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LA JERARQUÍA DE VALORES Y EL SENTIDO DE VIDA

EN ADOLESCENTES Y SUS MADRES
PILAR AGUIRRE LOBO-GUERERO
Especialista en Logoterapia y Análisis Existencial
Universidad de Flores ( Argentina) y
Fundación Colectivo Aqui y Ahora (Colombia

Abstract
The association between teenagers (high school, high socio-economic level in Bogotá)
hierarchies of values with their mother’s hierarchy of values was studied in this project. A
logotherapeutic instrument (being validated) to measure meaning in life, the PIL (Purpose
In Life test) and a values scale were used. There was no correlation found among the
group results. Qualitatively it was found that among the mothers and the students the
main values were ethical and vital, differing from the objective scale. In the third place
the youngsters chose the intellectual and in the last place values associated to the sacred.
Students with low scores in the PIL valued more the esthetical and the vital than students
with higher scores.

Key words: hierarchy of values; meaning in life; teenagers; mothers; PIL test

Resumen
Se investigó la asociación entre jerarquía de valores de adolescentes (colegio privado,
bilingüe, estrato alto, Bogotá) con las de sus madres. Se utilizaron: instrumento
logoterapéutico (en validación) midiendo la escala axiológica de los participantes, PIL
test y escala de sentido de vida (Martínez, en validación). Participaron 17 jóvenes y sus
madres. No se encontró correlación cuantitativa entre resultados grupales.
Cualitativamente se encontró que en adolescentes y madres priman valores éticos y
vitales alejándose del polo objetivo. Tercer lugar para ellos es lo intelectual y último lo
sagrado; para ellas tercero es lo sagrado y último lo sensible. Estudiantes con bajo sentido
de vida puntúan más alto en valoración de lo Estético y Vital que estudiantes con alto
sentido de vida.

Palabras Claves: jerarquía de valores; sentido de vida; adolescentes; madres; PIL test

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La investigación base de este artículo se realizó con la asesoría del Dr. Efren Martínez, Director
de La Fundación Colectivo Aquí y Ahora y con la asesoría metodológica de la Dra. Luz Helena
Duarte
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Desde la interacción cotidiana con
adolescentes se ha observado que se muestran
hedonistas, egocéntricos, inmediatistas, con baja
tolerancia a la frustración, poco empáticos hacia
sus pares y hacia los adultos. Esto les genera una
serie de conflictos y problemáticas que agudizan
su necesidad de contar con apoyo emocional en el
campo psicológico por sus comportamientos
depresivos, auto-agresivos o desafiantes. Sus
conductas reflejan valores que se acercan al polo
subjetivo en el que priman los valores estéticos y
útiles. Así mismo se ha observado que las madres
de muchos de estos adolescentes tienden a tener
valores que se acercan al polo subjetivo. Por estas
razones se deseó encontrar la relación que
pudieran tener jerarquías de valores similares
entre estas madres y sus hijos. También se buscó
investigar si al alejarse la jerarquía de valores del
polo objetivo se altera el sentido de vida y se
incrementan los comportamientos anteriormente
mencionados.
Mora (2001) en un estudio empírico de
logoterápia y adolescencia, encontró que
“…aquellos adolescentes que alcanzan un alto
nivel en cuanto al logro de sentido y presencia de
metas en su vida, manifiestan capacidad de captar
valores y de compartir intereses con los otros. A la
vez, presentan capacidad firme de juicio y toma
de decisiones, conciencia del deber y capacidad de
crear una distancia respecto de sus vivencias
psíquicas que les permite captar la realidad con
imparcialidad.”. Además, el mismo autor reitera
“…los adolescentes con un logro de sentido alto
en sus vidas, muestran mayor capacidad de
ponerse en el lugar del otro y comprender su
problema o necesidad desde su perspectiva y
situación, y manifiestan asimismo menos
sentimientos egoístas y centrados en su malestar
personal.”
Este estudio utilizó métodos investigativos
cuantitativos y de investigación cualitativa
buscando responder a las preguntas: ¿Existe una
asociación entre la jerarquía de valores y el
sentido de vida de los adolescentes de un colegio
de altos ingresos con la de sus madres? ; ¿Existe
asociación entre la conformación de la jerarquía
de valores de las madres y la de sus hijos?; ¿Cómo
se refleja una jerarquía de valores que tiende al
polo objetivo o subjetivo, en el sentido de vida?;
¿Qué relación existe entre la jerarquía de valores
de los adolescentes y su sentido de vida?
En un país como Colombia, en medio de un
entorno en conflicto y una situación de violencia
con raíces en problemas familiares, es
fundamental ahondar sobre los mecanismos que
definen la formación de valores de las nuevas
generaciones. Los adolescentes de hoy en día son
los adultos del futuro. Tradicionalmente se habla
de la transición de una cultura de valores
fundamentales hacia otra de valores estéticos, o de
una alteración de la jerarquía de valores, como
una de las fuentes de los problemas actuales. La
dificultad en discernir los comportamientos
adecuados o valiosos, así como la penetración de
la subcultura de lo material pone de manifiesto la
distorsión social de la escala de valores
tradicional.
Es importante entender y encontrar un soporte
fáctico del deterioro en la formación de valores en
las generaciones actuales. Si se lograra
comprender cómo opera esta transición, se
podrían empezar a desarrollar programas de
educación integral que contribuyan a la claridad
axiológica de cada persona, y en su agregado, de
la sociedad.
La presente investigación buscó encontrar
herramientas para contribuir a desarrollar un
sentido de vida apropiado para la población
adolescente. En la medida en que se provean
instrumentos para encontrar su sentido de vida, los
adolescentes podrán asumir las problemáticas a
las cuales se enfrentan de manera constructiva y
no violenta, de esta manera reducirán el riesgo de
afectarse negativamente a si mismos y a otros. Si
esta población logra comprender los orígenes de
su insatisfacción vital y adquirir alternativas a
nivel axiológico podría construir proyectos de
vida más significativos individual y
colectivamente.
Por otra parte, si los padres y madres logran
entender el drama y confusión en el sentido de
vida de sus hijos, así como su rol indelegable
dentro de su formación en valores, y pierden el
miedo a enfrentar la tarea de ser modelos, la
familia podría volver a adquirir la función
fundamental de formación que se ha desdibujado
hoy profundamente. Para Acevedo (2005) “Los
padres de hoy han cambiado, son más dados a la
culpa, a ausentarse, a divorciarse, y, en general,
tienden a ser más permisivos. La apertura sexual
en todo sentido magnificada por los medios, la
droga abunda y el autocontrol es cada vez más
precario. Los niños crecen acompañados
solamente por la televisión y el computador y
encerrados en espacios reducidos. El culto a la
belleza, las cirugías estéticas, y, en general, el
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auto cuidado físico es un valor que ha tomado
mucha fuerza. Los niños y los jóvenes imitan lo
que ven, imitan el caos de los adultos”.
