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Nuevas representaciones de la trata de personas y pornografía en Internet

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Patricia Trujano
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REVISTA ÁBACO • 2ª ÉPOCA • VOLUMEN 4 • NÚMERO 66 • 2010 • ISSN 0213-6252
GENERACIÓN NI NI

TRANSTEXTUALIDAD

NUEVAS REPRESENTACIONES DE LA TRATA

DE PERSONAS Y PORNOGRAFÍA EN INTERNET
< Patricia Trujano Ruiz
< Vania Tovilla Quesada
< Jessica Dorantes Segura
 TRANSTEXTUALIDAD
NUEVAS REPRESENTACIONES DE LA TRATA DE PERSONAS Y PORNOGRAFÍA EN INTERNET
PATRICIA TRUJANO RUIZ, VANIA TOVILLA QUESADA Y JESSICA DORANTES SEGURA

NUEVAS REPRESENTACIONES DE LA TRATA

DE PERSONAS Y PORNOGRAFÍA EN INTERNET
Patricia Trujano Ruiz, Vania Tovilla Quesada y Jessica Dorantes Segura

CONTEXTO La violencia contra las mujeres ha merecido una serie de estu-

En la actualidad, México, como muchos otros países, está
tomando medidas destinadas a paliar el fenómeno de la violen-
cia de género. Dichas medidas deberían estar dirigidas a buscar
108
la equidad, protegiendo tanto a hombres como a mujeres y
niños/as, sin negar que de acuerdo al número de denuncias, en
su mayoría las víctimas son ellas.
Hasta la fecha, los trabajos en torno al polémico tema de la
violencia han evolucionado, pues en sus inicios fue predominan-
te referir la relación existente entre el ámbito familiar o nuclear
y la violencia misma. Posteriormente, a finales de los años
setenta, y con el desarrollo de un conjunto de movimientos que
nacían a la luz del mundo, reconocidos como feminismos, las
investigaciones comenzaron a interesarse en la violencia a nivel
macrosocial, prestando mayor atención a los diferentes contex-
tos de interacción (Yanes y González, 2000).
Y es que la mayoría de las mujeres, debido a un estatus atri-
buido socioculturalmente a través de la historia como inferior,
están expuestas a un potencial riesgo de padecer violencia en
manos de actores estatales y no estatales, tanto en el hogar
como en la calle. Se considera incluso que algunas de ellas
corren mayor riesgo de violencia, como las que pertenecen a
minorías étnicas, las migrantes o refugiadas, las mujeres pobres
y las que viven en comunidades rurales o alejadas de los centros
urbanos; además de aquellas que viven en situaciones de conflic-
to, es decir, las que traspasan los límites de género tradicionales
(homosexuales); las mujeres que residen en instituciones, ancia-
nas o discapacitadas, y las que son VIH positivas (Velasco, 2007).
dios e investigaciones que han llevado a concluir que sus vícti-
mas se ubican a lo largo de la historia en todo el mundo, inde-
pendientemente del grado de desarrollo político y de la ubicación
geográfica, siendo la constante la violación de los más elemen-
tales derechos humanos y la impunidad en que permanecen
tales agresiones.
Adicionalmente, se empieza reconocer que la violencia se ha
filtrado en cada vez más esferas de nuestras vidas, alcanzando a
las nuevas tecnologías de la información. Por citar un ejemplo,
mencionaremos Internet, subrayando por principio que, aunque
la red es potencialmente multicultural, todavía hay una mayoría
de usuarios blancos, jóvenes, norteamericanos y varones, carac-
terísticas que posibilitan manifestaciones raciales y sexistas
(Ford, 1999; en Feria, s/a); entre las que se distinguen las concer-
nientes a la explotación sexual y comercial de mujeres, como son
la trata de personas y la pornografía en la web.
LA EXPLOTACIÓN SEXUAL COMERCIAL
DE LA MUJER
En el panorama actual, existen diversas razones para conside-
rar que muchas mujeres están siendo forzadas a realizar activi-
dades de prostitución por imposición de terceros, ya sea que se
trate de los clásicos proxenetas individuales o de las redes
mafiosas que controlan actualmente el mercado y la distribución
de la oferta (Gómez, 2000).
REVISTA ÁBACO • 2ª ÉPOCA • VOLUMEN 4 • NÚMERO 66 • 2010 • PÁGINAS 108-113 • ISSN 0213-6252
GENERACIÓN NI NI

