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INTRODUCCIÓN

El aborto es la expulsión decidida de manera libre y consciente, del feto vivo, para conseguir un
determinado fin y operado a través de la interrupción voluntaria de la gravidez, en uno de los
momentos que va de la fecundación al nacimiento.

Existen casos conflictivos del aborto, incluyen Indicación terapéutica, aborto eugenésico, aborto
ético y humanitario. Nuestro punto de vista es que estas situaciones deberían afrontarse desde la
perspectiva de un dramático conflicto de valores en donde se asume seriamente la opción que se
considere más ética dejando de lado el carácter directo o indirecto.

Apoyada en la Sagrada Escritura, la tradición de la Iglesia ha considerado siempre que la vida


humana es sagrada y debe ser protegida y favorecida desde su comienzo.
AGRESIONES CONTRA LA VIDA HUMANA

Antes de abordar este conflictivo tema, es fundamental determinar la cuestión del momento en
que se inicia la vida humana como tal. Sobre este punto se suelen dar dos posiciones bien
diferenciadas. La primera afirma que desde el momento mismo de la concepción el feto está
"vivo" y es humano. La otra sostiene que no se puede hablar de persona humana sino desde el
momento mismo del nacimiento, cuando la criatura sale libre del vientre de la madre. El feto -
dicen- no es viable fuera del útero, no es todavía humano.

La Iglesia sostiene la primera posición y por ello presentamos a continuación los fundamentos de
la misma.

1. COMIENZO DE LA VIDA HUMANA.

La pregunta acerca del inicio de la vida humana no se limita sólo al comienzo de la vida biológica,
sino de una vida específicamente humana y humanizante.

"El solo dato biológico, genético o científico no será suficiente para resolver el problema de
cuándo comienza verdaderamente la vida humana. El juicio último, en realidad, sigue siendo
filosófico o humano, el cual le da significado o interpretación a lo biológico y a otros datos
involucrados.

Tal conocimiento... de la existencia humana, compromete más que lo puramente biológico y


genético: y no puede ser identificado sólo bajo un aspecto. Sin embargo, debe también señalarse
que a veces, lo humano y lo físico o biológico son inseparables".CHARLES CURRAN

Por la ciencia médica sabemos que de la fusión del óvulo y el espermatozoide se da una nueva
realidad. Gafo señala que desde el punto de vista estrictamente biológico "hay que considerar al
cigoto como una realidad biológica humana".

1.1. INICIO DE LA VIDA HUMANA.

El cigoto es una realidad humana: Aunque de un tamaño casi insignificante es un ser


extremadamente complejo en el que están programados los rasgos característicos de un individuo
perteneciente a la especie humana. Desde la fecundación queda inaugurada una nueva vida
humana, que no es la del padre ni de la madre. Desde este momento tenemos un ser con un
código genético determinado en el que están marcados los caracteres más individuantes de cada
ser humano.

b) El cigoto es una realidad autónoma: Desde el principio comienza a dirigir su propi proceso de
desarrollo. Es una autonomía semejante a la que tiene un adulto con su medio ambiente. Esta
nueva realidad tiene programado dentro de sí lo que va a ser además, tiene el poder de sintetizar
desde el inicio las sustancias bioquímicas, sus encima específicas, que son diferentes de los de la
madre y que van a ir moldeando todos desarrollo posterior. Con esto queda claro que el
argumento de que el fruto de Ia concepción es un apéndice o una parte del cuerpo de la madre no
tiene apoyo científico.

- "El ser humano debe ser respetado y tratado como persona desde el instante de su concepción y,
por eso, a partir de ese momento se le deben reconocer los derechos de la persona,
principalmente el derecho de todo ser inocente a la vida". (Donum Vitae " 1)

1.2. CARACTERISTICAS QUE POSEE.

a) Es una nueva realidad, con un dinamismo interno que lo llevará al término de este proceso, al
desarrollo pleno de un individuo humano.
b) Tiene un código genético (sexo, factores hereditarios, etc.) que pre-forma o pre-modela al
individuo humano en desarrollo.

c) No se trata de cualquier ser humano, sino de un tal ser humano, único e irrepetible.

d) Biológicamente el cigoto no es parte de la madre, es una realidad distinta. El proceso de


desarrollo no viene conducido por la madre, sino por el embrión. La madre se limita a
proporcionar un aporte nutritivo y energético necesario para el embrión.

Para algunos investigadores, el inicio de una vida humana individual se daría con la formación de la
corteza cerebral; por tanto, con la actividad psíquica.

Un notable moralista de nuestro tiempo, BERNARD HARING, sostiene que la teoría de la


hominización sería independiente de la formación de la corteza cerebral (ésta comenzaría a las
ocho semanas de la concepción).

