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2019

"MANUAL FORMATIVO DE ESPECIALISTAS EN TÉCNICAS


DE RESCATE Y SALVAMENTO ACUÁTICO DEBIDO A
CATÁSTROFES NATURALES"

BOMBEROS UNIDOS SIN FRONTERAS


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RESCATE Y SALVAMENTO ACUÁTICO DEBIDO A
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ÍNDICE
1.- INTRODUCCIÓN.
2.- HIDROLOGÍA BÁSICA.
2.1.- ORIENTACIÓN EN EL RÍO.
2.2.- TIPOS DE RÍOS.
2.3.- ESCALA INTERNACIONAL DE DIFICULTAD DE LOS RÍOS.
3.- ENTORNOS DE INTERVENCIÓN.
4.- RIESGOS.
5.- EQUIPOS Y MATERIALES DE INTERVENCIÓN EN RESCATES.
5.1.- EQUIPO INDIVIDUAL.
5.2.- MATERIAL ADICIONAL DE RESCATE.
6.- INTERVENCIÓN EN EL MEDIO ACUÁTICO.
6.1.- PROCEDIMIENTOS EN EL RESCATE.
6.2.- TOMA DE DECISIONES.
6.3.- CONTROL DE LA SITUACIÓN.
6.4.- PRIORIDAD EN EL RESCATE.
6.5.- EVACUACIÓN.
7.- TÉCNICAS DE NADO.
7.1.- NADO CON CORRIENTE.
7.2.- NADO SIN CORRIENTE.
7.3.- POSICIÓN DE SEGURIDAD.
7.4.- NATACIÓN ACTIVA.
8.- TÉCNICAS DE ACTUACIÓN.
8.1.- TIEMPOS Y RESCATADORES.
8.2.- SECUENCIA DE ACTUACIÓN.
8.3.- VALORACIÓN DE LA ACTUACIÓN-
9.- TÉCNICAS DE RESCATE.
9.1.- TÉCNICAS DE VADEO.
9.2.- AUTORESCATE.
9.3.- RESCATE POR CONTACTO.
9.4.- NADANDO ATADO CON VÍCTIMA.
10.- RESCATE DESDE TIERRA.
11.- RESCATE CON CUERDA.
12.- COMUNICACIÓN ENTRE INTERVINIENTES.
13.- PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN.
14.- PRÁCTICAS EN PISCINA.
15.- MÉTODOS DE REMOLQUE.
15.1.- LA ELECCIÓN DE UN MÉTODO DE REMOLQUE.
15.2.- ARRASTRE CON MATERIALES.
15.3.- TIPOS DE MATERIALES DE ARRASTRE.
15.4.- MÉTODOS DE ARRASTRE.
15.5.- FORMAS DE REALIZAR EL ARRASTRE.

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1.- INTRODUCCIÓN.
A partir de este momento nos adentramos en un medio no natural para el ser humano, un medio
donde nuestra seguridad depende de múltiples factores, no siempre controlados por nosotros
mismos y que nos hace experimentar inseguridades e incertidumbres.

Hablamos del medio acuático, el cual puede traernos consecuencias incompatibles con la vida, por
lo que debemos ser conscientes de donde nos adentramos.

El rescate y salvamento acuático, no se reduce a piscinas y playas. En muchas ocasiones se


producen complicaciones en ríos, riadas e inundaciones.

Debemos tener conocimientos básicos para defendernos en dicho medio y, como equipos de
emergencias, nos vemos en la obligación, no sólo de poseer estos conocimientos que
salvaguarden nuestra vida, sino también de unos conocimientos y preparación extra que nos
permitan salvaguardar la vida de terceras personas.

Para ello, necesitaremos de una ardua preparación tanto física, como teórico-práctica con un
constante reciclaje para encontrarnos siempre preparados para cualquier incidencia en un medio
que siempre nos generará dificultades.

Respeto, seguridad y preparación serán nuestras premisas para poder abordar de una manera
eficaz cualquier tipo de intervención en el medio acuático, máxime cuando entra en juego una
variante que sin duda aumenta considerablemente el riesgo que asumiremos en plena actuación,
hablamos de la corriente.

Como podemos observar, hemos comenzado un puzzle de factores que sin duda exigirán de
nosotros todo nuestro potencial profesional, para que estas intervenciones lleguen a buen puerto
y con unos resultados óptimos, prevaleciendo siempre la seguridad del rescatador y de la víctima.

Para comenzar conozcamos unos conceptos básicos sobre hidrología, para así podernos adentrar
más de lleno en técnicas y procedimientos de trabajo en el medio acuático.

2.- HIDROLOGÍA BÁSICA.

2.1.- ORIENTACIÓN EN EL RÍO.


Debemos tener claro a la hora de dar indicaciones dónde nos encontramos en el río o riada para
que demos información veraz y fácil de interpretar. Tendremos que tener claros los márgenes u
orillas. 
Para ello, siempre miraremos la corriente y nos situaremos en la misma dirección de la
corriente, teniendo entonces:

a. Margen derecha u orilla derecha: lado derecho del río mirando río abajo.
b. Margen izquierda u orilla izquierda: lado izquierdo del río mirando río abajo.

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2.2.- TIPOS DE AGUA.


 Agua blanda: se caracterizan por un color blanquecino y
aspecto espumoso. La cantidad de aire existente es muy
grande, generando grandes burbujas de aire y dando ese color.
Son aguas donde la flotabilidad disminuye considerablemente,
dificultando por ello el nado en este tipo de agua.

 Agua mixta: el color no es tan blanco como en las blandas, pero aún vemos algunas formaciones
de estas burbujas. Aunque el tamaño de la burbuja es mucho menor que en las blandas,
permitiendo un poco más el nado en ellas.

 Agua dura: se caracteriza por tener un aspecto sólido,


donde no observamos movimientos agitados que producen
burbujas, el aire es casi inexistente. En este tipo de aguas
nuestra flotabilidad es mayor y, por lo tanto, nos facilita el
nado en ellas.

2.3.- ESCALA INTERNACIONAL DE DIFICULTAD DE RÍOS.


Las aguas rápidas podemos clasificarlas en 6 niveles, dependiente de algunos factores que ahora
detallaremos.
CLASE I. Agua moviéndose con pocos rizos y pequeñas olas. Con pocos o sin obstáculos.
CLASE II. Rápidos fáciles, con olas de hasta 1 metro de alto de ancho. Canales claros que
son obvios sin exploración. Se requiere alguna maniobrabilidad.
CLASE III. Rápidos con olas altas e irregulares. Posee pasajes angostos que requieren de
gran maniobrabilidad. Pueden requerir exploración desde la orilla del río.
CLASE IV. Rápidos largos y difíciles, con pasajes estrechos que requieren maniobras
precisas en aguas muy turbulentas. Es necesaria una exploración desde la orilla y sus
condiciones hacen el rescate muy difícil.
CLASE V. Extremadamente difíciles, largos y muy violentos, con rutas muy congestionadas
y angostas, las cuales deben ser exploradas SIEMPRE desde la orilla. Condiciones para
rescates muy difíciles.
CLASE VI. Entrada muy peligrosa y casi imposible, grave peligro para la vida. Rescates casi
imposibles desde el agua. Estudiarlo SIEMPRE desde la orilla.

2.4.- CAUDAL Y COLOR.


El caudal es la cantidad de agua que discurre por un río. Siempre es variable, por lo que dificulta la
graduación de las dificultades del río.
No siempre el aumento en el caudal significa aumento de las dificultades, pero sí de velocidad y

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fuerza del río, lo que se traduce en aumento de la peligrosidad.

El color del agua va a ser el dato más significativo de cálculo de caudal del río, excepto cuando haya
causas externas que lo modifiquen.

 Agua clara, cierta transparencia que nos deja ver o intuir claramente el fondo. Nos indica un
caudal normal.
 Agua turbia, nos indica que aumenta la cantidad de sedimentos que arrastra, bien porque
acaba de terminar una gran riada o porque el caudal está aumentando. Podemos ver agua
turbia de color gris plomo que nos indica que son aguas de deshielo.
 Agua muy oscura (chocolate o verde), es indicación de grandes riadas y por lo tanto grandes
peligros.

3.- ENTORNOS DE INTERVENCIÓN.


En bomberos, nuestras actuaciones en el ámbito acuático se denominan como intervenciones en
ríos, riadas e inundaciones, ya que son las intervenciones que necesitarán de un equipo de
emergencias en caso de rescate o incidencia, dada la dificultad y magnitud de las mismas.

Este tipo de intervenciones las llevamos a cabo en distintos tipos de entornos pero que comparten
muchos aspectos. Por ello podemos citar:

 Ríos: es una corriente natural de agua que fluye de una forma continua. Posee un caudal
determinado cambiante durante el año. Esta corriente puede desembocar en otro río, en un lago o
en el mar.

