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Modelo de Psicología Realista, “El tiempo del fruto está lejos,

pero el tiempo de la flor ha llegado” Karl Krause


Por Claudio Maria Iannelli

1 ¿Por qué somos realistas?


A modo de presentación podemos decir que la Psicología Realista es un intento de pensar la
psicología como una experiencia de Fe, teniendo como eje de referencia la realidad no
intentamos manipularla, modificarla, sino conocerla, ser obediente y dialogar con ella. Está en
confrontación con los errores filosóficos y reduccionismo metodológicos de las distintas terapias
contemporáneas. Creemos que la Realidad tiene un sentido a descubrir, que la verdad
existe y que no es relativa.
Buscamos el crecimiento en las relaciones interpersonales y no la eliminación de los
síntomas superficiales. Los síntomas son e n t e n d i d o s c o m o expresión de esas
dificultades en la vinculación con lo real. En los distintos modos de contacto vamos a poder
ver la capacidad apertura que tiene la persona o su aspecto más defensivo y patológico.
La terapia realista propone buscar siempre más momentos de presencia y compromiso
c o n l o r e a l ya que tiene como valor fundamental la unidad con todo lo existente. Es
posible conocer la realidad y la realidad no se reduce a mi percepción de ella. L a
realidad no es una construcción mental mía. Esta experiencia de fe, nos lleva a dar testimonio
de Cristo el único modelo a quien copiar. Intentando aprender la pedagogía que h a tenido
Dios Trino con nosotros.

2 ¿Cuál es el concepto de Salud y Enfermedad de este enfoque terap éutico?

Para este enfoque; enfermedad es división, siempre que nos encontramos ante una
perturbación psíquica, nos vamos a encontrar con algún tipo de división en el hombre que la
padezca. El hombre enfermo es un hombre dividido; y el tipo de división nos hablará del tipo de
patología, así como su profundidad y conciencia de la misma nos indicará su modo de
padecerla y su posibilidad de recuperación.
Por el contrario, la salud psíquica es igual a unidad. En el hombre psíquicamente sano
vamos a ver que tiene sus recursos puestos a favor de la unidad. Siempre que nos hemos
sentido más plenos observamos que esto está ligado a una experiencia de unidad, no
buscamos la homeostasis sino la armonía.
Toda visión del hombre que sea unitiva, abarcativa e integradora de todas sus dimensiones
será psicoprofiláctica. Toda visión que participe de algún tipo de reduccionismo será
psicopatógena por provenir de la división y conducir a la división.
El tratamiento especifico a realizar tiene que promover la unidad y la altura humana en todas
sus formas y niveles.

3¿Cómo opera la terapia realista en un paciente?

La terapia principalmente es un lugar de hospitalidad, el terapeuta se dispone escuchar,


