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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO:
PROCESO DE EJECUCION

TÍTULO:

LA MEDIDA CAUTELAR Y SUS CLASES

ESTUDIANTE:

DICK ANDRE ARONI ALVAREZ

PROFESOR
DR. BRAULIO ZAVALETA VELARDE

2019

1
INDICE
INTRODUCCIÓN 3
I. CONCEPTO 4
II. CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES 4
III. FINALIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR 5
IV. IMPORTANCIA DE LA MEDIDA CAUTELAR 6
V. GENERALIDADES SOBRE LAS MEDIDAS CAUTELARES 7
VI. CARACTERISTICAS DE LA MEDIDA CAUTELAR 11
CONCLUSION 13
BIBLIOGRAFIA 14

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INTRODUCCIÓN

Para tratar sobre las medidas temporales sobre el fondo, antes hablaremos de la medida
cautelar para de éste modo ver en qué se diferencian o cual es el grado de similitud que existe
en ello. Para tal caso empezaremos de éste modo:
El termino medida debemos conceptualizarlo en su sentido práctico. La medida cautelar, por
consiguiente es la decisión cautelar ejecutada que presenta características peculiares según
el tipo de proceso al cual cautela, ello explica precisamente que la medida cautelar sea
variable, y tiene como objeto garantizar la la efectividad de la sentencia que resolverá el fondo
del asunto, para de este modo lograr la igualdad entre las partes y la celeridad procesal.
Medida cautelar es la decisión jurisdiccional positiva debidamente ejecutada.
Toda medida cautelar importa un prejuzgamiento. Es provisoria, instrumental y variable.
En otras palabras, lo que pretende una medida cautelar es que al momento que sea resuelta
la controversia judicial, ésta no sea tardía e inútil. Es por ello que las medidas cautelares se
encuentran dirigidas a asegurar la efectividad de la resolución definitiva que en un proceso
judicial se emita.
Mientras que en las medidas temporales sobre el fondo, son medidas cautelares específicas,
que se traducen en la ejecución anticipada de lo que se va a decidir en la sentencia, aquella
puede referirse a la integridad o aspectos sustanciales de la decisión a pronunciarse, tienen
mayor alcance puesto que solo se limitan a adoptar decisiones preventivas para una futura
ejecución forzada, sino que aseguran el contenido del mismo derecho. Donde solo es posible
una asignación provisional.

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PROCESO CAUTELAR
MEDIDAS CAUTELARES
I. CONCEPTO
La medida cautelar, denominada también preventiva o precautoria, es aquella
institución procesal mediante la cual el órgano jurisdiccional, a instancia de parte,
asegura la eficacia o el cumplimiento de la sentencia a dictarse en el proceso que
dirige, anticipando todos o determinados efectos del fallo, en razón de existir vero -
similitud en el derecho invocado y peligro en que la demora en la sustanciación de la
litis traiga como consecuencia que la decisión judicial no pueda reintegrar a la parte
vencedora en el juicio la totalidad de su derecho.

II. CLASES DE MEDIDAS CAUTELARES

No pretendemos en este punto abarcar las diferentes clasificaciones que de las


medidas cautelares hace la doctrina y aun la legislación comparada, en atención a la
diversidad de criterios clasificatorios (siendo unos incompletos y otros demasiado
complejos) que haría muy extensa esta parte de nuestro estudio de las medidas
precautorias, por lo que nos centraremos únicamente en la clasificación que se des -
prende del ordenamiento procesal peruano.

Así tenemos que pueden clasificarse las medidas cautelares:

A. De acuerdo a la oportunidad en que han sido peticionadas. En:

1) Medidas cautelares anticipadas o fuera del proceso.


(Arts. 608 y 636 del C.P.C.).
2) Medidas cautelares dentro del proceso. (Art. 608 del C.P.C.).

