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LAS CIENCIAS APLICADAS AL

ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Agustín Ortiz Butrón Editor

Red de Ciencias Aplicadas a la Investigación y


Conservación del Patrimonio Cultural

Instituto de Investigaciones Antropológicas


Universidad Nacional Autónoma de México

México, 2017
LAS CIENCIAS APLICADAS
AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO
CULTURAL
LAS CIENCIAS APLICADAS
AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Agustín Ortiz Butrón Editor

Red de Ciencias Aplicadas a la Investigación y


Conservación del Patrimonio Cultural

Instituto de Investigaciones Antropológicas


Universidad Nacional Autónoma de México

México, 2017
Las ciencias aplicadas al estudio del patrimonio cultural / editor Agustín Ortiz Butrón. –- Primera
edición. –- Ciudad de México : Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de
Investigaciones Antropológicas, 2017.
341 páginas : ilustraciones ; 28 cm.

Incluye bibliografías
ISBN 978-607-30-0051-2

1. Arqueología -– México. 2. Antropología física –- Investigación -– México. 3.


Restos animales (Arqueología) -– Investigación –- México. 4. Bienes culturales –- México. I. Ortiz
Butrón, Agustín, editor. II. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones
Antropológicas.

930.10972-scdd21 Biblioteca Nacional de México

Director del IIA Diseño de portada


Rafael Antonio Pérez-Taylor y Aldrete Jonathan R. Valadez

Corrección de estilo Editor


Jaquelina Ibarra Agustín Ortiz

Cuidado editorial Responsable de la Red CAICPC


Agustín Ortiz Luis Barba

Diseño editorial Gestión Administrativa


Jonathan R. Valadez Diana Franco
Este proyecto fue financiado a través de la Red de Ciencias Aplicadas a la Investigación
y Conservación del Patrimonio Cultural del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Solicitud 280999 Conacyt

Primera edición: 2017


Término de la edición: 24 de noviembre del 2017

Primera edición electrónica en epub:2017


D.R. 2017 © Red de Ciencias Aplicadas a la Investigación y Conservación del Patrimonio
Cultural del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

D.R. © Universidad Nacional Autónoma de México


Ciudad Universitaria C.P. 04510
Ciudad de México.
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS
www.iia.unam.mx

ISBN: 978-607-30-0051-2

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización


escrita del titular de los derechos patrimoniales.

D.R. Derechos reservados conforme a la ley. Queda prohibida la reproducción total o


parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía
y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por
escrito de los titulares de derechos de esta edición.

Hecho en México/ Made in Mexico


Índice
7 Introducción
Luis Barba Pingarrón
13 Capítulo 1.
Estudio del movimiento del cuerpo humano en la práctica de la danza
azteca
Matilde Espinosa Sánchez
37 Capítulo 2.
¿De quién es el ADN de los mexicanos?
Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio
63 Capítulo 3.
Reconstruyendo la subsistencia humana y el ambiente en épocas antiguas
Diana Martínez Yrízar, Carmen Cristina Adriano Morán, Emily McClung de
Tapia, y Emilio Ibarra Morales
87 Capítulo 4.
Patrimonio cultural microscópico: Los fitolitos restos botánicos de
contextos arqueológicos
Judith Zurita Noguera
113 Capítulo 5.
Construyendo un camino con huesos: la arqueozoología
Raúl Valadez Azúa y Bernardo Rodríguez Galicia
159 Capítulo 6.
Paleodieta: Modelo biológico para reconstruir patrones alimentarios a
partir de la química del hueso antiguo
Bernardo Rodríguez Galicia, Raúl Valadez Azúa y Fabiola Vega García
199 Capítulo 7.
Desenterrando el tiempo con radiocarbono
Galia González Hernández, Laura Beramendi Orosco y Guillermo Acosta
Ochoa
223 Capítulo 8.
Lo tangible de lo intangible: los residuos químicos como medio para
estudiar las actividades rituales del pasado.
Agustín Ortiz Butrón, Luis Barba Pingarrón y Alessandra Pecci
261 Capítulo 9.
El uso de técnicas no destructivas para el estudio del patrimonio cultural
Luis Barba Pingarrón, Jorge Blancas Vázquez y Agustín Ortiz Butrón
309 Capítulo 10.
El patrimonio bio-antropológico: los restos humanos
Lilia Escorcia Hernández
337 Reflexiones finales
Introducción
Luis Barba Pingarrón

C
omo resultado de la destrucción masiva del patrimonio
cultural ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial se
firmó, el 14 de mayo de 1954 en la Convención de la Haya,
el primer acuerdo internacional dedicado exclusivamente
a la protección del patrimonio cultural (UNESCO 1954). Dicho
acuerdo fue firmado por México el 29 de diciembre del mismo año.
Tiempo después, el 21 de noviembre de 1972, se llevó a cabo en
París la Convención sobre la protección del patrimonio mundial
cultural y natural, en la cual se incluye el patrimonio arqueológico.
En el artículo 5 de dicha Convención cada país se compromete a
integrar la protección del patrimonio cultural en sus programas de
planificación; a desarrollar estudios científicos y tecnológicos que
permitan contrarrestar los riesgos que amenacen su patrimonio;
así como a tomar las acciones legales, administrativas, científicas y
técnicas necesarias para la identificación, protección, conservación,
presentación y rehabilitación del patrimonio; entre otras cuestiones
(UNESCO 1972, 137). Esta Convención fue aceptada por México el
23 de febrero de 1984.
Después de más de 40 años no es mucho lo que se ha hecho
para lograr que antes de cualquier intervención se realicen estudios
científicos y tecnológicos del patrimonio de manera rutinaria y
constante, pero debemos continuar trabajando en esa línea para
lograrlo.
El organismo de la UNESCO dedicado a la protección del
patrimonio es el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios
o ICOMOS, por sus siglas en inglés, del cual México es uno de
los miembros fundadores. Este organismo fue creado en 1965 a
partir de la Carta de Venecia de 1964 en la cual se establece que
el mantenimiento de las ruinas y la conservación y protección
de los elementos arquitectónicos y objetos descubiertos en una
excavación deben ser garantizados (ICOMOS 1964).
En materia legislativa a nivel nacional, la ley que protege
el patrimonio arqueológico nacional es la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos,
publicada el 6 de mayo de 1972 en el Diario Oficial de la

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Federación (DOF). El artículo segundo de dicha ley señala que:


“Es de utilidad pública, la investigación, protección, conservación,
restauración y recuperación de los monumentos arqueológicos,
artísticos e históricos y de las zonas de monumentos” y señala
como las autoridades competentes en materia de monumentos
arqueológicos, al Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) en coordinación con otros institutos culturales al igual que
con la Entidad Federativa y el Municipio (DOF 1972).
El artículo 28 de este mismo cuerpo normativo define los
monumentos arqueológicos como “los bienes muebles e inmuebles,
producto de culturas anteriores al establecimiento de la hispánica
en el territorio nacional, así como los restos humanos, de la flora
y de la fauna, relacionados con esas culturas”. Mientras que el
artículo 39 designa como zona de monumentos arqueológicos al
área que comprende varios monumentos de este tipo, “o en que se
presuma su existencia” (DOF 1972).
Dicha ley también contempla, en su artículo 30, que cualquier
tipo de trabajo de exploración o descubrimiento concerniente a
monumentos arqueológicos será realizado únicamente por el INAH
o por instituciones científicas o de reconocida solvencia moral que
cuenten con autorización. Por su parte, el artículo 29 establece
que quien encuentre bienes arqueológicos deberá dar aviso a la
autoridad civil más cercana, la cual a su vez deberá informar al
INAH para que determine lo que corresponda (DOF 1972). Además,
el artículo 34 bis señala que cuando haya riesgo de que se efectúen
acciones que puedan tener efectos irremediables sobre bienes
muebles o inmuebles con valor estético relevante, la Secretaría de
Educación Pública, por conducto del Instituto Nacional de Bellas
Artes y Literatura, podrá dictar una declaratoria provisional de
monumento artístico o de zona de monumentos artísticos, vigente
durante 90 días naturales, en la que se ordenará suspender la acción
y ejecutar las medidas de preservación necesarias, todo acorde con
los estatutos establecidos por dicha ley (DOF 1972). Se observa que
este procedimiento previsto por la norma, privilegia sobremanera
el cuidado y la preservación del sitio artístico que se pretenda
proteger, impidiendo que se lleven a cabo acciones irreparables de
afectación directa al sitio artístico en cuestión.
Finalmente, la ley orgánica del INAH, publicada el 3 de
febrero de 1939 en el Diario Oficial de la Nación y reformada por
última vez en 1998, establece en su artículo segundo, que los
objetivos generales del Instituto incluyen la investigación científica
del patrimonio cultural arqueológico, histórico y paleontológico;
la protección, conservación, restauración y recuperación de ese
patrimonio; así como su promoción y difusión (DOF 1939).
Desde los años cincuenta que se acuñó el término de
arqueometría se inició la aplicación formal de las ciencias a la
resolución de los problemas planteados por el patrimonio cultural,
especialmente el arqueológico. En la historia hubo hechos anteriores
a este momento que se han registrado como antecedentes, pero
en todo caso fueron hechos aislados que no llegaron a formar
una tradición. En el tiempo transcurrido hasta nuestros días se
ha manifestado un cambio importante en el desarrollo científico
y tecnológico, y como consecuencia, actualmente disponemos de
sofisticadas herramientas para extraer información de los materiales
utilizados en el pasado que ahora forman parte de nuestro
patrimonio. La cantidad de información que se puede recuperar de
los objetos y contextos no era imaginable en el momento en que se
inició esta disciplina. El trabajo cada vez es más interdisciplinario y
debido a la complejidad de los problemas que se plantean se hace
necesaria la participación de un mayor número de especialistas
que, trabajando en conjunto, logran integrar información que
permite reconstruir la cadena operatoria de la producción de
muchos bienes, el origen de las materias primas involucradas, el
momento en el tiempo en que ocurrieron estos hechos, la edad, la
estatura, las enfermedades, las costumbres alimentarias y el grupo
étnico al que pertenecían las personas cuyos restos óseos han sido
recuperados y estudiados. Así se puede reconstruir la forma en la
que se vivió en el pasado.
También las ciencias han tenido y tienen una destacada
participación en el estudio del patrimonio que se encuentra
resguardado en los museos. De hecho, este fue uno de los orígenes
de la arqueometría al tratar de recuperar el patrimonio dañado
durante las guerras. A diferencia de los objetos recuperados y
estudiados por la arqueología, los objetos de arte en museos tienen
restricciones muy marcadas para su estudio pues para preservar
la integridad de estos objetos se hace necesario utilizar técnicas
analíticas no destructivas o bien tomar muestras minúsculas para
no dañarlos.

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México es un país privilegiado en muchos sentidos, al mismo


tiempo que tiene una gran riqueza cultural, sitios arqueológicos
y una gran cantidad de obras de arte, dispone de la tradición
académica, de la capacidad técnica y las instalaciones científicas
para estudiarlos adecuadamente. Entre estos centros de estudio se
encuentran las instituciones de educación superior de nuestro país
que han desarrollado capacidades para contribuir en el enorme
esfuerzo que representa estudiar nuestro patrimonio cultural.
Uno de estos espacios de investigación es la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM) que concentra institutos y
centros con personal altamente capacitado así como equipamientos
científicos de punta para atender los retos que presenta el estudio del
patrimonio cultural. Uno de estos institutos es el de Investigaciones
Antropológicas que desde sus inicios incorporó laboratorios para
propiciar el trabajo interdisciplinario. Esta concepción visionaria
del gran arqueólogo mexicano Jaime Lítvak fue pionera en la
Coordinación de Humanidades y tomó mucho tiempo lograr que
operara adecuadamente pues representó un gran reto arrancar
laboratorios en áreas donde no se tenía esta tradición.
No obstante las dificultades que esto implicó, el resultado
es que paulatinamente se ha construido una cultura del trabajo
interdisciplinario característico de este instituto.
Este libro pretende mostrar las posibilidades que se abren
por la aplicación de estas ciencias y con el trabajo conjunto. Los
textos incluidos muestran una parte del trabajo interdisciplinario
realizado en estos espacios en beneficio del estudio y conservación
del patrimonio y de la información que contiene. Una de las ciencias
emergentes que está aportando información de gran relevancia
es por ejemplo, la genética la cual ha ofrecido datos que hasta
hace tiempo eran inimaginables. El poder definir el parentesco
entre restos óseos encontrados en un espacio ritual es algo que
parece ficción, sin embargo ha sido el resultado de años de trabajo
sistemático en laboratorios de ciencias que ofrece información
novedosa para el trabajo antropológico. Por otro lado, la biología
y especialmente la botánica, aporta información sobre las plantas
utilizadas en el pasado lo que a su vez nos permite conocer que
plantas pudieron haberse utilizado para el consumo humano,
y por lo tanto las que permitieron la subsistencia y el desarrollo
de las civilizaciones. Paralelamente, con la presencia de algunas
plantas se puede reconstruir el ambiente que prevalecía en el
momento en el que los grupos humanos vivieron. En la actualidad,
es posible estudiar los restos microscópicos de las plantas, entre
los que se encuentra el polen que afortunadamente se conserva
y nos permite identificarlo para inferir la planta que lo produjo e
incluso el mes del año en que floreció. De la misma forma, bajo el
microscopio es posible reconocer la presencia de fitolitos de las
células que formaron algunas de las plantas, lo que contribuye a
la identificación de aquellas plantas que no dejaron polen pero si
semillas y tejidos silicificados.
Al igual que los restos de plantas posibilitan reconstruir
la flora y el paleoambiente, el estudio de los restos óseos de los
animales permite identificar la fauna y las especies de animales
presentes durante la ocupación humana y adicionalmente
obtener información sobre cuales fueron aprovechadas para la
alimentación, las que fueron domesticadas o las que sirvieron para
propósitos rituales.
Todas estas actividades realizadas en el pasado requieren
de ser ubicadas en el tiempo con gran precisión. Los estudios
modernos permiten utilizar la velocidad de desintegración de los
isótopos radioactivos para medir el tiempo transcurrido. El isótopo
más conocido es el carbono 14 que desde los años cincuenta se
ha convertido en la más poderosa herramienta para saber en qué
momento del pasado sucedieron las cosas. Después de casi 70 años
de refinamientos en la técnica, de sofisticación en los equipos de
medición y del uso de la computación y la estadística, esta técnica
es una de las más confiables para ofrecer la ubicación temporal
de los eventos estudiados y contribuye en gran medida en casi
cualquier proyecto de investigación que se relaciona con el estudio
del pasado.
Las técnicas geofísicas de prospección arqueológica permiten
visualizar lo que se encuentra bajo nuestros pies, cubierto por el
suelo o bajo estructuras modernas. Estas herramientas permiten
conocer con bastante certeza las características, profundidad y
dimensiones de una estructura o elemento arqueológico enterrado,
lo que posibilita dirigir más eficientemente las excavaciones
arqueológicas. Adicionalmente con las mismas técnicas es posible
estudiar monumentos en pie para observar daños en su estructura

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lo cual puede ser una buena guía para el restaurador, lo que las
hace una técnica sumamente útil para el estudio del patrimonio
cultural.
Cuando ya se han recuperado los materiales obtenidos de
una excavación sistemática uno de los materiales más importantes,
y que hasta hace poco no se tomaba en cuenta, es el estudio de los
pisos de ocupación, pues sobre ellos precisamente las sociedades
del pasado realizaron sus actividades. Desde los años ochenta
se han recuperado muestras de los mismos y se han comenzado
a considerar como un material arqueológico de estudio tan
importante como la cerámica, la lítica o el hueso, ya que guarda en
el interior de sus poros los residuos de las sustancias que fueron
desechadas sobre él durante su uso. Esto ha permitido obtener
información de actividades domésticas, productivas e incluso
rituales que dan cuenta de prácticas realizadas en el pasado y cuya
evidencia es difícil de obtener de otra manera. Esta es una línea
de investigación emergente que ofrece amplias perspectivas de
desarrollo para recuperar datos científicos sobre la forma en que
nuestros antepasados realizaron actividades intangibles a través
del tiempo.
El estudio del patrimonio cultural no implica únicamente
material arqueológico sino también histórico y moderno. Y puede
aplicarse tanto al análisis y medición de expresiones corporales
como la danza o bien a protocolos para el análisis de colecciones
de restos óseos contemporáneos.
Cada una de las metodologías y técnicas mostradas en este
libro, son un aporte fundamental en si mismas para entender
aspectos fundamentales del modo de vida, sin embargo, no es
hasta que se trabaja de manera conjunta e interdisciplinaria que se
aprovecha su potencial para comprender de manera integral una
sociedad, su complejidad y su relación con el entorno.
El estudio del patrimonio cultural por otra parte, implica
una gran responsabilidad ya que el investigador debe extraer de
él la mayor cantidad de información posible y al mismo tiempo
conservarlo para las generaciones futuras. Este es un gran reto
contra el tiempo, el expolio, el descuido o el desinterés del que sin
embargo, poco apoco se va ganando terreno.
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

CAPÍTULO 1
Estudio de los movimientos del cuerpo
humano en la práctica de la danza azteca

Matilde Espinosa Sánchez


(Laboratorio de Biomecánica Deportiva)

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
14
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

L
a danza azteca es una tradición de siglos de antigüedad.
Esta, también conocida como danza de los concheros, es la
manifestación de origen prehispánico de un rito religioso
en el que los individuos dicen, “se conectan” con la energía,
“se conectan” con dios. Normalmente se ven danzar afuera de los
templos católicos, principalmente en fechas en las que se lleva a
cabo una fiesta o celebración, por ejemplo, el día 12 de Diciembre
en la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México. Con el fin de
conocer, desde el punto de vista de la mecánica del movimiento,
cómo y cuánto se mueven los danzantes, se seleccionaron algunas
secuencias de una danza ejecutada exprofeso para hacer un análisis
de la ejecución de los movimientos. Los objetivos de la investigación
han sido conocer las características angulares de la flexión -
extensión del tronco y de los miembros superiores e inferiores. Los
métodos y procedimientos utilizados en el estudio son aquellos
que comúnmente se utilizan en los análisis de movimiento de la
biomecánica deportiva. La fuente de los datos es una serie de
videos grabados para este trabajo. Los resultados muestran el rango
de la amplitud de los desplazamientos angulares de un danzante
conchero, concluyendo que, como otros bailarines, los danzantes
no son improvisados, necesitan una buena preparación física que
les permita ejecutar apropiadamente la danza.

Introducción
La Danza de Concheros o Danza Azteca es una manifestación cultural
de los pueblos del centro de la República Mexicana y se considera
patrimonio cultural intangible de los mexicanos. Muchas danzas,
no solamente la azteca, son una tradición y un ritual generalmente
en las festividades religiosas. A través del tiempo se han adaptado a
los cambios sociales de actualidad y a realidades nuevas de la época.
Estas tradiciones culturales dan pie a sentimientos de identidad y
de pertenencia, vinculando las manifestaciones dancísticas del
pasado con el presente. Aun cuando por discriminación no todos
los mexicanos así lo sientan.
Por otro lado, el movimiento del cuerpo humano desde el
punto de vista mecánico (biomecánica) es objeto de estudio en sus

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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diferentes manifestaciones: vida cotidiana, actividad física, deporte


y danza. Se trata de analizar y “medir” el movimiento de las partes
del cuerpo o segmentos corporales, al ejecutar movimientos.
Por ejemplo, medir los desplazamientos del antebrazo sobre el
brazo al flexionar el codo; o la velocidad alcanzada por un atleta
en una carrera de 100 m; o el valor máximo de la inclinación del
tronco de un individuo al sentarse. Los parámetros que se miden
son normalmente desplazamientos lineales de todo el cuerpo, o
angulares de segmentos o entre segmentos, la velocidad con que
se ejecutan estos desplazamientos y los valores de aceleración, y
los tiempos en que son ejecutados. También se busca conocer los
valores de fuerza, momentos de fuerza y potencia al empujar o al
jalar. En las especialidades deportivas, por ejemplo, estos y otros
valores son investigados con el fin de mejorar marcas, técnicas y
evitar en futbolistas y bailarines lesiones tales como la rotura de
ligamentos cruzados de la rodilla, la tendinitis del codo en tenistas,
etcétera. En el análisis y medición de los movimientos del cuerpo
humano se aplican procedimientos y métodos de la mecánica física
y se utilizan instrumentos computarizados de alta tecnología.
Es sobre la danza azteca que se presenta un estudio
biomecánico, con el fin de conocer: ¿cuál y cómo es el trabajo
mecánico en la ejecución de los pasos de la danza?, y ¿qué
características relacionadas con las habilidades físicas tiene un(a)
danzante?

La danza en la época prehispánica.


Sin pretender dar a entender que existe una relación directa
entre las primeras manifestaciones de la danza en Mesoamérica
y la danza azteca, se pueden mencionar ejemplos de figurillas de
barro localizadas en Tlatilco en el Valle de México, que muestran
a danzantes con máscaras, sonajas en las manos y cascabeles en
las piernas (Romano, 1962). Otros ejemplos se encuentran en el
Occidente de México, particularmente en Colima, a través de
figurillas de cerámica se reproducen danzas de hombres y mujeres
abrazados formando un círculo (Czitrom, 1978). En los murales de
Bonampak se ven a los músicos y danzantes mayas ataviados con
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

ropas que imitan a animales, como cangrejos, lagartos, iguanas,


entre otros (Martínez, 1986; Piña Chan, 1961:41; Ruppert et al.,
1955, Fig. 27).
Los tesitimonios de los cronistas del siglo XVI como Sahagún
1969, Durán 1967, Torquemada 1972 y Motolinía, 1971 entre
otros, indican que para los aztecas la danza tuvo un papel muy
importante, ya que eran grandes manifestaciones de júbilo, en las
que participaban gran cantidad de personas organizadas en círculos
alrededor de los músicos, ejecutando sus instrumentos: hueheutl,
teponaztli, flautas, silbatos, raspadores y sonajas (González,
2005). El huehuetl es un tambor vertical elaborado en madera y
decorado con tallas de carácter simbólico, se sostiene con tres o
cuatro patas y la parte de arriba está recubierta de piel. Se toca
con la palma de las manos y con los dedos (actualmente se utilizan
baquetas), produciéndose diferentes sonidos (Martínez, 1986).
Este instrumento marca el ritmo de los pasos de los danzantes. Por
otro lado, el teponaxtli es un tambor horizontal, tallado en piedra
o en madera, en la parte de arriba tiene dos lengüetas en forma de
H, es percutido con un par de baquetas recubiertas de hule. Dentro
del círculo de la danza, el huehuetl representa al sol y su sonido
la voz de la madre tierra y el teponaztli, al dios de la primavera, la
música, la danza y la alegría (Murguía, 2008). Esta ceremonia de
danza estaba presidida por la deidad de la danza, el canto y el arte
Macuilxóchitl. Entre los aztecas “...los alumnos aprendían a danzar
y cantar en el cuicacalli, esto es, la casa del canto” (Martínez,
1986). En la Figura 1.1 se presenta una ilustración de danzantes
Mexica en círculo, acompañados en el centro por los ejecutantes
del teponaztli y el huehuetl. Otro ejemplo de esta ceremonia se
muestra en la Figura 1.2.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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La danza en el México prehispánico tuvo gran relevancia, ya Figura 1.1. El teponaztli


que los mitos mencionan que una de las principales razones que y el huehuetl rodeados
tuvieron los dioses para crear al hombre, fue para que los alabaran, por danzantes mexicas
(AoEAI, 1585). Ilustración
les cantaran y danzaran (González, 1987). La danza siempre ha
de bailarines.
estado vinculada a las festividades religiosas y ha servido para
acompañar las ofrendas y sacrificios con el fin de honrar y mantener
constante comunicación con los dioses (Martínez, 1986).

Figura 1.2. Danzas en honor a


Moctezuma. Atlas de Durán.
Es un manuscrito pictórico
que cubre toda la historia
azteca desde la migración
de los aztecas a la Conquista
Española. La serie de 78
pinturas representa la historia
de los aztecas, cada placa
ilustra un acontecimiento
registrado en la historia
(Durán, 1967).
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

La danza en la época colonial.


A la llegada de los religiosos españoles a América, las expresiones
culturales que se manejaban incluían la danza, la música y el teatro.
Sin embargo, la danza prehispánica continuó expresándose en las
fiestas religiosas, aun cuando en algunos sectores de la iglesia,
como el mismo Zumárraga en 1525, tuvieron actitudes negativas
hacia esas manifestaciones. Los primeros frailes franciscanos
reconocieron su importancia en la religión de los indígenas y las
aprovecharon con fines evangélicos (González, 2005). Sin embargo,
pese a ello en el Tercer Concilio Mexicano de 1585, se prohibió la
danza dentro de las iglesias.
Existe una pintura del siglo XVII de la peregrinación que
probablemente se llevó a cabo en 1531, de Tlatelolco al Tepeyac
para venerar a la Virgen de Guadalupe por la Calzada de Guadalupe
(hoy Misterios) donde se ve la asistencia de indígenas y danzantes
(Figura 1.3).

Figura 1.3. El biombo (pantalla plegable) representa la celebración


indígena de un matrimonio, probablemente en Santa Anita Ixtacalco,
pueblo famoso en los alrededores de la Ciudad de México, por el año
1690. En el fragmento que se muestran, se ven a varios bailarines en trajes
lujosos realizan un mitote (o danza de Moctezuma) (LACMA, 1690).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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Algunas expresiones dancísticas europeas y la tradición de


la danza prehispánica se pudieron integrar de manera eficaz a los
rituales cristianos, y muy temprano los indígenas las hicieron suyas.
Un ejemplo de esta adhesión es la danza de los moros y cristianos,
es una reminiscencia de la Edad Media en la que se representaba
la lucha de los cristianos contra los infieles, estos últimos eran
representados por los indígenas (Ramos, 1979). En el periodo
colonial desde los inicios del siglo XVI, la danza de la conquista es
una variante de la danza de los moros y cristianos. Esta danza ha
perdurado hasta nuestros días, manifiesta elementos cristianos y
paganos, realiza mediante pasos de baile una cruz cristiana o bien,
el homenaje a los cuatro vientos (Martínez, 1986).
En la época colonial, “La educación artística, esto es, la
enseñanza de las artes según las concepciones occidentales
encontró fácil comprensión y asimilación en los grupos asentados
en Mesoamérica y esto porque a la llegada de los españoles las
culturas mesoamericanas contaban con una larga tradición
artística” (Martínez, 1986:126).

De la danza azteca a los concheros actuales


Los actuales danzantes concheros, también llamados soldados
de conquista, deben su nombre a uno de los instrumentos con
los que acompañan sus danzas, este es una guitarra cuya caja de
resonancia es una concha de armadillo. Los grupos de danzantes
tienen una organización jerárquica compleja que incluye al capitán,
los sargentos, los abanderados y los danzantes. La mujer no
está relegada de la participación en las danzas, también realizan
ofrendas de reminiscencia prehispánica. El atuendo que portan
los concheros en sus danzas es con grandes penachos de plumas y
semillas de codo de fraile (cascabeles) en los tobillos.
La danza de los concheros consiste en la música, la danza, el
canto, el vestuario y la parafernalia1, así como la práctica de medicina
tradicional (González, 1996). Su danza presenta dos variantes
en la Ciudad de México y zonas cercanas, una es la danza de la

1 Se refiere habitualmente al conjunto de elementos rituales o


decorativos que rodean un acto o a una persona.
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

conquista o nagüillas, y la otra es la danza azteca. Las semejanzas


y diferencias de estas formas de danza radican en el vestuario, la
organización grupal, el movimiento corporal, la coreografía y la
música (González, 1996).
El vestuario de la danza nagüillas, llamada así por su
indumentaria tanto para hombres como para mujeres, está
compuesto por chaleco, capa y enagüilla. Regularmente las prendas
son de terciopelo, prevalecen en ella los colores azul marino, rojo,
negro y café. El traje se adorna con lentejuelas o aplicaciones de
color oro y plata, así como con plumas en la capa y falda. En la
cabeza llevan penachos de plumas de avestruz de colores y el
calzado se compone de huaraches de piel toscos. La organización
cuenta con una gran cantidad de cargos como: capitán primero,
capitán segundo, sargento de mesa, sargento de campo, Malinche
de campana, Malinche de sahumerio, etcétera. En esta variante se
incluyen dos géneros musicales: los sones bailables y las alabanzas
cantadas. Los instrumentos más frecuentes son la concha de
armadillo de cinco cuerdas, la mandolina y los huesos de fraile atados
a los tobillos de los danzantes. Los pasos son variados, pausado
y marcando el ritmo con las plantas de los pies y alternando con
algunos deslizados. La coreografía está organizada en dos círculos,
los danzantes colocan en el centro del escenario ritual una cruz de
madera y un incensario. Alrededor del centro formando el primer
círculo se colocan los danzantes más respetados: los capitanes,
personas adultas, y los ancianos; al resto de los danzantes, que son
los jóvenes, les corresponde hacer el círculo exterior de la danza
(González, 1996).
La danza azteca también tiene pequeñas variantes según el
grupo. Recibe este nombre porque a través de sus instrumentos,
vestuario y danzas intentan representar o interpretar la grandeza
prehispánica, particularmente la cultura azteca, que fue rescatada
los códices y de los cronistas quienes describieron y narraron las
danzas de los mexicas. Es la danza de los concheros la que da
origen a las danzas de conquista y azteca. El diseño de los trajes
se inspira en los que usaban las damas y los caballeros aztecas. Los
hombres utilizan el maztle (taparrabo), el pectoral, las rodilleras,
los brazaletes y la tilma o capa. El material con que están hechas las

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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prendas es de plástico dorado, o bien está bordado en lentejuela.


El hombre también puede representar con su vestido a un guerreo
águila o tigre. Dentro de sus accesorios los danzantes llevan
macanas, macuauitl y escudos adornados. En la cabeza llevan
penachos de plumas en forma de aro y con base en la frente, y en la
parte posterior llevan plumas de guacamaya, guajolote, gallo, pavo
real y preferentemente de faisán. Los danzantes normalmente
portan grandes cabelleras naturales o pelucas. Las mujeres por
su parte usan como vestuario el quexquemetl o huipil (blusón) y
algunos ornamentos semejantes a la vestimenta masculina. Los
danzantes llevan cascabeles en los tobillos y bailan descalzos o con
sandalias de cuero trenzado. La organización de la danza azteca es
más sencilla en relación con la danza de la Conquista. La música
de la danza azteca incluye sones bailables y alabanzas cantadas.
El ritmo musical está basado en el huehuetl y el teponaxtli, y lo
completa el sonido musical de las sonajas metálicas o de guaje,
el ayotl (tambor de caparazón de tortuga), el caracol marino,
que se utiliza en los llamados rituales y anuncia el principio de
algunos sones y los huesos de fraile que llevan los danzantes en
los tobillos. La danza se desarrolla con mayor velocidad que la
danza de conquista; los danzantes ejecutan movimientos rápidos,
alternando pasos volados, cruzados, saltos, giros a gran velocidad.
La coreografía también presenta un doble círculo, pero el acomodo
de sus bailarines es diferente ya que en el círculo más cercano a
la música están los danzantes jóvenes, porque es el lugar donde
demuestran la fortaleza física y virtudes de baile. Los danzantes
viejos se colocan en el segundo círculo, ambas hileras son
encabezadas solamente por los capitanes (González, 1996).

Descripción de la danza azteca actual.


En la actualidad existe un gran repertorio en la danza azteca. La
coreografía de los grupos de danzantes es en círculo sencillo,
doble o triple. En el centro se colocan generalmente crucifijos e
incensarios. Se desarrolla la danza con velocidad y vigor; el ritmo
se marca predominantemente con las plantas de los pies siguiendo
al fuerte golpeteo de los tambores verticales (huehuetl) a los que
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

se añaden sonajas y cascabeles en los tobillos. El caracol marino


se emplea para las llamadas rituales. El movimiento corporal es
rápido y agitado, y la interpretación es en tono jubiloso. Los pasos
son muy variados, alternan los volados, cruzados, saltos, giros y
flexiones, que ejecutan tanto hombres como mujeres.
Cada una de las danzas están compuestas por el permiso o
saludo a los cuatro vientos, el desarrollo del paso característico y
un aceletato en la parte final.
Los danzantes son una manifestación de origen prehispánico
de un rito religioso que vemos afuera de algunos templos católicos
principalmente en fechas en las que se lleve a cabo una fiesta o
celebración como se muestra en la Figura 1.4.
El problema que se ha planteado tiene que ver con analizar los
movimientos que se ejecutan, saber cuánto se mueven al flexionar
el tronco, y cuánto flexionan - extienden las rodillas y codos, saber
cuál de los tres pasos requiere de mayor movilidad.

Figura 1.4. Danzantes el 12 de


Diciembre en Villa de Guadalupe.
Época actual.

23
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
24

Metodología
Con el fin de calcular el grado de flexión de las diferentes uniones
articulares del cuerpo, se han hecho varias consideraciones: el
cuerpo se representa en 14 segmentos corporales, éstos son rígidos
y en general se delimitan por uniones articulares. Así el brazo y el
antebrazo se unen por la unión articular del codo; y el muslo y la
pierna por la rodilla.
La fuente de los datos son grabaciones en video no profesional
(60Hz), separando en cuadros (30 cuadros por segundo) o imágenes
digitalizadas en formato jpg. En cada cuadro se miden los ángulos
entre segmentos. Para esta medición se ha utilizado el sistema de
programas Anabio (Espinosa, 1995).
Para este estudio se hizo el registro en video de un danzante
varón, de 22 años de edad, 63 Kg de masa corporal y 1.75 m
de estatura. De la ejecución (danza de nombre Ofrenda) se
seleccionaron tres secuencias de pasos que se identifican como:
Pasos laterales (lat), secuencia de pasos de izquierda a
derecha con flexiones y extensiones de tronco. La secuencia en
video de 3.3s de duración y consta de 99 cuadros (Figura 1.5).
Pasos frontales (fro), secuencia de pasos con flexiones
máximas de rodilla y cadera, alternando ambos lados. La secuencia
en video tiene una duración de 1.5s y consta de 45 cuadros (Figura
1.6).
Pasos con sentadilla y giro (sen), secuencia de pasos cortos
con flexiones profundas de ambos miembros inferiores y caderas
en forma simultánea, girando el cuerpo. La secuencia tiene una
duración de 2.93s y consta de 88 cuadros digitalizados (Figura 1.7).
La amplitud de los ángulos es lo que se mide en la proyección
a un plano de los ángulos entre los segmentos corporales (Figura
1.8). Estos cálculos corresponden a lo que se conoce como
Cinemática Angular dentro de la Biomecánica Deportiva.
Dentro del proyecto de estudio se hicieron grabaciones en
video de un par de bailarines, mujer y hombre, integrantes del
Grupo de Danza de Concheros Macuilxochitl, residentes en la
Ciudad de México. Estos bailarines aceptaron realizar rutinas de
la danza azteca frente a las cámaras. Las grabaciones se hicieron
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

en un estacionamiento de Ciudad Universitaria, ellos supieron


cuales serían los objetivos de estudio. El análisis se hizo sobre
las ejecuciones del danzante varón (22 años, 63 kg, 175 cm)
de la danza de nombre Ofrenda; se eligieron tres secuencias de
pasos con diferentes características aparentes en la velocidad de
ejecución y el grado de dificultad. La fuente de los datos son las
secuencias de los cuadros o imágenes de los videos grabados, de
los que, después de localizar los puntos anatómicos que delimitan
los segmentos corporales y que, en algunos casos, representan los
ejes de rotación de las uniones articulares (tobillos, rodillas, codos,
hombros, etcétera), se extraen las coordenadas de los puntos en
relación con una referencia fija. El cuerpo humano se representa
con 14 segmentos corporales: cabeza, tronco, brazos, antebrazos,
manos, muslos, piernas y pies (Espinosa, 1995). Se utilizó un sistema
de programas de computadora que permite capturar a un archivo,
la información geométrica de la ubicación de los segmentos para
cada cuadro de video. Con el fin de identificar con mayor claridad
los puntos anatómicos, se solicitó al danzante ejecutara la danza
una vez sin la indumentaria de conchero.
Las secuencias de los pasos se identifican como LAT: de pasos
laterales, FRO: de pasos frontales, y SEN: con sentadillas y giros.
En las Figuras 1.5, 1.6 y 1.7 (a y b) se ilustran algunos cuadros
de las secuencias de los pasos y la representación del cuerpo en
14 segmentos, sobre la que se hacen las mediciones. Se puede
observar que las secuencias de cuadros 6 y 7 (FRO y SEN) son
un tanto borrosas, esto muestra que los movimientos han sido
ejecutados con mayor velocidad a los movimientos de la secuencia
5 (LAT).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
26

Figura 1.5 (a). Secuencia de posturas


de la danza, ejecución de pasos
laterales.

Figura 1.5 (b). Secuencia


de posturas de la danza,
representación en 14 segmentos
corporales, ejecución de pasos
laterales. Azul lado derecho, rojo
lado izquierdo.
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

Figura 1.6 (a). Secuencia de posturas


de la danza, ejecución de pasos
frontales.

Figura 1.6 (b). Secuencia de posturas de la


danza, representación en 14 segmentos
corporales, ejecución de pasos frontales.
Azul lado derecho, rojo lado izquierdo.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
28

Figura 1.7 (a). Secuencia de posturas


de la danza, ejecución de pasos con
sentadilla y giro.

Figura 1.7 (b). Secuencia de posturas


de la danza, representación en 14
segmentos corporales, ejecución de
pasos con sentadilla y giro. Azul lado
derecho, rojo lado izquierdo.
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

El ángulo de inclinación del tronco se mide desde la horizontal


más 180 grados (3.14 radianes), y la amplitud de flexión – extensión
de codo y rodilla son la amplitud entre el brazo -antebrazo y entre
muslo y pierna (Figura 1.8).

Figura 1.8. Medición de los Mediante la utilización del sistema de análisis del movimiento
ángulos (b) de inclinación
del tronco, ANABIO © (Espinosa, 1995), se hacen las mediciones de los ángulos
flexión – extensión del entre segmentos. En la Figura 1.9 se muestra un ejemplo del cálculo
codo y rodilla. de los diferentes ángulos de inclinación de los segmentos y entre
segmentos.

Figura 1.9. Pantalla de salida


del sistema de análisis de
movimiento (ANABIO ©)
que mide los ángulos entre
segmentos y de inclinación,
para cada cuadro de la
secuencia de los pasos.

29
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
30

Resultados
En este estudio se han medido los ángulos de rodillas y codos, y
la inclinación del tronco. Sin embargo, no se han considerado los
ángulos de hombros y caderas que podrían ser medidos de la
misma manera como se puede observar en la Figura 1.8.
Con los valores medidos para cada cuadro, se obtienen series
de tiempo del comportamiento de cada unión articular que pueden
ser organizados y almacenados en archivos de hojas de cálculo como
con el programa Excel. A partir de esos archivos se han obtenido
las tablas y gráficas siguientes que describen cuantitativamente el
comportamiento de algunas partes del cuerpo danzando.

Estadística básica
De los valores calculados para las secuencias de pasos considerados
en este estudio, se presentan las tablas con los valores de estadística
básica que ilustran las características de los pasos. En las tablas:
Tabla 1 (inclinación de tronco que puede indicar la flexión de
caderas), Tabla 2 (amplitud de rodilla derecha que indica el ángulo
entre muslo y pierna), Tabla 3 (amplitud de rodilla izquierda que
indica el ángulo entre muslo y pierna), Tabla 4 (amplitud de codo
derecho que indica el ángulo entre brazo y antebrazo) y Tabla 5
(amplitud de codo izquierdo que indica el ángulo entre brazo y
antebrazo). Los valores de ángulos están dados en radianes (ángulo
en radianes = ángulo en grados / 57.3).

tr_lat tr_fro tr_sen


Tabla 1. Inclinación de tronco
Valor de la Media 1.56 1.59 1.7 (tr). Valores en radianes.
Desviación estándar 0.4 0.27 0.44
Varianza 0.16 0.08 0.2
Rango (Max. – Min.) 1.4 0.87 1.3
Valor mínimo 0.88 1.16 1.0
Valor máximo 2.27 2.02 2.33
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

Tabla 2. Amplitud de rodilla


lat_md-
derecha que indica el ángulo pd fro_md-pd sen_md-pd
entre muslo y pierna (md - pd). Valor de la Media 2.302 2.323 1.659
Valores en radianes.
Desviación estándar 0.508 0.788 0.832
Varianza 0.258 0.621 0.692
Rango (Max. – Min.) 1.869 2.654 2.741
Valor mínimo 1.264 0.486 0.393
Valor máximo 3.133 3.14 3.134

Tabla 3. Amplitud de rodilla lat_mi-pi fro_mi-pi sen_mi-pi


izquierda que indica el ángulo Valor de la Media 2.301 2.431 1.617
entre muslo y pierna (mi - pi).
Valores en radianes.
Desviación estándar 0.432 0.774 0.802
Varianza 0.187 0.6 0.643
Rango (Max. – Min.) 1.677 2.56 2.684
Valor mínimo 1.463 0.573 0.422
Valor máximo 3.139 3.133 3.106

lat_bd-ad fro_bd-ad sen_bd-ad


Tabla 4. Amplitud de codo
derecho que indica el ángulo Valor de la Media 2.273 2.523 2.736
entre brazo y antebrazo (bd - Desviación estándar 0.691 0.39 0.349
ad). Valores en radianes.
Varianza 0.478 0.152 0.122
Rango (Max. – Min.) 3.121 1.5 1.45
Valor mínimo 0.019 1.616 1.688
Valor máximo 3.14 3.116 3.138

lat_bi-ai fro_bi-ai sen_bi-ai


Tabla 5. Amplitud de codo
izquierdo que indica el ángulo
Valor de la Media 2.578 2.183 2.559
entre brazo y antebrazo (bi - Desviación estándar 0.438 0.829 0.549
ai). Valores en radianes. Varianza 0.192 0.688 0.301
Rango (Max. – Min.) 2.208 3.113 3.016
Valor mínimo 0.93 0.028 0.125
Valor máximo 3.138 3.14 3.14

31
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
32

La inclinación del tronco en las tres secuencias puede


considerarse semejante, el valor máximo es cercano, aunque la
Figura 1.10. Las gráficas
variación en los pasos frontales es la menor. muestran las diferencias en
En la secuencia de pasos laterales se muestra una aproximada el desplazamiento angular de
alternancia en la flexión de rodillas, y los codos muestran alguna las uniones articulares rodilla
semejanza excepto después del 30% del tiempo donde el codo (ángulo entre muslo y pierna)
derecha e izquierda (md – pd,
derecho extiende completamente. En la secuencia de la sentadilla
mi – pi), codo (ángulo entre
con giro, las rodillas se acoplan en la flexión – extensión, pero los brazo y antebrazo) derecho
codos flexionan y extienden en diferentes tiempos. En los pasos e izquierda (bd – ad, bi - ai),
frontales, se muestran flexión y extensión alternada tanto de y la inclinación del tronco. Se
rodillas como de codos. En las gráficas de la Figura 1.10, se puede muestran las tres secuencias
de la danza analizadas: pasos
identificar la mayor intensidad en los movimientos de las secuencias
laterales (LAT).Pasos con
con sentadilla y giro, seguida de las secuencias de pasos laterales; sentadilla y giro (SEN) y pasos
y por último se muestra en los pasos frontales la menor intensidad, frontales (FRO).
esto es, el cuerpo del danzante en esta secuencia se movió menos.
ESTUDIO DEL MOVIMIENTO DEL CUERPO HUMANO EN LA PRÁCTICA DE LA DANZA AZTECA

Conclusiones
Del análisis realizado a las uniones articulares de rodillas y codos
más la inclinación del tronco, se puede decir que la mayor variación
en el rango de movimiento es principalmente en la unión articular
rodilla (muslo-pierna). Las frecuentes flexiones de rodilla implican
que los ejecutantes son de musculatura fuerte en cuádriceps
y glúteos. Por lo que se puede afirmar que los danzantes que
ejecutan las secuencias de los pasos analizados no son ejecutantes
improvisados, ya que para tener dominio de los movimientos se
necesita mucho tiempo de práctica, fuerza rápida y resistencia
aeróbica. El buen desempeño requiere de un esfuerzo físico es
importante, no todos los que participan en los grupos de danza
tienen la condición física que demanda una buena ejecución. En las
fiestas donde participan se puede observar que tan espectacular
resulta la danza cuando los danzantes se desempeñan con fuerza,
velocidad y resisten durante toda la danza, algunos no flexionan
las rodillas al piso y otros solamente ejecutan pasos laterales.
Independientemente de los factores religiosos y culturales de la
Danza Azteca o de Concheros, el esfuerzo físico que se realiza es
importante. Entonces preservar esta tradición no solo requiere
que los participantes crean y se disciplinen a sus creencias y
organización, también se es necesario que los participantes sean
danzantes físicamente preparados.
Para conocer mejor y con más precisión los valores de los
ángulos entre segmentos se deberá completar la obtención de
ángulos de otras uniones articulares como son los hombros, las
caderas y los tobillos; adicionalmente se debiera hacer el cálculo
en 3D y para esto considerar la grabación simultánea de dos o más
cámaras.
La danza azteca o danza de conchero es patrimonio cultural
intangible de los mexicanos, es una expresión de emociones,
sentimientos y creencias que se manifiestan a través de los
rítmicos movimientos corporales de individuos ataviados con las
vestimentas tradicionales, y que como se ha expuesto en este
texto, la expresión dancística se puede medir y analizar.

33
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
34

Agradecimientos
El historiador Gerardo Espinosa E. por su asesoramiento, al Grupo
de Danza de Concheros Macuilxochitl (Fátima Soledad, César y
Encarnación) por su participación y cooperación, y a Bernardo,
Norma y Esteban por su apoyo en las grabaciones de video.

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¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

CAPÍTULO 2
¿De quién es el ADN de los mexicanos?

Blanca Zoila González Sobrino y Ana Julia Aguirre Samudio2


Laboratorio de Antropología Genética

2 Este artículo se basa en González Sobrino 2010 y González Sobrino y Aguirre Samudio 2011.

37
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
38
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Introducción

P
atrimonio cultural entendido como “herencia colectiva
cultural del pasado de una comunidad vigente sujeta a
la apropiación que otorga identidad” transmitida a las
generaciones presentes y futuras (Cottom 2009:14) resulta
un concepto adecuado para comprender y relacionar la problemática
antropológica-histórica de México con la antropología-genética:
esta apunta a la demografía histórica y etnografía contemporánea
con el fin de responder en forma integrada a preguntas sobre la
manera en que las prácticas culturales de las diferentes poblaciones
se expresan en su estructura genética y la influencia de los cambios
culturales en dichas estructuras a lo largo del tiempo. Hablamos del
estudio de procesos evolutivos insertos en el universo social, donde
mecanismos como la deriva génica3 relacionada con aislamientos
poblacionales, el flujo génico asociado a las migraciones (figura
2.1) y la selección natural son influenciados por los eventos
demográficos, económicos e históricos en el marco de la cultura de
cada población.
La idea de patrimonio cultural surge como una nueva forma
de concebir el desarrollo y la cultura de los pueblos a partir de
la revolución industrial en Inglaterra, la revolución francesa, el
nacimiento de las naciones, el movimiento de la Ilustración y la
ideología liberal, de manera que la integración nacional se legitima
a partir del concepto de identidad. Así, cuando el patrimonio
cultural se convierte en fundamento de la identidad nacional,
queda establecida la trascendencia de su conservación, rescate y
reconocimiento, junto con todos aquellos valores esenciales para
estructurar y dar forma a las nuevas identidades nacionales.

3 La deriva génica, la selección natural y el flujo génico son mecanismos


evolutivos que pueden provocar cambios y diversificar especies, crear nuevas
poblaciones o modificar las ya existentes, respondiendo en razón al número
de cambios en el tiempo. En el genoma se lleva a cabo el proceso donde un
nucleótido es reemplazado por otro debido a la ocurrencia de una mutación, que
puede llegar a fijarse en la población. La migración aporta dotación genética que
genera cambios en los grupos. Hoy en día, el fenómeno migratorio es cada día
mayor en las urbes por lo que se espera que ocurran cambios en las frecuencias
genéticas a largo plazo.

39
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
40

México, para su propia independencia y construcción como


nación, nutrido de las ideas revolucionarias de Europa y Estados
Unidos, promovió una identidad cultural que abarcó tanto los
orígenes prehispánicos como las luchas y logros de la floreciente
población mezclada (INAH, s/f); y el patrimonio tangible –con el
reconocimiento jurídico de la gran herencia prehispánica, botánica
y geográfica como propiedad del Estado– en el siglo XIX dio lugar
al “monumento arqueológico” y la “preservación de bienes” como Figura 2.1. Ilustración del
proceso evolutivo de flujo
fuente de información a manera de documento histórico. A nivel génico que simula cómo los
nacional, es el INAH quien se ha encargado de la preservación individuos pueden migrar de
del material arqueológico, incluidos los restos óseos o tejidos una población a otra. Este
momificados, de manera que el material genético (ADN) contenido fenómeno puede ocurrir
en ellos queda bajo la legislación mexicana como patrimonio entre dos o más poblaciones
aportando variaciones genéticas
nacional tangible. a la población de ingreso, lo
que promueve la dispersión de
genes y cambios en la frecuencia
al introducirse. Dibujo realizado
por A. J. Aguirre Samudio.
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Por otra parte, en la UNESCO encontramos la definición


de patrimonio cultural intangible como: usos, representaciones,
expresiones, conocimientos y técnicas –junto con los instrumentos,
artefactos y espacios culturales que les son inherentes– que
las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos
reconocen como parte integrante de su herencia cultural. Se trata
de un patrimonio que es inmaterial y se transmite de generación
en generación, recreado por las comunidades y grupos en función
de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, lo cual
les infunde un sentimiento de identidad y continuidad (artículo
2 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural
Inmaterial, 2003).
Refiriéndonos al ADN como patrimonio, se problemático
jurídicamente al estar implicado de varias formas. Por un lado, según
la Ley General de Salud, la totalidad del material genético está bajo
la Ley de Soberanía Genómica4 pero, a la vez, en los artículos 320,
321 y 322 (Diario Oficial de la Federación, 1984, 2009) el cuerpo
humano y sus componentes vivos o muertos pertenecen a cada
individuo, que como disponente de su cuerpo, puede donarlo total
o parcialmente; si hablamos del material genético de los cadáveres,
se considera con las particularidades legislativas de estos. El capítulo
V del artículo 346 señala que “se prohíbe la propiedad del cadáver
o sus partes […]”; en tanto el artículo 24 del Código Civil para la
Ciudad de México en Materia Común y para toda la República en
Materia Federal especifica que un individuo tiene la facultad de
disponer libremente de su persona y de sus bienes (Diario Oficial de
la Federación, 1928, 2007), [y] tiene derecho sobre la disposición
de su cadáver puesto que los derechos de la personalidad pueden
trascender, como es el caso de la licitud de los testamentos […].

4 Respecto al material biológico e información derivado del mismo, en


relación con su traslado fuera del país, hay ciertas regulaciones para que las
colaboraciones científicas nacionales e internacionales se lleven a cabo a través
de un sistema de permisos de la Secretaría de Salud y el Instituto Nacional de
Medicina Genómica Véase la reforma a la Ley General de Salud en materia de
Soberanía Genómica que incluye todo lo relacionado al material genético de
los mexicanos al modificarse la fracción V del artículo 100, el artículo 461 de la
Constitución Mexicana, y los artículos 317 Bis y 317 Bis 1 de la Ley General de
Salud, con el objeto de evitar el uso indebido de la información (Diario Oficial de
la Federación, 2008).