Al indagar sobre las influencias en la
formación de las jerarquías de valores de una
población adolescente se buscó enriquecer el
campo de la psicología y aportar nuevos
elementos a sus procesos educativos para desde
una mejor comprensión de las dinámicas
adolescentes realizar intervenciones de prevención
y asistencia más adecuadas.
Esta investigación quiere hacer un aporte al
desarrollo de la logoterapia aplicada, a partir del
conocimiento de las necesidades reales en cuanto
a valores y sentido de vida de una población
vulnerable. La vulnerabilidad hace referencia a la
reducción del campo de acción del ser como
sentido de vida, a la disminución de las
manifestaciones saludables y de los motivos que
invitan a tenerlas. La vulnerabilidad se da por un
incremento en los factores de riesgo y una
disminución en los factores de protección. Esto
hace que el ser humano se encuentre en un estado
de mayor vulnerabilidad especialmente en la etapa
de la adolescencia.
La Logoterapia como propuesta de prevencion
Para Martínez (2003) la aplicación de la
logoterapia a la prevención (logoterapia
preventiva) se basa en la capacidad espiritual del
ser humano, en el núcleo sano, y en las
posibilidades. Utiliza la capacidad de anticipación
del ser humano, la cual permite que a través de lo
espiritual una persona “pre-vea” y tome
decisiones saludables sobre su futuro a través de
la movilización de sus recursos personales-. Esta
capacidad se desarrolla por medio del
autodistanciamiento y la autotrascendencia.
La prevención asume que la salud no
representa la ausencia de enfermedad sino el
desarrollo del ser en su esencia y sentido. La
prevención en logoterapia requiere la conciencia
En estas condiciones, el ser humano puede
poner de manifiesto sus capacidades de libertad y
responsabilidad. Así, un aspecto fundamental en
la prevención es educar en la libertad,
responsabilidad y sentido de vida. Según Acevedo
(1995) “la mejor prevención es la promoción de
una vida con sentido”.
El trabajo en prevención busca la expresión de
la libertad de la voluntad, porque ante la ausencia
de ésta, el ser humano se “vulnerabiliza” según
sus impulsos psicofísicos. Así, educar en la
libertad es brindar los espacios para que esta sea
posible y buscar el contacto con la facultad de
autodistanciamiento para así poder tomar postura
ante circunstancias particulares.
La logoterapia es considerada como la tercera
escuela de psicoterapia. Surgió alrededor de 1930
en Austria, con el trabajo de Viktor Frankl.
Apareció como una reacción a las corrientes
psicológicas de su época, aplicando los conceptos
de la filosofía existencial al estudio de la persona
y como oposición al nihilismo y la noción de
vacío existencial. Analíticamente la logoterapia se
cimentó en la fenomenología desarrollada por
Husserl. A partir de ésta, buscó rescatar al ser
humano como ser libre y responsable de su vida,
con capacidad de elegir y decidir, con posibilidad
de desarrollar sus potencialidades asumiendo su
propia existencia.
Conceptos logoterapéuitcos
Para Viktor Frankl la palabra "logos" significa
sentido, significado ó propósito y la logoterapia es
más que un método psicoterapéutico; es una
manera de ver el mundo, y se convierte poco a
poco para quienes la conocen en una forma de
vida, alrededor de la cual todo tiene un significado
profundo y vivo (Frankl, 1946).
Busqueda de sentido
Frankl plantea que cada persona busca ante
todo y en todo, un sentido o significado. Cuando
éste se pierde, se está ante una situación de vacío
existencial, capaz de engendrar enfermedades
psíquicas y físicas. Para Längle (2000), "El ser
humano está poseído por el afán de sentido hasta
el punto de ser incapaz de querer algo que carezca
de sentido para él". La "voluntad de sentido" es el
motor, fuerza primaria o motivación de todo lo
que una persona emprende y más aún de su vida
misma. Cuando no se ve o se intuye el sentido de
vida o de lo que se hace, surge un sentimiento de
vacío.
Para Frankl, la búsqueda del placer (propuesta
psicoanalítica) y del poder (propuesta Adleriana),
son desplazadas por la búsqueda de "sentido",
aspecto central que subordina a los anteriores. De
manera consecuente, estos dos impulsos (de
placer y poder) predominan en el ser humano
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cuando ya pre-existe una situación de vacío
existencial, sustituyendo a la voluntad de sentido
pero creando un estado de insatisfacción. La
voluntad de sentido es una característica natural
de un ser que decide, elige y construye su historia.
(Frankl, 1946). Según Nietzche (citado por
Frankl, 1946) “el que tiene un por qué para vivir
puede soportar casi cualquier cómo”.
Así, en cada situación de la vida, algo sale
al encuentro de la persona: la "aborda", la
"interpela", la afecta. Actuar con sentido es
responder a las preguntas y propuestas de cada
situación e intentar hacer lo mejor posible de ellas
(Frankl, 1946). Al responder a las preguntas que
le formula la vida, la persona decide su camino;
cada situación que se presenta amerita una
respuesta que desecha otras. El sentido de la vida
está dado por la suma de cada uno de estos actos
individuales. El sentido de la vida no es algo que
se inventa sino que se descubre (Frankl, 1946).
La libertad humana
En este entorno de búsqueda de sentido se
debe entender el concepto de libertad; retomando
las experiencias vivienciales de Viktor Frankl:
"Los que estuvimos en los campos de
concentración recordamos a los hombres que iban
de barracón en barracón consolando a los demás,
dándoles el último trozo de pan que les quedaba.
Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían
pruebas suficientes de que al hombre se le puede
arrebatar todo salvo una cosa; la última de las
libertades humanas: la elección de la actitud
personal ante un conjunto de circunstancias para
decidir su propio camino." (Frankl, 1946).
El ser humano no es libre para elegir padecer o
no padecer una enfermedad, una pérdida o un
fracaso, sin embargo sí es libre de elegir
íntimamente cómo quiere vivir estas situaciones.
Es decir, es libre de elegir sus respuestas. (Frankl,
1946). En cada instante se podrían realizar
acciones distintas, pero existencialmente se elige
una. Si decide realizar una de las posibilidades
está anulando al mismo tiempo las otras y los
valores subyacentes. Esa elección refleja la
búsqueda del sentido que se actualiza mediante la
consideración de un valor determinado.
Frankl postula que la libertad y la
responsabilidad de la persona ante su existencia la
ubican siempre ante un sentido. En este quehacer
se entiende la responsabilidad como la capacidad
de responder a la vida. Cuando el ser humano
pregunta a la vida el "¿para qué?" de situaciones
vitales, está delegando su capacidad de responder.
La vida no responde, pregunta; el ser humano es
el que contesta. El sentido de la vida no es una
noción teórica, es algo práctico. "... No basta con
preguntar por el sentido de la vida; hay que
responder a él enfrentando la vida misma, de
donde se desprende que esta respuesta ha de
darse, en cada caso, no con palabras, sino con
hechos, con la conducta" (Frankl, 1946).