B. Según su previsión o no en el ordenamiento legal. En:


1) Medidas cautelares genéricas o atípicas. (Art. 629 del C.P.C.).
2) Medidas cautelares específicas o típicas. (Capítulo II del Título
IV de la Sección Quinta del C.P.C.).
Estas últimas se subdividen a su vez en:
a) Medidas para futura ejecución forzada. (Arts. 642 al 673 del C.P.C.). Pueden
ser las siguientes:
a.1) Embargo:
- En forma de depósito.
- En forma de inscripción.
- En forma de retención.
- En forma de intervención:
- En recaudación.
- En información.
- En forma de administración.

a.2) Secuestro:

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- Judicial.
- Conservativo.
a.3) Anotación de demanda en los Registros Públicos.
b) Medidas temporales sobre el fondo. (Arts. 674 al 681 del C.P.C.).
c) Medidas innovativas. (Arts. 682 al 686 del C.P.C.).
d) Medidas de no innovar. (Art. 687 del C.P.C.).

III. FINALIDAD DE LA MEDIDA CAUTELAR

La medida cautelar tiene por finalidad darle en lo posible al solicitante de la misma,


la seguridad que lo ordenado en la sentencia va a ser cumplido o ejecutado. De esta
manera se garantiza que no sólo va a obtener una simple declaraci ón respecto de su
derecho, sino que su pretensión va a ser amparada de modo efectivo.

«A la cognición y a la ejecución, con las que la jurisdicción cumple el ciclo entero


de sus funciones principales, se agrega una tercera actividad que tiene una finalida d
auxiliar y subsidiaria, y es la actividad cautelar. La misma está dirigida a asegurar, a
garantizar el eficaz desenvolvimiento y el proficuo resultado de las otras dos, y
concurre, por eso, mediatamente a la obtención de los fines generales de la
jurisdicción». (LIEBMAN, 1980: 161).

«... Todo proceso (...) demanda un tiempo considerable para su decisión, y es


probable que durante su sustanciación se produzcan hechos que tornen imposible el
cumplimiento de lo resuelto por la sentencia definitiva. Entonces, las medidas
cautelares tienen por finalidad asegurar el resultado de la sentencia que debe recaer
en un proceso determinado, para que la justicia no sea burlada, haciendo imposible
su cumplimiento». (SERANTES PEÑA-PALMA; citado por MARTINEZ BOTOS, 1994:
27-28).

IV. IMPORTANCIA DE LA MEDIDA CAUTELAR

De acuerdo a lo dispuesto por el artículo III del Título Preliminar del Código
Procesal Civil la finalidad concreta del proceso «... es resolver un conflicto de inte -
reses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica, haciendo efectivos
los derechos sustanciales...», mientras que su finalidad abstracta «... es lograr la paz
social en justicia», (La última -en nuestra opinión- no es sino una consecuencia de la
primera).

Ahora bien, para alcanzar tales finalidades es necesario que del proceso derive
un resultado material que no es otro sino el efectivo cumplimiento de la sentencia. No
basta con la declaración judicial, es necesario impregnarle pragmatismo a su
contenido, es indispensable que se dé una auténtica composición de la litis, es decir,
que sea resuelta eficazmente.

La medida cautelar funda su importancia en lo expuesto al constituir un meca -


nismo procesal que probablemente permitirá asegurar la ejecutabilidad del fallo fi nal
(pues no toda medida preventiva es absoluta), lo que de por sí puede significar la
futura obtención del resultado material aludido, contribuyendo de ese modo a lograr

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el cometido del proceso.

V. GENERALIDADES SOBRE LAS MEDIDAS CAUTELARES

Las medidas cautelares se encuentran reguladas en el Título IV («Proceso


Cautelar») de la Sección Quinta («Procesos Contenciosos») del Código Procesal Civil.

JUEZ COMPETENTE, OPORTUNIDAD Y FINALIDAD

ARTICULO 608

Todo juez puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar antes de in iciado
un proceso o dentro de este, destinada a asegurar el cumplimiento de la decisión
definitiva.

