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M aggi, A.

- L os Deícticos

GRAMÁTICA
Los deícticos: personales, posesivos, demostrativos y adverbios

Los deícticos
El concepto de deixis es particularmente útil para la agrupación de ciertas categorías
morfológicas tradicionalmente separadas y lejanas en su apreciación, pero
íntimamente relacionadas desde esta óptica. La deixis consiste en la peculiar forma
que tiene la lengua de captar y de nominar aquello que se halla ante nuestros ojos (o,
mejor, ante nuestra percepción física, sensorial o intelectual): dado que un mismo
hecho (la caída de una viejecita en una esquina, por ejemplo) puede ser percibido por
las tres personas gramaticales ( yo, tú, él ), desde tres lugares distintos (desde aquí,
ahí, allí, respectivamente), en tres momentos diferentes ( ahora, antes, después ) y
con múlti ples apreciaciones semánticas (que si venía de una tienda o si iba hacia otro
sitio; que si se trataba de tu ma dre o de mi suegra ; etc.) el cúm ulo de posibles
variantes lingüísticas que podrían producirse si un hablante pretendiera referir el
hecho puede s er realmente abrumador. Si ese hablante es el hijo de la viejecita y se
encuentra en la misma esquina dirá que el suceso ha tenido lugar aquí , en esta
esquina en la que me encuentro yo ahora junto a mi madre caída,
que venía de aquella tienda; si ese habl ante es su nuera y se ha quedado en la
tienda, dirá media hora después que el suceso había tenido lugar allí ,
en aquella esquina en la que se encontraba él antes junto a mi suegra caída,
que iba desde esta tienda a otro sitio; y así sucesivamente podría ir interviniendo
cada hablante interesado en dar su versión sin que ninguna de ellas coincidiera en las
formas que hemos señalado en cursiva. Consiste, pues, la deixis, en una especial
forma de ca ptación de la realidad y, en consecuencia, en un modo muy pe cu liar de
expresión de lo captado, para el que la lengua dispone de siete categorías
morfológicas específicas: los personales, reflexivos y recíprocos ,
los posesivos, los demostrativos, los adverbios (básicamente los de lugar y los de
tiempo) y el verbo, amén de ot ros recursos léxicos referidos principalmente al
sustantivo, como veremos a continuación. Para ejemplificar de otro modo lo que
venimos diciendo, podemos servirnos de una especie de edificio de tr es plantas, con
una escalera que las uniese por el ex tremo frontal: a la planta intermedia subiría una
persona ahora , procedente de la planta baja, en la que se encontraba antes, y con
idea de subir después a la de arriba; supongamos a continuación que esa persona que
está ahora en la segunda planta soy yo , que me encuentro en este lugar de aquí junto
a lo mío; a mi derecha te encuentr as tú , en ese lugar de ahí , junto a
lo tuyo; en aquel otro lugar de mi izquierda se encuentr a él, allí precisamente, junto
a lo suyo.