De la misma forma, es importante lograr
comprender el “¿de qué?” de la libertad para así
entender su “para qué”.
La Responsabilidad
Junto con la libertad viene la responsabilidad
(ya que todos los seres humanos tenemos
condiciones biológicas, psicológicas, culturales,
familiares, etc. que exigen comportamientos que
permitan la vida en sociedad). Ahora bien, la
responsabilidad no solo puede ser entendida en
cuanto a un “para qué” y “de qué” abstractos.
Cada uno de estos dos conceptos está íntimamente
ligado con el entendimiento de la temporalidad
existencial. El horizonte de acción del ser humano
(su vida a fin de cuentas) tiene un marco definido
por su nacimiento y su muerte. Es en este contexto
que la responsabilidad adquiere su mayor
relevancia; el “para qué” de la libertad se inscribe
directamente en el ciclo vivencial de cada ser
humano.
Cada decisión que requiere actuar con criterio
responsable debe darse en un momento particular,
la responsabilidad no se da en un espacio
atemporal sino en el aquí y ahora (Martínez,
2003). La expresión clara de este concepto se
encuentra en la cita de Frankl “vive como si
estuvieras viviendo por segunda vez y fueras a
cometer los errores que estas a punto de hacer”.
En este orden de ideas, Frankl propone que
el ser humano es libre de actuar de una u otra
manera ante las dificultades y situaciones que la
vida le pone. El ser humano es libre de decidir la
decisión que va a tomar frente a ellas. A partir de
esta libertad la vida del ser humano puede
convertirse en significativa y esto se logra a través
de los valores con los que la enfrenta.
Con este conjunto de herramientas teóricas, la
concepción fundamental Frankliana se centra en
que la vida humana, bajo cualquier circunstancia,
nunca deja de tener sentido; aún en los peores
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casos de padecimientos y desesperanza, esta
capacidad infinita de encontrar sentido subyace
como un rango característico de la existencia de
cada persona. De hecho, las tres premisas de la
logoterapia se articulan para formar los supuestos
básicos:
La vida tiene sentido en cualquier
circunstancia, aún en las más deplorables.
Cada persona tiene un deseo intrínseco de
encontrar un sentido, y su voluntad de sentido es
la principal motivación para vivir.
Cada persona tiene (puede acceder) a la
libertad (ser libre) para encontrar su sentido.
Formas logoterapéuticas de encontrar sentido
Sin embargo la logoterapia no se queda como
una propuesta teórica de búsqueda “del sentido
último”, por el contrario –y a diferencia de otras
escuelas de psicoterapia-, la logoterapia se vuelca
hacia lo práctico, hacia la forma en que se puede
emprender la búsqueda de sentido en cada
momento.
Frankl propone tres formas en las que se puede
encontrar sentido:
Primero , a través de lo que le entregamos
al mundo, lo que aportamos y lo que
incorporamos a la vida: lo que creamos. Estos son
los valores creativos. En estos se incluyen los
talentos de cada persona, la capacidad de dejar
algo valioso de sí en el mundo y en un momento
determinado.
En segundo término, a través de lo que
tomamos del mundo y lo que la vida nos deja: lo
que experimentamos. Estos son los valores
experienciales. En estos se refleja la percepción
del mundo y la impronta que este hace sobre el ser
humano, por ejemplo la contemplación del arte o
la estética de la naturaleza, pero más aún, en la
contemplación y la experiencia que cada ser
humano deja sobre los demás.
Finalmente, en la categoría más elaborada,
están aquellos valores que no se desprenden de la
capacidad de influenciar o verse influenciados por
el mundo. La categoría que habla de aquellos
(personas, o momentos, o momentos en la vida de
las personas) que no encuentran sentido en sus
acciones o en sus experiencias. Aquellas
situaciones frente a las cuales no se puede
encontrar nada positivo (la inminencia del
desastre, el sufrimiento de la muerte, o
simplemente la angustia insuperable de la vida), y
toda la capacidad de encontrar sentido se refiere a
cómo nos enfrentamos a esos momentos. Estos
son los valores actitudinales. En estos casos una
tercera puerta para la búsqueda de sentido se
encuentra en la forma en que las personas se
enfrentan a las situaciones insuperables,
situaciones en las que sin importar el esfuerzo, los
resultados seguirán siendo los mismos. En estos
casos, la liberación que produce la búsqueda de
sentido se refiere al decidir conscientemente cómo
se enfrentarán esas situaciones.
Jerarquía de valores de Scheler
Como fundamento teórico Frankl retoma a
Max Scheler y la jerarquía de valores propuesta
por él. Scheler (2001) propone los valores como
cualidades independientes de los bienes. Los
bienes son “cosas valiosas”, pero su valor no es
objetivo ya que depende de sus condiciones
externas (entre otras, de alguien que considere
alguna cosa como valiosa). Los valores, en tanto
cualidades independientes, no varían con las
cosas. En la ética de Scheler (2001), la
independencia de los valores implica su
inmutabilidad; los valores no cambian. Por ello
son absolutos; no están condicionados por ningún
hecho, cualquiera sea su naturaleza: histórica,
social, biológica o puramente individual. El
conocimiento de los valores es relativo, no los
valores mismos (Patiño, 1994). Scheler (2001)
considera que hay un número infinito de valores
que nadie ha podido hasta ahora captar ni sentir,
por lo tanto para que los valores existan, no es
necesario un sujeto que los lleve a cabo.
Scheler (2001) critica la posición
historicista que supone un relativismo de los
valores considerándolos producto de una
determinada situación histórica. Según Scheler el
relativismo historicista no ve el carácter
independiente de los valores y sí los confunde con
los cambios que sufren los bienes y las normas.
Para Scheler (2001), los valores
mantienen una relación jerárquica a priori. La
superioridad de un valor sobre otro, es captada,
por medio del preferir, que es un acto del
conocimiento. Así, Scheler (2001) destaca cinco
criterios para determinar una jerarquía axiológica:
Durabilidad del valor. Siempre se han
preferido, según Scheler, los bienes duraderos a
los pasajeros y cambiantes. Sin embargo, no hay
que confundir la durabilidad del valor con la
durabilidad de los bienes, y menos aún, de los
depositarios. Según Scheler (2001), los valores
más inferiores de todos son los valores “fugaces”;
los valores superiores a todos, son los valores
eternos.
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Divisibilidad. La altura de un valor es
mayor cuanto menos divisible sea el valor. A
diferencia de los valores de lo agradable y
sensible, en donde la magnitud del valor se mide
por la magnitud del bien o del depositario, los
valores estéticos o los espirituales, no suponen el
mismo comportamiento.
La fundamentación constituye el tercer
criterio para jerarquizar los valores. Todos los
valores se basan según Scheler en los religiosos,
que son los valores supremos para él.
La profundidad de la satisfacción es el
cuarto criterio. Según este criterio, el valor más
alto produce una satisfacción más profunda.
