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Jorge Fondebritler
La si'g uiente . entrevista, ihédita hasta ahora, fue reali~da en Buenos Ai~es en
octubre de 1986.
ENTREVISTA
· speciB.H'za-
del texto hace itiealmente la misma se publit:a en una rev1sta de por lo
·6 que a,
operaci\Sn~ acomete el signiH'ca?o a da), esta sepa rac1 n Donde he
partilr del sonitio. Trata de mir lo general , sin ser resue lta . sepa ra , Y
que el texto canta y de entend~r lo logrado un d iscurso que forma,
que el texto dite, en su encruc1~ada: vuelve luego a unir fondo ·harta un
una separacion momentánea de ha sitio e n lo qu e ~enom: en m i 1
fondo y forma que se recomponen g énero de crICica epi~tola:- ' tas las
· los poe '
de inmediato en su uni\:iad 'f undamen- correspondencia con . agradecer
tal. Creo que esa lectura es posible, poetas. Recibi!r un hbr~o~de comento
pero sólo en la meditla en que el el e nvrb c on una ca rt a lo que
critico o la crfti'ca sea a la vez e l libro epi~olarmente des a esa
poeta , o sea quilen haya practica do me ha permiti\10 acce e r comenza-
en algún momento la · factura del crfti'ca si~pática d e la q~e:\:;a privada
1
texto poético. En otros géneros, mos hablando. Es una e n ublicacilSIL
"b e para P
como la narrativa , esta afitrmacion que no se con c 1 . l a s respues-
(la de que el critico deba ser poeta, En a lgunas oportuml::iades, su vez,
narrador), es por lo menos riesgosa, t as a mis cartas son, ª suerte
I éti'cos una h
discutible. No creo, sin embargo, nuevos textos po ·b del hec o
que sea materia debatible en el de cadena de percepci. n·nado en el
campo de la poesfu. En poesía es poético. E'.ste ci'rculo o:1lg1de primero
i\nprescihdible que el crrti'co, la ihtercamb1b de le~tura s iempre como
critica, conozca lo que es escribilr y segundo grado n e n e .. 1 asr suena
1 t o oec1!r o
un poema a través de su experiencia centro e tex · d hec ho, es
personal e ihtransferible como poeta. algo esotéric?- Pero= f ei·z que se
·i.-. ..... más e 1 ·L..
Creo tambi'én que muy poca gente la expen~nct c:>. del poéu\jo.
puede hacer este tipo de cri'tita r lz te xt o "bl
pued.a rea l a r p regunta : ¿es pos1 de
~ree~cia que de alguna maner~ Volviendo a su
!'l.." de la poes1(1.
!'\.... -:> Sí'
, 1"1
e
1mphta un senti\:io casil eliti~ta que una c rn.1ca , de norma i-
plantea algo as~ como un ci'rculo esta manera .· Como se ¡.ue e s harina
mfüoritarib, escogfüo, de lectores y zar este tipo de . c u ica
hacedores de poesr'a. Poner el asunto de otro costal teónco.
en esto~ térmihos es er1 otras pala-
b~as senalar una vez más la existen- mal, lo que
c1~ de. un coto de caza prilvado del J. F. : Sil no entiendo cr~ica de
lengua1e, del cual la poesra siempre usted dice es que 1ª si~pátibl, Y,
se ha vanaglori~do , desde sus orí~e ¡a sólo puede ser
nes más remotos. ~lo tanto, poé"tica.
si~nto muY cómo-
J. F• Usted se ani~ga \l afilrmar A. A. : s~ y me en térmihOS tan
que al crititar poesla desde una do al dec1'r .esto eneral , las
perspecti~ "sibipátrea" se establece poco académicos. E n g (a críticos
la dilrim\5n entre forma y fondo, los opihibnes debi'das ª poetasb · en la
cuales vuelven a reunibe en él que se plantean su t ra a10 poetas)
di~urso crl'tib>. ¿~ puede decilr misma dimensit:>n , como fianza y
ese di~? c ierta desean
suelen generar de qulenes
a un i!ronÍ'a por part~ la c rítica
detentan el poder e
A. A. : Permr'tame hablar desde mil o r ganib.da~
práctica personal. Cuando escribo o
estudib académitamente poesfu (por suena
"Cr~ica o rganiti.ada"
ejemplo, una reseña de un libro que J. F.
