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Unidad 1
Emunah y Bitajon - Jazon Ish
Estudiamos diariamente las enseñanzas sobre Fe y Confianza en Hashem, basados en el libro
"Emunah y Bitajon" del Jazon Ish
Este grupo de estudio fue donado para éxito y parnasa tova de Tania bat Vivian
Para éxito y parnasa tova de Marta Adriana bat Rosa y Ricardo ben Gloria
Introducción
La carta del Ramban es también conocida como Igueret HaMusar y es recitada y
estudiada por cientos de judíos que desean seguir las indicaciones de esta carta e
intentan vivir de acuerdo a su elevación espiritual.
Esta carta fue enviada por Ramban desde la ciudad de Akko en Israel a su hijo
Najman en Catalina, España para inspirarlo a actuar con humildad. Lo instruyó
a leer esta carta una vez a la semana y enseñarsela a sus hijos también para que
temieran a Di.os desde su juventud.
Ramban le aseguró a su hijo que el día en que él leyera esta carta, sus deseos
serían satisfechos desde el cielo, también le prometió que cualquiera que
acostumbrara a leer esta carta se evitaría tribulaciones y tendría abundancia en
el mundo venidero.
Pueden revisar la carta completa en
http://kivrei-tzadikim.com/2019/01/30/igueret-haramban/
IGUERET HARAMBAN
Escucha, hijo mío, la instrucción de tu padre y no descuides la Torá
de tu madre.
Adquiere el hábito de hablar siempre calmadamente a todo hombre y
a toda hora. Y con ésto te salvarás de la ira, un serio defecto de
carácter que hace pecar a los hombres. Como dijeron nuestros
Rabinos: Quienquiera que estalla en ira, todo tipo de infiernos
(Gehinam) dominan sobre él, como está escrito, “Destierra la ira de tu
corazón y aparta el mal de tu carne”. “Mal” significa aquí Gehinam,
como leemos: “…y los malvados están destinados al día del mal”.
Una vez que te hayas salvado de la ira, la cualidad de la humildad
entrará en tu corazón. Esta cualidad es la mejor de todos los rasgos
admirables, porque, “Siguiendo a la humildad llega el temor a D-os”.
A través de la humildad también llegará a tu corazón la cualidad del
temor a Dos. Hará que siempre pienses acerca de tu proveniencia y
de tu destinación, y que mientras estás vivo eres siempre como un
gusano, y lo mismo después de tu muerte.
También te recordará ante Quién has de ser juzgado, ante el Rey de la
Gloria, y está escrito, “Ni siquiera el cielo ni los cielos del cielo
pueden Contenerte” – “¡Cuánto menos el corazón de los hombres!”
También está escrito, “¿Acaso no lleno Yo cielo y tierra? Dice D-os”.
Y cuando pienses en todas estas cosas temerás de tu Creador y te
protegerás del pecado y con estas cualidades serás feliz con tu
porción. Y cuando actúes humildemente y te averguences de todo
hombre y les temas, y te cuides del pecado, el espíritu de la Shejina y
la radiancia de Su Gloria y la vida del Mundo por Venir descansarán
sobre ti. Y ahora, hijo mío, entiende y observa que el que se
enorgullece en su corazón sobre las criaturas, se está rebelando
contra la Realeza de D-os, porque se está adorando a sí mismo con
las vestiduras del reino de los Cielos, como está escrito, “Hashem
reina, El viste ropas de orgullo”.
¿Y con qué habría uno de sentirse orgulloso? ¿A causa de la
riqueza? D-os lo hace a uno pobre o rico. ¿Es a causa del honor?
Pertenece a D-os, como leemos, “Riqueza y honor vienen de Ti”. ¿Así
que, cómo podría uno adornarse con el honor de D-os? ¡Y alguien
que está orgulloso de su sabiduría seguramente debe saber que D-os
“aparta el habla de hombres locuaces y quita el razonamiento de los
sabios”!
