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a los que podían y ql~erían pagar por ella.

Por
primera vez se abría una brecha entre el ilustrado
y el ignorante, con el resultado lógico de que las
clases educadas en las diferentes ciudades empeza-
ron a sentir que tenían más en comÚn entre ellas
que con los no educados de su propia ciudad. La . LA MENTE GRIEGA
Cosr11ópolis se acercaba.
Entre las artes prácticas enseí1adas por los sofis-
tas la más importante era la retórica. El arte de la
persuasión, tan importante para el griego, había sido
analizado, elaborado y reducido a un sistema. Hasta
entonces esto había dependido de la agudeza natu- Ahora que hemos estudiado, muy brevemente, la
ral y la práctica; ahora podía enseilarse, mediante historia de los griegos hasta el virtual término de
un estipendio. Este cambio fue aceptado con entu- la ciudad-estado, podemos hacer una pausa y exami-
. siasmo. Los atenienses, que ya se complacían en el nar el carácter del pensamiento griego y algunas
,.'
discurso bien urdido y bien expresado, se deslum- de sus realizaciones durante este período.
braron -al menes por un tiempo- con el estilo El sentido de la totalidad de las cosas es quizás
conceptuoso y la sutil argumcntación inventados y el rasgo más típico de la mente griega. Ya hemos
./.'
y enseiiados por estos profesionales. Se hicieron así, encontrado algunas notables expresiones de esto:
como les dijo Cleón, más diletantes que ciudadanos; la resolución con que Homero, pese a su amor por
mientras tanto el hombre comÚn, derrotado en el el detalle particular y el carácter individual, encie-
debate y rechazado en su petición, se quejaba del rra firmemente esta tendencia dentro de un marco
modo como se había pervertido la justicia. ( Las universal; la versatilidad con que tantos griegos
Nubes de Aristófanes es una muestra de ello.) Si ejercieron diversas funciones a la vez, tal como Sa-
uno no aprendía el nuevo estilo, estaba, o podía lón, que es polític.o y reformador económico, hom-
estar, en seria desventaja en el caso de tener que bre de negocios y poeta; el modo en que la propia
pleitear con su conciudadano. He aquí el mismo pólis se convierte no en una máquina de gobernar,
fenómeno (lue ya hemos visto antes: el experto sino en algo consustanciado con la vida integral. El
avezado, el especialista, no tiene cabida natural en pensamiento moderno divide, especializa, piensa
la pólis, y cuando aparece, como sucede en tantos en categorías; el instinto griego era lo opuesto; pre-
sectores de la vida en el siglo v, se debilita la co- fería adoptar los puntos de vista más amplios, ver
hesión o se exceden los límites naturales de la las cosas como un conjunto orgánico. Los discursos
ciudad. de Cleón y Diodoto mostraban precisamente lo
mismo: los problemas particularés deben ser gene-
ralizados.
Trataremos de ejemplificar esta "totalidad" un
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poco más, empezando con una cosa tan griega como en efecto algo así como "digno de cálida admira-
el propio idioma. ción", y puede usarse indiferentemente en cual-
El que empieza a aprender griego se halla en quiera de estas categorías, como la palabra inglesa
constantes dificultades con algunas palabras que, fine. Tenemos en nuestro idioma vocablos como
según él piensa, deben ser simples, y en realidad 10 estos: "malo", por ejemplo, puede aplicarse a la
son, pero al principio parecen inesperadamente difí- conducta, a la poesía o al pescado, y en cada caso
ciles. Tal es la palabra kalós y su contrario aiskhrós. significa algo distinto, pero en griego es habitual
Le dicen que la primera significa "bello". Él conoce este negarse a especificar la significación.
su equivalente latino pulcher y se queda tan feliz. La palabra hamartía significa "error", "falta",
Lee kalé pólis, "una hermosa ciudad"; Hornero lla- "crimen" o "pecado"; literalmente, significa "errar
ma a Esparta Kalligynaikos, "ciudad de hermosas el blanco", "un tiro fallido". Entonces exclamamos:
mujeres"; hasta aquí todo marcha bien. Pero luego "¡Qué intelectualistas eran estos griegos!" El pe-
lee que la Virtud es "bella", que es "bello morir por cado es precisamente "errar el blanco". ¡Mejor
la patria", que el hombre de alma grande "se es- suerte otra vez! Esto parece confirmarse cuando ha-
fuerza por alcanzar 10 bello"; también que una llamos que algunas virtudes griegas parecen ser tan
buena arma o un puerto espacioso son "bellos". intelectuales como morales, circunstancia que las
Llega así a la conclusión de que el griego tenía un hace intraducibles, ya que nuestro vocabulario debe
;
'!IJ
punto de vista esencialmente estético de las cosas. distinguirlas. Tenemos la palabra sophrosyne, lite-
"
Esta conclusión se ve confirmada cuando halla que ralmente "disposición total" o "disposición inva-
la palabra aiskhrós, en latín turpis, entre nosotros riable". Según el contexto significará. "sabiduría"
"ruin" o "desdichado", significa también "feo", de "prudencia", "moderación", "castidad", "sobriedad'
modo que un hombre puede ser ruin no solo en su "modestia" o "auto dominio", es decir, algo Ínte-
carácter sino en su aspecto. Es sumamente encan- gramente intelectual, moral, o intermedio. La difi-
tador de parte de los griegos el convertir la Virtud cultad con esta palabra, como con hamartía, consiste
en Belleza y el Vicio en Fealdad. en que nosofros pensamos más fragmentariamente.
Pero el griego no procedía así en realidad. So- Hamartía, "un mal tiro", no significa "mejor suerte
mos nosotros quienes forjamos esta interpretación otra vez"; significa más bien que un error mental
al dividir los conceptos en categorías diferentes, es tan culpable, y puede ser tan mortal como un
aunque quizás paralelas: 10 moral, lo intelectual, 10 error moral. Para completar nuestra educación, ha-
estético, 10 práctico. El griego no 'lo hacía, incluso llamos que en sectores donde usaríamos términos
los filósofos se resistían a ello. Cuando Platón hace intelectuales, en la teoría política, por ejemplo, el
a Sócrates empezar un argumento diciendo: "Esta- griego usa palabras cargadas de contenido moral.
rás de acuerdo en que existe algo llamado to "Una política agresiva" es posiblemente adikía, in-
KaZón, podemos estar seguros de que va a despistar justicia, aun cuando no sea hybris, "desenfrenada
al ipterlocutor deslizándose, sin esfuerzo, de kalón, maldad"; mientras que "engrandecimiento" o "ex-
"bello", a kalón, "honrado". La palabra significa plotación" es pleonexía, "intento de obtener más de
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lo que corresponde", lo cual es juntamente un error los dioses; y puede construir y tripular un barco,
intelectual y moral, un desafío de las leyes del uni- hacer un surco tan recto como el que más, vencer
verso.
a un joven bravucón en el lanzamiento del disco,
Volvamos a Hornero por un momento. El poeta desafiar a boxear a la juventud feacia, luchar o co-
de la !líada tenía lo que algunos extraviados actua-
rrer, desollar, clespedazar y cocinar un buey, y ser
les piensan que es la cualidad más necesaria para
un artista: conciencia de clase. Escribía solo sobre conmovido hasta las lágrimas por una canción. Es,
en realidad, un hombre completo; posee una areté
reyes y príncipes; el soldado común no desempeña sobresaliente. Lo mismo sucede con el héroe del
ningún papel en su poema. Además, esos reyes y
príncipes están retratados vivamente con todas las poema más antiguo, Aquiles, el más temible de los
limitaciones de su clase y su tiempo; son orgullosos, luchadores, el más veloz de los corredores, y la más
noble de las almas. Hornero nos dice, en un verso
feroces, vengativos, bravos en la guerra aunque la
odien. ¿Cómo pudo ser que estos héroes se con- notable, cómo fue educado. Su padre confió el
virtieran en ejemplares y en una inspiración viviente mozo al viejo Fénix y le pidió que lo ensei1ara a ser
para la burguesía que vino después? Porque, por "un hacedor de discursos y un realizador de haza-
ser griegos, no podían considerarse a sí mismos más ñas". El héroe griego intentó combinar en sí mismo
que en un contexto lo más amplio posible, es decir las virtudes que nuestra propia edad heroica divi-
en su condición de hombres. Su ideal no encerraba día entre el caballero y el clérigo.
