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MAESTRÍA EN ANTROPOLOGIA DE LA CUENCA DEL PLATA

Claves para la comprensión del pensamiento antropológico

Introducción – Constructores de Otredad

Reseña

El texto comienza preguntándose ¿Que hace un antropólogo hoy y como llegó a eso? Y se
responde que debido al carácter acumulativo de la ciencia, es necesario recorrer las
distintas teorías que predominaron en cada época y los conflictos y tensiones surgidas, todo
dentro de un contexto histórico y social. De esa forma llega a tres momentos que
constituyen el desarrollo de la antropología Europea y Norteamericana: a) fines del siglo
XIX, b) entre las dos guerras mundiales, c) después de la segunda guerra mundial.

Fines siglo XIX

Fue cuando la antropología se consolidó como ciencia. Debido a cambios ocurridos en


Europa por la Revolución Industrial con el surgimiento y expansión del ferrocarril, se
mueven por primera vez grandes masas de gente lo que permiten que se conozcan grupos
diferentes al tiempo que los cambios tecnológicos y de sistemas de trabajo potenciaron las
diferencias de clase. A su vez, por la expansión colonial de occidente (recordar la
conferencia de Berlín de 1885 donde las grandes potencias del momento se repartieron
Africa), expediciones militares, misioneros, viajeros descubren pueblos diferentes que los
colocan en compartimentos estancos, como en mosaicos.

Lo cual llevó a que una clase privilegiada (hombres blancos burgueses y educados) se
planteara ese asombro de la otredad, desembocando en la pregunta fundante de la
Antropología: ¿Por qué estos hombres son diferentes?

Es así que en este período el objeto de la antropología fue la diferencia cultural


(superioridad/inferioridad); la teoría científica sobre la diferencia el evolucionismo, el método
comparativo y las técnicas usadas fueron los inventarios y encuestas.

El estudio del hombre quedó dividido según la división del trabajo científico de las ciencias
sociales y humanas de la siguiente manera: Historia y Sociología tomaron como objeto de
estudio las sociedades complejas, civilizadas y desarrolladas. Mientras que la Antropología
se encargó de sociedades primitivas, simples, sin historia ni Estado.

Entre las dos guerras mundiales.


Luego, se producen dos hechos importantes en la Antropología europea y norteamericana:
crisis del evolucionismo como paradigma hegemónico y separación de la ciencia en
escuelas nacionales.

Se criticaron las técnicas usadas por los evolucionistas, proclamando que los datos debían
obtenerse de primera mano y por personas capacitadas, surgiendo así la observación
participante. También el método comparativo fue fustigado, ya que entre otras cosas los
valores usados en tales comparaciones eran los de la sociedad europea, por lo que fueron
catalogados de eurocéntricos. De esa forma fue sustituido por el relativismo (imposibilidad
de comparar debido a que cada cultura debe examinarse según sus propios parámetros),
siendo cada cultura diversas entre sí pero equivalentes.

Respecto a las escuelas nacionales que surgieron, tenemos a: estructural-funcionalismo


inglés, particularismo histórico en Estados Unidos, histórico-cultural de Alemania y la
escuela sociológica francesa.

Después de la Segunda Guerra

La colonización aunque estaba llegando a su fin como política formal, recién era reconocida
por la antropología dominante, a su vez los llamados pueblos “primitivos” fueron
experimentando cambios importantes, unos fueron absorbidos por un grupo mayor, otros
desaparecieron físicamente o se transformaron en nuevas naciones por medio de las
guerras de liberación.

Aparece don líneas de investigación: una que se conoce como antropología de rescate, ya
que se creía que los objetos iban a desaparecer por lo que había que registrarlos antes que
esto ocurra. Es el caso del fundador del estructuralismo C. Levi Straus.

Sobre las transformaciones que experimentan las distintas culturas, quedó claro el papel
preponderante que jugó la colonización en ello, entendida como la dominación de un pueblo
sobre otro, produciendo desigualdad entre culturas. Y la teoría que proponía explicaciones
adecuadas a ese fenómeno fue el marxismo.

Con todos esos cambios, en antropólogo comienza a estudiar problemas presentes en


cualquier tipo de sociedad, surge la antropología económica, simbólica, política, etc,
aparecen nuevos sujetos de conocimiento: antropólogos nativos que van a estudiar sus
propias sociedades.

