Вы находитесь на странице: 1из 4

LEY DE SALUD MENTAL NACIONAL EXP_ 0126/09

Es Inconstitucional porque:

1) Esta Ley viola normas legales de jerarquía superior contrariando el orden del art. 31 de
la Constitución Nacional y por afectar gravemente los derechos constitucionales a la
libertad, la integridad psicofísica, la salud y la vida de los habitantes de la Nación
Argentina afectados por padecimientos mentales y, finalmente , por contrariar alguna
de ellas el principio republicano de la división de los poderes. Se funda la pretensión
en las consideraciones que a continuación se expone:

El Código de ética para el equipo de salud elaborado por la


Asociación Médica Argentina establece que: “la medicina es una ciencia y profesión al
servicio de la salud del ser humano” (art. 46) y que el equipo de salud está obligado a
“procurar la mayor eficacia en su desempeño asegurando el mejor nivel en la calidad de la
atención…”(art. 53).

A su vez el Código de ética de la Confederación médica de la República Argentina prescribe


que “en toda actuación el médico cuidará a sus enfermos ateniéndose a su condición
humana” (art. 1) y “el respeto mutuo entre los profesionales del arte de curar, la no
intervención en los límites de la especialidad y el evitar desplazarse por medio que no sean
los derivados de la competencia científica constituyen las bases de la ética que rige las
relaciones profesionales” (art. 25).En el art. 27 se dice: “ El médico no debe confiar a los
auxiliares de la medicina lo que exclusivamente le corresponde en el ejercicio de la
profesión ni ejercerá las funciones propias de ellas”.

Una de las finalidades trascendentes de los médicos es el resguardo y control de una


atención asistencial eficiente en resguardo de valores supremos de los destinatarios de su
actividad profesional: la salud, la vida y la libertad de los pacientes.

El recto ejercicio de la medicina es incompatible con actitudes superficiales y la


circunstancia que las asociaciones que representan a los médicos y profesionales de la
salud estime que las normas legales cuestionadas afectan derechos constitucionales de los
destinatarios de su actividad, impone el necesario tratamiento jurisdiccional y, en su caso,
la tutela judicial con el acogimiento de la pretensión.

Son numerosas las objeciones constitucionales que se reprocha a la Ley de S. Mental


Nacional (EXP. 0226/2009) que cuenta con media sanción en la Cámara de Diputados de la
Nación. En sustancia, compromete gravemente los derechos a la vida, a la integridad
psicofísica, a la salud, a la libertad, afecta el orden jerárquico de las normas y afecta el
principio republicano de división de poderes.Se trata separadamente estas cuestiones.

1) AFECTACIÓN DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES A LA VIDA. ALA SALUD Y A LA


INTEGRIDAD PSICOFÍSICA

a) Derecho constitucional a la vida.

Antes de la Reforma constitucional de 1994, el derecho a la vida tenía un reconocimiento


explícito (CSJN fallos 302-1284) y con el otorgamiento de rango constitucional a tratados
internacionales (art. 75 inc.22CN) la tutela de ese derecho, si se quiere ha quedado
corroborado: Convención Americana de Derechos Humanos, art. 4; Declaración Universal
de D. Humanos, art. 3; Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, art. 6 y
Convención sobre los Derechos del Niño, art. 6.
Su relevancia es tal que sin vida, pierde sentido hablar de todos los restantes derechos. Ha
afirmado la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “ Esta Corte ha declarado que el
derecho a la vida es el primer derecho de la persona humana que resulta conocido y
garantizado por la Constitución Nacional” (fallos 302-1298).

b) Derecho Constitucional a la Salud o la Integridad psicofísica.


El art. 33 de la Constitución Nacional recoge innominadamente este derecho y lo
reconocen los tratados internacionales con rango constitucional (art. 75 inc.22) entre
ellos el art.XI de la Declaración americana de los derechos y deberes del hombr; el art. 25
de la Declaración universal de los derechos humanos y el art. 12 inc “d” del Pacto
Internacional de derechos económicos, sociales y culturales.

