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SU-067/93
ACCION POPULAR-Alcance
ACCION POPULAR
La Acción Popular consagrada en el artículo 1005 del C.C., puede ahora, con
sobradas y explícitas razones constitucionales, ser interpretada y
desarrollada por los jueces en los casos concretos de controversia sobre los
bienes y derechos públicos y colectivos para asegurar su amparo judicial
específico y concreto, inclusive sobre el Ambiente.
DERECHOS COLECTIVOS-Protección
Acciones Populares
Derecho al Medio Ambiente Sano.
Principios y criterios de
aplicación (Jurisprudencia
Unificada).
Peticionario:
GERARDO ARDILA En nombre
de la Alianza Democrática
M-19
Magistrados Ponentes:
I. ANTECEDENTES
A. La Petición
Primera: La Competencia.
"...".
Con los mismos fines ilustrativos, se tiene que la teoría general del proceso
influenciada por el derecho constitucional contemporáneo, se ha ocupado de
plantear la problemática judicial derivada de las siempre cambiantes
condiciones de las sociedades, y en consecuencia, el viejo concepto de
igualdad ha sido reexaminado de tal manera que en sus distintos aspectos, la
regulación del proceso ha avanzado de modo notable con instituciones ya
recibidas en nuestro ordenamiento jurídico; empero, las más profundas
modificaciones en lo que hace a la problemática del acceso a la justicia han
exigido al Derecho Constitucional y a la misma Teoría General del Proceso el
abordar nuevos y más grandes retos, desconocidos e inimaginados inclusive en
las primeras etapas de evolución del Estado demoliberal.
Igual predicado se hace sobre las Acciones Populares con fines concretos
previstas específicamente para la protección de los derechos e intereses
colectivos (art. 88 inciso primero) y sobre las Acciones de Grupo o de clase
(art. 88 inciso segundo) para proteger todo tipo de derechos que resulten
"dañados" en un grupo amplio de personas.
Desde esta perspectiva, se tiene que las Acciones Populares, sin ser un
instituto desconocido en nuestro medio, ahora aparecen ocupando un lugar
preeminente que irradia con sus proyecciones constitucionales una nueva
dinámica al derecho público colombiano; esto significa, principalmente, que
aquellas dejarán de estar en el olvido y que, tanto jueces como ciudadanos en
general, podrán ocuparse de estas con mayor efectividad que antes. Ahora, la
Corte Constitucional advierte que se hace necesario promover entre los
ciudadanos y los operadores del derecho una sólida conciencia cívica para dar
a estas previsiones el impulso práctico que merecen en favor de la vigencia de
la Carta y de los cometidos garantísticos señalados por el constituyente.
Queda claro, pues, que estas acciones, aunque estén previstas para la
preservación y protección de determinados derechos e intereses colectivos,
pueden abarcar otros derechos de similar naturaleza, siempre que estos sean
definidos por la ley conforme a la Constitución, y no contraríen la finalidad
pública o colectiva y concreta a que quedan circunscritas estas acciones, por
sustanciales razones de lógica y seguridad jurídica.
Además, su propia condición permite que puedan ser ejercidas contra las
autoridades públicas por sus acciones u omisiones y, por las mismas causas,
contra los particulares; su tramitación es judicial y la ley debe proveer sobre
ellas atendiendo a sus fines públicos y concretos, no subjetivos ni individuales.
7. Ahora bien, el inciso segundo del citado artículo 88 de la Carta prevé otro
mecanismo de sustancial importancia dentro del campo de las garantías
judiciales de los derechos de las personas, conocido como las Acciones de
Clase o de Grupo. Estas, igualmente regulables por la ley, no hacen
referencia exclusiva a los derechos constitucionales fundamentales, ni sólo a
los derechos colectivos, pues también comprenden a los derechos subjetivos
de origen constitucional o legal y necesariamente suponen la existencia,
reclamo y demostración de un perjuicio o daño causado y cuya reparación se
puede pedir ante el juez; empero exigen siempre que este daño sea de los
que son causados en ciertos eventos a un número plural de personas que por
sus condiciones y por su dimensión deben ser atendidas con prontitud,
inmediatez, efectividad y sin mayores requisitos procesales dilatorios. El
acceso a la justicia es también en estos casos preocupación fundamental del
constituyente que al consagrarlos da nuevas herramientas a la sociedad para la
protección de los derechos de las personas en sus distintos ámbitos.
