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" GELIO SI M TOS" \

e e., DE LUIS EVELy

el Episcopado franc~
J
¡

'f'
_
AL es el titulo de t-na reciente obra
de Luis E v e 1v , ~'Evangile sons
puesta a M. Durassier (en La Croíx, 21 de
junio de 1970). quejándose de la conde-
ción necesaria para hacer posible la fe a
nuestros contemporáneos» (p. 19). Porque
mythes (París, Ed. Universitai res, 1970). nación del Episcopado y ratificándose en «hay que confesarlo: es Imposible creer
En la cubierta se leia el actual «estatuto» su interpretación evangélica desmitizante como se creía ayer; a cualquiera le resul-
de! sacerdote belga, que reside en Cana- de «imaginerias pasadas». ta imposible leer el Evangelio sin inter-
da: «En 1968 sus divergencias con la je- Otros obispos habían ya intervenido con pretarlo» (p. 19). Es que «el Evangelio,
rarquía le han conducido a pedir su pro- severas críticas. El arzobispo de Aix, al para la inmensa mayoria, es una doctrina
moción (ast, con elegancia, subraya mon- publicar y hacer suyo el grave aviso, acu- antigua y quizá trasnochada, un mensaje
señar \Veber) al estado laical para conti- saba a Evely de «negar puntos fundamen- que no afecta a nadie» (p. 18). La culpa de
nuar sirviendo a la Iglesia con la libertad tales de la doctrina» y de caricaturizar las todo está en la Iglesia, que no acepta para
del seglar.» investigaciones de los exégetas actuales» el Nuevo Testamento la interpretación ale-
La obra, en seguida coreada por Le (Vie diocésaine, 31·5·70). Y monseñor górica que, bajo la presión de la ciencia,
Monde y con una apreciación favorable de Weber, arzobispo dimisionario de Estrés- se vio obligada a adoptar para el Génesis.
lnjormations Catholiques (11 de abril) burgo, divulgaba un largo articulo (Vérité «La Iglesia sigue siendo tan recalcitrante
como «una lectura espiritual accesible a et Vie, julio 1970) descubriendo punto por a las renovaciones necesarias. Muchas ve-
todos», iba a provocar fuerte revuelo. punto los graves errores contenidos en la ces mantiene la existencia de Adán y el
como anunciaba aquel diario. El 2 de mayo obra, y terminando con otro «mcniturm monogenismo, y no está dispuesta a aban-
de 1970 aparecía en Eglise de Nantes (dió- pastoral: «Seria una gran equivocación donar la materialidad de las apariciones
cesis del secretario del Episcopado) una poner este libro en manos de las gentes.»
severa crítica de M. Durassier, exégeta sul- El artículo ha sido reproducido en Eccle-
piciano. La obra le merecía «las mas gra- sia (núm. 1.507, 1970) bajo el titulo «Un
ves reservas». Sin tener tiempo para un libro demoledor y capcioso».
