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Antonio Gramsci.

Hegemonía
Las clases sociales, dominadas o subordinadas, participan de una concepción del mundo que les
es impuesta por las clases dominantes. Y la ideología de las clases dominantes corresponde a su
función histórica y no a los intereses y a la función histórica --todavía inconsciente-- de las clases
dominadas. He aquí pues la ideología de las clases, o de la clase dominante influyendo sobre las
clases subordinadas, obrera y campesina, por varios canales, a través de los cuales la clase
dominante construye su propia influencia espiritual, su capacidad de plasmar la conciencia de toda
la colectividad, su hegemonía. Uno de estos canales es la escuela. Caracteriza en la división
escuela profesional y gimnasio-liceo, la típica fractura de clase de la escuela italiana: la escuela
profesional para los que irán a trabajar en actividades subalternas y el gimnasio-liceo para los
cuadros dirigentes de la sociedad. Otra vía intermediaria es la religión, la Iglesia. El catecismo,
considerado como un libro fundamental, elaborado con extrema sabiduría pedagógica, para
imprimir precozmente a grandes masas una determinada concepción del mundo. Otra vía para la
educación es el servicio militar. La atención de Gramsci está dedicada al manual del cabo, como un
libro que, al formar a los cabos, forma después a los soldados e imprime toda una mentalidad.
Su atención se dirige también a los periódicos locales, a los pequeños episodios de la cultura local,
a todas las manifestaciones del folclor. Es necesario estudiar el modo como se expresa una
conciencia todavía subordinada; debe considerarse el elemento de espontaneidad relativa presente
en ella, porque sólo partiendo de esta conciencia elemental podemos guiar a las masas hacia una
conciencia crítica. “La hegemonía es esto: capacidad de unificar a través de la ideología y
de mantener unido un bloque social que, sin embargo, no es homogéneo, sino marcado por
profundas contradicciones de clase. Una clase es hegemónica, dirigente y dominante, mientras con
su acción política, ideológica, cultural, logra mantener junto a sí un grupo de fuerzas heterogéneas
e impide que la contradicción existente entre estas fuerzas estalle, produciendo una crisis en la
ideología dominante y conduciendo a su rechazo, el que coincide con la crisis política de la fuerza
que está en el poder.” Antonio Gramsci.”Cuadernos de la Cárcel"
Karl Marx “La ideología Alemana” “Los hombres son los productores de sus representaciones,
de sus ideas, etc., pero los hombres son reales y actuantes, tal y como se hallan condicionados por
un determinado desarrollo de sus fuerzas productivas y por el intercambio que a él corresponde,
hasta llegar a sus formaciones más amplias. La conciencia no puede ser nunca otra cosa que el ser
consciente, y el ser de los hombres es su proceso de vida real. Y si en toda la ideología los
hombres y sus relaciones aparecen invertidos como en la cámara oscura, este fenómeno responde
a su proceso histórico de vida, como la inversión de los objetos al proyectarse sobre la retina
responde a su proceso de vida directamente físico. Totalmente al contrario de lo que ocurre en la
filosofía alemana, que desciende del cielo sobre la tierra, aquí se asciende de la tierra al cielo. Es
decir, no se parte de lo que los hombres dicen, se representan o se imaginan, ni tampoco del
hombre predicado, pensado, representado o imaginado, para llegar, arrancando de aquí, al hombre
de carne y hueso; se parte del hombre que realmente actúa y, arrancando de su proceso de vida
real, se expone también el desarrollo de los reflejos ideológicos y de los ecos de este proceso de
vía. También las formaciones nebulosas que se condensan en el cerebro de los hombres son
sublimaciones necesarias de su proceso material de vida, proceso empíricamente registrable y
sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y cualquier otra ideología y las
formas de conciencia que a ellas corresponden pierden, así, la apariencia de su propia
sustantividad. No tienen su propia historia ni su propio desarrollo, sino que los hombres que
desarrollan su producción material y su intercambio material cambian también, al cambiar esta
realidad, su pensamiento y los productos de su pensamiento. No es la conciencia la que determina
la vida, sino la vida la que determina la conciencia. Desde el primer punto de vista, se parte de la
conciencia como del individuo viviente; desde el segundo punto de vista, que es el que corresponde
a la vida real, se parte del mismo individuo real viviente y se considera la conciencia solamente
como su conciencia."
