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Marta Lamas
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Presentae ión
C.P.01020, México, D. F,
de que las reflexiones que se presentan en el texto ¿Mujeres juntas...? Re-
flexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras y los retos para
Autora: alcanzqr qcuerdos políticos, son útiles para que logremos consolidar una
Marta Lamas
red, cada vez más amplia, de mujeres apoyando a mujeres, de mujeres
llustración de portada,
trabajando por otras mujeres, y de mujeres impulsando la agenda de la
Juan Mendoza Ortiz igualdad, la agenda de la inclusión y la agenda de la no violencia.
Como Presidenta del Inmujeres, me costó aceptar que 1o que Marta Lamas
MÉXICo -{ffi? INMUJERES denomina "relaciones confl ictivas entre compañeras..." realmente ocurre
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y que lo descrito en este libro es frecuente. Por eso, analizar qué pasa en
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algunas de las relaciones entre mujeres, entender por qué nos pasa y contar índice
con elementos para saber qué se puede hacer para cambiar la situación, me
pareció no sólo muy útil sino, además, muy pertinente considerando que
en este 2015 pondremos a prueba la paridad política de las mujeres.
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INSTITUTO NECIONET DE tAS MUJERES ;
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¿Qué nos pasa?.............................. 15
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¿Por qué nos pasa?....................... 35
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Bibliografía. ............... 91
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lntroducción
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Introduee ién
"En el partido, las mujeres son quienes me han puesto más piedritas en el camino";
"Es una mujer Ia que frénó m1 proyecto"; "Bastó que me nombraran candidata para
mujeres de mi sección me hicieron la ley del hielo". lmporta poco de que parf ido
¿Por qué se supone que las mujeres, ni muertas, podemos estar juntas? ¿Qué
es 1o que hace que para algunas mujeres sea tan difícil trabajar con otras mu-
jeres? ¿Por qué, bajo una capa aparente de cortesía, muchas mujeres ponen
ción, arrecian los problemas. También aumentan los conflictos cuando y su lógica del género cruzafi. todos los ámbitos y tiñen 1as conductas y
alguna se distingue, o cuando es promovida o elegida para un cargo. Y actitudes de 1as mujeres y ios hombres.
muchísimas mujeres tienen probiemas insuperables con sus jefas, coor-
dinadoras o supervisoras. Género es el c0nlunlc ce icleas, reprt:,lrtLa'.,0.er, prácttc:s,
discr-:i'scs v prescripcicnes sacÍaies qLre Lina crlirLtra tiesai'rclia,
De inmediato me di cuenta de que. necesitaba contrastar esta informa- desCe la difer:encia anatÓmica enlre mutf res v ho:nDres, para
ción con una muestra más amplia de mujeres. Necesitaba saber si en simbolizar y conslruir' sociaimente ic que es "pi'opio" de los
otros ámbitos, entre mujeres que trabajan en espacios políticos o aca- hombres (io masculinc) ,v io que es "!iopio" de ie.s muie¡'es (lo
démicos, se daba también ese tipo de agresión solapada, esa rivaiidad.
§in pfetender hacer.un estudio,representativoi'me,entrevisté con,algunas
funcionarias y diputadas, y con profesoras universitarias, que trabajan Lo "propio" de las mujeres ha ido transformándose mucho más veloz-
en espacios institucionales mixtos y las interrogué sobre cómo se com- mente que 1o "propio" de los hombres. Hoy las mujeres realizan muchas
portan sus pares, sus.subodinadas y sus jefas. .Los relatos que escuché actividades antes consideradas f'masculinas:' i/ pocos homt¡res desempe=
me corroboraron que 1o que presencié en mi entorno feminista ocurría o'femeninas".
ñan labores consideradas
también en esos lugares. La agresividad soterrada, indirecta, se atenuaba
sólo por la presencia masculina, y en ocasiones era necesaria una inter- Género es un concepto que tiene homónimos,l o sea, palabras que aun-
vención profesional que ayudara a ventilar abiertamente las molestias de que suehan igual quieren decir cosa§ distintas" En las páginas que van
cada una. Además, aunque algunas cuantas decían no tener problemas a leer a continuación, usaré la acepción de género como el conjunto de
con sus compañeras, no existía entre ellas ningún pacto o alianza que las ideas culturales sobre "lo propio" de los hombres y "lo propio" de las
fortaleciera, y cada quién se rascaba con sus propias uñas. ¿Qué nos pasa mujeres. Cada sociedad construye dichas ideas a partir de un dato uni-
a muchas mujeres en la dinámica de la competencia laboral y política con versal biología diferenciada entre mujeres y hombres- pero cobran
-la
las demás mujeres? formas y estilos distintos dependíendo de la cultura. Así, "1o propio" de
las mujeres en los países islámicos y en 1os países escandinavos es muy
En estas páginas me centro en vivencias confiictivas que se dan en el distinto a "1o propio" de las mujeres en México.
espacio público. Aunque es imposible abarcar toda la problemática lr
boral y política que se da en su seno,la experiencia acumulada de varias I Género es un término que tiene tres acepciones: 1. La iradicional: clase, tipo o especie. Por eso
decenas de años me ha dado elementos suficientes para perfilar un pro- se dice el género literario o el género dc conducta para aludir al tipo de lileratura o a la clase de
conducta. Deniro de esta acepción sc encuentra la de hablar rlel género femenino para ref.'rirse
blema que padece un grupo determinado de mujeres. Tomar lo político a ias muleres y del género masculino para los hombres. 2. La traducciÓn del conceplo de sexo en
en toda su magnitud requeriría tratar multitud de fenómenos, algunos inglés: qender Así, cuando se habla de la brecha de género se está aludiendo a la brecha entre los
sexos. 3. Una nueva delrnición, la manera en que en las cultur¿s se delinen características, tareas,
provocados por las desigualdades inherentes a 1as diferencias de clase so- creencias, papelcs, etr., en funtión de lo que se considera que correspond." a las mujeres y a 1os
honlbres. De ahí que yo defina al género Lomo una "lógica de la cultura". Se producen bastanlcs
cial, otros relativos a las diferencias culturales y unos más, alentados por
confusiones por estos homónimos, pero lo importante es tener presente que hay que tratar a los
la dinámica específica de los partidos políticos. Sin embargo, la cultura conceptos como instrurnentos histÓricos y n0 como esencias atemporales.
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ttYffi lntroducción
¿Mujeres juntas...?
H Reflexiones sobre Ias relaciones conflictivas entre compañeras §
y los retos para alcanzar acuerdos políticos
tanto como un recetario sino como un disparador de ideas. Aunque ya de todos los partidos con el modeio de1 ILSB.
existe una sólida r'eflexión sobre este tipo de conflictos, construida a par-
tir de un buen número de investigaciones, la escasa difusión de sus resul- De ahí que este Cuaderno sea un producto derivado del modelo de in-
tados diliculta que las interesadas tengan información sobre el problema tervención SUMA. Si bien ha sido elaborado por mí, se ha enriqúecido
que están viviendo. Mi intención ha sido retomar ciertas reflexiones cla- con la lectura y las críticas de los integrantes del Consejo Editorial de
ve que facilitan un mayor y mejor entendimiento de dicha problemática, SUMA: Marcela Eternod (lnmujeres), Rodrigo Valdivia (lnmujeres),
pero estas páginas no son un trabajo académico, por lo cual he decidido María de la Paz L6pez (ONU Mujeres), Manuel Contreras (ONU Mu-
facilitar una lectura fluida, sin el aparato de referencias que usualmente jeres) y Ximena Andión (lniciativa SUMA). Asumo la responsabilidad
se utiliza. En la bibliografía al final encontrarán las referencias que han de 1o que aquíse dice y me disculpo de no haber integrado algunos de
alimentado mi reflexión, así como el origen de algunas citas que apare- sus señalamientos. También reconozco y aprecio la fundamental labor
cen con el nombre de la autora o autor. crítica y editorial de Cecilia Olivares Mansuy. Doy las más sentidas
gracias a Lorena Cruz (lnmujeres) y Ana Güezmes (ONU Mujeres)
níamos era el de capacitar a mujeres políticas y funcionarias. Muy pronto te). Mucho de 1o que aquí encontrarán escrito es resultado de nuestra
nos dimos cuenta de la rivalidad y la dificultad pata competir que se ya añeja colaboración, y de haber aprendido juntas cómo aprovechar
daba entre ellas, y con otras muchas mujeres. Me interesé especialmente nuestras diferencias. Finalmente, espero que esta reflexión les interese,
pero sobre todo, que les resulte útilpara desarrollar mejores relaciones
en estudiar la literatura especializada sobre esos conflictos y empecé a
dar algunos talleres sobre rivalidad entre mujeres. Mucho de lo que aquí entre sus compañeras y con mujeres que, aunque de otras filiaciones
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políticas, están igual de interesadas en construif un país más igualitario é\d¿"eu
y menos discriminador. Como creo que es una pena que a Yeces este-
*o, tm atoradas en pleitos y rivalidades absurdas, me alegfa compaftil
estas reflexiones, con la utópica aspiración de lograr una mejor
relación
y personales
entfe todas, a pesar de las indudables diferencias políticas
que hay entre las mujefes de distintos gfupos y movimientos. Espero,
pu.r,q'u.estaspáginasnosquitenalgunaspiedritasdelcaminoque
todavía tenemos que andar.
sólo
líticas que ocupan cadavezmás espacios, aunque todavía cofresponde sabilidades familiares y las madres aprender que ser madre no significa sacrificio ni
de las
a un pequeño sector de muieres, ha influido sobre las expectatiYas presencia las 24 horas del día.
que llega al Con- OtT y PNUD
demás. La imrgen de la diputada, con su IPad bajo el brazo,
la presidencia
greso, o de ia rágidora, que asiste a una reunión de Cabildo en
país.
Lunicipal, son Lodelos de las nuevas formas de ser mujer en nuestro
Estos cambios están en el contexto en que.ahora se mueven las mujeres que
Los procesos de globalizacrón,en especial ei de los rnedios de comunica- hacen política,las militantes de los partidos,las funcionarias,las diputa-
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ciór¡ con el uso áe internet, hán proniovido no só1o la adopción de nuevos .'das, las regidoras, y representan un desafío importante. Todavía es pronto
modeios de co0sUmo, sino lambiéq dq nuevos estilos de vida. plra medir el impacto de este prqqqsg en las menles de una generación'de
Adernás,
de; jóvenes Srn'embargo; aunque hoy las.reivindicaciones.femeninas hablan .
mrrcado.globalizado ofrece oportunidades de trabajo, eon exigencias
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' sibilidades de desarrollo laboral y político, sobre todo ahora, cuando 1á ne- y que aspiran a ser
can. Esta variedad de mujefes que participan en política,,
y d.l hogrr. Si bien estos cambios pueden causaf conflictos conyugaies y sus partidos, padecen la mala rivalidad de sus compañeras, en especial, las
pro..ro, de desorganización social, también pueden conducir a la creación conductas po sivo-agresivas con las que muchas ocultan su enojo o expresan
que trabajan fuera de casa. tntre otras COSaS para acercarnos a ella es necesario La resistencia sileneiosa
deie de
que el cuidado de la casa, los hijos y los adultos mayores o discapacitados
considerarse un asunto sólo de las muietes; QUe así como las muieres
han accedido Si bien algunas mujeres aprenden a manifestar de manera clara y directa
al mundo laboral, público, los hombres se hagan cargo de las tareas
de cuidado. sus diferencias, un buen número repite conductas culturalmente aprendi-
das, como el comportamiento pasivo-agresivo. Este ha sido descrito como
que redefinir la paternidad y la maternidad: los padres asumir respon-
Para ello hay
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18 E ¿Mujeres juntas.. I 19
¿Qué nos pasai
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un patrón de conducta en el cual la intención de agredir,lastimar o expresar Su opuesio es el de 'pfoverción", que impirca proyectar hacia
enojo se oculta bajo un comportamiento en apariencia inocente: guardar fuera parr-e ,lel miincio inierior ("Isla niu]er no rne saludó bien,
silencio, mentir o llorar. Las conductas pasivo-agresivas son una respuesta se gurc prens;r qLle s0y r-l.le no5 que eiia").
cultural que muchas mujeres tienen frente a figuras de autoridad o a sus
"iguales". Enmascarar el enojo o Ia agresión bajo una capa de resistencia si-
lenciosa sirve para cumpiir con las expectativas qulturales de la feminidad. Ld. SrJLíúi;iL*iir-rI ¡ i-it i c; ei l,*Icri.l .
Asumir que sentimos hostilidad hacia otra mujer, aceptar ese sentimiento
negativo, nos dificulta preservar la imagen de "femeninas". Cuando hay Con los varenes ocurre algo similar, pues desde la infancia introyectarr
un desacuerdo o surge ün problema no acostumbramos abordarlo de fren- los mandaloS de la masculinidad. Pero la diferencia radica en que los
te y nuestra, conducta puede acabar siendo evitativa y manipuladora.. Estal, atributos disrintivos'del varón son la fuerza, la valentía; el auiocontrol y
forma de responder y actuar se adquiere vía la socializaciin familiar y del la autoridad. La masculinidad se construye desde una actitud totalmente
entorno, de manera inconsciente: mucho de lo que vimos hacer a nuestras distinta y la competencia es una realidad cotidiana que los varones deben
madres, tías, hermanas u otras mujeres cercanas, lo teproducirnos en ¡rues: enfrentar de forma abierta, incluso peleando a golpes. Los niños, desde
tras relaciones con otras mujeres. Y en general, la publicidad, las películas pequeños, se "miden" y aprenden a respetar jerarquías entre elios: el más
y las series de televisión refúerzan esos estereotipos femeninos. luerte, e] más hábil, etc. Entre las niñas la rivalidad no se aborda ni se
maneja abiertamente. El mensaje cultural es "las niñas bonitas no se pe-
Desde nuestra infancia internalizamos ideas, creencias, actitudes y com- lean". Poco a poco, aprendemos a '¿llevarnos bien" y, sobre todo, a ocultar
portamientos "propios" de las niñas y "propios" de los niños. Aunque han nuestras emociones negativas. Cumplimos el ideal de feminidad: buenas,
ido cambiando estas formas de desempeño y relación social, en nuestro obedientes, colaboradoras.
país todavía la mayoría de las personas adultas hemos sido socializadas con
pautas y valoraciones distintas para hombres y para mujeres, y nuestra cul- Además,las mujeres suelen ser las encargadas de crear un ambiente rela-
tura sigue enviando el mensaje de que hay tareas, actitudes y sentimientos jado y acogedor. Por su papel social, aprenden "naturalmente" a disten-
"femeninos", por un lado, y "masculinos", por el otro. Al introyectar las der la tensión en las situaciones grupales, sean sociales o familiares. Por
convenciones sociales sobre la feminidad, a las mujeres se nos dificulta, ello es que con frecuencia en el mundo del trabajo también son las encar-
tanto expresar claramente los sentimientos que se supone que las mujeres gadas de resolyer los conflictos: son las mediadoras,las "arreglapleitos",
no "deberían" tener (como ira, pasión, ambición), como apropiarnos de los paños de lágrimas, incluso, las "doctora coraz6n" de la oficina. Tam-
conductas asertivas, entre las que se halla la de competir abiertamente. bién por este papel social,las mujeres contienen sus enojos y molestias.
