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Los árboles son los mejores aliados, pues captan y recargan las fuentes de agua,
liberan el oxígeno y capturan el dióxido de carbono. Por esa razón hay que fomentar
una conciencia de protección, conservación y restauración de los bosques, haciendo
un buen uso de los recursos naturales.
El Día Mundial del Árbol, también llamado Día Forestal Mundial, fue inicialmente
una recomendación del Congreso Forestal Mundial que se celebró en Roma en 1969.
Esta recomendación fue aceptada por la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1971. En Colombia, se celebra el día del
árbol el 29 de abril por un decreto del año 1941.
Hoy en día, la siembra de árboles simboliza otros elementos que están ligados a la
planificación y al bienestar que el árbol y los ecosistemas urbanos deben
proporcionar a los habitantes de las ciudades, bienestar que se genera a partir de
una serie de servicios ambientales como la belleza paisajística, la regulación
térmica y acústica, la regulación hídrica, la captura de CO2 y la emisión de O2 y
la generación de hábitat, especialmente para la avifauna.
El tema de silvicultura urbana toma un papel relevante para el país hoy en día
teniendo en cuenta que más del 70 % de la población colombiana se localiza en las
ciudades y poblaciones, esta situación ha llevado al Ministerio a proponer un marco
legal específico para este tema, que le dé el tratamiento que las particularidades
de la silvicultura urbana requiere.
Así que, aprovechamos este día para invitar a todos los colombianos a participar
voluntariamente, sembrando y manteniendo un árbol, como una forma de ayudar a
frenar el deterioro de nuestro medio ambiente.
Los árboles en los bosques
Los bosques son mucho más que madera. Más de 1.600 millones de personas en los
países más pobres del mundo sobreviven por los alimentos, los materiales, el agua o
las medicinas que consiguen gracias a ellos.
Los bosques son el hogar del 80% de la biodiversidad mundial de plantas y animales
y, por ello, su destrucción pone en peligro la supervivencia de muchas especies. La
deforestación de bosques tropicales produce la pérdida de una gran cantidad de
especies.
Los árboles son uno de los principales sumideros de carbono, al absorber el dióxido
de carbono (CO2) y fijarlo en forma de biomasa.