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PERSONALIDAD, TEMPERAMENTO Y CARACTER

DEFINICION

La siguiente es la definición y diferenciación básica entre los tres conceptos:

Personalidad: Es la diferencia individual que constituye a cada persona y la diferencia de otra


por medio de sus características o cualidades originales.

Temperamento: Es la manera de ser o de reaccionar del individuo, determinado por los


aspectos motivacionales y emotivos propios de cada persona.

Carácter: Es el conjunto de cualidades o circunstancias propias de una persona, que la


distingue de las demás por su comportamiento.

PERSONALIDAD

Su problemática

El término “personalidad” es un área de la psicología que produce una gran perplejidad al


psicólogo. El especialista que pretende abordarlo con métodos científicos, se encontrará entre
una difícil tarea. Expresiones como “tiene una fuerte personalidad” o “carece de personalidad”
tiene un valor coloquial evidente, pero carecen de todo rigor científico.

Sin embargo, en principio hay que admitir que la personalidad puede ser estudiada, medida y
descubrir leyes que nos permitan predecir el comportamiento de un individuo. En psicología,
como en Física, los científicos siguen operando y dando por supuesto, que el orden de causa
y efecto se cumplen en el campo físico y en el psíquico.

Definición

No existe una definición universalmente aceptada de personalidad. Proviene del latín


“persona”, que era una máscara utilizada por los actores en las obras teatrales de la
civilización grecorromana. El término extendió su significación en tiempos de Cicerón, para
designar, retórica y metafóricamente, el rol de todo ser humano en la vida social. Actualmente
el término “personalidad” puede definirse como la diferencia individual que constituye a cada
persona y la diferencia de otra por medio de sus características o cualidades originales.

En medios no científicos, “personalidad” engloba las características de singularidad,


individualidad, emociones, sentimientos y sensibilidad que otorgan identidad e imagen
especiales a los integrantes de los diversos grupos sociales.

Desde tiempos de Freud se ha tendido a definir la personalidad en función de un complejo


proceso de desarrollo y maduración, sujeto al influjo de múltiples factores. A pesar de sus
limitaciones, el aporte freudiano fue, en su tiempo, un gigantesco paso adelante, pues
contribuyó a superar conceptos tanto religiosos como moralistas, directa o indirectamente
alentados por crudas formulaciones de orden genético.

En definitiva, “personalidad” es el conjunto de modalidades adaptativas que el individuo utiliza


en su contacto cotidiano con el ambiente en que se desenvuelve. Es el conjunto,
relativamente durable, de rasgos y patrones de conducta que presiden el núcleo de las
situaciones interpersonales características de la vida humana.

Factores que configuran la personalidad

Podemos enumerar los siguientes tres factores como los principales de la personalidad.

Desarrollo y maduración

Numerosos autores han examinado el complejo proceso de crecimiento, desarrollo,


maduración y declinación de la personalidad a lo largo del ciclo vital del individuo normal.
Tales contribuciones han devenido en una formidable masa de información en torno a la
influencia de factores biológicos, psicológicos y socioculturales en los llamados años
formativos.

FREUD se basó en el estudió de las bases del desarrollo psicosexual durante la infancia y la
niñez. Los términos oral, anal y fólico han alcanzado popularidad tanto en los círculos
científicos como entre el gran público.

PIAGET prestó particularmente atención al desarrollo cognitivo del niño.

ERIKSON enfatizó la importancia de las influencias sociales en el desarrollo individual.

Factores prenatales

Es innegable la influencia que los factores genéticos ejercen sobre las características físicas,
capacidad intelectual y rasgos de la personalidad del individuo.

Hay factores a considerar sobre la madre en el ambiente prenatal, tales como: la edad
materna, los hábitos dietéticos, la salud y enfermedad, el status emocional, las actitudes y la
exposición a drogas y radiación.

Algunos estudios sugieren que traumas psicológicos en el feto o alteraciones durante el


proceso de parto pueden tener ulteriores repercusiones en el desarrollo de la personalidad del
individuo.

Cultura y personalidad

Múltiples trabajos de origen antropológico y psicoanalítico se han ocupado de la relación entre


cultura y personalidad.
Teniendo en cuenta que la cultura se define como un conjunto de normas, valores y pautas de
comportamiento, que se traducen como el “modo de vida” de un grupo, es un valioso
instrumento para analizar la socialización de la personalidad. En el proceso de aculturación el
individuo aprende las formas de comportamiento admitidas por su grupo y tiende a adoptar el
tipo de personalidad ambiental, o por lo menos resulta ser un factor importante a tener en
cuenta.

La personalidad básica está determinada por las instituciones primarias (familia e instituciones
educacionales) que a su vez determina las instituciones secundarias (religión, mitos,
ideologías, valores).