Lo que pasa cuando se reprimen los sentimientos es que aparecen de
"lntroyección" es un término del psicoanálisis que alude al otras maneras.
proceso por el cual las personas hacen entrar a su Yo parte
dei mundo exter¡or ("las mujeres debemos ser de esta u otra Tanto mi experiencia con distintos grupos de mujeres como la de com-
manera"). pañeras que me han comentado sus vivencias me han convencido de
1-
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20¡§ ¿Muieres iuntas...? iou" no. pr.., f, 2 I
B Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras
§ y los retos para alcanzar acuerdos políticos ffi
que un número importante de mujeres tiene muchas dificultades para grupo específico de mujeres a las que me refiero,las que están inmersas
colaborar con otras mujeres. ¡Muieres iuntas, ni difuntas! Es necesario en dinámicas grupales negativas, no sabe bien a bien qué está pasando.
comprender que lo que ocurre, en muy buena parte, es producto de la Muchas creen que así son las cosas, y que nada se puede hacer. Obvia-
matiz cultural dentro de la cual hemos sido socializadas. Al visualizar mente que hay mujeres cuya agresiva rivalidad se debe a cuestiones no
cómo la lógica cultural de la feminidad impulsa una dinámica de riva- resueltas de su vida emocional, a resentimientos subjetivos a los que dan
lidad destructiva entre r.nujeres, muy distinta a la competencia abierta rienda suelta en los espacios sociales.
que promueve la socializaciln masculina, se da la posibilidad de modi-
ficar esa pauta. La mayoría de los hombres aprende desde la infancia a Cuandq hablo de una "lógica culturall' hago referencia a un pro-
jugar en qquipos deportivos, 1o cual los lleva a ieconoggr diferenciqs y a ceso
-la mayor parte de las veces inconsCiente- mediante el
competir.abiertamente..La definición cultural de masculinidad fomenta cual un gi:upo, sector,.equipo-o nacién comparte signifie ados y.
la confrontación abierta sentidos. Asíse aprenile lo que es aceptable o no, las normas
que rigen los comportamientos, entre otros. Se supone que
Competencia constructivo vs' rivalidad.destructiua . .sabemos córno son/deberían ser,las cosas y a partir de ese
"saber lógico" actuamos y también interpretamos los actos
Un proceso de competencia constructiva se traduce en mayor de los der.nás..
productividad del equipo, relaciones interpersonales más fruc-
tíferas, mayor autoestima de las involucradas. Existen'envidias, agresiones y rivalidades que provienen de Ia des-
igualdad estructural entre las clases sociales, y otras que nacen de
Las frases que representarían una actitud colaborativa son, problemas personales, y que no se pueden resolver con puro volunta-
"Estamos aquípara apoyarnos", "Somos diferentes y nos com- rismo. Pero aquí me interesa destacar los conflictos de rivalidad que
plementamos" y "Nos beneficiamos mutuamente". se dan entre "iguales", o sea, entre compañeras que comparten una
situación similar dentro de la estructura del partido o del gobierno.
Las frases para una actitud de rivalidad destructiva serían, "Es- La dinámica que se da en relaciones entre "desiguales" está cruzada
tamos enfrentadas", "¿Quién te crees que eres?" y "Eres dema- por otros aspectos de la desigualdad social que determinan la produc-
siado distinta, no te entiendo". ción de prácticas discriminatorias y opresivas. Pero en los conflictos
de grupos de compañeras que tienen condiciones similares florece la
En una competencia constructiva, la que "pierde" tiene la agresividad pasiva y se crean prácticas improductivas y desagradables
oportunidad de medirse y de aprender cuál es la destreza que en un ambiente de tensión.
neces¡ta desarrollar.
Este tipo de rivalidad, casi siempre soterrada, produce situaciones des-
El rnandato cultural de la feminidad, que se filtra también a los espacios gastantes, pues en vez de invertir la energía en el trabajo, hay que ca-
políticos y laborales de México, pasa desapercibido o sin nombrarse. Ese nalizarla a resolver conflictos personales. Las actitudes pasivo-agresivas
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,,l, ¿Mujeres juntas...?
¿qué nos pasa?
de la lógica cultu- embargo, hay ciertas acciones que abonan al proceso: prime-
Si [a agresividad femenina soterrada es un producto
ro, desculpabilizarnos, y segundo deciicar tiempo y energía a
,d, ¿.árno resolver los antagonismos que alienta? ¿Hay esperanzas de
observar nuesti"as relaciones con nosotras mlsmas y con los
que mujeres que rivalizan logren enfrentar de otra manera la compe-
demás, con el mundo y sus aclividades. Es necesario recono-
áncia laboral y/o política? Tal vez sí, pero sólo si entienden el origen
sus compañeras, y cei" la complejidad del proceso de conocerse a una misma, así
de las reacciones que tienen ante los conflictos con
Es necesario romo Lpner valor y compromi..o para aceptar ianto ias parie-c
si, al cobrar conciencia de ello, se "colocan en otro lugar".
el por qué de la de nuest¡'o ser que nos gustan ccmo las que nos disgustan.
asumir los conflictos en vez de negarlos y, al entender
Esto requiere
hostilidad y la envidia, superarlos y lograr hacer pactos.
mujeres nos Existen muchos tipos de desigualdades entre las mujeres que difícil-
comprender las razones por las que, en general, a muchas
mente vamos a poder eliminar sin una transformación profunda en la
.u"ri, asumir las diferencias, por qué no sabemos competir sanamente estructura social; pero otras desigualdades sí pueden modificarse. Por
y por qué no somos capaces de otorgar a otras mujeres un reconoci-
me- eso vale la pena intentar construir pactos y alianzas entre nosotras, en
miento que nos permita construir redes y coaliciones de apoyo,
los espacios políticos y laborales, para avanzar un trecho, por pequeño
diante pactos claros Y Puntuales'
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243 ¿Muieres iuntas...? .OrUr",O"r",
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§ Reflexiones sobre las relaciones conflictivas "antre compañeras
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E y los retos para alcanzar acuerdos políticos ["
que sea. Este libio pafte del convencimiento de que "las mujeres tene- en las bases de los partidos y de los movimientos sociales las mujeres son
mos un trecho que Caminar juntas antes de que nuestras diferencias una notable mayoría. Y aunque las mujeres son la mitad de la población,
políticas nos separen". Y lo podemos hacer coincidiendo en causas y y les debería tocar la mitad de la representación, ha sido muy complicado
en ciertas demandas, pefo también haciendo un esfuerzo por mejorar impulsar una reformulación paritaria en los espacios de toma de decisio-
las relaciones entre nosotras. nes. El género (las ideas sobre "1o propio" de los hombres y "10 propio"
de las mujeres) es un sistema simbólico que nos filtra imperceptiblemen-
"Avancemos un trecho" fue el nombre del acuerdo que promo- te mandatos sobre qué nos toca a unas y otros, y también es elelemento
v¡ó un grupo de muieres políticas de todos Ios partidos paia más determinante en la falta de claridad y unión entre las mujeres del
eslablecet comp[omisos en cinco temas que beneficlarían a mismo grupg político o del mismo lugar de trabajo,
.-, . las,mujeres. Fue firmadopor los presidentes.de los ocho,paft¡= ,. .
dos existentes en ese momento y avalado por el lFE, en 7gg7 ' El mundo político y el laboral tienen duras reglas de competencia que las
mujeres deben conocer y dominar primero, para luego poder transformar.
. Es necesario aprender a pelea¡ por,nuest¡as.ideas, pefa también a.negeciar.
Entender la situación de las mujeres Pero, por encima'de todo, si queiemos eliminar la subordinación social y
política de las mujeres hay que construir una sociedad distinta, que sea justa
Hasta hace poco,los mundos del trabajo y de la política eran mundos mas- con las mujeres, que afrezca igualdad de oportunidades y de trato para que
culinos, ocupados óasi totalmente por hombres. Nuestro ámbito era el mun- haya igualdad sustantiva. Y es necesario que más mujeres ocupen puestos
do doméstico. Costó trabajo entrar en el ámbito público, y que se nos tomafa de poder en la lucha por cambiar la sociedad: Ls unión hace la fuerza.Y
en serio. Cada mujer tenía que enfrentar el desafío de sus circunstancias eso nos enfrenta con la dura realidad de los conflictos entre compañeras:
particulares y para sobrevivir tenía que aprender los códigos masculinos, qué diferente sería todo si aprendiéramos a hacer pactos puntuales con las
muchos de ellos invisibles, que regían esos espacios; además tenía que tra- otras. Pero no hay varita mágica para cambiar las conductas, ni las nuestras
bajar el doble que los hombres pala ser reconocida. Esos mundos del trabajo ni las de las demás. Hay que hacer un trabajo personal de autocrítica que
y la política siguen divididos en masculino/femenino, no porque no haya nos lleve no sólo a aprender a mandar, sino, también a obedecer a otras
mujeres, sino porque la inmensa mayoría de quienes toman decisiones son mujeres. Es imprescindible reconocer el peso de la cultura de la feminidad,
hombres, y porque las mujeres siguen ubicadas mayoritariamente en áreas que dificulta reconocer las diferencias entre nosotras.
mínima. Todavía en los puestos políticos de primer nivel es excepcional es que aunque muchos de los conflictos femeninos tienen un origen
cultural
el nombramiento de mujeres, pelo en los cargos de nivel medio de la -de género-también hay elementos de otro orden -el orden
administración pública ya hay una participación femenina más plena, y psíquico- que intervienen y "meten ruido".
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26& ¿lvlujer"es junl:;s...?
¿Qué nos pasa?
Aceptar el misterio de lo psíquico ü equipo o qüe pertenecen a un mismo grupo politico se pudieran decir
las cosas con cláridad, sin que eso causaaa una o{ersa o prorocata reac-
Comprender el peso de los factores psíquicos ayuda a etrtende¡ algums ciones negativas. Hablar con claridad, decir las cosas, hace más factible
de nuestras rcspuestas emociooales. Desed¡áñar la compleja relación establecer acuerdos, desarrcll¿r pactos, co¡struir alia¡zu, Tal vez lo más
e re ¡uestro mundo hteiior y el desempeño público siwe inmeña- complicado es hablar, pues ¡o es sencillo reconocer el dolor que causan
. . mente pará faciüta¡ dinámicas más sanas de relació¡, Hay mudro que . . Jas agresiones pasivas de las companeras, o acepter que sentimos.envi-
hacer respecto a nuesüas subjetiüd.des, sin embargo, üna intert'erciófi . dia, Sh embargo, aprcder a decir con mayor claridad qué sentimos, qué
e.nJo pslquico requiere un darco terapéutico.. . -, ... . queremos y cómo viümos la i eraecióo es r¡¡ paso eno¡meená camino .