En la situación que se considera, se trata del derecho subjetivo de cada habitante a que su
salud sea protegida y se facilite el acceso a servicios de atención pública o privada con el
objeto de prevenir, tratar y/o rehabilitar su salud ( Kraut, Alfredo, Derechos de los
pacientes, Abeledo Perrot, p.203).

En ese orden, es evidente que un adecuado funcionamiento del sistema asistencial de la


salud no se completa con la mera prestación del servicio requerible para la prevención, el
tratamiento o la rehabilitación, sino que se requiere imprescindiblemente que éste se
brinde de modo “eficiente”.Así se ha dicho: “El deber de la prestación de servicios de
salud no se agota con la puesta en marcha de un servicio deficiente, sino que debe velar en
forma permanente por su adecuado funcionamiento, asegurando la continuidad y
regularidad del tratamiento…no se trata de exigir resultados exitosos en materia de salud,
sino que los standards de servicios adecuados sean celosamente respetados”.(Sala II, C de
Ap. En lo C.A y T, “Asociación de Médicos Municipales de la CABA c/ GCBA s/ Amparo,
expte.4523/0”, agosto 22 de 2002.
En rigor , como se ha afirmado, el derecho a la prestación de la salud constituye una
prolongación (Cifuentes, Santos, Derechos personalísimos 2º edición. Astrea, p. 231 y ss.)
o una derivación (Padilla, Miguel, Lecciones sobre derechos humanos y garantías, t II,
Abeledo Perrot, p. 24) o un corolario (Mosset Iturraspe, Jorge, Visión jurisprudencial de la
vida humana, t.I, Rubinnzal Culzoni, p.90) del derecho a la vida y a la integridad física.

C) La afectación de los indicados derechos constitucionales de los pacientes


psiquiátricos por las normas legales cuestionadas.

El adecuado resguardo a los derechos constitucionales enunciados en a) y b) requiere de


las prestaciones asistenciales de salud –es decir los tratamientos de prevención, curación
o rehabilitación- se realicen por quienes cuenten con las condiciones legales y de
idoneidad necesarias para realizarlas.
En esa línea de ideas se impone:
1) Que quienes lo realicen cuenten con la habilitación legal para realizar el acto
asistencial de que se trate.
2) Correlativamente, que cuenten con la formación y los conocimientos indispensables
para realizarlos eficientemente, lo que se presumirá con la obtención del título de
grado y, en su caso, con la obtención del título de especialista.
Las precedentes afirmaciones son categóricas y terminantes. Quienes no cuenten con la
habilitación legal necesaria o la formación y los conocimientos indispensables-
circunstancia que resultará de las incumbencias profesionales- no pueden realizar
determinadas prestaciones de salud sin grave detrimento para los derechos
personalísimos de los destinatarios de las mismas.
La circunstancia reseñada, a su vez, permite formular otra consideración, también
terminante: Los cargos de conducción de determinados departamentos o servicios de
Psicopatología /Salud Mental, sólo pueden ser ejercidos eficientemente por quienes están
habilitados legalmente y poseen los conocimientos e información científica suficientes
para “conducir” las prestaciones de salud de responsabilidad del establecimiento,
departamento o servicio de que se trate. En ese orden resulta inconcebible que un cargo
de “conducción” de un establecimiento de salud mental pueda ser ejercido por quien no
cuenta con la habilitación o los conocimientos para realizar las prestaciones de salud
que le incumben genéricamente al establecimiento de salud mental o al departamento
o servicio específico.

