje: Eduardo Biurrun. Música: Víctor Manuel. Dirección Artísti-
ca: Rosa Germán. Intérpretes:: Héctor Alterio, Lautaro Murua, Enrique
San Francisco, Antonio Gamero. ****
Divertida reestructuración de la “comedia tipo” explota-
da y casi institucionalizada por Berlanga, esta vez dirigi-
da por uno de sus más fieles seguidores, García Sánchez,
que, sin embargo, no ha sabido reciclar su cine y hace
años que está pasadísimo de rosca. Ganadora del Oso de
Oro en el Festival de Berlín, se trata de una disparatada
comedia de personajes reunidos en torno a una orgullo-
sa asociación de pescadores que celebran la importante
comida de unas truchas que ha logrado pescar el gana-
dor de un concurso. Sin embargo, el mal olor que provo-
ca el estado putrefacto de estos bichos hace que éstas
tengan que ser fritas por unos cocineros con caretas anti-
gas, y servidas a unos comensales que, perseverando en
no admitir su mal estado, las ingieren con los consiguien-
tes estragos en sus organismos. La película acaba convir-
tiéndose en una escatológica crítica de costumbres, muy
bien dirigida y con un delirante plantel de actores, entre
ellos Juan Amigo, Luis Ciges y Mary Carrillo. ■ L.M.C.
TRUE CONFESSION
Paramount, EE.UU., 1937, 84 min.
Productor: Albert Lewin. Director: Wesley Ruggles. Guión: Claude Bin-
● ●
●
yon (basado en la obra de Louis Verneuil y Georges Berr). Fotografía: Ted
Tetzlaff. Intérpretes: Carole Lombard, Fred MacMurray, John Barrymore,
Una Merkel, Porter Hall, Edgar Kennedy, Lynne Overman. ***
Deliciosa screwball comedy, con la encantadora Carole
Lombard como una mentirosa compulsiva y Fred MacMu-
rray como su sufrido esposo, un recto abogado con prin-
cipios de boy scout que no se toma muy bien ser descri-
to a los vecinos como demente o drogadicto. Debida-
mente arrepentida, Lombard se confiesa culpable del
asesinato de su jefe con la esperanza de impulsar la ca-
rrera de su marido, que la libra de la condena alegando
defensa propia. Por supuesto, es inocente, como descu-
bre el bienintencionado abogado cuando John Barrymo-
re aparece para chantajearla. Wesley Ruggles demuestra
su oficio al frente de la cámara y mueve todos los hilos
con habilidad, logrando disimular algunos de los aspec-
tos más débiles del guión, aunque no logre completar la
faena a causa de un final particularmente flojo. Eso sí, las
interpretaciones son maravillosas, destacando la de Ba-
rrymore como bizarro asesino. ■ J.D.D.
TRUHANES
PE Films, España, 1983, 98 min.
Director: Miguel Hermoso. Guión: Miguel Hermoso, Mario Camus,
Manuel Marinero, José Luis García Sánchez. Fotografía: Fernando Arri-
bas. Música: Pepe Nieto. Intérpretes: Francisco Rabal, Arturo Fernández,
Isabel Mestres, Vicky Lagos, Rafael Díaz, Elena Arnao, Ángel Alcázar,
Alberto Fernández. ****
Las buddy movies, o películas de colegas, no son exclusi-
vas del cine americano, por mucho que ellos inventaran la
fórmula y la impusieran hasta la saciedad. Truhanes es
una buena prueba de ello. La amistad que une a dos suje-
tos en la cárcel, uno avezado en celdas y códigos, el otro
menos dado a la convivencia entre delincuentes, y sus
numerosas peripecias y tribulaciones a la salida de la pri-
sión dan pie a una comedia con clase, guión, ritmo, acto-
razos (anótese ahí, al lado de las portentosas actuaciones
de Rabal y Fernández, la breve pero deliciosa aparición
de Lola Flores), dinamismo y picardía, magníficamente
despojada de pretensiones y decididamente eficaz. El
buen pulso de Hermoso para narrar una historia susten-
tada en la confrontación entre dos personajes se haría de
nuevo patente en Como un relámpago. ■ J.B.C.
TRUHÁN Y SU PRENDA, EL
(Little Miss Marker), Universal, EE.UU., 1980, 102 min.
Productor: Jennings Lang. Director: Walter Bernstein. Guión: Walter
Bernstein (basado en un cuento de Damon Runyon). Fotografía: Philip
H. Lathrop. Montaje: Eve Newman. Música: Henry Mancini. Intérpretes:
Walter Matthaw, Julie Andrews, Tony Curtis, Sara Stimson, Bob New-
hart, Lee Grant, Brian Dennehy, Kenneth McMillan. **
El truhán y su prenda se inspira en un cuento y gira alre-
dedor de una niña a quien su papá deja en prenda tras
una apuesta, propiciando un pequeño enredo en la vida
●

● ●
de su eventual tutor, que poco a poco irá encariñándose
de la niña. En 1934 fue un vehículo de éxito para Shirley
Temple, Dejada en prenda. En 1949 se rodó otra versión,
con Bob Hope y Lucille Ball como protagonistas adultos.
Y otra en 1963, aquí titulada Soltero en apuros. La adap-
tación escrita y dirigida por Brenstein (una de las vícti-
mas de la caza de brujas) es sumamente discreta, pero se
beneficia de las notables composiciones de Matthaw (el
truhán duro, pero bonachón), Andrews (una viuda de
buen ver), Curtis (curiosamente, el protagonista de Solte-
ro en apuros) y la niña Sara Stimson. También salen Lee
Grant y Brian Dennehy. ■ J.B.C.
¡TÚ ESTÁS LOCO, BRIONES!
España, 1980, 104 min.
Director: Javier Maqua. Guión: Fermín Cabal, Emiliano De Pedraza, Javier
Maqua, Antonio del Real. Fotografía: Ángel Luis Fernández. Montaje:
Iván Aledo. Intérpretes: Quique Camoiras, Esperanza Roy, Pablo Sanz,
Manuel Alexandre, Lola Gaos, Florinda Chico. **
«Hago un cine mugriento para un país mugriento», de-
claró Maqua –ensayista cinematográfico y realizador tele-
visivo– a propósito de ¡Tú estás loco, Briones!, su primer
largometraje. Para ello, organizó una especie de circo
nacional, utilizando el recurso metafórico de trasladar la
realidad a la supuesta irrealidad de un manicomio. El pro-
tagonista (un recital a cargo del histriónico Quique Ca-
moiras) es un funcionario de la extinguida Organización
Sindical que no resiste la transición democrática. Acusa
de chaqueteros a sus compañeros, realiza pintadas alusi-
vas a los demócratas de nuevo cuño y termina siendo in-
ternado en un psiquiátric0. Para degustadores de rarezas
y de sainetes políticos esperpénticos. ■ LL.B.M.
TÚ, KIMI Y YO
(The Geisha Boy), Paramount, EE.UU., 1958, 98 min.
Productor: Jerry Lewis. Director: Frank Tashlin. Guión: Frank Tashlin
(basado en una historia de Rudy Makoul). Fotografía: Haskell B. Boggs.
Montaje: Alma Macrorie. Música: Walter Scharf. Dirección Artística:
Tambi Larsen, Hal Pereira. Intérpretes: Jerry Lewis, Marie McDonald,
Sessue Hayakawa, Barton MacLane, Suzanne Pleshette. **
● ●
Turista accidental, El | 477
●
Después de dirigir a la pareja Martin-Lewis en Artistas y
modelos y Loco por Anita, Tú, Kimi y yo fue la segunda
película en que Frank Tashlin dirigió a Jerry Lewis como
artista en solitario. No hay en esta película el humor feroz
contenido, por ejemplo, en Lío en los grandes almacenes
o Caso clínico en la clínica. Pero, sin embargo, ofrece una
imagen del alocado cómico más humana y tierna, hasta
cierto punto inédita, sin que por ello deje de apreciarse la
mano irreverente de un guionista y director obsesionado
por arremeter contra la televisión o los estamentos deci-
didamente intocables, como el ejército, en una época na-
da favorable para burlarse de un espíritu patriótico que el
cineasta pone en solfa con fino sentido del humor y la
constante complicidad de Lewis –de hecho, Tashlin era
subversivo por naturaleza–. Incluso la historia de amor
que sirve de contrapunto a la trama principal toma derro-
teros nada ortodoxos, al menos en lo que respecta al cine
estadounidense de la época.
Tú, Kimi y yo establece un curioso y divertido parale-
lismo entre dos niños: uno de verdad (el pequeño japonés
Mitsuo) y otro metido en el cuerpo de un adulto pero con
mentalidad infantil (el mago norteamericano interpreta-
do porLewis). A pesar de las diferencias culturales, de
edad real y hasta de idioma, entre ambos personajes se
establece una complicidad que durante el desarrollo de la
película propiciará divertidas situaciones. En realidad, en
muchas ocasiones no sabremos quién es más niño, si
Jerry o Mitsuo. Si gags como el del gigantesco y celoso
jugador japonés de béisbol, que lleno de ira se precipita
en una piscina, provocando la inundación de varias calles
por culpa del agua que desaloja su inmenso corpachón,
resultan antológicos, la película también depara impaga-
bles chistes de cine dentro del cine. Por ejemplo, la apa-
rición, durante el paseo de Jerry y el niño, de una carac-
terística montaña de cumbres nevadas... rodeada de es-
trellas, en una perfecta e irónica traslación del famoso
logotipo de la productora Paramount. ■ LL.B.M.
TURISTA ACCIDENTAL, EL
(The Accidental Tourist), Warner Bros., EE.UU., 1988, 121 min.
Productor: Lawrence Kasdan, Charles Okun, Michael Grillo. Director:
Lawrence Kasdan. Guión: Frank Galati, Lawrence Kasdan (basado en la
novela de Anne Tyler). Fotografía: John Bailey. Montaje: Carol Littleton.
Música: John Williams. Diseño de producción: Bo Welch. Vestuario:
Ruth Myers. In
ntérpretes: William Hurt, Kathleen Turner, Geena Davis,
Amy Wright, Bill Pullman, Robert Gorman, David Ogden Stiers, Ed Beg-
ley, Jr., Bradley Mott, Seth Granger. ****
Excelente comedia con adecuados toques dramáticos
que nos relata la progresiva recuperación de las ansias de
vivir de un escritor de guías de viajes para hombres de
negocios sumido en el dolor por la muerte de su hijo y el
abandono de su esposa, gracias a la intervención de una
extrovertida adiestradora de perros. Lawrence Kasdan
adapta con buen tacto una novela de Anne Tyler y la dota
de una contención y una mesura en cuanto a la mezcla de
elementos que la hacen apta para ser degustada como
comedia romántica y, a la vez, para que constituya un
●
478| Turno de noche
● ●
ejercicio de presentación de los problemas de soledad en
un mundo cerrado en el que se han perdido los anclajes.
La Davis ganó un Oscar por su interpretación, pero no se-
ría justo olvidar la soberbia caracterización de un intros-
pectivo William Hurt. ■ M.Q.
TURNO DE NOCHE
(Night Shift), EE.UU., 1982, 105 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Ron Howard. Guión: Lowell Ganz,
Babaloo Mandel. Fotografía: James Crabe. Montaje: Daniel P. Hanley,
Mike Hill, Robert James Kern. Dirección Artística: Peter Landsdown
Smith. Intérpretes: Henry Winkler, Michael Keaton, Shelley Long, Gina
Hecht, Pat Corley, Bobby Di Cicco, Nita Talbot. **
Comedia de humor tirando a negro –su escenario es una
morgue, y de noche–, escrita por Ron Howard, Lowell
Ganz y Babaloo Mandel. Una de las películas en que se
dio a conocer Michael Keaton, formando astuta pareja
con el famoso cómico –no tanto aquí como en Estados
Unidos– Henry Winckler. ■ J.B.C.
¡TÚ TRANQUI... ES SÓLO SEXO!
(Relax... It’s Just Sex), USA, 1998, 108 min.
Productor: Steven J. Wolfe, Megan O’Neill, Harold Warren. Director: P.J.
Castellaneta. Guión: P.J. Castellaneta. Fotografía: Lon Magdich. Montaje:
Tom Seid. Música: Lori Eschler Frystak. Dirección Artística: Timm Ber-
gen. Vestuario: Sharon Lynch. In
ntérpretes: Jennifer Tilly, Mitchell Ander-
son, T.C. Carson, Seymour Cassel, Chris Cleveland, Eddie Garcia,
Timothy Paul Perez, Lori Petty, Serena Scott Thomas, Susan Tyrell. ***
J. P. Castellaneta apostó de nuevo por el cine indepen-
diente en su segundo filme, una desinhibida comedia en
● ●
●
la que un grupo de amigos formado por gays y lesbianas
habla sin tapujos sobre el sexo y el amor. Los aglutina una
amiga heterosexual –un excelente trabajo de Jennifer
Tilly–, que escucha con paciencia las aventuras y desven-
turas sentimentales de los protagonistas. ■ J.E.
TUYOS, MÍOS, NUESTROS
(Yours, Mine and Ours), United Artists/Desilu/Walden, EE.UU.,
1968, 111 min.
Productor: Robert F. Blumofe. Director: Melville Shavelson. Guión: Mel-
ville Shavelson y Mort Lachman. Fotografía: Charles Wheeler. Montaje:
Stuart Gilmore. Música: Fred Karlin. Intérpretes: Lucille Ball, Henry
Fonda, Van Johnson, Tom Bosley, Louise Troy, Ben Murphy. ***
Esta comedia de situación de estilo televisivo describe
los problemas logísticos y psicológicos que surgen cuan-
do un viudo (Fonda) con diez hijos se casa con una viuda
(Lucille Ball) que tiene ocho. Ella incluso se queda emba-
razada de nuevo, pero ¿qué es un niño más cuando ya
tienes dieciocho? El director Melville Shavelson basó su
guión en una auténtica familia californiana, pero aún así
es una película. Tuyos, míos, nuestros está llena de con-
notaciones sexuales, mientras afirma suficientes valores
de la clase media americana para hacerla una favorita de
la “Mayoría Silenciosa”. Las realidades de 1968 no se evi-
dencian por ninguna parte. El hijo mayor es llamado a
filas, pero no hay ninguna referencia a Vietnam. Hank le
dice a su hija que el sexo sólo es para tener niños, lo que
indica la primitiva actitud del filme en una época de
explosión demográfica.
Una película como ésta –con sus interminables bromas
sobre los problemas de comprar, hacer la colada, las
Navidades, el uso del cuarto de baño– podría haberse
hundido bajo su propio peso. Es mérito del director Mel-
ville Shavelson que esto no suceda. Pero incluso es mayor
mérito de Henry Fonda y Lucille Ball, un par de veteranos
cuyo talento mantiene su material a flote, aunque algunas
de las payasadas más exageradas de Lucy parecen fuera
de lugar con el resto de la cinta. Ambos comparten algu-
nas escenas muy divertidas, la mejor de las cuales es una
cita en un pub atestado donde él lucha con unas bebidas
recalcitrantes y ella con una ropa interior descendente
mientras tratan de confesarse mutuamente la enorme
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● ●
contribución que cada uno va a hacer a su matrimonio. El
conjunto realmente funciona como un impecable y profe-
sional trozo de peluche. ■ J.D.D.
TÚ Y YO
(An Affair to Remember), 20th Century Fox, EE.UU., 1957, 115 min.
Productor: Jerry Wald. Director: Leo McCarey. Guión: Delmer Daves,
Leo McCarey. Fotografía: Milton Krasner. Montaje: James B. Clark. Músi-
ca: Hugo Friedhofer. Dirección Artística: Lyle R. Wheeler, Jack Martin
Smith. Intérpretes:: Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Neva
Patterson, Cathleen Nesbitt, Robert Q. Lewis. ***
Segunda versión de una película del propio McCarey,
rodada en 1939, con Irene Dunne y Charles Boyer, que se
exhibió entre nosotros con el mismo título (posterior-
mente ha tenido otros remakes). Constituye una perfecta
muestra de la comedia elegante, que se desliza hacia el
melodrama contenido, con un equilibrio y una sugestión
encomiable en los detalles, además de apoyarse en el
innegable carisma de la pareja protagonista, como es de
ley en el star system. Hay un punto de inflexión que marca
el paso de lo ligero a lo sentimental: la tarde en casa de
la abuela, en la escala del barco en la Costa Azul –figura
idealizada, porque francesa era la madre de McCarey–.
Momento difícil, que el director aborda sin falsos pudores,
por medio de miradas y una continua creación de sensa-
ciones, hasta que Kerr exclama: «La belleza me hace llo-
rar». ¡Lástima de las empalagosas canciones del coro de
niños antes de un desenlace realmente emotivo! ■ M.Q.
TWIN BEDS
Edward Small Prod., EE.UU., 1942, 82 min.
Director: Tim Whelan. Productor: Edward Small. Guión: Kenneth Earl,
Salisbury Field, Curtis Kenyon, Margaret Mayo, Eddie Moran. Fotografía:
Hal Mohr. Música: Dimitri Tiomkin. Dirección Artística: John DuCasse
Schulze. Montaje: Francis D. Lyon. Intérpretes: George Brent, Joan Ben-
nett, Mischa Auer, Una Merkel, Glenda Farrell, Margaret Hamilton. **
Película cuyo discreto atractivo reside, en todo caso, en la
presencia al frente del reparto de la sugestiva Joan Ben-
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Two Much | 479
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nett y del olvidado galán George Brent (uno de los pre-
feridos por Bette Davis, lo que significa que era un santo
varón), interpretando a un matrimonio cuya vida es fre-
cuentemente interrumpida por un vecino beodo, exótica
creación de Mischa Auer. Evitable, salvo nostálgicos irre-
frenables y admiradores fieles de Joan Bennett. ■ LL.B.M.
TWO MUCH
España-EE.UU., 1995, 118 min.
Productor: Andrés Vicente Gómez, Cristina Huete, Fernando Trueba.
Director: Fernando Trueba. Guión: Fernando Trueba, David Trueba
(basado en la novela de Donald E. Westlake). Fotografía: José Luis Alcai-
ne. Montaje: Nena Bernard. Música: Michel Camilo, Armando Manzane-
ro. Dirección Artística: Juan Botella. Intérpreetes: Antonio Banderas,
Melanie Griffith, Daryl Hannah, Danny Aiello, Joan Cusack, Eli Wallach,
Gabino Diego. ***
Adaptar la desternillante novela negra de Donald Westla-
ke era un viejo proyecto que Trueba empezó a acariciar
en 1982. En el ínterin, el director francés Yves Robert ya
rodó en 1984 Le jumeau, una adaptación acaso más orto-
doxa del texto de Westlake, protagonizada por el cómico
Pierre Richard y las gemelas Carey y Camilla More. Con la
complicidad de su hermano pequeño David, Trueba vul-
neró, juiciosa y fílmicamente, el original de Westlake, lle-
vándolo a un terreno más personal pero nada ajeno al
creador de Los timadores, aquella pequeña joya del ci-
nismo firmada por Stephen Frears.
El Art Dodge de Two Much no es el casposo y neoyor-
quino propietario de la editora de postales Gente Maravi-
llosa, que Westlake perfiló en su novela, sino un ex pintor
que posee una galería de arte en Miami. Un pícaro que
medra presentándose con aire compungido y un cuadro
bajo el brazo en los funerales de gente bien, comunican-
do a los desolados familiares que el finado compró –y no
pagó– días antes del óbito un lienzo de su galería. El azar
hará que este perillán se presente en las lujosas exequias
de un mafioso apellidado Palleto, donde conocerá y utili-
zará como salvavidas a Betty (Griffith), las dos veces di-
vorciada del heredero (memorable Aiello) del clan. Menos
cínico y sexualmente compulsivo que el personaje ideado
por Westlake, el protagonista de Two Much se inventará
un hermano gemelo, no para solazarse con la rica divor-
ciada y su hermana Liz (Hannah), sino para encontrarse a
sí mismo y a su verdadero amor.
Antonio Banderas aporta una espontaneidad visceral a
esta especie de cómico doctor Jekyll y míster Hyde. Fer-
nando Trueba saquea a conciencia personajes y situacio-
nes de la comedia norteamericana clásica –desde las fa-
mosas puertas de Ernst Lubitsch hasta la comicidad so-
cial de Preston Sturges–, pero lo hace tan admirablemen-
te, que la película denota la perfección de un mecanismo
de relojería: situaciones divertidísimas, diálogos intencio-
nados, actores secundarios soberbios, personajes de en-
lace tan cáusticos e hilarantes como el de la secretaria
encarnada por Joan Cusack, o el admirado Eli Wallach
como antiguo brigadista en España y padre del protago-
nista. ■ LL.B.M.
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 U
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ÚLTIMA LOCURA, LA
(Silent Movie), Fox, EE.UU., 1976, 86 min.

