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Universidad Nacional de Misiones – Facultad de Ciencias Económicas

Derecho Laboral y de la Seguridad Social


2017
CAPÍTULO SEGUNDO: DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL

PRIMERA PARTE: Seguridad Social

Unidad I: Consideraciones Generales

Antecedentes de la Seguridad Social:


Existen una serie de conceptos y etapas previas al surgimiento de la Seguridad Social en
los que podemos ver el tratamiento específico para las contingencias sociales y sus
consecuencias en los individuos. Tenemos entonces como antecedentes:
 Necesidades del Hombre: La vida del hombre está sometida a diversos
acontecimientos y riesgos que, una vez producidos, generan una necesidad que debe
ser atendida y satisfecha. En los comienzos del desarrollo humano el hombre estaba
sujeto a su propia suerte y a él individualmente le incumbía proveerse de los elementos
e instrumentos indispensables para satisfacer las necesidades más elementales como
la alimentación, el vestido y la vivienda. Con la evolución de la civilización y la cultura y
el desarrollo de la vida en sociedad, muchas necesidades del hombre pasaron a ser
compartidas con los demás miembros del cuerpo social; además las necesidades
fueron creciendo en número y en exigencia de reparación. Desde un principio se hizo la
distinción entre las necesidades cuya cobertura le correspondía exclusivamente al
individuo y aquellas en las cuales la sociedad asumía una responsabilidad a su
respecto, lo que fue variando a lo largo del tiempo.
 Asistencia Familiar: La responsabilidad de atender las necesidades de los demás
integrantes del grupo nació desde un comienzo en el seno de la familia y, aunque
incumbía a todos, estaba centrada en el jefe de familia (se cuidaba a los niños
enfermos y ancianos). Así, aparecen rudimentarias manifestaciones de previsión,
cuyas virtudes y prácticas se trasladaron al conjunto social generando la solidaridad
social, que es un sentimiento de fraternidad entre los hombres.
La asistencia de la familia ha perdido importancia con la progresiva asunción de la
protección social por parte del Estado. En la actualidad son evidentes las deficiencias
de la asistencia familiar principalmente por dos razones: los parientes obligados no
están en situación de asumir la carga; en las sociedades urbanas e industrializadas se
ve agrietarse la cohesión tradicional familiar.
 Asistencia Privada: Consiste en la benévola ayuda brindada al necesitado por personas
particulares inspiradas por un espíritu de caridad y beneficencia. Su carácter voluntario
pone en evidencia que se trata de una solución que no está en condiciones de
satisfacer plenamente el problema de seguridad económica; además, el necesitado
tiende a rechazar esta asistencia, pretendiendo ser protegido por el Estado. Con la
expansión de la protección social estatal, la asistencia privada pasó a tener un papel
secundario y de complemento.
 Ahorro: Constituye la forma más antigua y primaria de la previsión, con miras a
satisfacer necesidades futuras ciertas o imprevisibles. Consiste en la renuncia
deliberada a un consumo actual en vista de afrontar una necesidad futura. En el año
1823, durante el gobierno de Martín Rodríguez, se creó en Argentina la primera caja de
ahorro, con el objetivo de impulsar la previsión social. A pesar de que en muchos casos
el ahorro pueda ser muy beneficioso para la economía, desde el punto de vista de la
previsión social posee más inconvenientes que ventajas:
o Los más necesitados casi nunca pueden ahorrar para el futuro, dado que sus
ingresos no alcanzan ni para cubrir necesidades actuales o lo hacen
ajustadamente.
o Las contingencias sociales demandan una gran erogación, suma a la que
difícilmente pueda llegarse con el ahorro individual.
o La inflación es otro de los factores adversos, ya que anula el sacrificio realizado
para reunir la suma ahorrada.
 Mutualismo: Consiste en la ayuda recíproca que un grupo de personas acuerda en
prestarse con el objeto de afrontar contingencias determinadas o indeterminadas. Sus
integrantes realizan contribuciones a un fondo que constituye el basamento económico
de ese grupo, distribuyendo el riesgo y la responsabilidad dentro del mismo. Esta
ayuda se canaliza a través de las asociaciones mutuales, que son entidades sin fines
de lucro que desarrollan, en interés de sus afiliados, una acción de previsión.

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 Asistencia Social: Gran parte de la asistencia privada fue absorbida progresivamente
por la asistencia social, a medida que el Estado fue asumiendo un papel más activo en
la ayuda a los necesitados. Las prestaciones y asignaciones pueden variar según la
intensidad de la necesidad y las dificultades a superar, y en algunos casos el
beneficiario debe justificar el estado de sus recursos para acreditar su derecho a la
prestación. Podemos encontrar sus antecedentes en los siguientes hechos:
o La creación de la Oficina de Pobres en París, en 1554.
o La Ley de Isabel I (1563) y la Ley de Pobres “Poor Law” (1601), en Inglaterra.
o La Declaración de los Derechos del Hombre en 1793, como consecuencia de la
Revolución Francesa de 1789.
o La creación de la Casa de Niños Expósitos (1779) en la época del Virreinato en
nuestro país, institución asistencial destinada a amparar a las criaturas
abandonadas por sus padres. A partir de 1823 y hasta la actualidad depende
de la Sociedad de Beneficencia, fundada en ese año por Rivadavia.
 Previsión Social: Agrupa los medios e instrumentos tendientes a anticiparse a la
ocurrencia de hechos futuros generadores de necesidades sociales, distinguiéndolos
de la previsión individual y la colectiva. Se destaca por la incorporación de una nueva
técnica de protección frente a las contingencias sociales: el seguro social. Se diferencia
de la seguridad social principalmente por el método, ya que su desenvolvimiento fue
contingente, inconexo y disperso.
 Seguridad Social: La expresión fue utilizada por primera vez por Simón Bolívar, en
1819, en un discurso en el que dijo que “el sistema de gobierno más perfecto es aquel
que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor
suma de estabilidad política”. En su sentido actual, con mayor grado de precisión, la
expresión aparece por primera vez en la ley estadounidense Social Security Act,
sancionada en 1935. La locución gana amplia difusión al ser insertada en la Carta del
Atlántico, suscripta en 1941 entre el presidente de Estados Unidos Franklin Roosevelt y
el primer ministro inglés Winston Churchill, que plateaba a la seguridad social como
objetivo a alcanzar y a la que se adhirieron los países americanos en 1945. La difusión
de los planes de seguridad social, especialmente el Plan Beveridge (británico), dieron
al vocablo aceptación universal.
Resulta difícil delimitar el campo propio de la seguridad social. En su sentido más
amplio es asimilada como la “política de bienestar generadora de paz social”; abarca
los seguros sociales, la asistencia y la acción social, los programas de viviendas
populares, la promoción de la acción de las cooperativas y mutualidades, los
comedores populares, entre otros. En su sentido más restringido se acepta la
concepción de la OIT, que define a la seguridad social como “la protección que la
sociedad provee a sus miembros mediante una serie de medidas públicas contra la
necesidad económica y social que se produce por la cesación o sustancial reducción
de sus ingresos motivados por la enfermedad, maternidad, riesgos del trabajo,
desempleo, invalidez, vejez y muerte, la provisión de asistencia médica y subsidios a
las familias con hijos”. La OIT también definió al sistema de seguridad social como “un
conjunto de disposiciones legislativas, que crean un derecho a determinadas
prestaciones, para determinadas categorías de personas, en contingencias
especificadas”.

Evolución de la Seguridad Social a Nivel Mundial:


En la evolución de la Seguridad Social hubo una serie de hechos y personas importantes
que se destacaron en cuanto a las legislaciones propuestas. Tenemos:
 Otto von Bismarck: El origen histórico de la moderna seguridad social debe ubicarse en
la Alemania de fines del siglo XIX. El Manifiesto Comunista de 1848, redactado por
Marx y Engels, impulsó la conflictividad laboral y la rebelión social, fundando en 1864 la
Asociación Internacional de Trabajadores. El paso de una sociedad agraria a una
industrial generó una agitación obrera y social peligrosa; para detener y neutralizar esta
agitación Bismarck dictó, en 1869, una compleja reglamentación de las cuestiones de
trabajo, preludio de la creación del seguro social.
En 1881 Bismarck anunció su política de promover el bienestar de la sociedad, y
especialmente de los débiles y necesitados. En 1883 se creó el seguro de enfermedad
que incluía al de maternidad, en 1884 el de accidentes de trabajo y en 1889 el de vejez
e invalidez, puntos de partida de la seguridad social en el mundo. Este

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intervencionismo del Estado tenía una doble función: mejorar las condiciones de vida y
calmar las insistentes y crecientes demandas sociales. El Código de Seguros Sociales,
dictado en 1911, reunió a las leyes promulgadas por Bismarck y se complementó con
un régimen de seguro por invalidez y vejez (1911), un seguro por muerte (1911) y un
seguro de desempleo (1929). La influencia de la legislación alemana se sintió
rápidamente en toda la Europa continental.
 Social Security Act: La crisis económica y financiera de 1929 trastornó profundamente
la vida social norteamericana, adquiriendo el desempleo dimensiones catastróficas. El
presidente Franklin Roosevelt inauguró una nueva política llamada New Deal (nuevo
trato) que implicaba un Estado de Bienestar (Welfare State), insertando una cantidad
de medidas económicas y sociales, entre ellas la Ley de Seguridad Social de 1935. La
misma contenía medidas relativas al desempleo, disposiciones de política asistencial
en beneficio de diversas personas menesterosas e instituía un seguro social de vejez y
muerte para los trabajadores asalariados. Esta ley prefigura las políticas más
avanzadas de seguridad social, ya que incluía medidas de reparación y prevención,
aunque se advirtieron grandes vacíos en la cobertura de riesgos, debido a que no se
prevé un seguro obligatorio de enfermedad, ni la jubilación por invalidez, ni lo que hoy
denominamos pensión.
 Informe de Beveridge: En Gran Bretaña la National Insurance Act (Ley de Seguro
Nacional) de 1911 instituyó un seguro de salud, uno de invalidez y otro de desempleo,
sumados a la Old Age Pension Act (Ley de Pensión a la Vejez) de 1908, que otorgaba
pensiones alimentarias a los mayores de setenta años. En 1941, William Beveridge fue
convocado para realizar un estudio general del sistema de seguridad social en ese
país, elaborando un informe titulado Social Insurance and Allied Services (Seguro
Social y Servicios Conexos) que se dio a conocer a fines de 1942. Beveridge realizó un
análisis crítico de las imperfecciones del sistema vigente en Inglaterra: el conjunto
inconexo de normas tenía graves lagunas; solo comprendía a los trabajadores
asalariados y no a todos; algunas contingencias no eran cubiertas; la organización
administrativa del sistema era muy compleja. Las reformas propuestas fueron:
o Abarcar a toda la población.
o Proteger una amplia gama de contingencias, comprendiendo especialmente la
muerte y las cargas de familia.
o Prestaciones uniformes, tarifadas e idénticas.
o Unificación de todas las instituciones de seguros sociales en un único servicio
público, simplificando las formalidades y tramitaciones.
Así fue elaborado el primer “plan” orgánico de seguridad social, cuyos rasgos más
importantes fueron: protección uniforme a todos los integrantes de la sociedad; servicio
público unificado; estrecho ensamble entre la política de prestaciones y la política de
prevención. Entre 1945 y 1948 se dictaron cinco leyes básicas de la seguridad social
británica:
o La Family Allowances Act o Ley de Subsidios Familiares, de 1945.
o La National Insurance Act o Ley de Seguro Nacional, de 1946.
o La National Insurance (Industrial Injuries) Act o Ley de Accidentes de Trabajo,
de 1946.
o La National Health Service Act o Ley del Servicio Nacional de Salud, de 1946.
o La National Assitance Act o Ley Nacional de Asistencia, de 1948.
Más allá de esta transformación radical, el informe Beveridge ejerció una influencia
significativa en las tendencias mundiales en la materia durante la época de la
posguerra.
 Internacionalización de la Seguridad Social: La creciente mundialización de las
relaciones económicas, las migraciones de trabajadores, las empresas
transnacionales, los mercados comunes y los organismos regionales aceleraron el
surgimiento de un derecho de la seguridad social internacional, constituido por normas
sustantivas aprobadas por instrumentos internacionales, especialmente los convenios
de la OIT y tratados bilaterales o multilaterales de seguridad social; este derecho es
esencialmente territorial por lo que la extraterritorialidad está sujeta a la reciprocidad
internacional. Las cuestiones en materia de seguridad social que exigen un especial
tratamiento internacional son: igualdad de trato para nacionales y extranjeros;
conservación de los derechos adquiridos o en curso de adquisición; totalización de los
períodos de afiliación y cotización.

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Evolución de la Previsión Social en Argentina:


Los antecedentes del régimen jubilatorio argentino pueden verse en la época de la
Colonia, en la que existían jubilaciones y pensiones graciables otorgadas por la Corona
española a sus servidores. Los montepíos eran las instituciones encargadas de organizar la
previsión social para militares y funcionarios, y se apoyaban en la solidaridad mutualista; los
mismos sobrevivieron al cambio de autoridades de 1810, apareciendo por primera vez los
atributos del moderno seguro social: régimen legal, afiliación y aporte económico obligatorio de
los afiliados; desaparecen frente a los requerimientos económicos de las guerras de
independencia, que los dejaron sin efecto.
Hacia fines del siglo XIX surgen las primeras leyes jubilatorias para determinados grupos
de funcionarios y empleados de la Nación, que seguían siendo graciables o semi graciables
(sin necesidad de aportes previos). Recién en las leyes de presupuesto para los años 1901 a
1904 se dispuso deducir el 5% de los sueldos de los empleados públicos y de los jubilados en
concepto de aportes personales al fondo de jubilaciones.
En 1904 se dictó la “Ley N°4349 de Montepío Civil”, que estableció el primer régimen
orgánico de previsión social, iniciando la etapa moderna de la evolución de los sistemas
previsionales en Argentina. La misma se puede dividir en cinco períodos:
 PERÍODO 1. Primeros Regímenes Orgánicos por Actividades: La Ley N°4349 creó la
Caja Civil para los trabajadores que desempeñaban cargos permanentes en la
administración estatal y cuyas remuneraciones figuraban en el Presupuesto: docentes
y empleados del Consejo de Educación, empleados de bancos oficiales y de
ferrocarriles argentinos, magistrados judiciales y funcionarios con cargos electivos; así,
las instituciones pasaron de Montepíos a Cajas. Los fondos de las cajas tenían como
destino el pago de jubilaciones y pensiones a los afiliados aportantes. En 1912 el
diputado Carlos Carlés presentó un proyecto para incorporar al personal de los
ferrocarriles de empresas particulares a la Caja Civil; aunque el mismo no prosperó,
dejó planteada la idea de previsión social para empleados y obreros de empresas
privadas y de capital extranjero. Fue en 1919 cuando la Ley N°10.650 puso en
funcionamiento un nuevo régimen jubilatorio para el sector ferroviario, extendiendo la
previsión social a las empresas privadas.
Creación de Cajas Previsionales en el período 1904-1939
Año Ley Caja
1904 4.349 Caja Civil (empleados públicos).
Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones de Empleados
1915 9.653
Ferroviarios.
1919 10.650 Nuevo régimen jubilatorio para el Sector Ferroviario.
Caja Nacional de Jubilaciones, Pensiones y Subsidios para el
personal permanente de las empresas particulares de tranvías,
1921 11.110
teléfonos, telégrafos, gas, electricidad y radiotelegrafía con
autorización del Estado.
Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones de Empleados de
1923 11.232
Empresas Bancarias.
1929 11.575 Caja Nacional de Jubilaciones Bancarias.
1939 12.581 Caja de Jubilaciones y Pensiones de Periodistas.
Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros de la Marina Mercante
1939 12.612
Nacional.
 PERÍODO 2. Universalización de la Previsión Social: En 1944 comenzó un proceso de
expansión de los beneficios previsionales a toda la población trabajadora, incluidos los
trabajadores independientes y los propios empleadores; esta expansión se hizo sin
ninguna planificación y dio origen a normas dispersas e inconexas, con omisiones
importantes y tratamiento desigual. En ese mismo año el Decreto-Ley 10.424 creó el
Consejo Nacional de Previsión Social, apuntando a una reforma integral que ordenara
el sistema, proceso que se extendió hasta fines de la década del ’60. Durante todo ese
tiempo diversas leyes y decretos fueron incorporando a las distintas categorías
profesionales:
o Decreto-Ley 10.315/44: Incorpora a la Caja de Servicios Públicos a quienes
desempeñaban tareas permanentes o transitorias en instituciones médicas, las