De modo que vemos que todo el mundo es igual ante D-os, ya que
con Su ira El rebaja a los orgullosos y cuando El lo desea El levanta a
los que están abajo. ¡Así que rebájate y D-os te elevará!. Por
consiguiente, ahora te explicaré cómo comportarte siempre
humildemente.
Todas tus palabras serán amables, con tu cabeza inclinada, tus ojos
viendo hacia el piso y tu corazón enfocado hacia arriba. No mires al
rostro de la persona con quien estás hablando. Considera a todo el
mundo como mayor que tú . Si él es sabio o rico, debes darle respeto.
Si él es pobre y tú eres más rico –o más sabio- que él, considera que
eres más culpable que él, y que el es más meritorio que tú, dado que
cuando él peca lo hace por error, ¡mientras que tú lo haces
deliberadamente!
En todas tus acciones, palabras y pensamientos y en toda hora,
considera en tu corazón como si estás parado ante D-os, con
su Shejina encima de ti, porque Su gloria llena el mundo entero. Y tus
palabras serán con temor y espanto, como un esclavo de pie ante su
amo. Avergüenzate ante todo el mundo.
Cuando alguien te llama, no contestes en voz alta, sino gentil y
suavemente, como alguien parado ante su amo.
Cuida de estudiar siempre la Torá diligentemente, de modo que seas
capaz de cumplir sus mandamientos. Cuando te levantes de tu
aprendizaje reflexiona cuidadosamente acerca de lo que has
estudiado, a fin de ver qué hay en ello que puedas poner en práctica.
Examina tus acciones todas las mañanas y todas las noches, y de
esta manera en todos tus días habrá teshuvá (arrepentimiento).
Concéntrate en tus Tefilot removiendo todas las preocupaciones
mundanas de tu corazón. Prepara tu corazón ante D-os, purifica tus
pensamientos y piensa en lo que vas a decir antes de sacarlo de tu
boca.
Y así harás todos los días de tu vana vida y no pecarás. De esta
manera, todos tus palabras, acciones y pensamientosrectos y tu
Tefila será pura, clara, limpia, devota y aceptable a D-os, pues como
está escrito, “Cuando su corazón está dirigido a Ti, escúchales”.
Lee esta carta al menos una vez por semana y no descuides ningún
aspecto de ella. Cumple con su contenido y, al hacerlo, camina con
ella para siempre por los senderos de D-os, Bendito sea, de modo
que tengas éxito en todos tus caminos.
Así tendrás éxito en todos tus caminos y merecerás el Mundo por
Venir que se encuentra escondido para los Tzaddikim. Y cada día que
leas esta carta el cielo responderá siempre conforme a los deseos de
tu corazón. ¡Amén, Sela!
Escucha hijo el musar (disciplina) de tu padre y no olvides la Torá de tu
madre" - Proverbios 1:8
Este verso enfatiza la responsabilidad de los padres de moldear el
carácter de sus hijos incluso si no son capaces de enseñarle los textos
de la Torá, aún están obligados a inculcarles los valores de la Torá y la
moral.
Tal como las características físicas son hereditarias así también las
características emocionales, los padres transmiten sus actitudes y sus
valores a sus descendientes. Es por esto que aquellos padres que no
tienen control sobre su ira crían niños temperamentales.
Un tratado completo de la Mishna es dedicado al estudio de la ética
judía, apropiadamente este tratado de entrenamiento moral es llamado
"Avot", padres.
Los padres deben fomentar en sus hijos el espíritu de reverencia y
temor ante Di.os; el Ohr HaJaim HaKadosh escribió:
"Un niño debe ser entrenado en el temor a Di.os desde la edad más
temprana posible, incluso si es demasiado joven para comenzar un
estudio de Torá formal el debe ser instruido en el temor del cielo,
porque así lo mantendrá para toda su vida".
Y en otra parte señala:
"Hombres santos me han dicho que cuando una persona es abrumada
por pensamientos impuros y su instinto al mal lo atrae a pecar, existe
una poderosa herramienta preventiva. Uno debe protegerse
visualizando a uno de sus padres, cuando uno lo ve enfrente de uno las
fuerzas de la santidad se refuerzan en uno y encontramos la fortaleza
interior para sobreponernos a la tentación así Yosef evitó ser seducido
por la esposa de Potifar ya que la imagen de su padre Jacob apareció
delante de él y lo ayudó a sobreponerse a su pasión".