nada específicamente caballeresco, como la Hidal- Ésta es una razón por la cual la épica sobrevivió
guía o el Amor; ellos lo llamaban areté, otra palabra como la educación de una época muc.ho más civi-
típicamente griega. Cuando hallamos esta palabra lizada. El ideal heroico de la al'eté, aunque firme-
en Platón, la traducimos por Virtud y por consi- mente arraigado en su propio tiempo y circuns-
guiente se pierde todo su sabor. "Virtud", al menos tancias, era tan profundo y amplio que podía llegar
en algunas lenguas modernas, es casi siempre una a ser el ideal de una época muy distinta.
palabra moral; areté, .en cambio, se usa sin dis- En el pasaje que traduje de la IlíacZo. hay un
tinción en todas las categorías y significa "excelen- detalle que me sorprende como sumamente griego.
cia". Se halla, por supuesto, limitada por su contex- "Acongojóse el Pelida, y dentro del velludo pecho
to; la al'eté de un caballo de carrera es la velocidad; su corazón discurrió dos cosas; o ... matar al hijo
la de un caballo de tiro es la fuerza. Si se refiere de Atreo o reprimir su furor." Tennyson, traducien-
a un hombre, en un contexto general, significará do a Virgilio, escribe refiriéndose a un momento
excelencia en las direcciones en que un hombre pue- similar:
de ser excelente: moral, intelectual, física o prác-
Su rápida mente dividida entre esta y aquella dirección.
ticamente. Así el héroe de la Odisea es un gran
luchador, un astuto intrigante, un orador sagaz, un La mente no es seguramente el -corazón; pero
hombre animoso y experimentado que sabe que mucho nos asombraríamos si Tennyson, o Virgilio,
debe soportar sin muchas quejas lo que le envían al mencionar el corazón o la mente, hubieran he-
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cho referencia al mismo tiempo a algún detalle Olimpia; los Juegos Piticos en honor de Apo]o, los
físico del cuerpo en que se hallaban estos órganos. Juegos Panatenaicos en honor de Atenea. Ademá~,
A Hornero le parece muy natural informar que el se realizaban en recinto sagrado. El sentimiento
pecho era peludo. Él ve simultáneamente al hombre que impulsaba esto era perfectamente natural. El
completo. No vamos a insistir demasiado sobre esto, torneo constituía un medio para estimular y des-
pero nos introduce en otro aspecto de esta totalidad arroBar ]a al'cté humana, y a la vez, una digna
del pensamiento, en que los griegos se diferencia- ofrenda a] dios. Asimismo, se celebraban juegos
ban agudamente de los "bárbaros" y de la mayoría en honor de un héroe muerto, como en el caso de
de los pueblos modernos. La tajante opbsición que Patroclo en la Ilíada. Pero como la al'cté es tanto
el mundo cristiano y el oriental han establecido de ]a mente como del cuerpo, no existe la menor
entre el cuerpo y el alma, lo físico y lo espiritual, incongruencia o afectación en combinar los certá-
era extraña para el griego, al menos hasta la época menes musicales con los atléticos; uno entre toca-
de Sócrates y Platón. Para el griego existía solo el dores de flauta era un punta original de los Juegos
hombre total. La idea de que el cuerpo es la tumba Píticos. ¿Acaso no era Apolo el "Señor de la Lira"?
del alma la encontramos en algunos misterios re- Los juegos estaban destinados a poner a prueba
ligiosos griegos, y Platón, con su doctrina de la ]a al'cté, ]a al'cté del hombre completo, no una ha-
inmortalidad, distinguía, por cierto, entre cuerpo bilidad meramente especializada. Las habituales
y alma; pero a pesar de todo esto, no es una idea pruebas eran una carrera, de unos 200 metros, la
típicamente griega. Para el griego el adiestramiento gran carrera (2,5 kilómetros) , la carrera con
físico constituía una parte importante de la educá- coraza, el lanzamiento de! disco y la _jabaHna, el
ción y no porque se dijera: "¡Cuidado, no debe salto en largo, la lucha, e] boxeo (muy peligroso)
olvidarse él cuerpo!", sino porque solo podía ocu- y ]a carrera de carros. E] gran acontecimiento era
rrírsele adiestrar al hombre total. Resultaba tan el péntathlon: carrera, salto, lanzamiento del disco
natural para la pólis tener sus gimnasios como po- y ]a jabalina, y lucha. Si uno vencía en. todo esto,
seer un teatro o barcos de guerra, y eran utilizados podía considerarse ~m hombre. No hace falta decir
por hombres de toda edad, no solo para ejercicio (lue ]a carrera hoy ]]amada Maratón fue descono-
corporal sino mental. cida hasta los tiempos modernos; los griegos la ha-
Pero son los Juegos, locales e internacionales, brían juzgado una monstruosidad. En ]0 que res-
los que más claramente ilustran este aspecto de la pecta a L;t destreza de los campeones modernos en
mente griega. Suele reprocharse entre nosotros e] juegos como e] golf o el !Ji11ar, los griegos la
que un hombre "haga de los juegos una religión". habrían admirado intensamente y considerado como
El griego no procedía así, sinu en forma tal vez tina cosa exce]ente ... para un esclavo; claro está,
más sorprendente: convertía los juegos en parte de siempre que a uno no se ]e ocurriera nada mejor
su religión. Para ser más explícitos, los Juegos Olím- para S11 esclavo quc adiestrado en esas actividades.
picos, el más grande de los cuatro festivales inter- Para UIl griego era imposible ad<luirir una pericia
nacionales, eran celebrados en honor de Zeus en de este tipo y al mismo tiempo vivir la vida ({ue
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corresponde a un hombre o a un ciudadano. Este por medio de Zeus, y con el favor de Éaco el Héroe,
sentimiento sustenta la observación de Aristóteles y Peleo, y el fuerte Telamón, y Aquiles.
según la cual un caballero debe saber tocar la flau-
ta, pero no demasiado bien. Esto es gran poesía, aun desgajada de su original
El vencedor en uno de los grandes juegos era griego. Para hallar un digno paralelo, hay que acu-
un Hombre. Se le consideraba, además, un Héroe, dir al Eclesiastés. Ésta es la conclusión de una oda
y como tal recibía el homenaje de sus conciuda- e.scrita para celebrar la victoria obtenida en una
danos.~Se le tributaban honores públicos, los cuales lucha en Delfos por un mancebo de Egina.
podían incluir el privilegio de comer en el ayun- No todas las odas de Píndaro son tan sombrías
tamiento por el resto de sus días a cuenta del erario como ésta. Cuando la escribió ya era un anciano
público (algo para complementar la corona de olivo y los de Egina -un amable pueblo dorio que el
silvestre), y, especialmente entre los dorios, cundió poeta quería mucho- estaban amenazados por los
la costumbre de encomendar a un poeta que es- atenienses; de aquí la solemne invocación final a
cribiese un himno coral en su honor, para ser los héroes de Egina. Pero tampoco esta seriedad es
ejecutado en un banquete o en algún festival re- infrecuente. Píndaro no piensa en el simple acon-
ligioso. Así sucede que de los dos poetas más ma- tecimiento atlético -que nunca condesciende a des-
jestuosos y serios de la primera mitad del siglo v, cribir- sino en la al'eté que ha mostrado el ven-
Esquilo y Píndaro, este último nos es conocido cedor. Nada más natural para un poeta griego que
" enteramente (salvo algunos fragmentos de otros
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pasar de ésta a cualquier forma de al'eté, ya sea


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1,
poemas) como escritor de odas de victoria. A nos- en el individuo o en la pólis. La victoria está vista
.,.; otros nos resulta extraño que un poeta de esta en su contexto más amplio .
jerarquía escribiese odas a los atletas. Lo más sor- Para Píndaro, la excelencia física, moral e inte-
prendente es encontrar en una de esas odas, pasajes lectual -y, agréguese, la simple riqueza- eran par-
como éste:
tes de un todo; razón, quizás, por la cual puede
Píndaro hacer sentir, con su gran poder de atrac-
Quien obtiene de pronto un noble premio
ción, que él es el único verdadero poeta que jamás
en los fecundos años de juventud
se eleva lleno de esperanza; su hombría adquiere alas; haya escrito. Esta suprema concepción de los Jue-
posee en su corazón algo superior a la riqueza. gos, aunque trasmutada por Píndaro en algo más
Pero breve es la duración del deleite humano. elevado que la idea del hombre común, era bastan-
Pronto se derrumba; alguna horrible decisión lo quita de te real; mas a pesar de ello no cesaba de ser "flor
[raíz.
iFlor de un día! Esto es el hombre, una sombra en un
de un día". "Un resplandor brillante se cierne sobre
él, y un esplendor divino", pero esta fusión com-
[sueño.