41
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
42

Como se ve, en México el ADN puede ser considerado bajo


tres perspectivas jurídicas: parte de la “soberanía” nacional, parte
de los derechos individuales y como patrimonio cultural tangible
cuando corresponde al contexto arqueológico y colonial como
es el caso del ADN de restos óseos o momificados antiguos. En
cuanto al ADN visto como patrimonio cultural intangible, en
nuestra perspectiva, correspondería al resultado de su análisis a
nivel poblacional. Brevemente señalaremos que cuando se habla
de identidad y patrimonio cultural o cuando se cuestiona cómo
contribuye éste a la formación de identidades es importante
tomar en cuenta que el ADN como material biológico, va siendo
identificado en la dinámica de identidad entre los mexicanos,
pero no tanto en cuanto al aspecto cultural sino en relación con
las necesidades e implicaciones forenses, médicas y de diversidad
entre los países. El concepto mismo de ADN, acervo genético o
genoma, no ha formado parte del bagaje cultural general, es hasta
tiempos muy recientes que la difusión de la posibilidad de “leer” el
genoma, tanto individual como grupal, es aplicado a los intereses
mencionados, de manera que no podemos considerarlo como un
aspecto que influya en el sentimiento identitario de los mexicanos.
Este sentido de identidad más bien se ha relacionado con la
herencia biológica de cada grupo a través de la familia y sus bienes,
la tradición oral y religiosa, los apellidos, los territorios de origen y
la historia. Con esto queremos apuntar que la información genética
poblacional per se, sea de grupos antiguos o contemporáneos,
apenas empieza a tener importancia en términos comunitarios a fin
de reconocer su propia herencia, de forma que el acervo genético
de las poblaciones actuales no produce identidad.
Sin embargo, desde el punto de vista de la investigación
antropológico-genética, los datos de los genomas poblacionales de
los diversos grupos y su análisis está en concomitancia con aspectos
de identidad (el uso cotidiano de su lengua, la permanencia
de rituales y costumbres religiosas, la organización de carácter
autónomo de las comunidades) siempre enfocados directamente
con el parentesco, ya que éste finalmente es el eje a partir del
cual se analiza la forma en que van conformándose los genomas
poblacionales. Vemos entonces que estamos hablando de un
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

referente cultural y no de uno biológico, donde el acervo genético


de las poblaciones más que producir identidad, es producto de ella.
La molécula de ADN, entonces, no es el patrimonio cultural: éste
resulta de su análisis a nivel poblacional.
A todo esto, no deja de ser cuestionable hasta qué punto
la expresión genética de una población actual pertenece a una
herencia determinada, puesto que no existen grupos cerrados y
únicos, y los grupos e individuos se han dispersado o incorporado
a otros colectivos intermitentemente durante la historia de la
humanidad, de manera que en cada generación los acervos
genéticos individuales y/o en conjuntos han ido y venido según las
circunstancias históricas y sociales de cada conjunto poblacional.
Es decir que en la dinámica biológica no existen restricciones que
limiten el flujo genético humano, por lo que no esperaríamos
necesariamente un paralelismo entre la identificación de los propios
individuos con su grupo y su pertenencia biológica al mismo. Un
ejemplo son los mexicanos (en general), cuyas herencias provienen
de todas partes del mundo, al mismo tiempo comparten un pasado
indígena, y cada cual se identifica con un determinado grupo. En la
actualidad podría debatirse sobre la pertenencia a una determinada
población con base en el reconocimiento de su herencia biológica,
tanto por parte de los portadores como de los investigadores y
actores sociales de diversos grupos. Como hay niveles y diferencias
de mestizaje según los infinitos contextos sociales, espaciales y
temporales, es en este aspecto en el que nos detendríamos para
llevar a cabo un análisis entre patrimonio cultural intangible y
genética, y patrimonio cultural tangible y genética, ya que los
resultados revelarían en qué medida a través del tiempo ha habido
dispersión genética, por ejemplo, y qué tanto no la ha habido al
haberse mantenido la tendencia a tener matrimonios preferenciales
o prohibidos dentro de la misma familia o grupo por factores
ideológicos. Así, el ADN a nivel poblacional puede concebirse como
resultado de la dinámica de las identidades, y no al revés. Tomando
en cuenta lo expuesto, el material genético puede considerarse
parte de un tipo de patrimonio al tener que ver con una forma de
identificación de las poblaciones a nivel local, regional o nacional.
Por todo esto, señalamos la necesidad de ser cuidadosos en el

43
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
44

manejo de la relación entre la idea de patrimonio cultural o bienes


culturales y la genética, ya que pudiera entenderse erróneamente
que el material genético es patrimonio cultural o que el ADN genera
identidad. Respecto al patrimonio tangible e intangible, no hay
que confundir el ADN cuando es objeto de estudio de la biología
(desde disciplinas relacionadas con la genética y la herencia en
que se analiza la estructura genética de las poblaciones), con el
estudio de la herencia desde la perspectiva de las ciencias sociales
cuya metodología se fundamenta en el pensamiento simbólico, las
identidades, las representaciones y las organizaciones sociales.
Recapitulando, la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas
Arqueológicos, Históricos y Artísticos establece que en materia de
investigación, conservación y restauración en zonas y monumentos
arqueológicos e históricos, el INAH es la única dependencia federal
facultada para otorgar los permisos correspondientes, así como
para asesorar a las dependencias de los tres niveles de gobierno, a
la iniciativa privada y a los organismos de la sociedad civil para que
lleven a cabo, dentro de la normatividad vigente, dichas acciones. El
registro y la catalogación de colecciones arqueológicas están bajo la
custodia de diversas dependencias del INAH, de centros y museos
de los gobiernos de los estados y de las colecciones de particulares,
y estará bajo su responsabilidad la calidad del manejo y el cuidado
para el aprovechamiento en los distintos tipos de investigaciones.
El ADN de las colecciones esqueléticas, por lo tanto, deberá ser
tratado con los cuidados apropiados, desde la excavación in situ
hasta el momento en que se obtiene, y posteriormente al ser
difundida la información una vez analizado.
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Patrimonio cultural intangible y Patrimonio cultural tangible y genética


genética
-Estructura genética como resultado - ADN como molécula, susceptible de ser
de la dinámica de las identidades, obtenida, manejada en un laboratorio
- Patrimonio al tener que ver con nacional de investigación,
una forma de identificación de las - molécula de ADN perteneciente al contexto
poblaciones a nivel local, regional o arqueológico,
nacional como patrimonio cultural. - molécula de ADN perteneciente al contexto
de salud nacional contemporáneo.

- Resultados analizados bajo la - Resultado de estructuras de poblaciones


perspectiva de las ciencias sociales analizado bajo la perspectiva de las ciencias
cuya metodología se fundamenta biológicas, susceptible de ser identificado
en el pensamiento simbólico, las como parte de las poblaciones a nivel local,
identidades, las representaciones y regional o nacional;
las organizaciones sociales. - bien cultural en el contexto poblacional
mexicano para la comprensión de los
procesos evolutivos y microevolutivos que
abarcan los mecanismos de la herencia y su
interrelación con las sociedades humanas,
la historia prehispánica de México y la salud
relacionada con aspectos demográficos y
culturales.

El patrimonio cultural intangible, El patrimonio cultural tangible, al referirse


al referirse a bienes relevantes a bienes relevantes comunitarios con valor
comunitarios con valor histórico histórico y social, implica que tales materiales
y social, implica que tales bienes serán protegidos por cada disciplina
serán protegidos por cada disciplina científica.
científica.
Tabla 1.
En suma, respecto a los temas sobre identidades, fronteras,
migración y familia, la genética viene siendo un importante
instrumento en los análisis integrales y multidisciplinarios ya que
las migraciones y el estudio de parentesco competen directamente
a procesos como el flujo génico y la deriva génica que inciden

45
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
46

directamente en la composición genética de las poblaciones. La


vinculación entre antropología cultural y social con la genética
sin duda existe, por lo que deben hacerse estudios más allá de
mencionarlos juntos, explicando de forma explícita la manera en
que la cultura, como patrimonio cultural intangible, influye y ha
influido en la estructura genética de los mexicanos.

Antecedentes
El actual laboratorio de Antropología Genética fue inaugurado
en el año 2005 con su antecedente directo en el laboratorio de
Antropología Molecular (1993-2002). Es un espacio imprescindible
en el Instituto de investigaciones Antropológicas ya que para
la comprensión de los procesos evolutivos –que abarcan los
mecanismos de la herencia en su interrelación con los estudios del
hombre, las poblaciones humanas, la historia prehispánica de México
y la salud relacionada con aspectos demográficos y culturales–
muchos de los estudios de la Antropología Física dependen de
los datos de genética de poblaciones. A 12 años de su fundación
la información de genética ha sido original, tanto de poblaciones
indígenas y urbanas actuales como de grupos prehispánicos. Los
temas incorporan a la genética de poblaciones, cosmovisión y salud
de manera integral, y a la fecha, se han estudiado linajes maternos
y paternos a partir de marcadores genéticos de ADN mitocondrial y
del cromosoma Y respectivamente, así como marcadores genéticos
relacionados con la salud. Los muestreos han abarcado estados del
norte, centro, sur y sureste del país, contando miles de muestras.
La base de datos ha tenido impacto en el ámbito forense, médico,
antropológico y arqueológico.
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Figura 2.2. En una célula


animal el ADN se encuentra
en el núcleo, pero también
en los organelos llamados
mitocondrias. Su ADN también
sufre mutaciones y proviene
sólo de la línea materna, ya
Ruta de investigación
que cuando se unen el óvulo y El patrimonio cultural tangible e intangible, al referirse a bienes
el espermatozoide este último relevantes comunitarios con valor histórico y social, implica que
sólo participa con el ADN de su
núcleo, mientras que el óvulo
tales bienes y materiales serán protegidos por cada disciplina
aporta todo lo demás (Dibujo científica, cuya metodología disciplinaria y multidisciplinaria tiene
realizado por B. Z. González por objeto su preservación. En el caso de la antropología genética,
Sobrino). la investigación empieza con la obtención de muestras de distintos
tipos de tejido animal (puede ser hueso, sangre, piel, saliva,
cabello) o de plantas. Se maneja utilizando diversas técnicas, las
cuales permiten caracterizar la variabilidad del material genético
(ADN). El estudio, al ser a nivel molecular, requiere de un mínimo
de cantidad de muestra (puede ser una gota de sangre, saliva,
unos cuantos cabellos con folículo, y en el caso de muestras

47
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
48

arqueológicas alrededor de 0.5 gramos de hueso). Esto significa


que el material deberá ser estudiado previamente morfológica y/o
microscópicamente antes de ser destruido para obtener el fragmento
de ADN objeto de estudio (Aguirre et al., 2011). Al tratarse de
estudios poblacionales, serán las bases de datos generadas a partir
de los resultados las que se analizarán con métodos de genética
cuantitativa; el fin es determinar distancias génicas y crear modelos
evolutivos para explicar fenómenos relacionados con la herencia
y el ambiente así como su interacción. En el caso de la cultura y
la herencia biológica, las diferencias sociales de cada grupo de
estudio conllevan un intenso trabajo interdisciplinario (biológico,
ecológico, histórico, etnológico, sociológico, arqueológico y/o
lingüístico; forense y médico).

Métodos y Técnicas
Enfocándonos en el caso de los restos óseos encontrados en sitios
arqueológicos, lo más común es encontrar un ADN degradado
por el paso del tiempo y ciertas condiciones del suelo como
acidez, humedad y temperatura. Dicho deterioro los hace más
susceptibles a la contaminación, por lo que durante la obtención
in situ se evita contaminarlos utilizando guantes y cubre bocas.
Se toma aproximadamente un gramo de hueso de cada individuo
(de preferencia hueso compacto porque conserva mejor el
ADN) y al llegar al laboratorio se refrigera, esto evitaría que la
degradación de la molécula sea más rápida. Para la extracción
del ADN se utiliza ropa desechable de cirujano y se trabaja en
cuartos aislados esterilizados para cada fase del tratamiento con
lo cual se evita al máximo que se contaminen. El hueso se limpia
con cloro y luz ultravioleta, y posteriormente se tritura; una vez
hecho polvo el ADN se separa de proteínas y ARN por medio de
reactivos y centrifugación. El segmento de ADN a estudiar se
replica en un termociclador con la técnica conocida como PCR5
: dicha técnica permite “amplificar” (replicar millones de veces) la
región (o regiones) polimórfica del ADN.

5 Este método fue inventado por Kary Mullis en la década de los ochenta
para el análisis de ADN en estudios de biología molecular.
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Figura 2.3. Termociclador en


donde se realiza la técnica
PCR (fotografía de A. J. Aguirre
Samudio).
Para poder observar el ADN
amplificado, la mezcla se coloca
en una matriz (geles de agarosa
y/o poliacrilamida); se observarán
bandas con un peso diferencial en
cámaras de electroforesis, que al
migrar en el gel forman un patrón
característico del individuo a
estudiar. Posteriormente se
tiñen y se pueden fotografiar
a través de luz ultravioleta
utilizando un transiluminador6.

6 Existen otras técnicas


como las plataformas de
Tiempo Real, Secuenciación
y Microarreglos; las variantes
se pueden observar por
fluorescencia.

Figura 2.4. En este


ejemplo se muestra un
gel con el resultado de
PCR para reconocer un
marcador genético (el
haplogrupo A del ADN mitocondrial americano). Los “pozos” 5 y 8
corresponden a la muestra de un hueso prehispánico de una mujer y su
hijo, y el pozo 9 a una herramienta de hueso. Su similitud es evidencia
de que son del mismo haplogrupo. El que haya dos bandas significa que
el ADN fue digerido con un enzima que reconoce la mutación distintiva
del haplogrupo A (fotografía de B. Z. González Sobrino).

49
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
50

Con base en González Sobrino y Aguirre Samudio


(2011) diremos que los primeros estudios del ADN hallado
en restos antiguos corresponden a especies extintas7
con lo que se comprobó que la molécula sobrevive a través del
tiempo, tanto a la actividad microbiana como a las reacciones
oxidativas e hidrólisis espontáneas. En estado posmortem el ADN
sufre cambios diagenéticos (degradación) (Trueman et al., 2004)
de modo que sólo perduran fragmentos entre 100 y 500 pares de
bases (pb) (que son los que se amplifican mediante PCR (Pääbo,
1989; Höss et al., 1996). Al morir el organismo los mecanismos de
reparación celular cesan y el material genético se vuelve inestable
debido a que las uniones moleculares entre las hebras se rompen,
las bases nucleares se aparean irregularmente y se forman uniones
cruzadas por oxidación de proteínas (productos de Maillard),
con lo que se complica la amplificación además de verse muy
susceptible a la contaminación con ADN moderno. Todo esto puso
en duda los primeros estudios de ADN antiguo. Sin embargo, con
los avances tecnológicos, hoy día es posible secuenciar genomas
de diferentes organismos con toda certeza para determinar la
variación entre especies, analizar filogenias para explicar su
evolución, divergencia y el surgimiento de nuevas especies8.
Entre otras especies se ha estudiado el maíz domesticado a partir
del teozinte (Pääbo et al., 2004).
Los resultados del ADN antiguo permiten el análisis de
movimientos poblacionales, saber la extinción de especies o la
relación de estos procesos y los cambios climáticos, de manera que
es posible comprobar teorías y modelos de genética poblacional
(Willerslev y Cooper, 2005).
Respecto a las técnicas de los materiales de ADN antiguo
humano, pudiera ser que los primeros datos reportados por
Pääbo (1985) con material egipcio o por Hauswirth et al., (1994)
con restos de la Florida en Estados Unidos, estén sesgados. Pero

7 Tal es el caso del dodo, insectos y plantas fósiles de 120 y 17 millones de


años respectivamente (Cano et al., 1993; Golenberg et al., 1990).
8 Tal es el caso del moas (Cooper et al., 2001), del linaje Elefantidae del
orden prosbocidea, reconstruido a partir de la secuenciación completa del ADN
mitocondrial, del mastodonte americano (Mammut americanum) (Rholand et
al., 2007) y el mamut lanudo (Krause et al., 2006) actualmente extintos.
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

como se mencionó, con los actuales protocolos de autenticidad,


se ha estudiado el ADN del Cro-Magnon fechados entre 23 mil y
25 mil años (Caramelli et al., 2003) o del Neandertal (Green et al.,
2009). Muy dudosa sería la autenticidad de la amplificación del
ADN de dinosaurios cuya antigüedad se remonta a los 80 millones
de años (tal como en Jurassic Park) (Woodward et al., 1994). La
amplificación de fragmentos de ADN mayores a 500pb no garantiza
su autenticidad (Austin et al., 1997, Handt et al., 1994)9.
Durante el proceso de fosilización del hueso hay factores
ambientales que funcionan como preservadores del escaso
ADN que aún perdura, por lo tanto el papel del arqueólogo es
fundamental al momento de la excavación, ya que de la forma
en que manipule el material dependerán las condiciones que
estabilicen las moléculas hasta que llegue al laboratorio de
genética. Los cuidados que deben considerarse para trabajar
con ADN antiguo se muestran a continuación con base en Pääbo
(1989), Cooper y Poinar, (2001) y Willerslev y Cooper (2005) cuyos
criterios metodológicos constituyen a la fecha la regla para evitar
riesgos de contaminación, además de que es un requisito para que
los resultados sean publicados en revistas científicas.

Criterios para el análisis y autenticidad de


ácidos nucleicos:
El esquema 1 resume los puntos más importantes que se deben
tomar en cuenta al llevar a cabo un procedimiento de manejo del
material genético antiguo. La división del espacio ayudará en el
control de la contaminación y cada uno a su vez debe ser sanitizado
adecuadamente bajo la exposición a la luz ultravioleta, sistema
de esterilización y limpieza del área con blanqueadores. Además,
durante el procedimiento la aplicación de controles permitirá la
9 Un fracaso fue el estudio de Cano et al., [1993] respecto a la abeja
Proplebeia dominicana fosilizada en ámbar. Durante la década de los noventa era
difícil replicar las secuencias de ADN de especies de 100 mil años de antigüedad
(Hagelberg et al.,1994; Höss et al., 1994), pero con la generación de nuevas
técnicas, en la actualidad es posible extraer ADN de plantas y animales entre 450
mil y 800 mil años de antigüedad de un ambiente frío como el de Groenlandia
(Willerslev, 2007).

51
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
52

observación de situaciones de contaminación, ya sea durante la


extracción o con la reacción in vitro por PCR. El comportamiento en
la cantidad de la molécula antigua siempre será menor comparado
con las modernas. También es válido utilizar referencias de animales
o plantas que se encuentren anexas al entierro o al sitio donde se
encontraba el resto óseo.

Esquema 1. Puntos más


importantes que se deben
tomar en cuenta al llevar a cabo
un procedimiento de manejo
del material genético antiguo.

Por otra parte, durante la excavación y transferencia de los


restos óseos (o tejidos momificados) se genera una modificación
drástica del ambiente que puede alterar la preservación del ADN,
el cual ha permanecido en un estado de degradación muy lento en
interdependencia con las condiciones fisicoquímicas y el proceso
de fosilización en un determinado suelo y medio circundante. En
un estudio paleo-genético realizado por Pruvost y colaboradores
(2007) se comparó la degradación de ADN de fósiles de herbívoros
de hace 50 000 años expuestos en museos y de restos recién
excavados sin tratamiento alguno, se demostró que los huesos
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

recién excavados tienen seis veces más ADN que los preservados
en museos, y un 46 % de productos amplificables en comparación
con el 18% de los de museos (p = 0.001). Otro estudio se realizó
con restos de neandertales para calcular el éxito de la amplificación
del ADN (Smith et al., 2003); la cantidad de depurinización10
se calculó en relación con la curva paleoclimática del sitio de
excavación, el tiempo de permanencia del fósil en el sitio y la energía
de activación de reacción de depurinización, lo cual equivale a la
tasa del deterioro biomolecular. Basándose en el modelo de una
tasa de depurinización de 15º C y un pH 7 (fisiológico), Pääbo y
Wilson (1991) calcularon un aproximado de 5 mil años para que
se degrade el último fragmento de 800 pb amplificables de ADN
de cloroplasto de un gramo del tejido de hoja (considerando
1012 pb). Por su parte, Smith y colaboradores (2003), con
algunas modificaciones matemáticas, calcularon que este último
fragmento de 800 pb puede sobrevivir 359 años siguiendo el mismo
planteamiento de Pääbo y Wilson (1991). Lindhal y Nyberg (1972)
comprobaron que el incremento de 15° C a 20-25° C en un museo,
acelera la tasa de degradación hasta 16 veces, mientras que Lindhal
y Nyberg (1972) observaron que la modificación y fuerza iónica del
pH aumenta el decaimiento de la molécula (el cambio de un pH
de 7.4 a 6.4 aumenta 3.3 veces la tasa de depurinización, aunque
un pH de 7.8 tiene una tasa dos veces más lenta que uno de 7.4).
Otro estudio demostró que el pH de unos huesos recién excavados
bajó de 7.5 a 6.5 al lavarse con agua corriente, pues el sedimento
que los cubría había estado funcionando como amortiguador de
la bioapatita (Pruvost, 2007). Las altas temperaturas del lugar de
almacenaje aumenta la degradación del ADN soluble. Smith y
colaboradores (2003) obtuvieron 2.5 x 1011 g-1 de ADN mitocondrial
de hueso fresco de un espécimen neanderthal de 15 mil años de
antigüedad manteniendo una temperatura de 10º C y un pH de 7.4,
a partir de 0.4 g de hueso para obtener fragmentos de 105 pb de
ADN amplificado exitosamente.

10 Depurinización: proceso por el cual la molécula de ADN pierde bases


nitrogenadas.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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Criterios para el manejo de restos óseos durante la excavación,


traslado y resguardo como medidas preventivas para evitar la
contaminación:
1- Usar guantes, cubre bocas e instrumental limpio o
desechable durante la exhumación y manipulación de las muestras.
2- Sacar el material con tierra y dejar secar muy lentamente.
3- Evitar la humedad una vez almacenado el material para
evitar la proliferación de micro- organismos.
3- Tratar de mantener la muestra en su nicho de tierra.
4- Evitar las altas temperaturas en el lugar de almacenaje.
5- Seleccionar las muestras mejor preservadas en su
morfología e histológicamente. El material quemado o cocinado no
será analizado.
En cuanto a los resultados, existe un banco de datos en un sitio
web de Japón, de ADN de todo tipo de moléculas recuperadas de
organismos postmortem, en especial de secuencias nucleotídicas
de ADN mitocondrial y nuclear de diferentes poblaciones. Entre
estas se encuentran datos de poblaciones humanas de varias
partes del mundo, mamíferos, vertebrados, invertebrados,
plantas, hongos, bacterias y virus, y, aunque el sitio todavía está
en construcción, cuenta con datos de Australia, China, Japón,
Europa, África, Estados Unidos, Cuba, República Dominicana,
Argentina y Venezuela [www.ddbj.nig.ac.jp/a ADN/index.html].
La principal base de datos de genomas y nucleótidos se encuentra
en The Center of Biotechnology (NCBI) [www.ncbi.nlm.nih.gov/
sites/entrez] que cuenta, por ejemplo, con datos del proyecto del
genoma del Homo sapiens neanderthalensis (Project ID: 30941,
GenBank: AM948965.1).

Ejemplos de casos estudiados en el


laboratorio de Antropología Genética
Respecto a los estudios de genética de poblaciones realizados en
nuestro laboratorio, se cuenta con una base de datos de miles
de muestras que fueron obtenidas en 17 estados de la república,
abarcando las grandes regiones del norte, centro sur y sureste de
México, las cuales corresponden a grupos urbanos y de hablantes
de lenguas indígenas (González Sobrino 2016) como de sitios
arqueológicos (Teotihuacan –Mazapa, Xolalpan, La Ventilla, el
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

Barrio oaxaqueño– (Aguirre et al., 2017), Chichén-Itzá, La Joya,


Ver., y Sonora. En el caso del ADN contemporáneo, las muestras
han sido de sangre y/o saliva, mientras que del ADN antiguo han
sido de restos óseos que, en nuestra experiencia, si son falanges o
fémures tienen ADN en mayor calidad y cantidad.
Hemos constatado la importante presencia de herencia
indígena en la población mexicana, el rango de diversidad respecto
al resto del mundo del linaje materno y paterno, la diferencia de
distribución de estos linajes en las distintas regiones del país, su
importancia histórica, la diversidad que asoman los primeros
resultados de ADN antiguo en la cuenca de México, la diferencia
entre el pasado y el presente, las diferencias poblacionales respecto
a otros marcadores relacionados con la salud. Por ejemplo, los
estudios del ADN mitocondrial han demostrado la herencia genética
exclusiva de América cuyos haplogrupos se denominan A, B, C y D11.
La distribución de su frecuencia en México es distinta en cada región
Figura 2.5. Haplogrupos del
y cada haplogrupo tiene a su vez variantes: el haplogrupo A abunda
Continente Americano en más en la zona maya en donde hay variantes únicas; el haplogrupo
México (A, B, C y D). Cada C es más frecuente en el norte, también con variantes únicas
haplogrupo tiene variantes norteñas. En todo el país se encuentran los cuatro haplogrupos, y
según la región; por ejemplo, siempre con un mismo patrón: más A y B que C y D.
no todos los haplogrupos A en
el norte son los mismos que los 11 Un haplotipo consiste en una combinación de alelos de diferentes
del sureste (González Sobrino loci (sitios) de un cromosoma que se transmiten juntos; un haplogrupo es un
2016: 57). conjunto de haplotipos.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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Conclusiones
Los estudios de ADN en conjunto con los de arqueología y etnología,
hacen posible el rescate del patrimonio cultural en cuanto a la
importancia de la permanencia de ideas como son: la fuerza de
los antepasados en la cultura actual, los lazos de parentesco y su
continuidad desde tiempos prehispánicos, los grandes cambios
durante la Colonia y los tiempos modernos, el patrimonio
arqueológico a través de los restos de los antiguos, y el estudio
de la genética de la población pasada y actual. De esta forma se
contribuye a la comprensión y comprobación de hechos biológicos
que involucran la herencia biológica, la reproducción de ideas
que repercutieron en dicha herencia, y la continuidad (dada su
importancia simbólica en la comunidad) de tradiciones que siguen
construyendo dicha herencia biológica a nivel colectivo. Tómese
en cuenta que no estamos considerando el aspecto identitario
como algo estático. Las poblaciones y los individuos no dejan de
moverse, de relacionarse con sus prójimos sean semejantes o no,
de adaptarse a las nuevas formas sociales globalizantes. A la vez, la
historia y la memoria cultural conservan aspectos fundamentales
dado lo que significan para el grupo y los individuos, haciendo
posible que no desaparezca la idea o sensación de pertenencia y
reconocimiento por parte de los demás, ya sean los otros con los
que se interactúa al reconocerlos vecinos pero distintos, ya sean
los otros que se desconocen por completo y con los que se tiene
que tratar en ocasiones y hay que aprender a hacerlo, ya sean los
mismos del grupo y la cultura que se reconocen como propios.
Cabe entonces preguntarse respecto a los grupos más arraigados
por las propias dificultades que la historia les ha deparado (como
es el caso de los hablantes de lenguas indígenas) ¿por qué o bajo
qué circunstancias, es que ciertos individuos o grupos adoptan
formas culturales distintas, al grado de formar familias fuera de
sus grupos y tradiciones, aspecto que implica fuertes cambios
tanto físicos como emocionales y éticos? Respuesta que no puede
generalizarse y debe ser estudiada en cada caso particular. Hasta
ahora, son pocos los estudios que se han realizado a nivel genético
desarrollando el rubro cultural; la mayoría se basa en las lenguas
¿DE QUIÉN ES EL ADN DE LOS MEXICANOS?

y la localización y proceden al análisis estrictamente biológico


asumiendo que no es necesario confrontar o explicar la interacción
de ambos tipos de datos.
Finalmente, considérese que gracias a la identidad se generan
todos los procesos culturales que inciden en la reproducción de las
comunidades. Los problemas de salud, de atención y acervo genético
son temas de relevancia muy actual dado el interés del mundo en
conocer la diversidad del genoma humano y la trascendencia de las
estrategias sanitarias para abordar las posibilidades de llegar a la
salud de todos con base en el conocimiento de las especificidades
de la genética poblacional.

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RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

CAPÍTULO 3
Reconstruyendo la subsistencia humana y
el ambiente en épocas antiguas

Diana Martínez Yrízar, Carmen Cristina Adriano Morán, Emily McClung de Tapia
y Emilio Ibarra Morales
Laboratorio de Paleoetnobotánica y Paleoambiente

63
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
64
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

L
as poblaciones humanas, desde la antigüedad, han dependido
de los recursos disponibles en el ambiente para obtener todo
lo necesario para su bienestar. Por ejemplo, recursos vegetales
como frutos, hojas, raíces y semillas para alimentarse o para
curarse de alguna enfermedad; madera para cocinar o alumbrarse,
construir casas y fabricar herramientas; hilos y fibras para
confeccionar vestidos; flores para adornar y para ofrecer en sus
celebraciones religiosas; tallos para hacer cestas y tapetes entre
otras cosas. Todas estas actividades de obtención y procesamiento
de los recursos vegetales, animales y minerales se conoce como
subsistencia. Los residuos de dichas actividades, en particular de
la preparación y consumo de los alimentos, se acumulan en los
espacios donde se realizan, por ejemplo en fogones, áreas de
trabajo, patios y basureros.
Mucho del conocimiento que tenemos actualmente sobre
el aprovechamiento de las plantas, lo heredamos de nuestros
antepasados que pueden ser tan lejanos como los cazadores-
recolectores, los teotihuacanos, los mayas y los aztecas o más
recientes como nuestros abuelos.
La paleoetnobotánica se encarga del estudio de las
relaciones que se establecieron entre las comunidades humanas
y las plantas en el pasado. Lo que incluye entre otras cosas, saber
cómo era el ambiente que prevalecía en un lugar en un tiempo
determinado y que especies de plantas fueron utilizadas por las
poblaciones antiguas. Esto se lleva a cabo a través del análisis
de los materiales botánicos que se recuperan de los sedimentos
procedentes de excavaciones arqueológicas. Dichos materiales
pueden ser de dos tipos: los macrorrestos (semillas, fibras, tallos,
raíces, hojas y madera carbonizada) y los microrrestos (polen,
fitolitos y gránulos de almidón12). Los macrorrestos se pueden
conservar carbonizados, desecados y mineralizados; mientras que
los microrrestos generalmente se encuentran sin carbonizar pero el
tipo de suelo o sedimento y el pH de los mismos son factores que
influyen directamente en su conservación.
12 Los gránulos de almidón son carbohidratos insolubles semicristalinos y
se encuentran en grandes cantidades en raíces, troncos tuberosos, tubérculos
y semillas de ciertas plantas y pueden conservarse por largos periodos de
tiempo cuando quedan atrapados en los poros de las herramientas líticas como
en metates y manos de metates de basalto utilizados en el procesamiento de
alimentos.

65
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
66

¿Son los restos botánicos Patrimonio


Cultural?
Tradicionalmente se ha considerado que los materiales
arqueológicos que tienen mayor importancia en el estudio de los
grupos humanos del pasado son los monumentos, la cerámica y
la lítica que dejan las poblaciones. Los restos de origen orgánico,
sobre todo los botánicos, en su mayoría no son visibles durante
el proceso de excavación debido principalmente a su tamaño,
por lo que no se les confiere el mismo valor que se les da a los
restos de mayor tamaño. Sin embargo, desde el punto de vista
arqueológico, todos los materiales derivados de cualquier actividad
humana (independientemente de su tamaño o conformación) son
evidencia de procesos culturales que reflejan una cosmovisión13
como por ejemplo las actividades cotidianas, el intercambio
de bienes, las ceremonias rituales, entre otros y por ende son
patrimonio cultural de un pueblo.
El objetivo de este capítulo es mostrar de manera general la
metodología que se utiliza para el análisis de los restos botánicos,
en particular, los macrorrestos, el polen y gránulos de almidón.

Antecedentes históricos de
paleoetnobotánica
Harshberger, en 1896, fue el primero en utilizar el término
etnobotánica para el estudio de las plantas y su relación con los
grupos étnicos. En 1941 V. H. Jones, propone que el análisis de la
interrelación del hombre con las plantas en contextos arqueológicos
no debe limitarse sólo a la identificación taxonómica sino que
es importante poner énfasis en la interpretación de los posibles
usos que dichas plantas hayan tenido. Años más tarde Helbaek
(1959) introdujo el término Paleoetnobotánica como consecuencia
del interés que se generó entre diversos investigadores en la
reconstrucción del ambiente y de la subsistencia utilizando restos
botánicos provenientes de sitios arqueológicos (Ford 1982).
13 Es la forma en que los grupos humanos ven y conciben el mundo que
les rodea.
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

Estas investigaciones tienen dos tradiciones, la europea y la


americana. La primera es la más antigua con los estudios en Egipto
donde se analizaron restos desecados encontrados en tumbas
por Kunth en 1826. El enfoque de dicha investigación fue una
descripción botánica y taxonómica de las plantas, especialmente en
restos cultivados (domesticación de las plantas) y se le denomina
arqueobotánica.
La tradición Americana hace énfasis en los aspectos culturales
del uso de las plantas por los habitantes en un sitio arqueológico
(paleoetnobotánica). En el caso de México, los primeros trabajos
fueron los realizados en Cuevas secas de Tamaulipas y Puebla, en el
sitio de Zohapilco cerca de Tlapacoya en el Estado de México y en
la cueva de Guilá Naquitz en Oaxaca (Mac Neish 1958; Manglesdorf
et al., 1964; MacNeish 1967; Niederberger 1976, 1979; Flannery
1986).
Un avance importante en el estudio de los macrorrestos fue
la implementación de la técnica de flotación para la recuperación
de estos materiales de los sedimentos propuesta por Struever en
1968. El análisis palinológico (estudio de polen y esporas actuales
o fósiles) se incorpora a la investigación arqueológica en la década
de los sesenta, buscando respuestas a problemas como el impacto
humano en el paisaje y la detección de la aparición e intensificación
de la agricultura, entre otros (Pearsall 2000). El estudio de
gránulos de almidón es relativamente reciente, el primer trabajo
sistemático fue el realizado por Ugent y colaboradores en 1981.
Piperno y Hols (1998) han demostrado que el análisis de almidones
es indispensable en regiones geográficas que tradicionalmente
cuentan con una limitada información paleoetnobotánica, como es
el caso de Las Antillas (Pagán-Jiménez 2007).
En México el Laboratorio de Paleoetnobotánica y
Paleoambiente (LPP) se fundó en 1976 con la finalidad de
realizar el estudio de los restos botánicos asociados a los
contextos arqueológicos (pisos, fogones, entierros, estructuras
monumentales, suelos y sedimentos) obtenidos de los proyectos
de investigación del Instituto de Investigaciones Antropológicas
y otras instituciones, así como la formación de las colecciones
de referencia de macro y microrrestos. Siguiendo dos líneas de
investigación, por un lado el uso y explotación de los recursos

67
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
68

(subsistencia) y por el otro el paleoambiente y la manera en que el


hombre ha impactado el paisaje.
Actualmente cada vez más arqueólogos incorporan el
análisis paleoetnobotánico a sus investigaciones con el objetivo de
entender la subsistencia de las poblaciones y el ambiente donde
vivieron las poblaciones antiguas.
Finalmente es importante mencionar que debe haber una
estrecha comunicación entre el arqueólogo y el especialista, para
poder entender los contextos de donde vienen las muestras y
realizar una mejor interpretación de los resultados.

La Investigación
El proceso de investigación en el laboratorio está sistematizado, se
inicia con un acuerdo de colaboración con el proyecto arqueológico
en donde se establece la cantidad de muestras a procesar y se
solicita el informe de excavación o bien los datos de los contextos
de donde provienen las muestras (fogones, entierros, basureros y
vasijas). Una vez recibidas las muestras, se ordenan de acuerdo con
los criterios establecidos por el arqueólogo, esto es, por estructura,
pozo, excavación extensiva, área de actividad, capa, etcétera. Una
vez organizadas se les asigna un número de registro interno del
laboratorio y se inicia el trabajo de extracción y determinación Figura 3.1. Proceso general
del análisis paleoetnobotánico
taxonómica de materiales botánicos (figura 3.1) (macro y microrrestos)
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

Técnicas de recuperación y determinación de


los materiales botánicos.
Para recuperar los materiales botánicos de las muestras de suelo
o sedimento, se utilizan técnicas que tienen como fin disgregar
los componentes orgánicos de los inorgánicos por la diferencia
de densidad que presentan. En el caso de los macrorrestos se
emplea la flotación propuesta por Struever (1968) y para el polen
se usa la técnica de extracción de Adam y Mehringer (1975)
ambas modificadas en el Laboratorio de Paleoetnobotánica y
Paleoambiente.
La flotación consiste en verter la muestra en agua a la que
previamente se le adicionó silicato de sodio, este compuesto hace
que la densidad del agua cambie, lo que permite que los restos
orgánicos se separen (floten) de la matriz mineral. La extracción
polínica se realiza haciendo una limpieza físico-química (se emplea la
centrifugación y se adicionan hidróxido de potasio, ácido clorhídrico
Figura 3.2. Proceso de y fluorhídrico en diferentes pasos) del sedimento para liberar el
flotación y extracción polínica polen que se encuentra embebido en el mismo (figura 3.2).
(fotografías LPP-UNAM).

69
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
70

La técnica de recuperación de los gránulos de almidón es


muy simple, se extraen principalmente de instrumentos líticos de
molienda como los metates, Perry (2004) diseño un muestreo in
situ: en los poros y las grietas de los objetos que serán revisados se
agrega una gota de agua destilada, se recoge con una micro pipeta
estéril y se coloca en laminillas con una gota de glicerina para su
revisión al microscopio óptico (Pagán-Jiménez 2007).
La determinación de las semillas, polen y gránulos de almidón
se realiza por comparación de las características morfológicas
observadas en los materiales, con las reportadas en la literatura
especializada (manuales y claves de identificación) y con la colección
de referencia actual y arqueológica (figura 3.2).

Resultados y su interpretación.
Los resultados macrobotánicos pueden presentarse de una forma
cualitativa utilizando tablas de presencia-ausencia de cada tipo de
planta identificada y cuantitativa a través de conteos absolutos en
donde se considera el número total de ejemplares de cada uno de
los taxa. La ubicuidad es el número de muestras en que se presenta
un taxón expresado en porcentajes.
En la tabla 1 se muestran ejemplos hipotéticos de estas
tres formas de presentar los resultados. a) presencia ausencia,
b) conteos absolutos y c) ubicuidades. Este último se expresa en
porcentajes, tomemos el ejemplo de Amaranthus. En el caso de los
fogones el número total de muestras era 10, esto equivale al 100%.
El amaranto se presentó en 5 de ellas por lo tanto su ubicuidad es del
50%. Para el caso de entierros el número total de muestras es 15 y
el amaranto se presentó en 6 por lo que su ubicuidad es del 40%. Y
para las huellas de poste el número de muestras es 8 y el amaranto
se presentó en 3 de ellas por lo cual la ubicuidad es del 37%. Esto
permite hacer comparaciones entre los distintos contextos.
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

a)

b)

c)

Los resultados de polen se pueden presentar cualitativamente


Tabla 1. Ejemplos de la manera en tablas de presencia ausencia o bien en diagramas polínicos. Estos
en que se pueden presentar
diagramas constan de dos ejes, en el vertical se representan las
los resultados del análisis. a)
presencia-ausencia y b) conteos distintas muestras analizadas, ordenadas por profundidades de los
absolutos c) ubicuidades estratos (de lo más antiguo a lo más reciente). En el eje horizontal
(elaboró Diana Martínez, caso los distintos porcentajes de los tipos polínicos encontrados,
hipotético). agrupados por forma de vida o ambiente en el que viven: arbóreo,
arbustivo, herbáceo, acuáticas y finalmente las cultivadas como se
muestra en la figura 3.3.

71
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
72

En cuanto a los gránulos de almidón se pueden presentar Figura 3.3. Ejemplo de


tanto en conteos absolutos como en ubicuidades (en porcentaje) diagrama polínico mostrando
los dos ejes mencionados en
(tabla 1). el texto.

Interpretación de los resultados.


La interpretación de los resultados se hace tomando en cuenta los
contextos de donde se obtuvieron las muestras y otras evidencias
arqueológicas asociadas; por ejemplo si las muestras provienen
de un fogón es importante saber si había cerámica u otros objetos
aunados a este. Si son muestras de un entierro, conocer de que
parte del esqueleto se tomaron (debajo, sobre o dentro de cráneo,
tórax o extremidades).
Dos fuentes de información que se emplean como apoyo en la
interpretación de los datos botánicos son los estudios etnográficos
y etnohistóricos. La etnografía es parte de la antropología que
observa, describe y estudia las prácticas culturales de los grupos
sociales. Uno de los aspectos que estos estudios nos permiten
conocer es cómo las poblaciones explotan y usan los recursos
vegetales. La etnohistoria es la reconstrucción histórica cultural de
los pueblos étnicos del mundo a través de fuentes como archivos,
códices e historia oral (Martínez Marín 1976). Para el centro de
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

México contamos con documentos antiguos que nos pueden


ayudar a entender el uso y manejo de las plantas en épocas
pasadas. Entre ellos hay dos fuentes históricas del siglo XVI que
son muy importantes por la información que contienen sobre los
recursos y la alimentación de las comunidades indígenas antes de
la Conquista. Estos son Historia general de las cosas de la Nueva
España (conocida como Códice Florentino) de Fray Bernardino de
Sahagún, fraile franciscano que tuvo la tarea de recopilar diferentes
aspectos de la historia y vida cotidiana de los mexicas, con la ayuda
de informantes indígenas, y la Historia de las plantas de la Nueva
España de Francisco Hernández protomédico de la corte de España,
encomendado por el rey para documentar las plantas, animales y
minerales útiles de México (McClung de Tapia y otros 2014).
Un ejemplo de la información contenida en la Historia
General de las Cosas de la Nueva España es sobre los nopales y las
tunas, se encuentra en el libro XI Capítulo VI, 8 “De la diversidad
de las tunas: Hay árboles en esta tierra que llaman nopalli que
quiere decir tunal…es monstruoso éste árbol…La fruta que en estos
árboles se hace, se llama tuna (y) son de buen comer…las hay
amarillas…coloradas…rosadas…el nombre propio de las tunas es
nochtli” (figura 3.4); más adelante en el capítulo VII, 158 “Las hojas
Figura 3.4. Representación de este árbol descortezadas y molidas, danlas a beber con agua a la
de la planta de nopal y sus
frutos en el Códice Florentino mujer que no puede parir”, se mencionan también las propiedades
(Sahagún 1979). medicinales de cada una de las partes de la planta y cómo usarlas
(Sahagún 1999: 664-665:684).

73
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
74

Es importante destacar que la información etnográfica y


etnohistórica son sólo referentes de la forma en que se empleaban
las plantas y nos permiten proponer hipótesis respecto a su
posible utilización en el pasado. La analogía etnohistórica directa
únicamente es posible si el hallazgo arqueológico y los datos
documentales son contemporáneos. Es decir si ambos pertenecen
a un periodo de tiempo cercano, por ejemplo el siglo XVI.
A continuación se presentan ejemplos de trabajos
paleoetnobotánicos en donde se abordan los temas de alimentación
y paleoambiente.

Las tunas en Teotihuacan.


La ciudad prehispánica de Teotihuacan estaba conformada por
varios conjuntos habitacionales, uno de ellos es Tetitla localizado,
aproximadamente, a 600 m al oeste de la Calzada de los Muertos.
A finales de la década de los sesenta, integrantes del Proyecto
Mapa de Teotihuacan excavaron un pozo de sondeo en uno de los
patios del conjunto. En él se encontró una serie de pisos con áreas
quemadas que presentaban carbón in situ, cenizas, huesos y restos
orgánicos que indicaron la presencia de 24 fogones de los cuales
se tomaron muestras para el análisis de macrorrestos. La cerámica
que se encontró asociada reveló que el conjunto fue habitado
desde la fase Tlamimilolpa tardío (300-350 d.C.) hasta Metepec
(550-650 d.C.) (Rattray 2001).
En las muestras estudiadas se identificaron los siguientes
taxa: Acacia, Amaranthus (amaranto), Capsicum (chile), Cucurbita
(calabaza), Chenopodium (huauzontle), Opuntia (nopal), Phaseolus
(frijol), Physalis, Portulaca (verdolaga), Salvia (chía), Zea mays
(maíz), Brassicaceae, Cactaceae, Fabaceae, Malvaceae y Solanaceae
(McClung de Tapia 1979). Se destacó la familia Cactaceae por el
número de semillas carbonizadas recuperadas (376) y porque se
reconocieron al menos tres tipos diferentes de semillas: Opuntia,
Cactaceae I y Cactaceae II. González (1986) determinó que en dichas
semillas había representadas 10 especies diferentes de Opuntia y
Myrtillocactus geometrizans (garambullo).
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

Las especies identificadas son las siguientes:

Especie identificada Nombre común


Opuntia amyclaea Ten. Nopal de Alfayucan
O. cochinera Griff. Cochinera
O. lindheimeri var. lucens (Griff.) Cuija
Scheinv.
O. matudae Scheinv. Xoconostle colorado con espinas
O. oligacantha SD. Xoconostle corriente
O. robusta var. guerrana (Griff.) San- Nopal camueso, nopal tapón,
Me., ex Bravo. tuna tapona
O. sarca Griff. ex Scheinv. Nopal chamacuerito
O. spinulifera SD. Nopal ardilla, nopal corriente
O. streptacantha Lem. Nopal cardón, nopal de tuna col-
orada
O. tomentosa var. tomentosa SD. Nopal chamacuero

Tabla 2. Especies de Opuntia


identificadas en Tetitla (elaboró Al analizar la presencia de las especies en los fogones se
Cristina Adriano). observó que nueve de ellas estaban en todas las fases de ocupación
con excepción de O. oligacantha (figura 3.5). Con respecto a la
cantidad de semillas, el mayor número fue de Opuntia amyclaea;
sin embargo, es difícil determinar la importancia de una especie
sólo a partir de conteos absolutos, ya que no podemos diferenciar
Figura 3.5. a) Semillas si todas las semillas pertenecían a un sólo fruto o a distintos
carbonizadas de Opuntia frutos. Lo resaltable es la diversidad de especies de Opuntia que se
oligacantha Tetitla, encontraron. La pregunta que surge es ¿qué uso tenían?
Teotihuacan y semilla actual
de O. oligacantha del Valle
de Teotihucan (fotografías
LPP-UNAM).

a) b)

75
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
76

La familia Cactaceae se originó en el continente americano,


es distintiva de las regiones áridas y semiáridas de México. Son
plantas suculentas con tallos carnosos aplanados o cilíndricos que
almacenan principalmente agua; presentan hojas modificadas
en forma de espinas y sus flores son de colores vivos. El género
Opuntia se caracteriza por tener tallos aplanados articulados
llamados cladodios (nopal). Sus frutos son bayas jugosas de pulpa
dulce, que tienen varios colores: rojo, verde, blanco o amarillo y
son conocidos como tunas (Rzedowsky 1979). Se pueden encontrar
silvestres y cultivados, estos últimos se propagan vegetativamente
enterrando los tallos en el suelo (Bravo-Hollis y Sánchez Mejorada
1991).
Actualmente, su principal uso es el alimenticio, se consumen
especialmente los tallos tiernos y los frutos. También se preparan
en conservas, mermeladas, jugos, dulces, tortillas y champús. Por
su alto contenido de fibra, se le atribuyen propiedades para bajar
de peso, como laxante y para ayudar a disminuir los niveles de
azúcar en la sangre (Adriano y Martínez 2008). Se puede adquirir
en polvo o encapsulado. En la medicina tradicional las cactáceas se
han usado para curar diferentes enfermedades y en la adivinación
(Bravo-Hollis y Sánchez Mejorada 1991).
Opuntia amyclaea, O. robusta var. guerrana y O. spinulifera
son especies que por sus frutos tienen mayor demanda; se
consideran nopales de tuna fina y se les cultiva en cercos o en
huertos. O. streptacantha es una especie silvestre que produce
tunas con importancia económica, es protegida en su hábitat
y también se encuentra cultivada en huertos familiares. Se ha
planteado que Opuntia amyclaea es una forma hortícola de O.
megacantha que se originó en Alfayucan, Hidalgo (Bravo-Hollis y
Sánchez Mejorada 1991).
De las 10 especies identificadas en las muestras de Tetitla sólo
O. lindheimeri var. lucens, O. matudae, O. robusta var. guerrana,
O. spinulifera, y O. streptacantha se encuentran actualmente en
la región de Teotihuacan (González 1986). El resto se distribuye en
otras localidades del Valle de México.
La información obtenida nos permite plantear la hipótesis
de que las especies de Opuntia encontradas en los distintos
fogones eran utilizadas como alimento. Es posible que fueran muy
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

apreciados por los teotihuacanos, porque producían una gran


variedad de frutos dulces y ácidos así como tallos jóvenes que
podían consumirse como verdura y al parecer, aprovechaban tanto
especies locales como foráneas.
La presencia de nopales silvestres, como Opuntia
streptacantha, sugiere que se explotaban tanto formas cultivadas
como silvestres y que es factible que se manejaran variedades.
El ejemplo más importante de esto es O. amyclaea pues si en
realidad es una forma hortícola de O. megacantha, ya se conocía
desde épocas teotihuacanas y su origen podría ser más antiguo de
lo que se piensa. Sin embargo, con los datos obtenidos hasta este
momento no podemos saber de dónde venía, ni cuándo y dónde se
originó (Adriano y Martínez 2008).
La evidencia botánica aunada a la información contenida
en Sahagún, Hernández y la pintura mural, nos permite proponer
que las cactáceas no solamente jugaban un papel importante en la
alimentación sino que eran un recurso usado en diferentes ámbitos
de la vida cotidiana como en la medicina, como materia prima para
la construcción de viviendas o para la elaboración de mantas y
herramientas en Teotihuacan.
Los datos arqueológicos como la calidad de la arquitectura,
pintura mural bien conservada y la naturaleza de la cerámica
encontrada en Tetitla, indican que sus habitantes tenían una alta
posición socioeconómica en la sociedad teotihuacana, y se propuso
que su función era administrativa (McClung de Tapia 1979).
En la pintura mural del pórtico 1, se observa la imagen de una
mujer con pendientes en forma de tallos aplanados (figura 3.6), y
se ha interpretado como la señora del nopal (De la Fuente 1996).
La interpretación que se le ha dado a dicha imagen es interesante
dado que es en este conjunto donde se ha recuperado el mayor
Figura 3.6. Representación de número de semillas carbonizadas y se han identificado diversas
la “Señora del nopal” en Tetitla especies de Opuntia en Teotihuacan. Lo anterior permite plantear
(fotografías De la Fuente 1996). la posibilidad de que en Tetitla la función administrativa estuviera
relacionada con la producción, uso y manejo de estas plantas.

77
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
78

El mamut de Santa Ana Tlacotenco, Milpa


Alta y el ambiente en el que vivió.
A finales de 2011 el señor Arellano Flores descubrió, de manera
fortuita, unos huesos de gran tamaño en su terreno de cultivo en
Santa Ana Tlacotenco, en la delegación Milpa Alta. Se dio aviso
del hallazgo tanto al INAH como a la UNAM. En una primera visita
al lugar los investigadores examinaron los restos y reconocieron
tres molares de un mamut. Por la ubicación del ejemplar a una
altitud de 2800 msnm (los hallazgos de este tipo organismos se
han encontrado a menor altitud y en el oriente de la Cuenca) y
por encontrarse cubierto con ceniza volcánica intemperizada se
planteó la necesidad de una investigación interdisciplinaria para
recuperar y estudiar los restos.
Surgieron preguntas como: si los molares estaban aislados
o bien formaban parte de un individuo completo; qué le había
pasado, por qué se encontraba a esa altitud, qué tan antiguo era y
cuáles serían las condiciones paleoambientales en las que vivió el
mamut.
Las pruebas geofísicas hicieron posible la observación
de anomalías que indicaban que los restos del ejemplar aún
estaban enterrados. La excavación permitió recuperar un mamut
(Mammuthus columbi) casi completo. La ceniza que lo cubría
arrojó una cronología estimada en 16,475 años antes del presente
que corresponde al Pleistoceno tardío (Ortiz 2015).
Como se mencionó líneas arriba se trata de un caso de
investigación muy interesante, ya que no es común encontrar restos
de estos animales y tener la oportunidad de recuperar muestras de
polen para su estudio. El objetivo principal del trabajo botánico fue
la recuperación y estudio del registro polínico asociado a los restos
óseos para conocer las características de la vegetación asociada al
mamut (Ibarra 2015).
Para el análisis se recolectaron muestras asociadas a diversas
partes anatómicas del organismo como el cráneo, escápula, costillas
y colmillo izquierdo para evitar el depósito de materiales polínicos
modernos se tomaron por debajo de los huesos.
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

El polen obtenido de las muestras analizadas fue escaso


debido a las condiciones poco favorables de preservación como: pH
básico de 7 a 7.5, depósito de ceniza volcánica a altas temperaturas
y abundancia de fracción gruesa en el sedimento dominada por
silicio.
En la tabla 3 se presentan los resultados polínicos asociados
a cada uno de los restos óseos. En total se determinaron cuatro
géneros Abies (oyamel), Alnus (aile), Betula (abedul) y Pinus (pino)
Tabla 3. Polen asociado a y 7 familias Asteraceae (arbustos y herbáceas como la dalia),
diferentes partes del mamut
Betulaceae, Chenoam (herbáceas como amaranto), Cyperaceae
(elaboró Emilio Ibarra).
(herbáceas como los tules), Jungladaceae (árboles como el nogal),
Onagraceae (herbáceas) y Poaceae (diferentes pastos) (figura 3.7).
De las cuatro partes muestreadas, es en el colmillo izquierdo en
donde se identificaró la mayor cantidad de taxa (9).

Taxa Cráneo Escápula Costillas Colmillo izquierdo

Abies X

Alnus X X X
Betula X
Pinus X X X X
Asteraceae X X
Betulaceae X
Cheno-Am X
Cyperaceae X
Jungladaceae X
Onagraceae X
Poaceae X X X X

79
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
80

Figura 3.7. Polen recuperado


de los restos óseos del mamut
(fotografías LPP-UNAM).

En la gráfica 1, se presenta el total de granos de polen


recuperados de las muestras analizadas. El mayor número de
palinomorfos corresponde a Pinus seguido por la familia Asteraceae
y la Poaceae. En algunas de ellas se observó polen alterado por la
exposición a altas temperaturas (Ibarra 2015).

