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SEMINARIO MAYOR DE LA ASUNCIÓN.

IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA


SAGRADA ESCRITURA.

INTRODUCCIÓN A LA SAGRADA ESCRITURA.

PBRO. MELECIO LEMUS


MELGARES MARTÍNEZ, MARVIN ALEXANDER.

GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, 25 DE MAYO DE 2014.


1

INTRODUCCIÓN

En el siguiente trabajo de investigación, exponemos la imagen del rostro de Dios en


la Sagrada Escritura, a medida nos vamos introduciendo en el desarrollo del trabajo
vamos a poder apreciar como el ser humano desde su concepción hasta nuestros tiempos
le va buscando una imagen y un rostro a ese Dios trascendental, pues se afirma que Dios
tenía un rostro, pero que no se podía revelar, ya que era un Dios escondido que
solamente hacia ciertos pactos o alianzas con aquellos a quien elegía.
En esta investigación tratamos de dar un acercamiento a dicha imagen de Dios y
entramos en esa sintonía con el pueblo de Israel para poder develar el verdadero rostro,
pues desarrollamos tres apartados, en el primero buscamos un breve acercamiento más a
nivel general de la estructura que tiene la Sagrada Escritura y sus diferentes
acercamientos a ese Dios invisible pero a su vez cercano con un pueblo a quien elige, y
se va manifestando a través de los patriarcas, los profetas, los jueces, los reyes, los
sabios y se va revelando en la sabiduría que le permite al ser humano tener acceso al
rostro de Dios.
Luego tocaremos diferentes aspectos que el hombre la va atribuyendo a Dios según
las capacidades de relación que a través de sus vestigios a tenido, entonces se tocaran
aspectos relacionados al antropomorfismos en los cuales desarrollaremos algunas
imágenes y atributos o características humanas que se le han dado a Dios, a su vez los
diferentes nombres como se le ha conocido a través de la historia de la humanidad, ya
que sin duda este Dios se dirige hacia nosotros, nos escucha, nos ve, nos habla.
Establece pactos y sobre todo es capaz de amarnos, ahí entraremos en esa intimidad
relacional con Dios vivo y verdadero.
Finalmente llegaremos a tratar el tema de Dios en el Nuevo Testamento, ahí
desarrollaremos una imagen del Dios humano revelado a través del rostro humano de
Jesucristo, encontraremos que la historia de la salvación es la historia de Dios con la
humanidad, es una relación de amor que se va gestando a través de esta alianza que se
ha venido revelando progresivamente al hombre, que hace conocerse a sí mismo en sus
diferentes facetas de su rostro y su imagen.
Finalmente llegaremos a la conclusión de dicho trabajo en el que encontraremos la
imagen de un Dios que se ha revelado a través como ya dijimos de la imagen de
Jesucristo que es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Tim 2,5; Gal 3, 19-20)
en Él podemos ver y conocer al Padre, en Él podemos invocar su nombre y llamarle
“Padre” y sobre todo en Él se nos da la Salvación.
En esa imagen de Dios humano, cercano y amoroso, encontraremos el verdadero
rostro de Dios, y nos servirá para entrar en una intima relación con cada persona a
través de Jesucristo pobre, crucificado y desfigurado ya que en el interior de todo ser
humano esta ese deseo ardiente de conocer el rostro de Dios, por eso buscaremos en las
distintas maneras de culto y de relación del ser humano con ese Dios trascendental que
nos invita cada vez más a seguirle y buscarle por medio de su creación.
2

LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.

CAPÍTULO I

COMO SE REVELA LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS AL HOMBRE EN EL


ANTIGUO TESTAMENTO.

1. LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL PENTATEUCO.


Hablar de la imagen de Dios es ir desde la concepción del ser humano a profundizar
sobre cómo iban descubriendo la presencia de ese ser trascendente, es por eso que las
diferentes culturas y etnias han venido siempre a buscar, llegar y acceder a la imagen
del rostro de Dios.
Pero lo más exacto a ese descubrir se viene dando desde la creación del ser humano,
pero quien tiene la iniciativa siempre ha sido Dios que busca un encuentro con él. Ahora
bien nos damos cuenta que a través del relato que nos habla la Sagrada Escritura hemos
abordado las diferentes manifestaciones del rostro y la imagen del Dios uno, trino, vivo
y verdadero, para así poder acceder a Él, además este Dios ha necesitado siempre la
ayuda de hombres elegidos para que develen su rostro y su imagen, en esta iniciativa se
va revelando, se va dando conocer con palabras y acciones, entre los mediadores que
elige esta Abraham, Moisés, los jueces, los profetas todas ellas son personas que van
comunicando la revelación de Dios.
Ese Dios que se va dando a conocer al ser humano, en la antigüedad se le daba
muchos nombres según la experiencia personal, o la vivencia de cada pueblo o tribu, es
así como el pueblo hebreo le viene dando diferentes nombres o analogías humanas y
naturales que se van expresando a través de los muchos títulos, acciones divinas y hasta
de los sentimientos humanos, por eso mismo Dios le hablo así al pueblo de Israel «yo
soy Yahvé, tu Dios…no tendrás otros dioses fuera de mí» (Ex 20,2ss.) y es como
comienza esa aventura donde Dios se revela al ser humano y a través de diferentes
circunstancias se irá dando a conocer, especialmente a través de los relatos del Antiguo
Testamento donde se narrara cada intento de querer ver la imagen del rostro de Dios.
En los primeros libros de la Sagrada Escritura nos presentan diversas manifestaciones
del rostro de Dios, pero que son imágenes con características humanas. Desde la
creación y en los diversos acontecimientos del pueblo de Israel se vino revelando, esta
incesante búsqueda hace que vayan atribuyéndole diferentes nombres.
3