Sin embargo, cuando el divhw esplendor lo visita, pleta de lo físico, lo intelectual, lo moral, lo espiri-
un resplandor brillante se cierne sobre él, y la vida es dulce. tual y lo sensorial se disgrega. Uno·s veinte años
-Egina, amada madre, guía a la ciudad por el camino de después de la muerte de Píndaro, Eurípides es-
[la libertad cribió un fragmento demoledor sobre los vencedores
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olímpicos, hombres de fuerza muscular, si bien mentalidad griega, su firme creencia en la Raz6n.
carentes de inteligencia, que reciben adulaciones Hay una graciosa, aunque posiblemente ap6crifa,
de una ciudad sin contribuir a ella con nada; y el historia de un filósofo chino a quien se pregunt6
propio Píndaro escribió una oda, la Única superficial sobre qué reposaba- la tierra. "Sobre una tortuga",
entre las suyas, para un tal Jenofonte de Corintb, dijo el fi16sofo. "¿Y sobre qué "reposa la tortuga?"
que parece haber sido un deportista semiprofe- "Sobre una mesa". "¿Y sobre qué la mesa?" "Sobre
sional, cazador de premios y nada más. un elefante". "¿Y sobre qué descansa el elefante?"
Este instinto para ver las cosas como una tota- "No sea preguntón". Sea o no chino, 10 cierto es que
lidad es la fuente de la cordura esencial de la vida este cuento no es helénico. El griego jamás dudó
griega. Los griegos tenían sus pasiones; sus anales ni por un momento de que el universo no es capri-
políticos no están más libres del paroxismo y de choso: obedece a la Ley y, por consiguiente, es
la ferocidad que los de otros pueblos; los famélicos susceptible de una explicación. Hasta en el pre-
exilado s solían arruinar su ciudad si lograban re- filosófico Homero encontramos esta idea, pues de-
gresar y gobernar, fuesen oligarcas o demócratas. trás de los dioses (si bien a veces identificado con
Pero su norma, en todas sus actividades, era un ellos) hay un poder sombrío que Hornero llama
prudente e<luilibrio. Es difícil recordar a algún Anánke, la Necesidad, un orden de las cosas que
griego a <luicn pueda considerarse como fanático; ni siquiera los dioses pueden infringir. La tragedia
los excesos religiosos de Oriente o de la Edad Media griega está forjada sobre la fe en que la Ley reina
no tienen cabida en la vida· de la Grecia clásica, en los asuntos humanos y no el azar. En el Edipo
"
ni tampoco los menos interesantes excesos de nues- Rey, de Sófocles -para tomar un ejemplo un tanto
I :¡
tra época, tales como el mercantilismo. El griego difícil-, se profetiza antes del nacimiento de Edipo
conocía el éxtasis místico, y lo buscaba, en los (Iue él matará a su padre y se desposará con su
cultos de Dioniso, pero esto el'a parte de un definido madre. Ejecuta estas dos cosas, ignorándolo por
eS<luema de las cosas. Tiene una gran significación completo. Pero la obra sería una tontería si la in-
la leyenda religiosa de que durante tres meses al terpretamos como .que el hombre es juguete de un
ai'ío Apolo abandonaba a Delfos y Dioniso ocupaba destino maligno. Lo que Sófocles quiere decir es
su lugar. Eurípides bosqueja el retrato de un exal- que en la más compleja y aparentemente fortuita
tado: Ilipólito, el puro y virginal adorador de la combinación de acont'ecimientos existe un designio,
diosa virgen Artemisa, que no honra a Afrodita, la aunque no podamos llegar a comprenderlo. Como
diosa del amor. La Edad Media hubiese hecho de los dioses pueden ver el designio total, Apolo pudo
él un santo, Eurípides lo convierte en un trágico vaticinar lo que haría Edipo. En Esquilo, la Ley
inadaptado; el Hombre debe rendir culto a ambas es más simple: es la ley moral. El castigo sigue a
diosas, aunque puedan parecer antagónicas. Hipó- la hybris como la noche al día. Por esta firme fe en
lito es destruido por Afrodita, a quien desprecia, y la Ley considera Whitehead a los poetas trágicos
su Artemisa nada puede hacer para protegerlo. griegos, más que a los filósofos primitivos, como los
Debemos ahora considerar otro aspecto de la verdaderos fundadores del pensamiento científico.
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Pero podemos ejemplificar esta instintiva creencia te, aferrado a los problemas morales, religiosos y
en la Razón más fácilmente a partir de los pri- sociales. La especulación sobre el universo físico
mitivos filósofos, por escasa que sea nup-stra in- se había dedicado más al inútil problema de cómo
formación sobre ellos. éste había llegado a la existencia que a la forma
como marchaba.
La especulación griega sobre el origen y natura-
leza del universo de ningÚn modo comienza donde Lo que sabemos de Tales es muy poco, extraído
la mayoría de las historias de la filosofía la hacen de posteriores filósofos e historiadores de la filo-
comenzar, es decir con Tales de ~'Íileto, pero sin sofía, pero es muy signibcativo. Había aprendido
duda él fue el primero que expresó sus ideas en bastante astronomía como para predecir que du-
términos lógicos y no mitológicos. Tales, en su con- rante el año 58.5 el sol sufriría un eclipse total. El
dición de mercader, había viajado a Egipto y allí eclipse se cumplió puntualmente, en el día que
aprendió algo de la matemática egipcia y de la para nosotros es el 28 de mayo. Aplicó sus conoci-
astronomía caldea. Los caldeos habían llegado a mientos de gcometría al problema de medir la uis-
un considerable conocimiento de la conducta de tancia ue un buque en el mar, y se dice que también
los fenómenos celestes, aunque el motivo que los contribuyó al progreso del arte de la navegación
impulsó a ello no fue la mera curiosidad. Eran un y perfeccionó el calendario. Era, sin duda, un hom-
pueblo práctico: utilizaban la astronomía para algo bre práctico; y -como buen griego- se interesaba
tan importante como la regulación del calendario; en la política, pues (segÚn Heródoto) sugirió a las
además, lo mismo que nuestros lectores de los pe- desordenadas ciudades jónicas que debían formar
riódicos dominicales, deseaban conocer lo que su- una liga política con su centro en Teas. Se cuenta
cedería próximamente y suponían (lue las estrellas de Tales la habitual historia del profesor distraído:
se lo contarían. (Los griegos -en la época clásica- que una vez iba caminando y por mirar al cielo se
tenían un formal desprecio por la astrología.) Los cayó en un pozo; pero Aristóteles refiere una his-
caldeas habían alcanzado excelentes resultados en toria de otra índole, en que aparece como un .filósofo
la aritmética comercial, así como los egipcios lo no tan desinteresado. Se le reprochaba a Tales que
habían hecho en la geometría práctica. ("Geome- perdiese el tiempo en tareas ociosas. Por consi-
tría" es en griego "medida de la tierra".) Los egip- guiente, previendo por ciertas señales que la pró-
cios constituían un pueblo muy inteligente; habían xima cosecha de aceitunas sería abundante, adquirió
medido la pendiente del Nilo sobre una extensi6n de anticipadamente una concesión sobre todas las
1.100 kil6metros con un error de solo unos pocos cen- prensas o lagares de Lesbos. Cuando llegÓ la abun-
tímetros; y habían descubierto, y utilizado, la solu- dante cosecha y todos quisieron obtener su aceite
ci6n del problema según el cual, en un triángulo rec- en seguida, tuvieron que acudir a Tales por el lagar.
tángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la Demostró así que un filósofo puede ganar bastante
suma de los cuadrados de los dos catetos. Los . dinero, si es que juzga conveniente hacerla.
griegos no habían logrado nada comparable a esto; Mas lo importante que hizo Tales fue formularse
su pensamiento había permanecido, invariablemen- una simple pregunta y dar tina respuesta incorrecta.