análisis detallado, recogia sus impresiones ¡;J
de la lectura: «Impresión de confusión
total», al mezclar en el mismo acervo de
relatos «místicos» los hechos históricos y A «equivocación» se comete ahora
milagros del Evangelio con las milagrerias [ J, con la edición castellana de la obra
supersticiosas; «impresión de 10 ya visto ~ que Sociedad de Educación Atenas
y vuelta au-és», es decir, a la crítica de (Editorial Sigueme) ha publicado este
Renán ya superada; «impresión de que año (1). Los editores «ignoran» la des-
L. Evely no es plenamente honesto en autorización del Episcopado francés. Ad-
sus citas», pues hace entrar tan fácilmen- vierten sólo que el original no lleva cen-
te en sus categorías a importantes exége- sura eclesiástica (tampoco la traducción),
ras franceses, produciendo el efecto de y como descargo anteponen una introduc-
que no los ha comprendido; «impresión ción de un «profesor en ciencias bíblicas»,
final de irritación y profunda tristeza» ante quien subraya la intención recta del autor,
un escritor Que «sabe hablar con tal abun- resume, su interpretación de los milagros,
dancia de perdón y amor y persigue con que en el fondo acepta (así, rechaza la
tal acritud e injusticia a la Iglesia oficial noción del milagro como «un suceso cos-
y su resistencia ciega, las pertinacias del mológjco» superior a las fuerzas de la na-
Papa, la rutina de los clérigos, el egoísmo turaleza, «fruto de una apologética inge-
de los cristianos del domingo ... Además nua», p. 12) Y se despacha con leve alu-
no son las instituciones sólo las que se sión a la «hermenéutica radical» de Evely, de Cristo resucitado» (pp. 17-18). Y en se-
ponen en causa, son los dogmas. Deben advirtiendo que ante las imprecisiones y guida apunta al «sentido espiritual» de
desaparecer, pues así lo exige la mentalí- violencia del estilo ha de ponerse una ac- otros dogmas: «Todos estamos convencí-
dad moderna: el autor ataca con la ma- titud serena y crítica para que «su lectura dos que la presencia real de Cristo en la
yor desenvoltura 10 que concierne a la resulte positiva» y produzca «un vigoroso Eucaristía puede ser real sin ser física; en-
Vi.cen; pero también toca a la persona estimulo en la fe». Con tal entrada el des- tonces, ¿es indispensable para la verdad
de Cristo. El Evangelio es vaciado de su concierto del lector se hará mayor. de la encarnación la realidad biológica de
contenido ... E., suma, un libro perturban- Nuestra recensión no es fácil que supe- la virginidad de María? ¿Es esencial para
te por su audacia y continua ambigüedad. re en dureza a la francesa. Tampoco po- la resurrección que el sepulcro quedase
Yo no sé qué construye de positivo ... mas drá reflejar toda la suma de errores, con- vacio? .. » (p. 21). Nada de eso, sino que
veo lo que ha demolido: la [e». fusiones y despropósitos paradójicos que hay que buscar un «significado relígioso»
saltan a cada pagina. La introducción a estos como a los demás relatos «mara-
La tremenda critica iue publicada en villosos» del Evangelio: la estrella de Be-
Le emir (:s.6-70) como «admonición» Cómo leer el Evangelio presenta ya todo
el plan desrnitizador del Nuevo Testamen- íén, apariciones de ángeles, posesiones del
(mise en garde) del Episcopado. anuncian- demonio. etc. (ib.).
to y del dogma, similar al de Bultmann,
do que el secretario del Episcopado la ha- que Evely anuncia en el titulo. Pretende Eveiy acusa también a los clérigos de
bía hecho suya y se habia reproducido en la misma paralización rutinaria. «Lo que
«proponer una nueva interpertación de la
la mayoría de los semanarios diocesanos Escritura y del dogma (que) es la condí- mata a la Iglesia es la rutina de los clé-
con la introducción: «El secretario del rigos, que se contentan con repetir 10 que
Episcopado estima útil hacer conocer la se dijo ya antes de ellos ... Ahora bien, la
admonición siguiente.» La reacción de Eve- (1) LoU1S EvEl.Y. El Evangelio sin mitos. So-
ciedad de Educación Atenas, Madrid (Imprenta simple repetición es necesariamente infi-
Iy fue inmediata y más audaz en su res- Gráficas Ortega, Satamance) , 19i2, 143 págs. delidad ... La verdadera fidelidad inventa»

10
(páginas 19·20). El, en cambio, se encuen- parejas con otra siguiente. Resulta Que para psicología o como alegorias y m:
tra en pleno proceso inventiva. Eso si, hombres libres como Evely, inventando «Parece ser que a cierto grado de ín:
con todo respeto al dogma. «Hay que res- cada cual sus doctrinas, están de acuerdo sidad espiritual, todo hombre desencaé
petar la esencia del dogma; pero el único en la misma verdad. «y como la verdad fuerzas desconocidas para él y que e~
respeto verdadero es la invención justa» es una y es el mis.no Espíritu el que ilu- pan a su control.» Así, los magos rtv
(página 22). Se cree llamado a realizar la mina ... , esta libertad de inventar nos hará zaban con Moisés, Simún el mago COí!
renovación de la fe ingenua, infantilizada. unos, como nos habrá hecho verdaderos» Apóstoles, Elymas con Pablo... y ha
de los cristianos, lo mismo que Cristo re· (página 26). ¿Puede darse mayor absurdo los reyes de Francia curaban las escr:
nevó la de su tiempo. «Ved. si no, cómo filosófico? Por ello Evely invita a la Igle-.• las (p. 35). Cristo realizó también
Cristo renovó la religión de su tiempo .. sia a dejar sus «esfuerzos irrisorios» para clase de milagros. «Corno todo hom.
