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ANÁLISIS Y COMENTARIOS SOBRE EL CAPITULO VI DEL VOLUMEN I DE LA

OBRA DE FRIEDRICH AUGUST HAYEK.


“DERECHO, LEGISLACIÓN Y LIBERTAD”

Luis Alberto Fernández Ramírez.*

En seguimiento a las publicaciones anteriores y como corolario y finalización


de la obra analizada, corresponde en el presente artículo comentar el último capítulo
de dicha obra, titulado “Thesis: La ley de la legislación.”

Hayek inicia la exposición, señalando un punto que ha sido recurrente a lo


largo de su obra, como lo es el hecho que la función de los cuerpos legislativos en
el desarrollo histórico de dicha institución, no ha sido realmente la elaboración de
normas de comportamiento, como es hoy en día, sino por el contrario sus funciones
poco o nada tenían que ver con el derecho así entendido (nomos o ius); pues su
principal tarea había sido el control y regulación del gobierno, a través de las normas
de organización.

Su evolución hacia normar conductas de los individuos se fue dando en un


primer momento con los aspectos tributarios, es decir, mediante la emisión de
aquellas estipulaciones a través de las que se lograba la colaboración de los
súbditos del gobernante y la consecuente autorización para recaudarlos. Estas
legislaturas o asambleas tenían dicha función en virtud de ser instrumentos de
gobierno representativo. Dichas recaudaciones tributarias a su vez servían como
fundamento del presupuesto gubernamental que permitía el funcionamiento del
mismo, cuyas normas no eran realmente normas de comportamiento sino directrices
de actuación en el uso de dichos recursos por parte del ente gubernamental, es
decir, normas de organización.

*
Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales. Abogado y Notario. Universidad Rafael Landívar. Maestro en
Derecho Civil y Procesal Civil. Universidad San Carlos de Guatemala. Master en Ciencias Forenses.
Universidad de Valencia, España. Doctorando en Derecho. Universidad de Occidente. Juez de Sentencia de
Quetzaltenango. Organismo Judicial, Guatemala.
Es importante tener claridad que a pesar de que tales órganos legislativos
fueran cuerpos representativos, en ningún modo quedaban exentos de cumplir con
las leyes que otros cuerpos también democráticos y representativos hubiesen
dictado, conocidas como normas universales de comportamiento. Esto hubiera
logrado realmente un gobierno bajo la ley -Estado de Derecho como hoy le
conocemos.- En palabras simples, ello implica que la legislatura como órgano
creado por el gobierno podía emitir nomas necesarias para el buen funcionamiento
del mismo e incluso para regular ciertos comportamientos de las personas, pero
teniendo como fundamento y límite las normas supremas de comportamiento
(cosmos en términos de Hayek.) Por el contrario, lo que sucedió fue que dichas
legislaturas ordenaban lo que querían con solo llamar a sus mandatos “leyes” (lex
o lege.)

Nótese como lo anterior evidencia que como resultado de esa noción


equivocada del que hacer de las legislaturas, se modificó radicalmente su función
inicial, y en consecuencia empezó la regulación de las normas de comportamiento
de los particulares, en muchas ocasiones en total contraposición a aquellas
conductas que los sujetos realizaban de un modo espontáneo y que les permitía
vivir armónicamente en sociedad. Incluso la noción de lo que implica gobernar
cambió y se consideró equivocadamente que toda persona necesitaba ser
gobernada y dirigida a través de las {leyes} de regulación de conducta que el
legislador emite, cual si la sociedad fuera una organización bajo las órdenes del
gobierno y por ende requiriese de organización y guía.

Aquí radica el vicio de pensamiento y entendimiento del concepto de {ley} y


su distinción entre aquellas normas de comportamiento (a lo que Hayek denomina
derecho privado) y las normas de organización (a lo que Hayek denomina derecho
público.) Usurpando en consecuencia las asambleas legislativas espectros que la
sociedad libremente determinaba, y por ende en detrimento de la libertad de cada
individuo, toda vez que la persona ya no se desenvolvía de un modo libre y según
sus propias consideraciones, sino necesariamente debía tomar como referencia el
marco normativo que le indica que debe hacer, que puede hacer y que tiene
prohibido hacer según el modelo dado a través de la legislación.

Fue de este modo como los organismos gubernamentales pudieron reclamar


la obediencia del ciudadano a órdenes concretas dirigidas a fines específicos.
Nótese que esta es la finalidad de toda legislación, es decir, que mediante actos
concreto y deliberados conseguir fines también concretos y determinados. Es decir,
aquella ley (cosmos y nomos) que garantizaba la libertad de los individuos se vio
menguada y hasta invisibilizada a través de la ley (taxis o thesis) creadas por las
distintas legislaturas. Este punto totalmente opuesto entre ambos conceptos de ley,
es una de las principales (sino la principal) causa del enfrentamiento entre las
corrientes iusnaturalistas y iuspositivistas en el mundo jurídico.

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