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RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA

¿Qué es la responsabilidad social?

De acuerdo a Legrand, F. (2011), el objetivo fundamental de la RSE es convertir a la


empresa en un motor de desarrollo económico, pero de manera ética y socialmente
responsable, sin priorizar el beneficio o la utilidad económica”.

El “libro verde” Europea, C. E. (2001) lo define como un “acuerdo al cual las empresas
deciden voluntariamente contribuir al logro de una sociedad mejor y un medio ambiente
más sano” a raíz de la “carta de derechos fundamentales”.
Es una inversión hacia las personas que conforman a la organización, su entorno y la
relación que existe entre ellos, mejorando su productividad, al ser voluntaria y opcional
no exime a la empresa del cumplimiento legal.

Tiene 3 elementos importantes; Los grupos de interés o stakeholders, el balance social


y principios de responsabilidad social.

Proporciona una estructura donde involucra a todos los que tienen una relación con la
organización, con el fin de que esta sea sostenible, respetando un código de ética.

La responsabilidad social no es un programa para dar una imagen positiva, ganar


adeptos o vender productos que sean dañinos, no es un juego, es un compromiso real
de la empresa a cuidar el medio ambiente, tener personal con ética personal y
profesional, con decisiones conscientes del futuro y sobre todo esforzándose en construir
un mundo que perdure.

Desarrollo Sostenible y Responsabilidad Social Corporativa

Las organizaciones son producto de la evolución del hombre, ya que han cubierto sus
necesidades, y han creado demanda de productos que hoy tomamos como básicos para
la existencia.

Hoy el mundo atraviesa una crisis que amenaza nuestra supervivencia; como resultado
de la explotación de los recursos naturales por parte de empresas, y la contaminación
que se genera.

Si la organización es en cierto grado responsable de la contaminación, también debería


ser el responsable de que el mundo sea un mejor lugar para habitar en el futuro, el
resultado de sus acciones es inmenso, nos dan la oportunidad de percibir un ingreso
para vivir, es en ella donde pasamos gran cantidad de horas, por lo cual es definitivo que
sean conscientes del impacto que tienen en el mundo, más allá de un enfoque financiero.

El pacto mundial

Nace en el año 2000, como resultado de esfuerzos en la Organización de las Naciones


Unidas para apoyar el desarrollo sostenible, mediante prácticas en derechos humanos,
normas laborales, medioambiente y anticorrupción. Posteriormente en abril del 2004 se
suscribe el compromiso para crear empresas socialmente responsables.
“Es un programa interagencial, liderado por Programa de las Naciones Unidas para el
desarrollo (PNUD), la comisión económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la
organización internacional del trabajo (OIT) con el fin de impulsar la responsabilidad
social” Legrand, F. (2011)

A partir de ello, se generan 10 principios para proporcionar a las empresas un apoyo en


su implementación, generando informes anuales de sus avances, con lo cual evidencian
el compromiso de la misma para con el pacto mundial.
1. Apoyar y respetar la protección de los derechos humanos
2. No ser cómplices en la vulneración de los derechos humanos
3. Apoyar la libertad de afiliación y la negociación colectiva
4. Apoyar la eliminación de toda forma de trabajo forzoso o realizado bajo coacción
5. Apoyar la erradicación del trabajo infantil
6. Apoyar la abolición de las prácticas de discriminación
7. Mantener un enfoque preventivo que favorezca el medio ambiente
8. Fomentar las iniciativas que promuevan una mayor responsabilidad ambiental
9. Favorecer el desarrollo y la difusión de las tecnologías respetuosas con el medio
ambiente
10. Trabajar contra la corrupción en todas sus formas

El desarrollo Sostenible

”Un proceso sostenible es cuando se ha desarrollado la capacidad para producir


indefinidamente a un ritmo en el cual no agota los recursos que utiliza y que necesita
para funcionar y no produce más contaminantes de los que puede absorber su
entorno” Calvente, A. (2007).

En 2015 se aprueban los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, agregándolo al


pacto mundial para su implementación.