Gráfica 1. Conteos absolutos


del polen asociado al
mamut.
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

Una información que fue muy útil para la interpretación


de los datos es la que encontramos en estudios previos sobre las
condiciones ambientales del Pleistoceno tardío-Holoceno en el
Centro de México.
El registro polínico del intervalo ca. 16,600-16,000 años
AP (antes del presente) indica que el sur de la Cuenca de México
presentaba un clima seco frío, la comunidad arbórea más importante
estaba dominada por Pinus, Quercus (encino), Alnus y Buddleia
(tepozán), acompañada, entre otros, por Ulmus (olmo), Abies,
Fraxinus (fresno), Liquidambar, tipo Carpinus-Corylus, Salix (sauce)
y Prunus capuli (capulín). Los elementos del estrato herbáceo más
abundantes eran las Poaceae, Chenopodio-Amaranthaceae y las
Asteraceae (Sosa 2001).
En el Lago de Texcoco, se hizo un perfil amplio y complejo
dividido en tres zonas: Zona I, II y III. La parte que nos interesa
es la correspondiente al límite superior de la zona III y el límite
superior de la zona II, datada alrededor de 18, 760 a 11, 680 años
antes del presente. Dicha franja del perfil mostró predominio de
polen de Pinus (pino), Quercus (encino) y Poaceae (familia de los
pastos), en menor proporción Abies (abeto) y Betula (abedul). Los
quenopodios-amarantos y las asteráceas presentan valores bajos,
mientras que los pastos disminuyen con el tiempo. La interpretación
que se dieron a los datos fue que durante el periodo de la Zona
III, el ambiente alrededor de la Cuenca de México era bastante
estable, más frío y húmedo que en la actualidad, es decir, que las
faldas de los volcanes estaban cubiertas por un bosque de pino-
encino con una mayor presencia de pinos que hoy en día. La zona
II, está representada por altos valores de Pinus y Abies, la ausencia
casi completa de encinos y la escasa presencia de Betulaceae y
Poaceae, por lo que la comunidad arbórea dominada por Pinus era
extensa (González-Quintero y Fuentes-Mata 1980).
En un estudio sobre la flora del Pleistoceno tardío-Holoceno
en el Centro de México (Israde-Alcántara et al., 2010), se reportaron
varias plantas agrupadas según sus afinidades ecológicas, por
ejemplo, el abeto que es representativo del bosque de Abies. Los
principales componentes de bosque de pino-encino incluyeron
a Pinus, Cupressus (cipres), Juniperus (junípero), Quercus, Alnus

81
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
82

(aile) y Buddleia mientras que los bosques mesófilos fueron


caracterizados por Liquidambar (liquidámbar), Juglans (nogal),
Fraxinus (fresno), Corylus-Carpinus y Betula. Arbustos y hierbas
representadas por pastos y asteráceas que indican la presencia de
áreas perturbadas y abiertas, mientras que las Chenopodiaceae-
Amaranthaceae (quenopodios y amarantos) son comunes en zonas
de disturbio.
A pesar de que en los sedimentos de Santa Ana Tlacotenco
no existen las condiciones óptimas de preservación polínica, se
identificaron plantas que coinciden con la paleoflora reportados
por otros autores para el periodo Pleistoceno tardío-Holoceno,
que indican la presencia de varias comunidades que según
sus afinidades ecológicas incluyen: bosque de abeto (Abies),
bosque de pino, caracterizado por Pinus y Alnus y Onagraceae,
bosque mesófilo representado por Juglandaceae y Betula. Las
Asteraceae y Poaceae, señalan zonas perturbadas y abiertas, las
Chenopodiaceae-Amaranthaceae, son características de áreas
de disturbio y Cyperaceae puede estar asociado a condiciones
lacustres. Estas son las comunidades vegetales que posiblemente
estaban presentes en el ambiente que rodeaba al mamut.

Comentarios finales
La investigación paleoetnobotánica es interdisciplinaria porque
conjunta a la arqueología, la botánica, la edafología y la historia;
con el objetivo de entender cómo vivieron las poblaciones antiguas
desde una perspectiva amplia. En este capítulo se muestra de
manera general el trabajo que realizamos en el laboratorio (LPP)
y la forma en que se utilizan los datos obtenidos, la información
arqueológica, las fuentes etnohistóricas y el trabajo etnográfico,
para proponer una interpretación de la manera en que las
sociedades pasadas usaban las plantas para su subsistencia y en las
condiciones ambientales en las que vivieron.
Nos parece necesario reiterar que los restos de origen
botánico tienen el mismo valor arqueológico que una pirámide,
tumba, cerámica, lítica, entre otros, ya que son producto de las
actividades humanas y estas forman parte de una cultura y por ello
son patrimonio cultural.
RECONSTRUYENDO LA SUBSISTENCIA HUMANA Y EL AMBIENTE EN ÉPOCAS ANTIGUAS

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PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

CAPÍTULO 4
Patrimonio cultural microscópico: los
fitolitos restos botánicos en contextos
arqueológicos

Judith Zurita Noguera


Laboratorio de Fitolitos

87
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
88
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

Introducción

E
n general cuando hablamos del patrimonio cultural
arqueológico en nuestro país, se suele considerar que este
únicamente incluye los edificios que conforman un sitio
arqueológico, pintura mural, las vasijas con decoración muy
elaborada, etcétera, sin tomar en consideración otros materiales
arqueológicos por ser elementos de naturaleza biológica.
Por ejemplo, los restos botánicos recuperados de contextos
arqueológicos constituyen una fuente de información fundamental
acerca de diversos aspectos de la vida de las poblaciones. Las plantas
no sólo son alimento, sino también tienen un papel primordial en
las actividades sociales y ceremoniales, como elemento relevante
en la diferenciación social, en el ritual y en la mitología (Zurita y
Lane Rodríguez 1995).
El conocimiento sobre la forma de vida, dieta y entorno
natural de antiguas poblaciones es un tema fundamental cuando
se investiga una población ya desaparecida, es primordial entender
la estrategia de subsistencia que desarrolló para satisfacer
sus necesidades alimenticias. La manera en que obtenían sus
alimentos, por ejemplo, pudo ser a través del cultivo de hortalizas
domésticas o a partir de la recolección de plantas silvestres, lo
que deriva en un tipo de organización social completamente
diferente. De la misma forma que los restos botánicos recuperados
en contextos arqueológicos reflejan actividades cotidianas como
almacenamiento, preparación y consumo de alimentos; las
plantas dan información sobre medicamentos, vestido, materiales
constructivos o incluso combustible. También sirven para la
fabricación de artículos como cestos, tejidos, platos, etcétera que
son parte del patrimonio cultural tangible así como aquellas que
indican actividades ceremoniales con un significado simbólico,
esto es, plantas domésticas o silvestres relacionadas con el culto
religioso que fueron usadas en ritos y ceremonias, y que forman
parte del patrimonio intangible.
Por otra parte, otros restos botánicos mostrarán la vegetación
del área, antes y después del abandono del sitio, plantas que
pudieron haber estado almacenadas y que se desecharon, y

89
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
90

finalmente las plantas que forman el relleno, que pueden reflejar


materiales constructivos de paredes y techos derrumbados. De
esta forma, cada tipo de material botánico detectado estará
representando diversas actividades.
Así por ejemplo, el sistema agrícola que tuvo una comunidad
humana en el pasado muestra característica específicas
directamente derivadas de su entorno natural y las características
de las plantas que seleccionaron para alimentarse, ya que cada
grupo de plantas requiere de técnicas agrícolas e instrumentos
especialmente dirigidos para su cultivo. Lo cual resultaría en una
estrategia de subsistencia específica, que es de gran importancia
en la definición del carácter de su organización social y tecnología.

¿Qué son los fitolitos y para qué nos sirven?


Como se menciona anteriormente, los restos botánicos recuperados
de contextos arqueológicos constituyen una fuente de información
en diversos aspectos de la vida de las poblaciones, el estudio de estos
materiales es el objetivo de la Paleoetnobotánica, disciplina que
se encarga del análisis e interpretación de la relación directa entre
humanos y plantas para cualquier propósito como se manifiesta
en el registro arqueológico (Pearsall, 2000). La recuperación de los
restos botánicos se realiza a través de técnicas arqueobotánicas,
como el análisis de macrorrestos esto es restos de plantas que se
pueden ver a simple vista (macroscópicos) como semillas, maderas
y el estudio de restos botánicos microscópicos sólo observados a Figura 4.1. Fragmentos de
través de un microscopio, como la palinología que es el estudio del tejido vegetal silicificado
polen y esporas, y el análisis de fitolitos cristales de sílice que se de Poaceas (gramíneas) A)
células largas y estomas B)
forman en la epidermis de las plantas que se recuperan a través de Poaceas silvestres parcialmente
excavaciones en contextos arqueológicos (figura 4.1). El análisis de quemada (gramíneas) y C)
fitolitos consiste en la “identificación e interpretación de cuerpos Fitolito panocoide Poacea.
opalinos de sílice (Pearsall 2000: 249).

A B C
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

El interés en los fitolitos se inicia en el siglo XIX cuando


algunos botánicos como Ehrenberg, al estudiar los tejidos de
plantas, notaron una serie de partículas con estructura cristalina
parecida a la del ópalo incluido en el tejido (Piperno 1988, 2006).
Posteriormente pudieron determinar que estos cristales, de formas
variadas, eran células vegetales que se habían mineralizado, por lo
que las llamaron fitolitos, o plantas de piedra (fitos = planta, litos
= piedra).
Los fitolitos presentan una estructura cristalina similar a la
de ópalo. Se forman por la precipitación de sílice disuelto en agua
que después las plantas absorben del suelo. El sílice se deposita
principalmente en los espacios intercelulares de tejido epidérmico
de hojas, tallos y raíces. Al depositarse, esta sustancia toma la forma
de las células que recubre y encapsula. Estas partículas resultantes
presentan formas distintivas y se conservan en el suelo, cuando la
materia orgánica de la planta donde se formaron desapareció.
No todas las plantas producen fitolitos. Su producción está
asociada a tendencias evolutivas y su agrupación. Algunas plantas
como las poáceas (gramíneas) y otras monocotiledóneas producen
grandes cantidades de fitolitos, mientras otras como las solanáceas
(tomate, café) no los producen.
Piperno (2006) considera que la historia del análisis de
fitolitos tiene cuatro etapas principales, a partir del trabajo de
Stueve en 1835 quien reporta por primera vez la existencia de
cristales de sílice en el tejido vegetal. Posteriormente Ehrenberg,
quien los nombra e inicia su estudio científico, desarrolla la primera
clasificación sistemática de fitolitos y determina su presencia en
suelos a partir de muestras colectadas en el viaje de Darwin en el
HMS Beagle en el Cabo de las Islas Verdes.
Para finales del siglo XIX y hasta la tercera década del siglo XX
se da una etapa de intensa investigación botánica, especialmente
en Europa donde se reconocen e investigan la producción,
taxonomía y morfología de los fitolitos, especial interés en el tipo
de estructuras y familias que contienen sílice.
Posteriormente a partir de los años cincuenta, con la
consolidación e inicio de la investigación ecológica se inicia la
aplicación del análisis de fitolitos en paleoecología, principalmente

91
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
92

en Australia, Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia. En ese


momento, se da énfasis principalmente al desarrollo de sistemas
de clasificación de fitolitos al interior de las familias de plantas. No
es sino hasta mediados de los setenta que empieza la aplicación en
la investigación arqueológica y paleoambiental.
Se inicia esta aplicación por parte de arqueobotánicos
con estudios enfocados al uso prehistórico de las plantas y su
domesticación; entre ellos el estudio de fitolitos presentes en arcilla
para cerámica y la identificación de plantas para la reconstrucción
medioambiental. Se desarrollan colecciones de referencia y bases
de datos para su identificación.
Primordialmente el estudio de fitolitos se dirigió a estudios
edafológicos, ya que se detectaron fitolitos que al tener su origen
en plantas, representaban antiguas vegetaciones, lo que llevó
a tomar en cuenta el estudio de estos fósiles biogenéticos en
investigaciones referentes a la historia florística, origen y desarrollo
de suelos, además de estudios paleoambientales en diversas
regiones. No fue sino hasta hace relativamente pocos años, que
se comenzó aplicar el análisis de fitolitos a muestras de suelos
provenientes de excavaciones arqueológicas.
Los fitolitos recuperados de las muestras de suelos en
contextos arqueológicos, permiten la identificación de vegetación
existente en el pasado. La recuperación, identificación y análisis de
los fitolitos provee información entre otras cosas para determinar
patrones de subsistencia, dieta, desarrollo de técnicas agrícolas,
uso de plantas, identificación y reconstrucción de antiguas
vegetaciones (Piperno 1988). Dicho análisis es especialmente
eficiente en condiciones donde hay una improductiva preservación
de macrorrestos; es decir, cuando no hay “materiales botánicos
visibles directamente” ni polen ni “granos de polen producidos por
las plantas con semillas” (Pearsall 2000: 11, 249).
El Laboratorio de Fitolitos del iia, se ha dedicado
principalmente a colaborar en proyectos de investigación con
interés en la aplicación del análisis de fitolitos a todas aquellas
actividades humanas relacionadas con plantas. El objetivo del
laboratorio es la aplicación del análisis de fitolitos enfocado
principalmente a la identificación de restos botánicos presentes
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

en contextos arqueológicos, con base en estudio de muestras


de suelos obtenidas durante excavaciones arqueológicas y otros
residuos presentes en artefactos de molienda. Al mismo tiempo,
investigar e interpretar el uso de plantas en el pasado, como fuente
de alimentos, su rol en las actividades sociales y ceremoniales así
como elementos relevantes en la determinación de diferenciación
social, el ritual y la mitología.
La recuperación e identificación de restos botánicos es un
procedimiento minucioso, y es un paso preliminar en el estudio e
interpretación de los materiales botánicos. La interpretación de los
datos obtenidos no sólo implica el examen de material, sino también
el análisis de este y su asociación con otros materiales recuperados
en los contextos arqueológicos. Así también, para lograr una buena
interpretación, es necesario contar con información referente a la
estratigrafía general del sitio, la datación y al contexto particular de
la estructura donde se recuperó el material botánico.
Por otra parte, para una buena interpretación de la
información botánica se requiere el estudio profundo del paisaje
natural contemporáneo, para lo cual se recolecta vegetación
actual, información etnográfica y etnohistórica del sitio, así como
datos comparativos de referencia, por lo que la participación del
laboratorio en proyectos de investigación implica. la colaboración
en el diseño y elaboración de proyectos de investigación
arqueológica, donde se aplique el análisis de fitolitos. En tales
casos, se proporciona la asesoría necesaria para la planeación
de estrategias de muestreo en excavaciones arqueológicas y la
participación en trabajo de campo.
Es necesario también contar con información etnobotánica,
etnohistórica y nutricional, que permitan mejorar el entendimiento
de uso y aprovechamiento de las plantas. Los resultados permitirán
una mejor interpretación de los materiales, además de la posible
inclusión de estas técnicas de estudio arqueobotánicas en acción
conjunta con otras especialidades de la antropología cómo la
etnología y la antropología física.

93
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
94

Trabajo de campo
Dadas las características de las diferentes formas de deposición de
los materiales botánicos, así como, del tipo de transformaciones
que pueden sufrir los sitios arqueológicos después de su abandono,
es necesario que desde el inicio del proyecto arqueológico exista
una estrecha colaboración entre el investigador y el especialista en
la técnica arqueobotánica que se va a aplicar. Esto es con el objeto
de planear de antemano la forma cómo se realizará el muestreo
para la mejor recuperación de restos botánicos provenientes de las
excavaciones.
Por otra parte, durante el desarrollo de la excavación, se
debe dar seguimiento a todo el proceso de muestreo según las
características que vaya presentando el contexto arqueológico,
ya que los restos botánicos se depositan y preservan de acuerdo
con las características físicas y químicas particulares del suelo. De
este modo, se toman muestras de contextos arqueológicos, como
pisos, huellas de postes, fogones, fosas, basureros, entierros,
etcétera, además de hacer un muestreo de cada una de las capas
estratigráficas de los perfiles de las diversas unidades de excavación.
En perfiles las muestras se tomarán de los estratos que
se encuentren mejor representados en la estratigrafía del área
excavada, tomando de cada una de las capas, con todas las
precauciones necesarias en lo que se refiere a muestras de
microrrestos (lavado de cucharillas con agua destilada, ausencia
de viento, y en sobres de papel sellados). En cuanto al muestreo
de pisos, se traza una cuadrícula (en cuadros de 50 cm2) en el
área donde se tomarán las muestras cubriendo la extensión total
del piso, muestrando cuadros alternados o por la totalidad de los
mismos. Durante el muestreo es necesario registrar todos los datos
acerca de la procedencia, tales como profundidad, capa, asociación
con rasgos específicos, etcétera.
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

Trabajo de laboratorio
La recuperación de fitolitos se lleva a cabo a través de procesos
físico-químicos de limpieza de muestra y flotación de fitolitos en
líquido pesado (Ioduro de Zinc). Se revisan las preparaciones en
microscopio óptico, para determinar la presencia o ausencia de
fitolitos y su identificación. Se hacen conteos de 200 fitolitos por
muestra.
Una vez en el laboratorio, las muestras se tratan con baños
sucesivos de agua destilada, ácido clorhídrico al 15%, ácido nítrico,
peróxido al 30% pirofosfato de sodio con el fin de eliminar materia
orgánica, y cualquier otro material con peso menor a 2.3, que es
la densidad específica de los fitolitos. Este tratamiento también
permite romper cúmulos de material y eliminar carbonatos.
Posteriormente, el sedimento es flotado en bromuro de zinc
o bromoformo, calibrado a una densidad especifica de 2.3.
Los fitolitos obtenidos se montan en porta y cubreobjetos con
bálsamo de Canadá. Se revisan al microscopio para determinar la
presencia y ausencia de fitolitos de diversas especies haciendo las
identificaciones y conteos respectivos.
Con los resultados obtenidos de la revisión en microscopio
e identificación de fitolitos diagnósticos de familias, géneros y
especies de plantas, se elaboran tablas de frecuencia de éstos. A
partir de la información del contexto arqueológico y del auxilio de
información botánica, etnobotánica y etnohistórica será posible
determinar el uso y características de las plantas identificadas,
como base para su interpretación sociocultural.
Por otra parte, es necesario comparar los resultados con la
lista de plantas actuales recolectadas en los alrededores del sitio,
con el fin de contar con material comparativo que permita detectar
cambios en la vegetación, después del abandono del sitio.
Además en el laboratorio se han elaborado investigaciones
enfocadas al desarrollo de análisis de fitolitos empleado como
técnica arqueobotánica, por medio de colección de referencia de
fitolitos de plantas actuales, con el fin de contar con elementos
comparativos para la identificación de los mismos.

95
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
96

Entre las aplicaciones en contextos arqueológicos del análisis


de fitolitos destacan el estudio de condiciones paleoambientales
y alteración del paleopaisaje, uso y explotación de plantas
silvestres, origen de la agricultura proceso de domesticación,
subsistencia y dieta prehispánicas, técnicas agrícolas, definición de
áreas de actividad, técnicas de cestería y fabricación de cuerdas,
identificación de plantas usadas como materiales constructivos,
estudio de artefactos de molienda a través de la recuperación e Fig. 4.2. Esquema de trabajo
identificación de restos botánicos y otros residuos, función de Laboratorio de Fitolitos
cerámica y herramientas de piedra (figura 4.2). A continuación se Instituto de Investigaciones
presentan algunos ejemplos de la aplicación del análisis de fitolitos Antropológicas, UNAM (tomado
en contextos arqueológicos. de Zurita y Reyes en prensa).
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

Análisis de Fitolitos dentro del Proyecto


Arqueológico San Lorenzo
En 1990 se inician los trabajos del proyecto Arqueológico San
Lorenzo con el objetivo de estudiar “el uso diferencial del espacio a
través del tiempo” en el sitio de San Lorenzo y su entorno (Cyphers
1997). Dando énfasis en el diseño y concepción del proyecto, de
una perspectiva multi e interdisciplinaria, a través de la formación
de un equipo de especialistas, que ha permitido estudiar de manera
global todos los aspectos que permiten caracterizar y explicar el
desarrollo de San Lorenzo, tanto a nivel residencial, comunitario
como regional.
Por lo que dentro del Proyecto Arqueológico San Lorenzo,
se ha hecho especial hincapié en el estudio de restos botánicos
a través de diversas técnicas arqueobotánicas. La aplicación de la
Paleoetnobotánica ha tenido como objetivo general la identificación
y caracterización de estrategias de subsistencia y dieta, así como la
reconstrucción del paleopaisaje de San Lorenzo.
Los olmecas tenían un conocimiento profundo de su entorno
natural, lo cual era de fundamental importancia para su forma
de vida que dependía en gran medida de este para satisfacer
sus necesidades primordiales, tales como alimento, vestido,
herramientas y habitación. En el caso de esta cultura prehispánica o
cualquier otra, es esencial entender como los antiguos moradores
obtenían todo lo necesario para satisfacer estas necesidades. Para
los habitantes de la primera capital olmeca de San Lorenzo ubicada
en la costa del Golfo de México, las plantas estaban relacionadas
con casi todos los aspectos de su vida, teniendo un rol primordial
en actividades sociales y ceremoniales.
Las excavaciones realizadas en diversos contextos
arqueológicos de San Lorenzo, han arrojado una importante
muestra botánica de las áreas domésticas, ceremoniales y
productivas. Las muestras se obtuvieron a través de la estrategia
exhaustiva antes mencionada, para la toma de muestras que se
aplicaron en todos los contextos excavados en siete temporadas
de campo en San Lorenzo (1990-1996). Esta estrategia de tres
puntos fue diseñada para hacer comparables los resultados de

97
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
98

los tres estudios botánicos ya que se tomaron muestras de polen,


macrorrestos y fitolitos de pisos, rasgos, fosas, basureros, entierros
y demás del mismo contexto arqueológico además de muestrear
los cortes estratigráficos (Zurita, 1997).
La recuperación de fitolitos ha proporcionado información
relevante a problemáticas específicas de la investigación. En el
caso de las estrategias de subsistencia y dieta de los Olmecas, el
análisis de 11 contextos primarios determinó la presencia de 21
cúpulas de maíz carbonizadas y fitolitos diagnósticos de maíz en
contextos fechados para la fase San Lorenzo B (1400-1000 aC). Ha
sido relevante no encontrar evidencia de maíz en las fases pre San
Lorenzo (Zurita-Noguera y Rodríguez 2004). Esta evidencia sugiere
que la dieta en los periodos más antiguos no debió estar basada
en el maíz (Zurita-Noguera y Rodríguez 2004, Cyphers, Zurita y
Rodríguez 2013)
Por otra parte, para la fase San Lorenzo, también se han
identificado fitolitos característicos de frijol (Phaseolus sp) y calabaza
(Cucurbita sp). Esta evidencia se corroboró con las muestras de
macrorrestos de los mismos contextos, en donde se encontraron
semillas de maíz y frijol fechadas para el periodo Preclásico Inferior.
Además se han identificado fitolitos de yuca (figura 4.3), en algunos
contextos que sugieren que este tubérculo pudo ser la alternativa
alimenticia en los periodos más antiguos de San Lorenzo, (Cyphers,
Zurita y Rodríguez 2013).
En cuanto a la reconstrucción del paleopaisaje de San
Lorenzo se identificaron fitolitos de gramíneas (Poáceas) del tipo
panocoide y bulifome indicativos de un alto grado de humedad,
así como de fitolitos de las familias de la palma (Arecáceas)
compuestas (Asteráceas). La presencia de estas familias se
confirmó paralelamente en el estudio palinológico (Cyphers, Zurita
y Rodríguez 2013).
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

A B

Fig. 4.3. A) Yuca (Manihiot sp.) B) Además se hallaron fitolitos de las familias: marantáceas
fitolito de yuca (Manihiot sp.). (Marantaceae) y ciperáceas (Cyperaceae). Esta combinación de
familias de plantas, sugiere la presencia de vegetación característica
de popal diagnóstica de aéreas aledañas a pantanos y agua
estancada que se asocia generalmente al bosque tropical o selva
tropical (Miranda 1958; Rzedowski 1981).
Lo anterior se confirma por la presencia de granos de polen
de las familias Anacardiácea (Astronium sp), Bignoniácea, Fabácea,
Myrtacea (Myrcia sp y Psidium sp), Euphorbiacea, Rubiacea.
(Psichotria) Sapotacea, Tifácea, y Convolvulacea, elementos de
vegetación que crece a orillas de ríos o ripiara: Betulaceas (Alnus
sp) (Ibarra, 2013)
En contextos anegados se tiene una excelente preservación
de los restos botánicos. De este modo se identificaron fitolitos
de Ciperáceas (Cyperaceae) que pueden indicar la fabricación de
cestería y cuerdas. Por otra parte, se recuperó un pequeño trozo de
cuerda, del que se extrajeron fitolitos que permitieron identificar
el material como palma (Arecaceae) (Cyphers, Zurita y Rodríguez
2013).
Es importante destacar que se han realizado estudios de
varios contextos especiales. El primero es el análisis de fitolitos del
contexto del monumento 112 de San Lorenzo, que es muy importante
porque la escultura estaba sellada por restos arquitectónicos que
fecha entre 1400 y 1000 a. C.). El objetivo de estudio particular es
determinar la distribución y uso de recursos vegetales asociados
al contexto del monumento, con el fin de recuperar información
pertinente a las actividades realizadas en esta estructura, así como
técnicas constructivas usadas (Zurita, 2009).

99
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
100

Las muestras analizadas provienen de la serie de pisos


presentes en los cuartos y del muro que sellan el monumento
durante las diferentes etapas constructivas de la estructura. Las
muestras analizadas permitieron identificar altas frecuencias
de fitolitos de palma (Acrocomia mexicana). Esta gran presencia
en los pisos indica que los fitolitos cayeron a estas superficies
ocupacionales al caer la palma utilizada para techar la estructura
(Zurita, 2009).
El segundo consiste en el análisis de fitolitos y polen de los
montículos de tierra, llamados islotes, que fueron construidos en la
planicie aluvial al norte de la meseta de San Lorenzo. De las grandes
llanuras aluviales que rodean la Isla de San Lorenzo, la porción que
se encuentra al norte y noroeste constituye un área clave para las
actividades de subsistencia olmeca, dada la gran concentración de
abundantes y variados recursos (figura 4.4). Es importante hacer
notar que San Lorenzo, ubicado sobre una meseta rodeada de ríos
y arroyos en la temporada de lluvia, se convierte en una isla.

Figura 4.4. Plano de la isla de


San Lorenzo y la llanura norte
en donde se encuentra una alta
concentración de islotes (pequeños
puntos negros). (Proyecto
Arqueológico San Lorenzo, cortesía
de Dra. Ann Cyphers).
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

La eco zona que constituye la planicie aluvial norte (figura


4.5), se caracterizaba por la más alta retención de agua en el área
inmediato a San Lorenzo y por ser la última porción alrededor de
la isla en secarse. (Cyphers, Zurita y Rodríguez 2013; Ibarra, 2013).

Figura 4.5. Isla de San Lorenzo Los islotes mostraron recurrentemente fogones alargados
en la temporada de lluvias al centro de cada uno (Figura 4.6A). Se llevó a cabo el análisis de
y la de secas (Proyecto fitolitos de los sedimentos del interior y alrededor de los mismos
Arqueológico San Lorenzo, para intentar determinar su función. La evidencia derivada del
cortesía de Dra. Ann Cyphers).
análisis de fitolitos indican una vegetación riparia, que incluye
palmas (generalmente palma yagua Scheelea liebmannii) y
Figura 4.6. A) Fogones al interior
de un islote planicie norte de San palma de coyol real (Acrocomia mexicana) alguna vez múltiples
Lorenzo B) Tejido carbonizado de cursos de agua y vegetación de popal cubrieron este humedal de
palma (Arecaceae) recuperado acuerdo con nuestros análisis (Zurita 1997, 2010; Cyphers, Zurita
del interior de fogones. y Lane Rodríguez, 2013). Los fitolitos identificados indican que el
(Proyecto Arqueológico San combustible en estos fogones fue la palma, (Acrocomia mexicana)
Lorenzo, cortesía de Dra. Ann
Cyphers). (Figura 4.6B).

A B

101
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
102

Esto, en conjunto con otros análisis bioquímicos de ácidos


grasos, permitió saber que los fogones se utilizaron para el ahumado
de pescado y otros recursos (Cyphers, Zurita y Lane Rodríguez,
2013; Casio et al., 2013).
Los estudios paleoetnobiológicos en San Lorenzo reportaron
valiosa información sobre diversos aspectos de la vida de los
olmecas, que han redituado importantes conocimientos del medio
ambiente antiguo y la subsistencia olmeca lo que es primordial para
entender las actividades sociales y ceremoniales de esta cultura.

Análisis de fitolitos recuperados de metates


provenientes de Teopancazco, Teotihuacan.
La aplicación del análisis de fitolitos dentro del proyecto
interdisciplinario “Teotihuacan: elite y gobierno”, dirigido por la Dra.
Linda R. Manzanilla desde 1997, se ha enfocado a la recuperación
de información básica en la reconstrucción de patrones dietéticos,
así como definir el uso diferencial de los metates en contextos de
elite domésticos y no domésticos en este centro de barrio dedicado
a actividades artesanales.
Manzanilla considera que los centros de los barrios podrían ser
nodos para la organización de la mano de obra multiétnica, dirigida
ésta a la producción artesanal muy especializada en manos de las
elites intermedias. Una de las características de los centros de barrio
es que presenta un componente ritual fuerte, uno administrativo y
uno artesanal. Otra característica es que los centros de barrio no
tienen áreas de preparación de alimentos como las que presentan
los conjuntos multifamiliares teotihuacanos (Manzanilla, 2012 b).
Teopancazco fue un centro de barrio en la porción sureste
de Teotihuacan, fundado para el periodo Tlamimilolpa, consagrado
a la manufactura de atavíos y tocados para la elite teotihuacana,
particularmente para sacerdotes, y probablemente para guerreros
(Manzanilla 2006; Ortiz, 2015). Este sitio fue uno de los dos sitios
en los que se centró el proyecto interdisciplinario “Teotihuacan:
elite y gobierno”, dirigido por Linda Manzanilla desde 1997.
El estudio de los metates de Teopancazco se origina con la
idea de que éste era un conjunto residencial de clase media-alta,
y por lo tanto, los metates reflejaban las actividades domésticas
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

de procesamiento de alimentos, por lo que el análisis de fitolitos


de estos artefactos tenía como objetivo la identificación de
especies de plantas económicamente importantes, para contribuir
a la recuperación de información básica en la reconstrucción de
patrones dietéticos y evidencia del uso de plantas domésticas como
el maíz (Zurita y Reyes, en prensa).
Se estudiaron originalmente siete metates provenientes
de contextos arqueológicos sellados de Teopancazco; fueron
empacados en el momento de su recuperación y no se lavaron. Una
vez en el laboratorio, se procedió a recuperar la tierra adherida a la
superficie de uso de los metates (figura 4.7).

Figura 4.7. Proceso de laboratorio


para la obtención de muestras para
la extracción de fitolitos y residuos
químicos en la superficie de metates
a-c) recuperación de tierra de la
superficie. d-f) lavado con agua
destilada y cepillado para obtener
la tierra adherida a los poros de la
piedra. g) evaporación del agua en
el sedimento en horno de secado.
(Tomado de Zurita y Reyes en prensa).

103
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
104

La recuperación de fitolitos de cada uno de los metates se


presentó con variaciones en cuanto a cantidad y tipo de material
botánico. Se consideró que para definir el uso en actividades
relacionadas con el procesamiento de alimentos debía presentar
evidencia de maíz, el cual se determinó por la presencia combinada
de fitolitos cruciformes y redondeados que se presentan en los
olotes de este cultivo en cinco de los artefactos.
A partir de los resultados de la aplicación del análisis de
fitolitos, se detectaron en dos de los metates, residuos químicos que
normalmente no se encuentran en las muestras de fitolitos. Por lo
que se analizaron el total de metates provenientes de Teopancazco,
(sesenta). De los cuales solo cinco presentaron evidencia de uso
doméstico. La investigación reforzó la idea de que en el sitio
había un componente artesanal muy fuerte, particularmente
en dos sectores denominados “sastrerías”: el sector oriental y el
septentrional. Donde varios metates hallados allí presentan restos
de fibras, estuco, pigmentos y otros elementos evidentemente
relacionados con actividades artesanales y no con la preparación
de alimentos (Zurita y Reyes, en prensa).
El análisis de los fitolitos se enfocó a la recuperación tanto
de información básica en la reconstrucción de patrones dietéticos,
así como en definir el uso diferencial de los metates en contextos
de elite domésticos y no domésticos en el centro de barrio de
Teopancazco dedicado a actividades artesanales.
La metodología seguida en el estudio original, no permitía que
se conociera el tipo de contexto del que provenía específicamente
cada uno de los metates. Esta condición tenía el objetivo de
constatar la efectividad de la aplicación del análisis de fitolitos para
determinar el tipo de plantas procesadas en ellos. Al comparar los
resultados con los contextos a los que pertenecían los artefactos, se
pudo definir con exactitud cuáles provenían de áreas domésticas,
y en el caso de aquellos con residuos químicos, fibras y estuco se
comprobó que estaban asociados a actividades artesanales (Zurita
y Reyes, en prensa) (figura 4.8).
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

Los resultados del análisis de fitolitos de metates relacionados


Figura 4.8. Residuos de
con la preparación de alimentos se encuentran ubicados en una
carbón, pigmento rojo y fibras
en la superficie de metates hilera de cuartos periféricos en el extremo norte del conjunto,
provenientes de Teopancazco asociados a áreas de actividad de almacenamiento y calentamiento
(tomado de Zurita y Reyes en de alimentos (figura 4.9). Estos metates presentan entre otros,
prensa). fitolitos diagnósticos de maíz (Zea mays), calabaza (Cucurbita sp) y
frijol (Phaseolus vulgaris), lo que permite concluir que se trata de
metates usados en actividades relacionadas con la preparación de
alimentos. También se identificaron fitolitos indicativos de encino
(Quercus sp) y fitolitos de vegetación arbórea, probablemente
pino (Pinus sp), aunque sólo representan el 1 % de los fitolitos
contabilizados y pueden estar representando materiales usados
como combustible.

105
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
106

Figura 4.9. Distribución de


artefactos de molienda en el
Periodo Xolalpan Medio (plano
dibujado por Manzanilla, Nicolás
y Ortiz, tomado de Ortiz 2015).

Generalmente se considera que los metates recuperados


en contextos arqueológicos están asociados a actividades
relacionadas con la preparación de alimentos. Al procesar las
muestras de metates procedentes de Teopancazco, asumimos
que los fitolitos adheridos a estos representarían mayormente
especies de plantas comestibles, que serían probablemente las
más procesadas en estos artefactos. Sin embargo, se observó la
presencia de residuos químicos y fibras de plantas no comestibles
en metates asociados a contextos de actividades artesanales (Figura
4.10). Por lo que, en colaboración con el químico Manuel Reyes
se desarrolló una metodología para la detección e identificación
de residuos químicos en metates utilizados en actividades no
relacionadas con la preparación de alimentos. Al poder precisar el
uso en actividades domésticas y no domésticas de estos artefactos
comprueba la variedad de funciones que tenían y contribuye a la
mejor caracterización de los contextos de los que provienen.
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

De los metates recobrados en el sector oriental y septentrional


de Teopancazco, especialmente en metates del periodo Xolalpan
Tardío, se recuperaron residuos químicos (pigmento, cal, estuco,
carbón, fragmentos de mica, arcilla aglutinada, resina).

El pigmento rojo identificado bajo el microscopio de luz


Figura 4.10. Metate usado
en actividades artesanales polarizada como óxido de hierro, hemetita y Laca Shelacc, la cual no
del periodo Xolalpan Medio es producida por un árbol sino es excretada por el insecto Laccifer
(Proyecto Teotihuacan: elite (Tachardia lacca), orden Homeoptera, familia Coccidae usados en
y gobierno, cortesía de Dra. la manufactura de pintura y otros elementos para la decoración de
Linda R. Manzanilla. Fotografía
vestimentas.
de Rogelio Santiago).
Los resultados de análisis de fitolitos y residuos químicos
en artefactos de molienda, refuerzan las conclusiones obtenidas
por los estudios restos orgánicos no humanos desarrollados
por especialistas de otras disciplinas que han coadyuvado a
definir a Teopancazco como centro de barrio caracterizado
por un componente ritual (plaza con altar y templo), evidencia
de componentes administrativo (por la presencia de sellos y
contenedores encontrados en el sitio), certidumbre de que en el
sitio se detecta un trabajo artesanal especializado (materia prima,
herramientas y productos terminados), la carencia de espacios
destinados para la preparación de alimentos y la existencia de un
espacio abierto multifuncional (Zurita et al., 2013 y Zurita et al., en
prensa; Manzanilla ed. en prensa).

107
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
108

Conclusión
Si definimos el patrimonio cultural de una comunidad como la
herencia que recibe del pasado, que se mantiene hasta la actualidad
y que se transmite a las generaciones presentes y futuras, podemos
considerar la importancia que los estudios arqueológicos tienen
para conocer las tradiciones de aquellos pueblos ya desaparecidos
de los que sólo contamos con restos materiales.
Estudiar, identificar y clasificar estos restos materiales nos
revela su valor para la cultura de un pueblo o de una región, por lo
que es necesario salvaguardar y protegerlos para que se preserven
para las generaciones futuras. Como se ha señalado antes, los
restos arqueológicos no sólo incluyen instrumentos, objetos,
artefactos, edificios y espacios culturales, sino también todos los
materiales botánicos que nos permiten conocer cómo vivió una
comunidad en un determinado entorno, cómo se dio su interacción
con la naturaleza, tanto en la vida cotidiana como en la actividad
ceremonial, ritual y simbólica. Como se vio más arriba saber qué
tipo de vegetación fue usada, cómo y con qué propósito permite
tener información relevante en el estudio de los valores y prácticas
económicas, organización social y creencias religiosas. Por lo que
cualquier resto botánico macro o microscópico que sea recuperado
de un contexto arqueológico es relevante para entender una
comunidad ya desaparecida.
Es importante considerar que ninguna técnica arquebotánica
por sí sola responderá a las interrogantes que nos hacemos sobre
la vida diaria de las antiguas poblaciones humanas, es necesario
el trabajo en conjunto con otros especialistas en la recuperación
de restos botánicos para complementar la información obtenida.
Así mismo, el trabajo interdisciplinario y multidisciplinario,
proporcionará una mejor comprensión de las comunidades
antiguas. Por lo que considero que una eficiente aplicación del
análisis de fitolitos en proyectos de investigación debe ser en los
siguientes términos:
1) Colaborando en el diseño y elaboración de proyectos de
investigación arqueológica donde se aplique el análisis de fitolitos,
a través de asesorías en la planeación de estrategias de muestreo
en excavaciones arqueológicas y participación en trabajo de campo.
PATRIMONIO CULTURAL MICROSCÓPICO: LOS FITOLITOS RESTOS BOTÁNICOS DE CONTEXTOS ARQUEOLÓGICOS

2) Desarrollo de investigaciones y proyectos para el desarrollo


del Análisis de Fitolito como técnica arqueobotánica. Esto al través
de:
a) Desarrollo de colecciones comparativas para la
identificación de fitolitos.
b) Desarrollo de procedimientos y técnicas de laboratorio
para hacer más efectiva la aplicación del análisis de fitolitos.
3) Estudios etnobotánicos, etnohistóricos y nutricionales
que permitan un mayor entendimiento del uso y aprovechamiento
de las plantas, lo cual posibilitará una mejor interpretación de los
materiales permitiendo además la participación en proyectos de
otras subdisciplinas de la antropología.

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Teopancazco Linda R. Manzanilla (Editora) Raúl Valadez Coordinador
Instituto de Investigaciones Antropológicas, Universidad Nacional
Autónoma de México, México.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

CAPÍTULO 5
Construyendo un camino con huesos: la
arqueozoología

Raúl Valadez Azúa y Bernardo Rodríguez Galicia


Laboratorio de Paleozoología

113
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
114
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

E
l hallazgo de huesos animales en un sitio arqueológico es
algo frecuente, incluso lo bastante para que muchas veces
se les trate con desdén pensando que no es más que fauna
de la zona que el hombre utilizaba para satisfacer sus
necesidades alimenticias. Dato sin duda correcto pero derivado de
un pensamiento erróneo, pues el que consideremos lógico que la
fauna de un sitio se involucra con su uso en otros tiempos, nada
tiene que ver con la enorme cantidad de información potencial que
puede obtenerse cuando el estudio de los huesos busca resolver
preguntas asociadas con una cultura antigua.

El estudio de los huesos antiguos y el


patrimonio cultural
Al momento en que un hueso, un diente, un caparazón o la concha
de un animal de tiempos prehispánicos entra a un esquema de
estudio, forzosamente nos involucramos con nuestro patrimonio
cultural de múltiples formas. En primera instancia lo biológico: la
especie a la que pertenece ¿existe aún en el sitio de hallazgo o
incluso en el país? ¿Ha cambiado su distribución como resultado de
modificaciones ambientales o de algo más? Ciertamente al tener
conocimiento de las especies que existieron en un determinado sitio
y momento, de inmediato se piensa en cuánto se ha modificado el
ambiente, y el conocimiento sobre nuestro territorio, sus recursos
y los cambios, constituye parte de nuestro legado y patrimonio
como mexicanos.
En segundo lugar, conforme vamos estudiando este material,
podemos también constatar la forma como el organismo estaba
involucrado con la cultura asociada, condición que también lleva
a preguntas tales como ¿quiénes lo utilizaban?, ¿de qué forma lo
hacían?, ¿para qué y cuándo? ¿eso ha cambiado con el tiempo?
Entender todo esto permite crear una línea de tiempo y saber
hasta dónde el recurso animal ha sido parte de un estilo de vida,
de concebir el mundo y asímismo saber en qué medida esto se ha
conservado hasta el presente, por ejemplo, al criar guajolotes, al
escuchar el trino de las aves, al paladear la miel, al consumir insectos
como los saltamontes o al ver un telar con representaciones de

115
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
116

animales. Por todo ello, el estudio de los restos faunísticos en un


sitio arqueológico es el estudio mismo de una parte de nuestra
herencia cultural, de nuestro patrimonio.

Breves antecedentes históricos


Históricamente, la arqueozoología es un derivado de la paleontología,
ciencia que apareció formalmente a finales del siglo XVIII en Europa
(Pérez 2010). Durante el siglo XIX consolidó sus bases, derivándose
ramas como la paleobotánica y la paleozoología, esta última
involucrada con el estudio del hombre del pasado y la fauna con la
que interactuaba. Conforme avanzamos en el siglo XX se da lugar
a toda una corriente de investigación paleozoológica que busca
entender la forma como el hombre prehistórico interactuaba con
la fauna, buscando responder interrogantes como la desaparición
de la fauna pleistocénica o la forma como surgieron los animales
domésticos, para ello se elaboraron protocolos de investigación
específicos y centrados en el hueso animal. Dentro de la escuela
europea este campo de estudio poco a poco amplió sus horizontes
hacia las culturas antiguas, por lo que el prefijo “paleo” se igualó
con el de “arqueo”, es decir, paleozoología y arqueozoología.
Para el caso de México, ya desde el siglo XIX, vemos los
primeros estudios sistemáticos de fauna prehistórica y asociada a
monumentos prehispánicos (Pérez 2010). En 1867 se crea el Museo
Nacional, donde tenemos las áreas de arqueología y de prehistoria,
esta última, antecedente de la arqueozoología.
A inicios del siglo XX, Eduard Seler realiza estudios que
demuestran la relevancia de la presencia de animales en códices
para entender la relación entre fauna y hombre, es decir, en México
da comienzo la etnozoología. Posteriormente surgen investigaciones
biológicas e históricas cuyo objetivo es entender dicha relación
que parten de fuentes históricas del siglo XVI (Pérez 2010; Valadez
1992; Valadez y Mestre 1999), por lo que a mediados del siglo
XX existe toda una suerte de disciplinas y tendencias que buscan
comprender a través de diferentes Fuentes de información la forma
como el ser humano, y en particular las culturas prehispánicas,
conceptualizaban y aprovechaban el recurso animal.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Para la segunda mitad del siglo XX se formalizó el estudio


de los restos animales antiguos con el surgimiento de diversas
instituciones como el Instituto Nacional de Antropología (INA),
el Departamento de Prehistoria y finalmente el Laboratorio de
Paleozoología del Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) (Pérez 2010); no obstante el impulso de las corrientes
etnohistóricas-zoológicas fue lo bastante grande para que en
las últimas décadas del siglo XX todo arqueozoólogo mexicano
considerara inevitable que una investigación de esta rama incluyera
tanto información proveniente de los huesos y del contexto
arqueológico como de fuentes históricas (Valadez y Pérez 2011).
Simultáneamente, se incorporaron diversos métodos de estudio
de los huesos, desde la microscopia electrónica, hasta el ADN, que
convirtieron a la arqueozoología en un campo de investigación
interdisciplinaria en su planteamiento y ejecución, pero además
transdisciplinario en sus productos finales.

La ruta de la investigación arqueozoológica


Aunque en el presente aún es posible ver estudios denominados
“arqueozoológicos”, que se limitan a la lista de especies animales
presentes en un sitio arqueológico derivadas del estudio de los
huesos, en realidad se trata de tan solo el primer nivel de una
verdadera y formal investigación arqueozoológica (Figura 1)
(Valadez y Pérez 2011). Esto es importante recalcarlo, ya que
aún existen muchos arqueólogos en México que consideran a la
arqueozoología como una actividad que requiere sólo de una
superficial preparación, cuando en realidad constituye un esquema
de investigación multidimensional.
En particular vale destacar la imprescindible importancia de
la interacción entre información biológica y arqueológica con el
fin de comprender la asociación de los restos con los diferentes
contextos presentes (Valadez 2010), pues constituye el soporte
académico que permitirá ir acomodando, posteriormente, cada
conjunto de información que se vaya derivando de los diferentes
estudios realizados (Figura 5.1).

117
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
118

Primer nivel: el hueso como objeto de


estudio
El primer nivel de una ruta de investigación arqueozoológica
comprende al hueso como tal, pues es el elemento primario de
estudio. En este caso cada elemento óseo es trabajado de manera
independiente (Figura 5.1).
Pero aunque el trabajo de arqueozoología comprende Figura 5.1. La investigación
básicamente el estudio de los huesos y otras partes de origen arqueozoológica que en el
presente se realiza en el
animal que persisten en el contexto arqueológico, una verdadera
Instituto de Investigaciones
investigación de este ramo no puede limitarse a describir los restos Antropológicas de la Universidad
descubiertos o sólo limitarse a lo anatómico o taxonómico, pues Nacional Autónoma de México
debe explicar qué fue lo que les llevó al lugar de hallazgo, el uso consta de varios niveles. El
que se le dio al animal y/o sus partes, así como entender la relación primero comprende al hueso
como objeto de estudio
que existió entre el animal reconocido y las personas que habitaron
(Valadez y Pérez 2011).
el sitio.

Debido a ello un estudio arqueozoológico consta de varias


fases, desde lo que es el trabajo con el hueso mismo hasta la
integración de la información obtenida con la proveniente de otros
estudios.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

El primer nivel abarca al hueso como tal y significa observarlo


y reconocer, en primer término, qué hueso es, para posteriormente
saber a qué animal pertenece. Para realizar esto se emplean
colecciones de referencia y obras especializadas. Con frecuencia el
reconocimiento del tipo de hueso se relaciona de inmediato con la
especie, pues los detalles que van más allá de lo que involucra la
morfología de un fémur o una vértebra, tienen que ver con el tipo
de organismo al que perteneció.
Figura 5.2. Cráneo y mandíbulas Un hueso o una concha que se ha mantenido cientos o
de una comadreja (Mustela miles de años bajo tierra difícilmente aparecerán íntegros. Muy
frenata), en los que se
manifiestan señales de corte probablemente estarán rotos, con fracturas, rayados, tallados y es
que indican manipulación parte de la investigación determinar cuánto de esto es de origen
y el cráneo fue seccionado natural y cuanto de origen antrópico, pues el hueso fue un tipo
en la parte posterior. Estos de materia prima ideal para elaborar instrumentos, herramientas,
materiales aparecieron en un objetos diversos, también podemos encontrar marcas que se
entierro del Centro de Barrio
de Teopancazco (Manzanilla et relacionan con acciones de corte al momento de retirar piel,
al., 2011). (Fotografía de Rafael carne, tendones y ligamentos (Figura 5.2). A todo este conjunto de
Reyes). alteraciones les llamamos marcas tafonómicas.

119
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
120

Para ilustrar la relevancia de la observación consideremos los


materiales presentados en la Figura 5.2. En la imagen tenemos el
cráneo y los dentarios de un animal pequeño, de apenas unos 4 cm
de largo y que aparenta integridad completa, como sería el caso
de un animal que murió de forma natural y quedaron sus huesos
protegidos bajo tierra, sin embargo, en este se observan en la parte
trasera del cráneo, líneas delgadas y paralelas que posiblemente Figura 5.3. Placas de caparazón
de armadillo (Dasypus
hayan sido hechas con una navaja de obsidiana, marcas que indican
novemcinctus) descubiertas
que el occipital fue desprendido. Las características del cráneo, su en el centro de barrio de
tamaño y dentición permitieron determinar que se trató de una Teopancazco, Teotihuacan.
comadreja (Mustela frenata) adulta, de la cual se obtuvo el cráneo, Su hallazgo, en un espacio
mismo que se limpió, seccionándolo para limpiar su interior. Su dedicado a la manufactura, se
tomó como evidencia de que
ubicación, al interior de un entierro, permite considerar que se
se trataba de hueso trabajado,
empleó como parte de la vestimenta del difunto, quizá a manera sin embargo al revisarlas con
de un dije. cuidado se reconoció que
Para hacer un estudio adecuado de los restos, aun en los eran piezas naturales que se
esquemas más básicos, tan importante es la visión biológica como empleaban precisamente por
su llamativa forma. (Fotografía
la antropológica, y sobre todo, fusionar ambas, para así poder
de Rafael Reyes).
estudiarlos de forma integral y profunda.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Figura 5.4. Perra adulta,


Veamos otro ejemplo, en la Figura 5.3 tenemos unas piezas de
tipo común, descubierta en hueso simétricas, con forma rectangular y perforaciones las cuales
entierro del Formativo medio forman una figura interesante, la lógica antropológica nos dice que
en Huixtoco, Edo. de México se trata de hueso trabajado, sin embargo si pensamos desde la
(Valadez et al., 2004). Aunque el perspectiva biológica y revisamos la lista de mamíferos mexicanos,
animal se encontró en posición
anatómica y por tanto se pensó
veremos que el armadillo (Dasypus novemcinctus) posee un
que se había colocado para caparazón constituido por pequeñas placas simétricas, de formas
acompañar a humano muerto, el distintas pero agrupadas por regiones y que este tipo de piezas, las
análisis de los huesos mostró que mostradas en la Figura 3, justo son parte de un caparazón.
algunos tenían marcas de corte y
otros estaban cocidos o incluso
carbonizados. La conclusión
Otro tipo de modificación que podemos encontrar se
fue que la perra fue sacrificada, relaciona con la temperatura. Una de las principales razones para
desollada, descuartizada, cocida, utilizar a un animal para alimentarse y por lo mismo no son raros los
comida y después el esqueleto casos en que los huesos aparecen calcinados, quemados o cocidos;
armado, todo dentro de un rito en ellos la coloración y la textura permiten reconocer el esquema
asociado con los difuntos con los
que estaba asociado, pero que
de manejo al que se les expuso así, si se trata de un elemento óseo
abarcaba actos de consumo de cuya superficie se ve brillosa, uniforme, homogénea, como si se
la carne, junto con la colocación hubiera pulido, muy probablemente se trata de un hueso cocido en
del esqueleto, bien para emular agua o en un esquema de cocción lenta, tipo barbacoa o pibil, pero
al perro que serviría de guía o sí se ve con partes carbonizadas, de color negro o gris, y el hueso
como elemento protector en el
entierro (Fotografía de Rafael
tiene una consistencia más frágil, entonces lo más probable es que
Reyes). el animal haya sido expuesto al fuego directo.

121
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
122

Por último, en el presente existen diversos estudios


aprovechando la constitución química del hueso para poder obtener
de él información relevante. Por ejemplo, la cuantificación del
colágeno, constituyente proteico principal del hueso, es empleado
para determinar su antigüedad (no la edad del animal, sino el
tiempo transcurrido desde su muerte); el ADN para reconocer
procesos evolutivos, por ejemplo de domesticación o dispersión
de especies en función de cambios en esta molécula; por último
tenemos la cuantificación de elementos, como el estroncio (Sr),
el zinc (Zn) o de isótopos, como en el caso del oxígeno (O) y del
nitrógeno (N), con lo cual obtenemos información relacionada con
la alimentación del individuo o la región en donde vivió previo a su
muerte (ver capítulo 6).

Segundo nivel: del hueso al individuo.


No obstante que hasta ahora sólo se ha trabajado con huesos
aislados, en los diferentes ejemplos ha sido patente que su estudio
incluye la participación de diversas disciplinas (Figura 5.1), desde
medicina veterinaria hasta biología molecular, todo con el objetivo
de reunir la mayor cantidad de datos y conjuntarlos para obtener
un paquete de información organizado. A este esquema de trabajo
lo denominamos interdisciplinario.
No obstante y por sorprendente que parezca, apenas
estamos en el primer nivel de nuestra investigación. El siguiente
paso implica avanzar para convertir nuestra información a nivel
huesos o conchas, a información nivel individuo, es decir no solo
saber de qué animal se trata, sino también reconocer la talla del
animal en función de las dimensiones del (los) hueso(s). También
hay grupos, como las aves y los mamíferos, en los que el hueso
cambia de forma y características de acuerdo con la edad, lo cual
permite que, en el caso de los mamíferos, podamos reconocer la
condición de cría, juvenil, subadulto, adulto joven, adulto maduro
y adulto senil a partir de la longitud de los huesos, su morfología,
las características de las epífisis, el tipo de dentición (decidua-
permanente) y su nivel de desgaste.
Para ilustrar esto tomemos el caso de los perros (Figura 5.5),
animales muy abundantes en el registro arqueológico de México.
Un ejemplar mediano, como los que existieron en Mesoamérica,
mantiene un esquema de crecimiento sostenido hasta casi el año
de edad, debido a ello, en los huesos largos se observa que las
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

zonas de articulación, las epífisis, están unidas al tubo del hueso,


de la diáfisis, por un anillo cartilaginoso de crecimiento y de esta
forma, cuando el animal muere y los anillos se pierden, quedan
estas partes de hueso separadas. Conforme el animal crece los
anillos son cada vez más delgados, de manera que al cumplir el año
ya sólo aparecen como una línea entre diáfisis y epífisis, la cual ya
no se observa después del año de vida. De esta forma podemos
reconocer la condición de cría, de juvenil, subadulto o adulto del
perro y de casi todos los mamíferos de medianos a grandes.

