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1.- Yo soy el Señor tu Dios; no tendrás otro Dios más que a mí.

Amarás a Dios
sobre todas las cosas.

Existe un sólo Dios en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios ha
creado todas las cosas. Sólo a Él hay que adorar ¿Y qué significa adorar?
Reconocerlo como ser supremo y dueño de todo. Él tiene en sus manos todo el
poder. Sólo Él puede darnos la felicidad.

Cuando uno piensa que el dinero, el sexo o el poder son lo más importante
comete pecado de idolatría, igualmente cuando uno pone cualquier otra cosa
como más importante que Dios (TV, alcohol, drogas, deporte, la pareja, el
trabajo, el estudio, etc.), o si uno piensa que una imagen o estatua tiene el poder
de Dios para ayudarnos, pues ellas son sólo representaciones, nada más.

También es pecado atribuir poder especial a las cosas materiales (piedra, imán,
ojo de venado, muñecos, herradura de caballo, amuletos, talismanes, etc.) o a
los animales (tecolote, gallina negra, gato negro, etc.) o a los ritos (limpias,
lectura de cartas, de la mano y del café, uso de la guija y del tarot, etc.).

Hay que saber que sólo Dios tiene el poder y nosotros dependemos de Él y no de
las cosas, los animales o los ritos. Así que nadie puede hacernos daño, si
estamos con Dios ni la brujería ni los animales ni los objetos ni el mismo
demonio. Éste tiene poder solamente para aquéllos que se entregan a él
voluntariamente y viven lejos de Dios en pecado.

Si queremos seguir este mandamiento tenemos que renunciar a creer en el


espiritismo, las supersticiones, horóscopos, la suerte y las brujerías, pues no
tienen poder sobre un cristiano.

Si hasta ahora hemos creído en tantas cosas tan falsas que están en contra de
nuestra fe, ha sido por ignorancia. De ahora en adelante tenemos que hacer un
esfuerzo por “amar a Dios por sobre todas las cosas”.

2.- No tomarás el nombre de Dios en vano.

El nombre de Dios es santo. Por lo tanto hay que pronunciarlo con todo respeto,
para alabarlo y bendecirlo, nunca sin respeto y por costumbre. Pero ¿cuál es el
nombre de Dios? El antiguo testamento lo llama Yahvé (YO SOY). Pero Jesús
nos enseña a llamar a Dios “Abba” (Padre). Pero cualquier referencia a Dios
debe ser hecha con todo respeto. Lo mismo sucede con el juramento, que
consiste en poner a Dios como testigo de la verdad de lo que se dice.
¿Cuántas veces hemos mencionado el nombre de Dios sin respeto? ¿Cuántas
veces hemos tomado el nombre de Dios por testigo de algo falso?

3.- Santificarás los días festivos.

¿Cuáles son los días festivos? Todos los domingos, mas el día primero de enero,
en el que se conmemora la maternidad de la Virgen María, el día 12 de
diciembre dedicado a la Virgen de Guadalupe y el día 25 de diciembre en el que
se recuerda el nacimiento de Jesús.

¿Qué hay que hacer en los días festivos? Descansar de los trabajos normales de
la semana, convivir sanamente, hacer obras de misericordia (visitar enfermos,
ayuda a necesitados, etc.). Instruirse en la religión, alabar a Dios.

Donde hay misa es obligación participar en ella con fe y devoción; donde no hay
misa, hay que tratar de participar en un encuentro de oración. No podemos ser
verdaderos cristianos si vamos a la iglesia sólo de vez en cuando, con ocasión de
una fiesta, una quinceañera, un bautizo. Tenemos que hacer el esfuerzo por
conocer nuestra fe y vivirla.

Hasta ahora ¿qué hemos hecho? ¿Hemos cumplido con nuestras obligaciones
religiosas o nos hemos olvidado?

4.- Honraras a tu padre y a tu madre.

El hijo esta obligado a respetar a sus padres, obedecer sus órdenes y ayudarlos
en sus necesidades.

Al mismo tiempo, obliga a los padres a preocuparse por el bien de sus hijos,
ayudándolos a crecer física, moral e intelectualmente. En la medida en que los
hijos van creciendo, va aumentando su responsabilidad hasta que puedan tomar
verdaderas decisiones.

