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HORA SANTA
No. 23
Jueves
14 de
marzo
2019
Contenido
HORA SANTA.........................................................................................................................................................................3
1. PRESENTACIÓN AL SANTISIMO.................................................................................................................................3
2. ADORACIÓN..............................................................................................................................................................3
3. ORACIÓN PARA RECIBIR EL ESPÍRITU SANTO...........................................................................................................4
4. PERDÓN....................................................................................................................................................................5
5. LECTURA BIBLICA:.....................................................................................................................................................6
Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14): jueves 14 de marzo 2019.................................................................6
REFLEXIÓN.............................................................................................................................................................7
6. INTENSIONES DEL DÍA...............................................................................................................................................7
ORACIÓN POR LOS FIELES DIFUNTOS...................................................................................................................7
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES..........................................................................................................................8
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES..........................................................................................................................9
7. ORACIONES OPCIONALES.......................................................................................................................................10
SANACIÓN INTERIOR...........................................................................................................................................10
SANACIÓN FÍSICA (Peticiones)............................................................................................................................11
8. ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR..............................................................................................12
9. SALUDAR A LA VIRGEN...........................................................................................................................................13
10. ORACIÓN FINAL (Cuando no está el Sacerdote).................................................................................................13
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HORA SANTA
CANTO DE ALABANZA O DE AMBIENTACIÓN (1)
Iniciamos este momento de alabanza, de oración y adoración, en el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. AMEN.
1. PRESENTACIÓN AL SANTISIMO
Señor Jesús, te presentamos el homenaje de nuestra fe, nuestra esperanza y nuestro amor.
Creemos en Ti, Hijo de Dios, Hermano y Salvador nuestro. Confiamos en tu bondad y poder.
Queremos amarte siempre cumpliendo tus mandamientos y sirviéndote en nuestros hermanos.
Te damos gracias porque nos amas, nos atraes con tu presencia, nos acoges en tus brazos, nos
guías con tu palabra y nos brindas tu perdón.
Señor Jesús, te consagramos nuestras familias, consérvalas en armonía; te nuestras casas:
ilumínalas con tu presencia; nuestras alegrías: santifícalas con tu amor; nuestras preocupaciones:
acógelas en tu bondad; nuestras dolencias: remédialas con tu misericordia; nuestro trabajo:
fecúndalo con tu bendición.
Señor Jesús, te imploramos la firmeza en la fe, la fidelidad a tu iglesia, el don de la paz y la gloria
eterna. AMEN.
2. ADORACIÓN
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. Sea para siempre bendito y alabado (3
veces)
Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad.
Gracias, Padre mío, por Tu inmensa paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío, por Tu
inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí. La única recompensa que puedo darte en
retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.
Estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en tu
adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y
entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.
Jesús bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables gracias para mí
y para todas las almas, para la Santa Iglesia, tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que
estas horas sean verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea dado
recibir todas las gracias que Tu Corazón divino me tiene reservadas.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas partícipe de los
sentimientos de Tu Corazón Inmaculado.
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¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no te aman.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y te ofrezco el preciosísimo
Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del
mundo, en reparación de todos los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido.
Y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María, te pido la
conversión de los pobres pecadores.
Ven Espíritu Santo a mi vida, ven a todo lo que soy, ven a mis problemas, ven a mis proyectos,
ven soplo de vida y dale vida a todo lo que soy, y hazte sentir con tu fuerza en mí, ven Espíritu de
fortaleza a mi debilidad, ven Espíritu de bondad sobre mis egoísmos y mis infidelidades, ven
Espíritu humilde sobre mi soberbia y véncela, ven Espíritu de victoria y sopla sobre mis derrotas,
ven Espíritu liberador y rompe mis cadenas, ven Espíritu de luz y alumbra sobre mí el rostro del
Padre, ven Espíritu de paz y calma mis desasosiegos, ven Espíritu de perdón y sana mis heridas
que pudieron causar, ven Espíritu misericordioso y hazme según la voluntad que salva, ven
Espíritu solidario y ayúdame a trabajar por el Reino, ven Espíritu hermano y ayúdame a vencer
mis egoísmos, ven Espíritu defensor para que no tengamos miedo de los enemigos, ven Espíritu
restaurador y renuévanos por dentro, ven Espíritu de vida y danos vida en abundancia, ven
Espíritu renovador y que vibre la carne sobre nuestros huesos secos, ven Espíritu y restaura
nuestra dignidad, ven Espíritu y acógenos con tu cariño, ven Espíritu y acaricia nuestra mente y
nuestro corazón cansado, que brille tu presencia en nosotros Espíritu Santo, ven, ven, ven a
nosotros, Espíritu Santo de Dios, ven sobre mí y sobre los que amo, sobre los que se declaran
mis enemigos, enséñanos a amarte con todas mis fuerzas y amarnos entre nosotros sin
miramientos y sin miedos, que no pongamos más excusas a tu proyecto, sino que nuestra vida
esté puesta en Ti.
