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Colección Ideas en debate

Serie Historia Antigua y Moderna

Director de serie
José Emilio Burucúa

Colección a cargo del Consejo Editor de la


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

Prosecretario de publicaciones
Lic. Jorge Panessi
La democracia
en tiempos de tragedia.

Asamblea ateniense
y subjetividad política
Julián Gallego

La democracia
en tiempos de tragedia.
Asamblea ateniense
y subjetividad política

Univerdidad
de Buenos Aires

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Cuidado de edición y diseño de portada:

Gerardo Miño, uno de

» grupo de diseño creativo (cresta@speedy.com.ar)

Ilustraciones de portada:

© Miño y Dávila srl


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En Madrid:
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Arroyo Fontarrón 113, 2º A (28030)
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En Buenos Aires:
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Buenos Aires · Argentina

Prohibida su reproducción total o parcial,


incluyendo fotocopia,
sin la autorización expresa de los editores.

Primera edición: junio de 2003

ISBN:

Impreso en: Buenos Aires, Argentina.


Índice

Prólogo, por Domingo Plácido ...................................... 13


Agradecimientos ............................................................ 17
Reconocimientos ............................................................ 19
Introducción ................................................................... 21

Capítulo I
Democracia ateniense y pensamiento político .............. 25
a) Por un pensamiento político de la política ............... 25
b) Contexto historiográfico: ideología, teoría,
pensamiento ............................................................. 29
c) Cuestiones de método: la política pensada en
interioridad ................................................................ 39
d) La singularidad histórica del recorrido propuesto ... 53

PARTE I
LA ASAMBLEA ATENIENSE Y LA INVENCIÓN
DE LA DEMOCRACIA .......................................................... 59

Capítulo II
El acontecimiento de la democracia .............................. 65
a) La emergencia del pueblo como sujeto político ....... 65
b) La lección aristotélica de las reformas de Efialtes .... 78

Capítulo III
La asamblea ateniense: debate y decisión ..................... 95
a) En torno a las condiciones institucionales .............. 95
b) El marco del debate: igualdad y libertad de palabra ... 100
c) La toma de la palabra: individuo y comunidad ......... 107
d) Liderazgo y responsabilidad de la decisión ............. 118
Capítulo IV
La producción política: enunciación y división ............ 129
a) Enunciación y persuasión: la palabra verosímil ....... 129
b) La diseminación de los enunciados ......................... 137
c) La actividad política del demagogo .......................... 149
d) El carácter productivo de la división política ........... 152

Capítulo V
Indefinición teórica del dispositivo asambleario .......... 163
a) Derecho de ciudadanía e inclusión en el estado ...... 163
b) La asamblea democrática como poder indeterminado . 174
c) Imprevisibilidad de la política, indefinición de la
igualdad .................................................................... 179
d) La anarquía del acto político democrático ................ 188

Capítulo VI
La capacidad desligante de la política popular .............. 195
a) Soberanía del pueblo y voluntad general ................ 195
b) Decisión popular, producción y escritura de la ley .. 207
c) El conflicto como actividad del sujeto político ........ 222
d) El exceso de la política democrática ......................... 230

PARTE II
HISTORIA Y SOFÍSTICA:
DOS MODOS DE CONSTRUCCIÓN DE LA VERDAD POLÍTICA ..... 235

Capítulo VII
Nacimiento de la democracia, invención de la historia .. 241
a) Situación historiográfica: historia, memoria, verdad .. 241
b) Discurso histórico y construcción etnográfica ........ 243
c) El artificio verosímil: el autor y la narración ............. 247
d) El momento de Heródoto: la historia como balance
político ...................................................................... 262

Capítulo VIII
Heródoto y la identidad política de la democracia ......... 273
a) Alteridad bárbara: la representación imaginaria del
otro ............................................................................ 273
b) Identidad griega: la construcción del espacio
isonómico ................................................................. 277
c) De la comunidad fundada en la ley a la ciudad
igualitaria .................................................................. 287
d) Singularidad ateniense: autodefinición política de la
pólis democrática ...................................................... 300