Se os dijo.. Pero yo os digo ... Las cita mantener la «unidad» de disciplina (litur- de vida interior intensa, Jesús dispcn¡e
(las Escrituras) con libertad, las ímerpre- gia, celibato) de moral (Humanae vitae, ese poder natural. .. , que en nosotros
ta de una forma audazmente espiritual» condenación de la violencia) o de dogma encuentra disminuido o apagado por la ;
(página 20). ¿Cómo Evely se adjudica los (infalibilidad); y ante la dimensión mun- ta de fe y de dominio» (p. 37). Y CrL
mismos poderes que Cristo? Ya dijo antes dial de mentalidades y culturas a los que no rehusó servirse de ese poder para atr.
que, como hombre moderno, se considera tiene que adaptarse el Evangelio, a em- a las gentes, que 10 consideraban co:
en el derecno- de «re-escribir el Evangelio» prender el camino de total transformación: una intervención de Dios. As í, en el m:
(página 18), viejo de dos mil años. Y, como «Necesita aceptar el abandonar su teolo- gro de la mujer hemorroisa. Ellos ter:
gia, incluso sus dogmas, sus ritos. sus tra- razón. « Dio s los socorría, ctertamer
diciones, morir en apariencia en el humus pero por mediación de un hombre llene
de las civilizaciones diferentes ...• en que él» (tb.). No son estas expresiones de
resucitarán auténticos» (pp, 25-6). Pero sada las únicas negadoras de la divim ,
este sera tema de otro libro posterior del de Jesús.
mismo. de titulo bien significativo: Si Pero Cristo no usó apenas de esta
I'Eglise ne meurt.. (París, 1971).
tlvidad, que «sabia inferior y peligros:

ITICO r"
o:{
2
N el capiulo El Milagro y la fe, Evely
niega como principio la realidad del
milagro, de todo milagro. Claro está,
en nombre de la ciencia. de la que Evely,
aunque las turbas acudían a él come
taumaturgo.

dio de expresar
Los mil a g r o s evangéi..
obedecen a la otra explicación. «Los :--
lagros, para los evangelistas, son un r
lo inefable ... , de signifi-
la impresión extraordinaria que les e:
saba Cristo» (p. 74). «Ellos empleaba:';
como Robinson y teólogos de esta línea, . sabiendas un lenguaje simbólico para
se erigen en portavoces, pretendiendo po- presar lo inefable, sirviéndose de las ir-
seerla más a fondo que innumerables cien- genes de lo maraviJ1oso de su época. e
tificos Que no tuvieron dificultades en se sorprenderían al ver que los tomar:
creer. «El milagro es inconcebible para la literalmente" (pp. 36·7). Este lenguaje e:
ciencia» (p. 33). «El descubrimiento de las pleó Cristo cuando hablaba de ángeles.
leyes de la naturaleza ha dispensado de Satanás y los demonios. «Para les jUC¡
recurrir a la explicación religiosa. reern- la enfermedad era signo de scmetimier;'
plazándola por la explicación natural» LDa· Combatir la muerte o las enfermedac
gina 30). «El milagro pertenece a la cate- era combatir contra Satán. Cristo dec
es de moda, profesa una noción relaüvíste
de la verdad, cuyas expresiones serian to- goría de lo maravilloso ...• pero lo mara- de modo equivalente, curo enfermos
villoso es una negación del hombre, por arrojo demonios» (p. 47). Los ángeles
das relativas. ePara nosotros existe la ver-
tratarse de una intervención violenta y aro espíritus malos hay. pues, que relegar.
