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tienen que ser sacrificados para que la humanidad se conserve? Si esto ocurre con todos los
seres vivos, también ocurre con los sistemas que existen como tales por su interacción interna de
sus elementos y por la interacción externa con otros sistemas. Donde hay interacción hay
variación de energía, y toda variación de energía implica conservación y destrucción. Así el
principio de conservación implica también el principio de destrucción. El principio de destrucción
es la imposibilidad de autoconservación de un sistema. El universo como un sistema, es una
unidad, esta unidad se mantiene constante por la conservación y destrucción de sus elementos.
Si sólo existiera el principio de conservación sin la destrucción, todos los entes serían
indestructibles, siendo indestructibles serian eternos, siendo eternos serían independientes, y
siendo independientes el universo no sería una unidad. Pero esto es imposible, porque los entes
constituidos de materia y energía, sólo pueden existir en interacción, porque son dependientes.
Por otro lado, si no existiera el principio de conservación, y sólo reinase el principio de
destrucción, todos los entes del universo empezarían a destruirse, la tendencia misma de todo
ser vivo y en particular de todo ser humano sería su propia destrucción; siendo así, todos
buscarían el modo de destruirse, buscarían la muerte. Así todos los sistemas del universo se
destruirían, y por tanto el mismo universo desaparecería. Esto también es imposible, por la ley
de la conservación de la materia y la energía, y porque el universo existe y es un hecho su
existencia que afirma que existen la conservación y la destrucción como principios universales
que mantienen constante la unidad del universo.
¿Cómo se forma un sistema? Ya sabemos que un sistema se forma por la integración de los
entes, y esta integración obedece al principio de conservación. El principio de conservación es el
fundamento general, pero es necesario analizar de qué modo se integran los entes. Por ejemplo
no pueden integrarse al azar las piedras, plantas y personas para constituir un sistema. Si bien
como seres vivos las plantas y los seres humanos pueden integrarse en un sistema ecológico,
pero no con las piedras. Lo cual indica que la formación de los sistemas obedece a una ley. Esta
es la ley de la integración.
“Los elementos que participan en la integración tienen una afinidad de conservación y son
cuantitativamente proporcionales y cualitativamente diferentes”1[1]
Para que un sistema se forme los entes tienen que tener afinidad de conservación, ser de la
misma especie, ser cuantitativamente proporcionales y cualitativamente diferentes. La
proporcionalidad cuantitativa determina la interacción simétrica, y la diferencia cualitativa
determina la complementación, de este modo los entes se conservan dentro del sistema y con
ello, el mismo sistema se conserva. Si no existe una proporcionalidad cuantitativa, el sistema
entra en una interacción asimétrica, y entra en desequilibrio y empieza a desintegrarse. La
estabilidad de un sistema se debe a la interacción simétrica de sus elementos, y esta interacción
simétrica depende de su proporcionalidad cuantitativa y diferencia cualitativa.
Luego de haber analizado los principios universales que son el fundamento de las leyes de la
naturaleza, la sociedad y el espíritu. Ahora es necesario analizar las categorías filosóficas. La
consistencia de las ciencias naturales se debe al uso de las categorías universales como su
fundamento, tales como: materia, energía, movimiento, tiempo, espacio, interacción. En el