Figura 5.5. Esquema de


crecimiento de perro mediano,
no especializado, visto a través
de la longitud de algunos huesos
largos, en su primer año de vida
(Blanco, Valadez y Rodríguez
2009).

HUESO SEMANAS DE VIDA Y LONGITUD DEL HUESO EN MM


2 8 16 20 44 52
Húmero 23 30 61 109 138 138
Ulna 21 29 61 105 146 147
Radio 18 26 50 100 136 137
Fémur 23 32 66 109 147 145
Tibia 22 31 57 115 152 152

123
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Figura 5.6. Evolución del esquema dental de perro pelón mexicano en función del tiempo de
vida. No obstante sus peculiaridades dentales (los adultos carecen de casi todos los premolares
permanentes), su esquema de desarrollo es igual al de los perros con pelo, lo que nos permite
emplear la dentición de individuos arqueozoológicos para así determinar qué edad tenía al momento
de su muerte (Blanco, Valadez y Rodríguez 2009).
124
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Otro aspecto muy relevante es la dentición. Un recién nacido


carece de dientes. La dentadura decidua (de leche), aparece a
partir de la quinta semana de vida y la permanente después de que
el perro cumplió los cuatro meses de edad, concluyendo el proceso
sobre los seis meses (Figura 5.5) (Blanco, Valadez y Rodríguez 2009).
De esta forma, jugando con los tres factores (longitud de huesos +
condición de las epífisis + características de la dentición), es posible
reconocer la edad de un perro en su primer año de vida, dentro del
rango de semanas.

Mínimo Número de Individuos


Generalmente en un contexto determinado, por ejemplo un
entierro, un cuarto, un patio, tenemos restos que representan
individuos o parte de ellos que se utilizaron ahí o muy cerca, por
ejemplo un basurero con restos de comida que se hacían a poca
distancia. La cantidad aproximada la podemos reconocer con la
simple presencia de la concha (o fragmento) de un caracol trompeta
(Strombus) o por un conjunto de huesos que corresponden a un
animal determinado.
En este momento entra a nuestra investigación un concepto
muy relevante, y es reconocer cuántos individuos de cada especie
tenemos en cada contexto incluido. Un conjunto de restos, digamos
de venado (Odocoileus virginianus) pueden ser el producto del uso
de uno o varios ejemplares, ¿cómo reconocerlo?
Para ello es necesario tener la información proveniente
de cada hueso (al que desde ahora llamaremos espécimen)
para compararla con el resto y así reconocer en cuantos casos
coincide; por ejemplo, regresando al caso del venado, podemos
tener especímenes de adulto y de cría, lo cual significa que
tenemos, al menos, un adulto y una cría, pero también puede
haber huesos anatómicamente repetidos o algunos que tienen
marcas de manipulación y otros no. Conforme avanzamos en este
análisis vamos agrupando y separando los diferentes elementos
hasta llegar a un punto en que cada conjunto constituye lo que
posiblemente fue un individuo (Cuadro 1). El número total para
cada especie es reconocido bajo el término de Mínimo Número
de Individuos (MNI).

125
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Cuadro 1. Ejemplo de organización y determinación de Mínimo Número de Individuos


en una colección de huesos de venado (Odocoileus virginianus) a partir de la edad,
lateralización y tipo de huellas tafonómicas reconocidas. (Elaboró Raúl Valadez).
126
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Para ilustrar estas ideas veamos el Cuadro 1. En éste se


muestra una colección de 24 especímenes de venado en los
cuales vemos una gran diversidad de huesos, edades y huellas de
manipulación. Al ir organizándola separamos los huesos, en primer
término, por la edad del individuo, después por la repetición de
huesos anatómicamente iguales y finalmente por los esquemas de
manipulación. De esta forma reconocemos la presencia de crías,
juveniles y adultos. En lo referente al primer grupo, al haber un
solo elemento óseo es claro que tenemos a un solo individuo, en
tanto que del material juvenil, hay tanto piezas cocidas como no
cocidas, lo que indica manejos diferentes, quizá por tratarse de dos
individuos. Respecto de los especímenes de adulto, hay tanto cocidos
como quemados, no cocidos, con marcas de corte e incluso hueso
trabajado y además piezas anatómicamente repetidas. Partiendo
de estos parámetros tenemos nueve probables individuos, dos de
ellos reconocidos en la condición de herramientas quizá elaboradas
en circunstancias muy diferentes del resto.
Como se indicó líneas arriba, esta cuantificación corresponde
a un solo contexto, por lo que el siguiente paso es hacer lo propio
en cada espacio individual y después comparar los resultados de
modo que sea posible reconocer afinidades y diferencias. Esto es
muy relevante, ya que gracias a estas comparaciones podemos
saber si los esquemas de uso y manejo de la fauna variaban de un
sitio a otro o de una época a otra.

Tercer nivel: del individuo a la población


Una vez que estamos en la posibilidad de reconocer no solo la
presencia de especies, sino su probable abundancia, podemos
llevar la investigación a otros niveles, por ejemplo saber qué
ambientes existían alrededor de nuestro lugar de estudio y en qué
medida eran explotados determinados ecosistemas (Figura 5.7).
Hace tan solo 20 años era común la idea de que el recurso
animal se explotaba en el México prehispánico de una manera
elemental, casi diríamos primitiva, es decir, limitando el esfuerzo a
las poblaciones circundantes al espacio habitacional humano bajo
los esquemas de colecta, caza o pesca. Ciertamente esto se hacía,

127
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
128

pero sabemos que también existían redes de comercio e intercambio Figura 5.7. Una vez que han
que permitían acceder al recurso animal de otras regiones y sido estudiados y analizados los
asimismo podemos reconocer esquemas de aprovechamiento. restos óseos de una colección
para verlos en la perspectiva
¿Cómo podemos estudiar este nivel? Nuevamente el punto individual, pasamos al estudio
clave es el pensamiento interdisciplinario, pues la sola lista de de la colección a nivel especies
especies presentes no es suficiente para abarcar los objetivos o poblaciones, a fin de ir
planteados; de esta forma disciplinas como la zoogeografía, la construyendo el ambiente en el
etología, la ecología y la genética de poblaciones tienen gran cual existieron, abundancias y
cambios en el tiempo.
relevancia dentro de nuestros objetivos a cubrir (Figura 5.7).

Avancemos desde lo más elemental. En cualquier colección


arqueozoológica tenemos individuos pertenecientes a especies
silvestres como roedores, lagartijas, anfibios o pequeñas aves. Su
tamaño mismo puede poner en duda que se trate de fauna utilizada
como alimento, además de que encontrar huesos tan pequeños
y a veces esqueletos completos, definitivamente nos habla de
animales que vivían en el sitio y murieron con poco o nulo contacto
con el hombre.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

¿Y de que nos sirve estudiar fauna cuya existencia se dio al


margen del ser humano? Esa distancia ecológica entre ambos es
la razón de su importancia, ya que su presencia dependió sólo de
las condiciones ambientales y que la mayoría son gregarios (Figura
5.8A), el estudio separado de estas especies nos dirá mucho acerca
de cuáles eran los ecosistemas aledaños al asentamiento humano
(Téllez 2000).

B C

Figura 5.8. Ejemplos de fauna Pero ¿qué pasa con aquellas especies de condición silvestre,
arqueológica cuya presencia propias de la zona de estudio, pero cuya abundancia resalta sobre
se relaciona con su habilidad
para adaptarse al ambiente
las demás? Siempre es posible encontrarnos frente a un tipo de
perturbado por el hombre. organismo cuya presencia es el resultado del impacto del hombre,
(A), rata canguro (Dipodomys por ejemplo tlacuaches, tuzas o ciertas ardillas (Téllez 2000), que
ordii); (B), tlacuache (Didelphis al vivir en un espacio libre de depredadores, de competencia y
virginiana); (C), pavo ocelado repleto de basura y sedimentos removidos se hacen sumamente
(Meleagris ocellata). Los dos
primeros provienen del Valle de
abundantes al tiempo que el resto de la fauna está ausente del
Teotihuacan (Téllez 2000) y el registro y en ese proceso es probable que el hombre lo aproveche,
tercero del sitio de Itzamkanan, pero también puede ocurrir que no se les tome en cuenta. En este
el Tigre, en el estado de caso hablamos de fauna indicadora de la perturbación ambiental
Campeche (Valadez, Rodríguez (Figura 5.8B) y la reconocemos por su alta abundancia y porque
y Gómez 2013). (Fotografías de
Rafael Reyes).
se le encuentra en contextos donde hay poca claridad sobre las
actividades humanas.
Pero también hay aquella fauna que es abundante por su
adaptabilidad a entorno humano y porque se volvió objeto de
interés en ese caso su abundancia arqueozoológica sí nos habla de
un uso particular. En este caso la reconocemos porque su presencia

129
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
130

concuerda con espacios de actividad bien definida, por ejemplo


basureros, altares, cocinas y para nuestro territorio los casos más
comunes son los lepóridos (Sylvilagus floridanus y Lepus californicus
principalmente), el venado cola blanca (Odocoileus virginianus)
ciertas aves como el pavo ocelado (Meleagris ocellata) (Figura 5.8
C) y reptiles como las iguanas (Iguana) (Valadez y Rodríguez 2015).
En estos casos se ha propuesto que incluso su abundancia es el
resultado de su habilidad para habitar parcialmente el espacio de
las milpas, situación que les convertía en excelentes presas, ya que
sólo se requería de disponer de buenos lugares para observar sus
movimientos y buena habilidad con la onda, la cerbatana o con el
arco y la flecha.
B C

A
Pero la relevancia de ciertos animales dentro de nuestra Figura 5.9. (A), osteodermos
investigación no necesariamente involucra su mayor abundancia, de piel de cocodrilo del sitio de
Teopancazco, Teotihuacan; (B),
pues en ocasiones un solo espécimen basta para dejarnos perplejos esqueleto parcial de un lobezno
tratando de explicarnos su presencia (Figura 5.9). En ocasiones de cuatro meses de Hunchavin,
pueden llegar a nuestras manos restos de especies cuyo hábitat Chiapas; (C), ulna de tapir de
se encuentra lejos de nuestro sitio de estudio y en este caso nos Itzamkanan, el Tigre, Campeche.
corresponde analizar su biología y relación con el hombre para El primero era una piel colocada
en una ofrenda, el segundo un
saber si su presencia tiene que ver con actividades de comercio e individuo sacrificado al pie de
intercambio o bien otros aspectos. Pensemos, por ejemplo, en el una estructura y el tercero un
caso de un carnívoro grande como un lobo (Canis lupus baileyi), ejemplar que llegó al sitio por
jaguar (Panthera onca), águila real (Aquila chrysaëtos) o cocodrilo circunstancias naturales. Los dos
(Crocodylus), todos ellos animales de alto valor simbólico en el primeros, ejemplares únicos,
hablan de redes de comercio
México antiguo y por tanto sus pieles (Figura 5.9A), diferentes entre culturas que involucraban
elementos óseos (como los dientes) o incluso las crías, podían el manejo y transporte de
ser objeto de comercio (Figura 5.9 B), aunque lo más probable individuos vivos o partes de ellos.
es que tendríamos una muestra más bien pobre. Por otro lado (Fotografías de Rafael Reyes).
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

también podemos tener casos equivalentes pero de los cuales no


disponemos datos que hablen de alto valor cultural ni de esquemas
de interacción importantes para con el hombre. Por ejemplo el
tapir (Figura 5.9 C), en su caso puede ser organismo que llegó al
Cuadro 2. Interpretación del
uso de un animal a partir de las sitio por alguna captura ocasional o en una época en que el lugar
características de los restos y el estaba abandonado y por casualidad quedaron sus restos junto a
contexto de hallazgo. contextos de actividad humana.

Tipo de resto Tipo de manipu- Aplicación Contexto Usos


arqueozoológico lación de calor
Sin evidencia o con Doméstico (áreas
marcas de corte o Positiva ligadas a lo ali- Alimento
Desde fragmen- mordidas mentario o basur-
tos óseos aisla- eros)
dos hasta hue- Marcas de corte, Huesos para la
sos completos de tallado o modifi- Doméstico (patios elaboración de
cación evidente para o basureros) herramientas o
dar una forma espe- instrumentos
cífica
Cráneos, Marcas de corte, Positiva o Patios, cuartos de- Pieles o partes del
mandíbulas, perforaciones o hue- negativa positados junto a cuerpo en vesti-
dientes o sec- sos seccionados para espacios rituales o mentas o adornos
ciones de cuer- desprender partes en entierros
po específicas
Esqueletos semi- A veces marcas de Fosas o entierros Ofrendas en actos
completos corte humanos rituales diversos
Esqueletos com- Ninguna Negativa Ceremonial Ofrendas a dioses
pletos Funerario Como compañero
o guardián

131
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
132

Fauna, restos, usos y contextos


Como se ha presentado, una buena interpretación sobre el papel
de la fauna en un sitio requiere no solo poder identificar la fauna
y calcular su MNI, sino también entender el valor del contexto y
de las evidencias tafonómica14 para comprender el porqué de su
presencia.
En el Cuadro 2 hay un ejemplo de cómo utilizar la información
proveniente de los huesos y el contexto para hacer una propuesta
del uso que tuvo el animal cuyos restos se encontraron.
Para ello debemos estar consientes que sin importar de
que animales se trate, siempre hay la posibilidad de que en un
momento dado sus huesos o conchas estén asociados a contextos
poco lógicos o bien que las evidencias tafonómicas nos hablen de
un uso que no teníamos considerado.
Veamos la información del Cuadro 3. Este conjunto de restos
pertenece a especies pequeñas o medianas, desde ratones hasta
gavilanes, y salvo un par de ellas, más parecido tiene esta colección Cuadro 3. Animales
con la de un contexto con muy limitada actividad humana y fuerte descubiertos en una
presencia de fauna silvestre de la zona. Sin embargo, estos restos ofrenda, dentro de una
aparecieron al interior de una vasija la cual estaba al pie de una vasija, descubierta en el
sitio de Zultepec-Tecoaque,
plataforma que constituía parte del recinto principal de la zona
del Posclásico tardío. No
ceremonial del sitio de Zultepec-Tecoaque, Tlaxcala, donde fue obstante que varios de los
posible estudiar todos los restos animales que se acumularon por animales generalmente se
espacio de un año, producto de las fiestas religiosas (Valadez en manifiestan como fauna sin
prensa). asociación con la cultura
Es necesario recordar que la fauna era un recurso natural que estudiada, su presencia al
se aprovechaba extensa e intensamente y que cada organismo era interior de una vasija, al pie
explotado tanto como fuera posible: piel, plumas, carne, huesos, de una estructura en una
caparazones, conchas, y que asimismo, cada especie formaba parte plaza, no deja lugar a dudas
de un universo simbólico, por lo que hasta el más insignificante acerca de que su presencia
animal podía ser objeto de interés al momento de realizar un está asociada con objetivos
simbólicos.
determinado rito, tal y como se observa en el Cuadro 3. Debido a
14 En arqueología se denomina tafonomía al estudio de las modificaciones
que sufre el material orgánico producto de factores naturales o antropogénicos.
Este concepto es una adaptación del proceso del mismo nombre que constituye
una de las ramas de estudio en la paleontología, respecto de la transformación
que sufre un organismo, desde su muerte hasta su fosilización.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

ello, lo más adecuado, como se presenta en el Cuadro 2, es analizar


con todo cuidado toda la información disponible con cada hallazgo
y realizar un tipo de suma que conforme va dando una acumulación
de resultados, finalmente lleva a una posibilidad de uso que es
producto del análisis y no sólo de lo que parece lógico por el tipo
de animal o el sitio de hallazgo.

RESTOS CONDICIÓN ASOCIACIÓN RELIGIOSA


ESPECIE
IDENTIFICADOS INDIVIDUAL
Húmero izq. Subadulto
Radio izq.
Sylvilagus floridanus (conejo
Vértebra dorsal Símbolo del pulque y la
castellano)
Quinto metatarso bebida
Fémur izquierdo
Sylvilagus sp. (conejo) Radio izquierdo Adulto
Radio derecho Adulto Símbolo de la Luna
Leporidae (conejos o liebres) Vértebra
Quinto metatarso
Pappogeomys sp. (tuza) Escápula izquierda Adulto Personaje mítico
Esqueletos semi- Tres hembras Con eclipses de Luna
Peromyscus maniculatus
completos adultas, un
(ratón de campo)
macho adulto Con el Fuego Nuevo
Cricetidae (ratones) Frontal Adulto
Húmero Adulto Medio para detectar
Neotoma mexicana (rata de adulterio o robos
Radio
campo)
Tibia
Accipiter striatus (gavilán) Pico superior Adulto Símbolo de la guerra
Dos picos inferi- Dos adultos Personaje de las eras
ores cosmogónicas
Pico superior Animal de sacrificio
Meleagris gallopavo (guajo-
Quilla Símbolo de la lluvia y el
lote)
Dos falanges su- Sol
periores Contraparte del fuego y
Falangeta inferior el águila
Corvus corax (cuervo) Pico inferior Adulto (?)
Húmero izquierdo Adulto Medio para la adiv-
Hylocichla ustulata (zorzal)
inación
Escápula Adulto (?) Símbolo de la lluvia y
Chelonia (tortuga)
agua

133
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
134

La visión integral
Conforme hemos ido avanzando en el estudio arqueozoológico
hemos integrado otras disciplinas, primero para reconstruir
ejemplares, después para entender la dinámica que existió en el
sitio a nivel poblaciones, especies, ambientes; finalmente, cuando
entramos al momento en que el objetivo es interpretar como se dio
la relación hombre-fauna, los elementos culturales que manifiestan
esta interacción y la forma como varió al paso del tiempo, podemos
Figura 5.10. La investigación
verlo con un estudio integral, completamente incluido en el terreno arqueozoológica en todos sus
de la etnobiología (Figura 5.10). niveles.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Cautividad y domesticación
El más complejo esquema de interacción entre animal y hombre
lo tenemos en los casos donde el organismo forma parte del
ámbito humano y por tanto involucra no solo su aprovechamiento,
sino además su cuidado y manejo. Estos casos merecen especial
atención, pues estamos hablando de fauna cautiva y/o doméstica.
Generalmente este tema es poco referido en las obras
generales sobre arqueología e historia de Mesoamérica, pues
desde hace un siglo se creó la propuesta de que estos esquemas de
interacción no habían tenido relevancia en esta civilización. Ya para
esta época sabemos que en realidad se trató de procesos frecuentes
y relevantes, pero sustentados en una ideología diferente de la que
se dio en Medio Oriente, de ahí la mala interpretación sobre su
importancia en Mesoamérica.
Las bases teóricas sobre el fenómeno de la domesticación
y de la cautividad, según la visión actual, y de lo que conocemos
al respecto, está disponible en diversas obras (Valadez 2003;
2009; 2015; Valadez y Arrellín 2014), por lo que en la presente
contribución nos limitaremos a presentar las bases que permiten
asignarle la condición de “cautivo” o “doméstico” a un individuo
descubierto en un contexto arqueológico (Figuras 5.11 y 5.12).
Tradicionalmente se considera que cautividad y domesticación
constituyen fases continuas dentro de un proceso lineal (Valadez
2003), pero en el presente son más bien formas diferentes de
interacción en función de los intereses y circunstancias (Valadez
2009), aún así, por tratarse de esquemas que pueden ser intensos
y complejos, vale analizarlos simultáneamente.
Definimos como cautividad la condición en la cual un animal
silvestre es sustraído de su hábitat e incluido en el territorio humano
privándolo de su libertad; debido a ello se le debe mantener
físicamente limitado y esto define una serie de aspectos que deben
tenerse en mente (Figura 5.11), por ejemplo, datos relativos al uso
de jaulas, cadenas o cuerdas, individuos inmaduros, más fáciles de
manipular, los cuales pueden llegar a manifestar lesiones derivadas
del control físico a que están sometidos, que los restos aparezcan
en lugares donde la especie no existe de forma natural y que dichos

135
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
136

restos no sean una piel (Figura 5.10A) o un diente, sino un esqueleto Figura 5.11. Criterios empleados
parcial o más, de forma tal que no haya duda acerca de que se trató en la arqueozoología para definir
la condición de cautividad de
de un individuo vivo que fue mantenido cautivo. un animal (Valadez 2003). (A),
Para ilustrar esto vayamos primero a la Figura 5.9 B, en la esqueleto completo de una
que aparece el esqueleto parcial de un lobezno de unos cuatro águila real (Aquila chrysaëtos)
meses de edad en el sitio de Hunchavin, el cual se encuentra en descubierto en entierro-ofrenda
Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala. El tipo de restos: al interior de la Pirámide de la
Luna, en Teotihuacan. Este y
dentarios, maxilar, algunas vértebras, algunos huesos de pelvis y de otros ejemplares manifestaban
los miembros, conducen a la idea de que era un animal completo, lesiones en los tarsometatarsos
que en su condición de lobezno fue sustraído de su madriguera un (B), resultado de haber estado
par de meses antes, cuando era lactante, y mantenido cautivo. Se sujetas largo tiempo, además
considera que en siglos pasados el lobo mexicano llegó hasta la de que algunas presentaron un
contenido estomacal con restos
mixteca y quizá fue la zona donde se le capturó, lo cual significó de huesos cocidos, evidencia
el traslado en unos 1,000 km hasta el lugar donde se le sacrificó de que el hombre les alimentó.
(Blanco, Rodríguez y Valadez 2007). Como puede verse, todas las (Fotografía “A” de Raúl Valadez,
evidencias hablan a favor de que éste es caso de cautividad. fotografía “B” de Nawa Sugiyama).

Los restos descubiertos pueden ser de un animal cautivo si:


• Los organismos que se encuentran en lugares donde no existen de forma natural.
• Pueden encontrarse instrumentos para mantenerlos cautivos (jaulas).
• Los huesos presentan huellas relacionadas con la cautividad (lesiones en los huesos a
la altura del cuello, muñecas o tobillos).
• Hay representaciones de escenas de captura.
• Observamos cambios en la abundancia de individuos por edades y sexo, con respecto
de las formas silvestres, por ejemplo más individuos juveniles, los cuales son más
aptos para mantenerse cautivos.

B
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Otro ejemplo lo tenemos en la Figura 5.11. En la imagen


se muestra a uno de varios ejemplares de águilas reales (Aquila
chrysaëtos) que fueron ofrendadas a la Pirámide de la Luna, junto
con pumas, jaguares, lobos e híbridos de lobo y perro (Sugiyama et
al., 2014). Varias de las águilas, como la mostrada en la Figura 5.9
A, se descubrieron íntegras, aunque curiosamente, mostraban las
alas dobladas hacia atrás, mientras que patas y cabeza mostraban
un acomodo diverso; algunas presentaban un tarsometatarso cuya
diáfisis tenía una textura diferente, como si algo hubiera afectado
su superficie, por último, en el espacio donde se encontraría el
contenido estomacal aparecieron fragmentos de huesos cocidos
de conejo y aves pequeñas.
El análisis de esta información llevó a la conclusión de que se
trataba de aves que fueron capturadas cuando eran aguiluchos, de
algún nido ubicado en un risco y para lo cual la gente de la región
sabía bien como distraer a la madre mientras llegaban a éste
y sustraían a la cría (Sahagún 1979). Después de ello vendría un
periodo de cautividad, durante el cual se le mantendría al águila
sujeta de una pata por medio de una cuerda o tira de piel, para así
limitar sus movimientos pero que causó rosaduras en el miembro,
llegando incluso hasta el hueso. Su alimentación consistiría en carne
cocida, al menos la última. Cuando llegó el momento de llevarla a
la Pirámide de la Luna, sin duda se le dio algo para adormecerla
(quizá en la carne cocida) y para transportarla sin problemas se le
ataron las alas doblándolas hacia atrás, justo como se hace con los
guajolotes, quedando libres cabeza y patas.
Desde tiempos prehispánicos estas aves fueron comunes en
la Cuenca de México, desapareciendo en el transcurso del siglo XX
por la deforestación, pues requieren de pinos muy altos para anidar
(además de los riscos), sin embargo la cantidad de datos a favor
de que fueron animales cautivos aunque se tratara de animales
propios de la región.

137
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
138

Hasta hace 20 años se pensaba que esquemas de manejo


como los presentados, sumados a una férrea persistencia por la
gente interesada, tarde o temprano conduciría a la inclusión total
del animal al ámbito humano, reproducción incluida, dando así
lugar al paso de la cautividad a la domesticación. Empero, en el
presente se ha demostrado que no es suficiente la determinación
del hombre y que el verdadero motor impulsor es la adaptación de
algunas especies al ambiente perturbado a través de un proceso
de selección natural que involucra la disminución progresiva de la
adrenalina, derivando así en organismos “altamente tolerantes”
que se benefician viviendo en un espacio donde hay menos
competencia, menos depredadores, más espacio y más alimento.
Dentro de este proceso, el hombre no hace más que vivir y alterar
hasta que se llega a un nivel en el que la conducta de los animales
es tan despreocupada que no puede ser pasada por alto y sólo
entonces se abre la opción de buscar beneficios a través de su
manejo (Valadez 2009).
Tal como se comentó páginas atrás, en Mesoamérica existía
un espacio, las milpas, donde se realizaba este encuentro hombre-
animal, gracias a los beneficios que aportaba este agroecosistema
a ciertos animales. En la actualidad se considera que diversas
especies, sobre todo aves, entraron a este proceso y que en
ocasiones derivó en una forma de condición doméstica.
Como ejemplo de lo que involucra un hallazgo de este tipo
tomemos al guajolote (Meleagris gallopavo), no porque dudemos
de su condición dentro de la historia mesoamericana, sino porque
en espacios antiguos, del Formativo o previos, es igual de probable
encontrar restos de la forma silvestre o de la doméstica, pues hay
quienes consideran que esta ave entró a este esquema desde
tiempos precerámicos (Valadez 2003), hasta quienes lo consideran
un producto tardío, con menos de 2,000 años de antigüedad
(Flannery 1967).
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

La zona donde tenemos los conjuntos más tempranos de


guajolotes pertenecen al centro de México, ya que se trata de,
al menos, media docena de sitios del Formativo medio y quizá
temprano, en los cuales aparecen estas aves (Figura 5.12). En
función de la duda mencionada, ¿cómo sabemos si estos registros
tempranos son de organismos silvestres, de animales en transición
o de algo más?
En los lugares con más abundancia de restos es factible
encontrar tanto individuos adultos como juveniles o pípilos como
tales (Figura 5.12A,B), lo que significa que todo su ciclo de vida lo
cubrían en el ámbito humano; a nivel morfológico hay huesos, sobre
todo las quillas, que son iguales a las de los guajolotes actuales
(5.12C,D) que viven en la provincia mexicana, en traspatios, y que
no están sujetos a ningún trabajo zootécnico y, en tercer lugar,
gran parte de los registros están asociados a entierros, en los
cuales aparecen como ofrendas alimentarias, lo que significa que
su simbolismo estaba asociado a su valor como fuente de carne,
concepto acorde con la idea de que el principal beneficio que tenían
las personas que les criaban era asegurar una fuente de proteínas.

Las fuentes históricas


Cuando la academia mexicana tomó en sus manos el estudio de
las culturas prehispánicas, su fuente de información fundamental
fueron los textos escritos a lo largo del siglo XVI, pues se trataba,
en diversos casos, de información de primera mano proveniente de
personas que habían conocido lo que era este mundo antes de la
llegada de los españoles. A inicios del siglo XX, aún no existía una
arqueología lo bastante desarrollada y por lo tanto todo individuo
que se considerara conocedor de esa época lo era gracias a estas
fuentes.

139
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
140

Los restos descubiertos pueden ser de un animal


doméstico si:
• En el contexto arqueológico tenemos individuos de las diferentes fases de su
vida (crías, juveniles, adultos), de ambos sexos.
• En los restos óseos se observan diferencias morfológicas respecto de los
individuos silvestres (menor talla).
• Pueden identificarse objetos relacionados con el aprovechamiento o
explotación específica de la especie (estructuras construidas para su
resguardo o para descanso).
• Tenemos restos de individuos silvestres y domésticos en el mismo sitio.
• Reconocemos formas transicionales entre silvestres y domésticas.
• Hay representaciones iconográficas.

Arqueológico Silvestre Doméstico


CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

No obstante el valor de esta corriente y de sus aportaciones,


al paso de los años se habría esperado que el conocimiento sobre
el mundo mesoamericano se fuera reformulando a través de
los estudios arqueológicos, pero en realidad no fue así, pues se
consideró que la información de las fuentes era siempre fundamental
en cualquier estudio al respecto y esto, para lo concerniente a la
relación hombre-animal, fue algo por demás desafortunado, pues
de manera sistemática, desde los años veinte hasta los setentas,
siempre que en una excavación arqueológica aparecían huesos
de animales se les ignoraba y al momento de las publicaciones se
repetía lo que las fuentes decían sobre el uso de la fauna.
Sin duda la información de estas obras aún tiene mucho que
ofrecer, pero no olvidemos que se trata de escritos realizados en el
Figura 5.12. Arriba, criterios siglo XVI; a veces hechos por personas que conocieron de manera
empleados en la arqueozoología directa a la civilización mesoamericana y a veces a través de
para definir la condición terceros; que todo lo descrito refiere exclusivamente al siglo XV e
doméstica de animal (Valadez
inicios del siglo XVI, y que en su mayoría, está limitada a los pueblos
2003). En sitios como Huixtoco
y Xico, en el actual Valle de del centro de México, especialmente los mexicas. Por todo ello, y
México (Valadez et al., 2004; para beneficio de la academia mexicana, siempre es fundamental
Sánchez 2015) existen restos de generar el conocimiento sobre la relación hombre-fauna a partir del
guajolotes de adultos (A) crías y conocimiento derivado de los estudios arqueozoológicos, el cual
juveniles (B) de unos 3,500 años
puede complementarse con la visión que se muestra en un texto
de antigüedad, además de que
algunos elementos óseos, como colonial acerca de tal o cual especie, forma de uso o interacción.
las quillas (C), son idénticas a los
ejemplares de traspatio actuales
(D), lo que no deja lugar a dudas
Tres ejemplos que muestran el beneficio de
acerca de que en ese tiempo la arqueozoología.
Meleagris gallopavo ya era un
animal doméstico. (Fotografías Hemos visto a lo largo de estas páginas los diferentes niveles de
de Rafael Reyes, dibujo de Miles, análisis que abarca un estudio arqueozoológico, la importancia
Martin y Savage 1985). de tener un enfoque interdisciplinario y lo relevante que es el
análisis de todos y cada uno de los datos provenientes de los restos
estudiados y del contexto asociado, a fin de construir una propuesta
derivada de la síntesis e integración.
En esta última parte veremos brevemente varios casos de
estudios de fauna que derivaron en propuestas originales y que
sin duda superaron lo puramente arqueozoológico. Esto permitirá
ver la trascendencia de esta disciplina dentro de la investigación
antropológica.

141
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
142

Caso uno. ¿Conejos domésticos en


Teotihuacan?
En los ochenta fue estudiado el sitio de Oztoyahualco, Teotihuacan,
por la Dra. Linda Manzanilla y su equipo de trabajo, incluidos varios
de los laboratorios y académicos autores de esta obra (Manzanilla
1993). El sitio era una unidad residencial de nivel social medio-bajo.
Se determinó que la labor principal era el estuco y la temporalidad
del sitio era Metepec (550-650 dC.).
La fauna asociada al periodo indicado incluyó 215 individuos,
vertebrados y moluscos, y el aspecto que desde el inicio despertó el
interés fue que el 47% de los individuos eran lepóridos, además de
que en la muestra estaban presentes todas las especies presentes
en la Cuenca de México, incluso el teporingo (Romerolagus diazi)
(Valadez 1993). En Teotihuacan los lepóridos son especies muy
comunes (Valadez 1992), pero generalmente abarcan entre el 20
o el 25% de las colecciones, por lo que la imagen que daban era de
animales muy importantes para esta gente.

Figura 5.13. Vista aérea del sitio


de Oztoyahualco, Teotihuacan,
ubicación de los puntos donde
apareció la escultura de conejo
y donde se ubicó la mayor
concentración de restos, un
traspatio donde posiblemente
se mantenían cautivos.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

El segundo aspecto es la distribución. Los restos de estos


animales aparecieron en casi todos los sitios: patio, cocinas,
entierros, fosas, pero en especial se concentraron en un traspatio
y principalmente cerca de un pequeño espacio ubicado en el
extremo suroeste donde la cantidad de fosfato reconocido fue muy
alta (Figura 5.13). Esto abrió la posibilidad de que en este patio
no solo se hubiera acumulado basura, sino que posiblemente se
mantenían ejemplares vivos, que para ello se disponía de una
“conejera” y sus excrementos fueron los responsables del peculiar
contenido químico del piso.
El tercer elemento a considerar fue el hallazgo de una escultura
de basalto con la forma de un conejo del género Sylvilagus (Figura
5.13), aspecto que selló la propuesta de que los lepóridos tenían
un valor especial para los habitantes de la unidad y que su empleo
abarcaba tanto aspectos prácticos como simbólicos. Finalmente se
propuso que las personas posiblemente pertenecían a un clan y
que estos animales eran su símbolo distintivo.
No obstante la abundancia de restos, todos los individuos,
excepto uno, eran adultos, por lo que se concluyó que estos
lepóridos eran animales cautivos, no domésticos (Valadez 2003),
condición que de cualquier forma era algo no reconocido antes para
la ciudad. En 2015 se publicó un estudio de isótopos cuyo fin había
sido determinar si estos conejos y liebres eran alimentados solo con
maíz (Somerville et al., 2015), idea que de alguna forma daría más
fuerza a la posibilidad de que fueran animales que habían pasado
toda su vida en este sitio, por tanto que quizá sí eran domésticos.
Empero, los resultados manifestaron que se habían alimentado en
buena medida de maíz pero también de plantas silvestres, es decir,
que habían pasado parte de su vida deambulando en la periferia

143
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
144

teotihuacana, milpas incluidas, y que muy probablemente era de


ahí de donde se les capturaba y se les llevaba a Oztoyahualco,
para ser utilizados de diversas formas. Estos resultados, sin duda
importantes, demuestran también, de forma implícita, el valor de
un estudio arqueozoológico integral, pues no obstante la nueva
metodología utilizada y el tiempo transcurrido desde el estudio
original, finalmente lo que se obtuvo fue la corroboración de lo que
arqueozoológicamente ya se había determinado.

Caso dos. Arqueofauna y ambientes en


Itzamkanac, el Tigre.
Casos como el anterior permiten reconocer la presencia de espacios
de transición entre las zonas habitacionales humanas y los espacios
silvestres poco alterados, sin embargo no siempre es fácil imaginar
la forma como se acomodan estos tres ámbitos y como lo refleja la
fauna.
Iztamkanac, el Tigre, el nombre dado a un sitio maya ubicado
en el estado de Campeche, enclavado al interior de bosques
tropicales perennifolios en la margen izquierda del rio de la
Candelaria, a varias decenas de kilómetros de la costa. Producto
de las diversas exploraciones es la determinación de que en el sitio
hay cerca de 1,700 estructuras (Vargas 2013). Cuadro 4. Fauna de vertebrados
en el sitio de Iztamkanac
Uno de estos complejos fue denominado “Estructura 4” y fue
(Valadez y Rodríguez 2015).
posible estudiar la fauna descubierta (Valadez y Rodríguez 2014).
Los vertebrados incluyeron fauna muy diversa: ratones, tapires,
venados y hasta peces costeros (Cuadro 4). Esta diversidad, sobre
todo la presencia de diversos moluscos, peces y tortugas marinas,
hicieron ver que entre este sitio y la costa se dio un notable
comercio de productos.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Ocupan
Taxa (Nombre común) Ambientes vinculados ambientes MNI
alterados
Didelphis virginiana (Tlacuache) Cosmopolita X 5
Marmosa mexicana (Tlacuache ratón) Bosque tropical 1
Ateles geoffroyi (Mono araña) Bosque tropical húmedo 1
Dasypus novemcinctus (Armadillo) Cosmopolita X 1
Leporidae (Conejo) Cosmopolita X 14
Peromyscus leucopus (Ratón) Bosque tropical 1
Dasyprocta punctata (Guaqueque) Bosque tropical X 2
Canis familiaris (Perro) Doméstico 68
Potos flavus o Nasua nasua (Mico dorado o coatí) Bosque tropical 1
Eira barbara (Viejo de monte) Bosque tropical 1
Lutra annectens (Nutria) Dulceacuícola 1
Mustelidae 2
Puma concolor (Puma) Todos 1
Panthera onca (Jaguar) Bosque tropical 1
Carnívora 3
Bosque tropical húmedo y
Tapirus bairdii (Tapir) 3
dulceacuícola
Dicotyles tajacu (Pécari) Bosque 7
Odocoileus virginianus (Venado cola blanca) Todos X 153
Mazama americana (Venado cabrito) Bosque tropical 49
Anatidae (Pato) Dulceacuícola 5
Meleagris ocellata (Pavo ocelado) Bosque tropical X 33
Ave 20
Kinosternon sp (Tortuga de pozo) Dulceacuícola X 9
Dermatemys mawi (Jicotea) Dulceacuícola 1
Trachemys scripta (Tortuga japonesa) Dulceacuícola 16
Terrapene carolina (Tortuga de caja) Dulceacuícola 4
Lepidochelis olivácea (Tortuga golfina) Marino 8
Lepidochelys sp (Tortuga golfina) Marino 1
Chelonia sp (Tortuga verde) Marino 5
Cheloniidae (Tortuga marina) Marino 11
Chelonia (Tortuga) 3
Boa constrictor (Boa) Bosque, dulceacuícola 1
Crocodylus moreletii (Cocodrilo) Tropical dulceacuícola 1
Centropomus sp (Robalo) Marino 1
Osteichthyes (Pez óseo) 5
Dasyatis sp (Raya espinosa) Costas 1

145
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
146

C D

E
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Respecto de las especies propias de el lugar, tal cual lo


podemos ver en el cuadro, está lo doméstico, lo silvestre de
tierra firme, lo arborícola y lo dulceacuícola, siendo los taxa más
abundantes los perros (Figura 5.14A), las dos especies de venados
(Figura 5.12B), los pavos ocelados, las tortugas japonesas y los
lepóridos. No obstante, también hay los que se manifiestan por su
sola presencia como el mono araña, el jaguar, el puma, el tapir, el
cocodrilo y la boa (Figura 5.14 C, D).
Un esquema como este se presta maravillosamente a la
idea de que los habitantes del sitio cultivaban la tierra y el resto
del tiempo lo dedicaban a la caza y la pesca de la fauna que
habitaba la zona, sin embargo hay dos aspectos que sobresalen,
por un lado que la distancia numérica entre algunas especies es
demasiada para considerarla sólo simple casualidad, por otro lado
hay un conjunto especial que se manifiesta y es el de especies que
pueden subsistir en ambientes alterados. Casualmente en éste se
encuentran tres de los siete grupos más abundantes, los cuales
Figura 5.14. La arqueofauna
constituyen el 46% de la fauna total, algo interesante sería tomar
del sitio de Iztamkanac
muestra presencia de animales sólo a la fauna silvestre de la región, entonces este grupo abarca el
domésticos como los perros 65%, es decir, que dos de cada tres animales que aparecieron en
(A); otros que ocupan espacios la estructura 4 de Iztamkanac tienen en común el poder vivir en
perturbados, por ejemplo los ambientes alterados, ¿casualidad?
venados cola blanca (B), los que
Con esta información fue claro que la abundancia de las
habitan zonas con poca presencia
humana, como los jaguares (C) especies estaba determinada principalmente por su tolerancia al
y las boas (C) y fauna costera espacio humano, que en primera instancia significaría ocupar las
(Cuadro 4). De la fauna propia milpas y los acahuales15. Dada la actividad humana y la abundancia
de la zona, dos de cada tres de estos organismos, se consideró viable que estos espacios
individuos reconocidos toleran
perturbados se distribuirían alrededor de el espacio habitacional, a
los ambientes alterados, por lo
que la zona habitacional estaba manera de cinturón (Figura 5.14E).
rodeada por un espacio de Los ecosistemas naturales, los que no fueron perturbados,
transición constituido por milpas aquellos a los que pertenecían animales como el mono, el tapir, el
y acahuales, y más retirados puma, las jicoteas, se encontrarían más retirados, del otro lado del
estarían los ecosistemas poco
cinturón. Esta distancia física y biológica, sería la causa de que los
alterados. (Fotografías de Rafael
Reyes, Figura 12E elaborada por organismos de estos espacios aparezcan en bajos números, siendo
Raúl Valadez). incluso probable que algunos ocuparan el sitio cuando ya estaba
abandonado.
15 Vegetación secundaria que se desarrolla en zonas tropicales posterior
al abandono de los campos de cultivo o alguna otra forma de perturbación que
altera el estado climax.

147
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
148

Caso tres. Los restos arqueozoológicos de


perros.
En los contextos arqueológicos mesoamericanos es difícil encontrar
otra especie más abundante que los perros. Sus restos aparecen
en todo espacio imaginable, en todos los tiempos y en todos los
esquemas posibles. Por ello su estudio no sólo es algo inevitable
(por su abundancia), sino relevante, pues nos dice mucho acerca
de las actividades humanas que los involucraban.
Los aspectos culturales ligados al perro que podemos asociar
al momento de encontrar sus restos son numerosos (Blanco,
Valadez y Rodríguez 1999; 2009; Valadez et al., 2004; Valadez y
Blanco 2005; Valadez y Rodríguez 2009; Valadez, Götz y Mendoza
2010), pero considerando los propósitos de la obra nos centraremos Figura 5.15. Fases del ciclo
en un aspecto poco manejado y de gran trascendencia para las reproductivo del género Canis
investigaciones arqueozoológicas y es la asociación de la edad con en territorio mexicano (Blanco,
el momento del año en que se realizó el evento que derivó en su Valadez y Rodríguez 2009).
deposición.
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

Hemos visto en páginas anteriores cómo la dentición de los


perros nos ayuda a determinar su edad, pero hay aún más; en su
primer año de vida, se cubre su desarrollo, desde su nacimiento
hasta la llegada de su madurez, de modo que, por lo menos desde el
punto de vista osteológico, un perro no-maduro, indudablemente
tiene menos de un año de edad. Este concepto es igualmente
aplicable a las restantes especies de Canis en México.
El ciclo de vida del perro es semestral y posee momentos
bien definidos: después de dos o tres semanas de celo (febrero)
Figura 5.16. Desarrollo dental vienen dos meses de gestación (marzo-abril) y a principios de mayo
en el perro. A través de la
empiezan a llegar las camadas. La lactancia dura dos meses, proceso
observación del esquema
dental que manifiesta un que termina entre mediados de junio y de julio. Este esquema es
ejemplar de menos de un similar a los lobos y coyotes (Figura 5.15).
año de vida, es posible ubicar Desde mediados de agosto inicia su segundo ciclo, de forma
su edad dentro del rango de que la nueva generación empieza a llegar desde mediados de
semanas y así determinar con
noviembre y para febrero todo está listo para empezar de nuevo.
bastante precisión el momento
de su muerte. Es importante recordar que esta segunda temporada reproductiva
es exclusiva del perro (Figura 5.15).

149
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
150

Antes de ser destetados se inicia la erupción dental, alrededor


de las cinco semanas de edad, y tarda entre dos y tres semanas
(Figura 5.16). Entre los dos y cuatro meses los cachorros aumentan Figura 5.17. Imágenes de huesos
considerablemente de talla, aunque los huesos aún poseen amplias de perros en tres momentos de
regiones sin osificar, condición que se manifiesta por su simple su desarrollo. (A), húmero, radio
y fémur de un cachorro de una
morfología y porque las epífisis casi no manifiestan esquemas semana de edad, los cuales,
definidos, precisos, de articulación (Figura 5.17 A). además del pequeño tamaño,
A partir del cuarto mes se inicia la aparición de las piezas poseen una textura porosa con
permanentes, proceso que concluye dos meses después, condición una morfología muy sencilla y
que no pocas veces sorprende al tener en nuestras manos un sin evidencia de las epífisis; (B),
radio de un ejemplar de cuatro
esqueleto que a todas luces se ve como propio de un individuo meses de edad, en el que las
inmaduro (Figura 5.17 B), pero que con una dentición potente y epífisis aparecen desprendidas
completamente desarrollada. del hueso; (C), epífisis proximal
Entre los seis meses y el año la directriz en el desarrollo del de un húmero de un subadulto,
perro involucra aumento de talla y huesos cuyas epífisis se articulan en el cual se presenta la epífisis
bien articulada con la diáfisis,
mejor con las diáfisis, hasta que queda todo el hueso integrado en aunque aún se observa la línea
una sola pieza y sólo se conserva una delgada línea entre ambas que divide ambas regiones
zonas. Un perro en este esquema, subadulto, generalmente tiene (Blanco, Valadez y Rodríguez
diez meses de edad o ya está celebrando su primer año de vida 2009).
(Figura 5.17 C).

A B C
¿Y qué relevancia tiene esto? Dado que estamos hablando
de espacios de desarrollo osteológico y dental bien definidos en
tiempo y forma, y disponemos también de un punto de partida,
el nacimiento, mismo que ocurre principalmente en mayo o entre
noviembre y diciembre (Figura 5.16), entonces al tener en nuestras
manos un ejemplar arqueozoológico de menos de un año de edad,
en la medida que ubicamos la edad que tenía al morir, también
podemos determinar el momento en que ocurrió el deceso, es
CONSTRUYENDO UN CAMINO CON HUESOS: LA ARQUEOZOOLOGÍA

decir, gracias al cachorro descubierto podemos saber el momento


del año en que se dio, por ejemplo, el entierro donde se le dejó
como parte del evento. Ciertamente un perro que murió de cierta
edad, por ejemplo a los seis meses, puede implicar dos momentos,
noviembre o mayo, pero con frecuencia disponemos también de
algún elemento complementario que favorece la decisión en uno
u otro sentido, de forma que al final estamos en la posibilidad
de cerrar nuestra investigación con una fecha gracias al perro
empleado.
En el Cuadro 5 mostramos diversos casos de sitios estudiados,
donde el hallazgo de un perro de menos de un año de edad, permitió
Cuadro 5. Cinco ejemplos de definir un momento del año en que se vivió tal o cual proceso.
restos arqueozoológicos de Como se dijo en líneas atrás, el perro es un animal enormemente
Canis en los que la presencia de abundante en el registro arqueozoológico mesoamericano (con
individuos inmaduros permitió
definir el momento del año en
lobos y perros como complemento) y por tanto el estudio de ellos
que se realizaron los eventos siempre puede llevarnos a interesantes propuestas de enorme
donde se les utilizó. valor para la antropología.

Sitios Características de los perros Momento del evento


Chac-Mool, Quintana Restos de 37 individuos enterra- Principios de Julio
Roo (Blanco, Valadez y dos: 15 adultos, un subadulto, 14
Rodríguez 1999) juveniles y 7 crías
Hunchavin, Chiapas Restos de numerosas crías ofren- Entre agosto y octubre
(Blanco, Valadez y Rodrí- dadas a un templo, entre ellas un
guez 2007) lobo de cuatro meses de edad
Templo Mayor (Blanco et Ofrenda animal dedicada al Entre octubre y noviembre
al., 2006) Templo Mayor, colocada en cis-
tas, entre ellas, tres híbridos de
lobo y perro (edades de 18 a 22
meses, cuatro a cinco meses y de
cuatro a seis meses)
Valle de Teotihuacan (Va- Híbrido de lobo y perro de 18 a Entre octubre y noviembre
ladez y Rodríguez 2009) 20 semanas de edad
Zapotitlán, Puebla Dos cachorros descubiertos (Perro de cuatro meses): final
(Martínez de León y como ofrendas en dos entierros de febrero-inicios de abril,
Reyes 2007) cercanos. Un perro tenía cuatro o final de agosto-inicios de
meses de edad y el otro dos se- octubre
manas (Perro de dos meses):
Mayo-mediados junio o entre
noviembre y diciembre

151
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
152

A manera de conclusión, la arqueozoología,


la interdisciplina y la transdisciplina
Hemos visto a lo largo de este capítulo lo que significa la
arqueozoología en términos de área de investigación ligada a la
arqueología, de los métodos de estudio y de la forma como la
interpretación de los resultados puede derivar en propuestas de
enorme interés para nuestro conocimiento respecto de la relación
hombre-fauna al interior de una cultura antigua.
Porque el solo término “arqueozoología” ya implica un
esquema de investigación en el que dos disciplinas se unen,
no debemos perder de vista el reto que significa realizar una
investigación que, como en el caso del camaleón, observamos en
dos direcciones, pero con la habilidad de enfocar en su momento
el objeto de interés y capturarlo. En este caso el éxito de nuestro
esfuerzo significa la creación de conocimiento nuevo, original,
superior a los estándares convencionales, gracias a que el producto
final no es la sumatoria de ambos, sino su fusión, de forma que al
final tenemos en nuestras manos algo que no se hubiera logrado
si se hubiera tratado de un estudio de una sola disciplina. Trabajar
bajo esta filosofía es la mejor forma de crear un conocimiento de
relieve y de impacto para la ciencia.
Por último, y tal como se mostró, el estudio de restos animales
posee todos los recursos para llevarlo hasta niveles donde vemos
la forma como se da la relación hombre fauna al interior de una
comunidad, hasta llevarlo a nivel de tradiciones y concepciones
propias de una determinada cultura. Llegado a este punto sin
duda estamos hablando de un legado cultural que es necesario
reconocer, entender y proteger.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
158
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

CAPÍTULO 6
Paleodieta:
Modelo biológico para reconstruir patrones
alimentarios a partir de la química del hueso antigüo

Bernardo Rodríguez Galicia, Raúl Valadez Azúa y Fabiola Vega García


Laboratorio de Paleozoología/ Instituto de Geología

159
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
160
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

Introducción

D
entro de los bienes tangibles e intangibles que componen la
basta concentración de valores, denominados Patrimonio
Cultural, están aquellos que son recuperados de las
excavaciones arqueológicas: basamentos, esculturas,
figurillas, cerámica, obsidiana, lítica, concha y huesos humanos y
de animales, tanto de entierros como de elementos aislados. Es en
estos momentos cuando el trabajo interdisciplinario da comienzo,
pues la separación de estos materiales es dirigida a cada uno de
los centros de investigación, y laboratorios, en donde especialistas
arqueólogos, antropólogos físicos, biólogos, químicos, físicos,
geólogos, edafólogos, entre otros, efectúan su tarea detectivesca
con el propósito de tener un conocimiento particular del elemento
que les es enviado para su análisis.
El verdadero punto de partida dentro de la investigación
arqueozoológica es cuando los materiales llegan al
laboratorio, pues es allí donde las habilidades de este
especialista entran en acción. Generalmente el trabajo
inicia con la limpieza de los huesos y el reconocimiento
de los datos arqueológicos asociados con los materiales,
los cuales indican el sitio exacto y profundidad en
donde apareció el elemento que se está estudiando.
Posteriormente la pieza ósea se revisa con cuidado, con
el propósito de reconocer, en primer instancia, la unidad
anatómica (fémur, tibia, húmero, vértebra, etcétera)
a qué lado, derecho o izquierdo, pertenece el hueso.
Este aspecto es muy importante, pues en ocasiones
aparecen esqueletos completos, pero dispersos en un
área de varios metros cuadrados; sin embargo si se
presenta una acumulación de huesos de un sólo tipo la
información es otra, pues ello, muy posiblemente, nos
indicaría que los restos de los animales identificados
son el resultadlo de algún evento cultural ocurrido en
el lugar (http://www.iia.unam.mx/investigacion/lab-
pZoo.php/consultada en mayo de 2017).

161
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
162

En los últimos años la investigación antropológica, apoyada


en nuevas aplicaciones tecnológicas, ha avanzado a pasos
“agigantados”, pues las modernas herramientas han hecho posible
que cada vez sean menos las “dudas” y mayor el conocimiento del
modo de vida de las poblaciones humanas del pasado. En general
se puede establecer que las líneas de investigación antropológica
y arqueométrica están apoyando el análisis de los restos óseos
de humanos y animales, a través de la aplicación de las llamadas
“ciencias duras” y el trabajo interdisciplinario de los especialistas
interesados en trabajar con los materiales arqueológicos. Uno de
esos casos es el análisis químico para obtener las concentraciones
de elementos traza16 en el hueso, dichos elementos sirven como
indicadores del origen animal o vegetal de los alimentos consumidos
por los antiguos habitantes de un sitio arqueológico, permitiendo
con ello la reconstrucción de patrones alimentarios (Brito y Baños,
2003).
La presente investigación se relaciona con las fuentes
proveedoras de productos de origen animal y vegetal, que
pudieron haber estado disponibles para las sociedades del pasado
mesoamericano, el consumo y accesibilidad que tenían éstas en los
diferentes estratos sociales que la componían: dirigentes, sacerdotes,
artesanos, campesinos, entre otros. El análisis de elementos traza
como el zinc (Zn), estroncio (Sr) y bario (Ba), complementado con
los estudios arqueozoológicos, han permitido crear un modelo
de nutrición en los animales omnívoros, herbívoros y carnívoros,
haciendo posible establecer los patrones de tendencia alimentaria
que siguieron los habitantes de los sitios arqueológicos, apoyando
la hipótesis: el aprovechamiento del recurso animal está sujeto
a los llamados “estratos sociales”, pues el consumo de alimentos
ricos en productos cárnicos supone, por regla general, un recurso
natural disponible sólo para la clase dirigente, o “clase social alta”,
mientras que el consumo de especies de origen vegetal, supone un
aprovechamiento de productos vegetales, el cual correspondería a
la clase trabajadora o “clase social baja”.

