Notas

Capítulo I

Para la expresión “vita activa” señala tres actividades que son fundamentales para el hombre
(además de estas tres hay muchas otras actividades):

a) Labor: Es la actividad o momento de satisfacción de las necesidades vitales. La

condición humana de la labor es la vida misma. La figura paradigmática de la labor es
el esclavo.

b) Trabajo: actividad destinada a producir cosas útiles. El trabajo nos proporciona un

mundo de objetos claramente distinguibles del mundo natural. La condición humana
del trabajo es la mundanidad.
La figura paradigmática del trabajo es el artesano y la del mercader.

Tanto la labor como el trabajo se encuentran sometidas a las necesidades

c) Acción: es el momento de la libertad. La acción es propia de la política. La

característica distintiva de la acción, respecto de la labor y el trabajo, es que se
encuentra liberada de las necesidades.
La condición humana de la acción es la pluralidad, o sea, el hecho de que habiten “los
hombres” y no “el” hombre. Esta pluralidad es la condición específica de toda actividad
política. La acción no sería posible si todos los hombres fueran la repetición del mismo
modelo, es decir, iguales. Por el hecho de ser humanos todos somos distintos a todos.

La condición humana más general de todas es la dualidad: nacimiento-muerte. Tanto la

labor, el trabajo como la acción están enraizados en la natalidad. Sin embargo, la acción es la
actividad que más se vincula con la natalidad, dado que todo recién nacido tiene la capacidad
de comenzar algo nuevo, es decir, de actuar.
El hombre es un ser condicionado, ya que tanto las cosas naturales como las cosas
artificiales, creadas por el mismo hombre, al entrar en contacto con éste se convierten
en condiciones de su existencia. Los hombres crean constantemente cosas que luego pasan
a condicionar su vida; en otras palabras, el hombre, al crear cosas, está también creando
condiciones de su existencia. Las cosas naturales y las cosas artificiales tienen el mismo poder
condicionante.

La objetividad del mundo –su carácter de objeto o cosa – y la condición humana se

complementan mutuamente, debido a que la existencia del hombre es condicionada
por cosas, lo cual sería imposible si éstas no existieran. Y las cosas, si no fueran
condicionantes del hombre, serían un montón de artículos inconexos.

La condición humana es algo diferente de la naturaleza o esencia humana. De hecho, no

podemos dar por sentado que el hombre posea una naturaleza, el único juicio que podemos
hacer respecto a la naturaleza del hombre es que, de existir, es un ser condicionado.
El modo de cognición humana no puede captar, definir y entender, si es que existiera, la
naturaleza humana.

Evolución de la expresión “Vita activa”

Ser libre, para los griegos, era ser libre de las necesidades y exigencias. Por ello se desprende
que para ser libre se debían reunir 4 condiciones, la carencia de una sola de ellas era razón
suficiente para dejar de ser libre. Estas condiciones eran las siguientes:
- Elemento de estado social
- Inviolabilidad personal
- Libertad de actividad económica
- Derecho al movimiento no restringido. (ser libre implicaba tener libertad de
movimiento)

En general se puede afirmar que existen distintos “modos de vivir” la vida, como por ejemplo
el modo de vivir del esclavo o el modo de vivir del trabajador. Sin embargo, Aristóteles estimó
que, de entre todos los modos de vivir, solo había tres modos que podían elegir con libertad
los hombres libres, o sea, a aquellos hombres que tenían plena libertad o independencia de las
necesidades y exigencias.
Ni la labor ni el trabajo se consideraban lo suficientemente dignas para constituir una
verdadera forma de vida “humana”, pues ambas limitan a los individuos a producir lo útil y
necesario. El eslavo tenía una vida absorbida por la labor. La vida del trabajador, propia del
artesano y del mercader, tampoco era libre pues, como afirmaba Aristóteles, firmar un
contrato de trabajo significaba prescindir de la libertad de actividad económica y del derecho
al movimiento no restringido. Cabe destacar que la vida del déspota tampoco era considerada
un verdadera forma de vida humana, pues su vida se basaba en la satisfacción de las
necesidades, por tanto no era libre y no podía ser considerada su manera de vivir, una vida
política.