Si bien sabemos que a partir de la experiencia de Abraham se fue suscitando en la


tribu un concepto de un solo Dios ya que existían varios dioses, era una cultura religiosa
politeísta, a partir de Abraham se inicia una nueva etapa pasando al monoteísmo.
4
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

En la experiencia del pueblo de Israel iban suscitando diferentes concepciones de esa


imagen del rostro de Dios y le daban diferentes nombres que a través de su vivencia era
posible reconocer el rostro de Dios que buscaban y que se revelaba, Dios se expresaba
principalmente como «tôrah (orientación de la vida de Israel, como “profecía”
(interpretación de la historia del pueblo de Dios…y de la humanidad), como “sabiduría”
(interpretación y orientación sobre la existencia humana) y como “evangelio” (en la
palabra definitiva dicha en Jesús)»1, es de tener en cuenta que el rostro de Dios
permanece siempre inaccesible y es por medio de los nombres que le atribuyen, como se
va develando la imagen, entonces sus nombres diversos ayudan a encontrarle y a hablar
con Él, pero indican también un “más allá”.
El momento inicial, cuando Israel tiene conciencia de que se trata de “Dios que se
revela así”, «es el acontecimiento de Ex 3. Moisés recibe en el Horeb (Sinaí) por
primera vez la revelación del nombre».2
Dios se revela al ser humano como aquel que es inaccesible pero a su vez cercano con
algunos de ellos, en este sentido podemos encontrarnos como le hablo a Moisés, «Yo
soy el que Soy…yo soy… Yavhé el Dios de sus padres…» (Ex 3,14) nos presenta esta
escena en que Dios devela su nombre a través de Moisés, esta revelación hacia Moisés
quiere hacerlo participe de una alianza, que junto a su nombre va con el su naturaleza,
su poder y su fidelidad para con su pueblo.
Moisés llego a tener una relación muy cercana y confidencial con Dios «El Señor
hablaba con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo» (Ex 33,11) es así
como también el Papa Benedicto XVI nos dirá que «el término “nombre de Dios” se
refiere a Dios como Aquel que está presente en los hombres. A Moisés, frente a la zarza
ardiente, Dios había revelado su nombre, es decir, se había vuelto invocable, había dado
una señal concreta de su “ser” entre los hombres»3 esto nos deja más claro que ese Dios
es invisible, según unos, y que no podía ser visto por el hombre sin que este muriera,
por eso nadie en este mundo ha visto ni puede ver la imagen del rostro de Dios.
A pesar que Dios es para algunos inaccesible, para otros no lo es y se manifiesta de
esta manera «Dios habló a Moisés y le dijo: “Yo soy Yahvé. Me aparecí a Abrahán, a
Isaac y a Jacob como El Sadday; pero mi nombre de Yahvé no se lo di a conocer» (Ex
6,2-3) esto denota que Dios no se les revelo a los patriarcas con el nombre de Yahvé,
pero a pesar de ello, el pueblo de Israel le va dando muchos nombres a esa Imagen del
rostro de Dios, así encontramos en el Antiguo Testamento como Dios es designado con
distintos nombres de acuerdo a diferentes tradiciones «El, Elohím, Sadday, Yahvé, El
Elyon, El Roi, El Olam, El Elohe Yisrael, El Betel, El Shaddai, pero el nombre propio
del Dios de Israel es Yavhé según Ex 3,13ss»4; a lo largo de su experiencia histórica,
debidamente interpretada por sucesivas profecías y teologías, Israel irá comprendiendo
cada vez mejor que el nombre de su Dios se va cargando de diversos significados
sorprendentes en cada nueva situación y experiencia con Él.

1.1.Atributos que se le dan a Dios.


Además de darle nombre a esa imagen del rostro de Dios, el pueblo de Israel le
concede muchos atributos y es como en la tradición del pueblo se va configurando, lo
cual muestra que se le considera como un ser personal, comparable a la persona
humana, pues esta relación se encontrara a lo largo de los cinco libros del pentateuco.

1
ROSSANO, P., RAVASSI, G., GIRLANDA, A. Diccionario de Teología Bíblica, 443.
2
ROSSANO, P., RAVASSI, G., GIRLANDA, A. Diccionario de Teología Bíblica, 445.
3
Catequesis del papa Benedicto XVI (16 Enero de 2013).
4
LEÓN, X., DUFOUR. Diccionario de vocabulario de teología bíblica, 243.
5
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.

Es de esta manera que desde entonces el Dios de los patriarcas era “Elohím” y a este
le daban tres atributos esenciales al igual que el pueblo de Israel al nombre de Yahvé:

1.1.1 Poder.
«Que Dios sea poderoso quizá lo indica ya la etimología de la palabra “Él” (Dios) y
se expresa en el nombre antiquísimo de “fuerte de Jacob” (Gen 49,24; Is 1,24; 60, 16;
Salm 132, 2.5)»5

1.1.2 Vida.
«Dios es el Dios vivo (Os 2,1; Salm 42,3) esta vida es un bien propio suyo. Sólo el
Dios vivo, al cual se confía el Israelita, es la fuente de la vida (Salm 36,10; Job 19, 25-
27)»6

1.1.3 Santidad.
«Sobre todo lo que caracteriza la naturaleza de Dios es su santidad, se le confiesa
como “el Santo” (Is 40,25; Hab 3,3), el Santo de Israel (Is 1,4; 5,19-24), el tres veces
Santo (Is 6,3)»7. Esta santidad significa que Dios está separado de todas las cosas y que
está en lo alto, por encima de todo lo creado y débil. Es el totalmente otro (Is 40,25;
46,5).
De este modo podemos afirmar que desde tiempos remotos y antiguos, nuestros
antepasados en este caso los patriarcas le daban diferentes nombres a esa concepción de
la imagen del rostro de Dios, desde ese momento, desde sus tiendas se vislumbraba y se
experimentaba un rostro divino distinto del que constituiría más tarde la experiencia del
Pueblo de Israel en el desierto y sobre todo la de los profetas.