Esto explica el orden de los versos en la Torá; primero la Torá ordena
"Ser santos" e inmediatamente después nos ordena que "Todo hombre
tenga miedo de su madre y de su padre", como si dijera: "Si deseas
salvarte de la tentación teme a tus padres y visualizarlos enfrente tuyo"
Además de esta carta que Ramban escribió a su hijo Najman, existe otra
que envió a su hijo Shlomo. En esta carta Ramban enfatiza lo
beneficioso que es para los niños pensar siempre en las enseñanzas de
sus padres.
"Hijo mío recuérdame siempre y mantén la imagen de mi rostro siempre
delante de tus ojos, no me apartes nunca de ti. Remueve de tu corazón
el deseo de hacer cualquier cosa que tú sabes que yo rechazo. Mantente
siempre conmigo, observa los mandamientos de Di.os y vive!".
El Shela HaKadosh nos recomienda que si queremos dejar una huella en
nuestros hijos, deberíamos darle máxima importancia a la cualidad de la
honestidad. Los niños adoptan el código de honor de sus padres,
actuarán apropiadamente bajo cualquier circunstancia, incluso después
de que sus padres se hayan ido.
El Shela HaKadosh relata una historia de cuando vivía en Jerusalén,
había un hombre que no se desviaba de la verdad por ninguna razón.
Este hombre le explicó que su escrupulosa honestidad era el legado de
su padre. Cuando era pequeño el padre lo premiaba por reconocer sus
travesuras y lo castigaba ante la mínima falta de sinceridad. Este
pequeño nunca olvidó esta lección.
Para Ramban fue lo más apropiado comenzar su carta con este
versículo de proverbios. Rashi explica que “la disciplina de tu padre” se
refiere a las leyes fundamentales de la Torá, registradas en la Torá oral y
escrita, que fueron entregadas a Moisés en Sinaí. “La guía de tu madre”
se refiere a las vallas y resguardos adicionales que nos han entregado
nuestros sabios para alejarnos del pecado.
Rab Gifter nos explica esto con una parábola:
Había un niño que tenía debilidad por la buena comida y sus padres
estaban muy preocupados, porque un nuevo restaurante no kosher
había abierto cerca de su casa. Su padre le advirtió que en caso de
llegar a comer en ese restaurante sería severamente castigado. Sin
embargo, su madre que lo conocía muy bien, sabía que si su hijo tan
sólo olía la comida que había en ese restaurante, no tendría la fuerza de
sobreponerse a la mala inclinación, por lo tanto ella le prohibió que
siquiera pasara por fuera del restaurante, le advirtió “si llego a verte
cerca de ese restaurante, te arrepentirás por el resto de tus días!”
La madre no es cruel ni desalmada, es el profundo amor y sensibilidad a
las debilidades de su hijo, lo que la lleva a ser más estricta. De esta
misma forma ocurre con los dictámenes actuales de nuestros sabios,
vienen desde el amor que nuestros líderes tienen por el pueblo de Israel.
Clase 2
“Adquiere el hábito de hablar siempre calmadamente a todo hombre y a toda hora”
De esta frase, los maestros del musar han derivado importantes lecciones para
mantener ecuanimidad personal y paz mental frente a toda circunstancia
Adquiere el hábito: Prepárate, no dejes que te tomen por sorpresa, antes de las crisis
prepárate mentalmente para enfrentar distintas situaciones
Hablar calmadamente: Independiente de la situación, es mejor hablar con calma, una
conversación tranquila es más efectiva que olas de indignación
A todo hombre: Actúa gentil y amable con todas las personas, incluso con quien te haya
traicionado.
A toda hora: Nunca pierdas la compostura, incluso si estás cansado, agotado,etc.
Siempre habla gentilmente
Protege celosamente tu paz mental, es tu bien más precioso.