CONTRACTUALISMO
Thomas Hobbes 1588-1651 John Locke10 1632-1704 Jean J. Rousseau11 1712-1778
El hombre es un ser pre-social. ¿Qué lleva a los hombres a pactar? El soberano deriva su existencia de
El estado de naturaleza es un Todos los hombres gozan en el estado la legitimidad del contrato, no puede
estado de guerra. Durante el natural de libertad para ordenar sus jamás obligarse, ni aún con los otros
tiempo en que los hombres viven acciones y disponer de sus personas y a nada que derogue ese acto
sin un poder común que los bienes como lo tuvieren en bien, dentro primitivo. El cuerpo soberano no
atemorice a todos, es una guerra de los límites del poder natural, sin pedir puede tener interés contrario al de
tal que es la de todos contra permiso o depender de la voluntad de sus miembros “…por consiguiente, la
todos. Los hombres son iguales otro hombre alguno. Estado de igualdad, soberanía no tiene la necesidad de
por naturaleza, viven sin otra en que todo poder y jurisdicción es dar ninguna garantía a sus súbditos,
seguridad que la que su propia recíproco, sin que al uno competa más porque es imposible que el cuerpo
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fuerza y su propia invención que al otro, no habiendo nada más quiera perjudicar a todos los
pueden proporcionarle. No evidente que el hecho que criaturas de la miembros…” El pacto social encierra
existe propiedad, ni dominio, misma especie y rango, revueltamente tácitamente el compromiso “… que
sólo pertenece a cada uno lo nacidas a todas e idénticas ventajas de la por sí sólo puede dar fuerza a los
que puede tomar, y sólo en tanto naturaleza, y al liso de las mismas otros, de que, cualquier que rehúse
que pueda conservarlo, existe facultades, deberían asimismo ser iguales obedecer a la voluntad general, será
continuo temor y peligro de cada una entre todas las demás. El obligado a ello por todo el cuerpo, lo
muerte violenta, y la vida del hombre abandona su libertad y se somete cual no significa otra cosa sino que
hombre es solitaria, pobre, al dominio de otro poder, porque en el se le obligará a ser libre…”; es decir
tosca, embrutecida y breve. En goce de su estado de naturaleza está que el hombre queda protegido de
la guerra de todos contra todos expuesto a que lo invadan los demás cualquier dependencia personal.
nada es injusto. La ley “…porque siendo todos tan reyes como él Cada hombre puede tener una
fundamental de la naturaleza, y cada hombre su parejo, y la mayor voluntad contraria a la de la voluntad
cada hombre debe esforzarse parte observadores no estrictos de la general que posee como ciudadano
por la paz, mientras tiene la justicia y equidad, el disfrute de bienes es pero sería una injusticia la cual
esperanza de lograrla, y cuando ese estado es muy inestable. Ello lo hace causaría la ruina del poder político.
no puede obtenerla, debe buscar desear el abandono de una condición La voluntad general es indestructible
y utilizar todas las ayudas y que, aunque libre, llena está de temores y “…en tanto que varios hombres
ventajas de la guerra. Las continuos peligros (…) El fin mayor y reunidos se consideran un solo
normas de paz las sugiere la principal de los hombres que se unen en cuerpo, no tienen más que una sola
razón y se logran por consenso comunidades políticas y se ponen bajo el voluntad relativa a la común
y son leyes de la naturaleza. gobierno de ella, es la preservación de la conservación y al bien general…”
Esto es lo que lleva a los propiedad…” En estado natural falta una Los hombres constituyen un poder,
hombres a pactar “el temor a la ley fija, reconocida, promulgada, recibida una máxima: SOBERANIA: es
muerte”, el deseo de las cosas y autorizada como patrón de bien y mal. inalienable e indelegable. El
que son necesarias para una En segundo lugar un juez imparcial para soberano es un ser colectivo
vida confortable y determinar las diferencias entre los que está representado por el mismo:
la esperanza de obtenerlas por hombres según el poder se transmite, pero no la
medio del trabajo. Deseo de la ley establecida. Y por último un poder voluntad general. La voluntad
abandonar la condición de que sostenga y asista la sentencia y de general puede únicamente dirigir las
guerra, consecuencia ésta, de oportuna ejecución. Abandona la fuerzas del Estado de acuerdo con
las pasiones naturales de los condición de zozobra que está llena de los fines de su institución, que es el
hombres. El hombre necesita un continuos temores y peligros y busca bien común, ya que los intereses
poder visible que lo tenga a raya sociedad con otros. El hombre busca particulares hicieron necesario el
y lo sujete, por temor al castigo, sociedad con otros para mutua establecimiento de la sociedad, la
a la realización de sus pactos y preservación de sus vidas, libertades y conformidad de los intereses fueron
a la observancia de las leyes de haciendas. En cuanto a los actos injustos los que hicieron posible su
la naturaleza. Es entonces del soberano el pueblo se puede revelar existencia. Soberano colectivo, se
cuando se genera el Estado, una contra el soberano, su autoridad está transmite poder no voluntad general.
