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Terrorismo de estado que origino crímenes de la humanidad

El terrorismo de Estado consiste en la utilización de métodos ilegítimos por parte de


un gobierno, los cuales están orientados a producir miedo o terror en la población
civil para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían
por sí mismos.
El jurista español Ernesto Garzón dice que el Terrorismo de Estado es: "un sistema
político cuya regla de reconocimiento permite y/o impone la aplicación clandestina,
impredecible y difusa, también a personas manifiestamente inocentes, de medidas
coactivas prohibidas por el ordenamiento jurídico proclamado, obstaculiza o anula
la actividad judicial y convierte al gobierno en agente activo de la lucha por el
poder."1
La Enciclopedia Encarta define al Terrorismo de Estado como el:
”Uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias,
considerado a menudo ilegal dentro incluso de su propia legislación, con el fin de
imponer obediencia y una colaboración activa a la población.2
Una aproximación al tema es señalar que el monopolio de la fuerza pertenece al
Estado para poder cumplir sus fines, pero con la obligación de usarlo de acuerdo a
las leyes, por lo cual:
”Cuando el Estado a través de sus gobernantes reprime a la población, la hostiga,
la persigue, de modo sistemático, para poder llegar a dominarla a través del temor,
evitando cualquier acto de resistencia a la opresión, esa manera de actuar recibe el
nombre de terrorismo de Estado, que es un abuso de su poder coactivo, donde los
civiles son secuestrados, torturados o asesinados, sin juicio previo, o sin las
garantías del debido proceso.
Caso rio negro

La Masacre en la Comunidad Río Negro fue una acción criminal


realizada por el Ejército de Guatemala en 1982, durante el gobierno de
Romeo Lucas García, en la Comunidad Río Negro, asentada a las
orillas del río Chixoy, en el municipio de Rabinal, del departamento de
Baja Verapaz (Móbil, 2012).
La masacre se registró en una de las épocas más sangrientas del
Conflicto Armado Interno en Guatemala, que dejó alrededor de 200 000
muertos desde 1960 hasta 1996 (Móbil, 2012).
El 13 de marzo de 1982, a las seis de la mañana, 12 miembros del
ejército, acompañados por 15 Patrulleros de Auto Defensa Nacional de
la aldea Xococ, entraron en la comunidad de Río Negro y exigieron a
las personas que salieran de sus casas para participar en una reunión.
Los soldados y patrulleros desayunaron, comiendo los alimentos que
encontraban en las casas. Cuando terminaron de comer, saquearon la
aldea. Reunieron a las mujeres y a las más jóvenes las llevaron aparte
y las violaron (Móbil, 2012).
Después obligaron a las personas reunidas a caminar unos tres
kilometros montaña arriba y al llegar a la cumbre del cerro Pacoxom,
empezaron a torturar y matar a las víctimas inermes. A unas las
colgaron de los árboles, a otras las mataron a machetazos y a algunas
les dispararon (Móbil, 2012).
Caso Zepur Zarco
El Caso Sepur Zarco fue un juicio en el que once mujeres buscaron demostrar que
fueron víctimas de agresiones sexuales y esclavitud doméstica cuando estuvieron
cautivas en el destacamento militar de Sepur Zarco, El Estor, departamento de
Izabal, Guatemala, entre 1982 y 1986, durante el conflicto armado interno (Pitán,
2016).
Los acusados de dirigir y cometer los abusos y violaciones a los derechos humanos
fueron el coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y el ex comisionado militar
Heriberto Valdez Asij, quienes al inicio del juicio ya tenían 20 meses de prisión
preventiva (Pitán, 2016).
El juicio inició el 1 de febrero de 2016, en el Tribunal de Mayor Riesgo A, integrado
por los jueces Yassmin Barrios, Patricia Bustamante y Gerbi Sical, en la Sala de
Vistas de la Corte Suprema de Justicia. Los acusadores fueron el Ministerio Público
y los querellantes adhesivos son Mujeres Transformando el Mundo -MTM-, Unión
Nacional de mujeres y Guatemaltecas -Unamg- y la Asociación Jalok U. La defensa
estuvo a cargo del abogado Moisés Galindo (Pitán, 2016).
En 2011 la fiscalía recibió una denuncia según la cual, entre 1982 y 1983 por lo
menos 15 indígenas Q´eqchí fueron detenidas en el destacamento Sepur Zarco,
localizado en El Estor, Izabal, donde fueron esclavizadas. Los delitos cometidos
pueden ser juzgados más de 34 años después porque se consideran de lesa
humanidad, razón por la cual no prescriben. La denuncia es de agresiones y
violaciones durante seis meses, además incluye la desaparición y muerte de al
menos cuatro personas (Pérez, 2016).
Durante el juicio las víctimas vestían sus trajes indígenas y cubrían su cabeza y cara
para no ser vistas. Otras mujeres, en solidaridad, también se cubrieron la cabeza
dentro de la audiencia (Pérez, 2016).
Caso Molina Theisen
El Caso Molina Theissen fue un proceso judicial en el cual se acusó y condenó a
cuatro militares en situación de retiro, de ser los culpables de la desaparición
forzada y violación en de los hermanos Molina Theissen, en 1981. Los militares
fueron condenados con penas de 33 a 58 años (Ministerio Público, 2018).
Emma Guadalupe Molina Theissen fue detenida el 27 de septiembre de 1981, en
un control de carreteras, en Santa Lucía Utatlán –Sololá-. Ella llevaba propaganda
de estudio y de discusión política, razón por la cual fue detenida (Chumil, 2018).
Molina Theissen fue llevada arrestada ilegalmente a la base militar Manuel Lisandro
Barillas en Quetzaltenango, durante su cautiverio, sufrió abusos y violaciones, fue
torturada y violentada sexualmente. Nueve días después de su detención, logró huir
de sus secuestradores (Chumil, 2018).
Luego de unos días de su fuga de la base militar, un escuadrón del Ejército llegó a
su casa, en colonia La Florida, zona 19, de la ciudad capital e ingresó con violencia
para secuestrar a su hermano pequeño, de 14 años, Marco Antonio, en presencia
de su mamá, Emma Theissen Álvarez (Chumil, 2018).
Después de su secuestro, Marco Antonio Molina Theissen, desapareció y nunca fue
localizado (Ríos, 2018).
Sus padres gestionaron información a la Junta de Gobierno de Efraín Ríos Montt,
pero nunca obtuvieron respuesta. Como consecuencia de la doble tragedia, la
familia Molina Theissen tuvo que huir del país y recibir asilo en el extranjero (Ríos,
2018).

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