dad ...• pero nunca se tiene poseída. Se bitraria en el campo que le es propio, y a simple genero literario. San Pablo ha:
tiende a ella ...• pero jamás queda ence- es una negación de Dios porque esas ma-
rrada en los instrumentos que 12. expre- con profusión de espiritus y sus coníur
nífestacrones de fuerza o de poder única- jerarquías, empleando «la representact
san ... incluso la fórmula dogmá:ica DO es mente pueden suscitar miedo o interés»
mas. una visual ... y cuando deja: de ser del mundo que se hacían sus interJocu:
(páginas J3...,4)_ Evely se encara de conti- res gnósticos, astrólogos o politeístas
útil hay que reemplazaría. Es ilusorio pen- nuo contra el Dios del ooder, «Si es Dios limitando su intervención a afirmar-les e
sar que se cree en un dogma ... irnponiende quien, directamente, opera los milagros, es
una fórmula» (p. 24). La verdad religiosa todo ese amasijo era algo superado, car
caprichoso. ami raño, inexorable» (p. 52). co y reemplazado» (p. 49). Previame:'
tiene aún mas ese carácter inalcanzable y El milagro debemos hacerla nosotros con ha despachado Evely con irónica írr¡s¡
relativo. «Pues creer no es dar el asen ti- nuestro esfuerzo v dominio de la natura- los milagros y visiones de Lourdes, F.!
miento a unos hechos o unas ideas, sino leza. Además, tÓdo lo maravilloso está ma, La Salett~y de los santos, todo E:.
entrar en comacto con una realidad divi- ligado a una mentalidad primitiva, por eso reducido a imaginación (pp. 43·7). c ,
nao Creer en Cristo no es creer que existió, los rrulagros tienden a desaparecer con el cristianismo esta atestado de visiona t-ic
o habló de tal o cual manera; es percibir proceso de la ciencia (p. 32). Pocos in- de revelaciones privadas, de estigms uz
su realidad espiritual a través de los he- crédulos habrán acumulado tantas diatr'i- dos, de gente Que padece inedia» (p. 4~
chos del pasado como de los del presente» bas contra el milagro. «El cristianismo prosperó mucho 1iem:
(Página 25). En todo caso, Evely explica los milagros sobre el estercolero del paganismo» (pá:
La enormidad de esta afirmación corre muy naturalmente, como fenómenos de na 47).
111('"L capítulo «La resurrec- las apariciones, (dos exégetas los cuerpos confirma esto mis- la reciben. Lo mismo debe e
[
<'
cíón» termina con la des- admiten cada vez más que no mo. Para la mayoria de los círse de la resurrección Iutu.
,,/;. mitificación negadora de son hechos históricos» (p. 137). crtstíauos es una noción sim- y vida eterna. «La vida a (H
la resurrección de Cristo y de «Fue necesario que se desper- ple: un alma que reasume su Cristo nos resucita es la vi:
toda resurrección corporal. Re- tase la te» de los discípulos, la cuerpo. Pero Cristo no vino a eterna; descubrimos que exis
presentarlas con «la imagen de cual, por una meditación asidua revelar la inmortalidad del al- desde ahora una vida que ~
un cadáver que sale de la tum- de las Escrituras, les dio la im- ma, ~- además «la existencia dria durar siempre. Desde O~
ban, «un retorno a la vlda», es presión de que habían gozado de un alma separada... es una se resucita, la vida a que
efecto de (cuna catequesis pri- de la presencia de Cristo que monstruosidad filosófica, pues despierta es de tal abundanc
mitiva» y tropieza con tan gra- añoraban (p. 138). ({SUS apari- el alma no es el hombre. La de alegria y amor que se p
ves objeciones «históricas, filo- ciones de Cristo son las que Iglesia terminó por recurrir a dría vivir de ellos sin fin» (p
sóficas y teológ icas» que es vosotros mismos podéis tener¡ esta hipótesis a fuerza de ver gina 132). Los cristianos no u
necesario abandonarla (p. 123). encontraron hombres, harma- retrasarse la par u s í a ...j así, ben, pues, esperar otra vida
«Para los teólogos actuales, la nos», y comprobaban que del pues, se situaba el alma en el resurrección que esta presea
resurrección de Cristo no es ser más desapercibido (un jar- cielo y el cuerpo en la tierra, en el amor, que tiene fuerza (
ya retorno de un cadáver a la dinero, el compañero de viaje) y se dilataba su reunión hasta eternidad.
vida terrestre» (p. 135). La des- podía surgir la presencia, si se el fin de los tiempos» (p. 129).
