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Por lo general, tales mensajes, así como sus mensajeros, se presentarán bajo
un manto piadoso. Su simpatía, el carisma que manifiesten, el supuesto poder
que los acompañe, las buenas obras que hagan, la elocuencia con la que
prediquen, y lo convencidos y genuinos que se vean, no son parámetros
seguros para juzgar si vienen de Dios o no. Necesitamos otros signos más
fidedignos. Por fortuna, en esto como en todas las cosas importantes, Dios no
nos ha dejado huérfanos, sino que nos ha dado “La Palabra profética más
segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que
alumbra en lugar oscuro”2Pedro 1: 19. La Palabra de verdad revelada en la
Biblia, de cuyos principios el autor ha tomado para poder determinar si un
mensaje proviene de Dios.
Todo el tiempo en que Pablo ministró a las Iglesias que él estableció, abrigó un
temor que lo seguiría hasta el día de su muerte. Era un temor que nunca se fue
de Pablo, “Por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar a
cada uno” Hechos 20: 31. El temor era por los falsos maestros que entran
para engañar. Pablo dijo a los Corintios, “os celo con celo de Dios” 2 Corintios
11: 2. Sin embargo no estaba hablando acerca de alguien que estuviera
“robando sus ovejas”.No decía, “¡Oigan, estas ovejas son mías! Yo soy su
maestro, están bajo mii autoridad”. Pablo estaba más bien indignado de pensar
que algún maestro se entremetiera entre sus discípulos: “pues os he desposado
con un solo esposo, para presentaros como una virgen para Cristo”.
Pablo decía que él tenía una meta, un propósito, un deseo y es el deseo que
todo verdadero Pastor debe tener: Pararse en el día del juicio delante de Cristo
y presentar a cada hijo espiritual puro, sin mancha, santo y justo, arraigado y
cimentado en la Palabra. O sea, ¡verlos de pie delante de Su trono, con la
certeza de que les has dado el consejo completo de Dios. Que no fueron
llevados de aquí para allá con cualquier viento de doctrina, ni fueron engañados
por doctrina de demonios. Que pasaron cada prueba y cada juicio con la
Palabra de Dios escondida en sus corazones!
Si Pablo estuviera vivo predicando desde el púlpito nos diría con lágrimas lo
mismo cada vez que hablara: ¡Estén atentos! ¡Viene una invasión! Por todos
lados van a ser bombardeados por falsos maestros y falsas doctrinas. Te
presentarán a otro Cristo. No serán del Espíritu Santo, sino de otro espíritu. “No
será el verdadero evangelio, será otro evangelio”.
Pablo confesó un temor que tenía acerca de ellos: “Pero temo que como la
serpiente engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados
de la sincera fidelidad de Cristo” (2 Corintios 11: 3). Pablo sabía que los
Corintios eran muy susceptibles a los falsos maestros. Les estaba
diciendo: “¡Ustedes están ansiosos de oír algo nuevo!”
Pablo estaba sorprendido de la facilidad con que los Gálatas se habían dejado
influir:“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os
llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que
haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el
evangelio de Cristo. Más si aún nosotros, o un ángel del cielo, os
anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, será
anatema” Gálatas 1: 6-8.
Pablo dice que Satanás trata de engañarnos, así como engañó a Eva en el
paraíso. Él usa la misma astucia, el mismo engaño: “Pero temo, que como la
serpiente con su astucia engaño a Eva, vuestros sentidos sean de alguna
manera extraviados” 2 Corintios 11: 3. ¡Nada ha cambiado desde ese
entonces! El falso evangelio que Satanás presentó a Eva es el mismo que
promueve hoy en día –y todos los falsos evangelios tienen los mismos rasgos
en común. Dios no dejó este asunto tan importante sin explicar. Él lo dejó muy
claro, y hay claves absolutas que exponen las enseñanzas falsas:
Todos los falsos maestros tienen este mensaje en común: “Tranquilízate, Dios
no puede ser tan duro, Dios es amor, No te va a herir, Él te ama. Un Dios
amoroso quiere que disfrutes la vida”. El truco del enemigo es desviarte del
respeto reverencial y del temor de un Dios Santo que juzga el pecado. Toda
falsa doctrina tiene esta dirección. Disminuir el temor de Dios en ti. No fue el
poderoso y absoluto temor de Dios que evitó que Adán y Eva lo
desobedecieran. No fue su amor por Dios, ni su comunión diaria. Fue esto: “Y
mandó Jehová Dios al hombre…del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” Génesis 2:
16-17.