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Enfocadas así las cosas, cada una de las percepciones distintas señaladas arriba da
lugar a un tipo especial de deixis, por lo que podría hablarse de los siguientes
fenómenos deícticos:
Deixis personal
La deixis personal consiste en un trío de personas tomadas en singular o plural: es
el caso de los personales, reflexivos y recíprocos, y de los posesivos , pues todos
indican la existencia de un yo , que me veo en posesión de lo mío ; de u n tú , que te ves
en posesión de lo tuyo y de u n él , que se ve en posesión de lo suyo . A los
mencionados han de se r añadidos los restantes elementos de cada paradigma: yo,
me, mí, conmi go, nosotros, nosotras; tú,...; mi, mío, mía, míos, mías, nuestro,
nuestra, nuestros, nuestras, lo mío, lo nuestro; tu...
Deixis espacial
La deixis espacial consiste en un trío de lugar es íntimamente relacionados con el
trío personal: es el caso de los demostrativos y los adverbios de lugar , pues todos
indican la existencia de este lugar, precisamente aquí ; de ese lugar,
precisamente ahí y de aquel lugar, precisamente allí . A los mencion ados, han de ser
añadidos los restantes elementos de cada paradigma: este, esta, esto, estos, estas;
ese,...; aquí, acá; ahí...; arriba, abajo; encima, deba jo;...
Deixis temporal
La deixis temporal consiste en un trío de momentos tem porales relacionados co n el
presente, pasado y futuro: el antes, ahora, después; el ayer, hoy, mañana;... Es el
caso, pues, de los adverbios de tiempo.
Deixis "verbal"
Podríamos hablar también de deixis "verbal" en el sentido de que el verbo, por su
especial significación perso nal y temporal, tendría plena carta de naturaleza en su
consideración como otra deixis más, y se diferenciaría de las anteriores en que
amalgama en cada una de sus formas a dos deixis a la vez ( como = 1ª persona +
presente; comisteis = 2ª persona + pasado; etc.). Si el verbo conllevase también la
idea de deixis espacial sería, qué duda cabe, el auténtico aglutinante de toda la deixis
castellana.
Deixis "léxica"
También podría hablarse de deixis "léxica" cuando se trate de vocab los relacionados
mediante algún tipo de antonimia o se refieran al parentesco o circunstancias
similares: así, mi madre es tal para un cónyuge, pero para el otro es mi suegra; ir es
caminar hacia allá para el que camina, pero es venir para quien espera la llegada del
que camina; toma es lo que dic e el que entrega algo, pero el que lo recibe
dice trae; et c
Estilos directo e indirecto
Uno de los fenómenos más curiosos que presenta la deixis es el referido a los estilos
directo e indirecto. Si imaginamos el caso de un jefe que regaña a un empleado por
el estado de la oficina, ese empleado puede contar el regaño a un compañero a la
mañana siguiente diciéndole: El jefe me dijo ayer: " Mañana irá a vuestra oficina la
limpiadora y yo mismo le ayudaré a barrer la porquería que tenéis en aquel
rincón", repitiendo exacta y literalmente, en estilo directo, todas las palabras
pronunciadas por el jefe. Pero también podía haber dicho a su compañero las mismas
palabras del siguiente modo: El jefe me dijo ayer que hoy vendría a nuestra oficina
la limpi adora y que él mismo le ayudaría a barrer la porquería que tenemos en este
rincón. Si se comparan ambos mensajes, se apreciará que todas las deixis empleadas
en el primero han sido sustituidas por otras de su mismo tipo en el segundo, según
un modo especia l de conversión del estilo directo en otro denominado estilo

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indirecto. No se agotan aquí las posibilidades de repe tición de un mensaje emitido


por otro interlocutor; también podía haber comentado el empleado a su compañero: El
jefe estaba ayer enfadado y lo dijo muy claro: iba a venir hoy la limpiadora a la oficina
y él mismo iba a barrer la suciedad que hay en el rincón , en una especie de estilo
indirecto libre. Son, pues, tres los modos de repetición en castellano de palabras
textuales:
El estilo direct o
 El estilo directo consiste en la re petición exacta y literal de lo emiti do por un
interlocutor. Se realiza colocando tras un verbo de lengua (como decir, pensar,
recitar, cantar, preguntar,... ) las palabras textuales emitidas. En la escritura,
han de ser estas incluidas entre comillas tras los dos puntos, como en el ejemplo
de arriba [o en renglón aparte, intercalando el verbo de lengua entre rayas (...
- dijo el jefe -... ) o colocándolo al final (... - dijo el jefe. )].
El estilo indirecto
 El estilo indire cto consiste en la repetición no literal, pero lo más exacta
posible, de lo emitido por otro interlocutor. Presenta distintas posibilidades de
expresión:
 la más corriente consiste en la exp resión de la idea emitida por el int erlocutor,
no sus palabras tex tuales, pero ateniéndose a las siguientes normas:
 colocación tras el verbo de lengua de la conjunción que si se trata de l a
reproducción de una oración enunciativa, como es el caso del ejemplo que
hemos utilizado arriba.
 colocación tras el verbo de lengu a de la conjunción si (o que si ) si se trata de
una interrogativa total: Me pregun tó (que) si íbamos a limpiar la oficina. Para
la reproducción de interrogativas parciales, el interrogativo correspondiente
sigue a la conjunción que: Me preguntó que cuándo íbamos a limpiar la oficina.
 producción del cambio correspondiente en todas las deixis implicadas:
 temporal: mañana--->hoy
 espacial: aquel--->este
 personal: yo mismo--->él mismo
 verbal: ayudaré--->ayudaría
 léxica: irá--->vendrá
 pero no siempre se sigue es ta norma general ya que en muchos casos sería
ridícula la formulación exhaustiva del estilo indirecto. Así, al estilo directo
de ¿Cuántas veces te he dicho que te calles? no procede el indirecto Me
preguntó que cuántas veces me había dicho que me callara, sino Me dijo que
me callara. De modo semejante ocurriría si pretendemos convertir en
indirecto Recitó: "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme..." diciendo ... de cuyo nombre no quería acordarse.... Lo mismo
ocurre con los vocativos: "Cállate, Juan" no puede producir el estilo
indirecto Me ordenó que me callara, *Juan. Y hasta el mismo hablante parece
colocar en estilo indirecto sus propias palabras cuando dice ¡Tenías que haberte
callado, digo yo!
El estilo indirecto libre
 El estilo i ndirecto libre consiste en una mezcolanza de directo e indirecto,
más literaria que coloquial. Se trata de convertir al interlocutor que habla en
una especie de narrador que mezcla a su antojo su visión personal de lo dicho
por el otro interlocutor con for mas indirectas.