En resumen, la formación de la personalidad es inseparable de las condiciones culturales


específicas en que se desarrolla el individuo, pero dicha influencia no debe entenderse como
una acción mecánica de la sociedad sobre el individuo.

Importancia clínica

Se ha señalado ya que el concepto de personalidad no implica necesariamente la presencia o


producción de síntomas clínicos. Sin embargo, su carácter, clave en la estructura psicológica
del individuo, puede resultar afectado por cualquier desorden emocional o mental.

Las consecuencias de los desórdenes psicopatológicos de la personalidad son, entre otras, la


disminución o pérdida de la flexibilidad para actuar coherentemente en el plano interpersonal,
una limitada capacidad de enfrentamiento al estrés (meladoptativa), la propensión a la
ansiedad y a la subsecuente descompensación emocional, y las dificultades ocupacionales e
interpersonales.

Cambios de la personalidad

La personalidad no es una entidad estática, sino que está sometida a transformaciones. Los
expertos coinciden en esto, pero discrepan acerca de la cuantía y de los elementos en que se
opera el cambio.

A veces se describen transformaciones dramáticas de la conducta atribuidas a sucesos


importantes pero, por lo general, los cambios son graduales y requieren un período más o
menos largo de incubación. Las transformaciones de la personalidad se realizan dentro de
ciertos límites, como los determinados por los factores biológicos, el aprendizaje, el ambiente
y otras circunstancias socioculturales.

El cambio de la personalidad es un hecho derivado de las transformaciones fisiológicas y de la


experiencia. Los niños se caracterizan por un desarrollo orgánico importante y por una
maduración psíquica considerable. La pubertad implica transformaciones fisiológicas,
hormonales y afectivas profundas. La vejez tiene la experiencia del declive físico, de la
enfermedad y de la muerte. Es explicable que todos estos cambios tengan algún efecto sobre
la personalidad.
TEMPERAMENTO

El temperamento es parte de la personalidad y está constituido por los aspectos


motivacionales y emotivos del individuo, en gran parte determinados por factores biológicos
propios de la constitución individual. El término proviene del latín temperamentum, que
significa medida.

Hipócrates elaboró la Teoría de los cuatro humores, entendiendo que los “humores” son
cualquiera de los líquidos del cuerpo humano. La suposición básica era que el predominio de
uno de los humores daba lugar a un temperamento determinado.

Tanto griegos y romanos como el resto de posteriores sociedades de Europa occidental que
adoptaron y adaptaron la filosofía médica clásica, consideraban que cada uno de los cuatro
humores aumentaba o disminuía en función de la dieta y la actividad de cada individuo.
Cuando un paciente sufría de superávit o desequilibrio de líquidos, entonces su personalidad
y su salud se veían afectadas.

Teofrasto, discípulo de Aristóteles, elaboró una relación entre los humores y el carácter de las
personas. Así, aquellos individuos con mucha sangre eran sociables, aquellos con mucha
flema eran calmados, aquellos con mucha bilis amarilla o blanca eran coléricos, y aquellos
con mucha bilis negra eran melancólicos. Debido a que mucha gente pensaba que existía una
cantidad infinita de humores en el organismo, era común la creencia de que la pérdida de
fluidos era una forma de muerte.

Médicos de la antigüedad como el médico griego Hipócrates (460-370 a c) y el médico griego


Galeno (129-200) distinguían cuatro tipos de temperamentos, considerados como emanación
del alma por la interrelación de los diferentes humores del cuerpo:

• Sanguíneos: las personas sociables, pero con un humor muy variable.

• Melancólicos: personas tristes y soñadoras, con predominio de bilis negra.

• Coléricos: personas cuyo humor se caracteriza por una voluntad fuerte y unos sentimientos
impulsivos, en los que predomina la bilis amarilla y blanca.

• Flemáticos: personas que se demoran en la toma de decisiones, suelen ser apáticas, a


veces con mucha sangre fría, en las cuales la flema era el componente predominante de los
humores del cuerpo.

Esta división de los temperamentos ha llegado hasta nuestros días a través de los escritos
árabes de la Edad Media. La influencia de la teoría de los humores fue indiscutible, no sólo en
medicina sino también en las manifestaciones literarias, escultóricas y pictóricas, donde puede
comprobarse el arraigo que la doctrina logró, incluso a nivel popular.

La división clásica de los temperamentos parte de una información antigua, válida todavía en
la psicología actual: la influencia de los procesos bioquímicos del organismo en la
determinación del comportamiento. El influjo de lo somático en lo psíquico mantiene
innegables coincidencias con la doctrina clásica.

El temperamento es la manera natural con que un ser humano interactúa con el entorno.
Puede ser hereditario y en él no influyen factores externos. Es la naturaleza general de la
personalidad de un individuo, basada en las características del tipo de sistema nervioso, y
está relacionado con la influencia endocrina, que se debe a los genes, y que se manifiesta en
determinados rasgos físicos y psicológicos.