conocer y a querer interesarse por la persona del paciente. La apertura que logre el
profesional va hacer un modelo para que el paciente pueda animarse también a vivir esa
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apertura en sus relaciones y vida cotidiana. El terapeuta tiene que por un lado vaciarse de sí
mismo para acoger al otro, para que la per sona se siente recibida, escuchada,
acompañada. Solo desde ese lugar se puede generar un encuentro interpersonal significativo
que permita al otro pasar de un estado defensivo a un estado de apertura.
Consideramos que la labor e s p r i n c i p a l m e n t e u n a t a r e a del terapeuta que invita
al paciente a l e n c u e n t r o i n t e r p e r s o n a l , u t i l i z a n d o s u p r o p i a p e r s o n a l i d a d
abriéndose a ser él mismo, ofreciéndose por encima de su rol de
p s i c ó l o g o . Los encuentros interpersonales son sanantes en sí mismos. D e lograrlos en
terapia no solo mejoran el paciente sino que también le sirve al terapeuta, funciona en ambas
direcciones. El paciente tiene que tener cierta capacidad de insight para experimentar el drama
de su vida. Pero esta experiencia personal dramática no aparecerá si el terapeuta no está
presente para acogerla. El terapeuta tiene que animarse a traspasar los roles de seguridad, de
distancia técnica y a no escudarse en la neutralidad. Tiene que ser capaz de acompañar (no de
cambiar), al padecer del paciente en esta etapa de su vida. Las expresiones dramáticas que
traen una novedad, abren una ventana al cambio. A mayor Novedad en la vida mayor
creatividad, a mayor creatividad mayor capacidad y oportunidad desarrollar lo que cada uno
es.
El modo que puedo ayudar a desarrollar lo que la persona es, es estar presente cuando él está
conmigo. Es desde esa experiencia que puedo afirmarlo reflejarlo decirle quién es. Al
conocerlo se evitan los dos riesgos más importantes del terapeuta que son la sobreprotección y
el ser cómplice.
La medida de la sanidad no está dada por algo que yo le entregue al paciente externamente
sino por un actitud de humildad frente al padecimiento a crecer en apertura, mi interés y
dedicación real por su vida le permite sentirme cercano, y comprometido con él. Es el primer
importante testimonio para animarlo a que él haga lo mismo. Si yo estoy centrado en mis
miedos o en mis límites o en mi soberbia no dejo espacio para él en mi. Si solo veo sus
defectos y en lo que falla y pierdo el horizonte del encuentro. Por lo tanto no puedo hacer que
aflore su ser más personal. Voy a Correr el riesgo de manipularlo, cosificarlo.
Es importante entender que un encuentro se genera si alguien abre un espacio en su interior
para recibir al otro. El encuentro se da cuando el otro tiene experiencia de que yo lo estoy
recibiendo. Ser es igual a ser recibido. Somos recibidos en el seno materno, en adelante ser es
ser recibido.
En cuanto a la patología y la libertad podemos decir que toda cerrazón será siempre expresión
de algún tipo de desorden, el desorden psi, será más o menos grave en orden a la patología,
según este afectada la autodeterminación de sujeto.
Es necesario que crezca la libertad de la persona para que con ella luche contra la
determinación que lo separa, la persona más libre es aquella que más puede crecer
desarrollando su unidad en la diversidad, más libre es el que puede desarrollar más
dimensiones de sí mismo desde una perspectiva de unidad que da sentido. En la medida en
que puedo dejarme tomar por la vida.

4 ¿Cuáles son los riesgos o límites del trabajo personal?.

Kierkegaard en s u libro “Mi punta vista” habla sobre el arte de entender al otro. “Si el
auténtico éxito es lograr el esfuerzo de llevar a un hombre a una posición definida, ante todo,
es preciso fatigarse para encontrarle dónde está y empezar ahí. Todo aquel que no halle en
posesión del él, se engaña cuando se propone ayudar a los otros. Para ayudar a otros de
manera eficaz, y o debo entender más que él; pero ante todo, sin duda debo entender lo que él
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entiende. Si no sé eso, mi mayor entendimiento no será de ninguna ayuda para él. Si, de todos
modos, estoy dispuesto a empenacharme con mi mayor entendimiento, es porque soy un vano o
un orgulloso, de forma que, en el fondo, en lugar de beneficiarle a él lo que deseo es que me
admiren.

En cambio todo auténtico esfuerzo para ayudar empieza con las autohumillación: el que ayuda
primero debe humillarse y ponerse por debajo de quien quiere ayudar, y por lo tanto debe
comprender que ayudar no significa ser soberano, sino criado; que ayudar no significa ser
ambiciosos sino paciente; que ayudar significa tener que resistir en el futuro la imputación de
que uno está equivocado y no entiende lo que e l o t r o entiende”. (pág. 56-7),
“ … S i podéis hacer eso, si podéis encontrar el lugar exactamente dónde está el otro y
empezar allí, t a l v e z p o d á i s tener la suerte de poder conducirle a donde os halláis
vosotros. …Porque ser maestros no significa afirmar que una cosa es así, o recomendar
una lectura, etc. No ser maestro en el sentido justo es ser aprendiz. La instrucción
empieza cuando, tú el maestro, aprendes la aprendiz, te pones en su lugar de modo que
puedas entender l o que él entiende y de la forma que él lo entiende, caso d e que no lo
hayas entendido antes, permitas a él someterte a un examen d e m a n e r a que pueda
asegurarse de que tú sabes tú papel…(58-9).”

Aquí se resalta el lugar del maestro que se hace aprendiz, como Cristo, que siendo Rey y
soberano del universo entrego su vida en humildad y servicio por todos. El terapeuta cristiano
tiene que de algún modo humillarse como cristo, necesita ser un puente para que el paciente
llegue a su meta. Hace unos años un profesor mío comentó la metáfora del puente y del faro
para explicarnos esto mismo. El faro es ese lugar de orgullo y vanidad en el que el profesional
puede caer por culpa del saber. Pero el arte de ayudar a la persona requiere un método
distinto para no caer en esta manipulación directa o indirecta del otro. El faro guía de un modo
de externo el caminar no se compromete con el caminante, mira todo desde arriba. P o r e l
c o n t r a r i o , C r i s t o n o s e n s e ñ ó a s e r p u e n t e s , a entregarnos enteramente al
otro sabiendo que nos puede rechazar. A dar nuestra vida por el prójimo si queremos
conservarla. Esta experiencia de fe nos dice que podemos dar siempre más de nosotros
mismos, siempre más buscar esta apertura al recibimiento del otro, se nos va la vida en ello.
Solo hay un encuentro interpersonal si me dispongo a ser puente, a que él pueda de algún
modo pasar sobre mí para llegar de un lado a otro.