Los tres modos de vida verdaderamente humanos y libres de los cuales hablaba Aristóteles,
tenían en común su interés por la belleza. Estos tres modos de vida eran los siguientes:
a) La vida del disfrute de los placeres corporales en donde se consume lo hermoso.
b) La vida política, dedicada a los asuntos de la polis, en donde el individuo se
dedicaba solo al “reino de los asuntos humanos”, acentuando su atención es la
praxis o acción.
c) La vida contemplativa o del filósofo, dedicada a contemplar las cosas bellas y
eternas.

La expresión “vida activa”, para los griegos, tenía un significado específicamente político.
Dentro de ella no cabía ni la labor ni el trabajo pues eran actividades que coartaban la
libertad.
Luego de la desaparición de la polis, la expresión “vida activa” perdió su específico significado
político y comenzó a ser utilizada para designar toda clase de actividades. La acción -praxis-
pasó a ser considerada una necesidad y cayó al mismo estrado de la labor y el trabajo.
Dejó de ser considerada una actividad propia de las verdaderas actividades humanas y
la vida política también dejó de ser considerada una vida libre y verdaderamente
humana.
La vida contemplativa (bios theoretikos) pasó a ser considerada el único modo de vida
verdaderamente libre, y en consecuencia, humano.
Por tanto, luego de la caída de la Polis, la expresión “vida activa” abarcó todas las actividades,
y se aproximó más a la skhole (expresión que se usaba para designar todo tipo de actividad)
que a la antigua vida política de los griegos.

Arendt Hannah propone una significación diferente para la expresión “vita activa”, pues
escatima que el enorme peso que se le ha asignado a la “contemplación” ha borrado las
distinciones y articulaciones de las actividades que compren de la vita activa y que esta
situación se ha mantenido durante el transcurso del tiempo.

CAPÍTULO 2

4. El hombre: animal social o político

El hombre realiza una multiplicidad de actividades distintas, las cuales efectúa en un medio
ambiente que se encuentra compuesto tanto por otros hombres como por cosas. Sin embargo,
de todas las actividades que ejecuta el hombre, la acción (praxis) es la única actividad que no
puede realizarse sin la presencia de otros hombres. En otras palabras, la praxis es una
actividad política que el hombre sólo puede desarrollar en la medida en que vive en
comunidad.

Así, por ejemplo, el hombre puede realizar la “labor” de forma aislada (sin la presencia de
otros hombres) sólo que al hacerlo se convierte en un “animal laborante” y deja de ser
propiamente un hombre. El hombre también puede realizar el trabajo de forma aislada, pero
al hacerlo deja de ser un hombre y se convierte en una especie de dios creador.

En conclusión, la acción o praxis, según Aristóteles, es prerrogativa exclusiva y distintiva del

ser humano, pero sólo se podrá llevar acabo esta actividad si se está en presencia de otros
hombres (vida en sociedad). A consecuencia de esto surgió la confusión que daría lugar a la
mala traducción de “lo político” por “lo social”.

El surgimiento de la Polis griega significó el nacimiento de una “segundo vida” para aquellas
personas que ostentaban la calidad de ciudadanos, pues ahora, además de su vida privada,
también tenían una vida política. A raíz de esto nace la “esfera de lo político”, la única esfera
verdaderamente humana en donde quedaban excluidas las necesidades propias de la vida
humana (labor) y las exigencias de cosas útiles (trabajo).

De las muchas actividades que realiza el hombre, sólo dos de ellas se consideraron
propiamente políticas: la praxis y el discurso. Estas dos actividades poseían la misma
jerarquía y juntas constituían el bios politikos (modo de vida político).

Los griegos consideraron que la vida en la Polis era totalmente diferente a la vida del hogar,
pues en la Polis existía una relación de igualdad entre sus miembros, en donde los
asuntos políticos se trataban por medio de la palabra, es decir, por medio de la persuasión y
nunca por medio de la violencia. En cambio en la vida familiar (al igual que el gobierno
despótico de los barbaros) el jefe de familia tenía una posición de superioridad respecto del
resto de los integrantes, o sea, en la esfera familiar reinaba la más absoluta desigualdad entre
sus miembros, y además el cabeza de familia podía ejercer la fuerza sobre los otros
integrantes.