Esto les da a las empresas la confianza y responsabilidad de su correcta ejecución, no


limitándolas a solo no causar daño, sino a que realmente generen un impacto positivo
en la sociedad. El fin global es combatir pobreza, desigualdad, injusticia y el
cambio climático.
1. Fin de la pobreza
2. Hambre cero
3. Salud y bienestar
4. Educación de calidad
5. Igualdad de género
6. Agua limpia y saneamiento
7. Energía asequible y no contaminante
8. Trabajo decente y crecimiento económico
9. Industria, innovación e infraestructura
10. Reducción de las desigualdades
11. Ciudades y comunidades sostenibles
12. Producción y consumo responsables
13. Acción por el clima
14. Vida submarina
15. Vida de ecosistemas terrestres
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
17. Alianzas para lograr los objetivos

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Sustentabilidad

“El desarrollo sustentable es la resultante de un conjunto de decisiones y procesos que


deben llevarse a cabo por generaciones de seres humanos para su propio bienestar,
dentro de condiciones de vida siempre cambiantes” (Dourojeanni, A., 1999).

Con un enfoque holístico, se entiende como una perspectiva integral del entorno, y el
impacto que genera las decisiones que se toman.

Pero eso se complica al ser los seres humanos muy complejos en sus características,
donde no es favorable hacia el compromiso, disciplina y conocimiento que implica
practicar la sustentabilidad como una forma de vida.

Tiene el objetivo de lograr un “equilibrio entre lo social, ambiental y económico”


(Dourojeanni, A., 1999).

LOS STAKE HOLDERS

También conocidos como Grupos de Interés, son aquellos involucrados con la


organización, y que tiene un impacto de las decisiones que esta toma.

No existe un listado para todas las empresas, pueden variar de acuerdo al origen de la
industria, el sector, la zona entre otras.

Krick, T., Forstater, M., Monaghan, P., & Sillanpää, M. (2006).recomienda su


identificación mediante estas dimensiones:

 Por responsabilidad. Aquellas que se verán o están involucradas de forma


operativa, financiera o legal.
 Por influencia. Aquellas personas que influyen en las acciones necesarias para
que la organización logre sus metas.
 Por cercanía. Personas cercanas o de interacción continua para la organización.
 Por dependencia. Personas que dependen de la organización por ejemplo;
empleados y familiares, clientes y proveedores.
 Por representación. Ya sea cultural o estructural son personas que representan
a otras, como líderes comunitarios.

La determinación inicial de los grupos de interés puede variar con el tiempo, e incluso
crecer.
Se recomienda su relación cercana para tener un panorama real de cómo es percibida
la organización, y con un proceso de comunicación efectiva permite a la empresa
establecer relaciones de mutuo beneficio. Así también de establecimiento de objetivos
estratégicos para identificar cómo se comporta la relación, y si están definidos
correctamente, pues se podría perder oportunidades y recursos.

INDICADORES GRI Y BALANCE SOCIAL

La iniciativa de Reporte Global (GRI) nace en 1997 mediante ONU, pero es hasta el año
2000 que se crea el primer instrumento con el cual se mide a las organizaciones.
“La función de los indicadores es facilitar información sobre los impactos económicos,
ambientales y sociales causados por la organización informante” (Capriotti, P., &
Schulze, F., 2010) con el fin de poder realizar comparaciones para validar su crecimiento.
El Balance Social es “un instrumento técnico empresarial que detalla objetivos, logros y
dificultades en materia social durante un periodo determinado” (Rodolfo, C. F., 2014).

Generando un reporte parecido a un reporte financiero, todas las acciones que realiza
la empresa se pueden cuantificar para crear el balance social.

Equivalencias entre Balance contable y balance social. Fuente: Sánchez Calvillo, V. R.


(2001). El Balance Social en las Empresas. Conciencia Tecnológica

El balance social es generado en la organización con el fin de observar su


comportamiento en “materia social y humana” (Sánchez Calvillo, V. R., 2001) Sus
elementos son:

 Política Social y Humana


 Personal por categoría o puesto y por sexo
 Movimiento del persona
 Edad promedio y antigüedad promedio en la empresa
 Ausentismo (horas)
 Sueldos y salarios
 Acción social
 Mejoramiento de las condiciones de vida en el trabajo
 Capacitación y desarrollo