Ahora bien, aunque Rose entre auna terapia indiüdual, hay-algunos linea- siguen temiendo hablar de sus conflictos. Aunque las mujeres hablamos
.mientos que ayudan a'entender, analizar y,'tal vez, resolver Ciertos probl€- con fluidez de nuestros hijos y de nuestros problemas sentimentales, no
mas de interacción entre las müjeres. Puesto qué surgen con baitante fre' sabemos cómo hacerlo cuándo la compañera de al lado nos ha lasiima-
cuencia, los conflictos entle mujefes de un mismo equipo político o laboral do, nos provoca enojo o sentimos que nos desprecia. Tal vez llegamos a
han llevado al desarrollo de cierta expertise al respecto. Casi todas las pro- quejarnos con otras compañeras de cómo nos sentimos, pero difícilmen-
puestas y recomendaciones que aparecen en los libros sobre el tema remiten te la abordaremos directamente. Esperamos que eila se dé cuenta, sea
básicamente a ülestiones culturales, que tienen que Yer con eso que Celia porque le hacemos "la ley del hielo", potque ponemos cara de ofendidas
Amorós (1987) denominó "la lógica de idénticas". La gran vinculación
1as 0 porque le mandamos indirectas de todo tipo. No es fácil hablar de los
que se establece entre el mandato cultural de la feminidad y esa "lógica de sentimientos de envidia, competencia, enojo, culpa y traición pues no es-
las idénticas" se traduce en fespuestas como la agfesividad pasiva,la envidia, tamos acostumbradas a asumir nuestras emociones negativas o dolorosas
la ausencia de valorización de las otras mujeres y el escaso amof plopio. Pof abiertamente, y menos aún a confrontarlas con otra mujer.
eso una pfimera llamada de atención es dafse cuenta de que esa compleja ar*
ticulación de elementos culturales que se desarrolla enlos ámbitos laborales El psicoanálisis sostiene que una parte central del vínculo que las perso-
y políticos tiene repercusiones psíquicas que pfoducen reacciones negatiYas nas (mujeres y hombres) establecen con otras personas es inconsciente.
y obstaculizan el desarrollo de pactos y alianzas entfe muchas mujefes. Por eso 1os deseos inconscientes y los temores inconscientes son parte
sustancial de las relaciones sociales. Entre mujeres estos vínculos incons-
Esta dificultad se podría subsanar si aprendiéramos a establecer relacio- cientes suelen seguir, básicamente, el modeio de relación madre-hija"
nes máS claras entre nosotfas, o Seá, si las compañeras que trabajan en Por eso las relaciones entre mujeres tienden a la fusión emocional. Los
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28t ru ¿Muieres juntas.,.? ¿Qué nos pasat § 29
Reflex ones sobre as n:laciones confllclivas -'ntr.'compañeras
I y los retos para alr:anzar acuerdos politir,o:; §
vínculos fusionales contaminan las relaciones, y los sentimientos que otras, las mujeres necesitan salirse de los aspectos limitantes del vínculo fusional
se desprenden de ellos pueden ser tan intensos, la necesidad para cada para establecer vínculos basados en el hecho de que somos seres separados.
una es tan fuerte y las transferencias tan profundas, que se vive como
una amenaza e1 hecho de plantear las diferencias y los problemas. Así, Luise Eichenbaum y Susan Orbach.
expfesar sus sentimientos de pena o preocupación. Y'a veces Yen lechazo esinevitable la competencia. Muchas mujerei descubren el alto precio
o abandono donde no lo hay. Se distancian, se enajenan. de la rivalidad cuando las relaciones con sus compañeras son 1o más
doloroso.y.difícil que.enfrentan en.su entorno. Proy.ectos.enteros se des-
Según Eichenbaum y Orbach, hablar tiene una función crucial: confron- manteian cuando la intensidad del conflicto es insostenible y no se sabe
tar 1as proyecciones y fantasias que podemos estar elaborarido. La pro- cámo enfrentarlo y canalizarlo produitivamente, Además, hay un fenó-
yección es un fenómeno de la subjetivid¡d que consiste en proyectar una meno que Eichenbaúm y'Orbach notaron: hay más dificultades entre
paÍte de nuestras emociones como si fuerdn dela otra persona.lnterpre- mujeres cuantas menos difióultades hay en 1a situacióu de trabajo. O
tamos la conducta de otra persona basándonos en nuestros deseos o mie- sea, es más probable que surjan problemas en contextos de éxito, que en
dos: podemos interpretar que alguien está enojada cuando no podemos situaciones de necesidad o de adversidad. Cuando en una organización
expresff nuestro enojo. Nos cargamos con dudas y miedos de situaciones hay problemas, las mujeres se dan entre ellas mucho apoyo, dejando de
similares del pasado. lado sus resentimientos individuales, y poniendo al frente la tarea de
la organización y la necesidad de sobrevivir. En la medida en que una
Estamos tan acostumbradas a restringirnos a nosotras mismas y una a ia otra, que organización triunfa o se estabiliza, las relaciones entre mujeres pueden
no tenemos práctica en apoyarnos y apoyar a las demás para luchar por ia diferen- derivar en disputas rnezquinas. Esto ocurre en todo tipo de organizacio-
ciación Ialejarnos del sentirnos idénticas]. Casi no creemos que la diferenciación nes y es indispensable que el marco institucional ofrezca mecanismos
sea posible [...J pensamos que es demasiado amenazadora a menos que nos ern- para abordar y resolver las disputas.
barquemos todas en ella al mismo tiempo, iuntas. Deseamos seguir el ejemplo de
las mujeres que logran zafarse del víncuio fusional [el que aprendimos con nuestras Como el costo de los problemas es demasiado alto, algunas mujeres, con
madresl, pero nuestro miedo se torna en envidia y castigamos a aquellas que se tal de evitar confrontaciones, ocultan sus talentos y aceptan sumisamen-
salen de la formación y nos dejan soias. I...1 nos enoja querer quedarnos en el vín-
culo fusional y nos enojamos porque desearíamos estar separadas. [...1. Para poder 2 Elropport es una mezcla de simpatía y afinidad que se suele dar tanto por coincidencias ideológicas
lograr relaciones más empáticas, para poder dar y recibir apoyo genuino unas de como por armonía subjetiva. Cuando hay rapport se intuye lo que la otra persona síente.
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' Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras ¿Qué nos pasar E 3 i
y ios retos para alcanzar acuerdos políticos
te segundos lugares. Muchas de quienes reciben el encargo de ser coor- que se vive el mandato de la feminidad; diferencias en los deseos que
dinadoras o jefas tratan de cambiar la estructura interna en sus espacios se expresan. Estamos rodeadas de diferencias, pero nos cuesta verlas y
de trabajo para que ias otras compañeras no se sientan irritadas ante su aceptarlas. Y como existen esas tres posiciones
-las que están arriba, las
posición de poder o autoridad. Muchas prefieren sistemas horizontales, que están al mismo nivel y las que están por abajo- hay que distinguir
otras presumen de no ser las jefas. Esto sería impensable para un hombre, distintas estrategias de relación, todas con el mismo objetivo: mejorar el
para quien es inimaginable tratar de bajarse el perfii. Pero este recurso trabajo en equipo parualcanzar el objetivo deseado.
I
de "minimizarse", para algunas mujeres, es una técnica de sobrevivencia.
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I
Si deseamos transformar las reláciones con nueótras compañeras de par- La importanqia de la qeflexióm
..,,,.,.. ..,' 'tido o integrantes de unlequlpo,
lray
que'empezar por cambiar una mis-
ma primero. Es más fácil quejarnos de los vicios y errores de las demás, una primera tarea que hay que llevar a cabo es la de reflexionar sobre
que reconocer los propios, y poder eliminarlos. Sí, lo más difícil es cam- los paradigmas (modelos, ejemplos) que tenemos íntroyectados
sobre
-biar una misma, y en la medida en que cambiemos nosotras, las que nos ;- "lo propio". de las mujeres. Los paradigmas afectan .de r.nanera poderosa
rodean probablemente también lo harán. No es necesario entrar a terapia la forma en que comprendemos la rearidad que nos rodea y ietermi-
para atisbar la importancia de la dinámica psíquica, pero si queremos nan tra forma en que tratamos a las demás. cuanta mayor conciencia
transformar a fondo muchas de nuestras conductas y actitudes es muy tengamos de nuestros paradigmas básicos, de los "mapas,, con los que
útil hacerlo. hemos aprendido a movernos en el mundo, de los códigos que
tenemos
introyectados, mejor podremos percibir qué pasa realmente y podremos
enfrentar más productivamente los conflictos, establecer mejores
rela-
La diversidad de rmujeres ciones, así como arriesgarnos a explorar nuevos ámbitos y a desarrollar
una actitud distinta.
Un punto fundamental es el de reconocer las diferencias que tenemos
con las demás mujeres, en especial, darnos cuenta de las distintas formas Nuesrros paradigmas son ros rentes a través de ros cuares ve-
de vivir la feminidad. Es fácil hacerlo con quienes indudablemente están mos al mundo. son muy poderosos como fuente cie nuestras
en un nivel superior: las que están más arriba en la estructura de la orga- acliludes y comp.rtarnientos y de las relaciones con ias de-
nización, las que tienen más capital político. Y también es muy fácil ver más personas y c0n nosotras mismas.
las diferencias con quienes están mucho más abajo que nosotras. Pero es
más difícil hacerlo con las que son nuestras "iguales",las que ocupan po- Y aunque los cambios de paradigm a faÍayezson instantáneos,
pues se
siciones similares,las que compiten con nosotras por un mismo puesto. derivan de largos procesos que se llevan a cabo mediante
la formación
Pero entre las "iguales" tarnbién hay diferencias: unas son más hábiles o un proceso terapéutico, sí existe la posibilidad de cambiar de paradig-
para ciertas tareas, otras están más formadas, y algunas tienen más olfato ma. cuando se produce una toma de conciencia
o un ¡clicl, sobreviene
político. Hay diferencias de muchos tipos; diferencias en la manera en un cambio de paradigma. Este obtiene
¡clic! se cuando por fin se vive o
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¿Mujeres juntas...? iQúé nos pasaz 33
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Reflexiones sobre Ias relaciones conflictivas entre cornpañeras irt
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comprende algo de otra manera. En México a esa experiencia dei ¡clicl Por eso, no hay tiempo que perder. Hay que empezar de una vez por to-
la llamamos "que nos caiga el veinte". La expresión viene de que en los das a analizar qué nos pasa, a reflexionar y a movernos de lugar. sólo así
antiguos teléfonos públicos se insertaba una moneda de veinte centa- podremos instaurar nuevas pautas para pasar de la rivalidad a la compe-
vos y cuando ésta caía (cuando caía el veinte) se establecía la comuni- tencia sana entre mujeres: un primer paso de ese trayecto es el recono-
cación. Nos "cae el veinte" cuando podemos visualizar una situación cimiento. Y tal vez podremos entonces colaborar mejor en los objetivos
desde otro ángulo, que hace más cornprensibie cómo estamos involu- comunes, fortalecer nuestros equipos y aprender de las demás..
cradas. Esto puede ocurrir como consecuencia de una interpretación
terapéutica; de una vivencia cólectiva y,,en afortunadas ocasiones, dq la
lectura de un lexto.
.: I .' "... ". , ...: ,.,' ..-.'1... - :. ..,-. .-r,-....i._. r.-.-.- . ....
.
Lo que ocurre es que, cuando uno aplica el pensamiento que obedecé a un pa-
radigma, uno no se da cuenta de lo que hace; el pensamiento que obedece a un
paradigmá es ciego a ese paradigma.
Edgar Morín
Esta guía auto-ieflexiva pretende que quienes la lean (en especial: mu-
jeres políticas, militantes de partidos, funcionarias públicas, activistas de
todos los partidos y de organizaciones sociales, profesionistas) adquieran
una perspectiva sobre los paradigmas de género que cruzan las relaciones
humanas de trabajo y de poder, y que inciden en el éxito o fracaso de la
interrelación con nuestras compañeras y aliadas potenciales.
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¿Por qué nos pasa?
f 35
La biología y la eultura
Hay algo que determina nuestra forma de ser mujeres. Ese algo es tan
fuerte que se lo piensa como "natural", como una esencia. Hace años
se creyó que la biología era lo que determinaba las distintas conductas
de hombres y mujeres. La disparidad de las ftinciones procreatiVas de
cada sexo hizo que se creyera que si los seres humanos diferíamos tan
sustantivamente en 1o biológico, también 1o haríamos en todo lo demás:
lo intelectual,lo emocional, etc. La complementariedad reproductiva de
mujeres y hombres se extrapoló a otros aspectos y se argumentó que mu-
jeres y hombres también éramos complementarios psicológica, social,
intelectual y laboralmente. Así, se definieron espacios y tareas comple-
mentarias (excluyentes). Se habló de las mujeres como "palomas para el
nido", y de los hombres como "leones para el combate". Las mujeres te-
nían prohibido estudiar, trabajar, votar, gobernar, conducir ejércitos, ofi-
ciar ceremonias religiosas. Hay que recordar lo que señaló Celia Amorós:
se prohíbe lo que se puede hacer; lo que no se puede hacer no se prohíbe.
O sea, no se le prohíbe a un hombre amamantar a una criatura, pues no
1o puede hacer. En cambio, a las mujeres se les ha prohibido una serie de
Matilde Montoya lue la primera médica mexicana graduada se llega a serlo". La cultura es determinante en las formas distintas de
podría ejercer la medicina. Su logro fue ran sonado'que a su se valoran en las mujeres, casi como si fueran virtudes, son la pasividad,
examen profesional asistleron dos ministros y el mismo Porfi- la obediencia y el recato. Por debajo de estas concepciones hay una ar-
caica idea qu.e perdura: el deber éticb de las mujeres se define en relación
onatural",
,: cqn sü función blológica o sea, lá reproduición de la especie.
,' Así,1a ubicación de las mujeres en el ámbito de 1o privado se {undamen-
Las',ideas sóbre "1ó'propio" de las mujeres y 1o "propio'l'de'los'hornbresi
ta ideológicamente en la diferencia sexual. Y si tenemos anatomías dis-
sobre lo que unas y otros pueden y deben hacer, se han ido transformando
tintas con funciones procreativas complementarias, mujeres y hombres
a lo largo de los siglos, y las restricciones se han ido cancelando, algunas
''de manerapaulatina, otras a'más velocidad. Hoy en día las propias mujet .también debemos.tener papeles sociales distintos ycomplementarios. En .