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Disfunciones coloquiales
Las disfunciones coloquiales son ciertas alteraciones de la deixis normal, asumidas
por la lengua, en las que aparenta producirse un error en la consideración de la
persona, el lugar o el tiempo reales y correctos de la deixis utilizada; así, el camarero
que atiende a una mujer, por ejemplo, puede preguntarle sin dirigirse a ella en
segunda persona sino en tercera: ¿Qué va a tomar la señora? (en vez de ¿Qué vas a
tomar tú? ) y lo mismo ocurre co n ¿Qué va a tomar uste d? Algo semejante sucede
cuando alguien dice: Con este ruido no oyes nada , cuando el que "oye" no es el tú sino
el yo . Análogo sería también el caso de quien dice: El menda no va hoy a
trabajar, o Los españoles somos muy simpáticos, o Ayer hemos ido de
viaje, o Cervantes escribe una página del Quijote y se acuesta, o ¿Cómo estamos esta
mañana, abuelo?,... Se trata siempre de casos muy cercanos a la d iscordancia. De
muchos de ellos trataremos en la Morfosintaxis, al hablar de la concordancia en la
lección 9ª.
Los personales, reflexivos y recíprocos
Los personales, reflexivos y recíprocos son aquellas categorías morfológicas que,
como su propio nombre indica, se refieren a las tres personas gramaticales, sea de
un modo estrictamente personal, o de un modo re flexivo o recíproco. Por su
coincidencia en algunas formas, podemos ejemplificar juntas las tres categorías en
el siguiente esquema:

Este grupo de deícticos es el que más intrínsecamente asume la concepción tradicional


de "pronombre", según la denomina ción clásica (o de pronominalización, como
preferimos nosotros), pues su función exclusiva en la lengua es la de sustituir a un
nombre; así, el mensaje Juan llamó a su hermana y dio un recado a su hermana puede
ser expresado así: El la llamó y se lo dio.
Significación de las formas personales
La significación de las distintas formas recogidas en el esquema es, como la d e
cualquier pronominalización, siempre ocasional y referida al sustantivo al que remiten
de modo anafórico ( Vi a Juan y lo saludé ) o catafó rico ( Lo oí por la ventana y me
asomé: era Juan ). A este valor ha de ser añadido el que les presta su especial
significación deíctica: Yo significará siempre la persona que está hablando, pero
dejará de hacerlo cuando el interlocutor tome la palabra, pues entonc es Yo se referirá
ya a la otra persona.
Las formas de sujeto
 Las formas "sujeto" siempre adoptan la significación que la deixis personal
les confiera en el momento del habla: en el mensaje Yo soy Juan y tú eres Ana ,
la significación ocasional (y tal vez sustantiva) de yo es "Juan" y la de tú es
"Ana"; pero si en la réplica de la interlocutora Ana se produce este m ensaje Yo
soy Ana y tú eres Juan , las dos formas personales han cambiado de significado