Aquí estoy para amarte con todo corazón y para que hagas en mí tu obra, abro de par en par las
puertas de mi vida y me declaro tuyo, toma posesión de mí y de todo lo que soy y hago.
AMÉN.
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4. PERDÓN
SALMO 51 (50) MISERERE
mi pecado sin cesar está ante mí; enseñaré a los rebeldes tus caminos,
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Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.
Con la confianza de haber obtenido de Tu infinita Misericordia el perdón por mis innumerables
culpas, ofensas y negligencias me permito, oh Jesús, pedirte perdón también por mis hermanos.
Pienso en los innumerables pecados que se cometen en el mundo día a día: pecados de los
individuos y de las naciones, pecados de los súbditos y de los gobernantes; pecados de orgullo, de
sensualidad y de codicia; pecados de pensamiento, de palabra, de obras y de omisión.
Por todos estos pecados y por los pobres infelices que los cometen, me atrevo a pedir, oh Jesús, la
efusión de Tu infinita misericordia. Son los pecados los que Te hicieron agonizar en el Huerto de los
Olivos y sumergieron Tu alma santísima en un mar de tristeza.
No olvides, oh Jesús, que libremente quisiste cargar con ellos; que has querido "hacerte pecado",
para borrar los nuestros; no olvides, oh Jesús, que Te ofreciste a la ira del Padre, para rescatar a Tus
hermanos culpables.
Recuerda, oh Jesús, que mayor que todas nuestras culpas es Tu misericordia. Viértela, oh Jesús,
sobre el mundo culpable. Busca las ovejas que se alejaron de Tu redil y muéstrales cuán grande es
la potencia de Tu amor de Salvador.
Y ya que Tu Corazón está herido por las culpas de los más íntimos, para los que renuevan el beso
de Judas o la negación de Pedro, también para ellos, oh Jesús, invoco Tu perdón. Que ninguno de
ellos cumpla el gesto desesperado de Judas, sino que Tu gracia los induzca, como a Pedro, a una
reparación de amor.
5. LECTURA BIBLICA:
Lectura del libro de Ester (14,1.3-5.12-14): jueves 14 de marzo 2019
En aquellos días, la reina Ester, presa de un temor mortal, se refugió en el Señor.
«¡Bendito seas, ¡Dios de Abrahán, Dios de Isaac y Dios de Jacob! Ven en mi ayuda, que estoy sola y
no tengo otro socorro fuera de ti, Señor, porque me acecha un gran peligro.
Yo he escuchado en los libros de mis antepasados, Señor, que tú libras siempre a los que cumplen tu
voluntad. Ahora, Señor, Dios mío, ayúdame, que estoy sola y no tengo a nadie fuera de ti. Ahora, ven
en mi ayuda, pues estoy huérfana, y pon en mis labios una palabra oportuna delante del león, y
hazme grata a sus ojos. Cambia su corazón para que aborrezca al que nos ataca, para su ruina y la
de cuantos están de acuerdo con él.
Líbranos de la mano de nuestros enemigos, cambia nuestro luto en gozo y nuestros sufrimientos en
salvación». Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Queridos amigos.
La reina Ester hace esta confesión “Yo he escuchado en los libros de mis antepasados que tú libras
siempre a los que cumplen tu voluntad”. Esta es la fe del Pueblo de Dios de la Antigua Alianza
trasmitida de generación en generación. Y Jesús dice hoy a sus discípulos: “pedid y se os dará,
buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá”. Un padre cuando un hijo le pide algo siempre lo
escucha y Dios “mucho más” a los que le pidan cosas buenas.
