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El cumplimiento de un deber o el

ejercicio de un derecho como


causa de justificación de los
delitos
TIEMPO DE LECTURA: 10 m

El 20.7 ,CP, declara también exento de responsabilidad criminal a:


«El que obre en cumplimiento de un deber o en el ejercicio legítimo de un
derecho, oficio o cargo».
Los requisitos para que se cumpla esta causa de justificación:

 Origen jurídico del derecho o deber, no extendiéndose a obligaciones


morales o éticas ni a criterios personales de actuación no amparados por
el derecho positivo.
 Adecuación de su ejercicio a los supuestos legales y siguiendo los
procesos prescritos en cada caso.
 Intención de cumplir el deber o ejercitar el derecho sobre la causación
del mal.

El fundamento y naturaleza de esta eximente son claros. Se trata de una “cláusula


de cierre” de todo el ordenamiento jurídico, para evitar que quienes ejercitando
derechos o deberes conforme a las leyes penales, puedan incurrir en
responsabilidades de este carácter.
En este sentido, carecería de sentido por ejemplo, que la realización de una entrada
y registro en un domicilio por orden judicial, la intervención de un teléfono con todos
los requisitos procesales, la detención de una persona en flagrante delito, o la
disolución coactiva de una manifestación ilegal, practicadas todas conforme a la ley,
pudieran generar a sus actores autoría de delitos tales como allanamiento de
morada, quebrantamiento de secretos, detención ilegal o coacciones.
Dicha concordancia de los distintos sectores del ordenamiento jurídico, excepcionan
como jurídicas y lícitas ciertas conductas generalmente delictivas.
Cumplimiento de un deber jurídico
El cumplimiento de un deber jurídico puede suponer situaciones variadas y dispares
tales como la de declarar como testigo manifestando hechos o dichos injuriosos por
su contenido para determinada persona, emitir por parte de un funcionario público
informes de análogo contenido y, en fin, el supuesto más frecuente y tratado por la
jurisprudencia como es el ejercicio de la violencia, especialmente por agentes de la
autoridad.
Para que proceda la exención de responsabilidad al amparo de esta causa de
justificación deben de concurrir los siguientes requisitos:

 Que el sujeto activo sea autoridad o funcionario autorizado por las


disposiciones vigentes, y que el posible delito se haya producido en el ejercicio
de las funciones del cargo correspondiente.
 Que el recurso a la fuerza sea necesario desde el punto de vista racional en
función de los intereses que les corresponda proteger, atendiendo tanto a una
necesidad abstracta atinente a la situación global, y siempre necesaria para
excluir o mermar como eximente incompleta la responsabilidad y adecuación
de la respuesta del agente a la gravedad del estímulo, y tratándose del
cumplimiento de un mandato proveniente de un superior, no puede tener como
contenido una acción u omisión manifiestamente ilícita.
 Que la fuerza utilizada sea proporcionada a la situación sin extralimitación,
pues siempre la violencia ha de ser la menor posible.
 Que concurra un cierto grado de resistencia o de actitud peligrosa en el sujeto
pasivo que justifique que sobre él recaiga el acto de fuerza. Es posible,
dependiendo de las circunstancias y siempre que exista legitimación de origen,
tanto la apreciación de la eximente completa cuanto la incompleta.

Ejercicio legítimo de un derecho


Respecto al ejercicio legítimo de un derecho, oficio o cargo, surgen también
supuestos muy variados. Por un lado el ejercicio del derecho de corrección de
padres y tutores ejercido “razonada y moderadamente” o el ejercicio de los derechos
de información y expresión por parte de los periodistas en detrimento de los
derechos al honor, la intimidad y la propia imagen. El ejercicio de estos derechos ha
generado una abundante jurisprudencia tanto del Tribunal Constitucional como del
Supremo, que a modo de síntesis exigen para que tales derechos fundamentales
justifiquen los delitos contra el honor o la intimidad los siguientes:

 Interés general de la información, que suele presumirse cuando se trata de un


personaje público.
 Que no haya excesos consistentes en expresiones injuriosas y claramente
innecesarias, en el relato fáctico o en las valoraciones.
 Veracidad de la información mediante el oportuno contraste de fuentes.