Pero ¿qué es "1o propio" de las mujeres? En cada cultura las ideas sobre
Hombres y mujeres somos iguales como sefes humanos, aunque dife-
con "lo propio" cambian: en ciertas sociedades islámicas, no es "propio"
rentes como Sexo5. Como seres humanos las mujeres compartimos
que las mujeres lleven descubierta la cabeza o la cara; en otras, como
los hombres las cosas buenas y malas de la condición humana. No es
que Islandia, resulta apropiado tener una presidenta mujer ¡casada con otra
cierto que las mujeres Sean menos corruptas o más Comprometidas
son mujer!
los varones. Sin embargo, se puede ver que determinadas conductas
qué ciertos vi-
más frecuentes entre hombres, y otras entre mujeres. ¿Por
entre 5i comparamos nuestra situación con la de las mujeres escan-
cios y determinadas virtudes están repartidos más frecuentemente
dinavas o la de las islámicas podemos comprender mejor qué
personas con cuerpo de mujer o con cuerpo de hombre? Eso tiene
que
es el género. Todas las mujeres, Ias mexicanas, las escandina-
,., .on la producción cultural de la feminidad y la masculinidad. Hemos
vas y las islámicas compartimos la misma diferencia sexual:
internalizado desde niñas algunas valoraciones, hemos imitado incons-
todas tenemos vagina, clítoris, ovarios y senos. Sin embargo el
cientemente los modelos existentes de feminidad, y hemos introyectado
si- género (lo que se cons¡dera "propio" de las mu;eres) es abso-
los mensajes que la sociedad machaca de distintas formas. Ya lo dijo
lutamente distinto en cada una de esas tres culturas.
mone de Beauvoir, en la primera mitad del siglo XX: "No se nace mujer,
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38[ ;Muieres iuntas...?
sóbre las relaciones conflictivas entre compañeras
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ffi y los retos para alcanzar acuerdos polílicos
como ya señalé antes, Amorós (i987) ha calificado como "la lógica de las
Por elemPlo, en lslandia:
idénticas". Al reflexionar sobre e1 conflicto de la mujer para alcanzar su
de lslandia, calidad de sujeto y de ciudadana, Amorós sugiere que, desde la época de la
Política desde 19 7 B, en el Partldo social Demócrata
primera iefa de Estado Grecia clásica, la causa por la cuai la mujer no fue concebida como sujeto
Jóhanna Siguroardóttir se convirtió en la
En 2010' cuando del contrato social ciudadana con los mismos derechos y obligacio-
abiertamente lesbiana en el mundo, en 2009. -como
del mismo sexo en 5u . . nes que los hombres- fue la creencia de que, por su función procreativa,
se legalizó el matrim0nio entre personas
co:. su par:eia Jonína Leósdóttir ella pertenecía a un ámbito distinto al de los ciudadanos. Así, en el espacio
pu1t, se !3só
, público, los sujetos del contrato social,los hoinbres, se enconttaban como
igpales, mientras que las mujeres, relegadas al espaciq privadg, quedaban
Librería de Mujeres de Milán (1991). Ellas insisten en que es especial- Con frecuencia la mujer que quiere destacar, la que se propone ser
mente importante compfender que nuestfo orden simbólico admite las líder en su campo, se separa del conjunto de compañeras, impulsada
relaciones de apoyo mutuo entfe mujeres, pelo que no prevé lelaciones por el rechazoylaagresión que despierta su ambición de distinguirse.
yalofizantes entre nosotlas. Con esto señalan que es Común Yef que cual- Las demás se suelen unir en contra de esa "protagónica" o "traidora",
quier mujer en situación de necesidad acude a otra con confianza espon- con un resentimiento que las aglutina: de un lado está "ella", del otro,
tánea, pero que al mismo tiempo, difícilmente otofga feconocimiento de "nosotras". . ..
valor o superioridad a otlas mujeres. Esta falta de reconocimiento entre
'Las
,n ¡.r.,se nutre de ambos elementos: "la lógica.de IaS idénticas" y la mujeres que permanecen inmersas en la "lógica de las idénticas"
ausencia de valoracíón.hacia las mujeres que se distinguen' . suelen qúedar atrapada¡ en ula actitud dg victimas; y desde qhí de-
sarrollan'rvínculos de una complieidad aglutinadora que las defiende,
El'orden simbóllco nos permite movernos en el mundo social del odio masculino y también evita que se odien entre sí. La defensa
de la comunicación por med¡o del lenguaie, de las relac¡ones funciona a condición de que ninguna intente distinguirse de las de-
ton otras'personas y'de ta aceptaeión'de'las'reglas, leyes y másl'..La complicidad que se nutre de la.lógica delas idénticas se sus-
contraLos que norman la vida en c0munidad. tenta con envidias no asumidas.
Es evidente que muchas disparidades existentes entre'las mujeres es- Lo grave de tal actitud es que produce, en quienes la comparten, una
tán determinadas por una distribución desigual de los bienés y las demanda constante de reparación de las injusticias de ser mujer.
oportunidades sociales. Pero, para las italianas este hecho "enmascara
los efectos de una envidia paralizante". Cuando existen bienes y opof- Las italianas consideran que:
unas mujeres se distingan pof encima de las otras. Pero con frecuencia femenina; en esta versión, las mujeres, que se suponen todas igualmente víctimas
el grupo de mujeres evita distinguir a aquella que destaca. La negati- de la sociedad masculina, se dirigen a ésta en busca de reparación. La respuesta
va de las demás a reconocer su diferencia lleva a muchas mujeres a suele ser positiva; la sociedad no tiene mayor dificultad para reconocer que las
buscar la medida de su valor en la sociedad masculina. Así reciben el mujeres son víctimas de un daño, si bien se reserva luego el derecho de decidir
reconocimiento de los hombres, acostumbrados a distinguir y otor- según sus propios criterios el modo de reparación, con lo cual el juego puede pro-
longarse hasta el infinito. Por nuestras relaciones, sabemos muy bien que la pe-
gar valor. "Es una elección obvia mientras el orden simbólico no haya
cambiado y no se signifique la diferencia de ser mujer como un princi- tición es tan indeterminada, el sentimiento de daño tan profundo, que no puede
pio de valor y como legitimación de las aspiraciones femeninas..'"' Por haber satisfacción posible, a no ser que consista precisamente en tener derecho
Suena conocido ese lamento victimista de tantos grupos femeninos, esa Esta actitud mental confunde la solidaridad con esa aceptación incon-
insatisfacción constante, esa permanente tecriminación, esa búsqueda de dicional que nace más bien de la empatía o la compasión. Esta confu-
reparación de un daño inmodificable. Pero lo que no se Ye con claridad es 1o sión provoca conflictos en todos los espacios, pero más que ninguno,
que alienta ese cfuculo vicioso: la falta de relaciones valorizantes entre mu- en el laboral. Ai
esperar una aceptación incondicional como si fuera
jeres,la ausencia de modelos de reconocimiento y la carenciá de amor pro- simple solidaridad, muchas mujeres no entienden por qué la jefa o la
pio. Adernás, tal situación lleva a muchas mujeres a una incondicion¿lidad coordinadora, err,{ez de.pasar por alto sus auseneias, les descuenta
complaciente. De este modo, podemos pensar equivocadamente que apo- los días que no laboraron. Así, se asombran de que "una mujer como
'yar
a una compañerd del partido que ha logrado una candidatiua significa .' ellas" no'comprenda que faltaron porque. tenían'un.problema fami-'.
*como
qué.aplaudiremos inc¡ndicionalments todag y cada.una de sus propues- liar,.y consideran qug se p.qrtq ü{t hamb.re", Snteponiendo el -
"tás{páfaiealizat1arrmiLpaña;por'ejemplo:Sinembargq-serleal}sélidarie " '' ".:.¡i¡s¡i.s:patronal a.l,rr que-e-llas piensan querdebeiía,.ser, una',nrínima,,,
.
no significa aceptar acríticamente todo lo que provenga de esa persona a solidaridad femenina. Estas inujeres no ven que ellas son insolidarias
quienes somos leales. Ganaremos respeto para nosotras mismas y para la con la jefa, pues además de faltar al trabajo, la exponen laboralmente
..si.noles aplica el.reglamento y les.descuenta el día no trabajqdo.p.es-
candidata sicuestionamos -cuando lo creamos necesario-.los objetivos o.' .
los cómos, s! planteamos las implicaciones u obstáculos que_a:arrea Slguna de la perspectiva de "la lógica de las idénticas",las cornpañeras son
propuesta y proponemos soluciones alternatiüs: Pero ¡quédifíciles criticar . incapaces de'ver que la jefa, la supervisora o la candidata, tienen un .
positivamente y más dificil aún escuchar y recibir crítica! lugár distinto, con responsabilidades diferentes, y que no se les puede
ll .
Las feministas italianas señalan la contradicción en la que estamos in- ian que:
mersas: esperamos un apoyo incondicional de las mujeres, pero somos
incapaces de valorar a la que se distingue: La complacencia, la incondicionaiidad, la indiferenciación no liberan. De hecho, a
la larga generan bronca, resentimiento, pues inhibir el luicio, lo que podría ser una
Para sobrevivir, las mujeres se han prestado y se prestan una ayuda material y simbó- deferencia hacia el deseo de la otra que no se atreve a significarse, sólo coniribu-
lica tan elemental que, si llega a faltar, no hay garantía social capaz de sustituirla, ni la ye a retenerlo en su reticencia La aceplación indiscriminada n0 se experimenta
religión, ni las leyes, ni la buena educación. Este dato real, bien visible cuando se trata nunca como valorizante, ni siquiera por parte de quien la necesita. Esta manera
de hacer frente a las grandes necesidades de la vida, también reaparece, de manera de ayudarse, eliminando el contrato sin significar el intercambio, sirve para la su-
menos patente, en circunstancias banales. Por ejemplo, en la actitud mental que lleva pervivencia y nada más, y en esta limitación está la causa de la debilldad social
a muchas a esperar o pretender una aceptación incondicional por parte de sus iguales. del sexo femenino.
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Refiexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras
y Ios retos para alcanzar acuerdos políticos
¿no. que no,
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¿Qué significa eliminar el contrato y no significar el intercambio?: No somos iguaies, pero estarrlos en el mismo barco
significa que no se explicita abiertamente "el toma y daca", sino que
se deja implícito o sobreentendido. Por ejemplo, si yo decido no pelear Por la cantidad de variaciones de género que existen y que se cruzan
con
por la candidatura, y elijo apoyarte, pero no quedamos claramente en las diferencias de clase y de edad, resulta complicado ge Áerulizarsobre
las
que luego tú me apoyarás, no estamos significando el intercambio. Se mujeres. Por eso hay que tratar de no habrar de "La Mujer,,, sino
' iefiere al tema crucial de explicitar la reciprocidad: tú me das y yo te usar el plural: las mujeres. pero también hay que ser cuiáadosas
siempre
de no ha=
doy, o viceversa. Pero si no reconocemos que hay un contrato implí- blar en nombre de las mujeres. Alessandra Bocchetti (1990), pensadora
citó, y si no le otorgamos una significación, entonces vamos a quedar italiana;explica porqué ella.se niega a hacerlo: ,,Las mujeres son muchas, .
Fernando Savater define el amor propio com0 una'inspiración Librería de Mujeres de Milán
ética que funda a un sujeto responsable de símismo".
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Reflexiones sobre las relaciones conflict¡vas entre compañeras
y los retos para alcanzar acuerdos políticos
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La necesidad de distinción personal (de destacarse, de dirigir, de crear) dad, dolor o resquemor. Alguien que ha tenido éxito en aquello en lo
choca con deseos similares de nuestras compañeras. Hay un nudo pro- que hemos fracasado (o en 1o que no nos hemos atrevido a intentar) nos
blemático unión/distinción: por un lado está esa necesidad de mantener provoca rencor. A1 dolor o descontento que nos ocasiona nuestro fraca-
"la lógica de las idénticas" y por el otro la de ser distintas, de separarse so se suma la envidia contra la persona que triunfó. Por eso la envidia
de las demás. Resulta fácil visualizar las diferencias "hacia abajo" y "ha- entre iguales es peor.
cia muy arriba". Más complicado es ver a las que están al mismo nivel
o apenás un escalón arriba. Por eso cuesta aceptar que una igual ha sido cuando vemos que otra mujer se centra en su propio desarrollo, de manera in-
promovida por encima de nosotras o que se atr.eve a poner en práctica, , consciente, nos sentimos tan ar-nenazadas que tratamos de desalentarla. En otrqs
sus deseo§, sus ambiciones- Inmediatamente se desata eL resentimiento: palabrás, lo que Ia envidia nos dice sobre nosotras es el grado en el q¡-re las mujeres
:
¿por qué'ella sí y yo no?, ¿qué,tiene ella que no tenga yo, si al fin y,al cabo ." sienten'que.no rnerecen, que no tienen.dereehos.,La envi(ia,nos-paraliza ylapunta .: , . ,
Basta que nombren a una rnujer en un puesto de responsabilidad, para ,Luise Eichemboum y Susan Qrbach
que su§ antiguas compañeras le descubran defectos que antes no le ha-
bían visto; Curioso, ¿no? Lo que cuesta es va]orizar a quien está un es-
calón ariiba de nosotras, no a las que indudablemente están muy por como dice Francesco Alberoni: la envidia es la tendencia a ver con dolor
encima, ccjmo Soi Juana, Rosario Castellanos o Eléna Poniatowska. el bien de las demás aun cuando este no acarree ningún daño pára no-
sotras. Pero no siempre el bien ajeno ensombrece el nuestro propio. Hay
La envidia envidia de la mala y de la buena. La envidia buena produce emulación.
El contacto con otras personas nos estimula, nos seduce, nos tienta, nos
Desear y juzgar son la fuente de la envidia. Deseamos lo que apreciamos: impulsa a querer siempre más, siempre cosas nuevas, a apuntar a miras
ser como la otra, tener lo que tiene la otra. Y luego juzgamos qué somos cadavez más elevadas y a superarlas. Por ello es que se denomina "envi-
y qué tenemos, y comparamos e inevitablemente surgen frustraciones. diables" a situaciones superiores y ventajosas. y una buena envidia nos
Con la envidia, al observar a la otra, nos sentimos disminuidas (Albero- alienta a tener aspiraciones más elevadas.
ni, 1991), Ella no nos ha quitado nada, no nos ha hecho daño, pero ha
generado en nosotras un sentimiento que desearíamos no sentir: envidia. Probablemente por el tremendo poder que la envidia tiene sobre nosotras,
y como medida de las profundidades interiores que mueve, es que nos
La envidia se pone en funcionamiento cuando nos sentimos disminui- cuesta trabajo admitir que la sentimos. No discutimos abiertamente ese
das, al compararnos con alguien, con lo que posee, con lo que ha logra- sentimiento. Es notable como se pueden admitir sentimientos de culpa,
do hacer. El juicio que hacemos de nosotras mismas es el resultado de vergüenza, orgullo, incluso enojo, sin perder autoestima, pero no sucede
una comparación. La envidiosa no puede reprocharle a la envidiada el lo mismo con la envidia. El tema de la envidia es casi tabú. sin embargo,
hecho de haberla lastimado. Pero su sola presencia le causa incomodi- está con nosotras todo el tiempo, nos rodea y penetra nuestro
ser interior.