Seguramente también nosotros hemos experimentado en nuestra vida el poder de la oración hecha
con confianza, y hemos contemplado las maravillas de Dios. Y podremos exclamar con la reina
Ester: “Bendito seas Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob…”, es decir reconocer hoy
también que somos grandemente bendecidos, e incluso afirmar que toda nuestra vida es una
“bendición”, y repetir con el Salmista: “Te doy gracias, Señor, de todo corazón porque escuchaste las
palabras de mi boca”.
La oración para el cristiano es como el aire que respiramos: sin aire nos morimos, sin la oración
estamos vacíos y somos como el cardo en la estepa. Pero atención: antes de saber cómo hay que
orar, importa mucho más saber cómo “no cansarse nunca”, no desanimarse nunca, ni deponer las
armas ante el silencio aparente de Dios. Así lo dice Jesús: “todo lo que pidáis con fe lo obtendréis”.
“Un joven discípulo se acerca a su maestro y le pregunta: -Maestro, yo quiero encontrar a Dios”. El
Maestro le contesta: - Vuelve mañana. Cada día el muchacho hacía la misma petición: -” Maestro, yo
quiero encontrar a Dios”.
Entonces el Maestro le invitó a ir con él al río. Entraron en el agua. Hacía mucho calor. - “Mete tu
cabeza en el agua”, le ordenó el Maestro. El obedeció y cuando estaba sumergido el Maestro le
agarró fuertemente y le mantuvo sumergido. Comenzó el joven a agitarse y forcejear desesperado.
- “¿Qué te pasaba cuando estabas debajo del agua? ¿Qué es lo que más necesitabas? -Aire,
contestó él. -Querido amigo, cuando desees a Dios de la misma manera, lo encontrarás.
Siguió diciendo el Maestro: -Si no tienes una sed ardiente de Dios, como lo único importante en la
vida, de nada te servirán tus libros ni mis enseñanzas.
Oh buen Jesús, que durante toda tu vida te compadeciste de los dolores ajenos, mira con
misericordia las almas de nuestros seres queridos que están en el Purgatorio. Oh Jesús, que amaste
a los tuyos con gran predilección, escucha la súplica que te hacemos, y por tu misericordia concede
a aquellos que Tú te has llevado de nuestro hogar el gozar del eterno descanso en el seno de tu
infinito amor.
Reconócela, Señor, como criatura tuya; no creada por dioses extraños, sino por ti, único Dios vivo y
verdadero, porque no hay otro Dios fuera de Ti ni nadie que produzca tus obras.
Llena, Señor, de alegría su alma en tu presencia y no te acuerdes de sus pecados pasados ni de los
excesos a que la llevó el ímpetu o ardor de la concupiscencia.
Porque, aunque haya pecado, jamás negó al Padre, ni al Hijo, ni al Espíritu Santo; antes bien, creyó,
fue celoso de la honra de Dios y adoró fielmente al Dios que lo hizo to
Amén.
Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Todos: Amén
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES.
Oh Jesús, Sacerdote eterno y Salvador del mundo, para realizar este ardiente deseo de Tu
Corazón, multiplica las vocaciones. Envía muchos y santos operarios a Tu mies.
Te ruego por el Santo Padre, por los Obispos, por todos los Sacerdotes que me han hecho bien... por
todos los Sacerdotes.
Te pido, oh Jesús que los sostengas en las batallas, los confortes en la soledad, los alientes en los
fracasos, fecundes sus fatigas y derrames en sus corazones el amor de Tu Corazón divino.
Señor, para que todos Tus ministros sean luz del mundo y sal de la tierra, R/.
Oh, Jesús, Sacerdote Eterno, Divino Sacrificado, Tú que, en un impulso de incomparable amor a los
hombres, Tus hermanos, hiciste brotar de Tu Sagrado Corazón el Sacerdocio cristiano, dígnate
continuar derramando sobre Tus ministros, los torrentes vivificantes del Amor Infinito.
Vive en Tus Sacerdotes, transfórmalos en Ti; hazlos, por Tu gracia, instrumentos de Tu misericordia;
obra en ellos y por ellos, y haz que, después de haberse revestido totalmente de Ti, por la fiel
imitación de Tus adorables virtudes cumplan, en Tu Nombre y por el poder de Tu Espíritu, las obras
que Tú mismo realizaste para la salvación del mundo.
Divino Redentor de las almas, mira cuán grande es la multitud de los que aún duermen en las
tinieblas del error; cuenta el número de las ovejas descarriadas que caminan entre precipicios;
considera la turba de pobres, hambrientos, ignorantes y débiles que gimen en el abandono.