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en el momento actual. En otro sentido, la primera y segunda personas se


refieren, efectivamente, a "personas", no así la tercera, que puede referirse a
personas, cosas, entes, construcciones lingüísticas, etc.
 mientras que la forma vosotros puede equivaler a la suma de tú + tú , o de
tú + él , la forma nosotros no puede equivaler a la suma de yo + yo.
 la forma usted se refiere a la segunda persona, pero el verbo ha de concordar
en tercera. No ocurre así en algunas zonas del dialecto andaluz: Ustedes
coméis , donde ha pasado a su significación propia de segun da persona cuando
se usa en plural.
 es frecuente añadir un refuerzo significativo con el indefinido mismo cuando
hay interés enfático por señalar la persona: yo mismo lo hice, vosotros mismos
lo haréis,... pero esto no conlleva la consideración del indefin ido como
pronominalización. Además de mismo , muy pocas otras formas pueden
acompañar a los personales: solo (Hazlo tú solo); juntos (Hace dlo vosotros
juntos); todos (Hacedlo todos vosotros/vosotros todos); o un adjetivo (¡Hacedlo
vosotros, desgraciados! ¡P obrecita ella!
Las formas átona s
Las formas átonas son usadas, además de para sustituir sustantivos, para repetir
pronominalmente aquello que acaban de pronominalizar anafóricamente: A Juan lo vi
ayer, A mí no me vengas con monsergas,... En algunos casos, estas formas han llegado
a lexicalizarse junto al verbo en construcciones como pasarlo bien, arreglárselas,
componérselas, habérselas con, emprenderla con, dárselas de, tenérselas por, tomarla
con,...
Los neutros "ello" y "lo"
 la forma neutra ello no se r efiere a personas propiamente sino a conceptos,
actuaciones, consideraciones, etc., expresados en el contexto: Le dije que
saliera y ello le molestó; en este m ensaje, ello pronominaliza todo lo anterior o
sólo una parte: a que saliera o a le dije que salie ra . Este comp ortamiento
permite hablar de sustantivación, lo mismo que ocurre con todos los neutros de
la lengua. Es el único personal que ado pta un cierto valor nexual en la
construcción ilativa por ello.
 de modo semejante a co mo oc urre con "ello", suced e con el alomorfo
neutro lo del personal átono lo , que pronominaliza fragmentos del mensaje
anteriormente emitidos, es decir, que en situaciones discursivas la forma lo
puede ad quirir significación neutra (véase para su me jor com prensión lo que
dijimos al hablar del artículo neutro lo en la lección 6ª, pues allí distinguimos
los siete loes distintos que presenta el castellano y a este le asignamos el lo -
3). Así, en el mensaje Confieso que no vi a Juan podríamos hacer dos
sustituciones con el personal lo : un a de ellas referida a Juan (No lo vi ), que es
claramente el alomorfo masculino y forma correlato con la (No la vi ), y la otra
referida a que no vi a Juan (Lo confieso ), que es el alomorfo neutro pues no
admitiría variación de género ( *La confieso).
Las formas de compañía
Las formas que indican compañía vienen a significar que otro ser (generalmente otra
persona) hace algo * con yo, *con tú, con él,... , y para ello se utilizan las
formas conmigo, contigo, consigo. Estas formas no pueden ser consideradas como
adjetivos en construcciones como tus intenciones conmigo o similares, sino como
pronominalizaciones con preposición, aunque se presenten lexicalizadas.

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Valores del "se"


La forma se presenta un especial interés gramatical por la abundancia de valores qu e
tiene en castellano; añadimos a continuación, con el simple afán didáctico, otros
valores que no son ni personales ni reflexivos ni recíprocos, al objeto de que puedan
percibirse sus diferencias de modo contrastado:

Colocación de las formas personale s


Si nos fijamos ahora en la colocación que adoptan las formas de este grupo de
deícticos respecto a otras ca tegorías a las que acompañen (principalmente al verbo),
podemos señalar lo siguiente:
 las formas "sujeto" suelen ir delante del verbo en forma per sonal ( yo
como) pero van pospuestas siempre que el verbo esté en forma no personal
( Comiendo yo, se cayó el cuadro; Al salir tú, entraba el cartero) .
 las restantes formas:
 pueden ir en posición proclítica o enclítica ( me lo dio, diómelo ). Cuando van
en co nstrucción proclítica, el orden ha de ser el siguiente: Se (=le) lo dije; S e
me cayó ( no * Me se ca yó ).
 cuando el verbo aparece en perífrasis pueden aparecer de la misma forma,
pero considerando a la perífrasis como una sola unidad: Te lo tengo que dar,
Tengo que dártelo.
 a veces pueden presentarse en construcción conjunta con to do s, mismo,
junto, solo,..: Todos ellos, Yo mismo, Contigo mismo, Vosotros juntos, Tú
solo,...
 en algunos casos pueden ser acompañados por un adjetivo, pero han de ir
siempre pospuestos a él: En la tienda entró un hombre, gordito él; ¡Pobrecita
ella!; ¡Muy listo tú!;...
Fórmulas de tratamiento
Tanto los personales como otras formas sustantivas son utilizadas por la lengua para
dirigirse a los intervinientes en el acto del habla: Dime tú qué quieres que haga yo ;
Dígame su Excelencia qué quiere que haga su servidor;... Entramos, pues, en lo que
suele denominarse como fórmulas de tratamiento , que se salen del uso normal en
muchos casos debido principalmente a la confusión del emisor respe cto al lugar que
ocupa dentro de la deixis personal. Así, son frecuentes los siguientes casos:

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 que se produzca una traslación de una persona a otra :


 de la primera persona a la tercera : El menda (= yo) no hace eso, Le saluda su
afectísimo amigo (=yo), El ab ajo firmante (=yo) solicita..., Este que os habla
(=yo)..., Uno (=yo) no hace nunca eso,...
 de la primera a la segunda: Con este ruido no oyes nada (en vez de o igo ),...
 de la segunda a la primera: ¿Cómo estamos (=estás), abuelo? , puede preguntar
el nieto.
 de la segunda a la tercera: ¿Qué va a tomar la señora? (puede preguntar el
camarero), Vuestra Ilustrísima considera...
 que se produzca un cambio de número dentro de la misma persona:
 Nos, el Rey, derogamos... (es el plural mayestático ).
 Consideramos este a sunto... (puede decir el conferenciante usando el plural
de modestia ).
 en otros casos se trata de meros dialectalismos como
 el voseo del español de América: Vos te quedás ahí.
 o el andalucismo referido al ustedes: Ustedes coméis mucho.
Leísmo, laísmo y loí smo
También ofrece particular interés la confusión que suele producirse en algunas zonas
dialectales entre los personales de tercera persona lo, los, la, las, le, les, que origina
tres fenómenos incorrectos:
 leísmo o incorrecta utilización de le, les : A Ana le vi ayer, Si le veo a Luisa, le
daré el regalo. La forma masculina lo puede ser sustituida por le c uando se
refiere a persona en situación de c omplemento directo ( A usted le vi, a Juan le
vi ,...), pero no la forma femenina la.
 laísmo o incorrecta util ización de la, las : A Ana la duele la mano, Si veo a
Luisa, la daré el regalo.
 loísmo o incorrecta utilización de lo, los : A Pedro lo duele la mano, Si lo veo a
Luis, lo daré el regalo.
Los posesivos
Los posesivos son la categoría morfológica que designa l a pertenencia a un poseedor
o a varios del sustantivo a que se refieren según una deixis de tipo personal. Sus
formas son las que se indican en el siguiente esquema:

Poco es lo destacable de los posesivos que no venga ejemplificado en el esquema que


nos sirve de guía. Si acaso, el hecho cierto de que son mucho menos utilizados en
castellano que en otros idiomas: He deja do el abrigo en casa (*He dejado mi abrigo