Hablar de muerte cerebral significa reconocer que con este término se afirma la cesación de toda
actividad vital, que se ha alcanzado el fin de un ciclo; es la muerte de lo que era. Pero en el caso
del embrión, la cuestión es diversa. Aquí se habla de inicio, de relación ordenado entre células y
tejidos; de un gradual desarrollo de la estructura cerebral.

Suponer que la falta de "actividad cerebral" en el embrión le quite su estatuto de individuo es


entrar en un peligroso juego de palabras. En el caso del embrión se da "'un estado de
inconciencia", parecido al de los que duermen, o los ancianos que pierden en cierto grado una
flexibilidad cerebral. El embrión tiene la capacidad de llegar a tal estado de formación (del
cerebro), y aun antes se puede hablar de una cierta actividad que es lo que le permite llevar
adelante todo el programa vital.

b) LEGITIMACIÓN

Una fuerte opinión reclama el reconocimiento civil de lo que ellos consideran el derecho
fundamental de abortar, que debe ser únicamente una decisión de la mujer. Solamente ella tiene
el derecho de decidir sobre el fruto de sus entrañas, dicen. Y se apoyan en los siguientes
argumentos:

La autodeterminación: Reclaman la libertad de cada uno para poder decidir como quiere de su
cuerpo y del fruto de sus entrañas. Su vientre le pertenece y nadie puede prohibirle el derecho de
hacer con él lo que mejor le parezca. Como decía una pancarta de los años 60: "El útero es mío y lo
manejo yo". Se pierde de vista aquí que en el embarazo no hay ya una sola persona, la madre, sino
está también el hijo ya concebido e indefenso.

Aborto clandestino: Porque el aborto está prohibido por la ley, muchas embarazadas acuden
"clandestinamente" a médicos y clínicas que no tienen la suficiente seguridad y por ello mueren
muchas madres. Además, por el hecho de ser clandestino aumenta la cantidad de abortos, por
aquello de que lo prohibido siempre atrae más. Si se legalizara ... , dicen, pasaría todo lo contrario.
Este es un problema muy complejo. Se sabe que aunque se legalizara, la clandestinidad seguiría
siempre vigente, por dos razones muy sencillas: como está en juego la honorabilidad social de la
mujer, muchas pensarían dos veces para acudir a una estructura pública. Además, los trámites
burocráticos desalentarían a muchas que seguirán encontrando mayor facilidad en la "ayuda
privada".

Disminuirán los abortos: Siguiendo la argumentación anterior, se piensa que la mujer recibirá
mayor información sobre los medios contraceptivos cuando acuden a las clínicas públicas a
requerir tratamiento yeso llevará a disminuir significativa mente la cantidad de abortos. Pero está
demostrado que la sola información sobre la contracepción e incluso su repartición gratuita no
disminuye de por sí el número de mujeres que abortan.

2.1. GRAVEDAD DEL ABORTO.

El aborto entra en el campo de la moral y debe ser entendido como "la expulsión del feto vivo
decidida de manera libre y consciente para conseguir un determinado fin y operado a través de la
interrupción voluntaria de la gravidez, en uno de los momentos que va de la fecundación al
nacimiento".

El motivo fundamental de la gravedad del acto abortivo está en la falta de respeto a la vida del
embrión, idéntico al que se debe a una persona adulta. No se puede justificar su eventual uso
instrumental para alcanzar objetivos que incluso podrían ser nobles. Este principio halla idéntica
aplicación también en el caso de la dependencia del nacido con referencia a la madre: ella no es
un simple instrumento que utiliza el niño para nacer. La relación de ambos debe asumir la forma
de una relación interpersonal fundada en la aceptación y el amor.

2.2 RESPONSABILIDAD PERSONAL

De la mujer en cinta: Su comportamiento, más allá de los casos, no puede' ser reducido a una
locura homicida, porque en la mayoría de los casos quien procura el aborto actúa en vista de un fin
diverso, a menudo por exigencias derivadas de problemas reales. La cuestión no es justificar la
acción abortista. En particular se trata de verificar la conciencia, y sobre todo la libertad de la
mujer embarazada que decide abortar.

Ciertamente la gravedad del hecho nos induce a pensar que su responsabilidad es presumida
opriori, pero la misma podría estar alivianada por los condicionamientos, o del estado de
confusión en el que confluyen un cúmulo de sentimientos y ansias contrapuestos.

Del marido: Esto valdría para los casos en que se trate de una relación matrimonial. Generalmente,
el hombre en este caso aparece con una actitud de "encierro neutral".