16 Elementos traza: Son nutrimentos esenciales, requeridos en mínimas


cantidades para apoyar el crecimiento, desarrollo y función de un organismo,
algunos de estos elementos son depositados en los huesos, en pequeñas
cantidades, a lo largo de la vida. Algunos de los elementos traza son: cobre,
hierro, selenio, zinc, estroncio, bario, entre otros.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

Antecedentes del análisis paleodietético


Los estudios de la alimentación en las poblaciones antiguas, o de
paleodieta, tienen su origen en la década de los años setentas tras
el descubrimiento del isótopo radiactivo de estroncio 90 (90Sr),
liberado de los ensayos nucleares tras estudiar su comportamiento
e incorporación a las cadenas tróficas de los seres vivos, pues se
tenía la idea de que este elemento podía ser peligroso a la salud
humana. Como resultado de estas, y otras investigaciones, se llegó
a conocer que el estroncio se presenta heterogéneamente en la
litósfera y que ingresa a la cadena alimenticia, tras ser absorbido
del suelo por las plantas, para posteriormente pasar a los animales
herbívoros y finalmente a los carnívoros tras su ingestión, en una
reducción gradual de la concentración conforme va incrementando
el nivel de la cadena alimenticia.
Otros estudios encontraron que el estroncio se concentraba
principalmente en el esqueleto debido a que tiene un
comportamiento muy similar al calcio y lo puede llegar a sustituir
en diversos procesos fisiológicos y bioquímicos (Ezzo, 1994a;
Mejía, 2008). Así y conforme se fue avanzando en el campo de
investigación fisicoquímica y fisiológica del estroncio en los seres
vivos, Toots y Voorhies (1965) iniciaron un estudio paleontológico
para determinar el contenido de este elemento químico en
poblaciones del Plioceno inferior de Nebraska. En 1973 Antoinette
Brown, en su tesis: Bone strontium content as a dietary indicator
in human skeletal populations, llevó a cabo un estudio con varias
poblaciones humanas, incluyendo individuos provenientes de
Mesoamérica, fue en ese momento que nació la investigación
paleodietética vinculada a la arqueología (Mejía, 2008).
Es en el año de 1979 cuando Schöeninger propone que se
podía caracterizar a los miembros de distintos grupos sociales de
Chalcatzingo, Morelos, con el análisis de las ofrendas y el estudio
de la dieta. Los resultados arrojaron datos reveladores, pues las
personas de “alto estatus”, reconocidas por las ofrendas de jade
que tenían, presentaron una concentración menor de Sr, indicando
una dieta alta en carne, mientras que las personas de menor
jerarquía tenían una alimentación más apegada a los productos de
origen vegetal, es decir tenían altas concentraciones de estroncio
(Mejía, 2008).

163
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
164

Schöeninger (1979) infirió la posibilidad de que entre los


individuos de la misma población pudieran haber diferencias
metabólicas que lograran afectar la interpretación de los resultados;
con base en lo anterior realizó un experimento con 35 hurones
que compartieron la misma dieta durante un lapso de tiempo
determinado, los resultados de la investigadora concluyeron que
el contenido de estroncio presentaba un coeficiente del 20% de
variabilidad, en comparación con las concentraciones de este
elemento químico, que pudieran presentar grupos humanos
con el mismo tipo de dieta que se les suministró a los hurones
(Schöeninger, 1979).
Así, y bajo la misma línea de investigación, los estudios que se
generaron más tarde estuvieron dirigidos a conocer las diferencias
que se pudieran dar en individuos masculinos o femeninos. La
conclusión a la que se llegó fue que, en el caso de las mujeres,
durante el embarazo y la lactancia existe una alteración en los
niveles del estroncio en la madre debido a que ella debe de proveer
de alimento y nutrientes al recién nacido, presentándose una
constante transferencia de calcio y en consecuencia de estroncio
(Price et al., 1985).
En el caso de los infantes, es hasta que la leche materna
es sustituida por otros alimentos cuando inicia el proceso
de bio-purificación de calcio; sin embargo el proceso
metabólico toma tiempo y sólo llega a la estabilidad
en la edad adulta, por lo que durante la infancia y la
juventud se registra una tendencia a valores más altos
de estroncio, sin que eso sea necesariamente un reflejo
de las condiciones alimenticias del individuo (Villamar,
2006: 29).
Un aspecto que se consideró en su momento fue la variabilidad
de concentración de estroncio que pudieran presentarse en distintos
elementos óseos de un mismo individuo; lo anterior porque, en
un principio, se pensó que no importaba el tipo de hueso y que
las medidas de estroncio serían las mismas en cualquier elemento
anatómico, sin embargo diferentes estudios efectuados, a partir de
esta interrogante, encontraron que la remodelación ósea se lleva
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

a cabo con mayor rapidez en el tejido esponjoso de las costillas


que en el hueso compacto de fémur, tibia, húmero, radio o fíbula,
por lo que habría una diferencia considerable en la composición
química del elemento óseo y por consecuencia de la concentración
de estroncio, que pudieran registrar cambios dietéticos en huesos
diferentes del mismo individuo; en caso de que no los hubiera,
hipotéticamente, los índices de Sr/Ca sí serían similares (Sillen y
Kavanagh, 1982; Rodríguez, 2004)17.
Ya en los años ochenta las investigaciones de elementos traza
se refieren a la diagénesis18, como agente contaminante en los
huesos. La primera investigación que observó la variación del Sr,
por la acción de este fenómeno, fue la que realizó Sillen en 1981,
él en su trabajo en La Cueva Hoyonim, Israel, notó que al cabo de
un tiempo considerable, los valores de estroncio se homogenizaron
respecto a la matriz de suelo, y que, por lo tanto, ya no reflejaban la
dieta. Más tarde Lambert y colaboradores (1985), buscan hacer una
comparación acerca del efecto de la diagénesis en varios niveles,
comparando muestras antiguas contra modernas, los resultados
que obtuvieron indicaron que el Sr, el Zn y el magnesio (Mg) son
elementos con una menor sensibilidad a los procesos diagenéticos.
Otras investigaciones buscaron la comparación de hueso
con dientes, para ver lo vulnerables que pueden ser unos u otros
a los contaminantes. Estas aportaciones concluyeron que el
esmalte dental es más susceptible a la contaminación, seguido
por la dentina y en último lugar la diagénesis afecta al hueso. En
las investigaciones también se compararon costillas y fémures,
dando por resultado la formación de tres grupos: Sr, Zn y Mg
que presentaron mínimos niveles de contaminación; calcio (Ca),
plomo (Pb) y sodio (Na) tuvieron concentraciones mínimas, lo
cual sugiere una mayor lixiviación19 en este tipo de huesos; y el
hierro (Fe), aluminio (Al), manganeso (Mn), cobre (Cu) y potasio (K)

17 Estas dos últimas premisas son la razón por la cual se sugiere que para
el análisis de elementos traza se empleen muestras de un solo tipo de hueso,
preferentemente fémur, tibia, húmero, radio o cúbito de individuos adultos, por
su resistencia a la diagénesis.
18 Proceso físico, químico y biológico dinámico de interacción entre
el esqueleto y la matriz de tierra en la que es depositado que evidentemente
alteran la naturaleza del hueso en su composición.
19 Proceso de lavado del suelo por la filtración del agua.

165
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
166

mostraron los mayores niveles de contaminación en las costillas,


concluyendo que su presencia es un factor de alta susceptibilidad a
la contaminación adquirida del suelo; así también los elementos ya
mencionados presentaron niveles de contaminación elevados para
individuos jóvenes, con un ligero y continuo incremento durante
la edad adulta; sin embargo el Sr, Zn y Na presentaron un ligero
decremento con la edad (Mejía, 2008). Otro análisis demostró que
los elementos contaminantes se concentraban mayormente en la
superficie del hueso que en las capas interiores, lo cual implicaba
una absorción de materiales, desde la matriz en la que se encontraba
enterrado el esqueleto, y una lixiviación de los elementos que
constituyen el hueso hacia la matriz. Las conclusiones de este grupo
de investigadores fueron que:
… el estroncio y el zinc eran los elementos más
resistentes, entre los examinados, a los efectos de la
diagénesis y por lo tanto eran los más confiables en el
estudio de paleodieta (Lambert et al., 1985: 481; Mejía,
2008: 95).
Teniendo en consideración los estudios de diagénesis,
investigadores efectuaron diversos experimentos que buscaban
contrarrestar sus efectos, teniendo como objetivo principal
disminuir los procesos de la diagénesis en el hueso, empleando
para ello soluciones ácidas para eliminar el exceso de carbonatos
en el elemento óseo, pues este químico suele modificar los niveles
de Sr, Ba y Ca. Una primera solución es propuesta por Sillen (1981)
con base en la preparación de ácido acético (Mejía: 2008); mientras
que Lambert y su equipo de colaboradores (1989) proponen
una limpieza de la superficie del hueso de forma mecánica y
posteriormente una de carácter química con lavados efectuados
en ácido débil; dicha propuesta fue aumentada, poco después por
Price y colaboradores en 1992, al sumergir las muestras en el ácido
durante una noche.
Otros estudios se han enfocado a examinar los procesos
de bifurcación del calcio y su interacción con las diferencias en el
hueso en los distintos niveles de la cadena trófica; en un principio
se creía que había un equilibrio de Sr y Ca entre las plantas y suelo,
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

sin embargo se comprobó que esto era incorrecto y que había que
interpretar los índices de Sr/Ca, no sólo como reflejo del consumo
de recursos vegetales, y/o animales, sino también como resultado
de los elementos químicos incorporados en la dieta, observando
un proceso diferencial de biopurificación donde las plantas podrían
traslapar distintos tipos de alimentación, dándonos lecturas
similares para recursos diversos (Mejía, 2008).
Los estudios de Elias, Gilbert, Sealy y Sillen (1994),
determinaron que aunque no existía una separación
clara por nivel trófico a nivel general, sí era posible
identificar la separación en los peldaños de la escala
alimenticia cuando se comparaban los valores del
consumidor primario con las plantas, y del consumidor
secundario respecto al primario (Villamar, 2006: 37-39).
Existen investigaciones que buscaron otros elementos que
pudieran complementar, de una manera efectiva, su función
química en el hueso, pudiéndose comprobar la validez fisiológica
del bario (Ba), aluminio (Al), cobre (Cu), fósforo (P), hierro (Fe),
magnesio (Mg), manganeso (Mn), molibdeno (Mo), níquel (Ni),
potasio (K), selenio (Se), sodio (Na), vanadio (V) y zinc (Zn); siendo el
trabajo de Gilbert (1975): Trace elements analysis of three skeletal
Amerindian populations at Dickson Mounds, un primer intento
bajo esta nueva fuente de información, en la cual llegó a comparar
condiciones de salud, estatura, suelo al interior del hueso, cristales
de hidroxiapatita y distribución de algunos elementos. Por su parte
Lambert y colaboradores (1979) efectuaron un estudio más amplio
y encontraron que elementos contaminantes como el Al, Fe, K, y Mn
incrementaban su concentración conforme a la edad del individuo,
al contrario de lo que observaron con el Ca y la mayor parte de los
elementos químicos mencionados anteriormente.
Además de las investigaciones mencionadas existe el estudio
de Geidel (1982) quién consideró un amplio número de elementos
como indicadores del consumo de vegetales: Sr, Mn, V y Ni; y
otros más como indicadores del consumo de carne: Zn, Cu, Se, y
Mo; con esta misma perspectiva de análisis se tienen los trabajos
de : Blekely y Beck (1981): Trace elemnts, nutritional status and

167
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
168

socialstratification at Etowah, Georgia; Beck (1985): Bivariate


analysis of trace elemnts in bone; Katzenberg (1984): Chemical
analysis of prehistoric human bone from five temporally distinct
populations in southern Ontario; y Benfer (1984): The challenges
and rewards of sedentism: the preceramic village of Paloma, Peru,
por mencionar algunos.
Un aspecto interesante, respecto a qué elementos químicos
pueden reflejar algún patrón de dieta, fue considerado por Ezzo
(1994), quien estableció algunos criterios básicos para considerar
el uso de cualquier elemento al realizar estudios de paleodieta:
… para que un elemento sea un indicador paleodietético
válido, debe estar incorporado en la estructura de
hidroxiapatita del hueso en niveles proporcionales a los
de la dieta; no debe ser un nutriente esencial o estar
sujeto a regulación metabólica y debe presentarse en
el hueso en niveles que excedan las contribuciones
que se presentan como resultado de los procesos
postdeposicionales (Ezzo, 1994: 610)
Dentro de los estudios de paleonutrición, en poblaciones
antiguas de Mesoamérica, se incluyen investigaciones efectuadas
en: Monte Albán, Oaxaca; Dzibanché y Kohunlinch, en Quintana
Roo; Teotihuacan y San Buenaventura, en el estado de México y
más recientemente en Xcaret y dos sitios, en comparación, del
occidente de Cuba, La Cueva del Perico y Marién II.

Estudios de paleodieta en México


Las primeras investigaciones, o conjunto de estudios sobre
patrones alimenticios en poblaciones antiguas de Mesoamérica,
son los efectuados por Márquez y González-Licón (2001), quienes
con sus investigaciones querían conocer la dieta de los antiguos
pobladores de Monte Albán; sus indagaciones culminaron con la
tesis Brito (2000), quien concluye que había diferencias entre los
individuos de distinto nivel social, teniendo las personas de más alto
status una dieta más rica y variada en proteínas animales, mientras
que los miembros de las clases bajas tenían una tendencia dirigida
hacia el consumo de alimentos de origen vegetal.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

En lo que respecta al área Maya también se tienen trabajos


relacionados a la dieta antigua. El primero de ellos fue efectuado por
Nalda, Tejeda, Velázquez y Zarazúa en 1999, quienes se encargaron
de estudiar los restos de 28 individuos y un jaguar, provenientes
de Dzibanché y Kohunlich, sin embargo en este estudio no se hace
explícito el tipo de tejido utilizado y no se especifica si se efectuó el
análisis químico del suelo (Mejía, 2008).
En Teotihuacan, tres proyectos de investigación han
considerado el análisis paleodietético. El primero de ellos es el que
efectuó Linda Manzanilla, Samuel Tejeda y Carlos Martínez (2000),
dentro del proyecto “Estudio de los Túneles y Cuevas de Teotihuacan”;
el segundo se efectuó en “Antigua Ciudad de Teotihuacan: Primeras
Fases de Desarrollo Urbano”; en ambos proyectos se estudió una
colección de restos humanos provenientes de diferentes sitios
al interior de la ciudad: Cueva de las Varillas, Cueva del Pirul,
Oztoyahualco 15B: N6W3 y Teopancazco; estos humanos habían
sido caracterizados por ser de diferentes temporalidades, sexos y
edades, el estudio incluyó un conjunto de conejos como lote de
control, desafortunadamente este primer intento no contempló
factores de limpieza química de las muestras y utilizó neonatos
e infantiles en lugar de adultos. Aun así este estudio indicó que
para los pobladores del Clásico hubo una dieta más equilibrada en
relación al origen de los alimentos vegetales o animales, mientras
que los moradores del Epiclásico tuvieron una dieta más cargada
hacia los productos de origen vegetal.
El tercer estudio en Teotihuacan es el que realizó María
Antonieta Ochoa en el 2003, analizando una colección de entierros
de La Ventilla, identificando aquí dos grupos de consumo: el
primero correspondió al patio de los Glifos, con un alto consumo de
productos cárnicos; y el segundo, enfocado a unidades domésticas
y áreas de producción artesanal, con una tendencia a la dieta de
origen vegetal (Ochoa, 2003).
Esta tendencia de investigación también se llevó a cabo en
San Buenaventura, Ixtapaluca Estado de México, aquí Almaguer,
Platas y Baños (2003) aplican técnicas de Fluorescencia de Rayos X
en una colección de humanos que data del Preclásico, concluyendo
que no existió una relación directa entre las ofrendas y el estado

169
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
170

nutricional de los individuos analizados, sugiriendo una sociedad


igualitaria en vías de estratificación social.
Ya hacia el 2004 Roberto Rodríguez efectuó una comparación
de los antiguos habitantes de Xcaret, del área maya, con dos
poblaciones costeras del occidente de Cuba: la Cueva del Perico
y Marién II; para esta investigación, Rodríguez utilizó la técnica
nuclear PIXE (Emisión de Rayos X Inducida por Partículas). Los
resultados de su investigación indicaron que el sitio de Xcaret,
tanto en su ocupación prehispánica como en la colonial, tiene una
fuerte influencia hacia la alimentación de origen marino, mientras
que Marién II tuvo una mayor inclinación hacia los recursos
terrestres, situación que compartía con la población antigua de La
Cueva del Perico. Esta investigación resalta la minuciosa revisión
de cada uno de los factores que pudieran alterar los resultados del
análisis paleodietético, cuidando de que no interfirieran variables
de diagénesis, condiciones ambientales y de técnicas de limpieza
que tantos problemas trajeron en las primeras investigaciones de
paleodieta.
Un año después Valadez y colaboradores (2005), con mayor
conocimiento de los avances en la investigación de paleonutrición
y elementos traza, efectúan un estudio donde involucran tanto
huesos humanos como de animales con el propósito de encontrar
puntos de referencia que apoyaran la interpretación de los
patrones de alimentación humana con respecto a las condiciones
establecidas en los niveles tróficos de los diferentes grupos
animales: carnívoros, herbívoros u omnívoros, que sirvieron como
modelo de comparación de la paleonutrición humana, apoyándose
con técnicas de Fluorescencia de Rayos X, estos investigadores,
lograron cuantificar elementos traza en fauna arqueológica y
actual, además de emplear un conjunto de perros domésticos que
aparecieron como organismos asociados a contextos domésticos,
donde las condiciones hablan a favor de pequeñas comunidades
con un estilo de vida rural (Valadez et al, 2005). Los resultados
indicaron que cada especie se agrupaba hacia ciertos extremos de
la cadena alimenticia, encontrando en los perros domésticos una
dieta omnívora, mientras que en humanos una tendencia a la dieta
diversa, con un buen aporte de vegetales, muy similar al que fue
observada en tlacuaches (Valadez et al., 2005).
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

Con la aplicación del modelo empleado por Valadez y


colaboradores (2005), se logró establecer en el Primer Congreso
Argentino de Arqueometría, un inmejorable marco de comparación
alimentaria, confiable en muchos aspectos; el principal de ellos
radicó en ser el primer estudio que resalta la importancia de la
fauna en los estudios de paleonutrición:
… la cuantificación de elementos traza provenientes de
materiales arqueozoológicos y zoológicos que permita
determinar patrones alimentarios de habitantes
del México antiguo, específicamente de la antigua
ciudad de Teotihuacan (siglos II a.C.-VII d.C.)… A nivel
más específico, este modelo muestra el valor que
tiene la arqueozoología dentro de las investigaciones
arqueológicas actuales, pues es claro que todos los
recursos disponibles tienen poco que dar si no se cuenta
con una muestra animal que permita ensayar, evaluar
y finalmente proponer tendencias alimentarias a partir
de concentraciones de elementos traza (Valadez y
Tejeda 2007).
En dicho modelo los investigadores resaltan la importancia que
tiene la identificación taxonómica de los restos arqueozoológicos,
pues en él se sustenta el marco de referencia, a nivel del análisis de
suelos, restos arqueozoológicos y humanos, e interpretación de los
resultados, los cuales pueden ser aprovechados para ser aplicados
en otras regiones de México (Valadez y Tejeda 2007).
Ya como parte del equipo de trabajo de investigación
interdisciplinaria del proyecto “Teotihuacan: elite y gobierno:
Teopancazco”, coordinado por Linda R. Manzanilla (1997-2005),
Mejía-Appel en 2008, presentó la tesis Análisis de paleodieta en
Teopancazco: un acercamiento a las diferencias alimenticias del
clásico teotihuacano, sin embargo ella no consideró en su análisis
a los animales, aunque sí logra establecer que la dieta de algunos
individuos que se encontraron en Teopancazco tenían una dieta rica
en productos de origen costero, mediante la presencia de trazas de
bario (Ba), lo anterior fue corroborado por Rodríguez (2006, 2010)

171
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
172

al reportar, en la identificación taxonómica de los restos, peces


provenientes de la costa del golfo de México.
Con base en lo anterior en el Laboratorio de Paleozoología
del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad
Nacional Autónoma de México (IIA-UNAM), los autores hemos
estado trabajando en el mejoramiento de la técnica y el modelo
de análisis de patrones alimentarios en sociedades humanas y
de fauna antiguos, el cual se ha desarrollado como proyecto de
investigación: Estudios de paleonutrición en poblaciones, humanas
y fáunicas antiguas, haciendo énfasis en el uso de muestras óseas
de humanos y de animales, con el propósito de reconocer patrones
alimentarios de individuos que vivieron en época prehispánica; así
en el laboratorio se tiene establecida la metodología que permite
efectuar el análisis químico de los huesos (Ver apartado: Modelo,
materiales y método, en este mismo capítulo).
Tras algunos años de búsqueda de información bibliográfica
y siguiendo la metodología establecida por Roberto Rodríguez
en 2004, los autores del presente capítulo decidimos modificarla
con el propósito de obtener mejores resultados en los materiales
analizados. La primera alternativa fue hacer las lecturas de los
elementos traza con la técnica de PIXE (Proton Induce X-Ray
Emission), en el Instituto de Física de la UNAM, sin embargo
finalmente se optó, por así convenir a nuestros propios intereses,
por utilizar el Analizador Portátil de Fluorescencia de Rayos X (FRX)
del Laboratorio de Geoquímica Ambiental del Instituto de Geología
de la UNAM (LGA-IG), ya que ésta es una técnica no destructiva,
lo que permite mantener la muestra tal y como se envía para su
análisis (ver metodología de lavado mecánico de la muestra); así
también las lecturas de las muestras se pueden hacer en pequeños
fragmentos de hueso o elementos completos, con un tiempo
estimado de dos minutos por análisis.
Con base en lo anterior en 2014 surge el trabajo: Paleodieta
de la población pretérita del sitio arqueológico “El Tigre” Campeche,
del preclásico medio al posclásico tardío: a través del análisis por
fluorescencia de rayos X; en este trabajo se emplea el modelo fáunico
como patrón alimentario, ya que difícilmente los animales cambian
de dieta, siguiendo lo propuesto por Valadez y colaboradores en
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

2005 y 2007. Con el antecedente anterior, Rodríguez (2014) observa


que la alimentación de los antiguos habitantes de “El Tigre” es tipo
omnívora, ya que presentan gustos variados en su dieta:
La base de la alimentación de los individuos localizados
dentro de las Estructuras 1 y 4 del sitio arqueológico
“El tigre”, pertenecientes a los periodos del Preclásico
medio al Posclásico Tardío, siguieron un patrón
alimentario mixto propio del grupo de los “omnívoros”
dentro de la cadena trófica al ser ubicados entre el
ejemplar de mono araña y el coatí, integrando en su
dieta tanto productos de origen vegetal como animal
(Rodríguez, 2014: 112).
Con el propósito de contrastar los datos obtenidos por
Rodríguez en 2014, surge la idea de verificar los resultados, con
las mismas muestras óseas, en el proyecto: Grupo biológico,
estratificación social y diferencias del consumo alimenticio en
los pobladores de Itzamkanac del Clásico Terminal. La diferencia
fue que en este proyecto se empleó el análisis cuantitativo
multielemental de muestras óseas por Fluorescencia de Rayos-X
en Reflexión Total (TXRF), el cual fue aplicado en el Departamento
de Estudios Ambientales del Instituto Nacional de Investigaciones
Nucleares (ININ), con el apoyo del Dr. Samuel Tejeda y colaboradores
(Martínez, 2015). Los estudio de Martínez hacen referencia a
que el perfil alimenticio de la población de Itzamkanac, de las
Estructuras 1 y 4, tiende a ser de carácter diferenciado, en el
uso y aprovechamiento de los recursos, de acuerdo a su estatus
social o grupo biológico (Martínez, 2015); así también el estudio
buscó conocer la tendencia herbívora, omnívora y/o carnívora,
con el apoyo del perfil alimentario de la fauna y los habitantes de
Itzamkanac.
Se observó que las concentraciones de Sr/Ca
(estroncio/zinc) y Zn/Ca (zinc/calcio) presentaron un
comportamiento homogéneo mostrando un perfil
alimentario omnívoro con altas concentraciones de
estroncio (Sr). Por tanto, al ser tan similares y presentar
una diferencia mínima se puede inferir a través de las
tendencias alimentarias entre los humanos de cada
estructura que no tuvieron un acceso diferenciado a los
alimentos (Martínez, 2015: 183).

173
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
174

La conclusión a la que llega Martínez fue que los datos


indican que la cuestión de género no fue relevante, en cuanto a la
tendencia alimentaria y, al igual que Rodríguez (2014), la sociedad
tenía una alimentación omnívora.
Con la certidumbre del empleo del Analizador Portátil FRX,
del LGA-IG, García en 2016 efectúa el estudio: Alimentación y salud
en los antiguos habitantes del Cañón de Bolaños, Jalisco; aplicando
la técnica de análisis cuantitativo de elementos traza, el autor
menciona que al reconstruir el perfil alimenticio, de poco más de
treinta individuos de El Piñón, Pochotitan, La Florida y La Mezquitera,
fue posible discutir que a pesar de las diferencias culturales entre la
cronología y la variación geográfica de los sitios arqueológicos, se
observa poca variación en los recursos alimenticios que consumían
los antiguos habitantes del Cañón de Bolaños; resaltando la
importancia de la implementación de técnicas de estudio no
destructivas, como la FRX con equipos portátiles, para el estudio
de paleodietas, siendo esta una técnica confiable en el análisis para
las lecturas de elementos traza en restos óseos humanos antiguos
(García, 2016).
Es importante resaltar que, independientemente del origen
de las muestras arqueológicas, y de la técnica de análisis que los
investigadores siguieron en sus proyectos Valadez (2005-2007);
Mejía (2008); Rodríguez (2014); Martínez (2015) y García (2016),
la metodología de limpieza fue aplicada en el Laboratorio de
Paleozoología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
UNAM, y en ella, los autores del presente capítulo, en colaboración
con la QFB Fabiola Vega, del Laboratorio de Geoquímica Ambiental,
del Instituto de Geología de la UNAM, han obtenido resultados
relevantes, pues actualmente se tienen cuatro proyectos más en
este campo de estudio arqueométrico.
Hablar de patrones alimentarios, a partir del análisis
de elementos traza y paleodieta, al interior de poblaciones
prehispánicas, no sólo implica conocer la disponibilidad que tenían
las sociedades del pasado hacia los productos cárnicos o botánicos;
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

sino también detectar las deficiencias alimentarias (salud-


enfermedad), preparación y obtención de los alimentos (al interior
de una aldea o ciudad), y los esquemas económicos, comerciales y
culturales que regían en los asentamientos prehispánicos (dinámica
de los recursos alimentarios al interior y exterior, interacción con
otras comunidades y aprovechamiento diferencial en el “estrato
social”). Es sabido que las variaciones en la dieta siguen rasgos
culturales y factores de organización social que “condicionan” la
preferencia, uso o restricción de los alimentos, tan es así que si
conocemos las preferencias alimentarias de una población extinta,
y la abundancia relativa de los recursos animales, estaremos
favorecidos en conocer parte del esquema alimentario, y su
funcionamiento, en una sociedad extinta; con base en lo anterior
se establece que el objetivo general del análisis paleodietético,
implementado en el Laboratorio de Paleozoología del IIA-UNAM,
es:
• Caracterizar y establecer el patrón alimentario de una
sociedad extinta, empleando para ello un modelo biológico
que permita correlacionar los datos, entre sí, de concentración
de elementos traza zinc (Zn); estroncio (Sr) y bario (Ba) en
restos óseos de animales vs humanos.
Así también se tienen los siguientes propósitos particulares:
1. Presentar el modelo biológico que se ha empleado en el
análisis de patrones alimentarios en las poblaciones humanas
del pasado.
2. Presentar el procedimiento metodológico para el preparado
de las muestras óseas (especímenes) que servirán para
efectuar en ellas las lecturas de concentración de elementos
traza.
3. Validar la eficiencia del equipo portátil de Fluorescencia de
Rayos X (FRX) para el análisis de concentración de elementos
traza en muestras de hueso.

175
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
176

Importancia de utilizar un modelo biológico


en los estudios de paleodieta
En México las inmejorables posibilidades que dan las tecnologías
aplicadas en diferentes centros de investigación, biológica y
antropológica, han permitido avivar el interés de los investigadores
por el análisis arqueométrico sobre los bienes nacionales o, lo que
se ha dado en llamar Patrimonio Cultural, el cual se divide, a nivel
internacional, en tangible e intangible. El primero, en el cual se
enfocará la presente investigación, es la expresión de las culturas
a través de grandes realizaciones materiales, el cual a su vez es
clasificado en mueble e inmueble, siendo el primero en donde se
ubicaría al hueso (como artefacto histórico), pues el Patrimonio
Cultural, tangible, describe que el bien mueble:
Son los objetos arqueológicos, históricos, artísticos,
etnográficos, tecnológicos, religiosos y aquellos de
origen artesanal o folklórico que constituyen colecciones
importantes para las ciencias, la historia del arte y la
conservación de la diversidad cultural del país. Entre
ellos, pueden ser: obras de arte, libros manuscritos,
documentos, artefactos históricos, grabaciones,
fotografías, películas, documentos audiovisuales,
entre otros. (http://www.fusda.org/Revista 25-26
el patrimonio cultural en mexico.pdf/ de uso libre,
consultado en mayo de 2017).
El análisis de elementos traza en hueso, para determinar
patrones alimentarios en poblaciones del pasado, pese a
los adelantos tecnológicos, son pocos, ya que los materiales
arqueológicos, en la mayoría de las ocasiones, siguen un curso de
análisis limitado, que va de acuerdo a los intereses personales del
investigador, puede ser muy básico, posterior a su descubrimiento,
o más detallado si se decide integrar a la fauna y a otros elementos
biológicos; aun así:
Nuevas líneas de investigación arqueométrica están
apoyando y complementando el estudio de los
restos esqueléticos humanos procedentes de sitios
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

arqueológicos a través de la aplicación de innovaciones


tecnológicas. Tal es el caso del análisis químico para
obtener las concentraciones de elementos traza que
sirven como indicadores del origen animal o vegetal
de los alimentos consumidos por los individuos y
que permiten la reconstrucción de los patrones de
alimentación (Brito y Baños 2003: 812).
En los últimos años, se han efectuado trabajos que han
decidido aplicar diferentes metodologías y técnicas de análisis en
el hueso, con el propósito de conocer preferencias alimentarias en
el hombre del pasado.
Los estudios arqueozoológicos demuestran que gran
parte de la fauna silvestre era empleada en la alimentación, sin
embargo no es fácil saber si estos restos son el resultado de un
aporte continuo de carne para la población humana, o si estos
eran más bien organismos que de vez en cuando se consumían.
Esta situación puede aclararse si conocemos qué animales eran
los más comúnmente aprovechados en un sitio arqueológico vía
el análisis arqueozoológico, aunque, hay que tomar en cuenta, que
éste análisis se ve limitado a que los huesos, cuando aún contenían
paquetes musculares, presenten rastros, o evidencias, de haber
sido sometidos a alguna fuente de calor externa, huellas de corte,
masticado, roído y otros datos similares.
Uno de los propósitos que se incluyen en la investigación
arqueométrica para conocer patrones de tendencias alimentarias,
está relacionado con las fuentes de carne disponibles en los
ambientes del pasado, algo pocas veces considerado en el análisis
paleodietético; pues requerimos conocer qué animales estaban
disponibles para que el hombre los obtuviera para su beneficio
alimentario, ya sea por métodos de trampeo o cacería. No
olvidemos que:
… las culturas mesoamericanas del pasado carecieron
de ganado doméstico que garantizara presencia
constante de carne a pocos metros de distancia, aunque
disponemos de largas listas de especies silvestres y
domésticas que eran utilizadas como alimento, desde
los insectos hasta los perros (Valadez, 1992: 55).

177
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
178

Hemos señalado que las pocas investigaciones en México, que


tratan sobre aspectos relacionados con la paleodieta recaen en los
trabajos efectuados por Manzanilla (2000), Nalda y colaboradores
(1999), Brito (2000), Almaguer (2002), Almaguer y coautores (2003),
Ochoa (2002), Rodríguez (2004) y Mejía (2008); sin embargo, en los
últimos años se ha visto incrementada por los trabajos de Valadez
y colaboradores (2005, 2007); Rodríguez (2014), Martínez (2015) y
García (2016) quienes resaltan la importancia de incluir restos de
Figura 6.1. Posición trófica de
animales, ya que estos están adaptados a preferencias alimentarias los mamíferos especializados
muy particulares: carnívoros, herbívoros y omnívoros, que pueden (Imagen de Valadez y
servir como patrón alimentario, si son comparados con el hombre. colaboradores 2005).

Desconocemos en qué medida los recursos vegetales y


cárnicos han formado parte de la dieta del hombre prehispánico,
siendo un tema de discusión entre antropólogos, más aún del
aspecto de si estaban adecuadamente nutridos o no, existe la
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

gran interrogante sobre si la carne era empleada como parte de


su alimentación cotidiana pues, debemos recordar, que la ausencia
de de este recurso en una dieta no implica necesariamente
alimentación inadecuada, por lo que persistiría la duda de hasta
donde la carne fue un recurso disponible.
Con excepción del modelo de Valadez y colaboradores
(2005 y 2007) los estudios de paleonutrición, por lo general,
no incluyen un marco de referencia que compare los hábitos
alimentarios de poblaciones humanas extintas con la fauna del
lugar, presentándose así un vacío en las investigaciones referidas
a temas de paleonutrición; es decir, podemos afirmar que los
estudios de paleodieta no contemplan un patrón de comparación
que justifique, o sustente, la idea de que los antiguos habitantes
mesoamericanos consumían más o menor cantidad de carne, la
pregunta es simple ¡¿con respecto a qué?!
Con base en lo anterior consideramos que la aplicación de un
modelo que involucre tanto a humanos como a diferentes grupos de
animales, bajo un esquema de análisis arqueozoológico exhaustivo,
tiene una invaluable fuente de información que permite apreciar el
uso y aprovechamiento de los recursos naturales en el pasado, lo
cual justifica, por sí misma, la importancia de conocer los niveles de
dieta en poblaciones humanas extintas, pero también el valor que
adquiere la fauna al ser incluida en este tipo de estudios, siguiendo
un patrón de comparación pre-establecido, pues los hábitos
alimentarios de animales herbívoros, carnívoros y omnívoros, por
su propia naturaleza, no han cambiado.
Así, y para poder aplicar el modelo biológico, es necesario
considerar:
1. Una búsqueda de datos etnohistóricos que citen cómo se
alimentaban los antiguos pobladores del sitio arqueológico que
se está estudiando, sin perder de vista que ello ha sido tema de
innumerables discusiones, sobre todo si hacemos referencia a las
grandes urbes mesoamericanas.
2. Que los restos arqueozoológicos provengan de contextos
arqueológicos bien definidos, con características culturales que
demuestren su uso como alimento, aunque esto por sí mismo
no permite apreciar sí las sociedades del pasado tuvieron acceso
continuo a los animales identificados.

179
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
180

3) Que desde hace varios años se ha llevado a cabo el conteo


de elementos traza con colecciones osteológicas mesoamericanas,
sin embargo, más allá de una lista de cifras, es poco lo que se ofrece
respecto de posibles pautas de alimentación.
4) Es importante saber si el vacío entre el dato obtenido y
una tendencia en la alimentación se debe a la inexistencia de
puntos de referencia que permitan relacionar cifras con esquemas
de alimentación (ésta es la razón por la cual se hace uso de la
mastofauna silvestre de la región).
5) En el hueso encontramos trazas de elementos químicos
como bario, estroncio y zinc, que son los más comúnmente
utilizados como indicadores de la posición trófica de un organismo.
El último punto es de gran importancia pues un alto
valor de estroncio se relaciona con dietas diversas, aunque en
ellas predominan las plantas, con un bajo consumo de carne;
naturalmente la cantidad de estroncio presente depende de su
disponibilidad y abundancia en el suelo o agua, que es tomada por
las plantas. En el caso del zinc se considera que su concentración
depende de la cantidad de carne en la dieta, pues se presentan
valores más altos cuando la dieta del organismo es rica en proteína
animal.

Figura 6.2. Distribución de la


concentración de elementos
traza en el modelo biológico
(Gráfica de Raúl Valadez).
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

En general, y para lograr una clara idea de la aplicación del


modelo biológico, es necesario:
1. Cuantificar las concentraciones de los siguientes elementos
traza: zinc, bario y estroncio, en muestras de hueso
arqueozoológico, y actual, del sitio a estudiar.
2. Evaluar los resultados obtenidos con la información biológica
disponible.
3. Aplicar el modelo a una muestra de restos óseos humanos,
del sitio que se está estudiando.
La metodología empleada para la evaluación y estudio
de las muestras óseas se presenta a continuación, sin embargo
también puede ser consultada en las publicaciones de Valadez y
colaboradores (2005); Rodríguez (2014); Martínez (2015) y García
(2016); recordando que la metodología utilizada incluye la lectura
de concentraciones de bario, estroncio y zinc en muestras de suelo,
así como una rigurosa identificación anatómica y taxonómica del
hueso, completo o fragmento a analizar.

Materiales y método
Antes de describir el plan metodológico de preparación de las
muestras, consideramos importante señalar que la identificación
anatómica y taxonómica de los especímenes (identificación
positiva), debe estar garantizada, pues en ella se sustentarán los
patrones comparativos del régimen alimentario de los vertebrados
a analizar, incluyendo al hombre. Así también se tiene que tener
presente que la selección ósea puede ser en fragmentos de diáfisis
o huesos largos completos. Así también se tiene que tener presente
la preparación del ácido acético uno normal (HAc 1N-ácido débil),
que servirá para eliminar las impurezas de los huesos.

1. Selección de las muestras (especímenes).


Lo más recomendable, en la selección del conjunto de huesos
largos que serán analizados, es que el lote esté conformado por
un sólo tipo de hueso: fémures, tibias, húmeros, radios o ulnas;
sin embargo, sabemos que en el contexto arqueológico rara vez se
puede contar con un solo tipo de elemento óseo, así que se tiene

181
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
182

que abordar el análisis con los que se tenga “a la mano”, es decir,


el lote puede estar conformado por diferentes tipos de huesos
largos, eso sí de individuos adultos. Así también, es frecuente que
en el contexto arqueológico se obtengan fragmentos de diáfisis
de huesos largos, si es así, lo más importante es tener la certeza
de la identificación positiva del material, pues se puede caer en el
error de que al momento de que realicemos el análisis se tengan
variantes muy significativas, en cuanto a la concentración de los
elementos traza.
Si sabemos que la concentración de zinc es propia de
organismos con una alimentación carnívora y el estroncio lo es de
vertebrados herbívoros, entonces, lo esperable es que si tenemos
un fragmento de diáfisis y lo trabajamos como perteneciente a un
felino, por ejemplo puma, lo esperable es que la concentración
de Zn sea alta, por los hábitos carnívoros del animal, si sucede
lo contrario, es decir que la lectura indique que el fragmento de
hueso tiene altas concentraciones de Sr, es indicativo que el hueso
pertenecía a un herbívoro, lo cual se traduce en un error en la
identificación taxonómica; existe una tercera posibilidad, esta es
que tanto Sr como Zn se encuentren en concentraciones similares,
en este caso estaremos ante un organismo omnívoro; resaltando
con ello la importancia de la identificación positiva del material
arqueozoológico, y el por qué deben de ser preferentemente
huesos largos completos.

2. Preparación de las muestras


En los últimos años nos hemos percatado que el equipo portátil de
Fluorescencia de rayos X es altamente confiable, incrementando su
eficiencia con un buen lavado de la muestra ósea a analizar, hueso
completo o fragmento, perfectamente identificado. En cualquiera
de ambos casos el procedimiento de limpieza es el mismo, aunque
puede variar en el número de lavados con ácido débil y/o agua,
dependiendo de las condiciones del hueso y de la matriz de suelo
en que se encontró el elemento.
El lavado de las muestras óseas está diseñada para llevarse
a cabo en tres fases: a) Lavado general; b) Limpieza mecánica y c)
Limpieza química.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

A) Lavado general: Para ello se empleará: agua corriente


(grifo), agua destilada (H2Ox), cepillo de cerdas duras (los
cepillos dentales funcionan perfectamente), bolsas de plástico,
o vasos de precipitado, de diferentes tamaños, papel absorbente
(Toalla interdoblada Sanitas-Kimberly-Clark) y baño ultrasónico
(BRANSON-8510), etiquetas y marcador indeleble. Dependiendo
de las condiciones del hueso, puede ser requerido un tamiz
(Mont-Inox) de abertura de 0.297mm en malla y 22 cm de
diámetro; es importante mencionar que antes de llevar a cabo
el lavado de las muestras, hay que etiquetar y en todo momento
tener control de ellas.

Figura 6.3. Baño ultrasónico.

El lavado de los huesos, sean fragmentos o elementos


completos, es a agua corriente (chorro del grifo), utilizando para
ello el cepillo de cerdas duras, el tallado constante hasta eliminar
los residuos de suelo e impurezas que sean visibles. Es importante
señalar que si las condiciones del hueso son de suma fragilidad
el lavado debe llevarse a cabo sobre un tamiz de abertura fina, lo
anterior garantizará que no se pierda material óseo que pudiera
desprenderse al momento de ser lavado.

183
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
184

Posterior al lavado del hueso, se procede a una inmersión


total del mismo en agua destilada, utilizando para ello los vasos
de precipitado; ahora bien, si la muestra es un elemento completo
se recomienda utilizar bolsas de plástico perfectamente amarradas
(puede ser con un simple nudo o utilizando ligas de goma),
verificando, en todo momento, la inmersión total del hueso a
lavar; preparadas las muestras (amarradas), se someten a baño
ultrasónico por un lapso de 10 a 15 minutos en tres ocasiones20,
llevando en cada uno de los baños el cambio de agua destilada
correspondiente.
Una vez realizados los lavados, las muestras son colocadas
sobre las toallitas de papel absorbente, y se dejan secar a la
intemperie, tapándolas con el mismo tipo de papel por tres a
cinco días; en este lapso de tiempo es importante verificar que las Figura 6.4. Lavado de muestra
muestras estén en buenas condiciones, fuera de hongos o de polvo con agua destilada (H2Ox).
en el ambiente que pudiera contaminarlos.

20 Es importante señalar que los baños en ultrasónico pueden variar


dependiendo de que tan sucio se encuentre el hueso a analizar.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

B) Limpieza mecánica: En esta fase se empleara: agua


destilada, bisturí con navaja, alcohol, algodón, guantes de cirujano,
pinzas de disección y bolsas de plástico de diferentes tamaños.
Antes de iniciar la limpieza mecánica, es importante verificar
que la muestra ósea este totalmente seca, además de qué el
bisturí, pinzas y todo lo que entre en contacto con el hueso, sea
lavado con agua destilada y desinfectado con algodón impregnado
de alcohol21.
Colocar guantes e iniciar un raspado de la muestra, con el
bisturí, sobre la superficie del periostio, si es un hueso completo,
y por ambas caras del hueso (periostio y endostio) cuando se trata
de un fragmento. Lo anterior se hace hasta eliminar las impurezas
adheridas a la muestra (acumulaciones de suelo, puntos, manchas,
etcétera), hasta que se obtenga un color uniforme. Cuando el hueso
es un elemento completo, se recomienda hacer el raspado es sobre
las áreas donde se harán las lecturas, esto es en la región central de
la diáfisis y en el primer tercio proximal y distal, aproximadamente
unos 2 cm antes de llegar a las epífisis. Es importante indicar que en
los fragmentos se eliminan trabéculas y en medida de lo posible se
evitan orificios sanguíneos, ya que estos son zonas de concentración
de contaminantes adheridos al tejido óseo.
Figura 6.5. Fase de limpieza Al final se lava la muestra con agua destilada y deja secar a
mecánica de un fragmento la intemperie colocándola sobre una cama de toallitas absorbentes
de hueso. A) Instrumentos y tapándolas (ver inciso A). Ya seco, y con ayuda de las pinzas, se
de limpieza; B) Hueso con
bisturí; C) Hueso limpio, listo
guarda cada muestra en una bolsa de plástico previamente rotulada
para la fase 3. y/o etiquetada.

21 Dicho procedimiento se repite con cada uno de los elementos a limpiar,


ya sea fragmento o hueso completo.

185
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
186

C) Limpieza química: La tercera fase requiere de ácido acético


1 normal (HAc 1N), agua destilada, bolsas de plástico y/o vasos
de precipitado de diferentes tamaños, papel absorbente, baño
ultrasónico, etiquetas, marcador indeleble, y de ser requerido el
tamiz de abertura fina.

Figura. 6.6. Material y


preparación del ácido acético 1
normal (Hac 1N).

La limpieza química inicia con la inmersión22 de cada una de


las muestras en el ácido acético por un lapso de 15 minutos en
tres ocasiones en el baño ultrasónico, es importante observar un
burbujeo que debe de ir disminuyendo paulatinamente, conforme
se va cambiando el ácido en cada ocasión.

Figura 6.7. Lavado de muestra


con ácido acético (Hac 1N).

22 La inmersión es en los vasos de precipitado o en las bolsas de plástico


tal y como se indicó en el inciso a.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

Después de las tres inmersiones, se colocan las muestras,


totalmente inmersas, en el ácido ascético por un periodo de 24 horas
en reposo. Transcurrido el tiempo se sacan las muestras del ácido
acético y enjuagan con agua destilada, posteriormente se llevan
a inmersión con éste último líquido, por un lapso de 15 minutos,
lavando en tres ocasiones en el baño ultrasónico, cambiando el
agua destilada en cada ocasión, finalmente se colocan las muestras
óseas en inmersión de agua destilada por un periodo de 24 horas
en reposo.
Pasadas las 24 horas, se lleva a cabo una nueva serie de tres
lavados con agua destilada, en el baño ultrasónico, en lapsos de 15
minutos, cambiando en cada ocasión el agua, hasta que se elimine
el olor a ácido acético (vinagre), el agua debe quedar totalmente
cristalina y sin burbujeo, de no ser así efectuar los lavados que sean
necesarios.
Pasado el tiempo requerido las muestras son colocadas y
cubiertas con papel absorbente, se calcula que el secado es en
aproximadamente tres a cinco días a la intemperie, por lo que hay
que evitar que estén cerca de alguna fuente contaminante.
Finalmente las muestras, con sus respectivas etiquetas o
rotuladas en las bolsas de plástico, son trasladadas al Laboratorio
de Geoquímica Ambiental, del Instituto de Geología de la UNAM,
para su análisis con el equipo portátil de Fluorescencia de Rayos X.

3. Lectura de las muestras


La Fluorescencia de Rayos X (FRX) es una técnica espectrométrica
que permite conocer la composición química elemental de una
muestra, orgánica o inorgánica, analizando la emisión de rayos X de
los diferentes elementos químicos que se encuentran en ella y su
concentración; su fundamento radica en la existencia de un sistema
atómico con distintos niveles de energía y las posibles transiciones
electrónicas entre ellos.
Si consideramos un sistema de composición en su estado
fundamental de menor energía (reposo), al aplicarle un aumento
de ésta misma, en una magnitud suficiente, ella puede ser
absorbida por el sistema, pasando entonces a un estado de mayor

187
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
188

energía (estado excitado). Los estados excitados son inestables,


y el átomo tiende a volver a su estado fundamental, para lo cual
se producen saltos de electrones desde los niveles más externos
hacia los niveles más internos, para ocupar los huecos producidos.
Este proceso produce desprendimiento de energía en forma de
radiación llamada fluorescencia de rayos-X.
En el Laboratorio de Geoquímica ambiental (LGA) se trabaja
con un equipo de FRX portátil NITON XL3t , Thermo Fisher Scientific,
en donde las muestras pueden ser analizadas prácticamente sin
ningún tipo de preparación o simplemente lavadas. En el caso de
las muestras óseas, provenientes del contexto arqueológico, una
vez que reciben el tratamiento de limpieza descrito anteriormente,
pasan a ser analizadas en el LGA sin ningún otro tipo de
tratamiento, siendo ésta una de las ventajas de utilizar esta técnica
espectrométrica.
En un equipo convencional de FRX, las muestras a analizar se
clasifican de acuerdo al tamaño ya que el mecanismo cuenta con
un stand de seguridad para operarlo, para realizar el análisis, con
dicho equipo, es necesario que la muestra sea de un tamaño que
permita cerrar en stand ya que por seguridad no inicia el análisis si
no está completamente cerrado, en ello el equipo portátil nos da
la oportunidad de operar el sistema sin el stand de seguridad, lo
cual facilita el análisis en muestras grandes, como será el caso de
los huesos largos.

Figura 6.8 Analizador portátil


NOTON XL3t, con y sin stand de
seguridad.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

Una vez que se tiene el ordenamiento de las muestras,


comenzamos analizando con blanco de análisis y un material de
referencia, ambos nos dan información de cómo se encuentra el
equipo cuando iniciamos el estudio, a ello le llamamos método
de estandarización, es decir, verificamos experimentalmente la
relación de la señal del equipo con la concentración del material
que estamos analizando.
En el caso de las muestras óseas, hemos trabajado con
materiales de referencia internos, estos han sido analizados
por otras técnicas y se ha realizado una comparación de las
concentraciones obtenidas y la que nos reporta el analizador
portátil de FRX, obteniendo valores de exactitud que nos indican
un buen funcionamiento del equipo para este tipo de muestras;
otro material que analizamos al inicio son estándares certificados,
en el laboratorio se cuenta con una amplia biblioteca de estándares
de diversas matrices lo que nos permite calcular la exactitud de los
análisis.
El análisis de la muestra se inicia con la exposición de
la muestra a la radiación, colocándola encima de la ventana
dentro de la cubierta protectora para el análisis (stand), una vez
colocada la muestra seleccionamos el tiempo de medición, este
va a depender de los elementos que queríamos identificar; con
base en lo anterior, resulta importante resaltar, que los equipos
portátiles de FRX cuentan con cuatro diferentes filtros que ayudan
a eliminar las posibles interferencias, cada filtro permite identificar
elementos que el otro filtro no detecta, disminuyendo el error por
interferencia entre elementos.

Figura 6.9. Analizador portátil


NITON XL3t.

189
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
190

Es importante mencionar que cada vez que se enciende el


equipo este se auto-calibra, sin embargo los instrumentos de FRX
se pueden calibrar utilizando un método interno, con parámetros
fundamentales determinados por el fabricante, basados
empíricamente en estándares de calibración. Una vez analizados
nuestros controles de calidad, comenzamos a analizar las muestras
de hueso, cada una de ellas se estudia por quintuplicado para
poder tener material estadístico, en el caso de huesos largos se
analizan diferentes puntos, con la finalidad de tener resultados
más representativos. Así también, resulta importante mencionar
que cada 10 muestras óseas, se vuelven a analizar los estándares
para monitoreo de la calidad del método de análisis.
Una vez que se terminó de analizar se procede al tratamiento
de los datos, comenzando por los materiales de referencia.
Realizamos una comparación con los certificados y de los resultados
obtenidos por otras técnicas, así determinamos el error y la exactitud
de los estudios, los elementos de comparación que se encuentren
con una exactitud menor al 15% se consideran aceptables y, por lo
tanto, estos son los que se consideraran óptimos a los resultados
de las muestras óseas.

Aplicación del modelo biológico


Hasta estos momentos la utilización del equipo portátil de
Fluorescencia de Rayos X ha sido altamente satisfactoria, pues sus
resultados han permitido establecer patrones alimentarios en las
sociedades extintas como la de Itzamcanac, “El Tigre”, Campeche,
en donde Rodríguez (2014) logró concluir que sus habitantes tenían
una dieta omnívora, muy similar a la de los perros, presentando
gustos variados en su alimentación:
Tomando en cuenta que los tres grupos de la cadena
trófica como son: carnívoros, omnívoros y herbívoros,
mantienen diferentes preferencias alimentarias y que
los humanos biológicamente corresponden al grupo
de los “omnívoros”, se determinó que presentan gustos
variados por ciertos grupos de alimentos, lo anterior
ligado a los recursos existentes en su medio ambiente
inmediato, costumbres, creencias, etcétera, las cuales
forman parte de un orden socioeconómico, sobre el
cual se regían estas poblaciones del pasado (Rodríguez
2014: 112).
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

¿Cómo se logró llegar a la conclusión anterior? Ciertamente,


lo primero que se viene a la mente es preguntarnos cómo hizo el
investigador para llegar a tal aseveración, la respuesta está en la
construcción de un modelo que, precisamente, permita apreciar
los hábitos alimentarios de animales que difícilmente cambiarían
su dieta.
El modelo biológico consiste en la elaboración de una gráfica
donde los ejes X, Y son las concentraciones de estroncio y de zinc
con patrones de distribución muy bien definidos; por ejemplo, los
conejos suelen ubicarse en la parte media de la gráfica con valores
diversos en el estroncio, aunque muy similares al zinc, lo cual es
propia de una alimentación herbívora; mientras tanto los tlacuaches
llegan a tener una orientación más hacia la región inferior derecha,
en una clara alimentación omnívora; mientras que en el caso de
los felinos, estos se ubican en el extremo opuesto, revelando una
evidente alimentación carnívora. Así también, dentro del modelo
se incluyen cánidos domésticos con el propósito de observar su
comportamiento, estos animales son tanto perros domésticos,
como híbridos (cruza de lobos y perros) que han sido descubiertos
en diversas ciudades precolombinas, y siempre vinculados con
actividades religiosas.
Finalmente, una vez que es construido el modelo faunístico23,
el procedimiento a seguir es ubicar a los humanos analizados en
la misma gráfica de valores, indicándonos el patrón alimenticio a
partir de la tendencia que tienen los animales, siendo interesante
observar que el comportamiento general de la muestra humana
puede ser tan amplio y disperso que su ubicación llega a ser diferente
de individuo a individuo, lo cual puede indicarnos esas preferencias
alimentarias por los productos de origen animal o vegetal; es
decir, tendríamos humanos cerca de animales omnívoros, algunos
otros cerca de herbívoros y, seguramente los menos, asociados
con organismos carnívoros, lo cual, inclusive, daría indicios de
una disponibilidad diferencial, pero también preferencial, de los
recursos alimentarios, muy probablemente asociado al estatus
social de los habitantes de un sitio arqueológico, que en el pasado
fue de magnánima importancia.
23 Es importante señalar que el modelo aplica con el análisis de muestras
faúnicas provenientes del sitio de excavación, pues de no ser así los patrones
dietéticos de los animales pueden arrojarnos datos erróneos por la disponibilidad
de los alimentos que puede variar de un ecosistema a otro.

