Вы находитесь на странице: 1из 4

LA LÓGICA DEL ARGUMENTO ONTOLÓGICO

Alumno: Morales Yaringaño Pedro André

Código: 2017200514

A lo largo de los años en la historia del pensamiento, el problema de Dios ha


estado presente como controversia y, específicamente, en la dimensión de la
existencia divina es donde más ha recalado la especulación filosófica (sin olvidar
disputas sobre otras cuestiones de Dios, como las cualidades divinas o la
conceptualización de la divinidad). Estas especulaciones se han hecho
recurriendo a unos métodos ordenados de razonamiento que comprueba su
validez, o por lo menos, eso intenta demostrar. Dichos métodos ordenados del
raciocinio son estudiados por la ciencia lógica. Tal es así, que teniendo presente
por un lado que, uno de los principales temas del problema de Dios es el de su
existencia, y de que, las aseveraciones y refutaciones sobre la misma que se
han dado en el terreno filosófico han constado de especulaciones ordenadas y
discusiones profundas (es decir lógicas), se podría hablar, desde un punto de
vista filosófico-histórico de una dialéctica sobre la existencia de Dios, que para
ser realmente dialéctica tuvo ser lógica. Finalmente, concluimos redondeando
que este debate filosófico se da dentro de parámetros lógicos y que hay diversas
posturas, unas a favor de la existencia de Dios, y otras en contra. En el presente
trabajo, estudiaremos una de ellas, concretamente la esbozada por San Anselmo
de Canrtebury, y trataremos de entender su lógica, desde la cual argumentó a
favor de la existencia de Dios, lógica que sería para la posteridad conocida como
el “argumento ontológico de San Anselmo de Canterbury”, o simplemente,
argumento ontológico.

SOBRE EL AUTOR DEL ARGUMENTO

San Anselmo de Canterbury (1033-1109) fue un monje benedictino, reconocido


como Padre de la Iglesia por el catolicismo. Es uno de los grandes exponentes
de la patrística debido al argumento sobre la existencia de Dios que propugnó, y
a la vez se le considera como el gran nexo entre Patrística y Escolástica (Ribas
y Corominas, 1998).

SOBRE EL CONTEXTO DEL ARGUMENTO


El argumento de San Anselmo es esgrimido en plena pugna entre los partidarios
de aquellos que quieres dar un mayor escenario a la razón en el debate teológico
(llamados dialécticos) y aquellos teólogos que se resistían a esta injerencia y
querían mantener la primacía de la fe durante la reflexión teológica (llamados
antidialécticos por su oposición) (Ribas y Corominas, 1998). Cabe recordar, que
este vuelco en la reflexión se dio en medio de una apertura de los estudios
teológicos para la nobleza que, cargada con toda su impronta de mundo, estará
más aficionada a temas prácticos. Por ello, no es de extrañar que se haya
intentado “racionalizar más” la teología y haya habido reacciones (como la de los
antidialécticos). Sin embargo, el argumento anselmiano (ontológico) no es ni
dialéctico ni antidialéctico, sino que trata de fundamentar el conocer teológico en
la razón sin por ello relegar la fe a un segundo plano. Esto se verá plasmado en
dos obras anselmianas. La primera, el Monologion, será una búsqueda de probar
la existencia de Dios por medio de la naturaleza (Ribas y Corominas, 1998) y en
el Proslogion encontramos propiamente el argumento ontológico, como un
intento de demostrar racionalmente la existencia de Dios sin recurrir a la
experiencia externa, como señalan Ribas y Corominas (1998) en su estudio
preliminar de ese texto anselmiano.

LA LÓGICA DEL ARGUMENTO

Los capítulos dos, tres y quince del Proslogion se consideran la exposición del
argumento ontológico, sobre todo el capítulo tres. A continuación, se transcribe
parte de ese tercer capítulo en la traducción al castellano que hicieron Ribas y
Corominas (1998) tomando como base la de F.S. Schimitt de la obra de San
Anselmo:

Nadie que entienda, pues lo que Dios es puede pensar que Dios no
existe, aunque pueda decir estas palabras en su corazón sin darles
ningún significado, o dándoles algún significado impropio. Puesto que
Dios es aquello mayor que lo cual nada se puede pensar. Quien
entiende esto, entiende sin duda que es un ser tal que ni siquiera en el
pensamiento puede no existir. Por consiguiente, quien entiende así el
ser divino no puede pensar que no existe.
De lo que se entiende que aquello de lo cual nada mayor puede ser pensado, si
en verdad es lo mayor, ha de existir porque realmente lo mayor es aquello que
existe en el mundo real y no solo es pensado. Pero Dios puede ser pensado por
todos como lo mayor, pero, recapitulando, para ser mayor, debe ser real
necesariamente. En consecuencia, Dios existe, lógicamente Dios existe.

Siguiendo el esquema de reflexión de Beuchot (1993), la lógica del argumento


ontológico es más detallada:

1. Dios puede ser pensado, así que puede ser entendido.

2. Dios es un ser de existencia posible. No se puede demostrar su inexistencia


(estamos tratando de argumentar, no de refutar), pero sobre su existencia se
puede pensar. Entonces, tal vez exista. Esa es la idea que tenemos de Dios y su
existencia. Alguien que es Dios y que puede existir.

3. Si la idea de Dios solo es una posibilidad que no puede ser real, entonces
dicha idea de Dios puede ser lo mayor que puede existir.

6. Dios es mayor, por definición, que la idea que se tiene de Él.

7. Ya que el Dios real es mayor que el Dios pensado (idea de Dios), porque de
lo contrario no sería Dios y la idea de Dios no sería una válida idea de Dios.

8. Se concluye que Dios debe existir, necesariamente, además de como idea, en


la realidad.

CRÍTICA DEL ARGUMENTO

Siguiendo el trabajo que sobre esta materia que tiene Marion (2007), el
argumento tiene el “error” de asumir que se cuenta con un concepto o idea Dios
comprensible, ya que el mismo argumento dice que Dios es aquello de lo cual
nada mayor puede ser pensado, y al ser lo mayor, escapa del terreno de los
conceptos, escapa de la reflexión del ser, y se ubica en el campo de las
cualidades del ser. Para este filósofo francés, el argumento ontológico no es
ontológico (metafísico), sino valorativo de algo que no se puede comprender ni
estudiar. Por lo menos, es lo que, según Marion (2007) propone el propio San
Anselmo, ya que al final este último presupone la fe, que no es filosofía.

TRASCENDENCIA DEL ARGUMENTO


“Un monje medita sobre la razonabilidad de su fe, y uno de sus argumentos, uno
entre muchos, recorrerá la historia entera de la filosofía” (Ribas y Corominas,
1998). Efectivamente, pasando por Tomás de Aquino, René Descartes,
Immanuel Kant, por mencionar solo algunos nombres, el argumento anselmiano
servirá de inspiración y camino de reflexión para muchos pensadores que
buscarán “descifrar” las falacias y los aciertos del mismo en un tema tan complejo
como apasionante no solo para los filósofos, sino para todos los hombres: Dios.

BIBLIOGRAFÍA

Anselmo de Canterbury, Proslogion. Estudio preliminar, traducción y notas de


Judit Ribas y Jordi Corominas. Madrid: Tecnos. 1998.

Beuchot, M. (1993). El argumento “ontológico” de San Anselmo. Medievalia. 15,


24-31.

Maurion, J. (2007). ¿Es el argumento ontológico realmente ontológico? Tópicos.


32, 179-205

Вам также может понравиться