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La revolución industrial

-No obstante su existencia y sus repercusiones se dejan sentir con fuerza hacia 1830-1840
(proletariado, comunismo, movimientos sociales, etc.) se considera que estalla antes (1780) por dos
razones: estallo antes de la toma de la bastilla y porque sin ella no podríamos entender el impersonal
subsuelo de la historia en el que nacieron los hombres y se produjeron los sucesos más singulares
de nuestro periodo; la desigual complejidad de su ritmo.

-take off hacia el crecimiento sostenido: estallido revolución industrial desde el momento en que
hacia 1780-90 las sociedades humanas se hicieron capaces de una constante, rápida y hasta el
presente, ilimitada multiplicación de hombres, bienes y servicios.

-historiadores conservadores: evolución acelerada y no Rev. industrial

-preguntarse cuando se completó resulta absurdo, su esencia es que nuevos cambios


revolucionarios constituyen su esencia.

-su periodo inicial parte en 1780 (take off) y concluye con la construcción del ferrocarril y la creación
de una fuerte industria en Inglaterra hacia 1840.

-Rev. industrial: el acontecimiento más importante de la historia del mundo y en todo caso, desde
la invención de la agricultura y de las ciudades. Lo inicio Gran Bretaña (ventaja en cuanto a
producción per cápita y comercio). Adelanto británico no se debía a superioridad científica o técnica.

-Francia estimulada la educación y la investigación científica, no así Inglaterra, pero para echar a
andar la revolución industrial no se requería demasiados refinamientos intelectuales.

- había condiciones legales favorables en Inglaterra (beneficio privado y desarrollo económico


aceptados como objetivos supremos de política gubernamental)

-Las condiciones de la agricultura en Inglaterra permitieron cumplir las 3 funciones fundamentales


en una era de industrialización:

1. aumentar la producción y la productividad para alimentar a una población no agraria en rápido y


creciente aumento

2. proporcionar un vasto y ascendente cupo de potenciales reclutas para las ciudades y las industrias

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3. suministrar un mecanismo para la acumulación de capital utilizable por los sectores más
modernos de la economía (puñado de terratenientes de mentalidad comercial monopolizaba la
tierra, que era cultivada por arrendatarios que a su vez empleaban a gentes sin tierras o propietarios
de pequeñísimas parcelas).

-se produjo un considerable aumento del capital social, constituido principalmente por buques,
instalaciones portuarias, mejoras de caminos y canales. Y la política estaba engranada con los
beneficios (se entendía que el dinero no solo hablaba, sino que gobernaba). Lo que un industrial
necesitaba para ser admitido entre los regidores de la sociedad era tener bastante dinero.

No fue tanto la demanda sino la capacidad de producir en masa lo que da la aceleración al proceso
industrializador.

-principal imperativo de la época: comprar en el mercado más barato para vender en el más caro

-Se requirieron dos cosas: 1) una industria que ya ofrecía excepcionales retribuciones para el
fabricante que pudiera aumentar rápidamente su producción total, si era menester, con
innovaciones razonablemente baratas y sencillas y; 2) un mercado mundial ampliamente
monopolizado por la producción de una sola nación.

Así llegamos al caso de la expansión del comercio en la industria textil británica. Luego ese modelo
fue copiado por los restantes países que se vieron inundados de expertos, máquinas de vapor,
maquinas algodoneras e inversión de capital británico.

Gran Bretaña poseía una industria admirablemente equipada para acaudillar la revolución industrial
en las circunstancias capitalistas, y una coyuntura económica que se lo permitía: la industria
algodonera y la expansión colonial.

La industria algodonera británica tuvo su origen en un subproducto del comercio ultramarino que
producía su material crudo. Más baratos que la lana, el algodón y las mezclas de algodón no tardaron
en obtener en Inglaterra un mercado modesto pero beneficioso. Pero sus mejores posibilidades
para una rápida expansión estaban en ultramar.

A propósito de la industria del algodón en el siglo XVIIII se desarrolló el hinterland de los mayores
puertos coloniales como Bristol, Glasgow, y Liverpool (el gran centro de comercio de esclavos)
Esclavitud y algodón marcharon juntos: los esclavos africanos se compraban en parte con algodón
indio.

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Las plantaciones de las indias occidentales donde los esclavos eran llevados proporcionaban la
cantidad necesaria de algodón bruto para la industria británica y en compensación los plantadores
compraban grandes cantidades de algodón elaborado en Manchester. Entre 1750 y 1769 la
exportación de algodones británicos aumento más de diez veces. En el caso inglés además tenemos
que la industria recibe un fuerte impulso por parte del gobierno inglés y se produce un hecho
significativo que es el triunfo del mercado exterior sobre el mercado interior: en 1814 Inglaterra
exportaba 4 yardas de tela de algodón por cada 3 consumidas en ella. Hacia 1850 la proporción era
de 13 por cada 8. Y en esta marea de exportaciones eran los mercados coloniales o semicoloniales
los que adquirían la mayor importancia.

