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UNIVERSIDAD ESTATAL DE BOLIVAR

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD Y DEL SER HUMANO

ESCUELA DE NFERMERÍA

ASIGNATURA

LENGUAJE Y COMUNICACIÓN EN SALUD

DOCENTE

LIC. MARÍA OLALLA

TEMA:

EMPATÍA

INTEGRANTES:

 Jhomayra Pinos
 Leidi Cardenas
 Adrian Alban Gáleas
 Adriana Arboleda
 Adriana Paredes
 Anita Gutierrez
 Neisser Gaibor

CICLO

PRIMERO “A”

AÑO LECTIVO

ABRIL 2019 – AGOSTO 2019


Empatía
Bermejo (2012) nos dice: «Es la capacidad de percibir el mundo interior de la otra
persona, integrado por significados personales y privados, como si fuera el propio pero
sin perder nunca ese “como si”.
El estado de empatía o de ser empático consiste en darse cuenta con precisión del cuadro
de referencias interno de la otra persona, justamente con los componentes emocionales y
los significados a ella pertenecientes, como si fuéramos la otra persona, sin perder nunca
la condición de “como si”. Significa, por tanto, sentir las amarguras y las alegrías de la
otra persona de la misma manera que ella las siente y percibir sus causas de la misma
manera que ella las percibe, pero sin perder la noción de que es “como si” estuviéramos
tristes o alegres, etc.
Entendemos por empatía la capacidad de comprender (percibir) correctamente lo
que experimenta nuestro interlocutor:
1. Comunicarle esta comprensión.
2. Utilizar un lenguaje acomodado a sus sentimientos y entendimiento.
La actitud empática supone:
1. La capacidad para ponerse auténticamente en el lugar del paciente y ver el mundo como
él lo ve. Para ello no basta solo con captar y entender sus palabras, sino lo que hay detrás
de ellas y de los gestos…, o sea, los sentimientos y las emociones que intenta transmitir
con las palabras.
2. Supone también penetrar en ese mundo de percepciones del paciente y sentirse
totalmente a gusto en él. Requiere tener sensibilidad para captar sus sentimientos de
miedo, rabia, ternura, preocupación o lo que en ese momento suponga una vivencia para
él, sea lo que sea. Significa vivir en ese momento su vida y, por tanto, evitar emitir juicios,
críticas, evaluaciones sobre su situación o el problema que nos está comunicando.
Goleman (2009) nos dice: «La esencia de la empatía consiste en darse cuenta de lo que
sienten los demás sin necesidad de que lleguen a decírnoslo. Asume diferentes grados que
van desde la capacidad de captar e interpretar adecuadamente las emociones ajenas, hasta
percibir y responder a sus preocupaciones o sentimientos no expresados y comprender
los problemas que se ocultan detrás de otros sentimientos».
3. Supone transmitir al paciente cómo estamos sintiendo nosotros, los profesionales, lo
que nos está comunicando.
4. Significa valorar con el paciente las preocupaciones y los problemas de este, pasando
a ser persona de su confianza, de su mundo interior. Estar con los pacientes, en esta forma
que indicamos, significa dejar de lado, en esos momentos, nuestros puntos de vista y
valores propios, para entrar en el mundo del paciente sin ideas preconcebidas. Es
comprender que cuando los pacientes actúan de una determinada forma, debe haber
alguna razón importante para ellos como, por ejemplo, el hecho de que tengan «ideas
raras», «gustos especiales», etc. Debe tener algún sentido para ellos toda esa serie de
aficiones y preocupaciones.

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5. Significa que el profesional comprende los sentimientos del paciente para así ser más
positivo y tolerante con este.
Nivel para medir la empatía en las relaciones profesional-paciente (Carkhuff, 1969;
en Marroquin, 1982)
Nivel 1. Las respuestas verbales o conducta del asesor se alejan significativamente de las
expresiones y acciones del ayudado y comunican menos de lo por él expresado. El asesor
que se mueve en este nivel de empatía, o mejor dicho, la ausencia de esta, tiende a hacer
preguntas, dar consejos, ofrecer directrices de comportamiento, o tranquilizar a la persona
que se muestra desbordada por sus problemas.
Nivel 2. Las respuestas del asesor, aunque responden en alguna manera a los sentimientos
del asesorado, substraen algo notable de lo expresado por él. Se centran más en el
contenido de lo que la persona dice que en el sentimiento.
Nivel 3. Las respuestas del asesor son esencialmente intercambiables con las del
asesorado, en cuanto que ellas expresan esencialmente los mismos sentimientos y
significados. De alguna manera, el asesor refleja los sentimientos expresados por la
persona sin añadir nada nuevo a lo que este ha expuesto.
Nivel 4. Con las respuestas que damos al paciente añadimos algo más de lo que nos ha
dicho con sus palabras y sentimientos, de manera que podemos ayudarle a que
experimente y/o exprese sentimientos que quizá fue incapaz de compartir anteriormente.
El consejero puede devolver necesidades, valores y deseos que están implícitos en su
expresión de sentimientos y significados, y que manifiestan sus esperanzas para alcanzar
una solución a sus problemas.
Nivel 5. Con las respuestas que damos al paciente añadimos significativamente más de lo
que nos ha comunicado este, y con nuestras respuestas se consigue que el paciente exprese
sentimientos más profundos de los que nos ha expresado. Puede añadir un paso de acción
que el ayudado puede realizar para alcanzar el objetivo. En el caso de una exploración
personal profunda por parte de este, el asesor muestra su presencia en los momentos más
importantes del análisis. Empezar a comunicarnos con los pacientes desde una actitud
empática supone darles respuestas de feedback, o sea, reflejarles no solo las palabras, sino
también el sentimiento de lo que nos ha dicho y el porqué de ese sentimiento.
Por ejemplo:
Paciente: «Mi mujer no ha venido esta tarde, aunque la he esperado largo rato».
Profesional: «Se siente preocupado [sentimiento] porque tal vez piensa que a su mujer le
ha podido pasar algo». Paciente: «Pues sí, porque ella suele venir todas las tardes a la
misma hora…».
En este ejemplo, el profesional hace un feedback con empatía al paciente, lo cual permite
que este se sienta comprendido y no juzgado.