El temperamento y el carácter definen la personalidad del ser humano; y la diferente


combinación e intensidad en que éstos se manifiesten en sus diferentes áreas nos hacen ser
únicos y humanos.

Clasificación por temperamento Hipócrates

Según la clasificación de Hipócrates, dentro de la psicología existen 4 tipos de


temperamentos, según la predominancia de uno de los cuatro humores. Son los siguientes:

Temperamento sanguíneo

Basado en un tipo de sistema nervioso rápido y equilibrado que se caracteriza por poseer una
alta sensibilidad, un bajo nivel de actividad y fijación de la concentración y una moderada
reacción al medio. La característica de su sistema nervioso es una moderada correlación de la
actividad a la reactividad. Es extrovertido y manifiesta alta flexibilidad a los cambios de
ambiente.

Es una persona cálida y vivaz. Es considerado como una persona muy extrovertida. Siente
verdaderamente las alegrías y tristezas de otros como si fueran las suyas y posee un estado
de ánimo muy variable.

Es receptiva por naturaleza; las impresiones externas encuentran fácil entrada en su interior
en donde provocan un alud de respuestas. Tiende a tomar decisiones basándose en los
sentimientos más que en la reflexión. Es tan comunicativo que es considerado una persona
súper extrovertida. Tiene una capacidad insólita para disfrutar y por lo general contagia a los
demás.

Características del temperamento sanguíneo:

• Se trata de una persona cálida, campante, vivaz y que disfruta de la vida.

• Es receptiva por naturaleza, las impresiones externas encuentran fácil entrada en su interior
en donde provocan un alud de respuestas.

• Tiende a tomar decisiones basándose en los sentimientos más que en la reflexión.

• Es tan comunicativo que es considerado un súper extrovertido.


• Tiene una capacidad insólita para disfrutar y por lo general contagia a los demás su espíritu,
que es amante de la diversión.

Temperamento flemático

Está basado en un tipo de sistema nervioso lento y equilibrado que se caracteriza por tener
una baja sensibilidad, pero una alta actividad y concentración de la atención. Es característica
de su sistema nervioso una baja reactividad a los estímulos del medio, y una lenta correlación
de la actividad a la reactividad; es introvertido y posee baja flexibilidad a los cambios de
ambiente.

Es tranquilo, nunca pierde la compostura y casi nunca se enfada. Por su equilibrio, es el más
agradable de todos los temperamentos. Trata de no involucrarse demasiado en las
actividades de los demás. Por lo general suele ser una persona apática, además de tener una
buena verborrea. No busca ser un líder, sin embargo puede llegar a ser un líder muy capaz.

Características del temperamento flemático:

• Es un individuo calmado, tranquilo, que nunca se descompone y que tiene un punto de


ebullición tan elevado que casi nunca se enfada.

• Generalmente ese el temperamento de personas muy capaces y equilibradas.

• Es el tipo de persona más fácil de tratar y es, por esa naturaleza, el más agradable de los
temperamentos.

• El flemático es frío y se toma su tiempo para la toma de decisiones.

• Prefiere vivir una existencia feliz, placentera y sin estridencias, hasta el punto que llega a
involucrarse en la vida lo menos que puede.

Temperamento melancólico

Está basado en un tipo de sistema nervioso débil, posee una muy alta sensibilidad, un alto
nivel de actividad y mucha concentración de la atención, así como una baja reactividad ante
los estímulos del medio. Es introvertido y le caracteriza una baja flexibilidad a los cambios en
el ambiente.

Es abnegado, perfeccionista y analítico. Es muy sensible emocionalmente. Es propenso a ser


introvertido, aunque sin embargo, puede actuar de forma extrovertida. No se lanza a conocer
gente, sino que deja que la gente venga a él. Sus tendencias perfeccionistas y su conciencia
hacen que sea muy fiable, pues no le permiten abandonar a alguien cuando están contando
con él. Además de todo, posee un gran carácter, que le ayuda a terminar lo que comienza.
Pero es difícil convencerlo de iniciar algún proyecto, debido a que siempre está considerando
todos los pros y contras ante cualquier situación.
Características del temperamento melancólico:

• El melancólico es el más rico y complejo de todos los temperamentos.

• Suele producir tipos analíticos, abnegados, dotados y perfeccionistas.

• Es de una naturaleza emocional muy sensible, con predisposición a veces a la depresión.

• Es el que consigue el mayor disfrute de las artes.

• Es propenso a la introversión, pero debido al predominio de sus sentimientos puede adquirir


toda una variedad de talantes.

Temperamento colérico

Está basado en un tipo de sistema nervioso rápido y desequilibrado; posee alta sensibilidad y
un nivel de baja actividad y concentración de la atención. Aunque tiene alta reactividad a los
estímulos del medio y una muy alta correlación, también es flexible a los cambios de
ambiente.