gran multitud de pactos mutuos, limitada por LEY. Todos por igual se La soberanía es indivisible: porque la
ha sido instituida por cada uno deben someter a la ley. Los hombres voluntad es general, constituye un
como autor, al objeto que pueda pueden revelarse cuando el soberano no acto de soberanía y es ley. La
utilizar la fortaleza y medios de respeta la ley; ya que el fin del estado por voluntad es general y se divide por
todos, como lo juzgue oportuno, pacto, es el bien común y la protección de los fines u objetivos en Poder
para asegurar la paz y defensa la propiedad. Cuando el soberano no se Ejecutivo, Poder Legislativo y Poder
común. somete a la ley se rompe el pacto y se Judicial.
regresa al estado de naturaleza. Es lícito
que el súbdito y sociedad civil se revele
porque el soberano al no cumplir la ley ya
se reveló.
Waldo Ansaldi 12 (1943- ****) Oligarquía
…una redefinición teórica del término oligarquía, con el objeto de convertirlo en un concepto, en
una categoría analítica. Consecuentemente, sostengo aquí que:
1. oligarquía no es una clase social;
2. en tanto categoría histórica (descriptiva o identificatoria), oligarquía es un término polisémico,
unívoco;
3. oligarquía es una categoría política que designa una forma de ejercicio de la dominación,
caracterizada por su concentración y la angosta base social, es decir, por la exclusión de la
mayoría de la sociedad de los mecanismos de decisión política; es fundamentalmente coercitiva
y cuando existe consenso de las clases subalternas, éste es pasivo;
4. la dominación oligárquica puede ser ejercida por clases, fracciones o grupos sociales
(incluyendo redes familiares) diversos, v. gr., terratenientes no capitalistas, terratenientes
capitalistas, burgueses y/o una alianza de clases o fracciones de ellas;
5. siendo una forma de organización y ejercicio de la dominación y no una clase, oligarquía
define un tipo de régimen o de Estado, el régimen o Estado oligárquico, al cual no se opone el

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régimen o Estado burgués o capitalista, sino el democrático; dicho de otro modo, la forma
contradictoria de la oligarquía como dominación política es la democracia;
6. la dominación oligárquica se construye a partir de la hacienda, considerada matriz de las
sociedades latinoamericanas; en tal sentido, la institución familia constituye el locus inicial de
gestación de las alianzas de "notables", transferido luego a otras instituciones semipúblicas o
prolongación pública del espacio privado (clubes de diverso tipo) y/o esencialmente públicas
("partidos" y sobre todo el Parlamento);
7. el ejercicio oligárquico de la dominación genera un modo de ser también oligárquico, en cuya
definición intervienen valores tales como linaje, tradición, raza, ocio, dinero…
Alicia Iriarte Modelos de Estado en Argentina.
Liberal oligárquico De Bienestar Burocrático-autoritario Neoliberal
Segunda mitad del siglo Este modelo de estado En 1966 –y en la década Desde fines de la década
XIX. Gobierno central. es producto de la crisis del ‘70-se inicia esta fase. del ’70 comienza a dejarse
Centralización del poder del capitalismo del ’30 y Exclusión política y la atrás un modelo basado en
político. Concurso de la sustitución de presencia de corporaciones la industrialización
una fuerza militar. importaciones en los industriales al poder. sustitutiva, la política de
Formación de un países periféricos. Suponía que la restricción masas y el desarrollo
mercado nacional, Pierde hegemonía el al proyecto de desarrollo y industrial; se asiste a la
unificó el espacio sector oligárquico. modernización del país crisis de ese modelo de
interior para integrarlo Nuevos actores, el residía en la conflictividad industrialización sustitutiva
en la economía empresariado industrial social, en la forma en que basado en le demanda
internacional. Ingreso y el proletariado urbano. se había realizado la interna.
de capitales Fin del laissez faire. incorporación de la clase Posturas neoconservadoras
extranjeros. Modelo Carácter estatista: obrera y la ineficacia de la diagnosticaron la crisis del
agroexportador: división intervención, por su política demo liberal. estado de bienestar
internacional del trabajo acción en forma de Fundado en la hipótesis de señalando el excesivo
por la cual Gran prestaciones sociales, una guerra interna de tamaño adquirido por el
Bretaña era la dirección económica y carácter ideológico, sector público, la necesidad
proveedora de distribución del producto articulada en torno al de reducir los costos del
productos nacional. El estado deja conflicto entre capitalismo y Estado y fomentando el
manufacturados de concebirse como comunismo. El diagnóstico: desarrollo de un amplio
mientras que gendarme y exclusivo Movilización de masas que sector privado de servicios.