Como dice en el Talmud en Pesajim 113a “Tres personas son especialmente amadas por
Di.os: Uno que no pierde el control de su temperamento, uno que no se emborracha y
uno que no demanda que se cumplan sus derechos”
Y señala el Zohar “Uno que cuidadosamente se guarda de la ira y evita cualquier
discusión, amerita que su casa se compare al Santo Templo”
La paz mental es la clave del crecimiento espiritual, la serenidad es la marca de una
persona que es verdaderamente buena. La persona que confía en el Creador es calmada
y compuesta y esto se manifiesta en su manera suave y gentil de hablar.
Por otro lado quién no confía en Di.os se siente solo y sobrecargado por el peso de sus
responsabilidades. Una persona ansiosa que no comparte sus problemas con Dios ve su
entorno como hostil e imagina que todo el mundo demanda su atención.
El rey Salomón señala en el libro de Kohelet “Las palabras del sabio habladas
gentilmente, son escuchadas”
El hombre que se mantiene bajo control ante cualquier circunstancia, escucha cortés y
tranquilamente cuando otros se dirigen a él y piensa antes de hablar, se permite ciertos
momentos para pensar antes de ofrecer con calma una respuesta. Elige sus palabras
cuidadosamente y las esparce como preciosas monedas
El hombre sabio confía en la fuerza de sus argumentos y en el mérito de su lógica, no
necesita dramatizar para intimidar a sus oyentes. La gente fuerte no necesita usar
palabras duras.
El Jazon Ish declaró que su influencia se debía al hecho de que elegía cuidadosamente
qué tono de voz usar al dar sus consejos.
Clase 3
“Y con esto te salvarás de la ira”
“Una respuesta suave, aleja la furia, pero una palabra áspera eleva la ira” (Proverbios
15:1)
Malbim comenta que la furia es un nivel muy profundo e intenso de enojo, sin embargo
las palabras suaves son capaces de apaciguarla.
También nos aconseja el Jafetz Jaim si una persona se nos acerca a pedirnos un favor
que no podemos realizar, tenemos que tener mucho cuidado de no mostrar algún gesto
de desprecio, debemos responderle suavemente y con tono gentil, así aunque no
podamos ayudarlo con nuestros bienes, nuestras palabras pueden llegar a calmar parte
de su angustia.
“No te molestes precipitadamente, pues la ira persiste en el seno de los tontos”
(Eclesiastés 7:9)
No se puede dominar la ira sin sabiduría. En Reshit Jojma, Shaar HaAnavah cap.3, nos
recomienda apartar una suma de dinero para darla en caso de que nos permitamos
enojarnos. Debemos asegurarnos de que este monto sea suficiente para forzarnos a
pensar dos veces antes de perder la calma. Y si llegas a enojarte, evita mirar a los ojos a
la persona con la que estás molesto, de esta forma será más fácil apartar la ira.
Rabi Menajem Meiri relata una historia: Había un rey justo que tenía solo un gran
defecto, se enojaba fácilmente. Para sobreponerse a esta mala costumbre, escribió en un
papel 3 frases y le ordenó a uno de sus sirvientes que se lo mostrara cuando comenzaba
a molestarse. El papel decía:
Siempre recuerda que eres solo una criatura y que no eres el Creador
Siempre recuerda que eres carne y sangre y que eventualmente perecerás.
Siempre recuerda que hay que en el futuro tendrán misericordia de ti solo si tú tuviste
misericordia de otros
(Sefer hamidot página 239)
Mantener el autocontrol requiere una constante disciplina, es un error pensar que un
tzadik llegó a controlar su ira de forma natural. El Jafetz Jaim, por ejemplo, trabajó
constantemente para mejorar su carácter. Él luchó, rezó y reflexionó, refinando sus
midot hasta que las purificó. Uno de sus discípulos cierta vez se escondió para ver qué
es lo que esté tzadik hacía en la noche. A media noche ve al Jafetz Jaim entre a la
sinagoga, abrir el Aarón HaKodesh y rezarle a Hashem para que le ayudará a
sobreponerse a sus sentimientos de ira.