Es evidente que hoy en día, para determinar los grandes principios que deben
regir la vida de las sociedades organizadas y en camino de evolución, ya no
puede ignorarse la necesidad de proteger el medio ambiente y de dar a las
personas los derechos correlativos; en este sentido se tiene que después del
año de 1972 en el que se adoptó la Declaración de Estocolmo sobre medio
ambiente humano, se ha reconocido en vasta extensión el valor que debe
otorgarse a su protección. Además, en este proceso, y en sus variantes, el
camino recorrido muestra que no sólo se incorporó dicho principio general
como valor constitucional interno que se proyecta sobre todo el texto de la
Carta, sino que aquel produjo grandes efectos de irradiación sobre las
legislaciones ordinarias de muchos países. También, despues de aquella fecha
son varias las naciones que lo incorporaron en sus textos constitucionales ya
como un derecho fundamental, ora como un derecho colectivo de naturaleza
social. Esta consagración permite, además, al poder ejecutivo y a los jueces
colmar lagunas y promover su expansión ante situaciones crónicas o
nuevas; en este mismo sentido, el crecimiento y las crisis de la economía de
gran escala industrial y la expansión del conocimiento sobre la naturaleza y
la cultura ha favorecido el incremento de técnicas, medios, vías e
instrumentos gubernativos, administrativos y judiciales de protección del
Derecho al Medio Ambiente Sano. En este sentido se observa que la Carta
Fundamental de 1991, también establece como servicio público a cargo del
Estado y como específico deber suyo, la atención al saneamiento ambiental
que debe obedecer a los principios de eficiencia, universalidad y solidaridad.
"......
"Artículo 8o. Los elementos constitutivos del espacio público y el
medio ambiente tendrán para su defensa la acción popular
consagrada en el artículo 1005 del Código Civil. Esta acción
también podrá dirigirse contra cualquier persona pública o privada,
para la defensa de la integridad y condiciones de uso, goce y
disfrute visual de dichos bienes mediante la remoción, suspensión o
prevención de las conductas que comprometieren el interés público o
la seguridad de los usuarios.
"La acción popular de que trata el artículo 1005 del Código Civil
podrá interponerse en cualquier tiempo, y se tramitará por el
procedimiento previsto en el num. 8 del artículo 414 del Código de
Procedimiento Civil."
"Artículo 5o. Para efectos del artículo 8o. de la Ley 9a. de 1989,
se entiende por usuario del espacio público y del medio ambiente
cualquier persona pública o privada que haga uso o pueda llegar a
hacer uso de un determinado espacio público o que haya sido
afectada o pueda ser afectada por un determinado medio ambiente.
Pero además, el artículo 994 del Código Civil, en concordancia con los
artículos 988 y 993 del mismo estatuto, establece la denominada acción
judicial o de querella contra obra nueva o antigua que puede ser ejercitada, sin
que medie prescripción alguna por el que tema que una obra ya hecha
corrompe el aire y lo hace conocidamente dañoso. Esta es una típica Acción
Popular que está prevista en la ley para la protección del ambiente como
derecho colectivo.
En estas condiciones, como las personas jurídicas sólo son titulares de muy
determinados derechos constitucionales fundamentales, sólo pueden ejercer
esta acción para obtener el amparo de los mismos y no de otros; desde otro
punto de vista, las personas jurídicas pueden interponer la Acción de Tutela
actuando en nombre de una persona natural o jurídica para obtener el amparo
judicial específico y directo de precisos derechos constitucionales
fundamentales de aquellas.