Las últimas aserciones reaf:
gracia de la Iglesia actual es le escuchaba ..., si se le invita- Evely da, pues, por supuesta la man la visión puramente h
«de confundir en todos los te- ba a la mesa» (pp. 140-1). Tal «nueva conquistan de la antro-
manista de un ilusorio parar
rrenos la interiorización con la es la comprensión interiorizada pología seu do científica y mate- mundano liberalizado de la' J.
exteriorización». Esta exteriori- del misterio. «La interiorización rialista (reflejada también en el justicia a que se reduce el en
zación son los «signos», las de la resurrección para un hom- catecismo holandés) de que el tianismo: «S¡ fue ramos lo bn
pruebas; el sepulcro vacío, las bre moderno es haber experi- alma es inseparable del cuerpo, tante ... espirituales, interioriz
apariciones. El primero s610 mentado que Cristo actúa en mejor, que sólo existe el hom- dos. descubririamos sin ces:
muy tardiamente se empleó por su vida, haber sido interpela- bre «un ser indivisiblemente signos de resurrección, ven
los evangelistas y en un con- do por esa palabra que habla corporal y espiritual. Y Cristo mos alrededor de nosotros
texto polémico: «el cristianis- como jamás habla hombre al- no pensaba de otro modo» (pá- mundo en trance, en traba
mo naciente parece ignorar la guno» (p. 126). No se trata de gina 135). (¿Interpelación per- de resurrección, hombres qt.
existencia y el argumento del creer por la experiencia de los sonal reveladora a Evely?) se alzan contra la injustici •.
sepulcro vacío», Si se hubiese apóstoles; es tener la misma
«En el fondo el error ha es· la opresión... Y cuando \'C'
colocado un aparato íotograñ- experiencia que ellos, esto es, tado en considerar como futu- otros mismos hayáis hecho pc
CO «no hubiese registrado na- hacer presente existencialmen- ros los acontecimientos presen- sonalmente la experiencia (
da». «Pues el cuerpo de los se- te a Cristo vivo en su palabra. tes. El juicio, por ejemplo, no este prodigioso poder .de res
res que hemos perdido no ha Tal presencia existencial es pu- es final, es perpetuo» (p. 130). rrección esparcido en el ur
abandonado el sepulcro, y sin ra subjetividad. Ha tenido lugar ya y resulta verso ..., entonces tendréis VE
. embargo los creemos vivos) La explicación que a ñ a d e continuamente de que la luz dadera fe en la resurrección e
(páginas 136-7). En cuanto a Evely sobre la resurrección de luce en las tinieblas y éstas DO Cristo» (pp. 1-12-3).

-, *
AL es el contenido
errores
de este pequeño libro en sus puntos capitales. No cabe acumular en tan breve espacio mayor número de
del cristianismo. Es una desmltolcqizecién
demoledores del Evangelio más radical que la de S equivalente a
la de los antiguos ateos Bauer, Strauss, Feuerbach, en seguimiento del -cristianlsmo .•. de Heqel Con la a~..e de que
no hay s.eriedad alguna cientifica, sino aguda y mordaz critica, Iite.rab.Ha de par.fleto, como te decía escritor francés, No se tre-
ta, pues, como dicen projoguista y ed?..or6, de simple método he:rmen-e-t..--tico r.Uf..eaflZado 9 con pos¡"bIes cies..xiertos. Se trata ¿el
eterno Y tresnccl ado etodo do] racionaIismo usado 1'0< los incrédulos, de , e.<pIotar, carica!urizand<>, los abusos Y ~tio=s
introdccidos entre los cristianos.. pat'3 eDYoIvef" en la Glis¡na critica d5lOledora todos los dogmas. Eac si. coa la ayu-C.a de las
cevas o¡>ioioaes de exégetas y teólogos, qee se divulgan pO< doquie<, Y pO< este ~1Jro aparece cu;ij es su fondo y t=I desenlace.
