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“Palabra y música en la Contrarreforma”

Historia de la Música II
Sebastián Aguilar Velasco
B60160

La comprensión de los textos y la armonía

Con el paso del tiempo, la necesidad de un sistema sencillo y racional para la

adaptación de palabras a la música se acrecentaba, así como se ve encontraba dificultado

por el esquema polifónico del momento. Esto desembocó en el interés por retomar la

claridad clásica que no se obtenía de las composiciones polifónicas y en la búsqueda de la

Iglesia contrarreformista para brindar los textos litúrgicos de formas más comprensibles.

Igualmente perduraba el interés por lograr mejores congruencias entre música y palabra, en

la que cada palabra con una carga semántica determinada sea respondida con una armonía

equivalente; de esta forma, la oración del texto se sitúa en un plano principal sobre la

armonía y el número. El lenguaje musical funge como modelo sobre el que se adapta el

lenguaje musical, lo cual responde al pensamiento acogida a futuro por la Camerata de los

Bardi, así como los primeros músicos y libretistas de melodramas, quienes lo trabajaran con

mayor detalle y profundidad.

La Camerata de los Bardi y la teoría de los afectos

Las apelaciones griegas sobre el lenguaje de los sonidos y de los sentimientos se

oponían a las tradiciones contrapuntísticas, así como abonaba el sustrato de muchos

teóricos quienes abogaban por el retorno de la sencillez antigua, entre ellos Galileo Galilei.

Este trazó los principios que rigen el nuevo estilo musical construido por la élite intelectual

de los Bardi, el cual viene a ser una nueva búsqueda de la iluminada cultura clásica después

de un período decadente afectado por las invasiones bárbaras (la Edad Media). En sus

argumentaciones, Galilei consideraba absurda la confusión lingüística y musical que se


generaba en la música contrapuntística medieval, así como sus contraposiciones de ethos y

escalas. De esta forma, se adoptan los antiguos modos griegos y la forma musical de

monodia acompañada, la nueva música.

La música, conforme a la naturaleza

La nueva concepción de la estética musical, contemporánea a la monodia

acompañada y las polémicas contrapuntísticas, pueden posicionarse como un constructo

racionalista de corte renacentista que busca, valga la redundancia, racionalizar el lenguaje

musical mediante la sencillez y la claridad armónica, eficazmente, trazando relaciones entre

la música y la palabra, así como con el expresar e imitar de los afectos. Esto nace gracias a

Galilei, quien, sobre fundamentos naturalistas, elabora sus consideraciones teóricas e

históricas; la monodia es más cercana a la naturaleza del ser humano, única vía posible y

auténtica para la música, es eterna e inmutable. Lo cual es el fundamento para la nueva

armonía y el intervalo melódico como un elemento de expresividad que se relaciona

lógicamente con el texto literario y musical.

La música y la Contrarreforma católica

Tanto Galilei como el sector eclesiástico se oponen a la compleja comprensión de la

música polifónica de la época, ambas posturas niegan la autonomía del lenguaje y el valor

expresivo de la música indiferentemente del texto que acompañan. A raíz de esto surgen de

la sencillez del teatro griego el melodrama barroco y del rechazo a la “barbarie” medieval

la cantata y el oratorio. Ambas fundamentadas en una moralidad racionalista propias del

creciente pensamiento renacentista.

La polémica entre Artusi y Monteverdi


Entre los pensadores que se oponen a las nuevas construcciones renacentistas se

encuentra Maria Artusi, quien denota una nostalgia por las formas pasadas al defender la

polifonía de las innovaciones de la práctica moderna, incursionadas por teóricos como

Caccini, Galilei y Monteverdi, las cuales violan las leyes “propias de la naturaleza de la

música”. Artusi muestra recelo contra la expresión de los afectos, así como por la

subjetividad e “irracionalidad” que esta pueda ocasionar, por lo que reexpone la polifonía

como composiciones explicables y encuadradas en reglas previamente codificadas, por lo

tanto fundamentos objetivos. Monteverdi, en su parte, propone contraponer la belleza y la

estética ante la expresión y afectividad provenientes del texto poético; este debate mostró

una única vía probable ya que el fundamento de Artusi sucumbiría ante el pujante interés en

la priorizar la palabra y la expresión poética ante los sonidos.

La Reforma protestante y la batalla antimoralista en relación con la música

Tanto el moralismo y el racionalismo son componentes esenciales en la

composición de la música desde todos los periodos previamente estudiados. Por el lado del

mundo germánico madura una concepción de la música como lenguaje autónomo dotado de

un valor ético y religioso que nace desde el sonido y su placer enaltecedor del sentido

humano. Lutero asumía la música como un don divino que debía ser acercado a los fieles

para que gozaran de la elevación y educación que esta trae consigo. Contrario a esto,

Calvino trae nuevamente la visión del sonido como un elemento peligroso que se debe de

tratar con cautela y disponer al servicio de la fe, evitando así el desahogo y abuso de

poderes desordenados; esto representó una limitante en contra de la libertad del

pensamiento luterano con relación a la nueva conceptualización de la música.


La armonía y el nuevo pitagorismo

Según lo anterior se evidencian dos desarrollos diferentes y opuestos de la estética

musical, por un lado la Camerata de los Bardi y la Contrarreforma católica quienes abogan

por los fundamentos moralista-intelectuales y la relación entre texto y música

(aprovechamiento de la literatura), por otro lado se encuentra la concepción luterana de la

música y sus premisas estéticas e ideológicas interesadas en el lenguaje musical y sus

significados (aprovechamiento de la filosofía y matemática). Esto último continúa con las

tradiciones pitagóricas sobrevivientes a la Edad Media, impulsadas por las innovadoras

visiones luteranas, que conciben a la música como ciencia. Lo cual, según Descartes, la

armonía puede racionalizarse y ser un nuevo objeto de estudio desde la filosofía.

Leibiniz: la reconciliación entre los sentidos y la razón

La concepción de la música como ciencia racional, matemática y ordenada del

universo se refleja en su estructura acústica, física y sensible. Según Leibniz, la música

presenta una estructura matemática que se dirige a los sentidos por medio de la percepción;

el placer surge como consecuencia de consonancias imperceptibles y la armonía se

manifiesta a la sensibilidad que anticipa a la razón. Esto se une al pensamiento pitagórico

sobre la armonía y el orden universal que representa, lo cual se revela sensiblemente al ser

humano mediante la numérica y matemática; lo anterior sirvió de fundamento para las

futuras obras Rameau, J.S. Bach y los proyectos de la Alemania luterana de la música

como acto de fe. Por medio de estas proposiciones Leibniz rechaza el pensamiento del

moralismo contrarreformista católico dando apertura a nuevos lenguajes musicales.

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