Pero como el gestante es fruto de la relación de ambos, ello implica también la responsabilidad del
padre, quien no puede descargar todo el peso de la acción sólo en su mujer. En este caso la
responsabilidad es doble.

El sostén moral y psicológico del marido de una mujer que piensa abortar como solución a su
problema, a menudo se revela indispensables para el éxito de la última decisión.

Ya se indicó que todos estos cooperadores tienen también responsabilidad moral en este acto
ilícito.

El operador sanitario: Existe una cadena de implicados que de alguna manera intervienen en la
escena del aborto, desde el momento en que se lo planifica hasta su consumación. Nos referimos
a los operadores sanitarios. Se debe aplicar entonces el principio moral de la cooperación en un
delito; en este caso sea a nivel de la consulta del médico que aconseja o invita a la mujer al aborto,
sea a nivel quirúrgico cuando se ejecuta ya el acto ilícito.

Queda bien claro que todos estos cooperadores tienen también una gran responsabilidad moral
en este asunto.

2.3. MAGISTERIO DE LA IGLESIA.

Apoyada en la Sagrada Escritura, la tradición de la Iglesia ha considerado siempre que la vida


humana es sagrada y debe ser protegida y favorecida desde su comienzo.
La cuestión de la ilegitimidad del aborto, es una enseñanza constante y bien clara, que se
encuentra en los Padres de la Iglesia, en los teólogos de la Edad Media y en los diferentes
documentos del magisterio episcopal y pontificio.

b) Casos conflictivos:

Tres son las indicaciones clásicas:

La indicación terapéutica: El progreso de la medicina hace que toda una serie de indicaciones, que
en el pasado planteaban la difícil alternativa de elección entre la vida de la madre o la del feto, hoy
pueden resolverse salvando ambas vidas. Ciertamente, siguen existiendo embarazos difíciles y
algunos casos en que la implantación del embrión no acontece en el útero, sino especialmente en
la trompa.

La Iglesia afrontó este tema con el principio tradicional del doble efecto. Esto llevaba a la
descalificación moral del aborto cuando la acción médica tendía directamente a la supresión de la
vida del feto; el llamado aborto "directo" en el que la acción puesta tiene un carácter "decisivo"
aunque de ella se siga una consecuencia "curativa" para la madre. Por el contrario, si se admite la
acción terapéutica médica que tiende directamente a curar a la mujer, aunque de ella se siga una
consecuencia indirecta, no querida pero prevista, de la interrupción del embarazo. Es el aborto
indirecto que se da en el caso de la mujer embarazada en la que simultáneamente se desarrolla un
tumor uterino que hace necesaria su extirpación y, consiguientemente, la no-continuidad del
embarazo.

Pero como existe una gran diversidad de casos conflictivos, hoy día entre los moralistas existe una
tendencia a sustituir tal principio (doble efecto), que ha tenido su importante aporte a la reflexión
moral. La figura propuesta para esta substitución es la que se refiere al conflicto de valores y se
critica el principio de doble efecto por su superficialidad y juicio extremadamente subjetivista a la
hora de calificar el carácter bueno (curativo), malo (occisivo), o indiferente de la acción puesta.

Nuestro punto de vista es que estas situaciones deberían afrontarse desde la perspectiva de un
dramático conflicto de valores en donde se asume seriamente la opción que se considere más
ética dejando de lado el carácter directo o indirecto.

Aborto eugenésico: Es el aborto realizado cuando existe importante riesgo o probabilidad de que
el feto esté gravemente afectado, dando origen a un niño con importantes anomalías o
malformaciones. Nos parece mejor calificarlo como "preventivo".

El progreso de la medicina ha dramatizado el tema de las indicaciones terapéuticas. Hasta hace


poco el tema del embarazo era una cuestión misteriosa. Hoy la fetología es una auténtica ciencia
que ha progresado extraordinariamente en los últimos años.

El dramatismo de las situaciones creadas por el diagnóstico prenatal o por la posible acción de
agentes malformativos es una cuestión seria.

Pero surge el interrogante sobre hasta qué punto se pueden suprimir vidas humanas llamadas a
nacer y cuyo derecho a la vida es negado por hecho de padecer determinadas anomalías o
malformaciones. Todo ser humano tiene una intrínseca dignidad, que no depende de su integridad
física o de sus niveles intelectuales.

Desde el punto de vista ético la presencia de una malformación o de una incapacidad no quita
nada a la realidad ontológica del neo nato; es más, en un sujeto la presencia de una situación de
desventaja - como una enfermedad - exige con mayor fuerza, en nombre de la sociedad, la
protección y la ayuda.
Un niño de once años, nacido con graves malformaciones comentaba: "Yo tuve la suerte de nacer
antes de que se hablase tanto sobre el aborto".