Clase 4
“... Un serio defecto de carácter que hace pecar a los hombres”
El enojo no es sólo un rasgo de carácter, es un indicador de la personalidad en
general de una persona. Un sabio dijo: “Antes de elegir a alguien como amigo,
obsérvalo cuando está enojado. Su conducta bajo presión te entregará
muchísima información sobre su verdadera naturaleza”
Una persona que constantemente pierde la calma, pierde también su
racionalidad y pone en peligro la base de su relación con Di.os, ya que nada lo
contiene. Es por esto que el Talmud señala “el hombre que es propenso a la ira,
se considera como quien sirve a los ídolos” (Shabbat 105b)
El profeta Eliyahu (Elías) dijo: “Si nunca te enojas, nunca pecarás” (Berajot 29a)
El Talmud nos señala las consecuencias de dejarse llevar por la ira “Cualquiera
que pierda la paciencia, si es estudioso, pierde su sabiduría, si es profeta, pierde
la revelación divina”
El Sefer Jasidim relata la historia de un hombre que salvó a su familia
controlando su ira:
Hubo un hombre, cuyo padre le pidió en su lecho de muerte que le prometiera,
que pasara lo que pasara, si llegaba a enojarse, dejaría pasar una noche antes de
reaccionar al motivo de su enojo. Tiempo después el hombre tuvo que hacer un
viaje muy largo, dejando atrás a su esposa embarazada sin saberlo, al volver,
después de 10 años ve a su esposa abrazando a un joven y estalló en ira, pero
recordó la promesa a su padre y volvió al día siguiente para enterarse que ese
joven era su hijo.
En Hiljot Deot Rambam enseña que debemos evitar los extremos en nuestros
rasgos de carácter, sin manifestarse en exceso, pero tampoco eliminandolos del
todo. Excepto con respecto al enojo, dice que incluso en ocasiones donde el enojo
es justificado debemos evitarlo.
El Sefer HaMidot señala que el rasgo de la ira es innegablemente malévolo. Es
natural en los animales salvajes e impuros, en las bestias y aves de presa. El
hombre iracundo es similar a una víbora que come el polvo de la tierra, que está
disponible donde quiera que vaya, así también el hombre iracundo encuentra
fácilmente un motivo para enojarse.
El enojo no sólo perjudica a quien la manifiesta, también a quienes rodea,
relacionarse con una persona “corta de genio” puede llevarnos a adoptar su
naturaleza.De igual forma, el enojo no sólo lleva al pecado a la persona, también
puede hacer pecar a otros. El Talmud en Guitin 6b advierte al hombre ser muy
cuidadoso en mostrar enojo frente a su esposa, ya que una mujer nerviosa por la
reacción de su marido puede llegar a cocinar o encender las velas pasado el
comienzo de Shabat.
Clase 5
“Como dijeron nuestros Rabinos: Quienquiera que estalla en ira, todo tipo de
infiernos (Guehinam) dominan sobre él, como está escrito, “Destierra la ira de tu
corazón y aparta el mal de tu carne”. “Mal” significa aquí Guehinam, como
leemos: “…y los malvados están destinados al día del mal”.
Rabenu Nissin interpreta esta estrofa como la retribución que corresponde a
quien se deja llevar por la furia. La ira no es sólo peligrosa por sí misma, sino
también por hacia dónde puede dirigirnos.
El Rab Yeruham Levovitz entiende que a través de la ira el dolor del Gehinom se
vuelve real, incluso en este mundo. Las ardientes emociones se la ira, depresión y
frustración son nuestro propio infierno (Daat HaJojma uMusar, vol III, PP 20:
252)
El Sefer Haredim señala un ejemplo de quien pierde una hermosa flor, sería
ilógico que esta persona comenzara a destruir valiosas cosas por la rabia que
siente por la flor de que perdió. De manera similar, la persona que pierde la
compostura, pierde su paz mental, algo mucho más valioso que las cosas triviales
por las que nos enojamos.