Industria británica logro producir su monopolio a causa de las guerras, las revoluciones de otros
países y su propio gobierno imperial. América Latina paso a depender casi por completo de las
importaciones británicas durante las guerras napoleónicas y después de su ruptura con España y
Portugal.

Se produce un hito interesante: desde siempre, Europa había importado siempre de oriente mucho
más de lo que allí vendía (oriente pedía poco a cambio de sus especias, sedas, etc.). Pero por primera
vez, las telas de algodone para camisas de la revolución industrial trastocaron aquel orden de cosas
y las equilibro mediante la exportación de metal y latrocinios.

La industria se vio obligada a mecanizarse (lo que reduciría los costes al reducir el número de
obreros), a racionalizarse y a aumentar su producción y sus ventas, sustituyendo por un volumen de
pequeños beneficios por unidad la desaparición de los grandes márgenes.

-Industria y fabrica en el sentido actual que le concebimos, solo era aplicable hacia ese entonces al
textil algodonero. Las restantes “industrias” empleaban poca gente, tenían un poder de
transformación en su rubro limitado y por último, se hallaban opacadas por la gravitante
importancia de la industria del algodón y su expansión que domino los movimientos de la economía
total del país.

Más allá de todo el desarrollo incipiente de la industria textil del algodón (principal foco de
desarrollo en su etapa inicial de la revolución industrial, mucho más que otras incipientes
producciones), produjo también graves consecuencias de orden social: la transición a la nueva
economía creo miseria y descontento, materiales esenciales para que se iniciara la revolución social,
que comenzó a estallar en forma de levantamientos espontáneos de los pobres de las zonas urbanas

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e industriales y dio origen a la revolución de 1848 en el continente europeo y el movimiento cartista
en Inglaterra. El descontento rebasa la frontera de los pobres y será también las clases medias y
pequeña burguesía quien también se revelará contra los intereses de los patrones y rentistas. Así,
obreros y pequeños burgueses se hallaban al borde del abismo y con ello comienza el desarrollo de
los movimientos de masas del “radicalismo”, la “democracia”, o el “republicanismo”, entre los
cuales, el radical inglés, el republicano francés y el demócrata jacksoniano norteamericano fueron
los más formidables entre 1815 y 1848

- Del punto de vista de los capitalistas, estos procesos sociales solo afectaban el progreso de
la economía y se temía volver a un estado estacionario.

-Los tres grandes fallos más evidentes de los albores de la revolución industrial y su marcha
(desde el punto de vista capitalista) fueron

1. ciclo comercial de alza y baja

2. tendencia de la ganancia a declinar

3. disminución de las oportunidades de inversión provechosa

Respecto a 1: el motivo de las crisis era bien conocido, en general, catástrofes agrícolas (malas
cosechas). Despues de las guerras napoleónicas, las crisis de este tipo fueron frecuentes y por
regla general se atribuían a errores particulares de hombres de negocios

Respecto de 2: la reducción del margen de ganancias se apreciaron mayormente en la industria


del algodón: en principio esta con la mecanización aumento mucho su productividad, y su mayor
costo, concerniente a la materia prima se rebajo bastante por la expansión rápida del cultivo de
algodón en el sur de Estados Unidos, pero el aumento de competencia mismo fue provocando
una dramática caída del producto terminado, y no así de los costos de los diferentes etapas de
la producción (que se fueron incluso encareciendo). Como paliativo a esto, la reacción
fundamental de la patronal fue una reducción sostenida de los jornales que siguieron
disminuyendo en el periodo posnapoleonico, siempre con atención a no rebasar limites
fisiológicos para no matar de hambre a los trabajadores. En resumen, la industria se vio obligada
a mecanizarse, racionalizarse y aumentar su producción y ventas a costa de desaparecer los
grandes márgenes de ganancia.