Los que nos consideramos "normales" podemos tender a creer que carece de sentido una vida
acompañada de ciertas anomalías o malformaciones, mientras que los que la padecen, creen que
en cualquier caso es mejor vivir que no vivir. Objetivamente, no puede justificarse la supresión de
aquél, aunque exista certeza o cuasi-certeza de sus anomalías o malformaciones.

Una situación específica es la de los portadores del síndrome de Down. Son niños que va a tener
un importante desarrollo personal y afectivo, y a los que sería injusto impedir nacer, sólo porque
no van a llegar a un determinado desarrollo intelectual.

Nos parece muy grave que, con la aceptación legal de esta forma de aborto, se está formando una
conciencia social de que en estos casos se da un error que debería ser evitado a toda costa.

Aborto ético y humanitario: Calificado también como aborto "por razones humanitarias" o
"criminológico". Es el realizado cuando el embarazo ha sido consecuencia de una acción delictiva,
especialmente por una violación o por relaciones incestuosas entre personas consanguíneas.

En el caso de violación, es importante subrayar que la probabilidad de fecundación es muy baja, en


torno al 1 %, debido especialmente a que frecuentemente no se da con penetración completa.

Tiene un carácter dramático, pues el nuevo ser no es fruto del amor, sino de un acto que está en
las antípodas del verdadero amor.

Ciertamente el tema referido al aborto en casos de violación no resulta fácil. A pesar de lo trágico
de la situación no debe olvidarse que está en juego el valor de la vida humana, que constituye un
valor primario en el orden ético y en toda convivencia humana. Ello obliga a ser especialmente
cautos y sopesar las posibles consecuencias que puedan seguirse de la admisión de determinadas
excepciones al principio general de respeto absoluto a toda forma de vida humana. Sin embargo,
consideramos que la fidelidad al Magisterio significa no solamente una aceptación plena de cuanto
de él dimana, sino, al mismo tiempo, el intentar aportar luz. Desde el campo de nuestra
especialización, a un problema en sí mismo complejo y en el que está implicado el valor de la vida
humana.

Algunos autores aceptan una prevención anticonceptivo en peligro de violación basándose en la


encíclica Humanae Vitae N° 15.

"No es lícito el uso de medios terapéuticos, con tal de que sean necesarios y siempre que el
impedimento que se siga para la procreación no sea directamente querido" HUMANAE VITAE 15

Una madre cuyo embarazo tiene por origen una violación o un incesto, es víctima de una violencia
cruel e inhumana. Su angustia mental y su sufrimiento psicológico con el resultado directo de un
embarazo que le fue impuesto contra su voluntad.

Se sostiene que el feto es un agresor de la integridad de la mujer y de su salud personal. Es justo y


moralmente defendible repeler al agresor hasta en su muerte si es la única forma de defender
valores personales y humanos. La conclusión, entonces sería que en estos casos se justificará el
aborto. Hasta aquí la objeción.

Pero el feto, ¿es un agresor? El agresor es el violador y el feto es una víctima inocente lo mismo
que su madre. Por tanto, no se le puede matar (al feto) con base a que es un agresor. Asl mismo, si
comparamos la vida del feto con el alivio psicológico de la madre por medio del aborto, con toda
objetividad la vida humana, en la escala de valores, debe situarse por encima de los que la madre
podría obtener con el aborto. En estos casos trágicos, se debe recurrir a otros medios para ayudar
a las víctimas de la violación. En los canales se incluyen la ayuda psicológica, religiosa y social. y la
preparación para la adopción, dado caso que la madre víctima no quiere conservar al hijo

Por último, debemos recordar que no con cambiar el nombre de la interrupción del embarazo en
estos casos, "aborto ético", se lo exonera de estar cargado de negatividad. Abortar por causa de
violación no tiene nada que ver con la ética, porque no es una actitud ética tratar de compensar
una injusticia con otra injusticia.
CONCLUSIÓN

El aborto es la interrupción del embarazo. Constituye un tema muy controversial y no debería. La


vida es el primer y más importante derecho del ser humano, debe ser respetado sin excepciones.
Apoyada en la Sagrada Escritura, la tradición de la Iglesia ha considerado siempre que la vida
humana es sagrada y debe ser protegida y favorecida desde su comienzo.

Debemos recordar que no con cambiar el nombre de la interrupción del embarazo en estos casos,
"aborto ético", se lo exonera de estar cargado de negatividad. Abortar por causa de violación no
tiene nada que ver con la ética, porque no es una actitud ética tratar de compensar una injusticia
con otra injusticia.

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