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La identidad se asume a partir del reconocimiento de que hay un Otro. Ese otro
que está fuera de mi, incide en mi individualidad, en la medida en que me
permite contrastar las diferencias, y así asumir las características que me
hacen sujeto a una cultura y no a otra. Hay que ver que el Otro se materializa
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SOLER, Colette. “El cuerpo acontecimiento del discurso”. Conferencia pública, Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá 2002.
a distintas escalas; ya sea que hablemos de lo que representa una madre para
el infante, o lo que representa un extranjero para una persona de determinada
nacionalidad. En el primer caso -El de la madre-, ella al ser la primera
cuidadora, es una portavoz que introduce al niño al lenguaje y
consiguientemente, a la cultura. Ella influirá grandemente en el cuerpo pulsional
producto de la erogenización de ciertas zonas.
Entonces… ¿Trauma o verdad?. Son las dos tesis que la autora confronta.
Mientras que Freud aborda el síntoma como un trauma, lo que Lacan dirá, es
que es un mensaje cifrado que conducirá a una verdad en la medida que sea
analizado a través de la terapia psicoanalítica, es decir, que se entiende que el
síntoma es equivalente a una verdad, y esta verdad se liga al goce; un goce
que enferma en cuanto es prohibido y vergonzoso para el sujeto.
“El cuerpo es todo goce y el goce es sexual. ¿qué otra cosa es el goce
sino el empuje de energía del inconsciente cuando está engendrado por
los orificios erógenos del cuerpo; cuando se expresa ya sea
directamente a través de , la acción, ya indirectamente a través de la
palabra y del fantasma; cuando es ese impulso guiado siempre por el
horizonte inalcanzable de la relación sexual incestuosa? Efectivamente,
el goce sólo puede ser sexual porque el fin ideal al que aspira es sexual.
Y por lo tanto, todo lo que toca y arrastra en su flujo se sexualiza, ya sea
una acción, una palabra, un fantasma o un determinado órgano del
cuerpo que se hizo erógeno” (Nasio, 1998)
El inconsciente articula el lenguaje del discurso, con las experiencias reales del
sujeto, que dejaron su huella en el cuerpo, y de las incongruencias que se
deduzcan entre la “verdad de goce” y del goce producido por el discurso de la
sociedad2, es lo que desencadenará en un síntoma, el cual se trata de una
formación de goce no estándar que puede o no afectar directamente al cuerpo
orgánico y sus funciones. Cuando hay un exceso de goce en algún órgano,
esto puede perturbar sus funciones fisiológicas.
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“Goce producido” y “verdad de goce” son ambos conceptos acuñados por Lacan. Mientras que el
primer concepto hace referencia al goce que profesa el discurso, la segunda idea, lo que dice es que
-ya puesto en contexto- el goce puede encarnar distintas formas que no necesariamente concuerdan
con el modelo generalizado.
“en su apuntar a la diferencia original, a la vez en el sentido del origen y de la
singularidad [..] permite al sujeto saber de qué dispone al nivel de lo que heredó
del otro y a nivel de lo que encontró para ordenar su vida en conexión con su
ser y no bajo el velo de los modelos del consumo estándar”.
Como parte del proceso natural de la vida, este no-iniciado comenzará su incursión a
la cultura. Puesto que no puede hacerse cargo de sus propias necesidades, depende
del Otro para que se ocupe de satisfacerlas. Inicialmente, sus placeres serán
autoerógenos, ya que al poseer un cuerpo aún fragmentado, no distingue qué partes
le pertenecen y qué objetos son externos. Pero pronto, se verá asimilado por el orden
simbólico que es transmitido en primera instancia por sus padres. Según los
ofrecimientos que el Otro le haga en aras de satisfacer una necesidad, se generan las
demandas del infante, “El Yo se constituye seleccionando eso que recibe, rechazando
lo que le provoca displacer e incorporando lo que es fuente de placer” 3. No pasará
mucho tiempo hasta que la necesidad sea reemplazada por placer. Esta identificación
y esta categorización es la manera en cómo la cultura nos limita y nos castra. En este
sentido, el recorte simbólico a lo que apunta es a una pérdida, a merced de los
significantes del Otro introducidos en el organismo y en el inconsciente.
