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UNIVERSIDAD SAN PEDRO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS


PROGRAMA PROFESIONAL DE DERECHO

ASIGNATURA:

INTRODUCCION A LAS CIENCIAS JURIDICAS

TRABAJO:

LA INTEGRACION JURIDICA

DOCENTE:

Dr. JORGE ANTONIO ALVARADO SANCHEZ

GRUPO 03:

 AVALOS AURORA LUIS HUGO


 SIGUENZA DIAZ KELVIN YERSIN
 MARQUINA ÑIQUEN JOSE MARIA EDUARDO
 CUBAS RODRIGUEZ EDER DUBAY
 LOPEZ ROBLES RONALDO ANTHONY

CHIMBOTE – PERÚ

2019
1
INDICE

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INTRODUCCION
La integración del derecho, que constituye la tercera etapa de la aplicación del
derecho (la primera es la aplicación y la segunda la interpretación), es la más
compleja y difícil: mientras la aplicación y la interpretación arriban a soluciones más
certeras y de mayor autoridad por derivar en forma natural de un texto indiscutible,
la integración está sujeta en mayor grado al error pues la solución deriva de la
inexistencia de normas positivas.

En este tipo de solución, el magistrado cumple con una labor de creación, pues su
resultado consiste en imaginar o imponer una nueva norma que entonces se
incorpora al orden jurídico para completar su vacío. Es decir que en cierta forma el
juez actúa por una especie de delegación legislativa, otorgando validez decisoria a
lo que éste resuelva aplicando principios preestablecidos.

No obstante, debe dejarse en claro que la decisión del juez ante alguna laguna del
derecho (la integración) no es arbitraria, la conformación de estas nuevas normas
deben atender algunos aspectos. La elaboración de normas en cumplimiento de la
misión integradora no es una forma de creación jurídica autónoma del juez, sino
una recomposición jurídica de acuerdo a la normativa existente.

La integración debe hacerse en cada caso, recurriendo a las pautas que el derecho
autoriza. Por ejemplo, el Código Civil establece que “Si una cuestión no puede
resolverse ni por las palabras o el espíritu de la ley, se atenderá al principio de leyes
análogas; y si aún la cuestión fuera dudosa, se resolverá por los principios
generales del derecho, teniendo en consideración las circunstancias del caso”.

La integración se apoya en la tradición jurídica, debiendo el juez consecuentemente


resolver agotando su sed de justicia, buscando la solución en todo el material que
el derecho le suministra.

En ausencia de criterios, frente a la prohibición del remedio o sanción, o cuando la


decisión implique imponer un deber de hacer o admitir frente al Estado, desaparece
la obligación de integrar, la consagración de la libertad es la decisión adecuada.

La integración del derecho está excluida totalmente en materia penal: ningún


habitante puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del
proceso.

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RESUMEN

La ciencia jurídica moderna ha llegado a la conclusión de que las leyes son siempre

insuficientes para resolver los infinitos problemas que plantea la vida práctica del

derecho.

Es decir que pese a la aspiración del legislador de prever todas las hipótesis

posibles, siempre quedan fuera de ellas casos no imaginados. Estos casos son los

llamados “lagunas del derecho”.

Llenar esos espacios vacíos es lo que se conoce como integración del derecho:

suplir el silencio de las normas, completando sus preceptos mediante la elaboración

de otros que no se encuentran formulados en las normas existentes.

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LA INTEGRACION JURIDICA

Es un aspecto de la producción de normas jurídicas que entra en funcionamiento


dentro del sistema cuando estamos ante una laguna del Derecho.

Ocurre cuando existiendo una norma jurídica aplicable, su sentido normativo no


resulta claro, bien porque su texto no es claro, bien porque existe cierta dificultad
para aplicar el supuesto de la norma al hecho que ocurre en la realidad y que es al
que se pretende normar.

La integración jurídica, a diferencia de la interpretación, se produce cuando no hay


norma jurídica aplicable y se debe, o se considera que se debe, producir una
respuesta jurídica al caso planteado, la integración jurídica

Así, no aplica normas sino que en realidad crea una norma para el caso lo particular
de la integración jurídica es que produce normatividad pero no mediante las fuentes
formales del Derecho, sino mediante la aplicación del Derecho mismo.

