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“ … la vida,

el imaginario,
la identidad
y la cultura del Barrio”
Ariel Garavano. Doctor en Ciencias Antropológicas
(Universidad de Buenos Aires), investigador de
Carrera del Consejo Nacional de Investigaciones,
Científicas y Técnicas (CONICET) y profesor titular de
Antropología Urbana en la Universidad Nacional del
Centro de la Provincia de Buenos Aires (Facultad de
Ciencias Sociales, Olavarría)
Lo barrial como un conjunto de
valores capaces de generar la
construcción de una producción
ideológica y una identidad.
▪ Se realizaron entrevistas de corta duración.
▪ Fueron realizadas algunas en la vía pública, en viviendas
particulares, en lugares semipúblicos y en instituciones
escolares y sociales, mediante la colaboración de docentes y
vecinalistas.
▪ La pregunta central -no necesariamente formulada en forma
directa- apuntó al significado del barrio para cada
entrevistado en particular y en forma personal.
Significado
de lo
barrial en
distintos
tipos de
barrios:
▪Los barrios de mayor prestigio dentro
del mercado inmobiliario, habitado por
sectores funcionalmente vinculados con el
capital, de origen familiar inmigratorio
europeo
▪Los barrios de sectores medios, que en
el imaginario no ocupan un valor extremo,
ya que no son usados para simbolizar a los
sectores ni más altos ni más bajos
▪Los barrios de sectores pobres, básicamente
trabajadores, con preponderancia de
procedencia familiar inmigratoria interna y de
países limítrofes, tanto de lugares céntricos
(deteriorados, independientemente de su
origen medio o aún alto) como producto de
loteos, periféricos, en asentamientos de
autoconstrucción en terrenos intrusados, e
incluso algunos complejos habitacionales de
provisión estatal.
Los barrios de los sectores medios y
los barrios de los sectores pobres,
barrios llamados populares, son los
sectores más vinculados al trabajo que
al gran capital, conformados por la
clase obrera -en actividad o paro
forzado por el desempleo-
Que pasa
en los
barrios
populares?
Elvira, directora “el barrio puede ser un conjunto de
casas, con gente que simplemente las habita” y agrega
convencida “un barrio debe ser expresión de una
tradición, culturalmente organizada, donde (los vecinos)
se respeten entre si, se brinden desinteresadamente …,
en síntesis, el barrio es el principio de la identidad
ciudadana”
Fernando, médico clínico, lo define retóricamente: “es mi
vida, mi terruño, mi hábitat … es mi lugar, te parece poco? …
la vieja de al lado me pide antiflamatorios, mi vecino me
devuelve la pelota que tira el nene, mi otra vecina me tira las
ratas muertas, hace falta mas luz, … que no se inunde tanto
sería bueno también … El barrio es el útero donde uno vive”

Lucy, panadera, “en fin, el barrio es un sentimiento, un


sentimiento que nunca vas a olvidar”
La oposición entre lo que representa lo barrial y su contrario se
asoció a la formula barrio versus centro, asociado este último a
lo comercial, el ruido, la congestión y la heterogeneidad social,
con la ambigüedad de que el mismo centro es y no es
considerado un barrio.
En forma asociada, el valor de la tranquilidad sirve para señalar lo
que produjo un cambio en la esencia barrial
Lo barrial como sinónimo de paz y tranquilidad sentida por los
actores, y también la oposición entre la morfología de casa bajas
(típicamente barriales) y edificios de propiedad horizontal no
barriales
Elena, antes en “su” barrio “de la provincia”:

“y … se conocen y comparten muchas cosas … conozco al panadero,


al verdulero, al carnicero y ellos me conocen a mi … el saludo …
buen día, uno lo resume como que es parte de cada uno; los
delantales almidonados, el asado de las fiestas patrias, el 25 de mayo
todo el mundo comía asado … la ligustrinas, ir al centro para las
vacaciones de invierno … los abañiles, la mezcla, entrar la arena, el
pastón, los soquetes de las mujeres grandes, ir a ponerse las vacunas
para el colegio en febrero, la salita, mi hermano yendo a ver la novia,
los velorios”
Roberto, zapatero “yo veo al barrio por los olores y los colores, que
por momentos se confunden y serían entre los marrones y grises y los
verdes del mate y alguna mocita con malvón colorado; otros casos
serian los sonidos, que pueden mostrar la alegría y la tristeza …”