Capítulo IX
La construcción retórica del mundo de la pólis ............ 309

a) El discurso sofístico: la palabra y la ley ................... 309


b) Hacer cosas con palabras: el ser como efecto de
discurso .................................................................... 312
c) Ambigüedad y contradicción: los argumentos
contrapuestos ........................................................... 326
d) Los dichos y los hechos: la construcción de lo
verosímil .................................................................... 336

Capítulo X
La sofística y el acontecimiento de la política .............. 347

a) El «primer inventor»: la organización política de la


humanidad ................................................................ 347
b) El lógos y el pacto social: la convención en torno a
lo verosímil ................................................................ 356
c) El nómos como ficción: naturaleza, política y verdad .. 372
d) Entre la palabra y la ley: el acto como verdad de la
política ...................................................................... 387

PARTE III
HÉROE TRÁGICO Y SUJETO POLÍTICO:
LA DEMOCRACIA A TRAVÉS DEL TEATRO DE ESQUILO .......... 391

Capítulo XI
La mirada trágica de la política democrática................ 395
a) La democracia en las tragedias de Esquilo ............... 395
b) Dos escenas de la ciudad democrática en el teatro
de Esquilo ................................................................. 400
c) Ver y oír, participar y mirarse: el teatro de la ciudad ... 408
d) División, unidad: la «anti-política» trágica .............. 413
Capítulo XII
Preludio arcaico: figuras de la tiranía en la Orestía ... 421
a) El orgullo de Agamenón: tiranía en masculino ......... 421
b) Clitemnestra y Egisto: tiranía en femenino ............... 427
c) La mácula de Orestes: último acto de una ley .......... 437
d) Imágenes trágicas de un heroísmo imposible .......... 445

Capítulo XIII
El acontecimiento de una nueva justicia en la Orestía ... 451
a) Del oîkos a la pólis: el recorrido de la justicia .......... 451
b) Sobre héroes y dioses: el advenimiento trágico de
la política ................................................................... 455
c) Singularidad del acontecimiento: decreto divino,
justicia humana ......................................................... 462
d) Justicia política, espacio público y democracia: la
palabra persuasiva .................................................... 480

Capítulo XIV
La decisión popular en la escena de las Suplicantes .... 489
a) Azar, angustia y destino: el carácter trágico del
sujeto político ........................................................... 489
b) Controlar las pasiones: garantías divinas para la
apuesta política ......................................................... 498
c) La decisión política: persuasión, asamblea y
soberanía popular ..................................................... 506
d) El compromiso político: la responsabilidad del
ciudadano ................................................................. 513
e) La incertidumbre trágica: lo inevitable y lo
imprevisible ............................................................... 518
f) Héroe trágico y ciudadano: advenimiento subjetivo
en situación .............................................................. 523

Conclusiones .................................................................. 531


Abreviaturas ................................................................... 539
Bibliografía ..................................................................... 541
Índice de Materias y de Nombres .................................. 593
Índice de Pasajes Citados .............................................. 605
A Paola

