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Presentación de “¿Qué es “lalengua”?


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Por Carlos Dante García


Publicado en Lectura Lacaniana: 19 marzo, 2014
El término lalengua es introducido por
Jacques Lacan en su Seminario “Aun”, libro 20
en el año 1972-1973 El Seminario “Aun”, en
francés “Encore” hay que entenderlo
homofónicamente como el mismo Lacan
invita a hacerlo: “En-corps”, “En cuerpo” en
castellano, donde se pierde la homofonía. El
Seminario XX presenta en la enseñanza de
Lacan una revisión, un viraje, una producción
de términos neológicos impactantes. El
Seminario se sitúa en la perspectiva en la que
Lacan se interroga sobre el goce. La inversión
que mencionamos consiste en que antes en su enseñanza Lacan había situado al goce
como secundario respecto del significante. El cambio del goce por el significante es un
cambio fundamental por las consecuencias clínicas, pragmáticas y políticas que tiene para el
psicoanálisis. Se puede seguir este cambio en “Los seis paradigmas del goce” de J. A. Miller.
Lacan había recurrido a la lógica y a la gramática para tratar de dar cuenta de la sexualidad,
del inconsciente y de la dirección de la cura. Esta orientación se produce entre los
Seminarios “La lógica del fantasma” (14) y el Seminario “Aun” (20). En éste utiliza la lógica
llamada cuantificada para dar cuenta de la diferencia de los sexos en su relación con el goce
a partir de la llamada función F(x). Estos Seminarios se pueden nombrar como lo hace

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J.A.Miller como un período en el que Lacan apoya lo simbólico en la estructura lógica. Este
período está para Miller incluido en período simbólico como se puede seguir en el curso “El
ultimísimo Lacan” en el capítulo XIII, “Períodos en la enseñanza de Lacan”. En el Seminario
“Aun” se inicia el período topológico con el nudo borromeo y el toro. Que el lector de
“Lectura Lacaniana” se pueda orientar por el lugar que presenta la aparición del término
lalengua en la enseñanza es fundamental. Para nosotros, siguiendo a J.A.Miller, Lacan en su
última enseñanza invierte el privilegio que le daba al lenguaje. En la primera parte de su
enseñanza, sobre todo en los “Escritos” privilegiaba el lenguaje ante la diversidad de las
lenguas. En cambio, en el Seminario 20 privilegia las lenguas en lugar de la estructura del
lenguaje. Siguiendo a Miller entonces, el Seminario “Aun” es donde situamos el comienzo de
la última enseñanza de Lacan y en donde cuestiona la estructura del lenguaje.

Entonces, en lugar del inconsciente estructurado como un lenguaje, en lugar de esto


lalengua, a partir de afirmar que no está para nada seguro que la lengua sirva para el
dialogo. Al escribir lalengua con y en una sola palabra, sin distinguir el artículo y el
sustantivo, indica con esa escritura que la lengua sirve para el goce y por lo tanto, el goce no
comunica.

En “Aun” el lenguaje y su estructura aparecen como secundarios y derivados de lo que llama


lalengua. Lalengua es la palabra antes de su ordenamiento gramatical y lexicográfico,
separada por tanto del lenguaje.

Con esta condición, Lacan plantea una inclusión originaria y privilegiada del goce, en
detrimento de la estructura y sus articulaciones, que nos abre el espacio actual en el que
exploramos: el imperio de la no relación, de la disyunción del significante y del significado,
del goce y del Otro, del hombre y de la mujer, bajo el modo de no hay relación sexual.

¿Por qué elegimos éste neologismo lacaniano para nombrar con una pregunta: “¿Qué es
lalengua?”? una de nuestras secciones. Lo elegimos porque nos parece fundamental para
investigar cuáles son las consecuencias clínicas y prácticas para la orientación lacaniana de
semejante propuesta, a nivel de lo que modifica al psicoanálisis como práctica, a nivel de lo
que podemos comprender y continuar de la ultimísima enseñanza de Lacan, a nivel de lo
que se propone a partir de lalengua sobre las posibilidades de intervención del
psicoanalista, a nivel de lo que podemos aprender de la práctica y la creación de la poesía,
etc.