Productor: Michael Hertzberg. Director: Mel Brooks. Guión: Mel Brooks,

Ron Clark, Rudy DeLuca, Barry Levinson (basado en una historia de Ron
Clark). Fotografía: Paul Lohmann. Montaje: John C. Howard, Stanford C.
Allen. Música: John Morris. Diseño de producción: Albert Brenner. Ves-
tuario:: Patricia Norris. Intérpretes: Mel Brooks, Marty Feldman, Dom
DeLuise, Bernadette Peters, Sid Caesar, Harold Gould, Ron Carey, Carol
Arthur, Liam Dunn, Fritz Feld. ***

La característica esencial del cine de Brooks es la parodia

de los diversos géneros cinematográficos. Tras haber
satirizado el western en Sillas de montar calientes y el
terror en El jovencito Frankenstein, con cierta gracia, aún
contando con su tendencia al trazo grueso, la emprendió
con el cine silente en La última locura, y la sucesión de
gags que presenta la convertirían en un homenaje si
tuviera el sentido de la mesura y el toque preciso de emo-
ción. El argumento –en el que colaboró Barry Levinson–
gira alrededor de un productor en horas bajas que inten-
ta convencer a una serie de estrellas para que interven-
gan en una película muda. Los invitados a la función son
tan ilustres como Paul Newman, Burt Reynolds, Liza
Minelli, James Caan, Anne Bancroft y el mimo francés
Marcel Marceau, que pronuncia la única palabra del filme:
«No». ■ M.Q.
ÚLTIMA NOCHE DE BORIS
GRUSHENKO, LA
(Love and Death), United Artists, EE.UU., 1975, 85 min.
Productor: Charles H. Joffe. Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen.
Fotografía: Ghislain Cloquet. Montaje: Ron Kalish, Ralph Rosenblum.
Música: Sergei Prokofiev. Dirección Artística: Willy Holt. Vestuario:
Gladys DeSegonzac. Inttérpretes: Woody Allen, Diane Keaton, Georges
Adet, Frank Adu, Edmond Ardisson, Feodor Atkine, Albert Augier. ***
Rara incursión de Woody Allen en otro tiempo histórico y
otro continente: la Francia napoleónica. En realidad, esta
comedia ejerce de puente entre el Allen tanteador y apa-
yasado (El dormilón, su título precedente) y el cineasta
maduro a punto de nacer (Annie Hall, Interiores, Manhat-
tan...). Pero la marca de fábrica del autor, sus obsesiones
y su particular universo están presentes en La última
noche de Boris Grushenko a través de sus meditaciones
existenciales sobre la vida y la muerte de tintes bergma-
nianos (el filme, cuyo significativo título original es Love
and Death, es un homenaje explícito a El séptimo sello),
así como en la construcción de varios gags excelentes,
uno de ellos memorable y ciento por ciento chapliniano:
los repetidos botellazos a la cabeza de Diane Keaton. En
fin, que no decepciona a sus seguidores. ■ J.B.C.

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482| Último caballo, El
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ÚLTIMO CABALLO, EL
Producciones Neville, España, 1950, 85 min.
Director: Edgar Neville. Guión: Edgar Neville. Fotografía: César Fraile.
Música: José Muñoz Molleda. Intérpretes: Fernando Fernán Gómez,
Conchita Montes, José Luis Ozores, Mary Lamar, Julia Lajos, Fernando
Aguirre, Manuel Arbó, Julia Caba Alba, Rafael Bardem. ***
Con su actriz talismán de siempre (Conchita Montes) y un
actor emergente ya consolidado (Fernán Goméz), Edgar
Neville realizó una película inclasificable en cualquier gé-
nero y también una rara avis en su carrera. El último caba-
llo está considerada como una de las primeras cintas es-
pañolas influenciadas por el neorrealismo. Curiosamente,
Neville lo importó ya evolucionado por filmes poéticos
como Milagro en Milán, de De Sica, trasladándolo a la
sociedad española de los 50, todavía marcada por la
guerra. Construye una crónica nostálgico-sentimental
sobre épocas que ya no volverán ante la imparable pujan-
za de la técnica. La eliminación de los caballos y los
esfuerzos del protagonista para evitar su muerte le sirve
para mostrar –sin intenciones críticas que no lo hubiesen
permitido– una sociedad que está arrinconando su pasa-
do. ■ A.C.
ÚLTIMO GOLPE, EL
(The Last Shot), Touchstone Pictures, EE.UU., 2004, 93 min.
Director: Jeff Nathanson. Guión: Steve Fishman y Jeff Nathanson. Foto-
grafía: John Lindley. Música: Rolfe Kent. Intérpretes: Matthew Broderick,
Alec Baldwin, Toni Collette, Calista Flockhart, Tim Blake Nelson, Buck
Henry, James Rebhorn. *
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●
Jeff Nathanson, guionista que le puso los puntos sobre
las íes al último Spielberg en Atrápame si puedes y La ter-
minal, elige para su opera prima un argumento de los de
«basado en hechos reales», aunque la realidad seguro
que supera a esta ficción: un agente federal (Baldwin,
enorme sólo físicamente) se hace pasar por productor de
Hollywood para camelar a un director pardillo (Broderick
con el mismo gesto desde Juegos de guerra, aunque con
barba) con la intención de introducirse «en la industria» y
así desmantelar al mafioso sindicato de camioneros, que
es quien controla el cotarro. Quizá por su condición de
recluta novato, Nathanson no despacha hasta la bola su
presunta estocada contra los estudios, por mucho que se
permita una leve banderilla contra la mano que le da de
comer: la Disney o, en su defecto, Touchstone Pictures.
Así, los más celebrados chistes de la función, como la
charla entre los protagonistas en el avión, las locas locali-
zaciones en Rhode Island o las salidas de tono de la diva
interpretada por Toni Collette, se diluyen en la balsa de
aceite de esta sofisticación de las charlotadas buddy-
movies de hace un par de décadas. Hasta la intervención
de ese seguro de vida cómico que es Joan Cusack luce
menos que un koala de Armani. Eso sí, el metraje discu-
rre sin hacer daño a nadie (ni siquiera cerebral), siempre
que no pensemos en la cornucopia de películas sobre
rodajes disfuncionales que han poblado y poblarán el
ombliguero mundo del cine. ■ J.C.
ÚLTIMO PRODUCTOR, EL
(The Last Producer), Bigel/Mailer Films, EE.UU., 2000, 89 min.
Productor: Daniel Bigel, Michael Mailer. Director: Burt Reynolds. Guión:
Clyde Hayes. Fotografía: Nick McLean. Montaje: Jennifer Jean Cacavas,
Tod Feuerman. Música: Peter Manning Robinson. Dirección Artística:
Todd Ellis. Diseño de produ
ucción: Suzette Ervin. Vestuario: Warden Neil.
Intérpretes: Burt Reynolds, Ann-Margret, Benjamin Bratt, Charles Dur-
ning, Greg Germann, Rod Steiger, Lauren Holly, Sean Astin. **
El veterano actor Burt Reynolds se aviene ahora a ejercer
tanto de productor como de director, esta vez en una his-
toria de típico corte minnelliano sobre un ejecutivo que
posee una opción de compra sobre un guión apetecido
por una major. Ejercicio de buenos recuerdos, tanto por
parte del propio Reynolds como de Ann Margret, en una
historia que nos remite a modelos anteriores, sin dema-
siado interés por despegar el vuelo. ■ M.Q.
ÚLTIMO TREN, EL
(Corazón de fuego), Alta Classics, Argentina-España-Uruguay, 2002,
94 min.
Productor: José Sánchez Varela. Director: Diego Arsuaga. Guión: Diego
Arsuaga, Beda Docampo Feijoo, Fernando León de Aranoa. Fotografía:
Hans Burmann. Música: Hugo Jasa. Intérpretes: Héctor Alterio, Federico
Luppi, Pepe Soriano, Gastón Pauls, Balaram Diram. ***
Dada la poca productividad del cine uruguayo, resulta
muy estimulante esta cinta, titulada originalmente Cora-
zón de fuego, que plantea la lucha de sus veteranos pro-
●