5
LEÓN, X., DUFOUR. Diccionario de vocabulario de teología bíblica, 245.
6
LEÓN, X., DUFOUR. Diccionario de vocabulario de teología bíblica, 245.
7
LEÓN, X., DUFOUR. Diccionario de vocabulario de teología bíblica, 245.
6
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

2. El rostro de Dios en los profetas.


En el tiempo de los profetas que eran los enviados por Dios para que dieran un
mensaje de parte de Él a su pueblo, presentaban a un Dios que protege a los pobres y
que castiga todo abuso de los poderosos de turno (cf. 1 Re 21, la viña de Nabot; Am 2,7;
5, 11-15; 8,4-8; Miq 2,2; 7,1-7; Is 1,16-17; 5,8-10), además los profetas predican una
“pobreza” como opción espiritual, como respuesta a una llamada por parte de Dios.
La experiencia de los profetas les hace entrar en sintonía con esa alianza de sus
antepasados y descubrir que Dios es el único que salva, entonces es ahí que van
encontrando el rostro divino de Dios, tan misterioso en determinados momentos, sin
embargo siguen buscando ese rostro que les ayudara a sostener su existencia, pero los
profetas inculcan continuamente al pueblo que Dios no está lejano y remoto, sino un
Dios siempre cercano.

2.1 Concepciones de Dios en los profetas.


Además también los profetas consideraban a Yahvé como Ley, Señor de la naturaleza
y de la historia es a través de ellos que se fue constatando y profundizando
gradualmente en la personalidad y el carácter de Yahvé, captando así, en cierto modo, la
esencia de Dios, es entonces que en las enseñanzas de los “profetas canónicos” existen
varios aspectos que nos hacen ver las imágenes que le daban a Yahvé:

2.1.1. Yahvé como ley.


En primer lugar, «los profetas veían a Yahvé como Ley. Su voluntad podía ser muy
bien absoluta, pero digna de confianza; El no cambiaba, y lo que a sus ojos era hoy
bueno, no podía aparecer mañana como malo»8.

2.1.2. Señor de la naturaleza.


Además, «los profetas le veían como Señor de la Naturaleza. Habían desarrollado
ampliamente la creencia en Yahvé como dueño del Universo físico y habían encontrado
expresión en los mitos de la creación»9.

2.1.3. Señor de la historia.


«Yahvé como Señor de la Historia. No sólo el mundo de la naturaleza física; es
también el mundo de las relaciones humanas el que está bajo su control absoluto. La
pretensión peculiar del profeta hebreo es que Yahvé se preocupa de controlar no sólo la
fortuna de su propio pueblo, sino el destino de todas las naciones»10.

2.1.4. Yahvé como Señor de las cosas.


«Yahvé como Señor del fin de las cosas, insistieron en que Yahvé podía poner fin a
las cosas y en que lo hacía»11

8
FORTMAN, E., Teología de Dios, 29.
9
FORTMAN, E., Teología de Dios, 29.
10
FORTMAN, E., Teología de Dios, 29.
11
FORTMAN, E., Teología de Dios, 30.
7
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
.
2.1.5. Yahvé como Señor de la moral.
«Yahvé como Señor de la Moral Universal. La doctrina profética fue suficientemente
original y significativa al proclamar el puesto supremo que se le daba al elemento moral
en las exigencias de Yahvé respecto de su pueblo»12.
En la profecía, se encuentran numerosos textos de revelación y de interpretación
profética sobre el señorío divino, pero la imagen de este Dios que se revela, sigue
siendo registrada y profundizada por cada profeta, ellos a través de las diferentes
experiencias «predican una “pobreza” como opción espiritual, o mejor dicho, como
respuesta a una llamada por parte de Dios: la de ponerse bajo su protección, la de una
condición de desprendimiento incluso de las protecciones humanas y de la tierra»13.
Pero hablar del Dios de los profetas es profundizar en diversas imágenes del rostro de
Dios a nivel humano, espiritual y desde la concepción creacionista, entonces trataremos
de abordar entre ellos las imágenes más significativas, primeramente de los profetas
preclásicos tenemos a Elías, “el hombre de Dios” (1 Re 17,18.24; 2 Re 1,9-16). En su
mismo nombre «Eliyyahú/ Yahvé es mi Dios, lleva impreso el programa de gran parte de
su actividad profética. Elías se esforzará por mostrar, con palabras y obras, que Yahvé
es el verdadero Dios de Israel»14 en Elías encontramos que ante la prueba sale vencedor
y Yahvé aparece como el verdadero Dios de Israel y así lo reconoce todo el pueblo (1Re
18, 31-40). Entonces una de las imágenes donde el mismo Dios se acredita como el
Dios de la fertilidad y de la vida, el Dios que triunfa de la muerte la podemos encontrar
en los pasajes de 1Re 17, 7-16.17-24 ahí se remarca muy bien la imagen de un Dios que
devuelve la vida, es un rostro en el cual se encuentra la fertilidad y que el profeta lo
manifiesta a través de lo que experimento ante estar cerca de la muerte.
Los profetas clásicos son, ante todo, los transmisores de la palabra de Dios, «el Dios
de los profetas es fundamentalmente el Dios que habla por su boca. De ahí, “la formula
de mensajero”, con que se abre a menudo el mensaje profético: “así dice Yahvé” (Is
7,3.10; 8,1; Jer 1,4.11; 2,1; 3,1; Ez 1,3; 3,16; Am 1,3.6; 2,1…)»15. La palabra de Dios,
potente y eficaz, tiene por función “arrancar y plantar, destruir y edificar” (cf. Jer 1,10).
Con tales términos se alude a los oráculos de condena y de salvación, a la denuncia
profética y a la invitación a la conversión, es así como se le va dando diferentes
imágenes al rostro de Dios, además en algunos profetas encontraremos un Dios que
castiga, condena y que perdona y salva. Yahvé actúa constantemente en la historia de su
pueblo, de acuerdo con un plan. Si bien a menudo tiene que juzgar y castigar, no es
menos cierto que, a la larga triunfa la salvación.
Además en estos profetas sus diferencias son considerables a la hora de expresar y
definir a Dios. Por eso, no podemos hablar propiamente del Dios de los profetas a nivel
general, ya que cada uno en particular le va dando diferente rostro.
En Amós se debe comprender que su interpretación de Yahvé es esencialmente a
través de diversos y muy variados nombres y designaciones de Dios (86 en total), entre
los que más destacan por su frecuencia e importancia es el de Yahvé, el Dios de Amós
ruge como un león (cf. Am 3,4.8), en Am 1-2, Yahvé se alza como juez de los reinos
que rodean a Israel, entonces buscar a Yahvé, según Amós, equivale a buscar el bien, a
practicar la justicia y el derecho (cf. Am 5,4ss).