 Lagos: masa de agua dulce o salada estancada, por lo general no suelen tener grandes
profundidades. Suelen tener gran vegetación en las orillas de cierta densidad. Tienen la
peculiaridad de que pueden presentar mareas y puede variar según la estación del año.

 Embalses: gran masa de agua conseguida por taponamiento total o parcial del cauce de un río o
arroyo. Estos taponamientos pueden ser tanto naturales, como artificiales, teniendo así por
ejemplo, deslaves de laderas, acumulación de placas de hielo, construcciones de origen animal
(castores) o simplemente presas hechas por el ser humano.

 Zonas inundadas: hablamos de zonas que se ven irrumpidas de una forma lenta o violenta de
agua. Estas zonas normalmente están libres de ella y tenemos diferentes causas que pueden
generarlas:

 Fuertes precipitaciones.
 Desbordamiento de ríos y arroyos.
 Ruptura de embalses.
 Deshielo.
 Mareas que suben por encima de su nivel
normal.

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Las formas de intervenir se llevarán a cabo dependiendo de las características de cada uno de los
citados entornos.

En ríos, lagos y embalses, tenemos unas variaciones dentro de unos márgenes más o menos
controlados. Cuando hablamos de zonas inundadas, aunque tengamos zonas localizadas por
repetición, estas variaciones son menos controladas y, por lo tanto, entrañan un mayor riesgo e
impacto sobre la zona afectada.

4.- RIESGOS
Tendremos muy en cuenta a la hora de nuestra intervención, los riesgos inherentes en ríos, lagos y
embalses. Serán muy importantes a la hora de pensar una maniobra de intervención en dichos
medios.

Riesgos más comunes en ríos:

 Rápidos: tramo del río de mayor pendiente, provoca una aceleración y turbulencia en la
corriente de agua. Suelen verse en las zonas más angostas del cauce y donde la existencia de
piedras es mucho mayor. Solemos identificarlos, además de por lo anteriormente dicho, por el
color blanquecino del agua, causado por las burbujas de aire generadas en cada obstáculo que
atraviesa el agua. Observamos agua blanda en estas zonas.

 Corriente: debemos ser capaces de diferenciar los tipos de corrientes y los movimientos más
importantes que estas generan. Sin adentrarnos en profundidad, veamos los tipos de corrientes
y movimientos más importantes que pueden generarnos las corrientes de agua:

 Corriente principal: es la parte del cauce donde la velocidad del agua es mayor
y presenta mayor fuerza de arrastre. Se suele ver a simple vista por los movimientos que
genera.
 Corriente secundaria: parte del cauce que acompaña a la corriente principal, de
menos velocidad y fuerza. Puede encontrarse a un lado o otro de la corriente principal o a
ambos lados de la misma.

 Líneas de corriente: son unas líneas imaginarias que se forman entre los diferentes tipos de
corrientes, ya sea principal, secundaria o contracorriente. Es importante saber identificarlas
porque nos serán de gran ayuda a la hora de nuestra intervención.

 Contracorrientes: se forman detrás de obstáculos o curvas muy cerradas. Son corrientes que
podremos identificar por la gran acumulación de residuos flotantes, como también en muchas
ocasiones podremos observar como la dirección de la corriente es contraria (ascendente) a la
dirección del río. Estas corrientes serán descansos ideales a tener muy en cuenta a la hora de un
rescate, así como saber identificarlas y acceder a las mismas.

 Rebufos: son corrientes circulares de eje horizontal en el sentido de la corriente (ejemplo

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comparativo: ruedas de vehículo). Son generados por la caída de agua desde una altura
(cascada). Están condicionados directamente por varios factores como son:

 forma del salto de agua: mayor en rampa


 caudal: mayor a mayor caudal
 forma de la balsa de agua de recepción:
mayor si la badana es de forma esférica.

Cuando el agua cae en estas condiciones se generan


dos corrientes, una inferior que sale hacia adelante
(salida) y una superior que sale hacia arriba, esta es la
realmente peligrosa, ya que una vez nos saca a la
superficie, parte del agua vuelve hacia la cascada,
creando esta corriente circular que se convertirá en
un bucle en el que sumerge, saca a flote, sumerge,
saca a flote…

Esta corriente ascendente crea un montículo acuático que podremos ver a simple vista llamado
“hongo”. Cuanto más alto y más alejado de la base de la cascada, más peligroso será el rebufo.

Debemos evitar a toda costa entrar en un rebufo, ya que es de extrema peligrosidad y dificultad
salir de él.

 Sifones: corriente de agua aspirada al encontrarse en su curso con un obstáculo (troncos,


maleza acumulada, rocas…), encontrando paso por debajo de este obstáculo, aumentando la
velocidad. La corriente atraviesa el obstáculo por el hueco que queda libre, dejando a su salida
un rastro de burbujas de aire y una fuerte corriente de agua. A veces el obstáculo que genera el
sifón no está a la vista sino al nivel subacuático lo que aumenta aun más si cabe su peligrosidad.

 Drosages:
 Abiertos: la forma de la roca, generalmente en forma de cueva sin salida, crea una corriente
que entra por la parte superior de la roca hueca y baja siguiendo la formada la roca hasta
que sale. Se llaman abiertos porque el agua igual que entra sale.

 Cerrados: la roca donde choca la corriente tiene un saliente orientado al fondo, que crea una
corriente encerrada dentro de la roca, que hace que cualquier cosa que entra en dicho
drogase, quede atrapada en el mismo.

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 Remolinos: movimientos de agua circulares con un eje vertical


(ejemplo comparativo puertas giratorias). Se crea por la llegada
del agua a la badana por uno de sus extremos, generando estas
corrientes giratorias de las que solo escapa el agua que se
encuentra en el exterior. En principio no es por sí solo
especialmente peligroso, a no ser que genere otros tipos de
movimientos ya vistos.

 Crecidas: por aumento del flujo medio del curso de un río, cabe la posibilidad de que este se
desborde hacia los terrenos colindantes, llamados “llanura aluvial”.

 Aguas estancadas: aguas sin flujo y que van perdiendo sus propiedades y calidad con el paso
del tiempo.

 Riesgos en lagos

 Lodos: al ser masas de agua con poca o nula corriente van


acumulando sedimentos en el fondo que por la escasez de
movimiento hacen que tenga esa textura blanda y
pegajosa característica del lodo o fango.

 Vegetación: tanto la vegetación de las orillas, como las


algas, provocan dificulta el acceso y salida del agua,
provocando al rescatista estrés y cansancio, así como
peligro de enredo tanto del rescatador como de la
víctima.

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 Riesgos en embalses
Podemos tener los mismos riesgos que hemos visto en los lagos, pero tenemos el mayor riesgo
asociado a la apertura de las compuertas. Esto se realiza de forma manual o automática, por lo
que a la hora de una intervención en este tipo de lugares, debemos dar conocimiento a las
autoridades y confederaciones pertinentes, para con ello evitar los posibles peligros a los que
nos exponemos por el factor humano indirecto.

 Riesgos en inundaciones:
Los riesgos en las inundaciones son una mezcla de todo lo expuesto anteriormente, ya que nos
encontramos con zonas que normalmente no se encuentran afectadas por agua y que en un
momento determinado, se ven expuestas a masas de agua, ya sean estancadas o en
movimiento.
 Por precipitaciones desmesuradas: el terreno no puede absorber la cantidad de agua
recibida en un corto período de tiempo.

 Por desbordamiento de cauces o escorrentía: el cauce del río no es capaz de soportar una
venida de agua superior a la normal, por lo que el agua afecta a las zonas cercanas al
mismo. Puede producirse por precipitaciones, deshielo, taponamientos en el cauce ya sean
naturales (deslaves) o artificiales (invasión de zonas inunables, acumulación de tierras…).

 Por acciones del mar: si la avenida de agua coincide con la marea alta, no da tiempo a
evacuar el caudal recibido.

5.- EQUIPOS Y MATERIALES DE INTERVENCIÓN EN RESCATES.


Teniendo en cuenta nuestra propia seguridad, y la de las heridos, se considera que todo equipo
debe ser apto para el uso en aguas rápidas, por lo que, además de ser práctico, deberá soportar la
acción de las aguas, del viento, de la lluvia y de la fricción de las rocas u otros objetos en el río o
cualquier tipo de riada o inundación. Es importante utilizar un equipo diseñado para soportar la
fuerza de las aguas rápidas.

5.1.- EQUIPO INDIVIDUAL.


Los rescatadores deben llevar siempre un equipo de protección individual.

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 CASCO: ligero, bien ventilado y con cojines o suspensión ajustable son


los más utilizados, independientemente de la marca.

Su misión es la protección de la zona craneal ante posibles golpes,


debemos prestar especial atención a la zona facial (cara) ya que el casco la
deja totalmente desprotegida.

 NEOPRENO: proporcionan protección térmica en condiciones de


agua a bajas temperaturas, protección ante el viento mientras
estamos fuera del agua, protección ante posibles golpes
superficiales así como también nos proporciona una mayor
flotabilidad.