Lo particular de la integración jurídica es que produce normatividad pero no


mediante las fuentes formales del Derecho, sino mediante la aplicación del Derecho
mismo .Además está sujeta a ciertas condiciones, reglas y métodos y; su utilización
es restrictiva y no extensiva, debido precisamente a que constituye una excepción
al principio predominante en el sistema Romano-germánico, en el sentido de que
las normas las da, principalmente, el organismo que tiene atribución normativa.

No es interpretación sino integración, porque la integración crea, constituye


derechos subjetivos dignos de tutela o tipos penales no existentes en la ley,
recurriendo precisamente a la Analogía, los Principios Generales Del Derecho, la
Doctrina y a otras normas.

Integración.- Creación y constitución de un derecho, o la tipificación de un delito


no establecido en la ley recurriendo a otras normas, a la Analogía, a los Principios
Generales del Derecho y a la Doctrina, para aplicarlos al caso particular.

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En Derecho Procesal la integración se la usa para llenar vacíos legales (lagunas
jurídicas). No se permite en Derecho Penal ni en Derecho Procesal Penal.

Los procedimientos de integración se pueden basar en:

1. La Equidad.- El concepto de equidad fue desarrollada por Aristóteles en su


Ética a Nicómaco, libro X, cap. V, donde nos dice que la equidad es una
rectificación de la justicia rigurosamente legal.
2. Los principios generales del Derecho.
3. La analogía.- en general, la analogía es una forma de razonamiento que
consiste en la comparación de situaciones específicas en las cuales
encontramos semejanzas y discrepancias, es decir, situaciones que en parte
coinciden y en parte difieren.

4. La mayoría de razón.- este procedimiento, según el jurista Ortiz Urquidi,


consiste en resolver el caso no previsto de acuerdo con la norma existente para
el caso previsto; esto es cuando a favor de la aplicación de la norma existente al
caso no previsto, militan mayores razones que para la aplicación de tal norma al
caso previsto.

Métodos de Integración:

a.- La Heterointegración.- Llamados también Derecho Supletorios, mediante


este método se recurre a un sector del Ordenamiento diferente a donde se
encontró la laguna o vació. Anteriormente era el Derecho Romano el que
desempeñaba este rol, supliendo o llenando los vacíos; actualmente su
aplicación se ha relegado al Derecho Civil con respecto a otras materias, así la
legislación laboral se remite al Código civil en caso de normas referentes a
los contratos laborales y sus condiciones de forma y plazo.

A su vez abarca también la aplicación de la costumbre, jurisprudencia y


doctrina. Por eso se dice que este método más que ser una integración del
ordenamiento legislado es una integración apoyándose en todo el
Ordenamiento Jurídico (ley, costumbre, casuística).

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b.- La Autointegración.- La integración se da dentro de un mismo sector del
ordenamiento, recurriéndose a la misma ley para llenar el vacío de otra ley,
para lo cual se vale de la analogía y de los principios generales.

LA INTEGRACIÓN DEL DERECHO. UNA VISIÓN DESDE EL DERECHO


COMPARADO

En general, desde el gran movimiento codificador del siglo XIX, casi todos los
cuerpos legales formados a raíz de este, principalmente los códigos civiles, han
instrumentado procedimientos de integración, ya sea de autointegración o de
heterointegración, como lo hizo el Código español, que se extendió en Cuba a
través del Real Decreto de 31 de julio de 1889, y que entró en vigor en nuestro
territorio el 5 de noviembre de ese mismo año.

En el nuevo Código Civil español, luego de ser reformado por la Ley de Bases de
17 de marzo de 1973 y el Decreto de 31 de mayo de 1974, el artículo primero
recogió el sistema de las fuentes del Derecho y con ello las posibilidades de
integración. FERNÁNDEZ BULTÉ considera que no se alejó de la anterior
redacción al establecer que "las fuentes del ordenamiento jurídico español son la
ley, la costumbre y los principios generales del Derecho", y en su apartado seis le
brinda un carácter complementador. En su artículo 4, apartado primero, recoge la
analogía, y en su apartado dos regula las prohibiciones para el uso de esta. La
regulación de la integración en este cuerpo legal se hace a través de los métodos
integradores.