● ●
tagonistas, pertenecientes a la Asociación Amigos del
Riel, para impedir la venta de una vieja locomotora que
una productora de Hollywood quiere adquirir. Una metá-
fora sobre el valor del patrimonio defendida por tres pe-
sos pesados del cine argentino. ■ J.E.
UNA VEZ A LA SEMANA
(Boys Night Out), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU., 1962, 113 min.
Productor: Martin Ransohoff. Director: Michael Gordon. Guión: Ira
Wallach. Fotografía: Arthur E. Arling. Montaje: Tom McAdoo. Música:
Frank DeVol. Dirección Artística: George W. Davis, Hans Peters. Intér-
pretes: Kim Novak, James Garner, Tony Randall, Howard Duff, Janet Blair,
Anne Jeffreys, Oscar Homolka, Zsa Zsa Gabor, William Bendix. ***
Kim Novak estaba en plena forma cuando se convirtió en
el objeto de deseo de tres hombres casados que com-
partían piso y sexo en Una vez a la semana. Con 29
esplendorosos años era justificable que cualquier hom-
bre perdiese la cabeza por ella. Sólo hay que verla en la
película. La idea de partida del filme era original y pro-
metedora y sólo hay que pensar lo que hubiese podido
hacer con ella un realizador europeo. En manos de un
norteamericano, un artesano todo terreno (recordemos
que había dirigido Confidencias a medianoche) y media-
tizado además por un estudio conservador como la
Metro-Goldwyn-Mayer, resultó una comedia agradable
pero poco incisiva. Los temas subyacentes en la delicada
situación no se abordan a fondo, prefiriéndose sacarles
partido como simple comedia. Novak, arropada por los
siempre eficaces Randall y Garner, más un buen plantel
de secundarios (Howard Duff, Janet Blair, Oscar Homol-
ka, Zsa Zsa Gabor y William Bendix), es la reina de la fun-
ción. ■ A.C.
UN, DOS, TRES... SPLASH
(Splash), Touchstone, EE.UU., 1984, 111 min.
Productor: Brian Grazer. Director: Ron Howard. Guión: Lowell Ganz,
Babaloo Mandel, Bruce Jay Friedman (basado en una historia de Grazer y
Friedman). Fotografía: Don Peterman. Montaje: Daniel Hanley, Michael
Hill. Música: Lee Holdridge. Diseño de producción: Jack T. Collis. Direc-
ción Artística: John B. Mansbridge. Vestuario: May Routh, Charles De
Muth, Jody Berke. Intérpretes: Tom Hanks, Daryl Hannah, Eugene Levy,
John Candy, Dody Goodman, Shecky Greene, Richard B. Shull, Bobby Di
Cicco, Howard Morris, Tony DiBenedetto. ***
Un joven atolondrado se enamora nada menos que de
una sirena surgida de las aguas. La ingenuidad natural de
la criatura acuática entrará en colisión con los usos y cos-
tumbres humanos provocando situaciones cómicas,
sobre todo cuando traen cola. La película se ve con agra-
do por la rutilante presencia de la rubia y espigada Daryl
Hannah, que se había dado a conocer como una atracti-
va “replicante” en Blade Runner. A su lado, Tom Hanks
compone uno de sus habituales papeles de principios de
su carrera. Y el orondo y malogrado John Candy es el
hermano chanchullero y verborreico que colabora al des-
bordamiento jocoso. Por su parte, Ron Howard, antes
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Uno, dos, tres | 483
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actor infantil, inició su camino de éxitos populares que al
año siguiente seguiría con Cocoon. ■ M.Q.
UNIDOS POR LA FORTUNA
(Lucky Partners), EE.UU., 1940, 100 min.
Productor: Martin Ransohoff. Director: Lewis Milestone. Guión: Sacha
Guitry, George Haight, Edwin Justus Mayer, Lewis Milestone, Franz
Schulz, Allan Scott, John Van Druten. Fotografía: Robert De Grasse.
Montaje: Henry Berman. Música: Dimitri Tiomkin. Intérpretes: Ronald
Colman, Ginger Rogers, Jack Carson, Harry Davenport, Dorothy Vernon,
Benny Rubin. **
Adaptación norteamericana de una comedia del francés
Sacha Guitry, en torno a las aventuras y desventuras a
que puede dar lugar la posesión de un billete de lotería
premiado. Un guión tirando a mediocre, eficaz dirección
de Lewis Milestone y una pareja protagonista que salva la
función, especialmente Ronald Colman, superior en todo
momento a Ginger Rogers. Amantes de las comedias an-
tañonas y de las parejas lujosas. ■ LL.B.M.
UNO DE DOS
(Une chance sur deux), Wanda, Francia, 1998, 106 min.
Productor: Christian Fechner. Director: Patrice Leconte. Guión: Patrick
Dewolf, Patrice Leconte. Fotografía: Steven Poster. Montaje: Dominique
Hennequin. Música: Alexandre Desplat. Vestuario: Annie Périer-Foulon.
Intérpretes: Jean-Paul Belmondo, Alain Delon, Vanessa Paradis, Eric
Defosse, Alexandre Iakovlev, Valery Gataev, Michel Aumont. **
Más de un cuarto de siglo después de Borsalino, Belmon-
do y Delon, o Delon y Belmondo, los dos mitos vivientes
del cine francés por excelencia, vuelven a protagonizar
una película juntos, ponen en contubernio sus canas y
patas de gallo en un dinámico thriller de acción y humor
cortado a la medida de sus siluetas. Una película sencilla
y olvidable, que se deja ver sin dolor única y exclusiva-
mente por su dúo protagonista (aunque la Paradis tam-
bién se deja ver muy gratamente) y por las constantes
frases aceradas que se intercambian cada dos por tres
(una auténtica partida de ping pong verbal), así como
por los guiños al espectador avisado (ambos evocan una
escena de Borsalino, metralletas en mano y melodía de
Claude Bolling incluida). Dos vacas sagradas que todavía
dan el pego y supuran charme. ■ J.B.C.
UNO, DOS, TRES
(One, Two, Three), Mirisch, EE.UU., 1961, 115 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond (basado en la obra “Egy, Ketto, Harom”, de Ferenc Molnar).
Fotografía: Daniel L. Fapp. Montaje: Daniel Mandell. Música: Andre Pre-
vin. Dirección Artística: Alexander Trauner. Intérpretes:: James Cagney,
Horst Buchholz, Pamela Tiffin, Arlene Francis, Lilo Pulver, Howard St.
John, Loïs Bolton. *****
Ésta es una película sobre un ejecutivo de la Coca-Cola
en Berlín que recibe la visita de su jefe, una visita que le
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484| Usted puede ser un asesino
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traerá muchos quebraderos de cabeza, no por razones
protocolarias, sino porque la hija del mandamás, que está
a su cargo, anda liada con un joven y airado comunista, y
● ●
●
eso hay que ocultarlo al padre, so pena de encolerizarle.
Wilder arremete aquí contra el comunismo, pero en la
misma proporción que contra el capitalismo, la loca vida
americana, la expansión comercial y la familia yanqui
unida, feliz e idiota de ese prototípico McNamara que tan
soberbiamente encarna Cagney. Una comedia enfebreci-
da, frenéticamente dialogada y ritmada (al son mismo del
chasquear de dedos del protagonista); un gozoso breba-
je de guión, interpretación, tempo y puesta en escena
sobresalientes. Una comedia metralleta. ■ J.B.C.
USTED PUEDE SER UN ASESINO
España, 1961, 86 min.
Director: José María Forqué. Guión: Vicente Coello, José María Forqué,
Alfonso Paso, Antonio Vich. Fotografía: Juan Mariné. Musica: Augusto
Algueró hijo. Intérpretes: Elena Balduque, Alberto Closas, Julia Gutié-
rrez Caba, José Luis López Vázquez, Diana Lorys, José Orjas, José Luis
Pellicena, Hugo Pimentel, Jesús Puente, Amparo Soler Leal, Elena María
Tejeiro. *
Adaptación de una comedia de Alfonso Paso no exenta
de ingenio, con excelentes actores y una correcta direc-
ción del veterano Forqué, que sin embargo no logra disi-
mular sus antecedentes teatrales. Dos amigos que cele-
bran la Nochevieja lejos de sus esposas se verán implica-
dos en un crimen. Amantes de las intrigas criminales en
clave cómica. ■ LL.B.M.
●
 V
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VACACIONES DEL SEÑOR HULOT, LAS
(Les vacances de Monsieur Hulot), Francia, 1953, 114 min.
Productor: Fred Orain, Jacques Tati. Director: Jacques Tati. Guión: Jac-
ques Tati, Henri Marquet. Fotografía: Jacques Mercanton, Jean Mousse-
lle. Montaje: Suzanne Baron, Charles Bretoneiche, Jacques Grassi. Músi-
ca: Alain Romans. Dirección Artística: Pierre Clauzel, André Pierdel. In-
térpretes: Jacques Tati, Nathalie Pascaud, Micheline Rolla, Valentine
Camax, Louis Parrault, André Dubois. *****
Las vacaciones del señor Hulot sigue siendo, aún hoy, la
película más popular de su autor –en el sentido más
amplio de la palabra: Jacques Tati es su guionista, prota-
● ●
●
gonista y director–, aunque cuatro años antes ya había
llamado la atención de público y crítica con Día de fiesta.
Con ella, Tati creó a su álter ego cinematográfico, un tipo
ataviado con gabardina, paraguas, sombrero y pipa que
va escudriñando el mundo que le rodea sin dejar de
extrañarse nunca ante lo que descubren sus ojos. En esta
primera aventura cinematográfica, Hulot recala en una
pequeña localidad de la costa francesa en época de vaca-
ciones y allí, cual microscopio ambulante, irá diseccio-
nando el microcosmos que va desfilando ante él. El filme,
como ya lo había hecho en su momento el citado Día de
fiesta, descubrió a los espectadores una nueva forma de
humor que ejercería una gran influencia en muchos cine-
astas, y al que Tati permanecería fiel en el resto de filmes
de su trayectoria profesional. ■ J.E.
VACACIONES EN ROMA
(Roman Holiday), EE.UU., 1953, 118 min.
Productor: William Wyler Director: William Wyler. Guión: Ian McLellan
Hunter, John Dighton (basado en una historia de Dalton Trumbo). Foto-
grafía: Henri Alekan, Franz Planer. Música: Georges Auric, Victor Young
(sin acreditar). Montaje: Robert Swink. Dirección Artística: Hal Pereira,
Walter H. Tyler. Intérpreetes: Gregory Peck, Audrey Hepburn, Eddie
Albert, Hartley Power, Harcourt Williams, Margaret Rawlings, Tullio
Carminati, Paolo Carlini. ****
Vacaciones en Roma es una película festiva, muy diverti-
da. Un pequeño triunfo en la triunfante carrera de William
Wyler, su director, un hombre, a pesar de todo, con alti-
bajos notables. Pero no falló en Roma, entre otras cosas
porque la historia que aquí se nos narra y la plasmación
de los escenarios naturales donde ella transcurre son una
pura delicia. Vamos a lo primero.
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486| Valor sin recompensa
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Tenemos a una dulce princesita que, harta de palacio,
decide emplearse a fondo en unas vacaciones romanas y
correrse una juerga con un apuesto periodista americano
(digamos, entre paréntesis, que en la película aparecen
los auténticos corresponsales del momento de “Abc” y
“La Vanguardia”). Lo que puede pasar en estos días de
correrías y travesuras –dentro de un orden todo, claro,
que estamos en 1953– es el signo de nuestro entreteni-
miento, conducido con muy buen pulso por el clasicismo
férreo de Wyler.
Roma es el otro factor decisivo del éxito más o menos
redondo. Se saca un gran partido de la ciudad, y aunque
pueda tener un exceso de vía turística, de rancia postal
–que lo tiene–, hay que decir que a nadie le amarga un
dulce.
Audrey Hepburn está deliciosa en esta romántica
comedia, lleve el pelo suelto o corto, viaje en tranvía o en
esa Vespa feliz, protagonista de una de las secuencias
más divertidas del filme. Por él ganaría un Oscar y se
situaría en el podio de la fama. Gregory Peck a su lado da
el tipo que debía dar, y basta. ■ J.B.C.
VALOR SIN RECOMPENSA
(Rosolino Paternò: Soldato...), Italia, 1969, 90 min.
Productor: Nino Crisman. Director: Nanni Loy. Guión: Agenore Incrocci,
Nanni Loy, Furio Scarpelli. Fotografía: Tonino Delli Colli, Riccardo Pallot-
tini. Música: Carlo Rustichelli. Montaje: Ruggero Mastroianni. Intérpre-
tes: Nino Manfredi, Jason Robards, Peter Falk, Martin Landau. ***
● ●
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Realizador sumamente irregular pero no exento de interés,
Nanni Loy realizó en 1969 esta agridulce película bélica,
ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Por orden del
cuartel general aliado en Argel, la misión de conquistar un
fuerte será encomendada a un singular grupo de soldados
cuyo guía es un soldado italiano que ha sido hecho prisione-
ro. El humor dejará paso a una condena del dramático absur-
do de la guerra y la necesaria confraternización. Insólita reu-
nión de Nino Manfredi con excelentes actores norteamerica-
nos, en una película antibélica. ■ LL.B.M.
VAMPIRO PARA DOS, UN
Belmar PC, España, 1965, 81 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: José María Palacio, Pedro Lazaga. Foto-
grafía: Eloy Mella. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Gracita Mora-
les, José Luis López Vázquez, Fernando Fernán-Gómez, Trini Alonso,
Goyo Lebreros, José Orjas. **
Una parodia autóctona del cine de vampiros imaginativa
y bien interpretada. Un modesto matrimonio, dado que
no han podido acostarse desde que se casaron (mucho
pluriempleo y horarios incompatibles: inesperado apunte
de crítica social), decide probar fortuna en Alemania,
entrando a trabajar como criados en el tétrico castillo del
conde Roshental (un colmilludo y chispeante Fernán-
Gómez), que naturalmente es un vampiro con nostalgia
de Hungría. Momentos más recordables: la borrachera
que los tres, en compañía del ayudante del conde (una
especie de Renfield que se convierte en perro), pillan a
base de vino (acaban cantando “Hungría, patria queri-
da”) y el mesetario plato que la Morales le cocina al vam-
piro: una sopa... de ajo. ■ J.B.C.
VAQUILLA, LA
Jet Films/Incine, España, 1985, 122 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Rafael Azcona, Luis García Ber-
langa. Fotografía: Carlos Suárez. Música: Miguel Asins Arbó. Intérpretes:
Alfredo Landa, José Sacristán, Guillermo Montesinos, Santiago Ramos,
Carles Velat, Eduardo Calvo, Violeta Cela, Agustín González, María Luisa
Ponte, Adolfo Marsillach, Amparo Soler Leal, Juanjo Puigcorbé, Amelia
de la Torre, Antonio Gamero, Luis Ciges. ***
En los años cincuenta, Luis García Berlanga y Rafael
Azcona concibieron un primer guión de esta película, que
por razones obvias no pudo ver la luz. ¿Cuáles son esas
razones obvias? Su temática: la protagonista de La vaqui-
lla es nada menos que la guerra civil española, y su tono,
el de la comedia irónica, aunque fuera un tono en el
fondo afable, donde ni un bando ni otro aparecen como
monstruos sanguinarios. Juzguen ustedes por su argu-
mento: mediada la contienda, los soldados retozan tran-
quilamente sin que ni por asomo recuerden lo que es una
bala; un día dado, los nacionales anuncian que en su pue-
blo se va a celebrar, con motivo de las fiestas de la virgen
local, un banquete, un baile y un festival taurino, anuncio
que un grupo de republicanos recibe al tiempo que sacan
punta al ingenio: les aguarán la fiesta a los nacionales
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robándoles la vaquilla. Ya ven, un mamífero inocentón se
convertirá en el halcón maltés en esta comedia coral dócil
pero pasablemente corrosiva en el dibujo de los persona-
jes, esperpénticos como corresponde al talante azconia-
no y berlanguiano. Es posible que La Vaquilla no sea una
película tan arrolladora como La escopeta nacional ni, por
supuesto, tan perfecta como Plácido o El verdugo. Pero
en ella está la capacidad de Luis García Berlanga para
confeccionar alegres retablos, planos secuencia tan efec-
tivos como pocas veces igualados, y ofrecer, bajo la cari-
catura y el disloque, un comentario penetrante sobre
nuestra historia y sobre nosotros mismos. En ello se ve
ayudado, y cómo, por un plantel de actores ajustadísimo,
brillante. ■ J.B.C.
VAYA CON EL MARCIANITO
(Guess Who’s Coming for Christmas?), EE.UU., 1990.
Productor: Randy T. Siegel. Director: Paul Schneider. Guión: Blair Fergu-
son (basado en una historia de Beth Polson). Fotografía: James Pergola.
Montaje: Janet Bartels-Vandagriff. Música: W.G. Snuffy Walden. Vestua-
rio: Jean Rosone. Intérpretes: Richard Mulligan, Beau Bridges, Barbara
Barrie, Paul Dooley, James McEachin, John Furey. *
Esta es la historia de un tipo idealista y algo excéntrico
cuya pacífica vida en una pequeña localidad norteameri-
cana cambiará el día en que entre en contacto con un
extraterrestre, conductor de espacios comerciales en su
planeta. Bastante boba en su conjunto, pero visible por la
competencia del reparto que encabeza el estupendo
comediante Richard Mulligan. ■ J.B.C.
¡VAYA UN FUGITIVO!
(Wrongfully Accused), EE.UU., 1997, 85 min.
Productor: Pat Proft, Bernd Eichinger, James G. Robinson. Director: Pat
Proft. Guión: Pat Proft. Fotografía: Glen MacPherson. Montaje: James R.
Symons. Música: Bill Conti. Vestuario: Jori Woodman. Intérpretes: Leslie
Nielsen, Richard Crenna, Kelly Le Brock, Sandra Bernhard, Michael York,
Melinda McGraw. ***
Leslie Nielsen, en su día un actor serio (Planeta prohibido,
La aventura del Poseidón...), encontró hace un puñado de
años la horma de su zapato en las parodias desmadradas
y desde entonces se ha convertido en uno de los payasos
más insignes de la comedia americana. Él, con su irónica
impasibilidad, siempre está bien, pero la calidad de los
productos que interpreta oscila entre lo bueno (la saga
de Agárralo como puedas) y lo lamentable (Mr. Magoo o
2001: despega como puedas). Una farsa a costa de El
fugitivo protagonizado por Harrison Ford, el filme que
nos ocupa también parodia otras películas populares
(Sospechosos habituales, Misión: Imposible, Titanic, Bra-
veheart, un ingenioso cruce entre Con la muerte en los
talones y Campo de sueños, etcétera), ofreciendo un
divertimento digno y por lo menos una docena de gags
tronchantes; el de Nielsen remontando una cascada en
compañía de un grupo de salmones es sencillamente
magristral. ■ J.B.C.
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25 grados en invierno | 487
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VECINOS
Goble Films/Alberto Bermejo, PC, España, 1981, 90 min.
Director: Alberto Bermejo. Guión: Alberto Bermejo. Fotografía: Ángel
Luis Fernández. Música: Fernando Ember. Intérpretes: Antonio Resines,
Assumpta Serna, Mario Pardo, Lola G. Garballo, Manuel Huete, José Ruíz
Lifante. ***
Bajo la estela de los Trueba y Ladoire nació, en 1981, la
película Vecinos, primer largometraje de Alberto Berme-
jo. Las fórmulas empleadas siguen el patrón de la triun-
fante Ópera Prima, de Trueba, y beben en las fuentes
influyentes de Tigres de papel, de Colomo, filme que sin
duda marcó el camino a seguir para la comedia española
joven o gran parte de ella. Vecinos nos presenta de fren-
te a un trío de personajes en conflicto y, detrás de ellos,
a todo el vecindario. Idea fácil si se quiere, pero siempre
efectiva, la de pintar un microcosmos cualquiera que dé
la dimensión de la humanidad entera. O la humanidad de
un momento y un lugar muy concretos: nosotros, años
ochenta. Costumbrismo nada estridente y naturalismo sin
pretensiones de cuajar moralejas son las armas con que
Bermejo edifica su comedia. Se le podrán reprochar cier-
tos tics de la época y de esa escuela madrileña tan espe-
cial, y también diálogo espeso en la segunda mitad del
filme, que encalla algo. Pero, nuevamente, la espontanei-
dad de sus actores y su directa refracción a nuestros
demonios cotidianos alcanzan funcionalidad total, y gus-
tosos damos a Vecinos su aprobado. ■ J.B.C.
20 CITAS
(20 Dates), EE.UU., 1998, 87 min.
Productor: Mark McGarry, Jason Villard. Director: Myles Berkowitz.
Guión: Myles Berkowitz. Fotografía: Adam Biggs. Montaje: Lisa Cheek,
Michael Elliot. Intérpretes: Myles Berkowitz, Elisabeth Wagner, Richard
Arlook, Tia Carrere, Robert McKee, Elie Samaha. ***
Ingeniosa intersección de ficción y realidad, con Miles
Berkovitz representándose a sí mismo como director
independiente que, al buscar a la protagonista de su pelí-
cula, concierta veinte citas con otras tantas mujeres,
entre las que busca asimismo una relación sentimental.
Sátira del mundo de la producción, con un Elie Samaha
que recibe los dardos irónicos y una maciza Tia Carrere
que sabe reírse de sí misma. ■ M.Q.
25 GRADOS EN INVIERNO
(25 degrés en hiver), Bélgica-Francia-Rusia-España, 2004, 90 min.
Productor: Marion Hänsel, Sergei Selyanov. Director: Stéphane Vuillet.
Guión: Stéphane Malandrin, Pedro Romero, Stéphane Vuillet. Fotogra-
fía: Walther van den Ende. Montaje: Anne-Laure Guégan. Música: Tristan
Vuillet. Intérpretes: Carmen Maura, Jacques Gamblin, Ingeborga Dapku-
naite, Raphaëlle Molinier, Pedro Romero, Lubna Azabal, Valérie Lemaî-
tre, Aleksandr Medvedev, Josse De Paw. **
El título alude a la insólita temperatura que marca el ter-
mómetro un día de enero en la capital belga. Será un día
aciago para un padre tirando a crápula y abandonado por
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488| Venecia, la luna y tú
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su mujer, su pequeña hija, la abuela y una joven ucrania-
na sin papeles que se mete en sus vidas de golpe y porra-
zo. El filme sigue a lo largo de las horas las agitadas tri-
bulaciones de ese cuarteto. Probablemente quiere decir-
nos cuatro cosas sobre la inmigración, sobre el caos de
nuestras vidas, sobre la maternidad y la paternidad… Pero
todo está contado a brochazos y sin sutileza. Algún gag
(el de la niña, el ascensor y el padre y la abuela distraídos)
apunta lo que 25 grados en invierno podría haber sido de
haberse pulido. La viveza y el talento compositivo de
Gamblin y Maura, lo mejor. ■ J.B.C.
VENECIA, LA LUNA Y TÚ
(Venezia, la luna e tu) Titanus, Italia, 1958, 107 min.
Director: Dino Risi. Producción: Titanus y Societé Générale de cinéma-
tographie. Guión: Pasquale Festa Campanile, Massimo Franciosa y Dino
Risi. Fotografía: Tonino Delli Colli. Música: Lelio Luttazzi. Intérpretes:
Alberto Sordi, Marisa Allasio, Ingeborg Schöner, Niki Dantine, Riccardo
Garrone, Dina De Santis, Nino Manfredi. **
El milanés Dino Risi, aún reciente el triunfo de su Pan,
amor y..., intenta reivindicarse como valor en alza de la
meteórica comedia italiana con esta sencilla fábula senti-
mental del gondolero Bepi (Alberto Sordi) y la dulce pero
brava Nina (Marisa Allasio), quien, tras una riña, prefiere
casarse con Tony (Nino Manfredi), rico dueño de una em-
barcación más sofisticada, para que luego digan que el
tamaño no importa. Sin embargo, el infatigable Bepi se-
guirá rondando a la esposa, además de a otras dos da-
mas de propina. Agradable a ratos, empalagosa a veces,
una postal sin pretensiones del poderoso influjo del refle-
jo de luna en los canales venecianos (la cursilería era exi-
gencia del guión, que conste). ■ J.C.
VENGA A TOMAR EL CAFÉ
CON NOSOTRAS
(Venga a prendere il café... da noi), Mars Film., Italia, 1970, 113 min.
Productor: Maurizio Lodi Fe. Director: Alberto Lattuada. Guión: Adriano
Baracco, Tullio Kezich, Piero Chiara, Alberto Lattuada (basado en “La
spartizione”, de Piero Chiara). Fotografía: Lamberto Caimi. Montaje: Ser-
gio Montanari, Wanda Olasio. Música: Fred Bongusto. Dirección Artísti-
ca: Vincenzo del Prato, Dario Cecchi. Intérpretess: Ugo Tognazzi, Fran-
cesca Romana Coluzzi, Milena Vukotic, Angela Goodwin. ****
Tremebunda comedia, más negra que uno de los aguje-
ros del espacio, que satiriza sin piedad los matrimonios
de conveniencia, la familia como institución que va más
allá de lo sagrado y la posesión femenina sobre sus mari-
dos. Con un adecuado ambiente de comedia neorrealis-
ta, Lattuada nos presenta a las singulares hermanas Tet-
tamanzi, ya entradas en la madurez (por ser fino) y sin un
hombre que llevarse a la cama. Deseosas de encontrar a
alguien que, como bien dice su cínico título, vaya a tomar
el café con ellas, encuentran una víctima propiciatoria en
el ingenuo Emerenziano (Ugo Tognazzi), que se casará
con una de las hermanas e irá a vivir con ella a la casa
familiar. Auspiciadas por un sentimiento de unidad, el
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hombre se irá convirtiendo en jugoso objeto sexual para
las otras dos hermanas, además de para la criada Cathe-
rine. Al llegar a sus límites como amante, sufrirá un shock
traumático que le causa una parálisis... lo que no es obs-
táculo para que continúe atrapado en estas redes feme-
ninas. ■ L.M.C.
VENGANZA DE LA PANTERA ROSA, LA
(Revenge of the Pink Panther), United Artists, EE.UU., 1978, 98 min.
Productor: Blake Edwards. Director: Blake Edwards. Guión: Frank Wald-
man, Ron Clark, Blake Edwards. Fotografía: Ernest Day. Montaje: Alan
Jones. Música: Henry Mancini. Dirección Artística: Peter Mullins. Intér-
pretes:: Peter Sellers, Herbert Lom, Dyan Cannon, Robert Webber, Burt
Kwouk, Paul Stewart. **
Hay que reconocer, por muy fan que se sea del inspector
Clouseau, que las últimas aventuras del célebre persona-
je perdieron toda la frescura con sus repeticiones, exce-
sos y amaneramientos, aletargadas ante el aturdimiento
de un Blake Edwards que sólo buscaba la comercialidad
del producto. Así, en La venganza de la Pantera Rosa, la
sexta de la serie, resultaba ya muy evidente el cansancio
y el agotamiento de la saga: a pesar de Peter Sellers, la
fórmula ya no funcionaba. A todo esto, el actor británico
se encontraba sumido en una de las etapas más oscuras
de su carrera, se desequilibraba con frecuencia e incluso
había días que estaba tan fuera de control que era inca-
paz de coordinar las líneas de diálogo con los movimien-
tos adecuados, lo que obligó al director a utilizar un
doble en esas ocasiones.
Esta vez, Clouseau investiga una red internacional de
drogas, y en el curso de sus investigaciones lleva a su jefe
(Lom) más allá del límite de su paciencia. El guión, basa-
do en una historia de Edwards, es un paradójico desper-
dicio de riqueza: Sellers, su fiel sirviente Burt Kwouk, Her-
bert Lom, Dyan Cannon, etcétera, por sí solos y en dife-
rentes combinaciones, son demasiado para una línea
argumental tan simple. El resultado es una inmoderada
ración del inspector Clouseau, con tantos giros cómicos
que la trama va a la deriva constantemente, tratando de
cubrir todos los ángulos, pero el conjunto no vale tanto
como sus partes. Ni siquiera aprovecha, como había su-
cedido en las anteriores entregas de la saga, las inmensas
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posibilidades que ofrece la mecánica incompetencia de
Clouseau y de su psicótico Inspector Jefe Dreyfus (Lom).
Edwards prescinde de esta carta ganadora casi comple-
tamente en favor de un frenesí de burdas bromas raciales
(inescrutables mafiosos chinos e italianos, ese escandalo-
so acento francés) y una endeble línea argumental que
presenta al protagonista implicado con la “French con-
nection” y constantemente superado por su fiel sirviente
chino Cato (Kwouk). Aún así, algunos detalles se salvan
de la quema: la capacidad de transformación de Peter
Sellers (un auténtico camaleón que lo mismo se disfraza
de mandarín chino que imita a Brando en El Padrino o al
pintor Tolouse Lautrec), algunos gags visuales, la gratifi-
cante presencia de Dyan Cannon y... poco más. Hay risas,
sí, pero son huecas. ■ J.T.
VENUS ERA MUJER
(One Touch Of Venus), Universal, EE.UU., 1948, 81 min.
Productor: Lester Cowan. Director: William A. Seiter. Guión: Harry Kur-
nitz, Frank Tashlin (basado en la obra de Kur Werll, S.J. Perciman y
Oyden Nash). Fotografía: Franz Planer. Montaje: Otto Ludwig. Música:
Ann Ronnell. Dirección Artística: Bernard Herzbrun, Emrich Nicholson.
Intérpretes: Robert Walker, Ava Gardner, Dick Haymes, Eve Arden, Olga
San Juan, Tom Conway. ***
Ava Gardner acabó de cancelar su merecida fama como
actriz con su participación en la película Venus era mujer,
realizada un par de años después de Forajidos. Se trata
de una comedia sin excesiva sustancia, pero agradable de
contemplar, auque sólo sea por Ava, bellísima diosa del
amor. La anécdota, basada en una popular comedia
musical de Broadway, de Kur Werll, S. J. Perciman y
Oyden Nash y escrita para la pantalla por Henry Kurnitz y
el futuro y excelente realizador Frank Tashlin. El argu-
mento se centra en unos grandes almacenes, donde una
estatua de Venus cobra vida a partir del beso que le pro-
pina uno de los empleados (papel interpretado por
Robert Walker, actor a quien Hitchcock haría inmortal en
la película Extraños en un tren). Naturalmente entre la
divinidad y el empleado nacerá el amor. Fantástico y pro-
metedor punto de partida que, sin embargo, no se verá
correspondido por su puesta en escena, de William A.
Seiter, ni por el tratamiento de la situación, que pedía a
gritos algo más picante. En cualquier caso, Ava está bellí-
sima. ■ J.B.C.
VERANO DE KIKUJIRO, EL
(Kikujiro no natsu), Bandai Visual Co. Ltd., Japón, 1999, 121 min.
Director: Takeshi Kitano. Guión: Takeshi Kitano. Fotografía: Katsumi Ya-
nagishima. Música: Jo Hisaishi. Intérpretes: Takeshi Kitano, Yusuke Se-
kiguchi, Kayoto Kishimoto, Kazuko Yoshiyuki, Beat Kiyoshi, Great Gi-
dayu, Fuyu Ooba. ***
Quizá motivado por su cara de estaca, o por la corriente
cartoon de violencia extrema en la televisión y el cine, Ta-
keshi Kitano siempre ha utilizado el humor como desen-
grasante, o pegamento en barras, de sus filmes yakuzas.
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Verano en La Goulette | 489
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Pensemos en la cómica coreografía del pin-pan-pum de
Sonatine, su tierna manera de endulzar la vida a su com-
pañera en Flores de fuego o hasta el toque raimisiano de
la cabeza pinchada en la escalera de Brother. Pero no es
sino en esta película donde Beat Takeshi vierte las cazu-
rras enseñanzas de su televisivo Humor amarillo y las su-
tiles influencias de Keaton o Chaplin en una historia que
recuerda a El chico, pero también a La extraña pareja o
hasta Marco versión hardcore. El cineasta interpreta a Ki-
kujiro, lobo con corazón de cordero que ayuda al peque-
ño Masao a encontrar a su madre. Durante el trayecto, se
suceden peripatéticos y a menudo tronchantes episo-
dios, como las pruebas cafres a las que Kikujiro someterá
a unos personajes que se encuentra en el camino para
animar al crío. Dotada de una sensibilidad extraña pero
que a veces hace ondear alguna lagrimilla y con una quí-
mica poderosa entre los dos protagonistas, que llegan a
comportarse de forma parecida, como en la escena en la
que pinchan la rueda a un coche en plena ruta, esta road
movie pellizca la fibra de cualquiera, a ritmo de su mara-
villosa y también mágica banda sonora. Los criminales
también ríen, aunque disimulen. ■ J.C.
VERANO DEL 42
(Summer of ‘42), Warner Bros., EE.UU., 1971, 102 min.
Productor: Richard A. Roth. Director: Robert Mulligam. Guión: Herman
Raucher. Foto: Robert Sturtees. Montaje: Folmar Blangsted. Música:
Michel Legrand. Diseño de producción: Albert Brenner. Intérpretes: Jen-
nifer O’Neill, Gary Grimes, Jerry Houser, Oliver Conant, Katherine Allen-
tuck, Christopher Norris, Lou Frizzell, Walter Scott, Robert Mulligan,
Maureen Stapleton. ***
A principios de los 70 fue una novedad las cintas prota-
gonizadas por niños que recuerdan con nostalgia la épo-
ca de su iniciación a la vida. A diferencia del Antoine Doi-
nel de Truffaut, el niño protagonista de Verano del 42 tie-
ne recuerdos mucho más agradables. Estados Unidos no
era Europa. Su nostalgia está homogeneizada por lo polí-
ticamente correcto e incluso su iniciación sexual no deja
de ser, desde una perspectiva actual, una escena puesta
para epater y darle cierto impacto a una película marca-
da por una innata sosería presente en una gran parte de
la obra de su realizador, un hombre cuyo mejor filme fue
Matar a un ruiseñor. No obstante, y con todos sus defec-
tos, el filme tiene un valor sentimental para muchos
espectadores; una manera de recuperar la juventud per-
dida. ■ A.C.
VERANO EN LA GOULETTE
(Un été à La Goulette), Túnez-Francia-Bélgica, 1996, 100 min.
Director: Férid Boughedir. Guión: Férid Boughedir, Nouri Bouzid. Foto-
grafía: Robert Alazraki. Montaje: Andrée Davanture, Catherine Poitevin.
Música: Jean-Marie Sénia. Intérpretes: Sonia Mankaï, Ava Cohen-Jonat-
han, Sarah Pariente, Mustapha Adouani, Guy Nataf, Ivo Salerno. ***
No es, desde luego, nada habitual que el cine tunecino
llegue a las pantallas españolas, pero Férid Boughedir
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490| Verano 70
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ostenta récord: a la estimable Halfaouine le siguió esta no
menos atractiva comedia que, como la anterior, propone
una mirada a un entorno muy definido, concretamente la
tunecina La Goulette. Las andanzas sentimentales de tres
jóvenes amigas actuarán de pretexto argumental en esta
película, rica temáticamente. El amor, la amistad, las cos-
tumbres, el trabajo y la convivencia de las religiones
(musulmanes, judíos y católicos comparten sus vidas en
una armonía rota, a veces, sin que la sangre llegue al río)
son algunas de las realidades que el filme contempla sin
poner énfasis en ninguna de ellas, de manera casual, lige-
ra, tan ligera como la propia obra, una comedia costum-
brista, cálida, melancólica y serena, narrada en voz baja y
se diría que sin pretensiones de figurar. ■ J.B.C.
VERANO 70
Filmayer Producción/Pedro Masó, España, 1969, 103 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Pedro Masó, Antonio Vich. Fotografía:
Juan Mariné. Música: Antón García Abril. Intérpretes: Juanjo Menéndez,
Diana Lorys, José Sazatornil “Saza”, Mónica Randall, Jesús Puente, Trini
Alonso, Luis Dávila, Marisol Ayuso, Rafaela Aparicio. ●
Las familias se desplazan a Benidorm para pasar las va-
caciones. Los preparativos, la llegada, la playa, los niños, la
pelota de Nivea y los maridos intentando escapar a Madrid
para correrse una juerga de rodríguez. Un prototípico pro-
ducto de Pedro Masó. La borregada nacional del borrego
en una comedia borrega perpetrada por Lazaga en los glo-
riosísimos días de El abominable hombre de la Costa del
Sol, Vente a Alemania, Pepe y Hay que educar a papá.
Cuesta entender cómo nos aceptaron en la CEE. ■ J.B.C.
VERDAD SOBRE PERROS Y GATOS, LA
(The Truth About Cats & Dogs), EE.UU., 1996, 97 min.
Productor: Cari-Esta Albert. Director: Michael Lehmann. Guión: Audrey
Wells. Fotografía: Robert Brinkmann. Montaje: Stephen Semel. Música:
Howard Shore. Dirección Artística: Jeff Knipp. Intérpretes: Uma Thur-
man, Janeane Garofalo, Ben Chaplin, Jamie Foxx, James McCaffrey,
Richard Coca, Stanley DeSantis, Antoinette Valente. ***
El trabajo del trío protagonista beneficia bastante esta
amable actualización del “Cyrano”, en la que Garofalo,
locutora de un programa de radio sobre animales domés-
ticos, se esconderá tras el portentoso físico de su amiga,
Uma Thurman, para conquistar al afortunado Ben Cha-
plin. ■ G.Q.
LAS VERDES PRADERAS
José Luis Tafur PC, España, 1979, 105 min.
Director: José Luis Garci. Guión: José Luis Garci, José María González
Sinde. Fotografía: Fernando Arribas. Intérpretes: Alfredo Landa, María
Casanova, Carlos Larrañaga, Ángel Picazo, Irene Gutiérrez Caba, Pedro
Díez del Corral. ***
Una de las películas menos conocidas de nuestro oscari-
zado José Luis Garci, una especie de vuelta a sus oríge-
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nes de la llamada “tercera vía”, cuando escribió para Di-
bildos los guiones de Vida conyugal sana y Los nuevos es-
pañoles, ambas dirigidas por Roberto Bodegas. Se trata
de una comedia coral algo verborreica, menos cáustica
que las berlanguianas, pero dotada de un sentido de la
observación y de un acercamiento a la comedia burgue-
sa italiana dignas de interés. La base argumental gira en
torno a un ejecutivo medio que ha adquirido una casa en
el campo y se ve obligado a llevar una vida social y fami-
liar que se mueve entre lo que conviene y lo que gustaría
hacer. Después de los éxitos de Asignatura pendiente y
Solos en la madrugada, Garci dio un paso atrás en taqui-
lla y luego hizo una incursión en el cine negro con El
crack. ■ M.Q.
VERY BAD THINGS
Sherlock, EE.UU., 1998, 96 min.
Productor: M. Schiffer, C. Cowan. Director: Peter Berg. Guión: Peter
Berg. Fotografía: David Hennings. Montaje: Dan Lebental. Música: Ste-
wart Copeland. Intérpretes: Cameron Diaz, Christian Slater, Jon Favreau,
Leland Orser, Jeremy Piven, Daniel Stern, Jeanne Tripplehorn. **
Comedia salvaje a costa de las despedidas de soltero: la
agresión al público biempensante, el mal gusto elevado a
categoría artística, el humor negro sobrealimentado (la
burla de tullidos e inválidos, en la estela de los Farrelly) y
unas cuantas gotas del más puro gore son los ingredien-
tes de esta farsa, algo parecido a una comedia de Blake
Edwards dirigida por un alumno aventajado de Sam
Raimi. ■ J.B.C.
VERY IMPORTANT PERROS
(Best in Show), EE.UU., 2000, 90 min.
Productor: Karen Murphy. Director: Christopher Guest. Guión: Chris-
topher Guest y Eugene Levy. Fotografía: Roberto Schaefer. Montaje:
Robert Leighton. Diseño de producción: Joseph T. Garrity. Música: Jef-
fery C.J. Vanston. Intérpretes: Parker Posey, Michael Hitchcock, Catheri-
ne O’Hara, Eugene Levy, Bob Balaban, Christopher Guest, Michael
McKean, John Michael Higgins, Jennifer Coolidge, Jane Lynch, Fred
Willard, Colin Cunningham. ***
Es sabido que los animales de compañía se parecen a sus
dueños (o viceversa), pero el fenómeno raramente ha si-
do explorado de una forma tan regocijante. Como un fal-
so documental que sigue a media docena de participan-
tes mientras se preparan para el concurso canino Mayflo-
wer en Philadelphia, la película de Christopher Guest
combina la observación en vivo con entrevistas directa-
mente a cámara. Las similitudes con This Is Spinal Tap son
evidentes, aunque aquí la mayoría de los gags provocan
más la sonrisa que la carcajada. Co-escrita por Guest y
Eugene Levy, pero aparentemente muy improvisada, la
película caricaturiza una amplia galería de arquetipos so-
ciales, desde la pareja gay (McKean y Higgins) a los neu-
róticos yuppies (Posey y Hitchcock). Las interpretaciones
son perfectas, pero no se humanizan los estereotipos del
modo en que lo hacía Spinal Tap. El concurso canino en
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 Viajes con mi tía | 491
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sí mismo es avivado por el extravagante giro cómico de
Fred Willard como un confundido comentarista televisivo
que sufre un grave caso de fiebre aftosa. Levy también
está muy divertido como un vendedor cornudo que tiene
(literalmente) dos pies izquierdos. ■ J.D.D.
VIAJE A NINGUNA PARTE, EL
Ganesh, España, 1986, 137 min.
Director: Fernando Fernán-Gómez. Guión: Fernando Fernán-Gómez
(basado en su propia novela). Fotografía: José Luis Alcaine. Música:
Pedro Iturralde. Intérpretes: José Sacristán, Laura del Sol, Juan Diego,
María Luisa Ponte, Gabino Diego, Nuria Gallardo, Fernando Fernán-
Gómez, Queta Claver, Emma Cohen, Agustín González. ****
sociedad (ejecutivo bancario) por la sencilla razón de que
sus padres, cuando niño, echaron a suertes a cuál de los
dos hijos costearían sus estudios. Con motivo de la grave
enfermedad de su padre, nuestro héroe deberá viajar a su
localidad natal, lo que dividirá la película en, primero, una
road movie con las incidencias padecidas en compañía
de su eventual compañera de viaje, una joven americana
(Goldie Hawn, tan vitaminada y enérgica como siempre)
y, posteriormente, ya en el pueblo, en una comedia cos-
tumbrista rica en dotes de observación: las escenas vivi-
das entre la familia o la del entierro son, en este sentido,
verdaderamente excelentes. ■ J.B.C.

