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¿Existe la Felicidad?

La felicidad es el estado de ánimo en el cual te siente en paz consigo mismo; siente que está en
armonía, equilibrio y balanceado contigo mismo.

¿Qué es lo que nos hace felices?

Es ver y sentir emoción que estamos alcanzando las metas que nos propusimos; recuperar lo
perdido, recuperar la salud sanarse de una enfermedad, lograr el control de situaciones adversas.
Felicidad puede sentirse cuando uno se casa, cuando tiene hijos, cuando culminas tus estudios con
la satisfacción de lograr una buena calificación, un título en particular. Felicidad en este caso es la
culminación de un proceso, donde uno llega a la meta propuesta.

Felicidad puede obtenerse también cuando algo no sucede; cuando se predice un huracán violento,
y este nunca llega, cuando la enfermedad mortal no le quito la vida a la persona, cuando a pesar del
accidente automovilístico, nadie se lastimo. O sea que la felicidad es algo muy relativo, y muy
personal.

Algunos dicen que la felicidad de por sí, no existe; que solo hay momentos felices. ¿Y qué es lo que
hace que un momento sea más feliz que otro? Puede ser el tiempo compartido con la familia, con
un amigo que no hemos visto por mucho tiempo, puede ser que recordemos momentos alegres del
pasado que nos traigan una sonrisa a la cara, o que estemos sonando algo que queremos que suceda
en el futuro. La única manera de apreciar los momentos felices, es compararlos a otros momentos,
no tan felices. Solo se sabe que bendición es tener la salud, cuando uno estuvo a punto de perderla;
uno se siente feliz de poder caminar, cuando otros tienen que estar en sillas de ruedas. O como dice
un viejo dicho “me quejaba de no tener zapatos, hasta que vi a una persona que no tenía pies”

La felicidad completa y constante no puede existir. Sin momentos de nostalgia y tristeza, no


sabríamos lo que es la felicidad; no sabríamos apreciarla ni identificarla. El individuo perdería la
motivación de la búsqueda de este estado de ánimo tan añorado por todos en el mundo.

Todos queremos ser felices; todos estamos buscando la mejor manera de obtener esa meta, llamada
felicidad. Lo que no nos damos cuenta, es que la felicidad, es solo un concepto abstracto, que
nosotros mismos creamos, de acuerdo a nuestras experiencias pasadas y a nuestra historia. Un
parapléjico que llega a caminar con un bastón está muy feliz; un hombre que a causa de un accidente
automovilístico debe caminar con un bastón puede ser muy infeliz. A veces, cuando estamos
obstinados en encontrar la felicidad, nos olvidamos de apreciar los pequeños momentos felices por
los cuales pasamos. Nos olvidamos que la felicidad tal vez no es una meta en sí, sino un proceso
para el cual trabajamos a diario. A veces nos debemos detener en este camino llamado vida, y
pensar en todo lo positivo que el día nos ha brindado. Saber apreciar estos pequeños detalles nos
debería hacer feliz. Sin embargo. cuando vamos a la búsqueda de algo grandioso, nos cegamos y
nos limitamos en nuestra capacidad de observar lo que realmente es importante, lo que realmente
nos hace sentir en paz con nosotros mismos, y contentos de ser quienes somos.

La Felicidad Existe – No Lo Dudes Nunca


la felicidad existe Sin duda, lo que todos deseamos por encima de cualquier otra cosa es la felicidad.
También soñamos con otras cosas más concretas –una casa bonita, un buen trabajo, poder hacer
un determinado viaje, etc. –, pero detrás de estos proyectos siempre está el deseo de ser feliz.

Sin embargo, la experiencia que hemos ido acumulando a lo largo de la vida parece indicarnos que
pensar que la plena felicidad existe es un sueño muy poco realista. Nuestra vida diaria acostumbra
a tener más momentos difíciles y pesados que momentos felices, así que hemos acabado creyendo
que tener una vida plenamente feliz no es posible.

Hay una gran cantidad de situaciones que, aparentemente, nos alejan de la felicidad: la falta de
dinero, los problemas de salud, los conflictos con otras personas, las obligaciones, etc. Ahora bien,
¿son estas situaciones la causa principal de nuestro malestar? Ciertamente, tienen su parte de culpa,
pero no son el motivo que tiene más peso. La razón principal es nuestra falta de fe en la felicidad.

Si no somos completamente felices es simplemente porque estamos firmemente convencidos de


que la plena felicidad no existe.

La Felicidad, ¿Existe Realmente o No?

Siempre que oigo a alguien que afirma que la felicidad no existe me pongo las manos en la cabeza.

Entiendo que haya dudas entre sí se puede ser feliz de forma más o menos constante, o si sólo se
puede disfrutar de pequeños momentos de felicidad, pero no entiendo que se dude de la felicidad
en sí misma. Al fin y al cabo, todos hemos experimentado la felicidad en algún momento u otro, así
que no debería haber ninguna duda de que la felicidad existe.

Y si todos hemos experimentado la felicidad, tampoco debería costar mucho ver claramente que se
puede ser plenamente feliz. Porque, si se puede ser feliz un minuto, ¿por qué no dos? Y si se puede
ser feliz dos minutos, ¿por qué no tres?

¿Crees que hay alguna limitación cósmica que regula la cantidad máxima de felicidad que podemos
experimentar? ¿Crees que hay algún ángel guardián en algún lugar del universo que dice: “cuidado!
¿Esta persona ya ha superado el límite de felicidad de este mes, ahora le toca ser desgraciada hasta
el mes que viene”?