Vuelve, Señor, a nosotros por Tus Sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra por medio de
ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando, sacrificando y renovando
los lazos sagrados del amor, entre el Corazón de Dios y el corazón del hombre. Amén.
Haz, oh Jesús, que la Obra de Tu Amor responda siempre plenamente a los fines para los cuales la
quisiste; haz que se extienda y se consolide y conquiste todas las almas al Reino dulcísimo de Tu
Amor.
Oh, Jesús, he pedido Tu Reino. No es necesario que pida nada para mí, tendré todo el resto por
añadidura. Tú conoces lo que necesito; mira y haz lo que Tu Corazón Te sugiera. Yo me confío a Tu
Corazón, me abandono en Tu dulce Providencia y, mientras, Te doy gracias por el don de estas
horas de intimidad Contigo. Te agradezco desde ya, unido a María, por todos los beneficios que Tu
Amor me reserva aún en el tiempo y en la eternidad. Pastor. Amén.
7. ORACIONES OPCIONALES
SANACIÓN INTERIOR
Ahora coloca en manos de Jesús Sacramentado, tu alma, tu mente, tu corazón, tus heridas y pídele
al Señor que te de la sanación interior:
Padre Eterno, en el Nombre de tu Hijo Jesucristo me presento delante de ti. Con tu Santo Espíritu,
con su Divina Luz ilumíname y descubre Señor las heridas que hay en mi corazón, sáname Señor,
en el Nombre de Jesús, que tu misericordia me invada, te doy gracias por mi existencia, tú me has
creado, sáname Señor de toda herida que haya alcanzado mi corazón emocional, que haya afectado
mi sensibilidad, mi memoria, mi imaginación, mi voluntad, mi alma, mi cuerpo, mi ser; libérame de
toda atadura, de toda cadena que me tenga esclavo.
Jesús mi Señor: para Gloria del Padre Eterno, yo me entrego completamente a ti, en mente, cuerpo,
alma, espíritu y corazón, con todos mis sentidos, con todo mi ser, con todo lo que soy, con todo lo
que hago, con todo lo que tengo, tuyo soy, te pertenezco.
Padre Eterno por el poder de tu Hijo Jesús, por su Nombre, por su Sangre Redentora y por su Santa
Cruz, por el poder de tu Santo Espíritu, yo te pido Señor, libérame y sáname en las profundidades de
mi ser, hasta mis raíces.
Libérame y sáname de todo el mal que hay en mí y que Tú conoces Señor, te doy gracias Señor, por
la liberación y sanación que tú me das ahora; gracias por tu Amor, yo sé que Tú estás aquí, que has
tocado mi ser; Yo creo en tus promesas Jesús, son verdaderas; haz dicho “Todo lo que pidan al
Padre, en mi Nombre, sea lo que fuere, yo lo haré”. En ti confío Padre Eterno, en ti confío Jesús y
Espíritu Santo, te alabo Trinidad Santa, te exalto eternamente.
Y a ti, María Santísima, Madre Celestial, gracias, por ser mi Madre intercesora, mi compañía.
Alcánzame de Jesús, las misericordias del Cielo. AMÉN.
Pero que no se haga en mí lo que yo quiera, sino que se haga en mí tu voluntad. Es difícil entender
tu voluntad, Señor, pero no puedo sino recibirla con alegría, recibir todo como una tierna caricia que
expresa toda tu misericordia y tu amor.
Sé, mi Señor, que no recurro a ti en vano, tú conoces todas mis necesidades antes de pedirte por
ellas, bendice, Señor, esas necesidades de mi vida y recibe mi gratitud por aquellas que ya me has
satisfecho.
Por el poder infinito y misericordioso de las llagas de tus pies, bendigo a todos aquellos que, como
yo necesitan de tu bendición. Bendícenos por el poder infinito y redentor de tus santas llagas, que
durante seis horas soportaron el cansancio de la cruz y el peso de tu cuerpo maltratado en el madero
santo.
AMÉN.
CANTO DE SANACIÓN
8. ORACIÓN AL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Oremos:
9. SALUDAR A LA VIRGEN.
MAGNIFICAT (Lc 1, 46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por
mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, Por los
siglos de los siglos. AMEN.
El Señor nos bendiga En el nombre del padre del hijo del espíritu santo. AMEN.
Bibliografía