No hay que decir actor, sino cómico. Y a los profesionales

del cinematógrafo (que no cine) hay que llamarles peli-
culeros. En ese vocabulario en desuso se mueven como
peces en el agua Fernando Fernán-Gómez y artistas
como él, que conocen de primera mano a los cómicos de
la legua, esa gente de la farándula que se patea los pue-
blos de España para ofrecer funciones a veces de tres al
cuarto, recompensadas, a veces también, con un plato
caliente. A esa entrañable estirpe dedicó Fernán-Gómez
esta sentida, brillante y nostálgica comedia. Desde un
presente que ya no lo es, un actor (Sacristán) evoca su
pasado en una de esas humildes compañías ambulantes,
por el que desfilan múltiples incidencias. Una película
hecha desde las tripas de un artistazo que mete en ella
toda su sabiduría, que como se sabe es mucha, ilimitada.
■ J.B.C.

VIAJE CON ANITA

(Viaggio con Anita), P.E.A. Cinematografica (Roma)/Les Productions
Artistes Associés (París), Italia-Francia, 1978, 118 min.

Director: Mario Monicelli. Guión: Leo Benvenuti, Piero de Bernardi, T.

Pinelli, Paul Zimmermann, Mario Monicelli. Fotografía: Tonino delli
Colli. Montaje: Ruggero Mastroianni, Gasperina Marani, Ugo de Rossi.
Música: Ennio Morricone. Dirección Artística: Lorenzo Baraldi, Edoardo
di Jorio. Vestuario: Vittoria Guaita, Francesca Zavaroni. Intérpretes: VIAJES CON MI TÍA
Giancarlo Giannini, Goldie Hawn, Claudine Auger, Laura Betti, Aurore (Travels with My Aunt), M-G-M, Reino Unido, 1972, 109 min.

Clément, Renzo Montagnani, Andréa Ferreol, Nunzia Fumo, Franca
Tamantini. ***
El realizador Mario Monicelli inició su carrera –en princi-
pio, en estrecha colaboración con Steno– a finales de los
años cincuenta, cuando el cine italiano vivía todavía bajo
el signo del neorrealismo. Algunas significativas películas
con Totó, como Guardias y ladrones y los grandes éxitos
de Rufufú en 1958 y La gran guerra un año más tarde,
hicieron de él uno de los puntales del cine italiano popu-
lar y concretamente de la emblemática “comedia a la ita-
liana”, condición que siguió ostentando en los años
sesenta y en los setenta, década en que realizó esta farsa
sencilla que es Viaje con Anita, rodada en un estilo muy
suelto y poseída de su habitual mala uva. Su protagonis-
ta es el clásico ciudadano anónimo (magnífico Giancarlo
Giannini) que ha conseguido hacerse un puesto en la
Productor: Robert Fryer, James Cresson. Director: George Cukor. Guión:
Jay Presson Allen, Hugh Wheeler (basado en una novela de Graham Gre-
ene). Fotografía: Douglas Slocombe. Montaje: John Bloom. Música: Tony
Hatch. Dirección Artística: John Box. Vestuario: Anthony Powell. In
ntér-
pretes: Maggie Smith, Alec McCowen, Lou Gossett, Robert Stephens,
Cindy Williams, Robert Flemyng. ***
Las andanzas de un circunspecto contable inglés y su
pintoresca tía, de viaje por Europa, centran esta comedia
extravagante y un tanto marciana, escrita por Jay Pres-
son Allen y Hugh Wheeler a partir de una novela de Gra-
ham Greene y elegantemente filmada por el veterano
Cukor entre Justine y El pájaro azul (con el paréntesis del
excelente telefilm Amor entre ruinas), una de las etapas
menos estimulantes del autor de Historias de Filadelfia.
En Madrid se rodaron algunas escenas, que le valieron a
José Luis López Vázquez una breve aparición como

● ● ●
492| Viajes de Sullivan, Los
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seductor francés. Maggie Smith (en un papel previsto, y
se nota en el temperamento del personaje, para Kathari-
ne Hepburn) y el operador Douglas Slocombe fueron
nominados al Oscar, pero sólo lo ganó el suntuoso ves-
tuario de Anthony Powell. ■ J.B.C.
VIAJES DE SULLIVAN, LOS
(Sullivan´s Travels), EE.UU., 1941, 90 min.
Productor: Preston Sturges. Director: Preston Sturges. Guión: Preston
Sturges. Fotografía: John F. Seitz. Montaje: Stuart Gilmore. Dirección
Artística: Hans Dreier, A. Earl Hedrick. Música: Charles Bradshaw, Leo
Shuken. Intérpretes: Joel McCrea, Veronica Lake, Robert Warwick,
William Demarest, Franklin Pangborn, Porter Hall, Byron Foulger. ***
Preston Sturges poseía un talento abrumador: era uno de
los mejores guionistas-directores de Hollywood; las doce
películas que dirigió son, en su mayoría, prodigios de
imaginación y ritmo cómico. Y si su agitada existencia no
hubiera sido un reflejo de las situaciones de caos absur-
do a que sometió a tantos de sus personajes, podría
haber producido otra docena de joyas cinematográficas.
Al final, comprimió cinco años de gloria artística en una
carrera tan excéntrica como espectacular. Sturges tuvo
su primera oportunidad tras la cámara con The Great
McGinty en 1940, que le proporcionó un Oscar al Mejor
Guión. Los viajes de Sullivan, una satírica mirada a Holly-
wood y a la gran Depresión, llegó un año después y con-
solidó su reputación. Para muchos es su mejor trabajo.
John Lloyd Sullivan es un director de cine comprometido,
o al menos quiere serlo, y se propone vivir como un
pobre entre vagabundos para poder filmar algún día Her-
mano, ¿dónde estás? A medida que el filme avanza, Stur-
ges va dejando claro que el bueno de Sullivan nunca va a
poder realizar su proyecto, pues su experiencia no es lo
suficientemente importante como para poder sufragar un
cambio de conciencia. Esta primera parte, presidida por
un arsenal de desenfadados juegos verbales, no tiene
parangón. La segunda cae en el melodrama: Sullivan, con
su andrajoso disfraz, es atracado por un vagabundo, se
queda amnésico a consecuencia de una paliza y acaba en
una cárcel brutal por haberse asesinado a sí mismo. Dicen
que Preston escribió el papel para Joel McCrea; el actor
● ●
●
hace un trabajo espléndido, y Veronica Lake está más
atractiva que nunca. Si ambos se adaptan como un guan-
te a sus respectivos personajes, otro tanto cabe decir del
extenso y brillante bloque de secundarios, encabezado
por los habituales William Demarest, Franklin Pangborn y
Eric Blore. Como todas las películas de Sturges de este
periodo, Los viajes de Sullivan parodia con inteligencia
mordaz varios aspectos del estilo de vida americano,
desde la política y la publicidad al sexo y la veneración al
héroe. Está marcada por su arrollador estilo verbal, su
oportuna elección de los momentos cómicos y dramáti-
cos, su mezcla única de escritura mordaz y sofisticada
con extravagante slapstick. Ni se puede hacer mejor esta
película, ni se puede hacer mejor una comedia. ■ J.D.D.
VÍA LÁCTEA, LA
(The Milky Way), Paramount, EE.UU., 1936, 80 min.
Productor: E. Lloyd Sheldon. Director: Leo McCarey. Guión: Grover
Jones, Frank Butler, Richard Connell (basado en una obra de Lynn Root
y Harry Clork). Fotografía: Al Gilks. Montaje: LeRoy Stone. Intérpretes:
Harold Lloyd, Adolphe Menjou, Verree Teasdale, Helen Mack, William
Cargan, George Barbier. ****
Leo McCarey (1898-1969) fue uno de los grandes de la
comedia americana y destacó en algunas obras maestras
de la elegancia y sofisticación de Dejad paso a la maña-
na, La pícara puritana, Once Upon a Honeymoon, Siguien-
do mi camino o las dos versiones de Tú y yo. A finales del
cine mudo y en el transcurso de los años treinta, varios de
los más brillantes cómicos tuvieron la suerte de contar
con el ingenio de McCarey, como Laurel y Hardy (a los
que dirigió o sirvió guiones en sus cortos más señeros),
Eddie Cantor (Torero a la fuerza), los hermanos Marx
(Sopa de ganso) o W. C. Fields (el extraordinario Viaje de
placer, que cuenta con la más desternillante partida de
billar vista en cine). Y también dirigió a Lloyd, un Lloyd
que, como la mayoría de los grandes genios del silente,
no acababa de hallar bajo el sol del sonido su sitio. Algu-
na excelente cinta hablada había interpretado (como
Cinemanía), sí, pero su estrella brillaba menos en esa
época. De hecho, McCarey le dirigió en La vía láctea y ya
sólo interpretó dos películas más: Profesor Beware, roda-
da dos años después, y, nueve más tarde, en 1947, The Sin
of Harld Diddlebock (también conocida por Mad Wed-
nesday), bajo las órdenes de otro maestro de la comedia,
Preston Sturges.
La vía láctea parte de una pieza de Lynn Root y Harry
Clork, y Harold Lloyd interpreta en ella a un humilde
lechero a quien el destino le tiene preparada una impre-
vista jugarreta: se convertirá, sin comerlo ni beberlo ni
–por descontado– ostentar aptitudes para ello, en cam-
peón de boxeo, deporte en el que se verá metido cuando
accidentalmente derribe a un imbatible púgil. Esa duali-
dad entre el hombre apacible y el que se supone agresi-
vo generará numerosas situaciones cómicas, potenciadas
por el ritmo impuesto por McCarey y por la brillantez de
los gags, ya sean visuales o verbales, muy abundantes. Al
lado de Lloyd, conviene destacar a un actor siempre ele-
●
 ¿Víctor o Victoria? | 493
● ● ●

gantón y admirable, Adolphe Menjou. Y en el papel de
guardaespaldas del boxeador a quien Harold Lloyd
tumba, un joven y excelente secundario: Lionel Stander.
En 1940, La vía láctea tuvo una versión radiofónica con
Joe E. Brown, el famoso “Bocazas”, interpretando el
papel principal. Y en 1946, Norman Z. McLeod rodó un
remake, El asombro de Brooklyn, con Danny Kaye de pro-
tagonista. ■ J.B.C.
VICIOS DE VERANO
(Dove vai in vacanza?), Rizzoli Film, Italia, 1978, 153 min.
Productor (colectivo): Gianni Hecht Lucari. EPISODIOS: “Saro tutta per
te”: Director: Mauro Bolognini. Fotografía: Luciano Tovoli. Montaje: Nino
Baragli. Música: Ennio Morricone. Intérpretes:: Ugo Tognazzi, Stefania
Sandrelli. “Si, buana”: Director: Luciano Salce. Fotografía: Danilo Desi-
deri. Montaje: Antonio Siciliano. Música: Bixio-Frizzi-Tempera. Intérpre-
tes: Paolo Villaggio, Anna María Rizzoli. “Le vacance intelligentii”: Direc-
tor: Alberto Sordi. Fotografía: Sergio D´Offizi. Montaje: Tatiana Morigi.
Música: Piero Piccioni. Intérpretes: Alberto Sordi, Anna Longhi. Guión
(colectivo): Ruggero Maccari, Iaia Fiastri, Furio Scarpelli, Alessandro
Continenza. Dirección de artee (colectivo): Lorenzo Baraldi, Francesco
Chianese. **
en La cage aux folles (título original de Vicios pequeños),
hay que ocultar a los puritanos padres de la novia que el
progenitor de su querido es homosexual y regenta un ca-
baré de transvestidos. Sobre el escenario, en una tradi-
ción acaso ya algo rancia que entre nosotros tendría su
equivalente en las comedias de Paco Morán, estos vode-
viles se sostienen perennes, generación tras generación,
burguesía tras burguesía (es esa burguesía que si se le
pinta el tema de la homosexualidad bajo otro color –esto
es, Jean Genet por Jean Poiret– se escandaliza y declara
la guerra). Su traslación al cine requiere otro script.
Edouard Molinaro es un viejo zorro de la comedia ligera,
y en La cage aux folles supo apuntarse un éxito de cam-
panillas al llevar con buen pie la trama y saber extraer lo
mejor de Ugo Tognazzi y Michel Serrault. Comedia fácil y
digestiva, sin segundas, con un sentimentalismo morali-
zante, no siempre afortunado, Vicios pequeños es una
distracción ágil y amena. ■ J.B.C.