1. La actividad de la jurisdicción para dirimir un conflicto y brindar tutela efectiva, pasa


por una etapa previa de conocer los hechos alegados y acreditados por las partes,
para luego definir el derecho en discusión, esto es, declara la existencia o no del
derecho afectado; sin embargo, a pesar de haberse establecido la certeza del derecho
reclamado, puede darse el caso que se mantenga la renuencia a satisfacerlo,
circunstancias que obligan a la parte beneficiada a recurrir a la ejecución forzada de
este. En tanto sucede ello, la situación de hecho que justificaba la tutela del derecho
reclamado puede alterarse, a tal punto que puede llegar a desapa recer, tornando en
ilusión la satisfacción del derecho declarado. Bajo ese contexto, aparece en el
escenario el proceso cautelar, para cumplir una función diferente al proceso de
conocimiento y de ejecución, dirigida a garantizar el eficaz desenvolvimiento de los
procesos ya citados; pero, la tutela cautelar no solo tiene como finalidad asegurar el
resultado del proceso, sino que, como señala Reimundín, tiende principalmente,
mediante medidas adecuadas, a la conservación del orden y de la tranquilidad públi ca,
impidiendo cualquier acto de violencia o que las partes quieran hacerse justicia por sí
mismas durante la sustanciación del proceso, prescindiendo del órgano jurisdiccional .
En el tiempo que transcurre mientras espera poder iniciar o mientras se desarr olla un
proceso, puede suceder que los medios que le son necesarios (pruebas y bienes) se
encuentren expuestos al peligro de desaparecer o, en general, de ser sustraídos a la
disponibilidad de la justicia; o, más genéricamente, puede suceder que el derecho
cuyo reconocimiento se pide, resulte amenazado por un perjuicio inminente e
irreparable. La acción cautelar está siempre vinculada por una relación de
instrumentalidad, respecto de la pretensión principal ya propuesta o por proponerse.
Tiene como fin garantizar el resultado de la pretensión principal; no obstante ello, la
acción cautelar es autónoma y puede ser aceptada o rechazada según su contenido
y urgencia alegada.

2. El proceso no se agota en un instante. El tiempo que tome desde que se inicia el


proceso hasta que se logre una sentencia en definitiva, que dirima el conflicto, podría
llevar a buscar tutela para conservar o para innovar la situación de hecho existente,
prohibiendo su transformación o imponiendo la mutación de ese estado; pero también

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la tutela puede orientarse a asegurar a futuro la ejecución forzada de una sentencia,
como sería el caso del embargo, que busca inmovilizar los bienes de propiedad del
obligado. Ello se explica porque para evitar poner en cuestionamiento la efectiva tutela
de la jurisdicción, se hace necesario pedir a ella otro tipo de respuestas, ya no la
dirimente de un conflicto, sino la que busque asegurar, conservar o anticipar los
efectos del derecho en discusión. En ese sentido, la medida cautelar está "destinada
a asegurar el cumplimiento de la decisión definitiva". La falta de custodia frustraría la
eficacia de la función dirimente. Tenemos que precisar que se pide el aseguramiento,
no para que la jurisdicción resuelva el conflicto, sino para que genere otro tipo de
respuestas, otras situaciones que proporcionen una real efectividad del derecho; sin
embargo, existen medidas que buscan conservar alguna situación de hecho en
discusión o anticipar los efectos de lo que se busca.

Por otro lado, las medidas cautelares pueden llegar a tener unos efectos
innovativos y anticipativos a la satisfacción de la pretensión deducida en el proceso
principal. Ya no se trata que la conservación de cierta situación implique satisfacción
de derechos e intereses que en aquella estaban siend o satisfechos, sino de introducir
una innovación, satisfaciendo lo que extraprocesalmente nunca fue pacíficamente
reconocido. Pueden citarse bajo estos efectos a los alimentos provisionales
(asignación anticipada de alimentos) que el juez puede acordar a c argo del
demandado cuando hayan sido reclamados judicialmente estos.

En relación al modo como se ejerce la pretensión cautelar señalamos lo siguiente:


Las medidas se promueven a iniciativa de parte. El artículo 608 del CPC recoge la
influencia del principio dispositivo en la pretensión cautelar cuando señala: "todo juez
puede, a pedido de parte, dictar medida cautelar (...)". A pesar de que el artículo 608
del CPC así lo regule, consideramos la posibilidad de la intervención de oficio del juez
para adoptar medidas de protección, sin pedido de parte, en casos relacionados con
el cuidado de la persona y bienes del menod6), como el que aparece regulado en los
artículos 683y 677 del CPC (7)'

SUSTITUCION DEL JUEZ

ARTICULO 609

Si por impedimento, recusación, excusación o abstención se dispone que el


conocimiento del proceso principal pase a otro juez, este conocerá también del
proceso cautelar.