191
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
192

Conclusiones
Al analizar los resultados obtenidos con la aplicación del modelo
biológico, observamos que cumple el propósito esencial, pues
permite reconocer tendencias alimentarias en individuos de épocas
pasadas y al momento de interpretar, tal o cual patrón, el elemento
cultural las corrobora, explica y complementa.
Así también resulta importante aclarar que los resultados
obtenidos, con la aplicación del modelo fáunico, manifiesta valores
que permiten reconocer las tendencias alimentarias en cada
individuo, pero que al momento de interpretar, tal o cual patrón,
el elemento cultural explica y complementa los resultados, siendo
necesario aclarar que el modelo por sí mismo no determina buena
o mala condición nutricional, sino sólo tendencias alimentarias
(Rodríguez 2014).
La construcción del modelo de referencia, con diferentes
organismos que tienen preferencias alimenticias muy particulares,
fue vital en la investigación de Rodríguez, pues en ella se
estarán ubicando los niveles tróficos (herbívoros, omnívoros o
carnívoros) de los antiguos habitantes de “El Tigre”, muy similar
a la de perros que, al fin y al cabo, eran alimentados con los
“desperdicios” de sus dueños, tal y como puede observarse hoy
en día en algunas comunidades, e inclusive ciudades, del interior
del país. Considerando la metodología empleada es indiscutible
el valor del trabajo interdisciplinario, siendo el presente capítulo
un claro ejemplo de la participación de diversos especialistas,
antropólogos, físicos, químicos, biólogos y otros, que permiten
resaltar la importancia de las ciencias aplicadas en el análisis del
patrimonio cultural, siendo éstas una herramienta para las futuras
interpretaciones del uso y manejo de los recursos naturales en el
pasado.
PALEODIETA: MODELO BIOLÓGICO PARA RECONSTRUIR PATRONES ALIMENTARIOS A PARTIR DE LA QUÍMICA DEL HUESO ANTIGUO

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http://www.fusda.org/Revista 25-26 el patrimonio cultural en
mexico.pdf/ de uso libre, consultado en mayo de 2017.
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

CAPÍTULO 7
Desenterrando el Tiempo con
Radiocarbono

Galia González Hernández* ***, Laura Beramendi Orosco** ***y Guillermo


Acosta Ochoa****
Laboratorio Universitario de Radiocarbono,
UNAM/Área de Prehistoria y Evolución

* Instituto de Geofísica, UNAM


** Instituto de Geología, UNAM
*** Laboratorio Universitario de Radiocarbono, UNAM. Laboratorio Nacional de Geoquímica y Mineralogía
**** Laboratorio de Prehistoria y Evolución, Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM.

199
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
200
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

D
esde tiempos inmemorables el hombre ha tenido la
inquietud de conocer las culturas que antecedieron a
su época. En este afán por conocer cuándo ocurrieron
los eventos ha desarrollado una serie de métodos
cronológicos, gracias a los cuales hemos conocido la edad de
la Tierra con poco más de 4.500 millones de años o cuándo se
extinguieron los dinosaurios hace 65 millones de años. Uno de estos
métodos es el Carbono 14, con el cual podemos datar eventos y
objetos de los últimos 50 mil o 60 mil años. Aplicando este método
de datación el hombre ha podido conocer la antigüedad de los
sitios arqueológicos, cuándo se pobló el continente Americano; la
ubicación en el tiempo, el momento de la domesticación de plantas
y animales, y el momento cuando se originaron las primeras aldeas
del Nuevo Mundo; cuándo construyeron las antiguas ciudades
mesoamericanas y cuándo las abandonaron; cuándo vivieron y
cuándo se extinguieron animales como los mamuts; entre otros
acontecimientos trascendentales en la historia de la humanidad y
de la tierra en sí.

Antecedentes
Por varias décadas la temporalidad de los eventos culturales
en los contextos arqueológicos se determinaba básicamente
por la tipología de la cerámica o el estilo arquitectónico de las
construcciones; y aunque estos aspectos siguen siendo considerados
para reconocer la época o los diferentes periodos de ocupación para
un sitio arqueológico, no es hasta finales de la década de los años
cuarenta con el surgimiento del método de datación numérico del
Radiocarbono, propuesto por el científico Willard Frank Libby y su
grupo de trabajo de la universidad de Chicago en Estados Unidos,
que se estimaron las primeras edades numéricas para artefactos y
sitios arqueológicos.
La datación por Carbono 14 o Radiocarbono es uno de los
métodos más utilizados para establecer las cronologías de los sitios

201
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
202

arqueológicos. El Radiocarbono permite determinar la edad de las


muestras de origen orgánico, datando el momento de la muerte del
organismo del cual proviene la muestra, que en el caso del carbón,
por ejemplo éste correspondería al momento en que se cortó el
árbol o las ramas.
A partir del desarrollo tecnológico de las últimas décadas con
el surgimiento de una técnica de análisis más sensible como lo son
los espectrómetros de masas con aceleradores, se ha abierto el
abanico de posibilidades en cuanto al tipo de muestras que pueden
ser datadas como por ejemplo el polen, los fitolitos, pigmentos
orgánicos que por encontrarse en cantidades extremadamente
pequeñas no formaban parte de los materiales con potencial para
la datación. Esto ha permitido datar muestras muy pequeñas,
relacionadas directamente con contextos de alimentación, como
el polen, los granos o semillas de maíz, girasol, amaranto, calabaza,
jitomate y frijol, particularmente con la domesticación de estas
plantas y de animales como los perros y los guajolotes; además
de que ha abierto la posibilidad, no solamente, de reajustar varias
edades radiocarbónicas obtenidas en el pasado, sino de analizar
muchas muestras de contextos excavados con anterioridad y que
no habían tenido la oportunidad de ser analizadas.
Desde 2004 México cuenta con el Laboratorio Universitario
de Radiocarbono (LUR) de la Universidad Nacional Autónoma
de México compartido por los institutos de Geofísica,
Geología e Investigaciones Antropológicas, lo cual propicia la
interdisciplinariedad. Es único en su tipo en el país y competitivo
a nivel mundial. A partir de la datación de muestras con Carbono
14, un isótopo radioactivo con una vida media de 5,730 años
y presente en toda la materia orgánica menor a 50 mil o 60 mil
años, el LUR combina investigación propia y servicio de análisis a
académicos y estudiantes de varias disciplinas e instituciones del
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

país y del mundo.


Formación y distribución del Radiocarbono
en la naturaleza
La producción natural de radiocarbono es un efecto secundario
de la interacción de los rayos cósmicos con moléculas de los gases
atmosféricos. Esta colisión produce neutrones libres de alta energía
que son absorbidos por los núcleos de los átomos de nitrógeno
14 (14N) de la atmósfera, convirtiéndoles en átomos de carbono 14
(14C). Este 14C de origen cosmogénico reacciona rápidamente con el
oxígeno de la atmósfera dando lugar a monóxido (14CO) y dióxido de
Figura 7.1. Esquema de carbono (14CO2). De esta manera es distribuido uniformemente en
formación de 14C en la
toda la atmósfera por vientos estratosféricos y entra en la biósfera
naturaleza. Archivo LUR, UNAM.
a través de la fotosíntesis de las plantas, y de la cadena alimenticia

203
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
204

pasa a todos los seres vivos.


El modelo del Radiocarbono
Resulta que todos los seres vivos estamos formados por millones
de átomos de carbono, que existen en tres tipos diferentes – el
carbono 12, el carbono 13 y el carbono 14, los cuales se asimilan a
través de la fotosíntesis, en el caso de las plantas, y en el resto de

los organismos por la cadena alimenticia. Figura 7.2. Variedad de átomos


De estos tres tipos de carbono, sólo el carbono 14 es radiactivo de carbono y su abundancia
en la naturaleza. Archivo LUR,
(se transforma espontáneamente en otro átomo no radiactivo, el UNAM.
Nitrógeno 14, emitiendo un tipo de energía que conocemos como
radiación). Mientras los organismos están vivos, la proporción de
los tres tipos de átomos de carbono es constante y la misma que
hay en la atmósfera. Pero, cuando los organismos mueren y cesa
el intercambio de átomos de C con la atmósfera, la concentración
de átomos de carbono 14 comienza a disminuir a una velocidad
constante y conocida, a una tasa tal que después de 5730 ± 40
años la mitad de los átomos de 14C habrán decaído (Godwin, 1962). Figura 7.3. Esquema del modelo
Es por ello que si logramos determinar cuánto 14C le queda a una del Radiocarbono. Archivo LUR,
muestra que alguna vez estuvo viva, podemos saber cuánto tiempo UNAM.
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

ha transcurrido desde el evento de la muerte (Figuras 7.3 y 7.4).


Para transformar el dato de la concentración de 14C que
Figura 7.4. Gráfica del contiene la muestra a una edad que nos permita calcular el tiempo
decaimiento radioactivo del 14C.
que ha pasado desde que el organismo dejó de asimilar carbono
Archivo LUR, UNAM.
(muerte del organismo) es necesario aplicar la siguiente ecuación:

t= -80331n(Am/Ao) Ecuación 1

donde t es el tiempo en años transcurrido desde la muerte, es decir


la edad de la muestra, Am es la concentración (o actividad) de 14C
de la muestra de interés, A0 la Actividad inicial (al momento de
la muerte y en equilibrio con la atmósfera) que, por convención,
equivale a la concentración de 14C atmosférico de 1950, y -8033 es
el inverso de la constante de decaimiento (ln2/T, donde T = 5568
años, tiempo de vida media del 14C estimada por Libby en los años
40’s), Libby, 1955.
Sin embargo, el modelo de estimar edades con 14C a través de
esta ecuación, llamadas edades convencionales, no corresponde
con la escala del tiempo calendario, pues hay varias desviaciones
significativas a las premisas y suposiciones del método propuesto
por Libby, que resultan en que un año de 14C no equivalga a un año

205
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
206

en escala calendario.
Ubicando las edades en el calendario
Para poder medir el tiempo del 14C en la misma escala que el
calendario y ubicar temporalmente un contexto arqueológico, es
necesario realizar un proceso llamado calibración. Pero antes es
importante entender por qué un año de 14C no es igual al tiempo
de un año en escala calendario.
El primer motivo es que el tiempo de vida media del 14C es de
5,730 años y no 5,568 años, por lo que las edades calculadas con la
ecuación 1 serán un 2.9% menores. Pero cuando se encontró esta
desviación en los años de la década de 1960, ya se habían reportado
miles de edades de 14C, por lo que se decidió por convención
seguir utilizando la vida media calculada por Libby (1949) de 5,568
años, con la finalidad de mantener la congruencia con las edades
calculadas previamente (Godwin 1962, Stuiver y Polach, 1977).
El segundo motivo es que el modelo propuesto por Libby
estima que la concentración de 14C en la atmósfera ha sido constante,
de tal manera que al morir todos los organismos tendrían la misma
concentración de 14C, equivalente a lo que había en la atmósfera en
1950, año en que se propuso el método formalmente. Sin embargo,
ahora se sabe que esto no se cumple porque la formación de 14C en
la atmósfera ha variado por causas naturales, principalmente por
cambios en la actividad solar, que modulan la cantidad de radiación
cósmica que llega a la estratósfera terrestre, y en consecuencia
se tienen fluctuaciones en la producción de 14C. La implicación
de esto en el cálculo de edades radiocarbónicas es no saber qué
concentración de 14C tenía el organismo al morir, por lo que se
utiliza la concentración de 1950.
Para corregir estas diferencias entre ambas escalas de tiempo
se han construido curvas de calibración midiendo edades de 14C
con la ecuación 1 en muestras que también se pueden datar por
otro método. Estas curvas de calibración se han construido a partir
de anillos de árbol que pueden ser fechados por dendrocronología
(Figura 7.5) de sedimentos que presentan laminaciones anuales, de
corales y depósitos de carbonatos en cuevas que se pueden fechar
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Figura 7.5. Esquema de la por el método del Uranio-Torio (U/Th) (Reimer et al., 2013).
correspondencia de la edad El proceso de calibración de la edad de una muestra del
convencional con la edad
calendario. Archivo LUR, UNAM.
contexto que se quiere datar consiste en comparar la edad
convencional de 14C, calculada con la Ecuación 1, con la curva de
calibración para encontrar su equivalente en la escala calendario.
Como resultado de la calibración se obtiene una edad calibrada que
Figura 7.6. Calibración de una puede corresponder a uno o más intervalos que pueden abarcar
edad convencional a edad
calendario. Archivo LUR, UNAM
incluso varias décadas, debido a la manera en que ha variado la
(La curva de calibración muestra concentración atmosférica del 14C a lo largo del tiempo (Figura 7.6).
la relación entre la Edad
Convencional, la Calendario y el
patrón de variación de 14C en la
geósfera).

207
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
208

Tipos de materiales que podemos datar


Los materiales que se pueden datar con el método de Radiocarbono
son restos de plantas como madera, carbón, semillas y hojas; restos
de animales como huesos, dientes y conchas; materiales hechos a
partir de organismos como textiles, papel, canastos, cueros, ceras, Figura 7.7. Diferentes tipos de
corchos y pigmentos vegetales. Otro requisito es que las muestras materiales orgánicos que se
pueden datar por 14C. Archivo
que se analicen hayan vivido dentro de los últimos 50,000 años, LUR, UNAM.
porque muestras anteriores a este tiempo ya habrán perdido todo

el 14C que contenían.


Relación de los materiales con el contexto
que se quiere datar
Para aplicar el método de 14C, analíticamente las muestras deben
cumplir con algunos requisitos como cierto contenido de carbono
en los materiales, no sobrepasar la antigüedad que alcanza el
método y ser de origen orgánico. Afortunadamente, gran parte
de los materiales recuperados de las excavaciones arqueológicas
cumplen con estos requisitos; sin embargo, la obtención de edades
confiables y precisas va a depender estrictamente de la estrecha
relación que presenten los materiales con el contexto que se
pretende datar y así poder responder la pregunta que se hace el
arqueólogo acerca de la temporalidad de los diferentes eventos
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

culturales que ocurrieron en el pasado. El radiocarbono permite


ubicar en el tiempo el momento de la muerte del organismo del
que proviene la muestra, que no siempre corresponde con la
pregunta cronológica que hace el arqueólogo, siendo importante
considerar cómo se relacionan estos dos eventos y en consecuencia
identificar qué muestra es más pertinente datar. Por ejemplo, si la
pregunta es cuándo se fundó un sitio o el inicio de una ocupación
pues los materiales pudieran ser los carbones que formaron parte
de las estructuras constructivas o las fibras y carbones de los
adobes; para el abandono de un sitio se podría datar una muestra
de carbón asociada a un ritual de terminación. Si lo que queremos
es generar la cronología de las ocupaciones de los sitios excavados
pudiéramos ocupar los materiales que encontramos en los fogones,
en los rituales o en los entierros, en el caso de estos últimos hay
varias opciones debido a que son uno de los contextos con mayor
potencial, por el cúmulo de materiales de origen orgánico que los
constituyen, como son los restos óseos tanto del difunto como de
los animales, en su mayoría cánidos, que solían acompañar el alma
del difunto a lo largo de su viaje por el inframundo. Las fibras que
formaban parte de las mantas de algodón y los petates ocupados
para envolver y depositar el cadáver, así como los restos vegetales
que logran conservarse de las diversas ofrendas con alimentos
brindadas al difunto, todos ellos son materiales que cumplen con
los dos requerimientos para lograr edades no erróneas. Ahora
bien, podemos analizar muestras “directas” como los huesos de
las personas o animales que nos darán el momento exacto en que
murió la persona o animal, o muestras “asociadas” a este evento
como serían los restos vegetales (carbón, fibras, semillas, polen,
etcétera) que acompañan a los restos óseos.

209
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
210

Procedimiento para ubicar en el tiempo un


evento o contexto

Colecta de muestras en las excavaciones


Los materiales orgánicos, aun los que consideramos de constitución
dura, como el hueso o la madera, son muy frágiles y al estar
enterrados durante mucho tiempo tienden a descomponerse y
degradarse, es por ello que al momento de la intervención hay
que manejarlos con mucho cuidado. Por otro lado, los materiales
destinados a la datación deben ser colectados utilizando guantes
y con ayuda de pinzas y espátulas metálicas para evitar la
contaminación que pudiera ocasionar el contacto con nuestras
manos, con papel o con otros objetos que contengan carbono.
Una vez recuperadas, las muestras deben de secarse rápidamente
en un horno o a la intemperie para evitar que se generen hongos
y bacterias que aportarían otra fuente de carbono ajena a las
muestras.

Limpieza de las muestras


En el laboratorio las muestras pasan por un proceso de limpieza
física y química. La limpieza física radica en eliminar con ayuda
del microscopio estereoscópico, la lupa y una serie de pinzas y
espátulas metálicas todos aquellos materiales ajenos a la estructura
de la muestra como restos de tierra, pelos, insectos, raíces, entre
otros que pudieran estar contaminando con otras fuentes de
carbono. Las muestras limpias físicamente se someten a la limpieza
química convencional, la cual se lleva a cabo en un baño María con
agitación a 45 °C dentro de la campana de extracción. Consiste en
lavados secuenciales con soluciones ácidas y básicas para eliminar
carbonatos (en caso de estar presentes como contaminantes) y
la materia orgánica del suelo en el que estuvieron enterradas las
muestras. Entre cada lavado, con las soluciones, las muestras se
enjuagan por 1-2 horas con agua bidestilada hasta alcanzar un pH
neutro y finalmente se secan en un horno a 50°C por 24 horas.
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Concentrando el carbono de la muestra


Figura 7.8. Imágenes de la Debido a que el 14C es tan poco abundante, para poder detectarlo es
limpieza física y química de las necesario eliminar los otros elementos que componen el material
muestras. Archivo LUR, UNAM.
y así concentrar los átomos de carbono dentro de la muestra
(Taylor, 1987; Hedges,1992). Dependiendo de la técnica analítica,
es el material al que se transforma la muestra. Para muestras
pequeñas, con menos de 2 g de carbono, se analizan por la técnica
de Espectrometría de Masas con Acelerador (AMS), las muestras
se transforman a grafito, recuperando solamente los átomos
de carbono de la muestra. Para el caso de la Espectrometría de
Centelleo Líquido (ECL), las muestras con más de 2 g de carbono,
se deben transformar en un líquido con alto contenido de
carbono y buenas propiedades ópticas, generalmente benceno. A
continuación se describe el proceso realizado en el LUR (Beramendi
y González, 2011), donde utilizamos la Espectrometría de Centelleo
Líquido.
Una vez que las muestras están limpias y secas son
transformadas a benceno, un disolvente orgánico de fórmula C6H6
en el que más del 92% está constituido por carbono y que presenta

211
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
212

excelentes propiedades ópticas. Esta transformación se logra


realizando una síntesis, es decir se llevan a cabo varias reacciones
químicas a través de las cuales pasamos de un compuesto a otro para
finalmente lograr el compuesto final, en nuestro caso el benceno, Figura 7.9. Imágenes de las
que contiene todo el carbono representativo de la muestra (Figura diferentes reacciones que
7.9). En la Figura 7.10 se muestran las dos líneas de síntesis en las conforman la síntesis de
que se lleva a cabo dicha transformación en el LUR. benceno. Archivo LUR, UNAM.
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Análisis del 14C en el Espectrómetro de


Figura 7.10. Imágenes de las dos
líneas de síntesis de benceno Centelleo Líquido (ECL)
del LUR, donde se llevan a cabo El benceno sintetizado, conteniendo todo el carbono representativo
las diferentes reacciones arriba
descritas, para finalmente
de la muestra, se mezcla con un centellador, que es un compuesto
obtener en forma de benceno el orgánico que al absorber radiación emite fotones; de esta forma
carbono representativo de cada en el espectrómetro se miden los decaimientos radiactivos de
muestra a datar. A) Separación la muestra. Los fotones detectados por el espectrómetro son
criogénica de los gases de proporcionales al número de átomos de 14C que hay en la muestra.
CO2 y C2H2 y B) Segunda
Línea de Síntesis con horno
En el LUR contamos con un Espectrómetro de Centelleo
de combustión. Archivo LUR, Líquido de ultra bajo nivel modelo Quantulus 1220 que es un equipo
UNAM. de última generación. El resultado que arroja el espectrómetro
corresponde a la concentración de 14C contenida en cada muestra
analizada (muestra problema y estándar) expresada en conteos por
minuto (CPM), que es el dato que estamos buscando para poder
realizar el cálculo de la edad.

Figura 7.11. Imágenes del


Espectrómetro de Centelleo
Liquido (ECL) en el que se
lleva a cabo la determinación
de la concentración de 14C
en las muestras. A) Esquema
simplificado de la detección del
decaimiento de los átomos de
14C. B y C) parte interna del ECL
y D) ECL con unidad de cómputo
para el procesamiento de los
datos registrados. Archivo LUR,
UNAM.

213
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
214

Calibración de las edades de Radiocarbono


Las edades convencionales calculadas y expresadas en años antes
de presente (a.P. siendo el presente 1950) son calibradas empleando
un programa de cómputo especial que permite expresar las edades
radiocarbónicas en la escala calendario, antes o después de Cristo
(a.C./d.C.). Como se explicó en páginas anteriores, las edades
radiocarbónicas calibradas pueden abarcar uno o más intervalos
en el calendario con probabilidad de que haya ocurrido el evento
de la muerte del organismo del cual proviene la muestra analizada.

Reporte de resultados
Existe una comunidad internacional de laboratorios de
Radiocarbono, la cual se reúne cada tres años en diferentes países
para discutir sobre el estado del arte en las investigaciones que
involucran el uso del método. De acuerdo a lo sugerido por esta
comunidad, las edades de 14C se deben reportar con la siguiente
información:
- Clave del laboratorio donde se analizaron las muestras.
- Edad convencional con su error asociado (±1σ), la que
reporta el laboratorio en escala antes del presente a.P., calculada
con la Ecuación 1.
- Edad calibrada (intervalo que abarca el ± 2σ en escala antes
o después de Cristo a.C./d.C.).
- Se debe reportar el programa y la curva de calibración
utilizados. Existen varios programas de cómputo disponibles en
internet, dos de los más empleados son el Calib (Stuiver y Reimer,
1993) y el OxCal (Bronk Ramsey, 2009).
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Fortalezas y limitaciones del método de


Radiocarbono
El método del 14C es un método de datación numérico que se
basa en fundamentos muy robustos y congruentes. Nos permite
determinar cuánto tiempo ha transcurrido desde que una muestra
dejó de asimilar 14C o lo que es lo mismo el momento de la muerte
del organismo. Sin embargo, todo método analítico presenta sus
limitaciones y el radiocarbono no escapa a esta afirmación. Como
ya se ha mencionado, una de ellas es que solamente podemos
analizar materiales de origen orgánico y que no tengan una
antigüedad superior a los 50 mil años; otra de las limitaciones está
relacionada con el proceso de calibración, resulta que en ocasiones
las edades calibradas abarcan uno o varios periodos del calendario
relativamente largos, imposibilitando distinguir distintas fases u
ocupaciones para un sitio arqueológico (Beramendi et al., 2012).
Esta limitante del radiocarbono es consecuencia de la forma de
la curva de calibración que tiene periodos en los que hay variaciones
muy abruptas, ocasionando que una misma edad convencional
tenga correspondencia con varios intervalos calibrados; asimismo,
hay periodos prolongados en los que la concentración atmosférica
de 14C es prácticamente constante, arrojando intervalos calibrados
que abarcan hasta cientos de años.
Una posible estrategia para contrarrestar estas limitaciones es
la combinación de edades obtenidas por diferentes métodos para
un mismo contexto del que se cuente, además, con información
arqueológica detallada. Al integrar toda esta información del
contexto y los diferentes datos cronométricos, es posible generar un
modelo para realizar una calibración aplicando el teorema de Bayes
de la probabilidad condicional (llamada estadística Bayesiana) para
obtener una cronología con mayor resolución, con edades más
acotadas y que permita distinguir entre diferentes ocupaciones
(Buck, 2004; Beramendi et al., 2009; Wood, 2015)).

215
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
216

Generando cronologías más precisas – El


caso de Santa Marta, Chiapas
El abrigo seco de Santa Marta, en la Depresión Central de Chiapas,
es un sitio de gran interés arqueológico debido a que presenta
una secuencia de sedimentos bien preservada con evidencia de
haber sido ocupada por los primeros pobladores de los trópicos de
América, hace unos 12,000 años antes del presente (Acosta, 2008).
A partir de las excavaciones extensivas realizadas bajo la dirección
del Dr. Guillermo Acosta Ochoa, se obtuvieron varias edades de 14C
para las que se tiene además información arqueológica detallada.
El sitio de Santa Marta es un caso de estudio ejemplar en donde se
pudo conjuntar la información arqueológica con las edades de 14C
para obtener, mediante el uso de la estadística Bayesiana24, edades
calibradas más acotadas y finalmente lograr una cronología más
precisa (Acosta et al., 2017).
De la secuencia sedimentaria de la cueva se dataron 13 muestras
de carbón, recuperadas a diferentes profundidades entre 1.7 y 4.6
m (Tabla 1). Los análisis se realizaron tanto por Espectrometría
de Centelleo Líquido (ECL), como por Espectrometría de Masas
con Acelerador (AMS). Se diseñó un modelo Edad-Profundidad
ordenando las muestras estratigráficamente y se calibró aplicando
estadística Bayesiana usando la versión en línea del programa
OxCal 4.2 (Bronk Ramsey 2009) y la curva de calibración IntCal 13
(Reimer et al., 2013).

24 La estadística Bayesiana es la aplicación del Teorema de la probabilidad


condicional de Bayes a un conjunto de datos. En nuestro caso, estos datos son
las mediciones (edades de radiocarbono), así como la información (otros datos
cronométricos y arqueológicos) asociada a estas muestras. Como resultado se
obtiene la distribución de probabilidad final o a posteriori, que incorpora tanto
la medición como la información a priori. Esta distribución de probabilidad final
no es más que las edades de radiocarbono calibradas con menor incertidumbre
e intervalos del calendario mucho más acotados.
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Edad calibrada con Mediana


Profundidad Edad 14C
Clave muestra Procedencia modelo cal. BP
(m) BP (± 1 σ )
cal. BP (2σ) (2σ )
UNAM-07-28 Capa III -1.722 5,740 ± 65 6,720 – 6,390 6,540
UNAM-07-27 Capa IV -1.83 6,800 ± 97 7,790 – 7,430 7,600
UNAM-07-26 Capa V -1.925 7,530 ± 70 8,420 – 8,180 8,310
B e t a - 2 3 3 4 7 3 Capa VII, niv-
-2.017 7,710 ± 50 8,590 – 8,410 8,490
AMS el 1
UNAM-07-24 Capa VIII -2.056 7,875 ± 175 8,990 – 8,540 8,720
B e t a - 2 3 3 4 7 0 Capa XI, niv-
-2.646 8,740 ± 50 9,910 – 9,550 9,720
AMS el 1
B e t a - 2 3 3 4 7 5 Capa XVI,
-3.763 9,800 ± 50 11,320 – 11,170 11,240
AMS nivel 1
B e t a - 3 5 7 8 3 0 Capa XVI,
-3.86 9,950 ± 40 11,360 – 11,220 11,270
AMS nivel 2
B e t a - 3 5 7 8 3 1 Capa XVI,
-3.96 9,850 ± 40 11,360 – 11,230 11,280
AMS nivel 3
B e t a - 3 5 7 8 3 2 Capa XVI,
-4.06 9,990 ± 40 11,590 – 11,240 11,330
AMS nivel 4
B e t a - 2 3 3 4 7 6 Capa XVI,
-4.31 9,950 ± 60 11,620 – 11,260 11,390
AMS nivel 6
Capa XVI,
UNAM-07-22 -4.351 10,055 ± 90 11,760 – 11,260 11,440
nivel 7

B e t a - 2 3 3 4 7 0 Capa XVII,
-4.557 10,460 ± 50 12,560 – 12,110 12,390
AMS nivel 2

Tabla 1. Edades de radiocarbono


para la cueva Santa Marta.

217
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
218
La calibración del modelo bayesiano de Edad-Profundidad
(Figura 7.12) permitió obtener una cronología con intervalos
más acotados, especialmente para profundidades mayores a los
3.763 m (Figura 7.13). Para este intervalo se tiene una tasa de
acumulación de sedimento significativamente mayor que para el
resto de la secuencia, coincidiendo con las capas en las que se tiene
evidencia arqueológica de ocupación más intensa de la cueva.
Para las edades de las muestras obtenidas a profundidades por
encima de los 3.763, el efecto de la calibración bayesiana es menor
debido a que hay una separación significativa, tanto espacial como
temporal, que hace que los intervalos calibrados para las muestras
no se acoten entre sí.
Otro aspecto importante de la cronología para la cueva
de Santa Marta es que las ocupaciones más tempranas que se
pudieron datar (capas XVII y XVI) tienen edades de 12,560 – 12,110
cal a.P. (2σ) y de 11,760 – 11,170 cal a.P. (2σ), respectivamente,
confirmando ocupaciones durante el Pleistoceno – Holoceno
temprano.

Figura 7.12. Modelo Edad-


Profundidad para Santa Marta
(Acosta et al., 2017).
DESENTERRANDO EL TIEMPO CON RADIOCARBONO

Conclusiones
La datación por 14C constituye una pieza indispensable en el
rompecabezas de las reconstrucciones cronológicas de los
contextos arqueológicos. Este método que encontró un nicho de
oportunidades para su aplicación en el contexto arqueológico en la
Figura 7.13. Resultados de década de los cincuenta, generó una revolución en la forma en que
la calibración, sin el modelo se determinaba la temporalidad de los eventos culturales y sigue
bayesiano (gris claro) y con el siendo hoy día el método más utilizado para generar la cronología
modelo bayesiano (gris oscuro),
de los sitios que estudiamos. Sin embargo, resulta indispensable
para una de las muestras. En
la gráfica se aprecia cómo entender sus fundamentos y limitaciones para aplicarlo de manera
los intervalos coinciden correcta y poder obtener resultados confiables que realmente nos
logrando además acotar permitan ubicar cuándo pasó lo que nos interesa fechar.
significativamente el intervalo El avance tecnológico y las nuevas metodologías que
calibrado al aplicar el modelo
empleamos hoy día nos permiten analizar una diversidad de
bayesiano.
materiales impensables de analizar en décadas pasadas. La
aplicación de estadística Bayesiana a los conjuntos de edades que
se tienen para un contexto mejora sensiblemente los resultados,
permitiendo obtener modelos cronológicos estadísticos de mayor
precisión, que permiten distinguir diferentes eventos u ocupaciones
de un sitio arqueológico.

219
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
220

Hay contextos arqueológicos donde resulta imprescindible


abordar el establecimiento de sus cronologías combinando
además varios métodos de datación. Actualmente es frecuente
el uso del método del Radiocarbono junto con el método de
Termoluminiscencia y el de Arqueomagnetismo. La integración
e interpretación de los datos obtenidos por estos métodos de
datación nos permiten generar cronologías fiables de los eventos
culturales ocurridos en el pasado y alcanzar una comprensión
congruente en la sucesión de los mismos.

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LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

CAPÍTULO 8
Lo tangible de lo intangible: los residuos
químicos como medio para estudiar las
actividades rituales del pasado

Agustín Ortiz, Luis Barba y Alessandra Pecci


Laboratorio de Prospección Arqueológica/Universidad de Barcelona

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

L
os “objetos” considerados como patrimoniales pueden ser de
distinta índole. Mientras el patrimonio natural oficialmente
protegido puede incluir reservas, parques o monumentos
naturales, el patrimonio cultural comprende todo aquello
que pertenece a una cultura. A su vez el patrimonio cultural puede
ser material o tangible (tal como objetos y lugares) o inmaterial
o intangible (tal como creencias, fiestas, rituales, tradiciones y
oficios). En definitiva se trata de “bienes diversos” agrupados
como relevantes para una comunidad, que los disfruta y para
quienes tienen un significado (Ibarra, et al., 2014:375). Así, su valor
o significación puede ser de carácter histórico, social, científico,
arquitectónico, urbano o de los más diversos aspectos.
Si por patrimonio, se entiende un objeto con mérito de
ser protegido, dado el valor que le atribuye una comunidad, la
diversidad de valores asociados varía de acuerdo a los distintos
tipos de objetos en cuestión. En este proceso de reconocimiento y
valoración, participan varias disciplinas. Aun cuando no se pueden
trazar fronteras rígidas, el patrimonio se debe entender como un
fenómeno en el que convergen diversas miradas y, por lo tanto,
se hacen cargo distintas disciplinas. Al surgir como un objeto de
estudio compartido entre varios campos de conocimiento, el
estudio del patrimonio para su preservación y conocimiento no se
puede completar sin una metodología de trabajo multidisciplinaria
o interdisciplinaria (Ibid: 379).
Uno de los ámbitos del patrimonio cultural inmaterial se
manifiesta claramente en el ritual. Los usos sociales, rituales y
actos festivos constituyen costumbres que estructuran la vida de
comunidades y grupos. Su importancia estriba en que reafirman
la identidad de quienes los practican en cuanto grupo o sociedad
y, tanto si se practican en público como en privado, están
estrechamente vinculados con acontecimientos significativos. Esos
usos sociales, rituales y fiestas contribuyen a señalar los cambios de
estación, las épocas de las cosechas y las etapas de la vida humana.
Están íntimamente relacionados con la visión del mundo, la historia
y la memoria de las comunidades. Sus manifestaciones pueden ir
desde pequeñas reuniones hasta celebraciones y conmemoraciones
sociales de grandes proporciones (UNESCO, 2017:9).

225
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
226

Los rituales y las fiestas suelen celebrarse en momentos


y lugares especiales, y recuerdan a la comunidad aspectos de su
visión del mundo y de su historia. En algunos casos, el acceso a los
rituales puede estar circunscrito a determinados miembros de la
comunidad, como ocurre con los ritos de iniciación y las ceremonias
funerarias. En cambio, algunos acontecimientos festivos forman
parte de la vida pública y la participación en ellos está abierta a
todos los miembros de la sociedad: los carnavales, la llegada de la
primavera y el final de las cosechas son ocasiones de celebraciones
colectivas en todo el mundo. Los usos sociales conforman la vida
de cada día y los miembros de la comunidad están familiarizados
con ellos, aunque no todos participen en los mismos (Ibid:11).
Los usos sociales, rituales y acontecimientos festivos revisten
formas extraordinariamente variadas: ritos de culto y transición;
ceremonias con motivo de nacimientos, desposorios y funerales;
juramentos de lealtad; sistemas jurídicos consuetudinarios;
ceremonias de parentesco y allegamiento ritual; modos de
asentamiento; tradiciones culinarias; ceremonias estacionales;
usos reservados a hombres o mujeres; prácticas de caza, pesca y de
recolección, etcétera. Estas abarcan también una amplia gama de
expresiones y elementos materiales: gestos y palabras particulares,
recitaciones, cantos o danzas, indumentaria específica, procesiones,
sacrificios de animales y comidas especiales (Ibidem).
Además de los rituales realizados en la actualidad, es
importante estudiar los rituales del pasado ya que unos y otros
forman parte del patrimonio cultural intangible. Los rituales son
fundamentales para comprender las creencias, cosmovisión, religión
y pueden ser estudiados por antropólogos, etnoarqueólogos,
historiadores, etnohistoriadores y arqueólogos. Las fuentes para
su estudio pueden ser representaciones en códices, esculturas,
arquitectura o pinturas cuando se cuenta con dicha información,
pero cuando no se cuenta con ella, se podrá llevar a cabo un estudio
arqueológico, que tendrá que tomar en cuenta los materiales que
estuvieron involucrados en el ritual.
En este sentido, en tiempos relativamente recientes, la
arqueometría, o sea la aplicación de técnicas científicas al estudio
de materiales arqueológicos, y en particular del estudio de residuos
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

en los pisos y altares arqueológicos han permitido recuperar


información de las sustancias vinculados a los rituales. Estos
residuos son invisibles e “intangibles”, pero se preservan atrapados
en los poros de los pisos y pueden ser estudiados para entender
mejor el tipo de sustancias involucradas en los rituales mismos
(quema de inciensos, ofrendas de alimentos y sangre) y cómo estas
actividades se desarrollaron en el espacio.
En este trabajo se exponen algunos estudios de caso en los
que las evidencias de las actividades rituales quedaron preservadas
en los poros de los pisos arqueológicos, y a partir de la interpretación
de estos residuos químicos invisibles, podremos darnos cuenta de
esas actividades del pasado (Barba, 1986, 2009; Pecci et al., 2010;
Ortiz, 1993, 2015).
Como parte de la metodología de estudio en el Laboratorio
de Prospección Arqueológica, para tener una mejor comprensión
de los patrones de enriquecimiento de los pisos y, en general, del
comportamiento humano, es necesario aplicar una aproximación
que propicie trabajar paralelamente casos arqueológicos,
etnoarqueológicos y experimentales como un modo de lograr una
mejor interpretación de los datos (Barba et al., 2014).
En años recientes la aplicación del estudio de los residuos
químicos impregnados en materiales porosos, ya sea pisos o
cerámicas arqueológicas, ha tenido un gran auge. Los estudios
que presentamos aquí se insertan en la investigación sobre áreas
actividad del pasado y están dirigidos a identificar actividades de
tipo ritual llevadas a cabo en espacios arquitectónicos destinados
para tal fin.
Hasta hace algunos años, en las investigaciones arqueológicas
tradicionales, se consideraba que la excavación había concluido
cuando se localizaba el piso, y sólo se recuperaban los materiales
que se encontraban sobre el mismo y se hacía una descripción
arquitectónica de la estructura, dejando de lado un importante
material de estudio, los pisos. Hoy en día sabemos que éste es un
material importante, debido a que justamente sobre los pisos fue
donde se realizaron las actividades y es precisamente a través del
estudio de los residuos impregnados en ellos, que se posibilitó
reconocer áreas de actividad incluso cuando no se contaba con la

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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existencia de materiales arqueológicos sobre los pisos, observando


únicamente los patrones de enriquecimiento químico que eran
invisibles e intangibles. De esta manera, desde hace casi cuarenta
años, los análisis de residuos químicos en los pisos de estructuras
prehispánicas han sido un instrumento importante para el
conocimiento de las actividades humanas a la par del estudio de
la cerámica, la lítica o los huesos (Barba y Bello 1978; Barba et al.,
2014).
Este tipo de investigación se basa en el hecho de que los
líquidos empleados o producidos por las diferentes actividades al
caer al piso son absorbidos y protegidos en el interior de los poros
de los materiales sobre los que caen, y quedan preservados de
tal forma que pueden ser analizados mucho tiempo después del
momento de su deposición (Barba 1986, 2007; Barba et al., 2014;
Ortiz, 2015).
Debido a que las sustancias derramadas se mantienen en el
lugar original donde las actividades humanas se llevaron a cabo
y, a diferencia de la mayoría de los materiales arqueológicos, los
residuos permanecen in situ, éstos pueden ser considerados un
marcador confiable para el estudio de la distribución espacial de
las actividades, así como buenos indicadores de la función de los
espacios estudiados (Barba 1986, 2007; Ortiz, 1990; Ortiz y Barba
1993; Barba y Lazos 2000, Pecci 2009a; Pecci et al., 2010).
Los análisis de pisos se han llevado a cabo exitosamente tanto
en superficies con aplanados de cal, como en apisonados de tierra
y tepetate o bien en las juntas de los empedrados, y en todos ellos
se ha demostrado que las superficies porosas retienen los residuos
químicos en su estructura hasta que son liberados al momento de
moler la muestra para realizar los análisis pertinentes (Barba y Ortiz
1992; Middleton et al., 2010; López Varela et al., 2005; Pecci 2000,
2009; Ortiz 2015).
El uso de los análisis de residuos químicos para fines
arqueológicos ha permitido interpretar varios tipos de contextos:
áreas habitacionales (Barba 1986; Ortiz 1990; Manzanilla y Barba
1990; Ortiz y Barba 1993; Middleton y Price 1996; Middleton 2004;
Terry et al., 2004; Pecci 2009a), áreas rituales (Ortiz y Barba 1992;
Barba et al., 1996; Getino y Ortiz 1997; Barba et al., 2007; Pecci et
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

al., 2010; Pecci y Cau 2012; Ortiz, 2015), áreas funerarias (Barba
et al., 1991; Ortiz 1996; Pecci et al., 2007; Valadez, 2016), posibles
mercados (Wells 2004; Dahlin et al., 2007); áreas productivas
(Barba y Herrera 1988; Pecci 2007; Pecci et al., 2013a, 2013b; Ortiz
2015; Pecci et al., 2017) e incluso se han aplicado en contextos
paleontológicos (Barba et al., 2015).
Para el estudio de las áreas de actividad, es importante
tomar en cuenta las concentraciones relativas de los diferentes
compuestos químicos estudiados y su asociación con los materiales
culturales presentes. Por lo tanto, es importante plantear trabajos
de tipo interdisciplinario, en los que el estudio de los materiales
arqueológicos se complemente con estudios de tipo arqueobotánico,
arqueozoológico y químico para de esta manera, tener una visión
más integral de las variables y poder llegar a conclusiones más
fidedignas. Además es conveniente, en la medida de lo posible,
relacionar la interpretación con la iconografía y fuentes escritas
cuando se dispone de esta información (Barba et al., 2014).

Técnicas analíticas
A partir de 1978, cuando se realizó la primera aplicación, el
Laboratorio de Prospección Arqueológica ha ido conjuntando
paulatinamente un grupo de pruebas químicas para detectar
residuos orgánicos e inorgánicos, primero en suelos y pisos y más
recientemente en cerámicas arqueológicas (Barba 2007; Barba
et al., 1991). Estas pruebas tienen la ventaja de poder procesar
grandes cantidades de muestras en forma rápida, confiable y
económica, lo que permite apreciar la presencia de patrones de
enriquecimiento químico para superficies de pisos o tendencias de
enriquecimiento en grupos de cerámica tras analizar gran cantidad
de muestras.
Todas las muestras presentadas en este artículo, se han
analizado con pruebas sencillas denominadas spot test que
permiten determinar la presencia de ácidos grasos, residuos
proteicos, fosfatos y carbohidratos, según la metodología propuesta
por Barba et al., (1991) y más tarde revisada por Barba (2007). Se
trata de técnicas sencillas, semicuantitativas, para las que no es

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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posible identificar las sustancias químicas presentes y su cantidad


(i. e. determinar si las grasas son de origen animal o vegetal), pero
han demostrado ser útiles para detectar la presencia o ausencia de
residuos y permiten apreciar la abundancia relativa de los residuos
químicos estudiados, proporcionando datos importantes sobre el
uso del espacio. Además, sus resultados han probado que también
son una forma eficiente de seleccionar las muestras susceptibles de
ser analizadas con técnicas analíticas instrumentales y cuantitativas
en etapas posteriores (Middleton et al., 2010).
Una vez analizadas las muestras mediante las pruebas de spot
test, algunas de las muestras seleccionadas pueden ser analizadas
con cromatografía de gases acoplada a espectrometría de masas
(Barba et al., 1996; Pecci et al., 2013). Se trata de una técnica
instrumental más específica que permite diferenciar entre grasas
de origen animal y vegetal e identificar la presencia de residuos de
sustancias, como el vino, resinas y los aceites de origen diferente
(Condamin et al., 1976; Charters et al., 1993; Malainey et al., 1999;
Evershed 2008a y b; Garnier, 2007; Romanus et al., 2009; Garnier
et al., 2011; Pecci et al., 2013 a y c; Regert 2011).
Del mismo modo todas, o un grupo de muestras puede
ser analizado mediante análisis elementales: la fluorescencia de
rayos X (XRF) (una técnica instrumental no destructiva que mide
la composición elemental de una sustancia al ser expuesta a una
radiación de rayos X (Alcántara et al., 2014; López Juárez et al.,
2012; Melgar et al., 2012) o la ICP-MS entre otros (Middleton et al.,
2010; Terry et al., 2004; Wells et al., 2004).

Indicadores del ritual en la arqueología


En arqueología, varios indicadores pueden revelar la presencia
de un componente ritual. La arquitectura, la pintura mural, la
escultura, los implementos asociados, etcétera, son la expresión
material del ritual a través del tiempo. Por ello, los edificios
religiosos son espacios llenos de significado donde tienen lugar las
acciones pautadas o cambiantes del hombre y donde se genera
todo tipo de emociones (Jones, 1995:190-200). A decir de López
Luján, la labor del estudioso mesoamericano es trascender las
simples descripciones arquitectónicas para llagar a reconstruir
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

escenarios dinámicos donde la forma de significados múltiples se


complementa con la acción de los creyentes durante circunstancias
rituales específicas. (López Lujan, 2006:25).
Como se sabe, un rito es una acción simbólica, repetitiva y
estereotipada que sigue un conjunto de reglas preestablecidas
(Cazeneuve, 1972:29; Scarduelli, 1988:57). Por otra parte, se puede
partir del supuesto de que los pisos estucados se encontraban
químicamente “limpios” cuando fueron estrenados y que, con el
transcurso del tiempo, se acumularon en su estructura porosa los
compuestos químicos en solución, productos de diferentes tipos
de actividades realizadas sobre ellos, pero para el caso específico
nos concentraremos en las de tipo ritual (Barba y Ortiz, 1992;
Ortiz y Barba, 1992, 1993; Barba et al., 1996; Getino y Ortiz,
1997). Bajo esta lógica, la misma acción realizada una y otra vez
puede enriquecer accidental o intencionalmente los pisos con
ceniza, aceites, grasas, resinas, almidones, azúcares o proteínas.
Teóricamente, tales compuestos se habrían conservado hasta
nuestros días, por lo que su identificación química, la información
histórica y los implementos asociados en el contexto arqueológico,
nos permitirán inferir ritos como el ofrecimiento de alimentos a
los dioses, autosacrificio, combustión de copal, derramamiento de
sangre o de pulque, entre otros (Barba et al., 1996; López Luján,
2006:40).
Al respecto, hay varios ejemplos arqueológicos que se han
podido estudiar químicamente y se han logrado identificar patrones
de enriquecimiento que podrían considerarse “diagnósticos” de las
actividades de tipo ritual. De esta forma se ha podido constatar
que los rituales producen una gran cantidad de residuos que se
pueden identificar químicamente mucho tiempo después de su
deposición para interpretarlas y reconocerlas. De hecho, para
quienes estudiamos este tipo de actividades por medios químicos,
la actividad ritual se puede considerar dentro de las actividades más
“sucias”, químicamente hablando. Generalmente en actividades de
tipo ritual se esperarían encontrar enriquecimientos de proteínas,
ácidos grasos, carbohidratos y fosfatos derivados de la ofrenda de
sangre, resinas, bebidas fermentadas y productos orgánicos (Barba
et al., 1996; Pecci 2003; Ortiz, 2015:288-290).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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Los estudios de caso


Teopancazco
Teotihuacan “lugar donde los hombres se convierten en dioses”, aun
cuando no fue su nombre original, ya incluye desde su concepción
un término ceremonial importante. Una inmensa ciudad de más
de 20 km2, con construcciones monumentales, trazo ortogonal,
avenidas, módulos constructivos, templos, barrios y grandes plazas,
etcétera, muestra una evidencia clara de actividades rituales en
muchos de sus murales, donde se infiere que el sacerdote jugó un
papel sobresaliente en la sociedad teotihuacana, ya que el ritual
fue un importante factor integrador en esta sociedad multiétnica.
Hasta donde se sabe, Teotihuacan funcionó como una
confederación de barrios durante las fases Tlamimilolpa-Xolalpan
(200-550 D.C.) y los centros de barrio como Tetitla, La Ventilla y
Teopancazco desempeñaron un importante papel en la composición
de los mismos (Manzanilla, 2012:41-52; Ortiz, 2015).
Teopancazco, un conjunto arquitectónico de la periferia,
ubicado en el cuadrante S2E2 de Millon (1973), al sureste de la
Ciudadela, se ha identificado como centro de barrio multiétnico,
a partir de una serie de indicadores arqueológicos que Manzanilla
ha propuesto para los mismos (Manzanilla, 2012:41), entre los que
se destaca la existencia de un patio mayor a 170 m2 de superficie,
importante para la congregación de los miembros del centro de
barrio para la realización de varios tipos de rituales.
Al centro de la gran plaza, se encontró un altar y un templo al
este al que se accede por una escalinata, además de la existencia
de pintura mural en un cuarto al sur de la plaza, donde se observa a
dos sacerdotes ricamente ataviados frente a un altar; de sus manos
caen semillas y líquidos, y posiblemente representa uno de los
rituales de siembra que simbólicamente quizá se llevaron a cabo
en la plaza central (Ibid: 42). Estos rituales consistían en derramar
líquidos orgánicos con semillas (salvia o chía) hacia los cuatro
rumbos cardinales, en las esquinas y al centro, donde se localizó
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

el altar y fueron rituales de siembra muy comunes en Teotihuacan


(Ibid: 43)
La existencia de murales con sacerdotes realizando algún
tipo de actividad ritual ha sido fundamental para la interpretación
de los enriquecimientos químicos en este tipo de contextos para
Teotihuacan (Figura 8.1) (Pecci, 2000; Pecci, et al., 2010:450;
Manzanilla, 2012:42-44; Ortiz, 2015:287).

Figura 8.1. Sección parcial del


mural principal de Teopancazco
(dibujo de A. Breton. tomado de
Pecci et al., 2010:451).

Por su gran tamaño, colocación estratégica, materiales


asociados, sin duda la gran plaza central de Teopancazco (C6) fue
uno de los sitios con mayor actividad vinculada al ámbito ritual (Pecci
et al., 2010:460; Manzanilla, 2012:473). Las actividades llevadas a
cabo sobre y alrededor de este altar quedaron atestiguadas por la
presencia de enriquecimientos químicos importantes. Alrededor
del altar hay valores altos de pH y presencia de residuos proteicos,
de fosfatos y de ácidos grasos (Figura 8.2). Estas concentraciones
químicas presentes alrededor del altar se pueden explicar por un
efecto de “derrame” de las sustancias ofrendadas encima del altar,
según el patrón mencionado anteriormente (Pecci et al., 2010:462).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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En el gran patio de Teopancazco también se pueden observar Figura 8.2. Mapas de distribución
enriquecimientos químicos en lugares diferentes del altar. Lo química de fosfatos (azul),
anterior sugiere que no sólo era importante el altar, sino todo el carbonatos (amarillo), pH (rojo),
ácidos grasos (rosa) y residuos
espacio en sí mismo para realizar sus actividades, las cuales “daban proteicos (verde) de la gran plaza
unidad al conjunto” (Angulo 1987: 280), y probablemente fue y su relación con el templo del
utilizado como un lugar de reunión para todos los miembros del este (modificado de Pecci et al.,
barrio (Pecci, et al., 2010:463; Ortiz, 2015:352). 2010 por Ortiz, 2015:354).
Tres muestras del patio fueron analizadas con cromatografía
de gases asociada a espectrometría de masa (GC-MS) por L. Salvini y
A. Pecci en el Centro Interdipartimentale di Analisi e Determinazioni
Strutturali de la Universidad de Siena en 2007, siguiendo el método
propuesto por Mottram et al. (1999) para el análisis del extracto
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

lipídico total de la muestra. El objetivo fue obtener más información


relativa al tipo de enriquecimiento químico del patio identificando
algunas de las sustancias involucradas. Los resultados mostraron que
en las tres muestras los residuos fueron escasos. Sin embargo, fue
posible establecer que dos de las muestras analizadas presentaron
colesterol, lo cual indica la presencia de grasas de origen animal,
consecuencia tal vez del derrame de sangre (humana o animal)
como ofrenda u de otra actividad que involucró el derrame de
sustancias de origen animal. En una de las muestras hay también
los marcadores de los productos de Pinaceae que pudieron derivar
de la quema de resinas. La tercera muestra presentó β-sitosterol y
valores de ácido C18:1 más altos que los ácidos palmítico y esteárico
(C16:0 y el C18:0), junto con el ácido C18:2, lo que indica que contuvo
principalmente lípidos de origen vegetal, posiblemente un aceite.
Sin embargo, no fue posible identificar con precisión el tipo de
sustancia (Ortiz, 2015:353).
Al este del patio una escalinata permitía acceder a un templo
(C13), que no conservó el piso de la última fase constructiva; sin
embargo, se pudo muestrear el de la penúltima etapa.
Los resultados químicos del patio (particularmente fosfatos y
ácidos grasos) mostraron una «banda» de enriquecimiento entre el
altar y la escalinata oriental, que se relaciona con un desgaste del
piso que también puede ser observado en el mapa de carbonatos,
donde los valores disminuyen. La importancia de este eje este-
oeste queda evidenciada por la colocación de pequeñas fosas entre
el altar y el acceso al templo (Ibidem). Los resultados químicos
conjuntos del patio y el templo muestran cierta correspondencia
entre sí, no obstante que no fueron contemporáneos. Se puede
plantear entonces que las actividades rituales llevadas a cabo entre
altar-patio-templo fueron constantes en el tiempo, fenómeno ritual
que ya había sido observado anteriormente en el patio rojo de un
conjunto habitacional teotihuacano denominado Oztoyahualco
15B (Ortiz, 1990; Barba et al., 2007; Pecci, et al., 2010:463).
En conclusión, los residuos químicos del patio central de
Teopancazco, así como su distribución en puntos específicos del
mismo y hacia el templo, confirmaron la existencia de actividades
rituales en las que se emplearon fluidos que fueron esparcidos
en puntos clave para el ritual (Pecci, 2000; Pecci, et al., 2010:450;
Manzanilla, 2012:42-44: Ortiz, 2015:288).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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El momoztli de Palma y Venustiano Carranza


El segundo caso de estudio lo tenemos en un pequeño altar o
momoztli localizado muy cerca de lo que fuera el Recinto Sagrado
de México-Tenochtitlan, a escasos 290 m al suroeste del centro de
la actual Plaza de la Constitución (Zócalo), y su descubrimiento se
dio a raíz de un salvamento arqueológico tras el sismo de 1985,
realizado en un predio ubicado en el cruce de las calle de Palma y
Venustiano Carranza (Getino y Ortiz, 1997).
El momoztli de planta circular, con 2.35 m de diámetro y 70
cm de altura presentó una escalinata remetida orientada hacia el
poniente y en su cima aún se podían apreciar las huellas de dos
braseros de 28 cm de diámetro, ubicadas simétricamente al oriente
(Figura 8.3).
La superficie del momoztli presentó concreciones salitrosas
sucesivas, formadas posiblemente por fluctuaciones del nivel
freático durante un tiempo prolongado, o bien ser reminiscencia
de una posible inundación que provocó tener que elevar el nivel
del suelo y cubrirlo ritualmente para su clausura (Getino y Ortiz
1997:124).
Los apisonados intencionales para cubrirlo fueron cuatro de
aproximadamente 20 cm cada uno en promedio. Encima del primero
(nivel 5.51 m), al sureste del altar, se colocó como ofrenda una olla
que estaba tapada con una laja y contenía huesos de codornices.
Sobre el segundo apisonado se colocó otra olla en la misma dirección,
10 cm arriba del anterior (nivel 5.41), pero ésta se encontró vacía,
por lo que posiblemente pudo contener algún líquido de ofrenda; al
oriente del altar se recuperaron tres esqueletos más de codornices
sobre la superficie apisonada (Ibid: 125).
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

Figura 8.3. Planta y sección


del momoztli y sus ofrendas
(Tomado de Arqueología No.
18, 1997:124).