PRINCIPIOS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL

Aunque no son limitativos, el objetivo de la responsabilidad social es el desarrollo


sustentable, por lo cual se adhiere a estos 7 principios para asegurar se logre el objetivo.
1. Rendición de cuentas. La organización reconoce que tiene un impacto en la
sociedad, y se dispone a informar al respecto.
2. La organización informa de sus decisiones, políticas y prácticas con el fin de
respetar y comunicar a sus involucrados.
3. Comportamiento ético. “El comportamiento de la organización debería basarse en
los valores de la honestidad, equidad e integridad” (Norma, I. S. O., 2006)
4. Respeto a las partes interesadas. La organización se esfuerza por ubicar a sus
partes interesadas, mantener una relación con ellos y hacerlos partícipes de las
actividades de la misma.
5. Respeto al principio de legalidad. La organización se apega a la legalidad
existente en la zona de operación e influjo, y reconoce que “no existe ningún
individuo u organización por encima de la ley” (Norma, I. S. O., 2006)
6. Respeto a la normativa internacional de comportamiento. La organización se
apega para su fin a la “Norma internacional de comportamiento” (Norma, I. S. O.,
2006)
7. Respeto a los derechos humanos. La organización respeta y promueve con sus
políticas y operación la “Carta universal de derechos humanos” (Norma, I. S. O.,
2006).

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DIMENSIONES DE LA RSC

“Son la base para el diagnóstico y la evaluación del comportamiento corporativo”


Capriotti, P., & Schulze, F. (2010).
 Valores
 Transparencia y gobernabilidad corporativa
 Público interno
 Medio ambiente
 Proveedores
 Consumidores y clientes
 Comunidad
 Gobierno y Sociedad

ISO 26000

La Norma ISO creó el documento 26000 con el fin de proporcionar las guías para la
implementación en las organizaciones de una forma sistémica. Esta norma no es
certificable pero agrupa las mejores prácticas y es un complemento para aquellas que
ya tienen una Norma ISO implantada.

Su estructura es la siguiente, con el enfoque de un mapa de procesos.


Visión Esquemática ISO 26000 Fuente: Norma, I. S. O. (2006). 26000: guía sobre
Responsabilidad Social. Recuperado de: www. unit-iso. Org

Materias fundamentales de responsabilidad social

“Para definir el alcance de su responsabilidad social, identificar asuntos pertinentes y


establecer sus prioridades, una organización debería poder abordar las materias
fundamentales” (Norma, I. S. O. 2006)
 Gobernanza de la organización
 Derechos humanos
 Prácticas laborales
 Medio ambiente
 Prácticas justas de operación
 Asuntos de consumidores
 Participación activa y desarrollo de la comunidad

Son un equivalente a los principios de la Responsabilidad Social.

INICIATIVAS COMO HERRAMIENTAS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL

Las iniciativas son proyectos u actividades que refuerzan a los principios de


responsabilidad social, de acuerdo a Norma, I. S. O. (2006) estas se dividen en
intersectoriales y sectoriales.

Las iniciativas intersectoriales pueden ser gubernamentales, de partes interesadas, o de


una sola parte interesada.

Las iniciativas sectoriales son creadas con el fin de apoyar algún desafío en el sector ya
detectado, por ejemplo la agricultura, tecnologías.
También existen iniciativas voluntarias, las cuales se alinean con alguna materia incluida
en ISO 26000, que en consecuencia se alinean a los principios de responsabilidad social,

BENEFICIOS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LA ORGANIZACIÓN

De acuerdo a Norma, I. S. O. (2006) la Responsabilidad Social ofrece beneficios como


lo son:
 Ventaja competitiva
 Reputación
 Capacidad para atraer y retener talento humano, clientes y usuarios.
 Motivación y compromiso de los empleados
 Mejora en la percepción de los inversionistas, propietarios, donantes entre otros.
 Mejora en las relaciones con sus involucrados.

La responsabilidad social hoy ya no es un valor agregado sino una necesidad


fundamental de una empresa que es ética, y atiende a sus involucrados.

CONCLUSIONES

Los fenómenos naturales que hoy generan pérdidas humanas y daños económicos
millonarios, son en parte por el abuso en el uso de los recursos naturales que el hombre
sobre explotó para su supervivencia.

Sin embargo no todas las prácticas industriales están orientadas a dar herramientas para
que el hombre subsista, también existen aquellas que no tienen un fin vital.

