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INDICE
• DEFINICION......................... 2
• CONSTITUCIONES (4):
o Lumen Gentium........................................................... 4
o Dei Verbum 4
o Sacrosantum Concilium 5
o Gaudium et spes 6
• DECRETOS (9)
o Christus Dominus 7
o Presbyterorum Ordinis 7
o Optatam totius ........................................................... 8
o Perfectae caritatis ....................................................... 8
o Apostolicam actuositatem ............................................ 9
o Orientalium Ecclesiarum .............................................. 9
o Ad Gentes divinitus ...........................................………… 9
o Unitatis redintegratio ..................................................10
o Inter mirifica ............................................................. 10
• DECLARACIONES (3)
o Dignitatis humanae 11
o Gravissimum educationis 11
o Nostra Aetate ............................................................. 12
• OPINION PERSONAL................................................................. 13
DEFINICION DE CONCILIO.
En el primer caso, el Concilio será universal o ecuménico (del griego "oicomenicós" que
significa universal).
Para que tenga valor de tal, tiene que ser convocado por el Papa, presidido por él o sus
delegados, y aceptado en todas y cada una de sus decisiones por el mismo.
En cuanto al número de participantes, es obvio que tienen que ser la mayoría, con
verdadera representatividad de todo el mundo cristiano.
En el segundo caso, el concilio es particular, que podrá ser de una nación, un grupo de
naciones, una determinada región o provincia eclesiástica.". Cuando un concilio no es
convocado en forma legítima, se habla de "conciliábulo".
En junio de 1959 Juan XXIII habla por primera vez de su intención de convocar un concilio
ecuménico, pero el anuncio oficial no se formula hasta el año 1961.
La segunda sesión, con la desaparición de Juan XXIII, fue inaugurada por Pablo VI el 29 de
septiembre de 1963. todas las sesiones se desarrollan de septiembre a noviembre o
diciembre; los meses anteriores son de trabajo preparatorio. La sesión de clausura se
celebra solemnemente el 7 de diciembre de 1965.
Es también más universal que ninguno, todos los continentes están representados, se abre
a todas las culturas. Incluso el número de padres conciliares es claramente superior.
En la clausura del Concilio de Trento eran poco más de doscientos; en el Vaticano I alrededor
de setecientos sesenta, en el Concilio Vaticano II toman parte en la ceremonia de apertura
2.540 padres.
El cardenal Bea ha escrito que las dos grandes innovaciones son afirmación del papel de los
obispos y la apertura hacia el laicado. La descentralización, la pérdida del protagonismo de
Roma, es una exigencia de los tiempos.
Clarificar el papel de los laicos era otra necesidad. Los laicos habían intervenido en los
primeros siglos de la iglesia en el nombramiento de sus pastores, incluso en la elección del
papa en Roma. Posteriormente se produjo la interferencia de poderes temporales, los
príncipes, en la vida religiosa, con grave daño para la Iglesia, al mismo tiempo que esta,
“cargada” con un patrimonio territorial, unía en el Papa una jurisdicción temporal a la
espiritual.
Reducida desde 1870 la Iglesia a un poder estrictamente espiritual, a mediados del siglo XX,
como puso de relieve en una conferencia en Milán el cardenal Montini, la Iglesia se
encuentra libre por vez primera de interferencias de poderes seculares en sus asuntos y en
consecuencia no tiene ninguna justificación una Iglesia defensiva o condenatoria.
CONSTITUCIONES:
• LUMEN GENTIUM.
Cuantas veces se renueva sobre el altar el sacrificio de la cruz se efectúa la obra de nuestra
redención.
No está constituida para buscar la gloria de este mundo, sino para predicar la humildad y la
abnegación incluso con su ejemplo.
• DEI VERBUM.
En esta parte nos recuerda la íntima relación que Dios mantiene con el hombre desde el
principio de la creacción, como fue preparando el camino para el evangelio.
Después que Dios habló muchas veces y de muchas maneras por los Profetas, envió a su
Hijo Jesucristo y con la llegada del espíritu de la Verdad completa la revelación y confirma
con el testimonio divino que vive en Dios con nosotros para librarnos de las tinieblas del
pecado y de la muerte y resucitarnos a la vida etena
• SACROSANTUM CONCILIUM
La sagrada liturgia Propone una revisión de todos los ritos de los sacramentos, así como del
año litúrgico, la música sagrada, el arte y los El Papa hace una valoración sobre la necesidad
de una reforma en objetos sagrados, calendario litúrgico.
Se propone acrecentar día en día entre los fieles la vida cristiana, adaptar mejor a las
necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio.
La Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual: leyendo "cuanto a
él se refieren en toda la Escritura", celebrando la Eucaristía, en la cual "se hace de nuevo
presente la victoria y el triunfo de su Muerte".
Jesucristo dijo "Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy Yo en medio
de ellos Cristo asocia siempre consigo a su amadísima Esposa la Iglesia, que invoca a su
Señor y por El tributa culto al Padre Eterno. Toda celebración litúrgica es acción sagrada por
excelencia.