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entidades profesionales o gremiales vinculadas a dichas actividades y las
entidades de socorro mutuo.
o Decreto-Ley 14.535/44: Ley orgánica de jubilaciones para periodistas.
o Decreto-Ley 23.682/44: Incorporación de los trabajadores de entidades de
seguros, reaseguros, capitalización y ahorro a la Caja Bancaria.
o Decreto-Ley 31.665/44: Ley orgánica de previsión para el personal del
comercio, las actividades afines y las civiles.
o Decreto-Ley 6.395/46: Ley orgánica de previsión para el personal de la marina
mercante, aeronáutica civil y actividades afines.
o Decreto-Ley 13.937/46: Incorporación de los obreros industriales.
o Ley N°14.067 (1951): Se incorporan obligatoriamente a la Caja de Servicios
Públicos el personal de empresas de transportes automotores colectivos de
pasajeros.
o Ley N°14.397 (1954): Establece un régimen único administrado por tres cajas
distintas para la jubilación de los profesionales, los empresarios y los
trabajadores independientes. Fue un hecho revolucionario.
o Ley N°14.399 (1954): Régimen previsional para trabajadores rurales.
o Decreto-Ley 11.911/56: Extiende el amparo jubilatorio al servicio doméstico.
o Ley N°14.588 (1958): Incorpora a los trabajadores gráficos a la Caja de
Jubilaciones y Pensiones de Periodistas.
El proceso se completó con dos leyes importantes: la Ley N°18.038 (1969) sobre
jubilación para trabajadores autónomos permitió la afiliación voluntaria de personas que
no realizaran actividad lucrativa alguna (transición de la previsión social para el
trabajador y su familia a una seguridad social para todos) y la Ley N°18.916 (1970) que
declaró expresamente que las amas de casa podían afiliarse voluntariamente al
régimen de trabajadores autónomos.
 PERÍODO 3. Reforma Administrativa y Uniformidad Legislativa: La Ley N°17.575 de
1968 otorgó a la Secretaría de Seguridad Social la conducción y supervisión del
Régimen Nacional de Seguridad Social. Además, estableció la unificación de los
distintos regímenes nacionales bajo la administración de tres cajas:
o Caja Nacional de Previsión para el Personal de la Industria, Comercio y
Actividades Civiles: Comprendía al personal bancario, de seguros, de comercio
y actividades civiles, servicio doméstico, industria, navegación, periodistas,
gráficos y trabajadores rurales.
o Caja Nacional de Previsión para el Personal del Estado y Servicios Públicos:
Comprendía al personal del Estado, ferroviario y de servicios públicos.
o Caja Nacional de Previsión para Trabajadores Autónomos: Comprendía a los
empresarios, profesionales y trabajadores independientes.
La unidad legislativa comienza a concretarse a fines de 1968 con dos leyes
fundamentales: la Ley N°18.037 que determinó un único régimen para los trabajadores
en relación de dependencia del sector privado y la Ley N°18.038 que determinó un
único régimen para los trabajadores autónomos, constituyendo el denominado Sistema
Nacional de Previsión Social (SNPS), el cual comprendía casi el 90% de la población
económicamente activa y estaba formado por esos dos grandes subsistemas. Aportar
era obligatorio para todo aquel que llevara a cabo una actividad laboral remunerada o
ejerciera en forma autónoma una actividad lucrativa. En ambas leyes se otorgaban las
siguientes prestaciones: jubilación ordinaria, por edad avanzada, por invalidez, pensión
por fallecimiento.
El Sistema Nacional de Previsión Social era administrado exclusivamente por el Estado
a través de los siguientes organismos: desde 1969 las tres Cajas Nacionales, desde
1990 por el Instituto Nacional de Previsión Social (sustituye a las cajas) y desde 1992
por la Administración Nacional de la Seguridad Social.
 PERÍODO 4. Crisis del Sistema: A mediados de la década del ’80 se comenzó a hablar
de la crisis del sistema: los ingresos no permitían cumplir con las prestaciones y las
mismas se alejaban cada vez más de los valores prometidos. Existía un problema de
financiamiento cuyas causas eran:
o Ausencia de una política social a largo plazo que fuera monitoreando el
sistema.
o Caída de la masa salarial provocada por el desempleo y el trabajo informal.
o Ausencia de efectivos controles sobre la evasión previsional.

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o Existencia de regímenes especiales con menores requisitos.
o Falta de oportunas correcciones a variables tales como edad y servicios
mínimos, para paliar o evitar el envejecimiento de la población (aumento de la
expectativa de vida y disminución de la natalidad).
o Políticas de reducción o supresión de las contribuciones patronales.
o Deficiente administración del sistema: atrasos en la tramitación de los
beneficios y otorgamiento de jubilaciones por invalidez en las que no se
controlaba adecuadamente el cumplimiento estricto de los requisitos legales.
o Proceso inflacionario.
A fines de la década del ’80 el promedio abonado a los pasivos representaba menos
del 40% de la remuneración promedio de los activos. Se generaron una serie de
reclamos administrativos y judiciales que implicaron deuda a favor de la clase pasiva.
 PERÍODO 5. Reforma del Sistema Previsional: En 1991 las autoridades comenzaron a
elaborar un Proyecto de Reforma Previsional que fue presentado al Congreso a
mediados de 1992; el mismo creaba un nuevo sistema para los trabajadores menores
de 45 años basado en la capitalización de sus aportes obligatorios, que serían
administrados por Sociedades Anónimas. Aunque el proyecto no fue aceptado, se
fueron introduciendo modificaciones hasta llegar a un sistema mixto con un
componente público y otro privado, permitiendo a los trabajadores el optar por uno u
otro. También se introdujo la figura de la prestación compensatoria, que implicaba el
reconocimiento de los aportes efectuados al sistema que se iría a derogar. En octubre
de 1993 se sanciona la Ley N°24.241, que derogaba las leyes 18.037 y 18.038 y
creaba el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJyP).
A la organización institucional de la recaudación y fiscalización de los recursos de la
Seguridad Social podemos resumirla en las siguientes entidades:
 Hasta 1990 la recaudación se encontraba a cargo de la Dirección Nacional de
Recaudación Previsional, que funcionaba en la órbita de la Secretaría de Seguridad
Social, dependiente del Ministerio de Bienestar Social y luego del Ministerio de Trabajo
y Seguridad Social.
 En 1990 se crea el Instituto Nacional de Previsión Social que tenía como objeto
recaudar y establecer las modalidades de recaudación de los aportes, contribuciones y
tributos destinados al financiamiento del régimen previsional.
 En 1992 se crea la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS),
organismo descentralizado en jurisdicción del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,
que quedó facultado para recaudar las cotizaciones del régimen previsional, el de
asignaciones familiares y el de subsidio por desempleo, y fiscalizar el cumplimiento de
las obligaciones pertinentes.
 En 1993 se encomienda al Ministerio de Economía la recaudación y fiscalización de los
recursos de la seguridad social, transfiriendo las funciones de la ANSeS a la Dirección
General Impositiva (hoy AFIP). La Administración Federal de Ingresos Públicos
contaba con dos Direcciones hasta 2001: la DGI y la DGA; en ese año se agrega la
Dirección General de los Recursos de la Seguridad Social (DGRSS).
 A fines del 2001 se crea el Instituto Nacional de los Recursos de la Seguridad Social,
dentro de la órbita del Ministerio de Economía, debido a la existencia de resultados
muy negativos en los procesos de recaudación. El INARSS comenzó a funcionar en
enero de 2002, conducido por un Director Ejecutivo y un Consejo de Administración
integrado por varios actores, entre ellos:
o La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
o La Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS).
o La Administración de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).
o Las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).
o Las Obras Sociales Sindicales.
o Las Obras Sociales del Personal de Dirección.

Contingencias Sociales:
Las contingencias sociales son eventos futuros e inciertos, circunstancias de la vida, que
provocan una necesidad económica que se traduce en una disminución o pérdida de los
ingresos habituales o en la generación de gastos adicionales o suplementarios para el hombre.
Las mismas constituyen el objeto de la seguridad social. Existen tres tipos de contingencias con
sus respectivas prestaciones:

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 Contingencias Biológicas: Incluyen:
o Maternidad/Nacimiento: Asistencia médica, internación para el alumbramiento y
atención del recién nacido.
o Vejez: Régimen jubilatorio, prestaciones por las Administradoras de Fondos de
Jubilaciones y Pensiones (AFJP) y beneficios para el cuidado de la salud.
o Muerte: Pensión y asistencia médica para los derechohabientes.
 Contingencias Patológicas: Incluyen:
o Enfermedades y Accidente Inculpables: Salarios a cargo del empleador y obras
sociales para la recuperación del trabajador.
o Accidentes de Trabajo y Riesgos Laborales: Cobertura completa, ingreso
mensual asegurado y asistencia médica.
o Estado de Invalidez: Jubilación por invalidez y asistencia médica.
 Contingencias Económico-Sociales: Incluyen:
o Cargas de Familia: Asignaciones familiares, asistencia médica mediante las
obras sociales.
o Desempleo: Salarios asegurados, asistencia médica y reconversión o
reubicación del trabajador.

Financiamiento de la Seguridad Social:


La organización y la gestión de las prestaciones que integran la seguridad social necesitan
de recursos para financiarlas. Desde la creación de los primeros sistemas la principal fuente
proviene de la aplicación de un gravamen sobre los grupos de personas directamente
beneficiados por dichas prestaciones. Cuando se utiliza esta fuente de financiamiento los
recursos provienen de: aportes de empleados y obreros, contribuciones de los empleadores y
aportes del Estado. Recaudados así estos recursos, pueden utilizarse dos criterios distintos de
financiamiento de las prestaciones de la seguridad social, especialmente del régimen de
jubilaciones y pensiones; ellos son:
 Sistema de Capitalización: Este método se basa en la contabilización de los aportes y
contribuciones realizados a favor de una persona durante toda su vida como trabajador
activo; en función de esos fondos (capital más intereses) se determina el importe del
beneficio que recibirá la persona. El monto a percibir podrá ser único o pagado en
forma de renta periódica (generalmente mensual) hasta la muerte del beneficiario,
siendo el beneficio transmisible a sus causahabientes.
 Sistema de Reparto: Es el utilizado en nuestro país. En este método las sumas
recaudadas por el Estado, provenientes de los aportes de los trabajadores activos y las
contribuciones de los empleadores, son distribuidas entre los beneficiarios pasivos. Es
frecuente que participe el Estado con sus aportes, sobre todo cuando existe obligación
legal de pagar determinados montos y lo recaudado no alcanza. Los aportes y
contribuciones de los interesados no constituyen la única fuente de financiamiento:
cada vez adquieren mayor importancia los impuestos (cigarrillos, tabaco, bebidas
alcohólicas, juegos de azar, combustibles) y también suelen afectarse otros recursos
que no tienen origen impositivo, como las rentas provenientes de las privatizaciones de
empresas públicas.

Financiamiento de la Seguridad Social en Argentina:


El Sistema Único de Seguridad Social (SUSS) está integrado por distintos subsistemas
que se diferencian por las contingencias cubiertas, la naturaleza de las prestaciones, los entes
gestores y las fuentes de financiamiento. Ellos son:
 Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones: Posee diversas fuentes de
financiamiento. Entre ellas tenemos:
o El aporte personal obligatorio de los trabajadores en relación de dependencia,
que es del 11% de su remuneración.
o La contribución a cargo de los empleadores, que es del 16% de la
remuneración de cada empleado. La misma también financia dentro de esos
porcentajes a la obra social, las prestaciones por desempleo, las políticas de
empleo y formación profesional, y las asignaciones familiares.
o El aporte personal obligatorio del trabajador autónomo, del 27% de la renta de
referencia o renta presunta.
o La recaudación del impuesto a los bienes personales no incorporados al
proceso económico y otros tributos de afectación específica.

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o Intereses, multas y recargos.
o Aportes voluntarios.
o Aportes convenidos.
 Régimen de Asignaciones Familiares: Está integrado por dos subsistemas:
o Subsistema Contributivo: Se financia con los siguientes recursos:
 Una contribución a cargo del empleador del 7,5% que se paga sobre el
total de las remuneraciones de los trabajadores.
 Una contribución del 7,5% a cargo del responsable del pago de las
prestaciones dinerarias derivadas de la Ley de Riesgos del Trabajo.
 Una contribución del 14% sobre los montos que sean abonados por los
empleadores a sus trabajadores en vales alimentarios o cajas de
alimentos expedidos o suministrados por parte de las empresas
autorizadas a tal efecto.
 Intereses, multas y recargos.
 Rentas provenientes de inversiones.
 Donaciones, legados y otro tipo de contribuciones.
o Subsistema No Contributivo: Se financia con los recursos del régimen
provisional público, es decir:
 Aportes personales de los afiliados.
 Contribuciones a cargo de los empleadores.
 El 16% de los aportes de los trabajadores autónomos.
 La recaudación del impuesto a los bienes personales no incorporados
al proceso económico y otros tributos de afectación específica.
 Recursos adicionales que fije el Congreso en la Ley de Presupuesto.
 Intereses, multas y recargos.
 Rentas provenientes de inversiones.
 Todo otro recurso que legalmente corresponda ingresar al régimen
provisional público.
 Subsistema de Riesgos del Trabajo: Las prestaciones dinerarias y en especie previstas
por la Ley de Riesgos del Trabajo se financian con una cuota mensual a cargo del
empleador asegurado, que debe ser declarada y abonada junto con los aportes y
contribuciones de la seguridad social. Si bien la recaudación está a cargo de la
Dirección General Impositiva (DGI), la fiscalización, verificación y ejecución
corresponde a cada Aseguradora de Riesgos de Trabajo. La base imponible tiene un
límite máximo de 75 veces el valor del Módulo Previsional (MOPRE) y en base a ella
será calculada la cuota mensual; la Superintendencia de Seguros de la Nación y la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo deben establecer los indicadores para que
las ART diseñen el régimen de alícuotas, reflejando siniestralidad presunta,
siniestralidad efectiva y permanencia del empleador en una misma ART; el régimen de
alícuotas debe ser aprobado por la Superintendencia de Seguros de la Nación.
 Sistema Integral de Prestaciones por Desempleo: Se financia mediante el fondo
nacional de empleo, creado por la Ley de Empleo N°24.013, cuya principal fuente de
recursos es la contribución patronal del 1,5% sobre la masa salarial del sector privado.
También aportan su integración las empresas de servicios eventuales mediante la
contribución del 3% de las remuneraciones pagadas por las mismas. Asimismo
contribuyen al fondo los aportes personales de los beneficiarios de prestaciones
previsionales que reingresen a la actividad.
 Subsistema de Obras Sociales: Posee carácter contributivo, por lo que está financiado
por aportaciones monetarias de los propios interesados impuestas obligatoriamente por
ley, fundamentalmente los aportes de los trabajadores, las contribuciones de los
empleadores, y los aportes de los jubilados y los beneficiarios de prestaciones no
contributivas. Las obras sociales también pueden recibir aportes y contribuciones
voluntarias adicionales.