En el tercer apisonado se encontró un entierro primario de


sexo femenino, aproximadamente de 18 años ofrendado al altar
(Entierro No. 1), colocado en posición flexionada y sedente25, con
orientación poniente-oriente y el cráneo facial hacia el oriente.
Conservaba una coloración rojiza, tal vez de cinabrio, en las
tibias y astrágalos. Tenía además una cuenta de jade cerca de las
vértebras cervicales, una concha entre las costillas y un posible
cetro de madera sobre el esternón que terminaba en punta hacia
la región pélvica.

25 Que está en posición de sentado.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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A partir del cuarto apisonado se colocó un relleno de cantos


que formaba el núcleo del edificio de la tercera ocupación que
cubrió totalmente al momoztli y que correspondió a una banqueta
orientada oriente-poniente (nivel 4.05 a 4.15 m), asociada a un
basamento muy destruido que se localizó al poniente; el piso
de aplanado de cal conservaba la pintura original de color rojo
(Ibidem). A ambos lados de la banqueta se colocaron dos ofrendas
más. Al norte (nororiente del momoztli), entre el núcleo de piedras
y el último apisonado, se localizó otro entierro primario (Entierro
No. 2). Un individuo de sexo masculino, colocado en posición
decúbito lateral derecho y flexionado, con una orientación general
este-oeste y el cráneo hacia el oeste (Figura 8.4), acompañado por
una ofrenda consistente en siete vasijas miniatura (cinco cajetes
y dos jarras) y un silbato con cabeza de águila; todas las piezas
presentaron restos de pintura azul (Ortiz y Vackimes, 1988:40). En
el extremo opuesto se colocó una vasija tipo Matlatzinca colocado
en el interior de una pequeña caja de adobes, en cuyo interior se
encontraron pequeños huesos, posiblemente de pescado o de
reptil (Getino y Ortiz, 1997:126).

Figura 8.4. Proceso de clausura


del momoztli (Tomado de
Arqueología No. 18, 1997:126).
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

El sistema constructivo del momoztli consistió en cuatro


hiladas de adobes colocados concéntricamente para dar la
forma circular, unidos con una argamasa de arcilla con arena que
contuvieron lascas de obsidiana, pequeñas conchas, caracoles
lacustres y algunos fragmentos de cerámica del tipo Azteca II, que
claramente corresponde a la primera ocupación del sitio (Ibidem).
Al excavar el interior del momoztli para observar su sistema
constructivo, se encontró en su parte superior, inmediatamente
debajo del aplanado de cal, una gruesa capa de ceniza y carbón,
resultado de una pira encendida sobre su superficie. Sobre esta capa
se colocó una pequeña caja de ofrenda, que contuvo una cuenta de
serpentina (chalchihuite) y evidentemente tanto la colocación de
la ofrenda como el encendido de la hoguera, fueron parte de un
ritual de inauguración que antecedió al recubrimiento final de la
estructura con el aplanado de estuco (Ibid:127) (Figura 8.5).

Figura 8.5. Inauguración,


uso y clausura del momoztli
(Tomado de Arqueología No. 18,
1997:136).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
240

Para conocer el tipo de actividades que se realizaron sobre Figura 8.6. Resultados de
la superficie del momoztli, se realizó un muestreo químico que fosfatos (en azul), residuos
proteicos (en verde), pH (en
identifica la presencia de fluidos derivados de las actividades rojo) y ácidos grasos (en rosa) del
realizadas sobre él, pensando que se pudieron derramar líquidos piso del momoztli (retomado de
de origen orgánico, como sangre, bebidas fermentadas o la quema Arqueología No. 18, 1997:135 y
de resinas como copal en los braseros que de alguna manera modificado por Ortiz).
alteraron la coloración y características de la superficie estucada
(Barba, 1986; Barba et. al., 1996; Getino y Ortiz 1997:130).
A partir de la distribución de residuos químicos en la superficie
del momoztli, y basándose principalmente en los incrementos de
fosfatos, residuos proteicos, pH y ácidos grasos, se infirió que las
áreas de actividad principales, se concentraron entre los braseros,
frente al brasero norte y la ruta de circulación de la escalinata hacia
los braseros (Figura 8.6).
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

Es muy factible que el origen de los fosfatos derivó del uso de


sustancias ricas en fósforo, utilizadas en el manejo de ofrendas y
fluidos derramados repetidamente sobre la superficie, en estrecha
relación con la existencia de residuos proteicos procedentes
posiblemente del derramamiento u ofrecimiento de sangre animal
o humana. Asimismo, debido a la relación entre las huellas de
braseros y los ácidos grasos presentes, se infiere el uso de resinas,
como el copal, durante las ceremonias realizadas sobre la superficie
estucada del momoztli, lo cual aumentó los valores de carbonatos
y los valores de pH que se incrementaron aún más debido a la
combustión de material celulósico.
Tal como se muestra en la figura 8.5, durante el proceso de
excavación del momoztli, se pudieron identificar al menos tres
momentos relevantes y en cada uno su importancia como espacio
ritual fue evidente: 1) el momoztli como símbolo de fundación,
2) el momoztli como espacio sagrado y 3) La desacralización del
momoztli mediante su enterramiento ritual. Cada una de estas
etapas desarrolladas según su momento, tuvieron un carácter
ritual distinto en cada caso (Getino y Ortiz, 1997:133).
El momoztli de Palma y Venustiano Carranza estuvo
probablemente asociado a los primeros asentamientos en
Tenochtitlan, por lo que su construcción estuvo relacionada con la
fundación del barrio o tlaxilacalli de uno de los primeros grupos
que se establecieron en la ciudad, en la parcialidad de Moyotlan,
cercana al recinto principal (Valero, 1991; Morales, 1993).
Los momoztli de este tipo se ubicaban, en general, asociados
a los templos, tanto al interior del recinto ceremonial de la ciudad
como en cada uno de sus barrios. Aunque en este caso no se contó
con datos de esta naturaleza, sí se ubicó el momoztli al centro de
un emplazamiento rodeado por unidades habitacionales, lo que
lleva a sugerir la relevancia de las actividades ceremoniales que
de manera cotidiana pudo haber realizado la población del barrio
(Getino y Ortiz, 1997:134)
A partir de las descripciones de las fiestas rituales presentes
en los códices y apoyados en los resultados del análisis químico,
se puede concluir que los actos rituales, iban acompañados por
una parafernalia recurrente que entre los mexicas incluyó el uso de
materiales orgánicos propios para el ritual, sobre todo el encendido
de copal y el derramamiento de sangre.

241
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
242

La Casa de las Águilas de Templo Mayor


Sin duda alguna el estudio de residuos químicos llevados a cabo
sobre el piso de la segunda etapa constructiva de la Casa de
las Águilas ha sido de los más exitosos, dado que se pudieron
contrastar los resultados de las muestras de residuos químicos,
con las fuentes etnohistóricas y el material arqueológico presente.
Para dicho estudio la excavación arqueológica recuperó un piso en
perfecto estado de conservación sobre el que se realizó un muestreo
sistemático de toda la superficie de ocupación que involucró el
pórtico, tres cuartos internos y un patio interno o implivium, así
como las banquetas y los altares (Barba, et al., 1998: 24).
El edificio de la etapa II cronológicamente corresponde a la
época de Moctecuhzoma Illhuicamina (1440-1469 d.C.), según la
cronología elaborada por Umberger (1987:415-472) para el Templo
Mayor (López Luján, 2006:54).
Sobre su piso de la etapa II se encontraron diez braseros
de estilo tolteca y cuatro esculturas de cerámica hechas a escala
humana que se encontraban sobre banquetas resguardando los
vanos orientales de los accesos de intercomunicación. Dos de
ellas representan personajes ataviados con trajes de águilas que
custodiaban la entrada principal del ala este, mientras que otras dos
representan seres “esqueléticos” que simbolizan a Mictlantecuhtli
o “señor de los muertos” y custodiaban un estrecho pasillo de
comunicación entre el cuarto 1 y el patio interno. Ambos pares de
esculturas se encontraban mirando hacia el oeste (López Luján,
2006: 84).
Al norte de la etapa II en la llamada Operación B, se localizaron
otras dos esculturas de Mictlantecuhtli semidescarnadas, mirando
hacia el sur, que protegían la entrada principal del ala norte (Figura
8.7). Ambas esculturas presentan el hígado y la vesícula biliar
colgando fuera del tórax, y se encontraron asociadas a dos braseros
más y una serpiente de cascabel en piedra que fue colocada para
proteger el lugar en el momento de la clausura (Ibid: 85-100).
Todos los cuartos interiores están decorados con banquetas
coloreadas que presentan representaciones en bajo relieve
de procesiones de guerreros que confluyen en altares que
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

iconográficamente muestran en su parte frontal un zacatapayolli,


bola de heno en la que ensartaban los punzones de autosacrificio
después de haberse extraído sangre de diversas partes del cuerpo.
Imágenes encontradas en los códices Maglabecchiano (1983) y
Tudela (1980) muestran el tipo de actividades rituales que los
ofrendantes solían realizar frente a los altares e imágenes, y el
Figura 8.7. Localización de las hallazgo de punzones y puntas de maguey durante las excavaciones
esculturas y distribución del de la estructura junto a las representaciones de los zacatapayolli
espacio en la Casa de las Águilas. parecen confirmarlo (Barba, et al., 1998:24).

243
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
244

Un aspecto interesante del piso del pórtico de la Casa de las


águilas, es que presentó una serie de marcas cinceladas formando
espacios rectangulares bien delimitados, y al momento de su
descubrimiento no se tenía alguna explicación de su posible uso.
Estas se encontraron principalmente en el gran vestíbulo, así como Figura 8.8. Casa de las Águilas
frente a los accesos restringidos y custodiados por las imágenes mostrando el cincelado de
antropomorfas de tamaño natural antes descritas (Figura 8.8). marcas sobre el piso de la
etapa II.

A partir de un muestreo sistemático del piso de la estructura


y de su análisis, se obtuvieron resultados que mostraron residuos
químicos significativos y con distribuciones no aleatorias en áreas
donde se encontraron la mayoría de los elementos asociados al
ritual (López Luján, 2006: 260; Barba et al., 1998: 24-25). Dichos
análisis permitieron reconocer cinco áreas de actividad importantes:
el altar principal, el área frente a las esculturas antropomorfas,
el área frente a los braseros, los accesos y las zonas demarcadas
mediante el cincelado (Ibidem).
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

Al observar los mapas de residuos químicos de cada uno


de los espacios, es claro que algunos de los rituales identificados
tuvieron lugar durante el tiempo de uso de la estructura, tales como
los llevados a cabo frente al altar principal, y estaban dirigidos a un
determinado número de personas que se encontraban sentadas o
hincadas, orando y haciendo penitencias y oblaciones en las zonas
demarcadas por el cincelado, colocadas ex profeso en el vestíbulo
principal frente al mismo. El mayor enriquecimiento químico del
piso del vestíbulo parece reforzar lo anterior, en contraste con
Figura 8.9. Mapas de la
los espacios internos más “limpio” y sagrados y a los que sólo los
distribución de residuos de
fosfatos (en azul), proteínas (en sacerdotes de alto rango podían acceder. En estos espacios, el mayor
verde) y ácidos grasos (en rosa) enriquecimiento se da principalmente en la zona de los altares,
en la Casa de las Águilas en único punto en el que los análisis con spot test y cromatografía de
Templo Mayor. gases realizada en la UNAM mostraron residuos compatibles con la
quema de resinas o copal (Figura 8.9).

245
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
246

En estos rituales más “privados” llevados a cabo frente a los


altares localizados en los cuartos 2 y 3 ubicados en la parte posterior
al vestíbulo, López Luján propone que se realizaban a) la penitencia
a través de sangrías corporales realizadas frente a las imágenes y
altares, b) la incensación mediante la combustión de resinas en
grandes braseros, c) la oblación constante de alimentos perecederos
frente a las imágenes y altares, d) el derrame de líquidos como
pulque y sangre, f) la posible ingestión de estupefacientes como
el Datura stramonium26, junto con invocaciones divinas, plegarias,
ayunos y meditaciones de los que se carece evidencia pero que
posiblemente completaban la lista (López Luján, 2006:298).
Por otra parte, llamó la atención la insospechada presencia de
indicadores químicos en los accesos flanqueados por las esculturas
de cerámica. Los altos valores en los residuos de proteína y ácidos
grasos parecen estar relacionados con el derramamiento de sangre
y resinas en el culto a dichas imágenes, como una manera de
petición para poder acceder a un espacio más sagrado ubicado en
el siguiente cuarto (Barba, et al., 1998: 25).
Una última actividad antes de la clausura de la etapa II del
edificio y que también contribuyó al enriquecimiento químico de
las banquetas y de las imágenes, fue que a éstas últimas se les
bañó completamente con sangre humana y se les aderezó con
mandíbulas humanas (López Luján, 2006:298). En dicha ceremonia
se realizó un complicado ritual de enterramiento y desacralización
de la estructura, las imágenes antropomorfas, los braseros y los
altares (Ibid: 95).
Algunas imágenes que se pueden observar en los códices
Tudela y Magliabechiano, muestran los tipos de actividades rituales
que pudieron llevarse a cabo en la Casa de las Águilas, durante
su uso y clausura, en las que se muestra a penitentes sentados e
hincados meditando, quizá ayunando y haciendo plegarias, además
de sacerdotes realizando oblaciones de sangre, copal y corazones
humanos frente a los altares, braseros e imágenes, ensartando las
agujas ensangrentadas en el zacatapayolli e incluso derramando
sangre sobre la escultura de Mictlantecuhtli, tal y como ocurrió
durante la clausura del edificio (Figura 8.10).
26 El estramonio es una planta venenosa de la familia de las solanáceas.
Originaria posiblemente de México.
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

Los resultados de los residuos químicos en la Casa de las


Águilas se corroboran en los documentos históricos del siglo XVI. A
través de los informantes de Sahagún (1979:lib.10:92r-92v) se sabe
Figura 8.10. Imágenes rituales
del Códice Tudela (1980:76r)
que los mexicas atribuían a la sangre cualidades fortalecedoras
y Códice Magliabechiano y vivificadoras. Creían igualmente que estas virtudes podían
(1983:87v) frente a los altares e ser transmitidas a los dioses, arrojando el líquido vital al aire,
imágenes. derramándolo en un fogón, untándolo sobre el cuerpo de las
imágenes o vertiéndolo sobre sus labios a manera de alimento
(Sahagún, 1997:74, 79; Códice Tudela, 1980: 364v-365v en López
Luján, 2006:95).
Evidentemente este tipo de rituales no se llevaban a
cabo de manera aislada, sino que se presentaban en secuencias
definidas temporalmente o ceremonias rituales que consistían en
espectáculos largos y complejos, cuyos elementos y estructuras
dependían de las circunstancias y de los fines perseguidos (López
Luján, 2006: 298).

247
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
248

Comentarios finales
Los rituales como patrimonio intangible actualmente son estudiados
por etnólogos, antropólogos, etnoarqueólogos y etnohistoriadores.
Sin embargo, su estudio en el pasado también es importante, y para
ello los historiadores y arqueólogos utilizan los documentos escritos
y los restos materiales para su interpretación. Lamentablemente
muchas de las actividades realizadas en dichos rituales no dejan
una huella física y no son observables sino sólo a través de las
evidencias materiales dejadas por nuestros antepasados, lo que
complica su estudio. La aportación de este trabajo es mostrar que
a través de un indicador invisible como son los residuos químicos,
es posible acercarnos al estudio de los espacios en donde éstos se
realizaron e identificarlos.
De este modo gracias al desarrollo de las ciencia, se ha
logrado recuperar información del pasado a través del estudio
de sustancias aparentemente desaparecidas cuyos residuos
permanecieron protegidos en los poros de los pisos, lo cual ha
permitido determinar el lugar donde se realizaron los rituales y en
los casos más afortunados reconocer las sustancias utilizadas en
ellos.
Este tipo de análisis, del que hemos presentado casos de
estudio mesoamericanos, tiene la potencialidad de ser aplicado
en otras partes del mundo. El primer ejemplo de estudio realizado
en este sentido, fue en el Mediterráneo, a un altar doméstico
encontrado en una domus romana en Massaciuccoli (Toscana, Italia),
donde los fosfatos, residuos proteicos y ácidos grasos identificados
en el área, muy probablemente derivaron del derrame de ofrendas
(Pecci, Cau 2012), de este modo, muchos otros edificios de sitios
arqueológicos esperan ser estudiados de manera similar para sacar
a la luz más información sobre este patrimonio intangible.
Por otra parte, los objetos cerámicos al igual que los pisos,
tienden a absorber los residuos químicos en sus poros, y en ellos
también se pueden encontrar indicios de su uso en los contextos
rituales. Al respecto se pueden citar varios ejemplos, como los cajetes
y sahumadores excavados en la Plaza Manuel Gamio asociados a
ofrendas de sangre (Ortiz, et al., en prensa) o las llamadas copas
LO TANGIBLE DE LO INTANGIBLE: LOS RESIDUOS QUÍMICOS COMO MEDIO PARA ESTUDIAR LAS ACTIVIDADES RITUALES DEL PASADO

“pulqueras” localizadas en Churubusco con altas concentraciones


de fosfatos y residuos proteicos, y que en vez de pulque, pudieron
contener sangre (Villegas y Patterson, 2003; Barba et al., 2014:219)
o bien la cerámica localizada dentro del túnel de la Pirámide del Sol
y que por sus altos valores de carbohidratos, proteínas y fosfatos,
pudieron haber servido para contener y consumir alimentos de
tipo ritual (Barba y Ortiz, 2012; Barba et al., 2014:224).
En Europa, se pueden mencionar también las cerámicas
que se encuentran en edificios rituales, y que probablemente
contuvieron ofrendas. De esto son ejemplos las cerámicas ibéricas
que presentan residuos de azufre probablemente quemado en
rituales encontradas en el sanctuario del oppidum de Puente
Tablas en España (Parras et al., 2015) o las cerámicas miniatura que
se enterraban en cajas específicas como ofrendas a las divinidades
de los templos etruscos. Al respecto, el estudio de una muestra
procedente de Volterra, en la Toscana italiana, ha mostrado la
existencia de vino y productos animales como ofrenda (Pecci, Crisci
2015, reporte no publicado).
En conclusión el patrimonio intangible tiene muchas facetas
que merecen ser investigadas y para las cuales, disciplinas, como
la arqueometría, pueden brindar enfoques distintos y aportes
importantes.

Agradecimientos
Agradecemos a la Dra. Linda R. Manzanilla directora del Proyecto
“Teotihuacan: Elite y Gobierno” (1997-2005) la invitación a participar
en su proyecto en el centro de barrio de Teopancazco del cual estos
resultados forman parte. Del mismo modo agradecemos al Dr.
Leonardo López Luján por su invitación a colaborar en el Proyecto
de “La Casa de las Águilas” (1991-1997) cuyos resultados fueron
muy interesantes y nos brindaron la oportunidad de relacionar la
presencia de los residuos químicos con las fuentes etnohistóricas.
Por último agradecemos al Arqlgo. Miguel Hernández por su
invitación a participar en el Proyecto de Salvamento Arqueológico de
Capuchinas (1987-1988) donde en compañía del Arqlgo. Fernando
Getino se excavó y se muestreó el momoztli mexica localizado en
las calles de Palma y Venustiano Carranza en la Cd. de México.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

CAPÍTULO 9
El uso de técnicas geofísicas no
destructivas para el estudio del patrimonio
cultural

Luis Barba, Jorge Blancas y Agustín Ortiz


Laboratorio de Prospección Arqueológica

261
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
262
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Introducción

Ú
ltimamente en nuestro país se ha dado una coyuntura
muy interesante. Por un lado, nuestras autoridades
suscriben compromisos internacionales para preservar
nuestro patrimonio, algunos de los cuales prevén el
uso de tecnología de punta para su estudio sin dañarlo. Por otro
lado, nuestras instituciones de educación superior y los centros
de investigación tienen la capacidad científica instalada para
atender y proponer soluciones a los problemas planteados por la
investigación y conservación del patrimonio. El reto es poder hacer
coincidir estos dos aspectos que la mayoría de las veces funcionan
de manera independiente. En este sentido, el Laboratorio de
Prospección Arqueológica ha tenido la oportunidad de colaborar
con algunos proyectos y ha podido aportar soluciones originales en
algunos casos. En este capítulo se ofrecen algunos de los resultados
obtenidos de la aplicación del georradar en circunstancias poco
comunes, aplicado específicamente al estudio del patrimonio
cultural: En un mural pintado sobre placas de mármol, en un altar
escultórico hecho de arcilla y en el pedestal de una escultura
ecuestre y sus alrededores. Estos estudios ofrecen ejemplos de
cómo la aplicación de la tecnología puede contribuir para obtener
información valiosa del interior de los monumentos de manera
no destructiva y atendiendo a todos los criterios internacionales
suscritos en convenios.

El estudio con georradar


La capacidad que tiene esta técnica para “ver” lo que hay por
debajo de una superficie a distintas profundidades la convierte en
una herramienta muy útil para el estudio del patrimonio cultural,
ya que se pueden planear estrategias de estudio a partir de la
información geofísica. Como consecuencia de esto, el georradar ha
sido una de las técnicas con mayor crecimiento en la investigación
arqueológica durante los últimos 25 años, pero además puede ser
útil en otros ámbitos. La ventaja principal del georradar es que
ofrece secciones transversales de una superficie, que adquiridas

263
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
264

sistemáticamente en una retícula cerrada, aportará imágenes


tridimensionales de la conformación de un elemento. El resultado
será una serie de planos a distintas profundidades llamados cortes
de profundidad, similares a una tomografía.
Esta técnica es buena para detectar elementos particulares,
principalmente cuando la información de profundidad es requerida.
Sin embargo, hay muchos factores que se tienen que considerar para
realizar un estudio exitoso, como son: la profundidad de objeto, las
condiciones de la superficie, la composición y las propiedades físicas
de los objetos y el medio en el que se encuentran; generalmente
el georradar es eficiente cuando hay buen contraste dieléctrico27
entre el objeto de interés y su entorno.
El georradar o radar de penetración terrestre (ground
penetrating radar, gpr) es una técnica geofísica activa de ondas
electromagnéticas de radiofrecuencia, del orden de 10 a 2500 MHz,
que son enviadas al interior del subsuelo o en estructuras hechas
por el hombre, para registrar las ondas reflejadas y construir una
imagen bidimensional en tiempo o profundidad de los distintos
objetos enterrados (figura 9.1).
Los principios teóricos del georradar son simples, una
antena transmite pulsos de radiofrecuencia hacia el subsuelo,
cuando llegan a la interfase entre dos materiales con propiedades
electromagnéticas diferentes. Parte de ellas se reflejan, mientras
otras son transmitidas al medio. El sistema de control medirá el
tiempo transcurrido entre las ondas transmitidas y las reflejadas,
esta sucesión de eventos se repite en intervalos de tiempo muy
cortos (nanosegundos) mientras la antena está en movimiento,
las ondas reflejadas se representan como trazas continuas, que
corresponden a las posiciones de la antena sobre la superficie del
terreno y forman un perfil continuo llamado radargrama (Blancas,
2012).
Un sistema básico de georradar se compone de tres
elementos principales: 1) La Unidad de control que se encarga de
manejar parámetros tales como el tiempo de medición, muestras
por traza, trazas por segundo y la aplicación de filtros, entre
otros. 2) El odómetro o GPS para medir la distancia recorrida

27 Es una diferencia medible en las propiedades físicas.


EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

sobre la superficie. La referencia espacial de cada radargrama es


vital en la interpretación de los datos, ya que se tiene una mejor
idea del tamaño de las anomalías registradas que pueden tener
relación con algún elemento arqueológico sepultado y 3) Las
Antenas: elementos esenciales del georradar, ya que se encargan
de transmitir los pulsos electromagnéticos, generados en la
unidad de control y modificados por un circuito transmisor en la
antena. Las antenas también pueden recibir las reflexiones de las
estructuras en el subsuelo, operando como receptores. Existen
antenas monoestáticas (de un solo elemento) que funcionan
como transmisor y receptor al mismo tiempo (antenas de dipolo
cruzado) y las antenas biestáticas (de dos elementos) cuando
estas funciones están en dipolos separados. Las monoestáticas se
utilizan en antenas de media de alta frecuencia (200 MHz a 2 GHz)
y las biestáticas en antenas de frecuencias más bajas (10 MHz a
100MHz) (Ibidem).
La selección de la antena más adecuada para un problema
específico depende de los siguientes factores:
La profundidad de penetración
La resolución requerida en el trabajo
El tipo de aplicación

La profundidad de penetración decrece cuando:


1) La conductividad eléctrica aumenta
2) El contenido de agua aumenta
3) El contenido de arcilla aumenta
4) La frecuencia de la antena es alta

La profundidad de penetración es mayor cuando:


1) La frecuencia de la antena es baja
2) El transmisor es de mayor potencia
3) El receptor es más sensible
4) El contenido de agua y arcilla es bajo (Blancas, 2012:63)

265
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
266

Los estudios de caso: Figura 9.1. Principios del


georradar y adquisición de
1) Estudio con georradar de la sección sur del datos con arreglo de reflexión
en modo continuo.
mural de Chávez Morado en Tlatelolco
El proyecto de estudio del mural del pintor José Chávez Morado, se
realizó en octubre de 2014, siendo una colaboración entre el Taller
Conserva Restaura a cargo de Alejandro Carrasco, contratado por el
Instituto Nacional de Bellas Artes y el Laboratorio de Prospección
Arqueológica del IIA-UNAM, con la intención de realizar un
diagnóstico de su estado de conservación antes de desmontar la
obra para su traslado y conservación.
El mural fue realizado en 1957 por el pintor guanajuatense
José Chávez Morado (1909-2002) Premio Nacional de Ciencias
y Artes en 1974, autor también de murales para la Universidad
Nacional Autónoma de México, el edificio de la Secretaría de
Comunicaciones y Transportes, y la Alhóndiga de Granaditas en
Guanajuato, por mencionar algunas (Santiago, 2001).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Chávez Morado realizó este mural, destinado para el ex


multifamiliar Doctores, sin embargo, el mural finalmente se colocó
en el vestíbulo de maternidad de la clínica del ISSSTE Gonzalo
Castañeda, ubicada en la calle Manuel González número 200,
esquina con calle Lerdo, colonia Unidad Habitacional Nonoalco-
Tlatelolco (ISSSTE), la cual quedó muy afectada tras el sismo de
1985 y esto ponía en peligro la integridad de la obra de Chávez
Morado.
La obra “Seguridad y protección para los trabajadores” fue
realizada esgrafiando sobre lajas de mármol blanco y pintando con
negro y rojo “imágenes que aluden a la relación entre la salud, la
mujer y la sociedad en México en tres épocas diferentes” (Cuevas,
Figura 9.2. “Vestíbulo de 2011). Un grupo de placas acomodadas verticalmente forman
maternidad del ISSSTE en una sección en cada muro, que a la vez, es parte del mural en su
Tlatelolco antes de sufrir conjunto; así, la obra se puede dividir en tres partes, debido a su
afectaciones estructurales en ubicación física y al argumento pictórico. Encontramos pues, una
1985. Incisión del dibujo en
mármol y coloreado con negro y
sección al norte, otra al oeste y la última al sur a manera de “U”. El
rojo, México D.F., 1964” (Imagen mural se colocó en la parte superior del vestíbulo de recepción, es
tomada de Santiago, 2001:155). decir, el espectador lo veía a la altura del primer piso (figura 9.2).

267
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
268

La obra en general relata la relación entre el hombre, la


medicina y sus prácticas en épocas particulares de la sociedad
mexicana. Sobre la composición de la sección Sur (figura 9.3), el
sociólogo Aurelio Cuevas comenta lo siguiente:
Aparecen ritos alusivos al vínculo de la medicina, la salud
y la maternidad en la sociedad prehispánica. Destaca la
escena de un parto asistido por varias mujeres, en cuyo
costado izquierdo están las efigies de la Diosa Coatlicue
(símbolo de la fertilidad de la tierra) y de un guerrero
azteca, símbolos garantes del orden social. En el extremo
izquierdo se encuentran varias mujeres danzando que
parecen rendir culto a la medicina herbolaria. En el
extremo derecho está un anciano sentado y metido
en un gran caracol, imagen rodeada de glifos y signos
propios de la escritura náhuatl. En diversos puntos de
esta sección del mural aparecen animales propios del
entorno de los primeros mexicanos: iguanas, roedores
de campo, etc. (Cuevas, 2011). Figura 9.3. Detalle del Mural Sur.

El estudio geofísico por invitación del Restaurador Alejandro


Carrasco G., tuvo como objetivo evaluar el estado de conservación
de la obra, para aportar datos que ayudaran a diagnosticar,
consolidar y evitar daños en el proceso de desmonte, guardado
transitorio y transporte de la pieza, mientras se realizaban las obras
de remodelación de la estructura que lo albergaba. El objetivo
particular del estudio fue detectar las condiciones de adherencia
de las placas de mármol del mural, sobre su muro de soporte
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

mediante un estudio de georradar de alta resolución, en este caso,


con una antena de 2GHz.
Para el estudio del mural se utilizó un equipo SIR System
3000 con una antena de 2 GHz, la profundidad de exploración
máxima estimada fue de 0.5 m, con la que se aseguraba registrar
con buen detalle la mayor parte de elementos en el interior del
mural. La estrategia del levantamiento consistió en contar con una
cuadrícula previamente trazada sobre un plástico transparente
con cuadros de 10 x 10 cm, la cual se montó directamente sobre el
mural, desplazando la antena de manera sistemática. Se realizaron
Figura 9.4. Montaje de la retícula transectos individuales de manera vertical, avanzando de manera
transparente sobre el Mural Sur. continua del oriente, hacia el poniente (figura 9.4).

269
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
270

En las tres secciones del mural bajo estudio, se levantaron


273 transectos. En total se recorrieron 928.2 m con una ventana de
tiempo de 8 ns, 120 trazas por segundo y 512 muestras por traza. La
constante dieléctrica aproximada fue de 4.5. Los datos se procesaron
con el programa Radan 6.6 de Geophysical Survey Systems (GSSI),
para mejorar la relación señal-ruido, ofrecer una mejor resolución
espacial, estimar la profundidad y dejar los radargramas listos para
interpretarlos. El procesamiento de los datos incluyó: filtrado paso-
banda con frecuencias de corte de (600-2500 MHz), filtro supresor
de la señal de fondo (background renoval) 1023 trazas, filtro de
promedios continuos (running average) de 3 trazas, ajuste de
ganancias y normalización de la superficie.
Posteriormente, con los transectos procesados, se
construyeron imágenes en cortes de profundidad (depth slices),
para visualizar la distribución espacial de las reflexiones a distintas
profundidades, registrando las características estructurales del
muro que sirve como soporte, además de discontinuidades,
relacionadas principalmente con huecos y fracturas en la estructura
interna del muro, trabes y castillos.
Para efectos del presente artículo se presentará sólo los
resultados del mural sur.

Mural Sur
El mural sur era el único que presentaba una grieta claramente visible
en su parte baja. En el registro previo que se hizo sobre el plástico
que lo protege, se marcó con tiras de cinta de enmascaramiento
su trayectoria, así como otras zonas con anomalías detectadas
mediante el sonido al golpear manualmente la superficie del Figura 9.5. Señalización con
mural (figura 9.5). Este registro fue de gran utilidad al compararlo tiras de cinta las anomalías
posteriormente con los resultados obtenidos del estudio con detectadas visualmente y por
georradar. percusión manual.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Una inspección preliminar de la parte posterior del mural sur,


mostró que, en su esquina inferior izquierda, debajo de la losa del
piso, se encontraba una gran trabe de concreto armado que carga
el piso y al muro que soporta el mural. Además, se pudo observar
que por alguna razón las dimensiones de las placas de mármol y el
Figura 9.6. Detalle de la trabe
espacio disponible no coincidieron, en consecuencia, las placas de
y parte inferior del mural sur.
La imagen izquierda muestra la mármol rebasan por más de 20 cm el límite inferior de la trabe, lo
parte posterior del mural y su que obligó a colar una pequeña adición donde se trató de apoyar
soporte adherido al primer piso. la parte volada del mural, sin ser esto suficiente ya que quedaron
La imagen de la derecha muestra sin apoyo unos centímetros del mismo (figura 9.6). Esta parte fue
el detalle del montado del mural,
importante, pues, en el estudio con radar se podría apreciar cómo
teniendo del lado izquierdo las
lajas que conforman el mural y las ondas electromagnéticas, primero, rebasaban el espesor del
posteriormente el soporte que va muro de aproximadamente 21 cm, para continuar atravesando el
adherido al muro del primer piso. espesor de la trabe en la parte baja del mural hasta alcanzar 35 cm.

271
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
272

Como se mencionó anteriormente el recorrido de la antena


fue vertical, por lo que hubo la necesidad de utilizar un andamio de
6 m de altura, y la ayuda de dos personas para manipular el trazo
de la antena, cada una en una sección del andamio a diferente Figura 9.7. Avance del recorrido
altura, para lograr el recorrido ininterrumpido de la antena, de de la antena sobe el mural sur.
arriba hacia abajo (figura 9.7).

El análisis sobre el mural Sur sumó un total de 91 archivos


(files). El avance de la antena siguió la metodología antes planteada Figura 9.8. Levantamiento del
(figura 9.8), para obtener con los archivos, los cortes de profundidad estudio de geo-radar sobre el
de gran resolución que se muestran a continuación. mural sur.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

En el primer corte (figura 9.9) se muestra una superficie a 4


cm de profundidad. En la parte superior se observan zonas en tono
rosado que muestran los efectos de una capa de bajo-alfombra de
1 cm de espesor que protegía la parte alta del mural. A 1.10 m
medidos a partir del borde superior, se tiene un alineamiento de
puntos rojos que sugiere la presencia de elementos metálicos en la
unión de las placas de mármol. Entre 1.10 y 2.3 m se presenta una
banda verde homogénea que indica que no hay mayor alteración en
la unión de estas placas con su sustrato. Precisamente en 2.3 m se
tienen otra unión entre placas de mármol por lo que nuevamente
aparecen los puntos rojos que indican la presencia de elementos
metálicos. Justo en 2.4 m inicia una zona intensamente roja que
coincide con la presencia de la grieta que se observa en la superficie
del mural. Esta zona roja puede interpretarse como la profundidad a
Figura 9.9. Mural Sur corte la cual existe un espacio donde se ha roto el contacto entre la placa
a 4 cm. de mármol y el mortero que la sujeta, por lo que estas placas sufren
un desprendimiento que las pone en riesgo de desprenderse.

La asociación directa con la grieta sugiere que la trabe se


asentó en este punto, fracturando el mármol y despegándolo del
mortero que lo sujetaba. En la parte inferior izquierda de la imagen
se observó que este problema no es tan intenso y coincide con
que tampoco hay una grieta en los primeros 2.7 m del mural. Todo
parecía indicar que la grieta se desplazó un poco más arriba, en la
junta entre las placas de mármol.

273
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
274

En el corte a 8 cm de profundidad, se observó en la parte


superior las varillas del colado de cerramiento, junto con estas
varillas se apreciaron los anillos del castillo que se encuentra entre
6 y 6.2 m pero además comienzan a aparecer los huecos de los
ladrillos refractarios y huecos verticales que forman los muros. Es
evidente que, a 2.4 m medidos a partir del borde superior termina Figura 9.10. Mural Sur corte a
8 cm.
el muro de ladrillo e inicia el material homogéneo del concreto que
se aprecia en color verde. En la parte inferior del mural también se
observaron los elementos metálicos que forman parte del colado
que cierra la parte inferior del mural. (figura 9.10)

En el corte a 16 cm de profundidad (figura 9.11), se pueden ver


los huecos de los ladrillos refractarios utilizados en la construcción
del muro y se observa la presencia de los anillos del castillo entre
2.8 y 3 m, pero además junto a él se percibe la presencia de un tubo
metálico en 2.7 m, otro paralelo en 1.7 m y otro perpendicular en
1.75 m desde el borde superior que forman un sistema empotrado
en la parte posterior del muro. De mayor importancia resulta la
aparición de las grandes varillas de la trabe de sustento. La varilla
superior a 2.5 m parece coincidir con la altura a la que se espera
tener la presencia del colado del piso. Las dos varillas inferiores
deben ser parte del armado de la trabe y en el extremo oriental
de la trabe (inferior izquierdo de la imagen) parece haber una
discontinuidad de las varillas del armado.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

En la comparación de las imágenes se puede observar la


coincidencia directa entre la grieta presente en la superficie y el
Figura 9.11. Mural Sur corte a inicio de la zona roja a 2.4 m medidos desde el borde superior en
16 cm. el corte de profundidad (figura 9.12). Esto a su vez coincide con la
parte en que el mural abandona el muro de tabique y se apoya en el
piso y la trabe colada. Esto parece indicar que en algún momento,
muy posiblemente durante el temblor del 85, esta parte del mural
Figura 9.12. Mural Sur. sufrió un movimiento que afectó únicamente la parte inferior,
Comparativo y transectos despegando esta sección de placas de mármol del mortero que las
seleccionados. sujetaba.

275
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
276

La representación de los transectos en sentido vertical (F33,


F37, F66, F83) es para facilitar la interpretación individual de cada
radargrama y ponerlos en el sentido en que fueron adquiridos
(figura 9.13). Los radargramas de cada línea o transecto, detectan Figura 9.13. Mural Sur, files y
elementos metálicos en forma de reflexiones hiperbólicas rasgos observados.
localizadas casi en el mismo lugar en los tres primeros radargramas
y ausente en el último, debido a que esta línea no pasa sobre una
pieza metálica.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Estas reflexiones son producidas por los anclajes metálicos


que fijan las placas del mural con el muro subyacente casi por la
mitad. La estructura interna del muro donde se apoya el mural,
está conformada por una capa de aplanado más o menos uniforme
detrás del mural. Entre 7 y 8 cm, aparecen las reflexiones de los
ladrillos huecos y terminan entre 17 y 18 cm de profundidad,
posteriormente puede observarse otra capa uniforme de aplanado,
y finalmente entre 25 y 26 cm, la reflexión vertical constante
y uniforme que marca el fin del muro. Entre 2.45 y 2.60 m del
recorrido, se registran las reflexiones hiperbólicas de las varillas en
el interior de la losa del piso.
Otro elemento muy importante que es capaz de registrar
la antena de 2 GHz es la fractura del mural entre 2.4 y 2.5 m del
recorrido, en esta posición se observa una reflexión hiperbólica
estrecha producida por la fractura del mármol y la capa de aplanado
que está detrás, esto coincidió con el inicio de la losa del piso
superior donde se apoya el muro. Esta fractura se pudo producir
por un apoyo deficiente en la parte inferior del mural, con menos
soporte, y susceptible a moverse en forma diferencial por el sismo
o por el asentamiento del edificio.
Después de los 2.4 m del recorrido sobre el mural, se registran
las reflexiones verticales generadas en la interfase mármol-
aplanado y son producidas por la separación de los materiales o
por un desprendimiento. En estos sectores se debe poner especial
atención ya que no existe un contacto firme entre el mármol y el
aplanado interior del muro. En los radargramas de las líneas que
pasan por estos sectores, se observó que las zonas de separación o
despegue son de distinta longitud y es más ancha en el radargrama
de la línea 83, en estos sectores se debe tener más cuidado, ya
que aunado a la fractura superior, existe menor soporte entre el
mármol y el aplanado del muro. Al final del recorrido, en la parte
inferior del muro, también se observaron las reflexiones de las
varillas en el interior de la trabe.
La superposición de los cortes de profundidad sobre
las imágenes de los murales, sin y con plástico, muestra la
correspondencia de las áreas con mayor deterioro señaladas con
cinta amarilla y corresponden con las fracturas localizadas en la

277
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
278

parte inferior del mural. Los cortes de profundidad superficiales,


como el que se muestra en la figura 9.14 producido a 4 cm de Figura 9.14. Mural Sur. Zonas
profundidad, muestra en color rojo intenso las zonas con menor de mayor deterioro en el corte
apoyo debido a una separación o debilitamiento de la unión entre de 4 cm de profundidad.
el mármol y el aplanado del muro.

En la representación de los tres murales con los cortes de


profundidad a 4 cm, se observó que en los murales norte y sur casi
se tiene una imagen en espejo de las áreas rojas que muestran la
separación de las placas a 4 cm de profundidad. Esto se debe a que
ambas están soportadas sobre una trabe de 9 m de longitud que
con el paso de los años se ha deformado, afectando la condición de Figura 9.15. Representación de
los murales de manera conjunta.
la parte baja de estas dos secciones del mural (figura 9.15).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Este fenómeno no ocurre en la sección poniente del mural,


que al tener dos apoyos disminuyen la deformación de la estructura
e impiden que la trabe se “cuelgue” como en las otras dos secciones.
En todos los casos la parte central de las tres secciones del mural es
la más estable, presentando mejor adherencia al sustrato del muro
que lo soporta.

2) Diagnóstico de la escultura de
Mictlantecuhtli de El Zapotal, Veracruz
mediante técnicas no destructivas.
El diagnóstico con georradar de la escultura del Mictlantecuhtli
se llevó a cabo en colaboración con la Coordinación Nacional de
Restauración y Conservación, en forma secundaria se verificó la
zona alrededor del altar.
El objetivo del estudio se centró en la detección de
discontinuidades relacionadas con el estado actual de la escultura y
con las modificaciones que se le han hecho internamente. Por otra
parte, también se contempló el diagnóstico fuera de la zona del
altar, con el propósito de localizar posibles ofrendas y estructuras
arqueológicas asociadas con la escultura de Mictlantecuhtli.
Para el estudio de la escultura se eligió la técnica del georradar
ya que es muy útil para detectar a distintas profundidades, huecos,
metales, rocas y adobes. Sin embargo, hay múltiples factores que
se deben considerar en el estudio sobre esculturas, muros, pisos,
o el subsuelo, como son: la profundidad, las condiciones físicas del
terreno, la composición y las propiedades electromagnéticas de
los objetos y el medio en el que se encuentran; generalmente el
georradar es más eficiente cuando hay buen contraste dieléctrico
entre el objeto de interés y su entorno, es decir, cuando existen
diferencias importantes en sus propiedades electromagnéticas.
Los datos se adquirieron con un equipo SIR System 3000,
utilizando antenas monoestáticas de alta y media resolución, 2
GHz y 400 MHz, respectivamente, las profundidades máximas de
exploración fueron 0.30 y 2.5 m, respectivamente, con lo que se
aseguraba registrar la mayor parte de las reflexiones provenientes
del piso alrededor del altar y del interior de la escultura del

279
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
280

Mictlantecuhtli, con resolución espacial suficiente para detectar


pequeñas anomalías (desde unos centímetros), conservando la
mejor relación señal-ruido.
El levantamiento sobre el piso del museo se realizó en
líneas o transectos de distintas longitudes y en la escultura del
Mictlantecuhtli (figura 9.16).

Como resultado del procesamiento de los datos, se visualizó Figura 9.16. Adquisición de
en los radargramas la distribución espacial de las reflexiones a líneas georradar sobre la
distintas profundidades y las discontinuidades al interior de la parte trasera de la escultura
escultura. Este tipo de representaciones en forma de perfiles, utilizando una antena de
permitió obtener información del interior de la escultura en forma alta resolución de 2 GHz
rápida y no destructiva, con la cual es posible determinar las (izquierda). Levantamiento
de líneas sobre el piso con
dimensiones y profundidades de los objetos o discontinuidades no
antena de 400 MHz, alrededor
visibles. de la zona del altar (derecha).

Estudio en el piso del museo


Uno de los cortes de profundidad de georradar más representativos,
revela las condiciones del subsuelo a 0. 5 m de profundidad,
similar a una tomografía, representa el promedio de las
reflexiones registradas entre 0.3 y 0.8 m. La superficie mostrada
a esta profundidad exhibe el contraste entre las propiedades
electromagnéticas de los materiales, representado en formato de
pseudocolor que va del verde, material más uniforme y húmedo,
a un color rojo, que se asocia como un material que difiere
apreciablemente con los de su entorno (figura 9.17).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Al oeste del corte de aprecian reflexiones fuertes y se forman


algunos posibles alineamientos que podrían ser parte de una
pequeña estructura con un piso y posiblemente algunos muros de
tierra a juzgar por su reflectividad. Al norte del acceso es donde
hay más reflexiones, en este espacio se podrían encontrar posibles
Figura 9.17. Corte de depósitos u ofrendas con gran cantidad de objetos dada la cantidad
profundidad del piso del de reflexiones registradas en este lugar. Más al este y en dirección
museo a 0.5 m. hacia el altar, se observa que la cantidad de reflexiones decrece
sustancialmente, es probable que este lugar contenga un relleno
más uniforme sin materiales, o bien que sea el lugar donde hace
tiempo se realizó una excavación, quedando expuesta la huella de
esta intervención en la imagen del corte.
En la zona este se aprecian tres grupos de reflexiones
importantes, la más grande ubicada al sureste del altar llama
la atención por ser muy reflectiva, las reflexiones están bien
delimitadas y concentradas en una zona y se pueden interpretar
como un relleno con objetos, posiblemente de una ofrenda. Más al
noreste se observa otra zona pequeña bien delimitada que podría
contener otro espacio con algunos objetos. En el cuarto que sirve
como bodega se levantaron algunos transectos para averiguar si se
detectaban anomalías relacionadas con el conjunto de reflexiones
del piso del museo, el corte de profundidad revela un grupo de
reflexiones bien definidas en una zona rectangular, la interpretación
de esta anomalía es del tipo de una caja de ofrenda o un posible
entierro.

281
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
282

Estudio sobre la escultura del Mictlantecuhtli


Por detrás de la escultura de Mictlantecuhtli se realizaron 17
transectos con la antena de alta resolución de 2 GHz, con esta
frecuencia se consigue penetrar unos 30 centímetros dentro de
la escultura para tratar de detectar pequeñas discontinuidades
dentro del material que la conforma (figura 9.18).
Para visualizar adecuadamente las reflexiones a menor escala
en la escultura y facilitar la interpretación de los radargramas se
decidió seleccionar una escala de pseudocolor en grises, este
formato consigue balancear adecuadamente las reflexiones de
amplitudes débiles con respecto a las fuertes y permite identificar
reflexiones más sutiles de cambios de material apenas perceptibles
en otras escalas de color.
Las cuatro primeras líneas sobre la superficie de la escultura
fueron hechas por atrás, en la cara sur, iniciando de forma
sistemática por la parte superior y finalizando en la parte inferior
(figura 4). La línea en el extremo oeste, línea 90, muestra dos
reflexiones verticales de gran amplitud que están a lo largo de todo
el radargrama, este tipo de reflexiones son características de un
cambio importante en el interior del material. El ancho aproximado
de la escultura está representado por un rectángulo rojo (16 cm).
La reflexión marcada con una línea de color verde es producida por
la presencia de un material diferente a la argamasa original que
conforma el resto de la escultura a 6 cm de profundidad. Es posible
que esta parte se haya intervenido en el pasado, introduciendo una
pieza de metal o algún otro material para darle firmeza y prevenir
daños.
En la línea 91 se observa una reflexión intensa a lo largo
de todo el radargrama, de 6-8 cm al interior de la escultura, la
respuesta de esta anomalía es característica de un material que fue
introducido y que difiere apreciablemente del material arcilloso
original. Al igual que la línea 90, es probable que contenga un trozo
de metal o un marco resistente de algún material sintético para
darle firmeza a la escultura.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Figura 9.18. Las líneas


punteadas muestran las
verificaciones realizadas con
la antena de 2 GHz por detrás
del Mictlantecuhtli.

Más al centro de la escultura, los radargramas de las líneas


81 y 82, contienen reflexiones de características diferentes a las
líneas anteriores. Las imágenes de las líneas ya no muestran las
reflexiones verticales a lo largo de todo el perfil, esto indica que
en estos lugares el material es similar al de la argamasa original,
excepto en las zonas marcadas con círculos azules. En estas zonas las
reflexiones son originadas por un relleno o algún refuerzo que está
colocado en forma perpendicular a la trayectoria del radargrama,
en la figura 9.19 se exhiben como reflexiones hiperbólicas, son
registradas también en la línea 90 pero quedan enmascaradas por
reflexión vertical intensa a lo largo de todo el registro; este tipo de
formas son típicas de un material que difiere totalmente del que lo
rodea y que es cortado en forma perpendicular. Parece ser que en
la línea 91 ocurre la unión entre los refuerzos perpendiculares.

283
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
284

Para los tres transectos que pasan por el centro de la escultura


la superficie ya no es tan regular (líneas 83, 84 y 85), hay una
depresión de forma rectangular, detrás de la cabeza y el tocado, Figura 9.19. Radargramas de las
líneas adquiridas al oeste del
esto hace que los radargramas registren estas disconformidades Mictlantecuhtli.
en la superficie con reflexiones que pueden ser un poco confusas
(figura 9.20). Al inicio del recorrido, los tres radargramas cortan en
forma perpendicular una intervención que insertó un refuerzo en
la parte superior de la escultura (círculos azules) y es consistente
con la respuesta de las líneas anteriores, es similar a un canal que
se excavó en forma longitudinal a través de la parte superior y
se rellenó o se introdujo algún material para darle firmeza, esto
se detecta en los tres radargramas como una fuerte reflexión
hiperbólica.
Casi a los 0.15 m del recorrido se observa el escalón y el cambio
en la respuesta de las reflexiones, en la zona deprimida se observa
que la respuesta cambia sustancialmente, sobre todo en las líneas
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

83 y 84, en donde hay reflexiones a mayor profundidad dentro de


la escultura las cuales son producidas por el perfil de la cabeza y el
tocado por la parte de atrás. En esta zona los radargramas exhiben
la respuesta un poco más compleja pero no se observa un cambio
abrupto relacionado con algún tipo de pasta o de un objeto ajeno
en el interior de la cabeza y el tocado.
Más abajo a 0.5 m del recorrido se observa nuevamente el
escalón de subida de la parte deprimida y posteriormente entre
Figura 9.20. Radargramas de las 0.6-0.65 m del recorrido se registra la reflexión de forma hiperbólica
líneas adquiridas al centro y por (círculos azules) de un material diferente al de la argamasa original
detrás del Mictlantecuhtli. y que es parte de una intervención anterior.