 CHALECO: utilizamos este material para ayuda a la flotabilidad del


rescatador. En EE.UU. Los chalecos recomendados por el servicio de
guarda costas son los tipos III a V, esto se traduce en que la flotación
que proveen es de un mínimo de 7 kg.

Los chalecos deben ajustarse al cuerpo del rescatador mediante cintas


con fijación y suelta rápida. Estará fabricado en material resistente con
zonas muy reforzadas para evitar una posible rotura mientras se
trabaja. Debe ser lo más cómodo posible para así facilitarnos el nado,
existiendo multitud de modelos en el mercado.

Estos chalecos suelen traer bolsillo o zona donde llevar cuchillo y silbato por la parte delantera y
algunos traen zona para incorporar la cuerda de rescate en la zona trasera.

 CALZADO: aquí debemos combinar la protección con el agarre


y la contención de temperatura. Podemos dividir en esta parte
calzado adecuado para rescate en aguas turbulentas (ríos,
riadas o inundaciones) y calzado adecuado para aguas
tranquilas (pantanos, lagos, piscinas, balsas...).

Lo más adecuado para aguas turbulentas es la utilización de


escarpines de neopreno reforzado con suela de goma para
garantizar el mejor agarre, combinado con la protección térmica y ante golpes que nos asegura.
Este tipo de calzado nos permite movernos con facilidad y de forma segura por el terreno seco
hasta realizar el rescate, evitando posibles percances por cortes, golpes o heridas punzantes en los
pies. Además, nos permite cierta facilidad a la hora del nado.

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Para aguas tranquilas podemos utilizar los escarpines anteriormente nombrados, aunque en este
caso y siempre observando la forma más segura para rescatador, podremos utilizar algún tipo de
aleta para aproximarnos con mayor facilidad a la víctima, preferentemente aletas cortas ya que
son más manejables que las largas.

 GUANTES: debemos utilizar guantes con el mismo objetivo que el


calzado, combinar una protección térmica, protección ante golpes y que
nos aporten la mayor destreza manual posible. Se suelen utilizar guantes
fabricados con una combinación de neopreno y piel, aunque también se
usan los guantes fabricados únicamente en piel por su mayor comodidad
y tacto.

 CUERDA: las cuerdas para el rescate acuático, vienen en una bolsa de


material resistente (cordura o similar) con un asa en la bolsa y otra en el
extremo más distal de la cuerda con respecto a la bolsa. La cuerda estará
fabricada en polipropileno, nylon o cualquier otro material que flote. Las
longitudes pueden variar dependiendo el modelo o tipo de cuerda.

 CUCHILLO: un buen cuchillo es esencial en rescates en ríos, el cuchillo es


considerado una herramienta vital en casos de salvamento y no deberá ser
usado para otro propósito. Debemos llevarlo en un lugar totalmente
accesible y a la vez seguro.

 SILBATO: se hace aconsejable el uso de un silbato acuático, para la comunicación entre


rescatadores, captando la atención de todo aquel que lo escuche, pudiendo realizar multitud de
señales sonoras con él. Debemos tener en cuenta que el medio acuático y a la vez en aguas
turbulentas por su ruido nos pueden dificultar muchísimo la comunicación entre el equipo de
rescate.

 TRAJE SECO: además de proporcionarnos la protección anteriormente dicha nos aporta una
protección extra ante un trabajo en aguas contaminadas.

 ARNESES: existe en el mercado una gran cantidad de aparatos de flotación personal especiales
(chalecos salvavidas de rescate) montados sobre un arnés. Los ronzales de arrastre son una de las
opciones, pues son una excelente herramienta, en caso de que alguien se caiga al agua y se tenga
que salvar.

Además del equipo de protección individual, los rescatistas deben contar con material o equipo
adicional de seguridad y rescate.

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5.2. MATERIAL ADICIONAL DE RESCATE.


 FLOPI, TUBO DE RESCATE, LATA...-Diferentes nombres con los que se conocen a estos
materiales, básicamente es un flotador con diferentes cualidades y materiales (flexibles, rígidos,
etc...) según veremos, qué unidos mediante un cabo aun arnés nos servirá para:

 Auto protección, ya que nos aportará flotabilidad


positiva ante cualquier accidente que pudiéramos sufrir
durante cualquiera de las secuencias del rescate (siempre
estaremos unidos a él).

 Localización, gracias a su color específico y llamativo


desde tierra podrán seguir mejor nuestros movimientos.

 Ante víctimas conscientes nos permitirá mantener una distancia de seguridad consiguiente
no llegar al cuerpo a cuerpo por el peligro que ello conlleva.

 Posibilidad de aplicar técnicas de reanimación pulmonar en el medio acuático.

 Facilidad y ayuda en los arrastres y remolques de víctimas inconscientes.

 ALETA: De gran ayuda para trabajos en costas, ríos, lagos, etc...Bien


por distancia a recorrer o por corrientes y mareas, nos evitarán un
gasto innecesario de energía que nos reforzará en el salvamento y nos
auto-protegerá en todo momento. Podemos encontrar infinidad de
modelos, aunque básicamente las dividiremos en calzadas y abiertas,
largas o cortas y blandas o duras, según la utilización que vayamos a
darle.

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 TORNO DE RESCATE: Arnés provisto de un mosquetón quita


vueltas con un cabo flotante, de color vistoso y de una longitud de
400 a 500 metros, con su fin en un rodillo con pie provisto de un
recordatorio de señales visuales, un freno, asas o mochila para
transporte y un manubrio para recuperar el cabo. Su función es
básica dentro del ámbito de cobertura sin necesidad o posibilidad
de usar embarcaciones de rescate, se le denomina cordón de vida
ya que en algunos momentos es la única unión con tierra y con tus
compañeros.

 CAMILLA INMOVILIZADORA FLOTANTE: Sus funciones tanto en aguas abiertas, como cerradas,
son excepcionales en las labores de prevención ante lesiones de columna y cervicales, evitando un
agravamiento innecesario, su flotabilidad nos ayudará en todo momento, así como sus cintas de
seguridad que unido al inmovilizador de cuello, evitará unas mayores lesiones.

Esta camilla vas provista de orificios laterales, anteriores y posteriores para modificar las
posiciones de las cintas de seguridad, siendo de gran utilidad para todo tipo de víctima.

 CUERDAS: Utilizaremos, a ser posibles, cuerdas flotantes para la instalación de sistemas de


retención y extracción del medio acuático, las longitudes variarán dependiendo de la instalación
que montaremos, recomendándose siempre cuerdas con un mínimo de 25-30 metros.

 MOSQUETONES Y MATERIAL DURO: (Cacharrería) para montaje de sistemas de evacuación y/o


seguridad. Utilizaremos este tipo de material para complementar a las cuerdas en el montaje de
las instalaciones anteriormente mencionadas.

 EMBARCACIONES: Podremos utilizar embarcaciones neumáticas a motor tipo zodiac plegables o


semirrígidas, así como embarcaciones neumáticas sin motor tipo rafting con las que tendremos
mejor manejo en determinadas ocasiones.

 BOTIQUÍN Y MATERIAL PARA PRIMEROS AUXILIOS: Dispondremos de un botiquín con material


básico de primeros auxilios, para unas primeras curas, así como férulas y collarines para la mejor
inmovilización de la víctima.

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6.- INTERVENCIÓN EN EL MEDIO ACUÁTICO.

6.1.- PROCEDIMIENTOS EN EL RESCATE.


Los accidentes pueden ocurrir por mil motivos en el medio acuático, empezando por unas malas
condiciones ambientales, lo que puede generar riadas e inundaciones, hasta un atrevimiento
excesivo en ríos, falta de información, experiencia y/o formación...

6.2.- TOMA DE DECISIONES ANTE UNA EMERGENCIA.


La cabeza es la mejor herramienta de rescate con la que contamos, donde nos encontramos todo
un arsenal de seguridad. En ella, está toda la información que poseemos sobre los primeros
auxilios, rescate con cuerdas, técnicas de natación, etc., nos ayudará a pensar, en solucionar de la
mejor forma los problemas a los que nos enfrentamos.

Antes que nada, hay que mantener la calma y poner las ideas en orden, observar detenidamente
la situación, teniendo en cuenta todas las variantes posibles, condiciones, posibles peligros
externos y manera más segura de actuación.

La toma de decisiones, durante una urgencia, es el momento más importante, porque es el acto
en el cual decidimos, cuál será el procedimiento y la forma de reaccionar en un evento de esta
magnitud.

6.3.- CONTROL DE LA SITUACIÓN.


Para el control de una situación de emergencia, es importante tener el conocimiento adecuado del
caso, el tipo de percance, grado de peligrosidad, el riesgo que debemos tomar, las vicisitudes y
contratiempos a los que nos enfrentamos.

Una vez definidos los planes de emergencia, éstos deben ser puestos en conocimiento de todos y
cada uno de los rescatadores.

Igualmente, se deberá equipar con los elementos necesarios para el adecuado cumplimiento del
rescate a realizar.