Scheler aclara los conceptos de “profundidad” y
“satisfacción”. La satisfacción no debe ser
confundida con el placer, si bien este puede ser
una consecuencia de la satisfacción. El concepto
de profundidad se refiere al grado de satisfacción.
Se dice que la satisfacción al percibir un valor es
más profunda que otra, cuando su existencia se
muestra independiente del percibir del otro valor.
Es de esta manera que al sentirse satisfecho en los
planos profundos de la vida se puede gozar de las
alegrías superficiales.
La relatividad se refiere al ser de los
valores mismos. Existen valores que son relativos
a un individuo como es el caso del valor de lo
agradable. Sin embargo, este hecho no hace al
valor subjetivo. La relatividad generalmente se
acerca a la superficialidad.
Aplicando los cinco criterios, Scheler
establece una tabla de jerarquía de valores:
En el nivel más bajo, están los valores
sensibles que son los de lo “agradable” y lo
“desagradable” a los que corresponden los estados
afectivos del placer y el dolor.
En segundo lugar están los valores vitales, que
corresponden a las necesidades fisiológicas de
supervivencia. Estos representan una modalidad
axiológica independiente e irreducible a lo
agradable y lo desagradable.
En tercer término están los valores
espirituales. Ante ellos deben sacrificarse tanto los
valores vitales como los sensibles. Entre los
valores espirituales, se pueden encontrar:
Los valores de lo bello y lo feo y los demás
valores puramente estéticos.
Los valores de lo justo y de lo injusto que son
independientes de cualquier legislación creada por
una sociedad, por lo que no se pueden confundir
con lo “correcto” e “incorrecto” del orden legal.
Los valores del conocimiento puro de la
verdad, tal como los pretende utilizar la filosofía,
que aspira al conocimiento con el fin de dominar
la naturaleza.
Por encima de los valores espirituales está la
última modalidad, la de lo santo y lo profano.
Como los valores en general son independientes
de los bienes y de todas las formas históricas,
Scheler dice que los valores religiosos tienen
completa independencia frente a lo que ha valido
como santo a lo largo de la historia. Los estados
correspondientes a los valores religiosos son los
de éxtasis y desesperación, que miden la
proximidad o el alejamiento de lo santo.
La relación jerárquica de los valores, que va de
lo agradable a lo santo, pasan por lo vital y lo
espiritual, es apriorística y precede a cualquier
relación entre los bienes.
SAGRADOS
JERARQUIA DE ETICOS
VALORES DE
INTELECTUALES
SCHELER ESTETICOS
VITALES
SENSIBLES
Figura 1.
Jerarquía de Valores de Scheler
La adolescencia
Un período en donde se cuestionan los valores
para luego consolidarlos en la adultez es la
adolescencia. A lo largo de la historia de la
psicología muchos autores han estudiado el tema
de la adolescencia. Existen varias concepciones
teóricas y diferentes formas de acercarse a esta
etapa de la vida. Desde el punto de vista
logoterapéutico también se pueden encontrar
diversas posiciones respecto a este periodo.
Algunos autores lo definen como un momento
lleno de posibilidades mientras que otros lo
consideran una etapa de crisis.
Desde el principio de los trabajos de Viktor
Frankl se encuentra en él un profundo interés por
la situación de los jóvenes de su época; por las
dificultades y crisis que atravesaban y una
preocupación por problemas como la depresión, la
apatía y las neurosis que los aquejaban.
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En sus Escritos Juveniles (1923-1942) se
encuentran múltiples artículos que hacen
referencia a estos temas relacionándolos con la
necesidad de crear centros de asesoramiento
juvenil y las condiciones y características de
funcionamiento de los mismos.
En 1928 Frankl escribió: “Quien está siempre
en contacto con los jóvenes sabe muy bien que
ellos, especialmente en la edad de la pubertad, no
siempre logran superar problemas o dificultades
particulares que a los adultos pueden parecerles
insignificantes, y piden ayuda dirigiéndose a
personas que han demostrado ser dignas de
confianza.”
A finales de la segunda década del siglo XX –
ese periodo comprendido entre la posguerra y la
depresión económica–, la juventud austriaca se
encontraba en una situación compleja; carecía de
intereses, sentía desazón, cansancio de vivir y
tendía hacia la autodestrucción, más que a asumir
su propia responsabilidad. La prensa de la época
reportaba muchos suicidios e intentos de suicidio,
Frankl recoge en sus textos estas situaciones y
muestra la urgencia de hacer asesorías de
prevención. Propone a los centros de
asesoramiento juvenil como una alternativa para
los jóvenes con dificultades psicológicas en los
que se les ofrecía protección y esperanzas.
Frankl plantea en sus escritos sobre
asesoramiento juvenil de 1929 que la crisis de la
pubertad se daba con una inseguridad psicológica
general relacionada con cambios de varios tipos
en la persona que incluían la madurez corporal y
el repentino desarraigo del ambiente escolar al
ingresar al mundo laboral. También el joven, por
falta de experiencia, podía tener dificultades para
asumir comportamientos apropiados frente a la
aparición del impulso sexual: “El trastorno
psicológico en la pubertad refleja algo
absolutamente fisiológico, y, de ninguna manera,
se debe considerar como algo patológico” (Frankl,
1929). Para Frankl la prevención en adolescentes
se daba al ofrecerles la oportunidad de expresarse,
era importante que el asesoramiento fuera una
auténtica relación humana entre el asesor y quien
buscaba consejo, ofreciéndose en forma privada y
gratuita. En 1931 más de 3.000 jóvenes habían
recibido apoyo de los centros de asesoramiento
juvenil.
Casi un siglo después de lo estudiado por
Frankl sobre la adolescencia, se encuentran
autores logo terapéuticos que conciben esta etapa
desde diversos ángulos: como una experiencia
positiva llena de posibilidades, desde una postura
negativista o desde una combinación de ambas
alternativas.
Epoca de crisis y duelos
Núñez (1982), concibe la adolescencia como
una crisis vital. Él retoma la propuesta de la
sabiduría china que representa la palabra
crisis/riesgo con un ideograma compuesto: una
parte representa peligro, y la otra oportunidad.
Núñez plantea que la adolescencia empieza con la
pubertad alrededor de los 10 años (cambios físicos
y desarrollo de la capacidad sexual) y es “ese
puente oscilante que se extiende entre las orillas
de la niñez y la adultez.” En la adolescencia
temprana empezaría una búsqueda de equilibrio
emocional para superar la inestabilidad propia de
la edad y empezar la definición de la propia
identidad y la elaboración de una escala personal
de valores, influenciada por el contexto grupal.