Un filósofo comentó: “La mayoría de los personas mantienen vidas de
frustración tranquila”. Mientras externamente mantienen la compostura,
internamente su corazón desborda de amargas decepciones. El Talmud (Arajin
16b) indica que ningún hombre está libre de pecado. Mientras HaShem no tiene
misericordia de aquellos completamente malvados, actúa con compasión hacia la
mayoría de la humanidad. En vez de sobrepasar a los transgresores con vientos
devastadores, les permite experimentar las consecuencias del pecado
gradualmente a través del tiempo. El Talmud cita algunos ejemplos: encargar un
traje y no gustarle cómo quedó, pedir una bebida caliente y recibir una fría y
buscar en un bolsillo tres monedas y solo sacar dos. El Talmud concluye: “Si una
persona tiene cuarenta días sin experimentar cualquier dolor o incomodidad,
debería preocuparse, no sea que reciba recompensa y placer en este mundo y
sufrimientos lo esperen en el futuro. Incluso estas aparentemente incomodidades
triviales son significativa. Son en realidad los Regalos Agridulces de HaShem.”
El Midrash agrega que si en un circunstancia incómoda de reacciona con
compasión, HaShem devolverá la pérdida.
Clase 6
“Una vez que te hayas salvado de la ira, la cualidad de la humildad entrará en tu
corazón”
Los maestros del musar enseñan que Quién se enoja fácilmente, sufre de sentido
de inferioridad. Y Rab Shlomo Wolbe lo detalla en la siguiente observación:
Quién busca llamar la atención de otros es porque aún no se ha encontrado a sí
mismo, ignora su valor propio. Carece de autoestima y depende de la opinión de
otros. Está hambriento de sus elogios, ya que si su aprobación se siente sin valor.
Si alguna vez los otros fallan en elogiarlo, se vuelve impotente y luego hostil y
furioso.
Entonces el hombre iracundo, no puede ser humilde. Su molestia manifiesta que
no está conforme con los sucesos que ocurren en su vida. En cambio el hombre
humilde, es estable, su actitud es la misma cuando lo elogian que cuando lo
ofenden. Su autoestim depende sólo de sí mismo. (Jovot HaLevavot 5:5)
Rab Jaim Shmuelevitz, observó que cuando una persona pomposa no recibe la
aprobación que espera, incluso de una persona insignificante, se molesta a tal
punto que todo el honor que puede poseer le parece insignificante a sus ojos.
Cualquier deseo físico tiene un punto de saturación, en cambio el deseo de
reconocimiento no tiene límites reales, nunca puede ser completamente
satisfecho. Dado que la sed de honor nace de una deficiencia en su autoestima, no
existen elogios suficientes que puedan saciarla.
Mientras el humilde encuentra serenidad, el que busca honor y reconocimiento
cultiva una vida de inevitable frustración (Sijot Musar, ensayo 17)
Analizando la palabra ( שמחalegría), encontramos que su raíz es ( מחהborrar). Si
uno realmente desea regocijarse, debe primero abandonar el deseo de satisfacer
primero nuestras necesidades, en este sentido uno de olvidarse de uno mismo.
Le preguntaron a un hombre piadoso: ¿Cuando fue el momento más feliz de tu
vida? él respondió “Una vez viajando en un barco, cómo era pobre fui asignado
en el peor cuarto imaginable, era una bodega, en lo más bajo junto con la carga.
Un grupo de mercaderes ricos también estaba a bordo y una vez que me acosté
en mi cama uno de los mercaderes bajo a la bodega y lanzó su basura sobre mi,
al parecer me encontró demasiado despreciable, solo hizo como que yo no
estuviera ahí. Me sorprendió la audacia de el mercader, pero nunca me había
sentido tan complacido de ver que no estaba enojado, cuando me di cuenta de
que tan indiferente era al prestigio y ahí sentí una profunda alegría. Descubrí
que había alcanzado un nuevo nivel de humildad. (Rambam, comentarios a
Mishná Avot 4:4)
Clase 7
“Esta cualidad es la mejor de todos los rasgos admirables”
Tal como la electricidad sólo fluye fácilmente en metales de alta pureza, donde no
existe resistencia que genere pérdida de energía, también nosotros debemos
refinar nos para ser vasijas puras a través de las cuales la energía divina fluye
libremente, una de las características que nos permite llegar a ser
“superconductores” de divinidad es la humildad. Internalizando la naturaleza
humilde, podremos volvernos receptivos a los deseos del Creador.