La Responsabilidad Social Corporativa y Empresarial, tienen como fin apoyar a la


conciencia de las organizaciones respecto a sus actividades, el impacto que tienen y
hacerse cargo de las consecuencias de sus operaciones, tomando como base la ética,
valores y comportamiento que no perjudique sino construya un mundo mejor para las
futuras generaciones.

Reconoce también que existe un respeto para aquellos que se ven involucrados.

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Beneficios de la Responsabilidad Social Corporativa
La responsabilidad social puede ofrecer numerosos beneficios potenciales para una
organización. Éstos incluyen:

 impulsar una toma de decisiones más fundamentada con base en una mejor
comprensión de las expectativas de la sociedad, las oportunidades asociadas a
la responsabilidad social (incluyendo una mejor gestión de los riesgos legales) y
los riesgos de no ser socialmente responsable;
 mejorar las prácticas de gestión del riesgo de la organización;
 aumentar la reputación de la organización y fomentar una mayor confianza
pública;
 apoyar la licencia social de la organización para operar;
 generar innovación;
 mejorar la competitividad de la organización, incluyendo el acceso al
financiamiento y la posición de socio preferencial;
 mejorar la relación de la organización con sus partes interesadas, exponiendo a
la organización a nuevas perspectivas y al contacto con una variada gama de
partes interesadas;
 aumentar la lealtad, el involucramiento, la participación y la moral de los
empleados;
 mejorar la salud y la seguridad, tanto de sus trabajadores como de sus
trabajadoras;
 impactando positivamente en la capacidad de una organización para contratar,
motivar y retener a sus empleados;
 obtener ahorros asociados al aumento de la productividad y eficiencia de los
recursos, la disminución del consumo de energía y agua, la reducción de residuos
y la recuperación de subproductos valiosos;
 mejorar la fiabilidad y equidad de las transacciones, a través de la participación
política responsable, la competencia justa y la ausencia de corrupción, y
 prevenir o reducir los conflictos potenciales con consumidores acerca de
productos o servicios.

Crisis y Sostenibilidad

“En las adversidades sale a la luz la virtud”, Aristóteles dixit. Esta frase pronunciada por
primera vez hace tantos siglos tiene plena vigencia en el día de hoy. Si la política de RSC
de una organización se plantea como una acción publicitaria para comunicar una serie
de buenas intenciones y no va más allá, entonces en épocas de crisis se presenta como
un gasto del que hay que prescindir para sobrevivir. De la misma manera, si una empresa
todavía no “practica” la RSC, tampoco se plantea hacerlo en épocas difíciles, porque
piensa que es un gasto superfluo. Por desgracia esta es la actitud de muchas
organizaciones que todavía no se han convencido de que la única manera de sobrevivir
en el medio y largo plazo es operar de manera sostenible. No hacerlo así es lo que
vulgarmente se resume en la frase “pan para hoy y hambre para mañana”.

Pues se trata justamente de todo lo contrario, si se entiende la RSC como lo que es: un
elemento imprescindible y nuclear en la estrategia de negocio de una empresa. Si lo que
se procura es la satisfacción de todos los grupos de interés, se mantienen canales de
comunicación adecuados y se conocen sus necesidades, es mucho más difícil sucumbir
ante vaivenes de los mercados, que actuando de la forma contraria. Veamos algunos
ejemplos:

 Empresa de construcción de viviendas: puede que le haya dado una importancia


desmedida a las necesidades de sus accionistas frente a las de sus clientes, no
pudiendo hacer frente a los compromisos adquiridos con sus proveedores de capital,
ante una disminución de la demanda. Fracaso.

 Empresa de producción de bienes tangibles: quizá haya realizado un ERE para


disminuir costes de personal, pero se ha deshecho de los trabajadores más
cualificados y con mayor antigüedad, como consecuencia de lo cual la calidad de sus
fabricados ha disminuido, añadiéndose este inconveniente a la merma en la
demanda. No ha atendido suficientemente las expectativas de sus empleados.
Fracaso.

 Empresa de servicios financieros: es un caso parecido al primero. Intentando


satisfacer a sus propietarios y accionistas, ha desatendido las necesidades de
sus clientes, a los que ha intentado convencer de la oportunidad de la realización de
operaciones de dudosa conveniencia para ellos. Aquí se puede haber sumado
también el efecto publicitario comentado anteriormente, también conocido
como greenwashing. Fracaso.