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T''''- --~---

La pregunta era: ¿De qué está hecho el mundo? vadas en las canteras de Siracusa. Estos hombres
La respuesta: De agua. eran muy capaces de utilizar á la vez sus ojos y
Hay aquí muchos puntos interesantes. El primero sus mentes, y no necesitamos suponer que la res-
es la simple formulación de la pregunta. Estos puesta de Tales se basaba sólo en el razonamiento
griegos, pese a ser hombres prácticos, tenían pasión abstracto.
por hacerse preguntas inútiles. Así, por ejemplo, Pero lo más significativo de todo es el hecho de
Heródoto va a Egipto, aHí encuentra un dios que que él supusiese que, a pesar de las apariencias, el
(para él) es Heracles, pero mucho más antiguo. mundo no consistía en muchas cosas sino en una so-
Llega a la conclusión de que los griegos conocieron la. Y aquí encontramos un aspecto permanente del
a Heracles a través de los egipcios, y así, ansioso pensamiento griego: el universo, tanto el físico como
de aclarar el enigma, hace un viaje especial a Tiro, el moral, no debe ser solo racional, y por consi-
donde se entera de que hubo un antiquJ5>imotemplo guiente cognoscible, sino también simple; la mul-
dedicado a este dios, y luego otro viaje a Tasas. tiplicidad aparente de las cosas es sólo superficial.
Esta indagación, guiada solo por el desinterés, es Veremos en seguida que los dramaturgos griegos
característica de los jónicos en particular. Pero pensaban precisamente del mismo modo: "No te
volvamos a Tales. Éste desea saber algo totalmente distraigas en la variedad y riqueza aparentes de
inútil -su pregunta jamás se le hubiese ocurrido a
la vida, desciende a la verdad simple." Si Tales
un romano- y presume que puedc ser respondida.
hubiese conocido a un químico del siglo XIX y le
¿Por qué método llegó a su respuesta? Lo ignora- hubiese oído decir que existían sesenta y siete ele-
mos en absoluto, pero, puesto que conocemos el
mentos (o cualquier otro número), llubiese obje-
modo cómo trabajaban algunos de sus sucesores
tado que esa cantidad era excesiva. Mas, por el
inmediatos, incluyendo al excelente Heródoto, po- contrario, si hubiese cambiado ideas can un físico
demos hacer algunas conjeturas. El agua es omni-
presente; rodea la tierra, cae del cielo, brota del del siglo xx y éste le hubiese exp1icado que los ele-
mentos son en verdad combinaciones distintas de
suelo. Además, forma deltas, como muy bien sabía
Tales. También es un componente de muchos cuer- una sola cosa, él hubiese replicado: "Esto es lo
pos, y tiene la propiedad de ser a. su vez sólida, que sostuve siempre." _
líquida o gaseosa. Con respecto a la común creencia Antes de abandonar a Tales quizás sea necesario
de que estos primitivos especuladores griegos eran señalar su completa liberación de cualquier forma
puramente teóricos, conviene señalar que Empédo- de misticismo religioso, contrariamente a lo que
cles utilizó un odre de vino para probar que el podía esperarse de un pensador cuyos predecesores
aire era una sustancia material, y un reloj de agua se han expresado todos en términos mitológicos. No
para demostrar la presión atmosférica, y que Jenó- nos hubiera sorprendido si este fil~sofo hubiese
fanes fudamentaba una teoría de los cambios geo- afirmado que los elementos del mundo· eran tres o
lógicos en la existencia de conchas marinas en las siete o algún otro número sagrado. Nada de esto
montañas y en las huellas de algas y peces obser- se ve entre los jónicos, aunque hay un misticismo
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.••...

bastante fuerte en una escuela que mencionaremos mente de los dioses y los Titanes. Este jónico su-
en seguida: los pitagóricos. ponía que todas las criaturas vivientes surgieron
Es imposible dar un resumen escueto del curso del agua cuando ésta se evaporó por la acción del
seguido por el movimiento filosófico iniciado por sol, y que el hombre fue en un origen un pez. Aquí
Tales. Podemos, sin embargo, mencionar algunos hemos de advertir, para ilustrar su capacidad men-
de sus desarrollos; en todos se advertirá una gran tal, que este filósofo n0 se limitó a aceptar una
audacia de pensamiento. Es como si la mente hu- nueva y quizá adversa hipótesis, constreñido por
mana dejara de hacer pie y empezara a nadar. y un cúmulo de pruebas científicas que no podía
nadase con asombrosa seguridad. rebatir, pues hasta la fecha en que Aristóteles dio
Anaximandro fue el sucesor inmediato de Tales, a conocer sus trabajos se careció, sobre estos temas,
otro hombre práctico. Hizo el primer mapa y con- de un conjunto de hechos observados y clasificados.
dujo una colonia desde Mileto a Apolonia. Parece Por otra parte, su teoría no es un hallazgo fortuito.
que sostuvo que la suprema realidad física no podía Se basa, parcialmente, sobre el razonamiento puro.
ser ella misma una de las sustancias físicas, y así Los demás animales muy pronto se bastan a sí mis-
sustituyó el agua por "algo indefinido", sin pro- mos, el hombre necesita un largo período de lac-
piedades, pero que contenía "oposiciones" dentro tancia; no habría sobrevivido, si siempre hubiese
de sí, tales como lo caliente y lo frío, lo húmedo sido así; por consiguiente -y éste es el punto in-
teresante- el hombre se ha' desarrollado de otros
y lo seco. Mediante estas oposiciones, y por la
influencia de un movimiento eterno, los objetos de animales. Distintas conclusiones son lógicamente
los sentidos son formados de lo Indefinido y a él posible, pero sucede que Anaximandro había ob-
vuelven cuando se destruyen. Tuvo también la servado las costumbres del tiburón liso (Galells
concepción de un equilibrio de fuerzas en la na- levis), un pez que tiene caracteres mamíferos. Igno-
turaleza, que expresa con el término díke, el cual ramos qué otros argumentos pueden haberlo im-
en un contexto diferente significa "justicia". El mo- pulsado, pero podemos ver que fue lina síntesis del
vimiento eterno estaba representado como un re- razonamiento pur~, con la observación 10 que lo
molino o vórtice con la tierra en el centro, una llevó a establecer una teoría que provocó espanto
idea que capacitaba a Anaximandro para mejorar cuando fue repetida a nuestros abuelos.
la doctrina de Tales de que la tierra (plana) reposa Una mayor confianza en la razón se dio en la
sobre el agua; Anaximandro sostenía que aquélla escuela eleática, especialmente en Parménides y
se halla libremente suspendida en el espacio, equi- Zenón, el inventor de las famosas paradojas. Éstos
distante en cualquier dirección de la periferia del sometieron las teorías físicas de los jónicos a un
vórtice. examen lógico, y, por razonamiento metafísico, lle-
varon a la teoría atómica. La reflexión de Parmé-
Éste era un notable adelanto, y la libertad del
pensamiento de Anaximandro se advierte sin es- nides puede formularse así: el no-sé no es; es
fuerzo en sus especulaciones sobre el origen de la decir que la nada no es. Por consiguiente, lo que
raza humana, que la mitología derivaba indirecta- es, es eterno, pues si así no fuera, debería haber
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surgido de la nada o terminar en e11a; y la nada dos y el invariable, perfecto y cognoscible mundo
no existe. El movimiento es una ilusión, pues una de la Realidad es el fundamento del platonismo.