El Código Civil italiano de 16 de marzo de 1942, en su Capítulo I, artículo primero,


expresa que son fuentes de Derecho la ley, los reglamentos, las normas
corporativas derivadas de la actividad legislativa del gobierno, y los usos generales
que es lo mismo que decir costumbres. Aquí, al contrario del anterior, la integración
se hace a través de las fuentes del Derecho.

En Argentina el Código Civil actual también expone una fórmula para solucionar los
vacíos legislativos en su artículo 15, donde dispone que los jueces no puedan dejar
de juzgar bajo el pretexto de silencio, oscuridad o insuficiencia de las leyes, con lo
que se asemeja al antiguo Código Civil español de 1889.

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En el artículo 16 dispone que si una cuestión civil no puede resolverse, ni por las
palabras ni por el espíritu de la ley, se atienda a los principios de leyes análogas; y
si aún la cuestión fuere dudosa, se resolverá por los principios generales del
Derecho teniendo en consideración las circunstancias del caso. En este precepto
se revela un orden de prelación entre los diferentes métodos por utilizar.

La Constitución Política de Colombia de 1991, en su artículo 230, señala que los


principios generales del Derecho son criterios auxiliares en caso de insuficiencia de
la ley, es decir, en caso de oscuridad o vacíos normativos. Esta tendencia ha sido
reforzada por la Corte Constitucional, en la defensa de la libertad y la justicia, que
sin ningún temor hacia el fetichismo positivista entregó a los colombianos una
jurisprudencia fresca y poderosa, basada en gran parte en los principios
mencionados.

Por su parte, el Código Civil Federal de México, reformado en mayo de 2000, en su


artículo 18, regula la obligación del juez de actuar aunque exista silencio o
insuficiencia en la ley, y otorga la posibilidad de acudir a los principios generales
del Derecho como método integrador en su artículo 19, aunque solo en defecto de
ley aplicable.

El Código Civil de Costa Rica fue emitido por la Ley 30 del 19 de abril de 1885; su
vigencia se inició a partir del 1 de enero de 1888, en virtud de la Ley 63 del 28 de
septiembre de 1887; en el artículo primero recoge las fuentes escritas que ellos
consideran aplicables, entre ellas la Constitución, los tratados internacionales
debidamente aprobados, ratificados, publicados, y la ley. Por otro lado, la
costumbre, los usos y los principios generales de Derecho son empleados como
fuentes no escritas del ordenamiento jurídico privado que les servirán para
interpretar, delimitar e integrar las fuentes escritas del ordenamiento jurídico. Aquí
también prevalece la integración mediante las fuentes.

Por su parte, el artículo 6 regula el principio de non liquet, y el 11 enfatiza en la


equidad como fundamento en la aplicación de las normas. La analogía se recoge
en el artículo 12 y su prohibición en el 13.

El uso y la costumbre solo regirán en defecto de ley aplicable, según informa el


artículo 3. No dejan de reconocer los principios generales del Derecho, estos se

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regulan en el artículo 4 donde se expresa que se aplicarán en defecto de norma
escrita, uso o costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento
jurídico.

En Venezuela, el artículo 4 del Código Civil recoge también una fórmula de


integración basándose específicamente en la analogía y en los principios generales
del Derecho.

En el Código Civil de Uruguay actualmente vigente se regula la obligación de los


jueces de fallar en materia civil en su artículo 15, y en el siguiente se admite la
integración del Derecho a través de la analogía en primer orden y luego a través de
los principios generales.

De esta forma, observamos que de una manera u otra en todos los ordenamientos
jurídicos, o por lo menos en la mayoría de ellos, se encuentra una fórmula de
integración, ya sea acudiendo a los mecanismos del ordenamiento jurídico en su
interior, o recurriendo a procedimientos que están fuera de este.

Sin embargo, en nuestro ordenamiento jurídico en general no contamos con una


fórmula precisa que apoye o auxilie a los jueces a la hora de dirimir los conflictos
legales en los casos en que no haya una norma capaz de darle solución, así
evitaríamos las arbitrariedades que pueden cometer los operadores del Derecho y,
específicamente, los jueces, que son en definitiva los que dicen la última palabra a
la hora de solucionar el conflicto porque no cuentan con los medios necesarios para
poder fundamentar su decisión.