Unidad II: Derecho de la Seguridad Social

Diferencias con el Derecho del Trabajo:


Aunque el Derecho de la Seguridad Social y el Derecho del Trabajo posean estrecha
vinculación, sus diferencias son significativas y se han ido profundizando con el desarrollo
económico, jurídico y social. Podemos ver las principales diferencias en:

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Aspectos Derecho Laboral Derecho de la Seguridad Social
Presupuesto Trabajo en relación de dependencia. Contingencias sociales.
sociológicos o
hecho social
Trabajadores-empleadores Toda persona aunque trabaje en
Asociaciones sindicales- forma autónoma o no trabaje
asociaciones profesionales porque se encuentre desempleada,
Sujetos
esté impedida transitoria o
permanentemente, o no se
encuentre en edad activa.
Trabajo en relación de dependencia, Definición y regulación de las
contrato de trabajo, instituciones que contingencias sociales cubiertas,
Contenido de
derivan de esta relación, negociación beneficiarios, prestaciones y
las normas
colectiva, conflictos de trabajo. organismos encargados de su
gestión.
Protección del trabajo dependiente Cobertura de las personas de las
Finalidades con el fin de equilibrar la desigualdad contingencias sociales que las
trabajador-empleador. pudieran afectar.

Fuentes del Derecho de la Seguridad Social:


De acuerdo con una tradicional distinción por largo tiempo aceptada en la teoría del
derecho, fuentes formales son los modos en que se manifiestan las normas jurídicas, mientras
que fuentes reales o materiales son todos los factores sociales, económicos, culturales,
valorativos, históricos, que han otorgado un determinado contenido concreto a esas normas.
Entre las fuentes formales del Derecho de la Seguridad Social pueden distinguirse
aquellas que son comunes a otras ramas del derecho y las que, por su particularidad, son
propias exclusivamente de esta rama, como manifestación de su especificidad y autonomía. En
este sentido son fuentes del Derecho de la Seguridad Social:
 Constitución Nacional: La Constitución de 1853 solo contenía una disposición que
podía ser considerada parte de un derecho de la seguridad social: entre las
atribuciones del Presidente de la Nación incluía “concede jubilaciones, retiros licencias
y goce de montepíos, conforme a las leyes de la Nación”; esta carencia de normas de
protección social era una manifestación de las concepciones individualistas y liberales
provenientes de la Revolución Francesa de 1789 y la Constitución Norteamericana de
1787. La Constitución de 1949, dictada durante el gobierno de Perón, contenía
numerosas disposiciones en materia de seguridad social pero fue anulada por el
movimiento militar de 1955. Fue la reforma de 1957 la que introdujo las principales
normas en materia de seguridad social que, con algunas variantes, se encuentran
actualmente en vigencia después de la reforma de 1994; el último párrafo del artículo
14 bis se refiere a los beneficios de la seguridad social, de carácter integral e
irrenunciable, que el Estado otorgará.
En cuanto a las facultades de la Nación y las provincias en la materia, el artículo 67 inc
11 de la Constitución de 1957 le otorga al Congreso de la Nación la atribución de
“dictar los códigos… del trabajo y seguridad social”; en su nueva enumeración, luego
de la reforma de 1994, el mismo agrega “en cuerpos unificados o separados”. El
artículo 126, luego de la reforma de 1994, conserva una disposición que ya tenía el
artículo 108 y prescribe que las provincias no pueden “dictar los Códigos Civil,
Comercial, Penal y de Minería, después de que el Congreso los haya sancionado. El
artículo 125, por su parte, establece: “las provincias y la Ciudad de Buenos Aires
pueden conservar organismos de seguridad social para los empleados públicos y los
profesionales”. La reforma de 1994, además, agregó al artículo 75 una norma con el
siguiente texto: “dictar un régimen de seguridad social especial e integral en protección
del niño en situación de desamparo, desde el embarazo hasta la finalización del
período de enseñanza elemental, y de la madre durante el embarazo y el tiempo de
lactancia.
Las principales normas enunciadas pueden resumirse en:
o Carácter Integral de los Beneficios de la Seguridad Social: La Constitución ha
pretendido impulsar al legislador a establecer una cobertura de contingencias
que sea amplia y total, sin especificar las contingencias que pretende amparar

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sino que abarcándolas globalmente en el principio de integralidad (vertical) y el
de universalidad (horizontal).
o Carácter Irrenunciable: Impone una obligatoriedad en los derechos que otorga
la seguridad social, que no admite una voluntad en contrario. Los mismos no
están en el comercio, no pueden transferirse, cederse ni renunciarse.
o Seguro Social Obligatorio: Aunque el debate de la Convención Constituyente
de 1957 fue algo confuso en este punto, es evidente que los legisladores
pretendieron distinguir entre los conceptos de “seguridad social” como un ideal
o fin y “seguro social” como medio o instrumento para su logro.
o Entidades Nacionales o Provinciales: Las entidades deben gozar de autonomía
financiera y económica, y ser administradas por los interesados con
participación del Estado. La facultad de legislar en materia de seguridad social
corresponde indudablemente a la Nación; pero queda el interrogante acerca
del alcance que cabe otorgar a la facultad de las provincias de crear entidades
provinciales de gestión de la seguridad social, ya que podría interpretarse que
sus potestades quedan reducidas a eso o que las entidades provinciales deben
llevar a cabo las prestaciones instituidas por el Congreso.
o Superposición de Aportes: La misma está prohibida, por lo que no se puede
aportar más que una cotización; si un mismo sujeto cumple diversas
actividades, cada una de ellas queda sometida a la obligación de soportar la
contribución. La Constitución no prohíbe la multiplicidad de aportes, sino la
superposición de los mismos.
o Sujetos Obligados al Aporte: La Constitución nada dice de los sujetos obligados
a la cotización. El alto tribunal, interpretándola, determinó que quienes
contribuyan deben ser sujetos razonablemente vinculados al sistema de
seguridad social y no terceros ajenos; la facultad legislativa de imponer
contribuciones que posibiliten financiar las cajas de previsión social satisface
las exigencias constitucionales cuando: entre los beneficiarios del régimen y
los obligados a contribuir medie una relación jurídica justificante o bien estos
últimos obtengan un beneficio concreto, específico y diferenciado, distinto del
interés común en el bienestar de un sector determinado de la población. La
solidaridad existe entre quienes practican una misma profesión.
o Jubilaciones y Pensiones Móviles: La Corte Suprema de Justicia de la Nación
interpretó que el artículo 14 bis no especifica el procedimiento a seguir para el
logro del objetivo propuesto en cuanto a evolución del haber, dejando librado el
punto al criterio del legislador. Agregó que la atención a los recursos
disponibles del sistema puede constituir una directriz adecuada para
determinar el contenido económico de la movilidad jubilatoria; la garantía de
movilidad de las prestaciones es un concepto pasible de ser moldeado y
adaptado a la evolución que resulta de las concepciones políticas, jurídicas,
sociales y económicas dominantes que imperan en la comunidad en un
momento dado.
 Declaraciones, Pactos y Convenciones Internacionales con Jerarquía Constitucional: El
artículo 75 inc 22 enumera diez declaraciones, pactos y convenciones internacionales
que poseen jerarquía constitucional y deben entenderse como complementarios de los
derechos y garantías reconocidos por la Constitución; algunos de ellos contienen
disposiciones relativas al Derecho de la Seguridad Social:
o Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948).
o Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).
o Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966).
o Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial (1967).
o Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra
la Mujer (1979).
o Convención sobre los Derechos del Niño (1989).
 Tratados Internacionales: Después de la reforma constitucional de 1994, los tratados
concluidos con las demás naciones y las organizaciones internacionales tienen
jerarquía superior a las leyes, por lo que constituyen fuente formal del Derecho de la
Seguridad Social en tanto contengan materias de su ámbito. Esto es particularmente
importante respecto de los convenios adoptados por la Organización Internacional del

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Trabajo (OIT) y ratificados por nuestro país, ya que su jerarquía tiene importantes
consecuencias prácticas para el orden jurídico interno: los mismos pueden dejar sin
efecto las disposiciones legales contrarias tanto anteriores como posteriores a su
ratificación, declarándose inconstitucionales. Nuestro país ha celebrado convenios de
seguridad social con países como España, Portugal, Chile, Uruguay, Perú, Brasil, Italia,
Grecia; estos convenios bilaterales consagran básicamente:
o La igualdad de derechos de los nacionales de ambas partes contratantes.
o La legislación aplicable cuando se han prestado servicios o se ha estado
afiliado a la seguridad social en ambos países.
o La totalización de los períodos de seguro cumplidos en ambos países.
o El pago a prorrata, según los tiempos computados, de los beneficios acordados
por los respectivos organismos de gestión.
o El pago de los beneficios sin quitas o deducciones por residencia en el
extranjero.
o La posibilidad de tramitar los beneficios mediante los respectivos organismos
de enlace que se instituyen.
Es frecuente la creación de comisiones mixtas de expertos con la finalidad de
intercambiar informaciones, elaborar acuerdos administrativos y resolver las cuestiones
de interpretación que se pudieran presentar. En 1978 fue suscripto en Quito el
Convenio Iberoamericano de Cooperación en Seguridad Social, aprobado por nuestro
país en 1979, destinado a la cooperación mutua relacionada con los seguros sociales,
la previsión social y la seguridad social en general.
 Convenios de la Organización Internacional del Trabajo: Como ya dijimos, los
convenios de la OIT están incluidos dentro de los tratados con organizaciones
internacionales y, por consiguiente, tienen jerarquía superior a las leyes. La República
Argentina ha ratificado gran cantidad de Convenios de la OIT relativos a materias de la
seguridad social, acerca de temas como desempleo, maternidad, indemnizaciones,
enfermedades profesionales, igualdad de trato, seguro de vejez, pensiones,
readaptación profesional, entre otros. En ocasiones, los mismos son acompañados por
recomendaciones, cuya función es la de servir de complemento del instrumento
principal; en el convenio se incluyen las disposiciones fundamentales y de principio, y
en las recomendaciones las disposiciones más detalladas que sirven para inspirar a los
gobiernos (sin carácter obligatorio).
 Leyes: Quedan comprendidas tanto las leyes específicas en materia de seguridad
social como son aquellas que regulan la cobertura de las contingencias sociales
amparadas por nuestro sistema legal, como aquellas leyes comunes, en especial las
normas de los códigos de fondo, que sirven como complemento para la delimitación de
conceptos jurídicos o las que remiten a disposiciones particulares. Los decretos de
necesidad y urgencia también se incluyen en este grupo de fuentes, siempre que se
originen como consecuencia de la existencia de circunstancias que hicieran imposible
seguir los trámites previstos para la sanción de leyes y no se trate de normas en
materia penal o tributaria (quedan excluidas las normas que refieren a aportes,
contribuciones y otros tributos destinados al financiamiento de las prestaciones, y las
que tipifiquen delitos para conductas vinculadas con la materia).
 Decretos: Están incluidos aquellos que establezcan instrucciones y reglamentos
necesarios para la ejecución de las leyes de la Nación, y también los dictados por
delegación legislativa.
 Convenios Colectivos de Trabajo: La negociación colectiva estuvo en el origen de
instituciones fundamentales de la seguridad social; al margen de esto las materias
propias que pueden ser objeto de negociación colectiva son limitadas e insuficientes,
ya que no son parte de los convenios los organismos administrativos de la seguridad
social y la convención colectiva pone de manifiesto las limitaciones de esta institución
para regular una materia en la que predominan las cuestiones de derecho público y en
las que el Estado tiene un interés directo y preponderante.
A pesar de que los empleadores no puedan proveer de ayuda económica a las
asociaciones sindicales, la Ley de Asociaciones Sindicales establece que los mismos
pueden hacer aportes, en el marco del convenio colectivo de trabajo, con destino a
obras de carácter social, asistencial, previsional o cultural, en interés y beneficio de los
trabajadores representados por la asociación. También la Ley de Riesgos del Trabajo
tiene como objetivo promover la negociación colectiva para mejorar las medidas de

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prevención y las prestaciones reparadoras. La Ley de Ministerios otorga al Ministerio
de Trabajo, Empleo y Seguridad Social la atribución de aprobar los convenios entre los
organismos competentes de la seguridad social y las asociaciones sindicales de
trabajadores y empleadores.
 Jurisprudencia: Es indudable que las sentencias de los jueces son fuentes del derecho
porque ellas inspiran a otros jueces, a los funcionarios administrativos, a los
legisladores y a los integrantes de la comunidad, llevándolos a actuar de una manera
similar en el futuro. En general, la obligatoriedad de la jurisprudencia es relativa; sin
embargo, en el Derecho de la Seguridad Social existen dos vertientes de decisiones
jurisprudenciales obligatorias, que constituyen a la jurisprudencia en una fuente
primordial de ese derecho:
o Los fallos plenarios de la Cámara Federal de la Seguridad Social, cuya
interpretación legal será obligatoria para la misma Cámara y para los jueces de
primera instancia respecto de los cuales sea tribunal de alzada.
o Los fallos de la Corte Suprema de Justicia, que serán de obligatorio
seguimiento por los jueves inferiores en las causas análogas.
 Doctrina: Comprende los estudios de carácter científico que los juristas realizan acerca
del derecho, ya sea con propósito puramente teórico de sistematización o con finalidad
de interpretar sus normas y señalar reglas de aplicación. Las obras doctrinales solo
pasan a formar parte del orden jurídico positivo cuando las justificaciones y las
conclusiones en ellas propuestas son recogidas por el Poder Judicial.
 Convenios de Corresponsabilidad Gremial: Se llevan a cabo entre las asociaciones
sindicales, las asociaciones de empresarios y los organismos competentes. Su objetivo
es adecuar las normas, métodos y procedimientos en materia de seguridad social a las
particulares características de las actividades profesionales o regionales, mientras que
no vulneren derechos o garantías especiales consagrados por los regímenes legales
de la seguridad social ni contraríen sus bases y principios generales. Hoy en día
perdieron significación como fuente del Derecho de la Seguridad Social.
 Resoluciones de las Agencias, Organismos o Entes Gestores: El titular de un derecho
subjetivo con fundamento en una norma de la seguridad social debe formular su
solicitud o reclamo ante un organismo, agencia o ente gestor, que es el obligado al
otorgamiento de la prestación; el mismo concederá o denegará el beneficio en tanto
considere o no reunidos los requisitos a los que la norma subordina el nacimiento del
derecho pertinente. Estas resoluciones están sujetas siempre a revisión judicial, pero
mientras no sean impugnadas y contengan fundamentos válidos van configurando una
suerte de jurisprudencia administrativa que se constituye en indudable fuente del
derecho.

Principios del Derecho de la Seguridad Social:


Los principios del Derecho de la Seguridad Social son distintos a los del Derecho Laboral,
debido a que el primero posee un sujeto más amplio. Podemos nombrar:
 Solidaridad: Dado que los vínculos entre los sistemas y subsistemas de la seguridad
social no son contractuales, toda la sociedad tiene la responsabilidad de asistir a
cualquiera de sus componentes que pueda sufrir contingencias sociales.
 Subsidiariedad: Este principio obliga al Estado a no abandonar su responsabilidad de
cubrir las posibles contingencias sociales, protegiendo a los diferentes sectores de la
sociedad. Esta obligación es indelegable y el Estado debe brindarla por sí o a través de
los órganos u organismos pertinentes.
 Universalidad: La cobertura social se extiende a todos los individuos y grupos de la
sociedad, no puede hacer diferenciaciones.
 Integridad: La cobertura debe neutralizar los efectos nocivos o negativos que son
consecuencia directa y/o indirecta de la existencia de la contingencia social.
 Igualdad: Se basa en el mandato constitucional “igualdad de trato en igualdad de
condiciones”. Todos quienes sufran las mismas contingencias sociales deberían recibir
la misma cobertura.
 Unidad de Gestión/Descentralización: La “unidad de gestión” se refería al deber de
garantizar la coordinación y conducción de la seguridad social desde un único mando
o dirección; debía ser regulada por una legislación única, y organizada y ejecutada por
medio de una estructura financiera y administrativa única. Sin embargo actualmente

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rige el principio de “descentralización”, ya que el Estado se reserva la determinación de
políticas y las facultades legislativa y judicial, transfiriendo diversos sistemas y
prestaciones a empresas privadas u organismos independientes de la estructura
estatal.