Sucede que las tareas de “Conducción” – por circunscribirse al ejemplo de un servicio de


salud-comportan deberes de “dirección” y ello supone: la función de emitir instrucciones
e indicaciones con los límites de la autonomía científica; la función de formación
profesional del staff que compone el servicio; la tarea de ser receptor y evacuador de
consultas e interrogantes de quien se supone reviste los mayores conocimientos por su
jerarquía; la función de supervisión y control de actividades del servicio y, en
determinadas circunstancias complejas o controvertidas, la responsabilidad de adoptar la
decisión final. El indicado conjunto de deberes, funciones y responsabilidades resulta
ciertamente incompatible con la ausencia de habilitación legal o falta de idoneidad para la
realización de las funciones y actividades que le incumben al servicio o departamento, sin
que quepa prescindir – tampoco- de la circunstancia que quien ejerce cargos de
conducción también debe realizar prestaciones asistenciales y ello supone la habilitación
legal y la idoneidad científica.
Una derivación más puede extraerse de lo expuesto: ser miembro de un jurado en
concursos de cargos de conducción, comporta una delicada y trascendente
responsabilidad. Es directiva esencial que quienes lo ejerzan no sólo estén habilitados
legalmente para la actividad a que se refiere el cargo que se concursa, sino que deben
poseer en grado superlativo los antecedentes, idoneidad y conocimientos científicos
relativos a la actividad prestacional del cargo concursado. No resulta posible que quien va
a evaluar el “currículo” de los concursantes y la exposición oral acerca del tema que se
adjudique, carezca del título profesional de quienes concursan ni tampoco de los
conocimientos propios del título de grado del concursante.

Varias normas del anteproyecto de Ley de Salud Mental (expediente 0226/09) contrarían
los lineamientos hasta aquí expuestos..De ese modo, comprometen gravemente los
derechos personalísimos de los pacientes psiquiátricos, según se expone en el acápite
siguiente.

IV-Acceso a “cargos de Conducción”: Inconstitucionalidad del derecho a concursar que


se consagra.

El art.13 de la mencionada Ley ( Capítulo VI Del equipo interdisciplinario) dice: “Los


profesionales con títulos de grado están en igualdad de condiciones para ocupar los
cargos de conducción y gestión de los servicios y las instituciones, debiendo valorarse su
idoneidad para el cargo y su capacidad para integrar los diferentes saberes que atraviesan
el campo de la salud mental”.

El texto transcripto, como se advertirá, confiere un derecho subjetivo para acceder por
concurso a cargos de conducción en el sistema de salud mental .
Aunque no se lo precisa expresamente, debe entenderse mínimamente
que quedan comprendidos en la expresión: “profesionales de salud mental”- además de
los médicos- los psicólogos, los trabajadores sociales y, aún, los profesionales
universitarios de enfermería con formación en salud mental. Pero cabe destacar que en
dicho capítulo (VI) no enuncia los profesionales que conforman el denominado Equipo
interdisciplinario .

En la expresión “cargos de conducción” quedan comprendidos los cargos de directores de


Hospitales, subdirectores, coordinadores, jefes de departamento, jefes de división, unidad
y sección y también todos los cargos de Establecimientos privados: razonablemente,
debe entenderse que en todos ellos se “conduce” la actividad del establecimiento,
departamento, etc.

Ahora bien, del texto transcripto se infiere con claridad que el derecho que se consagra a
acceder por concurso a cargos de conducción de salud mental a cualquier profesional de
salud mental , abarca, por su carácter genérico- el de concursar cualquier cargo de jefe de
servicio, departamento etc. Cualquiera sea la naturaleza, funciones, deberes y
responsabilidades del servicio de salud mental que se trate.

En otros términos, la norma que se cuestiona, consagra el derecho de acceder un cargo


de jefatura –cargo de conducción- a quienes no poseen la habilitación legal, ni la
formación, ni los conocimientos científicos, ni las incumbencias necesarias para realizar
las prestaciones de salud propias del departamento o servicio cuyo rango de conducción
se concursa.

A fin de comprender la gravedad de lo que se expone resulta ilustrativo conocer las


estructuras orgánico funcional de los Hospitales monovalentes de Salud Mental: Borda,
Moyano, Alvear, Ameghino y Tobar García. ( anexar Estructuras Hospitalarias).

Existen numerosos servicios en dichos hospitales donde la ausencia de habilitación legal


de incumbencias y de formación y conocimientos básicos de profesionales de salud
mental no médicos para ejercer cargos de conducción resultan patentes

Вам также может понравиться