Es rápido, muy activo, práctico en sus decisiones, autosuficiente y sobre todo independiente.
Es extrovertido, pero no tanto como la persona de temperamento sanguíneo. Se fija metas y
objetivos. Es muy ambicioso. Valora rápida e intuitivamente y no reconoce los posibles
tropiezos y obstáculos que puede encontrar en el camino si es que busca lograr una meta.

Características del temperamento colérico:

• Es caluroso, rápido, activo, práctico, voluntarioso, autosuficiente y muy independiente.

• Tiende a ser decidido y de firmes opiniones, tanto para él mismo como para otras personas,
y tiende a tratar de imponerlas.

• Es extrovertido, aunque no hasta el punto del sanguíneo.

• Generalmente, prefiere la actividad.

• No necesita ser estimulado por su ambiente, sino que más bien lo estimula él con sus
inacabables ideas, planes, metas y ambiciones.

Herencia genética y el entorno

Actualmente se acepta que ciertas características del temperamento se deben a procesos


fisiológicos del sistema linfático, así como a la acción endocrina de ciertas hormonas. El
temperamento tiene, por tanto, un porcentaje genético nada despreciable. También se acepta,
de forma general, que los efectos intensos y permanentes del entorno pueden llegar a influir
de forma importante en la formación del temperamento de cada individuo.
Sea como sea, como norma general se dice que el temperamento viene dado por la genética,
mientras que el carácter se forma a partir del temperamento, asimilando las vivencias y
experiencias que proporciona el entorno.

CARACTER

Los términos carácter y personalidad a veces se utilizan indistintamente, aunque también


suelen diferenciarse. El término carácter tiene origen en el griego y significa marca grabada;
señal que se esculpe o se dibuja en algún objeto. En su aceptación psicológica pasó a ser
denominador del estilo de vida o el sello personal que se pone de manifiesto en el
comportamiento del individuo.

La preocupación por el carácter, en su aceptación psicológica, se remota a la antigua Grecia.


El autor más conocido fue Teofrasto a quien se debe la obra que lleva por título “Caracteres”
en la que se presentan 30 descripciones de otros tantos tipos psicológicos. Su influencia fue
verdaderamente notable en los siglos posteriores.

La técnica empleada por Teofrasto es muy sencilla. Comienza por la definición del rasgo
dominante, por ejemplo, la avaricia y después se aportan una serie de ejemplos donde la
influencia de dicho rasgo se pone de manifiesto.

El término carácter, en psicología, ha adquirido un significado especial adicional, además de


la aceptación primitiva de marca o sello. Es el modo específico de comportamiento del
individuo, determinado por sus cualidades morales.

El carácter no se toma aquí como una parcela de la personalidad, sino como la personalidad
misma, que es valorada positiva o negativamente.

Tal vez el uso del criterio valorativo caiga fuera de la ciencia; sin embargo los valores de un
individuo configuran, al menos en gran parte, su personalidad. Se trata de hechos que influyen
sobre la personalidad, al margen de que sean o no compartidos por otros sujetos humanos.

INFLUENCIA A NIVEL PERSONAL Y SOCIAL

El temperamento domina a los seres humanos y es de gran importancia en nuestra vida y en


nuestras relaciones interpersonales ya que son los afectos, los temores, las esperanzas, las
creencias y las emociones los que nos impulsan a decidir y a actuar.

La combinación de los genes de los padres en el momento de la concepción es la que


determina el temperamento básico de cada quién desde la concepción y es, por tanto, el
responsable en gran medida, de nuestra forma de reaccionar, de comportarnos, de nuestras
respuestas emocionales y, en mayor o menor grado, de casi todo lo que hacemos. Es por ello
que existen personas más sociables y otras más introvertidas, unas más dispuestas a la
acción y otras al reposo; unas con pensamiento optimista y otras con mayor tendencia al
pesimismo.
La mayoría de las personas no son conscientes del poder de influencia de su temperamento
en su forma de comportarse y, en consecuencia, entran en conflicto consigo mismos y
tratando de ser de una manera distinta a como son lo cual no sólo les afecta a ellos sino que
afecta también a sus relaciones familiares y a las personas con las que conviven. También, a
consecuencia de este desconocimiento, muchas personas se rechazan, sienten que no se
“encuentran a sí mismas” y no logran sentirse tranquilas ni felices.

La teoría de los cuatro temperamentos se puede convertir en una herramienta para


conocerse a sí mismo y para mejorar la comunicación y las relaciones con la pareja, la familia
o con cualquier otra persona.

Fuentes:

https://www.religionenlibertad.com/personalidad-temperamento-y-caracter-39678.htm

https://gestaltsinfronteras.com/2012/05/17/la-influencia-del-temperamento-en-las-relaciones/

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