6.4.- PRIORIDAD EN EL RESCATE.


Existe diversidad de opiniones dispares en este apartado en cuanto a prioridades en un rescate, ya
sea acuático o no, pero lo que es cierto es que somos rescatadores, vamos al socorro de personas
que necesitan de nuestra ayuda para, en muchas ocasiones, salvar la suya pero...nos surge la gran
pregunta de ¿el rescatador o la víctima?.

Tenemos la opción de la víctima por los siguientes motivos:


 Equipo de protección individual con el que cuenta el rescatador y no la víctima.

 Conocimientos sobre el medio y maneras de actuar que posee el rescatador y no la


víctima. Suposición de mejor estado físico y de salud del rescatador ante la víctima.

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Son motivos que nos llevan a pensar que la vida de la víctima corre más peligro que la del
rescatador y lo cual nos haría decantarnos por ella.

También tenemos la opción de elegir al rescatador:


 En nuestras intervenciones la prioridad es nuestro bienestar y el de nuestros
compañeros.

 Siempre debemos intentar mejorar la situación y podemos pasar de tener una


víctima a tener dos.

 El vínculo emocional que nos une a nuestros compañeros.

En definitiva ponemos las dos opciones para resaltar que la prioridad en el rescate DEPENDE DE LA
SITUACIÓN, haremos una cosa u otra, no podemos regirnos por una regla estricta.

6.5.- EVACUACIÓN.
La evacuación de las víctimas, en los ambientes acuáticos, se considera de extremado cuidado, la
diferencia entre rescate en río y en montaña tiene que ver con la dificultad de evaluar la magnitud
del problema y la influencia de las condiciones cambiantes, tanto del clima como del río, de
manera adecuada.

7.- TÉCNICAS DE NADO.


Debemos tener en cuenta que el rescate comienza en la zona una vez se decide la manera de
actuar y el rescatista entra al agua. La manera en la que entrará al agua no será a elección del
mismo, sino que siempre será de pie, con la cabeza alta y los brazos extendidos para evitar en la
medida de lo posible que nos hundamos y así no perder, o perder el mínimo tiempo posible, a la
víctima de vista.

Una vez en el agua comenzaremos la aproximación a la víctima que la haremos nadando, y aquí
debemos diferenciar la forma de nadar en aguas tranquilas o aguas rápidas.

7.1.- NADO CON CORRIENTE.


Nadar en un rápido, para mucha gente que está iniciandose, no se parece en nada a nadar en un
lago o en una poza. Las intensas corrientes superan y agotan a los nadadores más expertos. Sin
embargo, si los nadadores entienden las fuerzas implicadas – sea por haber nadado en rápidos
más fáciles o por previa experiencia – se relajarán y tratarán de buscar la orilla. Por suerte, la
mayoría de las salidas, a nado, nos permiten salir a la superficie al instante. Una vez, en la
superficie, se debe observar atentamente el río y las orillas por si hay más peligros, así como
inspeccionar aguas abajo, por si se ve algún remanso o contracorriente tranquila que ofrezca un
lugar seguro.

Para nadar en corrientes, siempre lo haremos de forma oblicua a la corriente, con más o menos
angulación según la fuerza de dicha corriente.

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A más fuerza, el ángulo que marcaremos mientras nadamos con la orilla será mucho menor que si
la corriente es menor, donde nos podremos permitir abrir este ángulo considerablemente.

Una vez dentro de la línea de corriente, deberemos nadar de forma intensa, con la cabeza fuera
del agua mirando siempre nuestro objetivo, buscando la línea de contracorriente generada por
algún obstáculo o buscando la orilla.

Deberemos conocer un poco las corrientes para nadar con más seguridad y poder buscar los sitios
donde el rescate se realice con mayor facilidad.

7.2.- NADO SIN CORRIENTE.


El nado sin corriente será siempre con la cabeza fuera del agua, sin perder de vista a la víctima,
manteniendo la dirección deseada, nadando de forma continua sin forzar, guardando fuerza para
la llegada a la víctima y la actuación en el rescate de la misma.

7.3.- POSICIÓN DE SEGURIDAD.


La primera parte de un plan de autorrescate implica la decisión de cómo se piensa nadar. Una
forma de hacerlo es echarse sobre la espalda y en la posición de seguridad con los pies por
delante. En esta posición, se pueden evitar los choques contra las rocas con los pies y nadar estilo
espalda, con los brazos y piernas para llegar a un lugar seguro, flotando, en esta posición, existe el
riesgo de sufrir un empotramiento de pies. Para evitarlo, nunca los meta usted en grietas o en
ranuras, ni trate de colocarse de pie en los rápidos; en vez de eso, es mejor esperar a que la
corriente pierda fuerza o que usted llegue a las aguas tranquilas.

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7.4.- NATACIÓN ACTIVA.


Cuando usted utilice la posición de seguridad con los pies por delante, ya que se trata de una
solución transitoria; el objetivo principal debe ser el de protegerse, tener aire suficiente y nadar,
con fuerza, hacia un punto seguro. Durante la natación activa, se debe comenzar por relajarse y
observar siempre alrededor. Tal vez, una buena forma momentánea de proteger las extremidades
y otras partes importantes de su cuerpo, sea la pelota humana o posición fetal, es decir,
encogiendo las rodillas hasta el pecho. No obstante, cuando surja la oportunidad, es necesario
doblarse sobre el estómago y nadar con fuerza hacia un lugar seguro.

8.- TÉCNICAS DE ACTUACIÓN.

8.1.- TIEMPOS Y RESCATADORES.


 Es imprescindible que las medidas de seguridad se aumenten de forma considerable, ya que nos
encontramos ante un medio cambiante y sobre el que nuestro control es relativo...(crecidas,
arrastre de objetos, corrientes...).Por lo tanto debemos tener muy claras las medidas mínimas de
seguridad, así como el número mínimo de actuantes.

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 Contaremos con un mínimo de 4 rescatadores, el que entra al agua, el que apoya a este y dos de
seguridad corriente abajo, que se encontrarán con cuerdas de rescate para que en el caso que sea
necesario, puedan lanzarlas a tiempo para conseguir agarrar a la persona que vaya corriente
abajo.

 Todos y cada uno de los rescatadores irá SIEMPRE totalmente equipado con su equipo personal.

 Todos los rescatadores deben tener unos conocimientos sobre el medio en que van a actuar, en
este caso el acuático.

 Todos los rescatadores deben conocer a la perfección el material que se utiliza en este tipo de
rescates, así como las maneras tipo de actuaciones.

 Todos y cada uno de los rescatadores, conocerá de antemano el papel que cumplirá en la
actuación, teniendo totalmente clara su función en el rescate.

 En el rescate uno de los rescatadores será la voz cantante que coordinará toda la actuación,
atendiendo siempre sugerencias y alertas de los demás rescatadores por causas que puedan poner
en peligro la actuación.

 Bajo ningún concepto se actuará por iniciativa propia sin previo aviso a los compañeros y al

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coordinador del rescate que deberá tener totalmente controlados a todos y cada uno de los
actuantes.

8.2.- SECUENCIA DE ACTUACIÓN.


 Para la ejecución de un plan de emergencia y rescate, hay una serie de procedimientos que se
deben llevar a cabo ante una eventualidad, cuando hay accidentes en el río, riadas e inundaciones.

 Las indicaciones generales para el planeamiento y ejecución de un plan de rescate se basan en


algunas simples medidas como:

 Los rescatadores y los coordinadores de la actuación deben estar informados y ser


conscientes de los peligros y los posibles riesgos (p. ej., mediante la formación, la
observación).

 Los rescatadores deben estar motivados para actuar de forma segura (modificación del
comportamiento).

 Los rescatadores deben ser capaces de actuar de modo seguro. Y ello se logra mediante los
procedimientos de formación teórica y práctica, familiarización con el medio,
entrenamiento y reciclaje continuo.

 El entorno de trabajo personal ha de ser seguro y sano mediante la utilización de controles


administrativos y técnicos, la sustitución de materiales y condiciones por otros menos
peligrosos y la utilización de equipos de protección individual.

 El equipo y los objetos deben funcionar de manera segura conforme a su uso previsto, con
controles de funcionamiento diseñados para las capacidades humanas.

 Debe preverse la adopción de medidas de urgencia adecuadas con el fin de atenuar las
consecuencias de los accidentes, los incidentes y las lesiones.

8.3.- VALORACIÓN DE LA ACTUACIÓN.


 Antes de colocar alguna cuerda, estudie el lugar del accidente. Es importante rescatar primero la
persona. Emplee bolsas de lanzamiento, para que él tenga una palanca con que hacer fuerza
contra la corriente, y trate de enviarle cuerda, desde arriba, si la víctima está empotrada
verticalmente, con lo cua,l la víctima podrá tirar hacia arriba contra la corriente.