Unidad III: Vejez, Invalidez y Muerte. Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones

Ámbito de Aplicación Personal:


Los afiliados obligatorios al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones son, según lo
que establece la Ley N°24.241, las personas humanas mayores de 18 años de edad que se
encuentren comprendidas en alguna de las siguientes categorías:
 Personas que se desempeñan en relación de dependencia. Comprende a las que se
encuentran bajo contrato de trabajo o relación de empleo público; ellas son:
o Los funcionarios, empleados y agentes que en forma permanente o transitoria
desempeñen cargos, aunque sean de carácter electivo, en cualquiera de los
poderes del Estado nacional, sus reparticiones u organismos centralizados,
descentralizados o autárquicos, empresas del Estado, sociedades del Estado,
sociedades anónimas con participación estatal mayoritaria, sociedades de
economía mixta, servicios de cuentas especiales y obras sociales del sector
público, con exclusión del personal militar de las fuerzas armadas y del
personal militarizado o con estado policial de las fuerzas de seguridad y
policiales.
o El personal civil de las fuerzas armadas y de las fuerzas de seguridad y
policiales.
o Los funcionarios, empleados y agentes que en forma permanente o transitoria
desempeñen cargos en organismos oficiales interprovinciales, o integrados por
la Nación y una o más provincias, cuyas remuneraciones se atiendan con
fondos de dichos organismos.
o Los funcionarios, empleados y agentes civiles dependientes de los gobiernos y
municipalidades provinciales, a condición que previamente las autoridades
respectivas adhieran al SIJP, mediante convenio con el Poder Ejecutivo
Nacional.
o Las personas que en cualquier lugar del territorio del país presten en forma
permanente, transitoria o eventual, servicios remunerados en relación de
dependencia en la actividad privada.
o Las personas que en virtud de un contrato de trabajo celebrado, relación
laboral iniciada en la República, o de un traslado o comisión dispuestos por el
empleador, presten en el extranjero servicios en relación de dependencia en la
actividad privada, siempre que dichas personas tuvieran domicilio real en el
país al tiempo de celebrarse el contrato, iniciarse la relación laboral o
disponerse el traslado o comisión.
o En general, todas las personas que estuvieran comprendidas en el régimen
nacional de jubilaciones y pensiones por actividades no incluidas con carácter
obligatorio en el régimen para trabajadores autónomos.
 Personas que ejerzan actividades sin relación de dependencia. Entre ellas:
o Dirección, administración o conducción de cualquier empresa, organización,
establecimiento, explotación con fines de lucro o sociedad, aunque por esas
actividades no obtengan retribución, utilidad o ingreso alguno.
o Profesión desempeñada por graduado en universidad nacional, o en
universidad provincial o privada autorizada para funcionar por el Poder
Ejecutivo, o por quien tenga especial habilitación legal para el ejercicio de
profesión universitaria reglamentada.
o Producción o cobranza de seguros, reaseguros, capitalización, ahorro, ahorro y
préstamo, o similares.
o Cualquier otra actividad lucrativa no comprendida dentro de las actividades en
relación de dependencia.
 Personal Diplomático o Dependiente de Organismos Internacionales, Comprende a las
personas al servicios de las representaciones y agentes diplomáticos o consulares
acreditados en el país, así como también el dependiente de organismos internacionales
que preste servicios en la República, si de conformidad con las disposiciones y tratados

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vigentes resultan aplicables a dicho personal las leyes de jubilaciones y pensiones
argentinas.
 Socios de Sociedades. Existen casos en que los socios de sociedades no son
comprendidos obligatoriamente como personas en relación de dependencia; ellos son:
o Los socios de sociedades de cualquier tipo cuya participación en el capital sea
igual o superior al porcentual que resulte de dividir el número 100 por el
número total de socios.
o El socio comanditado único de las sociedades en comandita simple o por
acciones.
o Los socios de las irregulares o de hecho.
o Los socios de sociedades de cualquier tipo, cuando la totalidad de los
integrantes de la sociedad estén ligados por un vínculo de parentesco de hasta
el segundo grado de consanguinidad y/o afinidad.
Sin perjuicio de esto, cuando un socio quede incluido obligatoriamente como persona
en relación de dependencia, la sociedad y el socio estarán sujetos a las obligaciones
de aportes y contribuciones obligatorios por la proporción de la remuneración y
participación en las utilidades que el socio perciba y/o se le acrediten en cuenta, en la
medida que exceda el monto que le hubiera correspondido de conformidad con su
participación en el capital social.
Quedan exceptuados de la afiliación obligatoria los profesionales, investigadores,
científicos y técnicos contratados en el extranjero para prestar servicios en el país por un plazo
no mayor de dos años y por una sola vez, a condición de que no tengan residencia permanente
en la República y estén amparados contra las contingencias de vejez, invalidez y muerte por
las leyes del país de su nacionalidad o residencia permanente; la solicitud de exención deberá
ser formulada ante la autoridad de aplicación por el interesado o su empleador. Esta exención
no impedirá la afiliación a este sistema si el contratado y el empleador manifestaren su voluntad
expresa de hacerlo, o si el trabajador efectuare su propio aporte y la contribución
correspondiente al empleador. Las disposiciones precedentes no modifican las contenidas en
los convenios sobre seguridad social celebrados por la República con otros países, ni las de la
Ley Nº17.514 de Exención de Aportes y Contribuciones a la Caja Nacional de Previsión
Personal Bancario, para el Personal Brasileño empleado en el Banco do Brasil.
En relación a los afiliados voluntarios la Ley establece que pueden realizar la
incorporación voluntaria al SIJP las personas mayores de 18 años de edad, con las mismas
obligaciones y beneficios que corresponden a los afiliados obligatorios. La misma está
autorizada por ley para:
 Régimen de Trabajadores Dependientes: Pueden efectuar la incorporación:
o Los directores de sociedades anónimas por las asignaciones que perciban en
la misma sociedad por actividades especialmente remuneradas que configuren
una relación de dependencia.
o Los socios de sociedades de cualquier tipo que no resulten incluidos
obligatoriamente.
 Régimen de Trabajadores Autónomos: Pueden efectuar la incorporación:
o Los miembros de consejos de administración de cooperativas que no perciban
retribución alguna por esas funciones, socios no gerentes de sociedades de
responsabilidad limitada, síndicos de cualquier sociedad y fiduciarios.
o Los titulares de condominios y de sucesiones indivisas que no ejerzan la
dirección, administración o conducción de la explotación común.
o Los miembros del clero y de organizaciones religiosas pertenecientes al culto
católico apostólico romano, u otros inscriptos en el Registro Nacional de
Cultos.
o Los profesionales graduados en universidad nacional, o en universidad
provincial o privada autorizada para funcionar por el Poder Ejecutivo, o por
quien tenga especial habilitación legal para el ejercicio de profesión
universitaria reglamentada, y que por ello se encontraren obligatoriamente
afiliados a uno o más regímenes jubilatorios provinciales para profesionales,
como asimismo quienes ejerzan una profesión no académica autorizada. Esta
incorporación no modificará la obligatoriedad que emana de los respectivos
regímenes locales.

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o Las amas de casa que decidan incorporarse voluntariamente al Sistema
Integrado de Jubilaciones y Pensiones, en la categoría mínima de aportes y
pudiendo optar por cualquier otra categoría superior.
Acerca de las actividades simultáneas la ley establece que la circunstancia de estar
también comprendido en otro régimen jubilatorio nacional, provincial o municipal, así como el
hecho de gozar de cualquier jubilación, pensión o retiro, no eximen de la obligatoriedad de
efectuar aportes y contribuciones a este sistema, salvo en los casos expresamente
determinados. Las personas que ejerzan en forma simultánea más de una actividad con o sin
relación de dependencia, así como los empleadores en su caso, contribuirán obligatoriamente
por cada una de ellas.

Sistema Contributivo:
Aunque pueda financiarse con otras fuentes de recursos, el Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones es también un sistema contributivo porque se financia con el aporte
personal de los trabajadores en relación de dependencia, la contribución de los empleadores y
el aporte personal de los trabajadores autónomos.

Aportes y Contribuciones en el Régimen de Trabajadores Dependientes:


En la relación de dependencia tanto trabajadores como empleadores están obligados a
realizar aportes, en el primer caso, y contribuciones, en el segundo, con destino al SIJP,
calculados en base a la remuneración del trabajador; la misma es definida por la Ley N°24.241
como todo ingreso que percibiere el afiliado en dinero o en especie susceptible de apreciación
pecuniaria, en retribución o compensación o con motivo de su actividad personal en concepto
de sueldo, sueldo anual complementario, salario, honorarios, comisiones, participación en las
ganancias, habilitación, propinas, gratificaciones y suplementos adicionales que tengan el
carácter de habituales y regulares, viáticos, gastos de representación y toda otra remuneración,
cualquiera fuere la denominación que se le asigne, percibida por servicios ordinarios o
extraordinarios prestados en relación de dependencia.
La autoridad de aplicación determinará las condiciones en que los viáticos y gastos de
representación no se considerarán sujetos a aportes ni contribuciones, no obstante la
inexistencia total o parcial de comprobantes que acrediten el gasto. Las propinas y
retribuciones en especie de valor incierto serán estimadas por el empleador; si el afiliado
estuviera disconforme, podrá reclamar ante la autoridad de aplicación, la que resolverá
teniendo en cuenta la naturaleza y modalidad de la actividad y de la retribución; aun mediando
conformidad del afiliado, la autoridad de aplicación podrá rever la estimación que no
considerara ajustada a estas pautas.
Se consideran asimismo remuneración las sumas a distribuir a los agentes de la
administración pública o que éstos perciban en carácter de:
 Premio estímulo, gratificaciones u otros conceptos de análogas características. En este
caso también las contribuciones estarán a cargo de los agentes, a cuyo efecto antes de
proceder a la distribución de dichas sumas se deberá retener el importe
correspondiente a la contribución.
 Cajas de empleados o similares, cuando ello estuviere autorizado. En este caso el
organismo o entidad que tenga a su cargo la recaudación y distribución de estas
sumas, deberá practicar los descuentos correspondientes a los aportes personales y
depositarlos dentro del plazo pertinente.
La ley establece que no se consideran remuneración las asignaciones familiares, las
indemnizaciones derivadas de la extinción del contrato de trabajo, por vacaciones no gozadas y
por incapacidad permanente provocada por accidente del trabajo o enfermedad profesional, las
prestaciones económicas por desempleo, ni las asignaciones pagadas en concepto de becas.
Tampoco se considera remuneración las sumas que se abonen en concepto de gratificaciones
vinculadas con el cese de la relación laboral en el importe que exceda del promedio anual de
las percibidas anteriormente en forma habitual y regular. Existen una serie de conceptos no
remuneratorios que también se encuentran fuera del cómputo de la remuneración.
En cuanto a la base imponible, se establece un tope mínimo y un tope máximo de la
remuneración que está sujeta a aportes y contribuciones. El límite mínimo es el equivalente a
tres veces el valor del módulo previsional (MOPRE), actualmente de $2224,32; el límite máximo
es el equivalente a 75 veces el módulo previsional (MOPRE), hoy $72.289,62. El porcentaje
fijado por ley de los aportes personales que realicen los trabajadores en relación de
dependencia es del 11% y el de las contribuciones a cargo de los empleadores del 16%.

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Aportes en el Régimen de Trabajadores Autónomos:
El aporte personal de cada trabajador autónomo será del 27% sobre sus niveles de rentas
de referencia o rentas presuntas, calculadas en base a: la capacidad contributiva; la calidad de
sujeto o no en el impuesto al valor agregado; y, en su caso, su condición de responsable
inscripto, responsable no inscripto o no responsable en dicho impuesto. A cada categoría le
corresponde un importe de renta imponible mensual, que coincide con la renta de referencia.

Régimen Provisional Público:


El régimen provisional público vigente en nuestro país es un régimen de reparto asistido
basado en el principio de solidaridad. Como régimen de reparto asistido se entiende a aquel
que recibe la asistencia derivada del aporte de recursos que provienen de otras fuentes,
adicionales a los aportes y contribuciones, como impuestos, fondos obtenidos de
privatizaciones, recursos adicionales fijados en las leyes de presupuesto.
En cuanto a su financiamiento tenemos que el mismo se vale de los siguientes recursos:
 Aportes personales de los afiliados.
 Contribuciones a cargo de los empleadores.
 Dieciséis puntos de los veintisiete correspondientes a los aportes de los trabajadores
autónomos.
 Recaudación del impuesto sobre los bienes personales no incorporados al proceso
económico o aquel que lo sustituya en el futuro, y otros tributos de afectación
específica al sistema jubilatorio.
 Recursos adicionales que anualmente fije el Congreso de la Nación en la ley de
presupuesto.
 Intereses, multas y recargos.
 Todo otro recurso que legalmente corresponda ingresar al régimen provisional público.
La autoridad de aplicación, es decir, la encargada de la aplicación, recaudación,
fiscalización y ejecución judicial de los recursos de la seguridad social correspondientes a los
regímenes nacionales de jubilaciones y pensiones, será la Dirección General Impositiva (DGI),
que forma parte de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
La ley enumera una serie de prestaciones que incluye este régimen, y cuyos montos
pueden poseer límites mínimos y máximos; ellas son:
 Prestación Básica Universal (PBU): Los requisitos que deben reunir los afiliados al
régimen para tener derecho a acceder a la misma son:
o Edad: En el caso de los hombres haber cumplido 65 años de edad; en el caso
de las mujeres haber cumplido 60 años de edad, pudiendo optar por continuar
su actividad laboral hasta los 65 años.
o Servicios con Aportes: Se exige acreditar treinta años de servicios con aportes
computables (tanto del SIJP como de los regímenes anteriores); la ley autoriza
a compensar el exceso de edad con la falta de servicios, en proporción de dos
años de edad excedentes por uno de servicios faltantes. Se entiende por
servicios con aportes a:
 En el caso de actividades en relación de dependencia, los períodos
respecto de los cuales se hubieran devengado y retenido los aportes y
contribuciones correspondientes.
 En el caso de actividades autónomas, los períodos respecto de los
cuales se hubieran devengado e ingresado las pertinentes
cotizaciones.
También se puede acreditar servicios mediante declaración jurada, pero en
este caso existe un máximo de años a acreditar mediante esta forma en
función del año de cese del afiliado; por ejemplo, siete años para 1994 y 1995,
seis años para 1996 y 1997, cinco años para 1998 y 1999, cuatro años para
2000 y 2001, tres años para 2002 y 2003, dos años para 2004 y 2005, y un año
para 2006 y 2007.
o Prestación Única: Una misma persona no puede ser titular de más de una
Prestación Básica Universal.
o Haber de la Prestación: Para fijar el haber mensual se deberá tener en cuenta
las siguientes reglas o normas:
 Para los beneficiarios que acrediten 30 de servicios con aportes, el
haber será equivalente a dos veces y media el MOPRE.