 Empresa de distribución de productos de consumo: escucha a sus clientes,


manteniendo una política de precios bajos, logra la implicación de sus empleados con
acciones sociales bien definidas y altísimo porcentaje de empleo fijo, no presiona en
exceso a sus proveedores, ni busca alternativas más económicas pero de peor
calidad. Éxito.

 Empresa de distribución de productos textiles: atiende las necesidades de


sus clientes, pero a nivel mundial, siendo capaz de servir lo que demandan, a los
precios que éstos esperan. También aplica políticas sociales muy concretas, como
reparto de acciones entre los empleados, y otras. En el ámbito de su cadena de valor,
promueve la contratación de personal nativo de los países en los que opera, y no
discrimina en razón del sexo. Éxito.

Estos ejemplos constituyen casos extremos e idealizados. La realidad presenta muchos


más matices y es más compleja. Lo que es indiscutible es que la sostenibilidad de las
empresas no depende de acciones que se realizan o no, según la evolución de los
mercados, sino que es función de compromisos mucho más profundos.

Pasando página a la responsabilidad social de las empresas

La RSE no ha logrado situarse en el corazón del modelo de negocio de las empresas

Empantanados en la crisis económica más profunda de nuestra vida, nos asaltan


situaciones terribles: suicidios de parados o desahuciados, éxodo de jóvenes
profesionales, auge de la caridad ante la pobreza sobrevenida, derrumbe de los precios
en los escaparates, proliferación de los carteles de venta de pisos, austeridad extrema
de millones para llegar a fin de mes...

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Confrontados con esa realidad, queda lejos el escenario en que se dieron los primeros
pasos de lo que se llamó responsabilidad social de las empresas (RSE). En torno al año
2000, como eco de las nuevas tendencias a escala mundial, surgieron iniciativas en
España que apuntaban a que la empresa necesitaba recuperar legitimidad ante la
ciudadanía introduciendo límites sociales y medioambientales a su comportamiento.

Durante la primera década de este siglo, el desarrollo de la RSE fue imparable. Surgieron
iniciativas como el Pacto Mundial de Naciones Unidas, el Consejo Mundial Empresarial
para el Desarrollo Sostenible, el Global Reporting Initiative o la ISO26000. Proliferaron
las iniciativas regionales, desde el Business for Social Responsibility de EE UU hasta las
directivas europeas sobre RSE. Segmentos del sector financiero comenzaron a mostrar
sensibilidad al comportamiento responsable de la empresa y surgieron los índices
bursátiles de sostenibilidad (Dow Jones Sustainability Index, FTSE4Good) o los
principios para la inversión responsable. La RSE se introdujo en casi todas las grandes
empresas, donde se crearon departamentos dedicados a incrustarla en la estrategia
corporativa. Alentados por ese desarrollo, los iconos económicos dominantes, como The
Economist, la consagraron y endorsaron. Todo parecía indicar que, en 10 años, la RSE
había ganado la batalla de las ideas.

Pero aún no ha ganado la batalla de la realidad. Es cierto que la RSE ha vacunado a las
empresas de los desmanes sociales y ambientales que la búsqueda exclusiva del
beneficio bursátil puede acarrear, les ha dado más transparencia a través de los informes
de sostenibilidad y les ha proporcionado la noción de que los interlocutores de la empresa
no son solo sus accionistas, sino un mapa mucho más amplio de grupos de
interés (stakeholders).

Son necesarios impactos positivos más amplios en la construcción de una


sociedad sostenible

Sin embargo, la RSE no ha logrado en la mayoría de empresas situarse en el corazón


mismo de su modelo de negocio, quedándose en la periferia: el escaso peso que tiene
la RSE en la agenda de los consejos de administración, tanto en España como en otros
países, es buena prueba de ello.

Adicionalmente, la crisis como situación límite ha puesto en evidencia el escaso impacto


que tiene la RSE para aportar soluciones a los problemas sociales de un país: hay muy
pocos ejemplos de empresas responsables aportando soluciones efectivas a los
infortunios sociales ocasionados por el desempleo, el meteórico deterioro de las rentas
familiares o el impago forzado de hipotecas.