12
FORTMAN, E., Teología de Dios, 30.
13
ROSSANO, P., RAVASSI, G., GIRLANDA, A. Diccionario de Teología Bíblica, 445.
14
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 133.
15
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 133.
8
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
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El profeta Oseas abunda en imágenes para darle rostro a Dios: médico (Os 7,1; 11,3;
14,5), cazador (7,12), pastor (13,6), león, pantera y osa (5,8; 13,7s.) entre otras, pero las
más significativas son las referentes al matrimonio y a la paternidad-maternidad de Dios
(cf. Os 2,4ss) es así como se le empieza a dar un nuevo rostro a Yahvé, ese rostro de
Padre-Madre que lo va a caracterizar en otros pasajes del mensaje bíblico.
«En cuanto a la concepción de Yahvé como padre-madre, Oseas representa uno de los
primeros testimonios bíblicos en este sentido. En el cap. 11, pinta a Yahvé como un
padre- una madre que rodea de ternura y cariño a su hijo pequeño, a Israel, que está
dando su primeros pasos»16. El mensaje de Oseas deja más la visión de un Yahvé que es
padre con entrañas de madre, su amor trasciende el de cualquier ser humano.
El Profeta Jeremías a través de sus relatos nos presenta una imagen de Dios como
«juez soberano (Jer 1, 9-10), que interviene en los acontecimientos del mundo y del ser
humano, pero la imagen que se presenta en la palabra de Dios es como martillo, que
tritura la roca, y como fuego, que consume al pueblo obstinado (Jer 5,14; 23,29)»17
además nos dirá que todos conocerán a Yahvé (Jer 31,34).
En Ezequiel, el rostro de Dios se presenta como trascendente e inaccesible en sí
mismo, pero presente a través de su gloria (Ez 1,28; 3,23; 8,4; 43,2) en una de sus
visiones ve la gloria de Dios salir del templo, además le da otra imagen muy bella como
es la del buen pastor y el Dios justo: «juzgará entre oveja y oveja, entre carnero y macho
cabrío (Ez 34,17)»18.
Además encontramos en el Deutero Isaías (Is 40-55) las diferentes imágenes que se le
van atribuyendo a ese Dios, sobre todo lo conciben como un Dios creador y Salvador,
este se identifica como el redentor (Is 41,19; 43,14), también a aparece como un Dios
singular, revela una imagen de padre con entrañas de madre, pero también es llamado
Emmanuel y de ahí se derivan otros nombres de su imagen como el admirable, el
consejero, Dios de poder, Padre del mundo venidero, príncipe de la paz (Is 9,6).
El Dios de los profetas es polifacético, cada profeta destaca determinados rasgos
particulares del rostro de Dios, es el Dios por el que ellos se han dejado seducir, el Dios
que ha transformado su vida y que han transmitido en su mensaje. No es fácil exponer la
noción que los profetas tenían de Dios, tanto que ellos no hablan tanto del ser mismo de
Dios, sino de la actuación de Dios en la historia.
Pero es de tener en cuenta que a la luz de los mensajes de los profetas han ido
saliendo diversos atributos divinos que caracterizan esa imagen del rostro de Dios y
entre ellos están: celoso, misericordioso, santo, eterno, etc., también muchos títulos y
funciones de Dios como creador, esposo, juez, padre, madre. Salvador, redentor, rey,
etc., así como también de imágenes verbales: león, cazador, médico, pastor, pantera y
osa, etc., estos y otros muchos son los rasgos que conforman el perfil del Dios de los
profetas.