Argentina era la protector de los desbordaban al estado, En los ’80 la crisis de la
proveedora de materias derechos individuales con el riesgo de una deuda y la hiperinflación
primas. para convertirse en amenaza incontrolable para dan paso al asentamiento
Incorporación de una garante de los derechos el orden social vigente. del enfoque neoliberal que
gran masa sociales. El modelo de Sistema de exclusión destaca el excesivo tamaño
inmigratoria acumulación: política y económica, adquirido por el sector
proveniente de industrialismo sustitutivo despolitizante, se público, crítica al exceso de
Europa occidental. El que reemplazó al corresponde con la etapa burocracia y la
gobierno y los asuntos agroexportador. Esta de profundización del descontrolada expansión
nacionales se nueva articulación capitalismo periférico y del gasto fiscal, promueve
estructuraban de tal Estado-sociedad dependiente pero también mayor libertad para el
forma que servían y significó el tránsito de dotado de una extensa mercado.
satisfacían a un círculo una política de industrialización. Estado Nuevo modelo de
restringido de intereses incorporación restringida militar que no dependía de acumulación el eje del
y de individuos a otra con participación un caudillo, las posiciones proceso económico deja de
privilegiados de la ampliada de nuevos superiores de gobierno ser el trabajador y su
oligarquía. El sistema sectores. En la década estaban ocupadas por organización pasa a ser el
político se caracterizó del 60 este estado personas que accedían mercado, el consumidor y
por la constitución de benefactor tuvo provenientes de el management.
un régimen de partidos características organizaciones complejas y Privatización de empresas
de notables, con fuertes desarrollistas: altamente burocratizadas públicas prestadoras de
restricciones en la impulsado como idea (fuerzas armadas, grandes servicios, descentralización,
participación, en tanto fuerza por la CEPAL, empresas). Partidarios del reducción del papel del
se restringía el acceso era intervencionista más libre juego del mercado, al estado en aspectos
a la mayoría a las que estatista, Invierte la que concebían como el vinculados con la función
decisiones. Se trató de dirección del ámbito por excelencia de la social del estado,
un modelo de amplias movimiento y cambia la libertad individual. En tanto flexibilización laboral,
libertades civiles y conexión populista la esfera de precarización de las
restringidas libertades fundamental, responsabilidad del estado relaciones laborales.
políticas. El Estado centrándose debía ser subsidiaria. Garante de las nuevas
adoptó un rol primariamente en la Estado gendarme sus reglas de juego, de los
modernizador y promoción del funciones: garantizar y equilibrios
portador de un progreso crecimiento económico, resguardar el mercado macroeconómicos, la
identificado con el estructuras como órgano regulador competencia y la

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mundo cultural europeo tecnoburocráticas, económico y social básico diferenciación estado y
occidental. Carácter aumento de la inversión sociedad civil, en un marco
elitista y autoritario. y la integración a este de un modelo de
proceso del capital acumulación orientado al
extranjero. mercado externo.
Jean-Jacques Rousseau. DEMOCRACIA (1712-1778) criticó la idea de representación política y
defendió la participación directa del pueblo en Ia asamblea legislativa. Sin embargo en su libro “EI
contrato social” advirtió las dificultades para establecer una democracia directa. En el siguiente
pasaje, Rousseau presenta las condiciones imprescindibles para establecer este tipo de
democracia:
“En primer lugar, un Estado muy pequeño en que el pueblo sea fácil de congregar y en el que cada
ciudadano pueda fácilmente conocer a todos los demás; en segundo lugar, una gran sencillez de
costumbres que evite la multitud de asuntos y las discusiones espinosas; luego, mucho igualdad en
los rangos y en las fortunas, sin lo cual la igualdad no podría subsistir mucho tiempo en los
derechos y en la autoridad; finalmente, poco o nada de lujo. Porque el lujo es efecto de las riquezas
o las hace necesarias; corrompe a la vez al rico y al pobre, al uno por posesión y al otro por
ambición; vende a la patria a la molicie, a la vanidad; priva al Estado de todos sus ciudadanos para
hacerlos esclavos unos de otros y todos de la opinión.”