Es cierto que los ordenamientos jurídicos contienen siempre en su propio seno


elementos de decisión suficientes para dar solución a las lagunas, el Derecho
realiza siempre por su propia virtualidad el principio de la plenitud o completitud
según el criterio de algunos, pues termina resolviendo de una forma u otra las
situaciones en que no existe una norma que sea específicamente aplicable al
supuesto planteado, esa plenitud es potencial y consiste en disponer de los
mecanismos adecuados para dar solución a cualquier posible supuesto, de ahí la
imperiosa necesidad de recoger en el cuerpo normativo los mecanismos de
integración del Derecho para la solución de las lagunas jurídicas.

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LAS LAGUNAS DEL DERECHO

Es aquella institución no prevista en los supuestos de las normas jurídicas


existentes, que se considera debe recibir una solución jurídica, o también una
situación que debe recibir, vía ratio, una solución distinta a la prevista.

Esto ocurre a nuestro criterio en tres casos: i) cuando existe una ratio similar entre
la situación prevista y la que aparece como laguna del Derecho; ii) cuando no da
solución jurídica a la laguna generaría un agravio a los principios generales del
Derecho; y iii) cuando estamos ante una laguna técnica.

Es el vacío del derecho, entendiendo por tal un suceso para el que no existe norma
jurídica aplicable y que se considera que no debe estar regulado por el Derecho
rigiéndose, en consecuencia, por los principios hermenéuticos aplicables y que en
Derecho son fundamentalmente dos a estos efectos:

1.- El que nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni impedido de hacer
lo que ella no prohíbe (literal a) del inciso 24 del artículo 2° de la Constitución),
para aquellas situaciones en las que el agente se rige por el principio de la
libertad personal; y,

2.- El que solo puede hacerse lo que está expresamente atribuido, con ejercicio de
la discrecionalidad cuando es aplicable, en los casos en que rige el principio de
la competencia asignada. Tal el caso de los funcionarios públicos e, inclusive
de muchos funcionarios privados (los gerentes, por ejemplo, que no actúan bajo
el principio de la libertad sino de acuerdo a las funciones que expresamente les
asigna la ley, los estatutos de su incitación y los organismos directores).

El problema es interesante pues si bien constitucionalmente la atribución normativa


está fijada de esa manera (artículos 102° inciso 1) y 118° inciso 8) de la
Constitución), también existe la norma según la cual los jueces no pueden dejar de
administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley, debiendo en tal caso recurrir
a los principios generales del Derecho (artículo 139° inciso 8 de la Constitución, y
articulo VIII del Título Preliminar del Código Civil).

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LA ANALOGIA

La analogía es un método de integración jurídica mediante el cual la consecuencia


de una norma jurídica se aplica a un hecho distinto de aquel que considera el
supuesto de dicha norma, pero que le es semejante en sustancia.

En la analogía el juez crea Derecho a través de una tipificación penal no prevista


en la ley o la constitución de derechos subjetivos dignos de tutela. En ambos casos
el juez se convierte en legislador, crea Derecho, por eso se ha dicho, con razón,
que la analogía no es una interpretación sino una integración restringida de la ley.
Restringida porque la norma a aplicarse se obtiene de la misma ley o del
ordenamiento jurídico. Ya que la integración obtiene normas recurriendo los
principios generales del derecho, la doctrina y a otras normas.

Por excepción la analogía es permitida en Derecho Procesal, pero no así en


Derecho Penal ni en Derecho Procesal Penal porque destruye el Principio de
Legalidad y porque el juez se convierte en legislador.

En suma, se distinguirá a la analogía, que es una especie de la integración, de


la interpretación analógica y de la interpretación extensiva, que son, obvio,
interpretaciones.

En la analogía el caso (derecho, pretensión o tipo) no está previsto ni en la letra ni


en el espíritu de la ley,

En la interpretación analógica tampoco está previsto aunque si hay ejemplificación


análoga enumerada, y por ultimo a diferencia de los anteriores, en la interpretación
extensiva el caso si está previsto, pero en forma oscura.

LAS CONSECUENCIAS DEL USO DE LA ANALOGIA

Para proceder a la integración por analogía, el agente de Derecho realiza una


operación volitiva, es decir, toma una opción no demostrable lógicamente, en virtud
de la cual decide que el hecho ocurrido en la realidad es esencialmente igual al que

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describe el supuesto de la norma cuya consecuencia aplica, aun cuando es de
hecho destino de él.