 Toda operación de rescate debe tener un plan y un estudio previo, antes de actuar. Este objetivo
definirá los procedimientos y las normas por seguir. La planificación y el estudio del evento
contemplarán todos los aspectos generales de seguridad, materiales y humanos.

 SEGURIDAD: Se debe tomar en cuenta la seguridad del área, la que nos dará la oportunidad
de trabajar, de forma más eficaz, confiada y segura.

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 MATERIALES: Se considerarán, a la hora de la selección, para saber cuáles nos servirán de


auxilio, de emergencia y de apoyo, teniendo claro cuándo y para qué utilizarlos.

 HUMANOS: Los rescatadores, encargados de la seguridad para un rescate, tendrán buena


condición física y mental, para enfrentar cualquier adversidad, que se le presente.

9.- TÉCNICAS DE RESCATE.


Cuando actuemos deberemos hacerlo de forma rápida pero segura, no dejándonos ningún cabo
por atar.

Debemos contemplar todas las premisas y ver la manera de menor riesgo para actuar.

9.1.- TÉCNICAS DE VADEO.


 Vadeo en solitario

En multitud de ocasiones tendremos que vadear ríos para realizar las tareas de rescate, para ello
buscaremos zonas de poca profundidad y lo haremos con ayuda de cuerdas o sin ellas.

Para el vadeo de un río sin cuerda deberemos observar que la corriente es suave.

Para ello siempre mantendremos 3 puntos de apoyo fijos en el río, progresando de forma lenta y
progresiva para evitar posibles empotramientos de nuestros pies con cualquier obstáculo que
podamos encontrarnos en el fondo.

Lo correcto para este tipo de vadeos sería utilizar un bastón (palo) como tercer punto de apoyo
y/o contacto.

El vadeo lo realizaremos mirando aguas arriba, apoyando


un extremo del bastón en el fondo e inclinando un poco el
cuerpo hacia delante para contrarrestar la fuerza del agua.
Iremos vadeando pero con movimientos muy lentos y
cortos.

Siempre se adelantará un único punto de apoyo en cada


paso, manteniendo 2 puntos de apoyo fijos en cada
movimiento.

En caso de que la corriente sea mayor, utilizaremos una


cuerda para ayudarnos a vadear.

Se colocará una cuerda horizontal, atada a las orillas del


cauce (siempre con un extremo desembragable).En vez de
atar la cuerda podemos tener a personas en cada orilla
sujetando los extremos de la cuerda.

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En caso de caída del socorrista, si la cuerda está atada a las orillas soltaremos uno de los extremos
dejando que la corriente lo desplace a la orilla donde queda el punto fijo de la cuerda, si es el caso
de que hay personas sujetando la cuerda, actuarán de la misma manera, soltando uno de los
extremos para que la situación sea la misma que la anterior.

Cuando realicemos estas técnicas en calles inundadas con corrientes, montaremos la cuerda
siempre alejada de posibles tapas de alcantarillado, ya que la peligrosidad de caer en una de estas
alcantarillas y ser succionado es bastante alto.

 Vadeo en grupo.

La forma más elemental de cruzar ríos en grupo


supone una variación del cruce en solitario: el
rescatador que cruza solo, lleva a alguien a
cuestas de una a otra orilla, o un segundo
rescatador sigue al primero, estrechamente
unido a su espalda y piernas. Si el grupo está
compuesto por tres rescatadores, es preferible
adoptar una formación en triángulo y rodear los
hombros de un compañero con los brazos. Otra
forma de pasar gente en un río, es que se pasen
cuerdas de extremo a extremo del río,
apoyándose de la cuerda horizontal fija, y
cruzando poco a poco, como se indica en el
dibujo.

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9.2.- AUTORRESCATE.
En rescate en ríos, riadas e inundaciones, todo ocurre a gran velocidad. Cualquier duda o retraso en la
actuación hará que nuestra intervención no sea fructuosa haciéndonos vivir situaciones límites pues nos
encontramos en un medio muy violento.

Las poderosas corrientes agotan hasta a los nadadores más experimentados. Sin embargo, hay
que relajarse y nadar, racionalmente, para buscar un lugar seguro.

Se debe seguir la corriente del río, intencionalmente, la primera reacción ante una caída al río,
puede ser desde la confusión hasta el pánico. Lo primero que se hará, será calmarse. La mayoría
de las salidas a nado nos permiten salir a la superficie al instante. Una vez en la superficie, se
observará con cuidado el río y las orillas, si se observara algún peligro, se inspeccionará aguas
abajo por si se ve una poza o contracorriente para llegar hasta él y esperar la ayuda.

Debemos realizar PRÁCTICAS para nuestro entrenamiento en este medio.

Nadar en rápidos de diversas dificultades, esta técnica se usará tanto como autorrescate como
para actuar como rescatador encordado.

Para estas prácticas siempre elegiremos lugares sin peligros (sifones, rebufos muy grandes…) y que
cubra lo suficiente para evitar empotramientos de pies.

Siempre habrá algún compañero dando seguridad con cuerda de rescate río abajo, por si tenemos
algún tipo de problema.

Siempre planearemos maniobras a favor de la fuerza del río, beneficiándonos de ella.

Nunca pararemos en piedras u obstáculos en mitad de la corriente por de aguas arriba, ya que
puede estar erosionada formando un drosaje o sifón o simplemente la fuerza de la corriente
puede encorbatarnos en dicho obstáculo.

Accederemos por la contracorriente que se forma tras dicho obstáculo.

Otra maniobra será cruzar el río nadando, cosa que puede ser más común de lo que creemos.

Para ello nadaremos de forma inclinada en contra de la corriente para contrarrestar un poco la
fuerza de la misma.

En caso de ser atrapados por un rebufo o cualquier movimiento de agua, NUNCA NOS
QUITAREMOS EL CHALECO, excepto si nos hemos enganchado a algo y en peligro inminente.

Para tomar conciencia y destreza en el medio acuático deberemos practicar semanalmente todo lo
aprendido.

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9.3.- RESCATES POR CONTACTO.


Las estadísticas demuestran que de las 7000 a 9000 personas que se ahogan cada año por lo
menos una tercera parte estaba tratando de rescatar a otra persona.

Usualmente, los rescatadores de contacto se vuelven necesarios cuando la víctima va pasando por
la orilla del río y no cuando nadan solos en estado de pánico o de desesperación o tienen alguna
lesión o sufren de enfriamiento o en otras palabras no pueden facilitar su propio rescate.

Las opciones que se barajan de bajo a alto riesgo son:


- Dar alcance desde la orilla con un bastón de madera o similar.

- Lanzar una cuerda desde la orilla.

- Remar usando una embarcación.



- Aproximarse a la víctima y agarrarlo. 


- Combinación del uso de helicópteros para el rescate en aguas rápidas. Los helicópteros se
deben considerar como una herramienta de alto riesgo y no como una solución. Ha habido
notables éxitos de rescate, pero también muchas catástrofes. Su uso requiere de una
práctica considerable, entrenamiento y un plan previo. 
Recuerda que el pánico es una
manifestación de sentimiento que hace que todo rescate sea imposible combinado con la
falta de información, al igual que el rescatador debe asegurarse que la víctima está
convencida de que tiene una oportunidad de rescate, para esto debe comunicarte
previamente con ella.
El rescatador es un salvavidas profesional y ha desarrollado las
siguientes opciones de rescate para ayudar a efectuar un rescate de contacto. 


PRECAUCIÓN, LAS VÍCTIMAS INCONSCIENTES Y LESIONADAS DE LA ESPINA DORSAL, DEBEN


TRATARSE CON EXTREMO CUIDADO

 Siempre usa chaleco salvavidas, trata de usar protección terminal (traje húmedo o seco), casco y
un par de aletas cortas para mayor velocidad.

 Al inicio se aproximará a la víctima por la corriente de arriba, tal vez tenga que perseguir a la
víctima río abajo hasta pasarla, y nadar agresivamente hacia delante después de la víctima.

 Asumirá posición de reversa y en alerta (víctima en posición de seguridad para protegerse), el


rescatador podrá usar las piernas para proteger a la víctima o de esta, si decide nadar antes hacía
ti sin que estés listo.

 El rescatador no hará contacto con la víctima, sino lo atraerá hacia la orilla por sí mismo, si
sucede que la víctima nade desesperadamente, anímalo, el rescatador servirá de atracción para la
víctima. Por ejemplo decirle “sólo un poco más cerca, ya casi te tengo...” Esta maniobra puede ser

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utilizada cuando un rescatador pequeño está tratando de asistir a una víctima de mayor tamaño y
desesperada.

 El rescatador hará un intento asistiendo con un aparato de rescate, como una tabla salvavidas,
una boya inflable para río, le hará llegar el aparato a la víctima, esto le dará flotabilidad y el
rescatador tendrá así un mayor control sin llegar al contacto personal. No ponga cuerdas en los
hombros, en vez de eso agárrelo con la cuerda de la mano, si la víctima intenta agarrarse a la
cuerda, el rescatador intentará hablar con ella y si no puede captar su atención utilizará unos
golpes hasta que suelte la cuerda y regresa al aparato de flotación.