cosa solo puede moverse avanzando en el espacio No solo los filósofos tienen este hábito mental de
vacío, es decir en la nada. La materia es uniforme, desdeñar lo que está en la superficie -las aparien-
pues no 'puede mezclarse con la nada para rarifi- cias transitorias de las cosas, su multiplicidad y
carse; el Universo es un plenum inmóvil, uniforme, variedad- y tratan de 11egar a la simple realidad
esférico. , interior. ¿Acaso no encontramos algo similar en
Un absurdo, naturalmente, pero el investigador la escultura griega, la cual, por lo menos hasta co-
moderno no desdei':ía el resultado negativo. La in- mienzos del siglo IV, no intentó para nada repre-
vestigación de las leyes de la lógica fue un resultado sentar al individuo y en cambio se esforzó en per-
del pensamiento de Parménides; el otro fue la teo- feccionar su representación del atleta o el dios?
ría de Leucipo y Demócrito, quienes aceptaron la También encontramos algo parecido en la tragedia
concepción de Parménides sobre el universo, pero griega. Entre el drama griego y nuestro drama clá-
postularon un número infinito de e110s y también sico existe la misma diferencia que entre la arqui-
un espacio vacío en que pudieran moverse. Éstos tectura griega y la gótica, y estas diferencias escla-
eran los átomos, que constituían todo lo que existe recen el hábito mental a que nos referimos. La
y que se reunían y separaban de nuevo por un arquitectura gótica se complace en la multiplicidad,
movimiento natural. en los mayores contrastes de luz y sombra, en la
Otro problema debatido fue la naturaleza, y ornamentación que extiende sobre todo el dominio
también la posibilidad del conocimiento. Había sido de la naturaleza: pájaros, animales y flores, figuras
universalmente aceptado que la Realidad· consti- de reyes, santos y ángeles y también figuras gro-
tuía algo estable, pero Heráclito, un escritor oscuro tescas. Igualmente la tragedia isabelina, en su
y sibilino, sostuvo la alarmante doctrina según la apii':íado y variado escenario, presenta tQda la com-
cual era verdad lo contrario: la esencia del universo plejidad y riqueza de la vida: reyes y ciudadanos,
es el cambio; todo se ha11a en estado de constante consejeros y solda?os, amantes, cómicos, nii':íos,ha-
fluir. No se puede entrar dos veces en el mismo río, das. Todo está allí. Se ha dicho que una catedral
pues la segunda vez no es ya el mismo, proposición . gótica nunca está terminada, y, a la inversa, Sha-
que un sucesor enmendó agudamente: "No se pue- kespeare ha sido a menudo abreviado; pero ¿quién
de estar una sola vez en el mismo río", pues éste podría agregar algo a un templo griego que no fuese
cambia mientras uno está en él. ¿Se puede sostener una excrecencia superflua, o cortar una escena de
que una cosa es, si siempre se está convirtiendo un drama griego sin volverlo ininteligible?
en algo diferente? ¿Es posible formular un juicio La razón de estas diferencias no reside en que
firmp. sobre cualquier cosa? Esta filosofía de He- los griegos tuvieran un superior sentido de la fonna,
ráelito tuvo una profunda influencia sobre Platón, o una imaginación inferior o sintiesen' menos inten-
pues la distinción entre el cambiante, imperfecto samente el goce de vivir, sino que pensaban de
y esencialmente incognoscible mundo de los senti- manera distinta. Tal vez un ejemplo aclare esto.
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El lector debe considerar, teniendo en su mente los los Cielos) siempre es inex:.Jrablemente castigada.
dramas históricos de Shakespeare, el Único drama En el drama, Jerjes es vencido por Zells, los griegos
griego existente sobre un asunto histórico, los Per- no son más que intermediarios, y también la ver-
sas de Esquilo, escrito menos de diez años después dadera alma de Grecia. Esquilo dramatiza no el
del acontecimip-nto de que trata, y representado hecho, sino su significación esencial; y si los acon-
ante el pueblo ateniense que tan importante papel t('cimientos históricos, en alguna circunstancia, no
desempeñó en la lucha, y por añadidura, justamente expresan con bastante claridad la situación íntima,
al pie de la Acrópolis que los persas habían sa- Esquilo los modifica, ejemplificando así por antici-
queado y profanado. Cualquiera de los dramaturgos pado la afirmación de Aristótcles de (Iue la poesía
isabelinos nos hubiera presentado un panorama es más filosófica que la historia.
de toda la guerra, sus momentos de desesperación, Ya empezamos a percibir la conexión entre mu-
esperanza y triunfo; veríamos en escena a los con- chas de las cualidades del griego, entre su confianza
ductores que planearon la victoria y algunos de en la Razón, su extraordinario sentido de la forma,
los soldados que la obtuvieron. En los Persas no su amor por la simetría, su propensión creadora o
vemos nada de eso. La escena transcurre en la constructiva, su tendencia a confiar en el razona-
capital persa, la acción es vista solo con ojos per- mientf) a priori. Sin duda hay varios senderos que
sas, se simplifica tanto el curso de la guerra que atraviesan esta selva de nociones, pero así como
la batal1a nayal de Artemisio no es mencionada, ni hemos recorrido la época de Tales a Esquilo, siga-
tampoco la heroica defensa de las Termópilas, y mos desde este punto.
ni un solo griego es Jlamado por su nombre. El He insinuado que el instinto que impulsó a )os
contraste no podría ser mÚs completo. primeros filósofos a través del aspecto exterior de
Alegar (IlIe el escenario ateniense y la forma la naturaleza hasta una supuesta realidad y unidad
dramÚtica griega no permitían un tratamiento realis- <Iue estaban debajo, es el mismo que muestra el
ta de la guerra, es sin duela cierto, pero no bastante poeta trágico que no dramatiza el curso de la gue-
convincente. El verdadero punto de la cuestión está rra, sino que usa los hechos de ésta -algunos de
aquí en que tanto el escenario coino la forma dra- el1os- a fin de presentar lo que él juzga ser su
mática son lo que son, debido a que los autores auténtica significación. Así pues, porque el artista
no tenían deseo alguno de ser realistas. Son los griego siempre percibe la realidad de esta manera,
dramaturgos (IlIienes hacen el teatro y la forma él, en un sentido especial, construye y crea cons-
dramática y no el teatro y la forma los que mandan tantemente. Es muy cierto que todos los artistas
a los dramaturgos. Pero todos los detalles de la rcalizan esto, pero no todos lo hacen del mismo
obra nos resultan naturales y también necesarios, modo. Hay una diferencia sustancial entre brindar
c(¡ando comprendemos que Esquilo no tenía inten- un cuadro de la vida forjando una síntesis, me-
ciÓn de escribir una pieza "histórica", sino un drama diante la selección significativa, la combinación y
sobre la idea de que la lrybris (en este caso el el contraste, e interpretarla a la manera griega. Lo
imperdonable desafío de Jerjes a la voluntad de uno llcva a ]a variedad y a la expansión, lo otro a la
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sencillez y a la intensidad. Como el griego no emprendiera; más tarde su amante, Egisto, viene
intenta dar un cuadro representativo de la vida, sino a decir que él 10 merece, por una razón distinta.