Foto: Chelle
 TRANSTEXTUALIDAD
NUEVAS REPRESENTACIONES DE LA TRATA DE PERSONAS Y PORNOGRAFÍA EN INTERNET
PATRICIA TRUJANO RUIZ, VANIA TOVILLA QUESADA Y JESSICA DORANTES SEGURA

Es por ello que la Explotación Sexual Comercial (ESC) es consi-

derada una práctica delictiva que, además de subestimar y ame-
nazar la integridad física y psicosocial de las víctimas, va en
aumento en nuestra caótica existencia social, debido entre otras
razones, a la adopción que estas redes delictivas han hecho de
Internet.
Ahora bien, la ESC se manifiesta especialmente a través de
cinco posibilidades: la trata de personas, la pornografía infantil,
la prostitución infantil, el turismo sexual y el matrimonio precoz,
y en su mayoría encuentra como víctimas idóneas a mujeres,
niñas y niños.
En el caso específico de México, en el año 2000 se reportó
que por lo menos 4.600 niños, niñas y adolescentes estaban
siendo explotados sexualmente en seis ciudades de la República
110 Mexicana de la siguiente manera: 1.000 en Acapulco, 900 en
Tijuana, 800 en Ciudad Juárez, 700 en Cancún, 600 en Tapachula
y 600 más en Guadalajara. Pero otra estadística declara que
existen alrededor de 16.000 niños, niñas y adolescentes explo-
tados en el comercio sexual a nivel nacional (Azaola, 2000).
Aunque como hemos señalado, la ESC se da principalmente a
través de las expresiones ya mencionadas, nos centraremos en
la trata de personas y la pornografía infantil a través de la Red,
pues esta herramienta está creando entera confianza en las
generaciones más vulnerables como son los niños(as) adoles-
centes y jóvenes, que fácilmente se dejan seducir por las redes
sociales, sin pensar que puedan ser utilizadas para la captación
de víctimas potenciales.

TRATA DE PERSONAS EN LA “RED”