Es indispensable que se provea antes que nada a la educación litúrgica del clero. Por tanto,
el sacrosanto Concilio ha decretado establecer: Formación de profesores de Liturgia,
Formación litúrgica del clero, Vida litúrgica en los seminarios e institutos religiosos, Vida
litúrgica de los sacerdotes.
la Liturgia consta de una parte que es inmutable por ser la institución divina, y de otras
partes sujetas a cambio. En ciertos lugares y circunstancias, urge una adaptación más
profunda de la Liturgia
GAUDIUM ET SPE.
No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Sólo desea una cosa: continuar, bajo la guía
del Espíritu, la obra misma de Cristo
Es muy importante tener siempre presente que la criatura sin el Creador desaparece.
Hay que purificar por la cruz y la resurrección de Cristo y encauzar por caminos de
perfección todas las actividades humanas, las cuales, a causa de la soberbia y el egoísmo,
corren diario peligro. Dios nos enseña que nos prepara una nueva morada y una nueva tierra
donde habita la justicia, y cuya bienaventuranza es capaz de saciar y rebasar todos los
anhelos de paz que surgen en el corazón humano. Cree la Iglesia que, por medio de sus hijos
y por medio de su entera comunidad, puede ofrecer gran ayuda para dar un sentido más
humano al hombre a su historia. El que sigue a Cristo, Hombre perfecto, se perfecciona cada
vez más en su propia dignidad de hombre. La Iglesia proclama los derechos del hombre y
reconoce, además, cuanto de bueno se halla en el actual dinamismo social. La Iglesia quiere
ayudar y fomentar las instituciones en lo que de ella dependa y puede conciliarse con su
misión propia. Nada desea tanto como desarrollarse libremente, en servicio de todos, bajo
cualquier régimen político que reconozca los derechos fundamentales de la persona y de la
familia y los imperativos del bien común.
Como el mundo entero tiende cada día más a la unidad civil, económica y social, conviene
tanto más que los sacerdotes, uniendo sus esfuerzos eviten toda causa de dispersión, para
que todo el género humano venga a la unidad de la familia de Dios.
La Iglesia, al prestar ayuda al mundo y al recibir del mundo múltiple ayuda, sólo pretende
una cosa: el advenimiento del reino de Dios y la salvación de toda la humanidad.
DECRETOS:
El Papa goza por institución divina de potestad suprema. Los Obispos, puestos por el Espíritu
Santo, ocupan el lugar de los Apóstoles como pastores de las almas
Teniendo cada uno el cuidado de la Iglesia particular que presiden, y en algunas ocasiones
pueden los Obispos reunidos proveer a las Iglesias de ciertas necesidades comunes.
El sagrado Concilio determina que todos los Obispos que sean miembros del Colegio
Episcopal tienen derecho a asistir al Concilio Ecuménico".
Los presbíteros tienen encomendados a sí de una manera especial a los pobres y a los más
débiles, a quienes el Señor prefiere. Deben atender con toda solicitud a los enfermos y
agonizantes, visitándolos y confortándolos en el Señor.
• OPTATAM TOTIUS. Sobre la formación sacerdotal
El deber de fomentar las vocaciones pertenece a toda la comunidad de los fieles. El Santo
Concilio recomienda, ante todo, los medios tradicionales de la cooperación común, como
son la oración instante, la penitencia cristiana y una más profunda y progresiva formación
de los fieles.
En lo referente a la selección de los alumnos, hay que proceder siempre con firmeza de
ánimo, aunque haya que lamentarse de la escasez de sacerdotes, los no idóneos deben ser
orientados a tiempo a otras ocupaciones y ayudados para que, conocedores de su vocación
cristiana, se dediquen al apostolado seglar.
Los miembros de cualquier Instituto, buscando sólo y, sobre todo, a Dios, deben unir la
contemplación, por la que se unen a Él con la mente y con el corazón.
Es necesario que los religiosos sean pobres en la realidad y en el espíritu, teniendo sus
tesoros en el cielo y ofrezcan a Dios, como sacrificio de sí mismos, la consagración completa
de su propia voluntad.
El apostolado de los laicos, que surge de su misma vocación cristiana nunca puede faltar en
la Iglesia. Y este apostolado se hace más urgente porque ha crecido muchísimo la
autonomía de muchos sectores de la vida humana, y a veces con cierta separación del orden
ético y religioso y con gran peligro de la vida cristiana.
La santa Iglesia católica, que es el Cuerpo místico de Cristo, consta de fieles que se unen
orgánicamente en el Espíritu Santo por la misma fe, por los mismos sacramentos y por el
mismo gobierno.
Es deseo de la Iglesia católica que las tradiciones de cada Iglesia particular o rito se
mantengan salvas e íntegras a las diferentes necesidades de tiempo y lugar.
Estas Iglesias particulares, tanto del Oriente como del Occidente, están encomendadas por
igual al gobierno pastoral del Romano Pontífice. Debe procurarse la protección y el
incremento de todas las Iglesias particulares y, en consecuencia, establézcanse parroquias
y jerarquías propias, allí donde lo requiera el bien espiritual de los fieles.