Esta opción no es demostrable por los procedimientos rigurosos de la lógica y, por


lo tanto, no es en sí misma correcta o incorrecta sino, más bien, razonable o no
razonable y, por tanto, sometida a crítica y a la dimensión. En otras palabras, es
esencialmente discutible.

Constitución Política del Perú, artículo 2°: “Toda persona tiene derecho:

(…) 2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen,
raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra
índole. (…)”.

Código Civil, artículo 201° “El error es causa de anulación del acto jurídico
cuando sea esencial y conocible por la otra parte”

La analogía es un método de integración que se fundamenta en la determinación


de la ratio legis de la norma, como criterio definitorio de la semejanza o no
existente entre los rasgos esenciales de la descripción hecha en el supuesto y los
que tiene el hecho ocurrido en la realidad, al que se pretende atribuirle la
consecuencia jurídica de la norma

La analogía importa siempre una decisión volitiva del agente que recurre a ella y en
la inmensa mayoría de los casos es bastante discutible. Por ello, su utilización debe
hacerse con criterio restrictivo y solo cuando la razonabilidad del método analógico
le aparece sumamente solida al agente aplicador del Derecho

IMPEDIMENTO O LIMITACION PARA LA ANALOGIA

Algunos impedimentos a la integración analógica son explícitos: tal el caso del


inciso 9 del artículo 139°: “(…) Son principios y derechos de la función jurisdiccional:
(…) 9. El principio de inaplicabilidad por analogía de la ley penal y de las normas
que restrinjan derechos. (…)”

1.- No puede establecerse normas de sanción vía analogía (por ello no precede en
el derecho penal, en abundancia a lo ya establecido por la Constitución).
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2.- No puede crearse tributos ni concederse exoneraciones ni extenderse las
disposiciones tributarias por analogías, a personas o supuestos distintos que
los señalados en la ley.

3.- Las obligaciones y prohibiciones, excepción para las prohibiciones del


argumento ab minoris ad maius, solo pueden establecerse por normas
expresa a las personas en virtud de que “nadie está obligado a hacer lo que la
ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe” tampoco pueden
establecer analógicamente a los funcionarios y organismos con atribuciones
específicas: de sus atribuciones ellos hacen uso en base a la discrecionalidad
cuando es procedente y solo lo que se les manda como obligación o prohibición
de manera expresa adquiere la condición de tal.

4.- No procede la analogía a partir de normas prohibitivas, excepcionales,


especiales, o de las que restringen derechos, pues son normas cuya ratio legis
implica, esencialmente, una aplicación restrictiva y no extensiva.

5.- La analogía debe utilizarse, en todo caso, dentro de cada conjunto del sistema
jurídico, y, solo por excepción, entre conjuntos diversos cuando la naturaleza
de los principios de uno y otro conjunto es similar en relación al caso de que se
trate

LAS FORMAS EN LAS QUE APARECE LA ANALOGÍA

— EL ARGUMENTO A PARI
— EL ARGUMENTO A FORTIORI
— EL ARGUMENTO AB MANIORIS AD MINUS
— EL ARGUMENTO AB MINORIS AD MAIUS
— LA ANALOGÍA Y EL ARGUMENTO A CONTRARIO

EL ARGUMENTO A PARI

Según el argumento a pari “donde hay la misma razón hay el mismo derecho”.
El argumento recurre claramente a la ratio legis.

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— El Congreso tiene entre sus atribuciones aprobar el Presupuesto (Constitución,
artículo 102° inciso 4);

— Aprobar el Presupuesto es sustantivamente semejante a modificarlo;


— El Congreso no está impedido ni limitado de modificar el Presupuesto;
— Por consiguiente, el Congreso puede modificar el Presupuesto.

EL ARGUMENTO A FORTIORI

El argumento a fortiori funciona en base al criterio “con mayor razón”

EL ARGUMENTO AB MANIORIS AD MINUS

Según el argumento ab maioris ad minus, “quien puede lo más puede lo menos”.


Esta es una variación del argumento a fortiori fundado en la mayor fuerza que tiene,
para quien esta investido de la atribución de hacer lo mayor, poder hacer lo menor.