Ya les accsa Evefy de quedarse a medio camino, de no tener el valor de decir todo lo que piensan, por 'e do a los rayos de
ROIila, a la terrible opresión de la -piedra. católica [pp. 91, 125-0, 1.:2).
Alguna de las revistas francesas ponía en duda no sólo el catolicismo, sino el cristianismo de Evely, si es que, como. alardea,
es sincero. Creemos además que está en duda su creencia en el Dios del teismo, puesto que con el texto de 8onhoeffer, que pone
de lema, le ha despejado de todo poder. Y ¡un Dios impotente no es el verdadero Diosl
Teófilo URDANOZ, O. P.
" s I

DE L. EVELV, L
L capítulo Fe y experiencia es explicaCión. ,de la fe cristi~~a similar cambiar los dogmas, pues la nueva noción de la fe moderna «nos da la su-
E "
a la del modernismo

la Iglesica
}' que tmphca
Ira fe no puede apoyarse ni sobre el milagro,
(p. 56). Ni tampoco en el testlmOnio
la negccton de la revetccrón.
ni en el Evangelio,
de los cpésrctes.
«Nues-
ni en
porque seria
[íciente libertad para no exigir la seguridad
la ¡njalibilidad permanente»
tenderse «como una asistencia
absoluta,
(p. 68). Al contrario.
la historicidad
la infalibilidad
fiel que no cesa de estimular,
Iileral.
ha da en-
corregir y re-
creer en algo numano. aLa fe no es un restrmcnto , Desean/io de los iesugos, novar ... el r-evés de Iodos los errores de los Papas. de los obtspcs. de los
incluso de los Que se delon matar» (p. 58). «Un hOmbre moderno no cree reótcgcs, de los curas» (p. 69), dice citando a H. Küng. No cabe mayor pa·
mas Que en lo que él ha vrsto. verütcccc, experimentado ... Toda la fe se radoja ni sarcasmo.
baso en esta exceneecrc. en una crertc percepCión de DIOS Que esté ahi:t (pd-
ginas SB-9). !'.'o hoy que pedIr a los cnsncncs que crean en la experiencia Los capitulos siguientes ensayan la interpretación de algunos milagros e
de los apóstoles, smc que hogan suya la exserrencrc de ellos, la revelación la luz de la nueva íe. TOdavia añade otro «(principio» de interpretación, re-
que ellos tuvIeron (p. 59). Tianes fe «cuando llenes experiencia de que Dios duct or de todo el Evangelio, a pura experiencia subjetiva crcuenprcc: «Fodo
te habla» (pp. 62·3). Porque (¡DIOS nunca
unrc 'de Que le ha hablado a n..; nunca resucitó
ha hablado a Otros de manera
a nadie de manera errs-
drs-
~Ouequ:CuOr~~rr:n e~u:!t~vav~~~Ii~e o;~~r:e~f:aal~ne":f :~a~~:I~~»a (~i~anr t~~~ !~
Unta de como el U le resccuc» (p. 64). El medio de esta excenencrc reve- misma libertad del Espiriru con que los apóstoles revrsnercn sus hOndas
ladoro es «lo senSibilidad. que es la facultad ccpüct del hombre» (p. 65). impresiones de Jesús con las Imógenes de lo maravilloso de su época, tú «sr
Y el objeto no es lo sobrenatural, sino algo muy humano. Todos los expe- tienes también una tecuo-c religiosa de ru vida escribirós el Evangelio que
nencrcs pasodas y retcrcs evcneétrccs «no hacen sino expresar la conciencia nuestros ccntemnorcnecs necesitan. Ahora le toca rememorar tus cnuncrccro-
Que tomaron de su existencte los hombres» (p. 65). «Nuestra fe estriba en nes, rus trans!iguraciones, las multiplicaciones de panes a las que has csts-
que ha}' un Sentido en la vida. (p. 67). No es extraño que Evely afirme que tido o que has realizado, las tempestades apaCiguadas, las apariciones, las
101 experrenc.c pueden teneria los crees, ni que se arrogue la libertad de euccrtsncs» (p. 73).