5 ¿Cómo influye en mi persona la terapia realista?.

Por un lado me advierte para no quedarme atrapado en el pensamiento, en mi percepción


subjetiva de las cosas. Me permite desarrollarm e porq ue me obliga a a salir de los lugares
de seguridad hacia un lugar de encuentro, presencia y riesgo. Me invita a participar
siempre más plenamente de mis relaciones con el mundo con las personas y con lo
trascendente. Soy conciente de que todos somos capaces de traicionar este llamado, de
sentirnos caídos y experimentar la vulnerabilidad. Entendiendo que cada caída nos recuerda
cuanta soberbia tenemos aún. Viviendo siempre en la esperanza d e l a misericordia de
D ios y sentirme perdonado aun siendo pecador. Desde esta terapia creemos que la
apertura es un desequilibrio, podemos crecer siempre más comprometidos.
En mi vida personal he crecido en compromiso de entrega cambiando algunas actitudes
defensivas por otras de mayor apertura. Siendo más seguro conmigo mismo y en mi misión.

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En cada encuentro interpersonal intento dar de mí lo que yo soy y no mostrarme de la manera
que no soy. Cada relación es una oportunidad nueva de ser yo mismo.

6 ¿Cómo entiende/ vive el profesional su trabajo en los pacientes?

El trabajo profesional tiene muchos ejes qué parten de esta disposición al encuentro. Muchas
veces el profesional tiene que recurrir a la escucha atenta, luego de esa escucha tiene que
hacer todo el esfuerzo para comprenderlo, responder lo más intuitivamente sin racionalizar ni
psicologizar. E l p r o f e s i o n a l t i e n e q u e s e r c a p a z d e s e r d i r e c t i v o , d e
marcar el error, de guiar hacia la verdad y hacia las conductas
v i r t u o s a s . Ver la potencialidad y lo bueno del paciente, así como sentirse pequeño frente a lo
que se habla con actitud de humildad. Tiene que haber un respeto profundo por el padecer del
paciente y animarse a poder acompañar, responder, acoger y enviar. En el encuentro
interpersonal se va a ir develando, conjuntamente, el mejor modo de afrontar las dificultades, el
método lo pone el paciente. Adaptarlo a lo que él necesita.
Cada paciente que pueda reflexionar sobre si lo que está haciendo arroja luz en la confusión.
Se va desvelando el sentido de sus síntomas. En la aceptación de esos núcleos duros
defensivos se podrá estar en condiciones de elegir una actitud de mayor receptividad y
comunión en sus relaciones.Hay un trabajo sobre lo objetivo, sobre lo real que requiere una
apertura a lo que es y hay otro camino complementario que tiene relación con lo subjetivo:
¿ qué creo yo que me ésta diciendo a mi esta situación particular?.
Cada Paciente tiene que develar su propio modo de apertura. No todos los problemas
similares se pueden solucionarse de una misma manera. Cada vida tiene que ser asumida de
acuerdo a la misión que Dios a querido para cada uno. Desarrollo sano es el desarrollo de esa
personalidad que es la que Dios ha querido para cada uno de nosotros. Cada uno con sus
capacidades. Al desarrollar lo que verdaderamente somos participamos más plenamente del
plan que Dios nos ha entregado. El plan se va develando a lo largo del tiempo y el sentido de
la vida se va encontrando.

7 ¿Cuáles son los fundamentos de esta terapia?.