1. Una de las características de la medida cautelar es su instrumentalidad, esto es,


nace al servicio del proceso definitivo. Ella está siempre subordinada a un fallo
definitivo, aun cuando precede al proceso. Se orienta, más que actuar el derecho, a
conseguir o asegurar la eficacia de la sentencia; más que hacer justicia, contribuye a
garantizar el eficaz funcionamiento de esta. Esto explica la razón para que cuando
opere la sustitución del juez en el conocimiento del proceso principal, este también se
extienda al conocimiento del proceso cautelar. La función del proceso cautelar no es
independiente del proceso definitivo. Existe subordinación. No puede aparecer el
proceso cautelar sin la existencia del proceso definitivo. Esta dependencia justifica

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también que ante la sustitución del juez, el conocimiento del proceso principal pase a
otro, quien también conocerá del proceso cautelar. En ese sentido, no puede conocer
el proceso principal un juez y el proceso cautelar otro, máxime si la imparcialidad de
uno de ellos está en duda.

2. La norma nos coloca en el supuesto de que el juez natural que conoce el proceso
principal sea sustituido por las causales que cita el presente artículo. El nuevo juez
que continuará el conocimiento del proceso principal debe también asumir el proceso
cautelar, para lo cual, el juez originario de la medida cautelar debe remitir el
expediente al juez sustituto. La norma solo hace referencia a la sustitución del juez
por impedimento, recusación, excusación o abstención, sin embargo, considerarnos
que esos supuestos no son cerrados porque pueden incorporarse otras situaciones
que lleven al mismo fin, como es, separar por medida disciplinaria del conocimiento
del proceso al juez originario.

3. El sistema de impedimentos y recusaciones ha sido construido dentro del Derecho


Procesal para que los ciudadanos y especialmente los países puedan evitar, que en
determinado caso se vulnere la imparcialidad del juez.

Recusación e impedimento persiguen el mismo fin: apartar del juez sospechoso


como garantía del justiciable. Cuando el juez siente afectada su imparcialidad, desde
ese mismo momento de la manifestación surge una condición impeditiva para el
ejercicio de la jurisdicción en el respectivo proceso. En ese sentido señala la norma:
"el juez a quien le afecte alguna causal de impedimento, deberá abstenerse y
declararse impedido tan pronto como advierta la existencia de ella".

REQUISITOS DE LA SOLICITUD

ARTICULO 610

EI que pide la medida debe:

1. Exponer los fundamentos de su pretensión cautelar;

2. Señalar la forma de esta;

3. Indicar, si fuera el caso, los bienes sobre los que debe recaer Ia medida y el
monto de su afectación;

4. Ofrecer contracautela; y,

5. Designar el órgano de auxilio judicial correspondiente, si fuera el caso.


Cuando se trate de persona natural, se acreditará su identificación anexando
copia legalizada de su documento de identidad personal.

1. Cuando un sujeto recurre a la jurisdicción para buscar tutela cautelar, lo hace con
un instrumento llamado solicitud, en el que traduce su voluntad de pedir una medida
cautelar. Los objetivos de esa solicitud es dar inicio al proceso cautelar y lo grar el

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pronunciamiento de la jurisdicción al respecto. Esta solicitud es importante porque es
el vehículo a través del cual la parte va a plantear su pretensión cautelar y fijar la
forma de esta; si fuera el caso, señalará los bienes sobre los que debe re caer la
medida y el monto de su afectación, así como el ofrecimiento de la contracautela y la
designación del órgano de auxilio judicial correspondiente. La solicitud cautelar
constituye una forma de cómo se materializa el derecho de acción, que no siempre es
a través de una demanda, sino que bien puede ejercitarse mediante una solícitud. En
el caso particular de la medida cautelar fuera de proceso, se aprecia que se puede
acudir al órgano jurisdiccional sin demanda. En este caso, no estamos ante un proceso
sino ante un procedimiento, porque todo proceso se inicia con una demanda. Este
pedido cautelar es una instancia, porque constituye una etapa previa a la actuación
del órgano jurisdiccional.

Esta solicitud genera ciertos efectos, como la carga del actor p ara impulsar el
procedimiento cautelar; determina los sujetos del proceso caulelar y fija el objeto de
decisión de la medida cautelar. Si bien el juez dicta la medida cautelar en la forma
solicitada, ella puede alterarse, si el juez considera adecuada otra medida en atención
a la naturaleza de la pretensión principal. Sobre el particular, véase lo regulado en el
artículo 611 y la llamada medida cautelar genérica del artículo 629 del CPC.