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Cómo mejorar la empatía
1. Darse tiempo a uno mismo para pensar. Intervenir rápidamente cuando el paciente
hace una pausa mientras habla supone que no nos damos tiempo suficiente para
identificar el mensaje que nos acaba de comunicar. Una forma de mejorar la empatía
es aprovechar las pausas del paciente para preguntarnos: ¿qué sentimientos acaba de
expresar el paciente?, ¿cuál es su mensaje? Cuando por cualquier circunstancia
veamos que nos hemos perdido o que no comprendemos bien lo que nos ha dicho,
podemos interrumpirle y decirle:

«Déjeme ver si he comprendido lo que está diciendo.» Esto no supondrá romper su


espontaneidad, sino todo lo contrario, le demostraremos con ello que estamos
pendientes de lo que nos está hablando, y todavíamás, que queremos escucharle y
comprenderle adecuadamente.
2. Respuestas cortas.
Las respuestas del profesional deben ser relativamente frecuentes, pero también
cortas y ajustadas. Los profesionales, al tratar de ser adecuados en sus respuestas,
pueden llegar incluso a hablar demasiado, algunas veces más que el paciente. Esto
les sucede con frecuencia a los profesionales que responden con rapidez sin haber
escuchado empáticamente lo que les han dicho los pacientes y aprovechan la ocasión
para soltarles un sermón o demostrarles que saben mucho de las cosas que le están
contando aquellos. Solo falta que le digan: «Pensaba que era yo el que quería hablar
con usted.»
3. Empatía de tono y de modo.
Si el paciente nos está hablando animadamente, refiriéndose a cualquier éxito o
situación que le ha salido bien, y nosotros respondemos con voz aburrida, cansina,
adormilada, como diciendo: «No me molestes.» nuestra respuesta no es empática,
aunque estemos respondiendo adecuadamente a sus sentimientos y experiencias.
4. Lenguaje.
Los profesionales serán más empáticos cuando su lenguaje esté más a tono con el
léxico, la cultura y la edad de los pacientes
Sugerencias para expresar la empatía
1. Atiende con detenimiento todo lo que te dice el paciente, tanto el contenido como el
sentimiento, así como a la forma en que lo expresa.
2. Escucha principalmente los mensajes que son básicos y vitales para el paciente.
3. Si tienes dudas sobre lo que te dice, pregúntale si has entendido bien lo que te ha
comunicado, o bien pídele que te lo repita.
4. Sé sensible no solo a los sentimientos más claros del paciente, sino a los que no
aparecen tan claros en su comunicación. 5. Emplea las respuestas del paciente a lo que le
dices como la mejor guía para darte cuenta de si os estáis comprendiendo o no.

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Expresiones que muestran la falta de empatía
• Referirse a los pacientes por su enfermedad: «la apendicitis del 2012».
• Referirse a los pacientes por su condición o estado: «el abuelo de la 200», «el terminal
de Zamora».
• Referirse a los pacientes por sus percepciones subjetivas: «Acaba de ingresar la
ansiosa…».
• Quitarle importancia a la situación: «Tranquila, que no es nada; eres una quejica».
• Trivializar lo que el paciente vive, dice o expresa: «Esto no es nada, hay gente que está
mucho peor…».
• No creer en el paciente: «Estás exagerando, no te puede doler tanto…»
Beneficios de la empatía
• Suscita sentimientos y experiencias relevantes.
• Estimula la autoexploración.
.• Transforma constructivamente a los interlocutores.
• Favorece el dinamismo psíquico y el desarrollo constructivo de la personalidad.
• Intensifica el diálogo crítico con sus propias vivencias.
• Alivia al exteriorizar la carga afectiva.
• Favorece la aceptación de sí mismo.
• Despoja de las apariencias y las máscaras.
• El ayudado se siente valorado y aceptado como persona.

BIBLIOGRAFIA:
 Luis C. Técnicas de comunicación y relación de ayuda en ciencias de la salud (3ra
edición) pag 86-95

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