Dios llamo a los hombres para constituirlos en pueblo, para que sus hijos que estaban
dispersos se congreguen en unidad.
Dios, para establecer la paz o comunión con El y armonizar la sociedad fraterna entre los
hombres, pecadores, envió a su Hijo en nuestra carne para arrancar por su medio a los
hombres del poder de las tinieblas y de Satanás.
Promover la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha
propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II. Este movimiento de unidad es llamado
ecuménico.
Por causa de las varias discrepancias existentes entre algunos cristianos y la Iglesia católica,
ya en cuanto a la doctrina, y a veces también en cuanto a la disciplina, ya en lo relativo a la
estructura de la Iglesia, se interponen a la plena comunión eclesiástica no pocos obstáculos,
a veces muy graves, que el movimiento ecumenista trata de superar.
Los hermanos separados no gozan de aquella unidad que Cristo quiso dar. "Por movimiento
ecuménico" se entiende el conjunto de actividades y de empresas que, conforme a las
distintas necesidades de la Iglesia y a las circunstancias de los tiempos, se suscitan y se
ordenan a favorecer la unidad de los cristianos.
Para el recto uso de estos medios es absolutamente necesario que todos los que se sirven
de ellos conozcan y llevan a la práctica en este campo las normas del orden moral.
El Concilio proclama que la primacía del orden moral objetivo ha de ser aceptada por todos,
puesto que es el único que supera y ordena todos los demás órdenes humanos por dignos
que sean, sin excluir el arte.
Recuerden los padres que es deber suyo vigilar cuidadosamente para que los espectáculos,
las lecturas y cosas parecidas que puedan ofender la fe o las buenas costumbres no entren
en el hogar y para que sus hijos no los vean en otra parte.
DECLARACIONES
Este Concilio Vaticano declara que la persona humana tiene derecho a la libertad religiosa.
Esta libertad consiste en que todos los hombres han de estar inmunes de coacción.
Cada cual tiene la obligación y, por consiguiente, también el derecho de buscar la verdad
en materia religiosa, a fin de que, utilizando los medios adecuados, llegue a formarse rectos
y verdaderos juicios de conciencia.
Hay que iniciarlos, conforme avanza su edad, en una positiva y prudente educación sexual.
El Sagrado Concilio ruega encarecidamente a todos los que gobiernan los pueblos o estén
al frente de la educación, que procuren que la juventud nunca se vea privada de este
sagrado derecho.
El Santo Concilio recuerda a los pastores de almas su gravísima obligación de proveer que
todos los fieles disfruten de la educación cristiana y, sobre todo, los jóvenes, que son la
esperanza de la Iglesia. La familia es, por tanto, la primera escuela de las virtudes sociales.
En la familia cristiana, enriquecida con la gracia del sacramento y los deberes del
matrimonio, es necesario que los hijos aprendan desde sus primeros años a conocer la fe
recibida en el bautismo. En ella sienten la primera experiencia de una sana sociedad
humana y de la Iglesia.
• NOSTRA AETATE. Sobre las relaciones de la iglesia con las religiones no cristianas.
La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero.
Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que,
por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan
un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres.
La relación del hombre para con Dios Padre y con los demás hombres sus hermanos están
de tal forma unidas que, como dice la Escritura: "el que no ama, no ha conocido a Dios". Así
se elimina el fundamento de toda teoría o práctica que introduce discriminación entre los
hombres y entre los pueblos.
Para todas las categorías humanas ha trabajado el Concilio durante cuatro años.
A los intelectuales y a los científicos les comunica que al igual que ellos buscan la verdad.
Pensar es un deber y también una responsabilidad. Tened confianza en la fe, esa gran amiga
de la inteligencia.
A los artistas: este mundo en que vivimos tiene necesidad de la belleza para no caer en la
desesperanza.
A los jóvenes: La Iglesia está preocupada porque esa sociedad que vais a constituir respete
la dignidad, la libertad, el derecho de las personas, y esas personas son las vuestras.
BREVE PONTIFICIO IN SPIRITU SANCTO
Debe considerarse nulo y sin valor desde este momento todo cuanto se haga contra estos
acuerdos por cualquier individuo o cualquier autoridad, conscientemente o por ignorancia.
OPINION PERSONAL
Las propuestas que este Sagrado Sínodo hace pretenden ayudar a todos los hombres de
nuestro tiempo. Veo el concilio con el significado de esta palabra, punto de encuentro y
mediación. Para que los hombres bajo el impulso del amor respondan a las más urgentes
exigencias de nuestro tiempo.
La iglesia en fuerza de su misión de congregar a todos los hombres bajo un mismo Espíritu,
se convierte en el signo de la fraternidad. Por eso exige que en la misma iglesia promovamos
la estima mutua, el respeto y la concordia.
El Concilio podría ser un instrumento al servicio de una clara apuesta por el cambio de
talantes, actitudes y prácticas que, por falta de dinámica histórica, se quedaron hace tiempo
fuera del evangelio.