En su misma interpretación, el desequilibrio
emocional combinaría factores hormonales y
psicológicos que se combinan en los tres duelos
que se viven en esa época (del cuerpo infantil, del
rol e identidad y de los padres de infancia). Esta
idea es retomada por Arocena y colaboradores
(2006), quienes explican los tres duelos
fundamentales del adolescente en su transición de
la infancia a la adultez. El duelo por el cuerpo
infantil perdido, que lo obliga a soportar todas las
modificaciones biológicas para volverse adulto
con una mente aún infantil. El duelo por el rol y la
identidad infantiles que lo confunde porque no
puede mantener la dependencia del niño ni asumir
la independencia del adulto. Por ultimo se
encuentra el duelo por los padres de la infancia
cuyas figuras idealizadas se proyectan en otras
personas. Estos tres duelos traen como
consecuencia la inestabilidad anímica, manejos
psicopáticos, perturbaciones del pensamiento,
personalidad esponjosa, identidades ocasionales,
ansiedad y depresión.
La ausencia de límites
Nuñez (1982), define a los adolescentes como
un grupo social intrínsecamente idealista, inmerso
en la crisis de credibilidad del sistema con un
“escepticismo derivado de una ética sin valores
donde “todo vale”, todo está permitido, nada es
bueno ni malo, nada es absoluto, todo es relativo y
depende del criterio de cada uno. Hay un
libertinaje moral. Hay una sobresaturación de
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información, la mediocridad y superficialidad son
totales. Se propugna por el consumismo a
ultranza.” Igualmente, Núñez (1982), plantea que
hay una “adolescentización” banal de la sociedad
bombardeada por “aquellos aspectos parciales de
la adolescencia más conflictivos y negativos: la
irresponsabilidad, la fugacidad y superficialidad
del compromiso, la indiscriminación, el
consumismo irrefrenable y compulsivo. La
sociedad actual propone a la juventud como único
paradigma a imitar. Hoy en día muchos evaden la
responsabilidad de la adultez, sustentan todo en el
aquí y el ahora adolescente. Solo importa el
presente, no hay proyecto de futuro, todo es
efímero, importa más la cáscara, lo externo, la
apariencia, que el contenido.”(Núñez, 1982).
Sin embargo rescata algunos aspectos
positivos de la adolescencia: “las oportunidades
de descubrirse a si mismo, de forjar una sana
identidad, de acrisolar los más elevados ideales,
de cultivar los más nobles sentimientos, de
descubrir el amor no solo físico sino también
profundamente espiritual” Sus características
positivas serían: “su intrepidez, su creatividad, su
solidaridad, su idealismo desinteresado.” (Nuñez,
1982).
Epoca de oportunidades
Para Almada (2007), logoterapeuta uruguayo
“La adolescencia es madurez en sí misma y en su
proyecto” y encuentra que sus cambios, crisis y
riesgos tienen sentido y valor. Este autor ve a la
adolescencia como la edad de la “irrupción” de la
espiritualidad y como una etapa llena de
posibilidades. Busca cambiar la imagen
catastrófica de esta edad que la ve como
complicada, llena de sufrimientos y riesgos y
afirma que aún cuando los caprichos, cambios de
humor y arrebatos de esta sean muy visibles no
son lo único o más importante para los
adolescentes. Este autor invita a acercarse al
estudio de la adolescencia con un reconocimiento
de la propia historia como adolescentes y desde la
reciprocidad como acto de conocimiento, desde el
amor.
Epoca de dificultades
Para Lukas (1982), los adolescentes actuales
están en ambientes llenos de nihilismo escéptico
que produce en ellos trastornos psicológicos y
causa reacciones “alérgicas” como agresión,
destructivismo y venganzas que se disparan a
veces ante causas mínimas. Existe un conflicto
generacional que se manifiesta con una “brecha de
silencio”; una falta de comunicación entre estas
dos generaciones que lo único que tienen en
común es la resignación. Esta resignación aparece
ante la ausencia generalizada de sentido vital. Los
jóvenes han obtenido mucha independencia y se
han vuelto hostiles hacia los mayores y ambas
partes se niegan a hablar. Para ello hay tres
explicaciones posibles: Primero, actualmente hay
una adolescencia prolongada por la maduración
precoz de los niños y una adultez cuya iniciación
se posterga cada vez más. La adolescencia se
convierte en un largo período vital lleno de
dificultades en que los medio-niños/medio-
adultos protestan ante una vida que les exige
demasiado. La maduración temprana se relaciona
con la estimulación hormonal, nutritiva y con los
nuevos estilos de vida. Los menores reciben
juguetes que no desarrollan su creatividad ni su
fantasía infantil y están expuestos a múltiples
estímulos desde los medios de comunicación que
los obligan a manejar prematuramente
información y pensamientos para los cuales no
están preparados y que los sacan de la infancia. Su
maduración precoz a nivel biológico no está
acompañada de una maduración psicológica ni
espiritual.
Siguiendo a Frankl se podría complementar: la
maduración de una persona debe ser integral pero
lo biológico debe estar casi completamente
maduro antes de poder desarrollar la plena
madurez psicológica y lo espiritual puede madurar
plenamente solo cuando la madurez psicológica
esta casi completa. La precocidad en los niños
hace que deban enfrentar y manejar experiencias
para las que no están preparados; por lo que se
genera en ellos la sensación de incapacidad y
resignación. Aunque las nuevas generaciones
“maduran” más temprano vivimos en una “época
de infantilismo” como lo plantea el psicólogo
suizo Helmut Schulze (citado por Lukas, 1982).
Relación con la Familia
Lukas (1982), explica el problema de la
resignación por el conflicto que existe hoy entre la
subcultura juvenil y la familia. Los jóvenes toman
sus roles y modelos de imitación de otros jóvenes
y siguen más a sus pares que a los adultos. Por su
parte muchos padres no están asumiendo su rol de
modelos de las nuevas generaciones, quieren
verse a si mismos como amigos de sus hijos sin
ejercer su función paterna. Surgen dos preguntas.
Primera ¿cuál es la función significativa que
9
tendrían todavía los padres en la vida de sus hijos?
Y segunda ¿significaría que lo único que les
queda como responsabilidad a los padres es el
mantenimiento económico de sus hijos? Si no hay
claridad en la función que deben desempeñar los
padres, -y por lo tanto la primera pregunta no
tiene respuesta-, la relación se vuelve solo
financiera y se prolonga en el tiempo, se presentan
los conflictos familiares que hacen que los
adolescentes se acerquen más a su grupo de pares.
Para Lukas (1982), esta extraña combinación de
padres que financian a sus hijos sin comunicarse
con ellos, tiene como efecto secundario que los
hijos asumen solos sus propias decisiones sin
seguir el ejemplo de sus padres y estos no pueden
ser culpados si las cosas fallan. Entre menos
influencia tienen los padres menos pueden ser
responsabilizados en caso de fracaso y se culpa
entonces a la sociedad.
Otra explicación del conflicto entre
adolescentes y adultos podría darse en la
disminución de la conciencia y de la confianza
básica. Los padres actuales se quejan por la
inconsciencia de sus hijos o por su permisividad
hacia si mismos. Sufren porque sus hijos son
insensibles, egoístas, perezosos o están
“perdidos”. La satisfacción de las necesidades
reales y aun creadas por la sociedad de consumo y
de todos los deseos de los niños por parte de sus
padres los incapacita para sobrevivir cuando hay
carencias. A los niños se les dan regalos no
porque los quieran o los necesiten sino porque se
venden en la propaganda y esto los lleva a querer
consumir sin valorar y a conseguir las cosas sin
esfuerzo ni significado. El haber sido educados de
esta manera, acostumbrados solo a recibir sin
aprender a dar, les crea un hedonismo y egoísmo
que afecta la formación de sus conciencias.