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 Para los beneficiarios que acrediten más de 30 y hasta 45 años de
servicios, el haber se incrementará en 1% por año adicional sobre el
haber calculado anteriormente; la fracción mayor de seis meses será
computada como un año.
 Prestación Compensatoria (PC): Tiene, como su nombre lo dice, la finalidad de
compensar a los afiliados los años aportados al régimen de jubilaciones y pensiones
hasta el momento de entrada en vigencia del SIJP. Los requisitos que los afiliados
deben cumplir para recibir esta prestación son:
o Acreditar los requisitos para obtener la PBU.
o Acreditar servicios con aportes comprendidos en el sistema de reciprocidad
jubilatoria.
o No percibir retiro por invalidez, cualquiera fuere el régimen otorgante.
Las reglas para determinar el haber de la prestación (mensual) pueden variar en
diferentes situaciones, según:
o Totalidad de Servicios en Relación de Dependencia: El haber será equivalente
al 1,5% por cada año de servicio con aportes o fracción mayor de seis meses,
hasta un máximo de 35 años, calculado sobre el promedio de las
remuneraciones sujetas a aportes y contribuciones (sin incluir el SAC)
actualizadas y percibidas durante el período de diez años inmediatamente
anteriores a la cesación de servicios. No se computan los períodos en que el
afiliado hubiera estado inactivo, es decir, no hubiera percibido remuneración.
o Totalidad de los Servicios Autónomos: El haber será equivalente al 1,5% por
cada año de servicios con aportes o fracción mayor de seis meses, hasta un
máximo de 35 años, calculado sobre el promedio mensual de los montos
actualizados de las categorías en que revistó el afiliado pero a valores vigentes
al momento de la solicitud de la prestación.
o Servicios Mixtos: El haber se establecerá sumando el que resultes para los
servicios en relación de dependencia y el correspondiente a los servicios
autónomos, en forma proporcional para cada clase de servicios.
El haber máximo a percibir por el afiliado será equivalente a una vez el MOPRE por
cada año de servicios con aportes computados. Además, también es una prestación
única: una persona no puede ser titular de más de una Prestación Complementaria.
 Retiro por Invalidez: Los requisitos que deben cumplir los afiliados para acceder a este
beneficio son los siguientes:
o Poseer incapacidad física o intelectual en forma total (disminución del 66% o
más de su capacidad laborativa).
o No haber alcanzado la edad establecida para acceder a la jubilación ordinaria
ni se encuentren percibiendo la jubilación en forma anticipada.
La determinación de la invalidez se realizará por comisiones médicas, integradas por
cinco médicos que serán designados: tres por la Superintendencia de Administradoras
de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, y dos por la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo, seleccionados por concurso público de oposición y antecedentes; las mismas
contarán con la colaboración de personal profesional, técnico y administrativo.
En el cálculo del haber del retiro por invalidez se entenderá por ingreso base el valor
representativo del promedio mensual de las remuneraciones y/o rentas imponibles
declaradas hasta 5 años anteriores al mes en que se declare la invalidez del afiliado;
no se tendrán para el mismo los importes correspondientes al sueldo anual
complementario ni los importes que excedan el máximo fijado. El haber de la
prestación establecida será de: 70 % del ingreso base en el caso de los afiliados que
se encuentren efectuando regularmente sus aportes; 50 % del ingreso base, en el caso
de los afiliados que estuvieran cumpliendo en forma irregular con su obligación de
aportar pero conservaran sus derechos.
Para que los trabajadores autónomos se incorporen al SIJP deben someterse a un
examen médico previo, a los fines de determinar si padecen alguna incapacidad en el
momento de su afiliación. Si se estableciera que se encuentra incapacitado totalmente,
la afiliación no producirá efecto alguno a los fines de la obtención del retiro por
invalidez.
 Pensión por Fallecimiento: La misma puede surgir por el fallecimiento del afiliado en
actividad o por el fallecimiento del beneficiario. Los beneficiarios de esta pensión serán
los siguientes parientes del causante:

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o Viuda/o
o La/el conviviente, cuando el/la causante se hallase separado de hecho o
legalmente, o haya sido soltero, viudo o divorciado y hubiera convivido
públicamente en aparente matrimonio durante por lo menos 5 años
inmediatamente anteriores al fallecimiento; el plazo de convivencia se reducirá
a dos años cuando exista descendencia reconocida por ambos convivientes.
o El o la conviviente excluirá al cónyuge supérstite cuando éste hubiere sido
declarado culpable de la separación personal o del divorcio. En caso contrario,
y cuando el o la causante hubiere estado contribuyendo al pago de alimentos o
éstos hubieran sido demandados judicialmente, o el o la causante hubiera
dado causa a la separación personal o al divorcio, la prestación se otorgará al
cónyuge y al conviviente por partes iguales.
o Los hijos solteros, las hijas solteras y las hijas viudas, siempre que no gozaran
de jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva, salvo que optaren por
esta pensión, todos ellos hasta los 18 años de edad. La limitación a la edad no
rige si los derechohabientes se encontraren incapacitados para el trabajo a la
fecha de fallecimiento del causante o incapacitados a la fecha en que
cumplieran dieciocho 18 años de edad.
Se entiende que el derechohabiente estuvo a cargo del causante cuando concurre en
aquél un estado de necesidad revelado por la escasez o carencia de recursos
personales, y la falta de contribución importa un desequilibrio esencial en su economía
particular. La autoridad de aplicación podrá establecer pautas objetivas para determinar
si el derechohabiente estuvo a cargo del causante.
En el cálculo del haber de la pensión se entenderá por ingreso base el valor
representativo del promedio mensual de las remuneraciones y/o rentas imponibles
declaradas hasta 5 años anteriores al mes en que se produzca el fallecimiento; no se
tendrán para el mismo los importes correspondientes al sueldo anual complementario
ni los importes que excedan el máximo fijado. El haber de la prestación establecida
será de: 70 % del ingreso base en el caso de los afiliados que se encuentren
efectuando regularmente sus aportes; 50 % del ingreso base, en el caso de los
afiliados que estuvieran cumpliendo en forma irregular con su obligación de aportar
pero conservaran sus derechos.
 Prestación Adicional por Permanencia (PAP): Tiene por objeto incorporar al haber
mensual del beneficiario del régimen de reparto, la porción que corresponda en virtud
de los años aportados después de la vigencia del nuevo sistema. Esta prestación se
adiciona a la PBU y a la PC. En cuanto a los requisitos para acceder a la misma
tenemos los siguientes:
o Acreditar los requisitos para acceder a la PBU.
o No percibir retiro por invalidez, cualquiera fuera el régimen otorgante.
El haber mensual de la PAP se determina computando 0,85% por cada año de
servicios con aportes realizados al SIJP o fracción mayor de seis meses, hasta un
máximo de 35 años, calculado sobre el promedio de las remuneraciones sujetas a
aportes y contribuciones (sin incluir el SAC) actualizadas y percibidas durante el
período de diez años inmediatamente anteriores a la cesación de servicios. No se
computan los períodos en que el afiliado hubiera estado inactivo, es decir, no hubiera
percibido remuneración.
También se aplica la prestación única a este caso: una misma persona no puede ser
titular de más de una Prestación Adicional por Permanencia.
 Prestación por Edad Avanzada (PEA): Está destinada a dar cobertura a aquellas
personas que llegadas a cierta edad se ven imposibilitadas, por diversas razones, de
acreditar la totalidad de los servicios cumplidos a lo largo de su vida laboral. En cuanto
a los trabajadores comprendidos, la cobertura incluye a los trabajadores en relación de
dependencia y a los autónomos. Los requisitos que deben reunir los afiliados para
tener derecho a la obtención de la prestación son los siguientes:
o Edad: Haber cumplido 70 años de edad, cualquiera sea su sexo.
o Servicios: Acreditar diez años de servicios con aportes computables en uno o
más regímenes jubilatorios, con una prestación de servicios de por lo menos
cinco años con aportes durante el período de ocho inmediatamente anteriores
al cese de la actividad.

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o Antigüedad en la Afiliación de los Trabajadores Autónomos: Estos trabajadores
deberán acreditar, además, una antigüedad en la afiliación no inferior a 5 años.
El haber mensual de la prestación será equivalente al 70% de la PBU. El goce de
la PEA es incompatible con la percepción de toda jubilación, pensión o retiro civil o
militar, nacional, provincial o municipal. El retiro por invalidez y la pensión por
fallecimiento se otorgarán al afiliado o sus causahabientes cuando la edad del
afiliado no exceda de 65 años; en caso de ser mayor de 65 años e incapacitarse, el
afiliado tendrá derecho a la PEA.

Unidad IV: Régimen de Capitalización

NO SE ENCUENTRA VIGENTE

SEGUNDA PARTE: Sistema Legal Argentino

Concepto del Derecho de la Seguridad Social:


El Derecho de la Seguridad Social es el conjunto de normas jurídicas que regulan la
protección de las denominadas contingencias sociales, como la salud, la vejez, la
desocupación; se trata de casos de necesidad biológica, patológica y socio-económica.
Ampara al trabajador dependiente, al autónomo y también al desempleado de las contingencias
de la vida que pueden disminuir la capacidad de ganancias del individuo, materializándose
mediante un conjunto de medidas y garantías adoptadas en favor de los hombres para
protegerlos contra ciertos riesgos. Sus beneficiarios son todos los hombres y su objeto es
amparar las necesidades que dificulten su bienestar.

Fuentes del Derecho de la Seguridad Social:


Ver Seguridad Social – Unidad II.

Sujetos Comprendidos:
La ocurrencia de alguna de las contingencias sociales previstas por las normas de la
seguridad social suscita de inmediato el establecimiento de una relación jurídica
beneficiario/obligado. Sin embargo, con anterioridad al acaecimiento de esas contingencias, las
normas pueden disponer la constitución de relaciones jurídicas para que cada parte asuma los
recaudos y cumpla con los requisitos para que nazca el derecho y la obligación a la prestación.
Aparecen entonces dos partes o sujetos que se vinculan entre sí:
 Beneficiario o Protegido: Es el titular del derecho respectivo. Por lo general es una
persona humana, aunque puede también ser un grupo de personas (una familia o
determinado grupo de trabajadores). En principio, y de acuerdo a lo que establece el
artículo 14 bis de nuestra Constitución, los potenciales sujetos titulares de los derechos
de la seguridad social son “todos los habitantes de la Nación”; en cambio, algunas
declaraciones, pactos y convenciones con jerarquía constitucional se refieren con
mayor precisión a sujetos titulares específicos.
 Deudor o Gestor del Beneficio: Es el sujeto obligado al pago de la prestación al sujeto
titular del beneficio. Normalmente es una agencia, ente u otro organismo gestor,
público (Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; Administración Nacional de
la Seguridad Social) o privado (ART); en ocasiones, el obligado directo también puede
ser el empleador, a pesar de que la obligación no sea propia del contrato de trabajo
sino de la cobertura de contingencias sociales propias de la seguridad social.

Objeto de la Protección:
Contingencias Sociales. Ver Seguridad Social – Unidad I.

Relaciones con Otras Disciplinas:


El Derecho de la Seguridad Social se relaciona con muchas otras disciplinas. Dentro de
sus principales relaciones encontramos a las siguientes:
 Derecho del Trabajo: Está estrechamente vinculado con el Derecho de la Seguridad
Social, debido a que éste último surgió en las relaciones de trabajo. A pesar de que
estén muy ligados, poseen sustanciales diferencias en cuanto al hecho social que
comprenden, los sujetos, la finalidad y el contenido de las normas.

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 Derecho Administrativo: El Estado, por sí o por organismos específicos, es el
encargado de la cobertura de las contingencias sociales de cada uno de los
particulares; esas relaciones entre el Estado y los particulares se rigen por el Derecho
Administrativo.
 Ciencias Económicas: Para los profesionales en Ciencias Económicas, especialmente
los Licenciados en Administración de Empresas y los Contadores Públicos que
trabajarán en el ámbito de las empresas, es muy importante conocer las prestaciones
que posee el Estado como cobertura ante las contingencias sociales que puedan sufrir
los empleados y aquellas que deberá otorgarles el propio empleador.

Subsistemas de la Seguridad Social en Argentina:


En la República Argentina podemos encontrar tres subsistemas principales de la
Seguridad Social. Ellos son:
 Régimen Previsional: El Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP) es un
sistema contributivo público, que actualmente posee como único al régimen de reparto
asistido basado en el principio de solidaridad. Cubre las siguientes contingencias:
vejez, invalidez y muerte.
 Régimen de Asignaciones Familiares: Tiene como función compensar a los
trabajadores por los gastos que le pudieran ocasionar sus cargas de familia.
 Obras Sociales: Las obras sociales son entes autónomos que integran el Sistema
Nacional de Salud y son financiados con aportes del trabajador y contribuciones del
empleador. Su finalidad principal es la prestación del servicio de salud; aunque
prioritariamente destinen sus recursos a salud, también deben brindar otras
prestaciones sociales.

Régimen Previsional en Argentina:


Ver Seguridad Social – Unidades III y IV.

Régimen de Asignaciones Familiares:


Las asignaciones familiares son prestaciones no remunerativas que contempla el sistema
de seguridad social. Tienen como función compensar al trabajador por los gastos que le
pudieran ocasionar sus cargas de familia. Su pago se origina en las circunstancias familiares
de cada trabajador; al no integrar el salario, las mismas no están sujetas a aportes ni
descuentos previsionales, no tienen incidencia en el SAC, ni en las indemnizaciones, ni en las
diversas licencias.
En cuanto a la evolución del sistema en Argentina, podemos ver que fue regulado por
primera vez en 1956, con la creación de la asignación familiar por hijo a cargo, con una caja
compensadora conformada por aportes patronales. En 1957 se crean las Cajas de
Asignaciones Familiares para el Personal de Comercio y de la Industria. En 1964 el sistema se
extiende a las demás actividades. En 1968 se sanciona la Ley N°18.017, que rigió hasta la
creación de la Ley N°24.714 (vigente actualmente y regulada por decretos reglamentarios), en
el año 1996. En 1968 se incorporó a los trabajadores estatales, en 1974 a los jubilados y
pensionados, y en 1976 a los titulares de pensiones asistenciales por invalidez.
Los sujetos comprendidos son los trabajadores en relación de dependencia, los
beneficiarios de la Ley de Riesgos del Trabajo, los beneficiarios del Fondo Nacional de Empleo
y los beneficiarios del SIJP. Están excluidos los trabajadores del servicio doméstico, los
trabajadores en relación de dependencia con remuneración superior a cierto monto definido por
decreto, los trabajadores que presten servicios en zonas inhóspitas con remuneración superior
a cierto monto definido por decreto y los trabajadores informales que perciban una
remuneración superior al salario mínimo.
Entre las obligaciones del empleador encontramos: inscripción en el Sistema Único de
Registro Laboral; presentar la documentación solicitada por la ANSeS dentro de los plazos y de
acuerdo a las formalidades prescriptas; notificar a sus dependientes de manera fehaciente y
dentro de los 10 días hábiles posteriores a su ingreso, la obligación que tienen de denunciar y
acreditar ante la patronal toda circunstancia generadora del derecho a la percepción de
cualquiera de los beneficios previstos por el Sistema de Asignaciones Familiares; archivar toda
la documentación solicitada a los trabajadores y tenerla siempre a disposición de ANSeS ante
cualquier requerimiento; abonar a sus dependientes las asignaciones que le correspondan en
forma directa.