A mis padres
Prólogo

Todo historiador es hijo de su tiempo y, por mucho que pretenda


evitar el vicio del presentismo, es evidente que, si vive preocupa-
do por el modo en que las relaciones entre los seres humanos se
desenvuelven ante su vista, éste constituirá necesariamente un
impulso para plantearse a partir de ahí los caminos por los que
aproximarse al pasado. Sin duda, al menos desde el siglo XIX, la
democracia ateniense se ha erigido en un tema de interés, preci-
samente desde el momento en que al mismo tiempo se pretendía
comprender el modo de funcionamiento de la democracia de los
estados contemporáneos. Tuvo que llegar el momento de apo-
geo del sistema parlamentario inglés, coincidiendo con el impe-
rialismo en su forma específica representada por la Commonwealth,
para que un historiador, George Grote, político activo del partido
whig se planteara, en su monumental History of Greece (Londres,
1846-56), el análisis de la peculiar coincidencia entre imperialismo
y democracia que caracterizará, a partir de entonces, todos los
intentos de comprender la Atenas del siglo V.
Julián Gallego ofrece en este libro una reflexión sobre la polí-
tica ateniense que también tiene como punto de partida una re-
flexión actual. La situación vivida se deriva de las condiciones
por las que se ha producido una devaluación real de las caracte-
rísticas que, desde la revolución francesa, han definido la vida
política. En los países democráticos el debate ha desaparecido
detrás del llamado pensamiento único, apoyado por los partidos
y por los grandes medios de comunicación. Ha triunfado el con-
senso como sistema, lo que ha derivado en un modo específico
14 DJOMINGO
ULIÁN G
PALLEGO
LÁCIDO

de actuar por parte de dichos partidos y medios1 . En los países


que se han democratizado recientemente, la intelectualidad se com-
porta como si se hubiera llegado al objetivo más avanzado en las
democracias realmente existentes, por el mero hecho de que se
hayan celebrado elecciones. La crisis actual de la política sirve al
autor para plantearse la cuestión de la invención de la política.
Por otra parte, las corrientes historiográficas nacidas en la
postguerra mundial, desde la teoría crítica hasta el postmoder-
nismo, se plantean la importancia del papel de los modos de co-
municación en el progreso del conocimiento histórico. La teoría
del discurso sirve de punto de partida para comprender el papel
del discurso político en el momento inaugural de la democracia:
ésta se presenta como fuente de un nuevo lenguaje. Al tomar el
análisis del discurso como punto de partida, el autor puede pro-
fundizar en las relaciones específicas entre la dinámica del dis-
curso democrático y las prácticas del estado.
Contrariamente a lo que podría pensarse desde una realidad
como la actual, el discurso democrático se manifiesta en el disen-
so. La política aparece así como modo de actuar sobre las divisio-
nes sociales. No existe un pensamiento único democrático, no
hay una teoría democrática de la democracia ateniense, sino que
son precisamente los discursos variados que caben dentro de la
democracia los que sirven para su definición como una realidad
dinámica. De ahí se deriva la relatividad de la verdad en la demo-
cracia: sólo es verdad lo aprobado en asamblea y, como en ésta
se expresan los oradores y se llega a través del debate y la vota-
ción a establecer la «verdad», el discurso se presenta como modo
de pensamiento de la política. La verdad no existe previamente,
sino que se elabora sobre el no saber en la asamblea. La igualdad
de los ciudadanos y de sus diversas opiniones constituye el cam-
po en que se desarrolla el conflicto, a través del cual se llega a la
verdad democrática, producto de las actuaciones de los ciudada-
nos que parten del disenso.
Como no hay verdad previa, los comienzos se presentan co-
mo acontecimientos cuyas consecuencias no pueden entonces
preverse, como es el protagonismo de los thêtes en Salamina. No
hay predeterminación. La democracia es el resultado de un con-
frontación no planificada. Deriva del protagonismo político del
pueblo en la asamblea, del protagonismo político de la palabra,