Y más allá, si tenemos en cuenta que en un mundo superpoblado estamos expuestos a


otras crisis recurrentes de alimentos, agua, energía o clima, hay que concluir que 12
años de RSE han tenido un impacto superficial respecto a los grandes desafíos que
confronta la humanidad.

Este recorrido alicorto de la RSE tiene su causa en el propio concepto usado hasta la
fecha. La RSE se ha identificado con una noción reactiva de mitigación de los riesgos
que acarrea a la empresa la falta de responsabilidad social o ambiental. Los valores de
la RSE han tenido una connotación negativa: no violar los derechos humanos, no dañar
el medio ambiente, no ser cómplice de la corrupción; del mismo modo, la noción de
los stakeholders utilizada por la RSE es defensiva, y los considera “vigilantes” que están
ahí para evitar que la empresa actúe irresponsablemente. Y de ello se deriva que el
impacto de la RSE se haya circunscrito al ámbito de influencia directo de la empresa,
donde esta es vigilada. Por ello es lógico que las empresas que practican esta noción de
la RSE no vean como parte de su cometido preocuparse por los problemas generales de
la sociedad: ni en los momentos extremos de crisis económica que vivimos hoy, ni en los
que inevitablemente estamos comenzando a vivir a cuenta de las crisis globales de
recursos naturales. En definitiva, si la RSE se refiere exclusivamente a evitar los riesgos,
son lógicas las dificultades para medir su impacto: los riesgos evitados son difícilmente
cuantificables en la cuenta de resultados. Y por ello, porque se trata de un planteamiento
no central a la cuenta de resultados, es lógico que ni haya entrado en el corazón mismo
del modelo de negocio ni constituya un tema vital para los consejos de administración.

Es necesario un nuevo desarrollo de la RSE que, sin abandonar el terreno negativo de


prevenir los riesgos, pase a abordar el territorio positivo, virtualmente inexplorado, de las
oportunidades que ofrece a las empresas a la hora de crear valor.

El primer aldabonazo lo dio Michael Porter, máximo gurú de la competitividad, con su


noción de “creación de valor compartido”. Para él, conectar el crecimiento de la empresa
con las necesidades no atendidas de la sociedad desatará la nueva ola de crecimiento
del siglo XXI.

Avanzando en esta línea se podría pensar en el maridaje de la RSE y la innovación, en


un modelo que podríamos denominar “innovación compartida”. Hablo de innovación
porque es uno de los activos fundamentales de crecimiento de la empresa, pero aún no
se ha incorporado a los enfoques de la RSE. Y hablo de innovación compartida porque
se dirige a organizar el maridaje entre los recursos y procesos de RSE y de innovación
en la empresa con las carencias presentadas por la sociedad, con el fin de idear
soluciones que creen valor para la empresa y alto impacto positivo para la sociedad.

La innovación compartida debería tener un enfoque sistemático, por el que las soluciones
innovadoras se van cocreando a partir de un examen detallado de todos los recursos y
procesos de la empresa: nuevos productos o servicios, nuevas soluciones al ciclo de
vida del producto, nuevos diseños de la cadena de valor o nuevos modelos de negocio.
A través de este enfoque amplio y exhaustivo, la empresa puede producir grandes
impactos positivos en la sociedad y no solamente en su área de influencia directa: una
empresa puede diseñar, por ejemplo, nuevas cadenas de distribución rentables para la
empresa y que generan muchos nuevos puestos de trabajo; externalizar parte de su I+D,
promoviendo al tiempo nuevos emprendedores, o llevar desarrollo a una comunidad al
tiempo que asegura una cadena de suministro mucho más eficiente.

Muchas grandes empresas están ya avanzando en esta dirección: Nestlé, Novo Nordisk,
Ericsson, Unilever, General Electric, Cemex, Shell, Dow Chemical, Abbott, Intel, Nike o
Coca-Cola son algunas de ellas. Sin embargo, en la mayoría, su tránsito está siendo más
intuitivo que conceptualizado.

Comienza a escribirse una nueva página de la RSE: una página que la liga mucho más
al núcleo de negocio y a la cuenta de resultados de la empresa, y que, paradójicamente,
también le proporciona la posibilidad de impactos positivos mucho más amplios en la
construcción de una sociedad sostenible. Sería muy positivo que las empresas
españolas que fueron pioneras en la primera fase de la RSE lo sean también en este
nuevo desarrollo.

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