“el barrio es doña, es el che pibe, el viejo, para mi – dice Orestes,


jubilado de comercio, “es una comunidad, pero con historias
personales, con diferencia de clases, resentimientos, envidias, el
lugar donde pasamos nuestros días, lugar de sueños, juegos y afectos,
tristeza y alegría, bocinas, fabricas que fueron, los que no volvieron”
Así con en los testimonios más retóricos queda
ilustrado el paradigma de lo barrial.

La definición muestra en ocasiones una


ambivalencia en acto, pero con una recuperación
del amor al barrio a pesar de sus males y
reivindicaciones.
La
solidaridad
aparece
más en los
barrios
populares:
“el barrio para mí es un lugar que uno quiere mucho, donde sabe
que nunca va a estar solo, por más miseria que tenga” María Eva,
49.

“Si lo sabré yo cuando vine a vivir al complejo, mi primer regalo del


día de la madre se lo compraron a mi hijo una pareja de vecinos para
que me lo diera a mi, porque mi esposo estaba desaparecido y él era
chiquito” Clara, 44.

A la vez, se muestra su estrecha ligazón con la relacionalidad:


“si te pueden hacer un favor ahí están, es que se conocen casi
todos”
La comparación entre las relaciones solidarias vecinales y
familiares coloca a estas últimas en desventaja moral:
“mas vale un vecino que uno de la propia familia de uno, tengo la
suerte de que desde siempre somos los mismos vecinos, y a todos
les interesa la vida de los otros no por el chisme sino por
compartir las alegrías y las cosas en que se pueden ayudar”
Queda también plasmada la necesidad del arraigo para nutrir la
relacionalidad y la solidaridad, lo que no deja de incluir la
ambigüedad:
“el barrio, para mí, es donde unos a otros podemos visitarnos y
amigarnos cuando somos nuevos, nos ayudamos entre todos, bueno
… algunos …a veces hay solidaridad, pero muy poco”
Es que la solidaridad tiene como razón el conocimiento mutuo dado
por la vida arraigada en el barrio:
“un barrio es donde yo conozco a todo el mundo” Raúl, fletero.
En los barrios más pobres, si bien la relacionalidad es relevante
“uno ni tiene necesidad de llamar a nadie en la cuadra que ya
saben que usted necesita algo” Carmen, 56, kiosquera.

Es recurrente la familiaridad con el lugar y sus actores en forma


impersonal, sintetizada en la frase “todo el mundo me conoce”,
aunque no resulta obligatorio que todo el mundo se “trate”.
La generalización misma “todo el mundo” pasa a formar parte de
la asunción del paradigma barrial.
La relacionalidad tiñe de barrialidad la convivencia.
Lo familiar –que ocupaba un lugar de importancia dentro del
modelo de lo barrial- surgió también, siempre asociado a los demás
valores de lo barrial.
Por su parte, el amor al barrio se explicita mediante el gusto y por
no querer irse (“si me tengo que ir me muero”).
En tren de especificar o justificar este apego al barrio, lo recurrente
es indicar referentes espaciales y principalmente recurrir al
argumento temporal, incluso metafóricamente personalizado: “para
mi el barrio es todo porque nací y crecí en él … él me vio hacer
todo, de pibe”
La significación del amor porque sí, porque es el barrio de uno,
abarca todos los tipos de barrios.
A su vez, la tranquilidad como atributo de lo barrial, aunque
condicionado por la relacionalidad, ya que la existencia de
delincuencia en un barrio pueden no ser ningún obstáculo para
calificar a este de “tranquilo”.