Intrascendente film de episodios en los que comenzaban

a apreciarse alarmantes síntomas de fatiga ante tantas y
tan buenas ideas exhibidas durante casi dos décadas
repletas de magistrales títulos costumbristas. En esta
ocasión, y centrada en la estación del verano, asistimos a
tres historias simpáticas aunque lastradas por su excesi-
va duración (hay que fijarse que el metraje del film tras-
pasa las dos horas y media). En la primera, Tognazzi no
logra hacer el amor con su esposa, la más que deseable
Stefania Sandrelli; en la segunda, Villaggio es un anima-
dor de agencia de viajes bastante lerdo, que es engatu-
sado por una mujer para echarle la culpa de un delito,
todo ello en pleno continente africano; mientras que la
última y más penosa de todas ellas, nos cuenta cómo un
matrimonio, algo paletos, son convencidos por sus hijos
para que hagan dieta y organicen unas vacaciones cultu-
rales... mientras los chicos se quedan en casa disfrutando
de una buena comida. ■ L.M.C.
¿VÍCTOR O VICTORIA?
(Victor/Victoria), Metro-Goldwyn-Mayer, Reino Unido, 1982, 133 min.
VICIOS PEQUEÑOS Productor: Blake Edwards, Tony Adams. Director: Blake Edwards. Guión:
(La cage aux folles), Da Ma/Artistes Associes, Francia-Italia, 1978, Blake Edwards (basado en la película Victor und Viktoria de Reinhold
103 min.
Schuenzel y Hans Hoemburg). Fotografía: Dick Bush. Montaje: Ralph E.
Director: Edouard Molinaro. Guión: Marcello Danon, Edouard Molinaro, Winters. Música: Henry Mancini. Coreografía: Paddy Stone. Dirección
Francis Veber, Jean Poiret (basado en la obra de Jean Poiret). Fotografía: Artística: Tim Hutchinson, William Craig Smith. Vestuario: Patricia
Armando Nannuzzi. Montaje: Robert Isnardon, Monique Isnardon. Norris. Intérpretes: Julie Andrews, James Garner, Robert Preston, Lesley
Música: Ennio Morricone. Intérpretes: Michel Serrault, Ugo Tognazzi, Ann Warren, Alex Karras, John Rhys-Davies, Graham Stark, Peter Arne,
Michel Galabru, Claire Maurier, Remi Laurent, Benny Luke, Carmen Sherloque Tanney, Michael Robbins. *****
Scarpitta, Luisa Maneri. ****
La última obra maestra de Edwards, que devuelve a la
La obra de Jean Poiret es de una potente astucia escéni- comedia todo el esplendor de los grandes títulos de la
ca. Un relato vodevilesco con sus situaciones previsibles década dorada de Hollywood. El director de La pantera
y ese arte malabar del equívoco y el espectador preveni- rosa encontró la inspiración en el filme alemán Victor und
do, siempre un paso por delante del personaje a quien Viktoria, y lo convirtió en un guión que, a pesar de estar
hay que ocultar una realidad determinada: en este caso, al servicio de su esposa, Julie Andrews (espléndida, por

● ● ●
494| Vida alegre, La
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otro lado), está repleto de gags inolvidables y diálogos
inteligentes. La historia de una artista de variedades que
sólo logrará subsistir al convertirse en un supuesto tra-
vesti polaco no es sólo un pretexto para jugar al equívo-
co, sino una reflexión sobre la homosexualidad y la pos-
tura de la sociedad frente a ella. Al lado de la Andrews,
inolvidables Robert Preston y James Garner, por no men-
cionar el espléndido trabajo, como vampiresa de tres al
cuarto, de ese pedazo de actriz que atiende por Lesley
Ann Warren. ■ J.E.
VIDA ALEGRE, LA
El catalejo PC, España, 1987, 98 min.
Director: Fernando Colomo. Guión: Fernando Colomo. Fotografía: Javier
G. Salmones. Música: Suburbano. Intérpretes: Verónica Forqué, Antonio
Resines, Massiel, Guillermo Montesinos, Miguel Rellán, Ana Obregón,
Gloria Muñoz, José A. Navarro, Itziar Álvarez, Alicia Sánchez, Rafaela
Aparicio, Chus Lampreave. ***
Una comedia alocada, desenvuelta, divertida, donde el
sexo, sus enfermedades y su correspondencia directa con
una fauna variopinta (que va del lumpen a los despachos
ministeriales, pasando por entrañables prostitutas) con-
forman una trama de continuas confusiones, que Fernan-
do Colomo orquesta con adecuado ritmo, firmemente
apoyado en uno de esos repartos multiestelares que fun-
cionan por sí solos. ■ J.B.C.
VIDA DE BRIAN, LA
(Monty Python’s Life of Brian), Warner, Reino Unido, 1979, 93 min.
Productor: John Goldstone. Director: Terry Jones. Guión: Graham Chap-
man, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones, Michael Palin.
Fotografía: Peter Viziov. Montaje: Julian Doyle. Música: Geoffrey Burgon.
Intérpretes: Terry Jones, Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam,
Eric Idle, Michael Palin, Carol Cleveland, Neil Innes, Spike Milligan, Geor-
ge Harrison. ****
Aunque la sabotean a conciencia, la ortodoxia narrativa
no les sienta tan bien a los Monty Python como su pura
● ●
●
negación. Repletas de gags memorables, películas como
Los caballeros de la Mesa Cuadrada y sus locos seguido-
res o La vida de Brian empalidecen no obstante ante la
sana anarquía del Monty Python´s Flying Circus televisi-
vo, Monty Python en Hollywood o El sentido de la vida,
donde lo que cuenta es la acumulación frenética de sket-
ches no sometidos a la dictadura del planteamiento, nudo
y desenlace. La vida de Brian debería también contem-
plarse haciendo caso omiso de su concatenación. Su his-
toria es, de hecho, poquita cosa, tan sólo una leve pará-
frasis de la vida y pasión de Cristo a través de las andan-
zas paralelas de un desdichado que nace el mismo día en
un portal contiguo al de Jesús y muere (aunque lo deja-
mos vivito y cantando desde la cruz “Look on the Bright
Side of Life”) como él 33 años más tarde. Una película
irregular, en la que lo que cuenta, pues, es un montón de
escenas demoledoras, chispeantes, cuyo valor, a veces
genialidad, están en sí mismas, sin correspondencia algu-
na con las precedentes o las posteriores. Una parodia
imaginativa, salvaje y divertida. ■ J.B.C.
VIDA EN UN HILO, LA
Producciones Neville, España, 1945, 92 min.
Director: Edgar Neville. Guión: Edgar Neville (basado en su propia obra
teatral). Fotografía: Enrique Barreire. Música: José Muñoz Molleda. Intér-
pretes: Rafael Durán, Conchita Montes, Guillermo Marín, Julia Lajos, Ali-
cia Romay, María Bru, Eloísa Muro, Juana Mansó. ****
Una vidente explica a una reciente viuda lo que habría
sido su vida si se hubiera casado con otro hombre. Un
ingenioso juego sobre el destino y sus variantes, que
Neville adaptó sobre una de sus exitosas obras de teatro
y que constituye una muestra de la alta comedia madrile-
ña brillante en una época oscura. Su evidente adscripción
franquista ha motivado que la crítica izquierdista haya
olvidado mucho tiempo a este aristócrata madrileño con
sangre inglesa, diplomático, bon vivant y autor literario
polifacético –incluso llegó a escribir un sketch para la
Chelito–. Como cónsul español en Los Ángeles, se codeó
con gente de Hollywood como Chaplin, Mary Pickford,
Douglas Fairbanks y Laurel & Hardy. Entre sus piezas tea-
trales más famosas tenemos “El baile”, que él mismo
cuidó de llevar al cine, siempre con su musa Conchita
Montes. ■ M.Q.
VIDA ES BELLA, LA
(La vita è bella), Italia, 1997, 122 min.
Productor: Elda Ferri, Gianluigi Braschi. Director: Roberto Benigni.
Guión: Vincenzo Cerami, Roberto Benigni. Fotografía: Tonino Delli
Colli. Montaje: Simon Paggi. Música: Nicola Piovani. Vestuario: Danilo
Donati. Intérpretes: Roberto Benigni, Nicoletta Braschi, Giorgio Canta-
rini, Giustino Durano, Marisa Paredes, Horst Buchholz. ****
Roberto Benigni, cómico tremendamente popular en Ita-
lia, lo era algo menos en el resto del planeta hasta que el
éxito y los premios (Oscar al Mejor Actor, a la Mejor Pelí-
cula de Habla No Inglesa, a la Mejor Partitura) de La vida
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● ●
es bella le encumbraron. Justo reconocimiento a un cari-
cato heredero de la gestualidad de Totò y a un cineasta
apto como pocos para la comedia popular. El filme toca
un tema grave –el holocausto en los campos de concen-
tración– con ingenio, dramatismo y humor tierno a partes
iguales, y algunas escenas (la falsa traducción del alemán
en el barracón) rozan lo sublime. Pero La vida es bella es,
sobre todo, en la medida que lo era El pirata, de Minnelli,
una celebración del payaso, su dignidad y atributos tera-
péuticos aun en tiempos de dolor. El triunfo de Benigni es
el mismo del de Chaplin en El gran dictador. ■ J.B.C.
VIDA ES SILBAR, LA
España-Cuba, 1998, 106 min.
Productor: Francisco Herrera, Camilo Vives. Director: Fernando Pérez.
Guión: Eduardo del Llano, Humberto Jiménez, Fernando Pérez. Fotogra-
fía: Raúl Pérez Ureta. Montaje: Julia Yip. Música: Edesio Alejandro. Intér-
pretes: Elena Bolaños, Rolando Brito, Alina Canizares, Annieye Cárde-
nas, Ileana Chávez, Miguel A. Daranas. ****
Ambientada en La Habana, esta comedia se centra en las
vivencias de tres personajes que luchan por conseguir
que sus sueños se hagan realidad. Se trata de la primera
película de ficción de Fernando Pérez, autor de docu-
mentales, con un guión escrito junto a Humberto Jiménez
y Eduardo del Llano, que obtuvo el premio al Mejor Guión
en el Festival de Sundance, galardón que posibilitó la dis-
tribución del filme. ■ G.Q.
VIDA ES UN LARGO RÍO
TRANQUILO, LA
(La vie es un long fleuve tranquille), MK2 Productions/FR 3 Films
Production, Francia, 1987, 90 min.
Productor: Florence Quentin. Director: Etienne Chatiliez. Guión: Floren-
ce Quentin, Etiene Chatiliez. Fotografía: Pascal Lebegue. Montaje: Chan-
tal Delattre. Música: Gerard Kawezynski. Dirección Artística: Geoffroy
Larcher. Intérpretes:: Daniel Gelin, Benoit Magimel, Helene Vincent,
Andre Wilms. ***
O de cómo cambia la vida cuando un virus, distinto al que
estamos acostumbrados a respirar a diario, se introduce
en nuestro espacio vital y todo eso. O de todo lo que le
sucedió a una familia adinerada al descubrir que un hijo
suyo ha estado catorce años viviendo en el seno de otra
familia, sucia y repulsiva, por culpa de una enfermera
ajena a sentimientos que no sean los suyos. O de por qué
los buenos modales van degenerando hacia el nuevo ger-
men incrustado. Modélico, divertido y amargo proceso de
degradación, donde el hijo que iba para cura se lía con
una golfilla, la madre transforma su aspecto y la mesa del
comedor se convierte en un estercolero. O, simplemente,
una triste reflexión sobre la condición humana, con ese
momento único en que la hija, conociendo que ha nacido
pobre, derrama su sopa de verdura ante la perpleja mira-
da de sus falsos padres y hermanos. Ganadora de 4 pre-
mios César y del premio de la crítica en el Festival de
Venecia. ■ L.M.C.
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Vida privada de Sherlock Holmes, La | 495
●
VIDA MANDA, LA
(This Happy Breed), Two Cities, Reino Unido, 1944, 110 min.
Productor: Noel Coward, Anthony Havelock-Allan. Director: David Lean.
Guión: David Lean, Ronald Neame, Anthony Havelock-Allan (basado en
la obra de Noel Coward). Fotografía: Ronald Neame. Montaje: Jack
Harris. Música: Noel Coward, Muir Mathieson. Dirección Artística: C. P.
Norman. Intérpretes: Robert Newton, Celia Johnson, John Mills, Kay
Walsh, Stanley Holloway, Amy Veness, Alison Legatt, Eileen Erskine,
John Blythe, Guy Verney. ****
Ésta es la primera película dirigida en solitario por David
Lean, todavía con Noel Coward –una de cuyas piezas tea-
trales aquí se adapta– como colaborador de lujo. Entre la
comedia de costumbres y el melodrama intimista, La vida
manda pasa revista a la azarosa vida de una familia del
Londres suburbial entre los años 1919 (final de la Primera
Guerra Mundial) y 1939 (comienzos de la Segunda), con
el acento propagandístico que la época imponía pero
también con una cristalina pureza en su puesta en esce-
na: véase cómo rueda Lean, con qué pudor (la cámara
permanece distante, dentro de la casa, mientras la trage-
dia se anuncia en el jardín), la noticia de la muerte de un
ser querido. El reparto, que también incluye a Stanley
Holloway y Kay Walsh (y, en la versión original, la voz de
Laurence Olivier como narrador), es impecable. ■ J.B.C.
VIDA PRIVADA DE SHERLOCK
HOLMES, LA
(The Private Life of Sherlock Holmes), Phalanx/Mirisch, EE.UU.,
Reino Unido, 1970, 125 min.
Productor: Billy Wilder. Director: Billy Wilder. Guión: Billy Wilder, I. A. L.
Diamond (basado en los personajes creados por sir Arthur Conan
Doyle). Fotografía: Christopher Challis. Montaje: Ernest Walter. Música:
Miklos Rozsa. Diseño de producción: Alexander Trauner. Dirección
Arrtística: Tony Inglis. Vestuario: Julie Harris. Intérpretes: Robert Ste-
phens, Colin Blakely, Irene Handl, Stanley Holloway, Christopher Lee,
Genevieve Page, Clive Revill, Tamara Toumanova, George Benson, Ca-
therine Lacey. *****
Homenaje a la vez cariñoso e irónico al mítico detective
creado por la pluma de sir Arthur Conan Doyle, hacién-
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496| Vida secreta de Walter Mitty, La
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dolo víctima de sus propias contradicciones amorosas. La
intriga ideada por Wilder y su habitual guionista I. A. L.
Diamond adquiere un carácter más reflexivo y documen-
tal en la parte de Londres, para girar a la aventura con
visos de ciencia ficción en la que transcurre en Escocia.
La productora Mirisch procedió a acortar las tres horas y
media originales para dejar el metraje del film reducido
en un 40%. A pesar de tal saqueo, la película chorrea inte-
ligencia y diversión por los cuatro costados. Al principio
hay claras referencias a casos holmesianos resueltos
anteriormente, para goce de adictos, y al final el engaño,
la tristeza y el amor imposible humanizan a un Sherlock
entrañable bajo los rasgos del británico Robert Stephens.
■ M.Q.
● ●
●
VIDA SECRETA DE WALTER
MITTY, LA
(The Secret Life of Walter Mitty), EE.UU. 1947, 106 min.
Productor: Samuel Goldwyn. Director: Norman Z. McLeod. Guión: Ken
Englund , Everett Freeman (basado en una historia de James Thurber).
Fotografía: Lee Garmes. Música: Sylvia Fine, David Raksin. Intérpretes:
Danny Kaye, Virginia Mayo, Boris Karloff, Fay Bainter, Thurston Hal. ***
Nada hacía presagiar que La vida secreta de Walter Mitty
fuera a pasar a la pequeña historia cinematográfica, co-
mo así ocurrió. Antiguo escritor de gags en la compañía
de comedias de Al Christie y presunto director de los her-
manos Marx en Pistoleros de agua dulce y Plumas de
caballo, Norman Z. McLeod era un probo artesano al que
●