En algún sentido, las condiciones mencionadas por Rousseau en este pasaje tuvieron Iugar entre
los ciudadanos de Atenas durante los siglos V y IV a. C., que es el modelo clásico de la democracia
directa. Por aquel entonces, Atenas era una pequeña ciudad Estado de la que sólo eran
ciudadanos los varones mayores de edad cuyos padres eran ciudadanos atenienses. Esta pequeña
cantidad de ciudadanos podía reunirse en una asamblea legislativa. Actualmente, en cambio, las
ciudades son mucho más populosas que las ciudades Estado de la Antigüedad. Los ciudadanos
son tantos que no pueden reunirse todos a deliberar en un lugar y tampoco pueden conocerse
todos personalmente entre sí. Por otra parte, los ciudadanos de los Estados democráticos actuales
valoran especialmente la autonomía de su vida privada, cosa prácticamente desconocida por los
griegos del periodo clásico. Estas condiciones de los Estados actuales parecen volver imposible el
establecimiento de una democracia directa pura.
Aunque la democracia directa puede considerarse un modelo ideal insuperable de participación de
la mayoría, las condiciones imperantes en las sociedades actuales parecen, por lo tanto, impedir la
instauración de una democracia directa. El reconocimiento de esta imposibilidad, sin embargo no
debe conducir a suponer que el reclamo de una mayor participación de los ciudadanos en las
decisiones políticas carece de sentido. Aunque la cantidad de ciudadanos en los Estados actuales
y la complejidad de Ia vida moderna impiden el establecimiento de una democracia directa, existen,
sin embargo, mecanismos que permitirían una mayor participación popular dentro de las
democracias representativas. Para estudiar estos mecanismos no resulta suficiente la distinción
entre democracia representativa y democracia directa, señalada más arriba, sino que deben
distinguirse diversos tipos de representación democrática. Sólo mediante una cuidadosa
consideración del concepto de representación se puede transformar la consigna que exige una
mayor participación democrática medianamente operativa.
Gobierno Miquel Caminal Badia (1952-2014) Manual de Ciencia Política
En la historia del pensamiento político, y en la de la ciencia política, la palabra «gobierno»' ha
venido revistiendo significados diversos. Indagar en esta diversidad es un modo útil de acolar la
noción de gobierno que en este capítulo es oportuno adoptar como punto de partida. Un primer
significado, que hunde su raíz en el pensamiento clásico, identifica gobierno y régimen político, esto
es gobierno y ordenamiento de los cargos públicos, quiénes los ejercen y con qué finalidad (Bobbio
1987). Ésta es la perspectiva que adoptó Aristóteles cuando, en el tercer libro de su Política
presentaba su tipología de formas de gobierno: la monarquía o gobierno de uno; la aristocracia o
gobierno de pocos: y la «politía» o gobierno de los más. A las que añadía otras tres formas,
consecuencia de la degeneración de esas tres primeras: la tiranía, la oligarquía y la democracia. En
la arraigada tradición anglosajona — vigente hoy en día— el término «gobierno», government se
refiere al conjunto de los poderes públicos. Y Blacktone por ejemplo, cuando en
su Commentaries on the laws of England (1765) estudiaba las relaciones constitucionales, el
término «government» aludía a la corona, el parlamento y los jueces. Por tanto este uso lingüístico
abarca un campo institucional prácticamente similar a aquel a que se refería el pensamiento
clásico. Hay otra raíz semántica, alejada de la perspectiva institucional, en el examen de lo que sea
el gobierno. Éste se nos presenta ahora asociado a la noción politológica de «clase política». En
su Sulla teoría del governi e sul governo parlamentare (1884). Gaetano Mosca escribía acerca de
aquella clase especial de personas que con independencia de las formas de gobierno y del nodo

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de reclutamiento, ejercen las funciones públicas. Estas personas son las que integran el gobierno; y
lo esencial de este gobierno consiste precisamente en la organización de tal clase política.