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Entre las obligaciones del trabajador encontramos: informar al empleador de cualquier
circunstancia que le genere derecho a percibir una asignación familiar, ya que si no lo hace
puede ser sancionado con la suspensión del pago de la asignación y la pérdida del derecho a
percibirla en forma retroactiva; informar cualquier circunstancia que genere el cese del derecho
a la percepción de una asignación que estuviere recibiendo; completar de manera fidedigna
toda la documentación y las declaraciones juradas que le sean entregadas para llevar a cabo el
trámite para la percepción de una asignación.
En relación al financiamiento del sistema, podemos ver que el mismo obtiene recursos de
la contribución obligatoria a cargo de los empleadores o de la ART, que es del 7,5% de la
remuneración bruta de cada trabajador. Además, ingresan otros recursos, como ser:
 Parte de los aportes de los trabajadores autónomos.
 La recaudación del Impuesto sobre los Bienes Personales no incorporados al proceso
económico y otros tributos de afectación específica a este régimen.
 Recursos provenientes de rentas generales de la Nación.
 Intereses, multas y recargos.
 Rentas provenientes de inversiones.
 Rendimientos anuales del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Sistema Integrado
Previsional Argentino.
 Todo otro recurso que corresponda ingresar al régimen de reparto.
En cuanto a la clasificación de las asignaciones familiares, podemos identificar tres
grandes grupos. Ellos son:
 Asignaciones de Pago Mensual:
o Asignación por Hijo: Consiste en el pago de una suma mensual por cada hijo
menor de 18 años que esté a cargo del trabajador, resida en el país, soltero,
propio, del cónyuge, matrimonial o extramatrimonial, aunque éste trabaje en
relación de dependencia. En caso de que los padres no vivan juntos, es
pagada al que ostente la tenencia de los hijos.
o Asignación por Hijo con Discapacidad: Es una suma mensual que se paga al
trabajador por cada hijo discapacitado que esté a su cargo, sin límite de edad,
a partir del mes en que se acredite tal condición ante el empleador.
o Asignación Prenatal: Consiste en una suma equivalente a la asignación por hijo
que se paga desde el momento de la concepción hasta el nacimiento del hijo.
La maternidad debe ser acreditada entre el tercer y el cuarto mes de embarazo
mediante certificado médico, y la trabajadora deberá tener antigüedad mínima
en su empleo de tres meses. La asignación corresponde a la trabajadora,
independientemente de su estado civil, y cesa por interrupción del embarazo;
puede ser percibida por el trabajador cuando su cónyuge o concubina no
trabaje en relación de dependencia o cuando su percepción por ella resulte
menos beneficiosa.
o Asignación por Maternidad: Consiste en una suma igual a la remuneración que
hubiera percibido la trabajadora en su empleo, que se paga durante el período
de licencia legal correspondiente. El goce de la misma requiere una antigüedad
mínima y continuada en su empleo de seis meses. La trabajadora percibe esta
asignación cualquiera sea su remuneración y, en caso de que la misma sea
variable, se toma el promedio de la de los últimos seis meses anteriores a la
licencia. Si el embarazo se produce sin vida la madre tiene igual derecho a
percibir esta asignación; también se paga en caso de que el embarazo se
interrumpa con un tiempo de gestación mínimo de 180 días.
o Asignación Especial a la Madre por Nacimiento de Hijo con Síndrome de Down:
Durante la licencia especial que se otorga en este caso (seis meses), la
trabajadora no percibe remuneraciones sino una asignación familiar cuyo
monto es igual a la remuneración que hubiera percibido si continuara
prestando servicios.
o Asignación Universal por Hijo (AUH): Es una prestación monetaria no
retributiva de carácter mensual que se abona a uno solo de los padres, tutor,
curador o pariente por consanguinidad hasta el tercer grado, por cada menor
de 18 años que se encuentre a su cargo o sin límite de edad cuando se trate
de un discapacitado, siempre que no estuviere empleado, emancipado o
percibiendo alguna otra prestación. El máximo acumulable es el importe
equivalente a 5 menores. Los requisitos para acceder a la misma son:

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 Que el menor sea argentino, hijo de argentino nativo o por opción,
naturalizado o residente, con residencia legal en el país no inferior a
tres años previos a la solicitud.
 Acreditar la identidad del titular del beneficio y del menor, mediante
Documento Nacional de Identidad.
 Acreditar el vínculo entre la persona que percibirá el beneficio y el
menor, mediante la presentación de las partidas correspondientes y en
los casos de adopción, tutelas y curatelas los testimonios judiciales
pertinentes.
 Acreditación de la condición de discapacidad, en su caso.
 Hasta los cuatro años de edad inclusive, deberá acreditarse el
cumplimiento de los controles sanitarios y del plan de vacunación
obligatorio. Desde los cinco años de edad y hasta los dieciocho años,
deberá acreditarse además la concurrencia de los menores
obligatoriamente a establecimientos educativos públicos.
 El titular del beneficio deberá presentar una declaración jurada relativa
al cumplimiento de los requisitos exigidos y a las calidades invocadas;
de comprobarse la falsedad de algunos de estos datos, se producirá la
pérdida del beneficio, sin perjuicio de las sanciones que correspondan.
 Asignaciones de Pago Anual:
o Asignación para Ayuda Escolar Anual para la Educación Básica y Secundaria:
Consiste en el pago de una suma de dinero que se hace efectiva en el mes de
marzo de cada año, al comienzo del ciclo lectivo. Se paga por cada hijo que
concurra regularmente a establecimientos de Educación Inicial, Primaria o
Secundaria fiscalizados por la autoridad educacional; también incluye a la
educación diferencial.
 Asignaciones de Pago Único:
o Asignación por Nacimiento: Consiste en una suma de dinero que se paga en el
mes que se acredite el nacimiento del hijo ante el empleador. Para su goce
requiere de una antigüedad mínima y continuada en el empleo de seis meses a
la fecha del nacimiento. En caso de alumbramientos múltiples se paga una
asignación por cada hijo nacido.
o Asignación por Adopción: Consiste en una suma de dinero que se paga al
trabajador en el mes en que acredite dicho acto ante el empleador. Se requiere
de antigüedad mínima y continuada en el empleo de seis meses.
o Asignación por Matrimonio: Consiste en una suma de dinero que se paga en el
mes en que el trabajador acredita su matrimonio en forma fehaciente ante el
empleador. Requiere de una antigüedad mínima y continuada en el empleo de
seis meses. Se paga a ambos contrayentes.
Los beneficiarios del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), perciben las
asignaciones por cónyuge, hijo, hijo con discapacidad y la asignación por ayuda escolar anual
para la educación básica y secundaria.
Los montos vigentes a partir de marzo del 2017 son:

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Obras Sociales:
Las obras sociales son entes autónomos que integran el Sistema Nacional de Salud y son
financiados con aportes del trabajador y contribuciones del empleador. Su finalidad principal es
la prestación del servicio de salud; aunque prioritariamente destinen sus recursos a salud,
también deben brindar otras prestaciones sociales.
En relación a los sujetos comprendidos en este régimen y que interactúan entre sí, la Ley
N°23.660 establece los siguientes:
 Obras Sociales: Se incluyen:
o Las obras sociales sindicales correspondientes a las asociaciones gremiales de
trabajadores con personería gremial.
o Los institutos de administración mixta, las obras sociales y las reparticiones u
organismos que, teniendo como fines la prestación del servicio de salud y otros
beneficios, hayan sido creados por leyes de la Nación.

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o Las obras sociales de la administración central del Estado Nacional y sus
organismos autárquicos y descentralizados.
o Las obras sociales de las empresas y sociedades del Estado.
o Las obras sociales del personal de dirección y de las asociaciones
profesionales de empresarios.
o Las obras sociales constituidas por convenio con empresas privadas o
públicas.
o Las obras sociales del personal civil y militar de las Fuerzas Armadas, de
seguridad, Policía Federal Argentina, Servicio Penitenciario Federal y los
retirados, jubilados y pensionados del mismo ámbito, cuando adhieran en los
términos que determine la reglamentación.
o Toda otra entidad creada o a crearse que tenga como fin la prestación del
servicio de salud y otros beneficios.
 Beneficiarios: Se dividen en dos grupos:
o Titulares: Entre ellos encontramos:
 Trabajadores en Relación de Dependencia: Comprende a los
trabajadores en relación de dependencia, sea en el ámbito privado o
en el sector público del Poder Ejecutivo o en sus organismos
autárquicos y descentralizados; en empresas y sociedades del Estado,
en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y en el Territorio
Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
 Jubilados y Pensionados: Comprende a los nacionales y a los del
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
 Beneficiarios de Prestaciones No Contributivas.
o No Titulares: Entre ellos encontramos:
 Grupo Familiar Primario: Está integrado por el cónyuge del afiliado
titular; los hijos solteros hasta los 21 años no emancipados; los hijos
solteros mayores de 21 años y menores de 25 años que estén a
exclusivo cargo del afiliado titular y cursen estudios regulares
oficialmente reconocidos por la autoridad competente; los hijos
incapacitados y a cargo del afiliado titular sin límite de edad; los hijos
del cónyuge; los menores cuya guarda y tutela haya sido acordada por
autoridad judicial o administrativa.
 Convivientes y Beneficiarios a Cargo del Afiliado Titular: Incluye a las
personas que convivan con el afiliado titular y reciban del mismo
ostensible trato familiar. Los requisitos para ser admitidos como tales
son: acreditación del vínculo; que no resulte beneficiario titular o
familiar de alguna obra social; en el caso de menores, que no hubiesen
cumplido la edad mínima legal para trabajar, lo hayan hecho pero
estén cursando estudios regulares o se encuentren incapacitados; en
el caso de mayores, poseer más de 60 años de edad.
En relación a la extensión del beneficio, la ley establece que el carácter de beneficiario
se mantiene mientras exista el contrato de trabajo y la relación de empleo público, y el
trabajador perciba la remuneración de su empleador. Frente a la misma existe una
serie de excepciones en las que se mantiene el carácter de beneficiario:
o En caso de extinción del contrato de trabajo, los trabajadores que se hubieran
desempeñado en forma continuada durante más de tres meses mantendrán su
calidad de beneficiarios durante un período de tres meses, contados de su
distracto, sin obligación de efectuar aportes.
o En caso de interrupción del trabajo por causa de accidente o enfermedad
inculpable, el trabajador mantendrá su calidad de beneficiario durante el plazo
de conservación del empleo sin percepción de remuneración, sin obligación de
efectuar aportes.
o En caso de suspensión del trabajador sin goce de remuneración, éste
mantendrá su carácter de beneficiario durante un período de tres meses. Si la
suspensión se prolongare más allá de dicho plazo, podrá optar por continuar
manteniendo ese carácter, cumpliendo con las obligaciones del aporte a su
cargo y de la contribución a cargo del empleador.
o En caso de licencia sin goce de remuneración por razones particulares del
trabajador, éste podrá optar por mantener durante el lapso de la licencia la

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calidad de beneficiario cumpliendo con las obligaciones de aportes a su cargo
y contribución a cargo del empleador.
o Los trabajadores de temporada podrán optar por mantener el carácter de
beneficiarios durante el período de inactividad y mientras subsista el contrato
de trabajo cumpliendo durante ese período con las obligaciones del aporte a su
cargo y de la contribución a cargo del empleador.
o En caso que el trabajador deba prestar servicio militar obligatorio por llamado
ordinario, movilización o convocatorias especiales, durante el período que
aquél no perciba remuneración por esta causa mantendrá la calidad de
beneficiario titular, sin obligación de efectuar aportes.
o La mujer que quedare en situación de excedencia podrá optar por mantener su
calidad de beneficiaria durante el período de la misma, cumpliendo con las
obligaciones del aporte a su cargo y de la contribución a cargo del empleador.
o En caso de muerte del trabajador, los integrantes de su grupo familiar primario
mantendrán el carácter de beneficiarios, por el plazo de tres meses y sin
obligación de efectuar aportes. Una vez vencido dicho plazo podrán optar por
continuar en ese carácter, cumpliendo con los aportes y contribuciones que
hubieren correspondido al beneficiario titular.
El financiamiento de las obras sociales se realiza con los aportes y contribuciones de los
integrantes del sistema. Los empleadores tienen a su cargo una contribución del 6% sobre la
remuneración de cada trabajador y, en caso de pluriempleo, deben ser comunicados para
aportar todos a la misma obra social; los trabajadores deben aportar el 3% de su remuneración,
como regla general, y un adicional de 1,5% por cada beneficiario a cargo del titular.
En cuanto a las prestaciones obligatorias, tenemos que todas las Obras Sociales y
Asociaciones de Obras Sociales del Sistema Nacional deberán incorporar como prestaciones:
 La cobertura para los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos de las
personas infectadas por algunos de los retrovirus humanos y los que padecen el
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y/o las enfermedades intercurrentes.
 La cobertura para los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos de las
personas que dependan física o psíquicamente del uso de estupefacientes.
 La cobertura para los programas de prevención del SIDA y la drogadicción.
 Las prestaciones incluidas en el Sistema de Prestaciones Básicas en Habilitación y
Rehabilitación Integral de personas con discapacidad. Ellas son:
o Prestaciones preventivas.
o Prestaciones de rehabilitación.
o Prestaciones terapéuticas educativas.
o Prestaciones educativas.
o Prestaciones asistenciales.
 Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable. Incluye la prevención
de embarazos no deseados, del aborto y de enfermedades de transmisión sexual, por
medio del acceso a orientación, métodos y prestaciones de servicios.
 70% de descuento en medicamentos destinados a patologías crónicas, tanto como la
cobertura en medicamentos contra la diabetes en un 100%.
 Atención de la obesidad mórbida (cirugía bariátrica).
Los beneficiarios titulares tienen el derecho de opción, lo que significa que al inicio de la
relación laboral los trabajadores podrán optar por la obra social que les parezca más
conveniente. Las entidades deben admitir la afiliación de todo beneficiario titular del Sistema
Nacional de Seguro de Salud que así lo solicite; además no podrán decidir unilateralmente la
baja de ningún afiliado. Una vez elegida la obra social, el trabajador puede cambiarse, trámite
personal de por medio, una vez al año calendario, y el cambio se hace efectivo el primer día del
tercer mes posterior a la presentación de la solicitud

Seguro de Desempleo:
El seguro de desempleo es un tipo de seguro que protege a los trabajadores que están sin
empleo por medio de un sistema integral de prestaciones por desempleo y un servicio de
formación, empleo y estadísticas. Para financiar esas prestaciones se creó el Fondo Nacional
de Empleo, que tiene como objeto cubrir y amparar la contingencia social del desempleo y
brindar un subsidio transitorio a quienes han perdido su ocupación por causas que no les son
imputables. El seguro de desempleo es cobrado por los trabajadores en relación de
dependencia cuyo contrato se rija por la Ley de Contrato de Trabajo, despedidos sin justa

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causa, por disminución de trabajo o por quiebra del empleador, que soliciten el pago del
subsidio ante la ANSeS; no lo perciben los despedidos con justa causa, quienes hayan
renunciado o si el contrato de trabajo se extinguió por mutuo acuerdo.
El plazo para presentar la solicitud del beneficio es de 90 días a partir del cese de la
relación laboral. Los requisitos a cumplir son los siguientes:
 Estar en situación legal de desempleo y estar dispuesto a ocupar un puesto adecuado.
 Estar inscripto en el Sistema Único de Registro Laboral o en el Instituto Nacional de
Previsión Social.
 Haber aportado al Fondo Nacional de Empleo por un período mínimo de seis meses
durante los tres años anteriores al cese del contrato de trabajo que originó el estado de
desempleo.
 Si el trabajador fue contratado por una empresa de servicios eventuales habilitada,
haber aportado durante un período mínimo de noventa días durante los doce meses
anteriores al cese de la relación y posterior estado de desempleo.
 No percibir beneficios previsionales o prestaciones no contributivas.
 Haber solicitado el beneficio de la prestación en tiempo y forma.
El tiempo total de la prestación está vinculado al período de cotización de los tres años
anteriores al cese del contrato de trabajo que originó la situación de desempleo. Tenemos que:
Período de Cotización Duración de las Prestaciones Cuantía de la Prestación
50% de la remuneración
De 6 a 11 meses 2 meses neta, normal y habitual de los
últimos seis meses. Mínimo
De 12 a 23 meses 4 meses $1875; Máximo $3000.
Ídem anterior. A partir de la
De 24 a 35 meses 8 meses
5° se paga el 85% de la 1°.
Ídem anterior. A partir de la
36 meses o más 12 meses
8° se paga el 70% de la 1°.
La extinción del beneficio se da por diferentes causas:
 Agotamiento del plazo previsto.
 Obtención de beneficios previsionales o prestaciones no contributivas.
 Celebración de un contrato de trabajo por un plazo mayor a 12 meses.
 Obtención del beneficio por medio del fraude, simulación o reticencia.
 Recepción de la prestación existiendo causal de suspensión.
 Ocultación de la percepción de gratificaciones.
 Negación ante el ofrecimiento de empleos.
En relación al financiamiento del Fondo Nacional de Empleo, tenemos que el mismo
obtiene recursos de las contribuciones que realizan los empleadores del 1,5% sobre el total de
la masa salarial que les corresponde; las empresas de servicios eventuales deben aportar el
3% sobre la masa salarial de sus empleados. Este fondo financia, además de las prestaciones
por desempleo, programas y proyectos tendientes a la generación de empleo: existe un Seguro
de Capacitación y Empleo que tiene como objeto brindar apoyo a los trabajadores
desocupados en la búsqueda activa de empleo, en la actualización de sus competencias
laborales y en su inserción en empleos de calidad; el mismo busca la formación profesional,
entrenamiento laboral, orientación y apoyo en la búsqueda de empleo e inserción laboral.