Esto hoy en crisis no tanto por la tranquilidad como valor, que sigue
siendo patrimonio de lo barrial, sino de la inseguridad asociada
con la delincuencia, que para la barrialidad del barrio esta
subordinada a la relacionalidad arraigada, esa que permite que un
barrio aunque con delincuentes siga siendo un “barrio tranquilo”
La crisis, en los barrios más pobres no deja de asociarse al valor
paradigmático del trabajo (por la gente “de trabajo” que lo habita y
que marca su identidad), pues destaca el valor del trabajo en
oposición a:
“lo que se dice de acá, de este barrio … acá es un barrio tranquilo
por el momento, gracias a Dios … toda gente de trabajo”, con
mayoría de desempleados.
En los barrios de mayor prestigio el valor más recurrente es el
arraigo, pero prevalece la distinción del sector social arraigado,
referenciado por apellidos y tradiciones familiares “ilustres”, el
barrio no adquiere los valores de la barrialidad sino de la clase
social, como eje de la distinción. Y el barrio no-popular se
subordina a esta relación, actuando como referente de la distinción
de clase.
La
gente
en el
barrio y
la gente
del
barrio.
En la primera alternativa –la gente en el barrio- lo que se plantea
es la diversidad de actores y tipos sociales que transitan, trabajan,
viven en un barrio. Son los barrios con mayor prestigio, en sus
zonas comerciales, y los barrios medios en general, los que
muestran mayor grado de diversidad, en tanto en los barrios
populares restringen comparativamente esa variedad.
En lo que hace a la gente del barrio, se invierte la consideración, en
la medida en que los barrios más populares muestran una
tipificación de mayor densidad, en tanto en los barrios medios y
altos la mayor heterogeneidad permite un abanico de perspectivas
críticas hacia el “tipo de gente”: es común encontrar “gente
cerrada”, “gente que solo busca prestigio”, junto a “gente amable” y
demás caracterizaciones entre los mismos vecinos.
En el barrio popular, la mayor recurrencia en la calificación de la
gente del barrio apunta a características homogéneas como:
“gente de trabajo”
“humilde pero bárbara”
“en mi barrio vivimos todas gente de condición humilde, trabajadora,
por supuesto que como todo barrio de tantos habitantes se halla en él
gente con distinta costumbre, jóvenes con problemas de
drogadicción, chico vagando por las calles a la buena de Dios”
Carola, 43, ama de casa.
“el barrio de uno, es un pedacito de un rompecabezas que forma la
historia de cada uno de nosotros” ama de casa.
Gladis, docente pinta al barrio como “allí donde el presente se
conjuga en tiempo de pasado”, “encontrarse con uno mismo al
pasar los años, el progreso de la sociedad … y ver a la gente como
cambia”
La
conciencia
de los
barrios
pobres
Situamos aquí las visiones de los actores respecto de necesidades y
explicaciones generalizadoras sobre las realidades barriales,
donde surgen las interpretaciones ´de aquellos sujetos que en el
escenario barrial desarrollan actividades de militancia, tanto social
(en instituciones intermedias) como netamente político-partidarias,
• con cual significado de lo barrial actúan estos actores?
• cuales son las necesidades más solicitadas en este tipo de
barrios?
Entre los militantes se reconocen las necesidades
de servicios y la cuestión de la inseguridad como
prioritarias, el barrio es concebido desde la
pertenencia y la identidad, tanto individual como
colectiva; “el barrio es el otro y soy yo”.
Los militantes refieren a los valores de tipo comunitario, reaparece la
connotación formal de lo barrial:

“el barrio es una de las comunidades más importantes que interesa


al hombre”

“si bien hoy prevalece el individualismo, hay prácticas solidarias que


no se dan sino en barrios populares: el vecino es muy importante
porque es el que nos mira la casa cuando no estamos, es el que
organiza el Dia del Niño es la Sociedad de Fomento y el que nos
alcanza algo para comer cuando no hay laburo”
Se nota una tendencia a que los barrios más
populares se vinculen más con las luchas sociales,
los problemas de violencia, drogadicción las
necesidades de cada barrio.
Se corrobora la vigencia del modelo de la producción
ideológica de lo barrial que se intensifica en los barrios
populares, modelo representado en los siguientes valores:
relacionalidad, la solidaridad, la familiaridad y la
tranquilidad, y el amor por el barrio representado por el
no querer abandonarlo.

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