2. La solicitud debe contener los "fundamentos de la pretensión caute lar” (inciso1)


Esta exigencia es determinante para conceder la medida, pues en ella el interesado
debe mostrar los elementos de la cautela: verosimilitud y peligro en la demora; si se
carece de estos, la pretensión se desestimará y carecería de objeto ingr esar a analizar
la adecuación de la medida, la contracautela, tipo de cautela, bienes, órgano de
auxilio, etc. En los fundamentos está el sustento de la cautela, que constituye un
elemento de la resolución cautelar, sin embargo, a pesar de que la redacción de este
inciso lo limite a ello, consideramos que se debe aportar prueba, preferentemente
documental, que sustente lo expuesto.

El inciso 2 hace referencia a la forma de la cautela, para lo cual puede recurrir a


las medidas para futura ejecución forzada (embargos), a la anotación de la demanda,
a la medida temporal sobre el fondo, a la medida innovativa y de no innovar y a la
medida genérica. La forma de la cautela debe ser congruente con la naturaleza
jurídica del bien que se quiere afectar y la pretensión que se busca asegurar; por
citar, un vehículo, al ser un bien registrable y registrado puede ser embargado en
forma de depósito, secuestro e inscripción; sin embargo, en atención a la adecuación
de la medida, hay que apreciar si esta forma de cautela co ntribuirá a la satisfacción
de la pretensión en debate; por ejemplo: si se discute únicamente el mejor derecho
de propiedad, la medida que no podría ampararse será la de futura ejecución forzada
(embargo) por no estar en discusión pretensiones dinerarias o apreciables en dinero,
sin embargo, una de las medidas adecuadas al caso sería la anotación de la demanda.
Véase aquí que la forma de la cautela requiere ser contrastada con la naturaleza de
la pretensión en discusión y con los bienes que se quiere afecta r.

3. El otro requisito que debe contener la solicitud cautelar, si fuere el caso, es la


designación de los bienes sobre los que debe recaer la medida y el monto de su

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afectación. Si estamos ante pretensiones dinerarias, la afectación de bienes dentro
del monto que se propone, sería un buen referente (ver el artículo 642 del CPC); sin
embargo, dicha fórmula no sería aplicable para el caso de pretensiones
extrapatrimoniales, salvo que además de la pretensión principal (no patrimonial) se
discuta acumulativamente una pretensión dineraria, por ejemplo la indemnización
acumulada a la pretensión de mejor derecho de propiedad.

4. Cuando un demandante recurre a la jurisdicción a pedir tutela cautelar para


asegurar que el derecho que se viene discutiendo, sea sati sfecho realmente, debe
mostrar una simple apariencia del derecho que invoca y sobre todo justificar la
urgencia de la medida; sin embargo, la resolución cautelar no solo contiene una
medida cautelar a favor de quien la invoca sino que necesariamente contie ne otra
medida cautelar a favor del ejecutado, para asegurar, no el derecho en debate, sino
los daños que le pueda generar la ejecución de la medida cautelar. La resolución
cautelar contiene medidas precautorias a favor del actor y a favor del ejecutado, p ara
asegurar objetos diversos; así pues, el actor persigue el aseguramiento de la
satisfacción del derecho en discusión y el ejecutado el aseguramiento del daño
provocado por la ejecución cautelar. Estas cautelas mutuas, tanto para el actor como
para el ejecutado, se justifican por la incertidumbre de la relación jurídica en debate.
El juez emite un pronunciamiento, sin tener la certeza del derecho que asegura; solo
la mera apariencia de ese derecho le lleva a aproximarse a una tutela cautelar,
justificada por la urgencia de la medida, por ello, ante la ausencia de certeza, el juez
tiene que voltear la mirada hacia el ejecutado, para brindarle otro típo de tutela
cautelar, frente al daño que le pudiere generar dicha decisión. Definitivamente, la
medida cautelar encierra riesgos, desde que no opera con la certeza del derecho, sino
con la mera apariencia de este; y ese riesgo debe ser asumido por quien se beneficia
con la medida. El riesgo no debe ser trasladado al demandado, sino por quien obtiene
una afectación sobre la esfera jurídica del ejecutado, de manera anticipada, sin
haberse definido aún el derecho en cuestionamiento.
5. La contracautela precisamente tiene por objeto asegurar al afectado con una
medida cautelar, el resarcimiento de los daños y perjuic ios que pueda causar su
ejecución (ver el artículo 613 del CPC). Es la seguridad que da una persona a otra
que cumplirá lo pactado o prometido. La contracautela se funda en el principio de
igualdad, pues reemplaza, en cierta medida, a la bilateralidad. lmp lica que la medida
cautelar sea doble: asegura al actor un derecho aún no actuado y al demandado la
efectividad del resarcimiento de los daños, si aquel no existiera. Ella puede ser de
naturaleza personal o real. Esta última, puede concurrir bajo cualquier a de los
derechos sustantivos de garantía, como la fianza, la prenda, etc.