10. Cabe añadir que las expresiones contenidas en el primer inciso del
artículo 79 de la Constitución, relacionadas con la garantía que debe otorgar la
ley para asegurar la participación de la comunidad en las decisiones que
puedan afectar el Ambiente Sano, no conducen al establecimiento de un
derecho constitucional fundamental, sino al deber de informar y hacer públicos
los actos que afecten el derecho colectivo a gozar de un Ambiente Sano;
además, conducen a la obligación del legislador de consagrar mecanismos de
consulta de aquellas decisiones oficiales, y pueden llevar a que se presenten
situaciones de inconstitucionalidad en abstracto sobre las leyes que se refieran
al tema del proceso de toma de decisiones que puedan afectar el derecho a
gozar del Ambiente Sano. Así, la organización política que intenta la acción
de la referencia, equivoca su planteamiento por este otro aspecto. En
consecuencia, por las anteriores consideraciones se confirmará la sentencia
que se revisa, la cual fue aceptada unánimemente por la Sala de Revisión, con
una aclaración del Magistrado Dr. Simón Rodríguez que provocó el envío del
negocio a la Sala Plena, para efectos de la unificación de la jurisprudencia.
ANTECEDENTES
Los ponentes consideraron pertinente hacer un resumen global del tema para
proponer la unificación de la jurisprudencia, así:.
4. Con la tutela se pretende que las personas que han resultado víctimas de
una violación de un derecho fundamental tengan una protección efectiva y en
lo posible inmediata.
1. Consideraciones Generales
"....."
Ahora bien, por el contrario, nuestras acciones populares con fines concretos
han sufrido las vicisitudes propias de un sistema jurídico típicamente
jurisdiccional y legislado, que no ahondó en el fortalecimiento de las
competencias del juez y de sus capacidades protectoras de los derechos de las
personas y limitó seriamente las vías de acceso a la justicia. Desde luego, este
destino histórico no fue padecido únicamente por nuestro ordenamiento: buena
parte de los regímenes similares al nuestro tuvieron igual suerte.
Igual predicado se hace sobre las acciones populares con fines concretos,
previstas específicamente para la protección de los derechos e intereses
colectivos (art. 88 inciso primero) y sobre las acciones de grupo o de clase (art.
88 inciso segundo), para proteger todo tipo de derechos que resulten
"dañados" en un grupo amplio de personas.
b) Características Específicas
3. Queda claro, pues, que estas acciones, aunque estén previstas para la
preservación y protección de determinados derechos e intereses colectivos,
pueden abarcar otros derechos de similar naturaleza, siempre que estos sean
definidos por la ley conforme a la Constitución, y no contraríen la finalidad
pública o colectiva y concreta a que quedan circunscritas tales acciones, por
sustanciales razones de lógica jurídica.
Desde sus más remotos y clásicos orígenes en el derecho latino fueron creadas
para prevenir o precaver la lesión de bienes y derechos que comprometen altos
intereses cuya protección no siempre supone un daño. En verdad, su poco uso
y otras razones de política legislativa y de conformación de las estructuras
sociales de nuestro país, desdibujaron en la teoría y en la práctica de la función
judicial esta nota de principio. Los términos del enunciado normativo a que
se hace referencia, no permiten abrigar duda alguna a la Corte sobre el
señalado carácter preventivo. Se insiste ahora en este aspecto, en virtud de las
funciones judiciales de intérprete de la Constitución que corresponden a esta
Corporación.
6. Además, su propia condición permite que puedan ser ejercidas contra las
autoridades públicas por sus acciones u omisiones y, por las mismas causas,
contra los particulares; su tramitación es judicial y la ley debe proveer sobre
ellas atendiendo a sus fines públicos y concretos, no subjetivos ni individuales.
2) Los últimos decenios han puesto en evidencia el hecho de que los grandes
riesqos que afectan a las comunidades -e incluso pueden poner en peligro su
supervivencia- ya no se limitan a la confrontación bélica o a la dominación
tiránica por parte de los gobernantes. La dinámica misma del comercio, de la
industria y en general de la actividad económica capitalista, puede convertirse
en la causa de males tan graves o peores que los derivados de la violación de
derechos subjetivos. Es el caso de la protección del medio ambiente, del
espacio público, de los productos que reciben los consumidores, etc.. Estos
nuevos ámbitos han generado intereses cuya protección resulta hoy
indispensable. La doctrina ha agrupado este tipo de intereses bajo el título de
intereses colectivos o difusos1.