Para finalizar, decir que ya no es el objeto el diferente, sino que es el antropólogo que debe
extrañarse de lo familiar para conocer, agregando así el extrañamiento como recurso
metodológico.
Todas las teorías vistas, no fueron superadas totalmente y no desaparecen, sino que viven
formando parte de las explicaciones presentes que forman el “sentido común” de una
sociedad, a lo que Pierre Bourdieu llamó efecto de teoría.

Bibliografía:

ARRIBAS, Victoria; BOVIN Mauricio; ROSATO Ana. (2010). Introducción. En: Constructores
de otredad. Una introducción a la antropología social y cultural (p.6-14). Buenos Aires:
Antropofagia.

Antropología, cultura y sociedad – Para Raros, Nosotros.

Reseña

Este capítulo comienza definiendo que es lo que creen y hacen los antropólogos,
enfocándose en el trabajo de campo, luego menciona y describe cuatro componentes
básicos de esta disciplina. Posteriormente indagar en el rol de la cultura en la sociedad y en
la vida en general.

La antropología “requiere que la persona constantemente se replantee lo que cree” (incluso


sus valores), posibilita que tengamos una mirada “crítica a nuestra sociedad” y de cierta
forma “te libera” de comportamientos mecánicos, rutinarios, cómodos pero limitadores
(Bohannan, 1992, p.4).

El trabajo de campo es catalogado por el autor como “la más estimulante de las
experiencias de aprendizaje que cualquiera pueda tener” (ídem). No obstante, luego añade
condición de que el campo debe ser cualquier lugar en que haya un grupo de personas con
vidas diferentes a las nuestras. Al parecer estaría desconociendo que por medio del
extrañamiento de lo familiar (Roberto Da Matta) se puede estudiar y comprender
científicamente la propia cultura. En general cuando hacemos campo en nuestra propia
ciudad, compartimos categorías pero los contendidos de las mismas no necesariamente son
iguales.

Menciona como hecho importante en el trabajo de campo, el averiguar cuáles son las cosas
significativas para aquellos que estamos estudiando, lo que no implica que renunciemos a
nuestros pensamientos ni valores, pero sí que los dejemos por un momento de lado de
forma de poder recibir y entender los del grupo que se está estudiando. De esa manera, no
solo vamos a poder aprender y entender otros puntos de vista, sino que teniendo en cuenta
nuestras propias reacciones emocionales, vamos a estar aprendiendo más sobre nuestros
valores que de otra forma si no hubieran estado en prueba, no lo habríamos conocido.

Un párrafo que me resultó interesante para revisitar y recordar por qué hacemos lo que
hacemos es el que refiere a tres razones de por qué hay que estudiar antropología: 1)
“nos permite descubrir las muchísimas formas de vivir una vida plena. Examinarlas nos
ayuda a aclarar nuestras propias ideas”; 2) “Pone de relieve lo que somos enseñándonos lo
que no somos”, y la 3) que tiene una mirada más hacia el futuro, dice que “nos proporciona
una base desde la que podemos examinar la nueva situación social y cultural que está
surgiendo a nuestro alrededor” (ibíd., p.10). En definitiva, la antropología nos permite una
mejor comprensión y entendimiento de nosotros mismos y del mundo.

Posteriormente va de analizar el rol de la cultura como dinamizadora de la vida y la


sociedad. Para ello parte de una definición de Tylor (1871) en la que considera cultura a “´ el
todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la ley, la moral, las
costumbres y cualquier otra capacidad adquirida por el hombre como miembro de una
sociedad´” (ibíd., p.11). Algunas de las principales características que se desprenden: la
cultura es aprendida, lo que es genético es la capacidad de adquirirla; toda actividad
humana está culturizada; está mediando toda relación social humana, es compuesta por una
serie de símbolos al que se les asigna significados; y solo parte de la misma es consciente
(distancia entre las personas o la forma de saludar).

Quisiera cerrar con lo que el autor escribe sobre la relación de las relaciones sociales y el
tiempo y que nos permite pensar el hoy las sociedades en general y nuestra propia vida en
particular. “Comportarse requiere tiempo” como también “hacer lo necesario para valgan la
pena las relaciones sociales” (ibíd., p.19). Y siguiendo a Wilson y Wilson (1954) prosigue: “si
se aumenta el número de personas con las que un individuo interactúa, o se aumenta el
número de contextos de interacción, la naturaleza de las interacciones individuales cambiará
a causa de esta ampliación” (Bohannan, 1992, p.19). ¿Cuánto es el tiempo en que
dedicamos actualmente a nuestras relaciones sociales? ¿Qué cantidad de interacciones
semanales tenemos? ¿Con que real atención y sentido de escucha lo hacemos? ¿Cuál es
su duración y bajo que modalidades de interacción (cara a cara o mediada por pantallas)?