expresar una concepción, lo más enérgica y clara- Esto es todo. Tanto Esquilo como Shakespeare
mente que pueda, la forma lograda es mucho más disponían de un extenSo y complejo relato para
lógica y tensa. Quizás contribuya a aclarar este trabajar sobre él La diferencia reside en que Es-
aserto una comparación entre dos dramas que tie- quilo rompe el suyo en fragmentos y con ellos
nen en común su utilización de un enorme material empieza a construir un drama sobre cierta concep-
histórico: Antonio y Cleopatra y Aga11lenón. Sha- ción de la justicia: en pocas palabras, que la jus-
kespeare toma su asunto de _Plutarco y, dicho en ticia retributiva aplicada como venganza lleva al
pocas palabras, pone en su drama 10 que haBa caos. Su estructura no es el relato, sino aqueBa
en este autor. PIutarco, como historiador, refiere en concepción. Desecha los restos de la historia que
el curso de su narración que uno de los capitanes no le interesan, por ejemplo, el relato de la guerra
de Pompeyo le sugirió el ingenioso plan de embar- o la seducción de Clitemnestra por Egisto, y en
carse con los triunviros y arrojados al mar. Sha- cambio emplea los que desea, pero no en orden
kespeare lee esto, intuye que constituiría una buena cronológico, sino en el que a él le conviene. (Podía
escena y 10 pone íntegramente en su drama. No tratar la historia de este modo pórque su auditorio
está muy claro lo que esto tiene que hacer con la ya conocía su plan general. Una gran ventaja de
trágica pasión de Antonio y Cleopatra (que es, a utilizar el mito consistía en que el dramaturgo se
mi parecer, de 10 que trata la pieza), pero contri- libraba de la tediosa tarea de la exposición.) En
buye a dar profundidad y perspectiva a todo el este sentido especial, crea algo nuevo; la Forma
espectáculo, y como existen ciertamente seres bru- está totalmente bajo su control. Su tema, el crimen
tales como Menas, no hay nada que replicar. En castigado por el crimen que a su vez debe ser
lo que respecta al Agamenón, me costaría un lar- castigado por otro crimen, el poeta lo expone una
guísimo párrafo resumir 10 más brevemente posible primera, una segunda, una tercera vez, en una ten-
el material legendario utilizado realmente por Es- sión siempre creciente, y el resultado es una estruc-
quilo: el rapto de Helena, la expedición a Troya y tura lógica, bella y poderosa. Todas las tragedias
su triunfo, la historia de Casandra, el asesinato griegas están así forjadas sobre una concepción
de Agamenón y de Casandra, incluso la lucha en única y nada se admite que no contribuya directa-
la generación anterior entre Ateo, el padre de Aga- mente a ella. En realidad, en las obras griegas es
menón, y su propio hermano. Vemos aquí la ex- Menas el que es arrojado al mar. De aquí la fuerza
tensión del material, pero la intriga es muy breve. y claridad de estos dramas. Se ha dicho que hay
Se anuncia que Agamenón regresa al hogar, luego tantos Hamlets como actores capaces de representar
aparece y trae consigo a la princesa cautiva Ca- ese papel; esto no podría decirse de nipguna tra-
sandra; su mujer Clitemnestra los mata a los dos; gedia griega. La relación entre el sentido y la forma
ella dice que él lo merece por haber sacrificado es tan lógica que puede desecharse sin ninguna
su hija a Artemisa para que esta expedición se duda cualquier interpretación torcida. Si ella no
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da cuenta de todos los dctaIJes del drama, cs falsa, todas clases, 'incluyendo el ritmo, se vuelve inex-
pues la interprctación verdadera lo explica todo. presablemente tediosa. El vicio estilística griego
Tal es, a mi parecer, el origen de la lógica y la no era la incapacidad formal sino el formalismo
claridad, tan evidentes en el scntido griego de la espurio.
forma. El artista tiene una idea nítida de lo que Pero al griego no sólo le complacía que sus
va a decir y domina por completo su material. Es creaciones fuesen simétricas, o arquetípicas; tam-
igualmente evidente el amor griego por la simetría. bién creía que el universo en su conjunto debía
Esto tiene algunas ramificaciones intcre:::antes; adon- ser proporcionado. Esto· era lógico. En las obras
de quiera que miremos haIJamos la, atracción del del Hombre, la Razón y la Perfección asumen una
modelo y del equilibrio. Observemos primero uno forma armónica; el Hombre es parte de la Natu-
o dos sectores en que tal cosa salte a la vista. Ya raleza; por consiguiente también ésta, al estar ba-
hemos mencionado la arquitectura. La irregulari- sada ex hypothesi sobre la Razón 1, será simétrica.
dad del plan que se da en casi todas las catedrales No faltan indicaciones sobre la proporción de
góticas sugiere a nuestras mentes la idea de energía la naturaleza. En el curso del año la oscuridad
dinámica, de vida; a una mente griega esto sólo equilibra la luz y el frío hace otro tanto con el
le sugeriría algo detcstable, una imperfección. El calor. Hasta los vientos inconstantes observan una
edificio perfecto, ejecutado como ha sido concebido, estabilidad general y los movimientos regulares de
será naturalmente simétrico. Ahora vayamos a la las estrellas eran conocidos desde hacía mucho
prosa griega, con su pasión por el e(]uilibrio y la tiempo; sólo escapaban los planetas, los astros
l' antítesis, a menudo empleadas hasta el exceso. En "errantes". Simetría, Ley y Razón no son sino as-
los buenos escritores o hablantes, la antítesis pro- pectos distintos de una misma cosa.
cede directamente de la agudeza de la inteligencia Por consiguiente el griego tendía a imponer nor-
que analiza una idea en sus partes componentes. mas fijas donde en realidad no se encuentran, así
(Un buen ejemplo es una anécdota sohre Temís- como se fundaba en la Razón allí donde hubiese
tocles que sería una lástima no citar en algún lugar sido más prudente utilizar la observación y la de-
de este libro, pues es archigriega. Un hombre en- ducción. Los primitivos geógrafos son una prueba
vidioso de una isla insignificante, Ilamada Sérifo, de esto. Heródoto en Egipto fue sugestionado enor-
dijo a TemístocIes que éste debía su fama no tanto memente por el Nilo y realizó todas las indagaciones
a sus propios méritos como al hecho de ser ate- que pudo sobre sus fuentes. Alguien le contó una
niense. "Algo de eso hay -respondió TemístocIes-; historia, de origen desconocido, sobre ciertos jó-
yo nunca habría llegado a ser famoso si huhiera
1 La palabra griega para designar la Razón, en este sen-
sido de Sérifo, y tampoco hubieras negado tÚ si tido, es lógos, de donde procede el adjetivo "lógico". Haoi-
fueras ateniense.") Pero a veces, incluso en TucÍ- tualmente lógos se traduce mal por "palabra":. es más bien
dides, la segunda parte de la antítesis es puramente "discurso", o la idea comunicada por el discurso. "En e1
formal, y en el estilo en prosa elaborado por algunos principio era la Palabra" significa en realidad "En el prin-
cipio era la Concepción."
sofistas, la antítesis, reforzada por paralelismos de
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venes aventureros de tina tribu fluC vivía cerca de Así empieza un ensayo "Sobre la medicina anti-
Sirtis (el Golfo de Sutra). Estos jóvenes empren- gua", el cual ha llegado hasta nosotros con el nom-
dieron la marcha hacia el sur a través del desierto bre de Hipócrates de Cos, la figura más importante
de Libia y, después de un peligroso viaje, fueron en la medicina del siglo v. Si Hipócrates escribió
conducidos por unos pequeños hombres negros (los o no en realidad este' ensayo es cosa que ignoramos
Pigmeos). Detrás de la ciudad de éstos corría un y que carece d~ importancia; lo significativo es la
gran río, en dirección de oeste a este,. lleno de protesta del científico contra el filósofo a priori.
, cocodrilos. El informante de Heródoto sospechaba Este último, que llegaba a la medicina de las vastas
que este río fuese el Nilo y -decía Heródoto- "la regiones de la fiJosofía natural (tal cual ellos la
razón lo apoyaba", La razón es la simetría natural, entendían), forjaba "hipotesis" generales -no hi-
pues así como el Nilo divide en dos el África, pótesis científicas, que son teorías provisionales
también el Danubio divide en dos a Europa, y la urdidas para explicar los hechos observados-, sino
boca del Danubio es directamente opuesta a la generalizaciones sin apoyo, semejantes a los axio-
del Nilo. El Danubio nace en el lejano oeste, "en- mas matemáticos. Esto -agrega nuestro escritor-
tre los celtas, junto a Ja ciudad de Pirene", dice
se compadece muy bien con los impenetrables mis-
Heródoto, que había oído el nombre de los Piiineos, terios como los que suceden en el cielo o debajo
pero los asimilaba a un lugar o a un pueblo. Nada
de la tierra, pero no es el modo de ocuparse de
entonces más congruente que. el Nilo, por su parte,
un "oficio" (o un "arte"" pues la palabra griega
tuviese también su fuente, lo mismo clue su desem-
tékhne significa ambas cosas). La base de la medi-
bocadura, opuesta a la del Danubio. Esta manera
cina -prosigue diciendo- es conocida desde hace
de reflexionar es muy caractérÍstica de la primera
época de la geografía griega; el que hizo la tierra, largo tiempo, tanto sus principios como su método.