— “A” puede cobrar hasta el 60% de interés cuando presta dinero


— Prestar con interés requiere más atribuciones que prestar gratuitamente
— “A” no está impedido de prestar gratuitamente
— Por consiguiente, “A” prestar gratuitamente

EL ARGUMENTO AB MINORIS AD MAIUS

Según el argumento ab minoris ad maius, “si no puede lo menos, con mayor razón
no puede lo más”

— El que guarda una cosa por encargo de otro no puede usarla


— Usar la cosa requiere menor poder que alquilarla a tercero
— El que guarda una cosa por encargo de otro no está autorizado a alquilarla a
tercero
— Por consiguiente, el que guarda una cosa por encargo de otro no puede
alquilarla a tercero.

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LA ANALOGÍA Y EL ARGUMENTO A CONTRARIO

Lo normado por el Derecho excluye su extensión hacia la regimentación de otros


hechos no expresamente considerados en el supuesto de la norma con la misma
consecuencia; o atribuir consecuencias distintas al mismo supuesto. Por ejemplo:

— El editor está autorizado a editar el libro de acuerdo al contrato


— El editor no está autorizado a hacer otra cosa con el libro que editarlo de
acuerdo al contrato.
— Por consiguiente, el editor no puede hacer otra cosa con el libro, salvo editarlo

En este caso el argumento a contrario lleva a la conclusión de que, al supuesto de


la norma no puede aplicársele consecuencia distinta a la expresamente
establecida. Por ejemplo:

— El editor está autorizado a editar el libro


— Nadie más está autorizado a realizar la edición
— Por consiguiente, el que no sea el editor, no puede editar el libro

LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO

El concepto "principio" proviene del latín principium, que significa: comienzo,


fuente, fundamento. Según el Diccionario de la Lengua Española, el término
'principio' significa, entre otras acepciones: "punto que se considera como primero
en una extensión o cosa", "base, origen, razón fundamental sobre la cual se
procede discurriendo en cualquier materia", "causa, origen de algo", "cualquiera de
las primeras proposiciones o verdades fundamentales por donde se empiezan a
estudiar las ciencias o las artes".

Los principios generales del Derecho tuvieron su origen en Roma, solo que no se
les conocía con ese nombre, no había una conciencia de que se tratara de ellos, ni
existe una alusión específica a ellos con ese nombre, pero es en la idea central de
los mismos donde encontramos que sí existía su aplicación como se puede ver en
la Ley número trece, párrafo siete, del título primero del Libro 27 del Digesto, donde
se acepta que en ausencia de ley expresa podía resolverse según
la naturáliiustitia.

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Es en Francia, y gracias a Napoleón, que los principios generales del Derecho
retoman su importancia, pero no llegan a alcanzar fuerza de ley, sino solo
reconocimiento de su utilidad. Fueron significativos en ese momento histórico.
Napoleón prevé acertadamente la necesidad de dar al juez una opción para que se
supla correctamente la carencia de las leyes, pero no solo fueron tomados en
cuenta los "principios generales", como él los conocía, sino además se contaba con
las máximas de Derecho Natural, con la equidad natural, con la ciencia, el Derecho
romano, el Derecho común, las antiguas costumbres y, finalmente, los principios
generales. A partir de entonces, debido a la repercusión que tuvo el Código
Napoleónico en varios países, fueron recogidos por diversos cuerpos legales en el
mundo, tal es el caso del Código Civil austríaco de 1811, inspirado en el Derecho
Natural racionalista, donde por vez primera se recogieron, y poco después en el
español de 1889 que rigió en Cuba durante casi un siglo, recogiéndose finalmente
en el Derecho Internacional.

Los principios generales del Derecho expresan la dirección general y los rasgos
más esenciales de la regulación jurídica de un sistema de regulaciones sociales.

Según comenta CAÑIZARES, estos emanan de la regulación normativa de nuestro


sistema económico social y de la orientación política de nuestro Partido.