A mí me parece evidente que no.

La Felicidad Existe, y Es un Fenómeno que Se Puede Controlar

Aunque durante mucho tiempo ha estado rodeada de un cierto misterio, la felicidad no deja de ser
un fenómeno más del universo, como muchos otros. Y como muchos otros, sigue un
comportamiento que, si se comprende, se puede controlar perfectamente.

¿Verdad que, si coges una piedra y la sueltas, cae al suelo? ¿Verdad que, si te tiras al agua, te mojas?
¿Verdad que, si te pinchas un dedo, te duele? El universo en que vivimos funciona a través de una
serie de reglas que se cumplen de forma constante.

Y la felicidad no es una excepción. Como ya te he comentado otras veces, la felicidad sigue una
fórmula exacta que se cumple siempre. La felicidad es simplemente el sentimiento que se produce
dentro de ti cuando expresas tu amor y ves como brilla con toda su intensidad. Tu felicidad, por lo
tanto, depende únicamente de tu capacidad de expresar amor.

Si eres capaz de expresar amor el 10% de tu tiempo, serás feliz el 10% del tiempo. Y si eres capaz de
hacerlo el 90% del tiempo, pues serás feliz prácticamente en todo momento. Lo único que controla
tu felicidad es tu propia capacidad de expresar amor, y tú puedes expresar amor siempre que
quieras.

Tu amor no tiene límites, y tu felicidad tampoco.

¿Existe la felicidad? Mitos y verdades

Por Patricia Sánchez Rubio - 13/11/2017

La felicidad es uno de los conceptos más explotados de nuestro siglo. Según la RAE, felicidad se
define como: “Estado de grata satisfacción espiritual y física”

La publicidad nos vende todos sus productos en función de la felicidad que van a aportar a nuestras
vidas. El objetivo vital de muchas personas consiste en ser feliz. Pero ¿podemos ser realmente
felices? ¿Existe la felicidad?

Mitos sobre la felicidad

En primer lugar, existen muchos mitos en torno a la felicidad. Éstos son algunos de los más
extendidos:

La felicidad consiste en disponer de los placeres primarios (comida, bebida, descanso y sexo). Esto
no tiene por qué ser así. Sabemos que los seres humanos somos complejos. Una persona puede
tener cubiertas estas necesidades y no sentirse feliz. Sin embargo, también puede haber otra
persona que con insomnio se sienta a gusto con su vida.

La salud es imprescindible para ser feliz. Todo lo demás viene después. Ocurre lo mismo que en el
caso anterior. No siempre se necesita salud para ser feliz. Hay numerosas personas que pasan por
enfermedades crónicas (diabetes, cáncer…) y les sacan valiosos aprendizajes a esos procesos,
sintiéndose felices y plenos en muchos casos.

Para ser feliz, ayuda mucho tener dinero y poder. No siempre. Seguro que muchos lectores leerán
con escepticismo este mito. Pero no es verdad que ser rico o poderoso nos haga ser más felices.
Esto se debe en gran medida a lo que denominamos procesos de adaptación hedónica. Estos
procesos se dedican a devolver nuestros niveles de “felicidad” a nuestra línea de base original. Las
ganancias (como que te toque la lotería) o pérdidas (como puede ser el diagnóstico de una
enfermedad) de felicidad son, por tanto, temporales. Así pues, la felicidad de una persona que se
hace rica o poderosa dependerá de lo feliz que fuera antes, y no de ese dinero ni de ese poder
adquiridos.

La gente con fe y creencias religiosas es más feliz. Como todos los anteriores, es también relativo.
La gente feliz está siempre contenta.

felicidad

La felicidad no implica que estemos siempre contentos

Realidades sobre la felicidad

Sin embargo, sí que disponemos algunos datos científicos acerca de algunos factores que influyen
en la felicidad de las personas:

Rasgos de personalidad. Existen determinadas características que nos hacen más “propensos” a ser
felices. Por ejemplo, la extraversión o el optimismo.

Lógicamente, el entorno en el que estamos inmersos influye en nuestra felicidad. Un contexto


cálido, con relaciones afectivas sanas y condiciones ambientales saludables propiciará que seamos
personas más felices.

Inteligencia emocional. La inteligencia emocional engloba la percepción y compresión de


emociones, tanto propias como ajenas. Asimismo, implica la capacidad para regular estas
emociones y para gestionarlas adecuadamente. Pues bien, se ha demostrado con las personas con
mayores niveles de inteligencia emocional son más felices.

Relaciones sociales. La presencia de relaciones sociales sanas, así como la percepción de apoyo por
parte de las mismas, es un factor clave para que seamos felices.

felicidad

Factores como la inteligencia emocional, las relaciones sociales o el entorno influyen en nuestra
felicidad

¿Existe entonces la felicidad?

Lo cierto es que sí existe. Podemos llamarlo felicidad o bienestar psicológico. Lo que ocurre es que
quizá no es lo que nos han vendido que es.

En primer lugar, ser felices no es una obligación. Ni tampoco es necesario que nuestra vida sea
perfecta para que lo seamos. En segundo lugar, no necesitamos cosas materiales para sentirnos
bien. Y, por supuesto, tampoco es necesario que estemos siempre sonrientes y positivos.

En resumen, lo que intento deciros es que busquéis vuestra felicidad. Pero no la que nos intentan
colocar a todos, sino la real.

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