Este método ha facilitado muchos descubrimientos
cualquiera fuese, la hizo correctamente, es decir
en forma ~imétrica. excelentes, y lo que falta será descubierto, si el
El otro punto, el que los griegos utilizasen el investigador competente no ig~ora lo que ya se
Logos donde deberían haber utilizado métodos cien- ha aprendido y establece en ello la base de sus
tíficos, puede ejemplificarse con una controversia estudios posteriores. Pero el hombre es a la vez
en la historia de la medicina griega. la víctima y la causa del error, puesto (lue rechaza
Hay escritores de medicina que consideran, como la base y desprecia estos principios metodológicos e intenta
de su estudio, algunas hipótesis elegidas arbitrariamente proseguir la investigación de otra manera. Tal ca-
-lo caliente y lo frío, lo húmedo y lo seco-; cualquiera mino es intransitable y yo probaré por qué.
cosa que les parezca conveniente. Así reducen el número Esto equivale a decir que, en una ciencia en
de las causas de enfermedades o de muerte entre los hom-
bres, convirtiéndolas todas en una. Estos autores están equi- que existía la posibilidad de establecer un cuerpo
vocados en muchas de sus formulacioncs 2, pero su peor de verdades, mediante la observación y el experi-
error es que están ejerciendo un arte muy importante. mento, hubo griegos que pudieron mostrar su es-
2 El texto es aquí inseguro. píritu científico. Ya vemos esto en la descripción
que hace Tucídides de la peste. Relata menuda-
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mente sus efectos físicos, y también sus consecuen- ejercicios físicos fuera de lo habitual. Primer día: desarreglos
cias mentales y morales, e inicia su descripción intestinales, frecuentes aunque no muy abundantes; eva-
cuaciones biliosas, orina escasa, negruzca, insomnio, sed. Se-
con estas palabras: "Cualquiera, sea médico o gundo día: todos los síntomas empeorados; excreciones más
profano, puede opinar sobre el origen probable de desfavorables, insomnio, trasto:nDS mentales, ligero sudor.
la peste y sobre las causas que, según él, han pro- Tercer día: malestar, sed, náuseas, agitación constante, do-
ducido semejante desorden. Por mi parte, descri- lores, delirio, extremidades lívidas y frías; hipocondrio cons-
biré solamente cómo fue y seiíalaré los síntomas trei1ido en ambos lados y más bien fláccido (?). Cuarto
día: insomnio, empeoramiento. Quinto día: muerte. Alrede-
que permitirían reconoeerla si alguna vez volviese; dor de los 20.
pues yo fni atacado por ella y observé personal-
mente a otros que la padecieron." Hay un estudio crítico de las Epidemias, escrito
Ésta es la actitud científica; Tucídides no entrará en el siglo XIX (citado por el doctor Jones ), que
en generalizaciones sin apoyo. ¿Puede darse algo es sugestivo porque demuestra que su autor no ha
más científico que el siguiente pasaje de los Prc- entendido en absoluto el sentido de la obra. Para
ceptos? a este comentarista el médico anónimo que compuso
las Epidemias es deliberadamente un impasible
En medicina se debe prestar atención no a la teoría plau-
sible (logismós), sino a la experiencia y a ]a razón (higos) testigo del sufrimiento humano y nada hace para
juntamente ... Estoy de acuerdo con la teorización, siempre mitigarlo. En efecto, menciona una o dos veces su
(lue se base en hechos, y efectúe de manera sistemática sus tratamiento -por ejemplo, "los fomentos calientes
deducciones de 10 observado ... Pero las conclusiones extraí-
no daban ningún alivio"- pero la verdad es que
das de la sola razón no prestarán ningún servicio, sólo ser-
virán las extraídas de los hechos observados. él escribe como patólogo más que como médico y
se atiene a este punto. En este caso, el griego era
De esta cuidadosa observación de los hechos más científico de lo que creía su crítico moderno.
tenemos una excelente muestra en las Epidemias, Estas citas muestran claramente que había grie-
aparentemente el registro de casos de un médico gos que entendían y seguían procedimientos cien-
viajero. El escritor muestra su vigor expositivo. En tíficos, pero que otros utilizaban simples métodos
primer lugar anota el tiempo reinante, luego esta- a priol'i. Citemos al doctor Jones: "Cuando el origen
blece el curso general de la enfenueclad de sus divino de la enfermedad fue poco a poco descarta-
pacientes, señalando la edad, sexo y otros detalles do, s.e hizo sentir otro elemento, igualmente per-
turbador, y opuesto al progreso de la medicina
que pueden ser importantes. Doy el siguiente ejem-
plo típico porque es breve y señala el nombre de científica. La filosofía desalojó a la religión. La
un interesante lugar: filosofía griega buscaba la uniformidad en la mul-
tiplicidad de los fenómenos, y el afán de hallarla
El joven que se haIlaba enfermo en el Mercado de los
llevaba a la conjetura y al desprecio de los hechos
Mentirosos empezó a tener fiebre después de correr y hacer
con el intento de bosquejar una teoría omnicom-
3 Hipócrates (Locb Class., 1, sig.) editado por W. H.
prensiva. El mismo impulso que llevó a Tales a
S. Jones. afirmar que todo era agua, condujo al autor de un
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tratado (Iue figura en el corpus hipocrático a sos-
tener que todas las enfermedades eran causadas
que ]a diferencia entre 6 X 6 Y i X 5 era la mis-
ma, y con creciente entusiasmo descubrí, y demos-
por el aire. Como dice Daremberg, los filósofos tré algebraicamente, la ley por la cual este pro-
trataban de comprender la naturaleza mientras ce- ducto debe ser siempre uno menos que el cuadrado.
rraban sus ojos." No se piense que los griegos El paso siguiente consistía en considerar' la con-
fueron los Únicos en obrar asÍ. La mente humana ducta que mostrarían los productos sucesivos calcu-
es muy propensa al emocionante ejercicio de saltar lados partiendo desde el cuadrado inicial, a cuya
por encima de ]os obstáculos como si no existieran. base se le fuera sumando y restando sucesivamente
La teoría nwdieval de la mÚsica, por ejemplo, es- una unidad;' y con gran satisfacción me revelé
taba a veces tan eOlnplicadamente confundida con a mí mismo todo un sistema de comportamiento
la doctrina de la Trinidad (Iue hoy nos resulta numérico acerca del cual mis profesores de mate-
un tanto incongruente. mática me habían dejado (me complazco en de-
Pero no nos creamos superiores a aquellos griegos cirio) en la más completa ignorancia. No sin
que "cerraban sus ojos". Ellos mantenían, en cam- asombro forjé la serie 10 X 10 = 100; 9 X 11 = 99;
bio, sus mentes muy abiertas, y aunque sus ojos 8 X 12 = 96; 7 X 13 = 91. .'. Y haHé que las dife-
cerrados hayan atrasado el desarroHo de la ciencia, rencias eran sucesivamente, 1, 3; 5, 7 ... : la serie
sus mentes abiertas los guiaron a dominios igual- de los nÚmeros impares. :\lás maravilloso fue el
mente importantes: la metafísica y la matemática. descubrimiento de que si cada producto sucesivo era
La matem<Ítica es quizás el más característico restado del original 100, se producía la serie 1,
de los descubrimientos helénicos, y uno de los que 4, 9, 16. ,. Nadie me había dicho nunca y. yo no lo
más entusiasmo provocó en e]]os. Comprenderemos había sospechado, (Iue los nÚmeros forjaran entre
mejor a (Iuienes cerraban sus ojos ante los hechos, si sí estos graves y hermosos juegos, de la eternidad
no olvidamos la convicción griega de que el uni- a la eternidad, independientemente (en aparien-
verso es un conjunto lógico, y por consiguiente cia) del tiempo, el espacio y la mente humana.