Personas Discapacitadas:
Se denomina discapacitados a aquellas personas que posean una alteración funcional
permanente o prolongada, motora, sensorial o mental, que en relación a su edad y medio social
implique desventajas considerables para su integración familiar, social educacional o
laboral; no pueden desarrollar ciertas tareas pero pueden realizar otras. La normativa
tiende a su integración en el mercado laboral, otorgándoles ventajas a las empresas que
deciden su contratación. Existen distintos programas de inserción laboral para este tipo de
trabajadores.

Profesional de Ciencias Económicas:


El régimen provisional de los Profesionales de Ciencias Económicas en nuestra provincia
se rige por la Caja de Profesionales de Ciencias Económicas de Misiones (CAPROCE), un ente
público no estatal con personería jurídica y autonomía financiera, económica y funcional, cuyo
principal objetivo es satisfacer las necesidades de seguridad social a sus afiliados; está

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administrada íntegramente por sus afiliados y financiada exclusivamente con sus aportes. La
misma comprende a todos los profesionales en Ciencias Económicas que estén matriculados
en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Misiones (CPCE) y ejerzan su actividad
profesional independiente en el ámbito territorial de la Provincia de Misiones, cualquiera sea su
lugar de residencia. Para estas personas afiliación es obligatoria y automática, sin necesidad
de trámite de inscripción alguno; también pueden afiliarse de manera voluntaria los
profesionales que se encuentren en relación de dependencia.
Los profesionales realizan aportes periódicos y, con esas cuotas, se constituye una cuenta
de capitalización individual a cuyo saldo va a tener derecho a acceder a la edad de jubilarse,
mediante una renta vitalicia o retiro fraccionario si no alcanzara los valores mínimos
preestablecidos. Con estos recursos, la CAPROCE brinda los siguientes beneficios:
 Jubilaciones: Incluye jubilación ordinaria y por invalidez.
 Pensiones: Incluye pensión por muerte del afiliado en actividad y retiro de fondos por
muerte del afiliado sin beneficiario.
 Prestaciones Médico-Asistenciales: Posee convenios con distintas empresas de
medicina prepaga del medio local para otorgar cobertura de prestaciones médico-
asistenciales a sus afiliados.
 Préstamos: Otorga préstamos personales presentando mínimos requisitos y a una tasa
preferencial a sus afiliados.

TERCERA PARTE: Accidentes y Enfermedades del Trabajo

Infortunios del Trabajo. Reseña Histórica:


En 1915 se sancionó la Ley N°9.688 de Accidentes de Trabajo, que estuvo vigente hasta
1991. Con la misma surgió la interpretación de las enfermedades-accidentes, entendidas como
enfermedades crónicas relacionadas a la historia del trabajador pero agravadas durante la
relación laboral, estableciéndose la teoría de la indiferencia de la concausa por la cual, si una
de las causas de la incapacidad padecida por el trabajador era el trabajo, el empleador debía
indemnizarlo por el porcentaje de incapacidad total que padecía. En 1968 se incorporó,
además, la teoría del riesgo objetivo a los accidentes y enfermedades regulados por la Ley de
Accidentes de Trabajo.
La Ley N°9.688 fue derogada por la Ley N°24.028, que trató de reducir los excesivos
costos laborales mediante un mecanismo que evitaba los reclamos por enfermedades-
accidentes pero manteniendo el derecho de opción; además eliminó la teoría de la indiferencia
de la concausa, limitando la responsabilidad del empleador a la incidencia del trabajo en el
reagravamiento de una enfermedad; cuando el trabajador utilizaba la opción de reparación
integral debía tramitar su reclamo ante la justicia civil y no la del trabajo.
Ambas leyes eran reparatorias o indemnizatorias, es decir, reparaban el daño producido
mediante un pago único. Los trabajadores podían recurrir a la vía civil y los empleadores
podían contratar un seguro de accidentes que repare las siguientes contingencias: muerte de la
víctima y pago de subsidio por entierro; incapacidad absoluta; incapacidad parcial y
permanente; incapacidad temporaria; gastos médicos, farmacéuticos, prótesis y su recambio.
La Ley N°24.028 mantuvo la forma de cálculo de las indemnizaciones que establecía la Ley
N°9.688, pero estableció un tope máximo para las mismas.

Régimen Actual:
Actualmente, en materia de enfermedades y accidentes de trabajo, encontramos dos
normas relativas a Riesgos del Trabajo:
 Ley N°24.557 (LRT): Fue sancionada en 1995, y se fundamenta en un sistema de
responsabilidad individual de los empleadores, a los cuales le impone un seguro
obligatorio a contratar en entidades aseguradoras de derecho privado en riesgos del
trabajo: aseguradoras de riesgos del trabajo (ART) y aseguradoras sin fines de lucro
(ART Mutual). Esta ley pretende ser integral y es obligatoria para los empleadores y
para las ART, siendo su principal objetivo disminuir la siniestralidad mediante la
prevención del hecho, y reducir los costos que implicaban las leyes anteriores. Se
asemeja a un seguro social contributivo administrado por entidades privadas y mutuas,
supervisadas por un órgano de control, la Superintendencia de Riesgos del Trabajo,
que se ocupa de verificar el normal funcionamiento del sistema y controlar tanto a las
ART como a las empresas autoaseguradas; el Ministerio de Trabajo, como órgano de
aplicación, controla a la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.

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Para cumplir con su objetivo de prevenir la siniestralidad con la disminución del riesgo,
se adoptan medidas de higiene y seguridad, y se brindan prestaciones médicas
integrales anteriores al hecho. Si el evento dañoso igualmente ocurre, el daño no se
repara simplemente con el pago de una suma única, sino que se apunta a la prestación
médica integral del accidentado, a la rehabilitación y a su reinserción laboral. La
contratación de una ART o mutua es obligatoria para los empleadores; aunque la ley
también prevé la posibilidad del autoseguro, los requisitos son de difícil cumplimiento:
solvencia económico-financiera que pueda garantizar los servicios necesarios para
brindar las prestaciones en especie. El empleador no afiliado ni autoasegurado debe
responder directamente en caso de siniestro laboral; si el empleador omitiera declarar
la obligación de pago o la contratación del trabajador, las prestaciones son otorgadas
por la ART y ésta puede repetir su costo contra el empleador.
Los objetivos específicos de esta normativa son:
o Prevención de los riesgos derivados del trabajo.
o Reparación de los daños derivados de accidentes de trabajo y enfermedades
profesionales.
o Promoción de la recalificación y la recolocación de los trabajadores afectados.
o Promover la negociación colectiva laboral para la mejora de las medidas de
prevención y de las prestaciones reparadoras.
 Ley N°26.773: Fue sancionada en 2012 ante la necesidad de una reforma en el
sistema, y buscaba criterios de suficiencia, accesibilidad y automaticidad en las
prestaciones dinerarias y en especie. Entre sus principales disposiciones podemos
encontrar:
o Los damnificados podrán optar de modo excluyente entre las indemnizaciones
de reparación previstas en la Ley de Riesgos del Trabajo o las que les
pudieran corresponder con fundamento en otros sistemas de responsabilidad
(vía civil). No son acumulables las indemnizaciones de más de un sistema y el
cobro de sumas de dinero o la iniciación de una acción judicial en uno u otro
implicará que se ha ejercido la opción con plenos efectos sobre el evento
dañoso; no será así en caso de percepción de prestaciones en dinero o
recepción de prestaciones en especie, que no implicarán, en ningún caso,
haber ejercido la opción excluyente.
o Cuando por sentencia judicial, conciliación o transacción se determine la
reparación con fundamento en otros sistemas de responsabilidad, la
Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) deberá depositar en el respectivo
expediente judicial o administrativo el importe que hubiera correspondido
según el régimen de la Ley de Riesgos del Trabajo con más los intereses
(responde hasta los límites de la póliza); además deberá contribuir al pago de
costas en proporción a la parte del monto indemnizatorio que le hubiera
correspondido. La diferencia quedará a cargo del empleador. Si la sentencia
judicial resultare inferior, lo que es prácticamente imposible, la ART deberá
depositar el excedente en el Fondo de Garantía.
o El empleador podrá contratar un seguro aplicable a otros sistemas de
responsabilidad que puedan ser invocados por los trabajadores damnificados,
por daños derivados de riesgos del trabajo.
o Compensación adicional del 20% para aquellos daños que se produzcan en el
lugar de trabajo o lo sufra el dependiente mientras se encuentre a disposición
del empleador.
o Eliminación de las prestaciones dinerarias de renta periódica por prestaciones
dinerarias de pago único.
o Los obligados al pago de la reparación tienen 15 días desde la notificación de
la muerte del trabajador o de la homologación o determinación de la
incapacidad de la víctima de un accidente de trabajo o enfermedad profesional
para notificar fehacientemente a los damnificados los importes que les
correspondan percibir e indicar que se encuentran a su disposición para el
cobro. Desde el día siguiente a la recepción de la notificación se pueden iniciar
acciones judicial y comienza a correr el plazo de prescripción: dos años como
criterio general y diez en caso de pago de los créditos de las ART, la
Superintendencia de Riesgos del Trabajo y la Superintendencia de Seguros de
la Nación.

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o Actualización automática de los montos prestacionales de manera semestral
según la variación del Índice de Remuneraciones Imponibles Promedio de los
Trabajadores Estables (RIPTE).
o El régimen de alícuotas será definido por la Superintendencia de Seguros y la
de Riesgos del Trabajo, y considerará para ello los índices de siniestralidad, el
nivel de riesgo de la actividad y los niveles de cumplimiento de la normativa de
higiene y seguridad en el trabajo. Los empleadores tienen derecho a requerir a
la aseguradora toda la información relativa al sistema de alícuotas y
prestaciones.
o Las aseguradoras de riesgos del trabajo deberán ajustar sus gastos de
administración y otros no prestacionales al 20% de sus ingresos, pudiendo
aplicarse 5% del mismo a gastos de comercialización o intermediación en las
ventas del seguro.

Ámbito de Aplicación:
Dentro de los sujetos que intervienen en el sistema de la Ley de Riesgos del Trabajo
podemos encontrar:
 Trabajador: Es el sujeto de la prevención y de la curación o resarcimiento, como
consecuencia de haber sufrido un accidente de trabajo o una enfermedad profesional.
La LRT comprende obligatoriamente a: los trabajadores en relación de dependencia de
la actividad privada; funcionarios y empleados de la administración nacional, de las
provinciales y municipales; personas que presten servicios de carga pública;
trabajadores domésticos en relación de dependencia; trabajadores autónomos y
trabajadores vinculados por relaciones no laborales (pasantías, contratos de
aprendizaje, becas, programas especiales de capacitación o empleo). El Poder
Ejecutivo puede incluir a otras personas.
 Empleador: Es el sujeto obligado a contratar los servicios de una aseguradora de
riesgos del trabajo y debe contribuir mensualmente a su financiamiento.
 Aseguradoras de Riesgos del Trabajo: Son las obligadas a otorgar las prestaciones en
dinero y en especie a los trabajadores damnificados. Pueden ser:
o ART Tradicionales: Son entidades de derecho privado con fines de lucro,
previamente autorizadas para funcionar, que deben reunir un requisito de
solvencia económica y poseer capacidad de gestión. Su único objeto es el
otorgamiento de las prestaciones en dinero y en especie incluidas en la LRT.
Dentro de sus deberes esenciales podemos nombrar:
 Asegurar obligatoriamente a las empresas que requieran sus servicios.
 Otorgar obligatoriamente, bajo apercibimiento de sanción penal, las
prestaciones de la ley, aunque el empleador hubiera omitido declarar
su obligación de pago o la contratación de un trabajador, sin perjuicio
del derecho de repetición.
 Tomar al trabajador en el estado en que halla al afiliarse, no pudiendo
realizar discriminaciones ni exámenes de ingreso.
 Llevar un registro de la siniestralidad por establecimiento.
 Visitar a los asegurados. Las inspecciones dependen de la
siniestralidad de la empresa y cuestiones de tipo comercial.
o ART Mutual: Son entidades de derecho privado sin fines de lucro y poseen las
mismas obligaciones e idénticos deberes que las ART tradicionales. Su
característica distintiva es la ausencia de lucro. Surgen de la negociación
colectiva, y están constituidas por asociaciones profesionales de empleadores,
grupos de empleadores, o asociaciones sindicales de trabajadores con
personería gremial. Estas entidades deberán:
 Utilizar de manera prioritaria sus servicios para proveer prestaciones en
especie.
 Definir y proponer medidas concretas de prevención de los riegos del
trabajo y de mejoramiento de las condiciones laborales.
 Mantener la solvencia comprometida para garantizar su
funcionamiento.
 No vulnerar el principio de libre afiliación de los empleadores. En caso
de no cumplir con esta norma se cancelará su registro, además de
otras responsabilidades y sanciones que le puedan corresponder.

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 Superintendencia de Riesgos del Trabajo: Es un órgano autónomo de control de las
empresas autoaseguradas y de las ART. Observa el cumplimiento de lo dispuesto en la
LRT y administra los fondos en caso de insolvencia de los empleadores o una ART.
Sus principales funciones son:
o Supervisar y fiscalizar el funcionamiento de las ART.
o Imponer las sanciones previstas en la LRT.
o Efectuar el control de las normas de higiene y seguridad en el trabajo.
o Requerir la información necesaria y efectuar allanamientos.
o Administrar el Fondo de Garantía y el Fondo de Reserva.
o Llevar el Registro Nacional de Incapacidades Laborales.
o Supervisar y fiscalizar a las empresas autoaseguradas.
o Cumplimiento del Registro de Prestadores Médicos.
 Superintendencia de Seguro de la Nación: Dicta disposiciones para el control de las
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART).
 Superintendencia de Administración de Fondos de Jubilaciones y Pensiones: Se ocupa,
entre otras funciones, de la unificación de las determinaciones de incapacidad y de las
comisiones médicas.
 Ministerio de Trabajo: Reglamenta la LRT por medio de resoluciones y decretos.

Financiamiento del Sistema:


El sistema se financia esencialmente con las contribuciones que las empresas deben
pagar mensualmente a las ART (no se aplican a las empresas autoaseguradas). La alícuota se
fija en función del nivel de ingresos de la empresa, la calificación de su actividad (riesgo) y la
siniestralidad pasada y futura; la base imponible es el total de las remuneraciones y conceptos
no remunerativos que declare mensualmente el empleador. Teniendo en cuenta el
cumplimiento de las normas de higiene y seguridad, se califica a las empresas como:
 Por debajo de los mínimos requeridos.
 Mínimos requeridos.
 De acuerdo con la legislación en materia de seguridad e higiene.
 Por encima de lo establecido por las normas de seguridad e higiene.
Cuanto más cumplan con las normas menor será el riesgo y, por ende, menor la alícuota.
En los dos primeros casos el nivel de riesgos es alto, por lo que se le solicitará a la empresa
que confeccione un plan de mejoramiento de dos años.
Hay también dos fondos especiales administrados por la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo: el Fondo de Garantía, que se ocupa de las prestaciones del empleador que está en
estado de insolvencia declarada judicialmente, y el Fondo de Reserva, que cubre las
prestaciones de las ART que estén en estado de liquidación.