 Si es necesario el rescate de contacto:


- El rescatador asumirá la posición de reversa y alerta.

- Hablará con la víctima para que tome posición río abajo.

- Después moverse rápidamente y agarrar a la víctima por cualquier parte de los hombros,
del chaleco salvavidas o alrededor del pecho. Se preparará para asumir el control de la
situación. Poniendo las rodillas en la espalda para evitar que se gire sobre sí mismo y trate
de sujetarse al rescatador, o dejar que la víctima gire sobre sí misma y hundirla. Un poco de
agua en la cara ayuda generalmente al rescatador a recuperar el control de la situación.

- Si la víctima atrapa al rescatador con un abrazo de oso, es muy importante mantener el


control. Recuerde que la víctima quiere estar encima, entonces girará sobre sí mismo y
pondrá o atraerá a la víctima bajo el agua.

- Si el rescatador está nadando hacia la orilla y la víctima entra en pánico, una vez más el
rescatador intentará poner sus rodillas en la espalda de la víctima para tener el control. Si la
víctima intenta girar sobre sí misma, gire con ella. Continue girando y ponga a la víctima bajo
el agua, cuando el rescatador salga a la superficie podrá recuperar el control de la situación
de nuevo.

9.4.- NADANDO ATADO CON LA VÍCTIMA.


Una vez que el rescatador ha tomado control con la víctima, el próximo caso es maniobrar con ella
hasta la orilla sin causarle lesiones.

Existen sistemas que permiten permanecer parcialmente atado a una cuerda cuando se nada en
busca de una víctima. “Cinturón de rescate en aguas rápidas” es uno de estos sistemas, los
chalecos salvavidas de rescate tienen una cintilla con un aro en la parte posterior, que permite
liberarse de la línea cuando es necesario. En el caso del “cinturón”, una hebilla de suelta rápida
separa completamente la cuerda y el cinturón del nadador.

Es importante recordar que estos implementos no están diseñados para rescates verticales.

 LA TÉCNICA
La técnica de rescate con encordamiento del rescatador, fue abandonada originalmente como

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opción, ahora con la nueva generación de chalecos salvavidas de rescate, empieza a resurgir como
un método relativamente seguro para hacer rescates nadando.

Consiste en designar un nadador, quien idealmente use aletas, se pare a la orilla del río, listo a
lanzarse, con uno o dos aseguradores, listos a controlar la cuerda.

Una vez que el rescatador comprueba que la víctima es incapaz de auto rescatarse o de realizar
otros intentos, el rescate con nadador comienza. A juzgar por la posición de la víctima, el
rescatador se lanzará con la cabeza por delante y río arriba para tomar a la víctima, la cabeza de la
víctima debe mantenerse fuera del agua y sin soltarse. Cuando el rescatador tenga contacto
deberá sujetar a la víctima por los hombros de su chaleco salvavidas (abrazarla si no tiene
chaleco), entonces ambos serán atraídos a la orilla, mediante la maniobra de péndulo. Es
importante observar el desplazamiento de reingreso a la orilla, y cuidar de la presión del agua no
sumergiendo al dúo, lo aseguradores deberán caminar río abajo para controlar el reingreso a la
orilla. Si la presión es demasiada, o si el rescatador considera que es mejor desconectarse,
simplemente deberá agarrar la hebilla de seguridad y liberarse de la cuerda, siempre y cuando
utilice un sistema de este tipo.

PRECAUCIÓN, LOS CHALECOS SALVAVIDAS Y LOS CINTURONES DE RESCATE NO ESTÁN


DISEÑADOS PARA RESCATES VERTICALES.

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10.- RESCATES DESDE TIERRA


Los rescates asistidos desde tierra difieren de los realizados, desde el agua, en un aspecto
importante: el rescatista que efectúa el salvamento, se encuentra en tierra firme, libre de
corrientes y de la embarcación, el rescatador suele llevar a cabo el auxilio más preciso y con
fuerza, que los llevados a cabo desde el agua, sobre todo si la situación del rescate se previó antes
de que sucedieran.

Hemos visto como actuar dentro del agua, pero tenemos que tener claro que en los rescates
desde tierra también intervendrá todo el equipo de rescate.

Lo más importante será la disposición de todo el grupo en cuanto a que todas las maniobras
tienen que ser muy rápidas y sin margen de duda.

Por lo tanto, la colocación del equipo y el reparto de tareas debe ser algo que tiene que estar muy
claro y muy ensayado.

Muy importante también será el montaje de líneas de seguridad, pero para ello deberemos
disponer de personal suficiente y de acceso a ambas orillas, cruzando en caso de necesidad río
arriba por la zona más fácil para ello.

Hay varias formas de actuar desde tierra:

 Rescate estático
- Tome posición sobre la orilla a la vista de la
víctima por rescatar con la bolsa, con el extremo
de la bolsa en la mano con la que se va a lanzar y el
otro extremo de la cuerda en la otra mano.

- Intente lanzar la cuerda directamente a la


víctima. Lance la cuerda con un movimiento suave,
pero firme y preciso.

Asegurarnos primero nosotros con una buena


posición o algún anclaje a la orilla o con ayuda de
un compañero para evitar que la víctima, una vez
agarrada a la cuerda, nos arrastre tras ella. El
rescatador podrá moverse pero nunca dentro del
agua.

- Arrastre en forma de péndulo a la víctima hasta la


orilla, donde podrá ser atendida por los demás
rescatadores.

- Los rescatadores encargados de lanzar cuerda


siempre se colocarán corriente abajo,

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manteniendo en la medida de lo posible contacto visual y auditivo con la víctima para poder
avisarlo de cuando se lance la cuerda. De nada sirve lanzar cuerda si la víctima no se percata de
que esto está pasando pues no se podrá agarrar a ella.

 Rescate dinámico
- Nos ubicaremos en una orilla estable en contacto visual con la víctima. En la mano con la que
vamos a lanzar sostendremos la bolsa y en la otra mano el extremo opuesto de la cuerda.

- Intentar lanzar la cuerda al nadador (víctima). Lanzar con movimiento suave pero a la vez firme y
preciso, un buen lanzamiento nos segura un elevado tanto por ciento de éxito en estos rescates.

- Muévase por delante de la víctima a la vez que vamos arrastrándola hacia la orilla.

- Tire de la víctima hacia la orilla firmemente y moviéndose por delante de la víctima en dirección
a la corriente.

La bolsa se puede lanzar a la víctima en olas estacionarias. La bolsa y la víctima se moverán a la


misma velocidad aproximadamente. Si la bolsa cae en una ola diferente a la que se encuentra la
víctima no llegará a verla y por lo tanto el lanzamiento será inefectivo.

 Rescate mixto tierra-agua


--Realizado desde el agua pero apoyados desde tierra.

 Para Víctimas estáticas en zona donde no llegamos lanzando cuerda.

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 Accederemos río arriba, donde entrará un rescatador y se buscará un anclaje seguro.

 Ataremos un extremo de la cuerda al mosquetón del chaleco del rescatador (OBLIGATORIO


CHALECO CON SUELTA RÁPIDA), desde esta posición el rescatador va acercándose a la víctima.

 El rescatador de tierra es el que en todo momento controla la maniobra.

11.- RESCATES CON CUERDAS.


Las bolsas de lanzamiento proporcionan un cordón umbilical vital, que une a los rescatadores en el
agua con los rescatadores en tierra, aunque conseguir un buen salvamento, requiere algo más que
apuntar y arrojar la cuerda. Exige practicar seguido el lanzamiento de la cuerda, donde el nadador
pueda alcanzarla, y se necesita el conocimiento preciso sobre las corrientes y las fuerzas del río,
para llevar a un buen término esta operación, desde el momento en que la víctima se aferre a la
cuerda.

Usar la cuerda de rescate es una forma de que el rescatador asuma poco riesgo y que realizada
con destreza es una forma muy efectiva de realizar un rescate.

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El lanzamiento de la bolsa debe ser muy preciso, por lo que es muy importante practicar
asiduamente este tipo de lanzamientos, tanto en seco como en mojado.

A la hora del entrenamiento debemos tener en cuenta que aún siendo una técnica en la que
conlleva poco riesgo al rescatador, se nos puede complicar por múltiples motivos.

Hay veces en la que la víctima se encuentra medio sumergida o inconsciente lo que dificultará o
hará imposible la localización de la cuerda.

Dependiendo de la distancia a la que tengamos que lanzar, dejaremos más o menos cuerda en la
bolsa, ya que si dejamos demasiada cuerda corremos el riesgo de que se pueda enredar,
perdiendo tiempo vital en el rescate.

Cuando lancemos la cuerda deberemos asegurarnos de que la víctima:

-Inicie contacto visual con el rescatador. Para ello realizaremos gestos y movimientos con
los brazos intentando captar su atención.

