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El lenguaje tiene poder y queremos utilizarlo para terminar con la

violencia de género, sacando de nuestras conversaciones expresiones que


dañan la autoestima, limitan el desarrollo y aumentan la desigualdad entre
géneros. Para lograrlo, creamos el librito "No me lo digas más: 13 frases
para entender la violencia de género", gracias al financiamiento de la Unión
Europea.

Buscamos que cada persona pueda comprender la gravedad del machismo


instaurado en el lenguaje, la forma en que perjudica las relaciones con los y las
demás, cómo las palabras crean realidades y condicionan el comportamiento e
interacción entre hombres y mujeres.

“No Me Lo Digas Más: 13 frases cotidianas para entender la violencia de


género”, es una selección de algunas de las frases más escuchadas desde la
infancia hasta la adultez, representadas por 13 ilustradores chilenos
interesados en visibilizar y aportar a una cultura que refuerce la igualdad y el
respeto entre géneros.

Las ilustraciones
El libro comienza con la ilustración de Holly Jolley, “Hay carreras para
hombres y carreras para mujeres”, frase que representa la división histórica
del trabajo y las ocupaciones de acuerdo al género. Hombres y mujeres
cuentan con las mismas capacidades y habilidades para desempeñarse en
cualquier área: El resto, son sólo barreras culturales que debemos derribar.

La segunda ilustración es de Alfredo Cáceres, con la frase “Detrás de un


hombre hay una gran mujer”, que muestra el lugar secundario que ocupa la
mujer en la sociedad, que la mantiene en la esfera de lo privado, como
responsable del éxito de su par masculino. Hombres y mujeres son capaces de
aportar al desarrollo pleno de un otro u otra desde el compañerismo y la
valoración mutua. Nunca atrás: Al lado de un hombre hay una gran mujer y
viceversa.
La tercera ilustración es de Carla Vaccaro, con la frase “Deberías ser un poco
más femenina”. Lo que somos y hacemos no debería ajustarse a las
exigencias sociales y culturales de los géneros. Lo único que mujeres,
hombres, niños y niñas deben ser, es lo que los hace sentir cómodos, felices y
únicos. En la diversidad está el valor.
“Los hombres no lloran” es la cuarta frase, ilustrada por Tomás Olivos. La
tristeza, la emoción y la debilidad no le pertenecen sólo al género femenino y
son expresiones que ayudan al desarrollo emocional y a las relaciones
interpersonales de niñas, niños, hombres y mujeres. Ninguna persona,
independiente de su género, debe reprimir sus sentimientos por miedo a la
desaprobación o juicio de los demás.
De las 13 frases, Fernanda Frick eligió “Ser mamá es lo más lindo de ser
mujer”, que reduce el rol de la mujer a uno netamente procreativo y maternal.
Lo más lindo de ser mujer es la libertad de moverse en diferentes roles, de
acuerdo a sus gustos, sueños y aspiraciones. Lo más lindo es el potencial que
tenemos para elegir uno o todos los roles que nos hagan sentir felices.
Patricia Aguilera, retrata una de las expresiones más violentas que hoy
enfrentan las mujeres. “Se lo buscó por andar vestida así”, es una frase
aterradora y machista, que responsabiliza a las mujeres de ser víctimas del
acoso y las agresiones sexuales. No existen provocaciones, ni contextos que
justifiquen agresiones. El único culpable es quien ejerce la violencia.
Mathias Sielfeld "Oyemathias" y su ilustración para la frase “Los hombres son
más razón y las mujeres más emoción”, refleja el adoctrinamiento temprano
que se ejerce sobre niños y niñas, lo que genera un quiebre en su desarrollo y
temor a romper el estereotipo al que, por defecto, deberíamos ajustarnos.
Paloma Amaya ilustra una frase que parece inofensiva, pero que encierra una
diferenciación incluso desde antes que podamos elegir. “Ese color es de
mujer”, es uno de los patrones más instalados en el inconsciente colectivo,
que hace a niños y niñas crear diferencias sin sentido desde los primeros años
de vida.
“Si un niño te trata mal es porque le gustas”, por Catalina Bu, busca crear
consciencia sobre la naturalización de la violencia desde la infancia. Un niño no
trata mal a una niña porque le gusta, la trata mal porque la violencia está
aceptada. A las niñas se le dice que deben comprender este comportamiento,
lo que también es violento. Las niñas tienen derecho a ser respetadas, los
niños deben ser educados para respetarlas, y viceversa.
Dannaé Alvarez con “A las mujeres no hay que entenderlas, hay que
quererlas” transmite un mensaje claro: ante la imposibilidad de entender el
comportamiento femenino, se desecha la idea de profundizar en su interioridad,
subestimando sus actitudes y opiniones. No basta con el cariño: es necesario
empoderar a las mujeres, escucharlas y permitirles expresarse de la misma
forma en que se les permite a los hombres.
Marcelo Pérez "Perezfecto", retrata El “Mansplaining”, es un concepto que
usualmente vemos, pero que está tan naturalizado que no nos damos cuando
está sucediendo. Es frecuente ver hombres bajando el perfil a las opiniones de
mujeres en medios (y todo tipo de situaciones) o presenciar paneles
únicamente de hombres, aunque existan voces femeninas expertas en el tema.
La invitación es a dejar de subestimar el análisis, razonamiento y crítica de las
mujeres.
Jorge Roa ilustra la expresión más grave de la violencia hacia las
mujeres, “Fue un crimen pasional”. De acuerdo a las cifras de la Red Chilena
Contra la Violencia, en 2017, hubo un 20% más de femicidios respecto a 2016
en Chile. Lo cierto es que no existen crímenes pasionales ni por celos ni por
amor, sino que son formas de asesinato que implican un problema profundo,
que nace del sentido de posesión del hombre hacia la mujer. Hablemos de
femicidio cuando lo es.
La última ilustración es de Catalina Cartagena con la frase “Ella no es para
pololear”. Habla de la mujer que vive libremente su sexualidad y lo expresa sin
miedo al juicio de los demás.; o aquella que nunca ha tenido una pareja
estable; O la que es muy independiente o se viste raro. Ninguna mujer debe
perder su identidad con el fin de conseguir aprobación de los demás.
Esperamos que tú, como lectora o lector, puedas tomar consciencia y generar
instancias de reflexión para eliminar del lenguaje expresiones que parecen
inofensivas, pero que dañan y refuerzan las brechas que siguen existiendo
entre hombres y mujeres

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