● ●
se adjudicó el encargo de filmar una historia de James
Thurber, autor de relatos, historietas y dibujos que habi-
tualmente se publicaron en las páginas del "New Yorker".
Su relato, donde el sueño es mostrado como otra forma
de vivir, alcanzó una gran popularidad gracias, precisa-
mente, a esta película, de excelente guión, que sin duda
deparó la mejor actuación de Danny Kaye, un cómico bri-
llante, pero proclive a excesos gestuales y sonoros que
podían hundir la función. Kaye es aquí el modesto co-
rrector de pruebas de una editorial, que suele fugarse de
su anodina existencia a través de sueños delirantes en los
que personifica a los más variados héroes, siempre en
compañía de una despampanante rubia (la espléndida
estrábica Virginia Mayo), que no tarda en corporeizarse,
implicando al protagonista en una peligrosa pero diver-
tida aventura. Incondicionales nostálgicos del cine cómi-
co americano y fans no menos nostálgicos de Danny
Kaye. ■ LL.B.M.
VIDA SOÑADA DE LOS ÁNGELES, LA
(La vie rêvée des anges), Francia, 1998, 113 min.
Productor: François Marquis. Director: Erick Zonca. Guión: Erick Zonca,
Roger Bohbot, Virginie Wagon, Pierre Chosson. Fotografía: Agnès
Godard. Montaje: Yannick Kergoat. Música: Yann Tiersen. Intérpretes:
Élodie Bouchez, Natacha Régnier, Grégoire Colin, Patrick Mercado, Jo
Prestia, Francine Massenhave, Zivko Niklevski. ***
Dos muchachas se trasladan a vivir a Lille, en busca de
nuevos horizontes. Compartiendo vivienda, sus diversas
experiencias sentimentales, laborales o de relación con
los demás constituyen todo un documento acerca de for-
mas y comportamientos actuales. Primera realización de
Zonca, al que se le nota su buena asimilación de Rohmer,
Eustache y Truffaut. ■ M.Q.
VIKINGO, EL
Suevia Films-Cesáreo González, España, 1972, 100 min.
Director: Pedro Lazaga. Guión: Andrés Martín, Leonardo Dolera. Foto-
grafía: Francisco Sempere. Música: Antón García Abril. Intérpretes: José
Luis. López Vázquez, Concha Velasco, Mary Francis, Paca Gabaldón,
Manuel Zarzo, Manuel Alexandre, Javier Escrivá *
Una de las seis películas que el malogrado Pedro Lazaga
dirigió en 1972 (¡lo que equivale a rodar un filme cada dos
meses!) fue esta comedia sobre un hombre (López Váz-
quez es el cornudo en cuestión) ignorante de que su pro-
gresiva ascensión social se debe a los favores que dis-
pensa su mujer. Contumaces de la comedia española de
las postrimerías del franquismo. ■ LL.B.M.
VIOLENTOS DE KELLY, LOS
(Kelly´s Heroes), Metro-Goldwyn-Mayer, EE.UU.-Yugoslavia, 1970,
137 min.
Productor: Gabriel Katzka, Sidney Beckerman. Director: Brian G. Hutton.
Guión: Troy Kennedy Martin. Fotografía: Gabriel Figueroa. Montaje: John
Jympson Música: Lalo Schifrin. Dirección Artística: Jonathan Barry. Intér-
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Violentos de Kelly, Los | 497
●
pretees: Clint Eastwood, Telly Savalas, Don Rikles, Donald Sutherland,
Carroll O´Connor, Hal Buckley, Stuart Margolin, Fred Pearlman, Harry
Dean Stanton. ***
Cuando unos comediantes tienen una buena idea en sus
mentes, o varias buenas ideas, basta con un par de deco-
rados para situar la acción y la resolución artística de esa
idea o de esas ideas.
La máquina funcionará perfectamente. No es el caso
de Los violentos de Kelly, una parodia de la II Guerra Mun-
dial que dirigió Bryan G. Hutton en 1970 y que está inter-
pretada en sus principales papeles por, entre otros, Clint
Eastwood, Telly Savalas y un todavía secundario e imper-
tinente Donald Sutherland. Y ello porque el competente
equipo técnico que dirigió la película no sólo dio tanta
importancia a la parodia, sino más, a la verosimilitud de
todo cuanto se nos cuenta, empezando por un rodaje en
suelo yugoslavo y terminando por unos efectos especia-
les de bombas y batallas dignos de una superproducción
de lujo de los mejores tiempos.
Hutton había realizado unos años antes, también con
Clint Eastwood y acompañado de Richard Burton, el lar-
gometraje El desafío de las águilas, un auténtico hit taqui-
llero de la Metro, y parece ser que ante este cachondeo
de un grupo de soldados americanos empecinados en el
robo de una partida de oro –los soldados son reclutados
por un oficial degradado– que acabarán convirtiéndose,
involuntariamente, en héroes de la contienda, quiso el
realizador ser tan equilibrado como en aquella película,
sin darse cuenta de que no necesitaba la comedia de nin-
gún acento verista y ni siquiera espectacular. El éxito del
producto recae básicamente, más que en una galería algo
escasa de gags y efectos de humor, en la gracia de sus
actores. Un árido Eastwood por momentos parodiándose
a sí mismo y sobre todo a sus efinges de los westerns ita-
lianos. Un Savalas tan cínico como siempre. Un Suther-
land pasota avant la lettre. Y también tiene una fotogra-
●
498| Visiones de un italiano moderno
● ●
fía magnífica, de un grande de los grandes, que no hacía
falta en un pequeño producto de los pequeños: Gabriel
Figueroa, fino visualizador de mundos tan propios como
los de los cineastas Huston, Buñuel o Ford. Por lo demás,
no pasa Los violentos de Kelly de un tebeo de los que se
ven con agrado y se tiran sin remordimientos a la basura.
No es de los que se colecciona. ■ J.B.C.
VISIONES DE UN ITALIANO MODERNO
(Vedo nudo), Dean Film/Juppiter Cinemat., Italia, 1969, 119 min.
Productor: Pio Angeletti, Adriano de Micheli. Director: Dino Risi. Guión:
Ruggero Maccari, Jaia Fiastri. Fotografía: Sandro d´Eva. Montaje: Alber-
to Gallitti, Lidia Pascolini. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artísti-
ca: Luciano Ricceri. Intérpretes: Nino Manfredi, Sylva Koscina, Nerina
Montagnani, Veronique Vendell. ****
Rodadas con aplomo e inusitada rapidez, las comedias
italianas de episodios constituyeron un género por sí mis-
mas capaces de competir en calidad y diversión con los
convencionales films que narran una sola historia en un
metraje convencional. Dino Risi fue el gran maestro en
manejar muchas ideas y reconvertirlas en una sola pelí-
cula, como sucede con esta sucesión de situaciones, prin-
cipalmente centradas en el sexo a través de siete episo-
dios, todos ellos interpretados por el gran Nino Manfredi:
“La diva” cuenta cómo una actriz de cine recoge a un
atropellado en la calle y le lleva al hospital... aunque allí
no le harán caso y todas las miradas de los médicos irán
dirigidas a ella; “Processo a porte chiuse” es el juicio que
se sigue contra un granjero acusado de violar a una de
sus gallinas; “Ornella: ovvero la doppia vita” es la relación
epistolar entre dos enamorados que no se conocen, aun-
que uno de ellos es un homosexual que firma las cartas
como Ornella; “Il guardone” sirvió para ilustrar el cartel de
la película, con Manfredi en plan miope pensando que el
cuerpo reflejado en un espejo es el de una chica desnu-
da... cuando en realidad es el suyo; “L´ultima vergine”
muestra a una chica algo histérica que confunde a Man-
fredi con un violador; “Motrice mia” es el romance entre
un hombre y los trenes; y “Vedo nudo” es un clásico del
cine italiano, cuando un hombre obsesionado con el sexo
comienza a ver desnudas a todas las mujeres que en-
cuentra a su paso. ■ L.M.C.
VISIONS D’UN ESTRANY
España, 1991.
Director: Enrique Alberich. Guión: Enrique Alberich, Nuria Bou, Xavier
Pérez. Fotografía: José Gusi. Montaje: Marisa Aguinaga. Música: Jose F.
Rodriguez Aller. Dirección Artística: Jordi Segú. Intérpretes: Patricia
Adriani, Pep Munné, Cristina Poch, José María Blanco, Ramón Vall. *
Las relaciones entre un fotógrafo barcelonés y dos chicas
que comparten un mismo apartamento centran esta
comedia catalana, primer largometraje del crítico Enrique
Alberich, muy urbana y de observación de caracteres, un
tanto a la manera de Rohmer en el reflejo de los perso-
najes y sus contradicciones. ■ J.B.C.
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●
VISITANTES NO NACIERON
AYER, LOS
(Les visiteurs), Alpilles/Amigo/Gaumont, Francia, 1993, 107 min.
Director: Jean-Marie Poiré. Guión: Jean-Marie Poiré, Christian Clavier.
Fotografía: Jean-Yves Le Mener. Montaje: Catherine Kelber. Música: Eric
Levi. Intérpretes: Christian Clavier, Jean Reno, Valérie Lemercier, Marie-
Anne Chazel, Christian Bujeau, Isabelle Nanty, Gérard Séty. *
Como una de las piedras del mechero cómico más infali-
ble es el choque cultural, el bueno de Poiré la estiró hasta
la astracanada en esta película, donde un noble medieval
y su escudero son transportados a la actualidad. Un argu-
mento suficientemente explotado por activa o pasiva
(esto es, urbanitas de hoy pateados al pasado, como Un
astronauta en la corte del Rey Arturo o Black Knight) con-
vertido en ensaladilla de gags algo toscos y a veces esca-
tológicos pero con una innegable puntería taquillera. Hay
que reconocer que algunas charlotadas de Clavier tienen
su guasa floja. Uno de los escasos intentos cómicos de
Juan Moreno, alias Reno. Señalar que el propio Poiré diri-
gió la inevitable secuela (Los visitantes vuelven por el
túnel del tiempo, 1998), más tontaina aún que la primera.
■ J.C.
VIUDA DEL TONTO, LA
(La vedova del trullo), Sirius International, Italia, 1979, 89 min.
Productor: Candido Simeone. Director: Franco Bottari. Guión: Franco
Bottari. Fotografía: Maurizo Salvatori. Montaje: Marcello Malvestito.
Música: Stelvio Cipriani. Intérpretes: Rosa Fumetto, Carlo Giuffre, Renzo
Montagnani, Mario Carotenuto. **
Un gran homenaje a todos los tontos del mundo (o sea,
que hay mucha gente que se puede dar por aludido),
situados en un pequeño pueblo italiano donde una viuda
de buen ver y mejor palpar hará que, quien no sea tonto,
se vuelva de tal guisa. La susodicha viuda es Rosa Fumet-
to, mucho menos conocida que las Edwige Fenech, Glo-
ria Guida y Anna María Rizzoli de turno, aunque igual-
mente destacable física y..., ejem, digamos que intelec-
tualmente. Ella tiene tórridas escenas con el tonto más
tonto del pueblo, con el fantasma de su esposo, con un
adolescente más preocupado en estudiar anatomía que
matemáticas, y con un espeleólogo. La película se ve con
una sonrisa, de tonto, naturalmente. ■ L.M.C.
VIUDA DESENFRENADA, UNA
(La matriarca), Clesi Cinematográfica/Finanziara San Marco, Italia-
Francia, 1968, 92 min.
Productor: Silvio Clementelli. Director: Pasquale Festa Campanile.
Guión: Ottavio Jemma. Fotografía: Alfio Contini. Montaje: Sergio Mon-
tanari, Vanda Olasio. Música: Armando Trovaioli. Dirección Artística:
Flavio Mogherini. Intérpretes: Catherine Spaak, Jean-Louis Trintignant,
Luigi Proietti, Renzo Montagnani. *
Una de las primeras comedias italianas realizadas ya sin
el freno de la censura, notándose en exceso ese afán por
crear una atmósfera sexualmente recargada y, la verdad,
●

● ●
fuera de contexto en lo que habían sido sus comedias
hasta el momento. Después se tranquilizarían un poco,
pero lo cierto es que hubo unos años de historias que
relegaron la comicidad y la imaginación en detrimento de
un énfasis erótico –que no es que me moleste, a fin de
cuentas soy un pervertido–, pero que sí agota, resulta
intrascendente y, hasta cierto punto, irrita. E irritado es
como acaba el trasero de Catherine Spaak con todos los
golpes que se lleva en la película, una historia de vengan-
za que es la que lleva a cabo una viuda cuando se entera
de que su marido la había puesto los cuernos durante
años. Es entonces cuando trama un plan: seducirá a
todos los hombres que se crucen en su camino y los
humillará física y moralmente, incluyendo a su nuevo
marido (un Jean-Louis Trintignant fuera de su terreno y,
por ello, totalmente deplorable). Entre las delicatessen
sexuales del film destacan unas gozosas escenas lésbicas,
los frecuentes desnudos integrales de Spaak, su escena
en la tienda de ropa y los sometimientos sadomasoquis-
tas que aparecen muy a menudo en su trama. ■ L.M.C.
VIUDA SOLTERA, LA
Producciones Benito Perojo/Sud Pacifique/Capitole Films/CCM,
España-Francia-Italia, 1965, 93 min.
Director: Yves Robert. Guión: Pierre Levi-Corti, Daniel Boulanger,
Manuel Sebares. Fotografía: Edmond Sechan. Música: Michel Legrand.
Intérpretes: Robert Hirsch, Sylva Koscina, Alberto Closas, Jean Pierre
Marielle, José Calvo. **
Comedia policiaca de escasa identidad, rodada en régi-
men de coproducción con reparto cosmopolita y dotada
de un humor a caballo entre la comedia negra (sin aris-
tas) y el esperpento (sin consecuencias): un gángster
burla la ley huyendo en un coche fúnebre, escondido en
un féretro y con su costilla enlutada a guisa de viuda des-
consolada. Por descontado, Yves Robert no pasará a la
historia por esta farsa, sino por La guerra de los botones,
modelo de cine popular de carácter infantil muy célebre
en su día, o por comedias al servicio de Louis de Funes
(Visto y no visto) o de Pierre Richard (El gran rubio con
un zapato negro). ■ J.B.C.
VIVA LA LIBERTAD
(A nous la liberté), Tobis, Francia, 1931, 104 min.
Director: René Clair. Guión: René Clair. Fotografía: Georges Périnal.
Montaje: René Le Hénaff. Música: Georges Auric. Intérpretes: Raymond
Cordy, Henri Marchand, Rolla France, Germaine Aussey, Paul Olivier,
Vincent Hyspa. ****
A partir de la historia de dos presidiarios que se fugan de
la cárcel y se reencuentran algunos años después, uno
convertido en dueño de una fábrica, el otro vagabundo,
René Clair confeccionó una sátira implacable sobre la
esclavitud del hombre moderno y el alarmante, deshu-
manizador, peligro del maquinismo. Una comedia ideoló-
gica de izquierdas de la que tomó buena nota Charles
Chaplin para sus Tiempos modernos, hasta el punto de
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Vive como quieras | 499
●
que la productora intentó demandarle por plagio, impi-
diéndolo el propio Clair con un toque de caballerosidad y
rendida admiración: «En caso de que Chaplin se hubiera
inspirado en mi filme, eso sería para mí un gran honor».
Probablemente, no ya antigua sino anticuada, su valor
histórico para aficionados y estudiosos del cine es de
todo punto indiscutible: emblematiza la libertad creativa
del controvertido realizador francés. ■ J.B.C.
¡VIVAN LOS NOVIOS!
Cesáreo González, España, 1970, 81 min.
Director: Luis García Berlanga. Guión: Rafael Azcona. Fotografía: Aure-
lio G. Larraya. Música: Antonio Pérez Olea. Intérpretes: José Luis López
Vázquez, Lali Soldevila, José María Prada, Manuel Alexandre, Francisco
Javier Vivó, Teresa Gisbert, Carmen Romero, Gela Geisler, Patricia Fell-
ner, Juan Torres. ***
Dos años después del estreno de La boutique, su pelícu-
la rodada en Argentina, Luis García Berlanga y su guio-
nista habitual, Rafael Azcona, presentaron esta película
que puede considerarse como el puente entre las dos
etapas del director valenciano: la representada por sáti-
ras con fuertes componentes sociales, como Plácido o El
verdugo, dos obras maestras indiscutibles, y la integrada
por comedias farsescas corales y con una tendencia muy
acusada hacia el esperpento, como sería la trilogía de La
escopeta nacional. Este film está protagonizado por José
Luis López Vázquez, al frente de los habituales de Ber-
langa, en el papel de un mujeriego que, poco antes de
casarse, descubre el cuerpo de su madre flotando en la
piscina de su casa. Para evitar que se cancele el enlace
decide ocultar el cadáver. Como se puede comprender,
se trata de una comedia negra cuyo componente satírico
se centra especialmente en ridiculizar la pésima educa-
ción sexual de los españoles de la época. ■ G.Q.
VIVE COMO QUIERAS
(You Can´t Take It With You), Columbia, EE.UU., 1938, 126 min.
Productor: Frank Capra. Director: Frank Capra. Guión: Robert Riskin
(basado en la obra de George S. Kaufman y Moss Hart). Fotografía:
Joseph Walker. Montaje: Gene Havlick. Música: Dimitri Tiomkin. Direc-
ción Artística: Stephen Goosson, Lionel Banks. Intérpretes: Jean Arthur,
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500| Viviendo su vida
● ●
Lionel Barrymore, James Stewart, Edward Arnold, Mischa Aver, Ann
Miller, Lillian Yarbo. ***
Como se sabe o debería saberse, Frank Capra propulsó
durante los años treinta un tipo de comedias optimistas y
enormemente populares en coincidencia con el New deal
de Roosevelt. En ellas, la alegría de vivir no podía pasar
jamás a segundo término, fueran las circunstancias socia-
les las que fueran, estuviera el mundo facundo del color
que estuviera. Sus happy ends desproporcionados eran
una real invitación a penetrar en la pantalla y compartir
con Gary Cooper o James Steward felicidad, chicas y
buena música. Vive como quieras es un maravilloso ejem-
plar de esta cocina, una comedia pura sangre. Con inge-
nuidad, si se quiere, pero también con sabia picardía y,
sobre todo, sujetando sus palabras con un guión de hie-
rro (de Robert Riskin, basado en la obra de George S.
Kaufman y Moss Hart), la película es una sana lección de
filosofía de la vida donde se hermanan ricos y pobres y
donde el derecho al individualismo, a hacer lo que a uno
le venga en gana siempre y cuando no se moleste al pró-
jimo, prevalece sobre cualquier otro derecho. Así es la
familia Vanderhof, con la figura emblemática del abuelo
en cabeza, un soberbio Lionel Barrymore. En ese núcleo
singular, cada uno combate la locura de la vida compo-
niendo su propia locura y llevándola al paroxismo. James
Stewart, hijo del poderoso Edward Arnold, llega a ese
sano manicomio llamado por Cupido, por la bella y exce-
lente comedianta Jean Arthur, el elemento menos excén-
trico de la familia. Llega cuerdo pero a su delirio empe-
zará a dársele cuerda. Como al nuestro, ante esta desca-
charrante comedia. ■ J.B.C.
VIVIENDO SU VIDA
(Living It Up), Paramount, 1954, 95 min.
Productor: Paul Jones. Director: Norman Taurog. Guión: Jack Rose, Mel-
ville Shavelson (basado en una historia de James H. Street y en la obra
“Hazel Flagg”, de Ben Hecht). Fotografía: Daniel L. Fapp. Montaje:
Archie Marshek. Música: Walter Scharf. Dirección Artística: Albert
Nozaki, Hal Pereira. Intérpretes: Dean Marin, Jerry Lewis, Janet Leigh,
Edward Arnold, Fred Clark. ***
La reina de Nueva York –un clásico de la comedia dirigi-
do por William A. Wellman– ha quedado como una de las
más despiadadas sátiras contra el sensacionalismo perio-
dístico americano a lo largo de su historia. En una de las
secuencias del filme, el doctor –en perpetua zozobra
alcohólica– que atiende y se alía con la presunta enferma,
cuando Fredric March irrumpe en su consulta, husmea el
aire, abre las ventanas y exclama: «Aquí huele a periodis-
ta». El papel de este médico es retomado en Viviendo su
vida por Dean Martin, que sólo con ver a la espléndida
Janet Leigh (quien, a su vez, retoma el rol interpretado
por Carole Lombard en La reina de Nueva York) olvida su
juramento hipocrático y decide embarcarse en la aventu-
ra que debe llevarles a conquistar Nueva York; siempre a
costa de un presunto moribundo (Lewis), cuya moral –to-
do sea dicho– también resulta harto dudosa. Destaca
● ●
●
sobremanera el hecho de que en este remake musical y
perversamente cómico del filme de Wellman sea Lewis
quien lleve el mayor peso de la función, hasta el punto de
que Martin no aparece hasta bien mediada la función. En
realidad, Dean se ve relegado a su acostumbrada condi-
ción de galán-cantante algo caradura, cuya misión en
Viviendo su vida reside en imponer –por supuesto, inútil-
mente– algo de cordura a su compañero Jerry y enamo-
rar –con escaso éxito inicial– a una Janet Leigh prendada
del moribundo. ■ LL.B.M.
VIVIR CON PAPÁ
(Life With Father), Warner Bros., EE.UU., 1947, 118 min.
Productor: Robert Buckner. Director: Michael Curtiz. Guión: Donald
Ogden Stewart (basado en la obra de Howard Lindsay, Russell Crouse y
en el libro de Clarence Day, Jr.). Fotografía: Peverell Marley, William V.
Skall. Montaje: George Amy. Música: Max Steiner. Intérpretes: William
Powell, Irene Dunne, Elizabeth Taylor, Edmund Gwenn, ZaSu Pitts,
James Lydon, Emma Dunn, Meroni Olsen, Elisabeth Risdon. ****
Una prueba evidente de que el estilo de Frank Capra en
las comedias tuvo vigencia, aunque fuera en manos de un
director tan ecléctico como Curtiz. La obra de teatro que
Howard Lindsay y Russell Crouse escribieron, basándose
en el relato de Clarence Day, obtuvo un gran éxito en los
escenarios de Broadway, porque la historia de esta fami-
lia neoyorquina de finales de siglo preocupada por el pin-
toresco padre, que no está bautizado y, por lo tanto,
temen no poder reunirse todos en el cielo a su alrededor,
es un material lo suficientemente entrañable y delirante
como para un desfile de situaciones ingeniosas y un acer-
tado costumbrismo de una época añorada. La censura
del momento cortó la famosa frase final: «¡Voy a bauti-
zarme, maldita sea!». Atención a la presencia de la vete-
rana ZaSu Pitts. ■ M.Q.
VIVIR DE ILUSIÓN
(The Music Man), EE.UU., 1961, 145 min
Director: Morton Da Costa. Guión: Meredith Wilson, Franklin Lacey,
Marion Hargrove. Fotografía:Robert Burke. Montaje: William H. Ziegler.
Intérpretes: Robert Preston, Shirley Jones, Buddy Hackett, Hermione
Gingold, Ronny Howard, Susan Luckey, Harry Hickox, Wayne Ward. **
Protagonista de su versión teatral, que triunfó clamoro-
samente y le reportó el primero de sus dos premios Tony,
Robert Preston, condenado usualmente a papeles secun-
darios (fue candidato al Oscar por su creación de un
homosexual en ¿Víctor o Victoria?), tuvo en Vivir de ilu-
sión la oportunidad cinematográfica de su vida. Este
cuento con moraleja y en clave musical acaba por resul-
tar plúmbeo y camp, pese a la competente actuación de
Preston (fallecido en 1987). La partitura de Ray Heindorf
obtuvo el Oscar a la Mejor Banda Sonora adaptada y, por
extraño que parezca, la Academia también nominó al
filme para una estatuilla que, lógicamente, ganó Lawren-
ce de Arabia. Abstención recomendada, excepto amantes
irreprimibles de la comedia musical. ■ LL.B.M.
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 Vivir para gozar | 501
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502| Vivir para gozar
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VIVIR PARA GOZAR
(Holiday), Columbia, EE.UU., 1938, 93 min.
Productor: Everett Riskin. Director: George Cukor. Guión: Donald
Ogden Stewart, Sidney Buchman (basado en una obra de Philip Barry).
Fotografía: Franz Planer. Montaje: Otto Meyer, Al Clark. Música: Morris
Stoloff. Dirección Artística: Stephen Goosson, Lionel Banks. Intérpretes:
Katharine Hepburn, Cary Grant, Doris Nolan, Lew Ayres, Edward Everett
Horton, Henry Kolker. *****
Esta película absolutamente mágica –una experta mezcla
de comedia, romance y alegato social– es cortesía del
equipo que, dos años después, deslumbraría al mundo
con Historias de Filadelfia: el guionista Donald Ogden
Stewart, partiendo de una obra de Philip Barry; el direc-
tor George Cukor; y Cary Grant y Katharine Hepburn, él
más amable y encantador que nunca, ella más bella y
emotiva de lo que podamos imaginar. Es la historia de un
joven de origen humilde (Grant), dueño de una modesta
fortuna, que toma al asalto una acaudalada familia de la
alta sociedad neoyorquina: prometido a la convencional-
mente snob hija menor (Nolan), remueve dudas latentes
y resentimientos mediante su desprecio por las propie-
dades materiales, y acaba mostrando a la insatisfecha hija
mayor (Hepburn) el camino para una declaración de
independencia.
A pesar de algunos diálogos muy divertidos y tremen-
damente ácidos, la película no es tanto una sátira sobre
los ricos como un reconocimiento de que los privilegios
tienen sus desventajas, de ahí que su pulida superficie
esté socavada por vetas de auténtico sentimiento. Hasta
la artificial pero efectiva conclusión a bordo de un barco,
Vivir para gozar se mueve a un ritmo muy refinado, dela-
tando en ocasiones su origen teatral, pero conservando
siempre la agilidad de la puesta en escena y un gusto casi
perverso por el alfilerazo. Las estrellas relucen en medio
de un soberbio reparto de secundarios. ■ J.D.D.
VOLVERÁS A MÍ
(Once More, with Feeling!), EE.UU., 1960, 92 min
Director: Stanley Donen. Productor: Stanley Donen. Guión: Harry Kur-
nitz (basado en su obra). Fotografía: Georges Périnal. Montaje: Jack
Harris. Intérpretes: Yul Brynner, Kay Kendall, Gregory Ratoff, Geoffrey
Toone, Maxwell Shaw, Mervyn Johns, Martin Benson, Harry Lockart,
Shirley Anne Field Grace Newcombe. ***
Esta comedia matrimonial, desarrollada en interiores, en
escenas largas y muy dialogadas, no oculta su origen tea-
tral (una obra de Harry Kurnitz), pero Stanley Donen le
insufla un tempo, una energía y un empaque ciento por
ciento cinematográficos: como la eminente Indiscreta o la
hoy muy olvidada Página en blanco, es prototipo de la
comedia sofisticada, tan elegante como la suite nupcial
de un cinco estrellas, tan señorial como una copa del me-
jor vino de champán. Con audaz ironía, sigue el enfrenta-
miento, verbal y físico, de un director de orquesta meló-
mano y megalómano, cuya casa reproduce por doquier
su imagen en cuadros y bustos (un eléctrico y, en sentido
figurado, desmelenadísimo Brynner) y su arpista esposa
● ●
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(la excelsa comediante, de nariz respingona, Kay Kendall,
fallecida poco después del rodaje). ■ J.B.C.
VOTA A GUNDISALVO
España, 1977, 88 min
Productor: José Luis Dibildos. Director: Pedro Lazaga. Guión: José Luis
Dibildos, Antonio Mingote. Fotografía: Manuel Rojas. Montaje: Petra de
Nieva. Intérpretes: Manuel Alexandre, Francisco Camoiras, Alberto Fer-
nández, Antonio Ferrandis, Claudia Gravy, Emilio Gutiérrez Caba, Laly
Soldevila, Silvia Tortosa, Tina Sáinz, Conrado San Martín, Ivonne Sentis,
Susana Mayo, Julián Navarro. *
Comedia de humor fácil, tufillo reaccionario y conyugal
premisa: tocaba reírse de la recién llegada democracia y
una creación del humorista Mingote era una adecuada
carta para ser llevada al cine. Ferrandis demostró que co-
mo actor principal poseía idéntico carisma que como se-
cundario. ■ J.B.C.
VUELO DE LA PALOMA, EL
España, 1989, 88 min.
Productor: Andrés Santana. Director: José Luis García Sánchez. Guión:
Rafael Azcona, José Luis García Sánchez. Fotografía: Fernando Arribas.
Música: Mariano Díaz. Intérpretes: Ana Belén, José Sacristán, Juan Luis
Galiardo, Juan Echanove, Antonio Resines, Luis Ciges. ***
En el ya lejano 1950, Federico Fellini procedía en su pelí-
cula El jeque blanco a una demoledora sátira de los
fumetti, es decir, de las fotonovelas entonces en pleno
auge y que alimentaban los mediocres sueños de gente
no menos mediocre. La protagonista, Giulietta Massina,
viajaba a Roma en compañía de su marido para asistir a
una audiencia colectiva del Papa, pero en realidad termi-
naba en los brazos de un fracasado y necio galán de foto-
novelas, interpretado por Alberto Sordi. En El vuelo de la
paloma, y tras su experiencia conjunta en Pasodoble,
endeble comedia de intención surrealista, José Luis Gar-
cía Sánchez y el guionista Rafael Azcona perpetraron un
malévolo cruce de “Madame Bovary” y El jeque blanco,
●