Por un lado sabemos que Cristo ha venido al mundo revelar la verdad de la hombre ha venido a
revelarse también a sí mismo. Sabemos que tenemos un Dios trino y en donde cada
persona de la Trinidad se relaciona en modo total y completo con la otra (comunidad de amor)
Al ser creados a imagen y semejanza de Dios, todo ser humano surge de una relación, está hecho
para la relación toda su biología y su ser fue creado para que pudiera darse en estas
relaciones. Para que uno sea y tiene que haber habido alguien que lo haya recibido en el
amor. Venimos de la relación y vamos a la relación.La estructura de la subjetividad nace del ser
amado. Puedo amar porque fui amado, eso me hace capaz de amar.
El mayor fallo en la recepción amorosa me incapacita más para que mi potencial amoroso
pueda desplegarse. Los trastornos psicológicos son trastornos del amor. Todo lo que
hacemos nosotros es un movimiento amoroso. Puede haber amores desordenados, el odio es
un modo enfermizo del amor. El movimiento básico es un movimiento amoroso
unitivo, movimiento de unión con el objeto amado. Pero hay amores disruptivos que
apuntan a la ruptura, a separarme del otro. Es tanto lo que me quiero y mi autosatisfacción
placentera, que no necesito del otro. En este caso, el movimiento que me lleva a no amar a otro
es el propio amor a mí mismo (narcisismo). No puedo no estar en un movimiento amoroso.
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Toda patología es un amor vuelto sobre sí mismo en los modos distintos y según la patología
que se trate. Dependerán de la intensidad, el tiempo y el momento en el que haya ocurrido
e n la historia de la persona, afectándola de tal o cual manera Todo movimiento de
maduración es un movimiento unitivo hacia el otro. Todo es un proceso de recepción no de
autoproyección. La ira, el egoísmo, son movimientos amorosos suficientemente autocentrados
que generan dolor y desunión.
Los modos de relación más plenos los podemos encontrar en los testimonios de los Santos.
En los modos en cada uno de ellos a vivido y experimentado y ha querido compartir su
relación personal con Dios. Ellos han sabido abrirse siempre más al misterio y sentirse
siempre más recibidos por el Dios creador. Cuando en la terapia trabajamos la personalidad lo
hacemos desde lo más humano que es estar en relación con las distintas dimensiones del ser,
no evitando el dolor, el conflicto, las dificultades sino aceptándolas y abrazándolas como
regalos necesarios para nuestra santidad.
Los santos también nos dan ejemplos de vida virtuosa, en la humildad, aceptación del dolor
como camino siguiendo a Jesús en su camino de Cruz. Toda relación tiene tres participantes; las
dos personas y la persona de cristo.
No puedo tener una relación independiente que no se funde en la relación trinitaria. Puede
negarla o no conocerla. Pero así como toda bondad es a imagen y semejanza de la bondad
divina...toda relación verdadera amorosa y cariñosa participa del amor trinitario.

8 ¿Cuál es la definición de apertura?.

Es un Movimiento receptivo hacia t o d o lo que se nos es dado. Es un movimiento


elegido libremente que permite mayor ámbitos de relación distinta dimensiones de la persona.
Hay movimientos de libertad que no llevan a la mejora de la persona sino que la llevan a
mayor esclavitud. Por ejemplo las drogas. Haciendo uso de la libertad queda esclavo
las consecuencias de haber elegido uno objeto dañino. La elección del objeto perjudicial va a ir
acotando su posibilidad de crecimiento.
La terapia Realista, al fundarse en la relación Personal, nos va mostrando el camino que
pretendemos para llegar a ser lo que Dios quiso de nosotros. Desde este entendimiento de la
apertura voy a ir permitiéndome crecer en relación.
Una de las características de los problemas psicológicos es la pérdida de libertad y caer en la
repetición. Se pierde la novedad que surge de cada experiencia de encuentro. Cada vez que me
cierro a una dimensión en la cual yo podría estar en mayor relación, no solo no crezco sino que
decrezco. Me vuelvo más orgulloso y soberbio de lo que puedo controlar y me pierdo de esa
novedad que ocurre en cada momento en los que si soy más libre creativo y abierto a lo que me
rodea.

9 ¿Cuáles son los problemas de las terapias actuales?

Los problemas actuales de las terapias contemporáneas son muchos y diversos.