Pero Satanás vino con un suave mensaje: “No moriréis” Génesis 3: 4. Esto fue
una total perversión de la verdad -¡Otro evangelio! Sin embargo, esto era
exactamente lo que Eva quería oír. Algo dentro de ella se opuso al
mandamiento de Dios. La limitación del Señor parecía un yugo demasiado
grande, y ella se irritó por llevarlo. Satanás sabía que esto estaba en Eva, y
comenzó a minar el temor de Dios en ella inmediatamente: “¿Dijo realmente
Dios esto? Dios no es así. Tienes un concepto equivocado de Él. ¿Crees que Él
te negaría conocimiento y sabiduría, cuando Él mismo es Conocimiento y
Sabiduría? ¿Qué clase de Dios crees que es? ¡Ciertamente no morirás!”.
Esta juventud nunca ha conocido el temor de Dios, debido a que los pastores y
sus padres han enseñado que Dios es el gran alcahuete del cielo. Solamente
un puñado de jóvenes cristianos, hoy en día, caminan en santidad. ¿Por qué?
Porque los Pastores son demado débiles para predicar el evangelio en el
púlpito –y porque los padres están viviendo vidas dobles, y ¡sus hijos lo saben!.
Los Pastores hemos sido llamados a predicar la Palabra con tal poder y
autoridad que ésta produzca un temor santo constante de Dios en cada oyente.
Aquellos que no abandonen sus pecados favoritos, no permanecerán mucho
tiempo en la Iglesia, ya que se sentirán ofendidos. Cerrarán sus oídos a la
verdad y buscarán maestros que les den permiso para satisfacer sus deseos
carnales.
Parece como una profunda devoción a Cristo –un evangelio centrado en Jesús.
Pero el mismo Jesús enseñó que no todo el que le diga “Señor, Señor” entrará
en su reino". No cualquiera que use el nombre de Jesús estará predicando el
verdadero evangelio. La doctrina del antinomianismo está siendo predicada hoy
en día y el movimiento cristiano de“los dones del Espíritu” se está dejando
engañar por ella, siendo enlazado y hundiéndose cada vez más. Escuchen el
resto de esta doctrina: “Un creyente puede estar seguro de ser perdonado tan
pronto como cometa un pecado, aunque sea adulterio o asesinato. Dios no está
enojado, aunque un creyente peque a menudo. No hay ningún pecado que
pueda cometer que a Él le pueda herir –por lo tanto, no hay porqué temer al
pecado. El pecado está muerto y no debe causar terror. Si nosotros le decimos
a los creyentes que deben caminar en santidad y obedecer a Dios porque si no
“Dios se va a enojar con ellos”, estamos pervirtiendo las Escrituras. ¡Dios ya lo
hizo todo en Cristo. Ya no hay nada que temer!”
Es como si los cristianos que abrazan esta doctrina estuvieran sentados en un
hoyo profundo esperando que Jesús pase. Están diciendo, “Señor, tú ya sabes
dónde estoy, si me amas sácame de aquí”. ¡No! ¡La Biblia manda que
resistamos al diablo y huirá de nosotros! Hemos hecho que los cristianos
parezcan un manojo de paralíticos inútiles, sin poder ni autoridad, atados a
hábitos pecaminosos, esperando una liberación milagrosa. No hay ninguna
lucha santa en contra del pecado, ni temor de Dios.
Yo siento cómo Pablo debe haber sentido, un grito desgarrador para advertir al
pueblo de Dios acerca de lo que se viene. Vienen grandes guerras teológicas.
Todo el movimiento “de los dones espirituales” se dividirá en diferentes
corrientes, cada uno corriendo tras sus doctrinas, sus maestros y sus libros,
acusándose unos a otros de error y de falsa profecía. ¡Y todos van a creer que
están defendiendo la fe! No van a estar luchando en contra del diablo, porque
van a estar muy ocupados llamándose unos a otros herejes. Será un tiempo de
gran confusión, y un cristiano sin preparación y sin discernimiento espiritual no
sabrá a quien creer.