Para esto, hoy sólo agregaremos, unos párrafos que muestran cómo Miller en su curso “El
ultimísimo Lacan” en el capítulo XVI “Lo visual” articula el pasaje en Lacan del lenguaje
estructurado a lalengua.

En las próximas entregas ofreceremos cómo y en qué momento, o sea, en qué Seminario
aparece el término lalengua. ¿Qué usos hace Lacan del mismo en diferentes Seminarios,
antes y después del Seminario “Aun”? ¿Qué fenómenos subjetivos, en la experiencia
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analítica, en la poesía, podemos articular a lalengua? ¿Qué aporta lalengua a la práctica del
fin de análisis, del pase como testimonio y como articulación con lo real?

Jacques, A, Miller nos dice:

“Aquí debemos puntuar una separación, esta separación interviene cuando Lacan cambia
de referencia, pasa del lenguaje estructurado como un lenguaje, es decir estructurado – es
esto lo que pasa al primer plano cuando decimos inconsciente estructurado como un
lenguaje, no nos interesamos más que en el inconsciente y el lenguaje, toda la cuestión es
saber en qué el lenguaje está estructurado – por lo tanto, Lacan cambia de referencia: del
lenguaje como estructurado a lalengua.
Allí se produce lo que llamaba una separación, especialmente con la última lección del
Seminario XX titulado Aun – por eso databa de ese momento la última enseñanza de Lacan.

Podemos decir que, a partir de ese momento, Lacan hace uso de un nuevo elemento visual
que es el de los nudos.
El uso de este nuevo elemento visual consagra el eclipse del orden simbólico, en su
reflexión, al punto que lo simbólico, lo he señalado, se manifiesta en ellos como
homogéneo a las otras dos dimensiones.

Lo culminante de esta nueva tentativa es el Seminario XXIII, El Sinthoma. El sinthoma


aparece de este modo como la categoría clínica, si puedo decirlo, ligada a lo visual del nudo
borromeo. Y en este Seminario, las cuestiones que relanzan la reflexión son cuestiones de
arquitectura y de relación, podríamos incluso decir que la gran cuestión que trata este
seminario con estos elementos visuales es: ¿en qué condiciones esto se mantiene unido?
¿Se mantiene unido de a tres? ¿Se mantiene unido de a cuatro? Tal es la búsqueda a tientas
que se despliega allí.

He puesto aparte, ustedes lo saben, los dos últimos Seminarios, el XXIV y el XXV. Porque, en
primer lugar, el XXIV introduce otra categoría clínica: luego del sinthoma, lo que Lacan llama
la una – equivocación – es una traducción fonética del Unbewusst freudiano, si traducimos
semánticamente, en función del sentido, decimos: el inconsciente, si traducimos
fonéticamente, transcribimos, decimos: la una – equivocación (l´une-bévue) -, luego del
sinthoma la una – equivocación.

En relación con la una –equivocación el sinthoma aparece como una macro unidad, que se
desprende del inconsciente, sin duda, del inconsciente definido, en El Momento de concluir
como la cara de real de aquello con lo que se está obstaculizado. Sería el testimonio, si
hiciera falta, de que es sobre la vía del inconsciente real que Lacan avanza en su muy última
enseñanza. Al punto en que lo veremos en determinado momento, por otra parte, que el
amor le parece una bizarría, algo extraño; es decir que lo que orienta eso no es lo que yo
llamaba en otra parte el inconsciente transferencial.

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En relación con esta macro unidad, la una – equivocación es una micro unidad, que si
seguimos la primera lección de L’insu que sait de l’une-bévue, incluye el acto fallido, y
también el chiste e incluso el sueño.