6. Todas las medidas cautelares exigen, en mayor o menor grado, la colaboración de terceros
o de los propios interesados especialmente designados a tal fin, para custodiar bienes o
personas por mandato judicial. En ese sentido, el inciso 5 del aftículo en comentario, considera
como uno de los requisitos de la solicitud cautelar, la designación del órgano de auxilio judicial,
si fuera el caso.

Este es un auxiliar externo de los jueces, encargado de cumplir una medida cautelar,
guardando o vigilando bienes o personas que constituyen la materia sobre la cual recae la
medida. En opinión de algunos autores, estos auxiliares al ser designados o al encargárseles

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el cumplimiento de una medida, se constituyen en representantes del juez; siendo calificados
como auxiliares externos de los jueces. Pueden ser terceros al proceso o, de manera
excepcional, los mismos litigantes, como sería el caso del embargo en forma de depósito. Los
órganos de auxilio judicial pueden agruparse en instituciones y funcionarios administrativos,
como el Banco de la Nación o el Registrador Publico; los propios litigantes, cuando uno de
ellos es designado depositario de bienes embargados; y los terceros, como el custodio e
interuentor, que se constituyen en auxiliares ad hoc para la misión encomendada.

Según el artículo 55 del CPC, son órganos de auxilio para la medida cautelar, el depositario,
el interventor y la Policía. A diferencia de los peritos, no existe profesión u oficio especialmente
predeterminado para el cargo, tampoco existen registros judiciales a los que recurrir para la
designación, quedando esta librada al arbitrio judicial, ante la propuesta que hace el
solicitante.
VI. CARACTERISTICAS DE LA MEDIDA CAUTELAR
ARTICULO 612
Toda medida cautelar importa un prejuzgamiento y es provisoria, instrumental y
variable.

1. La medida cautelar importa un prejuzgamiento porque anticipa opinión, pero no obliga a


resolver al juez en la decisión final en atención a la medida dictada con antelación. El juez no
está en condiciones de afirmar que la pretensión demandada será amparada. Si bien se
obtuvo la medida cautelar, ella puede ser alterada por lo actuado en la etapa probatoria del
proceso, haciendo luego que la decisión final sea diferente a la que se hubiese tomado antes
de ella.

2. Otra de las características de la medida cautelar es ser provisoria, decimos' ello porque
tiene una duración limitada con el tiempo a diferencia del proceso y porque está relacionada
con el fallo definitivo. Emitida la sentencia desaparece automáticamente la medida cautelar y
por tanto se cancela la contracautela si se ampara la demanda dando inicio a la ejecución
forzada (véase al respecto lo regulado en el artículo 620 del CPC). Si la sentencia es
infundada, por rechazar la pretensión, desaparece la medida cautelar, dando paso a examinar
la probabilidad de ejecutar la contracautela. Lo provisorio de la medida justifica que esta
desaparezca sea por sentencia o sin ella. En este último caso, la medida se altera porque
concurren pruebas que convencen que la apariencia del derecho ha desaparecido. El fin de
esta característica es eliminar el peligro en la demora, como uno de los elementos de la
medida cautelar, superado ello, la medida cautelar puede levantarse o desaparecer

3. El carácter instrumental de la medida recae en que nace al servicio del proceso definitivo.
Esta siempre subordinada a un fallo definitivo, aun cuando preceda al proceso. Se orienta,
más que actuar el derecho, a conseguir o asegurar la eficacia práctica de la sentencia. Más
que hacer justicia, contribuye a garantizar el eficaz funcionamiento de esta.