Satisfacer necesidades no puede ocupar el lugar
de la plenitud que da cumplir con un sentido vital.
La sociedad del bienestar
Si todo se mide por el bienestar personal, el
sujeto se siente perdido cuando este se ve
amenazado. Si no se aprende a pensar y actuar
responsablemente se corre el riesgo de no saber
cómo enfrentar las exigencias que plantea la vida.
Si no se aprende a hacer sacrificios cualquier
restricción aparece como una amenaza mortal.
La juventud actual enfrenta esa angustia de
pensar que una vida con dificultades no puede ser
exitosa y no entienden que aún con sufrimiento se
puede encontrar significado y sentido de vida.
Tienen miedo al futuro y no confían en sus
capacidades.
Lukas (1982), postula que las situaciones de
dolor y aflicción no son necesariamente un
momento de colapso psicológico sino por el
contrario son la posibilidad de encontrar nuevos
significados y sentidos. Las personas deben crecer
y aprender de dichas situaciones y en vez de
sentirse agobiadas y vencidas pueden descubrir
potenciales internos y madurar en el proceso. La
logoterapia aporta las herramientas para permitirle
al adolescente aprender las vivencias
significativas del pasado para integrarlas y
utilizarlas en esta etapa por la cual está pasando,
encontrando y potencializando todos los recursos
internos que posee para crecer.
Roberts (1984) siguiendo la propuesta de
Frankl plantea que el periodo de adolescencia en
lugar de llevar a la frustración y a la
desesperación puede ser una oportunidad para el
crecimiento individual por medio de la elección
de posibilidades de sentido en cada momento
resultando en una vida responsable y con sentido.
Roberts sugiere que la adolescencia es uno de los
momentos de la vida del ser humano en donde se
hace más urgente la necesidad de encontrar
respuestas al significado de la vida. Cuando no se
puede encontrar un sentido se genera el vacío
existencial y se puede experimentar la neurosis
noogénica, depresión, adicción o agresión.
El objetivo general de esta investigación
fue conocer si existe una asociación entre la
jerarquía de valores de los adolescentes y sus
madres; así como entre sus valores y su sentido
de vida mediante la aplicación de instrumentos
que permiten medir y correlacionar estas
variables.
Los objetivos específicos buscaron
analizar la asociación entre la jerarquía de valores
de las madres y la de sus hijos y estudiar el
sentido de vida de los jóvenes que tienen una
jerarquía de valores que tiende al polo objetivo
versus quienes tienden al polo subjetivo.
Las variables elegidas en este estudio son la
Jerarquía de valores entendida como una
organización de los valores, teniendo en cuenta
que hay jerarquías objetivas con valores absolutos
y relativos y jerarquías subjetivas en que la
estructura se da por la priorización de los valores
según la elección de la persona. La otra variable
es el Sentido de vida visto como la percepción
afectiva y cognitiva de valores que mueven a la
10
persona a actuar de un modo u otro ante una
situación particular o la vida en general,
confiriéndole identidad y coherencia personal. Las
personas actúan hacia donde sus jerarquías de
valores apunten.
MÉTODO
Tipo de Estudio
La presente investigación es un estudio
descriptivo correlacional.
Participantes
Los participantes voluntarios, autorizados por
sus madres por ser menores de edad, fueron
adolescentes de ambos sexos, de estratos 5 y 6
entre 14 y 18 años de edad de un colegio bilingüe
privado de la ciudad de Bogotá y sus respectivas
madres. Las madres respondieron a las encuestas
por invitación a través de una carta y por la que
autorizaron la participación de sus hijos en la
investigación. La población total del bachillerato
de este colegio es de 454 estudiantes desde
noveno a doceavo grado. Un 63% son
colombianos, un 9% norteamericanos, un 19%
duales (colombo-americanos) y 9% son de otras
nacionalidades. Casi un 70 % de la población del
bachillerato viven con ambos padres que se
encuentran unidos. Un 30% de estudiantes son
hijos de padres separados. Más del 60% han
pertenecido al colegio desde Kinder. 13 % llevan
más de 5 años en el colegio y el 25 % llevan
menos de tres años en la institución. Según una
encuesta realizada en la institución en el año 2003
un 70% de los estudiantes percibe que sus madres
están presentes cuando las necesitan. Este
porcentaje es de 54% cuando se refiere a la
presencia de los padres. Más del 65% emplean
menos de 4 horas semanales compartiendo
actividades recreativas con sus padres.
Instrumentos
Como instrumentos se utilizaron:
El PIL (Purpose in Life) TEST de Crambaugh,
(Versión en español, 1981)
La Escala de Sentido de Vida (Diseñada por la
fundación Colectivo Aquí y Ahora (2007) que
está en proceso de validación)
El Instrumento de Medición de Jerarquía de
Valores (Diseñado por el grupo del postgrado de
Logoterapia y la Fundación Colectivo Aquí y
Ahora (2007) que está en proceso de validación).
El PIL test fue aplicado a 102 estudiantes, de
ellos solo se recibió el permiso para aplicar los
otros instrumentos a 17. Se buscaba una población
de 85 estudiantes para que fuera representativa de
la población del bachillerato del colegio. La
Escala de Sentido de Vida y el Instrumento de
Medición de Jerarquía de Valores fueron
contestados por 17 adolescentes y sus respectivas
madres.
Procedimiento
Para ordenar el proceso investigativo se
organizó en cinco fases diferentes y secuenciales:
Documentación.
En esta fase se revisaron las principales teorías
y fuentes bibliográficas que sustentaron y
justificaron la propuesta de investigación.
Selección de instrumentos.
Donde se escogieron y diseñaron los
instrumentos idóneos para la medición de las
variables a investigar.
Selección de las muestras.
En ese momento se escogieron las muestras
representativas de la población (83 personas
idealmente) Se incrementó en 20 personas
considerando que algunas pruebas se invalidaran
por algún motivo.
Aplicación de los instrumentos.
Aquí se obtuvo autorización por parte del
colegio para poder realizar la aplicación del
primer test a los estudiantes (El PIL se aplicó a
102 estudiantes). Posteriormente se enviaron la
escala de sentido de vida y la de jerarquía de
valores a las madres de esos niños con carta de
solicitud de permiso para aplicarles las mismas
pruebas a sus hijos (Se recibieron 17 de 102
enviadas). Se aplicaron las pruebas a los niños que
tenían autorización.
Análisis de resultados.
Finalmente se analizó la información de las
pruebas para poder encontrar la relación existente
entre las variables y se comparó con la teoría.
