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Los docentes no le toman importancia al desarrollar las habilidades lingüísticas de manera adecuada, ya que por
escuchar a los niños hablar piensan que ya está bien, pero no es así, los docentes deben de realizar actividades en
donde el niño se exprese oralmente y en público, como en exposiciones y participaciones grupales, quitándole el miedo
a equivocarse.
Un caso interesante de metodología que se centra especialmente en el trabajo de estas comunicaciones es el
aprendizaje cooperativo, con el objetivo de incrementar el rendimiento de los chicos y chicas en cualquier área del
currículum (Pallarés 1990, Rué 1991). Para ponerla en práctica es formar y consolidar los equipos de alumnos y
desarrollar sus destrezas sociales. Por destreza social debemos entender precisamente las capacidades de interrelación
en el equipo/ y por lo tanto, de intercambiar información y de escuchar, de hablar, de hacer preguntas y, respuestas,
de colaborar en una conversación, en un diálogo, en una tarea lingüística, etc.
Es curioso constatar cómo la conexión de la gramática con la escritura es mucho más evidente que con la expresión
oral, los diversos tipos de comunicación deben tener su lugar en el espacio de clase dedicado a la expresión oral.
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Benemérito Instituto Normal del Estado “Gral. Juan Crisóstomo Bonilla”
Licenciatura en Educación Preescolar
Desarrollo de Competencias Lingüísticas
Bygate (1987), Este autor distingue entre conocimientos y habilidades de la expresión oral. Los primeros son
informaciones que conocemos, que tenemos memorizadas, las segundas hacen referencia a los comportamientos que
mantenemos en los actos de expresión.
Se trata de un proceso de colaboración entre emisor y receptor, en el que ambos participan activamente. El ultimo
componente de la expresión oral, que incluye habilidades específicas, es la producción real del discurso, o sea, la
pronunciación de las frases y palabras que vehiculan los significados.
El emisor no piensa "ni prepara" lo que dice y el receptor no puede "releer'' dos veces lo que se ha dicho, Los
intercambios verbales son rápidos e instantáneos, y a menudo es necesario relacionarlos en pocos segundos, siendo
muy útiles la improvisación y la agilidad. Para adaptarse a estas dificultades los interlocutores utilizan dos habilidades:
La facilitación de la producción: los emisores simplifican tanto como les resulta posible los trabajos gramaticales o
condicionamientos del sistema lingüístico (oraciones, correcciones, etc.), Así, simplifican la estructura de la frase y
buscan la prosa gramatical más económica y rápida
La compensación de las dificultades: los emisores refuerzan su expresión y ayudan al receptor a comprender lo que
dicen. Por estos motivos, a menudo se autocorrigen a medida que van hablando.
A causa de estas circunstancias la interacción oral tiene una textura lingüística (frases inacabadas, anacolutos,
repeticiones, muletillas, etc.) diferente de la del texto escrito y de la estructura lógica de la frase que indican los libros
de gramática, y que puede parecer "incorrecta" o "pobre' a algunos maestros. Hay que entenderla como una
característica normal de la expresión, y no como un error o un síntoma de limitaciones gramaticales del alumno.
El esquema de Bygate (1987) también incorpora la habilidad de la autocorrección gramatical a partir de las
reglas de la normativa sobre gramática y pronunciación. Es la habilidad que nos permite fijarnos en la forma
del discurso y corregir algún error que se nos haya podido escapar: una incorrección léxica, una palabra mal
dicha, etc.
La expresión como un proceso lineal donde las habilidades se usan una tras otra, sino como un acto global en el que
cada componente depende de los demás.
Las microhabilidades de la expresión oral se deben trabajar dentro del aula ya sea de manera individual o grupal,
algunas de ellas son: planificar un discurso, conducir el discurso, conducir la interacción, negociar el significado, etc. Y
dentro de estas el alumno se tiene que autoevaluar, regular, comprender significados, controlar su tono de voz, etc.
Los más pequeños tienen necesidad de trabajar los aspectos más globales y relevantes de la expresión (negociación de
significado, interacción, evaluación de la comprensión, etc.). Mientras que los más mayores ya pueden practicar los
puntos más específicos (autocorrección, producción cuidada, preparación del discurso, etc.).
Didáctica:
Tomar conciencia de las necesidades orales: las tareas del maestro es cambiar estas actitudes y hacer ver a los
alumnos la relevancia de lo oral en la vida cotidiana y el gran beneficio que pueden obtener de los diversos
ejercicios que se harán en clase; ayudarles a darse cuenta de las cosas que hacen mal, que podrían hacer mejor
y que revertirían en su comunicación diaria
Progresos a medio y largo plazo: planificar la enseñanza de la expresión oral a medio y largo plazo. El desarrollo
de la expresión requiere práctica y ejercitación, y se consolida con la experiencia y la continuidad.
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Desarrollo de Competencias Lingüísticas
La corrección y la fluidez: es que siempre nos hemos preocupado más por la gramaticalidad y por la normativa
de la expresión de los alumnos, que, por la soltura, la seguridad o la facilidad que demuestran al hablar. Una
enseñanza global de la expresión tiene que combinar los dos aspectos de manera equitativa.
El orden en clase: Es lógico que la primera vez que se realice un juego de roles, una discusión en equipo o una
exposición los alumnos se animen más de la cuenta. Se puede empezar con ejercicios breves y más controlados
para ir pasando lentamente a prácticas más complejas y abiertas, que dan más libertad al alumno.
Planificar la actividad de expresión: todo ejercicio tiene que tener un objetivo, contenido y se tiene que situar
en la realidad, por último, se evalúa, Sólo de esta manera el aprovechamiento didáctico del ejercicio será real
La literatura didáctica nos ofrece un amplio abanico de técnicas y recursos para practicar la expresión oral en el aula,
que van desde la lectura expresiva en voz alta hasta la exposición oral improvisada, pasando por los juegos lingüísticos,
la lluvia de ideas o las simulaciones.
Tipología de ejercicios de expresión oral
Técnica (dramas, escenificaciones, juegos de rol, simulaciones, diálogos, trabajos en equipo)
Tipo de respuesta (repetición, dar instrucciones, llenar espacios en blanco)
Recursos materiales (historias, cuentos, imágenes, sonidos)
Comunicaciones específicas (exposición, improvisación, hablar por teléfono, leer en voz alta)
La planificación de estos aspectos es esencial para garantizar el funcionamiento y la rentabilidad de cualquier expresión
oral.
1. Preparación meticulosa
2. Dar instrucciones a los alumnos
3. Seguimiento de la actividad
4. Evaluación y corrección
Cualquier actividad de expresión oral puede ser evaluada y debe serlo de alguna manera, una buena evaluación
diagnóstica o de competencia de la capacidad expresiva de un alumno combina más de una prueba como: leer en voz
alta, mantener un diálogo/conversación con alguien, hacer una argumentación, reaccionar ante alguna situación.
El corregir a los alumnos cuando se están expresando mal es algo que los ayuda a mejorar su léxico y más cuando
hacemos que ellos mismo se den cuenta de su error.
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