16
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 133.
17
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 133.
18
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 133.
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LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
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3. Imagen de Dios Sapiencial.
En los libros sapienciales presentan rasgos muy particulares, respecto a los demás
libros del Antiguo Testamento, en su concepción de la imagen del rostro de Dios.
Este Dios de los sabios es representado por cada uno de los libros con su propia
concepción, en ellos se presenta la sabiduría como la imagen por excelencia de Dios,
por lo tanto se dirá que es «un espejo sin mancha de la actividad de Dios, una imagen de
la excelencia de Dios» (Sab 7,26), la sabiduría es un carisma y un don de Yahvé por eso
en cada uno de los libros de la sabiduría se puede afirmar lo que dijo Fortmann que «el
resultado de la revelación en el Antiguo Testamento es el conocimiento; no el
conocimiento filosófico del entendimiento, sino el conocimiento de la realidad personal,
viviente y activa de Yahvé, experiencia de Yahvé en lo que es y en lo que hace»19.
El Dios de los sabios no carece de semejanza con el Dios de los Patriarcas, más bien
Dios ha enviado su Espíritu en la sabiduría, porque hizo al hombre «imagen de su
propia eternidad» (Sab 2, 23) es una imagen de su bondad, también podemos
caracterizar en los sapienciales una «multiplicidad de géneros literarios que atestiguan
en los escritos de sabiduría un Dios donde se manifiesta en situaciones de movilidad»20.
Los escritos de género sapiencial, presentan el rostro divino como el único que
sondea, discierne y juzga a los hombres, separando a los rectos de los impíos, fórmula
que suena más o menos como una definición de Dios: ¡Dios es el que escudriña los
pensamientos humanos!
En los Proverbios aluden frecuentemente a un Dios temeroso a tenerle miedo (Prov
1,29; 2,5; 3,7; 8,13; 9,10) dicho temor lleva consigo una actitud de respeto filial, de
reverencia y de amor. El Dios de los Proverbios se interesa por el comportamiento de
las personas, prueba los corazones y da a cada uno según sus obras, en los proverbios se
puede encontrar la gran sabiduría del Dios vivo, además es una imagen que se le da
mucho realce sobre todo «es la primera criatura de Dios, el plan de Yahvé sobre todas
las cosas»21.
En Qohelet, Dios es un ser misterioso e invisible, imposible de conocer, en la
revelación de su nombre encontramos una imagen de un Dios oculto (3,11; 8,16ss.,
11,15), pero que también muestra cierto conocimiento de Dios y lo categoriza como
creador y juez (11,9; 12,1.14), además dueño y soberano de la vida del hombre, de Él
depende la felicidad y desdicha, entonces el temor de Dios ha de guiar la conducta
humana.
Siracides, toda sabiduría viene del Señor (Sir 1,1) pero resalta el temor de Dios como
actitud religiosa básica del creyente, este identifica un rostro de Dios temeroso con la
Sabiduría, Dios es Señor de la historia humana y del cosmos. Los últimos capítulos de
este libro resalta la manifestación de la iniciativa divina en la creación y en la historia de
Israel a través de su gloria (cf. Si 42,15-50,21).
La sabiduría de Dios, «es imagen de su excelencia» (Sab 7,25), revela ciertos
aspectos de la imagen de Dios, pero en este libro el tema central es la concepción que le
dan a Dios como muerte e inmortalidad, esta aparece como don de Dios y comunión de

19
FORTMAN, E., Teología de Dios, 27.
20
ROSSANO, P., RAVASSI, G., GIRLANDA, A. Diccionario de Teología Bíblica, 455.
21
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 147.
10
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
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los justos con Él, es participación de la imagen divina de la inmortalidad con el único
Dios vivo y verdadero.
11
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
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Finalmente Dios ocupa un lugar muy trascendental en los libros sapienciales, que se
aproximan a la imagen del rostro de Dios por excelencia y abren nuevos horizontes
cercanos al Nuevo Testamento, pero no es de perder de vista que en los sapienciales
ponen con frecuencia la imagen de Dios creador.

3.1. Diferente imagen de Dios en los salmos.


Hablar de la imagen de Dios en los salmos es de suponer que existe en ellos una gama
de antropomorfismos que los abordaremos más adelante. Precisamente buscar el rostro
de Dios requiere una experiencia personal y sobre todo religiosa espiritual, para ello se
puede acudir a ciertos salmos que son muy ricos en imágenes a nivel literario como
espiritual.
Pero esta búsqueda de Dios hace que el individuo este seguro de hallar en su miseria
esa cercanía personal, espiritual y de gracia en Dios (Sal 34,19; 119,151; 145,18), por
más que Dios se oculte momentáneamente. Esta bondad de Dios al mostrarse de esa
manera demuestra que es un Dios trascendente y que en Él muestra varios rasgos
esenciales como la bondad, fidelidad, paciencia, misericordia.
Pero es de ver también que existe una dimensión teológica de estos textos donde
manifiestan una esencial búsqueda del misterio de Dios, en ellos resuenan con fuerza las
palabras del salmista «dice de ti mi corazón: “busca su rostro”. Sí, Yahvé, tu rostro
busco: no me escondas tu rostro (Sal 27,8-9)22».
Los salmos siempre se dirigen al Dios de Israel, en ellos se nos presentan en varias
ocasiones la imagen del Señor como Rey que ocupan un importante lugar (Salm 5,3;
10,16; 24,7ss; 29,10; 44,5; 47,2ss; 146,10), además en otros salmos se presenta como
mi roca (sal 18,3ss; 144,1), mi escudo (sal 144,3), mi pastor (sal 23,1) signo de que el
encuentro con Dios es personal y así se va develando el rostro de Dios a cada uno y se
manifiesta como un Dios cercano, que guía como pastor (sal 23,4).