-Antes del lanzamiento de la cuerda, y siguiendo con el contacto visual, contactaremos con
la víctima de forma oral, con un grito: “CUERDA”. De esta forma la víctima tendrá la
oportunidad de ver lo que el rescatador está haciendo y poder localizar la cuerda con más
facilidad.

El rescatador deberá colocarse de modo que el primer lanzamiento sea con una angulación de 45º
rio arriba, entre víctima y perpendicular del río.

Así la corriente ayudará a desplazar a la victima hacia el rescatador conforme este vaya
recuperando cuerda.

Además, lanzando corriente arriba siempre tendremos la oportunidad de un segundo


lanzamiento.

Nunca empeoraremos la situación de la víctima, asegurando que la zona del rescate esté libre de
cualquier otro tipo de peligro mayor que el ya existente.

A la hora de lanzar la cuerda, tendremos mucho cuidado de no perderla, para ello la mano
dominante sujetará la bolsa y la otra mano el extremo de la cuerda con el que nos quedaremos.
Pasaremos este extremo bien por nuestra espalda o lo pisaremos.

Jamás se atará el extremo de la cuerda a un punto fijo, ya que si se enreda, la víctima que se
encuentra en el otro extremo comenzará a sumergirse.

Para el lanzamiento de cuerda buscaremos un sitio elevado para tener una buena visibilidad de la
maniobra.

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Si el primer lanzamiento es fallido, recogeremos rápidamente pero de forma ordenada la cuerda


sin hacer líos y meteremos la bolsa en el agua para llenarla y darle peso que nos ayudará a la hora
del nuevo lanzamiento.

El lanzamiento de la cuerda se realizará a un metro de la víctima siempre aguas abajo, de forma


que pueda alcanzarla con una brazada. Si lanzamos aguas arriba, la velocidad de la víctima será
mayor que la de la cuerda y le será mucho más difícil alcanzarla.

Hay varias formas de lanzar la cuerda y la elección dependerá de la destreza del rescatador así
como de la orografía u obstáculos existentes a nuestro alrededor.

 Lanzamiento bajo o clásico.


Adelantaremos un pie y con el brazo contrario haremos un barrido desde atrás hasta la horizontal,
donde soltaremos la bolsa, describiendo un arco por debajo de nuestra cintura. Ofrece una buena
longitud de lanzamiento con gran precisión. Podemos tener problemas en zonas de baja
vegetación.

 Lanzamiento alto.
Se suele usar para lanzamientos más cortos en longitud y rápidos. También se le conoce
popularmente con el nombre de “pedrada”. Lanzaremos desde arriba hacia abajo cuando
disponemos de poco tiempo para que la víctima reciba la cuerda. La posición será igual que la
anterior pero el arco lo dibujaremos por encima de nuestro hombro, lanzando desde atrás hacia la
altura de la cara donde soltaremos la bolsa.

 Cómo recibir la cuerda.


Esto debemos tenerlo claro entre rescatadores, ya que nos sería imposible formar a toda la
población (posibles víctimas) para realizarlo de forma correcta. Por lo que será algo a tener en
cuenta a la hora de rescatador en el agua.

Entre los rescatadores tendremos preestablecido unos códigos de comunicación, que en caso de
necesidad cuando uno de nosotros nos encontremos en el agua y hayamos recepcionado la
cuerda, podamos tener una mínima comunicación. Evitando golpes con piedras, rápidos peligrosos
u otro tipo de obstáculos que puedan herir al compañero.

En casos de fuerte corriente, una vez agarrada la cuerda, adoptaremos una posición de tumbados
con piernas rio abajo y mirando al cielo. En esta posición iremos planeando hacia la orilla a la vez
que vamos creando una bolsa de aire alrededor del rostro. Si nos colocamos boca abajo la fuerza
del agua hará que nos sumerjamos.

Si la temperatura es muy baja y no podemos agarrarnos, colocaremos la cuerda bajo nuestras


axilas.

NUNCA NOS ENROLLAREMOS LA CUERDA AL REDEDEOR DE NINGUNA PARTE


DEL CUERPO

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12.- COMUNICACIÓN ENTRE INTERVINIENTES.


El rescate en aguas rápidas, como cualquier otra situación de emergencia, tiene un problema
añadido que son las comunicaciones entre intervinientes.

El equipo puede encontrar en una escena de rescate en ríada problemas de comunicación debido
al ruido producido por el agua. Durante una inundación los problemas de comunicación pueden
llegar a ser muy serios ya que el área inundada puede ser muy extensa. Existen algunos métodos
de comunicación para los técnicos en rescate de aguas rápidas. Los más básicos se limitan a una
serie de señales con las manos que obviamente requiere de contacto visual entre los rescatadores.
Las señales de silbato pueden ser usadas en combinación con las señales de manos o
separadamente cuando el contacto visual no es posible.

La posibilidad de alguna radio acuática sería obviamente superior a todas estas técnicas.

a. Mano o puño sobre la cabeza: todo está bien. OK


b. Manos arriba, por encima de la cabeza: solicitud de ayuda o apoyo.
También se pueda realizar con una sola mano.
c. Brazos en aspa por encima de la cabeza: problemas, víctima perdida.

Si usamos el silbato:

a. 1 silbatazo: atención, alto


b. 2 silbatazos largos: reanudamos las tareas
c. 3 silbatazos enérgicos rápidos: auxilio, emergencia, peligro

13.- PROTOCOLOS DE ACTUACIÓN.


Un protocolo de actuación consiste en la recopilación, por escrito, de las actuaciones a realizar en
cada situación de emergencia.

Deben estar compuestos de la identificación y clasificación de los tipos de rescates que se puedan
generar, con detalle de los medios que se usarán para cada caso. Dotación de personal que
interviene, materiales, etc…

Será conocido e interiorizado por todas las personas del servicio y aplicado de forma automática.

RECEPCIÓN DE LLAMADA
Nos da la información que nos permitirá identificar y clasificar el tipo de emergencia. De esta
información dependerá el protocolo a activar, material y personal que se movilizará.

MATERIALES
El equipo personal será totalmente OBLIGATORIO para todos los intervinientes en el medio
acuático.

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Se dispondrá además del personal determinado para la intervención, como embarcaciones, para
aguas mansas, equipos de descarcelación para accidentes en el medio acuático, material de
rescate en altura para acceder a lugares de difícil acceso.

DOTACIÓN DE PERSONAL
El número de intervinientes para este tipo de emergencias, como en todas, es muy relativo ya que
a más número más seguridad, pero no lo tendremos en cuenta con menos de 4 efectivos, con el
que consideramos número mínimo para realizar estos trabajos con cierto grado de seguridad.
Así podremos tener Bomberos intervinientes y Bomberos de seguridad.

14.- PRÁCTICAS EN PISCINA.


El salvamento acuático es una disciplina que tiene como objetivo el acercamiento rápido hasta
una víctima, el tratamiento correcto y la extracción en las condiciones más óptimas para ella. Para
poder realizar estas tareas con eficacia debemos de elegir, de entre todas las técnicas de natación,
aquellas que mejor se adapten al cometido. Las prácticas en la piscina nos servirán para conocer
exactamente estas técnicas, para valorar las ventajas concretas por las que se utilizan y
perfeccionar el estilo a la hora de la ejecución. En concreto debemos practicar las siguientes:

• Nado adaptado: Para poder realizar una buena aproximación a la víctima vamos a adaptar el
nado. Para ello usaremos el nado de croll, aunque para los últimos segundos, cerca de la víctima,
podemos utilizar el nado de braza. En ambos casos la cabeza irá fuera del agua en todo momento.
Este es un punto muy importante ya que avanzaremos hacia la víctima sin perderla de vista, o
nadando hacia una referencia, en el peor de los casos.

En una situación de río, mar o pantano no podemos contar con las referencias de las piscinas ni
podemos elegir rumbos en nados de media distancia. Para un contacto rápido y seguro es preciso
no perderlo de vista. Por otro lado hay que tener control preciso del gasto energético que supone
un rescate.

Reservaremos fuerzas y aliento para las siguientes fases de control de víctima y evacuación. El
hecho de llegar con celeridad solo culmina la primera fase.

La técnica del croll adaptado se completa con el movimiento específico:

• Al movimiento de pies en crol se le denomina “batido aleteado”.

• “Counsilman” demostró que el batido de pies en el crol tiene una función meramente
estabilizadora, más que propulsiva.

• Su importancia radica en la coordinación global y en mantener una buena posición


hidrodinámica y estabilizadora.

• El batido de piernas consume mucha energía, por ello hay que entrenarlo para que
realice perfectamente su papel estabilizador y facilite la propulsión general.

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Además se combina con la acción de las piernas:

• Consiste en alternar diagonalmente el barrido de las mismas.


• El batido de piernas parte desde las caderas.
• La dirección principal es de arriba abajo, pero la rotación de las caderas en cada batido
hace que sea un movimiento mezcla entre descendente-ascendente y adentro-afuera.