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indirecta se vlrelva su'recurso'más socorrido' La agresión indiiepta, pqsiqió¡ dq sgbqrdiqación f1gnte al obispo, por I.o que escribe láCaita
'""t tánibiéir llamadd pásiwi, fiéne ComO'objetivo lograr que 1a'otta'peri" "':'.,--:asar,Filotea(Filotea:era'el'lseudénimo.del,obispoldepuebla)quees...,,1.'..
sona modifique cielta conducta que nos afecta, lastima o enoja, pelo' una inteligente combinación de 4catamiento y énfrentamiento, para
se hace sin áar la cara, vía el comentario malicioso o la frialdad.
A defender su dedicación al estudio y la lectura.
'mefiudo,'14'ágreSión indirecta se ejefc€ cgmo una fofma de vengan= ' ". -'.',.'-'.'-- ', ' .'-:. -:
za,por algo que se considera una ofensa. Muchas veces se lleva a Esa es una treta que 5or Juana hizo "como mujer que conoce su posición, que acepta,
.rilo .o, ü esp'eranza de que la persona recapacite sobre su conduc- pero ataca; que no dice qu€ ataca, pero que de hecho ataca-"
"¡qué se.clee esta, que me "La artimaña... es uno gue-pue de utitizar cualquier personc que tenga'a otra por
.ta y aprenda; se trata de dar una.lección:
enciiia'. De aihí que sea una "treta del débil"
va a mandar así nomás!"
losefina Ludmer
Castellanos aludía a la "hipocresía" como un recurso que es parte inte- poner límites
-"Deja de meterte en mis cosas"- o para exigir -..Me toca
gral de las tretas con las que las muieres aprendemos a responder. Tam- ser candidata"-. Para muchas mujeres la conducta pasivo-agresiva es sim-
bién los hombres tienen sus tretas, pero ese no es el tema que aquí im- plemente una manera de resistir el poder o control de otras personas. Las
porta analizar. Lo que vale la pena revisar son el conjunto de conductas "tretas del débil" se convierten en'una vía eficaz para ser consecuentes
femeninas que van desde la expresión de hostilidad o el silencio hasta la con los propios deseos o necesidades sin enfrentar una situación violenta,
falsa zalamería y el coqueteo para conseguir algo. Estas formas de actuar . donde existe.el riesgo de ser agredida. Pero lo que en un principio fue una
se adquieren desde la infancia y con frecuencia tienen en la propia madre acción evitativa -de sobrevivencia- se vuelve, paulatinamente, una con-
ün modelo. Muchas mujer'es han aprendido el inanejo de los conflictos a ducla manipuladora. El costo de reprimir los sentimientos auténticos, de
partir de lo que.rzeían hacer a sus madres, ábuelas o mujeres que tenían . , negal el enojo o la agresividad para conformarse a un ideal suave y dulce,
-
tercái aguáhtarse y callar, iüanipular; andar de'víctimas, péro salirse con
, provoca tensión emocional qüe; con frecuencia, se traduce,en depresién. .:.
la suya a la larga. Las niñas toman como claves de conducta los compor- sí, la agresión que no sale, que se queda dentro de una, se vuelve depresión.
tamientos de las mujeres adultas de su entorno, incorporan algunos ele-
mentos y los efectos de lo que vieronperduran'en el tiempo. Para cuando
las niñas son adultas, ya han aprendido a manejar la agresión indirecta, l-a suavidad y el silencio
antes que a confrontarse diiectamente. Así, la conducta pasivo-agresiva
La estrategia de exagerar las conductas femeninas estereotipadas, como
callarse, ser dtiices, y tener una apariencia de pasividad es, adlmás de una
Las causas por las cuales muchas mujeres ocultan su agresión y la mane- forma de resistir a la dominación, también una forma de relación entre
jan de manera indirecta son básicamente tres: la socialización familiar, mujeres. Muchas mujeres usan las convenciones sociales para actuar con
las expectativas culturales de la feminidad y el enfrentamiento con un impunidad, y con sus respuestas ambiguas pueden soltar su agresión de
poder frente al cual se hallan en una situación de subordinación. El com- manera subrepticia, callada. como las apariencias son muy importantes,
portamiento pasivo agresivo mantiene la agresión controlada y rechaza el recurso de enmascarar la agresión les sirve para cumplir con el manda-
la confrontación, aunque en el fondo significa un intento muy activo de to cultural de la "feminidad", que tiene la desafortunada consecuencia de
controlar. acabar con la posibilidad de enfrentar abiertamente el conflicto. De tal
modo, alentadas por la eficacia de esta actitud,las situaciones que provo-
La sumisión es un mecanismo de defensa; evitar la confron- caron el conflicto pueden prolongarse, sin resolverse de fondo.
tación es una estrategia de sobrevivencia femenino que a la
larga se convierte en un método de control Otras formas "femeninas" de manipulación son la persuasión,
el coqueteo y ia seducción, aunque éstas no son tan útiles
Las mujeres, entrenadas culturalmente para evitar conflictos y para darle para lidiar con otras mujeres. También por ello muchas muje,
la vuelta a los enfrentamientos, acaban teniendo dificultades para expresar res prefieren tener un jefe hombre, potque (a veces) a él síle
sentimientos que se consideran negativos me gusta esto"-, para pueden coquetear o llorar, mient¡'as que a una jefa mujer no.
-"No
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¿Por qué nos pasa?Isz
Reflexionei sobre las relaciones conflictivas entre compañeras É
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y los retos para alcanzar acuerdos políticos
El silencio puede usalse como un afma. Un silencio hostil dificulta el vistas como brujas o viejas iracundas. Cuando un desacuerdo llega a ser
diálogo, base necesalia pafa la resolución de un conflicto. La "ley del hie- una disputa abierta, es más fácil que surjan recriminaciones, en vez de
1o,,es una medida manipuladora, que con frecuencia las niñas aprenden una sana expresión de enojo. Lo que ocurre con frecuencia es que, por la
de sus mamás, quienes a su vez la usan con sus mafidos o con sus mis- incapacidad de enojarse en el momento, las mujeres aguantan y aguan-
mas hijas: "hasta que no cumplas con 10 que te pedí no te voy a hablar". tan hasta que estallan y tienen un arranque de ira. Y después de una
Cuando adolescentes, la usan para plesionar a sus amigas. Sirve para po- explosión así es muy difícil recompgner una relación
.
' ''
indireetá; y'duele. Los ojos son elOcuerites: hay'miradas que rnatan.' "
I Harriet Lerner
l-a ira
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La ira, en sí misma, puede ser muy sana, como en el caso de "la santa
El enojo, la rabia y la ira son estados emocionales difíciles de manejar indignación", ese sentimiento adecuado que surge ante una injusticia o
para las mujeres. Si los estereotipos con los que hemos cregido. s:n: por atropello. Pero la ira está tan fuera de lugar dentro del modelo de femi-
i'la madrecita", queaguanta todo y asume el dolor de nidad, con su estereotipo de dulzura, que aunque la sintamos, nos asusta
un lado, el de santa
los demás, renuncia a su bienesta( por los hijos, proyecta calor y facilita asumirla. En vez de temerla, habría que tomar la ira como una señal de
que algo no funciona, de que tenemos que examinar con cuidado qué
la vida cotidiana, y por el otro lado, el de la mujer enojona, insatisfecha, I
que reclama, que grita a la menor provocación, Y gue es desagradable, no está pasando.No todas las veces que las mujeres se enojan es por razo-
y que hace nes equivocadas. Hay también ocasiones en las que elenojo es legítimo:
debe sorpr.ndernos que vivamos el enojo como algo maligno
cuando se han aprovechado de ellas, cuando las maltratan, cuando viven
daño. Estos dos estereotipos femeninos le niegan a la capacidad de eno-
jarse un lugar adecuado en las emociones de las mujeres. Y el mensaje algo injusto, cuando no son comprendidas. Pero si se malinterpretan los
que mandan es claro: las buenas mujeres no se enojan, y si lo hacen, no sentimientos agresivos, no se sabrá que hacer con ellos.
lo rnanifiestan ni 1o muestran.
Cuando expresamos nuestra ira de mala manera claridad, dirección ni con-
-sin
Enojarse es de mujeres malas, que abusan, y su enojo es destructivo. Por trol- quejándonos, culpando a otros, es difícil que nos tomen en serio o escuchen
lo que tenemos que decir. De hecho la persona con la que discutimos puede mos-
eso, en sus relaCiones, las mUjeres rafa vez muestran la cólera o expfesan
rabia. Entre mujeres ocuffen situaciones que provocan enojo, como los
trarse cada vez más tranquila, mientras nosotras sentimos con mayor fuerza la
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Refexiones sobre las relaciones conflittivas entre compañeras
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el panorama -{.. -- da entre el mandato cultural de la feminidad y la "lógica de las.idén-.
dar en la comunicación entre todos{os sefes hümanos, Se .'
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ticas" que deriva en "las tretas del débil" (en especirl, la agresiviilad
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-pa§iva),.y se suma a la envidia mala, a la ausencia de valorizacién de
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las otras mujeres y.al escaso amor propio. Esta compleja articulación
de elementos culturales y psíquicos se'inscribe en los ámbitos laborales'
y políticos, obstaculizandá .fd.rrrrollo de pactos y alianzas entre las
mujeres. Es fundamental que las mujeres aprendamos a trabajar bien
juntas, pues lequerimos construir acuerdos y alianzas que potencien
una transformación social realmente radical, o sea, que modifique de
nizla situación desigual que existe con los hombres. Para ello hay que
comenzar por entender los conflictos que se dan entre mujeres como
resultado del proceso de socialización en un contexto de desigualdad,
y distinguir los entrecruzamientos que ocurren entre "la feminidad', y
las exigencias."masculinas" del mundo laboral y político. Pero si bien
' mejorar nuestras relaciones intragrupales requiere una comprensión
distinta de los procesos de interacción humana, una sólo puede inten-
tar modificar sus propias pautas de relación y de conducta, no las de las
demás. Por eso es fundamental tener claridad sobre ese límite: la forma
de potenciar una transformación social empi eza a parth del autocono-
cimiento y del cambio personal.
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¿Mujeres juntas...?
Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras
y los retos para alcanzar acuerdos políticos
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lQué hacerr §
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Esto implicar antes que nada, distinguir entle las diferentes esferas en más arriba en la estructura de la organización, las que tienen más capi-
que nos movemos. La dinámica, las reglas y las exigencias son distintas tal político. Pero es más difícil hacerlo con las que son nuestras "igua-
en la esfera política que en la laboral (aunque en ocasiones ambas coin- les",las que ocupan posiciones similares, las que compiten con nosotras
cidan). A su vez el ámbito social tiene sus usos y costumbres, muchos por un mismo puesto. Entre las "iguales" también hay diferencias: unas
de los cuales desechamos cuando estamos en elámbito privado. Cobrar son más hábiles para ciertas tareas, otras están más formadas, y algu-
conciencia de la interacción entre esferas y ámbitos,y de nuestro lugar en nas tienen más olfato político. Hay diferencias,.pero nos cuesta.verlas
ellas, es muy útil para lograr un desempeño exitoso. En ocasiones ocurre y aceptarlas. No ocurre eso con las compañeras que están más abajo,
qüe.teriernos un lugar destacado én una esfera mientras qúe en:la otra donde también rest¡lta fácil ver las diferencias. Y Como existen esas tres.
nuestro lugar es secundario, pero acostumbiadas al lugar destacado de posiciones.
-las que están aruiba, las que estád al mismo,nivel y las que
'uná'nós comportambs inadecuadamente enla otra.' ":'." :' -"'.' " 'están por abaio-.hay que'distinguirdistintas,estrátegias'de relación, .
todas con el mismo objetivo: mejorar el trabajo en equipo y aprendei a
Una debe empezar por cambiarse a sí misma si desea transformar las re- construir alianzas.
laciones con sus compañeras o integrantes de un equipo. Aunque'no es
necesario entrar a terapia para atisbar la importancia de la dinámica psí-
quica, sí lo suele ser para transformarla a fondo. Mientras tanto, compren- Trabajo en equ¡po
dei el peso de los factores culturales'ayuda a entender algunas de nuestras
'
respuestas'emocionales. Desentiañar la compleja rélación entre nubstro Equipo: grupo'de personas'que trabajan unidas con un objeti-
mundo interior y el desempeño público sirve inmensamente para facilitar vo común.
dinámicas más sanas de relación. Hay mucho que hacer respecto a cambiar
de rumbo, sin embargo, si seguimos repitiendo las mismas pautas,los mis- Saber trabajar en equipo quiere decir muchas cosas: aceptar que no estás
mos errores, entonces no nos vendría mal una intervención terapéutica. sola, que hay una interacción, que eres buena para algo pero no para todo,
que hay otras jugadoras que también desean jugar, que existen jugadas
Ahora bien, aunque no se entte a una terapia individual, hay algunos li- que requieren la distinta intervención de varias, etc. Los equipos nece-
neamientos que ayudan a resolver ciertos problemas de interacción entre sitan tener quien los coordine: una "capitana", pero muchos conflictos
las mujeres. Puesto que surgen con bastante frecuencia, los problemas entre mujeres aparecen justamente cuando una es "distinguida", promo-
entfe mujefes en los equipos de trabajo han llevado al desarrollo de cierta vida, nombrada "capitana". ¿Cómo lograr que las integrantes de un gru-
expertise al respecto. Casi todas las propuestas y recomendaciones que po se identifiquen y trabajen unidas, con lealtad entre ellas y dispuestas
aparecen en los libros citados en la bibliografía remiten básicamente a a actuar con unidad y dirección? ¿Cómo lidiar con las envidias, con la
cuestiones culturales, que tienen que ver con la lógica de las idénticas' agresividad pasiva? Si se canalizaran las energías positivas de las mujeres
integrantes de un grupo y se manejara adecuadamente la competencia,
Resulta más o menos sencillo reconocet las diferencias que hay con las la acción grupal se cohesionaría para un mejor desempeño de la tarea.
mujeres que indudablemente están en un nivel superior: las que están Cuando esto ocurre se dice que hay "sinergia".