3.2. Las diferentes imágenes del rostro de Dios.


Abordar las diferentes concepciones que se tiene de la imagen de Dios es un tanto
difícil, ya que si bien nos damos cuenta a través de la historia y desde los orígenes del
ser humano, siempre este ha buscado el rostro verdadero de Dios y a su vez se ha hecho
en encontradizo, pero a través de la revelación Dios se ha manifestado de diferentes
maneras y el mismo hombre le ha dado diferente nombres y atributos que con ciertas
acciones ha venido remarcando este Dios escondido.
Desde la creación del ser humano a indagado en diferentes circunstancias y maneras
para descubrir a ese Dios trascendente, misterioso y escondido, pero desde sus inicios
como decíamos anteriormente se le va dando diferentes conceptos y una imagen que es
primordial la del Dios de una persona viviente, entonces el mismo que es creador es un
Dios de la vida y así lo presenta la Sagrada Escritura y esa concepción de Dios es lo que
diferencia de otros dioses. Además otra característica que se le daba en la antigüedad a
este Dios es la de Todopoderoso ya que con su brazo fuerte le atribuían que era un Dios
que acogía y defendía a ese pueblo escogido.
Pero esta constatación de Dios como una persona viviente y que actúa poderosamente
en sus vidas hace «surgir un lenguaje antropomórfico, que es más que darle imágenes
humanas a Dios»23.

22
GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario Teológico Trinitario, 147.
23
FORTMAN, E., Teología de Dios, 10.
12
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
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3.3. Antropomorfismos.
En la Sagrada Escritura se le dan diferentes características a Dios sobre su
personalidad, pero estas son diferentes formas de expresión que se le va dando, estos
son intentos humanos de aproximarse al misterio divino y entre una de ellas tenemos el
antropomorfismo que «es la manera típica y frecuentísima de hablar de Dios,
acercándonos a los modelos de la experiencia humana»24, esta manera se da por
analogía.
Hacer una imagen de Dios, significaba, para los Israelitas en el Antiguo Testamento
«querer aprisionar entre ciertos límites, algo que su conciencia de la trascendencia de
Dios no les permitía»25, pero en diversos relatos y pasajes de la Sagrada Escritura se
usan muchas expresiones antropomórficas para indicar la cercanía de Dios, y, en
especial que es una persona viviente que nos invita a una relación personal, sin embargo
el permanece siendo otro.
El hombre le va dando estas características a esa imagen de Dios y va develando ese
rostro desde la misma experiencia relacional y le atribuye formas humanas como un
«Dios que habla (Gen 1,3), oye (Ex 16,12), ríe (Sal 2,4); le atribuye ojos (Am 9,4),
manos (Sal 138), brazos (Is 51,9), oídos (Is 22,14), pies (Nah 1,3) y se le dan emociones
humanas como disgusto (Lev 20,3), sentimiento (Gen 6,6), celos (Ex 20,5)»26.

3.4. Nombres.
Para los Israelitas no solo sirve para distinguir una persona de otra, en cierto modo
describe lo que la persona es y hace, se identifica con ella, dar nombre a alguien o
cambiárselo significa tener autoridad sobre él, cuando Dios le cambia el nombre a
alguien, le da un nuevo proyecto de vida, un nuevo ser, por eso en el Antiguo
Testamento no se puede nombrar a Dios.
Pero se rendía una veneración muy particular en Israel al nombre de Dios ya que para
ellos era como la misma persona del Señor y que era sinónimo de su presencia, los
nombres dados a Dios en la Sagrada Escritura dicen cómo es su persona.
Entre los más mencionados tenemos Elohím, El, Sadday, Yahvé, Adonaí, Sebaot, pero
lo más importante es destacar que a través de las diversas formas de su nombren se
expresan a la vez el carácter, la identidad, la voluntad y los actos de Dios.

3.5. Atributos.
Hablar de los atributos de Dios es caracterizar las diferencias entre Él y sus criaturas,
por eso a través del curso de los años Él se ha manifestado a través de su obra por medio
de la revelación, ante esto podemos decir que Dios es el mismo y permanece invariable
(Sal 102,28; He 13,8), pero la creación dan resultados que cuentan para la eternidad, por
eso a través de sus vestigios se le van atribuyendo diversas categorías o atributos entre
ellos tenemos Dios eterno (Sal 90,2), Dios omnisciente (Is 59,15), Dios omnipresente
(Jer 23,23), Dios es todopoderoso (Mt 28,18), Dios es espíritu (Jn 4,24), Dios es
misericordioso y justo (Jn 33,4), Dios es santo (Jn 14,26), Dios es amor (1Jn 4,8), a

24
ROSSANO, P., RAVASSI, G., GIRLANDA, A. Diccionario de Teología Bíblica, 447.
25
FORTMAN, E., Teología de Dios, 14.
26
FORTMAN, E., Teología de Dios, 10.
13
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
.
parte de todos estos atributos también se le van dando ciertas características que van
haciendo cada vez entender la imagen el rostro de ese Dios vivo, es así como surgen
14
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
.
-también que es un Dios que habla, un Dios presente y providente, un Dios juez entre
otros.
Ante todo este cumulo de conceptos, nombres, cualidades, características y atributos
que le van dando a Dios, tenemos que ciertas imágenes de su rostro no es que estén
distorsionadas, más bien es la capacidad, experiencia, vivencia y encuentro que el ser
humano va teniendo con ese misterio insondable y trascendente que es Dios, pero es ahí
donde siempre el hombre tendrá esa duda en su interior y se preguntara ¿quién es Dios y
cómo es y actúa?, esta incertidumbre que le crea al hombre de conocer y ver a Dios y
sus vestigios va suscitando un progresivo desarrollo y clarificación de la imagen de
Dios mediante sus múltiples afirmaciones, que no distinguen entre los rasgos esenciales
de Dios y los rasgos característicos de su modo concreto de actuar y de proceder para
con el hombre.
15
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
.

CAPÍTULO II

LA IMAGEN DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO.