1 Ver P.-A. Taguieff, Résister au «bougisme». Démocratie forte contre


mondialisation techno-marchande, París, Fayard, 2001.
PRÓLOGO 15

como creadora de la historia, no prefijada. El protagonismo polí-


tico corresponde así tanto al orador como a los oyentes, que es-
cuchan y se dejan persuadir. De ahí deriva el carácter activo de la
participación de la multitud. Se configura así la soberanía del
pueblo, frente a la visión que había defendido Max Weber, que
definía el sistema como una democracia carismática, en que se
imponía el carisma de los políticos profesionales. Por ello la de-
mocracia ateniense fue un fenómeno excepcional. De aquí surge
la importancia de la persuasión, de la capacidad de hacer fuerte el
argumento débil, que es la base de la práctica política. Ésa es la
verdad.
A través del lenguaje, la asamblea es fuente de producción
de pensamiento. Eso quiere decir que la democracia está en cons-
tante refundación. En ese ambiente es donde es comprensible la
existencia de los grandes fenómenos culturales de la época, in-
cluido el arte clásico como expresión de la dinámica humanista,
tal como lo analizó R. Bianchi-Bandinelli. Pero Julián Gallego se
centra principalmente en los fenómenos de carácter literario. Si la
sofística es un resultado evidente de tal ambiente cultural, al que
contribuye a definir y potenciar, también la historiografía como
reflexión sobre la acción colectiva de los hombres requiere un
ambiente sólo posible en la democracia. El antagonismo político
viene a ser el protagonista de la obra de Heródoto y de Tucídides.
Para el primero, el espacio cívico es equivalente al espacio en que
se desarrollan las actividades de la asamblea.
También es hija de este ambiente la tragedia, pues en ella se
revela la democracia como tensión, aunque el ambiente sea apa-
rentemente el del mundo heroico. En realidad el héroe aparece
como una metáfora sublimada del ciudadano, que incorpora las
contradicciones del héroe épico trasladadas a la ciudad demo-
crática, para así mostrar de manera más penetrante las contradic-
ciones que se manifiestan en ésta.
Democracia y discurso son pues los dos elementos clave que
constituyen el eje del libro. Como los puntos de partida son de
gran actualidad, sirven para dar cohesión a una obra de interés
candente, por el carácter vivo de las preocupaciones de nuestro
tiempo, para entender la democracia y sus relaciones con los di-
ferentes modos de expresarse y comunicarse los seres humanos
en cada momento histórico.

Domingo Plácido
Este libro fue publicado gracias a un
subsidio de la Fundación Antorchas.
Agradecimientos

Como todos los libros, éste tiene su propia historia, de la cual


quiero dejar testimonio a partir de las deudas de gratitud contraí-
das durante su elaboración. La primera de estas deudas es con mi
amigo Ignacio Lewkowicz con quien dimos los pasos iniciales en
la formulación de las ideas que luego terminaron organizándose
en este libro. Lecturas y discusiones conjuntas me permitieron
entre 1991 y 1994 llegar a establecer las líneas centrales de un
proyecto de investigación que se benefició luego, entre los años
1995 y 1997, con la concesión de una beca de perfeccionamiento
del programa UBACyT de la Universidad de Buenos Aires. Nues-
tra colaboración continuó posteriormente con el dictado de unos
cursos referidos a temáticas afines a las de este libro, sobre cuya
base planificamos una publicación que no llegó a concretarse.
Este libro es tributario de nuestro recorrido, pues hay aquí hipó-
tesis que han sido también sus hipótesis.
En segundo lugar, deseo agradecer a Domingo Plácido, que
hacia 1995 aceptó dirigir desde Madrid la investigación que yo
había iniciado. Entre enero y marzo de 1997 pude gozar de su
cálida hospitalidad durante la realización de una pasantía en el
Departamento de Historia Antigua de la Universidad Com-
plutense de Madrid, para la cual conté con la ayuda conjunta de
dicha Universidad y la Universidad de Buenos Aires, en el marco
del convenio de colaboración que existe entre ambas. Durante
más de cuatro años, sus consejos, inteligencia y sabiduría me
permitieron ir concretando mi tesis de doctorado, defendida en la
Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Buenos Aires en
agosto de 1999, sobre cuya base se organiza este libro. Pero, sin
18 JULIÁN GALLEGO

duda, una de las mejores cosas ha sido que Domingo Plácido pa-
sara a contarse entre mis amigos.
Finalmente, mi agradecimiento más profundo es para Paola,
por muchas razones: por compartir conmigo los pasos dados en
la concreción de este proyecto; por su lectura atenta y su mirada
aguda sobre cada avance realizado. Pero, ante todo, por apoyar-
me, por soportar mis desatenciones, por estimularme, lo que en
pocas palabras significa estar a mi lado permanentemente. Para
ella es este libro, que quisiera que fuera también suyo.