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MENES, Martine. “Construir cuerpo”, en: La lettre de l’infance et de la adolescente. Traducido por Sylvia
de Castro Korgi.
una imagen constituyente sino bajo la condición de la existencia de lo
simbólico”
El registro imaginario será de vital importancia para adquirir esa primera noción
de identidad, pues brinda los cimientos que estructuran al Yo. El niño que hasta
ahora es objeto de deseo de la madre, se abstrae de esta posición, de manera
que en el reflejo, él es, lo que se desprende del Otro. Percibe la imagen de su
cuerpo, fuera de este; esto quiere decir que el reconocimiento del Otro y de la
propia imagen sucede a la misma vez, y en este punto quiero destacar, que
esta primer imagen resalta su carácter andrógino e inocente, que es que suele
favorecer el narcisismo de los padres y de la sociedad.
Cuerpo pulsional
La pulsión es un impulso que hace que el cuerpo se movilice. Podría ser equiparada
con el instinto en cuanto es del orden de lo inconsciente, la diferencia radica en que
mientras que el instinto opera en aras de satisfacer una necesidad, la pulsión es la
fuerza que mueve al sujeto a satisfacer un deseo sexual. Pero tanto pulsión como
instinto, pertenecen a un mismo origen, que data de la época del recién nacido, y
proviene de la significación que el Otro hace del propio cuerpo. La madre, es quien al
intentar suplir la necesidad que hace que el bebé llore, hace un ofrecimiento que
transforma la necesidad en deseo. Este ofrecimiento presta los significantes que
conforman el cuerpo pulsional.
Dentro de las pulsiones, se pueden distinguir cuatro tipos. La invocante, que tiene que
ver con la escucha y la voz. La escópica, ligada a la mirada. La incorporación,
relacionada con lo oral, y por último, la de contener o expulsar, asociado con los
excrementos.
Adolescencia e imagen
Inicia una etapa en donde la sociedad exige al sujeto una identificación sexual. En
este momento, los ahora adolescentes, deben decidir si aceptan o no su sexo
biológico, o, dicho de otro modo, si este concuerda con la percepción simbólica e
imaginaria que tienen de su cuerpo. Los niños dotados de una imagen angelical…
Asimismo, las características del cuerpo pueden tener un impacto singular en cada
sujeto a la luz de los ordenamientos sociales en los que se encuentre inmerso como
también sus propias vivencias. Ejemplo de ello es que ciertas características
corporales pueden convertirse en un drama para algunos sujetos. Se genera así, una
estrecha relación entre lo inconsciente y la represión, y todos como sujetos nos vemos
abocados inevitablemente a enmascarar algo.
El cuerpo se apropia del sujeto y el sujeto se apropia del cuerpo. Es una relación
recíproca, donde ambos se entretejen y se influyen mutuamente. Esta relación es
además conflictiva, y cada época en el ciclo de la vida se encuentra marcada por
dificultades específicas que agobian por igual a las personas de una misma cultura
que se encuentran atravesando esa misma etapa. El cuerpo,se torna un escenario de
conflicto, en donde cada quien ubica sus inconformidades. Esto va, acompañado de
que el ser humano, nunca podrá encontrar la satisfacción plena, viéndose
permanentemente obligado a enfrentarse a la pérdida y la inconformidad. No hay un
objeto pulsional que pueda brindarnos total satisfacción, ni siquiera el objeto a, el que
primero deseamos y el que primero nos es arrebatado, viéndonos obligados a
renunciar a él definitivamente una vez asimilamos y somos asimilados por la cultura.
BIBLIOGRAFÍA
MENES, Martine. “Construir cuerpo”, en: La lettre de l’infance et de la adolescente. Traducido por Sylvia de
Castro Korgi.
NASIO, Juan David. "El cuerpo", Quinta lección, en: Cinco lecciones sobre la teoría de Jacques Lacan.
Barcelona: Gedisa, 1998.
NOMINÉ, Bernard. "El cuerpo humano entre el sexo y el género", en: ¿Cómo habla el cuerpo? Medellín:
Asociación Foro del Campo Lacaniano de Medellín, 2016.
SOLER, Colette. “El cuerpo acontecimiento del discurso”. Conferencia pública, Pontificia Universidad
Javeriana, Bogotá 2002.