En pleno siglo XXI, la posibilidad de vanagloriarnos por el pro-
greso ilimitado queda en duda al considerar que aún en nuestros
días existen formas de esclavitud como la efectuada a través de
la trata de personas, en donde el ser humano queda simplifica-
do a un objeto con fines mercantilistas y de explotación, ya sea
sexual, laboral o médico (extracción de órganos). La trata de per-
sonas hace referencia a la extracción, traslado, acogida o recep- Foto: María Gómez
ción de personas, mediante amenazas, rapto y fraude con fines
de explotación (Trejo, Arámbula y Álvarez, 2006).
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Ahora bien, en este escenario, muchas mujeres son forzadas
a prostituirse bajo severas condiciones de chantaje o amenaza;
pero aún si consiguen escapar de esta situación, para la mayo-
ría difícilmente existirán alternativas de vida, por lo que están
en grave riesgo de dedicarse a la prostitución “voluntaria”,
especialmente porque las características propias de este “nego-
cio” suelen anular toda posibilidad de salir del círculo de prosti-
tución y violencia (Vigil y Vicente, 2000).
No hay que pasar por alto que la magnitud de la trata de per-
sonas la ha colocado como tema prioritario de seguridad a nivel
mundial, ya que atenta contra los derechos humanos más ele-
mentales. Tan sólo algunos cálculos indican que alrededor de
16.000 a 20.000 niños mexicanos y centroamericanos en su
mayoría del género femenino, han sido víctimas de la trata de
personas. Cabe resaltar que éste es un delito silencioso en el
que sólo se llegan a obtener estadísticas aproximadas. Si agre-
gamos que Internet se ha convertido en un facilitador para reclu-
tar víctimas a través de las redes sociales, podemos empezar a
dimensionar el problema. Por ejemplo, se estima que la Unidad
Mexicana de Crímenes Cibernéticos desmanteló sólo en el año
2004, doscientos sitios web dedicados a la pornografía infantil,
en donde se explotaba a niños víctimas de la trata (S/A, en:
http://www.usembassy-mexico.gov/textos/st040614 trata.html,
2004).
Y es que el proxenetismo y la trata de personas se colocan
como los negocios ilegítimos más rentables gracias a la utiliza-
ción de Internet, ya que son manejados por poderosas redes de
delincuentes que se enriquecen sustancialmente a través de
esta herramienta (Muller, 2006). Estos tratantes contactan a sus
víctimas por medio de chats o correos electrónicos, en donde
principalmente se les ofrece trabajar como “damas de compa-
ñía”, modelos, edecanes, o el reciente término, escorts; lo que
protege con el anonimato al delincuente y facilita que la víctima
despliegue información de tipo personal (Dorantes y Tovilla,
2008).
Evidencia de lo anterior, fue la publicación a nivel nacional en
Colombia de anuncios clasificados en los que se reclutaba a chi-
cas jóvenes, ofreciéndoles trabajos en empresas extranjeras con
el objeto de subastarlas; los precios fluctuaban de los 30 a 100
GENERACIÓN NI NI
dólares por tener la dirección de alguna de ellas, y de los 300 a
2.000 dólares por un contacto personalizado. La página de enla-
ce y subasta estaba dada de alta con el nombre de www.amor-
latino.com, y al parecer, ha sido retirada de los servidores
(Mairena, 1999).
Otra característica de este fenómeno es que la mentira o la
verdad contada a medias cobra vida en Internet, ya que cual-
quier individuo o empresa fantasma puede omitir su identidad y
actuar impunemente para atrapar a niños(as), adolescentes y
jóvenes carentes de cariño, empleo, compañía u oportunidades,
en una vertiginosa dinámica social que empuja cada vez más al
reconocimiento y a la “popularidad” en la red. El caso es que los
delitos de esta índole con frecuencia traspasan las pantallas de
la computadora, pues el estatus propio de la tecnología y la
sobre-explotación de ésta viabilizan que la Explotación Sexual 111
Comercial se ubique cada vez más cerca de las víctimas en
potencia.
PORNOGRAFÍA INFANTIL A TRAVÉS DE INTERNET
La pornografía infantil está definida como toda representa-
ción visual, auditiva o escrita, en donde se muestra a un infan-
te llevando a cabo cualquier actividad explícitamente sexual
(sea real o simulada); este tipo de representaciones puede con-
tener o no la exhibición de genitales. Y podemos señalar que
este delito es sin lugar a dudas uno de los más importantes a
prevenir en los terrenos de la web, debido a la vulnerabilidad
que los menores experimentan al ser las víctimas idóneas.
El número de sitios en Internet que ofrecen imágenes porno-
gráficas y videos de descarga directa resulta impresionante. Sin
embargo, no se tienen números estimados de aquellos sitios
web que proporcionan dentro de sus links apartados especiales
de pornografía infantil. Por lo tanto, en países como Brasil y
Rusia se han realizado enormes esfuerzos para reprimir el flo-
reciente abuso de menores en línea; no obstante, cerca de
ochenta naciones del mundo aún no poseen leyes específicas
contra estos delitos (Quayle y Taylor, 2006).
Lo anterior subraya la urgencia respecto a su legislación,
 TRANSTEXTUALIDAD
NUEVAS REPRESENTACIONES DE LA TRATA DE PERSONAS Y PORNOGRAFÍA EN INTERNET
PATRICIA TRUJANO RUIZ, VANIA TOVILLA QUESADA Y JESSICA DORANTES SEGURA
pues el aumento de los casos de pedofilia en Internet ha tenido