Bibliografía:

BOHANNAN, Paul. (1992). Antropología, cultura y sociedad. En: Para Raros, Nosotros:
Introducción a la antropología cultural (p.1-23) Madrid: Akal.
Aprendiendo cultura – Para Raros, Nosotros.

Reseña

En este capítulo, tal como su título lo señala, se va centrar en las formas y mecanismos en
que nosotros los seres humanos aprendemos cultura. Como ya se dijo, toda cultura es
aprendida (y diría aprehendida) por medio de la experiencia que es un tipo de aprendizaje
que dura lo que dura una vida. Como escuché a una señora mayor decir una vez sobre el
estudio pero que se puede aplicar al aprendizaje: “el estudio no es una carrera de 100
metros, sino una maratón que lleva toda una vida”.

Otra las premisas es que la cultura es aprendida y como crecemos y nos desarrollamos en
compañía de otros, gran parte de nuestra cultura es compartida, especialmente la lengua.
Sin embargo, el hecho de pertenecer a un grupo con determinadas características
culturales, nos puede apartar de otros diferentes, lo que requerirá de un esfuerzo intelectual
y hasta existencial en determinados casos, en la construcción de puentes de entendimiento.

Este aspecto de la adquisición y luego aprendizaje de la cultura, va ser desarrollado por el


autor a través de distintas etapas del ser humano: nacimiento, infancia, pubertad y adultez.
Minutos después del nacimiento el bebé ya ajusta sus ritmos corporales a la lengua que
escucha a su alrededor. Sus capacidades van a estar condicionadas por los estímulos que
reciba, siendo estos tan importante para el crecimiento como la propia nutrición. Ya el niño a
pesar de las limitaciones culturales es capaz de efectuar elecciones entre las opciones
disponibles que lo irán creando la persona en que se transformará.

En la etapa de la pubertad, la persona experimenta cambios físicos y hormonales a medida


que transita hacia la edad adulta. Por otro parte, y no está demás en recordar, la
adolescencia es una creación reciente en la historia y que comprende un estatuto social
definido culturalmente que puede comenzar antes o después de la pubertad y llegar hasta
bien entrada la madurez física. En muchas sociedades se marca el pasaje de la adultez a la
adolescencia por medios de ritos de paso (como acá pasaba el pasaje del pantalón corto al
largo al hombre y la entrada al mundo del trabajo, o el casamiento para la mujer), mientras
que en el mundo occidental actual el autor afirma que a falta de este tipo de ceremonias que
marquen claramente esas fronteras, los adolescentes viven una especie de “limbo social” en
que no saben hasta cuando son una cosa y cuando pasan a ser otra, con las
responsabilidades y deberes que cada una conlleva.
Ya en la adultez, señala que en las sociedades occidentales a pesar de que la juventud
parecería ser la etapa más valorada, es en esta que se otorga más ventajas y mejores
recompensas.

Otra cuestión que aborda es el etnocentrismo, que implica el considerar a nuestro grupo y
sus valores y conductas como correctas o superiores respecto a otros. De alguna forma es
parte del proceso en que al mismo tiempo que aprendemos la cultura de determinado grupo
y lugar, no lo hacemos de otro.

Por último, refiere al trabajo de campo y en como el antropólogo aprende otras culturas.
Para eso, entre otras cosas:

los antropólogos deben considerar lo que los hace sentirse incómodos


en el campo, y luego examinar la parte de su propia cultura y
experiencia que crea la incomodidad. Este proceso es la mejor forma
de poner de relieve sus propios esquemas, que probablemente eran
inconscientes hasta que quedaron al descubierto por el malestar
(Bohannan, 1992, p.39).

Para eso, el antropólogo debe tener un pie en cada cultura, la suya y la que estudia, de
manera de convertirse en puente de entre las dos para que puede fluir la información y el
entendimiento Es por eso que los antropólogos libran batallas contra el etnocentrismo
(propio y de sus lectores) al intentar traducir los esquemas de los grupos que estudia a los
propios.

Bibliografía:

BOHANNAN, Paul. (1992). Aprendiendo cultura. En: Para Raros, Nosotros: Introducción a la
antropología cultural (p.25-44) Madrid: Akal.

Luis Enrique Durante

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