f[' lENE pnmerc la virginidad de María como base de la encarna-


ción sobrenatural. Pues bien, es un relato imaginativo. -No
céls de Dios un juez, hacéis de él un pagano, un publica no. . Pero
Dios no es justo: justifica (p. 105) Si Dios es juez, yo soy ateo-
a .Ó»

dejaremos de creer en la encarnación aunque la manera como (página 106). En nombre de esa exaltación del amor, Evely truena con
se nos ha presentado hasta ahora fuese pura imaginación, ni dejaré- sarcásticas burlas contra la penitencia cristiana .•. oscurecida por las
mos de admirar ... la pureza de María aun cuando haya "conocido" peores confustones-. y que •.los visionarios de los siglos XIX y XX~
a su esposo. La verdadera virginidad es una cuestión de corazón y predican como un deber de mortificación, de austeridad, de rescate
no de fisiología. La Virginidad física no es nada ... La castidad no es de nuestras faltas (p. 100). Todo eso no es evangélico, porque e!
ausencia de sexualidad, sino el ejercicio justo, armonioso ... , de ésta .. perdón de Dios es gratuito y total. ••Dios no os juzgara ni en este
La Virginidad de María es la traducción física para gentes sencillas mundo ni en el otro. No os caenqeré ni recompensará: os etermze.
del mtstenc de la encarnación- (p. 74). La encarnación habrá de en- Basta ya de considerar el juicio final como una inmensa distribución
tenderse, viene a decirse. de modo natural y humano. Es una inter- de premrce- (p. 107). Dios, por lo tanto, no castiga; solamente pre-
vención de DIOS a ruvel existencial. Los evangelistas significaron su viene del estado terrible de condenación causada por el rechazo del
fe por los medros maravillosos •.que les convenía y que hoy no nos amor, ••en el cual no se ama nada ni a nadie. (p. 107). Lo cual es un
van-o y atribuyeron a Jesús -loe privilegios divinos que el hombre absurdo psicológico. Es el tipo de infierno que ha aireado ha poco
pagano siempre había apetecido: milagro, omniscencia, omnipotencia-o entre nosotros una revista.
Todo esto es ••lo opuesto a la noción de Dios que nos ha revelado La negación de todo el orden de justicia lleva a Evely a la con-
Cristo- (p. 75). Evely despoja a Jesús (y a Dios) de todo atribuio de secuencia lógica del anarquismo social, que proclama con estas y
dtvmidad. Es el lenguaje común del libro. otras expresiones contestatarias: -Loe hombres acaban pareciéndose
al Dios que veneran. Si nuestra sociedad es represiva, si tenemos
tantos jueces, juicios y prisioneros, es porque nos hemos hecho se·
Al milagro de la multiplicación de los panes le encuentra Evely mejantes al Dios que juzga a vivos y muertos •. (p. 110)..• Nuestra so-
.•srqmftcactón religiosa - con otro mito de SUtinvención, pues lo pre- ciedad no es signo de Dios, nuestros tribunales, con o sin crucifijo,
seme como hrstórtco: ..Jesús convenció a un hombre para que se no son signos de Dios, ni siquiera y sobre todo el tribunal de la pea
arnesgase a repartir su pan. y ese ejemplo arrastró a los otros a nitencia .• (p. 111). Pero Cristo, que «hizo la revolución contra el Dios-
sacar sus provisiones disimuladas y a ponerlas en común.. Eso les juez .•, es ••el mayor revolucionario de la historia •.; la liberación reh-
ruzo saborear la reconfortante alegria de haber descubierto la frater- giosa de su mensaje implica una ••liberación politica, económica y
nioed (p. 77). social- de todo poder y autoridad (pp. 110·1).