● ●
añadiéndole ciertas dosis de vitriolo al estilo del Billy Wil-
der de En bandeja de plata. La heroína de la película se
llama Paloma y, ciertamente, intentará volar para vivir una
aventura, no con un héroe de fotonovelas (subgénero que
hoy parece pertenecer a la prehistoria de la cultura de
masas kitsch), sino de un ortopédico galán televisivo
(Juan Luis Galiardo, en una autoparodia que cabe agra-
decerle) venido a menos y en el que todo es falso, desde
la dentadura (postiza) hasta la mata de pelo (también
puro artificio) en el pecho. Planteada como una película
coral transitada por gente mezquina, si exceptuamos el
personaje de Ana Belén, El vuelo de la paloma transcurre
en una sola jornada. La cotidianeidad de un barrio madri-
leño se ve alterada por la irrupción de un ruidoso equipo
de televisión que rueda una serie sobre la entrada de los
regulares en Madrid. El protagonista es Luis Doncel, gua-
peras ya algo decrépito, que despierta en Paloma senti-
mientos que ella creía desaparecidos y la posibilidad de
evadirse de un entorno mediocre. El marido (José Sacris-
tán) es un haragán contumaz que abandonó los estudios
durante sus años de militancia en el PCE y ahora malvive
simulando accidentes o actuando de falso testigo para su
hermano picapleitos (Miguel Rellán), en una picaresca no
excesivamente rentable. Paloma quiere volar, y como no
piensa hacerlo con el orondo pescadero (Juan Echanove)
que está enamorado de ella e intenta conquistarla rega-
lándole espléndidas merluzas, se echa en brazos del tai-
mado galán televisivo. ■ LL.B.M.
VUELVE A LA TIENDA
DE BARATIJAS, JIMMY DEAN
(Come Back to the 5 & Dime, Jimmy Dean, Jimmy Dean), Sandcastle,
EE.UU., 1982, 109 min.
Productor: Scott Bushnell. Director: Robert Altman. Guión: Ed Graczyck
(basado en su obra teatral). Fotografía: Pierre Mignot. Montaje: Jason
Rosenfield. Diseño de producción: David Gropman. Intérpretes: Sandy
Dennis, Cher, Karen Black, Sudie Bond, Marta Heflin, Kathy Bates, Mark
Patton, Caroline Aaron, Ruth Miller, Gena Ramsel. ***
Rara oportunidad de conocer este filme que el autor de
Vidas cruzadas rodó entre Healt (otra película que no
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Vuelve el padre de la novia | 503
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llegó a estrenarse en España) y la opresiva y teatral Stre-
amers. Basada en una obra de Ed Graczyk, desgrana el
viaje de un grupo de amigas, miembros de un club de
fans de James Dean, al rincón de Texas en que se rodó la
mítica Gigante, con motivo de los veinte años (estamos
en 1975) del fallecimiento de su ídolo. Un viaje que esta-
rá trufado de inesperadas revelaciones. Buen reparto
femenino, con la presencia de una Cher que llevaba trece
años apartada del cine. ■ J.B.C.
VUELVE EL PADRE DE LA NOVIA
(Father of the Bride Part II), EE.UU., 1995, 106 min.
Productor: Nancy Meyers. Director: Charles Shyer. Guión: Nancy
Meyers, Charles Shyer (basado en el guión de Frances Goodrich y Albert
Hackett para El padre es abuelo). Fotografía: Elliot Davis, William A. Fra-
ker. Montaje: Adam Bernardi, Stephen A. Rotter. Música: Alan Silvestri.
Dirección Artística: Greg Papalia. Intérpretes: Steve Martin, Diane Kea-
ton, Kimberly Williams, Kieran Culkin, George Newbern, Martin Short,
B.D. Wong, Peter Michael Goetz, Kate McGregor-Stewart, Jane Adams,
Eugene Levy. **
Vuelve el padre de la novia es, como su inmediato prece-
dente (o peor, pues ahí había por lo menos un par de gags
potables, como las caídas en la piscina o el cachondeo en
torno a un smoking azul), una operación descafeinada que
toma un hilo argumental preexistente y lo vuelve a filmar
de la manera más plana posible, perdida ya toda posibili-
dad de reencontrar la antigua elegancia minnelliana o su
fina ironía: en este último sentido, cabe decir que lo que en
Vincente Minnelli era una sutil mofa a la institución familiar,
aquí se convierte en una auténtica loa a la familia y al ho-
gar indestructible. Algo que parece habitual en el cine nor-
teamericano de estos últimos tiempos. Tras el naufragio,
en la línea de flotación quedan, eso sí, dos buenos come-
diantes, Steve Martin y Diane Keaton, que de un tiempo a
esta parte necesitan un renacimiento a la medida de sus
considerables cualidades interpretativas. Por su parte,
Martin Short recupera su personaje de alocado mariposón,
con un físico y unos recursos cómicos que recuerdan bas-
tante a Donald O´Connor, el compañero del llorado Gene
Kelly en Cantando bajo la lluvia. ■ J.B.C.
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WHISKY A GO GÓ!
(Whisky Galore!), Reino Unido, 1949, 82 min.
Productor: Michael Balcon. Director: Alexander Mackendrick. Guión:
Compton MacKenzie, Angus MacPhail (basado en la novela de Compton
MacKenzie). Fotografía: Gerald Gibbs, Jo Jago (sin acreditar). Montaje:
Joseph Sterling, Charles Crichton (sin acreditar). Música: Ernest Irving.
Dirección Artística: Jim Morahan. Intérpretes:: Basil Radford, Catherine
Lacey, Bruce Seton, Joan Greenwood, Wylie Watson, Gabrielle Blunt,
Gordon Jackson, Jean Cadell. ****
Una de las comedias corales más divertidas y significati-
vas del estilo de la productora Ealing alrededor de los
años cincuenta. El propio Compton MacKenzie, autor de
la novela, escribió el guión y se encargó de un pequeño
● ●
●
papel como capitán Buncher. Un agradecidísimo desfile
de tipos humanos entrañables, que no buscan hacer reír
a cualquier precio, ni fuerzan las situaciones, sino que
traslucen una ternura y una vitalidad impresionantes, por
encima de su pobreza y las dificultades que la contienda
les causa para sobrevivir. Primera obra de Mackendrick,
un clásico que nos daría, dentro de la misma Ealing, fil-
mes inolvidables como El hombre vestido de blanco y El
quinteto de la muerte. ■ M.Q.
WHITE RIVER KID
(The White River Kid), EE.UU., 1999, 99 min.
Productor: Antonio Banderas, Arne Glimcher, Robert Greenhut, Elie
Samaha. Director: Arne Glimcher. Guión: David Leland (basado en el
libro “The Little Brothers of St. Mortimer”, de John Fergus Ryan). Foto-
grafía: Michael Chapman. Montaje: Sam O’Steen. Música: John Frizzell.
Dirección Artística: Dennis Bradford. Intérpretees: Bob Hoskins, Antonio
Banderas, Ellen Barkin, Wes Bentley, Kim Dickens, Randy Travis, Beau
Bridges, Swoosie Kurtz. **
Banderas, probablemente en un gesto de agradecimien-
to, vuelve a la vera del impersonal Glimcher, que lo dirigió
en Los reyes del mambo,uno de sus primeros pasos en el
cine americano, en esta mediocre farsa de pícaros, jóve-
nes criminales, prostitutas ciegas, sheriffs melómanos y
carretera, mucha carretera. Con Beau Bridges, Kim Di-
ckens y Swoosie Kurtz, entre otros. ■ J.B.C.
WILT
Carnival/LWT, Reino Unido, 1989, 91 min.
Productor: Brian Eastman. Director: Michael Tuchner. Guión: Andrew
Marshall, David Renwick (basado en la novela de Tom Sharpe). Fotogra-
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506| Wimbledon: el amor está en juego
● ●
fía: Norman Langley. Montaje: Chris Blunden. Música: Anne Dudley.
Dirección Artística: Leo Austin. Intérpretes: Griff Rhys Jones, Mel Smith,
Alison Steadman, Diana Quick, Jeremy Clyde, Roger Allam, David Ryall,
Roger Lloyd-Pack, Dermot Crowley ***
Hay una buena ración de diversión en Wilt, una farsa con
un atisbo de lesbianismo, una muñeca hinchable de ta-
maño natural y la clase de humor obsceno con el que han
crecido las comedias británicas. Basada en la brillante
novela cómica de Tom Sharpe, esta sombría historia de
malentendidos está protagonizada por Wilt (Griff Rhys
Jones), un desilusionado profesor universitario que pasa
su tiempo libre paseando a su perro y soñando con matar
a su dominante esposa Eva (Alison Steadman). Ambos
son invitados a una fiesta en una lujosa casa de campo, y
es ahí cuando se precipitan los acontecimientos, que in-
cluyen los movimientos predatorios hacia Eva de su
“amiga” Sally (Diana Quick) y una humillante escena con
Wilt atado a una muñeca hinchable de tamaño natural. Al
día siguiente, Eva desaparece y las actividades nocturnas
del profesor son investigadas por el ambicioso inspector
Flint, un policía lo bastante incompetente para hacer que
Clouseau parezca Sherlock Holmes. Wilt ha enterrado la
muñeca en cemento, su esposa ha desaparecido y Flint
puede sumar dos y dos y obtener la respuesta equivoca-
da. Griff Rhys Jones y Alison Steadman logran que sus
personajes parezcan lo más auténticos posible con una
pericia que se echa profundamente de menos en el resto
de la película. ■ J.D.D.
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WIMBLEDON: EL AMOR ESTÁ EN
JUEGO
(Wimbledon), Working Title, Reino Unido/Francia, 2004, 98 min.
Productor: Tim Bevan, Liza Chasin, Eric Fellner, Mary Richards. Director:
Richard Loncraine. Guión: Adam Brooks, Jennifer Flackett, Mark Levin.
Fotografía: Darius Khondji. Montaje: Humphrey Dixon. Música: Ed She-
armur. Dirección Artística: Tony Halton. Intérpretes: Kirsten Dunst, Paul
Bettany, Kyle Hyde, Robert Lindsay, Celia Imrie, Penny Ryder, Annabel
Leventon, Amanda Walker, James McAvoy. **
Desde el éxito de Cuatro bodas y un funeral, Working
Title se ha convertido en una fábrica cada vez más temi-
ble de comedias románticas: Notting Hill, Love Actually,
las cuitas indigestas de Bridget Jones... Aquí tenemos el
último bombón expedido por la productora, un com-
puesto de tenis y romance ambientado en el célebre tor-
neo británico. La trama es delgaducha: un jugador inglés
y una jugadora estadounidense se enamoran y, entre par-
tido y partido, gozan de noches de pasión que pondrán
un toque de suspense a la historia: ¿influirán, negativa o
positivamente, en el deporte sus saques en el catre?
La incógnita viene rellena del almíbar que ya pueden
imaginar. Si la cosa se deja ver sin molestia es por tres
razones: 1) los vistosos, bien filmados partidos, 2) la apre-
ciable química que destila la pareja Dunst & Bettany, dos
buenos actores, y 3) algún islote sentimental aceptable-
mente resuelto, como la escena nocturna en que los pro-
tagonistas improvisan un partido con imaginarias raque-
tas y pelota, mientras un cometa cruza el cielo. ■ J.B.C.
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 Y
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...Y AL TERCER AÑO, RESUCITÓ
Coral P.C., España, 1980, 86 min.
Productor: Mariano de Lope. Director: Rafael Gil. Guión: Fernando Viz-
caíno Casas (basado en su novela). Fotografía: José F. Aguayo. Montaje:
José Luis Matesanz. Música: Gregorio García Segura. Dirección Artística:
Enrique Alarcón. Intérpretes: José Bodalo, Paco Cecilio, Antonio Garisa,
Fernando Sancho. ●
El 20 de noviembre de 1978, un anciano hace auto-stop
en la carretera del Valle de los Caídos, siendo recogido
por unos camioneros que le llevan al Pardo. Esto hace
creer en Madrid que el Caudillo ha resucitado, con el con-
siguiente cambio de chaqueta de los «demócratas de
toda la vida». Aunque parezca increíble, con este argu-
mento la novela de Vizcaíno Casas se aupó hasta la lista
de libros más vendidos del momento, lo que fue aprove-
chado para su adaptación al cine de la peor forma posi-
ble. El desfasado director Rafael Gil decidió que lo mejor
para la nueva etapa de la política española era añorar la
vieja etapa de la política española, por lo que concibió la
película como un canto al posfranquismo que, vista ahora
con perspectiva, no puede más que producir vergüenza
ajena. ■ L.M.C.
YANQUI EN OXFORD, UN
(A Yank at Oxford), Reino Unido, 1938, 100 min.
Productor: Michael Balcon. Director: Jack Conway. Guión: John Monk
Saunders, Leon Gordon, Sidney Gilliat, Michael Hogan, Malcolm Stuart
Boylan, Walter Ferris, George Oppenheimer, Roland Pertwee. Fotogra-
fía: Harold Rosson. Montaje: Margaret Booth, Charles Frend. Música:
Hubert Bath, Edward Ward. Intérpretes: Robert Taylor, Vivien Leigh,
Maureen O'Sullivan, Lionel Barrymore, Edmund Gwenn, Robert Coote,
Peter Croft, Walter Kingsford, Tully Marshall. ***
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●
Objeto de un vago e insensato remake escrito y dirigido
por Robert Boris para el lucimiento de la nueva estrella
Rob Lowe en Oxford Blues, este film de Jack Conway
contó en su extenso equipo de escritores –el guión apare-
ce firmado nada menos que por ¡ocho guionistas!– con el
gran novelista Francis Scott Fitzgerald, aunque su nombre
fuera finalmente omitido en los títulos de crédito. Plante-
ado por Louis B. Mayer como una coproducción con Gran
Bretaña cuyo productor ejecutivo era el prestigioso
Michael Balcon, Un Yanqui en Oxford no pasó de ser una
divertida comedia sobre un estudiante norteamericano
(Robert Taylor) que es un consumado deportista y decide
perfeccionar sus estudios en la Universidad de Oxford. Su
adaptación al carácter británico da pie a toda una serie de
chocantes situaciones trenzadas por el nutrido equipo de
guionistas. Como solía ocurrirle a menudo, Scott Fitzge-
rald se enamoró de la protagonista del film, Maureen
("Jane") O'Sullivan, entonces recién casada con el director
John Farrow, unión de la que nacería Mia Farrow. Sin
embargo, la presencia femenina más destacada sería la de
la actriz inglesa Vivien Leigh, aún desconocida entre el
público norteamericano, pero que al año siguiente sería
elegida para encarnar a la Scarlett O'Hara de Lo que el
viento se llevó. Para nostálgicos de la comedia deportiva y
de los repartos suntuosos. ■ LL.B.M.
¿Y CUANDO LLEGARÁ ANDRÉS?
(Lo chiameremo Andrea), Verona Produzione, Italia, 1972, 104 min.
Productor: Marina Cicogna. Director: Vittorio de Sica. Guión: Cesare
Zavattini. Fotografía: Ennio Guarnieri. Montaje: Adriana Novelli, Marisa
Letti. Música: Manuel De Sica. Dirección Artística: Giancarlo Bartolini
Salimbeni, Franco Calabrese. Intérpretes: Nino Manfredi, Mariangela
Melato, Isa Miranda, Esmeralda Ruspoli. *
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508| ¿Y de la ternura, qué?
● ● ●

Extraño guión de Zavattini –y, sin acreditar, Leo Benvenu-

ti y Piero di Bernardi– que constituye uno de los puntos
más bajos en la esplendorosa filmografía de Vittorio de
Sica. Entre un humor chabacano, indigno y sexualmente
inapropiado, se narra la historia de Paolo y María, dos
profesores que desean tener un hijo a toda costa. Por
supuesto, todos los enredos vendrán porque ella no
queda embarazada, teniendo que acudir a un especialis-
ta suizo y a un vidente. Entre sus bromas más recurren-
tes está el de hacer el amor en cualquier sitio cuando ella
crea que ha llegado la hora de ovular, y el de un amigo de
Paolo que se toma un afrodisiaco encargado para él.
Envuelta a medio camino entre la tontería sexual y la
ingenuidad romántica, destacan sus corales canciones
infantiles. ■ L.M.C.