Cómo identificar la humildad, según Shevet Musar (cap. 17)
Habla gentilmente, incluso a sus servidores
Acepta que otros sean elogiados
Si aumenta su éxito, aumenta su humildad
Repara lo que daña
No exige revancha
Acepta el sufrimiento
La humildad ha sido un distintivo de los líderes de la Torá desde sus comienzos,
como Moshe Rabenu quién es llamado “muy humilde, más que todos los otros
hombres sobre la faz de la tierra”.
El Sefer HaMidot predice: cuando el mundo atestigüe el renacimiento de la
cualidad de la humildad podemos empezar a esperar la llegada del mesías en ese
tiempo el hombre humilde será aclamado como un verdadero héroe, como está
escrito “Cuando HaShem muestre su favor a su pueblo el glorificará al humilde
en el momento de salvación” (Tehilim 149:4)
Clase 8
“Siguiendo a la humildad llega el temor a Di.os. A través de la humildad también
llegará a tu corazón la cualidad del temor a Di.os.”
Humildad y temor a Dios son básicamente sinónimos ya que el temor al cielo es el
sentido de rendirse frente al Todopoderoso. El hombre arrogante tiene la ilusión
de ser autosuficiente e independiente en su poder, en cambio el verdadero
humilde reconoce que Dios es la única fuente real de fortaleza.
Rambam nos demuestra cómo una profunda conciencia de la presencia divina
nos permite llenarnos de un sentimiento de humildad (Hiljot Yesodei Hatorá 2:2)
Como una persona adquiere amor y temor a Di.os? cuando contempla el trabajo
de Di.os, analiza su maravillosa creación, cuándo es testigo de la sabiduría divina
que no tiene medida ni límite, inmediatamente es llenado con amor y alabanza al
Creador esto llena a la persona con un profundo sentimiento y la lleva a la
conclusión de que no existe nada más frágil que una criatura frente a la
presencia del Todopoderoso, la fuente de la perfecta sabiduría.
Finalmente es la conciencia sobre la presencia divina de lo que nos lleva a la
verdadera humildad.
No debemos confundir humildad con timidez, una persona tímida que
indiscriminadamente busca agradar a otros, actúa desde la debilidad más que
desde su fortaleza. Como el hombre iracundo qué es servicial más que nada por
sus inseguridades, sus acciones se alejan del temor al cielo y se acercan más a una
profunda desconfianza en sí mismo
Cuesta creer que Moisés llegando a ser un líder y redentor de millones de judíos
pueda sentirse insignificante. A través de él Hashem hizo asombrosos milagros
ante el imperio egipcio y se paró en el monte Sinaí donde el cielo se abrió y el
Maestro del Universo se reveló a sí mismo, claramente Moisés estaba consciente
de su grandeza como podría ser así el hombre más humilde de la tierra.
El Rab Yosef Leib Bloch explica que uno puede tocar la cima del éxito y
mantener la humildad. La humildad depende, más que nada, del criterio que
usemos para medirnos, si nos comparamos con el Creador, no importa que tan
alto lleguemos, sabemos que somos una partícula ínfima dentro de su infinita
magnificencia.
Clase 9
“Hará que siempre pienses acerca de tu proveniencia y de tu destinación, y que
mientras estás vivo eres siempre como un gusano, y lo mismo después de tu
muerte”
Esta parte se relaciona a lo dicho en la Mishná (Avot 3:1) donde plantea 3
barreras para evitar pecar:
Akavya ben Mehalalel dijo: “Considera tres cosas y no caerás en transgresión.
Conoce de dónde vienes, hacia dónde vas y delante de Quien estás destinado a ser
juzgado”
Mesilat yesharim explica: Todo lo anterior contrarresta el orgullo y promueve la
humildad, porque cuando el hombre considera su naturaleza terrenal y baja, no
le quedan razones para sentir orgullo.