Pero, retomando la perspectiva institucional, hay otra acepción, bastante más específica, de la
palabra gobierno. Se refiere al equipo formado por el presidente de la república o la corona — en el
supuesto de que tales jefes de Estado tengan poderes de gobierno—, y el presidente del gobierno,
los posibles vicepresidentes y los ministros, que se reúnen formando el consejo de ministros o
gabinete. Pero esta composición del gobierno ha variado en gran medida a lo largo de la historia
contemporánea y según los países. Al comienzo, el gobierno se refería al rey de la monarquía
constitucional, que gobernaba efectivamente y que disponía de un equipo de colaboradores, los
ministros, que andando el tiempo se reunirían en un órgano diferenciado, el consejo de ministros o
gabinete. En el caso del presidencialismo de EEUU el gobierno es cosa del presidente de la
república, acompañado de sus secretarios de departamento y otros colaboradores. En
los semipresidencialismos del siglo XX como en Francia actualmente, el gobierno reúne al
presidente de la república que dispone de poderes gubernamentales efectivos, al primer ministro,
los ministros y el consejo de ministros. Sin embargo, en las monarquías o en las repúblicas
parlamentarías, la corona o el presidente de esta —en suma, los jefes de Estado— no tienen
poderes de gobierno y en consecuencia, no forman parte de éste. Es el caso español actual y por
esto, cuando la Constitución española de 1978 menciona el gobierno, se refiere normalmente al
equipo integrado por el presidente del gobierno, el vicepresidentes, en su caso, y los ministros, que
se reúnen en consejo de ministros. (Hay una acepción un poco más amplia de lo que es el
gobierno. Es aquella que añade a este equipo una serie de cargos nombrados por él mismo —
cargos de su confianza como son en el caso español, los secretarios de listado, los subsecretarios.
Ahora bien, esta segunda acepción de la noción de gobierno, que es precisamente la que
predomina en la Europa continental, está asociada estrechamente a la idea jurídico-política de
poder ejecutivo.
En la definición de Estado de Derecho existen profundas divergencias.
Para algunos autores, todo Estado lo es de Derecho, puesto que se rige por normas jurídicas,
cualquiera que sea su procedencia o la autoridad de que dimanen, con tal que tenga la posibilidad
de hacer cumplir sus determinaciones dentro del orden interno. En consecuencia, el concepto sería
aplicable lo mismo a un gobierno democrático y constitucional que a uno autocrático y tiránico. Sin
embargo, la mejor doctrina es absolutamente contraria a esa tesis, por entender que el Derecho no
puede estar representado por la voluntad de una persona o de una minoría que se impone a una
mayoría, y, en ese sentido, sólo es Derecho la norma emanada de la soberanía popular en uso de
su poder constituyente. De ahí que Estado de Derecho equivalga a Estado constitucional con el
contenido dado a esa idea.
El Estado de Derecho es aquel en que los órganos del Poder Público (ejecutivo, legislativo, judicial,
electoral) son interdependientes y coordinados y representan, al gobierno del pueblo, por el pueblo
y para el pueblo. Los órganos del Poder Público nacen del pueblo en forma más o menos directa.
Actúan, pues, en su nombre, bajo el imperio de las normas constitucionales. El gobierno es la
colaboración y concurrencia de esos órganos, identificados a través de la norma jurídica.
CARACTERÍSTICAS
IMPERIO DE LA LEY. Tanto gobernantes y gobernados deben inexcusablemente respetar la ley.
DIVISION DEL PODER PÚBLICO. Este mecanismo que garantiza el uso indiscriminado del
poder. Además, permite establecer sistemas de fiscalización y control entre los mismo.
DERECHOS FUNDAMENTALES. En un Estado de Derecho se reconocen un conjunto de
Derechos Fundamentales y Deberes de los ciudadanos. Actualmente se aboga para que no haya
tal reconocimiento, sino que, para que considere un Estado de Derecho debe existir el respeto
absoluto a los Derechos Humanos.
SISTEMA DE RESPONSABILIDADES. Para considerarse un Estado de Derecho debe existir un
sistema de responsabilidades para los servidores públicos, así demandar los errores de los
administradores.
CONTROL JURISDICCIONAL DE LA LEGISLACIÓN. Para que exista un estado de Derecho debe
haber un ente, independiente de los órganos del poder público, que controle la posibilidad de
vulneración de constitución política.