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.h una aproxilrnacilSn al· fen6meno de la J. F. : Usted habló de Wla genera-
creacilSn lihgül'Stib~ (por eso me• cilm del sesenta. Sib entrar en
parece tan provechosa la experiencia pol6mibas a pop6sito de termibolog~
de los formali~tas rusos al aproxi'mar · as, cque le parece que agteg~ en de
la poesra al chiste, a la broma poes1a argentina la producci~n
folkl6riba). Me f ascíha la· compara- esos poetas?
ci~n entre la i~pro'lihaci~n poética
y la llam~da poeslB. culta.· Improvilsar
y cantar, como se advilerte en los A. A. : Para sibteti~r, reduci'r. de
1
graffihi (un fenómeno que en la alg6n modo la respuesta posible,
8:~tual cultura argentina tiene mo- di~IB. que uno de los elementos mts
·t·~ s (y esto podrá parecer ~
mentos tan felites que es lo más
cercano a la respi'racilSn del texto h~:~~r~so a algún mibmbro de mi'
poético que conozco en la escritura
an6ni\na de la poesr&.).
generaci~n) fue . posibili~ar Id
de Juan Gelman • No quiero ec1. q
l~i;t~!
i ~- Gelman no hubiera sitio lefdo sth la
generaci\Sn del sesenta. Pero la
I,¡ ¡
J. F. : <Por qué publiC6 un solo tarea de una generación' entre
libro de poemas? i.A que se debe otras, es establecer una lectura,
que no sepamos casi' nada de su dejar una manera de leer -c:iue ~e
poeslB.? prMtegia, se quiere. Otro tanto hizo
la generaci~n del sesenta con jorge
Lui~ Borges, qui~n accedió, a trav~s
A. A. : Funda~entalmente a pudor de ella, a ser lel'tio desde una lect~ra
creatilvo. Tam~1~n a mi' historia propiamente .borgfüna. La generac1lSn
person.al, a mi1 ausencia del pal'S por del sesenta ihstaura la lectura bor-
perl'bdos prolonga~os. Recuerdo que giana de Borges más allá . de !os
un . poeta de m11 generacilSn soll8. desacuerdos itleológibos y hteranos
dec1~ . que en la Argentiha, para ser (pensemos en la recepcikSn de Borges
conoc1tlo como poeta habfa que en el momento en el que la genera-
publibar un libro por 'año. Yo he cilSn del sesenta empieza a leerlo:
tratado de e~adilrme de·· esa situacilSn el rechazo frontal de la gent.e de
extre~a guiado por mis propibs Contorno por ejemplo). No de1a de
me~amsmos personales,
1 tiirnitlez, ser un m'érito mayúsculo esta manera
pudibundez, lo que sea. Además, por de abrilrle las puertas a ~orges, . al
un enorme r.espeto a la poesr&. escri!- Borges que, ihsi~to, hub1~ra sitio
ta. En el momento de escribilr poesía leruo de cualquier modo. Pero .ºº
no logro olvittar la monumentalitlad del modo como estos poetas sesent1s-
de la poe~ra es~ri'ta previamente. tas propusi~ron en fecha temprana.
Esa presencia om1hosa me produce Otras figuras tam bi~n se fueron
mucho respeto. Me parece que la i'mponi~ndo por ese hábito de lectura
responsabilidad que requilere la que mencibno. Desde un punto de
factura de un tex~o poétibo en las vi~ta retórico, los sesentitstas contri':
postrimerms del sitglO veinte es · de huyeron (lugar común que ca:s11
tal magnitud que, muchas· veces se avergüenza repetí~) a que el lengua1e
corre el peligro de callar, de quedar- coloqui~l fu era contero piado . . desde
u·na perspecti'va no folklónca, o
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