Julián Gallego
noviembre de 2002
19

Reconocimientos

Deseo agradecer aquí a Carlos Astarita, que me alentó en todo


momento a llevar a cabo esta investigación, me sugirió más de un
rumbo –entre ellos, que me contactara con Domingo Plácido– y
aceptó ser co-director de la tesis en Argentina.
También quiero expresar mi reconocimiento hacia los miem-
bros del jurado de la disertación doctoral, María Inés Carzolio,
Elena Huber y Marta Madero, por su cordial disposición a adap-
tarse a unos tiempos de lectura del trabajo un tanto urgidos y por
las sugerencias hechas durante su defensa oral.
Asimismo quiero agradecer a José Emilio Burucúa, que ayu-
dó a que el libro pudiera formar parte de las publicaciones lleva-
das a cabo por Miño y Dávila editores.
Introducción

Este libro se propone realizar un análisis histórico de la política a


través del vital recorrido de la democracia ateniense durante la
segunda mitad del siglo V a.C., considerando a la asamblea como
el poder que toma en sus manos la producción de política y pos-
tulando que la conformación de un sujeto político se opera en
torno al eje de la decisión colectiva a partir del vínculo entre las
prácticas de la soberanía popular y las formas de pensamiento
político. Se trata pues de establecer la relación de una política con
su pensamiento, esto es, el modo bajo el cual una experiencia
política se piensa a sí misma a través de diferentes reflexiones y
formaciones discursivas. Entre ambos órdenes hay ligaduras que
son evidentes y otras no tanto. Una de estas conexiones corres-
ponde a los vínculos entre política y literatura. Pero, ¿de qué
política y de qué literatura se trata?
La producción política que vamos a considerar consiste en
aquella que depende de la conformación de un sujeto político. La
situación ateniense presenta elementos singulares al respecto.
Hacia mediados del siglo V, los ciudadanos habían asumido de
lleno que la comunidad debía tener un protagonismo sin restric-
ciones de ningún tipo. La asamblea como reunión efectiva de la
comunidad se convirtió entonces en el poder principal. La confi-
guración del sujeto político se tramará bajo estas condiciones,
pues la asunción de la soberanía efectiva de la asamblea implica-
rá la libertad y la igualdad de todos los ciudadanos para participar
de las decisiones de la comunidad. Es justamente en relación con
el problema de la decisión que un sujeto político puede advenir, y
es también a partir de ella que esta ocurrencia puede ser pensada.
22 JULIÁN GALLEGO