Principalmente todas niegan la Verdad. La verdad compromete y obliga.
Por un lado están los reduccionismos metodológicos, los reduccionismos antropológicos,
filosóficos. etc Poseen una visión del hombre defectuoso, q ue hay que reparar, negando así
lo bueno que tienen y siendo la solución algo externo. Promueven un bienestar superficial. Cada

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persona Éticamente necesita recibir de un profesional de la salud lo que ella necesita y no lo
que una corriente de pensamiento propone. En cuanto a los problemas metodológicos, estas
terapias parten de una visión materialista y mecanicista, biologisista de la realidad que no
explican la complejidad del ser humano. Pretender desde el ámbito conductual resolver los
problemas existenciales de la persona es caer en un reduccionismo. Solamente las corrientes
de pensamiento con mayor base antropológica y epistemológica permiten abarcar la
distintas dimensiones de la persona y lograr una ayuda integral. Las terapias conductuales
o cognitivas caen estos errores.
Las terapias humanistas caen en lo que llamamos la iatrogenia del mundo contemporáneo que
es que por la propia voluntad y razón se puede alcanzar a la perfección o la felicidad. Sin tener
en cuenta a Dios y creyendo que esta ilusión del hombre autónomo resolverá los problemas.
La ilusión del hombre autónomo lleva a la persona a que cubrir sus necesidades, que velan
solo por sí mismo, Que satisface solo aquello que necesita y se separa del resto. Lo aleja de la
actitud humilde y le propone una felicidad en lugares en donde no lo está. El humanismo
carece de la luz que da el conocimiento que nos dado Jesús sobre el hombre mismo. No
trabaja sobre la relaciones sino sobre la satisfacción personal con lo cual, es válido hacer
cualquier cosa que sea necesaria tanto sea como romper con los demás para lograr el objetivo.
Por lo tanto la mirada de las terapias humanistas es más egocéntrica y narcisista por no
participar de lo principal que es la unión, la unidad. Trabajan al igual que las terapias
conductuales sobre los síntomas que son solo expresiones externas y a personales de la
problemática del paciente. Abordar este aspecto no alcanza para dar respuesta a las núcleos
más íntimos y duros que provocan dichos síntomas. No hay moral ni valores que guien la
conducta humana más que el principio de la propia satisfacción. Hoy en día este tipo de
terapias no solo no resuelven las dificultades profundas de contacto y relación que tienen las
personas sino que tampoco promueve el acercamiento hacia lo trascendental y a la
integración con lo espiritual que forma parte de las dimensiones del ser humano.
Otra dificultad que tienen estas terapias está en relación a la técnica de la distancia entre
paciente y terapeuta, creen que a mayor distancia mayor neutralidad mayor objetividad.
desde la terapia realista sabemos que la realidad no es neutra. Es una ilusión creer que no
participamos de la relación cuando estamos con el paciente. Se cree que de esta manera se
protege el método. Por lo tanto en situaciones dadas que requiere la presencia personal
del terapeuta acompañando, no surge como respuesta el encuentro interpersonal sino la
técnica. Sin comprometerlo a transitar el camino con el paciente. La ausencia de esta
implicación personal por parte del profesional, privando de usar su personalidad para el
bien del paciente, puede generar una distancia que no permite a la persona animarse a ser
quien ella es. Si el mensaje es que la técnica va a solucionar el problema no hay un
compromiso que obligue al terapeuta a crecer también. Solo animándose a dejar de lado los
lugares de seguridad que dan los roles y las técnicas, el paciente realmente se siente
entendido, acogido, sostenido y enviado.

Decir algo correcto fuera de una relación interpersonal es violento. Mi mirada desde fuera es
una mirada distante y cosificadora. Por lo tanto tiene que haber tantos buenos terapeutas
como personalidades. No es negar la técnica sino que va a ser siempre secundaria. Darle al
paciente lo que él necesita. Y no lo que el método establece. El método lo pone el paciente.
La persona que tiene una actitud de apropiación va a tender a buscar en primer lugar lo que
le conviene, su necesidad inmediata, cerrándose de un modo apersonal. La terapia realista
trabaja sobre aspectos de los cuales no hay evidencia empírica (Libertad, sentido de la vida,
virtudes, en la búsqueda de la humildad y aceptación de la realidad en su totalidad.)

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10 ¿Cuáles son los modos de defensa y apertura a la realidad?