simple (a pesar de las apariencias) y probable- Era una impresion~nte ojeada en un universo nue-
mente simétrico, y luego tratamos de imaginamos vo y perfecto.
el impacto que la matemática elemental produjo Entonces comprendí cómo se sentirían los pita-
en sus mentes. góricos cuando realizaban estos mismos descubri-
Sucede que yo mismo (si puedo ser personal por mien'tos. en vano en lo que a mi respecta. La
un momento) tuve una experiencia parecida con suprema y simple Verdad (Iue los jónicos intenta-
una investigación matemática que me (Iuitó "el sue- ron encontrar en lo físico fue en efecto el NÚmero.
fío. (Los lectores especialistas en esa disciplina ¿No sostenía HcrácJito (Iue todo cambia siempre?
pueden sonreír.) Quería saber cuál era la diferen- Pues aquí hay cosas (Ille no cambian, entidades que
cia entre el cuadrado de un nÚmero y el producto son eternas, libres de la carne que se corrompe,
de sus dos nÚmeros más cercanos. 10 X 10 da 100, independientes de los sentidos engañosos, perfec-
y 11 X 9 = 99, uno menos. Fue interesante hallar tamcnte captables por medio de la mente. Además,
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/

como el NÚmero se concebía en forma espacial, una octava m:\s alta sea producida por uIJa cuerda
estas entidades matemáticas poseían una cualidad exactamente la mitad de larga, el caso más simple
que los griegos atribuían a las cosas perfectas: la de una serie de razones matemáticas i[ue son tam-
simetría; en e]]as el Logos era un arqu.etipo. Pode- hién intervalos musicales. En esto el griego veía
mos ejempJjficar esto invirtiendo la serie estable- mucho mÚs que una coincidencia y mucho más que
cida antes. La serie de los nÚmeros cuadrados pue- I1n intcresante hecho de física. La mente griega
de obtenerse sumando los sucesivos nÚmeros im- -de aCllerJo con 10 ya dicho- tendía a discurrir
pares: segÚn analogías, a saltar por sobre los obstáculos.
12 +3= 22; 22 + 5 = 32; 32 + 7 = 42 ... 1,;1 verdadera razón de tal conducta rcsidía en su
convencimiento de que todo el Universo, o la Na-
Para los pitagóricos estos hechos constituían pa- turaleza, es una unidad que incluía el universo físi-
radigmas, pues su pensamiento matemático estaba
co. moral y reJigioso juntamente. Si recordamos
forjado en términos geométricos; de ahí el "nÚme-
ro cuadrado": ('stas antecedentes, si tcnemos presente (¡U e los
<friegosconsideraban
b e la moral como un punto medio
entre contrarios, una adecuada "sintonización", una
--1
. . armonía del alma; si pensamos en el gran papel
...
:-:/ . que en la educación griega desempei'íaha la mOll-
sik(; (la cual incluía la poesía y la danza), y asi-
mismo, que las relaciones matemáticas ya habían
El posterior pensamiento de los griegos penetró sido dcscubiertas en el universo físico,. entonces
en este mundo nuevo, a medida que su intuición podemos comprender cómo los pitagóricos, entu-
descubría que bajo la apariencia múltiple subsiste siasmados por sus investigaciones sobre las propie-
la simplicidad; que gobierna la ley y no el cambio; dades de la cuerda afinada, dieron un salto y
que el universo se basa en la razón y que, mediante dedujeron que también les sería posible ha]]ar una
el razonamiento, puede descubrirse su íntima rea- hase matemática para la religión y la moral. Des-
lidad. El camin~ hacia la verdad no corre a través arrollaron así una doctrina mística de los nÚmeros,
de los sentidos sino a través de la mente. segÚn la cual Dios, o el Bien, era 1, la Unidad; la
Esta creencia se veía fortalecida por la índole Justicia el 4, el siguiente nÚmero cuadrado, y así
geométrica de la Naturaleza. AlgÚn pitagórico debe sucesi\:amentc. Era un intento osado; pero la his-
de haber observado la estructura geométrica de las toria humana ha mostrado cwínto mÚs fácil es regir
flores y de los cristales. No hay constancia de esto, el univcrso físico que el universo moral.
pero captamos los ecos del entusiasmo suscitado PlatÓn fue un ferviente estudioso de Ú1atemática.
cuando la escuela descubrió las bases matemáticas Sobre el dintel de la Academia se I('Ía:
de la armonía musical. Para una mente alejada de ~lH.~Ei~ 'AI'Em\IÉTPIlTO~ EI~íTn
estas disciplinas, parece un milagro de coincidencia
que 10 que el oído percibe como la misma nota lo cua], interpretado, quería decir "St.' requiere un
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certificado en matemática"; y uno de sus dichos la mente de los toscos objetos de los sentidos y la
era: "Dios está siempre practicando Geometría", guía a la contemplación de las cosas más reales.
expresión fiiosófica, similar en su inspiración a Solo con la mente podemos aprehender las realida-
aquella que provocó en Heródoto la conjetura ya des invariables; los sentidos únicamente pueden
mencionada sobre el Nilo. Pero junto con el im- mostramos copias provisionales e imperfectas de la
pulso matemático, Platón combinó la convicción realidad. De estas Realidades, o Ideas, la más alta
socrática de que el adecuado estudio de la huma- es el Bien, y aunque Platón no identifica formal-
nidad es el Hombre, y el supremo Bien para el mente el Bien con Dios, habla de su naturaleza
Hombre. Heredó también el método dialéctico de divina en tales términos que la identificación formal
Sócrates, es decir, la búsqueda mediante la inda- variaría las cosas muy poco.
gación lógica de la definición integral, del lógos Tal es el Conocimiento cuya posesión aparta al
de las virtudes. Creía, como Sócrates, (Iue la Virtud hombre del mal; es el Conocimiento del Ser, del
es conocimiento; que un hombre que sabe lo que Bien, virtualmente, de Dios. Es algo más rico y
es la virtud par fuerza la practicará, ya (Iue ella, amplio que nuestro común "conocimiento" pura-
por ser buena, es necesariamente preferible a lo mente intelectual; pues su fuerza impulsara es una
que es malo. Con respecto a ese punto quizás sea pasión tanto moral como intelectÚal, y su objeto es
cierto que Sócrates y PIatón desdeñaron la endeblez la Verdad que lo abarca todo; pertenece en efecto
de la voluntad, pero también es cierto que nos- al mismo orden de cosas, aunque sea de especie'
otros subestimamos lo que eJIos querían significar diferente, (Iue el estado de gracia cristiano. He
con el "conocimiento". Platón, lo mismo que algu- aquí la culminación de la búsqueda cfectl1ada por
nos de sus predecesores, señalaron una tajante dife- los pensadores griegos, en favor de la íntima rea-
rencia entre conocimiento y opinión. El conocimien- lidad, el lógos. El verbo era Dios.
to no es lo que se ha dicho, mostrado o enseñado a
un hombre; solo puede ser lo que él ha extraído
de sí mismo mediante una pesquisa larga y riguro-
sa. Además, solo lo permanente, y no lo transitorio,
puede ser materia de conocimiento; solo lo que "es"
y no los objetos de los sentidos que se están siem-
pre convirtiendo en alguna otra cosa. En realidad,
Platón llega a una posición no muy alejada de la
del salmista que dice: "El conocimiento cle Dios
es el comienzo de la sabiduría", aunque se aproxi-
me a eJIa por un camino muy diferente. El conoci-
miento de "lo (lue es" llega solo a través de una
vida de esfuerzo intelectual, cuya introducción es
el estudio de la matemática, pues ésta, aparta
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