La producción discursiva que analizaremos se organiza en una


serie de géneros literarios que poseen sus propios momentos de
producción y circulación, es decir, se encuentran históricamente
situados. La principal conexión entre la literatura y el medio so-
cial ateniense es de tipo político. Los discursos son en este sen-
tido diferentes modos de pensamiento de la experiencia demo-
crática. Claro está, el balance que las obras literarias elaboran se
desarrolla a múltiples niveles, pues la práctica política no es uní-
voca y unicausal. Nuestro recorte gira en torno a la asamblea, la
decisión y el sujeto político, concibiendo a los discursos como
formas de pensamiento de la disposición que adquieren estos tres
componentes en su articulación recíproca.
En el campo así delimitado abordamos el nacimiento de la
democracia ateniense y el despliegue de sus efectos. La disposi-
ción de un sujeto colectivo en la asamblea se liga justamente a
este acontecimiento, dado que actúa como el operador práctico
de su ocurrencia. En función de esto, el libro se organiza de
acuerdo con dos ejes centrales. El primero consiste en articular la
producción política de la asamblea con los géneros discursivos
contemporáneos. Así, los diferentes elementos analizados en
relación con la asamblea son luego retomados a partir de la mane-
ra en que son tratados por cada discurso, según los aspectos
sobre los que versan sus respectivos balances de la política del
dêmos. En cuanto al segundo eje, se trata del advenimiento de la
democracia abordado en su singularidad histórica y según el tra-
tamiento que recibe en las producciones literarias. De acuerdo
con esto, la secuencia de la exposición se organiza entonces a
partir del acontecimiento de la democracia, tras lo cual se anali-
zan el procedimiento y el papel político de la asamblea en tanto
efecto de dicho acontecimiento, secuencia que se reitera en las
tres partes en que se divide este estudio.
Por cierto, la práctica política de la asamblea no surge con
Efialtes, pero es a partir de sus reformas que la política democrá-
tica cobra una dimensión sin precedentes: el pueblo por medio
de su actuación en la asamblea emerge como cuerpo político que
toma en sus manos la producción de decisiones. A lo largo de la
segunda mitad del siglo V, éste será un elemento insoslayable.
Pero esta presencia política del pueblo no significa consenso o
unidad. En rigor, el modo de ser de –de hacer– la política demo-
crática en la asamblea es el de la división, eso que los griegos
habían identificado con la idea de stásis. La decisión política
como proceso de subjetivación de la comunidad de ciudadanos
INTRODUCCIÓN 23

tiene como punto de partida no la unidad sino la escisión de la


voluntad cívica, no la síntesis sino la lucha de contrarios. De allí
el debate, pues ante la irremediable presencia de la división, lo
que la asamblea permite es la articulación de un procedimiento
práctico que torna posible un movimiento productivo de la esci-
sión y no un desgarramiento fatal del cuerpo político. La identi-
dad del pueblo, la comunidad como conjunto unitario, es sólo un
efecto segundo de la división, una consecuencia ulterior que
proviene de la fijación de una decisión. Tal resultado es produc-
to de una lucha que queda momentáneamente zanjada con la vo-
tación por mayoría, que concluye con el proceso de toma de de-
cisión. Es sólo a posteriori que sobre la división se instala la uni-
dad. La configuración de la comunidad como sujeto político a partir
del accionar de la asamblea implica entonces tres momentos: el
uso del lenguaje bajo la forma del debate de enunciados, que es
el modo bajo el cual se presenta la comunidad escindida; la deci-
sión mediante la votación por mayoría a favor de una de las dis-
yuntivas propuestas en la confrontación dialéctica, que es un
segundo modo de la escisión; la reconfiguración de la comuni-
dad como entidad unitaria bajo la idea genérica de pueblo, que es
la forma en que se efectúa la decisión como proceso de subje-
tivación colectiva.
En torno a estos ejes se disponen las tramas de los géneros
discursivos y su capacidad para pensar la política democrática.
Los discursos histórico, sofístico y trágico, tomados en función
del problema de la emergencia de la democracia y sus efectos
durante la segunda mitad del siglo V, son considerados como tres
formas que trazan un balance de la experiencia política ateniense.
Desde nuestra perspectiva, lo que recorre a dichos discursos y
permite articularlos con la actuación de la asamblea es una serie
de problemas tales como la identidad, el compromiso y la acción
concreta (historia), el lenguaje, la ley y la verdad (sofística), la
decisión, la justicia y la responsabilidad (tragedia). La elección
de los discursos histórico, sofístico y trágico está, pues, en co-
rrespondencia con los tres momentos constitutivos de la subje-
tividad política de la comunidad de ciudadanos atenienses.
A partir del recorrido propuesto pensamos la conformación
del sujeto político como un encuentro entre las prácticas y las
discursividades políticas de la Atenas de la segunda mitad del
siglo V. Esto entraña un análisis concreto de una situación con-
creta. Pero no siempre ello es posible, es decir, no toda situación
es política. De esto se sigue que el sujeto político es raro, en el
24 JULIÁN GALLEGO

