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La concentración de CO2 en la atmósfera está aumentando desde finales del siglo XIX
y el ritmo de aumento se aceleró a finales del siglo XX, pasando de 0,5 ppm/año en
1960 a 2 ppm/año en año 2000 (valor mínimo de 0,43 en 1992 y máximo de 3 ppm en
1998). Desde 2000, la tasa anual de aumento apenas ha cambiado.
Las emisiones antropogénicas mundiales están aumentando cada año: en 2007 las
emisiones de CO2 eran 2,0 veces mayores que en 1971.En 1990 fueron emitidas
20.878 (Giga toneladas)/año de CO2 y en 2005 (26.402), o sea un aumento del 1,7%
por año durante este período. La combustión de un litro de gasolina genera 2.3 kg de
CO2 y la de un litro de gasóleo 2,6 kg de CO2.
-A partir de 0,1%, (1000 ppm), el CO2 se convierte en uno de los factores de asma o
del síndrome de los edificios. Esta concentración es el máximo permitido para el
diseño de sistemas de aire acondicionado, en el interior de los edificios y de las
viviendas.
En las plantas: a dosis bajas, el CO2 estimula el crecimiento, pero los experimentos en
el invernadero y en un entorno natural enriquecido en CO2 han demostrado que esto
es válido sólo hasta un cierto límite, más allá del cual el crecimiento se mantiene
relativamente estable o disminuye. Este umbral varía según las especies vegetales
consideradas. No se sabe si este efecto es duradero. Después de unos años,
fenómenos de acidificación del medio ambiente podrían posiblemente actuar en la
dirección opuesta.
Calentamiento Global:
Lo que mucha gente ignora es que los gases de efecto invernadero permanecen
activos en la atmósfera mucho tiempo, por eso se les denomina de "larga
permanencia". Así del CO2 emitido a la atmósfera aproximadamente el 50% tardará 30
años en desaparecer, un 30% permanecerá varios siglos y el 20% restante durará
varios miles de años.
Para afrontar un fenómeno tan diverso y complejo como el del cambio climático es
indispensable la colaboración de los diversos actores sociales, administraciones,
empresas, organizaciones y, por supuesto, ciudadanos. Y para resolverlo hay que
actuar tanto sobre la búsqueda de soluciones como desde la prevención.
Los árboles, al igual que el resto de las plantas, absorben dióxido de carbono (CO2),
por lo que contribuyen a la lucha contra el cambio climático. Lo que se desconocía era
la cantidad exacta que absorbían. Un proyecto de la Universidad de Sevilla lo ha
desvelado.
Los responsables del proyecto afirman que hay grandes diferencias según la especie.
Las más eficientes son el pino carrasco y el piñonero, que absorben 48.870 y 27.180
kilos de CO2 al año, respectivamente. En cambio, el alcornoque sólo absorbe 4.537
kilos.
El informe también revela que un kilómetro cuadrado de bosque genera mil toneladas
de oxígeno al año, que una hectárea arbolada urbana produce al día el oxígeno que
consumen seis personas, y que un árbol de unos 20 años absorbe anualmente el CO2
emitido por un vehículo que recorre de 10.000 a 20.000 kilómetros.
Hay que dejar en claro que el césped no es tan malo como se plantea, si es una gran
ayuda para la captación del CO2, pero el espacio que necesita es mucho, en
comparación al espacio que podría usar un árbol.
Tenemos que considerar que el árbol crece mucho y este crecimiento también
demanda mas co2, en cambio el césped se mantendrá de la misma manera por
estética.
También hay que hablar acerca del cuidado que se le tiene que dar a ambos, el
césped demanda demasiado cuidado , a comparación de un árbol que básicamente
crecerá al ritmo de la naturaleza o su entorno( urbano, bosque, reserva, etc.)
Este estudio es para dar un hincapié a la sociedad y hacer que se den cuenta de la
importancia que tiene plantar un árbol, no tratamos de menospreciar al césped,
también es importante, pero el que mayor aporte nos trae en esta época de cambios
climáticos y de contaminación es el “Árbol”.