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en mi casa) , por lo que su abuso en nuestra lengua demuestra una mala traducción
si el texto base procede de o tra. No obstante, podría señalarse que:
Formas apocopadas
Las formas apocopadas sólo se refieren a un solo poseedor, except o las de tercera
persona, que pueden referirse también a varios. Suelen usarse fosilizadas en fórmulas
de tratamiento: Mi sargento, Su Ilustrísima,...
Formas neutras
Las formas neutras so n claramente sustantivos y no pronominalizaciones: si me
refiero a una casa o caserón de mi propiedad, por e jemplo, y la quiero mencionar con
posesivos, he de decir la mía como pronomi nalización femenina que sustituye a la
casa; el mío como pronominalización masculina que se refiere al caserón; y lo
mío como sustantivo neutro que no especifica si lo poseído es masculino o femenino,
sino una posesión neutralizada y, por ende, sustantiva.
Formas de tercera persona
Las formas de tercera persona coinciden para un solo poseedor y para varios.
Así, suyo se refiere a suyo de él, suyo de ella, suyo de usted, suyo de ellos, suyo de
ellas y suyo de ustedes. A veces s e produce la reduplicación de l a p osesión: su libro
de usted, su casa de ellos,... pero no puede decirse ni la casa *de nosotros o
vosotros ni nuestra casa *de nosotros o vosotros. A veces pueden perder su valor
posesivo, como en Llegó un general con sus galones y todo; o en Esta mujer tiene ya
sus buenos cuarenta años.
La forma "cuyo, a, os , as"
La forma cuyo fue incluida dentro de los alusivos relativos, y allí es donde tiene
cabida morfológicamente. No obsta nte, ha sido también mencionada a quí por guardar
semánticamente estrechísima relación con los posesivos. Así, en el mensaje El tendero
cuya tienda no abra será sancionado , la forma cuya concuerda con tienda pero se
refiere a la posesión del tendero: el tendero cuya tienda de él... Sea como fuere, la
coincidencia formal de cuyo, a, os ,as con la atípica forma de tercera persona suyo,
a, os, as es evidente.
Relación con los personales
La relación de los posesivos con los personales es bien clara en muchos aspectos,
y ello sin tomar en consideración que ambos son las categorías morfol ógicas
empleadas por el castellano para la expresión de la deixis personal:
 muchas formas posesivas y personales presentan lexema semejante : mío/mí,
vuestro/vosotros,...
 semánticamente, existe un correlato entre ellos : mío = de mí, vu estro = de
vosotros, suyo = de él, de usted,... Atendiendo a esto, ha de evitarse la
colocación pospuesta de los posesivos con respecto a los adverbios o
locuciones de lugar: *detrás mía, *enfrente nuestro,... pues en estos casos han
de ser sustituidos por el personal correspon diente precedido de
preposición: detrás de mí, enfrente de nosotros,... Es poco frecuente que en
esta construcción que comentamos aparezcan dos posesivos a la
vez: ¡Devuélveme mi fotografía tuya!
Modificación de los posesivos
Los posesivos pueden ser modificados por adverbios , como si admitiesen grado al
modo de los adjetivos: ¡Eres muy tuyo de hacer lo que quieras!; ¡Bi en vuestras que
son esas pruebas!; Es más mío que tuyo; Es una chica bastante suya.

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Los demostrativos
Los demostrativos son la categoría m orfológica encargada de señalar en la deixis
espacial la situación en que se encuentran los sustantivos a que se refieren. Su
paradigma es el siguiente:

El comportamiento de los demo strativos es bastante sistemático, por lo que


indicaremos únicamente es tas particularidades:
 las formas neutras son sustan tivos invariables: Eso es mentira, Eso son
mentiras. La forma esto es usada en construcción aislada en Esto... ¿Qué iba
yo diciendo? Pueden intervenir en las siguientes construcciones
nexuales: por eso, y eso que, con todo y con eso, y eso sí que no, esto es,...
 su colocación pospuesta al sustantivo añade un valor peyorativo : El niño ese,
La señora esta,...
 Este y aquel forman un especial correlato deíctico en el contexto que relega
a ese a la neutralizació n : Acabaron de entrar Juan, José y Pedro: e ste venía
vestido con pantalón y chaqueta; a quel con frac; José con gabardina.
 las formas femeninas y plurales, especialmente esas , aparecen en muchas
construcciones coloquiales: ...y en estas, asomó por la puerta ; ¿En esas
estamos?; ¡Conque esas tenemos!; ¡No me vengas con esas!; ¡Ni por esas!; ¡Esa
es otra!;...
El adverbio
El adverbio es la categoría morfológica usada por la lengua para indicar las diversas
circunstancias (lugar, tiempo, modo y cantidad) en que s e ha realizado la acción del
verbo, además de otras de tipo tonal (afirmación, negación y duda) e incluso nexual,
como se apreciará en el esquema 65 y en la explicación que iremos dando mientras
desgranamos su contenido haciendo como dos recorridos: uno de arriba hacia abajo
(para dilucidar qué relaciones guarda el adverbio con o tras categorías morfológicas)
y otro de izquierda a derecha ( para proceder a una clasificación semántica de los
mismos).
Relaciones con otras categorías
Si observamos primeramente el esquema "de arriba hacia abajo" podrá observarse
que las formas adverbiales se acercan sobremanera a algunas categorías morfológicas,
con las cuales guardan una estrecha relación:
Adverbio y adjetivo
Aunque las formas adverbiales son, frente a los adje tivos, un campo cerrado y poco
numeroso, guardan con ellos las siguientes relaciones:
 admiten sufijación tanto léxica (el diminutivo, por ejemplo: cerquita ) como
gramatical (el grado: prontísimo ).
 además, los adjetivos pueden ser modificados de modo grad ual (no exactamente
con el morfema de grado) me d iante la anteposición de un adverbio de
cantidad: muy alto, bastante alto, demasiado alto, poco alto,... , o de tiempo:
nunca contenta, siempre sola,... e incluso de modo: así de alto,
lamentablemente viejo, ... llegando en este último caso a producir