ÓRGANO JUDICIAL DEBE RESPETAR ESTRICTAMENTE EL DEBIDO PROCESO. El Debido
proceso penal es el conjunto de etapas formales secuenciadas e imprescindibles realizadas dentro
un proceso penal por los sujetos procesales3 cumpliendo los requisitos prescritos en la
Constitución con el objetivo de que: los derechos subjetivos de la parte denunciada, acusada,
imputada, procesada y, eventualmente, sentenciada no corran el riesgo de ser desconocidos; y
también obtener de los órganos judiciales un proceso justo, pronto y transparente
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Ciudadanía
“La trayectoria de la ciudadanía en Argentina. Derechos humanos y ciudadanía”. Nora
Britos. Nos proponemos reconstruir algunos momentos que consideramos clave para comprender
el desarrollo no lineal y accidentado de los derechos humanos y ciudadanos en Argentina. Una
consideración orienta la tarea de reconstrucción: la expansión de los derechos se vincula con
luchas sociales; y las luchas suponen procesos de organización de actores políticos y sociales
(procesos complejos que suponen la resolución de dilemas de acción colectiva específicos para
cada sector social, en los que intervienen diferenciales de acceso a recursos de poder,
componentes ideológicos, tradiciones de confrontación entre actores y fundamentalmente pautas
de intervención del Estado con respecto a estas luchas). Por otra parte, es preciso reconocer que la
institucionalización de los derechos y su vigencia plena se transforman en el tiempo y para los
distintos sectores sociales (lo que incluye, por supuesto, retrocesos).
La lucha por los derechos, o mejor dicho, en palabras de Hannah Arendt, “la lucha por el derecho a
tener derechos”, incluye luchas relativas a lograr el estatuto público de cuestiones que
eventualmente no han sido politizadas anteriormente, luchas en las que los actores que consideran
necesaria su incorporación a la ‘agenda’ de asuntos vigentes reclaman sea reconocido su carácter
político y en general, demandan en diversos grados y sentidos la intervención estatal. Los
resultados de estas luchas definen el sentido, alcances y contenidos de un estado democrático de
derecho, y suponen asimismo disputas por la efectiva disposición de los mecanismos y recursos
que faciliten o promuevan el acceso a ciertos bienes, incluyendo la justicia. Al tratarse de procesos
en torno a los que se constituyen actores colectivos, también incluyen formas de apropiación y
resignificación de identidades que van constituyendo la base para la configuración de memorias.
La categoría de ciudadanía ha adquirido una inusitada vigencia en el análisis político en la década
de 1990. La distinción entre dimensiones de la ciudadanía civil, política y social, que realizara
Marshall y en la que se basa el uso sociológico del concepto, puede resultar, paradójicamente, el
último bastión de las desigualdades, en particular, cuando su uso representa el establecimiento de
límites al disfrute de derechos para quienes no son ciudadanos.
Thomas Herbert Marshall distinguió entre derechos civiles, políticos y sociales, que en su conjunto
conformarían los ‘derechos de ciudadanía’. En contraposición a esta clasificación, Luigi Ferrajoli,
jurista italiano, sostiene enfáticamente que “semejante tesis, que está en contradicción con todas
las constituciones modernas –no sólo con la Declaración universal de derechos de 1948, sino
también con la mayor parte de las constituciones estatales que confieren casi todos estos derechos
a las ‘personas’ y no sólo a los ‘ciudadanos’ – ha sido relanzada en los últimos años, precisamente
cuando nuestros acomodados países y nuestras ricas ciudadanías han comenzado a estar
amenazadas por el fenómeno de las inmigraciones masivas. En suma, llegado el momento de
tomar en serio los derechos fundamentales, se ha negado su universalidad, condicionando todo su
catálogo a la ciudadanía con independencia del hecho de que casi todos, exceptuados los
derechos políticos y algunos derechos sociales, son atribuidos por el derecho positivo –tanto estatal
como internacional no sólo a los ciudadanos sino a todas las personas”.
Ferrajoli sostiene que el concepto de derechos humanos o derechos fundamentales de la persona
es más abarcativo que el de ciudadanía. Ello es así en tanto los derechos humanos deben ser
reconocidos a todos en tanto persona humana, mientras que los derechos de ciudadanía son
restringidos a la pertenencia a un estado nación.
Propone clasificar los derechos en cuatro categorías: los derechos civiles, los derechos políticos,
los derechos de libertad y los derechos sociales. “La primera pareja de esta clasificación
cuatripartita –los derechos civiles y los derechos políticos- forma la clase de los derechos- poderes
o derechos de autonomía, respectivamente en la esfera privada y en la esfera pública: se trata, en
ambos casos, de derechos cuyo ejercicio consiste en decisiones, es decir, en actos jurídicos que
producen efectos por la acción de sus titulares, y que presuponen la capacidad de obrar en el
ámbito civil, en el primer caso, y político, en el segundo. La segunda pareja –los derechos de
libertad y los derechos sociales forma la clase de los derechos- expectativa, que consisten
respectivamente en expectativas negativas y en expectativas positivas e implican, por parte de los
poderes públicos, prohibiciones de interferencia en un caso, y obligaciones de prestación en el otro.