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§ ¿Mujeres iuntas...?
) 624 Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras lQué ha'erz
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lH y los retos para alcanzar acuerdos políticos § u,
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"sinergia" es un térm¡no que viene de la iisiología y que signifi- I o sea, del condicionamiento social de la feminidad y
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Ia masculinidad.
ca "la colaborac¡ón de var¡os órganos en una función". El complejo tejido de nuestro entramado cultural
femenino obstacuriza,
muchas veces, ei trabajo en equipo entre las mujeres
de una misma or-
Es la cualidad que hace que el todo sea mayor que la suma de ganización.
las partes.
Hay problemas que se derivan de situaciones complejas:
I pugnas por el
La sinergia, el buen funcionamiento de varios elementos para llevar a poder o conflictos emocionares no reconocidos.
Hay qr. ,n"rlirrr cada
.rbo ,nJ tarea, funciona como catalizádora: unifica y potencia los ele- caso y resolverl0 cuidadosamente, con tacto y piud.n.ir, p.ro
hay. otro
, .menlos de ca(a integrante del grupo. Al impulsar o favorecer la sinergia trpo- de. conflictos que se derivan de la lógica culturar
der género, es de-
.
se obtiéne uná'coopetaiión creátiüa, y se'de§arrOllan las potencialidades cir; de los estilos de interacción femenino y masculino;
De ahí que una .... .: 1 . .
de cada quien,lo que abre nuevas posibilidades, nuevos caminos que más recomendación de los expertos en relaciones de
trabajo se refiára
a la
mujeres podrán seguir. Para que en un grupo se dé la sinergia es indispen- importancia de ser "bilingüe": habrarles en "femenino,,a
las mujeres y a
I sabie que las diferencias sé ar{iculen positivamente, que se reconozcan y los. hombres. en "masculino,l
se acepten. Evadirlas o negarlas no hace que desaparezcan; aceptarlas es
el primer paso pala explorar la posibilidad de aiticularlas. Aprovechar las
habilidades y los saberes de las otras requiere ser capaces de reconocer'
que nosotras no tenemos esas habilidades y saberes, pero que sí tenemos
otros, para transformar la envidia y la rivalidad en competencia abierta ¿Qué quiere decir esto? Desde niñas ras mujeres, como grupo sociar,
so-
y con reglas. mos "entrenadas" culturalmente para preservar
las relacion.s a todo pre-
cio, evitar el conflicto, ser "buenitas". claro que
como la mayoría de las
Un catalizador es una sustancia que favorece o acelera una niñas no aprende a pelear, tampoco ha tenidá
oportunidad ie practicar
reacclón química. En sentido figurado se refiere a una acción técnicas básicas de negociación y resolución
de conflictos, y .n g.r.rrl
que motiva o impulsa un proceso, en este caso el trabajo coor- no sabe despersonalizar un ataque, como
ocurre en los d.port.rlsi ob-
dinado en equ¡po. sefvamos a un grupo de niñas y a otro de niños jugando
durante el recreo,
se podrá ver cómo entre los niños hay poco razonamiento ve¡bal:
ellos
gritan, se lanzan unos encima de otros, resuelven
a golpes sus diferencias.
Las reglas del juego Entre las niñas, hay mucha conversación,
mucha elaboración verbar; rara
vtz se agarran a golpes y ni siquiera se interrumpen;
habla primero una,
Un elemento que ayuda a desengancharse de conflictos destructivos en después la otra, y así, tomando turnos
de manera espontánea. Deborah
las relaciones entre mujeres es conocer las reglas del juego. Y no me re- Tannen (199l)describe escenas donde esta dinámica se reproduce
en
fiero únicamente a las reglas del juego de la organizaciln, del partido o elespacio laboral: las mujeres toman
turnos, habla una, ra otia escucha.
de la poiítica nacional. Hay que conocer las reglas del juego del género, Las mujeres construyen una
discusión, mientras que ellos hacen decra-
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¿Qué hacer?
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iMuieres iuntas...? -
companeras
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h.iÉ*ion.'s sou,. tas relaciones conflictlvas entre
yioit.tot para alcanzar acuerdos políticos
Confrécuenciaiamayoríadelasmujeresllegamosalaedadadultasin Una mujer con autoestima baja puede intentar actuar como si tuviera más poder
de maneras socialmen-
ob., expre§ar la ira,la frustración, la decepción' enoio
' del que'realmente tiene. También puede ejer:cer manifiestamente el poco poder '. ..
;"*.rái;r. r., t o*ures puede, expresar sus sentimiéntos de que tiene con el frn de sentirse mgjor Puede intentar construir su poder de maneras
o empujone§' y eso los
con sritos, groseríá;, golpes,-patadas, cachetadas ''
lrfemenina"i r másencubiertas, como po¡ e]enrplo,,'desacreditando aottamujer a.sus gspaldas,., :'.. ..,. . . -
fu;i¿s;ip¿¡ó cámo esta formtr agiesíva no es
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;;:.",'.#
lasmujeresengeneralmanifestamosnuestroenojomediantelaagresión Una mujer con buena autoestima está contenta consigo misma y en general no
indirecta o Pasiva.
, tiene necesidad de invQlucrarse en ese-tipo de ¡uegos de po{er para probar.que.se. . .. ..
tus hiias o hijos, discusiones con tu novio o marido, deudas, está en consonancia con todo 1o que hemos aprendido cle niñas y jóve-
conflictos de o con tus padres, temas delicados de salud o la nes, entra en contradicción con la lógica competitiva y mascuiina que
posibilidad de un embarazo. prevalece en el ámbito púbiico: ganar, avanzar en ei proyecto, ser más
apreciado que el otro.
Ser bilingüe Ias.mujeres interactuamos desde una postura que afirma nuestra femini-
dad y que preserva la lógica de las idénticas. Un jefe le puede decir a una
Al analizar lo que ocprre en el murido público, y en las relaciones de secretaria: "Necesito este docümento en limpio para hoy a las dos de la
trabajo, varios.invesligadorés han'planteado la necesidad de que las mu.- tarde". Pero ¡i gna jgfa.se lq pide de.la misma fqrma a su secretaria,lo más
'jeres'seamos bilingües:.que.nos dirijainos a'las'.mujeres en ilfernenir.tq'l-y. ''
'probable es que,esta lo resienta, Es,necesario primero',establecer elrapport:
t'masculino". Los especialistas en relaciones humanas "Hola Fulanita, ¿cómo has estado? Oye, te iba a pedir un favor: ¿crees
a los hombres en
dentro de espacios laborales han observado que las relaciones entre hom- que podrías tenerme en limpio este documento para las dos de la tarde? "
bres se basan en.un.intercambio puntual de infsrmac,ión: los ho'rnbres: Decir l'necesito esto para tal hora" o decir "¿crees que podrías tenerlo listo
quieren transmitir o recibir la cuestión de fondo: ii al grano, y rápido. En para tal hora?" marca toda Ia diferencia entre mujeres. Sí, relacionarnos de
la comunicación entre mujeres, aunque también se tfata de pasar infor- manera suave y cortés con otras mujeres, a la larga es más eficaz que ser di-
mación, el proceso es totalmente distinto: pafa Sef .eficaz se precisa un . rectas y asertivas. Sin embargo, no es la mejor estrategia cuando se trata de
ritual de interacciéh, con el objetivo de estáblecer rapplrÍ. con la otrá. '' relacionarse con los hombres. En ese caso, 1o mejor es ser directas y aser-
Dicho desde la perspectiva que he planteado, la mayoría de las mujeres tivas. Por eso se recomienda ser "bilingües". ¡Qué complicada situación!
requieren que Se les confirme que son iguales.
-inconscientemente-
Este hábito es uno de los problemas más serios que enfrentamos' Tenemos que aprender a ser eficaces para alcanzar nuestro objetivo, pero
después de alcanzado hay que desarrollar una estrategia para transformar
El tema de la igualdad suscita confusiones, puesto que como seres hu- eseestilo "femenino" con nuestras compañeras o subordinadas. Depen-
manos todas las personas Somos igUales y todas deberíamos tener los y de cómo las
derá de los procesos que se den al interior del equipo,
mismos derechos. Pero se es igual Como ser humano y como ciudadana, y compañeras vayan comprendiendo lo que implica la dinámica cultural
al mismo tiempo, se es diferente en capacidades, intereses, gustos y des- de la feminidad. Poco a poco, en la medida en que se pueda ir hablando
empeño. Si queremos ayanzafhacia niveles mayores de eficacia politica y de los problemas que causa la lógica de las idénticas, habrá posibilidad de
laboral es necesario distinguir, valorar y aprovechaf nuestras diferencias' desarrollar otros estilos de relación dentro del equipo, ¡y fuera también!
Por eso, un objetivo indispensable para las mujeres que deseamos man- Ser bilingúes es un esfluerzo extra, pero a la larga resulta me-
tenel una buena relación laboral o política es aprender a comunicarnos nos desgosf ofie que no ser tomadc en serio por los hombres o
de manera clara y directa. Rara vez decimos lo que pensamos, y solemos que enfrentor los conflictos con /os compañeras de trabajo por
..plática de comunicación "femenina".
hacer social" sobre la apariencia, los hijos, los amores. Esto, que haber evitado esa forma
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68§ Rellexiones sobr." las relaciones coniiictivas entre c0mpañeras
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La importancia del bilingüismo laboral es un eiemplo eiocuente: hay más "i-lcl¡iüarí.,i: Deslués oe la reuilí¡r rire qire oé oelsando que
posibilidades de comunicar con éxito y conseguir cooperación de ias
1a iai vi:z no: sei'¡i¡-ia hacri uir., en.-r-l.tsta ¿Oué pienias? hics
mujeres si la manera en que se pide 1o que se necesita es con una pre- .:¡ll'a ittii !aia nC.l el.iiitats c.. iC! ttílt¿rs ¿C,-rinc,leii;ts hacerl¿
gunta y no con una orden directa. Pero esto no se debe usar en la comu- itii-l Un grlipC irequeitc, sóio para cubrit ia parte rcpte ¡cflI2Ii-
nicación con los hombres, pues ellos interpretarán ese estilo "tentativo" va? ¿1e paíere ciue io pl,:riarnos hacer? Dir-ne cómo io ves."
coulo muestra de inseguridad, como si no supieras reqlmente qué hacer.
' Frases como "No estoy muy segura de si esto fupciqne, pero he estado Mientlas no logremos un qarlbio radical en la conciencia- de las demás
.' pensando'en'hacer ta1 cosa; ¿córno la ves?¿1, resultan indispensables para '. mirjeres; que,fun'cionan con la lógica'de las idénticáSl' una,manera pára
que una igual pueda escuchar tu propuesta, perb son un desastre si se la no atentar contra esta lógica parece ser el uso del plural: "nosotras" en
diriges a un hombre. Usar expresiones como "tal vez", "podría ser" "me vez delsingular "yo". IJna mujer que dice "Yo necesito esto", genera re-
- ..parece que.a 1o mejorl' en.vez de frasear de manera directa suena, a oídos sentimiento:,I-lna que dice "¿Crees que podrías?"; está comprometiendo
masculinos, como indecisión, y eso se traduce en que se dude de tu capa- a la otra y eitá requiriendo colaboración. "No estoy segura de si mañana
cidad de realizar la tarea. 'podríamos hacer tal cosa. "¿Tú qué piensas?" es una iórmula probada,
u1a fr,ase ritr¡aJ, para comunicar 1o quese va a hacer malana.
.casi
At suovtzar la fuerza de una orden con ¿que I e plrece >i pi obtr
mos hCIcer tal cosa?" en vez de decir "haz tal cosa", o al cerrarla En 1a medida en que la relación ya progresando, se pueden eliminar ex-
con una interrogación "¿no crees?", una iefa estó mandando la presiones como "Lo siento", o "perdón", que son usadas de manera mu-
señc/de que respetCI la opinión de la otra, de que son "lguoles'1 cho más frecuente por las mujeres que por 1os hombres. iQué paradoja!
Las jefas que inician una petición con "Lo siento" o "Perdón" tienen
Sin embargo, si una jefa se acercara a una colaboradora y le dijera "Tie- más posibilidad de que les hagan caso: "Perdón por interrumpirte, ¿crees
nes que hacer tal cosa mañana", muy probablemente 1a otra internamente que podrías darme la mano con esto?" resulta más eficaz que un sencillo
pensaría, "¿Quién se cree esta?" o "¡Qué autoritaria!" En cambio la misma "Necesito esto, por favor", como io diría cualquier jefe hombre. Las mu-
frase, pero dicha en estilo femenino, 'tTe parece que mañana hagamos tal jeres que usanun estilo "femenino" para sonar menos autoritarias tienen
cosa?" no produce resquemores. En los libros que abordan esta problemá- menos conflictos con sus compañeras. Si se trata de mujeres, "Lo siento,
tica hay ejemplos de memorandums redactados por la misma jefa, con el vamos a tener que terminar este reporte para hoy" funciona mucho me-
mismo mensaje, pero uno dirigido a un hombre y otro a una mujer: jor que "Hoy hay que terminar esto".
.
"Carlos: Después de la reunión me quedé pensando en que se- Con los hombres es justo lo contrario. A oídos masculinos, tantos "per-
ria oportuno hacer una encuesta. Baslaría un grupo pequeño dón" y "lo siento" suenan absurdos, pues los hombres no están condicio-
para que fuera representativa. Ocúpate, por favor.' nados por los mandatos de la leminidad ni por 1a lógica de las idénticas.
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§ ¿Mujeres juntas...? E
70r Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre cornpañeras
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¿Qué hacer? i¡
Para un hombre decir "Lo siento" o "perdón" quiere decir que se equivo- D Atención: nos interesomos en serío en lo que la otra persona hsce o dice.
có. Para una mujer no necesariamente, y la mayoría de las mujeres 10 usa Nuesfro cuerpo mira de frente haria la otra persona y se inclina hacia ella;
para expresar atención y preocupación recíproca y así poder trabajar de D Gusto: mediante una sonrisa o osentirniento con la cabezamostrornos nues-
manera más armónica. La distinción entre el uso del término "io siento" tro agrado y acuerdo;
en mujeres y en hombres ha sido muy analizada por los lingüistas, y es 3) Coordinación; es estor en sincroníq con la otra.persona, por ejemplo, toman-
importante que no se olvide la diferencia a1 tratar con unas o con otros. do.tur nos par a habl ar.y escucharnos.