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construcciones fosilizadas: rematadamente loco, vilmente a sesinado,


tristemente célebre, estrechamente ligado a, celosamente guardado,...
 En el sentido expresado en el párrafo anterior, los adverbios se asemejan t ant o
a los adjetivos que pueden ser ta mbién modificados ellos mismos por otro
adverbio : muy pronto, demasiado deprisa, bastante cerca,...
 todos los adjetivos pueden ser convertidos en adverbios de
modo mediante dos procedimientos:
 la formación de un compue sto de adjetivo femenino + mente : ágilmente,
plácidamente,... Si aparecen dos o más formando unidad coordinada, sólo se le
añade el sufijo al último de ellos: alegre, cortés y plácidamente.
 la adverbialización de la forma "neutra" adjetival : si analizamos los
mensajes Juan corre rápido; Juana corre rápida; Los dos corren rápi dos y Las
dos corren rápidas , se apreciará que el adjetivo que complementa al verbo es
tal pues admite concordancia com p leta con el sujeto. Pero en el caso Juan corre
rápido; Juana corr e rápido; Los do s corren rápido y Las dos corren r ápido , se
ha producido una adverbialización del adjetivo (=rápidamente) que ha
convertido la forma que antes era adjetivo en un adverbio, pero no en su forma
masculina, sino en una forma que hemos de consid erar "neutra".
 incluso la colocación pospuesta a un sustantivo convierte a algunos
adverbios de lugar, tiempo o modo en adjetivos de ese sustantivo: calle arriba,
tierra adentro, río abajo, carretera adelante, años antes, minutos más tarde,
unos metros más allá, seis centímetros más acá, una familia bien, no me gustan
personas así,...
 algunos adverbios de tiempo en p osición antepuesta al sustantivo también
se convierten en adjetivos: El hoy Director del Museo, El entonces Presidente
del Gobierno,...
Adverbi o y nexos
Con las preposiciones y conjunciones (categorías a las que agruparemos
posteriormente bajo la denominación de "nexos") guardan tambié n los adverbios
evidente relación pues
 muchas locuciones prepositivas han sido formadas mediante la unión de
adverbios y pre posiciones: lejos de, antes de, después de, luego de... (No nos
referimos aquí al hecho de que los adverbios puedan ir precedidos de
preposición: por entonces, hasta ahora, desde hoy, para después, por a quí,
desde allí,...).
 poco frecuente es el caso de que equivalgan los adverbios a preposiciones
simples o propias , pero ocurre en mensajes como los siguientes: Voy donde
tu amigo (=con), Traba ja como ca marero (=de), Se vivía mal cuando la guerra
(=durante), y casos semejantes.
 muchos adverbios f orman parte integrante de nexos oracionales:
 nexos con adverbios de lugar : encima de que, aparte de que, de ahí que,...
 nexos con adverbios de tiempo : ya que no, ya...ya, ya que, tan pronto...como,
tan pronto como, mientras que, mientras tanto, después de, ahora que, luego,
luego de que, tan luego como, antes bien, antes...que, antes que, siempre y
cuando, siempre que, enseguida que,...
 nexos con adverbios de modo: así como, así...como, así pues, así que, así
como...así también, tanto es así que, o bien, an tes bien, bien...bien, pues bien,
bien que, no bien...cuando, mal que,...