Hablar de la imagen de Dios en el Nuevo Testamento es introducirnos en una de las


facetas más conocidas de ese Dios invisible, digo conocidas ya que nos encontramos
con un Dios humano, hecho a imagen y semejanza de nosotros (Gn 1,26; 27; 5,1; 9,6),
además que hubo una acogida de ese misterio de Dios que se fue revelando poco a poco
desde el tiempo de los patriarcas hasta Jesús de Nazaret, verdaderamente aquí el rostro
del Dios vivo, presente y providente alcanza una cima de su autorrevelación.
Esta imagen de Dios, hace visible y presente una persona, pero antes que nada debe
de pasar por el amor de ese Dios invisible (1Jn 4,20) ahora bien, si el hombre es
ciertamente imagen de Dios, Cristo es “su icono” perfecto, entonces Cristo es imagen de
Dios en forma de Dios (Flp 2,6) el Hijo es el único revelador del Dios invisible (Jn
1,18), hay que tener siempre presente que en esta nueva concepción de la imagen del
rostro de Dios se hace más visible aun, a pesar que el evangelista Juan nos dice que
«nadie en este mundo ha visto ni puede ver a Dios Padre, este se da a conocer en sus
imágenes» (Jn 1,18) imagen de su excelencia que revela ciertos aspectos de Dios,
entonces el hombre como imagen de Dios manifestada y revelada en Jesucristo «el que
me ha visto, ha visto al Padre» (Jn 14,9).
Mediante la Encarnación, Dios nos dio en su Hijo una imagen a la vez perfecta y
concreta de sí mismo (Jn 1,14, 18; Col 1,16), la misión de Jesús es revelar el nombre y
la esencia de Dios (Jn 1,18; 17,14) por eso en el Nuevo Testamento, el nombre de Dios
designa a Dios en cuanto se revela a los hombres, es esencial distinguir y descubrir las
falsas imágenes de Dios de la verdadera imagen del Dios de Jesucristo.
Pero esta imagen de Jesús, su divinidad se revela en la grandeza de su humanidad,
representando al hombre que aspira a liberarse de una dominación opresiva, hay que
tomar en cuenta y muy en serio la autonomía querida por Dios y la limitación de la
creación, si es que queremos recuperar la auténtica imagen de Dios revelado en
Jesucristo y ponerla al servicio de toda la humanidad.

1. Nombres atribuidos a Dios.


El Nuevo Testamento, para designar a Dios, utiliza ciertos nombres como «Theos
(Dios) y Kyrios (Señor), cielo (Lc 15,7; 18,22), el Reino de los Cielos (Mt), de poder
(Mc 14,2)»27 además podemos mencionar ciertos atributos divinos que se le van
adaptando según la tradición:

27
LEÓN, X., DUFOUR. Diccionario de vocabulario de teología bíblica, 244.
16
LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN LA SAGRADA ESCRITURA.
.

1.1.Paternidad.
Jesús y los apóstoles enseñan que Dios es el Padre de todos los hombres, sin
distinción de judíos y no judíos o de pecadores y justos (Mt 5,45; Lc 6,32-36) Dios es el
-Padre de todos los que creen en Jesús, lo aman y cumplen su voluntad (Mt 7, 21-23; Lc
6,46; Jn 1,12; Gal 3, 26-28).

1.2.Amor.
Lo sitúa como una nueva luz, Dios ama a todos los hombres sin distinción, hasta el
punto de entregar a su propio Hijo por ellos (Jn 3,16).

1.3.Inmaterialidad.
Es espíritu no está atado al tiempo ni al espacio (Jn 4,24)
LA IMAGEN DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO.

2. Imagen de Dios en los Evangelios.


Jesús a como plenitud de la revelación de Dios, nos viene a develar esa imagen de
Dios Padre, por eso encontramos que en el Nuevo Testamento nos dice que Dios es luz,
que es amor (1 Jn 1,5; 4,8), pero «se trata de su naturaleza y atributos y no de nombres
divinos»28, pero el titulo que recibe por excelencia es el de Padre, el contenido y sentido
de este nombre nos ha sido revelado claramente por Jesucristo, por Sí mismo, entre
algunos ejemplos esta la parábola del hijo pródigo (Lc 15), el Padrenuestro (Lc 11), por
la oración sacerdotal (Jn 17) y esta revelación nos la ha dado en su calidad de Hijo.
En los testimonios apostólicos que el rostro de Dios Abbá es una revelación por parte
de Jesús, al revelar el misterio de Dios vivo, el es Abbá para todos los hombres, que se
hacen discípulos de Jesús convirtiéndose al reino de Dios, pero ante todo y de manera
única esta esa imagen de padre que se nos ha mostrado a través de Jesucristo.
Entonces aquí precisamente radica uno de los aspectos totalmente nuevos e
inimaginables que Jesús revela sobre el significado de la experiencia de desierto-
tentación: el rostro y el nombre de Dios que llama al desierto, mas aun que induce a
entrar a redescubrir el rostro y la imagen paternal de Abbá.
Esta visión nueva de la imagen de Dios, que se convierte en Palabra divina echa
Evangelio por medio del Verbo encarnado, revela finalmente el rostro soberano de Dios,
entonces al abordar esta nueva imagen del Dios hecho humano, es de considerar que
nuestra visión actual de Dios está marcada, desde su raíz, por las experiencias y los
conceptos de un mundo que dejo de ser el nuestro, puesto que nos separa del un abismo
inmenso y profundo que nos dejo la historia de la humanidad como es la emergencia de
un paradigma moderno en donde supera la capacidad tan compleja de profundizar en
una fe profunda y sencilla para poder encontrarnos y ver la imagen verdadera de Dios
en cada ser humano que sufre.
Otra imagen muy fuerte y que está presente en este Dios del Nuevo Testamento es la
de un Dios sufriente, pero a decir verdad la imagen de Dios que debemos guardar y
grabar en nuestros corazones y transmitir a los demás es la de un Dios solidario con
nosotros, el hermano y amigo que sufre con nosotros y nos comprende, una nueva
imagen de Dios lleva a una nueva imagen del cristiano. Pero este Dios que se nos
presenta a través de Jesús es una imagen fiel de Dios amor y de toda consolación (2 Cor
1,13).
En definitiva la imagen de ese Dios es humana y sobre todo se basa en un atributo
que por excelencia debemos de vivir, esa cualidad que es el amor es lo que rige este
nueva imagen de Dios, uno que se hace como nosotros menos en el pecado, y a eso nos
invita a poder ser hijos en el Hijo, por eso ese Dios no es totalmente desconocido, se ha
revelado desde la creación y hasta el tiempo de Jesús, en la historia del antiguo y nuevo
testamento.

