CON LA VENIA DE V.S.ILTMA, alego a favor de la confirmación de la resolución recurrida de fecha 7 de junio del presente año, dictada por el señor juez de garantía de Rancagua, que decretó el sobreseimiento definitivo a favor de mi representada doña Marilú Gaune Muñoz, solicitando desde ya, en consecuencia, que se desestime el recurso de apelación interpuesto por el MP, por estimar que no existe agravio para la recurrente y la resolución se encuentra ajustada a derecho, ello en virtud lo siguiente:
El MP, recurrente en esta causa, funda el recurso en tres aspectos
principales: 1.- En el hecho que la resolución impugnada, en su entendido, no se ajustaría a derecho, toda vez que se presentarían todos los elementos típicos del delito de uso malicioso de instrumento privado falso, establecido en el artículo 198 del Código Penal y por el cual mi representada fue formalizada; 2.- En la circunstancia de haber fundado el Sr. Juez de garantía su resolución en el contenido de un informe pericial, desconociendo los otros elementos probatorios detallados por el MP durante el curso del proceso, y 3.- Según su parecer, la resolución del señor juez de garantía, se fundamenta en que no hay antecedentes para acreditar el delito de uso malicioso de instrumento privado falso y no en que los hechos no constituyan delito, como exige el artículo 250 letra a) del CPP.
EN RELACION AL PRIMER ASPECTO, la resolución impugnada se
ajusta derecho porque, al contrario de lo que señala la recurrente, no se presentan todos los elementos del tipo uso malicioso de instrumento privado falso. Por lo tanto, la afirmación esgrimida por el MP es del todo errónea, pues al utilizar el legislador la expresión maliciosamente, supone en el sujeto activo el conocimiento de la falsedad del documento que emplea, de manera tal que, dentro del delito de uso malicioso de documento privado falso, materia de la acusación, es un elemento normativo del tipo penal que se trate de un documento falsificado. Aun más, en palabras de don Mario Garrido Montt, el uso es un comportamiento posterior y consecuencial de la falsificación (Garrido Montt, Mario, Derecho Penal, Parte Especial, Tomo IV, Editorial Jurídica de Chile, Cuarta Edición, 2010, p. 93), por lo que, en definitiva, resulta completamente necesario para la subsunción de una conducta a esta norma, que el documento usado sea falso, y no habiendo acreditado la falsedad del mismo, mal podría entenderse que los hechos realizados por mi representada sean constitutivos del delito que se le imputa.
EN RELACIÓN AL SEGUNDO ASPECTO, el fundamento del señor
juez de garantía, no desconoce los otros elementos probatorios detallados por el MP durante el curso del proceso, lo que en realidad hace el magistrado es reconocer la importancia del informe pericial como única prueba hábil e idónea para acreditar la firma dubitada que fundamenta la formalización realizada a mi representada. La defensa no desconoce la importancia de los otros medios de prueba, sea testimonial o documental como señaló el MP, en la acreditación del delito de uso malicioso de instrumento privado falso, sin embargo, y partiendo de la base que para subsumir una conducta en el delito del artículo 198 del Código Penal, resulta absolutamente necesario que el documento usado sea falso, tal como señala la jurisprudencia al efecto (causa RUC 0600845214-6, 5to TOP de Santiago), no corresponde que dicha falsedad sea probada o acreditada por testigos ni documentos, sino que debe ser acreditada a través del examen pericial idóneo al efecto, examen que efectivamente se practicó por el perito documental Jorge Hidalgo Martínez, Capitán de Carabineros y jefe de la sección Labocar, quien analizo las firmas dubitadas rotuladas como 1,2,3,4,5,6,7,8,9 y 10, comparándolas con firmas testigos de don Juan Pablo González del Canto, presunta víctima en el proceso, y arribando a la conclusión que en las firmas dubitadas, rotuladas como 6 y 8, no es posible, a juicio del perito, confirmar ni descartar la participación de Juan Pablo González del Canto en la ejecución de dichas firmas, toda vez que este mantiene la habilidad grafo motora suficiente como para haberla ejecutado. En consecuencia, no resulta relevante la prueba documental o testimonial existente al efecto, pues su valoración en la acreditación del delito materia de la formalización, es decir, uso malicioso de instrumento privado falso, correspondía a la etapa de juicio oral; no así la acreditación de la falsedad que, como se ha señalado, es condición previa para la configuración del delito de uso malicioso y que únicamente puede ser confirmada de forma idónea por medio de prueba pericial, la que indudablemente debe ser concluyente e irrefutable, condiciones que en los hechos no se configuran.
POR ÚLTIMO VS. ILTMA., EN RELACIÓN AL TERCER ASPECTO, la
disposición del artículo 250 letra a) del CPP, señala que el juez de garantía decretará el sobreseimiento definitivo: a) Cuando el hecho investigado no fuere constitutivo de delito, circunstancia que ha quedado ampliamente establecida. En consecuencia, sí se cumple el requisito exigido por la norma en su literal a) para decretar el sobreseimiento definitivo, por cuanto, tal como lo señalara el señor juez de garantía, no existen antecedentes suficientes en esta investigación para acreditar la existencia de la falsedad, requisito previo y fundamental, aun más, elemento del tipo penal uso malicioso de instrumento privado falso, por lo que, no habiéndose acreditado incuestionablemente, los hechos investigados no son constitutivos del delito materia de la formalización, haciendo procedente el sobreseimiento definitivo en esta etapa.
En consecuencia VS. ILTMA., se torna de plena justicia confirmar
el sobreseimiento definitivo otorgado a doña Marilú Gaune Muñoz.