4. La medida cautelar es variable porque se dicta en atención a la apariencia del derecho.


Esta apariencia puede aumentar o desaparecer conforme avanza el proceso. A diferencia de
lo que ocurre cuando se emite una declaración de certeza, la decisión que se dicte en una
medida cautelar no será definitiva, pues se admitirá el juego del principio del rebus sic
stantibud.2T), de modo que la medida puede ser variada si cambian las circunstancias que
justificaron su dictado. Si el favorecido con la medida cautelar no ha podido a lo largo del
proceso acreditar su derecho, es factible que -a pedido de parte- la medida cautelar sea

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disminuida; caso contrario, si el derecho aparece consolidado, bien puede el titular obtener
medidas cautelares adicionales. Antes del fallo definitivo, la medida cautelar, puede sufrir
modificaciones en cantidad y calidad. Cuantas veces cambia la situación que motivó la
expedición de una medida cautelar, eljuez podrá modificarla. En este sentido debe apreciarse
la regulación de la sustitución y la variabilidad de la medida que regula los artículos 617 y 628
del CPC.

uso por cuestiones estrictamente relacionadas con el peligro en la demora y aquel que
persigue fines de extorsión".

La jurisprudencia argentina ha hecho referencia al ejercicio abusivo de las prerrogativas a


obtener medidas cautelares, pero surgiendo la existencia de dolo o culpa del agente; en otros
casos exige la demostración de los perjuicios irrogados.

Según Peyrano es más proclive el abuso procesal al embargo de sumas de dinero: "sea en
su modalidad más inocua, la incautación de sumas en caja en acto único, sea en su variante
más infamante, la intervención, en la que un extraño al establecimiento del presunto deudor
vigila las recaudaciones en forma permanente para retirar una porción, desprestigiando al
embargado con su sola presencia en el sitio, alimentando la suspicacia de la clientela, o a
través de la especie más peligrosa la sustracción de fondos en cuentas corrientes 1ue expone
al rechazo de cheques y todas las consecuencias previsibles que ello acarrea, antes que el
embargado pueda enterarse de la maniobra-, merece el más severo juicio de admisibilidad
por los magistrados, tanto por los peligros que promete cuanto por la proclividad de los
embargantes a su uso".

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CONCLUSIONES
Las medidas cautelares, en los casos en que sean aplicadas correctamente, es una forma de proteger tanto
a la víctima como al victimario, en el caso de la PRISIÓN PREVENTIVA, puede suceder que el
victimario por querer salvaguardarse de una sentencia, podría por falta de conocimiento empeorar su
situación, sin embargo estando en prisión se puede lograr una buena investigación y esclarecer mucho
más el caso, llegando tal vez hasta a quedar libre.
En ningún caso, las medidas cautelares pueden aplicarse como anticipo de la sanción que sería impuesta
en el momento de la sentencia definitiva.

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BIBLIOGRAFIA

1. RIVAS, Adolfo. Las medidas cautelares en el proceso civil peruano, Universidad


Antenor Orrego, Flodhas, Lima,2000, p. 93
2. La referida resolución de fecha 1 9 de abril de 2002, aparece en el cuaderno cautelar
del Expediente Nº 14554-2002 ante el 32 Juzgado Civil de Lima.
(*) Articulo modificado por el D. Leg. N° 1070 del 28/06/2016

3. RIVAS, Adolfo. Las medidas cautelares en el proceso civil peruano, Universidad


Antenor Orrego, Rhodas, Lima. 2000. p. 82.
4. Exp. N° 7846-98-Sala de Procesos Ejecutivos, publicado en LEDESMA, Marianella.
Jurisprudencia Actual, T. 5, Gaceta Jurídica, Lima, 2002, p.543.
5. RIVAS, Adolfo. Op. cit., P. 50.
6. RAMBALDO, Juan Alberto. "El abuso procesal" , en: Abuso Procesal, Rubinzal -
Culzoni editores, Buenos Aires,2001, p. 232.
7. Resolución de fecha 20 de agosto ce 2007 emitida por el Primer Juzgado de Paz
Letrado de La Victoria' en el proceso seguido por Mi Banco, Banco de la Microempresa S.A.
con Carmen Julia Carrión Mercado, Expediente N° 802-07.

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