Es Dios quien llama a unos al matrimonio y a otros hacia su entrega total para
su servicio. Por lo tanto ningún padre tiene el derecho de mandar a los hijos,
oponiéndose a los planes de Dios. Lo que tienen que hacer es ayudar a los hijos
a descubrir la propia vocación para aceptarla y vivirla con fe y entusiasmo.

Ni pueden obligar a los hijos a casarse con tal o cual persona, escoger una
carrera en lugar de otra. Cuanto más grandes se hacen los hijos, tanto más se
hacen responsables de su destino. Entonces los papás se vuelven en los primeros
consejeros de sus hijos.
Cada uno examine su conciencia para ver en qué ha fallado como padre, madre,
hijo o hija.

¿Te has preocupado por escuchar los consejos de tus padres? ¿Has tratado de
platicar con ellos y ayudarlos en sus necesidades?

Como padre o madre, ¿Te has preocupado por el bien de tus hijos?, ¿Cuántas
veces te has metido en la vida privada de ellos, provocando disgustos y
divisiones?, ¿Te has preocupado por dar buenos ejemplos a tus hijos y ayudarlos
a madurar en la fe?

5.- No matarás.

Para cumplir con este mandamiento, hay que evitar todo lo que puede hacer
daño a la propia salud, como son las drogas, borracheras, excesos en la comida,
etc.

los rencores, las envidias, los chismes en fin todo lo que puede causar daño al
prójimo. Hay que recordar que el aborto es una forma de homicidio y por lo
tanto constituye un grave pecado. Otra manera de causar daño a los demás, está
representada por el escándalo. Escandalizar a un inocente es algo grave en
cuanto lo induce al pecado que causa la muerte espiritual.

Al mismo tiempo este mandamiento nos ordena querer a todos, perdonar las
ofensas. Si queremos que Dios nos perdone, no tenemos otro camino que
perdonar al prójimo las ofensas que nos ha causado. Jesús ha dicho que si
guardamos algún odio o rencor o alguna ofensa recibida no recibiremos el
perdón de Dios. Así que de nosotros mismos depende.

6.- No cometerás adulterio ni otras acciones impuras.

El adulterio consiste en las relaciones sexuales entre una persona casada y otra
que no es el esposo o la esposa. También prohíbe las relaciones sexuales entre
personas que viven en amasiato (sin casarse por la Iglesia), entre novios, con
prostitutas, entre personas del mismo sexo o con animales. Es pecado también
provocarse uno mismo satisfacción sexual (masturbación) ya que representa un
acto egoísta, pues el amor debe ser compartido.

Para cumplir con este mandamiento, hay que evitar las conversaciones con
fondo sexual, chistes colorados, pornografía y bailes desordenados.

Es cierto el impulso sexual es muy fuerte y es fuente de muchas tentaciones. Sin


embargo tenemos que estar convencidos de que con la ayuda de Dios y a buena
voluntad se puede vencer. Acordémonos de que el que se pone en la tentación
cae con facilidad.

7.- No robarás.

Se prohíbe quitar, dañar y destruir lo ajeno. Los fraudes, las falsificaciones, las
trampas en los negocios, el uso de moneda falsa. Para que Dios perdone hay que
devolver cuanto antes lo robado y en la medida de lo posible.

8.- No levantarás falsos testimonios contra tu prójimo ni mentirás.

Obliga no calumniar al prójimo, ni mentir, ni contar los defectos de los demás


sin necesidad, ni pensar mal de la gente. Todo esto puede provocar graves daños
al prójimo. Por lo tanto, si queremos que Dios nos perdone tenemos que tratar
reparar hasta donde sea posible el daño hecho en los demás.

9.- No desearás la mujer de tu prójimo ni consentirás pensamientos ni deseos


impuros.

Se refiere a los pecados internos con la relación al sexo. No sólo es pecado


cometer el desorden sexual sino también desearlo.

10.- No codiciarás las cosas ajenas.

Consiste en no desear tomar lo ajeno. Dios quiere que luchemos para


superarnos, pero no quiere que seamos egoístas y envidiosos. El ansia del dinero
puede llegar a esclavizarnos, con graves peligros para nosotros y el prójimo.

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