Existen distintos y diversos modos de vinculación que a modo descriptivo considero que se
pueden resumir de la siguiente manera. U na clasificación antigua es el de la fobia, la histeria
y la obsesión. Cada uno de estos modos de vincularse con la realidad tiene distintas síntomas
que pueden describirse.
La fobia es una actitud de evitación. Fobia significa miedo. He visto el objeto que me va a dar
displacer o que me va atacar. El objeto por estar presente o no. Puede evitar pensamientos,
relaciones, objetos. En la actitud fóbica tenemos dos polos; el fóbico y el contrafóbico. En el
primero, podemos inhibirnos paralizarnos sentirnos inseguros y por el otro polo podemos
sentir una sobre exigencia sobre compensación sin medir las posibilidades de la persona.
E l d r a m a q u e t e n s i o n a a l a persona fóbica es; puedo hacer esto o por el contrario no
puedo hacerlo, puedo afrontarlo o no puedo afrontarlo. La vivencia de la persona fóbica, es un
miedo a la realidad que es vista como amenazante. Y en el polo opuesto de la contrafobia
realmente no tiene miedo, la realidad es experimentada como nada amenazante. Una persona
puede pasar de un polo a otro por ejemplo tener miedo a la muerte pero querer suicidarse.
L a p e r s o n a evitativa tiene miedo de hacer cosas que en realidad si puede hacer. El que tiene
miedo hablar en público en realidad, si puedo hacerlo, tiene esa capacidad solo que está
instalado en el polo del no poder teniendo todas las herramientas y las capacidades para
hacerlo. Hay una lucha entre lo que él es y lo que puedes l l e g a r a s e r y h a c e r , e v i t a
e s a parte de la posibilidad.
P o r e l c o n t r a r i o , l a persona que realmente no tiene capacidad para una tarea
particular no se preocupa por la tarea simplemente sabe que no la puedo hacer y no entra
en conflicto. El conflicto es un conflicto interno entre tener la capacidad pero tengo un sentir
de no poder hacerlo.
La histeria la entendemos como una actitud de sustitución de la realidad. De desvinculación
de la realidad, de negación. Es la negación de la realidad, la extensión que existe dentro de
esa persona está entre lo que es de una manera y lo que no lo es de esa manera. La
persona va a sentir vacío va actuar superficialmente, vas a ver la realidad demasiado
comprometedora, demandante seria o en el otro polo opuesto va a sentir como la realidad es
no tan comprometedora ni seria. Hay una distorsión en la experiencia de la angustia, la
persona prefiere generar una actuación antes que conectarse con esa angustia se muestra
una manera en la que no es una falta de aceptación de la realidad prefiere no aceptar la
realidad antes que aceptar su propio límite. A veces la limitación es estoy angustiado por la
soledad entonces actuó con una persona segura de mi misma con muchas amistades. Niego
esa limitación que tengo.
La vivencia del histérico pasan por el aburrimiento con la mínima, hacer poco es mucho.
Necesita que se le valore permanentemente, no es estable no permanece en las cosas. Niega la
importancia de su capacidad de compromiso tiene esa capacidad pero dice que él no la tiene.
Otro mi modo de vinculación es la obsesión. La tensión que existe en estas personas está
entre lo completo y lo perfecto e n contra de lo que es imperfecto y no completo. Sus
preocupaciones pasan por la limpieza, las rituales, el orden externo y, duda constantemente de
lo que hace. La duda es un síntoma existencial en él. La realidad es percibida como perfecta o
incompleta por lo tanto vemos personas que constantemente están operándose para verse así
mismas más perfectas. Anulando lo real.
Pretende alcanzar la perfección de un modo egocéntrico por sus propios medios y a la
vez puede tener pensamientos de que nunca alcanzará esa perfección por lo tanto seguirá

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en la misma actitud de perfección y completa anulando lo que ella hizo y le vuelve a
comenzar.
Duda a cada instante, hay un predominio del pensamiento sobre el sentir. Cuando logra hacer
algo perfecto a vista de los demás, tiende a anularlo, con lo cual retrasa lo que podría lograr
satisfactoriamente, de manera sencilla. La terapia realista pretender entonces hacer una
invitación desde lo personal para que estas personas puedan vivir esta experiencia de tensión
con la realidad.
Dando una respuesta personal a esta tensión, se intentará promover la mezcla con lo real,
sostener esa tensión procurando no oscilar entre un polo a otro. Responder esa tención. Solo
desde el acompañar promoviendo un encuentro interpersonal de hospitalidad será posible
llegar a mayor grado de libertad y entrega de novedad y de esperanza.

11 ¿Cuál es la importancia de contar con una terapia de estas características?

La terapia realista que planteamos quiere ser expresión de esa experiencia del encuentro
con Cristo. No se pretende transmitir la norma sino dar testimonio de la experiencia de fe.
Testimoniando desde la profesión la vida personal. Cuando doy mi testimonio se facilita que el
otro se interese por algo que es válido para mí. Si mi relación con cristo me lleva a modos
más amplios de participación con la realidad esa experiencia personal con Cristo me sirve
de modelo para yo animarlo al paciente a tener la misma experiencia personal.
Aprendiendo juntos a vivir como Cristo nos enseñó el amor y el sufrimiento.

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