¿Y DE LA TERNURA, QUÉ?
(Et la tendresse?... Bordel!), Chloë Productions/Foch Productions,
Francia, 1978, 105 min.

Productor: Marthe Mercadier, Beno Feingold. Director: Patrick Schul-

mann. Guión: Patrick Schulmann. Fotografía: Jacques Assuerus. Monta-
je: Aline Fress. Música: Patrick Schulmann. Intérpretes: Jean-Luc Bideau,
Evelyne Dress, Bernard Giraudeau, Anne-Marie Philipe. ***

Divertidas aventuras romántico-sexuales, excelentemente

explicadas en el cartel anunciador de la película que
muestra a una pareja en la cama... ella soñando con un
corazón, el hombre con ese mismo corazón aunque dibu-
jado al revés formando un culo. En realidad se trata de
seguir la línea marcada por las películas italianas de epi-
sodios que tanta popularidad tuvieron durante los 60 y
mediados de los 70, y explicar la teoría del amor en tres
diferentes parejas: la primera formada por dos adoles-
centes ingenuos que se enamoran, se casan, ella termina
criando amargadamente a un niño y él convertido en un
chulo; la segunda nos habla de un obseso sexual que verá
apagada su fogosidad tras un “corte” inesperado; y la ter-
cera se centra en la simpatía que desprenden mutuamen-
te un encuestador y una enfermera. Buenas intenciones y
resultados. ■ L.M.C.
Y LA NAVE VA
(E la nave va), Francia-Italia, 1983, 130 min.
Productor: Franco Cristaldi. Director: Federico Fellini. Guión: Catherine
Breillat, Roberto De Leonardis, Federico Fellini, Tonino Guerra. Fotogra-
fía: Giuseppe Rotunno. Montaje: Ruggero Mastroianni. Música: Gian-
franco Plenizio. Dirección Artística: Maria-Teresa Barbasso, Nazzareno
Piana, Massimo Razzi. Intérpretes:: Freddie Jones, Barbara Jefford, Victor
Poletti, Peter Cellier, Elisa Mainardi, Norma West, Paolo Paoloni, Sarah-
Jane Varley. ****
Ésta es, quizá junto a Ginger y Fred, la película más famo-
sa de su autor rodada en los ochenta. Se trata de una
apoteosis felliniana donde se encuentran todos los ras-
gos característicos de esta singular e importantísima per-
sonalidad de la historia del cine. Entre estas característi-
cas destacan una puesta en escena cargada de referen-
cias pictóricas y escultóricas, un personal tono poético y
una visión satírica de la humanidad, sobre todo de la bur-
guesía, claramente representada en Y la nave va por el
conjunto de personajes que desfilan por el barco donde
sucede la acción, cuyo objetivo es llegar a la isla de Eri-
mo y allí esparcir las cenizas de una famosísima cantante
de ópera fallecida. Como en todas las películas de su últi-
ma época (Ginger y Fred, Entrevista y La voz de la luna),
este tono crítico o satírico se extiende hasta el mundo del
espectáculo en general y del cine en concreto, respecto
al cual parece que en los últimos años de su vida Fellini
se desencantó un poco. ■ M.Q.
YO HICE A ROQUE III
Izaro Films, España, 1980, 92 min.
Productor: Salvador Ginés. Director: Mariano Ozores. Guión: Mariano
Ozores. Fotografía: Raúl Artigot. Montaje: Antonio Ramírez. Música:
Alfonso Agulló. Intérpretes: Fernando Esteso, Andrés Pajares, Antonio
Ozores, Mirta Miller. ****
Así, a lo bruto, una de las grandes comedias de la histo-
ria del cine español, que, en principio, partía con las mis-
mas premisas simpáticas e intrascendentes de las ante-
riores bromas de Pajares-Esteso-Ozores Los bingueros
(1978) y Los energéticos (1979). Sin embargo, y ya desde
su música inicial, nace con la intención de parodiar el per-
sonaje de Rocky Balboa, dentro de una historia que
camina por los senderos más hilarantemente disparata-
dos al contar la historia de Roque (Pajares), un gorrón
que lleva viviendo años gratis en casa de su amigo Fede-
rico (Esteso). Una serie de personajes pícaros y cínicos,

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● ●
encabezados por el propio Federico, llevan al tarado Ro-
que a un duro entrenamiento para que boxee contra el
campeón de España. Posee conversaciones surrealistas
entre Ozores, Pajares y Esteso (en especial la de las pipas);
algunos chistes antológicos («El niño me llama cariñosa-
mente tío... Tío gorrón, tío plasta»); y un final con cierto
toque melancólico que acaba por descolocar totalmente
acerca de las pretensiones de su director. Además, no
abusa del destape, que parecía obligado en esa época,
consiguiendo la participación de rostros prestigiosos (Nar-
ciso Ibáñez Menta) y conocidos dentro del mundo del
boxeo (Dum Dum Pacheco, el locutor Héctor Quiroga). No
reinventa la comedia española, pero sí la dignifica. ■ L.M.C.
YO, TÚ Y MAMÁ
(Only the Lonely), 20th Century Fox/Hughes, EE.UU., 1991, 102 min.
Productor: John Hughes, Hunt Lowry. Director: Chris Columbus. Guión:
Chris Columbus. Fotografía: Julio Macat. Montaje: Raja Gosnell. Música:
Maurice Jarre. Dirección Artística: John Muto. Intérpretes: John Candy,
Maureen O’Hara, Ally Sheedy, Kevin Dunn, Anthony Quinn. **
Comedia levemente alocada, previsible, átona, a ratos ro-
mántico-nostálgica, en torno a las relaciones entre un
orondo policía (el malogrado Candy) y su madre, una viu-
da de fuerte carácter. Su mejor baza es el ecléctico repar-
to, en el que figura la veterana protagonista de El hombre
tranquilo, retirada del cine desde 1971. Desde luego, Mau-
reen O´Hara se merecía mejor retorno. ■ J.B.C.
YOU CAN’T CHEAT AN HONEST MAN
Universal Pictures, EE.UU., 1939, 76 min.
Productor: Lester Cowan. Director: George Marshall, Edward F. Cline
(sin acreditar), Edward Sedgwick (sin acreditar). Guión: Everett Free-
man, Richard Mack, George Marion Jr. (basado en una historia de W.C.
Fields como Charles Bogle). Fotografía: Milton R. Krasner. Montaje: Otto
Ludwig. Música: Frank Skinner (sin acreditar). Dirección Artística: Jack
Otterson. Intérpretes: W.C. Fields, Edgar Bergen, Charlie McCarthy,
Constance Moore, John Arledge, James Bush. **
«Está sobrecargada de comedia barata y no tiene histo-
ria, ni patetismo, ni personajes creíbles.» El perceptivo
crítico es el propio W. C. Fields, que observó impotente
cómo la Universal echaba a perder su conmovedora his-
toria de un pícaro propietario de circo. La mayor parte de
la comedia se pone en las manos del ventrílocuo Edgar
Bergen (el padre de Candice), cuyo enfrentamiento ra-
diofónico con Fields hizo partirse de risa a toda América.
Pero las payasadas del dúo parecen ahora más históricas
que histéricas, y el personaje de Fields emerge triste-
mente rebajado y ordinario. Aún así, sobreviven algunos
buenos momentos aquí y allá. ■ J.D.D.
YOUNG IN HEART, THE
EE.UU., 1938, 90 min.
Productor: David O. Selznick. Director: Richard Wallace. Guión: Paul
Osborn, Charles Bennett (basado en la serie The Gay Banditti, de I.A.R.
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Yo, yo mismo e Irene | 509
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Wylie. Fotografía: Leon Shamroy. Música: Franz Waxman. Montaje: Hal
C. Kern. Intérpretes: Janet Gaynor, Douglas Fairbanks Jr., Paulette God-
dard, Roland Young, Billie Burke, Minnie Dupree. **
Comedia familiar de corte romántico, The Young in Heart
gozó en su época de una cierta reputación por su exce-
lente reparto, encabezado por la deliciosa Janet Gaynor
y el hijo de Douglas Fairbanks, pero en el que sobresale
–por méritos propios– un nutrido equipo de grandes
característicos, singularmente Minnie Dupre, Billie Burke
–por entonces viuda de Florenz Ziegfeld– y Roland
Young, amén de Paulette Goddard, entonces casada con
Charles Chaplin. Esta producción de David O. Selznick
obtuvo sendas candidaturas al Oscar para la Banda
Sonora de Franz Waxman y la Fotografía de Leon Sham-
roy. Para nostálgicos irreprimibles y amantes de la come-
dia romántica al viejo estilo. ■ LL.B.M.
YOUNG NURSES IN LOVE
Platinum Pictures, EE.UU., 1986, 82 min.
Productor: Chuck Vincent. Director: Chuck Vincent. Guión: Craig
Horrall, Chuck Vincent. Fotografía: Larry Revene. Montaje: James Dava-
los, Chuck Vincent (como Marc Ubell). Música: Bill Heller. Dirección
Artística: D. Gary Phelps. Intérpretes: Jeanne Marie, Alan Fisler, Veronica
Hart, Jamie Gillis, Harvey Siegel, James Davies, Barbra Robb. *
Un auténtico dislate, la historia delirante de una espía
extranjera que se introduce como enfermera en un hospi-
tal, con el pintoresco propósito de apoderarse de los
tubos del banco de esperma, con donaciones de hom-
bres de gran poderío físico o intelectual, a fin de llevárse-
los a su país y obtener una raza privilegiada. Ni siquiera
vale la pena sentir curiosidad ante un producto tan indi-
gesto. ■ M.Q.
YO, YO MISMO E IRENE
(Me, Myself and Irene), 20th Century Fox, EE.UU, 2000, 116 min.
Directores: Bobby y Peter Farrelly. Guión: Mike Cerrone, Bobby y Peter
Farrelly. Fotografía: Mark Irwin. Música: Lee Scott. Intérpretes: Jim Ca-
rrey, Renée Zellweger, Anthony Anderson, Mongo Brownlee, Kate Fors-
ter, Jerod Mixon, Chris Cooper, Michael Bowman, Richard Jenkins, Anna
Kournikova, Tony Cox. *
A veces contemplar esta comedia es tan trabajoso como
subir al Alpe d’Huez en triciclo. Los hermanos Farrelly,
muy al trantrán, escogen la disfuncionalidad preferida de
su preferido Jim Carrey: el trastorno bipolar. Así, Charlie,
el amable y atento oficial de policía de Rhode Island, se
convierte en Hank, maniaco y diabólico sujeto más malo
que la quina. Afortunadamente templando las referencias
a Jeckyll y Hyde, los cineastas construyen su habitual
farsa, al servicio completo de un Carrey tan desaforado
como siempre, que incluso mejoró su técnica del arqueo
de cejas breakdance para la ocasión. Mucho más balsá-
mica es la presencia de Renée Zellweger como la sufrida
y cariacontecida novia del gachó. Si hay que destacar
algún momento cómico, éste proviene de la extraña fami-
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510| Yo, yo, yo... y los demás
● ●
lia de zepelines afroamericanos del protagonista, otra de
las dianas preferidas de los cansinos Farrelly. Eso, y la fu-
gaz subida a la red de la Kournikova, que siempre alegra
la vista. ■ J.C.
YO, YO, YO... Y LOS DEMÁS
(Io, io, io... e gli altri), Cineluxor/Rizzoli Film, Italia, 1965, 116 min.
Productor: Luigi Rovere. Director: Alessandro Blasetti. Guión: Alessan-
dro Blasetti, Carlo Romano, Suso Cecchi d’Amico, Ennio Flaiano, Giorgio
Rossi, Agenore Incrocci, Furio Scarpelli, Adriano Baracco, Leo Benvenu-
ti, Piero de Bernardi, Lianella Carell, Libero Solaroli, Vincenzo Talarico.
● ●
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Fotografía: Aldo Giordani. Montaje: Tatiana Morigi, Valentina Guerra.
Música: Carlo Rustichelli. Vestuario: Milena Bonomo, Angiolina Meni-
chelli. Intérpretes: Walter Chiari, Gina Lollobrigida, Vittorio de Sica, Mar-
cello Mastroianni, Silvana Mangano, Nino Manfredi, Elisa Cegani, Cateri-
na Boratto, Franca Valeri, Paolo Panelli, Marisa Merlini. ***
Su director, Alessandro Blasetti, fue un histórico del cine
italiano. Su práctica empieza con el cine sonoro y
encuentra su esplendor sirviendo a la causa mussoliniana
en varios productos muy característicos de la época, cu-
ya cima sería La corona de hierro. La prueba de que Bla-
setti es la más representativa figura de aquella cinemato-
grafía la expuso Luchino Visconti al incluirle, para encar-
nar su propio papel, en el film Bellisima.
Yo, yo, yo... y los demás, realizada en 1965, pertenece a
su etapa terminal. Se trata de una comedia escrita por
una legión de guionistas e interpretada por una no menos
catarata de actores: Gina Lollobrigida, Vittorio de Sica,
Marcello Mastroianni, Silvana Mangano, Nino Manfredi...
La película pretende analizar el egoísmo inherente del
género humano a partir de una encuesta-reportaje que
emprende el protagonista, el cual acabará dándose cuen-
ta de que él tampoco escapa a los defectos que minucio-
samente ha ido anotando de un numeroso y heterogéneo
grupo de observados. El filme adolece de una excesiva
simplicidad y de un tono didáctico demasiado en primer
término, pero como comedia de situaciones y de actores
es de una efectividad fuera de toda duda. ■ J.B.C.
Y SI NO, NOS ENFADAMOS
(Altrimenti ci arrabbiamo), Rizzoli Film/Filmayer/Capital Films,
Italia-España, 1974, 100 min.
Productor: Mario Cecchi Gori. Director: Marcello Fondato. Guión: Fran-
cesco Scardamaglia, Marcello Fondato, Vicente Coello. Fotografía: Artu-
ro Zavattini. Montaje: Sergio Montanari, Alfonso Santacana. Música:
Guido y Maurizio De Angelis. Intérpretes: Terence Hill, Bud Spencer,
John Sharp, Donald Pleasence. **
Clásica patochada simpática de estos dos entrañables
gamberros, Hill & Spencer, que en esta ocasión se en-
cuentran en un bar y hacen una apuesta consistente en
quién es capaz de engullir más salchichas y cervezas.
Después hay unas persecuciones con mini-cars, las
peleas de rigor, una estupenda Patty Shepard acompa-
ñando las correrías de la pareja, un guión bastante flojo
aunque resuelto con astucia para que no lo parezca y una
canción bastante buena de los hermanos De Angelis
(“Dune Buggy”). En su época fue una de sus obras más
populares, aunque parece que ha perdido bastante con el
tiempo y ya no distrae ni a los menos exigentes. Además,
como la película está rodada en Madrid, por sus imáge-
nes aparecen actores españoles como Manuel de Blas,
Luis Barbero y Emilio Laguna. ■ L.M.C.
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 Z
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ZAPATONES
(Piedone d’Egitto), Italia, 1979, 95 min.

Director: Steno. Guión: Adriano Bolzoni, Massimo Franciosa, Steno.

Fotografía: Sandro Borni, Luigi Kuveiller. Montaje: Carlo Bartolucci,
Mario Morra. Música: Guido De Angelis, Maurizio De Angelis. Diseño de
Producción: Enzo Bulgarelli. Vestuario: Sartoria Russo, Luciano Sagoni.
Intérpretes: Bud Spencer, Enzo Cannavale, Baldwyn Dakile, Angelo
Infanti, Cinzia Monreale, Karl-Otto Alberty. *****

Comedia de una vulgaridad espantosa, gags de parvula-

rio y tortazos a mansalva, perteneciente al ciclo del ins-
pector Rizzo, uno de los personajes más populares de
Spencer al margen de los que interpretó formando pare-
ja con Terence Hill. Aquí, Rizzo y su fiel ayudante Caputo
aceptan la invitación de un magnate del petróleo para
viajar a Egipto, donde se enfrentarán a unos traficantes
de armas. ■ J.B.C.

ZELIG
Orion, EE.UU., 1983, 80 min.

Productor: Robert Greenhut. Director: Woody Allen. Guión: Woody

Allen. Fotografía: Gordon Willis. Montaje: Susan E. Morse. Música: Dick
Hyman. Dirección Artística: Speed Hopkins. Vestuario: Santo Loquasto.
In
ntérpretes: Woody Allen, Mia Farrow, John Buckwalter, Marvin Chati-
nover, Stanley Swerdlow, Paul Nevens, Howard Erskine. *****
Woody Allen ha ido rodando una película tras otra, sin
desfallecer, a una velocidad superior al resto de sus cole-
gas, y ha sido capaz de arrojar un cúmulo impresionante
de obras maestras. Teniendo en cuenta que es autor de
los guiones de todas sus obras, actor en muchas de ellas
y puntilloso seleccionador de sus repartos, hay que con-
cluir que estamos ante un Genio, con mayúscula, tal vez
único en el cine moderno. Porque esos guiones tienen,
además, la virtud, en la mayoría de los casos, de ser arre-
batadoramente singulares e innovadores. Zelig sería –es–,
en este sentido, uno de sus más claros ejemplos; una pelí-
cula insólita, difícil de clasificar (¿cine fantástico, come-
dia, documental histórico?) y sin comparación posible
con ninguna otra en la historia. El film nos habla de un
hombre célebre en los años 20, Leonard Zelig, que, con
toda justicia, fue conocido en todo el mundo como el
camaleón humano. En efecto, se trata de un personaje
con la capacidad de cambiar de aspecto según cuál sea
la especie con la que trata. Así, si está con un gordo, Zelig

● ● ●
512| Zoolander
● ●
engorda como Sidney Greenstreet; si su contertulio es
negro, Zelig cambia el color de la piel. Zelig es nazi al lado
de Hitler, político con los políticos, psiquiatra con los psi-
quiatras. Si entra en una taberna escocesa, le crece una
enorme barba roja. Es también chino, indio, jugador de
béisbol, músico –negro– en una orquesta de jazz. Etcéte-
ra. Los médicos no dan crédito: sus diagnósticos son con-
tradictorios. Sólo una doctora (Farrow, en su segunda
colaboración con Allen) se interesa por el Zelig persona,
olvidando postulados de zoología.
Fácilmente se puede entender ese personaje fenóme-
no como dotado de un arma autodefensiva por ser débil.
Él, sencillamente, proclama que «quiere gustar». En el
fondo es una metáfora de la humanidad. En Zelig, Woody
Allen ha querido hacer un documental falso sobre un ser
falso, pero con la textura y el alcance de un documental
real de la época. Así, podemos ver personajes de hoy
–como la ya fallecida Susan Sontag in person– que se
cuestionan y analizan al curioso sujeto. Son escenas en
color a la manera de reportaje. Las restantes, las de Zelig,
son en blanco y negro, y con tratamiento de la imagen
para dar el tono de la época. Incluyendo documentales
● ●
●
verídicos y metiendo al personaje entre Scott Fitzgerald,
Marie Dressler o Charles Chaplin, a través de excelentísi-
mos efectos especiales. Al final, acabas creyendo que
Leonard Zelig existió. ■ J.B.C.
ZOOLANDER
UIP, EE.UU., 2001, 89 min.
Director: Ben Stiller. Productor: Ben Stiller, S. Cornfeld. Guión: Ben Sti-
ller, J. Hamburg, D. Sather. Fotografía: B. Peterson. Montaje: G. Hayden.
Dirección Artística: R. Standefer. Música: David Arnold. Vestuario:
David C. Robinson. Inttérpretes: Ben Stiller, Owen Wilson, Christine Tay-
lor, Milla Jovovich. ***
Ben Stiller, un actor extremadamente dotado para la co-
media (ahí está, como muestra, Los padres de ella) se pu-
so por tercera vez tras la cámara –después de Bocados
de realidad y Un loco a domicilio– para recuperar a un
personaje de creación propia que le hizo triunfar en
televisión, Zoolander, top model masculino en horas bajas
que da pie a algunos momentos y gags de gran eficacia
aunque dentro de un conjunto muy irregular. ■ J.E.
●
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