3) En el Estado liberal clásico los derechos violados eran siempre derechos del
individuo; todo lo relacionado con intereses colectivos tenía trámite en el
proceso político que finalmente conducía a la elección de representantes y a la
expedición de leyes. En la democracia participativa, se plantea la posibilidad
1 Algunos autores distinguen entre intereses colectivos e intereses difusos, diciendo que los primeros se
refieren a aquellos que pertenecen a un grupo de personas organizado e identificable, mientras que los
segundos se predican de un grupo indeterminado de personas. Renato FEDERECI, Gli interessi della
collettivitá e L'azione collettiva, en Revista di Diritto Processuale, 1983, N.1 p.25-26.
de que el ciudadano, sin la intermediación de sus representantes, se convierta
en vocero efectivo de intereses generales o comunitarios. Esta posibilidad
representa una ventaja democrática en relación con el sistema anterior, en la
medida en que el trámite del derecho se encuentra al alcance de los
ciudadanos. Sin embargo, su misma vinculación con los intereses colectivos
y por ello mismo, su similitud con cuestiones políticas hace difícil su
tratamiento jurídico. En todo caso, de esta dificultad no se puede derivar una
falta de importancia, o el desconocimiento de la necesidad de protección.
a) La Legitimación
El principio procesal tradicional afirma que la cosa juzgada debe ser aplicada
solamente a las partes del proceso. En el caso de los derechos colectivos o
difusos es indispensable que la decisión final sea aplicable a todas las personas
interesadas en el proceso, así no hayan sido partes en el mismo.
3 Dinah Shelton. Human Rights Enviromental Rights and the Right to Enviroment. Stanford Journal of
International Law. Vol. 23, Tomo 128. pp 103 y ss
hace la ley, la totalidad de los elementos de juicio necesarios para delimitar su
violación, su naturaleza jurídica sólo puede ser definida en concreto, con base
en las circunstancias propias del caso, y por lo tanto, esta labor le
corresponde al juez.
II. DECISION
RESUELVE:
A. Principios de Interpretación
1) Principio de hecho
2) Principio de Derecho
Esta regla general debe ser complementada con una regla particular de
conexidad, según la cual, en aquellos casos en los cuales, de la vulneración del
derecho a gozar del medio ambiente resulte vulnerado igualmente un derecho
constitucional fundamental, procede la acción de tutela como mecanismo
judicial de protección del derecho colectivo al medio ambiente. En estos
casos, el juez, al analizar el caso concreto, deberá ordenar la tutela efectiva que
se reclama.
3) Principio de Ponderación
B) Criterios de Interpretación
UNIFICACION AMBIGUA
Frente al hecho consumado de que el texto de esta sentencia fue enviado para
mi firma cuando ya contenía las seis restantes de mis colegas, no puedo menos
que manifestar mi voluntad de salvar parcialmente mi voto. Proceso así por
cuanto comparto la parte del fallo que incorpora el proyecto en la versión
debatida en la Sala del 24 de febrero de 1993, vale decir, el texto que comienza
en la página 23, acápite "C. El Debate del Asunto y la Unificación de la
Jurisprudencia de la Corte Constitucional" y culmina en la página 46. Por
razones que más adelante expondré no estoy de acuerdo con las 23 páginas
iniciales que en el texto final del fallo agregó mi colega ponente sin mi
anuencia, tal vez en el entendido de que dicha adición constituía la parte
motiva complementaria de la providencia.
Así las cosas, la incorporación de las 23 páginas iniciales que hizo mi colega
ponente, las cuales hacen parte de una de las diversas sentencias que sobre
medio ambiente profirió una Sala de revisión- tiene en mi concepto el efecto
de descontextualizar el alcance de la jurisprudencia unificada pues la convierte
en modesto accesorio de un caso específico y frustra la búsqueda de visiones
más globales e integrales, como son las que exige la singular naturaleza del
medio ambiente.
De otra parte, por cuanto sólo se reprodujo integralmente una de las diversas
sentencias revisadas y las demás merecieron apenas mención incidental, es
apenas natural que en estas circunstancias el fallo final sea desequilibrado y
exhiba un sesgo que ha llevado a la opinión pública a interpretarlo
apresuradamente como aprobatorio del uso del glifosato.
Fecha ut supra.