un incremento del 90%, lo cual representa una impactante cifra.
Adicionalmente, difícilmente se llegan a sancionar estos críme-
nes, ya que las herramientas de Internet han proporcionado a
los delincuentes ventajas por encima de los ciberpolicías. Por el
momento, aunque se han creado pocas leyes para la protección
de los niños y niñas en la red, se puede decir que Brasil es uno
de los países que cuenta con uno de los equipos de ciberpolicí-
as más eficientes para bloquear direcciones de pornografía. Si
bien esta clase de medidas se están operacionalizando, lo cier-
to es que resultan insuficientes, pues muchos utilizan servido-
res externos (como los servidores rusos) para acceder a páginas
pedófilas y de tipos similares, facilitando a los pederastas el
acceso a salas de charla y orientación, en donde los “expertos”
detallan y dan consejos a los “amateurs” para prevenir o esca-
112
par de situaciones de riesgo, en caso de ser acusados, utilizan-
do las propias leyes como escudo y protección (Farias, Reway,
Vilar, Onara y Pompeiro, 2008) .
Desgraciadamente, en lo que respecta a la red y a la tenden-
cia a poseer material pornográfico infantil, este delito raramen-
te es sancionado por las leyes. Por ejemplo, México se ha con-
vertido en el paraíso de los pederastas gracias a los vacíos lega-
les y la corrupción existentes. Las legislaciones estatales consi-
deran a la pederastia como un “delito menor”, a pesar de que la
explotación sexual de los niños, niñas y adolescentes es un cri-
men con alarmante crecimiento (Zúñiga, 2001). Según las esta-
dísticas de la Policía Federal Preventiva (PFP) de México, la
explotación sexual de menores de edad a través de la web, se
incrementa a tal velocidad que ocupa el tercer lugar de delitos
cibernéticos, tan sólo después de los fraudes y las amenazas.
Únicamente en el año 2004 se detectaron más de 72.000 sitios
de pornografía sexual, mientras que para el 2006 ya existían
más de 100.000 sitios, sin contar aquéllos que se encuentran
escondidos por refinados códigos de acceso (Cabezas, 2007).
Uno de los casos más representativos de la limitada legisla-
ción mexicana, específicamente en delitos cibernéticos, fue el
protagonizado por Robert Derek, dirigente de una gran organiza-
ción de pedofilia que operaba desde Acapulco, México. Este
individuo organizaba tours, promovidos a través de Internet, en
donde ofrecía como atractivo principal servicios sexuales de
niños(as); lo que él denominaba “abejitas con una miel muy
especial”. Por su parte, en el año 2006, en Cádiz (España), la
Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía Judicial detu-
vo a 33 usuarios de la red involucrados en sitios de pornografía
infantil; los detenidos fueron acusados de corrupción de meno-
res y de favorecer la distribución de pornografía infantil vía
Internet (S/A, en: http://www.diariobahiadecadiz.com/noti-
cias/426notnuevaoperacionpederastia enInternet.htm, 2006).
Esta breve panorámica deja claro que la lucha contra la porno-
grafía infantil en Internet suele ocurrir en un campo meramente
virtual, en donde la policía intenta aventajar a los delincuentes
anónimos, pero cada vez que se consigue desmantelar un sitio,
aparecen varios más. En los países en donde el aparato legal no
avanza tan rápidamente como la tecnología, Internet está posi-
bilitando que los pedófilos tengan acceso a este tipo de material
más rápido, más barato y mucho más fácilmente que antes; y
que las redes delictivas proliferen en la más absoluta impunidad.
CONCLUSIONES
Ciertamente, es necesario desarrollar investigaciones encami-
nadas a abordar la problemática de la violencia no sólo hacia la
mujer, sino hacia cualquiera que la sufra, considerando con
sumo cuidado los nuevos escenarios de ejercicio de la violencia,
como es Internet.
La red representa sin lugar a dudas una poderosa herramien-
ta que nos permite acceder de manera inmediata a cualquier
parte del mundo, y facilita con gran eficacia diversas actividades
que van desde lo político hasta lo mercantil, desde lo educativo
hasta lo recreativo. Pero también puede ser la herramienta que
provea a la misoginia y al ejercicio de la violencia de un nuevo
rostro, sin ubicación, ni espacio, en un universo meramente vir-
tual, donde el abuso nuevamente interfiera con la posibilidad de
construir una estructura de equidad. Tal vez sería pertinente
trasladar el concepto de equidad de género a este espacio ciber-
nético naciente, proveyendo a los jóvenes y adultos que pasan
horas frente a las computadoras de estrategias de respeto y
 REVISTA ÁBACO • 2ª ÉPOCA • VOLUMEN 4 • NÚMERO 66 • 2010 • ISSN 0213-6252
GENERACIÓN NI NI

tolerancia hacia la diversidad; y tal vez sería necesario que los padres tuviesen también conocimiento de lo que hacen sus hijos en
Internet para evitar con ello que sean víctimas potenciales de los pedófilos. Quizás sea el momento de trabajar en programas de preven-
ción desde edades muy tempranas que incluyan necesariamente a padres y educadores. Pero ciertamente tenemos ya que invitar a
niños(as) y jóvenes a analizar y reflexionar acerca de las ventajas, desventajas y riesgos de conectarse a la red, así como de proveerles
de estrategias de autoprotección.

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