El Talmud (Berajot 5a) enseña: Una persona debe aprovechar cada oportunidad
para enfrentarse a su inclinación al mal. Si triunfa, todo estará bien, si pierde la
primera vez, aún le queda el compromiso con el estudio de la Torah, si así
subyuga a su mala inclinación, todo estará bien, si no, diganle que recite el
Shemá. Si tiene éxito, todo estará bien, si no, como último recurso que imagine el
dia de su muerte, esta visión destruirá su mala inclinación.
Clase 10.
Administrador · 12 de marzo
“También te recordará ante Quién has de ser juzgado, ante el Rey de la Gloria”
Esta frase también está basada en Avot 3:1, la Mishna citada en la frase anterior:
“Recuerda ante Quién estás destinado a ser convocado para juicio y contabilidad
- ante el Rey de Reyes, el Santo Bendito Es!”
El Gaón de Vilna pregunta, porque repite dos términos para describir la
evaluación final: דין, juicio, y חשבוןcontabilidad.
Él explica que el juicio es realizado con respecto a los malos actos cometidos, en
cambio la contabilidad se refiere a una evaluación de las posibles buenas
acciones que podríamos haber hecho con los recursos y la energía que utilizamos
en realizar las malas acciones. Seremos llamados a dar cuenta, no solo de
nuestros pecados, también del tiempo y la energía que malgastamos en ellos.
Existe una parábola sobre un rey que entrega una de sus ropas a dos grupos
diferentes de personas, un grupo no cuido la ropa, entregandola sucia,
desgastada y arrugada, en cambio los hombres sabios entregaron todo en mejor
condición a la recibida. El Talmud concluye que Di.os le entregó a cada ser
humano una parte de su gloria, un alma celestial. Los tontos manchan sus almas
con transgresiones, mientras los sabios la pulen con mitzvot. El día del juicio los
malvados serán llamados a juicio por descuidar su alma y sometidos a
contabilidad por no haberla mejorado.
Beit HaLevi (parashat Noaj) observa que existe un efecto doble al pecar. Las
malas acciones contaminan al hombres y además ejercen una influencia en otros
que podrían seguir su ejemplo, esto se da con mayor razón en quienes tienen
posiciones de prestigio y no se limita al presente, continúa con sus descendientes.
Está influencia de gran espectro también será considerada en la contabilidad del
día del juicio.
Mesilat Yesharim ilustra el consejo de Akavya ben Mehalalel para recordar el
día del juicio:
Uno debe formarse una imagen mental de lo que podría ser presentarse ante la
Corte Celestial.
El acusado se encontrará frente al Rey de reyes, rodeado de ángeles
ministeriales, que cumplen Sus deseos con absoluta perfección. El acusado,
expuesto a un intenso escrutinio, dolorosamente consciente de lo peor de sus
acciones. Abrumado, ¿podrá acaso levantar la cabeza? ¿Se atreverá a abrir la
boca? El tribunal preguntará: "¿Perdiste la lengua? ¿Dónde está el honor y la
gloria de la que te has enorgullecido en tu vida?" ¿Qué responderá? ¿Cómo
puede alguien responder a esta reprimenda? Si por un momento nos formaramos
una impresión verdadera y contundente de esta idea, nuestro orgullo huiría de
nosotros, para nunca volver.
El Talmud (Taanit 11a) describe cómo se presentarán las pruebas ante el
Tribunal Celestial para el juicio final. Señala que incluso las paredes de piedra y
las vigas de madera gritarán y condenarán los pecados que fueron ocultados. De
hecho, la propia alma de una persona dará testimonio de sus malos actos.
Cuando pase al descanso eterno, las acciones que realizó en su vida, lo
precederán en su último viaje. Cuando la corte emita su veredicto, el acusado,
abrumado, no tendrá más remedio que adjuntar su firma a una confesión escrita
y aceptar humildemente la sentencia, diciendo. "Este veredicto es cierto y justo"