sentido de que no siempre hay un advenimiento revolucionario y


no siempre se configura un procedimiento de decisión con capa-
cidad para seguir produciendo efectos innovadores ligados a la
radicalidad del acontecimiento. Desde nuestra perspectiva, hay
política cuando un cuerpo colectivo, sea el que fuere y adopte
las formas que adoptare, establece un procedimiento para traba-
jar sobre la división que lo constituye. Por ende, el sujeto político
depende de un procedimiento genérico, que en la situación de la
asamblea ateniense implica el debate, la votación y la responsa-
bilidad de la decisión política. El acontecimiento de las reformas
asociadas al nombre de Efialtes se articula así con el procedi-
miento de la asamblea, operador práctico eficaz que hasta el
momento de su agotamiento en la última década del siglo V se
mantendrá fiel a los principios radicales habilitados por el acon-
tecimiento. A lo largo de este libro buscaremos, justamente, es-
tablecer de qué modo, más allá de su impronta institucional, la
asamblea ateniense se constituyó en sujeto político, vinculándo
se con ciertos discursos a partir de una relación inmanente –es
decir, no expresiva, ni representativa– de pensamiento1.

1 La investigación sobre la que se basa este libro fue concluida a fines de


1998. Tras la disertación, me he ocupado sobre todo de reescribir un
texto que había sido concebido como tesis de doctorado, cuyo presente
formato ha quedado prácticamente establecido durante el año 2001
(salvo cuestiones de detalle), agregando en algunos casos nuevas refe-
rencias bibliográficas pero de modo no sistemático. Por ello, si bien se
hallarán citados trabajos publicados en 1999 y 2000, el grueso de los
estudios contemporáneos usados data de antes de estas fechas. Por otra
parte, si bien en los inicios mismos de esta obra en tanto tesis doctoral
se contemplaba la integración coherente de sus diversos capítulos en un
único volumen, igualmente, ciertas porciones fueron objeto de publica-
ciones previas en revistas y volúmenes especializados con el objeto de
difundir y poner a prueba los avances realizados. Para los lectores de-
seosos de seguir las reelaboraciones sufridas por los artículos damos en
el lugar correspondiente los datos de los mismos y los capítulos o apar-
tados en los que han quedado finalmente integrados.
25

Capítulo I
Democracia ateniense
y pensamiento político

a) Por un pensamiento político


de la política
La época actual es, entre otras cosas, un momento de crisis de la
política. Hoy que la ley del número es la que parece generar los
consensos, una encuesta nos diría que a los políticos actuales
casi no se les cree. Ciertamente, el ejemplo elegido para justificar
la primera afirmación es capcioso: la encuesta mostraría un con-
senso general en descreer de los políticos, y esto por sí mismo ya
sería una forma permitida de expresar el descontento dentro de
las reglas del sistema, es decir, mediante la ley del número, donde
el voto para la elección de representantes se confunde con las
encuestas del marketing. Pero la crisis de la política de la que se
habla no se soluciona con políticos creíbles, ya que, en rigor, no
se soluciona: la crisis se interrumpe si se inventa una política, si
se revoluciona el campo de lo político tal como hoy existe, es decir,
si se señalan los límites de la «ficción de lo político» como media-
ción articulada sobre el lazo social imaginario y la representación
soberana estatal1.
La crisis de la política se articula con el agotamiento del mar-
xismo, una apuesta que produjo efectos a lo largo de práctica-
mente todo el siglo XX. Hoy podemos decirnos marxistas, y no
se trata, por cierto, de rehuir de las identidades ni de sonrojarnos
por ello. Nada de eso. Pero el solo hecho de decirnos marxistas
no tiene actualmente ningún efecto político, porque invocar este

1 Cf. Badiou (1985), 12-6.

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