RESULTADOS
Jerarquización de valores de los estudiantes
En la jerarquización de valores a nivel
personal el lugar primero lo ocupa lo ético con 9
personas escogiéndolo en primer lugar, en
segundo lugar está lo vital y en tercero lo
11
intelectual. Lo sensible está en un cuarto lugar y
llama la atención que lo estético ocupa el quinto
lugar y lo sagrado el último puesto. Se pensó que
lo estético era más importante para los
adolescentes, pero el hecho de que la mayoría de
la población sean varones puede haberlo
desplazado hacia un lugar menos importante.
En la jerarquización de valores a nivel
personal el lugar primero lo ocupa lo ético con 9
personas escogiéndolo en primer lugar, en
segundo lugar está lo vital y en tercero lo
intelectual. Lo sensible está en un cuarto lugar y
llama la atención que lo estético ocupa el quinto
lugar y lo sagrado el último puesto. Se pensó que
lo estético era más importante para los
adolescentes, pero el hecho de que la mayoría de
la población sean varones puede haberlo
desplazado hacia un lugar menos importante.
En la dimensión familiar priman los valores
éticos en primer lugar y los vitales en segundo
lugar. Los intelectuales están en tercer lugar y en
las ultimas posiciones se ubica lo estético, lo
sagrado y por último lo sensible.
La jerarquización de lo académico prioriza lo
intelectual con 13 personas escogiéndolo como su
primera opción y 3 de segunda. El segundo lugar
lo ocupa lo ético y el tercero lo vital. Las
siguientes posiciones son para lo sensible y lo
sagrado y la última para lo estético.
El análisis de la jerarquización por
dimensiones muestra que en tres de ellas prima lo
ético y en el área académica lo intelectual. En
último lugar se ubica lo sagrado excepto en el
aspecto de pareja que ocupa un cuarto lugar. Lo
estético no tiene un lugar tan preponderante en
ninguna de las dimensiones. Lo sensible se
encuentra en un lugar alto de la jerarquía en todas
las dimensiones arriba de lo estético y lo sagrado.
Jerarquización de valores en estudiantes con
distintos niveles de sentido de vida
Solo dos personas de toda la población le dan un
valor relativamente alto, en segundo lugar, a lo
sagrado. El resto, independientemente de su nivel
de sentido de vida le dan una baja valoración
dentro de sus jerarquías.
En los tres grupos de nivel de sentido bajo, medio
y alto prima la valoración en último lugar de lo
sagrado. Solamente dos de los jóvenes con alto
sentido de vida posicionan lo sagrado en segundo
lugar después de lo ético.
Los estudiantes en los tres grupos; alto, medio y
bajo sentido de vida, valoran lo ético en primer o
segundo lugar de su jerarquización.
Para los estudiantes con alto sentido de vida el
valor de lo intelectual es importante; la mayoría lo
ubican en tercera posición o más alto. Para
estudiantes con sentido medio y bajo de vida el
posicionamiento es tercer o cuarto lugar. No se ve
una diferencia muy significativa entre los grupos.
Para los estudiantes con alto sentido de vida lo
estético ocupa el quinto y sexto lugar; en los de
mediano sentido de vida ocupa los lugares cuarto
y quinto y en los estudiantes con bajo sentido de
vida para dos de ellos ocupa el tercer lugar y para
uno el primer lugar.
Lo estético se pensó inicialmente que tenía un
lugar más importante entre los adolescentes pero
lo sobrepasa lo sensible y lo vital. Este tema
requiere de más investigación por las
implicaciones que puede tener a nivel de auto
cuidado y salud.
El tema de lo vital ocupa las primeras tres
posiciones en la población con bajo y mediano
sentido de vida; en quienes tienen un sentido de
vida alto también ocupa un lugar importante pero
desplazado hacia la posición cuarta. En este
aspecto en los tres niveles hubo al menos una
persona que escogió lo vital como su valor
prioritario.
Lo sensible ocupa el cuarto lugar en la
jerarquización de la mayoría de los estudiantes
con alto sentido de vida. Está por encima de lo
sagrado y de lo estético. Para un estudiante con
bajo sentido de vida lo sensible ocupa el primer
lugar de su jerarquización.
Jerarquizaciones consolidadas de los estudiantes
y sus madres
Al encontrar los resultados de los grupos de
estudiantes y madres se realizó un análisis de la
ubicación que le dieron a las ditintos valores y se
sacaron porcentajes. Para los estudiantes lo
sagrado ocupa el sexto y último lugar con 58%
ubicándolo en sexto lugar y 18% en quinto. Para
las madres lo Sagrado está tercer lugar con un
18% escogiéndolo en primer lugar y un 28% en
segundo lugar. No se encuentra una asociación
entre el posicionamiento de este valor para las
madres y los jóvenes.
12
En jerarquización a nivel cualitativo de los
estudiantes se encontró que el valor más alto lo
otorgan a lo Ético con un 59% de ellos
escogiéndolo como su primera opción y un 41%
en segundo lugar. En la jerarquización de valores
global a nivel cualitativo de las madres se
encontró que le valor más alto lo otorgan a lo
Ético con un 64% de ellas escogiéndolo como su
primera opción y un 24% en segundo lugar.
Llama la atención que ningún estudiante le otorgó
una posición menor que el segundo lugar. Sin
embargo para las madres una lo ubicó en la
tercera posición y una en el último lugar.
Los estudiantes escogen en tercer lugar lo
Intelectual con un 12% escogiéndolo en primer
lugar y un 29% en tercer lugar. Para las madres lo
Intelectual está en cuarto lugar con un 59%
escogiéndolo como tercer lugar y un 35% como
quinto lugar. Este resultado podría estar
relacionado con el momento de formación
educativa de los jóvenes y su ocupación como
estudiantes.
Para los estudiantes en quinto lugar está lo
Estético con 52% de la población ubicándolo en
quinto y 18% en sexto lugar. Para las madres en
quinto lugar está lo Estético con 41% de la
población ubicándolo en quinto lugar y 41% en
sexto lugar. Acá se ven coincidencias en la
valoración.
Los estudiantes posicionan en segundo lugar
lo Vital con un 29% escogiéndolo en primer lugar
y un 24% en segundo lugar. Así mismo las madres
posicionan en segundo lugar lo Vital con un 12%
escogiéndolo en primer lugar y un 46% en
segundo lugar.
Para los estudiantes en cuarto lugar está lo
Sensible con un 53% escogiéndolo como cuarto
lugar y un 29% como quinto lugar. Para las
madres en sexto lugar están los valores asociados
a lo Sensible con 47% ubicándolos en sexto lugar
y 41% en quinto.
Finalmente se exponen en un cuadro las
jerarquizaciones de madres y estudiantes
concluyendo que a nivel cualitativo se da una
coincidencia de la elección en los valores éticos
como primer lugar, vitales como segundo lugar y
estéticos en quinto lugar.
Madres Estudiantes
Etico Etico
Vital Vital
Jerarquías
de valores Sagrado Intelectual
Intelectual Sensible
Estético Estético
Sansible Sagrado
Figura 1.