Los principios generales del Derecho son ciertas reglas, postulados,


fundamentos, y como dijera FERNÁNDEZ BULTÉ, aquellas apoyaturas
esenciales de un sistema jurídico determinado, los cuales son cambiantes, pues
están en constante desarrollo y dependen de las condiciones históricas del territorio
donde se desenvuelvan. Al respecto comparto el criterio de FERRARI YAUNNER,
los principios no deben ser considerados como reglas en caso de que se utilice esta
denominación como sinónimo de norma, y para diferenciar ambos términos
debemos tomar en consideración el criterio de ZAGREBELSKY:

"Si el Derecho actual está compuesto de reglas y principios, cabe observar que las
normas legislativas son prevalentemente reglas, mientras que las normas
constitucionales sobre derechos y sobre la justicia son prevalentemente principios.
Por ello, distinguir los principios de las reglas significa, a grandes rasgos, distinguir
la Constitución de la ley"

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Los principios generales del Derecho son criterios o entes de razón que expresan
un juicio deontológico acerca de la conducta humana que se debe seguir en cierta
situación; cada uno de ellos es un criterio que expresa el comportamiento que han
de tener los hombres en sus relaciones de intercambio, no como seres sensibles,
sino como seres que subsisten en la inteligencia que las concibe (como seres
mentales).

El intérprete o el operador del Derecho pueden utilizar más de un principio si lo


estima oportuno para dar solución al conflicto. En esta tarea puede ocurrir que los
principios se contrapongan en relación con la solución de una laguna, a esta
contradicción de principios se le conoce como tensiones; según el criterio de
FERRARI YAUNNER, la solución a estas tensiones entre principios no descarta la
eficacia de uno de ellos, como sí sucede cuando se solucionan antinomias.

En estos casos, el intérprete debe actuar con cautela y realizar un juicio valorativo
minucioso para emplear el que mejor garantice la seguridad jurídica, la legalidad y
la justicia. En la valoración se debe explicar el porqué de la elección de determinado
principio por encima de otro, dejando clara la imposibilidad de ser aplicado el que
resultó menos justo.

La equidad como fundamento en la aplicación de la analogía y los principios


generales del Derecho

Han sido muchas las acepciones del término equidad, su concepto moderno, según
CASTÁN TOBEÑAS, gira en torno a dos ideas: la aristotélica de norma
individualizada, adaptada a las circunstancias de un caso concreto {epiqueya), y la
idea cristiana de mitigación del rigor de la ley para un caso particular {humanitas,
pietas, benignitas). Hay así un concepto general o amplio de la equidad como
adaptación del Derecho a la realidad mediante la apreciación exacta de todos los
elementos de hecho que en el caso concurren, y un concepto restringido, como
adaptación del Derecho a las particularidades del caso concreto, para dar a este un
tratamiento más blando y benévolo.

Para VALLET DE GOYTISOLO la equidad es un catalizador dirigido a un resultado


concreto que sea lo más acorde posible con la justicia dirigida a la determinación
más justa posible del caso.

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En términos de justicia es prácticamente imposible hablar de igualdad, ya que muy
difícilmente existen dos situaciones jurídicas idénticas. Lo correcto es hablar de
equidad (epiqueya), la justicia del caso particular que corrige los rigores de la ley
que tiene carácter general y no se refiere a la singularidad de muchos supuestos.
Es decir, la equidad es la adaptación de la fórmula legal genérica a las exigencias
de la vida. La equidad, según HASSEL, es "la justa rectificación de lo justo
rigurosamente legal".

La especialidad del criterio de equidad, a diferencia del criterio general de justicia


radica, pues, en que se toman en consideración, más que los elementos formales,
el sentido humano que ha de tener el Derecho positivo, y más que los esquemas
generales de la norma jurídica, la adecuación y la adaptación de esta a las
circunstancias de los casos concretos.

La equidad es un medio valioso para evitar que de la rígida aplicación de la norma


general al caso singular resulte una injusticia manifiesta. Como elemento de
integración de la norma y utilización de los principios generales del Derecho, la
equidad sirve para descubrir y aplicar, en defecto de ley, el principio jurídico que
mejor se pliegue a las contingencias del hecho.

"La seguridad jurídica demanda que los jueces llamados a resolver una
controversia, cumplan su cometido aplicando con la mayor fidelidad posible los
preceptos de la ley escrita; pero cuando en un determinado caso no hay ley
aplicable y se han agotado los recursos que brinda la interpretación, la justicia
exige, y el Derecho positivo permite, que el juzgador se inspire en criterios de
equidad, pues no está autorizado para abstenerse de resolver las contiendas. La
seguridad jurídica no sufre mengua con ello, la armonía que debe existir en todo
sistema impide al intérprete dictar una resolución contraria a los textos legales".

