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Poesía
Xavier Villaurrutia
Poeta mexicano
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Catorce de junio
José Saramago
Escritor portugués
La situación es esta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Alfonsina Storni
Poetisa argentina
Idea Vilariño
Poetisa uruguaya
Si no quiero
si no estoy esperando
si es mentira
si lo hago por vivir
por ir pasando
si estoy aquí sin sueños
sin esperanzas y 11
sin nada que me sirva
ni le sirva a la vida
y los miro sin asco
con paciencia
y me digo
se creen todo se
dedican la vida
sufren
no dudan nunca
miran besan se ríen
y sin sospechar nada
aseguran que aman.
Poema XV
César Vallejo
Poeta peruano
Blanca Wiethüchter
Poetisa boliviana
Mi alarma, mi rabia
esta multiplicada voz
apariencia de puente.
Balada del ausente A vivir y esperar.
Ningún otro país y para siempre.
Juan Carlos Onetti Mi pie izquierdo en la barra de bronce
Escritor uruguayo Fundido con ella.
El mozo que comprende, ayuda a
Entonces no me des un motivo por favor esperar, cree lo que ignora.
No le des conciencia a la nostalgia, Se aceptan todas las apuestas:
La desesperación y el juego. Eternidad, infierno, aventura, estupidez
Pensarte y no verte Pero soy mayor
Sufrir en ti y no alzar mi grito Ya ni siquiera creo,
Rumiar a solas, gracias a ti, por mi culpa, En romper espejos
En lo único que puede ser En la noche 14
Enteramente pensado Y lamerme la sangre de los dedos
Llamar sin voz porque Dios dispuso Como si la hubiera traído desde allí
Que si Él tiene compromisos Como si la salobre mentira se espesara
Si Dios mismo le impide contestar Como si la sangre, pequeño dolor filoso,
Con dos dedos el saludo Me aproximara a lo que resta vivo, blando
Cotidiano, nocturno, inevitable y ágil.
Es necesario aceptar la soledad, Muerto por la distancia y el tiempo
Confortarse hermanado Y yo la, lo pierdo, doy mi vida,
Con el olor a perro, en esos días A cambio de vejeces y ambiciones ajenas
húmedos del sur, Cada día más antiguas, suciamente
En cualquier regreso deseosas y extrañas.
En cualquier hora cambiable del Volver y no lo haré, dejar y no puedo.
crepúsculo Apoyar el zapato en el barrote de bronce
Tu silencio Y esperar sin prisa su vejez, su ajenidad,
Y el paso indiferente de Dios que no ve ni su diminuto no ser.
saluda La paz y después, dichosamente, en
Que no responde al sombrero enlutado seguida, nada.
Golpeando las rodillas Ahí estaré. El tiempo no tocará mi pelo,
Que teme a Dios y se preocupa no inventará arrugas, no me inflará las
Por lo que opine, condene, rezongue, mejillas
imponga. Ahí estaré esperando una cita imposible,
No me des conciencia, grito, necesidad ni un encuentro que no se cumplirá.
orden.
Estoy desnudo y lejos, lo que me dejaron
Giro hacia el mundo y su secreto de
musgo,
Hacia la claridad dolorosa del mundo,
Desnudo, sólo, desarmado
bamboleo mi cuerpo enmagrecido
Tropiezo y avanzo
Me acerco tal vez a una frontera
A un odio inútil, a su creciente miseria
Y tampoco es consuelo
Esa dulce ilusión de paz y de combate
Porque la lejanía
No es ya, se disuelve en la espera
Graciosa, incomprensible, de ayudarme
¡Oh mar, no esperes más!
Julia de Burgos
Poetisa
puertorriqueña
Homero Expósito
Poeta argentino
Si prefiere quedarse,
haz que todos se vayan
y este bar se despueble
para dejarnos solos
con la canción más lenta.
Si decide marcharse,
que la luna disponga
su luz en nuestro beso
y que las calles sepan
también dejarnos solos.
unos y otros
como los hombres
Gilberto Owen
Poeta mexicano
Vicente Huidobro
Poeta chileno
Juana de Ibarbouru
Poetisa uruguaya
Nicolás Guillén
Poeta cubano
Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
voz de profunda madera
desesperada.
Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira 26
la carne dura.
¿Arde la guitarra sola?
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava
bata de cola.
Dejó al borracho en su coche,
dejó el cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,
y alzó la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaína.
¡Venga la guitarra vieja,
nueva otra vez al castigo
con que la espera el amigo,
que no la deja!
Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.
Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcohol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
El son del querer maduro,
tu son entero;
el del abierto futuro,
tu son entero;
el del pie por sobre el muro,
tu son entero. . .
Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcohol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
Canción
Miguel Carmona
Poeta chileno
Ariel Pérez
Poeta boliviano
¿Del origen?
nada
Un alfiler será mi cruz
clavarán este poema como a un insecto
De Mientras suceden los días
Guillermo Sucre
Escritor venezolano
René Morales
y nos sorprenderemos
escuchando nuestra respiración
a la mitad de la hierba fresca
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en ese momento no sentiremos nada
Guisela López
Escritora mexicana
Gioconda Belli
Poetisa nicaragüense
Octavio Paz
Poeta mexicano