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 nexos con adverbios de cantidad : además de que, no sólo...sino que también,


como también, así como...así también, sólo que, sólo si, sólo con que, por
muy...que, apenas...cuando, ape nas si,...
 nexos con adverbios de negación : como tampoco, y no, no obstante, que no,
ya que no, cuando no, quieras que no, no sea que, no bien...cuando,...

El adverbio y la pronominalización
El adverbio guarda una absoluta relación con la pronominalizació n, pues la práctica
totalidad de los adverbios equiv ale, en puridad, a una pronominalización de un
sintagma preposicional: así, el sintagma en la playa = aquí, el sintagma en el
momento actual = ahora, el sintagma de esta manera = así,... Esto viene a deci r que
los adverbios son otra suerte de p ronominalización muy semejante a los personales,
y muy especialmente los de lugar y tiempo, precisamente por hallarse tan inmersos y
de forma tan idéntica en la deixis castellana. Al hilo de lo que dijimos al hablar de los
alusivos en la lección anterior, el adverbio admitiría ser encuadrado dentro d e
una pronominalización de tercer grado . Cuando tienen este valor de
pronominalización pueden aparecer dobles, como si fuesen uno solo, pero por ello han
de ser del mismo tipo; ello ocurre con los cuatro tipos de circunstanciales, como los
de lugar: aquí arriba, ahí abajo, allá lejos, allí encima, aquí dentro,...; los de
tiempo: mañana tarde, ayer mañana, ahora después, todavía hoy, nunca jamás,...; los
de modo: así de bien , bien así, igual de mal, peor que regular,...; y los de
cantidad: poco más, mucho menos, bastante más, bastante menos,...
Adverbio y alusivos relativos
El adverbio también tiene una evidente relación con los alusivos relativos , ya que
las cuatro formas donde, cuando, como y cuanto son las mismas u homónimas en
ambas categorías. En esta misma lección incluimos ya los ejemplos correspondientes
en el esquema 59.
Clasificación de los adverbios
Si analizamos ahora el esquema que nos sirve de guía "de izquierd a a derecha" ,
podremos justificar la clasificación que de ellos realizamos: todos los adverbios
entendidos como tales tienen cabida en los siete grupos del esquema, sin necesidad
de abrir nuevas agrupaciones que, a veces, son irrisorias en otras gramáticas por
contener algunos grupos nuevos solamente una forma. Estos siete grupos que
proponemos pueden, a su vez, ser reunidos en otros dos mayores:
Circunstanciales
El grupo de los adverbios realmente circunstanciales se refiere a aquellos que
producen comple mentos circunstanciales de lugar, de tiempo, de modo y de
cantidad, así como oraciones inordinadas adverbiales de los mismos cuatro tipos,
como luego se verá en la Sintaxis. La prác tica to talidad de estos adverbios podría
aparecer en mensajes incompletos p roducidos como respuesta a oraciones
interrogativas parciales con las preguntas de dónde, cuándo, cómo y cuánto : ¿...?
Antes; Después; Aquí; Así; Bien; Demasiado;...
Tonales
Los adverbios incluidos en el grupo de los tonales difícilmente podrían ser
clasificados como circunstanciales ya que su significación es más tonal que
circunstancial en la oración en que intervienen: son los adverbios de afirmación,
negación y duda . Todos ellos podrían aparecer solos en mensajes incompletos
producidos como respuesta a cualquier interrogación total: ¿...? Sí; También; Tal vez;
No;...

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M aggi, A. - L os Deícticos

Locuciones adverbiales
Posee el castellano un sinnúmero de locuciones adverbiales para expresar las distintas
circunstancias con construcciones muy anquilosadas pero de muy abundante uso.
Algunas de ellas son las siguientes:
 de lugar: a campo traviesa,...
 de tiempo: de higos a brevas, jamás de los jamases, por siempre jamás, al
pronto, por de pronto,...
 de modo: a ciegas, ipso facto, a trancas y barrancas, así como así, así así,...
 de cantidad : de balde,...
 de afirmación: en efecto, eso sí,...
 de negación: nones, eso sí que no,...

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