Las dos clases de derechos corresponden a dos diversas fuentes de legitimación del sistema
político y a dos diversas dimensiones, una formal y otra sustancial, de la democracia: los derechos
–poder o de autonomía, tanto civiles como políticos, son derechos formales o instrumentales, en
cuanto permiten fundar y legitimar las formas (el quién y el cómo) de las decisiones,
respectivamente en la esfera privada del mercado y en la pública de la democracia política (o
‘formal’); los derechos- expectativa, tanto de libertad como sociales, son en cambio derechos
sustanciales o finales, ya que permiten vincular y legitimar el contenido o la sustancia (el qué) de
las decisiones, y por tanto, fundan una dimensión de la democracia que bien podemos llamar
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‘sustancial’. Del todo independiente de esta división cuatripartita es la otra distinción que se
establece en el campo de los derechos fundamentales: la que permite distinguir entre derechos del
hombre o de la personalidad y derechos del ciudadano o de ciudadanía. A diferencia de la anterior,
esta segunda distinción no está basada ya en características intrínsecas o estructurales de los
derechos, y depende enteramente del derecho positivo, es decir, del hecho de que hayan sido
conferidos por éste a todos los individuos en cuanto personas, o sólo a las personas en cuanto
ciudadanos. De hecho, en los ordenamientos modernos, los derechos políticos suelen ser
habitualmente derechos de ciudadanía, y los derechos civiles suelen ser de la persona. Nada
impide sin embargo que un ordenamiento amplíe el derecho a voto a los no ciudadanos residentes
o restrinja en todo o en parte el ámbito de los derechos civiles sólo a los ciudadanos. Los derechos
de libertad son, en cambio, en su mayor parte, derechos de la persona. Pero existen dos derechos
de libertad (no contemplados por Marshall) –el de residencia y el de circulación dentro del territorio
de un estado- que han sido inexorablemente (Art. 16 de la Constitución italiana) reservados a los
ciudadanos. Los derechos sociales pueden ser, y habitualmente lo son, en parte de la persona y en
parte del ciudadano. En el ordenamiento italiano, por ejemplo, son derechos de la persona, aunque
de hecho quedan en entredicho por la falta de ciudadanía, el derecho a la salud (Art. 32 de la
Constitución), a la educación (Art. 34) y a un salario justo (Art. 36); son de ciudadanía, en cambio,
el derecho al trabajo (Art. 4) y el derecho a la subsistencia y a la seguridad social (Art. 38)”.
Esta extensa cita permite efectuar una clarificación sobre lo que está en juego en las luchas por
derechos, y en especial, en el carácter ciertamente problemático de la categoría ciudadanía
cuando se la utiliza en un sentido excluyente. En las controversias sobre la categoría ciudadanía,
un aspecto central, a nuestro entender, lo constituye la preocupación por los sujetos de los
derechos sociales, que, con variaciones nacionales plasmadas en diversas constituciones, pueden
ser los trabajadores, los ciudadanos, o los hombres y mujeres que, aun no gozando de la
ciudadanía, residan en un territorio. La amplitud o restricción de las categorías de sujetos de
derechos ilumina la tensión inherente al concepto de ciudadanía: su uso puede representar una
crítica inmanente a los arreglos institucionales que se basan en el empleo formal para el acceso a
la protección social, y excluyente cuando la ciudadanía opera restringiendo prestaciones a los no
ciudadanos, colisionando con los derechos del hombre. En este sentido, especialmente las
migraciones en el pasado y hoy siguen interpelando la configuración de los derechos y los criterios
de inclusión/ exclusión que generan y admiten.
En nuestro caso, resulta de importancia destacar que la categoría ciudadanía favorece la crítica a
las políticas sociales restrictivas, orientando la discusión hacia un modelo de protección social
universalista, universalismo que requiere ser revisado a la luz de la ampliación de los derechos
sociales a todos los habitantes de un territorio, sean cuales sean sus condiciones migratorias. Para
pensar esta problemática de los migrantes, tan presente en los procesos de integración regional,
parece más apropiado reintegrar el debate de los derechos sociales en la constelación de los
derechos humanos, y no restringirlos a derechos de ciudadanía. En este sentido, la perspectiva de
los derechos de la personalidad o derechos humanos (incluyendo en tal conjunto los derechos
sociales), permitiría articular mejor que la perspectiva de la ciudadanía el universalismo en cuanto a
los sujetos concernidos en los derechos, y el igualitarismo en cuanto a las prestaciones sociales.

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