De ahí la importancia del bilingüismo
Pero na hay que olvidar nunca la importancia de usar las "pa- Incluso muchas mujeres, cuando hablan con otras, hacen comentarios
Iabras mágicas": "por "grac¡as" y "lo siento". autodenigratorios, del tipo "estoygordísima", "hoy no me peiné" o "ando
favor",
depre'l, etc:, para establecer rapporf o'desactivar.la.envidia, Son.declara-
Los códigos de ética laboral recomiendan siempre tener un buen trato, ciones que aparentemerite no vienen á1 caso, pero suelen funcionar como
respetüoso pero'asertivo, Esos dos eleméntos, respeto
:. y asertividad, soh un seguro de protección y resguardan la autoestima de las otras. . -
muy productlvos.
A ojos inasculinos, tanto biri blsbtafemenino es un problema. por eso la's
mujeres también tienen que aprender a hablar en masculino, cuando in-
Más rapport teractúan con hombres. Ahi lo que cuenta es ir al punto, ser directas y no
pedir perdón, ni disculparse. La asertividad frente a los hombres es fun-
Tanto las palabras que se usan, como las expresiones corporales len- damental. Además,la dinámica masculina implica resolver los problemas
-el
guaje no verbal- tienen gran impacto en los mensajes que enviamos. de manera individual, tomando una posición. El hombre no quiere que
Hay una serie de señales útiles, como la aprobación con la cabeza, la sus compañeros de trabajo se metan en sus decisiones. Por eso, cuando
sonrisa y ciertas expresiones faciales. Está comprobado que las mujeres alguien va a pedirle una sugerencia,la manera en que la ya a dar es rá-
sonríen mucho más que los hombres, tanto en las interacciones entre pida y al punto. Si alguien le plantea un problema y 1o consulta, él dfuá
ellas como en las mixtas. Hacen gestos con la cabezapara alentar a que con seguridad: "hay que hacer tal o cual cosa". Ahora bien, si una mujer
la otra persona continúe hablando. le pregunta a otra, la consulta o le pide un consejo, ocurre otra cosa. Si
ella le responde en "masculino" "hay que hacer tal o cual cosa", 1o más
Aunque el rapport se do en la interacción entre dos personss, cuando hacen probable es que la que preguntó se irrite, que lo viva como una orden:
"clíck" o hay química entre ellos, es posib/e promoverlo mediante nuestro com- "¿Quién se cree que es?" En cambio, si elia responde en "femenino": ',A
portami ento. I mplica tres elernentos: ver, tal vez podrías hacer tal o cual cosa, pero no estoy muy segura.
¿Tú
que piensas?", será mejor recibida su sugerencia.
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¿Qué hacer?
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t2 I,,il [efléx one! sobre las relaciones conflictivas entre compañeras 173
y los retos para alcanzar acuerdos políticos
Por eso ios procesos de toma de decisiones de manera participativa fun- importancia de hacer un pacto de apoyo entre todas. Hay que pensar en
cionan muy bien entre mujeres. Y por eso mismo, así como pafa las mu- cómo neutralizar el enojo, la mala rivalidad, la herida narcisista de las
difícil mandar
jeres es complejo obedecer a otfas mujeres, para las jefas es otras. A ojos de las demás, la elegida las vueive menos, y 1o resienten:
tanto a hombres como a otras mujeres, Si no usan un estilo diferenciado "¿Por qué, si somos idénticas, a ella sí y
a mí no?" Empiezan a circular
con cada uno de los sexos. rumores: esa compañera o jefa es una autoritaria, tiene un amante y ie
pone el cuerno al marido, es una mandona, es.alcohólica, de buró. Los
chismes y las reacciones negativas que generó dicho ascenso establecen
¿Por qué ella síy yo nG? un clima de desconfianza, y la reacción adversa de las compañeras socava
la'reputación de la ptqmoyida. Muchas elegidas, at tratar de reafi¡mar
'Cuando'uhí mujer se distingue de las demás; cuandd"la pfomüeúén'en el' su rueva posición, son.calificadas como.r'trorrachas de,poderir, "tiranasfl
trabajo, cuando le llega un ascenso, cuando la nombran candidata o ac- o "brujas", y se las ve como que se les "subió el cargo", que "subió un
cede a un puesto, sus compañeras pueden sentirse traicionadas, enojadas, escalón, ¡y se mareó!"
esperabas. Puede que aparentemente te feliciten, pero días después em- agresividad, ni el intento de ganar, que supone derrotar a los demás as-
piezana correr chismes, o empiezas a encontrar jetas, o simplemente te pirantes al puesto. Lo que se espera es que la competencia sea limpia,
dejan de saludar. Si has intimado con compañeras de trabajo, te expones abierta, con reglas, y que se acepte sin rencor a quien verrza. Ese es, justa-
que compartiste inocente y abiertamente, se convierte en algo para seI tir, no ganar". Pero la realidad en el mundo de la política y del trabajo es
usado en tu Contfa. Por eso las relaciones entle mujeres pueden pasar de otra: hay reglas ocultas, pesan los privilegios, se hacen trampas. Inciuso
ser un paraíso a convertirse en un infierno. los hombres reconocen que la competencia laboral y/o política es distin-
ta de la del deporte, más complejay sin reglas tan claras. Pero además,
El equipo de trabajo no debe ser un espacio donde se cofnparten inti- la mayoría de las mujeres no hemos competido deportivamente, y no
midades. La relación Con las compañeras tiene que asentarse Soble otra hemos desarrollado esa perspectiva de valorar la competencia, aunque
perdamos. Lo que sí és un hecho es que tanto en el mundo de la política
base: un objetivo claro y una alianza, con pactos explícitos. Hay que ha-
como en el del trabajo quien no reconoce que a veces se gana y a veces
blar con las demás sobre qué implica el predicamento de ser elegida y la
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74 a
¿Mujeres juntas...?
Reflexiones sobre las relaciones confl¡ctivas entre compañeras
o "r" &i5
i:: y los retos para alcanzar acuerdos políticos ¡a
se pierde, queda fuera del juego. Hay que aprender a ganar y también a evitar conflictos, algunas mujeres han aprendido de manera inconsciente
perder. Y eso también implica aceptar las diferencias que hacen que una a disminuir sus éxitos o buena fortuna. Manejarse con modestia ante los
persona sea, en un momento determinado, más adecuada para un cierto propios éxitos es una lorma de prevenir envidias y agresiones.
puesto. Por eso la "lógica de las idénticas" hace tanto daño, porque para
los puestos no somos idénticas. Así como se recomienda "no contar el dinero delante de los pobres",
también se.advierte que no es buena idea presumir los éxitos delante de
Cuando nos sentimos dolidas porque a alguien a quien consideramos las compañérás de trabajo. Sin embargo, para construir redes de apoyo y
riuestra iguál le dair algo,'y no nos'lo.dan anósokas,lo.que sucede es aváfizar políticámenterhay que nutrirse de los éxitos'y.aprender de ellos.'
que creernqs ilarnos cuenta.dé que no sombs tan competentes o capace§ No festejar los éxitos va en detrimento de todas ias compañeras.
*corniiblla; .':.. .....- .-...'..:
hos aüto:dévalüaixos ]¡ tehdelrios"á''nega'r sus'cualidades.'Lo 1: :.
ideal es reconocer que a veces alguien es mejor para cierto puesto y eso Al lestejar los logros hay que recordar que no Io' hemos alcan-
no pasa por valer más o menos, solamente por ser distintas. La lógica de zado solas. Reconocerlo y agradecer a todas Ias personas invo-
' las'idénticas.dificulta ver las diferencias'que'hay entre nosotras, no en .. Iucradas en'el proc€so que nos llevó a alcanzar ral o cual éxito
términos de más o menor valor, sino de aptitudes distintas, de tener un nos hará senlirnos bien con nosolras mismas y, soore todo,
perfil específico. Por eso, que se distinga a una compañera nos provoc'a hará que se stentan reconocidas y agradeciclas las demás.
una herida narcisista, qu'e desata envidias e impulsos agresivos, 1o cual
dificulta apoyar y valorar a ia elegida. Una de las reglas del mundo público es que hay que anunciar cuando una
hace bien algo, cuando logra un puesto, cuando resuelve un problema. Si
Una fórmula muy eficaz para aceptar las designaciones o los las mujeres no presumen como debieran, porque temen 1as represalias
ascensos, los nuestros y los de las demás, es, de la "lógica de las idénticas", entonces tampoco se sabe que las mujeres
hacen bien las cosas, que triunfan, que tienen éxitos. La regla del mundo
"Hoy por ti, mañana por mí". público va en contra del mandato de la feminidad, con su valorización de
la modestia y la abnegación. Culturalmente, las mujeres discretas caen
mejor que las que presumen. "Presumida" es un término al que todas las
Mostrsr los logros, pero srn presurnín mujeres le huyen. La recomendación que los experios dan a las mujeres
: en posición de jefa o de figura superior es la de no sólo poner atención en
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pero de manera modesta. ¡Uf! Los hombres no se preocupan por eso.
éxitos. Compartir malas noticias es ocasión de atenciones, cetcanía, in- i
Para nosotras, es parte del costo de ser el segundo sexo, de estar en una
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¿Mujcres iLrntas...? ¡¡
RefJexionei sobre ias relaclones conflictlvas entre compañeras ia
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i y los retos para altanzat acuerdos políticos
guación curiosa, pero las mujeres la escuchan como una crítica. La ten-
tener el apgyo y solidaridad de las demás mujeres, hay que cuidarnos
1a
dencia femenina es escuchar cualquier comentario como crítica, a tomat
de mostrar que nos va bien, pero si no mostlamos que nos ha ido bien,
las demás? cualquier señalamiento como acusatorio. Una persona pensante tiende a
¿córno vamos a obtener el apoyo de
olvidar que hay preguntas que se perciben como acusatorias y cree que
. La cuestión eS que no hay fecetas, que hay que analizar el contexto de si pregunta ¿por qué? só1o está dando a entender que quiere conocer la
' .cada mombntó, y vei Cómó Ya a intefpretarse que hables de tus logros'' ruz6nparuhaber hecho ta1 o cual cosa. Aquí es útil recordar que "las for-
y hay otras en mas" son importantes. De ahí la utilidad de formular las críticas o seña-
.'Hay lugares en donde §e espera una actitud pfotagénica
que lévantar lamientos que se hacen a las compañeras y subordinrdas junto con cum-
dona. Jro oo r.rí, bien'recibido. En ciertas'ocasiones tiénes
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mano e'intervenir, y.en otras es mejor mantenef un-perfil ba¡o. Ya ha1
plidos o atenciones, pueq así las mujeres logran dejar de lado la sensación
.: ' :: ' '' '' ' '': ." .. - acusatoria y escuchar el señalamiento concreto. Para,las mujeres, el gran. ..,
'l portunidad dé'éómunicár1o'ciüe piensás'o 1o que lograSie; ,
Por elempio, una mujer que según esta tipología habi"ía sicjo
ciasilicada.c0mo "pensanr,e' e¡piesa la opir:ión cie que una
Una rama de la psicología laboiaf clasifica a 1aS personas .ei pensantes'y
de las cornpañeras del equipc que se habia propueslo ella
sinfienfeq a senfidoras y pensad,oras. Aquglla¡ pefsonas en quienes do-
misma pará hablar en púbiico clurante un evento'no debería
mina el pensamiento toman decisiones en una forma légica y objetiva.
hacerlo, puesto que en ocas¡ones anteriores no ha preoarado
Aquellas en las que domina el sentimiento, toman decisiones poniéndo-
bien su presentación y tampoco riene facilidad de palabra. Las
se en el lugar de la otra, intentando tomar en cuenta las necesidades de
otras dos con las que lo c0menta que serían clasificadas
las personas involucradas. Y, como suele suceder,las personas sintientes -y
como "sintientes"-, opinan que X sí deberia hacer la presen-
irriiana las pensantes. En términos generales, las mujeres quedan ubi-
lación pues habria que t0maí en cuenta que está pasando por
cadas dentro de la categoría de sintientes y los hombres dentro de 1a de
un divorcio muy ciifícil y la decisión de no incluirla en ei evento
pensantes. Y cuando las mujeres se comportan como pensantes, suelen
la llevará a deprimirse aún más. Como vemos, ambas posturas
ser vistas como frías, autoritarias o "brujas" por las mujeres sintientes'
son válirjas desde ambas perspectivas. La propuesta aquisería
Las mujeres sintientes y las pensantes hacen lo que pueden, pefo sus es-
a.rnalgamar las dos para aicanzar una decisión que no sea úni-
tilos tan contrapuestos pueden derivar en malentendidos, ofensas y con-
camenle "lógica y objetiva" o únicamente "tome en cuenta ias
flictos personales.
necesidades de X", puesto que además de pensar en ella hay
que pensar en la imagen clel particio y en el objetivo del evenlo.