285
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
286

Para las líneas realizadas en el costado este (figura 9.21),


la respuesta de las líneas 86, 87 y 88 muestran en la parte de
arriba, dentro de los primeros 0.1 m del recorrido, las reflexiones
fuertes producidas por un objeto con alto contraste dieléctrico
incrustado en el marco superior de la escultura y que es parte de
una intervención reciente, las reflexiones tienen características de
una barra de metal, aunque también puede ser otro material ligero
y resistente a la corrosión que no altere demasiado la estructura
interna y que le de firmeza al marco superior. La respuesta de la
línea 89 es ligeramente distinta, en 0.25 m del recorrido se observa
la reflexión hiperbólica de un objeto que es cortado en forma
perpendicular (círculo azul). Por otra parte, en las líneas 88 y 89
se detecta otra reflexión vertical que está señalada en la imagen Figura 9.21. Radargramas de las
como una línea de color verde y que podría estar asociada con una líneas en el costado este y detrás
intervención o un objeto dentro de la escultura para formar una de la escultura.
especie de marco unido a otro que atraviesa en forma perpendicular
(círculos azules).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Otra forma en que se hicieron las verificaciones fue en la


dirección oeste-este para comprobar la trayectoria las anomalías
registradas en las líneas que iban de arriba hacia abajo (figura 9.22).
Las líneas en la parte superior muestran tres reflexiones de gran
amplitud (círculos azules) producidas por elementos o materiales
dentro de la escultura por la parte de atrás, estas imágenes
comprueban que existe un tipo de material que no corresponde en
composición con la arcilla que conforma el cuerpo de la escultura.
No es posible determinar el tipo de material, sin embargo, se
puede suponer que es diferente al original por la amplitud de las
reflexiones, posiblemente algún tipo de marco reticular para darle
mayor estabilidad y evitar que se llegue a fracturar con el paso del
tiempo. Con círculos azules punteados se señalan las trayectorias
menos marcadas al inicio y al final de las líneas que corresponden
con un material de distinta composición dentro del primer y último
elemento al este y oeste del Mictlantecuhtli.
La línea 92 tiene un elemento adicional en comparación
con las líneas que están más abajo, líneas 93 y 94, en la imagen se
observa una reflexión horizontal muy fuerte a lo largo de todo el
perfil y señalada con una línea verde. La respuesta, aunque está
superpuesta con otras que cruzan en forma perpendicular (círculos
azules), está asociada con otro elemento interno que va de oeste
a este y puede ser producida por un marco superior o de una
intervención para restaurar la escultura. Las reflexiones de la línea
93 son más gruesas en la parte central debido al paso por la parte
de atrás de la cabeza.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
288

En la parte media de la escultura, a la altura de la espalda del Figura 9.22. Radargramas


Miclantecuhtli, se hicieron tres líneas, 95, 96 y 97; para verificar si oeste-este en la parte superior
de la escultura.
en esta zona había otro material diferente al original (figura 9.23).
Los radargramas muestran una respuesta muy uniforme con pocas
reflexiones lo que sugiere un material muy homogéneo y que no ha
tenido ninguna alteración y conserva su composición original.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

La figura 9.24 muestra la interpretación de las principales


Figura 9.23. Radargramas anomalías registradas en los radargramas levantados detrás de la
oeste-este en la parte media
de la escultura.
escultura del Miclantecuhtli, la trayectoria mejor definida es la que
atraviesa de este a oeste por la parte superior, esta anomalía parece
ser resultado de un material muy distinto a la argamasa original
que compone la escultura. Las trayectorias con líneas punteadas
se marcaron de esta manera porque corresponden con reflexiones
menos intensas y discontinuas, asociadas con materiales menos
reflectivos de composición más homogénea.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
290

3) Estudio con georradar en la Plaza Tolsá y


el pedestal de la Escultura de Carlos IV “El Figura 9.24. Trayectorias
Caballito” detectadas que muestran un
material de refuerzo distinto en
El objetivo de este proyecto fue estudiar la Plaza Tolsá y el pedestal la cara sur del Mictlantecuhtli.
de El Caballito con una técnica no destructiva, con la finalidad de
buscar algún posible deterioro físico en la estructura del pedestal
además de restos arquitectónicos que pusieran en peligro la
estabilidad de la escultura.
La plaza Manuel Tolsá es una plaza de forma rectangular
que se encuentra ubicada frente a la antigua calle de Tacuba. La
delimitan, hacia el norte, el antiguo Palacio de la Secretaría de
Comunicaciones y Obras Públicas, hoy MUNAL, al sur la calle de
Tacuba y el edificio del Palacio de Minería obra de Manuel Tolsá.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Este espacio se consiguió abrir al ser demolido el Hospital de


San Andrés en 1867, famoso porque en él fue velado el cadáver
de Maximiliano (Tovar de Teresa, 1990:155). La escultura de El
Caballito diseñada por Manuel Tolsá en 1795 y su pedestal diseñado
originalmente por Lorenzo de la Hidalga en 1853, han tenido cuatro
emplazamientos: el Zócalo, el patio de la antigua Universidad (San
Ildefonso), el cruce de Paseo de la Reforma y Bucareli, y desde 1979,
en la Plaza Tolsá. Cada uno de esos movimientos han impactado
en los basamentos que se han construido para sostenerlos y que,
hasta donde se tiene documentado, han sido tres, estando el actual
conformado por los dos últimos (Giorguli y Balandrano, 2016).
El estudio se realizó en el 2014 por invitación del Fideicomiso
Centro Histórico de la Ciudad de México para participar en el Proyecto
de Investigación Científica para la Conservación y Restauración de
la Escultura Ecuestre de Carlos IV y su pedestal. La investigación
presentó varias fases de avance: 1) un estudio geofísico de la Plaza
Tolsá en su totalidad, 2) el estudio de la Plataforma sobre el que
se encuentra el pedestal y 3) el estudio del pedestal con antenas
de varias frecuencias para observar sus características y posibles
deterioros. Para efectos del presente artículo sólo se mencionarán
los resultados de la Plaza y del pedestal.

La Plaza Tolsá
En la superficie disponible de la plaza y aprovechando su superficie
decorada, se realizó una retícula de aproximadamente 90 m de
Figura 9.25. Retícula de estudio largo por 15 m de ancho para cubrir la mayor cantidad de terreno
en la Plaza Tolsá. disponible en la plaza (figura 9.25).

291
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
292

En la fotografía de la plaza se puede observar claramente a la


izquierda de las rejillas de ventilación de la línea 2 del Metro, que
la parte central de la plaza es más elevada que el resto y que baja
ligeramente hacia la fachada del Museo Nacional de Arte y hacia la
fachada del Palacio de Minería. Por tanto, uno de los objetivos del
estudio fue verificar si debajo de la misma se encontraban elementos
arquitectónicos anteriores que pudieran estar deformando la plaza
y por ende poner en peligro la estabilidad física de la escultura y su
pedestal. El estudio con georradar se realizó con líneas paralelas en Figura 9.26. Espacio
sentido oeste-este y separadas 0.40 m entre ellas con un equipo disponible en la Plaza Tolsá
SIR 3000 de GSSI y una antena de 400 MHz. El límite norte fue el e inclinación de la plaza y
Museo Nacional de Arte y el límite sur la rejilla de ventilación del adquisición de datos de radar
metro (figura 9.26). con antena de 400 MHz.

Después de tomar los radargramas de perfiles individuales,


se pueden procesar mapas en cortes horizontales para observar
posibles restos arquitectónicos a profundidades variables.
Normalmente se seleccionan los cortes a 0.50, 1, y 1.5 m de
profundidad para advertir la presencia y continuidad de los
alineamientos.
A 0.50 m de profundidad, los cortes de profundidad muestran
en rojo las zonas en donde se concentran reflexiones amplias. En
el dibujo se diferencian las anomalías propias de la infraestructura
urbana (IU) de las posibles anomalías arquitectónicas del pasado y
que pueden ser de naturaleza histórica o arqueológica (A). De esta
manera es interesante que las anomalías principales se concentran
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

de manera lineal y concentrada al centro de la plaza tanto al


oriente como al poniente de la escultura, mientras que las de
infraestructura urbana se localizan hacia los costados de la plaza y
son provocados principalmente por elementos metálicos, así como
cableados eléctricos (figura 9.27).

Figura 9.27. Plaza Manuel Tolsá. El corte a 1 m de profundidad mostró prácticamente las
Corte de profundidad con mismas reflexiones del corte anterior, lo cual indica una continuidad
georradar 0.5 m. en la altura de los posibles cimientos enterrados. Sin embargo, ya
en el corte a 1.5 m de profundidad, puede observarse que al oriente
de la escultura las anomalías se atenúan y se separan en dos de
forma cuadrada. Por otra parte, en la zona poniente se observan
con mayor claridad patrones lineales que pudieran corresponder a
restos arquitectónicos que continúan desde los cortes superiores.
Figura 9.28. Plaza Manuel En la misma figura se ha trazado en amarillo las líneas que marcan el
Tolsá. Líneas marcadas en recorrido de la antena sobre la superficie de la plaza y que servirán
el corte de profundidad con para ubicar los radargramas que se mostrarán posteriormente
georradar 1.5 m. (Figura 9.28).

293
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
294

Para estudiar detenidamente el sector poniente de la plaza,


que es donde se observó la deformación topográfica, se realizó
un análisis detallado de los radargramas y éstos ofrecieron nueva
información, dado que permiten conocer la variación vertical de las
propiedades en el terreno.
Figura 9.29. Plaza Manuel
De esta forma, en el sector poniente de la plaza, se realizó
Tolsá. Corte de profundidad
un levantamiento con líneas de separación cada 40 cm y en él se con georradar 1.5 m. Líneas de
observan dos trayectorias paralelas que corren de norte a sur en el georradar (F7, F9 y F13) trazadas
extremo poniente de la retícula. En la parte oriental se observan sobre anomalías destacadas en
reflexiones de gran amplitud y sobre ellas se escogieron 4 líneas la parte poniente de la plaza.
por cruzar por esta importante zona de anomalías (figura 9.29).

El radargrama de la línea F7 localizada más al norte en el


corte de profundidad, muestra tres reflexiones sutiles en los
primeros 10 metros del recorrido de la antena. Las reflexiones más
amplias se encuentran entre 20 y 28 m y otra más entre 32 y 34 m.
Estas reflexiones están a poco más de un metro de profundidad y
claramente no son anomalías modernas (figura 9.30).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Figura 9.30. Radargrama F7 El radargrama de la línea F9 es paralelo y se ubica a 0.8


corte en sección vertical del metros al sur de la anterior. En términos generales repite el patrón
terreno. La línea se ubica en observado en el radargrama anterior, lo que indica que los mismos
el extremo norte del área elementos encontrados en la línea anterior continúan en esta
seleccionada.
parte de la plaza. Entre 20 y 27 m del recorrido puede observarse
claramente la presencia de un muro (figura 9.31).

Figura 9.31. Radargrama F9. El radargrama de la línea F13 está ubicado a 1.16 metros al
En 26 m es posible reconocer sur del anterior y muestra un patrón distinto. En 3, 6 y 8 m del
un posible muro además de
otras reflexiones que repiten el
recorrido de la antena se observan arranques de muros y a 1.4
patrón de la línea anterior. m de profundidad se observa claramente un piso delimitado por
dos muros gruesos, uno en 25 m y otro en 32 m (figura 9.32).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
296

En la parte oriental de la plaza también se realizó un estudio Figura 9.33. Plaza Manuel
detallado con georradar con líneas paralelas cada 40 cm. Dado que Tolsá. Corte de profundidad
en la esquina sureste de la retícula se encontraron las reflexiones con georradar 1.5 m. Líneas de
más amplias, se quiso corroborar la diferencia entre las anomalías georradar en amarillo sobre
anomalías destacadas en la
localizadas con el sector poniente, dada la cercanía de las ventilas parte oriental de la plaza.
de circulación del metro así como del cubo donde éste circula
(figura 9.33).

Como se esperaba en el radargrama de la línea F39, se


observa una reflexión fuerte que puede ser un muro en 2 m y un
paquete de reflexiones entre 8 y 14 m con un posible muro en 10 m.
Entre 17 y 26 m se observa un gran paquete que tiene reflexiones
dentadas características en las capas superiores indicadoras de la
presencia de las varillas en concreto armado. Por lo que esta zona
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Figura 9.34. Radargrama F39 con representa una alteración moderna asociada a la construcción del
grandes alteraciones modernas metro. Entre 26 y 29 m se observan reflexiones hiperbólicas que
entre 16 y 28 m.
indican la presencia de tuberías metálicas (figura 9.34).

El radargrama de la línea F41 muestra de manera más clara la


presencia de muros en 2 y 8 m lo que indica que estos muros tienen
cuando menos una longitud de 2.4 m. En el caso de las reflexiones
Figura 9.35. Radargrama F41 con
entre 16 y 26 m se confirma la presencia de una estructura moderna
alteraciones modernas de 16 a hecha de concreto armado enterrada a poca profundidad (figura
26 m. 9.35).

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
298

En el radargrama de la línea 43 se aprecia un patrón muy


semejante a la línea F41 con una pequeña diferencia en el muro Figura 9.36. Radargrama F43
que se encuentra en 9 m que parece tener un talud de derrumbe donde destaca la presencia de
adosado y en 13 m aparece una tubería (figura 9.36). un muro y su derrumbe en 9 m.

El Pedestal de El Caballito
La información recopilada sobre escultura ecuestre de Carlos IV y
su pedestal permitió determinar que el pedestal está conformado
por un núcleo de concreto armado, recubierto por sillares labrados
de piedra. Se compone de un paralelepípedo de concreto armado,
una parte enterrado y otra parte sobresale de la superficie, un
recubrimiento de piedra y sobre estas, las placas conmemorativas.
Sus dimensiones aproximadas son 4.20 m de altura, 2.90 m de
ancho y 4.70 m de largo.
A partir del registro fotográfico de 1979, el estudio permitió
inferir, que la cimentación actual es un cajón de concreto reforzado
formado por dos losas, un muro perimetral y trabes. La primera
hilada del recubrimiento pétreo del pedestal es de sillares de
basalto, también conocido como recinto.
El pedestal está constituido por sillares de andesita. En las
caras oriente y poniente se localizan dos placas conmemorativas
de 1852, que fueron labradas en mármol blanco de grano fino;
mientras que en la cara sur se ubica una placa de bronce. Es
importante señalar que el pedestal actual fue reconstruido casi
en su totalidad en 1979. Del pedestal original de Lorenzo de la
Hidalga sólo se conservan algunos sillares de piedra y las placas
conmemorativas de mármol.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Estudio del Pedestal con la antena de 2 Ghz.


A fin de verificar la información documental se decidió estudiar el
pedestal con gran resolución con una antena de 2 GHz la cual permite
observar claramente elementos estructurales, arquitectónicos y
constructivos. Las líneas se hicieron aprovechando las superficies
planas de la parte superior del pedestal que los andamios dejaron
libres (figura 9.39)

Se realizó el estudio detallado en las cuatro caras del pedestal


Fig. 9.39 Estudio con antena
de 2 GHz en la cara norte del de las cuales se mostrará únicamente la cara sur por ser la más
pedestal de El Caballito. representativa.

Cara sur del pedestal


La cara sur del basamento muestra la placa de bronce y conforma
el frente de la escultura. En ella se realizaron las líneas (F61, 64, 69
y 70) (figuras 9.40 y 9.41).

Figura 9.40. Levantamiento del


file 69 en la cara sur del pedestal
de El Caballito.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
300

La línea F61 se obtuvo en la parte más alta de la cornisa Figura 9.41. Líneas de radar en
que presenta una superficie cóncava. En la capa de concreto se la cara sur del pedestal de El
Caballito.
observan pocas varillas, aunque también pueden estar algunas
piezas metálicas. En la misma capa se observan lo que parece ser
las esquinas del cajón de concreto. También se aprecia el contacto
con lo que pudiera ser el material usado como núcleo para el molde
de vaciado del concreto a 45 cm de profundidad (figura 9.42).
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Figura 9.42. Radargrama de la En la línea F64 justo debajo de cornisa, además de la capa de
línea 61 realizada en la cornisa piedra de 20 cm de espesor se observa una clara capa de concreto
del pedestal.
con gran cantidad de varillas que termina a 45 cm donde se aprecia
un contacto con otra capa de material homogéneo que puede ser
el núcleo del molde y a 65 cm parece haber otro contacto donde
termina esta capa (figura 9.43).

Figura 9.43. Radargrama de la


línea 64.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
302

La línea F69 se ubica justo debajo de la placa conmemorativa


y vuelve a mostrar con claridad la capa homogénea de la piedra de
recubrimiento. En la capa de concreto armado se observan algunas
reflexiones metálicas y en el centro lo que parece un paquete
Figura 9.44. Radargrama de la
de reflexiones múltiples que sugieren un hueco. Además, en los línea 69.
extremos de la línea se ven con claridad los bordes o aristas del
cajón de concreto. A más de 50 cm se aprecia una capa homogénea
de material (figura 9.44).

La línea F70 es una línea que pasa justo encima de la caja


de tiempo que se colocó en el pedestal. Muestra en 1.3 m una
perforación que atraviesa todas las capas que forman la pared
y alcanza cuando menos 75 cm. Aproximadamente a 40 cm de
Figura 9.45. Radargrama de la
profundidad la onda atraviesa un espacio vacío conformado por línea 70. Muestra claramente el
el hueco de la cápsula del tiempo y las ondas encuentran el aire hueco producido por la cápsula
después del concreto (figura 9.45). del tiempo.
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

Conclusiones de los tres estudios realizados


1) El estudio de radar aplicado sobre la superficie del mural en
mármol del pintor José Chávez Morado, realizado con separación
entre líneas cada 10 cm, ha sido uno de los estudios más detallados
que se han realizado sobre un bien patrimonial. El total de líneas
realizadas para el mural fueron de 273 que da una longitud de
recorrido total de 928 m.
La aplicación al mural de un método no invasivo como el
georradar, resultó muy exitosa dada la gran resolución de la antena
de 2 GHz, de aproximadamente 7.5 mm. Con esto fue posible
detectar indirectamente las condiciones de adherencia entre
las placas de mármol y su soporte, además de las fracturas del
mismo, también fue posible registrar los elementos estructurales
en el interior del muro como las varillas del armado y las pijas que
sirven para sujetar el mármol al muro, información que puede ser
importante para la separación, embalaje y transporte del mural.
2) Para el caso de la escultura del Mictlantecuhtli, no obstante
que el sitio arqueológico de El Zapotal se encuentra en un sitio
costero con sedimentos húmedos y cierta salinidad, la técnica de
georradar funcionó muy bien en este contexto, siendo las señales
muy claras a menos de dos metros de profundidad.
Los cortes de profundidad realizados con la antena de 400
MHz bajo el piso del museo a ambos lados de donde se encuentra
la escultura, mostraron una gran cantidad de anomalías que
evidenciaron la huella de algunas de las excavaciones realizadas
en la década de los setenta por el Arqlgo. Manuel Torres Guzmán,
de donde se recuperó una gran cantidad de entierros y esculturas
cerámicas. Sin embargo, hay una alta posibilidad de que otras
anomalías estén mostrando la localización de más ofrendas y
enterramientos que aún no han sido explorados.
El estudio de la escultura de Mictlantecuhtli con la antena de 2
GHz mostró que fue construida de un material arcilloso homogéneo
que se encuentra aún en buenas condiciones, sin ninguna fractura
y la única alteración perceptible es la presencia de un refuerzo en
su interior, posiblemente metálico, colocado en forma reticular en
algunas secciones de la parte posterior de la escultura para darle
mayor estabilidad.

303
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
304

3) Por último los resultados obtenidos en la Plaza Tolsá


con la antena de 400 MHz, mostraron que entre 0.5 y 1.5 m de
profundidad, hay evidencia de cimientos arquitectónicos que
muy posiblemente formaron parte del Hospital de San Andrés,
destruido en 1906 justamente para conformar un espacio abierto
y construir el edificio sede de la Secretaría de Comunicaciones y
Obras Públicas, el cual posteriormente fue el Archivo General de
la Nación y que finalmente dio paso al Museo Nacional de Arte
(MUNAL). Dicho Hospital originalmente llegaba hasta el límite de la
actual calzada de Tacuba.
Al parecer ninguna de las reflexiones observadas, causadas
por los restos de lo que fuera el hospital, parecen comprometer
la estabilidad del monumento estudiado, bien porque se
encuentran a suficiente distancia o bien porque sus dimensiones
y características no parecen afectar las condiciones del terreno
aledaño. Sin embargo, claramente pudo observarse que algunos
rasgos arquitectónicos enterrados se encuentran a ambos lados
de la estatua ecuestre. La mayor afectación a la plaza la constituye
precisamente el cajón que alberga el metro que corre por la calle de
Tacuba. La deformación ocasionada por el hundimiento diferencial
en la plaza se manifiesta ante nuestros ojos como una elevación
en la zona que se encuentra sobre la trayectoria en la que corre
el metro. Esto se encuentra muy cerca del pedestal de la estatua
ecuestre, pero la forma en que se construyó el pedestal hasta el
momento ha evitado que tenga movimientos y por lo tanto ni los
restos arquitectónicos enterrados ni el cajón del metro afectan la
estabilidad del monumento estudiado.
Por otra parte, los resultados obtenidos con la antena de
2 GHz sobre el pedestal, confirmaron que éste conforma un
paralelepípedo construido de concreto armado de 30 cm de espesor.
El espesor de la cantera de revestimiento fue aproximadamente de
20 cm en la parte superior del pedestal. Se observó además una
loza colada en la parte superior que cierra el paralelepípedo para
recibir la base metálica de la estatua. Debajo de ella, se encontró
lo que podrían ser los restos de la cimbra que se usó para hacer el
colado. En algunos lugares se llegaron a observar espacios vacíos
dentro del pedestal. Se observó además claramente un hueco que
EL USO DE TÉCNICAS NO DESTRUCTIVAS PARA EL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL

penetra todas las capas de materiales mencionadas que contiene


el tubo que sirvió como caja del tiempo. En conclusión, por su
conformación y diseño y pese a que el pedestal está por cumplir 40
años, el estudio reveló que no presenta ningún riesgo estructural
importante que ponga en riesgo la estabilidad de la escultura de
Carlos IV y de El Caballito.
Como ha podido observarse en los tres casos anteriores,
la aplicación del georradar como técnica de estudio para la
conservación del patrimonio cultural, sienta un precedente para
abordar más investigaciones de este tipo en México, ya que revela
de manera muy rápida, las condiciones internas de diferentes obras
con gran valor cultural a través de imágenes similares a las de un
ultrasonido de manera no intrusiva ni destructiva.

Agradecimientos
Nuestro agradecimiento a la Dra. Isabel Villaseñor Alonso, en
aquel entonces Subdirectora de Conservación e Investigación de
la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural
del INAH por la invitación a participar en el Proyecto El Zapotal, en
Veracruz; de igual manera al Lic. Inti Muñoz Santini Director General
del Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México por la
invitación a participar en el Proyecto de Investigación Científica
para la Conservación y Restauración de la Escultura Ecuestre
de Carlos IV y su pedestal. Así como al Restaurador Alejandro
Carrasco G., por su invitación a participar en el Proyecto de estudio
con radar del mural del pintor Chávez Morado en el Hospital Dr.
Gonzalo Castañeda del ISSSTE, Tlatelolco. Así mismo, agradecemos
el apoyo brindado por Eos López López por su ayuda en la edición
y corrección de la información para este artículo sobre el mural de
Chávez Morado en Tlatelolco.

305
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
306

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2005 Informe de los estudios de prospección geofísica con
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1990 La Ciudad de los Palacios: Crónica de un patrimonio perdido.
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307
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
308
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

CAPÍTULO 10
El patrimonio bio-antropológico: los
restos humanos

Lilia Escorcia Hernández


Laboratorio de Antropología Forense

309
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
310
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

Resumen

E
l patrimonio bioantropológico constituye una fuente
primordial para el conocimiento científico, y los restos
humanos son considerados bienes culturales, a través de ellos
se pueden realizar análisis morfoscópicos, morfométricos,
imagenológicos, microscópicos, genéticos y químicos de los
seres humanos para conocer aspectos de la cultura: costumbres,
alimentación, migración, parentesco, salud-enfermedad,
actividades ocupacionales, género, crecimiento, maduración
sexual, aspectos evolutivos y demográficos, entre otros.
En este capítulo, se aborda la relevancia, los cuidados y las
formas de acceder al estudio del patrimonio bioantropológico
desde los estudios de la osteología antropológica.

Los restos humanos y las prerrogativas


jurídicas
Se denomina bioantropología al enfoque de análisis cultural a partir
del ser humano que engloba lo bilógico y lo sociocultural (Goodman
y Leatherman 1998). Esta perspectiva incluye a las poblaciones
vivas y a las del pasado; en el caso de las primeras, se realizan
estudios diversos de procesos sobre expresiones1fenotípicas28,
alimentación, crecimiento y desarrollo, modificaciones corporales,
biomecánica, industria del vestido, entre otros, mientras que de
las poblaciones pretéritas o del pasado, los temas principales
versan sobre la diversidad y variabilidad biológica poblacional,
las formas y condiciones migratorias, aspectos demográficos
(natalidad, defunciones, tasa de crecimiento) y epidemiológicos
(enfermedades infecciosas), mestizaje, alimentación, actividades
ocupacionales, modificaciones intencionales, entre otros tópicos
abordados a través de los restos humanos.
Cabe señalar que los restos óseos en contextos sumergidos,
es decir los que se han encontrado en cenotes sagrados, naufragios,
manglares, etcétera, y los restos momificados también son
patrimonio bioantropológico (Figura 10.1), aunque las técnicas de
estudio, manejo y conservación difieren en algunos procedimientos
de las que se utilizan con restos óseos (Sánchez 2009).
28 El fenotipo se refiere al conjunto de características físicas visibles en el
individuo que son el resultado de su genotipo (genes) y el medio ambiente.

311
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
312

El patrimonio bioantropológico contribuye con la


revalorización constante de las culturas y de las identidades,
es relevante en la transmisión de experiencias, aptitudes y
conocimientos generacionales, por ello es también necesario tener Figura 10.1 Restos momificados
en cuenta la adecuada gestión para emprender las investigaciones, de un individuo femenino del
así como conservar y proteger todas las evidencias de la existencia cementerio de Caltimacán,
Hidalgo. Fotografía: Archivo del
humana. Laboratorio de Antropología
Es así que la Organización para las Naciones Unidas para la Forense.
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) considera los restos
humanos patrimonio cultural y natural, y fuente del rastro de la
existencia humana con carácter cultural, histórico o arqueológico.
Ahora bien, la subdisciplina de la antropología física que se encarga
del estudio de los restos humanos antiguos se le conoce como
osteología antropológica, aunque algunos autores también le han
denominanado bioarqueología (Larsen 1997, Márquez 2011).
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

En el marco nacional, la Constitución Política de los Estados


Unidos Mexicanos, en la fracción XXV del artículo 73 faculta al
Congreso de la Unión “para legislar sobre vestigios o restos fósiles
y sobre monumentos arqueológicos, artísticos e históricos, cuya
conservación sea de interés nacional”, es así que la declaratoria de
patrimonio cultural de la nación es decreto de la Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos que en
los artículos 28, 28 segundo y 28 tercero señala lo siguiente:

ARTICULO 28.- Son monumentos arqueológicos los bienes


muebles e inmuebles, producto de culturas anteriores al
establecimiento de la hispánica en el territorio nacional,
así como los restos humanos, de la flora y de la fauna,
relacionados con esas culturas.

ARTICULO 28 BIS.- Para los efectos de esta Ley y de su


Reglamento, las disposiciones sobre monumentos y zonas
arqueológicos serán aplicables a los vestigios o restos fósiles
de seres orgánicos que habitaron el territorio nacional
en épocas pretéritas y cuya investigación, conservación,
restauración, recuperación o utilización revistan interés
paleontológico, circunstancia que deberá consignarse en
la respectiva declaratoria que expedirá el Presidente de la
República.

ARTICULO 28 TER.- Las disposiciones sobre preservación


e investigación en materia de monumentos y zonas de
monumentos arqueológicos e históricos serán aplicables a los
rastros de existencia humana que tengan un carácter cultural,
histórico o arqueológico, localizados en la zona marina de
los Estados Unidos Mexicanos, que hayan estado bajo el
agua parcial o totalmente, de forma periódica o continua,
tales como: los sitios, estructuras, edificios, objetos y restos
humanos, junto con su contexto arqueológico y natural; los
buques, aeronaves, otros medios de transporte o cualquier
parte de ellos. Su cargamento u otro contenido, junto con
su contexto arqueológico y natural; y los objetos de carácter
prehistórico.

313
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
314

Quedan exceptuados del párrafo anterior los buques y


aeronaves de Estados extranjeros, cualquier parte de ellos,
su cargamento u otro contenido, que gocen de inmunidad
soberana conforme a derecho internacional.

Las autorizaciones para realizar investigación y exploración


de los bienes a que se refiere el primer párrafo, se sujetarán
a lo establecido en el artículo 30 de esta Ley.

En las últimas décadas estas prerrogativas han motivado


que la tendencia de las investigaciones sobre el patrimonio
bioantropológico tenga alcances interpretativos e interdisciplinarios
en el marco de los instrumentos jurídicos nacionales e
internacionales. Es así que los antropólogos físicos, estudiosos
de este patrimonio, echan mano de herramientas de la medicina,
de la química, de la genética, de la historia, de la estadística, de
la arqueología, entre otras, usualmente conformando equipos de
trabajo con expertos en estas materias.

La colección osteológica de Santiago Apóstol


y otras fuentes de referencia
Las colecciones osteológicas son fuente de primera mano para
acceder al conocimiento de las poblaciones pretéritas. Éstas
son usualmente conformadas a partir de los rescates de sitios
arqueológicos, y algunas veces de sitios históricos como es el caso
de la colección osteológica de Santiago Apóstol que alberga el
Laboratorio de Antropología Forense del Instituto de Investigaciones
Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México
(IIA-UNAM). Estos restos humanos proceden de las excavaciones y
exhumaciones, en el cementerio de la iglesia con el mismo nombre
en el Municipio de Zimapán, Hidalgo; realizadas durante el periodo
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

que va de 2002 a 2004, con motivo de las labores de restauración y


conservación del monumento arquitectónico del siglo XVIII y de la
re-cimentación del atrio29.2
Aunque las primeras inhumaciones en este sitio, de
acuerdo con el archivo histórico, iniciaron en fechas cercanas
a la construcción de la iglesia, la mayoría de los restos humanos
excavados corresponden a la última fase ocupacional del
cementerio principalmente durante el siglo XX, por lo que varios
de ellos contaban con familiares al momento de la intervención.
Sin embargo, los esqueletos no reclamados fueron cedidos por la
comunidad de Santiago al IIA-UNAM para su custodia y análisis.
Esta colección integra más de 200 esqueletos adultos e infantiles
y algunos de ellos cuentan con datos biográficos obtenidos del
archivo civil. De este acervo se han realizado investigaciones
principalmente de temas relacionados con patología ósea (Ugalde
2009), antropología dental (Flores 2008), contaminación de
metales pesados (López 2007), identificación de sexo (Escorcia
2015, Villa 2016) y la estimación de la edad (Escorcia et al., 2015),
por mencionar algunos.
Sin embargo, en este laboratorio también se ha estudiado
el patrimonio bioantropológico de otros acervos (Escorcia 2008,
Escorcia et al., 2007, García 2009, Ruiz 2008) y con otras técnicas
tanto en cadáveres (Villanueva et al., 2006) como en individuos
vivos (Benítez 2017) para generar datos de referencia303aplicables a
restos humanos contemporáneos y antiguos (Escorcia et al., 2017).

29 La recimentación es una técnica especializada de la arquitectura y de


la ingeniería, que consiste en reemplazar materiales por otros de mayor soporte
para evitar severos daños a una estructura pesada, por ejemplo reparar y evitar
las grietas de una iglesia, así como los hundimientos o socavones en el atrio de
la misma.
30 Los datos de referencia son aquellos de los que se parte de cierto
conocimiento y posteriormente se les compara con datos similares de los que se
desconoce su procedencia, es decir, por similitud se puede obtener un resultado
parecido.

315
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
316

Las rutas metodológicas del osteólogo


El abordaje osteológico comienza por el análisis del contexto, es decir,
habremos de indagar todo sobre el sitio donde fueron rescatados
los restos humanos y la temporalidad a la que pertenecieron.
Estos datos nos llevan a conocer las condicionantes materiales de
existencia de los individuos en determinado tiempo y lugar, para
conocer cómo vivían. Así por ejemplo, las condiciones climáticas
además de mostrar el tipo de recursos naturales disponibles
(flora y fauna) para la alimentación, el vestido, la construcción de
la vivienda y en general para la subsistencia del grupo, informará
también sobre los procesos demográficos, epidemiológicos,
migratorios y otros.
Así que la consulta de archivos, estudios publicados sobre
el tema y una buena etnografía314del sitio son la clave para el
siguiente paso: el inventario y el análisis osteológico (Tabla 1). El
primero consiste en documentar todos los rasgos encontrados en
cada parte de los huesos: marcas o lesiones que han quedado en el
tejido óseo a consecuencia de ciertas manifestaciones patológicas,
alimentarias o de hiperactividad muscular325(Campillo 2001,
Medrano 2003), pero además las marcas de origen6tafonómico33,
del sitio son la clave para el siguiente paso: el inventario y el análisis
osteológico (Tabla 1). El primero consiste en documentar todos los
rasgos encontrados en cada parte de los huesos: marcas o lesiones
que han quedado en el tejido óseo a consecuencia de ciertas
manifestaciones patológicas, alimentarias o de hiperactividad

31 La etnografía es un método antropológico que consiste en describir y


analizar con profundidad a los pueblos y sus culturas.
32 Cuando el movimiento de los músculos es repetido y prolongado,
los restos óseos se marcan de cierta forma que evidencian el tipo de acción
muscular que se pudo llevar a cabo, esto se debe a las actividades que realizamos
diariamente durante muchos años.
33 La tafonomía es un área que originalmente proviene de paleontología y
se interesa por conocer los cambios que ocurren desde que un organismo muere
hasta que es rescatado para su estudio (Lyman 2010). Los procesos tafonómicos
ocurren de forma natural pero también de forma artificial, como ejemplo de este
último están todos los tratamientos mortuorios.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

muscular347(Campillo 2001, Medrano 2003), pero además las


marcas de origen tafonómico35,8como los pigmentos impregnados
en los huesos, las huellas de exposición al fuego, o las marcas de
los dientes ocasionadas por animales carroñeros, entre otros, y
finalmente las dimensiones de cada elemento óseo (Figuras 10.2
y 10.3).
34 Cuando el movimiento de los músculos es repetido y prolongado,
los restos óseos se marcan de cierta forma que evidencian el tipo de acción
muscular que se pudo llevar a cabo, esto se debe a las actividades que realizamos
diariamente durante muchos años.
35 La tafonomía es un área que originalmente proviene de paleontología y
se interesa por conocer los cambios que ocurren desde que un organismo muere
hasta que es rescatado para su estudio (Lyman 2010). Los procesos tafonómicos
ocurren de forma natural pero también de forma artificial, como ejemplo de este
último están todos los tratamientos mortuorios.

Figura 10.2 Restos óseos con


pigmento: a) coloración verdosa
por oxidación al contacto con
objetos de cobre, en este caso
rosarios religiosos, y b) pigmento
rojo por contacto con textiles
teñidos. Fotografía: L. Escorcia.

317
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
318

La segunda parte consiste en realizar un análisis de lo que se ha


observado en los huesos durante el inventario, predominantemente
bajo un enfoque interpretativo denominado osteobiografía369(Saul
1972), a partir de la elaboración de un perfil biográfico de cada
individuo. Figura 10.3 Marcas transversas
La osteobiografía (Cuadro 1) se plantea cuatro preguntas del textil de los calcetines en
básicas sobre su objeto de estudio: ¿Quiénes eran?, ¿de dónde el tercio distal de la tibia y
vinieron?, ¿qué pasó con ellos?, y ¿qué puede decirse de ellos? Con peroné izquierdos. Fotografía:
estos cuestionamientos se obtienen datos de cada individuo como L. Escorcia.
indicadores que caracterizarán la composición de la población.
Los indicadores iniciales son cuatro y también se les conoce
como cuarteta básica: afinidad biológica, sexo, edad y estatura. El
36 La osteobiografía se refiere a la obtención de algunos datos de la vida
del individuo a partir del análisis de sus huesos.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

primero de ellos busca identificar el origen o filiación10biológica37


de los restos humanos, a partir de la observación predominante de
la expresión fenotípica de rasgos morfoscópicos en el cráneo y los
dientes para compararlos con la tipología de los tres grandes grupos
de origen e identificar la afinidad más cercana a la ascendencia:
africana, europea o asiática, aunque también se utilizan algunas
dimensiones e índices de proporcionalidad en el cráneo y en algunas
otras partes del esqueleto, como la observación de la curvatura del
fémur38,11para complementar estas observaciones (Figura 10.4).
37 Las categorías raciales clasificatorias han sido fuertemente cuestionadas
por los genetistas, a partir de las revelaciones de las componentes genómicas
que señalan que no existen las razas como fueron concebidas durante el siglo
XIX relacionado con las expresiones fenotípicas como el color de piel o de ojos
y que derivaron en polémicas racistas (Martínez 2016). Sin embargo, estas
categorías matizadas, siguen siendo utilizadas como un referente morfoscópico
y orientativo de la filiación biológica en osteología y antropología forense.
38 Walenski (1965) en sus estudios sobre el fémur señala que la curvatura
muy pronunciada de la longitud de este hueso corresponde a poblaciones de
origen asiático descendientes o también conocidas como amerindias.

Figura 10.4 Paladar con


incisivos centrales en forma de
pala, altamente frecuente en
población amerindia. Fotografía:
L. Escorcia.

319
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
320

El segundo indicador se basa en identificar el sexo biológico Figura 10.5 Diferencias de sexo
del esqueleto a partir de la observación de rasgos basados en en cráneo y coxales: a) Cráneo
el dimorfismo sexual entre hembras y machos, expresado en masculino y femenino, este
último es más pequeño con
prácticamente todas las dimensiones o tamaños de los huesos
rasgos gráciles y redondeados, b)
humanos, aunque los más representativos son los rasgos de la pelvis Coxales masculino y femenino,
y del cráneo (Figura 10.5). De este razonamiento, adicionalmente en este último el ángulo ciático
se han emprendido investigaciones que parten de las medidas mayor es más abierto, mientras
óseas más representativas para elaborar fórmulas matemáticas que en masculinos es más
cerrado, c) Acetábulo o sitio
de clasificación o también denominadas funciones discriminantes,
de articulación con el fémur
en algunas partes específicas de los huesos, con un resultado del hueso coxal masculino y
muy eficaz, sobre todo cuando los restos están incompletos, femenino, en este último es más
fragmentados o se encuentran aislados. pequeño. Fotografía: L. Escorcia.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

El tercer indicador busca estimar la edad esquelética y


es el más difícil de los marcadores debido a la variabilidad en
el ritmo ontogenético de las poblaciones condicionadas por
diversos factores, tanto genéticos como medio ambientales y
socioculturales. La ontogenia se refiere al estudio del ciclo vital del
ser humano, desde la concepción hasta la muerte, pasando por las
diferentes fases del crecimiento y desarrollo y el posterior desgaste
degenerativo. Todo este trecho de la vida, con la variabilidad que
ello implica, complejiza la estandarización de datos de referencia
para estimar la edad con márgenes de error estrechos. A pesar
de ello, es viable estimar una edad aproximada que ayude a
caracterizar a las poblaciones por grupos.
En los infantes y subadultos, las longitudes de los huesos
largos de los miembros superiores e inferiores, la valoración del
brote dental y los centros de osificación primaria y secundaria son
los métodos más populares para estimar la edad, mientras que en
los adultos la observación de los procesos degenerativos en sitios
de articulación de los coxales, el cráneo y otros se convierten en
Figura 10.6 Diferencias de la los mejores indicadores para estimar la edad (Figura 10.6). Aunque
carilla auricular del ilion entre un
existen otras formas de valoración como los métodos radiográficos
individuo a) de 32 años y b) un
individuo de 53 años. Fotografía: en huesos y dientes, y algunos otros un poco más invasivos como
L. Escorcia. la histomorfoscopía.

321
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
322

Por último, el cuarto indicador se refiere a la estimación de la


estatura de los individuos adultos, y la única forma de valorarlo es
a través de medir la longitud principalmente de los huesos largos
de los miembros superiores e inferiores, incluyendo los de manos
y pies, posteriormente se aplica una fórmula de regresión para
obtener la estatura estimada (Figura 10.7).

Sin embargo, además de las preguntas anteriores la Figura 10.7 Longitud de un


osteobiografía se propone averiguar a cerca de las manifestaciones fémur femenino medido
con la tabla osteométrica.
culturales o intencionales presentes como las modificaciones Fotografía: L. Escorcia.
cefálicas y dentales practicadas en la época prehispánica, y otras
lesiones en las que el papel de la cultura tiene cabida, como huellas
de actividad ocupacional, lesiones de patología, desgaste dental,
etcétera.
Todo ello proporciona un panorama amplio sobre la
composición de la población, la forma en cómo se organizaba la
vida laboral, el estatus social, algunas condiciones alimentarias y
epidemiológicas, así como aspectos migratorios.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

La mayoría de los indicadores que acabamos de mencionar


es posible obtenerlos a partir de la12observación morfoscópica39
con buenas condiciones de iluminación e incluso podemos requerir
de una lupa de amplificación para mirar con detalle. Otros más se
Cuadro 1. Enfoque osteobiográfico. obtienen a través de la métrica, a este procedimiento se le denomina
Fuente: Saul y Saul 1989: 220. osteometría y consiste en tomar dimensiones de diferentes partes
de los huesos con instrumental antropométrico especializado,
principalmente compases y tabla osteométrica (Figura 10.7).
Con estas medidas se obtienen índices de proporcionalidad que
ayudan a clasificar formas, también se emplean medidas directas a
39 Se refiere a la observación de rasgos en el hueso a simple vista.

323
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
324

fórmulas matemáticas discriminantes y de regresión para obtener


datos de sexo, edad y estatura principalmente.
Otras técnicas de investigación se basan en la observación
imagenológica de rasgos de los huesos y dientes a través de
radiografías, ultrasonido, resonancia magnética y tomografía
computarizada. Muchas de estas se realizan en colaboración con
laboratorios de diagnóstico clínico del país.
Asimismo existen las técnicas histológicas que se basan en la
observación de la composición microscópica de las células óseas,
las cuales también suelen medirse. Con estas técnicas se pueden
identificar ciertas lesiones óseas, estimar la edad e incluso aportar
información sobre procesos tafonómicos (Tiesler 2006).
Por su parte las técnicas físico-químicas también son utilizadas
con diversos fines, por ejemplo, las isotópicas logran conocer
aspectos de la dieta, condiciones estacionarias y de movilidad de
los pobladores (Bethard et al., 2008, Sánchez 2014), así como la
antigüedad de los restos humanos por medio del radiocarbono y
otras técnicas de datación (Beramendi et al. 2011, Cervera 2010),
e incluso es viable conocer las circunstancias y efectos de la
exposición ósea a altas temperaturas en contextos funerarios (Piga
y Malgosa 2012).
Las técnicas genéticas se proponen obtener información del
genoma humano, que como patrimonio contiene el registro de la
historia evolutiva de nuestra especie y otros datos de relevancia
como los procesos de flujo genético y mestizaje que contribuyen al
estudio de la historia y de la prehistoria de las poblaciones (Aguirre
2011; Martínez 2016).
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

Técnica Descripción Indicador Instrumental


Morfoscópica Observación de rasgos Edad, sexo, afinidad Iluminación apro-
a simple vista (formas y biológica piada, lupas de au-
marcas o huellas) mento

Osteométrica Medidas en los huesos Estatura, sexo, afinidad Instrumentos antro-


(tamaños) biológica pométricos: com-
pases, cinta métrica
y tabla

Imagenenológicas Observación y medición Edad, sexo, estatura, Equipo clínico:


de huesos a través patología, fracturas y Röentgenógrafo o
de imágenes de ra- otras lesiones aparato para ray-
diografías, tomografías, os X, tomógrafos,
ultrasonidos y resonan- ecógrafos, reso-
cias magnéticas nadores magnéticos

Histológica Observación y medidas Edad, sexo, patología, Microscopios


de los componentes mi- factores tafonómicos
croscópicos del hueso

Físico-químicas Observación y medición Origen, dieta, contami- Espectrómetros,


de los componentes físi- nantes, antigüedad. difractómetros
co químicos del hueso Exposición al fuego

Genética Observación de los Origen, migración Instrumentos diver-


genes sos

Tabla 1. Técnicas utilizadas para el


estudio del patrimonio ostelógico.
Fuente: Elaboración propia.

325
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
326

Figura 10.8 Cédula para el


registro de rasgos morfoscópicos
Manejo, protección y resguardo de restos de restos humanos en contexto

humanos
individual o colectivo. Elaborado
por: L. Escorcia.
El patrimonio bioantropológico, además de ser estudiado, incluye
los retos de un adecuado manejo, conservación y almacenamiento
que inicia con el registro o documentación de los materiales.
La documentación osteológica inicia por la descripción
escrita de rasgos morfoscópicos y métricos recabados, usualmente
clasificados y vertidos en cédulas gráficas meticulosamente
elaboradas (Figura 10.8). Asimismo, como parte del registro visual se
hacen dibujos, fotografías en distintos ángulos y video grabaciones
que incluyen diversos detalles. Y recientemente se ha incorporado
la fotogrametría que permite la construcción tridimensional del
objeto con la venia de capturar gran cantidad de detalles que se
pierden en la fotografía.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

327
LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
328

Parte de la conservación de los restos humanos incluye las


buenas prácticas en el manejo de estos para evitar contaminar no
sólo a nuestro objeto de estudio, sino además proteger nuestra
integridad física, esto significa que los restos humanos pueden
poseer diversos tipos de microorganismos, con mayor frecuencia
fúngicos, pero otras veces es posible que estemos ante materiales
orgánicos con virus inactivos que al contacto con un organismo vivo
pueden activarse y atacar nuestra salud (Figura 10.9). Los cuidados
básicos incluyen el uso de cubrebocas o mascarillas especiales,
guantes, gafas y ropa de trabajo, así como insumos de limpieza y
desinfectantes para el personal que establece contacto directo con
los materiales.
Figura 10.9 Cepa con el
crecimiento de 108 colonias
fúngicas identificadas en una
momia. Fotografía: Cortesía de
M. Sánchez.
EL PATRIMONIO BIO-ANTROPOLÓGICO: LOS RESTOS HUMANOS

Por otro lado, la conservación de los restos óseos implica


la limpieza mecánica con cepillos de cerdas naturales suaves y en
algunas ocasiones sólo el uso de agua destilada y el secado al aire
libre, evitando los consolidantes, salvo en situaciones estrictamente
necesarias. Así mismo, el resguardo debe incluir condiciones
de almacenamiento apropiadas con temperatura y humedad
controladas para evitar la proliferación de microorganismos y con
ello se propicie el biodeterioro (Mainou 2009; Martínez et al., 2009;
Rodríguez y Ramírez 2009; Sánchez 2009).

El patrimonio bioantropológico en tiempos


de paz y de conflicto
Hasta aquí se han planteado las principales razones por las que el
patrimonio bioantropológico debe de documentarse, protegerse y
conservarse, sin embargo, aún en tiempos de relativa paz en las
naciones, un tema difícil de controlar ha sido la destrucción de
restos humanos a consecuencia de la profanación de tumbas para
sustraer y traficar materiales arqueológicos en el mercado negro
(Endere 2009, 2013, 2016; Giovannetti y Páez 2009).
Por otro lado, una preocupación todavía mayor, ocurre
en naciones en conflicto, principalmente en zonas de guerras,
en las que el patrimonio cultural ha sido destruido o aniquilado.
Esta situación ha puesto en marcha iniciativas de registro a partir
del uso de nuevas tecnologías de digitalización en 3D para hacer
accesible al público el patrimonio cultural y se está extendiendo al
patrimonio de los restos humanos con fines de documentación y
de investigación.
En otros casos se plantean controversias éticas y patrimoniales
sobre: a) la extracción del ADN de restos humanos antiguos (huesos,
momias y cabellos) depositados en los museos, b) el consentimiento
de las comunidades indígenas y pueblos originarios para hacer
investigaciones con el patrimonio bioantropológico procedente
de sus sociedades y c) el derecho a la repatriación y restitución
de los restos humanos a las comunidades de origen (Endere 2000;
Fforde 2002; Jofre 2010) o bien a sus familiares en casos de países
en conflicto.
El tema del patrimonio bioantropológico plantea constantes
retos para la ciencia, la ética y el derecho, por lo tanto, se asume
que los requerimientos y cuidados durante las distintas facetas del
proceso de investigación deben ser cabalmente cumplimentados.

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LAS CIENCIAS APLICADAS AL ESTUDIO DEL PATRIMONIO CULTURAL
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335
336
Reflexiones finales

El Estudio Multidimensional del Patrimonio


Cultural
En el capítulo introductorio hemos visto el compromiso e
importancia que tienen las ciencias aplicadas para el estudio del
patrimonio cultural, compromiso que a lo largo de la obra vemos
reflejado en las diferentes metodologías de trabajo y, sobre todo, en
los ejemplos que nos permiten reconocer como las investigaciones
cristalizan en conocimientos originales que justifican plenamente
la propuesta de que los bienes culturales van mucho más allá de las
ruinas arqueológicas.
A lo largo de diez capítulos hemos conocido diversas
disciplinas involucradas con este quehacer, las cuales tienen en
común ser el producto de la fusión de ciencias antropológicas,
biológicas, químicas, físicas y geofísicas. Los principios bajo los
cuales funcionan, los objetivos, los métodos de trabajo y ejemplos
del tipo de resultados que se obtienen, y que permiten reconocer
su estructura de corte interdisciplinario (Anónimo 2014, Lenoir
2013, Barba et al., 2003), con elementos provenientes de ciencias
experimentales y también de antropología, historia y otras áreas
de humanidades. Esta condición híbrida es en lo que fundamenta
el término bajo el cual se agrupan las ciencias aplicadas al estudio
del patrimonio cultural (CAEPC).

337
338

Muchas veces se piensa que los materiales de estudio


del patrimonio cultural derivan únicamente de materiales
arqueológicos, sin embargo, como se ha visto en los diferentes
capítulos del libro, pueden proceder de épocas diversas
(prehispánica, histórica y/o contemporáneas) y en cada una de
ellas ser estudiados con métodos y técnicas específicos, ya sean
tangibles: semillas, fitolitos, polen, huesos de animales, esculturas,
murales, restos humanos, muestras de DNA, de radiocarbono etc.,
como intangibles: actividades rituales y danzas.
La diferencia de estas ciencias aplicadas de manera
interdisciplinaria con respecto a los estudios multidisciplinarios, es
que estos últimos no generan conocimieto, pasan a formar parte
de apéndices de publicaciones y su aporte, sin duda importante,
deja de ser relevante. En cambio los estudios interdisciplinarios
acumulan conocimiento, forman colecciones de referencia y su
aporte integral y transdisciplinario constituyen parte fundamental
en las interpretaciones y explicaciones científicas del patrimonio Figura 11. Diagrama de flujo
cultural bajo estudio. que muestra la forma como
se promueve la investigación
Dentro de este proceso, y si prestamos atención al término
interdisciplinaria a través del
“de ciencias de estudio del patrimonio cultural (CAEPC)” que trabajo conjunto de los proyectos
aparece en la Figura 11, vemos que están caracterizadas por tener arqueológicos y las CAEPC,
dos vínculos. Por un lado, el enfoque intradisciplinario, el cual conduciendo los resultados e
incluye esquemas de estudio, técnicas, métodos específcos de cada interpretaciones hacia productos
de índole cultural y cuyo alcance
disciplina para el trabajo de campo y de laboratorio, creados al
puede ubicarse como de corte
interior de cada disciplina en función de sus bases de conocimiento transdisciplinario.
y lógica interna (Lenoir 2013), y perfectamente involucrados con
el tipo de materiales estudiados. Vistos desde las humanidades,
fácilmente pueden considerarse como campos enormemente
especializados y esto, ciertamente, es correcto, pues los materiales
de estudio así lo exigen.
339
340

La otra conexión de las CAEPC involucra la interacción


entre estas disciplinas y los proyectos de investigación, los cuales
recuperan y estudian diferentes materiales con base en los
conocimientos que los métodos científicos pueden brindar. En
particular, los proyectos de investigación no sólo poseen el acervo
de materiales recuperados, sino además toda la información del
sitio de estudio, aspecto fundamental para poder contextualizar
los resultados obtenidos con los estudios del patrimonio
cultural. Cuando la información proveniente de ambos campos
se une, cruzando resultados, es posible reconstruir diferentes
aspectos del modo de vida del pasado como son actividades
cotidianas, actividades de comercio e intercambio, procesos
migratorios, condiciones ambientales, el uso de los recursos y su
aprovechamiento, y aún, eventos particulares, informaciones que
en muchos casos están orientadas a un mejor entendimiento de
aspectos sociales y culturales. Este flujo de interacción científica y
conocimientos generados son claros productos interdisciplinarios
(Figura 11).
La incorporación de especialistas de otras disciplinas
enfocados a establecer y desarrollar aplicaciones de técnicas y
metodologías originadas en otras disciplinas, ha enriquecido
el acervo de información proporcionado por la investigación
antropológica y coadyuva a la mejor interpretación de los datos
obtenidos. La continua e íntima interacción de campos científicos
diversos que se unen para resolver un mismo problema, ha
permitido continuar la transformación del conocimiento adquirido
en metodologías que pueden aplicarse en la investigación e
interpretación del patrimonio cultural. Se ha desarrollado un
dialogo entre las ciencias aplicadas y humanidades que resulta
en un conocimiento que se complementa y accede a otro nivel de
interpretación que abarca un mejor entendimiento del patrimonio
cultural tanto tangible como intangible.
Finalmente, en función del tipo de productos obtenidos
y la orientación de las interpretaciones, es posible llegar a
reconstrucciones de eventos sociales y culturales. Estos niveles
de reconstrucción y proyección de los estudios rebasan el alcance
de la visión interdisciplinaria, pues se trata de la integración no de
los resultados, sino de las propias interpretaciones, aspecto que
lleva a un nivel dimensional del conocimiento que generalmente se
considera de corte transdisciplinario (Anónimo 2014; Lenoir 2013).

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341
La incorporación de especialistas de otras disciplinas
al estudio del patrimonio cultural, ha permitido enriquecer
el acervo de información proporcionado por la investigación
antropológica y coadyuva a la mejor interpretación
de los datos obtenidos. De esta forma, la continua e
íntima interacción de campos científicos diversos que
se unen para resolver un mismo problema, ha permitido
continuar la transformación del conocimiento adquirido
en metodologías que pueden aplicarse en la investigación
e interpretación del patrimonio cultural, desarrollando
un dialogo entre las ciencias aplicadas y las humanidades
que resulta en un conocimiento que se complementa y
accede a otro nivel de interpretación que abarca un mejor
entendimiento del patrimonio cultural tanto tangible como
intangible.

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