• Uso de aletas: La velocidad de aproximación y control mejora con el uso de las aletas. El
movimiento de batido aleteado mejora con el uso de aletas por lo que la propulsión es mayor y el
avance más rápido. El inconveniente es que el esfuerzo es muy exigente y que produce el
agotamiento en un menor tiempo. Para solventarlo es necesario la práctica y el entrenamiento.

• Patada de braza: Una alternativa a los pies de croll es la patada de braza. En el caso de utilizarla
en el acercamiento, la velocidad es menor por lo que se recomienda su uso para el contacto y
control de la víctima. Al igual que en el caso del croll la cabeza se lleva fuera del agua por los
motivos antes explicados. Hay que expresar la incompatibilidad del uso de las aletas con la patada
de braza, por lo que si elegimos el uso de este material por comodidad o rapidez, desecharemos la
aplicación de esta técnica.

En la técnica se distinguen estas fases:


• Fase Negativa; donde se recogen las piernas.

• Fase de Punto Muerto; donde se preparan los pies para la fase de propulsión.

• Fase Positiva o de propulsión; donde se ejerce la fuerza de propulsión.

15.- MÉTODOS DE REMOLQUE.


Son las técnicas que permiten trasladar con efectividad una persona con problemas con tal de
llevarla hasta un lugar seguro (Regla fundamental: Seguridad del accidentado).

15.1.- LA ELECCIÓN DE UN MÉTODO DE REMOLQUE.


 Seguridad del remolcado: Valoraremos el estado físico y psicológico en el cual se encuentra el
accidentado (conociendo lesiones óseas o musculares, parada cardio-respiratoria, y ansiedad).

 Adaptación del método al técnico: El socorrista elegirá el método que más conozca y mejor se
adapte a sus capacidades.

 El material del que dispone: Los medios disponibles determinarán el tipo de remolque.

 La rapidez del remolque: Lo más favorable para el socorrista para poner en lugar seguro al
accidentado.

 La posibilidad de resistir grandes distancias.

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15.2.- ARRASTRES CON MATERIAL (REMOLQUES INDIRECTOS)


Son todos aquellos remolques en los que utilizamos la ayuda de material auxiliar de salvamento
(materiales con flotabilidad).
Se realiza en función de:

 Disponibilidad: Se escoge el material u objeto que se encuentre más cerca y con mayor
facilidad y rapidez para poderlo utilizar (siempre con flotabilidad).

 Tamaño: Muy grandes o muy pequeños = problemas de rescate. Tienen que ser de fácil
manejo y siempre con flotabilidad.

 Resistencia: Tenemos que tener una buena progresión y poder remolcar al accidentado,
de lo contrario, en vez de ayudar será un problema añadido.
15.3.- TIPOS DE MATERIALES DE REMOLQUE.
Los materiales de remolque son todos aquellos que faciliten el rescate de una persona
accidentada.
Materiales:
a. Flotadores Salvavidas
b. Tabla de Salvamento
c. Boya Torpedo
d. Floppy o Brazo de Rescate
e. Embarcaciones

a. Flotador Salvavidas

 Representa el material de salvamento por excelencia. Lo podemos


encontrar en piscinas, embarcaciones… (En piscinas 1 cada 20
metros).

 El socorrista siempre tiene que tener uno cerca desde el lugar que
vigila.

 Será importante que el flotador disponga de una cuerda resistente


para poderlo sacarlo del agua (remolcándolo).

 Tiene que tener flotabilidad.

 De material ligero.

 De tamaño suficiente para poner dentro a la víctima.

 Rescate de una persona Inconsciente:

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 El socorrista se acerca al accidentado con el salvavidas y se coloca perpendicular a la


víctima con el agujero del salvavidas orientado hacia la persona a rescatar.

 El socorrista introduce un brazo por el salvavidas y con el otro lo controla para que
no se mueva. Lo estira dándole la vuelta y así, la víctima queda flotando boca arriba
dentro del salvavidas. Esto permite aplicar el boca a boca dentro del agua.

 Rescate de una persona consciente:


El socorrista se tiene que colocar cerca de la persona a rescatar y colocar el salvavidas hacia
delante, quedando este entre los dos. El socorrista avisa al accidentado que se coja con fuerza. El
socorrista levantará el salvavidas pasará los brazos y el cuerpo dentro, quedando este al interior.
b. Tabla de Salvamento o Surf

 En países con mejores recursos económicos el socorrista dispone de esta tabla de salvamento o
surf.

 Puede realizarse el salvamento con mayor rapidez y seguridad.

 El socorrista va hacia la víctima tumbado y remando con los brazos hasta llegar a la víctima.

 Una vez que la víctima sube a la tabla, en la parte delantera, el socorrista se colocará detrás se
estirará y remará con las manos y pies.

c. Floppy o tubo de Rescate

 Consiste en un flotador alargado y flexible con mucha flotación.

 Tiene un sistema de enganchamiento que facilita colocarlo a la


víctima.

 Al flotar se fija una cuerda de unos 2 metros que va unida a un


arnés que se coloca el socorrista.

 Se gana rapidez ya que el socorrista puede nadar normalmente.

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d. Boya Torpedo

 Es un flotador rígido y alargado de forma ovalada, con un


sistema de asas a las que se puede sujetar el accidentado
si está consciente.

 A la boya hay una cuerda de 2 metros que se une al arnés


que lleva el socorrista.

 No permite enganchar a la persona como el floppy.

e. Embarcaciones

 Será esencial en zonas de baño donde haya


grandes distancias.

 Se gana mucho tiempo, y también, una vez la


víctima está dentro la embarcación, se pueden
comenzar las técnicas de reanimación,
aprovechando así un tiempo vital.

15.4.- MÉTODOS DE ARRASTRE SIN MATERIAL (REMOLQUE DIRECTO)


El objetivo último de un salvamento acuático es la evacuación de la víctima. Se trata de sacarla de
esa situación de peligro inminente para su integridad llevándola a un lugar seguro y estable. La
elección de una técnica de remolque concreta se debe realizar teniendo en cuenta las siguientes
consideraciones, según el orden de prioridades en el que se señalan:

 La seguridad del accidentado.


 El nivel técnico y de preparación del bombero.
 El material de salvamento o rescate disponible.
 La presteza en el rescate.
 La economía en el esfuerzo.

La mejor técnica de arrastre hay que combinarla con las diferentes formas de extracción del agua.
Va a depender de si la extracción se realiza a una embarcación de rescate, a una moto de
salvamento, a la orilla desde mar, río pantano, o a elementos de izado apoyados en la autoescala.

Cuando no es posible realizar el rescate desde la orilla, mediante el lanzamiento de una cuerda o
un aseguramiento dinámico, y el rescatador debe entrar en el agua, se habla de las técnicas
conocidas como arrastres.

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La acción de arrastre tiene los siguientes objetivos:

• Controlar la situación en todo momento.

• Controlar el estado de la persona a rescatar, en especial su vía aérea para permitir que
respire en todo momento.

• Llevar a todos los intervinientes a una zona segura sin agravar el estado de la persona a
rescatar.

15.5.- FORMAS DE REALIZAR EL ARRASTRE.


• Manos a la cabeza: se sujeta la cabeza de la persona a rescatar por ambas manos. Para ello se
adaptan las manos a la cabeza de la persona y se emplean los dedos para sujetar su cara, desde el
maxilar inferior hasta la frente. Las palmas de las manos abarcarán la zona de la oreja y con las
muñecas se realizará un movimiento de extensión del cuello.

• Mentón: se sujeta el mentón de la persona con una mano mientras se desplaza con el brazo
libre. El desplazamiento será lateral y adaptado al cuerpo de la persona que va a rescatar. Es muy
similar al arrastre axila mentón.

• Axilas: se desplaza a la persona boca arriba, en decúbito supino. El rescatador, colocado detrás,
agarra por las axilas a la víctima. Si hay dos rescatadores cada uno puede asir a la persona por una
axila.

• Axila-mentón: muy similar al arrastre mentón. Se pasa el brazo por debajo de la persona y se
sujeta con la mano su barbilla. La axila de la persona sirve de tope para fijar correctamente la
posición.

• Nadador cansado: sólo se usa cuando la víctima está consciente y tranquila. La víctima se
colocará boca arriba, extenderá los brazos a lo largo de su cuerpo y colocará sus manos sobre los
hombros del rescatador. El rescatador nadará al estilo braza, sin introducir la cabeza en el agua, y
estará atento permanentemente a la cara de la víctima y a la presión de sus manos sobre sus
hombros.

• Brazo rodado: es el indicado para controlar a la víctima cuando está alterada y no atiende las
indicaciones. El primer paso es bloquear a la víctima. Después se le colocará en decúbito supino,
boca arriba, para el arrastre. El rescatador se colocará detrás y con su brazo derecho rotará y
desplazará hacia atrás el brazo derecho de la víctima para bloquearlo. Con la mano agarrará la
muñeca de la víctima contra su propia espalda y con la mano libre sujetará su mentón.

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