Jerarquías de valores a nivel cualitativo de madres
e hijos
Correlaciones cuantitativas
Para obtener las correlaciones en las jerarquías
de valores de madres e hijos se utilizaron los
métodos de Spearman.
En la dimensión personal solo aparece una
correlación débil en lo estético y lo vital. Para los
demás valores la correlación es nula.
En la dimensión de pareja solo aparece una
correlación débil en lo estético. Para los demás
valores la correlación es nula.
En la dimensión de familia aparece una
correlación moderada en lo intelectual, débil en lo
ético y lo estético y baja en lo sagrado. En lo vital
y lo sensible la correlación es nula. Es en esta
dimensión donde habría un poco más de
correlación entre las jerarquizaciones de las
madres y sus hijos, pero no son realmente
significativas.
En la dimensión académica y laboral solo
aparece una correlación débil en lo intelectual;
para los demás valores la correlación es nula.
A nivel cuantitativo las correlaciones entre los
valores de las madres y los de los hijos resultaron
todas nulas.
Un resultado interesante de esta investigación
son los perfiles individuales de jerarquización de
valores que tiene una posibilidad interesante de
utilización a nivel de asesoría individual con los
estudiantes que participaron en el estudio y con
las madres.
Dentro de los compromisos adquiridos con los
participantes voluntarios de este estudio estuvo la
retroalimentación sobre resultados. Como la
investigadora tiene acceso a la población puede
13
dar una información contextuada y útil a las
familias involucradas.
Aunque la participación no fue la deseada y
por el número reducido de personas no se pueden
hacer generalizaciones de los resultados a toda la
población si hay unos datos interesantes que se
pueden aplicar a nivel de futura planeación de
programas educativos.
DISCUSIÓN
El proceso de investigación a nivel de trabajo
de campo con la población fue complejo y estuvo
atravesado por obstáculos múltiples. A pesar de la
motivación de la investigadora y del seguimiento
de los procedimientos y procesos para la
aplicación de la cantidad deseada de encuestas la
respuesta de las madres y de los estudiantes fue
muy baja. Las dificultades de recolección de
escalas de vida y de instrumentos de
jerarquización de valores redujeron la muestra a
un tamaño tan pequeño que las conclusiones no
son representativas y son aplicables únicamente a
las personas que participaron.
El proceso que se está llevando a cabo en la
construcción y validación de instrumentos
logoterapéuticos para abordar el tema de sentido
de vida y jerarquización de valores es muy
valioso. Sin embargo la longitud del instrumento
de valores fue uno de los argumentos utilizados
por las madres potenciales a participar en el
estudio como un obstáculo para su colaboración.
La desviación de las jerarquías de valores de
estudiantes y de madres del polo objetivo es
evidente, reflejando lo planteado en la
investigación conceptual. Sería importante poder
realizar una segunda parte con el objetivo de
profundizar en los resultados obtenidos.
A nivel cualitativo se vio que para las madres
y para los hijos lo ético ocupa el primer lugar y lo
vital el segundo. Esta combinación es llamativa y
su aspecto positivo es que los valores éticos
primen; sin embargo sería interesante hacer un
cuestionamiento a las personas involucradas sobre
el alto valor que se le otorga a lo vital.
En un tercer lugar los estudiantes ubican lo
intelectual y esto podría pensarse asociado a su
situación escolarizada. Para las madres en tercer
lugar está lo sagrado y aunque no es su absoluta
prioridad seguramente les interesaría conocer que
para sus hijos el valor de lo sagrado está en último
lugar. Se enriquecería la comprensión del tema de
jerarquización de valores desde la profundización
en sus motivaciones para contestar de una u otra
forma con los participantes. Esto se podría realizar
con metodologías como entrevistas a profundidad
y grupos focales.
Sabiendo de la importancia de lo trascendente
en un sentido de vida más profundo, para las
madres y para la institución educativa a la que
pertenecen estos jóvenes es importante
preguntarse sobre alternativas de intervención.
Para las madres el último lugar de valoración
lo ocupa lo sensible, que para sus hijos es lo
cuarto. Seguramente adquirir mayor conciencia de
esta situación de los jóvenes puede movilizar
nuevos compromisos de los adultos frente a la
formación de esta generación en el
establecimiento de límites.
La correlación cuantitativa que se encontró
entre la jerarquía de valores de las madres y de sus
hijos es nula. Habría que investigar con otros
métodos si esto a nivel vivencial es así ya que
cuestiona la idea de que la familia sea el núcleo
básico de transmisión de valores.
Las diferencias que se encontraron entre las
jerarquías de valores de estudiantes con alto y
bajo sentido de vida, seguirían la tendencia
planteada teóricamente, pero por el tamaño de la
muestra, no son concluyentes.
La población escogida para realizar la
investigación no respondió al interés de los
investigadores. A pesar de ser una población
cautiva, a la que se tiene acceso cotidiano la
respuesta a la invitación a participar en esta
investigación no tuvo mayor eco.
La lejanía de las jerarquías de valores de las
poblaciones investigadas del polo objetivo fue
clara. Primo lo ético, lo cual es positivo; pero
desafortunadamente lo sagrado está en último
lugar para los jóvenes. A nivel cualitativo se
encontraron asociaciones interesantes entre las
jerarquías de valores de las madres y de los hijos
aunque su generalización no sea posible por el
tamaño no representativo de la muestra.
No se encontró una correlación cuantitativa
entre las jerarquías de valores de las madres y sus
hijos.
14

Se encontraron algunas diferencias entre las
jerarquías de valores de estudiantes con alto y
propuesta conceptualmente, excepto en un
punto fundamental y es en la lejanía del valor
religioso.
bajo sentido de vida que siguen la tendencia
Saber que los estudiantes dan tan poco valor a
lo sagrado impone reflexionar en la educación que
se les ofrece.

Esta investigación puede ser considerada un
primer paso hacia un desarrollo de este tema en
otras instituciones educativas o poblaciones. Se
podría especular que las características de la
población en que se realizó el estudio
contribuyeron a la poca respuesta a este tipo de
investigación. Sería interesante realizar una
investigación de las mismas características con
una población diferente en cuanto al estrato social,
nivel educativo y tipo de institución para poder
comparar los resultados.
Es necesario continuar la validación de las
escalas de sentido de vida y de jerarquía de
valores para poder tener grupos de comparación y
por la utilidad de este tipo de instrumentos.
Utilizar los resultados individuales para dar
retroalimentación a las personas que participaron
en este estudio es muy importante y una
alternativa enriquecedora para la población que
participó.
Los resultados que se obtuvieron, a pesar de
no ser generalizables son un esbozo importante de
los que está ocurriendo a nivel axiológico con
estos jóvenes e impone una reflexión seria sobre
el papel de la institución educativa en la
formación integral y el rol de responsabilidad de
los adultos significativos en las vidas de esta
nueva generación.

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15

Jerarquía de Valores de adolescentes y sus madres