Uno de los mayores problemas está en la forma que se interpretan las
preguntas más sencillas, y que las mujeres suelen escuchar como si se 1
¿Qué cjecisión podría tomarse haciencio que ambas posruras
I
se encontraran en Lin jusio medio? y, sobre todo, ¿cómo seria
ttatara de una crítica. A la pregunta "¿Por qué fuiste a esa reunión?" los l
la manera en que se comunicaría dicha cjecisión a X?
hombres responden, sea ignorándola o como si se tratara de una averi-
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§ ¿Mujeres iuntas...? ¿Qué hacei? ñ
78á Reflexiones sobre las relac¡ones conflictivas entre compañeras Ats
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É y los retos para alcanzar acuerdos polít¡cos s
A grandes rasgos, una propuesta de solución sería hablar claramente con Las ideas que venían de Milán habiaban de desarrollar una relación de
X: "Queremos que tú hagas la presentación, pero nos preocupa que en affidamento entre mujeres. Este término, mezcla de fener fe y deposi-
otras ocasiones no te has preparado suficiente. Queremos que alguien su- tar la confianza, implica que, al aceptar que otra mujer tiene algo que
nosotras no tenemos
pervise tu presentación y que la ensayes con ella para que tanto tú como -mayor capacidad organizativa, mayor desarrollo
el equrpo queden muy bien". intelectual, mayor habilidad para ciertos trabajos- la valoramos y la in-
vestimos de cierta autoridad; en su fuerza encontramos nues{ra fueruay
nos valoramos ambas como mujeres. Es muy utópico, sin duda, pero es
un buen horizonte aspiracional. las italianas exhortaban: "No.neguemos
los cqúlictos, las cont¡adicciones y las diferencias", sirp resolvámoslas
aprender a ser bilingüe, y otra ed desarrollar una actitud nueva que per-'
mita cambiar este estado de cosas. Pa¡a ello es necesario mtroducir rc- E¡ lafuerzade cada mujerestá lafuezade las demás mujeres
laciones de .di{erenciación .y valoración. f,sta es una labor.que ¡equie- , : i
rc taclo y un climá de confianzá efl el equipo, para asi lograr erosionar En las relaciones entre mujeres, cuando reconocemos diferencias y las
paulatinamenre la I'logica de las idénticas2 a la vez, ir ¡ desarrollando valora¡ircs cofi elaffidamento,rcchazamos laseguiidad aparente que nos
la valoración de las diferencias. ?ara h¡cer üna int€nenciótr de este tipo da else¡timos todas iguales ¡ en véz de ello, sostercrnos 1á importa¡cia
iesulta iriüy interesante un tirodelo que desarroJiaroi las feministas ita- de asuñir el deseo de hacei cosas: el deseo de trcái. Se trata; iues, de que
üanas bajo el nombre de q¡fidqmento. lu mujeru encuentren su fuerza en la relació¡ con el deseo, en el querer
hacer de las otras. Y la importancia del at'fidamento no se queda ahí, sino
Affidamento: térn¡no iurídico cw el qte se nombÍo uno re- que va más lejos, pues plantee una cútica profunda a la autocomplacen-
lación de tutoría de una persona que tiene autoridad con cia y al discurso de las víctimas.
otra que es menor en edad o jerarquía.
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¿Mujeres juntas...?
82§ Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre comoañer¿s ¿Qué naccrr $
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y los retós para alcanzar acuercJos políticos ñs¡
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Sin embargo, hay ocasiones donde todo falla y hay que enfrentar a la
Es fundarnental, cómo no, demostrarles a las otras mujeres que te impor-
compañera que persiste en agredir, chismear, burlarse. Lo mejor es bus-
tan, y que piensas en ellas. Pero más allá de los detallitos, que son útiles,
carla y decirle algo así como: "Esta actitud tuya tiene que parar. He dado
hay que buscar formas y espacios para compartir algo más que el simbó-
tiempo para que reconozcas mi trabajo, pero tus comentarios y tu ac-
lico día de la mujer o de la madre. Hay que crear las condiciones para ha-
titud con mi persona están socavando mi autoridad y eso no lo puedo
cer en verdad un ejercicio de planeación estratégica con ellas, y ayudarlas
permitir por el papel que me toca desempeñar. Ya no es una cuestión
a analizar su futuro laboral, las opciones,los obstáculos. Aprovechar para
personal, es un asunto del trabajo, que interfiere con la labor de equipo
que aprendan a rendir cuentas, a cumplir acuerdos, a reconocer diferen-
y con la responsabilidad que tengo. Tenemos que resolver esta situación.
cias y resolver conflictos, en fin, a profesionalizarse. sólo así será posible
Yo veo tres posibilidades. O involucramos a un jefe superior (o al jefe de
recomendarlas y promoverlas.
recursos humanos) para que dirima nuestro conflicto, o contratamos a
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un consultor externo para que haga una intervención desde afuera o 1o
Ahora bien, el hecho de que tú cambies no garantiza que las demás
tratamos de resolver tú y yo". La consulta tiene que ser muy "teórica",
cambien. Habrá alguna que se empecine en seguir usando .,las tretas del i
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nada personal. "Aquí hay un problema y hay que resolverlo, tú dime por
débil", habrá a quien no le interese dejar el aglutinamiento de la idénti-
dónde empezamos."
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uo Reflexiones sobr e las relaciones r onflir,tivas enlftt [ompai]eras ¿Qué hacerr §
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lii y los retos para aiaanzar a{ ucrdos po itrcos
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l\o rearciones vrsrer¿tlmente anre cacia conilicto. Cuandc srri'- Cuando se trata de una mujer que está por encima de nosotras, a veces
Pe clgur ii¡lu t-r: ¡'rr rir dlguien tC¡\lr i c (nttii¡,'tJl ,rU-i,
pensamos que una jefa es mala sólo porque no cumple con los rituales
tazÓn pcr ia cr-le es;,, pe rscna "chccó" r0nli"a ncs0l,ras 0irece
femeninos de apapacho y detallismo, pero hay que diferenciar entre las
deberse a qLte m;ilinf erpreió nuesiias .,rcicne s; Dei0 iamDtén llamadas brujas y las verdaderas malas. A muchas mujeres se las califica
pued€ sei- que liene probiem¡s ije saiud, algun color. Dieoir,l
de brujas, porque actúan de manera atípica y por su rigor eficiente. Hay
palión o enolc ilor ti.ri-'slicna: nc rela,:i.itJ,l.t' { r I t,i r-,t a! muchas malas que, como decía Monsiváis, son como un "rnazapán enve-
nenado", o sea, dan la impresión de dulzura, cuando en realidad son puro
.'l¿rr.D'flJl',: i' r( - i.;clo 1J\'! td.li- ...\.''' ..,ifl '
veneno. Muchas'mujerix profesionistas, éspecialmente en árnbitos mas-
ile [50r]a-s ríaen :us !ruirics conllict0:r.
culinos óomo la ecqngmía,las finanzas, la política, qor-rfiesan que prefie-
-renl'tener un jefe o supervisor'que'úna'jefao:supervisofa. Han áprelrdido' '
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a funcionar en "masculino" y por esó la queja de otras mujeres es que son
Ln ut[r¡'RCI ca3ü duras, sólo piensan en ellas. Estas je{as mujeres no dan la menor oportu-
nidad a las dernás y pa.recería que ellas quisieran seguir. siendo lasúnicas . ' .
Sin embargo, no hay que hacerse ilusiones de que los problemas con algunas
mujeres en la punta. En el otro extremo, se hallan quienes han encontra-
de las mujeres que nos rodean se pueden resolver. Cuando se trata.de con-
doüna maneratotalmente distinta y más satisfactoria de trabajar'cuando
flictos de mala rivalidad o de mucha enüdia, nohaynada que hacer. Cuando
han tenido ]a suerte de tener a una jefa mujer, que no teme que otras Ia
una es prornocionada acaba siendo muy difícil mantenér la misma relación
alcancen b incluso superen, y consecuente con elio apoya en'varios nive-
con las cornpañeras de antes. La jefa de un equipo tiene que decidir, fijar
ies el crecimiento de las que vienen detrás de ella.
pautas, dar retroalimentación, aceptar o rechazer. peticiones de permisos,
subir el sueldo, gratificar. Una candidata tiene una agenda, debe hacer una
Sin embargo, ia mayoría de los conflictos no se dan con las jefas, sino con
campaña, buscar aliados. No hay tiempo para consultat todo con las que
las compañeras, y en el fondo de muchos de los con{lictos entre mujeres
antes eran tus compañeras, sobre todo si están resentidas o enojadas porque
se halla la dificultad de aceptar la diferencia y vivir con ella. Esta difi-
ellas no fueron las elegidas. Entonces hay que cerrar ese capítulo emocional,
cultad suele ser un factor que provoca la ira contenida y oculta. Hay que
y buscar apoyo en otro lado, con otros pares, sean hombres o mujeres, para
hablar en privado cuando se da esta situación y en un caso dado tratar el
aprender cómo moverte, para conseguir apoyo y salir adelante. Y, desde ese
tema de cómo se va a manejar la ira en el grupo (por ejernplo, si alguien
nuevo lugar, apoyar a las compañeras que quedaron atrás.
tiene la mecha corta o es muy voluble); un piimer paso útil es reflexionar
cémo las formas de manejo de la ira vienen de nuestros modelos familia-
Ahora bien, también hay que aceptar la dura realidad de que hay mujeres
res: de familias donde se contenía o se manifestaba violentamente.
que son malas personas. Como no siempre es posible evitarlas o alejarse
de ellas,lo único que sirve es no mostrar hasta dónde te hacen daño, te
Si la forma de expresar el enojo es una parte de las dificultades, la otra
irritan o te molestan. Y resulta muy útil pedirles las cosas por escrito, parte consiste en saber escuchar los reclamos y el enojo de las demás.
para evitar malas interpretaciones.
No es fácil aceptar las críticas o los señalamientos de molestia de otras
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¿Mujeres juntas...? A guisa de conclustón t§
868 Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras ?t
fr: y los relos para alcanzar acucrdos políticos
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compañeras. Cuesta mucho trabajo detectar qué está genetando el pro- A guisa de eone§usién
blema en la relación: enyidia, rivalidad, malos entendidos. Pero el sim-
ple hecho de confrontar abiertamente el problema con tranquilidad y
aprender a hablar de ias dificultadesi puede hacer que las relaciones
dentro de1 equipo mejoren. Tal vez eso que es fundamental -aprender
a hablar de otra manera, más clara y rnás directa, entre nosotr*s- BS
. 1o difícil, sobre todo porque la cultura mexicana se caracteriza jus-
más
tamente.por sei barioca, ambigua y ÍaÍdvez directa. Es muy común.1a' ..
, óoncepción de qúe no es .eortés deqir que no, pol lo que hay ocasibnes .
en que las persona§ asientén gentilmerite,'pero hay',qüe inferir eue ess:'' ' 1 _-',.-::._- ....:...-.
tras organizaciones y del país, las mujeres necesitamos unirnos. Y ante go, es de 1o más importante, pues ese dato va a marcar la forma en que
la política controlada patriarcalmente, las mujeres de todos los partidos, nos tratan. Bocchetti 1o dice espléndidamente:
junto con las integrantes de movimientos sociales, debemos instaurar
una nueva forma de hacer política. Lo que tengo en común con las otras mujeres: sr en-
iro en una habiiación, antes de comunicar si soy gua-
Maria Luisa Boccia dice que la práctica politica cie las n'luieres , pa o fea, culta o ignorante, pobre o rica, comun¡sta o
supone una ambivalencia: "mantener unidas la participación y democristiana, comunicaré el hecho de ser una mujer.
lnmediatamente quien me,mira se cornportará. e I con:
sgcuencia segÚn usos, costumbres e historia. Lá expe-
,
iu ntarpartieipació n' y extrañeza.implica tanto [u ch ai-',po t',fe-.. r riencia.de.esa adaptae ión'de los dennás es lo que tengo
ner presencia como seguii cuestionando esa presencia. O sea, en común con las otras mujeres, tah sólo eso. Experien-
ni creérnosla totalmente, ni dejar de actuar. cia dramática y desesperante y desgraciadamente for
. mati.va. Si.decido modificar ese teatro; debo reconocer
Esta posición de excentricidad de las mujeres en el orden sociopolítico que ese teatro precede a todos los demás.
hace indispensable que las mujeres nos unamos; incluso por encima de
la pertenencia a nuestra propia organización . La unión hace la fuerza. La Bocchetti nos recuerda que nos tratan por nuestra apariencia, nuestra
posibilidad de mejorar nuestra posicíón está vinculada a nuestra chpaci- figura de mujer, de acuerdo con "usos, costumbres e historia". Sin
dad para insertarnos en redes más amplias, pues eso, además de redoblar embargo, eso de que todas las mujeres compartamos un mismo dato
la fuerza, nos permite incorporar nuevas perspectivas y contar con más biológico (el cuerpo femenino) no hace que todas recibamos igual tra-
información para elaborar discursos y prácticas políticas. to, o que tengamos los mismos derechos o las mismas oportunidades,
ni siquiera que tengamos las mismas aspiraciones políticas. La forma
Las alianzas entre mujeres son fundamentales: Ias mujeres debemos paclar pun- en que se nos trata varía, dependiendo de la edad, la clase social, la
tualmente, aunque luego podamos discrepar políticamente. pertenencia étnica y el lugar geográfico en que nos encontremos: no
es 1o mismo ser una indígena de Oaxaca, que una estudiante en una
Patricía Mercado universidad privada en el DF; no es lo mismo ser anciana que ser jo-
ven; no es lo mismo trabajar como funcionaria que como empleada
doméstica. En nuestro país se notan a simple vista las brutales dife-
Mujeres unidas rencias entre mujeres, y al comparar los niveles de salud, educación
y esperanza de vida es evidente la profunda brecha que existe entre
Llego al final de esta reflexión recordando 1o que la feminista italiana las mujeres de distintas clases sociales y entre las mestizas y las indí-
Alessandra Bocchetti ( 1990) subrayó: lo único que todas las mujeres te- genas. Esas desigualdades cuentan mucho. Hay más similitudes entre
nemos en común es nuestro cuerpo de mujer. Nada más eso, sin embar- hombres y mujeres de un mismo estrato social, que entre mujeres de
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** ¿Mujeres juntas...?
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oibriosraría
Reflexiones sobre las relaciones conflictivas entre compañeras
,OE y los retos para alcanzar acuerdos políticos §
E91
nidad, pero saber que podemos salirnos de ellos y construir otras for-
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de mujer" sería la capacidad de ver a las demás mujeres y comprender
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sus necesidades. Por eso el objetivo no es "querernos" sino reconocer que
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nos necesitamos, para de ahí unirnos e intentar avanzar en esa compleja
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