28
Escuain, V., Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, 269.
CONCLUSIONES.

La imagen de Dios es humana, pero a su vez es trascendental en la vida del ser


humano, es una actitud personal del encuentro vivo con Jesucristo, por lo tanto veo
en este trabajo que las diferentes experiencias del pueblo de Israel hacen que el ser
humano vaya buscando el verdadero rostro de Dios.

Encontrar la verdadera imagen del rostro d Dios es introducirnos en la intimidad


de nuestro ser, buscar su rostro dentro de nuestro ser en lo más intimo del corazón,
sobre todo por medio de la oración.

Tanto en el Antiguo como en el Nuevo testamento encontramos que los


diferentes rostros de Dios están configurados por medio de la misma creación y la
relación que van teniendo los seres humanos con ella es como van develando el
verdadero rostro de Dios.

Buscar y encontrar las imágenes del rostro de Dios nos hizo ver que también se
le atribuyen diferentes nombres, características, cualidades, atributos que se van
desarrollando de acuerdo a la relación y experiencia de la vida religiosa y espiritual
en cada cultura y momento de la historia del hombre.

El desarrollo del trabajo permite introducirnos y profundizar en como el ser


humano va teniendo una amplia y cercana relación con Dios y de acuerdo a ello es
así como se le dirige y descubre esa imagen de un Dios misterioso, invisible y
trascendental en la vida del universo.

La capacidad que tiene el hombre de recordar a través de la creación y los


vestigios de Dios, que existe un ser trascendental al cual se le van dando diferentes
nombres y por medio de ellos van encontrando esa imagen de Dios humano que se
encuentra en el Dios sufriente, pobre y crucificado.

Otro dato que me pareció muy importante y curioso, es que hay diferentes
escuelas o conceptos y corrientes tanto a nivel teológico como filosófico que tratan
de dar una explicación de la imagen del rostro de Dios, pero lo que hacen es alejarse
del verdadero concepto.

Además se da una manipulación del concepto de dicha imagen y colocan


diferentes rostros, nombres y atributos que son mas catalogados en el ámbito de la
contemplación incluso algunas veces le dan énfasis a corrientes esotéricas y
gnósticas.

Finalmente puedo concluir que encontrar la verdadera imagen del rostro de Dios
es una experiencia que enmarca el misterioso don de la fe, sobre todo un camino
espiritual y de mucha ascesis para ir develando el rostro de Jesucristo Dios.
BIBLIOGRAFÍA.

ESCUAIN, V., Nuevo diccionario bíblico ilustrado, Barcelona, 1985.

FORTMANN, E. J., Teología de Dios, Santander, 1969.

GARCÍA LÓPEZ, F., Diccionario teológico «El Dios cristiano, secretariado Trinitario.

LEÓN, X., DUFOUR., Vocabulario de teología bíblica, Barcelona, 1975.

P. Rossano, G. Ravasi, A. Girlanda, nuevo diccionario de teología bíblica, Milán, 1988.


INDICE
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 1
CAPÍTULO I .................................................................................................................................... 2
COMO SE REVELA LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS AL HOMBRE EN EL ANTIGUO
TESTAMENTO. .............................................................................................................................. 2
1. LA IMAGEN DEL ROSTRO DE DIOS EN EL PENTATEUCO. ................................................... 2
1.1. Atributos que se le dan a Dios. ..................................................................................... 4
1.1.1 Poder. .................................................................................................................... 5
1.1.2 Vida. ...................................................................................................................... 5
1.1.3 Santidad. ................................................................................................................ 5
2. El rostro de Dios en los profetas. ....................................................................................... 6
2.1 Concepciones de Dios en los profetas. .......................................................................... 6
2.1.1. Yahvé como ley. .................................................................................................... 6
2.1.2. Señor de la naturaleza. .......................................................................................... 6
2.1.3. Señor de la historia. ............................................................................................... 6
2.1.4. Yahvé como Señor de las cosas. ........................................................................... 6
2.1.5. Yahvé como Señor de la moral. ............................................................................ 7
3. Imagen de Dios Sapiencial. ................................................................................................. 9
3.1. Diferente imagen de Dios en los salmos. .................................................................... 11
3.2. Las diferentes imágenes del rostro de Dios. ............................................................... 11
3.3. Antropomorfismos. ...................................................................................................... 12
3.4. Nombres. ..................................................................................................................... 12
3.5. Atributos. ..................................................................................................................... 12
CAPÍTULO II................................................................................................................................. 15
LA IMAGEN DE DIOS EN EL NUEVO TESTAMENTO. ..................................................................... 15
1. Nombres atribuidos a Dios. .............................................................................................. 15
1.1. Paternidad. .................................................................................................................. 16
1.2. Amor. ........................................................................................................................... 16
1.3. Inmaterialidad. ............................................................................................................ 16
2. Imagen de Dios en los Evangelios. ................................................................................... 17
CONCLUSIONES. .................................................................................................................... 18
BIBLIOGRAFÍA......................................................................................................................... 19

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