Comisiones Médicas:
En cada provincia debe existir al menos una comisión médica, encargada de dictaminar el
grado de incapacidad del trabajador, el carácter de esa incapacidad (calificación de accidente
de trabajo o enfermedad profesional), la naturaleza laboral del accidente o profesional de la
enfermedad, y el contenido y alcance de las prestaciones en especie. Las resoluciones de las
comisiones médicas son recurribles ante la Comisión Médica Central o ante el juez federal con
competencia en cada provincia; y los dictámenes de la Comisión Médica Central son recurribles
ante la Cámara Federal de la Seguridad Social.
Cuando se invoque la existencia de una enfermedad profesional y la ART considere que
no está prevista en el listado de enfermedades profesionales, deberá sustanciarse el
procedimiento ante la Comisión Médica Jurisdiccional para resolver si la enfermedad encuadra
o no en los presupuestos definidos. En caso de ser favorable su opinión, tendrá 30 días para
que la Comisión Médica Central la convalide o rectifique.

Contingencias Cubiertas y Excluidas:


La Ley de Riesgos del Trabajo cubre las incapacidades provenientes de:
 Accidentes de Trabajo: Se entiende por accidente laboral a todo acontecimiento súbito
y violento ocurrido por hecho o en ocasión del trabajo.
 Accidente “in itinere”: Es el ocurrido en el trayecto entre el domicilio del trabajador y el
lugar de trabajo, o viceversa, siempre que el damnificado no hubiere interrumpido o
alterado dicho trayecto por causas ajenas al trabajo. El trabajador podrá declarar ante

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el empleador que este recorrido se modifica por tres motivos: razones de estudio,
concurrencia a otro empleo (pluriempleo) y atención a familiar directo enfermo y no
conviviente.
 Enfermedades Profesionales: Son las que se originan en el ambiente de trabajo y, en
principio, están incluidas en el listado elaborado por el Poder Ejecutivo. En relación a
aquellas enfermedades no incluidas en el listado, la Comisión Médica Central puede
determinar que fueron provocadas como causa directa e inmediata de la ejecución del
trabajo.
Para la determinación de la existencia de estas contingencias el trabajador o sus
derechohabientes deben iniciar el trámite mediante petición fundada presentada ante la
Comisión Médica Jurisdiccional, para demostrar la concurrencia de los agentes de riesgos,
exposición, cuadros clínicos y actividades con eficiencia causal directa respecto de su dolencia.
La misma llamará a audiencia a los interesados, al empleador y a la ART, garantizando el
debido proceso con la producción de medios de prueba y la emisión de una resolución fundada
en peritajes científicos.
Las contingencias excluidas de la LRT serán: aquellas enfermedades profesionales no
incluidas en el listado, salvo que las incluya la Comisión Médica Central; las llamadas
enfermedades-accidentes; los accidentes y enfermedades profesionales causados por dolo del
trabajador o fuerza mayor extraña al trabajo; las incapacidades del trabajador preexistentes,
acreditadas en el examen preocupacional.

Reclamo por el Derecho Civil:


El aspecto más criticado de la Ley N°24.557 era la imposibilidad del trabajador de ejercer
la opción de reclamar con fundamento en el derecho civil; la ley pretendió establecer un
sistema cerrado y autosuficiente, eximiendo a los empleadores y a las ART de toda
responsabilidad civil frente a los trabajadores y los derechohabientes, salvo dolo.
Las legislaciones anteriores y la vigente actualmente posibilitan la demanda por reparación
integral de daños y perjuicios por culpa, dolo, culpa presunta simple, culpa presunta agravada y
culpa presunta agravada calificada. La opción es excluyente: la causa se tramita en la justicia
laboral o en la civil. El punto que generó más debate fue la competencia civil para entender en
los reclamos con base en el derecho común o no, en los márgenes de competencia de la
nueva normativa; si bien en el derecho procesal las normas son de aplicación inmediata y
alcanzan a los procesos en trámite, en este tipo de casos se rigieron/rigen por la nueva
normativa solo aquellos trámites que se iniciaron luego de su entrada en vigencia.

Prestaciones:
El sistema de riesgos de trabajo está estructurado, en este aspecto, de modo similar al
sistema de salud. Las aseguradoras y los autoasegurados tienen la posibilidad de contratar a
sus prestadores o contar con centros propios. Se presentan tres alternativas:
 Prestadores por Capitación: El prestador médico cobra una determinada suma de
dinero por paciente, en este caso trabajador, cada vez que el mismo vaya a atenderse
hasta su recuperación. Es la opción más utilizada, por ser la más económica.
 Prestadores por Prestación: El pago es por paciente, independientemente de las veces
que deba ser atendido hasta su curación. Por cada enfermedad o accidente se genera
un solo pago.
 Centros Propios: Es una opción para las aseguradoras o empleadores autoasegurados
que cuentan con una cantidad y concentración considerable de trabajadores. Es
económicamente más conveniente que la contratación de un tercero y permite controlar
mejor el tratamiento y la evolución de los trabajadores. Generalmente se recurre a una
mezcla entre prestadores propios y contratados; todos ellos deben estar inscriptos en
el Registro de Prestadores Médicos.
En cuanto a los exámenes médicos tenemos que tener en cuenta que, además de los que
se realizan para el diagnóstico, tratamiento y curación de una enfermedad o accidente laboral,
existen otros que son obligatorios para los trabajadores, los cuales deberán proporcionar, con
carácter de declaración jurada, la información sobre sus antecedentes médicos y patologías
que los afecten y de los cuales tengan conocimiento. Estos exámenes se efectuarán en centros
habilitados por la autoridad sanitaria y bajo la responsabilidad de un médico del trabajo. Entre
ellos podemos encontrar:
 Exámenes Preocupacionales: Son obligatorios y de responsabilidad del empleador. Su
función es determinar la aptitud psicofísica del trabajador para el desempeño del

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puesto; no deben ser utilizados como herramienta de discriminación en la selección del
personal, sino que deben servir para deslindarse de responsabilidades futuras
detectando patologías preexistentes. En caso de presentarse enfermedades
preexistentes, estos exámenes deben ser visados o fiscalizados en organismos o
entidades públicas autorizados por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
 Exámenes Periódicos: Tienen por función la detección temprana de las afecciones
producidas por el trabajo o los agentes de riesgo a los cuales el trabajador pueda estar
expuesto con motivo de sus tareas, con la finalidad de evitar o acotar las
consecuencias del desarrollo de enfermedades profesionales. Son obligatorios para
aquellas tareas en las que exista exposición a agentes de riesgo y están a cargo de las
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo.
 Exámenes Previos a la Transferencia de Actividad: Deben llevarse a cabo antes del
cambio efectivo de tareas. Son obligatorios cuando los cambios impliquen el comienzo
de una eventual exposición a uno o más agentes de riesgo que no se encontraban
presentes en las tareas que anteriormente efectuaba el trabajador. Corresponde al
empleador la responsabilidad de su realización.
 Exámenes Posteriores a una Ausencia Prolongada: Se realizan con el objetivo de
detectar eventuales patologías sobrevenidas durante la ausencia del trabajador, por
ejemplo, en caso de licencia. Pueden realizarse previamente al efectivo reinicio de las
actividades y la responsabilidad de efectuarlos o no está en la ART. A efecto de estos
exámenes, los empleadores deben comunicar a la ART los casos de ausencia
prolongada (plazos y modalidades).
 Exámenes de Egreso: Tienen la finalidad de comprobar el estado de salud del
trabajador al momento de la desvinculación. Permiten la detección y el tratamiento
oportuno de enfermedades profesionales y de secuelas incapacitantes, y sirven al
empleador y a la aseguradora para constatar el estado de salud al egreso y prevenirse
de posibles responsabilidades. Tienen carácter optativo y deben realizarse entre los 10
días anteriores y los 30 días posteriores a la terminación de la relación laboral, siendo
responsabilidad de la ART.
La Ley N°24.557 contempla dos clases de prestaciones:
 Prestaciones en Especie: Son servicios y beneficios para asistir al trabajador. Entre
ellos encontramos asistencia médica y farmacéutica, prótesis y ortopedia,
rehabilitación, recalificación profesional y servicio funerario. Las ART deben disponer
de infraestructura para proveer estas prestaciones, ya sean propias o contratadas con
terceros, y deben otorgarlas hasta su curación completa o mientras subsistan los
síntomas incapacitantes.
 Prestaciones Dinerarias: Apuntan a cubrir la pérdida de los ingresos del trabajador por
no poder concurrir a prestar tareas en virtud de su incapacidad. Para fijar su cuantía es
necesario determinar la incapacidad, el ingreso base diario y mensual (IBD), la edad
del trabajador y sus cargas de familiar. La percepción de estas prestaciones es
compatible con el desempeño de actividades remuneradas y, puede realizarse de
manera mensual o mediante un pago único. El ingreso base diario (IBD) surge de
dividir la suma total de las remuneraciones sujetas a aportes y contribuciones con
destino al SIJP, devengadas en los doce meses anteriores a la primera manifestación
invalidante o al tiempo de prestación (si fuera menor a un año), por el número de días
corridos comprendidos en el período considerado. El ingreso base mensual (IBM) se
obtiene multiplicando el IBD por 30,4.
Las situaciones que podrían presentarse, con las correspondientes prestaciones a
otorgarle al trabajador o sus causahabientes son:
 Incapacidad Laboral Temporaria: Es la que inhabilita temporariamente al trabajador
para prestar tareas. Su duración máxima es de doce meses. En este período el
trabajador recibe una prestación de pago mensual equivalente al ingreso base mensual
que no tiene carácter remuneratorio; durante los primeros diez días el pago de las
prestaciones dinerarias o en especien estará a cargo del empleador, y desde el día
undécimo estará a cargo de la ART. Esta incapacidad se extiende hasta el alta médica,
la declaración de incapacidad permanente o el transcurso de un año.
 Incapacidad Laboral Permanente: Comienza con la finalización de la incapacidad
temporaria. Puede ser de dos tipos:

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o Incapacidad Laboral Permanente Provisoria: Se extiende hasta los 36 meses,
lapso que se puede ampliar por un máximo de 24 meses más. La ART debe
abonar al trabajador las siguientes prestaciones mensuales:
 Si la incapacidad es parcial, es decir, menor que el 66%, debe pagar
una suma equivalente al ingreso base mensual multiplicado por el
porcentaje de incapacidad más el salario familiar.
(IBM x …% + salario familiar)
 Si la incapacidad es total, es decir, mayor al 66%, debe pagar una
suma equivalente al 70% del ingreso base mensual más las
asignaciones familiares.
(IBM X 70% + asignaciones familiares)
o Incapacidad Laboral Permanente Definitiva: Comienza luego de vencidos los
plazos de la incapacidad laboral permanente provisoria (después de los 60
meses). Es incompatible con el desempeño de actividades remuneradas y
puede ser:
 Incapacidad Laboral Permanente Definitiva Parcial: Puede ser:
 Leve: Es aquella en la que el grado de incapacidad es inferior o
igual al 50%. Se abona mediante pago único al cesar la
incapacidad temporaria, a cargo de la ART, una suma
equivalente al valor resultante de multiplicar 53 veces el
ingreso base por el porcentaje de incapacidad y por el
coeficiente de edad (65 dividido la edad del trabajador en ese
momento).
[(IB x 53) * …% * (65/edad)]
Existe un piso reglamentado por decreto; dichos montos se
actualizan con la aplicación del RIPTE y se aplica el
incremento del 20%.
 Grave: Es aquella en la que el grado de incapacidad es mayor
a 50% y menor a 66%. La ART debe pagar al trabajador una
renta periódica hasta su fallecimiento, cuyo monto es igual al
ingreso base multiplicado por el porcentaje de incapacidad.
(IB x …%)
Existe un piso reglamentado por decreto; dichos montos se
actualizan con la aplicación del RIPTE y se aplica el
incremento del 20%.
 Incapacidad Laboral Permanente Definitiva Total: Es aquella en la que
el grado de incapacidad es del 66% o más. La ART debe abonar,
desde el momento en que se transforma a definitiva y hasta la uerte
del beneficiario o la fecha en la que esté en condiciones de acceder a
los beneficios jubilatorios, una renta periódica que se determina
multiplicando el ingreso base por 53 y por el coeficiente de edad.
[(IBx53)*(65/edad)]
Existe un piso reglamentado por decreto; dichos montos se actualizan
con la aplicación del RIPTE y se aplica el incremento del 20%.
 Gran Invalidez: Se trata de la incapacidad laboral permanente total, en a que el
trabajador afectado necesita de la asistencia continua de otra persona. Además de las
prestaciones previstas para la incapacidad laboral permanente total, la ART debe pagar
una prestación de pago mensual fija determinada por decreto, que se extingue con la
muerte; a esto se le adiciona una prestación de pago único también determinada por
decreto. Dichos montos se actualizan con la aplicación del RIPTE y se aplica el
incremento del 20%.
 Fallecimiento: Las prestaciones son las mismas que en el caso de incapacidad laboral
permanente definitiva total y corresponde que los derechohabientes perciban, además,
la pensión por fallecimiento; también se agrega una prestación de pago único cuyo
monto es fijado por decreto. Existe un piso reglamentado por decreto; dichos montos
se actualizan con la aplicación del RIPTE y se aplica el incremento del 20%. Dentro de
los derechohabientes encontramos:
o Viuda/o
o La/el conviviente, cuando el/la causante se hallase separado de hecho o
legalmente, o haya sido soltero, viudo o divorciado y hubiera convivido

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Universidad Nacional de Misiones – Facultad de Ciencias Económicas
Derecho Laboral y de la Seguridad Social
2017
públicamente en aparente matrimonio durante por lo menos 5 años
inmediatamente anteriores al fallecimiento; el plazo de convivencia se reducirá
a dos años cuando exista descendencia reconocida por ambos convivientes.
o El o la conviviente excluirá al cónyuge supérstite cuando éste hubiere sido
declarado culpable de la separación personal o del divorcio. En caso contrario,
y cuando el o la causante hubiere estado contribuyendo al pago de alimentos o
éstos hubieran sido demandados judicialmente, o el o la causante hubiera
dado causa a la separación personal o al divorcio, la prestación se otorgará al
cónyuge y al conviviente por partes iguales.
o Los hijos solteros, las hijas solteras y las hijas viudas, siempre que no gozaran
de jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva, salvo que optaren por
esta pensión, todos ellos hasta los 18 años de edad. La limitación a la edad no
rige si los derechohabientes se encontraren incapacitados para el trabajo a la
fecha de fallecimiento del causante o incapacitados a la fecha en que
cumplieran dieciocho 18 años de edad.
o Familiares que estuvieron a cargo del causante. Se entiende que un
derechohabiente estuvo a cargo del causante cuando concurre en aquél un
estado de necesidad revelado por la escasez o carencia de recursos
personales, y la falta de contribución importa un desequilibrio esencial en su
economía particular. La autoridad de aplicación podrá establecer pautas
objetivas para determinar si el derechohabiente estuvo a cargo del causante.
o Padres.
o Parientes por consanguinidad en línea descendente sin límite de grado.
o Parientes por consanguinidad ascendente sin límite de grado.
o Parientes por consanguinidad en primera línea colateral hasta el tercer grado.
En relación a la forma de pago de las prestaciones dinerarias, la ley establece que se
abonarán en la cuenta sueldo de los trabajadores damnificados, de acuerdo a los datos
suministrados por los empleadores. En caso de no contarse con esa información se abonarán a
través de un giro bancario a la entidad financiera más próxima a la localidad del domicilio del
damnificado; dicha operación en ningún caso podrá importar costos a cargo del trabajador.
Podrá exceptuarse lo dispuesto ante el supuesto de que el trabajador prestase conformidad
expresa por escrito para que el pago se efectúe por otro medio autorizado por las normas que
componen el Sistema de Riesgos del Trabajo. En todos los casos se deberá notificar al
trabajador a su domicilio, 72 horas antes al vencimiento del plazo para hacer efectiva la
prestación dineraria (15 días), la puesta a disposición y la liquidación del pago, como así
también el lugar y modo del mismo.

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