Es decir, Lacan retoma, con este término, todos los fenómenos que habían atraído a Freud
en su vía, en función de sus obras iniciales que son “La interpretación de los sueños”, “La
psicopatología de la vida cotidiana”, El chiste y su relación con el Inconsciente”, en las cuales
Lacan se apoyó en su primer impulso hacia la construcción del orden simbólico. Es lo que
retomó en su Seminario V, como las formaciones del inconsciente, y luego distinguió en su
Seminario XI, Los cuatro conceptos fundamentales, con el acento según el cual se trataba de
tropiezos del orden simbólico. Esto implicaba, en esa época, que él pusiera por su parte
esto, en oposición con el orden simbólico a la Lévi-Strauss. ¡Y bien! Con la Una-equivocación,
estamos en la terminación de este movimiento comenzado en enero de 1964. Es decir que,
con la una-equivocación, Lacan, que lo desarrolla poco en toda su última enseñanza, aísla
algo como – hay que decir algo – una unidad constitutiva – en mis notas había escrito:
constituyente, sí, había dudado entre estos dos términos – del inconsciente.
Es paralelo a lo que se puede decir de lalengua.
Con lalengua Lacan introdujo algo que iba más lejos que el lenguaje. Al menos en este
sentido que, con respecto a lalengua, el lenguaje aparece como una elucubración de saber –
y ya allí iba más lejos que el inconsciente estructurado como un lenguaje.

La une-bévue [Acto fallido- chiste-Sueño]

Con esta unidad mínima que es la una-equivocación, lo que aparece como una elucubración
de saber sobre la una-equivocación es el inconsciente. Es allí, me parece, donde reside el
sentido a dar a este: más lejos que el inconsciente. Es que el inconsciente no aparece como
un dato, sino como una elucubración que toma su punto de partida de un hecho
extremadamente pequeño sobre el cual se han construido catedrales.
Por lo tanto, la muy última enseñanza de Lacan tiene el valor de un retorno, un retorno al
hecho, un retorno a la cosa misma.
De la misma manera, allí donde Lacan hablaba de orden simbólico – reglándose en la
estructura de lenguaje tal como se desprende de la lingüística, incluso si esta estructura él la
trabajaba, la esculpía -, allí en su muy última enseñanza, se ocupa más del cuerpo de lo
simbólico, que se llama lalengua. El cuerpo de lo simbólico tiene el lugar del orden
simbólico.

Orden simbólico

Cuerpo de lo simbólico

El movimiento que yo llamaba de retorno, es por lo tanto un retorno más acá. Más acá de
las elucubraciones. Y por lo tanto, es un discurso extremadamente mínimo el del muy
último Lacan, extremadamente frágil, en una relación constante de vigilancia sobre sí
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mismo, siempre listo a captarse en el momento de la elucubración, para tratar de atenerse
a la pureza de lo que ocurre, de lo que pasa.

De este modo comprendo por qué Lacan comienza su Seminario XXIV, L´Insu, con
consideraciones sobre la identificación sobre la cual no volverá. He titulado este primer
capítulo: “Ensayo de una topología de la identificación”, porque Lacan se propone ordenar
los tres tipos de identificación distinguidas por Freud en su Massenpsychologie, su
“Psicología de las masas”, o de las multitudes, en tres modos diferentes de inversión del
toro. Pero se interesa en la identificación en tanto que, dice, se cristaliza en una identidad.
Se interesa, me parece, en la medida en que la identidad no sería sino el producto de una
identificación, y precisamente apunta a lo que hay antes de la identificación: si puedo
decirlo, unidades pre identidad. De tal modo que la identidad, es una elucubración a partir
de lo no identidad.
Y con respecto a esto, la cuestión habita a partir de los elementos visuales toda su última
enseñanza: ¿es lo mismo? Cuando ustedes tienen en el pizarrón, figuras complejas, ¿es lo
mismo? Es como poner en escena aquí la crisis de la identidad cuando se ha vuelto al más
acá de la operación identificadora”

24 de noviembre de 2013 Carlos Dante García

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