_¿Cómo desmitologizar la tempestad calmada?- Evely pone "más Y ¿en qué consiste el perdón de los pecados? Cuando Dios pero
énfasis en la desmitifrcación de éste y el siguiente milagro de la trena- dona, no es que anule los pecados, ni los borre O remita, o los ol-
figuración. stn duda para alardear de haber leido a algunos exégetas, vide, o salde alguna deuda. Perdonar para Dios es "reconstruir en
como Leon-Dutour. a quienes, por otra parte. propina irónicas lnvecti- nosotros todo lo que el pecado había destruído-. Por el pecado he-
vas [pp. 91. 125--5). Pretende probar que están construidos con el mos perdido el respeto, la ccnhenae en nosotros. el amor. Dios. al
••matenal tecférucc habitual- del folklore griego y tradiciones rabínicas perdonar, nos devuelve al respeto a nuestra dignidad, la confianza, la
[naqinas s.o.Sl). Desde luego, nada de realidad, sino signos de la fe en nosotros y, sobre todo, nos devuelve al gozo de un amor ge-
mamiestecron de DIOS en nosotros, que, muertos de miedo, nos re· neroso, pues el pecador solamente al verse amado descubre lo que
anima para soportar y dominar las tempestades. "Somos nosotros es amar (pp. 112~S). Nada. pues. de ofensa a Dios, sino a la dignidad
los reeconse ates de las tempestades. de suscitadas y apaciquarlas- humana. Pero este perdonar no es un .•derecho- de Dios, ni un •.po-
Ioéqme 65). y de las transfiguraciones y desfiguraciones. Jesús se der .. de la Iglesia como ella predica, sino responsabilidad y poder de
transf gura a nosotros •.cuando nos hacemos transparentes a los de- todo el que ama, pues ••sólo el amor puede perdonar los pecados ...
mas ... SI nas transf gurado a alquren, habrás comprendido esto tan y cada uno de nosotros es responsable de ese perdón de los peca-
extracrdinerto: que DIos se muestra en un rostro de hombre; que dos- (pp. 112-3, 121).
pare ma fesrarse. DIOS no tiene que echar mano de relámpagos, En esta atmósfera meliflua y liquescente del amor parece esfu-
true y # rneradas- (PP. 93-4). Estas ñquracrones están ••en el ni- marse toda idea de crímenes y delitos. Evely despoja al pecado de
ve ce las oueroretecrones pooulares, extenortzentes (p. 97). a
su verdadero concepto, pues no parece exista en sentido propio. por
lo mismo que no hay ley, sino -para gentes religiosas. piadosas .. ·.
cuyo desprecio oor las personas está en proporción a su culto de la
eJ cae lo -El perdón concentra Evely el fondo teónco de su ley. Nuestra SOCiedad no es cristiana; se ha Quedado en tertsetca-
0"'J'S2. ..• ente. cue es una exaltación línea del amor al hombre El fariseo no conocia más que la ley, pero Cristo enseña que ninguna
.J. en redes SlJS d.me is-ones, cueste que nada precisa. incluyen- leyes absoluta- (p. 116). Y aquí enumera las leyes Que se creian
60" esa rual y el fissco y blológ¡co. Tal sera la úruca realidad crts- inmutables, y ••han sido relativlzedas en las lqleaias>, pues su trans-
- e, la eeeecse de lo d no y del esoiritu de Cristo. Cuando amáis gresión en muchos casos no se considera ahora como pecado: la
ce verced, .•nabecs entrado en DIOS. habéis entrado en un mundo anticoncepción, la masturbación, la mutilación voluntaria, el suicidio,
c::Ls! ·0. _ nu do de amor- (p. 102). Este amor debe ser gratuito. la homosexualidad. el incesto, el divorcio, el homicidio, .•.sin contar
ci.e todo o oerdona. Naoe pues de justicia en DIOS. •.Si creéis que con el ayuno, la misa del dominpo-. etc. (pp. 116·7). Los fundamentoS
D-cs es ~_-S:t: e e es juez, no sois cristianos •. (p. 103).• Los que ha· de la moral caen en esta nueva cristiandad del amor y la libertad.

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