La equidad es un concepto que entra en juego en la aplicación del Derecho o, más


específicamente, en la administración del Derecho en caso de litigio es, por tanto,
un elemento que habrá de tenerse en cuenta siempre al aplicar el Derecho, al
interpretarlo y al buscar soluciones a través de la integración del mismo.

Lo señalado demuestra que la equidad no es un simple juicio subjetivo, individual


o arbitrario, al contrario, ella informa el juicio de valor del órgano decisor, es una

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realidad de conciencia formada por unos valores éticos conexos a la cultura social
histórica de la comunidad, según su naturaleza existencial.

Algunos tratadistas y legislaciones en el Derecho comparado la han considerado


como una fuente formal y otros como un método de integración, lo cual no
consideramos acertado, pues en el empeño de completar el Derecho como labor
compleja y delicada, el juez o el jurista en general no debe guiarse solamente por
inducciones lógicas o puras abstracciones sin tener en cuenta las circunstancias de
las situaciones reales de la vida que estuviesen en litigio, por eso se hace tan
necesaria la presencia de la equidad, puesto que constituye un importante
procedimiento inspirador de soluciones; es cierto que no sirve para formular nuevas
normas, pero sí puede emplearse como fundamento en la aplicación de las
existentes operando además en el ámbito de todas las fuentes jurídicas y de todos
los demás procedimientos de elaboración del Derecho cuando no haya norma
capaz de regular algún caso de la vida. Ha de apoyarse en los principios que
inspiran el ordenamiento jurídico, estando vedada su aplicación arbitraria o
meramente subjetiva, y debiéndose actuar con mucha prudencia, porque solo así
podrá conciliar las exigencias de la justicia con las de la seguridad jurídica, y hacer
posible la realización plena de otro de los postulados capitales de la vida del
Derecho, a saber: la coherencia y unidad armónica de cada sistema.

LA COSTUMBRE O DERECHO CONSUETUDINARIO

Es el conjunto de normas jurídicas que se practican constantemente en


una sociedad sin haber sido sancionadas en forma expresa y que se consideran
jurídicamente obligatorias. Algunos consideran que este tipo de derecho no aparece
sino en el momento en que es reconocido judicialmente.

De las tres formas que puede tomar este tipo de derecho, la única que tiene
capacidad de llenar las lagunas es el llamado "praeter legem" (costumbre
supletoria), que surge en ausencia de la ley, completando los vacíos del derecho
escrito, en tanto no se oponga a las normas existentes.

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CONCLUSIONES

Nuestro sistema legislativo no autoriza en ninguna norma expresa la utilización de


la analogía

El artículo VIII del Título Preliminar del Código Civil y el inciso 8 del artículo 139° de
la Constitución se refieren solo a los principios generales del Derecho, no al método
analógico

Es un error de nuestra legislación que la analogía no aparezca expresamente


considerada como procedimiento de integración autorizado en ninguna de las
normas

Sin embargo, y paradójicamente, el argumento a contrario nos permite extraerla del


inciso 9) del artículo 139° de la Constitución, en la parte que impide aplicar por
analogía la ley penal y las normas que restrinjan derechos, según esta
argumentación, al establecerse esta limitación se la está permitiendo en otros
campos

La integración jurídica es el modo de suplir la laguna legal.

Las normas de integración son las que tratan de resolver el problema planteado por
la existencia de lagunas en el ordenamiento sustantivo y procesal.

La integración se diferencia de la interpretación en que en esta última existen una


o varias normas cuyo sentido el Juez tiene que determinar.

La integración del Derecho constituye la tercera etapa de la aplicación del derecho,


la primera es la aplicación y la segunda la interpretación.

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BIBLIOGRAFÍA

CABANELLAS DE TORRES, Guillermo: "Diccionario Enciclopédico de Derecho


Usual". VIII Tomos. Editorial Heliasta. Vigésimo tercera edición, 1994. Buenos
Aires – Argentina.

ALVAREZ GARDIEL, Ariel. Manual de introducción al Derecho. Editorial Juris,


Argentina 1995.

KELSEN, Hans. La Teoría Pura del Derecho. Losada, 1941.

MENDONCA BONNET, Juan Carlos. El argumento de la


analogía. Revista Jurisprudencia del Sur 1998

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