Según algunos autores, se precisaría, además, de un elemento subjetivo


consistente en el ánimo del sujeto activo de cumplir con su deber y, según otros,
el bien jurídico que el agente de la autoridad ampara con el uso de la violencia no
puede ser inferior a aquel que vulnera con su acción. En relación a esto, es evidente
y está implícito en la eximente, que si el sujeto actúa, con o sin violencia, impulsado
por motivos diferentes a los del cumplimiento del deber, la eximente carece de toda
base y al igual que si el empleo de la fuerza supone una protección
desproporcionada para el interés que tutela el agente al cumplir su deber, ya que no
puede existir la ponderación de intereses que fundamenta esta causa de
justificación.
Hasta la STS de 20 de octubre de 1980, la jurisprudencia exigía que el agente de la
autoridad se encontrase en situación de legítima defensa a consecuencia de una
agresión ilegítima o, al menos, que hubiese peligro de ataque o agresión a la
autoridad para poder apreciar esta eximente. En la actualidad basta que la autoridad
o agente se vea en situación de tener que llevar a cabo su cometido.
Puede darse eximente incompleta del 21.1 ,CP en el caso de que el que obra en
cumplimiento del deber se exceda siempre que dicho exceso sea conscientemente
querido y siempre que lo sea en beneficio de la función. En caso de empleo de
violencia la apreciación de la eximente incompleta se basa en la desproporción entre
la violencia empleada y la violencia que el caso concreto requería, porque si lo que
no existe es la necesidad de violencia in abstracto la circunstancia no produciría
efecto alguno (STS de 2 de junio de 1994).
Por contra, si el agente realiza la acción movido por un interés distinto del que
objetivamente puede motivar el ejercicio del derecho o del deber, ya se ha
mencionado que no es posible apreciar eximente incompleta y, o bien se producirían
efectos agravatorios o, más frecuentemente, estaríamos ante un tipo penal
específico.
Del mismo modo, la existencia del deber o del derecho de que se trate actúa como
condición esencial, como requisito básico, ausente el cual no se puede hablar de
eximente ni completa ni incompleta. Asimismo, como veíamos antes, la falta de los
requisitos básicos que se exigen para poder emplear la fuerza o violencia
determinan la imposibilidad de apreciar esta circunstancia, ni siquiera parcialmente.
La eximente del 20.7 ,CP admite también la forma putativa que se da cuando el
actuante, de modo imprudente o no, yerra en la consideración de determinados
elementos de esta causa de justificación. Pueden darse, dependiendo el elemento
al que afecten, dos tipos de error, que siempre ha de ser esencial:

 Error de tipo. Cuando la equivocación del que actúa recae sobre la previsión
que éste se hizo acerca de la misma producción del hecho típico o en la relativa
a los efectos que su conducta podía acarrear.
 Error de prohibición. Cuando el error del sujeto se refiere a la valoración de
las circunstancias que le llevaron a realizar una acción típica en salvaguardia
del deber que está obligado a cumplir. En concreto, cuando el error del agente
versa sobre la necesidad de actuar o sobre la necesidad de los concretos
medios empleados.

En el caso del error de tipo, según se desprende del 14.1 ,CP, si éste es invencible,
se excluye la responsabilidad criminal al ser este error una causa de inculpabilidad,
y si es vencible, la acción se castiga como imprudente, siempre que esté
expresamente previsto este tipo de comisión (Art. 12 ,CP). Caso contrario la
conducta quedará impune por falta de tipicidad. Caso de error de prohibición, según
determina el 14.3 ,CP, el error invencible opera el mismo efecto que en el caso
anterior y si es vencible la pena se rebajará en uno o dos grados, es decir, tendrá
los mismos efectos que, en principio, puede tener una eximente incompleta.

¿Qué es el Incumplimiento de un Deber


Legal ?
01Dic
por Gius

Según la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Luis Armando


Díaz, Guillermo Jáuregui Moreno y Héctor Ibarra Espinoza son acusados
por el delito de Incumplimiento de un Deber Legal. Pero ¿Qué es eso?

¿Qué es el Incumplimiento de un Deber Legal ?

El Incumplimiento de un Deber Legal es un delito de acción u omisión


realizado por uno o más Funcionarios Públicos, en contra de la Administración
Pública o de particulares.

Sujetos y Objeto

El que comete el delito (sujeto activo) es un Funcionario Público (ejemplo,


policías, alcalde, tesorero, etc.) que realiza una omisión de un deber, o realiza
una acción para para evadir su responsabilidad de lo que debe hacer, pudiendo
afectar a (sujeto pasivo) particulares o a la Administración Pública.

Hasta el momento no han dicho cuáles fueron los actos incumplidos por Luis
Armando Díaz, Guillermo Jáuregui Moreno y Héctor Ibarra Espinoza, pero
a continuación se explicará el delito a través del Código Penal de Baja
California Sur.

Incumplimiento de un Deber Legal en el Código


Penal

El Código Penal del Estado de Baja California Sur define al Incumplimiento de


un Deber Legal en el artículo 148, en donde dice que se aplican las penas o
sanciones correspondientes al artículo anterior, (art. 147, abuso de autoridad),
es decir: de 1 a 6 años de prisión.

Artículo 148.- Comete el delito de incumplimiento de un deber legal y se le


aplicará la misma pena del artículo anterior, cualquier servidor público que:

 I.- Requerido legalmente por una autoridad para que le preste auxilio, se
niegue injustificadamente a dárselo;
 II.- Indebidamente retarde o niegue a los particulares la protección o servicio
que deba otorgarles en razón de su puesto, impida la presentación o el curso
de una solicitud;
 III.- Reciba a una persona detenida, arrestada o aprehendida sin informar
inmediatamente a la autoridad correspondiente; niegue que se encuentra
detenida, si realmente lo estuviese o incumpla injustificadamente la orden de
libertad girada por autoridad competente;
 IV.- Procure intencionalmente la impunidad de los delitos y faltas
administrativas de que tenga conocimiento en razón de sus funciones,
absteniéndose de denunciar los hechos o entorpeciendo su averiguación; y
 V.- Incurra dolosamente, con motivo de sus funciones, en omisiones que
produzcan daño a una persona o una ventaja indebida a los interesados en
un negocio cualquiera.

La autoridad que teniendo conocimiento de la comisión de un secuestro, no


proceda conforme a sus atribuciones a la denuncia o investigación de los
hechos, se le aplicará de dos a ocho años de prisión, destitución e
inhabilitación para ejercer cargos públicos por el término de cinco años.

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