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- La siguiente fase de desarrollo industrial se enmarco en la construcción de una industria
básica de bienes de producción. Se requería una industrialización basada en la producción
de hierro y acero, pero era una industria más difícil de echar a andar por la enorme inversión
requerida. Estas dificultades se experimentaban mayormente con la metalurgía y
particularmente con el hierro. Esta industria marcho mucho más lenta a diferencia de la
minería que florecio particularmente con el carbón.
- Luego de la primera etapa algodonera, no se puede desconocer que fue la minería del
carbón la que logro un mayor desarrollo. Hay consideraciones ventajosas que permitieron
que esto ocurriese: a la vez que una importante fuente energética para el proceso industrial,
su consumo también era muy requerido en los hogares, con lo cual el crecimiento de las
ciudades en Inglaterra y la relativa escasez de bosques motivo la extensión de la industria
carbonífera. En esta industria más que grandes innovaciones primo en su expansión el rol
de pequeñas mejoras más que una radical transformación en la producción.
- La industria del carbón estimulo la invención básica transformadora de las principales
industrias de mercancías; nos referimos como no podía ser de otra manera al ferrocarril. El
ferrocarril fue así multipropósito en la industria del carbón (extracción, transporte
mercancías, etc.). Se fue extendiendo por su excelente rendimiento al resto de Europa y del
mundo en general.
- La principal traba del ferrocarril de un punto de vista económico fue su alto costo, no
obstante lo cual se produjo la feliz coyuntura de la “locura del ferrocarril” como frenesí
especulativo, que fue favorecido porque en las primeras generaciones de la revolución
industrial las clases ricas acumularon tantas rentas y tan deprisa que superaron con creces
su capacidad de gastar e invertir estas ganancias. Ello llevo a que se pudiera reinvertir dicho
capital en la industria especulativa y costosa del ferrocarril, que comenzó a trascender las
fronteras de la inversión hacia el extranjero (capital británico dispuesto al préstamo,
empréstitos). Toda esta expansión e inversión que propicio el auge del ferrocarril se produjo
mayormente en la década de 1830-1840.
- En cuanto a la movilización y el despliegue de los recursos económicos y la adaptación a la
nueva economía industrial, un factor fundamental a analizar es el del trabajo: economía
industrial supone una violenta y proporcionada disminución de la población agrícola y un
aumento paralelo de la no agrícola, así como un aumento generalizado de la población.
Todo esto determino también la necesidad de una revolución en la producción agrícola.

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- Respecto a la industria agrícola, más que encausarla las transformaciones propias de la
técnica, resulto crucial un cambio más a nivel de transformación social: liquidar los cultivos
comunales medievales de campo abierto y pastos comunes, acabar con la petulancia de la
agricultura campesina y las actitudes anticomerciales respecto de la tierra. Esto se tradujo
en el rechazo de las leyes proteccionistas de la agricultura que buscaban salvaguardar el
viejo orden rural (sistema Speenhamland de socorros, Corn Laws).
- En términos de productividad económica la transformación social fue exitosa, pero acarreo
grandes niveles de sufrimiento humano: la extrema pobreza en el campo llevo a que los
viejos pobladores del campo se vieran obligados a aceptar nuevas ocupaciones, con el afán
de liberarse de la injusticia económica y social. Como la carestía rural se vivio mucho más
fuerte en Inglaterra que en otras latitudes, ello mismo motivo un despegue más rápido de
la industria británica que vio reconvertirse rápidamente a sus antiguos campesinos en
obreros requeridos para la nueva oleada industrial.
- Una cosa es contar con número suficiente trabajadores y otra contar con mano de obra
experta y eficaz: En este sentido se impuso una disciplina laborar draconiana por parte de
la patronal para mantener a los trabajadores atados a la necesidad e trabajar. Inclusive en
ciertas industrias, se consideró más conveniente emplear mujeres y niños más dúctiles y
baratos que los hombres (caso de los telares algonoderos entre 1834 y 1847) también la
figura de subcontrato y subpatronos logro forjar una disciplina y vigilancia útil para el
despegue de la revolución industrial inglesa. En cuanto a la calidad de los empleados, en el
caso inglés, pragmático y no tan desarrollado en ciencias y academia, se reconvirtió a los
viejos expertos de oficios en ingenieros.
- Otra ventaja comparativa de los ingleses fue la no disminución de capital inmediatamente
invertible. Tampoco había dificultades respecto a las técnicas del comercio y las finanzas
privadas o públicas: se entendia claramente a finales del siglo XVIII que la política
gubernamental estaba fuertemente enlazada a la supremacía de los negocios. Alli donde en
Inglaterra existieron normas o instituciones inadecuadas para el despegue de la economía
industrial y pese a no contar con la sofisticación de la maquinaria legal y racional de los
franceses, el pragmatismo inglés se las arreglo para introducir prácticas favorables al
despegue de la economía industrial.
- Así, de una manera casual, improvisada y empírica es como se formo la primera gran
economía industrial. Gran Bretaña fue en efecto, durante el siglo XIX “el taller del mundo”

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